Libro Tercera Edad

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Tercera Edad.

Múltiples perspectivas y retos para el futuro


___________________________________________________________
Gina Villagómez Valdés • Ligia Vera Gamboa
Coordinadoras
Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro
_____________________________________________

Gina Villagómez Valdés


Ligia Vera Gamboa
Coordinadoras

Primera edición 2014


D.R. Universidad de Colima

Autoras y autores:
Rosa Rivera González Jennifer Rodríguez Llanes
Elba Covarrubias Ortiz Adriana Guillermo Jornez
Susana Preciado Jímenez Ligia Rosado Alcocer
Mireya Arias Soto Lizbeth Padrón Aké
Gloria María Herrera Correa Damaris Estrella Castillo
Lizbeth Teresita Marín Piña Héctor Rubio Zapata
Ramón Ignacio Esperón Hernández Reyna Cruz Bojórquez
Nelly Eugenia Albertos Alpuche Pedro Sánchez Escobedo
Susana Villasana Benítez. Javier Vales García
Lourdes Cortés Ayala Christian Acosta Quiróz
Mirta Flores Galaz Ligia Vera Gamboa
Selmy Velázquez Aldana Garbiñe Delgado Raack
Natalia Cimé Canul Helga Raack Knodel
Zulme Ek Poot Georgina Rosado Rosado

Diseño de portada e interiores: Carlos Vivas Robertos


Fotografía de portada: “Vendedora de flores”. Alejandra Díaz Mariscal.

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida, por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, foto-
químico, electrónico, magnéticoelectroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por
escrito del editor.

Este libro fue financiado con recursos del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI)
OP/PIFI-2012-06MSU0012O-20-03 asignado al Cuerpo Académico “Grupos Sociales y Trabajo Social”
LGAC “Trabajo Social y Grupos Sociales Emergentes” de la Universidad de Colima y la Asociación del
Personal Académico de la Universidad Autónoma de Yucatán (Apauady).

Esta obra se dictaminó con el sistema de evaluación doble ciega por pares.

ISBN: 978-607-7824-87-9
TERCERA EDAD
Múltiples perspectivas y retos para el futuro


Gina Villagómez Valdés
Ligia Vera Gamboa
(Coordinadoras)

2014
Contenido

PRESENTACIÓN9

GERONTOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL EN CENTROS DE


CONVIVENCIA DE LA TERCERA EDAD EN COLIMA 15
Rosa Judith Rivera González, Elba Covarrubias Ortiz
Susana Aurelia Preciado Jiménez y Mireya Patricia Arias Soto

EPIDEMIOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO EN YUCATÁN 35


Gloria María Herrera Correa, Lizbeth Teresita Marín Piña
Ramón Ignacio Esperón Hernández y Nelly Eugenia Albertos Alpuche

DISCAPACIDAD Y SERVICIOS DE SALUD DE LA


POBLACIÓN ADULTA MAYOR EN CHIAPAS 53
Susana Villasana Benítez

ESTEREOTIPOS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO Y OPTIMISMO


EN ADULTOS MAYORES DE LA CIUDAD DE MERIDA, YUCATÁN 73
Lourdes Cortés Ayala y Mirta Flores Galaz

PREVALENCIA DE DEPRESIÓN Y ASPECTOS SOCIALES PRESENTES EN


ADULTOS MAYORES DE ASILOS Y ESTANCIAS DE MÉRIDA, YUCATÁN 103
Selmy Alejandra Velázquez Aldana, Natalia de Jesús Cimé Canul
Zulme Yasmín Ek Poot, Jennifer del Socorro Rodríguez Llanes
Adriana Guillermo Jornez, Ligia Maria Rosado Alcocer
Lizbeth Paulina Padrón Aké

SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA, SALUD MENTAL Y


ACTIVIDAD FÍSICA EN ADULTOS MAYORES 117
Damaris Estrella Castillo, Héctor Rubio Zapata y Reyna Cruz Bojórquez
EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN EL ADULTO MAYOR 133
Pedro Sánchez Escobedo, Javier Vales García y Christian Acosta Quiróz

UNA APROXIMACIÓN A LA SEXUALIDAD Y EL VIH/SIDA EN


ADULTOS MAYORES DE MÉRIDA, YUCATÁN, MÉXICO 153
Vera-Gamboa Ligia

DECONSTRUCCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE LA
VEJEZ EN UNA RELACIÓN A DISTANCIA 169
Garbiñe Delgado Raack y Helga Raack Knodel

DESHACIENDO NUDOS: LA VOZ DE LAS ABUELAS 195


Georgina Rosado Rosado

AUTORAS Y AUTORES  207


PRESENTACIÓN

Reunir trabajos de investigación en torno a un tema de interés público no suele


ser tarea fácil, especialmente cuando las personas que integran el colectivo estu-
dian un fenómeno desde diferentes disciplinas, perspectivas teórico-metodoló-
gicas, instituciones y regiones. Sin embargo, el esfuerzo de 28 autores y autoras
de diferentes disciplinas (medicina, psicología, psiquiatría, demografía, antro-
pología, trabajo social, enfermería, sexología y filosofía) comprometidos con la
generación de conocimiento, hicieron que este proyecto editorial se concluyera
con éxito. El motivo que nos unió fue publicar resultados de investigación
sobre diversos aspectos de la salud, atención y experiencias de la población
adulta mayor en diferentes contextos.
En el marco de las actividades de investigación la Unidad de Ciencias
Sociales del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi de la
Universidad Autónoma de Yucatán, las coordinadoras de este proyecto, con-
vocamos a colegas de diferentes instituciones (Unach, Uady, Unam, Unicol,
Itson, Ssy) interesados en proporcionar información generada recientemente
para ponerla al servicio de la sociedad y colaborar con ello a la visibilización de
la situación vulnerable de la población de la tercera edad. También para plan-
tear la necesidad de contribuir, desde diferentes sectores, al empoderamiento
de los adultos mayores que potencie una vejez positiva para mejorar sus con-
diciones de vida. Esto significa abonar al fortalecimiento de su autonomía y
toma de decisiones respecto a sus vidas pero con el apoyo y acompañamiento
de profesionales en el área, unido al soporte familiar, gubernamental y de la
sociedad en general.
Envejecer en nuetro país es aún un tema de investigación que debe ampliarse
para incorporar nuevas perspectivas que enriquezcan el conocimiento sobre las
condiciones en las que vive la gente mayor. A la fecha, México se enfrenta al
crecimiento de este grupo poblacional y no se está preparando lo suficiente
para atender las demandas que llegarán. Actualmente, la esperanza de vida de

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10 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

mujeres y hombres se ha incrementado a 77 y 72 años respectivamente. Los sis-


temas de atención médica, de pensiones y jubilaciones son cada vez más ende-
bles y dejan sin cobertura a gran parte de la población senecta, particularmente
la que se encuentra en condiciones de pobreza extrema. Las políticas públicas
sociales son de gran trascendencia para ellos, pero son insuficientes y tienden a
ser utilizadas electoralmente, motivo por el cual su acceso es inequitativo para
la población que más lo requiere.
En este contexto, las familias desarrollan una serie de estrategias para aten-
der informalmente las necesidades de este grupo poblacional; sin embargo,
la pobreza y la organización doméstica en torno al trabajo fuera del hogar,
ha reducido el porcentaje de cuidadores en casa, aumentando la situación de
riesgo de la gente grande. Por si fuera poco, aun existen diversas prácticas cul-
turales que los discriminan y maltratan, provocando un abandono social en
diferentes contextos que aumenta su situación de vulnerabilidad, sobre todo en
momentos de enfermedad y/o discapacidad.
Es por ello que, en este libro, presentamos trabajos de investigación sobre
diferentes aspectos biomédicos, de atención y experiencias de la denominada
tercera edad1, etapa que se inicia a los 60 años y que atraviesa una serie de pro-
blemas y limitaciones que siguen siendo invisibles o “naturales” en la sociedad.
Nuestro deseo es que existan menos festejos el día del abuelo y se desarrollen
más acciones a favor de sus derechos humanos. Que se amplie la asignación de
recursos públicos y que se multipliquen los programas y modificaciones legis-
lativas para transformar el trato que reciben en la esfera pública y privada. Que
se profesionalice en esta área a nuevas generaciones de jóvenes de educación
superior y sobre todo que se sensibilice a la población en general sobre su situa-
ción promoviendo prácticas no discriminatorias y más incluyentes.
El libro está conformado por diez capítulos, en los que están presentes temas
que engloban algunas situaciones biomédicas que la población adulta mayor
puede experimentar durante esta etapa del ciclo vital, así como algunas estra-
tegias de atención gubernamental y la exposición de experiencias en torno a la
vejez. Cada trabajo aporta propuestas sustentadas en la información analizada.
En el primer capítulo Gerontología y Trabajo social en Centros de convivencia de la
Tercera edad en Colima, Rosa Rivera, Elba Covarrubias, Susana Preciado y Mireya
1 En 1983 la Onu recomendó que la tercera edad se iniciara a los sesenta años. Se considera a una población como
vieja cuando más de siete por ciento de sus miembros tiene sesenta y cinco años, y más de diez por ciento, sesenta.
Con estos datos podemos afirmar que comenzamos el siglo XXI con una población mundial envejecida. Aguilar,
M. y M. Pando (2002). “El nuevo envejecimiento en México: un enfoque socioantropológico médico”, Revista
Universidad de Guadalajara (23).
Presentación • 11

Arias, sustentan la importancia del trabajo social en el abordaje, atención y estu-


dio de la población adulta mayor. El trabajo muestra los principales problemas
que vive la gente grande en esa parte del país. Su importancia radica en que
permite evidenciar la falta de programas sociales y Centros de Convivencia que
brinden, de manera integral, plena satisfacción de las necesidades de la pobla-
ción adulta mayor, en especial en las zonas rurales donde se manifiesta más
fuertemente la vulnerabilidad de la población senecta.
En el trabajo Epidemiología del envejecimiento en Yucatán, Herrera, Marín, Esperón
y Albertos, presentan un panorama del envejecimiento en la ciudad de Mérida,
comparando las principales enfermedades que aquejan a la población mayor en
dos periodos diferentes y las principales causas de morbilidad. Asimismo, expo-
nen los resultados de la Encuesta Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE) de
esta ciudad señalando en sus hallazgos la situación de dependencia y la necesi-
dad de contar con redes sociales de apoyo para la sobrevivencia de la población
adulta mayor en la capital yucateca.
En el siguiente capítulo Discapacidad y servicios de salud de la población adulta
mayor de Chiapas, Susana Villasana documenta un trabajo que visibiliza las con-
diciones de la población senescente con discapacidad en uno de los estados
con más alto índice de pobreza del país. Para su análisis hace una aproximación
documental-bibliográfica que da cuenta de importantes consideraciones para la
elaboración de políticas públicas. Destaca el incremento de la población adulta
mayor, las enfermedades crónico-degenerativas y las condiciones negativas de
la discapacidad en su calidad de vida.
El siguiente trabajo de investigación es de Lourdes Cortés y Mirta Flores,
quienes presentan el estudio Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos
mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México. Esta investigación, detalladamente
sustentada, aporta la visión de los estereotipos sociales y su incorporación en la
cotidianeidad de la población adulta mayor de la ciudad de Mérida. El trabajo
aborda tres variables: Optimismo, autopercepciones de la salud y estreotipos.
Su contribución al estudio del envejecimiento es muy importante considerando
la realidad demográfica que vive hoy México.
El capítulo Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de
asilos y estancias de Mérida, Yucatán de Velázquez, Cimé, Ek, Rodríguez, Guillermo,
Rosado y Padrón, aborda la depresión y su impacto en un grupo de adultos
mayores que acuden a estancias y asilos en la capital de Yucatán. Su aportación
central son las recomendaciones sobre el fomento de actividades de mayor
12 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

interacción social entre la población adulta mayor y la familia en los diferentes


tipos de estancias y asilos.
En este mismo campo, la siguiente contribución Sintomatología depresiva, salud
mental y actividad física en adultos mayores cuyos autores son Damaris Estrella,
Héctor Rubio y Reyna Cruz, aborda esta enfermedad a través de su sintomato-
logía en la población adulta mayor teniendo como principal contribución hacer
conciencia en la necesidad de incorporar la actividad física como un elemento
que mejora a cualquier persona y de manera particular a aquellas mayores de
60 años. De esta forma se contribuye a mejorar la salud emocional y con ello la
calidad de vida de la gente grande que padece depresión.
El capítulo Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor de Pedro Sánchez,
Javier Vales y Christian Acosta, analiza varios aspectos de la intervención psico-
lógica en el adulto mayor. Los autores revisan minuciosamente diversos estudios
en los que demuestran los elementos fundamentales que deben considerarse en la
atención psicológica de la gente grande. Su aportación principal es la exposición
del Inventario de actividades de la vida Diaria del Adulto Mayor (Inacvidiam),
instrumento validado para la población mexicana que permite identificar el
estado psicológico del adulto mayor con el que es posible desarrollar estrategias
de atención de acuerdo a las necesidades particulares de cada senecto.
En el siguiente capítulo se presenta un breve panorama de la sexualidad
en el adulto mayor como un elemento presente en la vida de este grupo de la
población incluyendo las prácticas sexuales y su relación con la infección por
el VIH/Sida. Es así que a partir de esta revisión se presentan dos historias de
vida en un hombre y una mujer de la tercera edad que comparten su vivencia
de la sexualidad. Con estos testimonios la autora pretende llamar la atención
de las autoridades gubernamentales para generar políticas públicas de salud en
referencia al VIH/Sida en la población senescente. La autoría de este trabajo es
de Ligia Vera y el trabajo se denomina Una aproximación a la sexualidad y el VIH/
Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México.
El noveno capítulo que presentamos se titula Deconstrucción y reconstrucción de la
vejez en una relación a distancia de Garbiñe Delgado y Helga Raack. El trabajo trata
la relación de una madre adulta mayor con su hija, una migrante europea que
reside en América Latina. Esta relación a distancia decosntruye y reconstruye, a
través de correos electrónicos y Skype, una relación cada vez más cercana en la
que se descubren los significados y representaciones de la vejez abordados con
una perspectiva de género. Se trata de un novedoso estudio que revela que la
cercanía emocional es posible en situación de migración a través de la tecnología.
Presentación • 13

Finalmente, Georgina Rosado relata, con lenguaje literario, la historia de sus


abuelas en la reseña comentada de su libro Deshaciendo nudos. En esta síntesis,
se escucha la voz de las abuelas en su propio contexto, gracias a la información
sobre la época documentada por la autora. La voz de las abuelas refleja una
cultura de género donde el empoderamiento femenino tejía diversas formas de
resistencia a la tradición en el espacio público y privado.
Como podemos observar en estos trabajos de investigación, los datos obte-
nidos nos remiten a la necesidad de ampliar los espectros de explicación de
las condiciones de vida de la tercera edad para procurar mejores condiciones
de vida para quienes llegaron a esta etapa sin las herramientas suficientes para
sobrevivir, quedándose en situación de riesgo. Las enfermedades crónico-de-
generativas que inciden en su situación de vulnerabilidad, las discapacidades
en diversos niveles les restan calidad de vida. Los impactos de la depresión,
particularmente, son algunos de los resultados obtenidos en diversas contextos
que nos obligan a redoblar esfuerzos en la formación de recursos humanos.
Asimismo, se observa la necesidad de reorientar y multiplicar políticas públi-
cas para atender las necesidades más apremiantes y específicas de los senectos
más desprotegidos. En particular, la relación afectiva intergeneracional es de
suma importancia en la tercera edad, motivo por el cual, desde el campo de las
emociones, los dos últimos trabajos muestran la trascendencia de este tipo de
cercanía con nuestras madres, padres, abuelos y abuelas.
Por último, es pertinente señalar que la publicación de este trabajo colec-
tivo fue posible gracias al apoyo del Programa Integral de Fortalecimiento
Institucional (PIFI) OP/PIFI-2012-06MSU0012O-20-03 asignado al Cuerpo
Académico “Grupos Sociales y Trabajo Social” LGAC “Trabajo Social y
Grupos Sociales Emergentes” de la Universidad de Colima. También gracias
al apoyo del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma
de Yucatán Apauady. Con este texto, esperamos colaborar en la realización de
nuevas investigaciones, así como contribuir a la formación de recursos huma-
nos en universidades y centros de atención y capacitación para brindar mejores
oportunidades de vida para la gente de la tercera edad. Nuestro objetivo no
solo se orienta a visibilizar las condiciones de vida de la gente mayor, sino tam-
bién, contribuir a su empoderamiento para que logren vivir una vejez positiva
que les proporcione mayor autonomía en esta etapa de la vida.

Ligia Vera Gamboa y


Gina Villagómez Valdés
Foto: Archivo Ramírez Aznar.
GERONTOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL EN CENTROS DE
CONVIVENCIA DE LA TERCERA EDAD EN COLIMA

Rosa Judith Rivera González


Elba Covarrubias Ortiz
Susana Aurelia Preciado Jiménez
Mireya Patricia Arias Soto

Introducción
En los últimos años la necesidad creciente de información sobre la experien-
cia de envejecimiento y el acotamiento de los problemas y cambios vitales ha
provocado la realización de investigaciones, particularmente en la Facultad de
Trabajo Social de la Universidad de Colima, dado que hoy en día, hablar de
vejez se ha convertido en un tema de interés para estos profesionistas2, así
como para la población en general.
Esta afirmación que hacemos concuerda con lo señalado por Salas (1999), al
hacer referencia a la época de cambios que vivimos y cómo éstos, están produ-
ciendo modificaciones importantes a nuestra vida individual y a los diferentes
grupos sociales, “todas en lapsos relativamente breves”. Aun más reconocemos
que en este siglo XXI, también los abordajes a los temas sociales son vistos
desde diferentes enfoques y disciplinas y, en lo que corresponde al estudio de
los adultos mayores, los avances científicos se observan en la medicina —al
prolongar la vida humana— en el mejoramiento de la calidad de vida y en la
composición etaria de la población en un plazo muy breve. Si revisamos las

2 En la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Colima desde 2004 se han realizado sistemáticamente
trabajos de investigación sobre este grupo social, desde diferentes perspectivas, con la finalidad de producir
documentos que nos permitan tener un cúmulo de información y realizar propuestas metodológicas para la
actuación profesional. Existe un cuerpo académico que una de sus líneas es sobre los grupos emergentes y ya se
han realizado algunos acercamientos de modelos de actuación que comenzarán a mostrarse muy pronto.

15
16 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

cifras que proporciona el Consejo Nacional de Población (Conapo), el Instituto


Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2008) y las Naciones Unidas, se
observa un incremento considerable en la población en los tramos de entre 60
y 65 años de edad de un 9.4%, y considerando los indicadores demográficos del
Banco Mundial se muestra en la Tabla 1:
Tabla 1
Indicador 1990 2000 2025 2050
Proporción de mayores 5.62 6.40 12.60 31.5
Ratio de varones 83.25 77.60 79.21 79.61
Ratio de dependencia 9.97 10.70 19.65 40.29
Ratio de envejecimiento 14.79 18.97 54.12 119.42
Ratio de cuidados 121.09 116.85 135.23 241.82
Ratio de transición demográfica 0.81 0.93 1.00 1.05
Fuente: Proyecciones del Banco Mundial, 1994

Datos que nos indican la necesidad de contar con profesionales capacitados,


políticas públicas acordes, así como modelos de actuación profesional que pro-
vean de procesos metodológicos para una atención multidisciplinaria adecuada
para este grupo etario. En Colima, en el Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015, se
establece que los programas sociales que se han implementado por los tres órdenes
de gobierno, han sido insuficientes para erradicar la pobreza alimentaria, de capacidades y
patrimonial, lo cual general condiciones de injusticia social e incide directamente en fenóme-
nos como la inseguridad pública, la trata de personas… la desintegración familiar, entre
otros graves problemas (Gobierno del Estado de Colima, 2009: 12). Ahí mismo se
señala que estimaciones del Inegi encuentran que 9 de cada 100 habitantes son
adultos mayores, por lo que los espacios que se han destinado para la atención
de éstos no son suficientes.
En este mismo sentido en el 2010, a partir de un proyecto interinstitucional
entre la comunidad europea, el gobierno del Estado de Colima, a través de
la Secretaría de Salud y la Universidad de Colima3, realizaron varios estudios
entre los cuales se generó en la Facultad de Trabajo Social en 2011, un directo-
rio de asilos, instituciones, programas y centros de convivencia para el adulto
mayor tanto públicos como privados, encontrándose que existen 22 institucio-
nes para la atención de adultos mayores, 12 centros de convivencia y 10 asilos.
3 En este proyecto participan los Servicios de Salud del Estado de Colima, las Universidades de Guadalajara y
Colima (México), Autónoma de Madrid, Fundación Europea de Yuste (España) y la de Heidelberg (Alemania).
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 17

Sin embargo, se confirmó que son muy pocos los trabajadores sociales que se
encuentran involucrados en la atención de estas personas y preparados para ello.
De ahí las preguntas, ¿Existe un Trabajo Social con experiencia en Gerontología
en Colima? ¿Las acciones que realizan en los Centros de Convivencia de la ter-
cera edad en los municipios de Villa de Álvarez y Comala parten de un proceso
metodológico adecuado para atender a la población adulta mayor?
Sustentado lo anterior, reconocemos que los estudios que se hacen con res-
pecto a la vejez, no deben incluir solamente la comprensión de los aspectos físi-
cos y sociales de la acumulación de años en una persona, sino que, al contrario,
como trabajadores sociales se debe investigar aspectos tales como: calidad de
vida, la demografía del adulto mayor, los cambios físicos, psicológicos, sociales,
laborales (jubilación), contexto familiar (muerte de la pareja, el nido vacío), así
como los derechos de los ancianos; por ello, al momento de determinar este
trabajo, se delimitó de tal forma que nos concretarnos en conocer los servicios
que reciben los adultos mayores en dos Centros de Convivencia de la Tercera
Edad en los municipios de Comala (Centro Suchitlán) y Villa de Álvarez (Centro
Nuevo Amanecer), a fin de identificar el proceso teórico-metodológico que son
aplicados para la atención de la población senescente.

Proceso metodológico
Este trabajo de investigación se basó en el enfoque cuantitativo, con un nivel
de la investigación exploratorio con el objetivo de identificar el proceso teóri-
co-metodológico que utilizan los Centros de Convivencia de la Tercera Edad
ubicados en los municipios de Comala y Villa de Álvarez del Estado de Colima.
Se utilizó el método comparativo constante, con la intención de confrontar la
diferencia de atención que brindan los Centros de Convivencia de la Tercera
Edad a los adultos mayores en los objetos de estudio seleccionados: “Nuevo
Amanecer” y “Suchitlán”. La muestra fue no probabilística, partiendo de que sería
dirigida a los casos representativos de la población de interés, tales como: direc-
tivos y personal para la atención de los Centros elegidos, así como los usuarios.
Los datos se recabaron teniendo la participación de 20 personas de entre 60 a
85 años que asistieron las primeras dos semanas a los Centros de Convivencia
de la Tercera Edad durante el proceso de investigación de campo; así como al
100% del personal que labora en dichas instituciones.
Las técnicas empleadas para la obtención de la información fueron la obser-
vación y la entrevista estructurada, recabando la información con los instru-
18 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

mentos de medición, que fueron dos guías de entrevista, una dirigida a los
adultos mayores y otra hacia el personal y directivos que labora con ellos. El
análisis se realizó con estadística descriptiva, a partir de tablas de frecuencias
y comparación de variables, con la hipótesis: los Centros de Convivencia de la
Tercera Edad no cuentan con bases metodológicas suficientes para atender a
los adultos mayores de los municipios de Comala y Villa de Álvarez.

Desarrollo
Centro Nuevo Amanecer (urbano):
Se localiza en el municipio de Villa de Álvarez, Colima, con domicilio en la
avenida Enrique Corona Morfín esquina Tiburcio Aguilar. Entre las actividades
que realiza se encuentra la visita periódica del oftalmólogo para exámenes de
la vista, así como la adecuación de lentes con descuentos donde se les da pre-
ferencia a los adultos en plenitud; también participan un médico, un psicólogo
y un abogado por parte del Dif (estos profesionistas no son exclusivos del
Centro). Se ofrecen actividades de baile, cachibol y manualidades. El Centro
está integrado por una Coordinadora general de los grupos de la tercera edad y
maestros de baile, cachibol, manualidades y mantenimiento físico.
Se atienden a 103 Adultos en Plenitud, que representan al 60% del total de
usuarios de éste servicio; de los 103, 85 son mujeres que a su vez constituyen
el 82.5%, por lo que los hombres solo agrupan el 17.5%. Datos que al com-
pararlos con los 6,316 habitantes mayores de 60 años en el municipio según
resultados del Inegi en su último censo poblacional, representan 6.3% Esto
significa que solo el 2.3% de la población senescente hace efectivo su derecho a
este tipo de servicios y la mayor parte de los usuarios se concentra en el Centro
“Nuevo Amanecer” (Directora DIF, s.f.).

Centro Suchitlán (rural):


Se encuentra ubicado en la cancha techada de la comunidad rural de Suchitlán,
Comala, Colima. Fue elegido debido a que existió el interés de conocer las dife-
rencias sobre centros de convivencia de una ciudad y de una comunidad rural.
Dentro del centro de convivencia comunitario de Suchitlán se atienden a 58
adultos en plenitud. Los servicios que ofrece este centro son: Actividades cul-
turales: convivíos, festejos, juegos de mesa, excursiones, paseos, actividades de
enseñanza, pláticas de interés para ellos. Actividades físicas: gimnasia aeróbica y
cerebral, actividades para el trabajo y ocupación del tiempo libre, manualidades
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 19

y bordado. La coordinadora y único personal que realiza todas las actividades


antes mencionadas, tiene como metas: Lograr que se relajen, se distraigan, se sientan
útiles, hagan amigos, emplear mejor su tiempo, mejorar su autoestima. Esta información
recopilada de los centros de convivencia de la tercera edad localizados en Villa
de Álvarez y Comala nombrados “Nuevo Amanecer” y “Suchitlán” respectiva-
mente apoya en el conocimiento tanto externo como interno de los dos objetos
de estudio.

Sustento teórico
Teoría de la actividad
En principio es importante señalar que para fines de este trabajo se entiende a
la teoría de la actividad como aquella que se relaciona con la imagen propia vin-
culándose a las funciones sociales que la persona desempeña en su vida diaria;
por lo que cuando la persona inicia en la etapa de la vejez, se observan cambios
que pueden alterarla, por ejemplo, la pérdida de funciones sociales, el retiro del
empleo, el nido vacío o la viudez. Por tanto, considerando esta teoría, se debería
establecer mecanismos para que la actividad continué siendo un factor impor-
tante en la vida de las personas, y los programas de apoyo debería tomarlo en
cuenta, para lo cual existen autores tales como Lemon, Bengston y Peterson
1972 (citados por Sánchez, 2004: 98) quienes probaron que la relación entre el
bienestar y la actividad en la edad avanzada dependerá de las acciones que éstos
puedan continuar realizando y les permita tener de ocupado su tiempo libre.
En este aspecto, ésta teoría considera que los Centros de Convivencia, pue-
den ser la base para establecer un programa de actividades acordes a su edad
y condición física que les permita un mejor uso de su tiempo libre disponible
como leer y hacer manualidades, por mencionar ejemplos; también para rea-
lizar actividades físicas que ejerciten su cuerpo: cantar, bailar, calentamiento
físico entre otros, siempre y cuando sean adecuadas a sus condiciones perso-
nales, puesto que de ello dependerá el bienestar que obtengan en su vida. Es
necesario aclarar que el tiempo libre se define como: “aquel que resta luego
del trabajo, del descanso y de las actividades necesarias para la vida física y las
obligaciones familiares y sociales” (Salvarezza, 1998: 196).
Este tiempo disponible puede llenarse de diversas formas: descanso, ocio,
distracción, diversión o bien con actividades de mayor significado individual,
grupal y/o social. La cantidad de tiempo libre varía a lo largo de la vida. Durante
20 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

la infancia y la adolescencia resulta muy amplia; se reduce al entrar en la pobla-


ción activa, para volver ampliarse cuando las personas ingresan a la adultez
mayor, particularmente cuando se encuentran con problemas de salud, o bien a
partir de la disposición de mayor tiempo participan en centros de convivencia,
o se reúnen en un grupo de amigos para ejercitarse.
Entonces, se podría decir que lo positivo del tiempo libre en las personas
de la tercera edad es que descansan las horas que con anterioridad invertían
en actividades de trabajo, relaciones satisfactorias, desarrollo personal, conoci-
miento interior. Sin embargo, en el futuro surgirán otros problemas, debido al
incremento de la esperanza de vida y a la presciencia de cohortes con mayores
limitaciones físicas y psíquicas, por lo que su gama de actividades para el ocio
será más restringida y se deberán prever actividades de acuerdo a las limitacio-
nes que el usuario de dichos centros tenga.
Estas actividades se realizan en el tiempo libre del adulto mayor y se caracte-
rizan por su libertad, pues no están sujetas a requisitos rigurosos por lo que las
personas mayores deciden el ritmo ubicando el tiempo y espacio acorde a las
capacidades de cada uno de ellos, situación que según (Gálvez, 2007: 21) se vive
dentro de los centros de convivencia, ya que el instructor a cargo del grupo al
momento de realizar determinada actividad, toma en cuenta el tiempo máximo
destinado a cada uno de los integrantes para realizarla.
La variedad de actividades ejecutadas durante tiempo libre o el ocupado
en los Centros pueden ser: físicas, psicológicas y/o sociales, de igual manera y
por su naturaleza, pueden realizar otras actividades: deportivas, educacionales,
artesanales, artísticas y, por último también, las personas mayores que asisten a
un Centro de Convivencia pueden participar de manera individual, en peque-
ños grupos o masas, siempre y cuando no choque con obstáculos personales,
barreras físicas, de conocimientos o limitación de medios que entorpezcan su
desarrollo dentro de los lugares como clubes deportivos, grupos de pensiona-
dos y jubilados o, en este caso, en Centros de Convivencia de la Tercera Edad.
La variedad de actividades posibles para personas mayores es prácticamente
la misma que para cualquier otra edad, con la característica positiva, de disponer
de mayor tiempo y la negativa de menores aptitudes funcionales. La selección
de actividades concretas se basa en las posibilidades individuales, en los con-
dicionamientos sociales y en la experiencia previa de las actividades del ocio
durante la madurez. Con el paso de los años, los adultos mayores, a diferencia
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 21

de los jóvenes, varían sus actividades de ocio; reduciéndose el ocio activo e


incrementándose el pasivo (Preciado, Covarrubias y Arias, 2012).
Considerando lo anterior, es posible que surjan interrogantes acerca del
personal que se encarga de planear programas específicos para este sector de
población o quienes se ocupan de crear programas basados en teorías y méto-
dos que avalen el desarrollo del adulto mayor dentro de un Centro de Día; refi-
riéndonos específicamente a que en los Centros de Convivencia de la Tercera
Edad no cuentan con bases metodológicas pertinentes para atender a los adul-
tos mayores de los municipios de Comala y Villa de Álvarez, por lo que, en este
trabajo, se toma como sustento otra teoría para complementar el análisis de esta
investigación.

Economía política de la vejez


Otra enfoque que analiza a la vejez desde las condiciones socioeconómicas, es
la teoría de economía política de la vejez que expone que el proceso de enveje-
cimiento en sí no es perjudicial a la persona, sino que el problema estriba en las
condiciones sociales a las que se tienen que enfrentar los ancianos sin ingresos
y carentes de cuidados de salud física, emocional y psicológica, por lo que hace
una crítica a los actuales sistemas de apoyo formales.
Sánchez (2004), considera que los sistemas de apoyo formales se agrupan
generalmente en dos tipos: aquellos de carácter gubernamental que se refiere a
las instituciones con solvento federal o estatal pero de gobierno, pues fueron
creadas a partir de políticas públicas y sociales. En este apartado, se encuentran
los Centros de día, que son según la modalidad Española: “Servicios socio-sa-
nitarios y de apoyo a familias que funcionan durante el día ofreciendo atención
a las necesidades personales básicas terapéuticas y socioculturales de personas
mayores, promoviendo su autonomía y la permanencia en su entorno habitual”
(Paola, Penas y Fernández, 2003: 32).
En México se pueden encontrar dentro de las instituciones nacionales,
estatales y municipales encargadas del Desarrollo Integral de la Familia, mejor
conocidas como Dif, cuyo objetivo general es: favorecer condiciones de vida dig-
nas entre las personas mayores dependientes y sus familias, facilitando la continuidad de
sus modos de vida y el logro de un nivel de autonomía. En la modalidad española, un
Centro de Día es:
22 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

… una organización mixta (ancianos, profesionales, voluntarios, familiares, técnicos) e inter-


sectorial (donde concluyen distintos sectores de la política social), de carácter privada o pública,
destinada a mayores de 60 años. En sus diferentes modalidades puede dirigirse a personas
autoválidas o dependientes, desarrolla su acción dentro de una franja horaria estipulada e
impulsa un programa de actividades psico-socio-terapéuticas tendiente a optimizar la calidad
de vida de los concurrentes (Paola, Penas y Fernández, 2003).
Las características que los centros de día deben tener según Paola, Penas y
Fernández (2003) son: Servicio socio-sanitario: las necesidades derivadas de la disca-
pacidad y dependencia requieren una activa intervención de los dos sistemas, que deben actuar
de manera coordinada. Servicio de apoyo familiar: Disponer de una serie de servicios que
apoyen a la tarea en cuidados específicos hacia las personas de la tercera edad. Atención
a necesidades básicas, terapéuticas y socio-culturales: Al brindar un servicio inte-
gral de intervención en carencias de higiene, cuidados, alimentación, inserción social, etcétera.
Concurrencia en personas con diferentes grados de dependencia: Se debe brindar
una intervención de acuerdo a la realidad física objetivable y medible, con el objetivo de man-
tener, promover y facilitar la dependencia.
Mientras que el segundo tipo de apoyo formal corresponde a las institucio-
nes no gubernamentales o voluntariados, las cuales viven y realizan sus acti-
vidades a través de donaciones. Se dice que lo ideal sería que el sistema de
apoyo formal al adulto mayor incluyera servicios como: Atención de la persona
anciana relativamente sana e independiente. Atención a aquellos que experi-
mentan limitaciones físicas o intelectuales. Y por último, asistencia a los que
requieren cuidado institucionalizado o su equivalente.
En relación al sistema de apoyo informal, las personas pueden debilitarse
social, física y emocionalmente sino reciben señales de amparo de sus seres sig-
nificativos que lo hagan sentir seguro y valioso. Los sistemas de apoyo informal
son recursos esenciales en la provisión de asistencia afectiva y financiera, ayuda
en las tareas de diario vivir (Cantor, 1979, citado en Sánchez, 2004), las dimen-
siones estructurales del apoyo informal consisten en lo siguiente: el tamaño
del número de personas en la red social, la densidad e interrelación entre los
miembros de una comunidad, ciudad, la dispersión geográfica.
Aunque en la edad avanzada se produce una disminución en el tamaño de la
red social de la persona, el apoyo social no decae necesariamente en esta edad.
Un gran número de investigaciones demuestran que la mayoría de las perso-
nas mayores manifiestan un contacto frecuente con la familia y otros siste-
mas informales que pueden ser hermanos, vecinos o amigos del propio adulto
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 23

mayor (Cantor, 1979 citado en Sánchez, 2004). Se dice que la mayor parte de
las personas ancianas están vinculadas a una red social informal; en la cual
la familia cumple una función importante, mientras que los amigos y vecinos
se encuentran en segundo lugar, pero no por eso menos importantes, ya que
estas redes brindan al anciano un apoyo muy importante. Cabe destacar que los
adultos mayores forman redes intrapersonales, con sus iguales y así comparten
conocimientos, destrezas, habilidades y gustos, con personas de su misma edad;
situación que se presenta en los Centros de Convivencia.
Con todo lo descrito se puede concluir que es de suma importancia que el
adulto mayor realice actividades que sustituyan las que hacía antes de llegar a
su jubilación, o a la ancianidad; debido a que diversas actividades les otorga
bienestar social y satisfacción al reaprender habilidades sociales que le permitan
estar en comunicación física, verbal e intelectual con redes informales como
un grupo de amigos que tiene quizá esas mismas características pero que por
determinadas razones no asisten a algún Centro de Convivencia.
De igual forma, el que un adulto mayor realice una serie de actividades que
sean enfocadas a su persona, a su naturaleza y sus capacidades, lo podrá llevar a
tener una vida sin depresiones u obstáculos que afecten la calidad y el bienestar
que tenía antes de llegar a esta etapa. Por otra parte, también es necesario des-
tacar la importancia que tienen las políticas sociales que susciten cambios en la
elaboración de programas enfocados a la protección social.

Resultados
Los datos de la investigación referente al Trabajo Social en el área Gerontológica
en dos Centros de Convivencia de la Tercera Edad, uno ubicado en el munici-
pio de Villa de Álvarez bajo el nombre de “Nuevo Amanecer” y el otro localizado
en la comunidad rural de Suchitlán, Comala, Colima, muestran los siguientes
resultados.
En este primer gráfico se muestra el significado que los adultos mayores le
dan al Centro de Convivencia al cual asisten. Aquí se muestra particularmente
que aunque la investigación se efectuó en contextos completamente heterogé-
neos las respuestas fueron similares. Se señala que el Centro es un lugar donde
se desarrolla la convivencia, un lugar bonito, un lugar para distraerse incluso
como una familia.
24 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Definición Gráficade un 1 centro de


convivencia
Definición de un centro de convivencia

50%
40%
30%
20%
10%
0%
Convivir Bonito Distraen Familia Otras

Suchitlán Nuevo Amanecer

Fuente. Elaboración propia de trabajo de campo realizado en 2007, actualizado 2012.

Actividades que Gráficadesarrollan


2 en
elTipoCentro de Conviviencia
de actividades desarrolladas en los Centros

70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%

Suchitlán Nuevo Amanecer

Fuente. Elaboración propia de trabajo de campo realizado en 2007, actualizado 2012.


Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 25

Ahora bien, cuando la pregunta se hizo con base a las actividades que reali-
zan en el centro, en ambos lugares se observó que dedican tiempo acciones de
tipo física, manual, recreativa y cultural (ver Gráfica 2). Los casos consultados
en los Centros mencionan la ejercitación de las diferentes partes de su cuerpo,
desde cabeza, extremidades y tronco, ya sea de pie o sentados; así mismo seña-
lan realizar dinamismos manuales como tejido y bordado (punto de cruz).
Además, pintura en figuras de yeso, cuadros y platos. Las diferencias entre los
Centros se distinguen en este tipo de actividades, ya que en el Centro de convi-
vencia comunitario Suchitlán predomina el tejido de bufandas, gorros y chales,
mientras que en Nuevo Amanecer realizan costuras para servilletas y pintura en
figuras de yeso, actividad que no realiza Suchitlán, debido según los consultados
al costo de los materiales.
En lo referente a las actividades recreativas, los dos Centros realizan viajes
foráneos, aunque su ejecución es más frecuente en el Centro Nuevo Amanecer,
así como la asistencia a concursos deportivos de cachibol, encuentros nacio-
nales con otros grupos de tercera edad y concursos estatales en canto y danza.
En el aspecto cultural e ideológico, se menciona que en Suchitlán les dan a
conocer temáticas acerca de enfermedades o complicaciones físicas de acuerdo
a su etapa vital. Además, en el Centro ubicado en la ciudad de Villa de Álvarez,
los entrevistados asisten a conferencias de diferente índole como: salud, ase-
soría jurídica y asistencial. Las diferencias entre los Centros de convivencia se
registran en los días y horarios de funcionamiento, no en el tipo de servicios
que proporcionan.
Se comprobó que la práctica de estas actividades tienen libertad de ejecu-
ción, pues no están sujetas a requisitos rigurosos por lo que las personas mayo-
res deciden el ritmo; ubicando el tiempo y espacio acorde a las capacidades de
cada uno de ellos, aunque también se evidencia que los adultos mayores no
desarrollan expresión artística, 35% del total de los entrevistados, prefiere reali-
zar actividades que no les produzca mayor esfuerzo, por lo que el 75% restante
desempeña las otras actividades.
Un aspecto que nos llevó a la reflexión, es que la mayor parte de las activi-
dades son de tipo recreativas a diferencia de otros Centros de Convivencia que
se ubican en contextos urbanos en México, en donde también realizan acciones
de carácter económico-sociales. La variedad de actividades realizadas durante
el tiempo libre u ocupado en los Centros son: físicas, psíquicas o sociales, así
como deportivas, educacionales, artesanales y/o artísticas. Esto depende de
26 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

las destrezas y habilidades de cada persona mayor. Los datos obtenidos en los
Centros demuestran que 70% del total de población entrevistada, realiza las
actividades antes referidas, mientras que el 30% restante prefieren desarrollar
habilidades intelectuales.
Gráfica 3
No. de profesores
Número de profesores por Centro

70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Cuatro Tres Dos Uno

Suchitlán Nuevo Amanecer

Fuente. Elaboración propia de trabajo de campo realizado en 2007, actualizado 2012.

La Gráfica 3 es muy interesante pues al preguntarles cuanto maestros/pro-


fesores tenía para realizar las actividades las respuestas fueron muy diferentes,
por ejemplo en Suchitlán la mayoría respondió que solo uno, sin embargo,
hubo quienes respondieron que dos y tres, y esto se asocia con que el mismo
profesor se encarga de dos o tres de las actividades que cada persona realiza ahí,
sin olvidar que este Centro de Suchitlán se encuentra en una comunidad rural,
por tanto, se pueden ver ciertas limitantes, a diferencia del Centro “Nuevo
Amanecer” que se ubica en una zona urbana, en donde se observó que parti-
cipaban 9 profesores, así como también que las personas realizan actividades
variadas, lo cual refleja una mayor cantidad de recursos disponibles. Una inter-
pretación que se puede ofrecer también a la diferencia de profesores que parti-
cipan en los centros, está relacionado con la ubicación de los Centros.
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 27

Asimismo, los entrevistados de Suchitlán refirieron estar conformes con las


horas, los días y maestros que tenían asignados, pues con el tiempo que tienen
para dedicarle al Centro es suficiente, ya que muchos de ellos aun continúan
realizando actividades laborales, o bien lo dedican al hogar como: atender al
marido, hacer de comer, laborar en el campo, entre otras. En cambio en el
Centro Nuevo Amanecer, las condiciones de los usuarios a éste fueron distin-
tas, pues muchas de las personas estaban jubiladas, y por tanto el tiempo que
anteriormente dedicaban a su trabajo, ahora lo disponía para asistir al Centro
de Convivencia, en donde encontraron actividades que por mucho tiempo deja-
ron de hacer por falta de tiempo. En lo mencionado anteriormente, se puede
percibir que aun cuando la pregunta fue el número de profesores/facilitadores
para las actividades en el centro, las diferencias se observan en dos aspectos: las
actividades que se realizan, y las condiciones por las cuales asisten las personas
a estos lugares.
Servicios que Gráfica se ofrecen
4 al grupo
de la tercera edad
Oferta de Servicios en los Centros dirigidos a personas de la tercera edad

60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
INSEN Asistencia Despensa Trabajo Nada
médica y
psicológica

Suchitlán Nuevo Amanecer

Fuente. Elaboración propia de trabajo de campo realizado en 2007, actualizado 2012.

En la Gráfica 4, aun cuando no está relacionada la pregunta directamente


con lo expuesto anteriormente, se pueden ver con mayor claridad estas diferen-
cias. Mientras que en el Centro de Suchitlán, las personas hicieron referencia a
que los servicios que les ofrecen en ese lugar se orientan básicamente al trámite
de la credencial del Insen, la mayor parte no advierte o le da importancia a
28 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

otros servicios que se ofrecen en el lugar. Caso contrario se observa en Nuevo


Amanecer, en donde los servicios se distribuyen en la gestión de la credencial
del Insen, asistencia médica y psicológica, entrega de despensas, así como el
contar con una bolsa de trabajo. Aquí se comienzan a observar grandes dife-
rencias en los Centros y aun cuando no existe suficiente evidencia de campo,
consideramos que éstas tienen una gran relación con su ubicación geográfica,
así como la visión que tiene quien se encuentra frente a este tipo de estableci-
mientos, o incluso su relación con las presidentas del Dif.
Gráfica 5
Servicios que agregaría
Servicios que agregaría al
al Centro? centro
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
Baños
Construcción
Más clases
de su propio Nada
centro Otros

Suchitlán Nuevo Amanecer

Fuente. Elaboración propia de trabajo de campo realizado en 2007, actualizado 2012.

Los servicios que no tienen los Centros de Convivencia fueron expresados


por las personas de la Tercera Edad entrevistadas, quienes respondieron tal y
como se muestra en la Gráfica 5. Algunas de las respuestas fueron similares
entre un Centro y otro, como la necesidad de tener una construcción única y
exclusiva (un Centro de Convivencia de la Tercera Edad).
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 29

Nivel de conformidadGráfica 6 con el


Centro de Convivencia
Nivel de conformidad con el Centro de Convivencia

100%
80%
60%
40%
20%
0%
Muy Conformes Ni conformes Inconformes Totalmente
conformes ni inconformes
inconformes

Suchitlán Nuevo Amanecer

Fuente. Elaboración propia de trabajo de campo realizado en 2007, actualizado 2012.

Por último se realiza el análisis comparativo en relación al nivel de conformi-


dad que los usuarios de las estancias de día tienen (ver Gráfica 6). Encontrando
diferencias en los Centros, si tomamos en cuenta las gráficas representativas
anteriores, podemos destacar que los adultos mayores carecen de información
que les ayude a evaluar el proceso que llevan dentro de esta estancia, ya que
éstos mencionan estar satisfechos y conformes con lo que desarrollan ahí.
Aunque no se tomó énfasis en los niveles de satisfacción comparados con otros
usuarios de algún país o estado; se puede decir, que la sociedad al no tomarle
importancia a este sector de población, por obviedad se vuelve, vulnerable. Los
programas, intervenciones y actividades que estén enfocadas particularmente a
cada población, deben tomar en cuenta su contexto económico, político, ideo-
lógico-cultural y social.

