Sentencia CC 2837-2006 Escuchas Telefonicas
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INCONSTITUCIONALIDAD GENERAL
EXPEDIENTE 2837-2006
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, INTEGRADA POR LOS MAGISTRADOS
MARIO PEREZ GUERRA QUIEN LA PRESIDE, GLADYS CHACON CORADO,
JUAN FRANCISCO FLORES JUAREZ, ROBERTO MOLINA BARRETO,
ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE, CARLOS ENRIQUE LUNA VILLACORTA Y
JORGE MARIO ÁLVAREZ QUIRÓS: Guatemala, quince de enero de dos mil
ocho
Se tiene a la vista para dictar sentencia, el planteamiento de
inconstitucionalidad general de los artículos 4 de la Ley de la Dirección General de
Inteligencia Civil; y 18, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63,
64, 65, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada promovido
por Marie Claire Palacios Boeufgras, Debora María Ponce Ogaldez e Inés María Cruz
García, quienes unificaron personería en la ultima de las mencionadas. Las solicitantes
actuaron con el auxilio de los abogados Luis Pedro Álvarez Morales, Julio Roberto
García-Merlos García y Sandra Patricia García Ponce de Zedán.
ANTECEDENTES
I. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA IMPUGNACIÓN
Las solicitantes de la inconstitucionalidad afirman que los artículos 4 de la Ley
de la Dirección General de Inteligencia Civil, decreto 71-2005 del Congreso de la
República; y 18, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65,
66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada, decreto 21-2006
del Congreso de la República, violan el texto constitucional por las razones siguientes:
A) Ley de la Dirección General de Inteligencia Civil, el nueve de noviembre de
dos mil cinco, fue publicado en el Diario Oficial el decreto 71-2005 del Congreso de la
República (Ley de la Dirección General de Inteligencia Civil), entrando en vigencia el
diecisiete de noviembre de ese año, la cual colisiona el artículo 4 de dicha ley con el
artículo 24 de la Carta Magna, que comprende dos supuestos diferentes e
independientes: la primera, trata sobre la inviolabilidad de la correspondencia, de
documentos y libros, en la cual se entiende que aquellos podrán revisarse únicamente
por resolución firme dictada por Juez competente y con las formalidades legales; la
segunda, se garantiza el secreto de la correspondencia y comunicaciones telefónicas,
radiofónicas, cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna. Dicha garantía
–de inviolabilidad de las comunicaciones telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros
productos de la tecnología moderna- es absoluta y no acepta excepción alguna. La
intención del legislador es la garantía del secreto de las comunicaciones. Por lo tanto,
existe una prohibición expresa en la Constitución Política de la República de Guatemala
en cuanto a las escuchas o intervenciones telefónicas, medida que
inconstitucionalmente intenta introducir el artículo 4 de la Ley de la Dirección General
de Inteligencia Civil. En tal sentido, el artículo en mención autoriza al Ministerio
Público, con autorización judicial, intervenir temporalmente comunicaciones
telefónicas, radiofónicas electrónicas y similares. Esta autorización, sin importar el
procedimiento que deba seguirse, sigue siendo inconstitucional, violando la jerarquía
de la Constitución por encima de cualquier norma. La primera oración de dicho artículo
establece que la medida será llevada a cabo “(…) en los casos donde existen indicios
de actividades del crimen organizado con énfasis en la narcoactividad y la delincuencia
común (…)”. Es de notar que ninguna ley del ordenamiento jurídico guatemalteco,
establece una definición clara sobre lo que son “indicios de actividades del crimen
organizado con énfasis en la narcoactividad y la delincuencia común”. Esto da lugar a
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de derecho, razón por la cual se reitera que no debe de ser violado por ninguna norma
inferior. En adición a ello, y citando otro tratado internacional, la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, en su artículo 12 establece: “(…) Nadie será objeto de
injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia,
ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la
protección de la ley contra tales injerencias o ataques (…)” , por lo que se aprecia la
garantía a la vida privada de las personas, razones por las cuales tanto la Ley Contra la
Delincuencia Organizada como la Ley de la Dirección General de Inteligencia Civil,
