Historia de Formación Docente en LA
Historia de Formación Docente en LA
Historia de Formación Docente en LA
RESUMEN
El texto permite comprender los logros y limitaciones que los cambios del
siglo XXI en Bolivia, han dado lugar respecto de la formación docente, con-
siderando los trazos de carácter ideológico y político que se identifican y
contrastan. Por lo demás, la composición de conjunto para nuestro país, di-
buja un escenario construido por la diacronía de las mentalidades y la sin-
cronía de las políticas de Estado.
1
Véase, La formación docente en Bolivia, Publicación de la UNESCO y el Ministerio de
Educación de Bolivia. Impresiones Multimac, La Paz, 2005.
101
Articulación teórica en la que la Reforma Educativa de 1994, el Código de la
Educación Boliviana de 1955, e incluso los cambios más lejanos concernien-
tes a la educación indígena y las pulsiones modernas de la ideología liberal a
inicios del siglo XX, son caracterizados como factores relevantes para en-
tender la educación y la formación docente en nuestro país. Asimismo, con-
curren en el texto las fuerzas de las subjetividades y el ímpetu localizado por
la construcción de realidades, en un escenario de intersección histórica don-
de aparece el análisis estructural, además de la organización institucional y la
hermenéutica de las colectividades. Factores que permiten escribir los guio-
nes de papeles educativos puestos en escena.
INTRODUCCIÓN
102
Si bien es cierto, por ejemplo, que en Perú y Ecuador la educación intercul-
tural bilingüe tiene una larga historia, no se puede negar que es en Bolivia
donde aparece entretejida con proyectos políticos y discursos ideológicos de
fuerza diferenciada dependiente de los procesos históricos. La real brecha
entre el campo y la ciudad, respecto de la educación en general y, particu-
larmente, respecto de la formación docente, aparte de expresar la lentitud del
proceso de construcción de la unidad nacional y de la conformación de un
Estado integrado, pone al descubierto los efectos políticos que se precipitan
cuando subsisten y se enfrentan visiones diferentes, nociones de calidad in-
compatibles, modelos diversos de diseños curriculares y concurrencias étni-
cas y culturales que inciden en el desempeño profesional ahondándose la po-
larización y el conflicto entre mundos distintos.
Pero existen otros rasgos de la formación docente boliviana todavía más sin-
gulares. Únicos en el continente, son las principales causas para que Bolivia
tenga los indicadores educativos más bajos de la región coartándosele toda
posibilidad de organizar una educación con prospectiva de desarrollo.
2
En lo concerniente a la Universidad Pedagógica de Sucre –nuevo nombre para la vieja
Escuela Normal-, aunque se llame así, no constituye, por su organización ni porque ex-
tiende títulos de licenciatura a los futuros profesores de Estado, una institución universi-
taria. Pese a ser terciaria, su estructura, organización, cultura institucional y misión la de-
finen como un instituto de formación técnica. Ha sido precisamente su cultura institucio-
nal la que ha incidido para que asuma un nombre aparentando lo que no es. Al respecto,
véase mi libro La formación docente en Bolivia, p. 150.
103
Por lo demás, mientras tuvo vigencia la ley de Reforma Educativa de 1994,
la formación permanente tuvo expectativas de desarrollo y crecimiento. En
efecto, el hecho de que los catedráticos de los INS debían tener el título de
licenciados como mínimo, estimuló a las instituciones públicas y privadas a
ofrecer a los docentes en ejercicio, cursos complementarios para que obtu-
vieran el título referido. Con la tendencia del gobierno del Movimiento Al
Socialismo y con el poder sindical del gremio del magisterio; además, igno-
rada la ley 1565 e impulsada la aprobación de una ley substitutiva, la forma-
ción permanente fuera de los INS tiende a desaparecer, sencillamente porque
la exigencia de capacitación docente ha sido “derrotada”.
Esta ley, todavía hoy después de tres lustros, sigue siendo en varios sentidos,
un referente filosófico ya que pese a que establecía pautas de modernización
de la educación boliviana, reivindicaba también, al mismo tiempo, por ejem-
plo, aspectos ideológicos tan acendrados como el enfoque intercultural, tam-
bién implementado en varios centros de formación docente durante los años
de aplicación de la ley 1565. Sin embargo, la ley también ha sido, especial-
mente por las exigencias que implicaba para el magisterio, el objetivo prin-
cipal del ataque de fuerzas políticas y sindicales que la visualizaron como el
instrumento “maldito” que lo destruirían.