Conclusiones
En nuestro país, gracias a los avances de la medicina, se ha incrementado la
esperanza de vida de la población, pero no en la misma proporción los espa-
cios de atención dirigidos a los adultos mayores. Por tanto, en la actualidad este
sector de población enfrenta graves deterioros físicos y mentales, pérdida de
relaciones familiares e interpersonales, debido a que carecen tanto ellos como
30 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

sus familiares de información y preparación para cuidar y proteger su entorno


biopsicosocial.
Es por ello que, un Centro de Día para Adultos Mayores es un valioso apoyo
para aquellas personas que viven solos, o aquellos que cuentan con familia pero
que, debido a sus propias ocupaciones, los dejan solos la mayor parte del día,
expuestos a riesgos físicos y emocionales que propician el deterioro de sus fun-
ciones físicas y mentales.
Un Centro de Día es también de gran importancia para las personas mayo-
res que no han pensado qué hacer con su vida futura, ya que en éste se imparten
a través de conferencias y talleres, conocimientos de autocuidado, ejercicio;
se reflexiona en relación a cómo mejorar la calidad de vida y la convivencia
familiar y se orienta para que la persona se interese más por su salud que por
su enfermedad.
En conclusión se puede afirmar que, un Centro de Día es un espacio en
el cual el adulto mayor permanece unas horas y disfrutar de la compañía de
otros adultos mayores, es asistido y estimulado tanto física, como social y men-
talmente, realizando actividades físicas, deportivas, educacionales, artesanales,
artísticas, recreativas, sociales, entre otras; lo cual estimula las capacidades y habi-
lidades de la persona, permitiéndole sentirse productivo en esta etapa de su vida.
La investigación realizada sobre el Trabajo Social en el área Gerontológica
en dos Centros de Convivencia de la Tercera Edad ubicados en la ciudad de
Villa de Álvarez y Comala del estado de Colima obtuvo resultados satisfacto-
rios, al cubrir el objetivo general planteado al principio de la investigación, que
fue: conocer los servicios que reciben los adultos mayores de los Centros de Convivencia de la
Tercera Edad, a fin de identificar el proceso teórico-metodológico que utilizan éstos.
Los servicios que se brindan a los usuarios de estas estancias de día, cumplen
con menos de la mitad de los requerimientos de lugares atendidos profesional-
mente, pues no cuentan con servicio socio-sanitario, servicio de apoyo familiar,
concurrencia en personas con diferentes grados de dependencia, atención a
necesidades básicas y terapéuticas; así como carecer de servicios profesionales,
familiares y voluntarios.
Asimismo, se comprobó que si bien los servicios que ofrecen los dos Centros
de Convivencias no cumplen con los establecidos por otras modalidades de
diferentes países, los adultos mayores que acuden, sí mantienen relación grupal
e individual con gente de su misma edad, también realizan actividades que les
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 31

permiten distraerse y ocupar parte de su tiempo libre. De esta forma, compar-


ten y ponen en práctica todas aquellas enseñanzas adquiridas en el Centro al
cual asisten en su vida cotidiana, ya sea con su grupo primario o secundario.
En relación a la comprobación de la hipótesis planteada, que fue: los Centros
de Convivencia de la Tercera Edad no cuentan con bases metodológicas para
atender a los adultos mayores de los municipios de Comala y Villa de Álvarez,
Colima, se descubrió que el personal no hace uso de fundamentos teóricos para
su quehacer, puesto que solo se apoyan en la experiencia, intuición y observa-
ción para la atención de este importante sector de población. Asimismo, no
utilizan estrategias metodológicas, y su desempeño es únicamente con base en
los criterios de los maestros para realizar cualquier cambio, tomando como ele-
mento evaluador la respuesta que el grupo de la tercera edad proporciona en las
actividades replanteadas o mejoradas, situación que no es fehaciente, pues los
adultos mayores desconocen lo que en realidad debería de ofrecerles un Centro
de esta naturaleza.
De igual forma, el personal carece de preparación relacionada a la geronto-
logía; debido a que su profesión no se enfoca a la atención de este importante
sector de población, consideran su trabajo como una labor social. Si bien es
cierto que se cubre la ejecución de actividades encaminadas a la ocupación del
tiempo libre, recreación y ocio, no se tienen programas que permitan el verda-
dero desarrollo de habilidades, destrezas, conocimientos, recreo y ocio; por otra
parte, no se cuenta con apoyos formales enfocados simple y sencillamente a
este grupo de personas, así como personal con el perfil idóneo, no es lo mismo
que una auxiliar de contabilidad o un licenciado en educación especial atienda
a un adulto mayor a que un profesional formado por más de cuatro años en el
área de Trabajo Social y por qué no, gerontológico, el cual conozca las necesi-
dades del senecto.
Como ya se mencionó, el apoyo formal que se ofrece a los usuarios es limi-
tado, pues no logra cubrir sus demandas de atención médica y psicológica así
como de educación, ni la atención completa a las personas con alguna depen-
dencia (discapacidad física). De la misma manera, no tienen una construcción
exclusiva como Centro de Convivencia, lo que ocasiona la no ejecución adecuada
de sus actividades y la convivencia entre todo el grupo.
Es aquí donde las políticas sociales y públicas necesitan ser examinadas,
porque las estadísticas no mienten, advierten el incremento de población mayor
de 60 años en nuestro país y aún no estamos preparados para los aconteceres
32 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

de este fenómeno, debido al poco interés de las tres órdenes de gobierno o las
autoridades de los diferentes niveles de gobierno por incrementar estas estan-
cias de día, si bien no se pretende con esto afectar el trabajo desarrollado en
estos Centros, sí es necesario pensar en la extensa magnitud de modificaciones
pertinentes que es necesario incorporar para atender de manera adecuada el
proceso de envejecimiento de un adulto mayor que hace uso de este tipo de
apoyos formales proporcionados por el mismo gobierno.
Gerontología y trabajo social en Centros de Convivencia de la Tercera Edad en Colima • 33

Bibliografía
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Sánchez, D. (2004). Trabajo Social y Vejez. Buenos Aires: Hvmanitas.
Foto: Alejandro Poot Molina.
EPIDEMIOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO EN YUCATÁN

Gloria María Herrera Correa


Lizbeth Teresita Marín Piña
Ramón Ignacio Esperón Hernández
Nelly Eugenia Albertos Alpuche

Introducción
El propósito del capítulo es presentar un perfil epidemiológico del envejeci-
miento en Yucatán, es decir una descripción de los factores que se relacionan
con la salud y la enfermedad en los adultos mayores, aportando información
que amplié el conocimiento existente sobre dicho fenómeno.
Indicadores demográficos como la disminución de la tasa de natalidad,
fecundidad y de mortalidad en Yucatán han contribuido en gran medida a cam-
bios en la estructura por edad y sexo en la que el envejecimiento demográfico
se expresa como un incremento relativo y absoluto de la población en edades
avanzadas
De acuerdo al Consejo Nacional de Población (Conapo) en la década de los
90´s, Yucatán representó la Entidad Federativa con el mayor porcentaje (7.5%)
de población de 60 y más años de edad (106,158), ubicándose en primer lugar a
nivel nacional; en el 2000, en el 4º. lugar con un porcentaje de 7.8 y en el 2010
en el 5º. lugar con un porcentaje de población adulta mayor de 9.3% (181,978),
casi el doble de la cantidad de adultos mayores registrados en los 90’s, esto
como resultado del incremento de la esperanza de vida promedio del yucateco,
pasando de 69 años en los 90´s a 75 años en el 2010.

35
60 y más
60 yaños
más de
años
edadde (106,158),
edad (106,158), ubicándoseubicándose en primer
en primer
lugar alugar
nivela nacional;
nivel nacional;
en el 2000,
en el 2000,
en el 4º.
en lugar
el 4º. con
lugaruncon porcentaje
un porcentaje de 7.8de y en7.8ely 2010en el en
2010 el 5º.
en lugar
el 5º. con
lugaruncon
porcentaje
un porcentaje
de de
población
población
adultaadulta
mayormayor de 9.3% de (181,978),
9.3% (181,978), casi elcasi dobleel doble
de la cantidad
de la cantidad
de adultos
de adultos
mayores
mayores
registrados
registrados
en losen90’s,
los esto
90’s, como esto como resultado resultadodel incremento
del incremento de la deesperanza
la esperanza
de vidade vida
36 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro
promedio
promedio
del yucateco,
del yucateco,
pasando pasando
de 69 de años 69en años los en
90´s
losa 90´s
75 años
a 75en años
el 2010.
en el 2010.

Antecedentes
Antecedentes
Antecedentes
PIRAMIDE POBLACIONAL
PIRAMIDE1990
POBLACIONAL
YUCATAN 1990 YUCATAN El El PIRAMIDE POBLACIONAL
PIRAMIDE2010
POBLACIONAL
YUCATAN 2010 YUCATAN

85 y más 85 y más
80 - 84 80 - 84 80 - 84 80 - 84
75 -79 75 -79
70 - 74 70 - 74 70 - 74 70 - 74
65 - 69 65 - 69
60 - 64 60 - 64 60 - 64 60 - 64
55 - 59 55 - 59
50 - 54 50 - 54 50 - 54 50 - 54
45 - 49 45 - 49
40 - 44 40 - 44 40 - 44 40 - 44
35 - 39 35 - 39
30 - 34 30 - 34 30 - 34 30 - 34
25 - 29 25 - 29
20 - 24 20 - 24 20 - 24 20 - 24
15 - 19 15 - 19
10 - 14 10 - 14 10 - 14 10 - 14
5- 9 5- 9
0- 4 0- 4 0- 4 0- 4
100000 80000 100000
60000 80000
40000 60000
20000 40000
0 20000
20000 40000
0 20000
60000 40000
80000 60000
100000 80000 100000 100000 80000 100000
60000 80000
40000 60000
20000 40000
0 20000
20000 40000
0 20000
60000 40000
80000 60000
100000 80000 100000

envejecimiento
envejecimiento
y el adulto
Fuente: Partida, y el adulto
2005. mayormayor

El El envejecimiento
El envejecimiento
envejecimiento
es un es y elproceso
proceso
un adulto mayor
evolutivo
evolutivo
normal,normal,
universal,
universal,
acumulativo
acumulativo
e irreversible,
e irreversible,
constituido
constituido
El envejecimiento es un proceso evolutivo normal, universal, acumulativoculturales
por componentes
por componentes
biológicos,
biológicos,
físicos,
físicos,
psíquicos,
psíquicos,
sociales,
sociales,
culturales
e y y
ambientales.
ambientales.
Es la Es
sumala suma
de todos
de todos
los cambios
los cambios
que sequeproducen
se producen
en el ser
en el
humano
ser humano
con elcon el
irreversible, constituido por componentes biológicos, físicos, psíquicos, socia-
paso del
paso
tiempo,
del tiempo,
que conducen
que conducen
a un deterioro
a un deterioro
del funcionamiento
del funcionamiento
en general
en general
y a la muerte.
y a la muerte.
les, culturales y ambientales. Es la suma de todos los cambios que se producen
en el ser humano con el paso del tiempo, que conducen a un deterioro del
funcionamiento en general y a la muerte. También ha sido considerado como
una etapa de mayor vulnerabilidad, ya que disminuyen las probabilidades de
supervivencia y la capacidad de reserva del individuo.
Es importante, tener en cuenta que los cambios funcionales del envejeci-
miento no deben ser considerados como enfermedad, ya que envejecer es algo
tan natural como el paso del tiempo y se trata de una etapa o estado de la
vida de la persona. Alonso (2007), señala que el envejecimiento humano es la
suma de dos tipos de envejecimiento: el primario que corresponde al proceso
responsable del conjunto de cambios observados conforme avanza la edad y
no relacionados con alguna patología y el secundario, el que se produce como
resultado de eventos aleatorios que ocurren a lo largo de la vida y que inte-
raccionan con el primero, entendidos estos, como los problemas de salud, de
carácter crónico y la adaptación para conservar la homeostasis interna y se
relaciona con los hábitos y estilos de vida de cada persona.
La Organización Panamericana de la Salud entiende el envejecimiento como
una etapa del desarrollo humano y como un proceso que envuelve factores de
índole biológica, psicológica y socio cultural. Las etapas del ciclo vital humano,
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 37

pueden clasificarse en adultez joven, media o madura y mayor. De aquí el con-


cepto de adulto mayor. La Oms considera como adultos mayores a los de 60
años y más en países en vías de desarrollo, y de 65 años y más a los que viven
en países desarrollados.
Algunos autores hablan de dos tipos diferentes de envejecimiento: el indivi-
dual y el demográfico o poblacional. El individual ya definido anteriormente,
y el demográfico que se refiere al aumento progresivo de la proporción de las
personas de 60 años y más con respecto a la población total, lo que resulta de
una gradual alteración del perfil de la estructura por edades, cuyos rasgos clási-
cos (una pirámide con base amplia y cúspide angosta) se ha ido desdibujando
para darle una fisonomía rectangular y tender, posteriormente, a la inversión de
su forma inicial (una cúspide más ancha que su base).
En el pasado, el adulto mayor era casi un milagro, se consideraba un privilegio
llegar a esa edad y hablaba de la fortaleza y del vigor de los que lo lograban. Esta
situación era similar en la mayoría de los países del mundo. Sin embargo, los nue-
vos estilos de vida, alimentación, los progresos sociales y en general los avances
de la ciencia que caracterizan nuestra época, han contribuido en forma impor-
tante a aumentar la longevidad, donde su mayor valor predictivo está represen-
tado por la “esperanza de vida”, la cual puede calcularse para todas las edades y se
define como el “número de años que quedan por vivir a partir de una edad dada”.
La tendencia al envejecimiento de la población es casi irreversible y es poco
probable que vuelvan a darse las poblaciones jóvenes del pasado como con-
secuencia del proceso de transición demográfica que el mundo está viviendo.
Para el año 2050 se estima, según la Organización de las Naciones Unidas
(Onu), que el número de personas de más de 60 años aumentará de 600 millo-
nes a casi 2,000 millones; esto significa que pasará de un 10 % a un 21%. Antes
de que pasen 50 años, habrá en el mundo, por primera vez en la historia, más
personas mayores de 60 años que menores de 15, mientras que en la actualidad
una de cada 10 personas tiene más de 60 años; en el año 2050 la proporción
será una de cada cinco.

Envejecimiento demográfico en México


La transición demográfica alude al paso de los altos niveles de natalidad y
de mortalidad sin control, a bajos niveles controlados. México ha seguido el
patrón de este típico proceso. Durante los años 1910 a 1921 hubo un irregular
38 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

comportamiento demográfico derivado de la lucha armada de la Revolución.


Al término de la cual la esperanza de vida se situaba en 32.9 años, provocando
incluso que el número de habitantes se redujera de 16.2 millones a 16 millones.
Una vez restaurada la paz, inició la primera etapa de transición demográfica,
caracterizada por una tasa de mortalidad de rápido descenso y tasa de natalidad
ascendente hasta 1960; en esta etapa ocurre el incremento más impresionante,
ya que entre 1942 y 1960, aumentó de casi un año de vida media (0.95) por cada
hasta 1960; en esta etapa ocurre el incremento más impresionante, ya que entre 1942 y 1960,
año calendario.
aumentó de casi un Figura 1. media (0.95) por cada año calendario. Figura 1.
año de vida
Figura1.1.
Figura

Fuente: Partida, 2005.


Fuente: Partida, 2005.

La
Lasegunda
segunda fasefase
inició en 1970,
inició México
en 1970, era entonces,
México el país latinoamericano
era entonces, con menor
el país latinoamericano
tasa de mortalidad (10.5 muertes por mil, alrededor de 500 mil fallecimientos anuales) y el
con menor
séptimo tasa tasa
con mayor de demortalidad (10.5
natalidad (43.2 pormuertes por2.5
mil, es decir, mil, alrededor
millones de 500 al
de nacimientos mil
fallecimientos
año), anuales)
con una esperanza y elde
de vida séptimo
64 años con mayor tasa de natalidad (43.2 por mil,
en promedio.
es Los altos
decir, 2.5niveles
millonesdel crecimiento natural algeneraron
de nacimientos año), conun una
rejuvenecimiento
esperanza de inédito
vida de
dela64
población, que comenzó a presionar el sistema productivo y económico, particularmente a
años en promedio.
partir de la segunda mitad de la década de los sesenta. La notable preocupación por los
Los de
procesos altos niveles del crecimiento
empobrecimiento, marginación y natural
exclusióngeneraron
social de un un rejuvenecimiento
creciente segmento de
lainédito
poblacióndeestimuló la reflexión
la población, quesobre la nueva relación
comenzó entre laelpoblación
a presionar sistemay productivo
el desarrollo, y
y se llegó a la conclusión de que el espíritu poblacionista, y en particular pronatalista debía
económico, particularmente a partir de la segunda mitad de la década de los
modificarse.
sesenta.
Se logróLaconstruir
notableunapreocupación
planeación quepor los procesos
implicaba que la tasadedeempobrecimiento,
crecimiento disminuyera mar-
deginación y exclusión
2.92% anual a menos de social
1%. Eldedescenso
un creciente segmentosumado
de la fecundidad, de la población estimuló
a la disminución de
lalamortalidad, resultado de una nueva cultura de cuidado y atención de la
reflexión sobre la nueva relación entre la población y el desarrollo, y se llegó salud, inauguró el a
proceso de transición demográfica en México, que ha modificado paulatinamente la
estructura por edad de la población, con una clara tendencia hacia el envejecimiento.
En 1974 el grupo de personas de 60 años y más representaba apenas 6.3% de la
población, actualmente en México existen 8.1 millones de personas de 60 años y más edad
que representan el 7.3% del total de la población y se espera que para el 2050 uno de cada 4
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 39

la conclusión de que el espíritu poblacionista, y en particular pronatalista debía


modificarse.
Se logró construir una planeación que implicaba que la tasa de crecimiento
disminuyera de 2.92% anual a menos de 1%. El descenso de la fecundidad,
sumado a la disminución de la mortalidad, resultado de una nueva cultura de
cuidado y atención de la salud, inauguró el proceso de transición demográ-
fica en México, que ha modificado paulatinamente la estructura por edad de la
población, con una clara tendencia hacia el 2envejecimiento.
Figura
Pirámides poblacionales
Figura 2
Pirámides poblacionales 1974, 2009, 2050

Fuente:
Fuente: Partida, 2005. Partida, 2005.

De qué se enferman los adultos mayores de Yucatán


En 1974 el grupo de personas de 60 años y más representaba apenas 6.3%
Entre las población,
de la principales actualmente
afecciones deeneste
México
grupoexisten
etario 8.1 millonesendeelpersonas
registradas de 60 de
Sistema Único
años y más
Información edad que Epidemiológica
de Vigilancia representan el 2010,
7.3% (Tabla
del total
1), de la población
están y se espera
en los primeros lugares las
que pararespiratorias,
infecciones: el 2050 unode devías
cadaurinarias,
4 mexicanos sea unlas
intestinales, Adulto Mayor
úlceras, y gran
gastritis parte de las
y duodenitis;
enfermedades
este grupocrónicodegenerativas se posicionan
se encuentra en una situación crítica.a La
partir del cuarto
esperanza lugar
de vida de lasdediez
al nacer
primeras causas de
un mexicano morbilidad,
es de 75 años enentre ellas: la(77.6
promedio hipertensión
en mujeres arterial
y 73.1sistémica, diabetes
en hombres).
Mellitus no insulino dependiente, el asma, la gingivitis y enfermedades periodontales, las
Tales estimaciones nos llevaran a la tercera etapa del proceso, que tendrá lugar
enfermedades isquémicas del corazón y la enfermedad cerebro vascular, aquí se puede
durante
constatar la latransición
primera mitad del presente
epidemiológica, siglo (donde
evidenciado porla la
natalidad y la mortalidad
coexistencia tanto de las
enfermedades infecciosas como de las crónicodegenerativas. En las tablas 2 y 3 se muestra
la distribución de las principales causas de morbilidad por género.
40 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

convergen). Figura 2. En cuanto a demografía por entidad federativa, en todas


se advierte un paulatino envejecimiento los cuales representan distintas situa-
ciones dentro de la variada gama del conjunto de las 32 entidades federativas.

De qué se enferman los adultos mayores de Yucatán


Entre las principales afecciones de este grupo etario registradas en el Sistema
Único de Información de Vigilancia Epidemiológica 2010, (Tabla 1), están en
los primeros lugares las infecciones: respiratorias, de vías urinarias, intestina-
les, las úlceras, gastritis y duodenitis; las enfermedades crónicodegenerativas
se posicionan a partir del cuarto lugar de las diez primeras causas de morbili-
dad, entre ellas: la hipertensión arterial sistémica, diabetes Mellitus no insulino
dependiente, el asma, la gingivitis y enfermedades periodontales, las enferme-
dades isquémicas del corazón y la enfermedad cerebro vascular, aquí se puede
constatar la transición epidemiológica, evidenciado por la coexistencia tanto de
las enfermedades infecciosas como de las crónicodegenerativas. En las Tablas 2
y 3 se muestra la distribución de las principales causas de morbilidad por género.
Tabla 1.
Principales causas de Morbilidad en Población General de 60 años y más, Yucatán 2010
Orden Causa Población de 60 Población de 65 Población de 60
de Frec. a 64 años años y más años y más
Casos Tasas Casos Tasas Casos Tasas
1 Infecciones Respiratorias 18,128 314 32,179 739.8 50,307 276.4
Agudas
2 Infecciones Intestinales por 3,459 60 8,295 190.7 11,754 64.5
otros organismos
3 Infecciones de Vías 3,773 65.4 7,652 175.9 11,425 62.7
Urinarias
4 Úlceras, Gastritis y 1,539 26.7 3,149 72.3 4,688 25.7
Duodenitis
5 Hipertensión Arterial 1464 25.4 2,912 66.9 4,376 24.0
6 Diabetes Mellitus No 1,213 21.0 1,925 44.2 3,138 17.2
Insulinodependiente
7 Asma y Estado Asmático 583 10.1 1,348 30.9 1,931 10.6
8 Amibiasis Intestinal 482 8.3 1,103 25.3 1,587 8.7
9 Otras Helmintiasis 347 6.0 867 19.9 1,214 6.6
Continúa
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 41

Orden Causa Población de 60 Población de 65 Población de 60


de Frec. a 64 años años y más años y más
Casos Tasas Casos Tasas Casos Tasas
10 Gingivitis Enfermedad 491 8.5 689 15.8 1,180 6.4
Periodontal
11 Enfermedad Isquémica del 165 2.8 667 15.3 832 4.5
Corazón
12 Conjuntivitis 271 4.7 475 10.9 746 4.0
13 Neumonías y 146 2.5 517 11.8 663 3.6
Bronconeumonías
14 Enfermedades 96 1.6 519 11.9 615 3.3
Cerebrovasculares
Fuente: Sistema Único de Información en Vigilancia Epidemiológica 2010. Tasa: Por 1,000 habitantes (60
a 64, 65 y más, 60 y más) Conapo 2010

Tabla 2.
Principales causas de Morbilidad en Población Masculina de 60 años y más, Yucatán 2010
Orden Causa Población de Población de Población de
de Frec. 60 a 64 años 65 años y más 60 años y más
Casos Tasas Casos Tasas Casos Tasas
1 Infecciones Respiratorias 6,780 248.9 14,022 241.6 20,802 243.9
Agudas
2 Infecciones Intestinales 1,292 47.4 3,383 58.3 4,675 54.8
por otros organismos
3 Infecciones de Vías 1,223 44.9 3092 53.2 4,315 50.6
Urinarias
4 Hipertensión Arterial 658 24.1 1,257 21.6 1,915 22.4
5 Úlceras, Gastritis y 568 20.8 1,284 22.1 1,852 21.7
Duodenitis
6 Diabetes Mellitus No 498 18.2 778 13.4 1,276 14.9
Insulinodependiente
7 Asma y Estado Asmático 177 6.4 473 8.1 650 7.6
8 Amibiasis Intestinal 170 6.2 453 7.8 623 7.3
9 Gingivitis y Enfermedad 215 7.8 315 5.4 530 6.2
Periodontal
10 Otras Helmintiasis 109 4.0 360 6.2 469 5.5
Continúa
42 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Orden Causa Población de Población de Población de


de Frec. 60 a 64 años 65 años y más 60 años y más
Casos Tasas Casos Tasas Casos Tasas
11 Enfermedad Isquémica 98 3.5 351 6.0 449 5.2
del Corazón
12 Enfermedades 54 1.9 296 5.1 350 4.1
Cerebrovasculares
13 Conjuntivitis 127 4.6 217 3.7 344 4.0
14 Neumonía 59 2.1 244 4.2 303 3.5
Bronconeumonía
Fuente: Sistema Único de Información en Vigilancia Epidemiológica 2010.Tasa: Por 10,00l hombres (60
a 64, 65 y más, 60 y más) Conapo 2010.

Tabla 3.
Principales causas de Morbilidad en Población Femenina de 60 años y más, Yucatán 2010.
Orden Causa Población de 60 Población de 65 Población de 60
de a 64 años años y más años y más
Frec. Casos Tasas Casos Tasas Casos Tasas
1 Infecciones Respiratorias 11,348 373.4 18,157 273.7 29,505 619.1
Agudas
2 Infecciones de Vias 2,560 84.2 4,560 68.7 7,110 149.1
Urinarias
3 Infecciones Intestinales 2,167 71.3 4,912 74.0 7,079 148.5
Por Otros Organismos
4 Úlceras, Gastritis y 971 31.9 1,865 28.1 2,836 29.3
Duodenitis
5 Hipertensión Arterial 806 26.5 1,655 24.9 2,461 25.4
6 Diabetes Mellitus No 715 23.5 1,147 17.2 1,862 19.2
Insulinodependiente
7 Asma y Estado Asmático 406 13.3 875 13.1 1,281 13.2
8 Amibiasis Intestinal 312 10.2 650 9.7 962 9.9
9 Otras Helmintiasis 238 7.8 507 7.6 745 7.7
10 Gingivitis y Enfermedad 276 9.8 374 5.6 650 6.7
Periodontal
11 Conjuntivitis 144 4.7 258 3.8 402 4.1
12 Enfermedad Isquémicas 67 2.2 316 4.7 383 3.9
del Corazón
Continúa
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 43

Orden Causa Población de 60 Población de 65 Población de 60


de a 64 años años y más años y más
Frec. Casos Tasas Casos Tasas Casos Tasas
13 Neumonías y 87 2.8 273 8.2 360 3.7
Bronconeumonías
14 Otitis Medias Aguda 120 3.9 159 4.8 279 2.8
15 Enfermedades 42 1.3 223 6.7 265 2.7
Cerebrovasculares
Fuente: Sistema Único de Información en Vigilancia Epidemiológica 2010. Tasa: Por 1000l mujeres (60 a
64, 65 y más, 60 y más) Conapo 2010

Con lo citado anteriormente en relación a la evolución del envejecimiento


y la tendencia del proceso en los años venideros, se hizo necesario conocer la
situación de salud y bienestar en los adultos mayores de la ciudad de Mérida,
Yucatán. Esto es muy importante, teniendo en cuenta que el adulto mayor per-
tenece a una población sumamente vulnerable ante los múltiples problemas
sociales, económicos y de salud. Se llevó a cabo una primera etapa de la inves-
tigación denominada Encuesta-SABE Yucatán, que fue realizada de diciembre
2003 a julio de 2004 y una segunda fase, de octubre 2010 a abril de 2011, en la
que se aplicó la misma metodología que en la primera con el fin de obtener los
datos actualizados y poder conocer la evolución del proceso.

Metodología
En ambas etapas se seleccionó una muestra representativa aleatorizada de adul-
tos mayores de Mérida, Yucatán. En la primera etapa se analizaron los datos de
1798 de 1800 adultos mayores entrevistados y en la segunda 1322 de un total
de 1324, en ambos casos fue mayor el número de mujeres entrevistadas; todas
las variables estudiadas fueron analizadas por grupos de edad y por género.
La variable edad se agrupó en seis categorías, por quinquenios: 60-64, 65-69,
70-74, 75-79, 80-84, y 85 y más años de edad. En la Tabla 4, se muestra la dis-
tribución por edad y género de los encuestados en cada una de las encuestas.
44 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Tabla 4.
Distribución de los adultos mayores entrevistados en las encuestas SABE, de
acuerdo a su grupo etario y género.
SABE 2003-2004 SABE 2010-2011
n=1798 n=1322
Grupo de Masculino Femenino Masculino Femenino
edad No. % No. % No. % No. %
60 – 64 140 29.8 330 70.2 143 41.4 202 58.6
65 – 69 112 31.3 246 68.7 102 35.3 187 64.7
70 – 74 109 29.8 257 70.2 85 33.6 168 66.4
75 – 79 77 32.8 158 67.2 68 35.8 122 64.2
80 – 84 68 31.2 150 68.8 59 42.1 81 57.9
85 y más 57 37.7 94 62.3 46 43.8 59 56.2
Total 563 31.3 1235 68.7 503 38.0 819 62.0
Fuente: Encuesta Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE), 2003-2004 y 2010-2011. Mérida, Yucatán.

La encuesta aplicada
La Encuesta Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE), es una iniciativa con-
tinental de la Organización Panamericana de la Salud (Ops), dirigida a conocer
el efecto del envejecimiento sobre múltiples aspectos del estado de salud. La
ciudad de Mérida, Yucatán, México, fue una de las sedes designadas por la Ops
para llevar a cabo el proyecto en el 2003. Los resultados de carácter descripti-
vos, son de suma importancia dada la de información relativa al estado de salud
y de enfermedad de este grupo de edad y que permite evaluar las relaciones que
existen entre las variables estudiadas y la condición de salud del adulto mayor.
En el cuadro siguiente, se muestran las variables estudiadas, lo que nos da una
idea de la magnitud de la información generada en ambas encuestas.
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 45

Encuesta SABE Yucatán:


Salud, Bienestar y Envejecimiento
Categorías de Análisis
2003 2010
Indicadores Categorías Indicadores Categorías
I. Perfil Alfabetismo, escolaridad y Socio Estado civil,
sociodemográfico compañía en la vivienda. demográficos Alfabetismo,
Escolaridad,
Compañía en la vivienda.
II. Estado Memoria y cognición Estado de Estado cognitivo,
cognoscitivo salud HAS, DM, EPOC, Enfermedad
III. HTA, DM, EPOC, cardiaca, EVC.
Enfermedades Enfermedades cardíacas, Artritis, reumatismo y artrosis,
crónicas EVC, Enfermedad articu- osteoporosis.
lar, Osteoporosis y Cáncer.
Detección de Ca de mama, de
IV. Funcionalidad Actividad física, Hábito de CaCU y de próstata.
Física y ejercicio, Elaboración de
Enfermedad psiquiátrica,
Discapacidad manualidades, Dependencia
depresión.
para las ABVD y AIVD,
Incontinencia urinaria y Realización de ejercicios y de
fecal. manualidades.
Calidad de la visión, Incontinencia urinaria y fecal.
audición y problemas Caídas.
dentales. Precepción de la visión y de la
V. Accidentes Caídas. audición.
Caseros Dificultad para comer por prob-
VI. Adicciones Alcoholismo y lemas dentales.
Tabaquismo. Consumo de alcohol y tabaco.
VII. Depresión y Enfermedades Nutrición.
Enfermedades psiquiátricas.
Memoria.
psíquicas.
Dependencia para ABVD y AIVD.
Flexibilidad y equilibrio.
HTA = hipertensión arterial. HAS = Hipertensión arterial sistémica.
DM = Diabetes mellitus. CaCU = Cáncer cervicouterino.
EPOC = Enfermedad pulmonar obstructiva
crónica.
EVC = Enfermedad vascular cerebral.
ABVD = Actividades básicas de la vida diaria.
AIVD = Actividades instrumentales de la vida
diaria.
46 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Resultados y comentarios
Cuando a los adultos mayores se les preguntó sobre como percibían su salud,
encontramos que entre la aplicación de la primera y la segunda encuestas hubo
una diferencia significativa, cabe mencionar que esta pregunta tenía cinco
opciones de respuesta y para construir ésta se agruparon las respuestas: exce-
lente, muy buena y buena. Sin embargo se observa que en el autoreporte de
enfermedad no hay diferencia estadística, a pesar de que en algunas enfermeda-
des si se encuentran diferencias significativas, Tabla 5. Vale la pena mencionar
que solamente en el caso de depresión se hizo la evaluación al momento de la
entrevista, en los demás casos fue por auto-referencia.
Tabla 5.
Comparativo entre la percepción de salud y la presencia de enfermedades, en las
muestras de adultos mayores estudiados
Variable 2003-4 2010-11 Diferencia Comparativo
n=1798 n= 1322    
(%) (%)  (%) (Z)
Autopercepción de
buena salud 53.3 36.6 -16.7 9.25**

Sin autoreporte de
22.3 20.12 -1.91 1.47
enfermedad***
Diabetes Mellitus 16 30.8 -14.8 9.82**
Hipertensión 37.5 48.3 -10.8 6.04**
Enfermedad cardiaca 12.8 11.6 1.2 1.01
Osteoporosis 12.3 16.2 -3.9 3.11**
Enfermedad articular 28.4 31.1 -2.7 1.63
EPOC 7 7.6 -0.6 0.64
EVC 5.5 4.5 1 1.26
Depresión 10.1 15.6 -5.5 4.60**
* p< 0.05, ** p< 0.01.        
***Enfermedades
listadas en la tabla.

Este resultado llama la atención, ya que permite proponer algunas interro-


gantes que han de ser analizadas, tales como: en el lapso de 10 años, entre una y
otra encuesta, ¿los adultos mayores reconocen mejor la enfermedad que pade-
cen y esto los hace percibir su salud como no tan buena? O ¿Es que los adultos
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 47

mayores de la segunda muestra viven sin compañía en la vivienda o sus redes


de apoyo social son más pobres?
Entre las enfermedades que reportaron padecer los adultos mayores encues-
tados están la hipertensión arterial, la diabetes Mellitus y la osteoporosis; todas
ellas son prevenibles, por lo que será necesario fortalecer los esfuerzos para
educar mejor a la sociedad, sobre estas patologías crónicas que se inician gene-
ralmente antes de llegar a la tercera edad. En la Tabla 6, se muestra que tanto
en el hábito tabáquico como en el relacionado al consumo de alcohol hubo
diferencias significativas entre las dos muestras que se analizaron.
Tabla 6.
Comparativo entre la presencia de factores que afectan potencialmente la salud en las
muestras de adultos mayores estudiados.
2003-4 2010-11 Diferencia Comparativo
Variable n=1798 n= 1322    
(%) (%)  (%) (Z)
Consumo de
4.6 28.4 -23.8 18.56**
alcohol
Hábito de
5.4 26.7 -21.3 16.73**
fumar

Lo observado en relación a estos factores que pueden actuar como causa de


enfermedad, es de llamar la atención ya que entre una y muestra transcurrió un
periodo de 10 años, ¿será posible que en este lapso los adultos mayores infor-
men con más libertad respecto a sus hábitos? O ¿Es que por la década en la que
vivieron su adolescencia, había mayor libertad y estos hábitos vinieron a formar
parte de su estilo de vida?
La Tabla 7, muestra cual fue la diferencia respecto a la situación en torno a
las medidas preventivas que se pueden aplicar, como medios de prevención o
de detección oportuna de algunas enfermedades como el cáncer de mama o de
cuello cervicouterino y el de próstata.
48 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Tabla 7.
Comparativo en la situación de medidas preventivas tomadas por los adultos mayores
estudiados en ambas encuestas.
2003-4 2010-11 Diferencia Comparativo
Variable n=1798 n= 1322    
(%) (%)  (%) (Z)
Autoexploración de
52.9 64.9 -12 6.71**
la mama (CAMa)
Papanicolau (CACu) 43.8 39.4 4.4 2.46*
Revisión de la
26 32.8 -6.8 4.14**
Próstata (CAPros)
* p< 0.05, ** p< 0.01.

Estas diferencias entre lo observado en la primera y la segunda encuesta, nos


habla de los esfuerzos que el sector salud en general, están realizando para que
los programas de prevención se amplíen al grupo de adultos mayores y es posi-
ble que los medios de comunicación, puedan estar jugando algún papel sobre la
difusión, de la necesidad de acudir o participar en los programas de prevención
que ofrece el sector salud.
Un elemento importante, que se considera en el grupo de adultos mayo-
res, se refiere a las variables que se relacionan con su independencia y así en
la encuesta SABE se investigó sobre las actividades básicas de la vida diaria
(ABVD) que incluyen: el comer, desplazarse de una habitación a otra, levan-
tarse y vestirse por sí solo y se encontró una diferencia significativa entre las
dos encuestas como se observa en la Tabla 8. En esta misma tabla se muestra el
comparativo de otras variables que se asocian con la pérdida de independencia,
entre las que también se encontró diferencias significativas.
Epidemiología del envejecimiento en Yucatán • 49

Tabla 8.
Comparativo entre las variables relacionadas con la dependencia de los adultos
mayores estudiados.
DEPENDENCIA
2003-4 2010-11 Diferencia Comparativo
Variable n=1798 n= 1322    
(%) (%)  (%) (Z)
Dependencia ABVD 13.4 20.3 -6.9 5.15**
Incontinencia Urinaria 13 26.8 -13.8 9.74**
Incontinencia fecal 3.3 7.6 -4.3 5.38**
Problemas de visión 16 25.7 -9.7 6.68**
Caídas 31.2 39.7 -8.5 4.93**
Problemas dentales 8.2 15.8 -7.6 6.60**
* p< 0.05, ** p< 0.01.

La dependencia relacionada con las ABVD y las otras variables presentadas,


hablan de una discapacidad funcional o neuromotora, que impide a quien la
padece realizar sus actividades de la vida diaria de manera independiente y se
ha propuesto que puedan existir diversos factores que precipiten la aparición
de esta discapacidad. Al mismo tiempo, su presencia podría explicar, el porqué
de la necesidad de las redes sociales de apoyo para el grupo de adultos mayo-
res. Éste se considera entre los vulnerables, que requiere una atención especial
desde el punto de vista de su salud, en el ámbito de la prevención y atención
oportuna de los factores que los puedan llevar no solamente a discapacidad
sino a padecer alguna enfermedad. Por lo tanto las acciones estarán encamina-
das hacia la prevención muy temprana, desde la infancia, ya que desde el mismo
momento de nacer estamos envejeciendo y esto no lo podemos evitar.
50 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

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Foto: Gina Villagómez. Marrakech, Marruecos.
Foto: Gina Villagómez. Estambul, Turquía.
DISCAPACIDAD Y SERVICIOS DE SALUD DE LA
POBLACIÓN ADULTA MAYOR EN CHIAPAS

Susana Villasana Benítez

Introducción
Varios autores han explicado que el proceso de envejecimiento de la población
es un fenómeno demográfico mundial. El cambio en la transición demográfica
y epidemiológica ha influido en el envejecimiento de la población, principal-
mente, factores como el descenso de la fecundidad, descenso de la mortalidad,
aumento en la esperanza de vida al nacer y la revolución sanitaria del siglo XX,
han propiciado la prolongación de la vida (Tuirán, 1999; Ham-Chande, 2003;
Cepal-Unfpa, 2009, entre otros).
La presencia de más población anciana en el mundo tiene sus consecuen-
cias e implicaciones sociales profundas, entre ellas se destaca la ampliación del
período de vejez, entre 30 y 40 años, estilos de vida medicalizados que requie-
ren largos tratamientos de enfermedades crónico degenerativas, conformación
de un grueso de población que exige sistemas de seguridad para el retiro, femi-
nización del envejecimiento, entre otros cambios (Villasana, 2011: 62-63).
La situación demográfica en México nos muestra que la esperanza de vida al
nacer pasó de 33.9 años en 1930 a 38.8 años en 1940 y se fue incrementando en
las décadas siguientes hasta llegar alcanzar 70.6 años por vivir en promedio en
1990. En los recuentos demográficos 2000 y 2010, los años por vivir se incre-
mentaron en promedio a 73.9 y 75.4 respectivamente, ampliándose la brecha
entre hombres y mujeres con una diferencia de 4.7 años de más esperanza de
vida entre las mujeres (Inegi, 2012: 7), ver Gráfica 1.

53
54 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Gráfica 1
Esperanza de Vida al Nacimiento por sexo México, 1930-2010

uente: INEGI.
Indicadores
ociodemográficos, 1930-
998.- CONAPO. México
Demográfico, Breviario 1988. C ONAPO Proyecciones de la Población de México,
Fuente: Inegi. Indicadores Sociodemográficos, 1930-1998.- Conapo. México Demográfico, 2005-
Breviario 1988. Conapo Proyecciones2050.
de la Población de México, 2005-2050.

La incidenciaLadel
incidencia
procesodelglobalizador
proceso globalizador afecta también
afecta también a los viejos
a los viejos y los yhace
los hace
partícipes
partícipes
e nuevas formas de nuevas
de vivir formas de
ese tramo de vivir
edad,eselotramo de edad, la
que plantea lo que plantea de
necesidad la nece-
conocer la
sidad de conocer la problemática y brindar atención especializada
oblemática y brindar atención especializada a ese sector de la población, sobre todo, a ese sector
de laalpoblación,
ando se llega sobre todo,
último tramo cuando
del ciclo de sevida
llegaindividual
al último tramo del ciclo de de
en condiciones vidasalud y
individual
abajo poco favorables. en condiciones de salud y trabajo poco favorables.
El objetivo Elde objetivo
esta indagación es presentar
de esta indagación un análisis
es presentar descriptivo
un análisis de las
descriptivo variables
de las
ciodemográficas relacionadas
variables con discapacidad
sociodemográficas relacionadasycon servicios de salud
discapacidad de la población
y servicios de salud de 60
más años dedeedad
la población dey60
en el país eny elmás años de edad
estado Chiapas.en el país y en el estado de Chiapas.

oblación adulta mayor adulta mayor


Población
En México, en el año 2010, los adultos mayores sumaron en total 10.05 millo-
n México, ennes.elEnaño 2010, éstos
Chiapas, los adultos mayores
contabilizaron sumaron
345,481 en total
personas 10.05 millones.
y representaron el En
hiapas, éstos7.20%
contabilizaron 345,481
de la población total personas y representaron
de la entidad, porcentaje queelse7.20% de debajo
ubica por la población
tal de la entidad, porcentaje que se ubica por debajo de la
de la media nacional de adultos mayores: 8.95% (cuadro 1).media nacional de adultos
ayores: 8.95% (cuadro 1).

Cuadro 1
Población total y adultos mayores de 60 y más años
en México y Chiapas. 2010
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 55

Cuadro 1
Población total y adultos mayores de 60 y más años en México y Chiapas. 2010
Población total Población de 60 y Porcentaje
más años de edad
México 112,336,538 10,055,379 8.95
Chiapas 4,796,580 345,481 7.20
Fuente: Inegi. Censo de Población y Vivienda 2010: Tabulados del Cuestionario Básico.

Las diferencias por sexo fueron las siguientes:


En México 47 de cada cien adultos mayores eran hombres y 53 mujeres,
observando una diferencia por sexo importante en el porcentaje de hombres
y mujeres, en cambio la diferencia por sexo de los adultos mayores en Chiapas
es poco significativa, cercana a 50 hombres y ligeramente mayor a 50 mujeres,
situación que se refleja en la relación hombre/mujer o índice de masculinidad,
en el país fue de 87 hombres por cada cien mujeres y en Chiapas 99 hombres
por cada cien mujeres (Cuadro 2).
Cuadro 2
Población total y adultos mayores de 60 y más años según sexo.
México y Chiapas, 2010
Pob. de 60 Hombres % Mujeres de % Índice de
y más años de 60 y 60 y más masculinidad
de edad más años años de
de edad edad
México 10,055,379 4,679,538 46.54 5,375,841 53.46 87.4
Chiapas 345,481 171,489 49.64 173.992 50.36 98.6
Fuente: Inegi. Censo de Población y Vivienda 2010: Tabulados del Cuestionario Básico.

El peso porcentual que representan las personas de 60 y más años de edad


de los conteos y censos de población en México y Chiapas, entre 1990 y 2010,
es de un crecimiento acelerado y se observa claramente en el Cuadro 3:
56 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Cuadro 3
Población de 60 y más años. México y Chiapas.
1990 a 2010 (Porcentaje)
1990 1995 2000 2005 2010
México 6.1 6.5 7.1 8.1 9.0
Chiapas 4.7 5.0 5.4 6.5 7.2
Fuente: Inegi. XI Censo general de población y vivienda 1990. Inegi. I Conteo de población
y vivienda 1995. Inegi. XII Censo general de población y vivienda 2000. Inegi. II Conteo de
población y vivienda 2005. Inegi. Censo de población y vivienda 2010.

Tal crecimiento de adultos mayores ha modificado la forma de vivir, per-


cibir y atender la vejez, situación que se agrava al referirnos a las condiciones
de vida de la población anciana que habita en regiones de pobreza extrema, lo
que hace prioritario afrontar los problemas sociales y de salud derivado de ello.
Para el caso de Chiapas, se ha mantenido a la zaga de las demás entidades fede-
rativas en el país, según los índices de marginación que sintetizan la carencia
de servicios públicos, educativos, de vivienda e ingreso menor a dos salarios
mínimos. En el año de 1990 alcanzó el más alto índice de marginación, 2.3605,
en comparación con las demás entidades federativas de la República Mexicana;
el conjunto de indicadores reveló que Chiapas tenía un grado de marginación
“muy alto”.
En 1995, el cálculo del índice de marginación no mostró un cambio signifi-
cativo en la entidad Chiapas volvió a ocupar el grado más alto de marginación
en el país de 2.36 no obstante la gran cantidad de recursos asignados para obras
de infraestructura y programas de desarrollo social; lugar que para el año 2000
se mantuvo con un índice de 2.2507; en el año 2005 decreció una posición ocu-
pando el segundo lugar después de Guerrero, con un índice de marginación de
2.32646, y en el año 2010 persistió en el segundo lugar con un índice de 2.31767
(Conapo, 1996; 2001; 2006; 2010).
La situación de los municipios de Chiapas según el grado de marginación
se ha modificado ligeramente, de los años 2005 a 2010 observamos que el
número de municipios con “muy alto” grado de marginación creció añadiendo
a la lista un municipio más; el número de municipios con “alto” grado decre-
ció y 24 municipios alcanzaron la categoría de “medio” grado de marginación
mejorando sus condiciones de servicios públicos, vivienda y educación; en los
grados de marginación “bajo” y “muy bajo” no hubo cambios (Cuadro 4).
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 57

Cuadro 4.
Número de municipios de Chiapas según grado de marginación municipal.
México, 2005 y 2010
Grado de Número de municipios Porcentaje
marginación (n=118)
2005 2010 2005 2010
Muy alto 47 48 39.8 40.7
Alto 64 39 54.2 33.1
Medio 5 29 4.2 24.6
Bajo 1 1 0.8 0.8
Muy Bajo 1 1 0.8 0.8
Fuente: Villasana, 2010:35. Conapo, 2010.

Vejez y diversidad étnica


En estudios anteriores dimos a conocer que la investigación social en México
dedicada a los estudios de vejez, especialmente en sociedades rurales e indíge-
nas, ha sido campo de interés de la antropología y la etnología, ya sea jugando
el papel central en las investigaciones donde el viejo forma parte activa en las
instituciones sociales o jugando un rol protagónico en las actividades de la vida
diaria, como informante clave de la organización social comunitaria (Reyes y
Villasana, 2010: 336).
Se reconoce que la vejez ha sido estudiada desde la perspectiva social y
no sólo médica, que los aportes etnográficos nos ofrecieron expresiones de la
vejez en contextos indígenas específicos; así también, se mostró que aunque el
proceso de envejecimiento de la población es un fenómeno global, la vejez es
heterogénea y distingue las diferencias sociales y culturales que hay que consi-
derar al diseñar políticas públicas o acciones que incidan en el nivel de vida de
la población vieja (Reyes y Villasana, 2010: 336).
Los indicadores que se encuentran en el Diagnóstico sociodemográfico de los adul-
tos mayores indígenas de México4, muestran que en el año 2000 los adultos mayores
indígenas en el país, con un rango de edad de 60 y más años, representaron el

4 En el diagnóstico se presentan datos estadísticos que permiten conocer el perfil sociodemográfico de los adultos
mayores indígenas (hombres y mujeres). Define la población de estudio en el contexto del hogar indígena con-
formado por hablantes y no hablantes de lengua nativa; analiza el impacto del envejecimiento en la organización
social y expresiones culturales de los pueblos indios.
58 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

7.6% del total de la población que habita en hogares indígenas, peso porcentual
por arriba del nacional que fue 7.3%5 (Villasana y Reyes, 2006: 14).
Acercarse al conocimiento del perfil sociodemográfico de una población en
el que destaca la diversidad cultural requiere primero identificar los distintos
grupos sociales que la conforman y encontrar alguna variable que nos acerque
a esas diferencias.
En los censos de población en México se han utilizado diversos criterios
para identificar a los grupos indígenas, como el uso de indumentaria, el tipo de
alimentación basada en el consumo de maíz, la pertenencia étnica o declarar
hablar alguna lengua indígena a partir de un rango de edad, siendo este último
criterio el más común. Así, el reconocer hablar alguna lengua indígena ha sido,
hasta el momento, el indicador más operativo y práctico (Inegi). Con éste, se
han registrado grupos de hablantes de lenguas autóctonas que representan a un
sector de habitantes en el país culturalmente distintos y que por inferencia, de
la condición de habla, se reconoce como población indígena.
En trabajos anteriores he caracterizado a Chiapas como una entidad federa-
tiva con una arraigada historia prehispánica y colonial, cuya diversidad cultural
y lingüística es muy marcada, es decir, se reconoce la existencia de grupos de
población originaria que se distingue entre sí además de la lengua que hablan,
por sus rasgos culturales como la indumentaria, las creencias, las tradiciones y
las formas de organización social.
Los principales grupos indígenas que habitan en Chiapas son tzeltales, tzot-
ziles, choles, tojolabales, zoques, mames y lacandones, siendo éstos algunos de
los grupos que representan a las diversas sociedades indias que han ocupado, de
tiempo atrás, el vasto territorio chiapaneco, área geográfica en el que se sobre-
ponen los municipios de “muy alta” y “alta” marginación según los indicadores
del Consejo Nacional de Población.
Hoy día varios pueblos indígenas han llegado a aumentar su población
anciana y en este contexto de nueva ruralidad donde las condiciones de salud
y nivel de vida los ubica en zonas de pobreza extrema la situación se complica,
sobre todo cuando el sujeto se vuelve improductivo en términos laborales, vive
solo, es viudo, habita en zonas de alta marginación y está limitado en alguna de
sus facultades (movimiento, auditiva, mental, entre otras).
5 En esta información el cálculo de los porcentajes sólo consideró la población total con edad especificada dando
un porcentaje de 7.3%, a diferencia del cuadro: Población de 60 y más años. México y Chiapas. 1990 a 2010, en
el cual los cálculos se realizaron considerando a la población total sin edad especificada dando un porcentaje de
7.1%, razón por la cual los porcentajes del año 2000 difieren.
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 59

En síntesis, el diagnóstico pone en evidencia que en el año 2000 la población


adulta mayor indígena del país, tenía el siguiente perfil: diez de cada cien adultos
mayores indígenas (10.5%) sufría al menos una discapacidad; setenta y cinco
de cada cien (75.5%) declaró no tener servicio médico de alguna institución
de salud (Imss, Issste, Pemex); sesenta y dos de cada cien (62.4%) no cuenta
con alguna ocupación remunerada, y de los treinta y ocho de cada cien adultos
mayores indígenas con alguna ocupación (37.6%) más de la mitad sobrevive
con menos de un salario mínimo (Villasana y Reyes, 2006: 31-35).

