Documento de Ecologia Unad
Documento de Ecologia Unad
Documento de Ecologia Unad
Población
Comunidad biótica
Ecosistema
Los ecólogos emplean el término ecosistema para indicar una unidad natural con
partes vivientes (factores bióticos) o inertes (factores abióticos), que interactúan
mutuamente para producir un sistema estable, en el cual el intercambio de
sustancias entre los organismos vivos y los elementos inertes es de tipo circular.
Un ecosistema puede ser tan grande como el océano o un bosque, o uno de los
ciclos de los elementos, o tan pequeño como un acuario que contiene peces
tropicales, plantas verdes y caracoles.
Para calificar una unidad como ecosistema, la unidad ha de ser un sistema estable,
donde el recambio de materiales sigue un camino circular.
Los organismos consumidores son heterótrofos, por ejemplo, insectos y sus larvas,
crustáceos, peces y tal vez algunos bivalvos de agua dulce. Los consumidores
primarios son los que ingieren plantas; los secundarios los carnívoros que se
alimentan de los primarios, y así sucesivamente. Podría haber algunos consumidores
terciarios que comieran a los consumidores secundarios carnívoros.
Aún en el ecosistema más grande y más completo puede demostrarse que está
constituido por los mismos componentes: organismos productores, consumidores y
desintegradores, y componentes inorgánicos.
Biocenosis y biotopo
Dos conceptos fundamentales útiles para describir las relaciones ecológicas de los
organismos son el hábitat y el nicho ecológico.
Puede ser útil considerar al hábitat como la dirección de un organismo (donde vive)
y al nicho ecológico como su profesión (lo que hace biológicamente).
Para describir el nicho ecológico de un organismo es preciso saber qué come y qué
lo come a él, cuáles son sus límites de movimiento y sus efectos sobre otros
organismos y sobre partes no vivientes del ambiente. Una de las generalizaciones
importantes de la ecología es que dos especies no pueden ocupar el mismo nicho
ecológico.
Una sola especie puede ocupar diferentes nichos en distintas regiones, en función de
factores como el alimento disponible y el número de competidores.
Algunos organismos, por ejemplo, los animales con distintas fases en su ciclo vital,
ocupan sucesivamente nichos diferentes. Un renacuajo es un consumidor primario,
que se alimenta de plantas, pero la rana adulta es un consumidor secundario y
digiere insectos y otros animales.
Ejemplos de ecosistemas
Pero dentro de este gran sistema hay subsistemas que son ecosistemas más
delimitados.
Así, por ejemplo, el océano, un lago, un bosque, o incluso, un árbol, o una manzana
que se esté pudriendo son ecosistemas que poseen patrones de funcionamiento en
los que podemos encontrar paralelismos fundamentales que nos permiten
agruparlos en el concepto de ecosistema.
Al estudiar los ecosistemas interesa más el conocimiento de las relaciones entre los
elementos, que el cómo son estos elementos.
Los seres vivos concretos le interesan al ecólogo por la función que cumplen en el
ecosistema, no en sí mismos como le pueden interesar al zoólogo o al botánico.
Para el estudio del ecosistema es indiferente, en cierta forma, que el depredador sea
un león o un tiburón. La función que cumplen en el flujo de energía y en el ciclo de
los materiales son similares y es lo que interesa en ecología.
Relaciones alimentarias
La vida necesita un aporte continuo de energía que llega a la Tierra desde el Sol y
pasa de unos organismos a otros a través de la cadena trófica.
Gráfica Ejemplo de cadena trófica
Tomada de www1.ceit.es/.../Ecologia/Hipertexto/ 04Ecosis/100Ecosis.htm
Las redes de alimentación (reunión de todas las cadenas tróficas) comienzan en los
organismos productores (las plantas) que captan la energía luminosa con su
actividad fotosintética y la convierten en energía química almacenada en moléculas
orgánicas.
Las plantas son devoradas por otros seres vivos que forman el nivel trófico de los
consumidores primarios (herbívoros).
