Deflactar, Ipc y VCN

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Deflactores y precios implícitos:

índices de precio y volumen en la Contabilidad Nacional

Por
Emilio Díaz Calleja

Dirección:
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
Departamento de Economía Aplicada II
Universidad de Sevilla

Avda. Ramón y Cajal, Nº 1, 41018 Sevilla

Teléfonos: 954554484 - 954557648 - 954222709


Deflactores y precios implícitos:
índices de precio y volumen en la Contabilidad Nacional

RESUMEN

En este ensayo se discute la relevancia


económica del sistema de índices de precio
y volumen propuesto en el contexto de la
Contabilidad Nacional. En particular, se
muestra que los métodos de cómputo dise-
ñados conducen a resultados que no están
ligados necesariamente a los cambios rea-
les en las cantidades y los precios unitarios.
La razón no estriba en que la desagrega-
ción por ramas de actividad no sea suficien-
temente detallada, hasta el nivel del produc-
to homogéneo, sino en el intento de captu-
rar directamente, mediante un análisis pura-
mente físico, las variaciones de las cantida-
des producidas.

Palabras clave: contabilidad nacional, métodos estadísticos de medición, índices


económicos

Clasificación AMS: 62P20, 91B82


1. Planteamiento del problema

En general pueden distinguirse, además de los puramente cuantitativos, tres tipos

de cambios en la producción registrada a los efectos del sistema de contabilidad na-

cional: (1) cambios en la calidad de los bienes y servicios; (2) cambios que suponen

la aparición de nuevos productos; (3) cambios que suponen la desaparición de pro-

ductos antes existentes. En los siguientes apartados se presentan los métodos de

estimación propuestos para incorporar estos cambios en los cómputos contables, y

se discuten tanto los principios generales en que se basan como las repercusiones

que sobre los cálculos significa su adopción.

Para abordar esta tarea tomamos como norma contable de referencia el siste-

ma europeo de cuentas económicas integradas (SEC-1970), al que se atiene la con-

tabilidad nacional de España (CNE) base 1986, que ofrece una descripción porme-

norizada de la «medida de las variaciones de precio y de volumen en el marco de la

contabilidad nacional» (SEC-1970, cap. ix), en cuyo diseño se consideran de forma

explícita los problemas planteados más arriba. Asimismo, se considerarán en un

apartado independiente las novedades introducidas por el nuevo sistema europeo

de cuentas nacionales y regionales (SEC-1995), al que se atiene la CNE base 1995,

que dedica íntegramente el capítulo x a la «medición de las variaciones de precio y

volumen», si bien esta nueva norma contable no presenta diferencias apreciables,

en cuanto a su naturaleza, en los métodos de estimación que son analizados en es-

te ensayo.

En el siguiente apartado, al objeto de facilitar la presentación de los métodos

propuestos, los cambios en la producción registrada contablemente se referirán a

«productos simples», y no a ramas de actividad. Estas últimas constituyen agrupa-

ciones de diversos productos simples, heterogéneos entre sí, y se considerarán en

3
un apartado posterior. Téngase en cuenta que, aunque en las tablas input-output (y

tablas de origen-destino) las unidades de intercambio son los «productos agrega-

dos» de las ramas de actividad, y no los productos simples que las integran, estos

últimos constituyen ramas de actividad de desagregación máxima, por mucho que

alcanzarla no sea posible en la práctica 1.

El objetivo general del sistema de índices de precio y volumen es separar los

cambios en las cantidades producidas de los cambios en los precios unitarios, lo que

no atañe únicamente a las operaciones de bienes y servicios (producción, consumo,

inversión, exportación e importación), sino también a las operaciones de distribución

y financieras, aunque estos últimos flujos no se presten a un desglose intrínseco en

precio y volumen (SEC-1970, párrafo 905). En este sentido, el nuevo SEC se extien-

de y profundiza en el detalle del cómputo de estas operaciones, así como en los flu-

jos de no mercado y en los índices interespaciales (SEC-95, párrafo 10.35 y ss.); sin

embargo, dado que nuestro interés se centra únicamente en las operaciones de bie-

nes y servicios directamente vinculadas a la cuenta de producción, no se considera-

rá el cómputo del resto de operaciones y campos aplicación, que requerirían en todo

caso un tratamiento particularizado.

2. Cómputo de calidades diferenciadas para productos simples

Considérese la rama de producción i-ésima de la contabilidad nacional, que supone-

mos integrada exclusivamente por un producto simple, que denominamos «a». El

1
«De forma general, se puede concluir que para establecer medidas de precio y volumen es
necesario utilizar una clasificación de productos tan detallada como sea posible, de manera que cada
prod ucto seleccionado alcance un máximo de hom ogeneidad, independientemente del detalle con que
se prese nten los resultados» (SE C-197 0, párrafo 911).

4
valor de la producción de la rama i en el período 0 –período que tomamos como año

base contable– (vi0) vendrá dado por:

[1] vi0 = pa0Aqa0 = pi0Aqi0

Donde pa y qa designan, respectivamente, el precio por unidad de producto y

la cantidad de productos del tipo a producidos en la rama i; y donde el superíndice

designa el período de referencia de la información (normalmente, el año natural). En

este caso, el precio y la cantidad de a son iguales al precio y a la cantidad del «pro-

ducto agregado» de la rama, pi y qi respectivamente, ya que esta rama está integra-

da por un único producto simple. Consideremos ahora que en el período 1 se sigue

produciendo a –con características físicas y bajo condiciones técnicas objetivas

idénticas a las del período base– como único producto simple de la rama:

[2] vi1 = pa1Aqa1 = pi1Aqi1

Aunque en este caso podemos distinguir claramente entre la variación del precio y la

variación de la cantidad del producto agregado de la rama i, ello se debe a que co-

nocemos los niveles de precio y la cantidad de a, el único producto integrante de

rama. En general, esta distinción a nivel agregado no será abordable directamente,

toda vez que las ramas de actividad se forman mediante la agrupación contable de

varios productos simples, de forma que precios y cantidades agregadas no serán

observables.

