En El Centenario Del Pequeno Hans.
En El Centenario Del Pequeno Hans.
En El Centenario Del Pequeno Hans.
EN EL CENTENARIO DE LA PUBLICACIÓN
DE “EL PEQUEÑO HANS”
Con motivo de cumplir 100 años la publicación del Análisis de la fobia de un niño de cinco años
(caso “El pequeño Hans”), de Sigmund Freud, primera aplicación en un niño de las teorías freu-
dianas del Psicoanálisis, la revista digital de Psicoanálisis con niños “ Fort-da” www.fort-da.org,
en su décimo número de noviembre de 2008, celebró el evento con una enorme producción in-
ternacional en torno a “Juanito”, sus datos histórico-biográficos, y la conceptualización teórica
referida a la función de las fobias en la infancia.
Ariel Pernicone, psicoanalista, y director de la revista, escribió varios ensayos sobre la familia
Graf, tres de los cuales generosamente ha cedido a nuestra publicación. Psicoanálisis, Revista
de la Asociación Psicoanalítica Colombiana, agradece esta espléndida contribución a nuestro
homenaje a Juanito y sus 100 años de historia.
Herbert Graf, nombre real del protagonista, su madre Olga Hoenig, su padre Max Graf y su hija Ann-
Kathrin, con testimonios, algunos directos y otros indirectos, nos hablan de los recuerdos e impre-
siones que guardan, tanto de aquellos acontecimientos en la Viena de principios del siglo XX, como
del desarrollo posterior de sus vidas. Un relato biográfico con una diversidad de datos novedosos
sobre la familia Graf que nos permite comprender el contexto en el que fue gestada esa magnífica
publicación freudiana del año 1909, que hoy a la distancia podemos considerar el escrito fundante
del Psicoanálisis con niños y uno de los más bellos historiales que surgiera de la pluma de Freud.
I
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA:
MAX GRAF, OLGA HOENIG Y ANN-KATHRIN GRAF
ARIEL PERNICONE1
1
Lic. en Psicología. Psicoanalista. - Director de la Revista digital de Psicoanálisis con niños “Fort-da”. www.fort-da.org
( Psicomundo) [email protected]
3
Tomado de Fort-da .org
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 155
literatura y estética, y enseñó ambas co- con la otra su libro más preciado, una co-
sas, tanto en la academia de Viena, como pia muy usada, llena de anotaciones, de la
en EE.UU. También fue un sagaz analista Crítica de la razón pura de Kant.
político, y durante años escribió artículos
de fondo sobre este tema en la Neue Freie Ahora bien, ¿Cómo llegó Max Graf a cono-
Presse. Se sentía cómodo en la filosofía y cer a Freud y cuál fue su primer acercamiento
en la ciencia, y estaba perfectamente ca- al Psicoanálisis? Según él mismo menciona
pacitado para hablar de matemática con en un relato posterior, alrededor de 1900,
Einstein, lo cual hizo cuando vino a Esta- cuando aún era estudiante en la Universi-
dos Unidos. Fue un hombre universal, pero dad de Viena, conoció a una joven con la que
al mismo tiempo, un auténtico vienés que solía pasear cada día, quien le relataba ani-
sabía disfrutar de un vaso de vino (o más) madamente acerca de su tratamiento con un
y de la compañía de mujeres bonitas. ignoto profesor de nombre Sigmund Freud.
Fueron los comentarios cautivantes de esta
La formación intelectual de Max fue muy joven, llamada Olga Hoenig, quien se conver-
amplia; concluyó sus primeros estudios es- tiría luego en su primer esposa y madre de
colares en Praga, y luego en el Gymnasium sus hijos Herbert y Hanna, los que producirían
académico en Viena. Se inscribió en la Facul- en él un gran interés intelectual por conocer
tad de Derecho de la Universidad de Viena, a ese “Profesor” y sus novedosas ideas, con-
recibiéndose en 1896 a la edad de 23 años. curriendo a su consultorio para establecer, a
En seguida se dedicó, principalmente, a la es- partir de allí, un intenso lazo que gestaría ese
critura en torno a investigaciones sobre los histórico escrito de 1909, que tanto debate
procesos de composición y crítica musical, ha generado y sigue generando hoy.
