Sistemas Coloidales
Sistemas Coloidales
Sistemas Coloidales
Tema 7
MACROMOLÉCULAS
Y
COLOIDES
QF III TEMA 7 1
INDICE
7.1.
Introducción
7.1.1. Historia
7.1.2. Definiciones
y
características
7.2. Clasificación
y
tipos
de
polímeros
7.3. Distribución
de
tamaños
moleculares.
Masas
moleculares
promedio
7.4. Propiedades
físicas
de
los
polímeros
7.5. Termodinámica
de
polímeros
en
disolución.
7.5.1. Entropía
de
mezcla
según
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
7.5.2. Evaluación
de
la
variación
de
energía
libre
de
mezcla
7.5.3. Comparación
de
la
teoría
con
resultados
experimentales
7.5.4. Solubilidad
de
polímeros.
Equilibrios
de
fases
7.5.5. Limitaciones
de
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
7.6. Introducción
a
los
sistemas
coloidales
7.7. Clasificación
y
características
de
los
sistemas
coloidales
7.8. Propiedades
eléctricas:
electroforesis
QF III TEMA 7 2
7.1.-‐
Introducción
Es
abundante
en
la
Naturaleza
la
presencia
de
moléculas
de
gran
tamaño,
macromoléculas,
que
son
parte
esencial
de
los
seres
vivos,
como
son
las
proteínas,
los
ácidos
nucleícos,
los
polisacáridos
y
los
poliisoprenos.
Las
proteínas
son
macromoléculas
de
origen
biológico
con
funciones
fisiológicas
y
químicas
muy
diversas.
Su
característica
común
es
que
están
constituidas
por
cadenas
polipeptídicas,
resultantes
de
la
unión
de
diferentes
aminoácidos.
Los
ácidos
nucleícos
son
los
biopolímeros
portadores
y
transmisores
de
la
herencia
y
están
constituidos
por
cadenas
de
polinucleótidos.
Los
nucleótidos
son
ésteres
del
ácido
fosfórico
y
nucleósidos,
que,
a
su
vez,
son
azúcares
sustituidos
con
bases
nitrogenadas
(pentosas
sustituidas).
Los
polisacáridos
son
biopolímeros
provenientes
de
la
unión
de
monosacáridos,
azúcares,
principalmente
pentosas
y
exosas,
tanto
aldosas
como
cetosas.
Por
último,
los
poliisoprenos
son
cauchos
naturales,
con
unidad
repetitiva
A
esas
macromoléculas
naturales
hay
que
sumar
las
sintéticas,
los
polímeros
sintéticos,
que
inundan
nuestra
vida
diaria,
como
podemos
comprobar
con
sólo
echarnos
una
ojeada
desde
los
pies
hasta
la
cabeza:
zapatos,
calcetines,
restantes
piezas
de
la
vestimenta,
gafas,
el
bolígrafo,
la
mesa
y
silla
en
que
nos
sentamos,
están
compuestos
total
o
parcialmente
con
materiales
polímeros,
de
aquí
la
importancia
de
su
estudio
que
necesita
la
introducción
de
una
serie
de
conceptos
específicos
que
los
diferencian
de
los
materiales
convencionales,
de
los
materiales
no
macromoleculares.
En
lo
que
sigue
generalmente
se
hablará
de
los
polímeros
sintéticos,
aunque
la
mayoría
de
los
conceptos
a
introducir
también
son
de
aplicación
a
los
biopolímeros.
Lo
primero,
pues,
es
definir
qué
son
los
polímeros:
“Moléculas
grandes,
macromoléculas,
formadas
por
la
unión
repetida
de
una
o
varias
moléculas,
que
reciben
el
nombre
de
monómeros”.
Las
reacciones
a
través
de
las
cuales
tiene
lugar
la
formación
de
polímeros
se
denominan
polimerizaciones.
Se
consideran
polímeros
moléculas
con
masa
moleculares
superiores
a
103-‐104,
pudiendo
llegar
a
valores
del
orden
de
1010
como
el
ácido
QF III TEMA 7 3
desoxirribonucleico.
Este
elevado
peso
molecular,
y
consecuentemente
tamaño,
es
lo
que
les
confiere
unas
propiedades
peculiares.
7.1.1.
Historia
La
ciencia
macromolecular
es
muy
reciente.
A
pesar
de
ello,
el
hombre
ha
utilizado
las
macromoléculas
naturales
desde
muy
antiguo,
como
el
asfalto,
la
goma
arábiga,
la
lana,
el
algodón,
el
látex,
la
celulosa
(papel).
Mucho
más
tarde
vino
la
utilización
del
caucho
natural.
Una
segunda
etapa
la
constituye
el
descubrimiento
de
los
procesos
de
polimerización
industrializados
sobre
todo
a
partir
de
los
años
cuarenta,
y
que
ha
permitido
la
fabricación
de
plásticos,
resinas,
fibras
sintéticas,
cauchos
artificiales
etc.
que
constituyen
hoy
en
día
una
fracción
muy
importante
de
la
industria
química.
Este
extraordinario
desarrollo
ha
impulsado
grandemente
la
investigación
en
este
campo,
uno
de
los
mas
activos
en
la
actualidad.
Por
último,
y
más
recientemente,
se
ha
reconocido
la
naturaleza
macromolecular
de
gran
número
de
materiales
biológicos
y
se
ha
empezado
a
saber
su
constitución
física
y
química
y
su
funcionalidad.
Entre
estos
materiales
se
incluyen
las
proteínas,
los
ácidos
nucleicos
que
constituyen
el
meollo
mismo
de
los
procesos
vitales,
y
cuya
función
biológica
viene
determinada
por
sus
propiedades
macromoleculares.
Los
primeros
polímeros
que
se
sintetizaron
se
obtenían
a
través
de
transformaciones
de
polímeros
naturales.
En
1839
Charles
Goodyear
realiza
el
vulcanizado
del
caucho.
El
nitrato
de
celulosa
se
sintetizó
accidentalmente
en
1846
por
el
químico
Christian
Schönbein.
El
procedimiento
de
síntesis
del
celuloide
se
simplificó
como
resultado
de
un
concurso
realizado
en
1860
en
los
Estados
Unidos,
cuando
se
ofrecieron
10.000
dólares
a
quien
produjera
un
sustituto
del
marfil
(cuyas
reservas
se
agotaban)
para
la
fabricación
de
bolas
de
billar.
Una
de
las
personas
que
optaron
al
premio
fue
Wesley
Hyatt
quien
obtuvo
el
celuloide
disolviendo
celulosa,
un
hidrato
de
carbono
obtenido
de
las
plantas,
en
una
solución
de
alcanfor
y
etanol.
Con
él
se
empezaron
a
fabricar
distintos
objetos
como
mangos
de
cuchillo,
armazones
de
lentes
y
película
fotográfica.
Sin
el
celuloide
no
hubiera
podido
iniciarse
la
industria
cinematográfica
a
fines
del
siglo
XIX.
Durante
las
décadas
siguientes
aparecieron
de
forma
gradual
más
tipos
de
polímeros
totalmente
sintéticos.
En
1907
Leo
Baekeland
invento
la
baquelita,
el
primer
plástico
calificado
como
termofijo
o
termoestable.
La
baquelita
es
aislante
y
resistente
al
agua,
a
los
ácidos
y
al
calor
moderado
por
lo
que
se
utilizó
rápidamente
en
numerosos
objetos
de
uso
doméstico
y
componentes
eléctricos
de
uso
general.
Entre
los
QF III TEMA 7 4
productos
desarrollados
durante
este
periodo
están
los
polímeros
naturales
alterados,
como
el
rayón,
fabricado
a
partir
de
productos
de
celulosa.
En
1920
se
produjo
un
acontecimiento
que
marcaría
la
pauta
en
el
desarrollo
de
materiales
polímeros.
El
químico
alemán
Hermann
Staudinger
(Premio
Nobel
en
1953)
introdujo
por
primera
vez
la
idea
de
que
los
polímeros
son
largas
cadenas
de
unidades
pequeñas
unidas
por
enlaces
covalentes.
Esta
idea
fue
confirmada
por
los
trabajos
de
síntesis
de
Carothers
en
la
preparación
del
nailon
y
del
caucho
artificial,
y
sobre
todo,
por
la
extraordinaria
aportación
de
Paul
Flory
(desde
1937,
premio
nobel
en
1974)
quien
puso
los
cimientos
científicos
y
desarrollo
extensamente
las
bases
teóricas
de
esta
rama
de
la
ciencia.
En
la
década
del
30,
químicos
ingleses
descubrieron
que
el
gas
etileno
polimerizaba
bajo
la
acción
del
calor
y
la
presión
formando
un
termoplástico
al
que
llamaron
polietileno
(PE).
Hacia
los
años
50
aparece
el
polipropileno
(PP).
Al
remplazar
en
el
etileno
un
átomo
de
hidrógeno
por
uno
de
cloruro
se
produjo
el
cloruro
de
polivinilo
(PVC),
un
plástico
duro
y
resistente
al
fuego,
especialmente
adecuado
para
cañerías
de
todo
tipo.
Al
agregarles
diversos
aditivos
se
logra
un
material
más
blando,
sustitutivo
del
caucho,
comúnmente
usado
para
ropa
impermeable,
manteles,
cortinas,
juguetes.
Un
plástico
parecido
al
PVC
es
el
politetrafluoretileno
(PTFE),
conocido
popularmente
como
teflón
y
usado
para
rodillos
y
sartenes
antiadherentes.
El
poliestireno
(PS)
se
desarrollo
también
en
los
años
30
en
Alemania
y
es
un
material
muy
transparente
comúnmente
utilizado
para
vasos,
manteles,
tarros
y
hueveras
por
sus
características
que
son
alta
resistencia
a
la
alteración
química
y
mecánica
a
bajas
temperaturas
y
muy
baja
absorción
de
agua.
El
poliestireno
expandido
(EPS),
una
espuma
blanca
y
rígida,
se
utiliza
básicamente
para
embalaje
y
aislante
térmico.
También
en
este
periodo
se
obtuvo
el
polimetacrilato
de
que
se
comercializó
en
Gran
Bretaña
como
Perspex,
como
Lucite
en
USA
y
en
España
como
Plexiglás.
Este
material
tiene
unas
propiedades
ópticas
excelentes,
puede
utilizarse
para
gafas
y
lentes,
o
en
el
alumbrado
público
o
publicitario.
Asimismo,
se
crea
la
primera
fibra
artificial,
el
nailon.
Su
descubridor
fue
el
químico
Wallace
Carothers,
que
trabajaba
para
la
empresa
Du
Pont.
Descubrió
que
dos
sustancias
químicas
como
el
hexametildiamina
y
ácido
adípico
podían
formar
un
polímero
que
bombeado
a
través
de
agujeros
y
estirados
podían
formar
hilos
que
podían
tejerse.
Su
primer
uso
fue
la
fabricación
de
paracaídas
para
las
fuerzas
armadas
estadounidenses
durante
la
Segunda
Guerra
Mundial,
extendiéndose
rápidamente
a
la
industria
textil
en
la
fabricación
de
medias
y
otros
tejidos
combinados
con
algodón
o
lana.
Al
nailon
le
siguieron
otras
fibras
sintéticas
como
por
ejemplo
el
orlón
y
el
acrilán.
Durante
los
años
de
la
posguerra
se
mantuvo
elevado
QF III TEMA 7 5
ritmo
de
los
descubrimientos
y
desarrollos
de
la
industria
de
los
plásticos.
En
los
últimos
años,
tienen
especial
interés
los
avances
en
los
plásticos
técnicos,
como
los
policarbonatos,
los
acetatos
y
las
poliamidas.
Se
utilizan
otros
materiales
sintéticos
en
lugar
de
los
metales
en
componentes
para
maquinaria,
cascos
de
seguridad,
aparatos
sometidos
a
altas
temperaturas
y
muchos
otros
productos
empleados
en
lugares
con
condiciones
ambientales
extremas.
En
el
envasado
en
botellas
y
frascos
se
ha
desarrollado
vertiginosamente
el
uso
del
tereftalato
de
polietileno
(PET),
material
que
viene
desplazando
al
vidrio
y
al
PVC
en
el
mercado
de
envases.
7.1.2.
Definiciones
y
características
A
pesar
de
su
enorme
tamaño,
las
estructuras
químicas
de
las
macromoléculas
no
son
muy
complicadas.
Su
relativa
simplicidad
se
debe
a
que
están
formadas
por
una
estructura
química
sencilla
que
se
repite
muchas
veces.
Las
macromoléculas
son
pues
poli-‐meros
(muchas
partes
iguales).
El
elevado
tamaño
molecular
se
alcanza
por
unión
repetida
de
moléculas
pequeñas
(mono-‐meros).
La
unión
de
las
moléculas
de
monómero
para
dar
el
polímero
se
realiza
en
secuencia,
una
molécula
detrás
de
otra,
y
la
estructura
molecular
que
resulta
es
una
cadena
de
eslabones
consecutivos,
unidos
entre
si
mediante
enlaces
covalentes.
Cada
unidad
repetida,
o
unidad
monomérica,
es
un
eslabón
de
dicha
cadena
macromolecular.
Por
debajo
de
104
de
peso
molecular,
los
polímeros
están
formados
por
sólo
unas
pocas
unidades
repetitivas
de
monómero
y
se
llaman
oligómeros.
El
número
de
eslabones
que
componen
esta
cadena
o
número
de
moléculas
de
monómero
que
se
han
unido
en
secuencia,
es
su
grado
de
polimerización,
x.
Por
ejemplo
x
monómeros
vinílicos
se
unen
para
dar
polímeros
lineales:
x(CH2=CH2)
→
____(__CH2-‐CH2__)x___
Etileno
polietileno
La
cualidad
requerida
por
una
pequeña
molécula
para
ser
clasificada
como
monómero
es
que
posea
dos
o
más
sitios
de
enlace
a
través
de
los
cuales
se
puede
unir
a
otros
monómeros
para
formar
la
cadena
polimérica.
El
número
de
sitios
de
enlace
se
denomina
funcionalidad.
Monómeros
bifuncionales
dan
lugar
a
polímeros
lineales,
pero
si
los
monómeros
son
polifuncionales
(tres
o
más
sitios
de
enlace)
por
ejemplo
el
glicerol,
QF III TEMA 7 6
CH2OHCHOHCH2OH,
dan
lugar
a
polímeros
ramificados.
Estos
pueden
incluso
dar
lugar
a
grandes
redes
tridimensionales
que
tienen
ramificaciones
y
entrecruzamientos.
Cuando
sólo
una
especie
de
monómero
se
utiliza
para
construir
la
macromolécula
el
producto
se
denomina
homopolímero
o
polímero.
Si
las
cadenas
están
formadas
por
dos
tipos
de
unidades
monoméricas,
el
material
se
denomina
copolímero
y
si
son
tres
terpolímero.
Una
característica
fundamental
de
los
polímeros
es
que
son
polidispersos.
Frecuentemente
tras
el
proceso
de
polimerización
se
obtiene
una
mezcla
de
cadenas
moleculares
que,
teniendo
todas
la
misma
estructura
química,
difieren
en
su
tamaño
o
grado
de
polimerización,
se
obtiene
un
peso
molecular
promedio.
Sin
embargo,
cuando
el
polímero
tiene
un
tamaño
molecular
bien
definido
y
único
para
todas
sus
cadenas,
se
dice
que
es
monodisperso.
Los
polímeros
monodispersos
se
obtienen
solamente
en
condiciones
especiales
(polímeros
biológicos).
Los
polímeros
sintéticos
son
polidispersos
en
su
mayoría.
Otra
característica
de
las
macromoléculas
es
que
son
estructuras
flexibles
debido
a
que
poseen
un
elevado
número
de
grados
de
libertad
de
rotación
interna.
La
mayoría
de
los
enlaces
que
unen
los
eslabones
de
las
cadenas
macromoleculares
tienen
rotación
interna
y
pueden
adoptar
diversos
estados
rotacionales.
Como
el
número
de
enlaces
entre
eslabones
que
compone
una
cadena
es
muy
elevado,
y
cada
uno
de
ellos
puede
adoptar
distintos
estados
rotacionales,
resulta
que
el
número
de
conformaciones
posibles
para
el
conjunto
de
la
macromolécula
es
enorme.
La
posibilidad
de
pasar
de
una
conformación
a
otra,
por
rotación
interna
de
cualquiera
de
sus
enlaces,
es
lo
que
confiere
flexibilidad
a
las
cadenas
macromoleculares.
7.2.
Clasificación
y
tipos
de
polímeros
Se
pueden
hacer
diferentes
clasificaciones
según
que
criterio
se
tome
debido
a
la
gran
variedad
de
polímeros.
7.2.1.
Atendiendo
a
la
composición
de
sus
monómeros:
i) Homopolímeros
formados
por
monómeros
idénticos.
ii) Copolímeros
formados
por
dos
tipos
diferentes
de
monómeros.
Los
copolímeros
se
pueden
dividir
en:
QF III TEMA 7 7
a)
copolímeros
estadísticos,
ideales
o
al
azar:
la
distribución
de
dos
monómeros
en
la
cadena
es
al
azar,
pero
influenciada
por
las
reactividades
individuales
de
los
monómeros
~AAABABBABABBBBABAAB~
b)
copolímeros
alternados:
con
un
ordenamiento
regular
~ABABABABA~
c)
copolímeros
de
bloque
formados
por
bloques
sucesivos
de
dos
monómeros:
~AAABBBBBAAABBBB~
d)
copolímeros
de
injerto
donde
sobre
los
puntos
específicos
de
una
cadena
de
polímero
ya
formada
se
hace
crecer
una
ramificación
de
otro
monómero.
e)
copolímeros
entrecruzados
en
los
que
uno
de
los
comonómeros
tiene
una
funcionalidad
mayor
que
dos
y
da
lugar
a
estructuras
ramificadas
tridimensionales.
iii) Terpolímeros
formados
por
mas
de
dos
monómeros.
