Garrido Montt Tomo IV PDF

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NOTA A LA CUARTA EDICIN

DELITOS DE FALSEDAD

En esta cuarta edicin se incorporan las modificaciones legales


dictadas hasta agosto de 2008, en especial las dispuestas por las
leyes N 20.074, de 14 de noviembre de 2005, sobre los delitos de
falsedad, perjurio y obstruccin a la justicia; N 20.090, de 11 de
enero de 2006, que crea la figura de abigeato y modifica diversas
disposiciones sobre los delitos contra la propiedad; N 20.140, de
30 de diciembre de 2006, que sanciona el delito falta de hurto,
y la N 29.273, de 23 de junio de 2008, que agrava la pena de la
substraccin de cables de suministro de servicios.

M. G. M.

7
INTRODUCCIN

Como se anunci al publicar el tercer tomo de esta obra, nuestro


nimo era editar un cuarto tomo que abarcara todos los delitos que
no haban sido tratados, pero esperbamos hacerlo con la colabo-
racin de otros profesores; no fue posible concretar esa aspiracin
por razones ajenas a nuestra voluntad, lo que sentimos.
Para cumplir en parte con lo que tenamos proyectado se ha
redactado este tomo cuarto, con gran esfuerzo dadas nuestras
mltiples obligaciones; pero como era materialmente imposible
por limitaciones de tiempo analizar el resto de los delitos des-
critos en el Cdigo Penal, se seleccion un grupo de ellos, los
reglados en los Ttulos IV y IX, esto es, los que atentan contra
la fe pblica (falsedades) y contra la propiedad (de apodera-
miento y de destruccin), que corresponden a los de comisin
ms frecuente y que satisfacen los requerimientos urgentes de la
enseanza de esta rea del Derecho.
Agradecemos a nuestra ayudante en la ctedra, doa Yelia
Lusic Nadal, que colabor en la redaccin de los delitos de des-
truccin (incendio, estragos y daos), colaboracin sin la cual
no habramos podido terminar el referido Ttulo IX. Quedamos
reconocidos, igualmente, de la ayuda que nos prest Francisco
Leiva Carvajal nuestro secretario en la correccin de las prue-
bas de la presente edicin.
Como siempre, dedicamos este libro a los estudiantes de las
Facultades donde hacemos docencia, rogndoles a ellos y a los
dems lectores que excusen los errores en que se puede haber
incurrido, a pesar de la dedicacin por evitarlos.
EL AUTOR
Santiago, abril de 2000

9
CAPTULO PRIMERO

DELITOS DE FALSEDAD

1. ASPECTOS GENERALES. BIEN JURDICO PROTEGIDO

En el Ttulo IV del Libro Segundo del Cdigo se tipifica un


conjunto de figuras penales bajo el rubro De los crmenes y
simples delitos contra la fe pblica, de las falsificaciones, del
falso testimonio y del perjurio. El Ttulo est dividido en ocho
prrafos que tratan: De la moneda falsa; De la falsificacin
de documentos de crdito del Estado, de las Municipalidades y
otros anlogos; De la falsificacin de sellos, punzones, matrices,
marcas, papel sellado, timbres, estampillas, etc.; De la falsifica-
cin de documentos pblicos o autnticos; De instrumentos
privados; De pasaportes, portes de armas y certificados; Del
falso testimonio y del perjurio; Del ejercicio ilegal de una
profesin y de la usurpacin de funciones o nombres. El mero
enunciado de los diversos prrafos que contiene este Ttulo, es
una clara manifestacin de la variedad de situaciones que el le-
gislador consider sin que aparentemente se visualice el criterio
que tuvo para reunirlos. Se sostiene que el elemento comn en
estos tipos penales es el medio de ejecucin, que consistira en
alterar la verdad; se tratara de la narracin de hechos mendaces
realizada con procedimientos que define y castiga la ley penal,1
en los que prima la falsedad. Es ostensible que el legislador hizo
referencia, dentro de su particular visin, a tres categoras de
figuras distintas: aquellas que atentan contra la fe pblica, las

1
E. Cuello Caln, Derecho Penal, t. II, pp. 185-186.

11
DERECHO PENAL

falsedades documentales y las que lesionan la correcta adminis-


tracin de justicia. Es efectivo que en casi todas ellas hay una
constante, el medio de ejecucin que consiste en la ocultacin o
alteracin de la realidad, en faltar a la verdad.2 En los tres prime-
ros prrafos del Ttulo y en el prrafo 8 se sancionan los delitos
que se vinculan con la fe pblica, esto es, la moneda falsa, la
falsificacin de documentos de crdito del Estado y otros anlo-
gos, la falsificacin de sellos, punzones, matrices, etc., el ejercicio
ilegal de una profesin y la usurpacin de funciones y nombres.
Las falsedades documentales se tratan en los prrafos 4, 5 y 6,
que hacen referencia a los documentos pblicos, a los privados y
a los pasaportes, porte de armas y certificados, respectivamente.
En el prrafo 7 se describen los delitos denominados contra la
administracin de justicia, donde se castigan el falso testimonio
y el perjurio.
Aunque es efectivo que la mayora de estas figuras tienen
como elemento comn la falsedad, que constituye su medio de
ejecucin, esta caracterstica no es suficiente para avalar el cri-
terio del legislador de reunirlas en un ttulo. La falsedad es un
medio inherente a otros delitos que, sin embargo, en los referi-
dos prrafos no se toman en cuenta; de modo que considerarla
como elemento unificador de los tipos que se estn comentando
no resulta aconsejable. En las estafas, en general en los fraudes
(arts. 466 y ss.), en la calumnia (art. 412), en los delitos contra
la salud pblica (arts. 313a y ss.), el falseamiento de la verdad es
su medio de comisin.
Normalmente el bien jurdico materia de la proteccin de los
tipos penales es lo que permite agruparlos, porque les confiere
unidad. En los delitos que se estudian, el bien jurdico no se pre-
senta como elemento unificador de la totalidad de los descritos
en el Ttulo IV, tanto ms cuando an no hay real acuerdo sobre
el inters jurdico que cada una de estas figuras ha considerado
como preeminente. Algunos sectores de la doctrina estiman que
lo amparado es la seguridad en el trfico jurdico,3 que requiere de
la confianza de los integrantes de la sociedad en la autenticidad

2
Laje Enaya, Comentarios al C.P., t. IV, p. 175.
3
Cfr. Bacigalupo, Enrique, Estudios sobre la parte especial del derecho penal, Ma-
drid, 1994, p. 415.

12
DELITOS DE FALSEDAD

o veracidad de ciertos signos o instrumentos,4 necesarios para


facilitar la convivencia, confianza que de manera mediata re-
percutira en la denominada fe pblica. Otros autores sostienen
que el trfico jurdico es un bien apenas considerado, porque
lo que directamente se protege y constituira el objeto jurdico
es el valor probatorio,5 que se reconoce por los integrantes del
conglomerado social a objetos o documentos determinados,
con independencia de los medios de prueba que se establezcan
por la ley para los efectos procesales.6 Esta situacin es la que
posiblemente llev al legislador a considerar la falsedad como
caracterstica unificadora de todos ellos.
Es indudable que la sociedad necesita creer en ciertos actos,
signos o formas a los cuales el Estado les atribuye valor jurdico7
(como las monedas, los billetes). Es lo que constituye la fe pblica,
porque son actos, signos o formas respaldadas por la autoridad,
en contraposicin a lo que se denomina fe privada que es la
confianza que se crea de particular a particular, entre personas
privadas. Si se atenta a la confianza privada, ese comportamiento
puede dar origen a un delito, pero de naturaleza distinta, como
la estafa, la apropiacin indebida (arts. 467 y ss.); en tanto que
cuando se falsifica una moneda de curso legal o cuando se altera
una escritura pblica, se lesiona aquella certeza que a instrumen-
tos u objetos como los sealados les otorga el Estado, certeza que
permite a los habitantes confiar en la autenticidad de los mismos.
La que sufre detrimento en este caso es la fe pblica.
Binding calific como monstruoso el posible reconocimien-
to de un derecho a la verdad,8 que a su juicio implcitamente
conllevara hacer referencia a la fe pblica como bien jurdico;
pero pensamos que esa reserva sera evidentemente errnea,
porque no se ampara en abstracto un derecho, y menos a la
verdad,9 sino que es la fe pblica el bien jurdico protegido,
entendida como aquella fe que han de tener los particulares en
el reconocimiento que el Estado preste a determinados actos

4
Creus, Carlos, D.P., parte especial, B. Aires, 1983, t. II, p. 416.
5
Orts Berenguer, E., D.P., parte especial, Valencia, 1990, p. 194.
6
Ibdem, p. 194.
7
Maggiore, Giuseppe, D.P., Bogot, 1955, t. III, p. 507.
8
Citado por Fontan Balestra, Carlos, D.P., parte especial, p. 930.
9
Maggiore, op. cit., t. III, p. 508.

13
DERECHO PENAL

u objetos. Por fe pblica ha de entenderse aquella confianza co-


lectiva que corresponde tener en relacin a ciertos actos, instrumentos,
signos o smbolos,10 porque es el Estado quien les otorga ese m-
rito de autenticidad e impone que el mismo sea aceptado erga
omnes11 (la moneda de curso legal, el billete).
Es til sealar que el creador de la nocin fe pblica fue Ca-
rrara,12 aunque esa denominacin mereci crticas de autores
alemanes, como Franz Liszt, entre otros. Parte de la doctrina
ha estimado que estos delitos tendran como bien jurdico a los
medios probatorios,13 si bien es efectivo que son medios que
acreditan la realidad de lo que ellos representan, lo son en un
sentido muy amplio, pero no deben inducir al equvoco de creer
que lo comprometido son los medios legales de prueba, en el alcan-
ce procesal de esa nocin.
La falsedad en todos estos tipos penales es elemento co-
mn con la caracterstica de que esa falsedad afecta en alguna
forma a la fe pblica, concepto este ltimo que debe enten-
derse con amplitud y comprensivo de la fe que se debe deposi-
tar en objetos autentificados por el Estado (como la moneda),
o de la confianza que se debe tener frente a determinados
documentos necesarios para el trfico jurdico (como un ins-
trumento pblico) o respecto de las declaraciones prestadas
ante determinadas autoridades (falso testimonio). De manera
que corresponde distinguir tres grupos de delitos entre aque-
llos que se han reunido bajo el epgrafe de atentados contra
la fe pblica:
a) Los que afectan la fe pblica colectiva. En este grupo es-
tn la falsificacin de moneda (arts. 162 y ss.), la falsificacin de
documentos de crdito del Estado, Municipalidades y otros (arts.
172 y ss.), la falsificacin de sellos, matrices, punzones y otros
(arts. 180 y ss.), y la de pasaportes, porte de armas y de certifica-
dos (arts. 199 y ss.). El bien jurdico amparado de estos delitos es
la fe pblica, porque el Estado o una autoridad especial autentifi-
ca estos objetos o les pone un signo de legitimidad, que hace que

10
Fontn Balestra, op. cit., p. 930.
11
Creus, op. cit., t. II, p. 409.
12
Carrara, Francesco, Programa, t. IV, prrafos 2363 y 2381.
13
Muoz Conde, D.P., parte especial, p. 440.

14
DELITOS DE FALSEDAD

los habitantes tengan confianza en los mismos; secundariamente


pueden proteger el trfico monetario o accionario;14
b) falsificacin de ciertos documentos, en cuanto lesionan
la fe pblica (falsificacin de documentos pblicos o autnticos,
arts. 193 y ss.), o en cuanto afectan al patrimonio (falsificacin
de instrumentos privados, arts. 197 y 198), y
c) los que se refieren a la administracin de justicia: el falso
testimonio y el perjurio (arts. 206 y ss.). En estos delitos el bien
jurdico protegido es precisamente la administracin de justicia;
no afectan a la fe pblica, menos al trfico jurdico.
Las figuras delictivas enumeradas en el prrafo signado con
la letra a) admiten, segn sus caractersticas, distintos medios de
ejecucin; hay delitos de fabricacin, de falsificacin, de expedi-
cin, de cercenamiento, de introduccin al pas y de circulacin.
En los delitos sealados en las letras b) y c) el legislador describi
a su vez una variedad de modos de ejecucin, que se desarrolla-
rn al comentarlos en particular.

I. DE LA MONEDA FALSA
2. ASPECTOS GENERALES

En el prrafo 1 del Ttulo IV, el Cdigo Penal describe diversas ac-


tividades que prohbe bajo amenaza de sancin penal; en todas ellas
aparece como objeto la moneda metlica, nacional o extranjera, de
curso legal o no. Sin embargo, este prrafo no se ocupa de las
situaciones vinculadas con el papel moneda, a las que se refiere
en el prrafo 2, que conforman diferentes tipos penales.
Por moneda ha de entenderse, para efectos de estos delitos, el
trozo de metal, de forma especfica, generalmente con sellos, ley
y peso uniformes, cuya funcin es constituirse en medida comn
en las operaciones de intercambio, y que es acuado y garantizado
por el Estado. Este concepto no slo fue vlido en el pasado, sigue
siendo vlido en nuestros das, sin perjuicio que se observe una os-
tensible evolucin sobre el empleo de la moneda metlica, que casi
ha quedado descartada por el papel moneda, y hoy lo est siendo

14
E. Orts, op. cit., p. 212.

15
DERECHO PENAL

por la tarjeta de plstico (de crdito o para el cajero automtico);


en el hecho estas ltimas pueden constituirse en sus reemplazantes,
y no sera sorprendente que suceda algo anlogo con las simples
anotaciones computacionales en determinados registros.
La moneda metlica presenta dos caracteres, uno simblico, en
cuanto el Estado garantiza su autenticidad y significacin, y otro
de ndole econmico, porque se alza como forma de determinar
el valor pecuniario de las cosas y servicios y de ser un medio de
pago,15 de extinguir obligaciones.
En el pasado la moneda se fabricaba con metales nobles,
generalmente oro o plata, y tena un valor intrnseco que era
normalmente el que representaba en el intercambio. En estos
das tiene un valor representativo, sealado por la Autoridad,
porque es corriente que no se empleen en su elaboracin esos
metales nobles y su valor generalmente es inferior a aquel que
conforme a la ley representa.
Para la determinacin de las figuras penales relativas a la
moneda metlica, la ley penal distingue entre la que es de metal
fino (oro o plata) y la de velln (de metal no valioso empleada
normalmente como moneda divisionaria).16 Adems toma en
consideracin para describirlas una diversidad de posibles com-
portamientos, a saber la fabricacin ilegtima de moneda, falsifi-
carla (adulterarla), cercenarla (disminuirla en su valor material),
introducirla al pas, como tambin ponerla en circulacin. La idea
matriz de todos estos delitos es la falsedad de la moneda, porque
se la fabrica ilegtimamente, porque se adultera la autntica, o
siendo falsa se pretende incorporarla al pas o se hace circular.
A continuacin se comentarn los tipos penales descritos en
el prrafo 1 del Ttulo IV.

3. FABRICACIN DE MONEDA DE CURSO LEGAL


EN LA REPBLICA

El art. 162 expresa: El que sin autorizacin fabricare moneda que


tenga curso legal en la Repblica, aunque sea de la misma materia,

15
Cfr. Orts, op. cit., p. 211.
16
Histricamente, moneda de velln corresponde a aquella no fabricada con
metales nobles, sino de aleacin de plata con cobre o slo de este ltimo metal.

16
DELITOS DE FALSEDAD

peso y ley que la legtima, sufrir las penas de reclusin menor


en su grado mnimo y multa de seis a diez unidades tributarias
mensuales.
Cuando el peso o la ley fueren inferiores a los legales, las penas
sern presidio menor en su grado medio y multa de seis a quince
unidades tributarias mensuales.
El bien jurdico protegido en esta figura es la fe pblica, con-
formada por la confianza de que es el Estado quien est a cargo
de la fabricacin de la moneda y es quien le otorga autenticidad.
Se sabe que el nico autorizado para acuar moneda de curso
legal es el Estado. En la hiptesis descrita en el art. 162 se falsea
esa circunstancia porque es un tercero que carece de facultad
para elaborar monedas quien las fabrica.
La accin prohibida es fabricar moneda, y debe tratarse de
aquella que legalmente est en circulacin.17 El delito consiste en
hacer una moneda en su integridad imitando aquella que tiene
curso legal; en el art. 162 no se comprende la adulteracin o modifi-
cacin de la moneda legal. La conducta prohibida por el referido
artculo fcilmente puede confundirse con la de falsificacin de
moneda descrita en el art. 163, porque una forma de falsificar es
elaborar una igual a la oficial. Pero queda en claro la diferencia,
porque si bien fabricar es una manera de falsificar, el legislador
circunscribi el tipo comprendido en el art. 162 a la prohibicin
de elaborar una moneda igual a la que acua el Estado con curso
legal, empleando el mismo material y manteniendo su valor (peso
y ley), pero sin contar con la autorizacin que legitime tal activi-
dad, o sea competir con el Estado careciendo de la autoridad para
hacerlo, o simplemente usurpando esa funcin, que corresponde
al Estado porque tiene el monopolio de este rubro. Se comprende
tambin en el art. 162 la situacin de quien adems de fabricar in-
debidamente, lo haga con peso o ley inferiores a la de la moneda
oficial, sin perjuicio de que emplee el mismo material usado para
elaborar la moneda legtima, lo que si bien importa una forma de
falsificacin, preferentemente constituye una modalidad del tipo
especial de fabricacin de moneda falsa.18

Labatut, D.P., t. 2, p. 52.


17
18
A indicacin de Gandarillas, la Comisin Redactora del C.P. recogi del
Cdigo Penal belga el sistema de separar de la falsificacin de moneda (su alte-

17
DERECHO PENAL

El art. 162 sanciona con penas distintas dos alternativas,


ambas relativas a la fabricacin de monedas que tengan curso legal
en la Repblica y siempre que se ocupe el mismo material que se
emplea para elaborar la oficial:
a) Moneda de la misma materia, peso y ley que la legtima,
o sea igual a la moneda autntica, pero que se ha fabricado
sin autorizacin de la autoridad respectiva. El particular que
la reciba no sufre perjuicio en este caso, por cuanto esa mo-
neda tendra el mismo valor material que la oficial; por ello,
la sancin prescrita es benigna: reclusin menor en su grado
mnimo y multa de seis a diez sueldos vitales. En definitiva, lo
que aqu hay es la usurpacin de parte de un particular de una
funcin propia del Estado, el que mantiene la exclusividad de
esa elaboracin.
b) Fabricacin de moneda con peso o ley inferiores a los
legales. Esta hiptesis tiene una sancin ms rigorosa que la
anterior, presidio menor en su grado medio y multa de seis a
quince sueldos vitales.
En ambas situaciones las indicadas en las letras a) y b) debe
imitarse la moneda legal; la prohibicin de fabricar, por lo tanto, se
limita a la oficial, no a otra clase de monedas, y quedan descarta-
das las de tipo recordatorio o las que representan una distincin
y dems anlogas a las recin indicadas.
La fabricacin es un delito comn, de modo que no requiere
un sujeto especial; cualquiera persona lo puede cometer.
Se trata de una figura de resultado o material, porque deben
fabricarse las piezas monetarias, o sea aparte de la accin misma
de elaborarlas se requiere del resultado: la moneda falsa; no es
necesario que se ponga en circulacin, es suficiente que exista.
Son posibles las hiptesis imperfectas del delito de fabricacin,
tanto en el grado de tentativa como en el de frustracin. Lo san-
cionado es la elaboracin; de consiguiente, sea que se trate de
una moneda o de una multiplicidad de ellas, hay un delito nico
y no tiene importancia si se imita un solo tipo de moneda o va-

racin o cercenamiento), la fabricacin ilegtima de la misma, considerando que


este ltimo comportamiento no mereca igual pena que el primero (Sesin N 37,
de 15 de mayo de 1871).

18
DELITOS DE FALSEDAD

rios, siempre que la fabricacin corresponda a un nico plan de-


lictivo; en este punto hay, sin embargo, opiniones disidentes.19
El tipo subjetivo requiere de dolo directo; no parece compatible
con la nocin de fabricar moneda la posibilidad de dolo even-
tual, pues el delito exige que se posea el conocimiento de que se
est elaborando una moneda con apariencia de la genuina y se
ha de querer precisamente concretar esa fabricacin.
Si la falsificacin es muy burda, el hecho se encuadra en el
tipo descrito en el art. 171, que se comentar ms adelante, y
no as en el art. 162, lo que significa que deber ser considerado
como una estafa.

4. FALSIFICACIN DE MONEDAS

El C.P. se refiere a estas figuras en los arts. 163 y 165, que dife-
rencian si lo que se falsifica es moneda de curso legal en el pas
o si se trata de otro tipo de moneda. En ambos casos se vuelve a
distinguir si la falsificacin se refiere a monedas de oro o plata
o de velln (moneda divisionaria generalmente elaborada con
cobre u otro metal no precioso).
Como se hizo notar en el prrafo precedente, por falsifica-
cin se entiende confeccionar moneda de material distinto al
que se emplea para elaborar la moneda oficial, pero con igual
apariencia.

4.1. FALSIFICACIN DE MONEDA DE CURSO LEGAL EN EL PAS

La situacin se regla en el art. 163, que considera dos hiptesis: si


la moneda es de oro o plata y si es de velln (divisionaria). En el
inciso primero expresa: El que falsificare moneda de oro o plata
que tenga curso legal, empleando otras sustancias diversas, ser
castigado con presidio menor en sus grados medio a mximo y
multa de once a veinte unidades tributarias mensuales. A su vez,
en el inciso segundo hace referencia a la moneda divisionaria:

19
Autores como Cuello Caln estiman que si se elaboran diversos tipos de
moneda legal con cuos diferentes, habr tantos delitos como sea el nmero de
cuos empleados (D.P., t. II, p. 207).

19
DERECHO PENAL

Si la moneda falsificada fuere de velln, las penas sern presidio


menor en sus grados mnimo a medio y multa de seis a diez uni-
dades tributarias mensuales.

4.2. FALSIFICACIN DE MONEDA QUE CARECE DE CURSO LEGAL


EN LA REPBLICA

Se debe hacer la misma diferencia que cuando se trata de mone-


da de curso legal, entre moneda de oro o plata y de velln. Es el
art. 165 el que describe el tipo penal en los siguientes trminos:
El que falsificare moneda que no tenga curso legal en la Repbli-
ca, ser castigado con presidio menor en su grado medio y multa
de seis a quince unidades tributarias mensuales, si la moneda
falsificada fuere de oro o plata, y con presidio menor en su grado
mnimo y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales,
cuando fuere de velln.

5. CERCENAMIENTO DE MONEDA DE ORO O PLATA

La ley penal da tratamiento independiente a dos comportamien-


tos que ofrecen cierta semejanza, pero que son distintos: falsificar
y cercenar moneda. El verbo cercenar normativamente significa
disminuir el valor de la moneda, depreciarla por medios mate-
riales, lo que puede llevarse a cabo cortndole un pedazo o ras-
pndola para disminuir su peso, entre otras formas. Esta accin
ofrece inters slo para aquellas piezas que son confeccionadas
con metales nobles, como el oro o la plata; por esa razn, el delito
se ocupa de ese tipo de monedas y no as de las de velln.
Para penalizar estos hechos se separa el cercenamiento que
recae sobre moneda de curso legal de aquel que recae sobre la
que no lo tiene.
a) Cercenamiento de moneda de curso legal. El art. 164 sanciona
este delito: El que cercenare moneda de oro o plata de curso legal,
sufrir las penas de presidio menor en sus grados mnimo a me-
dio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
b) Cercenamiento de moneda sin curso legal. El delito se describe
en el art. 166: El que cercenare moneda de oro o plata que no tenga
curso legal en la Repblica, sufrir las penas de presidio menor

20
DELITOS DE FALSEDAD

en su grado mnimo y multa de seis a diez unidades tributarias


mensuales. Se castiga el cercenamiento de moneda no autori-
zada por el Estado chileno; el precepto se refiere entonces a las
monedas autnticas o de circulacin legal de otros pases.

6. CIRCULACIN DE MONEDA FABRICADA, FALSIFICADA


O CERCENADA

La actividad de hacer circular la moneda falsa en el territorio


nacional, moneda cuyo origen puede corresponder a cualquiera
de las alternativas antes estudiadas (fabricndola, falsificndola
o cercenndola), constituye un acto prohibido y conminado
con sancin penal. Para conformar los respectivos tipos se hizo
distincin entre algunas formas de comisin del delito. Prime-
ramente se consider aquel que se concert previamente con los
falsificadores, luego al que simplemente se procur moneda falsa,
y finalmente a los que despus de haberla recibido como mone-
da legal se imponen de su falsedad y la hacen circular.
Cada una de estas hiptesis es tratada en los arts. 167, 168
y 170.

6.1. HACER CIRCULAR MONEDA FALSA EN EL PAS, PREVIO CONCIERTO


CON LOS FALSIFICADORES

En el art. 167 se describe esta figura: El que de concierto con los fal-
sificadores o cercenadores, tomare parte en la emisin o introduccin
a la Repblica de la moneda falsificada o cercenada, ser castigado
con las mismas penas que por la falsificacin o cercenamiento
corresponderan a aqullos segn los artculos anteriores.
El delito supone siempre la comisin previa de otro, en esta-
do de consumacin, que tenga como objeto la moneda falsa, que
puede ser su fabricacin, falsificacin o cercenamiento. En el art. 167
se castiga una actividad posterior a la comisin de los otros deli-
tos, pero que configura a su vez un acto tpico autnomo.
El tipo objetivo de la figura comprende dos clases de comporta-
mientos relacionados con la moneda falsa: el primero es introdu-
cirla al territorio nacional y el segundo hacerla circular (emisin);

21
DERECHO PENAL

en ambos casos se requiere que previamente se haya efectuado


la falsificacin. Los dos comportamientos se sancionan con la
misma pena, esto es la que corresponde al que falsifica o cercena
moneda. Para estos efectos el legislador le otorga a cada una de
esas conductas el mismo desvalor, pero los comportamientos pro-
hibidos en el art. 167 siempre exigen que previamente se haya
realizado la falsificacin de las monedas por otros delincuentes,
diversos a aquellos que las introducen o las hacen circular.
El tipo subjetivo requiere que, adems de saber que se trata
de moneda falsificada y que la misma est siendo introducida al
pas o se est haciendo circular en l, que haya mediado concier-
to con los falsificadores o cercenadores para la introduccin o
circulacin. En otros trminos, el tipo exige un acuerdo previo
de voluntades entre este delincuente y los falsificadores, lo que
supone dolo directo, la naturaleza de la actividad descarta la posi-
bilidad de dolo eventual.
La exigencia del concierto se limita al necesario para pro-
ducir o hacer circular la moneda falsificada ya existente. Si el
acuerdo de voluntades en referencia es adoptado con anterio-
ridad a la falsificacin por el conjunto de delincuentes, se da
una situacin de coautora en el delito de la falsificacin o cer-
cenamiento (arts. 163 y 164, respectivamente), pues ha habido
concierto y hay reparticin del trabajo para cometerlos. Asegu-
rar a los falsificadores o cercenadores la posible introduccin
de la moneda al territorio de la Repblica, o su circulacin, es
facilitar un medio para el agotamiento de esos delitos (art. 7);
no es una actividad de encubrimiento, porque esa conducta no
puede calificarse como posterior a la ejecucin del hecho, sino
como una intervencin previa en el mismo, que es lo que suce-
de en la especie. Tampoco es complicidad, porque sta exige
una mera colaboracin accesoria antes o durante la ejecucin,
sin concierto previo;20 en tanto que aqu se lleva a cabo una

20
Para Labatut se estara ante un caso de coautora en el delito de introduccin o
circulacin de la moneda falsa, pues considera que tratndose de la fabricacin de mo-
neda el legislador incurri en omisin al no tomar en cuenta a los que incurren en las
conductas en comentario; por ello, se inclina por considerarlos como coautores en el
delito de fabricacin de moneda descrito en el art. 162 (D.P., t. II, p. 52). Etcheberry,
sin perjuicio de que a su juicio y en puridad se tratara de una conducta de encubri-
miento, concluye que constituye un tipo autnomo (D.P., t. IV, pp. 140-141).

22
DELITOS DE FALSEDAD

actividad de agotamiento del hecho, preacordada con anterio-


ridad a su comisin.
A pesar de que el art. 167 hace referencia a la moneda fal-
sificada y a la cercenada, nicamente se comprende en el tipo
all descrito la moneda falsa fabricada, a que alude el art. 162,
por cuanto sta es a su vez moneda falsa, como claramente se
colige de la denominacin del prrafo en que est ubicada la
disposicin (De la moneda falsa), como de lo dispuesto por el
art. 171, que extiende el sentido de la expresin falsedad tanto a
la fabricacin como a la falsificacin y al cercenamiento.21
Util es precisar que el art. 167 describe un delito de hiptesis
mltiple; por ello, si un mismo sujeto introduce moneda falsa al
territorio nacional y, adems, la hace circular, comete un solo
delito, la doble conducta simplemente remacha el tipo penal.
El legislador dio particular trascendencia a ese comportamien-
to, pues, como se seal, el castigo que dispuso es anlogo a la
sancin que corresponde al delito de falsificacin o al de cerce-
namiento, segn corresponda.

6.2. CIRCULACIN DE MONEDA FALSA SIN PREVIO CONCIERTO

El art. 168 se ocupa de esta figura: El que, sin ser culpable de la


participacin a que se refiere el artculo precedente, se hubiere
procurado a sabiendas moneda falsificada o cercenada y la pusiere en
circulacin, sufrir las penas de presidio menor en sus grados
mnimo a medio y multa de once a veinte unidades tributarias
mensuales.
El comportamiento sancionado importa una doble accin:
procurarse moneda falsa o cercenada y luego ponerla en circulacin
en el pas. Por procurar se entiende cualquier medio apto que le
suministre al sujeto activo las monedas falsas, puede ser adquirin-
dolas mediante compra, apoderndose de ellas, sustrayndolas,
encontrndolas u otro sistema til al efecto; pero el nico recurso
del cual no puede valerse es el de concertarse con los sujetos que
realizaron la falsificacin o el cercenamiento. De suceder tal cosa
el hecho se desplaza al tipo sancionado por el art. 167, pues el

21
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 141.

23
DERECHO PENAL

delito descrito en el art. 168 que se est comentando exige que


el agente no haya sido culpable de la participacin a que se refiere el
artculo precedente, que es el que supone concierto previo.
Es insuficiente que el sujeto activo se procure dinero falso
para conformar el tipo penal; el delito requiere de una segunda
accin, la de hacer circular ese dinero, que pase de mano en
mano; su mero abandono o dejacin no es hacerlo circular.
El tipo subjetivo exige dolo directo, que ha de abarcar tanto
la obtencin de la moneda como su circulacin, por cuanto el
sujeto activo tiene que procurarse la moneda falsa a sabiendas de
que lo era, o sea con conocimiento de su mendacidad y, adems,
ha de querer ponerla en circulacin. Queda, en consecuencia,
descartado el dolo eventual.

6.3. SE RECIBE DE BUENA FE MONEDA FALSA O CERCENADA, PERO CON


POSTERIORIDAD, HABIENDO TOMADO EL SUJETO CONOCIMIENTO DE SUS
CARACTERSTICAS, LA HACE CIRCULAR

El art. 170 describe el delito: El que habiendo recibido de buena fe


moneda falsa o cercenada, la circulare despus de constarle su falsedad o
cercenamiento, sufrir la pena de reclusin menor en su grado mni-
mo o multa de seis a diez unidades tributarias mensuales, si el valor
de la moneda circulada subiere de una unidad tributaria mensual.
Debe relacionarse esta disposicin con el art. 496 N 31, que
sanciona como delito falta esta misma conducta cuando el monto
de la moneda falsa no exceda de una unidad tributaria.
La situacin a que se refiere el artculo transcrito es de una
persona que recibe moneda falsa o cercenada sin darse cuenta o
reparar en esa circunstancia, pero una vez impuesto de la false-
dad la hace circular a pesar de ese conocimiento.
El tipo objetivo consiste en la accin de hacer correr en el mer-
cado moneda falsa que en conjunto tenga un valor superior a una
unidad tributaria, el Cdigo dice la circulare, lo que involucra
que puede haberla recibido de terceros en circunstancia de que
ya estaba circulando y el agente limita su actividad a que contine
hacindolo.22 No se exige que sea el primero que la ponga en mo-
vimiento. Pero se requiere que el sujeto activo antes de hacerlo la

22
Cfr. Fontn Balestra, op. cit., p. 949.

24
DELITOS DE FALSEDAD

haya recibido, sin que importe la forma o modo de como lleg a su


poder; el precepto acepta que lo sea aun por medios ilegtimos23
(v. gr., obtenerla como producto de una estafa), siempre que al
recibirla haya ignorado su falsedad. La buena fe se refiere a la cali-
dad de la moneda, no a la forma como lleg a su patrimonio. Sec-
tores doctrinarios consideran que si encuentra el dinero o lo sustrae,
no lo recibe y, por lo tanto, no se conformara el tipo descrito en el
art. 170,24 criterio que no se puede compartir. A saber, el trmino
recibir ha de entenderse en un alcance normativo amplio, de incor-
poracin de hecho al patrimonio por cualquier medio, y eso es as
porque quien sustrae moneda falsa sabiendo que lo es, se procura
ese dinero aparente e incurre en el delito sancionado en el art. 168
si lo hace circular; en consecuencia, el legislador no pudo dejar
impune el comportamiento de quien creyendo sustraer dinero
autntico descubre, despus de apropiarse del mismo, que es falso,
y a pesar de ello lo pone en circulacin; en el hecho ha recibido tal
moneda en la creencia de que era legtima. De no aceptarse esta
interpretacin habra que concluir que quien encuentra o sustrae
moneda falsa en la creencia de que es verdadera y la hace circular
cuando se percata de su ausencia de autenticidad, incurrira en
una conducta atpica, por cuanto no podra subsumirse en este
tipo penal (el del art. 170) al no haberla recibido, y tampoco en el
del art. 168 porque no se habra procurado a sabiendas de moneda
falsa, lo que estimamos errneo.
El tipo subjetivo supone que el agente ha recibido de buena
fe la moneda y la ha hecho circular una vez que tuvo conoci-
miento de su falsedad. La buena fe se refiere a la calidad de la
moneda, o sea a la creencia de que era autntica al momento de
obtenerla, no en cuanto al medio o forma de como la recibi,
que comprende tanto a los medios lcitos como a los ilcitos. De
consiguiente, el autor debe creer, en el instante en que recibe
la moneda, que es de curso legal, pero al hacerla circular ha de
tener conocimiento de su falsedad, lo que significa dolo directo; el
dolo eventual queda descartado porque al que duda respecto de
la clase de moneda que tiene en su poder no le consta su falsedad,
como exige el art. 170.

23
Orts, E., D.P., p. 216.
24
As lo estiman Soler, D.P., t. V, p. 288; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 142.

25
DERECHO PENAL

6.4. FALSIFICACIN O CERCENAMIENTO BURDO

Para que la fabricacin, falsificacin, cercenamiento y circula-


cin antes comentados se encuadren en los respectivos tipos
penales, las piezas fabricadas han de ser iguales o muy semejantes
a la moneda autntica, pues de ser muy burda la falsificacin, al
extremo de que cualquiera persona el hombre corriente o me-
dio se pueda dar cuenta de ella, los referidos comportamientos
se desplazan al tipo descrito en el art. 171, que expresa: Si la
falsificacin o cercenamiento fueren tan ostensibles que cualquiera
pueda notarlos y conocerlos a la simple vista, los que fabricaren,
cercenaren, expendieren, introdujeren o circularen la moneda as falsi-
ficada o cercenada, podrn ser castigados como responsables de
estafas y otros engaos con las penas que se establecen en el
Ttulo respectivo.
Como se desprende de la disposicin transcrita, tal actividad
sigue siendo punible, pero no porque se considere como tenta-
tiva de los delitos en cuestin, sino siempre y cuando ese hecho
se adecue en alguno de los tipos de engao. De modo que se
sanciona con las penas indicadas en el prrafo 8 del Ttulo IX,
que describe a las estafas y otros engaos, y en todo caso han de
concurrir las circunstancias que esas figuras requieren.25

7. LA TENTATIVA Y LA CONSUMACIN EN LOS DELITOS


DE FALSEDAD DE MONEDAS. LOS CONCURSOS

El art. 169 se refiere a la tentativa en los siguientes trminos:


La tentativa respecto de cualquiera de los delitos de que tratan los
artculos precedentes, ser castigada con el mnimum de las penas
establecidas en ellas para el delito consumado.
Segn esta norma, las distintas figuras de falsedad de mo-
neda que se sancionan en el prrafo de la moneda falsa, con
excepcin de las que describen los arts. 170 y 171 (la circulacin
de moneda falsa recibida de buena fe y las que se refieren a fal-

25
Autores como Etcheberry remiten esta situacin derechamente al delito
descrito en el art. 473, que en la generalidad de los casos ser la hiptesis adecuada
(D.P., t. IV, p. 138).

26
DELITOS DE FALSEDAD

sificaciones muy ostensibles de moneda), podrn ser castigados


como responsables de estafas y otros engaos, con las penas que
se establecen en el ttulo respectivo.
La voz tentativa empleada por el precepto ha de entenderse en
sentido amplio, comprensivo tanto del delito que alcanz slo la
etapa de tentativa conforme al art. 7 como del que se frustr.26 Es
sensible que se mantenga esta clase de excepciones, que modifican
los principios que el Cdigo Penal establece en la parte general,
alterando as, en forma muy discutible, el sistema global que en l
se consagra y desgraciadamente no para morigerar la reaccin
del Estado, sino para exacerbarla.
Conviene que la consumacin de estos delitos se analice con
cuidado, pues los que importan fabricar o falsificar moneda se
perfeccionan por el solo hecho de llevarse a cabo las referidas
acciones, no requieren que se ponga en circulacin la moneda.
En la hiptesis de circulacin, es necesario que se haga circular
el dinero falso o se lo entregue a otro que lo recibe de buena
fe, ignorando que es moneda ilegtima; si la recibe sabiendo su
naturaleza, el delito no se da porque no se habra lesionado la fe
pblica,27 puesto que quien la recibe conoce su procedencia.
Aunque se fabrique ms de una moneda, o se hagan circular
varias monedas falsas en distintas oportunidades, el delito es uno
porque los distintos actos consumativos estn unidos por la con-
tinuidad que es inherente a las acciones de falsificar, cercenar,
circular, todas las que conllevan repeticin.
En estas figuras se da la posibilidad de concursos con otros deli-
tos, en particular con la estafa, con cierta frecuencia. En todo caso,
ha de tenerse en consideracin para resolverlos la preferencia que
puede ofrecer la aplicacin de los tipos en estudio por el principio
de especialidad; sin perjuicio de lo recin anotado existe, ade-
ms, notoria diferencia entre los delitos aqu estudiados y los de
estafa o de engao en general; estos ltimos requieren causar
perjuicio en el patrimonio de la vctima, en tanto que en los de-
litos de falsificacin de moneda esto no se exige.

26
Cfr. Etcheberry, quien expresa que respalda tal interpretacin la circuns-
tancia de que la norma se recogi del Cdigo Penal belga, que no haca distincin
entre tentativa propiamente y delito frustrado (D.P., t. IV, p. 143).
27
Orts, D.P., p. 219.

27
DERECHO PENAL

II. FALSIFICACIN DE DOCUMENTOS DE


CRDITO DEL ESTADO, MUNICIPALIDADES,
ESTABLECIMIENTOS PBLICOS Y SOCIEDADES
8. ASPECTOS GENERALES

En el prrafo segundo del Ttulo cuarto del Libro Segundo,


el Cdigo describe un conjunto de figuras que se refieren a la
falsificacin de varias clases de documentos que por naturaleza
importan un valor econmico. Entre ellos estn los bonos emiti-
dos por el Estado, las obligaciones al portador de la deuda pblica,
las acciones o promesa de acciones de sociedades annimas (arts. 172 y
siguientes). Esta normativa en buena parte tiene su fuente en los
arts. 172 y siguientes del Cdigo Penal belga, lo que si bien no se
hizo constar en las actas de la Comisin redactora, se desprende
del contexto de las respectivas disposiciones. En ellas se alude a
veces al Cdigo espaol, aunque normalmente las disposiciones
de este texto no fueron seguidas, pero s las del Cdigo belga.28
Lo afirmado se ratifica al leer lo que escribe Alejandro Fuensa-
lida quiz el primer comentador del Cdigo nacional, quien
al analizar estos artculos seala como fuente los pertinentes del
Cdigo Penal belga.29
Las figuras descritas en el texto nacional se refieren a la
falsificacin de documentos, no de cualquier documento, sino
de aquellos que tienen la caracterstica de representar valores
econmicos determinados y reconocidos por la sociedad, que los
emparentan con la moneda. Esta especial calidad llev al legisla-
dor a considerarlos separadamente de los otros documentos los
pblicos o autnticos a que se refiere el prrafo 4 y los privados
que se reglan en el prrafo 5, para lo cual cre el prrafo 2 que
coloc a continuacin del que se ocupa de las monedas falsas.
Sin perjuicio de las normas que tiene el Cdigo Penal, hay
dos textos legales, uno de fines del siglo XIX y otro de principios
del siglo XX, que se refieren a delitos vinculados con los billetes,
y que tienen semejanza con los descritos en el Cdigo. Se debe

28
Vanse las Actas Nos 37 (de 15 de mayo de 1871) y siguientes.
29
Fuensalida, Alejandro, Concordancias y comentarios del Cdigo Penal chileno,
t. 2, pp. 116 y ss., Lima, 1883.

28
DELITOS DE FALSEDAD

recordar la Ley N 53, publicada el 4 de agosto de 1893, cuyo ar-


tculo nico hace aplicables las penas que seala el Cdigo Penal
en los arts. 172 y siguientes a la fabricacin, venta o circulacin
de objetos cuya forma se asemeje a estampillas, bonos o billetes
o cualesquiera otros valores fiduciarios, de manera que sea fcil
su aceptacin en lugar de los verdaderos. El otro texto es el
Decreto Ley N 726, publicado el 25 de noviembre de 1925, que
castiga con multa o con reclusin menor en su grado mnimo a
medio, o con ambos a la vez, a quien haga fotografa, grabados,
litografas, impresiones o reproducir de cualquier otra manera
billetes o partes de billetes que tengan circulacin en Chile,
tambin castiga con esa pena a la circulacin de hojas volantes,
tarjetas o cualquier otra especie de anuncios que contengan
impresiones, grabados o reproducciones que representen esos
mismos billetes. Se prohbe adems la reproduccin de matrices
o planchas usadas en la fabricacin de los billetes.
Lo que sanciona el Cdigo Penal es la falsificacin, o sea la
adulteracin o imitacin de un billete realizada para quebrantar
la fe pblica en el trfico jurdico, en especial las relaciones de
crdito; en tanto que las leyes que se han citado, lo que prohben
son otras conductas, como la mera reproduccin de un billete
o el uso de las imgenes o signos que tengan, con fines propa-
gandsticos, de publicidad u otros, pero que no estn dirigidos a
provocar alteraciones en el trfico jurdico, porque este ltimo
objetivo es inherente al delito de falsificacin sancionado por el
Cdigo Penal, de modo que no se dara una situacin de con-
curso aparente entre las figuras tratadas en el Cdigo Penal y
las descritas por las leyes especiales; los tipos en cuestin tienen
clara autonoma. Sin perjuicio de lo anotado, podran plantearse
situaciones de concurso aparente respecto de la reproduccin de
billetes, entre el Cdigo, la Ley N 53 y el Decreto Ley N 726,
que habra que resolver con la preeminente aplicacin del lti-
mo texto citado, en atencin a que constituye la posterior volun-
tad del legislador de imponer una pena ms benigna.30

30
Opinin distinta tiene Etcheberry, para quien entre el Decreto Ley N 726 y
las normas del Cdigo, se dara una situacin de concurso aparente que conforme
al principio de especialidad se debera resolver a su juicio en el sentido de aplicar
las leyes especiales (D.P., t. IV, p. 144).

29
DERECHO PENAL

Situacin semejante a la recin comentada se produce con


el billete que emite el Banco Central de Chile, quien conforme
a su Ley Orgnica Constitucional (Ley N 18.840, publicada el
10 de octubre de 1989) tiene la potestad exclusiva de emitir
billetes y monedas de curso legal (art. 28). En efecto, el art. 64
dispone que el que fabricare o hiciere circular objetos cuya
forma se asemeje a billetes de curso legal, de manera que sea
fcil su aceptacin en lugar de los verdaderos, ser sancionado
con la pena de presidio menor en su grado medio a mximo.
Pero es claro que en esta descripcin legal no se hace referencia
a una falsificacin de billetes, sino de su imitacin en objetos u
otros usos y, por ello, la pena es inferior a la sealada por el C-
digo al delito de falsificacin, puesto que en la Ley Orgnica lo
prohibido es la fabricacin o circulacin de objetos con forma
semejante a un billete pero con objetivos diversos a los seala-
dos en los tipos descritos por el Cdigo, tal como se hizo notar
precedentemente. En la Ley Orgnica N 18.840 se sancionan las
emisiones con motivos propagandsticos u otros anlogos, que
pueden inducir a error a terceros al confundirlos con los billetes
autnticos,31 pero cuando sus autores no han perseguido alterar
el trfico jurdico.
Las falsedades se pueden referir a dos grupos de documentos
de naturaleza diversa, que sern motivo de comentarios sepa-
rados: a) bonos emitidos por el Estado, cupones de intereses
correspondientes a esos bonos y billetes de banco al portador
cuya emisin estuviese autorizada por ley, comprendidos en
el art. 172, y b) acciones o promesa de acciones de sociedades
annimas, obligaciones u otros ttulos emitidos por las munici-
palidades o establecimientos pblicos, cupones de intereses o de
dividendos de esos ttulos, sancionados por el art. 174.
Las figuras penales descritas en las disposiciones citadas no
tienen su origen en las normas espaolas que habitualmente sir-
vieron de fuente al Cdigo nacional, sino en el texto del Cdigo
Penal belga. El Cdigo Penal espaol de la poca tena una nor-

31
Hay opiniones discrepantes; se sostiene que la disposicin recin citada
habra derogado tcitamente el art 172, que castiga la falsificacin de billetes de
banco (en ese sentido, Etcheberry, D.P., t. IV, pp. 145-146). Aqu no se comparte
tal criterio.

30
DELITOS DE FALSEDAD

mativa con un esquema distinto al que en definitiva se consagr


en Chile. Con ese espritu, los miembros de la Comisin Redactora
al describir los referidos tipos penales, enriquecieron el tenor del
articulado del Cdigo belga que siguieron como modelo.32

9. FALSIFICACIN DE BONOS, DE CUPONES DE INTERESES


Y BILLETES DE BANCO EMITIDOS AL PORTADOR

Hay que distinguir dos situaciones, segn se trate de documentos


de la clase mencionada en el subttulo cuya emisin ha sido au-
torizada por una ley en Chile, de aquellos que han sido emitidos
por un pas extranjero. La primera hiptesis est reglada en el
art. 172, la segunda en el art. 173.

9.1. FALSIFICACIN DE BONOS, CUPONES Y BILLETES EMITIDOS


POR EL ESTADO DE CHILE

El art. 172 expresa: El que falsificare bonos emitidos por el Esta-


do, cupones de intereses correspondientes a estos bonos, billetes
de banco al portador, cuya emisin estuviere autorizada por una
ley de la Repblica, ser castigado con las penas de presidio
menor en su grado mximo a presidio mayor en su grado m-
nimo y multa de veintiuna a veinticinco unidades tributarias
mensuales.
La conducta castigada consiste en falsificar los documentos
que se indican en la disposicin, y por falsificar ha de enten-
derse cualquiera modificacin que se haga en un documento
que altere su valor o la elaboracin ntegra de uno de ellos sin
estar autorizado por la ley (o sea imitarlos).33 Se comprenden,
adems, las emisiones realizadas por quienes pueden hacerlas,
pero cuando las llevan a cabo fuera de los casos legalmente
permitidos. La expresin falsificare tiene un alcance amplio y
comprensivo de las alternativas sealadas, siempre que estn en
situacin de afectar a la fe pblica en el trfico monetario.

32
Actas Nos 37 y siguientes de la Comisin Redactora.
33
Labatut, Gustavo, D.P., t. II, p. 54.

31
DERECHO PENAL

El tipo objetivo requiere que la falsificacin recaiga sobre los


documentos que taxativamente enumera la disposicin, estos
son:
Bonos emitidos por el Estado, que son documentos emitidos por
el Estado para representar la deuda pblica, que comprenden
tanto la deuda interna como la externa, segn dej constancia
expresa la Comisin Redactora.34
En las actas de la Comisin se seal que en este tipo penal
queda comprendida tanto la falsificacin de bonos de la deuda
pblica interior como exterior,35 precisando as el sentido del
art. 172, que menciona los bonos emitidos por el Estado sin dis-
tinguir en cuanto al tipo de deuda a que correspondan.
Cupones de intereses, son los volantes o agregados al documen-
to que constituye el bono. Este documento, como ya se expres,
representa una parte de la deuda pblica, es un crdito que
como tal produce intereses en beneficio de su dueo. Esos
agregados o volantes se separan o cortan del documento en
que consiste el bono al cobrar los intereses que peridicamen-
te produce; es un sistema creado para facilitar el pago de esos
beneficios.
Billete de banco al portador, en el sistema nacional, es un insti-
tuto desfasado en el tiempo, porque el nico que puede emitir
billetes de curso legal es el Banco Central. La potestad exclusiva
para emitir billetes la tiene ese Banco por disposicin del art. 28
de la Ley N 18.840, Orgnica Constitucional, y tales documen-
tos, desde que se dict la Ley N 13.305, son de curso forzoso y
no estn sujetos a convertibilidad en oro o plata, como suceda
primitivamente.

9.2. BONOS, BILLETES Y CUPONES EMITIDOS POR ESTADOS EXTRANJEROS

Es la segunda hiptesis que el legislador ha previsto para esta


clase de documentos. Est descrita en el art. 173, que expresa lo
siguiente: el que falsificare obligaciones al portador de la deuda p-
blica de un pas extranjero, cupones de intereses correspondientes

34
Acta N 39 de la Comisin Redactora, de 22 de mayo de 1871.
35
Ibdem.

32
DELITOS DE FALSEDAD

a estos ttulos o billetes de banco al portador, cuya emisin estuviere


autorizada por una ley de ese pas extranjero, sufrir las penas de
presidio menor en su grado medio y multa de seis a diez unida-
des tributarias mensuales. Esta falsificacin fue incorporada por
el legislador al considerar que el comercio internacional, ya en
esa poca, haba adquirido notoria importancia, particularmente
con los pases limtrofes.
El Cdigo castiga este delito con una pena de menor
gravedad que aquella que corresponde a la falsificacin de
documentos emitidos en el territorio nacional, actividad que,
a juicio del legislador, presenta mayor lesividad social por sus
posibles consecuencias negativas en los intereses pblicos y
privados.
En los dos prrafos anteriores se hace referencia a documen-
tos emitidos o autorizados por una ley; esta ltima expresin ha
de entenderse con la debida amplitud y no limitada a su sentido
formal. Es comprensiva de cualquier acto de la autoridad legti-
ma que autoriza, en el ejercicio de sus atribuciones, la emisin
de billetes y bonos.
Sujeto activo de los delitos descritos en los arts. 172 y 173
puede ser cualquiera persona; se trata de un delito comn que
no requiere un sujeto calificado. Es adems un delito de mera
actividad, se perfecciona por el solo hecho de que se concrete la
falsificacin o emisin no autorizada por la autoridad.

10. FALSIFICACIN DE ACCIONES O PROMESA DE


ACCIONES, DE DOCUMENTOS EMITIDOS POR LAS
MUNICIPALIDADES O ESTABLECIMIENTOS PBLICOS, Y DE
CUPONES DE INTERESES

El art. 174 describe esta figura penal: El que falsificare acciones o


promesas de acciones de sociedades annimas, obligaciones u otros ttulos
legalmente emitidos por las Municipalidades o establecimientos pblicos
de cualquiera denominacin, o cupones de intereses o de dividendos
correspondientes a estos diversos ttulos, ser castigado con pre-
sidio menor en sus grados medio a mximo y multa de once a
veinte unidades tributarias mensuales, si la emisin hubiere tenido
lugar en Chile, y con presidio menor en su grado medio y multa

33
DERECHO PENAL

de seis a diez unidades tributarias mensuales, cuando hubiere


tenido lugar en el extranjero. Se consideran en esta disposicin
tres clases de documentos diferentes: a) acciones o promesas de
acciones de sociedades annimas, b) obligaciones y otros ttulos
legalmente emitidos por las municipalidades o establecimientos
pblicos y c) cupones de intereses o dividendos.
Las acciones o promesas de acciones son institutos de orden
privado, pues no las emite el Estado o sus rganos. No obstante,
como constituyen la forma o modalidad establecida por la ley
para representar el patrimonio de entes jurdicos, como son
las sociedades annimas, que importan valores en s mismos, la
emisin de esas acciones est reglada y en parte controlada por
la autoridad. Adems, las acciones son objeto de transaccin en
las Bolsas de Comercio, y por su importancia han llegado a cons-
tituir verdaderos ndices de la actividad econmica, lo que llev
al legislador a ponerlas bajo cierta proteccin. Quedan exclui-
das de este tipo penal, de consiguiente, las acciones o promesa
de acciones de sociedades privadas que no sean annimas o de
naturaleza anloga.
Las municipalidades y los establecimientos pblicos, cuando
han sido autorizados por la ley, pueden a su vez emitir obligacio-
nes u otro tipo de ttulos respecto de los cuales la comunidad
debe tener confianza; por ese motivo, la ley penal sanciona la
falsificacin de estos documentos en forma especial, creando un
tipo penal al efecto.
Los cupones que representan los intereses de esos ttulos o
los dividendos de las acciones, por ser complementarios de los
documentos a que se refiere el texto legal, tambin han sido
comprendidos por el art. 174, medida que se justifica al existir
respecto de ellos la misma razn que llev a reprimir la falsifica-
cin de los documentos a los cuales accede.
La pena que corresponde a las conductas prohibidas depen-
de del lugar en que se lleva a cabo la emisin de los documen-
tos; si lo es en el territorio nacional, la sancin tiene mayor
gravedad que si se hace en el extranjero. A la primera hiptesis
le corresponde presidio menor en su grado medio a mximo,
a la segunda presidio menor en su grado medio, en ambas
alternativas la sancin privativa de libertad va acompaada de
multa.

34
DELITOS DE FALSEDAD

11. PARTICIPACIN EN LA FALSIFICACIN

El art. 175 hace referencia a esta materia con discutible acierto:


La misma pena que correspondera al falsificador se impondr
al que de concierto con l tomare parte en la emisin o introduccin
a la Repblica de los bonos, acciones, obligaciones, billetes o cu-
pones falsificados. El precepto sanciona al que concertado con el
falsificador, interviene en alguna forma en la emisin o introduc-
cin al pas de algunos de los documentos falsificados a que se ha
hecho referencia (acciones, ttulos y cupones); la intencin del
legislador ha sido equiparar, en cuanto a su desvalor, la actividad
del que introduce documentos falsos al pas o del que toma parte
en su emisin con la del que falsifica, siempre que haya mediado
concierto previo entre los agentes. Una disposicin en el sentido
indicado resulta un tanto innecesaria, porque al concertado para
la falsificacin que facilita medios para concretarla, como es el
aprovechamiento de los efectos falsos, conforme al art. 15 N 3
hay que sancionarlo como autor del delito de falsificacin.

12. EMISIN DOLOSA DE BONOS, OBLIGACIONES,


BILLETES, ACCIONES O CUPONES

El art. 176 sanciona esas acciones: El que sin ser culpable de


la participacin a que se refiere el artculo anterior, se hubiere
procurado a sabiendas y emitido esos bonos, acciones, obligaciones, bi-
lletes o cupones falsificados, sufrir las penas de presidio menor en
sus grados mnimo a medio y multa de once a veinte unidades
tributarias mensuales.
El tipo penal aqu descrito requiere que el sujeto no haya
tenido intervencin subjetiva ni material en la falsificacin de
los documentos falsos, pero s que haya realizado actividad
dirigida a proveerse de ellos y a hacerlos circular (emitirlos),
siempre que concurra adems el elemento subjetivo de estar en
conocimiento de que son falsos. Es un delito de mera actividad, com-
prensivo copulativamente de dos comportamientos: proveerse de
los bonos o acciones y luego de ponerlos en circulacin.
Si el sujeto obtuvo los documentos falsos de buena fe, o
sea sin conocimiento de su falsedad, pero adquiri ese cono-

35
DERECHO PENAL

cimiento antes o en el momento de ponerlos en circulacin,


se hace acreedor de pena conforme lo dispone el art. 178. La
sancin es, en todo caso, ms benigna que la sealada para la
hiptesis antes comentada, y corresponde aplicarla siempre
que el valor que representan esos efectos exceda de una uni-
dad tributaria mensual. La disposicin expresa: El que ha-
biendo adquirido de buena fe los ttulos falsos de que trata este
prrafo, los circulare despus, constndole su falsedad, sufrir la
pena de reclusin menor en su grado mnimo o multa de seis
a diez unidades tributarias mensuales, si subiere de una unidad
tributaria mensual el valor del ttulo circulado.
Cuando no exceda de esta suma, estimndose el acto mera
falta, se penar como tal.
De manera que cuando el agente adquiere las acciones,
bonos y dems instrumentos sealados en la conviccin de que
son falsos, debe castigrsele conforme al art. 175; al contrario,
si ignoraba la mala procedencia de los mismos cuando los ad-
quiri, pero si lo sabe en el momento en que los pone en circu-
lacin, procede sancionarlo de acuerdo al art. 176 siempre que
el valor del ttulo sea superior a una unidad tributaria mensual;
si es inferior incurre en la comisin de una falta y debe ser re-
primido como lo indica el art. 496 N 31.

13. LA TENTATIVA DE COMISIN DE ESTOS TIPOS


PENALES SE CASTIGA COMO DELITO CONSUMADO.
ALTERNATIVA EN QUE SE REPRIMEN COMO DELITOS DE
ENGAO. COMPETENCIA ESPECIAL DE LOS TRIBUNALES
NACIONALES

Con salvedad de la figura sancionada en el art. 178 (adquisicin


de buena fe de los ttulos falsos), los tipos penales antes descri-
tos, o sea los comprendidos en los arts. 172 a 176 (falsificacin,
emisin e introduccin de obligaciones, acciones y cupones),
han de ser reprimidos con el mnimo de la pena que correspon-
de al delito consumado, por mandato del art. 177. El legislador
penal vuelve a desconocer en este caso, como ha sucedido en
otras oportunidades, los principios generales que consagra en

36
DELITOS DE FALSEDAD

su libro primero sobre la forma de reprimir las figuras delictivas


imperfectas.36
En el art. 179 del Cdigo repite la norma que para efectos de
la moneda falsa consagra en el art. 171. El art. 179 expresa: Si
la falsificacin fuere tan grosera y ostensible que cualquiera pueda
notarla y conocerla a la simple vista, los que falsificaren, expendie-
ren, introdujeren o circularen los ttulos as falsificados, podrn ser
castigados como responsables de estafas y otros engaos con las
penas que se establecen en el Ttulo respectivo.
De manera que si la falsificacin es ostensible, de suerte que
cualquiera persona pueda notarla a la simple vista, todos los
delitos de falsificacin a que se ha estado haciendo referencia,
inclusive la emisin de documento falso adquirido de buena
fe descrito por el art. 178, han de ser reprimidos como delitos
de engao (arts. 166 y siguientes), siempre que se den en el
hecho los presupuestos necesarios para conformar esos tipos
penales.
Los tribunales nacionales tienen una competencia especial
para conocer de los delitos en estudio, atendido que el Cdigo
Orgnico de Tribunales, en el art. 6 N 5, somete a la jurisdic-
cin de esos tribunales los referidos hechos, aunque se hayan
cometido en el extranjero. De modo que el principio de territo-
rialidad aqu sufre una excepcin. La disposicin recin citada
otorga competencia a los tribunales nacionales para conocer
de La falsificacin del sello del Estado, de moneda nacional, de
documentos de crdito del Estado, de las Municipalidades o de esta-
blecimientos pblicos, cometida por chilenos, o por extranjeros que
fueren habidos en el territorio de la Repblica, aunque el delito se
haya cometido fuera de l. Es suficiente, en consecuencia, que
aquellos que han intervenido en su concrecin, sean chilenos o
extranjeros, se encuentren dentro del territorio nacional para
que puedan ser procesados en el pas, lo que constituye una
evidente excepcin al principio general de la territorialidad de
la ley penal.

36
Un reparo anlogo hizo A. Fuensalida cuando el Cdigo estaba en los
primeros aos de su vigencia, quien atribuy el criterio seguido a un error de la
Comisin Redactora, que habra recogido sin mayor anlisis preceptos del Cdigo
Penal belga (arts. 162 y 166).

37
DERECHO PENAL

III. FALSIFICACIN DE SELLOS, PUNZONES,


MATRICES, MARCAS, PAPEL SELLADO, TIMBRES,
ESTAMPILLAS

14. INFORMACIN PREVIA

En el prrafo tercero del Ttulo cuarto del Libro Segundo, arts.


180 y siguientes, se reglan estas figuras penales. Corresponde
hacer diferencia entre los objetos materiales de los delitos indi-
cados en el subttulo, para efectos de determinar la sancin de la
falsificacin; as mismo es til distinguir respecto de la proceden-
cia de esos objetos, o sea si son nacionales o de otros pases. Los
tipos penales que describen la falsificacin de sellos, punzones,
etc., de Chile, estn penados en los arts. 180 a 186; la falsificacin
de esos mismos objetos cuando pertenecen a pases extranjeros
se sancionan en los arts. 187 y 188.
A continuacin se comentarn, en particular, cada uno de
los diversos casos en que lo falsificado corresponde a los objetos
o instrumentos mencionados en el subttulo. Primeramente los
que son de procedencia nacional, en seguida los de procedencia
extranjera y finalmente se estudiarn algunas figuras vinculadas
con esta materia.

15. FALSIFICACIN DEL SELLO DEL ESTADO (DEL NACIONAL)

El art. 180 describe el delito en los siguientes trminos: El que


falsificare el sello del Estado o hiciere uso del sello falso, sufrir la
pena de presidio mayor en su grado medio. El delito est inte-
grado por dos hiptesis, falsificar el sello del Estado o usar el que
ya ha sido falsificado. En los prrafos anteriores se ha explicado
el sentido de las expresiones falsificar y usar, de modo que en ese
sentido han de entenderse los dos vocablos. El art. 180 sanciona
un delito de peligro y de mera actividad, que se perfecciona por
el simple hecho de realizar la actividad prohibida; no requiere
de un resultado. Sorprende que el legislador haya impuesto
una pena de extraordinaria gravedad, que no condice con la
naturaleza del comportamiento prohibido. El tipo penal es de

38
DELITOS DE FALSEDAD

discutible utilidad, porque resulta dudosa la existencia de un


sello del Estado. Labatut sostiene que la custodia del gran sello
del Estado, utilizado preferentemente en las cartas de naciona-
lizacin, est a cargo del archivero-bibliotecario del Ministerio
del Interior;37 de otro lado, Raimundo del Ro afirma que no
existe en Chile ningn sello del Estado y recogiendo la crtica
que a fines del siglo XIX hiciera Fuensalida,38 piensa que la
norma corresponde a regmenes monrquicos, pero no a una
repblica.39 Los comentarios antes indicados llevan a afirmar a
Etcheberry que la situacin es equvoca, sobre todo si se con-
sidera la gravedad de la pena impuesta por el legislador y el
escaso uso que tiene el sello del Ministerio del Interior,40 si a
este instrumento se alude en el precepto. Por otra parte, ha de
tenerse en consideracin que la falsificacin de sellos o timbres
de otras autoridades ha recibido un tratamiento ms benigno
en el art. 185.
En realidad, fuera de la mencin que el Cdigo Penal
hace del sello del Estado, no hay norma legal que aluda a
su existencia, y tampoco existe en las prcticas oficiales un
instrumento de esa naturaleza. Las instrucciones sobre la ela-
boracin de documentos oficiales se contienen en el Decreto
Supremo N 291 del Ministerio del Interior, de fecha 15 de
febrero de 1974 (Diario Oficial N 28.836, de 26 de abril de
1974), complementado por el Decreto Supremo N 1.193, de
14 de julio de 1994; en estos textos no se menciona ningn
sello del Estado, sin perjuicio de que se regle el empleo en
los documentos oficiales de diversos timbres con las formas
y tamaos que all se indican. El sello del Estado no es un
timbre en realidad; se entiende por tal el instrumento que en
el pasado se acostumbraba emplear para marcar el lacre o la
substancia que se usaba para sellar documentos importantes,
y era normal que se usara un anillo con leyenda o un grabado
en su parte exterior, con el cual se presionaba el lacre derre-
tido colocado sobre el documento.

37
Labatut, D.P., t. 2, p. 55.
38
Fuensalida, op. cit., t. 2, p. 134.
39
Del Ro, Elementos, p. 376.
40
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 148.

39
DERECHO PENAL

16. FALSIFICACIN DE PUNZONES, CUOS O CUADRADOS,


TIMBRES, PLANCHAS NACIONALES

El art. 181 expresa: El que falsificare punzones, cuos o cuadrados


destinados a la fabricacin de moneda; punzones, matrices, cliss,
planchas o cualesquiera otros objetos que sirvan para la fabrica-
cin de bonos, acciones, obligaciones, cupones de intereses o de
dividendos, o billetes de banco cuya emisin haya sido autorizada
por la ley; timbres, planchas o cualesquiera otros objetos destinados
a la fabricacin de papel sellado o estampilla, o el que hiciere uso
de estos sellos o planchas falsos, ser castigado con presidio ma-
yor en sus grados mnimo a medio y multa de veintiuna a treinta
unidades tributarias mensuales. El artculo que se refiere a los
implementos de origen nacional, distingue tres tipos distintos de
falsificaciones: 1) de punzones, cuos o cuadrados destinados a la
fabricacin de moneda, 2) punzones, matrices, cliss, planchas o
cualesquiera otros objetos que sirvan para la fabricacin de bonos,
acciones, obligaciones y otros documentos que all se indican, y
3) falsificacin de timbres, planchas o cualesquiera otros objetos
destinados a la fabricacin de papel sellado o estampillas, y el uso
de tales sellos, planchas u objetos.
El elemento comn de las diversas clases de falsificaciones es
la fabricacin, es hacer las matrices y dems objetos antes enu-
merados. Queda excluido entonces el uso de esos instrumentos
para falsificar los documentos que se indican en el art. 181; y ello
porque la falsificacin de los mismos (moneda, bonos, acciones,
etc.), se sanciona en los arts. 162 y siguientes. Lo reprimido en
el art. 181 es la falsificacin de las matrices, planchas, punzones,
cliss, o sea de los objetos que permiten reproducir ilegtima-
mente las monedas, bonos, billetes, pero no la falsificacin de
estos ltimos; el uso de esas matrices, planchas y punzones para
confeccionar billetes o bonos queda excluido del tipo penal
descrito en las citadas disposiciones. Lo recin aseverado tiene
una excepcin que se refiere a los sellos o planchas indicados
en el nmero 3) del apartado precedente, porque en el art. 181
no slo se sanciona la fabricacin ilegtima de los sellos o plan-
chas destinados a la fabricacin de papel sellado y estampillas,
sino tambin su empleo para confeccionar ese papel sellado o
esas estampillas, o sea falsificar estos instrumentos. El art. 181

40
DELITOS DE FALSEDAD

prohbe la ltima actividad porque en los arts. 162 y siguientes


no se comprendi la confeccin ilegtima de papel sellado y de
estampillas.
La Comisin Redactora precis el alcance de la expresin papel
sellado en un sentido ms amplio que aquel que normalmente se
le otorga; no se limita a lo que se entiende por papel sellado, sino
que comprende todo documento en el que se estampa un tim-
bre como un signo.41 Por estampilla se designa la pieza adhesiva
que se emplea para la cancelacin de determinados servicios o
impuestos;42 corrientemente cuenta con un adhesivo que permite
pegarla en otro documento o papel para justificar que se pagaron
los derechos pertinentes y entre ellas se pueden mencionar las
empleadas por el sistema de correos y de impuestos.
Los recin descritos son delitos de peligro, se perfeccionan
por el solo hecho de fabricar el objeto prohibido, aunque no
se cause dao o se perjudique a alguien con su confeccin. Tal
situacin no explica la razn que tuvo el legislador para repri-
mirlos con una pena de presidio mayor en sus grados mnimo
a medio, ms una multa; sancin calificada con razn de ex-
cesiva por Fuensalida, ya que es ms alta que las impuestas a los
que falsifican los documentos mismos segn el art. 172 y los que
siguen a continuacin.43
La pena indicada se aplica aunque el valor del documento
sea nfimo, lo que sucede en particular con las estampillas de
correos, situacin que evidencia y respalda la calificacin de
excesiva de la sancin prescrita.44

17. USO INDEBIDO DE LOS SELLOS, PUNZONES, MATRICES


Y DEMS OBJETOS AUTNTICOS O VERDADEROS
INDICADOS EN LOS ARTS. 180 Y 181

El art. 186 se ocupa de describir el uso indebido de las especies a


que se refiere el subttulo: El que habindose procurado indebida-

41
Acta N 40 de la Comisin Redactora, de 27 de mayo de 1871.
42
Labatut, D.P., t. 2, p. 55.
43
Fuensalida, op. cit., t. 2, p. 124.
44
Cfr. Crdoba Roda, Comentario, t. III, p. 768.

41
DERECHO PENAL

mente los verdaderos sellos, timbres, punzones, matrices o marcas


que tengan alguno de los destinos expresados en los artculos 180
y 181, hiciere de ellos una aplicacin o uso perjudicial a los derechos e
intereses del Estado, de una autoridad cualquiera o de un particular,
ser castigado con presidio menor en cualquiera de sus grados y
multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.
La accin prohibida consiste no en falsificar en procurarse
el sello del Estado, o las matrices, punzones y dems objetos
enumerados en el art. 181, o sea obtener indebidamente de
cualquier manera esos materiales verdaderos y autnticos, y
hacer una aplicacin o uso perjudicial de los mismos. Se trata de
un delito de doble accin, obtener los instrumentos en forma
ilegtima primeramente y, en seguida, hacer un uso de ellos
causando un perjuicio a los derechos o intereses del Estado,
de una autoridad o de un particular. No importa la naturaleza
del perjuicio, puede ser de cualquiera ndole, no requiere ser
econmico; la exigencia del perjuicio modifica la identidad del
tipo penal, pasa a ser un delito de resultado o material, que para
perfeccionarse debe lesionar un inters determinado de un
tercero. Este efecto lesivo es un elemento del tipo objetivo del
delito, a diferencia de las figuras analizadas precedentemente,
que son de peligro. El tipo subjetivo hace imperativo, a su vez,
que el sujeto acte con voluntad de procurarse indebidamente
los sellos, matrices, punzones autnticos para usarlos y hacer
una aplicacin de ellos que perjudique a otras personas; es
imprescindible en consecuencia el dolo directo, el eventual
queda descartado.

18. EMISIN DEL PAPEL SELLADO Y ESTAMPILLAS


(NACIONALES) FALSOS. SU USO DOLOSO

Se sancionan dos tipos de emisin (circulacin), una realizada


por individuos que estaban concertados con los falsificadores
para hacerla (art. 182) y la otra en que sin estar concertados el
sujeto activo emite papel sellado y estampillas falsos, o los intro-
duce al pas desde el extranjero (art. 183 inciso primero). Se
prohbe a su vez el uso de tales instrumentos en el art 183 inciso
segundo.

42
DELITOS DE FALSEDAD

Respecto de la primera hiptesis, se castiga penalmente el


hecho de poner, previo concierto con los falsificadores, en cir-
culacin el papel sellado o las estampillas falsos. El legislador
adopt una posicin discutible en este punto, porque al igual
que lo hizo en otra oportunidad (art. 175), regl una situacin
que normalmente constituye coautora conforme al art. 15,
creando innecesariamente un tipo especial que castiga con una
pena de menor gravedad que aquella que correspondera segn
las reglas generales sobre la participacin delictiva. En efecto, el
art. 182 dispone: El que de concierto con los falsificadores tomare
parte en la emisin del papel sellado o estampillas falsificados, su-
frir las penas de presidio mayor en su grado mnimo y multa de
veintiuna a veinticinco unidades tributarias mensuales. Si est
concertado con los falsificadores para participar en la emisin,
es autor de falsificacin conforme al art. 15 N 3; no obstante,
la disposicin transcrita establece una pena ms benigna que la
sancin que impone a los falsificadores o emisores.
La segunda hiptesis a que se hizo referencia se ocupa del
que acta sin concierto previo, y est reglada en el art. 183. Se
trata de una situacin diferente a la anterior; aqu el agente sin
haberse puesto de acuerdo con los que fabricaron ese papel o
estampillas, pero en conocimiento de que son falsos, se provee
de ellos y los introduce al pas o los hace circular en el territorio
nacional. El tipo penal exige un doble comportamiento doloso
del agente: proveerse de los instrumentos falsos y luego introdu-
cirlos al territorio nacional o ponerlos en circulacin. El art. 183
expresa: el que sin ser culpable de la participacin a que se refiere
el artculo anterior, se hubiere procurado a sabiendas papel sellado
o estampillas falsos y los emitiere o introdujere en la Repblica, ser
castigado con presidio menor en sus grados mnimo a medio y
multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.
Las penas sern presidio menor en su grado mnimo y multa
de seis a diez unidades tributarias mensuales, si habindose pro-
curado a sabiendas papel sellado o estampillas falsos, se hubiere
hecho uso de ellos.
En el inciso segundo recin transcrito se describe la tercera
situacin a que se ha hecho referencia al iniciar este prrafo:
el uso de los documentos falsos. Es un hecho diferente al san-
cionado en el inciso primero; consiste en que el agente se pro-

43
DERECHO PENAL

vee del papel sellado o de las estampillas falsificados teniendo


conocimiento de que lo son, pero en lugar de hacerlos circular
procede a usarlos l mismo. El Cdigo Penal ha considerado esta
actividad como una conducta con menor desvalor que la accin
descrita en el inciso primero; por ello le impone una sancin
ms benigna.45 La redaccin no es feliz en todo caso, pero el
sentido que corresponde otorgar a la disposicin es el que se ha
sealado.46 Se trata de un delito de mera actividad; el empleo por
el agente del papel o estampillas ilegtimos es suficiente para que
el delito est consumado, no es necesario que cause un perjuicio
aunque normalmente puede provocarlo.

19. FALSIFICACIN EVIDENTEMENTE TORPE DE PAPEL


SELLADO O DE ESTAMPILLAS. SU EXPENDICIN O
INTRODUCCIN AL PAS

El art. 184 se ocupa de estas situaciones: Cuando la falsificacin


fuere tan mal ejecutada que cualquiera pueda notarla y conocerla a la
simple vista, los que la hubieren efectuado y los que expendieren o
introdujeren el papel sellado o las estampillas as falsificados, po-
drn ser castigados como responsables de estafas y otros engaos
con las penas que se establecen en el Ttulo respectivo.
La falsificacin de papel sellado o estampillas torpemente
llevada a cabo, que permite a la simple vista diferenciar estos im-
plementos de aquellos que son autnticos, no puede ser castigada
como falsificacin donde la semejanza es fundamental,47 y de-
ben ser reprimidas como delitos de engao, o sea como fraudes
descritos en los arts. 467 y siguientes, en los cuales se requiere
normalmente que el sujeto pasivo haya sufrido un perjuicio
patrimonial; en otros trminos, de delito de mera actividad se
transforma en un delito de resultado, siempre que en la situacin
concreta concurran las dems condiciones requeridas por la ley

45
Cfr. Fuensalida, op. cit., t. 2, pp. 127-128.
46
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 151.
47
As lo estim la Comisin Redactora, entonces no hay verdadera falsifi-
cacin, pues no existen las apariencias de verdad que caracterizan a aqulla, y el
empleo de tales objetos importa slo un engao (Sesin N 40, de 27 de mayo
de 1871).

44
DELITOS DE FALSEDAD

para la existencia de un fraude (arts. 467 y siguientes). De esta


manera, han de reprimirse tanto la falsificacin misma como la
expendicin o introduccin al pas del papel o las estampillas; en
todo caso, es difcil concebir que la sola falsificacin o introduc-
cin puedan ser calificadas como engao, porque normalmente
este ltimo es punible cuando ha provocado perjuicio en el
patrimonio de la vctima, lo que en esas alternativas no ser fre-
cuente. Al establecer este precepto, el legislador se mantuvo leal
al criterio que estableci en relacin a la falsificacin de moneda
en el art. 171, donde consign regla anloga.

20. FALSIFICACIN Y OBTENCIN INDEBIDA DE SELLOS,


MATRICES, PUNZONES, TIMBRES O MARCAS DE PASES
EXTRANJEROS

El Cdigo reprime las mismas acciones que se han descrito en


relacin con la falsificacin y al uso indebido del sello del Estado,
de las matrices, cliss, timbres, planchas y cualquier objeto desti-
nado a la fabricacin de bonos, cupones de intereses, acciones,
obligaciones, billetes de banco legalmente autorizados, papel
sellado y estampillas; cuando stos corresponden a un pas ex-
tranjero, se sanciona la fabricacin y el uso de ellos. El art. 187
expresa: El que falsificare los sellos, timbres, punzones, matrices
o marcas, que tengan alguno de los destinos expresados en los
artculos 180 y 181 y que pertenezcan a pases extranjeros, o el que
hiciere uso de dichos sellos, timbres, punzones, matrices o marcas
falsos, sufrir las penas de presidio menor en sus grados mnimo
a medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
En el art. 188 se reprime al que se procura ilegtimamente
los autnticos sellos, timbres, matrices y dems objetos antes indi-
cados, que sean de un pas extranjero, para luego en el territorio
nacional hacer una destinacin o uso de los mismos en perjuicio
de terceros. El art. 188 dice: Las penas sern presidio menor en
sus grados mnimo a medio y multa de once a veinte unidades
tributarias mensuales, cuando habindose procurado indebidamen-
te los verdaderos sellos, timbres, punzones, matrices o marcas, se
hubiere hecho de ellos en Chile una aplicacin o uso perjudicial a los
derechos e intereses de esos pases, de una autoridad cualquiera

45
DERECHO PENAL

o de un particular. Se mantiene en este precepto, si bien con


una pena menor, el criterio que se consagr en el art. 186, de
modo que lo comentado sobre este punto precedentemente le
es aplicable. Se trata, de consiguiente, de un delito de resultado
material, por cuanto requiere para consumarse la provocacin
de un perjuicio; adems es de doble actividad, porque el agente
debe procurarse ilegtimamente los objetos y hacer uso de ellos
dentro del pas. Si los usa en el extranjero, esa conducta queda
fuera de este tipo penal.

21. FALSIFICACIN DE BOLETAS PARA EL TRANSPORTE DE


PERSONAS, PARA REUNIONES O ESPECTCULOS PBLICOS,
O DE SELLOS, TIMBRES O MARCAS DE UNA AUTORIDAD O
DE UN ENTE PRIVADO. SU USO O CIRCULACIN

En el art. 185 se describen las conductas prohibidas a que se ha


hecho referencia. La disposicin expresa: El que falsificare bo-
letas para transporte de personas o cosas, o para reuniones o espectculos
pblicos con el propsito de usarlas o de circularlas fraudulenta-
mente, y el que a sabiendas de que son falsificadas las usare o
circulare; el que falsificare el sello, timbre o marca de una autoridad
cualquiera, de un establecimiento privado de banco, de industria o de
comercio o de un particular, o hiciere uso de los sellos, timbres o
marcas falsos, sufrir la pena de presidio menor en cualquiera
de sus grados y multa de once a veinte unidades tributarias
mensuales.
En este precepto se describen dos comportamientos distintos:
uno que se vincula con la falsificacin y uso de boletas de trans-
porte de personas o cosas o de espectculos pblicos, y otro que
comprende la falsificacin y el uso de sellos, timbres o marcas
de una autoridad o de personas privadas. Buena parte de los
documentos a que se hace referencia carecera del carcter de
pblicos, lo que permite criticar la norma en atencin a que no
se divisa cmo su falsificacin puede afectar a la fe pblica, ya que
el Estado no concurre en ellos garantizando su autenticidad; en
su mayora son de origen privado.48

48
As Etcheberry, D.P., t. IV, p. 151.

46
DELITOS DE FALSEDAD

Las boletas, sean de transporte o para espectculos p-


blicos, traen aparejada sancin penal cuando se falsifican,
cuando las falsificadas se usan o se hacen circular. En el caso
de adulteracin de boletas el tipo subjetivo requiere, adems
del dolo directo, de un elemento subjetivo que consiste en
proceder con el propsito de usarlas o de hacerlas circular.
El que incurre en tales conductas con miras distintas a las
sealadas, como ser coleccionarlas, no comete delito. El tipo
se consuma con la simple falsificacin realizada con el nimo
de hacer circular o de usar las boletas, no se requiere que en
el hecho esto ltimo se lleve a cabo, es suficiente que se acte
con el nimo en cuestin, el delito no exige que realmente se
empleen o se distribuyan las boletas que se falsifican. Su uso
o su circulacin, que tambin es sancionado, hace imperativo
de parte del agente que acte con dolo, dolo que est inte-
grado por el conocimiento de la falsedad de las boletas y la
voluntad de usarlas o distribuirlas; si el que las usa carece del
conocimiento indicado, realiza un acto atpico por ausencia
del tipo subjetivo.
En el art. 185 se prohbe adems, como se ha sealado, la fal-
sificacin y el uso de sellos, timbres o marcas de una autoridad,
de un establecimiento privado (un banco, industria o comercio)
o de un particular y, a su vez, castiga al que usa dichos sellos,
timbres o marcas falsos, siempre que esta ltima circunstancia
est en su conocimiento.

22. RESTAURACIN DE ESTAMPILLAS O DE BOLETAS


DE TRANSPORTE

El art. 189 se refiere a estas conductas: El que hiciere desaparecer


de estampillas de correos u otras adhesivas, o de boletas para
el transporte de personas o cosas la marca que indica que ya han
servido, con el fin de utilizarlas; el que a sabiendas expendiere o usare
estampillas o boletas de las cuales se ha hecho desaparecer dicha
marca, siempre que en uno y otro caso el valor de tales estampillas
o boletas exceda de una unidad tributaria mensual, ser castigado
con reclusin menor en su grado mnimo o multa de seis a diez
unidades tributarias mensuales.

47
DERECHO PENAL

Hay dos tipos delictivos descritos en el precepto:


a) Hacer desaparecer la marca que establece que han sido usa-
das en las estampillas de correos y otras adhesivas (de impuesto)
o de las boletas de transporte de personas o cosas. Normalmente
estas estampillas y boletas cuando se usan son inutilizadas, sea per-
forndolas o ponindoles una marca mediante un sello o timbre;
si se rellena la perforacin o se borra el timbre o sello, se dara el
tipo objetivo de la figura, pero deben cumplirse conjuntamen-
te los elementos del tipo subjetivo, o sea concurrir el dolo, que
involucra saber lo que se est haciendo y querer llevarlo a cabo.
Tambin se exige un elemento subjetivo: el propsito de volver a
usarlas, que ha de entenderse en el sentido de que no se refiere
a cualquier uso, sino al que por naturaleza estn destinadas.
Quedan excluidas actividades como borrar los timbres que evi-
dencian que han sido ya empleadas con el fin de exhibirlas por
su valor artstico u otros semejantes.
El tipo descrito en el art. 189 requiere que el valor de las
boletas sea superior a una unidad tributaria mensual; si es in-
ferior, las referidas acciones son constitutivas del delito falta
sancionado por el art. 494 N 19. Esta disposicin expresa:
Sufrirn la pena de multa de una a cuatro unidades tributarias
mensuales:
19. El que ejecutare alguno de los hechos penados en los
artculos 189, 233, 446, 448, 467, 469, 470 y 477, siempre que el
delito se refiera a valores que no excedan de una unidad tribu-
taria mensual.
b) Usar o expender las referidas estampillas o boletas en
las cuales se han borrado los signos en que consta que fueron
empleadas, siempre que el sujeto activo tenga conocimiento de
esa circunstancia el artculo expresa a sabiendas; adems, las
boletas o estampillas deben tener un valor superior a una unidad
tributaria mensual, de contrario se sanciona el hecho como de-
lito falta (art. 494 N 19).
De modo que en estas hiptesis el valor mnimo de estas
estampillas o boletas ha de exceder a una unidad tributaria
mensual para que las conductas en cuestin sean punibles como
delitos. Lo anotado significa que el conjunto de estampillas o boletas
materia del hecho ha de ser superior a dicha cantidad, y no el
de cada unidad.

48
DELITOS DE FALSEDAD

Los delitos enunciados en los prrafos signados con las letras


a) y b) son de mera actividad, no requieren de resultado o provo-
car un perjuicio. Las exigencias del tipo penal marginan el sim-
ple uso de una estampilla o boleta ya usada, si no se hace en ella
modificacin alguna dirigida a suprimir o borrar la sea que la
inutiliza. Otras adulteraciones que se hagan en esos instrumentos
distintas a las descritas por el art. 189 podrn ser sancionadas
como falsificacin conforme lo preceptuado en los artculos 181
y 185,49 que ya se comentaron.

23. EMPLEO ILEGTIMO DE MARCAS O RAZN SOCIAL.


VENTA O CIRCULACIN DE OBJETOS MARCADOS
INDEBIDAMENTE

Son objeto de prohibicin con sancin penal en el art. 190, las


conductas recin indicadas: El que hiciere poner sobre objetos
fabricados el nombre de un fabricante que no sea autor de tales objetos,
o la razn comercial de una fbrica que no sea la de la verdadera fabri-
cacin, sufrir las penas de presidio menor en sus grados mnimo
a medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
Las mismas penas se aplicarn a todo mercader, comisionista
o vendedor que a sabiendas hubiere puesto en venta o circulacin
objetos marcados con nombres supuestos o alterados.
Se establecen dos rdenes de comportamientos prohibidos:
a) Colocar en objetos fabricados una marca distinta a la verda-
dera o la razn social de un fabricante que no los ha producido.
El precepto no requiere que se hayan provocado daos o algn
perjuicio a los titulares de la marca o razn social; s exige del
agente conocimiento cierto de que est empleando marcas
que no son las pertinentes, de modo que el dolo eventual no
procede. La marca o razn social pueden ser propias o ajenas, las
propias cuando dolosamente el titular las coloca en productos
elaborados por terceros.
b) Poner en venta o circulacin un comerciante, comisionista o
vendedor, objetos marcados con nombres supuestos o alterados, a
sabiendas que no corresponden al origen que se seala en ellos.

49
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 152.

49
DERECHO PENAL

Los hechos antes descritos pueden tener cierta relacin con


las infracciones sancionadas en los arts. 28, 52 y 87, entre otros,
de la Ley N 19.039 que protege la propiedad industrial (25 de
enero de 1991), pero las infracciones a la ley indicada no son de
naturaleza penal sino administrativa, de modo que habra que
descartar en principio un posible conflicto entre ellas.

24. REGLA ESPECIAL PARA LA TENTATIVA DE ESTOS DELITOS

Todos los delitos comprendidos en el prrafo 3 de este Ttulo IV


(arts. 180 a 190) quedan sujetos a la regla especial que expresa
el art. 191: La tentativa para cualquiera de los delitos enumerados
en los artculos precedentes de este prrafo, ser castigada con el
mnimum de las penas sealadas para el delito consumado. La
norma, que mantiene el criterio que tuvo el legislador de los arts.
169 y 177, es criticable, pues fuera de alterar sin una razn clara
que lo respalde el sistema general que los arts. 50 y siguientes
consagran para la regulacin de la pena, comprende a todas las
figuras que describe en el prrafo 3, a pesar de que varias de ellas
son de mera actividad, donde no siempre es posible concebir el
grado de ejecucin imperfecto.50 En todo caso, la tentativa de los
delitos en referencia, cuando ella es posible, deber castigarse
con el mnimo de la sancin prescrita para el delito consumado;
no se podran imponer las penas que se determinan de modo
general en los arts. 52, 53 y siguientes, que rebajan en dos o ms
grados la correspondiente al delito consumado.

25. DELACIN COMPENSADA

En el artculo 192 se establece una especie de delacin compensa-


da. La disposicin expresa: Quedan exentos de pena los culpables
de los delitos castigados por los artculos 162, 163, 165, 167, 172,
173, 174, 175, 180, 181 y 182 siempre que, antes de haberse hecho uso
de los objetos falsificados, sin ser descubiertos y no habindose iniciado

50
Fuensalida critica severamente la posicin adoptada por los redactores,
ms aun cuando en la sesin N 40, de 27 de mayo de 1871, haban limitado su
regulacin a determinados delitos del prrafo (op. cit., t. II, p. 135).