Discapacidad y/o limitación en la actividad


El tema Discapacidad se aborda dentro del Censo de Población 2010 a través de
las variables “Limitación en la actividad y Causa de la limitación en la actividad”
(Inegi, 2010b). El término Discapacidad en el Censo comprende las deficiencias en
las estructuras y funciones del cuerpo humano, las limitaciones en la capacidad personal para
llevar a cabo tareas básicas de la vida diaria y las restricciones en la participación social que
experimenta el individuo al involucrarse en situaciones del entorno donde vive (Inegi, 2010b).
Se define la discapacidad entendida como Limitaciones en la actividad: dificul-
tades que una persona puede tener en la realización de tareas de la vida diaria;
y se distingue el concepto Población con limitaciones en la actividad como: Personas
que tienen alguna dificultad al realizar actividades básicas de la vida diaria como
caminar o moverse, ver, escuchar, hablar, atender su cuidado personal, poner
atención o aprender (Inegi, 2010b).
En el trabajo de Pérez (2010), Discapacidad, Derecho y Políticas de Inclusión, el
autor explica el modelo social de la discapacidad, a la letra dice:
… la cuestión de la discapacidad ha pasado de ser un ‘problema personal’ sobre el que es
necesario ‘intervenir para rehabilitar’, para centrar el foco transformador en el entorno social
de la persona con ‘capacidades diferentes’ o diversidades.
Esta “nueva visión”, conocida como modelo social, plantea necesidades para
las que es preciso ofrecer nuevas respuestas. Se trata de tender hacia una nueva
sociedad que no discrimine a las personas por su funcionalidad, o por el modo
en que éstas se relacionan con el entorno. La discapacidad por tanto, no es un
atributo de la persona, sino el resultado de un complejo conjunto de condicio-
nes, muchas de las cuales están originadas o agravadas por el entorno social. Por
consiguiente, la solución exige la acción social, y la sociedad tiene la responsabi-
lidad colectiva de realizar las modificaciones necesarias en el entorno para faci-
60 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

litar la plena participación en todas las esferas de la vida social de las personas
con discapacidad (Jiménez Lara, 2007, 193; citado en Pérez, 2010: 13-14).
A principios de los ochenta, los conceptos de deficiencia, discapacidad y
minusvalía se construían a partir de las situaciones de salud-enfermedad de la
persona (Oms, 1983). En su versión más moderna, la Clasificación Internacional
del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud Oms (Oms, 2001) ofrece como
piezas clave para la descripción de la discapacidad, las limitaciones en la activi-
dad y las restricciones en la participación relacionadas con el entorno en que se
desenvuelve la persona.
La discapacidad, por tanto, pasa de ser una cuestión de configuración per-
sonal, a una construcción social basada en la interacción entre la persona y su
contexto, es más, en el grado y nivel en que el diseño del entorno precipita la
inclusión o exclusión de las personas” (Pérez, 2010: 14).
Conforme aumenta la edad se incrementa el número de limitaciones. En
México, en el censo 2010, las personas declararon tener una o más limitaciones
en la actividad, cerca de 15 de cada cien de la población total y 19 de cada cien
de adultos mayores (60 y más años), en Chiapas los porcentajes fueron menores
al promedio nacional (Cuadro 5).
Cuadro 5
Porcentaje del número de limitaciones.
México y Chiapas. 2010

1 limitación 2 o más limitaciones


México 85.5 14.5
México 60 y más años 81.1 18.9
Chiapas 87.0 13.0
Chiapas 60 y más años 84.1 15.9
Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010

Asimismo, conforme aumenta la edad, el riesgo de sufrir alguna discapaci-


dad es mayor, ya sea por accidente o deterioro físico y/o mental. En el país,
en el año 2010, sólo el 4.0% de la población total sufría alguna limitación en la
actividad al momento de realizar sus actividades cotidianas y los adultos mayo-
res reportaron 20.7% en esa condición. Es decir, por cada cien personas hay 4
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 61

con algún impedimento físico y/o mental pero, a partir de los 60 años, por cada
cien adultos mayores, hay cerca de 21 con limitación en la actividad, observán-
dose una situación similar según diferencia por sexo: aumento del porcentaje
de personas adultas mayores con alguna discapacidad tanto en hombres como
en mujeres, y mostrando una relación hombre/mujer de menos hombres con
limitación. Visto así, en el país hay 9.9 hombres por cada 10 mujeres con alguna
limitación, entre los adultos mayores la relación disminuye a 8.3 hombres con
alguna limitación por cada 10 mujeres, siendo mayor el número de mujeres con
limitación (Cuadro 6).
Cuadro 6.
Población total y adultos mayores de 60 y más años en México por sexo según
condición de limitación en la actividad. 2010
México Con Sin limitación No
limitación especificado
Población total 112,336,538 4,527,784 105,646,736 2,162,018
% 4.0 94.0 1.9
Hombres total 54,855,231 2,257,951 51,506,807 1,090,473
% 4.1 93.9 2.0
Mujeres total 57,481,307 2,269,833 54,139,929 1,071,545
% 3.9 94.2 1.9

Población de 60
y más años 10,055,379 2,078,540 7,919,240 57,599
% 20.7 78.8 0.6
Hombres de 60
y más años 4,679,538 939,870 3,714,328 25,340
% 20.1 79.4 0.5
Mujeres de 60 y
más años 5,375,841 1,138,670 4,204,912 32,259
% 21.2 78.2 0.6
Fuente: Inegi. Censo de Población y Vivienda 2010: Tabulados del Cuestionario Básico. Cuadro
06_02B_ESTATAL.xls Población total por entidad federativa, sexo y grupos quinquenales de
edad según condición y tipo de limitación en la actividad.

En el caso de Chiapas sólo el 2.6% de la población total en la entidad sufría


alguna limitación en la actividad, así, por cada cien personas hay cerca de 3 con
62 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

algún impedimento físico y/o mental pero, a partir de los 60 años, por cada cien
adultos mayores hay 17 con limitación en la actividad, no hay diferencias signi-
ficativas según sexo, la situación es similar a la nacional: aumento del porcentaje
de personas adultas mayores con alguna discapacidad tanto en hombres como
en mujeres; sin embargo la relación hombre/mujer en la entidad es elevada,
10.4 hombres por cada 10 mujeres y entre los adultos mayores la relación dis-
minuye a 9.5 hombres con alguna limitación por cada 10 mujeres, siendo mayor
el número de mujeres con limitación (Cuadro 7).
Cuadro 7.
Población total y adultos mayores de 60 y más años en Chiapas según condición de
limitación en la actividad. 2010
Chiapas Con Sin No
limitación limitación especificado
Población total 4,796,580 126,512 4,581,082 88,986
% 2.6 95.5 1.9
Hombres total 2,352,807 64,525 2,244,494 43,788
% 2.7 95.4 1.9
Mujeres total 2,443,773 61,987 2,336,588 45,198
% 2.5 95.6 1.8

Población de 60 y
más años 345,481 58,809 284,872 1,800
% 17.0 82.5 0.5
Hombres de 60 y
más años 171,489 28,687 141,993 809
% 16.7 82.8 0.5
Mujeres de 60 y
más años 173,992 30,122 142,879 991
% 17.3 82.1 0.6

Fuente: Inegi. Censo de Población y Vivienda 2010: Tabulados del Cuestionario Básico. Cuadro
06_02B_ESTATAL.xls Población total por entidad federativa, sexo y grupos quinquenales de
edad según condición y tipo de limitación en la actividad.

Los tipos de limitación registrados en el Censo de Población y Vivienda


(2010) fueron: caminar o moverse, ver, escuchar, hablar o comunicarse, atender
el cuidado personal, poner atención o aprender y limitación mental. Siendo la
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 63

limitación de movimiento la más común entre la población del país y Chiapas,


seguido de la limitación visual y auditiva (Gráfico 1).
Gráfico 1
Adultos mayores según tipos de limitación.
México y Chiapas, 2010 (porcentaje).

Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010.


Fuente: Censo de Población y Vivienda, 2010.

La frecuencia del tipo de limitación en la actividad registrada en la población total de


La frecuencia del tipo de limitación en la actividad registrada en la población
México y Chiapas fue la siguiente: de cada cien personas con alguna limitación cerca de 54
total de México y Chiapas fue la siguiente: de cada cien personas con alguna
tiene limitación al caminar o moverse, en Chiapas fueron cerca de 50 por cada cien; entre la
limitación
población gerontecerca de 54son
del país tiene limitación
cerca al caminar
de 70 adultos o moverse,
mayores en Chiapas
por cada cien y enfueron
Chiapas 62
viejos ycerca
viejasdecon
50 limitación
por cada cien; entre la población geronte del país son cerca de 70
al caminar.
Lasadultos mayores
dificultades por cada
visuales cien y en Chiapas
se presentaron en el62 viejos
país en ycerca
viejasdecon
29limitación
personas,alno hay
caminar.
diferencias significativas entre la población total de México y Chiapas con ese padecimiento.
Las diferencias se observanvisuales
Las dificultades en el porcentaje de adultos
se presentaron mayores
en el país en Chiapas
en cerca con 32 de cada
de 29 personas,
cien con dificultad visual.
no hay diferencias significativas entre la población total de México y Chiapas
La limitación de escuchar Las
con ese padecimiento. se presenta conseelobservan
diferencias mismo pesoen elporcentual
porcentajeendeambos
adultosámbitos
geográficos, 11 por cada cien con limitación tiene problemas
mayores en Chiapas con 32 de cada cien con dificultad visual. auditivos, entre los adultos
mayores este padecimiento se registró en un porcentaje mayor 15 de cada cien.
La limitación de escuchar se presenta con el mismo peso porcentual en
En cuanto hablar o comunicarse de cada cien personas con limitación en el país 9
ambos ámbitos geográficos, 11 por cada cien con limitación tiene problemas
presentaron esa condición y en Chiapas el porcentaje fue mayor, 11 por cada cien personas
auditivos,entre
con limitación; entre lalospoblación
adultos mayores este padecimiento
adulta mayor de México yseChiapas
registró el
en porcentaje
un por- con
centaje mayor 15 de cada cien.
limitación de habla fue menor, cerca de 4 personas por cada cien.
La atención al cuidado personal y el poner atención o aprender fueron limitaciones con
menor frecuencia, en ambos casos ligeramente mayor entre la población total del país con
alguna limitación; y en los casos de limitación mental fueron cerca de 10 personas por cada
cien, siendo ligeramente mayor en Chiapas (cuadro 8).
64 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

En cuanto hablar o comunicarse de cada cien personas con limitación en el


país 9 presentaron esa condición y en Chiapas el porcentaje fue mayor, 11 por
cada cien personas con limitación; entre la población adulta mayor de México
y Chiapas el porcentaje con limitación de habla fue menor, cerca de 4 personas
por cada cien.
La atención al cuidado personal y el poner atención o aprender fueron limi-
taciones con menor frecuencia, en ambos casos ligeramente mayor entre la
población total del país con alguna limitación; y en los casos de limitación men-
tal fueron cerca de 10 personas por cada cien, siendo ligeramente mayor en
Chiapas (Cuadro 8).
Cuadro 8.
Población en México y Chiapas con limitación en la actividad según tipo de
limitación. 2010.
Comparativo población total/60 y más
Caminar Ver Escuchar Hablar o Atender Poner Limitación
o comunicarse el atención mental
moverse cuidado o
personal aprender
Méx. 2,437,397 1,292,201 498,640 401,534 229,029 209,306 448,873
% 53.8 28.5 11.0 8.9 5.1 4.6 9.9
Méx.
1,435,296 589,930 316,810 78,469 119,593 46,547 67,543
60 y más
% 69.1 28.4 15.2 3.8 5.8 2.2 3.2
Chis. 62,897 36,526 13,906 14,341 5,454 4,288 13,288
% 49.7 28.9 11.0 11.3 4.3 3.4 10.5
Chis.
36,466 19,033 8,929 2,185 2,371 940 2,121
60 y más
% 62.0 32.4 15.2 3.7 4.0 1.6 3.6
Nota: La población total con alguna limitación es en México 4,527,784 (60 y más es 2,078,540) y en
Chiapas 126,512 (60 y más es 58,809). El total de tipos de limitación y la suma porcentual son mayores
debido a que hay personas con 2 o más limitaciones. Fuente: Ineg i, Censo de Población y Vivienda 2010.

Sin fines comparativos, dado que son dos conceptos diferentes los utilizados
en los censos de población: discapacidad6 en el año 2000 y discapacidad desde

6 Limitación o ausencia de la capacidad para realizar una actividad dentro del margen que se considera normal para un ser humano,
como consecuencia de una deficiencia física o mental. Se consideran 5 tipos de discapacidad: motriz, auditiva, del lenguaje, visual y
mental (Glosario Inegi, 2000 www.inegi.org.mx).
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 65

el enfoque de limitaciones en la actividad7 en el 20108; sino a manera de ilus-


tración, observamos que en el año 2000 cerca del 90% de los adultos mayores
indígenas declaró no tener discapacidad, lo que no significa que estén sanos,
debido a las enfermedades crónico degenerativas que causan impedimentos
físicos y se consideran “normales”, “propios de la edad”; y el 10% declaró tener
una o más discapacidades.
En Chiapas entre las discapacidades de los adultos mayores indígenas des-
tacó la visual (de 35% a 40%), siendo los tojolabales los de mayor porcentaje;
en segundo orden de importancia está la discapacidad de movimiento donde
destacó el grupo chol; el tercer lugar de discapacidad lo registró la auditiva,
siendo los zoques los de mayor porcentaje (29%). La discapacidad de brazos y
manos con menos de 10% la tuvieron los adultos mayores tojolabales; la disca-
pacidad mental se registró en mayor porcentaje (12.18%) en los hogares tzelta-
les, y la mudez fue la discapacidad menor al 3% en todos los grupos (Villasana,
2011: 68-74).

Discapacidad y derechohabiencia a servicio médico9


En el censo del año 2010 se registró información que muestra a Chiapas con
2.8% de la población total que reúne ambas características: es derechohabiente
y tiene alguna limitación en la actividad, a diferencia de la población nacional
cuyo porcentaje con ambas características fue mayor (4.2%).
Según el Inegi: “En México, el derecho a la salud es de enorme trascendencia
en el contexto de los derechos sociales establecidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; junto con la educación, la vivienda y el empleo forman
los componentes básicos del bienestar de la población” (Inegi, 2010a: 26).
7 Término genérico que comprende las deficiencias en las estructuras y funciones del cuerpo humano, las limitaciones en la capacidad
personal para llevar a cabo tareas básicas de la vida diaria y las restricciones en la participación social que experimenta el individuo
al involucrarse en situaciones del entorno donde vive. (Glosario INEGI, 2010 www.inegi.org.mx).
8 El tema de Discapacidad para el Censo 2010 se enmarca en un contexto internacional en donde se plantea un
nuevo paradigma. Hay una evolución conceptual a partir de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de
la Discapacidad y la Salud (Cif), aprobada en 2001 por parte de la Organización Mundial de la Salud (Oms), que
propone un nuevo enfoque para la recopilación de datos estadísticos sobre la discapacidad. La CIF se basa en un
enfoque biopsicosocial que incorpora conceptos desde una perspectiva biológica, individual y social, en donde el
funcionamiento de un individuo es el resultado de la interacción entre su condición de salud (trastorno o enferme-
dad) y los factores contextuales (ambientales y personales) que le rodean (Inegi, 2010a: 23). Los cambios concep-
tuales en el diseño de la pregunta del Censo 2010, a partir de la adopción de la Cif, hacen que la información no
resulte comparable con la del censo de 2000, dado que la base conceptual anterior fue la Clasificación Internacional
de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (Ciddm), publicada por la Oms en 1980 (Inegi, 2010a: 24).
9 Condición de derechohabiencia a servicios de salud: Situación que distingue a la población en derechohabiente o no de

servicios médicos en instituciones de salud públicas o privadas. (Inegi, 2010a: 38).


66 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Sin embargo, el comparativo -México y Chiapas- respecto a limitación y


tipo de derechohabiecia fue de un peso porcentual similar y no se observaron
diferencias significativas, en todos los tipos de limitación dos terceras partes de
personas con alguna limitación eran derechohabientes y una tercera parte no
ejerce ese derecho a la salud. Quizá podemos advertir que tanto la limitación
de hablar o comunicarse y la limitación mental los porcentajes en Chiapas de
tipo de limitación y derechohabiencia fueron menores (poco más del 50%) en
comparación con los datos del país (Cuadro 9).
Cuadro 9.
Población total en México y Chiapas con limitación en la actividad según tipo de
limitación y derechohabiencia. 2010
Caminar Ver Escuchar Hablar Atender Poner Mental
o comu- el atención
moverse nicarse cuidado o
personal aprender
México 2,437,397 1,292,201 498,640 401,534 229,029 209,306 448,873

Derecho 69.5 68.7 66.4 62.0 69.2 64.6 60.2


habiente
No 30.3 31.1 33.4 37.7 30.5 35.2 39.4
derecho
habiente
No 0.2 0.2 0.2 0.3 0.3 0.3 0.4
especific.

Chiapas 62,897 36,526 13,906 14,341 5,454 4,288 13,288

Derecho 63.9 63.5 59.9 53.1 61.3 58.2 51.8


habiente
No 35.8 36.3 39.9 46.5 38.4 41.5 47.9
derecho
habiente
No 0.3 0.2 0.2 0.3 0.3 0.3 0.3
specific.
Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010.
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 67

Los importantes aportes de Pérez, explican que: La integración de los sistemas


sanitario y social es un reto permanente. Las personas con discapacidad y sus familias en
muchas ocasiones, precisan de ambos tipos de atención de manera continuada, por lo que una
acción concertada en este ámbito facilitaría mucho la inclusión de las personas con trastornos
del desarrollo, enfermedades crónicas (mentales u otras) o degenerativas, entre otras (Pérez,
2010: 43-44).
Según el tipo de derechohabiencia en población adulta mayor tanto en
México como en Chiapas, observamos que en términos porcentuales dos terce-
ras partes de la población adulta mayor en Chiapas (60.3%) es derechohabiente
del Seguro
adulta mayor Popular.(60.3%)
en Chiapas La adscripción al Instituto Mexicano
es derechohabiente del Segurodel Seguro La
Popular. Social fue
adscripción al
mayor en México (53.4%).
Instituto Mexicano del Seguro Social fue mayor en México (53.4%).
La pertenencia
La pertenencia a servicio
a servicio médicomédico del Instituto
del Instituto de Seguridad
de Seguridad y Servicios
y Servicios Sociales de los
Socialesdel
Trabajadores de Estado
los Trabajadores
entre los del Estadodeentre
gerontes los gerontes
Chiapas fue unadedécima
Chiapas fue una
parte, las demás
derechohabiencias
décima parte,mostraron
las demásporcentajes menoresmostraron
derechohabiencias al 3% (Gráfico 2 y cuadro
porcentajes 10). al
menores
3% (Gráfico 2 y Cuadro 10).
Gráfico 2.
Adultos mayores con limitación2.y tipo de derechohabiencia.
Gráfico
Adultos mayores
Méxicocon limitación2010
y Chiapas, y tipo de derechohabiencia.
(porcentaje)
México y Chiapas, 2010 (porcentaje)

Fuente:
Fuente: Censo
Censo de Población
de Población y Vivienda y2010.
Vivienda 2010.de Protección Social en Salud (SPSS)
Incluye al Sistema
1 Incluye al Sistema de Protección Social en deSalud
que coordina la Secretaría de Salud (Ssa). Incluye instituciones salud públicas o privadas.
(SPSS) que coordina la Secretaría de Salud (SSA).
2 Incluye instituciones de salud públicas o privadas.

Cuadro 10.
68 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Cuadro 10.
Población de 60 y más años en México y Chiapas derechohabiente según
tipo de institución. 2010
IMSS ISSSTE ISSSTE Pemex, Seguro Institución Otra
estatal Defensa Popular privada institución
o Marina
México 3,830,258 920,712 89,360 142,356 2,019,980 149,008 144,851
% 53.4 12.8 1.2 2.0 28.14 2.1 2.0
Chiapas 53,150 22,850 6,718 1,927 134,346 1,801 4,343
% 23.9 10.3 3.0 0.9 60.3 0.8 2.0
Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010.

La falta de servicios médicos y sociales en la vejez en contextos indígenas


pone al descubierto la cara de la pobreza extrema cuando se alcanzan eda-
des avanzadas sin mayores soportes. En el año 2000, menos del 17% de los
habitantes en hogares indígenas tenía derecho a servicio médico, destacando
los tojolabales con el mayor porcentaje de adultos mayores derechohabientes
(16.8%) y los tzotziles con el menor porcentaje (8.1%).
La mayoría de los adultos mayores derechohabientes en los hogares indí-
genas tenían servicio médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss),
siendo los hogares choles y tojolabales los que registraron mayor porcentaje de
derechohabiencia (87.4% y 89.2% respectivamente), y cerca de una cuarta parte
de los adultos mayores indígenas declaró ser derechohabiente del Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), des-
tacando los tzeltales y tzotziles (21.4% y 26.8% respectivamente). Las otras
derechohabiencias fueron escasas y menores al 5% (Villasana, 2011: 67-68).

Consideraciones finales
Dado el auge del fenómeno de la transición demográfica, el estudio de la vejez
es un campo de investigación relativamente nuevo, que cobra cada vez mayor
importancia en diversos escenarios tanto académicos como en la instrumenta-
ción de políticas públicas.
Hasta ahora, en buena medida la investigación de la vejez, al menos en el
plano social, se ha hecho en forma aislada y poco se ha trabajado en forma
colegiada, en redes académicas o entre academia y política pública, aunque
ya empiezan a aparecer publicaciones especializadas desde varias perspec-
Discapacidad y servicios de salud de la población adulta mayor en Chiapas • 69

tivas teóricas y metodológicas y en el año 2010 se creó la Red Temática de


Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social (Red Esds/Conacyt) con un carácter
multidisciplinario.
La discapacidad es un problema de salud pública y se requieren programas
de prevención y atención derivados de estudios de carácter multidisciplinario:
social, médico, sociodemográfico, urbanismo, entre otros. Al respecto cabe
destacar que los pueblos indígenas no cuentan, hasta ahora, con modelos de
atención geriátrica y gerontológica que consideren los aspectos socioculturales
de la etnia.
Es muy importante destacar la necesidad de fortalecer la línea de investiga-
ción de la vejez femenina en diferentes contextos, pues este sector de la pobla-
ción es el mayoritario, el más pobre, el menos alfabetizado, al que culturalmente
se le ha adjudicado el rol de cuidadora de los miembros de la familia. Cada vez
es mayor el número de hogares cuyas jefaturas son femeninas, algunas jefaturas
por mujeres ancianas, y otro tanto por mujeres que viven solas y viudas.
Finalmente, se presentan recomendaciones generales de política pública
para atender al sector envejecido haciendo énfasis en el logro del bienestar de
este grupo social:
• Realizar una política educativa que dignifique el papel del adulto mayor.
• Un programa integral de atención visual afección presentada con mayor frecuencia en
adultos mayores indígenas en el año 2000.
• Un programa integral de atención motriz limitación de mayor frecuencia en México
y Chiapas en el año 2010.
• Programa de hospitales sobre ruedas de atención geriátrica.
• Atención a los Derechos Humanos principalmente centrada en el despojo, el abuso
recurrente hacia los adultos mayores.
• Equidad en la diversidad tanto étnica como funcional (interacción entre una persona
con discapacidad y su ambiente).
70 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

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Cuadro 01_02B_ESTATAL.xls. Población total por entidad federativa, sexo y
grupos quinquenales de edad según tamaño de localidad
Cuadro 06_02B_ESTATAL.xls. Población total por entidad federativa, sexo y
grupos quinquenales de edad según condición y tipo de limitación en la actividad.
Foto: Alejandro Poot Molina.

Foto: Hansel Vargas.


ESTEREOTIPOS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO Y OPTIMISMO EN
ADULTOS MAYORES DE LA CIUDAD DE MERIDA, YUCATÁN

Lourdes Cortés Ayala


Mirta Flores Galaz

Introducción
En los últimos años cada vez más individuos alcanzan edades avanzadas lo que
no ocurría hace algunas décadas. Por ello el concepto de una etapa de desarro-
llo humano denominada “vejez” es relativamente nueva y reciente; antes del
siglo XX la mayoría de los individuos fallecían antes de cumplir 65 años. Los
avances en la medicina, nutrición, en el ejercicio y en el estilo de vida han con-
tribuido a aumentar la esperanza de vida una media de treinta años más desde
1900 (Santrock, 2006). Pese a ser una etapa reciente, durante mucho tiempo se
ha aceptado que los ancianos son individuos en continuo deterioro y no se ha
prestado atención a las dimensiones positivas del envejecimiento (Holstein &
Minkler, 2003, Phelan et al, 2004).
La presencia de estereotipos negativos sobre las personas mayores y el enve-
jecimiento parecen empañar la posibilidad de vivir una vejez plena y satisfacto-
ria. Por ello el interés de este trabajo consiste en revisar brevemente los concep-
tos de vejez y envejecimiento, las diversas etapas que conforman este lapso del
ciclo vital mostrando su diversidad, para después analizar el ageism (ancianismo)
como un estereotipo negativo hacia la vejez y su impacto en las percepciones y
autopercepciones de los adultos mayores. Por último, se analiza el concepto de
envejecimiento exitoso, las variables asociadas a su prevalencia, especialmente
el optimismo y su impacto en el envejecimiento satisfactorio. En la segunda
parte se presentan los resultados de un estudio de corte cuantitativo realizado
con personas mayores de la ciudad de Mérida en el que se exploran los estereo-

73
74 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

tipos negativos hacia la vejez, la presencia del optimismo y la percepción de su


perfil de salud.

Vejez y envejecimiento
Envejecer es parte del ciclo vital tan natural como nacer, crecer o reprodu-
cirse. Sin embargo, la vejez es un período de edad al que se le trata con un
doble estándar: todo el mundo quiere vivir muchos años pero nadie quiere
llegar a viejo. La connotación misma de la palabra “viejo” es peyorativa ya que
alude a lo inservible, a lo deteriorado, a aquello de lo que hay que deshacerse.
Incluso históricamente la vejez ha sido tratada de manera estereotipada como
el invierno de la vida, contrastándola con el fuego y el ardor de la juventud
(Beauvoir, 1980).
Las primeras definiciones sobre la vejez estuvieron fuertemente influen-
ciadas por perspectivas médicas y biológicas y marcaron la tendencia en los
estudios pioneros sobre la vejez donde ésta es concebida como “un estado en
el cuál la disminución de la capacidad funcional, física y mental, se ha hecho
manifiesta, mensurable y significativa” (García, 2003: 94-95). Mucho más ade-
lante, en los años sesenta el proceso de envejecimiento se asocia por primera
vez con la problemática social. El gerontólogo alemán Rudinger señala que la
gerontología o estudio de los procesos de envejecimiento humano, deben estar
en “estrecha vinculación con la historia” (García, 2003).
Durante los últimos años del siglo XX los aportes de la Psicología del
Desarrollo permiten que la vejez pase de ser un concepto rígido, a relativi-
zarse a la luz de los conocimientos psicológicos y sociales donde se incluyen ya
elementos subjetivos, de tipo psicológico o social, como variables influyentes
del envejecimiento y no sólo los aspectos biológicos (Craig, 2006). Se enfatiza
que la vejez se presenta no solo a nivel personal sino también en función de
la cultura; los cambios biológicos solamente toman sentido en función de una
sociocultura determinada y en la medida en que dificultan la experiencia social
en el propio contexto sociocultural (Nicol, 2001).

Etapas del envejecimiento


Los estudios sobre Psicología del Desarrollo han enfatizado que la población
de ancianos en cualquier ciudad o país no es un grupo de edad homogéneo
sino que son tan diferentes entre sí como cualquier otro sector de la población.
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 75

Asimismo, si la vejez comienza a los 60 años (de acuerdo con el criterio legal),
la esperanza de vida es de 73 a 75 años —en promedio— y se puede vivir hasta
los 100 años, esto supone que este período de la vida es de los más largos e
incluso puede abarcar hasta 50 años de vida. Consecuentemente, los ancianos
pueden constituirse en subgrupos de edad, con características físicas y psicoló-
gicas diferentes (Baltes & Smith, 2003). Burnside (1979) en Craig, 2006), pro-
pone clasificar esta etapa de la vida en cuatro grupos: ancianos jóvenes (60 a 69
años), ancianos de mediana edad (70 a 79 años), ancianos viejos (80 a 89 años)
y ancianos muy viejos o senectos (90 a 99). Charness y Bosman (1992) distin-
guen entre el anciano joven (60 -74 años) y el anciano (75 en adelante). Otros
expertos añaden la categoría de anciano mayor (85 años en adelante) como fase
distinta a las anteriores (Baltes, 2000).
En términos generales, mucha gente al cumplir 60 años (anciano joven) está
en excelentes condiciones físicas y psicológicas por lo que puede seguir con su
vida cotidiana sin grandes cambios; en la séptima década, la más importante
tarea del desarrollo es mantener íntegra la personalidad, en cambio, es posible
que al octogenario le resulte más difícil adaptarse e interactuar con el ambiente
ya que requieren ayuda para mantener los contactos sociales y culturales. Cabe
mencionar que quienes llegan a esta edad son a menudo personas más sanas,
ágiles y activas incluso que la gente más joven lo cual se debe a que han sobre-
vivido a enfermedades y problemas que causan la muerte a sexagenarios y sep-
tuagenarios (Craig, 2006).
Además, aunque la vejez constituye un fenómeno enmarcado en la dimen-
sión cronológica y en los cambios biológicos también está íntimamente vincu-
lada con las propias percepciones y creencias así como a las expectativas socia-
les de la sociocultura en que se vive, y es ahí en donde surgen los estereotipos
sobre la vejez.

Estereotipos
Los estereotipos sociales representan generalizaciones sobre el grado en el que
los miembros de un grupo poseen determinados atributos comunes (Hilton &
von Hippel, 1996). Los estereotipos aparecen en contextos ambientales muy
diversos y se ponen de manifiesto en una diversidad de procesos cognitivos y
motivacionales. De acuerdo con el modelo tripartita de las actitudes, los este-
reotipos representan básicamente “el componente cognitivo de las actitudes de
prejuicio” (Devine, 1989: 5) mientras que para Jost y Banaji (1994) son “creen-
76 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

cias despectivas sobre grupos sociales, en un sistema caracterizado por la sepa-


ración de la gente dentro de roles, clases, posiciones o estatus” (p. 3). También
pueden considerarse como “categorías que la gente emplea para organizar su
mundo social” (Shih, Ambady, Richeson, Fujita & Gray, 2002: 638).
Aunque los estereotipos constituyen importantes heurísticos para el fun-
cionamiento cotidiano, en muchos casos también desembocan en prejuicios,
que constituye el componente afectivo de la actitud y se caracteriza por la eva-
luación negativa de un grupo social. Esta evaluación negativa generalmente se
relaciona con la discriminación o conducta parcial o negativa en el tratamiento
a las personas en virtud de su pertenencia a un grupo o categoría social. El
uso de los estereotipos conlleva ciertos errores ya que: a) se basa en el absolu-
tismo fenoménico, donde se exageran las semejanzas intragrupo desestimando el
grado de coincidencia entre grupos; b) se desestima el papel del ambiente en
las semejanzas intragrupo; y c) el hecho de considerar que todo el grupo tiene
unas características comunes lleva al olvido de las diferencias individuales. La
investigación también ha mostrado que los procesos atributivos sobre grupos
sociales son más simplificados que la conducta de los individuos y por tanto
más resistentes al cambio (Levine & Campbell, 1972).

Ageism (ancianismo) y Estereotipos sobre la vejez


El término ageism (traducido como ancianismo) acuñado por Butler se define
como “un proceso de estereotipia y discriminación sistemática contra las per-
sonas por el hecho de ser viejas, de la misma forma que el racismo y el sexismo
se originaron por el color de la piel y el género” (Butler, 1969: 22). Hausdorff,
Levy y Wei, (1999: 1346) se refieren a este término como “generalizaciones
preconcebidas sobre las personas mayores basadas solamente en la edad”.
Asimismo, Butler (1987: 22) afirma que “el ageism influye en las conductas de
sus víctimas ya que los viejos tienden a adoptar definiciones negativas sobre la
vejez y a perpetuar así una variedad de estereotipos que se dirigen contra ellos
mismos, reforzando las creencias sociales”.
De acuerdo con Zandi, Mirle y Jarvis (1990) los estereotipos hacia la vejez
tienen un componente esencialmente negativo en numerosas sociedades huma-
nas Debido a ello, resulta relevante el significado personal que las personas
mayores le dan a los cambios que experimentan con la edad. Por ejemplo, el
grado en que los sujetos perciben tales cambios como controlables o por el
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 77

contrario, los consideran como normativos e inevitables, les pueden llevar a


adoptar actitudes muy distintas ante los mismos.
Los estereotipos de la vejez se refieren a falsas creencias de signo nega-
tivo y generalmente despectivo que actúan en un grupo cultural determinado
(Fernández-Ballesteros, 1992; 2001), por lo que llevan a la exclusión de los
ancianos de muchas actividades de la sociedad (Warner & Willis, 2003). Para
Ander-Egg (2009) la imagen social acerca de lo que es ser viejo se ha cons-
truido sobre la base de prejuicios, tabúes y estereotipos que es necesario supe-
rar. Algunos de los principales estereotipos y mitos sobre la vejez propuestos
por Ander-Egg (2009) se presentan en el Cuadro 1.
Cuadro 1.
Todos los viejos se Las personas tienen en común la categoría social, pero las personas son
asemeja muy diversas. Cada persona envejece de manera diferente.
Relacionar la Es obvia la existencia de deterioros y declives así como una mayor fragil-
vejez con la idad en la salud, o una mayor proporción a ciertas enfermedades propias
fragilidad y la de la edad. Pero vejez no puede significar deterioro ni disminución de las
decadencia ganas de vivir, ni limitación para mantener una relación física y emocional
gratificante con el entorno o la circunstancia en que se desarrolle su vida.
Inutilidad, como Algunas personas de esta etapa de la vida son improductivos, pero ésta es
si no tuvieran una generalización desmentida por ciertos de personas que siguen siendo
nada que aportar útiles y haciendo aportes muy significativos en edades avanzadas (Ander-
a la sociedad. Egg, 2009).
Asociar el proceso Un cuarto prejuicio es el declive cognitivo. De todos los cambios o deteri-
de envejecimiento oros de la vejez, los de la mente tienen las más graves consecuencias. Pero
con el declive este deterioro cognitivo se explica por factores que no son intrínsecos al
cognitivo proceso de envejecimiento. Entre los factores ajenos se puede mencionar
una alimentación insuficiente en los primeros dieciocho meses de vida. En
otros casos, el no haber tenido una educación suficiente, o que haya sido
deficiente, en ciertas circunstancias, el hecho de vivir en un contexto familiar
y social poco estimulante es una causa de perdida de la capacidad mental.
Considerar la Este prejuicio ha causado la atrofia sexual de muchos adultos mayores,
vejez como el fin especialmente entre las mujeres. Hablar de que un anciano o anciana se
de la sexual- enamore o que tenga relaciones sexuales o deseos de hacer el amor es un
idad y de las tema tabú. La posibilidad de actividad sexual y de enamorarse no acaba con
posibilidades de el paso de los años. En los años de la vejez, esto debe seguir siendo una
enamorarse realidad. La sexualidad prolongada en la ancianidad es fuente de salud y de
felicidad e influye positivamente en el sistema nervioso, el sistema cardiaco
y en el sistema respiratorio.
Fuente: Estereotipos negativos sobre la vejez (Ander.Egg, 2009).
78 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Palmore (1990: 19) por su parte, enumera nueve estereotipos que reflejan
los principales prejuicios sociales (o expresiones de ancianismo) que existen
hacia las personas ancianas: “enfermedad, impotencia, fealdad, deterioro cog-
nitivo, enfermedad mental, inutilidad, soledad pobreza y depresión” que coin-
ciden básicamente con los descritos más recientemente por Thornton (2002).
Numerosos estudios muestran el impacto del ancianismo o los estereotipos hacia
la vejez en diversos contextos psicosociales, que van desde las prácticas dis-
criminatorias en las instituciones para ancianos (Salari & Rich, 2001), hasta
las actitudes y expectativas negativas por parte de los profesionales que los
atienden, como médicos y psicólogos (Bernabei et al., 1998; Greene, Hoffman,
Charom, & Adelman, 1987).
Palmore (1990, 2001) comenta que, entre los factores que contribuyen al
ancianismo está el valor que la sociedad actual otorga a todas las representaciones
de la juventud, énfasis que puede afectar no solo la forma en que las personas
ancianas son percibidas sino también la forma en que ellos mismo se perciben
a sí mismos (Sánchez, 2004) ya que si el aspecto externo juega un papel impor-
tante en la auto-valoración, los cambios en la apariencia externa ocasionados
por el envejecimiento pueden afectar la autoestima, que se verá devaluada con
el paso de los años. Este fenómeno es una pequeña muestra del impacto que el
ancianismo produce en las personas mayores en áreas muy diversas de su funcio-
namiento. Por tanto, resulta importante considerar el significado personal que
las personas mayores dan a los cambios que van experimentando a medida que
avanza el tiempo.

Percepciones y actitudes hacia la propia vejez


La mayoría de los estudios muestran que aún en la vejez la gente evalúa su
vida y a sí mismo de una forma favorable; por ejemplo, investigadores como
Baltes (2000), Diener y Shuh (1998) y Mroczek y Kolarz (1998) entre otros,
han encontrado que la mayor parte de los ancianos mantiene un alto grado de
satisfacción con su realidad vital.
Levy, Slade y Kasl (2002) encuentran en su estudio que la actitud hacia la pro-
pia vejez es uno de los elementos que parecen tener un mayor impacto en una
variedad de facetas vitales de los adultos mayores y mostraron que el declive
en la salud funcional de las personas que tenían una actitud positiva hacia la
vejez era menor significativamente que el de quienes mantenían una percepción
negativa. También encontraron que las autopercepciones positivas en relación
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 79

con la vejez se asociaban con mayor longevidad de los sujetos. Los resultados
fueron encontrados tanto para hombres como para mujeres e independiente-
mente de si tenían mejor o peor salud funcional, de la edad, status económico
o de si informaban de problemas de soledad.
Asimismo, diversas investigaciones han encontrado que muchas personas
mayores, aunque se consideran a sí mismas como miembros de la categoría de
personas viejas, tienden a percibirse bajo una perspectiva más favorable que la que
otorgan al resto de las personas de su edad, algo así como percibirse uno mismo
como una excepción respecto a la mayoría (Bultena & Powers, 1979; Thomas,
1981). Esto tiene que ver con la edad subjetiva, ya que se ha mostrado que existe
una discrepancia entre la edad cronológica de las personas y la edad con la que
se perciben. Heckhausen, Dixon y Baltes (1989) encontraron que las personas
ancianas y las de mediana edad se percibían a sí mismas más jóvenes respecto
a su edad cronológica. Así también, una menor edad subjetiva se relacionaba
significativamente con un buen estado de salud y un alto grado de vida indepen-
diente. Stuart-Hamilton (2002: 154), afirma que “cuanto más pobre sea la ima-
gen que las personas mayores tienen de los otros de la misma edad, más baja es
la consideración en que se tienen a sí mismos, así como que es fácil que la propia
imagen y los estereotipos “se autorrefuercen, creando un círculo vicioso”.

Envejecimiento exitoso o satisfactorio


La pregunta que se han hecho los estudiosos del desarrollo humano respecto
a la vejez como etapa del ciclo vital, es si puede ser vivida en forma plena y
satisfactoria, lo que ha sido llamado de diferentes formas: envejecimiento exitoso,
satisfactorio, activo, positivo u óptimo, pero que remite a la búsqueda de cómo el indi-
viduo puede envejecer de la mejor manera (Baltes & Baltes, 1993; Havighurst,
2003). Los estudios contemporáneos de Psicología del Desarrollo Humano,
desde la perspectiva de life-spam, evidencian que el desarrollo no termina con
la adolescencia o la edad adulta, ya que desde una perspectiva psicológica, el
ser humano sigue presentando transiciones entre su organismo biológico y su
ambiente sociocultural hasta el último de sus días. Sin embargo, numerosas
culturas identifican a la vejez con la edad, las enfermedades y dificultades, y en
algunos casos con la acumulación de experiencia, conocimientos, sabiduría y
pericia (Hernández, Maldonado, Meza, Ortega, & Ramos, 2009). Ciertamente,
deben tenerse en cuenta las diferencias individuales ya que cada individuo se
desarrolla en diferente tiempo y circunstancia, pero, ¿debe caracterizarse la
80 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

vejez como un periodo en el que prima el deterioro y el declive? ¿Puede el


envejecimiento ser exitoso, activo, saludable o satisfactorio?
Una de las primeras teorías interesadas en explicar las mejores formas de
envejecer fue la teoría de la desvinculación propuesta por Cumming y Henry
(1961) quienes afirmaron que la vejez implica un retraimiento gradual de la
persona mayor de la sociedad y que los adultos ancianos desarrollan una mayor
preocupación por sí mismos, reducen sus vínculos emocionales con los demás
y muestran menor interés en los aspectos sociales. Aplicar estas estrategias con-
tribuye a tener una mayor satisfacción en la vida, proponen los autores. Esta
visión perdió terreno debido a las fuertes críticas que generó. En contraste,
Neugarten, Havighurst y Tobin (1964) propusieron la teoría de la actividad en
la que se afirma que un estilo de vida activo contribuye al envejecimiento exi-
toso. Las investigaciones al respecto han hallado pruebas que apoyan esta teoría
pues se ha demostrado que cuando los adultos mayores se mantienen activos,
con altos niveles de energía, envejecen de manera más positiva y muestran un
mayor grado de felicidad que los ancianos que se desvinculan de la sociedad
(Haber & Rhodes, 2004; Warr, Butcher & Roberts, 2004).
Dos importantes estudios, de carácter longitudinal, han contribuido al enten-
dimiento de la vejez considerando que el principal proceso en el que se basan
es en los cambios que conlleva envejecer y que afectan a todas las áreas de la vida.
Los resultados del Estudio Berlín de Mayer y Baltes (Baltes, & Lindenberger,
1997) ilustran sobre el cambio de los recursos cognitivos, emocionales, men-
tales, corporales y sociales a los 70 años, teniendo en cuenta que la población
anciana es un grupo poco homogéneo y muy diverso. Schaie (1996), dirige
desde 1956 el Seattle Longitudinal Study (SLS) cuyo objetivo radica en la inte-
racción de los cambios en el rendimiento intelectual y los estilos conductuales
en la edad adulta. Ambos estudios se interesan por los aspectos funcionales
del bienestar o envejecimiento exitoso (satisfactorio) en esta edad (Izquierdo,
2005).
Para poder entender el bienestar durante la vejez es importante distinguir
entre el envejecimiento normal, el patológico y el envejecimiento exitoso. El envejeci-
miento normal se refiere a todos aquellos cambios que se consideran típicos o
normativos a lo largo del tiempo, sin enfermedades crónicas, que sería lo con-
trario del envejecimiento patológico. El envejecimiento exitoso o satisfactorio ocurre
cuando las personas sienten satisfacción por poder adaptarse a las situaciones
cambiantes de su vida (Havighurst, 2003). Es una experiencia subjetiva que
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 81

involucra a las necesidades individuales y el contexto concreto del desarrollo


del individuo (Shaie, 1996).
Los estudios y teorías sobre el envejecimiento exitoso intentan describir los
caminos que deben seguir los adultos mayores para cumplir con las exigencias
de su edad y llegar a un alto grado de satisfacción con la vida. La satisfacción
con la vida es el constructo central (Baltes, 1990) aunque no existe unanimidad
entre autores sobre lo que debe hacerse para lograrla. Paul Baltes y sus colegas
(Baltes, 2003; Baltes & Baltes, 1990; Baltes & Smith, 2003) proponen un modelo
de desarrollo de la vida adulta en el cual envejecimiento satisfactorio (exitoso o
positivo) está relacionado con tres factores fundamentales: la selección, la opti-
mización y la compensación. La selección consiste en la reformulación de metas y
establecimiento de preferencias; la optimización se entiende como la adquisición,
llegado el caso, o el perfeccionamiento de, medios, recursos y conductas que
ayudan a conseguir las metas previstas. La compensación se dirige a la recupera-
ción y mantenimiento del nivel funcional o del estatus bio-psico-social vigente
hasta el momento. Con esto se procura movilizar sobre todo los recursos, habi-
lidades y capacidades que han permanecido latentes en el repertorio conductual
de la persona. Según los autores, el uso de estos tres procesos permite un nivel
funcional estable, una autoimagen positiva y un estado satisfactorio.
El concepto de envejecimiento satisfactorio también fue propuesto por la Oms en
1990 y suponía el envejecimiento saludable, centrado en la salud; sin embargo
ha evolucionado hacia un concepto más integrador, como el envejecimiento activo
o exitoso (Oms, 2002; Zamarron, 2007) definido como el proceso de optimizar
las oportunidades de salud, participación y seguridad para mejorar la calidad de
vida de las personas que envejecen. Asimismo, el envejecimiento exitoso se basa en
el concepto de bienestar subjetivo entendido como el grado de satisfacción que
experimentan las personas cuando hacen una valoración o juicio global de sus
vidas (García Rodríguez, 2007).

Variables relacionadas con el envejecimiento exitoso


Diversos estudios han podido operacionalizar e identificar variables concretas
relacionadas con el envejecimiento exitoso. Entre los constructos psicosociales
estudiados se encuentra la medición de variables como las creencias de autoefi-
cacia percibida, el estado de ánimo, y los cambios en el desempeño cognitivo y
locus de control (Adamson, Hunt & Ebrahim, 2003; Bowling & Dieppe, 2005;
Whitfield, et al 2000; Vaillant & Mukamal, 2001).
82 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Asimismo, la Oms (2002) ha establecido los factores influyentes para el enve-


jecimiento activo o exitoso que incluyen componentes poblacionales (ambienta-
les, económicos, sociales y sanitarios), elementos comportamentales (estilos de
vida, hábitos), variables personales (genéticas y biológicas) y variables psicosocia-
les como los estilos de afrontamiento, la autoeficacia, el control interno, el com-
portamiento prosocial, y el pensamiento positivo u optimismo (Blanco, 2010).
En cuanto a la edad, los estudios reportan datos contradictorios porque la
edad no es el único factor determinante de los procesos de desarrollo, estabili-
dad o declive sino que la edad interactúa con circunstancias culturales, sociales
y personales. De acuerdo con Baltes (1998), las principales dificultades en la
vejez son los problemas de salud, las pérdidas sociales y una mayor discrepancia
entre las metas y las posibilidades de alcanzarlas. Otros datos muestran que las
personas de más edad (respecto de las más jóvenes), las mujeres (respecto de
los hombres) y las personas que pertenecen a posiciones sociales medio baja
y baja presentan una puntuación significativamente más baja en la satisfacción
con la vida, y también consideran que a medida que se van teniendo más años,
se vive peor (Sarabia, 2009).
Sin embargo, la edad avanzada puede ofrecer una excitante oportunidad
para el crecimiento personal, dado que las investigaciones han puesto de mani-
fiesto que los fenómenos de plasticidad cerebral y el potencial de creatividad
continúan desarrollándose durante la senescencia. Además, cuando se le plan-
tea nuevos retos a la mente, sin importar la edad, el cerebro responde en forma
positiva, mediante procesos bioquímicos y neuropsicológicos que permiten la
terminación de la tarea o el logro del objetivo propuesto (Gaviria & Gaviria,
2008). Por otra parte, una autoestima positiva, un sentido de autoeficacia o con-
trol personal percibido y un positivo punto de vista en la vida están asociados
con la salud psicológica, mientras que la baja autoestima, y un punto de vista
pesimista en la vida están asociados con depresión y ansiedad Así, parece ser
que el optimismo resulta un factor importante en el envejecimiento satisfacto-
rio (Taylor & Brown, 1988; Mazadiego, et al., 2011)

Optimismo y envejecimiento exitoso


Scheier y Carver (1993) han aislado una característica de la personalidad a la
que llaman optimismo disposicional. Estos investigadores han encontrado que esta
característica de personalidad se relaciona positivamente con medidas de autoes-
tima. El optimismo disposicional es definido como “la tendencia a creer que uno
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 83

conseguirá en la vida más resultados positivos que negativos” (Scheier & Carver,
1993: 26). Por lo tanto, es un aspecto que aparece relacionado con la esperanza
ante el futuro, actitud que es importante en cualquier etapa de la vida. En este
sentido, una orientación hacia el futuro más próximo es considerada para la gran
mayoría de personas mayores como uno de los presupuestos para el dominio de
los problemas cotidianos. Además, el optimismo sobre el propio futuro refleja
el grado en el cual uno cree en las propias habilidades de control y de capacidad
para afrontar las situaciones graves de la vida (Scheier & Carver, 1987).
Aunque Lennigs (2000) sostiene que el optimismo, como orientación hacia el
futuro, es relativamente poco importante en las personas ancianas, porque ellas
están más orientadas al presente de forma adaptativa, Scheier y Carver (1993)
señalan que el optimismo no parece decaer en la vejez, excepto en las personas
muy mayores que están experimentando problemas de salud o en algunas áreas
funcionales. Un estado mental positivo se ha asociado con un mejor estado de
salud y con un afrontamiento exitoso ante la depresión, mientras que un estado
de ánimo negativo se ha asociado a la enfermedad y a la muerte.
Desde el punto de vista de la salud, Scheier y Carver (1993) han encontrado
que para las personas optimistas es más fácil comprometerse en hábitos de
fomento de la salud, e incluso el optimismo constituye un factor de protección
contra la depresión. Hay un creciente número de estudios sobre los efectos
positivos del optimismo sobre la salud y el bienestar psicológico; parece que las
expectativas positivas pueden apartar al paciente de las consecuencias psicológi-
cas negativas que acompañan a la enfermedad (Carver & cols., 1994; Garofalo,
2000; Taylor, 1983). El optimismo se ha relacionado con mayor bienestar,
mejor ajuste y salud en general en diversos grupos poblacionales (Londoño,
2009). Finalmente, se puede resaltar que al estar el optimismo relacionado con
las creencias en la propia eficacia (Scheier & Carver, 1987; 1993), las diferen-
cias que existen en los sujetos mayores en esta dimensión pueden aportar una
mayor comprensión ante las actitudes y expectativas que se mantienen hacia la
vejez en esta época de la vida. Por lo tanto el optimismo es una variable que
parece importante tener en cuenta en los estudios que se propongan investigar
sobre distintos aspectos del envejecimiento.
Asimismo, los estudios con personas de edad avanzada proponen la eva-
luación de la salud en relación con determinados aspectos de calidad de vida.
El término “calidad de vida” representa un amplio rango de dimensiones de la
experiencia humana, ya que abarca desde sentimientos de felicidad y logro vital,
84 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

a necesidades biológicas básicas. La calidad de vida ha sido considerada como


una interacción dinámica entre condiciones externas al sujeto y las percepcio-
nes internas de dichas condiciones (Noro & Aro, 1996). Uno de los instrumen-
tos de medida que se está empleando cada vez con mayor frecuencia para eva-
luar estas autopercepciones de salud es el Perfil de Salud de Nottingham (NHP;
Hunt, McEwen & McKena, 1986), escala que explora varias dimensiones rela-
cionadas con problemas físicos, médicos y sociales. Su empleo con personas
de edad avanzada es coherente, puesto que las limitaciones en las habilidades
funcionales son comunes entre esta población y representan un factor de riesgo
de institucionalización (Noro & Aro, 1996).