Teniendo en cuenta esta limitación, el SEC no pretenden obtener una esti-

mación directa –es decir, una estimación que parta del conocimiento de los niveles

de precio y cantidad del producto agregado de las ramas en cada período– de la

5
variación de precios y cantidades. En su lugar, busca obtener índices de estas varia-

ciones expresando el valor del producto agregado del período 1 en términos de los

precios unitarios del año base:

[3] v*i1 = pa0Aqa1 = pi0Aqi1

Caso de que v*i1 pudiera estimarse directamente, podríamos calcular un índi-

ce de precios considerando el valor corriente de la producción agregada de la rama

en el período 1 (vi1), dado por la expresión [2], y el valor de la producción agregada

de la rama en el período 1 a precios del año base (v*i1), dado por la expresión [3]. El

índice de precios –una medida de la variación del precio unitario de la rama entre los

dos períodos–, que es del tipo Paasche, puede sencillamente obtenerse como sigue:

[4] IP = vi1 / v*i1 = (pi1Aqi1) / (pi0Aqi1) = pi1 / pi0

Este índice utiliza para ponderar los precios relativos simples –en este caso,

hay un único índice simple de precio, dado por el precio relativo de a entre los dos

períodos, (pa1/pa0)–, la producción de cada producto simple como proporción de la

producción agregada de la rama en el período corriente, ambas valoradas a precios

del año base –es decir [(pa0 qa1)/(pi0 qi1)], igual a la unidad en este caso porque supo-

nemos para simplificar que la rama está integrada por un único producto simple.

Formalmente, IP= (pa1/pa0)A[(pa0 qa1)/(pi0 qi1)] = (pa1 qa1)/(pi0 qi1) = (pi1Aqi1)/(pi0Aqi1) = pi1/pi0,

en este caso simplificado2.

2
Caso de que la ram a de actividad se definiera por agregac ión de dos produc tos simples, ta-
les como a y b, tendríam os q ue e l índice de precios, I P= (p a1/p a0)A[(p a0 q a1)/(pi0 q i1)] + (pb1/p b0)A[(p b0
q b1)/(pi0 q i1)] = (pa1q a1 + p b1q b1) / (pi0 q i1) = (p i1Aq i1) / (pi0Aq i1) = pi1 / p i0. La obtención directa de este índice
requiere, ade m ás d el con ocim iento d e las c antida des , que los produ ctos sim ples integrantes de la ra-
ma, a y b, no hayan sufrido cambios cualitativos (cambios de calidad) entre los períodos considerados.

6
Bajo las misma circunstancias, podríamos obtener un índice de volumen, para

medir las variaciones de las cantidades producidas por la rama entre ambos perío-

dos, considerando la producción agregada del período 1 valorada a precios del año

base (v*i1), dada por la expresión [3], y el valor de la producción agregada de la rama

en el año base (vi0), dado por la expresión [1]. Es decir:

[5] IL= v*i1 / vi0 = (pi0Aqi1) / (pi0Aqi0) = qi1 / qi0

Dado que el índice de precios calculado es del tipo Paasche, el índice de vo-

lumen será del tipo Laspeyres (SEC-1970, párrafo 943). Para ponderar los índices

simples de cantidades de cada producto individual integrante de la rama –en este

caso, únicamente (qa1/qa0)–, se utiliza el valor corriente de la producción de cada pro-

ducto simple en el año base como proporción del valor agregado de la producción

de la rama en el año base –[(pa0 qa0)/(pi0 qi0)], igual aquí a la unidad. Es decir,

IL=(qa1/qa0)A[(pa0qa0)/(pi0qi0)]= (pa0qa1)/(pi0qi0)= (pi0Aqi1)/(pi0Aqi1) = qi1/qi0, en este caso sim-

plificado3.

Sería posible, pues, calcular los índices de precio y volumen representados

en [4] y [5] conociendo antes el valor transformado de la rama dado por la expresión

[3]. Sin embargo, bien sea debido a variaciones cualitativas o bien porque las ramas

se definen contablemente por agregación de varios productos simples, no es en ge-

neral posible obtener una estimación directa de este valor transformado, razón por la

3
Caso de que la rama de actividad se definiera por agregación de dos productos simples, ta-
les como a y b, tendríam os q ue e l índice de vo lum en, I L= (q a1/q a0)A[(p a0 q a0)/(pi0 q i0)] + (qb1/q b0)A[(p b0
q b )/(pi q i )]= = (p a0q a1+p b0q b1)/(pi0 q i0) =(p i0Aq i1)/(p i0Aq i0) = qi1/q i0. Como en el caso anterior, la obtención
0 0 0

direc ta de este índice supone no sólo el conocimiento de las cantidades, sino también la ausencia de
cambios cualitativos en el tiem po en los productos sim ple s integrantes de la rama (a y b en esta ilus-
tración).

7
cual surge la necesidad de estimar independientemente el índice de precios o bien

el índice de volumen4, para ulteriormente utilizarlos como deflactores. El procedi-

miento seguido puede expresarse en los términos siguientes:

[6] v*i1 = vi0 A IL = (pi0Aqi0) A [(pi0Aqi1) / (pi0Aqi0)] = pi0Aqi1

[7] v*i1 = vi1 / IP = (pi1Aqi1) / [(pi1Aqi1) / (pi0Aqi1)] = pi0Aqi1

Por tanto, la obtención del valor de la producción de la rama en términos

«constantes» (v*i1) requiere de la estimación previa del índice de precios [4] o del

índice de volumen [5]. En la práctica, se opta por calcular v*i1 a través de [7], para lo

que se requiere de una estimación del índice de precios dado por [4]. La alternativa,

calcular v*i1 a través de [6], partiendo de una estimación del índice de volumen dado

por [5], es normalmente inviable porque se requiere conocer las cantidades en am-

bos períodos, que serán inobservables cuando los productos no sean estrictamente

homogéneos a lo largo del tiempo.