50
DELITOS DE FALSEDAD

procedimiento alguno en su contra, se delataren a la autoridad, reveln-


dole las circunstancias del delito. Se libera de sancin por el delito
a quien, habiendo participado en l, lo denuncie a la autoridad re-
velndole sus circunstancias, siempre que lo haga antes de usar los
objetos falsificados, con anterioridad a que hayan sido descubier-
tos y de que se inicie algn tipo de procedimiento. Este beneficio
se extiende a casi todos los delitos descritos en el prrafo primero
del Ttulo IV, con excepcin del cercenamiento de moneda de oro
o plata de curso legal (art. 164), de moneda sin curso legal en la
Repblica (art 166), de la puesta en circulacin de monedas a que
se refieren los artculos 168 y 170, como tambin de las conductas
descritas en los arts. 171, 176, 177, 178 y 179 del prrafo primero.
El artculo 192 incorpor a este beneficio, adems, los tres prime-
ros delitos del prrafo 3, descritos en los artculos 180, 181 y 182,
de modo que quedan excluidos de la exencin los restantes, o sea
los reglados en los arts. 184 a 190.
Las numerosas exigencias que establece el artculo 192 hacen
que la norma resulte prcticamente inaplicable. Su consagracin
en forma tan limitativa como la sealada, se debe a que se trata de
un punto demasiado controvertido; su tenor fue duramente obser-
vado por los primeros comentaristas del Cdigo, uno de los cuales
sostuvo que resulta repugnante que las leyes empleen medios co-
rruptores e indignos de la majestad de la justicia para descubrir a
los que delinquen.51 El establecimiento de esta exencin que fue
iniciativa del Secretario de la Comisin Redactora, don Alejandro
Renjifo suscit en el seno de ella un intenso debate crtico, que
termin con la aprobacin del texto actualmente vigente.52

IV. FALSEDAD DE DOCUMENTOS

26. NOCIONES GENERALES

El Cdigo hizo expresa diferencia entre los delitos contra la


fe pblica y los de falsificacin cuando rotul el Ttulo IV del

51
Fuensalida, op. cit., t. II, p. 136.
52
Sesiones de la Comisin Redactora Nos 41 y 42, de 2 y 5 de junio de 1871,
respectivamente.

51
DERECHO PENAL

Libro Segundo. El referido subttulo podra hacer pensar que


distingui entre ambas situaciones y que, en consecuencia, los
que trat en sus prrafos 4, 5 y 6 (falsificacin de documentos
pblicos o autnticos, de instrumentos privados y de cierta
clase especial de instrumentos, como son los pasaportes, porte
de armas y certificados), no tendran relacin con la fe pbli-
ca. Tal forma de comprender los tipos descritos en este ttulo
sera equivocada, por cuanto la falsedad de los billetes y de las
monedas, del sello del Estado y de otros anlogos en los prra-
fos 1, 2 y 3, consisten tambin en falsificaciones y, no obstante,
buena parte de ellos se castigan por afectar la fe pblica.
El Cdigo recogi parcialmente en estos delitos el criterio
que tena el Cdigo Penal de Blgica; sin embargo, en su esque-
ma no se apart demasiado del Cdigo espaol, que a su vez
estaba influenciado en esta materia por el de Francia.
En el sistema seguido por el Cdigo nacional no se hace una
diferencia marcada entre los delitos de falsedad que recaen sobre
los signos de autenticidad (como sucede con la falsificacin de
moneda, de billetes y otros), que corresponden a objetos materia-
les que poseen valor patrimonial en s mismo, de aquellos otros
tipos de falsedad vinculados con la adulteracin o modificacin
ilegtima de un documento verdadero (una partida de naci-
miento, una escritura pblica), que normalmente carece en s
mismo de valor pecuniario, sin perjuicio de la trascendencia de
sus efectos o consecuencias53 legales y sociales.
La circunstancia de que se haya castigado la falsedad, que im-
porta una falsificacin, no significa que se consagra una obliga-
cin jurdica de no mentir. Es indudable que toda falsedad nor-
malmente corresponde a una mentira, pero el legislador no ha
pretendido imponer en estos preceptos un deber genrico de ser
veraz, se limit a prohibir ciertas y determinadas adulteraciones
que ponen en peligro la confianza que las personas depositan
en ciertos objetos marcados o signados por la autoridad como
autnticos, o en aquellos que por la libre decisin de la voluntad
de los particulares representan un acontecimiento o importan
una obligacin o un inters.

53
Quintano Ripolls, op. cit., t. 2, p. 100.

52
DELITOS DE FALSEDAD

Entre las falsedades documentales hay figuras que exclusiva


y fundamentalmente amparan la fe pblica y otras que, prote-
giendo siempre la fe pblica, secundariamente defienden el
patrimonio (tal sucede con las descritas en el art. 197), situacin
que se sealar en la oportunidad en que se analice cada una de
estas figuras.
Los delitos de falsedad plantean un primer problema, que
incide en la determinacin del concepto de documento que se
ha de tener en cuenta para los efectos penales. En el pasado pura
y simplemente se aplicaron a esta rea los principios civiles; sin
embargo, al poco tiempo se constat que no era lo apropiado; en
definitiva, la doctrina nacional no presenta un criterio unitario
sobre lo que debe entenderse por documento.

27. CONCEPTO DE DOCUMENTO

El documento es en realidad el objeto material sobre el cual recae


la accin en los delitos de falsificacin que se estudiarn; mas, so-
bre la amplitud de su nocin no hay acuerdo. Las figuras penales
comentadas precedentemente tienen como objeto las monedas,
el sello del Estado, las matrices, los billetes y las boletas, todos
los que podran calificarse como documentos, empleando el
concepto en sentido amplio, aunque no parece recomendable
hacerlo porque sera extender en exceso ese concepto, sin un
real beneficio para los fines sistemticos. Es en las figuras que se
describen en los arts. 193 y siguientes donde se hace referencia
especfica a los documentos, lo que obliga a intentar precisar
cul es su nocin.
Al observar el esquema que tiene el Cdigo nacional se
constata que el prrafo 4 alude a los documentos pblicos o au-
tnticos, el prrafo 5 a los instrumentos privados y el prrafo 6 se
limita a enumerar los pasaportes, porte de armas y certificados. En
la Comisin Redactora no se dej constancia de las razones que
motivaron el uso de la referida nomenclatura,54 de la cual podra
desprenderse que las palabras documentos e instrumentos tendran
significados diferentes, pero esto no corresponde a la realidad.

54
Vanse el acta N 42, de 5 de junio de 1871, y las siguientes.

53
DERECHO PENAL

En efecto, el Cdigo Penal emplea indistintamente ambas pala-


bras; suficiente es tener en cuenta que al tratar en el prrafo 4
la falsificacin de los documentos pblicos o autnticos, en los
arts. 193 y 194 alude a los documentos pblicos, pero en el art. 196,
al hacer referencia al uso de los mismos, emplea la expresin
instrumento.55
Se ha pensado que la voz instrumento hara referencia espec-
fica a los medios de prueba, a aquellos documentos que tienen
como objetivo acreditar determinadas situaciones jurdicas.
Varios autores, cuando se refieren a lo que ha de entenderse
por instrumento, agregan entre sus caractersticas que su destino
ha de ser algn tipo de probanza; piensan as, entre otros, Von
Liszt, Pacheco,56 Cuello Caln.57 Creemos que tal exigencia se
torna excesiva, pues es suficiente para la nocin de documento
que en l se deje constancia de algo, de un evento; no es de su
esencia que tenga como finalidad constituir un medio de prue-
ba. En todo caso, se podra afirmar que el empleo indistinto de
las palabras documento e instrumento en los diversos artculos que
tratan los delitos de falsificacin en el texto actualmente vigente,
no parece tener mayor importancia porque son usadas con el
mismo sentido, situacin que no permite deducir consecuencias
de valor hermenutico. Lo sealado se ratifica en el Cdigo de
Procedimiento Penal, que usa ambas expresiones sin diferenciar-
las con relacin a su alcance: en los arts. 184 y siguiente alude a
los instrumentos, pero el prrafo lo titula De los documentos; otro
tanto sucede en el inciso tercero del art. 186, donde vuelve a
recurrir a la expresin documento.
Uno de los aspectos discutidos en esta materia consiste en
determinar si por documento se ha de entender exclusivamente
el que ha sido escrito o todo objeto que, siendo obra del hombre,

55
Por lo dems, al iniciar el tratamiento de estas figuras penales la Comisin
Redactora expres que se atendra a la nomenclatura del Cdigo Civil en esta
materia, el que en los arts. 1698 y siguientes emplea la palabra instrumentos, y dej
constancia que pensaba titular los prrafos respectivos como De la falsificacin de
documentos pblicos o autnticos y De la falsificacin de instrumentos privados (Sesin
N 41, de 2 de junio de 1871).
56
Pacheco expresa que documento es todo lo que da o justifica un derecho,
todo lo que asegura una accin, todo lo que prueba aquello en que tiene inters
una persona (op. cit., t. 2, p. 295).
57
Cuello Caln, op. cit., t. 2, p. 233.

54
DELITOS DE FALSEDAD

constituye una manifestacin del pensamiento o una descrip-


cin de sucesos que no se haga por escrito (una fotografa, un
dibujo o una escultura). Hay tendencia en la doctrina actual a
comprender en tal nocin un abanico muy amplio de objetos
en que se hace constar, con relativa permanencia, un hecho
con trascendencia jurdica, tal como una grabacin, pelcula y
semejantes, que en la vida moderna se han incorporado inten-
samente al trfico jurdico. Autores como Quintano Ripolls lo
han entendido con ese alcance amplio58 y E. Orts Berenguer
llega a definirlo como todo objeto que materialice un sentido
y con l se d fe o pruebe algo con trascendencia jurdica.59 En
Chile, penalistas como Etcheberry adhieren a esta tendencia y
entienden que documento es todo objeto que representa un
hecho o una manifestacin de pensamiento, emanado de un
autor y fijado en forma permanente.60 El sealado es un serio
intento de crear un concepto progresivo de la voz documento,
que satisfaga los requerimientos de esta poca, lo que es loable;
pero cuando se analizan los tipos de falsificaciones documen-
tales reglados en los prrafos IV, V y VI, se persigue encontrar
una nocin de orden normativo que armonice con los textos
vigentes y permita establecer cul es el ms exacto concepto de
la expresin documento en materia penal, en particular respecto
de los delitos de falsedad; en ese orden de ideas se alzan como
imperativas las limitaciones establecidas por los respectivos tipos
legales. En efecto, las descripciones que la ley hace de las con-
ductas prohibidas no pueden entenderse en forma extensiva;
hacerlo as es abrir la puerta para la aplicacin analgica de los
tipos en cuestin, ampliando el alcance de las figuras a casos
que quedan ostensiblemente fuera de lo que en ellos se expresa.
No se trata de crear un concepto de documento valedero para
la poca actual o futura, lo que indudablemente es vlido para
el legislador, pero no as para el intrprete. La funcin de este
ltimo est limitada a determinar el alcance sistemtico y polti-
co criminal ms correcto de las figuras creadas por un precepto
legal o por un conjunto de ellos.

58
Quintano Ripolls, op. cit., t. II, pp. 111-112.
59
E. Orts B., op. cit., p. 229.
60
Etcheberry, D.P., t. IV, pp. 156-157.

55
DERECHO PENAL

De lo que se trata entonces es de establecer el sentido de las


palabras documento e instrumento que emplea el Cdigo en los arts.
193 y siguientes. Si bien se ha pensado por sectores de la doc-
trina que por instrumento se entendera una clase muy especial
de documentos, que slo comprendera aquellos que tienen un
valor de acreditacin, que constituyen un medio de prueba, no
se puede compartir esa visin toda vez que, como se ha sealado,
ambas expresiones para el Cdigo Penal son sinnimas,61 el le-
gislador recurri a ellas indistintamente. No procede, asimismo,
dar importancia al comentario de la Comisin Redactora en el
sentido de que al tratar las falsificaciones empleara la palabra
instrumento, siguiendo la nomenclatura del Cdigo Civil, en lugar
de documento, porque en el hecho no obr en consecuencia. En
el subttulo del prrafo que se inicia con el art. 193 us las expre-
siones documentos pblicos o autnticos, lo que repiti en el art. 194,
y sin embargo en el art. 196 se refiere al instrumento cuando alude
al uso de los documentos pblicos, demostracin suficiente de que
tales expresiones las emple indiferentemente.
En la direccin de pensamiento indicada, no corresponde
considerar como indiciarios en sentido distinto al sealado al
art. 113 bis del Cdigo de Procedimiento Penal y al art. 323 del
Cdigo Procesal Penal, que califican como medios de prueba las
pelculas cinematogrficas, fotografas, fonografas y otros siste-
mas de reproduccin,62 pues es evidente que las referidas dis-
posiciones no asimilaron esas probanzas a los documentos, y en
ese entendido los arts. 113 bis y 323 procedieron a reglamentar
su presentacin y su uso con cierto detalle. Por otra parte, si se
examinan los arts. 184 y siguientes, que estn en el prrafo De los
documentos, se constata que carecen de este carcter, sobre todo
por lo que dispone el art. 187, que refirindose a los documentos
privados exige, para darles valor, que sean reconocidos por los
que los han escrito o firmado, y los sistemas de reproduccin
enumerados en el art. 113 bis normalmente son de ndole pri-
vada. Igual conclusin se desprende de los arts. 477 y siguientes,
que estn bajo el subttulo De la prueba instrumental, donde se

61
Cfr. Creus, D.P., parte especial, t. 2, p. 440.
62
La referida disposicin es citada por Etcheberry para respaldar, entre otras razo-
nes, el alcance amplio que le otorga a la expresin documento (D.P., t. IV, p. 157).

56
DELITOS DE FALSEDAD

alude a los escritos privados o al que los hizo o firm (art. 478), o a
papeles o cartas (art. 479), letras o firmas (art. 480). En consecuen-
cia, el concepto que se ha de tener para efecto de los tipos en
comentario, es el que ha recogido tradicionalmente la doctrina
espaola, como manifestacin de voluntad o consignacin de hechos,
en forma escrita y ms o menos permanente, realizada por una persona,
que puede tener consecuencias jurdicas. Por esa interpretacin se
inclinan autores como Cuello Caln,63 Muoz Conde,64 Cr-
doba Roda65 y en Chile Labatut66 y Bustos.67 Es til precisar, sin
embargo, que a la nocin de documento no le es exigible que
adems constituya un medio de prueba; puede serlo, pero no es
necesario que tenga ese carcter para que adquiera la calidad de
documento. Basta que se trate de algo escrito por una persona,
escrito que en cuanto a su duracin en el tiempo ha de contar
con una relativa permanencia, y contener un pensamiento o la
descripcin de un suceso.

28. CLASIFICACIN DE LOS DOCUMENTOS PARA EFECTOS


DE SU FALSIFICACIN

El Cdigo Penal respet el sistema espaol para considerar


las diversas clases de documentos.68 Hace diferencia entre
documentos pblicos o autnticos, privados y especiales (pasaporte,
porte de armas, certificados); agrega a esos tres grupos dos es-
pecies ms, el documento oficial y los partes telegrficos. No puede
entenderse que se pretendi hacer una clasificacin de los docu-
mentos, porque generalmente una labor de esa ndole obedece a
cierta ideacin que permite reunir a las cosas objeto del anlisis
en conjuntos, atendidas sus caractersticas y modalidades, o algu-
na otra circunstancia. En el articulado destinado a reprimir las
falsedades el legislador nacional no sigui ese sistema; al parecer
tom en cuenta la importancia o trascendencia del documento,

63
Cuello Caln, D.P., t. 2, p. 233.
64
Muoz Conde, op. cit., p. 467.
65
Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 177.
66
Labatut, D.P., t. 2, p. 59.
67
Bustos, Juan, D.P., parte especial, p. 412.
68
Sesiones Nos 41, de 2 de junio de 1871, y 42, de 5 del mismo mes y ao.

57
DERECHO PENAL

aunque la Comisin Redactora tampoco reconoce haber adop-


tado una posicin como la sealada y simplemente se limit a
respetar el esquema del Cdigo espaol.

28.1. DOCUMENTO PBLICO O AUTNTICO

La doctrina ha hecho serios esfuerzos por elaborar un concep-


to de documento pblico o autntico al margen de los preceptos
civiles o de otra rea del derecho, exclusivamente aplicable en
relacin con las leyes penales.69 Esos esfuerzos parecen estriles,
porque la calidad de pblico de un documento la otorga la ley,
no existe un criterio meramente penal que establezca qu se
entiende por tal. Las leyes civiles, comerciales, laborales, proce-
sales y anlogas son las encargadas de hacerlo; as, el art. 1699
del C. Civil aspira a dar una nocin de ndole general, con la
siguiente definicin de lo que es un instrumento pblico: el
autorizado con las solemnidades legales por el competente
funcionario. Por otra parte, los arts. 342 y 345 del C. de Pro-
cedimiento Civil enumeran cules son pblicos para efectos
procesales.
Es efectivo que el art. 193, que describe el delito de falsi-
ficacin de documento pblico o autntico, no puede aludir
exclusivamente al art. 1699 del C. Civil, sino que comprende

69
Etcheberry da una amplia argumentacin sobre la necesidad de obtener
una nocin de documento pblico, en la cual se incorpore el de documento
oficial, sin que sea necesario considera los preceptos civiles y procesales. Expresa
que por tal ha de entenderse todo documento a cuya formacin o custodia debe
concurrir un funcionario pblico obrando en su carcter de tal y en el cumpli-
miento de sus funciones legales, pero en definitiva aparece como una afirmacin
de autoridad peligrosamente amplia que podra abarcar, por ejemplo, los libros
cuyo depsito est a cargo de la Biblioteca Nacional. Con ello se extendera el
marco de aplicacin del tipo penal falsificacin a extremos inaceptables. No es
posible elaborar un concepto de documento pblico que se desprenda del Cdi-
go Penal, pues siempre se chocar con la separacin que hizo de los pasaportes,
que tienen las caractersticas de pblicos en el campo civil; sin embargo, fueron
considerados separadamente de los comprendidos en el art. 193 como tales y se
les da un tratamiento independiente en el art. 199, junto con el porte de armas y
los certificados. Por otra parte, entre los documentos pblicos en el Cdigo Penal
se hace referencia a los partes telegrficos, que difcilmente podra equiparrseles
conforme a los criterios civiles.

58
DELITOS DE FALSEDAD

toda norma legal que declare que un instrumento es pblico o


autntico aunque no emplee tales palabras, pero ese sea su sen-
tido. Documento pblico o autntico es una nocin que corresponde
entender en su alcance normativo; as son autnticos, entre mu-
chos otros, el finiquito a que se refiere el art. 177 del Cdigo del
Trabajo, las listas de deudores morosos que describe el art. 169
del C. Tributario, la constancia de las actuaciones judiciales que
seala el art. 61 del C. de Procedimiento Civil.
La nocin que en esta obra se ha dado sobre lo que se entien-
de por documento pblico o autntico coincide con el alcance
que histricamente se le ha reconocido desde los tiempos de
Pacheco. Este autor, al comentar el Cdigo espaol, sin perjuicio
de reconocer que si bien no se haban definido tales expresiones,
concluye: verdaderamente su explicacin corresponde al civil o
al de comercio, que es donde se deben sealar los requisitos que
han de producir tales calificaciones.70 No en igual forma, pero s
muy semejante, se expresa sobre este punto Cuello Caln,71 y hoy
lo hacen tratadistas como Muoz Conde,72 y Orts Berenguer.73 En
la doctrina nacional ha sido tradicional la interpretacin recin
sealada; suficiente es citar a Fernndez,74 Del Ro,75 Labatut,76
Bustos.77

28.2. DOCUMENTO OFICIAL

Esta expresin ha sido empleada por el art. 193 sin definirla. Y


slo la usa en el numerando octavo, al aludir a la ocultacin de
un documento por parte de un funcionario pblico. Esta situa-
cin lleva a concluir que para el legislador nacional el oficial es
un documento pblico; sin perjuicio que ante el silencio de la ley
sobre su exacto significado, pueda recurrirse para establecerlo

70
Pacheco, op. cit., t. 2, p. 295.
71
Cuello Caln, D.P., t. 2, p. 236.
72
Muoz Conde, op. cit., p. 469.
73
Orts, op. cit., pp. 229 y ss.
74
Fernndez, op. cit., t. 1, p. 323.
75
Del Ro, op. cit., p. 382.
76
Labatut, D.P., t. 2, p. 59.
77
Bustos, D.P., parte especial, p. 411.

59
DERECHO PENAL

al alcance que se les daba a esas palabras en los textos legales que
se usaban en la poca en que fueron recogidas por la Comisin
Redactora y que le sirvieron de modelo, como tambin al senti-
do que los intrpretes de esa normativa les han reconocido con
posterioridad. En este aspecto son valederos los comentarios de
Pacheco, que analizando el art. 226 del Cdigo espaol afirmaba
que eran los documentos autorizados por el Gobierno, por sus
agentes, por los empleados que tienen el poder de hacerlo, por
las oficinas de toda clase, que con arreglo a su institucin los
expiden,78 nocin que en una u otra forma se mantiene en la
doctrina espaola.79 Ante la ausencia de una conceptualizacin
dada por la ley, puede sostenerse que son documentos oficiales
todos cuantos proceden de un organismo pblico generosamente
entendido y aun aquellos que no sindolo por su origen, por
provenir, por ejemplo, de sujetos privados, han accedido a la
esfera pblica, incluso, por el mero hecho de ser presentados
ante un organismo pblico,80 que comprendera, entre otros,
los escritos privados, de origen particular como una carta, un re-
cibo, que se agregan o acompaan a un procedimiento instruido
por un funcionario pblico o que est bajo su custodia, en razn de
su cargo. El criterio sealado adquiere fuerza si se considera que
el art. 193 tiene su fuente en el art. 226 del Cdigo de Espaa
de la poca, cuyo tenor es exactamente igual, salvo en cuanto a
la sancin, que fue modificada,81 y del agregado a su nmero 4
que se hizo durante la revisin del Proyecto, en el sentido de que
la falta a la verdad en el instrumento ha de referirse a aspectos
substanciales82 de la narracin de los hechos; de no ser as no ha-
bra falsificacin punible. De manera que la norma fue acogida
en el sistema nacional con el mismo alcance que se le reconoca

78
Pacheco, op. cit., t. 2, pp. 295-296.
79
Vanse Cuello Caln, aquellos que para satisfacer necesidades o convenien-
cias del servicio pblico, se firman o expiden por los funcionarios pblicos en el
ejercicio de sus funciones (D.P., t. 2, p. 236); Quintano (op. cit., t. 2, p. 112);
Muoz Conde, no son ms que una clase de los pblicos, es decir, los expedidos
por los funcionarios en el ejercicio de sus cargos (op. cit., p. 469); Crdoba, aque-
llos que provienen de las entidades pblicas en el desempeo de sus funciones o
fines (op. cit., t. 3, p. 789).
80
Orts, op. cit., p. 232.
81
Sesin de la Comisin Redactora N 42, de 5 de junio de 1971.
82
Sesin de la Comisin Redactora N 151, de 9 de junio de 1873.

60
DELITOS DE FALSEDAD

en Espaa; en caso contrario, se habra dejado alguna nota en las


Actas de la Comisin Redactora, y no hay ninguna.

28.3. PARTE TELEGRFICO

Este instrumento obedece a un concepto que requiere de ex-


plicaciones, porque el Cdigo Penal menciona su posible falsi-
ficacin entre aquellas figuras que se ocupan de la falsificacin
de los documentos pblicos o autnticos (arts. 195 y 196). La
asimilacin a los documentos pblicos la ha hecho el legislador
seguramente para proteger con rigor este medio de comunica-
cin, que ofrece un porcentaje mayor de peligro de adultera-
cin que aquel que presenta la correspondencia privada.83 Pero
hay autores que han criticado y con razn su inclusin en el
prrafo de los documentos pblicos.84 Se trata de documentos
privados transmitidos por escrito empleando un medio especial
el telgrafo y, en consecuencia, como se analizar ms adelan-
te, no se extiende a todos los mensajes que se envan por medios
electrnicos, como tlex, fax, telefax, correo electrnico, y slo
quedan comprendidos el telegrama y el cable; los dos artculos
que se ocupan de esta materia no pueden aplicarse por analoga.
A su vez, estn excluidas la comunicacin telefnica y la radial,
por cuanto ambas carecen de la caracterstica fundamental de
todo documento: su escrituracin, en el alcance que le da a esta
voz el prrafo que se ocupa de las falsificaciones. En la telefona
y en la radio la comunicacin es verbal, no escrita.

28.4. DOCUMENTO PRIVADO

La nocin de documento privado tiene un carcter residual;


todo objeto que se pueda calificar de documento (que est es-
crito, que aparte de tener cierta duracin en el tiempo tenga un
autor, guarde un pensamiento o d cuenta de un suceso) y que
no calce dentro del concepto de documento pblico o de docu-

83
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 171.
84
As, Labatut, D.P., t. 2, p. 63.

61
DERECHO PENAL

mento especial85 (pasaporte, porte de armas, certificados). Como


se puede observar, esta clase de documentos se determina en
forma negativa, pues se extiende a todos los que no estn com-
prendidos en las otras categoras de documentos que distingue la
ley penal al describir los delitos de falsificacin.86 En este grupo
de documentos la ley penal hace diferencia entre el simplemente
privado y el privado mercantil, lo que se comentar al explicar la
falsificacin de los mismos.

28.5. DOCUMENTOS ESPECIALES

En el prrafo sexto del Ttulo cuarto se hace referencia a la


falsificacin de varios documentos que se enumeran en forma
aparentemente arbitraria. Entre ellos se mencionan los pasapor-
tes, los de porte de armas, los certificados; algunos de esos instru-
mentos podran tener el carcter de pblicos, pero el legislador
prefiri tratarlos de modo independiente. En consecuencia,
deben ser considerados separadamente de los pblicos y de los
privados. Aunque el criterio que tuvo en cuenta la Comisin Re-
dactora no se explicit, es evidente que en este rubro no sigui el
pensamiento de Pacheco, que manifest sus reservas en cuanto a
la modalidad de darles tratamiento independiente, esta es una
cualidad o defecto del Cdigo seal, aunque al mismo tiempo
hizo notar que la materia carecera de importancia.87

29. MODALIDADES DE LA ACCIN DE FALSIFICACIN.


LAS DISTINTAS CLASES DE FALSEDAD

El anlisis sistemtico de la normativa que se refiere a las falsifi-


caciones sobre todo de los arts. 193 y 198 demuestra que en el
Cdigo se consideran una serie de conductas distintas, entre ellas
la dirigida a crear un documento mendaz, o la que persigue adul-
terar uno verdadero, u ocultarlo, destruirlo y aun usarlo.

85
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 67.
86
Muoz Conde, op. cit., p. 470.
87
Pacheco, op. cit., t. 2, pp. 307-308.

62
DELITOS DE FALSEDAD

Se habla, de consiguiente, en la doctrina nacional, de cuatro


tipos de falsedades: material, ideolgica, de ocultacin o destruccin y
de uso. En justicia deberan existir slo dos clases de falsedades, las
dos primeramente mencionadas material e ideolgica, porque
las restantes no ameritaran denominarse tales. El uso del docu-
mento inautntico y su ocultacin, son maneras de operar que el
legislador asimil a la falsificacin para su castigo, pero no podra
decirse que destruir un documento u ocultarlo es falsificarlo. Su-
cede otro tanto con el uso doloso de un instrumento falso, usarlo
es algo distinto a falsificarlo. La distincin en realidad no ofrece
grandes beneficios, porque el artculo 193 describe minuciosa-
mente cules son las conductas que importan falsificacin, y el
intrprete ha de estarse a ellas; la distincin permite, en todo caso,
una conceptualizacin de las modalidades que pueden adoptar
esos comportamientos, sin necesidad de incurrir en una casusti-
ca, tendencia esta ltima a la cual desgraciadamente adhiere con
preferencia el legislador. Adems, hacer diferencias entre diversas
clases de documentos permite establecer ciertas caractersticas
propias de cada tipo de falsificacin. La ideolgica, por ejemplo,
puede llevarla a cabo nicamente un sujeto calificado, un funcio-
nario pblico, porque es un delito especial; en tanto que la falsedad
material puede ser cometida por cualquiera persona, funcionario
o no, ya que se trata de un delito comn, al igual que la falsificacin
por uso. La falsedad por ocultacin normalmente ser cometida por
un funcionario pblico y es un delito de lesin, porque requiere
que la ocultacin cause un perjuicio, en tanto que todas las otras
formas de falsificacin de un instrumento autntico son delitos
de peligro, en los cuales la consumacin se produce por la mera
realizacin de la accin prohibida.
Es til precisar el alcance de las distintas modalidades a que
se ha hecho referencia.

29.1. FALSEDAD MATERIAL

Esta falsificacin comprende tanto la confeccin de un docu-


mento igual al verdadero,88 como la adulteracin de uno autn-

88
La jurisprudencia as lo ha declarado, vanse Gaceta, ao 1949, 2 semestre,
N 86, p. 456 (C. de A. de Stgo., 11 de noviembre de 1949); R.D.J., t. L, parte 2,
sec. 4, p. 54 (C.S., 6 de mayo de 1953).

63
DERECHO PENAL

tico. En esta modalidad la falsificacin consiste en alterar en la


materialidad un instrumento autntico o en simular la existencia de
uno hacindolo parecido a otro que en verdad tiene existencia.
La falsificacin material no se satisface con cualquiera con-
ducta que se concrete en una imitacin o modificacin de un
instrumento autntico; debe cumplir con una caracterstica
bsica: la imitacin o la adulteracin tiene que ser bien hecha,
de modo que induzca a error a cualquiera y adems supone una
modificacin del sentido o de los efectos que tena el documento
verdadero. Si esas adulteraciones son realizadas en forma muy
grosera, tosca, que no lleven a engao a nadie, no logran con-
formar el tipo penal, cuyo objetivo es proteger la fe pblica, que
en esta ltima hiptesis no se vera en lo mnimo lesionada o en
peligro. El principio de proporcionalidad margina esta clase de
comportamiento de los tipos en estudio.89
En el art. 193 la aproximacin ms adecuada a esta falsedad se
expresa en su N 6: haciendo en documento verdadero cualquiera
alteracin o intercalacin que vare su sentido. Esta forma de falsi-
ficar un documento puede ser realizada por cualquiera persona, no
requiere un sujeto especial, y un funcionario pblico o un particular
estn en la posibilidad de ser autores de este delito.

29.2. FALSEDAD IDEOLGICA

Esta forma de falsificar un documento siempre requiere de un


sujeto calificado, debe ser un funcionario pblico en el ejer-
cicio de sus particulares funciones, porque en el desempeo
de ellas la ley le impone el deber de ser veraz. Este deber no
afecta a los particulares, que no tienen la obligacin genrica
de decir la verdad, salvo en circunstancias excepcionales en
que la ley les impone ese deber. Incurre en falsedad ideolgica
aquella persona que por su funcin le corresponde autorizar
o extender el documento y falta a la verdad en el momento de
otorgarlo; en palabras simples, importa mentir con relacin a las
constancias que debe dejar en un instrumento autntico o p-
blico (el notario debe dejar constancia fehaciente de la fecha

89
Orts, op. cit., p. 240.

64
DELITOS DE FALSEDAD

y lugar donde se extiende la escritura pblica que autoriza, de


las personas que comparecen y de las declaraciones que stas
hacen). El legislador no pretende imponer al funcionario que
oficializa el documento la obligacin de velar porque aquellos
que aparecen declarando o expresando algo en el mismo digan
la verdad, lo que persigue es que al testimoniar el otorgamien-
to del documento, lo haga conforme con la realidad de lo que
ha presenciado (en la hiptesis del notario recin indicada
carece de relieve para estos efectos que sea mentira lo que
los comparecientes le expresan; lo que importa es que l sea
fiel en cuanto a dejar constancia de lo que realmente le dicen,
aunque sean mentiras y lo sepa). Por otra parte, el funcionario
comete falsedad ideolgica si en lugar de dejar constancia de
lo que los comparecientes le expresan, ponga en boca de ellos
declaraciones diversas a las que le hicieron, aunque correspon-
dan a hechos o situaciones verdicas,90 porque al obrar en esa
forma miente, ya que no deja constancia de lo que realmente
sucedi ante l.
Entre las diversas alternativas que se enumeran en el art. 193,
la expresada en su numerando 4 es la ms expresiva sobre el
alcance de esta falsedad: Faltando a la verdad en la narracin
de hechos substanciales.
La diferencia entre la falsedad ideolgica y la material es
ostensible. En la material es el documento mismo, es su corpo-
reidad fsica lo alterado, sea porque se aparent la existencia
de un documento o porque, tratndose de uno autntico, se le
hicieron modificaciones en su texto (en una escritura pblica
de compraventa se tarja o borra la declaracin del vendedor de
haber recibido el precio). En tanto que en la falsedad ideolgica
el documento en su estructura y forma es genuino, no ha sido
adulterado; pero en aquello que deja constancia es falso, es men-
tiroso (el oficial civil expresa en el acta pertinente que celebr
un matrimonio en presencia de los testigos exigidos, pero estos
ltimos no estaban presentes).

90
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 163.

65
DERECHO PENAL

29.3. FALSEDAD POR USO

No se est frente a un falseamiento de la realidad, simplemente


la ley penal asimil el uso malicioso de un documento falso a su
falsificacin. Sanciona al que teniendo conocimiento de que un
instrumento no es genuino, procede a usarlo. El que emplea do-
losamente un documento mendaz, puede no haber intervenido
en su confeccin y, de consiguiente, ser ajeno a su falsificacin,
pero por el hecho de usarlo sabiendo su ilegitimidad pasa a ser
equiparado para los efectos punitivos con los falsificadores (arts.
196, 198, 201).

29.4. FALSEDAD POR OCULTACIN

En ciertas hiptesis, el hecho de ocultar la existencia de un docu-


mento autntico que existe, pero que est bajo la custodia de
una persona determinada se considera una falsificacin. La ley
penal recurre a una nueva ficcin: homologa esa conducta con
la de una falsificacin del documento, aunque en esta alternativa
para que constituya delito exige que con la ocultacin se cause un
perjuicio (art. 193 N 8).
A continuacin se analizarn, en el orden sealado por el
Cdigo Penal, los diversos tipos de falsificacin que describe, que
agrupa en tres prrafos distintos.

Falsificacin de documentos pblicos o autnticos

30. ASPECTOS GENERALES

En el prrafo N 4 del Ttulo IV, el Cdigo describe los tipos


penales que se refieren a los documentos pblicos o autnticos,
expresiones stas que se deben considerar como homlogas. Se
comprenden en este grupo de documentos los denominados
oficiales y los partes telegrficos, no obstante que estos partes care-
cen de las caractersticas propias de los documentos pblicos.
La naturaleza de pblico o autntico de un documento no
depende de los preceptos penales; esa calidad la determina el

66
DELITOS DE FALSEDAD

derecho en general, o sea la normativa civil, comercial, adminis-


trativa, laboral, etc. Aquellos instrumentos escritos que conforme
a tales normas tienen las caractersticas de pblicos lo sern a
su vez para los efectos penales de este prrafo. Generalmente se
requiere que sean extendidos, autorizados o custodiados por de-
terminadas autoridades o funcionarios pblicos, y que al hacerlo
se respeten ciertas formalidades que en cada caso se especifican.
En cierto aspecto hacen fe en cuanto a su forma y extensin; la
falsedad que en el documento pblico se prohbe dice razn con
la mutatio veritatis, con alteraciones que se hagan en ellos que
modifiquen seriamente su sentido o alcance.
En los arts. 193 y 194 se regla la falsificacin de los documen-
tos pblicos, en el primero cuando el autor es un funcionario
pblico, en el segundo cuando lo es un particular. En el art. 195
se describe la falsificacin de partes telegrficos y en el art. 196
se reprime el uso de un documento falso.

31. MODALIDADES DE LA CONDUCTA DE FALSIFICAR


QUE SE CALIFICAN COMO TPICAS

El art. 193 ofrece inters particular, por cuanto en l se enu-


meran las distintas modalidades que puede adoptar la accin
punible de falsificar un documento, que no son aplicables ni-
camente a los pblicos, sino tambin a los privados, con algunas
excepciones. De modo que la referida disposicin, que aparen-
temente slo se ocupa de los documentos pblicos o autnticos,
en realidad es de aplicacin general en cuanto a las maneras que
en ella se describen sobre cmo llevar a cabo una falsificacin, si
bien con algunas restricciones que se indicarn al analizar cada
una de ellas. En los prrafos que siguen, al estudiar el detalle
del art. 193, se describirn las ocho formas de falsificar que en la
citada disposicin se enumeran.

N 1. Contrahaciendo o fingiendo letra, firma o rbrica


El precepto alude a tres objetos diferentes, susceptibles de ser
falseados: la letra, la firma y la rbrica, y se han agrupado por-
que cada una permite atribuir a una persona un documento

67
DERECHO PENAL

o determinar su intervencin en el mismo91 (por ello la fre-


cuencia del uso del peritaje caligrfico en el proceso penal).
Como en este nmero se hace referencia a la falsificacin de
la firma, rbrica o letra, con esta clase de falsedad lo que se
pretende es simular que el documento aparezca otorgado por
una persona diversa a aquella que es su real autor o suscriptor.
Lo que se oculta es la procedencia del escrito; de consiguiente,
no se sanciona la falsedad de su contenido,92 que no se ha adul-
terado, sino la de atribuirlo a una persona distinta de aquella
que lo extendi.
Por letra se entienden las caractersticas o formas que adquie-
re la escrituracin de cada individuo, de su particular caligrafa,
que la hace identificable respecto a quien pertenece.
Firma es la colocacin del nombre escrito personalmente de
una manera dada, manera que emplea esa persona de modo ms
o menos permanente y que, normalmente, se ubica al final del
instrumento para sealar quin es su autor.
Rbrica son aquellas lneas o trazos que arbitrariamente cada
persona escoge y usa con cierta permanencia para colocar bajo
su firma y que le da a sta cierta identidad.
El precepto emplea dos formas verbales: contrahacer y fingir.
Mayoritariamente se estima que estas expresiones son sinni-
mas, ambas significaran imitar la escritura o firmar,93 porque
el nmero 1 del art. 193 supondra siempre la suplantacin de
una persona existente, real. No obstante, hay opiniones en el
sentido de que la palabra fingir tiene un significado diverso a
contrahacer; fingir sera inventar una firma o rbrica, crear una
que no existe, pero no copiar o imitar una verdadera,94 que
sera contrahacer. En realidad las dos formas verbales tienen al-
cances anlogos, pero no hay por qu limitar ese sentido exclu-
sivamente a imitar, excluyendo a la accin de inventar o crear
algo totalmente inexistente. Desde el punto de vista semntico
no puede restringirse el tipo penal a la copia de una firma o

91
Orts, op. cit., p. 341.
92
Crdoba Roda, op. cit., t. III, p. 301.
93
Cfr. Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 241; Crdoba Roda, op. cit., t. III, p. 202;
Orts, op. cit., p. 341; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 165.
94
En este sentido, Del Ro, Elementos, p. 382; Labatut, D.P., t. 2, p. 61.

68
DELITOS DE FALSEDAD

rbrica verdaderas, porque las referidas palabras extienden su


alcance a los dos significados sealados. Si la simple invencin
o creacin de una firma o rbrica constituye o no una falsifica-
cin documentaria, hay que determinarlo en cada caso. El que
inventa una rbrica en un papel escrito para simular la firma
de un notario en lo que pretende mostrar como copia de una
escritura pblica, comete falsificacin,95 aunque la rbrica no
corresponda en su forma a la de ningn ministro de fe;96 no
sucede otro tanto cuando un particular firma con un nombre
de fantasa una carta que enva a un tercero, porque este papel
siempre ser una carta. Para determinar si una firma imaginaria
constituye o no falsificacin de documento, se ha de estar a la
situacin concreta que se presente, porque son las circunstan-
cias de ella las que lo determinarn.
Otra situacin se plantea cuando se trata de desfiguracin o di-
simulacin de la propia firma; en otros trminos, aquel que suscribe
un documento modificando su firma o rbrica con el objeto de
que no se pueda determinar que emana de l, alternativa que
mayoritariamente se estima que no puede encuadrarse en una
falsificacin, tal comportamiento se sostiene no modificara
la real procedencia del instrumento, que sigue teniendo como
autor a aquel que lo suscribi, aunque lo haya hecho en forma
distinta de la que le es habitual.97
Respecto de la letra, la simple modificacin de sta de parte
de una persona, que procede a escriturar un documento con
caligrafa distinta a aquella que normalmente emplea, puede
considerarse falsificacin nicamente cuando imita la escritura
de otro, porque esa circunstancia permite atribuir su extensin
a quien no es su autor. Si el sujeto se limita a crear una caligrafa
diversa a aquella que habitualmente usa, normalmente no cons-

95
En sentido contrario opina Etcheberry, para quien en ese caso no habra
falsificacin, porque si inventan nombre y firma de un funcionario inexistente,
no los comprender el tenor de esta disposicin (D.P., t. IV, p. 166).
96
Hay autores que en esta hiptesis distinguen si se presenta la firma como
perteneciente a una persona con cargo existente y en ejercicio de las funciones que
le corresponden, habra falsificacin a pesar de que la persona y la firma fuesen
inventadas; si la firma creada se presenta como de una persona completamente
irreal, que tampoco se sindica como detentadora de una funcin o cargo pblico,
no correspondera adecuarla al tipo penal en estudio (Orts, op. cit., p. 243).
97
Cfr. Crdoba Roda, op. cit., t. III, p. 302; Orts, op. cit., p. 243.

69
DERECHO PENAL

tituir falsificacin, puesto que no provoca equvocos en cuanto


a su procedencia.
En el N 1 del art. 193 se describe una forma de falsificar que
constituye un caso tpico de falsedad material, y que puede ser
realizada por un funcionario pblico o por un particular.
Vinculado con la falsificacin de firma, existe un precepto es-
pecial en el art. 443 del Cdigo Orgnico de Tribunales que im-
pone una sancin penal a los notarios pblicos que, como minis-
tros de fe, autorizan una firma que no corresponde a la persona
que haya suscrito el instrumento, siempre que acten con dolo;
si slo lo hacen con culpa, la pena es menos rigurosa. El art. 443
expresa: El notario que incurriere en falsedad autentificando una
firma en conformidad con el artculo 425, que no corresponda a
la persona que haya suscrito el instrumento respectivo, incurrir
en las penas del artculo 193 del Cdigo Penal.
Cuando por negligencia o ignorancia inexcusables autentificare
una firma que no corresponda a la persona que aparece suscri-
bindola, sufrir la pena de presidio menor en su grado mnimo
o multa de cinco a diez ingresos mnimos mensuales.
En la hiptesis dolosa deben cumplirse los elementos tpicos
generales requeridos por el art. 193 para la existencia del delito
de falsificacin.

N 2. Suponiendo en un acto la intervencin de personas que no


la han tenido
En este nmero se describe una situacin de falsedad ideolgica
que puede ser cometida nicamente por funcionarios pblicos,
porque ellos cuando intervienen en la extensin de un docu-
mento o en su custodia, tienen la obligacin de dejar constancia
de la real manera de como se gest materialmente, o como se ha
conservado (un oficial del registro civil debe ser veraz en cuanto
a dejar constancia de quines son los contrayentes y de los testi-
gos del acto). No toda suposicin de una persona en el otorga-
miento de un documento, sea o no real, puede calificarse como
falsificacin del mismo, esa suposicin ha de tener trascendencia
para alterar su substancia,98 y ello porque los diversos nmeros del

98
Cfr. Orts, op. cit., p. 244.

70
DELITOS DE FALSEDAD

art. 193 deben ser interpretados considerando su contexto, entre


otros, los Nos 4 y 6. El primero se alza como arquetipo de la falsedad
ideolgica, exige que la alteracin del documento sea substancial, y
el segundo que describe un caso de falsificacin material supone
que la alteracin o intercalacin del instrumento vare su sentido,
de suerte que el legislador est exigiendo para que exista falsifica-
cin que las alteraciones del documento tengan aptitud adecuada
para cambiar el sentido de lo que expresa, circunstancia que debe
tenerse en cuenta en todas las hiptesis del art. 193.99
La referencia de la norma a las personas, se entiende limitada
a las naturales, quedan excluidas por lo tanto las personas jurdi-
cas, y la circunstancia de su intervencin significa que a lo menos
han de tener una presencia significativa en el otorgamiento del
instrumento.100
Dos situaciones en relacin con las personas pueden plantear
dudas: la primera se refiere a si la suposicin de una de ellas en
un documento debe corresponder a sujetos reales o tambin
imaginarios; la segunda, si procede extender la aplicacin del
precepto al caso en que se omite mencionar la real intervencin
de una persona, o sea silenciar su participacin en el otorga-
miento del documento.
Sobre el primer problema, o sea si la suplantacin comprende
adems de las personas reales a las imaginarias, la respuesta mayo-
ritaria es negativa, a menos que se refiera a alguien que desem-
pea un cargo o autoridad (un notario, un oficial del Registro
Civil), pues en esta alternativa la persona misma de quien lo
sirva, sea real o imaginaria, pierde trascendencia. De modo que
si en un acto se hace aparecer a alguien que no tiene existencia
verdadera, no puede estimarse que este hecho se encuadre en
el numeral que se est estudiando;101 el precepto alude a la su-
posicin de una persona, lo que importa que sta ha de tener
existencia. Situaciones como las indicadas podran constituir un
fraude, pero no un delito de falsificacin.

99
Cfr. Orts, op. cit., p. 248.
100
Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 819.
101
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 62; Cuello Caln, op. cit., t. 2, p. 243, nota N 1;
Orts, op. cit., p. 244; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 302. Disienten de tal opinin au-
tores como Quintano Ripolls, op. cit., t. II, p. 180, y Etcheberry, D.P., t. IV, p. 163.

71
DERECHO PENAL

La segunda hiptesis, o sea omitir mencionar a una de las


personas que realmente intervinieron en el otorgamiento del
documento, de acuerdo a la opinin unnime de la doctrina se-
ra una alternativa que no quedara comprendida en el nmero
2 que se estudia, porque la disposicin se refiere a suponer la
intervencin de personas en el documento cuando en realidad
no la han tenido, y no a la situacin en que son eliminadas o se
las ignora. La omisin de mencionar a alguien que s ha tenido
una presencia significativa en la extensin del instrumento, que-
da al margen del nmero 2 en estudio, pero puede conformar
un delito de falsificacin, siempre que dadas las circunstancias
concretas del hecho quede comprendido en otro de los nmeros
del art. 193, tal sera el N 4.102

N 3. Atribuyendo a los que han intervenido en l declaraciones


o manifestaciones diferentes de las que hubieren hecho
Es un caso de falsedad ideolgica, porque lo que se altera son las
manifestaciones de aquellos que intervienen en el otorgamiento
del documento; este ltimo en s mismo no es materialmente
objeto de ninguna alteracin o modificacin. Siendo una fal-
sedad ideolgica, slo puede incurrir en ella un funcionario o
autoridad pblica, pero no los particulares, porque slo aqullos
estn obligados a dejar constancia de lo que se ha expresado en
su presencia, no pueden mentir en ese aspecto. En consecuencia,
para que se presente una situacin de falsificacin subsumible en
este nmero 3 deben cumplirse ciertas condiciones: a) ha de tra-
tarse de un documento pblico en el cual comparece haciendo
declaraciones, por lo menos una persona adems del funcionario
que lo extiende, b) que ese funcionario altere las declaraciones
en cuestin, y c) que la alteracin modifique substancialmente
el sentido del documento.103 La ltima condicin no ha sido con-
siderada explcitamente por el legislador, pero la naturaleza del
bien jurdico objeto de la proteccin del tipo penal la requiere,
pues lo protegido es la fe pblica, la que no se vera afectada por

102
Cfr. Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 319; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 163.
103
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 62; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 163; Muoz Conde,
op. cit., p. 474.

72
DELITOS DE FALSEDAD

alteraciones circunstanciales o poco relevantes; por otra parte, la


interpretacin armnica del precepto en el contexto del art. 193
lo confirma, atendido lo expresado por el N 4, que sanciona la
narracin en que se alteran los hechos substanciales.
Hay opiniones dispares sobre si se da o no el tipo penal cuan-
do el funcionario pblico cambia las declaraciones que ante l
se hacen, al estar convencido de que son mendaces, y por ello
deja constancia en el documento de lo que cree es la verdad. Hay
tratadistas como Quintano Ripolls y Casa Barquero, que estiman
que no se estara ante una falsedad, porque primara la auten-
ticidad de aquello que se hizo constar. Pero es difcil compartir
tal criterio, porque la funcin de la autoridad en la extensin de
un documento se refiere a lo formal, a que deje constancia de lo
que se expresa por los terceros ante l, no sobre la conformidad
de tales expresiones con la verdad.104

N 4. Faltando a la verdad en la narracin de hechos


sustanciales
Este nmero del art. 193 sintetiza una nocin general de lo
que es falsedad ideolgica; las distintas hiptesis que en otros
nmeros del artculo 193 se hacen, en el hecho aluden a esta
modalidad de falsedad (Nos 2, 3 y 7), podran haberse omitido,
porque estn comprendidas en el concepto general que se expre-
sa en el N 4. Por ello, cuando en los prrafos anteriores se han
comentado las falsedades de los nmeros 2 y 3, se ha precisado
que la falsedad debe referirse a hechos substanciales como lo
prescribe este N 4, no se trata de cualquiera alteracin de la
realidad, debe tener relevancia jurdica, sea por s misma o por
su vinculacin con el resto del documento.105 Si la alteracin rea-
lizada por el funcionario que interviene se refiere a un hecho o
circunstancia secundaria o accesoria, esa modificacin no se ade-
cua en el tipo penal que aqu se describe. Finalmente, obvio es
decirlo, si las personas que hacen constar sus declaraciones en el
documento que se extiende incurren en falsedad, o sea mienten,
esta mendacidad no afecta al funcionario, el que se debe limitar

104
Cfr. Orts, op. cit., p. 245; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, pp. 821-822.
105
Cfr. Orts, op. cit., p. 246.

73
DERECHO PENAL

a dejar constancia de lo que se le diga. El documento, en este


caso, no es falso, sin perjuicio de la posible responsabilidad que
podra afectar, para otros efectos, a las personas que mintieron.

N 5. Alterando las fechas verdaderas


Esta alteracin puede corresponder a dos tipos de falsedades, la
material cuando fsicamente se cambia o modifica la fecha que
tiene el documento, sea sustituyndola por otra o simplemente
enmendando la que posee. Puede ser tambin ideolgica,106 en la
alternativa que el funcionario pblico ante quien se extiende el
documento o que interviene en su otorgamiento coloca en l una
fecha distinta a la que corresponde de acuerdo a la realidad,107 el
legislador no hizo diferencia y la ratio legis tampoco la establece.
La alteracin de las fechas hace alusin a aquellas que en
alguna forma modifican o cambian el sentido del documen-
to, porque la alteracin debe tener cierta trascendencia en
cuanto dice con la fe pblica; de modo que la modificacin
de una fecha que se menciona como simple referencia no en-
cuadrara en la falsedad descrita en el N 5. Normalmente se
tratar de la fecha de su otorgamiento o de las que precisan su
vigencia108 (el decreto de designacin de una suplencia temporal
de un cargo), en el que se precisa el perodo de su duracin.

N 6. Haciendo en documento verdadero cualquiera alteracin


o intercalacin que vare su sentido
Este enunciado en la misma forma que ocurre con el N 4
en cuanto a la falsedad ideolgica resume el concepto gene-
ral de la falsedad material; puede ser llevada a cabo por un
funcionario pblico o por cualquier particular. El precepto
emplea dos formas verbales: alteracin e intercalacin, que tienen
alcances diferentes. Alterar es hacer cualquiera modificacin en
la materialidad del documento, en tanto que intercalacin es agre-

106
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 473; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 832.
107
Opina en contra de esta interpretacin Etcheberry, que limita la aplicacin
del N 5 a la falsedad material (D.P., t. IV, p. 166) fundamentando en el sentido de
la expresin alterar, afirmacin que aqu no se comparte.
108
Cfr. Orts, op. cit., p. 247.

74
DELITOS DE FALSEDAD

gar algo a lo ya escrito en l, algo que antes no exista; en ambas


alternativas debe variarse la substancia de su contenido.
No debe confundirse este comportamiento con los controles
y obligaciones que el Cdigo Orgnico de Tribunales impone
directamente a los notarios pblicos en el art. 428: Las palabras
que en cualquier documento notarial aparezcan interlineadas,
enmendadas o sobrepasadas, para tener valor debern ser salvadas
antes de las firmas del documento respectivo, y en caso de que no
lo sean, se tendrn por no escritas. Si el notario no cumple con la
obligacin de salvar lo enmendado, interlineado o sobrepasado,
esa omisin se traduce en una consecuencia, el agregado pierde
todo valor, por el ministerio de la ley se considera como no escrito,
sin perjuicio de que el documento mismo siga siendo verdadero,
autntico. Primitivamente, el art. 443 del Cdigo Orgnico de Tri-
bunales sancionaba esa omisin con la pena sealada en el art. 193
del Cdigo Penal, pero esta norma fue reemplazada el ao 1990
por la Ley N 18.969, en el sentido que se ha expresado.

N 7. Dando copia en forma fehaciente de un documento


supuesto, o manifestando en ella cosa contraria o diferente de la
que contenga el verdadero original
Este numerando sanciona una hiptesis de falsedad ideolgica, de
modo que puede cometerla nicamente un funcionario pblico a
cargo de un documento y ofrece dos formas distintas de comisin:
la primera consiste en dar copia fehaciente de un documento
supuesto, que no existe o no tiene quien extiende la copia, y la
segunda forma es entregando copia de un documento realmente
existente, pero el texto o tenor de esa copia no est conforme con
el original. En esta ltima alternativa la modificacin debe ser
substancial, o sea de importancia, que haga variar el sentido del
documento original; es til reparar que el instrumento mismo no
es alterado en su materialidad, es en la copia donde se altera su
texto, la reproduccin es la mendaz. La falsedad en la presente
hiptesis puede consistir en agregados que se incorporen al tenor
del documento verdadero o suprimiendo partes de su texto.
Para impedir la posibilidad de que los notarios pblicos
incurran en los hechos recin sealados, el art. 427 del Cdigo
Orgnico de Tribunales dispone: Los notarios podrn dar copias

75
DERECHO PENAL

ntegras de las escrituras o documentos protocolizados, salvo los


casos en que la ley ordene otra cosa, o que por decreto judicial
se le ordene certificar sobre parte de ellos. Hasta el ao 1990 el
incumplimiento de esta obligacin acarreaba responsabilidad pe-
nal a los notarios por el delito de falsificacin, pero al modificar-
se la redaccin del art. 443 del C.O.T. cambi esa situacin. Con
el tenor actual del precepto no es imperativa esa responsabilidad,
sin perjuicio de que si se dan los supuestos tpicos previstos por
el art. 193 en estudio pueda atriburseles el referido delito.

N 8. Ocultando en perjuicio del Estado o de un particular


cualquier documento oficial
En este N 8 se ha establecido la prohibicin de la denominada
falsedad por ocultacin, que no requiere de una modificacin, su-
presin o alteracin del documento verdadero; se satisface con el
hecho de ocultar el documento cuando corresponde exhibirlo.
Es un tipo de falsedad que no exige un sujeto calificado, pue-
de incurrir en ella tanto un funcionario pblico como un parti-
cular. Es el objeto sobre el cual recae el delito lo que diferencia
esa modalidad de falsedad con el resto de los nmeros descritos
con anterioridad; en ellos se consideran nicamente los docu-
mentos pblicos, en tanto que en el N 8 se alude a un documento
oficial. El alcance de esta expresin se explic al hacer referencia
a la clasificacin de los instrumentos del Cdigo Penal, cuando
describe los delitos de falsificacin.109 Se trata de una nocin ms
amplia en su alcance, comprensiva de los documentos pblicos y
de los privados, siempre que estos ltimos hayan sido recogidos
o puestos bajo la custodia de una autoridad o de un funcionario
pblico en razn de sus funciones.
La accin prohibida es ocultar el documento oficial, o sea
retenerlo o mantenerlo en la clandestinidad, negar su acceso al
mismo. De consiguiente, quedan al margen del tipo comporta-
mientos como sustraer o suprimir el instrumento, acciones stas
que, tratndose de funcionarios pblicos, se sancionan en el
art. 242 como infidelidad en la custodia de documentos; en el
caso de que sus autores sean particulares, en el art. 245.

109
Supra, prrafo N 28.2.

76
DELITOS DE FALSEDAD

Puede darse una situacin de concurso aparente entre el


tipo penal descrito en el N 8 y el art. 470 N 5, cuando el sujeto
activo es un particular, pero la forma de resolverlo es aplicando
el principio de especialidad; la conducta descrita en el art. 193 es
ms especfica que la figura general descrita en el art. 470.110
La falsedad por ocultacin, para consumarse, requiere la
concurrencia de un elemento que no se exige en las otras clases
de falsedades: debe causar un perjuicio al Estado o a cualquier
particular, y este perjuicio debe ser de carcter pecuniario,111 que
afecte al patrimonio. Es cierto que el N 8 habla de perjuicio, sin
circunscribirlo al de ndole patrimonial, pero esto se colige del
contexto. En efecto, lo normal ser que toda falsificacin provo-
que un perjuicio, aunque sea moral; si el legislador, en el caso
del N 8, estableci la exigencia concreta de un perjuicio, tiene
que haber aludido al patrimonio y no a cualquier menoscabo o
dao, el que siempre es inherente a esta clase de acciones.
De manera que el tipo penal descrito en este N 8 es un
delito de lesin, y admite, por lo tanto, su ejecucin imperfecta
(tentativa y frustracin), a diferencia de las figuras descritas en
los otros nmeros, que son de mero peligro y no admiten las
etapas imperfectas.

32. FORJAMIENTO O ELABORACIN DE UN DOCUMENTO


NTEGRAMENTE FALSO. LA OMISIN COMO MEDIO DE
EJECUCIN DE UNA FALSEDAD

El art. 193, en las diversas alternativas que enumera, no hace


referencia a la completa elaboracin de un documento con
la apariencia de un instrumento pblico; parte siempre del
entendido de que en uno autntico se hacen alteraciones o mo-
dificaciones, sea ideolgica o materialmente, que modifican su
sentido en forma ostensible. Es interesante preguntarse si fin-
gir como autntico un documento pblico podra sancionarse
como falsedad. El Cdigo Penal no desconoce la posibilidad de
una conducta de esa ndole, porque la considera expresamente

110
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 167.
111
Ibdem.

77
DERECHO PENAL

cuando hace referencia a la falsificacin de partes telegrficos


(art. 195) y de pasaportes (art. 200), pero respecto de los instru-
mentos pblicos nada expres. Como los tipos penales deben
ser entendidos de modo restrictivo por aplicacin del princi-
pio de legalidad, no resulta posible adecuar en alguna de las
hiptesis del art. 193 el ntegro forjamiento de un documento
pblico aparente; de confeccionarse, podra ser punible como
fraude o estafa, siempre que con l se pretendiera inducir a
error a un tercero causndole un perjuicio en su patrimonio.
De no concurrir estas circunstancias el hecho sera atpico sal-
vo, como bien seala Etcheberry,112 que el falsificador hubiese
imitado o copiado la letra o firma del funcionario pblico
que poda extenderlo, alternativa que se adecuara al N 1 del
art. 193. La jurisprudencia de los tribunales, sin embargo, ha
mantenido una tesis diversa sobre la confeccin ntegra de un
documento pblico.
En efecto, en sentencias reiteradas la Corte Suprema y la Cor-
te de Apelaciones de Santiago han sostenido que hay falsificacin
no slo cuando se adultera el documento en parte, sino tambin
cuando se crea o forja en su totalidad.113
La conducta de falsificacin normalmente adoptar la mo-
dalidad de accin, porque falsificar supone un comportamiento
activo. Los verbos rectores empleados por el art. 191 se estaran
refiriendo a esa manera de actuar; suficiente es citar las expre-
siones contrahaciendo, fingiendo, alterando, haciendo, empleadas por
la disposicin. Pero ello no es impedimento para que este delito
se pueda cometer mediante una conducta omisiva, siempre que
la modalidad de falsificacin lo permita,114 como ocurre con el
N 3, donde el funcionario puede omitir parte de las declara-
ciones de los que han intervenido en el documento, alterando
substancialmente el sentido de ellas; lo mismo sera posible de
realizar con el N 4.

112
Etcheberry, D.P., t. IV, pp. 169-170.
113
Revista, t. L, parte 2, sec. 4, p. 54, sent. de la C.S. de 6 de mayo de 1953;
Gaceta, ao 1949, semestre 2, N 89, p. 456, sent. de la C.A. de Stgo. de 11 de
noviembre de 1949.
114
Cfr. Crdoba Roda, op. cit., pp. 830 y 851.

78
DELITOS DE FALSEDAD

33. FORMAS DE APARICIN DE LOS DELITOS DE


FALSIFICACIN DE DOCUMENTOS PBLICOS Y
ASIMILADOS A ELLOS

Las conductas prohibidas corresponden a las descritas de modo


genrico en el art. 193, que han sido comentadas en el prrafo
anterior. Pero la ley penal, para tipificar los delitos que sanciona,
distingue en cuanto al sujeto activo que incurre en alguno de los
referidos comportamientos; por ello, en el art. 193 se refiere al
empleado pblico, en el art. 194 al particular, en el art. 195 al encar-
gado o empleado de una oficina telegrfica y en el art. 196 al que hiciere
uso del documento falso. A continuacin estudiaremos cada una de
estas diversas figuras.

33.1. FALSIFICACIN COMETIDA POR EMPLEADOS PBLICOS

El art. 193 expresa: Ser castigado con presidio menor en su


grado mximo a presidio mayor en su grado mnimo el empleado
pblico que, abusando de su oficio, cometiere falsedad, y en segui-
da enumera las ocho conductas a las que ya se hizo referencia.
El Cdigo Penal se preocup de establecer a quin conside-
raba empleado pblico para estos efectos en el art. 260, que ex-
presa lo siguiente: Para los efectos de este Ttulo y del Prrafo IV
del Ttulo III, se reputa empleado todo el que desempee un cargo o
funcin pblica, sea en la administracin central o en instituciones
o empresas semifiscales, municipales, autnomas u organismos
creados por el Estado o dependientes de l, aunque no sean del
nombramiento del Jefe de la Repblica ni reciban sueldo del Estado. No
obstar a esta calificacin el que el cargo sea de eleccin popu-
lar. De consiguiente, la nocin de empleado pblico es amplia,
abarca a todo aquel que sirve una funcin pblica, remunerado
o no por el Estado, con o sin nombramiento del Presidente de la
Repblica. Las expresiones no quedan restringidas al concepto
que podra desprenderse del Estatuto Administrativo. Funciones
como las de un notario pblico, un receptor, un parlamentario,
un concejal, calzan dentro del concepto expresado en el art. 260.
Como este delito de falsificacin exige la intervencin de un
sujeto activo calificado, tiene el carcter de especial.

79
DERECHO PENAL

El tipo objetivo se da cuando un empleado pblico, en el ejerci-


cio de sus funciones, debe intervenir en la extensin de un docu-
mento autntico y al hacerlo incurre en cualquiera de las diversas
hiptesis enumeradas en el art. 193, sea que constituya falsedad
material, ideolgica, por ocultacin o por uso. Algunas de esas
conductas necesariamente han de ser realizadas por un funciona-
rio pblico, como son las falsedades ideolgicas; un particular no
puede llevarlas a cabo. De consiguiente, las falsedades que estn
precisadas en los Nos 2, 3, 4 y 7 del art. 193, esto es, suponer la
intervencin de personas que no han participado, atribuir decla-
raciones diferentes a aquellas que realmente se expresaron, faltar
a la verdad en la narracin de los hechos, dar copia fehaciente
de un documento que no existe o manifestar en ella una cosa
diferente a la que el original contiene, no pueden ser cometidas
por un particular. Slo los funcionarios pblicos pueden incurrir
en ellas porque su presencia es la que autentifica el instrumento.
Por ejemplo, un Oficial del Registro Civil es el que seala cul es
la identidad de los contrayentes que celebraron su matrimonio
y de los testigos, as como la efectividad de lo que expresaron
en su presencia. Si altera la realidad de estos hechos, incurre en
falsedad, lo que a un particular no le es posible hacer, debido a
que no es l quien extiende el acta de matrimonio.
El tipo subjetivo exige dolo directo, no se satisface con el dolo
eventual, porque el art. 193 expresa que el funcionario debe
abusar de su funcin cuando comete la falsedad, que supone el
concreto aprovechamiento de su calidad pblica para falsificar;
hace uso de su funcin, pero en forma desmedida, inadecuada.
Abusar es prevalerse de la funcin, emplearla en forma indebi-
da, distinta a la correcta, al realizar una actividad determinada,
siempre que esa actividad est en la esfera de las funciones que
le corresponden al empleado pblico.115 Una actividad absolu-
tamente al margen de su competencia escapara al tipo descrito
en el art. 193, porque fuera de esa rbita el sujeto es un simple
particular; si el funcionario pblico incurre en conductas como
las sealadas, podra adecuarse ese comportamiento en el tipo
descrito en el art. 194. De otro lado, una incompetencia relativa

115
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 472; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 806;
Orts, op. cit., p. 239.

80
DELITOS DE FALSEDAD

del funcionario que falsifica, se estima mayoritariamente que se


adecuara en el tipo descrito en el art. 193.
Iter criminis. Se ha expresado que este delito es de peligro, que
se perfecciona por la simple realizacin de la accin delictiva, de
manera que no requiere un resultado, lo que descarta la posibili-
dad de que se den las etapas imperfectas (tentativa, frustracin);
no obstante, la doctrina espaola acepta esta posibilidad.116
Concursos. Es frecuente que la falsificacin se emplee para
defraudar a un tercero, y en este caso se dara una situacin de
concurso con la estafa o con la malversacin. El art. 75 resuelve
esta situacin, porque la falsificacin constituye el medio de co-
misin de la defraudacin; se estara ante un concurso medial.
Si una falsificacin se encuadrara coetneamente en varias
de las distintas conductas descritas en el art. 193 (se finge la
intervencin de terceros y conjuntamente se alteran las decla-
raciones en el mismo instrumento pblico), se trata de un solo
delito de falsificacin, porque en el art. 193 se describe un tipo
de hiptesis mltiple.
La doctrina acepta la posibilidad de un delito continuado
tratndose de la reiteracin de acciones de esta ndole.117

33.2. FALSIFICACIN DE UN DOCUMENTO PBLICO O AUTNTICO


COMETIDA POR UN PARTICULAR

Este tipo penal est descrito en el art. 194 en los siguientes trmi-
nos: El particular que cometiere en documento pblico o autntico
alguna de las falsedades designadas en el artculo anterior, sufrir
la pena de presidio menor en sus grados medio a mximo.
El sujeto activo le da carcter individual a esta figura, porque
se requiere que la falsificacin la realice un particular, o sea una
persona que no es funcionario pblico y, si lo es, no acte en
ejercicio de sus funciones. De modo que aqu se comprende
cualquier persona, no necesita ninguna caracterstica especial,
salvo una negativa: no tener la calidad de funcionario pblico en

116
As, Orts, que considera estas figuras como materiales o de resultado (op.
cit., p. 253).
117
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 476; Orts, op. cit., p. 254.

81
DERECHO PENAL

el sentido que le da a la expresin el art. 260 antes citado, y que


en caso de tener esa calidad, no se encuentre actuando en ejer-
cicio y dentro del mbito de las funciones que le son inherentes.
Un funcionario pblico puede, excepcionalmente, ser autor del
tipo penal en estudio el del art. 194 si es absolutamente incom-
petente para realizar la accin en que se concreta la falsedad,
porque en esta hiptesis estara actuando como particular.
El tipo objetivo corresponde a cualquiera de las conductas
descritas en el art. 193, pues a ellas se refiere el precepto cuando
alude a las falsedades designadas en el artculo anterior; pero
esta referencia no es absoluta, por cuanto un particular no puede
ejecutar todas las conductas descritas en la referida disposicin
legal. Deben marginarse aquellos comportamientos que impor-
tan falsedad ideolgica, como se adelant cuando se hizo refe-
rencia a ese tipo de falsedades; est fuera de posibilidad que un
particular incurra en esas infracciones porque no tiene como
regla general el deber de decir la verdad, deber que s afecta a
los funcionarios pblicos. Por lo tanto, no deben considerarse los
nmeros 2, 3, 4 y 7; el particular que miente en las declaraciones
que hace en una escritura pblica por ejemplo no incurre en
falsedad documental sin perjuicio de otras responsabilidades que
podran derivarse de esas mentiras en su contra.118 Muy extraor-
dinariamente el legislador responsabiliza penalmente al parti-
cular que incurre en esta clase de falsedad; as sucede en la Ley
N 4.808, sobre Registro Civil, que en su art. 27 dispone: El que
en escritura pblica suministrare maliciosamente datos falsos so-
bre un estado civil, sufrir las penas que el Cdigo Penal aplica al
que faltare a la verdad en la narracin de hechos substanciales en
documento pblico. En este precepto se alude al art. 193 N 4,
sin perjuicio de que para que pueda aplicarse deben darse ade-
ms de las condiciones del tipo objetivo, las del subjetivo, o sea
el dolo. Algo semejante, aunque sin hacer referencia al Cdigo
Penal, sucede con la Ley N 18.840, Orgnica Constitucional del
Banco Central de Chile, que en el art. 59 castiga al que incurre
en falsedad maliciosa en la documentacin que acompae a esa
institucin en operaciones de cambios internacionales.

118
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 63; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 168.

82
DELITOS DE FALSEDAD

Es indudable que para que el tipo reglado en el art. 194 se


d, adems de los elementos objetivos debe cumplirse el tipo
subjetivo. El particular ha de actuar con dolo, o sea con cono-
cimiento de que est alterando un documento o faltando a la
verdad; las expresiones empleadas por la disposicin sobre este
punto cuando describe la figura son evidentes, pues exige que
en un documento autntico el particular cometa una falsedad,
de modo que supone la conciencia de su parte de la mendacidad
de su actuar.

34. FALSIFICACIN DE PARTES TELEGRFICOS

Estos documentos no pueden calificarse como pblicos o autn-


ticos, en el alcance que la legislacin nacional reconoce a estos
trminos; no obstante, el Cdigo Penal asimil los partes telegr-
ficos al documento autntico, dada la importancia que tenan en
la poca en que se promulg el Cdigo.
El art. 195 describe el tipo penal con los siguientes trminos:
El encargado o empleado de una oficina telegrfica que cometiere
falsedad en el ejercicio de sus funciones, forjando o falsificando par-
tes telegrficos, ser castigado con presidio menor en su grado
medio.
El tipo objetivo comprende dos acciones distintas: forjar un
parte telegrfico y falsificarlo. La accin tiene como objeto el parte
telegrfico, expresin que hace referencia al documento en el que
se transcribe el mensaje recibido por el servicio de telgrafos,
porque ese documento confa quien lo recibe, en l radica la fe
pblica objeto de amparo por el legislador.119 Este documento
es el que corrientemente en nuestro pas se denomina telegrama,
que generalmente tiene cierta formalidad en cuanto a su texto.
Quedan marginados los mensajes transmitidos oralmente por
medio de la radio o por medio de la computacin (internet),
el denominado fax, o el telefax que se transmite por la telefona;
estn excluidos porque el precepto que describe ese tipo penal
como cualquier otro no puede ser objeto de una interpreta-
cin analgica malam parte, esto es, extenderlo a situaciones os-

119
Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 923.

83
DERECHO PENAL

tensiblemente no consideradas por l; el telegrama es un medio


de comunicacin de caractersticas definidas y slo a l alude
el art. 195. Ampliarlo a los otros medios de comunicacin sera
aplicarlo por analoga y no interpretarlo, porque son formas de
comunicacin totalmente diferentes no abarcadas por el tipo; al
obrar as se contravendra el principio de legalidad consagrado
en el art. 19 N 3 inciso final de la Constitucin.120
Lo prohibido es la falsificacin del parte telegrfico, que como
se ha sealado, es un documento que la ley penal ha asimilado
para estos efectos al instrumento pblico, de modo que la false-
dad dice relacin con l y no con la transmisin misma del men-
saje, cuyas alteraciones escapan al tipo en estudio.121 Acciones
como las recin sealadas pueden configurar el delito sanciona-
do en el art. 337 inciso segundo, que reprime las transmisiones
telegrficas infieles, tanto dolosas como culposas. La falsificacin
del parte telegrfico ha de hacerse mientras el mismo permanece
en poder de la oficina o funcionario correspondiente, porque
el tipo penal responsabiliza de la fe pblica a ese funcionario y
oficina, de manera que una vez que sale de la tuicin de stos,
si el parte telegrfico es objeto de su falsificacin, el hecho no
cuadra en el tipo en estudio.
Las acciones prohibidas son forjar un parte o falsificarlo. For-
jar significa fingir un telegrama, simularlo como verdadero, no
sindolo; falsificarlo es modificar un parte autntico, en alguna
de las formas indicadas en el art. 193.
El sujeto activo necesariamente debe ser un empleado de
la oficina telegrfica; se trata de un delito especial porque
requiere de un sujeto calificado. Este empleado puede ser
pblico o del rea privada, siempre que lo sea de la oficina a
cargo del telgrafo. La apertura o la intercepcin de un parte
telegrfico realizada por un empleado, o el retardo en su en-
vo escapan a la situacin que se comenta, pero tales conduc-
tas pueden conformar el tipo penal descrito en el art. 156.

120
Opina en sentido contrario Etcheberry, para quien procedera hacer una
interpretacin progresiva del tipo empleando criterios analgicos, por lo tanto
incorporar medios como los sealados a la figura delictiva en estudio (D.P., t. IV,
p. 172).
121
Cfr. Orts, op. cit., p. 258; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 395.

84
DELITOS DE FALSEDAD

Si un particular no empleado de la oficina de telgra-


fo incurre en la falsificacin de un parte telegrfico, su com-
portamiento no puede adecuarse al tipo descrito en el art. 195,
y slo podr sancionarse como falsificacin de documento
privado, siempre que cumpla con las condiciones sealadas en
el art. 197.

35. EL USO DEL DOCUMENTO PBLICO O AUTNTICO


INCLUIDO EL PARTE TELEGRFICO FALSIFICADO

El legislador asimil el uso de un documento falsificado a su


falsificacin, respetando en este aspecto la tradicin espaola.
El art. 196 lo seala en los siguientes trminos: El que maliciosa-
mente hiciere uso del instrumento o parte falso, ser castigado como
si fuere autor de la falsedad.
Es conveniente precisar quin puede ser sujeto activo de esta
forma de falsificar y qu se entiende por usar el documento.
El sujeto activo del delito de uso puede ser un funcionario
pblico o un particular, pues ambos estn en condiciones de co-
meter esta clase de delito. La pregunta que puede plantearse es
cmo habra que sancionar a aquel que falsifica un documento
pblico o un parte telegrfico y luego hace uso del mismo, esto
es si hay un solo delito de falsificacin o se produce un concurso
entre aqul y el de uso. Si hubiera un concurso sera uno apa-
rente de leyes, que se resolvera con el principio de consuncin,
pues el uso del instrumento falso se presenta en esta hiptesis
como un acto posterior impune,122 o consecuencia de la falsifi-
cacin, que queda consumido por ese delito, de modo que se
aplicara nicamente la pena correspondiente a la falsificacin.
Si el autor del uso particip en la falsificacin como cmplice,
el mismo principio nos seala que la autora consume la compli-
cidad y, de consiguiente, slo responder como autor de uso de
documento falsificado.
El tipo objetivo de este delito consiste en la accin de usar
el documento, y usar para estos efectos tiene un sentido amplio,
no se requiere que cause un perjuicio, pero s es necesario que

122
Muoz Conde, op. cit., p. 478.

85
DERECHO PENAL

se emplee el documento como tal. Un uso de otra ndole, sea


como simple papel u otro independiente de su calidad de do-
cumento pblico, es atpico. Lo que se ampara es la fe pblica,
y sta resulta afectada nicamente cuando el usuario emplea el
documento mendaz como verdadero, aunque no perjudique a
una persona determinada con ello. Para efectos del tipo penal no
presenta trascendencia la naturaleza del uso que se le otorgue al
documento, siempre que se emplee como tal, pero esto cuenta
con una excepcin: si se acompaa en un juicio criminal o civil
prefiere el tipo especial descrito en el art. 212.123
El tipo subjetivo queda precisado con la exigencia que hace el
art. 196 en cuanto a que el uso debe ser malicioso; esto importa
que el sujeto debe tener conocimiento de la mendacidad del
instrumento pblico que emplea. En otros trminos, este delito
necesita de dolo directo; queda descartado el dolo eventual, por-
que el que duda si el documento es verdadero o falso no tiene la
certeza que demanda el precepto sobre su falsedad.
La pena que corresponde al delito de uso de documento p-
blico falso aparece demasiado rigurosa, porque es la misma que se
impone al falsificador, a pesar de tratarse de un comportamiento
distinto, y en el hecho la sancin es superior a la que se impone al
que falsifica un documento privado, criterio que resulta discutible
desde la perspectiva de una poltica criminal armnica.

De la falsificacin de instrumentos privados


36. ENUNCIADO

El prrafo N 5 del Ttulo IV tiene como subttulo el sealado en


el enunciado y cuenta con dos artculos, el 197 que se ocupa de
la falsificacin de los documentos privados, distinguiendo entre
los que tienen el carcter de mercantiles y los dems que no lo
poseen, y el art. 198 que castiga el uso de ambas clases de docu-
mentos falsos.
Estas figuras presentan diferencias notorias con las antes
analizadas (falsificaciones de documentos pblicos o autnticos).

123
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 170.

86
DELITOS DE FALSEDAD

En primer lugar, se est ante delitos de resultado y no de peligro,


que para consumarse requieren causar un perjuicio, lo que per-
mite afirmar que en ellos son posibles las formas imperfectas, o
sea tentativa y frustracin. En segundo lugar, se trata de delitos
comunes, que pueden ser cometidos por cualquiera persona, aun
un empleado pblico; no requieren de sujeto calificado. El bien
jurdico de estos delitos es el patrimonio, porque para consumarse
deben causar un perjuicio a terceros; secundaria o mediatamen-
te protegen la fe pblica, y ello explica en parte que hayan sido
ubicados en el Ttulo IV, junto con los de falsificacin de instru-
mentos pblicos.
El objeto material de la accin es el documento privado, y por
tal ha de entenderse todo aquel que siendo escrito, no es docu-
mento pblico u oficial. El documento privado es una nocin
residual a la que se llega por descarte.124
A continuacin se estudiarn los tipos de falsificacin de ins-
trumento privado no mercantil (art. 197 inc. 1), de documento
mercantil (art. 197 inc. 2) y finalmente, la falsedad por uso de
dichos instrumentos (art. 198).

37. FALSIFICACIN DE INSTRUMENTO PRIVADO NO


MERCANTIL

El art. 197 inciso primero dice: El que, con perjuicio de tercero, co-
metiere en instrumento privado alguna de las falsedades designadas
en el artculo 193, sufrir las penas de presidio menor en cualquie-
ra de sus grados y multa de once a quince unidades tributarias
mensuales, o slo la primera de ellas segn las circunstancias.
El tipo objetivo describe el comportamiento material pro-
hibido, que consiste en falsificar un documento privado no
mercantil. Para sealar las formas de falsificacin prohibidas, la
disposicin hace referencia a las diversas hiptesis enumeradas
en los ocho apartados del art. 193, pero hay cierto consenso en
el sentido de que esta referencia es relativamente cierta, porque
no todas las maneras de falsificar un documento sealadas en el
art. 193 para los documentos pblicos son posibles respecto de

124
Bustos, op. cit., p. 415.

87
DERECHO PENAL

los instrumentos privados. En realidad la referencia dice rela-


cin exclusiva con las falsedades materiales (Nos 1, 5 y 6), pero
quedan excluidas todas las falsedades ideolgicas, porque a las
personas comunes el ordenamiento jurdico no les ha impuesto
el deber de decir la verdad, salvo situaciones excepcionales, y
slo en esta ltima alternativa podra incurrir en falsedad ideo-
lgica.125 Resulta obvio que los particulares no pueden cometer
falsedades como las indicadas en los Nos 2, 3 y 4, porque no tie-
nen la calidad de empleados pblicos y son stos los que estn
obligados a dejar constancia de las personas que otorgan un
documento, o ser fieles respecto de las declaraciones que esos
terceros hagan ante l. Tampoco el particular puede incurrir
en falsedad por ocultacin, por cuanto esta clase de falsedad
tiene por objeto material un documento oficial, en tanto que el
art. 197 se ocupa de los documentos privados126 y no de otros.
Adems, la ocultacin de un documento privado est sancio-
nada como estafa por el art. 470 N 5, cuando en esa forma se
defrauda a otro.
Las modificaciones o alteraciones que se hagan al documento
privado han de ser, en todo caso, de tal naturaleza que modi-
fiquen el sentido del mismo, en atencin a que el precepto se
refiere a alguna de las falsedades descritas en el art. 193, y como
se seal en su oportunidad todas importen una modificacin
substancial al alcance original del documento.
En esta oportunidad el Cdigo, al igual que cuando describi
los delitos de falsificacin de instrumentos pblicos, no se refi-
ri a la creacin o confeccin total de un documento privado
falso. Podra plantearse la duda de si este hecho constituye o no
falsificacin punible, pero resulta indiscutible que la creacin
ntegra de un instrumento privado falso no puede adecuarse en
el referido artculo 197. En efecto, esa conducta no calza en la
descripcin del tipo en estudio, porque no existe un documen-
to privado autntico al cual imitar127 y, de otro lado, el art. 197
castiga al que cometiere en instrumento privado alguna de las
falsedades, lo que supone la materialidad previa de un docu-

125
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 173; Bustos, op. cit., p. 415; Orts, op. cit., p. 260.
126
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 272.
127
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 172.

88
DELITOS DE FALSEDAD

mento real, en el cual se lleve a cabo alguna de las conductas que


constituyen falsedad. La hiptesis planteada queda fuera de la
figura descrita en el art. 197.
El tipo objetivo requiere de otro elemento para que se con-
forme el delito de falsificacin, elemento que se desprende de
la expresin con perjuicio de tercero empleada por el art. 197.
Es necesario para la consumacin del delito, de consiguiente,
que se cauce un perjuicio a una persona con la adulteracin del
documento, no necesariamente a la vctima, sino a cualquier ter-
cero que lo sufra a consecuencia de la accin maosa; por ello el
legislador us la palabra tercero y no la de sujeto pasivo.
El perjuicio no necesariamente debe ser de naturaleza pecu-
niaria, podra ser de otro orden,128 aunque no as el meramente
moral, que a nuestro juicio queda excluido porque el legislador
cuando lo ha considerado, siempre lo ha sealado de manera
expresa; esta opinin no es unnime en todo caso.129 El afectado
normalmente es la persona a quien se le falsific el documento,
pero puede cualquier otro tener esa calidad; el artculo se refiere
a un tercero en general, sin limitaciones.
La exigencia de este elemento del delito, el perjuicio, es lo
que transforma el tipo en uno de resultado o material. En tanto
no se provoque el dao, el delito de falsificacin no est consu-
mado. Con esta afirmacin se ha tomado posicin respecto de la
naturaleza de esta figura, por cuanto hay opiniones en el sentido
de que no requiere de la provocacin de ese resultado para su
perfeccionamiento; el perjuicio no sera entonces un elemento
del tipo objetivo, sino una condicin objetiva de punibilidad, necesa-
ria nicamente para su sancin, tesis que tiene particular relieve,
entre otras alternativas, para precisar cul es el tipo subjetivo que
requiere la figura.
Autores como Pedro Ortiz, en la misma forma que parcial-
mente lo haca en Espaa Rodrguez Devesa,130 han sostenido
que en el sistema nacional el perjuicio es una condicin objetiva

128
Cfr. Cuello Caln, D.P., t. 2, p. 263; Bustos, op. cit., p. 415; Orts, op. cit.,
p. 261.
129
Para Etcheberry el perjuicio debe tener carcter pecuniario, porque lo
asimila al sufrido en el fraude (D.P., t. IV, p. 174). Para Cuello Caln el perjuicio
meramente moral queda incluido (D.P., t. 2, p. 263).
130
Citado por Muoz Conde, op. cit., p. 400.

89
DERECHO PENAL

y no el resultado de la falsificacin. Para afirmarlo se fundamen-


tan en la circunstancia de que la falsificacin y el perjuicio son
eventos independientes, que pueden ser realizados por personas
distintas, ya que el legislador no estableci que las acciones sean
realizadas por un mismo o nico ejecutor y, de otro lado, piensan
que el bien jurdico protegido no es el patrimonio, sino la inte-
gridad probatoria, que se lesiona con la simple falsificacin. Se-
gn esta doctrina el perjuicio sera algo que objetivamente debera
darse para poder sancionar el delito de falsificacin ya consuma-
do; ese resultado lesivo quedara al margen del dolo del agente,
que no requerira obrar con el objetivo de perjudicar a alguien
al realizar la adulteracin, o por lo menos con el conocimiento
de que esa lesin se producir. Esta doctrina es minoritaria en
nuestro sistema.131
Adems, para que el tipo objetivo se presente debe haber una
relacin de causalidad (de imputacin objetiva) del perjuicio a
la accin falsificadora; o sea, la lesin que sufra el tercero ha de
ser consecuencia de la falsificacin.
El tipo subjetivo requiere de dolo, el que conforme a la es-
tructura que se ha reconocido al tipo objetivo en esta obra se
extiende a todos los extremos de los elementos que conforman
el delito, tanto al conocimiento y voluntad de llevar a cabo la
falsificacin de un documento como a la de concretar un per-
juicio en una persona mediante esa actividad. El agente tiene
que saber que aquello que est manipulando es un documento
privado, que con relacin al mismo ejecuta alguna de las accio-
nes descritas en el art. 193 y que al hacerlo causar un perjuicio
a una persona, pues el dolo debe abarcar todos los elementos
del tipo objetivo. La doctrina mayoritariamente comparte este
criterio; no obstante, aquellos que segn lo antes comentado es-
timan que el perjuicio es una condicin objetiva de punibilidad
y no un elemento del tipo, necesariamente tienen que adoptar
una posicin distinta; desde esa perspectiva, el perjuicio no
debe ser considerado para los efectos del dolo, que estara

131
Es rechazada por Luis Cousio M., La falsificacin, pp. 23-25, 51-57; por
Etcheberry, D.P., t. IV, pp. 174-175; Bustos, op. cit., pp. 415-416. En Espaa no la
comparten Muoz Conde, op. cit., p. 480; Orts, op. cit., p. 261; Crdoba Roda,
op. cit., t. 3, p. 942.

90
DELITOS DE FALSEDAD

integrado nicamente por el conocimiento de la accin de


falsificacin realizada y la misma tendra como objeto material
un documento privado.