Estudio con adultos mayores de la ciudad de Mérida


A partir de lo anterior, y considerando la importancia que la literatura revisada
muestra que tienen las actitudes negativas hacia la vejez (ancianismo) y el opti-
mismo en el envejecimiento exitoso, se llevó a cabo un estudio cuyo objetivo
general fue conocer los estereotipos sobre el envejecimiento, la presencia de
optimismo y las autopercepciones de salud en una muestra de adultos mayores
de la ciudad de Mérida, Yucatán, así como también establecer las diferencias
por sexo y grupo de edad, además de la relación entre estas variables.

Método
Participantes
En el estudio participaron 98 adultos mayores, 41 hombres y 57 mujeres, con
un rango de edad de 60 a 93 años, seleccionados en forma no probabilística.
Todos eran yucatecos y vivían en la ciudad de Mérida.

Instrumentos
Los participantes respondieron a los siguientes instrumentos:
1. Cuestionario de datos sociodemográficos. Este cuestionario solicita informa-
ción sobre edad, sexo, ocupación, escolaridad, forma de convivencia,
personas con las que vive y/o cuida, percepción general del estado de
salud así como el tipo y frecuencia de actividades sociales, religiosas y
físicas en las que participa.
2. Cuestionario sobre estereotipos negativos del envejecimiento (CENVE). Para poder
conocer los estereotipos sobre la vejez se les administró a los participan-
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 85

tes el Cuestionario sobre estereotipos negativos del envejecimiento (CENVE). Este


cuestionario está constituido por quince ítems, trece de ellos tomados del
cuestionario de Montorio e Izal (1991), y otros dos, adaptados del cues-
tionario de Palmore (1988) y está conformado por tres factores: I. Salud,
II. Motivacional-social y III. Carácter-personalidad, con cinco ítems cada uno,
cuyo formato de respuesta sigue un modelo tipo Likert de cuatro inter-
valos (muy en desacuerdo, bastante en desacuerdo, bastante de acuerdo,
muy de acuerdo). Puntuaciones altas indican un elevado grado de creen-
cia en los estereotipos negativos de la vejez, mientras que puntuaciones
bajas indican poco nivel de creencia en tales estereotipos negativos.
3. Escala de Optimismo disposicional. Para medir el optimismo se utilizó la Escala
de Optimismo disposicional (Life Orientation Test-LOT) de Scheier, Carver y
Bridges (1994) adaptada al castellano por Fernández y Bermúdez (1999).
La medida de optimismo disposicional en esta versión se obtiene a tra-
vés de seis ítems, tres de los cuales están redactados en sentido positivo
y los otros tres en sentido negativo. Se han incluido también los cuatro
ítems de control que aparecen en la versión original de la escala. Estos
ítems puntúan según una escala de respuesta tipo Likert con cinco posi-
bilidades: muy en desacuerdo, en desacuerdo, indiferente, de acuerdo,
muy de acuerdo. La puntuación total de optimismo disposicional, que
oscila entre 0 y 24, se obtiene sumando todas las puntuaciones, una vez
recodificadas las frases redactadas en sentido negativo. La puntuación
más elevada corresponde a un mayor grado de optimismo.
4. El perfil de salud se midió a través de la escala Perfil de salud de Nothingham
(NHP, de Hunt, McEwan & McKena, 1986). Esta escala explora varias
dimensiones relacionadas con problemas físicos, médicos y sociales.
Consta de 38 ítems que se responden con una escala tipo Likert con 4
opciones de respuesta (1 = casi nunca, 2 = algunas veces, 3= la mayor
parte del tiempo, 4= todo el tiempo). Los ítems miden seis dimensiones
de la salud: energía, dolor, reacciones emocionales, aislamiento social,
sueño y movilidad. Puntuaciones más altas significan que se perciben
mayores problemas de salud en las diversas áreas.

Procedimiento
Los instrumentos fueron administrados en forma individual por miembros
del equipo de investigación, en sus hogares o bien en sitios públicos donde
86 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

era posible tomar asiento para poder responderlo apropiadamente. A quienes


accedieron a participar se les explicó el objetivo del estudio y se les garantizó
que sus respuestas serían anónimas y confidenciales. A algunos participantes
las preguntas les fueron leídas. El tiempo promedio de aplicación fue de 45
minutos.

Resultados
Cuestionario de datos sociodemográficos
Los resultados relativos a los datos sociodemográficos mostraron que 51.5% de
los participantes estaba casado, 28.9% era viudo, 7.2% divorciado, 7.2% declaró
ser soltero y 5.2% vivía en unión libre. Respecto a la actividad laboral, el 44.9%
se dedicaba a labores del hogar, 22.4% tenía un trabajo remunerado, 20.4% era
pensionado o jubilado, y 12.2 % respondió estar desempleado. La mayoría de
los participantes (64.3%) vive en su casa con algún familiar, generalmente el
cónyuge, 24.5% vivía en casa de un familiar y el 11.2% vivía solo. De todos, el
13.3 % respondió tener a su cargo a un familiar con alguna discapacidad, 10.2%
aún tenía a su cargo a un hijo y 14.3% tenía a su cargo al menos a un nieto.
Así también, la mayoría tiene un nivel básico de escolaridad; una tercera
parte se percibe con un mejor estado de salud que el de sus pares y también una
tercera parte se siente con menos años que los que cronológicamente tienen
(ver Tabla 1). Así también, una importante mayoría de los adultos mayores res-
ponde que nunca participa en agrupaciones de adultos mayores, ni en activida-
des de voluntariado social, y únicamente una quinta parte responde participar
en alguna asociación o club social. En contraste, la mayoría de los participantes
asiste con frecuencia a actividades religiosas (ver Tabla 2). Respecto a la activi-
dad física, cerca de la mitad de los adultos mayores del estudio realizan algún
tipo de ejercicio físico (ver Tabla 3).
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 87

Tabla 1.
Frecuencias y porcentajes obtenidos para el nivel de estudios, la percepción del
estado de salud y la percepción de la edad, para la muestra total.
Nivel de estudios N %
Sin primaria 25 25.5
Primaria 47 48
Secundaria o técnica 15 15.3
Bachillerato 5 5.1
Licenciatura 5 5.1
Posgrado 1 1
Percepción del estado de salud
Mejor que el de la mayoría de personas de mi edad 31 31.6
Similar al de la mayoría de personas de mi edad 58 59.2
Peor que el de la mayoría de las personas de mi edad 9 9.2
Percepción de la edad
Con menos años que los que tengo 33 33.7
Con los mismos años que tengo 47 48
Con más años de los que tengo 18 18.4

Tabla 2.
Frecuencias y porcentajes obtenidos para el nivel de participación en club de adultos
mayores, voluntariado social, club o asociación social y actividades religiosas para la
muestra total.
Participación en un club de mayores N %
Frecuentemente (2/3 veces por semana o diariamente) 9 10
De vez en cuando (una o dos veces al mes o menos) 4 4.4
Nunca 77 85.6
No respondió 8 7.8
Participación en voluntariado social
Frecuentemente (2/3 veces por semana o diariamente) 3 2.9
De vez en cuando (una o dos veces al mes o menos) 5 4.9
Nunca 82 80.3
No respondió 8 7.8
Continúa
88 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Participación en club o asociación social


Frecuentemente (2/3 veces por semana o diariamente) 19 18.6
De vez en cuando (una o dos veces al mes o menos) 10 9.8
Nunca 62 60.7
No respondió 7 6.8
Participación en actividades religiosas
Frecuentemente (2/3 veces por semana o diariamente) 40 39
De vez en cuando (una o dos veces al mes o menos) 38 38
Nunca 19 19
No respondió 1 1

Tabla 3.
Frecuencias y porcentajes obtenidos para el tipo de actividad física realizada para la
muestra total.
Actividad física realizada N %
Realizo actividad física regularmente (al menos 1hr 3 o 4 veces por semana) 25 25.5
Hago alguna actividad física 3 o 4 veces al mes 21 21.4
Realizo solo la actividad doméstica normal 28 38.8
Estoy casi completamente inactivo físicamente 14 14.3
Cuestionario sobre estereotipos negativos del envejecimiento (CENVE)

Análisis descriptivo
En la Tabla 4 se presentan las medias, desviaciones estándares y consistencias
internas obtenidas para el CENVE. Los resultados indican que las medias de
los tres factores están por arriba de la media teórica (M = 2.5), lo cual significa
un fuerte apoyo a los estereotipos negativos. En el factor de carácter-personalidad
(M = 3.39) reciben apoyo creencias relativas a que los adultos mayores se irritan
con facilidad y son cascarrabias, son como niños, a menudo chochean, se vuel-
ven más rígidos e inflexibles, así como la creencia de que los defectos se agudi-
zan con la edad. En cuanto al factor de creencias sobre la salud (M = 3.38) también
apoyan bastante la idea de que después de los 65 años se sufre deterioro de la
memoria, que después de los 70 años hay deterioro mental que afecta las capa-
cidades normales, que después de los 65 años se produce un fuerte deterioro
de la salud e incapacidades que hacen dependientes a las personas y que el dete-
rioro cognitivo es inevitable en la vejez.
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 89

Para el factor de motivación social (M= 3.20) los resultados son en el mismo
sentido, un fuerte apoyo a creencias relativas a un menor interés en el sexo a
esta edad, tener menos amigos que los más jóvenes, poco interés en las cosas
que le rodean, poca capacidad para resolver problemas y la creencia de no
hacen ningún trabajo tan bien como los jóvenes. En general, los resultados
para los tres factores muestran un notable grado de apoyo a los estereotipos
negativos de la vejez.
Tabla 4.
Medias, desviaciones estándares y consistencias internas obtenidas por la muestra
para el Cuestionario sobre estereotipos negativos del envejecimiento (CENVE).
Factores Media D. E. Alfa de
Cronbach
Estereotipos negativos del envejecimiento
Salud 3.38 0.75 0.71
Motivación-Social 3.20 0.80 0.71
Carácter-personalidad 3.39 0.83 0.72

Análisis de diferencias por sexo y edad


Para conocer el efecto del sexo y de la edad en la percepción de los estereotipos
negativos hacia el envejecimiento se realizó un análisis de covarianza, teniendo
como covariable a la edad; los resultados mostraron diferencias significativas en
el factor de motivación social [F(1,95) = 8.83; p = 0.004] en donde las mujeres obtie-
nen la media más alta (M = 3.37) que los hombres (M = 2.96) reflejando su
apego a los estereotipos negativos como menor interés en el sexo, tener menos
amigos que los más jóvenes, poco interés en las cosas que le rodean, poca capa-
cidad para resolver problemas, entre otros. Para el factor de carácter-personalidad
[F(1,95) = 6.99; p = 0.01] también las mujeres son las que obtienen la media más
alta (M = 3.58) que los hombres (M = 3.11), es decir tienen más estereotipos
negativos sobre los cambios de personalidad en la vejez como volverse casca-
rrabias, rígido, inflexible, etc.
En cuanto a la covariable edad, se encontró un efecto significativo en el
factor de motivación social [F(1,95) = 7.97; p = 0.006], obteniendo que a mayor edad
mayor puntuación en motivación-social (r(98) = 0.23; p = 0.01) (ver Tabla 5) lo
que significa que a mayor edad más apoyan las creencias que afirman que los
ancianos tienen menor interés en el sexo, en los amigos, poca capacidad para
resolver problemas y poco interés en las cosas que le rodean.
90 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Tabla 5.
Análisis de covarianza obtenido para la muestra en el Cuestionario sobre estereotipos
negativos del envejecimiento (CENVE).
Factores Covariable Edad Sexo
F Prob. Hombres Mujeres F Prob.
Media Media
Salud 0.57 0.44 3.22 3.50 3.40 0.06
Motivación-Social 7.97 0.006** 2.96 3.37 8.83 0.004**
Carácter-personalidad 0.04 0.82 3.11 3.58 6.99 0.01**
* p≤.05 **p≤.01 ***p≤.001

Escala de Optimismo disposicional


Análisis descriptivo
Los resultados obtenidos en esta escala mostraron una consistencia interna
de 0.66 con una media de 22.93 y una desviación estándar 3.83, lo cual signi-
fica que la muestra de participantes percibe con bastante optimismo su vida.
Asimismo, al analizar las puntuaciones medias obtenidas para los ítems por
separado (ver Tabla 6) los resultados muestran que se obtienen puntuaciones
superiores a la Media teórica (M= 2) para cuatro de los seis ítems que describen
un ánimo optimista y responden como “indiferente” ante los ítems que des-
criben un ánimo pesimista (“Seguro que si algo puede irme mal, me ocurre”,
“Casi nunca espero que las cosas me sean favorables”) lo que refleja que son
ideas que no tienen o piensan.
Tabla 6.
Medias y desviaciones estándar para los ítems de la escala de optimismo
disposicional, para la muestra total.
Ítems Media D. E.
En momentos de incertidumbre suelo esperar que ocurra lo mejor 3.97 .85
Seguro que si algo puede irme mal, me ocurre. 2.16 1.09
Siempre soy optimista acerca de mi futuro. 3.93 1.00
Casi nunca espero que las cosas me sean favorables. 2.30 1.12
No me disgusto fácilmente. 3.48 1.25
En general, espero que me ocurran más cosas buenas que malas. 4.02 1.03
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 91

Análisis de diferencias por sexo y edad


El análisis de covarianza obtenido reveló que no se encontraron diferencias
significativas por sexo [F(1,95) = 1.15; p = 0.28; Hombres M = 23.21; Mujeres
M = 22.73] en cambio sí se encontraron diferencias por edad [F(1,95) = 12.64;
p = 0.001] en donde se obtiene que a mayor edad menor optimismo (r(98) =
-0.33; p = 0.001). Este resultado coincide con lo expuesto por Scheier y Carver
(1993) quienes señalan que el optimismo no parece decaer en la vejez, excepto
en las personas muy mayores que están experimentando problemas de salud o
en algunas áreas funcionales, lo que pudiera estar ocurriendo en las personas
mayores de este grupo, sobre todo considerando los estereotipos vigentes hacia
su propio proceso de envejecimiento, reportados en líneas anteriores.

Perfil de salud
Análisis descriptivo
El análisis descriptivo mostró que las medias obtenidas en todos los factores
están por debajo de la media teórica (M = 2.5), lo que indica que la mues-
tra estudiada no presenta puntajes altos en estas dimensiones de salud. Sin
embargo, los factores con las medias más altas son dolor (M = 2.40) y energía
(M = 2.39) y movilidad (M= 2.32) (ver Tabla 7). Estas puntuaciones significan
que las personas experimentan dolor con cierta frecuencia en una variedad de
situaciones: por las noches, al cambiar de postura, al andar, cuando están de pie,
al subir y bajar escalar y cuando están sentados. Igualmente, para la dimensión
de energía responden que algunas veces se sienten fatigados, sienten que todo
les cuesta esfuerzo, y que se quedan sin fuerza. En cuanto al factor movilidad
(M = 2.32), también algunas veces sienten que solo pueden andar dentro de
su casa, les cuesta trabajo agacharse, subir y bajar escaleras, coger las cosas,
vestirse, estar de pie mucho rato y necesitan ayuda para andar fuera de su casa.
Estos resultados no resultan sorprendentes si se tiene en cuenta que en su
mayoría estas personas no realizan actividad física alguna, con las consecuen-
cias en la movilidad.
92 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Tabla 7.
Medias, desviaciones estándares y consistencias internas obtenidas por la muestra
para el Perfil de Salud del Nothingham.
Factores Media D. E. Alfa de Cronbach
Perfil de Salud del Nothingham
Energía 2.39 1.09 0.78
Dolor 2.40 1.11 0.93
Reacciones emocionales 2.07 0.98 0.92
Aislamiento Social 1.83 0.88 0.84
Sueño 2.15 1.03 0.86
Movilidad 2.32 1.02 0.89

Análisis de diferencias por sexo y edad


El análisis de covarianza reveló que se encontraron diferencias significativas
por sexo en el factor de dolor [F(1,95) = 4.98; p = 0.02] en donde las mujeres (M
= 2.55) son las que responden que presentan mayores síntomas de dolor que
los hombres (M = 2.19). En el factor de reacciones emocionales [F(1,95) = 6.05; p =
0.01], también las mujeres (M = 2.23) presentan mayores puntuaciones que los
hombres (M = 1.86) lo cual significa que responden que con cierta frecuencia
se deprimen, dicen que han olvidado lo que es pasarla bien, tienen los nervios
de punta, sienten que los días se hacen interminables, se enfadan con facilidad,
sienten que pierden el control, se desvelan por la noche debido a preocupacio-
nes, creen que no vale la pena vivir y se sienten desanimadas; en tanto que los
hombres responden que “casis nunca” les sucede todo esto. Y por último, se
obtiene diferencias en el factor de movilidad [F(1,95) = 4.38; p = 0.03] en el que
de igual manera son las mujeres (M = 2.44) las que presentan mayores puntajes
que los hombres (M = 2.16) y por tanto experimentan más problemas para
caminar, vestirse, estar de pie, agacharse, subir y bajar escaleras, etc.
En contraparte, se encontró un efecto significativo de la variable edad en el
perfil de salud, donde para todos los factores se observó que a mayor edad se
presentan mayores puntuaciones en energía (r(98) = 0.45; p = 0.000), dolor (r(98)
= 0.37; p = 0.000), reacciones emocionales (r(98) = 0.35; p = 0.000), aislamiento
social (r(98) = 0.43; p = 0.000), sueño (r(98) = 0.27; p = 0.008) y movilidad (r(98) =
0.43; p = 0.000), datos que muestran que a medida que se va avanzando en la
edad las personas tienen mayores problemas físico, médicos y sociales que poco
a poco van incapacitando a la persona de manera integral (ver Tabla 8).
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 93

Tabla 8.
Análisis de varianza obtenido para la muestra para el Perfil de Salud del Nothingham.
Factores Covariable Sexo
Edad
F Prob. Hombres Mujeres F Prob.
Media Media
Energía 12.64 0.001*** 2.20 2.53 1.15 0.28
Dolor 18.10 0.000*** 2.19 2.55 4.98 0.02*
Reacciones 16.42 0.000*** 1.86 2.23 6.05 0.01**
emocionales
Aislamiento 22.55 0.000*** 1.81 1.84 0.57 0.45
Social
Sueño 8.84 0.004** 1.96 2.28 3.69 0.058
Movilidad 25.10 0.000*** 2.16 2.44 4.38 0.03*
* p≤.05 **p≤.01 ***p≤.001

Análisis de asociación
Por último, para conocer la relación entre cada uno de los factores de los diferen-
tes instrumentos utilizados se realizó un análisis de correlación. Los resultados
obtenidos al analizar la relación entre los estereotipos negativos hacia el envejeci-
miento y el optimismo, muestran que en la medida que se tengan mayores creen-
cias negativas hacia la salud (r(98) = -0.28; p = 0.004), hacia la motivación-social
(r(98) = -0.27; p = 0.006) y hacia el carácter-personalidad (r(98) = -0.22; p = 0.02)
menor presencia de optimismo en su vida.
Asimismo, a medida que se perciben mayores problemas de salud en térmi-
nos de las dimensiones de energía (r(98) = - 0.50; p = 0.000), dolor (r(98) = -0.52;
p = 0.000), reacciones emocionales (r(98) = -0.60; p = 0.000), aislamiento social
(r(98) = -0.53; p = 0.000), sueño (r(98) = -0.42; p = 0.000) y movilidad (r(98) = -0.54;
p = 0.000) también menor presencia de optimismo en sus vidas.
En lo que se refiere a la relación entre los prejuicios negativos hacia al enve-
jecimiento y el perfil de salud, se encontró que en la medida que se tienen
prejuicios negativos hacia el envejecimiento, particularmente en la salud y en
la motivación-social se presentan mayores problemas psicológicos, físicos y
sociales. En lo que se refiere a las creencias negativas sobre el carácter y la
personalidad están impactan directamente en las reacciones emocionales, en el
aislamiento social y en problemas con el sueño (ver Tabla 9).
94 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Tabla 9.
Análisis de asociación entre el Cuestionario sobre estereotipos negativos del
envejecimiento (CENVE) y el Perfil de Salud del Nothingham.
Factores Energía Dolor Reacciones Aislamiento Sueño Movilidad
emocionales Social
Salud 0.24* 0.26** 0.38** 0.35** 0.39** 0.26*
Motivación- 0.39** 0.33** 0.42** 0.44** 0.40** 0.37**
Social
Carácter- 0.29** 0.26** 0.33**
personalidad
* p≤.05 **p≤.01

Comentarios finales
México presenta un proceso acelerado de transición demográfica, transfor-
mándose en un país con más viejos que niños. Entre los años 2000 y 2050 la
proporción de adultos mayores pasará del 7% al 28 % en una población de 130
millones en 2050, con el consecuente impacto en los diversos servicios que
este grupo etario requiere (Kofi, 2002). Datos de Conapo (2007) indican que
en Yucatán actualmente 9.3% de los habitantes son mayores de 60 años y de
estos aproximadamente el 24 % de este grupo de edad son analfabetas, siendo
más mujeres que hombres quienes no saben leer ni escribir. En el caso de la
muestra con la que se realizó este trabajo, la distribución de escolaridad obte-
nida representa estrechamente la proporción de escolaridad reportada para los
ancianos de Yucatán.
Los datos sociodemográficos de los participantes también retratan a una
persona mayor que percibe su estado de salud “igual que el de la mayoría” y se
percibe a sí mismo como fiel reflejo de su edad cronológica y de los cambios
que cree y espera que ocurra en ella. Más de la mitad de participantes nunca
asiste a asociaciones o clubes sociales ni realiza actividades de voluntariado lo
cual sugiere escasos contactos sociales; sin embargo la religión parece jugar un
papel importante ya que la mayoría (dos terceras partes) asiste con regularidad
a actividades religiosas. Apenas una cuarta parte realiza una actividad física en
forma regular en tanto que el resto de participantes prácticamente tiene una
vida sedentaria, lo cual resulta preocupante dado el impacto que esto tiene en la
salud y calidad de vida de las personas.
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 95

Respecto a los estereotipos, indudablemente que el estereotipo hacia la


vejez es parte y reflejo de la sociocultura predominante; desafortunadamente
los resultados evidencian la presencia del ancianismo o estereotipos negativos
sobre el envejecimiento. Si se considera que los cambios biológicos solamente
toman sentido en función de una sociocultura determinada, los cambios típicos
del proceso de envejecer (envejecimiento normal) denotan una carga negativa,
decadente e involutiva, y desde únicamente una perspectiva biologicista se pone
énfasis en el deterioro y las pérdidas. De esta manera está presente el “ancia-
nismo” con los efectos perniciosos que conlleva en las autopercepciones, ya
que como Butler (1987) afirma, estas creencias negativas influyen en las con-
ductas de sus víctimas ya que los viejos tienden a adoptar definiciones negati-
vas sobre la vejez y a perpetuar así una variedad de estereotipos que se dirigen
contra ellos mismos, reforzando las creencias sociales.
La presencia de estereotipos negativos también se evidencian en los resul-
tados del Perfil de Salud ya que los participantes en general, y particularmente
las mujeres más que los hombres, se autoperciben sobretodo con mucho dolor,
poco nivel de energía y poca capacidad de movilidad, limitaciones que también
en gran medida son consecuencia de su estilo de vida sedentario. Además, a
medida que se tienen más años la percepción de una peor salud en las dimen-
siones estudiadas, aumenta.
Los resultados sugieren que los estereotipos negativos sobre la vejez o ancia-
nismo, funcionan como “profecías de auto cumplimiento” ya que lo que las
personas creen que pueden hacer se relaciona en forma importante con el sig-
nificado personal que dan a los cambios que experimentan con la edad. Por
ejemplo, el grado en que los sujetos perciben tales cambios como controla-
bles o por el contrario, los consideran como normativos e inevitables, les pue-
den llevar a adoptar actitudes muy distintas ante los mismos. De acuerdo con
Ander-Egg (2009) la exclusión (y auto-exclusión) de los ancianos de muchas
actividades de la sociedad es producto de estas creencias y mitos sobre el enve-
jecimiento (Warner & Willis, 2003). El ancianismo puede afectar no solo la forma
en que las personas ancianos son percibidas sino también la forma en que ellos
mismo se perciben a sí mismos (Sánchez, 2004).
Por último, los resultados sobre el optimismo resultan prometedores, ya que
los participantes, hombres y mujeres, reflejan un buen nivel en cuanto al “opti-
mismo disposicional”; sin embargo a medida que se avanza en edad la disposi-
ción al optimismo disminuye. Esta disposición al optimismo se relaciona con un
96 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

estado mental positivo y se ha asociado con un mejor estado de salud y con un


afrontamiento exitoso ante la depresión (Scheier & Carver, 1993). Los estudios
muestran que el optimismo no parece decaer en la vejez, excepto en las personas
muy mayores que están experimentando problemas de salud o en algunas áreas
funcionales, lo cual se obtiene en estos resultados. Por último, la literatura men-
ciona que las diferencias que existen en los sujetos mayores en esta dimensión
pueden aportar una mayor comprensión ante las actitudes y expectativas que se
mantienen hacia la vejez en esta época de la vida (Scheier & Carver, 1987; 1993).
El desarrollo de la investigación permitió obtener evidencia empírica en una
muestra de adultos mayores dela ciudad de Mérida, sobre la presencia de este-
reotipos negativos sobre el envejecimiento, la percepción de salud y la presencia
de optimismo en este grupo, así como las relaciones entre estas variables. Por
supuesto, el hecho de que una muestra no probabilística de la población de la ciu-
dad de Mérida (como ésta) evidencie las características encontradas no permite
hacer afirmaciones que abarquen a toda la población yucateca, pero si constituye
una señal de aviso o advertencia para mostrar qué cambios deben promoverse en
la construcción psicosocial de una vejez exitosa y positiva y qué aspectos deben
potenciarse para lograr un envejecimiento satisfactorio en los adultos mayores.
Por último, y no menos importante, dado que actualmente los adultos mayo-
res suman el 10.1% de la población, e incluso se estima que en un período de
40 años el número de ancianos sobrepasará al de jóvenes (Inegi, 2010), uno
de los retos más importantes para el país es el establecimiento de políticas
públicas efectivas para la atención al adulto mayor. El primer paso para el esta-
blecimiento de esas políticas es el reconocimiento de la trascendencia de un
problema específico, para lo cual las investigaciones que permiten conocer, dar
respuesta y hacer frente a las necesidades de los adultos mayores constituyen
recursos indispensables (Montero & Rivera, 2006). Asimismo, el envejecimiento
de la población exige la intervención social y cultural en múltiples áreas: salud,
educación, legislación, laboral, de tiempo libre y espiritual, entre otras, con el
fin incrementar la calidad de vida del adulto mayor al lograr que perciba que
aún puede participar en actividades que mejoran su desarrollo personal, salud,
comunicación y, en general, sus relaciones sociales con las personas con las que
conviven (Arita, 2005; Arita, Romano, García & Félix, 2005; Velarde & Ávila,
2002). Desde la Psicología, a través del trabajo conjunto con otras disciplinas, el
desafío es contribuir a la promoción del máximo grado de independencia, fun-
cionalidad y autonomía personal para el logro del envejecimiento satisfactorio.
Estereotipos sobre el envejecimiento y optimismo en adultos mayores de la ciudad de Mérida, Yucatán, México • 97

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Foto: Archivo Ramírez Aznar
PREVALENCIA DE DEPRESIÓN Y ASPECTOS
SOCIALES PRESENTES EN ADULTOS MAYORES DE
ASILOS Y ESTANCIAS DE MÉRIDA, YUCATÁN

Selmy Alejandra Velázquez Aldana


Natalia de Jesús Cimé Canul
Zulme Yasmín Ek Poot
Jennifer del Socorro Rodríguez Llanes
Adriana Guillermo Jornez
Ligia Maria Rosado Alcocer
Lizbeth Paulina Padrón Aké

Introducción
La depresión, es un desorden mental caracterizado por la pérdida de interés
e incapacidad de satisfacción por las actividades y experiencias de la vida dia-
ria; incluye desmotivación, alteraciones emocionales como el humor negativo
y sentimientos de culpabilidad; así como cambios cognitivos manifestados
por ideas suicidas, menor capacidad de concentración, trastornos del sueño;
cambios físicos como la pérdida de peso y modificaciones conductuales como
la pérdida de la confianza y autoestima. Es considerada como la enfermedad
mental más frecuente y es una de las principales causas de discapacidad a nivel
mundial (Jervis, 2004).
En México, de acuerdo al Instituto Nacional de Geriatría existe brechas de
información acerca de la depresión entre los adultos mayores (Douglas, s.d),
sin embargo otros autores señalan que la prevalencia varía de acuerdo al ins-
trumento diagnóstico utilizado o el grupo poblacional; cuando se aplican los
criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-
IV-TR), la prevalencia es del 1 al 3%, pero cuando son utilizados los instrumen-

103
104 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

tos de tamizaje especialmente desarrollados para los ancianos, es superior, por


lo que se calcula que la prevalencia de síntomas depresivos se encuentra entre el
10 y 27% de los adultos mayores en la comunidad (Aguilar y Ávila, 2007). Otros
autores señalan que es el trastorno afectivo más frecuente en personas mayores
de 60 años y que la prevalencia es de 15 a 20% en la población ambulatoria,
pero se incrementa de 25 a 40% en la hospitalizada (Martínez M, Martínez O,
Esquivel y Velasco, 2007).
La Organización Mundial de la Salud (Oms, 2000), asume la iniciativa de
realizar estudios que pretenden evaluar la situación de la patología mental en
países con diferente nivel de desarrollo, así como determinar las necesidades de
atención a la salud y orientar la política en esta materia. En México, se realizan
con el apoyo del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente mediante
la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica. En la última encuesta rea-
lizada en el 2003, el 28.6% de la población mexicana presentó algunos de los 23
trastornos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (Cie) alguna vez
en su vida, el 13.9% lo reportó en los últimos 12 meses y el 5.8 reportó trastor-
nos mentales durante los últimos 30 días. De acuerdo al tipo de trastornos, los
más frecuentes fueron los trastornos de ansiedad (14.3% alguna vez), seguidos
por los trastornos de uso de sustancias (9.2%) y los trastornos afectivos (9.1%).
Entre los trastornos afectivos se encontraron los episodios depresivos mayores
y menores, manía (bipolar I), hipomanía (bipolar II), distimia y cualquier otro
trastorno afectivo.
Un estudio realizado por Benjet y cols. (2004), cuyo objetivo fue conocer
en la población mexicana, la prevalencia de la depresión con inicio temprano, y
comparar el curso natural, la comorbilidad y la latencia para buscar tratamiento
entre los deprimidos con inicio temprano y aquellos con inicio en la edad adulta;
reportó que el 2% de la población, que representa dos millones de personas, ha
padecido un episodio de depresión mayor antes de los 18 años de edad.
Por otro lado, Berenzon y cols. (2013) mencionan en los resultados de su
estudio que en las personas de más de 65 años, la prevalencia de depresión se
encuentra arriba de 20% y es más frecuente entre los desempleados, los viudos
y los solteros y que en esta población, los problemas mentales son una de las
cinco principales causas de discapacidad.
Este problema de salud mental no es normal en el proceso de envejeci-
miento y la mayoría de los adultos mayores se sienten satisfechos con sus vidas,
a pesar del aumento de dolores físicos; sin embargo, cuando la depresión se
Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de asilos y estancias de Mérida, Yucatán • 105

presenta en este grupo de edad, puede pasarse por alto porque en la vejez se
muestran síntomas menos evidentes y están menos propensos a sufrir o reco-
nocer, sentimientos de pena o tristeza (Gallo y Rabins, 1999).
Los adultos mayores suelen padecer condiciones médicas, tales como enfer-
medades cardiacas, derrames cerebrales o algún tipo de cáncer, que pueden pro-
vocar síntomas de depresión, asimismo, es posible que ingieran medicamentos
cuyos efectos secundarios contribuyen a la depresión; más del 15% de adultos
mayores que presenta un problema crónico de salud padecen de depresión. Es
común que los adultos mayores ingieran varios medicamentos recetados por
distintos médicos o, lo que es peor, autorecetados. Algunos medicamentos o
combinaciones de ellos ocasionan alteraciones físicas o mentales, al igual que
alteraciones en el estado de ánimo (Gallo y Coyne, 2000).
Según Faison y Stephens (2001), la depresión en el adulto mayor es de origen
multifactorial donde se encuentran presentes diversos factores como: 1) gené-
ticos, 2) somáticos, 3) psíquicos, 4) biológicos y 5) sociales (Riquelme, 1997).
Para la presente investigación únicamente se abordaron los aspectos sociales,
que se encuentran presentes en los adultos mayores, puesto que el proceso de
envejecimiento lleva consigo una serie de cambios relacionados en la esfera
familiar como lo es: el abandono del hogar por parte de los hijos, pérdidas de
personas significativas, etcétera. Asimismo, las personas que se encuentran en
periodo de jubilación padecen una serie de pérdidas, entre las que se encuen-
tran: disminución de contactos sociales y merma del poder adquisitivo, lo que
demanda un extraordinario esfuerzo de adaptación.
En el estado de Yucatán, los adultos mayores no se encuentran exentos de
esta situación mental, por lo que es importante realizar un estudio de preva-
lencia de depresión en adultos que asisten en asilos y estancias. De acuerdo a
Rodríguez (2000), los asilos son instituciones de asistencia donde son alojadas
algunas personas de edad avanzada, cuya finalidad es el agrupamiento, la reclu-
sión y una supervisión médica elemental. Los senectos podrían convertirse en
piedra angular del cuidado a corto y largo plazo, por lo que no sólo requerirán
como opción una estancia temporal, sino que también requerirán del apoyo de
la familia y la sociedad.
Las estancias son centros de atención cuya misión es asistir y orientar, indi-
vidual y grupalmente a los adultos mayores en los aspectos médico, psicológico,
ocupacional y social. Son centros en los que se ofrece una asistencia diurna
integral a aquellas personas que por sus características personales, familiares,
106 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

económicas, sociales y/o sanitarias requieren de un espacio de convivencia y


participación que propicie el autocuidado, el crecimiento individual y grupal, la
cooperación y la solidaridad social (Perreira, 2005).
En este contexto, la investigación que presentamos se dirige a obtener resul-
tados que aporten elementos relevantes en el estudio de la depresión vincula-
dos a algunos aspectos sociales y familiares. Con los resultados se espera que
los responsables de los asilos y estancias diseñen estrategias que incluyan en el
plan de atención que proporcionan, mayor recreación social como parte del
modo de vida de este grupo social en situación de vulnerabilidad. Con este tipo
de acciones será posible contribuir a la disminución de sentimientos de soledad,
tristeza y angustia que poseen los adultos mayores que viven en este tipo de
albergues. También pretendemos colaborar con la filosofía de una vejez salu-
dable. El objetivo de nuestro estudio es determinar la prevalencia y aspectos
sociales presentes en la depresión en los adultos mayores pertenecientes a asilos
y estancias en Mérida, Yucatán, México.

Material y Métodos
De acuerdo con Hernández (2009), este trabajo es un estudio de diseño epi-
demiológico, descriptivo, transversal donde se obtuvo la prevalencia de la
depresión y se describieron los aspectos sociales de los adultos mayores que se
encuentran en asilos y estancias de Mérida, Yucatán en el periodo comprendido
de julio a octubre de 2012. Para conformar la población de estudio, se seleccio-
naron por conveniencia dos asilos y dos estancias para obtener una población
total de 38 adultos mayores (14 pertenecientes a los asilos y 24 a las estancias).
Se establecieron como criterios de inclusión: contar con 60 años o más, de uno
u otro género y firmar el consentimiento informado para la participación en el
estudio; se excluyeron a aquellas personas que presentaron alguna discapacidad
mental, visual y auditiva, y se eliminaron las entrevistas incompletas.
Para identificar la depresión subclínica de los participantes, se les aplicó el
Inventario de Depresión de Beck (BDI) el cual consta de 21 reactivos; cada
ítem cuenta con cuatro alternativas de respuesta que se encuentran a una escala
que se ubica entre cero a tres puntos, por tanto la puntuación total se encuentra
entre 0 y 63 puntos. Al responder el inventario, se obtiene una calificación en
cada reactivo según el estado de ánimo actual, al término del cuestionario se
realiza la sumatoria del total de puntos obtenidos y se clasifican de la siguiente
manera: a) de 1–10, altibajos considerados normales; b) 11 – 16, leve perturba-
Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de asilos y estancias de Mérida, Yucatán • 107

ción del estado de ánimo; c) 17–20, estado de depresión intermitente; d) 21–30,


depresión moderada; e) 31–40, depresión grave y f) mayor a 40, depresión
extrema. Es importante resaltar, que una puntuación de 17 o más puntos, es
un indicativo de que se requiere ayuda profesional. Este inventario cuenta con
una consistencia interna (coeficiente alfa de Cronbach = 0,83), y un índice de
validez convergente respecto a la Escala Autoaplicada de la depresión de Zung
con correlaciones que oscilan entre 0,68 y 0,89 para dos subgrupos diferentes
de la muestra total (Sanz y Vázquez, 1998).
Para identificar los aspectos sociales presentes en el adulto mayor se elaboró
una entrevista estructurada que consta con dos apartados: I) Datos sociodemo-
gráficos (edad, género, escolaridad, estado civil, fuente de ingreso, número de
hijos) y II) Aspectos sociales: red familiar (participación en convivencias fami-
liares, decisiones, etcétera) y red social (integrante de un club o grupo social,
integrante de un grupo religioso, visita a amigos y familiares).
Una vez seleccionados los asilos y estancias, se solicitó a través de un oficio,
dirigida a los responsables, su colaboración para realizar entrevistas a los adul-
tos mayores registrados y que cumplían con los criterios de inclusión. Antes de
las entrevistas se solicitó el consentimiento informado a cada participante y a
la persona responsable del mismo, el cual se elaboró de acuerdo a la norma-
tiva establecida por el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Investigación. Una vez concluido el análisis de los resultados se presentaron a
las autoridades responsables de los asilos y estancias, los resultados, así como
una serie de sugerencias a fin de ser consideradas en el programa de atención a
la salud que ofrecen.
Para este estudio se denominó asilo a los refugios de largo plazo, porque
ingresan al adulto mayor por semanas y tienen días de visitas específicas, las
cuales pueden realizarse de acuerdo con dos modalidades: a) los familiares asis-
ten al asilo a visitar a su familiar ó b) llevar al adulto mayor por días a la casa
del familiar tutor del adulto. Se conceptualizó estancia como el lugar donde los
adultos mayores asisten sólo por las mañanas mientras que los hijos, familiares
o cuidadores acuden a sus centros de trabajo o realizan algunos pendientes, por
lo tanto, solo los dejan por algunas horas.
Para realizar el análisis estadístico, la información se capturó en la base de
datos del paquete estadístico SPSS, versión 19.0, se obtuvieron estadísticas des-
criptivas para los datos sociodemográficos y los aspectos sociales presentes;
asimismo se calculó la prevalencia de depresión.
108 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Resultados
De los 38 adultos mayores que participaron, la edad media fue de 75 años ±
8, la mínima de 60 y la máxima de 93; 18% (7) corresponde a una edad de 60
a 65 años, 21% (8) de 66 a 71, 26% (10) de 72 a 77, 24% (9) de 78 a 83, 5%
(2) de 84 a 89 y otro 5% (2) de 90 a 95 años. Respecto al género, 29% (11) son
masculinos y 71% (27) femeninos; el nivel de escolaridad se analizó de acuerdo
al lugar en el que se encuentren (asilo o estancia); se observó en las estancias
que el mayor porcentaje de personas cuentan con universidad incompleta y son
profesionistas universitarios 32% (12) contra el 10% (4) de los que se encuen-
tran en asilos; 14% (5) cuentan con secundaria completa en contraste con el
2% (1) de los asilos; 19% (7) de los que se hallan en estancias poseen entre pri-
maria incompleta y completa contra 15% (6) de los que se localizan en asilos.
Unicamente en las estancias se localizaron a aquellos que no cursaron algún
grado escolar 8% (3). (Tabla 1).
Tabla 1.
Nivel de escolaridad de acuerdo al lugar de residencia
Nivel de Escolaridad
Sin Primaria Primaria Secundaria Universidad Universitario
estudios incompleta Completa completa incompleta F (%)
Lugar F (%) F (%) F (%) F (%) F (%)
Estancia 0 (0%) 2 (5%) 5 (14%) 5 (14%) 8 (22%) 4 (10%)
Asilo 3 (8%) 2 (5%) 4 (10%) 1 (2%) 2 (5%) 2 (5%)
Total 3 (8%) 4 (10%) 9 (24%) 6 (16%) 10 (27%) 6
Fuente: Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de estancias y asilos
en Mérida Yucatán.

Respecto al estado civil, se observó que 10% (4) del asilo son solteros, con-
trastando con 5% (2) de la estancia; 18% (7) de los que se encuentran en estan-
cias son casados, 38% (14) son viudos y 3% (1) se encuentran en unión libre.
En los asilos 18% (7) son viudos. Sobre la fuente de ingreso de los participantes
29% (11) de pensionados se encuentran en estancias y 37% (14) en los asilos;
en cuanto a los jubilados 34% (13) se ubican en las estancias y ninguno en el
asilo. Se observó además que 59% (22) de los adultos mayores que tienen hijos,
se encuentra en estancias en contraste con el 23% (9) de los asilados, en tanto
que 13% (5) que se encuentran en el asilo no poseen descendencia comparados
Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de asilos y estancias de Mérida, Yucatán • 109

con 5% (2) de los ubicados en estancias; existe un pico máximo con 31% (11)
entre los que tienen de uno a tres hijos (Gráfica 1).
Gráfica 1.
Distribución porcentual de número de hijos de acuerdo al lugar de residencia

Estancia Asilo

31%

18%
13% 13%
10% 10%
5%
0%

No tiene hijos 1-3 hijos 4-6 hijos 7 ó más hijos

Fuente: Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de estancias


y asilos en Mérida Yucatán.

La prevalencia de depresión general en los asilos y estancias fue de 52%;


existe una mayor prevalencia en los asilos con 71%, respecto a las estancias con
42%. De acuerdo a los niveles de depresión que prevalecen, se observa en el
gráfico 2 que 29% (4) de los asilados y 54% (13) de los que se encuentran en
estancias presenta altibajos del estado de ánimo, los cuales son considerados
como normales; en el mismo orden, 43% (6) y 34% (8) presentan una leve
perturbación del estado de ánimo; 14% (2) y 4% (1) un estado de depresión
intermitente; 7% (1) y 8% (2) un nivel de depresión moderada.
Es importante considerar que se observó que en el asilo se encuentra 7% (1) en
depresión extrema y que conforme se incrementan los niveles de depresión estos
también se acentúan en los adultos mayores que se encuentran en el asilo, y en el
caso de los que se encuentran en estancias el nivel de depresión moderada es mayor
por un punto porcentual en las estancias. Cuando se consideró el género se encon-
tró que en las mujeres existe una proporción del 45% (17) que presentan algún
nivel de depresión, comparado con los hombres que fue de 27% (3), situación que
podría atribuirse a los cambios hormonales propios del género (Gráfica 2).
110 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Gráfica 2.
Distribución porcentual de niveles de depresión en asilos y estancias
Estancia Asilo

29%

43%

54%

34%
14% 7%
8% 7%
4%
0 0
Altibajos normales Leve perturbación Estado depresivo Depresión Depresión grave Depresión extrema
del estado de ánimo intermitente moderada

Fuente: Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de estancias


y asilos en Mérida Yucatán.

Gráfica 3.
Distribución porcentual de participación en la red familiar en asilos y estancias

Asilo Estancia

29%
No
Desiciones
Familiares

21%
8%
Si 42%
Convivencia Familiar

32%
No 8%

5%
Si 55%

Fuente: Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de estancias


y asilos en Mérida Yucatán.
Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de asilos y estancias de Mérida, Yucatán • 111

Respecto a la convivencia del adulto mayor con algún familiar (hijos, nietos,
sobrinos, etcétera) y de acuerdo al lugar donde reside, se observó que 55% (21)
que se encuentran en la estancia conviven con su familia y 5% (2) de los que se
encuentran en los asilos también. De la misma forma, 42% (16) de los que se
encuentran en las estancias participan en las decisiones familiares, así como el
8% (3) de los que se encuentran en los asilos. Estos resultados muestran que los
adultos mayores que asisten en las estancias poseen una red familiar más conso-
lidada comparada con los que se encuentran en los asilos, porque estos últimos
en muchas ocasiones son ingresados y ya no son visitados constantemente por
los familiares (Gráfica 3).
Gráfica 4.
Distribución porcentual de participación en la red social en asilos y estancias

Estancia Asilo

61%

39% 40%

27% 24% 24% 24%


18% 18%
11% 13%
1%

Si No Si No Si No
Grupo Social Grupo Religioso Visita a familiares
y/o amigos

Fuente: Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de estancias


y asilos en Mérida Yucatán.

Respecto a pertenencia a algún grupo social, 61% (23) de los adultos mayo-
res que asisten a las estancias pertenecen a algún grupo y 11% (4) de los asi-
lados poseen esta actividad; 39% (15) pertenecientes a las estancias no asisten
a grupos religiosos. Llama la atención este dato, ya que mediante observación
participante apreciamos que los adultos mayores se apegan a la religión en esta
etapa de su vida. Por último, 40% (15) de los senescentes que pertenecen a las
estancias frecuentan más a amigos y/o a algún familiar en tanto que los del
asilos solo el 18% (7) realiza estas visitas (Gráfica 4).
112 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Discusión
Bello, Puentes, Medina y Lozano (2005) observaron que la prevalencia de
depresión en adultos mayores a nivel nacional es de 4.5%, la cual aumenta con-
forme la edad avanza y disminuye en los niveles educativos más altos; asimismo
resultó significativo que los niveles más altos de depresión se presentaron entre
los hombres que viven en áreas rurales. Estos datos, no coinciden con los
resultados obtenidos en el presente estudio donde se obtuvo una prevalencia
general de depresión de 52% (incluye asilo y estancia), dato que se encuentra
por encima de la media nacional, sin embargo al separarla entre los asilados y
los que se encuentran en estancia, se obtuvo un 71% y 42% respectivamente,
ambas cifras sobrepasan la media nacional.
Canto y Castro (2004), en un estudio realizado en Yucatán reportaron que en
los asilos existió una prevalencia de depresión de 36.6% y en las estancias de 28%,
datos que tampoco coinciden con lo reportado con este estudio ya que las cifras
obtenidas son superiores. De igual forma se observó que la depresión prevalece
más en los asilos que en las estancias, aspecto que coincide con los hallazgos, ya que
se observó mayor prevalencia de esta situación en los asilos que en las estancias.
Mejía, Miguel, Villa, Ruíz y Gutiérrez (2007) señalan que la probabilidad
de deterioro cognitivo sumado a la dependencia funcional es mayor entre las
mujeres y aumenta con la edad; asimismo es menor en los sujetos casados y se
asoció con la presencia de diabetes, enfermedad cerebral, enfermedad cardiaca
y depresión. Aunado a ello, Colunga, García, Salazar y Ángel (2008) corroboran
que al notar estadísticamente una prevalencia de depresión de 63%, existe una
proporción de 3 mujeres por cada hombre que la presenta.
Estas proporciones coinciden con la presente investigación puesto que se
presentó mayor porcentaje de algún nivel de depresión en las mujeres respecto
a los varones, posiblemente porque en su mayoría se encuentran viudas y como
ya se sabe existen otros factores biológicos como el ciclo hormonal y factores
psicosociales que son únicos de este género y que es posible que se relacionen
con tasas de depresión más elevadas entre las mujeres. Por su parte los hom-
bres experimentan la depresión de manera distinta que las mujeres y enfrentan
los síntomas de diferentes modos; por esto tienden más a reconocer que sien-
ten fatiga, irritabilidad, sueño alterado, pérdida de interés en las actividades
que antes le resultaban placenteras; mientras que las mujeres son más propen-
sas a admitir sentimientos de tristeza, inutilidad o culpa excesiva (Cochran y
Rabinowitz, 2000).
Prevalencia de depresión y aspectos sociales presentes en adultos mayores de asilos y estancias de Mérida, Yucatán • 113

Un estudio realizado en personas mayores de 65 años de edad en la Zona


Metropolitana de Guadalajara, evidenció que la falta de apoyo, especialmente
por parte de la familia, incrementa aún más el riesgo en la aparición de enfer-
medad y que las incipientes redes de apoyo social acentúan el riesgo de diversos
trastornos psicológicos (Aranda, Pando, Flores y García, 2001).
Estos datos se aproximan a los resultados encontrados en el estudio ya
que los adultos mayores que se localizan en las estancias son las personas con
menor prevalencia de depresión y los que tienen mayor participación en el
núcleo familiar y en la red social como la participación en grupos sociales,
religiosos e interacción con sus amigos, por tanto es posible que esta situación
ayude a minimizar los sentimientos de tristeza y angustia, entre otros. Aunado a
ello, Salvarezza (1993) menciona que la queja mayor que manifiestan los adultos
mayores es la pérdida de los roles sociales, y que la dolencia más extendida en
esta edad es la depresión, cuyas causas son la separación o la pérdida de objetos,
reales o fantaseados, considerados necesarios para satisfacer un deseo.

