Informe de Igv
Informe de Igv
Informe de Igv
Prestación de
Venta en el país de Contratos de
servicios en el
bienes muebles construcción
país.
2.1. VENTA
Definición: “Todo acto por el que se transfieren bienes a título oneroso, independientemente de
la designación que se dé a los contratos o negociaciones que originen esa transferencia y de las
condiciones pactadas por las partes.”
Se encuentran comprendidas en el párrafo anterior las operaciones sujetas a condición
suspensiva en las cuales el pago se produce con anterioridad a la existencia del bien.
También se consideran venta las arras, depósito o garantía que superen el límite establecido en
el reglamento.
Nota: El canje de productos en función a cláusulas de garantía no es VENTA, si es práctica usual
y se acredita la devolución de los bienes defectuosos con G/Remisión. La bonificación no se exige
que sea de la misma naturaleza de los bienes vendidos.
Transmisión de Propiedad. - La venta es todo acto a título oneroso que conlleve la transmisión
de propiedad: venta, permuta, dación en pago, expropiación, adjudicación por disolución de
sociedades, aportes sociales, adjudicación por remate o cualquier otro acto que conduzca al
mismo fin.
Nota: El tercer párrafo del inciso c) del numeral 3 del artículo 2° del Reglamento del IGV, cuando
dispone que para efecto de dicho impuesto no se consideran ventas las entregas de bienes
muebles que efectúen las empresas como bonificaciones al cliente sobre ventas realizadas,
siempre que cumpla determinados requisitos; únicamente se refiere a las bonificaciones realizadas
por ventas de bienes, más no por la prestación de servicios.
2.2. SERVICIOS
Definición: Toda prestación que una persona realiza para otra y por la cual percibe una retribución
o ingreso que se considere renta de tercera categoría para los efectos del impuesto a la renta, aun
cuando no esté afecto a este último impuesto, incluidos el arrendamiento de bienes muebles e
inmuebles y el arrendamiento financiero”.
También se considera retribución o ingreso los montos que se perciban por concepto de arras,
depósito o garantía y que superen el límite establecido en el reglamento.
En general, servicio es la prestación realizada a favor de otra persona, por la cual se percibe una
retribución. El gráfico siguiente muestra a servicios gravados con IGV.
Prestación de servicios
Prestación en el país de un sujeto
domiciliado
3.1.Definición:
El IGV o Impuesto General a las Ventas es un impuesto que grava todas las fases del ciclo de
producción y distribución, está orientado a ser asumido por el consumidor final, encontrándose
normalmente en el precio de compra de los productos que adquiere.
Tasa:
Se aplica una tasa de 16% en las operaciones gravadas con el IGV. A esa tasa se añade la tasa
de 2% del Impuesto de Promoción Municipal (IPM).(*)
De tal modo a cada operación gravada se le aplica un total de 18%: IGV + IPM.
Características:
Se le denomina no acumulativo, porque solo grava el valor agregado de cada etapa en el ciclo
económico, deduciéndose el impuesto que gravó las fases anteriores.
Se encuentra estructurado bajo el método de base financiera de impuesto contra impuesto (débito
contra crédito), es decir el valor agregado se determina restando del impuesto que se aplica al
valor de las ventas, con el impuesto que gravo las adquisiciones de productos relacionados con el
giro del negocio.
Base Legal:
Art. 1° del T.U.O. de la Ley del Impuesto General a las Ventas aprobado por Decreto Supremo N°
055-99-EF y Artículo 2 del Reglamento de la Ley del IGV, Decreto Supremo N° 029-94-EF.
(*) Tasa del IGV : Art. 17°. TUO de la Ley del Impuesto General a las Ventas, aprobado por D.S.
055-99-EF y Art.1° - Ley N° 29666
Tasa del IPM -Impuesto de Promoción Municipal - Art. 76° - Decreto Legislativo N° 776.
3.2.El IGV a largo del tiempo en el Perú
Los intereses compensatorios, originados por la venta al crédito de bienes exonerados del
IGV, se encuentran exonerados de dicho impuesto. El comprador, en el supuesto que el
vendedor de tales bienes aplique el IGV sobre los intereses compensatorios,
consignándolos separadamente en el respectivo comprobante de pago, no podrá hacer
uso del crédito fiscal correspondiente.
Bienes exonerados del IGV - Apéndice I
Art. 5° del TUO del IGV: Se encuentran exoneradas del IGV las operaciones contenidas en los
apéndices I y II.
a) Venta en el país o importación de bienes
b) Primera venta de inmuebles (no supere 35 UIT y esté destinado a vivienda). Importación
de bienes culturales integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación - Certificación INC.