que era su verdadera pasión, dado que había A partir de ese momento mantuvo con
publicado gran cantidad de trabajos en los Freud, a lo largo de más de diez años, un
diarios vieneses Der Tag y Neuen Wiener Jo- fuerte vínculo transferencial, probablemente
urnal. También, participaba de reuniones de de tipo paterno, que estuvo signado sin du-
un grupo conocido como ‘Joven Viena’ que das por una fuerte idealización y respeto in-
se reunía en el café Grienstedl, donde desa- telectual, aunque también por una estrecha y
rrolló sus intereses por la literatura. Desde cálida amistad, según su propio relato. Segu-
1902 hasta 1938 estudió y enseñó Historia ramente, fue esta particular combinación la
de la música y Estética del Arte Sonoro en la que lo llevó a consultar a Freud en muchos de
Academia Musical de Viena, materias de las los momentos claves y decisivos de su vida.
cuales fue profesor a partir de 1909, hasta Max solicitó su opinión en cuestiones vitales
que emigró de su país. y muy personales, tales como la conveniencia
Herbert Graf, en su entrevista, rescata un o no de casarse con su novia Olga, o la posi-
magnífico recuerdo de infancia referido a su bilidad de divorciarse de ella tan sólo al año
padre, que dibuja una particular imagen de de casados en medio de grandes conflictos
su personalidad: conyugales, y también, posteriormente, sobre
Una de mis memorias infantiles más ví- el intento de sostener el vínculo matrimonial
vidas es la de verlo en el estribo atestado y resolver sus problemas de pareja teniendo
de gente del tranvía, yendo al partido de hijos.
fútbol del domingo, al Hohe Warte, con Luego, una vez nacidos sus hijos, en parti-
una mano en la barandilla y empuñando cular su primer varón, lo consultaría, además,
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 157
sobre múltiples cuestiones decisivas referen- Max tuvo muchas intervenciones su-
tes a su crianza, incluso llegando a plantearle mamente valiosas, entre las que podemos
inquietudes, tales como la posibilidad de, en destacar su conferencia del día 11 de diciem-
un intento por ahorrarle cierto sufrimiento, bre de 1907, Metodología psicológica de los
modificar su condición de judío para bauti- poetas, presentada pocos días antes de la
zarlo como cristiano (a Herbert), y así evitarle consulta por el síntoma fóbico de su hijo, en
el enfrentarse con el antisemitismo reinante enero de 1908, y tan sólo unos días después
en su país, decisión que Freud desaconsejó de que Freud leyera por primera vez El poeta
tajantemente, así: y el fantaseo, en consonancia con un interés
intelectual del que Max no fue ajeno. Por otra
Si usted no deja que su hijo sea educado
parte, la relación entre ambos también estu-
como un judío, lo privará de esas fuentes de
vo matizada por muy diversas situaciones de
energía que no pueden ser reemplazadas por
índole afectiva, que no han sido reflejadas en
nada. Él tendrá que luchar como judío y us-
el Historial.
ted debería desarrollar en él toda la energía
Según él mismo recuerda, por ciertos
de la que tendrá necesidad en esta lucha. No
períodos mantenían un cordial intercambio
lo prive de este beneficio”. (Reminiscencias
familiar que evocaría así: “Un contacto per-
del Profesor Freud - Max Graf - 1942)
sonal que se había desarrollado entre mi fa-
Sobre todas estas decisiones intervino milia y la suya, generando que su calidez hu-
Freud, ya que era permanentemente consul- mana me resultara particularmente valiosa”
tado por Max, y fue en el terreno de dicho (Max Graf-1942). Estos intercambios fami-
contexto transferencial que se produciría, liares afectuosos incluyeron su asistencia a
también, la decisiva consulta por el síntoma la fiesta que Freud realizara en su casa como
fóbico de su hijo que precedió a la escritura festejo del casamiento de su hijo Martin, o
del texto freudiano. bien que Freud mismo concurriera en algu-
Es importante señalar, y aclarar además a nas ocasiones al hogar de los Graf en la calle
partir de allí, que hoy sabemos que Graf no fue Untere Viaduktgasse 35, “aunque estuviera
un casual consultante de Freud, ni un miem- cansado al concluir su largo día de trabajo”.
