Sayhuite
Sayhuite
Sayhuite
Sayhuite
Localización geográfica/administrativa
Cordillera Andes
Situación
País(es) Perú
Provincia Abancay
Distrito Curahuasi
Tipo Santuario
Cultura Inca
Mapa(s) de localización
Sayhuite
13°32′50″S 72°48′10″OCoordenadas:
Coordenadas
13°32′50″S 72°48′10″O (mapa)
Índice
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1Piedra de Saywite
2Bibliografía
3Referencias
4Véase también
5Enlaces externos
Piedra de Saywite[editar]
Piedra de Sayhuite
La piedra de Sayhuite es un gran bloque de granito de más o menos once metros de
circunferencia, cuatro de diámetro y casi dos y medio de alto, ornamentado en su mitad
superior con una serie de complejas y misteriosas figuras.
El monolito contiene más de doscientas figuras fitomorfas, zoomorfas, de
accidentes geográficos y construcciones humanas talladas en un aparente desorden y
aprovechando los relieves y depresiones naturales de la piedra. Se desconoce qué uso se
le daba, pero estando en un centro ceremonial lo probable es que tuviera una
significación religiosa, quizá una representación simbólica del universo o, como
sostiene Federico Kauffman Doig, estuviese relacionado con el culto del agua, una especie
de gigantesca paccha, habida cuenta de los receptáculos en los que podía empozarse
la lluvia. Los felinos esculpidos arriba serían, para este destacado estudioso
"representaciones naturalistas de Qhoa en actitud fertilizadora".
Otros, considerando que muchas figuras representan construcciones humanas, canales,
escalinatas, estanques, proponen que la piedra de Sayhuite fue una especie de plano o
croquis pétreo hecho por arquitectos incas para llevar el control de las obras hidráulicas
que realizaban.
La Piedra de Saywite
Debajo de esta estructura lítica hay pozos, canales y graderías que conducen
directamente hasta el centro poblado de Concacha, donde se hallan moldes de
menores dimensiones con superficies labradas que nos recuerdan las piedras
talladas de Kenqo, en Cusco, y Vilcashuamán, en Ayacucho.
La Piedra de Saywite
La piedra de Saywite es un gran bloque de granito de más o menos once metros de
circunferencia, cuatro de diámetro y casi dos y medio de alto, ornamentado en su
mitad superior con una serie de complejas y misteriosas figuras.
Debajo de esta estructura lítica hay pozos, canales y graderías que conducen
directamente hasta el centro poblado de Concacha, donde se hallan moldes de
menores dimensiones con superficies labradas que nos recuerdan las piedras
talladas de Kenqo, en Cusco, y Vilcashuamán, en Ayacucho.
Para algunos estudiosos se trata de una original creación de la mente indígena, que
ha dejado esculpidas y perennizadas algunas de sus más notables concepciones
religiosas sobree los problemas del agua y de la fertilización de las tierras.
Deidades
Como custodios de estos lugares sagrados están plasmados los felinos. Lo más
importante de este monumento arqueológico lo constituyen sus deidades
antropomorfas, generalmente dispuestos en “parejas” o dualidad en los puquiales o
fuente de agua. Algunos de estos seres mitológicos de mayor tamaño están
dispuestos simétricamente, como apuntando a los cuatro puntos cardinales.
Esta obra ha atraído la atención de los estudiosos Julio C. Tello, Squier y Doëring.
El primero en su expedición arqueológica de 1942 a Urubamba, hizo un estudio
detallado del monumento y levantó un plano preliminar de las figuras contenidas,
investigación que resulta inédita y que se guarda celosamente en el archivo de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Igualmente, Luis A. Pardo, ex director
del Museo Arqueológico del Cusco, tiene una interesante monografía sobre el
particular.