104
Pese a la oposición, la ley, en lo que concierne a la formación docente inicial
y permanente, ordenó el trabajo institucional y académico en las Escuelas
Normales que se convirtieron en Institutos Normales Superiores. Delegó su
administración a varias universidades públicas y privadas y exigió que los
catedráticos tuvieran una preparación disciplinar científica solvente, como
garantía para formar a los futuros profesores, ya no en el tradicional enfoque
de convertirlos en ejecutores operativos de un currículum diseñado por espe-
cialistas, sino en agentes de un proceso docente con buen nivel académico y
con la capacidad de llevar adelante innovaciones pedagógicas.
105
Sin embargo, el mencionado Congreso, realizado en julio del año 2006,
constituyó una expresión ostensible de las limitaciones de la política del go-
bierno de Evo Morales, al menos durante su primer año. Puso en evidencia la
deuda política marcada como retribución electoral al sindicato. En efecto, en
dicho Congreso se anuló la administración de los INS delegada a las univer-
sidades y que, en varios casos, fue sumamente provechosa para la formación
docente, inclusive durante seis años.
106
1. La formación docente y las identidades
nacionales en Latinoamérica
Durante la última década del siglo XIX, hubo en varios países latinoameri-
canos y del Caribe, la preocupación política por constituir sólidas institucio-
nes nacionales que se ocupen de modo especializado de la misión de formar
a los futuros maestros. A partir de 1889 hasta el primer cuarto del siglo XX,
se sucedió la fundación precipitada de Escuelas Normales de alcance nacio-
nal, por ejemplo, en países como Ecuador, México, Honduras, Costa Rica,
Bolivia y El Salvador.
Sin embargo, el más importante objetivo radicaba en que dichas escuelas for-
jarían la identidad de las naciones. Formando a los futuros maestros y pre-
ceptores de los países, contribuirían de modo sustantivo a desarrollar en los
niños y los jóvenes el sentido de pertenencia nacional, a valorar la historia
propia remarcando la épica constitución de los países y a consolidar la es-
tructura de un Estado encaminado a su fortalecimiento cultural, económico,
político y social. Una consecuencia de tal proceso, fue el surgimiento y desa-
rrollo de la “ideología normalista”, un conjunto de contenidos que referían la
nobleza de la labor docente, el espíritu y la vocación del maestro, su indecli-
nable e íntegra figura de formador y el orgullo de haber pertenecido a la ins-
titución que cumplía la más importante, digna y respetable labor del Estado:
la Escuela Normal.
107
El propio maestro egresado de la Escuela Normal representaba el esfuerzo
del Estado por instruir a la población, por crear sentido de pertenencia y de
identidad nacional, constituyéndose en el símbolo de la realización personal
comprometida con un perfil académico. Expresaba de modo evidente, la re-
producción cultural, la alfabetización y la voluntad consciente de comprome-
terse con el ser del país, el desarrollo económico y el progreso social.
Pese a que la misión de las escuelas normales era similar y pese a que el fac-
tor humano que componía los estamentos docentes y estudiantiles se enmar-
caba dentro de determinados límites de homogeneidad, la multiplicación de
dichas instituciones fue caótica y exponencial. Probablemente, el caso más
ostensivo es el de México, donde la primera Escuela Normal fue fundada en
1889 y once años después, el número de escuelas normales se aproximaba al
medio centenar3. El caso de El Salvador también tuvo una expansión consi-
derable pese a que la primera fundación fue relativamente tardía.
3
Véase de Marcela Santillán, Situación y perspectivas de las universidades o Institutos
Pedagógicos y su rol en la formación de maestros en la región. Informe a I.E.S.A.L.C.-
UNESCO, México, 2003.
4
Cfr. de Rolando Balmore, Estudio sobre los procesos de formación de los docentes por
parte de las Universidades e Institutos Pedagógicos de El Salvador. San Salvador, 2004.
5
Véase mi libro La educación intercultural en Bolivia. Instituto de Estudios Bolivianos. Uni-
versidad Mayor de San Andrés. La Paz, 2006, pp. 47 ss.
108
1895, en el lapso de setenta años se constató un promedio de creación de dos
escuelas normales cada tres años6.
6
Véase el texto de Ramón Salgado, La formación inicial, profesionalización y capacitación
docente en Honduras: Transición hacia un nuevo sistema de formación docente. Univer-
sidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. Tegucigalpa, 2004.
109
continente, referido a la autonomía de las universidades públicas, esencia
promovida desde los años ´30 en Argentina, no se extendió a las universida-
des pedagógicas. Éstas tuvieron, desde su creación, una fuerte dependencia y
control de los Ministerios de Educación.
7
Véase la presentación electrónica de Augusto Abendaño, “Informe sobre la formación de
maestros en Ecuador” efectuada en el “Seminario Regional sobre las Instituciones de
Formación Docente en América Latina: De las Normales a las Universidades”. Copán,
Honduras. Septiembre de 2004.