Pero las cadenas alimentarias no acaban en el depredador cumbre (Ej. felino que
como todo ser vivo muere, existen necrófagos, como algunos hongos o bacterias
que se alimentan de los residuos muertos y detritos en general (organismos
descomponedores o detritívoros).
Las cadenas alimentarias suelen tener, como mucho, cuatro o cinco eslabones, seis
constituyen ya un caso excepcional. Ej. de cadena larga sería: plantas - insectos -
sapos - serpientes - mangosta – felino.
La realidad es que cada uno de los eslabones mantiene a su vez relaciones con otras
especies pertenecientes a cadenas distintas. Es como un cable de conducción
eléctrica, que al observador alejado le parecerá una unidad, pero al aproximarse
verá que dicho cable consta a su vez de otros cables conductores más pequeños,
que tampoco son una unidad maciza.
Cada uno de estos cables conductores estará formado por pequeños filamentos de
cobre y quienes conducen la electricidad son en realidad las diminutas unidades que
conocemos como electrones, componentes de los átomos que constituyen el
elemento cobre.
Pero hay que poner de relieve una diferencia fundamental, en el cable todas las
sucesivas subunidades van en una misma dirección, pero en la cadena trófica cada
eslabón comunica con otros que a menudo se sitúan en direcciones distintas.
La hierba no sólo alimenta a la oveja, sino también al conejo y al ratón, que serán
presa de un águila y un búho, respectivamente. La oveja no tiene al lobo como único
enemigo, aunque sea el principal. El águila intentará apoderarse de sus recentales y,
si hay un lince en el territorio, competirá con el lobo, que en caso de dificultad no
dudará en alimentarse también de conejos.
De este modo, la cadena original ha sacado a la luz la existencia de otras laterales y
entre todas han formado una tupida maraña de relaciones ínter- específicas. Esto es
lo que se conoce con el nombre de red trófica.
La red da una visión más cercana a la realidad que la simple cadena. Nos muestra
que cada especie mantiene relaciones de distintos tipos con otros elementos del
ecosistema: la planta no crece en un único terreno, aunque en determinados suelos
prospere con especial vigor.
Una representación más realista de quien come a quien se llama red alimenticia,
como se muestra a continuación
Pirámides biológicas
Una representación muy útil para estudiar todo este entramado trófico son las
pirámides de biomasa y energía.
En el piso bajo se sitúan los productores; por encima los consumidores de primer
orden (herbívoros), después los de segundo orden (carnívoros) y así sucesivamente.
Gráfica Pirámide de energía de una cadena trófica acuática
tomada de: www1.ceit.es/.../Ecologia/Hipertexto/ 04Ecosis/100Ecosis.htm
Biomasa y energía
Las pirámides de biomasa son muy útiles para mostrar la biomasa en un nivel
trófico. El aumento de biomasa en un período determinado recibe el nombre de
producción de un sistema o de un área determinada.
Pirámide de energía
Los productores gastan energía para respirar, y cada consumidor de la cadena gasta
energía obteniendo el alimento, metabolizándolo y manteniendo sus actividades
vitales.
Esto explica por qué las cadenas alimentarias no tienen más de cuatro o cinco
miembros, pues no hay suficiente energía por encima de los depredadores en la
cúspide de la pirámide para mantener otro nivel trófico.
Ciclos de la materia
Los elementos químicos que forman los seres vivos (oxígeno, carbono, hidrógeno,
nitrógeno, azufre y fósforo, etc.) van pasando de unos niveles tróficos a otros.
Las plantas los recogen del suelo o de la atmósfera y los convierten en moléculas
orgánicas (glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos).
De esta forma encontramos en todo ecosistema unos ciclos del oxígeno, del
carbono, del hidrógeno, del nitrógeno.
Flujo de energía
Más tarde, los animales comen las plantas y aprovechan esos compuestos orgánicos
para crear su propia estructura corporal, que en algunas circunstancias servirá
también de alimento a otros animales. Esta es la productividad secundaria.
Factores abióticos
Todos los factores químico-físicos del ambiente son llamados factores abióticos (de
a, "sin", y bio, "vida).