2.1. Productos simples de calidad diferenciada

Es claro que el método de estimación propuesto depende de que los cambios que

hayan tenido lugar en el valor de la rama puedan identificarse bien como cambios en

4
Esta elección de índices implica que «para todos los flujos que recoge el sistema, los valores
corrientes del año n se e xpresan sistemá ticamen te a precios del año 0. Este resu ltado puede obtene r-
se aplicando índices de volumen a los valores del año base, deflactando los valores corrientes por ín-
dices de precios, o también valorando directamente las cantidades a los precios del año base» (SEC-
1970, párrafo 94 3).

8
las cantidades producidas, o bien como cambios en los precios unitarios5 –es decir,

cambios que no afectan a la calidad del producto. En general, cuando los cambios

en la producción no estén asociados a cambios en las características físicas del pro-

ducto, el sistema de índices propuesto capturará correctamente las variaciones de

cantidades y precios unitarios.

Sin embargo, cuando los productos sufren alteraciones cualitativas, es claro

que el cálculo del índice de precios requiere previamente resolver el problema de la

comparación entre productos de calidad diferenciada, que son productos heterogé-

neos. Como los cambios reales están asociados tanto a cambios cuantitativos como

a cambios cualitativos, es necesario analizar este último fenómeno. Supongamos

que en el período 1 tiene lugar un cambio en la calidad del bien o servicio que produ-

ce la rama –estos cambios en cuanto a la calidad de los productos se detectan

normalmente porque aparecen diferencias en los precios unitarios. Como

consecuencia, podemos escribir:

[8] vi1 = pi1 A qi1 = pa1 A qa1 + pa’1 A qa’1

Donde a’ representa una nueva versión, con «calidad diferenciada», del pro-

ducto a, siendo que este último constituye aquí la «calidad base» por ser un produc-

to homogéneo integrante de la rama i en el año base6. En este punto la norma con-

table propone, con carácter general, reducir las variaciones cualitativas a variaciones

5
El criterio de cómputo adoptado para registrar las variaciones del valor, «que no es inherente
a la utilización de un marco contable», pues «resulta de una decisión deliberada», consiste en que «to-
da variación del valor se atribuya a una variación de precio o a una variación de volumen» (SEC-1970,
párrafo 907).
6
Se c ons idera en este ejem plo qu e am bas calidades coe xisten en el perío do 1, lo que consti-
tuye el caso general. La substitución completa de productos antiguos por productos nuevos es un pro-
ceso que normalmente opera a lo largo de varios períodos. En cualquier caso, los métodos de homo-
geneización de productos propuestos por la norma contable no dependen de que las ramas esté inte-
gradas por productos simple hom ogéneos o por productos sim ples con calidades diferenciadas, ya
que la hom ogeneiza ción propuesta es puram ente atem poral.

9
cuantitativas; es decir, realizar un ajuste para expresar la unidad de producto de cali-

dad diferenciada (a’) en términos de unidades de producto de la calidad base (a), o

ajuste de cantidades:

«La evolución temporal no se traduce solamente por variaciones de cantidades y va-

riaciones de precios de los productos. Numerosos bienes y servicios están sujetos a

cambios en la calidad que modifican sus características físicas. El cambio de calidad

de un producto dado se debe considerar como una variación de volumen y no como

una variación de precio. Así, cuando un producto se ha beneficiado de una mejora de

calidad a lo largo de un período dad o, la co m para ción del pre cio de venta del producto

al prin cipio y al final d el período no refleja únicamente una variación del precio, sino

también una variación de la calidad. Es necesario realizar una ajuste que tenga en

cue nta esta variación, si se quiere obtener una medida correcta de la evolución del

precio» (SEC -1970, párrafo 91 4).

Como esta estrategia de cómputo persigue homogeneizar las calidades –en

concreto, reducir la calidad diferenciada a la calidad base– del producto, de lo que

se trata en suma es de estimar el valor de un cierto parámetro, el factor de ajuste

("), tal que:

[9] " = qa’ / qa

El parámetro " representa, pues, el número de unidades de producto tipo a’

(calidad diferenciada) a que equivale una unidad de producto tipo a (calidad base);

esto es, un factor de ajuste que permite expresar productos tipo a’ en términos de

productos tipo a. Adviértase que el ajuste es atemporal en la medida en que se refie-

re a los aspectos puramente físicos de la diferenciación, y no a los aspectos econó-

10
micos. La necesidad de efectuar el ajuste es inexcusable, pese a sus dificultades

intrínsecas, para la norma contable:

«La valora ción cua ntitativa del ajuste por cam bio de calidad resulta difícil. Sin em bar-

go, es indispensab le si se quiere describir en un sistema coherente la evolución de

volúmenes y precios. Incluso s i el m éto do utilizado es sólo aproxim ativo, es preferible

estimar el ajuste que renunciar a hac erlo» (SEC-19 70, párrafo 915).