38. FALSIFICACIN DE DOCUMENTO PRIVADO MERCANTIL

El inciso segundo del art. 197 describe este delito: Si tales fal-
sedades se hubieren cometido en letras de cambio u otra clase de
documentos mercantiles, se castigar a los culpables con presidio
menor en su grado mximo y multa de diecisis a veinte unida-
des tributarias mensuales, o slo con la primera de estas penas
atendidas las circunstancias.
La falsificacin de letras de cambio y de documentos mer-
cantiles en el sistema nacional es una modalidad especial de la
falsificacin de documentos privados, a diferencia de la legisla-
cin espaola que los trat junto con los documentos pblicos
y oficiales. Lo recin anotado ofrece importancia, porque todo
lo que se ha expuesto con anterioridad sobre la falsificacin
de los instrumentos privados y las caractersticas de su tipo
objetivo y subjetivo, rige en plenitud respecto de las letras de
cambio y documentos mercantiles. Esa semejanza se desprende
de las expresiones usadas por el inciso segundo del art. 197 si
tales falsedades se hubieren cometido que no dejan lugar a dudas
que alude a las falsedades que se sancionan en el inciso primero,
con todas sus modalidades. Por lo tanto se requiere del perjuicio
all exigido como integrante del tipo objetivo, que segn lo ya
explicado debe ser abarcado por el dolo.
Adquiere individualidad esta forma de falsificacin por el
objeto material sobre el cual recae la accin, que necesariamente tiene
que ser una letra de cambio o cualquier otro documento mer-
cantil; es un tipo especial en relacin con el descrito en el inciso
primero del art. 197. La distincin tiene importancia entonces,
por cuanto la pena en ese caso es ms rigurosa, presidio menor
en su grado mximo y multa, o slo la primera. Cuando lo falsifi-
cado es un documento privado, debe establecerse como cuestin
previa si se trata o no de uno mercantil, porque slo en este caso
se podr hacer aplicacin del tipo residual establecido en el inci-
so primero del art. 197. El Cdigo Penal no precis qu es lo que

91
DERECHO PENAL

ha de entenderse por letra de cambio y documento mercantil,


de manera que su alcance se precisar recurriendo a lo que por
tal entienden las instituciones que se ocupan de lo mercantil, en
particular el Cdigo de Comercio y las leyes que lo complemen-
tan. El concepto de lo que es una letra de cambio lo establece la
Ley N 18.092, publicada en el Diario Oficial el 14 de octubre de
1982, que en su art. 1 enumera cules son las menciones que
debe contener para ser tal. Sin embargo, los referidos textos no
han dado un concepto de lo que ha de entenderse por instrumen-
to mercantil. El Cdigo dio tratamiento especial y ms estricto a
esta clase de documentos, lo que significa que les reconoci una
mayor eficacia jurdica que la que posee el resto de los instru-
mentos privados; de otro lado, la denominacin mercantil alude
a aquellos que dan cuenta de un acto de comercio. La determi-
nacin de si un documento es o no mercantil no puede dejarse
entregada al criterio de los particulares, por las consecuencias
penales que trae aparejada; necesariamente ha de concluirse que
por el principio de legalidad debe limitarse su alcance a aquellos
que dando cuenta de un acto comercial, hayan sido reglados y
considerados como tales por las leyes mercantiles.132

39. EL USO MALICIOSO DE INSTRUMENTO PRIVADO FALSO

Se prohbe el uso malicioso de documento falso en el art. 198:


El que maliciosamente hiciere uso de los instrumentos falsos a que
se refiere el artculo anterior, ser castigado como si fuera autor
de la falsedad.
Se reitera en esta oportunidad lo explicado cuando se trat
el uso de documento pblico falso.133 En la especie rigen los
mismos principios, sobre todo en lo que dice relacin con la ex-
presin maliciosamente, que supone en el sujeto activo el conoci-
miento de la falsedad del documento que emplea, de modo que
requiere dolo directo, el eventual queda descartado. La diferen-
cia que existe con el uso de documento pblico falso incide en
la naturaleza del delito, que es diversa. El empleo malicioso de

132
Orts, op. cit., p. 233.
133
Vase supra, prrafo 35.

92
DELITOS DE FALSEDAD

un instrumento privado falso es un delito de resultado, de lesin,


que requiere para perfeccionarse que una persona haya sufri-
do un perjuicio con motivo de esa conducta, perjuicio que no
necesariamente ha de ser de ndole patrimonial. Esta exigencia
afecta tanto el uso de documento privado mercantil adulterado
como de uno que no tenga esa calidad; ha de recordarse que
este mismo comportamiento, cuando se trata de un documento
pblico falso, constituye un delito de peligro, que no necesita para
perfeccionarse que cause un perjuicio.
La exigencia del perjuicio en el uso malicioso de un instru-
mento privado, si bien no aparece establecida en el art. 198, es
inherente al tipo de falsificacin de instrumentos privados (art. 197),
donde conforma un elemento de esa figura penal, y como el uso
es un comportamiento posterior y consecuencial de la falsifica-
cin, el perjuicio va subentendido.
El recin sealado es el criterio que ha acogido la jurispru-
dencia de los tribunales en nuestro pas.134

40. CONCURSO DE DELITOS

El delito de falsificacin de instrumento privado puede entrar


en concurso con otros delitos, en particular con la estafa y con
la malversacin, porque lo normal ser que el simple hecho de
alterar o modificar el documento no satisfaga al falsificador, sino
que pretender usarlo con posterioridad o sea, engaar a una
persona simulando que se trata de un documento verdadero y
ese empleo por regla general crea o causa un perjuicio para ter-
ceros, que frecuentemente es de carcter patrimonial (el agente
falsifica una letra de cambio y procede a descontarla en una
institucin de crdito). En estas alternativas se plantea la duda
sobre cul es el tipo penal a aplicar.
Se dan los elementos del delito de estafa, sea de la figura re-
glada en el art. 468 o, en su caso, de la descrita en el art. 473, pues
ha habido una maquinacin engaosa el documento falso, que
induce a error a la vctima y el perjuicio. No corresponde estimar
que hay un concurso material de delitos y tampoco uno medial, lo

134
Vase el Repertorio de Legislacin y Jurisprudencia del Cdigo Penal, pp.
108-109.

93
DERECHO PENAL

que descarta la aplicacin de ambos tipos penales coetneamente;


en verdad se trata de un concurso aparente de leyes penales, por-
que la aplicacin de un tipo penal descarta al otro.
Para resolver ese concurso aparente se ha de tener en cuenta
que el engao de la falsificacin en relacin con el engao re-
querido en la estafa est en situacin de especialidad, por cuanto
en aquel delito la falsificacin es el nico medio de cometerlo,
en tanto que en la estafa se puede emplear cualquier otra clase
de maquinacin dirigida a inducir a error a una persona; en esta
forma, aparecera que el delito de falsedad preferira al de estafa.
Pero, de otro lado, la estafa debe provocar una lesin en el patri-
monio, en tanto que en la falsificacin de instrumento privado
el dao puede ser de cualquiera naturaleza; de consiguiente,
la estafa se presenta como delito especial en relacin con el de
falsedad. En este evento, el problema no se resuelve con el prin-
cipio de especialidad, ms an si ambas figuras no tienen como
objeto de proteccin exactamente los mismos intereses: la falsi-
ficacin vela por el patrimonio, pero adems y secundariamente
por la fe pblica, en tanto que en la estafa el patrimonio es lo
nico amparado. De modo que lo que corresponde sopesar es
si la concrecin de uno de esos tipos penales consume al otro,
lo que sucede en la realidad. En efecto, el aparente concurso se
resuelve con el principio de consuncin, por cuanto el legislador
al describir el delito de falsificacin consider el desvalor, entre
otros perjuicios, del inferido al patrimonio, de manera que en
definitiva el delito de falsificacin consume en su descripcin al
de estafa.135
Para aquellos que afirman que el perjuicio en la falsificacin
de instrumentos privados debe necesariamente ser de ndole patri-
monial para que se perfeccione, resuelven el posible conflicto de
leyes con el principio de especialidad, al tomar en cuenta que la
falsificacin de documento se puede realizar slo mediante engaos
especiales (algunos de los enumerados en el art. 193), a diferencia
de la estafa, que no pone lmites tan estrictos en cuanto a la clase de
ardides a emplear, de modo que el delito de falsificacin se presenta
como un delito especial respecto de la estafa y, por ello, prefiere en
su aplicacin.136

135
La sealada es la tesis que sostiene Luis Cousio (La falsificacin, pp. 43 y ss.).
136
En ese sentido, Etcheberry (D.P., t. IV, pp. 176-177).

94
DELITOS DE FALSEDAD

La situacin cambia si el perjuicio a que alude el art. 197 no es


considerado elemento del tipo falsificacin, sino condicin objeti-
va de punibilidad. En esta alternativa se estara ante un concurso
material de delitos, toda vez que la falsificacin de documento
privado se consumara con la simple realizacin de la falsificacin,
porque lo amparado como bien jurdico sera el efecto probato-
rio del documento; mientras que en la estafa el bien jurdico est
constituido por el patrimonio, cuya lesin es un elemento del tipo
penal. Si el falsificador quiere, adems, lesionar el patrimonio
de un tercero, este ltimo efecto no queda abarcado por la fal-
sificacin, que constituira el medio necesario para la comisin
del delito de estafa. Se estara ante un concurso medial que se
tratara conforme al art. 75, o sea imponiendo una sola pena, la
mayor asignada al delito ms grave.137
Algunos autores llegan a igual solucin o sea aplicar una
sola pena, la correspondiente al art. 197 de la falsificacin en
lugar de la de estafa por ser ms alta la de aquella norma, pero
por un camino distinto. Recurren al principio de la alternativa,
al considerar que se trata de un solo hecho en que aparecen
dos normas penales aplicables: la del art. 197 que describe la
falsificacin, ubicada entre los delitos contra la fe pblica, y la
del art. 468 que sanciona la estafa; ambos tipos exigen un se-
gundo elemento para configurarse: el perjuicio sufrido por una
persona. Se estara por lo tanto frente a dos normas penales que
adecuaran un mismo hecho, que al no consumirse una y otra,
y al no encontrarse en relacin de especialidad, correspondera
aplicar en mrito del principio de alternativa cualquiera de las
penas pertinentes indistintamente, pero con preferencia la ms
alta, o sea la del art. 197.138
La jurisprudencia nacional ha recogido mayoritariamente en
las ltimas dcadas la doctrina del concurso aparente de leyes,139
que resuelve con el principio de especialidad, en el sentido de
que el delito de falsificacin es ms especfico que el de estafa.
No obstante, hay sentencias en que se acogen las otras doctrinas,

137
Lo expuesto corresponde al pensamiento de Pedro Ortiz (citado por Luis
Cousio).
138
As lo propone Rafael Fontecilla, Concursos de delincuentes, pp. 103-104.
139
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 66.

95
DERECHO PENAL

en particular la del concurso ideal, aunque principalmente en la


primera mitad del siglo XX.140

De la falsificacin de pasaportes, porte


de armas y certificados
41. NOCIONES PREVIAS

En el prrafo sexto del Ttulo IV, el Cdigo Penal se ocupa de


reglar la falsificacin de varios documentos, los que, por lo me-
nos algunos, tienen el carcter de pblicos, pero que en una
casustica detallada trata separadamente en este Ttulo (arts. 199
al 205). Es posible distinguir tres situaciones distintas: la relativa
a la falsificacin de pasaportes y porte de armas, la que se refiere
al uso de estos instrumentos y aquella que se ocupa de la falsifi-
cacin de certificados.

42. FALSIFICACIN DE PASAPORTES Y PORTE DE ARMAS

El objeto material sobre el cual recae la accin necesariamente


debe ser un pasaporte, que es un documento oficial que se extien-
de por la autoridad con determinados enunciados y que tiene
por objeto acreditar la identidad de una persona; tambin puede
ser objeto material el denominado porte de arma, que consiste en
la autorizacin de la autoridad, otorgada por escrito, que faculta
a una persona para tener un arma de fuego o para portarla.
Las acciones prohibidas se describen en los arts. 199 y 200,
que distinguen entre la falsedad cometida por funcionario p-
blico y la llevada a cabo por un particular.
En el art. 199 se sanciona la falsedad cometida por un fun-
cionario pblico: El empleado pblico que expidiere un pasaporte o
porte de armas bajo nombre supuesto o lo diere en blanco, sufrir las
penas de reclusin menor en sus grados mnimo a medio e inha-
bilitacin absoluta temporal para cargos y oficios pblicos en los

140
Revsense los numerosos fallos que adhieren a las diversas doctrinas comen-
tadas, citados en el Repertorio, pp. 71 y ss.

96
DELITOS DE FALSEDAD

mismos grados. Es el funcionario pblico, en este caso, quien


debe extender el pasaporte o porte de arma, y al hacerlo incurre
en falsedad ideolgica, o sea miente alterando la identidad de la
persona de que se trate o no determinndola. El documento en
su materialidad es autntico, porque est otorgado por quien
corresponde.
En el art. 200 se describe la falsificacin realizada por un
particular: El que hiciere un pasaporte o porte de armas falso, ser
castigado con reclusin menor en su grado medio y multa de seis
a diez unidades tributarias mensuales.
Las mismas penas se impondrn al que en un pasaporte o
porte de armas verdadero mudare el nombre de la persona a cuyo favor
se halle expedido, o el de la autoridad que lo expidi, o que altere en l
alguna otra circunstancia esencial.
Interesa hacer notar que el sujeto activo de este delito es un
particular, entendiendo por tal aquel que no es funcionario pbli-
co o que, sindolo, no es el habilitado para otorgar el pasaporte
o porte de arma.
La accin puede adoptar dos modalidades: a) fabricar o
crear un pasaporte o porte de arma, que, por ello, es totalmente
inautntico, y b) en un documento verdadero, modificarlo en
su texto en forma substancial. Por va de ejemplo la norma indica
adulteraciones consistentes en reemplazar el nombre del bene-
ficiado, o de la autoridad que lo extiende.
El tipo subjetivo, en las diversas alternativas indicadas, supone
dolo directo, porque el funcionario pblico o el particular debe
tener conocimiento claro de la accin que realiza; las expresio-
nes empleadas por el legislador exigen esta subjetividad concreta,
o sea el efectivo conocimiento de que se est incurriendo en una
falsedad (hiciera un pasaporte o porte de arma falso; mudare el
nombre, etc.).

43. EL USO DE PASAPORTE O PORTE DE ARMA FALSO


Y EL MAL USO DE UNO VERDADERO

El art. 201 describe esta situacin: El que hiciere uso del pasaporte o
porte de armas falso a que se refiere el artculo anterior, incurrir
en una multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.

97
DERECHO PENAL

La misma pena se impondr al que hiciere uso de un pasaporte


o porte de armas verdadero expedido a favor de otra persona.
El precepto describe una situacin distinta en cada uno de
sus dos incisos. En sendas alternativas el documento debe ser
usado, y por tal ha de entenderse un empleo para el objetivo a
que jurdicamente est destinado o, por lo menos, vinculado con
ese destino. Otro uso, por ejemplo de propaganda o enseanza,
es insuficiente para adecuarlo al tipo penal.
En el inciso primero se describe un delito cuyo tipo objetivo
consiste en usar, en el sentido antes indicado, un pasaporte
o porte de arma autntico, verdadero, pero en el cual se han
hecho alteraciones que varan su substancia; sera el caso de en-
mendar la fecha de su vigencia, prorrogndola. El tipo subjetivo
requiere que los elementos objetivos hayan sido abarcados por
el dolo, al igual que en las otras hiptesis de uso malicioso ya co-
mentadas. Se estima por sectores de la doctrina que la situacin
del tipo subjetivo en este caso es distinta porque el legislador no
exigi en esta disposicin que se actuara maliciosamente,141 como
lo hizo en los arts. 196 y 198, entre otros preceptos. Cuando ms,
la omisin anotada permitira sostener que en las situaciones en
estudio sera posible el dolo eventual, el que claramente queda
descartado en las oportunidades que la ley dispone que se obre
con malicia.
Para que se perfeccione el delito la conducta descrita no
necesita provocar perjuicio a terceros, es suficiente el uso del
documento falso. El sujeto pasivo puede ser cualquiera persona,
pues se trata de un delito comn, con la salvedad que si es el
propio autor de la falsificacin quien usa el documento, este
uso constituye un acto posterior impune o, en todo caso, queda
consumido por el primer delito, del cual es una consecuencia.
En el inciso segundo, el art. 201 prohbe el uso de un pasa-
porte o porte de arma autntico, si est expedido a favor de otra
persona. La hiptesis alude al uso indebido de un documento
verdadero, lo que supone que est expedido a nombre de una
persona distinta de aquella que lo emplea, donde normalmente
se producir una sustitucin de persona o usurpacin de su iden-

141
As lo hace notar Etcheberry, D.P., t. IV, p. 181.

98
DELITOS DE FALSEDAD

tidad. Como el inciso primero del art. 201 limita su aplicacin


a las alternativas que se describen en el art. 200, necesariamen-
te ha de colegirse que las situaciones que se mencionan en el
inciso segundo en comentario comprenden tambin el uso de
pasaporte o porte de arma extendido bajo nombre supuesto o
con beneficiario en blanco descrito en el art. 199, adems del
uso de un documento verdadero extendido a nombre de una
persona distinta de aquella que pretende emplearlo, quien es-
tara usurpando su identidad, hiptesis esta ltima que ha sido
expresamente sealada en el art. 201.

44. FALSIFICACIN DE CERTIFICADOS

El Cdigo Penal, en el mismo prrafo en que se describen los de-


litos referidos a los pasaportes y porte de armas (arts. 202 a 205),
se ocup de la falsificacin de los certificados. Los certificados
son documentos especiales que tienen por objeto dejar constan-
cia de materias o asuntos determinados. En la actualidad, desde
una perspectiva de poltica criminal, resulta discutible si todos los
extremos a los cuales se extienden estos tipos penales responden
a los requerimientos punitivos que plantea nuestra poca.
En los artculos 202 y 203 se describen tipos penales de
falsedad ideolgica en que pueden incurrir slo determinados
sujetos; esto es, los facultativos y los empleados pblicos. Los
artculos 204 y 205 se ocupan de la falsificacin de certificados
cometida por particulares y de su uso malicioso.
La actividad humana en este grupo de delitos se caracteri-
za por tener como objeto material un certificado, y atendida su
ubicacin entre las falsedades documentales, hay que concluir
que requieren de un documento escrito. La escrituracin es la
caracterstica de los certificados, por lo menos para los efectos
penales, porque en ellos se da por cierto algo, certificar no es otra
cosa que asegurar la verdad o realidad de un hecho o circunstan-
cia. Por lo tanto, estos delitos tratan de la falsedad cometida en
documentos escritos en que se deja constancia de una realidad
determinada.

99
DERECHO PENAL

45. CERTIFICACIN FALSA DE FACULTATIVO

El art. 202 se refiere a esta figura en los siguientes trminos: El


facultativo que librare certificacin falsa de enfermedad o lesin con el
fin de eximir a una persona de algn servicio pblico, ser castigado
con reclusin menor en sus grados mnimo a medio y multa de
seis a diez unidades tributarias mensuales.
El precepto describe un delito especial que requiere de un
sujeto calificado, porque su autor tiene que ser un facultativo, un
mdico. Quedan excluidos, en consecuencia, los enfermeros, las
matronas y dems profesionales de la salud, que no se entienden
comprendidos en el trmino facultativo.142
El tipo objetivo est constituido por la accin de extender el certi-
ficado un documento escrito respecto de una enfermedad o lesin
que no tiene el paciente, o que es de naturaleza o gravedad distinta a
la que se indica. Se trata, en consecuencia, de una falsedad ideolgica,
pues el documento es real, pero lo que en l se expresa es mendaz.
El tipo subjetivo est conformado, como sucede en todo
delito, por el dolo, que en la especie ha de extenderse al co-
nocimiento de que es falso lo que se est certificando sobre la
enfermedad o lesin que aquejara al paciente. Este dolo debe
ir aparejado de un elemento subjetivo: la finalidad de eximir
a esa persona de un servicio pblico. No persigue evitarle una
actividad privada o facilitarle la obtencin de un beneficio, sino
liberarlo de una carga pblica.
Si el mdico es funcionario pblico e incurre en la conducta
descrita, no se da el tipo penal en estudio, sino la falsedad del
art. 193 N 4.143 Otro tanto sucede si el certificado se extiende para
liberar a una persona de la obligacin de integrar las mesas recep-
toras de sufragios que le impone la Ley de Elecciones, porque el
art. 140 de la misma sanciona especialmente esta omisin.

46. CERTIFICACIONES FALSAS DE EMPLEADOS PBLICOS

El art. 203 expresa: El empleado pblico que librare certificacin


falsa de mrito o servicios, de buena conducta, de pobreza, o de otras

142
Cfr. Orts, op. cit., p. 264.
143
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 182.

100
DELITOS DE FALSEDAD

circunstancias semejantes de recomendacin, incurrir en una multa


de seis a diez unidades tributarias mensuales. La descripcin
presenta una doble particularidad, el sujeto activo debe ser
un empleado pblico en el sentido que a la expresin le da el
art. 260, de manera que se trata de un delito especial porque re-
quiere de un sujeto calificado. El tipo penal objetivo exige que
el objeto material de la accin sea un certificado, en el alcance
que se le ha dado a esta expresin en los prrafos precedentes.144
Pero la certificacin queda limitada a las recomendaciones que
se hacen en favor de una persona, referentes a su conducta, a su
pobreza o circunstancias semejantes. Como es evidente, se est
ante una falsedad ideolgica, porque se deja constancia de algo
que no corresponde a la verdad, que es mentira.
El tipo subjetivo exige dolo, que importa tener conocimiento
de que se est mintiendo al extender el certificado; los errores
de meros detalles no tienen relevancia, la falsedad ha de incidir
en aspectos esenciales que se refieren a los mritos, servicios,
conductas y temas semejantes.

47. FALSIFICACIN DE CERTIFICADO MDICO SOBRE


ENFERMEDAD Y DE EMPLEADO PBLICO SOBRE
CIRCUNSTANCIAS DE RECOMENDACIN. EL USO DE
ESTOS DOCUMENTOS

El art. 204 describe estas figuras: El que falsificare un documento


de la clase designada en los dos artculos anteriores, ser castigado
con reclusin menor en su grado mnimo y multa de seis a diez
unidades tributarias mensuales.
Esta disposicin es aplicable al que maliciosamente usare, con
el mismo fin, de los documentos falsos.
El delito puede ser cometido por cualquiera persona; de
consiguiente es un tipo comn, que cualquier particular puede
ejecutar, comprendiendo en la expresin al funcionario pblico
que acta al margen del mbito de sus funciones, y se consuma
con la simple actividad de falsificacin, de modo que es un delito

144
Vase supra, prrafo 44.

101
DERECHO PENAL

formal.145 Se castigan en esta disposicin nicamente falsedades


materiales, y no ideolgicas.
El tipo objetivo consiste en falsificar un certificado autntico
haciendo en l modificaciones o intercalaciones que varen su
sentido; esto no lo dice la disposicin, pero es una exigencia que
se desprende de la interpretacin armnica del contexto de estas
figuras. La falsificacin, entonces, ha de recaer en un certificado
de la clase de los indicados en los arts. 202 y 203, otorgado vli-
damente por un facultativo o por un empleado pblico.
Se comprende tambin en el tipo objetivo, el comportamien-
to que consiste en crear o fabricar en su integridad un certificado
falso, y no slo su adulteracin.146

48. EL USO DE CERTIFICADOS FALSOS

El inciso 2 del precepto antes transcrito sanciona con la misma


pena que al falsificador, al que usa maliciosamente alguno de los
certificados falsos, sea de enfermedad o de recomendacin.
Aqu se vuelve a exigir, como se hizo en otras oportunidades,
que el agente acte con malicia, limitando al dolo directo el
tipo subjetivo. De manera que el autor ha de tener conoci-
miento cierto de que emplea un documento falsificado; el dolo
eventual queda descartado. El precepto agrega un elemento
subjetivo del tipo al sealar que el usuario debe obrar con el
mismo fin, pero esta condicin anmica debe entenderse refe-
rida exclusivamente al empleo de un certificado falso de lesin
o enfermedad, por cuanto el art. 203 es la nica disposicin
que alude al fin de eximir a una persona de algn servicio p-
blico; de consiguiente, tratndose de esa clase de certificados
el sujeto activo debe emplearlo para eludir un servicio pbli-
co, elemento subjetivo que no se exige en el delito de uso del
certificado de recomendacin, pues tal finalidad ni ninguna
otra ha sido establecida a su respecto.

145
Muoz Conde, op. cit., p. 485.
146
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 62; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 182.

102
DELITOS DE FALSEDAD

49. FALSIFICACIN DE CERTIFICADOS DE FUNCIONARIOS


PBLICOS QUE PUEDEN COMPROMETER INTERESES

El art. 205 expresa: El que falsificare certificados de funcionarios


pblicos que puedan comprometer intereses pblicos o privados, sufrir
la pena de reclusin menor en su grado medio.
Si el certificado ha sido falsificado bajo el nombre de un particu-
lar, la pena ser reclusin menor en su grado mnimo.
La ley penal se preocup de diferenciar este tipo de certifi-
cados de los sealados en el art. 204, que comprenden aquellos
cuyo contenido son recomendaciones. El art. 205 se extiende a
cualquier clase de certificado, siempre que cumpla algunas con-
diciones especiales: a) que sea extendido o corresponda que lo
otorgue un funcionario pblico; esta hiptesis comprende tanto
la confeccin ntegra del documento como la modificacin de
uno autntico; b) que el autor de la falsificacin sea un parti-
cular, entre ellos el funcionario pblico que acta fuera de la
esfera de las funciones que le son propias; c) que el certificado
no tenga la calidad de instrumento pblico; de ser as, tal com-
portamiento encuadrara en uno de los tipos penales descritos
en los arts. 193 194, segn los casos,147 y d) que su extensin
pueda comprometer intereses pblicos o privados; esta exigen-
cia constituye un elemento normativo que deber ser apreciado
objetivamente por el tribunal. Hay que observar que no es un
delito material o de resultado, sino que debe provocar un efecto
distinto a la accin misma de falsificacin. Es un delito formal y
de peligro concreto, en cuanto el otorgamiento del certificado
falso ha de comprometer intereses del Estado o de particulares,
sin perjuicio que en la realidad no haya alcanzado a causar un
perjuicio.
El tipo subjetivo requiere de dolo (conocimiento y voluntad
de realizar la accin de falsificacin), pero adems se exige que
el autor tenga conciencia de que con la falsificacin pondr en
peligro un inters, sea pblico o privado. Este peligro es un ele-
mento normativo del tipo que debe ser abarcado por el dolo.
Para determinar la sancin que corresponde al delito debe
distinguirse si el certificado se extendi empleando el nombre

147
Etcheberry, D.P., t. 2, p. 163.

103
DERECHO PENAL

de un funcionario pblico o de un particular; en el primer caso,


la pena es ms grave.
El art. 205 describe la falsificacin de un certificado, pero esa
descripcin no se extiende al uso doloso del mismo. Si quien lo
emplea es el mismo falsificador, ese uso es un hecho posterior
impune consumido por la falsificacin, de manera que corres-
pondera imponer la sancin por la falsedad y no as por el uso.
Si aquel que se sirve del certificado es un tercero, la conducta
del usuario puede reprimirse conforme al artculo 198, siempre
que efectivamente se cause un perjuicio, pues como se seal al
comentarlo, en esa disposicin se castiga una figura de resultado
o material. Si no provoca perjuicio el uso del certificado falso
realizado por un tercero, el hecho queda impune porque es
atpico.

104
CAPTULO
DELITOS DESEGUNDO
FALSEDAD

FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO.


EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA.
EJERCICIO ILEGAL DE UNA PROFESIN

50. NOCIONES GENERALES. BIEN JURDICO PROTEGIDO

El Ttulo IV del Libro Segundo del Cdigo Penal termina descri-


biendo las figuras del enunciado (prrafos Nos 7 y 8, arts. 206 a
212), junto con otras, como la presentacin en juicio de testigos
o documentos falsos, la usurpacin de funciones y de nombre. Se
trata de un conjunto heterogneo de figuras que se preocupan
de proteger bienes jurdicos sobre cuya identidad no siempre
hay acuerdo en la doctrina; esta imprecisin hara discutible su
ubicacin con aquellos que atentan contra la fe pblica. Pero la
posicin de la Comisin Redactora se explica, porque el Cdigo
espaol de la poca que sirvi de fuente para la confeccin del
nacional trataba este grupo de delitos en el Ttulo IV, que se
denominaba De las falsedades, haciendo alusin a todo mu-
damiento de la verdad.1 De modo que la Comisin, al parecer,
habra sobreentendido que el sustrato real de falso testimonio
es la mendacidad, la falsedad, lo que, por lo dems, est en con-
cordancia con el sistema seguido por el Cdigo Penal belga, que
tambin fue recogido por el legislador nacional, y que trataba
estos delitos entre aquellos que afectan la fe pblica.2
Tipos penales como stos fueron considerados en el pasado
como atentados a la Divinidad,3 en atencin al juramento que los
preceda normalmente, o como atentados en contra de aquellos

1
Pacheco, op. cit., t. 2, p. 258.
2
Cuello Caln, op. cit., t. 2, p. 302, cita N 1.
3
Muoz Conde, op. cit., p. 659.

105
DERECHO PENAL

que podran resultar afectados con la declaracin falsa.4 En la


actualidad hay tendencia mayoritaria a calificarlos como delitos
que atentan contra la correcta administracin de justicia.
Se ha pretendido, a su vez, marginar el falso testimonio, el
perjurio y la acusacin o denuncia calumniosa, y reunirlos bajo
el epgrafe de delitos contra la administracin de justicia. Esta
ubicacin ha sido discutida porque hay opiniones que no consi-
deran en esa lnea al delito de acusacin o denuncia calumnio-
sa, que afectara ms al honor.5 Autores como Quintano ponen
nfasis en los aspectos procesales de esas conductas, haciendo
distincin entre las que afectan a la fase procesal, a la iniciacin
indebida de un proceso y a situaciones anlogas. Se pone en
duda, por otra parte, la naturaleza falsaria del testimonio y del
peritaje, porque como tales carecen de autenticidad, y es el que-
brantamiento de esta ltima lo que constituye falsedad.6
Parece aconsejable respetar la estructura del Cdigo Penal y con
fundamento en esa estructura establecer el alcance de los tipos que
consagra, con mayor razn si las figuras en comentario aparecen en
una u otra forma unidas por una consubstancial mendacidad, sea
con relacin a la subjetividad de quien incurre en esas conductas o
con la realidad objetiva. Sin perjuicio que comportamientos de esa
naturaleza puedan adems afectar, sea secundaria o preferentemen-
te, a otros bienes valiosos y dignos de considerar.
En la doctrina nacional hay tendencia a sostener que los
tipos penales a que se ha hecho referencia protegen la correcta
administracin de justicia, pero tal afirmacin puede controvertirse
en nuestro sistema, porque si bien de manera mediata en cierta
forma importan un atentado al poder que tiene el Estado como
titular de la facultad jurisdiccional, en el hecho lo prohibido
es faltar a la verdad objetiva, aunque con ello no se alcance a
materializar una lesin concreta, sin perjuicio de la infraccin
al deber cvico de naturaleza procesal impuesto por la ley penal

4
Feuerbach, haciendo referencia al juramento de purificacin a que se poda
someter al sospechoso en los antiguos sistemas procesales, expresa: imponindolo
se extorsiona la confesin por va del temor a la pena divina que recaera sobre el
perjurio (Tratado, p. 360).
5
Muoz Conde, op. cit., p. 654. Util es sealar que al comentar la acusacin
falsa precisa que si bien el honor resulta lesionado con la comisin de este delito, el
bien jurdico preferentemente protegido es la administracin de justicia (p. 655).
6
Orts, op. cit., p. 286.

106
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

de no mentir en los tribunales en determinadas actuaciones. Por


ello se califican estos tipos delictivos como de peligro abstracto.7
La determinacin del bien jurdico depende de la naturaleza
que se reconozca al falso testimonio, pues en una poca se estim
que afectaba al inters particular, individual del que resultaba
ofendido con la declaracin falsa. Tal criterio ha sido abandonado,
porque se reconoce que atenta a intereses pblicos, sin perjuicio
de que no siempre exista acuerdo respecto de cul de ellos; los
criterios en juego giran en torno a la falsedad o la administracin
de justicia. Las opiniones que se inclinan por la primera posicin
se dividen entre los que creen que lo lesionado es la amplia idea
de fe pblica, en tanto que otros la limitan a los medios de prueba
concretos, como son los testigos. Quienes se inclinan por la admi-
nistracin de justicia como el inters jurdico afectado, piensan
que los medios de prueba en s mismos no son los importantes,
pues se limitan a demostrar que no corresponden a la verdad; lo
realmente trascendente para esa tendencia incide en que el tes-
timonio falso ataca el ejercicio de parte del Estado de la jurisdic-
cin, y esta funcin es la que debe ser protegida. Modernamente,
autores como Magaldi consideran que tanto la administracin de
justicia como los medios de prueba no son los bienes jurdicos en
juego en el falso testimonio, la primera por ser una nocin ambi-
gua y los segundos por carecer de virtualidad suficiente para ser
dignos de proteccin. Seran los fines del proceso lo protegido, donde
la declaracin de testigos es un mero elemento coadyuvante.8

Los delitos de falsedades vertidas en el proceso


51. UBICACIN DE LOS DELITOS, SU NATURALEZA Y
CARACTERSTICAS

Estas figuras penales se encuentran descritas y sancionadas en el


prrafo N 7 del Ttulo IV, arts. 206 al 210; en el mismo prrafo
se describen conjuntamente los delitos de falso testimonio, fal-

7
Cfr. Etcheberry, op. cit., t. IV, p. 185.
8
Vase Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. 3, p. 40, a quien se ha seguido en
los comentarios sobre el bien jurdico.

107
DERECHO PENAL

sedad del peritaje o traduccin, presentacin de pruebas falsas,


perjurio y acusacin o denuncia calumniosa. Lo importante es
notar que cada una de estas figuras son tipos penales conside-
rados de modo independiente por el Cdigo, circunstancia que
permite delinear con ms exactitud su naturaleza. Y se hace este
comentario en atencin a que histricamente el falso testimo-
nio y el perjurio son delitos cuya diferencia es mnima, porque
la declaracin ante un tribunal normalmente va aparejada de
juramento, razn que llev a ciertos sectores a considerarlo un
atentado a Dios, y calificarlo como un sacrilegio.9 Con el trans-
curso del tiempo se independiz la nocin de violacin del ju-
ramento con el deber de ser veraz al prestar testimonio, lo que
se hizo normativamente en el Cdigo Penal espaol de 1848,
que sirvi de antecedente al nacional. Con posterioridad ha ido
evolucionando el criterio y se pretende desvincular este delito de
los de falsedad para incorporarlo entre aquellos que vulneran la
administracin de justicia.
La Ley N 20.074 modific el prrafo N 7 del Ttulo IV
del Libro II del Cdigo, y entre esas modificaciones cambi su
denominacin por el siguiente: De las falsedades vertidas en
el proceso y del perjurio, lo que viene en parte a respaldar la
nocin que siempre se ha tenido sobre cul es el bien jurdico
protegido por estos tipos penales. En efecto, como bien sealaba
Etcheberry considerando el antiguo texto del prrafo, incide
en el deber que la ley impone de decir la verdad cuando se
declara en calidad de testigo en proceso seguido ante autoridad
judicial10. Criterio que se respalda, adems, con la raigambre de
las primitivas disposiciones que reglaban estas figuras, inspiradas
en la legislacin ibrica, que consider preferentemente la Co-
misin Redactora, y que el nuevo texto deja ms en evidencia al
precisar la naturaleza de los comportamientos prohibidos. Sec-
tores de la doctrina nacional estiman que se tratara de delitos
pluriofensivos, pues adems de atentar contra la administracin
de justicia, tambin importaran un atentado a la fe pblica y
privada, por constituir precisamente falsedades (Bullemore-Mac-
kinnon, t. IV, p.197).

9
Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. 3, p. 37.
10
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 185.

108
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

Cuando se hace referencia a la verdad, se emplea el trmi-


no en un sentido subjetivo, en cuanto debe existir conformidad
entre lo que el testigo, perito o traductor declara y lo que per-
cibi, aunque sus dichos no concuerden con la realidad obje-
tiva,11 de manera que aun existiendo disconformidad entre lo
aseverado y la realidad, puede no haber falsedad si el declarante,
perito o traductor honestamente cree que lo que sostiene es la
verdad.
Los preceptos que reglan el falso testimonio no sealan qu
es lo que se entiende por falsedad, pero precisan qu condicio-
nes requiere cumplir el sujeto activo para ser autor de estos deli-
tos, pues se trata de figuras especiales cuyo autor ha de poseer una
calidad especfica, la de ser testigo, perito o intrprete, el que
est obligado a ser veraz cuando presta su testimonio o evacua
su informe en el tribunal; adems, le corresponde actuar perso-
nalmente porque se trata de un delito de propia mano.12
Estas falsedades son tipos de mera actividad, de peligro, no
requieren la real lesin de un bien jurdico, se consuman con el
simple quebrantamiento del deber antes sealado. A continua-
cin se comentar el falso testimonio y la falsedad del peritaje o
traduccin, conjuntamente, como de hecho los tipifica el Cdigo
Penal en los arts. 206 y siguientes. El legislador mantuvo la tradi-
cional denominacin de falso testimonio para estas figuras, como
explcitamente fluye del texto del art. 209, que abarca tanto al
testigo como al perito y al intrprete sin distincin.
Se iniciar su anlisis precisando quines pueden ser sus
sujetos activos.

52. SUJETOS ACTIVOS

En el art. 206 se establece que los sujetos de este delito pueden


ser los testigos, los peritos y los intrpretes. La referida disposi-
cin expresa: El testigo, perito o intrprete que ante el tribunal
faltare a la verdad en su declaracin, informe o traduccin, ser
castigado y luego pasa a determinar las penas aplicables segn

11
Bustos, op. cit., p. 427.
12
Bustos, op. cit., p. 428.

109
DERECHO PENAL

se trate de proceso civil, de falta o de proceso penal por crimen


o simple delito. Para determinar quines tienen las calidades re-
cin sealadas, esto es, testigo, perito o intrprete, se debe estar
a las disposiciones de procedimiento establecidas en la ley civil y
penal, que las precisa segn las circunstancias.

Quines son testigos.


En general, se puede afirmar que son testigos aquellas personas
que prestan declaracin ante un tribunal bajo juramento o prome-
sa de decir verdad y cumpliendo determinadas formalidades.
En materia civil, es el Cdigo de Procedimiento Civil el que
establece quines tienen la calidad de testigos, pues lo normal es
que las partes en un litigio acompaen una nmina de aquellos
que pretendan presentar, los que cumplirn su cometido ante el
tribunal, previo juramento y en la audiencia que ste determine,
en presencia de la parte que asista y sobre los asuntos objeto de
la prueba, sin perjuicio de que deban responder a las preguntas
que durante esa audiencia el juez autorice. Antes de declarar, la
persona que va a prestar declaracin debe jurar por Dios de que
dir la verdad (art. 363 del Cdigo de Procedimiento Civil). El
delito en estos casos estar consumado desde que se haya firmado
por todos los intervinientes juez, testigo, partes, receptor el acta
donde conste el testimonio, de acuerdo a lo sealado por el inciso
segundo del art. 370 del C. de Procedimiento Civil.
En el proceso penal se debe hacer diferencia en relacin
con el delito de falso testimonio respecto de la oportunidad y
de la autoridad ante quien se presta la declaracin: durante la
investigacin lo es ante el fiscal instructor, durante el juicio oral
ante el tribunal respectivo, el falso testimonio slo puede tener
lugar en la declaracin prestada ante el tribunal. El Ministerio
Pblico tiene a su cargo la direccin de la investigacin y duran-
te el desarrollo de esa funcin el fiscal est facultado para citar
a una persona como testigo e interrogarla (art. 193 del Cdigo
Procesal Penal). De consiguiente, este testigo en esta etapa del
proceso no declara ante el tribunal, sino ante un fiscal y no tiene
la obligacin de prestar juramento de decir la verdad, de modo
que si miente al hacerlo no comete delito de falso testimonio, sin
perjuicio de que pueda responder por el delito de obstruccin
a la investigacin si se cumplen los presupuestos necesarios

110
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

conforme al art. 261 bis. El art. 206 requiere que el testigo decla-
re ante el tribunal para que pueda cometer el delito de falso
testimonio, y el fiscal no lo es.
La situacin es distinta cuando el testigo declara en el marco
del juicio oral (ordinario o simplificado) o de algn otro pro-
cedimiento reglado en el Cdigo del Ramo o las leyes que lo
complementan y ante un tribunal, sea un juez de garanta o un
tribunal oral. En esta hiptesis el testigo debe antes de decla-
rar prestar juramento o prometer decir la verdad de acuerdo
a lo sealado por el art. 306 del Cdigo Procesal Penal y, si
miente, puede incurrir en el delito de falso testimonio sancio-
nado en el art. 206. Esta figura tambin puede configurarse si el
testigo presta declaracin mendaz en cualquiera de las alterna-
tivas de anticipacin de la prueba testimonial a que se refieren
los arts. 191 y 192 del Cdigo Procesal Penal. El delito de falso
testimonio en materia penal, debido a la oralidad del procedi-
miento, se consuma desde que el testigo ha puesto trmino a
su declaracin, pues no se exige acta, firma u otra formalidad;
por la misma razn ha de descartarse la posibilidad de etapas
imperfectas, como la tentativa o la frustracin.

Los peritos
Son personas con conocimientos especiales sobre alguna ciencia
o arte, que dan su opinin en relacin a hechos o materias que
interesan para el esclarecimiento de los asuntos sobre que versa
el proceso. Esta necesidad o conveniencia de contar con la opi-
nin de peritos puede tener lugar tanto en el proceso civil como
en el penal, pero ofrece en cada caso modalidades diversas.
Conforme al art. 409 del C.P.C. se oir informe de perito en
todos aquellos casos en que la ley as lo disponga y la designa-
cin de los mismos en el proceso civil se sujeta a la metodologa
que precisa en el art. 414 del Cdigo recin citado. Designado
el perito, este debe aceptar el cargo y prestar juramento de des-
empearlo con fidelidad (art. 4l7 de C.P.C.) Como el procedi-
miento civil vigente es escrito, el perito evacua su informe de la
misma manera, el que se agrega al expediente respectivo. Es en
el referido informe donde el perito puede incurrir en falsedad
y, si lo hace, es autor del delito de falsedad sancionado por el
art. 206. No se trata de que manifieste un criterio divergente al

111
DERECHO PENAL

del tribunal o de las partes, sino de una alteracin sustancial de


los hechos que lo fundamentan o del razonamiento o procedi-
miento que dice haber empleado para llegar a l, o circunstan-
cias semejantes.
En el procedimiento penal la situacin es distinta y hace nece-
sario considerar separadamente la oportunidad en que se evacua
el dictamen. En cuanto a las circunstancias en que se requiere su
opinin no hay diferencias ostensibles con el mbito civil, segn
el art. 314 del C.P.P. procede el dictamen de peritos cuando lo
precisa la ley y cuando se requieren conocimientos especiales de
una ciencia, arte u oficio sobre alguna circunstancia relevante
para la causa; el informe, en todo caso, conforme la disposicin
ya citada, debe emitirse con imparcialidad, atenindose a los
principios de la ciencia o reglas del arte u oficio que profesare
el perito. Adems, en el juicio oral necesariamente el informe
ha de ser presentado por escrito (art. 319 inc. 1 del C.P.P.), sin
perjuicio de su comparecencia en el tribunal, donde debe prestar
juramento o prometer decir la verdad (art. 329 inc. 2 del C.P.P.).
En el proceso penal las partes son libres de designar al perito de
su confianza, pero deben justificar en el tribunal su idoneidad
profesional. Los peritos escogidos por las partes no estn sujetos a
formalidades especiales para servir el cargo, sea de aceptarlo for-
malmente o prestar juramento previo a su dictamen, como sucede
en el proceso civil, sin perjuicio de que antes se ha sealado su
informe debe ser escrito. Como deben declarar ante el tribunal,
estn obligados en esa ocasin a prestar juramento o promesa y
quedan sometidos a los principios generales sobre las declaracio-
nes de testigos (art. 319 del C.P.P.).
Durante la fase de investigacin los intervinientes estn faculta-
dos para presentar ante el Ministerio Pblico los informes periciales
que estimen convenientes, siempre que se requieran los conoci-
mientos de un experto en una ciencia, arte u oficio; en la referida
etapa el informe mendaz del perito no da lugar al delito de falsedad
del art. 206, pero dependiendo las circunstancias podra cons-
tituir el de obstruccin a la justicia sancionado en el art. 269 bis.
El art. 206 requiere como elemento del tipo de falso testimonio
que el perito falte a la verdad ante el tribunal, y de acuerdo con los
arts. 314, 315, 319 y 329 del C. P. P. el perito tiene la obligacin de
comparecer y declarar ante el tribunal donde emiti el informe,

112
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

de manera que es en esta oportunidad, o sea al declarar sobre su


dictamen, si incurre en falsedad, el delito se consuma.

El intrprete como sujeto activo del delito de falso testimonio.


La figura del intrprete se reconoce en el procedimiento civil (art.
382 del C. de P. C.) y en el proceso penal (art. 291 incs. 3 y 4,
art. 311) para el caso de que un testigo no pueda darse a entender
en idioma castellano o tenga algn otro impedimento, como ser
sordo o mudo. Su funcin es traducir o trasmitir al tribunal lo
que el testigo est declarando, de manera que si al cumplir esta
labor incurre en falsedad, en cuanto l altere o modifique esa
declaracin de modo substancial, estara incurriendo en el delito
sancionado en el art. 206. Lo sealado es sin perjuicio de que sea
el testigo mismo quien pueda mentir en su declaracin, caso en el
cual ser l quien incurra en falso testimonio y no as el intrprete
si se limit a traducir fielmente lo que expresaba.
Puede tambin el intrprete cometer este delito si miente
con ocasin de traducir o interpretar la declaracin del imputa-
do en el proceso penal, o de una de las partes al absolver posicio-
nes en causa civil, conducta que podra considerarse de mayor
gravedad que cuando se trata de testigos.

53. EL TIPO OBJETIVO

La accin prohibida consiste en declarar en una causa judicial,


faltando a la verdad objetiva, o sea sobre aquello que el decla-
rante, perito o intrprete debi haber percibido; de consiguien-
te, debe existir discordancia entre lo que el sujeto sabe y lo que
expresa en la causa.13 Tiene, por lo tanto, especial relieve la circuns-
tancia de que objetivamente su testimonio, informe o traduccin
no concuerde con la materialidad de los hechos. El tipo penal
objetivo se conforma con la falsedad material, sin perjuicio de
que para que el delito se presente deba, adems, concurrir la
falsedad subjetiva, pero sta dice relacin con el tipo subjetivo,
que se comentar ms adelante y que como es obvio exige
la concurrencia previa del tipo objetivo. Los Cdigos de Proce-

13
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 69; Bustos, op. cit., p. 428.

113
DERECHO PENAL

dimiento Civil (arts. 357 N 4 y 383), de Procedimiento Penal


(arts. 459 y 460 N 13) y Procesal Penal (arts. 298 inc. 1, 306
y 309), si bien exigen que el testimonio recaiga sobre hechos
que hayan sido percibidos o captados por los sentidos del de-
ponente, la fase objetiva se da nicamente si lo que expresa
ante la autoridad no concuerda con la realidad de la situacin,
negando la verdad o afirmando lo que es falso.14
La falta de concordancia del testimonio, peritaje o traduccin
con lo que efectivamente aconteci ha de ser importante, subs-
tancial, pues aqu rige el mismo principio comentado en todas
las figuras de falsedad: los errores secundarios o no esenciales no
constituyen falsedad punible.15
De suerte que los errores en que se incurra cuando se de-
clara sobre datos referentes a la individualizacin del testigo,
normalmente no constituirn falso testimonio; quedan tambin
excluidos los meros juicios de valor,16 que son apreciaciones de
orden subjetivo y personal, pero no hechos o verdades.
Aunque el punto es discutido, el testigo que sostiene desco-
nocer los hechos sobre los que se le interroga, a pesar de que
en realidad los conoce, no comete falso testimonio, pues lo que
hace es negarse a declarar y sus dichos seran inoperantes.17 En
esta hiptesis no est alterando la substancia de lo acontecido.
Otro tanto se presenta si la falsedad objetiva incide en aspectos
no substanciales, como sucede cuando para dar razn de sus
dichos el testigo afirma que tiene conocimiento de los hechos
por haberlos presenciado, y esto ltimo es inefectivo.18
La declaracin falsa, para conformar el delito en estudio,
tiene que ser expresada en un proceso civil o criminal, de carc-

14
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 190.
15
No obstante lo sealado, autores como Etcheberry sostienen que conforme
al sistema nacional el testigo debe dar razn de sus dichos, precisar cmo le
constan los hechos, de modo que si miente en cuanto a ese aspecto (sostener que
presenci los acontecimientos, aunque no haya estado presente cuando ocurrie-
ron), incurrira en falsedad (D.P., t. IV, p. 190).
16
Lpez Barja de Quiroga, t. III, p. 47.
17
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 60; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, pp. 1112-1113; Lpez
Barja de Quiroga, op. cit., t. III, p. 47. En contra de tal opinin, Etcheberry, que siguien-
do a Cuello Caln y a Quintano estima que s habra falsedad (D.P., t. IV, p. 190).
18
Opina en forma distinta Etcheberry, para quien en estos casos habra falso
testimonio al considerar la declaracin como una unidad (D.P., t. IV, p. 190).

114
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

ter judicial; estas son las dos hiptesis que se mencionan en el


Cdigo. De modo que las declaraciones prestadas antes del co-
mienzo del proceso mismo es el caso de las expresadas ante los
rganos policiales son inhbiles al efecto; tampoco quedaran
comprendidas las declaraciones prestadas en procesos de orden
administrativo.19 Hay jurisprudencia nacional que ha entendido
que los expedientes sobre contravenciones seguidos en los Juz-
gados de Polica Local, se deben considerar como judiciales para
efectos del falso testimonio.20
No debe confundirse el falso testimonio con la desobediencia
de una persona a comparecer ante el tribunal, cuando es citada
como testigo o cuando frente al tribunal rechaza deponer, pues
conductas como las sealadas son generalmente atpicas, sin per-
juicio que las leyes procesales establecen las medidas que puede
adoptar el juez para apremiar al reticente del cumplimiento
de esas obligaciones (arts. 380 del C.P.C. y 190 del C.P.P.), que
consisten en hacerlos comparecer al tribunal mediante la fuerza
pblica y si se niegan a declarar una vez que han comparecido,
arrestarlos en tanto no lo hagan. En el art. 299 del C.P.P. se in-
dican apremios semejantes, aunque con modalidades, pues si el
testigo se niega a declarar puede ser sancionado con reclusin
menor en su grado medio a mximo.

54. EL TIPO SUBJETIVO

Como todo delito, la fase subjetiva est constituida por el dolo.


El testigo, perito o intrprete tiene que saber que est mintiendo y
querer hacerlo frente al tribunal respecto de lo que cree haber
visto, captado o entendido en la realidad. La esencia del delito
es la falsedad, de modo que el agente ha de conocer que lo que
expresa no est conforme con aquello que l sabe o estima saber.
Corresponde, en consecuencia, excluir en esta figura la posibili-
dad de dolo eventual, el que duda no miente, se equivoca.21

19
Orts, op. cit., p. 287.
20
Vase Repertorio, p. 111.
21
Esta afirmacin es controvertible; autores como Lpez Barja de Quiroga
estiman que es posible el dolo eventual en estos delitos (op. cit., t. 3, p. 54).

115
DERECHO PENAL

Para que el delito de falso testimonio se configure, como se


expres con anterioridad, es fundamental que exista una diferen-
cia substancial entre lo manifestado por el testigo y la realidad objetiva;
si esa diferencia no existe, aunque subjetivamente el sujeto activo
haya mentido, el delito no se configura. De manera que pueden
ofrecerse tres alternativas diferentes: a) el declarante capta mal la
realidad y en esa forma la describe ante el tribunal; no hay falso
testimonio porque si bien se da el tipo objetivo, no se da el subje-
tivo; b) el deponente tiene un exacto conocimiento de los hechos
pero los altera de manera esencial sabiendo que lo hace cuando
declara; hay falso testimonio, y c) el agente capta erradamente lo
sucedido pero miente ante el juez alterando lo que l cree sucedi;
si en el hecho ese testimonio resulta objetivamente veraz, no hay
delito, porque aunque subjetivamente minti, en concreto dijo lo
que en la materialidad ocurri, o sea no se da el tipo objetivo.

55. SISTEMA ADOPTADO POR EL CDIGO PARA CASTIGAR


EL FALSO TESTIMONIO

El legislador, para determinar la sancin que corresponde,


hace una primera distincin: si la declaracin falsa se presta en
proceso criminal o civil y en cada caso toma en cuenta distintas
circunstancias.

56. FALSO TESTIMONIO EN CAUSA CRIMINAL

La declaracin mendaz prestada en causa criminal es castigada aunque


no tenga consecuencias en el proceso penal. El art. 206 hace una dife-
rencia sobre si el proceso en que se comete el delito corresponde a
un delito falta o a uno por crimen o simple delito. De la penalidad
impuesta por el legislador al delito se desprende la trascendencia
que le ha reconocido al incumplimiento del deber jurdico que el
ordenamiento impone a cada persona de ser honesto y fidedigno
frente a un tribunal, respetando la verdad y, con ello, la funcin
judicial atendida la finalidad que la misma cumple en una sociedad
organizada. De no ser as podra aparecer inadecuada la sancin
que prescribe cuando se ha mentido en un proceso por falta nor-

116
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

malmente hechos de relativa importancia si se compara con uno


relativo a un crimen; sin embargo, la pena en tales casos no ofrece
una diferencia ostensible, observada desde esa perspectiva.

Sancin del falso testimonio en un proceso por delito falta


Si se trata de un proceso por delito falta, al falso testimonio le corres-
ponde una sancin compuesta por una privativa de libertad, o sea
presidio menor en su grado mnimo a medio, ms una pecuniaria
de multa de seis a veinte unidades tributarias mensuales. Esta alter-
nativa slo podr presentarse en el contexto de un juicio simplifica-
do (art. 393 del C.P.P.) y no ofrece inters que la conducta mendaz
haya sido a favor o en contra del imputado, la sancin no vara.

Pena que corresponde al delito cometido en un proceso por


simple delito o crimen
El inc. primero del art. 206 dispone que en estas hiptesis la san-
cin se compone de dos penas, una privativa de libertad y otra
pecuniaria; esto es, presidio menor en su grado medio a mximo
y multa de veinte a treinta unidades tributarias, pero agrega una
modalidad: si el testimonio, informe o traduccin fuere en contra
del imputado o acusado, la pena se impondr en su grado mxi-
mo, lo que no sucede cuando el falso testimonio se ha cometido
en un proceso por falta.

Pena accesoria para peritos e intrpretes


El delito de falso testimonio, sea que se cometa en un proceso
por falta, por simple delito o por crimen, si su autor es un perito
o un intrprete, conforme al inc. segundo del art. 206, deber
imponrsele, adems de las sanciones privativas de libertad y
pecuniaria antes sealadas, la de suspensin de profesin titular
durante el tiempo de la condena.

57. PENA DEL FALSO TESTIMONIO EN CAUSA CIVIL

Para determinar la sancin que debe aplicarse cuando el falso


testimonio tiene lugar en causa civil, corresponde distinguir en-
tre un procedimiento contencioso y el que no lo es, pues de los
contenciosos se ocupan los arts. 206 y 209, y de los no contencio-
sos o voluntarios el art. 210.

117
DERECHO PENAL

Proceso civil contencioso


Para determinar la sancin que corresponde al delito de falso tes-
timonio en esta clase de procesos civiles, debe complementarse
el inc. primero del art. 206 con el art. 209, pues en el primero
se indica la extensin global de la pena, pero en el segundo se
dispone que para precisarla hay que nuevamente distinguir entre
una demanda cuya cuanta exceda de cuatro unidades tributarias
mensuales de aquella que no la excede. Si el delito se comete en
un proceso motivado por una demanda cuyo monto no excede
de cuatro unidades tributarias mensuales, la sancin es presidio
menor en su grado mnimo y multa de seis a diez unidades tribu-
tarias mensuales; si la demanda excede de la cantidad antes sea-
lada, la sancin es presidio menor en su grado medio y multa de
once a veinte unidades tributarias mensuales. En ambos casos, si
se trata de peritos o intrpretes, debe aplicarse adems la pena
accesoria de suspensin de profesin titular por el tiempo de
duracin de la pena privativa de libertad (inciso segundo del art.
206). La tcnica legislativa para regular la sancin en este caso
ofrece reparos, pues si se estableci un artculo especial como
lo es el art. 209 para referirse a la sancin del falso testimonio
en el mbito civil contencioso, habra sido recomendable ex-
cluirlo del inc. primero del art. 206, evitando as posibles dudas
interpretativas.

Causa civil no contenciosa


El art. 209 prescribe que el falso testimonio en esta alternativa
tiene como sancin la pena de presidio menor en su grado m-
nimo a medio y multa de seis a diez unidades tributarias, sin per-
juicio de que cuando se trate de perito o intrprete corresponda
imponer, adems, la accesoria de suspensin de la profesin
titular por el tiempo de duracin de la pena, conforme al inciso
segundo del art. 206.

57 bis. RETRACTACIN OPORTUNA. EXENCIN DE


RESPONSABILIDAD PENAL

En el delito en estudio se han establecido en los arts. 206 y 208,


dos instituciones dirigidas a eximir de responsabilidad a un im-
putado de un falso testimonio, fundamentada una en sus vnculos

118
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

de parentesco y la otra en lo que podra denominarse su oportu-


no arrepentimiento al retractarse el sujeto activo.

La retractacin oportuna
El inc. segundo del art. 208 seala que la retractacin oportuna
es aquella que tiene lugar ante el juez en condiciones de tiempo
y forma adecuados por el tribunal que debe resolver la causa. De
consiguiente, el testigo, perito o intrprete que ha incurrido en
falsedad durante el proceso, puede retractarse de ello ante el juez
que debe pronunciarse sobre el juicio. Esa retractacin para que
tenga efectos en su beneficio debe cumplir con las condiciones
de ser formal y oportunamente expresada. Esto ltimo involucra
que la retractacin debe ser manifestada procesalmente de ma-
nera adecuada y vlida en la causa y en tiempo que permita ser
considerada por el tribunal en el momento en que le corresponda
pronunciarse sobre el proceso.
La retractacin oportuna puede operar tanto en el delito de
falso testimonio en que pueden incurrir los testigos, peritos o intr-
pretes, como en la hiptesis del delito de presentacin de pruebas
falsas, el que se comentar ms adelante (vase el prrafo 62). Debe
destacarse que la retractacin procede tanto en causas civiles como
penales, con las consecuencias que se sealan a continuacin.
El efecto general de la retractacin consiste en que puede ser
considerada como una atenuante muy calificada, lo que significa,
conforme al art. 68 bis, que se autoriza al juez para imponer la pena
correspondiente al delito rebajada en un grado al mnimo sealado
por la ley. Excepcionalmente la retractacin puede tener un efecto
ms trascendente: eximir de responsabilidad penal en casos califi-
cados al autor de la falsedad, siempre que esa retractacin, por su
importancia para el esclarecimiento de los hechos y la gravedad de
los potenciales efectos de su omisin as lo justifiquen.
Si bien es cierto que esta institucin desde una perspectiva
poltico-criminal tiene efectos favorables, la exigencia de los
elementos normativos que presupone importancia y gravedad
de los potenciales efectos hacen compleja su aplicacin como
eximente de responsabilidad penal.

Eximente especial de responsabilidad


En el inc. final del art. 206 se consagr una excusa legal abso-
lutoria de responsabilidad penal que beneficia a determinadas

119
DERECHO PENAL

personas en el delito de falso testimonio, y que dice relacin


exclusivamente con esta figura, y no as con las dems que se
describen en el prrafo N 7. La disposicin expresa que Estn
exentas de responsabilidad penal por las conductas sancionadas
en este artculo quienes se encuentren amparados por cualquiera
de los supuestos a que se refiere el art. 305 del Cdigo Procesal
Penal. Disposicin que establece el principio de no autoincrimi-
nacin de parte del imputado y de los parientes que se enumeran
en el inc. primero del art. 302 de esa codificacin, esto es, el
cnyuge o el conviviente del imputado, sus ascendientes o des-
cendientes, sus parientes colaterales hasta el segundo grado de
consanguinidad o afinidad, su pupilo o guardador, su adoptante
o adoptado. Dable es sealar que el art. 305 limita el beneficio
a los parientes mencionados en el art. 305, por consiguiente
interpretando estrictamente el beneficio por su carcter de ex-
cepcional, deberan quedar excluidos del mismo el conviviente,
el guardador, su pupilo, el adoptante y el adoptado, que no tie-
nen esa calidad, conclusin que resulta criticable.

58. CONSUMACIN DEL DELITO. CONCURSOS

Dada la naturaleza formal del delito, se consuma por la simple


relacin falsa de hechos que haga el testigo ante el tribunal, pero
como el procedimiento civil nacional es escrito, y en tanto se
mantenga slo estar consumado desde que la declaracin haya
sido ratificada y firmada por el testigo. Con anterioridad a esa
etapa el declarante puede modificar sus expresiones o aclararlas,
de modo que es difcil concebir que el delito alcance etapas im-
perfectas (tentativa y frustracin).22 En el procedimiento penal
dada su oralidad, desde que se termina el testimonio frente al
tribunal, el hecho queda consumado de manera que tambin
deben descartarse las etapas imperfectas.
Un testigo al prestar declaracin en un proceso puede incu-
rrir en distintas falsedades relativas a hechos tambin diversos; no
obstante cometer un solo delito, porque lo prohibido es mentir
al prestar testimonio, y cualquiera sea el nmero de hechos falsos

22
Cfr. Orts, op. cit., p. 291.

120
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

que afirme durante la declaracin, sta como tal es una unidad.


Si se miente en diversas declaraciones prestadas en un mismo
proceso, en oportunidades separadas en el tiempo, pero con re-
lacin a hechos anlogos, esa reiteracin de falsedades constituye
un solo delito continuado, y no varios delitos de falso testimonio,
porque conforman una unidad ideolgica y normativa.23
Otro tanto sucede cuando en un proceso se comete falso
testimonio con relacin a distintos procesados o partes en una
misma causa,24 sea a favor de unos o en contra de otros; el testi-
monio es nico, de manera que hay un solo delito.25

El delito de perjurio
59. CONCEPTO DE LA FIGURA PENAL

El perjurio es un delito que histricamente ha sido confundido con


el falso testimonio, confusin en que incurrieron a su vez los redac-
tores del Cdigo, como se evidencia en las actas respectivas.26
Perjurio es la declaracin falsa prestada ante una autoridad
bajo juramento, en los casos que la ley impone esta exigencia, y
siempre que ello no constituya el delito de falso testimonio. En
esencia consiste en faltar a la fe del juramento prestado, cuando
ste es dispuesto por la ley como una solemnidad;27 no se trata, por
lo tanto, de que una persona, para otorgar ms credibilidad a sus
dichos, los exprese bajo juramento cuando a su arbitrio lo estime
adecuado. La declaracin debe ser prestada frente o ante la auto-
ridad y previo el juramento exigido como formalidad por una ley
para que, si resulta falsa, pueda configurar el delito de perjurio.
Tiene cierta semejanza con el delito de falso testimonio,
pero se diferencia en que en ste la declaracin necesariamen-
te debe ser prestada por un testigo ante un tribunal en una

23
Muoz Conde, op. cit., p. 66; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 131.
24
Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 1131, aunque a juicio de este autor la
diversidad de destinatarios obstar a la aplicacin de la regulacin del delito
continuado, criterio que aqu no se comparte.
25
Cfr. Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. 3, p. 55; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 193.
26
Vase supra, nota 15 de este captulo.
27
Labatut, D.P., t. 2, p. 71.

121
DERECHO PENAL

causa criminal o civil (sin importar que se haga bajo juramento


previo o bajo promesa de decir verdad), en tanto que el per-
jurio corresponde a una declaracin prestada por cualquiera
persona y no solo un testigo ante la autoridad, siempre que
sta no sea un tribunal tratndose de un proceso civil o penal
(los testigos de informacin del matrimonio civil si falsean los
hechos substanciales sobre los que deponen incurren en perju-
rio y no en falso testimonio). La declaracin donde se incurre
en perjurio puede ser verbal o escrita y corresponder a hechos
propios o no.
El juramento no est revestido de formalidad concreta
por el Cdigo Penal, puede rendirse de cualquiera manera;
slo por excepcin en algunos casos la ley precisa la forma,
as sucede en los arts. 62 y 363 del C.P.C., y 304 del C.O.T.
En la actualidad no slo la violacin del juramento es fuente
del delito de perjurio, sino tambin la promesa de decir verdad,
medio alternativo incorporado, entre otros casos, por los arts.
192 y 200 del Cdigo de Procedimiento Penal como por el art.
306 del Cdigo Procesal Penal. En efecto, el art. 210 alude
no slo al que perjura ante la autoridad, sino adems al que
diere falso testimonio.
Se sostiene que el juramento no deriva del principio religio-
so en el sentido de que quien lo presta queda sujeto al juicio de
Dios, sino que consiste en advertir formalmente al deponente
que sus declaraciones han de ser cuidadosamente manifestadas
por las consecuencias que le puede acarrear si no son veraces, y
que se ha mantenido la modalidad del juramento por razones
tradicionales.28 Pero en el hecho era una forma de violentar la
conciencia del declarante cuando es creyente, y no as de quien
no lo es; esta situacin motiv que se modificara el sistema en
el Cdigo de Procedimiento Penal. En la actualidad, el art. 203
de ese texto establece que antes de ser interrogado el testigo
prestar juramento o promesa de decir la verdad de lo que fuere
preguntado, de manera que puede evitar jurar, pero debe
prometer decir la verdad y quedar igualmente sujeto a res-
ponsabilidad penal por el delito de falso testimonio si miente,

28
Soler, D.P., t. V, pp. 258-259; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 194.

122
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

como explcitamente lo prescriben los arts. 204 del C. de P.P. y


306, inc. final del C.P.P.
Para incurrir en perjurio, la falsedad de la declaracin previo
juramento o promesa ha de referirse a circunstancias de carcter
substancial. En la especie se aplican los mismos principios comen-
tados en el falso testimonio; la no coincidencia de la verdad o
realidad con hechos de naturaleza secundaria o circunstancial
comprendidos en lo sostenido por quien jur, es insuficiente
para dar vida al tipo penal.

60. CLASES DE JURAMENTO

El perjurio se produce slo en el juramento denominado decla-


rativo, o sea el que presta el sujeto al declarar sobre sucesos que
estn en su conocimiento y respecto de los cuales hay que dejar
constancia fehaciente de que son o no son efectivos. Porque hay
otra clase de juramento conforme al cual una persona se compro-
mete a mantener una determinada conducta en el futuro, como
ocurre con el juramento que deben rendir ciertas autoridades
al asumir determinadas funciones (Presidente de la Repblica,
parlamentarios, jueces); la violacin de este juramento es inhbil
para conformar el delito de perjurio. Por lo tanto, el juramento
declarativo acarrea responsabilidad penal; tal sucede cuando una
persona jura carecer de inhabilidad legal para ejercer un cargo,
y sin embargo miente.
La alteracin de la verdad en una declaracin para consti-
tuir delito requiere que se haga bajo juramento que est esta-
blecido por la ley como formalidad y debe ser prestado ante
una autoridad. Si se requiere este ltimo, generalmente esa ac-
tividad no debe ser judicial, porque en tal caso se conformara
el delito de falso testimonio y no el de perjurio, salvo hiptesis
excepcionales, como el juramento prestado por quien absuelve
un pliego de posiciones, cuya violacin s constituira perjurio
(art. 385 del C.P.C.). Pero tambin puede darse el delito de
perjurio tratndose de declaraciones individuales no realizadas
ante una autoridad, cuando son exigidos por la ley para deter-
minados efectos.

123
DERECHO PENAL

61. FORMA EN QUE SE DESCRIBE Y SANCIONA EL DELITO


DE PERJURIO EN EL CDIGO PENAL

Se han considerado dos hiptesis de perjurio en el Cdigo Penal


en los arts. 210 y 212, el primero sanciona el delito cuando se
perjura ante una autoridad, el segundo cuando se perjura en
otras situaciones distintas a las antes previstas, como sucede si se
hace en una declaracin personal, pero bajo juramento, en situa-
ciones especficas y para determinados efectos o consecuencias
y en casos expresamente dispuestos por la ley, que no requieren
la presencia de una autoridad, que se denominan generalmente
como declaraciones juradas.

Perjurio en declaracin prestada ante autoridad o sus agentes


El art. 210 se ocupa en el inc. primero junto con el falso testi-
monio en causa no contenciosa civil de aludir a este delito de
perjurio. La disposicin expresa: El que ante la autoridad o sus
agentes perjurare o diere falso testimonio en materia que no sea con-
tenciosa, sufrir las penas de presidio menor en sus grados mnimo
a medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
La norma transcrita prescribe que aquel que perjura ante la
autoridad o sus agentes debe ser sancionado con la pena que all
se indica. Como se seal precedentemente, se requieren dos
condiciones, que el juramento o la promesa de decir la verdad
est ordenado expresamente por la ley y que los mismos deban
prestarse ante una autoridad tambin determinada en la misma
forma. Normalmente esa autoridad no debe ser judicial, pues de
ser as podra darse el tipo de falso testimonio antes analizado; no
obstante puede cometerse perjurio ante un tribunal, pero en situa-
ciones muy particulares como se adelant precedentemente, tal
sucedera en el caso de la absolucin de posiciones de alguna de
las partes en un juicio (art. 285 del C.P.C.), si miente el absolvente
al contestar una posicin puede incurrir en perjurio.
El perjurio es un delito comn, por cuanto no requiere un
sujeto calificado, su autor puede ser cualquiera persona. Es una
figura de mera actividad, de peligro, no exige la real lesin del in-
ters jurdico de un tercero para consumarse, se satisface por la
simple circunstancia de que se falseen los hechos substanciales
de la declaracin siempre que previamente se haya prestado

124
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

juramento de decir la verdad. Es un tipo penal residual, subsidia-


rio, toda vez que si entra en concurso aparente con el delito de
falso testimonio, ste prefiere al de perjurio por el principio de
especialidad.29

Perjurio cometido fuera de los casos antes previstos


El art. 212 se ocupa de esta figura en los siguientes trminos: El
que fuera de los casos previstos en los artculos precedentes falta-
re a la verdad en declaracin prestada bajo juramento o promesa
exigida por la ley, ser castigado con la pena de prisin menor
en cualquiera de sus grados o multa de una a cuatro unidades
tributarias mensuales.
Se trata de un tipo penal residual, en el cual calzan todas las
falsedades expresadas previo juramento o promesa dispuesto por
la ley, si esa mentira afecta sustancialmente el contenido de lo de-
clarado o manifestado. Pueden quedar comprendidas en esta al-
ternativa declaraciones o manifestaciones realizadas personalmen-
te por alguien, sin intervencin de una autoridad, tal como sucede
cuando se pretende obtener ciertos beneficios previsionales, o con
relacin a la ausencia de inhabilidades para optar a determinadas
funciones pblicas, entre otras situaciones semejantes.

62. PRESENTACIN DE TESTIGOS, PERITOS, INTRPRETES


U OTROS MEDIOS DE PRUEBA FALSOS O ADULTERADOS

Con relacin a la presentacin de algunos medios de prueba falsos,


el legislador cre un delito con caractersticas independientes, a
diferencia de otros sistemas donde tal presentacin en particular
la de testigos se asimila al falso testimonio. Se considera mayorita-
riamente que esta figura tiene como bien jurdico la correcta admi-
nistracin de la justicia, pero en realidad lo que se pretenda con
su creacin es la transparencia en la instruccin del proceso, en el
cual deberan agregarse nicamente elementos de prueba vlidos,
sin perjuicio de la apreciacin que puedan merecer.
La presentacin de prueba falsa como un delito separado del
de falso testimonio puede justificarse en la circunstancia de que

29
Cfr. Etcheberry, D.P., t. IV, p. 193.

125
DERECHO PENAL

este ltimo es un tipo penal de propia mano, de lo que se infiere


que no es posible en ellos la hiptesis de un autor mediato;30 el
sujeto que hace comparecer un testigo falso tendra esa calidad.
Por lo tanto, de no existir una disposicin expresa que describa
y sancione tal comportamiento, el mismo debe considerarse im-
pune. En cuanto a la presentacin de documento falso, la figura
podra reputarse superflua en atencin a que el Cdigo sanciona
en general el uso de documento falso, sea pblico (art. 196) o
privado (art. 198); su consideracin encontrara explicacin en
el hecho de que tratndose de un documento privado la falsedad
requiere del perjuicio de otro como resultado para que el delito
se consume, en tanto que en la especie el tipo no lo exige, se
satisface con la presentacin.
El tipo est descrito en el inciso primero del art. 207: El que,
a sabiendas, presente ante un tribunal a los testigos, peritos o in-
trpretes a que se refiere el artculo precedente, u otros medios
de prueba falsos o adulterados, ser castigado con la pena de pre-
sidio menor en su grado mnimo a medio y multa de seis a veinte
unidades tributarias mensuales si se tratare de un proceso civil
o por falta, y con presidio menor en su grado medio a mximo
y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales, si se
tratare de proceso criminal por crimen o simple delito.
La conducta tpica consiste en presentar ante un tribunal
medios de prueba falsos o adulterados, como tambin testigos,
peritos o intrprete mendaces en un proceso seguido ante un
tribunal. Se entiende por proceso las causas tanto contenciosas
como voluntarias, pues respecto de esta ltima el art. 828 del
C.P.C. as las califica al expresar: Los procesos que se formen
sobre actos no contenciosos.
Las nociones de peritos, intrpretes, testigos y documentos
falsos se han precisado en los prrafos precedentes. Las expresio-
nes ante un tribunal y proceso, debe entenderse restrictiva-
mente; quedan excluidos entonces los procesos administrativos
y las causas disciplinarias.
Se insiste en la caracterstica de formal de esta figura, que no
requiere para su consumacin la provocacin de un resultado espe-

30
Cfr. Bustos, op. cit., pp. 429-430.

126
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

cfico, aparte del hecho mismo de la presentacin del testigo, perito,


intrprete o del medio de prueba ante el tribunal. Es interesante
hacer notar que la no exigencia de un efecto en la hiptesis de
presentacin de pruebas falsas o adulteradas ofrece una diferencia
notoria en este aspecto con el delito de falsificacin de documentos,
en particular con la de documentos privados y de su uso, que aten-
dido lo dispuesto por el art. 197 requiere para consumarse causar
un perjuicio a terceros;31 en tanto que el tipo penal en estudio, o
sea la presentacin de documentos de esa ndole ante un tribunal,
conforme al art. 207 no necesita causar un detrimento a alguien
para su perfeccionamiento, situacin que se ha estimado justificara
en parte su tratamiento independiente.
La presentacin del medio de prueba puede ser hecha perso-
nalmente por el autor cuando se trata de una audiencia oral, como
tambin puede hacerlo mediante un escrito, forma de operar que
ser frecuente teniendo en cuenta que en la actualidad la mayor
parte de los procedimientos civiles son escritos.32
Un elemento negativo implcito del tipo penal radica en la
exigencia de que el autor de la presentacin no sea, a su vez,
el autor material de la falsificacin documental; porque de
ser as se dara una situacin de concurso aparente de delitos,
entre el de falsificacin de documentos y el de presentacin de
documento falso, que se podra resolver con el principio de con-
suncin, por cuanto la presentacin quedara consumida por la
falsificacin, por importar un acto posterior a la consumacin del
primero. El razonamiento sealado no sera aplicable cuando se
trata de una falsificacin de documento privado sin que se cause
perjuicio a terceros, hecho generalmente atpico, de modo que
el uso de este ltimo instrumento falso conformara el tipo penal
sancionado por el art. 207 en estudio.
El tipo subjetivo del delito est constituido por el dolo directo,
lo que se desprende de la expresin empleada por el art. 207, a
sabiendas, o sea la agregacin del medio de prueba o la presenta-

31
Vase supra, Nos 28, 29, 50.
32
El art. 207 emplea las palabras otros medios de prueba, de modo que
se comprenden todos los medios probatorios considerados por la ley, como las
grabaciones de audio o video, entre otras, en que se refiere el art. 323 del Cdigo
Procesal Penal.

127
DERECHO PENAL

cin del testigo, perito o intrprete debe haberse llevado a cabo


con pleno conocimiento del sujeto que los presenta. De modo
que al momento de presentar el medio de prueba debe conocer
su falsedad o adulteracin, o que el perito o testigo mentira en el
tribunal en aspectos substanciales; el dolo eventual queda descar-
tado como posibilidad.
La autora y la participacin siguen las reglas generales; esta
figura no es un delito de propia mano, de manera que pueda
darse la coautora, la autora mediata, la instigacin y la compli-
cidad, siempre que aquellos sujetos no hayan intervenido como
autores de la falsificacin cuando se trata de la presentacin de
documentos. Si los testigos o los documentos se presentan por
escrito, es autor quien suscribe esa solicitud, siempre que a su vez
se d el tipo subjetivo, o sea que haya actuado a sabiendas.
El delito se consuma por la sola presentacin del instrumento
o del testigo, perito o intrprete y como es un tipo de mera activi-
dad, no parecen concebibles los estados imperfectos (frustracin
y tentativa); la Corte Suprema as lo ha declarado.33

La sancin que corresponde al delito


Para determinar la pena, el art. 207 hace varias distinciones, esto
es, segn la naturaleza del proceso en que se presentan las pruebas
falsas, segn la calidad de la persona que comete el delito y, final-
mente, si la conducta se realiza en contra del imputado.
Si el proceso en que el autor present la prueba falsa es civil
o de falta, la sancin que le corresponde es presidio menor en su
grado mnimo a medio y multa de seis a veinte unidades tributarias
mensuales. Si el proceso es por crimen o simple delito, la sancin
es presidio menor en su grado medio a mximo y multa de veinte
a treinta unidades tributarias mensuales. Sin perjuicio de lo sea-
lado, se debe aclarar que esta disposicin, en cuanto se refiere a la
presentacin de medios de prueba falsos en un proceso civil, debe
entenderse complementada por el art. 209 en igual forma que se
seal para los efectos del artculo 206, en cuanto se ha de distin-
guir entre causa civil cuya demanda no exceda de cuatro unidades
tributarias mensuales, alternativa en que se limita la sancin dentro

33
R.D.J., t. IV, 1958, 2 parte, sec. 4, p. 129.

128
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

del rango recin sealado a presidio menor en su grado mnimo y


multa de seis a diez unidades tributarias mensuales; de aquella de-
manda que excede a dicha cuanta, caso en el cual la pena tambin
dentro del rango aludido es presidio menor en su grado medio y
multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.
Cuando el autor es uno de los abogados de la causa, se le im-
pondr, adems, la suspensin del ejercicio de profesin titular
por el tiempo de duracin de la pena, y si es fiscal del ministerio
pblico, la pena es presidio menor en su grado mximo a presi-
dio mayor en su grado mnimo, sin distinguir la naturaleza del
proceso de que se trate.
Si en un proceso por crimen o simple delito se presenta
prueba falsa en contra del imputado o acusado, la pena debe ser
aplicada al responsable en su grado mximo.

62 bis. EL DELITO DE OBSTRUCCIN A


LA INVESTIGACIN

En atencin al inters que ofrece esta nueva figura penal creada en


el ordenamiento jurdico nacional, y su vinculacin con los delitos
comentados en los prrafos precedentes, se proceder a analizar el
delito enunciado en el subttulo, aunque al as hacerlo desde un
perspectiva sistemtica se pueda tener una justificada reserva, la
que se deja de lado en esta oportunidad por razones didcticas.
Las evidentes transformaciones provocadas por las reformas
orgnico-procesales de la justicia penal en el pas, inclinaron al
legislador a reponer el antiguo delito de obstruccin a la justicia,
pero como delitos de obstruccin a la investigacin en la actualidad,
atendidas las caractersticas del nuevo procedimiento. Ilcito que
se incorpor en el Ttulo VI De los crmenes y simples delitos
contra el orden y la seguridad pblicos cometidos por particula-
res, en los arts. 269 bis y ter.
Este delito pretende proteger la seriedad y eficacia de las
investigaciones que realiza el Ministerio Pblico, evitando que
actuaciones de terceros, y aun de los propios intervinientes en
el proceso, la obstaculicen.
Se describe en el inc. primero del art. 269 bis: El que, a sa-
biendas, obstaculice gravemente el esclarecimiento de un hecho

129
DERECHO PENAL

punible o la determinacin de sus responsables, mediante la


aportacin de antecedentes falsos que condujeren al Ministerio
Pblico a realizar u omitir actuaciones de la investigacin, ser
sancionado con la pena de presidio menor en su grado mnimo
y multa de dos a doce unidades tributarias mensuales.

Tipo objetivo
El comportamiento prohibido consiste en suministrar anteceden-
tes falsos durante la investigacin dirigidos a impedir o entrabar
la determinacin de las circunstancias del hecho (cmo ocurri)
o de quines seran sus responsables (autores, cmplices o en-
cubridores). Se trata de un delito de accin, que requiere un
comportamiento activo del autor, aportacin de antecedentes
falsos, que margina la posibilidad de que se cometa mediante
omisin. La expresin antecedentes es amplia y no queda res-
tringida slo a los elementos probatorios, pueden o no consistir
en medios de acreditacin, quedan por consiguiente compren-
didas modalidades diversas, tales como suministrar pistas falsas
o distractivas, entre otras.
Tampoco es necesario que los antecedentes sean presentados
ante el Ministerio Pblico directamente, es suficiente que sean
aportados en una investigacin judicial, y entre quienes pueden re-
cibirlos tambin estn las fuerzas policiales. Lo importante radica
en que en el hecho esa aportacin induzca al fiscal a realizar u
omitir actuaciones de investigacin. Se est, en consecuencia, ante
un delito de resultado, pues se exige un doble efecto: esto es, que
se lleven a cabo por el fiscal, o no se lleven debiendo haberlo sido,
actuaciones de investigacin y, adems, que objetivamente se haya
obstaculizado gravemente la investigacin. Por otra parte, no se
exige que el tribunal acoja tales actuaciones o que se cumplan; el
tipo penal se consuma con la simple peticin del fiscal en el senti-
do indicado o que incurra en la omisin anotada; las expresiones
empleadas por el inc. segundo del art. 269 bis son indiciarias al
respecto, basta que los antecedentes falsos lleven al fiscal a solici-
tar una medida, a deducir una acusacin.
El legislador en todo caso fue cauteloso al tipificar este delito,
pues no slo exige que los antecedentes falsos creen un entorpe-
cimiento de cualquier clase en la investigacin, ste debe ser gra-
ve, o sea considerable, importante. Esta valoracin del tribunal

130
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

es fundamental para la calificacin del delito, al hacerlo deber


apreciar la naturaleza de la referida accin y su trascendencia en el
curso de la investigacin, lo que, indudablemente, involucra cierta
ambigedad en la descripcin del comportamiento prohibido.

El tipo subjetivo
El autor debe actuar con dolo directo, el eventual queda descar-
tado porque el sujeto activo requiere de una doble intencionali-
dad: a) la de entorpecer gravemente la investigacin y
b) aportar antecedentes falsos con conocimiento de que tie-
nen esa calidad. La ausencia de cualquiera de esas condiciones
subjetivas descarta el dolo y, por lo tanto, el delito.

El sujeto activo
No se requieren condiciones especiales para ser autor de la
figura en estudio, se trata de un delito comn que puede ser
cometido por cualquiera persona, no se necesita tener la calidad
de interviniente en el proceso, su autor puede ser un tercero
y aun un abogado, sea que represente a alguna de las partes o
no tenga esa calidad, el inciso tercero del artculo 269 bis no lo
estima necesario, como se sealar ms adelante. No obstante,
existen ciertas limitaciones, no pueden ser autores el imputado
en el proceso ni las personas enumeradas en el art. 17 del Cdi-
go Penal, que se refiere a los que no deben ser castigados como
encubridores, como tampoco los sealados en el art. 302 del
Cdigo Procesal Penal, esto es, a los que libera de la obligacin
de declarar ante el tribunal.

Sancin que corresponde al delito


El art. 269 bis, en su inc. primero expresa que la pena es presi-
dio menor en su grado mnimo y multa de dos a doce unidades
tributarias mensuales, o sea una privativa de libertad ms una
pecuniaria. Se trata de una sancin de menor gravedad que la
que prescribe para el delito de presentacin de pruebas falsas o
adulteradas en un proceso penal en el art. 207.
La sancin puede ser agravada en la alternativa sealada en
el inc. 2 del art. 269 bis: la pena se aumenta en un grado si los
antecedentes falsos aportados condujeren al Ministerio Pblico a
solicitar medidas cautelares o a deducir acusacin. Represe que

131
DERECHO PENAL

es suficiente que el fiscal solicite las referidas medidas o deduzca


acusacin, no es necesario que el tribunal las decrete o que se
condene al acusado, y si es un abogado el que incurre en estos
comportamientos, se le impone, adems de las penas de presidio
menor y multa, la de suspensin de profesin titular durante el
tiempo de la condena. Como se precis con anterioridad, no tie-
ne relevancia que represente o no a alguno de los intervinientes; si
incurre en los comportamientos prohibidos, por el solo hecho de
ser abogado se le aplicar la suspensin, el art. 269 bis inc. tercero,
requiere que el autor tenga esa calidad, no seala otra exigencia.

La retractacin
Esta institucin se regla en los incs. cuarto y quinto del
art. 269 bis: La retractacin oportuna de quien hubiere incurri-
do en las conductas de que trata el presente artculo constituir
circunstancia atenuante. Tratndose de las situaciones a que se
refiere el inciso segundo, la atenuante se considerar como muy
calificada, en los trminos del art. 68 bis.
Aquella que se produjere en condiciones de tiempo y forma
adecuados para ser considerada por el tribunal que debiere
resolver alguna medida solicitada en virtud de los antecedentes
falsos aportados o, en su caso, aquella que tuviere lugar durante
la vigencia de la medida cautelar decretada en virtud de los ante-
cedentes falsos aportados y que condujere a su alzamiento o, en
su caso, la que ocurra antes del pronunciamiento de la sentencia
o de la decisin de absolucin o condena, segn corresponda.
Retractarse es desdecirse, rectificar aquello que se ha expresado.
Constituye una circunstancia atenuante de la responsabilidad si ha
sido oportuna, con los efectos propios de una circunstancia de tal natu-
raleza conforme a los principios generales. No obstante, puede cons-
tituirse como una atenuante calificada en los trminos del art. 68 bis
(permite rebajar en un grado la pena), cuando la retractacin se
refiere a la aportacin de antecedentes falsos que conduzcan al fiscal
a solicitar medidas cautelares o deducir una acusacin infundada.
Para que la retractacin se considere como atenuante, debe
cumplir con la condicin de ser oportuna conforme lo expresa el
inc. cuarto del art. 269 bis, o sea aquella que se produjere en condicio-
nes de tiempo y forma adecuado para ser considerada por el tribunal que
debiere resolver en alguna de las siguientes tres situaciones:

132
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

a) respecto de una medida solicitada en virtud de los antece-


dentes falsos aportados;
b) la que tiene lugar durante la vigencia de la medida cau-
telar decretada en virtud de los antecedentes falsos aportados y
que condujere a su alzamiento, y
c) la que ocurre antes del pronunciamiento de la sentencia o
de la decisin de absolucin o condena, segn corresponda.
Es interesante sealar que entre esta atenuante de responsabili-
dad y la establecida en el inc. segundo del art. 208 en relacin con la
presentacin en un tribunal de pruebas falsas, hay una clara diferen-
cia en cuanto a sus efectos. En la situacin de los antecedentes falsos
presentados durante la investigacin la retractacin tiene siempre
el efecto de una atenuante de responsabilidad, en tanto que en la
alternativa de presentacin de pruebas falsas en el tribunal, si bien
tambin es una atenuante, en casos especiales puede llegar hasta
eximir de toda responsabilidad al que se retracta.

Exencin de responsabilidad
El inc. final del art. 269 bis establece una exencin de responsa-
bilidad para el que presenta antecedentes falsos en los siguientes
trminos: Estarn exentas de las penas que establece este artculo,
las personas a que se refieren el inciso final del artculo 17 de este
Cdigo y el artculo 302 del Cdigo Procesal Penal. En la primera
disposicin citada se hace referencia al cnyuge y a ciertos parien-
tes a los que se eximen de pena si actan como encubridores y, la
segunda, a aquellos parientes y cnyuge del imputado que no estn
obligados a declarar en el proceso que afecta a este ltimo.
Esta exencin de responsabilidad tiene como fundamentos
los mismos principios que inspiran los preceptos recin citados.

La acusacin o denuncia calumniosa


63. NATURALEZA DEL DELITO Y BIEN JURDICO PROTEGIDO

Esta figura penal aparece tratada en el Cdigo entre los delitos


contra la fe pblica y las falsedades, siguiendo la tradicin his-
trica de la legislacin espaola que, al decir de Pacheco, en las

133
DERECHO PENAL

antiguas leyes ibricas era sancionada con demasiado rigor.34 La


incorporacin de la acusacin calumniosa entre las figuras de fal-
sedad resulta hoy controvertida, por cuanto mayoritariamente se
estima que el bien jurdico que tiene como objeto de proteccin
es la correcta administracin de justicia en primer lugar y, secunda-
riamente, el honor del denunciado. La consideracin del honor
como materia amparada por el delito cont con la adhesin de
un miembro de la Comisin Redactora, Osvaldo Renjifo, que
pidi expresamente que fuera ubicado en el prrafo de la calum-
nia,35 pero prim el criterio mayoritario de considerarlo junto al
falso testimonio y al perjurio.
La tendencia actual de la doctrina es calificarlo como figura
pluriofensiva, que considera prioritariamente la adecuada adminis-
tracin jurisdiccional y subsidiariamente toma en cuenta el honor
de la vctima.36 Sin embargo, hay opiniones discrepantes sobre el
punto; algunos autores sostienen que lo atacado es exclusivamente
el debido proceso, cuyo desarrollo debe ser cumplido correcta-
mente, sin perjuicio de que si adems se pretendiera afectar al
honor, se estara en la posibilidad de un concurso de delitos.37
La ambigedad que histricamente ha existido en el tratamiento
de esta figura penal y su confusin conceptual con la calumnia
justifica interpretaciones como las sealadas. El criterio discre-
pante recin enunciado est ms cerca de lo correcto, pues el real
bien jurdico amparado por el delito descrito en el art. 211 es la
seriedad del procedimiento judicial en cuanto a su empleo como
instrumento social, como tambin en su desarrollo en el tribunal,
de modo que lo que se consider al describir el tipo es la admi-
nistracin de justicia. Si bien indirectamente y en el hecho puede
aparecer amparando el honor de las personas, no es ese bien la
razn de ser del delito, sea de manera principal o secundaria, sino
que es un mero corolario que, por lo dems, tampoco es general
e imprescindible para la existencia de esta figura penal.

34
Pacheco, op. cit., t. 2, p. 348.
35
Actas de Comisin Redactora, N 45, de 16 de junio de 1871, y N 170, de
8 de octubre de 1873.
36
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 655; Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. 3,
p. 15; Orts, op. cit., p. 280; Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 1087.
37
As, Bustos, op. cit., p. 424.

