Leyenda y Mito de Nicaragua

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Leyenda:

El Padre Sin Cabeza.


Cuenta la leyenda que en el año 1549 en la ciudad de hoy León Viejo, alentados
por su madre doña María de Peñalosa, los hermanos Hernando y Pedro, hijos
del segundo gobernador de Nicaragua don Rodrigo de Contreras, planearon la
muerte del primer Obispo en tierra firme fray Antonio de Valdivieso, defensor
de los Indios y mediador de las ambiciones de los funcionarios y el clero. Fue
asesinado a puñaladas a mano del fiero capitán Juan Bermejo. Con la muerte de
este religioso, el primero cometido en América, los asesinos se repartieron la
provincia, su población, los objetos de valor y las joyas episcopales del Obispo.

Después de este crimen, que llenó de indignación y de malos presagios a todos


los creyentes, aparece una leyenda que refiere, que durante los primeros años
de la existencia de la ciudad de León Viejo, el padre de su iglesia fue decapitado
de un solo machetazo en el atrio de su mismo templo, por dos poderosos
hermanos, y que su cabeza había rodado hasta la orilla del lago Xolotlán, donde
se sumergió dando origen a una inmensa ola que se levantó sobre la superficie
y avanzó hacia la ciudad, cada vez más grande y fuerte, llegando a reventar
donde había sido asesinado el religioso y sepultando a la ciudad.

Pasado este hecho devastador, los indígenas empezaron a ver en los atrios de
las iglesias y en las calles solitarias de los pueblos, un bulto negro que se
protegía bajo el peso de la lúgubre oscuridad. Con el paso del tiempo algunos
moradores se dieron cuenta que la aterradora y sombría aparición era nada
menos que un padre sin cabeza.

Los que lo han logrado ver cuentan que el padre sin cabeza lleva sotana y
zapatos negros, en la cintura prende un cordón del que cuelga una pequeña
campana, la que hace sonar mientras avanza y lleva un rosario en lo que le
queda de cuello.

Refiere la leyenda que el padre sin cabeza camina penando por el mundo,
visitando los templos de las diferentes ciudades, rezando las letanías o el
rosario, buscando su iglesia y su cabeza. Algunos refieren que el padre aparece
solo el Jueves y el Viernes Santo, para visitar las iglesias y que cuando se
encuentra frente a cualquiera de ellas hace reverencia en la puerta del perdón.
Mito:
El Camino y Los Pinos de Niki Niki.

El verdadero nombre del río conocido como Coco o Segovia, es Wangki.


Los miskitos le dieron ese nombre al comparar su belleza con el de la flor
de color morado encendido de una liana que crece en sus riberas.

Esta es la leyenda del origen de este río y de los pinos que abundan en la
región.

En tiempos de nuestros antepasados existió Nikiniki, el dios que al andar


hacía temblar la tierra. Nikiniki vivía feliz al noreste de las tierras
miskitas. Sucedió que un día se le perdió su hijo y salió en busca de él por
los alrededores, llevando consigo las semillas de pino para atraerlo con su
olor.

Con su caminar en zig-zag iba pasando, rompiendo un camino curveado y


hundido llenándolo de lágrimas; entonces, los habitantes de la región,
asustados escucharon su llanto de trueno. El dios del Terremoto, siempre
buscado su hijo prosiguió su viaje al este. Como no lo encontrara, al llegar
donde hoy se llama Awasbila, comenzó regar las semillas de pino hasta
llegar a las orillas del mar.

No pudiendo encontrar al hijo, Nikiniki regresó por el mismo camino que


hizo en su andar.

Esta vez regó las semillas más al sur, hasta llegar a Laymus, donde se
terminaron las semillas. Nikiniki nunca encontró su hijo y en Laymus
murió de tristeza.

De las semillas que regó, nacieron los verdes pinos desde Awasbila hacia
el este para llegar cerca del mar. Por el suroeste, hasta llegar a Laymus. Y
de las lágrimas derramadas y del camino que hizo con su andar, surgió un
hermoso río que se llama Wangki.

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