2.2. Factores de ajuste y homogeneización de calidades

Más adelante exploraremos las consecuencias de recurrir a datos físicos en el pro-

ceso de estimación. Considérese por ahora que podemos obtener una estimación

del parámetro " relevante en términos económico-contables. Partiendo de [8], y te-

niendo en cuenta [9], podemos escribir:

[10] vi1 = pa1 A qa1 + ["Apa’1]A[(1/")qa’1] = pa1 A qa1 + p’a1 A q’a1 = pi1 A qi1

Adviértase que los niveles de precio unitario y cantidad de la rama (pi1 y qi1) ya

no serán directamente observables, ya que el precio unitario y la cantidad de produc-

to de calidad diferenciada (pa’1 y qa’1) deben expresarse en términos de las unidades

propias de la calidad base (p’a1=(1/")pa’1 y q’a1="qa’1), lo cual obviamente depende

de la estimación del parámetro "7. Como se ha homogeneizado en función de la ca-

7
Este parámetro no es un coeficiente adimensional; en concreto, posee como unidad de medida
la razón de las unidades de medida de a’ y a. Adviértase, por otra parte, que no sólo es preciso expresar
la cantidad de a’ en términos de cantidad de a –obteniendo así q’a– sino también el precio unitario de a’
en términos del precio unitario de a, y por tanto de su unidad de m edida, que pe rm ite obtener p’a, para
mantener la congruencia de la agregación.

11
lidad base a, el precio unitario corriente de la rama pi1 serán simplemente un prome-

dio ponderado, puesto que si qi1=qa1+q’a1, entonces pi1 = pa1(qa1/qi1)+p’a1(q’a1/qi1), todo

ello suponiendo que se tiene conocimiento de las cantidades y precios unitarios de

ambas calidades.

Bajo tales condiciones, la expresión [10] queda reducida a la expresión [2],

sobre la base de la expresión [9], siendo que la estimación del ajuste de cantidades

descansa en datos físicos, no en datos económicos8. Adviértase que no sólo qi1, sino

también pi1, el precio implícito promedio de ambas calidades, dependerá así de la

estimación que se realice del factor de ajuste ", y por tanto será la fiabilidad de di-

cha estimación la que determine la fiabilidad de la descomposición del valor de las

ramas en precios unitarios y cantidades.

La norma contable propone dos fuentes generales para efectuar la estimación

del factor de ajuste ": (i) utilizar directamente información sobre las características

físicas de los propios productos; y (ii) utilizar información sobre las cantidades de

inputs físicos utilizados en su producción. En concreto:

«Para valora r los cam bios de calidad de un pro duc to, se puede recurrir a diferentes

m étodos de aproximación. (a) Un primer m étodo consiste en basarse en los cambios

en las características físicas del propio produc to... (b) otro mé todo se bas a en la evo-

lución de los costes de producción del producto a los precios del año base» (SEC-

8
Sería sin embargo perfectamente posible incorporar exclusivam ente , en el proceso de
homogeneización de productos de calidad diferenciada, datos económicos. El procedimiento más sencillo
sería utilizar directam ente la estructura de precios relativos de las calidades diferenciadas, atribuyendo
primero el precio de la calidad base a todas las calidades diferenciadas, es dec ir considerar "=(p a/p a’),
y obteniendo ulteriormen te las cantidades equivalentes de los productos de calidad diferenciada
(cantidades expresadas en términos de la calidad base) como residuos, partiendo de que se conocen
los valores monetarios de cada una de las calidades diferenciadas. Es verdad que esta estructura de
precios relativos no sólo refleja las diferencias en cuanto a la calidad, sino también otros factores relativos
a las condiciones de mercado –a los que exp resam ente el SEC-1 995 pres ta atención singular–, pero el
proc edim iento puede mejorarse incorporando las estructuras de costes relativos, e incluso otros factores
com o el em pleo directo e indirecto (corregido para tener en cuenta las diferencias de cualific ación)
absorbido por los productos de cada calidad diferenciada, factores para los que se dispone de
información dentro del sistema contable, y que son menos sensibles a las variaciones de las condiciones
concretas del suministro de productos.

12
1970, párrafo 91 6).

Nótese que el segundo método propuesto no se basa en el análisis de los

costes de producción en el sentido habitual (valores monetarios observados, absolu-

tos o relativos), sino del volumen de producto que esos costes representan, es decir,

del análisis del coste de los inputs utilizados en la producción de la rama valorados a

precios del año base. Ambos métodos se refieren, pues, al mismo criterio extracon-

table de estimación, basado en el empleo de datos físicos para estimar el factor de

reducción de las diferencias de calidad.

El primero de los métodos distingue entre productos simples y productos

complejos. Para los primeros, se propone «tener en cuenta elementos mensurables,

tales como el contenido de materia grasa en la leche, el contenido de alcohol en la

cerveza, etc.» (SEC-1970, párrafo 916). Sin embargo, ¿cómo podemos utilizar las

mediciones del contenido de grasa, alcohol, o cualquier otro elemento de la compo-

sición física de los productos que se comparan, para obtener una estimación rele-

vante del parámetro "? El hecho de que en 1 litro de leche incorpore un 5% de ma-

terias grasas, en lugar de un 1%, ¿nos permitiría inferir que 1 litro de leche con un

1% de grasas equivale, por ejemplo, a 5 litros de leche con un 5% de grasa? Si nos

atenemos exclusivamente a la información física, la respuesta es obviamente negati-

va.

En realidad, sólo podemos identificar los cambios en la calidad de un produc-

to por los cambios en los precios, como la propia norma sugiere: «Dentro de un mer-

cado determinado, y en el curso de un mismo período, la coexistencia de varios pre-

cios unitarios puede considerarse como una presunción de la existencia de diferen-

cias de calidad» (SEC-1970, párrafo 911). Por tanto, no es posible obtener estima-

ciones relevantes del coeficiente de reducción de calidades si no se utiliza la infor-

13
mación sobre precios.

