Diferencias y Similitudes Entre Los Contratos de Comisión
Diferencias y Similitudes Entre Los Contratos de Comisión
Diferencias y Similitudes Entre Los Contratos de Comisión
Este post lo vamos a dedicar al estudio de las diferencias y similitudes entre tres de los tipos de contratos que engloban los
Contratos de Colaboración Mercantil, el Contrato de Comisión, el Contrato de Agencia y el Contrato de Mediación
Comercial, por ser en la práctica la forma más habitual en la que los empresarios u operadores de comercio y agentes
económicos se organizan para el desarrollo de su actividad en el mercado y ser común tender al uso y aplicación de los
mismos de forma equívoca, pudiéndonos llevar a tener grandes consecuencias en un futuro que repercutan directamente
en nuestro negocio y nuestros beneficios se vean afectados por ello, ya que cuando las cosas marchan bien, el contrato
negociado y firmado está ahí pero, cuando hay un pequeño contratiempo, todos acudimos rápidamente al contrato y
siendo éste el adecuado para el negocio concreto que se esté llevando a cabo, nos evitará de problemas futuros,
protegiendo nuestro negocio.
Para ponernos en situación podemos definir los Contratos de Colaboración Mercantil como aquellos contratos mercantiles
por los que operadores de mercado se comprometan a realizar ciertos trabajos o prestar ciertos servicios para otro
empresario u operador de mercado, durante un tiempo determinado, sin establecerse nunca una relación laboral entre
ambas partes, si uno de los operadores fuese persona física.
Dentro de los Contratos de Colaboración Mercantil ponemos enunciar y definir los siguientes tipos:
Contrato de Comisión: Es el contrato considerado como, el mandato que tenga por objeto la realización de un acto
u operación de comercio, conferido por una parte, denominada comitente, a otra, denominada comisionista, de
manera ocasional o puntual a cambio de una remuneración, que se obliga a realizar dicho mandato por cuenta de
otros pero en nombre propio, generalmente, asumiendo el riesgo de tales operaciones.
Contrato de Agencia: Aquel contrato por el cual una persona natural o jurídica, denominada agente, se obliga
frente a otra, denominada empresario, de manera continuada o estable a cambio de una remuneración, a promover
actos u operaciones de comercio por cuenta ajena o promoverlos y concluirlos por cuenta y en nombre ajenos, como
intermediario independiente, sin asumir, salvo pacto en contrario, el riesgo y ventura de tales operaciones. Destacar
aquí la inexistencia de relación laboral entre el agente y el empresario.
Contrato de Mediación: Es el contrato por el cual una de las partes, denominada mediador, se obliga, a cambio de
una remuneración, a promover o facilitar la celebración de un determinado contrato entre la otra parte, empresario u
operador de mercado, y un tercero, que tendrá que buscar al efecto. Este tipo de contrato también es conocido o
denominado como contrato de corretaje.
Contrato de Distribución: Acuerdo por el cual una de las partes, denominada distribuidor, actúa como empresario
independiente, asumiendo el riesgo de las operaciones que realiza y obligándose a adquirir de la otra, denominada
proveedor o fabricante, bienes o servicios para comercializarlos de manera duradera y estable, con o sin exclusividad.
Contrato de Concesión: Decimos del contrato por el cual el distribuidor, denominado concesionario, pone su
establecimiento al servicio de un proveedor o fabricante, denominado concedente, para comercializar, en régimen de
exclusividad y bajo directrices y supervisión de éste, bienes y servicios en una zona geográfica determinada.
Contrato de Franquicia: Contrato por el cual el titular de la franquicia, denominado franquiciador, cede al
distribuidor, denominado franquiciado, el derecho a explotar en beneficio de éste un sistema de comercialización de
bienes o servicios, bajo los signos distintivos y la asistencia técnica permanente del franquiciador, a cambio de una
compensación económica y del compromiso de ajustarse en todo momento a las reglas de actuación establecidas.