134
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

64. CARACTERSTICAS DEL DELITO

El Cdigo en el art. 211 da el siguiente concepto de la acusacin


calumniosa: La acusacin o denuncia que hubiere sido declarada
calumniosa por sentencia ejecutoriada, ser castigada con presidio
menor en su grado mximo y multa de diecisis a veinte unida-
des tributarias mensuales, cuando versare sobre un crimen, con
presidio menor en su grado medio y multa de once a quince
unidades tributarias mensuales, si fuere sobre simple delito, y con
presidio menor en su grado mnimo y multa de seis a diez unida-
des tributarias mensuales, si se tratare de una falta.

65. SUJETOS ACTIVO Y PASIVO

La acusacin calumniosa es un delito comn, el sujeto activo puede


ser cualquiera persona, siempre que sea quien hizo la denuncia o
dedujo la querella. La nica limitacin que tiene consiste en que
no debe coincidir con la persona del imputado, pues ha de recor-
darse que subsidiariamente en el delito de denuncia calumniosa
puede haber una lesin al honor de la vctima, y es evidente que
para que sobrevenga esa clase de lesin necesariamente no puede
existir coincidencia entre el agente y el denunciado, porque no es
punible la autolesin del respeto debido o esperado.
Lo sealado tiene una excepcin tratndose de la imputa-
cin de delitos que requieren de denuncia previa de parte del
personalmente ofendido o de sus representantes legales (en
particular los de accin privada y los de accin mixta), porque
en ellos el ejercicio de la accin est subordinado a la actividad
de los personalmente afectados. En estas hiptesis la acusacin o
denuncia slo podr ser declarada calumniosa cuando se realiz
por quienes tienen facultad para hacerla, y no por los dems
ciudadanos.
El sujeto pasivo tampoco ofrece exigencia especial, salvo la
de que sea una persona natural, por cuanto los entes jurdicos
carecen de responsabilidad penal y no pueden ser autores, cm-
plices o encubridores de un delito.

135
DERECHO PENAL

66. TIPO OBJETIVO

La conducta prohibida por el precepto penal consiste en una


accin, que importa realizar ante la autoridad judicial la denuncia
de un delito o interponer una querella con relacin al mismo. El
art. 211 emplea las palabras acusacin y denuncia, al igual que el
art. 172 del Cdigo Procesal Penal, esto es, denuncia y querella.
Denunciar un delito es -conforme a los arts. 82 del Cdigo de
Procedimiento Penal y 173 del Cdigo Procesal Penal poner
en conocimiento de la justicia o del Ministerio Pblico el hecho
que lo constituye, y querellarse, en el alcance que le dan tanto los
art. 93 y siguientes del Cdigo de Procedimiento Penal como
los arts. 111 y siguientes del Cdigo Procesal Penal, significa el
ejercicio de la accin penal pblica o privada por una persona,
mediante una presentacin escrita y firmada ante el tribunal
correspondiente, cumpliendo las dems exigencias legales; esta
querella faculta al que la dedujo para actuar como parte en el
proceso.
Ha quedado establecido que, en esencia, la acusacin o denun-
cia calumniosa consiste en una accin, o sea un comportamiento
positivo; sin embargo, la doctrina plantea la posibilidad de que
se puede cometer este delito por omisin. Debe descartarse tal
posibilidad en principio, porque el tipo penal exige una denun-
cia o acusacin, expresiones que tienen el alcance especfico ya
indicado, y no pueden cumplirse con un mero no hacer porque
requiere de la verificacin de una actividad del sujeto. Se rechaza
la posibilidad sostenida por sectores de la doctrina en el sentido
de que la ocultacin de hechos que favoreceran al imputado al
hacer la denuncia, podra conformar el delito. Hay autores que
piensan que cuando dicha discrepancia se refiere a circunstan-
cias fundamentales del hecho, de lo que sucedi en la realidad,
podra darse el tipo de acusacin falsa.38 No correspondera en
todo caso sostener que el delito se cometi por omisin, porque
en la materialidad se tratara de una accin, esto es, una denuncia
realmente planteada, donde se ha alterado la verdad en aspectos
substanciales.

38
Crdoba Roda, op. cit., t. 3, p. 1093.

136
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

El objeto de la denuncia o querella debe ser un hecho consti-


tutivo de delito, en el sentido amplio de la expresin, que es com-
prensiva de un crimen, de un simple delito y de una falta. El delito,
en cuanto a la accin a que da origen, puede ser de accin pblica
(comprendiendo en esa nocin el mal denominado delito de
accin mixta) o de accin privada (sealados en el art. 18 del C-
digo de Procedimiento Penal y art. 55 del Cdigo Procesal Penal).
Delito de accin pblica es aquel cuya accin puede ser ejercida
por cualquiera persona capaz de comparecer en juicio y tambin
por el Ministerio Pblico; de accin privada son aquellos delitos cuya
accin slo puede ser ejercida por la parte ofendida o su representante
legal, de suerte que no es posible perseguirlos de oficio, lo que s
sucede con los de accin pblica. Los de accin mixta son delitos
de accin pblica con limitaciones; para ejercitar la accin que de
ellos deriva es necesario que a lo menos sean denunciados por la per-
sona ofendida (art. 19 del Cdigo de Procedimiento Penal y art. 53
inc. 4 del Cdigo Procesal Penal). La distincin de los delitos, en
cuanto a la accin a que dan origen, ofrece importancia en el caso
de la calumnia,39 y como el art. 211 emplea la expresin calum-
niosa, se sostiene que los principios propios del delito de calumnia
deberan aplicarse en relacin con la acusacin falsa.
En ese sentido, sectores doctrinarios han pretendido excluir
a los delitos de accin privada, y en general al no pesquisable, de
la posibilidad de que su denuncia sea considerada calumniosa; se
fundamentan precisamente en la expresin calumniosa emplea-
da por el art. 211, porque la imputacin debera cumplir con las
condiciones inherentes al delito de calumnia del art. 412. En otros
trminos, que actualmente est en condiciones de ser perseguido de
oficio.40 La palabra calumniosa que usa el art. 211 debe entenderse
en su sentido natural y obvio, como seala Labatut,41 o sea como si-
nnimo de falsa; lo expresado en el precepto es que se trate de una
denuncia mentirosa. No se ve razn valedera de orden sistemtico y
menos normativo, para proyectar los elementos tpicos del delito de

39
Vase t. III, prrafo 16.7, B.-c).
40
En la forma sealada opina Etcheberry (D.P., t. IV, p. 198). Esta opinin no se
comparte, por cuanto el art. 211 no permite hacer distincin en el sentido indicado,
como sucede en otras legislaciones donde se limita expresamente el tipo penal a los
delitos perseguibles de oficio, v. gr., el art. 325 del Cdigo Penal espaol.
41
Labatut, D.P., t. 2, p. 72.

137
DERECHO PENAL

calumnia al de acusacin calumniosa; se trata de dos tipos distintos,


dirigidos a proteger bienes jurdicos tambin distintos.
La denuncia o querella para que sea declarada calumniosa
debe cumplir con dos condiciones:
a) ser hecha ante la justicia o sus agentes, porque como se ha
sealado precedentemente, a las expresiones acusacin y denuncia
corresponde asignarles un sentido tcnico jurdico, ms cuando se
exige que haya sido declarada calumniosa por sentencia ejecuto-
riada, lo que supone que dio origen a un proceso judicial, y
b) que esa acusacin o denuncia tenga la caracterstica de
ser calumniosa.
La denuncia o querella puede ser calumniosa porque el hecho
a que se refiere no existe o porque habiendo sucedido no ha
tenido participacin en el mismo el denunciado.

67. QUE SEA CALUMNIOSA LA ACUSACIN O DENUNCIA

Se hizo notar que el vocablo calumniosa ha de entenderse en


un sentido natural, no vinculndolo al delito de calumnia, o sea
como falsedad, falta de veracidad. De manera que ha de tenerse
en cuenta que las dems falsedades que constituyen delito y que
estn sancionadas por el Cdigo, tienen un elemento comn:
que la ausencia de verdad tenga carcter de substancial, que ten-
ga trascendencia y que altere en alguna forma la identidad del
documento o hecho de que se trate.
De consiguiente, la calidad de mentirosa de la acusacin o
denuncia es insuficiente por s sola, debe adems en cuanto
a denuncia dirigida a poner en movimiento la actividad judi-
cial tener la caracterstica de no corresponder a la verdad en
aspectos substanciales. Por lo tanto slo cumplir esa condicin
cuando el hecho central que se denuncia como delictivo no ha
existido o cuando existiendo, el imputado no ha participado en su
comisin. La falsedad de circunstancias secundarias, accesorias
o circunstanciales, carece de mrito para calificar como calum-
niosa una denuncia; por lo tanto errores en cuanto al grado de
intervencin del imputado, o de la calificacin jurdica del delito,
o que incidan en circunstancias modificatorias o eximentes de

138
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

responsabilidad, carecen de relieve.42 Si bien hay cierto consenso


en cuanto a la intrascendencia de los errores o falsedades sobre
las circunstancias modificatorias de responsabilidad, no lo hay
en relacin a las eximentes, pero se piensa que corresponde asi-
milarlas a las referidas circunstancias para estos efectos, en aten-
cin a que el lego carece de los conocimientos adecuados para
apreciar la importancia que ciertos eventos pueden tener en el
mbito normativo. Si el hecho bsico corresponde a la realidad,
la denuncia no debe ser declarada calumniosa.
La falta de verosimilitud de la imputacin se mensura con
criterio objetivo; el hecho denunciado no debe coincidir con la
realidad de los sucesos, sin perjuicio del anlisis de la fase subje-
tiva a la que se har referencia a continuacin.

68. EL TIPO SUBJETIVO

El tipo penal requiere, como todo delito, de la fase subjetiva, y


en este caso es necesario el dolo directo, que si bien importa el
conocimiento por parte del sujeto activo de los elementos del
tipo y de su voluntad de concretarlos, est integrado adems por
el cabal conocimiento de la falsedad del hecho, sea porque no
ocurri en la realidad o porque habiendo ocurrido el imputado
no tuvo intervencin en el mismo. Esto es fundamental, pues
si el acusador cree en la veracidad de su denuncia, aunque objetiva-
mente no corresponda a la realidad, no comete delito.
Se exige dolo directo por cuanto el que duda sobre la verdad
de lo que denuncia, no tiene conocimiento de la falsedad en el
sentido normativo exigido, no sabe que es calumniosa y, de con-
siguiente, no incurrir en el delito, ms an cuando hay inters
social en que los hechos delictivos sean denunciados.
De manera que si la denuncia corresponde en lo fundamen-
tal con la realidad, no hay delito de acusacin calumniosa, cual-
quiera sea la posicin subjetiva del sujeto activo, porque falta el
tipo objetivo. De otro lado, cuando ese sujeto activo cree en la
verdad de su imputacin con fundamentos plausibles, no incurre

42
Hay opiniones discrepantes en este punto. Vase Etcheberry (D.P., t. IV,
p. 198); Crdoba Roda (op. cit., t. 3, pp. 1092-1093); Lpez Barja de Quiroga (op.
cit., t. 3, pp. 16-17); Muoz Conde (op. cit., p. 657).

139
DERECHO PENAL

en delito aunque su aseveracin sea objetivamente errada, por


faltar el tipo subjetivo.

69. DECLARACIN POR SENTENCIA EJECUTORIADA QUE


LA DENUNCIA ES CALUMNIOSA

El art. 211 aparentemente seala como necesario para que


el delito se conforme, que la acusacin o denuncia haya sido
previamente declarada calumniosa por sentencia ejecutoriada,
pero esa declaracin no es un elemento del tipo penal, ni es una
condicin objetiva de punibilidad. Se estim por ciertos sectores
de la doctrina, en la primera mitad del siglo XX, que era necesa-
rio para iniciar el proceso por falsa acusacin que existiera una
declaracin sobre su falsedad, posiblemente apreciando por
analoga lo dispuesto por el art. 576 inciso segundo del C.P.P.,
que hace tal exigencia respecto de la querella por calumnias
o injurias causadas en juicio, oportunidad en que debe acom-
paarse un certificado en que conste la declaracin judicial de
que dan mrito para proceder criminalmente. Existe consenso
en la doctrina43 que cuando se alude a sentencia ejecutoriada se
est haciendo referencia a aquella que se va a dictar en el pro-
ceso que se inicie para investigar si la denuncia o acusacin fue
o no falsa. Y ello porque en el proceso penal que se inicia para
investigar el hecho que se atribuye en la acusacin o denuncia
mentirosa, el tribunal que investiga ese hecho se limita a so-
breseer definitivamente la causa o dictar sentencia absolutoria,
pero no hace declaraciones sobre la naturaleza de la denuncia
o acusacin. Esto ltimo corresponde que se dilucide en un
nuevo proceso donde se investiga precisamente si la denuncia
fue falsa y, en caso de serlo, imponer la pena pertinente al delito
de acusacin calumniosa. En trminos simples, no se requiere
de un antejuicio o una declaracin previa sobre la calidad de
calumniosa de la acusacin con anterioridad al proceso donde
corresponde castigarla.

43
Cfr. Schweitzer, Miguel, El delito de acusacin o denuncia calumniosa
(Revista de Ciencias Penales, ao 1937, t. 3, p. 357); Labatut D.P., t. 2, p. 72;
Etcheberry, D.P., t. IV, p. 199.

140
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

70. LA ACUSACIN O DENUNCIA CALUMNIOSA ES UN


DELITO DISTINTO A LA CALUMNIA

La doctrina es unnime en reconocer que la acusacin calum-


niosa es un tipo penal de naturaleza distinta a la del delito de
calumnia, por cuanto los bienes jurdicos que a ambos preocu-
pan son diversos, como tambin lo son los elementos tpicos de
cada uno.
El delito de calumnia, al igual que el de injuria, tiene como
objeto jurdico el honor (derecho al honor),44 en tanto que en la
acusacin o denuncia calumniosa el objeto jurdico es la correcta
administracin de justicia, el honor aparece como un bien sub-
sidiariamente amparado. A nuestro entender, el honor aparece
protegido indirectamente, y con frecuencia de hecho en la acusacin
o denuncia calumniosa; no es imprescindible que lo lesione. Son
posibles hiptesis en que la denuncia calumniosa no es atentatoria
al honor; sin embargo, podra en este evento castigarse conforme
al art. 211 que describe esta figura penal. As se demuestra que la
creacin del delito de acusacin calumniosa no tiene como obje-
tivo la proteccin del honor, lo que a su vez precisa en el mbito
teleolgico su diferencia con el delito de calumnia.
Con relacin a las caractersticas tpicas, esas diferencias son
ostensibles. El medio de ejecucin en la calumnia consiste en
una imputacin que puede exteriorizarse de cualquier forma;
en tanto que la acusacin calumniosa consiste en una denuncia
o una querella presentada ante la justicia o sus agentes. La ca-
lumnia queda restringida exclusivamente a la atribucin de un
crimen o de un simple delito actualmente pesquisable de oficio,
las faltas estn excluidas, lo que no sucede en la acusacin o
denuncia calumniosa, que comprende a las faltas y a los delitos
de accin privada. La calumnia es un delito de accin privada,
que puede ser ejercitada slo por el ofendido y las personas que
excepcionalmente seala la ley; el delito de acusacin calum-
niosa es de accin pblica, accin que puede ser ejercida por
cualquiera persona capaz de comparecer en juicio.

44
Vase t. III, pp. 191 y ss.

141
DERECHO PENAL

71. PENALIDAD

La regulacin de la sancin que corresponde a este delito est


determinada por la naturaleza del hecho atribuido. En general se
impone la pena de presidio menor, ms una multa; si lo atribuido
es un crimen, corresponde aplicar esa pena en su grado mximo;
si se trata de un simple delito, en su grado medio, y si se trata de
una falta, en su grado mnimo. Las sanciones son ms rigurosas
que las establecidas para el delito de calumnia.

Ejercicio ilegal de una profesin y usurpacin de funciones


o nombres
72. ASPECTOS GENERALES

El Ttulo IV del Libro Segundo termina con el prrafo N 8, cuyo


subttulo anuncia los delitos de ejercicio ilegal de una profesin y de
usurpacin de funciones o nombres, de los cuales se ocupa en los arts.
213 y 214, respectivamente. Se trata de situaciones que aparente-
mente no quedan comprendidas en el Ttulo IV, y es discutible
que con su comisin se afecte a la fe pblica, a la pureza del
procedimiento judicial o a la correcta administracin de justicia.
Son figuras donde la falsedad tambin se observa, pero con una
perspectiva distinta; se trata de situaciones donde una persona
se apodera de funciones que no le corresponden, calidades o
actividades de que carece o no est facultado legalmente para
ejercer. En esa forma miente o falsea la realidad, aunque en el
hecho no cause perjuicio a terceros, porque son tipos penales de
peligro abstracto y de mera actividad, que de algn modo afectan al
trfico jurdico en la sociedad.

73. EJERCICIO ILEGAL DE UNA PROFESIN,


AUTORIDAD O FUNCIN

En el art. 213 se describe esta figura: El que se fingiere autoridad,


funcionario pblico o titular de una profesin que, por disposi-
cin de la ley, requiera ttulo o el cumplimiento de determinados

142
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

requisitos, y ejerciere actos propios de dichos cargos o profesiones,


ser penado con presidio menor en sus grados mnimo a medio
y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
El mero fingimiento de esos cargos o profesiones ser sanciona-
do como tentativa del delito que establece el inciso anterior.
El tipo objetivo est conformado por una doble actividad, pri-
meramente un fingimiento y luego el ejercicio de actos; ambas
deben concurrir copulativamente para que el delito se consume.
El tipo se satisface con la simple realizacin de esa doble activi-
dad, no requiere que se logre un resultado o que esas conductas
lesionen un bien determinado, es suficiente la mera actividad.
Queda, por lo tanto, suprimida la alternativa de un delito por
omisin; se requiere de comportamientos positivos que importen
fingir y llevar a cabo actividades.
La conducta prohibida consiste en fingir ser autoridad, funciona-
rio pblico o titular de una profesin. Se trata de una figura de hip-
tesis mltiple, que siempre exige un fingimiento, lo que significa
que el sujeto aparente o imite ser algo que no es. Esto requiere
de ms de una simple afirmacin, de una mentira, porque fingir
involucra una actividad o aprovechamiento de una situacin
que haga verosmil o respalde la afirmacin mendaz, como sera
mostrar un distintivo, un certificado, ser presentado por terceros
o cualquiera otra maquinacin o situacin semejante.
El fingimiento ha de referirse a alguna de las tres alterna-
tivas taxativamente mencionadas: a) autoridad, que puede ser
pblica o privada (obispo de un culto); b) funcionario pblico,
cuyo alcance queda determinado por el Estatuto Administrativo,
establecido por la Ley N 18.834, publicada en el Diario Oficial
el 23 de septiembre de 1989, que en su art. primero expresa
que queda sujeto a sus disposiciones el personal de los Minis-
terios, Intendencias, Gobernaciones y de los servicios pblicos
centralizados y descentralizados creados para el cumplimiento
de la funcin administrativa; c) el titular de una profesin. Este
ltimo concepto se refiere al ejercicio de ciertas profesiones con
relacin a las cuales el Estado se ha reservado la facultad de limi-
tar su desempeo exclusivamente a quienes obtengan los ttulos
pertinentes, otorgados por las instituciones que oficialmente han
sido autorizadas para ello; en la actualidad, las universidades e
institutos de formacin profesional reconocidos como tales. No

143
DERECHO PENAL

est de ms sealar que conforme a la legislacin vigente no es


necesario estar inscrito en un colegio profesional para ejercer
una profesin, es suficiente tener el ttulo habilitante.
Pero el tipo penal no se satisface con el simple fingimiento,
requiere que adems se ejerzan actos propios de dichos cargos o profe-
siones. Aqu es til puntualizar cuatro aspectos:
a) primeramente, los actos que se realicen han de ser propios
de esas profesiones o cargos, deben quedar comprendidos entre
aquellos que estn en el mbito de competencia de la funcin o
de la profesin, no es necesario que una ley o un reglamento los
sindique especficamente, basta que sean normalmente inheren-
tes a dicha actividad.
b) el precepto legal se satisface con la realizacin de un solo
acto de los ya indicados, no exige reiteracin o habitualidad en
su ejecucin de parte del sujeto activo;
c) el cobro y recepcin de honorarios que se haga por los servi-
cios prestados en las condiciones sealadas, tratndose del ejercicio
ilegtimo de una profesin, no proyecta el hecho al tipo de estafa
(art. 468), porque cobrar y recibir honorarios es inherente al ejer-
cicio de una profesin, de modo que ese cobro o recepcin queda
consumido por el tipo descrito en el art. 213,45 y
d) tratndose de las profesiones de mdico, cirujano, far-
macutico, dentista, el ejercicio habitual de esas actividades sin
ttulo legal o permiso de autoridad competente, despus de
mediar apercibimiento, constituye la falta sancionada por el
art. 494 N 8.46 Se diferencia esta conducta de la sancionada en

45
Orts, op. cit., p. 274.
46
No deja de ser sorprendente que el ejercicio habitual de las profesiones
de mdico, cirujano, farmacutico y dentista, sin ttulo, constituya una mera falta,
cuando conforme al art. 213 el que fingiere serlo y realiza una sola actividad en
tal sentido es castigado como autor del delito descrito en el art. 213, vale decir,
ejercicio ilegal de una profesin. Conforme a las Actas de la Comisin Redactora
(N 46, de 30 de junio de 1871), el precepto contenido en el art. 213 art. 209 pri-
mitivamente se refera al que se fingiere autoridad, empleado pblico o profesor de
una facultad que requiera ttulo, y no como hace el actual art. 213 que sanciona
al que finge ser titular de una profesin que, por disposicin de la ley, requiere
ttulo o el cumplimiento de determinados requisitos. En otros trminos, en esa
disposicin se sancionaba nicamente al que finga ser profesor de una facultad y
no de otras profesiones titulares. Parece ser que la Comisin nunca pens penalizar
el ejercicio de estas otras profesiones titulares como delito y por ello no lo expres
en el texto que propuso al Ejecutivo, pues en la Sesin N 109, de 16 de agosto de

144
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

el art. 213, porque en la falta no se requiere fingir tener el ttulo,


es suficiente habitualmente realizar las actividades respectivas.

74. ITER CRIMINIS

Segn el inc. segundo del art. 213, si el fingimiento no va acom-


paado de la realizacin de actos propios de la funcin o profe-
sin no se da el tipo consumado, pero ese comportamiento debe
ser castigado como tentativa, nocin que, por lo dems, est en
concordancia con lo que dispone el art. 7 en cuanto a las etapas
de ejecucin del delito. En el inciso 1 ya comentado se describe
una figura de mera actividad que, ya se ha explicado, se compone
de dos clases de conductas evidentemente distintas, de manera
que no ofrece duda que la realizacin de una en este caso el
fingimiento puede importar una tentativa de comisin del deli-
to descrito por el art. 213; ello ser as cuando subjetivamente la
simulacin se dirija a la ejecucin de actos posteriores, como los
aludidos. El mero fingimiento, sin la voluntad recin sealada, es
atpico para estos efectos; en la forma sealada corresponde en-
tender la disposicin en comentario, cuya finalidad no es alterar la
estructura del tipo, sino establecer la posibilidad de la tentativa.

75. CONCURSOS

Puede darse la situacin de concurso del delito descrito por el


art. 213 con otras figuras. No debe prestarse a confusin la situa-
cin reglada en el art. 213 con las de usurpacin de atribuciones
(arts. 221 y 222) de los empleados pblicos, por cuanto estos
delitos requieren de un sujeto calificado, que tenga o que haya
tenido la calidad de funcionario pblico, lo que no sucede en la

1872, al determinar el contenido del art. 479 N 7, que corresponde al del art. 494
N 8 actualmente vigente, dejaron constancia de que no se pretenda castigar como
falta el ejercicio de cualquiera profesin que requiriera ttulo, sino de aquellos actos
que ataquen a la seguridad o salubridad pblica, por lo que se acord limitar el
nmero citado (hoy el N 8) a las profesiones de mdico, cirujano, farmacutico i
flebtomo, exigindose que la falta sea habitual. Es posible que en el Congreso se
haya modificado la redaccin del primitivo art. 209 (hoy 213) y no se haya reparado
en el tenor del N 7 del art. 479 (hoy 494 N 8), creando as la anmala situacin
que existe en la actualidad.

145
DERECHO PENAL

hiptesis del art. 213, donde el sujeto activo debe carecer de esa
calidad y se limita a fingirla.
Existen situaciones donde fingir ser autoridad o funcionario
constituye un elemento de algunos tipos penales, hiptesis en las
cuales no corresponde sancionar esa simulacin separadamente.
Tal sucede con el delito descrito en el art. 439, el robo con vio-
lencia o intimidacin en las personas, que asimila a la violencia
las conductas de alegar orden falsa de alguna autoridad, fingirse
ministro de justicia o funcionario pblico. Igual situacin se
presenta en el art. 440 N 3, que califica como fuerza la conducta
del autor cuando simula ser autoridad, para facilitar su entrada
al lugar habitado y apropiarse de los bienes que encuentre en
ese lugar.
No obstante lo sealado, el ejercicio ilegtimo de ciertas profe-
siones conforma delitos especficos diversos, que prefieren en su
aplicacin a la figura general sancionada en el art. 213 en estudio.
Tal sucede, entre otros casos, con el sujeto que realiza actos propios
de la profesin de mdico cirujano y, en general, de las profesiones
relativas a la ciencia o arte de precaver y curar las enfermedades
del cuerpo humano, que s sanciona aunque se lleve a cabo a ttulo
gratuito por el art. 313 a). La Ley N 18.120, en su art. 3 castiga la
ejecucin de actos inherentes a la profesin de abogado sin tener
el ttulo correspondiente, o representar a otro como procurador sin
cumplir con las condiciones que se exigen para ello.

76. USURPACIN DE NOMBRE

El art. 214 se refiere a este delito: El que usurpare el nombre de


otro ser castigado con presidio menor en su grado mnimo, sin
perjuicio de la pena que pudiere corresponderle a consecuencia
del dao que en su fama o intereses ocasionare a la persona cuyo
nombre ha usurpado.
El bien jurdico protegido es la vida de relacin, pues en el
trfico jurdico la ocultacin de la propia identidad mediante el
empleo de un nombre que no corresponde al real, puede pro-
vocar serias confusiones en la sociedad. De all la prohibicin
genrica del legislador para impedir la alteracin del nombre,
porque en s mismo ese hecho constituye un peligro. Se trata
de una figura formal, de mera actividad, donde no es necesario

146
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

alcanzar un resultado, de modo que ese comportamiento no


requiere la lesin concreta de un inters determinado.
El tipo penal objetivo se conforma por el simple hecho de usar
el nombre y apellido de otra persona, siempre que pueda inducir
a error en cuanto a la identidad de quien lo usa. Emplear un nom-
bre imaginario, que no corresponde al de un tercero, o modificar
el propio, o emplear un seudnimo, como es tan frecuente entre
los artistas, no constituye el tipo descrito por el art. 214.47 El pre-
cepto emplea la expresin usurpare, porque es necesario que se
adopte el nombre de otro, pero no significa que ha de arrogarse
el estado civil de ese otro para que el delito se consume; si se pre-
tende usurpar el estado civil, la conducta se desplaza al tipo penal
tratado en el art. 354, entre los delitos que afectan el orden legal
de las familias,48 o sea el de usurpacin de estado civil.
La parte final del precepto transcrito tiene una regla un tanto
sorprendente: deja vigente la pena por la usurpacin del nombre
en la alternativa de que los intereses o la fama o sea la reputacin
del tercero resulten afectados, lo que podra dar lugar a un
delito de injuria o a una defraudacin, u otra figura en la cual
esa usurpacin podra quedar consumida, y se estara ante un
concurso aparente de leyes.

47
Cfr. Labatut, D.P., t. 2, p. 75; Etcheberry, D.P., t. IV, p. 201.
48
Vase el prrafo N 19.2 c) del t. III de esta obra.

147
CAPTULO
FALSEDADES VERTIDAS EN EL PROCESO. TERCERO
EL PERJURIO. ACUSACIN CALUMNIOSA, ETC.

DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

77. ANTECEDENTES GENERALES. BIEN JURDICO.


NOCIN DE PATRIMONIO

El Ttulo IX del Libro 2 del Cdigo Penal se denomina Crmenes


y simples delitos contra la propiedad, y est conformado por doce
prrafos que se ocupan de describir y sealar reglas aplicables
a los delitos de robo, hurto, abigeato, receptacin, usurpacin,
defraudacin, estafa y otros engaos, incendio y otros estragos, y
daos (arts. 432 a 489).*
Uno de los aspectos ms discutidos, y criticados, ha sido y es la
denominacin empleada por el legislador para comprender, de
modo general, la diversidad de figuras que se sancionan en este
Ttulo IX. Puede afirmarse que hay consenso en que el que tiene
no es el adecuado. El concepto de propiedad crea una serie de li-
mitaciones o de extensiones al relacionarse con cada una de las
figuras. Suficiente es sealar que en el art. 471 se castiga al dueo
de una cosa que la sustrae al tercero que la tiene legtimamente
en su poder; en otros trminos, se est prohibiendo al propieta-
rio de un bien que realice acciones destinadas a recuperarlo, lo
que significa que se protege la mera tenencia legtima, que no es
propiedad, con preferencia al dominio mismo.
La Comisin Redactora del Cdigo recogi, sin comentarios,
la denominacin, y encarg al seor Renjifo formara un proyec-
to de redaccin para los dos primeros prrafos concernientes al
hurto,1 combinando las disposiciones de la ley patria sobre la

* Son doce prrafos porque existe un N 4 bis.


1
Sesin N 89, de 27 de mayo de 1872.

149
DERECHO PENAL

materia con las de los Cdigos espaol y belga, actitud que no


debe extraar pues en Espaa se mantuvo esa denominacin a
pesar de las modificaciones de distinto orden que se le hicieron
al texto del Cdigo el ao 1884; slo en el de 1995 fue reempla-
zado por el de Delitos contra el patrimonio y contra el orden
socioeconmico, que a su vez ha sido objeto de reparos.
Encontrar una titulacin adecuada para este grupo de figuras
penales no es fcil y parece ser un problema insoluble, a menos
que se haga una readecuacin de los tipos que comprende, dada
la diversidad de modalidades de proteccin que consideran y los
bienes jurdicos en juego.
Es claro, y ya no es materia de discusin, que el derecho pe-
nal tiene autonoma en relacin con el derecho privado, pero
esto no se contrapone a que la terminologa empleada por el sis-
tema guarde cierta congruencia, cualquiera sea el rea de que se
trate. Lo dicho ofrece inters respecto de la expresin propiedad
empleada por el Cdigo Penal, expresin que tiene un alcance
definido en el Cdigo Civil, y uno ms amplio en la Constitucin
Poltica, comprensivo del que tienen los dems cuerpos norma-
tivos, como el Cdigo de Minera, el de Aguas, todos los que
ofrecen conceptos particulares sobre lo que entienden por pro-
piedad. De consiguiente, no es imperativo atenerse al tradicional
concepto del art. 582 del C.C., que dice: El dominio (que se lla-
ma tambin propiedad) es el derecho real en una cosa corporal,
para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra
la ley o contra derecho ajeno y agrega la propiedad separada
del goce de la cosa, se llama mera o nuda propiedad.
El Cdigo Civil alude a su vez a otras clases de propiedad en
los arts. 583 y siguientes. Es evidente que la Constitucin Poltica
tiene, como se desprende de su articulado sobre las garantas del
derecho de propiedad (art. 19), un concepto ms amplio que el
del Cdigo Civil, extensivo a otros derechos reales y personales;
por ello, su N 24 se inicia declarando que la proteccin abarca
el derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda
clase de bienes corporales e incorporales. El Cdigo Penal, en
cuanto se refiere a la propiedad, debe entenderse en un senti-
do normativo muy amplio y flexible, comprensivo de aquellas
relaciones jurdicamente reconocidas por el sistema y que existen entre
una persona y una cosa, relacin que le confiere a esa persona algunas

150
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

facultades sobre la cosa, que son susceptibles de apreciacin econmica.


Se extiende esta nocin tanto a la propiedad quiritaria (la del
art. 582 transcrito) como a la posesin y aun a la mera tenen-
cia en casos especficos.2 Se trata de una nocin til slo para
el derecho penal y, en particular, para los tipos descritos en el
Ttulo X del Cdigo3 y que se tiene que elaborar precisamente
por y para esas figuras.
El bien jurdico objeto de proteccin est integrado, en gene-
ral, por esas facultades a las cuales se ha aludido que en conjunto
conforman el concepto propiedad a que se refiere la ley penal
en el Ttulo IX. Esto no significa que los distintos delitos que se
describen en este ttulo tengan coetneamente como objeto de
proteccin la propiedad, la posesin y la mera tenencia. En rea-
lidad cada figura ampara algunos de esos aspectos y otras no, lo
que sucede es que la voz propiedad que intitula este apartado
tiene el alcance extensivo antes referido, porque en este aparta-
do se ha comprendido un conjunto de tipos penales con un muy
amplio mbito de proteccin, pero cada uno de ellos tiene por
objeto un inters bien distinto, aunque enmarcado dentro de la
amplia nocin de su enunciado.
En doctrina hay tendencia a reemplazar la expresin propie-
dad por patrimonio,4 y as lo ha hecho el Cdigo espaol de 1995,
pero el mejoramiento es relativo por cuanto si bien es un con-
cepto ms expresivo de aquello que es materia de la proteccin
penal, tampoco satisface todas las exigencias. Primeramente,
porque no todos los delitos que pueden afectar al patrimonio se
encuentran reglados en el Ttulo IX y, de otro lado, el concepto
de patrimonio es otro instituto discutible en su contenido y al-
cance. No existe acuerdo sobre si lo amparado es el patrimonio

2
Cfr. Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 780; Bajo Fernndez, op. cit., p. 4; Muoz
Conde, op. cit., p. 175; Bustos, op. cit., p. 189; Etcheberry, D.P., t. III, p. 287.
3
Es interesante para estos efectos lo comentado por Muoz Conde, que estima
que el derecho penal en principio debe respetar el sentido de las nociones que el
derecho privado elabora, pero que siempre han de examinarse las consecuencias
que tal interpretacin trae aparejadas, y agrega: si de tal examen resulta que la
completa y rigurosa aplicacin de los conceptos privatsticos lleva a resultados que
estn en oposicin con la finalidad asignada a las normas penales y a las propias
exigencias del derecho penal, deben realizarse en dichos conceptos las modifica-
ciones indispensables para evitar los resultados citados (op. cit., p. 177).
4
As, Labatut, D.P., t. II, p. 211; Etcheberry, D.P., t. III, p. 288.

151
DERECHO PENAL

considerado como universalidad o en cuanto a los elementos que


lo integran. La afirmacin de que el delito de estafa sera el ms
representativo de los que tienen por objeto jurdico el patrimo-
nio como universalidad (Antn Oneca, Bajo Fernndez), no es
compartida por toda la doctrina; adems, est claro que algunas
de las figuras del ttulo tienen por objeto exclusivamente a bienes
determinados que integran el patrimonio, pero no a ste como
universitatis iuris, lo que pasa con el hurto y el robo (Rodrguez
Devesa, Muoz Conde, T. S. Vives).
La nocin patrimonio, como se seal, no es pacfica en cuanto
a su contenido, se puede considerar desde diversos aspectos; puede
afirmarse que la nocin de patrimonio prcticamente est en ela-
boracin. Esta circunstancia inclina a algunos autores a recogerla
para los efectos penales,5 pues facilita su adaptacin a las exigencias
de los tipos. Se habla de una concepcin jurdica del patrimonio, que
corresponde al sentido tradicional civil que se le ha reconocido, de
universalidad integrada por el conjunto de derechos y obligaciones
de ndole patrimonial de una persona, de aquellas susceptibles de
ser apreciadas econmicamente. Esta posicin dejara afuera aque-
llas cosas que no pueden calificarse derechos y obligaciones, sino
como expectativas (la clientela, por ejemplo).6 Tambin existe una
nocin econmica, que considera al patrimonio como el conjunto
de valores econmicos de que dispone una persona,7 que en el
hecho extiende, quiz desmesuradamente, el concepto. Dicha no-
cin en parte podra tener cabida en la legislacin penal nacional,
en atencin a que la mayora de las figuras comprendidas entre
los delitos contra la propiedad, requieren para consumarse que
se provoque un perjuicio apreciable en dinero en el patrimonio
de la vctima o de otra persona. Una tercera posicin, que concilia
las otras dos, lo concibe como concepto econmico y jurdico a la vez,
que hara referencia slo a aquellos bienes, derechos y dems cosas
o entidades susceptibles de valoracin pecuniaria, que un sujeto
tiene en virtud de cualquier vinculacin jurdica reconocida por el
sistema, donde la mera tenencia, los crditos personales y muchos
otros bienes tendran cabida.

5
Muoz Conde, op. cit., p. 182.
6
Bustos, op. cit., p. 189.
7
T. S. Vives, op. cit., p. 787.

152
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Algunos autores han sostenido que slo en un sentido catego-


rial estos delitos deberan considerarse entre los que se dirigen a
atentar en contra del patrimonio, porque varias figuras que en este
grupo se comprenden tienen a la propiedad misma como objeto
jurdico, y no al patrimonio (as el robo y el hurto).8
En realidad no existe una posicin categrica sobre el punto;
en todo caso, cualquiera sea la nocin a que se recurra patrimo-
nio o propiedad habr que entenderla con el alcance adecua-
do que comprenda a los diversos tipos penales descritos por el
Ttulo IX, y siempre esa labor ser discutible. Ambos conceptos
patrimonio y propiedad son de orden privatista, y se piensa
que resulta discutible construir un derecho penal destinado a
proteger acreedores o propietarios, cuando la verdadera finali-
dad del derecho penal ha de ser la proteccin de las personas
mismas en sus relaciones sociales.9
Se hace urgente una revisin de los delitos en estudio,10 y
proceder a una reconstruccin del ordenamiento de los bienes
tomando en consideracin los cada vez ms importantes inte-
reses no dominicales y relegando las tcnicas de tutela ligadas a
la idea de dominio al papel que les corresponde.11

78. CLASIFICACIN DE LOS DELITOS CONTRA LA


PROPIEDAD

Ninguna clasificacin ha resultado satisfactoria hasta ahora, y la


conveniencia sistemtica de establecerla tampoco parece nece-
saria, salvo quiz para fines expositivos o didcticos.
Con esta ltima finalidad, mencionaremos la clasificacin
ms frecuente, que distingue entre delitos de enriquecimiento
y sin enriquecimiento, segn el sujeto activo persiga o no con la
comisin del hecho una ventaja o provecho de naturaleza eco-
nmica para s mismo o para un tercero. En los primeros con

8
T. S. Vives, op. cit., pp. 786 y 803.
9
Bustos, op. cit., p. 190.
10
Para una visin crtica de estos delitos, consltese el interesante trabajo
de Jorge Mera, Delitos de hurto y robo. Hacia una reforma penal, Universidad
Diego Portales, 1993.
11
T. S. Vives, op. cit., p. 799.

153
DERECHO PENAL

enriquecimiento, el agente debe estar impulsado por el lucro,


y se subclasifican a su vez en delitos de apoderamiento, que requie-
ren que el autor realice el acto material de tomar el bien objeto
de la accin, como sucede en el hurto, en el abigeato en el robo
y en la usurpacin, y las defraudaciones, en los cuales el medio de
comisin es el engao o el abuso de confianza, y cuyos mejores
exponentes son la estafa y la apropiacin indebida.
Entre los sin enriquecimiento se mencionan los de dao, los
estragos y el incendio, que se caracterizaran porque el agente no
persigue una ventaja de naturaleza pecuniaria, o por lo menos
no es inherente al tipo esa finalidad,12 sino que la accin consiste
en la destruccin o perjuicio material del bien.
Para el sistema nacional la clasificacin que parece ms
aconsejable, pero slo para fines didcticos es la que propo-
ne Etcheberry. Este autor, con fundamento en la clasificacin
realizada por Antn y Rodrguez, recurre a la naturaleza del
comportamiento prohibido para agrupar a las distintas figuras
del prrafo IX, o sea considera la naturaleza de la conducta que
describe el tipo objetivo. Con ese parmetro se puede distinguir
claramente entre delitos de apoderamiento y de destruccin. Los
primeros consisten en tomar o quedarse con una cosa ajena, que
puede ser mueble o inmueble segn las exigencias del tipo, y se
subdividen en delitos de apoderamiento por medios materiales, donde
el autor toma fsicamente el bien ajeno (hurto, abigeato, robo, pira-
tera, extorsin, usurpacin) y por medios inmateriales. En estos
ltimos el apoderamiento puede recaer en un bien mueble o
inmueble, puede consistir en quedarse con el bien cuando ha
sido previamente entregado al agente activo que ha recurrido
a medios engaosos o ha abusado de la confianza de la vctima
para lograrlo, segn sean las modalidades del hecho (defrauda-
ciones, estafas, apropiacin indebida, usura).
Los delitos de destruccin son aquellos en que la actividad del
sujeto activo no persigue un cambio o traslado de la propiedad,
sino que se dirige al aniquilamiento, supresin, inutilizacin o
desmejoramiento del bien. Entre estos delitos se pueden men-
cionar los de daos, estragos e incendio.

12
Cuello Caln, op. cit., t. 2, p. 781.

154
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Como se ha indicado, esta clasificacin se considera para


efectos de la exposicin, pues resulta dudoso diferenciar apode-
ramiento de destruccin, porque destruir algo es disponer de ese
bien y la disposicin es inherente a la apropiacin.
En seguida se comentarn los delitos de apoderamiento por me-
dios materiales, o sea el hurto, el abigeato, el robo y la usurpacin.
A continuacin de stos se estudiarn los delitos de apropiacin
por medios inmateriales, para terminar con los de destruccin.

DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR


APODERAMIENTO
El delito de hurto
79. INTRODUCCIN. BIEN JURDICO PROTEGIDO

Este delito tiene su fuente en el derecho romano, donde fue una


figura (furtum) que comprenda la apropiacin de cosas ajenas
sin distincin del medio de comisin empleado, abarcaba tanto
al apoderamiento clandestino como al violento. La figura fue
objeto de larga elaboracin por los juristas de la poca, hasta que
Paulo precis el concepto del delito de hurto, en forma que ha
servido de modelo a las legislaciones posteriores de muchos pa-
ses, aun las actuales, en cuanto a sus elementos fundamentales: el
apoderamiento de cosa mueble ajena. El derecho romano logr
con el tiempo hacer distincin entre la sustraccin clandestina
y el apoderamiento violento, estableciendo dos figuras penales:
el furtum y la rapia; esta ltima se aproxima en sus elementos
al delito de robo que se describe en las legislaciones de hoy. En
la legislacin espaola la rapia aparece en las Partidas, donde
se hace diferencia entre el apoderamiento clandestino de aquel
donde se emplea la violencia, y este pasa a reprimirse como rapi-
a, que en ciertas pocas fue objeto de sanciones muy extremas,
como la muerte (Felipe IV dict en el ao 1663 ordenanzas en
contra de los bandoleros de caminos, en que facultaba matarlos).
Fue el Cdigo espaol de 1822 el que hizo distincin entre robo
y hurto, sistema que fue recogido en el Cdigo de 1848 que, a su
vez, sirvi de base a la legislacin nacional.

155
DERECHO PENAL

La estructura del delito de hurto es objeto de amplia crtica


en nuestro sistema, por razones sistemticas o tcnicas y por ra-
zones de poltica criminal.
Sistemticamente se observa que al dar preeminencia a la
proteccin de la propiedad, considerada como titularidad ms
que como atribucin, regula la reaccin penal segn el valor eco-
nmico del objeto sustrado, independientemente del perjuicio
realmente sufrido por el sujeto pasivo y del verdadero beneficio que
pudo haber alcanzado al agente. La privacin temporal de es-
pecies de gran valor puede en el hecho provocar dao mnimo
efectivo13 y un beneficio precario para el actor.
Desde una perspectiva poltica criminal la estructura del delito
de robo con fuerza en las cosas y del robo por sorpresa no se justi-
fica en sus fundamentos, y el de hurto, como se ver al comentar-
lo, adolece de anomalas y se encuentra al margen de la realidad
social (en especial el hurto agravado y el de hallazgo), y tampoco
ofrece un objetivo claro en el plano de prevencin de estos hechos
la regulacin de la pena y los elementos que considera al efecto,
existiendo sectores de la doctrina que plantean la conveniencia de
descriminalizar algunas de sus hiptesis.14
El bien jurdico en el delito de hurto es la propiedad,15 es un
error afirmar que se extiende a la posesin o a la mera tenencia. El
tenedor de la especie no es el sujeto pasivo de la sustraccin y
la prdida de la mera tenencia tampoco habilita para que exista
hurto; podr darse otra figura, pero no la que se estudia. Las
cosas que no tienen dueo no pueden ser objeto material de
la accin delictiva; el sentido de la palabra ajena que emplea la
definicin de los delitos hurto y robo en el art. 432 no correspon-
de a su alcance semntico, sino al jurdico normativo, y ste se
desprende del empleo que de ella hace el referido precepto, que
exige que el agente acte sin la voluntad de su dueo, de manera
que est expresamente aludiendo a la propiedad.
Sectores de la doctrina han sostenido que el bien jurdico puede
ser el patrimonio en su aspecto activo, comprensivo tambin de la

13
T. S. Vives, op. cit., p. 804.
14
En el sentido indicado, Jorge Mera, op. cit., cuyas opiniones en algunos
aspectos podran ser discutibles, pero siempre resultan novedosas en nuestro
medio jurdico.
15
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 30; T. S. Vives, op. cit., p. 803.

156
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

posesin y aun de la mera tenencia16 cuando ella aparece respaldada


por una relacin o situacin jurdica (el comodatario, el arrendata-
rio); pero esta doctrina no tiene respaldo sistemtico. En el Cdigo
Penal el legislador ha protegido expresamente la posesin y la mera
tenencia en el denominado hurto de posesin descrito en el art. 471
N 1, no as en los dems casos, o sea cuando no es el dueo el que
pretende atentar en contra de esas situaciones, que seran atpicas o
constitutivas de hurto respecto del dueo, segn las circunstancias.
El legislador nacional fue cauteloso en ciertos aspectos en relacin
a la proteccin en comentario en los tipos penales de apoderamiento;
suficiente es recordar el art. 496, N 20, que castiga como autor de
falta al acreedor que se apodera de un bien perteneciente a su deu-
dor para hacerse pago, pero slo si emplea violencia, de suerte que si
acta clandestinamente, ese hecho no es punible, lo que evidencia
el espritu de la legislacin de proteger de manera muy excepcional
la posesin y la mera tenencia en los delitos de apoderamiento. De
consiguiente, la propiedad es el objeto de proteccin en los delitos
de robo y hurto, porque el consentimiento del dueo margina la
tipicidad del hecho, en atencin a que es un elemento del delito
actuar sin la voluntad del propietario.

80. CONCEPTO DEL DELITO

El Cdigo Penal define el delito de hurto junto con el de robo,


en el art. 432, en los siguientes trminos: El que sin la voluntad
de su dueo y con nimo de lucrarse se apropia cosa mueble ajena
usando de violencia o intimidacin en las personas o de fuerza
en las cosas, comete robo; si faltan la violencia, la intimidacin y
la fuerza, el delito se califica de hurto.
El Cdigo define en un solo texto los delitos de hurto y de robo,
de manera que lo que se exprese en estos prrafos en relacin al
hurto, ser aplicable tambin al delito de robo. Se ha preferido tra-
tar primeramente el hurto porque es una figura base o genrica y, al

16
As lo sostienen Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 785; Muoz Conde, op. cit.,
p. 191; Labatut, D.P., t. I, p. 211; Etcheberry, D.P., t. III, pp. 287-288; Bustos, op.
cit., p. 192.

157
DERECHO PENAL

mismo tiempo, subsidiaria en los delitos de apoderamiento por medios


materiales. Dndose los elementos generales que se sealarn, si el
hecho no es constitutivo de robo en algunas de sus distintas modali-
dades, corresponder subsumirlo en el delito de hurto. Lo anotado
es sin perjuicio de la controversia doctrinaria sobre si es el hurto o la
apropiacin indebida la figura base de los tipos que se agrupan como
delitos de apropiacin, criterio seguido por la doctrina alemana y
que ha sido recogida por algunos sectores de la espaola y tambin
por algunos estudiosos nacionales (Miguel Soto).
Dada la naturaleza subsidiaria del delito de hurto, existe una
amplia corriente criminolgica que se inclina por despenalizar
esta figura en sus formas ms simples y dejarlo como ilcito civil, o
por lo menos sustraerlo de aquellos que dan lugar a la accin p-
blica y desplazarlo a los que slo dan origen a la accin privada.17
Normalmente se expresa que el hurto consiste en el apodera-
miento de la cosa por medios subrepticios o clandestinos, y que
el delito de robo se caracteriza porque se recurre a medios que
importan violencia o intimidacin en las personas o fuerza en las
cosas, pero esa afirmacin es relativa, por cuanto la ley penal para
describir los delitos de robo consider ciertas formas determina-
das de violencia o de fuerza, no as las restantes que, de concurrir,
quedan comprendidas en el delito de hurto. Por ello, como se ver
ms adelante, cortar un rbol en un bosque usando una sierra, y
llevrselo, no es robo sino hurto; otro tanto sucede si el ladrn
entra por la puerta de una casa habitacin, que se encontraba
abierta, y ya en el interior descerraja o fuerza un armario desde
donde sustrae las joyas de la duea de casa. En ambos casos se ha
usado fuerza y no obstante el hecho no es robo, porque esa clase
de fuerza no est considerada en este tipo penal.
Por lo razonado se puede dar la siguiente nocin de delito de
hurto: la apropiacin con nimo de lucro, de una cosa corporal mueble,
ajena y apreciable en dinero, sin la voluntad de su dueo, y siempre que
no concurran ciertas modalidades de violencia o intimidacin en contra
de las personas o de fuerza en las cosas.
Del concepto antes sealado se desprende que el delito est
conformado por elementos positivos (la apropiacin con nimo

17
Bajo Fernndez, op. cit., p. 21.

158
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

de lucro de una cosa mueble) y negativos (la no concurrencia


de ciertas formas de violencia o intimidacin o de fuerza). Las
caractersticas del delito indican que se trata de un tipo de lesin
o de resultado, y comn porque puede ser cometido por cualquiera
persona.

81. EL TIPO OBJETIVO

El ncleo de la conducta prohibida es la de apropiarse de una


cosa mueble ajena; este verbo, empleado por la disposicin,
hace necesaria una explicacin. Nunca el sujeto activo del delito
adquiere el derecho de propiedad de la cosa por la accin de
tomarla y llevrsela, y ello por algo obvio: el hurto no constituye
un modo de adquirir. El dueo del bien conservar la titularidad
del derecho; lo que sucede es que de hecho no jurdicamente el
delincuente se arroga las facultades de uso, goce y disposicin;
ese es el sentido de la expresin apropiacin empleada por el
art. 432. La apropiacin existe desde que el delincuente se apo-
dera del bien y asume las facultades de seor y dueo, quedando
fcticamente en estado de hacer uso de las facultades que esa
calidad le otorga.
La apropiacin o apoderamiento debe consistir, de consiguien-
te, en una actividad dirigida a desplazar el bien desde el mbito de la pro-
teccin material del dueo al del agente; esta es la accin que corriente-
mente se denomina sustraccin, que conforme a la visin de Mezger
consista en dos actos, uno conformado por el quebrantamiento de la
custodia que tiene el dueo o un tercero sobre el bien, y otro por
la constitucin de una nueva custodia en poder del agente,18 que otros
autores denominan como desapoderamiento de la vctima y apodera-
miento del delincuente,19 respectivamente. La simple sustraccin de
la especie de la esfera de custodia de su dueo puede no siempre ser
seguida de la incorporacin de esa especie a la esfera de custodia del
sujeto activo, lo que es necesario para que pueda haber delito de
hurto consumado; de no ser as, se estar ante una mera tentativa, lo
que queda en evidencia en la hiptesis del sujeto que pretendiendo

18
Mezger, op. cit., t. II, pp. 181 y ss.
19
Creus, op. cit., pp. 391-392.

159
DERECHO PENAL

hurtar uno de los animales del zoolgico, abre la puerta de la jaula


donde se encuentra y ste se le escapa antes de que logre apoderar-
se de l. De manera que la comisin del delito de hurto requiere de
la concrecin de los dos actos a que se ha hecho referencia: sustraer
el bien de la esfera de custodia del sujeto pasivo e incorporarlo a la
del agente, en las condiciones de que ste pueda disponer del bien,
aunque sea potencialmente. Algunos autores expresan esta idea
haciendo referencia a que la cosa sustrada debe salir de la esfera
patrimonial de la vctima e incorporarse a la del delincuente, pero si
bien es una forma de expresar el principio, preferimos no vincularlo
con la nocin de patrimonio por las diversas concepciones que se
tienen del mismo, que podra traducirse en casos extremos en ms
de algn problema interpretativo.
La esfera de custodia es un concepto complejo, que se puede
precisar relacionndola con la posibilidad de disposicin de la
cosa de parte del dueo. La esfera de custodia es una nocin
normativa que se extiende, de consiguiente, al espacio hasta
donde el dueo del bien puede hacer efectiva su facultad de
usar, gozar o disponer del mismo, nocin que no exige que est
en contacto fsico con la cosa.20 Este espacio puede establecerse
de manera simblica, como sucede con la arena que la empresa
constructora deposita a un costado de la va pblica donde levan-
ta un edificio, o con la maleta que el viajero deja en el piso, a su
lado, en tanto adquiere una revista en el quiosco de venta.
El apoderamiento no siempre hace necesario que se traslade
el objeto sustrado a un lugar fsico diferente de aquel donde se
encuentra; esa alternativa se da frecuentemente, por ejemplo con
el individuo que penetra a hurtadillas en el negocio de expendio
de licores, donde consume parte de la mercadera que se tiene
para la venta.
El medio de ejecucin del apoderamiento, o sea del desplaza-
miento de la cosa de la esfera de proteccin de la vctima a la del
agente puede ser cualquiera, el legislador no ha determinado
modalidades especiales salvo en algunas circunstancias excepcio-
nales, de manera que puede el mismo sujeto activo tomar material-
mente el objeto a sustraer, que es la manera ms frecuente de co-

20
T. S. Vives, op. cit., pp. 804-805.

160
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

meter el delito, o emplear a un tercero inocente como instrumento


(autora mediata: el delincuente le pide a un menor que le traiga
el abrigo colgado en la percha a la entrada del restorn, donde
acaba de dejarlo su verdadero dueo). Es posible que el sujeto ni
tome la cosa, empleando un animal amaestrado o una mquina o
instrumento preparado al efecto. El delincuente que manipula un
cajero automtico para sacar todo o parte del dinero que guarda,
no comete estafa, porque una mquina carece de aptitud para ser
engaada, pero s comete hurto, a menos que su accin importe
alguna de las formas de fuerza que dan vida al delito de robo.
Al sealar los elementos del delito de hurto, se indic que con-
taba con uno negativo: que no mediara fuerza en las cosas o violencia
o intimidacin en las personas. Este elemento negativo tiene conno-
tacin en la accin de apoderamiento del hurto como circuns-
tancia delimitadora del comportamiento, pues el desplazamiento
del bien objeto del delito debe llevarse a cabo sin el empleo de
la fuerza propia del robo con fuerza en las cosas, y tambin sin
que se recurra a la violencia o intimidacin considerada en el robo
con violencia o intimidacin en las personas. No se trata, por lo
tanto, de que no se emplee fuerza o violencia en general, sino de
aquellas que estn especficamente descritas en los delitos recin
mencionados. De modo que al hurto se llega por descarte, una
vez que se ha establecido que la apropiacin ha sido realizada sin
recurrir a los referidos medios, todo ello sin perjuicio de que se
haya usado otra clase de fuerza o violencia.

82. EL OBJETO MATERIAL DE LA ACCIN

EL DELITO DE HURTO (Y TAMBIN EL DE ROBO) TIENE COMO OBJETO


MATERIAL DE LA ACCIN UNA COSA, QUE DEBE CUMPLIR CON CIERTAS
CUALIDADES, HA DE SER CORPORAL, MUEBLE, AJENA Y SUSCEPTIBLE DE
APRECIACIN PECUNIARIA

A. Cosa corporal
La doctrina, de manera uniforme, concuerda en el sentido de
que el delito de hurto slo puede recaer sobre cosas corporales.
La nocin de cosa corporal est definida por el Cdigo Civil, en
el inciso segundo del art. 565, que despus de sealar que las

161
DERECHO PENAL

cosas pueden ser corporales e incorporales, expresa: Corpora-


les son las que tienen un ser real y pueden ser percibidas por
los sentidos, como una casa, un libro. Siempre se ha entendido
que son corporales aquellas cosas que tienen dimensin, que
son susceptibles de ser tomadas porque ocupan un lugar en el
espacio, sea de manera independiente o que estn integradas a
otra de mayor envergadura (un rbol, un poste de alumbrado,
una estatua, son bienes corporales y adems muebles, como
se explicar). Quedan marginadas de apropiacin para estos
efectos las cosas incorporales, como los crditos, los derechos
y anlogos. Por falta de corporeidad, a pesar de que tienen
existencia real, no quedan comprendidas dentro de las cosas
susceptibles de hurto la energa y los gases, a menos que estn
envasados, porque en esas condiciones adquieren materialidad
y pueden ser trasladadas, de manera que el calor, el fro, la luz
no son susceptibles de ser hurtadas.21 Pero cuando el gas se
guarda en un depsito, como sucede con el baln de combusti-
ble casero, o el agua est embotellada o guardada en cualquier
otro envase, la sustraccin de esos bienes s puede conformar
el delito.
La electricidad tampoco es susceptible de ser hurtada, por-
que no puede ser objeto de apropiacin, dada su naturaleza
inmaterial. Pero como es posible consumirla ilcitamente, y como
de hecho as sucede, el legislador procedi a establecer para la
sustraccin de electricidad un tipo penal, que est descrito y san-
cionado en el art. 137 del Decreto con Fuerza de Ley N 1, de 13
de septiembre del ao 1982, del Ministerio de Minera, que no
califica como hurto esa conducta, sino que le hace aplicable las
penas respectivas.22
El agua, segn opinin generalizada de la doctrina, no puede
ser hurtada, salvo que se encuentre en envases o depsitos. En
el ordenamiento jurdico nacional esto es ms evidente, porque

21
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 299; Creus, op. cit., p. 394; T.S. Vives, op. cit.,
p. 810.
22
El referido artculo dice: El que sustrajere energa elctrica, directa o indi-
rectamente mediante conexiones clandestinas o fraudulentas, incurrir en las penas
sealadas en el artculo 446 del Cdigo Penal. En los casos de reiteracin, se pro-
ceder en conformidad a lo prevenido en el art. 451 del Cdigo. Por clandestinas
se entienden las conexiones ocultas, por fraudulentas las no autorizadas.

162
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

es la ley la que ha dispuesto que la sustraccin de este elemento


configura el delito de usurpacin. El art. 459 establece que las
aguas que se sacan de las represas, estanques, ros, lagos y aun
de las redes de agua potable han de sancionarse como delito de
usurpacin.
Los derechos no son susceptibles de ser objeto de este delito,
pero s lo son los documentos o ttulos en que conste su exis-
tencia, porque ellos tienen el carcter de cosa mueble al tener
corporeidad.
Los ttulos de valores es posible sustraerlos, pero para determinar
el monto de lo hurtado debe distinguirse entre aquellos que
son al portador y los que no lo son. Si son al portador el valor
de lo sustrado ser determinado por el que representen, ya
que por naturaleza son cobrables por sus tenedores. Los que no
tienen esa calidad y slo pueden ser cobrados por su titular, el
valor de lo hurtado ser el que materialmente tenga el ttulo y
no el que representa, al margen del perjuicio que pueda haber
sufrido la vctima como consecuencia del delito. Lo decisivo en
definitiva en estos casos, es si el valor que representa el ttulo
es o no adquirido por el delincuente conjuntamente con su
apoderamiento.
Con los billetes de sorteos y loteras procede distinguir si se trata
de uno que ha sido premiado o no. Si es el premiado, su valor
se determinar por el monto del beneficio; si no es el premiado,
por su valor material; sin embargo, hay autores que distinguen
cuando el hurto se cometi antes de conocerse que el billete
estaba premiado y luego el ladrn pretende cobrar el premio;
estiman que en esta hiptesis habra un concurso entre hurto
y estafa, lo que es discutible, pues es indudable que el dolo del
ladrn al apropiarse del billete se extiende a la posibilidad de
cobrar el premio.
Cuando la cosa sustrada es un caballo, bestia de carga o es-
pecie de ganado mayor o menor, el hecho constituye un delito
especial, el abigeato (art. 448 bis), como se seala en prrafo
prximo.
No todas las cosas corporales estn en posibilidad de ser obje-
tos de la accin en el delito de hurto, deben adems cumplir con
tres condiciones: ser muebles, ajenas y poseer valor econmico.

163
DERECHO PENAL

B. Cosa mueble
La especie debe ser mueble, en contraposicin a la nocin de
inmueble, pero con un sentido ms amplio que el que seala el
Cdigo Civil en su art. 567: Muebles son las que pueden trans-
portarse de un lugar a otro, sea movindose ellas a s mismas, como
los animales (que por eso se llaman semovientes), sea que slo se
muevan por una fuerza externa, como las cosas inanimadas.
Se exceptan las que siendo muebles por naturaleza se repu-
tan inmuebles por su destino, segn el artculo 570.
Para los efectos penales se consideran muebles aun las excep-
tuadas por el Cdigo Civil, entre ellas las indicadas en el inciso
antes transcrito y las que se mencionan en los arts. 567 y siguien-
tes. El concepto de mueble en los delitos contra la propiedad se
extiende a todo aquello que puede trasladarse de un lugar a otro, sea por
s mismo o por una fuerza externa, aunque sufra detrimento. La puerta
de una casa, los ladrillos que integran un muro, los rboles de
un bosque, los metales de un mineral, son bienes muebles en
cuanto es posible arrancarlos del lugar donde estn y trasladar-
los; en consecuencia pueden ser hurtados, en igual forma que
un automvil, un pjaro o un libro. La nocin de inmueble queda,
en la prctica, reducida al casco terrestre, aquello que no puede
trasladarse.
El concepto civil de mueble e inmueble, por lo tanto, no es
aplicable en su integridad al derecho penal.

C. Cosa ajena
La cosa sustrada, adems de ser corporal y mueble, ha de ser
ajena, lo que de inmediato permite descartar al dueo de la cosa
como autor del delito de hurto de una especie de su dominio;
puede, en todo caso, suscitar dudas el caso de la comunidad, si-
tuacin que se comentar ms adelante. El art. 432 exige que se
acte sin la voluntad de su dueo, de suerte que el hurto supone
siempre la ausencia de voluntad del propietario. Si es el dueo
quien sustrae la cosa, no se da la figura de hurto, sino la descrita
en el art. 471 N 1, esto es el denominado furtum posesionis, que
se describe entre los delitos de estafa y otros engaos.
Cuando se habla de ajenidad, la expresin hay que enten-
derla en el sentido de que la especie materia de la apropiacin

164
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

tiene un dueo; aunque se ignore su identidad, tiene que existir


un propietario sin cuya voluntad se haya actuado.23 Esto excluye
del delito de hurto a varias cosas corporales muebles; entre ellas
se pueden mencionar las siguientes:
a) Las cosas comunes a todos los hombres, que el Cdigo Civil
menciona en el art. 585: Las cosas que la naturaleza ha hecho
comunes a todos los hombres, como la alta mar, no son susceptibles
de dominio, y ninguna nacin, corporacin o individuo tiene
derecho de apropirselas.
Su uso y goce son determinados entre individuos de una
nacin por las leyes de sta, y entre distintas naciones por el de-
recho internacional.
b) Las cosas que carecen de dueo (res nullius), y que pueden
ser adquiridas por ocupacin, como son los animales bravos y
los peces (arts. 606 y ss. del C.C.).
c) Las cosas abandonadas o res derelictae, que son las que el
propietario deja para que aquel tercero que desee se las apro-
pie.
No es posible calificar como ajenas las cosas extraviadas o
perdidas por su dueo (que pueden ser objeto del denominado
hurto de hallazgo) y los bienes nacionales de uso pblico, cuyo
propietario es la nacin toda (art. 589 del C.C.).
Se plantea una duda de difcil solucin, con los cadveres,
partes del cuerpo y con la comunidad.
Los cadveres, bajo ningn punto de vista, pueden calificarse
como cosa apropiable o enajenable, a pesar de que est fuera
de discusin que no tienen personalidad. Etcheberry afirma que la
propia persona, antes de su muerte, ni sus deudos o herederos,
ni la autoridad pblica podran disponer libre y arbitrariamente
de dichos restos.24 En estos casos podra presentarse el delito de
inhumacin o exhumacin ilegal de cadveres (arts. 320, 321 y
322). No obstante hay visiones distintas; parte de la doctrina es-

23
Hay opiniones distintas sobre este punto. Muoz Conde sostiene que es
ajeno todo aquello que no pertenece al sujeto activo del delito (op. cit., p. 191);
en la misma lnea Bajo Fernndez considera que para calificar de ajena una cosa,
es suficiente que no sea propia del delincuente y que no tenga la calidad de res
nullius, o sea de aquellas que no tienen dueo y pueden adquirirse por ocupacin
(op. cit., p. 31).
24
Etcheberry, D.P., t. III, p. 302.

165
DERECHO PENAL

tima que puede un cadver ser objeto de hurto cuando entra al


trfico mercantil en casos en que se convierte en pieza de inters,
como sucede con las momias en los museos.25 Respecto de partes
del cuerpo hay que diferenciar si se trata de prtesis, que s seran
susceptibles de apropiacin (una pierna ortopdica) o de sangre
(cuando ha sido envasada), porque habran entrado al mercado
o estaran en posibilidad de entrar; hay consenso que cuando se
trata de partes unidas al cuerpo vivente de una persona, sas care-
cen de las caractersticas de cosa corporal.
Un punto conflictivo es el de la comunidad o copropiedad. Hay
varias posiciones sobre la posibilidad de considerar si un comu-
nero puede incurrir en el delito de hurto cuando se apodera del
bien tenido en copropiedad. El problema incide en establecer
si puede considerarse ajena para un comunero el referido bien,
partiendo del entendido de que la comunidad recae sobre cosa
corporal mueble, pues respecto de los inmuebles no puede haber
hurto. Una tendencia, calificada como tradicional, niega la po-
sibilidad de que entre comuneros pueda haber delito de hurto
(as Carrara y Groisard).26 Otra tendencia, que sera mayoritaria
en Espaa, se inclina por sostener que hay que distinguir dos
situaciones: a) si la copropiedad se mantiene indivisa entre los
copropietarios, que slo tendran una cuota ideal sobre la cosa,
no podra un comunero cometer el delito de hurto porque la
especie no tendra el carcter de ajena respecto de ninguno de
ellos; b) Si el bien ha sido dividido en partes proporcionales
entre los comuneros, si uno se apodera de parte de l que sea
superior a la cuota que le corresponde, incurrira en el delito de
hurto en cuanto al exceso, que debe considerarse ajeno.27
Una variante del criterio antes indicado ha sido plantea-
da por Muoz Conde, que comparte los referidos principios,
pero piensa que puede haber hurto aunque el copropietario se
apodere de la parte que le corresponde, si lo hace antes de la
particin y con ello perjudica el valor econmico del bien en su
conjunto.28

25
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 178; Bajo Fernndez, op. cit., p. 37.
26
En el sentido indicado, Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 793; Fontn Balestra,
op. cit., p. 423.
27
Bajo Fernndez, op. cit., p. 39.
28
Muoz Conde, op. cit., p. 192.

166
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

En Chile, Etcheberry participa de la doctrina tradicional,


pero considera que puede cometer delito de hurto el comunero
no tenedor del bien en copropiedad, cuando lo sustrae al tercero
que lo tiene, sea porque es comunero o porque est a cargo de
su custodia.29

D. Que la cosa tenga valor econmico


Es necesario que el bien sustrado tenga un valor apreciable en
dinero para que pueda ser objeto del delito de hurto. La exigen-
cia no ha sido expresada por el art. 432 que define el delito, pero
se desprende de los arts. 446 y 494 bis, que se ocupan en especial
del hurto y regulan la pena segn el valor de lo sustrado. Las
apropiaciones de especies que carecen de un valor econmico
no pueden ser objeto de sancin, porque no hay pena para
ellas. Esto margina de la posibilidad del hurto a aquellas cosas
que tienen un inters meramente subjetivo o sentimental para
una persona, pero que no son econmicamente valuables en su
materialidad.
Esta caracterstica permite, a juicio de sectores doctrinarios,
calificar al hurto como un delito contra el patrimonio, porque
los bienes, los derechos y las obligaciones que lo integran son de
naturaleza pecuniaria. Esta misma circunstancia hace suponer
que sera necesario que ese patrimonio disminuya o sufra un
empobrecimiento para que el delito se consume. En realidad es
una posicin equivocada, por cuanto las disposiciones que rigen
el delito de hurto en el Cdigo no contienen precepto alguno
que haga suponer el perjuicio en cuestin. Las hiptesis que
generalmente se sealan como excepciones al tipo en estudio,
no lo son. El sujeto que sustrae el cuadro valioso a su dueo y le
deja una suma de dinero que supera su precio, es hurto, aunque
el sujeto pasivo no haya visto disminuido su patrimonio y, al con-
trario, lo haya enriquecido.30
En el proceso penal el valor del bien sustrado debe acreditarse, es
imperativo que se proceda al establecimiento de ese valor y debe
entenderse que es el econmico, o sea el precio que tendra, lo
que generalmente se hace mediante la designacin de un perito.

29
Etcheberry, D.P., t. III, p. 302.
30
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 38.

167
DERECHO PENAL

Es imperativo hacerlo por cuanto la determinacin de la pena


depende de ese valor y, adems, porque la ley lo dispone expresa-
mente en el art. 455: Cuando del proceso no resulte probado el
valor de la cosa substrada ni pudiere estimarse por peritos u otro
arbitrio legal, el tribunal har su regulacin prudencialmente.

E. Sin la voluntad del dueo de la cosa


El prrafo primero del ttulo IX tiene como subttulo De la apro-
piacin de cosas muebles ajenas contra la voluntad de su dueo,
pero el nico artculo que integra ese prrafo, que es el 432,
define el delito de hurto y robo, con las expresiones el que sin
la voluntad de su dueo. Es evidente, como lo demuestran las
actas de la Comisin Redactora,31 que el sentido de los preceptos
corresponde a un actuar sin voluntad del propietario y no contra
su voluntad, que es una nocin ms restrictiva.
Es suficiente, por lo tanto, que el dueo de la cosa no haya dado
su consentimiento para la apropiacin del tercero, no es exigible
que tome conocimiento de la sustraccin en el momento en que
sta se lleva a cabo y, menos aun, que se haya opuesto. El apodera-
miento en el delito de hurto es clandestino normalmente, realizado
en ausencia del propietario o en su ignorancia (al sujeto que le
sacan la billetera de su bolsillo subrepticiamente, mientras camina
por la va pblica); es suficiente que se obre sin su voluntad.
El consentimiento de la vctima en este caso pasa a ser una cau-
sal de atipicidad, pues el legislador establece como elemento
del tipo objetivo que se acte sin su voluntad. Pero para que se
constituya en causal de atipicidad el consentimiento debe reunir
un mnimo de condiciones: debe emanar de persona capaz para
darlo y existir antes o en el momento del apoderamiento.32

31
En la sesin N 91 de 5 de junio de 1872 se acord el enunciado del prrafo
empleando la preposicin contra, pero en la sesin siguiente, N 92 de 7 del mes
y ao indicado, se hizo constar que para darle mayor claridad a este artculo (el
419, hoy 432) se resolvi tambin emplear la frase sin voluntad de su dueo en vez de
contra la voluntad de su dueo, porque con la segunda podan no comprenderse los
casos de hurtos hechos sin noticia del dueo de la cosa hurtada. Resulta lgica la
explicacin de Etcheberry, en el sentido que la subsistencia en el subttulo de las
expresiones en contra se debe a un simple error (D.P., t. III, p. 303).
32
En la doctrina hay opiniones disidentes respecto de la naturaleza del con-
sentimiento. Para Etcheberry es una causal de justificacin (D.P., t. III, p. 304), que
mantiene la tipicidad de la accin, pero pensamos que cuando es la ley la que exige

168
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Para que la voluntad de la vctima se considere para estos


efectos, tiene que corresponder a la de una persona capaz de
manifestarla. No se alude a la capacidad civil de la persona, sino
a aquella que se requiere en las circunstancias concretas para que
se considere voluntaria. La facultad de disposicin del dueo
de la especie tratndose del hurto es una nocin normativa que
el tribunal deber apreciar respecto de cada individuo y en las
situaciones que ste enfrente. Siempre la voluntad ha de ser del
dueo de la cosa objeto de la apropiacin, y no de otra persona;
ese dueo debe estar en condiciones de disponer del bien. Un
menor tiene un mbito de disponibilidad de sus cosas, del lpiz
con que escribe en la escuela, de las pequeas sumas de dinero
que se le entregan para sus gastos, pero no puede disponer de su
bicicleta; su consentimiento puede ser vlido en relacin a esos
bienes, no as respecto de la bicicleta.
El consentimiento puede ser expreso o tcito, ambos son igual-
mente vlidos; lo puede ser aun el otorgado por engao. Una
voluntad viciada por el error, puede excluir el delito de hurto,
sin perjuicio de que en ese caso el hecho se desplace al delito de
estafa o defraudacin, cuando el delincuente obtiene el permiso
para llevarse la especie recurriendo a maquinaciones o ardides
que engaen al tenedor de la especie.33
Como todos los elementos del delito, la falta de consenti-
miento de la vctima debe ser objeto de establecimiento por el
tribunal, no puede afirmarse que se presume por el solo hecho
de estar acreditada la apropiacin. Una tesis en ese sentido
se encontrara en evidente contradiccin con el principio de
inocencia establecido en el art. 42 del C. de P.P. y en los arts. 3
y 4 del Cdigo Procesal Penal. La ausencia de voluntad del
dueo, como resulta obvio, muy excepcionalmente se podr

como uno de los elementos del tipo esta clase de condicin, como sucede en el
art. 432, esa condicin pasa a integrar el tipo penal.
33
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 40; T. S. Vives, op. cit., p. 817. Este ltimo
autor sostiene que en todo caso el consentimiento, aun el invlido, margina la tipi-
cidad del delito de hurto, aunque sea expresado por quien carece de la facultad
de disposicin o fue otorgado mediante engao o bajo cualquier otro supuesto,
sin perjuicio de que la apropiacin pueda constituir una estafa. Esta tesis la hace
extensiva tambin al delito de robo, salvo el caso de violencia o intimidacin.

169
DERECHO PENAL

acreditar con pruebas directas, de manera que en estos casos


operarn las presunciones que se desprendan de los dems
medios de acreditacin que arroje el proceso. La apreciacin se
podr hacer conforme a las normas sobre la valoracin reglada
o segn los principios de libre apreciacin o en conciencia se-
gn corresponda, lo que interesa resaltar es que la ausencia de
voluntad del dueo constituye un elemento del tipo penal que
debe establecerse previamente para determinar la existencia
del delito.

83. EL TIPO SUBJETIVO. EL NIMO DE LUCRO

El plano subjetivo del delito de hurto no es una materia pacfica


en la doctrina; para su anlisis en el sistema nacional es til con-
siderarla en el mbito sistemtico ms que en el terico. El delito
de hurto, al igual que el de robo, est ubicado entre aquellos que
atentan en contra de la propiedad y el art. 432, al definirlo, junto
con exigir que el agente acte con nimo de lucro, determina la
accin que debe realizar con las expresiones se apropia. Lo san-
cionado con el hurto, en consecuencia, es la conducta de apro-
piarse con nimo de lucro de algo corporal, y por apropiarse no
se puede entender el simple hecho de apoderarse de una cosa
(que puede ser para daarla o destruirla, como tambin para
hacerse dueo de ella).
Apoderarse y apropiarse constituyen comportamientos dis-
tintos; la apropiacin supone nimo de seoro sobre la cosa, de
hacerse dueo de facto de ella. El dolo del tipo penal hurto con-
siste, de consiguiente, en el apoderamiento de una cosa ajena con el
nimo de hacerse dueo de ella (animus rem sibi habendi), de arrogarse
materialmente la facultad de disponer, lo que es inherente al de-
recho de dominio. Junto a ese elemento subjetivo, integrndolo,
debe concurrir el nimo de lucro,34 que consiste en la intencin de
lograr una ventaja con el apoderamiento, ventaja de ndole patrimonial,
un beneficio para s o para un tercero. De manera que el dolo,
voluntad de apoderarse de la cosa para disponer de ella como

34
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 192; T. S. Vives, op. cit., p. 815; Bustos, op.
cit., p. 196; Etcheberry, D.P., t. III, p. 306.

170
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

seor y dueo, y el elemento subjetivo nimo de lucro, han sido


diferenciados por el legislador al emplear las palabras apropiarse
y nimo de lucro, y ambos deben concurrir conjuntamente para
que se cumpla el tipo subjetivo.
No obstante lo comentado, hay criterios distintos sobre el pun-
to. Es frecuente que sectores doctrinarios afirmen que la voluntad
de apropiacin es un derivado o componente del nimo de lucro,
porque este ltimo estara utilizado en sentido amplio, equivalente a
incorporar la cosa al propio patrimonio.35 Esta concepcin implica
que el nimo de lucro comprende el de apropiarse de la cosa
para incorporarla al patrimonio del sujeto activo obteniendo
una ventaja patrimonial, de modo que no habra distincin entre
los nimos de lucro y de dueo,36 lo que de lege ferenda se podra
compartir, pero dado el texto del art. 432 del Cdigo nacional
no resulta compatible con esa disposicin.
El nimo de lucrar no queda marginado por los fines de benefi-
cencia que pueda tener el agente (donar la especie a un tercero nece-
sitado), porque siempre logra el beneficio de permitirle donarla. Pero
s quedara excluida la tendencia a lucrar en la alternativa de que el
agente acte con el nimo de hacerse pago con la cosa mueble, pues en
esta hiptesis, si bien se apropia de lo ajeno, no lucra, porque su
patrimonio no aumenta al recuperar algo que le pertenece y, por
otra parte, tampoco el patrimonio del deudor disminuye, porque
su deuda queda cancelada. En hechos como el indicado no hay
hurto porque el agente no acta con nimo de lucro,37 sino de
pagarse; esta conducta se proyecta a la realizacin arbitraria del propio
derecho, institucin objeto de serias reservas. En el ordenamiento
penal, en todo caso, ese comportamiento no es punible, sin per-
juicio de las consecuencias civiles que puede traer aparejadas. La
impunidad de tales actos se desprende del art. 494 N 20, que

35
Bajo Fernndez, op. cit., p. 43; Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II,
p. 106.
36
En Chile, Labatut seala que el nimo de lucro y el de apropiacin se en-
cuentran vinculados por una relacin de gnero a especie (D.P., t. 2, p. 216).
37
Autores como Bajo Fernndez sostienen que el nimo de hacerse pago es
una modalidad del nimo de lucro, pero la razn que expresa para ello es poco
convincente: porque, en otro caso, habra que dejar impunes comportamientos
que, sin embargo, el sentido comn entiende como delitos contra la propiedad
(op. cit., p. 26).

171
DERECHO PENAL

califica de falta el apoderamiento del acreedor de una cosa perte-


neciente a su deudor para hacerse pago con ella, siempre que emplee
violencia, de lo que se colige que esa misma conducta realizada
clandestinamente, esto es sin violencia, es atpica.
El agente tiene que actuar con intencin de hacerse dueo de
la cosa, de ejercer sobre ella las facultades de uso, goce y disposi-
cin, de modo que si el apoderamiento se lleva a efecto sin la re-
ferida tendencia, el dolo exigido por el hurto estara ausente. Esta
circunstancia permite como lo ha reconocido la jurisprudencia
nacional declarar no punible el denominado hurto de uso.

84. EL HURTO DE USO

La caracterstica de esta clase de hurto, es la ausencia del ni-


mo de seor y dueo en el agente, que se apodera de la cosa que
no est en su poder para usarla y luego restituirla a su dueo. La juris-
prudencia nacional permanente ha declarado la impunibilidad
de esta conducta, por cuanto no hay tipo penal que la sancione,
lo que no sucede en otras legislaciones, como en el Cdigo espa-
ol que la castiga expresamente en el art. 244 tratndose de la
sustraccin de vehculos a motor; tambin se castiga este hecho
en el Cdigo Penal argentino, art. 162.
Lo que caracteriza al delito de hurto es la voluntad del agente
de apoderarse de una cosa para poder disponer de ella, o sea de
darle un destino permanente o de enajenarla, intencionalidad
que no se presenta en el llamado hurto de uso, por cuanto usar
se identifica con servirse de la especie, no hacerse dueo, dispo-
ner de la misma38 (el sujeto que toma la bicicleta ajena para dar
un paseo y una vez terminado la restituye al lugar donde la tena
su dueo).

85. ELEMENTOS NEGATIVOS DEL TIPO (AUSENCIA DE


FUERZA O VIOLENCIA)

Se seal que el delito de hurto exige que el medio empleado


para el apoderamiento no conlleve el uso de fuerza en las cosas

38
Cfr. Fontn Balestra, op. cit., p. 428.

172
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

o de violencia o intimidacin en las personas. No corresponde en


esta oportunidad entrar en los detalles sobre cul es la fuerza o
la violencia a que alude el art. 432, porque ello se har cuando
se comente el delito de robo; pero en todo caso es necesario
dejar establecido que no se excluye todo tipo de fuerza o vio-
lencia, la que muy frecuentemente se da en el delito de hurto;
lo que se exige es que no se empleen las formas de ejecucin
que configuran los delitos de robo en sus diversas modalidades,
modalidades que exigen especiales clases de fuerza o violencia
que en el Cdigo Penal casusticamente enumera el legislador.
Esa circunstancia permite sostener que el hurto es un delito de
naturaleza residual, que es subsidiario al de robo.

86. LA ANTIJURIDICIDAD Y LA CULPABILIDAD


EN EL HURTO. EL HURTO FAMLICO

Es frecuente que en doctrina, parcialmente acogida por la juris-


prudencia nacional, se plantee el problema del hurto motivado
por un estado de necesidad del agente y destinado a satisfacer la
urgencia apremiante de alimentos o abrigo, denominado como
hurto famlico. En este hurto entran en colisin la vida o la salud
por una parte y el derecho a la propiedad por la otra, y normal-
mente se opta por la proteccin de la vida y de la salud, por ser
bienes preferentes valricamente. Se sabe que el art. 10 N 7
consagra como causal de justificacin el estado de necesidad, que
permite evitar un mal mayor sacrificando la propiedad ajena, este
es el principio aplicable en el hurto famlico, pero para estable-
cerlo en la realidad se plantean serias dificultades probatorias en
cuanto al requisito de que no ha existido otro medio practicable y
menos perjudicial de evitar el mal y, sobre todo, de que ste, o sea
el peligro de la vida o de la salud, alcanz la gravedad adecuada
para hacer inevitable la apropiacin de lo ajeno.
En el sistema nacional parece ms apropiada la aplicacin del
estado de necesidad exculpante, vale decir la inexigibilidad de
una conducta diferente del sujeto activo, que repercutira, no en
la antijuridicidad del hecho, sino en su culpabilidad, conforme al
art. 10 N 9, que podra ser excluida o, por lo menos, atenuada
por haber obrado impulsado por una necesidad apremiante.

173
DERECHO PENAL

En la jurisprudencia internacional se ha dado un tratamiento se-


mejante al sealado a los hurtos en que incurren los drogadictos.

87. EL SUJETO ACTIVO Y PASIVO EN EL DELITO DE HURTO

El sujeto activo de hurto puede ser cualquiera persona, con excep-


cin del dueo de la cosa mueble materia del delito; se trata de
un delito comn. Como se indic precedentemente, si el dueo
del bien se apodera del mismo cuando un tercero lo tiene leg-
timamente (un arrendatario, un comodatario, entre otros), no
comete delito de hurto, sino el descrito en el art. 471 N 1, que
se sanciona entre las estafas y otros engaos.
Cuando el sujeto activo es un pariente consanguneo o afn,
o cnyuge de la vctima, si bien el hurto existe como delito, no
es posible castigar al cnyuge o pariente, porque lo favorece la
excusa legal absolutoria consagrada en el art. 489.39
El sujeto pasivo del hurto puede ser cualquiera persona, aun
las personas jurdicas, pero necesariamente deben tener la calidad
de dueo o propietario de la especie sustrada. Esta exigencia se
desprende de la definicin que da el art. 432, que seala que la
apropiacin tiene que ser sin la voluntad de su dueo, como de la
circunstancia de que el hurto es una figura que atenta en contra
del derecho de propiedad. El simple tenedor de la especie no es el
sujeto pasivo del delito, sin perjuicio de que sea la persona sobre
el cual se ejerce la accin, la vctima es el dueo y ste es el sujeto
pasivo. Lo sealado no significa que para que haya delito nece-
sariamente deba saberse quin es la persona que concretamente
es el propietario, el requisito se cumple conociendo que la cosa
tiene un dueo, aunque se ignore quin es; pues las cosas que ca-
recen de dueo no son susceptibles de ser hurtadas o robadas.

88. CONSUMACIN DEL HURTO. ITER CRIMINIS

A pesar que el delito de hurto es una de las figuras de ms


frecuente ejecucin, por una concepcin un tanto ambigua

39
Vase infra, prrafo N 114.

174
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

sobre los distintos grados de ejecucin del delito (tentativa,


frustracin y consumacin) no ha habido en nuestro medio
una posicin realista sobre lo que es tentativa y consumacin,
y generalmente la frustracin ha quedado marginada en su
aplicacin judicial.
En el hurto al igual que en el robo, uno de los puntos que
histricamente siempre ha sido debatido consiste en determinar
en qu momento se produce la consumacin del delito de hurto.
Ha habido cuatro posiciones sobre el punto. Una, que es la ms
extrema, considera que es suficiente tomar la especie, y para
algunos aun slo tocarla, para que la apropiacin se entienda
consumada (contractatio). La segunda posicin sostiene que el
delito se consuma desde que el agente logra remover la cosa del
lugar donde se encuentra, trasladndola a uno distinto (amotio).
La tercera posicin, que es la que ha contado hasta ahora con
ms adherentes,40 estima que el apoderamiento se ha producido
cuando no slo se ha movido la especie del lugar donde la tena
su dueo, sino que ha sido sacada de la esfera de custodia de ste,
del mbito de su vigilancia (ablatio). La cuarta teora, quiz la ms
extrema, sostenida por los prcticos, estima que se consuma el
delito nicamente cuando la cosa ha sido llevada al lugar que
los delincuentes le tenan destinado o donde pensaban utilizarla
(illatio). Ninguno de estos criterios se considera en la actualidad
como satisfactorio, por cuanto son formales y no responden a la
naturaleza del delito de hurto y tambin del robo que consis-
te en apropiarse de algo, en apoderarse del bien y arrogarse las
facultades inherentes al dominio, una de las cuales es funda-
mental, la de disposicin. El delito, conforme a ese criterio, slo
podr estimarse consumado cuando el delincuente se encuentra en
la posibilidad de ejercer esa facultad, cuando logra estar en condiciones
de disponer de la cosa ajena; no es suficiente sacar la especie de la
esfera de proteccin o vigilancia del dueo, sino adems estar
en condiciones de disponer de ella, siquiera por un instante.
De suerte que el sujeto que se apodera del dinero en la casa del
comerciante y huye del lugar siendo perseguido por ste, no est

40
Autores como Maggiore, op. cit., t. V, p. 41; Fontn Balestra, op. cit., p. 416;
Labatut, D.P., t. II, p. 213; Etcheberry (D.P., t. III, pp. 296-297).

175
DERECHO PENAL

en condiciones de disponer del dinero y si es aprehendido, res-


ponde de hurto frustrado, y no de uno consumado aunque haya
sacado el dinero del mbito de custodia del comerciante.41
En caso de coautores o partcipes, es suficiente que uno de
ellos haya logrado estar en posibilidad de disponer de la cosa
hurtada para que el delito se consume, aunque los otros no lo
hayan estado por haber sido sorprendidos.42
Cuando se hace referencia a que el agente se encuentre en
condiciones de disponer de la cosa, no se alude a su posicin
subjetiva que por lo dems queda integrada por el animus rem
sibi habendi sino a la situacin de hecho, objetiva, o sea aquella
en que materialmente se encuentre y que potencialmente le
otorgue la posibilidad de ejercer tal facultad. Para que el delito
se consume debe el sujeto encontrarse, luego del apoderamien-
to, en condiciones fcticas de ejercer las facultades de dueo.
No se trata como se ha insinuado de un criterio subjetivo que
dependera de lo que entiende o siente el delincuente (as lo ha
afirmado Matus-Ramrez, criticando la posicin. Opus cit. t. II,
p. 310).
Respetables sectores de la doctrina nacional califican estos de-
litos como de mera actividad y no materiales, como se sostiene en
este libro, sin duda influenciados por el pensamiento de penalistas
europeos, pero para hacerlo tienen que sobrepasar la estructura que
el Cdigo Penal bien o mal le ha reconocido al delito de hurto. La
modificacin que la Ley N 19.990 determin para el delito de hur-
to falta es categrica en esta materia, pues hace expresa diferencia
entre la tentativa propiamente tal y la frustracin. A saber, el nuevo
art. 494 bis, en su inciso segundo, de modo excepcional extiende la
pena al hurto falta frustrado, excluyendo implcitamente la simple
tentativa que, conforme al criterio general fijado por el art. 9, no es
punible tratndose de faltas. Si en el hurto falta acepta y sanciona el
grado de frustracin, con mayor razn acepta tal alternativa en los
simples delitos de hurto y robo.