7.2.2.
Atendiendo
al
origen
se
dividen
en:
i) naturales:
existen
en
la
naturaleza
muchos
polímeros
como
la
celulosa,
caucho
natural
y
además
los
seres
vivos
están
constituidos
por
macromoléculas
biológicas
o
biopolímeros
(proteínas,
polisacáridos,
ácidos
nucleicos..
)
que
son
estructuras
monodispersas
muy
complejas
y
no
los
estudiaremos
en
el
presente
curso.
ii) polímeros
sintéticos
orgánicos:
es
el
grupo
mas
importante
de
polímeros
y
comprenden
todos
aquellos
que
se
pueden
sintetizar
a
partir
monómeros
orgánicos.
Por
ejemplo
poliestireno,
polimetacrilato
de
metilo,
PVC…
iii) Polímeros
semi-‐sintéticos:
se
obtienen
a
partir
de
reacciones
químicas
aplicadas
a
polímeros
naturales
como
por
ejemplo
la
nitrocelulosa,
los
esteres
o
éteres
de
celulosa
y
el
caucho
natural
vulcanizado.
iv) Polímeros
inorgánicos:
esta
definición
es
un
poco
vaga.
En
principio
se
consideran
inorgánicos
todos
los
que
presentan
en
su
cadena
átomos
distintos
de
C,
O
y
N
,
pero
en
el
sentido
mas
estricto
son
los
silicatos
(SiO44-‐)
naturales
y
los
polisiloxanos
([-‐O-‐Si(R,
R’)-‐O-‐]n
sintéticos.
QF III TEMA 7 8
7.2.3.
Clasificación
atendiendo
a
la
estructura
de
la
cadena
i) cadena
lineal:
formados
por
una
única
cadena
de
monómeros
~AAAAAAAAAAAA~
ii) cadena
ramificada:
la
cadena
lineal
de
monómeros
presenta
ramificaciones
~AAAAA~
~AAAAAAAAAAA~
AAAA~
iii) redes
poliméricas
en
dos
o
tres
dimensiones
al
formarse
entrecruzamientos
provocados
por
el
enlace
entre
átomos
de
distintas
cadenas.
iv) polímeros
en
escalera
cuando
se
enlazan
dos
cadenas
mediante
diversos
enlaces.
7.2.4. Clasificación
por
comportamiento
térmico
i)
termoplásticos:
son
polímeros
que
funden
al
aumentar
la
temperatura
y
pueden
ser
moldeados
fácilmente
para
darles
su
forma
definitiva,
que
se
estabiliza
al
enfriar.
Este
ciclo
se
puede
repetir
y
permite
reciclarlos,
comprenden
el
90%
de
los
polímeros.
Se
dividen
en:
i)
cristalinos
que
cristalizan
al
enfriar
a
una
temperatura
característica
que
es
la
temperatura
de
fusión,
Tf;
ii)
amorfos:
no
presentan
estructura
cristalina,
la
fusión
es
un
tránsito
menos
brusco
de
líquido
subenfriado
(estado
vítreo
o
duro)
a
líquido
(estado
gomoso
o
blando).
Existe
la
denominada
temperatura
de
transición
vítrea,
Tg,
inferior
a
la
de
fusión
(si
el
polímero
es
cristalino
o
semicristalino),
por
debajo
de
la
cual
el
polímero
no
posee
movilidad
molecular
excepto
las
vibraciones
y
pequeños
desplazamientos
locales
de
unos
pocos
segmentos:
las
cadenas
no
se
mueven
una
respecto
a
la
otra,
y
el
polímero
es
rígido.
Por
encima
de
Tg
existe
esta
movilidad,
que
produce
principalmente
dos
efectos:
la
posibilidad
de
moverse
unas
cadenas
respecto
de
las
otras
(flujo
plástico
al
aplicar
una
fuerza)
y
el
fenómeno
de
la
elasticidad.
Son
termoplásticos
el
poliestireno,
polimetacrilato
de
metilo,
acetato
de
polivinilo,
PVC.
ii)
termoestables
o
termofijos:
son
polímeros
entrecruzados
que
se
obtienen
a
partir
de
monómeros
que
reaccionan
entre
ellos
en
las
tres
dimensiones.
El
proceso
de
polimerización
o
curado
parte
inicialmente
de
los
monómeros
en
un
estado
mas
o
menos
fluido
para
finalizar
QF III TEMA 7 9
con
un
material
sólido,
debido
al
entrecruzamiento
que
se
produce
durante
el
curado
o
polimerización
de
las
cadenas
de
monómero.
Estos
polímeros
conservan
su
forma
al
calentar
debido
a
que
sus
cadenas
son
están
entrecruzadas
entre
si
por
uniones
covalente.
Ejemplos
de
estos
polímeros
son:
resinas
epoxi
entrecruzadas,
poliuretanos
(isocianato+poliol),
bakelita
(formaldehido+fenol).
7.2.5. Clasificación
por
el
mecanismo
de
polimerización:
i) Polimerización
por
adición
La
reacción
de
polimerización
tiene
lugar
por
apertura
de
un
doble
enlace
(monómero
vinílico)
formando
un
centro
activo
y
adición
sucesiva
de
moléculas
de
monómero:
x(CH2=CHR)
→
-‐(-‐CH2-‐CHR-‐)x-‐
Son
polímeros
de
adición:
polietileno,
-‐(-‐CH2-‐CH2-‐)x-‐;
policloruro
de
vinilo,
(-‐CH2-‐CHCl-‐)x
;poliacetato
de
vinilo,
-‐(-‐CH2-‐CH(OOC-‐CH3)-‐)x-‐;
poliacrilonitrilo,
-‐(-‐CH2-‐CH(CN)-‐)x-‐;
poliestireno,
-‐(-‐CH2-‐CH(C6H5)-‐)x-‐;
polimetacrilato
de
metilo,
-‐(-‐CH2-‐C(CH3)(COO-‐CH3)-‐)x-‐;
poliisobutileno,
-‐(-‐CH2-‐C(CH3)(CH3)-‐)x-‐.
El
proceso
de
polimerización
requiere
la
apertura
del
doble
enlace
del
monómero
para
iniciar
y
propagar
la
reacción.
La
apertura
puede
ser
radical,
iónica
(aniónica
o
catiónica)
y
de
coordinación
o
Ziegler-‐Natta.
Los
distintos
tipos
de
polimerización
proporcionan
polímeros
distintos
en
cuanto
a
su
polidispersidad
y
regularidad
de
sus
cadenas.
ii)
polimerización
por
condensación
Tiene
lugar
cuando
reaccionan
dos
o
más
moléculas
de
monómero
polifuncionales
con
la
perdida
de
una
molécula
pequeña,
generalmente
agua
o
amoniaco.
Por
ejemplo
obtención
de
poliamidas
(nylon),
poliésteres,
resinas
fenólicas
(bakelita),
poliuretanos,
siliconas.
Por
ejemplo:
*
Diamina+
ácido
carboxílico
→
nylon
6,6
o
poliadipato
de
hexametilendiamina+agua
H2N-‐(-‐CH2-‐)6-‐NH2
+
HOOC-‐(-‐CH2-‐)4-‐COOH
→
H-‐(-‐NH-‐(CH2)6-‐NHCO(CH2)4-‐CO-‐)x-‐OH
+
H2O
QF III TEMA 7 10
*
Ácido
dicarboxilico
+glicol
→
poliéster
+
agua
HOOC-‐R-‐COOH
+
HOR’OH
→
H-‐(-‐OCO-‐R-‐CO-‐O-‐R’-‐)x-‐OH
+
H2O
Cuando
el
éster
es:
-‐(-‐OOC-‐C6H5-‐COO-‐CH2-‐CH2-‐)x-‐
se
conoce
como
politereftalato
de
etilenglicol
o
tergal.
iii)
polimerización
por
apertura
de
anillo
Polimerización
de
monómeros
cíclicos
por
apertura
de
su
anillo
mediante
un
catalizador
adecuado:
X
HN(CH2)5-‐C=O
→-‐(-‐NH-‐(CH2)5-‐CO-‐)x-‐
nylon
6
CH2-‐O-‐CH2-‐O-‐CH2-‐O
→
-‐(CH2-‐O-‐)3x-‐-‐
polioximetileno
7.2.6. Clasificación
según
la
aplicación
i) Plásticos
o
termoplásticos
como
el
poliestireno,
polietileno,
policarbonato
etc
que
poseen
durante
un
intervalo
de
temperaturas
propiedades
de
elasticidad
y
flexibilidad
que
permiten
moldearlos
y
adaptarlos
a
diferentes
formas
y
aplicaciones.
ii) Fibras
sintéticas
o
semi-‐sintéticas
como
el
nylon.
Actualmente,
entre
los
diversos
polímeros
se
encuentran
una
gran
variedad
de
fibras
sintéticas
como
el
Acrilán,
el
Orlón
(que
se
usan
para
suéteres,
sarapes,
alfombra)
y
el
Dracón
tela
de
planchado
permanente
que
se
emplea
en
la
ropa.
Las
fibras
son
hebras
largas
y
finas
de
polímero
parecidas
a
cabellos
que
se
emplean
para
fabricar
tejidos.
iii) elastómeros
o
caucho:
son
materiales
que
presentan
propiedades
elásticas
(elastómeros),
pueden
sufrir
grandes
deformaciones,
recuperando
su
forma
original
una
vez
cesa
la
causa
que
produjo
la
deformación,
por
ejemplo
goma
de
caucho.
iv) Recubrimientos
y
adhesivos.
Recubrimiento
(o
por
su
designación
en
inglés:
coating)
es
un
material
que
es
depositado
sobre
la
superficie
de
un
objeto,
por
lo
QF III TEMA 7 11
general
denominado
sustrato.
En
muchos
casos
los
recubrimientos
son
realizados
para
mejorar
algunas
propiedades
o
cualidades
de
la
superficie
del
sustrato,
tales
como
aspecto,
adhesión,
características
de
mojado,
resistencia
a
la
corrosión,
resistencia
al
desgaste,
y
resistencia
a
las
ralladuras,
entre
muchas
otras.
En
otras
ocasiones,
particularmente
en
procesos
de
impresión
y
fabricación
de
dispositivos
semiconductores
(en
los
cuales
el
sustrato
es
un
disco
de
material
semiconductor),
el
recubrimiento
es
una
parte
esencial
para
la
funcionalidad
del
producto
terminado
El
adhesivo
es
una
sustancia
que
puede
mantener
unidos
a
dos
o
más
cuerpos
por
contacto
superficial.
Es
sinónimo
de
cola
y
pegamento.
Su
importancia
en
la
industria
moderna
es
considerable.
Aunque
la
adherencia
puede
obedecer
a
diversos
mecanismos
de
naturaleza
física
y
química,
como
lo
son
el
magnetismo
o
las
fuerzas
electrostáticas,
desde
el
punto
de
vista
tecnológico
los
adhesivos
son
los
integrantes
del
grupo
de
productos,
naturales
o
sintéticos,
que
permiten
obtener
una
fijación
de
carácter
mecánico.
Adhesivos
sintéticos:
a
base
de
polímeros
derivados
del
petróleo
(colas
de
poli-‐vinil-‐acetato,
colas
etilénicas,
colas
de
poliuretano,
colas
de
caucho
sintético,
adhesivos
anaeróbicos
o
de
cianoacrilato...).
Muchos
polímeros
pueden
presentar
unas
propiedades
u
otras
dependiendo
de
la
temperatura.
Así,
un
elastómero
puede
transformarse
en
un
vídreo
temoplástico
si
la
temperatura
desciende
por
debajo
de
su
temperatura
de
transición
vítrea.
7.3.-‐
Distribución
de
tamaños
moleculares.
Masas
moleculares
promedio
Las
propiedades
de
los
polímeros
dependerán,
como
en
el
caso
de
los
materiales
convencionales,
no
sólo
de
su
estructura
química,
sino
también
de
su
estructura
física.
Es
al
analizar
con
detalle
ambos
conceptos,
cuando
aparecen
en
los
polímeros
diferencias
respecto
a
los
materiales
convencionales,
y
que
son
justamente
las
que
les
confieren
propiedades
propias.
Destacan
en
primer
lugar
dentro
de
esas
características
diferenciales
la
heterogeneidad
en
tamaños
moleculares.
Concretamente,
una
muestra
de
polímero
es,
casi
siempre,
una
mezcla
de
macromoléculas
de
tamaños
diversos,
de
grados
de
polimerización
variados.
En
los
polímeros
de
adición
la
longitud
de
la
cadena
viene
determinada
por
el
tiempo
de
crecimiento
de
la
misma,
hasta
que
ocurra
la
etapa
de
terminación,
etapa
que,
como
las
de
iniciación
y
propagación,
responden
a
procesos
aleatorios.
En
las
reacciones
de
QF III TEMA 7 12
condensación,
la
longitud
de
cadena
viene
determinada
principalmente
por
la
disponibilidad
local
en
los
extremos
de
la
cadena
en
crecimiento
de
grupos
reactivos.
En
cualquier
caso,
esta
variedad
de
tamaños
moleculares
dentro
de
una
muestra
polimérica
es
una
de
las
características
diferenciales
de
los
polímeros
respecto
a
las
restantes
sustancias,
que
se
refleja
en
sus
propiedades
físicas
y
mecánicas
y,
por
tanto,
en
sus
aplicaciones.
Debido
a
ello,
la
descripción
adecuada
de
una
muestra
polimérica
exige
conocer
la
función
de
distribución
de
sus
tamaños
moleculares,
concepto
en
el
que
se
va
a
incidir
a
continuación,
como
un
primer
ejemplo
de
esas
características
diferenciales
de
los
materiales
macromoleculares.
Como
ocurría
con
las
moléculas
de
una
muestra
gaseosa
que
debido
a
la
aleatoriedad
de
los
procesos
de
colisión
mostraban
un
espectro
de
energías,
expresable
mediante
la
función
de
distribución
de
Maxwell-‐Boltzmann,
los
procesos
de
polimerización,
como
cualquier
otra
reacción
química,
son
también
procesos
aleatorios,
lo
que
implica
el
que
no
todas
las
cadenas
en
crecimiento
colisionen
igual
número
de
veces
con
otras
cadenas
(en
procesos
de
terminación)
o
con
moléculas
de
monómero
(en
procesos
de
propagación),
no
alcanzando
pues
iguales
tamaños.
O
dicho
de
otra
forma,
una
muestra
de
polímero
es
una
mezcla
de
especies
de
diferentes
tamaños
moleculares
y
la
descripción
adecuada
de
la
muestra
exige
conocer
el
número
de
las
macromoléculas
de
cada
tamaño
que
componen
la
muestra,
expresable
matemáticamente
mediante
una
función
de
distribución,
que
vendrá
en
función
Ni Wi
de
la
fracción
en
número
ni =
o
en
peso
w i =
de
las
Ni
especies
de
masa
Wi
con
∑ Ni ∑ Wi
grado
de
polimerización
xi
o
masa
molecular
Mi,
pues
estas
dos
últimas
características
están
fácilmente
relacionadas
entre
sí.
Aunque
se
puede
deducir
teóricamente
a
partir
del
conocimiento
de
la
cinética
de
los
procesos
de
polimerización
la
función
de
distribución
esperable,
no
es
experimentalmente
fácil
adquirir
el
conocimiento
de
la
distribución
por
lo
que
generalmente
se
emplean
magnitudes
medias
o
promedio,
en
forma
análoga
a
como
se
hace
cuando
se
pretende
definir
la
renta
de
un
colectivo,
que
queda
definida
breve
y
concisamente
mediante
el
concepto
de
renta
per
cápita,
promedio
numérico
de
las
rentas
de
los
componentes
que
forman
el
colectivo,
y
que
no
indica,
p.ej.
si
hay
muchos
pobres
de
solemnidad
y
pocos
ricos
insultantemente
ricos,
o
si
la
renta
está
distribuida
racionalmente
entre
los
componentes
de
ese
colectivo
o
como
hicimos
en
el
caso
de
una
muestra
gaseosa
definiendo
diferentes
tipos
de
velocidad
media
(o
energía
media).
QF III TEMA 7 13
A
la
hora
de
definir
el
tamaño
molecular,
o
los
promedios
de
tamaño
molecular,
se
emplean
indistintamente
el
grado
de
polimerización
o
la
masa
molecular.
Como
ya
se
indicó,
una
molécula
de
polímero
vinílico,
p.ej.,
puede
representarse
como
la
repetición
n
veces
de
la
unidad
estructural.
El
grado
de
polimerización,
como
se
indicó
anteriormente,
es
el
número
n
de
veces
que
se
repite
la
unidad
estructural
y
se
suele
representar
por
x,
en
el
caso
ilustrado
x=n.
La
masa
molecular
representa
la
masa
molar
relativa
expresada
en
gramos
y
obviamente
será
igual
al
producto
del
grado
de
polimerización
por
la
masa
molar
de
la
unidad
estructural,
M0.
En
el
caso
que
nos
ocupa,
M=x
M0.
Dada
esta
simple
relación
entre
grado
de
polimerización
y
masa
molecular,
como
el
paso
de
uno
a
otra
o
viceversa
es
inmediato,
es
indistinto
referirse
a
los
promedios
de
grado
de
polimerización
o
a
los
promedios
de
masa
molecular.
