Educación Financiera
Educación Financiera
Educación Financiera
Primero que todo, es importante felicitar a los padres y docentes quienes desean
dar una formación financiera, porque cumplen con el primer requisito para
hacerlo: El deseo, la motivación y el interés porque los niños y niñas tengan una
orientación al respecto. Es el primer paso, pues no todos los adultos reconocen la
importancia y necesidad de abordar este tema con los infantes. Y muchas veces
se preguntan: ¿Para qué educar en finanzas? Al fin y al cabo yo no estudié nada
que tenga que ver con dinero y estoy bien. Veamos algunas razones para brindar
una formación financiera a niños y niñas.
Psicóloga y Autora de:
- El libro: “Cómo facilitar el Despertar Financiero en los niños y niñas “. Bogotá: Editorial El
Manual Moderno, 2005.
- El artículo “Algunos Aspectos Claves al Brindar una Educación Financiera a niños y
niñas” publicado en Gestiópolis.
- Facilitadora de seminarios y talleres relacionados con el tema.
Los niños y niñas requieren aprender que no todo se consigue con
dinero:
Aprender a Tener, significa colocar por encima del dinero, la vida, la dignidad, los
valores y principios con que nos guiamos. Es reconocer que el dinero es
importante y nos permite hacer muchas cosas, y a la vez, sin dinero, también
podemos hacer otras tantas cosas en la vida con las cuales transformamos el
mundo y hacemos de él un lugar mejor para vivir. Aprender a tener significa que
somos capaces de sacrificar el dinero por los valores que tenemos, en lugar de
sacrificar los valores que tenemos por el dinero. Es darnos cuenta que tener o no
tener dinero es algo temporal, mientras que al tener los talentos, valores y
actitudes apropiadas, podemos generar riquezas para nosotros mismos y para los
demás, en cualquier momento de la vida.
Aprender a Tener significa que administramos con ética y sabiduría, los recursos
que hemos recibido (personales, sociales, ambientales), de tal manera que los
mantenemos, los incrementamos, los mejoramos, generando desarrollo y dejando
huella.
Aprender a Tener implica que vivimos una Cultura de Prosperidad, con la cual
atraemos lo que deseamos, nos sentimos en paz y armonía y comprendemos que
muchas veces podremos estar ilíquidos, sin que esto signifique que seamos
pobres, pues contamos con los recursos necesarios para generar la riqueza que
deseamos.
Saber Tener, no es algo con lo que nacemos, es algo que aprendemos y podemos
transmitir y en esto radica la importancia de Formar financieramente a los niños y
niñas. En saber que podemos enseñar actitudes, valores, comportamientos
económicos y conocimientos que permitan a los jóvenes ser prósperos y generar
riquezas con las cuales puedan transformar el mundo.
Así, entre las principales razones para formar financieramente a los niños y niñas,
están la de facilitar que Aprendan a Tener y Desarrollen Actitudes de Prosperidad
que les permitan cambiar la cultura de pobreza que predomina hoy día en nuestra
sociedad, por una cultura de prosperidad .
Valores que sustenten la formación financiera: Sólo los adultos quienes viven
valores de prosperidad, pueden ser congruentes y consistentes al brindar una
formación financiera: Adultos honestos, responsables, respetuosos, cumplidos,
pueden enseñar estos valores que guían a los niños hacia un manejo ético de los
recursos que administran. ¿Cómo puede un niño aprender a ser honesto si el
docente quien le está enseñando la importancia del ahorro, roba los ahorros de los
niños?, ¿Cómo puede aprender un niño a respetar lo ajeno, si sus padres no
cuidan lo que les prestan y lo devuelven dañado?. Los niños requieren de adultos
cuyos comportamientos económicos (formas de ganar dinero y de administrarlo)
sean un modelo para ellos.
Es importante diferenciar entre riqueza (Estar ricos) y prosperidad (Ser ricos) al igual que
diferenciar entre estar pobres y ser pobres. La riqueza es un estado temporal. Se refiere a la
cantidad de recursos que posee en un momento determinado una persona, una familia, una
comunidad, una ciudad, un país A mayor cantidad de dinero, más rica económicamente es la
persona. La prosperidad es un sentimiento duradero y profundo de abundancia, que genera paz,
tranquilidad, seguridad y felicidad. También es un proceso que implica: a) Ser consciente de los
recursos que se poseen, b) Mantener una actitud positiva hacia la vida y hacia lo que se posee, la
cual lleva a la persona a disfrutar lo que tiene, a sentir abundancia y seguridad en sí misma y en el
entorno y c) Saber manejar los recursos (pocos o muchos) que se poseen. Estar pobres, es no
poseer dinero en un momento dado. Es una carencia temporal de recursos, mientras que Ser
pobres (Cultura de Pobreza) es un sentimiento duradero y profundo de escasez que genera
angustia, temor, inseguridad. También es un proceso que implica: a) No darse cuenta de los
recursos que se poseen; b) Mantener una actitud negativa hacia la vida y hacia lo que se posee,
la cual lleva a la persona a quejarse, criticar, envidiar, culpar a los demás de su situación y pensar
que no tiene control sobre la misma, y c) Manejar inadecuadamente los recursos (pocos o
muchos) que se poseen.