41
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 193; Bajo Fernndez, op. cit., p. 33; Lpez
Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 114; T. S. Vives, op. cit., p. 806; Bustos, op. cit.,
p. 196; Soler, op. cit., t. IV, p. 196; Fras Caballero, Jorge, La accin material consti-
tutiva del delito de hurto, Buenos Aires, 1962, pp. 33 y ss.
42
Cfr. Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 114.

176
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La naturaleza de delito de resultado del hurto y del robo, por


lo dems, se desprendera en el Cdigo del contexto de la nor-
mativa que a ellos se refiere; suficiente es recordar disposiciones
como el art. 450 que castiga como consumado algunos delitos
de robo desde que se encuentren en grado de tentativa, que
emplea la expresin desde, que importa un comienzo y sin
limitar el alcance nicamente a la tentativa propiamente tal; los
arts. 448 quter y 454 que presumen autor de robo o hurto de
una cosa a aquel en cuyo poder se encuentre; el art. 456 bis A, que
en la receptacin considera autor a aquel que tenga en su poder
la cosa, disposiciones de las cuales se infiere que el legislador
consider que en estos tipos penales es necesario un resultado,
o sea que las cosas estn en poder del agente y no slo el mero
tenerlas, aunque sea con el nimo de dueo, vale decir, que
est de hecho en condiciones de poder sobre la cosa, lo que
supone facultad de disponer de ellas.

89. CONCURSO APARENTE, HURTO, ESTAFA, APROPIACIN


INDEBIDA Y DAOS

Aunque conceptualmente el delito de hurto es diferenciable con


el de apropiacin indebida y el de dao, en la realidad de los
hechos no siempre es fcil distinguirlos.
El hurto es un delito de apoderamiento, en tanto que la estafa es
uno de defraudacin, de engao. En el hurto la especie es sustrada
del poder de su dueo sin su voluntad, mientras que en la estafa la
especie es entregada voluntariamente por la vctima al sujeto activo,
al ser engaada por este ltimo. En el delito de hurto hay sustrac-
cin, en la estafa hay entrega voluntaria; subjetivamente el hurto
exige nimo de lucro, la estafa no lo requiere.
La apropiacin indebida es un delito de apropiacin, en el que
la cosa se encuentra en poder del agente a quien la vctima se la
ha entregado legtimamente en forma previa al momento en que
aqul se apropia de ella (ej.: el mecnico recibe el automvil para
repararlo, pero se apropia del mismo vendindolo). En el hurto es
el sujeto activo quien realiza el acto material necesario para sustraer
la especie, o sea la toma en forma ilegtima, en tanto que en la apro-
piacin indebida el sujeto la recibe por medios lcitos, pero con la

177
DERECHO PENAL

obligacin de restituirla, y en lugar de hacerlo se apropia de ella.


Adems, en el hurto debe concurrir subjetivamente nimo de lucro,
en tanto que ste no es necesario en la apropiacin indebida.
Con el delito de dao podra suscitarse duda, por cuanto el
que daa o destruye la cosa ajena estara realizando un acto de
disposicin, de modo que la diferencia con el hurto incide en el
tipo subjetivo, porque el delito de dao requiere, no la voluntad
de apropiacin y el nimo de lucro que se exige en el hurto,
sino la voluntad de destruir o deteriorar la cosa de que se trata
(animus nocendi).

90. LA SANCIN EN EL DELITO DE HURTO

En el Cdigo se ha determinado el castigo que corresponde al delito


de hurto en el art. 446: Los autores de hurto sern castigados:
1. Con presidio menor en sus grados medio a mximo y multa
de once a quince unidades tributarias mensuales, si el valor de la
cosa hurtada excediera de cuarenta unidades tributarias mensuales.
2. Con presidio menor en su grado medio y multa de seis a
diez unidades tributarias mensuales, si el valor excediere de cuatro
unidades tributarias mensuales y no pasare de cuarenta unidades tribu-
tarias mensuales.
3. Con presidio menor en su grado mnimo y multa de cinco
unidades tributarias mensuales, si excediere de media unidad tributa-
ria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias mensuales.
Si el valor de la cosa hurtada excediere de cuatrocientas uni-
dades tributarias mensuales, se aplicar la pena de presidio menor
en su grado mximo y multa de veintiuna a treinta unidades
tributarias mensuales.
Se ha criticado y con razn el sistema43 de regular la san-
cin considerando el valor de la cosa materia del delito de hurto,
aunque sectores de la doctrina justifican esa posicin.44 No puede
menos que criticarse el sistema porque resulta evidente que el valor
de la cosa no tiene relacin con el perjuicio causado a la vctima.

43
Cfr. Labatut, D.P., t. II, p. 227; Muoz Conde, op. cit., pp. 195 y ss.
44
As lo estiman Fuensalida, op. cit., t. 3, p. 183; Etcheberry, D.P., t. III,
p. 307.

178
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Sustraer a un sujeto adinerado una determinada suma de dinero


puede tener consecuencia muy secundaria para l, pero esa misma
cantidad hurtada a una persona de limitados ingresos va aparejada
de un drstico deterioro de su situacin econmica. Adems, el ca-
mino adoptado por el legislador en estos ltimos aos de imponer,
conjuntamente con la pena privativa de libertad, una de multa, es
criticable, pues si no siempre, la mayor parte de los delitos de hurto
son cometidos por personas pobres econmicamente, de manera
que en muchos casos esa multa deber ser cumplida con el sistema
sustitutivo de reclusin establecido en el art. 49, que en definitiva
aumentar la duracin de la sancin privativa de libertad.
Cuando el valor de lo sustrado no supera el monto de media
unidad tributaria mensual, el delito de hurto debe castigarse como
falta, de acuerdo a lo sealado por el art. 494 bis, con prisin
en su grado mnimo a medio y multa de una a cuatro unidades
tributarias mensuales (vase prrafo 91.4).

91. LAS DIVERSAS CLASES DE HURTO CONSIDERADAS


EN EL CDIGO PENAL

Se acostumbraba distinguir tres tipos de delitos de hurto en el siste-


ma nacional: el hurto simple (art. 446), el hurto calificado (art. 447) y
el hurto de hallazgo (art. 448); pero en la actualidad debe agregarse
un cuarto: el hurto de cosas que forman parte de redes de suministro de
servicios pblicos o domiciliarios (art. 447 bis). No obstante lo sealado,
la tendencia actual es simplificar y purificar esta figura penal; por
ello, el llamado hurto de hallazgo se ha excluido del grupo de los
hurtos en legislaciones como la espaola, y se ha ubicado entre las
apropiaciones indebidas (art. 253).

91.1. EL HURTO SIMPLE

El hurto simple constituye la figura base del hurto, y todo lo que


se ha sealado en relacin a este delito le es aplicable. La nocin
de hurto simple corresponde a la que se expres en los prrafos
precedentes. Se podra, para precisar su identidad, expresar que
es la apropiacin de una cosa mueble ajena, sin la voluntad de
su dueo y con nimo de lucro, cuando en su ejecucin no se

179
DERECHO PENAL

ha empleado fuerza en las cosas o violencia o intimidacin en


las personas y, adems, no concurre ninguna circunstancia de
calificacin y tampoco puede ser considerado hurto de hallazgo.
Es un tipo penal particularmente subsidiario del delito de robo y
de las figuras especiales de hurto, y como tal, es la figura donde
normalmente se subsumen la mayor parte de las apropiaciones
ilcitas, a las cuales se les deben imponer las sanciones prescritas
en el art. 446, que rige en plenitud en esos casos.

91.2. EL HURTO AGRAVADO

El Cdigo Penal ha descrito en el art. 447 un conjunto de cir-


cunstancias que se alzan como posibles calificantes del hurto,
cuya consecuencia es agravar la pena, dejando entregado al tri-
bunal juzgador establecer si operan o no en cada caso concreto
que se produzca en la realidad social. Es una norma que ha sub-
sistido en el tiempo, pero que es sobradamente anacrnica.
El art. 447 expresa: En los casos del artculo anterior podr
aplicarse la pena inmediatamente superior en grado:
1. Si el hurto se cometiere por dependiente, criado o sirviente
asalariado, bien sea en la casa en que sirve o bien en aquella a que
lo hubiere llevado su amo o patrn.
2. Cuando se cometiere por obrero, oficial o aprendiz en la
casa, taller o almacn de su maestro o de la persona para quien
trabaja, o por individuo que trabaja habitualmente en la casa donde
hubiere hurtado.
3. Si se cometiere por el posadero, fondista u otra persona que
hospede gentes en cosas que hubieren llevado a la posada o fonda.
4. Cuando se cometiere por patrn o comandante de buque,
lanchero, conductor o bodeguero de tren, guarda-almacenes, carruajero,
carretero o arriero en cosas que se hayan puesto en su buque, carro,
bodega, etc..
Del contexto de la disposicin, y teniendo en cuenta que fue
redactada en el siglo diecinueve, se desprende que en ella qui-
sieron recogerse los casos ms frecuentes de abuso de confianza
en relacin a los delitos de hurto, pues Francisco Pacheco, el
comentarista que tanto influy en la Comisin Redactora, haba
expresado sobre esta materia: el hurto domstico es ms grave

180
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

y ms repugnante y sostena que este tipo de calificantes son


justas e inspiradas por el buen sentido.45 El legislador nacional
antes de la promulgacin del Cdigo Penal, haba establecido
esas circunstancias de manera casi igual a la actualmente vigente
en el art. 6 de la Ley de 7 de agosto de 1849,46 disposicin que
fue recogida por la Comisin Redactora con modificaciones for-
males47 para incorporarla al Proyecto de Cdigo.
Como se ha expresado, estos hurtos son considerados con
mayor gravedad para efectos de su represin, porque en ellos
dadas sus caractersticas aparece en juego la confianza depo-
sitada en el sujeto activo, de la cual ste se aprovechara para
cometer la sustraccin. Hoy en da esos hechos han perdido la
trascendencia social que se les reconoca en el pasado y, de facto,
esta norma prcticamente carece de aplicacin.
A continuacin se har un breve comentario de los diversos
nmeros transcritos precedentemente.
En el N 1 se castiga el denominado hurto domstico (famulato),
que presenta dos caractersticas: es un delito especial donde el
lugar de comisin adquiere importancia. Es un delito especial
porque exige que el autor sea una persona calificada, tiene
que tratarse de un empleado domstico, o sea al servicio de
una casa, de manera permanente o con cierta continuidad, y el
lugar en que comete la sustraccin tiene que ser la casa donde
presta sus servicios o donde ha sido llevado por su empleador,
circunstancias que debern ser apreciadas en el caso concreto
por el tribunal en sentido restrictivo, puesto que lo facultan para
agravar la pena.
El N 2 plantea una situacin semejante a la antes sealada,
pero con la variante de que hace alusin al obrero, oficial o
aprendiz, terminologa que no puede aplicarse por analoga a
otro tipo de trabajadores, porque sera una aplicacin analgica
malam parte, en otros trminos, extender el tipo penal a casos
no reglados por la ley aunque semejantes en perjuicio del
inculpado. Esas expresiones han de ser objeto de interpretacin
del tribunal en cada caso, atenindose a su sentido semntico

45
Pacheco, op. cit., t. 3, p. 327.
46
Fuensalida, op. cit., t. 3, p. 186.
47
Sesin N 94, de 14 de junio de 1872.

181
DERECHO PENAL

y no jurdico porque no lo tiene, para establecer si el proce-


sado se encuentra o no en la tal situacin. Este nmero ofrece
una diferencia con el anterior, comprende el llamado hurto
impropio, o sea el cometido por el trabajador no permanente,
pero s habitual, esto es el que con frecuencia o normalmente
presta los servicios en cuestin, lo que deber valorarse en la
situacin concreta. La sustraccin tiene que cometerse en la
casa, taller o almacn, expresiones que han de aplicarse
restrictivamente y no a cualquier establecimiento comercial o
industrial, por cuanto estos ltimos, en la mayor parte de los
casos, exceden el sentido de las referidas expresiones, quedan
fuera de esa nomenclatura conceptual, y no corresponde ex-
tender el tipo a situaciones no abarcadas por la norma.48 En
el hecho, atendida la evolucin que ha sufrido el desarrollo y
tratamiento de la actividad laboral, las referencias que hace el
Cdigo a determinados trabajadores y lugares han dejado el
precepto fuera de poca (un almacn no puede asimilarse a un
supermercado) y, de consiguiente, resulta improcedente en la
mayor parte de los casos; su aplicacin analgica debe descar-
tarse por ser inconstitucional.
El N 3 trata de los fondistas, posaderos y cualquier per-
sona que hospede gentes, en relacin a los objetos que llevare
a la posada o fonda. Se reitera el comentario del nmero
anterior sobre el alcance de las expresiones empleadas por el
precepto y su aplicacin restrictiva (una posada no es un hotel,
una fonda no es una cafetera).
El N 4, finalmente, sanciona el hurto cometido por el patrn
o comandante de buque, lanchero, conductor o bodeguero de
tren, guarda-almacn, carruajero, carretero o arriero, respecto
de los bienes que se hayan puesto bajo custodia de ellos. Se limita,
por lo tanto, la posibilidad de aplicar la norma a esos bienes y
no a otros, como tambin nicamente a esas personas; de modo
que, por va ejemplar, slo el comandante del buque, y no el
resto de los marinos y servidores del mismo que estn tambin
en la posibilidad de sustraer esas especies; sin embargo, no les es
aplicable la disposicin.

48
Opinin distinta plantea Etcheberry, que interpreta en sentido extensivo la
referida disposicin (D.P., t. III, p. 310).

182
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

El art. 447 confiere una facultad al tribunal, que puede em-


plear prudencialmente. El precepto dice: podr aplicarse la
pena inmediatamente superior en grado; no es obligatorio, por
tanto, aumentar la sancin en un grado, salvo que el tribunal lo
estime adecuado. Para evaluar esta posibilidad deber conside-
rar si ha habido realmente un abuso de confianza, pues se es el
principio que inspira la disposicin.

91.3. HURTO DE COSAS QUE FORMAN PARTE DE REDES


DE SUMINISTRO DE SERVICIOS

La Ley N 20.273, de 28 de junio de 2008, incorpor el art. 447 bis


en el Cdigo Penal, para crear esta nueva modalidad de hurto.
Esta disposicin expresa lo siguiente:
El hurto de cosas que forman parte de redes de suministro
de servicios pblicos o domiciliarios, tales como electricidad,
gas, agua, alcantarillado, colectores de aguas lluvia o telefona,
sera castigado con presidio menor en sus grados medio a mxi-
mo.
Si con ocasin de alguna de las conductas sealadas en este
artculo se produce la interrupcin o interferencia del servicio, la
pena se aplicar en su grado mximo.
El alcance de la norma se explica por s mismo, en ella apar-
te de la apropiacin de cables de suministro de electricidad y
servicios anlogos o caeras de agua potable, en esta poca tan
frecuente reprime el apoderamiento de cualquier otro objeto
mueble que integre la red de que se trate. Ha de repararse que la
sustraccin a que se refiere al art. 447 bis constituye el delito de
hurto de las especies indicadas, o sea, se trata de una apropiacin
sin que concurran las circunstancias conformantes de fuerza en
las cosas. En caso de concurrir esa fuerza el delito se desplaza al
de robo sancionado en el art. 443.
La pena no se vincula con el valor de las cosas sustradas,
como sucede en el hurto simple, se trata de una sancin nica:
de presidio menor en su grado medio a mximo, que tampoco
va acompaada de multa. El inciso final del art. 447 bis con-
sagra una circunstancia de agravacin, pues si con ocasin de
realizar alguna de las conductas que describe el servicio que se

183
DERECHO PENAL

presta con los objetos sustrados se interrumpe o interfiere, la


pena privativa de libertad debe aplicarse en su grado mximo.
Por ltimo, es conveniente considerar que al ejecutar con
dolo directo (maliciosamente) el acto que interrumpe el servi-
cio elctrico y tal acto no queda comprendido en las conductas
descritas como delito de hurto en el art. 447 bis, el mismo debe
ser reprimido conforme al art. 213 de la Ley General de Servicios
Elctricos (D.F.L. N 4 de 2007).

91.4. HURTO DE HALLAZGO

Se mantiene en el sistema penal nacional esta figura, cuya cali-


ficacin de hurto se discute en doctrina porque no concurren
en la misma los elementos fundamentales inherentes a este tipo
penal. En la actualidad otras legislaciones, como la de Espaa,
han separado este tipo penal de aquellos que se ocupan del
hurto y lo han desplazado al de la apropiacin indebida.
El Cdigo Penal, en el art. 448 describe dos situaciones, y a
ambas les da igual tratamiento como hurto de hallazgo: a) la pri-
mera se refiere al que se apropia de una especie al parecer perdida
(inc. primero), y b) la segunda a especies perdidas o abandonadas
como consecuencia de una situacin catastrfica (inc. segundo). A
continuacin se comentarn separadamente.

91.4.1. Apropiacin de especie al parecer perdida

El inciso primero del art. 448 se refiere a este delito en los si-
guientes trminos: El que hallndose una especie mueble al
parecer perdida, cuyo valor exceda de una unidad tributaria men-
sual, no la entregare a la autoridad o a su dueo, siempre que
le conste quin sea ste por hechos coexistentes o posteriores al
hallazgo, castigado con presidio menor en su grado mnimo y
multa de cinco unidades tributarias mensuales.
Esta disposicin hay que relacionarla con los arts. 629 y 631
del Cdigo Civil. El art. 629 inc. 1 expresa: Si se encuentra algu-
na especie mueble al parecer perdida, deber ponerse a disposicin
de su dueo y no presentndose nadie que pruebe ser suya, se

184
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

entregar a la autoridad competente, la cual deber dar aviso del


hallazgo en un diario de la comuna o de la capital de la provin-
cia o de la capital de la regin, si en aqulla no lo hubiere. El
art. 631 del mismo texto prescribe: La persona que haya omitido
las diligencias aqu ordenadas, perder su porcin en favor de la
municipalidad, y aun quedar sujeta a la accin de perjuicios, y
segn las circunstancias, a la pena de hurto.
La Comisin Redactora consider el hurto de hallazgo respe-
tando las normas civiles, en particular las citadas. Debe observarse
que, a pesar que ya en esa poca se discuta la naturaleza de hurto
del delito de hallazgo,49 lo consagr como una modalidad del mis-
mo porque el Cdigo Civil prescriba que aquel que encontraba
una especie y no cumpla con las obligaciones que esa legislacin
determinaba, quedara sujeto a la pena de hurto. Atendida esa
disposicin y por indicacin del miembro de la Comisin seor
Ibez,50 el miembro seor Renjifo redact el texto del inciso pri-
mero del artculo 448 antes transcrito.51 De manera que la dispo-
sicin no tiene como fundamento una norma de origen espaol,
como ocurre con la mayor parte de los otros artculos del Cdigo;
fue la Comisin Redactora la que cre su texto.
El tipo penal consiste en encontrar una cosa mueble al parecer
perdida y no entregarla a la autoridad o su dueo. Se trata de un
delito de accin y no de omisin, pues la figura requiere de dos
comportamientos del sujeto activo, llevados a cabo uno en pos de
otro, el primero consiste en apoderarse de una especie mueble
perdida, y el segundo en no entregarla a quien corresponde. No
es un delito de omisin no restituir la especie porque exige el
doble comportamiento recin indicado.
La primera accin que conforma al tipo es encontrar y apoderarse
de una especie mueble, esa accin diferencia a este delito desde
luego con el de hurto propiamente tal, pues el ltimo exige que se
traslade el bien de la esfera de resguardo del dueo al del agente,

49
Suficiente para constatarlo es observar el comentario de Fuensalida, que a
fines del siglo pasado citaba a Chaveau y Hlie afirmando que apropiarse de una
cosa perdida constitua un fraude, pero no un hurto, por cuanto el que encontraba
la especie se converta en depositario, y al aduearse de ella violaba ese depsito
(op. cit., t. 3, p. 189).
50
Acta N 96, de 19 de junio de 1872.
51
Actas N 87, de 21 de junio de 1872, y N 165, de 4 de junio de 1873.

185
DERECHO PENAL

lo que normalmente se cumple mediante una sustraccin, en tanto


que en la situacin en estudio sucede que la especie no est en la
esfera de resguardo del dueo, sino fuera de ella, y el agente no la
sustrae, sino que la encuentra y la recoge, se hace cargo de ella.
La accin tiene como objeto material una especie mueble al
parecer perdida, y se reputa tal cuando est extraviada u olvida-
da.52 No se trata de una cosa que carece de dueo (res nullius)
o que ha sido abandonada por su propietario para que otro se
haga dueo de la misma (res derelictae). Sobre este punto es de
inters lo que dispone el art. 727 del Cdigo Civil: La posesin
de la cosa mueble no se entiende perdida mientras se halla bajo
el poder del poseedor, aunque ste ignore accidentalmente su
paradero. De manera que el desconocimiento del sujeto respec-
to del lugar donde est la cosa, no la convierte en una res derelictae
en tanto se encuentre en la esfera de su proteccin.
La especie debe tratarse de una cosa corporal y mueble, con-
ceptos que ya han sido explicados anteriormente,53 pero en este
caso la ley exige una cosa ms. Que tenga un valor determinado,
y ese valor tiene que ser superior al de una unidad tributaria
mensual. Si no excede del referido monto, el hecho pasa a ser
reprimido como falta, conforme lo dispone el art. 494 N 19.
El comportamiento antes indicado encontrar la especie
mueble y recogerla o tomarla debe ir aparejado de otra con-
ducta del mismo agente: la de no restituirla a su dueo o no
entregarla a la autoridad. En consecuencia debe incurrir en
una omisin, no restituir el bien a su dueo o no entregarla a la
autoridad. En ambas alternativas el agente tiene que saber pre-
viamente quin es el dueo de la cosa perdida, como se explicar
al comentar el tipo subjetivo.
El tipo subjetivo de este delito est constituido por el dolo,
que se conforma con dos elementos: la voluntad de apropiacin
de la especie, de apoderarse de ella para hacerse dueo, o sea
con voluntad de arrogarse la facultad de disponer de la misma.
Adems, debe tener conocimiento de que el bien mueble tiene
un dueo, conocimiento que segn el legislador ha de deri-
varse de hechos coexistentes o posteriores al hallazgo, pero que se

52
Etcheberry, D.P., t. III, p. 312.
53
Vase supra, N 82.

186
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

subentiende, con mayor razn, que se extiende tambin a los


hechos anteriores a ese hallazgo. El dolo tiene que ser directo,
pues el art. 448 expresa siempre que le conste quien sea ste. La
mera suposicin, la duda sobre si alguien puede ser el propie-
tario, es insuficiente para la existencia del dolo, de manera que
en su modalidad de eventual queda descartado. La historia del
precepto ratifica esta tesis, pues en la revisacin del Proyecto, la
Comisin Redactora al comentar su inciso segundo, dej cons-
tancia de que se suprima la expresin presuntos porque un
inventor (el que encuentra la especie) no puede proceder por
simples presunciones a la entrega de la cosa, sino con entera
certidumbre.54
Podr estimarse que el art. 448 no requiere el nimo de
seor y dueo, porque emplea la forma verbal hallndose una
cosa, lo que es diferente a apropirsela, pero la ubicacin del
delito entre aquellos que atentan en contra de la propiedad, y
la circunstancia de que se haya descrito en el prrafo correspon-
diente al hurto, lleva a la necesaria conclusin de que se exige el
nimo de seor y dueo, o sea la voluntad de apropiacin.55

91.4.2. Apropiacin de cosas perdidas o abandonadas


a consecuencia de una situacin catastrfica

El inciso segundo del art. 448 se ocupa de esta clase de apropia-


cin ilcita: Tambin ser considerado procesado por hurto y cas-
tigado con presidio menor en su grado mnimo y multa de cinco
unidades tributarias mensuales el que se hallare especies, al pare-
cer perdidas o abandonadas a consecuencia de naufragio, inundacin,
incendio, terremoto, accidente en ferrocarril u otra causa anloga,
cuyo valor exceda la cantidad mencionada en el inciso anterior, y
no las entregare a los dueos o a la autoridad en su defecto.
Este inciso no exista en la primera redaccin que la Co-
misin le dio al art. 448 (en el Proyecto de Cdigo, art. 436),
se incorpor a insinuacin del miembro seor Renjifo56 para

54
Acta N 165, de 4 de julio de 1873.
55
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 313.
56
Acta N 98, de 28 de junio de 1872.

187
DERECHO PENAL

ocuparse especficamente de las cosas que son encontradas a


consecuencias de una catstrofe.
La accin, por lo tanto, tiene la misma caracterstica de la
que se coment en el inciso primero, la modalidad que presen-
ta y que la diferencia de aqulla, radica en el objeto sobre el
cual recae esa accin, que si bien, al igual que en el caso ante-
rior, es una especie mueble, pero adems de aquellas que han
sido perdidas por su dueo, se extiende a aquellas que han sido
abandonadas, lo que se hace frecuentemente en los naufragios
en que se bota la carga para aligerar la nave. Las cosas abando-
nadas, entonces, son diferentes a las perdidas; aqullas no se
han extraviado como sucede con stas, sino que el mismo due-
o o un tercero las deja para superar una contingencia grave,
sin intencin de que queden para ser tomadas por cualquiera
que pretenda hacerse dueo de ellas; las deja por necesidad y
espera recuperarlas si se ofrece la posibilidad.
La disposicin enumera situaciones tales como un naufra-
gio, una inundacin, un incendio, un terremoto y accidentes
ferroviarios, pero la enumeracin es enunciativa porque termina
expresando u otra causa anloga, lo que viene a constituir la
regla general, ya que hace referencia a cualquiera circunstancia que
importe una catstrofe.
La conducta, como se ha adelantado, es la misma que se
sanciona en el inciso primero, o sea se integra por dos com-
portamientos, el primero consiste en encontrar y apoderarse
de la especie y el segundo en no entregarla a su dueo o a
la autoridad, de manera que no hay aqu desplazamiento
del bien desde la esfera de proteccin de la vctima a la del
delincuente. Este comportamiento debe diferenciarse de la
apropiacin cometida con ocasin de una catstrofe, pues
es posible que un delincuente, aprovechndose de alguna
de las situaciones de emergencia o extraordinarias a que se
refiere la disposicin, cometa un delito de hurto mediante
la sustraccin de un bien ajeno con su desplazamiento desde
el mbito de proteccin de su dueo al del agente. En esta
hiptesis, el sujeto no ha encontrado el bien, sino que lo ha
sustrado, de suerte que debe castigarse conforme al art. 446
con la agravante del art. 12 N 10, porque realiz el delito con
ocasin de una catstrofe.

188
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

91.4.3. Sancin que corresponde a estos delitos

En las dos hiptesis que constituyen el llamado hurto de hallazgo,


la sancin que corresponde aplicar es diferente de la que se impo-
ne al hurto simple y agravado que, segn el art. 446, su gravedad
se regula conforme al valor que tienen las especies substradas.
En las figuras regladas en el art. 448 en estudio, la sancin no
depende del valor de lo apropiado, pues siempre que excedan
de una unidad tributaria mensual, cualquiera sea su monto, la
pena es presidio menor en su grado mnimo ms una multa de
cinco unidades tributarias mensuales. Si el monto de las especies
no supera el valor de una unidad tributaria mensual, el hecho se
reprime como delito falta (art. 494 N 19), con una sancin nica
de multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales, lo que
es vlido tanto para el hecho descrito en el inciso primero como
para el sancionado en el inciso segundo del art. 448.

91.5. EL HURTO FALTA

La Ley N 20.140 (30 de diciembre de 2006) fij el nuevo


texto del art. 494 bis, que regla en la actualidad el denominado
hurto falta.
El tenor de los dos primeros incisos del referido artculo, que
est ubicado en el Libro III entre las faltas, es el siguiente: Los
autores de hurto sern castigados con prisin en su grado mnimo
a medio y con multa de cuatro unidades mensuales, si el valor de
la cosa hurtada no pasa de media unidad tributaria mensual.
La falta de que trata este artculo se castigar con multa de
una a cuatro unidades tributarias mensuales, si se encuentra en
grado de frustrada. En estos casos el tribunal podr conmutar la
multa por la realizacin de trabajos determinados en beneficio
de la comunidad, sealando expresamente el tipo de trabajo,
el lugar donde deba realizarse, su duracin y la persona o ins-
titucin encargada de controlar su cumplimiento. Los trabajos
se realizarn de preferencia sin afectar la jornada laboral o de
estudio que tenga el infractor, con un mximo de ocho horas
semanales. La no realizacin cabal y oportuna de los trabajos
determinados por el tribunal dejar sin efecto la conmutacin

189
DERECHO PENAL

por el solo ministerio de la ley, y deber cumplirse ntegramente


la sancin primitivamente aplicada.
El legislador, con confianza pueril en el efecto simblico del de-
recho penal, sanciona el hurto falta con mayor rigor que el resto de
las faltas que describe, las que slo reprime con penas pecuniarias.
El hurto falta, o sea la apropiacin subrepticia sin que medie
violencia, intimidacin o fuerza en las cosas, de una cosa que no
tenga un valor superior a media unidad tributaria mensual, es
sancionado, adems de la multa aplicada a toda falta penal, con
una privativa de libertad de prisin en su grado mnimo a medio
(de un da a veinte das y de veintin das a cuarenta).
El art. 494 bis se preocupa tambin de establecer algunas
reglas especiales relativas a la participacin, al iter criminis y a la
reincidencia.
Repite la regla del art. 72 inherente a los crmenes y sim-
ples delitos en cuanto a la intervencin de un mayor, al deter-
minar que en los casos en que participen en el hurto individuos
mayores de dieciocho aos y menores de esa edad, se aplicar
a esos mayores la pena que les habra correspondido sin esa
circunstancia aumentada en un grado, si se hubieren prevalido
del menor o menores en la comisin de la falta.
En el inciso segundo del art. 494 bis, se modifica el principio
establecido en el art. 9, que prescribe que los delitos falta se casti-
gan nicamente cuando estn consumados; en otros trminos, se
establece como regla general la no punicin de la tentativa y de la
frustracin en esta clase de hechos.
Pues bien, la referida regla no rige en su integridad en la hip-
tesis del hurto falta, expresamente se prescribe que se castiga con
una multa de cuatro unidades tributarias mensuales cuando alcanza
el grado de frustrado; de consiguiente, slo el hurto falta en grado
de tentativa no es punible.
Duplica el monto de la multa en la alternativa de reincidencia,
y precisa que se entiende que la hay cuando el responsable ha sido
condenado por delito de la misma especie, sin atender a la entidad
de la pena y su estado de cumplimiento. Si el sujeto ha reincidido
dos o ms veces, la multa aplicada se triplica. Se han modificado en
el hurto falta las reglas generales sobre esta agravante.
La agravante de reincidencia, en todo caso, prescribe de
acuerdo con los principios generales, o sea conforme al art. 104,

190
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

cuando el hecho anterior es crimen o simple delito, pero si se


trata de una falta, dispone que prescribe en seis meses.

91.6. HURTO DE EXPEDIENTE

La Ley N 5.507, en su art. 4 se refiere a la sustraccin de ex-


pedientes judiciales o administrativos, pero este hecho delictivo
ser comentado al tratar las reglas comunes porque la norma
que en esa disposicin se establece afecta tanto al hurto, al robo
como a los daos de expedientes.57

El delito de robo
92. GENERALIDADES

Estas figuras no tenan en el pasado una estructura muy defi-


nida. En Espaa el Cdigo de 1822 fue el primero que habra
hecho una distincin ms precisa entre hurto y robo, adhirien-
do a la tradicin germnica que diferenciaba ambas figuras, lo
que el derecho romano no hizo en sus primeros tiempos. El
Cdigo espaol adhiri, a su vez, al sistema de la legislacin
francesa que consideraba separadamente el robo con fuerza en
las cosas del robo con violencia en las personas, sistema que ha
mantenido la legislacin ibrica58 y que, a su vez, fue recogido
por las leyes nacionales.
El robo, como figura nica, no existe en nuestra legislacin.
El Cdigo describe dos grandes grupos de robos, segn el medio
que se emplee en su comisin: robo con fuerza en las cosas y
robo con violencia o intimidacin en las personas. El legislador
no hizo distincin en el plano conceptual entre esos dos grupos
de delitos, ni entre stos y el hurto, se limit a determinar las
caractersticas de todos ellos en conjunto, en el art. 432.
La referida circunstancia permite sostener que todos los ele-
mentos de ndole genrica del delito de hurto, que se comentaron

57
Vase infra, prrafo N 123.
58
Muoz Conde, op. cit., p. 199.

191
DERECHO PENAL

en los prrafos anteriores, son aplicables y rigen para los delitos de


robo. As el bien jurdico protegido, la naturaleza y modalidades
de la accin prohibida (la de apropiarse), la cosa material sobre
la cual recae la accin (cosa corporal, mueble, ajena y valorable
econmicamente) y los aspectos subjetivos, como la voluntad de
aduearse de la especie y el nimo de lucro, han de concurrir en
estas figuras sin perjuicio de que la ley exija en determinados casos
que, adems de aqullos, converjan otros particulares.
La estructura de estas figuras, al igual que la del hurto, han
merecido crticas de todo orden, pero en el caso de los robos ha
sido ms dura. Es indudable que los tipos penales en la forma
como estn descritos adolecen de serios defectos sistemticos, sin
perjuicio de reconocer a su vez que obedecen a tradiciones y senti-
mientos sociales muy arraigados, que dejan un muy relativo margen
a la posibilidad de que las inquietudes doctrinarias se puedan con-
cretar en una legislacin distinta a la actual, si bien es urgente que
por lo menos sean objeto de varias modificaciones.
En Espaa el Cdigo hace diferencia cualitativa entre el
hurto y el robo, la que radica en la naturaleza de la accin, que
en el delito de hurto se tipifica como tomar (art. 234) y en el de
robo como apoderarse (art. 237). Las formas verbales empleadas
permiten colegir una diferencia conceptual entre ambos com-
portamientos, con fundamento en la energa empleada para
cometer la sustraccin. En el hurto es suficiente aprehender la
especie, en tanto que en el robo hay que vencer la resistencia del
dueo o de las protecciones que la aseguran.59
Se sostiene tambin que el robo con fuerza no parece tener
justificacin como tipo penal con identidad propia, y debera
considerarse como un hurto agravado, porque la fuerza que lo
caracteriza afecta al mismo patrimonio que lesiona el apodera-
miento, porque el dao causado con el escalamiento o efraccin
o la violacin de morada cuando se penetra al lugar protegido,
recae al igual que el dao inferido en el delito de hurto por la
sustraccin sobre un mismo y nico derecho de dominio, que
tiene como titular a la vctima. No se observa diferencia, adems,
en castigar con mayor rigor como autor de robo al que entra por

59
T. S. Vives, op. cit., p. 802.

192
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

la ventana a una casa y se lleva el televisor, de aquel que entra


por la puerta abierta a esa casa y se apodera del mismo televisor,
que se castiga como hurto; en ambas situaciones hay violacin de
morada.60
En Chile participan de esas crticas autores como Jorge Mera,
que afirma respecto de esta figura el robo con fuerza en las co-
sas lo nico que cabe proponer, de lege ferenda, es su derogacin.
El plus de desvalor que pudiera representar en ciertos casos el
uso de la fuerza en las cosas debe resolverse de acuerdo con las
reglas generales de los concursos de delitos, o bien, mediante el
establecimiento de una agravante.61
No obstante las reservas de la doctrina, en legislaciones
como la de Espaa, donde se dict una nueva codificacin el
ao 1995, la figura del robo con fuerza en las cosas y con vio-
lencia e intimidacin se han mantenido como tipos penales
diversos al hurto.
A continuacin se comentar el delito de robo con vio-
lencia o intimidacin en las personas y enseguida el robo con
fuerza en las cosas, precisando que en el primero se incor-
poran en el Cdigo Penal unas figuras que resulta discutible
calificarlas de robo propiamente, como sucede con la piratera
y la extorsin.

Delitos de robo con violencia o intimidacin en las personas


93. CONCEPTO DEL DELITO Y SUS CLASES

Se adelant en el prrafo anterior que el robo est definido junto


con el hurto en nuestro sistema en el art. 432, que en relacin
al cometido con violencia o intimidacin en las personas, se puede
ofrecer la siguiente nocin: El que sin la voluntad de su dueo
y con nimo de lucrarse se apropia cosa mueble ajena usando de
violencia o intimidacin en las personas. Las figuras de robo de
este grupo estn tratadas en el prrafo N 2 del ttulo IX, arts.

60
Cfr. Bustos, op. cit., p. 200.
61
Jorge Mera, Delitos de hurto y robo, hacia una reforma legal, edicin a mime-
grafo, p. 150, ao 1993.

193
DERECHO PENAL

433 y siguientes, donde se describen tres tipos distintos: el de


robo con violencia o intimidacin propiamente tal, el de pirate-
ra (art. 454) y el de extorsin (art. 438). Respecto de estos dos
ltimos la definicin que se ha dado puede resultar insatisfacto-
ria, como se sealar en su oportunidad.
Entre los delitos de robo con violencia o intimidacin propiamente
tales, se describen tres figuras distintas: el robo simple (art. 436
inc. 1), el calificado (art. 433) y el por sorpresa (art. 436 inc. 2).
Este conjunto de delitos se caracteriza porque cumplen,
en general, con los elementos bsicos de todo delito contra la
propiedad por apropiacin por medios materiales, pues en ellos la
accin tpica se dirige a apropiarse de bienes muebles ajenos,
con nimo de lucro. El punto a preguntarse radica en cules
son sus diferencias con el delito de hurto y la razn que permite
agruparlos en el prrafo segundo bajo el enunciado del robo
con violencia o intimidacin en las personas. La respuesta inci-
de en el empleo de violencia fsica o de coaccin en contra de las
personas dirigida a posibilitar la apropiacin; la accin no queda
limitada, como sucede en el hurto, a slo tomar o apoderarse
del bien apetecido por el sujeto activo, sino que en el robo con
violencia o intimidacin hay ataque a la vida o integridad fsica
de la vctima, o por lo menos peligro de que se lleve a cabo. Esa
modalidad de ejecucin es la que les da identidad a este grupo
de hechos ilcitos.
Se seal con anterioridad que se criticaba la estructura de
estos hechos al diferenciar el hurto del robo, pero esas reservas
se afincan con mayor dureza respecto del robo con fuerza en las
cosas, no as tratndose del con violencia o intimidacin, donde
amplios sectores se inclinan por mantener su independencia en
relacin al delito de hurto y darle un tratamiento mucho ms
riguroso. Las crticas ms bien se centran en el tratamiento del
delito mismo y en la equiparacin de las dos modalidades que
comprende, esto es de la violencia y de la intimidacin, para
efectos de imponer la pena,62 sin distinguir la forma en que los
bienes jurdicos en juego aparecen afectados, en la primera con
mayor intensidad que en la segunda.

62
Mera, op. cit., pp. 209 y ss.

194
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Todos estos delitos de robo, de consiguiente, deben cumplir


con las caractersticas generales sealadas en el delito de hurto, en
cuanto a la accin a realizar, el objeto sobre el cual recae la accin,
los sujetos activo y pasivo.
A pesar de lo recin sealado, existen matices que marcan la
diferencia e identidad de estas figuras; uno de ellos radicara en
parte en el bien jurdico protegido.
El bien jurdico objeto de los delitos de robo es la propiedad,
como sucede con todos los delitos de apropiacin, pero en este
caso no es el nico, aunque s el primeramente protegido. El deli-
to de robo con violencia o intimidacin es una figura pluriofensiva,
pues adems de atentar contra la propiedad, afecta otros bienes,
como la libertad personal, la salud y aun la vida de las personas.
Se sostiene que la propiedad es el bien que se ampara de modo
principal y slo subsidiariamente la vida, la integridad fsica o la liber-
tad, como algo accesorio,63 pero en la actualidad hay tendencia a
estimar que estos delitos son complejos y que los bienes jurdicos en
juego son amparados directamente; ninguno de ellos es un objeto se-
cundario en cuanto a su proteccin.64 Se debe recordar que delito
complejo es aquel que est integrado por dos o ms acciones clara-
mente diferenciables, cada una de ellas constitutiva aisladamente
considerada de un delito, pero que por razones de poltica crimi-
nal el legislador las ha unificado para efectos de su penalizacin
(unificacin legislativa).65 Aparte del hecho de tratarse de figuras
pluriofensivas, lo que les da individualidad a estos tipos es el modo
de comisin, el que puede ofrecer dos posibilidades: la violencia y
la intimidacin, formas de ejecucin que se explicarn.

63
Cfr. Quintano Ripolls, op. cit., t. II, p. 314; Muoz Conde, op. cit., p. 208;
Bajo Fernndez, op. cit., p. 55.
64
Cfr. Labatut, D.P., t. II, p. 218; T.S. Vives, op. cit., p. 822.
65
Opina en sentido contrario Bajo Fernndez (op. cit., p. 55), o sea que
el robo con violencia o intimidacin no es un delito complejo, porque el solo
hecho de que est constituido por dos o ms acciones, a su juicio es insuficiente.
En respaldo de su tesis sealaba que conforme al criterio que critica, la violacin
tambin debera ser considerada como un delito complejo, pero lo que este autor
no explica es que si bien en la violacin hay yacimiento y violencia, el yacimiento
a solas no es un hecho tpico, en tanto que el apoderamiento sin la voluntad de
su dueo s lo es.

195
DERECHO PENAL

94. LA VIOLENCIA Y LA INTIMIDACIN

La manera de concretar la actividad de apropiacin que en el


hurto es subrepticia es lo que da personalidad a los delitos de
robo en estudio. Aqu se disminuyen las posibilidades de defensa
de la vctima y de que repela o evite la sustraccin de bienes de
su propiedad al verse agredida fsicamente o atemorizada por el
agente activo.66
Las modalidades de la accin pueden importar el empleo de la
violencia o el de la intimidacin; es til precisar el sentido normativo
de cada una de ellas. Violencia supone siempre el empleo de fuerza
fsica, si bien el legislador extendi su alcance a otro extremo al
que se aludir ms adelante. Lo que interesa en este momento es
precisar de manera genrica qu se entiende por violencia, que
para estos efectos queda limitada al empleo de la fuerza material
en contra de la vctima, aunque no se le lesione. Los malos tratos
de obra, el castigo fsico que no deja marcas en la vctima, son
acometimientos fsicos que constituyen violencia.
La intimidacin es una nocin distinta, tambin es un aco-
metimiento, pero de ndole sicolgico, no material, dirigido a
presionar la voluntad del sujeto pasivo (vis compulsiva, coaccin).

94.1. EL CONCEPTO LEGAL DE VIOLENCIA

En el sistema nacional, los arts. 433 y 439 hacen referencia expresa


a la violencia y la parte final de la ltima disposicin extiende el
concepto al empleo de medios engaosos. El art. 433 se ocupa de
calificar como violencia al homicidio, la violacin, las lesiones y
la retencin de personas, pero es en el art. 439 donde se da una
nocin ms general de ese concepto al sealar que son violencia
los malos tratamientos de obra, expresin comprensiva de cual-
quier acometimiento fsico en contra de una persona.
En doctrina se distingue entre violencia propia e impropia, la
primera (vis in corpore) alude al acometimiento material que sufre
una persona, acometimiento en relacin al cual existe acuerdo

66
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 335.

196
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

que conforma la violencia inherente al delito de robo (sujetar


a una persona, golpearla, lanzarla al suelo, herirla, constituyen
violencia para el delito de robo). Es la segunda, la impropia, la que
se margina como hiptesis de robo, que consistira en emplear
medios que constrien la mente de la vctima, que afectan a su
voluntad, como los narcticos, los estupefacientes, el hipnotismo
y semejantes, siempre que al emplearlos no se haya recurrido a la
fuerza fsica, alternativa donde habra por lo menos malos tratos
de obra (el pasajero del automvil de alquiler que gentilmente
ofrece al conductor un chocolate con narctico para apropiarse
del vehculo una vez que se duerma, no empleara violencia).
Se distingue tratndose de la violencia, entre la directa y la in-
directa. La directa es la fuerza fsica dirigida de manera inmediata
en contra de la persona, en tanto que la indirecta es aquella que
se ejerce inmediatamente sobre las cosas, y que nicamente de
manera mediata podr afectar a la persona. La exclusin de esta
ltima del concepto de violencia radica en que si hubiera sido
esa la intencin del legislador, habra sido innecesario hacer refe-
rencia a la intimidacin, donde esa clase de coaccin quedara
comprendida.
La violencia material puede ejercerse sobre el dueo de la cosa
o sobre un tercero (la violencia que se ejerce sobre la criada de la
casa para que indique el lugar donde la duea guarda sus joyas).
El art. 439 ampla la nocin de violencia a un extremo muy
discutible, la ltima frase de la disposicin expresa: Har tam-
bin violencia el que para obtener la entrega o la manifestacin
(de la cosa) alegare orden falsa de alguna autoridad, o la diere por
s fingindose ministro de justicia o funcionario pblico. En la especie
el legislador ha homologado el empleo de violencia a la simula-
cin de ser autoridad ministro de justicia o funcionario pbli-
co con una orden falsa o dando l mismo la orden. Esta forma de
violencia est dirigida a engaar a la vctima para que proceda a
entregar voluntariamente la cosa o para que manifieste dnde se
encuentra. La referencia al ministro de justicia alude a los funcio-
narios judiciales que pueden disponer una incautacin y respecto
de los funcionarios pblicos al fingimiento de alguno de aquellos
que pueden disponer el retiro de especies o su incautacin. Esta
modalidad de ejecucin que la ley penal asimila a la violencia,
evidencia la particular posicin del legislador sobre estas situa-

197
DERECHO PENAL

ciones, posicin que volver a mantener en el caso del robo con


fuerza en las cosas en el art. 440 N 3, donde califica a su vez
como fuerza un comportamiento evidentemente engaoso.
Estas formas de violencia estn destinadas a llevar a cabo la
apropiacin de la especie ajena, forzando la oposicin de la vc-
tima o engandola, de manera que se calificar de tal cuando
cumpla con la idoneidad adecuada en el caso concreto para lograr
ese objetivo, teniendo en consideracin las circunstancias del
sujeto pasivo.
Fingir ser autoridad y falsificar una orden judicial son con-
ductas que pueden ser objeto de castigo separadamente, pero en
la hiptesis que se comenta integra el tipo penal de robo como
uno de sus elementos y, en consecuencia, no se da una situacin
de concurso de delitos.

94.2. QU SE ENTIENDE POR INTIMIDACIN

La otra modalidad de comisin del robo en estudio es la inti-


midacin, y no es simple ofrecer una nocin para efectos del
robo sobre lo que debe entenderse por tal, porque si bien
corresponde a lo que se denomina como vis compulsiva o squica,
tiene ciertas modalidades que la diferencian de la que es inhe-
rente al delito de amenazas (arts. 296 y siguientes). Intimida-
cin en el delito de robo es la amenaza dirigida a una persona,
de que se le infligir un mal de manera inmediata si no procede a
la entrega de una cosa mueble o renuncia a impedir que quien
la expresa se apropie de esa cosa, de manera inmediata a su vez. Esa
amenaza debe poseer la adecuada intensidad para constreir a la
vctima para que se comporte en la forma recin indicada, y debe
consistir en un mal que se inferir precisamente en el momento
de la negativa del amenazado a hacer aquello que se le solicita,
no en el futuro, de all la exigencia de la inmediatez. Otro tanto
sucede con el apoderamiento de la cosa mueble por el sujeto
activo, que debe llevarse a cabo en el momento de la amenaza,
pues tiene que corresponder a ella, no a actividades realizadas
en un tiempo posterior.
La diferencia de la violencia con la intimidacin radica
en que esta ltima consiste en una agresin fsica, en un aco-

198
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

metimiento material, en tanto que la intimidacin no es una


agresin material, sino una manera de afectar la libertad de
decisin, de lesionar la libre formacin de la voluntad de la
vctima.67 La intimidacin puede realizarse mediante palabras
(te mato si no me das tu dinero) o por hechos (poner la daga
en el cuello del sujeto pasivo y pedirle el reloj de oro).
La proximidad en el tiempo (inmediatez) de la amenaza en cuan-
to al mal a provocar, como en cuanto al apoderamiento de la cosa
que con ella se pretende obtener, es lo que marca la diferencia
con el delito de amenaza descrito en el art. 296. En este delito el
mal que se anuncia normalmente se causar en el futuro, no en
el momento mismo de la amenaza, y cuando se persigue una
prestacin, tampoco se espera que sea inmediata. La distancia
temporal del mal en el delito de amenazas, como de la prestacin
que a veces con ella se aspira, facilita al coaccionado a decidir
sobre cmo protegerse, en tanto que en el robo la proximidad
de la ocurrencia del mal y de la exigencia de la prestacin, impo-
sibilita una reaccin adecuada. Son situaciones diferentes exigir
al transente la entrega de la billetera revlver en mano (robo),
que llamar por telfono a una persona exigiendo una suma de
dinero que deber dejar en un lugar determinado bajo conmi-
nacin de que se incendiar su casa si no lo cumple (amenaza);
en el primer caso no hay posibilidad de preparar una defensa,
en el segundo s la hay. Esa circunstancia justificara la mayor
rigurosidad de la reaccin penal en el caso del robo.

94.3. EN CONTRA DE QUIN DEBE EMPLEARSE LA VIOLENCIA


O LA INTIMIDACIN

La legislacin no precisa quin debe ser objeto de la violencia o


de la intimidacin, porque pueden ser vctimas de ella el titular
del bien sustrado como terceros que se encuentren presentes
(los clientes de la institucin financiera asaltada); lo que interesa
es que la violencia o la coaccin en su caso, estn objetivamente
relacionadas con la apropiacin. El art. 456 bis N 4 podra suscitar

67
Bajo Fernndez, op. cit., p. 57.

199
DERECHO PENAL

una duda, pues califica como agravante del delito de robo o hurto
el hecho de ejercer violencia sobre las personas que intervengan
en defensa de la vctima, sin excluir al robo con violencia o intimi-
dacin, pero ello resultaba innecesario al tenor de lo prescrito en
el art. 63, que margina las agravantes que han sido comprendidas
por la descripcin del delito, o que le son muy inherentes.

94.4. EN QU MOMENTO DEBE EMPLEARSE LA FUERZA


O LA INTIMIDACIN

El art. 433 expresa que hay diversos momentos en los cuales


puede emplearse la violencia o la intimidacin. El inciso primero
de la disposicin seala que el delito de robo existe: sea que la
violencia o intimidacin tenga lugar antes del robo para facilitar
su ejecucin, en el acto de cometerlo o despus de cometido para
favorecer su impunidad.
La violencia contra las personas o la coaccin procede en
el robo antes de la ejecucin, durante o despus de ella; estas
distintas oportunidades hay que vincularlas con la apropiacin,
y no con el apoderamiento material de la cosa sustrada, que no
siempre coinciden. Al estudiar el delito de hurto se precis
que no era suficiente para que se consumara el delito sacar
del mbito de proteccin del propietario la especie sustrada
(amotio), sino que lo estaba cuando el delincuente poda ejercer,
potencialmente, las facultades inherentes a la apropiacin, en
particular la de disposicin.68 El empleo de la violencia debe
considerarse en relacin a ese momento, al de la apropiacin, lo
que es diferente a referirse a antes, durante o despus del robo,
porque emplear la violencia o intimidar a otro es estar come-
tiendo ese delito. Si el sujeto hace uso de la violencia cuando ya
estaba en condiciones de usar, gozar y disponer del bien, quiere
decir que la apropiacin se haba producido; de consiguiente,
el uso de la violencia indicada no integra el tipo penal de robo,
sin perjuicio de que pueda constituir otro delito sancionable
independientemente.

68
Vase supra, prrafo N 88.

200
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La violencia o la intimidacin como elementos del delito de


robo estn circunscritas y determinadas por la nocin de apro-
piacin. Siempre que hayan estado dirigidas a concretar la apro-
piacin, han de ser consideradas como elementos del tipo robo.
El sujeto que ha recogido y guardado en su bolso las joyas que
encontr en una casa y al salir del lugar es sorprendido por uno
de los moradores, al que golpea logrando huir, es autor de robo;
peor si este mismo sujeto ha salido pacficamente de la casa y en
ese instante es sorprendido por el propietario, que lo persigue y
aprehende, responder de robo frustrado, por cuanto si bien las
cosas salieron del mbito de proteccin del dueo, no estaba en
condiciones de hacer efectiva la facultad de goce y de disposicin
de lo sustrado, en tanto era perseguido.
El acometimiento a la vctima o la coaccin que el agente
emplee en contra de la vctima o de un tercero, que tenga como
objetivo facilitar el apoderamiento del bien ajeno (antes), o la
que emplee para llevar a efecto el apoderamiento (durante), o
con posterioridad al mismo para garantizar su impunidad (des-
pus), han de ser considerados como elementos del tipo robo
con violencia e intimidacin.

94.5. REALIDAD E INTENSIDAD ADECUADA DE LA VIOLENCIA


O INTIMIDACIN. IDONEIDAD DEL MEDIO

La violencia y la intimidacin han de ser ciertas, efectivas y no


imaginadas. Adems los medios empleados para la apropiacin
tienen que tener el grado de intensidad adecuado69 para vencer
la oposicin de la vctima, o para constreirlo a manifestar dn-
de est la especie o no oponer resistencia para que la tome el
delincuente, lo que slo es dable determinar en cada caso. Esto
se desprende del tenor de la frase que emplea el art. 439: cual-
quier otro acto que pueda intimidar o forzar a la manifestacin o
entrega. Pero no debe confundirse la intensidad de la violencia
o intimidacin empleada con su idoneidad; pueden ser inidneas,

69
Para Bustos debe exigirse una determinada gravedad tanto de la violencia
(como mnimo lesin falta del art. 582) como de la intimidacin (slo amenaza
de aquellos hechos delitos o falta comprendidos en el art. 501). Las citas co-
rresponden al antiguo Cdigo Penal espaol (op. cit., p. 208).

201
DERECHO PENAL

como un revlver de fogueo, un artefacto explosivo simulado,


pero que a la vctima le parezcan reales. Lo que interesa es que
afecte a la libertad del sujeto pasivo, que le impida reaccionar en su
defensa coaccionado por el medio.70 Es suficiente que se trate de
comportamientos que sean eficaces para amedrentar o atemori-
zar a la vctima, con independencia de que sean materialmente
adecuados para herir o maltratar a una persona, porque la efica-
cia o aptitud del medio no interesa en este punto.71

95. LA PARTICIPACIN EN EL ROBO CON VIOLENCIA O


INTIMIDACIN

En esta clase de delito pueden darse todas las formas de participacin


criminal, las distintas clases de autora, la complicidad y el encubri-
miento, sin perjuicio de algunas reglas especiales que se comentarn
al analizar las reglas comunes a estos hechos delictivos. El delito de
robo calificado ofrece algunas modalidades que no son de resolucin
pacfica, pero que se estudiarn al comentar ese tipo penal.

96. EL ITER CRIMINIS. CONSUMACIN

Los delitos de robo con violencia e intimidacin son figuras de resul-


tado o materiales, de modo que aceptan todas las formas imperfec-
tas. Para que se consumen tienen que concretarse todos los elementos
objetivos y subjetivos del tipo, y como se trata de delitos complejos, lo
sealado dice relacin tanto con la accin de apropiacin como de
aquella que lesiona los otros bienes jurdicos amparados (vida, salud,
libertad). Por ejemplo, en el robo con homicidio tendrn que darse
todos los requisitos de las dos acciones que lo integran, vale decir
la apropiacin de la cosa ajena como el homicidio de la vctima.

70
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 59; T. S. Vives, op. cit., p. 825.
71
No concuerda con el referido criterio que es mayoritario Jorge Mera,
partiendo de la premisa de que el robo en estudio no es un delito de peligro en
cuanto al atentado a la vida o a la integridad personal, bienes jurdicos que con
los medios inidneos indicados no han podido sufrir detrimento alguno. No le
parece que el simple hecho de la coaccin sea suficiente en cuanto afecta, en
el caso de una apropiacin no consentida, la autodeterminacin de la vctima en
relacin con su patrimonio para transformar el acto en la figura compleja de robo
con violencia o intimidacin en las personas (op. cit., p. 207).

202
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Cuando falta alguno de los actos del autor inherentes a cada uno de
esos hechos o slo a uno de ellos quedar en grado de tentativa. Si
las acciones personales del agente, dirigidas a alcanzar ambos efectos
se terminan, pero el resultado muerte o apropiacin no sobrevino
por causas independientes de la voluntad del actor, el delito quedar
en el grado de frustrado. De suerte que si la apropiacin se logra,
pero el ataque a la libertad, a la vida o a la salud no se alcanza a con-
cretar, o viceversa, no puede reputarse consumado el delito. Esta
modalidad, por su naturaleza objetiva, es comunicable a todos los
participantes, independientemente de que algunos hayan agotado la
parcialidad de la accin que individualmente puede haberles corres-
pondido realizar en la divisin del trabajo, en el caso de la coautora.
Lo mismo se aplica a los instigadores y a los cmplices.
Lo expuesto es sin perjuicio de tener en cuenta que para efec-
tos de la punicin de estos delitos rige el art. 450 inciso primero,
que expresa: Los delitos a que se refiere el prrafo 2 y el artculo
440 del prrafo 3 de este Ttulo se castigarn como consumados
desde que se encuentren en grado de tentativa. Esta disposicin abarca
todas las formas de robo con violencia o intimidacin en las personas, y
no puede menos de ser criticable porque su aplicacin a los casos
concretos da lugar a situaciones inaceptables desde una visin po-
ltica criminal, al obligar imponer sanciones muy graves a compor-
tamientos que no justifican tal reaccin. Habra sido aconsejable
entregar al tribunal la facultad de adoptar esa medida consideran-
do la gravedad de las circunstancias concurrentes.
Se seal que los delitos de robo con violencia o intimidacin
propiamente tales estn integrados por tres tipos diferentes: el
robo simple, el calificado y el cometido por sorpresa. En los p-
rrafos siguientes se analizar cada uno de ellos.

97. EL DELITO DE ROBO SIMPLE CON VIOLENCIA


O INTIMIDACIN

97.1. DESCRIPCIN DEL DELITO

Este delito es la forma bsica del robo con violencia e intimida-


cin, y est descrito por el inciso primero del art. 436: Fuera de
los casos previstos en los artculos precedentes, los robos ejecuta-

203
DERECHO PENAL

dos con violencia o intimidacin en las personas, sern penados con


presidio mayor en sus grados mnimo a mximo, cualquiera que
sea el valor de las especies substradas.
La disposicin es explcita en sealar que el delito de robo
simple tiene un carcter subsidiario, que acepta todas las hip-
tesis de apropiacin realizadas por medio de la violencia o inti-
midacin, salvo aquellas que queden comprendidas en algunos
de los tipos preferentes de este mismo delito sancionados en los
arts. 433 (robo calificado) y 434 (piratera).
El tipo objetivo queda conformado por los elementos que se ex-
plicaron en el prrafo anterior, o sea una accin de apropiacin
y otra de atentado a la libertad, a la integridad fsica o squica
de una persona empleando violencia o intimidacin, conceptos
anteriormente explicitados.
La conducta consiste, de consiguiente, en apropiarse de una
cosa mueble ajena sin la voluntad de su dueo y empleando la
amenaza o la fuerza fsica para atentar en contra de la integridad
personal de la vctima, siempre que este ltimo atentado no su-
pere el lmite de una lesin leve o de mediana gravedad. Si el agente
sobrepasa la referida gravedad del ataque, el hecho se desplaza
como delito al art. 433.
Los bienes jurdicos amparados son la propiedad y la salud; que-
dan excluidos los atentados a la vida y a la libertad por ms de
un da, pues de afectarse alguno de estos dos ltimos el hecho
constituye robo calificado que se analizar a continuacin.
El tipo subjetivo requiere de dolo, que ha de extenderse a
todos los extremos de la conducta; el sujeto tiene que querer
apropiarse de lo ajeno y debe querer emplear la fuerza fsica en
contra de la vctima o coaccionarla sicolgicamente con motivo
de ese apoderamiento. En el terreno subjetivo, el sujeto persigue
primordialmente apoderarse de determinados bienes muebles, o
sea la voluntad de apropiacin es lo predominante, y la voluntad
de atentar a la vida aparece como secundaria, como una conse-
cuencia o circunstancia de la primera voluntad; esta situacin no
debe inducir a error en relacin a la posicin que tiene y debe
tener el legislador, que al sancionar esta figura considera con
igual inters como bienes jurdicos dignos de proteccin tanto
la vida como la propiedad. Una cosa es la subjetividad del delin-
cuente y otra distinta es la lesividad objetiva de su conducta.

204
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La violencia o la intimidacin han de estar relacionadas sub-


jetivamente con la apropiacin o con la impunidad del hecho,
pues de no mediar esa conexin ideolgica esas acciones po-
dran constituir dos delitos independientes: hurto y lesiones (el
individuo que deja sin conocimiento a su contrincante durante
una pendencia, y al verlo en ese estado aprovecha de sustraerle
el dinero que lleva consigo, responde de lesiones y hurto, y no de
robo). La violencia debe ser dolosa, de manera que no constituye
robo con violencia en las personas el dao o lesin fsica que se
cause a la vctima, cuando tal consecuencia es producto de un
caso fortuito o de simple culpa de quien trata de apropiarse de
una cosa ajena, sin perjuicio que por la culpa responda por el
cuasidelito de lesiones separadamente; se dara un caso de con-
curso de delitos.
La pena determinada para el robo simple con violencia o
intimidacin es la de presidio mayor en su grado mnimo a mxi-
mo, cualquiera sea el valor de las especies substradas. La diferencia
de criterio del legislador es ostensible al comparar la penalidad
del delito de hurto con la del robo simple. Para determinar la
de este ltimo se desentendi del valor de los objetos materia de
la sustraccin y aument el rango de la privacin de libertad a
niveles discutibles, superiores al del homicidio simple (art. 391
N 2). Suficiente es preguntarse si parece adecuada una sancin
de cinco aos y un da al sujeto que da un empujn al vendedor
callejero de comestibles y le arrebata unos envases de leche, pena
que tambin se le aplicara si en lugar de la sustraccin lo hubie-
ra matado. Ms aberrante resulta esta sancin al recordar que si
el delito hubiera quedado en grado de tentativa o frustracin,
tampoco podra disminuirse por mandato del art. 450 bis.

98. EL ROBO CALIFICADO CON VIOLENCIA O


INTIMIDACIN EN LAS PERSONAS

98.1. NOCIONES GENERALES

El Cdigo Penal describe esta figura en el art. 433, que expresa:


El culpable de robo con violencia o intimidacin en las personas, sea
que la violencia o la intimidacin tenga lugar antes del robo

205
DERECHO PENAL

para facilitar su ejecucin, en el acto de cometerlo o despus de


cometido para favorecer su impunidad, ser castigado:
1. Con presidio mayor en su grado medio a presidio perpe-
tuo calificado cuando con motivo u ocasin del robo, se cometiere,
adems, homicidio, violacin o alguna de las lesiones comprendidas en
los artculos 395, 396 y 397 N 1.
2. Con presidio mayor en su grado medio a mximo, cuando
las vctimas fueren retenidas bajo rescate o por ms de un da, o se
cometieren lesiones de las que trata el N 2 del artculo 397.
La descripcin que hace el Cdigo del robo calificado es
demasiado amplia y un tanto barroca, pues distingue dos grupos
de hechos (los del N 1 y N 2), y en cada uno de ellos describe
diversas circunstancias que no siempre obedecen a una ideacin
central consistente: vida, libertad sexual, integridad fsica, liber-
tad ambulatoria. En sistemas ms modernos se describe el robo
de manera ms general y se sanciona separadamente la violencia
o intimidacin empleada como medio de ejecucin.
Por lo elevado de las sanciones impuestas, el robo califica-
do (que puede llegar a presidio perpetuo calificado) es una
de las figuras ms graves en nuestro ordenamiento penal,
aunque no todas las hiptesis que considera tienen la misma
relevancia.
Para el estudio de las modalidades de esta clase de robos se
comentar separadamente cada uno de los casos enumerados en
los nmeros 1 y 2 del art. 433, haciendo notar que se explicarn
sus circunstancias particulares, porque todas han de cumplir
con las exigencias objetivas y subjetivas del delito de hurto y las
generales del delito de robo.

98.2. SITUACIONES DESCRITAS EN EL N 1 DEL ART. 433

A. El robo con homicidio

El art. 433 en su N 1 se refiere a este delito con las expresiones


siguientes: cuando, con motivo u ocasin del robo, se cometiere,
adems, homicidio. La descripcin del hecho evidencia que se
trata de un delito complejo, que exige la realizacin de dos he-
chos delictivos: el robo con violencia o intimidacin y el homicidio de

206
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

una persona, los que, indudablemente, deben estar conectados


ideolgicamente.
El robo con homicidio no es un delito calificado por el resultado,
sino un delito complejo, pues el legislador exige que adems del robo
se cometa otro hecho tpico: un homicidio. De modo que es insufi-
ciente que se cause una muerte durante el robo; de ser as, este delito
sera calificado por el resultado. No es efectivo esto ltimo porque el
tipo en estudio exige que se cometa un homicidio, lo que es diverso
al mero causar una muerte que, a veces, podra ser hasta fortuita.
El robo con homicidio plantea varias situaciones cuya solucin
es y ha sido discutible; nos ocuparemos de las siguientes: a) Alcan-
ce de las expresiones con motivo o con ocasin del robo; b) Cualquiera
muerte que tenga lugar durante la comisin del delito le da carc-
ter de robo con homicidio?; c) Si se causa la muerte de ms de una
persona durante la ejecucin del hecho, quedan todas ellas abar-
cadas por el delito de robo con homicidio?, y d) Un parricidio, un
homicidio calificado, quedan o no subsumidos por el delito de
robo con homicidio, o solo el homicidio simple?
A.1. Alcance de las expresiones con motivo o con ocasin del robo. Para
precisar el alcance de estas expresiones hay que tener presente
que la muerte a que se refiere el tipo penal es la causada dolo-
samente, como se expresar en el prrafo signado con la letra
b); si no se comparte ese presupuesto la interpretacin de esas
expresiones puede ser distinta a la que se sealar. Con motivo
importa que tiene que existir una relacin de medio a fin entre
la muerte que se provoca y la apropiacin que persigue el sujeto
activo; subjetivamente el autor ha de considerar la privacin de
la vida de la vctima, como una forma de facilitar o llevar a efec-
to el apoderamiento de la cosa mueble. Entendida la expresin
con motivo en la forma indicada, es posible ampliar el mbito de
un homicidio como elemento del delito de robo, en relacin a
la ejecucin material de ste, en lo temporal, y comprender a
muertes llevadas a cabo con la finalidad de robar, pero realizadas
con antelacin a la accin misma de apoderamiento, aunque con
cierta proximidad a esta ltima (matar al guardia el da anterior
al robo, para asegurar la accin de sustraccin).72

72
Bustos, op. cit., p. 211.

207
DERECHO PENAL

La expresin con ocasin, no obstante las dudas que puede


suscitar, debe entenderse como los homicidios ejecutados no para
concretar el robo, sino mientras se realizaba o inmediatamente de
cumplida la apropiacin y, en este ltimo caso, siempre que sea para
asegurar la impunidad del hecho. La muerte debe estar vinculada
ideolgicamente con el robo y ha de llevarse a cabo dolosamente;
quedan excluidas las muertes accidentales o atribuibles a culpa.
De modo que las voces con motivo y con ocasin hacen
referencia a una muerte dolosa, constitutiva de un homicidio
realizado por el sujeto activo y conectado ideolgicamente con
el robo; con motivo corresponde a una preordinacin delictiva,
donde la muerte aparece programada por lo menos a ttulo
de dolo eventual, que no requiere coetaneidad con el robo,73 en
tanto que s es necesaria esa coetaneidad en la alternativa con
ocasin, porque el homicidio se presenta como circunstancial
a la actividad de apoderamiento, o tambin como medio de ase-
guramiento de la impunidad del hecho. As sucede cuando en
circunstancias de que ya se tienen los bienes muebles objeto de
la accin, se priva de la vida a la vctima porque en esos instantes
logr reconocer a uno de los asaltantes.
A.2. Cualquier clase de muerte de una persona durante la comisin
del delito califica el hecho como robo con homicidio? El punto ha sido
discutido desde hace mucho tiempo, con fundamento en con-
cepciones objetivistas de la responsabilidad penal. Algunos sec-
tores, sobre todo en el pasado, aplicaban el principio del versari y
estimaban que el delincuente que cometa un robo recurriendo
a la violencia, deba responder de todas las consecuencias ma-
teriales de su accin, entre ellas de la muerte, aunque no fuera
atribuible a dolo. Las expresiones empleadas por la disposicin,
con motivo u ocasin del robo, en parte daban sustento a ese criterio;
se afirmaba que era suficiente una muerte accidental para que
se configurara el delito de robo con homicidio.74 Con esa tesis
esta figura se alzaba, en definitiva, como delito calificado por el
resultado, que se sancionaba como tal, con independencia de la
intencin del agente.

73
Bustos, op. cit., p. 211.
74
En ese sentido, Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 820.

208
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

El referido criterio ha sido abandonado; Quintano Ripolls,


entre otros, reaccion precisando que el legislador exiga no una
muerte, sino un homicidio, de manera que no corresponda man-
tener visiones objetivistas que aceptaban un deceso accidental o
culposo como suficientes para conformar un robo con homici-
dio, pues este delito es complejo, o sea est integrado por dos tipos
penales: un robo y un homicidio, y deben cumplirse los elemen-
tos de ambas figuras para darle existencia legal, lo que no sucede
frente a muertes fortuitas o atribuibles a culpa.75 La sealada es
la doctrina que en la actualidad se sustenta por los tribunales,
porque ofrece mejores soluciones en la prctica judicial.76
A.3. Qu tratamiento corresponde dar al robo con resultado de muertes
mltiples. El robo con homicidio no ofrece problema cuando,
junto con la apropiacin, ha fallecido una sola persona, y el tipo
queda satisfecho con ese resultado. Las dudas se suscitan cuando,
con motivo u ocasin del robo, se causa la muerte de ms de una
persona, todos esos decesos quedan consumidos por el delito
nico de robo, o es suficiente una de esas muertes para confor-
marlo y las restantes, cada una, constituye un delito de homicidio
independiente? En este ltimo caso se estara ante un concurso
material de delitos.
La posicin que cuenta con el acuerdo mayoritario de la
doctrina considera que una sola muerte, ms la apropiacin,
colman el tipo delito de robo con homicidio y que, como con-
secuencia, las dems muertes causadas han de constituir delitos
de homicidio independientes. Esta doctrina responde a la finali-
dad histrica de la existencia del delito de robo con homicidio,
que es sancionar con ms severidad un hecho de tanta gravedad
como es matar con motivo de la apropiacin de bienes mue-
bles, que al estar ubicado entre los delitos contra la propiedad
permite, para efectos de la reincidencia, considerar no slo los
atentados a la vida anteriores, sino tambin los delitos contra
el patrimonio cometidos en el pasado por el autor.77 El objetivo
de unificar ambos hechos jurdicamente persigue imponer una

75
Quintano Ripolls, op. cit., p. 316.
76
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 339; T. S. Vives, op. cit., pp. 836 y ss.; Bajo
Fernndez, op. cit., p. 6; Bustos, op. cit., p. 210.
77
Bajo Fernndez, op. cit., p. 69.

209
DERECHO PENAL

sancin ms grave que la de un homicidio ms un robo, cuando


la muerte ha sido causada con ocasin de ese robo, porque esa
conducta presenta un mayor injusto. De consiguiente, un nico
deceso constituye el presupuesto del tipo penal; si se provocan
otros deben ser sancionados independientemente, como un
concurso material entre un robo con homicidio y homicidio
simple, calificado o parricidio, segn las circunstancias; de no
ser as el sujeto activo podra resultar favorecido, y no ha sido
se el espritu de la norma.
Esta posicin no es compartida por sectores doctrinarios na-
cionales, que estiman que la apropiacin constituye el ncleo del
delito, de manera que la pluralidad de homicidio es insuficiente
para multiplicar el delito, y lo que hacen es confirmar el tipo
penal;78 se tratara de una tipicidad reforzada.
A.4. El robo con homicidio consume el parricidio o el homicidio califi-
cado cometido con motivo o con ocasin de aquel delito? El sealado es
otro punto complejo y donde las opiniones no son compartidas.
La ratio legis del art. 433 no parece haber pretendido compren-
der el parricidio y el homicidio calificado como posibles hiptesis
del robo con homicidio, sino limitarlo al homicidio simple. Como
se ha expresado con anterioridad, la finalidad de la disposicin
es agravar la responsabilidad del autor ms all del homicidio
mismo y del robo; eso explica la alta penalidad del tipo penal
en referencia. Resulta evidente que el parricidio (art. 390) tiene
una sancin extremadamente grave y otro tanto sucede con el
homicidio calificado (art. 391 N 1), muy distanciadas de la que
corresponde al homicidio simple. Si se pretende comprender
aqullos en el tipo penal robo con homicidio podra el delin-
cuente salir favorecido en definitiva, lo que no est en el sentido
de los tipos en juego. Lo comentado inclina a sostener que slo
puede integrar el delito de robo el homicidio simple, si con
motivo u ocasin del apoderamiento se comete parricidio u
homicidio calificado, se enfrenta una hiptesis de concurso real
entre estos delitos y el de robo con violencia, que corresponde-
ra sancionar de acuerdo con el art. 75, siempre que se diera la
relacin de medio a fin all sealada.

78
Labatut, D.P., t. II, p. 220; Etcheberry, D.P., t. III, p. 341.

210
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

En nuestro pas hay opiniones disidentes sobre este punto,


que se fundamentan en el hecho de que el legislador nacional no
hizo diferencia en cuanto a la denominacin de los delitos, entre
parricidio, homicidio calificado y simple, porque todos fueron
tratados en el prrafo Del homicidio (Ttulo VIII, prrafo I) y
por lo tanto todos quedaran abarcados por el robo con homi-
cidio.79 Dentro de esta postura hay variantes, como Etcheberry,
que comparte la opinin recin sealada respecto del delito de
homicidio calificado, considerando adems que el art. 456 bis
hace expresa aplicacin al delito de robo de las agravantes de
alevosa (N 1 del art. 12) y premeditacin (N 5 del art. 12),
que al ser dos de las calificantes del homicidio, marginara el
homicidio calificado, porque el desvalor de esta figura quedara
consumido por el robo con homicidio agravado, razonamiento
que no resulta convincente. Este mismo autor concuerda en
excluir el parricidio del robo con homicidio, para lo cual toma
en cuenta que la penalidad del parricidio es ms alta que la del
homicidio y que la ley penal lo denomin expresamente con el
nombre de parricidio, diverso entonces al de homicidio, y es a
estos ltimos a los que se refiere el art. 433.80
A.5. Consideraciones sobre el tipo objetivo y subjetivo en el robo con homi-
cidio. Al iniciar el anlisis sobre los delitos de robo se seal que
deben cumplir con las condiciones generales inherentes al delito
de hurto, porque es un delito de apropiacin; no obstante que
eso es plenamente aplicable al de robo con homicidio, es con-
veniente precisar en qu consiste la accin, tanto en su aspecto
objetivo como subjetivo.
El tipo objetivo de esta figura penal, dada su naturaleza com-
pleja, requiere de una actividad de apoderamiento de la cosa
mueble ajena y de la provocacin de la muerte de una persona
con motivo u ocasin de ese apoderamiento. Esto significa que
subjetivamente el sujeto activo debe actuar con dolo, que ha de
extenderse tanto a la accin de apropiacin como a la de homici-
dio, que en la alternativa de cometerse la muerte con motivo de la
accin de robo, necesariamente supone una determinacin pre-

79
Esta tesis la sostiene Labatut, D.P., t. II, p. 209.
80
Etcheberry, D.P., t. III, p. 340.

211
DERECHO PENAL

via, aunque sea condicionada (si encuentro un guardia lo mato),


el dolo de homicidio generalmente deber ser directo. El eventual
normalmente podr presentarse cuando el homicidio se produ-
ce con ocasin del robo. Hay que destacar, de consiguiente, que
en este delito tiene que haber dolo de apropiarse de la especie,
con iguales caractersticas a las sealadas para el delito de hurto,
y dolo de matar, con las condiciones precisadas al comentar el
delito de homicidio, y que entre ambos debe existir una relacin
ideolgica: se comete la muerte para lograr la apropiacin (con
motivo), con oportunidad de la apropiacin o para asegurar
la impunidad (con ocasin), como sucede cuando el ladrn,
despus de arrebatar la especie a la vctima, la hiere mientras
aqulla lo persigue. No existe esa conexin, por ejemplo, cuan-
do el sujeto, impulsado por la ira, durante una discusin mata
a su opositor, y cuando ya lo ha hecho repara en el reloj y anillo
valiosos que ste tiene, y procede a llevrselos.81
Respecto de la consumacin del delito y sus grados imperfectos,
rigen los principios generales que se sealaron en el prrafo
respectivo sobre el punto.82
A.6. La participacin en el robo con homicidio. En el robo con ho-
micidio puede intervenir ms de una persona, caso en el cual
procede preguntarse si todos responden de robo con homicidio
cuando uno solo caus la muerte de la vctima, en la cual los
restantes pueden no haber tenido intervencin material. En rea-
lidad no puede resolverse este punto con fundamento en meros
aspectos de orden naturalstico, porque el concepto de delito es
normativo y las reglas que lo rigen tambin lo son.
Cuando el homicidio se ha cometido con motivo del robo,
significa que ha mediado una preordenacin en la perpetracin
del hecho; si ste se ha cometido en coautora significa que to-
dos actuaron concertados, de modo que la circunstancia de que
uno solo de los coautores haya provocado la muerte no modifica
la naturaleza colectiva de la actividad y, de consiguiente, todos
responden de robo con homicidio. Si la muerte se concret con
ocasin del robo, las circunstancias pueden variar, porque en esta

81
Muoz Conde, op. cit., p. 213.
82
Vase supra, prrafo N 96.

212
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

alternativa no habra una voluntad en ninguno de los intervi-


nientes de causar el deceso; en esta alternativa slo responderan
de robo con homicidio junto con aquellos que materialmente lo
cometieron, los que subjetivamente tambin participaron en esa
muerte, sea avalando tal accin o concurriendo a fortalecerla, no
as el resto de los delincuentes, que respondern exclusivamente
de robo con violencia. En sntesis, debe aplicarse el principio de
que cada sujeto responder de su propio dolo, de su culpabili-
dad.

B. El robo con violacin


Como segunda alternativa del robo calificado, el N 1 del art. 433
considera al que adems comete violacin. Como el robo califica-
do es un delito complejo, el sujeto activo debe realizar dos accio-
nes tpicas, una apropiacin con violencia o intimidacin y una
violacin, y esta ltima tiene que ser un complemento o agrega-
do a la accin de apropiacin, y no al revs, el delincuente en
esta figura penal debe perseguir aduearse de una cosa ajena y
con ocasin de esa apropiacin cometer el delito de violacin.
Respecto de esta figura es conveniente aclarar varios aspectos:
a) El art. 433 en su nmero primero seala que la violacin
puede cometerse con motivo o con ocasin del robo; pero dada la
naturaleza del primer delito la violacin es obvio que no pue-
de llevarse a cabo para cometer la apropiacin, o sea con motivo
de ella segn la expresin del precepto, de suerte que slo ser
posible que se abuse sexualmente de una persona con ocasin
del atentado a la propiedad. Por esa razn, y sin perjuicio de las
serias crticas que la doctrina hace a esta figura como tal, por
carecer de justificacin desde una perspectiva criminolgica, en
legislaciones como la espaola se hace referencia a la violacin
que acompaa al delito de robo,83 pues no existe, ni puede existir,
una conexin tpica entre ambos hechos.
Si bien de lege ferenda ha sido objeto de reparos tericos la
mantencin de esta figura como nica y compleja, razones de
poltica criminal permiten que an subsista, ya que importa dos
graves atentados, uno a la libertad sexual de la vctima y otro en

83
T. S. Vives, op. cit., p. 842.

213
DERECHO PENAL

contra de su patrimonio, que desgraciadamente son realizados


conjuntamente con demasiada frecuencia en la realidad social,
lo que histricamente ha justificado una reaccin punitiva excep-
cionalmente drstica.84
b) Para que se presente el tipo robo con violacin deben
cometerse ambos delitos, el robo y la violacin, con todas sus
exigencias tpicas. En particular en lo referente a la fuerza o
intimidacin que deben concurrir tanto para efectos del apode-
ramiento de la cosa mueble como para abusar sexualmente de
la vctima, salvo la hiptesis a la que se aludir a continuacin.
Como no es posible que exista una conexin ideolgica entre
esos hechos en atencin a su identidad y naturaleza, debe haber
coetaneidad entre ambas ejecuciones en el mbito temporal. Si bien
la violacin puede llevarse a efecto antes, durante o despus
de los actos de apropiacin, necesariamente tiene que ser muy
prxima a sta para que el delito complejo se presente.
El acometimiento o coaccin son dobles en este delito, porque
en la apropiacin del bien ajeno debe emplearse violencia o
intimidacin, y para tener el concbito con la persona afectada,
sea o no el o la duea de la especie, el delincuente tiene a su vez
que recurrir a la violencia o intimidacin.
De consiguiente, si no se emplea fuerza o intimidacin en
contra de una persona mayor de catorce aos para mantener
una vinculacin carnal con ocasin de la comisin de un robo,
slo habr delito de robo con violencia. Otro tanto sucede si la
violacin se ejecuta temporalmente alejada de la apropiacin,
cada hecho en ocasiones diferentes; en esta alternativa simple-
mente se est ante un concurso real de robo con violencia y
violacin.
c) Hasta hace poco tiempo en nuestro sistema slo era posible
violar a una mujer por va vaginal, porque el delito de violacin
consista en yacer con una mujer, y por tal se entenda el coito
vaginal. Las modificaciones que se hicieron al Cdigo Penal, a los
delitos contra la libertad sexual por la Ley N 19.617, de 12 de julio
de 1999, cambiaron el referido sistema. En efecto, conforme a los
arts. 361 y 362 pueden ser vctimas de un delito de violacin una

84
Bajo Fernndez, op. cit., p. 82.

214
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

mujer o un hombre indistintamente, por va anal, vaginal o bucal.


Si la vctima es mayor de catorce aos de edad debe concurrir
alguna de las circunstancias indicadas en la primera disposicin
citada (fuerza o intimidacin, privacin de sentido o trastorno
mental); si es menor de esa edad, no son necesarias esas circuns-
tancias para que haya violacin; hay delito aunque la relacin sea
voluntariamente aceptada por el menor. En la actualidad, por lo
tanto, un varn puede ser vctima de un robo con violacin.
d) La vctima del robo puede ser una persona distinta a la
que es objeto de la violacin, siempre que esta ltima accin sea
realizada con ocasin y en momentos inmediatos al apodera-
miento del bien mueble.85
e) Si en el robo se cometen varias violaciones, la situacin
ser semejante a la que se coment con motivo del robo con ho-
micidio. Al igual como se indic en aquella oportunidad, con un
solo abuso sexual se conforma el delito de robo con violacin; las
otras violaciones constituyen delitos independientes que deben
ser castigados en concurso material o real con aqul.86
f) En caso de ser varios los que cometieron el robo y slo uno o
algunos de ellos la violacin, responder cada uno de su dolo, esto
es de robo con violacin el que realiz la actividad sexual forzada o
ilcita y aquellos que fsica o moralmente colaboraron a esa ejecu-
cin. Los que no tuvieron ningn tipo de intervencin en el abuso
sexual sern responsables de robo con violencia exclusivamente.

C. Robo con lesiones gravsimas o con mutilacin


En el N 1 del art. 433 se alude a dos situaciones, la primera a
las lesiones denominadas gravsimas, que estn descritas en el
art. 397 N 1 (demencia, inutilidad para el trabajo, privacin
de rgano importante, notablemente deforme) y que tiene una
sancin semejante a la del homicidio. La segunda situacin se
refiere a las mutilaciones, tratadas en los arts. 395 (castracin)
y 396 (mutilacin de miembro ms y menos importante). La
incorporacin de las mutilaciones de miembro importante y
menos importante dentro del N 1 del art. 433 merece reservas;

85
Etcheberry, D.P., t. III, p. 344.
86
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 83.

215
DERECHO PENAL

parecera ms apropiado haberlas ubicado en el N 2, dejando


slo la castracin y las lesiones gravsimas en el N 1, en razn
de la penalidad de estos delitos, que evidencian una diferente
valoracin sobre su gravedad.
El tipo subjetivo no ofrece modalidades especiales, salvo
respecto de las mutilaciones, que exigen dolo directo, que en
principio no sera necesario en las lesiones gravsimas, que se sa-
tisfacen con dolo eventual.87 Las lesiones causadas culposamente
quedan excluidas, ms an las fortuitas, por las razones que se
sealaron al analizar el robo con homicidio y, adems, porque
al hacer referencia el art. 433 a los arts. 395, 396 y 397 se est
aludiendo a los delitos all descritos que requieren de dolo, y
no a los culposos descritos en el art. 490.
Las mutilaciones como las lesiones comprendidas en el N 1
del art. 433 podran cometerse tanto por accin como por omi-
sin, porque la disposicin al mencionar las lesiones alude al tipo
penal respectivo, que puede perfeccionarse tanto por una accin
como por una omisin.

98.3. PENA QUE CORRESPONDE AL ROBO CALIFICADO DESCRITO EN EL


N 1 DEL ART. 433

Las tres hiptesis comentadas en los prrafos anteriores confor-


man el delito de robo calificado que tiene la sancin ms drstica
entre los que protegen la propiedad. En efecto, el precepto esta-
blece la pena de presidio mayor en su grado medio a muerte.

98.4. SITUACIONES DE ROBO CALIFICADO DESCRITAS EN EL N 2


DEL ART. 433

A continuacin se comentarn los dos ltimos casos de robo ca-


lificado, que estn tratados en el N 2 del art. 433, o sea el robo
con retencin de personas y el robo con lesiones del N 2 del
art. 397.

87
Etcheberry, D.P., t. III, p. 344.

216
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

A. Robo con retencin de personas


Constituye robo calificado aquel que se comete con retencin de
personas bajo rescate o por ms de un da. Curiosamente el legislador
no exigi en este caso que la retencin fuera con motivo u oca-
sin del robo, pero debe concluirse que va subentendida dicha
exigencia; no se visualiza razn para que en este caso rigiera un
criterio diferente.
La presente modalidad de robo constituye, como en las hip-
tesis analizadas con anterioridad, un delito complejo, por cuanto
retener personas es privarlas de su libertad ambulatoria, y dejarlas
sujetas a la voluntad de sus captores,88 lo que en el hecho puede
dar lugar a un delito de secuestro, de detencin ilegtima y aun,
tratndose de menores, de sustraccin de menores. De modo que
fuera del robo, debe privarse de libertad a una o ms personas con
motivo o a consecuencia de la accin de apoderamiento.
La retencin puede ofrecer dos modalidades: a) privar de
libertad a una o ms personas exigiendo rescate o b) mantenien-
do esa retencin por ms de un da. En general, este precepto
alude a la frecuente prctica de tomar rehenes para asegurar
la impunidad del hecho, lo que ha llevado al legislador a dar
un tratamiento ms estricto a esta forma de cometer el delito
contra la propiedad.
La voz rescate tiene un alcance normativo: cualquier bene-
ficio vinculado con el delito de robo, sean medios materiales
para facilitar la huida, sumas de dinero, o beneficios de otro
orden, siempre que sean susceptibles de apreciacin pecuniaria.
En todo caso, para que este tipo de robo se presente tiene que
existir, de manera independiente a la exigencia de rescate, una
apropiacin de cosa mueble; al no existir esta ltima faltara la
actividad fundamental para la existencia del delito. Es suficiente
que se retenga a una persona exigiendo el rescate, no es necesa-
rio que el delincuente alcance xito en su pretensin, de modo
que si no se paga lo que exige para la liberacin del o de los
rehenes, el tipo robo con retencin opera.
La segunda hiptesis supone la retencin de personas, pero
es necesario que la privacin de libertad a la que queden sujetas

88
T. S. Vives, op. cit., p. 845.

217
DERECHO PENAL

dure ms de un da. Esta exigencia se explica porque lo frecuen-


te en estos delitos ser que, por lo menos unos momentos, la vc-
tima y dems afectados queden privados de su libertad material,
pero mantenerlos en tales condiciones por ms de un da es algo
excesivo que motiva el agravamiento del hecho. En la alternativa
de que el retenido fuese un menor, podra presentarse un pro-
blema de concurso con el delito de sustraccin de menores, san-
cionado en el art. 142 con una pena ms grave que la asignada
al delito de robo con retencin de persona, y cuyo desvalor no
parece quedar comprendido en el N 2 del art. 433.