Por otra parte, «en el caso de productos complejos pueden utilizarse como

indicadores de calidad algunas características técnicas objetivas; para algunos de

estos productos, el recurso al análisis de regresión múltiple puede permitir una mejor

evaluación de los cambios de calidad» (SEC-1970, párrafo 916). Lógicamente, en el

uso de información relativa a las «características técnicas objetivas» de los produc-

tos complejos nos encontramos exactamente con el mismo problema que en el caso

de las propiedades físicas de los productos simples9.

El segundo de los métodos propuestos para reducir calidades diferenciadas a la cali-

dad base, comparar los volúmenes relativos de inputs utilizados para la producción,

se concreta de la siguiente forma: «Esto supone que si para la fabricación de un pro-

ducto modificado se utilizaron recursos suplementarios, la calidad del producto au-

menta de manera correspondiente» (SEC-1970, párrafo 916). Este método presenta

dos problemas de difícil solución.

En primer lugar, tenemos la presunción de que un aumento de los requeri-

mientos de inputs por unidad de producto es lo que hace aumentar la calidad del

producto, cosa que en último término se traduce en un aumento del precio, vía cos-

tes de los inputs. Esta presunción es falsa, porque un aumento de calidad puede

operarse perfectamente mediante la reducción de los requerimientos físicos de in-

puts por unidad de producto –todo dependerá de los tipos de inputs efectivamente

9
En cada caso, la comparación directa entre dos productos de diferente calidad dependerá de
la característica o conjunto de características físicas (o propiedades técnicas) mensurables que se
quieran estudiar, siendo por tanto posible a priori, es decir, sin conocer los precios unitarios de cada
calidad, identificar medidas físicas que produzca n re sultad os dife rente s al com parar do s calidades, ya
que en ausencia de la indicación del precio no será en general posible interpretar la medida física en
términos económicos. Esta es la limitación fundamental de los denominados índices de precios hedó-
nicos, que son «obtenidos mediante modelos de regresión en que los precios correspondientes a cali-
dades diferenciadas se explican en función de las características mensurables y del período a que co-
rresponde cada precio» (Uriel, 1995, 167), frecuentemente utilizados en la prá ctica contable del
cómputo de calidades diferenciadas.

14
utilizados y de las técnicas de producción empleadas; piénsese por ejemplo en la

producción de microprocesadores–, y porque un aumento de los requerimientos de

inputs por unidad de producto no supone necesariamente un aumento de los costes

de producción por unidad de producto, ni por tanto necesariamente un aumento del

precio unitario del producto.

En segundo lugar, nos encontramos con el problema de que es necesario

estimar previamente el volumen de los inputs requeridos por cada proceso para po-

der estimar entonces el factor de ajuste, con lo cual se cae en una circularidad en el

proceso de estimación. Para clarificar este punto, considérese el caso más simplifi-

cado posible: que las dos calidades del producto de la rama i utilizan un mismo y

único input, el producto de la rama j, y que la única diferencia en los procesos de

producción de ambas calidades se refiere a las cantidades utilizadas de ese recurso.

En consecuencia, podemos escribir:

pa = (pj Aqja) A (1+m)

pa’ = (pj Aqja’) A (1+m)

Donde m, el margen sobre costes unitarios, se considera igual en ambas cali-

dades para resaltar la circunstancia de que las diferencias de calidad se deben ex-

clusivamente a las diferencias de costes de producción unitarios, que reflejan a su

vez las diferencias relativas en el consumo productivo del producto de la rama j, el

único input utilizado en ambos procesos productivos.

La idea es que si qja’ > qja, es decir, si la cantidad de inputs j utilizada para

producir una unidad de a’ es mayor que la cantidad de inputs j utilizada para producir

una unidad de a, podrá concluirse que la calidad de a’ es mayor de la calidad de a,

lo que se entiende generalmente compatible con que pa’ > pa. Sin embargo, lo único

15
que hemos hecho es introducir en el problema a la rama j, no solucionar el problema

en sí. La razón estriba en que para obtener una medida del volumen del producto de

la rama j es necesario reducir a su vez las calidades diferenciadas del propio produc-

to de esta rama a la calidad base correspondiente, por lo que el problema tampoco

puede resolverse.

3. Cómputo de productos diferenciados para ramas de actividad

El caso de productos nuevos, es decir, productos que no existen en el período ba-

se10, puede concebirse como un caso extremo del cambio de calidad: cuando la dife-

rencia de calidad de un producto es grande con respecto a la calidad base, podemos

hablar más bien de un nuevo producto. Es decir:

«Cuando los cambios en la calidad de un pro ducto son m uy im portante s, e s preferible

considerar la vers ión an tigua d el produc to com o un prod ucto desaparecido y su nueva

versión com o un produ cto nuevo, es dec ir, com o un prod ucto existente únicamente en

el período más reciente» (SEC-1970, párrafo 917) 11.

No obstante, esto introduce el problema de agregación, porque las ramas de

actividad se obtienen agregando productos simples. Por tanto, antes de considerar

el cómputo de un producto no existente en el año base, es necesario considerar el

problema más general del computo de las ramas de actividad cuanto estas se cons-

10
El caso de los productos que existen en períodos anteriores al período base pero que no
existen en este último (lo que constituye un caso de desaparición de productos) requiere el mismo tra-
tamiento que el de los productos que existen en períodos posteriores, pero no en el período base, que
es el caso de aparición de nuevos productos.
11
Adicionalmente, ha de tenerse en cuenta que, según la norma contable, «en un sistema in-
tegrado de índices de precio y volumen los productos de calidad distin ta deberían tratarse, en la m edi-
da de lo posible, com o produc tos distintos» (SE C-1970 , párrafo 911).

16
truyen contablemente por agregación de múltiples productos simples.