violan con sus disposiciones relativas a la intervención de las llamadas telefónicas,
radiofónicas y similares, de una manera arbitraria e injusta, la privacidad de las
personas, tergiversando y limitando de tal manera sus derechos individuales
fundamentales, sin importarle el derecho humano de privacidad y respeto al secreto de
las comunicaciones. B.1) Artículo 18 de la Ley Contra la Delincuencia
Organizada: dicha norma indica: “(…) Mientras no exista persona ligada a proceso
penal, no se tendrá acceso a las actuaciones realizadas por los agentes encubiertos, a
las intercepciones de las comunicaciones y a las entregas vigiladas. Estas diligencias
únicamente pueden ser conocidas por el Fiscal General de la República y Jefe del
Ministerio Público o en su caso por el Juez contralor, los fiscales encargados del caso y
quienes intervienen en la realización de las mismas (…)”, la finalidad de esta
disposición, es la absoluta reserva de la información obtenida por parte de las
autoridades competentes. Esto conlleva, a que una persona, sin estar formalmente
ligada a procedimiento penal alguno, pueda ser sujeto de investigaciones secretas, de
las que no tenga conocimiento, y por lo tanto no podrá tener acceso de las mismas, ni
ejercer su derecho de defensa. Se veda al sindicado del derecho que le confiere la
Constitución Política de la República de Guatemala de una debida defensa y publicidad
del procedimiento que se esté llevando en su contra (artículos 12 y 14
constitucionales). Los tratados internacionales y la Constitución Política de la República
de Guatemala son claros e imperativos al garantizar el derecho humano de defensa en
todo procedimiento, lo cual es superior en todo sentido a una ley ordinaria; B.2)
Artículos 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65,
66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada: El
capítulo tercero del título tercero del decreto 21-2006 del Congreso de la República,
desarrolla como método especial de investigación, las intercepciones telefónicas y otros
medios de comunicación. i) el artículo 48, especifica que las intercepciones pueden ser
a “(…) comunicaciones orales, escritas, telefónicas, radiofónicas, informáticas y
similares que utilicen el espectro electromagnético, así como cualesquiera de otra
naturaleza que en el futuro existan (…)”, la Carta Magna de ninguna forma permite la
intercepción de comunicaciones telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros
productos de la tecnología moderna como lo pretende la ley en cuestión, esto según lo
establecido en el artículo 24 constitucional; ii) los artículos 49, 50, 51, 52, 53 y 54
desarrollan el artículo 48 mencionado, con los procedimientos para llevar a cabo las
intercepciones a las comunicaciones, razón por la cual como consecuencia de ello,
deben ser declarados inconstitucionales aplicando los mismos argumentos y
razonamientos ya desarrollados en esta acción; iii) el artículo 55, establece que el
órgano competente para la intercepción de las comunicaciones será el “(…) personal
especializado de la Policía Nacional Civil, quienes serán periódicamente evaluados con
métodos científicos para garantizar su idoneidad en el ejercicio de actividades. Para el
efecto, el Ministro de Gobernación deberá conformar un equipo especial de técnicos
que serán destinados exclusivamente para la realización de dichas funciones (…)”, si el
órgano encargado de la investigación de delitos es el Ministerio Público, por mandato
constitucional (artículo 251 de la Carta Magna), porqué se le otorga esa facultad a la
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Policía Nacional Civil, además de violar la garantía del secreto de las comunicaciones,
se le está facultando a una institución auxiliar de la justicia la función de interceptar las
comunicaciones para ser usadas en juicio como medio probatorio. La Policía Nacional
Civil, debe de velar por la seguridad pública, no deben de adicionársele funciones de
este tipo, puesto que podría dar lugar a eventuales irregularidades, por lo que debe
declararse inconstitucional; iv) en relación al artículo 56, dicha disposición obliga a las
empresas privadas a prestar auxilio para violar el secreto de las comunicaciones, lo que
contraviene los artículos 24 y 43 constitucionales; v) respecto a los artículos 57, 58 y
59, que se refieren al control judicial, duración de la medida e informes que se deben
