Fundamentos de Biliguismo
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Rodolfo Elías
Es axiomático que la lengua materna constituye el mejor medio para enseñar a un niño.
Psicológicamente, éste es el sistema de signos significativos que en su mente
automáticamente permiten la expresión y el entendimiento. Sociológicamente, constituye
un medio de identificación entre los miembros de la comunidad a la que pertenece.
Educacionalmente, el niño aprende más rápidamente a través de ella que por un medio
lingüístico desconocido.
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Por otra parte, muchos padres y madres consideran una desventaja que sus hijos estudien en
guaraní y temen que esto sea un elemento más de discriminación y exclusión social para
grupos que por su situación socio – económica se encuentran, de hecho, en condiciones de
pobreza e inequidad.
Estos programas ofrecen al niño vernáculo hablante mayores posibilidades de éxito escolar
por usar su lengua materna y recurrir en el desarrollo del proceso educativo a contenidos
pertenecientes a su cotidianeidad y acordes con su visión del mundo.
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Según señala este autor, existe una suposición muy aceptada por el sentido común que
considera que para el desarrollo de una lengua en una persona se requiere una exposición
máxima a dicha lengua. Por ejemplo, si se quiere lograr el manejo del castellano en niños
guaraníhablantes es necesario que se lo exponga a esta lengua permanentemente en la
escuela. El principio en que se basa esta creencia es que la proficiencia en la lengua
materna (L1) es independiente de la profienciencia en otra lengua (L2), por lo tanto los
contenidos y habilidades aprendidas en una lengua no son transferibles a la otra. A pesar de
ser una creencia muy atractiva, la misma no tiene mucho apoyo en los resultados de las
investigaciones.
Las implicaciones de esta teoría son sumamente relevante para contrarrestar argumentos
que aún hoy tienen bastante fuerza, sobre todo a nivel de docentes y padres/madres respecto
a la interferencia del guaraní para el aprendizaje del castellano. Para muchos el temor es
que al utilizar el guaraní en el aula y dedicar menos tiempo para el español, esto irá en
desmedro del aprendizaje del segundo idioma. Por el contrario, ya algunos estudios hechos
recientemente en Paraguay tienden a mostrar que los niños que inician el aprendizaje de la
lecto – escritura en guaraní, también logran mejores resultados en español que aquellos que
directamente se enfrentan con la necesidad de leer y escribir en castellano (CPES, 1998).
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Sobre este punto cabe señalar que los aspectos psicolingüísticos y sociolingüísticos no
pueden analizarse en forma independiente. El estatus de la lengua y del grupo de hablantes influye
necesariamente en la actitud y en la disposición para su aprendizaje. Así, el sistema de inmersión
puede ser muy efectivo cuando la L1 tiene un estatus similar o superior a la L2, pero resulta
inadecuado si la L1 es una lengua de estatus inferior, ya que eso llevaría a un rechazo de la lengua
materna y, ligado a esto, al grupo de hablantes y a la cultura que representa.
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El análisis de los diferentes programas de EIB en América Latina coinciden en indicar que
uno de los más graves “cuellos de botella” que afectan estas experiencias educativas es la
falta de preparación técnico – pedagógica, lingüística y actitudinal del docente (Herrera,
1996).
El docente en servicio, por otra parte, en casi todos los casos fue formado por una escuela
de corte “tradicional”, que no abordaba el tema bilingüe y que procuraba la formación de
maestros para escuelas monolingües en español. Por lo tanto, no cuenta con la metodología
apropiada para una educación bilingüe, ni con una preparación teórico – práctica en materia
de lingüística aplicada a la educación.