3.1 Cómputo de productos agregados

Considérese que la rama de actividad i-ésima está formada por dos productos sim-

ples, a y b. Ahora, a diferencia del caso tratado en el apartado segundo, los valores

agregados de las ramas no pueden descomponerse contablemente en cantidades y

precios unitarios, como explícitamente reconoce la norma contable12. En efecto, el

valor de la producción de la rama i vendrá dado por:

[1'] vi0 = pa0 qa0 + pb0 qb0 = pi0 A qi0

[2'] vi1 = pa1 qa1 + pb1 qb1 = pi1 A qi1

La primera consecuencia del cómputo por ramas de actividad es por tanto

que los niveles de precio y volumen del producto agregado de la rama, es decir p i y

qi, ya no serán directamente observables. Como consecuencia ya no será posible,

como en el caso del producto simple, la obtención directa de las tasas de variación

de las cantidades y precios unitarios de las ramas de actividad. Dados los problemas

asociados a la estimación de tasas de variación de cantidades, la práctica común es

obtener un índice de precio para la rama, que se utiliza posteriormente como deflac-

tor de los valores corrientes.

Como consecuencia, nos enfrentamos al problema de estimar la tasa de va-

12
«...los valores monetarios que aparecen en las cuentas y cuadros del sistema no pueden
descomponerse globalmente en una cantidad o volumen, por una parte, y en un precio unitario, por
otra. Esto supondría sumar productos totalmente heterogéneos y olvidar que el concepto de precio
unitario no tiene sentido más que para productos homogéneos desde el punto de vista de sus caracte-
rísticas físicas» (SE C-197 0, párrafo 919).

17
riación del precio del producto agregado de la rama i, es decir xi=(pi1-pi0)/pi0, a partir

de los datos disponibles de la tasa de variación de los precios de los productos sim-

ples que forman la rama, xa =(pa1-pa0)/pa0 y xb=(pb1-pb0)/pb0. Como se comprueba, te-

nemos que xi = 8Axa + :Axb, donde los coeficientes de ponderación 8 y : vienen dados

por la proporción del valor del respectivo producto simple sobre el valor del producto

agregado de la rama del período corriente (período 1), ambos valorados a precios

del año base (período 0).

Sin embargo, la estimación de xa y xb, y por tanto de xi, requiere que los pro-

blemas asociados al cómputo de la producción física (diferenciación de productos y

calidades), que afectarán a ambos productos, haya sido resueltos previamente. Por

lo tanto, la estimación del deflactor se verá afectada por las diferencias en cuanto a

la calidad de los productos cuyos precios se comparan en el tiempo. Esto introduce

distorsiones en la estimación de las tasas de variación de precios de las ramas, que

se van acumulando a lo largo del tiempo (aquí medido por la distancia entre el perío-

do corriente y el período base), que no pueden resolverse simplemente cambiando

de año base. No obstante, una vez estimado el índice de precios de la rama, IP=

(1+xi), podemos deflactar el valor de la producción del período 1 (vi1), dado por la

expresión [2'], como sigue:

[7'] v*i1 = vi1 / IP = vi1 / (1+xi) = pi0 A qi1

De esta forma, la tasa de variación del volumen de la rama vendrá dada sen-

cillamente por zi= [(v*i1-vi0)/vi0]=[(qi1-qi0)/qi0], donde IL= (1+zi). Adviértase por último

que esta tasa capturará correctamente los cambios en las cantidades producidas

siempre que se suponga que la estructura de la producción de las ramas no cambia

18
con el tiempo, manteniéndose por tanto igual a la estructura de la producción en el

año base seleccionado13.

3.1 Cómputo de productos nuevos

Como productos diferenciados (a y b), el valor de la producción en el período 1 pue-

de representarse como en la expresión [2']. Aquí, b es un nuevo producto, que no

existe en el año base, ya que el valor de la producción en el año base vendría dado

por [1], de forma que en el período 0 la rama i está integrada exclusivamente por un

sólo producto homogéneo, a.

Ahora bien, venimos obligados a interpretar los cambios en el valor del pro-

ducto agregado de la rama i bien como cambios en las cantidades o como cambios

en los precios. La norma contable opta en este caso por reducir el precio unitario del

producto nuevo en el período 1 al precio unitario de uno de los productos existentes

en el año base que se considere similar. En efecto, el criterio concreto propuesto

para imputar un precio a un producto no existente en el año base, que es sólo ilus-

trativo, reza como sigue: «esto puede hacerse basándose, por ejemplo, en la evolu-

ción de precios de productos similares existentes durante los dos períodos» (SEC-

1970, párrafo 917).

Por ejemplo, si el producto a se considera similar al producto b, siendo que a

13
Com o hace notar la norm a co ntab le: «El principa l inconveniente inhere nte a la utilización de
índices de tipo Laspeyres se refiere al hecho de que a medida que se aleja el año bas e, la estructura
de su pond erac ión en vejece y, po r tanto, refleja n cada vez pe or la ev olución real. Este inco nveniente
no es inevitable; puede reducirse mediante un cambio del año base suficientemente frecuente para
tener en cuenta m odificaciones estructu rales de la econom ía y de la evolución de los precios» (SEC-
1970, párrafo 944). Sin embargo, los cambios de base no resuelven el problema estructural de las se-
ries com pletas de índices de precio y volumen, sino que simplem ente reubican en el tiempo las
distorsiones introducidas en el proceso de estimación.

19
existe en ambos períodos, podríamos establecer que [(pa1-pa0)/pa0] = [(pb1-pb0)/pb0]. De

esta forma, si estimamos la tasa de variación del precio agregado de la rama i, ten-

dremos que [(pi1-pi0)/pi0]=[(pa1-pa0)/pa0]. Es decir, se utiliza (en este caso simplificado)

la tasa de variación del precio unitario del producto a –único precio que, en realidad,

puede variar– como tasa de variación del precio del producto agregado de la rama.