B. Delito de robo con lesiones simplemente graves

La segunda modalidad de robo calificado que considera el N 2


del art. 433 se presenta cuando con motivo u ocasin del mismo se
causan lesiones simplemente graves, que son aquellas que provo-
can una enfermedad o incapacidad para trabajar por un lapso su-
perior a treinta das (art. 397 N 2). Estas lesiones deben inferirse
hiriendo, golpeando o maltratando de obra a la persona afectada,
pero tambin comprende a aquellas que se infieran recurriendo a
los medios sealados en el art. 398, o sea suministrando a sabien-
das substancias o bebidas nocivas y aun abusando de su flaqueza
de espritu. Se hace alusin exclusiva a las lesiones dolosas, quedan
marginadas las atribuibles a culpa, sin perjuicio de que se sancio-
nen separadamente en concurso real con el robo.89

Pena que corresponde al robo calificado descrito en el N 2 del


art. 433
La sancin que el precepto determina es menos rigorosa que
la sealada para el robo calificado en el N 1 de la disposicin
citada; le corresponde la de presidio mayor en su grado medio
a mximo. Como se puede observar, el grado base de la pena es
igual en ambos casos presidio menor en su grado medio, pero el
mximo sufre una evidente disminucin. Sin perjuicio de lo ano-
tado, la reaccin penal en esta figura merece las mismas reservas
que se insinuaron al tratar la situacin del N 1 del art. 433.90

89
Cfr. Bustos, op. cit., p. 212; Etcheberry, D.P., t. III, p. 345.
90
Vase supra, prrafo N 93.1.

218
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

El delito de robo por sorpresa


99. DESCRIPCIN DEL DELITO

Este tipo penal se encuentra descrito por el art. 436, inciso se-
gundo, en los siguientes trminos: Se considerar como robo y se
castigar con la pena de presidio menor en sus grados medio a
mximo, la apropiacin de dinero u otras especies que los ofendidos
lleven consigo, cuando se proceda por sorpresa o aparentando rias
en lugares de concurrencia o haciendo otras maniobras dirigidas a
causar agolpamiento o confusin.
La disposicin crea un tipo penal que tiene caractersticas
muy especiales; se trata de una figura intermedia entre el hurto
y el robo, porque en su comisin no concurre la violencia en el
concepto que de ella se tiene en el robo con violencia y, de otro
lado, tampoco se da la clandestinidad normalmente inherente
al hurto. Jurdicamente constituye un tipo puente entre esos dos
extremos. Su mantencin en el sistema penal resulta discutible
desde una visin poltica criminal y aun sistemtica. El legislador
demostr cierta duda al establecerlo, al partir expresando que se
consideraba robo la conducta all descrita, lo que involucra que no
reconoce que sea en realidad robo, slo lo asimila a esa figura.
El tipo penal tiene que cumplir con todas las condiciones
objetivas y subjetivas inherentes al delito de hurto, sin perjuicio
de que presente modalidades especiales en dos aspectos: el ob-
jeto material de la accin y las modalidades de ejecucin de esta
ltima.

100. OBJETO MATERIAL DE LA ACCIN

Se debe recordar que el delito de robo, al igual que el de hurto,


puede tener como objeto material slo cosas muebles corporales
de valor apreciable en dinero, y puede ser de cualquiera natura-
leza y encontrarse en cualquier lugar, siempre que cumpla con
los caracteres preindicados. En el delito de robo por sorpresa la
accin slo puede recaer sobre el dinero y dems especies mue-
bles que la vctima lleve consigo. El robo por sorpresa se caracteriza
entonces porque la accin expropiadora del agente se ejerce

219
DERECHO PENAL

directamente sobre la persona de la vctima, pues las especies


sustradas las debe tener consigo el sujeto pasivo.
Pero no es necesario que la vctima sujete o tenga en sus ma-
nos la cosa sustrada, es suficiente que la lleve sobre s, o en sus
ropas, o puede encontrarse a su disposicin en condiciones de
que en cualquier momento las vuelva a tomar, como sucede con
el que deja su sombrero en el mesn de la oficina del banco para
firmar un cheque, circunstancia que aprovecha el delincuente
para sorprenderlo llevndoselo. Como bien seala Etcheberry,
llevar consigo puede consistir en tener algo puesto, como la ropa, o
guardarlo sobre la propia persona o en los bolsillos de la ropa, o
tenerlo cogido, como un portadocumentos o una maleta.91

101. MODALIDADES DE EJECUCIN DE LA ACCIN

La actividad de apoderamiento de la cosa ajena, para que quede


subsumida en el tipo robo por sorpresa, debe adoptar determi-
nadas modalidades que el art. 436 describe taxativamente. La
accin de sustraccin, como se adelant, es semejante a la del
hurto si bien no es totalmente clandestina y puede acercarse a
la violencia propia del robo, aunque no alcance la intensidad ne-
cesaria para constituirla. Por ello se considera que es un tipo que
est en el lmite superior del hurto y en el inferior del robo.
Las modalidades de las conductas descritas por el inciso se-
gundo del art. 436 cumplen con las modalidades anotadas, y son
las siguientes: a) por sorpresa, b) aparentando ria en lugares de
concurrencia y c) haciendo otras maniobras destinadas a causar
agolpamiento o confusin.

A. La sorpresa
Consiste en obrar sobre la vctima cuando est desprevenida, de
manera que no logre reaccionar con la rapidez que la situacin
amerita. (La mujer que, con su cartera al brazo, distradamente
lee un diario mural, circunstancia que aprovecha el ladrn para
arrebatarle el bolso que lleva y darse a la fuga.) El delincuente, en

91
Etcheberry, D.P., t. III, p. 346.

220
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

estas hiptesis, sobrepasa en su actividad el lmite de clandestinidad


propia del delito de hurto cuando realiza el apoderamiento, pero
su actuar no alcanza la intensidad de la violencia requerida por
el delito de robo con violencia. Hay uso de cierta fuerza, pero no
aquella necesaria para calificarla como agresin fsica en su alcance
normativo. Lo mismo sucede con el tirn necesario para arrancar el
collar del cuello de la vctima o el maletn desde su brazo.
La sorpresa radica en la posicin de desaprensin en que se
encuentra la persona objeto del delito, que le impide proteger
sus pertenencias en el momento en que le son arrebatadas, po-
sicin que el delincuente simplemente se limita a aprovechar y
que otras veces l mismo promueve (el individuo que simula un
desmayo y cuando la vctima se acerca para auxiliarlo le arrebata
los anteojos que usa).

B. Aparentando rias en lugares de concurrencia


La sealada es otra forma de cometer el delito de robo por sor-
presa. Consiste en simular el delincuente una ria que en rea-
lidad no existe en un lugar donde haya posibilidad de pblico
que la observe o preste atencin, circunstancia que aprovecha
otro delincuente para sustraer subrepticiamente las cosas que
lleve consigo la concurrencia; esta modalidad supone la partici-
pacin de varios sujetos.
Por ria se entiende una pendencia o reyerta en que intervie-
nen varias personas, que en este caso debe ser simulada; esto ltimo
es fundamental para que el hecho pueda adecuarse al delito de
robo. Si el ladrn se limita a sustraer especies de las personas que
observan una ria real, comete simplemente hurto y no robo.
Las caractersticas de esta clase de robo, que a su vez lo dife-
rencian de la hiptesis comentada en la letra a), son las siguientes:
primero, el delito tiene que ser cometido por ms de una persona
en coautora, pues unas deben aparentar que estn peleando en
tanto otra u otras se apoderan de las especies de los que los ob-
servan. Segundo, la sustraccin de las especies a los transentes es
clandestina, no se recurre a fuerza de ninguna clase, tampoco a
la sorpresa, sino que se aprovecha la distraccin de las vctimas, se
emplea el esfuerzo mnimo necesario para sacar o tomar las cosas
que stas llevan consigo sin que se den cuenta de ello.

221
DERECHO PENAL

C. Haciendo otras maniobras dirigidas a causar agolpamiento o


confusin

La tercera manera de cometer el delito de robo por sorpresa


tiene cierta semejanza con la situacin expuesta en la letra b).
Normalmente requerir la intervencin de varios sujetos previa-
mente concertados, aunque podra, de manera excepcional, ser
un delincuente solitario. Se trata de crear situaciones de agolpa-
miento o de simple confusin, que involucren desorden, dirigido
a distraer a las vctimas a las cuales enseguida se les sustraen clan-
destinamente las cosas que tienen consigo. El agolpamiento pue-
de ser simulado o verdaderamente creado por el autor. Como en
el caso anterior, no comete robo el sujeto que aprovechndose
de una situacin de real confusin no creada por l procede a
apoderarse de lo ajeno; en este caso slo responder de hurto.

102. SANCIN QUE CORRESPONDE AL ROBO POR SORPRESA

Esta figura se presenta como intermedia entre el hurto y el robo


con violencia; sin embargo, el legislador la trat entre las de robo.
Es probable que por esa razn no haya seguido el criterio que
tuvo para castigar el delito de hurto que, como se recordar, la
determinacin de su pena depende del valor de las especies que
se sustrajeron. En el robo por sorpresa la pena est establecida sin
considerar la cuanta del perjuicio causado a la vctima; cualquiera
sea el monto afectado, corresponde imponer la pena nica de pre-
sidio menor en su grado medio a mximo, sin multa, a diferencia
del delito de hurto, que aunque de menor gravedad s la tiene.

103. FIGURAS ESPECIALES DESCRITAS ENTRE LOS DELITOS


DE ROBO CON VIOLENCIA O INTIMIDACIN

103.1. LA PIRATERA

Es el art. 434 el que la describe: Los que cometieren actos de


piratera sern castigados con la pena de presidio mayor en su
grado mnimo a presidio perpetuo.

222
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Es una figura que tiene un carcter histrico y que en otras


legislaciones ha sido eliminada de los delitos que afectan a la
propiedad. La Comisin Redactora en un comienzo consider,
a iniciativa de Alejandro Reyes, miembro de la misma, que este
delito deba reglarse entre aquellos que atentan contra la segu-
ridad pblica del Estado.92
En definitiva, la Comisin Redactora lo ubic entre los tipos
de robo, en el prrafo 2, considerando que este delito no es por
lo general sino una especie de robo cometido en el mar, atacando
sin que medie un estado regular de guerra. En ese entendido, en
el art. 437 del Proyecto de la Comisin, hizo aplicable la pena del
delito de robo en todo caso a los piratas.93
No es fcil precisar la nocin de este delito, y no deja de ser
curioso que la Comisin prefiri castigar al pirata, por ser tal y no
por los actos que comete, pero felizmente la Ley N 13.303, de 31 de
marzo de 1959, modific el texto del art. 434 y volvi al camino acer-
tado de reprimir las acciones de piratera y no a las personas por el
hecho de dedicarse a esa actividad ilcita. En el sistema nacional
la piratera, que era un delito de peligro, en virtud de la modifi-
cacin pas a convertirse en delito de lesin o resultado.94
El problema se suscita en precisar qu es lo que para los
efectos normativos represivos ha de entenderse por actos de
piratera; no es una nocin que se encuentre determinada en
su alcance en el art. 434, y tampoco se suministran criterios para
establecerlo. Carrara sostuvo que la piratera depende de los crite-
rios poltico-criminales que se tengan. Si se producan muertes se
estara ante un latrocinio; observado desde el derecho de gentes
la piratera se consumaba por el solo hecho de artillar una nave
para dedicarla a esos actos depredatorios; pero tambin podra
considerarse como un hurto calificado por el medio o lugar de
ejecucin (el mar).95 En este ltimo caso, como bien expresa So-
ler, el sujeto que sustrae en un buque el reloj a un pasajero, sin
ms violencia que las propias al robo comn cometera piratera,
cuando en realidad se trata de un robo; por ello concluye que

92
Acta de la Comisin Redactora N 26, de 27 de marzo de 1871.
93
Acta de la Comisin Redactora N 164, de 2 de julio de 1873.
94
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 349.
95
Carrara, op. cit., t. 6, p. 185, prrafo 2149.

223
DERECHO PENAL

pirata es aquel que recorre los mares en un bajel armado para


cometer actos de depredacin o violencia por propia autoridad.96
Quintano Ripolls, siguiendo a Travers, califica como piratera
el acto de violencia perpetrado a mano armada en el mar por
expediciones provenientes del mar.97 Labatut estima que son
ladrones de mar, que salen en buque armado y sin bandera a
asaltar otros buques o pueblos costeros.98
Si bien en la actualidad ofrece poco inters, conviene dife-
renciar al pirata del corsario, porque as se precisa el alcance de
la norma. Este ltimo es el sujeto que con una nave realiza actos
de piratera en favor de un pas determinado, facultado expresa-
mente por ese Estado, generalmente en casos de conflicto blico
con otras naciones; en tanto que el pirata realiza esa actividad
por cuenta y beneficio propio. El corsario como actividad ha sido
abandonado en nuestra poca y carece de reconocimiento en el
derecho internacional.
La pena que corresponde a los actos de piratera es elevada pre-
sidio mayor en su grado mnimo a presidio perpetuo, pero es
inferior a la del robo calificado.

103.2. DELITO DE EXTORSIN

a) Concepto del delito. Bien jurdico protegido


Esta figura especial se describe en el art. 438, que expresa: El que
para defraudar a otro le obligare con violencia o intimidacin a
suscribir, otorgar o entregar un instrumento pblico o privado que
importe una obligacin estimable en dinero, ser castigado, como
culpable de robo, con las penas respectivamente sealadas en
este prrafo.
El delito de extorsin, en la forma como est descrito en el
Cdigo, suscita dudas en cuanto a su ubicacin entre los robos;
su enunciado comienza sealando que lo perseguido por el
agente es defraudar, lo que podra proyectar el hecho al campo

96
Soler, op. cit., t. IV, p. 580.
97
Quintano Ripolls, op. cit., t. 2, p. 13.
98
Labatut, D.P., t. II, p. 222.

224
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

de los fraudes. Pero cualquiera sea el criterio que se tenga sobre


el punto, lo concreto es que el legislador lo calific como una
modalidad de los delitos de robo.
Sectores de la doctrina estiman que tambin presentan dife-
rencia, en cuanto al bien jurdico que protegen, los delitos de
robo y hurto. Se afirma que si bien la extorsin ampara la propie-
dad, no es en relacin al derecho referido a un bien determina-
do mueble, sino de actos que atentan al patrimonio en general,
como el reconocimiento de una deuda, o la extincin de ella.99
Adems, a diferencia del robo y el hurto, en la extorsin pueden
resultar comprometidos no slo bienes muebles, sino tambin in-
muebles,100 segn sea la naturaleza del contenido del documento
objeto material del delito, por cuanto el documento en s mismo
carece de valor o tiene uno que es mnimo.

b) El tipo objetivo del delito


La conducta prohibida consiste en obligar a otra persona median-
te la violencia o la intimidacin a que suscriba, otorgue o entregue un
documento. El documento puede ser pblico o privado, pero en
todo caso ha de importar una obligacin estimable en dinero.
Es til comentar cada uno de estos elementos del tipo objetivo.
El sujeto activo, que puede ser cualquiera persona, porque la
extorsin es un delito comn, obliga a la vctima a que realice al-
guna de las tres acciones antes indicadas. Suscribir un documento
supone que el delincuente le presenta al extorsionado un instru-
mento escrito; la voz instrumento hace referencia a algo escritura-
do, manera como generalmente se constituyen las obligaciones;
la vctima se limitar a suscribirlo. Otorgarlo es una forma distinta
de actuar; en este caso el extorsionado debe l mismo extender
el documento segn las instrucciones que le d el delincuente.
Entregar un instrumento significa que ste tiene existencia previa
en su integridad, y lo nico que persigue el agente es apoderarse
del mismo; esta modalidad presenta ms similitud con el robo
que las otras formas de extorsionar; lo perseguido en este caso
es exactamente el apoderamiento de una cosa ajena, lo que no

99
Bustos, op. cit., p. 215.
100
Muoz Conde, op. cit., p. 223.

225
DERECHO PENAL

sucede en las otras dos alternativas que se dirigen a lograr la


creacin de un documento inexistente hasta ese momento o, por
lo menos, a completarlo; en estos dos casos la diferencia de este
delito con el robo es ms notoria.
El objeto material de la accin necesariamente tiene que ser
un instrumento, la actividad del extorsionador, como objetivo
inmediato persigue la entrega del instrumento preexistente o la
confeccin de uno inexistente y su entrega posterior. No se trata
de cualquier documento, sino de uno que importe una obligacin
apreciable en dinero, como podra ser un pagar o el finiquito de
una deuda. De manera que la entrega de una carta privada, de
una poesa, de un pensamiento, o la suscripcin de un autgrafo,
aunque sean obtenidos con violencia, no constituyen extorsin,
sin perjuicio de que puedan conformar otro tipo penal. Como se
seal precedentemente, existe la posibilidad de comprometer
un inmueble en la extorsin, porque el documento puede con-
sistir en una escritura pblica donde se transfiere un bien raz.
La extorsin se extiende a los documentos pblicos y a los privados,
ambas categoras quedan comprendidas por el art. 438; el alcan-
ce que se debe otorgar a esas expresiones es el que se seal al
comentar los delitos de falsedad.101
La accin del extorsionador se caracteriza por la exigencia de
que se le entregue o extienda un documento ejerciendo la violen-
cia o la intimidacin en contra de una persona. Ambos medios han
sido explicados ampliamente al comentar el delito de robo en los
prrafos precedentes, los que aqu se dan por reproducidos.

c) El tipo subjetivo
La extorsin requiere de dolo, que por la naturaleza del delito
debe ser directo, porque tiene que abarcar todos los extremos
del tipo objetivo antes descrito, esta exigencia margina en la
extorsin la posibilidad de dolo eventual. Adems requiere de
un elemento subjetivo, el mvil de defraudar; es necesario que el
agente al accionar en contra de la vctima, lo haga con el nimo
de causar un perjuicio en el patrimonio de aquella. Es suficiente
que el autor acte con ese mvil, pero no se requiere para la con-

101
Vase supra prrafos Nos 27 y 28.

226
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

sumacin del delito que ese perjuicio se concrete, el tipo penal


establece que debe actuarse con nimo de defraudar, no que el
perjuicio se materialice.102
Sectores de la doctrina sostienen, con razn, que debe mediar
subjetivamente, adems del dolo y el nimo de defraudar, el nimo
de lucrar en el agente, porque el art. 438 asimila esta figura al robo
y la describe entre esos delitos, en consecuencia, la exigencia del
art. 432 en el sentido indicado es aplicable tambin a la extorsin,
de manera que quien pretende extorsionar a otro debe hacerlo
con el mvil de obtener un beneficio de orden patrimonial para
s o para un tercero,103 adems de perjudicar a la vctima.

d) Consumacin del delito, etapas de ejecucin


La extorsin se perfecciona cuando el sujeto pasivo entrega el
documento reclamado, sea que lo haya extendido o suscrito o se
encuentre previamente confeccionado. Con ese acto el tipo queda
consumado, sin que sea necesario que la vctima sufra un perjui-
cio en su patrimonio, porque como se anot precedentemente,
es suficiente el nimo de defraudar, no que la defraudacin se
materialice. De consiguiente, la extorsin es un delito de peligro
concreto y no de resultado;104 queda descartada, por lo tanto, la
etapa de frustracin. Sin embargo, como su desarrollo hace nece-
saria la ejecucin de varios actos es posible la tentativa.

e) Concurso
El delito consiste en extender, suscribir o entregar un documen-
to pblico o privado, de suerte que si se trata de destruirlo o
inutilizarlo, esa conducta no constituye el tipo en estudio, sino
la figura de estafa descrita en el art. 470 N 5, siempre que se
den los presupuestos de la referida figura, donde el perjuicio es
uno de sus elementos. La simple firma de un papel en blanco
tampoco lo es, porque el mismo no contiene ninguna obligacin

102
Cfr. Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 177. En sentido contrario
opina Bustos (op. cit., p. 216).
103
Cfr. Bustos, op. cit., p. 216.
104
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 351. Opina de modo diverso Bustos, quien
afirma que la extorsin es un delito material que se perfecciona cuando se causa
realmente el perjuicio (op. cit., p. 216).

227
DERECHO PENAL

en dinero, si bien se piensa que podra constituir una tentativa


cuando el autor lo exige para llenarlo posteriormente con una
obligacin con significacin econmica.

El delito de robo con fuerza en las cosas


104. ASPECTOS GENERALES

En la frondosidad de alternativas que ha considerado el Cdigo


al tratar los delitos contra la propiedad, se encuentra la de esta
clase de robos, que tampoco es una figura nica, sino una varie-
dad de ellas ms extensa aun que la que establece para los delitos
de robo con violencia en las personas.
La Comisin Redactora recogi el antiguo sistema espaol
que, como bien seala Quintano Ripolls, le otorgaba al robo
una amplitud desmesurada frente a la visin que de l tenan
otros ordenamientos jurdicos105 y, desgraciadamente, las modi-
ficaciones que en relacin a este delito se han ido haciendo en
el pas hasta nuestros das, en lugar de corregir esa anomala,
la agrava. No obstante, la tendencia doctrinaria dominante es
suprimir esta modalidad de robo y considerar algunas de las
circunstancias que lo conforman como agravantes del delito
de hurto.106
Es til recordar lo que manifest Osvaldo Renjifo en la Co-
misin cuando se preparaba la redaccin del prrafo sobre estos
delitos: que haba encontrado serias dificultades para redactar
el proyecto que se le encomend en la sesin precedente. Segn
la ley patria sobre hurtos y robos, la diferencia esencial entre uno
y otro conjunto de figuras consiste en la violencia que se ejerce
sobre las personas, que caracteriza al segundo grupo. En el siste-
ma del Cdigo espaol y de otros cdigos extranjeros, para que
haya robo basta la fuerza contra las cosas, aun cuando no afecta
a las personas. Entre esas dos posiciones se prefiere la primera,
ms conforme con el significado jurdico de las palabras hurto

105
Quintano Ripolls, op. cit., t. II, p. 310.
106
Lase sobre este punto el interesante trabajo de Jorge Mera, que se cita en
la bibliografa.

228
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

y robo.107 La Comisin tom en esa oportunidad el acuerdo de


mantener el criterio del Cdigo espaol, de considerar como
delitos distintos el hurto y el robo y rechazar la idea de que este
ltimo era una especie del gnero hurto.

105. CONCEPTO DEL ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS

Estos delitos estn descritos en el prrafo N 3 del Ttulo IX del


Libro Segundo del Cdigo Penal; no constituyen una sola figura,
sino varias y, en general, tienen sanciones menos rigurosas que
los delitos de robo con violencia en las personas, pero ms graves
que las del hurto. Dadas sus caractersticas y la sancin que les
corresponde constituyen un tipo penal intermedio entre el hurto
y el robo con violencia.
Las diferencias ms ostensibles que tienen con el delito de
hurto inciden en que en ste se lesiona un solo bien jurdico,
la propiedad, en tanto que en los de robo adems de ese
bien se lesionan la vida humana, la integridad fsica o la liber-
tad, en el caso del robo con violencia o intimidacin, y cuando
se trata del robo con fuerza en las cosas la morada o la privaci-
dad. Se controvierte, sin embargo, que esta ltima circunstancia
sea suficiente para establecer como tipo independiente el robo
con fuerza, porque no se extiende a todos los casos de fuerza
material que se emplean en la comisin de una sustraccin,
como se ver al analizar lo que normativamente es fuerza para
estos efectos.
La definicin del delito de robo se da en el art. 432, que san-
ciona al que sin la voluntad de su dueo y con nimo de lucrarse
se apropia de cosa mueble ajena usando de fuerza en las cosas, y
sin emplear violencia o intimidacin en las personas. El delito de
robo en estudio, al igual que el de hurto, tiene elementos positi-
vos y uno negativo: no ejercer violencia o coaccin en contra de
las personas. Aunque se d la situacin de fuerza necesaria para
el delito de robo con fuerza en las cosas, si ha habido adems
violencia o intimidacin, prefiere el tipo de robo con violencia
o intimidacin en las personas (art. 453).

107
Acta de la Comisin Redactora N 92, de 7 de junio de 1872.

229
DERECHO PENAL

Las diferencias y semejanzas del delito en estudio con el hur-


to son claras y fluyen del concepto antes anotado. Tienen como
elementos comunes el obrar sin la voluntad del dueo, tener
nimo de lucrar y de apropiarse de una cosa mueble ajena. Los
diferencia el empleo de fuerza en las cosas, que no se debe usar en
el hurto, pero s en el robo. En el hecho, es la nica diferencia
que los separa.
En el Cdigo se describen distintas formas de robo con fuer-
za: a) en lugar habitado, o destinado a la habitacin o en sus
dependencias (art. 440); b) en lugar no habitado (art. 442);
c) en bienes nacionales de uso pblico o en sitios no destinados
a la habitacin (art. 443), y d) robo de alambres de tendido elc-
trico, cables telefnicos y anlogos (art. 443 inciso 2).

106. ELEMENTOS GENERALES DEL ROBO CON FUERZA EN


LAS COSAS. QU CONSTITUYE FUERZA

Se ha adelantado en los prrafos precedentes que la nica


diferencia del hurto con el delito en estudio es el medio de
comisin, esto es, el empleo de fuerza en las cosas. De lo dicho
se desprende, a su vez, que los elementos tpicos tanto objetivos
como subjetivos de ambos son iguales, de modo que lo que se ha
expuesto sobre ellos en el hurto es aplicable al robo con fuerza
y se da por reproducido.
Es la fuerza en las cosas empleada la que le da identidad a
estos delitos de robo; todos constituyen apoderamiento de co-
sas muebles ajenas sin la voluntad de su dueo y con nimo de
lucrar, pero se distinguen por la modalidad de fuerza empleada
por el autor al realizar la accin de apropiacin, como las cir-
cunstancias en que se ejerza y sus caractersticas. Cada tipo de
robo requiere de una modalidad determinada de fuerza, lo que
hace imperativo para comentarlas examinar las diversas figuras
descritas por la ley penal.
Sin perjuicio de lo anotado, hay condiciones o caractersticas
que son comunes a todas las modalidades de fuerza reconocidas
como tales por el Cdigo, las que se explicarn a continuacin.
I. En principio, por fuerza para estos efectos ha de enten-
derse la de naturaleza fsica empleada para vencer resistencias

230
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

u obstculos materiales que impiden el apoderamiento de la


cosa ajena. Si bien esta es la regla general, el legislador asimil
al uso de la fuerza ciertos medios engaosos que no queda-
ran semnticamente comprendidos en aquella expresin y
que describe en el art. 440 N 3, que ms bien son medios
destinados a ganar la confianza de la vctima para facilitar el
apoderamiento posterior (v. gr., emplear nombres supuestos
o simular autoridad).
II. A la voz fuerza no puede asignrsele el alcance que tiene
en el lenguaje corriente, porque el legislador la usa con un
sentido normativo. Siempre hay que realizar un esfuerzo fsico,
por pequeo que sea, para llevar a trmino el apoderamiento
de un bien, aun para el simple hecho de tomarlo. Desde este
punto de vista tambin habra que emplear fuerza material para
concretar el delito de hurto. Pero no es ese el punto; la fuerza
en el robo requiere de ciertas modalidades especiales que han
sido sealadas expresamente por la ley, y en consecuencia no
siempre que se emplee fuerza en una sustraccin hay robo.
Trepar un muro por el exterior de una casa y descolgar desde
uno de sus balcones la jaula con finas aves que hay en l, es
hurto y no robo porque no entr al lugar habitado; arrancar
violentamente una cerca de madera en un camino para usarla
como lea es hurto y no robo. La ley, en casos especficos, ha
ido sealando qu entiende por fuerza, porque el Cdigo no
ha dado un concepto genrico de lo que la constituye; como lo
ha hecho con demasiada frecuencia, prefiere incurrir en una
casustica detallada.
III. La fuerza en el delito de robo no tiene como objetivo tomar
la cosa misma, sino vencer o superar los medios de proteccin de esa
cosa. La fuerza sancionada en el robo est dirigida a violentar los
dispositivos de resguardo del bien ajeno con el fin de apoderarse
del mismo, no es fuerza para la ley la que se emplea para tomar
ese bien; esto explica que arrancar un rbol o un poste en un
camino pblico sea hurto y no robo. Por otra parte, constituye
fuerza en las cosas entrar a un lugar cerrado fracturando techos,
saltando muros, haciendo forados, porque esos techos y muros
son los medios de proteccin de lo que se guarda en el interior
de ese lugar, y esos bienes que estn guardados son los que le
interesan al ladrn. Una de las crticas que se hace a la sobrevi-

231
DERECHO PENAL

vencia del delito de robo radica en esos aspectos, no se visualiza


una razn jurdicamente valedera para castigar como autor de
robo con fuerza en las cosas al sujeto que entra por la ventana
abierta a la casa desde donde sustrae un televisor, y sin embargo
se castiga como autor de hurto si se lleva el televisor de la misma
casa cuando entra por la puerta que se encontraba abierta.108 En
ambos casos, adems de la propiedad, se ha atentado a la intimi-
dad de la morada.
IV. En el delito de robo la fuerza en las cosas necesariamente
debe ser empleada para superar o vencer los medios de protec-
cin de la cosa, de manera que se ha de usar con motivo del
apoderamiento, para facilitar la accin posterior de tomar el
objeto mueble ajeno. Por lo tanto, la fuerza que emplee el autor
con posterioridad al apoderamiento del bien, jurdicamente no
constituye fuerza, aunque materialmente lo sea. As, el ladrn
que entr por la puerta de la casa y luego de haberse apoderado
de las joyas de los dueos huye forzando una ventana, responde
de un hurto y no de robo. Otro tanto sucede con el que sustrae
la caja de fondos de un comerciante, y despus en su propia
morada procede a forzarla. La modalidad indicada del empleo
de la fuerza constituye una diferencia de esta clase de robo con
el robo con violencia o intimidacin en las personas, donde la
violencia puede usarse con motivo o con ocasin del delito, esto
es antes, durante y despus de la apropiacin, en tanto que en el
robo con fuerza en las cosas necesariamente debe usarse antes,
precisamente para lograr el acceso al lugar donde se encuentra
la cosa ajena, nunca con posterioridad.
En los prrafos siguientes se analizarn las distintas clases de
robo con fuerza en las cosas sancionadas por el Cdigo Penal;
esto es el cometido en lugar habitado o destinado a la habita-
cin o en sus dependencias, el cometido en lugar no habitado,
el perpetrado en lugares nacionales de uso pblico o sitios no
destinados a la habitacin y, finalmente, el robo de cables de
tendidos elctricos, telefnicos y semejantes.

108
Bustos, op. cit., p. 200.

232
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

107. ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS EN LUGAR


HABITADO O DESTINADO A LA HABITACIN O EN SUS
DEPENDENCIAS

107.1. CONCEPTO DEL DELITO

El art. 440 se refiere a este delito en los siguientes trminos: El cul-


pable de robo con fuerza en las cosas efectuado en lugar habitado o
destinado a la habitacin o en sus dependencias, sufrir la pena de
presidio mayor en su grado mnimo si cometiere el delito:
1. Con escalamiento, entendindose que lo hay cuando se
entra por va no destinada al efecto, por forado o con rompimiento
de pared o techos, o fractura de puertas o ventanas.
2. Haciendo uso de llaves falsas, o verdadera que hubiere sido
substrada, de ganzas u otros instrumentos semejantes para entrar en
el lugar del robo.
3. Introducindose en el lugar del robo mediante la seduccin
de algn domstico, o a favor de nombres supuestos o simulacin de
autoridad.
Esta disposicin se ha mantenido en el tiempo y, en general,
corresponde al texto que aprob la Comisin Redactora cuando
por primera vez analiz este delito, si bien sin la exigencia de
que deba portar armas el delincuente y suprimiendo la cuarta
alternativa que en esa poca se haba incorporado: cometerlo
en despoblado y en cuadrilla,109 circunstancias ambas que con
posterioridad fueron suprimidas.
El sistema seguido por el Cdigo no es recomendable, por-
que no entrega un concepto general de lo que debera enten-
derse por fuerza en las cosas, simplemente hace una minuciosa
enumeracin de los casos en que considera que la hay, dejando
fuera a diversas hiptesis a las cuales debera haberse extendido
el concepto de fuerza, y viceversa, lo que se ha traducido en su
aplicacin prctica, en situaciones claramente inadecuadas. Se
deben sancionar como robos comportamientos evidentemente
menos graves que otros que slo son encuadrados como delitos
de hurto, a pesar de emplearse medios de comisin de mayor
trascendencia en cuanto a su peligrosidad.

109
Acta de la Comisin Redactora N 92, de 7 de junio de 1872.

233
DERECHO PENAL

107.2. QU SE ENTIENDE POR LUGAR HABITADO, DESTINADO A LA


HABITACIN Y SUS DEPENDENCIAS

El Cdigo Penal no ha sido explcito al hacer referencia a los


conceptos del enunciado; para determinar su alcance ha de
estarse al que se les dio en esa poca a las expresiones y, sobre
todo, a las circunstancias que motivaron su establecimiento, al
contexto de los preceptos legales, como asimismo a la aplicacin
prctica que los tribunales les han dado.
Con fundamento en lo sealado, se puede asignar el si-
guiente significado a cada una de las expresiones indicadas en
el subttulo.
Lugar habitado es aquel recinto cerrado o no, pero que est
en alguna forma delimitado, y que una persona o un grupo de
personas destina para la habitacin, le da ese uso y, adems, en el
momento en que se comete el delito est presente en l alguno
de sus moradores. Lugar habitado en materia de robo equivale
al concepto civil de morada, o sea, el lugar en que una persona
habita, descansa, duerme y desarrolla su vida ntima, adems, re-
quiere tambin para serlo que en el instante de llevarse a cabo la
apropiacin por el delincuente se encuentren all personas, que
en ese momento est fsicamente habitado. Normalmente ser
una casa habitacin, pero no necesariamente; puede compren-
der cualquier recinto que una persona haya destinado y ocupe
para los efectos recin indicados, aunque se trate de una porcin
de un terreno abierto (un departamento en un condominio, una
carpa en un bosque, una casa rodante, etc.).
El concepto a que se ha hecho referencia se desprende de los
arts. 442 y 443, el primero de los cuales alude a lugares no habita-
dos y el segundo a sitios no destinados a la habitacin. La disposicin
legal se refiere a sitios no destinados a la habitacin, lo que
supone a su vez que hay sitios destinados a la habitacin los
que entonces entendi que quedaban comprendidos entre los
lugares habitados, de manera que esa expresin abarca tanto
los recintos protegidos y construidos para ese objetivo, como
cualquier lugar que de hecho se ocupe con tal finalidad, aunque
se trate de un mero sitio donde alguien instale su habitacin,
que more all y que en el momento en que el delito se comete se
encuentre presente.

234
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Lugar destinado a la habitacin es aquel que cumple con las


condiciones antes indicadas, o sea se trata de un lugar ocupado
como morada, pero que en los instantes en que el robo se come-
te sus moradores se encuentran ausentes, no estn circunstan-
cialmente en el lugar.
Por lo tanto, lugar habitado y destinado a la habitacin son
una misma cosa, con la diferencia que en el primero hay perso-
nas presentes cuando el robo se est realizando y en el segundo
estn ausentes.
El alcance indicado fluye al comparar el art. 440 con el
art. 442, que trata de los robos cometidos en lugares no habitados,
que como se explicar ms adelante, se refiere a las construccio-
nes que se hicieron, sea para ser dedicadas a la habitacin o con
otra finalidad distinta, pero que en el momento de perpetrarse
la sustraccin no han sido en el hecho ocupadas por nadie como
morada (una industria, un local comercial, una casa habitacin
recin construida y an no ocupada como tal, un teatro).

107.3. DEPENDENCIAS DE UN LUGAR HABITADO O


DESTINADO A LA HABITACIN

Son aquellos recintos subordinados al lugar habitado, como los


patios, jardines, garajes, y dems sitios y edificios contiguos a la
construccin principal, en comunicacin interior con ella y con la
cual forman un solo todo,110 de suerte que subordinacin, contigi-
dad, comunicacin y la idea de conjunto son las caractersticas
de las dependencias.111 Los sitios destinados a huertas o cultivos
en general y a labores productivas no quedan comprendidos
en la nocin de dependencia, aunque en ellos se encuentre un
recinto habitado.112

110
Labatut, D.P., t. II, p. 224.
111
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 322.
112
Respecto de los conceptos de lugar habitado, destinado a la habitacin y
sus dependencias, los amplios razonamientos de Etcheberry (D.P., t. III, pp. 321
y ss.) sobre el punto son los que aparecen como ms ajustados a la voluntad de la
ley y a los antecedentes de su establecimiento, y tambin con los fines de poltica
criminal que se tuvieron en vista, aunque hoy resulten discutibles y merezcan una
urgente revisin. Como bien seala el referido autor, las otras disposiciones del
Cdigo que a veces hacen referencia a esta materia no aclaran mayormente el

235
DERECHO PENAL

107.4. MODALIDADES DE LA ACCIN

Se hizo notar que la accin de apropiacin en el delito de robo con


fuerza en las cosas en lugar habitado no ofrece caractersticas que
lo diferencien de la accin inherente a los dems delitos de apro-
piacin por medios materiales, salvo en cuanto a la naturaleza de
la fuerza empleada, que se encuentra taxativamente descrita en el
art. 440, que se analizar a continuacin. Se debe insistir que todos
los medios para cometer el delito a que alude la disposicin y que
califica como constitutivos de fuerza, tienen como objetivo entrar al
lugar habitado o a sus dependencias, y subjetivamente han de estar
dirigidos a permitir el acceso al lugar donde se encuentre la cosa
mueble que ser objeto de la apropiacin. Si el autor se introduce
al recinto habitado empleando alguna de las maneras que se des-
criben en la disposicin citada, pero con objetivos diversos al de
apoderarse de alguna cosa, como sera el caso de visitar clandesti-
namente a uno de los moradores con quien mantiene una relacin
sentimental, y ya en el interior al ver un cuadro que le interesa lo
sustrae, comete hurto pero no robo, porque la forma irregular de
entrar a la casa no fue para robar, sino juntarse con una persona.

107.5. ESCALAMIENTO

La primera forma de fuerza que menciona el art. 440 es el es-


calamiento, y junto con considerarla se preocup de dar una
nocin sobre lo que deba entenderse por tal; en el N 1 expresa:
entendindose que lo hay cuando se entra por va no destinada
al efecto, pero a continuacin agreg: por forado o con rompi-
miento de pared o de techos, o fractura de puertas o ventanas.
La primera parte transcrita es el concepto estricto de escala-
miento; la segunda hace referencia a lo que se denomina efrac-
cin, pero que la ley asimila al escalamiento.

problema interpretativo, pero por lo menos dejan en claro que no es lo mismo


habitar que estar fsicamente en el lugar; as, en el delito de incendio el art. 475
N 1 se refiere al que se ejecutare en edificios, tren de ferrocarril, buque o lugar
habitados. El art. 476 N 1 castiga al que incendiare un edificio destinado a servir
de morada, que no estuviere actualmente habitado, y otro tanto hace en su N 2
respecto del que dentro de un poblado incendiare cualquier edificio o lugar, aun-
que no estuviere destinado ordinariamente a la habitacin.

236
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

El escalamiento en sentido estricto consiste en emplear,


para entrar al lugar habitado, una va que no ha sido destinada
por sus moradores a ese efecto. Esta nocin no debe enten-
derse en su sentido gramatical o naturalista, sino normativo,
porque lo que el legislador ha pretendido es sancionar con ms
drasticidad aquellos comportamientos que evidencian que el
delincuente emplea un mayor esfuerzo o destreza para vencer
los medios de proteccin de la cosa ajena, en los que hay una
mayor audacia de su parte porque no slo se apropia de la espe-
cie, sino que, a su vez, infringe los resguardos de la privacidad
de la vctima. Saltar un muro o una reja para penetrar al lugar
es una va no destinada al efecto en el sentido de la ley, pero
no lo es levantar la pierna para traspasar el cerco de muy baja
dimensin que rodea la vivienda, o penetrar por la ventana
abierta, ubicada a muy poca altura del piso,113 o hacerlo por
los orificios preexistentes en el muro protector,114 que en esas
condiciones ya ha dejado de serlo. Los ejemplos que se sealan
en la efraccin son demostrativos de esa voluntad de la ley, en
el sentido que el escalamiento debe tener cierta gravedad, y no
consistir en cualquier acto que formalmente calce en el enun-
ciado del N 1 del art. 440.115
La va no destinada al efecto en que consiste el escalamiento
tiene por objeto entrar al lugar cerrado, de manera que si ya en
el interior de una casa el delincuente procede a introducirse a
una de sus dependencias por la claraboya o por cualquier medio
que no sea el acceso normal de esa dependencia, para los efectos
del delito de robo no hay escalamiento,116 tampoco lo hay si para
salir se emplea una va que no es la destinada a ese fin.117
No constituye escalamiento el solo hecho de usar escalas o
trepar por el exterior del edificio, salvo que se emplee como una
forma de penetrar al lugar por un medio distinto al autorizado.
Sin embargo se puede entrar por la puerta habilitada y existir

113
Bustos, op. cit., p. 201.
114
Etcheberry, D.P., t. III, p. 324.
115
Opinan en sentido diverso al sealado Quintano Ripolls (op. cit., t. II,
p. 319); Etcheberry (D.P., t. III, p. 324).
116
Cfr. Labatut, D.P., t. II, p. 224.
117
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 203; Bajo Fernndez, op. cit., p. 89; Etche-
berry, D.P., t. III, p. 323.

237
DERECHO PENAL

escalamiento, como sucede cuando el acceso normal a esa puer-


ta es una escala que los moradores recogen una vez que la han
usado, dejando la puerta abierta; si los delincuentes trepan a la
misma mediante cuerdas con ganchos estn empleando una va
no destinada al efecto, que slo la constituye la escala.118 La esen-
cia del escalamiento radica en forzar los medios de proteccin
del lugar habitado.
Otro aspecto discutido en el escalamiento incide en si es sufi-
ciente sacar la cosa ajena por las vas no autorizadas por el dueo
o morador del lugar habitado, como ser introduciendo un brazo
o mediante un dispositivo especial (un gancho), o es necesario
que el delincuente viole fsicamente la intimidad de la morada,
que introduzca todo su cuerpo. Mayoritariamente se estima que
el escalamiento exige que el delincuente entre materialmente
al lugar, porque consiste precisamente en entrar por va no
destinada al efecto; introducir un brazo o parte del cuerpo o un
gancho no es entrar al lugar.
La efraccin o fractura tcnicamente es un medio distinto al
escalamiento, pero normativamente no lo es. Consiste en entrar
por forado, que supone hacer orificios en los muros, techos y
cualquier defensa del lugar, en tal forma que por l se pueda
introducir al interior; o con rompimiento de pared o techos, que com-
prende cualquier modo de destruir los mismos, sea violentamen-
te o removindolos (mover las tejas de un techo); o fracturando
puertas o ventanas, que es romper parte de ellas o sacarlas, sea
violentamente o por medios ms diestros, como desatornillarlas o
librarlas de sus soportes.119 Los medios indicados deben cumplir
con las condiciones sealadas para el escalamiento estricto, han
de emplearse para entrar al lugar, no para salir. Si se emplean en
el interior del recinto habitado para pasar de una dependencia
a otra, por ejemplo, no constituyen efraccin.

118
Bustos, op. cit., p. 202.
119
No concuerda con esto ltimo Etcheberry, quien identifica fractura con
violencia, pero aqu se estima que escalamiento en este caso fractura importa
forzar los resguardos del lugar habitado y que obliguen al autor a emplear fuerza
o destreza, lo que en la especie sucede (D.P., t. III, p. 325).

238
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

107.6. HACIENDO USO DE LLAVE FALSA, VERDADERA SUSTRADA, DE


GANZAS U OTROS INSTRUMENTOS SEMEJANTES (ART. 440 N 2)

En este nmero se mencionan tres tipos de instrumentos que se


emplearan para entrar en el lugar habitado: llaves, ganzas y otros
instrumentos anlogos. Todos son artefactos destinados a forzar en
alguna forma los medios de proteccin del lugar, no mediante la
aplicacin directa de la fuerza material, sino a travs de usar los re-
feridos instrumentos como medio de abrir las puertas que permitan
el acceso. Cada uno de ellos merece una breve explicacin.
El primer instrumento que menciona en el N 2 es la llave, es-
pecie cuyo fin especfico es abrir o cerrar una cerradura. Cerradura
es un mecanismo destinado a servir de seguro del cierre y apertura
de una puerta o tapa, ventana y cosas anlogas. La llave es el ins-
trumento hbil para hacer funcionar la cerradura, sea para abrirla
y permitir el acceso, o para cerrarla e impedir la entrada. Dentro
del concepto llave, en la actualidad se comprenden las tarjetas in-
formatizadas que permiten abrir cierros electrnicos de puertas y
ventanas,120 porque no interesa la forma que tenga, sino la funcin
que el instrumento presta, en este caso abrir o cerrar una cerradura,
sin daarla o romperla. Si se emplea un instrumento como un corta-
fro, o un soplete, puede abrirse una puerta, pero previa destruccin
del cierre mecnico y por ello escapan al calificativo de llaves.
El Cdigo distingue entre llave verdadera y llave falsa, la prime-
ra la verdadera es aquella o aquellas que el dueo destina para
su uso. Habr tantas llaves verdaderas como las autorizadas por el
dueo (generalmente en una casa varias personas tienen llaves,
porque el jefe de hogar las ha entregado a los diversos miembros
de la familia; todas son verdaderas para estos efectos).
Llave falsa, en consecuencia, es la que se usa sin autorizacin
del titular, la que excede al nmero de las permitidas por aqul
(llave supernumeraria). Entre las falsas se encuentra la llave
perdida por su propietario, la llave retenida por quien estaba
autorizado, y que usa despus que le fue retirado ese permiso, lo
son a su vez los duplicados obtenidos sin autorizacin.
Llave sustrada es aquella verdadera, o sea de las autorizadas,
que ha sido sacada subrepticiamente por un tercero que carece

120
T. S. Vives, op. cit., p. 851.

239
DERECHO PENAL

de derecho para usarla. Ntese que se hace referencia a una


llave sustrada y no a una hurtada, y ello porque el tercero puede
pretender usar la llave nicamente, pero no apropirsela, aun
puede devolverla despus de que se ha servido de la misma, para
disimular u ocultar su accin. Queda comprendido en la expre-
sin sustrada el hurto de la llave, pero su alcance se extiende a
extremos ms amplios que el delito de hurto.
Puede ofrecer duda si la llave de un candado queda o no com-
prendida entre aquellas a las cuales hace alusin el nmero dos
del art. 440. La respuesta es positiva, porque un candado puede
calificarse de cerradura: es posible emplearlo para abrir o cerrar
una puerta o una ventana.121 No constituyen cerradura para estos
efectos los picaportes y los cerrojos, porque no requieren de llaves
para manipularlos.
Si el tenedor de una llave verdadera (autorizada por el titu-
lar) procede a sustraer empleando para entrar al lugar cerrado
esa llave, no comete robo, pero s hurto.122
El uso de ganzas para entrar al lugar habitado constituye
robo. La palabra ganza se debe entender en su alcance corrien-
te, esto es alambre fuerte y doblado en una punta, a modo de
garfio, que a falta de llave puede correr los pestillos de las cerra-
duras.123 La ganza permite suplir la falta de una llave verdadera
o falsa para abrir la cerradura de una puerta o ventana con el
objetivo de entrar al lugar habitado.
Finalmente, el N 2 en estudio menciona otros instrumentos
semejantes a las ganzas, expresin amplia que no debe enten-
derse en cuanto a que posea una forma anloga, sino en cuanto
puede tener un uso adecuado para forzar las cerraduras. De
consiguiente, comprende las llaves de otras cerraduras que
no pueden calificarse de tales cuando no corresponden a la
cerradura para la cual fueron confeccionadas, como tambin
la llave maestra,124 un punzn y cualquier artefacto que permita
manipular un cierre mecnico.

121
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 326.
122
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 204.
123
Labatut, D.P., t. II, p. 225.
124
Opina en sentido contrario Etcheberry (D.P., t. III, p. 328), que califica
tales instrumentos como llaves falsas, criterio que no se comparte porque la nocin
de falsedad se vincula con algo semejante o imitado a lo verdadero, lo que en las
hiptesis cuestionadas no se da.

240
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

No est de ms abundar en el sentido de que los medios


antes sealados son constitutivos de modalidades de robo
siempre que hayan sido empleados para entrar al lugar ha-
bitado, si ya en el interior se hace uso de los mismos para
forzar puertas o armarios, esos actos no importan robo. Si el
delincuente entra a la casa habitacin por la puerta que por
descuido qued abierta, y ya en el interior fuerza la puerta de
la pieza escritorio con una ganza, no comete delito de robo,
sino de hurto.

107.7. INTRODUCINDOSE AL LUGAR HABITADO O EN SUS


DEPENDENCIAS MEDIANTE ENGAO

El N 3 del art. 440 se refiere a esta forma astuta de introduccin


que califica como fuerza, y que presenta tres alternativas: a) se-
duciendo a algn domstico, b) a favor de nombre supuesto, y
c) simulando autoridad. Todos los recursos sealados tienen por
objetivo penetrar al lugar habitado, de manera que si se emplean
con otro objetivo, como facilitar la salida del lugar, o lograr la
manifestacin de la cosa ajena pretendida, no constituyen la
fuerza requerida por el tipo penal.
Obvio es decirlo, en sentido estricto ninguno de estos recur-
sos constituye fuerza, son simples medios engaosos empleados
por el delincuente, que el legislador asimil a la fuerza inherente
al robo.
a) Seduciendo a un domstico. El Cdigo fue muy restrictivo al
establecer esta modalidad de la accin, la limita a los domsticos,
y por ellos han de entenderse a los que pertenecen a la casa ha-
bitacin a la cual se pretende entrar y no a otros, y slo a los que
prestan servicios de esa clase, como los mayordomos, jardineros,
cocineros y todo el que desarrolle funciones anlogas. Seducir
es una expresin que debe entenderse en su sentido vulgar, o
sea persuadir o engaar con astucia, y no con el sentido que en
otras disposiciones a veces la ley la ha usado, como sucede en el
art. 233 N 3 que refirindose a la prevaricacin, considera autor
de ese delito al que seduzca o solicite a una mujer.
El delincuente debe proceder a engaar a un empleado do-
mstico en una casa, sea hombre o mujer, a ganarse la confianza

241
DERECHO PENAL

del mismo con el objetivo de que lo deje entrar para apropiarse,


una vez en el interior, de algn objeto valioso que all encuentre.
Si se gana la confianza del dueo o de la duea de casa, o de al-
guno de sus moradores, no opera la circunstancia en referencia,
porque el tipo exige que se trate de personal domstico.
b) Usar nombre supuesto. Esta forma empleada por el autor
para que se le permita la entrada en el recinto habitado, no
consiste en que el sujeto use un nombre distinto al que real-
mente tiene o que corresponda a otra persona, porque esa si-
tuacin no tiene incidencia relevante alguna en la comisin del
delito; a la vctima le es indiferente que el sujeto diga llamarse
Juan cuando su nombre real es Pedro. La hiptesis consiste en
usar una identidad que induzca a los moradores a permitirle el
ingreso a la casa, a provocarles un error en ese sentido; as suce-
dera si invoca la calidad de inspector sanitario o de funcionario
de la empresa que suministra la electricidad, o de pariente.
c) Simulacin de autoridad. Lo antes comentado se extien-
de a esta forma de cometer el delito de robo; el sujeto activo
debe aparentar ser una autoridad, de aquellas que tienen
poder para entrar en una casa o morada, tal como un recep-
tor judicial o un agente policial con orden competente. El
precepto establece que debe haber simulacin, que es algo ms
que la mera afirmacin de que se es autoridad; simular invo-
lucra un fingimiento, o sea el autor debe recurrir a medios
que induzcan a error en cuanto a su aparente funcin, como
emplear uniforme cuando se dice polica, o una credencial
que respalde su presunta funcin.

107.8. SANCIN QUE CORRESPONDE AL DELITO DE ROBO


EN LUGAR HABITADO

El art. 440 establece una sancin nica privativa de libertad para


este delito, con independencia del valor de los objetos sustrados,
que es la de presidio mayor en su grado mnimo. La pena no
guarda siempre relacin con la gravedad del hecho y frecuente-
mente en la prctica judicial puede resultar excesiva.

242
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

108. EL DELITO DE ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS


EN LUGAR NO HABITADO

108.1. CONCEPTO DEL DELITO

Esta figura penal est descrita en el art. 442, que expresa: El


robo en lugar no habitado, se castigar con presidio menor en sus
grados medio a mximo, siempre que concurra alguna de las
circunstancias siguientes:
1. Escalamiento.
2. Fractura de puertas interiores, armarios, arcas u otra clase de
muebles u objetos cerrados o sellados.
3. Haber hecho uso de llaves falsas o verdadera que se hubie-
re substrado, de ganzas u otros instrumentos semejantes para
entrar en el lugar del robo o abrir los muebles cerrados.
El delito de robo con fuerza en las cosas en lugar no habitado
debe cumplir con todas las condiciones sealadas para el tipo
objetivo y subjetivo en el caso del hurto, sin perjuicio de que
en cuanto a su forma de ejecucin y a los lugares donde debe
llevarse a cabo la sustraccin de la especie ajena ofrezca caracte-
rsticas que le son propias. De consiguiente, en este prrafo slo
se aludir a los aspectos particulares que lo individualizan y que
se describen en el artculo transcrito.
La disposicin plantea un primer problema, que incide en
determinar el alcance de las palabras lugar no habitado. Como se
precis al comentar el delito en lugar habitado, la forma verbal
habitado no significa que haya gente en el lugar de que se trate,
sino que se refiere al hecho de que se destine a morada de una
o varias personas. De suerte que se considera como lugar no ha-
bitado, en principio, aquel que no est destinado a ser morada
de una persona en el momento en que el delito se comete. Pero
esa nocin debe perfeccionarse teniendo en cuenta que en el
art. 443 se hace referencia a sitios no destinados a la habitacin, lo
que permite establecer en cuanto a los recintos no habitados una
diferencia entre los que son lugares y los que son sitios. Lugares
son, en consecuencia, aquellos recintos cerrados, con ciertas
protecciones que impiden el libre acceso, en tanto que sitios son
espacios abiertos, sin protecciones especiales. En definitiva lugar
no habitado es un recinto delimitado, con protecciones que le dan
cierta reserva respecto de terceros, que adems en el momento

243
DERECHO PENAL

de comisin del delito no est sirviendo de morada a ninguna


persona, sea que al constituirlo o demarcarlo se haya pensado
en dedicarlo a la habitacin (una casa o un departamento re-
cin construido pero que aun nadie lo ha ocupado para vivir) o
haya sido construido para fines de otro orden (un galpn, una
bodega).125
Precisado el recinto o espacio fsico en que se debe cometer
el delito de robo con fuerza en las cosas en lugar no habitado,
es necesario analizar las diversas modalidades de fuerza descritas
por el art. 442 en sus tres nmeros.

108.2. EL ESCALAMIENTO (N 1)

El Cdigo Penal dio una definicin de lo que entiende por es-


calamiento en el art. 440 N 1 al describir el delito de robo en
lugar habitado o destinado a la habitacin que, como se seal
en su oportunidad, incorpora tambin a la efraccin. Esa nocin
entendida en el sentido global antes indicado, esto es incluyendo
la fractura, rige tambin para el robo en lugar no habitado, en
atencin a lo cual se da por reproducido lo que all se coment.
Al igual que sucede en el robo en lugar habitado, el escalamien-
to constituye fuerza nicamente cuando se realiza para entrar al
recinto no habitado.

108.3. FRACTURA DE PUERTAS Y PROTECCIONES INTERIORES (N 2)

A diferencia de lo que sucede en el robo en lugar habitado, en


este caso la fractura de puertas interiores, como de armarios, ar-
cas y cualquier mueble cerrado o sellado ubicado en el lugar no
habitado, constituye fuerza. Por lo tanto, la rotura de cajones de
un escritorio, de un estante cerrado, de la puerta de una pieza
interior de una bodega u oficina, constituyen fuerza para estos
efectos. En esta clase de robo se extendi el concepto de fuerza
adems de las puertas o ventanas exteriores que pueden permi-
tir el acceso al lugar, a las puertas interiores, a los armarios y en

125
Etcheberry, D.P., t. III, p. 320.

244
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

general a los objetos sellados o cerrados. No se dej constancia


de la razn por la cual no se hizo otro tanto en relacin al lugar
habitado y, lo que no deja de ser sorprendente, a pesar de las
modificaciones que se han efectuado al Cdigo, esta situacin
se ha mantenido.

108.4. HACER USO DE LLAVES FALSAS O VERDADERA SUSTRADA, DE


GANZAS O INSTRUMENTOS SEMEJANTES (N 3)

El N 3 del art. 442 presenta cierta diferencia con el N 2 del


art. 440, que se refiere a hacer uso de llaves falsas o sustradas
en lugar habitado, en particular porque en la hiptesis en estu-
dio se considera el uso de llaves o ganzas tanto para entrar al
lugar no habitado como para abrir los muebles cerrados que
se encuentren dentro de l, lo que no sucede en el primer caso. El
delincuente que usa, en consecuencia, llaves o ganzas, emplea
fuerza en las cosas tanto si se vale de ellas para entrar al lugar
no habitado, como cuando habiendo ingresado sin emplearlas,
recurre a esos instrumentos para abrir en el interior muebles
cerrados (estantes, bales, cajones de escritorio).
Los conceptos de llaves falsas, verdadera sustrada, de gan-
zas y de otros instrumentos semejantes, se precisaron cuando se
coment el robo en lugar habitado o destinado a la habitacin.
Lo all explicado vale igualmente en esta oportunidad.
La disposicin se refiere a muebles cerrados, expresiones que
deben entenderse en sentido amplio, o sea de cualquier obje-
to, de madera o de otro material, cuyo acceso a su interior se
proteja con una cerradura que requiera de llave para abrirla.
En el N 2 del artculo en estudio se mencionan, aparte de los
muebles, objetos cerrados o sellados (productos ensacados, o
guardados en cajas de cartn o de madera), que en este N 3 se
omiten, pero su exclusin se justifica plenamente porque esas
protecciones carecen de cerradura que requieran de llave. Si se
abren violentamente esos objetos cerrados, tal accin constituye
fuerza, pero no por lo dispuesto en el N 3, sino que conforme
al N 2, que considera fuerza la fractura de objetos cerrados o
sellados.

245
DERECHO PENAL

108.5. PENA QUE CORRESPONDE AL DELITO DE ROBO CON FUERZA


EN LAS COSAS EN LUGAR NO HABITADO

La pena que se asign a este delito es menos grave que la sealada


al robo con fuerza en las cosas en lugar habitado, y al igual que
ste, no considera el valor de las especies sustradas para regularla.
Se trata de una pena privativa de libertad que tiene dos grados,
presidio menor en sus grados medio a mximo, equivalente a la
que el N 1 del art. 446 regula para el hurto de especies de valor
superior a 40 unidades tributarias mensuales, pero sin la multa
que se agrega en el caso de hurto. Curiosa y anmalamente, si se
roban especies por el valor indicado, a pesar de haberse empleado
medios constitutivos de un mayor injusto, la pena es menos rigu-
rosa que si simplemente se hurtan esas mismas especies, porque la
privativa de libertad no va aparejada de la de multa.

109. ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS EN BIENES


NACIONALES DE USO PBLICO O EN SITIOS NO
DESTINADOS A LA HABITACIN

109.1. CARACTERSTICAS DE ESTE DELITO

El art. 443, inciso primero, expresa lo siguiente respecto de esta


figura penal: Con la misma pena sealada en el artculo ante-
rior se castigar el robo de cosas que se encuentren en bienes
nacionales de uso pblico o en sitio no destinado a la habitacin si el
autor hace uso de llaves falsas o verdaderas que se hayan substrado,
de ganzas o instrumentos semejantes o si se procede, mediante
fractura de puertas, vidrios, cierros, candados u otros dispositivos
de proteccin o si utilizan medios de traccin.
Como sucede con las otras figuras de robo con fuerza en
las cosas comentadas en los prrafos precedentes, lo que da
individualidad a esta figura es el lugar donde se comete la sus-
traccin. Las anteriores se referan a los lugares habitados y a los
no habitados; la que se est analizando requiere que el robo se
cometa en bienes nacionales de uso pblico o en sitios no destinados
a la habitacin.
Para precisar en qu consisten los aludidos lugares, hay que
recurrir al Cdigo Civil, cuyo art. 589 inciso primero, expresa:

246
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Se llaman bienes nacionales aquellos cuyo dominio pertenece a


la nacin toda, y agrega el inciso segundo: Si adems su uso
pertenece a todos los habitantes de la nacin, como el de calles,
plazas, puentes y caminos, el mar adyacente y sus playas, se lla-
man bienes nacionales de uso pblico o bienes pblicos.
El concepto de bien nacional de uso pblico no merece dudas,
se extiende a aquellos que pertenecen a toda la nacin y cuyo uso
puede ser ejercido libremente por todos sus habitantes. La nocin
de sitio no destinado a la habitacin ofrece mayores dificultades,
pero como se expres al analizar el concepto de lugar no habitado,
consisten en recintos no cerrados, que carecen de delimitacin
ostensible, y que nadie ocupa actualmente como morada, o sea
en los momentos en que se comete la apropiacin. De modo que
la diferencia entre sitio y lugar no habitado consiste en que estos
ltimos son recintos protegidos, con resguardos que impiden
su libre acceso, en tanto que el sitio carece de esa proteccin
(no tiene cercos, muros, techo), lo que se desprende, adems,
de la misma disposicin que los consider junto con las calles,
las plazas y los puentes. Por otra parte, si una persona instala su
morada en un sitio de los descritos, donde pernocta y descansa,
para estos efectos pasa a ser un lugar habitado. Si de all un
sujeto sustrae una especie se comete robo en lugar habitado o
destinado a la habitacin, siempre que se cometa con alguna de
las circunstancias enumeradas en el art. 440.
Para que en un bien nacional de uso pblico o en un sitio no
habitado se cometa el delito de robo debe mediar cualquiera de
las diversas clases de fuerza en las cosas que enuncia el art. 443 y
que se explicarn a continuacin.

110. USO DE LLAVES FALSAS O VERDADERAS QUE


SE HAYAN SUBSTRADO, DE GANZAS U OTROS
INSTRUMENTOS SEMEJANTES

Se ha explicado en los prrafos anteriores el alcance de las ex-


presiones empleadas por el legislador, tanto respecto de las llaves
como de las ganzas. Es frecuente que en las calles se amarren
con cadena y un candado determinados efectos, como triciclos
de reparto, escaleras empleadas para arreglos de alumbrado

247
DERECHO PENAL

pblico, o que en las plazas existan recintos cerrados, a veces


subterrneos, que se aseguran con cerraduras, donde se guardan
implementos de trabajo; esas cerraduras pueden ser forzadas con
las llaves o ganzas aludidas para apoderarse de los objetos all
protegidos. La ejecucin de hechos como los recin sealados
constituye robo con fuerza.
Las llaves o ganzas pueden ser usadas tanto para entrar, si se
trata de lugar cerrado, como para abrir estantes o cajones en el in-
terior o exterior del recinto; la ley no hizo distincin en ese aspecto.

111. FRACTURA DE PUERTAS, VIDRIOS, CIERROS,


CANDADOS U OTROS DISPOSITIVOS DE PROTECCIN

Esta forma de fuerza tambin ha sido tratada al analizar el robo


con fuerza en lugar no habitado, pero refirindola a los muebles
u objetos cerrados o sellados interiores, en tanto que en el presen-
te caso no distingue si son interiores o exteriores, de modo que
comprende a ambos, y adems hace referencia a vidrios, aludien-
do a las vitrinas o escaparates, como tambin a las puertas y, en
general, a cualquier dispositivo de proteccin que comprende todos
los sistemas que impiden el traslado de una cosa o sacarla de don-
de se mantiene, vale decir las cadenas con cerraduras, las rejas y
ahora las alarmas automticas. Se incluyen estas ltimas porque si
bien no existan cuando se redact la disposicin, constituyen por
esencia dispositivos de proteccin, y el precepto menciona a estas
ltimas al final de la enumeracin para comprender cualquier
sistema de seguridad. En consecuencia los medios que enumera,
tales como los cierros y candados, no pueden considerarse indi-
ciarios del sentido de las expresiones dispositivos de proteccin, y
restringirlos slo a los anlogos a aquellos que all se mencionan
expresamente, como sectores de la doctrina lo han entendido.126
En este N 3 del art. 442 por primera vez se seala una forma
de fuerza en las cosas que en los dems tipos de robo no se haba
indicado. Se trata de los medios de traccin, que son los que permi-
ten arrastrar una cosa para llevrsela. Tiene razn Labatut cuando

126
Etcheberry estima que las alarmas automticas no quedan comprendidas
(D.P., t. III, p. 332).

248
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

seala que en este nmero no siempre la fuerza es ejercida sobre


la proteccin de la cosa; bien puede a veces ejercerse directamente
sobre esta ltima.127 Eso sucede cuando se usa la traccin, por ejem-
plo, para remolcar un vehculo estacionado en la va pblica.
Se ha pretendido limitar la expresin medio de traccin
exclusivamente a aquellos medios que aumentan la fuerza fsica
del sujeto activo,128 pero esta restriccin no parece tener respal-
do dogmtico, por cuanto una cuerda que permite arrastrar un
objeto constituye un medio de traccin; esta palabra significa
arrastrar, y para hacerlo cualquier medio ajeno al cuerpo mismo
es suficiente, as una cuerda, una cadena, un tractor.
La pena que el Cdigo determina para este delito es igual a la
que se fija para el robo en lugar no habitado, o sea presidio menor
en sus grados medio a mximo, y merece la misma crtica que se
expres en la oportunidad en que se coment aquel delito.

112. AGRAVANTE ESPECIAL DE RESPONSABILIDAD EN


EL ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS DESCRITO EN EL
ART. 443: INTERRUPCIN O INTERFERENCIA DE SERVICIO
PBLICO O DOMICILIARIO

En el inc. 2 del art. 443 se establece una circunstancia agravante


de responsabilidad del autor de un delito de robo con fuerza de
cosas que se encuentren en bienes nacionales de uso pblico
o en sitios no destinados a la habitacin. El texto del referido
inciso es el siguiente:
Si con ocasin de alguna de las conductas sealadas en el
inciso anterior, se produce la interrupcin o interferencia del
suministro de un servicio pblico o domiciliario, tales como
electricidad, gas, agua, alcantarillado, colectores de aguas lluvia
o telefona, la pena se aplicar en su grado mximo.
La Ley N 20.273, de 28 de junio de 2008, sustituy el pri-
mitivo texto del art. 443, que en su inciso segundo sancionaba
expresamente el robo de alambres de tendidos elctricos y cosas
semejantes, con una redaccin extremadamente casustica; pero

127
Labatut, D.P., t. II, p. 226.
128
As lo afirma Etcheberry, D.P., t. III, p. 332.

249
DERECHO PENAL

junto con eliminar esa disposicin, cre en el actual art. 447 bis
un tipo especial de hurto cuyo objeto material son cosas que
forman parte de redes de suministro de servicios pblicos o
domiciliarios. De suerte que si en el apoderamiento de tales ob-
jetos concurre alguno de los medios de fuerza propios del robo
descritos en el art. 443, tal hecho queda reprimido por esta lti-
ma norma y no como hurto, agravndose la sancin en la forma
que se expresa en el inciso transcrito en el inicio, si con ocasin
de la ejecucin el delito se interrumpe o interfiere el suministro
del servicio de que se trate. La pena sealada al delito, de consi-
guiente, ha de imponerse al autor en su grado mximo. Es til
sealar que no se trata de establecer una responsabilidad por la
mera concrecin de tal efecto, el mismo debe quedar abarcado
por el dolo del agente.

113. TIPOS ESPECIALES VINCULADOS CON EL ROBO CON


FUERZA EN LAS COSAS

113.1. GENERALIDADES

En los arts. 444 y 445, respectivamente, se hace referencia a dos


situaciones muy particulares, una referente a la tentativa de robo,
y la otra a la fabricacin de instrumentos destinados a la comisin
de esos delitos. Estas figuras si pueden denominarse tales fueron
aprobadas por la Comisin Redactora129 sin comentarios especia-
les sobre su establecimiento o las razones que las respaldaban. La
primera de ellas originalmente tena un tenor un poco diferente,
pero durante la revisin del proyecto, en sesin posterior, se mo-
dific su texto en la forma como se lee en la actualidad.130

113.2. PRESUNCIN DE TENTATIVA DE ROBO

El art. 444 expresa lo siguiente: Se presume autor de tentativa


de robo al que se introdujere con forado, fractura, escalamiento,

129
Acta de la Comisin Redactora N 93, de 12 de junio de 1872.
130
Acta de la Comisin Redactora N 164, de 2 de julio de 1873.

250
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

uso de llave falsa o de llave verdadera substrada o de ganza en


algn aposento, casa, edificio habitado o destinado a la habitacin
o en sus dependencias.
Este precepto estableci, a iniciativa del miembro de la Comi-
sin seor Gandarillas, una presuncin legal de tentativa de robo en
lugar habitado, que presenta las siguientes caractersticas:
a) Se trata de una presuncin legal; de consiguiente puede
desvirtuarse rindiendo prueba en contrario;
b) Slo opera tratndose de lugares habitados o destinados a
la habitacin, y las dependencias de stos, que corresponde califi-
carlos de tales segn los criterios que se indicaron en los prrafos
precedentes, relativos al alcance de las expresiones lugar habita-
do o destinado a la habitacin y no habitados. Quedan fuera de
esta presuncin los lugares no habitados, los sitios no destinados
a la habitacin y los bienes nacionales de uso pblico;
c) La presuncin, segn las circunstancias concretas del hecho,
se refiere a los delitos de robo con fuerza en las cosas descritos en
el art. 440 exclusivamente, no podr presumirse una tentativa de
delito de robo con violencia en las personas, no obstante tratarse de
lugares habitados. Tambin quedan excluidos los robos en lugares
no habitados o en bienes nacionales de uso pblico;
d) Para que opere la presuncin, el sujeto debe ser sorpren-
dido dentro del lugar habitado, o sea haber penetrado material-
mente al recinto de que se trate, que puede ser un aposento, una
casa, un edificio o en sus dependencias, y
e) Para introducirse al lugar debe haber empleado alguno de
los siguientes medios de ejecucin: forado, escalamiento, fractu-
ra, llaves falsas o verdadera sustrada o ganzas.
Si el inculpado no logra desvirtuar la presuncin que obra
en su contra, procede que se le condene como autor de tentativa
de robo, pero no es aplicable en este caso el inciso primero del
art. 450, que establece que la tentativa en algunos tipos de robo,
entre ellos el descrito en el art. 440, se castigar como delito con-
sumado. Los hechos indicados en el art. 444 en estudio dan origen
a una presuncin, lo que ya es algo excepcional, de modo que esos
hechos imperativamente han de ser tratados como tentativa para
todos los efectos legales, entre ellos lo relativo a su penalidad.

251
DERECHO PENAL

113.3. TENENCIA O FABRICACIN DE IMPLEMENTOS APTOS PARA ROBAR

El art. 445 se refiere a esta materia: El que fabricare, expendiere


o tuviere en su poder llaves falsas, ganzas u otros instrumentos
destinados conocidamente para efectuar el delito de robo y no
diere descargo suficiente sobre su fabricacin, expendicin, ad-
quisicin o conservacin, ser castigado con presidio menor en
su grado mnimo.
El precepto transcrito tiene una norma desfasada en el tiem-
po, que corresponde a reglas que existan en legislaciones de
otras pocas, pero que nuestro pas mantiene por un conserva-
durismo legislativo criticable.
La fabricacin y tenencia de esos utensilios no son actos pre-
paratorios ni menos ejecutivos del delito de robo; simplemente
se describe una figura penal independiente, de peligro abstracto.131
Lo que se prohbe, de hecho, es la existencia de instrumentos
que por naturaleza sirven para cometer delitos de robo, que
tienen ese destino. Por ello se prohbe fabricarlos, expenderlos
(distribuirlos) o tenerlos,132 aunque se ignore si van o no a ser
usados para perpetrar un delito. Entre esos implementos peligro-
sos se mencionan, por va ejemplar, las llaves falsas y las ganzas,
cuyo alcance y sentido se ha explicado con anterioridad.
Para liberarse de la sancin, el inculpado debe dar explicaciones
suficientes (descargos) sobre la fabricacin, expendicin, adqui-
sicin o conservacin; la suficiencia debe ser apreciada por el
tribunal. Si alguno de esos implementos es empleado efectivamen-
te para cometer un robo, se estara en el caso de la fabricacin o
expendicin ante un concurso material de delitos, siempre que
el fabricante o el vendedor sea una persona diferente al autor
del robo, porque este ltimo hecho no consumira la tenencia o
fabricacin que constituyen conductas ilcitas autnomas.

131
Cfr. T. S. Vives, op. cit., p. 859.
132
Algunos autores estiman que este delito es de peligro concreto, porque
los implementos deben ser elaborados o se tienen para cometer delitos determinados
especficamente, lo que se desprendera de la palabra conocidamente empleada
por la disposicin (Etcheberry, D.P., t. III, p. 335). Si se acepta esa tesis, la tenencia
o la fabricacin de los implementos constituiran actos preparatorios, los que en
caso de comisin del robo quedaran consumidos por ste (Bajo Fernndez, op.
cit., p. 103; Muoz Conde, op. cit., p. 227).

252
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La pena sealada para este delito es presidio menor en su gra-


do mnimo. La independencia y benignidad de ella en relacin
a la pena del delito de robo, confirma la naturaleza de delito de
peligro abstracto de esta figura.

El abigeato y otras figuras caracterizadas por el


objeto sobre el cual recae la accin de apropiacin
114. GENERALIDADES

La Ley N 20.090, de 11 de enero de 2006, incorpor el prrafo


cuarto bis en el Ttulo IX, bajo el epgrafe Del abigeato, que no
exista como figura especfica con anterioridad. Primitivamente la
sustraccin de animales era considerada como una posible causal
de calificacin del delito, posibilidad que quedaba entregada al
criterio del tribunal; en la actualidad el legislador ha expresado
su voluntad de dar un tratamiento especial a las apropiaciones de
ciertos animales, o sea de ganado, y cre el delito de abigeato.
En el sistema se ha mantenido el criterio de agravar la pena de
apropiaciones que recaen sobre determinados objetos materiales,
como los vehculos o en otros casos se atena; as sucede con la
sustraccin o destruccin de expedientes administrativos o judi-
ciales, como se observar en los prrafos siguientes.
A continuacin se analizar el abigeato, en seguida el hurto o
robo de vehculos y, finalmente, la sustraccin de expedientes.

115. EL ABIGEATO

En el prrafo cuarto del ttulo noveno, arts. 448 bis a 448 quin-
quies, se tratan varias situaciones. Primeramente, se sanciona como
figura independiente el delito de abigeato en los arts. 448 bis y
448 ter, que se extiende a tres rdenes de comportamientos
prohibidos: la apropiacin de animales ajenos, el beneficio
o destruccin de un animal para apropiarse de partes de su
cuerpo y, por ltimo, el hallazgo de animales y su no entrega
a la autoridad o a sus dueos. Adems, se castiga el porte de
armas, herramientas o utensilios comnmente usados en estas

253
DERECHO PENAL

faenas (art. 448 quter, inciso primero parte final) y la apro-


piacin de plumas, crines, cerdas y pelos de animales (art. 448
quinquies). Se establecen ciertas presunciones de autora y de
dominio, como tambin algunas reglas referentes al transpor-
te de ganado (art. 448 quter). Se trata de una miscelnea de
situaciones vinculadas especficamente con el ganado, que no
deja de sorprender han sido materia de preocupacin especial
del legislador penal.

116. EL COMPORTAMIENTO PROHIBIDO

Como se anunci en el prrafo precedente, las conductas sancio-


nadas como abigeato son varias:
a) Apropiacin de animales por medios subrepticios o violentos. En
el art. 448 bis se expresa: El que robe o hurte uno o ms caballos
o bestias de silla o carga, o especies de ganado mayor o menor o
porcino, comete abigeato y ser castigado con las penas sealadas
en los prrafos 2, 3 y 4.
Ha sido tradicional en el pas la proteccin de la actividad
agrcola y ganadera en siglos pasados porque tanto el transporte
como la explotacin agrcola se haca con el empleo de animales
y, hoy en da, por el importante desarrollo econmico que ha
alcanzado la industria ganadera y, en general, la crianza de ani-
males. El incremento evidente de la actividad ganadera se ha tra-
ducido, a su vez, en una mayor ocurrencia de delitos vinculados
a esa rea, sobre todo la sustraccin de ganado, lo que inclin al
legislador a establecer una figura especial con una pena ms ri-
gurosa, posicin esta ltima que puede ser objeto de seria reserva
en atencin a qu medidas de esta ndole carecen de verdadera
efectividad como prevencin general o especial.
La sustraccin de ganado ha recibido tradicionalmente el nom-
bre de abigeato, que se caracteriza porque la accin tiene como
objeto material animales vivos, en particular los cuadrpedos.
El origen de la expresin se encuentra en el Derecho Roma-
no, del latn abactatio, que significa echar las bestias por delante,
para conducirlas arrindolas.133

133
Soler, op. cit., t. IV, p. 229.

254
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

El primitivo art. 449, con una redaccin evidentemente defec-


tuosa, enumeraba como posibles objetos de la accin delictiva a los
caballos o bestias de silla o carga (o sea que transportan personas
o cosas), de ganado mayor, menor o porcino. Ganado, como su
alcance semntico lo seala, es un conjunto de bestias mansas de
la misma especie, que sirve para el trabajo o la alimentacin, y aun
para la industria; se trata, por lo tanto, de un rebao de cuadrpe-
dos de cierta talla.134 El ganado mayor est compuesto por vacas,
caballos, mulas o burros; el menor por camlidos, cabros, ovejas o
cerdos; la designacin particular que hace el artculo respecto de
estos ltimos, si bien no es adecuada, se hizo para evitar la duda
que podra suscitar sobre si estaban incluidos en el ganado menor.
Quedaron excluidos los animales domsticos, como perros o ga-
tos, los animales no domesticados como los conejos, y los usados
en laboratorios (ratones y anlogos).
El art. 448 bis, en su redaccin actual, mejor parcialmente
el primitivo tenor del art. 449 antes aludido, pues expresamente
hizo referencia a la sustraccin de un animal, toda vez que al
hablarse de ganado nicamente, se haban suscitado dudas al
respecto, y se pensaba que en el abigeato era necesario que lo
sustrado fueren varios animales; no obstante, la doctrina y la
jurisprudencia haban concluido que el delito comprenda la
apropiacin de una unidad. Con el texto actualmente vigente se
descart todo equvoco, de manera que la accin en el abigeato
puede recaer tanto en una unidad como en una pluralidad de
animales.
b) Beneficio o destruccin de animales para apropiarse de todo o parte
de ellos. El inciso cuarto del art. 448 ter dispone: Ser castigado
como culpable de abigeato el que beneficie o destruya una especie
para apropiarse de toda ella o de alguna de sus partes. Se sanciona
como delito de abigeato la accin de privar de la vida a un animal
o destruirlo, siempre que se tenga como finalidad apropiarse del
mismo o de alguna de sus piezas o partes. Se trata en realidad de
un delito de daos, de la destruccin o muerte de un animal; que
requiere para su existencia de un elemento subjetivo de tendencia
interna trascendente: apropiarse de todo o parte de los restos del

134
Ibdem.

255
DERECHO PENAL

cuadrpedo. No se exige que el agente alcance o concrete su obje-


tivo de apropiarse, el delito se consuma con la muerte o destruccin
del animal, siempre que tales acciones hayan tenido como objetivo
la apropiacin del todo o parte de los restos.
Los verbos rectores son destruir o matar, conceptos que no son
sinnimos. Por matar debe entenderse la privacin de la vida del
animal, en la nocin destruir se comprende dejarlo incompleto,
intil o inepto para el servicio a los cuales por su naturaleza se
le destina. La pena puede corresponder a la del delito de hurto,
robo con fuerza en las cosas o con violencia o intimidacin en
las persona, segn la modalidad que se haya empleado para su
ejecucin, ms el aumento de grado inherente al abigeato.
Si la muerte o destruccin no va aparejada del elemento sub-
jetivo apropiarse de los restos, esos comportamientos no se subsu-
men en el art. 448 ter, sin perjuicio de que puedan encuadrarse
en el delito daos (arts. 484 y siguientes) y, por consiguiente,
sern las sanciones sealadas por esta figura las aplicables, sin el
aumento de grado establecido para el abigeato.

117. LA PENALIDAD DE LAS DOS FIGURAS DE ABIGEATO


RECIN COMENTADAS Y FORMA DE DETERMINARLA

El art. 448 bis expresa que la pena que corresponde a la apropia-


cin de animales, es la misma sancin que corresponde segn
la forma de comisin del hecho al delito de hurto, de robo con
fuerza en las cosas o de robo con violencia o intimidacin en
las personas. Pero de inmediato el art. 448 ter agrega: Una vez
determinada la pena que correspondera a los autores, cmpli-
ces y encubridores de abigeato sin el requisito de tratarse de la
substraccin de animales y considerando las circunstancias mo-
dificatorias de responsabilidad penal concurrentes, el juez deber
aumentarla en un grado. En el inciso tercero del artculo citado
se hace notar que cuando la pena consta de dos o ms grados, el
aumento en cuestin se har despus que se haya determinado la
pena que le habra correspondido al imputado, sin considerar la
circunstancia de tratarse de substraccin de animales. De suerte
que las penas sealadas para los delitos de hurto, robo con fuerza
en las cosas o robo con violencia o intimacin en las personas

256
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

son las aplicables en la especie, con el aumento de grado a que


se ha hecho referencia.
Con respecto de la sancin en el caso del hurto de animales
pueden suscitarse algunas dudas. Es sabido que la pena privativa
de libertad del delito de hurto, como lo indica el art. 446, va apa-
rejada de una pena de multa que se regula conforme a la cuanta
de las especies substradas, pero no as en los delitos de robo con
fuerza en las cosas y con violencia, donde no rige la referida san-
cin pecuniaria. No obstante, tratndose del abigeato esa regla
sufre una modificacin, pues el inciso segundo del art. 448 ter
establece que tanto en los delitos hurtos como en los de robo de
animales, si stos tienen un valor que excede a cinco unidades
tributarias mensuales, el juez debe aplicar, adems de la pena
privativa de libertad calculada de la manera antes indicada, una
pena accesoria de multa de diez a cincuenta unidades tributarias
mensuales. Debe concluirse, de consiguiente, que en la forma
sealada se ha modificado el art. 446 en relacin al hurto de
animales, en cuanto a esta pena accesoria y que, por el carcter
especial que tiene el art. 448 ter para el abigeato, su aplicacin
ha de ser preferente con respecto de la multa a que se refiere
el art. 446. Ha de descartarse, obvio es decirlo, la posibilidad de
que puedan imponerse ambas penas de multa simultneamente,
porque sin perjuicio de lo recin aseverado, se violara tambin
el principio non bis in idem.

118. ABIGEATO DE HALLAZGO

El inciso final del art. 448 ter sanciona lo que podra denomi-
narse como abigeato de hallazgo, por cuanto se refiere a los
animales perdidos o abandonados que no son entregados a
sus propietarios o a la autoridad. El referido inciso expresa lo
siguiente: La regla del inciso primero de este artculo se obser-
var tambin en los casos previstos en el artculo 448, si se trata
de animales comprendidos en el artculo anterior.
Por consiguiente, aquel que encontrare uno o ms caballos o
bestias de silla o carga, o especies de ganado mayor, menor o por-
cino, perdidos o abandonados cuyo valor exceda de una unidad
tributaria mensual, constndole quien es su dueo y no lo entre-

257
DERECHO PENAL

gare a ste o a la autoridad, se le debe imponer la pena privativa


de libertad sealada en el art. 448 aumentada en la forma que se
indicar ms adelante. Es til precisar que en este caso la multa a
imponer como pena accesoria es la determinada en el art. 448 o
sea, la que se especifica para las especies al parecer perdidas y no
as la del artculo 448 ter, inciso segundo que es la que correspon-
de al abigeato, pues slo le es aplicable el inciso primero de esta
ltima disposicin, y no as el inciso segundo.

118 BIS. APROPIACIN DE PLUMAS, PELOS, CRINES,


CERDAS O CUALQUIER ELEMENTO DEL PELAJE DE
ANIMALES AJENOS

El art. 448 quinquies dispone: El que se apropie de las


plumas, pelos, crines, cerdas o cualquier elemento del pelaje
de animales ajenos, por cualquier medio que ello se realice,
ser castigado con presidio menor en sus grados mnimo a
medio.
La conducta prohibida es la apropiacin o sea debe con-
currir el animus rem sibi habendi de parte del agente, pero en re-
lacin de especies determinadas. El objeto material de la accin
es cualquier elemento del pelaje de animales ajenos, y por va
ejemplar se enumeran los pelos, las crines o cerdas, que guardan
relacin con los animales que pueden ser objeto de abigeato;
pero la disposicin extiende el concepto mencionando tambin
a las plumas, de manera que las aves como las gallinas, los aves-
truces y otras quedan comprendidas; otro tanto sucede con los
animales domsticos, respecto de su pelaje o plumaje. Tampoco
tiene importancia el valor de las especies de que se trate.
La forma de apropiarse del pelaje o plumaje puede ser cual-
quiera, como claramente lo indica la disposicin, sea que se
arranquen, corten o esquilen como sucede con la lana de las
ovejas o simplemente se sustraigan una vez que se encuentren
almacenadas o embaladas. Cuando directamente se separan del
animal, ste no debe sufrir detrimento o perder la vida, pues en
esta alternativa priman las figuras antes comentadas. La expre-
sin por cualquier medio que ello se realice, margina que esta
clase de apropiacin, si se emplea fuerza, violencia o intimida-

258
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

cin, se desplace al delito de robo con fuerza o con violencia,


como se sostiene por sectores de la doctrina, sin perjuicio de
que se pueda presentar un concurso material entre la figura del
art. 448 quinquies con un posible delito de daos, de lesiones
y aun de homicidio, que deberan sancionarse separadamente
(opina en contra Bullemore-MacKinnon, t. IV, p. 60).
La cantidad de animales afectados o su clase se apropie de
plumas de aves y coetneamente se corten crines de un caballo
no afecta a la unidad del delito; para establecer si se trata de uno
o ms delitos ha de estarse a la continuidad espacio temporal de
los hechos y no a la variedad de las especies comprometidas ni
al nmero de animales (Matus-Ramrez, t. I, p. 319).
La pena que corresponde al delito es presidio menor en sus
grados mnimo a medio, sin considerar el valor de los objetos
materia de la apropiacin, la pena es nica.

119. PRESUNCIONES SOBRE EL DOMINIO DE LOS ANIMALES


Y SOBRE LA AUTORA EN EL DELITO
DE APROPIACIN DE ANIMALES

El art. 448 quter en su inciso segundo dispone que las marcas


registradas, seales conocidas, dispositivos de identificacin
oficial registrados ante el Servicio Agrcola Ganadero u otras de
carcter electrnico o tecnolgico puestas sobre el animal, cons-
tituyen presuncin de dominio a favor del dueo de la marca o
seal. Esta presuncin de dominio es de naturaleza legal y, por
consiguiente, admite prueba en contrario.
El mismo artculo, en su inciso primero, establece dos pre-
sunciones de autora de delito de abigeato: a) para aquel en
cuyo poder se encuentren animales o partes de los mismos, refe-
ridos en este prrafo, cuando no pueda justificar su adquisicin
o legtima tenencia, y b) al que sea habido en predio ajeno,
arreando, transportando, manteniendo cautivas, inmovilizadas
o maniatadas dichas especies animales.
En la hiptesis de la letra a) podra estimarse que la presuncin
est establecida con demasiada amplitud, pues parece comprensible
cuando los restos son encontrados en poder de una sola persona;
pero cuando lo son en poder de distintas personas no vinculadas

259
DERECHO PENAL

la situacin es ms compleja. En todo caso, esta presuncin puede


descartarse acreditando la legtima adquisicin de las especies.
La segunda presuncin requiere que el agente sea sorprendi-
do en predio ajeno, expresin que ha de entenderse en el sentido
de que no se tiene derecho a facultad para estar en l. Pero el
mero estar en predio ajeno necesariamente debe ir aparejado
de cualquiera de las siguientes circunstancias: arriando animales
tambin ajenos (que no sean del sorprendido), transportndolos,
mantenindolos cautivos, inmovilizados o maniatados.
Porte de armas. En el referido inciso primero del art. 448 qu-
ter se sanciona como delito independiente, adems, el porte
en dichas circunstancias (las anotadas en el prrafo anterior)
de armas, herramientas o utensilios comnmente empleados en
estas faenas; agrega que se castigar conforme lo establecido en
el art. 445, o sea a la fabricacin o tenencia de ganzas y utensi-
lio generalmente usados para cometer delitos de robo, esto es,
presidio menor en su grado mnimo. Del precepto se desprende
que el legislador consagra el porte de armas o instrumentos en
cuestin como una figura independiente al abigeato que pre-
sume cometido por el sujeto portador de los mismos, debiendo
imponrsele las dos penas, vale decir la correspondiente a cada
delito en concurso material. Aparece como excesivo el rigor em-
pleado por el legislador en esta clase de apropiaciones, sin que se
observe una justificacin que en este caso respalde tal posicin.
Traslado de animales o partes de ellos en vehculos de transporte
de carga. El Cdigo Penal, con el fin de precisar las presuncio-
nes de autora del inciso primero del art. 448 quter, en su
ltimo inciso se ocupa de establecer reglas sobre el transporte
de animales o partes de ellos en vehculos de transporte de
carga, imponiendo a Carabineros de Chile la obligacin de
exigir factura o gua de despacho de los mismos que acre-
diten su propiedad, posesin o legtima tenencia. Si no se
comprueban las referidas circunstancias o los afectados se
niegan a exhibir los documentos ya sealados, Carabineros
debe incautarse no slo de los animales o sus partes, sino
tambin del vehculo de transporte. Adems debe dar aviso a
la Fiscala para que se inicie la investigacin que corresponda
y al Servicio de Impuestos Internos para que indague sobre el
posible delito tributario.