Contrato Estimatorio: El contrato por el cual una de las partes, operador de mercado o empresario, entrega
determinados bienes muebles materiales, cuyo valor se estima en una cantidad cierta, a otra, vendedor-intermediario
o similar, que se obliga a procurar su venta en el plazo fijado y, al término del mismo, a pagar el precio estimado de las
cosas vendidas y restituir las no vendidas.
Contrato de Participación: Por este contrato una persona, llamada partícipe, se obliga a entregar dinero, bienes o
derechos patrimoniales a otra, un operador del mercado, llamado gestor, para destinarlos a una determinada
actividad económica en condiciones convenidas. El partícipe tendrá derecho a percibir del gestor el porcentaje
pactado sobre los beneficios de dicha actividad económica, en las fechas convenidas en el contrato, y, a falta de pacto,
al término de cada ejercicio. Por el contrato de participación no se crea un patrimonio común ni una personalidad
distinta de las que son partes del mismo.
Entrando a comentar las dos cuestiones principales objeto de estudio en esta entrada, por un lado, las diferencias y por
otro lado, las similitudes entre estos tres tipos de contratos, Comisión, Agencia y Mediación decir que éstos a pesar de
pertenecer al mismo grupo, a los Contratos de Colaboración Mercantil, tienen diferencias y muy importantes entre sí.
La primera diferencia la encontramos en la regulación legal ya que el contrato de comisión que viene regulado
principalmente en nuestro Código de Comercio de 1885, en su Libro II. De los Contratos Especiales del Comercio, Título
III. De la Comisión Mercantil, en sus artículos 244 a 280; el contrato de agencia, mediante una ley especial, la Ley
12/1992, de 27 de mayo, sobre el Contrato de Agencia que transpone la Directiva 86/653/CE, relativa a la coordinación de
los derechos de los Estados miembros en lo referente a los agentes comerciales independientes; y el contrato de
mediación, que hasta el momento carece de regulación legal y se rige por la legislación mercantil y la jurisdicción civil y
mercantil.
La segunda diferencia la encontramos en la perfección de los contratos debido a las diferentes modos de perfeccionarse
los mismos, el contrato de comisión decimos que se perfecciona por la aceptación del comisionista del encargo
encomendado por el comitente, ya sea de forma expresa o de forma tácita, realizando alguna gestión del desempeño del
encargo recibido, actuando por cuenta y encargo del comitente, pero en nombre propio, que es lo habitual, asumiendo el
comisionista los riesgos de la operación o por cuenta y en cargo del comitente y en nombre de este último, siempre que
ello fuese acordado así; en contrato de agencia, por el contrario se perfecciona cuando transcurridos quince días desde
que el empresario presenta al agente de la actividad profesional a desarrollar objeto del contrato y el empresario
comunica al agente la aceptación o rechazo de la operación o actividad profesional a desarrollar comunicada, aquí el
agente realiza la operación por cuenta y encargo del empresario y en nombre del mismo, asumiendo el empresario el
riesgo y ventura de la operación y por último, el contrato de mediación, que se perfecciona cuando el mediador comunica
su consentimiento a la otra parte, mandante, obligándose a poner en relación a su mandante con un tercero para celebrar
o concluir un negocio jurídico.
La tercera diferencia entre los tres tipos de contratos de colaboración que venimos analizando la podemos encontrar en
el objeto del contrato debido a que en el contrato de comisión una parte, comisionista, se obliga a prestar algún servicio o
a hacer alguna cosa, por cuenta ajena y en nombre propio; en cambio, en el contrato de agencia, su objeto se centra en la
promoción de actos u operaciones de comercio que debe realizar el agente o promover y concluir, pero siempre por cuenta
y en nombre ajenos; y en el contrato de mediación, el mediador se obliga a poner en relación a su mandante con un
tercero, sin estar ligado a ninguna relación de dependencia, es decir, por cuenta ajena y en nombre propio.