bro periférico de su grupo, sino que participó Graf rescató de su memoria esta imagen, es-
muy activamente en el primer círculo de dis- pecialmente, para indicar ese estrecho inter-
cípulos cercanos, ya que formaba parte de él, cambio:
desde los comienzos mismos, en las ‘Reunio-
nes de los miércoles’ que se desarrollaban en
Freud tenía un papel entusiasta en to-
la Bergasse 19 desde 19023. Allí, un pequeño dos los acontecimientos familiares de
grupo de audaces intelectuales discutieron, mi casa; esto, a pesar de que yo era un
en la casa de Freud, los primeros esbozos del hombre joven y Freud era ya de edad
Psicoanálisis; aquí se formó y aportó lo suyo, avanzada y sus cabellos maravillosa-
a la vez que presenciaba el nacimiento de los mente negros comenzaban a encane-
nuevos conceptos y contribuyó además, con cer. Con ocasión del tercer cumpleaños
sus opiniones e ideas, a los intensos debates de mi hijo, Freud le trajo de regalo un
de ese tiempo de gestación. caballo de balanceo que por sí mismo
3
Nota: La fecha de incorporación de Max a las reuniones no es precisa, pero se infiere de sus comentarios y sus recuerdos
que se incorporó en un tiempo muy cercano a los inicios de las Reuniones convocadas por Freud.
158 ARIEL PERNICONE
llevó hasta arriba por los cuatro tramos en acérrima partidaria de Alfred Adler hasta
de escalera que conducían a mi casa el final de su vida.
(Graf-1942). Según recordaba Max en 1952 y lue-
go, Herbert y su primera esposa, Liselotte
Particular recuerdo que ha generado las
Austerlitz, lo confirmarían en sus propios
más diversas conjeturas entre los biógrafos,
reportajes con Kurt Eissler (1959 y 1960-
quienes no han podido dejar de considerar y
Archives Freud), Olga consideró finalmente
elaborar hipótesis, ante la curiosa coinciden-
que “el Profesor” había sido “un mal conse-
cia entre este especial regalo mencionado
jero” de su marido, lo cual probablemente
por Max y su posible relación con el objeto
formó parte de un conflicto conyugal, que
zoofóbico descrito en el historial de ‘El pe-
sin dudas, debió contribuir de algún modo
queño Hans’.
al alejamiento mencionado, luego de tantos
Por otra parte, también podemos men- años de un lazo de confianza sostenido con
cionar que esa relación, cálidamente amisto- Freud.
sa, estuvo jalonada por algunas importantes Podemos ubicar, quizás aquí, el trasfondo
tensiones, que probablemente fueron la cau- no explicitado de ese distanciamiento, que
sa que condujo al distanciamiento final entre fuera hecho público por el propio de Freud
ellos. Todo parece indicar que esas tensiones del año 1922, como relato agregado al final
estuvieron particularmente vinculadas a los de su Historial, cuando realiza esa enigmáti-
conflictos desatados por las intervenciones ca referencia acerca de su propio descono-
de Alfred Adler en las Reuniones de los miér- cimiento sobre lo sucedido con “El pequeño
coles, y los graves desacuerdos teóricos que Hans” y su familia a lo largo de diez años, es
éstas generaron y concluyeron con la expul- decir desde 1912, lo que se mantuvo hasta
sión de Adler de la Sociedad Psicoanalíticas ese bello y emotivo reencuentro con el ahora
de Viena por parte de Freud. joven de diecinueve años que se presentó es-
Como él y su esposa Olga mantenían una pontáneamente en su consultorio declaran-
relación amistosa con Adler, Max, en conver- do ser “El pequeño Hans”.
saciones personales, hizo intentos por acer- Respecto de la historia de cómo se produ-
car las posiciones teóricas de Freud y Adler, jo ese inesperado reencuentro, hoy además
incluso en algunas de las visitas que Freud le podemos agregar, con base en el relato del
hiciera a su hogar, pero se encontró con una mismo joven protagonista ya de adulto, que
posición terminante y tajante por parte del Herbert Graf tuvo conocimiento por primera
creador del Psicoanálisis, quien por último vez acerca de su pseudónimo de “El pequeño
lo confrontó con cierta exigencia de toma Hans”, luego de haber descubierto y leído, ca-
de posición, la que él no estuvo dispuesto sualmente, el escrito de su propio análisis en
a asumir; éste fue uno de los motivos que la biblioteca de su padre, Max Graf, mientras
lo hicieron partir de las “Reuniones de los lo ayudaba a mudarse, tras su separación de
miércoles”, distanciándose de Freud desde Olga Hoenig.