Esto crea un efecto ambiental muy diferente al que se encuentra en otra región
donde cae la misma cantidad de precipitación pero solamente durante 6 meses por
año correspondientes a la estación de lluvias, dejando a la otra mitad del año como
la estación seca.
Pero también otros factores abióticos pueden estar involucrados, incluyendo tipo y
profundidad de suelo, disponibilidad de nutrientes esenciales, viento, fuego,
salinidad, luz, longitud del día, terreno y pH (la medida de acidez o alcalinidad de
suelos y aguas).
Sin embargo, estos y otros factores pueden ejercer por ellos mismos un efecto
crítico.
Resumiendo, podemos ver que los factores abióticos, que se encuentran siempre
presentes en diferentes intensidades, interactúan unos con otros para crear una
matriz de un número infinito de condiciones ambientales diferentes.
Factores bióticos
Así que cada especie no solamente interactúa con los factores abióticos, sino que
está constantemente interactuando con otras especies (factores bióticos) para
conseguir alimento, protección, territorio u otros beneficios, inclusive, mientras se
compite se puede ser además fuente de alimento para un nivel trófico superior.
Todas las interacciones con otras especies se clasifican como interacciones bióticas
positivas, negativas o neutras.
Se cultivan plantas en una serie de cámaras en la que pueden controlarse todos los
factores abióticos; de esta manera, el factor simple que estudiamos puede variarse
de manera sistemática mientras que todos los demás factores se mantienen
constantes.
Por ejemplo, mantenemos la luz, el suelo, el agua y otros factores con iguales
valores en todas las cámaras, pero variamos la temperatura de una cámara a otra
(para así distinguir el efecto de la temperatura de los demás factores).
Los resultados muestran que, partiendo desde un valor bajo, a medida que se eleva
la temperatura las plantas crecen mejor hasta alcanzar una tasa máxima de
crecimiento. Sin embargo, si se sigue elevando la temperatura las plantas empiezan
a mostrar estrés: no crecen bien, sufren daños, y finalmente mueren.
A las temperaturas por debajo o por encima de las cuales las plantas no crecen se
les conoce como los límites de tolerancia.
Experimentos similares han sido realizados con la mayoría de los demás factores
abióticos.
Para cada factor abiótico estudiado, los resultados siguen el mismo patrón general:
hay un óptimo, que permite el máximo crecimiento, un rango de tolerancia fuera del
cual hay un crecimiento menos vigoroso, y límites por debajo o por encima de los
cuales la planta, el animal o el microorganismo no puede sobrevivir.
Desde luego, no todas las especies han sido examinadas para todos los factores; sin
embargo, la consistencia de tales observaciones nos lleva a la conclusión de que
este es un principio biológico fundamental.
• un óptimo,
• un rango de tolerancia,
• un límite de tolerancia con respecto a cada factor.
Además del principio de los óptimos, este tipo de experimentos demuestra que las
especies pueden diferir marcadamente con respecto al punto en que se presenta el
óptimo y los límites de tolerancia. Por ejemplo, lo que puede ser muy poca agua
para una especie puede ser el óptimo para otra y puede ser letal para una tercera.
Las relaciones intra-específicas son interacciones que se dan entre los individuos de
una misma especie al tener el mismo hábitat o compartir la misma alimentación.
La colonia
Este tipo de asociación es muy frecuente también en las plantas, sobre todo en las
inferiores.
Sociedades
En el reino animal nos encontramos con sociedades, como las de hormigas o abejas,
con una estricta división del trabajo.
En las grandes colonias de muchas aves (flamencos, gaviotas, pingüinos, etc.), las
relaciones entre individuos están ritualizadas para impedir una competencia
perjudicial.
La simbiosis se define como una cooperación entre organismos para poder vivir o
adaptarse. Esta colaboración puede darse uno a uno (en forma directa), es decir A
ayuda a B y B ayuda a A, o también puede ser indirecta A ayuda a B, B ayuda a C y
C ayuda a A.