Conclusiones
Se observó una mayor prevalencia de depresión en adultos mayores del género
femenino y los que se encuentran en los asilos y una menor en los que asisten
en las estancias. Los que participan más a menudo en la convivencia y deci-
siones familiares son los que se encuentran en las estancias. Las redes sociales
en los que participan con más frecuencia los adultos mayores son los grupos
sociales y las visitas a sus familiares y amigos de manera frecuente.
Es importante mencionar, que una limitación del estudio se relaciona con
el número de participantes, por tanto las conclusiones expuestas se enfocan
solo al grupo participante. De acuerdo a lo resultados expuestos, es pertinente
recomendar que se fomenten actividades que propicien la interacción entre los
adultos mayores para participar en grupos sociales y/o religiosos así como la
interacción con familiares y amigos tanto en las estancias como en los asilos,
sobretodo en estos últimos.

Agradecimientos
A la Facultad de Enfermería de la Uady, los asilos y estancias que aceptaron
participar en el estudio por las facilidades proporcionadas para su realización.
114 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

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Foto: Archivo Ramírez Aznar
SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA, SALUD MENTAL Y
ACTIVIDAD FÍSICA EN ADULTOS MAYORES

Damaris Estrella Castillo


Héctor Rubio Zapata
Reyna Cruz Bojórquez

Introducción
El ser humano es un organismo muy complejo, las condiciones que se requieren
para su adecuado funcionamiento son cambiantes y dependen principalmente
de dos factores: el medio ambiente donde se desenvuelven y las características
biológicas que expresa el propio individuo. Las características biológicas van
cambiando de acuerdo con la etapa de la vida, lo que a su vez demanda diferen-
tes satisfactores para llevar una vida en plenitud y si estas condiciones internas
o externas no pueden resolverse la persona desarrollará un padecimiento, el
cual puede ser de tipo físico, emocional, mental o social.
Los cambios que presenta el ser humano en las diferentes etapas de la vida
son el resultado del proceso del envejecimiento; empezamos a envejecer desde
el momento del nacimiento, claro está que de forma más evidente este proceso
se manifiesta después de la edad adulta y se asume que se inicia con la disminu-
ción de las capacidades físicas, el aumento en la aparición de enfermedades, la
disminución de la independencia y la adaptabilidad, el deterioro de los modelos
familiares y sociales, la jubilación, el decremento de la capacidad económica y
la disminución de las facultades mentales, por lo que en algunas sociedades el
envejecimiento es considerado como un tabú o estigma por su relación con el
deterioro biológico y la muerte. Sin embargo, para otras culturas, representa la
consolidación de capacidades psicosociales frutos de la experiencia personal

117
118 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

(Salgado, González, Jáuregui y Bonilla, 2005), que hacen muy valiosas a las
personas en esta etapa de la vida.
El envejecimiento, el cual es un proceso ineludible y gradual que se mani-
fiesta, principalmente, en cambios morfológicos y fisiológicos como conse-
cuencia de la acción del tiempo sobre el organismo, (Reyes, Svetlana, García,
Espinosa, Jiménez y Peña, 2009) es determinado genéticamente y potenciado
por las agresiones ambientales. Es un proceso multifactorial que involucra
mecanismos biológicos, psicológicos y sociales, de ahí que su presentación y
evolución sea individualizada.
La asignación de pertenencia al grupo de adultos mayores, de la tercera edad
o ancianidad, es arbitraria; el criterio más aceptado es la edad cronológica del
individuo. Aunque no existe un consenso sobre el número de años vividos, la
mayoría de las referencias apuntan a un rango entre los 60 y 65 años (Sánchez,
Ureña, Garcés, 2002)
Para el estudio de este proceso Neugarten (1996/1999) divide la ancianidad
en periodos y describe tres categorías importantes: 1) Los ancianos jóvenes. Son
aquellos de 60 a 75 años que aún desempeñan actividades físicas, mentales y
sociales. 2) Los ancianos mayores. Son aquellos de 76 a 85 años que tienen una
actividad física más limitada y que acaso están menos preocupados por encon-
trar formas productivas de pasar el tiempo. Para muchos de ellos, la familia y las
relaciones sociales son muy importantes. 3) La ancianidad avanzada. Se refiere a
las personas mayores de 85 años, comprendiendo un grupo heterogéneo, pues
integra individuos muy competentes así como otros para quienes los efectos del
deterioro se han vuelto más evidentes y rápidos.
Las necesidades asistenciales del grupo de los adultos mayores son comple-
jas y de múltiples orígenes. Esencialmente se trata de un grupo donde la presen-
cia de diferentes patologías, en especial de tipo crónico-degenerativas, la pre-
sentación atípica o silenciosa de estas enfermedades y el deterioro psicosocial
ante situaciones de aislamiento, determinan mayor vulnerabilidad ante la adver-
sidad. La salud mental y física son características íntimamente relacionadas con
la actividad física, que normalmente no son consideradas como prioritarias por
este grupo etario, por lo que en el presente capítulo se mostrará una revisión
conceptual del tema y los resultados más relevantes de un estudio realizado
durante 2012 en una población de adultos mayores que acudieron a la Unidad
Universitaria de Rehabilitación (UUR) de la Universidad Autónoma de Yucatán
con relación a su percepción del estado de salud, actividad física y depresión.
Sintomatología depresiva, salud mental y actividad física en adultos mayores • 119

El contexto regional
La Unidad Universitaria de Rehabilitación (UUR) de la Facultad de Medicina de
la Universidad Autónoma de Yucatán, atiende a población general con proble-
mas que requieren de terapias de rehabilitación, en su mayor parte rehabilita-
ción física. De esta población se seleccionó una muestra representativa de 100
adultos de 60 años o mayores. La sintomatología depresiva fue medida a través
de la Escala de Depresión de Yesavage (versión reducida) la cual categoriza la
depresión en tres niveles: ausente (0 a 5), leve (6 a 9), grave (10 o más).
Para evaluar la actividad física, se utilizó el Cuestionario Internacional de
Actividad Física (IPAQ), el cual ha sido utilizado en diversos estudios inter-
nacionales y se ha evaluado su validez y confiabilidad sugiriéndose su uso en
diferentes países e idiomas; además de ser propuesto por la Oms como un ins-
trumento a utilizarse para vigilancia epidemiológica a nivel poblacional, dado
que se ha puesto a prueba en 24 países y actualmente se emplea en varias
redes regionales. Este instrumento aporta información sobre gasto energético
estimado en 24 horas, en las distintas áreas de la vida diaria; tiene la ventaja de
ser aplicable a grandes muestras de distintos niveles socioeconómicos dada su
simplicidad tanto en la administración como en la obtención de los puntajes.
Para evaluar el estado de salud general se aplicó el cuestionario de salud
general de Goldberg (GHQ) el cual proporciona la evaluación que hace el indi-
viduo de su bienestar, especialmente en lo que se refiere a los estados emocio-
nales . Se trata de un cuestionario autoadministrado de 28 ítems divididas en
4 subescalas: A (síntomas somáticos), B (ansiedad e insomnio), C (disfunción
social) y D (depresión grave). La puntuación (GHQ) se realiza asignando los
valores 0, 0, 1, 1 a las respuestas de los ítems. El punto de corte para GHQ
se sitúa en 5/6 (no caso/caso). Como instrumento sugerido para identificar
problemas crónicos. La puntuación (CGHQ) se realiza asignando los valores 0,
1, 1, 1 a las respuestas de los ítems. El punto de corte para CGHQ se sitúa en
12/13 (no caso/caso).
Este cuestionario fue diseñado con la intención de identificar la severidad de
disturbios psiquiátricos menores, por lo cual se considera que, en realidad, lo que
mide es salud mental y en el cual a mayor puntuación, peor es el nivel de salud
mental. Así se obtiene una estimación del grado de severidad de la ausencia de
salud mental, cuyo puntaje total es la sumatoria de los valores obtenidos en cada
uno de los ítems. El valor máximo que se puede obtener en la escala de 12 pre-
guntas es de 36 puntos y el mínimo de cero puntos. La relación entre el género
120 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

de los seleccionados (mujer/hombre) fue de 4:5, lo que evidencia que la mayoría


de población de adultos mayores que acudió a la UUR fueron hombres.
Este dato es llamativo ya que según lo reportado por la encuesta hecha
por el Inegi en el año 2005 se reporta que en Yucatán el 9.1 por ciento de su
población son adultos mayores de 60 años de edad y siendo que la mayoría de
este grupo eran mujeres, sería de esperarse que las mujeres fueran la población
mayoritaria del estudio, lo que no ocurrió así. Sería interesante estudiar cual es
la causa por la cual la proporción de hombres que acuden a la consulta en la
UUR es mayor que la de las mujeres.
Los resultados del presente estudio demostraron que mientras más edad tie-
nen los pacientes es menor el número de éstos que acude a la UUR, señalando
una relación inversa entre la edad y demanda del servicio. El 42% de los pacien-
tes que se atendieron en la unidad, tenían entre 60 y 70 años, el 30% entre 70
y 80 y el 28% representó a la población de 80 años o mayores. Una hipótesis
que podría explicar el evento antes mencionado, es que los adultos mayores
que recién adquirieron esta categoría, se preocupan más por su calidad de vida
e intentan reparar o reducir el daño del envejecimiento y sus consecuencias;
también es probable que a más edad estos trastornos que no fueron resueltos,
se vuelvan cotidianos y que ya no le interese o no estén motivados por solucio-
narlos. Aunado a lo anterior, es probable que estos padecimientos vuelvan al
adulto mayor dependiente físicamente de un cuidador, por lo que dependerá de
la voluntad de dicho personal para acudir a un centro de rehabilitación.
Además, a mayor edad la incidencia de mortalidad aumenta, por lo que es de
esperarse que acudan menos a las instituciones de rehabilitación a medida que
su edad avanza. Apoyando esta idea, los datos obtenidos a través de la Encuesta
Nacional de la Dinámica Demográfica 2009 (Enadid), señalan que la edad pro-
medio de los adultos mayores está entre los 60 y 64 años, esto es una población
de 3, 394, 135 personas en el país; seguido de los adultos de 65 a 69 años con
una población de 2, 476 302 y siguiendo con una tendencia decreciente; con
lo que se demuestra que a mayor edad, menor es el número de personas de la
tercera edad en México.

Características socioeconómicas
Con respecto a la actividad laboral, se determinó que el 34% de la población
estudiada, aún era productiva con un trabajo remunerado, mientras que el 66%
Sintomatología depresiva, salud mental y actividad física en adultos mayores • 121

ya estaba jubilado o se dedicaba a labores domésticas. Lo que demuestra que a


pesar de la edad un grupo importante de las personas mayores aún se mantie-
nen activas económicamente, sin embargo en la población general la tenden-
cia de los adultos mayores que no trabajan va en aumento, y de una manera
abrumadora ya que ni el 50% de ellos labora, por lo que tal vez no reciban un
adecuado sustento económico (Conapo, 2010).
También se encontró que la mitad de los ancianos vive en hogares donde
ingreso mensual es alrededor de un salario mínimo, con el cual se sustenta
toda la familia. Esta situación, representa una desventaja de los ancianos del
contexto, ya que se encuentran en posiciones de menoscabo para enfrentar
las carencias económicas y sus requerimientos de salud, que finalmente puede
llevar al desarrollo o incremento de sintomatología depresiva; este escenario
demuestra la importancia y la magnitud de la interrelación social-psicológica y
biológica en la salud.

Depresión en el adulto mayor


Entre los principales problemas de salud en el mundo están aquellos que afec-
tan la salud mental, y uno de los padecimientos más importantes por su impacto
la calidad de vida, es la depresión. La depresión es el trastorno psiquiátrico
más frecuente en la población anciana (Asili, 2004). Aunque el envejecimiento
y la depresión no tendrían por qué estar ligados, una serie de circunstancias
inherentes al envejecimiento, como la pérdida de facultades físicas y mentales,
el aislamiento, la soledad, los problemas económicos y los padecimientos de
tipo crónico y degenerativo, hacen que se favorezca la aparición de síntomas
depresivos.
La mala praxis que representa el que algunos profesionales de la salud, aso-
cien al envejecimiento con ánimo depresivo y la presentación a menudo con
sintomatología psicosomática, permiten que exista un alto porcentaje de ancia-
nos con sintomatología depresiva no diagnosticada, ni tratada. Esta situación
es preocupante, ya que esta enfermedad no solo puede producir sufrimiento
físico, emocional y aislamiento social, sino que puede empeorar de forma muy
notable la calidad de vida de los ancianos.
En cambio, si la depresión es diagnosticada, puede tener un tratamiento
efectivo, lo que repercutiría positivamente en la salud general del paciente y
en mejorar su calidad de vida. Motivo adicional para tratar la depresión es dis-
122 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

minuir el riesgo suicida, ya que las tasas de suicidio son más elevadas entre
los ancianos con depresión, lo que manifiesta otro problema de salud pública
actual, en especial en adultos mayores que viven en casas de retiro.
La depresión ha sido reportada con una prevalencia menor de 5% entre los
ancianos en la comunidad; entre 10% y 16% en hospitales y de 15 a 25% en
asilos. La frecuencia de las llamadas depresiones menores se encuentra entre
15% y 20% en la comunidad, de 40 a 45% en hospitales y de 30 a 50% en
asilos. (Steffens, Fisher, Langa, Potter, Plassman, 2009). A pesar de su preva-
lencia, el diagnóstico de depresión mayor es menos frecuente en la vejez que
en otras edades de la vida, dado que la melancolía se asocia culturalmente al
envejecimiento.
La depresión suele ser más frecuente en mujeres (39.5%) que en los hom-
bres (12.3%). Es más frecuente en viudos, divorciados, en clases sociales bajas
y en el medio rural (Fava y Cassano, 2008). El incremento del número de
enfermedades crónicas se correlaciona con el incremento de síntomas depre-
sivos. También hay una clara correlación entre el número de fármacos que se
ingieren y la depresión. Los factores más comunes de riesgo se vinculan con
situaciones estresantes como viudez, cambios en la estructura familiar, falta de
soporte social, bajos ingresos por jubilación que repercuten en disminución de
la ingesta proteica adecuada y la desnutrición subsiguiente, dificultades para
solventar los gastos de vivienda, prestaciones de salud inadecuadas, anteceden-
tes familiares de depresión, enfermedades crónicas y género femenino hasta
los 88 años, edad en la que aparentemente se equiparan los géneros (Aguilar y
Pando, 2002). El insomnio, el trastorno de la autopercepción y el deterioro cog-
nitivo son síntomas que frecuentemente se asocian a la depresión en ancianos
(Soberanes, González, Moreno, 2009).
Según su etiología, la depresión puede ser exógena o reactiva, la cual obedece
a una causa externa generalmente bien definida (pérdida de un familiar o un
ser amado, pérdida monetaria o de posición social, enfermedad incapacitante,
etcétera) (Apa, 2010). Y también existe la depresión endógena que por lo general
es causada por un desequilibrio del sistema de neurotransmisores relacionados
con el estado de ánimo: dopamina, serotonina, acetilcolina y noradrenalina, que
pueden ser de origen genético o adquirido. Por lo tanto el tratamiento actual de
la depresión está basado en el uso de fármacos que regulan la función de los
neurotransmisores y neuromoduladores y por otro lado la psicoterapia, aunque
se pueden combinar ambas modalidades terapéuticas (Agüera, 2011).
Sintomatología depresiva, salud mental y actividad física en adultos mayores • 123

La dependencia funcional en los adultos mayores está directamente rela-


cionada con el envejecimiento, depende de múltiples factores e influye direc-
tamente en el estado de salud del individuo y ésta a su vez repercute en la
presencia o ausencia de depresión. El conocimiento de estos factores puede
contribuir a diseñar programas de rehabilitación preventiva que permitan iden-
tificar a los individuos en riesgo de perder su autonomía e implementar inter-
venciones dirigidas a detener o revertir este proceso; siendo el objetivo funda-
mental de la prevención en la rehabilitación del adulto mayor evitar o retrasar
la aparición de deterioro funcional, para que pueda seguir viviendo de manera
independiente y socialmente integrado, manteniendo una adecuado estado de
salud y actividad física.
Por otra parte, la depresión en los mayores constituye un cuadro hetero-
géneo que presenta ciertas características diferenciales. Los factores psicoso-
ciales (dificultades económicas, aislamiento social, pérdida de seres queridos)
juegan un papel más importante en su etiopatogenia que en edades más jóve-
nes. Además, los cambios biológicos propios del envejecimiento, la presencia
de déficits cognitivos, la coexistencia de otros problemas médicos y el uso de
múltiples medicaciones, hace a los ancianos más vulnerables para presentar
sintomatología depresiva.
Parece que el envejecimiento se asocia a dificultad para desarrollar relaciones
íntimas. Este factor, que por un lado podría facilitar la aparición de la depresión,
también protege de aspectos como la pérdida de familiares y relaciones impor-
tantes frecuentes a esta edad. En este sentido, los ancianos con deficiencias de
apoyo social presentan un riesgo doble de padecer depresión que aquellos que
no tienen este problema. Por otra parte, se ha descrito que los ancianos con un
bajo nivel educativo, de salud y de ingresos tienen un mayor riesgo de padecer
una depresión (Villagordoa, 2007)
Existen múltiples instrumentos de evaluación que pueden facilitar la identifica-
ción de casos o probables casos de depresión, resultando de utilidad clínica, aun-
que en ningún momento deben sustituir al juicio clínico, que será el que confirme
el diagnóstico. Por lo que en nuestro estudio se utilizó una escala para identificar el
nivel de sintomatología de depresiva adaptada para población geriátrica, particular
mente la escala de depresión geriátrica de Yesavage. En otros contextos el diag-
nóstico de depresión en adulto mayor, ha requerido incluso de apoyo de estudios
de laboratorio y gabinete, que no fueron aplicados en nuestro caso. (Jiménez y
Pérez, 2000; 2000-1995; Olazarán, Mouronte y Bermejo, 2005; Banjoaquín, 2007)
124 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Los resultados de nuestro estudio, mostraron que 60% de la población


mayor que acudió a consulta y terapia de rehabilitación de la UUR, no presen-
taba sintomatología depresiva; 34% presentó síntomas depresivos clasificados
en el nivel moderado de depresión y 6% alcanzó el nivel de depresión grave.
El análisis de los síntomas asociados a la depresión de la población estudiada
de adultos mayores, demostró que 15% de la población presentaba ansiedad e
insomnio y otros síntomas de consideración, mientras que 49% solo presenta-
ron síntomas leves, lo que parece sugerir que los adultos mayores que acudieron
a la UUR presentaron menores niveles de síntomas depresivos que lo repor-
tado en la bibliografía para este grupo etario (Nance, 2010).
Esto puede deberse a que la población de adultos mayores que acudió a
la UUR son personas en su mayoría jubilados o pensionados de instituciones
nacionales que tienen un ingreso mensual fijo y que aunque hay heterogenicidad
en su escolaridad, en su mayoría son personas educadas que se preocupan por
su salud y que acuden a talleres y clubes de la tercera edad, son personas activas
(algunas incluso económicamente hablando) por lo que sus condiciones de vida
son diferentes al común de los adultos mayores del país (Conapo, 2010).

Actividad física en el adulto mayor


Las investigaciones acerca de los beneficios del ejercicio físico en la calidad
de vida de las personas mayores se han centrado generalmente en los benefi-
cios fisiológicos (Sánchez, Ureña, Garcés, 2002). Sin embargo, ha sido recien-
temente cuando se ha suscitado un mayor interés por la investigación del papel
que juega el ejercicio en los aspectos psicológicos, sobre todo en los relaciona-
dos con los cambios en el estado de ánimo y con el nivel de satisfacción y adhe-
rencia a una pauta continuada de actividad física (De Gracia y Marcó, 2000)
Algunos trabajos realizados con personas de edad avanzada participantes
en programas de actividad física han reportado también mejorías en el funcio-
namiento cognitivo y en el bienestar psicológico (Mora, Villalobos, Araya, y
Ozols, 2004). Por otra parte, muchos autores afirman que los adultos mayores
que mantienen un entrenamiento físico de forma regular, no solo mantienen su
motricidad, sino que permanecen más equilibrados emocionalmente y de mejor
humor, lo que ayuda a compensar la disminución de los contactos sociales
frecuentemente ligada al final de la vida laboral, a la emancipación de los hijos,
la muerte del conyugue (Sánchez, Ureña, Garcés, 2002). Las personas mayores
que aún practican deporte se describen como menos introvertidas.
Sintomatología depresiva, salud mental y actividad física en adultos mayores • 125

Las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, el cáncer, la osteopo-


rosis, la incontinencia y los padecimientos mentales como la depresión y la
demencia han sido identificados como patologías donde el género femenino es
más susceptible de afectarse. A pesar de que se ha propuesto que las mujeres
presentan un sistema inmune más eficiente que el de los hombres, lo cual las
hace más resistentes a las enfermedades (Rubenstein, Rhee, Kane, 1982), no
son invulnerables, por lo que, algunos autores, como De Gracia (2000), han
sugerido que la eficiencia de este sistema probablemente sea dependiente la
práctica reiterada de una actividad física.
Se ha propuesto que las mujeres adultas mayores no son afectas a la práctica
de algún deporte o actividad física planificada por lo que su ventaja biológica
para disminuir los estragos del envejecimiento se ha visto empañada (González,
2000). Aún más, la práctica de ejercicio físico tiene una relación directa con el
estado de ánimo al facilitar la valoración continuada de los logros de ejecución.
En las investigaciones de McAuley, Shaffer y Rudolph, (1995), se halló que
la eficacia percibida disminuye a la sensación de fatiga, aumenta el bienestar
psicológico y la distensión psicológica. Una menor distensión psicológica y un
mayor bienestar durante la práctica de actividad física se relacionan con una
mayor percepción de la autoeficacia valorada con posterioridad al ejercicio.
Este último aspecto es especialmente importante en este grupo de edad ya que,
generalmente, no han realizado ningún tipo de actividad física regular durante
un período prolongado de tiempo y las mejoras en la autoeficacia se relacionan
positivamente con la adherencia a los programas de ejercicio y con el grado de
satisfacción experimentada.
En este sentido, se ha puesto de manifiesto que los estados positivos indu-
cidos por el ejercicio favorecen su mantenimiento, mientras que los estados
de ánimo negativos asociados a un programa de actividad física insatisfactorio
favorecen su abandono (Mendoza, Merino y Barriga, 2009). Aunque el ejer-
cicio físico es una planificación y organización de la actividad física, algunas
agrupaciones permiten la activación física de los adultos mayores sin que sea
catalogado como un ejercicio formal, con buenos resultados en la calidad de
vida del practicante.
En un estudio sobre la actividad física en personas mayores llevado a cabo
por profesores de la Universidad de Valladolid en España (Prisco, 212), se
encontró que las mujeres (86%) suelen participar más en las actividades que los
hombres (14%). Con respecto al factor edad se encontró que los participantes
126 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

tienen edades entre los 60 -69 años (47%), y entre 70 y 79 años (33%). Los
grupos más longevos que van de los 80-89 años (6%) tienen una escasa parti-
cipación en los programas. Los beneficios que se reconocen con la asistencia
a estos programas de actividad física representan 50% de los casos con mejora
de la salud, en 20% con mejor ocupación de su tiempo libre y en 19% las rela-
ciones sociales (Ribera, 1993). También se refirió alivio de dolores, el sentirse
más alegres y con energía.
En los hombres se presentó además relación significativa entre autonomía
y estado mental; tomando en cuenta que al ser personas independientes son
más participativos y activos según Villalobos (1989), lo que les permite según
Quirós (1998) en su salud mental enfrentar de manera exitosa y satisfactoria su
vida. Además se encontró relación significativa entre el estado mental y actividad
física semanal en las mujeres. Es decir que entre mayor frecuencia en la actividad
física, mejores niveles de salud mental. Finalmente, en cuanto a los beneficios o
disfrute de la actividad física los valores para ambos géneros fueron elevados, les
aliviaban los dolores y en el caso de las mujeres les hacía sentirse menos tensas,
más alegres y con energía (Rosenbaum & Sherrington, 2011).
Con relación a la actividad física relacionada con el trabajo de los adultos
incluidos en el estudio, indicaron que 66% de los adultos mayores realizaban
algún trabajo fuera de casa como puede ser: empleo formal, labores agrícolas,
trabajo voluntario, docencia, entre otros. Con relación a la actividad física en el
tiempo libre, se pudo determinar que 18% de la población realizaba actividad
física, como caminar, de 1 a 3 días a la semana, mientras que 40% realizaba
esta actividad de 4 a 7 días, por otra parte 42% refirió sedentarismo. Por lo que
podemos concluir que 58% realizaban alguna actividad física en su tiempo libre.
Lo anterior es importante porque el hábito de realizar actividades los man-
tiene en forma y les permite permanecer saludables por más tiempo. Algunas
investigaciones han demostrado que la actividad física moderada aumenta en
dos años la esperanza de vida (Seligman, 1994). Además, la población estu-
diada indicó que un 13% realiza algún tipo de actividad libre vigorosa durante
su tiempo libre, mientras que 87% no realiza este tipo de actividades. Es decir
que los adultos mayores de la población estudiada tienen como rutina realizar
actividades físicas moderadas pero no vigorosas, como sería la práctica no pro-
fesional de ejercicio.
En 1977, el doctor Mahler, director de la Oms, dijo: “Si no abordamos el
asunto de la salud a nivel del individuo, del hogar, del lugar de trabajo y de la
Sintomatología depresiva, salud mental y actividad física en adultos mayores • 127

escuela, nunca alcanzaremos la meta de la salud para todos. Todo aumento


significativo del bienestar físico, mental o social dependerá en gran medida de
la determinación del individuo y de la comunidad de ocuparse de sí mismos”.
En 1978, en otra reunión internacional en la que se abordó el tema “salud para
todos en el 2000”, se establecieron tres acciones a seguir:
a) Hacer ejercicio.
b) Tener una alimentación más sana.
c) Ser responsable con la salud propia (Ops, 2004).
México está ante una generación de personas de edad avanzada que viven
cambios sociales importantes y que en una gran proporción no tuvieron acceso
a toda esta información. Por lo tanto, no debe ser nuestro papel juzgarlos por
llevar estilos de vida poco saludables (Aguilar y Pando, 2002).
La evidencia demuestra que las mujeres se encuentran en una posición des-
ventajosa respecto al control de los recursos necesarios para la protección de
la salud, al mismo tiempo que su contribución protagónica al desarrollo de la
salud de su familia no goza de justo reconocimiento y apoyo social (Fontecha,
2005). Así, existen elementos determinantes a investigar que proporcionan el
perfil de las personas adultas mayores. Por ejemplo la actividad física hace refe-
rencia a la acción que implica de forma determinante a la physis humana, a su
físico, al actuar tangible y observable de su corporeidad por oposición a las
acciones mentales, implica de hecho a toda realidad humana durante el trans-
curso de su acontecer vital (Marín, et al , 2004).

Salud mental
La buena salud es un bien inapreciable de las personas. Del mismo modo, para
el crecimiento económico y el desarrollo de las sociedades, es indispensable que
la población en general tenga un nivel elevado de salud. Los adultos mayores,
tienen pleno derecho a contar con acceso a la atención preventiva y curativa,
incluida la rehabilitación y los servicios de salud sexual. Esto entraña el reco-
nocimiento de que las actividades de promoción de la salud y prevención de las
enfermedades a lo largo de la vida, deben centrarse en el mantenimiento de la
independencia, la prevención y la demora de la enfermedades y la atención de
las discapacidades, así como el mejoramiento de la calidad de vida de las perso-
nas de edad que ya posean alguna discapacidad. Los servicios de salud, deben
128 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

incluir la capacitación del personal necesaria y recursos que permitan atender


las necesidades especiales de la población.
Para determinar los niveles de percepción salud en la población estudiada en
la UUR, se utilizó la escala de Goldberg. El 25% de la población autopercibió
su nivel de salud como bueno, 72% como suficiente y 3% como malo, ninguno
se definió con un nivel de salud excelente. Esto es muy importante porque la
percepción del estado de salud en las personas mayores, se relacionan con la
calidad de vida, y ésta está determinada por la compleja interacción entre las
características del individuo y su ambiente.
En nuestro estudio se encontró que la ausencia de síntomas depresivos
mejora la autopercepción de los niveles de salud y que la práctica de alguna
actividad física también mejora la autopercepción de los niveles de salud, lo
que muestra una asociación fuerte y positiva entre las variables, también se
relacionó la ausencia de síntomas depresivos con la práctica de actividades físi-
cas. Estos resultados concuerdan con aquellos estudios donde se menciona
que la actividad física y el ejercicio pueden reducir la depresión y la ansiedad
en parte porque aumenta la actividad neuroendocrina por lo tanto aumenta la
serotonina y endorfinas del cerebro y que estos factores sumando mejoran la
percepción del nivel de salud y de la calidad de vida (Chaouloff, 1989; Forsman,
Nordmyr, Wahlbeck, 2011).
Por ello, es importante que los trabajadores del área de la salud seamos sen-
sibles a esta interrelación; favorezcamos la práctica de la actividad y el ejercicio
físico, no solo durante la etapa de adulto mayor, sino durante todas las etapas de
la vida, de tal forma que empecemos con las medidas preventivas para mejorar
la salud y retardar los costos del envejecimiento mediante la adquisición de esti-
los de vida saludable. También es importante considerar la salud mental como
parte del abordaje integral de la salud humana, en especial mediante la identifi-
cación y diagnóstico temprano de sintomatología depresiva que conduzca a un
tratamiento oportuno que a su vez mejore la calidad de vida del paciente y para
que todos nuestros esfuerzos se vean recompensados con la percepción de un
buen nivel de salud general.
Envejecer es inevitable (hasta el momento) y la tendencia de la población
mundial es llegar a esta etapa, por lo que el objetivo principal de nuestras accio-
nes deben ser encaminadas a retardar o prevenir los efectos nocivos de este
proceso y a vivir esta etapa con la mejor calidad que sea posible, utilizando
todos los recursos a nuestro alcance, considerando una visión integral donde se
incluya la salud física, mental y social de estas personas.
Sintomatología depresiva, salud mental y actividad física en adultos mayores • 129

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EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA
EN EL ADULTO MAYOR

Pedro Sánchez Escobedo


Javier Vales García
Christian Acosta Quiróz

Introducción
La evaluación psicológica es usualmente necesaria, cuando un adulto mayor
experimenta pérdidas asociadas al envejecimiento. Diversos estudios al res-
pecto argumentan que la adaptación y el ajuste psicológico es indispensable
en todas las etapas de la vida, inclusive en esta última, pero es indispensable
también realizar una evaluación antes de diseñar una intervención.
El presente capítulo aborda las estrategias de evaluación psicológica, tanto
clínicas como psicométricas del adulto mayor y revisa algunas técnicas de inter-
vención para este grupo etáreo de la población en México. Se presentan eviden-
cias de investigación empírica que permitió el desarrollo y validación en México
de una prueba estandarizada para evaluar la calidad de vida del adulto Mayor
denominada Inventario de actividades de la vida Diaria del Adulto Mayor
(Inacvidiam).
Son varias las causas por las que es necesario realizar evaluaciones psicoló-
gicas e intervenciones en el anciano. Por ejemplo, la causa más común de inter-
vención psicológica y de necesidad de servicios psicológicos en la senectud, es
la pérdida de las capacidades físicas. En segundo lugar, es común reportar even-
tos de sufrimiento relativos a las pérdidas, como la viudez, a la muerte de los
amigos e incluso de hijos. En tercer lugar, son importantes el estrés psicológico
asociado a una enfermedad y las consecuencias de las mismas que en muchos
casos demandan la preparación psicológica para afrontar la muerte.

133
134 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Estos tres aspectos serán analizados en las secciones siguientes, para des-
pués abordar las técnicas de evaluación del anciano desde el punto de vista
psicológico en las dos grandes esferas de esta ciencia que son la clínica y la
psicometría. Finalmente, se comentan algunas técnicas de intervención psico-
lógica ponderando las perspectivas para la investigación desde el punto de vista
psicológico de la edad provecta en nuestro país.

Adaptación psicológica en la edad provecta


Adaptación al deterioro
De manera natural, el envejecimiento limita el rango de posibilidades a medida
que transcurre la vida; sin embargo, la tarea de adaptación en cada adulto mayor
es insoslayable y demanda la necesidad de concentrarse en aquellos aspectos de
la vida y aquellos objetivos que son de alta prioridad para la gente que involu-
cran la convergencia de demandas ambientales y motivación individual, destre-
zas, preferencias y capacidad biológica (Baltes, 1997).
Un modelo accesible para entender la adaptación psicológica al deterioro de
la vejez es el llamado “Selección, Optimización, Compensación” (SOC) dise-
ñado para explicar la adaptación a la pérdida de recursos debido a la edad, esto
se da a través de ajustes en el uso y asignación de recursos para confrontar pro-
blemas (Young, Baltes & Pratt, 2007). Este modelo, se basa en el supuesto de
que la limitación de los recursos internos y externos de las personas (capacidad
cognitiva y física, tiempo, apoyo social, etcétera) con la edad exigen en el adulto
mayor especiales esfuerzos para elegir tales recursos.
Una hipótesis general, tomando como base este modelo, dice que los adul-
tos mayores que utilizan estrategias de selección, optimización y compensación
para identificar y perseguir objetivos, se adaptarán mejor al envejecimiento en
comparación a aquellos que no lo hacen, y que se establece una relación posi-
tiva entre la frecuencia en el uso de estas estrategias y el bienestar subjetivo
(Burnett-Wolle & Godbey, 2007). A continuación se describen este tipo de
estrategias:
• Optimización: Implica la promoción de conductas que describen la adqui-
sición e inversión de medios específicos de acción para la obtención de
los objetivos seleccionados, y la persistencia en la obtención de estos
objetivos cuando se topa con obstáculos.
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 135

• Compensación: La compensación refleja la promoción de conductas que


indican la inversión de medios alternativos o sustitutos ante la pérdida
o declive en los medios específicos de acción (Freund & Baltes, 2002).
• Selección: Cuando a pesar de compensar y optimizar, la persona no puede
funcionar igual que antes, se ve obligada a seleccionar unas cuantas acti-
vidades de todo su repertorio para seguir funcionando de una manera
más especializada. Hay varios tipos de selección: selección electiva significa
que la persona promueve conductas como el desarrollo de objetivos
claros; selección basada en pérdidas sucede cuando la persona reestructura la
jerarquización de los objetivos o adapta el nivel de aspiración de manera
diferente al nivel de aspiración previo a la pérdida en función de lo que
puede hacer.
Por tanto, al usar estrategias de selección, optimización y compensación, los
adultos mayores pueden contribuir a un envejecimiento exitoso.

Adaptación a la pérdida
Con la longevidad, el individuo afronta numerosas pérdidas, desde la muerte de
la pareja, a la pérdida de las capacidades productivas y capacidades físicas que
fueron prioritarias (vida sexual, logro laboral) y hasta otras pérdidas que menos
graves, pero que son significativas para la persona como la muerte de una mas-
cota, la pérdida de una relativa autonomía personal o el deterioro económico.
Ante esto, el psicólogo que atiende al anciano debe estar pendiente de estas
pérdidas y de los procesos de duelo asociados y estar preparado para identificar
las diferentes etapas y mecanismos de ajuste (Siegel y Kuykendall, 1990).
Livneh & Sherwood (1991) utilizaron el marco de la teoría del proceso por
etapas, y contienden que la reacción psicológica a la pérdida es un proceso
predecible que incluye varias etapas consecutivas y diferenciadas entre sí. Sin
embargo, cuando Trieschmann (1984:128) revisó la evidencia de investigación
empírica a este respecto, concluyó que la linealidad del proceso podría cuestio-
narse: “No existe suficiente evidencia empírica para validar las etapas consecu-
tivas de este proceso, ya que la mayor parte de los estudios han demostrado una
tremenda variabilidad individual a la discapacidad”.
De esto, se deduce que si la teoría del proceso por etapas es utilizada acrí-
ticamente para explicar la pérdida, los psicólogos en los centros de atención al
adulto mayor podrían estar prejuiciados a esperar un proceso pre-establecido,
más que a reaccionar a los sentimientos y expectativas del paciente, por lo que
136 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

resulta importante señalar la gran necesidad de hacer investigación en cuanto al


proceso de adaptación a la vejez y las diferentes formas de afrontar las perdidas.

Adaptación a la enfermedad y preparación para la muerte


La adaptación psicológica cuando hay presencia de enfermedades es muy difícil
de predecir porque depende de múltiples factores. Es mucho más fácil adap-
tarse a una enfermedad de origen insidioso, lento y gradual que a una enfer-
medad que se presenta de manera súbita y que pudede causar algún tipo de
discapacidad; por ejemplo un accidente con fractura que lleve a la inmovilidad.
Otro factor muy importante es analizar cómo se adapta una persona a la dis-
capacidad en la senectud, esto dependerá de sus habilidades de afrontamiento
y los recursos existentes previamente. Es decir, quienes han mostrado una
buena adaptación a diferentes estresores y obstáculos en la vida previamente y
han sido positivos y optimistas, tendrán mejores herramientas para afrontar la
enfermedad. Quienes han sido derrotados o superados por eventos negativos
previos tendrán más probabilidades de ser superados por la enfermedad en la
senectud.
En tercer lugar, mucho depende la adaptación a una enfermedad de la red
de apoyo familiar y los recursos materiales e infraestructura presente para el
enfermo. Como en cualquier otra situación, la presencia de ayuda, medicación,
intervención médica de calidad y aparatos especiales como camas ortopédicas
y aditamentos etcétera, serán facilitadores del afrontamiento de la enfermedad.
El psicólogo, en suma, deberá evaluar individualmente cada uno de los casos.
Establecer cuáles son los recursos y fortalezas y las debilidades y amenazas al
bienestar de la persona.
En esta sección, es importante abordar algunos aspectos tanatológicos, ya
que desde el punto de vista psicológico, para el anciano la inminencia de la pro-
pia muerte es más notoria y cuando existe una enfermedad es más probable que
ésta anteceda a la muerte. De acuerdo a Serra y Abengózar (1990), en la ancia-
nidad, el proceso de morir, queda incluido en el concepto de suceso evolutivo.
En la intervención, es importante que el psicólogo ponga en contacto a
estas personas con sus sentimientos sobre la muerte. Austin y Heal (1990: 11)
manifiestan que “cuando las personas aceptan su propia muerte son capaces de
abrir una nueva perspectiva en sus vidas”. Realistamente, uno de los principales
sentimientos que hay que afrontar es el miedo a la agonía, a la incertidumbre de
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 137

cuando moriremos, a lo que vendrá después de la muerte o las situaciones en la


que quedaran los seres queridos.

Evaluación Psicológica del adulto Mayor


Los servicios del adulto mayor requiere de psicólogos cualificados que puedan
hacer una evaluación especializada del bienestar y ajuste psicológico. En esta
sección se revisan las tres aproximaciones clásicas del psicólogo en la senectud
que son la evaluación del contexto, la evaluación clínica y la psicometría.

Evaluación contextual
Uno de los aspectos claves a evaluar el bienestar y el estado psicológico en la
vejez, es cómo los adultos mayores estructuran y organizan su vida diaria, lo
cual requiere la valoración de actividades en su contexto: qué actividades llevan
a cabo, dónde y con quién. Además del interés en una imagen de la vida diaria
en la vejez, el conocimiento sobre las actividades de la vida diaria en la edad
avanzada es importante por varias razones.
Las actividades cotidianas pueden proporcionar datos sobre los objetivos,
motivaciones, habilidades, preferencias, necesidades y deseos del adulto mayor,
pues representan los medios primarios por los cuales los objetivos de la vida
se persiguen y se obtienen. Por lo tanto, la suma de elecciones describe el día
de una persona y refleja sus prioridades y objetivos inmediatos. Estas eleccio-
nes diarias forman el contenido y estructura de la vida entera de una persona
(Horgas, Wilms, & Baltes, 1998).
Segundo, las actividades de la vida diaria se afectan por restricciones exter-
nas como el tiempo y alcance espacial, así como por factores internos tales
como los cambios asociados al envejecimiento normal y/o patológico que
fomentan y/o dificultan la participación en cierto tipo de actividades o influ-
yen en el cómo el individuo estructura su vida diaria. El envejecimiento normal,
implica algunos cambios biofísicos, psicológicos y sociales que son inevitables
y que ocurren como consecuencia del paso del tiempo: la fuerza muscular se
debilita, los órganos de los sentidos pierden agudeza, también se aprecia un
decremento en la capacidad de resolver problemas, etcétera. Sin embargo, en el
envejecimiento patológico, los cambios son consecuencia de la enfermedad y
no parte del envejecimiento normal: enfermedades vasculares, arterioesclerosis,
demencias, etcétera (Montorio & Izal, 1999).
138 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

En este contexto de objetivos, motivaciones, habilidades, preferencias,


necesidades, deseos, restricciones externas, cambios normales y patológicos,
los adultos mayores pueden llevar a cabo diferentes actividades diarias partici-
pando en aquellas actividades que aseguren el mantenimiento personal (comer,
bañarse, vestirse, etcétera); sin embargo, también pueden involucrarse en acti-
vidades auto-enriquecedoras. Por lo tanto, es importante diferenciar entre tres
tipos de actividades de la vida diaria en los adultos mayores (Horgas, et.al. 1998):
• Actividades instrumentales, que se refieren a mantenimiento personal en
términos de supervivencia cultural.
• Trabajo, actividades de ocio y actividades sociales, que se refieren a acti-
vidades comunitarias y auto-enriquecedoras.
Por ello, se dice que la vida diaria puede ser distinta para personas con dife-
rentes variables de fondo, lo cual refuerza el concepto de heterogeneidad en el
envejecimiento. Esto refleja patrones de actividad, roles de género y preferen-
cias personales (Nourhashémi, Andrieu, Gillete, & Vellas, 2001).

Evaluación Clínica
Cada anciano es diferente, tiene una historia y situación que exigen de una valo-
ración individual y a la medida. Este es el fundamento para el más importante
aspecto de la evaluación psicológica en la ancianidad, que es la evaluación clí-
nica, la cual es cualitativa, individual e histórico-evolutiva por excelencia.
En la evaluación clínica, la pericia del psicólogo en la anamnesis es crucial. La
anamnesis se define como la capacidad de análisis del caso, de la investigación
exhaustiva de los signos y síntomas y de la historia de la condición (Sánchez,
2007). Para este tipo de evaluación una adecuada aproximación al adulto mayor
y el pronto establecimiento de rapport son esenciales. Un buen clínico es capaz
de captar los síntomas y signos más importantes, y sobre la base de sus cono-
cimientos y experiencia, ponerlos en perspectiva, para plantear finalmente los
diagnósticos que le parecen más probables (Sánchez, 2007). En síntesis, el psi-
cólogo clínico es un hermeneuta que interpreta una estructura de objetos reales
e imaginarios, contextuados y en una dimensión temporal subjetiva.

Examen Mental
El examen mental es un procedimiento de evaluación psicológica elemental y
que debe hacerse rutinario en el anciano. A través del examen mental se obtiene
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 139

información respecto al grado de alerta, el juicio, la inteligencia, la memoria y el


estado de ánimo. Estos son parámetros que forman parte de la evaluación del
estado mental de una persona y es necesario saber identificarlos y analizarlos.
La base del examen mental es la conversación con el paciente, a través de
la cual el clínico colecta información sobre varios parámetros indicativos de
su estado mental. Desde la forma cómo se viste el paciente, cómo se desen-
vuelve, el tipo de preguntas que hace, su estado de ánimo, intención y contacto
afectivo, entre otros. En este sentido, la capacidad de interacción del paciente
es clave para la realización de un examen mental completo. De igual forma, se
debe tener presente que el examen mental debe estar de acuerdo al nivel cul-
tural de la persona. Asimismo, la evaluación del estado mental comprende los
siguientes aspectos principales:

Nivel de conciencia
Este parámetro se refiere al grado de alerta y orientación respecto al medio que
lo rodea y se divide en tres grandes esferas: la persona, el espacio y el tiempo.
Además de estas preguntas, para conocer el nivel de alerta de una persona
se puede recurrir a otros estímulos sonoros o táctiles de distinta intensidad,
algunos de los cuales puede llegar a producir dolor, sobre todo si se quiere des-
pertar o hacer reaccionar al paciente, teniendo el cuidado de no infligir daño.
Al escribir el reporte del nivel de conciencia los siguientes descriptores son
utilizados con frecuencia:
• La lucidez, es el estado de plena alerta que corresponde a la persona
normal en vigilia.
• La confusión, se da cuando hay vigilia pero inconsistencia en las reaccio-
nes a los estímulos y a en las respuestas formuladas.
• La obnubilación, el anciano se encuentra desorientado en el tiempo (no
sabe la hora o la fecha) o en el espacio (no reconoce el lugar donde
se encuentra); indiferente al medio ambiente (reacciona escasamente
frente a ruidos intensos o situaciones inesperadas y está indiferente a su
enfermedad).
• Sopor, la persona impresiona estar durmiendo.
• El coma, se establece cuando no hay ninguna reacción a estímulos exter-
nos, incluso, aquellos capaces de producir dolor.
140 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Lenguaje
La evaluación del lenguaje se aprecia si la persona es capaz de comprender
preguntas u órdenes simples y de responder. Por supuesto, si existe sordera o
un déficit motor, la orden podría no tener respuesta por ese tipo de limitación.
Otros parámetros relacionados con el lenguaje son la capacidad de nombrar
objetos, la capacidad de leer un párrafo y la capacidad de escribir una frase. El
buen clínico es capaz de evaluar diversas maneras de percibir el lenguaje, de
procesarlo y de expresarlo. Desde luego, se tiene que garantizar que el individuo
entiende el idioma que se habla y que por ejemplo no sea analfabeta antes de
pedirle leer o escribir algo.

Memoria
Es la capacidad de recordar hechos pasados, ya sean recientes o más antiguos
(hechos remotos). También se evalúa la capacidad para retener nueva infor-
mación. Las personas que están desarrollando una demencia, como se ve en la
enfermedad de Alzheimer, tienden a recordar mejor los hechos remotos que
los recientes.

Funciones cognitivas superiores


Clínicamente se pueden estimar algunas funciones cognitivas, sobre todo para
evaluar la pertinencia de aplicar pruebas psicológicas que midan mas objeti-
vamente el funcionamiento mental. El psicólogo, a través del interrogatorio
puede explorar algunas funciones cognitivas; también puede evaluarse el cál-
culo aritmético y la capacidad para reproducir un dibujo.

Contenido del pensamiento


La parte más sofisticada y difícil de evaluar en un estado mental es el contenido,
intención, interpretación y significado de ciertos pensamientos. En muchos
casos, pacientes lúcidos y funcionales, tienen su patología en alteraciones en la
estructuración del pensamiento, en su contenido y en una falla en la percepción
o interpretación que hacen del medio ambiente. Entre dichas alteraciones de
tipo cualitativo de la conciencia, se encuentran: los estados contusiónales, los
de confabulación y los de psicosis.
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 141

Estado anímico y personalidad


A lo largo de la entrevista, de la conversación con el paciente, de la observa-
ción de sus gestos, del análisis de sus respuestas, se podrá obtener información
sobre sus rasgos de personalidad y su estado anímico. La evaluación de estos
aspectos es muy importante para un psiquiatra, pues en un nivel más básico,
se puede evaluar la personalidad para saber si es normal o si presenta una alte-
ración del ánimo (ejemplo: depresivo, ansioso o eufórico). De igual forma, se
puede evaluar la emotividad, sentimientos, voluntad, forma de reaccionar ante
distintas circunstancias; esto último, da muchas veces guía para el diagnóstico
de trastornos del afecto.

Evaluación Psicométrica
Desde la perspectiva psicológica, la evaluación clínica del paciente debe com-
plementarse con la administración de pruebas psicológicas, instrumentos que
permitan la recolección objetiva de información y que en muchos cacos nos
permiten comparar las ejecuciones del examinado con poblaciones cuyos des-
empeños son conocidos y nos permiten, mediante el uso de normar, generar
criterios de normalidad o no respecto a lo observado en la prueba. A continua-
ción y con fines de ilustración, se mencionan algunos instrumentos frecuente-
mente utilizados con la población en edad provecta, mencionado algunas de
sus características.