110
vel superior8. Similar intento se dio en Bolivia aunque de manera tardía y por
un corto periodo, a fines de los años noventa.
8
Véase de Darwin Caraballo, Cecilia Chichiraldi y Valentina Curto, La formación docente
en el Uruguay: Evolución, estado, situación y perspectivas. Montevideo, 2004.
9
Véase la presentación electrónica de Ricardo Sol, “Diagnóstico de los procesos de for-
mación docente por parte de las universidades e institutos pedagógicos de Costa Rica”
efectuada en el “Seminario Regional sobre las Instituciones de Formación Docente en
América Latina: De las Normales a las Universidades”. Copán, Honduras. Septiembre de
2004.
111
superior10. Sin embargo, no fue así. Las tensiones e intereses de las represen-
taciones sindicales fuertemente politizadas, obraron en contra de esta deter-
minación legal desde su promulgación e inicial implementación.
10
Cfr. mi libro ya referido, La formación docente en Bolivia, pp. 106 ss.
112
una cuarta parte de la matrícula -el subsistema de las universidades autóno-
mas-, ha creado similares problemas de coordinación y validez11.
11
Véase la presentación electrónica de Luis Piscoya, “Informe sobre la formación de maes-
tros en Perú” efectuada en el “Seminario Regional sobre las Instituciones de Formación
Docente en América Latina: De las Normales a las Universidades”. Copán, Honduras.
Septiembre de 2004.
113
ESCUELAS NORMALES UNIVERSIDADES PEDAGÓGICAS
114
3. La irrupción de la formación docente
privada en Latinoamérica
Hacia la década de los años ´70, se dio en casi todos los países de la región,
una expansión sin precedentes de la privatización de la educación superior
que, naturalmente, también incluyó a la formación docente. Desde los años
mencionados, la demanda de profesores en Latinoamérica ha mantenido un
sostenido ascenso, requiriéndose actualmente alrededor de un millón de nue-
vos maestros por año.
12
Véase la presentación ya referida de Luis Piscoya,
115
Ésta es la causa principal que permite entender la feminización de la carrera
docente. Sin embargo, también ocasionan esta tendencia, los flexibles requi-
sitos de admisión o el ingreso libre en la mayoría de las instituciones priva-
das, el prestigio negativo de las exigencias en el proceso de formación, la fa-
cilidad de egreso y las condiciones propicias de trabajo para las mujeres.
Aunque ser docente implica desempeñarse en un escenario de bajos salarios,
son factores de compensación, la escasa exigencia intelectual, la posibilidad
de trabajo parcial y el disfrute de largas vacaciones, tiempo que puede ser
empleado para otras actividades económicas.
13
Cfr. el texto de Beatriz Ávalos, La formación docente inicial en Chile. Informe presentado
a IESALC-UNESCO. Santiago, 2003.
116
caran la calidad y que evaluaran el desempeño institucional. Así, se agravó la
desarticulación del sistema de formación docente, ocasionando que los egre-
sados y titulados anualmente sean muchos más que los que cada Estado po-
dría emplear.
117
Tal, es una tendencia notoria, por ejemplo, en el Caribe. En efecto, las dife-
rencias salariales entre los países, la cercanía a los mercados dinámicos, la
facilidad de compartir el mismo idioma y las características culturales relati-
vamente similares, se constituyen en factores de atracción que promueven la
emigración y ocasionan a algunos países la pérdida de recursos humanos
profesionales.
En sociedades en las que sobrevivir cada día no es una tarea marginal, sino
que se constituye en la constante de amplios sectores de la población, contar
con un ingreso económico seguro, desempeñarse en un trabajo que exige es-
casa preparación y tiempo parcial de ocupación, un trabajo que permite el
empleo complementario ofreciendo vacaciones expectables; es una opción
por la que muchas familias optan como estrategia para mejorar su estatus: la
forma de hacerlo es auspiciar la formación docente de las mujeres.
El fin del siglo XIX y el inicio del XX, fue para Bolivia un escenario de gra-
ves consecuencias post-revolucionarias, crisis de identidad y desolación eco-
nómica. Con menos de dos millones de habitantes, con una densidad de un
habitante por Km2, con sólo el 7% de la población con instrucción primaria,
Bolivia encaraba los retos del nuevo siglo. Las guerras y los tratados interna-
cionales la desangraron, en tanto que en el país se promovía con naturalidad,
ganancias abultadas e indefinidas de una oligarquía dedicada a la explotación
de la plata, la goma y la castaña. Bolivia carecía de vertebración, no tenía
unidad ni estaba comunicada.