Mutualismo
Comensalismo
Parasitismo
Depredación
Amensalismo
Las relaciones en las que intervienen organismos vegetales son más estáticas que
aquellas propias de los animales, pero ambas son el resultado de la evolución del
medio, sobre el cual, a su vez las especies actúan, incluso modificándolo, en virtud
de las relaciones que mantienen entre ellas.
Posee características en función más bien del grupo en su totalidad que de cada uno
de los individuos, como: densidad de población, frecuencia de nacimientos y
defunciones, distribución por edades, ritmo de dispersión, potencial biótico y forma
de crecimiento.
Si bien los individuos nacen y mueren, los índices de natalidad y mortalidad no son
características del individuo sino de la población global.
Las relaciones entre población y comunidad son a menudo más importantes para
determinar la existencia y supervivencia de organismos en la naturaleza que los
efectos directos de los factores físicos en el medio ambiente.
La mortalidad se refiere a los individuos que mueren por unidad de tiempo. Hay una
mortalidad mínima teórica, la cual es el número de muertes que ocurrirían en
condiciones ideales, consecutivas exclusivamente a las alteraciones fisiológicas que
acompañan el envejecimiento.
Como la mortalidad es más variable y más afectada por los factores ambientales que
por la natalidad, estos tienen una enorme influencia en la regularización del número
de individuos de una población.
Tanto en el medio rural como en el urbano son muchas las tareas que debe llevar a
cabo el ecólogo en el presente.
El consejo del ecólogo debe llegar antes y no después, porque una vez iniciado el
proceso destructivo del ambiente resulta muy difícil detenerlo.
Http://www.clades.cl/revistas/1/rev1art1.htm
Visión Ecológica
La Perspectiva Social
Factores sociales, tales como el colapso en los precios del mercado o cambios en la
tenencia de las tierras, pueden destruir los sistemas agrícolas tan decisivamente
como una sequía, explosiones de plagas o la disminución de los nutrientes en el
suelo.
Por otra parte, las decisiones que asignan energía y recursos materiales pueden
aumentar la resiliencia y recuperación de un ecosistema dañado. Aunque la
administración humana de los ecosistemas con fines de producción agrícola a
menudo ha alterado en forma dramática la estructura, la diversidad, los patrones de
flujo de energía y de nutrientes, y los mecanismos de control de poblaciones bióticas
en los predios agrícolas, estos procesos todavía funcionan y pueden ser explorados
experimentalmente.
Los sistemas agrícolas son un interacción compleja entre procesos sociales externos
e internos, y entre procesos biológicos y ambientales. Estos pueden entenderse
espacialmente a nivel de terreno agrícola, pero a menudo también incluyen una
dimensión temporal. El grado de control externo versus control interno puede
reflejar intensidad de administración a lo largo del tiempo, el que puede ser mucho
más variable que el supuesto de Odum.
En sistemas de roza, tumba y quema, por ejemplo, los controles externos tienden a
disminuir en los períodos posteriores de barbecho.
Sin embargo, es cada vez mayor el número de científicos que reconoce que este
enfoque reduccionista limita las opciones agrícolas para las poblaciones rurales y en
que el "enfoque objetivo" a menudo involucra consecuencias secundarias no
intencionadas que frecuentemente han producido daños ecológicos y han tenido
altos costos sociales.
Como mejor puede describirse la agroecología es como un enfoque que integra ideas
y métodos de varios sub-campos, más que como una disciplina específica. La
agroecología puede ser un desafío normativo a las maneras en que varias disciplinas
enfocan los problemas agrícolas. Tiene sus raíces en la ciencias agrícolas, en el
movimiento del medio ambiente, en la ecología (en particular en la explosión de
investigaciones sobre los ecosistemas tropicales), en el análisis de agroecosistemas
indígenas y en los estudios sobre el desarrollo rural.