Dos
magnitudes
se
suelen
emplean
para
indicar
la
cantidad
de
macromoléculas
de
un
tamaño
determinado
que
hay
en
una
muestra
de
polímero:
el
número
de
moléculas
de
tamaño
i,
Ni
,
y
la
masa
de
moléculas
de
tamaño
i,
Wi
,
cuyas
fracciones
correspondientes
son:
-‐
La
fracción
en
número
de
moléculas
de
tamaño
i
:
Ni
ni =
(7.1)
∑ Ni
-‐ Y
la
fracción
másica
de
moléculas
de
tamaño
i:
Wi
wi =
(7.2)
W
∑ i
donde
las
sumatorias
se
extienden
a
todos
los
tamaños,
a
todas
las
moléculas
de
la
muestra
de
polímero.
QF III TEMA 7 14
Cuatro
son
los
promedios
más
utilizados
para
expresar
la
masa
molecular
de
una
muestra
de
polímero:
la
masa
molecular
promedio
en
número, Mn ;
la
masa
molecular
viscoso, M v .
Grado
de
polimerización
y
Masa
Molecular
promedio
en
número:
Se
obtiene
realizando
el
promedio
sobre
el
número
de
moléculas
de
cada
tamaño
(Ni)
que
tienen
un
grado
de
polimerización
xi
y
una
masa
molecular
Mi:
i =∞
∑ xi Ni i =∞
Ni
xn = i =1 = ∑ xi ni
i =∞
= ∑ xi
i =1 ∑ Ni
∑ Ni
i =1
i =∞
∑ M i Ni
i =∞
Ni
M n = i =i =1∞ = ∑ Mi = ∑ Mi ni
(7.3)
∑ N i
∑ Ni i =1
i =1
Este
valor
promedio
está
relacionado
con,
o
puede
evaluarse
a
través
de,
medidas
de
propiedades
coligativas
de
las
disoluciones
macromoleculares
(presión
osmótica,
crioscopía,
ebulloscopía,
…),
pues
dichas
propiedades
son
función
del
número
de
moléculas
de
soluto.
Grado
de
polimerización
y
Masa
Molecular
promedio
en
peso:
Se
obtiene
realizando
el
promedio
a
partir
del
peso
de
las
cadenas
de
tamaño
i
(Wi):
i =∞
∑ xiWi
x w = i i==1∞ = ∑ xi wi
∑Wi
i =1
QF III TEMA 7 15
i =∞
∑ MiWi
M w = i =i =1∞ = ∑ Mi wi
(7.4)
∑Wi
i =1
Estos
promedios
son
evaluables
a
partir
medidas
de
dispersión
de
luz,
propiedad
que
depende
del
tamaño
de
las
moléculas
más
que
del
número.
Estos
valores
promedios
pueden
expresarse
también
a
partir
de
la
fracción
en
número
teniendo
en
cuenta
que
el
peso
de
las
cadenas
de
tamaño
i
es
igual
a
su
peso
por
el
número
de
moléculas
(Wi=MiNi)
y
que
el
peso
de
la
cadena
es
la
del
monómero
(M0)
por
el
grado
de
polimerización
(Mi=M0xi)
i =∞ i =∞ i =∞ i =∞
∑ xiWi ∑ xi2 Ni M0 ∑ xi2Ni ∑ x 2ni i
(7.5)
i =∞ i =∞ i =∞
∑ MiWi ∑ Mi2 Ni ∑ Mi2ni
M w = i =i =1∞ = ii ==1∞ = ii ==1∞
∑Wi ∑ Mi Ni ∑ Mini
i =1 i =1 i =1
Si
comparamos
(7.5)
con
(7.3)
podemos
observar
que
el
promedio
en
número
y
promedio
en
peso
son
los
momentos
estadísticos
primero
y
segundo
de
la
distribución
respecto
del
número
de
especies
Ni.
Es
posible
demostrar
que
para
cualquier
distribución
el
momento
estadístico
de
orden
n+1
es
mayor
o
igual
que
el
momento
estadístico
de
orden
n.
Usando
las
relaciones
anteriores
también
es
posible
expresar
la
masa
molecular
promedio
en
número
a
partir
de
la
fracción
en
peso:
i =∞ i =∞ i =∞
W
∑ M i Ni ∑ Mi Mi ∑Wi 1
i =1 i =1 i i =1
Mn = i =∞
= i =∞ = i =∞
= i = ∞
W W w
∑ Ni ∑ Mi ∑ Mi ∑ Mi
i =1 i =1 i i =1 i i =1 i
QF III TEMA 7 16
1
xn =
(7.6)
wi
∑x
i
Grado
de
polimerización
y
Masa
Molecular
promedio
zeta:
De
forma
equivalente
es
posible
definir
el
momento
estadístico
tercero
de
la
distribución,
al
que
llamaremos
promedio
zeta:
i =∞ i =∞
∑ x 3 Nii
∑ x 3ni i
x z = ii==∞1 = ii==∞1
2 2
∑ x Ni ∑ x ni
i i
i =1 i =1
i =∞ i =∞
∑ Mi3Ni ∑ Mi3ni
M z = ii==∞1 = ii==∞1
(7.7)
∑ Mi2Ni ∑ Mi2ni
i =1 i =1
que
puede
determinarse
experimentalmente
por
ultracentrifugación.
Habida
cuenta
de
la
relación
entre
fracción
en
número
y
fracción
en
peso
se
obtiene
la
siguiente
relación
que
es
útil
a
la
hora
de
realizar
cálculos
de
los
promedios:
xi Ni
wi =
Wi xNM xN
= i i 0 = i i =
∑ Ni = xini = xini
(7.8)
∑Wi ∑ xi Ni M0 ∑ xi Ni ∑ xi Ni ∑ xini xn
∑ Ni
Existe
un
promedio,
muy
habitual
por
su
fácil
determinación
experimental,
además
de
los
anteriores,
que
es
el
promedio
viscoso:
1/ a
⎛ ∑ xi1+ani ⎞
x v = ⎜
⎜ ∑ xi ni ⎟
⎟ = (∑ xiawi )1 / a
⎝ ⎠
QF III TEMA 7 17
1/ a
⎛ ∑ Mi1+ani ⎞
M v = ⎜
⎜ ∑ Mi ni ⎟
⎟ = (∑ Miawi )1 / a
(7.9)
⎝ ⎠
con
valores
0,5 ≤ a ≤ 0,8 ,
según
la
“calidad”
del
disolvente
por
el
polímero,
mayor
valor
de
a
mejor
disolvente,
y
que
puede
determinarse
empíricamente
de
medidas
de
viscosidad
de
las
disoluciones
poliméricas.
Como
colofón,
indicar
que
la
definición
general
de
los
promedios
en
términos
de
wi
se
puede
escribir
de
la
forma:
cuando
a
=
-‐1
se
tiene
el
promedio
en
número,
x n ó
M n ;
cuando
a
=
1,
se
tiene
el
promedio
en peso, x w ó M w ; y valores de a entre 0,50 y 0,80 sirven para definir los promedios
viscosos
x v
ó
M v .
Para
un
polímero
polidisperso
el
valor
relativo
de
cada
uno
de
los
promedios
es:
Mn <
M v
< M w < M z , tal como se muestra en la Figura 7.1.
Figura
7.1.-‐
Distribución
de
masas
moleculares.
QF III TEMA 7 18
Un
parámetro
característico
que
mide
la
distribución
de
las
masas
moleculares
es
el
índice
de
polidipersidad,
I,
que
nos
indica
la
anchura
y
distribución
de
tamaños
moleculares
y
es
la
relación
entre
el
promedio
en
peso
y
en
número:
Mw xw
I= =
(7.11)
Mn xn
Para
valores
de
I=1
la
muestra
es
monodispersa,
cuanto
mas
alejado
de
1
el
valor
de
I
mas
polidispersa
es
la
muestra
y
mas
ancha
la
distribución.
El
índice
de
polidispersidad
da
sólo
una
idea
de
la
polidispersidad
de
la
muestra,
pero
no
nos
permite
conocer
como
es
la
distribución
completa
de
pesos
moleculares.
Una
forma
más
precisa
es
haciendo
uso
de
funciones
que
describan
la
totalidad
de
la
curva
de
distribución
entre
las
que
podemos
destacar:
i)
Distribución
más
probable
w x = x( 1 − p )2 p x −1
(7.12)
donde
wx
es
la
fracción
en
peso
de
polímero
que
posee
un
grado
de
polimerización
x,
es
decir,
por
cada
gramo
de
polímero
hay
wx
gramos
de
polímero
de
grado
de
polimerización
x
y
p
es
un
parámetro
empírico
muy
próximo
a
1.
La
Figura
7.2
muestra
la
representación
gráfica
de
la
fracción
de
moléculas
para
diversos
valores
de
p.
Cuanto
mayor
es
éste
mas
ancha
es
la
distribución
y
más
bajo
el
máximo
y
el
promedio
de
x.
Según
esta
distribución
I=1+p.
Figura
7.2.-‐
Distribución
más
probable
para
diversos
valores
de
p.
QF III TEMA 7 19
ii) Función
de
Schulz-‐Flory
y z +1 x i
wi = exp( − yxi )
(7.13)
Γ( z + 1)
Donde
Γ
es
la
función
matemática
“gamma”
y
“z”
e
“y”
son
los
dos
parámetros
de
la
distribución.
Los
promedios
se
calculan
analíticamente
a
partir
de
esta
función,
obteniéndose:
z
xn =
(7.14)
y
z +1
xw =
(7.15)
y
Determinando
x n
y
x w
experimentalmente
se
pueden
calcular
los
parámetros
z
e
y
para
QF III TEMA 7 20
Solución.-‐
Teniendo
en
cuenta
(7.2)
y
las
expresiones
(7.7)
y
(7.8)
aplicables
a
Mi
se
puede
preparar
la
siguiente
tabla:
Mi
(wiMi)
( w i M i2 ) w M 0,76
Fr.nº
Wi
,
g
x105,
wi
(w i / M )
i i ni
x105
i x10-‐5
x10 −10
g/mol
1
0,0329
0,236
0,0312
0,1321
0,0076
0,0017
65,7
0,0886
2
0,0778
0,389
0,0737
0,1895
0,0287
0,0112
226,9
0,1271
3
0,1163
0,475
0,1101
0,2318
0,0523
0,0248
394,5
0,1555
4
0,1342
0,526
0,1270
0,2415
0,0668
0,0351
491,9
0,1620
5
0,1538
0,638
0,1455
0,2281
0,0928
0,0592
652,6
0,1530
6
0,1584
0,824
0,1499
0,1819
0,1235
0,1018
816,4
0,1220
7
0,1340
1,050
0,1268
0,1208
0,1332
0,1398
830,4
0,0810
8
0,1045
1,290
0,0989
0,0767
0,1277
0,1647
757,7
0,0515
9
0,0881
1,440
0,0834
0,0579
0,1201
0,1729
693,9
0,0388
10
0,0565
1,760
0,0534
0,0304
0,0940
0,1655
518,0
0,0204
Σ 1,0565
1,4906
0,8464
0,87674
5447,9
de
la
que
se
obtienen
los
siguientes
promedios:
1 1
Mn = = = 6,709x104
g
mol-‐1
wi 1,4906x10−5
∑ Mi
M w = ∑ w i Mi = 8,46x10 4 g mol−1
∑ M i2 w i 0,8767 x1010
Mz = = = 1,036x10 5 g mol −1
∑ Mi w i 0,8464x10 5
QF III TEMA 7 22
la
mayoría
de
los
casos,
las
cadenas
se
encuentran
enrolladas.
Un
polímero
cuya
composición
estérica
o
tacticidad
se
aproxime
a
cualquiera
de
los
límites
de
iso-‐
o
sindiotacticidad,
es
un
polímero
estéricamente
regular
o
estereorregular.
Esta
microestrucutra
de
la
cadena
es
fundamental
en
muchos
casos
ya
que
las
propiedades
de
dos
muestras
de
un
mismo
polímero,
una
atáctica
y
otra
estereorregular
pueden
ser
muy
diferentes.
Por
ejemplo,
los
polímeros
estereorregulares
pueden
cristalizar
y
los
atácticos
no,
así
el
polipropileno
isotáctico
es
cristalino
y
tiene
una
temperatura
de
fusión
de
170
°C,
mientras
que
el
polipropileno
atáctico
es
amorfo.
R R R R R R R
H C H C H C H C H C H C H C
C H C H C H C H C H C H C H
H H H H H H H
Figura
7.3.
Disposición
espacial
de
cadenas
isotácticas.
R H R H R H R
H C H C H C H C H C H C H C
C H C R C H C R C H C R C H
H H H H H H H
Figura
7.4.
Disposición
espacial
de
cadenas
sindiotácticas.
Conformación.
La
conformación
describe
la
disposición
espacial
de
la
macromolécula,
variable
con
la
energía
térmica
e
influye
en
las
propiedades
de
un
polímero.
Los
cambios
conformacionales
se
traducen
en
una
modificación
del
aspecto
espacial
de
la
macromolécula
sin
que
se
rompa
ningún
enlace
covalente,
tienen
lugar
a
temperaturas
normales
y
son
los
responsables
de
la
mayoría
de
los
fenómenos
que
asociamos
con
los
cambios
en
las
QF III TEMA 7 23
propiedades
físicas
macroscópicas.
Por
ejemplo,
el
punto
de
fusión,
la
transición
vítrea,
la
presencia
o
no
de
cristalinidad,
la
elasticidad
del
material,
el
incremento
de
viscosidad
de
una
disolución
polimérica
pueden
relacionarse
con
cambios
en
las
conformaciones
macromoleculares.
Las
magnitudes
conformacionales
que
nos
darán
la
posición
en
el
espacio
de
una
cadena
macromolecular
(Figura
7.5)
son:
i)
longitud
de
enlace,
l;
ii)
ángulo
de
enlace,
θ
y
iii)
ángulo
de
rotación
interna,
φ,
que
es
el
ángulo
diedro
que
forman
entre
si
los
dos
planos
definidos
por
el
enlace
al
cual
se
atribuye
φ
con
cada
uno
de
los
enlaces
contiguos
a
él
en
la
cadena.
Aparte
del
tamaño,
una
gran
diferencia
entre
una
molécula
pequeña,
p.ej.
un
monómero,
y
el
polímero
resultante
proviene
del
hecho
de
que
mientras
la
primera,
p.ej.
el
etileno,
tiene
una
geometría
bien
definida
por
las
distancias
interatómicas
y
los
ángulos
de
enlace,
(véase
figura
7.5
a)
no
ocurre
lo
mismo
en
el
polímero
ya
que
al
ser
los
enlaces
de
la
cadena
simples
enlaces
C-‐C
permiten
cierta
rotación,
lo
que
hace
que
las
formas
geométricas,
conformaciones,
que
pueda
adoptar
una
macromolécula
sean
muy
numerosas.
Visualicemos
cuatro
unidades
consecutivas
del
polietileno,
limitándonos
únicamente
al
esqueleto
(Figura
7.5.
b).
Tanto
la
distancia
y
ángulos
de
enlace,
l
y
θ, son
constantes
y
la
forma
de
la
molécula
de
tres
enlaces
se
podrá
definir
mediante
los
valores
de
l
,
θ y
el
ángulo
de
rotación
ϕ ,
que
podrá
ser
cualquiera
dentro
del
cono
de
rotación
indicado
en
la
figura.
Generalmente,
no
es
este
el
caso
y
habrá
ángulos
preferidos
correspondiéndose
con
mínimos
de
energía.
Supongamos
que
son
tres
los
mínimos.
Si
se
añade
una
nueva
unidad
habrá
que
especificar
el
correspondiente
ángulo
ϕ ,
QF III TEMA 7 24
Figura
7.5.-‐
Geometría
de
una
molécula
pequeña
(etileno,
parte
a)),
de
un
tetrámero
(parte
b)
y
descripción
de
la
conformación
de
una
macromolécula
(parte
c)).
es
decir,
para
especificar
la
forma
de
la
cadena
habría
que
detallar
el
ángulo
de
enlace
y
la
longitud
del
enlace
y
tantos
valores
de
los
ángulos
de
rotación
como
enlaces
en
la
cadena
menos
dos.
El
número
de
conformaciones,
si
hay
tres
posibilidades
para
los
ángulos
de
rotación,
será
pues
de
3 N − 2 ,
siendo
N
el
número
de
unidades
de
la
cadena.
Por
ello,
si
una
propiedad
física
o
mecánica
depende
de
la
geometría,
mientras
que
en
una
molécula
pequeña
estará
bien
definida
ya
que
lo
está
su
geometría,
no
ocurrirá
así
en
el
polímero
ya
que
cada
molécula
tendrá
su
propia
geometría
y
la
propiedad
en
cuestión
sólo
podrá
estudiarse
en
función
de
la
geometría
media,
de
la
media
de
las
diferentes
conformaciones
que
pueden
adoptar
las
moléculas
del
polímero.
De
nuevo
aquí
sólo
podemos
hablar
de
magnitudes
promedio.
QF III TEMA 7 25
No
todas
las
conformaciones
son
igualmente
probables,
tienen
la
misma
energía,
esto
es
función
de
las
interacciones
entre
las
unidades
de
la
cadena
que
pueden
ser
de
dos
tipos:
a)
interacciones
de
corto
alcance
que
tienen
lugar
entre
grupos
de
enlaces
consecutivos
de
la
cadena
y
dependen
de
los
parámetros
geométricos
de
la
cadena,
l,
θ
y
φ;
b)
interacciones
de
largo
alcance
que
tienen
lugar
entre
unidades,
separadas
por
muchos
enlaces
y
que
entran
en
interacción
debido
a
que
la
cadena
se
encuentra
retorcida
sobre
sí
misma.
