Gilbert - Ryle Apuntes para Un Seminario
Gilbert - Ryle Apuntes para Un Seminario
Gilbert - Ryle Apuntes para Un Seminario
Ps Jaime E Vargas M
CONTENIDO:
1. El Concepto de la Mente, en el
Pensamiento de Gilbert Ryle.
Alex Scout (2003)
3. Re-introduciendo El Concepto de
Mente
Daniel C. Dennett
6. Disposiciones
Michael Fara (2006)
El Concepto de la Mente, en el pensamiento de Gilbert Ryle.
1. Gilbert Ryle (1900-76) fue un filósofo que enseñó en Oxford y quien hizo
importantes contribuciones a la filosofía de la mente y a la “filosofía del lenguaje
ordinario”. Sus escritos más importantes incluyen los libros: Philosophical
Arguments (1945), The Concept of Mind (1949), Dilemas (1954), Plato’s Proggress
(1966) y On Thinking (1979).
2. El libro The Concept of Mind (1949) es una crítica a la idea de que la mente es
distinta del cuerpo y es un rechazo de la teoría que afirma que los estados
mentales son independientes de los estados físicos. De acuerdo con Ryle, la teoría
clásica de la mente, como se presenta en el racionalismo Cartesiano, asegura que
hay una distinción básica entre lo mental y lo material. Sin embargo, esta teoría
clásica cae en un “error categorial”, cuando intenta analizar la relación entre la
“mente” y el “cuerpo”, como si fueran términos pertenecientes a la misma
categoría lógica. Esta confusión de categorías lógicas puede observarse en otras
teorías sobre la relación entre mente y materia. Por ejemplo, la teoría idealista de
la mente efectúa un error categorial cuando intenta reducir la realidad física al
mismo estatus de la realidad mental. La teoría materialista de la mente esta en un
error categorial básico cuando intenta reducir la realidad mental al mismo estatus
de la realidad física.
3. Ryle rechaza la teoría de Descartes sobre la relación entre mente y cuerpo en base
a que esta investigación enfoca los procesos mentales como si estos pudieran
separarse de los procesos físicos. Para demostrar el equívoco de la teoría, él nos
explica que saber cómo ejecutar un acto habilidosamente, no solo es cosa de ser
capaz de razonar prácticamente, sino también es cosa de ser capaz de poner en
acción el razonamiento práctico. Las acciones prácticas no necesariamente son
producto de razonamiento teórico especializado o de secuencias complejas de
operaciones intelectuales. El significado de las acciones no se explica haciendo
inferencias acerca de procesos mentales ocultos, se explica examinando las reglas
que gobiernan esas acciones.
4. De acuerdo con Ryle, los procesos mentales son meros actos inteligentes. No hay
procesos mentales diferentes de los actos inteligentes. El funcionamiento de la
mente no está meramente representado por los actos inteligentes, consiste
exactamente en esos actos inteligentes. Así, aprender, recordar, imaginar, saber o
desear, no son meras pistas o manifestaciones de procesos mentales ocultos o
secuencias complejas de operaciones intelectuales, son la forma en que se definen
esas operaciones intelectuales o esos procesos mentales. Las proposiciones lógicas
no son meras pistas de los modos de razonamiento, son esos modos de
razonamiento, en sí mismos.
5. Consecuentemente se trata de una equivocación cuando la teoría racionalista
indica que la voluntad es una facultad de la mente y que nuestras decisiones son
procesos mentales que el cuerpo humano transforma en actos físicos. Esta teoría
equivocadamente asume que los actos mentales son diferentes de los actos físicos
y que hay un mundo mental que es distinto del mundo físico. Esta teoría de la
separación de la mente y el cuerpo es descrita por Ryle como “el dogma del
fantasma dentro de la máquina”. Él nos explica que no hay ninguna entidad oculta
que sea “la mente”, dentro de un aparato mecánico llamado “el cuerpo”. Las
actividades de la mente no son mecanismos independientes que gobiernen las
actividades del cuerpo. Las actividades de la mente no son diferentes de las
acciones del cuerpo y pueden reformularse para una mejor comprensión de la
actividad corporal (la conducta).
6. No hay ninguna contradicción cuando se dice que una acción es gobernada por
leyes físicas y cuando se afirma que la misma acción es gobernada por los
principios del razonamiento. Las motivaciones de las acciones observables no son
los procesos mentales ocultos, existen propensiones o disposiciones que nos
explican porqué ocurren estas conductas. Por ejemplo, la disposición de querer o
no querer algo, no se explica por un acto intelectual de querer o no querer tal
cosa. La disposición de querer algo se explica por las conductas que están
involucradas en querer ese algo. Así, la mente consiste de diversas habilidades o
disposiciones que explican comportamientos como el aprendizaje, la memoria, el
conocimiento, los sentimientos o la voluntad. No obstante, las disposiciones o
habilidades personales no son lo mismo que los procesos mentales. Referirse a las
habilidades o disposiciones como si fueran ocurrencias mentales es caer en un tipo
básico de error categorial.