La cuarta diferencia la encontramos en los sujetos ello es debido a que en el contrato de comisión el comisionista se
obliga a ejecutar encargos o mandatos por cuenta del comitente y pueden ser en nombre del comitente, obligándose este
último con el tercero que se contrate o en nombre propio y será el propio comisionista el que se obligue con el tercero,
quedando el comitente libre de cualquier obligación para con ese tercero, de manera ocasional y puntual y la única
obligación que tiene el comitente sería abonar al comisionista el precio de la comisión pactado más los gastos y
desembolsos que puedan darse en la realización de dicho encargo; en cambio, por el contrato de agencia el agente se
obliga a promover actos y operaciones de comercio frente a la otra parte, empresario, sin asumir ningún tipo de riesgo y
ventura por la ejecución de tales operaciones, de manera duradera y estable y a cambio de una remuneración pero, sin
derecho al reembolso de los gastos que le hubiese originado el ejercicio de su actividad profesional; y por último, el
contrato de mediación, por el cual el mediador, se obliga a realizar la actividad de intermediación necesaria para lograr la
conclusión del negocio que ha sido encomendada, a cambio de la retribución que recibirá de su mandante y del tercero con
quien relacione a dicho mandante, sin asumir ningún tipo de riesgo y ventura, de manera puntual y teniendo derecho al
abono de los gastos que pudiesen haberse producido por parte del mandante.
La quinta diferencia, la localizamos en las garantías porque en el contrato de comisión el comisionista y el comitente en
caso de concurso de acreedores, disfrutan del juego del privilegio, debiendo pagarse al comisionista con preferencia a los
acreedores del comitente y viceversa, quedando garantizados los derechos del comitente sobre los efectos que por su
cuenta se hallen en poder del comisionista, excluyendo esos efectos de la masa del concurso; en el contrato de agencia, la
garantía principal es el pacto de no competencia, limitando las actividades profesionales a desarrollar por el agente; y el
contrato de mediación, tiene como garantía, que independientemente de que la mediación llevada a cabo de resultado o
no, el mediador recibirá su retribución correspondiente.
Por último, la sexta diferencia, la encontramos en la extinción de los contratos, pero con un matiz, y es que solo dos de
los tres tipos objeto de análisis de esta entrada, comisión y agencia, a pesar de que comparten algunas causas como,
cumplimiento del plazo de duración del contrato, desistimiento unilateral o libre revocabilidad o por muerte o declaración
de fallecimiento, se terminan por causas muy dispares, ya que la comisión finalizaría por el cumplimiento de encargo o
mandato o por imposibilidad sobrevenida de llevarlo al efecto y en el contrato de agencia, se extinguiría por
incumplimiento de las partes de cualquiera de sus obligaciones o por declaración de concurso. Aquí, incluir como matiz la
indemnización por clientela que el empresario debe pagar al agente si éste ha incrementado sustancialmente la clientela y
una vez extinguido el contrato, el empresario continúa percibiendo beneficios y ventajas sustanciales de dicha clientela.
Por otro lado, por lo que a las similitudes o símiles de estos tres tipo de contratos de colaboración mercantil, contrato de
comisión, agencia y mediación, se refiere decimos que encontramos la primera similitud en la regulación legal futura ya
que es merecedor apuntar que estos tres tipos de contratos estarán regulados por el mismo cuerpo normativo en un futuro
muy próximo ya que el Anteproyecto de Ley del Código Mercantil, regula estos tres tipos de contratos dentro de su Libro
V. De los Contratos Mercantiles en Particular, Titulo IV. De los Contratos de Colaboración, Capítulos I, II y IV, que entrará
en vigor antes de finalizar el presente año.