Ciencias Agrícolas
Como Altieri (1987) lo ha señalado, el crédito de gran parte del desarrollo inicial de
la agricultura ecológica en las ciencias formales le pertenece a Klages (1928), quien
sugirió que se tomaran en cuenta los factores fisiológicos y agronómicos que influían
en la distribución y adaptación de especies específicas de cultivos, para comprender
la compleja relación existente entre una planta de cultivo y su medio ambiente.
Más adelante, Klages (1942) expandió su definición e incluyó en ella factores
históricos, tecnológicos y socioeconómicos que determinaban qué cultivos podían
producirse en una región dada y en qué cantidad. Papadakis (1938) recalcó que el
manejo de cultivos debería basarse en la respuesta del cultivo al medio ambiente.
La ecología agrícola fue aún más desarrollada en los años 60 por Tischler (1965) e
integrada al curriculum de la agronomía en cursos orientados al desarrollo de una
base ecológica a la adaptación ambiental de los cultivos. La agronomía y la ecología
de cultivos están convergiendo cada vez más, pero la red entre la agronomía y las
otras ciencias (incluyendo las ciencias sociales) necesarias para el trabajo
agroeocológico, están recién emergiendo.
Las obras de Azzi (1956), Wilsie (1962), Tischler (1965), Chang (1968) y Loucks
(1977) representan un cambio de enfoque gradual hacia un enfoque ecosistémico de
la agricultura. En particular fue Azzi (1956) quien acentuó que mientras la
meteorología, la ciencia del suelo y la entomología son disciplinas diferentes, su
estudio en relación con la respuesta potencial de plantas de cultivo converge en una
ciencia agroecológica que debería iluminar la relación entre las plantas cultivadas y
su medio ambiente.
Desde comienzos de los años 70, ha habido una expansión enorme en la literatura
agronómica con un enfoque agroecológico, incluyendo obras tales como las de
Dalton (1975), Netting (1974) van Dyne (1969), Spedding (1975), Cox y Atkins
(1979), Richards P. (1984), Vandermeer (1981), Edens y Koenig (1981), Edens y
Haynes (1982), Altieri y Letourneau (1982), Gliessman et al. (1981), Conway
(1985), Hart (1979), Lowrance et al. (1984) y Bayliss-Smith (1982).
Browning y Frey (1969) han argumentado que los enfoques de manejo de plagas
deberían hacer hincapié en el desarrollo de agroecosistemas que emularan la
sucesión natural lo más posible, debido a que estos sistemas más maduros son a
menudo más estables que los sistemas consistentes en una estructura sencilla de
monocultivos.
Enfoque Metodológico
Este tipo de información es valiosa para ampliar nuestra comprensión de los tipos de
sistemas existentes, de los componentes que habitualmente se encuentran
ensamblados y en qué contexto ambiental. Este es el primer paso necesario. Los
estudios representativos de este tipo de pensamiento son numerosos e incluyen a
Ewel 1986, Alcorn 1984, Marten 1986, Denevent et al. 1984 y Posey 1985.
El análisis Comparativo.
Varios estudios de este tipo se han llevado a cabo en América Latina, Africa y Asia
(Uhl y Murphy 1981, Marten 1986 y Woodmansee 1984). Dichos proyectos usan
metodologías científicas de tipo estándar para iluminar la dinámica de sistemas
locales de cultivos mixtos específicos, comparándolos con los monocultivos. Estos
datos a menudo son útiles pero la heterogeneidad de los sistemas locales puede
oscurecer la comprensión de cómo éstos funcionan.
Comparación Experimental.
Los estudios ecológicos fueron críticos en la expansión de los paradigmas por medio
de los cuales cuestiones agrícolas pudieran desarrollarse, y de las destrezas técnicas
para analizarlos.
Ambientalismo
El impacto tóxico de los productos agro-químicos era sólo una de las interrogantes
ambientales, debido a que el uso excesivo de los recursos energéticos también se
estaba convirtiendo en un asunto cada vez más importante. Era necesario evaluar
los costos energéticos de sistemas de producción específicos: especialmente a
comienzos de la década del 70 cuando los precios del petróleo se fueron a las nubes.