7. La naturaleza de los motivos personales puede definirse por las acciones y
reacciones de esa persona, en varias circunstancias o situaciones. La naturaleza
de las motivaciones de las personas en una situación particular no necesariamente
esta determinada por algunos procesos mentales o intelectuales ocultos, dentro
de la persona. Los motivos pueden revelarse o explicarse a través del
comportamiento de la persona en una situación.
8. Ryle critica la teoría que indica que la mente es un lugar donde se aprehenden las
imágenes, se perciben y se recuerdan. Las sensaciones, los pensamientos y los
sentimientos no pertenecen a un mundo mental que sea distinto del mundo físico.
El conocimiento, la memoria, la imaginación y otras habilidades o disposiciones, no
residen “dentro” de la mente, como si la mente fuera un espacio en el que estas
disposiciones pudieran alojarse. Más aún, las disposiciones no son lo mismo que
los actos conductuales, pero estos actos pueden si ser explicados mediante las
disposiciones.
9. Las disposiciones no son visibles ni están escondidas, pues no tienen la misma
categorización lógica que las acciones conductuales. Las disposiciones no son
procesos mentales o actos intelectuales, son propensiones que explican diversos
modos de comportamiento. Las percepciones, los pensamientos, las emociones y
los sentimientos pueden comprenderse como comportamientos observables que
poseen varios modos de producción.
10. Ryle admite que su enfoque ante la teoría de la mente es conductista, ya que se
opone a la teoría de que existen procesos mentales ocultos que son diferentes a
los comportamientos observables. Su enfoque se basa en ver a las acciones como
el pensamiento, el recuerdo, los sentimientos y las voliciones como la revelación
de modos de comportamiento o mediante disposiciones o modos de conducta. Sin
embargo, al mismo tiempo, critica tanto la teoría Cartesiana como la teoría
conductista por ser abiertamente mecanicistas. Mientras la teoría cartesiana
insiste en que los eventos mentales ocultos producen las respuestas conductuales
del individuo conciente, el conductismo insiste en que mecanismos estímulo-
respuesta producen las respuestas conductuales del individuo conciente. Ryle
concluye que tanto la teoría cartesiana como la teoría conductista resultan
demasiado rígidas para proporcionar una explicación adecuada del concepto de la
mente.
ANÁLISIS
ANTECEDENTES
CONOCIMIENTO Y CREENCIA
EL SELF Y LA AUTO-CONCIENCIA
Self: El concepto de uno mismo es una ilusión creada por el uso de la expresión
“yo”, que falsamente se piensa que se refiere a algo.
Auto-conocimiento: Se trata de conductas ordenadas en “niveles” altos y bajos.
Los niveles altos son expresiones estudiadas acerca de uno mismo.
VENTAJAS
DESARROLLOS POSTERIORES
51. Si la mente existe como existe el mundo, deberíamos poder percibirla en forma
similar e infalible (p.148)
52. Una observación directa mediante la introspección conciente, es lo que se ofrece
como prueba de la existencia de la mente, separada del cuerpo (p.149)
53. Negar la existencia de este conocimiento directo significaría que en principio
podemos conocer otras mentes, tan bien como la nuestra propia (p.149)
54. La palabra ‘conciente’ podría traducirse como descubrir, atender, notar y otros
términos simples (p.150-1)
55. Los filósofos parecen asumir que al hacer cosas, también estamos concientes de
los eventos mentales que contienen las cosas que hacemos (p.152)
56. No se piensa que estemos concientes de dos cosas, sino que las cosas que
hacemos ‘resplandecen’ en nuestra conciencia (p.152)
57. El origen de esta concepción de la conciencia probablemente está en la necesidad
de los Protestantes de afirmar la existencia de una ‘luz interna’ o conciencia
privada (p.152-3)
58. Negar la conciencia no es negar que sepamos lo que sabemos, ya que esto es
sabido gracias a las disposiciones que nos lo explican (p.154)
59. Nadie alega que estar conciente de algo nos da alguna autoridad como la teoría
dualista afirmaría) (p. 154-5)
60. La conciencia de algo (digamos una luminosidad) no es lo mismo que saber algo
acerca de ella (que es un rayo, por ejemplo) (p.155)
61. Nosotros nos equivocamos respecto a nuestros propios estados mentales (como
cuando soñamos), aunque esto debería ser lógicamente imposible (p. 155-6)
62. Si se supone que debería estar conciente de mis actos concientes, este argumento
nos llevaría a una regresión absoluta (p.156)
63. Se dice que ocasionalmente podríamos ‘introspeccionarnos’, que es algo perfecto,
privado y que no requiere de ningún órgano (p.157)
64. La introspección requiere de una atención doble, que podría ser posible, pero no