119
Debatía su identidad nacional entre la rémora conservadora de una ideología
oligárquica, clerical y parasitaria, heredera del colonialismo ibérico, y una
visión liberal que representaba el ascenso político de nuevas clases, aquéllas
que fueron capaces de establecer alianzas con los indios y forjar un Estado
liberal durante veinte años de gobierno ininterrumpido.
14
Mi libro La educación intercultural en Bolivia, ofrece una interpretación al respecto.
Véanse las páginas 50-4. También confróntese los artículos periodísticos de Franz Ta-
mayo publicados en conjunto en el libro Obra escogida, pp 3-107.
120
La ideología que sustentaría durante décadas la imagen del profesor lo pre-
sentaba como un “apóstol” y un intelectual: ejemplo de una persona esforza-
da y comprometida con el destino de la nación. Algunos estudiantes brillan-
tes de secundaria serían los elegidos: tendrían la misión noble de formarse en
la Escuela Normal para encargarse en el futuro, de la “sagrada” tarea de for-
mar a los ciudadanos y ciudadanas del mañana. Así se daría la reproducción
y ampliación de la cultura de las clases dominantes de inicios del siglo XX,
enseñada con un cosmopolitismo elegante, haciendo gala del conocimiento
científico de la época y transmitiendo el humanismo clásico15.
En el país rural, por su parte, el Estado promovió lo que nunca antes había
existido: la educación del indio. En los años 30, se cristalizaría la Escuela
Normal de Warisata como la culminación de un proceso desde los primeros
años del siglo XX, proceso que veía al indio de un modo diferente a la acti-
tud conservadora y oligárquica del siglo XIX: ahora le asignaba un rol en la
construcción de la identidad nacional. Warisata fue una experiencia señera
no sólo para el país sino para el continente.
Los futuros maestros de los indios se formaron con un enfoque que enfatiza-
ba la vida rural entendida bajo las luces de las ideas liberales. Habría una es-
cuela “única” para los indios: mixta, laica, bilingüe, técnica y productiva. Se
les enseñaría higiene, salud, alimentación, promoviéndose la recreación. Se
trataba de que los futuros profesores enseñen a los niños del campo a cons-
truir una nación gracias a los conocimientos y destrezas para el trabajo agrí-
cola y las actividades técnicas.
15
Un desarrollo interesante sobre el tema ofrece Mario Yapu en su libro En tiempos de la
Reforma Educativa. Cfr. especialmente el tomo II, pp. 23-4.
16
No cabe duda respecto a que la principal obra sobre Warisata es la de su más importan-
te impulsor, Elizardo Pérez, Warisata: La escuela ayllu, texto publicado en 1962. Véase
también mi aporte en La educación intercultural en Bolivia. Op. Cit. pp. 54 ss.
121
donde se incidía en revalorizar la cultura agrícola, los conocimientos técni-
cos, los oficios manuales, y donde se formaban habilidades útiles que permi-
tan a los estudiantes efectuar prácticas docentes en la primera sección.
17
El profesor Humberto Quezada Arce efectuó un diagnóstico en 1953, Al respecto, véase
el texto Escuelas Normales: Perfiles históricos y documentales. p. 17. Según lo que pone
en evidencia el mencionado autor, ese año se contaban cuatro las Escuelas Normales
Urbanas: el I.N.S.S.B. y el INSEF de La Paz, la Escuela de Maestros de Sucre y la Nor-
mal Particular Urbana Santa Teresa en la ciudad de Cochabamba, esta última dedicada
a la formación de maestros de primaria.
122
nal, área que permitía enseñar a los futuros profesores temas relacionados
con la agropecuaria, las industrias rurales, la higiene y la sanidad.
18
Cfr. el Código de la Educación Boliviana promulgado en 1955, especialmente los prime-
ros artículos.
123
de las artes y los oficios. Indicó la necesidad de incentivar la cultura y el de-
porte, la educación especial, la extra-escolar y la femenina.
19
Citado por Enrique Ipiña Melgar en su obra, El libro rosado de la Reforma Educativa en
Bolivia. Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. La Paz, 1988. Véase el Documento
Nº 8 de dicho libro, incluido también en el texto del mismo autor, Reforma Educativa en
Bolivia: Paradigma del futuro. Santillana de ediciones. La Paz, 1996. pp. 308 ss.
125
ciones conjuntas marcadas por frases grandilocuentes y guiones de conducta
colectiva predecible, partituras políticas sin exigencia, sin evaluación, sin
control ni sanción, pero rebosantes de presiones y violencia, siempre a nom-
bre de la izquierda: lucha contra el imperialismo a favor de la revolución20.
20
Al respecto es un interesante aporte, el texto de María Luisa Talavera, Miguel Urquiola y
otros investigadores, titulado Los maestros en Bolivia: Impacto, incentivos y desempeño,
pp. 11 ss., 75 ss.