entonces, alrededor del año 1912. Hoy sabe- Herbert recordaría que fue ese descubri-
mos que su esposa Olga no fue ajena a tal miento sorpresivo y la explicación posterior
alejamiento, ya que ella terminó muy pelea- que le diera su padre acerca del historial de
da interiormente y sumamente enojada con 1909, lo que motivó su deseo de concurrir al
Freud, y mantuvo con él, a lo largo del tiem- consultorio para encontrase con el Profesor
po, un ánimo querellante, hasta convertirse Freud, ocasión que evocó de esta manera:
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 159
mención privada de éste en una carta dirigida • Leyenda de una ciudad musical. La histo-
a Fliess, escrita el 22 de junio de 1897, donde ria de Viena (1945).
también consigna que su joven paciente ha- • Compositor y Crítico: Doscientos Años de
bía perdido a su padre a los once meses de Crítica Musical (1946).
vida, y padecía ‘ideas obsesivas casi puras’. • De Beethoven a Shostakovich. La psicolo-
Max Graf retornó a Viena en el año gía del proceso de composición (1947).
1947, donde permaneció hasta su muerte • Finalmente, “Cada hora fue satisfacto-
el 24 de junio de 1958. Siempre recordó a ria”, un libro autobiográfico escrito poco
Freud con respeto y admiración, citando sus tiempo antes de morir.
enseñanzas y basándose en la conceptuali-
De sus recuerdos sobre Freud, quedó pú-
zación psicoanalítica en múltiples ocasiones
blico testimonio en el artículo Reminiscencias
a lo largo de su extensa obra escrita. En su
del Profesor Freud, del año 1942, editado por
reportaje de 1952, recordaría con bastante
The Psychoanalytic Quarterly XI, que prologó
pesar su último encuentro: una vez que su
la presentación del escrito “Personajes Psi-
hijo Herbert concurrió a su consultorio en
copáticos en el escenario”, cuyo manuscrito
1922, decidió visitarlo también posterior-
Freud le había entregado en 1905 y que Max
mente para conversar sobre el estado salu-
conservó hasta entonces. En ese texto, que
dable de “El pequeño Hans”. En esta ocasión,
contiene muchísimos recuerdos de los prime-
según relata, se encontró con un Freud que
ros tiempos del Psicoanálisis y de su estrecho
no estaba dispuesto a retomar el diálogo
lazo con Freud, Max Graf no hace referencia
sobre la base amistosa que habían mante-
alguna en forma abierta a su hijo Herbert y
nido durante los inicios del Psicoanálisis y
su relación con el pseudónimo de “El pequeño
en los tiempos de la escritura del historial.
Hans”, por obvias razones de confidencialidad,
Según su evocación, al preguntarle acerca
aunque sí evocaría fugazmente ese cumplea-
de esta actitud hacia él, Freud le reclamó su
ños número tres en el que Freud concurrió a
partida de la Sociedad Psicoanalítica, y que
su casa y regaló a su hijo un caballito de ba-
hubiera dejado sus cuotas impagas desde
lanceo que cargó personalmente por las esca-
aquel tiempo.
leras, dejando allí un sutil comentario que no
De ese último encuentro, Max se alejó pro-
pasaría desapercibido tiempo después.
bablemente herido, recordando que tan sólo
Diez años más tarde, exactamente en di-
volvió a cruzarse con Freud ocasionalmente en
ciembre de 1952, en una entrevista privada
las calles de Viena; él lo saludaba a la distancia
con Kurt Eissler, documento que ha perma-
y “mirando de costado”. Publicó alrededor de 15
necido guardado hasta hace muy poco en los
libros íntegramente referidos a temas vincula-
“Archivos Freud”, en la Biblioteca del Congreso
dos a la historia, composición y crítica musical.
de los EE.UU. en Washington, restringido a la
Algunos de sus principales títulos son:
lectura siguiendo una política indicada por la
• El problema Wagner y otros estudios (1900). familia Freud, Max Graf estuvo dispuesto a re-
• La música en la época del renacimiento ferirse abiertamente a muchas cuestiones de
(1905). la historia que habían permanecido veladas
• El taller interior del músico (1910) hasta entonces; mencionó sin reparo la iden-
• Richard Wagner en "Fliegenden Hollän- tidad de su hijo Herbert en relación con ‘El pe-
der," una contribución a la psicología de queño Hans’ y describió detalles desconocidos
la creación artística (1911). sobre su historia, su síntoma, su vida, la trama
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 161
familiar que lo rodeaba y el trasfondo personal que relataba su tratamiento” y luego primera
en torno al cual fue escrito el texto freudiano esposa de Max Graf, era Olga Hoenig, madre
Análisis de la fobia de un niño de cinco años (El de nuestro conocido Herbert Graf (“El peque-
pequeño Hans) de 1909. ño Hans”).