Estas
interacciones
de
largo
alcance
dan
lugar
al
“volumen
excluido”
ya
que
un
segmento
de
la
cadena
no
puede
ocupar
el
espacio
de
otro.
Es
muy
importante
en
disolución
donde
la
cadena
se
encuentra
solvatada
o
rodeada
por
el
disolvente,
el
volumen
efectivo
que
cada
unidad
ocupa
y
del
que
excluye
a
cualquier
otra
unidad,
depende
del
estado
de
solvatación
y
por
tanto
las
dimensiones
reales
de
la
cadena
se
verán
perturbadas.
Se
denomina
estado
Θ
(theta),
no
perturbado
o
sin
perturbar
aquel
en
el
que
la
cadena
puede
considerarse
como
aislada,
sin
influencias
externas
que
modifiquen
su
estado
conformacional
intrínseco.
En
el
estado
no
perturbado
la
configuración
de
la
macromolécula
viene
determinada
sólo
por
las
interacciones
de
corto
alcance.
Así,
no
todas
las
conformaciones
que
puede
adoptar
una
cadena
son
de
la
misma
energía,
y
globalmente
podemos
considerar
dos
límites:
a)
cadena
rígida
que
la
presentan
ciertos
estados
de
polímeros
biológicos
que
adoptan
una
conformación
bien
definida,
estabilizada
por
diversas
causas
(puentes
de
hidrógeno,
fuertes
interacciones
elestrostáticas
etc).
También
los
polímeros
que
cristalizan
lo
hacen
en
una
conformación
determinada
que
es
la
que
da
lugar
a
su
mejor
empaquetamiento;
y
b)
ovillo
estadístico:
que
es
el
que
presentan
los
polímeros
en
disolución
y
en
sus
estados
sólido-‐amorfo
y
fundido.
Es
el
resultado
de
promediar
estadísticamente
todas
las
conformaciones
que
son
accesibles
a
la
macromolécula.
La
descripción
detallada
de
la
conformación
de
una
macromolécula
exigiría
conocer
los
vectores li que representan los N diferentes enlaces (véase la figura 7.5.c), pero ese
QF III TEMA 7 26
o
mediante
el
radio
de
giro,
s,
definido
respecto
al
centro
de
masa
de
la
macromolécula,
mediante
los
vectores
s i ,
que
van
desde
el
centro
de
masas
a
los
átomos
i
de
masa
mi.
Generalmente
se
emplean
valores
cuadráticos
(escalares),
que
en
el
caso
de
la
distancia
entre
extremos
vendrá
dado
por:
N N
r 2 = ∑ ∑ li l j
(7.17)
i =1 j =1
expresión
esta
última
que
si
todos
los
átomos
son
iguales
(mi
iguales)
se
simplifica
a:
1 N +1 2 1 N N +1
s 2 = ∑ si = ∑ ∑ rij2
(7.19)
N + 1 i =1 2
( N + 1) i =1 j =i +1
si se expresa a través de los vectores rij que unen los átomos i y j.
Para
una
determinada
conformación
de
la
cadena
las
posiciones
de
los
átomos
están
fijadas
y
por
tanto
r2
y
s2
adquieren
valores
determinados.
Sin
embargo,
en
el
estado
real
los
ovillos
estadísticos
van
cambiando
de
una
a
otra
conformación
variando
los
vectores
li y
s i
y,
por
tanto,
los
valores
de
r2
y
s2
son
fluctuantes.
En
la
práctica
lo
que
interesa
es
conocer
los
valores
observables
de
esas
magnitudes
y
de,
nuevo,
sólo
se
podrá
hablar
de
promedios,
los
promedios
estadísticos
de
todas
las
conformaciones
que
puedan
alcanzar
los
ovillos,
expresables
mediante
el
símbolo
<
>:
N N N N +1
2 2 1
< r >= ∑ ∑ 〈li l j 〉
;
< s >=
( N + 1) 2 ∑ ∑ 〈rij2 〉
(7.20)
i =1 j =1 i =1 j = i + 1
QF III TEMA 7 27
Debe
quedar
claro
que
las
magnitudes
promedio
anteriores
representan
la
media
de
las
distintas
conformaciones
que
puede
ir
adoptando
una
macromolécula
a
lo
largo
del
tiempo
o
la
media
de
las
conformaciones
que
en
un
momento
determinado
presentan
el
conjunto
de
macromoléculas
de
una
determinada
muestra.
Los
valores
que
corresponderían
al
estado
no
perturbado
se
indican
con
subíndice
0:
<r2>0
y
<s2>0.
Así
pues
es
la
libertad
rotacional,
característica
fundamental
de
la
estructura
de
los
polímeros,
es
la
responsable
de
la
forma
de
ovillo
al
azar
que
adquieren
las
moléculas
de
polímero
tanto
en
disolución,
como
en
estado
fundido
y
en
estado
de
sólido
amorfo.
Los
materiales
poliméricos
se
emplean
en
una
amplia
gama
de
formas
en
el
estado
condensado.
Así,
mientras
que
los
utensilios,
objetos
de
menaje,
de
polietileno
muestran
un
aspecto
cerúleo
y
con
gran
turbidez,
hay
películas
del
mismo
material
que
son
transparentes,
como
lo
son
también
las
de
policarbonatos.
Las
piezas
de
poliestireno
son
frágiles,
mientras
que
las
de
poliamida
muy
tenaces.
Las
resinas
fenólicas
son
muy
rígidas,
mientras
que
el
poliisopreno
es
elástico,
etc.,
etc.
Todas
estas
propiedades
pueden,
en
parte,
relacionarse
con
la
estructura
física
y
morfología
de
las
muestras
poliméricas.
No
hay
diferencias
entre
los
polímeros
y
los
compuestos
no
macromoleculares
en
los
tipos
de
enlace,
ni
tampoco
en
los
tipos
de
interacciones
intermoleculares,
por
lo
que
las
diferencias
en
propiedades
físicas
y
mecánicas
que
presentan
los
polímeros
frente
a
los
compuestos
orgánicos
convencionales
de
naturaleza
química
similar
habrá
que
buscarla
en
la
gran
longitud
de
las
cadenas,
ya
que
al
hablar
de
interacciones
intermoleculares,
aunque
sean
débiles
al
considerarlas
individualmente,
en
el
caso
de
los
polímeros
al
repetirse
muchas
veces
a
lo
largo
de
la
cadena
confieren
a
éstos
una
fuerte
cohesión,
que
es
la
que
marca
las
propiedades
físicas
y
mecánicas
que
los
hacen
diferentes
e
interesantes.
Es
decir,
en
el
estado
físico
de
un
polímero
influyen
no
sólo
su
constitución
química
y
la
heterogeneidad
en
tamaños
moleculares,
también
los
aspectos
configuracionales
y
conformacionales.
Debido
pues
a
las
interacciones
intermoleculares
entre
las
cadenas
poliméricas,
éstas
deben
organizarse
en
estado
sólido,
es
decir,
deberían
organizarse
en
forma
análoga
a
como
lo
hacen
las
moléculas
pequeñas,
es
decir
formando
cristales.
Sin
embargo,
no
es
esto
lo
que
ocurre
en
los
polímeros
sintéticos
que
o
bien
son
totalmente
amorfos
o
sólo
muestran
una
organización
parcial,
una
cristalinidad
parcial,
los
que
de
ahora
en
adelante
llamaremos
semicristalinos,
que
se
formarán
cuando
las
moléculas
sean
química
y
geométricamente
regulares.
Los
polímeros
no
cristalinos
típicos
serán,
por
el
contrario,
aquellos
en
que
existan
QF III TEMA 7 28
claras
irregularidades
estructurales.
El
que
un
polímero
sea
amorfo
o
semicristalino
le
confiere
unas
propiedades
que
le
hacen
útil
o
no.
Veámoslo
describiendo
el
cambio
en
propiedades
que
sufren
ambas
clases
de
materiales,
polímeros
amorfos
y
cristalinos,
al
elevar
la
temperatura,
eligiendo
como
ejemplo
de
propiedad
el
módulo
de
elasticidad
o
modulo
de
Young,
E,
(el
módulo
de
E
es
la
relación
entre
el
esfuerzo
aplicado
a
una
muestra
y
la
deformación
producida),
que
se
ilustra
en
la
Figura
7.6.
En
un
material
amorfo
(Figura
7.6
a)
las
cadenas
se
encuentran
retorcidas
en
forma
de
ovillos,
ovillos
al
azar.
A
temperaturas
lo
suficientemente
bajas
los
movimientos
de
las
cadenas
son
nulos,
están
congelados
y
sólo
existirá
una
pequeña
movilidad
en
los
grupos
laterales.
Los
polímeros
amorfos
a
estas
temperaturas
tienen
muchas
de
las
propiedades
asociadas
a
los
vidrios
inorgánicos
ordinarios:
dureza,
rigidez,
fragilidad
y
transparencia.
Es
el
llamado
estado
vítreo
de
los
polímeros
(zona
A),
caracterizado
por
un
alto
cociente
entre
el
esfuerzo
aplicado
y
la
deformación
producida
conocido
como
módulo
de
elasticidad
o
módulo
de
Young,
E.
Llega
un
momento
a
una
determinada
temperatura,
específica
de
cada
polímero,
denominada
Tg
(temperatura
de
transición
vítrea)
╬1,
en
que
la
energía
térmica
permite
ya
mover
segmentos
o
porciones
de
cadena
(del
orden
de
10
unidades).
Se
produce
en
este
punto
un
cambio
abrupto
en
el
modulo
de
elasticidad,
aunque
todavía
al
someter
el
material
a
tensión
los
movimientos
moleculares
son
insuficientes
para
que
se
produzcan
grandes
deformaciones
(zona
B).
Al
seguir
aumentando
la
energía
térmica,
al
seguir
aumentando
T,
aumenta
el
tamaño
de
la
porción
de
cadena
que
puede
moverse.
Los
polímeros
se
comportan
como
elastómeros
(zona
C).
En
este
caso
al
someter
el
material
a
tensión
los
ovillos
macromoleculares
se
deforman,
se
producen
rotaciones
que
dan
lugar
a
conformaciones
más
estiradas
en
el
sentido
de
la
tensión.
El
estiramiento
de
las
cadenas
va
acompañado
de
la
aparición
de
fuerzas
retráctiles
de
tipo
entrópico
o
configuracional,
que
son
las
que
confieren
el
carácter
elástico
del
material
en
esta
zona
de
temperaturas.
A
medida
que
aumenta
la
temperatura,
se
hace
mayor
la
movilidad
de
las
moléculas,
hasta
que
éstas
se
deslizan
o
desplazan
unas
respecto
de
otras,
el
sólido
entonces
fluidifica
a
la
temperatura
característica
de
fluidificación,
Tf,
y
se
convierte
en
un
líquido
viscoso
(flujo
viscoso)
que
sometido
a
tensión
fluye
(zona
D).
╬1
La transición vítrea no es exclusiva de los polímeros, se presenta también en algunos compuestos inorgánicos
y orgánicos
QF III TEMA 7 29
Log
E
/
Pa
A
B
C
D
Tg
Figura
7.6.-‐
Variación
del
logaritmo
del
módulo
de
elasticidad,
E,
con
la
temperatura
en
un
polímero
amorfo
(a),
y
dependencia
con
la
cristalinidad
(b).
Cuando
el
polímero
está
entrecruzado
químicamente
no
hay
posibilidad
de
flujo
viscoso
y
la
rama
C
se
alarga
con
el
aumento
de
temperatura
(Curva
II).
¿Por
qué
las
cadenas
lineales
presentan
en
C
un
comportamiento
similar
al
de
las
mallas
elastoméricas?
Porque,
como
QF III TEMA 7 30
dijimos,
las
cadenas
son
ovillos
enredados
entre
sí,
formando
una
maraña.
Los
enredos
actúan
como
los
nudos
de
una
malla,
son
nudos
físicos,
no
químicos,
transitorios
y
no
permanentes
(enredos
y
desenredos
continuos).
El
comportamiento
de
los
polímeros
cristalinos
(Figura
7.6.b)
es
básicamente
igual
al
de
los
polímeros
amorfos
excepto
en
la
zona
de
temperaturas
comprendida
entre
la
transición
vítrea
(Tg)
y
la
fusión
del
polímero
cristalino
(Tf).
Por
debajo
de
Tg
los
polímeros
cristalinos
muestran
propiedades
análogas
a
las
de
los
polímeros
amorfos
en
su
estado
vítreo.
Por
encima
de
Tg,
sin
embargo,
el
ordenamiento
impide
la
deformación
del
material
y
mantendrá
sus
propiedades
de
dureza
y
poca
elasticidad,
dependiendo
el
grado
de
ambas
propiedades
del
grado
de
cristalinidad.
El
edificio
cristalino
se
derrumba,
como
en
cualquier
otro
material,
a
la
temperatura
de
fusión,
Tf,
a
partir
de
la
cual
actuará
como
un
líquido
elástico.
Sólo
en
el
caso
de
polímeros
semicristalinos
se
puede
denominar
Tf
como
temperatura
de
fusión
y
no
de
fluidificación,
que
sería
el
término
a
aplicar
en
el
caso
de
materiales
amorfos.
Deberíamos
ahora
comentar
cómo
la
estructura
química
influye
en
las
temperaturas
de
fusión
o
fluidificación
y
de
transición
vítrea,
que
son
a
fin
de
cuentas
las
características
que
marcan
la
potencial
utilidad
de
un
polímero.
Aunque
el
tema
es
amplio,
se
va
a
intentar
ilustrarlo
brevemente
con
un
par
de
ejemplos:
1º.
Temperaturas
de
fluidificación
de
poliundecanamidas,
-‐CONH-‐(CH2)11-‐
parcialmente
metiladas:
%
Metilación
Tf
,
°C
Se observa como a medida que aumenta la
metilación, que conlleva la desaparición de puentes de
0
186
hidrógeno entre los grupos NH y los CO de cadenas
25
160
vecinas y, por tanto, una disminución de las
interacciones intermoleculares, disminuirá la energía
50
104
de cohesión y por tanto Tf.
75
66
100
60
QF III TEMA 7 31
2º.
Temperaturas
de
transición
vítrea
de
una
serie
homóloga
de
polimetacrilatos
R
Tg,
°C
Metilo
72
Etilo
47
Propilo
33
n-‐Butilo
17
Un
aumento
del
volumen
del
grupo
lateral
impide
el
empaquetamiento
del
material,
apareciendo
más
volumen
libre
y
aumentando
la
posibilidad
de
movimiento
de
los
segmentos
de
cadena,
el
poder
adoptar
más
conformaciones,
necesitándose
menos
energía
térmica
para
los
movimientos
y,
por
tanto,
para
alcanzar
Tg.
Siempre
pues
que
haya
desorden,
debido
a
ramificaciones
o
entrecruzamientos,
aumentan
las
posibilidades
de
movimiento
de
los
segmentos
de
cadena
y
se
reduce
Tg.
Resumiendo,
a
temperaturas
lo
suficientemente
bajas
los
polímeros
o
cristalizan
o
vitrifican.
Cristalizan,
sólo
parcialmente
como
regla
general,
los
que
presentan
estructuras
regulares,
los
que
no
vitrifican.
A
temperaturas
superiores
se
hacen
gomosos,
viscoelásticos,
y
a
temperaturas
más
elevadas
fluyen
(siempre
que
no
sean
entrecruzados).
A
una
temperatura
dada,
por
ejemplo
a
temperatura
ambiente,
los
polímeros
se
pueden
presentar
como:
a)
Sólidos
duros
(ya
sean
cristales
o
vidrios):
Tg>Tamb
b)
Sólidos
viscoelásticos,
polímeros
amorfos
lineales:
Tg<Tamb,
Tf>Tamb
c)
Sólidos
elásticos
(polímeros
entrecruzados).
Es
el
caso
anterior
cuando
se
eliminan
los
fenómenos
de
flujo
viscoso
debido
al
entrecruzamiento.
d)
Líquidos
elásticos
y
pegajosos.
El
caso
anterior
cuando
Tf<Tamb
e)
Líquidos
oleosos:
Tf<Tamb
Estas
diferentes
formas
de
presentarse
los
polímeros
hacen
que
en
relación
con
su
aplicación
los
materiales
polímeros
se
clasifiquen
en
plásticos,
Tg>>Tamb,
denominados
termoplásticos,
cuando
lineales
y
termoestables
cuando
entrecruzados,
en
cauchos,
polímeros
entrecruzados,
Tg<Tamb
,
Tf>Tamb
y
en
fibras,
polímeros
semicristalinos
con
Tg
y
QF III TEMA 7 32
Tf
altas,
que
cuando
se
someten
a
tensión
externa
experimentan
reordenamiento
del
material
cristalino.
Muchos
materiales
empleados
como
fibras
pueden
también
utilizarse
como
plásticos.
7.5.-‐
Termodinámica
de
polímeros
en
disolución
Anteriormente
se
han
visto
las
propiedades
diferenciales
de
las
macromoléculas,
tanto
en
lo
referente
a
los
tamaños
moleculares,
como,
en
general,
a
las
propiedades
en
estado
sólido.
De
nuevo,
al
estudiar
las
propiedades
de
las
disoluciones
poliméricas
se
va
a
encontrar
un
comportamiento
diferencial
respecto
a
las
disoluciones
de
moléculas
“pequeñas”.
En
este
contexto,
cabe
recordar
que
cuando
se
estudió
la
Termodinámica
de
las
Disoluciones,
se
clasificaron
éstas
en
disoluciones
ideales,
en
las
que
se
cumplía:
µi = µ i* + RT ln x i
(7.21)
que
conducía
a
las
funciones
de
mezcla:
GM = RT{n1 ln x1 + n2 ln x2} ; SM = −R{n1 ln x1 + n2 ln x2} ; HM = 0
(7.22)
mientras
que
en
las
disoluciones
reales,
ya
no
se
cumplía
(7.21),
debiendo
introducirse
el
concepto
actividad:
µ i = µ i* + RT ln ai
(7.23)
no
siendo
válidas
obviamente
las
funciones
de
mezcla
antes
indicadas,
y
apareciendo
las
denominadas
funciones
de
exceso.