21
Cfr. mi libro ya referido, La formación docente en Bolivia, pp. 57 ss.
126
A finales de los años 80, el diagnóstico de la formación docente partía de un
diagnóstico deplorable22. Las normales eran instituciones rutinarias que en-
tronizaban al catedrático y reducían la educación a la transmisión repetitiva
de conocimientos por el dictado. El catedrático era incuestionable, con poder
inexpugnable en el aula, y con independencia total para exponer las leccio-
nes que prefiera sin evaluación alguna. Los planes sobrecargaban a los estu-
diantes con asignaturas “didácticas”, convencidos todos de que lo más im-
portante era aprender cómo los futuros profesores enseñarían, sin importar el
contenido que debían enseñar.
Lo cierto es que los resultados del desempeño docente, gracias a que la for-
mación en las Normales reforzaba dicha práctica, sólo reproducía contenidos
obsoletos, hacía de las clases sesiones aburridas y repetitivas para los estu-
diantes y, peor aún, provocaba en los propios maestros y profesores, actitu-
des de rechazo estructural a una labor en la que memorizando las lecciones,
reprimiendo a los estudiantes, y efectuando labores rutinarias, su sentido ra-
dicaba en acabar tal trabajo, en concluir la clase, por último alcanzar las va-
caciones de medio año y de fin de año, cumpliendo disciplinadamente el
cronograma anual de paros y huelgas que el sindicato había liderado.
Los años previos a la década de los noventa, el 40% del magisterio no había
asistido a Escuela Normal alguna. Su título en Provisión Nacional lo obtu-
22
Una sistematización de las orientaciones políticas y pedagógicas de la Reforma Educati-
va se encuentra en el texto de Enrique Ipiña, Paradigma de futuro: Reforma educativa en
Bolivia, Véase especialmente las páginas 301 y siguientes.
23
Quien fuera funcionario de gobierno, Juan Carlos Pimentel, escribió el texto Elementos
referenciales para la formulación de políticas de formación del personal de educación.
Sobre el tema que aquí se trata, véanse las páginas 8 y siguientes.
127
vieron por antigüedad, pero lo concerniente al cumplimiento de sus derechos
de escalafón “históricamente conquistados”, su inmovilidad funcionaria, la
filiación sindical y el cumplimiento de las órdenes corporativas, se constituía
en poco menos que “sagrado”.
En efecto, la ley 1565 unificó la educación urbana y rural, dio inicio al cam-
bio de las Escuelas Normales en Instituto Normales Superiores y organizó la
elaboración de Diseños Curriculares Base para la formación de maestros, lo
cual se efectuó para el nivel inicial y de primaria. Asimismo, exigió a los ca-
tedráticos de las normales que presentaran en un plazo perentorio, su título
de licenciatura.
24
Cfr. el texto referido de Enrique Ipiña, Paradigma de futuro: Reforma educativa en Boli-
via, p. 296 ss.
25
Véase mi libro citado, La formación docente en Bolivia, especialmente, pp. 73 ss.
128
Siguiendo las tendencias internacionales, tanto pedagógicas como prácticas,
en los INS se promovería que los catedráticos “enseñen a aprender”, moti-
vando a que los estudiantes “aprendan a aprender”. En tales institutos, los es-
tudiantes descubrirían y construirían sus conocimientos. Cultivarían su auto-
estima, formarían una actitud de aprendizaje para toda la vida, cultivarían el
espíritu crítico, la madurez, la inteligencia y la responsabilidad. En suma se
trataba de que abandonen la imagen del profesor como instructor y se asu-
mieran a sí mismos como guías y educadores.
Pese a que las escuelas normales seguían siendo opciones de promoción so-
cial y de estatus, especialmente por las facilidades que ofrecían para amplios
sectores peri urbanos y rurales, población carente de recursos económicos y
de capital cognoscitivo para encarar las exigencias de la formación superior
en las universidades y los institutos técnicos; con la ley 1565 encararían un
proceso evidente de calificación institucional y acreditación educativa.
Sin embargo, esto colisionaría de manera abrupta con una realidad que poco
apreciaría los propósitos educativos y estratégicos de la ley. En efecto, una
población cada vez más exigente de mayores y mejores facilidades de estu-
dio y trabajo, desvaloraría los esfuerzos legales por mejorar el desempeño de
la calidad docente, eludiendo la formación permanente, rechazando la com-
26
Son ilustrativos al respecto, los artículos de la ley 1565 de Reforma Educativa, promul-
gada el año 1994; 8, 32, 33, 35 y 37.
129
petitividad e ignorando los requerimientos para obtener resultados educati-
vos expectables.