Adviértase que, en sí mismas, las estimaciones que se efectúen dependerán

del criterio que se utilice para considerar que dos productos cualesquiera, heterogé-

neos entre sí, son similares, siendo que la norma no aporta en este caso ningún cri-

terio general de cómputo, por lo que venimos obligados a recurrir a las característi-

cas físicas mensurables de los productos, con lo que retornamos a los problemas

discutidos en el apartado precedente14.

En cualquier caso, el cómputo de productos nuevos introduce por sí mismo

distorsiones en las estimaciones de las variaciones de cantidades y precios agrega-

dos de las ramas, ya que impone una tasa ficticia de variación al producto nuevo,

que afectarán al tamaño de las ramas con independencia de las variaciones reales

de cantidades y precios. Por otra parte, de acuerdo con el SEC, el mismo tratamien-

to debe darse al cómputo de calidades diferenciadas cuando son muy importantes

(que se considera equivalente al cómputo de productos nuevos), así como a la de-

saparición de productos existentes antes del año base15.

14
En cualquier caso, no debe perderse de vista que el criterio de estimación se basa en el uso
de datos económicos (los precios), aunque en el proceso de selección de los productos similares se
recurra a dato s no económ icos. S i bien en este punto caben pocas alternativas, no sería im posible
incorporar datos también exclusivamente económicos en la identificación de productos similares, lo que
reforzaría la coherencia del sistema de índices.
15
La desaparición de un producto existen te e n e l año base no genera problemas adicionales
hasta que se cambia de base, en cuyo caso el producto desaparecido habrá de asimilarse a los pro-
ductos existentes en el nuevo año base, en el que puede no existir. De esta forma, los cambios (es-
tructurales) de base obligan al redimensionamiento de las ramas de actividad, y ello también con inde-
pendencia de los cambios reales de las cantidades y los precios.

20
4. Índices de precio y volumen en el SEC-1995

Aunque el SEC-1995 introduce novedades en la elaboración del sistema de índices

de precio y volumen de contabilidad nacional, debe notarse desde el principio que la

naturaleza del proceso de cómputo queda inalterada con respecto de lo previsto en

el SEC-1970. En efecto, si bien el nuevo marco contable amplía y detalla la temáti-

ca, incorporando además la dimensión interespacial de los problemas aquí estudia-

dos, y clarificando el tratamiento metodológico diferencial de operaciones de merca-

do y operaciones de no mercado –que se refieren al campo de aplicación del siste-

ma de índices–, son pocas las novedades sobre las reglas básicas del cómputo, es

decir, sobre los «principios generales de medición», utilizando los términos de la pro-

pia norma.

Cabe destacar, entre estas últimas, la segregación explícita de los factores

que reflejan las diferencias de calidad, distinguiendo entre las características físicas

y otros factores relativos a los intercambios: lugar, momento y otras condiciones del

suministro de bienes y servicios, lo cual es una consecuencia de la necesidad de

distinguir entre precios básicos, precios de productor y precios de adquisición, como

se reconoce explícitamente en las tablas de origen y destino, «donde el valor de los

márgenes comerciales y de transporte -que representan los principales servicios

asociados al suministro de bienes- se registra por separado» (SEC-1995, párrafo

10.16), lo que también es aplicable a las tablas input-output en el marco del SEC-

1970.

Una consecuencia importante de esto último es la modificación de los princi-

pios aplicables al valor añadido (y al PIB) a precios básicos, que es el único saldo

contable que forma parte del sistema integrado de índices de precio y volumen, para

el que se propone practicar una doble deflacción: «el método conceptualmente co-

21
rrecto para calcular el valor añadido a precios constantes consiste en realizar una

doble deflacción, es decir, deflactar por separado los dos flujos de la cuenta de pro-

ducción (producción y consumos intermedios) y calcular el saldo de estos dos flujos

una vez revalorizados» (SEC-1995, párrafo 10.28).

Por otra parte, se diseña una excepción a la hora de considerar las diferen-

cias observadas en el valor unitario como indicación de diferencias de calidad, que

se refiere a las circunstancias siguientes: «falta de información, discriminación de

precios (que refleja limitaciones en la libertad de elección) y existencia de mercados

paralelos. En estos casos, las diferencias de valor unitario se consideran diferencias

de precios» (SEC-1995, párrafo 10.19), lo cual, aunque reflejo de circunstancias rea-

les, introduce inadvertidamente un nuevo precio implícito (designado como precio

medio), no directamente observable en la práctica, que se debe asociar a la ausen-

cia de aquellas circunstancias:

«Supóngase que una determinada can tidad de un bien o un servicio concreto se ven-

de a un precio más bajo a una determ inada catego ría sin que exista diferencia alguna

en cuanto a la naturaleza del bien o servicio afectado, al lugar, o a las condiciones de

venta, ni con respecto a otros factores. Toda la disminución subsiguiente del porcen-

taje vendido al precio más bajo incrementará el precio medio pagado por los compra-

dores del bien o servic io. Esto habrá de registrarse como un aumento del precio y no

del volumen» (SEC-1995, párrafo 10.23)

Otra novedad digna de mención se refiere a las fórmulas de los números índi-

ces: «La forma más adecuada de medir las variaciones interanuales de volumen es

mediante un índice de volumen de Fisher, que se define como la media geométrica

de los índices de Laspeyres y de Paasche» (SEC-1995, párrafo 10.62), lo que se

aplica también, lógicamente, a las variaciones interanuales de precios (SEC-1995,

22
párrafo 10.63).