La segunda similitud es la forma que adquieren los mismos, ya que estos tres tipo de contratos que venimos analizando
son contratos consensuales y la forma que estos contratos adopten es la que las partes acuerden, prevaleciendo siempre el
principio de libertad de pactos, formalizándose de manera verbal o escrita y de ser escrita esta puede ser en soporte papel
o en soporte electrónico. Al no exigirse por Ley que su formalización sea por escrito para su validez, las partes pueden
formalizarlo por escrito en el momento de celebración del contrato o con posterioridad a la celebración del mismo, así
como cualquiera de sus modificaciones, debiéndose firmar por todas las partes y en tantos ejemplares como partes haya.
La tercera similitud la observamos en los requisitos que deben tener los contratos para que éstos sean efectivamente
válidos, ya que si algún contrato no cumple la regla general contenida en el artículo 1.261 del Código civil, con base en el
siguiente literal, no sería válido ni podría celebrarse entre las partes:
“No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes:
1º. Consentimiento de los contratantes.
Así las cosas, decimos que el contrato de comisión es válido cuando el comitente formula el encargo y el comisionista lo
acepta, siendo ese mandato un acto u operación de comercio y se obligue el comitente a pagar un precio al comisionista
una vez que haya realizado el encargo y la única particularidad que encontramos aquí es la provisión de fondos que en
caso de ser necesaria para la realización del mandato el comitente deberá poner a disposición del comisionista una
cantidad de dinero al efecto; del mismo modo, para que el contrato de agencia sea válido tiene que darse el consentimiento
de los contratantes, de manera directa o indirecta, ya que en este tipo de contrato el empresario presenta la operación al
agente y el empresario es el que pasado un tiempo prudencial para haber estudiado al agente que le ha propuesto realizar
la operación, es el que acepta que el agente preseleccionado sea el que lleve a cabo dicha operación, por lo que aquí el
consentimiento del agente es indirecto, el objeto debe ser un acto u operación de comercio que el agente realice por cuenta
del empresario y el agente reciba a cambio una remuneración del empresario; y en el contrato de mediación se deben
producir los mismos tres requisitos para que sea válido, obligándose el mediador a promover o facilitar la celebración del
negocio jurídico presentado por el mandante, entre el propio mandante y un tercero, cuya promoción o intermediación es
el objeto del contrato y a cambio de un precio que recibirá el mediador de su mandate y el tercero.
La cuarta similitud la encontramos en la duración del contrato, ya que decimos que para establecer la duración de los
tres tipos de contratos que venimos estudiando prima el principio de autonomía de la voluntad de las partes o de libertad
de pacto entre las partes, por lo que el plazo de duración será el que las partes acuerden para que el comisionista, el agente
o el mandante puedan realizar el objeto cierto y propio de cada tipo de contrato por el que cada una de estas partes se ha
obligado.
La quinta similitud la encontramos en las obligaciones que tienen las partes en cada uno de estos tres tipos
contractuales, comisión agencia y mediación, ya que en los tres tipos encontramos como obligación principal del
comisionista, agente o mediador a la realización o desempeño del mandato o encargo realizado por el comitente,
empresario o mandante respectivamente, y estos últimos a satisfacerles un precio a la conclusión del mismo. No obstante
lo anterior, haciendo un análisis más exhaustivo de las mismas, encontramos diferentes obligaciones secundarias para
cada una de las mismas.
Por último, el sexto símil entre estos contratos se deduce a la hora de analizar el precio que se establece en los mismos ya
que, todos ellos coinciden en que el precio o remuneración del comisionista, agente o mediador se fijará por mutuo
acuerdo de las partes, primando el principio de autonomía de la voluntad de las partes y en caso de falta de pacto expreso,
éste de determinará de acuerdo a los usos de la práctica del mercado del lugar dónde se desarrolle el objeto del contrato y
de no existir, el que fuera razonable teniendo en cuenta las circunstancias que hayan concurrido en el desarrollo del
mandato. Apuntar aquí, que tanto en el contrato de comisión como en el de agencia, el comisionista y el agente pueden
recibir derechos de cobro de garantía o comisiones de garantía, además de la comisión o precio ordinario, lo que eximiría
al comitente o empresario de asumir riesgo o ventura por el encargo encomendado.