de prestar en relación a las comunicaciones, señalaron nuevamente el procedimiento
ilegal de intervenciones de las comunicaciones que se ha desarrollado previamente,
por lo que deben declararse inconstitucionales como consecuencia directa de la
declaración de inconstitucionalidad de las normas que le preceden; vi) el artículo 60,
regula la trascripción de las comunicaciones y de cómo constituyen prueba las
grabaciones o resultados directos de las intercepciones, esta norma contradice el
tercer párrafo del artículo 24 de la Constitución Política de la República de Guatemala,
el que literalmente indica “(…) los documentos o informaciones obtenidas con violación
de este artículo no producen fe ni hacen prueba en juicio (…)”, se nota entonces la
violación al principio constitucional, tratando de usar la Ley Contra la Delincuencia
Organizada como prueba, dentro de un proceso, la información obtenida con violación
a la garantía de inviolabilidad al secreto de las comunicaciones telefónicas,
radiofónicas, cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna, plasmada en el
artículo constitucional citado; vii) el artículo 61, limita el derecho de defensa (artículo
12 constitucional) de la persona a quien va dirigida la intercepción de las llamadas
telefónicas, la norma que literalmente indica “(…) Para garantizar el derecho de
defensa, las grabaciones podrán ser revisadas por la persona que ha sido objeto o
blanco de ellas a partir de la primera declaración de dicha persona en los tribunales
correspondientes (…)”, busca disfrazar la garantía de defensa del imputado y la
publicidad del proceso, se nota claramente que no es sino hasta su primera declaración
ante tribunal competente que puede tener acceso a dichas pruebas que son usadas en
su contra. El precepto constitucional plasmado en el artículo 14 constitucional es lo
suficientemente explícito al establecer que “(…) El detenido, el ofendido, el Ministerio
Público y los abogados que hayan sido designados por los interesados, en forma verbal
o escrita, tienen derecho de conocer personalmente, todas las actuaciones,
documentos y diligencias penales, sin reserva alguna y en forma inmediata (…)”, por lo
que el texto constitucional es claro al referirse a todas las diligencias y en forma
inmediata, razón por la cual, debería tomarse en cuenta en la Ley Contra la
Delincuencia Organizada, que quien esté siendo sometido a investigaciones, tiene
derecho a conocer todas las diligencias, en cualquier momento del procedimiento,
incluso antes de prestar su primera declaración para garantizar su derecho de defensa
y conocer cuáles son las pruebas que serán usadas en su contra; viii) los artículos 62
y 63, regulan lo relacionado a la violación a las formalidades de las intercepciones
establecidas por la Ley Contra la Delincuencia Organizada, así como el procedimiento
en caso de que dentro esas interceptaciones exista un hallazgo inevitable de otro
hecho delictivo, como consecuencia de esa medida. En relación a esos artículos, es
necesario tomar en cuenta todos los argumentos presentados con anterioridad; ix) los
artículo 64 y 65, regulan lo relativo al registro, conservación y archivo de las decisiones
judiciales, así como la destrucción de los mismos al cabo de un año después de
finalizada la persecución penal o de la ejecución de la sentencia, en tal sentido: a) en
relación a las decisiones judiciales sobre las solicitudes que le presente el Ministerio
Público de realizar intercepciones, la ley establece que “(…) únicamente al fiscal
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irregularidades dentro del proceso penal, por lo que debe declararse inconstitucional; Al
respecto, la interpretación que debe darse a la norma que se analiza debe hacerse en
forma integral y no aislada como pretenden las accionantes, pues como lo señalan, la
Policía Nacional Civil es un ente auxiliar del Ministerio Público, que colabora en la
investigación de hechos delictivos y como tal, siempre estará bajo la coordinación y
supervisión –en materia de investigación- del Ministerio Público. Intentar hallar un sesgo
de inconstitucionalidad a tal disposición es improcedente por tal razón; iv) las
accionantes denuncian la violación del artículo 43 constitucional que reconoce la libertad
de industria, comercio y trabajo por parte del artículo 56 de la Ley Contra la
Delincuencia Organizada, que obliga a empresas privadas a prestar auxilio y con ello