-¿Pero cuándo, exactamente, fue paciente
2. REFERENCIA A OLGA HOENIG, de Freud? ¿Habría hecho alguna vez referen-
MADRE DE HERBERT GRAF, EN UNA cia, en sus escritos, a ella como paciente? En
CARTA DE FREUD A FLIESS5 cuyo caso… ¿En qué lugar podría ser ubicada
dentro de su monumental obra?
A su bella madre, que en un conflicto de su Ciertamente, la búsqueda de este dato
juventud había contraído neurosis, hube yo ha desvelado a los biógrafos durante años,
de atenderla en aquella época, y de ahí na- quienes han arribado a las más diversas
cieron mis vínculos con los padres de Hans. y descabelladas conjeturas en su anhelo
Con esta frase, escrita por Sigmund Freud de situar a Olga Hoenig como paciente de
en el punto tres de la Epicrisis del Análisis de Freud. Los investigadores de la historia del
la fobia de un niño de cinco años (el peque- Psicoanálisis intentaron ubicarla, muchas
ño Hans) (1909), llegamos a conocer, en un veces uniendo fechas e informaciones no
comienzo, este importante antecedente del coincidentes en lo más mínimo, y errando
vínculo previo entre él y la madre del prota- fatalmente en sus aseveraciones, tal como
gonista del historial. podemos inferirlo hoy a la luz de los datos
Muchos años después, cuando ya fue de más precisos de que disponemos luego de
público conocimiento que Herbert Graf era acceder a documentos inéditos, como el re-
“El pequeño Hans” y que su padre Max había portaje a Max Graf, de 1952, realizado por
sido un discípulo cercano a Freud desde los Kurt Eissler.
inicios del Psicoanálisis, resultó muy valioso Por dar tan solo un ejemplo, Jean Berge-
leer sus Reminiscencias del Profesor Freud ret ha conjeturado que Olga Hoenig podría
escritas en 1942, a partir de las cuales fue ser Katherina, la joven abusada por su “Tío/
posible saber que en verdad, originariamen- Padre” y que Freud analizara en la montaña,
te, el padre de Herbert llegó a interesarse y descrita en Estudios sobre la Histeria. Nada
presentarse ante Freud a través de una no- más alejado de la verdad, considerando que
via con la que paseaba habitualmente por ese encuentro casual en una posada con esa
las calles de Viena, quien le relataba, cada joven de dieciocho años que le relató el epi-
día, acerca del novedoso tratamiento que sodio, habría trascurrido en una fecha previa
estaba realizando en sesiones diarias, en las a 1893-95, fecha de publicación de ese es-
que hablaba con este extraño Profesor. tudio conjunto de Freud con Breuer, lo que
Avanzadas las investigaciones biográficas, hace imposible esa temporalidad, y sus refe-
hoy sabemos que la “bella paciente”, “novia rencias, con la historia real de Olga.
5
Agradezco especialmente a Josiane Praz (Suiza) quien en comunicación personal me brindó la información certera sobre
la carta a Fliess aquí mencionada. También agradezco a Jerome Wakefield (USA) quien me reafirmó el dato luego de una
comunicación vía E-Mail. Por otra parte, Jerome Wakefield me comunicó que dicha información le fue a su vez referida
y confirmada en forma personal por Harold Blum, director de los Archivos Freud, quien por su función tiene acceso
directo a los documentos originales allí guardados, incluida esta carta a Fliess que aquí hemos reproducido. Los tres
autores mencionados coinciden en confirmar la exactitud del dato que aquí publicamos, respecto de que Olga Hoenig
es la joven paciente aludida por Freud en la carta del 22 de junio de 1897.
162 ARIEL PERNICONE
6
Versión: “ Sigmund Freud: Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904)” - Editadas por Jeffrey Masson, y traducidas del alemán
al Español por José Luis Etcheverry- Amorrortu Editores).