Así, cada año, varias decenas de miles de postulantes, presionarían para in-
gresar por cualquier medio a los I.N.S., aprobar lo más rápidamente posible
los tediosos requerimientos académicos e insertarse en un gremio en el que,
pese al bajo salario, el empleo es seguro, el tiempo de trabajo relativamente
corto y las expectativas de ocupación en otras actividades económicas, am-
plias y auspiciosas. Además, no existía evaluación ni peligro evidente de
sanción o riesgo laboral alguno.
27
Cfr. mi libro La formación docente en Bolivia, pp. 81 ss., 87 ss.
28
Véase, al respecto, el documento institucional del Ministerio de Educación, Transforma-
ción de Escuelas Normales en Institutos Normales Superiores y vinculación de INS al sis-
tema universitario: 1999-2003. pp. 17-8. También es conveniente el libro publicado por la
misma entidad y titulado, La educación en Bolivia: Indicadores, cifras y resultados. p. 23.
En La formación docente en Bolivia, personalmente desarrollo datos con un análisis
pormenorizado, pp. 97 ss.
130
profesores y catedráticos participaban activamente en los momentos clave,
de las acciones de movilización. Así, el año 1995 los conflictos sectoriales
crearon incertidumbre sobre el funcionamiento de las normales, se desacredi-
tó todavía más la profesión docente y hubo una drástica disminución de la
demanda de ingreso, evidenciándose una tasa de decrecimiento del 46% en
los centros urbanos de formación docente.
Pese a que sólo en un año hubo casi tres mil asesores capacitados, y pese a
que los resultados técnico-pedagógicos fueron auspiciosos, la motivación po-
lítica del gremio obró eficientemente para que la experiencia de las asesorías
pedagógicas se cancelara.
29
Véase al respecto, La educación en Bolivia: La experiencia de la asesoría pedagógica.
Ministerio de Educación, p. 13. También mi libro La formación docente en Bolivia, pp.
112 ss.
131
Pese a que se dio la capacitación de educadores gracias a programas de di-
dáctica de la enseñanza bilingüe, pese a que fueron fructíferas las actividades
interculturales en el aula, dando lugar a que los maestros inclusive elabora-
ran textos en lengua originaria, pese a la riqueza y diversidad de las activida-
des y experiencias que se patrocinaron inclusive dándose becas de postgrado
y publicaciones periódicas; el magisterio asumió la EIB no como una políti-
ca de Estado, sino como una reivindicación popular y sindical que los go-
biernos de turno habrían pervertido, también aprovechándose de ella para fi-
nes partidarios y como instrumento de corrupción.
Pero, la coyuntura actual ha mostrado que dicha supuesta identidad fue tran-
sitoria y aparente. En verdad, el magisterio nunca evitó que siga operando en
su imaginario colectivo, la búsqueda de prebenda de un Estado benefactor o
los réditos de proclamar ser intelectuales comprometidos con el socialismo.
132
taciones simbólicas y discursos ideológicos en los que rebosan contenidos
revolucionarios de extrema izquierda.
Comenzar a formar a los profesores del mañana con dicha orientación pare-
cía la medida más atingente: garantizaría un nuevo estilo de desempeño pro-
fesional en el futuro, al tiempo que conduciría imperceptiblemente a que los
30
El texto de Noel Orozco, Al maestro sin cariño, destaca por su énfasis crítico al gremio.
Véanse especialmente, las páginas 30 y siguientes y 99-101. Asimismo, es elocuente el
libro de María Luisa Talavera y de otros investigadores, Otras voces, otros maestros. Cfr.
pp. 191-2.
133
docentes enseñen a las nuevas generaciones educándolas en las prácticas de
la tolerancia cultural, la valoración de la heterogeneidad, la equidad de géne-
ro, el afecto y la preservación del medio ambiente, la superación individual,
la competencia y el compromiso social.
Otra fue sin embargo, la situación de los INS de entorno urbano. Dada la re-
levancia de la ciudad de La Paz, porque en ella está el centro de formación
docente más grande del país, con mayor matrícula, infraestructura y perso-
nal, el INS Simón Bolívar que absorbe la mayor cantidad de recursos finan-
cieros y que políticamente tiene ventaja debido a que se encuentra en la sede
de gobierno protagonizando acciones directas con influencia sobre el Minis-
terio de Educación y el gobierno central, dados tales antecedentes, el men-
cionado centro de formación docente se convirtió en la pieza clave de ejecu-
ción del Programa de Reforma Educativa.