violentar el secreto de las comunicaciones, siendo que ninguna ley puede privar dicha
libertad y mucho menos obligársele a prestar auxilio a entidades estatales en detrimento
de garantías constitucionales; de tal cuenta es de indicar que la misma norma
constitucional –artículo 43- hace referencia a que es reconocida la libertad de industria,
de comercio y de trabajo, salvo las limitaciones que por motivos sociales o de interés
nacional impongan las leyes. En el presente caso, como ya se argumentó anteriormente,
el interés social impone a este derecho constitucional tal limitación, lo que hace
improcedente la impugnación de inconstitucional del artículo denunciado; v) Se señala
de inconstitucional el artículo 60 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada, porque
permite usar como prueba dentro del proceso la información obtenida con violación a la
garantía de inviolabilidad al secreto de las comunicaciones telefónicas, radiofónicas,
cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna. Asimismo, argumentan que
el artículo 61 de la misma ley limita el derecho de defensa de la persona a quien
interceptan las comunicaciones, pues no es sino hasta la primera declaración ante
tribunal competente que puede tener acceso a las pruebas en su contra; en tal sentido,
es de indicar que lo que inspira a este artículo es la proyección hacia el combate frontal
contra el crimen organizado. Tal proyección encuentra apoyo en elementos del orden
social y de justicia que garantizan la propia Constitución. Es decir, el interés de unos
pocos no puede ir en detrimento del interés social cuyo resguardo se encuentra a cargo
del Estado y que como en el presente caso, es un coadyuvante en el combate contra la
delincuencia y beneficio para la seguridad de sus habitantes, es por ello y porque el
principio de inocencia se encuentra consagrado en la Carta Magna y que prevalece en
todo proceso legal, que el vicio de inconstitucionalidad denunciado no existe y de ahí, su
improcedencia; vi) atendiendo a la denuncia realizada contra los artículos 48, 49, 50,
51, 52, 53, 54, 57, 58, 59, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la
Delincuencia Organizada, las interponentes estiman que son inconstitucionales; sin
embargo, son varias las sentencias dictadas por la Corte de Constitucionalidad en donde
se ha estimado que quienes planteen acciones de inconstitucionalidad de carácter
general están obligados a señalar con precisión la confrontación que pudiera existir
entre la norma denunciada con el artículo constitucional, para con ello entrar al análisis
y determinación subsiguiente de la inconstitucionalidad o no de los artículos que se
denuncian como tales. Es por ello, que al no existir tal confrontación de los artículos
citados con las normas constitucionales, se hace imposible emitir una declaratoria de tal
tipo. Solicitó que se declare sin lugar la inconstitucionalidad. B) El Ministerio Público
indicó: i) las accionantes argumentan que las normas impugnadas contravienen los
artículos 12, 14, 24 y 251 de la Constitución Política de la República de Guatemala, y
refieren que el artículo 4 del decreto 71-2005 del Congreso de la República contraviene
el artículo 24 constitucional, que garantiza el secreto de la correspondencia y
comunicaciones telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros productos de la
tecnología moderna, garantía que es absoluta y no acepta excepción alguna; sin
embargo la norma legal ordinaria cuestionada permite expresamente al Ministerio
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de la Policía Nacional Civil, que de conformidad con la ley, constituye una institución
auxiliar en la investigación; si bien es cierto que la norma enjuiciada establece que la
interceptación, grabación y reproducción de las comunicaciones a las que se refiere el
artículo 48 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada, será realizada por personal
especializado por la Policía Nacional Civil, también lo es que dicho personal no llevará a
cabo esa operación en forma independiente, sino bajo el control que la misma ley
establece, el cual esta a cargo del Ministerio Público como ente responsable de la
investigación penal, de conformidad con el artículo 251 constitucional; iv) señalan que
el artículo 56 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada, obliga a las empresas
privadas a prestar auxilio para violentar el secreto de las comunicaciones, lo que