en todas las ocasiones (p. 158)
65. Los psicólogos suelen confiar en la introspección, pero la evidencia con la que
cuentan es conflictiva o inexistente (p. 158-9)
66. No podemos introspeccionar el pánico, el enojo o el disfrute de un chiste, aunque
no sabemos menos de estos estados que de otros (p.159)
67. Podemos dar cabida a la existencia de la retrospección, que no necesita de
entradas múltiples o de una mente fría (p. 159)
68. La retrospección no difiere en principio de lo que sería la observación de cualquier
comportamiento físico (p. 160)
69. Mi mente es “mi habilidad y proclividad de hacer ciertas cosas”, y no una parte
separada de mi ser (p. 161)
70. El uso de la palabra “mente” lleva a una confusión lógica y sería mejor utilizar la
palabra “persona” como lo hacen los novelistas (p. 161)
71. Aprendo sobre el comportamiento silencioso (mío y de otros) al observar las
acciones (como las que efectúa un buen jugador de ajedrez) (p. 162)
72. Parte del significado de la palabra “entendido” es que su comprensión (o la mía)
puede ser verificada [Positivismo Lógico] (p.163)
73. Lo conciente carente de ejecución no sería conocimiento, pero la ejecución sin la
conciencia sí lo sería (p. 163)
74. Es más difícil conocer las inclinaciones de una persona que sus competencias,
aunque en principio, se trata de lo mismo (p. 164)
75. Detectar a los hipócritas, los charlatanes y los actores también es difícil, pero son
detectables, dependiendo de su comportamiento genuino (p. 165-6)
76. El que una persona ‘sepa lo que hace’ también se exhibe mediante su
comportamiento y no por su conciencia (p. 166-9)
77. En una cadena de razonamiento o al expresar una frase, el estar conciente es la
habilidad de completar exitosamente la operación (p. 170)
78. Resulta más revelador de una persona sus expresiones espontáneas, cosa que no
hace de ellas una ventana para ver el alma (p. 173-7)
79. Los problemas sobre el elusivo concepto de “uno mismo” pueden surgir, cuando se
espera que todos los pronombres tengan referencia (p. 178-9)
80. “Yo” es un término indexado, como decir “hoy” o “ahora”, “aquello”, “aquí” o
“esto” (p. 179)
81. La expresión “yo” puede o no referirse a mi cuerpo, pero se puede inferir que una
persona es un conjunto de diferentes aspectos (p.181)
82. Decir “me percaté que estaba dormido” es una expresión que contiene dos
sentidos diferentes de un término indexado y no dos diferentes términos (p. 181)
83. Diferentes sentidos de la expresión “yo” se pueden encontrar en acciones de ‘alto
orden’ o de ‘bajo orden’, cuando yo juega dos papeles (p. 182-5)
84. Es posible percatarse de varias cosas en la conciencia de alto orden y esto es a lo
que denominamos “auto-conciencia” (p. 185)
85. Es fácil caer en el error al hacer juicios de alto orden sobre uno mismo o sobre otra
persona (p. 185)
86. Una auto-conciencia completa es imposible, pues los comentarios de alto orden
pueden hacerse sobre cualquier cosa, menos sobre ellos mismos (p. 186-7)
87. Pareciera que tenemos Libre Albedrío pues carecemos de completa conciencia de
nuestros propios actos, aunque podamos conocer de las acciones de otros (p. 187-
8)
88. Nunca puedo saber por adelantado lo que pensaré en seguida, por lo que me
parecerá misterioso e inesperado (p. 188)
89. Al hablar sobre mí, estoy usando lenguaje público y retorciéndolo para referirme a
mí [no hay lenguaje privado] (p. 189)
Daniel C. Dennett
Department of Philosophy and Center for Cognitive Studies
1. Históricamente, Gilbert Ryle acuñó la idea de saber como para la primera línea del
pensamiento filosófico en epistemología y filosofía de la mente. En su libro
The Concept of Mind, Ryle proclamaba que todo el comportamiento humano
relevante para la psicología, podía ser explicado en términos de saber como. Ryle
proponía un enfoque disposicional para el conocimiento de saber como, que ahora
se encuentra ampliamente desacreditado. En las propias palabras de Ryle:
“Al querer juzgar si la ejecución de alguien es inteligente o no lo es, tenemos, en
cierta manera que ver más allá de la ejecución en sí misma. Ahí no hay una
ejecución particular, abierta o interna, que no pudiera ser ejecutada
accidentalmente o de manera ‘mecánica’ por un idiota, un sonámbulo, una
persona en pánico, demente o delirante o incluso, podría ser, por un perico. Pues
si vemos más allá de la ejecución, tendríamos que considerar las habilidades y
propensiones de esa persona y de las que su ejecución no es más que una
actualización de ellas. Nuestra búsqueda no es de las causas (y no de las causas
ocultas), sino de las capacidades” (Ryle, 1949, p. 45).