Importación de obras de arte originales y únicas creadas por artistas peruanos realizadas
o exhibidas en el exterior.
Servicios exonerados del IGV Apéndice II
a) Servicios de transporte público de pasajeros entro del país.
b) Servicios de transporte de carga desde el país hacia el exterior.
c) Espectáculos en vivo de teatro, zarzuela, conciertos y otros calificados por Comisión.
d) Servicios de expendio de comida (comedores populares y de universidades públicas).
e) Y otras del Apéndice II y normas especiales.
6. Impuesto bruto
7. Crédito Fiscal
8. Aspectos generales de los Sistemas de Recaudación en el IGV.
El crédito fiscal constituye un elemento determinante para que el IGV pueda alcanzar sus objetivos
de neutralidad y recaudación. El desconocimiento injustificado del crédito fiscal origina los
desdeñables efectos de piramidación y acumulación y, en ciertos casos, de confiscación; de la
misma manera que su aplicación indebida pone en riesgo la recaudación.
El impuesto debe incidir económicamente en el consumidor final, esto es, sobre el último eslabón
de la cadena de producción y distribución de bienes y servicios. El consumidor final es, pues, el
único que no puede tener derecho al crédito fiscal. Sobre la base de este corolario se tiene que,
técnicamente, el único requisito sustancial que debe cumplirse para gozar del derecho a descontar
el IGV soportado en las adquisiciones de bienes y servicios es el de ser contribuyente del impuesto;
o, si se quiere, el de no ser consumidor final.
Desde una perspectiva técnica no se justifica el establecimiento de ningún otro requisito sustancial,
además del señalado. Debería bastar con acreditar la condición de contribuyente para que la
deducción del impuesto cargado en las adquisiciones resulte incuestionable. La condición de
contribuyente se acredita por la sola realización de operaciones gravadas con el IGV, hecho que
se constata con la correspondiente declaración jurada.
Hay casos en los que el contribuyente se convierte en consumidor final. Ello ocurre cuando efectúa
autoconsumos o actos de disposición de los bienes afectados al negocio para fines ajenos al
mismo. En este grupo se encuentran las liberalidades efectuadas en beneficio de terceros,
incluyendo a los socios o accionistas de la empresa. En estos casos, técnicamente corresponde
la negación del crédito fiscal, puesto que la adquisición efectuada por el contribuyente pasa a
constituirse en la última etapa de la cadena de producción y distribución del bien auto consumido
o retirado, correspondiéndole al contribuyente convertido en consumidor final la condición de
sujeto económicamente incidido con el impuesto.
La solución prevista por la Ley del IGV para las operaciones en que el contribuyente se convierte
en consumidor final ha sido su afectación como “retiros”, bajo el concepto de venta. Este
mecanismo nos parece aceptable desde una perspectiva técnica, puesto que permite alcanzar de
forma más simple el mismo resultado que se produciría de haberse dispuesto la restitución del
crédito fiscal por el contribuyente convertido en consumidor final.
Hemos señalado que técnicamente bastaría con acreditar la condición de contribuyente para que
proceda la aplicación del crédito fiscal. Obviamente, este principio no podría operar por sí sólo en
la práctica si no es recogido en una fórmula legal específica. A continuación, analizaremos si la
fórmula adoptada por la Ley del IGV responde a este principio y posibilita al impuesto el logro de
su objetivo de recaudación con neutralidad, con el fin de proponer, de ser el caso, los ajustes
legales pertinentes.
El artículo 18 de la Ley del IGV establece que el goce del crédito fiscal se encuentra
supeditado al cumplimiento de dos requisitos sustanciales y concomitantes:
a) Que las adquisiciones por las que se ha pagado el impuesto sean permitidas como costo o
gasto de la empresa, de acuerdo a la legislación del IR, aun cuando el contribuyente no esté afecto
a este último impuesto; y,
b) Que las adquisiciones se destinen a operaciones gravadas con el IGV. Al establecer esta
fórmula es muy probable que el legislador haya tenido la intención de proveer a los sujetos de la
relación jurídica tributaria de criterios que les permitan establecer con claridad cuando se está
frente a un contribuyente del impuesto.