7
Se refiere sin duda a helechos (Farnen), no a toros jóvenes (Farren). (S)
8
Es evidente que en ese momento Fliess empezaba a someter a un análisis de períodos no sólo el desarrollo de los niños,
sino también procesos en la vida de los más diversos animales, en parte basado en indicaciones de Tierleben de Brehm
(véase 1906a: 259 y ss.). (S)
9
Se puede ver en este pasaje la primera referencia al comienzo de un autoanálisis o, mejor, a la preparación para este. En las
cartas que siguen, este tema se destaca con más nitidez, p. ej. en la carta 136, donde se dice de manera expresa: “El análisis
es más difícil que cualquier otro”. Véase Gris (1950a, infra pág. 545 y ss.). (K) Cf. empero ya la carta 109 con la nota 1. (S)
164 ARIEL PERNICONE
Tengo que confesar que este último tiem- En lo demás, estoy lelo y me encomiendo
po he iniciado una recopilación de histo- a tu merced. Creo estar en un capullo, Dios
rias judías de profundo sentido.11 sabe la clase de animal que ha de salir de él.
Debí tomar todavía en el verano dos ca-
Cordiales saludos y hasta pronto
sos nuevos que andan muy bien. El último
[es] una muchacha de 19 años con repre- Tu Sigm.
sentaciones obsesivas casi puras, que me
intriga mucho. Porque representaciones 3. DIÁLOGO CON
obsesivas, según mi especulación, se re- ANN-KATHRIN GRAF
montan a una edad psíquica más avanza- APUNTES SOBRE LA VIDA
da, y por lo tanto en principio no señalan
DE HERBERT GRAF
al padre, porque este preserva más al hijo
cuanta más edad tiene, sino a los herma- -Padre: Sólo una señora puede tener hijos.
nos poco mayores, para quienes la niña -Hans: Yo consigo una nenita.
tiene que haber aparecido por primera -Padre: ¿te gustaría tener una nena?
vez como una mujercita. Ahora bien, Dios -Hans: Si, el año que viene me consigo
Padre ha tenido la amabilidad de hacer una, también se llamará Hanna..
morir en este caso al padre antes que la Del “pequeño Hans” 1909.
niña tuviera once meses, pero dos herma-
Mucho se ha hipotetizado sobre el des-
nos, uno de ellos tres años mayor que [la]
tino posible, y la probable vida futura que
paciente, se pegaron un tiro.
tendría el pequeño Hans, a partir de la lectura
10
Tomado de Fort-da .org
11
Evidentemente, el primer trabajo previo para el posterior libro sobre el chiste (Freud (1905c); esta misma “colección” es
citada después también en la carta 139. (S)
DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 165
Liselotte llegará a afirmar, alejándose memorables obras clásicas como Otelo, Don
de esta prolongada actitud de enojo de su Giovanni, y Las Bodas de Fígaro, y dirigido a
suegra, que tanto ella misma como Herbert muchísimos de los más renombrados músi-
preferían no participar de estos comentarios cos del siglo XX.
reiterativos de Olga porque ambos se consi- Avanzando con el rastreo biográfico, y a
deraban freudianos de corazón (We are Freu- partir de la investigación que realicé, pude
dians to our core). A pesar de esto que afirma comunicarme con su segunda hija, Ann-Ka-
su primera esposa, Herbert, en su propia en- thrin Graf, vía e-mail, y mantener un diálogo
trevista planteará, ante una pregunta de Kurt muy amable y generoso de su parte durante
Eissler, que el tratamiento de su madre con alrededor de tres meses, entre finales del año
Freud, en su opinión y a juzgar por ese rencor 2007 y comienzos del 2008. Al momento, tiene
superviviente, no parecía haberle ayudado 42 años, vive en Ginebra, Suiza, donde residió
demasiado; más bien no le hizo ningún bien su padre desde que emigrara de EEUU, asu-
en absoluto (It didn`t help my mother at all). miera la dirección del principal teatro de ópera
Por otro lado, Herbert comentará, respecto de Ginebra, y permaneciera hasta el final de su
de la ayuda recibida por él mismo a sus cinco vida, en 1973, cuando falleció por un cáncer
años, que si bien se sentía agradecido porque de riñón. Allí trabaja también, ligada de alguna
su padre se hubiera hecho cargo de su pro- forma, al campo del arte, como lo hicieran su
blema, en verdad no tenía recuerdo alguno al padre y su abuelo paterno. Ella en verdad está
respecto, ni era consciente de lo que le había más vinculada a la Dirección en Televisión, al
sucedido (I was not aware of anything); ade- Teatro independiente y ha realizado también
más, se mostró muy crítico y en total des- cortos cinematográficos como Le temps du
acuerdo con relación a que hubieran publi- cigarretes en el año 2002, uno de sus traba-
cado su cura en el historial de 1909. jos que trata el dilema de una hija que se ve
Herbert Graf tuvo un segundo matrimo- confrontada con la última petición de su pa-
nio en 1966 con Margrit Thuering, con quien dre, quien, interno en un Hospital víctima del
vivió en Suiza y mantuvo probablemente una cáncer, le pide que ponga fin a su vida, y que
relación mucho más estable y menos con- ha tenido más difusión en ese país.