Algunos estudios recientes (Muñoz, 1997; Mena, Muñoz y Ruiz, 1999) señalan que
si bien hubo avances en los respecta a la formación y a la práctica docente, todavía persiste
una importante distancia entre los postulados teóricos del enfoque intercultural bilingüe y
las prácticas concretas en los contextos escolares. Así el autor de una evaluación hecha al
programa de educación bilingüe de Bolivia (Muñoz, 1997) expresa:
Una evaluación hecha en escuelas de Oaxaca, México muestra resultados similares (Mena
et. al, 1999). Los autores señalan que se están iniciando leve y diferenciadamente cambios
en el proceso de enseñanza – aprendizaje “productos de la restauración de la función
pedagógica que se le asigna a la lengua materna y el mayor espacio que se ha abierto para
la participación de los alumnos” (p. 132). Sin embargo, agregan que predominan estrategias
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El bilingüismo en Paraguay
En el caso del Paraguay, la utilización del guaraní no esta ligada a un grupo étnico ni a un
área geográfica limitada. El alto porcentaje de la población paraguaya es bilingüe guaraní –
castellano o monolingüe guaraní se refleja en los últimos datos del Censo Nacional de
Población y Vivienda (1992) donde se señala que el 37% habla sólo guaraní, el 50%
castellano y guaraní, el 7% sólo castellano y el 6% utiliza otros idiomas. Recientemente
algunos estudiosos empezaron a elaborar un mapa lingüístico del país, basado en datos
censales (Gynan, 2000). Estos mapas reflejan un alto porcentaje de monolingüismo guaraní
en muchas regiones del país y también un considerable porcentaje de población bilingüe
guaraní – castellano. De allí que los autores coinciden en definir al Paraguay como una
nación bilingüe, aunque algunos utilizan el concepto de diglosia para explicar las relaciones
entre las lenguas y el estatus del guaraní respecto al castellano.
“La enseñanza en los comienzos del proceso escolar se realizará en la lengua oficial
materna del educando. Se instruirá, asimismo, en el conocimiento y en el empleo de ambos
idiomas oficiales de la República. En el caso de las minorías étnicas cuya lengua no sea el
guaraní, se podrá elegir uno de los dos idiomas oficiales”
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“La enseñanza se realizará en la lengua materna del educando desde los comienzos del
proceso escolar o desde el primer grado. La otra lengua oficial se enseñará también desde
el inicio de la educación escolar con el tratamiento didáctico propio de una segunda
lengua”.
“Al tiempo de la expulsión de los Jesuitas se establecen en estos pueblos con arreglo a
las leyes, escuelas de primeras letras con el importante fin de que los naturales
aprendiesen la doctrina cristiana en lengua castellana, a leer y escribir y contar. Pero
¿qué es lo que hemos adelantado en 28 años de fatiga? Nada más que estar viviendo la
pérdida de más de cien mil pesos que se han llevado las dotaciones de unos maestros
inútiles por no decir perjudiciales. Los indios se mantienen en una ignorancia absoluta
de nuestra lengua y como en la de ellos conocida con el nombre de guaraní, es
imposible explicar bien las verdades eternas de nuestra religión, resulta de que el bien
espiritual de estos infelices está marcado y envuelto en las tinieblas de la ignorancia y
a veces del error” (Massare, 1975 citado en Melià, 1999).
A pesar de eso, la escuela siguió utilizando el castellano, sin considerar la alta proporción
de población guaraní hablante.
Ya en los últimos 30 años se han dado experiencias educativas que incorporan el guaraní al
programa oficial de estudios. Así se introduce en todas las instituciones del país la
enseñanza del guaraní como asignatura en el marco de la reforma educativa de 1973
(Cadogan, 1996).
Otra experiencia fue la iniciada en 1978 en que el Ministerio de Educación y Culto (MEC)2
implementó en forma experimental un programa de educación bilingüe en algunas escuelas
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A partir de 1998, Ministerio de Educación y Cultura.
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del país (MEC, 1981). Este programa parte del reconocimiento de la importancia de la
lengua como factor del éxito o fracaso escolar, va dirigido a niños monolingües guaraní y
propone un modelo de transición en el cual el niño pasa gradualmente de monolingüe
guaraní a bilingüe guaraní – español. No se cuentan con publicaciones o informes (de
circulación pública) que permitan evaluar esta experiencia de educación bilingüe.
Dentro de este programa se diseñan dos modalidades: para guaraní hablantes (MGH) y
para hispano hablantes (MHH). El PEB es similar para ambas modalidades siendo la
diferencia la lengua que es considerada como L1 (lengua materna) y L2 (segunda lengua).
Así, en el primer grado se parte con un 85% de utilización de la L1 y 15% de la L2. Estos
porcentajes van cambiando hasta alcanzar, en el tercer ciclo, los mismos niveles (50% para
cada lengua).
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En general, los docentes valoran positivamente la enseñanza del guaraní y ven como
deseable la meta de lograr niños bilingües. Sin embargo no hay mucha claridad sobre la
importancia de la enseñanza en L1 para potenciar el desarrollo cognitivo y socioafectivo
del alumno/a. Muchos suponen que la eficiencia en L1 está separada de la eficiencia en L2
y que los contenidos y habilidades desarrollados en una lengua no son transferibles a la
otra. De allí la preocupación de que la enseñanza en guaraní vaya en detrimento del
castellano.
