El Odio A Veces Un Deseoso Amor
El Odio A Veces Un Deseoso Amor
El Odio A Veces Un Deseoso Amor
Lilian
Accesos: 11.747
Valoración media: - +
Tiempo estimado de lectura: [ 9 min. ]
Paulina era una mujer de 25 años recién cumplidos. Alta, de ojos claros con un
cabello rubio largo bien cuidado. Esbelta y sin prejuicios para mostrar lo que a su
juicio era digno de mostrar. Aquel día comenzaba su primer día de trabajo luego
de un año de dedicarse al ocio después de tantos años de estudio. Iba a trabajar
en un diario local de su cuidad. No era mucho pero le servia para empezar su
carrera como periodista.
La mujer se marcho diciendo adiós y paulina la vio marcharse hacia lo que debía
ser su oficina. Al verla irse con una seguridad envidiable sintió la tentación de
seguirla por un momento y, moviendo la cabeza de un lado a otro se encamino
hacia la oficina en donde debía presentarse.
La misma mujer que la había entrevistado dos días antes la atendió y le mostró su
lugar de trabajo (que resulto ser el box mas apartado) y indicándole la oficina de
la jefa del departamento. Acomodo sus cosas en su escritorio dándose cuenta que
desde allí podía ver perfectamente los demás boxes (que estaban separados por
paredes de madera) y por ende a las personas que trabajaban allí.
Al medio día, ya no podía más con sus ojos de cansados y se dirigió a lo que seria
el casino (una oficina multiuso en la cual hacia un refrigerador, cafetería y mesas
con sus respectivas sillas para la comodidad de todos), se preparo un café y se
sentó en una mesa para disfrutarlo un poco con los ojos cerrados. De pronto sintió
abrirse la puerta, se incorporo un poco y vio quien era. Su sorpresa fui infinita al
ver que era la mujer del ascensor. Esta se dirigió al pequeño refrigerador sacando
de el un refresco. Se volteo y la vio sentada mirándola. Le sonrió y se sentó al su
lado diciendo:
- ¿Fumas?
– No. Gracias.
– Yo soy Silvia.
– Paulina.
Paulina llego a su casa un poco confusa por aquel rose. No durmió bien pensando
en la reacción de Silvia. Se sintió conmovida por haber sentido ganas de besarla
en el momento que Silvia retuvo sus dedos, aunque solo fue por unos segundos.
Al día siguiente ya en su trabajo, no vio a Silvia en toda la mañana, solo cuando se
dirigió a tomar un café se la encontró sentada en una silla sola.
Aquel día se marcho con la intención de encontrarse con Silvia, pero esta ya se
había ido y se resigno a verla mañana y preguntarle que le pasaba.
Al mes todos los que trabajaban allí notaron los roces de antipatía entre ambas. A
tal punto que la chica de información (sophie, amiga de ambas) tuvo que
intervenir entre las dos, sin lograr aminorar en lo más mínimo los roces.
- ¡Quien demonios te crees que eres para decirme eso hija de…!
Silvia la mira desde el suelo levantándose tan rápido que Paulina no vio la mano
de Silvia cuando le planto una cachetada que la obligo a retroceder un paso
aferrándose a la pared del ascensor.
Ambas se miraban con rabia, furia, deseando hacerse daño... Sin pensarlo dos
veces Paulina se tiro encima de Silvia tomándola del cabello, pero en vez de
hacerle daño al tirárselo la acerco ella y le estampo un beso a la fuerza. Silvia con
la sorpresa no alcanzo a reaccionar, quedándose inmóvil… a los segundos tomo
conciencia y comenzó a oponer resistencia empujando a Paulina hacia delante
haciendo que perdiera el equilibrio y esta para no caer se sujeto de ella logrando
que ambas cayeran al suelo de golpe… una encima de la otra.
Paulina estaba inmóvil debajo del cuerpo de Silvia sintiendo todo su peso en el de
ella, oprimiendo sus pechos, con una pierna entre las suyas…se sintió atraída por
ella. No lo pudo evitar. La deseaba…de pronto sintió que Silvia removía su cabeza
de su cuello levantado su rostro y encontrándose con esas dos manchas verdes
que la hipnotizaban…
Se quedaron mirándose por unos minutos en silencio hasta que Silvia hizo el
intento de levantarse volviendo a caer encima de Paulina, la que emitió un quejido
ya que el codo de Silvia le había dado en las costillas…
Ambas se levantaron con una rapidez y como si supieran lo que pensaba la otra se
comenzaron a desvestir mutuamente, sin dejar de besarse, haciéndolo en tiempo
record….
Las dos jadeaban de placer, se movían al ritmo de sus dedos y caderas con la
respiración dificultada, allí en el estrecho ascensor que seso sus movimientos en
su momento, cuando uno de los cuatro brazos lo detuvo en medio del placer…
Silvia seguía aferrada con fuerza al cuello de Paulina sintiendo su clítoris hinchado
y su corazón que le bombeaba en el pecho sin control, y mientras que los dedos de
Paulina entraban y salían de ella, esta al ver su expresión de deleite agrego uno
mas para aumentar su placer apagando sus gemidos con su boca que no cesaba
de besarla y desgastarle los labios…
Paulina sentía como su cuerpo se revolvía con cada envestida de Silvia hurcando
mas sus uñas en su espalda al momento de apreciar como un tercer dedo entraba
en ella, le temblaban las piernas, sus clítoris le palpitaba sin descanso…soltó un
grito de placer entre las convulsiones de su cuerpo y sintió que las pocas fuerzas
que le quedaban la abandonaban…
Silvia se arqueaba y se excitaba mas al sentir como sus pechos se restregaban con
los de su amante, sollozando… sin pudor a ser descubiertas, de improviso sintió
como Paulina comenzaba a moverse con más rapidez y en unos segundos escucho
un grito de placer que la excito aun más al ver como esta se corría entre sus
dedos…
Paulina que estaba decidida a hacer gozar a Silvia detuvo sus movimientos con sus
dedos llevándoselos a sus labios y luego la beso con lujuria para que probara su
propio sabor… empezó a besarle los pezones, succionando y mordiendo mientras
que sus manos la acariciaban con habilidad todo su cuerpo, reteniendo su orgasmo
hasta que no pudiera mas y le rogara que la penetrase. Lo cual Silvia hizo,
suplicaba entre suspiros y gritos que la hiciera llegar, pero Paulina hacia caso
omiso y seguía lamiendo su cuerpo sin apuro…
Silvia no podía mas, Paulina la acariciaba y lamía con desespero sus pechos,
estaba a mil, pero esta no se apiadaba de ella y seguía su trabajo acariciando
sutilmente su sexo sin llegar violarlo y cuando estaba a punto… esta se detenía y
alejaba con la negativa de seguir acariciándolo su clítoris hinchado por
excitación…y solo cuando esta la escucho implorar que acabara con la tortura,
descendió hasta su sexo, la penetro con tres dedos de improviso mientras que con
su lengua besaba su botón de placer…repentinamente sintió como dos dedos le
penetraba su culito lubricado por sus jugos, haciendo que gritara – Ahhhhhh, no
parees….siguuueee, y mientras que Paulina seguía con afán en su mete y saca de
su vagina, sentía como un cosquilleo le invadía el cuerpo haciéndola llegar hasta
un urgente orgasmo, el mejor de su vida…