flictiva. De dicha relación nació su segunda Durante varios meses Ann-Kathrin acep-
hija, de nombre Ann-Kathrin Graf, cuando tó establecer un diálogo y un intercambio de
él ya contaba con 63 años y luego de haber ideas, y se mostró sumamente abierta a mis
asumido como Director general del Zurich preguntas, a la vez que muy cautelosa y re-
Opera y del Gran Thèatre de Ginebra; a esa servada, como lo hizo su padre, al responder
altura de su vida, tras 30 años de trabajo en respecto de temas de la historia familiar. Por
el prestigioso Metropolitan de New York, era ejemplo, cuando intenté preguntarle sobre su
ya un reconocido Productor y Director de es- abuela Olga, madre de Herbert, cuya historia
cena en el mundo de la Ópera, había publi- personal ha permanecido más inaccesible para
cado tres libros sobre su especialidad y era los investigadores biográficos que la de Max o
dueño de una exitosa carrera profesional que la del mismo Herbert, respondió tajantemente
lo llevó a compartir escenarios con grandes que no sabia nada en absoluto sobre la vida
cantantes como Maria Callas, Mario Lanza, de su abuela, simplemente porque no la había
Marian Anderson, o Reri Grist; además, ha- conocido. De todos modos, aunque por mo-
bía tenido a su cargo la Dirección escénica de mentos reticente, aceptó la comunicación y
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un intenso intercambio de ideas, bajo la con- del Historial. Tan sólo me permito comuni-
dición de que no publicara sus opiniones. car ese bello recuerdo de la hija de Herbert,
Por otro lado, además, en una parte de porque, en mi opinión, quizás resuma y sin-
nuestro diálogo, también aclaró que en ver- tetice un aspecto sustancial del destino su-
dad ella tenía escasos recuerdos de su padre, mamente creativo de la vida de quien llevara,
ya que contaba con apenas seis años cuan- a sus cinco años, ese histórico pseudónimo
do él murió. Sin embargo, expresó con cierta de “pequeño Hans”, cuya prolífica imagina-
emoción que tenía aún una imagen vívida en ción de entonces, al parecer, prosiguió acti-
su memoria, que me parece valioso comuni- vamente su curso para gestar los escenarios
car aquí: su principal recuerdo es ver a su pa- y producciones de cientos de Óperas, hasta
dre, siempre en su oficina, enteramente en- convertirse en uno de los más respetados y
tregado a la preparación de sus obras como reconocidos Règiseurs del siglo XX.
Director de escena y Productor de Óperas en Tal como lo describiera, probablemente en
toda Europa. Lamentablemente, no puedo co- forma acertada, Lacan, al finalizar su comen-
municar, por su expreso pedido, nada respec- tario sobre el historial: De niño, un hombre
to de sus ideas y opiniones, ni otros datos y en potencia, capaz de engendrarse indefini-
comentarios que realizó sobre su propia lec- damente en su imaginación y de satisfacerse
tura del caso Hans, el Psicoanálisis y los Psi- por completo en sus creaciones.
coanalistas, o en relación a Herbert Graf, así Imaginación creativa a la que, a juzgar por
como tampoco puedo comunicar su opinión el recuerdo más preciado de su hija, dedicó
sobre el valor y la incidencia de los vínculos enteramente su existencia, desde los albores
entre Freud y Max Graf en la construcción del Psicoanálisis hasta el final de sus días.