Inventario de Actividades de la Vida Diaria


del Adulto Mayor (Inacvidiam)
Esta prueba está centrada en el adulto mayor, para obtener su frecuencia de
actividades de la vida diaria, su satisfacción ante dicha frecuencia y dificultades
para llevar a cabo tales actividades y pretende evaluar las actividades instru-
mentales físicas y cognitivas, actividades sociales informales y formales, y acti-
vidades recreativas solitarias en el adulto mayor, es el, en su versión femenina y
masculina (Acosta, 2011).
La prueba consiste en 27 y 26 reactivos-dibujos para la versión femenina
y masculina, de manera respectiva, alusivos a igual número de actividades y
cada uno con sus respectivas preguntas sobre “frecuencia”, “satisfacción” y
“dificultad”. El Inacvidiam en su versión masculina cuenta con las dimensio-
nes de “actividades instrumentales del hogar”, “actividades instrumentales físi-
142 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

cas”, “actividades instrumentales cognitivas”, “actividades sociales informales”


y “actividades sociales formales”, con un alfa de Cronbach para el total de los
reactivos de α = .843. La Figura 1 muestra un reactivo-dibujo de la versión
femenina y masculina, respectivamente, del Inacvidiam.
Figura 1.

Muestra de reactivos-dibujos de la versión femenina y masculina del Inacvidiam (con permiso del autor,
2012)

Debido a estudios realizados con este instrumento, se concluye que el


Inacvidiam,como herramienta en la clínica, detecta dificultades en el adulto
mayor para llevar a cabo actividades específicas de la vida diaria, se puede cues-
tionar adicionalmente a la persona para identificar las estrategias de selección,
optimización y compensación que haya utilizado para adaptarse a las pérdidas y
cambios asociados con el envejecimiento. Además, el Inacvidiam puede apoyar
en la planeación y aplicación de intervenciones psicológicas en adultos mayo-
res, y medir el impacto de éstas.
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 143

Instrumentos para medir calidad de vida


Actualmente, la estimación de la calidad de vida ha resultado ser relevante en la
atención del adulto Mayor. Existen varios instrumentos para evaluar este cons-
tructo, entre ellos, el cuestionario EQ-5D (The EuroQoL Group, 1990) que es
un instrumento de medida de la calidad de vida relacionada con la salud, com-
puesto por cinco dimensiones: “movilidad”, “cuidado personal”, “actividades
cotidianas”, “dolor” y “estado de ánimo”. Por otro lado, el WHOQOL-BREF
(The WHOQOL Group, 1998) de 26 reactivos, se desarrolló como una versión
breve del WHOQOL-100 (de 100 reactivos) para evaluar la calidad de vida de
forma que permitiera resumir áreas y se empleara para aquellos casos en los que
requiriera contar con una evaluación más rápida y sencilla, sin que perdiera sus
propiedades psicométricas. Sus cuatro áreas son “salud física”, “salud psicoló-
gica”, “relaciones sociales” y “medio ambiente”.
Sin embargo, uno de los primeros cuestionamientos que surgen en la eva-
luación genérica de la calidad de vida, es si los cuestionarios que se desarrolla-
ron en población adulta joven, se pueden utilizar por igual en la población de
adultos mayores. Una segunda cuestión que surge es de si hay áreas específicas
de calidad de vida que puedan ser más importantes en adultos mayores. En
el desarrollo del módulo WHOQOL-OLD se conformó un instrumento de
medición de 24 reactivos con seis diferentes facetas o dimensiones: “capacidad
sensorial”, “autonomía”, “actividades pasadas, presentes y futuras”, “participa-
ción/aislamiento”, “intimidad” y “muerte y agonía” (Power, Quinn, Schmidt &
WHOQOL-OLD Group, 2005).
Existe el consenso de que el constructo de calidad de vida es subjetivo y
multidimensional incluyendo aspectos de salud física, salud psicológica y rela-
ciones sociales (WHOQOL Group, 1995) y que la medición de la calidad de
vida en la gente mayor debe complementarse con aspectos específicos relacio-
nados a la experiencia de envejecer (Lucas-Carrasco, Laidlaw, & Power, 2011).
Como el WHOQOL-OLD proporciona un puntaje global de calidad de
vida que cuenta con amplia validez para adultos mayores, los clínicos pueden
utilizarlo para entender mejor el bienestar general de sus pacientes, en vez de
sólo utilizar mediciones de síntomas específicos. Por ello, el WHOQOL-OLD
tiene una amplia utilidad en contextos clínicos cuando se use como una medida
de bienestar general (Lucas-Carrasco, Laidlaw & Power, 2011).
144 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Instrumentos para evaluar integridad cognitiva


Sin duda, la escala más utilizada en México para evaluar la integridad cognitiva
es la escala de inteligencia para Adultos de Weschler III. Misma que cuenta con
una versión traducida y adaptada a México, con normas por grupo de edad.
Más que una adaptación, el objetivo de los investigadores fue el de generar
normas apropiadas para la población mexicana por grupo de edad y evaluar la
pertinencia de la prueba para la población de México. Al igual que la adaptación
española (Seisdedos y Corral, 1999), el desarrollo de la validación y estandari-
zación para México incluye el trabajo estadístico necesario, pero una revisión
cualitativa de la propiedad de las subescalas de la prueba para la población
Mexicana.
La escala WAIS III consta de 14 subtests que posibilitan el cálculo del CI
para la Escala Completa, CI Verbal, CI de Ejecución y los Índices mencionados
precedentemente. En la población dela tercera edad resulta útil para evaluar la
capacidad intelectual y es un instrumento de diagnóstico de demencia y otros
deterioros cognitivos.

Examen del Estado Mental Mínimo (MMSE)


Es el test cognitivo abreviado de mayor validez y difusión internacional
(Folstein, Folstein & McHugh, 1975). Su puntaje máximo es de 30 y, originaria-
mente, el valor límite o de corte fue de 24; sin embargo, los resultados deben
ser interpretados de acuerdo a diferentes criterios tales como la edad, el nivel
educacional y otras variables personales. Se recomienda utilizar el valor límite
de 26, valor utilizado en la mayoría de los estudios internacionales. Un resul-
tado por debajo del valor límite sugiere deterioro cognitivo, pero un resultado
considerado ‘normal’ no lo descarta. El MMSE evalúa: Orientación, memoria,
atención, capacidad para seguir órdenes y escritura y la principal aportación de
esta prueba consistió en proporcionar un instrumento para detección de dete-
rioro cognitivo y que se pudiese administrar en poco tiempo.

Mini-Examen Cognoscitivo (MEC)


Lobo y colaboradores (Lobo et al., 1979) adaptan el MMSE esta prueba a
muestra española, pero introduciendo cambios en algunos ítems que afectaban
a la puntuación total, de modo que en lugar de obtenerse una puntuación total
de 30 puntos, como sucedía con la versión original, en este caso se obtenían
un máximo de 35 puntos. A esta versión los autores la llamaron Mini-Examen
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 145

Cognoscitivo (MEC), extendiéndose su uso rápidamente, y conviviendo con


otra adaptación, en este caso sí totalmente fiel, del MMSE. El punto de corte
establecido para detección de demencia en población española se sitúa en 23
o menos.

Short-Portable Mental State Questionnarie (SPMSQ)


Es una prueba muy breve, que consta de 10 ítems que evalúan las siguien-
tes funciones: orientación, memoria de evocación, concentración y cálculo
(Pfeiffer, 1975). A pesar de su brevedad, presenta una aceptable capacidad dis-
criminativa. El sistema de puntuación se resume en la asignación de 1 punto al
ítem incorrecto. Entre 0 y 2 errores se considera normal, entre 3 y 4 errores,
deterioro leve, entre 5 y 7 errores, deterioro moderado, y más de 8 errores,
deterioro grave.

La prueba Luria Nebraska


Esta batería fue diseñada para evaluar un extenso rango de funciones neuropsi-
cológicas. Basado en los primeros esfuerzos teóricos y las técnicas de diagnóstico
clínico del neuropsicólogo ruso Luria. La batería estandarizada consta de 269
ítems, que proporcionan un perfil para las siguientes 14 escalas: Motora, Rítmica,
Táctil, Visual, Lenguaje receptivo, Lenguaje expresivo, Escritura, Lectura,
Aritmética, Memoria, Intelectual, Patognomónico, Hemisferio izquierdo y
Hemisferio derecho. Diseñada para sujetos a partir de los 15 años y que también
ha sido aplicada satisfactoriamente con adolescentes de 12 a 15 años.
Ayuda a comprender e interpretar la escala en su conjunto y el papel indi-
vidual de cada uno de sus ítems, con vistas a completar el diagnóstico. Cada
capítulo se divide en tres partes: la primera examina el contenido teórico, la
segunda discute las intercorrelaciones entre los ítems, y la tercera describe la
estructura de cada escala, basándose en una población de 270 individuos, divi-
didos entre sujetos con daños cerebrales, sujetos con problemas psiquiátricos
y sujetos normales.

Intervención Psicológica en el adulto mayor


Una de las principales demandas de atención integral en el adulto mayor, resul-
tan ser las problemáticas de naturaleza psicológica relacionadas a los cambios y
pérdidas físicas, psicológicas y sociales asociadas al envejecimiento, como lo es
el caso de la depresión. En la actualidad, ya existen tratamientos psicológicos
146 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

que han demostrado su efectividad en el tratamiento de la depresión, en menor


tiempo que las técnicas tradicionales y que plantean a la depresión como un
fenómeno contextual más que un problema de origen orgánico. Tal aproxima-
ción es la llamada Activación Conductual (AC).
La AC es una terapia de nueva generación que ha tenido mucho éxito en
trastornos depresivos y que ha sido desarrollada sobre bases contextuales y
funcionales. Ésta sustenta que el contexto debe ser el centro de la terapia ya
que proporciona una mejor explicación sobre la depresión, a diferencia de las
terapias farmacológicas o las psicológicas tradicionales. Este tipo de terapia
subraya que en la depresión, las conductas típicas de las personas deprimidas o
síntomas tienen un papel significativo en la depresión.
La esencia de la AC radica en que el contexto tiene una influencia determi-
nante en la conducta, así como las consecuencias de ésta. Al respecto, la AC
considera que gran parte de las conductas de las personas deprimidas funcio-
nan como conductas de evitación a eventos desagradables de la vida cotidiana,
hacia situaciones que no generan satisfactores, actividades rutinarias que exigen
esfuerzo y la generación de cogniciones reiterativas. Por tal motivo, bajo esta
perspectiva, las causas de la depresión se ubican en el contexto de las condicio-
nes actuales de la persona y no en su interior.
En este sentido, la AC es una terapia más ideográfica que las terapias con-
ductuales tradicionales, es estructurada y de corta duración (del orden de 15
sesiones), no protocolizada, diseñada a la medida del usuario, en donde será
más importante la filosofía contextual y el criterio funcional de base, que la
aplicación de un conjunto de técnicas psicológicas. Addis y Martell (2004), pro-
ponen un enfoque práctico para aplicar la AC en diferentes poblaciones y para
diferentes problemáticas de naturaleza psicológica.
El punto de partida es que el cliente lleve a cabo un registro de actividades
semanales, donde hora a hora y día a día, anota la actividad que lleva a cabo, así
como una o más emociones asociadas a dicha actividades y la intensidad de tal
emoción. Después que se han identificado las emociones y actividades durante
una semana, se analiza el programa de actividades semanales y se buscan patro-
nes (tendencias a hacer cierto tipo de conductas).

La práctica clínica basada en la evidencia (PBE)


La PBE pretende dos metas específicas en la intervención psicológica: la efi-
ciencia y la utilidad clínica. En cuanto a la primera, se basa en la asociación
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 147

causal entre la intervención y el cambio en ciertos trastornos específicos. La


segunda, se basa en el consenso clínico en cuanto a su generalización, factibili-
dad práctica, aceptación del paciente y el costo - beneficio de una intervención
específica, entre algunos parámetros de juicio.
En suma, la práctica basada en la evidencia (PBE), exige la integración de
la mejor información proveniente de la investigación disponible, junto con la
experiencia clínica y la consideración del contexto, cultura y preferencias del
paciente y defiende la posición de que el psicólogo tiene fortalezas distintivas
en la interpretación y desarrollo de estudios clínicos y que la psicológica, como
ciencia, combina el compromiso con la verdad científica con la atención a las
diferencias individuales, las relaciones humanas y el aspecto más subjetivo del
bienestar del paciente.

La investigación desde la perspectiva psicológica en el adulto mayor


Ante el envejecimiento de la sociedad en el mundo, México atraviesa una situa-
ción inédita: por primera vez la vejez es lugar común y, por primera vez, se
piensa que todos los mexicanos pueden alcanzarla y deben, entonces, tener ase-
gurada una buena calidad de vida al envejecer. Mientras el envejecimiento de la
población representa en muchos sentidos un logro, también plantea profundos
retos para las instituciones públicas que han de adaptarse a una estructura de la
población siempre en evolución.
La solución a los problemas de salud de los adultos mayores requiere de un
enfoque de salud pública hacia una educación para la salud, detección oportuna
de problemas y provisión de recursos apropiados que proporcionen los necesa-
rios cuidados comunitarios y de rehabilitación.
Existe una amplia gama de factores que contribuye a la salud de los ancianos
o que los coloca en situaciones de riesgo. Es por ello que se requiere un enfoque
multisectorial (enseñar a los ancianos para que conozcan y entiendan sus derechos
y promover la educación para la salud) para abordar los factores de riesgo de las
enfermedades crónicas y promover los factores que favorecen un envejecimiento
activo. Los principales factores de riesgo son el aislamiento social, la pobreza, una
nutrición deficiente, el sedentarismo, el estrés, la ansiedad y la depresión.
Existe evidencia de la importancia de una vida activa para ayudar a prevenir
y aliviar enfermedades crónicas. Además, se requiere de una variedad de pro-
gramas para promover la participación en actividades físicas organizadas y de
ejercicio, para un envejecimiento activo.
148 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

A través del ciclo vital deberían de optimizarse las oportunidades de bien-


estar físico, social, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable,
la productividad y la calidad de vida en la vejez; mantener la autonomía es el
principal objetivo y mantener la salud, factor clave de la autonomía, posibilita
el envejecimiento activo.
El bienestar de los adultos mayores puede ser influenciado positivamente
por estilos de vida activos. Los adultos mayores que tienen estilos de vida acti-
vos requieren menos de servicios médicos mientras que los adultos mayores
que están restringidos de sus actividades de ocio favoritas, informan niveles
más bajos de satisfacción con la vida y generalmente valoran su salud como
más mala en comparación con aquellos que no están restringidos de sus activi-
dades de ocio favoritas (Mahon y Searle, 1994).
De acuerdo con el modelo de envejecimiento exitoso de Rowe y Kahn
(1997), el nivel de participación activa en la vida es un determinante de qué tan
exitosamente envejecerá la persona. Mantener relaciones cercanas con otros
y llevar a cabo actividades significativas (tales como las actividades de ocio),
son dos de los componentes más importantes del envejecimiento exitoso. Un
indicador de envejecimiento exitoso en adultos mayores, es la capacidad de
mantener un sentido positivo de bienestar (Janssen, 2004).
Por lo tanto, se considera que un factor importante, quizá el factor más
importante de la experiencia positiva de una persona, son las emociones y per-
cepciones acerca de la experiencia. Un programa de educación para el ocio
debe consistir en actividades escritas, orales y audiovisuales, diseñadas para
mejorar factores tales como el conocimiento de recursos para el ocio y habi-
lidades relacionadas al ocio, y/o para valorar el estilo de vida en general para
entender mejor el rol del ocio en la vida de un individuo. El programa busca
incrementar la conciencia de un individuo sobre sus intereses de ocio y de las
oportunidades que puedan satisfacer estas necesidades , así como ayudarlo a
identificar y eliminar barreras de participación, y a tomar decisiones y hacer
planes con relación al ocio.
Además, después de que complete un proceso para clarificar necesidades
de ocio, el individuo debe desarrollar planes para identificar cualquier barrera y
seleccionar un proceso para facilitar los objetivos individuales de ocio. La edu-
cación para el ocio mejora los estilos de vida saludables y reduce las demandas
de otros servicios de apoyo, por lo que la educación para el ocio debe estable-
cerse como un servicio de salud preventiva y es una forma efectiva de reducir
Evaluación e intervención psicológica en el adulto mayor • 149

la brecha entre demandas medioambientales y las capacidades de una persona


que envejece.
Afortunadamente, los adultos mayores que adquieran nuevas actividades de
ocio, refuercen su involucración en las actividades de ocio que ya realizan y
adapten actividades para mantenerse activos, pueden disfrutar de periodos más
largos de independencia y de vidas felices. Un programa de educación para el
ocio consiste en sesiones con los siguientes contenidos:
Apreciando el ocio: el objetivo de estas sesiones es proporcionar oportuni-
dades a los participantes para que aprendan las definiciones y estilos de vida de
ocio, a familiarizarse con los beneficios del ocio, a identificar las barreras para
participar en el ocio y a determinar formas de resolver las barreras para el ocio.
Consciencia del ocio: el objetivo es proporcionar oportunidades a los par-
ticipantes para estar conscientes de sus actitudes hacia el ocio, entender los
factores que pueden afectar su participación en el ocio, examinar sus activida-
des recreativas en el pasado, considerar sus actividades recreativas actuales e
identificar actividades recreativas futuras posibles.
Autodeterminación en el ocio: el objetivo es proporcionar oportunidades a
los participantes para aprender acerca de sus éxitos personales en el ocio, enten-
der la importancia del crecimiento personal y su responsabilidad en la participa-
ción en el ocio, aprender a expresar preferencias y a entender cómo ser asertivo.
Interactuar socialmente durante el ocio: el objetivo es proporcionar opor-
tunidades a los participantes a aprender la dinámica de la interacción social, a
obtener conocimiento acerca de lo apropiado de las conductas de interacción
social, a demostrar conductas verbales y no verbales que impliquen atención a
otros y a exhibir conductas verbales necesarias para un diálogo efectivo.
Uso de recursos para facilitar el ocio: el objetivo de estas sesiones es propor-
cionar oportunidades a los participantes para aprender cómo localizar e identifi-
car fuentes de información acerca de oportunidades de ocio y a utilizar recursos
impresos, humanos e institucionales que faciliten la participación en el ocio.
Toma de decisiones acerca del ocio: el objetivo de estas sesiones es pro-
porcionar oportunidades a los participantes para que aprendan a identificar
metas de participación personal en el ocio y actividades para lograr estas metas,
utilizando para ello un proceso de toma de decisiones, donde el participante
diseñará planes de acción, enfocados y dirigidos, para convertir el proceso edu-
cativo en conductas de ocio instrumentales.
150 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

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Foto: Archivo Ramírez Aznar.
UNA APROXIMACIÓN A LA SEXUALIDAD Y EL VIH/SIDA
EN ADULTOS MAYORES DE MÉRIDA, YUCATÁN, MÉXICO

Vera-Gamboa Ligia

Viví un estilo de vida tradicional y convencional.


Cuando me casé, en 1959, era virgen y mi relación
fue monógama durante mis 23 años de matrimonio”
Janet Pecinosky F.
(Mujer heterosexual infectada en 1985 a la edad de 50 años).

“Nunca pensé que pudiera estar infectado”


Roberto.
Hombre homosexual diagnosticado a los 55 años.

Introducción
El aumento en la esperanza de vida ha llevado a cambios demográficos impor-
tantes siendo cada vez mayor, según el país del que se trate, el número de
adultos mayores que demandarán servicios de salud. Por otra parte es un hecho
reconocido que en materia de salud pública, las enfermedades infecciosas han
cedido paso a las llamadas enfermedades crónico-degenerativas.
Desafortunadamente, la sexualidad y la salud sexual, es poco abordada y las
enfermedades crónico-degenerativas no son la excepción. No es posible dejar
de señalar que, por diversos motivos, en especial los socioculturales, se da por
hecho que, para la población adulta mayor la sexualidad es inexistente y no se
diga las prácticas sexuales. Sin embargo, y tal como ha sido reconocido en el
campo de la sexología, es claro que el adulto mayor disfruta de su sexualidad y
mantiene actividad sexual independientemente de la edad, que tenga. El obje-
tivo del presente capítulo es visibilizar aspectos de la sexualidad en los adultos

153
154 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

amyores y su relación con la infección por el VIh, aspectos que abordará el


presente capítulo.

La sexualidad en el adulto mayor


La sexualidad como un aspecto central del ser humano está presente a lo largo
del ciclo vital, y esto incluye a los adultos mayores. El envejecimiento como
etapa del ciclo vital incluye la vivencia de la sexualidad, terreno que continúa
siendo poco explorado y en el cual los estereotipos, prejuicios, mitos y falacias
están presentes en el caso de los adultos mayores (Herrera, 2003).
En el contexto sociocultural la sexualidad es mal entendida al limitarla a la
reproducción y asociarla a una estética juvenil y vigorosa. La sola idea de una
relación sexual coital entre adultos mayores se considera antiestética y casi impo-
sible y estando por lo tanto rodeada de mitos y estereotipos (Herrera A, 2004).
De conformidad con lo documentado por González A. (2005) existe evi-
dencia de estudios que afirman que el sexo es bueno para la salud y el bienes-
tar de los individuos, y la práctica de relaciones sexuales es signo de vigor, y
fuerza independientemente de la frecuencia. Esta misma autora indica que el
72% de hombres y el 65% de mujeres mantienen el interés sexual alrededor
de los setenta años, aunque la actividad sexual es mucho menor lo que resulta
lógico dados los cambios que se presentan con el proceso de envejecimiento.
En México se ha reportado que, un alto porcentaje de hombres y mujeres se
mantienen sexualmente activos más allá de los 70 años (Imss, 2013), lo anterior
lleva a considerar que, a pesar de los cambios fisiológicos que ocurren es un
mito la pérdida del “apetito sexual” y menos aún la capacidad para estable-
cer vínculos afectivos, y viven el proceso de enamoramiento tan intensamente
como un adolescente o adulto joven.
Con lo anterior concuerdan los resultados de Herrera A (2005) quien encon-
tró que los adultos reconocen la actividad sexual más como norma que excep-
ción y con Vera y González (2010), quienes reportan que la población adulta
mayor que estudiaron, mantiene actividad sexual además de contar con conoci-
mientos adecuados sobre los cambios físicos sexuales que experimentan, y con-
sideran benéfica para su salud mental la práctica sexual. Por su parte González,
Núñez, Hernández y Betancourt (2005), reportaron que los adultos mayores de
su estudio reconocieron como natural las necesidades sexuales pero al mismo
tiempo refirieron un menor interés. Guadarrama, Ortiz, Moreno, González
Una aproximación a la sexualidad y el VIH/Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México • 155

(2010), reportaron que la sexualidad es parte importante de la cotidianeidad


de estos adultos aunque, no necesariamente se asocian a prácticas sexuales y su
impacto es positivo sobre la calidad de vida cuando está presente. Asimismo,
un porcentaje elevado de los entrevistados refirió que era importante mantener
una vida sexual activa.
Según reporta Yáñez (2004), dos aspectos de la vida generan bienestar físico
y mental: la capacidad de amar y la posibilidad de trabajar. A pesar de ello, la
mayoría de los adultos mayores por aspectos socioculturales, tiende a rechazar
sus manifestaciones sexuales, situación que es reforzada por la sociedad, que al
considerar asexuados a los adultos mayores o peor aún, establece palabras estig-
matizantes para quienes ejercen su sexualidad en esta etapa de la vida como:
“viejo rabo verde” “vieja calenturienta” entre otros.
De acuerdo con el Programa Adulto Mayor PrevenImss del Instituto Mexicano
del Seguro Social (Imss, 2013) la sexualidad es una fuente de valoración para la
población adulta, pero desafortunadamente se ve influenciada por los cambios
que se presentan con la edad como es el caso de la menopausia en la mujer y la
andropausia en el varón.
En el hombre, estos cambios se manifiestan como una disminución del
vigor sexual, modificaciones en la respuesta eréctil y prolongación del período
refractario, (esto es, mayor tiempo de recuperación entre una y otra eyacula-
ción). También se sabe que la modificación en la respuesta eréctil puede verse
agravada por la presencia de diabetes mellitus (Navarro, 2008).

Epidemia del VIH/Sida. Algunos datos


En cuanto a la epidemia del sida en 2011, según estimaciones del Programa
Mundial Conjunto de Naciones Unidas sobre el VlH/Sida (Onusida 2011)
era de 34.2 millones de personas alrededor del mundo viviendo con VIH.
Igualmente en ese año se reportaron 2.5 millones de nuevas infecciones y 1.7
millones de personas fallecidas a causa del Sida. (Onusida 2011).
Es innegable a 30 años de la pandemia del VIH/Sida, ésta ha mostrado
muchos rostros en su dinámica epidemiológica; es así, que hemos transitado
desde el concepto de “grupos de riesgo” hasta lo que hoy se conoce como prácti-
cas de riesgo, pasando por los distintos grupos de población afectados hablán-
dose hoy en día de grupos vulnerables.
156 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Con el advenimiento de los medicamentos antirretrovirales para el control


de la infección por VIH, la sobrevida se ha prolongado por lo que en la actua-
lidad esta infección es considerada como una patología crónica.

Adultos mayores y VIH/Sida


En este punto, recientemente ha emergido como grupo vulnerable el de los
adultos mayores. Es importante señalar que en cuanto a la definición o el crite-
rio de la edad para definir al adulto mayor éste, puede ser variable. En México
se considera a una persona como adulto mayor a partir de los 65 años. Esta
observación es importante de considerar en función de que los estudios que
abordan la temática del VIH/sida en el grupo de adultos mayores la conceptua-
lizan en su gran mayoría a partir de los 50 años. Muchos podrían no considerar
que se pueda hablar de “personas mayores” para referirse a quienes tienen 50
años. Sin embargo, se suele utilizar la edad de 50 años para las estadísticas rela-
cionadas con las “personas mayores” y el VIH y sida (Oms, 2010).
Sin duda, el hecho del acceso a tratamiento antirretroviral ha llevado a una
larga sobrevida de las personas viviendo con VIH/sida (PVV’s) lo que ha pro-
piciado un cambio epidemiológico que debe de ser tomado en consideración
al hablar sobre la relación entre la infección por VIH y la edad. Es con estas
consideraciones que se pueden encontrar al menos dos posibles escenarios: 1)
adultos mayores viviendo con VIH/sida y 2) adultos mayores sin VIH/sida.

Adultos mayores viviendo con VIH/Sida


Aproximadamente en los últimos cinco años, diferentes estudios (Blanco y
Oteo, 2008; Ernst, Hufnagle, Karpiak y Shippy, 2008; Population Reference Bureau,
2009) han señalado que ante el aumento en la sobrevida de las personas viviendo
con VIH/Sida, el panorama epidemiológico ha cambiado y así aquellas perso-
nas que se infectaron en la juventud o adultez temprana están llegando a esta
etapa del ciclo vital.
En 2009, el Population Reference Bureau reportó que Estados Unidos, los
adultos de 50 años o más cuentan para: 10% de las nuevas infecciones para el
año 2006, 21% de diagnósticos de Sida entre 2006 y 2007, 28% de PVV’s en
2007, 34% de aquellos viviendo con Sida en 2007, cifra superior al 24% que
representaban en 2003.
Una aproximación a la sexualidad y el VIH/Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México • 157

Por su parte, Kramer, Ramos, Sprinz y Manfori (2009) reconocen tam-


bién como grupo vulnerable emergente al de los adultos mayores. Igualmente,
Blanco y cols. (2008) señalan que en España una persona de 50 años es un
nuevo retrato de la epidemia y que el diagnóstico del VIH se realiza de manera
tardía, bien porque no se piensa en esta posibilidad y la sintomatología no se
reconoce, o bien porque puede enmascararse por la edad, situación con la que
coinciden Álvarez, León, Gutiérrez, Torres, Torres (2009). Al respecto hay que
señalar que los nuevos diagnósticos se relacionan con las relaciones sexuales sin
protección. Es así que se ha señalado que algunos factores que pueden influir
sobre este hecho son, entre otros, no ser considerados como una población
vulnerable lo que lleva a no solicitar la prueba de VIH y la falsa percepción del
personal de salud de que son seres asexuados.
Además, es una realidad que no usan condón al considerarlo como anti-
conceptivo y con la intención de aumentar la respuesta eréctil, misma que que
puede verse además influenciada por otras enfermedades concomitantes (como
es el caso de la diabetes) o como resultado de la administración de algunos de
los medicamentos antirretrovirales. Y para el caso de las mujeres los cambios
anatómico-fisiológicos producidos por el climaterio hacen más frágil la mucosa
vaginal a las infecciones incluida la infección por el VIH. Algunos datos sugie-
ren que algunas condiciones de salud en adultos mayores pueden evolucionar
más rápido en quienes viven con el VIH.
Hoy dia en México (Censida, 2012), al considerar el rango de edad de los 50
años a 65 años o más de personas viviendo con VIH/Sida éstas representan el
10.8% a nivel nacional con diferencias regionales, así, para el estado de Yucatán
representan el 6.1%.
Es importante considerar que hablar sobre el VIH con los adultos mayores
representa una oportunidad para un diagnóstico temprano y mayor sobrevida,
pero tambien para disminuir en aras de la prevención los comportamientos de
riesgo.
Un estudio en Estados Unidos (Ernst y cols 2008) realizado en más de
3,000 personas, confirmó que el interés en el sexo no decae en la madurez y, si
ocurre, usualmente se debe a mala salud o al hecho de no tener pareja, como lo
demuestran los siguientes datos:
• El 73% de las personas entre 57-64 reportaron haber tenido sexo
durante el año previo, el 53% de aquellos entre 64-75 y el 26% en el
rango de 75-85.
158 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

• Más del 53% de los hombres reportaron haber tenido relaciones sexua-
les exclusivamente con mujeres, el 38% exclusivamente con hombres, y
el 10% con ambos géneros, esto es, con hombres y mujeres.
• Los sexualmente activos, reportaron tener sexo dos a tres veces al mes.
• Si su salud es muy buena, una persona tiene una probabilidad dos veces
mayor de ser sexualmente activo que aquellos con mala salud.
• El 16% de las personas que acudían a un grupo dijeron ser sexualmente
activos y reportaron que habían tenido relaciones sexuales vaginales o
anales sin protección con una pareja cuyo estatus del VIH desconocían.
• Mientras que el 28% de los que dijeron ser sexualmente activos dijeron
que no tendrían sexo sin protección bajo ninguna circunstancia, 32%
dijo que el deseo sexual y una pareja sexual atractiva quizá los llevaría a
hacerlo, y el 32% dijo que lo harían si la pareja se los pidiera, ofreciendo
numerosas razones para tener sexo sin protección. El 27% mencionó
haber estado bajo la influencia de drogas.
• El 19% dijo sentirse deprimido o necesitado de cariño, y el 14% pensó
que el riesgo para adquirir una ITS era mínimo.
Los datos anteriores muestran la necesidad de implementar acciones sobre el
VIH/sida dadas las prácticas sexuales de los adultos mayores considerando que:
• El uso de drogas representa más del 16% de las infecciones en mayores
de 50 años.
• Las relaciones sexuales sin protección, tanto heterosexuales como
homosexuales. El uso de Sildenafil y de otros fármacos que ayudan a los
hombres a lograr y mantener la erección contribuye a un mayor índice
de relaciones sexuales y de transmisión de infecciones de transmisión
sexual tanto entre las personas mayores como entre los más jóvenes.
• Tener VIH/sida puede ser el peor de los estigmas para las personas
mayores. Esto puede resultar en la posibilidad de esconder la infección a
sus familiares y amigos quedando sin redes sociales de apoyo.

Objetivo
El objetivo del presente trabajo fue visibilizar las prácticas sexuales de los
adultos mayores y su vulnerabilidad para la infección por el VIH en Mérida,
Yucatán, México.
Una aproximación a la sexualidad y el VIH/Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México • 159

Metodología
En un primer momento se presenta una revisión de la sexualdiad de los adultos
mayores y posteriormente a través de investigación cualitativa y utilizando la
técnica de historias de vida se entrevistó durante 2012 a dos adultos mayores,
uno de ellos viviendo con VIH/Sida.

Historia de vida 1
Doña María es una mujer de 73 años, que aparenta mayor edad de la referida, su
rostro y figura denota cansancio y enfermedad. Acepta conceder la entrevista
al explicarle la razón de la misma. Refiere haberse casado a la edad de 27 años
con un hombre de 37 años, y aunque él fue su primera pareja sexual, ella era la
segunda pareja de él.
Su pareja tenía otras mujeres además de ella. Al preguntarle cómo se sentía ella
sabiendo que él tenía otras mujeres y dice que sentía mucho coraje, pero que
si le reclamaba, lo que él respondía era que ella era la esposa y que mientras no
le faltara nada debía estar tranquila. Con esta pareja vivió 25 años hasta que él
falleció hace 8 años. Enviudó a los 65 años después de mantener una relación
de pareja de 25 años, tiempo durante el cual no tuvo hijos a pesar de haberlo
intentado. Refiere vida sexual coital en los últimos años antes de fallecer su
esposo con una frecuencia aproximada de una vez por semana, sin usar nunca
condón, hasta que el diagnóstico del mal de Parkinson los llevó a ya no tener
relaciones coitales.
Hay que mencionar que ella fue vendedora de una línea de cosméticos, a tra-
vés de este trabajo ella logra obtener una pensión, ya que su pareja no le dejó
pensión, solo la casa donde vive. Ella comenta que es una persona que vive con
diabetes desde hace 15 años y no bien controlada.
Poco a poco se va recuperando de la pérdida y un vecino cercano (10 años
mayor que ella) empieza a enamorarla y visitarla en su casa. Se le pregunta si en
ese tiempo (más o menos 6 meses de cortejo) salían a pasear, había abrazos y/o
besos y la respuesta fue es un no categórico: “nooo, no salíamos, nos quedábamos en
mi casa. No había besos ni abrazos porque él era muy seco”.
Después de esos 6 meses de cortejo, él le propone tener relaciones sexuales, a
lo que ella accede. Dicha relación fue sin protección, aunque a decir de ella, él
era o había sido “muy mujeriego”. Encuentro sexual que dice no haber disfrutado.
Al preguntarle dice: “es que él era muy tosco, no como mi esposo que era cariñoso”. Sin
embargo, continúan viéndose y manteniendo relaciones, tiempo en el cual él le
160 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

pide que se vaya a vivir con él a su casa pero ella no accede. Entonces él le pide
matrimonio e inician los preparativos para la boda.
Ya con los preparativos y fecha de boda, acuden a realizarse los análisis pre-
matrimoniales, análisis que incluyeron la prueba del VIH/sida, aunque la ley
del Registro Civil de Yucatán ya no la solicita en la actualidad. Al momento de
conocer los resultados de los análisis, el médico le informa a él que tiene VIH.
En ese momento el resultado de ella es negativo, pero de acuerdo a la normati-
vidad vigente, le dicen que había que repetir la prueba. En la segunda prueba de
VIH que se realiza, le dicen que también está infectada.
Es un momento muy difícil para ella cuando el médico le explica que ella tam-
bién está infectada, que era el VIH, sus formas de transmisión y el tratamiento,
aspectos que comprende la consejería post-prueba VIH. El coraje la lleva al
reclamo y el matrimonio no se efectúa. A pesar de esto, ella acepta que la siga
visitando, tiempo durante el cual continuaron manteniendo relaciones sexuales
según refiere más o menos cada 15 días. Ella manifiesta que le pedía que usara
el condón como había dicho el doctor, pero él no quería y por lo tanto no lo
usaban, sin embargo, accedía a tener relaciones. Relaciones que según refiere
disfrutaba.
Refiere que el señor falleció hace aproximadamente 3 años. Al momento de la
entrevista ella lleva ya 4 años viviendo con VIH y actualmente tiene tratamiento
con medicamentos antirretrovirales.
Al preguntarle si ella había oído del VIH/Sida, dice que si lo había escuchado y
eso había sido en la televisión (aunque al pre- guntarle que había escu-
chado, dice que en realidad no sabía que era, pero ahora ya se lo explicó el
doctor). Nunca pensó que le pudiera pasar.
Ella recomienda lo siguiente a hombres y mujeres mayores: “que si van a tener
relaciones sexuales, pues porque uno aún tiene ganas, pues que antes de hacerlo sepan que esa
persona no tenga ninguna enfermedad y que se cuiden porque la sexualidad ahí está”.
En la presente historia la vulnerabilidad femenina a la infección por VIH/
sida está presente, favorecida a decir de Herrera y Campero (2002) por las
relaciones de género, vulnerabilidad que se incrementa por los estereotipos tra-
dicionales, una mínima escolaridad entre otros sin duda alguna. Igualmente, las
nociones de conyugalidad y nupcialidad se traducen en roles sexuales definidos
a través de las relaciones de poder sostenidas por el sistema del género y que
sin duda, favorecen las relaciones sexuales sin usar condón A esto se suma el
deseo sexual latente en la etapa de adulta mayor, donde a pesar de conocer que
su pareja (la segunda) tenía VIH continúa teniendo relaciones sexuales sin usar
Una aproximación a la sexualidad y el VIH/Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México • 161

condón (Hernández, Gracía, Beranl, Castañeda y Lemp, 2008). Asimismo es


posible visualizar la vivencia de la sexualidad través del comentario de la entre-
vistada de que la sexualidad ahí está y se vive como es entre otras manifestacio-
nes la práctica de relaciones coitales.

Adultos mayores sin VIH


Considerando los cambios demográficos, en esta sección referiremos los fac-
tores que pueden estar presentes para que hoy día, los adultos mayores estén
emergiendo como un grupo vulnerable para la epidemia del VIH/Sida. La revi-
sión de la literatura muestra que:
• Sin duda saben menos sobre el VIH/SIDA que las personas más jóve-
nes. Los conocimientos sobre esta infección suelen ser escasos, ya que
no siempre saben cómo se adquiere el virus o la importancia de usar
condones, no compartir agujas, hacerse la prueba del VIH y hablar de
este tema con los médicos.
• Los trabajadores y educadores de la salud a menudo no hablan con las
personas de mediana y de mayor edad sobre la prevención del VIH/
Sida.
• Las personas mayores son menos propensas que las personas más jóve-
nes a hablar con sus médicos sobre sus vidas sexuales o su consumo de
drogas y/o alcohol.
• Es posible que los médicos no les pregunten a los pacientes mayo-
res sobre sus vidas sexuales y menos aún si pertenecen a la diversidad
sexual, o su consumo de drogas, o de que hablen con ellos sobre los
comportamientos de riesgo.
• Muchas personas mayores vuelven a estar solteras. Se divorcian o enviu-
dan. Mientras estaban en pareja, no prestaban atención a los mensajes
de prevención del VIH.
• La fuerte convicción de que el VIH sólo afecta a los jóvenes. Muchas
personas mayores creen que el VIH sólo afecta a los jóvenes.
• Hay mujeres mayores que tienen contactos ocasionales sin protección y
hombres mayores que tienen relaciones sexuales con trabajadoras sexua-
les además de mantener una vida sexual activa con parejas estables.
162 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Historia de vida 2
Don Pedro es un hombre de 80 años que representa menos años de los referi-
dos. Al platicarle de la intención de escribir sobre la sexualidad en adultos mayo-
res inmediatamente da su consentimiento para hablar con él y compartir su
historia. A pesar de su edad es un hombre fuerte, jovial y muy educado. Refiere
que no fue a la escuela, pero que sabe leer y escribir lo mínimo.
Migró muy joven a la ciudad para dedicarse a la albañilería Actualmente recibe
un apoyo gubernamental de $ 1000.00 bimestrales. Refiere vivir con diabetes
desde hace aproximadamente cinco años y trata de apegarse a su tratamiento.
Entre los 14-15 años tuvo su primera novia y después de tres años se casó con
ella. Al casarse dice que todo cambió. Al preguntar responde que después que
nacieron sus cuatro hijos todo fue diferente entre ellos como pareja. Refiere a
su esposa como muy celosa, razón entre otras por las que se separaron, ellos
como pareja porque era muy celosa, por lo que se separaron aunque ella fallece
poco tiempo después.
A la edad de 36 años conoce a la que fue su segunda pareja, dice le gustaba de
ella su carácter y la atención que le ponía a él. Mantuvo con esta persona una
relación íntima y muy bonita según refiere. Iban a los bailes y la pasaban bien.
Se casaron y tuvieron una vida conyugal armónica que duró 28 años, hasta que
ella fallece a los 65 años dejándolo solo a la edad de 73 años. En cuanto a la
actividad sexual dice: “pues con mi esposa teníamos relaciones sexuales de 3 a 4 veces por
semana, pero a lo último, como ya estábamos grandes pues más o menos dos veces por semana”.
Refiere nunca haber tenido problemas para mantener relaciones, a pesar de ser
una persona que vive con diabetes. Con esta su segunda pareja tuvo un hijo.
Cabe señalar que don Pedro es muy abierto durante la plática, extrovertido,
sencillo y muy educado. Aunque habla abiertamente sobre el hecho de que aún
mantiene actividad sexual inicia o finaliza sus comentario diciendo: “aunque estoy
grande….” .
Comenta que después de haber mucho la pérdida de su esposa pues poco a
poco fue retomando su vida. Y dice pues “yo tengo mi corazoncito y pues como me
gusta el baile…”. Los domingos va al baile al centro de la ciudad de Mérida y
antes también iba los jueves a los bailes del Parque El Centenario. Dice: a veces
cuando veo a una señora… pues me gusta y...” le digo ¿cómo es eso?, ¿me puede pla-
ticar?, y comenta:
Pues como me gusta el baile, pues voy al baile, busco pareja pues somos jóvenes dice,
primero platico y hago amistad con ella, bailamos. Poco a poco agarramos plática
(la enamoro dice y sonríe) y cuando agarramos confianza y la plática da pie, le hago
Una aproximación a la sexualidad y el VIH/Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México • 163

la invitación, y si me dice que sí, pues entonces se da y como vivo solo, pues vamos a
mi casa. A veces, si ella no está casada o no tiene pareja vamos a su casa”. Si tiene
marido no me meto con ellas. Lo disfruto más ahora que cuando estaba joven. Uno es
hombre y tiene su corazoncito.
Al preguntarle si se cuida usando condón, su respuesta es positiva pero va
más en función de la forma de elegir pareja (refiere no tener relaciones sexuales
con “prostitutas”) por eso no usa condón. Alguna vez le han dicho que no? y
responde: “ a veces me dicen no, pero está bien, a las mujeres hay que respetarlas así para
que se disfrute”.
Como puede apreciarse, los mitos y estereotipos ya señalados en relación
a la sexualidad de los adultos mayores se incorporan a su vida diaria y están
aún presentes en Don Pedro. Lo que se aprecia en el relato al señalar en varios
momentos el comentario: “aunque estoy grande..”. Igualmente la cuestión del
género está presente cuando comenta: “…pues yo tengo mi corazoncito…” o dice:
“pues veo una señora y me gusta.. ” y busca las estrategias (en su caso el baile) para
entablar contacto y a partir de allí pueda surgir o no el encuentro sexual. En
relación a la infección por VIH, su vulnerabilidad está presente en el número
de parejas sexuales y el no uso del condón a pesar al parecer del conocimiento
de su existencia así como de la infección por VIH.

Conclusiones
La vivencia y práctica de la sexualidad está presente en la población adulta
mayor como lo demuestran las historias de vida presentadas, lo que demuestra
que no hay edad límite para el disfrute de la sexualidad. Por ello, a pesar de la
ignorancia y mitos prevalecientes sobre la sexualidad de los adultos mayores,
se precisa considerar lo que Maslow, (citado por Albarrán y Díaz, 2005) defi-
nió como “salud sexual geriátrica: expresión psicológica de emociones y compromisos que
requieren mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de
confianza, amor, compartir y placer con o sin coito”. Esto es, optimización de la calidad
de relación (besos, abrazos, caricias) más que cantidad (número de erecciones,
orgasmos). Igualmente, se evidencia la vulnerabilidad de los adultos mayores a
la infección por VIH, al no usar condón lo que se entrelaza con los estereotipos
y relaciones de género.
En cuanto a la población adulta mayor y el VIH/Sida hay que destacar dos
situaciones:
164 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

1) Dado el número actual de población adulta mayor, misma que se incre-


mentará en los siguientes años, es necesario implementar políticas públi-
cas que prevengan además de las enfermedades crónica-degenerativas
más conocidas (diabetes, hipertensión, entre otras) las infecciones de
transmisión sexual y el VIH/Sida en este grupo etario.
2) Hoy por hoy se desconocen todos los desafíos y problemáticas que
enfrentarán los adultos mayores que viven con VIH/Sida y aquellos que
se infectaron jóvenes pero llegarán a esta etapa del ciclo vital viviendo
con el VIH.
Si bien es cierto que el presente trabajo lleva como limitante que solo se
entrevistó a dos adultos mayores, no es menos cierto que ambas historias son
reveladoras de la vivencia y las prácticas sexuales de los adultos mayores, así
como la vulnerabilidad de los mismos a la infección por el VIH.

Recomendaciones
Por todo lo anterior, es que es pertinente considerar lo siguiente:
• Es necesario reducir y preferentemente eliminar el estigma relativo a las
necesidades sexuales de las personas adultas mayores y alentarlas a que
hablen sobre el tema con sus médicos y familiares.
• Existe la necesidad de formar a los proveedores de salud sobre la sexua-
lidad y las prácticas sexuales de la población adulta mayor con el fin de
mejorar la comunicación y con esto evaluar de manera más precisa los
riesgos que podrían presentar.
• Es prioritario integrar el tema del VIH en los servicios que se prestan
a los adultos mayores, incluida la enseñanza para la prevención secun-
daria (prevención entre personas VIH positivas) y en los servicios de
asistencia especializados. Cabe señalar que en nuestro país, el Imss ha
incorporado ya este tema en el Programa de adulto mayor de la mencio-
nada institución, quedando como tarea evaluar su cumplimiento, de lo
contrario sería necesario reforzar esta política de salud.
A manera de recapitulación, es menester tener en cuenta que si bien es en
la etapa de adulto mayor en que ocurre la jubilación, no es menos cierto, como
señala González A. (2005), que la jubilación es únicamente laboral y que no por
ello la población adulta mayor se jubila del placer.
Para finalizar, cito al compañero Omar Baños (2007):
Una aproximación a la sexualidad y el VIH/Sida en adultos mayores de Mérida, Yucatán, México • 165

Después de todo, lo que nos queda es seguir aprendiendo, porque como dice el dicho: “el que
no oye consejos no llega a viejo” y se pierde la posibilidad de vivir el enamoramiento que vive
el octogenario de Memoria de mis putas tristes (García Márquez). Historia de un octogenario
que al cumplir sus noventa años de edad decide vivir su fantasía sexual con una jovencita en
una casa de citas. Una historia de deseo, placer y amor a finales de la vida.


166 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

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Foto: Foto Gina Villagómez. Cuzco, Perú.

Foto: Foto Gina Villagómez. París, Francia.


DECONSTRUCCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE LA
VEJEZ EN UNA RELACIÓN A DISTANCIA

Garbiñe Delgado Raack


Helga Raack Knodel

Introducción
La situación de globalización mundial, la llamada “crisis económica” y el desa-
rrollo de la era de la información así como de las nuevas tecnologías han gene-
rado, entre otros, grandes cambios en la organización social y familiar de la
mayoría de los grupos de personas (Gergen, 1992). El caso de los cuidados
familiares, tanto de nuevos miembros como de aquellos que requieren algún
tipo de atención a partir de cierta edad, no ha quedado exento de sufrir conse-
cuencias. A esto hay que añadirle el aumento de la participación de las mujeres
en el ámbito público, diferente a la entrada de los hombres en el ámbito pri-
vado, quedándose justamente este aspecto de los cuidados intrafamiliares, en
cierta manera, irresuelto (Oit-Pnud, 2009).
Sin embargo, en el presente trabajo no pretendemos analizar las soluciones
que a esta situación se le han encontrado, sino profundizar más en otro fenó-
meno que igualmente se está gestando a este respecto: la necesidad de migrar,
por cuestiones de trabajo y economía del mercado, a ciudades, lugares y países
diferentes a los que habitan estas personas mayores con alguna necesidad de aten-
ción, por parte de sus hijos e hijas en edad productiva (Democracia real ya, 2013).
Los cuidados y el acompañamiento que estas personas adultas pero más
jóvenes que sus progenitores aportaban, se encuentra hoy teniendo que ser
suplantado mediante los asilos de ancianos, residencias para adultos mayores o
personas especializadas en cubrir este tipo de servicio en el propio domicilio de
la persona dependiente (Kerdel, 2009). Una pregunta importante que esto sus-

169
170 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

cita en la psicología social se refiere al aspecto emocional y de vínculo familiar


que puede ser más difícilmente cubierto por medio de esta nueva organización
(Navarro, 2012).