contraviene el artículo 43 de la Carta Magna que reconoce la libertad de industria,
comercio y trabajo, por lo que una ley no debe privar dicha libertad y mucho menos
obligar a prestar servicios y auxilio a entidades estatales para que puedan realizar su
labor en detrimento de garantías constitucionales; sobre el particular, la norma
constitucional no sufre vulneración, ya que la misma norma establece limitaciones a la
libertad de industria, comercio y trabajo, por motivos de interés social o nacional que
impongan las leyes, precisamente el artículo 56 de la Ley Contra la Delincuencia
Organizada establece limitación a esta garantía y lo hace por motivos de interés social,
como lo es la investigación criminal, nuevamente cabe hacer mención aquí lo relativo a
la garantía establecida en la norma constitucional referida no es absoluta, por lo tanto
puede ser limitada en la forma que la norma impugnada lo establece con el fin que el
Estado cumpla con el bien común que le impone el artículo 1 constitucional; v) las
requirentes indican que el artículo 60 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada,
porque permite usar como prueba dentro de un proceso, información obtenida con
violación a la garantía de inviolabilidad al secreto de las comunicaciones telefónicas,
radiofónicas, cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna. Estiman que el
artículo 61 limita el derecho de defensa de la persona a quien va dirigida la
interceptación de las llamadas, pues es hasta la primera declaración ante el tribunal
competente que puede tener acceso a las pruebas usadas en su contra, también
contraviene el artículo 14 constitucional, el cual garantiza que quien está siendo
sometido a investigación pueda conocer todas las diligencias, en cualquier momento del
procedimiento, incluso antes de prestar su primera declaración, para garantizar su
derecho de defensa y conocer cuáles son las pruebas que serán usadas en su contra;
De tal cuenta, el Ministerio Público, estima que con relación al artículo 24 constitucional
protege la “inviolabilidad de correspondencia, documentos y libros” se hace necesario e
imperativo que en ciertas ocasiones se rompa la garantía del secreto de las
comunicaciones telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros, en resguardo de los
habitantes de Guatemala; vi) en relación a los artículos 49, 50, 51, 52, 53, 54, 57, 58,
59, 64, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada, indicó que
no es posible efectuar el análisis correspondiente, ya que no existe la parificación que el
artículo 135 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad requiere,
pues no puede tomarse en cuenta argumentos relativos a impugnación de otras normas
y las accionantes están obligadas conforme a la ley de la materia a motivar
suficientemente cada una de las impugnaciones que plantean. Solicitó que se declare sin
lugar la inconstitucionalidad.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
No hubo.
CONSIDERANDO
-I-
La Constitución Política de la República de Guatemala establece en el artículo
268 que la Corte de Constitucionalidad es un tribunal permanente de jurisdicción
Expediente 2837-2006 9
privativa, cuya función esencial es la defensa del orden constitucional, que actúa como
tribunal colegiado con independencia de los demás organismos del Estado y ejerce
funciones específicas que le asigna la Constitución y la ley de la materia. Por su parte, el
artículo 267 constitucional establece que compete a esta Corte, como Tribunal Supremo
en materia de constitucionalidad, conocer de las acciones contra leyes, reglamentos o
disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o total de
inconstitucionalidad, a efecto de establecer si existe contradicción entre las normas
denunciadas de inconstitucionalidad y las disposiciones fundamentales contenidas en la
Constitución que el accionante haya indicado, debiendo expulsar del ordenamiento
jurídico aquellas disposiciones ordinarias que violen, disminuyen o tergiversen los
preceptos constitucionales. Por el contrario si no se advierte choque entre las normas
ordinarias y las de rango constitucional, la solicitud de inconstitucionalidad debe ser
declarada sin lugar, manteniéndose incólume la vigencia de aquéllas.
-II-
Por razones de orden técnico, esta Corte se pronunciará en primer término sobre
la Ley de la Dirección General de Inteligencia Civil, y en segundo sobre la Ley Contra la
Delincuencia Organizada.