Creencias y Actitudes de prosperidad: Un tercer requisito para que una
formación financiera sea apropiada, es que los adultos que la impartan,
mantengan creencias y actitudes de prosperidad. Para comprender un poco a
qué nos referimos con éstas, recordemos la percepción que tres personas
diferentes pueden tener sobre un vaso que contiene agua hasta la mitad. Una de
ellas puede decir: “El vaso está medio vacío”, otra persona puede decir: “El vaso
está medio lleno” y la tercera puede decir: “Aunque el vaso todavía tiene agua, es
importante prepararnos para llenarlo”. Estos tres casos plantean tres actitudes
diferentes: La primera actitud, es una actitud centrada en la carencia, en lo que no
se tiene, en lo que falta, en la escasez. Puede decirse que la persona tiende al
pesimismo. La segunda persona manifiesta una actitud centrada en lo que tiene,
en la abundancia, en la riqueza, puede decirse que es una actitud optimista.
Finalmente la tercera actitud, es una actitud realista: La persona percibe la
cantidad de agua que hay y a la vez, se prepara para mantener el vaso con agua y
no dejarla acabar. Generalmente cuando una persona tiene creencias negativas y
actitudes centradas en la escasez, decimos que la persona vive en una cultura de
pobreza, pues no percibe lo que tiene sino lo que no tiene; en lugar de disfrutar los
pocos o muchos recursos de que dispone, sufre, se angustia y se amarga por lo
que no tiene, o lo que puede perder. Las personas que viven una cultura de
pobreza, se quejan de la situación en que viven y atribuyen a otras personas la
responsabilidad por dicha situación. La culpa de sus carencias, de sus desgracias
son sus padres, sus familiares, su pareja, sus hijos, los vecinos, el barrio en que
viven, los gobernantes, el Estado, etc., etc. No se dan cuenta que ellos mismos
atraen la situación en que viven. Por esta misma razón, no encuentran, ni se
preocupan por hacerlo, soluciones a su situación: Si la causa de sus problemas
son otros, la solución está también afuera de ellos mismos: Cuando mis hijos
crezcan…, cuando mis padres cambien…, cuando cambie el presidente, cuando
se vayan los vecinos, cuando crezca, cuando mis profesores me entiendan, etc.
Por lo tanto quedarán esperando situaciones favorables, en lugar de crearlas, a
partir de apreciar las oportunidades que hay en su propia vida.
Las personas realistas, ven los dos lados de la moneda: Lo que poseen y lo que
nó. Disfrutan, cuidan, comparten lo que tienen y buscan formas adecuadas de
conseguir lo que desean; simultáneamente se preparan para las épocas de las
“vacas flacas”, sea que lleguen o no . Saben que en cualquier momento pueden
cambiar sus circunstancias más como se han preparado para lo que puede
suceder (una crisis financiera, un huracán, una pérdida importante), están en
mejores condiciones para hacerle frente. Saben que lo importante no es lo que
suceda, sino lo que ellas hagan al respecto. También viven en una cultura de
prosperidad y simultáneamente se preparan para situaciones temporales de
carencia.
Los adultos que asumen una cultura de prosperidad son quienes están mejor
preparados para formar financieramente a los niños y niñas, pues transmiten
actitudes de prosperidad, no sólo con palabras, sino también con sus propias
vivencias. Y recordemos que es el ejemplo la mejor forma de enseñar lo que
queremos que aprendan.
Estos son algunos de los requisitos importantes para poder brindar una educación
financiera a los niños y niñas. La siguiente pregunta es ¿Cómo empezar esta
formación?
Para otros adultos puede ser importante que los niños y niñas desarrollen
Características y Actitudes Positivas hacia el dinero, que les permitan ser
prósperos, atraer y sentirse bien con la riqueza (poca o mucha) que tengan.
Otros adultos pueden desear que los niños y niñas desarrollen Comportamientos
Económicos que les permitan ganar dinero y administrarlo de formas adecuadas,
Otro deseo es que los niños y niñas tengan conocimientos económicos básicos
para manejarse en el mundo de las finanzas: Saber qué es un cheque, cómo se
diligencia, cuándo darlo y cuándo no; conocer el manejo de las tarjetas de crédito
y débito; saber lo que son intereses simples y compuestos, entender cómo nos
afectan la devaluación, la revaluación, la inflación y poder explicar en qué consiste
cada una, etc.
Otro propósito que pueden tener los adultos es que los niños y niñas desarrollen,
en relación con el dinero, procesos de pensamiento pertinentes a situaciones
específicas. Podemos incluir cuatro tipos de pensamiento: Pensamiento literal, los
cuales consisten en obtener información tal cual se ve, se escucha, se lee, etc.