En la práctica, la inclusión del requisito sustancial establecido en el literal a) del artículo 18
de la Ley del IGV, en lugar de favorecer la correcta aplicación del crédito fiscal, ha venido
generando serias distorsiones al propiciar en muchos casos el desconocimiento del crédito fiscal
sin ningún asidero técnico. Sobre la base de una aplicación literal de la Ley, la Administración
Tributaria ha venido desconociendo el crédito fiscal proveniente de adquisiciones que no
constituyen gasto o costo para fines del Impuesto a la Renta, afectando con ello la neutralidad del
impuesto y generando, en muchos casos, efectos confiscatorios en el IGV por superposición con
el Impuesto a la Renta.
Técnicamente no existe justificación para una vinculación entre el IGV y el Impuesto a la Renta,
puesto que gravan diferentes expresiones de riqueza, ostentan distinta naturaleza jurídica y se
rigen por criterios de imputación temporal completamente distintos. Así como existen ingresos
inafectos al Impuesto a la Renta que se obtienen en el marco de una operación gravada con el
IGV e ingresos afectos al Impuesto a la Renta que se obtienen en operaciones no gravadas con
el IGV, de igual modo, existen adquisiciones gravadas con el IGV cuya deducción como gasto o
costo no es admisible para fines del Impuesto a la Renta por aplicación del principio de causalidad
desarrollado en base al concepto jurídico y legal de renta, el mismo que nada tiene que ver con la
selección de las hipótesis de incidencia del IGV.
El artículo 19 de la Ley del IGV señala que el ejercicio del crédito fiscal se sujeta al cumplimiento
de los siguientes requisitos formales:
Que el impuesto esté consignado por separado en el comprobante de pago de compra del
bien, del servicio afecto, del contrato de construcción, o de ser el caso, en la nota de
débito, o en la copia autenticada por el Agente de Aduanas o por el fedatario de la Aduana
de los documentos emitidos por Aduanas, que acrediten el pago del impuesto en la
importación de bienes.
Que los comprobantes de pago hayan sido emitidos de conformidad con las disposiciones
sobre la materia.
Que los comprobantes de pago, las notas de débito, los documentos emitidos por
aduanas, o el formulario donde conste el pago del Impuesto en la utilización de servicios
prestados por no domiciliados, hayan sido anotados por el sujeto del impuesto en el
Registro de Compras, dentro del plazo que establezca el reglamento.
Finalmente, esta norma dispone que la SUNAT podrá establecer otros mecanismos de verificación
para la validación del crédito fiscal y que en la utilización en el país de servicios prestados por no
domiciliados, el crédito fiscal se sustenta en el documento que acredita el pago del impuesto.
2.1 El ejercicio del crédito fiscal está condicionado a que los comprobantes de pago
sustentatorios hayan sido emitidos de conformidad con las disposiciones sobre la
materia.
El numeral 2.2 del artículo 6 del Reglamento de la Ley define qué debe entenderse
por comprobantes de pago falsos, no fidedignos o que no reúnen los requisitos legales
o reglamentarios.
De otro lado, se define como comprobante no fidedigno al documento que presenta
irregularidades formales en su emisión y/o registro, tales como enmendaduras,
correcciones o interlineados, los comprobantes de pago que no guardan relación con
las anotaciones efectuadas en los asientos contables, los comprobantes cuyos original
y copias contienen información distinta y aquéllos en los que el nombre o razón social
del comprador difiere del consignado en el documento.
Finalmente, también a nivel reglamentario, se señala que los comprobantes de pago
que no reúnen los requisitos legales o reglamentarios son los documentos que no
reúnen las características formales y los requisitos mínimos establecidos en el
correspondiente reglamento, así como los emitidos por sujetos a los que se ha
declarado la baja de su inscripción en el R.U.C..
2.2 Finalmente, tenemos que el artículo 19 de la Ley del IGV sujeta el ejercicio del
crédito fiscal al cumplimiento del siguiente requisito formal adicional:
“Que los comprobantes de pagos, las notas de débito, los documentos emitidos por
aduanas, o el formulario donde conste el pago del Impuesto en la utilización de
servicios prestados por no domiciliados, hayan sido anotados por el sujeto del
impuesto en el Registro de Compras, dentro del plazo que establezca el reglamento.
El mencionado registro deberá reunir los requisitos previstos en las normas vigentes”.
En relación al plazo al que alude esta norma legal, el numeral 3.1 del Artículo 10 del
Reglamento de la Ley del IGV establece que las adquisiciones podrán ser anotadas
dentro de los cuatro (4) periodos tributarios siguientes a la fecha de emisión del
documento que las respalda, siempre que éstos hayan sido recibidos con retraso.
Añade dicha norma que vencido este plazo, el adquirente que haya perdido el derecho
al crédito fiscal podrá contabilizar el correspondiente impuesto como gasto o cos- to
para fines del Impuesto a la Renta.