Hablan más los que estudian en guaraní. Es imposible hacerles callar, desde que se
encuentran conversan, les resulta más fácil la comunicación. Los de castellano son más
pasivos, aún estando juntos no se hablan tanto. Esto puedo decir porque enseño un turno
castellano y otro guaraní.
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Las maestras escriben en el pizarrón, llegan a errar cualquier cosa y por lo menos éstos de
primer y segundo grado, ellos dominan el guaraní y siempre le corrigen a la profesora.
... cuando uno llega a una institución donde se implementa el guaraní (los niños) te hablan
como si fuese en su casa, te saludan, te preguntan... no son tímidos.
Además, tanto los resultados globales como aquellos que consideran distintos aspectos de
la expresión oral y escrita muestran que los niños de la MGH tienen un rendimiento similar
a los del quinto grado en castellano y un rendimiento superior en guaraní.
Conclusiones
La educación bilingüe y la enseñanza en la lengua materna del niño, partiendo del conjunto
de valores y elementos culturales en la cual esa lengua se halla inmersa tiene, sin lugar a
dudas, un impacto muy positivo en el desarrollo intelectual, afectivo y social del niño.
Además permite una vinculación y una participación de los padres en la educación de sus
hijos y un mayor acercamiento de la escuela a la comunidad. La educación bilingüe
posibilita que niños reafirmen su identidad cultural y al mismo tiempo, desarrollen una
actitud de apertura a la diversidad cultural y social.
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Entre los problemas que existen hay que mencionar, en primer término, el poco apoyo que
está reciendo esta modalidad. Tal como se señala anteriormente, solo 400 escuelas de un
total de 7000 instituciones aplican la MGH, lo cual resulta contridictorio ya que la mayor
parte de la población es guaraní hablante. Además estas 400 escuelas recibieron muy poco
seguimiento, recursos y asesoramiento. Por este motivo docentes, directivos y los propios
padres se sintieron marginados y discriminados.
Además, en el mismo diseño existen algunos problemas que requieren una revisión de
fondo. Por una parte se crean dos modalidades: para hispano y guaraní hablantes. Esto
presupone que predominan los casos de monolingües en una u otra lengual siendo que en la
práctica lo que existe es un continuum donde los dos polos son los casos de
monolingüismo. La mayor parte de la población posee un grado mayor o menor de
bilingüismo. Esta situación sociolingüística no es correctamente interpretada en el diseño
del programa de educación bilingüe.
Finalmente, la falta de herramientas conceptuales y técnicas por parte de los docentes, las
actitudes ambivalentes que expresan en torno a la utilización del guaraní y la persistencia
de prácticas pedagógicas tradicionales limita el alcance que pueda tener este programa
educativo. Sin embargo, se producen cambios, muchos de ellos para el desconcierto de los
docentes. Parecería que la introducción oficial del guaraní (que en realidad siempre estuvo
presente, aunque informalmente) despertó a los niños e inició un proceso de
transformaciones en las escuelas. Es de esperar que esta experiencia de educación bilingüe
se fortalezca en los próximos años y que conduzcan a un reforma profunda de un sistema
educativo hasta hoy inequitativo y excluyente. Tal como lo afirma Luis Enrique López:
“A nadie se le ocurriría cerrar las escuelas porque, como de hecho sabemos, la educación
en general adolece de muchos defectos y no logra responder a las necesidades de
aprendizaje de los niños para quienes fue pensada. Para que la educación intercultural
bilingüe avance es menester continuar con ella, reforzar sus prácticas y consolidarla como
alternativa educacional; en este camino los centros de formación inicial de maestros
bilingües tienen un papel fundamental que jugar, desde una formación profesional pensada
desde, en y para la investigación de la diversidad étnica, lingüística y cultural” (López,
1997)
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10. Bibliografía
Comisión Nacional de Bilingüismo (CNB) (1997). Ñane ñe´e Paraguay bilingüe: Políticas
lingüísticas y educación bilingüe. Asunción: Fundación en Alianza.
Herrera, G. (1996). Aspectos centrales en relación con el desarrollo del plan de educación
bilingüe. Memorandun presentado al Consejo Asesor de la Reforma Educativa y a la
Comisión Nacional de Bilingüismo.
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Ministerio de Educación del Perú (1972). Política Nacional de Educación Bilingüe. Lima.
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