Por una parte, el gobierno encomendó su administración, desde fines del año
1999, a la principal y más importante universidad del país: la Universidad
Mayor de San Andrés. Además, le dotó de un alto presupuesto, incomparable
134
hasta la fecha, para que desarrollara cambios organizativos e innovaciones
curriculares que redunden en beneficio de la calidad de la formación docen-
te. Durante seis años la universidad más importante del país cumplió esa ta-
rea en un clima institucional primero muy adverso, pero posteriormente
anuente a llevar adelante los cambios proyectados. Sin embargo hubo tam-
bién apoyo desde el principio, debido a que, al menos para la formación do-
cente de secundaria, la mayoría de los catedráticos que fueron contratados
por la universidad tenían preparación disciplinar avalada por los respectivos
títulos de licenciatura o superiores.
En noviembre del año 2005, estudiantes con los rostros cubiertos llamaron a
sus compañeros a abandonar las actividades académicas que se desarrollaban
en el Instituto Normal Superior Simón Bolívar de la ciudad de La Paz. Así,
la Federación de Estudiantes Normalistas encabezó la intervención de los
ambientes del I.N.S.S.B. exigiendo que el Ministerio de Educación llevara
adelante la llamada “institucionalización abierta”. En verdad, se trataba de
un pretexto. Pocos días después se hizo público otro discurso. La Federación
acusó a la administración delegada llevada a cabo por la Universidad Mayor
de San Andrés, de convertir al I.N.S. en un botín para docentes y autoridades
que hicieron de la educación un negocio. Acusó de negligencia, nepotismo,
salarios altos, prebendas, mala calidad pedagógica y un “manejo” millonario
de la U.M.S.A. que habría fracasado.
135
de dos funcionarios del Ministerio y desconocía, de manera categórica, los
Consejos Interinstitucionales constituidos en varias regiones.
136
El Honorable Consejo Universitario de San Andrés resolvió agilitar las ac-
ciones pertinentes tendientes a dejar la administración delegada. En un clima
de efervescencia y enfrentamientos verbales entre la Asociación de Docen-
tes, el Directorio, el Comité de Defensa Institucional y catedráticos de base,
estableció que la intervención estudiantil causaba “malestar en la comunidad
universitaria” y que se desarrollaba una campaña de desprestigio de la
U.M.S.A., de los docentes y de los estudiantes del I.N.S.S.B. Aceptó la re-
nuncia de la Directora General quien cumplió esas funciones por casi dos
años y nombró a su substituta.
Hasta febrero del año 2006, las acciones de cierre de la administración uni-
versitaria transcurrieron en un clima de tensa calma con eventuales erupcio-
nes de enfrentamiento.
31
En lo concerniente a la educación, en el primer año de gobierno de Evo Morales se reali-
zó el Congreso Nacional de Educación. Pese a haber sido postergado por más de dos
años se constituyó en un momento de pugna sectorial. Los representantes indígenas im-
pusieron una visión unilateral ocasionando el abandono y repudio del evento de varios
representantes, incluidos los de la universidad pública y la Iglesia católica.
138
gemónicas que cercenen las potencialidades educativas y la riqueza de la di-
versidad, se han sistematizado en los documentos del Ministerio de Educa-
ción. En lo concerniente a la percepción de los actores educativos de lo que
acontece cotidianamente en los centros de formación docente, fue recurrente
la opinión de que se convirtieran en universidades pedagógicas.
Los actores destacaron que en los INS se debería usar las tecnologías de in-
formación y comunicación, que los catedráticos debían ser seleccionados se-
gún su especialización científica considerando, además, su preparación pe-
dagógica. Respecto de la relación con las universidades se valoró sus fortale-
zas disciplinares señalándose la conveniencia de que los INS las compartan.
Con relación a los nuevos INS que impartirían formación docente a los futu-
ros profesores del nivel secundario32, se establecieron pautas referidas a los
principios de dicha formación inicial, los valores que el profesor debería in-
centivar y los perfiles del nuevo catedrático, del postulante al centro y del
egresado de la institución. Sobre los principios que deberían guiar tal forma-
ción, se enfatizó una educación humanística y técnica.
Por otra parte, los actores educativos remarcaron la necesidad de que los pro-
fesores estén predispuestos a la formación permanente actualizando conoci-
mientos disciplinares, experticias pedagógicas para un desempeño de calidad
y para la investigación. También se indicó que los INS deberían valorar las
culturas tradicionales y las lenguas nativas, proveyendo una sólida formación
ética que promueva la comunicación, el encuentro, el consenso y el respeto a
los derechos humanos. De esta manera, se generaría una síntesis de conoci-
miento moderno con el acervo originario, sin descuidar la educación produc-
tiva ni tecnológica.
32
Al respecto, véase mi libro publicado por el Instituto de Estudios Bolivianos, La transfor-
mación de la educación secundaria en Bolivia, pp. 148 ss.