Está
claro
que
para
el
conocimiento
de
las
propiedades
termodinámicas
de
las
disoluciones
basta
con
conocer
la
variación
de
energía
libre
de
mezcla,
ΔGM,
de
las
mismas
(la
diferencia
entre
la
energía
libre
de
Gibbs
de
la
disolución
y
la
de
los
componentes
puros).
A
temperatura
constante,
ΔGM=ΔHM-‐TΔSM,
y
a
ΔGM
contribuyen
dos
términos,
el
primero
ΔHM
relacionado
con
el
efecto
térmico
de
la
disolución
(calor
de
mezcla),
y
el
segundo,
el
término
QF III TEMA 7 33
entrópico,
relacionado
con
el
reordenamiento
molecular
que
ocurre
tras
la
mezcla.
Pues
bien,
las
disoluciones
de
macromoléculas
son
siempre
disoluciones
muy
reales,
apartándose
del
comportamiento
ideal
principalmente
por
su
comportamiento
entrópico.
El
estudio
de
la
termodinámica
de
las
disoluciones
macromoleculares
se
va
a
iniciar
con
la
evaluación
de
la
contribución
entrópica
de
la
mano
de
un
modelo,
el
de
Flory-‐Huggins,
aplicado,
en
principio,
al
estudio
de
disoluciones
moderadamente
concentradas.
7.5.1-‐
Entropía
de
mezcla
según
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
Como
se
sabe,
la
entropía
de
un
sistema
puede
evaluarse
por
medio
de
la
ecuación
de
Boltzmann:
S
=
k
ln Ω
(7.24)
siendo
Ω el
número
de
configuraciones
del
sistema.
La
teoría
de
Flory-‐Huggins
para
macromoléculas
flexibles,
utiliza
un
modelo
de
red
para
el
cálculo
de
las
configuraciones
que
puede
adoptar
una
macromolécula
en
disolución.
Supone
el
modelo
de
red
que
el
volumen
total
de
la
disolución
está
dividido
en
celdas
iguales
y
que
en
cada
una
se
puede
ubicar
una
molécula
de
disolvente.
Como
la
macromolécula
es
mucho
mayor
(su
volumen
molar
V2
es
mucho
mayor
que
el
del
disolvente,
V1),
supondremos
que
está
formada
por
segmentos
unidos
entre
sí
y
de
volumen
aproximado
al
del
disolvente,
por
lo
que
cada
segmento
ocupa
una
celda.
Para
ubicar
una
cadena
de
polímero
promedio
será
necesario
ocupar
r
celdillas
V
( r = 2 ,
siendo
V2 el
volumen
molar
medio
del
polímero).
El
proceso
de
disolución
de
N1
V1
V
moléculas
de
disolvente
y
de
N2
moléculas
de
polímero
de
tamaño
medio
r = 2
sería
el
V1
mostrado
esquemáticamente
en
la
Figura
7.7,
(en
el
caso
gráfico
de
la
figura
el
número
de
segmentos
de
polímero,
número
de
celdas
ocupadas
por
el
polímero,
se
ha
hecho
coincidir
con
el
número
de
moléculas
de
disolvente).
En
cualquier
caso,
el
número
de
celdas
totales
en
que
se
ubica
la
disolución
será
N0:
N0 = N1 + r N2
(7.25)
QF III TEMA 7 34
Figura
7.7.-‐
Esquema
del
proceso
de
disolución
de
un
polímero,
según
el
modelo
reticular
(ilustrado
bidimensionalmente)
El
cálculo
del
número
de
configuraciones
Ω
se
realiza
contando
el
número
de
modos
posibles
de
colocar
las
N2
macromoléculas
en
el
retículo
de
N0
celdillas,
pues,
una
vez
situadas
éstas,
el
disolvente
rellena
los
huecos
de
un
modo
único,
por
ser
sus
moléculas
indiscernibles.
Supóngase
que
ya
hay
j
macromoléculas
colocadas
en
el
retículo,
y
veamos
cual
es
el
número
de
configuraciones
posibles
para
colocar
una
molécula
más,
la
j+1.
El
número
de
celdillas
libres
para
el
primer
eslabón
de
la
molécula
j
es
N0-‐jr.
Una
vez
colocado
el
primer
eslabón
en
una
de
estas
celdillas,
el
segundo
eslabón
sólo
podrá
colocarse
en
una
de
las
z
celdillas
contiguas
a
la
primera
(caso
(a)
de
la
Figura
7.8);
como
algunas
de
éstas
pudieran
estar
ya
ocupadas
por
las
j
macromoléculas
anteriores,
sea
fj
la
probabilidad
de
que
una
celdilla
cualquiera
del
retículo
esté
ocupada
después
de
haber
introducido
j
macromoléculas,
el
segundo
eslabón
de
la
cadena
j+1
podrá
ocupar
z(1-‐fj)
lugares.
El
tercer
eslabón
podrá
ocupar
(z-‐1)(1-‐fj)
pues
se
halla
en
la
misma
situación
que
el
segundo,
salvo
que
uno
de
los
z
lugares
contiguos
a
éste
se
encuentra
ya
ocupado
por
el
primer
eslabón
-‐
caso
(b)
de
la
figura
7.8.
Los
siguientes
eslabones,
del
cuarto
hasta
r
se
encontrarán
en
situación
análoga
al
tercero
y,
como
se
puede
visualizar
en
la
parte
(c)
de
la
figura,
a
medida
que
la
cadena
va
rellenando
huecos
en
la
red
va
disminuyendo
el
número
de
celdillas
libres
para
ir
colocando
los
segmentos
sucesivos.
QF III TEMA 7 35
Figura
7.8.-‐
Ilustración
del
número
de
celdillas
vacías
contiguas
a
un
eslabón
de
cadena
.
El
número
de
formas
de
acomodar
la
macromolécula
j+1,
el
número
de
configuraciones
será
pues
(Figura
7.8):
Esl 1º Esl 2º Esl 3º ,..., r
ω j +1 = (N0 − jr ) z( 1 − fj ) ∏ (z − 1)(1 − f j ) = ( N0 − jr ) z ( z − 1)r − 2 ( 1 − f j )r −1
(7.26)
r −2
y
el
número
total
para
las
N2
macromoléculas:
N
1 2
Ω= ∏ωi
N2 ! i =1
(7.27)
puesto
que
al
ser
indistinguibles
las
permutas
de
macromoléculas
no
hacen
sino
repetir
configuraciones
ya
contadas.
Para
el
cálculo
pues
del
número
de
complexiones
se
necesita
conocer
fj,
la
probabilidad
de
ocupación
de
una
celda.
Flory
supone
que
las
celdas
ocupadas
por
los
r
segmentos
de
las
j
macromoléculas
están
repartidas
al
azar
es
decir
que:
celdas ocupadas j r
fj = =
(7.28)
celdas totales N0
valor
que
sustituido
en
(7.27)
lleva
a:
QF III TEMA 7 36
N2 N
1 ⎡ z( z − 1)r − 2 ⎤ 2
Ω= ⎢
N2 ! ⎣⎢ N0r −1 ⎦⎥
⎥ ∏ [ N0 − ( i − 1)r ]r
(7.29)
l =1
El
último
producto
puede
ponerse
en
forma
de
cociente
de
factoriales:
N2 r
1 ⎡ z( z − 1)r − 2 ⎤ r N 2 ⎡ (N0 / r )! ⎤
Ω= ⎢
N2 ! ⎣⎢ N0r −1 ⎦⎥
⎥ r ⎢ (N / r )! ⎥
(7.30)
⎣ 1 ⎦
Aplicando
logaritmos
a
la
expresión
anterior,
haciendo
empleo
de
la
aproximación
de
Stirling
y
teniendo
en
cuenta
(7.24)
se
obtiene:
⎧ N N r ⎫
S = k ⎨N2 [ln( zr ) + ( r − 2 ) ln( z − 1) + 1 − r ] − N1 ln 1 − N2 ln 2 ⎬
(7.31)
⎩ N0 N0 ⎭
para
la
entropía
total
de
la
disolución.
Para
el
cálculo
de
la
entropía
de
mezcla,
habrá
que
restar
las
entropías
de
los
componentes
puros,
fácilmente
deducibles
de
la
expresión
anterior,
considerando
N1=0
(soluto
puro)
y
N2=0
(disolvente
puro),
obteniéndose
finalmente:
⎡ N N r ⎤
ΔS M (conf ) = −k ⎢N1 ln 1 + N2 ln 2 ⎥
(7.32)
⎣ N0 N0 ⎦
Esta
es
la
variación
de
entropía
debida
a
las
posibles
configuraciones
del
sistema,
o
entropía
configuracional
de
la
mezcla,
expresión
similar
a
la
(7.22)
para
disoluciones
ideales
de
moléculas
pequeñas
salvo
por
las
funciones
que
aparecen
en
los
logaritmos:
en
(7.22)
fracciones
molares,
en
este
caso
fracciones
en
número
de
celdas,
por
lo
que
es
útil
el
definir
las
fracciones
en
volumen
de
disolvente
y
del
polímero,
φ1
y
φ2,
respectivamente
como:
NiVi
φi = ; i = 1, 2
(7.33)
Σ ( NiVi )
QF III TEMA 7 37
Teniendo
en
cuenta
que
r=V2/V1
y
N0=N1+r
N2,
se
obtiene
que
φ1=(N1/N0)
y
φ2=(N2r/N0)
por
lo
que
la
expresión
(7.32)
se
reduce
a:
ΔS M (conf ) = −k[N1 lnφ1 + N2 lnφ2 ]= −R[n1 lnφ1 + n2 lnφ2 ]
(7.34)
expresión
ahora
sí
idéntica
a
la
de
la
disolución
ideal
salvo
por
la
aparición
de
fracciones
en
volumen
en
vez
de
fracciones
molares.
Ese
pequeño
“cambio”
en
la
fórmula
ejerce
una
enorme
influencia
en
el
aspecto
cuantitativo,
como
se
puede
observar
en
el
siguiente
ejercicio.
Ejercicio
7.2.-‐
Comparar
las
entropías
de
mezcla
de
disoluciones
equimoleculares
de:
a)
Moléculas
pequeñas
b)
Macromoléculas
de
masa
molecular
media
de
100000
g
mol-‐1
(suponiendo
r=1000)
Solución.-‐
a)
En
este
caso
N1=N2
(n1=n2,
supondremos
1
mol),
con
lo
que
x1=0,5
y
x2=0,5
y
la
aplicación
de
(7.22)
resulta:
QF III TEMA 7 38
restantes
magnitudes
termodinámicas.
Frecuentemente,
este
no
es
el
caso,
como
se
mostrará
en
el
siguiente
apartado.
7.5.2.-‐
Evaluación
de
la
variación
de
energía
libre
de
mezcla
La
aparición
de
diferencia
en
entalpía
entre
la
disolución
y
los
componentes
puros,
ΔHM,
nace
del
hecho
de
que
mientras
en
estos
últimos
la
energía
de
interacción
entre
las
moléculas
sólo
es
entre
moléculas
iguales,
1-‐1
ó
2-‐2,
en
la
disolución
además
de
estas
interacciones
aparecen
otras
diferentes:
1-‐2
ó
2-‐1.
Mientras
que
ΔHM
representa
el
balance
energético
de
estos
contactos,
las
distintas
configuraciones
no
tienen
igual
energía
pues
el
número
de
contactos
polímero-‐disolvente
varía
de
unas
a
otras.
Esto
supone
que
no
todas
las
configuraciones
tienen
la
misma
probabilidad
de
producirse,
lo
que
se
traduce
en
que
la
entropía
real
del
sistema
no
coincide
con
la
configuracional
antes
evaluada.
Concretamente,
en
el
cálculo
configuracional
no
se
tuvo
en
cuenta
el
aspecto
energético
que
venimos
comentando.
Así
pues,
en
el
ΔGM
de
la
disolución
se
debe
incluir
tanto
ΔHM
como
ΔSM,
pero
en
esta
última
contribución
habrá
una
componente
energética,
además
de
la
configuracional.
O
dicho
de
otra
forma,
en
ΔGM
habrá
dos
contribuciones:
una
energética
debida
a
la
aparición
de
los
contactos
1-‐2
(tanto
en
su
aportación
entálpica,
como
entrópica)
y
el
término
entrópico
configuracional:
ΔGM = ΔG12 − TΔS M (config)
(7.35)
1 1
La
formación
de
un
contacto
1-‐2
se
hará
a
expensas
de
medio
( )
contacto
1-‐1
y
2 2
contacto
2-‐2,
o
dicho
de
otra
forma,
si
la
energía
asociada
a
cada
tipo
de
contacto
es
w1-‐2,
w1-‐1
y
w2-‐2,
la
diferencia
de
energía
al
formarse
el
contacto
1-‐2
valdrá:
1
ΔW1−2 = w1−2 − (w1−1 + w 2−2 )
(7.36)
2
y
si
en
la
disolución
se
han
establecido
p12
contactos
disolvente-‐polímero:
ΔG12 = p12 ΔW1−2
(7.37)
QF III TEMA 7 39
debiéndose
conocer
el
número
de
contactos
p12
para
el
cálculo
de
ΔG12.
Cada
segmento
polimérico
estará
en
contacto
con
z-‐2
celdas,
menos
los
segmentos
terminales
que
estarán
en
contacto
con
z-‐1
celdas
(z-‐1=z-‐2+1),
con
lo
que
una
cadena
de
r
segmentos
tendrá
r(z-‐2)
+
2
≈
rz
contactos
y
si
se
tienen
N2
moléculas
el
número
de
contactos
será
r z N2 ,
contactos
que
pueden
ser
2-‐2
ó
2-‐1.
Realmente,
estamos
interesados
en
estos
últimos,
que
serán
tantos
más
numerosos
cuanto
mayor
sea
la
cantidad
de
disolvente,
cuanto
mayor
sea
φ1,
con
lo
que:
p12 = r ·z· N2 ·φ1
(7.38)
con
lo
que
N1
ΔG12 = r · z ·N2 · φ1 ·ΔW1− 2 = r · z ·N2 · ·ΔW1− 2 = z ·N1· φ2 ΔW1− 2
(7.39)
N0
QF III TEMA 7 40
deducir
de
ésta
los
valores
de
los
potenciales
químicos
o
de
la
actividad
de
las
disoluciones.
En
la
realidad,
se
ha
encontrado
que
χ1
suele
ser
función
de
la
concentración
de
la
disolución
y
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
aunque
sólo
sea
aplicable
a
disoluciones
moderadamente
concentradas
sí
es
una
guía
cualitativamente
útil
para
describir
las
propiedades
de
las
disoluciones
poliméricas.
Como
corolario
de
este
apartado:
el
estudio
aproximado
y
en
primera
aproximación
de
la
termodinámica
de
las
disoluciones
poliméricas,
nos
lleva
de
nuevo
a
constatar
la
diferencia
entre
los
sistemas
de
moléculas
pequeñas
y
de
macromoléculas
y
a
la
aparición,
de
nuevo,
de
conceptos
diferenciales,
como
es
el
de
entropía
configuracional
y
el
del
parámetro
de
interacción
disolvente-‐polímero.
7.5.3.
Comparación
de
la
teoría
con
resultados
experimentales
La
validez
de
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
puede
comprobarse
determinando
experimentalmente
el
potencial
químico
del
disolvente
a
partir
de
medidas
de
presión
de
vapor
de
la
disolución
o
de
la
presión
osmótica.
La
teoría
proporciona
valores
de
∆µ1
en
función
de
la
concentración
de
polímero
expresada
como
fracción
en
volumen
con
un
parámetro
χ1.
El
valor
de
este
parámetro
es
característico
de
cada
pareja
polímero-‐disolvente
a
cada
temperatura.
Comparando
los
resultados
experimentales
de
∆µ1
con
la
expresión
teórica
permite
determinar
el
valor
de
χ1.
Según
su
definición,
χ1
es
independiente
de
la
composición
del
sistema
y
sólo
depende
de
la
temperatura,
lo
que
no
se
cumple
para
la
mayoría
de
los
sistemas
polímero-‐disolvente,
como
se
observa
en
la
Figura
7.9
donde
se
observa
cierta
variación
del
valor
de
χ1
con
la
composición
de
polímero.
En
general,
la
expresión
de
∆µ1
describe
satisfactoriamente
el
comportamiento
seguido
por
sistemas
no
muy
polares
a
concentraciones
no
muy
diluidas.
QF III TEMA 7 41
1,0
0,9 +
χ1 0,8 ++
+
0,7
+
+
0,6 +
++ * * **
0,5 ++ *
**
* ** *
0
0 φ2 0,9
Figura
7.9.
Valores
del
parámetro
de
interacción
en
función
de
la
fracción
de
polímero
a
25
°C
para
(*)
poliisobutileno
en
ciclohexano
y
(+)
poliestireno
en
metiletilcetona.
Tabla
7.1.
Valores
del
parámetro
de
interacción
χ 1
a
25
°C
a
dilución
infinita.
Polímero
Disolvente
χ1
Caucho
natural
Benceno
0,42
Poli(dimetil
siloxano)
Clorobenceno
0,47
Poliisobutileno
Ciclohexano
0,43
Poliisobutileno
Benceno
0,50
Poliestireno
Ciclohexano
0,505
Poliestireno
Metiletilcetona
0,47
Poli
(metacrilato
de
metilo)
Cloroformo
0,377
Poli
(metacrilato
de
metilo)
4-‐heptanona
0,509
Los
parámetros
de
interacción
se
dan
a
dilución
infinita
en
función
de
la
temperatura
como
se
muestra
en
la
Tabla
7.1.