Más aún, debido a que la mayor parte de la energía no se utiliza para el cultivo de
alimentos, la ganancia en la producción no se traduce necesariamente en un mejor
abastecimiento de alimentos (Crouch y de Janvry 1980, Graham 1984 y Dewey
1981).
En situaciones en las que tanto los campesinos como la nación estaban presionando
por los recursos, donde prevalecían estructuras distributivas regresivas y donde el
enfoque de las zonas templadas no era apropiado a las condiciones ambientales
locales, el enfoque agroecológico parecía de especial relevancia.
Ecología
Por varias razones los ecológos han tenido una importancia singular en la evolución
del pensamiento agroecológico. En primer lugar, el marco conceptual de la
agroecología y su lenguaje son esencialmente ecológicos. En segundo lugar, los
sistemas agrícolas son en sí mismos interesantes sujetos de investigación, en los
cuales los investigadores tienen mucho mayor habilidad para controlar, probar y
manipular los componentes del sistema, en comparación con los ecosistemas
rurales.
En cuarto lugar, varios ecólogos han comenzado a dirigir su atención a las dinámicas
ecológicas de los sistemas agrícolas tradicionales (Gliessmann 1982, Altieri y Farrell
1984, Anderson et al. 1987, Marten 1986, Richards 1984 y 1986).
Las limitaciones del enfoque puramente ecológico están siendo cada vez más
superadas a medida que los investigadores comienzan a analizar los sistemas
campesinos y nativos en equipos multi-disciplinarios y desde un perspectiva más
holística (Anderson y Anderson 1983, Hecht et al. 1987, Anderson et al. 1987,
Marten 1986, Denevan et al. 1984).
El análisis científico del conocimiento local han sido un fuerza importante para
reevaluar los supuestos de los modelos coloniales y agrícolas de desarrollo. La obra
pionera en este campo fue la de Audrey Richards (1939) sobre las prácticas de roza,
tumba y quema (sistema citamene) en el Africa Bemba.
Investigadores tales como Richards, P. 1984, Bremen y de Wit 1983, Watts 1983,
Posey 1984, Denevan et al. 1984, Hecht y Posey 1987, Browkenshaw et al. 1979 y
Conklin 1956, entre muchos otros, han estudiado los sistemas nativos de producción
y sus categorías de conocimiento sobre las condiciones ambientales y prácticas
agrícolas.
Otro resultado importante de gran parte del trabajo sobre los sistemas nativos de
producción es la idea que se necesitan diferentes nociones de eficiencia y
racionabilidad para comprender los sistemas nativos de campesinos.
Por ejemplo, la eficiencia de producción por unidad de labor invertida, más bien que
una simple relación de rendimiento por áreas es básica para la lógica de producción
de muchos cultivadores del Tercer Mundo.
Las prácticas que se centran en evitar riesgos, puede que no sean tan rendidoras a
corto plazo, pero pueden ser preferibles a opciones de uso de tierras altamente
productivas pero que tienen mayores riesgos. La disponibilidad de trabajo, en
especial en épocas importantes como es la de las cosechas, puede también influir en
los tipos de sistemas agrícolas favorecidos.
Este enfoque, con el acento en los factores humanos de los sistemas agrícolas,
también ponía más atención en las estrategias de los campesinos de diferentes
estratos sociales, y cada vez más en el rol de la mujer en la agricultura y el manejo
de recursos (Deere 1982, Moock 1986).
Más aún, esta investigación ha explayado el concepto de lo que puede con provecho
ser llamado agricultura, debido a que muchos grupos están involucrados en la
manipulación de ecosistemas forestales a través del manejo de la sucesión y la
reforestación actual (Posey 1985, Anderson et al. 1987, Alcorn 1984).
Finalmente, dicho trabajo valora los logros científicos de cientos de años de cultivo
de plantas y trabajo agronómico llevado a cabo por las poblaciones locales.
Cada vez es más amplio el estudio de la agricultura nativa realizado por equipos
multi-disciplinarios para documentar las prácticas y se han desarrollado categorías
de clasificación para analizar los procesos biológicos dentro de los sistemas agrícolas
y para evaluar aspectos de las fuerzas sociales que influyen en la agricultura. El
estudio de sistemas nativos ha sido seminal en el desarrollo del pensamiento
agroecológico.