139
También se mencionaron valores morales y profesionales. Entre los requisi-
tos que el nuevo catedrático de los centros de formación docente debería sa-
tisfacer, los actores educativos señalaron, una vocación profesional enrique-
cida con la investigación, la predisposición a renovar el desempeño con in-
novación, la responsabilidad de impartir una educación científica con pro-
yección política, cultural y ética; y el propósito de formar ante todo, agentes
del cambio social.
Respecto del perfil del postulante a los nuevos centros de formación docente,
los actores participantes en los eventos de deliberación el año 2004 señalaron
las condiciones psicológicas e intelectuales imprescindibles: por ejemplo, ri-
gor lógico, razonamiento matemático y competencia comunicativa con un
uso apropiado del lenguaje.
33
La transformación de la educación secundaria en Bolivia, pp. 145-6.
140
las necesidades de aprendizaje de los destinatarios ni a los desafíos sociales.
Varios docentes carecían de preparación disciplinar y científica y la evalua-
ción de su desempeño no seguía pautas institucionales adecuadas.
Resultó significativo, por otra parte, que los participantes denunciaran la in-
jerencia sindical en los INS como el factor de freno al cambio. Otros factores
que atentarían contra mejorar la calidad serían la ausencia de recursos eco-
nómicos suficientes y una normativa específica. Tampoco existirían políticas
nacionales, la coordinación gubernamental sería deficiente y las ofertas de
universidades privadas para que los profesores obtengan la licenciatura, ca-
recería de calidad académica. Prevalecería la idea entre los docentes, según
los actores, de que estudiar para ser profesor ofrecería la única ventaja de un
salario seguro en una actividad desvalorada socialmente.
Entender que desde los años ´50 del siglo XX, Bolivia ha mantenido un sis-
tema de formación docente complaciente con el gremio del magisterio y que
no ha podido, ni siquiera en la coyuntura de las grandes reformas estructura-
les de los años ´90, plasmar la forma y la esencia moderna de las universida-
des pedagógicas cristalizadas de varios modos en las experiencias históricas
de los países de la región, implica correlacionar los efectos de las prácticas
políticas sectoriales con el daño a largo plazo a la calidad de la educación.
34
Véase la Declaración Mundial de Educación para Todos: La satisfacción de las necesi-
dades básicas de aprendizaje. Jomtien, Tailandia, 1990. pp. 2-3.
144
Que se enfrente el analfabetismo no implica que el único nivel educativo sea
el de primaria, que se otorguen becas y facilidades de estudio a quienes no
tienen acceso al sistema escolarizado no implica destruir la educación priva-
da, que se amplíe la cobertura no significa aplastar la mínima calidad aca-
démica ni destruir la educación confesional; en fin, que se reconozcan y va-
loren las especificidades culturales, no implica que las identidades indígenas
tengan valor en sí por el sólo hecho de ser tradicionales y opuestas por defi-
nición al legado moderno. Al efectuar críticas en este sentido con el respaldo
histórico comparado correspondiente, se forja un valor intelectual agregado
al contenido teórico de la educación: el valor referido a su aplicación políti-
ca.
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158
Abstract
The text provides insight into the achievements and limitations of the chang-
es occurred on XXI century in Bolivia. These changes were in the teacher´s
training, creating traces of ideological and political characters, which are
identified and contrasted. In addition, the structure of our country, draw a
scenario constructed by the diachrony of the mentalities and the synchrony
of the state policies. This theoretical articulation shows the Education Re-
form of 1994, the Bolivian Education Code of 1955, and even the most dis-
tant relating to the indigenous education and the impulses of the modern lib-
eral ideology in early XX century, like relevant factors to understand educa-
tion and teacher´s training in our country. Also, there are in the text forces
and impetus of the subjectivities that builds realities, in a scenario of histori-
cal intersection where appears the structural analysis and the institutional or-
ganization and the hermeneutics of the collectivities. These factors allow us
to write scripts about the educational roles on the stage.
159
COMENTARIO
160
SOBRE EL AUTOR
También fue Director del Instituto Normal Superior Simón Bolívar, del Insti-
tuto de Estudios Bolivianos y de varias entidades educativas. Actualmente es
docente de postgrado y pre-grado con una trayectoria académica en la uni-
versidad pública de 21 años y en instituciones de educación superior, de 25
años de experiencia. Como docente de post-grado ha sido parte de programas
de educación a distancia, ha elaborado materiales de enseñanza programada
y fue tutor virtual, inclusive en programas internacionales. Ha realizado 30
proyectos de investigación y consultoría a nivel nacional e internacional.
También dirigió programas, cursos y proyectos de amplio alcance e impacto
académico, tecnológico e institucional.
161