El envejecimiento en Europa
Ya en 1970 Simone de Beauvoir hablaba en su libro “La vejez” de la conspi-
ración del silencio hacia la misma. En una era moderna, capitalista y neolibe-
ral, las personas adultas mayores dejan de ser vistas y miradas, se invisibilizan
(Beauvoir, 2000). Al mismo tiempo, hay autores y autoras que invitan a una
construcción social nueva y más positiva de las personas con edades avanzadas
(Duran, 2006; Gergen y Gergen, 2000; Lehr, 1980).
Incluso desde la Organización Mundial de la Salud se está trabajando en esta
nueva mirada, para la cual se ha acuñado el término “envejecimiento activo”,
que resulta más completo que el de “envejecimiento saludable”, anteriormente
utilizado, por reconocer los factores que junto a la atención sanitaria afectan a
la manera de envejecer de los individuos y las poblaciones. El planteamiento
del envejecimiento activo se basa en el reconocimiento de los derechos huma-
nos de las personas mayores y en los principios de las Naciones Unidas de
independencia, participación, dignidad, asistencia y realización de los propios
deseos. Se define como el proceso por el que se optimizan las oportunidades de
bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar
la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez
(Giro, 2006).
Al menos en Europa hay que históricamente colocar el debate de los cui-
dados a las personas dependientes y de la tercera edad en la década de los 80
y 90 cuando se evidenció la importancia social del tema y las administraciones
públicas y los partidos políticos asumieron la tarea de responder a la necesidad
de abordar formalmente el tema de la dependencia de las personas mayores
(Escudero, 2007). Rodríguez (2002) señala que este interés se debió en gran
parte a cuestiones económicas relacionadas al sistema público de pensiones así
como a los intereses de seguros privados.
En todo caso, la visibilización de la situación de violencia estructural que
las personas dependientes de la tercera edad vivían posicionó el tema de su
protección en la agenda política, llegando a declarar el 2012 como año del
envejecimiento activo y de la solidaridad intergeneracional (Inmerso, 2012). La
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 171

situación en México es bastante diferente como bien se describe en Montes de


Oca (2004) así como en Villagómez y Sánchez (2013), donde se habla de las
limitaciones de los sistemas de apoyo formal basados en los programas de segu-
ridad social y de la consecuente relevancia de los sistemas de apoyo informal.
Hoy en día en Europa se puede hablar de un empoderamiento de las per-
sonas mayores que parte de un marco estructural, permitiendo una autonomía
económica y material (por medio del sistema de pensiones o de las propiedades
adquiridas durante su vida) así como un fortalecimiento de su autoconcepto y
una reconstrucción de sus identidades (Iacub y Arias, 2010).
Tanto es así que las transferencias que de manera descendente siguen reali-
zando las personas de la tercera edad van desde las materiales hasta las emocio-
nales (Montes de Oca y Hebrero, 2005) pasando por las transferencias instru-
mentales y las cognitivas. Las primeras, las transferencias materiales se refieren
a comida, ropa, dinero, propiedades, etcétera. Y las emocionales a los afectos.
Las transferencias instrumentales serían las relacionadas con el cuidado y la
compañía. Finalmente las transferencias cognitivas tienen más que ver con el
intercambio de experiencias, la transmisión de información, los consejos, etcé-
tera (Proenza, 2013). También los hijos e hijas de estas personas adultas mayo-
res aportan ascendentemente este u otro tipo de transferencias (Villagómez,
2013). Sin embargo, cuando las y los ancianos viven físicamente separados de
sus hijos e hijas, por migración de estas últimas, por ejemplo, el tipo, cantidad
y calidad de dichas transferencias se modifica (Democracia real ya, 2013). La
intención de este estudio es indagar más en este último aspecto.

Los flujos migratorios


Resulta muy difícil hablar de estadísticas sobre el movimiento migratorio.
Dependiendo de la fuente que se analice, los números varían enormemente.
Según el informe de 2013 de la Organización Internacional para las Migraciones
(2013), a nivel mundial la migración sigue creciendo y asciende hoy en día a 213
millones de personas. En España y México, los dos países a los que se refiere
este estudio, nos encontramos con los siguientes datos respectivamente:
España: en 2010 emigraron 39.537 españoles/as y en 2011, 62.469. Hubo,
por lo tanto, un incremento interanual de las salidas muy notable en términos
relativos del 58%. Si tomamos a los/as comprendidos/as entre los 18 y los
64 años, nos encontramos que en 2010 salen 17.380 y al año siguiente 30.597.
172 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

En general, se ha demostrado que son las personas mayores de 30 años y con


alguna experiencia laboral las que más se marchan (Alba, Fernández y Martínez,
2013).
México: de acuerdo a la Fundación Bancomer (2013) México es el país con
México:
mayordenúmero
acuerdode aemigrantes
la Fundación Bancomer del
internacionales (2013) México
mundo. segúnesel el país(2013)
Inegi con mayor
númeroa de emigrantes
junio de 2005, internacionales
1.1 millones de del mundo. mayores
mexicanos según eldeINEGI (2013)
5 años vivíana en
junio de 2005,
otros
1.1 millones de mexicanos mayores de 5 años vivían en otros países,
países, 18% radicaba en Estados Unidos. La población que emigra hacia otros 18% radicaba en
Estadospaíses
Unidos. La población que emigra hacia otros países lo hace, en
lo hace, en mayor número, entre los 20 y los 34 años de edad, le siguen mayor número,
entre los 20 y los 34
los jóvenes de años
entrede15edad,
y 19. leComo
siguense los jóvenes
puede de entre
observar en la15siguiente
y 19. Como se puede
imagen,
observaren los menores de 15 años y los mayores de 50 el porcentaje disminuye, lo que 50 el
en la siguiente imagen, en los menores de 15 años y los mayores de
porcentaje disminuye, lo que demuestra que la migración se hace primordialmente por
demuestra que la migración se hace primordialmente por cuestiones laborales.
cuestiones laborales.

Gráfica extraída de la página web del INEGI.


Gráfica extraída de la página web del Inegi.

Los movimientos migratorios han conllevado tradicionalmente transferencias


económicas Los
demovimientos migratorios
aquellas personas han conllevado
que emigraban. Según eltradicionalmente
Banco Mundial, transferen-
en este año 2014,
cias económicas de aquellas personas que emigraban.
el dinero enviado a México por parte de los emigrantes ascenderá Según el aBanco Mundial,
615 mil millones de
dólares,enconvirtiéndolo
este año 2014, en
el dinero enviado
el tercer a México
país del mundopor enparte de los emigrantes
recepción de remesasascen-
(Fundación
derá a
Bancomer, 2013).615 mil millones de dólares, convirtiéndolo en el tercer país del mundo
En enel recepción
caso que adecontinuación
remesas (Fundación Bancomer,
se examina, empero, 2013).
este flujo de remesas no se está
presente. Las
En transferencias
el caso que a recibidas y emitidas,
continuación serán empero,
se examina, pues de otra
este índole
flujo de(Proenza,
remesas 2013).
Para ello
no se está presente. Las transferencias recibidas y emitidas, serán pues de otrason un
y debido a la distancia entre las personas implicadas, las nuevas tecnologías
vehículoíndole
imprescindible
(Proenza, para acercar
2013). Para aello
quienes están alejos
y debido (Nubiola,entre
la distancia 2011).las personas
implicadas, las nuevas tecnologías son un vehículo imprescindible para acercar
Metodología
a quienes están lejos (Nubiola, 2011).
Encuadre del caso y el proceder

Desde los movimientos feministas se ha realzado la importancia de generar conocimiento


desde lo que nos toca (Beauvoir, 2000), de adscribirnos a una corriente filosófica o escuela
académica desde lo que nos conmueve (Shotter y Katz, 1996). En este sentido, quienes nos
pretendemos sumergir en este trabajo, estamos actualmente viviendo esta situación:
Garbiñe, la hija de 33 años, ha emigrado a Mérida, Yucatán, desde hace casi 2 años por
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 173

Metodología
Encuadre del caso y el proceder
Desde los movimientos feministas se ha realzado la importancia de generar
conocimiento desde lo que nos toca (Beauvoir, 2000), de adscribirnos a una
corriente filosófica o escuela académica desde lo que nos conmueve (Shotter
y Katz, 1996). En este sentido, quienes nos pretendemos sumergir en este tra-
bajo, estamos actualmente viviendo esta situación: Garbiñe, la hija de 33 años,
ha emigrado a Mérida, Yucatán, desde hace casi 2 años por razones de estudio
y de trabajo. Helga, la madre de 72, vive en Ajangiz, una pequeña localidad
del País Vasco. Ella es de origen alemán. Nació en plena II Guerra Mundial
y en cuanto pudo salió de su país para conocer otros lugares del mundo y
estudiar enfermería. Entre otros lugares residió en Inglaterra, Estados Unidos
y Panamá. Fue allá donde conoció a Víctor, su futuro esposo, con quien tras
casarse siguió viajando y residiendo durante unos años en Ecuador y Alemania
hasta que en 1979 se trasladaron definitivamente al País Vasco. Para entonces
ya habían nacido Selina y Natalia, la primogénita y la mediana de la familia. En
1981 se unió a la familia Garbiñe, la hija menor.
El contacto que mantienen Helga y Garbiñe lo califican de bastante privile-
giado, debido a que pueden verse y escucharse de manera asidua por medio del
Skype, además de que se escriben e-mails varias veces a la semana. Esta situa-
ción de separación, empero, no es agradable para ninguna de las dos. Juegan un
papel importante en todo esto los mandatos de género que ambas con gusto
cumplirían hacia la otra.
Lo que proponemos es, por tanto, iniciar un diálogo por medio de car-
tas o e-mails que aborde nuestras ideas, reflexiones y sentimientos alrededor
del acompañamiento a distancia que mutuamente nos estamos dando en esta
época de nuestras vidas. El objetivo es profundizar en nuestra vivencia, anali-
zarla y desarrollar así como plasmar un ejercicio dialógico (Bajtín, 2012) que
construya un sentir más cercano y acompañado de la actual situación, pese a
la distancia física, ya que creemos que una significación conjunta nos puede
acercar todavía más (Anderson y Gehart, 2007). No se descarta la opción de
mantener conversaciones al respecto por skype, incluso de grabarlas para que
luego sean transcritas.
174 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Epistemología subyacente
Las bases epistemológicas y filosóficas de esta metodología se sustentan en
el construccionismo social (Gergen, 2010; Pearce, 1994; Shotter, 1993) y la
posmodernidad (Lyotard, 1999). Partimos de que no hay una realidad única y
reconocible a todas las personas que podrían estar viviendo una situación simi-
lar a la nuestra y que si la hubiera, tampoco podríamos representarla mediante
el lenguaje. Éste no es descriptivo de la realidad, sino que más bien es la herra-
mienta por medio de la cual creamos, construimos esa realidad.
Nuestro objetivo con esta experiencia no es generar un conocimiento uni-
versal ni extrapolable a otras realidades. Más bien pretendemos profundizar en
nuestras propias experiencias y significaciones, ofreciendo las diferentes voces,
opiniones e ideas para quien puedan resultarle de utilidad.

Preguntas que pueden ser respondidas a lo largo de la experiencia


Si bien opinamos que el establecimiento de ciertas preguntas previamente,
puede sesgar el curso natural de la conversación, desoyendo aspectos que a lo
mejor podrían resultar significativos en este caso en particular, hemos desarro-
llado algunas preguntas que podrían ser contestadas durante los diálogos que
siguen:
• ¿Qué pasa con los cuidados de personas adultas mayores en los casos en los que sus
hijos/as tienen que emigrar?
• ¿Cuáles son los costes de esta migración en la relación de ambas partes y por parte
individual de cada una de ellas?
• ¿De qué diferentes maneras se mantiene esa relación y qué utilidad o sentido adquiere
ésta?

Diálogo
La conversación que a continuación presentamos inicia con la invitación que
yo, Garbiñe, le hago a mi madre, Helga, de participar en este ejercicio de comu-
nicación madre-hija. Ella acepta gustosamente, incluso ofreciéndose a buscar
más mujeres de su edad que quieran ser parte del proyecto. Le agradezco su ini-
ciativa y explico que me gustaría profundizar en la unicidad de nuestra relación.
Así, iniciamos un intercambio de ideas, recuerdos y reflexiones que a continua-
ción plasmo en la forma cronológica en que se dio. Para las palabras o expre-
siones sueltas que requieren traducción utilizaré las notas a pie de página con
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 175

idea de estorbar lo menos posible la lectura natural de los textos. Los e-mails
de Helga que vienen escritos originalmente en la lengua en que ella se dirige
siempre a mí, en alemán, los presento ya traducidos.
Garbiñe a Helga, en el e-mail escrito el 28 de marzo de 2014:
Hoy tengo que ocuparme de deberes y cositas. Me he puesto a hacer la propuesta de trabajo
para el diplomado de la Unam que te comenté. Te la mando. Igual está escrita de manera
un poco verwirrend10. Lo que le propongo a la profa y a ti también, claro, pero tú ya te has
comprometido así que no tienes vuelta atrás, es analizar cómo es el acompañamiento mío
hacia tí, pero tuyo hacia mi también, a distancia, pro medio de e-mails que intercambiemos al
respecto. no sé si para ella va a ser suficientemente riguroso el trabajo que propongo. Tengo que
esperar a que me de el visto bueno. Te agradezco que pensaras en buscarme más gente, como
Angelines. Lo que pasa que me apetece hacer algo que me toque más emocionalmente. Yo tam-
bién podría hablar de esto o de cosas relacionadas con mujeres mayores que conozco aquí, pero
me parece que es interesante tener esta excusa para sumergirnos en un trabajo relacional, de
nuestra relación. No sé qué saldrá de él, pero seguro que construimos nuevas fortalezas y que
nos acercamos en entendernos mutuamente. A lo mejor hasta surge la posibilidad de hablar de
cómo es esta relación con Seli y Natalia también, a distancia, que es muy diferente, y cómo tú
te sientes y que te gusta y qué no de cada acompañamiento diferente que nos damos... No sé...
La verdad es que yo estoy de inicio muy bien con vuestro apoyo. Siempre lo habéis hecho, tú
explícitamente. Siempre me has animado a hacer este tipo de experiencias. De todas formas sí
he llorado mucho al ver este video: http://www.youtube.com/watch?v=qxu5W4bj4I8
Helga a Garbiñe, en el e-mail escrito el 30 de marzo de 2014:
Acabo de ver el video. No me parece demasiado especial. Es verdad que hay gente joven que se
van al extranjero porque aquí no hay trabajo para ellos. Pero muchas personas van al extran-
jero porque así lo quieren, porque quieren vivir experiencias, que aquí no pueden tener, porque
quieren conocer otras culturas, otros paisajes, otras personas e idiomas (dentro del idioma espa-
ñol hay grandes diferencias, como has podido comprobar y esto es interesante saberlo). Cuando
miro hacia atrás en mi vida, también me gustaría, que vosotras tres no hubierais crecido
demasiado. Selina11 podría haberse quedado en sus 12 años durante toda su vida y Natalia12 y
tu igual. Entonces hubiera tenido ciertas libertades (cine, ópera…) por un lado y por el otro la
alegría de teneros siempre entre nosotros y de reír con vosotras (¿o manipularos?). Pero esto es
solo un pensamiento. Cuando me doy cuenta, siento que es bueno que hayáis crecido y que estéis
llevando a cabo vuestras propias vidas. La unión entre padres (no puedo dejar fuera a aita13)
e hijos, hijas queda normalmente para siempre y en nuestro caso sobre todo pero también es

10 Desconcertante

11 Mihermana mayor
12 Mihermana mediana
13 Como en euskera se le llama al padre
176 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

bueno, que cada miembro de la familia originaria tenga sus funciones y objetivos en la vida,
que a menudo no tienen nada que ver con las de otros miembros.
A menudo pienso que estoy agradecida a la vida, de que os va bien, de que supe-
ráis los problemas que se os presentan y de que estáis básicamente satisfechas.
Con la edad una tiene menos motivación para luchar y se queda más con sus recuerdos
y la vida cotidiana. No quieres saber de noticias dramáticas en la televisión o el periódico y
deseas que los días, meses o años que quedan, pasen de manera harmónica. De todas formas
las hijas y nietas están siempre en nuestros pensamientos.
Tú y yo cargamos todavía con la época de la anorexia con nosotras14. Por lo menos a mi me
pasa. Fue una prueba dura, que tu superaste admirablemente. Creo que si no hubiera este tipo
de situaciones, tendríamos el paraíso en la tierra. Pero a pesar de la situación mundial actual,
merece la pena vivir y aprender. La tecnología ha hecho la separación de la familia algo más
fácil y eso en muy poco tiempo. Nosotras la aprovechamos y sentimos que estamos más cerca.
Lo que nosotros, como padres queremos es que nuestras hijas y sus planes así como deseos,
se hagan realidad o que por lo menos lo intenten. Si eso quiere decir que se tienen que ir al
extranjero, entonces es lo que deben de hacer. No creemos que tienen que sentir ningún tipo de
obligación hacia nosotras. En el fondo hemos recibido mucho de ellas a lo largo de los años de
convivencia, de lo cual podemos vivir de rentas para el resto de nuestras vidas.
No creas que siempre te voy a escribir tan largo y tendido. No sé ni si mis pensamientos te
son útiles, ¡allástu15!
Garbiñe a Helga, e-mail escrito el 10 de abril de 2014:
Hola ama16, tenemos carta blanca para seguir adelante con esto, así que te escribo mis pensa-
mientos y emociones sobre lo que me mandaste hace unos días que me sirve y mucho (no solo
para cumplir con la tarea; me sirve, sobre todo, personalmente).
Me ha emocionado mucho y llamado la atención lo que decías de que por momentos te hubiera
gustado que nos quedáramos en los 12 años. Cuando a veces oigo a gente joven sin hijos hablar
de que quieren tenerlos nunca se les ocurre ver esa edad de sus futuros retoños como “la mejor”
para ellos.
Luego hablas de la unión entre padres e hijas que queda normalmente. Y la verdad es que
en nuestro caso, yo también la siento (digo en nuestro caso, porque por ejemplo, Nicole17 me
cuenta que un hermano suyo que vive en Suiza ha roto todo tipo de contacto con ellos, con la
familia… No sé si en este caso sigue habiendo una unión… ellos tendrían que decirlo). En
nuestro caso, ¿qué es lo que nos hace sentir esa unión? Por ejemplo, con Natalia, que se meldea
14 Serefiere a cuando yo estuve diagnosticada por algo más de un año con ese padecimiento
15 Serefiere a “allá tú” o “tú verás si te son útiles”.
16 Manera en que en Euskadi o País Vasco llamamos a las madres

17 Amiga alemana que está en el momento de esta investigación de visita en Mérida conmigo
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 177

menos18, sigue habiendo esa unión, pero no depende del número ni de la calidad del contacto,
¿o sí? Cómo lo hemos hecho durante todo estos años en los que hemos estado yendo y viniendo,
separadas y conviviendo para seguir unidas siendo así, además, que antes (cuando yo me fui a
Alemania con 18 años) no teníamos más que teléfono y carta. Y ¿qué tan diferente es nuestra
unión dependiendo de estos medios? (son ideas y preguntas que quieren ser una invitación a
pensar, no me gustaría que sintieras que tienes que contestar a todas, ni mucho menos).
Yo también le agradezco a la vida, primero por tenerla (que creo que no siempre me alegré
tanto de vivirla) y segundo porque haya sido en este entorno familiar, con vosotros (y no con
María y José en Nabarniz19… jajaja). Y por tener padres que me han apoyado siempre
tanto. No estoy de acuerdo con lo que dices que acarreamos el tiempo de mi anorexia con
nosotras. Yo la recuerdo como algo exterior a mí, como que no me reconozco en esa época, como
que sé que pasó, que la pasé, pero no era yo… Y lo que dices me hace pensar en que a lo
mejor fue una prueba más grande la que tú superaste alrededor de la anorexia que la que yo
superé. Igual y yo era muy joven y no me daba cuenta y tu, por tú edad adulta, sí… O igual la
significación que yo hice, el miedo que sentí, lo que dejé volar mi imaginación de a dónde podía
llevarnos todo eso no fue tanto… O igual es verdad que el amor de madre es tan grande que
finalmente tú sufriste más que yo con eso aunque yo la padeciera. Eso sí me hace sentir muy
triste y te pido disculpas, si para algo sirven…
Por último quería pararme un segundo en el tema de que lo que queréis como padres es que
nosotras intentemos o podamos hacer nuestros sueños realidad. No sé si os conté, que hace
unos meses me preguntó un chico de aquí sobre nuestro viaje en bici20. Cuando se lo cuento
hace un comentario relacionado con que para los mexicanos, nosotros, los europeos, somos unos
egoístas porque no tenemos hijos y hacemos ese tipo de experiencias. Yo pensé en que muchos
mexicanos y muchas personas tienen hijos justamente por una razón egoísta: tener alguien
que les cuide más adelante. Sé que tu no querías tener hijas para “dar una nueva vida” ni
ninguna pendejada de esas. Pero sí las querías tener porque las querías tener; es decir, por
una razón “egoísta”. Ahora, tu relación con nosotras no ha sido ni de manera europea ni de
manera mexicana egoísta. Y eso es algo que me llena el corazón y la mente de agradecimiento,
cada vez que lo recuerdo.
Bueno amatxu21, no tienes que contestar largo ni a todo. Incluso no tienes ni por qué contestar
si no te apetece. También puedes no contestar y escribir sobre o desde otro lugar. Aber du

18 Que llama, escribe, ... menos. Que toma menos contacto.


19 Me refiero a una anécdota de cuando yo era muy chica. Estábamos paseando toda la familia por un pueblo de la
zona rural, Nabarniz, y al llegar a un caserío me inventé la historia de que yo era hija de María y José, matrimonio
que vivía en ese lugar y que mis padres me habían adoptado.
20 Estoy haciendo alusión al viaje en bicicleta por Latinoamérica de más de un año de duración que pretendo

emprender en unos meses junto con mi compañero


21 Diminutivo cariñoso de ama, mamita en vasco
178 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

kannst immer austeigen22. Hasta ahora ha valido la pena y mucho pararme a pensar y a
preguntarte sobre este tema. Ich umarme dich ganz dolle!23
Helga a Garbiñe, e-mail escrito el 10 de abril de 2014:
¡Mi ángel!
Sé que no esperas una respuesta demasiado profunda de mi. Pero sabes que no puedo dejar
de dar mi opinión y como no tendré mucho tiempo durante el fin de semana, porque espe-
ramos a un grupo24, te escribo todavía hoy, aunque probablemente no vaya a ser mucho.
Pero no voy a contestarte de manera ordenada.
Lo primero que me llama la atención es la opinión del mexicano que te llama egoísta porque
no quieres tener hijos o todavía no quieres. Él parte de que el egoísmo es una característica
negativa. Yo pienso, por el contrario, que no siempre es así. Mi primer embarazo podría
llarmarse egoísta o institivo. Creo que muchas mujeres quieren quedarse embarazadas ins-
tintivamente. Seguramente depende de la naturaleza, de nuestros genes. No todas las mujeres
quieren tener hijos y creo que es su derecho no tenerlos. Yo quería un hijo, pero no de alguien,
sino de vuestro padre. Con esto quiero decir, que también hay otros factores importantes, como
el amor, la seguridad de que se tiene un futuro conjunto y de que el hombre va a ser un buen
padre. A lo mejor no era tan consciente de esto último, pero probablemente estaba segura de
ello inconscientemente.
El segundo embarazo no fue un acto egoísta de ninguna manera. No quería que la primera
hija tuviera que crecer sola. Si no hubiera tenido una buena relación con mi propio hermano,
a lo mejor lo hubiera visto de otra manera. La tercera, esa eres tu, no estaba planeada, pero
fue recibida con la misma alegría y expectativa que las demás cuando llego al mundo.
En relación al amor de madre, no te puedo decir mucho. Se me hace difícil creer que tu hayas
sufrido menos que aita o yo durante el periodo de la anorexia. Creo que el sufrimiento es
diferente en cada persona y nadie puede quitárselo a otra persona. Cada quien tiene casi-casi
que superarlo. Lo que no significa que la familia no pueda hacerlo más fácil. En nuestro caso,
opino que tu puedes superar este periodo difícil más fácilmente que nosotros por el beneficio de
la juventud. ¡Algún beneficio tienes que tener como joven inexperta!
Ni mis padres ni aita y yo hemos traído hijos al mundo para que nos cuiden más tarde. Yo
veo a los hijos como una muestra del amor y la realización de la vida. Como persona soltera
se tienen planes de futuro, cuando llega la descendencia todo gira a su alrededor y más tarde
no se disfrutan tanto los éxitos o pasos personales, sino los de los hijos. Si te haces mayor sin

22 Pero puedes salirte del proyecto siempre que quieras.


23 Te mando un fuerte abrazo
24 Hace referencia al pequeño hotel rural que tienen en parte de su casa al que suelen acudir grupos de personas que

lo rentan durante el fin de semana.


Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 179

hijos, te pierdes esta etapa de la vida. No es una etapa importante para todas las personas.
Sin embargo, para mi sí lo es.
Para volver una vez más a la anorexia, no me puedo imaginar que ese tiempo no te haya
influenciado. Yo no la he olvidado y tampoco lo intento.
Así como comunicamos ahora, internet, skype, celular, es fácil tener contacto asiduo, mientras
que mi padre tenía que darse por servido con una carta al mes25. La unión en la familia pro-
bablemente no siempre tiene algo que ver con la cantidad de las noticias, pero sí creo que estoy
contenta si escucho algo de vosotras una vez por semana.
Que la gente joven tiene que superar su propio camino, es una regla. Piensa en los vascos
que se fueron a América o Australia o en los alemanes o europeos. Muchas veces los padres
dejaban de saber de sus hijos por el resto de sus vidas. En esto nos va mucho mejor hoy en
día. Por eso pienso que vosotras tres no os deberíais de preocupar por nosotros. Estamos los
dos juntos y nos apoyamos mutuamente. Aita y yo estamos satisfechos con la vida que hemos
vivido y no tenemos ambiciones. Vosotras tres estáis en un buen camino y esa es nuestra mayor
satisfacción. Disfrutamos la vida.
Bueno, mi nena, esto sería todo. Espero que no te sea demasiado aburrido.
Muchos besos
Helga
Garbiñe a Helga, e-mail escrito el 13 de abril de 2014:
Hola amatxu,
Pues menos mal que no iba ser “viel”26 porque me escribiste más de una hoja!! Dios miiiiii-
iiio, como dice Gabriel27, acentuando y alargando la “i”, ¡¿para todo tiene una opinión esta
mujer?! Y qué bien, ¿no? Porque por un lado supongo que por momentos nos ha podido llegar
a molestar que de alguna manera sobre todo tenías algo que decir, pero por otro, también
pienso, como dice Jakko Seikkula28, un Finlandés que trabaja con personas que tienen esqui-
zofrenia, que no hay nada peor que quedarte sin respuesta… Por lo que siempre nos hemos
sentido escuchadas por ti, porque siempre nos has respondido.
Estoy pensando en 3 preguntas orientativas que he tenido que plantear para este trabajo. La
verdad es que me molesta tener que sesgar nuestra conversación con ellas; como que a lo mejor
nos apetecería mucho más compartir otras cosas… Pero, creo que sobre esto también tendrás
una opinión (;-)) y, de hecho, está relacionado con lo que venimos hablando:

25 Se refiere a la época de su juventud a partir de la cual ella también salió al extranjero.


26 Mucho.

27 Es un amigo del que ya he hablado a mi madre.


28 Seikkula y Arnkil, 2006.
180 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Dices que os tenéis mutuamente, que no nos deberíamos de preocupar por vosotros y eso me
alegra mucho. No porque no me tenga que preocupar por vosotros, sino más bien porque os
tenéis el uno al otro. A lo mejor no te apetece hablar de esto y si es así, sag es einfach29 y tan
tan, pero ¿cómo serían nuestros cuidados a distancia si no os tuvierais?
También hablas de que nosotras tenemos que hacer nuestras vidas y esas vidas están hasta
ahora relacionadas con el movimiento y la migración. ¿Qué costes crees que tiene para nosotras,
en nuestra relación que nosotras estemos migrando? A lo mejor también te gustaría hablar
de los costes que tuvo que tú migraras para la relación con tu aita. Alguna vez me dijiste que
él al principio no te apoyaba demasiado con esta idea tuya de viajar… Pero, al fin y al cabo
él también estaba muy contento de que te juntaras con aita, de la vida que elegiste,… ¿no?
Y luego, la tercera pregunta es acerca de cómo mantenemos esta relación. Tú has dicho que tie-
nes suficiente con que te escribamos una vez por semana. No lo sabía y me alegro que estemos
haciendo este ejercicio para aprender este tipo de cosas. Yo veo por ejemplo que Seli30 intenta
ir a veros en todas las vacaciones que ella tiene, yo, cuando estaba en Alemania también lo
hacía… ¿Qué tan importante es para nuestra relación, para el acompañamiento que nos
damos, el compartir momentos “especiales” (vacaciones, Navidades…)?
Ya está, esas son las tres. Como siempre, ama, si no te apetece responder a algo, con toda la
libertad. Y si te apetece hablar de algo que no te he preguntado igual.
Dankescchön und danke a la vida dass es dich gibt!31
Helga a Garbiñe, e-mail escrito el 15 de abril de 2014:
¡Mi nena!
En cuanto a la primera pregunta: “¿Cómo serían nuestros cuidados a distancia si no os
tuvierais?”
Tampoco serían diferentes. Si tuviéramos problemas económicos, sería otra cosa. Pero nos va
bien. Así que podemos pagar a una persona para que se ocupe de las labores domésticas en
cualquier momento, para uno o para los dos. Lo que es importante y, desgraciadamente, no
está en nuestras manos es que estemos mentalmente sanos durante nuestra vida. Si esto fuera
así estaría por mi parte satisfecha de saber que a vosotras os va bien. Creo que también aita
piensa así. Pero esto ya lo he escrito varias veces. Creo que nunca hemos pensado que sois
nuestra “propiedad” y que podemos hacer con vosotras lo que pensemos que es correcto. Así
que ahora, que sois adultas y hace tiempo tenéis vuestra vida en vuestras manos, es lo mismo.
Que estéis “por todo el mundo”, es lo que vosotras queréis y así es como estáis contentas.
Nosotros no podemos ni queremos cambiar nada en vuestro deseo. Casi no sabemos lo que es

29 Solotienes que decirlo.


30 Diminutivo de Selina, mi hermana mayor.
31 Gracias y gracias a la vida que te tenemos.
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 181

que nuestras hijas vivan cerca de nosotros y que las veamos a diario o semanalmente. Vosotras
os fuisteis con 18 años de casa. Solo te puedo decir que, así como estamos y también si no nos
tuviéramos el uno al otro, no podemos pedir más y tampoco lo necesitamos. De hecho, es una
alegría escuchar tan a menudo de vosotras y también veros. Al igual que mis padres, nunca
se me hubiera ocurrido inmiscuirme en la vida de mis hijas, aparte de mis opiniones, natural-
mente, que os doy, pero no espero que las aceptéis necesariamente.
Las visitas de Selina son siempre bienvenidas, pero tampoco estamos tristes de que esta vez
no vayan a venir32, por primera vez en Semana Santa. A lo mejor es más importante saber,
que pensáis en nosotros que, que vengáis a veces a visitarnos mientras que el resto del año no
pensáis en nosotros. Quiero decir que también se puede reforzar el afecto, el amor a distancia y
esto es importante. Cada persona consigue mediante el amor de su familia una seguridad que
es muy importante en la vida diaria y en la relación con la sociedad.
El secreto está en disfrutar las visitas, cuando ocurran. Eso no quiere decir que todo es siem-
pre perfecto en los 14 días que pasamos conjuntamente. Pero si después podemos decir que
fue bonito estar juntos, que una ha sido estimulada con la conversación, con el intercambio
de experiencias (vuestras y nuestras), entonces ha dejado algo, sobre todo se ha reforzado el
sentimiento de pertenecer a una unidad y esto ayuda emocionalmente sobre todo a nosotros y a
lo mejor también a vosotras, las más jóvenes.
Creo que hablamos todo el rato sobre el mismo tema, aunque las preguntas no sean las
mismas. Me parece que no quieres creer que estamos verdaderamente satisfechos y que no nos
comparamos con otras familias, cuyos hijos se han quedado aquí. Así como es ahora nuestra
vida, estamos contentos, ¡¡¡¡no podría ser mejor!!!!
Voy a acabar aquí, porque quiero leer un poco antes de ir a dormir.
Ahora puedes preguntarme otras cosas, por ejemplo sobre dinero o platillos. Desgraciadamente
no tengo preguntas que hacerte, ya que si te preguntara “¿cómo te va con nuestra edad?” te
pondrías enseguida nerviosa. Y aún así tenemos que tomar las cosas como vienen y en eso
seguramente no te ayuda la psicología33. La vida trae muchos buenos momentos y también
malos, pero al final se puede decir casi siempre: “¡ha merecido la pena y nos hemos divertido!”.
Buenas noches y saludos a Erik34
Helga

32 Está haciendo referencia a mi hermana mayor y su familia.


33 Es mi profesión.
34 Erik es mi compañero.
182 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Skype del 17 de abril de 2014:


Por el 75 aniversario de mi padre realizamos un skype en el que ambos (mi padre y mi
madre) me comparten su preocupación porque piensan que me siento demasiado obligada
hacia sus cuidados o su vejez. Explico que nunca había pensado en establecerme y comenzar
un proyecto a más largo plazo en ningún lugar, pero que antes de venir a México Erik y yo
habíamos convenido en que nos gustaba la idea de establecernos en Astobieta (la casa de mis
padres) y tener familia allí. En esta decisión fue importante darme cuenta del valor emocional
que tiene esa casa para mí y para mi familia así como haber hecho la experiencia de que si no
se vive en ella y se trabaja en el terreno colindante, se echaría a perder. En esta conversación
también compartí con mis padres lo que mis hermanas opinaban al respecto. Les alegró mucho
escuchar estas ideas. Creo que pudieron desprenderse de la idea que yo estuviera preocupada
innecesariamente por ellos y que además encontraron más sentido a seguir trabajando en y
para Astobieta, porque las hijas sí tenemos interés en mantener la propiedad.
Garbiñe a Helga, del e-mail escrito el 18 de abril de 2014:
Ama, releyendo tu último mail me quedo pensando en la parte en la que hablas de que casi
no sabéis qué es vivir con nosotras cerca, pero para mí sí hay épocas en las que hemos vivido
más pegadas: cuando trabajé en la oficina de turismo de gernika, por 6 meses en el 2008,
por ejemplo. O cuando viví casi por un año completo con Ibai35 en la casa rural, o, para mí
sí fue una época significativa en cuanto a cuidados y acompañamiento, en verano del 2001
cuando estuviste enferma. No tanto de cuidado a ti, sino de cuidado de la casa, de aita, del
abuelo Papi... Y me acuerdo que en aquel entonces dije que no quería tener una vida en la
que las labores domésticas me quitaran tanto tiempo y esfuerzo. Pero ahora es diferente: lo
veo diferente y quiero hacerlo de manera diferente, sin depender tanto del coche, por ejemplo.
Me has hecho pensar en lo estimulante que puede llegar a ser para vosotros también vivir a
través de nosotras estas experiencias que nosotras estamos teniendo, ¿no? Es decir, que si
nos hubiéramos quedado allí, en Euskadi, nuestra vida no hubiera sido menos, pero que los
retos cognitivos, actitudinales, sociales que nos encontramos las tres por andar “por el mundo”
finalmente también os invitan a vosotros a replantearos cosas nuevas,  o ¿cómo lo ves? Estoy
pensando un poco también en la estimulación intelectual que pienso que nos es importante en
nuestra familia. Pensando con Erik en cómo quiero que sea el futuro, siempre le digo que sí
me gustaría buscar una manera en la que no me quede estancada con las ideas y el moverte
en diferentes culturas y maneras de hacer te da ese continuo cuestionamiento. Otra manera era
como os decía ayer, teniendo que explicar o presentar tu postura a otras personas que pueden
aportar desde fuera y enriquecerla.
Y finalmente nosotras podemos estar aportándoos a vosotros esto, ¿no?

35 Mi ex compañero.
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 183

Ayer en el skype ya te expliqué que no es que piense que no estáis contentos. Creo que
sí sois muy felices en Astobieta, en vuestro palacete y en vuestra vida actual. Y eso me
alegra muchisísimo. Pero esta experiencia de escribirnos y de hablar de este tema, aunque
parezca repetitivo, me parece interesante. Por ejemplo, hasta ahora he aprendido que te
gusta que te escribamos o hablemos 1 vez por semana, que guardas la época de la anorexia
como algo significativo y tampoco quieres modificar eso, que te es más importante saber que
os pensamos que que pasemos mucho tiempo con vosotros, etc. (y eso sin repasar todos los
e-mails). Sin olvidarnos de la duda que pudimos despejar ayer y que creo que fue una con-
versación importante generada por este camino que hemos ido construyendo juntas por medio
de estos emails. ¿A ti qué te ha aportado este intercambio de mails, si algo te ha aportado?
Sobre la pregunta de cómo estoy con vuestra edad o cómo me relaciono con ella, pues sí me
golpea darme cuenta, como os dije ayer, que ya han pasado 5 años desde que aita cumplió 70
(edad que me marcó) y que por lo tanto ya tiene 75. Pero al mismo tiempo esto me hace pensar
en mi orgullo y admiración hacia vosotros, de lo bien que estáis, de lo mucho que sois con esta
edad. Sí creo que voy aceptando, comprendiendo, que esto es así, y así está bien. A cada edad
tenemos unas características y capacidades y a mi me encanta la idea de disfrutar las que
ahora tenéis (no estoy hablando de aprovechar ni explotar, no vaya a ser que me demanden de
maltratadora de mayores36).
Os mando un fuerte abrazo
Helga a Garbiñe, del e-mail escrito el 19 de abril de 2014:
¡Mi nena!
No sé si nos sentimos estimulados por medio de vuestras experiencias. Para mí todo tiene que
ver con que estéis satisfechas o contentas. En el fondo estáis teniendo las mismas experiencias
que nosotros a vuestra edad. Así que me siento confirmada en mis opiniones que a veces os
he hecho llegar. Lo que me enorgullece es que no sois “consumidoras normales y corrientes”,
quiero decir que tenéis intereses, sois simplemente más humanas. No estaría contenta si vierais
la actividad de la compra como un pasatiempo. Que te guste ahorrar, me parece muy bien, solo
que esto no se vuelva una obsesión. Por otro lado, vuestras noticias nos estimulan y son razón
de conversaciones para nosotros.
Este entusiasmo (dinamismo) que tú tienes, sobre todo tú pero también tus hermanas, se
pierde con los años. Mientras que tú planeas para dentro de un año (el viaje en bicicleta) o
incluso para los próximos cuatro años (el doctorado37) nosotros apenas planeamos ya. No por-
que piense que no voy a llegar hasta entonces, sino porque ya no se da, porque no tengo interés
en grandes planes. Por eso pienso que mi futuro está en vosotras. Que, por lo tanto, me alegro
36 Por skype había utilizado la expresión “me gusta la idea de aprovecharos mientras estéis con nosotras”. Mis
padres lo tomaron a chiste y dijeron que con ese “aprovechar” me estaba refiriendo a explotarlos laboralmente.
En esta frase hago alusión a ello, siendo también consciente de que estamos ecribiendo algo que otras personas,
ajenas a esta broma generada localmente entre nosotros, también leerán.
37 He compartido con mis padres que a lo mejor me animo a hacer un doctorado en un futuro cercano.
184 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

cuando Natalia tiene planes para el próximo invierno, que tú trabajas en tu viaje en bicicleta,
que Selina está intentando conseguir un puesto de trabajo estable al mejorar su curriculum o
que quiere tener un segundo hijo. Todo esto lo deseo para vosotras y me alegra por vosotras. Así
que en mi caso se puede hablar de una buena posición en la vida. Me imagino la generación
de la guerra, donde esto no era así, porque muchas mujeres perdieron a sus esposos e incluso
a sus hijos varones en la guerra, de manera que sus recuerdos eran más bien tristes, lo que en
mi caso no es así, por suerte.
Nuestro intercambio me ha dejado más clara tu postura, aunque, en el fondo, no haya apren-
dido nada llamativo de ti. Siempre fuiste entregada, honesta, alegre y no sé qué tantas cosas
más. Y ya lo sabíamos de antes que las tres encontraríais vuestros caminos en la vida.
Que tú has compartido tu vida con nosotros, no se me ha olvidado, pero nunca hemos podido
hablar de un tiempo prolongado. Todos sabíamos que nuestra convivencia iba a terminar en
algún momento. Por eso no nos entristeció ni nos decepcionó cuando Ibai y tú os fuisteis a vivir
a Vitoria38.
Mientras tú estés satisfecha, estará en general también tu entorno satisfecho. El dicho alemán
“así como se llama dentro del bosque, responde éste” es verdad, si yo doy, recibo también.

Discusión
Alcance de la experiencia y respuestas a las preguntas iniciales.
¿Qué pasa con los cuidados de personas adultas mayores en los casos en los que
sus hijos/as tienen que emigrar?
Según nuestras conversaciones podrían ocurrir diferentes cosas con los
cuidados de las personas adultas mayores: una sería que quedaran sin cuida-
dos, como parece que es el caso en el video que se intercambió y comentó
(Democracia real ya, 2013). Otra posibilidad es que estos cuidados se asuman
por parte de la pareja, de alguna persona asalariada para tal fin o incluso, como
alternativas que no se mencionaron, por otro tipo de personas allegadas. Los
cuidados requeridos no son únicamente físicos: en el caso de Helga y Garbiñe
se mencionaron las transferencias cognitivas y emocionales, que parece que
pueden seguir estando presentes pese a la distancia. Helga dice que las últimas
incluso se pueden reforzar a distancia.
¿Cuáles son los costes de esta migración en la relación de ambas partes y por
parte individual de cada una de ellas?

38 Capital de Euskadi ubicada a casi 70 km. de casa de mis padres.


Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 185

Según Helga, el vínculo en la familia queda normalmente para siempre, inde-


pendientemente de las circunstancias que rodeen la relación. Garbiñe responde
con ejemplos en los que no ha sido el caso, en los que uno de los miembros
tras la migración o justamente utilizándola, pone distancia y corta el vínculo.
Helga también menciona más adelante el caso de los vascos que emigraban
a Australia y América, por ejemplo, que nunca volvían a enviar noticias a sus
padres y madres.
Parece que en el caso analizado los costes no son necesariamente negativos:
Helga dice que gracias a la buena situación económica que ella y su esposo
tienen, en caso de necesitar cuidados que ellos no pudieran proporcionarse,
podrían costearlos. También opina que las nuevas tecnologías, las visitas espo-
rádicas que sus hijas les hacen y el saber que ellas piensan en sus padres la
mantienen satisfecha.
En los últimos e-mails incluso juegan con la idea de que esta migración
puede llegar a ser generadora de conversaciones y de estímulos para Helga
y Víctor, su marido. Algo que podría verse como reforzador de esta idea es
cuando Helga dice que “cuando llega la descendencia todo gira a su alrededor
y más tarde no se disfrutan tanto los éxitos o pasos personales, sino los de
los hijos” (10 de abril 2014). Al mismo tiempo, se menciona la idea de que las
experiencias de las hijas sirven para verse confirmada en lo que, como adulta
mayor, ya se sabe.
Todo esto está relacionado con el tema de las transferencias que Helga y
Víctor reciben de sus hijas y las que Selina, Natalia y Garbiñe, a su vez, reciben
de ellos. Como se mencionó con anterioridad, es obvio que sigue existiendo un
alto grado de transferencias emocionales en ambas direcciones. Helga y Víctor,
según asume la primera, también se ven intelectualmente enriquecidos por las
experiencias de sus hijas en la distancia, lo que se podría encajar dentro de las
transferencias cognitivas. Pese a que la familia sigue intercambiando regalos,
fotografías, comida, en caso posible… En las situaciones que para ello se pres-
tan (cumpleaños, Navidades, visitas) éstos elementos fungen mucho más como
transferencias emocionales que como transferencias materiales, debido a la
menor necesidad física y mayor necesidad emocional o cognitiva de las mismas.
En conclusión, el coste de la migración puede ir desde la pérdida completa
del vínculo hasta un enriquecimiento relacional y personal de quienes confor-
man la diada.
186 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

¿De qué diferentes maneras se mantiene esa relación y qué utilidad o


sentido adquiere ésta?

Algo que parece muy verdadero en el caso analizado es que no importa tanto la
frecuencia sino la calidad. Pese a que Helga habla en algún momento de que le
gusta saber de sus hijas una vez por semana, también opina que no es necesa-
rio verse en ninguna fecha en especial: lo importante es que tras los contactos
una pueda decir que “ha merecido la pena y nos hemos divertido” (15 de abril
2014). Los e-mails, el skype, el teléfono… facilitan la asiduidad de contacto. La
mamá de esta díada piensa mucho en cómo era o hubiera sido en otros tiempos,
cuando el medio de comunicación más común era las cartas. Sin embargo, lo
que parece más importante es que ella sepa que sus hijas los piensan y cualquier
medio para hacerle saber eso sería, en principio, suficiente.

Resultados no esperados
Algunas de las respuestas que no esperábamos en este intercambio y surgieron
de la propia conversación fueron, la importancia para los padres de saber que
sus hijas están haciendo lo que quieren en la vida y superan los obstáculos que
se les ponen delante. Si bien, esto no es algo generalizable a todas las familias,
fue algo que emergió en diferentes momentos del diálogo expuesto.
Por otro lado, y en estrecha relación al tema de los cuidados, parece que la
satisfacción de la que tanto habla Helga tiene en parte que ver con la salud men-
tal que para ella es importante mantener durante toda la vida. Esto podría rela-
cionarse con el concepto de empoderamiento manejado desde el feminismo y
atribuido también al envejecimiento: el control sobre sus vidas, encarnado en
una buena salud mental además de unos recursos económicos para poder dis-
poner de cuidados o apoyo doméstico en caso necesario, otorga una sensación
de seguir decidiendo sobre la propia vida. Al mismo tiempo resulta interesante
recordar en este punto a Virginia Woolf quien pese a asumir una postura de
enferma mental reclama para sí misma justamente esta posibilidad de poder
decidir (Daldry, 2002).
De alguna manera podría cuestionarse la idea de invisibilización de la vejez
presentada en el marco teórico en alusión a Simone de Beauvoir (1970): el
empoderamiento que aquí mencionamos estaría muy por encima de la lucha por
la visibilización. El significado otorgado a las personas adultas mayores, como
personas dueñas de sus facultades y poder de decisión, hace pensar mucho más
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 187

en el concepto de envejecimiento positivo que maneja el matrimonio Gergen


(Gergen y Gergen, 2000).
Así, la experiencia que se relata en este texto es una muestra clara de la
deconstrucción y reconstrucción de la idea de vejez mediante el diálogo.
Preguntados Helga y Víctor sobre este tema en una conversación final por
Skype, el segundo opinó que “lo primero (…) es que la edad cronológica no
coincide siempre ni tiene por qué coincidir con la edad psicológica: que puede
haber jóvenes que se sientan más viejos de lo que dice su carnet de identidad y
que incluso otros lo perciban así y viejos que se sienten más jóvenes que lo que
su edad diría y que otros también lo ven así”. Sin embargo, también agregaba:
“es común a todas las personas, llegadas a cierta edad, el declive de fuerzas y
vigor físicos: a mí me sucede al mirarme al espejo o en fotografías recientes
que no me identifico con la imagen que me devuelven y me pregunto si soy yo
ese”. Desde una mirada más positiva también opinaba que “un viejo gana en
serenidad, experiencia, paciencia y método, de forma que no tengo muy claro
que mi trabajo físico hoy sea menos eficaz que el de 20 años atrás”.
Para Helga, por su parte, la vejez es “el tiempo después de la jubilación,
cuando dejas de tener contacto obligatorio con gran parte de la sociedad. Se
descansa de la lucha por un porvenir profesional y familiar”. Ella también habló
de los aspectos positivos (como por ejemplo “poder hacer las cosas necesarias
con más tranquilidad, estar solamente con las personas que le agradan a uno,
tener la libertad de levantarte cuando te apetece, olvidarte de tener que poner
una cara amable cuando te sientes triste y muchas más”) y negativos (“perder el
contacto con la sociedad si uno no se esfuerza en mantenerlo, perder la salud,
la agilidad física y mental, se tiene poca esperanza en el futuro a medio plazo,
se piensa más en la muerte pero sin miedo…”) de esta época y resaltó que sus
pensamientos ahora estaban más para sus hijas.
En conclusión dicen que “la vejez no es una etapa de la vida especialmente
problemática. Su dificultad dependerá sobre todo de cómo respondimos y
afrontamos las etapas anteriores”.