Valores
de
χ1
menores
que
0,50
indican
buena
miscibilidad
entre
el
polímero
y
disolvente.
En
presencia
de
un
buen
disolvente
las
interacciones
polímero-‐
disolvente
son
muy
favorables,
el
disolvente
solvata
al
polímero
y
las
“dimensiones
aparentes”
del
polímero
aumentan.
Un
valor
de
χ1
de
0,50
implica
que
tenemos
un
disolvente
QF III TEMA 7 42
denominado
theta
(Θ),
en
estas
condiciones
el
polímero
presenta
sus
dimensiones
sin
perturbar.
7.5.4.
Solubilidad
de
polímeros.
Equilibrios
de
fases
El
proceso
de
disolución
de
un
polímero
es
lento
y
consiste
en
un
hinchamiento
del
polímero
por
penetración
(solvatación)
de
las
moléculas
de
disolvente
y
desenmarañamiento
de
las
cadenas
al
solvatarse
el
disolvente.
Si
las
condiciones
termodinámicas
son
favorables
se
formara
una
única
fase
líquida
homogénea
o
si
no
lo
son
la
disolución
será
sólo
parcial
y
la
fase
en
disolución
líquida
coexistirá
con
la
fase
de
sólido
hinchado.
La
existencia
de
una
o
dos
fases
lo
vamos
a
estudiar
en
función
de
como
varía
el
potencial
químico
con
la
concentración
de
polímero,
con
la
temperatura
y
con
el
disolvente,
como
es
habitual,
pero
además
aquí
tendrá
importancia
el
peso
molecular.
Así,
el
sistema
puede
evolucionar
desde
un
sistema
homogéneo
donde
sólo
tenemos
una
fase
con
dos
componentes
cuya
composición
es
φ1
y
φ2
y
un
potencial
para
cada
uno
de
ellos,
hacia
un
sistema
heterogéneo
donde
aparecen
dos
fases.
En
cada
una
de
las
fases
(fases
‘
y
“)
tendremos
distintas
composiciones
de
los
dos
componentes
((φ1’,
φ2’)
y
(φ1”,
φ2”)
y
una
vez
alcanzado
el
equilibrio
se
cumplirá
que:
∆µ1(φ1’,
φ2’)=∆µ1(φ1”,
φ2”)
y
∆µ2(φ1’,
φ2’)=∆µ2(φ1”,
φ2”)
(7.43)
Utilizamos
el
potencial
químico
obtenido
a
partir
de
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
para
el
disolvente,
∆µ1,
y
para
cada
una
de
las
especies
i
del
polímero
considerado
como
polidisperso,
∆µi,
los
cuales
vienen
en
función
de
φ1,
φi,
ri,
rn ,
χ1
y
T:
⎛ ⎛ 1 ⎞ ⎞
Δμ1 = RT⎜⎜ lnφ1 + ⎜⎜ 1 − ⎟⎟φ2 + χ1φ22 ⎟⎟
(7.44)
⎝ ⎝ rn ⎠ ⎠
⎛ r ⎞
Δμi = RT⎜⎜ lnφi + 1 − riφi − i φ2 + ri χ1φ12 ⎟⎟
(7.45)
⎝ rn ⎠
Vamos
a
ver
como
se
comporta
el
potencial
químico
y
la
energía
libre
de
mezcla
en
el
caso
de
sistemas
homogéneos
(una
fase)
y
sistemas
heterogéneos
o
dos
fases
(Figura
7.10).
Así,
para
un
sistema
miscible:
∆GM
presenta
un
mínimo
y
∆µ1
=f(φ2)
es
una
función
monótona
decreciente
al
aumentar
la
composición.
En
el
caso
de
una
separación
de
fases
∆GM
presenta
QF III TEMA 7 43
dos
mínimos
a
φ2’
y
φ2”
que
serán
las
composiciones
de
las
dos
fases
en
equilibrio.
La
función
que
representa
a
∆µ1
presenta
un
mínimo
y
un
máximo
(correspondientes
a
los
puntos
de
inflexión).
Una
mezcla
de
composición
φ2
dará
lugar
a
dos
fases
de
composición
φ2’
y
φ2”.
En
la
Figura
7.11
se
representa
∆µ1
/RT=f(φ2)
para
un
valor
dado
del
peso
molecular
promedio
o
rn
y
diversos
χ1
=z∆W12/RT
o
varias
T.
Cada
curva
es
una
isoterma
del
sistema.
A
medida
que
χ1
aumenta,
T
disminuye.
Estas
isotermas
indican:
para
χ1=
0,30,
es
decir,
a
alta
temperatura
o
χ1
baja,
∆µ1
es
función
uniforme
de
φ2,
el
sistema
es
homogéneo.
Al
aumentar
χ1
o
disminuir
la
temperatura,
llega
un
momento
que
∆µ1
/RT
no
es
una
función
uniforme
habiendo
más
de
una
composición
con
igual
valor
del
potencial
químico.
El
sistema
es
( )
heterogéneo,
condición
de
equilibrio
de
dos
fases:
Δµ1 φ2' = Δµ1 φ2" .
( )
φ
2 φ2´ φ2 φ2 ´´
ΔG M
ΔGM
φ2
Δµ1 Δµ1
φ2´ φ φ2 ´´
2
QF III TEMA 7 44
Figura
7.10.
Variación
de
la
energía
libre
de
Gibbs
de
mezcla,
ΔGM,
y
del
potencial
químico
del
disolvente,
Δµ1,
para
un
sistema
polímero-‐disolvente
en
función
de
la
composición
de
polímero,
φ2.
Figura
7.11.
Variación
del
potencial
químico
del
disolvente,
Δµ1,
del
sistema
polímero-‐
disolvente
en
función
de
la
composición
de
polímero,
φ2
para
diversos
valores
de
χ1
o
de
la
temperatura.
Las
curvas
punteadas
(en
figura
7.10)
son
las
isotermas
teóricas,
en
realidad
para
un
sistema
heterogéneo
sufren
una
discontinuidad.
La
rama
de
la
isoterma
para
una
composición
φ2
tal
que 0≤φ2≤ φ2' representa la variación de ∆µ1 con φ2 en las disoluciones diluidas, antes de
alcanzarse la separación de fases. La otra rama ( φ2 ≥ φ2" ) representa la variación de ∆µ1 con φ2
para las disoluciones mas concentradas o polímero hinchado de disolvente. Para φ2' < φ2 < φ2" el
sistema
se
separa
en
dos
fases
en
equilibrio
de
composición
φ2'
y
φ2" .
El
tramo
de
composición
para
el
cual
el
sistema
se
separa
en
dos
fases
se
acorta
al
aumentar
la
temperatura
(al
disminuir
χ1).
A
una
determinada
temperatura
(denominada
temperatura
crítica,
Tc)
el
intrvalo
de
coexistenciaentre
dos
fases
se
reduce
a
un
solo
punto.
La
isoterma
correspondiente
se
denomina
isoterma
crítica.
Matemáticamente,
el
punto
de
inflexión
de
pendiente
nula
es
el
punto
crítico.
Para
temperaturas
superiores
a
la
crítica
el
sistema
se
QF III TEMA 7 45
mantiene
homogéneo
a
cualquier
concentración.
Para
temperaturas
inferiores
a
ella
hay
un
intervalo
de
concentraciones
( φ2' < φ2 < φ2" )
dentro
del
cual
el
sistema
se
separa
en
dos
fases
(como
se
observa
en
la
Figura
7.12
donde
se
representa
la
temperatura
a
la
que
se
produce
la
separación
de
fases
en
función
de
la
composición
del
sistema,
φ2,
que
se
obtiene
a
partir
de
los
valores
de
∆µ1/RT=f(φ2)
a
varias
temperaturas.
La
diferencia
de
composición
entre
las
dos
fases
en
equilibrio
disminuye
a
medida
que
la
temperatura
se
acerca
al
valor
crítico,
Tc,
valor
para
el
cual
ambas
fases
coinciden
en
composición.
Este
comportamiento
teórico
esta
de
acuerdo
la
mayoría
de
con
los
diagramas
de
fases
experimentales
que
se
obtienen
tras
determinar
la
temperatura
a
la
cual
se
produce
una
separación
de
fases.
El
tratamiento
que
estamos
realizando
se
refiere
al
equilibrio
de
fases
que
tiene
lugar
cuando
el
sistema
presenta
una
temperatura
crítica
o
consoluta
superior
(UCST),
es
decir,
cuando
la
separación
de
fases
se
alcanza
por
descenso
de
temperatura
y
Tc
es
la
temperatura
más
alta
(superior)
a
la
cual
puede
establecerse
equilibrio
entre
las
dos
fases.
El
conocimiento
del
punto
crítico
de
un
sistema
polímero-‐disolvente
da
información
acerca
de
la
mayor
o
menor
solubilidad
ya
que
dicho
punto
representa
el
máximo
que
delimita
la
zona
de
temperaturas
y
composiciones
dentro
de
la
cual
el
sistema
no
es
homogéneo
y
se
separa
en
fases.
Podemos
localizar
teóricamente
el
punto
crítico
imponiendo
sobre
∆µ1
las
condiciones
de
que
pase
por
un
punto
de
inflexión
cuya
pendiente
sea
nula,
tras
lo
que
se
obtiene:
1
φ2c =
(7.46)
1 + rn
1
φ1c =
(7.47)
1 + 1/ rn
2
1 ⎛ 1 ⎞⎟
χ1c = ⎜ 1 +
(7.48)
2 ⎜⎝ rn ⎟⎠
Para
altos
pesos
moleculares
o
valores
de
rn ,
1 / rn
se
puede
despreciar
y
χ1c≈1/2,
es
decir,
solubilidad
de
un
polímero
depende
de
su
peso
molecular
(Figura
7.13).
Como
χ1
disminuye
al
QF III TEMA 7 46
aumentar
la
temperatura,
el
punto
crítico
se
desplaza
a
temperaturas
superiores
y
concentraciones
menores
al
aumentar
el
peso
molecular
o
rn ,
de
acuerdo
con
los
resultados
experimentales
donde
se
observa
una
disminución
de
la
solubilidad
al
aumentar
la
masa
molecular
del
polímero.
Los
valores
del
parámetro
de
interacción
son
útiles
para
dilucidar
la
calidad
termodinámica
del
disolvente
por
el
polímero,
así:
χ1
muy
pequeño
(o
negativo):
buen
disolvente,
una
única
fase.
χ1
cercano
a
0,5:
mal
disolvente
χ1=
0,5
disolvente
theta.
χ1
>0,5:
no
disolvente
o
precipitante.
T (°C) 1 fase
Tc
2 fases
0 φ2 1
φ2‘ φ2´´
Figura
7.12.
Variación
de
la
temperatura
de
separación
de
fases
en
función
de
la
composición
del
sistema
polímero-‐disolvente,
φ2.
QF III TEMA 7 47
ΤC∞
ΤC3
ΤC2 Mn∞
Mn3
ΤC1
Mn2
Mn1
φ2C3 φ φ2C1 φ2
2C2
Figura
7.13.
Variación
de
la
separación
de
fases
con
el
peso
molecular
del
polímero.
La
temperatura
crítica
cuando
el
peso
molecular
tiende
a
infinito
( rn → ∞ )
coincide
con
la
temperatura
Θ
del
par
polímero/disolvente
(φ2c
muy
pequeña)
(Figura
7.13).
El
parámetro
Θ
es
el
valor
límite
o
asintótico
de
Tc
correspondiente
a
rn → ∞ ,
indica
el
límite
de
solubilidad
QF III TEMA 7 48
Una
aplicación
útil
del
equilibrio
de
fases
es
el
fraccionamiento
de
pesos
moleculares
(Figura
7.14).
Según
acabamos
de
ver,
la
solubilidad
de
las
cadenas
poliméricas
en
un
determinado
sistema
polímero/disolvente
y
a
una
temperatura
dada
decrece
a
medida
que
aumenta
el
peso
molecular
de
dichas
cadenas.
Por
lo
que
el
equilibrio
de
fases,
el
reparto
de
polímero
entre
las
dos
fases,
no
es
el
mismo
para
todos
los
pesos
moleculares,
con
lo
cual
se
puede
lograr
una
separación
parcial
de
estos.
El
fraccionamiento
de
polímeros
tiene
gran
interés,
tanto
desde
un
punto
de
vista
analítico
como
preparativo.
Analítico
porque
permite
caracterizar
la
distribución
de
pesos
moleculares,
lo
cual
es
importante
debido
a
que
las
propiedades
de
un
polímero
de
estructura
dada
dependen
de
dicha
distribución.
Preparativo
porque
fraccionando
se
pueden
conseguir
muestras
mas
homogéneas,
cuyos
valores
de
índice
de
polidispersidad
sean
menores
que
los
del
polímero
original.
En
este
reparto
desigual
de
los
pesos
moleculares
se
basan
los
métodos
de
fraccionamiento
por
precipitación
o
por
solubilidad:
a)
por
precipitación
se
disuelve
el
polímero
en
un
disolvente
adecuado.
Se
enfría
la
disolución
hasta
una
temperatura
ligeramente
inferior
a
Tc
lo
que
insolubiliza
a
las
cadenas
mas
largas,
que
van
a
parar
preferentemente
a
la
fase
mas
concentrada
o
fase
“.
Se
separa
esta
fase
y
de
ella
se
aísla
el
polímero,
el
cual
constituye
la
primera
fracción.
La
fase
mas
diluida
o
fase
‘
restante
se
enfría
un
poco
mas,
hasta
producir
un
nuevo
equilibrio
de
fases.
A
la
nueva
fase
mas
concentrada
o
fase
“
irán
a
parar
preferentemente
los
pesos
moleculares
mas
altos
de
los
que
quedaron
en
la
fase
mas
diluida
o
fase
‘
anterior.
Esta
nueva
fase
mas
concentrada
o
fase
“
se
separa,
y
de
ella
se
aísla
el
polímero,
lo
que
constituye
una
nueva
fracción.
Los
pesos
moleculares
de
las
fracciones
que
se
separan
son
cada
vez
menores
a
medida
que
la
disolución
se
enfría
más
y
más.
b)
por
solubilidad
en
condiciones
de
temperatura
constante
se
puede
insolubilizar
al
polímero
progresivamente
añadiendo
a
la
disolución
un
precipitante.
Como
tal
puede
actuar
un
líquido
cuya
temperatura
Θ
para
el
polímero
que
se
fracciona
sea
muy
superior
a
la
temperatura
constante
de
la
disolución.
Añadiendo
el
precipitante
de
forma
gradual
se
consigue
ir
separando
fracciones,
en
orden
decreciente
de
pesos
moleculares.
En
cada
fracción
no
se
obtiene
un
peso
molecular
único,
sino
una
distribución
de
pesos
moleculares,
aunque,
en
condiciones
adecuadas
ésta
es
mas
estrecha
que
la
del
polímero
original.
Entre
las
distribuciones
de
las
fracciones
sucesivas
hay
solapamiento.
(ver
Figura
7.14)
QF III TEMA 7 49
Tabla
7.2.
Temperatura
Θ
para
diversos
sistemas
polímero-‐disolvente.
Polímero
Disolvente
Θ
(°
C)
Caucho
natural
2-‐pentanona
21
Poliisobutileno
tolueno
-‐13
Poliisobutileno
benceno
24
Polietileno
1-‐dodecanol
137,3
Polioxietileno
metilisobutilcetona
50
Poliestireno
(atáctico)
ciclohexano
34,8
Poliestireno
(atáctico)
cicloexanol
83,5
PMMA
(atáctico)
acetato
de
butilo
-‐20
PMMA
(atáctico)
trans-‐decalina
23,5
PMMA
(atáctico)
n-‐propanol
84,4
PMMA
(sindiotáctico)
n-‐propanol
85,2
Polidimetilsolixano
n-‐hexano
-‐173,2
Polidimetilsiloxano
butanona
19,8
Polidimetilsiloxano
bromobenceno
78,3
Amilopectina
agua
25
wx
Polímero original
Fracciones
Mx
QF III TEMA 7 50
Figura
7.14.
Fraccionamiento
de
un
polímero.
7.5.5.
Limitaciones
de
la
teoría
de
Flory-‐Huggins
La
teoría
de
Flory-‐Huggins
no
es
válida
para
reproducir
los
resultados
experimentales
cuando
se
aplica
concentradas
o
diluidas
debido
a:
i) el
parámetro
de
interacción
χ1
se
supone
independiente
de
la
fracción
en
volumen
del
polímero,
φ2,
lo
cual
no
es
válido
para
disoluciones
concentradas
ya
que
se
ha
comprobado
experimentalmente
que
para
disoluciones
concentradas
sí
depende
de
la
concentración
de
polímero.
ii) La
teoría
de
Flory-‐Huggins
no
es
válida
para
disoluciones
diluidas
porque
en
ese
caso
la
densidad
de
eslabones
no
es
uniforme,
hay
mucho
espacio
ocupado
sólo
por
disolvente
y
falla
el
cálculo
de
∆Sconf
en
el
que
se
supone
una
distribución
aleatoria.
En
este
tipo
de
disoluciones
es
muy
importante
el
efecto
de
volumen
excluido,
hay
que
tener
en
cuenta
las
interacciones
de
corto
alcance.
Para
disoluciones
diluidas
se
utiliza
la
teoría
de
Flory-‐Krigbaum.
iii) La
teoría
de
Flory-‐Huggins
presupone
que
las
mezclas
polímero/disolvente
son
endotérmicas
(∆HM>0
y
χ1>0).