Las accionantes señalan de inconstitucional el artículo 4 de la Ley de la Dirección
General de Inteligencia Civil, decreto 71-2005 del Congreso de la República, indicando
que colisiona con el artículo 24 de la Carta Magna, que a su juicio contiene dos
supuestos diferentes e independientes: el primero, trata sobre la inviolabilidad de la
correspondencia, de documentos y libros, en la cual se entiende que aquellos podrán
revisarse únicamente por resolución firme dictada por Juez competente y con las
formalidades legales; y el segundo, en la garantía del secreto de la correspondencia y
comunicaciones telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros productos de la
tecnología moderna.
Dicha garantía -de inviolabilidad de las comunicaciones telefónicas, radiofónicas,
cablegráficas y otros productos de la tecnología moderna- es absoluta y no acepta
excepción alguna. Refieren que la intención del legislador es la garantía del secreto de
las comunicaciones. De tal cuenta existe una prohibición expresa en la Constitución
Política de la República de Guatemala en cuanto a las escuchas o intervenciones
telefónicas, medidas que inconstitucionalmente intenta introducir el artículo 4 de la Ley
de la Dirección General de Inteligencia Civil, puesto que la norma ordinaria permite al
Ministerio Público, con autorización judicial, el intervenir temporalmente comunicaciones
telefónicas, radiofónicas, electrónicas y similares. La autorización judicial a la que se
hace referencia, sin importar el procedimiento que deba seguirse, es inconstitucional,
violando la jerarquía de la Constitución por encima de cualquier norma. La primera
oración de dicho artículo establece que la medida será llevada a cabo “(…) en los casos
donde existen indicios de actividades del crimen organizado con énfasis en la
narcoactividad y la delincuencia común (…)”, es de notar que ninguna ley del
ordenamiento jurídico guatemalteco establece una definición clara sobre lo que son:
“indicios de actividades del crimen organizado con énfasis en la narcoactividad y la
delincuencia común”. Por lo que se pueden cometer arbitrariedades, ya que quedaría a
criterio del Ministerio Público determinar cuáles son esos indicios, lo que daría lugar a
que se utilice como un instrumento de coerción de hechos no necesariamente delictivos,
que por criterio arbitrario del ente encargado de la persecución penal se consideraren
como tales.
El hecho es que las llamadas y comunicaciones de “cualquier persona” que sean
consideradas “sospechosa”, podrían ser intervenidas u objeto de investigación, sin ni
siquiera haber cometido delito alguno y ser calificada como parte del “crimen
organizado” sin haber sido citada, oída y vencida en juicio alguno, tal como lo preceptúa
Expediente 2837-2006 10
Las accionantes reprochan de inconstitucionales los artículos 18, 48, 49, 50, 51,
52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley
Contra la Delincuencia Organizada, decreto 21-2006 del Congreso de la República.
Refieren que dicha ley tiene como finalidad el combate a la delincuencia organizada, sin
embargo, eso no justifica la violación a garantías constitucionales fundamentales como
el derecho de defensa, la publicidad del proceso y la garantía del secreto de las
comunicaciones telefónicas, radiográficas, cablegráficas y otros productos de la
tecnología moderna, siendo aplicables los argumentos y razonamientos vertidos en la
presente acción y específicamente los siguientes:
Indicaron que previo a analizar los artículos de la ley referida que viola la
Constitución Política de la República de Guatemala, hicieron referencia a la exposición
de motivos de la ley en cuestión, la cual establece: “(…) Que la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, suscrita por
Guatemala con fecha 12 de diciembre del 2000 y aprobada mediante el decreto número
36-2003, tiene como propósito promover la cooperación para prevenir y combatir
eficazmente la delincuencia organizada transnacional, comprometiéndose el Estado de
Guatemala a adoptar las medidas legislativas correspondientes a efecto de combatir y
erradicar la delincuencia organizada, estableciéndose mecanismos especiales de
investigación (…)”. Por lo que al consultar la Convención mencionada, es de notar que
en su artículo 34 inciso primero claramente indica: “(…) Cada Estado Parte adoptará de
conformidad con los principios fundamentales de su derecho interno, las medidas que
sean necesarias, incluidas medidas legislativas y administrativas, para garantizar el