No obstante, la selección de las fórmulas de los números índices del SEC-

1970 se consideran una alternativa válida a los índices de Fisher (SEC-1995, párrafo

10.64). Por otra parte, se opta por índices en cadena para medir las variaciones de

volumen de períodos más largos, pese a que se rompe la aditividad de los compo-

nentes de los agregados en términos reales, si bien se propone presentar los datos

no aditivos sin ajuste alguno, para garantizar la transparencia del procedimiento se-

guido (SEC-1995, párrafos 10.65 y 10.67).

Esta elección, que no afecta obviamente a los problemas discutidos en los

apartados anteriores, constituye una mejora en el sentido de que el índice de Fisher,

a diferencia de los de Paasche o Laspeyres, es invertible –porque al invertir el índice

obtenido por intercambio de los periodos base y actual, se obtiene el índice origina-

rio–, lo cual fortalece la coherencia de las comparaciones intertemporales16.

5. Consideraciones finales

Hemos visto que, aunque la información contable estuviera disponible para el máxi-

mo grado de desagregación (productos homogéneos), no es posible afirmar la rele-

vancia económica de las estimaciones de los coeficientes de reducción, necesarios

para medir las diferencias de calidad, con los métodos propuestos en el marco del

sistema de contabilidad nacional. Ante calidades diferenciadas, la norma contable de

16
Aunque algebraicamente el índice de precios de Fisher cumple la propiedad de
proporcionalidad –que c onsiste en qu e al variar los precios en una proporción fija el índice se
increm entará en esa misma proporción–, se puede plantea r la siguiente objeción: «al variar los precios
en cualquier proporción es difícil mantener el supuesto de que las cantidades permanezcan constantes;
la variación de éstas dependerá de las elasticidades-precio de cada bien» (Martín Pliego, 1995, 426). No
obstante, esta mism a objeción es extensible a los índices de precios de Paasche del SEC-1970.

23
referencia recomienda utilizar información relativa a las características, propiedades

intrínsecas y condiciones técnicas objetivas de la producción del producto, o alterna-

tivamente el volumen relativo inputs físicos utilizados, para realizar los ajustes, pro-

cedimiento que se hace extensible al cómputo por similitud de los productos nuevos

y los productos desaparecidos.

Si se considera que las ramas de actividad están integradas por productos

heterogéneos, pudiendo coexistir además en el mismo período diversas calidades

para cada producto, llegamos a la conclusión de que los niveles de precio unitario y

cantidad del agregado de cada rama no serán observables. Hay que renunciar,

pues, a estimar directamente las variaciones de cantidad y precio unitario de las ra-

mas. En la práctica contable se opta por calcular la producción corriente valorada a

precios del año base de las ramas mediante la previa estimación de un índice de

precios, que se utiliza después como deflactor de los valores corrientes.

Pero la estimación de volumen que se obtiene por este procedimiento se ve

distorsionada, con carácter acumulativo en el tiempo, por el tipo de información in-

corporada, en un grado que no es posible medir. La utilización de datos físicos, rela-

tivos a las propiedades materiales de los productos o de sus procesos de produc-

ción, para distinguir entre cambios en cantidades y precios unitarios de las ramas,

presenta incongruencias de difícil solución. La norma contable, teniendo en cuenta

las dificultades asociadas a la estimación de las variaciones de volumen, considera

que cambiando de base frecuentemente se obtendrán mejoras en el proceso de

estimación (SEC-1970, párrafo 944), al actualizarse la estructura de ponderación de

los productos y calidades diferenciadas en cada rama. Pero el cambio de base no

soluciona el problema en sí, sino que sólo lo desplaza en el tiempo. La consecuen-

cia es la imposibilidad de sentar empíricamente la relevancia económica de las se-

ries de índices de precio y volumen obtenidas utilizando estos procedimientos.

24
En los comentarios anteriores queda latente la cuestión de si en realidad es posible

identificar los cambios en las cantidades y los precios cuando los productos que se

definen contablemente son agregados de productos heterogéneos, que es el caso

general. La respuesta es que, al menos bajo la óptica de la contabilidad física, no

será posible. La razón estriba en que tal enfoque no permite obtener indicadores

relevantes en términos económicos, cuya fiabilidad no puede medirse por métodos

convencionales, de los cambios en las cantidades y los precios unitarios, porque la

información extracontable incorporada en el proceso de estimación carece por sí

misma de interpretación económica.

Al reducir los productos agregados, con composición heterogénea y calidades

diferenciadas, pertenecientes a períodos diversos, a los productos existentes en un

cierto período (año base), vía ajuste de cantidades, mediante el análisis de sus pro-

piedades físicas, se hace abstracción de la significación económica, pues los precios

no se refieren a los productos en tanto que entidades físicas, sino más bien en tanto

objetos de intercambio en el mercado. Esto sugiere la necesidad de fundamentar el

sistema de índices de precio y volumen en criterios y datos propiamente contables,

ya que los criterios y datos físicos no permiten, por sí mismos, la inferencia de pro-

piedades económicas.

25
Referencias

INE (1988). Sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas (SEC-1970), Ma-


drid: INE.

INE (1996). Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales (SEC-1995), Ma-


drid (Mimeografiado).

Martín Pliego, F.J. (1995). Introducción a la Estadística Económica y Empresarial,


Madrid: Editorial AC.

Uriel, E. (1997). Contabilidad nacional, Barcelona: Ariel.

26
Deflactors and implicit prices:
prices and volume indices in National Accounts

SUMMARY

In this essay it is discussed the economic


relevance of price and volume indices sys-
tem, as it is proposed in the context of Na-
tional Accounts. Particularly, it is show that
designed methods of computation drives to
results that are not necessarily linked to ac-
tual changes in quantities and unitary
prices. The reason is not the lack of a very
detailed level of disaggregation by branches
of activity, up to the homogeneous product
level, but rather the attempt to capture, by
means of a purely physical analysis, the
variations in produced quantities.

Keywords: national accounts, statistical methods of measure, economic indices.

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