Se
han
observado
muchos
sistemas
exotérmicos
como
poliisobuteno/n-‐alcanos
a
25
°C,
para
los
cuales
∆HM<0
y
χ1<0,
valores
fuera
del
rango
definido
por
la
teoría
de
FH.
iv) En
la
teoría
de
FH,
el
calor
de
mezcla,
∆HM,
no
depende
de
la
temperatura,
χ1
es
inversamente
proporcional
a
la
temperatura
y,
consecuentemente,
un
sistema
polímero/disolvente
sólo
puede
tener
una
temperatura
crítica
superior
(UCST:
upper
critical
solution
temperature),
aumenta
la
solubilidad
al
aumentar
la
temperatura.
Sin
embargo,
la
experiencia
muestra
que
hay
sistemas
que
poseen
curvas
de
separación
de
fases
con
una
temperatura
crítica
inferior
(LCST:
lower
critical
solution
temperature),
la
solubilidad
disminuye
al
aumentar
la
temperatura.
Por
ejemplo
sistemas
polares,
como
polioxietilenglicol/agua,
donde
el
hecho
de
que
∆HM
<0
explica,
al
menos
cualitativamente,
la
miscibilidad
por
disminución
de
la
temperatura.
Este
comportamiento
también
se
observa
en
sistemas
poco
polares,
como
poliestireno/benceno
y
poliisobutileno/pentano
que
presentan
a
la
vez
comportamiento
UCST
y
LCST
(Figura
7.15).
(LCST
se
da
a
una
T
QF III TEMA 7 51
por
debajo
de
la
temperatura
de
ebullición
del
disolvente).
La
Tc
inferior
suele
ser
mas
alta
que
la
Tc
superior.
El
comportamiento
LCST
se
ha
explicado
con
otras
teorías
como
la
desarrollada
por
Prigogine
y
adaptada
por
Flory
y
Patterson
para
polímeros.
Tiene
en
cuenta
la
disparidad
de
volúmenes
libres
entre
disolvente
y
polímero
(gran
diferencia
de
tamaños
moleculares).
La
fracción
de
espacio
total
que
queda
sin
ocupar
entre
moléculas
o
volumen
libre
es
mayor
en
el
disolvente
que
en
el
polímero.
heterogeneo
Τ
Tc inferior
LCST
homogeneo
Tc superior
UCST
heterogeneo
φ2
Figura
7.15.
Curvas
de
separación
de
fases
con
una
temperatura
crítica
inferior,
LCST,
y
temperatura
crítica
superior,
UCST.
QF III TEMA 7 52
7.6.-‐
Coloides:
Introducción
En
cursos
anteriores
se
dedicaron
varios
temas
al
estudio
de
sistemas
bicomponentes,
concretamente
de
disoluciones,
estudiando
los
equilibrios
líquido-‐vapor
y
otras
propiedades
de
equilibrio,
como
las
coligativas,
y
en
este
curso
(Tema
4)
se
han
estudiado
las
de
transporte
de
unas
disoluciones
específicas
como
son
las
electrolíticas.
Desde
una
perspectiva
cotidiana
visual
y
de
manejo,
uno
tiene
asumido
que
las
disoluciones
son
transparentes,
que
sus
solutos
no
son
visibles
a
simple
vista,
ni
al
microscopio,
ni
aún
al
ME
(microscopio
electrónico).
También
“se
sabe”
que
cuando
se
filtran
las
disoluciones,
los
solutos
no
son
retenidos
por
los
filtros,
ni
por
membranas
semipermeables
ni
por
ultrafiltros
y
que
las
disoluciones
permanecen
homogéneas
en
toda
su
extensión
aunque
se
mantengan
en
reposo
durante
dilatados
periodos
de
tiempo.
Esas
propiedades
intrínsecas
a
las
disoluciones
son
consecuencia
de
una
simple
cualidad
cual
es
el
tamaño
del
soluto,
del
mismo
orden
que
el
del
disolvente
(del
orden
de
los
Å),
por
lo
que
si
éste
pasa
a
través
de
los
huecos
de
un
filtro,
también
lo
harán
las
entidades
de
tamaños
similares
como
son
los
habituales
solutos.
Sin
embargo,
cuando
aumenta
el
tamaño
de
las
entidades
dispersas,
las
propiedades
ópticas
y
macroscópicas
anteriores
dejan
de
cumplirse
y
dependiendo
del
tamaño
se
tienen
otros
sistemas
diferentes,
los
sistemas
coloidales
o
las
dispersiones.
En
los
primeros,
tamaños
de
la
fase
dispersa
del
orden
de
las
decenas-‐centenas
de
Å,
los
sistemas
suelen
ser
traslúcidos,
las
partículas
son
visibles
con
ultramicroscopios
y
ME
y
se
pueden
separar
mediante
membranas
semipermeables
o
por
ultrafiltración
(la
leche
es
un
ejemplo
de
este
tipo
de
sistemas).
Por
último,
cuando
las
partículas
dispersas
alcanzan
tamaños
superiores,
las
partículas
son
visibles
a
simple
vista
y
se
separan
fácilmente
por
filtración;
sería
el
caso
de
las
dispersiones
de
tierra
provocadas
por
una
lluvia
intensa.
En
la
Tabla
7.3
se
muestran
las
propiedades
que
diferencian
a
los
tres
tipos
de
sistemas
binarios
constituidos
por
un
disolvente
(o
dispersante)
y
un
soluto
(o
material
disperso),
como
son
las
disoluciones,
los
sistemas
coloidales
o
coloides
y
las
dispersiones.
QF III TEMA 7 53
Tabla
7.3.
Características
de
las
partículas
dispersas
en
los
diversos
sistemas
binarios
dispersos
Disoluciones
Sistemas
coloidales
Dispersiones
≤ 10 Å
10-‐1000Å
>1000Å
Visibles
al
ME
y
Visibles
al
microscopio
Invisibles
al
ME
ultramicroscopio
convencional
Pasan
ultrafiltros
y
Pasan
ultrafiltros,
no
No
pasan
filtros
membranas
semipermeables
membranas
semipermeables
Difusión
rápida
Difusión
lenta
Difusión
nula
Thomas
Graham
demostró
que
las
soluciones
coloidales
no
pueden
pasar
el
papel
pergamino,
mientras
que
los
solutos
de
una
solución
verdadera
sí
pasan.
Inventó
así
el
proceso
conocido
como
diálisis,
el
cual
hace
posible
separar
coloides
de
un
sistema
que
contiene
tanto
coloides
como
sustancias
en
solución
verdadera.
Es
éste
el
principio
que
se
utiliza
en
medicina
para
la
hemodiálisis,
el
llamado
lavado
de
la
sangre,
inventado
en
plena
Segunda
Guerra
Mundial
por
un
médico
holandés.
Aunque
ya
Graham,
a
mediados
del
s.
XIX,
acuñó
el
término
coloide
para
distinguir
este
tipo
de
sistemas
de
las
disoluciones
y
a
finales
de
ese
mismo
siglo,
padres
de
la
química
moderna,
como
vant’Hoff,
Ostwald
y
Nerst
entre
otros,
mostraron
su
admiración
e
interés
por
las
sorprendentes
propiedades
de
esos
sistemas
(por
ejemplo
el
efecto
Tyndall
puesto
de
manifiesto
en
el
ínterin),
ese
interés
no
fue
seguido
por
el
mundo
químico
y
sólo
en
el
primer
tercio
del
siglo
XX
la
importancia
industrial
que
fueron
adquiriendo
los
coloides
y
su
frecuente
presencia
en
los
sistemas
bioquímicos
relanzaron
su
interés
científico-‐técnico
y
académico.
QF III TEMA 7 54
7.7.-‐
Clasificación
y
características
Así
pues,
un
sistema
coloidal
es
un
sistema
bifásico
con
gran
energía
superficial
debido
al
pequeño
tamaño
del
material
disperso,
consistente
en
una
fase
interna
(el
material
disperso)
y
una
externa
en
la
que
están
dispersas
las
partículas
coloidales.
Tanto
los
materiales
dispersos
como
los
dispersantes
pueden
ser
sólidos,
líquidos
o
gaseosos,
por
lo
que
se
pueden
formar
ocho
tipos
diferentes
de
sistemas
coloidales
ya
que
los
sistemas
gas-‐gas
son
miscibles
entre
sí.
En
la
Tabla
7.4
se
indican
los
diferentes
tipos
de
sistemas
coloidales,
la
nomenclatura
con
que
suelen
nombrarse
y
algún
ejemplo
característico
de
los
mismos.
Tabla
7.4.
Clasificación
de
los
sistemas
coloidales
Partículas
Medio
dispersante
Denominación
Ejemplos
dispersas
Sólido
Sol
(sólido)
Gemas
(rubí,
turquesa,
…)
Sólido
Líquido
Sol
Pinturas
de
latex,
tinta
china
Gas
Aerosol
(sólido)
Nubes
a
T
bajo
0°C,
humo
Sólido
Gel
Gelatina,
geles
para
cabello
Líquido
Líquido
Emulsión
Mayonesa,
margarina,
leche
Gas
Aerosol
(líquido)
Nubes,
niebla
Gas
Sólido
Espuma
(sólida)
Piedra
pómez,
espuma
PS,
aerogeles
Líquido
Espuma
Crema
batida,
espuma
afeitado
Los
coloides
formados
por
partículas
coloidales
dispersas
en
agua
se
conocen
como
hidrocoloides.
Los
hidrocoloides
pueden
tomar
la
forma
de
sol
o
de
gel.
En
la
forma
de
sol,
el
coloide
presenta
en
lo
principal
las
características
de
un
líquido;
es
el
coloide
más
parecido
a
una
solución
común.
En
la
forma
de
gel,
el
hidrocoloide
presenta
las
características
básicas
de
un
sólido.
Se
denominan
«hidrófobos»
(repulsión
al
agua)
e
«hidrófilos»
(atracción
al
agua).
Hay
hidrocoloides
reversibles,
que
pueden
existir
en
cualquiera
de
los
dos
estados
y
alternar
entre
sol
y
gel.
Un
ejemplo
de
éstos
es
el
agar,
polisacárido
que
se
extrae
de
ciertas
algas
QF III TEMA 7 55
marinas.
El
agar
forma
un
gel
cuando
se
dispersa
en
agua
y
se
usa
para
solidificar
medios
de
cultivo
de
microorganismos,
así
como
para
espesar
alimentos
(¡aunque
también
es
laxante!).
El
medio
de
dispersión
de
un
coloide
no
tiene
que
ser
por
fuerza
un
líquido.
Tenemos
coloides
en
los
que
un
líquido
o
un
sólido
se
encuentra
disperso
en
un
gas.
Como
el
aire
es
el
medio
de
dispersión
más
común
de
estos
coloides,
los
llamamos
aerosoles.
La
niebla
es
un
aerosol
formado
por
partículas
de
agua
dispersas
en
el
aire.
En
el
caso
del
humo,
lo
que
tenemos
es
un
aerosol
formado
por
partículas
sólidas
resultantes
de
la
combustión
incompleta
de
un
combustible,
dispersas
en
el
aire.
Hay
también
sólidos
dispersos
en
sólidos,
como
el
ópalo
y
el
rubí.
Hay
una
familia
de
sistemas
coloidales
complejos
en
los
que
es
prácticamente
imposible
distinguir
entre
fase
dispersa
y
fase
dispersante,
ya
que
ambas
están
formadas
de
retículas
entrelazadas.
Hay
coloides
múltiples,
en
los
que
coexisten
varias
fases
dispersas;
entre
ellos
figuran
biocoloides
como
la
leche.
Muchos
de
los
materiales
que
nos
rodean
y
un
buen
número
de
los
que
llevamos
dentro
son
coloides.
Entre
ellos
se
cuentan
productos
de
limpieza,
medicamentos,
gelatinas,
pinturas,
tintas,
pegamentos,
etc.
La
elaboración
de
muchas
fibras
sintéticas,
como
el
nailon,
depende
del
uso
de
coloides.
Lo
mismo
se
puede
decir
de
multitud
de
alimentos
procesados.
La
ciencia
de
los
coloides
es
esencial
para
entender
los
procesos
biológicos.
Por
mencionar
un
ejemplo,
la
formación
de
micelas
es
indispensable
para
la
absorción
de
ciertos
lípidos,
como
la
lecitina,
y
de
vitaminas
liposolubles,
como
la
A
y
la
D,
en
nuestro
organismo.
Las
funciones
celulares
dependen
asimismo
de
las
propiedades
de
los
coloides.
El
citosol,
la
porción
fluida
del
citoplasma,
es
una
dispersión
coloidal;
el
plasma
sanguíneo
es
otra.
La
ciencia
de
los
coloides
está
en
pleno
florecimiento.
Basta
pensar
un
momento
en
las
dimensiones
de
las
partículas
coloidales
para
darse
cuenta
de
que
la
ciencia
de
los
coloides
está
muy
relacionada
con
lo
que
se
conoce
hoy
día
como
nanotecnologías.
Aunque
no
es
la
única
ciencia
que
interviene
en
este
campo
tecnológico
—otras,
como
la
física
del
estado
sólido,
también
tienen
un
papel
central—,
la
ciencia
de
los
coloides
ha
aportado
las
bases
para
crear
sistemas
avanzados
de
diagnóstico,
métodos
refinados
de
administración
de
fármacos,
biomateriales,
productos
industriales
novedosos,
etc
QF III TEMA 7 56
Además,
los
coloides
pueden
clasificarse
según
la
magnitud
de
la
atracción
entre
la
fase
dispersa
y
la
fase
continua
o
dispersante.
Si
esta
última
es
líquida,
los
sistemas
coloidales
se
subdividen
en:
a)
Liófobos
o
termodinámicamente
inestables:
presentan
poca
atracción
entre
la
fase
dispersa
y
el
medio
dispersante.
Pertenecen
a
esta
clase
las
dispersiones
coloidales
que
consisten
en
suspensiones
de
sustancias
insolubles
en
el
medio
en
forma
de
agrupaciones
de
muchas
partículas
individuales.
Ejemplos
de
estas
son
las
dispersiones
coloidales
de
oro,
o
aceite
en
agua
(emulsiones).
La
dispersión
liofóbica
puede
prepararse
moliendo
al
sólido
con
el
medio
dispersante
en
un
molino
de
esferas
que
durante
un
tiempo
prolongado
reduce
la
sustancia
a
tamaños
que
se
encuentran
en
el
intervalo
coloidal,
<1µm.
La
dispersión
liofóbica
también
se
puede
producir
por
precipitación
en
condiciones
especiales
en
las
cuales
se
produce
gran
número
de
núcleos
al
tiempo
que
limita
su
crecimiento.
Un
ejemplo
es
la
formación
de
Fe(OH)3
que
forma
un
sol
rojo
al
verter
una
solución
de
FeCl3
en
un
recipiente
con
agua
hirviendo.
Uno
de
los
métodos
clásicos
para
producir
soles
metálicos
es
pasando
un
arco
entre
los
electrodos
del
metal
sumergido
en
agua
(arco
de
Bredig).
El
metal
vaporizado
forma
agregados
de
tamaño
coloidal.
Como
veremos
a
continuación
la
estabilidad
de
un
coloide
liofóbico
depende
de
la
formación
de
una
doble
capa
eléctrica
en
la
superficie
de
las
partículas
coloidales.
b)
Liófilos
o
termodinámicamente
estables:
son
los
que
presentan
gran
atracción
entre
la
fase
dispersa
y
el
medio
dispersante.
La
estabilidad
del
coloide
liofílico
es
una
consecuencia
de
las
interacciones
fuertes
favorables
disolvente-‐soluto.
Entre
ellos
se
distinguen
dos
clases:
i)
disoluciones
macromoleculares:
son
disoluciones
verdaderas
de
moléculas
tan
grandes
que
quedan
dentro
del
intervalo
del
tamaño
coloidal.
Ejemplos
son
las
soluciones
acuosas
de
proteínas
y
almidón,
caucho
en
benceno,
y
nitrato
de
celulosa
o
acetato
de
celulosa
en
acetona,
y
ii)
coloides
de
asociación
que
consisten
en
soluciones
de
sustancias
solubles
y
de
relativamente
bajo
peso
molecular,
las
cuales,
para
una
concentración
particular
según
el
caso,
se
asocian
formando
agregados
de
tamaño
coloidal
llamados
micelas,
como
por
ejemplo
las
soluciones
jabonosas.
QF III TEMA 7 57
7.8.
Doble
Capa
y
Coloides
El
estado
coloidal
de
la
materia
se
caracteriza
por
la
presencia
de
una
fase
dispersa
o
discontinua,
formada
por
partículas
de
tamaño
entre
1
y
1000
nm,
distribuida
uniformemente
en
un
medio
de
dispersión
o
fase
continua.
Estas
partículas
pueden
ser
el
resultado
de
una
agregación
de
moléculas
o
átomos
o
bien
una
única
macromolécula.
Las
partículas
presentes
en
las
suspensiones
o
dispersiones
coloidales,
presentan
frecuentemente
superficies
cargadas
debido
a
la
adsorción
de
iones
o
a
la
presencia
de
grupos
funcionales
ionizados
(por
ejemplo
residuos
ácido/base
en
las
proteínas).
Por
lo
tanto,
en
general,
las
partículas
coloidales
dispersas
en
disoluciones
electrolíticas
tienen
asociada
una
atmósfera
iónica
y
muchas
de
las
propiedades
de
estas
dispersiones
coloidales
pueden
ser
entendidas
en
términos
de
la
doble
capa
eléctrica
estudiada
en
el
tema
de
la
Interfase
Electrizada.