260
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Disposiciones comunes a los delitos de hurto, robo y abigeato

120. ASPECTOS GENERALES

El prrafo N 5 del Ttulo IX, del Libro Segundo, presenta un


conjunto de disposiciones sobre una diversidad de materias,
dirigidas a reglar algunas situaciones inherentes a estos delitos,
las que se pueden agrupar en aquellas que se refieren al objeto
material sobre la cual recae la accin, a la forma de castigar la
tentativa en algunos robos y el concurso de calificantes en un
mismo delito, a la autora y a la devolucin de lo sustrado, como
a las circunstancias modificatorias.

121. SUSTRACCIN DE VEHCULOS

El art. 449 se ocupa en particular de la apropiacin de vehculos.


Expresa: En los casos de robos o hurtos de vehculos, podrn
ser aplicadas respectivamente a los autores, cmplices y encu-
bridores, las penas superiores en un grado a las que les hayan
correspondido.
Cuando la pena conste de dos o ms grados el aumento es-
tablecido en el inciso primero se har despus de determinar la
pena que habra correspondido al condenado con prescindencia
de la expresada circunstancia.
Ser castigado en la forma sealada en este artculo, el que
destruya las especies a que l se refiere para apropiarse solamen-
te de parte de ella.
El Cdigo se ha ocupado de reprimir dos clases de
comportamientos: a) la apropiacin del vehculo mismo, y
b)la destruccin del vehculo para apropiarse de parte o
partes del mismo. Se han limitado estas figuras penales a los
tipos de apropiacin por medios materiales, robos y hurtos,
por consiguiente quedan descartadas las apropiaciones reali-
zadas por medio de engao o abuso de confianza (estafas o
apropiaciones indebidas).
El objeto material sobre el cual debe recaer la accin son
los vehculos, y por tales han de entenderse todos los medios de
transporte de personas o cosas, conforme al alcance corriente

261
DERECHO PENAL

de la referida palabra. La fuerza que mueva al vehculo puede


ser un motor u otro ingenio mecnico, comprende tambin los
tradicionales sistemas de fuerza animal, sean caballares, vacunos
o de otra especie. El concepto de vehculo ha sido usado en
sentido normativo, restringindolo a los terrestres, lo que se des-
prende de la ubicacin que se da a estos hurtos o robos, junto
con el de ganado. No parece aplicable la voz vehculo a una nave
area o martima, de modo que quedan excluidos los aviones,
los helicpteros, los buques; s se comprenden las carretas, los
automviles, las motocicletas, una locomotora.
Se duda si los vehculos impulsados con la fuerza fsica de
quien los gua quedan o no abarcados por la norma. Se sostiene,
y parece ser lo correcto, que aquellos que responden a la fuerza
fsica de la propia persona (un carretn de mano) quedaran
excluidos, salvo si aumenta la potencia que para impulsarlo se
emplea (una bicicleta).135
Hasta que se dict la Ley N 20.090, de 2006, que modific el
Cdigo, la sustraccin de partes del vehculo no era motivo para
agravar la pena; pero esta situacin vari conforme al texto del
actual inciso segundo del art. 449, la apropiacin de parte o par-
tes de un vehculo obliga a aumentar la pena sealada al delito
cometido, pero con una limitacin, nicamente cuando se ha re-
querido destruirlo. Esta nocin debe apreciarse por el tribunal en
el sentido de un grave detrimento sufrido por la especie cuando
se le han separado parte o partes de ella. Pues destruir equivale
a deshacer, desmantelar, arruinar una cosa material; de suerte
que la apropiacin llevada a cabo de una marca o smbolo del
vehculo, un espejo retrovisor, un farol o una antena, no queda
comprendida en el inciso segundo del art. 449 y no corresponde
aumentar la pena del hurto o robo a que d origen.
Aumento de la pena. La pena al delito de hurto o robo debe
aumentarse en un grado necesariamente en los casos en estudio,
pero al igual que en la hiptesis del abigeato, si la sealada por la
ley es de dos o ms grados, el aumento debe hacerse en relacin
a la sancin que se determine para el delito sin considerar que
se trata de la sustraccin de un vehculo o parte de l.

135
Ibdem.

262
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Se ha sostenido, aludiendo al primitivo texto del art. 449


y el tenor del art. 443, que el aumento de pena de la primera
disposicin citada podra no aplicarse por el principio de inhe-
rencia inspirador del art. 63, que establece que aquellas agra-
vantes tan inherentes al delito no pueden considerarse de tales.
El referido criterio parte del supuesto que la agravacin de la
sancin del primitivo texto del art. 449, sera la misma que fluye
del art. 443, o sea la facilidad que existira para llevar a cabo
apropiaciones de cosas que se encuentren en bienes naciona-
les de uso pblico, lugares donde normalmente se encuentran
los vehculos (Matus-Ramrez, opus cit., t. II, p. 390). Es difcil
aceptar esa interpretacin por cuanto el aumento de pena
en la apropiacin de vehculos no puede considerarse como
una agravante, atendido su naturaleza de calificante objetiva y
especial del delito de robo o hurto que tiene fundamento en
el objeto material sobre el cual recae la accin: un vehculo, y
no as en la facilidad de la ejecucin del hecho. La aplicacin
analgica del art. 63 en beneficio del agente en esta clase de
apropiaciones no parece posible.

122. VALOR DE LA ESPECIE SUSTRADA

Se ha visto que en los delitos de apropiacin no siempre el valor


de la especie sustrada ofrece particular inters, salvo para la
determinacin del dao inferido con su comisin, que a su vez
puede ser considerado para la regulacin definitiva de la pena
(art. 69). Donde tiene importancia ese valor es en el delito de
hurto, porque la sancin depende del valor de las cosas confor-
me lo dispone el art. 446. Esto hace necesario que el tribunal,
durante el proceso trate de determinar ese valor, lo que general-
mente se hace mediante informe pericial.
El art. 455 se dirige precisamente a determinar cmo debe
obrar el tribunal si no se ha logrado fijar el valor. Dice lo siguien-
te: Cuando del proceso no resulte probado el valor de la cosa
sustrada ni pudiere estimarse por peritos u otro arbitrio legal,
el tribunal har su regulacin prudencialmente.

263
DERECHO PENAL

123. DESTRUCCIN O SUSTRACCIN DE EXPEDIENTES


ADMINISTRATIVOS O JUDICIALES

Para sancionar la destruccin o sustraccin de procesos como los


indicados, se dict la Ley N 5.507, de 9 de noviembre de 1934,
que en su art. 4 expresa: Ser castigado con la pena de reclu-
sin menor en su grado mnimo y multa de E 0,20 a E 2, el que
sustrajere, hurtare, robare o destruyere un expediente administrativo
o judicial, que estuviere en tramitacin o afinado. En la subs-
tanciacin y fallo de los procesos por la investigacin de estos
delitos, los tribunales apreciarn la prueba en conciencia.
El precepto resulta curioso, porque fuera de que la cuanta de
la multa en la actualidad prcticamente carece de equivalencia, ho-
mologa para efectos de la penalidad distintos comportamientos que
repetidamente la ley en otros textos mensura con cartabones distin-
tos. Resulta particularmente grave que el robo de un expediente, que
supone fuerza en las cosas o violencia en las personas, lo considere
igual que una simple sustraccin, con una pena privativa de libertad
tan benigna como la de reclusin menor en su grado mnimo.
Puede darse una situacin de concurso aparente con el tipo
penal descrito como estafa en el art. 470 N 5, que sanciona
como tal al que defraudare a otro sustrayendo, ocultando o des-
truyendo, en todo o parte, un proceso o expediente. Para que
se d esta figura, el autor tiene que obrar con dolo de defraudar
y objetivamente para consumarse debe causar un perjuicio a la
vctima. Si en un hecho se cumplen esas condiciones el art. 470
N 5 prefiere en su aplicacin, por el principio de especialidad, al
tipo penal descrito en la ley antes citada, que no exige esa volun-
tariedad y tampoco que materialmente se cause un perjuicio.

Reglas sobre la forma de castigar la tentativa de robo


y el concurso de calificantes
124. PRECEPTO SOBRE CMO SANCIONAR LA TENTATIVA
EN ALGUNOS TIPOS DE ROBO

El art. 450, en su inciso primero, contiene una regla particu-


lar para los delitos de robo con violencia o intimidacin en

264
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

las personas y para el robo en lugar habitado o destinado a la


habitacin. Ese precepto expresa: Los delitos a que se refiere
el prrafo 2 y el artculo 440 del prrafo 3 de este Ttulo se cas-
tigarn como consumados desde que se encuentren en grado
de tentativa.
Esta regla no es conveniente porque altera los principios ge-
nerales que rigen la aplicacin de las penas, y desde una visin
poltica criminal resulta inefectiva en cuanto a su eficacia. De
otro lado, su aplicacin prctica trae aparejadas situaciones de
evidente desequilibrio en cuanto a las sanciones; sistemas como
el sealado deberan quedar, en cuanto a su aplicacin, entre-
gados a la apreciacin del tribunal, que est en condiciones de
valorar las circunstancias reales de cada caso.
Los delitos de robo con violencia e intimidacin (compren-
diendo adems entre ellos al robo por sorpresa, a la piratera y
a la extorsin), como tambin el robo con fuerza en las cosas en
lugar habitado o destinado a la habitacin y sus dependencias,
conforme lo seala el precepto, desde que se encuentran en es-
tado de tentativa, deben ser condenados como consumados. En
el hecho, en esos delitos las fases de tentativa propiamente tal y
de frustracin desaparecen para efectos de su sancin. Escapan
a la aplicacin de ese precepto los hurtos y los robos con fuerza
en las cosas en lugar no habitado y los cometidos en bienes na-
cionales de uso pblico.

125. CONCURSO DE CALIFICANTE

El art. 453 se ocupa de esta materia en los siguientes trminos:


Cuando se reunieren en un hecho varias de las circunstancias
a que se seala pena diversa segn los prrafos precedentes, se
aplicar la de las circunstancias que en aquel caso particular la
merezcan ms grave, pudiendo el tribunal aumentarla en un
grado.
La disposicin, atinadamente, plantea la alternativa de que
en un hecho delictivo concurran coetneamente diversas cir-
cunstancias calificantes, v. gr., se realiza con escalamiento de
una casa habitacin (fuerza en las cosas) y adems lesionando
a su propietario (violencia en las personas). En hiptesis como la

265
DERECHO PENAL

sealada, de acuerdo al art. 453, se prefiere la ltima violen-


cia en las personas porque tiene asignada una pena ms alta,
la que a su vez se puede aumentar en un grado.

Presuncin de autora y devolucin de la especie


126. PRESUNCIN DE AUTORA

El art. 454, expresa: Se presumir autor del robo o hurto de


una cosa aquel en cuyo poder se encuentre, salvo que justifique
su legtima adquisicin o que la prueba de su irreprochable
conducta anterior establezca una presuncin en contrario.
Esta disposicin consagra una presuncin legal de autora en
contra de la persona en cuyo poder se encuentre materialmente
la especie sustrada. No obstante, la misma disposicin reconoce
que esa presuncin se puede desvirtuar por dos vas: acreditando
la adquisicin legtima de la especie, lo que debe hacer ante el
tribunal, o probando que se ha tenido una conducta anterior
irreprochable, y por ella ha de entenderse la exigida para la ate-
nuante del art. 11 N 6.

127. DEVOLUCIN DE LA ESPECIE SUSTRADA


(EL ARREPENTIMIENTO)

El autor de la apropiacin ilcita puede devolver la especie sus-


trada a su dueo; si esa accin se lleva a cabo en determinadas
condiciones puede reportarle un beneficio con trascendencia
penal, que se seala en el art. 456: Si antes de perseguir al res-
ponsable o antes de decretar su prisin devolviere voluntariamente la
cosa robada o hurtada, no hallndose comprendido en los casos
de los artculos 433 y 434, se le aplicar la pena inmediatamente
inferior en grado a la sealada para el delito.
La ley penal establece en esta disposicin un reconocimien-
to especial al hecho de que el delincuente, con posterioridad
a la apropiacin del bien ajeno, lo devuelve a su dueo. Para
establecer este beneficio, el legislador consider aspectos de po-
ltica criminal, como es la posibilidad de que la vctima recupere

266
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

el objeto del cual haba sido despojada; la rebaja de la sancin


incentiva esa devolucin.
Sectores de la doctrina, equivocadamente, han denominado a
esta institucin como arrepentimiento,136 pero en realidad no hay tal,
porque arrepentirse involucra una posicin subjetiva de parte del
delincuente en relacin a su acto, que sienta haberlo realizado, po-
sicin subjetiva que no se exige en este caso; es suficiente, segn el
precepto, que el autor devuelva las cosas de que se haba apropiado,
sea por haberse arrepentido o por cualquier otro motivo menos
altruista; se trata de un acto objetivamente considerado.137
Para que opere esta circunstancia debe cumplirse un con-
junto de condiciones que no la hacen fcil. En efecto, se exige
como requisitos positivos que sea el delincuente quien haga
devolucin de la cosa hurtada o robada, que ese acto sea voluntario
de su parte, y que lo lleve a efecto antes de ser perseguido judicialmen-
te o de que se decrete su prisin. Como condiciones negativas, los
hechos no deben constituir los delitos de robo con violencia en las
personas calificado (art. 433) o piratera (art. 434).
La rebaja de pena procede tanto en el delito de robo (salvo
las dos excepciones antes indicadas) como en el de hurto. En am-
bas alternativas el sujeto activo debe devolver las cosas de que se
apropi a su dueo, sea que lo haga personalmente o por medio
de otra persona, o que con ese objetivo las ponga a disposicin
de la autoridad.
La devolucin debe hacerla voluntariamente, lo que no signifi-
ca que la realice por objetivos moralmente positivos. Las razones
que lo lleven a esa devolucin no interesan para estos efectos,
salvo que lo haga coaccionado por la fuerza o la intimidacin,
porque la restitucin tiene que ser voluntaria. Subjetivamente
es necesario que el ladrn sepa que est restituyendo aquello de
que se apropi y tiene que querer hacerlo; una devolucin hecha
por error carece de valor.
El momento en que se lleva a cabo la devolucin no tiene
relevancia, siempre que lo haga antes de que sea sometido a proceso
judicial por ese delito, o sea, que se dicte la resolucin a que se

Es la posicin que ha tenido Etcheberry (D.P., t. III, p. 358).


136

Aunque no se pronuncia expresamente sobre el punto, Labatut parece


137

compartir este criterio (D.P., t. II, p. 234).

267
DERECHO PENAL

refiere el art. 274 del C. de P.P. (a esa resolucin hace referencia


la disposicin cuando expresa antes de ser perseguido judicial-
mente), o antes de ser sometido a prisin preventiva (que es el
decreto de prisin que se menciona en el artculo).
En el nuevo procedimiento penal, conforme al proyecto del
Cdigo Procesal Penal, las expresiones antes comentadas han
de asimilarse a la formalizacin de la investigacin, que deben
hacer los fiscales ante el juez de garanta y al decreto de prisin
que este ltimo puede dictar a peticin del ministerio pblico.
La devolucin de las especies sustradas realizada por el au-
tor tiene una consecuencia importante: la pena sealada por la
ley al delito hay que aplicarla rebajada en un grado. Sobre este
punto hay que precisar dos cuestiones: a) la rebaja de pena en
un grado es imperativa, no queda sujeta al arbitrio del tribunal, y
b) el beneficio no consiste en rebajar la pena que en definitiva
le correspondera al autor, sino que esa sancin necesariamente
debe ser inferior en un grado a la sealada para el delito, rebaja
que corresponde hacer desde el grado inferior de la pena que la
ley asigna al hecho.

Disposiciones especiales sobre los concursos de delitos y sobre


las circunstancias modificatorias
128. GENERALIDADES

El Cdigo Penal, con su tendencia a reglar minuciosamente


casos particulares, consagra un conjunto de preceptos relativos
al concurso material de delitos, sobre el uso de armas y sobre
circunstancias modificatorias de responsabilidad, las que se ana-
lizarn a continuacin.

129. REITERACIN DE HURTOS EN CONTRA DE UNA


MISMA PERSONA O EN UN MISMO LUGAR O RECINTO A
DISTINTAS PERSONAS

El art. 451 se refiere a esta situacin. En los casos de reitera-


cin de hurtos, aunque se trate de faltas, a una misma persona, o a

268
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

distintas personas en una misma casa, establecimiento de comercio,


centro comercial, feria, recinto o lugar el tribunal calificar el ilcito
y har la regulacin de la pena tomando por base el importe total
de los objetos sustrados, y la impondrn al delincuente en su grado
superior.
Esta regla es sin perjuicio de lo dispuesto en el artcu-
lo 447.
El Cdigo establece esta modalidad particular de regular la
pena en caso de reiteracin de delitos de hurto solamente; en
consecuencia, no se comprenden los de robo. Se regla la reitera-
cin del delito, no un delito continuado, que es una institucin
claramente distinta. La disposicin hace referencia a delitos
de hurto reiterados, o sea varios hechos independientes, que
no conforman una unidad jurdica como sucede en el delito
continuado.
La regla consiste en que por esa pluralidad de hurtos el
tribunal debe imponer una pena nica para el conjunto de ellos,
que debe determinar sumando el valor de todas las especies muebles
sustradas en los diferentes hurtos cometidos (recurdese que la pena
en el delito de hurto se regula segn el valor de las cosas objeto
del apoderamiento, art. 446), y la pena as determinada, si tiene
ms de un grado, deber imponerse en el superior, o sea en su
parte ms alta. De conformidad con el inciso final, si se trata de
alguno de los hurtos sealados en el art. 447 (los agravados por
abuso de confianza), se mantiene la facultad que esta disposicin
establece, de carcter facultativo para el tribunal, de aumentar la
pena antes mencionada en un grado.
Para que pueda imponerse la pena nica en la forma re-
cin indicada, deben cumplirse los presupuestos descritos en
el art. 451, en sus dos alternativas: a) que el autor haya hurtado
ms de una vez a una misma persona, sin que tenga inters la
ocasin o lugar donde los cometi, y b) que las vctimas sean
distintas personas (ms de una), y que los hurtos de que fueron
objeto se hayan cometido en un mismo recinto o lugar, no importa
su naturaleza o caractersticas, pues slo por va ejemplar la dispo-
sicin indica una casa, un establecimiento comercial, un centro
comercial y una feria.

269
DERECHO PENAL

130. PENAS ACCESORIAS PARA EL REINCIDENTE


EN DELITOS DE ROBO O HURTO

El art. 452 expresa: El que despus de haber sido condenado


por robo o hurto cometiere cualquiera de estos delitos, adems
de las penas que le correspondan por el hecho o hechos en que
hubiere reincidido, el tribunal podr imponerle la de sujecin
a la vigilancia de la autoridad dentro de los lmites fijados en el
artculo 25.
Este precepto faculta al tribunal para imponer al condena-
do como responsable de un delito de hurto o de robo indistin-
tamente una pena accesoria: que quede sujeto a la vigilancia
de la autoridad por un perodo que determinar conforme
al art. 25 inciso 4 (de sesenta y un das a cinco aos). Esta
sancin no es imperativa, el tribunal puede imponerla segn las
circunstancias, y afectar tanto al autor, al cmplice como al
encubridor.
La sancin de vigilancia no se dispone para los casos de rei-
teracin que, como se recordar, es la comisin en el tiempo de
varios delitos en este caso de robo o hurto y siempre ms de
uno sin que se haya castigado al responsable por ninguno de
ellos. La disposicin se refiere especficamente a los reincidentes,
que son aquellos que habiendo sufrido y cumplido una condena
por uno de estos delitos, vuelve con posterioridad a cometer uno
o varios de la misma especie (art. 12 Nos 14 y 15, en relacin con
el art. 92).
Para aplicar esta pena accesoria no importa que haya transcu-
rrido el plazo de prescripcin que seala el art. 104, porque esta
disposicin se refiere exclusivamente a las agravantes del art. 12
Nos 14 y 15, y no as a lo dispuesto en el art. 452.

131. USO O PORTE DE ARMAS EN LA COMISIN DE UN


DELITO DE HURTO O ROBO

Los incisos segundo, tercero y cuarto o final del art. 450 reglan
esta materia: En los delitos de robo y hurto, la pena correspon-
diente ser elevada en un grado cuando los culpables hagan uso
de armas o sean portadores de ellas.

270
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

En el caso del delito de hurto, el aumento de la pena contem-


plado en el inciso anterior se producir si las armas que se portan
son de fuego, cortantes o punzantes. Tratndose de otras armas, la
mera circunstancia de portarlas no aumentar la pena si, a juicio
del tribunal, fueren llevadas por el delincuente con un propsito
ajeno a la comisin del delito.
Para determinar cundo el robo o hurto se comete con ar-
mas, se estar a lo dispuesto en el artculo 132.
Se ha sostenido que en este artculo, en su primitiva redac-
cin, se consagrara una figura especial,138 pero en realidad es
una circunstancia de calificacin139, sobre todo respecto del hur-
to. Este artculo fue modificado en su texto por la Ley N 19.975
(5 de octubre de 2004), que reemplaz su inciso segundo por el
antes transcrito. El texto primitivo dispona que al portador de
un arma al cometer un hurto o robo, como tambin si haca uso
de ella, se le castigara con presidio mayor en su grado mximo,
sancin de excepcional drasticidad desde una perspectiva polti-
co criminal y difcil de explicar en el plano sistemtico.
Es suficiente llevar un arma durante la comisin de un delito
de hurto o de robo para que la pena deba ser aumentada en
un grado, porque la norma homologa llevar un arma y usar la
misma. Respecto del robo, en el que debe concurrir violencia o
intimidacin, el uso de arma es algo normalmente inherente al
delito; en el hurto, si se usa arma dejar de ser tal y conformar
el delito de robo.
Se considera como arma, en esta hiptesis, los objetos que
menciona como tales el art. 132: toda mquina, instrumento,
utensilio u objeto cortante, punzante o contundente que se haya
tomado para matar, herir o golpear, nocin de gran amplitud,
donde una cuerda, un madero, una botella, se constituyen en
armas. Para el delito de hurto se dan reglas especiales sobre lo
que es arma; se debern calificar como tales las de fuego, cortan-
tes y punzantes, las dems como un bastn, una cadena no lo
sern si a juicio del tribunal eran llevadas por el delincuente con
un propsito ajeno a la comisin del delito.

138
Lo estima as Labatut, que expresa que constituye un delito independien-
te (D.P., t. II, p. 232).
139
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 363.

271
DERECHO PENAL

132. REGLAS SOBRE LA REPARACIN CON CELO DEL MAL


CAUSADO O DE IMPEDIR SUS CONSECUENCIAS

Con el discutible criterio de que con leyes se puede restringir la


comisin de delitos contra la propiedad, el legislador ha dictado
una serie de reglas que si bien han endurecido el tratamiento de
los delincuentes que resultan responsables de atentado en contra
de ese bien jurdico, desde una perspectiva disuasiva no han tenido
ningn resultado y, por otra parte, no ayudan tampoco a las vctimas
de tales hechos. Un evidente ejemplo de esa equivocada poltica lo
constituyen las normas que han limitado la aplicacin de la atenuan-
te del art. 11, N 7, que califica como atenuante de responsabilidad
en favor del delincuente si ha procurado con celo reparar el mal
causado o impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias.
Entre esas no siempre felices normas se pueden mencionar
las siguientes:
a) El art. 450 bis: En el robo con violencia o intimidacin en
las personas no proceder la atenuante de responsabilidad penal
contenida en el art. 11 N 7. Con este precepto desincentiva al
delincuente de la posibilidad de devolver las especies al afectado
o a prestarle auxilio con posterioridad al hecho.
b) El Cdigo, adems de excluir en los delitos de robo antes
referidos la atenuante de reparacin del mal, restringi su apli-
cacin en los otros delitos de robo y hurto donde puede hacerse
valer dicha circunstancia. En efecto, el art. 456 bis, en su inciso
final expresa: En estos delitos (robo y hurto) no podr estimarse
que concurre la circunstancia atenuante del N 7 del artculo 11
por la mera restitucin a la vctima de las especies robadas o hurtadas y,
en todo caso, el juez deber considerar, especificada la justificacin
del celo con que el delincuente ha obrado. En otros trminos, aunque
el delincuente restituya las cosas hurtadas o robadas, ese compor-
tamiento no puede reputarse como reparacin en el alcance que
se establece en el N 7 del art. 11, y si junto con esa restitucin
trata por otros medios de reparar a la vctima, tampoco ello es
suficiente a menos que el tribunal considere que el delincuente
ha justificado en el proceso que ha obrado con celo. Le corresponder
acreditar entonces las dificultades que tuvo para hacerlo y el
esfuerzo que debi emplear, atendidas sus particulares condi-
ciones. En un delito de homicidio o en uno de mutilaciones,

272
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

el legislador no hace tales exigencias, pero s las establece para


reparar la sustraccin de una billetera y hechos anlogos.
c) Se coment con anterioridad que conforme a lo dispuesto
por el art. 456, la devolucin voluntaria de las cosas substradas
permita rebajar la pena en un grado, pero siempre que no se
trate de los delitos de robo con violencia o intimidacin en las per-
sonas calificado o piratera.

133. CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES DE AGRAVACIN

Por las mismas razones sealadas en el prrafo precedente, el


Cdigo ha establecido un conjunto de agravantes que afectan de
manera particular a los delitos de robo y de hurto. Estas agravantes
estn descritas en el art. 456 bis, el que se transcribir en sus cinco
nmeros a medida que se vaya comentando cada uno de ellos.
El art. 456 bis expresa: En los delitos de robo y hurto sern
circunstancias agravantes las siguientes:
1. Ejecutar el delito en sitios faltos de vigilancia policial,
obscuros, solitarios, sin trnsito habitual o que por cualquiera
otra condicin favorezcan la impunidad.
Esta agravante explica su verdadero sentido en su frase final,
cometer la sustraccin en cualquier sitio o lugar en condiciones
que quede favorecido el delincuente en cuanto a que no ser descubierto.
La enumeracin de situaciones tales como obscuridad, falta de
vigilancia, sitios solitarios o sin trnsito, fija el marco de aplica-
cin de la nocin condicin que favorezcan la impunidad,
que est vinculada con el lugar de ejecucin del delito140 y no con
modalidades de la accin.
La agravante general del art. 12 N 12, que considera tal
cometer el hecho de noche o en despoblado, por su naturaleza
queda subsumida en la del N 1 del art. 456 bis, de contenido
ms amplio, que obedece a la misma finalidad.

140
Comentando esta circunstancia, Jorge Mera afirma que no procede en
el caso del robo con violencia o intimidacin calificado, porque la gravedad de
la pena consume el desvalor del lugar donde el hecho se realiza; por otra parte,
estima que no es la indefensin de la vctima la razn de ser de la misma, sino el
sentimiento de tranquilidad y seguridad, y tendra vigencia slo para el hurto y el
robo por sorpresa (op. cit., pp. 271 y ss.).

273
DERECHO PENAL

2. Ser la vctima nio, anciano, invlido o persona en mani-


fiesto estado de inferioridad fsica.
La agravante al igual que en el caso anterior est de-
terminada en la frase final: manifiesto estado de inferioridad
fsica de la vctima en relacin al sujeto activo. Siempre que se
d una circunstancia que haga difcil al sujeto pasivo proteger
su patrimonio, por estar en condiciones de inferioridad fsica
respecto del autor, y de que sta sea ostensible (manifiesta),
opera la agravante tanto en el robo como en el hurto. Las refe-
rencias a un nio y a un anciano, como tambin a un invlido,
han de ser consideradas como criterios relativos, pues se alude
a personas de pocos aos o de muchos y a imposibilitados (la
ley no determina quin es nio o anciano, como tampoco qu
se entiende por invlido). Han de ser calificadas de tales segn
las circunstancias concretas que presente cada hecho en torno
a las condiciones personales de vctima y victimario y de la
nocin de inferioridad fsica. En todo caso esta circunstancia
agravante opera exclusivamente cuando esa inferioridad tiene
trascendencia en la comisin del delito, lo que suceder cuan-
do haya un aprovechamiento o, por lo menos, la posibilidad
de ello. Normalmente esta circunstancia se presentar en los
robos con violencia o intimidacin, pero no se ve qu rol po-
dra tener en la hiptesis de un hurto. En otros trminos, no
se trata de una circunstancia objetiva, sino que debe ser apre-
ciada en cada caso segn las circunstancias.
Esta agravante se vincula con la general establecida en el
N 6 del art. 12, que exige abuso de parte del delincuente de la
superioridad en que se encuentra en relacin a la vctima, que
prive a esta ltima de la posibilidad de defenderse, pero la esta-
blecida en el art. 456 bis prefiere en su aplicacin respecto del
robo y del hurto.
3. Ser dos o ms los malhechores.
Esta agravante fue objeto de controversia y aun ahora hay
opiniones divergentes sobre su alcance. La discusin se ha plan-
teado en torno a la expresin malhechores; mayoritariamente la
doctrina y la jurisprudencia han entendido que est empleada
haciendo referencia a que sea ms de una persona la que cometa
el hurto o el robo, sea que hayan o no delinquido con anteriori-
dad. Segn esta opinin, malhechores sera equivalente a agre-

274
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

sores, y no tendra relacin con el historial personal del pasado


de los mismos.
Otro sector estima que la ley usa la voz malhechores para ha-
cer referencia a ms de un sujeto, pero no a cualquiera, sino a
aquellos que han delinquido en el pasado, que han intervenido
en la ejecucin de crmenes o simples delitos; por eso los califica
de malhechores, porque quien no los ha cometido todava no es
malhechor. Esta opinin, se sostiene, tendra respaldo en el N 4
del art. 17, del que se desprendera ese alcance.
El punto es dudoso, pero son insuficientes para aclararlo los
aspectos semnticos; ms importantes son los sistemticos y la
ratio legis. Esta agravante vino a reemplazar a aquella que primi-
tivamente exista para estos hechos, y que consista en la inter-
vencin de ms de tres individuos la cuadrilla, que tena como
fundamento la circunstancia de que frente a varios agresores
las posibilidades de defensa de la vctima quedaban seriamente
limitadas y aun eliminadas,141 al igual de lo que sucede con la
circunstancia general de agravacin del art. 12 N 11, que tiene
la misma razn, o sea asegurar al autor la comisin del hecho y
su impunidad, y que consiste en atacar con gente armada o que
proporcionen impunidad. El actual N 3 del art. 456 bis obedece
a esos presupuestos, de manera que para el legislador lo trascen-
dente es la circunstancia de que sean dos o ms los agresores,
siendo irrelevante si han o no cometido delitos con anterioridad;
no se divisa, en el contexto de las agravantes del art. 456 bis, que
los antecedentes anteriores de los realizadores del hurto o robo
puedan tener valor agravatorio, y de ser as, qu razn habra
para reconocerlo nicamente cuando son dos o ms los que
intervienen, y no as cuando lo hace solamente uno.
Por lo comentado, se concluye que la agravante se aplica
siempre que sea ms de uno el que intervenga en el delito, haya
o no cometido hechos delictivos con anterioridad. Es necesario,
en todo caso, que materialmente acten en el momento de la apropia-

141
Sectores de la doctrina estiman que no es se el fundamento de la agravan-
te, sino la afeccin del sentimiento de tranquilidad y de seguridad que se produ-
cira cuando la apropiacin violenta se lleva a cabo por dos o ms malhechores,
circunstancia que debera establecerse en cada caso conforme a las caractersticas
del hecho ( Jorge Mera, op. cit., p. 306).

275
DERECHO PENAL

cin,142 aunque sea con su simple presencia, pues como se ha se-


alado, la agravacin se refiere a la limitacin o impedimento de
la vctima para protegerse. En consecuencia, la agravante opera
con dos sujetos por lo menos que deben materialmente participar
en la ejecucin del delito; si intervienen varios, pero uno solo
es el autor material, y no as los restantes que ni presencian su
ejecucin, no rige la agravante (caso del inductor).
4. Ejercer la violencia en las personas que intervengan en defen-
sa de la vctima, salvo que ese hecho importe otro delito.
Esta agravante concurre si durante la comisin del delito de
robo o de hurto terceros procedan a defender a la vctima, y slo
si esos terceros son objeto de violencia, a menos que esa violencia
constituya otro delito (lesiones u homicidio), caso este ltimo en
que se estara ante un concurso material de delitos. Cuando la
violencia empleada en contra de esos terceros no configura otro
delito, puede constituir la agravante en cuestin.
5. Actuar con personas exentas de responsabilidad criminal,
segn el nmero 1 del artculo 10.
La circunstancia de agravacin procede tanto en el delito
de robo como en el hurto y requiere que se acte con personas
exentas de responsabilidad penal. No es necesario que el sujeto
se prevalezca del inimputable,143 como s lo es en la hiptesis del
inciso segundo del art. 72 tratndose de un menor. Tampoco
se exige que lo emplee como instrumento, situacin en la que
habra una autora mediata y sera autor nicamente el que usa
al inimputable. Los casos referidos quedan abarcados por la agra-
vante, pero tambin lo quedan todas aquellas alternativas donde
una persona acte con otra privada de razn; se trata de una
circunstancia objetiva, donde puede aun el inimputable haber
arrastrado al imputable a la comisin del hurto o del robo.144

142
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 365.
143
As lo sostienen Labatut (D.P., t. II, p. 235) y Etcheberry (D.P., t. III, p. 366).
144
En relacin a la autora mediata, Jorge Mera discrepa de la posibilidad
de que opere esta causal de agravacin fundamentado en el principio non bis in
idem, porque se estara considerando doblemente la privacin de razn, una para
establecer la autora mediata y otra para la agravante (op. cit., p. 309), tesis que no
se puede compartir porque la autora mediata no est vinculada por naturaleza a
la falta de razn del instrumento humano; se puede instrumentalizar tanto a un
loco o demente como a una persona normal, y tampoco siempre que se acte con un
privado de razn hay autora mediata.

276
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La agravante est limitada a determinados inimputables, a los


del N 1 del art. 10, o sea al loco o demente y al privado totalmente
de razn por causas independientes de su voluntad; los menores, de
consiguiente, quedan excluidos.
Esta causal de agravacin resulta incompatible con la del N 3
del art. 456 bis, que consiste en ser dos o ms los malhechores, pues
en la hiptesis de la intervencin de inimputable se supone que esa
condicin se presenta y, por lo tanto, prefiere a aquella otra.

134. LA ALEVOSA Y LA PREMEDITACIN EN EL ROBO


Y EL HURTO (INCISO PENLTIMO DEL ART. 456 BIS)

El art. 456 bis en su inciso penltimo seala lo siguiente: Las


circunstancias agravantes de los nmeros 1 y 5 del artculo 12
sern aplicables en los casos en que se ejerciere violencia sobre las
personas.
Se sabe que la agravante del art. 12 N 1, o sea la alevosa, y la
del N 5, premeditacin conocida, afectan nica y exclusivamente a los
delitos contra las personas, y que el robo y el hurto son contra la pro-
piedad, de manera que no les seran aplicables, a menos que hubiera
norma expresa en sentido contrario, como sucede en la especie. De
consiguiente, estas agravantes operan en el robo y el hurto145 porque
el art. 456 bis lo dispone expresamente, exigiendo s para ello que se
ejerza violencia por los delincuentes sobre las personas. Como la mencin
que se hace de las personas es genrica, no se limita a las vctimas, se
extiende a su vez a los terceros que pueden intervenir.

135. EL DELITO DE RECEPTACIN

135.1. ANTECEDENTES DE SU ESTABLECIMIENTO

La Ley N 19.413, de 20 de septiembre de 1995, que modific


al Cdigo Penal, agreg en el Ttulo IX del Libro Segundo un

145
Hay opiniones discrepantes sobre este punto. Jorge Mera sostiene que estas
agravantes slo proceden en el delito de hurto, no as en los de robo con violencia
o intimidacin, porque la elevada pena establecida por estas figuras absorbera la
alevosa o premeditacin que pudiere concurrir (op. cit., p. 313).

277
DERECHO PENAL

prrafo que numer como 5 bis y que titul De la receptacin,


introduciendo as una nueva figura entre los delitos contra la
propiedad. El referido prrafo consta de un solo artculo, el
456 bis A.
Junto con establecer este nuevo delito, se suprimi el inciso
final del art. 454, que castigaba como cmplice del robo o hurto
de una cosa a aquel en cuyo poder se encontraba, siempre que
supiera o no pudiere menos de saber su procedencia ilcita, con-
ducta que si bien podra calificarse de encubrimiento conforme a
las reglas generales (art. 17), en este caso se sancionaba como
complicidad. Las conductas castigadas hoy como receptacin, de
no existir una figura especial, normalmente podan reprimirse
como encubrimiento del delito de robo o hurto, porque se tratara
de actividades llevadas a cabo con posterioridad a la comisin
de los referidos delitos, que se pueden adecuar al art. 17 y que
tienden a agotar el hecho, facilitando el aprovechamiento o dis-
posicin de los bienes muebles substrados.

135.2. NOCIN DEL DELITO

El art. 456 bis A, en su inciso primero expresa: El que cono-


ciendo su origen o no pudiendo menos que conocerlo, tenga
en su poder, a cualquier ttulo, especies hurtadas o robadas u objeto
de abigeato, de receptacin o de apropiacin indebida del artculo 470,
nmero 1, las transporte, compre, venda o comercialice en cualquier
forma, aun cuando ya hubiese dispuesto de ellas, sufrir la pena
de presidio menor en cualquiera de sus grados y multa de cinco
a cien unidades tributarias mensuales.
El tipo objetivo del delito lo conforma la accin de tener en
su poder el agente, o comprar, o vender o comercializar, a cualquier
ttulo, cosas muebles hurtadas o robadas o consecuencia de un
abigeato. Se trata de un tipo penal de hiptesis mltiple, donde
se describen comportamientos distintos de gran amplitud, como
tener una cosa, que puede ser consecuencia de un acto de gen-
tileza, al guardrsela a un tercero, o simplemente transportarla
o venderla, para lo cual puede no tenerla en su poder sino ofre-
cerla, adems comprarla o comercializarla. Es un delito de mera
actividad, no se exige un resultado independiente a la actividad

278
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

misma desarrollada, lo que descarta la posibilidad de frustracin;


podra s quedar en grado de tentativa.
Este inciso mantiene una frase equvoca y aparentemente
innecesaria, aun cuando ya hubiere dispuesto de ella, que el
legislador ha repetido simplemente porque el primitivo texto del
art. 454, inciso final, la usaba.
El objeto material de la accin son las cosas muebles, hurtadas o
robadas o producto de un abigeato, receptacin o apropiacin
indebida, quedan excluidas las que son producto de una estafa o
una defraudacin. Las acciones prohibidas deben vincularse direc-
tamente con la cosa misma robada o hurtada, no con el producto de su
venta o comercializacin o con lo que se obtuvo en trueque.
El tipo subjetivo, como todo delito, requiere de dolo, o sea
saber que se tiene la cosa, o que se compra o comercializa, y
tener la voluntad de hacerlo. Pero adems se exige un elemento
subjetivo, tener conocimiento de que se trata de una especie
robada o hurtada, conocimiento que ha de ser cierto, no una
simple duda o sospecha. La disposicin agrega que tambin se
extiende a aquel que no pudo menos de conocer el mal origen de las
cosas, esto significa conocimiento, con la modalidad de que en
esta alternativa ese conocimiento puede quedar establecido por
presunciones, cuando no existen pruebas fehacientes del mismo,
lo que se desprende de la historia de la disposicin, recogida del
art. 28 de la Ley Patria de 7 de agosto del ao 1849.
La sancin que corresponde a la receptacin est determi-
nada en el artculo transcrito, y corresponde copulativamente a
una privativa de libertad y una pecuniaria, o sea presidio menor
en cualquiera de sus grados y multa de cinco a cien unidades
tributarias mensuales. Esta pena puede resultar claramente des-
proporcionada al delito del cual pueden provenir las especies;
suficiente es imaginar la compra de especies hurtadas, y el hecho
quede subsumido en el art. 446 N 3. La severidad del legislador
responde al tantas veces cuestionado criterio de que aumentando
la rigurosidad de la sancin se evitar la comisin del delito, que se
ha traducido en la prctica en crear otros serios problemas, como
lo son el penitenciario por el incremento de la poblacin carce-
laria y el social, al agravar la desadaptacin de los condenados y
aumentar el nmero de familias que quedan en el abandono, sin
que se logre la disminucin de estos comportamientos.

279
DERECHO PENAL

El legislador, en su particular celo represivo, pas a estable-


cer en detalle algunas reglas para determinar la aplicacin de la
pena en el caso concreto. En el inciso segundo del art. 456 bis A
dispuso: Para la determinacin de la pena aplicable el tribunal
tendr especialmente en cuenta el valor de las especies, as como
la gravedad del delito en que se obtuvieron, si ste era conocido
por el autor. Este ltimo elemento es particularmente intil
si se considera que ese conocimiento es una exigencia del tipo
subjetivo.
En el inciso cuarto insiste en la severidad, prescribiendo
para el caso de reiteracin o reincidencia que para estos efec-
tos homologa un precepto especial: Se impondr el grado
mximo de la pena establecida en el inciso primero, cuando el
autor haya incurrido en reiteracin de esos hechos o sea reinci-
dente en ellos.

Receptacin agravada
La Ley N 20.273, de 28 de junio de 2008, modific el
art. 456 bis A del Cdigo Penal con el objeto de proteger las
redes de suministro de servicios pblicos o domiciliarios, agra-
vando la pana sealada para el delito de receptacin cuando
recae sobre objetos que forman parte de las referidas redes;
e impone, adems, la clausura definitiva del establecimien-
to de comercio involucrado, en su caso. El inc. tercero del
art. 456 bis A prescribe lo siguiente: Cuando el objeto de la
receptacin sean cosas que forman parte de redes de suministro
de servicios pblicos o domiciliarios, tales como electricidad,
gas, agua, alcantarillado, colectores de aguas lluvia o telefona,
se impondr la pena de presidio menor en su grado mximo
y multa de cinco a veinte unidades tributarias mensuales. La
sentencia condenatoria por delitos de este inciso dispondr el
comiso de los instrumentos, herramientas o medios empleados
para cometerlos o para transformar o transportar los elementos
sustrados. Si dichos elementos son almacenados, ocultados o
transformados en algn establecimiento de comercio con cono-
cimiento del dueo o administrador, se podr decretar, adems,
la clausura definitiva de dicho establecimiento, oficindose a la
autoridad competente.

280
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

Finalmente, en la ltima parte del inc. cuarto del art. 456 bis A,
se determina que en la alternativa de reincidencia o reiteracin
de delitos de receptacin de objetos provenientes de las redes de
suministro de servicios, la pena de presidio menor en su grado
mximo sealada para el delito se aumentar en un grado para
imponerla al responsable.

Los delitos de usurpacin


136. ASPECTOS GENERALES

Las figuras comentadas con anterioridad, hurto y robo, son deli-


tos de apropiacin cometidos por medios materiales; los delitos de
usurpacin que se tratarn a continuacin son a su vez delitos
de apropiacin por medios materiales, pero se diferencian de los
otros en cuanto al objeto material sobre el cual recae la accin:
en aqullos son bienes muebles ajenos, en stos bienes inmuebles,
derechos reales o aguas, donde la ajenidad no es una exigencia general
del tipo legal, como s lo es en el hurto y en el robo.
El bien jurdico protegido por estos delitos no es la propiedad
en s, sino el ejercicio de las facultades que de ese derecho se
derivan, o sea el poder gozar real y libremente del bien inmueble o las
aguas. Lo que la usurpacin protege es el efectivo y tranquilo
disfrute del bien,146 por cuanto tanto los inmuebles como las
aguas estn inscritos en los Registros Conservadores respectivos,
inscripciones que constituyen la mejor garanta de su dominio,
la prdida de la tenencia material de ellos normalmente no lo
afecta. Lo que sucede es que de facto no jurdicamente el
dueo, poseedor o tenedor, es substituido por otra u otras
personas, que materialmente se apoderan de la especie. La
usurpacin no es un delito pluriofensivo,147 el bien que pro-
tege es nicamente el recin sealado; si bien el legislador
alude a la violencia en las personas, ello es slo para graduar
la pena, pues expresamente dej a salvo los otros delitos que
relacionados con el apoderamiento pueden cometerse, los

146
Bustos, op. cit., p. 223.
147
Cfr. T. S. Vives, op. cit., p. 874.

281
DERECHO PENAL

que se penan de manera independiente en concurso real con


la usurpacin.
Se afirma que la creacin de este delito corresponde a si-
tuaciones del pasado, donde los sistemas de comunicacin eran
difciles y la economa particularmente agrcola rural, la que
no era posible defender adecuadamente por las autoridades
centrales. Autores del siglo pasado de la solvencia de Pacheco
y Groizard criticaban la represin penal de la comisin de tales
hechos, que por la va civil podan ser objeto de amplia repara-
cin. En la actualidad se ha estimado que la usurpacin tiene,
ms que econmica, una significacin poltica,148 por las ocupa-
ciones de terrenos de grupos marginados.
La diferencia de los delitos de usurpacin con los dems de
apropiacin por medios materiales es notoria:
a) El objeto sobre el cual recae la accin, como se hizo notar,
necesariamente ha de ser un inmueble, derecho real o aguas;
b) La accin en este delito consiste en substituirse al dueo
o tenedor de la cosa, no en sacarla de la esfera de proteccin de
aqullos, y normalmente se lleva a cabo mediante una invasin
fsica del inmueble;
c) Los daos o detrimentos que se provoquen durante la
ocupacin material pueden conformar otros delitos punibles en
concurso con la usurpacin, sean hurtos, daos, lesiones o de
otra ndole;
d) La real lesin que sufre en su propiedad la vctima de este
delito es de fcil reparacin mediante la recuperacin por va civil
del bien invadido ilegtimamente, lo que no siempre sucede en
el hurto y en el robo, por ello la reaccin penal es menos grave
en la usurpacin que en los delitos antes indicados, y
e) Podra en algunas circunstancias vincularse con el delito
de violacin de morada, pero se diferencian en el plano material y
subjetivo. En el material, por la circunstancia de que el bien inva-
dido en esta ltima figura necesariamente debe ser una morada,
en tanto que en la usurpacin puede ser cualquier inmueble; en
el plano subjetivo se diferencia porque la usurpacin requiere de
voluntad de apropiacin, la que no existe en el otro tipo penal.

148
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 118.

282
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

El Cdigo Penal, en el prrafo siguiente, De la usurpacin,


regla tres figuras diferentes, aunque estrechamente relacionadas:
A) usurpacin de inmuebles (arts. 457 y 458); B) usurpacin
de aguas (arts. 459, 460 y 461), y C) destruccin o alteracin de
trminos o deslindes (art. 462).

A) Usurpacin de inmuebles
El Cdigo Penal distingue en la usurpacin entre aquella en
que se usa violencia en las personas para llevarla a cabo (usur-
pacin violenta), y aquella en que no se emplea ese medio de
ejecucin (usurpacin pacfica). Las caractersticas de ambas
alternativas son las mismas, y estn sealadas mayoritariamente
en el art. 457, que se ocupa de describir la violenta; de la no
violenta trata el art. 458. A continuacin se analizarn los ele-
mentos del tipo usurpacin de inmuebles en general, aplicables
a las dos categoras sealadas. Es til al efecto transcribir el
art. 457, que dice en qu consiste el delito: Al que con violen-
cia en las personas ocupare una cosa inmueble o usurpare un derecho
real que otro poseyere o tuviere legtimamente, y al que, hecha la ocu-
pacin en ausencia del legtimo poseedor o tenedor, vuelto ste
le repeliere, adems de las penas en que incurra por la violencia
que causare, se le aplicar una multa de once a veinte unidades
tributarias mensuales.
Si tales actos se ejecutaren por el dueo o poseedor regular
contra el que posee o tiene ilegtimamente la cosa, aunque con
derecho aparente, la pena ser multa de seis a diez unidades
tributarias mensuales, sin perjuicio de las que correspondieren
por la violencia causada.
El tipo objetivo de la usurpacin lo conforma un conjunto de
elementos, siendo el fundamental la conducta prohibida. El
precepto se refiere a dos modalidades de accin: ocupar una cosa
inmueble o usurpar un derecho real, cosa y derecho han de estar en
poder de otra persona. Ocupar y usurpar son dos verbos que para
los efectos prcticos tienen el mismo alcance en este caso, por
cuanto significan apoderarse de algo que tiene otro. Jurdica-
mente ocupar un inmueble es invadirlo, hacerse cargo de l mate-
rialmente, asumiendo de hecho su goce y disposicin: usurpar un
derecho es substituir al titular del mismo por un tercero que pasa a

283
DERECHO PENAL

ejercerlo. Los inmuebles se ocupan fsicamente, son susceptibles


de apoderamiento material, pero no es posible usurparlos; los
derechos no pueden ser ocupados, pero s usurpados.
La ocupacin se evidencia por actos materiales, es necesaria
la entrada del usurpador al inmueble, debe permanecer en l f-
sicamente y marginar a su actual tenedor de su goce, disposicin,
y de toda intervencin; en trminos simples, debe apoderarse
del bien raz y ejercer los derechos de dueo a su respecto. En
la usurpacin, la salida del lugar del que tena el inmueble no es
fundamental, ser lo ms frecuente, pero esa persona puede man-
tenerse en ese lugar, aunque privada del ejercicio de las facultades
que tena sobre el bien, que pasan a ser ejercidas por el invasor.
No es suficiente, por otra parte, sacar al detentador del bien raz,
sino que el invasor tiene que introducirse y permanecer en l,149 lo
que puede hacer personalmente o por terceros que acten a su nombre
y por sus instrucciones. Como la actitud del usurpador debe ser
constante, mantenida en el tiempo en relacin al inmueble o al
derecho real del que se ha apoderado, esa exigencia le otorga al
delito el carcter de permanente, de manera que estar en estado de
consumacin en tanto la usurpacin se mantenga.
Si la accin consiste en usurpar un derecho real, el agente debe-
r realizar actos que correspondan al titular, con independencia de
la voluntad de ese titular, y que importen su goce o disposicin.
El objeto material de la accin necesariamente debe ser un in-
mueble o un derecho real. La nocin de inmueble se coment al
estudiar el delito de hurto;150 como se dijo en aquella oportuni-
dad, los conceptos civiles no se adecuan plenamente a los reque-
rimientos penales, de manera que el concepto de inmueble que-
da limitado al casco terrestre en cuanto corteza misma, porque
los minerales que se extraen de ella, los rboles que tiene, son
muebles en el mbito penal. Los derechos reales estn sealados
en el art. 577 del Cdigo Civil: Derecho real es el que tenemos
sobre una cosa sin respecto a determinada persona.
Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usu-
fructo, uso o habitacin, los de servidumbres activas, el de prenda
y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales.

149
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 368.
150
Vase supra, prrafo N 82-b).

284
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La legislacin nacional no requiere, como sucede con la de


otros pases, entre ellas la espaola (art. 245 del Cdigo Penal
de Espaa), que el bien materia de la usurpacin sea ajeno; el
art. 457, en el inciso segundo, plantea una hiptesis donde la
cosa es propia del usurpador, y sin embargo hay delito.
El sujeto activo puede ser cualquiera persona, no requiere
cumplir condiciones especiales, puede actuar una persona
solitariamente (accin individual) o ser varios los invasores
(accin colectiva). En la usurpacin violenta el propietario del bien
o su poseedor regular estn en condiciones de ser usurpadores,
como lo deja expresamente establecido el inciso segundo del
art. 457, cuando actan en contra del poseedor de menor
derecho o del tenedor ilegtimo, aunque con derecho aparen-
te. Esta norma est dirigida a impedir el ejercicio arbitrario del
propio derecho, porque se sanciona al propietario o poseedor
legtimo que pretende recuperar el bien raz por medios vio-
lentos, se prohbe que se haga justicia por s mismo. Si la per-
sona en contra de la cual acta el dueo o poseedor regular
es un tenedor ilegtimo y carece de todo ttulo para ocupar el
bien, aun de uno aparente, puede emplear la violencia racio-
nalmente necesaria para recuperar el bien usurpado; simple-
mente, estara haciendo uso de la legtima defensa consagrada
en el art. 10 N 4.
Nada dice la ley penal para el caso que las personas antes indi-
cadas recuperen el bien del tenedor ilegtimo y sin ttulo aparente
cuando emplean medios ilcitos, pero no violentos, atendido lo cual
esas conductas quedan al margen del delito en estudio.
Se duda si el comunero puede ser calificado de usurpador
cuando se apodera de todo el bien comn, en atencin a que
cada miembro de la comunidad posee jurdicamente por todos
los dems; pero el delito de usurpacin se refiere a situaciones
de hecho, no de derecho, de manera que cuando un comunero
ocupa el inmueble que otro detenta, no se ve inconveniente para
que incurra en el tipo penal en estudio.151
El sujeto pasivo en la usurpacin puede ser el propietario
del bien o derecho, su legtimo poseedor, como tambin el po-

151
Etcheberry, D.P., t. III, p. 370; en contra Labatut (D.P., t. II, p. 238).

285
DERECHO PENAL

seedor ilegtimo con ttulo aparente. Por ttulo aparente debe


considerarse cualquier antecedente de ndole jurdica que haga
verosmil la ocupacin del detentador de la cosa, aunque sea
discutible. A quien lo controvierta le corresponder recurrir a
los tribunales para dilucidar la situacin.
El tipo subjetivo exige, por la naturaleza de la accin que es
usurpar, que el autor al ocupar el inmueble, lo haga con el nimo
de apropiarse y de ejercer las facultades de seor y dueo con cier-
ta permanencia, no de servirse temporal y circunstancialmente
del mismo. Ese dolo es el que caracteriza al delito y permite
diferenciarlo como se hizo notar precedentemente de otras
figuras penales, como la violacin de morada y las coacciones
en general, donde el sujeto activo carece de esa voluntad y del
nimo de permanencia antes sealado, en relacin al inmueble
o al derecho real de que se trate.
El dolo debe extenderse a todos los elementos del tipo obje-
tivo, saber que se entra en un bien raz, que se ocupa materialmente, que
ese bien lo tiene un tercero, por lo menos con ttulo aparente, y conocer que
los actos que se realizan vinculados a ese bien son propios de ese tenedor
al cual se ha desposedo. Adems, el autor debe tener nimo de apo-
deramiento y de permanencia en el inmueble.
En el sistema nacional no se exige que el autor est movido
por el nimo de lucro, ese elemento subjetivo se exige en el hur-
to y en el robo, no as en la usurpacin, criterio que se ratifica
por el hecho de que el dueo de la cosa o el poseedor regular de
ella pueden ser autores del delito, alternativa donde el referido
nimo no es concebible.
Los elementos del tipo penal inherente a la usurpacin de
inmuebles y derechos reales son los antes comentados, de modo
que corresponde a continuacin distinguir aquellos que son
propios de cada una de las dos clases que regla el Cdigo Penal:
violenta y no violenta.

a) Usurpacin violenta
El art. 457 se inicia con las palabras Al que con violencia en las
personas; si bien la disposicin alude exclusivamente a la
violencia, se extiende la expresin al empleo de intimidacin,
porque el legislador en la mayor parte de las oportunidades en

286
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

que alude a la violencia en las personas, lo hace con el sentido


amplio sealado, criterio compartido por la doctrina nacional
y que corresponde, a su vez, al que se reconoca al precepto
anlogo de la legislacin espaola de la poca152 que sirvi de
antecedente al nacional.
Violencia en las personas tiene el mismo alcance que se expres
al analizar el delito de robo con violencia y otro tanto sucede
con la intimidacin.153 Como se recordar, la violencia es la fuerza
fsica ejercida sobre una persona, y la intimidacin es la amenaza
de emplear esa fuerza material. Ese es el sentido al que queda
limitada la violencia en el delito de usurpacin y siempre tiene
que ser empleada en contra de las personas, la fuerza que se ejerza
sobre las cosas no se considera para estos efectos.
En la usurpacin la violencia se puede usar en dos oportuni-
dades. En el inciso primero del art. 457 se establece que se debe
ejercer para ocupar el bien, lo que significa que antes o durante
esa ocupacin puede tener lugar para lograr el apoderamiento.
La situacin ms habitual ser la sealada, pero el mismo inciso
expresa que la violencia se puede ejercer en otro momento,
cuando ocupado pacficamente el bien en ausencia del legtimo
poseedor o tenedor, se rechaza su regreso y entrada, ejerciendo
violencia sobre l. Esa fuerza fsica posterior a la ocupacin da
lugar a su vez a una usurpacin violenta.
La violencia es un concepto amplio, puede consistir en amena-
zas, malos tratos de obra, lesiones y aun la muerte de personas, sea
del usurpado o de terceros que intervienen en el hecho.

b) Sancin de la usurpacin violenta


El art. 457 sanciona con benignidad este delito, le aplica ni-
camente una pena de multa, pero para determinar su monto
distingue dos situaciones: a) si la usurpacin fue realizada por
el dueo del bien o por el poseedor regular, el monto es de
seis a diez unidades tributarias mensuales, y b) si la lleva a cabo
cualquier otra persona, el monto de la multa es de once a veinte
unidades tributarias mensuales.

152
Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 853.
153
Vase supra, prrafos Nos 94.1 y 94.2.

287
DERECHO PENAL

La disposicin prev que la violencia puede dar origen a


otros delitos adems de la usurpacin misma (adems de las
penas en que incurra por la violencia que causare), como seran
los de daos, lesiones, homicidios, caso en el cual se est en una
situacin de concurso material, debiendo castigarse estos otros
hechos con las penas que correspondan, sin perjuicio de la apli-
cada por la usurpacin.

c) Usurpacin no violenta
Esta figura est descrita en el art. 458, que expresa: Cuando,
en los casos del inciso primero del artculo anterior, el hecho se
llevare a efecto sin violencia en las personas, la pena ser multa de
seis a diez unidades tributarias mensuales.
Las caractersticas y elementos tpicos de la usurpacin no
violenta son los generales que se analizaron en los prrafos
precedentes. La diferencia que tiene con la usurpacin violenta
aparte precisamente de que no se ejerce violencia en contra de
las personas incide en que en la especie el dueo o poseedor
regular no pueden ser sujetos activos de este delito, porque el
derecho les reconoce la facultad de recuperar los bienes inmue-
bles que no tienen materialmente por medios no violentos.
En esta hiptesis el usurpador puede emplear cualquier sis-
tema para ocupar el inmueble o el derecho real que pretende,
siempre que no consista en ejercer violencia en contra de las
personas. Los sistemas clandestinos, la astucia, el engao y aun
el abuso de confianza pueden quedar comprendidos.154
La sancin que corresponde por este delito es nicamente la
multa indicada por la disposicin transcrita; aqu no procede impo-
ner otra pena, porque como no se hace uso de la fuerza fsica no se
pueden generar las situaciones de concurso real a que se hizo refe-
rencia en el prrafo anterior respecto de la usurpacin violenta.

B) Usurpacin de aguas
El Cdigo Penal contiene un conjunto de preceptos los arts. 459,
460 y 461 que se ocupan con cierto detalle de tres situaciones
distintas: a) la sustraccin de agua sin fuerza y con fuerza en las

154
Etcheberry, D.P., t. III, p. 372.

288
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

cosas (art. 459 Nos 1 y 2), b) atentados vinculados a los derechos


de agua ajenos (art. 459 Nos 3 y 4) y c) el ejercicio fraudulento del
propio derecho de agua (art. 461). En estas disposiciones se da un
uso quiz impropio a la nocin de usurpacin, al calificar como
tal a hechos como la sustraccin de agua. Debe recordarse que
cuando se coment el delito de hurto, se hizo notar que el agua
no poda ser objeto de ese tipo penal, salvo que estuviera envasada
o en depsito, y siempre que el apoderamiento fuera del todo, o
sea del conjunto, que pasaba a ser una cosa corporal mueble. En
esa oportunidad se adelant que la sustraccin de agua corriente
constitua para el Cdigo Penal usurpacin, porque para esos efec-
tos la asimila a los inmuebles, y tan es as, que en la discusin que
se plante en la Cmara de Diputados al conocer del Proyecto, el
miembro de la Comisin Redactora, seor Fabres, sostuvo que el
agua era inmueble y no susceptible de robo o hurto.155

a) Sustraccin de agua
El art. 459, en sus nmeros 1 y 2, describe estos delitos: Sufrirn
las penas de presidio menor en su grado mnimo y multa de once
a veinte unidades tributarias mensuales, los que sin ttulo legtimo
e invadiendo derechos ajenos:
1. Sacaren aguas de represas, estanques u otros depsitos; de
ros, arroyos o fuentes; de canales o acueductos, redes de agua
potable e instalaciones domiciliarias de stas, y se las apropiaren
para hacer de ellas un uso cualquiera.
2. Rompieren o alteraren con igual fin diques, esclusas, com-
puertas, marcos u otras obras semejantes existentes en los ros,
arroyos, fuentes, depsitos, canales o acueductos.
Se describen dos conductas que constituyen este delito, en
una no debe mediar fuerza en las cosas, en la otra s.
La primera conducta consiste en sacar agua de los lugares
que all se mencionan, que comprenden hasta las redes de agua
potable y las instalaciones domiciliarias. Para hacerlo se puede
emplear cualquier medio, mangueras, bidones, camiones u otros,
siempre que no importen el uso de fuerza sobre las cosas, pues
la ley se refiere exclusivamente al hecho de sacar agua, que no

155
Mario Verdugo, op. cit., t. III, p. 988.

289
DERECHO PENAL

significa daar o realizar obras,156 lo que proyectara la conducta


a otras figuras, como la de daos. En ese caso se dara una situa-
cin de concurso real o medial de delitos, la sustraccin de agua
y un delito de dao, u otro segn las circunstancias.
La segunda conducta es romper (destruir) o alterar (modificar)
obras, como diques, esclusas y anlogos, existentes en los lugares
antes sealados, rotura o alteracin que debe perseguir sustraer el
agua que all se encuentre. En esta hiptesis, por la naturaleza de la
misma, se requiere el uso de fuerza sobre las cosas, de manera que
el rompimiento o fractura queda comprendido en la sancin.
Si bien slo en el nmero primero se expresa que el agua
tiene que sacarla el agente para apropiarse de ella y darle un uso
cualquiera, tal exigencia se extiende tambin al rompimiento y
alteracin de obras, pues daar esas obras o desviar aguas con
objetivos diversos al de hacerse dueo del agua, puede constituir
otros delitos, como el de daos o estragos.
Cualquiera persona est en situacin de ser autor de estos deli-
tos (es un delito comn), siempre que no sea el dueo de las aguas,
a menos que invada derechos ajenos, ello explica la exigencia
de que el autor acte sin ttulo legtimo e invadiendo derechos
ajenos del inciso primero del art. 459.
La pena dispuesta para estos delitos es la de presidio menor en
su grado mnimo y multa de once a veinte unidades tributarias
mensuales. Es una sancin de mayor gravedad que la sealada
para la usurpacin de inmuebles, que tiene slo una de multa. El
art. 460 establece una circunstancia calificante especial para estos
delitos, al sealar: Cuando los simples delitos a que se refiere
el artculo anterior se ejecutaren con violencia en las personas, si el
culpable no mereciere mayor pena por la violencia que causare, sufrir
la de presidio menor en sus grados mnimo a medio y multa de
once a veinte unidades tributarias mensuales.
De consiguiente, si el autor de la usurpacin de aguas en estu-
dio emplea violencia contra las personas, expresin que compren-
de el uso de intimidacin y cuyo alcance se precis al comentar el
robo con violencia en las personas, sufrir una sancin privativa
de libertad ms grave que la expresada en el art. 458, sin perjui-

156
Opina en contrario Etcheberry, D.P., t. III, p. 375.

290
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

cio que si por la violencia le correspondiera una superior a la


establecida en el art. 460, se le imponga aquella superior.

b) Delitos vinculados con los derechos de aguas ajenos


Pueden darse dos alternativas, usurpar un derecho de agua de un
tercero, o perturbar el legtimo ejercicio del derecho o de la posesin
de esa agua. La conducta no es un simple apoderamiento ma-
terial del agua, como en las situaciones analizadas en el prrafo
anterior, sino que es usurpar el derecho pertinente o perturbar
su ejercicio.
b.1) Usurpar un derecho de aguas. El art. 459 se refiere a este
delito: Sufrirn las penas de presidio menor en su grado mni-
mo y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales, los
que sin ttulo legtimo e invadiendo derechos ajenos:
4. Usurparen un derecho cualquiera referente al curso de ellas o
turbaren a alguno en su legtima posesin.
La conducta descrita es la usurpacin de un derecho ajeno, de
un tercero, pero referente al curso de las aguas. Usurpar, como se
indic en los prrafos anteriores, es arrogarse de facto las facul-
tades que le corresponden al titular del derecho y ejercerlas por
cuenta propia. Todas las condiciones generales que se comentaron
para las hiptesis analizadas en la letra a) rigen para este compor-
tamiento prohibido, y la pena que le corresponde al autor es la
misma que all se seal, inclusive la calificante de violencia del
art. 460.
b.2) Perturbacin de un derecho ajeno de aguas. Se sanciona no
slo la sustraccin de agua, o la usurpacin del derecho, sino
cualquier embarazo o perturbacin que se haga al legtimo ejer-
cicio de un derecho de agua o de su posesin tranquila. El N 4 del
art. 459 recin transcrito (en el prrafo b.1), expresa: o turba-
ren a alguno en su legtima posesin y el N 3 del mismo precepto
seala que se impondr la pena que en l se prescribe a quienes:
Pusieren embarazo al ejercicio de los derechos que un tercero tuviere
sobre dichas aguas.
Las caractersticas genricas de este delito y las penas que le
corresponde, se han precisado en el prrafo signado con la letra
a) y se dan por reproducidas en este apartado.

291
DERECHO PENAL

c) Ejercicio fraudulento del derecho de aguas propio


Se considera usurpador, y se sanciona como tal, al titular de un
derecho de agua que en el ejercicio de ese derecho acte fraudu-
lentamente, o sea en perjuicio de terceros y en su propio benefi-
cio. Parece indudable que al tipificar este comportamiento como
usurpacin se fuerza el sentido de la expresin, pero para hacerlo
se debe haber considerado que, en alguna forma, actividades
como las sealadas se traducen en la prdida o disminucin ile-
gtima del agua que les corresponde a terceros.
El art. 461 es el que regla este delito: Sern castigados con las pe-
nas del artculo 459 los que teniendo derechos a sacar aguas o usarlas
se hubieren servido fraudulentamente, con tal fin, de orificios, conduc-
tos, marcos, compuertas o esclusas de una forma diversa a la establecida
o de una capacidad superior a la medida a que tienen derecho.
La conducta sancionada es la de aquel titular de un derecho
de agua que usa los conductos, marcos, etc., de manera diferente a
la establecida o de una capacidad superior a la que le corresponde
en forma fraudulenta, esto es, en perjuicio de terceros engan-
dolos o abusando de su confianza. Para que el delito se consume
debe causar perjuicio a esos terceros afectados.
Esta es una figura penal especial, exige un sujeto calificado, que
necesariamente debe ser un titular de un derecho de agua en
la red de agua de que se trate; aquel que no sea propietario no
puede incurrir en este delito.
La sancin que se debe imponer al responsable est precisada
en el art. 459: presidio menor en su grado mnimo y multa. En
esta situacin no rige la calificante del art. 460, porque la posi-
bilidad de violencia queda totalmente descartada en este delito,
por la naturaleza del medio de ejecucin que requiere: el fraude,
al que le es inherente el engao o el abuso de confianza, pero no
la fuerza fsica o la intimidacin.

Destruccin o alteracin de trminos o deslindes


137. NOCIONES GENERALES

El Cdigo, en el ltimo artculo del prrafo que se ocupa del


delito de usurpacin, hace referencia a una forma especial de

292
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

usurpar un inmueble, generalmente una parte de l, y que con-


siste en modificar su cabida, alterando o destruyendo los deslin-
des que lo determinan en la corteza terrestre. Cuando se analiz
la usurpacin de inmuebles se distingui entre la realizada con y
sin violencia en las personas, y se precis que esa clasificacin no
tena relacin con las posibilidades de que se ejerza o no se ejerza
fuerza en las cosas, en su alcance jurdico, sin perjuicio de que nor-
malmente deber consumarse mediante el uso de fuerza fsica, la
necesaria por lo menos para destruir o cambiar los deslindes mate-
riales o marcas que delimitan un bien raz. Lo que se reprime en la
disposicin que se comenta no son los daos causados fsicamente
sobre los cierros o deslindes o la posible sustraccin de stos, sino
que es la usurpacin de los terrenos respectivos que ello involucra,
aunque el legislador no haya usado la palabra usurpacin.
El delito est descrito en el art. 462: El que destruyere o alterare
trminos o lmites de propiedades pblicas o particulares con nimo
de lucrarse, ser penado con presidio menor en su grado mnimo y
multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.

138. CARACTERSTICAS TPICAS DE LA FIGURA

El tipo objetivo del delito est conformado por dos clases de acciones:
destruir o alterar trminos o deslindes de un inmueble. Destruir para
estos efectos es sinnimo de deshacer, derribar, y alterar corresponde a
variar, cambiar. El objeto material de la accin deben ser imperativamen-
te lmites o trminos, que en la disposicin hacen referencia el
lmite a la lnea divisoria entre dos predios, generalmente sealada
con un muro, una cerca y aun una simple marcacin puesta sobre el
terreno, y la voz trmino a una marca material de carcter perma-
nente, como una columna, una piedra, un hito, que determina una
lnea divisoria o un punto de referencia en un terreno. En sntesis, la
conducta prohibida en su primera alternativa es la destruccin de los
deslindes o trminos, o sea de las seales que precisan en su extensin
a dos o ms predios, o de los hitos que sirven para determinar esos
deslindes. Su segunda posibilidad es cambiar esas seales a lugares
diversos de aquellos donde originalmente se encontraban.
Las acciones, objetivamente, han de hacer variar negativa-
mente la extensin del predio de que se trate y, de consiguiente,

293
DERECHO PENAL

aumentar la de otro inmueble o, por lo menos, cambiar su ubi-


cacin material.
Los predios afectados pueden ser de particulares o pblicos, de
manera que la usurpacin de parte de un camino, de una plaza,
pueden constituir el delito en estudio.
El tipo subjetivo exige, adems del dolo inherente a todo
delito, el nimo de lucrar. El sujeto activo debe pretender con su
accin aumentar o mejorar su patrimonio, en la especie agran-
dar la cabida del propio predio o mejorar su ubicacin (correrlo
desde una parte pantanosa a una de cultivo) aunque no aumente
su extensin en este ltimo caso.
Es suficiente para que el delito se consume que el sujeto ac-
tivo tenga el nimo indicado, no es necesario que en el hecho se
concrete ese lucro.

139. POSIBILIDAD DE CONCURSO DE DELITO

En este delito quedan comprendidos junto con los actos de


usurpacin, los daos y perjuicios materiales causados con la
destruccin de los cierros o su alteracin. Estos ltimos son
consumidos por el delito de destruccin o alteracin, no cons-
tituyen tipos independientes (que podran ser de dao o de
hurto); para estos efectos conforman un solo hecho punible,
el descrito en el art. 462. No sucede lo mismo con la violencia
que se puede ejercer sobre la persona con ocasin de la destruccin
o alteracin, porque la citada disposicin nada dice respecto
de ella, de suerte que si el actor recurre a la violencia, sta
debe castigarse separadamente, segn el delito que conforme
(lesiones, homicidio), alternativa que dara lugar a un concurso
real de delitos.
En todo caso, al adecuar un hecho en este tipo penal se ha
de ser cuidadoso, por cuanto primeramente se ha de determi-
nar si en verdad se trata de una usurpacin o de un delito de
dao, de hurto o de robo. Si el dolo del actor estaba circunscrito a
daar, o sea a destruir los cierros o trminos, y no a modificar
la cabida del predio o su ubicacin, esa conducta constituye
nicamente el delito de daos y no de usurpacin. Algo seme-
jante sucede si el actor al destruir los deslindes o trminos, tie-

294
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

ne como finalidad exclusiva apropiarse de los materiales de que


estn hechos (postes, alambres, rejas), comete delito de hurto
o robo, pero no el que se est estudiando.

140. PENALIDAD DEL DELITO

La sancin que se establece para este hecho es igual a la que se


impone para el delito de usurpacin de aguas, y ms grave que
la que corresponde a la usurpacin de inmuebles. El art. 462
prescribe la de presidio menor en su grado mnimo y multa de
once a veinte unidades tributarias mensuales.

295
CAPTULO
DE CUARTO
LAS DEFRAUDACIONES

DE LAS DEFRAUDACIONES

141. ASPECTOS GENERALES

En el prrafo 7 del Ttulo IX del Libro Segundo del C.P., bajo


el epgrafe De las defraudaciones, se describen los delitos que
el legislador trata bajo esa denominacin. El prrafo cuenta con
un solo artculo vigente, el 466, pues los restantes (los artculos
463, 464, 465) fueron derogados el ao 1929 al dictarse la pri-
mera Ley sobre Quiebras. En esa disposicin se sancionan tres
comportamientos distintos: el alzamiento de bienes, constituirse
en insolvencia y celebrar contratos simulados.
Sectores de la doctrina han pretendido vincular estas figuras
con los delitos relativos a las quiebras, pero en realidad son tipos
penales independientes. La vinculacin se asentara en el hecho
de que en los artculos derogados, citados en el prrafo anterior,
se reglaban la insolvencia fraudulenta y la culpable en que incu-
rra el quebrado, o sea aquel que haba sido declarado en quiebra,
situaciones que pasaron a ser sancionadas por la Ley sobre Quie-
bras, lo que supondra que todos los tipos del referido prrafo
presuponan la quiebra del sujeto activo. En verdad el art. 466
no ha hecho referencia a la quiebra del agente, de manera que
si bien algunas de las hiptesis del artculo 466 podran servir de
antecedentes de su declaracin de quiebra, los delitos que all se
describen no requieren que previamente se declare la quiebra,1

1
Se relacionan estas figuras con la declaracin de quiebra civil del inculpado
porque el art. 466 exige perjuicio de los acreedores, lo que se interpreta por sec-
tores de la doctrina, seguramente debido a los comentarios que sobre esta materia

297
DERECHO PENAL

como podra colegirse de algunos comentarios sobre la materia;


se trata de figuras autnomas e independientes de la circunstan-
cia de si el deudor est o no declarado en quiebra.

hizo Francisco Pacheco (op. cit., t. 3, p. 310) en el sentido de que deben ser todos los
acreedores del deudor los que han de sufrir esos perjuicios, lo que supone al igual
que en el procedimiento de quiebra una universalidad. Adems se afirma que en
una primera oportunidad la Comisin Redactora elimin el precepto que se refera al
delito de alzamiento, considerando que esa conducta estaba comprendida en el delito
de quiebra fraudulenta, pero al reparar que el deudor civil no comerciante poda
quedar impune, habra restablecido esa figura pero no en un artculo independien-
te sino que adicionando aquel que castigaba la quiebra (el concurso) del deudor
no comerciante. Entre otros, as lo expresa Etcheberry (D.P., t. III, p. 386), que razona
en el sentido recin indicado. Se disiente del referido criterio porque el art. 466, en
el que la Comisin Redactora incorpor la hiptesis de alzamiento de bienes como
delito, no sanciona el concurso (quiebra) del deudor no comerciante, como tampoco
lo haca el texto del Cdigo espaol que le sirvi de fuente, sino la insolvencia del
no comerciante por ocultacin, dilapidacin o enajenacin maliciosa de sus bienes,
independientemente de los delitos relacionados con la quiebra, lo que respalda los
comentarios que sobre el punto hace Muoz Conde: El Cdigo Penal de 1848 re-
coga dentro de esta seccin tres diferentes delitos y a ellos responda su titulacin:
Alzamiento, quiebra o insolvencia del deudor no comerciante. No se tipificaba, sin
embargo, el concurso, que fue introducido posteriormente en el Cdigo de 1870 (op.
cit., p. 284). Corroboran la diferencia existente entre insolvencia y quiebra o concurso
Cuello Caln (op. cit., t. II, p. 859) y Quintano Ripolls (op. cit., t. II, p. 340), que son
categricos en afirmar que no es necesaria tal declaracin para que opere el delito,
aun en el caso del deudor comerciante. Tampoco los comentarios de la Comisin
Redactora pueden llevar a la conclusin criticada, pues si bien es cierto que en la
sesin N 99 de 1 de julio de 1872 determin no recoger en el proyecto el artculo
del Cdigo espaol que estaba destinado a sancionar al deudor alzado que se refera
tanto al comerciante como al no comerciante sin aludir a su quiebra, porque consi-
der que ese delito quedaba comprendido en la quiebra fraudulenta, no es menos
cierto que de inmediato, en la sesin siguiente, la N 100, de 5 de julio del mismo
ao, corrigi su error al representar el seor Renjifo que en el art. 456 (actual 466)
no se haba comprendido al deudor alzado ni al que celebra contratos simulados, y
acord modificar la referida disposicin que no hace referencia a las quiebras en la
forma como rige hoy en da, o sea describiendo como delito el alzamiento de bienes
del deudor no comerciante y la celebracin de contratos simulados, sin hacer alusin
alguna a los delitos del quebrado, hiptesis estas ltimas que reglament en forma
separada en los arts. 463, 464 y 465, que expresa y claramente se referan al quebrado,
sin distincin de que fuera o no comerciante. La voluntad de los redactores queda en
evidencia, porque en los artculos recin citados se consideraron los delitos relativos a
las quiebras, y en el art. 466 nicamente a las defraudaciones que all enumera, en que
incurran los deudores no comerciantes que no hubiesen sido declarados en quiebra.
Finalmente es til hacer notar que la voz insolvencia empleada por el art. 466 no
debe entenderse en el sentido que podra haber tenido en el Cdigo espaol de la
poca, sino del que se desprende en nuestro ordenamiento, que no es equivalente
a quiebra, sino al sujeto cuyos bienes en conjunto son inferiores al monto del total
de las obligaciones pendientes que enfrenta, sea que est o no declarado en quiebra.
Insolvencia es la incapacidad del activo de un patrimonio para responder al pasivo que
lo afecta. La figura se fundamenta en el abuso de confianza del deudor.

298
DE LAS DEFRAUDACIONES

Si el deudor es declarado en quiebra, y tiene la calidad de


comerciante, industrial, minero o agricultor (arts. 41 y 234 de la
Ley de Quiebras), al incurrir en alguna de las conductas que se
indican en los arts. 219 220 de la referida Ley, puede respon-
der por los delitos de quiebra culpable o fraudulenta, segn las
circunstancias, lo que podra dar lugar a un posible concurso
aparente de leyes, que debera resolverse por el principio de la
especialidad con la aplicacin preferente de la figura reglada en
esa Ley especial.
Las figuras a que se ha hecho referencia estn descritas por
el art. 466 en los siguientes trminos: El deudor no dedicado al
comercio que se alzare con sus bienes en perjuicio de sus acreedo-
res o que se constituya en insolvencia por ocultacin, dilapidacin
o enajenacin maliciosa de esos bienes, ser castigado con presidio
menor en cualquiera de sus grados.
En la misma pena incurrir si otorgare, en perjuicio de dichos
acreedores, contratos simulados.
Del precepto transcrito se desprende que hay tres tipos pe-
nales distintos reglados conjuntamente: a) el alzamiento de bie-
nes, b) la insolvencia punible y c) el otorgamiento de contratos
simulados.
Se pasar a analizar separadamente cada uno de ellos.

El delito de alzamiento de bienes


142. ASPECTOS GENERALES

El bien jurdico protegido por este delito es el derecho de los


acreedores a hacer efectivas sus acreencias en los bienes del
deudor, pues el que se alza con sus bienes incumple la confian-
za que en l depositaron aquellos que le otorgaron recursos
o medios econmicos, en el entendido que contaba con un
patrimonio que respaldaba esas obligaciones. Al disminuirlo
puso en peligro los intereses de los acreedores en cuanto a la
recuperabilidad de esos crditos. Como se ha sealado prece-
dentemente, no es una conducta vinculada con la declaracin
de la quiebra del deudor, y tampoco propiamente con su in-
solvencia, situacin esta ltima que aparece considerada parti-

299
DERECHO PENAL

cularmente por el mismo art. 466 que la describe como figura


penal autnoma.2
Se trata de un delito de peligro, y no de lesin, pues no es
necesario que realmente se cause un perjuicio al acreedor o
acreedores; la descripcin del tipo no coloc como elemento de
la figura la exigencia de que se afectara realmente el patrimonio
de los titulares de los crditos.3

143. TIPO OBJETIVO

El art. 466 describe el hecho aludiendo al deudor no dedicado


al comercio que se alzare con sus bienes en perjuicio de sus
acreedores, y por alzamiento histricamente se ha entendido el
acto del agente de fugarse o de huir del lugar, llevndose u ocul-
tando sus bienes.4 Para que el tipo objetivo se d es esencial que
el deudor huya o se oculte junto con sus bienes, aunque sectores
doctrinarios estiman que lo esencial sera el ocultamiento de bie-
nes y no as la fuga o el ocultamiento personal del deudor,5 pero
tal forma de entender el tipo penal corresponde a los criterios
espaoles que tienen otra estructura de las figuras de alzamiento,
la que en nuestra legislacin debe descartarse, porque el ocul-
tamiento de bienes constituye una figura penalmente indepen-
diente que est especficamente sancionada en el art. 466.
Si bien el alzamiento importa la fuga del deudor, esa huida
debe ir aparejada del ocultamiento de los bienes, que no requiere
ser total, porque no es inherente al alzamiento que el agente que-
de en insolvencia. El delito puede darse aun cuando el alzamiento
de los bienes es parcial, que corresponde slo a parte de los del
agente, puesto que en esa forma se podran provocar dificultades
para la cancelacin de las acreencias, lo que involucra que falt
a la confianza que se deposit en l. El alzamiento, si bien est
catalogado como defraudacin por el Cdigo Penal, no requiere
de engao de parte del sujeto activo; el fraude se constituye por el

2
Opina en sentido diverso Etcheberry, D.P., t. III, p. 386.
3
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 285; T. S. Vives, op. cit., p. 882.
4
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 388.
5
As lo sostiene Labatut, D.P., t. II, p. 241.

300
DE LAS DEFRAUDACIONES

abuso de confianza que conlleva, lo que permite diferenciarlo del


delito de estafa, en el cual el engao previo es necesario, como
tambin el desplazamiento de bienes de la vctima al estafador, lo
que tampoco es necesario en el delito de alzamiento de bienes,6
donde ste dispone de bienes propios.
El delito solo es posible cuando existen personas vinculadas
jurdicamente por obligaciones de ndole patrimonial, siendo una o
unas acreedoras y otra deudora, o como dice Muoz Conde,
cuando existe una relacin jurdica obligacional previa entre los
intervinientes.7
Se trata, por lo tanto, de una figura especial, que requiere de
un sujeto activo calificado, porque puede cometerlo exclusiva-
mente quien tiene la calidad de deudor y siempre que la realice
para perjudicar a su acreedor o acreedores. En consecuencia,
el sujeto pasivo debe, a su vez, tener la calidad de acreedor del
agente, no puede ser cualquier persona.
La ocultacin de los bienes puede llevarse a cabo directamen-
te o por interpsita persona, alternativa donde se plantear una
situacin de induccin o de autora mediata, segn las circuns-
tancias concretas.
El objeto material de la accin lo constituyen los bienes del propio
deudor, son stos los que se lleva u oculta. Esos bienes deben cum-
plir con la condicin de que sean propios del agente y susceptibles
de que sobre ellos se hagan efectivas las deudas, pues el delito gira
en torno al peligro de que se cause un perjuicio a los titulares de
los crditos. Comprenden los bienes corporales y los incorporales,
siempre que sean liquidables, de manera que los crditos que el
agente tenga en contra de terceros quedan incluidos.
Se ha considerado la posibilidad de comisin del delito de
alzamiento por omisin, pero esta modalidad de ejecucin parece
no ser viable, porque el verbo rector alude al alzamiento, lo que
involucra una accin de parte del sujeto de quedarse con los
bienes.8
La provocacin de un efectivo perjuicio a los acreedores no
es un elemento inherente al delito para su perfeccionamiento,

6
Quintano Ripolls, op. cit., t. II, p. 339.
7
Muoz Conde, op. cit., p. 287.
8
T. S. Vives, op. cit., p. 884.

301
DERECHO PENAL

ya se seal que se trata de una figura de mera actividad, sin per-


juicio del elemento subjetivo necesario en ese sentido, que es un
aspecto distinto y que se comentar a continuacin.

144. TIPO SUBJETIVO

Como todos los tipos de la parte especial del Cdigo, se requiere


de dolo del deudor, dolo que se limita al directo, porque aparte
de que el sujeto ha de tener conocimiento de que se alza con los
bienes sobre los cuales los acreedores podran hacer efectivas sus
obligaciones pendientes, ha de querer causarles ese perjuicio,
dejarlos en la imposibilidad de recuperar los valores que le faci-
litaron, independientemente al hecho de que en la materialidad
se cause. Lo sealado se desprende de las expresiones emplea-
das por el art. 466, que sanciona el alzamiento de bienes del
deudor en perjuicio de sus acreedores, vale decir del realizado con
tal finalidad. El texto legal mismo diferencia la real situacin de
insolvencia del deudor en la cual es inherente que se cause el
perjuicio del delito de alzamiento donde la provocacin de
ese efecto no es necesario, por cuanto la insolvencia est repri-
mida como figura independiente en esa misma disposicin.

145. CONSUMACIN DEL DELITO. SU SANCIN

Como se adelant, se trata de un tipo de mera actividad, de modo


que es suficiente la fuga del deudor llevndose sus bienes para que
el hecho se consume, y como requiere de un elemento subjetivo
del tipo, el actuar en perjuicio de sus acreedores, descarta la
posibilidad de que se presenten las formas imperfectas (tentativa
y frustracin). Si el deudor es declarado en quiebra, este delito
queda desplazado por los de quiebra culpable o fraudulenta
descritos por los arts. 219 y 220 de la Ley de Quiebras, que pasan
a consumir, por el principio de consuncin, el de alzamiento de
bienes, que es una figura de peligro y queda consumida por la de
resultado reglada en la ley citada.
El art. 466 sanciona el alzamiento de bienes en la misma
forma que lo hace respecto de la insolvencia punible y la celebra-

302
DE LAS DEFRAUDACIONES

cin de contratos simulados, con presidio menor en cualquiera


de sus grados. La sancin es nica y no queda sujeta a gradacin
por el monto de los bienes objeto de alzamiento. En la Comisin
Redactora se haba estimado que por la naturaleza del delito y
para deshonrar menos al deudor, se colocara como pena alterna-
tiva la de presidio o la de relegacin, y si bien el criterio fue aco-
gido en principio, en definitiva no se concret (Sesin N 100,
de 5 de julio de 1872).

