Facultades y Obligaciones Del Albacea
Facultades y Obligaciones Del Albacea
Facultades y Obligaciones Del Albacea
FACULTADES Y OBLIGACIONES
El albacea es el ejecutor testamentario, a quienes el testador nombra para que cumpla sus
disposiciones de última voluntad (Fernández Arce), es decir, es el encargado por quien elabora su
testamento para que cumpla las disposiciones establecidas en él, esta es en general la función del
albacea (Zambrano Mutis, Ángela).
Anota Borda que las facultades del albacea deben ser consideradas con relación a dos hipótesis: que
el testador las haya fijado expresamente, o que no haga ninguna referencia a ellas, limitándose a la
designación (p. 514 y ss.).
En el primer caso, cuando las facultades se encuentren señaladas en el testamento, la regla general
es que el causante puede otorgar todas las facultades que estime necesarias para el cumplimiento de
su misión, sin embargo, no sería posible atribuirle facultades que excedieran su cometido de ejecutor
testamentario o que lesionaran los legítimos derechos de los herederos; y en el segundo caso,
cuando las facultades no hayan sido fijadas por el causante, debe primar un criterio restrictivo acerca
del papel del albacea, el que difiere según existan o no herederos, debido a que es natural que
habiendo herederos, las atribuciones del albacea sean considerablemente menores, porque los
herederos son propietarios ipso jure de los bienes dejados por el causante, y es necesario evitar una
colisión con sus legítimos derechos de dueños. En cambio, cuando no hay herederos, debe
entenderse que las facultades del albacea son amplísimas, asumirá la representación de la herencia;
es contra él que deben dirigirse las demandadas de los acreedores o legatarios; es el administrador
de los bienes hereditarios y está facultado para provocar su venta judicial a fin de pagar las deudas y
legados. Como administrador puede contraer obligaciones a nombre de la sucesión, como por
ejemplo, la designación de empleados o dependientes que fueran indispensables para el manejo y
liquidación del caudal. Estas obligaciones recaen sobre la sucesión y no sobre el albacea. (Borda,
Guillermo).
En cuanto a las facultades y obligaciones del albacea que prescribe nuestro Código Civil, tenemos las
establecidas en el art. 787 del modo siguiente:
Nótese que estas obligaciones legales del albacea, operan en forma supletoria a lo establecido
por la voluntad del causante. En efecto, la regla es que las obligaciones del albacea es hacer
cumplir la voluntad expresada por el testador, ello está expresamente recogido en el art. 797 del
Código sustantivo, cuando expresa que:
“El albacea está facultado durante el ejercicio de su cargo y en cualquier tiempo después de
haberlo ejercido, para exigir que se cumpla la voluntad del testador. Carece de esta facultad
el que cesó por renuncia o por haber sido removido del cargo.”
El articulo 13 expresa:
Esta obligación constituye una carga de la herencia (Fernández Arce), como señala el artículo
869, inciso 1 del código Civil; es decir que es asumida esta obligación de hacer, pero con
recursos económicos provenientes de la masa hereditaria. No quiere decir que la obligación
del albacea esté condicionada a la existencia de fondos en dicha masa hereditaria, sino que el
importe que sea asumido por el albacea lo deducirá de la herencia en su oportunidad.
Muchas veces el albacea no cumple esta primera obligación que le impone la ley porque el
testamento que contiene su nombramiento como albacea es uno diferente al del otorgado
por escritura pública, casos éstos en los que no podrá ejecutarse sino recién a partir de la
comprobación judicial y protocolización notarial. En la mayoría de los casos, esta obligación
la asume la familia del testador. Además, resulta poco probable que al momento del sepelio
se conozca el contenido del testamento y por tanto la identidad del albacea (p. 783).
2. EJERCITAR LAS ACCIONES JUDICIALES Y EXTRAJUDICIALES PARA LA SEGURIDAD DE LOS
BIENES HEREDITARIOS.
Implica la adopción de todas las medidas de seguridad para evitar la indemnidad de los
bienes y derechos hereditarios (Fernández Arce). Es decir, que no desaparezcan ni se
destruyan o deterioren, porque desde la muerte del testador corresponden definitiva e
irrevocablemente a los sucesores previa aceptación, y es por este motivo que tienen derecho
a exigir al albacea la adopción de medidas necesarias para mantener su indemnidad, Art,
791.
Las acciones judiciales pueden consistir en la realización del inventario judicial, acciones de
interdicción o de desalojo o acciones cautelares o de reivindicación o procesos judiciales de
ejecución y extrajudiciales como comunicación a los Bancos comerciales donde se
encuentren depósitos de dinero del causante o alhajas (p. 783).
El profesor Fernández Arce señala que esta obligación es muy importante porque va a
establecer la identidad de los bienes y valores existentes, el estado, y lugar en que se
encuentran, así como la identidad de la persona en cuya posesión se halla. Su realización es
ante el juez del último domicilio del causante (art. 663 del código civil), con citación de los
herederos, legatarios y acreedores, de quienes tenga conocimiento.