El estudio del desarrollo rural del Tercer Mundo también ha sido una gran
contribución a la evolución del pensamiento agroecológico. El análisis rural ha
ayudado a clasificar la lógica de las estrategias locales de producción en
comunidades que están sufriendo grandes transformaciones, a medida que las áreas
rurales se integran a economías regionales, nacionales y globales.
Los estudios sobre el desarrollo rural han documentado la relación que existe entre
los factores socioeconómicos y la estructura y organización social de la agricultura.
Existen varios temas de investigación sobre el desarrollo, que han sido de especial
importancia para la agroecología, incluyendo el impacto de las tecnologías inducidas
desde afuera, el cambio de cultivos, los efectos de la expansión de mercados, las
implicancias de los cambios de relaciones sociales y la transformación en las
estructuras de tenencia de tierras y de acceso a los recursos económicos.
Todos estos procesos están íntimamente ligados. Cómo ellos afectan los
agroecosistemas regionales es el resultado de complejos procesos históricos y
políticos.
Como lo hizo notar Perelman en 1977, los más beneficiados por dichas tecnologías
fueron los consumidores urbanos. La estrategia de la Revolución Verde se desarrolló
cuando los problemas de la pobreza y el hambre eran considerados principalmente
como problemas de producción.
Tuvo éxito en términos de elevar la producción: en el fondo era parte de una política
de apostar conscientemente al más fuerte (Chambers y Ghildyal 1985, Pearce
1980). Es ahora generalmente reconocido que solamente el aumento agregado de la
producción de alimentos no soluciona el problema del hambre y la pobreza rural,
aunque sí puede reducir los costos de alimentos para los sectores urbanos (Sen
1981, Watts 1983).
Las consecuencias de la Revolución Verde en las áreas rurales fueron tales que
sirvieron para marginalizar a gran parte de la población rural.
En primer lugar, centró sus beneficios en los grupos que eran ricos en recursos,
acelerando así la diferencia entre ellos y los otros habitantes rurales, por lo que la
desigualdad rural a menudo aumentó.
En segundo lugar, socavó muchas formas de acceso a la tierra y a los recursos, tales
como los cultivos de mediería, el arriendo de mano de obra y el acceso a medios de
riego y tierras de pastoreo. Esto redujo la diversidad de estrategias de subsistencia
disponibles a las familias rurales y, por lo tanto, aumentó la dependencia del predio
agrícola.
Muchos analistas del desarrollo rural reconocen hoy las limitaciones para la
agricultura de los enfoques tipo Revolución Verde que enfatizan agricultura a gran
escala, pero estos modelos agrícolas han dominado de una forma sorprendente los
proyectos de desarrollo agrícola del Tercer Mundo.
Según dicen Rhoades y Booth (1982) "la filosofía básica en la que se apoya este
modelo es que la investigación y el desarrollo agrícola deben comenzar y terminar
en el campesino. La investigación agrícola aplicada no puede comenzar aisladamente
en un centro de experimentación o con un comité de planificación que está lejos del
contacto con la realidad campesina.
Este enfoque requiere una participación mucho mayor de parte del campesino en el
diseño y la implementación de programas de desarrollo rural (Chambers 1984,
Richards P. 1984, Gow y Van Sant 1983, Midgley 1986).
La agroecología encaja bien con los asuntos tecnológicos que requieren prácticas
agrícolas más sensibles al medio ambiente y a menudo encuentra congruencias del
desarrollo tanto ambiental como participativo con perspectivas filosóficas.