Por
ejemplo,
el
movimiento
de
un
coloide
cargado
bajo
el
efecto
de
un
campo
eléctrico
o
las
condiciones
en
las
que
se
mantiene
estable
un
coloide,
es
decir,
el
hecho
de
que
las
partículas
permanezcan
separadas
en
el
medio
sin
agregarse
unas
a
otras,
puede
interpretarse
a
partir
de
los
conceptos
teóricos
introducidos
en
el
tema
de
la
Interfase
Electrizada.
Antes
necesitaremos
adaptar
las
ecuaciones
deducidas
en
el
tema
de
la
Interfase
Electrizada
a
las
particularidades
de
los
coloides.
Vamos
a
abordar
el
caso
más
sencillo,
el
de
partículas
coloidales
esféricas
que
se
desplazan
por
la
disolución
con
una
radio
efectivo
a.
Este
radio
engloba
la
partícula
coloidal
y
aquellos
iones
y/o
moléculas
de
agua
que
son
desplazados
con
la
partícula
cuando
ésta
se
mueve.
Físicamente,
este
radio
vendría
dado
por
la
distancia
a
la
que
se
hace
nula
la
velocidad
(superficie
de
deslizamiento).
En
el
caso
de
partículas
esféricas,
tendremos
que
plantear
y
resolver
la
ecuación
correspondiente
de
Poisson-‐Boltzmann,
que
será
más
convenientemente
expresada
en
coordenadas
esféricas.
Si
consideramos
una
distribución
homogénea
de
cargas,
para
la
que
el
potencial
es
función
solamente
de
la
distancia
r
al
origen
de
coordenadas,
situado
en
el
centro
de
la
partícula,
y
no
depende
por
tanto
de
la
orientación,
la
ecuación
de
Poisson-‐Boltzmann
queda:
1 d ⎛ 2 dφ(r ) ⎞ F 0 ⎛ z iFφ(r ) ⎞
⎜ r ⎟ = − ∑ z i C i exp⎜ − ⎟
(7.49)
r 2 dr ⎝ dr ⎠ ε i ⎝ RT ⎠
Si
consideramos
el
caso
límite
de
campo
débil,
entonces
zFφ
<<
RT,
entonces
queda:
QF III TEMA 7 58
1 d ⎛ 2 dφ(r ) ⎞ φ(r )
⎜ r ⎟ = 2
(7.50)
r 2 dr ⎝ dr ⎠ x D
Esta
ecuación
diferencial,
que
es
la
ecuación
de
Poisson-‐Boltzmann
linealizada,
es
fácilmente
resoluble
haciendo
un
cambio
de
variable
(x=rφ).
La
solución
general
es
del
tipo:
A ⎛ r ⎞ B ⎛ r ⎞
φ(r ) = exp⎜⎜ − ⎟⎟ + exp⎜⎜ ⎟⎟
(7.51)
r ⎝ D ⎠x r x
⎝ D ⎠
Teniendo
en
cuenta
que
el
potencial
debe
anularse
a
una
distancia
infinita
de
la
partícula
coloidal
cargada
(cuando
r→∞),
B=0.
Para
obtener
la
constante
A,
definimos
el
potencial
sobre
la
superficie
de
deslizamiento,
que
define
el
radio
efectivo
de
la
partícula
en
su
movimiento
(a),
como
potencial
zeta
(ζ).
Así
nos
queda:
⎛ a ⎞ ⎛ a − r ⎞
φ(r ) = ζ⎜ ⎟ exp⎜⎜ ⎟⎟
(7.52)
⎝ r ⎠ ⎝ x D ⎠
La
representación
de
esta
función
a
partir
de
r=a,
es
decir,
en
el
exterior
de
la
partícula
coloidal,
aparece
en
la
siguiente
figura.
Una
vez
conocido
el
potencial
creado
por
la
distribución
de
cargas
de
la
partícula
y
su
atmósfera
iónica,
podemos
obtener
la
carga
sobre
la
superficie
de
deslizamiento
a
partir
del
teorema
de
Gauss:
⎛ dφ(r ) ⎞ εζ ⎛ a ⎞
σ = −ε⎜ ⎟ = ⎜⎜1 + ⎟⎟
(7.53)
⎝ dr ⎠r = a a ⎝ x D ⎠
La
aplicación
de
estas
ecuaciones
permite
abordar
el
estudio
de
aspectos
importantes
de
las
dispersiones
coloidales
como
pueden
ser
la
electroforesis,
desplazamiento
de
las
partículas
QF III TEMA 7 59
coloidales
por
aplicación
de
diferencias
de
potencial,
y
la
floculación
o
aglutinamiento
de
las
partículas
y
su
posterior
sedimentación.
Cuando
se
aplica
un
campo
eléctrico
(E)
a
una
disolución
conteniendo
iones,
éstos
se
aceleran
bajo
el
efecto
de
una
fuerza
igual
al
producto
de
la
carga
por
el
campo,
Fel=(ziF)E,
hasta
que
alcanzan
una
velocidad
tal
en
que
la
fuerza
eléctrica
se
compensa
exactamente
por
la
fuerza
viscosa.
Si
los
iones
pueden
ser
tratados
como
pequeñas
esferas,
entonces
la
fuerza
viscosa
viene
dada
por
la
ley
de
Stokes
Fv=-‐6πηav,
siendo
η
la
viscosidad
del
medio
y
a
el
radio
del
ion.
Así,
la
movilidad
del
ion,
definida
como
la
velocidad
por
unidad
de
campo
eléctrico,
vendrá
dada
por
u=Ze/6πηa.
Es
decir,
mediante
determinaciones
de
la
conductividad
de
un
ion
podemos
conocer
su
movilidad
y,
usando
la
ley
de
Stokes,
estimar
su
radio
iónico
conocida
su
carga
o
viceversa.
La
movilidad
de
macromoléculas,
como
las
proteínas,
o
de
partículas
de
mayor
tamaño,
bajo
el
efecto
de
un
campo
eléctrico
se
denomina
electroforesis.
Bajo
la
acción
del
campo
eléctrico
las
partículas
coloidales
sufren
una
fuerza
que
las
pone
en
movimiento
hacia
uno
de
los
electrodos.
Su
velocidad
va
aumentando
debido
a
la
presencia
de
esta
fuerza,
pero
también
aumenta
la
fuerza
viscosa
de
rozamiento
con
la
disolución.
Esta
fuerza
es
proporcional
a
la
velocidad
y
llega
un
momento,
situación
estacionaria,
que
ambas
fuerzas
se
equilibran,
alcanzando
la
partícula
entonces
una
velocidad
constante.
En
estos
casos,
suele
ser
habitual
poder
determinar
movilidad
(por
simple
inspección
visual
bajo
microscopio,
si
las
partículas
son
suficientemente
grandes),
mientras
que
la
carga
eléctrica
de
la
partícula
es
desconocida.
Hemos
de
tener
en
cuenta
que
la
carga
eléctrica
desplazada
por
el
campo
eléctrico
será
toda
aquella
comprendida
por
la
superficie
de
desplazamiento,
es
decir,
la
carga
de
la
partícula
misma
más
parte
de
la
carga
de
la
atmósfera
QF III TEMA 7 60
iónica
que
la
rodea,
como
se
observa
en
la
figura.
Por
lo
tanto,
el
estudio
de
la
electroforesis
requiere
el
conocimiento
de
los
fenómenos
de
doble
capa
eléctrica.
Conocida
la
carga
sobre
la
superficie
de
deslizamiento,
podemos
obtener
la
fuerza
eléctrica
que
actúa
sobre
la
partícula
cuando
se
aplica
un
campo
eléctrico
de
intensidad
E:
εζ ⎛ a ⎞
Fel = qE = (Aσ)E = 4πa 2 ⎜⎜1 + ⎟E
(7.54)
a ⎝ x D ⎟⎠
La
fuerza
de
rozamiento
vendrá
dada
por
la
ley
de
Stokes:
Fv = 6πaηv
(7.55)
Cuando
se
alcance
el
régimen
estacionario,
la
fuerza
viscosa
igualará
la
fuerza
eléctrica:
Fel = Fv
⎛ a ⎞
(7.56)
4πaεζ ⎜⎜1 + ⎟⎟E = 6πaηv
⎝ x D ⎠
de
donde
la
movilidad
electroforética
será:
v 2 ⎛ a ⎞ εζ
u= = ⎜⎜1 + ⎟
(7.57)
E 3 ⎝ x D ⎟⎠ η
En
general,
la
ecuación
de
la
movilidad
electroforética
se
presenta
de
la
forma:
(7.58)
donde
f
es
un
factor
numérico
que
depende
del
tamaño
de
las
partículas.
Si
la
partícula
es
pequeña
y
a
<<
xD
entonces
f=2/3.
Si
la
partícula
es
muy
grande,
entonces
podemos
despreciar
los
efectos
de
curvatura,
no
siendo
válida
la
ecuación
de
Stokes.
En
ese
caso,
puede
demostrarse
que
f
vale
1.
La
electroforesis
presenta
numerosas
aplicaciones
en
el
estudio
de
macromoléculas
biológicas,
tales
como
las
proteínas.
Mediante
electroforesis
es
posible
resolver
mezclas
de
enzimas
y
mediante
la
aplicación
combinada
con
reacciones
antígeno-‐anticuerpo,
es
posible
su
uso
en
la
identificación
de
las
proteínas
de
una
mezcla
(inmunoelectroforesis).
La
electroforesis
permite
también
caracterizar
las
propiedades
de
una
enzima,
como
por
ejemplo
su
carga
eléctrica
a
distintos
pH
y
por
lo
tanto
el
carácter
ácido/base
de
diferentes
residuos.
Conocida
la
movilidad,
es
posible
calcular
ζ
(ec.
7.58)
y
con
él
la
carga
(ec.
7.53).
Además,
mediante
un
calibrado
previo
puede
utilizarse
la
medida
de
la
movilidad
para
estimar
el
peso
QF III TEMA 7 61
molecular
de
la
proteína.
La
electroforesis
tiene
también
importantes
aplicaciones
industriales
para
la
separación
de
partículas
coloidales,
tales
como
la
eliminación
de
contaminantes
(por
ejemplo
detergentes),
deposición
de
lacas
sobre
metales,…Existen
una
gran
cantidad
de
técnicas
de
electroforesis
disponibles
actualmente.
La
técnica
original,
conocida
bajo
el
nombre
de
electroforesis
de
frontera
móvil,
consistía
esencialmente
en
un
tubo
en
forma
de
U
(dispositivo
de
Tiselius)
cuyo
fondo
se
rellenaba
con
la
dispersión
coloidal,
situando
encima
de
la
misma,
en
ambas
ramas
del
tubo,
una
disolución
electrolítica.
Al
aplicar
una
diferencia
de
potencial
y
migrar
las
partículas
coloidales
hacia
uno
de
los
electrodos,
la
frontera
entre
la
dispersión
coloidal
y
la
disolución
electrolítica
se
desplaza,
pudiéndose
relacionar
este
desplazamiento
con
la
movilidad
electroforética.
En
la
práctica,
el
desplazamiento
de
la
frontera
puede
observarse
mediante
determinaciones
del
índice
de
refracción.
Actualmente
existen
otras
técnicas
que
evitan
los
problemas
originados
por
la
mezcla
convectiva
que
puede
tener
lugar
utilizando
medios
líquidos.
Estas
técnicas,
denominadas
electroforesis
de
zona,
utilizan
soportes
sólidos
tales
como
papel
de
filtro,
geles
o
celulosas
y
el
movimiento
de
las
partículas
coloidales
suele
determinarse
mediante
microscopios.
Las
dispersiones
coloidales
presentan
también
otras
propiedades
que
son
interpretables
mediante
fenómenos
relacionados
con
la
capa
eléctrica.
El
efecto
electroviscoso
consiste
en
la
disminución
de
la
viscosidad
de
las
dispersiones
coloidales
en
medio
líquido
al
añadir
un
electrolito.
Esta
disminución
se
debe,
por
una
parte,
a
la
disminución
del
tamaño
de
la
doble
capa
(xD)
y
por
otro
a
un
mejor
apantallamiento
de
las
repulsiones
electrostáticas
entre
los
grupos
funcionales
que
conforman
la
partícula
coloidal.
Ambos
efectos
provocan
una
QF III TEMA 7 62
disminución
del
volumen
hidrodinámico
de
la
partícula,
y
en
consecuencia
una
disminución
de
la
viscosidad.
La
formación
de
una
doble
capa
eléctrica
alrededor
de
las
partículas
de
una
dispersión
coloidal
resulta
también
determinante
en
la
estabilidad
de
dichas
dispersiones.
Las
partículas
coloidales
están
sometidas
a
las
mismas
interacciones
que
moléculas
o
agrupaciones
más
pequeñas.
En
concreto,
entre
las
partículas
coloidales
existen
fuerzas
dispersivas
(van
der
Waals)
atractivas
muy
importantes
debido
a
su
tamaño.
El
motivo
por
el
que
estas
partículas
no
se
atraen
agrupándose
y
sedimentándose
se
debe
a
que
todas
las
partículas
coloidales
de
la
misma
clase
presentarán
un
mismo
tipo
de
carga
(positiva
o
negativa)
y
por
lo
tanto
existirá
un
término
de
repulsión
carga-‐carga
entre
ellas.
Esta
repulsión
evita
el
acercamiento
de
las
partículas
y
estabiliza
al
coloide.
La
curva
(a)
de
la
Figura
7.16
muestra
la
energía
potencial
debida
a
la
fuerza
atractiva
de
van
der
Waals
como
una
función
de
la
distancia
de
separación
entre
las
dos
partículas,
la
curva
(b)
muestra
la
energía
de
repulsión.
La
curva
combinada
para
la
repulsión
de
doble
capa
y
la
atracción
de
van
der
Waals
se
muestra
en
la
curva
(c).
En
tanto
la
curva
(c)
presente
un
máximo,
el
coloide,
con
partículas
separadas,
tendrá
cierta
estabilidad.
Si
añadimos
un
electrolito
a
la
disolución
se
formará
una
doble
capa
eléctrica
alrededor
de
cada
una
de
las
partículas.
Esta
doble
capa
neutraliza
parcialmente
la
carga
total
de
la
partícula
coloidal
y
apantalla
el
potencial
creado
por
ella.
El
proceso
aparece
representado
esquemáticamente
en
la
figura
7.17.
Esto
permite
que
las
partículas
coloidales
se
acerquen
entre
sí,
aumentando
las
interacciones
atractivas
y
llegando
incluso
a
agruparse
y
sedimentarse.
Este
proceso
se
conoce
como
floculación
y
es
el
que
explica
la
formación
de
importantes
sedimentos
en
las
desembocaduras
de
los
ríos
(por
ejemplo
la
formación
de
deltas).
Los
ríos
arrastran
cantidad
de
partículas
coloidales
que
al
llegar
al
mar
(que
contiene
electrolito)
se
rodean
de
una
atmósfera
iónica
que
les
permite
disminuir
su
repulsión
eléctrica
y
agruparse.
La
formación
del
Delta
del
Ebro
es
consecuencia
de
este
fenómeno.
QF III TEMA 7 63
E
b
c
r
a
Figura
7.16.
Variación
de
la
energía
de
interacción
de
partículas
coloidales
en
función
de
la
distancia
de
separación.
Figura
7.17.
Formación
de
una
doble
capa
alrededor
de
una
partícula
coloidal.
QF III TEMA 7 64
Problemas
adicionales.
Ejercicio
7.3.
Un
polímero
monodisperso
de
masa
molecular
300.000
gmol-‐1
está
contaminado
en
un
1%
en
peso
con
una
impureza
de
peso
molecular
1.000
gmol-‐1.
Calcular
Mn , Mw , Mz
Solución:
297010,
75188
y
299990
gmol-‐1
Ejercicio
7.4.
Una
suspensión
contiene
“números”
iguales
de
partículas
con
masas
moleculares
de
10.000
y
20.000
gmol-‐1.
Otra
suspensión
contiene
“masas”
iguales
de
partículas
con
las
masas
moleculares
anteriores.
Calcular
Mn , Mw ,en
ambos
casos.
Solución:
a)
15000
y
167600
gmol-‐1
b)
13300
y
150000
gmol-‐1
Ejercicio
7.5.
Calcular
la
polidispersidad
definida
por
( Mw / Mn )
que
resulta
de
mezclar
tres
poliestirenos
con
las
siguientes
características:
1
mol
de
poliestireno
A
con
grado
de
polimerización
1,0x103.
5
moles
de
poliestireno
B
con
grado
de
polimerización
2,0x103.
1
mol
de
poliestireno
C
con
grado
de
polimerización
1,0x104.
Solución:
1.92
Ejercicio
7.6.
Se
mezclan
las
cantidades
que
se
indican
en
la
tabla
de
los
polímeros
A
y
B
con
las
características
que
también
se
indican
en
la
tabla.
Calcular
la
masa
molecular
de
la
mezcla
promedio
en
peso
y
promedio
en
número,
sabiendo
que
la
masa
molecular
del
monómero
es
100
gmol-‐1.
Muestra
x n
x w
gramos
QF III TEMA 7 65
Ejercicio
7.8.
Calcula
la
diferencia
entre
la
entropía
de
mezcla
configuracional
de
una
disolución
polimérica
y
la
entropía
de
mezcla
de
una
disolución
ideal.
¿En
qué
caso
se
anula
la
diferencia?
Solución:
r=1
Ejercicio
7.9.
¿Es
posible
que
una
muestra
de
poliisobuteno
sea
totalmente
soluble
en
benceno
a
20ºC
si
la
temperatura
Θ
para
el
sistema
poliisobuteno-‐benceno
es
de
23ºC?
Solución:
sí
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