El mismo precepto legal, artículo 787 inciso 5, establece una nueva obligación al albacea. La
herencia bruta como sabemos comprende un activo y un pasivo constituido por las cargas y
deudas, es decir, las obligaciones insolutas pendientes de ser satisfechas. La herencia líquida
o neta resulta de deducir de la herencia bruta, las obligaciones insolutas. Solo después de
esta liquidación será posible determinar el haber hereditario susceptible de partición entre
los herederos y correlativamente el valor de la cuota de libre disposición. Es por estas
razones que la ley obliga al albacea a asumir esta importante obligación. No podrá, sin
embargo, reconocer deudas porque ello implica un acto de disposición a lo que no está
facultado a no ser que cuente con la autorización de todos los herederos siempre que sean
capaces o en su defecto por falta de unanimidad de aquellos, por haber alguno ausente o
cuando fuese incapaz, con previa autorización judicial en concordancia con el inciso 7 del
mismo precepto legal.
La obligación de pago que le impone el inciso 5, no será exigible sino cuando el albacea se
encuentre administrando los bienes.
Las cargas de la herencia están constituidas por las obligaciones pecuniarias que sobrevienen
a la muerte, las cuales se hallan puntualizadas en los artículos 869 y 870 del código
sustantivo:
Articulo 869.-
Son de cargo de la masa hereditaria:
1. Los gastos del funeral, y en su caso, los de incineración, que se pagan
preferentemente.
2. Los gastos provenientes de la última enfermedad del causante.
3. Los gastos de administración.
Articulo 870.-
Las personas que hayan vivido en la casa del causante o alimentado por cuenta de
este, puedan exigir al albacea o a los herederos que continúen la atención de estos
beneficios con cargo a la masa hereditaria, durante tres meses.
Implica el cumplimiento de una disposición testamentaria porque la fuente del legado solo
puede provenir del testamento. Pero ¿Cuándo debe hacerlo? Un criterio a seguir lo
encontramos en el orden en que se encuentran enumeradas las obligaciones del albacea en
el artículo 787. Viene después del pago de las deudas y cargos, lo cual resulta lógico porque
solo puede hacerse una vez que hayan sido satisfechas las obligaciones relativas a los
acreedores de la sucesión y establecido el porcentaje de la legitima, que es una parte
intangible de la herencia cuando hay herederos forzosos, porque así recién podrá darse
cumplimiento al pago de los legados hasta el límite de la cuota de libre disposición. Solo
después de deducido de la herencia todo lo que es ajeno (pago de obligaciones de la
herencia), recién se puede determinar el haber hereditario neto y, por consecuencia, la
entrega de los legados en lo que corresponda legalmente.
En virtud de la naturaleza del cargo, el albacea carece de facultad para disponer de los bienes
hereditarios porque solo los administra; pero, por razón de las obligaciones ineludibles que
deba satisfacer, puede suceder que sucesión carezca de la suficiente liquidez, en cuyo caso
corresponde a los herederos, como titulares dominiales de los bienes hereditarios,
autorizarle la disposición de los bienes que sean necesarios para el debido cumplimiento.
Esto supone que los herederos deben ser capaces y que el acuerdo sea por unanimidad en
concordancia con los artículos 219 y 971 inciso 1 del código civil. Si solo hay mayoría, no
basta; es menester entonces que se recabe la autorización judicial que supla la aprobación
de disidentes o del ausente o incapaz. No será necesaria en cambio la aprobación de los
herederos para la venta de los bienes, cuando la autorización expresa la hubiere dado el
testador: Como la venta se hace por casos de necesidad, resulta prudente que el albacea
autorizado por el testador para esta operación, previamente ponga en conocimiento de los
herederos esta situación, porque los copropietarios tienen derecho de preferencia de
conformidad con los artículos 988 y 989 del código civil.
La razón de ser del albacea está no solo en función de ejecutor de las disposiciones
testamentarias sino de lograr que el proceso sucesorio concluya definitivamente con la
división y partición de la herencia; es decir que los bienes pasen definitivamente en
propiedad de sus destinatarios.
Esta facultad, probablemente sea el motivo más importante para el nombramiento del
albacea. Estos encargos pueden ser de carácter patrimonial como extrapatrimonial, pero en
todo caso deben estar de acuerdo con la naturaleza del derecho sucesorio peruano y no ir
contra el orden público, ni contra las leyes imperativas ni contra los derechos fundamentales
de la persona humana de conformidad con el artículo V del Título Preliminar del Código Civil
y el artículo 2 de la Constitución Política.
Éste inciso se sustenta básicamente en dos razones: la primera deriva de su propia función,
mal podría cumplir las disposiciones testamentarias si el testamento resulta nulo; segundo,
porque su título proviene de él. Empero, el hecho de que la ley le reconozca personería para
defenderlo judicialmente no implica que la validez del procedimiento impugnatorio ventilado
en el ámbito judicial, se limite a su sola intervención. Es necesario que sean citados todos y
cada uno de los herederos instituidos para que la sentencia tenga eficacia por existir un
legítimo interés de todos los sucesores.