Por todo lo expuesto, podemos concluir la suma importancia la elaboración y negociación del tipo de contrato adecuado al
caso concreto, analizando y estudiando previamente el proyecto o encargo que se vaya a desarrollar y características que
complementen al mismo y así, se desarrolle correctamente la colaboración y se eviten problemas a futuro, porque a pesar
de pertenecer al mismo tipo de contratos, Contratos de Colaboración Mercantil, ellos entre sí tienen diferencias y muy
importantes en la práctica.
Contratos mercantiles
El contrato mercantil, es el contrato celebrado entre dos partes (contrato bilateral o multilateral), que consienten en
obligarse a la realización de un servicio o la realización de un objeto u obra determinada y la otra a pagar por ello, un
precio cierto, rigiéndose por el código mercantil o código de comercio y supletoriamente por el código civil.
Contratos mercantiles
El contrato mercantil es aquel contrato celebrado entre dos partes con el fin de obligarse en dar o hacer alguna cosa
sujetándose a las normas del código de comercio.
Contrato de Franquicia
El contrato de franquicia, es un contrato que establece inicialmente, un método de colaboración contractual entre dos
empresas jurídica y económicamente independientes.
Dicha relación en virtud de la cual, una de ellas (empresa franquiciadora o franquiciador), que es titular de determinada
marca, patente, método o técnica de fabricación o actividad industrial y comercial previamente prestigiados en el
mercado, concede a la otra (empresa franquiciada o franquiciado) el derecho a explotarla, por un tiempo y zona
delimitados y bajo ciertas condiciones de control, a cambio de una prestación económica, que suele articularse mediante la
fijación de un canon inicial, que se complementa con entregas sucesivas en función de las ventas efectuadas (canon o
royalties). (Sentencia del Tribunal Supremo de 30 de abril de 1998).
Para que el franquiciado pueda ejercitar el derecho al desarrollo del modelo de empresa, necesariamente deberán
transmitirse, a título de licencia, aquellos derechos de exclusiva -patentes, marcas, know-how o derechos asimilados- que,
integrados en el establecimiento del franquiciador, caracterizan su concreto modelo de empresa.
La experiencia muestra que la declaración de voluntad del empresario de resolver un contrato de agencia desencadena la
inmediata reacción del agente de reclamar las indemnizaciones tipificadas en los artículos 28 y 29 de la Ley del Contrato
de Agencia (en adelante, LCA) y, en concreto, las indemnizaciones por clientela y por gastos de inversión no amortizados.
Asimismo, es frecuente que el empresario que haya decidido prescindir de los servicios del agente resuelva el contrato con
efectos inmediatos para impedir que su clientela quede desatendida por un agente desincentivado o sea reconducida por el
agente hacia un empresario competidor.
Por ello, en no pocas ocasiones, el empresario insta la resolución del contrato infringiendo los plazos de preaviso previstos
en el artículo 25 de la LCA.
Esto origina a su vez que el agente reclame indemnizaciones por lucro cesante equivalente a las remuneraciones que
hubiera recibido de haber continuado prestando sus servicios durante el plazo de preaviso infringido.
El artículo 28 de la Ley del Contrato de Agencia establece que cuando se extingue el contrato de agencia, bien sea por
tiempo determinado o indefinido, el agente tendrá derecho a una indemnización por clientela siempre que concurran una
serie de requisitos que, según la jurisprudencia, tienes un carácter acumulativo.
Cuando el comisionista contrate en nombre propio, no tendrá necesidad de declarar quién sea el comitente, y quedará
obligado de un modo directo, como si el negocio fuese suyo, con la persona con quienes contratare, las cuales no tendrán
acción contra el comitente, ni éste contra aquélla, quedando a salvo siempre las que respectivamente correspondan al
comitente y al comisionista entre sí.