Algunas conclusiones desde la perspectiva de género


Haciendo un repaso de toda la información generada, nos podemos percatar
de que las conclusiones de estas conversaciones no se limitan tan solo a la
época del adulto mayor. Helga habla del instinto materno, que algunas mujeres
188 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

sienten y otras no. Muchas feministas nos preguntaríamos hasta qué punto es
este instinto una construcción social (Saletti, 2008). También se abarca el tema
del amor de madre, el cual seguidamente nos refiere a las diferentes maneras de
vivirlo (en caso de que lo haya), por ejemplo, dejando que las hijas realicen sus
sueños, lo cual en muchos casos podría ser criticado como prueba de ser una
madre desapegada.
En este sentido, podríamos entender a Helga como una mujer avanzada
para su época que se atrevió a salir y viajar en un contexto sociocultural en el
que se esperaba que las mujeres permanecieran en casa de sus progenitores
hasta casarse. Ahora lo que le es importante a ella, para su tranquilidad durante
su vejez, es justamente que sus hijas gocen de esa misma autonomía, que estén
libres. Su perspectiva y discurso, bien podría ser visto, pues, como un discurso
feminista.
La comodidad que Helga sintió al tener sus hijas ya 12 años y ser ella más
libre para poder dedicarse más tiempo a sí misma, mientras al mismo tiempo
podía disfrutar de la inocencia de sus hijas es otro punto interesante a analizar
desde la perspectiva de género: ¿cómo es que en edades anteriores de sus hijas
no pudo ella sentirse libre?
Por último, y adentrándonos más en la etapa vital que nos ocupa, es patente
que el contacto que esta familia consigue mantener por medio de las nuevas
tecnologías resulta de gran importancia, por lo que nos preguntaríamos ¿cómo
se puede facilitar a otras familias que viven una situación similar el acceso a
este tipo de tecnologías? Siendo además el mundo de lo tecnológico un mundo
clásicamente masculino nos deberíamos a lo mejor preguntar adicionalmente
si se deben de plantear medidas especiales para mujeres desde un análisis de
impacto de género.

Aplicabilidad de la experiencia a México


El objetivo de este trabajo no ha sido en ningún momento el de ““dominar”,
peinar, domesticar, organizar (…) (el conocimiento) para presentarlo en el
estrecho mundo conceptual de las ciencias sociales” (Molina, 2014). Desde la
postura filosófica de la que partimos, celebramos la diversidad y reconocemos
la unicidad de cada relación, situación, contexto y época histórica. Sin embargo,
nos gustaría presentar algunas cuestiones comparativas entre México y España
Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 189

con la intención de abonar al debate de las políticas públicas que rodean al


colectivo de las personas adultas mayores en este primer país.
Lo primero que se nos ocurre es diferenciar el proceso migratorio que vive
México del expuesto en esta experiencia. En muchos casos se trata de perso-
nas que salen de una zona rural, de manera similar a Garbiñe, sin embargo es
justamente al comparar las zonas rurales donde se ven mayores diferencias
entre países del norte y del sur (Vadillo, 2012). La migración de México está
más relacionada aún con necesidades económicas y prueba de ello son tanto
los porcentajes de personas migrantes, como sus edades y las remesas que estas
personas envían a su país de origen.
Esta situación de precariedad económica y el pobre acceso a las nuevas tec-
nologías en el caso de las personas adultas mayores de México deberían de ser
pues ejes que dirigieran políticas públicas. Lo mismo cabe decir para todo lo
relacionado con los sistemas de apoyo formal que como mencionaba Verónica
Montes de Oca (2004) son insuficientes en este país, encontrándose a menudo
la necesidad de suplirlos o completarlos con apoyos no formales, muchas veces,
familiares.

Propuesta final
Tras esta experiencia se hace patente la importancia de fortalecer o sensibilizar
a la población en general sobre el acompañamiento a distancia para la gente
mayor usando las tecnologías como recurso emocional decisivo cuando hay
migración. En ese sentido proponemos la facilitación de cursos de nuevas tec-
nologías a personas de la tercera edad, así como la accesibilidad de equipos con
conexión a internet. Nos parece importante la alfabetización digital de perso-
nas que a lo mejor han vivido la revolución informática al final de su carrera
profesional, como es el caso de Helga y Víctor. Pensamos que una campaña
titulada “abuelos y abuelas 2.0” podría trabajar este aspecto que tanto apoyo
emocional y cognitivo puede brindar a las personas de mayor edad.
190 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

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Deconstrucción y reconstrucción de la vejez en una relación a distancia • 193

Foto: Gina Villagómez. Filandia, Colombia.


Foto: Francisca Gutierrez de la Concha y Molina, tomada del libro Deshaciendo nudos de Georgina Rosado
DESHACIENDO NUDOS: LA VOZ DE LAS ABUELAS
Reseña de libro39 y comentarios

Georgina Rosado Rosado

Deshaciendo nudos; es la crónica novelada de la vida de mis abuelas, un tanto


versada, un poco sentimental, pero que en realidad podría ser mucho más. La
evidencia etnográfica de lo que fue preciso callar, de todo aquello que se ocultó,
o se contó entre murmullos para no contrariar la historia oficial, el honor y el
modelo ideal de familias. La historia subterránea, los entretelones, que nos per-
miten entender los verdaderos antecedentes de nuestro ser y deber ser, el tejido
real de nuestra identidad de género. Una de las autoras mexicanas que discute y
aplica el concepto de género es Marta Lamas, quien lo aborda como los atributos
asignados a hombres y mujeres a través de proceso psicosociales marcados por relaciones de
prestigio y de poder (Lamas, 1997: 3-11).
Es decir, los discursos y prácticas a través de las cuales se construyeron las
identidades, pero considerando sus paradojas y contradicciones, tanto las nor-
mas explicitas, como sus rompimientos, las reglas institucionales, así como las
provenientes del “sentido común” de cada época. Historias liberadoras que nos
permiten descubrir que nosotras, las mujeres de hoy, no fuimos las primeras
en romper las normas de un modelo idealizado de convivencia y de familias.
Porque ese modelo, era la excepción en las prácticas cotidianas, la mentira que
de tan repetida paso por verdad, impidiendo el conocimiento real de lo que
realmente sucedió, en sus vidas y en la de todos.
Reescribir la historia, atendiendo la voz de las abuelas, es abrir nuevas puer-
tas al pasado, romper mitos y construir nuevas verdades científicas y políticas,
donde la perspectiva de género, los conceptos y explicaciones que nos permite
elaborar, transitan de la academia a nuestra vida personal, dándole concreción a
39 Rosado y Rosado, Georgina (2014). Deshaciendo Nudos, Mérida, Yucatán: Cepsa Editorial.

195
196 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

las frases que encierran grandes ideas como: “lo privado es público”, “lo perso-
nal político”. Sobre la discusión sobre los límites entre lo público y lo privado
y la visión que se tiene como espacios segmentados (Pateman, 1996; Goffman,
1989) defienden precisamente que lo personal es público. Es aceptar de una vez
por todas que efectivamente como nos diría Agnés Heller:
... La vida cotidiana es el conjunto de actividades que caracteriza reproducciones particulares
creadoras de la posibilidad global y permanente de la reproducción social... En toda sociedad
hay pues una vida cotidiana: sin ella no hay sociedad” (Heller, 1972: 42).
Pero advierto que el reescribir la historia, dando voz a las abuelas, en oca-
siones duele, porque implica romper la imagen tierna que nos dejó Cri Cri
(Gabilondo Soler) de ellas, aquellas de cabello blanco que guardan bajo llave en
un antiguo ropero los recuerdos. De las viejecitas que alegran a la familia con
sus guisos sabrosos, sus manualidades y frases tiernas. Esas imágenes gratifi-
cantes, que en parte son y fueron ciertas, pero que permiten se nos olvide que
los amables y queridos rostros de esas abuelitas, esconden grandes secretos que
pueden incluir: relaciones pasionales, enfrentamientos con los grupos de poder,
rompimiento de las normas, participación en conflictos bélicos, una infinidad
de situaciones que nos ilustran y explican la época en la que fueron jóvenes.
Resulta revelador que las abuelas, las mujeres de la tercera edad, de una
manera frecuente, más de lo que podríamos imaginar, padecieron a lo largo de
sus vidas: injusticias, discriminación y violencia. Situaciones que, la mayoría de
las veces, sufrieron y sufren en silencio, para mantener el honor de la familia y
cumplir así con los estereotipos femeninos impuestos por el sistema patriarcal,
tal como lo refieren algunos estudios al respecto (Villagómez, 2013) donde
queda al descubierto el aislamiento y desinterés que sufren las personas de la
tercera edad y el sufrimiento, desigualdad y violencia que eso representa para
este grupo social, particularmente si se trata de mujeres.
Por eso, “de esas cosas no se habla”, es una frase recurrente, un mandato
que de mujer a mujer atraviesa generaciones, y que instalada en el inconsciente
femenino nos obligan a callar e impiden darle voz real a las abuelas. No importa
que el acontecimiento silenciado, un abuso, un acoso, una infidelidad o alguna
forma de violencia sufrida, sea responsabilidad de otra persona, se deberá callar
o el estigma social recaerá sobre la mujer. De esta forma la violencia que incluye
como variantes los posibles daños físicos, sexuales, económicos y psicológicos
que sufre una mujer por razones de género, inmersa en relaciones de discrimi-
nación y desequilibrio de poder, incluye uno más; la invisibilidad. Ya no sólo
Deshaciendo nudos: La voz de las abuelas. Reseña de libro y comentarios • 197

como sujeto (a) histórico sino como personalidades concretas, que requieren
ser reconocidas, aceptadas incluso admiradas no sólo por las características
impuestas como “dulces y tiernas abuelitas”; sino por todo aquello que real-
mente lograron solventar, construir, aportar, y que las constituye como identi-
dades femeninas fuertes, sabias y hábiles en más de un sentido.
Y no hay nada más liberador para ellas y para nosotras, que contar la propia
historia, dejar a un lado la carga de los secretos, sentirse escuchada, ser el centro
de la atención en un mundo que sobrevalora la juventud y que tiende a ignorar
a los y sobre todo a las que se salen de él. Sentirse útil, transmitiendo experien-
cias, saberes es, para ellas, nuestras abuelas, la mejor de las terapias, un placer
inmenso. Para las demás mujeres conocer las historias de las abuelas significa
tejer con ellas, utilizando el discurso como madeja, el pasado que nos ayuda a
comprender los dilemas del hoy y nuestra propia identidad.
En mi caso, tener la gran fortuna de convivir con ellas durante toda mi
infancia y mi primera juventud, conocer anécdotas de sus vidas, sus refranes,
sus consejos, sus caricias, resulto en un experiencia compartida intensa, com-
prometedora y positiva. Mostrar interés por sus historias y escucharlas por
largas horas llenó una necesidad importante para ellas, ya que cada anécdota
contada, alegre, triste, difícil o exitosa, le daba sentido a sus vidas, les permi-
tía redefinir su identidad, sentirse de nuevo importantes, útiles, comprendidas,
vivas. Me ayudó también a mí, porque solo comprendiendo a las abuelas logra-
mos el conocimiento más profundo de quienes somos.
Enlazar las historias familiares nos permite reconocer aspectos de los proce-
sos históricos regionales por lo general ignorados. Por ejemplo, el papel de las
mujeres de las pequeñas ciudades a finales del siglo XIX y principios del XX,
cuando las maestras y educadoras abrieron camino a las siguientes generaciones
de mujeres a la ciencia y al conocimiento (Lamaître, 1998). Sí poco se conoce
de las instituciones laicas, educativas y literarias, donde participaban mujeres de
las capitales, como la formada por la maestra Rita Cetina en Yucatán llamada la
Siempreviva (Menéndez, 1909 y Lamaître)40, menos aún se conoce la vida de las
maestras que desde Villas como la de Espita, dirigían liceos educativos laicos
para niñas y becaban a las de escasos recursos.

40 Rita Cetina Gutiérrez (1846-1908), destacada profesora yucateca que fundó la Sociedad Científica y Literaria con
el fin de realizar acciones que contribuyeran a transformar la tradicional cultura de las mujeres. Esta agrupación
social, junto con una escuela para niñas y una publicación periódica denominadas La Siempreviva, fueron el inicio
del proyecto educativo emprendido por una mujer visionaria que fortaleció el magisterio de mujeres donde se
formaron las precursoras del feminismo en Yucatán (Menéndez, 1909 y Lamaître, 1998)
198 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Es preciso reconocer que el pensamiento de los liberales ilustrados de fina-


les del siglo XIX y principios del sido XX como mis dos abuelos, eran muchos
de ellos, militantes de las logias masónicas. Sin bien es cierto que su ideología
no los exentaba de contradicciones y de valores patriarcales, también es cierto,
creo, que el ambiente fue propicio para que las “hijas de Eva” se incorporaran
a la ciencia y a las artes. Retomando un extracto del libro sobre la fundación de
la sociedad Progreso y Recreo de Espita podemos reconocer estos procesos esca-
samente estudiados y comprendidos:
Fue así que un 31 de agosto del año de 1870 el coronel don Heliodoro Rosado Sosa redacto
su proclama, invitando a la juventud espíteña a formar parte de una sociedad que tuviera
el objetivo de ilustrar y recrear a la población; a la que nombró, “Progreso y Recreo”. Su
biblioteca, su salón de lectura, su hermoso teatro que imitaba al Partenón griego, su orquesta,
las actividades realizadas por la sección literaria y la dramática, así como sus famosos bailes,
llenaría de luz y prestigió a la villa de Espita, que se convirtió gracias a su sociedad en un
fuerte atractivo y lugar de reunión de artistas, poetas y personas “cultas” de todo Yucatán
(Rosado, 2014: 20-21).
Las páginas amarillas y carcomidas de aquel libro lograron la magia, escu-
char a un antepasado referirse a sus propios anhelos, afirmar con su voz ronca:
Cuando lleguemos a poseer una biblioteca, el bello sexo podrá beber en la misma fuente que
nosotros, pues esperamos que las personas civilizadas de esta villa contribuirán a ilustrar esta
preciosa mitad del hombre (Pacheco y Patrón, 1925: 41).
Ciertamente, en 1892 los socios de la Progreso y Recreo decidieron aceptar a
las “hijas de Eva” como socias honorarias de la sociedad. Se reconoció a las
mujeres como parte sustancial del tuch41 del mundo, o sea de Espita, cuando sin
reparo afirmaron los socios:
No es nuestra pretensión singularizar a la mujer espiteña haciéndola aparecer como la única
en su género. No. Pero tal parece que Natura ha deseado reservar para ella una dosis de
clarividencia, dotándola de un espíritu despejado y de un cerebro original. Esto lo patentizan
las hijas de la población con su ingreso a la Sociedad “Progreso y Recreo” y con la activa
participación que han tomado en todas sus festividades ya sean literarias o teatrales (Pacheco
y Patrón, 1925: 45).
No resultó por lo tanto sorprendente enterarme que la matriarca doña
Remedios Cetina (mi bisabuela materna) fue la directora del primer liceo de
niñas de Espita donde se impartió educación laica y gratuita, integrante de la
primera sociedad literaria y cultural de Yucatán, la Progreso y Recreo, así como su
41 Ombligo en maya.
Deshaciendo nudos: La voz de las abuelas. Reseña de libro y comentarios • 199

embajadora ante otras sociedades. La postura de esta generación de mujeres


que rompieron, por lo menos en parte, los estereotipos de género, se reflejó en
diversos campos, por ejemplo ella, Remedios, era quien cada semana entregaba
a cada uno de sus hijos casados, una bolsita de monedas para la manutención
de sus familias. Recursos monetarios productos de los negocios de la familia, la
explotación y comercialización de maderas preciosas, el aserradero y el expen-
dio que se encontraba en la capital, que ella y sólo ella administraba y distribuía
entre su extensa familia.
Tampoco resultó increíble que fuera la matriarca, quien finalmente rompiera
con la iglesia católica, debido a que un sacerdote se negó a darle los santos oleos
a uno de sus hijos, quien se suicidio debido a un “mal de amor”, explicándole
que su vástago vagaría por siempre en los avernos. A lo que ella contestó que,
si era así, ella se negaría a entrar al paraíso cristiano y prefería acompañar a su
amado hijo por toda la eternidad. Fueron estas audaces e ignoradas mujeres las
que explican porque años después otras mujeres que fueron sus alumnas, orga-
nizaron en Yucatán el Primer Congreso Feminista de México en 191542 y no la
concesión gratuita de los revolucionarios del centro ni la influencia fortuita de
peregrinas de ojos claros y divinos.
Otro ejemplo de la importancia de conocer la historia de las abuelas para
entender el pasado y la conformación de las identidades de género, me lo dio
una de ellas cuando a pregunta expresa sobre su pasado contesto: “Yo debí
ser Ancona y no Marrufo”, descubriendo ante mí una historia que ignoraba,
porque había sido negada, escondida de manera hermética. En aquella ocasión
ella narró que su abuelo en 1876 fue forzado a tomar los hábitos, por respeto a
los derechos a la primogenitura de su hermano y presionado por su familia que
intentaba evitar su matrimonio con la hija del platero de Cacalchén, de clase
social más baja.
Mi abuela agregó en su testimonio que finalmente el sacerdote y la hija del
platero vivieron abiertamente en unión libre y tuvieron un hijo (su padre), al
que por supuesto el sacerdote no pudo reconocer, pero si recomendar para
que administrara las haciendas familiares. Entendí entonces las divisiones que
a principios de esos siglos se dieron dentro de las familias yucatecas, que no
sólo se estratificaron socialmente a la población, sino que también adoptaron
42 El Primer Congreso Feminista se celebró en Mérida, Yucatán en 1916. Fue convocado por el gobernador socia-
lista Salvador Alvarado y lo presidió la maestra Consuelo Zavala. En este Congreso se pretendía liberar a la mujer
de la tutela social y de las tradiciones que la habían mantenido en un estado de sumisión. Los temas que se abor-
daron ahí, marcaron el inicio de una lucha por los derechos de las mujeres.
200 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

diferentes ideologías, conservadoras o liberales y se enfrentaron abiertamente,


porque, como me explicó mi sabia abuela:
Es fácil aferrarse a costumbres ancestrales cuando se hereda rica hacienda. Se vive en la
ciudad, se juega a las cartas la fortuna obtenida con el sudor de los demás, se acude a los
teatros con las esposas pavoneándose en los salones de las sociedades, en tanto que los peones,
capataces y administradores mantienen la producción del llamado oro verde o sea del henequén.
No es nada difícil abrazar ideas modernas y liberales cuando por ser el menor de numerosos
hermanos o un hijo engendrado fuera del matrimonio, se tiene a fuerzas que tomar los hábitos
o administrar la hacienda de los parientes… (Rosado, op. cit.: 58).
Las mujeres que vivieron realidades no institucionales pero comunes a prin-
cipios del siglo XX, como lo fueron los amasiatos con sacerdotes o con hom-
bres de clases sociales superiores, engendraron una generación que no sólo
rompió las reglas sino que estableció nuevas. Por supuesto desplegar las alas
fue costoso para estas mujeres que vivieron a principio del siglo XX. Un ejem-
plo de ello fue mi abuela quien sufrió acoso y violencia sexual por parte de
un hombre poderoso de su comunidad que le infligió un gran dolor y cambio
radicalmente su vida porque:
Chelito dejó de ir a la estación a vender, no acudió más al oficio dominical en
la iglesia. Aterrada, se negaba a salir de su casa. Pese a todos sus esfuerzos y
precauciones los ruegos inútiles de don Catarino se transformaron en acoso
violento y físico, el fatídico día que atrapó a su presa aprovechando el des-
cuido de alguien que dejó la puerta de la casa de la familia Marrufo entreabierta,
precisamente a la hora en que Martina se ausentó para ir al mercado. Él era
bajo de estatura pero corpulento, por lo tanto la aventajaba en fuerza física, sin
embargo cuando la atacó, Chelito le clavó las uñas, le rasgó la piel y dejó surcos
ensangrentados en el pecho de su victimario, mientras gritaba a todo pulmón,
rogando por ayuda.
Unos vecinos escucharon los gritos y entraron a la casa, donde encontraron a
Chelito luchando como fiera, con el vestido roto a girones, defendiéndose con
arañazos y mordidas de su depredador. En su cara, también en su cuerpo, se
podían ver los moretones, el resultado de la cruel y desigual batalla. El infame
acosador salió corriendo sin mirar atrás. El rumor sobre lo sucedido; corregido
y aderezado, corrió como pólvora por todo Cacalchén, llegando a oídos de un
grupo de señoras integrado por la parentela femenina del cacique, las nuevas
ricas del poblado, sin pudor, dictaminaron: ─La culpa por lo sucedido la tiene
Martina Canto, si el gallo esta suelto, encierren las madres a sus gallinas.
Deshaciendo nudos: La voz de las abuelas. Reseña de libro y comentarios • 201

A Chelito Marrufo, después de esos sucesos, se le recrudeció la manía que adqui-


rió desde muy niña de mantener todo en un estricto orden y en limpieza extrema.
Adquirió el hábito de barrer continuamente el patio de su casa, hasta convertir
la tierra en apelmazado piso, de lavar todo, hasta las piedras, que brillantes y
pulidas mantenía enfiladas formando caminos y arriates para las plantas. Jamás
hubo en esta tierra, ni en ninguna otra, un gallinero como el suyo, los nidos pul-
cros se llenaban de huevos, sin que alguna gallina descarriada se atreviera a dejar
fuera de lugar alguna rama. Cada hoja, de su frondoso jardín, recuperaba su bri-
llante color durante las madrugadas, gracias al agua derramada de una pequeña
jícara, que ella llenaba una y otra vez. Orden y más orden debía prevalecer en su
mundo, trastocado, derruido por un huracán, arrasado por un monstruo, pero
vuelto a levantar, con laboriosidad y diligencia, porque para mantener el equili-
brio, la vida misma, todas las cosas debían tener “un santísimo lugar.
Hasta que un día Martina decidió poner punto final al sufrimiento de su hija y
de paso a lo que consideraba “absurdas manías”: la envió donde el infeliz caci-
que que la hostigó no la alcanzara con su poder. Tenía que marcharse, porque en
aquellos casos, el estigma por lo sucedido no la sufre el victimario, quien “al fin
varón no controla sus impulsos”, era y es para la víctima, quien “al fin mujer”
según la tradición tiene “el deber de callar” y guardarse.
Mi abuela sintió que la vida terminaba para ella, debía abandonar todo aquello que aprendió
a amar, desterrada de su mundo, marginada, llevando a cuestas la vergüenza de ser mujer.
Abordó el ferrocarril con el dolor dibujado en su rostro, en el último escalón se detuvo para
despedirse con la mano de sus amigos venteros; Chelito recién abordó el tren se sentó junto a
una ventanilla para observar el camino… Su madre le advirtió durante el trayecto; ─hijita
sobre lo que te pasó con don Catarino es mejor callar, de esas cosas no se habla─, y a Chelito
le brotaron las lágrimas (Rosado, op. cit.: 70-73).
Sin embargo, mi abuela aprovecho la educación que le proporcionó su fami-
lia consanguínea, las clases particulares que recibió de niña en la rica hacienda
de los Ancona junto a sus primas y decidió estudiar para estenógrafa en una
academia de Mérida. Su calidad de pariente no reconocida que le impidió here-
dar y/u obtener una buena dote, la empujó a incorporarse al mundo laboral.
Primero como escribana en un juzgado y después, como secretaria particular
de un gobernador socialista. Ella fue pionera en el mundo laboral y político,
también de las primeras en subir su falda a media pantorrilla, maquillarse de
acuerdo a la moda de las mujeres modernas y lograr, siendo soltera, su autono-
mía económica.
202 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Finalmente, mi abuela contrajo matrimonio con mi abuelo, el hijo de


Remedios, un masón liberal, amante de la farándula, el menor de extensa fami-
lia de clase acomodada, que debido a su ideología no tuvo inconveniente alguna
para casarse con una mujer sin fortuna, pero que contaba con buena educación.
Con este tipo de historias marcadas por el rol de género que les tocó vivir a las
mujeres, lo que podemos concluir es que su vida nos explica el surgimiento de
otro grupo de féminas, al menos para el caso de Yucatán, que bajo circunstan-
cias difíciles y teniendo que enfrentar la violencia de género, abrieron también
los caminos para las siguientes generaciones de mujeres, en este caso en el
mundo laboral y político.
Por otra parte, con la historia de mi abuela campechana, nacida en 1890,
podemos entender cómo las mujeres, que en apariencia no rompieron las nor-
mas ni los estereotipos sobre lo femenino, no sólo lograron sobrevivir situacio-
nes desventajosas para su género sino incluso imponerse, al menos en el espació
doméstico. Lo que relato en mi libro Deshaciendo nudos, atendiendo a la narración
de mi abuela, doña Josefina Spinola, muestro un ejemplo de esta situación:
Apenas hubo contraído matrimonio, el abuelo Luis siguió el ejemplo de otros masones; se
empeñó en emancipar a su esposa del tutelaje de los sacerdotes, declarando la guerra eterna a
los explotadores de la conciencia humana. Pero doña Finita fue muy firme cuando le aclaró al
abuelo que acataba sus decisiones sobre los asuntos del orden público, estaba claro también que
él pudiera hacer con su vida lo que le viniera en gana, pero al cruzar el zaguán de la casa fami-
liar. En su hogar, sin disputas o discusiones, debía aceptar que ella era la reina, ama y señora.
Pero Finita al cabo indulgente y muy enamorada, acordó con su esposo Luis, educar a sus
hijos e hijas, en la creencia de un Dios todopoderoso, pero alejados de las prácticas; ya sea
ritos o tradiciones, vinculadas a fanatismos religiosos, propio de las personas “ignorantes” de
la ciencia y la razón. No obstante, dado que Finita fue educada bajo los preceptos del cristia-
nismo, le dejó también muy claro a su esposo que ella nunca abandonaría el rosario y de vez en
cuando, sin su compañía, asistiría a la iglesia. Escenificaron así lo sucedido en muchos hogares
de entonces, donde masones enlazados con católicas confluyeron en ambientes de encuentro entre
la ciencia y la religión, aun cuando el punto fuera ambiguo, no muy claro, ni preciso, pero
excluyente de prácticas populares como: asistir a procesiones, vestir cruces, comprar milagritos,
adorar santos, etc., etc., etc.
Un hecho significativo para ésta y otras historias es que los masones no incorporaron a las
mujeres a las logias hasta mucho tiempo después. Craso error, la tradición se impuso; los
asuntos del orden público correspondían únicamente a los hombres, pero en los hogares, ahí
mandaban las matriarcas. Los masones liberales no quisieron o no pudieron resolver la ecua-
ción; revolución en la calle, tradición y orden en la casa (Rosado, op. cit.: 105-107).
Deshaciendo nudos: La voz de las abuelas. Reseña de libro y comentarios • 203

Pero quizás lo que mejor sintetiza el pensamiento de muchas mujeres de


principios de siglo es el prontuario para esposas gozosas que elaboré basán-
dome en el pensamiento y los consejos que me dio mi abuela paterna y que reza:
Prontuario para esposas gozosas
• Dulce niña por favor entiende; el mundo en estos días no es del todo favorable para
una mujer, los hombres gozan de libertades que nosotras no, controlan la herencia, la
política, dictan la ley, y para colmo en la calle sobran las “otras”, dispuestas a servir
la segunda mesa.
• De tu futuro esposo no aspires a que por amor ceda las glorias que el mundo le otorgó,
aprende más bien a utilizar las tuyas a tu favor. Lo que te pido no es resignación.
Más bien aprovechar de la vida lo mejor, usar las armas que el Altísimo Señor nos
entregó, las mismas de las que ellos carecen en demasía; astucia, serenidad y valor.
• Comprende bien lo que te aconsejo; si quieres alcanzar la felicidad, haz de ti buena
estratega. No digas por entero lo que piensas o sientes, haz de tu corazón la tumba
sacrosanta de cualquier misterio que perturbe la tranquilidad; tuya, suya, vuestra.
Aparenta siempre ingenuidad, práctica bien los gestos, pero no olvides; en nuestro
caso ser crédula es el más caro pecado. Mantén por lo tanto el colmillo bien afilado.
• Desconfía siempre de quien a tu casa lleve malos informes de tu marido. Sean verí-
dicos o no lo sean, ten la certeza de que van tras el gozo de ver caer tus lágrimas,
por lo tanto arrastra de los cabellos hacia fuera de tu hogar a la canalla que intente
envenenar tu alma.
• No te hagas la vida difícil, da un buen consejo cuando te lo pidan, jamás compres
problemas ajenos, ni busques a sabiendas intrigas ni penas. Pero si te preguntan, no
dudes en buscar lo mejor de cada situación, las personas siempre agradecen ser acep-
tadas y salir de casa con un ramillete de esperanzas.
• Procura rodearte de personas de carácter jovial y págales con la misma moneda, te
aseguro que la felicidad es el mayor imán. No olvides; si logras, a pesar de las penas,
la alegría conservar en tu hogar, al llegar al final de tu vida, como en torno a rica miel,
libará a tu lado un enjambre de familia.
• No te preocupes en demasía por las cosas que no puedes cambiar, nunca serás feliz
añorando lo que es mejor olvidar. Sé experta en el arte de imponer tu voluntad úni-
camente en los asuntos que realmente importen y cuando sepas de antemano que en
algo pudieras modificar.
• Pero sobre todo, lo que nunca debes olvidar, como faro que alumbre tu vida, la
máxima de una mujer gozosa: Esta es la vida y hay que saberla vivir.
204 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

El prontuario también tiene un añadido que dice:


• Pero si cansada de las infidelidades de tu marido, decides agregar un poco de pimienta a
tu sábana, se discreta, que el rubor no coloree tus mejillas cuando indignada niegues la
falta. Un mundo que utiliza dos medidas y dos pesas para juzgar, bien merece recibir
una que otra mentirilla para cambiar las circunstancias (Rosado, op. cit. 102-104).
Por supuesto que el pensamiento de mi abuela, nacida en 1890, está muy
lejos de poder catalogarse de feminista, pero si tomamos en cuenta que tuvo
12 partos, educó 10 hijos e innumerables niet@s y bisniet@s hasta llegar a los
99 años en perfecto estado físico y mental y que el abuelo jamás cuestionó sus
decisiones domésticas y las relacionadas con la educación de sus hij@s, tendría-
mos que reconocer que fue una buena estratega.
Finalmente, queda expresar que gracias a ellas, mis ancestras, hoy puedo
decir con firmeza: De esas cosas sí se habla, se canta, se versa, se escribe, por-
que darle voz a las a las abuelas es la mejor manera de reconocerlas y visibili-
zarlas, pero sobre todo, porque las explicaciones que le dan sentido a nuestras
vidas y que nos permiten comprender cómo se ha construido nuestro ser y
deber femenino, no están muy lejos, están tan cerca como lo están ellas.
Deshaciendo nudos: La voz de las abuelas. Reseña de libro y comentarios • 205

Bibliografía
Cetina, Rita (1870) (editora). Revista La Siempreviva (1870-1872). Sección literaria.
Documento electrónico consultado en mayo de 2011 en: http://www.bibliote-
cavirtualdeyucatan.com.mx/archivos/periodicos/La_Siempreviva._Revista_
Quincenal/19_de_mayo_de_1870.pdf
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Talleres tipográficos del Ateneo Peninsular.
Gooffman, Erving (1989). La presentación de la persona en la vida cotidiana, Buenos Aires:
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Heller, Agnés (1972). Historia y vida cotidiana: aportación a la sociología socialista, Traducción de
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Lamaître, Monique J. (1998). Elvia Carrillo Puerto. La Monja Roja del Mayab, México:
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Menéndez, Rodolfo [1909] (2011). Rita Cetina Gutiérrez, Mérida, Yucatán, Imprenta
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Progreso y Recreo de Espita, Mérida, Yucatán: Talleres Gráficos de “La Revista de
Yucatán” y Talleres Tipográficos del Gobierno del Estado.
Pateman, Carol (1996). “Criticas feministas a la dicotomía publico/privado”. En: Carmen
Castell (compiladora) Perspectivas feministas en teoría feminista, Barcelona: Padiós.
Rosado y Rosado, Georgina (2014). Deshaciendo Nudos, Mérida, Yucatán: Cepsa Editorial.
Villagómez, Gina (2013). No es pecado envejecer: Pobreza y desigualdad social del adulto mayor,
México: Uady/ Porrúa.
AUTORAS Y AUTORES

Rosa Judith Rivera González


Licenciada en Trabajo Social por la Universidad de Colima (2004-2008), par-
ticipó como trabajadora social en una Casa Hogar del Adulto Mayor y actual-
mente labora en el Centro de Salud de Santa Catarina del estado de Guanajuato.
Correo electrónico: [email protected].

Elba Covarrubias Ortiz


Licenciada en Trabajo Social por la Universidad de Colima (1980-1985),
Maestría en Trabajo Social por la Universidad Autónoma de Nuevo León
(1999-2001). Mejor maestra de la Facultad de Trabajo Social en 8 ocasiones.
Escritora de diversos artículos de difusión y coautora de 4 capítulos y de 2
libros relacionados con familia y adultos mayores y cuenta con perfil Promep.
Correo electrónico: [email protected].

Mireya Patricia Arias Soto


Licenciada en Trabajo Social por la Universidad de Colima (1983-1988), Maestría
en Trabajo Social por la Universidad de Colima (2001-2003). Perfil Promep y
escritora de diversos artículos de difusión y coautora de libros relacionados con
familia y adultos mayores. Correo electrónico: [email protected].

Susana Aurelia Preciado Jiménez


Licenciada en Trabajo Social por la Universidad de Colima (1990), Maestría en
Estudios Latinoamericanos (1994), Tulane University, Nueva Orleans, Louisiana,
Estados Unidos de Norteámerica. Ph. D. en Estudios Latinoamericanos

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208 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

(1999), Tulane University, Nueva Orleans, Louisiana, Estados Unidos de


Norteámerica. Actualmente es Perfil Promep-Sep y pertenece al Sistema
Nacional de Investigadores. Correo electrónico: [email protected].

Gloria Herrera Correa


Médico Cirujano, Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de
Yucatán. Especialización en Docencia. Facultad de Educación de la Uady.
Diplomado en Nutrición Clínica. Instituto Politécnico Nacional. México D.F.
Maestría en Ciencias de la Salud, Rama Terminal en Investigación Clínica.
Facultad de Medicina de la Uady. Profesora de Carrera Titular de la Facultad
de Medicina de la Uady. Jefa del Departamento de Nutrición Humana y tras-
tornos del metabolismo. Facultad de Medicina. Uady. Directora de la Facultad
de Medicina de la Uady. Asesora de la Asociación Mexicana de Facultades y
Escuelas de Medicina. Asesora de la Comisión de Arbitraje Médico del estado
de Yucatán. Coautora de 14 artículos de investigación. Coautora de 5 libros
científicos y de divulgación

Lizbeth Teresita Marín Piña


Médico Cirujano. Aprobada con Distinción en la Especialización Gerencia
en Salud para Personas Mayores, avalada por La Organización Panamericana
de la Salud (Ops), el Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social
(Ciess) y la Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor (Alma).
Responsable Estatal del Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas
y Responsable Estatal del Programa de Atención al Envejecimiento en los
Servicios de Salud de Yucatán. Distinciones: 1er. Lugar a Nivel Nacional,
Como Líder Estatal del Programa de Atención al Envejecimiento 2006. 1er.
Lugar a Nivel Nacional, Como Líder Estatal del Programa de Atención al
Envejecimiento 2005. Dirección electrónica: [email protected]

Nelly Eugenia Albertos Alpuche


Profesora Investigadora Titular “A” de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Médico Cirujano, facultad de Medicina de la Universidad de Yucatán. Maestría
en Epidemiología, Universidad del Valle, Cali, Colombia. Especialización en
Gestión de Instituciones de Educación Superior, Inap – Anuies. Profesora de
licenciatura y posgrado en la Universidad Autónoma de Yucatán. Coordinadora
Autoras y autores • 209

académica del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” -


Unidad Biomédica, Universidad Autónoma de Yucatán, enero 1996 – febrero
2002. Jefa de la Unidad de Posgrado e Investigación, Facultad de Medicina,
Universidad Autónoma de Yucatán, enero 2002 – enero de 2010. Integrante
del Coesaen, del Consejo Académico, Facultad de Medicina, Uady desde 2010.
Directora de tesis de licenciatura, especialización médica y co-asesora de tesis
de Maestría. Participación en 15 publicaciones científicas.

Ramón Ignacio Esperón Hernández


Médico Cirujano con Maestría en Educación Superior. Candidato a Doctor en
Ciencias por la Universidad de Granada, España. Profesor de Carrera Titular.
Coordinador del Área Científica y de Titulación de la Facultad de Medicina
con Reconocimiento al Perfil Deseable para Profesores de Educación Superior.
Director de tesis de pre y posgrado. Miembro del Cuerpo Académico en Salud
Pública en el Programa de Investigación sobre Envejecimiento. Miembro del
Comité Estatal de Atención al Envejecimiento. Miembro Fundador de la Sección
Académica de Investigación en Educación Médica de la Asociación Mexicana
de Escuelas y Facultades de Medicina (Amfem). Evaluador de Educación
Superior a Distancia por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación
de la Educación Superior (Ciees). Evaluador por el Consejo Mexicano para la
Acreditación de la Educación Médica (Comaem). Ponente en foros de investi-
gación nacionales e internacionales, autor de artículos y capítulos de libro.

Susana Villasana Benítez


Doctora en Ciencias Sociales con especialidad en estudios de población por
el Colegio de la Frontera Norte. Investigadora del Instituto de Estudios
Indígenas de la Universidad Autónoma de Chiapas. Beneficiada del Programa
Institucional de Estímulos a Investigadores de Calidad, Pieic-Unach, convoca-
toria 2012. Correo electrónico: [email protected]

Mirta Flores Galaz


Licenciada en Psicología, maestría y doctorado en Psicología Social por la
Facultad de Psicología de la Unam. Profesora Investigadora Titular Facultad de
Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán a nivel licenciatura y pos-
grado. Investigador Nacional Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores.
210 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Tutora del Doctorado en Ciencias Sociales y tutora externa del Doctorado en


Psicología de la Unam. Co-fundadora y Presidente de la Asociación Mexicana
de Psicología Social. Secretaria Ejecutiva por México, Centroamérica y el
Caribe de la Sociedad Interamericana de Psicología (2005-2007). Representante
Nacional por México en la misma sociedad (2007-2009; 2009-2011; 2011-
2013). Miembro del comité editorial de la Revista de Psicología Social y de la
Personalidad, Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica,
Acta de Investigación Psicológica y Educación y Ciencia. Premio Dr. Rogelio
Díaz Guerrero a la Investigación Psicosocial y Etnopsicológica en 2006.
Profesor con Perfil deseable Promep-Sep desde 1999.

María de Lourdes Cortés Ayala


Licenciada en Psicología y Maestra en Psicología Educativa por la Universidad
Autónoma de Yucatán (Uady). Diplomada en Terapia Breve por la Facultad de
Psicología de la Uady y el Instituto de Terapias Breves A. C. y Especialización en
Psicología Clínica Infantil por la Facultad de Psicología de la Uady. Candidata a
Doctor en Psicología por la Universidad de Oviedo, España. Profesora Titular
en la Facultad de Psicología de la Uady, a nivel de licenciatura y posgrado
en el área de Desarrollo Humano y Psicología Social. Secretaria Académica
de la Facultad de Psicología (1992-1995). Vocal del Colegio de Psicólogos del
Estado de Yucatán A. C. (2003-2005) y Vicepresidenta del mismo (2005-2007).
Ha dirigido 15 tesis de Licenciatura y 20 tesis de Maestría. Miembro de la Red
de Cultura y Personalidad y de la Red Cumex. Profesor con Perfil Deseable
Promep-Sep (1996- ).

Lizbeth Padrón Aké


Licenciada en Enfermería, Maestra en Educación Superior, Profesor Titular
de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán a nivel
de licenciatura y posgrado. Ponente en foros académicos locales y nacionales.
Investigador anfitrión de la Academia Mexicana de la Ciencia y del Programa
de Impulso y Orientación a la Investigación de la Universidad Autónoma de
Yucatán, ha dirigido 65 tesis de licenciatura y participado en proyectos de
investigación relacionados con “Morbilidad Infantil”, “Diabetes Mellitus”
Hipertensión Arterial”, “Problemas de mala alimentación” y “Adicciones”.
Autoras y autores • 211

Actualmente es evaluador externo y Secretaria del Consejo Mexicano para la


Acreditación de Enfermería, AC.

Ligia Maria Rosado Alcocer


Licenciada en Enfermería, Especialista en Salud Pública, Profesora de Carrera
Asociado “A” Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería de la Universidad
Autónoma de Yucatán a nivel de licenciatura. Asesora de tesis de licenciatura.
Coautode artículos de investigación y capítulos de libros relacionados con la
mortalidad materna. Ponente en diversos foros académicos locales, naciona-
les e internacionales. Colaboradora de proyectos de investigación relaciona-
dos con Alimentación en preescolares en la Facultad de Enfermería, Seguridad
Alimentaria en unidades productivas rurales con el inifap, Mortalidad Materna
en el CIR Dr. Hideyo Noguchi, así como el proyecto de Rickettsiosis con esta
última institución.

Jennifer del Socorro Rodríguez Llanes


Estudiante de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Autónoma de.
Yucatán. Segundo lugar en el Seminario de Investigación en la Universidad
Autónoma de Yucatán.

Natalia de Jesús Cimé Canul


Licenciada en Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).
Segundo lugar en el Seminario de Investigación en la Universidad Autónoma
de Yucatán. Colaboradora en el Programa “Hoy en tu comunidad” de la Uady.

Selmy Alejandra Velázquez Aldana


Estudiante de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Autónoma de
Yucatán. Segundo lugar en el Seminario de Investigación en la Universidad
Autónoma de Yucatán. Segundo lugar en el Concurso sobre adultos mayores
de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) con el
tema: Discriminación hacia el adulto mayor. Integrante del equipo de investiga-
ción sobre serotipos de Dengue en las comunidades de Maxcanú, Yucatán y la
colonia Vergel en Mérida, Yucatán.
212 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Damaris Estrella Castillo


Licenciada en Ciencias Antropológicas y Psicología. Especialidad en
Antropología Social. Maestra en Educación Especial. Profesora titular de la
Licenciatura en Rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad
Autónoma de Yucatán. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores Nivel
1. Cuenta con el Perfil Promep-Sep. Autora de libros. Autora y coautora de
ochos publicaciones nacionales e internacionales en el período 2009-2013.
Ponente en foros académicos nacionales e internacionales en el área de su
especialidad en número de treinta y cuatro ponencias en los últimos tres años.
Correo electrónico: [email protected]

Reyna Cruz Bojórquez


Licenciada en Nutrición por la Universidad Veracruzana. Especialista en
Docencia y Maestra en Educación Superior por la Universidad Autónoma de
Yucatán. Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Universidad
de León, España. Profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad
Autónoma de Yucatán. Responsable del Seguimiento de Egresados y Mercado
Laboral de la Licenciatura en Nutrición. Coautora de tres libros sobre nutrición
y autora y coautora de cinco artículos científicos y de divulgación en los últimos
cinco años. Correo electrónico: [email protected]

Héctor Rubio Zapata


Médico Cirujano. Diplomado en Medicina Estética. Maestría en Ciencias
Morfológicas. Doctor en Ciencias, especialidad en Neurobiología Celular
y Molecular. Profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad
Autónoma de Yucatán a nivel licenciatura y posgrado. Coordinador del Posgrado
Institucional en Ciencias de la Salud (2013-actual). Autor y coautor de artículos
a nivel internacional y nacional en el área de su especialidad. Ponente en foros
académicos nacionales e internacionales en número de dieciséis en los últimos
dos años.

Pedro Sánchez Escobedo


Pertenece desde 1996 al Sistema Nacional de Investigadores de México
(actualmente en el nivel II) y miembro fundador del Consejo Mexicano de
Autoras y autores • 213

Investigación Educativa.  Ha sido responsable de diversos proyectos de inves-


tigación, por los que ha recibido apoyo estatal, federal e internacional.  A la
fecha ha publicado 5 libros, más de 100 artículos originales de investigación en
revistas arbitradas y ha sido invitado como profesor en varias Universidades
públicas y privadas de México y el extranjero. Sus áreas de interés académico
son el desarrollo de talentos mediante investigación y proyectos de interven-
ción con niños sobresalientes.

Javier Vales García


Licenciado en Psicología por la Universidad de Monterrey, Maestro en Docencia
e Investigación Educativa por el Instituto Tecnológico de Sonora y Doctor
en Educación con especialidad en Tecnología Instruccional y Educación a
Distancia por la Nova Southeastern University de Florida. Profesor investiga-
dor Titular “C” del departamento de psicología del Instituto Tecnológico de
Sonora y líder del Cuerpo Académico: Actores y Procesos Psicoeducativos.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 1 y del Comie. Autor de
libros y artículos científicos en el campo de la psicología educativa.

Christian Oswaldo Acosta Quiroz


Licenciado en Psicología Clínica por el Instituto Tecnológico de Sonora
(Itson). Maestro en Psicología con especialidad en Medicina Conductual en la
Universidad Nacional Autónoma de México (Unam). Doctor en Psicología con
especialidad en Psicología de la Salud en la Unam. Medalla de Plata “Alfonso
Caso” como reconocimiento por haber sido el graduado más distinguido en
la Generación 2006-2010 del Programa de Doctorado en Psicología. Tercer
lugar en el Premio Nacional de Investigación Clínica sobre Envejecimiento,
otorgado por el Instituto Nacional de Geriatría. Actualmente es Profesor-
Investigador de Tiempo Completo en el Itson Unidad Navojoa, donde imparte
clases en licenciatura y maestría. Ha publicado diversos artículos científi-
cos en revistas indizadas y libros en editoriales reconocidas. Finalmente, es
miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Sni), de la Red Temática de
Investigación “Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social” del Conacyt y del
Cuerpo Académico “Actores y Procesos Psicoeducativos” del Itson.
214 • Tercera Edad. Múltiples perspectivas y retos para el futuro

Ligia Vera Gamboa


Médica Cirujano egresada de la Facultad de Medicina y Especialista en Docencia
por la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Maestría en Sexología Clínica y Maestría en Sexología Educativa y Manejo y
Sensibilización de Grupos por el Instituto Mexicano de Sexología. Profesora
Investigadora Titular en el Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo
Noguchi de la Uady. Catedrática en las Facultades de Medicina y Enfermería de
la Uady. Profesora del Centro de Estudios Superiores en Sexualidad. Asesora
de tesis de licenciatura y posgrado. Autora y coautora de artículos nacionales
e internacionales y capítulos de libros en las áreas de VIH, sexualidad, género,
violencia y salud sexual entre otros. Activista en la lucha contra el Sida.

Garbiñe Delgado Raack


Es miembro de la Red de diálogos productivos donde ha cursado un Diplomado
en Psicología por la Justus Liebig Universitaet de Giessen, Alemania. Es maes-
tra en Psicoterapia por el Instituto Kanankil de Mérida, Yucatán. También ha
estudiado Educación social en la UPV-EHu y el máster ofrecido por la escuela
vasco navarra en terapia familiar y el hospital de Sant-Pau titualo “Experta en
intervenciones sistémicas” en prácticas dialógicas. También realizó formación
en temas de género y con el Taos Intitute así como con el Houston-Galveston
Institute en el Certificado internacional en prácticas colaborativas. Cursó el
Diplomado de actualización profesional “Debates y desafíos feministas en
los estudios de género; representaciones sociales, género y vulnerabilidad”,
Cephcis–Unam. Sus áreas de trabajo han estado relacionadas con la psicología
social y comunitaria.

Helga Raack Knodel


Mujer de 72 años madre de su coautora Garbiñe Delgado Raack. Vive en
Ajangiz, una pequeña localidad del País Vasco, España. Ella es de origen ale-
mán. Nació en plena II Guerra Mundial y en cuanto pudo salió de su país
para conocer otros lugares del mundo y estudiar enfermería. Entre otros luga-
res residió en Inglaterra, Estados Unidos y Panamá. Fue allá donde conoció a
Víctor, su esposo, con quien tras casarse siguió viajando y residiendo durante
unos años en Ecuador y Alemania hasta que en 1979 se trasladaron definitiva-
mente al País Vasco.
Autoras y autores • 215

Georgina Rosado Rosado


Es Maestra en Antropología Social por el Colegio de Michoacán. Profesora
Investigadora Titular de la Universidad Autónoma de Yucatán desde hace más
de 30 años, donde ha realizado diversas investigaciones sobre la mujer y las
relaciones de género e  impartido diversos  cursos y talleres con este enfo-
que. Autora y coordinadora de diversos libros sobre la mujer, relaciones de
género, etnia maya, violencia y discriminación, sexualidad y trabajo, entre otros
temas. Es conferencista y activista por los derechos humanos de las mujeres.

Gina Villagómez Valdés


Es Doctora en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana (2002).
Profesora Investigadora Titular del Centro de Investigaciones Regionales Dr.
Hideyo Noguchi de la Universidad Autónoma de Yucatán desde 1982. Ha rea-
lizado investigaciones y publicado artículos y 10 libros sobre mujeres, violen-
cia, familia, noviazgo, masculinidades, relaciones de género y vejez. Ha pre-
sentado ponencias en diversos foros académicos nacionales e internacionales.
Conferencista y activista por los derechos humanos de las mujeres y la gente
mayor. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II y cuenta
con el Reconocimiento Promep-Sep.
Tercera Edad
Múltiples perspectivas y retos para el futuro
se imprimió en los talleres de
Compañía Editorial de la Península, S.A. de C.V.
calle 38 No. 444 C x 23 y 25, colonia Jesús Carranza
Mérida, Yucatán, México C.P. 97109
Tels. (999) 9266153 y 9266143
[email protected]

El tiraje fue de 500 ejemplares.


Para los interiores se usó papel cultural crema de 75 gramos.
y para la cubierta, cartulina sulfatada de 14 puntos.
Se terminó en noviembre de 2014.
Impreso en Mérida, México
Printed in Merida, Mexico

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