Resulta ocioso señalar límites al ámbito de competencia del albacea en caso de conflictos
judiciales sobre la validez del testamento. Le corresponde intervenir para los casos de validez
de forma, como por razones de fondo, porque el testamento es uno solo. Además, no
procede hacer distingos en aquello que la ley no lo hace. Su defensa debe ser ajustada, en
todo caso, a lo que las leyes dispongan. Ergo, el marco de su accionar se determina por lo
dispuesto por el testador y por la ley.
Esta es una característica esencial del albaceazgo que lo diferencia del mandato. Ello
obedece a su especial naturaleza jurídica.
El precepto legal antes señalado destaca su carácter indelegable. Excepcionalmente podrá
confiar el albacea el ejercicio de algunas funciones a terceros, pero en estos casos siempre
bajo sus órdenes y responsabilidad.
El precepto legal señala que el albacea al final de su gestión está obligado a presentar cuenta
documentada a los herederos y a los legatarios, aun cuando el testador lo haya eximido de
esta obligación. También lo hará durante el ejercicio del cargo cuando el juez lo determine a
petición de parte interesada, pero con una frecuencia no inferior de seis meses.
Constituye una obligación ineludible impuesta por la ley, porque corresponde a todo aquél
que administra bienes de otros. No cabe la dispensa que le haya hecho el testador porque los
bienes a la muerte de éste, corresponden a los sucesores, o sea que el interés de éstos lo
obliga irremisiblemente a hacerlo, cuando se trata de albacea universal o
independientemente de su el nombramiento recayó en un heredero o en un tercero. Lo que
interesa es que haya administrado bienes ajenos. Si por ejemplo el encargo especifico fue
para defender la validez del testamento o para designar tutor, es obvio que no le
corresponderá esta obligación.
Al respecto, la ley no establece una forma especial. Solo señala el artículo 794 lo
siguiente:
Informe escrito de gestión y de ser el caso, acompañarlo con las cuentas
correspondientes.
Debe contener la documentación sustentante o en todo caso ofrecer otro medio
probatorio.
Ausencia de toda formalidad especial en cuanto a su contenido siempre que
figure una relación ordenada de ingresos y gastos.
Esto implica que la aludida obligación puede hacerse tanto extrajudicial como
judicialmente.
B. APROBACIÓN O IMPUGNACIÓN.
El artículo 660 del código civil señala que desde la muerte del causante se trasmiten a sus
sucesores, los bienes derechos, obligaciones que constituyen la herencia. Con la aceptación
por el heredero, se consolida definitivamente la trasmisión hereditaria. Antes de esta
determinación, es simplemente provisional. Significa que con la consolidación, el heredero
adquiere irrevocablemente sus derechos hereditarios. La propiedad, según el artículo 923 del
código sustantivo, es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un
bien. La posesión es pues un atributo inherente al derecho de propiedad y por tanto al
heredero adquirente. La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a
la propiedad como informa el artículo 896 del código. El poseedor no debe encontrarse en
una relación de dependencia respecto a otro, porque si esto ocurriera no poseería para sí
sino en nombre de otro y en cumplimiento de órdenes e instrucciones de aquel, articulo 897
del código civil.
Es decir, el albacea por razón del cargo no es un poseedor de los bienes hereditarios porque
actúa bajo órdenes e instrucciones precisas que le imponen el testador y la ley. Los
poseedores son los herederos. El artículo 790 establece una obligación adicional: la posesión
provisional de los bienes hereditarios cuando el testador no instituye herederos, sino
solamente legatarios corresponde al albacea este derecho hasta que sean pagadas las
deudas de la herencia y los legados. Esta es la razón por la que su obligación como poseedor
de los mismos concluye cuando las haya satisfecho porque de acuerdo con el numeral 661, la
obligación de pagar las deudas y las cargas de la herencia son de responsabilidad del
heredero pero al haber albacea instituido la obligación gravita sobre el albacea y mal podría
satisfacer esta obligación sin la posesión de los mismos.
Esta facultad ha sido explicada por La Corte Suprema en los siguientes términos:
EI artículo 797 deI Código Civil está referido al supuesto en el que el albacea tiene Ia facultad
corno actor de exigir el cumplimiento de Ia voluntad del testador luego de ejercido el cargo. y
no se aplica aI caso cuando el albacea ha sido demandado para que entregue un bien, luego
de haberse producido Ia división y partición de los bienes, siendo en este caso los herederos
integrantes de Ia testamentia los obligados frente a cualquier otro sucesor.
Constituye una facultad del albacea, también, el que pueda excusarse de aceptar el cargo pero, si Ia
hubiera aceptado no puede renunciar sino por justa causa a criterio del juez. El albacea también está
facultado a exigir el pago de la remuneración dispuesta por el testador o, de ser el caso, acordada
por los herederos o establecida por el juez de modo razonable. El albacea está facultado a reclamar
el reembolso por los gastos realizados como consecuencia del ejercicio de las funciones
administrativas, utilizando su propio peculio.
BIBLIOGRAFIA