2. Uno puede encontrar en la literatura, cuatro críticas generales al enfoque de Ryle:
(1) Un análisis disposicional sostiene que uno está dispuesto a actuar de cierta
manera en condiciones especificadas. Y como en todo enfoque disposicional,
generalmente es difícil si no imposible especificar condiciones no triviales, en las
que uno manifieste sus disposiciones. Si uno analiza el saber como jugar ajedrez en
términos de las disposiciones para mover las piezas, uno debe especificar las
condiciones bajo las que el jugador manifestará esas disposiciones. Tal
especificación es difícil debido a que las reacciones de la persona ante el tablero y
ante una invitación para jugar, están sujetas a todo tipo de precondiciones físicas y
psicológicas. Si a la persona se le ha inyectado con curare, es probable que no
reaccione. (2) Una segunda crítica al enfoque de Ryle es que en muchos casos
ostensivos de saber como parecen involucrar explícitamente el conocimiento
conciente de reglas de procedimiento. Por ejemplo, al ejercitar nuestra manera de
saber como cocinar un pastel, uno bien puede seguir explícitamente una receta.
(3) Una tercera crítica argumenta que las disposiciones son superfluas para
explicar la conducta, al ser meramente parafraseo de los hechos que pretenden
explicar. Así que resultan como la famosa explicación satírica de Moliere sobre la
habilidad del opio para poner a dormir a la gente, diciendo que el opio posee una
virtud dormitiva (virtus dormitiva). (4) Finalmente, los críticos de Ryle se dan
cuenta que las disposiciones siendo siempre potencialmente activas, no pueden
explicar el saber como en ausencia de una habilidad. Un pianista artrítico podría
saber cómo tocar el piano, sin ser capaz de manifestar la habilidad, como lo
requeriría el enfoque de Ryle. La respuesta más destructiva de la posición de Ryle
analizaría el saber como en términos de la conciencia, con representaciones
explícitas de conocimiento procesal. El saber como continua siendo diferente de lo
que es el conocimiento proposicional (saber que). Sin embargo, el saber como,
igual que el saber que se construye como conocimiento explícito, concientemente
representado.
3. Aquí resulta interesante el enfoque de Carr (1981) ante el saber como : “... en un
sentido fuerte, saber como jugar futbol es saberse las reglas del juego, pero los
enunciados de las reglas del juego no son enunciados teóricos, sino una
descripción de un conjunto de reglas prácticas y el dominar las reglas permite un
entendimiento de una actividad, no de una teoría” (Carr, 1981, p. 60-1).
4. Podemos a nuestra vez criticar el punto de vista anterior, pues así como algunos
casos de saber como involucran representaciones explícitas de reglas de
procedimiento, otros casos de saber como, como la habilidad de caminar o de
montar bicicleta, parecen involucrar habilidades que no se pueden explicar
plausiblemente mediante representaciones concientes de reglas de
procedimiento. En la psicología y en las ciencias cognitivas, los investigadores
frecuentemente equiparan la distinción ‘saber como y saber que’ con la diferencia
entre conocimiento procesal y declarativo. Este uso no es consistente con el uso
que se da en filosofía. El conocimiento declarativo generalmente se caracteriza
como un conocimiento que puede expresar quien conoce y que es por naturaleza
proposicional. Al tiempo que los filósofos están de acuerdo en que saber como no
es proposicional, ya que no se puede comprender que sea propiamente verdadero
o falso y no se ponen de acuerdo si debido a esto resulta que no es expresable. Así
que, el conocimiento procesal generalmente se considera en un terreno
restringido para las habilidades motoras, por lo que toca a la psicología cognitiva,
mientras que los filósofos favorecen una aplicación más amplia de saber como,
que incluye actividades contemplativas.
http://instruct.westvalley.edu/lafave/Logical_Behaviorism.html
SI ENTONCES
Etcétera
SI ENTONCES
Etcétera
6. La parte inteligente de esta idea esta en que tanto los antecedentes como los
consecuentes de estos condicionales son públicos y observables.
7. Pero, si todo lo que queremos decir con las disposiciones son estas condicionales y
estas condicionales no afirman nada causalmente, entonces las disposiciones no
tienen poder causal. El conductismo lógico es nominalista, en el sentido medieval:
solo tiene vínculos condicionales específicos y nada mas. Como la teoría no hace
reclamos causales, es inútil para la ciencia.
Disposiciones