Se entenderá aceptada la comisión siempre que el comisionista ejecute alguna gestión, en el desempeño del encargo que le
hizo el comitente, que no se limite a prestar la debida diligencia en la custodia y conservación de los efectos que el
comitente le haya remitido.
Si la venta se hiciere sobre muestras o determinando calidad conocida en el comercio, el comprador no podrá rehusar el
recibo de los géneros contratados, si fueren conformes a las muestras o a la calidad prefijada en el contrato.
En el caso de que el comprador se negare a recibirlos, se nombrarán peritos por ambas partes, que decidirán si los géneros
son o no de recibo.
En las comprar de género que no se tengan a la vista ni puedan clasificarse por una calidad determinada y conocida en el
comercio, se entenderá que el comprador se reserva la facultad de examinarlos y de rescindir libremente el contrato si los
géneros no le convinieren.
También tendrá el comprador el derecho de rescisión si por pacto expreso se hubiere reservado ensayar el género
contratado.
Los comerciantes podrán encomendar a otras personas, el desempeño constante en su nombre y por su cuenta, de alguna
o algunas gestiones propias del tráfico a que se dediquen, en virtud de pacto escrito o verbal; consignándolo en sus
reglamentos y comunicándolo a los particulares.
Los deudores que demoren el pago de sus deudas después de vencidas, deberán satisfacer desde el día siguiente al
vencimiento el interés pactado para este caso o, en su defecto, el legal.
Los intereses vencidos y no pagados no devengarán intereses. Los contratantes podrán, sin embargo, capitalizar los
intereses líquidos y no satisfechos, que, como aumento del capital, devengarán nuevos réditos.
Las entregas a cuenta, cuando no resulte expresa su aplicación se imputarán en primer término al pago de intereses por
orden de vencimiento y después al capital.
También se le denomina Arrendamiento con opción de compra. La entidad de Leasing es la titular dominical del bien,
frente a cuyo embargo puede oponer con éxito la tercería de dominio.
En el contrato de leasing, concurren tres partes diferenciadas, la empresa de leasing que financia la operación conjunta y
celebra con el proveedor el contrato de compraventa y con el usuario el de arrendamiento con opción de compra, el
proveedor que ha celebrado el anterior contrato de compraventa y entrega la cosa al usuario y por último, el usuario , que
celebra el contrato con la empresa de leasing, y recibe la cosa del proveedor, normalmente elegida por él mismo.
Pasado el plazo estipulado o el de costumbre, y no constando en el contrato de fletamento cláusula expresa que fije la
indemnización de la demora, tendrá derecho el capitán a exigir las estadías y sobreestadías que hayan transcurrido en
cargar y descargar.
Contrato de seguro
El contrato de seguro es aquel por el que el asegurador se obliga, mediante el cobro de una prima y para el caso de que se
produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al
asegurado o a satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas.
Las condiciones generales, que en ningún caso podrán tener carácter lesivo para los asegurados, habrán de incluirse por el
asegurador en la proposición de seguro si la hubiere y necesariamente en la póliza de contrato o en un documento
complementario, que se suscribirá por el asegurado y al que se entregará copia del mismo.
Las condiciones generales y particulares se redactarán de forma clara y precisa. Se destacarán de modo especial las
cláusulas limitativas de los derechos de los asegurados, que deberán ser específicamente aceptadas por escrito.
Contrato de factoring
El contrato de factoring, es aquel en que el factor adquiere en firme de los productores los créditos de que son titulares
contraclientes o compradores, garantizando su satisfacción y prestando servicios complementarios de contabilidad,
estudios de mercado, investigación de la clientela, etc., a cambio de una retribución, a lo que puede agregarse una
posibilidad de financiación mediante anticipos con devengo de intereses.
Una vez constituida la compañía mercantil, tendrá personalidad jurídica en todos sus actos y contratos.
Las compañías mercantiles se regirán por las cláusulas y condiciones de sus contratos mercantiles y, en cuanto en ellas no
esté determinado y prescrito, por las disposiciones de este Código.