Debate A Favor de La Inmigración A Chile
Debate A Favor de La Inmigración A Chile
Debate A Favor de La Inmigración A Chile
- Está claro, no somos como ellos, nuestra experiencia con los inmigrantes y su inclusión en
la sociedad es más reciente y modesta. Pero de acuerdo con las fases migratorias, hemos
avanzado por un camino que además de no tener marcha atrás, ya está mostrando los
primeros cambios asociados a esa diversidad.
- Otras investigaciones dicen que la diversidad cultural fomenta la creatividad, lo que se vive
a diario en agencias de publicidad que “importaron” cerebros argentinos. En los colegios
los niños que comparten con peruanos o colombianos ven mejorado su nivel de
vocabulario por el sólo hecho de que les llamen la atención algunas palabras. En algunas
empresas, la presencia de ciudadanos orientales ha provocado que los chilenos incorporen
su metodología de trabajo.
El lenguaje es otro aspecto que mejora en la interacción con los extranjeros. Un reciente estudio
de la Unesco evaluó el uso de palabras en niños de tercero y sexto básico. Los niños colombianos y
peruanos demostraron tener más vocabulario que los chilenos. Por eso, compartir con ellos es
sinónimo de ganancia. Es lo que ocurre en la escuela Luis Calvo Mackenna, en la comuna de
Santiago, por ejemplo: los niños chilenos dicen “te invito mi manzana” o “me jaló el pelo”. “A los
niños les llama la atención que hablen bonito y se les pega”, cuenta María Teresa León, jefa de la
Unidad Técnico Pedagógica. En otro lado de la ciudad, los niños colombianos que han llegado al
Santiago College se han convertido en aliados de las profesoras que enseñan Lenguaje, por su
forma pausada y bien pronunciada.
Frente a este fenómeno, nos preguntamos qué impacto tiene esta llegada cada vez más
importante de inmigrantes al país. Una hipótesis al respecto es lo beneficioso que resultaría para
Chile el incremento de su población económicamente activa debido al envejecimiento de la
población nativa, actual y pronosticada, que va en aumento.
El importante desarrollo económico de Chile (alrededor de 14.000 dólares de producto bruto per
capita en el 2010), ha permitido, entre otras cosas, que la esperanza de vida de la población se
eleve, y por lo tanto, que una proporción mayor de la misma viva más tiempo. Hoy, un chileno
promedio suele alcanzar los 74 años de edad. Y la tendencia es al alza: en 2010 el 12.9% de la
población superaba los 60 años de edad, y se prevé que en 2050 esta cifra llegará al 28.2%. Esta
situación, sumada a la baja tasa de natalidad (14,46/1000 nacidos vivos en el 2010, la más baja de
América Latina), está llevando a Chile a enfrentar un panorama de envejecimiento de su población
similar a la del resto de los países de la OCDE.
. Una posible explicación para la baja tasa de participación laboral de los jóvenes, pudiera ser el
hecho de que un número importante de jóvenes en Chile (más de 500.000), ni estudia ni trabaja.
Más allá de las razones específicas que llevan a esta evolución de la fuerza de trabajo en Chile, es
claro que, a menos que haya una reversión en la tasa de natalidad del país (lo cual no parece ser
el caso), el déficit de fuerza de trabajo joven chilena será incontenible para los próximos años y
solo podrá ser cubierto con mano de obra extranjera
Este proceso de cambio demográfico hacia un mayor envejecimiento de la población que está
ocurriendo en la economía chilena y que continuará en las próximas décadas significa una mayor
proporción de población inactiva y una menor porción de personas activas que realizan las tareas
productivas. Así, de acuerdo a las proyecciones de la División de Población de las Naciones Unidas
para Chile, mientras en 2015 había 6 personas de 15 a 64 años por cada mayor de 65 años, a 2050
habrá sólo 2. En términos económicos, esto pone presiones enormes, ya que significa en definitiva
que habrá menos activos sosteniendo pasivos, puesto que son los primeros los que deben
producir los bienes y servicios que consumen los segundos. Por ello, los desafíos son enormes en
materia de crecimiento, sostenibilidad fiscal y previsión social, entre otros. En este contexto,
existen mecanismos que permiten paliar al menos parcialmente las consecuencias de un mayor
envejecimiento de la población. Como se señaló anteriormente, la literatura ha mostrado que uno
de ellos es la inmigración, ya que aporta al crecimiento a través de varias vías y además contribuye
a atenuar el problema de la disminución de la fuerza de trabajo producto del proceso de
envejecimiento de la población. Un elemento fundamental para evaluar el impacto demográfico y
el consiguiente aporte de los inmigrantes en este aspecto tiene que ver con la composición de este
segmento de la población. Los datos revelan que el segmento de inmigrantes tiene mayor
concentración en personas jóvenes, en edad de trabajar y de procrear que los chilenos. En Chile,
se define la población en edad de trabajar como todas las personas de 15 años o más de edad. Al
trimestre septiembre-noviembre 2016 el 79,8% de los chilenos era población en edad de trabajar,
mientras que entre los inmigrantes el porcentaje era de 87,5%. A su vez, la población en edad de
trabajar de 15 a 59 años representa el 60,1% de la población en el segmento de chilenos, mientras
que entre los inmigrantes esta cifra es de 80,5%. De esta manera, la población inmigrante tiene
comparativamente una concentración mayor en población en edad de trabajar joven y menor en
población sin edad de trabajar y en población de tercera edad