Tabla
El contraste en condiciones físicas y socioeconómicas de campesinos
ricos en recursos versus aquellos pobres en recursos
(Modificada de Chambers y Ghildyal 1985)
Campesinos
Estaciones Campesinos ricos
pobres en
experimentales en recursos
recursos
Topografía plana o terrazas plana o terrazas ondulada o laderas
delgados, no
Suelos profundos, pocas profundos, pocas
fértiles serias
dificultades dificultades
dificultades
Deficiencas de
rara, solucionable ocasional bastante común
nutrientes
Riesgos (fuego,
pocos y
des- lizamientos, irrelevantes comunes
controlables
etc.)
generalmente
frecuentemente, en rara, poco
Irrigación disponible, de fácil
completo control confiable
control
Tamaño de la grande o mediana- pequeña, irregular
grande, adyacente
Unidad mente adyacente no adyacente
controladas con controladas con
Enfermedades,
agroquímicos, mano agroquímicos, control cultural
plagas, maleza
de obra mano de obra
Acceso a
fertilizantes, ilimitado confiable alto, confiable bajo, no confiable
semillas mejoradas
familia, escasez en
sin dificultad de mano de obra
Trabajo temporadas
obtener contratada
críticas
Prioridad para la
producción de irrelevante baja alta
alimentos
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No cabe duda que la industrialización aportó gran parte del desarrollo humano en los
últimos doscientos años. Sin embargo ha traído consigo una gran cantidad de
aspectos negativos.
La era industrial requirió del individuo, la tecnología y las materias primas para la
producción masiva. No obstante de haber sido pensada para beneficio del hombre,
ésta lo volvió su esclavo, convirtiéndolo en un engrane más de su mecanización.
Bajo esta visión analítica, divisionista, lineal y fragmentada hemos llegado a los
niveles de deterioro del Planeta que hoy observamos. Descomponer un sistema es lo
mismo que destruirlo. No sólo implica la separación de sus partes, sino la anulación
de sus propiedades: el agua, separada en oxígeno e hidrógeno deja de ser el
compuesto que ayudó a formar la vida en la Tierra, no es más un sistema.
El pensamiento sistémico requiere percibir más que medir. Obliga a sintetizar antes
de analizar, pero además fuerza a observar al sistema como parte interactuante con
otros sistemas de su mismo nivel, y como integrante de sistemas superiores, en
donde se encuentra inmerso. Implica comprender que todo tiene relación, interna y
externa, por remota o distante que sea.
Por otro lado, el Desarrollo Sustentable plantea armonizar las relaciones entre el
hombre y la naturaleza. Quisiéramos ver a la raza humana tomando del río sólo el
agua que necesita para saciar su sed, so pena de que aquel nunca más le dé de
beber.
Esta forma de pensar nos obliga a ver los distintos horizontes de tiempo, donde
podemos ubicar nuestra vida, nuestro país, nuestro continente y nuestro planeta.
Implica ver comportamientos y sus estructuras causales, como vía para inducir
cambios en los sistemas. Con todo ello podemos comprender "el todo", aunque no
pudiéramos ver o entender sus partes. Lo haríamos sin necesidad de
descomponerlo. Evitaríamos tener que pensar en soluciones mágicas como la de que
al reducir la sobrepoblación se acabarán los problemas, puesto que existen muchas
más relaciones sistémicas.
Al llevar poco a poco esta forma de pensar a nuestra vida diaria modifica la forma de
ver las cosas y genera inquietudes e incomodidad, en un principio. Es común que se
lleguen a poner en discrepancia nuestras actividades con el modelo de
sustentabilidad ? Sí. Pero será indispensable pasar por ese enfrentamiento interior
en cada uno de nosotros, para iniciar el camino del Desarrollo Sustentable. No se
pueden concebir cambios en la comunidad si no hay cambios en los individuos.
Propuesta
Referencias
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4.- Meadows, Dennis y Donella, Más alla de los límites del crecimiento, Ed. El País
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7.- Cereijido Alejandro, Del Caos de los demonios al caos de los biólogos ,
Universidad de México, Revista de la UNAM,
México, D.F. Abr. 1996, pp 3-7.
Juego: ECO
Logros
Desarrollo
Para ello se ha de sortear el turno que le toca a cada país (colocar el nombre del país
en un papel, doblarlo, colocar todos los papeles en una bolsa y hacer el sorteo).