cumplimiento de sus obligaciones con arreglo a la presente convención (…)”; en ese
sentido, se nota claramente, que dichas medidas deben de ir en concordancia al
derecho interno, y cuando éstas violen este derecho, tal y como se presenta en el caso
de las intervenciones a las llamadas telefónicas, no deberán de ser aplicadas. Claro está,
que el secreto de las llamadas telefónicas, radiofónicas, cablegráficas y otros productos
de la tecnología moderna constituyen una garantía plasmada en la Constitución Política
de la República de Guatemala y aún más que una garantía, un principio fundamental en
todo Estado de derecho, razón por la cual se reitera que no debe de ser violado por
ninguna norma inferior. En adición a ello, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, en su artículo 12 establece: “(…) Nadie será objeto de injerencias arbitrarias
en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su
honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra
tales injerencias o ataques (…)”, se aprecia la garantía a la vida privada de las personas,
por lo tanto que la Ley Contra la Delincuencia Organizada como la Ley de la Dirección
General de Inteligencia Civil, violan con sus disposiciones relativas a la intervención de
las llamadas telefónicas, radiofónicas y similares, de una manera arbitraria e injusta la
privacidad de las personas, tergiversando y limitando de tal manera sus derechos
individuales fundamentales, sin importarle el derecho humano de privacidad y respeto al
secreto de las comunicaciones.
En cuanto al artículo 18 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada la norma,
indica: “(…) Mientras no exista persona ligada a proceso penal, no se tendrá acceso a
las actuaciones realizadas por los agentes encubiertos, a las intercepciones de las
comunicaciones y a las entregas vigiladas. Estas diligencias únicamente pueden ser
conocidas por el Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio Público o en su caso
por el Juez contralor, los fiscales encargados del caso y quienes intervienen en la
realización de las mismas (…)”, la finalidad de esta disposición, es la absoluta reserva de
la información obtenida por parte de las autoridades competentes. Esto conlleva, a que
una persona, sin estar formalmente ligada a procedimiento penal alguno, pueda ser
sujeto de investigaciones secretas, de las que no tenga conocimiento, y por lo tanto no
Expediente 2837-2006 13
56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la
Delincuencia Organizada. II) No se condena en costas a las accionantes. III) Se
impone a cada uno de los abogados auxiliantes, Luis Pedro Álvarez Morales, Julio
Roberto García-Merlos García y Sandra Patricia García Ponce de Zedán, la multa de un
mil quetzales (Q1,000.00), que deben pagar en la Tesorería de esta Corte dentro de
los cinco días siguientes de la fecha en que este fallo quede firme; en caso de
incumplimiento, su cobro se hará por la vía ejecutiva que corresponda. IV)
Notifíquese.
ACLARACIÓN Y AMPLIACIÓN
EXPEDIENTE 2837-2006
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, tres de junio de dos mil ocho.
Se tienen a la vista para resolver las solicitudes de aclaración y ampliación
presentadas por Inés de María Cruz García, en quien se unificó la personería de las
accionantes, de la sentencia de esta Corte emitida el quince de enero de dos mil ocho,
por acción de inconstitucionalidad general de los artículos 4 de la Ley de la Dirección
General de Inteligencia Civil; y 18, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60,
61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la Delincuencia
Organizada.
ANTECEDENTES
I) DEL PLANTEAMIENTO DE LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD Y DE
SU RESOLUCIÓN:
Marie Claire Palacios Boeufgras, Debora María Ponce Ogaldez e Inés de María
Cruz García, quienes unificaron personería en la última de las mencionadas, plantearon
acción de inconstitucionalidad general de los artículos 4 de la Ley de la Dirección
General de Inteligencia Civil; y 18, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60,
61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70 y 71 de la Ley Contra la Delincuencia
Organizada, considerando que dichas normas colisionaban con la Carta Magna.
Esta Corte, en sentencia de quince de enero de dos mil ocho, resolvió declarar
sin lugar la acción de inconstitucionalidad general.
Expediente 2837-2006 19
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Sin lugar las solicitudes de aclaración y ampliación de la sentencia de
esta Corte de quince de enero de dos mil ocho. II) Notifíquese.