Por ej. Si el niño está leyendo un contrato, requiere un excelente pensamiento
literal, para poder decir cuáles son los términos y condiciones que aparecen en el
contrato. Pensamiento Lógico: Consiste en obtener información relevante o
esencial, aislar mentalmente o considerar por separado las cualidades o esencia
de algo que se ve, se escucha, se lee, comprendiendo qué es lo importante y lo
accidental. Por ej. Se requiere que ante una propaganda que invita a comprar un
artículo, los niños puedan analizar la propaganda, qué se pretende con ella, cómo
están acercándose al consumidor, etc. Pensamiento Estratégico: Consiste en
elegir el paso más apropiado entre una multitud de pasos posibles, a fin de
resolver un problema. Se utiliza por ej. cuando el niño va a invertir su dinero, y se
encuentra frente a distintas posibilidades, el que pueda ver las ventajas y
desventajas de cada posibilidad para elegir la que más se ajuste a sus
necesidades y deseos. Pensamiento Creativo: Consiste en transformar o crear
ideas. Es básico este pensamiento cuando el niño se sienta a idear diversas
formas en que puede ganar dinero.
El tener claro lo que se desea lograr al brindar una educación financiera, es decir,
el tener claro los propósitos, orienta los esfuerzos y las actividades de los adultos
y permite más tarde, evaluar qué tan acertada fue la formación brindada.
Si formamos financieramente a los niños y niñas sin tener claro hacia dónde nos
dirigimos, es posible que no lleguemos a ningún lugar.
1
MAXWELL, John. El mapa para alcanzar el éxito. Miami: Editorial Caribe, 2003, p.91.
sean honestos. Otros valores que se constituyen en metas, son: Que los niños y
niñas sean financieramente responsables, sean cumplidos, sean generosos, sean
justos, etc.
Una vez que tenemos las metas, podemos concretarlas aún más en lo que
llamamos submetas Algunas submetas para facilitar que los niños sean honestos,
son: Manejar correctamente el dinero de ellos mismos y de otras personas.
Devolver “las vueltas” que recibe al hacer un mandado a la tienda, Dejar el dinero
en el sitio en que sus padres u otras personas lo dejaron, No tomar dinero de otras
personas sin solicitarlo y si reciben un “no” como respuesta, respetar esa
decisión; Ser claro en las cuentas y distribuir el dinero de acuerdo con lo pactado,
al hacer un negocio con otras personas; pagar el valor de lo que desea comprar,
cuando entra a una tienda, supermercado, centro comercial; devolver a su dueño
el dinero y objetos que le prestan, etc.
Asimismo, podemos establecer submetas para cada uno de los valores que
deseamos enseñar, dentro de la formación financiera. Por ej. Deseamos que los
niños y niñas sean responsables. Esto puede implicar responder por las propias
acciones, sin descargar nuestras faltas sobre los demás, al gastar dinero en
compras de bienes o servicios, comparar lo que nos cuestan estos en distintos
lugares, de tal manera que usemos responsablemente el dinero, sin malgastarlo.
Es importante establecer metas y submetas para cada uno de los propósitos que
nos hemos propuesto y que deseamos enseñar en relación con la formación
financiera de los niños y niñas.
En el cuadro No. 1, puede ver uno o dos ejemplos para cada una de los propósitos
mencionados antes.
3º)-. Determinar los saberes previos de los niños y niñas: Una vez que usted
sabe lo que quiere lograr con la formación financiera y tiene claras las metas y
submetas, es importante determinar en qué punto se encuentran los niños en
relación con el propósito establecido. Si por ejemplo, usted desea que los niños y
niñas tengan creencias positivas hacia el dinero, usted debe indagar cuáles son
las creencias actuales que manifiestan los niños y niñas con quienes va a trabajar.
¿Los niños piensan que los ricos son personas malas?, ¿Los niños creen que
tener dinero trae problemas?, ¿Los niños piensan que solo las personas pobres
son honradas?, etc. En la medida en que usted averigüe los saberes previos de
los niños y niñas, podrá determinar por dónde iniciar la formación.
CUADRO No. 1: Ejemplos de propósitos, metas y submetas
Las actividades que más disfrutan los niños y con las cuales aprenden muy bien,
son las lúdicas es decir aquellas que utilizan el juego para dar una formación
financiera: Que los niños jueguen a la tienda, jueguen al banco, jueguen a hacer
publicidad a un objeto cualquiera. Que los niños coloreen, dibujen, se muevan y a
través del movimiento trabajen procesos y contenidos.
Otras actividades que también facilitan el aprendizaje son las narraciones: Los
cuentos, las fábulas, las historias, permiten transmitir valores, actitudes, creencias
y los contenidos que queremos enseñar.
Al elegir las actividades es importante tener en cuenta que trabajen las distintas
inteligencias que usan los niños para aprender: Realizar actividades para la
Inteligencia lingüística, para la inteligencia lógico-matemática, para las
inteligencias espacial, musical, corporal, interpersonal e intrapersonal.
En la medida que brindemos una educación financiera, los niños y niñas podrán
ser cada día mejores personas y trabajar por dejar huella y un mundo mejor.