La insolvencia punible
146. CONSIDERACIONES GENERALES

Esta figura est sancionada en el art. 466, que expresa que el


deudor no dedicado al comercio que se constituya en insolvencia
por ocultacin, dilapidacin o enajenacin maliciosa de sus bienes
incurre en delito. De consiguiente, la insolvencia punible
puede revestir cualquiera de las distintas modalidades recin
sealadas: enajenacin, ocultacin, dilapidacin. En relacin
a todas ellas es imperioso precisar algunos conceptos; la insol-
vencia no requiere la declaracin de quiebra y se trata de una
figura con identidad propia, distinta, que en atencin a sus an-
tecedentes en la legislacin espaola se ha pretendido vincular
con el concurso, o sea con el procedimiento universal de liquida-
cin de los bienes del deudor, lo que en el sistema nacional no
corresponde. Se reproduce en esta parte lo comentado sobre el
punto cuando se analiz el delito de alzamiento de bienes. La
insolvencia punible no requiere de estados de concursos pre-
vios. La quiebra es un procedimiento judicial universal que est
dirigido a liquidar la integridad de los bienes del deudor para
satisfacer todas las deudas por l contradas y que no ha satisfe-
cho oportunamente, aun las sujetas a plazo, procedimiento que
requiere para iniciarse de una resolucin judicial denominada
declaracin de quiebra. Normalmente esa declaracin slo es po-
sible si el deudor ha entrado en cesacin de pagos, situacin en la
cual el sujeto se encuentra en la imposibilidad de cancelar las
deudas que se le cobran, y que a su vez supone su insolvencia, o
sea que los bienes que posee no alcanzan a cubrir los crditos

303
DERECHO PENAL

que se le han otorgado; en otros trminos, que su activo es tan


inferior a su pasivo, que enfrenta la imposibilidad de satisfacer
sus deudas. Una persona puede estar en insolvencia pero no en
quiebra, porque para ello es necesario que judicialmente as se
haya declarado. En los delitos de insolvencia no se requiere la
declaracin previa de quiebra, es suficiente que por los hechos
que el legislador describe en el art. 466, el sujeto se haya colo-
cado en estado de insolvencia, lo que corresponde establecer
en el proceso penal respectivo.
El delito de insolvencia punible, de consiguiente, es un delito
de resultado: el deudor debe a consecuencia de los actos tpicos
en que incurri, haber quedado en la imposibilidad de cancelar
sus deudas, con el natural perjuicio inferido a sus acreedores,
pero no es necesario que haya sido declarada su quiebra. Si esta
declaracin se hizo, la insolvencia del deudor como delito queda
consumida por el delito de quiebra culpable o fraudulenta, en la
forma como se coment al tratar el alzamiento de bienes.
Todas las formas de caer en insolvencia que se mencionan en
el art. 466 tienen una caracterstica comn que dice relacin con
el tipo subjetivo y que se desprende de la palabra maliciosa usada
por la disposicin; el deudor debe haber querido caer en insolven-
cia, la ocultacin, dilapidacin o enajenacin de sus bienes las
realiz con el conocimiento y la voluntad de que su patrimonio
activo sufra un deterioro que lo ponga en la imposibilidad de
enfrentar a sus acreedores.
Normalmente el legislador penal emplea la palabra maliciosa
para limitar al dolo al directo, excluyendo el eventual, y eso es lo
que sucede en el delito de insolvencia.
Veamos ahora cada una de las tres modalidades de insolven-
cia punible.

147. OCULTACIN DE BIENES

En esta hiptesis el deudor, con la finalidad de colocarse en situa-


cin de insolvencia, procede a esconder o disimular sus bienes
ante sus acreedores, de modo que stos no puedan, o tengan
dificultades para hacer efectivos sus crditos. Las modalidades
de operar pueden ser de distinta naturaleza; lo corriente ser

304
DE LAS DEFRAUDACIONES

que oculte materialmente sus bienes, en todo o parte, pues el


tipo se satisface con el hecho de que el resto de su patrimonio
sea insuficiente para asegurar la cancelacin de sus obligaciones,
no es necesario que los oculte todos. Puede tambin ocultar sus
bienes recurriendo a medios legales,9 siempre que el mismo no
consista en enajenar los componentes de su activo o celebrar con
ellos contratos simulados;10 de ser as se desplazara el delito a las
otra formas de caer en insolvencia.
La insolvencia punible por ocultacin de bienes es una
figura independiente del alzamiento de bienes,11 esta ltima
consiste en la fuga del deudor llevndose todo o parte de sus
bienes, en tanto que la insolvencia por ocultacin se satisface
con el hecho de ponerlos fuera de la vista de los acreedores,
para que sobre ellos no puedan hacer efectivo los crditos que
detenten.

148. INSOLVENCIA POR DILAPIDACIN

La segunda forma de incurrir en insolvencia punible que descri-


be el art. 466, tiene lugar cuando el deudor dilapida sus bienes,
lo que debe realizar precisamente para perjudicar a sus acree-
dores, puesto que como se ha sealado precedentemente el
sujeto debe actuar maliciosamente, lo que supone de su parte dolo
directo; en consecuencia, queda descartado el eventual. Debe
existir necesariamente, por lo tanto, una voluntad dirigida a
provocar un estado de insolvencia.
Dilapidar es una expresin que ha entenderse en el sentido
corriente que se le asigna, como la accin de malgastar los bienes
que se tienen o administran, lo que importa hacer gastos o inver-
siones exagerados al compararlos con los recursos que tiene
el deudor, sin la adecuada posibilidad de recuperacin. Es, en
definitiva, malbaratar, derrochar, despilfarrar los bienes.12 Que
un sujeto malgaste sus bienes no es delito en s mismo, a menos

9
Cfr. T. S. Vives, op. cit., p. 882.
10
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 389.
11
Opina en otro sentido Labatut (D.P., t. II, p. 241).
12
Labatut, D.P., t. II, p. 241.

305
DERECHO PENAL

que con esa actitud provoque una disminucin ostensible de su


activo en relacin a las obligaciones cuyos cumplimientos estn
pendientes.

149. INSOLVENCIA POR ENAJENACIN

Como ltima alternativa del delito de insolvencia punible, el


art. 466 sanciona la enajenacin de los bienes del deudor, que tambin
debe ser llevada a cabo maliciosamente, o sea con dolo directo
para provocar el estado de insolvencia. La enajenacin consiste
en hacer que bienes que estn en el patrimonio del deudor sal-
gan del mismo por medio de maquinaciones jurdicas. La mera
destruccin de esos bienes no queda comprendida en esta figura
penal, porque la conducta prohibida es traspasar por arbitrios
legales los bienes que integran el activo del deudor en todo
o parte a terceros, de modo que los acreedores queden en la
imposibilidad de hacer efectivos sus derechos sobre ellos. Estas
maquinaciones pueden cumplirse transfiriendo el dominio de
los bienes, constituyendo otros derechos sobre los mismos, como
podran ser servidumbres que los desvaloren, o una hipoteca o
un usufructo.
La pena que corresponde al delito de insolvencia es la misma
que se seala para el alzamiento de bienes, o sea presidio menor
en cualquiera de sus grados, pena que corresponde imponer
cualquiera sea el monto del perjuicio causado a los acreedores.
Por ello, seguramente, el legislador ampli la posibilidad de
recorrer la extensin de la sancin, permitiendo que el tribunal
que la imponga lo haga en cualquiera de los tres grados que la
integran.

Otorgamiento del deudor de contratos simulados


150. CARACTERSTICAS GENERALES

El art. 466, en su inciso final expresa: En la misma pena incu-


rrir (el deudor) si otorgare, en perjuicio de dichos acreedores,
contratos simulados.

306
DE LAS DEFRAUDACIONES

En el precepto se hace referencia implcita al deudor, de


modo que desde luego se requiere de un sujeto calificado, puesto
que slo puede ser agente de este tipo penal alguien que tiene
acreedores de ndole pecuniaria, y no cualquiera persona.
El delito es de mera actividad y no requiere de un resultado
o de que realmente provoque un perjuicio a los acreedores. No
es necesario que el agente se ponga en situacin de insolvencia
ni, menos aun, que haya sido declarado en quiebra; la historia
de la disposicin es clara en este punto, pues los redactores en
ningn momento aludieron a tales condiciones como elementos
del delito13 y no las consideraron para describirlo, como ostensi-
blemente fluye de la propia disposicin.
El bien jurdico protegido es la facultad de los acreedores
para exigir que el deudor mantenga bienes suficientes donde
hacer efectivos sus derechos cuando corresponda, es evitar el
peligro de que quede en insolvencia
El tipo objetivo lo constituye la accin de otorgar un contrato simu-
lado, y por tal se entiende aquel que es mendaz en cuanto a la ma-
nifestacin de voluntad del deudor. En l se aparenta realizar un
acto que no se ha pensado realmente llevar a cabo, o que simple-
mente encubre otra operacin efectivamente realizada de ndole
diversa. En substancia, en esta hiptesis existe una ostensible dife-
rencia entre la voluntad real del sujeto y la que declara tener. No
se exige que por la celebracin del contrato salga del patrimonio
del deudor parte de sus bienes, puede ello suceder, pero lo que s

13
Este inciso fue agregado al art. 456 (que ahora es el 466) por indicacin
del miembro de la Comisin seor Renjifo, en la Sesin N 100, de 5 de julio de
1872, sin considerar supuesto alguno de quiebra, cuyos delitos se reglaron sepa-
radamente en los arts. 463, 464 y 465, actualmente todos derogados, y tampoco se
consideraron situaciones que se vinculen con el concurso. Hay autores que opinan
en distinto sentido (entre ellos Etcheberry, D.P., t. III, p. 390), pero los argumentos
con los que pretenden as sostenerlo referentes a que esa era la normativa que
exista en la legislacin espaola en esa poca, no concuerda con el alcance que la
doctrina ibrica mayoritaria le ha reconocido al precepto legal y que ha mantenido
hasta estos das, como tampoco lo que se afirma respecto de la legislacin nacional.
La exigencia del art. 466 en el sentido que la accin se realice en perjuicio de los
acreedores, fuera de no hacer referencia a un real menoscabo de stos, no tiene
por qu vincularse con la quiebra del deudor o con la exigencia de un concurso
de acreedores, a los cuales nunca se aludi en la Comisin Redactora; el referido
artculo ha empleado esa frase para comprender tanto a la existencia de un solo
acreedor como a la de varios, como fluye de su propio tenor.

307
DERECHO PENAL

debe desprenderse de su celebracin es la intencin de provocar


un perjuicio de naturaleza pecuniaria a uno o varios acreedores,
aunque en el hecho ste no se concrete. Tal sera simular el reco-
nocimiento de deudas imaginarias u otro artificio semejante, que
aparentemente disminuyan el activo del deudor.
Se ha sostenido que el contrato simulado en esta hiptesis no
requiere escrituracin o un documento en el que conste, pero
esta idea debe descartarse. El contrato objeto del tipo penal re-
quiere escrituracin porque el legislador castiga su otorgamiento,
que es algo diferente a su mera celebracin, y esa primera expre-
sin otorgar en el mbito jurdico hace referencia normal-
mente a la intervencin de una solemnidad, en la especie a su
escrituracin.14
La omisin no puede ser medio de ejecucin de este delito,
que supone un comportamiento activo del deudor: otorgar un
contrato simulado.15
El perjuicio real del acreedor tampoco es un elemento del
delito, el que se perfecciona con el mero otorgamiento del con-
trato. Como sucede con todos los delitos de defraudacin que se
sancionan en el art. 466, es un tipo penal de peligro.
El tipo subjetivo requiere de dolo directo, queda descartado el
eventual, pues ese dolo se integra con el conocimiento del deu-
dor de que celebra un contrato simulado y de su voluntad de
hacerlo; adems, ha de ir aparejado de un elemento subjetivo:
la finalidad de perjudicar al o los acreedores; ese es el alcance
de la expresin en perjuicio de los acreedores que emplea el art. 466.
Tal como sucede con las dems formas de cometer defraudacin,
est descartada la culpa como modalidad de presentacin de es-
tos delitos, culpa que s es posible en los tipos penales vinculados
a las quiebras y que se describen en los arts. 219 y 220 de la Ley
N 18.175, que regla esas situaciones.
La sancin que corresponde al delito consumado es presidio
menor en cualquiera de sus grados, y no parece posible que se
d la etapa punible de una tentativa o frustracin punible, lo que
es normal por lo dems en las figuras de peligro.

14
Opina en sentido contrario Manuel de Rivacova y Rivacova, El delito de con-
trato simulado, Santiago, 1992, p. 54.
15
Cfr. Manuel de Rivacova, op. cit., p. 40.

308
DE LAS DEFRAUDACIONES

Se podra dar una situacin de concurso aparente con el delito


descrito en el art. 471 N 2, pero como se explicar al comentar
esta disposicin (que sanciona al que en perjuicio de otro otor-
ga un contrato simulado), prefiere el tipo reglado en el art. 466
que se est estudiando, porque requiere de un sujeto calificado
y un elemento subjetivo particular, que el descrito en el art. 471
no exige.

Delitos relativos a la quiebra


151. ASPECTOS GENERALES

Como se seal en los prrafos que preceden, en el Cdigo


Penal se eliminaron los tipos penales descritos en los arts. 463,
464 y 465 que sancionaban, los dos primeros, la insolvencia del
quebrado, fraudulenta y culpable respectivamente, y el ltimo
precepto se ocupaba de sealar algunas modalidades que hacan
variar la pena que corresponda a cada una de esas dos figuras
penales. Las referidas disposiciones se encontraban en el prra-
fo correspondiente a las defraudaciones y fueron derogadas por
la Ley de Quiebras N 4.558, de 4 de febrero de 1929, la que a
su vez fue reemplazada por la Ley N 18.175, publicada el 28 de
octubre de 1982. Por ello se acostumbra tratar los delitos que en
esta ley especial se describen entre las defraudaciones, aunque
debera hacerse entre los delitos establecidos por leyes especia-
les, por cuanto no estn tratados en el Cdigo, y su asimilacin
a las defraudaciones es discutible. Para respetar esa tradicin
enunciaremos brevemente los principales aspectos que ofrecen
las dos figuras fundamentales que se reglan en esa ley: la quiebra
fraudulenta y la quiebra culpable.
Los delitos de defraudacin descritos en el art. 466, que se re-
fieren a la insolvencia punible y al alzamiento de bienes, son figu-
ras independientes a las vinculadas con la quiebra y pueden tener
como sujeto pasivo a cualquier deudor, sea o no comerciante. Su
principal parentesco con los delitos relativos a la quiebra incide en
que en stos tambin se necesita tener la calidad de deudor y con-
taran con un fundamento comn, una situacin de insolvencia.
Pero los tipos de quiebra culpable y fraudulenta presentan diferen-

309
DERECHO PENAL

cias con las defraudaciones: aquellos delitos pueden conformarse


cuando el deudor est en la imposibilidad de dar un tratamiento
igualitario a sus diversos acreedores y, sobre todo, porque para
consumarse exigen que el deudor haya sido declarado en quiebra,
lo que no sucede con los sancionados por el art. 466.
En las figuras vinculadas con la quiebra es necesario que
se cause un resultado que consiste precisamente en la declara-
cin de quiebra, el estado de quebrado normalmente provoca
un perjuicio en el patrimonio de terceros y en la economa
en general, porque esa declaracin da lugar a la apertura de
un proceso jurisdiccional de naturaleza excepcional y uni-
versal que consiste en la liquidacin de todo un patrimonio.
La quiebra, sea fraudulenta o culpable, es un tipo material o
de resultado y requiere de un sujeto activo especial, puesto que
debe tener la calidad de deudor.
El bien jurdico en la quiebra culpable y fraudulenta no es
nico, si bien est vinculado con el patrimonio de los acreedo-
res, que pueden resultar afectados en cuanto a la recuperacin
de sus acreencias, lesiona principalmente la intangibilidad de
una universalidad, a un conjunto indeterminado de derechos,
obligaciones y relaciones de naturaleza econmico crediticia
creadas por la actividad desarrollada por el fallido. Se trata de
un delito pluriofensivo, que se concreta en un resultado de
ndole jurdico procesal: la declaracin de quiebra, que afecta
directamente a la fe crediticia. El derecho de los acreedores es
un objeto secundariamente considerado frente al inters en
proteger la sanidad del sistema de relaciones jurdico crediticias
alterado con un proceso anormal de liquidacin de bienes.16
No se pretende crear o aumentar el nmero de figuras que se
cobija en la ambigua nocin de los denominados delitos eco-
nmicos, simplemente se trata de aproximarse al mximo a la
realidad del objeto amparado por estos tan particulares tipos
penales. Compartimos la inquietud de Kolrausch que, refirin-
dose a la libertad econmica, recomendaba cautela y evitar
transformar cada abuso de esta libertad, sin ms ni ms, en

16
Consltese la muy completa exposicin que sobre el tema hace Juan E. Puga
Vial en su libro Derecho Concursal. Delitos de la Quiebra, Santiago, 1994, pp. 51 y ss.,
donde mantiene una opinin distinta a la aqu expuesta.

310
DE LAS DEFRAUDACIONES

un delito, cuando existen acciones civiles que pueden mejor


garantizarla.17
Sectores doctrinarios afirman que el bien protegido por estos
delitos est constituido por el derecho de los acreedores a la sa-
tisfaccin de sus crditos con el patrimonio del deudor,18 criterio
compartido por otros autores que creen que no es el nico objeto
amparado, sino que tambin estara en juego la fe pblica.19

152. EN QU CONSISTE LA QUIEBRA

La quiebra est reglada en la Ley N 18.175 hoy Libro IV del


Cdigo de Comercio y consiste en un procedimiento civil que
est definido en el inc. 2 del art. 1 de la referida Ley: El juicio
de quiebra tiene por objeto realizar en un solo procedimiento
los bienes de una persona natural o jurdica, a fin de proveer
el pago de sus deudas. Se trata de un procedimiento civil de
naturaleza universal, destinado a liquidar la integridad de los
bienes del deudor para hacer pago con el producido a todos
sus acreedores. Esta liquidacin la materializa un funcionario
denominado Sndico de Quiebras. Este procedimiento se inicia
con una resolucin judicial que se denomina declaracin de
quiebra, que es dictada por el juez civil. La declaracin de quie-
bra del fallido supone que ste se encuentra en insolvencia, o sea
que sus bienes han llegado a ser insuficientes para asegurar el
cumplimiento de las obligaciones que ha contrado, estado que
se manifiesta con la cesacin de pagos, que tiene lugar cuando el
deudor deja de cumplir alguna de sus obligaciones.
Se ha discutido en qu consiste el delito de quiebra culpable
o fraudulenta, y se debe entender que, como su denominacin
legal seala, no es otra cosa que un complejo de actos o con-
ductas en que incurre el deudor que lo lleva al estado de ser
declarado en quiebra, actos y comportamiento que el legislador

17
Citado por Lisandro Martnez Ziga, De los delitos contra el patrimonio econ-
mico, p. 81, Bogot, 1985.
18
Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 864; Quintano Ripolls, op. cit., t. II, p. 339;
T. S. Vives, op. cit., p. 879; Bajo Fernndez, Manual, p. 145.
19
Muoz Conde, op. cit., p. 284.

311
DERECHO PENAL

ha enunciado casusticamente, lo que autoriza a calificar a estos


delitos como de hiptesis mltiple. La declaracin de quiebra es el
elemento normalmente consumativo de la figura,20 y ello porque
sin esa resolucin judicial no puede haber delito de quiebra,
podr darse una defraudacin, una estafa, pero no el delito en
estudio. El perjuicio que esa resolucin causa objetivamente en
los acreedores y en el buen funcionamiento de la gestin social
econmica en el mbito del crdito es indudable; el conjunto de
acreedores debe concurrir en el procedimiento de liquidacin
universal de los bienes del deudor y la economa crediticia, gen-
ricamente, sufre menoscabo con los efectos de esta declaracin.
No es la insolvencia en s la causa del menoscabo que sufren
los acreedores y la sociedad, pues es frecuente que el deudor se
encuentre en insolvencia y no obstante, mientras no se declare
su quiebra, sigue operando y segn la habilidad con que acte
logre superar su estado de crisis. Lo que causa el perjuicio es el
estado mismo de liquidacin universal que provoca dicha decla-
racin, donde los crditos pendientes en su vencimiento tambin
se hacen efectivos.21 No debe inducir a equvocos la asimilacin
que corrientemente se hace de estos delitos a las defraudaciones,
porque el de quiebra es un tipo independiente de la defrauda-
cin y est reglado por una ley especial. La resolucin judicial
que declara la quiebra no es una condicin objetiva de punibilidad,
como sectores de la doctrina la consideran,22 y tampoco puede
calificarse como un mero presupuesto necesario para la procesa-
bilidad penal de la insolvencia en que se coloc el deudor.23

20
Se afirma que normalmente la resolucin es el acto consumativo, por cuanto
existen excepciones a esa regla, donde la referida resolucin judicial y el comporta-
miento del deudor que motiva esa declaracin es el inicio del delito, lo que sucede
en los casos descritos en el art. 219 N 6, art. 220 Nos 5, 10 y 13, y art. 221 Nos 2,
3, 4 y 7 de la Ley sobre Quiebras, que se perfeccionan con actividades del fallido
realizadas con posterioridad a la resolucin judicial, que la doctrina denomina
como delitos posquiebra.
21
Para autores como Etcheberry, el resultado del delito es el estado de insol-
vencia (D.P., t. III, p. 383); en el mismo sentido Cobos Gmez de Linares, op. cit.,
t. II, p. 331; Bustos, op. cit., p. 319.
22
Muoz Conde, op. cit., p. 291; Bajo Fernndez, Manual, p. 144.
23
T. S. Vives, op. cit., p. 894; Bustos, op. cit., p. 318. La opinin de estos auto-
res es comprensible porque la tipologa del delito de quiebra es distinta a la que
tiene el sistema nacional; en Espaa lo sancionado es la insolvencia.

312
DE LAS DEFRAUDACIONES

No es una condicin objetiva de punibilidad porque para ser


tal requiere ser ajena a la conducta del agente, opera en forma
absolutamente independiente o separada de la actividad de aquel,
en tanto que la declaracin de quiebra es la resultante de una di-
versidad de actos provocados por el propio agente en el pasado,
ms el hecho de incurrir en cualquiera de las conductas sealadas
por el art. 43 de la Ley de Quiebras, o sea haber sido requerido
judicialmente por el cobro de ttulos ejecutivos y no haberlos
pagado o caucionado su pago, o que se fugue del territorio o se
oculte y, en general, incurra en cualquiera de los hechos sea-
lados en la disposicin citada. Si no lleva a cabo las conductas
recin indicadas no puede ser declarado en quiebra, y si tampo-
co ha realizado los comportamientos descritos en los arts. 219
y 220 no comete delito de quiebra. La descripcin tpica est
constituida por dos rdenes de actividades del deudor, unas que
estn descritas en los arts. 219 y 220, y que segn los casos pue-
den ser realizadas en el pasado o en el futuro, y otras que deben
ser actuales, y corresponden a la descrita en el art. 41 (el deudor
debe pedir su quiebra) o a cualquiera de las cuatro enumeradas
en el art. 43. La resolucin judicial constituye la consecuencia
normativa y generalmente consumativa de las distintas acciones
ilegtimas del agente, todas conformantes en conjunto de una
unidad jurdica: la quiebra culpable o fraudulenta. De manera
que la declaracin de quiebra no es producto de la accin de un
tercero como se ha sostenido lo que podra otorgarle el carcter
de condicin objetiva de punibilidad,24 sino que corresponde
a la propia actividad del deudor, es su comportamiento el que
motiva esa resolucin jurisdiccional. El juez se limita a declararla
una vez que se dan los presupuestos conductuales del deudor y
como consecuencia exacta del obrar de ste.
La legislacin nacional no permite, como sucede en la de
otros pases, razonar en el sentido de que el delito de quiebra es
una insolvencia;25 el delito de quiebra conforme a nuestra ley es

24
As lo sostiene Bacigalupo, respecto de los actos anteriores a la declaracin,
Insolvencia y Delito, Buenos Aires, 1970, pp. 30 y ss.
25
Deben, de consiguiente, considerarse con reservas los anlisis que se hacen
para la legislacin espaola, cuyo Cdigo Penal se ocupa de los delitos de quiebra
(arts. 259, 260 y 261), en el Libro II, ttulo XIII, captulo VII, bajo el enunciado
De las insolvencias punibles.

313
DERECHO PENAL

un proceso complejo de comportamiento que gira en torno a la


resolucin judicial que declara la quiebra, donde sus diferentes
componentes son cada uno elementos del tipo penal respectivo,
sin perjuicio que la situacin de insolvencia del deudor pueda
tener tambin trascendencia.
Si bien es el juez civil quien debe declarar la quiebra, la exis-
tencia del delito de quiebra fraudulenta o culpable es resorte ex-
clusivo del tribunal con jurisdiccin penal, que ha de determinarla
analizando si en el caso se da o no el complejo conjunto de hechos
en que debe intervenir el deudor.26

153. LOS SUJETOS ACTIVOS Y PASIVOS

Los delitos de quiebra son especiales porque requieren de un sujeto


calificado, que debe tener la calidad de deudor; slo aquellos que
han contrado deudas pueden ser declarados en quiebra; pero fuera
de esa caracterstica, han de cumplir con la condicin que seala el
art. 41 de la Ley de Quiebras, o sea ejercer una actividad comercial,
industrial, agrcola o minera. El art. 218 de la ley limita a los deu-
dores recin sealados la posibilidad de ser sujetos de una quiebra
culpable o fraudulenta; los dems deudores, aunque se constituyan
en quiebra no pueden ser autores de estos delitos, sin perjuicio de
que por sus actos incurran en los de defraudacin reprimidos en
el art. 466. A esta ltima situacin alude el art. 234 del Libro IV del
Cdigo de Comercio, sobre las quiebras, en cuanto dispone que
no se aplican al deudor no comprendido en el art. 41 los preceptos
relativos a los delitos de quiebra culpable o fraudulenta, quienes
quedan sujetos a las disposiciones del Cdigo Penal, o sea a las de-
fraudaciones sancionadas por el art. 466. Pero el citado art. 234 dis-
pone tambin que si la declaracin de quiebra del referido deudor
tiene como fundamento la causal del N 3 del art. 43 del Libro IV
del Cdigo de Comercio, o sea fugarse del territorio, le son aplica-
bles las sanciones por quiebra culpable o fraudulenta.
Declarada la quiebra, conforme al art. 222 del Libro IV del Cdi-
go de Comercio, la junta de acreedores puede denunciar el posible
delito, como a su vez cualquiera de los acreedores puede hacerlo o

26
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 383.

314
DE LAS DEFRAUDACIONES

deducir la querella pertinente si as lo estima adecuado. Si no lo hi-


cieren, le corresponde a la Superintendencia de Quiebras denunciar
el posible delito al Ministerio Pblico, poner en su conocimiento la
declaracin de quiebra y los dems antecedentes, sin perjuicio de que
este ltimo pueda abrir de oficio la respectiva investigacin
El sujeto pasivo ha de ser uno o varios acreedores, el art. 40
de la ley establece que un solo acreedor puede obtener la decla-
racin de quiebra si el deudor no tuviere otros, siempre que con-
curran los dems requisitos legales; pero para ser sujeto pasivo es
imperativo tener tal calidad.

154. LOS TIPOS PENALES DESCRITOS


EN LA LEY DE QUIEBRAS

En el art. 218 se expresa que la quiebra del deudor puede ser de


dos clases: culpable, a la que se refiere el art. 219, y fraudulenta,
que trata el art. 220. Para precisar lo que entiende por una y otra
clase de quiebra, el legislador emplea un sistema que ha sido
objeto de serias crticas, y con razn. Los preceptos dicen que se
presume culpable o fraudulenta la quiebra cuando se ha tenido
alguna de las diversas conductas que en los referidos textos se
enuncian. En realidad se ha mantenido una forma que tradicio-
nalmente se ha empleado para describir esos tipos penales, cuya
aparente explicacin incidira en que lo hace una ley no penal,
de manera que el significado de las expresiones no puede enten-
derse en su alcance tcnico jurdico penal, sino como meras for-
mas de sealar cules son las acciones constitutivas de los ilcitos
que sanciona. De manera que no constituyen jurdicamente pre-
sunciones de naturaleza probatoria de tales delitos, sino simples
descripciones de los comportamientos prohibidos.
El art. 218 de la ley expresa que el delito consiste en la quiebra
del deudor a que se refiere el art. 41, y luego precisa que puede ser
fraudulenta o culpable, y los arts. 219 y 220 determinan cules
son las hiptesis de una y otra; pero en todo caso el delito es la
declaracin de quiebra y para que tal declaracin se haga deben
cumplirse las condiciones que establece el art. 43. El sistema em-
pleado por la ley para tipificar el delito es poco acertado, pero es
evidente que los comportamientos que sanciona son complejos,

315
DERECHO PENAL

pues debe incurrirse en alguno de los expresados en el art. 43,


que son los detonantes de la resolucin judicial que declara la
quiebra, complementada con alguno de los actos que se indican
en el art. 219 que permitiran calificarla como culpable o en el
art. 220 que la haran calificar como fraudulenta; estos hechos
pueden haber sucedido antes de la declaracin o con posteriori-
dad a ella, segn corresponda. Esos hechos los descritos en los
arts. 219 y 220 solitariamente considerados son ineficaces para
conformar el delito de quiebra, sin perjuicio de que puedan dar
vida a otro tipo penal; pero para constituir el delito de quiebra
necesariamente tienen que ir aparejados de alguno de los com-
portamientos descritos en el art. 43, que conduce precisamente
a la declaracin judicial.
Para analizar los elementos tpicos de estos delitos debe dis-
tinguirse la quiebra culpable de la fraudulenta, sin perjuicio de que
luego de indicados aquellos que son propios de cada figura, se
analicen los que son comunes a ambas.

A. Quiebra fraudulenta
La quiebra fraudulenta est descrita en el art. 220 en relacin
con los arts. 41 y 43 de la Ley de Quiebras, y para determinar su
identidad es adecuado referirse previamente al tipo objetivo y
luego al subjetivo.
A.1. Tipo objetivo. El art. 220 hace una extensa enumeracin de
diversos comportamientos que constituyen este delito, pero en
su nmero 16 emplea una frmula general que, podra decirse,
compendia las dems hiptesis que enumera. La disposicin se
explica por s sola y es del siguiente tenor:
Se presume fraudulenta la quiebra del deudor:
1. Si hubiere ocultado bienes;
2. Si hubiere reconocido deudas supuestas;
3. Si hubiere supuesto enajenaciones, con perjuicio de sus
acreedores;
4. Si hubiere comprometido en sus propios negocios los
bienes que hubiere recibido en depsito, comisin o administra-
cin, o en el desempeo de cargo de confianza;
5. Si, posteriormente a la declaracin de quiebra, hubiere
percibido y aplicado a sus propios usos, bienes de la masa;

316
DE LAS DEFRAUDACIONES

6. Si, despus de la fecha asignada a la cesacin de pagos,


hubiere pagado a un acreedor, en perjuicio de los dems, antici-
pndole el vencimiento de una deuda;
7. Si ocultare o inutilizare sus libros, documentos y dems
antecedentes;
8. Si, con intencin de retardar la quiebra, el deudor hu-
biere comprado mercaderas para venderlas por menor precio
que el corriente, contrado prstamos a un inters superior al
corriente de plaza, puesto en circulacin valores de crdito o
empleado otros arbitrios ruinosos para hacerse de fondos;
9. Si, inmediatamente despus de haber comprado merca-
deras al fiado, las vendiere con prdidas;
10. Si, antes o despus de la declaracin de quiebra, hubiere
comprado para s por interposicin de un tercero y a nombre de
ste, bienes de cualquier clase;
11. Si no resultare de sus libros la existencia o salida del ac-
tivo de su ltimo inventario, o del dinero y valores de cualquier
otra especie que hubieren entrado en su poder posteriormente
a la faccin de aqul;
12. Si, en estado de manifiesta insolvencia, hubiere hecho
donaciones cuantiosas;
13. Si hubiere celebrado convenios privados con algunos
acreedores en perjuicio de la masa;
14. Si se ausentare o fugare, llevndose una parte de sus ha-
beres;
15. Si el deudor, dentro del ejercicio en el cual cese en el
pago de sus obligaciones o en el inmediatamente anterior, hubie-
re omitido, falseado o desvirtuado informacin de aquella que ha
debido proporcionar de conformidad a la ley, acerca de su real
situacin legal, econmica o financiera, y
16. En general, siempre que hubiere ejecutado dolosamente
una operacin cualquiera que disminuya su activo o aumente su
pasivo.
Estas conductas debe realizarlas el deudor con anteriori-
dad a la declaracin de quiebra, pero hay excepciones; as, en
el N 5 se consigna una actividad que claramente debe llevarse
a cabo con posterioridad a la referida resolucin judicial.
Como se hizo notar con anterioridad, el delito de quiebra frau-
dulenta exige un comportamiento complejo que se desarrolla con

317
DERECHO PENAL

cierta duracin en el tiempo, porque el deudor, sin perjuicio de que


debe incurrir en alguna de las conductas descritas en el art. 200,
adems ha de hacerlo en alguna de las sealadas en los arts. 41 y 43
de la ley respectiva. Estas son aquellas que su texto establece como
causales concretas y nicas para que el tribunal pueda declarar la
quiebra. Esas ltimas conductas si bien son antijurdicas, aislada-
mente consideradas no son tpicas, pero acompaadas por la comi-
sin de las descritas en el art. 220 (que tampoco son tpicas miradas
en forma independiente), pasan ambas actividades a constituirse
en elementos del tipo penal de quiebra fraudulenta, con su efecto
o resultado, la declaracin de quiebra del tribunal civil. De suerte
que el tipo objetivo del delito de quiebra fraudulenta se integra por
la comisin de dos conductas distintas, la primera cualquiera de
las descritas en el art. 220 y la segunda alguna de las enumeradas
en el art. 43, ambos comportamientos deben concurrir copulativa-
mente y materializarse en el resultado declaracin de quiebra.
El art. 41 obliga al deudor ha solicitar su declaracin de
quiebra antes de que hayan transcurrido quince das de que haya
cesado en el pago de una obligacin mercantil.
El art. 43 de la Ley de Quiebras expresa lo siguiente:
Cualquiera de los acreedores podr solicitar la declaracin
de quiebra, aun cuando su crdito no sea exigible, en los siguien-
tes casos:
1. Cuando el deudor que ejerza una actividad comercial,
industrial, minera o agrcola, cese en el pago de una obligacin
mercantil con el solicitante, cuyo ttulo sea ejecutivo;
2. Cuando el deudor contra el cual existieren tres o ms ttu-
los ejecutivos y vencidos, provenientes de obligaciones diversas,
y estuvieren iniciadas, a lo menos, dos ejecuciones, no hubiere
presentado en todas stas, dentro de los cuatro das siguientes a
los respectivos requerimientos, bienes bastantes para responder
a la prestacin que adeude y las costas, y
3. Cuando el deudor se fugue del territorio de la Repblica
o se oculte dejando cerradas sus oficinas o establecimientos, sin
haber nombrado persona que administre sus bienes con faculta-
des para dar cumplimiento a sus obligaciones y contestar nuevas
demandas.
La concepcin del tipo delictivo queda notablemente estable-
cida en el texto del art. 218 de la ley en estudio: La quiebra del

318
DE LAS DEFRAUDACIONES

deudor a que se refiere el art. 41 puede ser fortuita, culpable o frau-


dulenta; no es la insolvencia del deudor lo sancionado, sino haber
sido declarado en quiebra por los actos mencionados en los arts.
220, 41 y 43, ejecutados por el deudor sucesivamente; se trata de un
comportamiento complejo integrado por varios actos de distinta
naturaleza, los primeros extrajudiciales y los segundos judiciales.
A.2. El tipo subjetivo en la quiebra fraudulenta. De las diversas hi-
ptesis que se describen en el art. 220 de la Ley de Quiebras se
desprende que la quiebra fraudulenta, como todo delito, requie-
re de dolo. As en el N 8, expresa si, con intencin de retardar
la quiebra; en el N 16 dice siempre que hubiere ejecutado
dolosamente, en realidad es necesario que el agente acte con
conocimiento y voluntad de disminuir su activo o aumentar su
pasivo, entendiendo tambin por voluntad la aceptacin de que
esa disminucin se produzca. Lo comentado se ratifica por el
hecho de que en algunas de las alternativas que se describen,
como en las de los Nos 2, 6, 13, expresamente se seala que el
deudor debe actuar en perjuicio del acreedor o de la masa, de mane-
ra que resulta evidente la exigencia de una direccin volitiva en
el referido sentido.27
Pero a su vez debe mediar dolo tambin en las actividades del
deudor descritas en los arts. 41 y 43 de la ley y que son las que
hacen procedente la declaracin de la quiebra (v. gr., no pagar
el ttulo ejecutivo cuando es requerido o fugarse), de modo
que en la especie se requiere un doble elemento subjetivo, el
exigido para incurrir en la primera conducta desvalorada (las del
art. 220) y a su vez el necesario para que tenga lugar la segunda
(las de los arts. 41 43). Es insuficiente el hecho de que objetiva-
mente se presenten en la realidad los sucesos que constituyen las
causales, esos comportamientos deben contar con la direccin
subjetiva precisa para conformar el dolo mencionado y que per-
mite que la quiebra pueda ser calificada de fraudulenta.
La pena sealada al delito por el art. 229 de la Ley es presidio
menor en su grado medio a presidio mayor en su grado mni-
mo, salvo que cualquiera de los actos delictuosos que el fallido

27
Cfr. Cobos Gmez de Linares, Manual de Derecho Penal, parte especial, t. II,
p. 331.

319
DERECHO PENAL

hubiere cometido tuviere asignada mayor pena, pues entonces


se aplicar sta.

B. Quiebra culpable

Las hiptesis de quiebra culpable que el legislador inadecua-


damente describe como presunciones, estn enumeradas en el
art. 219 de la Ley de Quiebras, que expresa:
La quiebra se presume culpable en los siguientes casos:
1. Si el deudor ha pagado a un acreedor en perjuicio de los
dems, despus de la cesacin de pagos;
2. Si los gastos domsticos o personales del fallido hubieren
sido excesivos, habida consideracin a su capital, a su rango so-
cial y al nmero de personas de su familia;
3. Si el fallido hubiere perdido fuertes sumas en cualquier
especie de juego, en apuestas cuantiosas o en operaciones aven-
turadas de bolsa;
4. Si el deudor no hubiere solicitado su quiebra, en el caso
del artculo 41, o si la manifestacin que hiciere no reuniese las
condiciones que prescribe el artculo 42;
5. Si el deudor fuere declarado en quiebra, por segunda vez,
sin haber cumplido las obligaciones que hubiere contrado en
un convenio precedente;
6. Si se ausentare o no compareciere al tiempo de la declara-
cin de quiebra o durante el curso del juicio, o si se negare a dar
al sndico explicaciones sobre sus negocios;
7. Si hubiere prestado fianzas o contrado por cuenta ajena
obligaciones desproporcionadas a la situacin que tena cuando
las contrajo, sin garantas suficientes.
8. Si hubiere hecho donaciones desproporcionadas a su situa-
cin de fortuna, considerada en el momento de hacerlas;
9. Si no tuviere libros o inventarios o si tenindolos, no hu-
bieren sido llevados los libros con la regularidad exigida, de tal
suerte que no manifiesten la verdadera situacin de su activo y
pasivo. Respecto de quienes no estn obligados a llevar libros de
contabilidad, se aplicarn las normas sobre tributacin simplifi-
cada establecidas por el Servicio de Impuestos Internos;
10. Si no conservare las cartas que se le hubieren dirigido con
relacin a sus negocios;

320
DE LAS DEFRAUDACIONES

11. Si hubiere omitido la inscripcin de los documentos que


ordena la ley, y
12. Si agravase el mal estado de sus negocios durante el pe-
rodo a que se refiere el inciso primero del artculo 177 bis.
El tipo objetivo del referido delito se conforma ejecutando
alguno de los comportamientos que describe taxativamente la
disposicin transcrita, pero al igual que se seal en la quiebra
fraudulenta ello es insuficiente por s solo, el comportamiento
material conformante del tipo penal es complejo, debe estar
aparejado de la realizacin de cualquiera de las conductas se-
aladas en los arts. 41 43 de la Ley de Quiebras (entre otras,
no pagar la obligacin mercantil cuando ha sido requerido al
efecto).
El tipo subjetivo respecto de las conductas enumeradas en el
art. 219 puede ser, segn las circunstancias, atribuible a culpa
o a dolo, pues es evidente que en la causal 1 de la referida dis-
posicin la exigencia de que el pago a un acreedor se haga en
perjuicio de los dems, deja en claro la direccin volitiva dolosa
del acto; pero se satisface con el simple descuido o falta de cui-
dado culpa en hiptesis como la descrita en el N 3, cuando el
deudor pierde fuertes sumas en cualquier clase de juego, apues-
tas cuantiosas o en operaciones aventuradas de bolsa. En este
punto no tiene razn aquel sector de la doctrina espaola que
hace notar que la expresin culpable no debe identificarse con la
de culpa,28 en la legislacin nacional la palabra culpable para los
efectos de los delitos de quiebra tiene un alcance amplio, aparte
de comprender la alternativa de culpa, comprende tambin la
del dolo,29 por lo menos el eventual, segn corresponda.
Se indic al referirse al tipo objetivo, que la conducta que
conforma la quiebra culpable es compleja, porque aparte de
los comportamientos sealados en el art. 219, el deudor debe,
adems, incurrir en alguno de aquellos sealados en los arts. 41
43 y, en estos casos, debe necesariamente actuar dolosamente.
Por la naturaleza de la actividad que se describe en ese artculo

28
Cfr. Bajo Fernndez, Manual, p. 148; T. S. Vives, op. cit., p. 894, aunque este
autor sostiene que la voz culpable en este caso se contrapone a la de fraudulenta.
29
Etcheberry sostiene que se trata de formas culposas de quiebra (D.P., t. III,
p. 382).

321
DERECHO PENAL

el deudor debe llevarla a cabo con dolo, pues importa eludir el


cumplimiento de obligaciones frente a sus acreedores. Por lo
tanto, en la quiebra culpable pueden concurrir coetneamente
culpa y dolo, aunque referidos a distintos comportamientos que,
en conjunto, dan vida al tipo objetivo.
La descripcin de estos delitos es susceptible de abundantes
crticas, tanto en el aspecto objetivo como subjetivo, y sera acon-
sejable someterlos a una seria revisin, e incorporarlos al Cdigo
Penal, para evitar toda posible duda de que quedan sometidos a
los principios generales que en l se establecen.
El art. 229 sanciona la quiebra culpable con una pena menos
rigurosa que la que aplica a la quiebra fraudulenta: presidio me-
nor en cualquiera de sus grados.
Es til precisar que los tipos de quiebra culpable y fraudulen-
ta que se mencionan en los arts. 119 y 120 de la ley respectiva,
son los nicos que se establecen en la legislacin, de modo que
las respectivas enumeraciones son taxativas.30

C. Otras responsabilidades en relacin con los delitos de quiebra


La Ley de Quiebras se ha preocupado de la situacin de perso-
nas diversas a los deudores que caen en falencia; as, considera
de modo especial al cnyuge del fallido y ciertos parientes de
aqul (art. 231). Tambin la ley hace referencia a determinadas
conductas de terceros que califica erradamente de cmplices
(art. 221) y a los representantes de una persona jurdica o de una
persona natural declarada en quiebra (arts. 232 y 233).
El art. 231 expresa lo siguiente:
El cnyuge y los ascendientes o descendientes consangu-
neos o afines del fallido que, con conocimiento de la quiebra,
hubieren sustrado bienes pertenecientes a sta, no sern consi-
derados cmplices de quiebra fraudulenta, pero sern castigados
como reos comunes de hurto sin tomarse en consideracin su
calidad de cnyuge o de pariente.
Este precepto ha sido criticado, a pesar que el legislador pre-
tendi con l aclarar una situacin que podra suscitar duda. Se
trata de hechos de post quiebra, o sea cometidos con posterioridad

30
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 385.

322
DE LAS DEFRAUDACIONES

a la declaracin judicial pertinente y cuya aplicacin se limit ex-


clusivamente a la quiebra fraudulenta (se excluy la culpable). En
los hechos que menciona el cnyuge o pariente debe actuar con
conocimiento de la quiebra. El tipo subjetivo se integra con el
conocimiento de que el familiar ya ha sido declarado en falencia,
no se exige que necesariamente acte concertado con el fallido,
el tercero est en condiciones de actuar independientemente
del deudor, de manera que su actuacin puede o no constituir
una coautora. En realidad el art. 231 de la Ley crea una figura
especial para el familiar que interviene con posterioridad a la
declaracin de quiebra, por ello usa la expresin: no sern con-
siderados cmplices de quiebra fraudulenta; es de todo punto
de vista inadecuada la disposicin, salvo si con ella se pretendi
limitar el hecho exclusivamente a la quiebra fraudulenta. La
ltima frase del artculo que dispone que no deber tomarse en
consideracin la calidad de cnyuge o pariente del agente, ha
pretendido excluir la aplicacin de la excusa legal absolutoria es-
tablecida en el art. 489 del Cdigo Penal, que libera de sancin a
ciertas personas por los hurtos entre familiares. La preocupacin
puede parecer incorrecta,31 toda vez que la sustraccin no siem-
pre afectara al pariente fallido, sino a la masa de acreedores;
pero no sera criticable la precisin hecha por la ley, porque as
se excluye toda duda sobre el punto.32
Este precepto se ha considerado anmalo, porque quienes
realizan las acciones que en l se indican podran calificarse en
algunos casos de coautores, y sin embargo el legislador pasa a de-
nominarlos cmplices; pero cualquiera haya sido la denominacin
usada por el legislador, lo que se hace en el 231 es crear un tipo
penal especial, que se sanciona con la pena correspondiente al
delito de hurto, que est sujeta al valor de la especie objeto mate-
rial del delito.33 No se trata, de consiguiente, de una participacin
en un delito de quiebra fraudulenta, y por ello tampoco parece
desacertado haberlos excluido del referido delito. Adems, estas
personas no cumplen con la condicin especial inherente al suje-
to activo de los delitos de quiebra, que exige que el sujeto activo

31
As lo estima Etcheberry, D.P., t. III, p. 384.
32
Cfr. Juan E. Puga, op. cit., p. 240.
33
Ibdem, p. 384.

323
DERECHO PENAL

tenga la calidad de deudor. En todo caso, esos parientes o cnyuge


respondern como autores de hurto, siempre y nicamente cuan-
do concurren los elementos del referido tipo penal.

D. Complicidad en la quiebra fraudulenta

El art. 221 describe este delito en los siguientes trminos:


Se presume que son cmplices de quiebra fraudulenta:
1. Los que, de acuerdo con el fallido, supusieren crditos o
alterasen los verdaderos en cantidad o fecha;
2. Los que auxiliaren al fallido para ocultar o sustraer sus
bienes, sea cual fuere su naturaleza, antes o despus de la decla-
racin de quiebra;
3. Los que, con conocimiento de la declaracin de quiebra,
ocultaren bienes, documentos o papeles de propiedad del fallido
que tuvieren en su poder, o los entregaren a ste y no al sndico;
4. Los que, despus de la declaracin de quiebra, admitieren
cesiones o endosos del fallido;
5. Los acreedores legtimos que celebraren convenios priva-
dos con el fallido en perjuicio de la masa;
6. Los que, con conocimiento de la cesacin de pagos, obtu-
vieren el pago anticipado del todo o parte de su crdito, y
7. Los agentes, corredores o comisionistas que, despus de
declarada la quiebra, intervinieren en cualquier operacin co-
mercial del fallido, con perjuicio de la masa.
En los dems casos se aplicarn las reglas generales que sobre
complicidad, establece el Cdigo Penal.
El precepto merece observaciones, pero en esencia su ob-
jetivo es acertado, porque reconoce el principio de que los de-
litos de quiebra son especiales y requieren de un sujeto con la
calidad de deudor. Los terceros no deudores que intervienen
quedan fuera de esa figura, sin perjuicio de que sus compor-
tamientos puedan constituir otros tipos penales. Eso es lo que
la ley ha pretendido ofrecer, aunque de manera discutible.
Todas las hiptesis que describe la disposicin corresponden
a comportamientos que terceros tienen con posterioridad a la
declaracin de quiebra,34 con excepcin del N 6, que alude a la

34
El art. 221 hace referencia al fallido, o a la declaracin en quiebra, expresiones
que hay que entender en el sentido que se desprende de la propia Ley de Quiebras.

324
DE LAS DEFRAUDACIONES

cesacin de pagos, de modo que son delitos post quiebra come-


tidos por quienes no son deudores, aunque en un buen nmero
de esas hiptesis deben actuar de acuerdo con el fallido, que no
es coautor de este delito, porque su conducta quedara consu-
mida por el delito de quiebra fraudulenta que personalmente
cometi. Las distintas modalidades que presenta el actuar de
terceros encuadran en el tipo penal del art. 221 siempre que
la quiebra de que se trate sea fraudulenta, como seala la frase
inicial de esa disposicin. Las otras posibilidades que pueden
presentarse, segn el inciso del art. 221, se rigen por las reglas
generales que se ocupan de la complicidad.

E. Quiebra impropia
La doctrina ha denominado en la forma sealada las situaciones
que se presentan cuando una persona jurdica es declarada en
quiebra, y su giro es el comercio, la agricultura, la minera o la
industria, o cuando se trata de factores o representantes de una
persona natural o de un incapaz, y es esa persona natural o el in-
capaz quien es objeto de esta declaracin. En estas alternativas son
esos gerentes, directores, administradores o representantes los que
responden por los delitos de quiebra culpable o fraudulenta.
El art. 232 de la ley se ocupa de la situacin de las personas
jurdicas, y expresa:
Los gerentes, directores o administradores de una persona
jurdica declarada en quiebra, cuyo giro quede comprendido
en el artculo 41, sern castigados, sin perjuicio de la respon-
sabilidad civil que les pueda afectar, como reos de quiebra
culpable o fraudulenta, segn el caso, cuando en la direccin
de los negocios del fallido y con conocimiento de la situacin
de stos, hubieren ejecutado alguno de los actos o incurrido
en alguna de las omisiones a que se refieren los artculos 219 y
220, o cuando hubieren autorizado expresamente dichos actos
u omisiones.
Sern castigados con reclusin o relegacin menores en
su grado mnimo o medio si se han repartido dividendos a los
socios, a propuesta del directorio, a sabiendas que no correspon-
dan a utilidades efectivas. La pena se elevar en un grado si esos
repartos han ocasionado la quiebra.

325
DERECHO PENAL

El ltimo inciso del precepto establece una circunstancia de


calificacin del delito, con pena especial para aquellos directivos
que hubieren repartido dividendos a los socios a sabiendas de
que no haban utilidades reales.
Si el fallido es una persona natural y sus representantes o facto-
res incurren en alguna de las conductas enumeradas en los arts.
219 220 de la ley respectiva, son stos los que responden del
delito de quiebra culpable o fraudulenta, porque el art. 233 les
impone expresamente tal responsabilidad, y extiende la misma
a los representantes legales de los incapaces que fueron objeto de la
declaracin de quiebra. El art. 233 expresa:
Los factores o representantes del fallido que sea persona
natural sern castigados como autores de quiebra culpable o
fraudulenta si, en representacin de su principal o mandante y
en conocimiento de la situacin de ste, hubieren ejecutado sin
rdenes o instrucciones suyas algunos de los actos o hubieren
incurrido en algunas de las omisiones a que se refieren los artcu-
los 219 y 220.
Las inhabilidades, medidas preventivas y penas que proce-
dan, se aplicarn, en el caso de incapaces, a los representantes
legales que hubieren intervenido en los actos o contratos que
produjeron el mal estado de los negocios o en los que den fun-
damento para declarar la quiebra culpable o fraudulenta.

ESTAFAS Y OTROS ENGAOS


155. GENERALIDADES

En el Libro II, Ttulo IX, prrafo VIII, entre los delitos contra
la propiedad, se describe un conjunto un tanto heterogneo de
figuras bajo la denominacin de estafas y otros engaos (arts. 467
y siguientes). El legislador nacional recogi el sistema del C.P.
de Espaa de la poca, respetando la ubicacin de las figuras
y la mayor parte del texto del articulado que aqul tena. Se-
guramente los juristas locales concordaron con el comentario
que hizo Francisco Pacheco respecto del Cdigo espaol en el
sentido de que eran tan numerosos los hechos que se deberan
describir en este prrafo sobre los engaos y, de otro lado, ante la
imposibilidad de dar una nocin genrica que los comprendiera

326
DE LAS DEFRAUDACIONES

a todos, y siguieron el camino de la casustica para describirlos.


Entre ambos escollos ha querido caminar nuestra ley: si no lo
hubiera conseguido con perfeccin, debe al menos reconocrse-
le el mrito del intento.35 Este comentario del penalista ibrico
parece haber sido decisivo, pues la Comisin Redactora al iniciar
el estudio de los arts. 456 y 457 (actuales 467 y 468), los aprob
sin mayores observaciones.36
Con fines didcticos, es aconsejable distinguir tres rdenes
de figuras penales: aquellas que se realizan mediante engao,
aquellas que se materializan abusando de la confianza, y un tercer
grupo en que se comprenden distintas figuras que se consuma-
ran empleando otros engaos, diferentes a los anteriores. En el
primer grupo, o sea donde el medio empleado es el engao, se
encuentran las estafas propiamente tales, con una figura bsica y
otras con modalidades (arts. 467, 468, 469, 470 y 471); entre los
abusos de confianza se regla la denominada apropiacin indebida
(art. 470 N 1), grupo en el cual tambin deben incorporarse
algunos tipos especiales, y finalmente el delito de usura descri-
to en el art. 472. Cualquiera sea el criterio que se emplee para
clasificar estas figuras, en definitiva resultar insatisfactorio y
podr ser motivo de crticas. Por esa razn no se cuestionar el
ordenamiento que de ellas se hizo en el Cdigo, sin perjuicio de
que para efectos de facilitar la exposicin y el anlisis de los tipos
que sanciona se proceder a comentarlos en un orden distinto
al que en l se sigue.
Entre los delitos de estafa se comentar el tipo bsico o
fundamental, descrito en el art. 468, enseguida las variantes
del mismo regladas en el art. 467 (entrega fraudulenta) y
en los arts. 469 y 470 (estafas especiales). Se terminar con
el anlisis de la denominada estafa residual, descrita en el
art. 473. Como en estas figuras el medio de comisin em-
pleado es el engao, se har un comentario en carcter de
introduccin sobre el fraude por engao, elemento que adopta
en los distintos casos modalidades particulares, pero que es
comn a todos.

35
Francisco Pacheco, op. cit., t. 3, p. 348.
36
Acta de la Comisin Redactora N 99, de 1 de julio de 1872.

327
DERECHO PENAL

Terminado el estudio de la estafa se continuar con los fraudes


por abuso de confianza, cuyas figuras principales son la apropiacin
indebida (art. 470 N 1), el abuso de firma en blanco (art. 470 N 3)
y la administracin fraudulenta (art. 470 N 2). Lo que caracteriza
a estos tipos penales es el aprovechamiento de la confianza que
la vctima ha depositado en el agente; ste comete el delito al no
cumplir con la obligacin civil que ha contrado. Finalmente, y
aparte de la usura, se estudiarn otros tipos no fciles de encua-
drar en algn grupo (tipos especiales), entre los cuales se encuen-
tra la supresin de documento para defraudar (art. 470 N 5), la
celebracin de contrato simulado (art. 471 N 2), la destruccin
del bien objeto del embargo (art. 469 N 6) y la sustraccin de
cosa propia (art. 471 N 1).
Estos delitos ofrecen la modalidad de que aunque su objetivo
es la apropiacin de bienes que pertenecen a terceros, esa apro-
piacin la concreta el agente empleando recursos inmateriales,
que se comprenden bajo la expresin genrica de fraudes (que
pueden ser por engao o por abuso de confianza).37 La fuerza fsica
ni la coaccin tienen lugar en ellos; estos ltimos son los medios
de apoderamiento que emplea el sujeto activo en el hurto y en el
robo, que son delitos de apropiacin tambin, pero esa fuerza o
intimidacin que les sirve de medio de apoderamiento destaca la
clara diferencia que tienen con los que emplean el fraude (estafa
y apropiacin indebida), donde normalmente es la vctima la
que voluntariamente entrega el bien o el derecho al delincuente,
inducida por el engao de que ha sido objeto o en mrito de un
acto de confianza hacia aqul. El engao y el abuso de confianza
constituyen las dos fuentes del fraude.
No existe un fraude penal, mejor dicho no existe un delito
de fraude genrico. El fraude es una nocin que sobrepasa
el campo del derecho penal, porque el incumplimiento de
cualquier obligacin o el engao en la realizacin de algn
acto jurdico puede constituir un fraude, pero esos fraudes
tienen consecuencias en el rea civil y nada ms. Para que
pueda hablarse de que existe un fraude penal, ste debe estar

37
Esta nocin de fraude en las dos alternativas sealadas ha sido recogida por
la jurisprudencia, vase R.D.J., t. LXXXV, parte 2, sec. 4, p. 23.

328
DE LAS DEFRAUDACIONES

previamente tipificado por una ley penal.38 Los comportamientos


fraudulentos expresamente descritos por el legislador como
constitutivos de delito son los nicos fraudes penales, no as los
restantes, de modo que no hay diferencia entre un fraude de
naturaleza penal y uno civil (salvo en cuanto a que el primero
est sujeto a pena, y no as el segundo), sin perjuicio de que
todo fraude penal es a su vez fraude civil, por la unidad de la
antijuridicidad en todo el derecho. Pero, de otro lado, no todo
fraude civil es penal; para serlo debe previamente haber un tipo
penal que lo describa como tal.
Adems, generalmente el objeto material de la accin en las
estafas recae indistintamente sobre bienes inmuebles o muebles (sal-
vo excepciones), al contrario de lo que sucede con los delitos de
apropiacin por medios materiales (hurto y robo), cuyo objeto
material debe ser necesariamente un bien mueble.
En el sistema nacional los fraudes por engao y los motivados
por abuso de confianza han sido tratados bajo el subttulo Estafa
y otros engaos, pero ambos grupos se integran por figuras de
identidades diferentes, que por esa razn en otras legislaciones
se sancionan independientemente, en prrafos separados, aten-
dido a que corresponden a formas de actuar distintas. En el C.P.
se describen los delitos por engao y los cometidos abusando de
la confianza en un mismo prrafo, porque se adhiri a la meto-
dologa del Cdigo espaol de 1848, criterio que no mantuvo el
legislador de la pennsula, que los trata entre las defraudaciones,
pero en secciones separadas.

El delito de estafa
156. MODALIDADES DE ESTOS DELITOS

Como se indic en el prrafo que precede, no hay un solo tipo de


estafa, el C.P. describe varias figuras que constituyen este delito en

38
Opina en sentido distinto Jorge Mera, que sostiene que no se trata, en
verdad, de que no haya diferencia entre engao civil y engao penal [] sino que
lisa y llanamente existe simplemente el engao, que constituye siempre y en todo
caso, el requisito de la estafa. El delito de entrega fraudulenta, p. 72.

329
DERECHO PENAL

los arts. 467, 468 y 473, entre otros. Hay autores que distinguen
entre estafas propias e impropias,39 es decir, aquellas que cumplen
con todos los requisitos del concepto legal de estafa y las que no
lo cumplen; entre las ltimas estaran, entre otras, las descritas en
los arts. 469 N 6, 470 N 5 y 471. En ellas hay dos aspectos que les
son comunes: el bien u objeto jurdico que amparan y un elemento
que les otorgara identidad, el fraude mediante engao; este ltimo
permite al agente el apoderamiento de las especies o bienes que
persigue sin recurrir a medios materiales o fsicos. El engao
provoca un error en la vctima, que normalmente la lleva a entregar
voluntariamente bienes de su propiedad o de un tercero; como la
mecnica comisiva en los fraudes por engao es la astucia en lugar
de la fuerza o de la violencia,40 se hace necesario hacer un anlisis
sobre lo que es el engao con fines fraudulentos, como elemento
genrico de las diversas figuras que se comprenden bajo la deno-
minacin de estafa. Pero antes de hacerlo se precisar la naturaleza
del bien jurdico que tienen como objeto.

157. BIEN JURDICO PROTEGIDO

Esta materia es una de las ms controvertidas; mayoritariamente


se entiende que el objeto jurdico en los fraudes por engao es
el patrimonio, pero no existe acuerdo respecto a si la lesin que
sufre lo afecta en su globalidad, como una universalidad, o slo
a bienes o intereses determinados que integran ese patrimonio.
Se discute tambin la nocin misma de lo que se entiende como
patrimonio, sobre cul es su verdadero concepto.
Se distinguen tres nociones de patrimonio, una de ndole
jurdica, que lo considera como el conjunto de derechos patri-
moniales de la vctima; de aceptarse quedara excluida la posibi-
lidad de que se configure una estafa con los atentados a bienes o
intereses respecto de los cuales la vctima carece de un derecho
determinado. Otra nocin considera al patrimonio desde una

39
Bajo Fernndez, Manual, p. 164. Etcheberry emplea la terminologa de frau-
des propios e impropios (D.P., t. III, p. 440), aunque no con sentido exactamente
coincidente con el sealado.
40
Quintano Ripolls, op. cit., t. II, p. 347.

330
DE LAS DEFRAUDACIONES

perspectiva econmica, como el conjunto de aquellos bienes que


la vctima est en condiciones de disponer, hiptesis en que podra
ser estafa la lesin de ndole econmica del simple poder de
seoro no protegido jurdicamente que tiene el sujeto pasivo
sobre un bien. La doctrina intermedia o mixta estima que el patri-
monio est integrado por todas aquellas posiciones de poder que
se poseen sobre una cosa, posiciones que teniendo una apariencia
jurdica son susceptibles de una valoracin econmica. Segn
esta tendencia, podra ser sujeto pasivo de estafa el ladrn que es
engaado por un tercero a quien le entrega la especie que acaba
de sustraer, pues esa especie habra ingresado al patrimonio del
ladrn con apariencia de propiedad.41
Resulta ms conforme con nuestra legislacin, en todo caso,
considerar como bien jurdico protegido por los delitos en es-
tudio a los componentes mismos del patrimonio, sean materiales o
inmateriales, muebles o inmuebles, y no ste entendido como un
todo,42 pues en los arts. 467 y siguientes los delitos que en ellos
se describen hacen referencia a bienes o derechos concretos, de
suerte que lo amparado parecen ser las facultades que tiene el
sujeto pasivo sobre esos bienes y derechos individuales, y no los
que tiene sobre el patrimonio como universalidad.

158. NOCIN Y ELEMENTOS DEL FRAUDE POR ENGAO

Histricamente el fraude como delito tiene su origen en el


derecho romano, en el crimen falsi (Lex Cornelia de falsis) que
haca referencia a las falsedades, pero con sentido ms amplio al
empleado en el fraude. En la poca del Imperio se crea el stellio-
natus, haciendo referencia al parecer a la salamandra, de color
indefinible por su permanente variacin con la luz del sol, figura
destinada a sancionar en parte aquellos comportamientos que
causaban perjuicio mediante artificios engaosos.43 El stellionatus

41
Vase a Bajo Fernndez, a quien se ha seguido en los conceptos explicados,
Manual, pp. 166-167, y a Jos M. Valle Muiz, El delito de estafa, Barcelona, 1992,
pp. 73 y ss.
42
T. S. Vives, op. cit., p. 900.
43
Jos M. Valle, op. cit., pp. 27 y ss.

331
DERECHO PENAL

se presenta como el antepasado ms cercano de la nocin del


actual fraude penal.
La idea de fraude por engao encuentra su mejor expresin
en el derecho espaol moderno, en la definicin que expresa
Antn Oneca como conducta engaosa, realizada por una
persona que determina un error en otra a consecuencia de la
cual sta realiza un acto de disposicin patrimonial para ella (o
para un tercero) y el consiguiente provecho para el autor de la
conducta engaosa (o para un tercero).44
De modo que los elementos del fraude estn constituidos por
un engao, que provoca un error en una persona, a consecuencia
de la cual sta efecta una disposicin patrimonial que provoca un
perjuicio en el engaado o un tercero.
Es til analizar cada uno de estos elementos.

A. El engao
Segn la ya clsica nocin de Antn Oneca,45 el engao consiste
en una simulacin o disimulacin capaz de inducir a error a una
o varias personas y que ha sido recogida en nuestro pas por la
doctrina.46 El sistema nacional no consagr un concepto de lo
que debe entenderse por engao, porque emplea, como lo hace
habitualmente, la enumeracin casustica por va ejemplar (v. gr.,
art. 468) o una alusin demasiado genrica, como la realizada
en el art. 473 (cualquier otro engao). Ello hace que doctri-
nariamente esa nocin deba ser determinada normativamente,
estableciendo sus limitaciones.
El engao es, en definitiva, faltar a la verdad al expresar algo
o al ejecutarlo, para presentar la realidad con un aspecto distinto
al que en verdad tiene o posee. El engao puede consistir, en-
tonces, en una maquinacin dirigida a aparentar la existencia de
una cosa que no es real o hacerla aparecer con caractersticas o
cualidades que no tiene (simulacin), u ocultando aquellas que
efectivamente posee (disimulacin).
Se ha sostenido que el engao siempre importa una conducta

44
Citado por Muoz Conde, op. cit., pp. 243-244.
45
Citado por Muoz Conde, op. cit., p. 244.
46
Entre ellos Etcheberry, D.P., t. II, p. 392.

332
DE LAS DEFRAUDACIONES

activa, pues todas las hiptesis en el Cdigo parten del entendido


de que se embauca a otro, suponer actitudes o realizar actos que
inducen a error a un tercero. Esto es diverso a no sacar de un
error a ese tercero, aunque no existe un deber jurdico de decir
la verdad; de consiguiente, el comportamiento omisivo no constitu-
ye engao,47 salvo que el que omite tuviera la obligacin legal de
hacer salir del error al que ha incurrido en l. Es til hacer notar
que varias de las hiptesis que se mencionan como de engao
por omisin, corresponden a conductas activas.48 As sucede con
la estafa muy frecuente que se lleva a cabo omitiendo en una
documentacin antecedentes que podran hacer que se denegara
una pretensin determinada (omitir protestos y deudas en un es-
tado de situacin en que se solicita un crdito), situaciones stas
en que la pasividad supone una conducta activa previa del que
omite, que le da especial relieve a la omisin, alternativas que
constituyen verdaderos engaos activos y no propiamente omisi-
vos.49 Tal sucede con el sujeto que entra a un restorn y luego no
paga el consumo, porque al entrar y solicitar el servicio realiz
un acto previo que indujo a error al dependiente en el sentido
de que contaba con el dinero necesario, pues lo normal es que
quien carece de dinero no entre.50 Distinto es el caso del que
equivocadamente entrega al cajero ms del dinero que corres-
ponde, quien lo recibe en silencio sin devolver el exceso, porque
en esta situacin el error en que incurre el que paga de ms es
anterior a la omisin de devolverlo de quien lo recibe, de manera
que ese error no es consecuencia del silencio mentiroso.51
Respecto a si la conducta del sujeto que guarda silencio y
no saca de su error al tercero, tiene la posibilidad de constituir
engao, en principio debe rechazarse. Esto sin perjuicio de que
puedan hacerse extensivos al silencio los principios aplicables a
la omisin.
La simple opinin, aunque mendaz, no parece ser constitutiva
del engao requerido por el fraude,52 pues consiste en un juicio

47
Cfr. T. S. Vives, op. cit., p. 904; Bajo Fernndez, op. cit., p. 171.
48
Cfr. Mezger, op. cit., p. 242.
49
Cfr. T. S. Vives, op. cit., p. 904.
50
Bajo Fernndez, op. cit., p. 170.
51
T. S. Vives, op. cit., p. 904.
52
Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 872.

333
DERECHO PENAL

valorativo. Si aquel que vende una casa habitacin no muy atrac-


tiva, durante la inspeccin que de ella hace un posible compra-
dor la describe como acogedora, elegante, grata de habitar, limi-
tndose a emitir juicios apreciativos, si stos llegan a convencer
al interesado no lo engaa, porque no ha alterado la realidad de
lo que ste personalmente ha observado.53
Si la mentira, considerada como simple afirmacin verbal arti-
ficiosa, es suficiente para constituir el engao exigido en el fraude
es una cuestin muy debatida. Sectores de la doctrina, aunque mi-
noritarios, se inclinan por afirmar que la mentira es un engao su-
ficiente;54 no obstante, no se puede compartir tal criterio, porque
ya se ha sealado que en nuestro ordenamiento jurdico no existe
un deber u obligacin de naturaleza jurdica de decir la verdad
y, por otra parte, la ley penal no tiene por objetivo proteger a los
ingenuos o descuidados; la vida en relacin exige de quienes la
integran un mnimo de diligencia, como es la de razonar antes de
aceptar algo. La credulidad, ms que ingenuidad, es ausencia de
acuciosidad. La mentira, segn la doctrina mayoritaria, carece de
idoneidad para calificarla como engao; en pases como Francia
y Alemania, se comparte ese criterio, diferenciando las nociones
de engao y mentira, y exigen para la primera una mise en scne
o actos concluyentes.55 El ardid debe tener aptitud, idoneidad para
inducir a incurrir en un error a una vctima en concreto, atendidas
sus circunstancias individuales. No obstante, hay criterios en el
sentido de que la naturaleza del engao en cuanto a su potencia-
lidad de inducir al error, debe ser considerada con criterio objetivo,
aprecindola frente a la situacin de un hombre medio, y no de
aquel que en el hecho fue embaucado.

53
Autores como Mezger diferencian sobre los juicios valorativos; segn sea el
tipo de opinin de que se trata, puede ser simplemente un juicio apreciativo (el
mejor jabn del mundo) o importar la afirmacin de un hecho (esta mercanca
es buena y de venta fcil); el profesor alemn se inclina por marginar de la nocin
de engao a los exclusivamente valorativos, no as aquellos que presuponen la
existencia de un hecho (Libro de Estudio, parte especial, pp. 240-241). En el mismo
sentido opina Bajo Fernndez, op. cit., pp. 170-171. Estos autores reconocen, en
todo caso, que no es fcil distinguir entre uno y otro juicio en los eventos que se
presentan en la realidad.
54
En ese sentido Maggiore, op. cit., t. V, p. 126; Ricardo Nez, op. cit., t. V,
p. 303, y en Chile Jorge Mera, La apropiacin, p. 292.
55
Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 220.

334
DE LAS DEFRAUDACIONES

Quien acepta una simple mentira no ha sido engaado, sino


que ha credo, y como no ha sido inducido por la actividad de un
tercero aparte de la mentira a creer, aisladamente considerada
esa mentira no puede calificarse como engao en su alcance jur-
dico.56 Distinta es la situacin, en nuestro sistema, de la mentira
expresada por quien tiene el deber de decir la verdad, deber que
puede derivarse de la ley o del acuerdo de voluntades (contra-
to), que cumplira las caractersticas necesarias para constituir
el engao requerido por el tipo penal, porque normalmente el
ordenamiento establece que estas personas deben ser credas,
de manera que no se est ante una mera mentira, sino ante una
falsedad expresada por alguien a quien por mandato del orde-
namiento normativo debe crersele, y es en esto donde incide el
engao. Autores como Etcheberry extienden esta posibilidad a lo
que denominan mentira circunstanciada o compleja, que consiste en
decir inexactitudes en un entorno adecuado, o sea en circuns-
tancias jurdicas o materiales que le confieren (a la afirmacin
falsa o mendaz) la calidad de simulacin inherente al fraude.57
En las hiptesis antes sealadas, y en los engaos en general
como ya se adelant han de tenerse en cuenta, a su vez, las con-
diciones particulares de la persona a la que se dirige la mentira u opi-
nin falsa. La valoracin del engao es de orden subjetivo, porque
corresponde se analice en relacin a una persona determinada: la
vctima.58 Un juicio de valor emitido por un abogado o notario,
por ejemplo, ante una persona de poca o nula formacin, con el
fin de que acceda a un acto de disposicin patrimonial, ocultando
en ese juicio de valor una autntica acechanza ab initio sobre el
patrimonio ajeno, puede y debe constituir engao tpico. 59 En
todo caso, procede que se considere objetivamente, tambin y prin-
cipalmente, la naturaleza de la actividad realizada por el agente,
la que ha de cumplir con cierta condicin mnima de idoneidad
para engaar; por lo tanto, deben excluirse las falsedades groseras
o burdas, incluidas aquellas socialmente frecuentes y corrientes.
En definitiva, el baremo para mensurar la actividad del agente

56
Cfr. Fontn Balestra, op. cit., p. 490; Etcheberry, D.P., t. III, p. 394; Bajo
Fernndez, op. cit., p. 171.
57
Etcheberry, D.P., t. III, p. 394.
58
Cfr. Fontn Balestra, op. cit., p. 491; T. S. Vives, op. cit., p. 905.
59
Gmez Bentez, citado por T. S. Vives, op. cit., p. 905.

335
DERECHO PENAL

ha de ser doble: objetivo y subjetivo, coetneamente,60 pero con la


adecuada cautela para no salirse de los lmites precisados por el
tipo penal.61
La ignorancia total o absoluta de una persona o las creen-
cias a las cuales ha adherido (engao irrelevante), tampoco se
pueden calificar de engao. Tal sucede con los curanderos,
adivinos y magos, que normalmente no hacen otra cosa que
aprovecharse de las referidas situaciones, o a su reforzamien-
to; entonces sus acciones no constituyen engao, porque los
que recurren a los servicios de esos sujetos llegan a consul-
tarlos habiendo ya cado en el error sobre sus poderes, en los
cuales creen.62
El problema del engao es ms discutible en relacin con la
publicidad cuando falsea las condiciones de un producto o de una
oferta, causando perjuicios a los consumidores o a los usuarios.
Normalmente las legislaciones castigan estos actos como delitos
especiales de publicidad, pero se puede plantear la interrogante
de si constituyen o no el engao inherente al fraude. En nuestro
sistema se considera que el engao debe ir dirigido a personas
determinadas; la actividad mendaz o falsa ha de estar enfocada,
encausada, en contra de uno o ms destinatarios, aunque no se
les conozca. Cuando el sujeto receptor carece de esa determina-
cin, no se dara la clase de engao a que los tipos en estudio
hacen referencia. En esta materia entran adems en juego as-
pectos relacionados con los actos socialmente adecuados y con
el principio de intervencin mnima del Estado en la actividad
represiva penal, que inclina a marginarlos de la nocin de en-
gao tpico.

B. El error
El engao debe ir dirigido a lograr que una persona se equivoque
o a mantenerla en ese estado63 si ya haba incurrido en el error, y

60
Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 223.
61
Hay autores, como Gmez Bentez, que estiman que no se requiere en la
vctima un estado de error, creen que es suficiente que el engao tenga idoneidad
para provocarlo, pues el derecho penal debe proteger al bien jurdico y a la vcti-
ma, aun en situaciones de simple duda de esta ltima (citado por Lpez Barja de
Quiroga, op. cit., t. II, pp. 235-236).
62
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 172; T. S. Vives, op. cit., p. 904; Bustos,
Manual, p. 227.
63
Mezger, op. cit., p. 244.

336
DE LAS DEFRAUDACIONES

por error se entiende el concepto distinto al verdadero que alguien


se forma respecto de un hecho o circunstancia. Error e ignorancia
para estos efectos no es lo mismo; ignora aquel que carece de todo
conocimiento respecto de algo, la sancin penal del fraude no tie-
ne por objeto proteger al ignorante. Se prohbe el engao porque
supone una maquinacin o ardid dirigido derechamente a crear
en un tercero un conocimiento apartado de la verdad respecto de
una cosa o situacin. Importa engao desarrollar una actividad que
tenga por finalidad inducir a que un tercero confunda lo que es con
lo que no es, a que se represente falsamente la realidad, es lo que
algunos denominan error activo, en contraposicin a aquel que por
ignorancia u otro estado de la mente toma por verdadero lo que es
falso o viceversa (error pasivo).64
Para incurrir en error la persona debe contar con capaci-
dad para ser engaada, tener las condiciones mnimas que la
hagan potencialmente apta para ser inducida a un error, lo
que supone que pueda entender y comprender su entorno y
tenga la aptitud adecuada para adoptar decisiones segn ese
conocimiento. De suerte que generalmente un enfermo men-
tal (enajenado) o un nio, no cumplirn con tal exigencia;
respecto de ellos la disposicin patrimonial que realicen cons-
tituye apropiacin de parte del sujeto activo y podr calificarse
como hurto, pero no como fraude, sin perjuicio de que cada
caso deba ser considerado en particular conforme a los crite-
rios recin sealados, si tena o no comprensin suficiente.65
Esta exigencia (de que la persona engaada tenga capacidad
de incurrir en error), hace improbable que se puedan incorporar
a los tipos de fraude por engao las apropiaciones que se llevan a
cabo por medio mecnico electrnico, en particular con la computa-
rizacin, de suerte que quien logra conectarse con la red infor-
mtica de su banco y suprime o borra las deudas que el sistema
tiene registradas en su cuenta, no comete engao en el sentido
que esta nocin tiene para el delito de estafa.66 En este caso no
se ha inducido a error a ninguna persona, pura y simplemente
se ha manipulado en forma ilegtima un sistema de registro que

64
T. S. Vives, op. cit., p. 908.
65
Cfr. Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, pp. 237-238.
66
Bustos, Manual, p. 226.

337
DERECHO PENAL

provoca un perjuicio a la institucin bancaria. Pero hay opiniones


disidentes sobre este punto; algunos autores estiman que en rea-
lidad hay engao, ya que se ha inducido a error al que instal la
mquina y ofrece el servicio, porque quien prepara un mecanis-
mo automtico para realizar un acto de disposicin contra el pago
de una cantidad, resulta engaado si el pago de esa cantidad no
se realiza y s, en cambio, el acto de disposicin por haber intro-
ducido el estafador objetos falsos, provocando el funcionamiento
de la mquina.67
Tampoco constituye estafa cuando se elude el uso de fichas
o monedas para hacer funcionar una mquina que presta un
servicio (telfonos, venta de cigarrillos, etc.), tal conducta
podr constituir el delito de hurto (sustraccin por medios
clandestinos), pero no constituye fraude,68 sin perjuicio de
que se encuentren opiniones disidentes en el sentido de que
el engaado sera el dueo de la mquina, que a su vez sufre
el perjuicio con el ardid de que ech mano el usuario ines-
crupuloso.
Existen dudas respecto de si constituye engao el uso abusivo
de una tarjeta de crdito, pero en verdad se descarta la posibilidad
de un fraude en una conducta como la indicada, porque el sujeto
que acepta el pago mediante la tarjeta no considera la solvencia
del que la usa, sino la seriedad de la institucin financiera que la
extiende; de consiguiente el sujeto no ha engaado al que acepta
el pago69 respecto de su situacin crediticia.
De otro lado, no es imperativo que haya identidad entre el sujeto
engaado y el que resulta perjudicado, pueden ser personas distin-
tas,70 como sucede cuando el depositario entrega la especie a un
tercero que la reclama falsamente a nombre del dueo, alterna-
tiva donde el depositario es el que incurre en error y el dueo es

67
Bajo Fernndez, op. cit., p. 185.
68
Cfr. Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 242. Este autor cita en el mismo
sentido a Antn Oneca y Quintano Ripolls.
69
Los tribunales espaoles, sin embargo, no han seguido la referida doctrina
y han calificado como estafa hechos como los comentados, sosteniendo que el que
emplea la tarjeta sabe que su crdito est agotado, y al continuar usndola engaa
sobre sus posibilidades de crdito al que erradamente consiente en recibir la cance-
lacin de una obligacin por ese medio (Cobos de Linares, op. cit., t. II, p. 243).
70
Muoz Conde, op. cit., p. 247.

338
DE LAS DEFRAUDACIONES

quien sufre la prdida. Pero s debe existir esa identidad entre el


que incurre en error y el que realiza el acto de disposicin, que
ha de ser una misma persona, como se constata en la hiptesis
del depositario.71
Hay situaciones especiales donde resulta dudoso hablar de
error. Se sostiene que en ciertas hiptesis la disposicin patri-
monial que se espera realice la vctima no es consecuencia de
un error, porque mediaran otras circunstancias que excluiran
el fraude. Se hace referencia al viajero clandestino, al mendigo y al
descuento de letras que no son comerciables.
El polizn es una situacin que se controvierte; se piensa que
el pasajero annimo no realiza ninguna actividad dirigida a
engaar, lo que hace es usar un medio de transporte en forma
subrepticia, sin engaar al conductor o transportista. Como el
viajero clandestino no realiza ninguna actividad dirigida a indu-
cir a error al que lo transporta, se cree mayoritariamente que no
comete fraude.72 Diversa es la situacin del polizn que simula
tener un boleto, usando uno vencido, o emplea cualquiera otra
maquinacin maosa, donde s habra induccin para hacer caer
en error al conductor o revisor.73 Estas mismas alternativas se dan
con la persona que entra a una exhibicin de teatro o de cine sin
pagar la entrada y dems situaciones semejantes.
Tampoco se considera que se incurre en el error inherente
al fraude cuando se satisface la peticin de limosna del mendigo,
porque generalmente quien responde a esa peticin no es enga-
ado, sino que acta por piedad, o por librarse del sujeto o por la
posibilidad de que verdaderamente se encuentra en un apuro.74
Diferente es la situacin del mendigo que simula mutilaciones
o ataque para conmover, alternativas que segn sectores de la
doctrina se deben calificar como estafas, por cuanto no habra
motivo para no considerar como engao el ardid que motiv en
definitiva el acto de disposicin de la vctima.75

71
Cfr. Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II, p. 248.
72
Cfr. Bustos, Manual, p. 228; T. S. Vives, op. cit., p. 909; Muoz Conde,
op. cit., p. 247; Bajo Fernndez, op. cit., p. 172.
73
Cfr. Mezger, op. cit., t. II, p. 244; Bustos, Manual, p. 228; Bajo Fernndez,
op. cit., p. 172; Etcheberry, D.P., t. III, p. 397.
74
Antn Oneca, citado por Vives, op. cit., p. 910.
75
Ibdem.

339
DERECHO PENAL

Es frecuente que las instituciones financieras, en particular los


bancos, tengan cierta tolerancia para descontar documentos mer-
cantiles que no lo son verdaderamente, como una forma de conce-
der crdito a corto plazo a algunos de sus clientes. Hay tendencias
en la doctrina a descartar la calificacin de error en la concesin de
esa clase de prstamos, por cuanto el dinero lo suministra la institu-
cin, no tanto por la presunta efectividad del documento, sino por
la confianza que tiene en la solvencia y responsabilidad del cliente.
De esta situacin se excluira, en todo caso, el empleo de letras de
cambio con aceptantes cuyas firmas han sido falsificadas, pues aqu
s que habra una maquinacin engaosa que inducira a error.

C. Disposicin patrimonial

El engao que no induce a error no puede constituir fraude


penal. A su vez, el error que no provoca una disposicin patri-
monial de la vctima tampoco constituye fraude; lo mismo su-
cede si se realiza el acto de disposicin, pero no por haber sido
engaado, sino por otras circunstancias, como sucede en el caso
del mendigo.
La disposicin patrimonial con perjuicio del sujeto pasivo del delito
es elemento esencial en la estafa, y marca la diferencia de este
delito de apropiacin con el robo y el hurto, en los cuales debe
mediar apoderamiento del bien por un tercero sin la voluntad
de la vctima, en tanto que en la especie es precisamente esta
ltima la que de propia voluntad le hace la entrega.76 Entrega o
disposicin que puede cumplir tanto el que sufre el perjuicio como
un tercero77 (la empleada domstica que entrega el equipo de
radio a quien dice lo retira para repararlo).
En el fraude, para ser tal, debe haber una actividad engaosa
del agente, la vctima tiene que sufrir un error a consecuencia del
engao y ese error debe dar lugar a que voluntariamente (aunque
con voluntad viciada), esa persona le haga entrega de una cosa al
sujeto que hizo la maquinacin engaosa. Por ello se sostiene que
entre el ardid, la equivocacin y la disposicin patrimonial, tiene
que existir una relacin de causalidad, que no se refiere a una

76
Muoz Conde, op. cit., p. 246.
77
Mezger, op. cit., p. 248.

340
DE LAS DEFRAUDACIONES

causalidad material, de carcter fenomnico, sino a la posibilidad de


atribuir objetivamente el acto de disposicin al engao de que se fue
objeto; se trata de una causalidad de ndole normativa.
El acto de disposicin puede consistir en una accin (as en-
tregar una suma de dinero al estafador), o una omisin (no exigir
el pago del precio del objeto vendido al engaar al dependiente
de que ya haba sido cancelado). Puede consistir en la prestacin
de un servicio o en la constitucin de un gravamen.
Como las estafas son delitos contra la propiedad, la disposi-
cin del que ha sido engaado tiene que corresponder a algo
susceptible de ser valorado econmicamente. Los bienes de otro or-
den, que no puedan ser objeto de una apreciacin patrimonial,
quedan excluidos.

D. El perjuicio sufrido en el patrimonio


La disposicin patrimonial tiene que causar un perjuicio, al que
sufre el engao o a un tercero, que se constituye en sujeto pasivo
del delito, porque el engaado es el sujeto pasivo de la accin,
pero no siempre del delito,78 a menos que l sea quien resulta
adems de engaado perjudicado con la entrega voluntaria
que realiza. Cuando el perjuicio recae en un tercero diferente al
engaado, la doctrina habla de estafa en tringulo (el encargado
del guardarropa que entrega el abrigo a un tercero que se hace
pasar por su dueo).
El perjuicio consiste en una disminucin del patrimonio del
sujeto pasivo, tiene que sufrir una prdida apreciable pecuniariamente,79
o sea de ndole patrimonial; el problema se presenta en determinar
qu se entiende por patrimonio para estos efectos. Tal como se hizo
notar al comentar el bien jurdico amparado por estos delitos, con
el patrimonio se hace referencia a las cosas que lo integran y, en ge-
neral, a los derechos concretos posedos con cierta apariencia jur-
dica.80 Quedan descartadas en consecuencia las meras expectativas,
las posibilidades inciertas de lograr un beneficio pecuniario, pero

78
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 174; Etcheberry, D.P., t. II, p. 399.
79
Cfr. Labatut, D.P., t. II, p. 242.
80
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 174; Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II,
p. 249.

341
DERECHO PENAL

s se comprenden los crditos, los lucros y ganancias futuras.81 Los


perjuicios que no sean susceptibles de una valoracin econmica no
son aptos para conformar una estafa; quedan marginados los daos
morales, sentimentales o anlogos.
Hay dos situaciones, entre otras, que se discuten en relacin a
la nocin de perjuicio, una de ellas es la referida a la compensacin
y la otra es el denominado negocio con causa ilcita.
En la entrega fraudulenta, entre otros casos, puede suceder
que cuando un sujeto compra un automvil de una marca de-
terminada, le entregan uno de marca y modelo distinto, aun-
que de igual valor; habra fraude a pesar de que no ha sufrido
lesin en su patrimonio? Igual situacin se produce cuando el
coleccionista paga por un cuadro de Picasso y recibe uno de
Matise, que tendra una valoracin semejante. Sectores de la
doctrina consideran que como no ha habido una disminucin
de carcter econmico en estas hiptesis, no puede haber estafa,
sin perjuicio de las situaciones que en el mbito civil podran
suscitarse (Antn Oneca, Bajo Fernndez). En tanto otros secto-
res, acertadamente, afirman que habra perjuicio en estos casos,
siempre que subjetivamente haya concurrido un inters especial
en recibir exactamente lo convenido, pues la nocin de lesin
patrimonial corresponde apreciarla frente a las circunstancias
concretas, y en ellas la vctima juega un rol determinante, con
fundamento en el principio de utilidad para el afectado. No re-
cibir lo que verdaderamente se esperaba, sino algo en compen-
sacin de aquello y de igual o mayor valor econmico, no presta
al sujeto pasivo la misma utilidad. Los fines u objetivos de tener
una cosa en determinadas circunstancias constituyen un valor de
uso que no puede cercenarse para los efectos de determinar el
valor econmico; pinsese en la apreciacin de las obras de arte
o de los objetos de coleccin, donde concurren elementos de

81
Esta materia no es pacfica, existen criterios que rechazan que el lucro ce-
sante y las ganancias futuras puedan considerarse como perjuicios si se pierden,
porque no pertenecen al patrimonio los futuribles, las esperanzas y los proyectos,
pero s los lucros y las ganancias correspondientes a la entrega de una cosa o pres-
tacin de un servicio (Bajo Fernndez, op. cit., p. 175). Rodrguez Devesa, con
una visin distinta, sostiene que se hace referencia nicamente a los bienes que
ingresaron al patrimonio en la actualidad, marginando los que estn por incorpo-
rarse, como seran el lucro cesante y las ganancias por recibir.

342
DE LAS DEFRAUDACIONES

exclusividad o de inters personal que varan ostensiblemente.


Puede haber una minusvala patrimonial, pese a la equivalencia
de las prestaciones, una pieza de arte aislada puede tener un va-
lor distinto a aquel que adquiere cuando integra una coleccin.82
Por lo tanto, hay dos sistemas distintos en lo referente al monto
de la defraudacin: uno constituido por el perjuicio requerido por el
tipo penal y el otro relativo a la cuanta del perjuicio para efectos
de la indemnizacin civil (Vives, Cobos de Linares).
Con el negocio con causa ilcita, se presenta otra situacin du-
dosa, que se puede graficar con el repetido ejemplo de Carrara,
que segn afirma nunca vio presentarse en su larga prctica:
una mujer recurre a una hechicera para que le d un veneno
para matar a su cnyuge y sta le cobra una suma elevada por un
filtro inocuo.83 La cuestin planteada aqu es si puede sostenerse
que la mujer ha sido estafada por la hechicera, toda vez que con-
forme a los principios civiles los contratos sin causa o con causa
ilcita no obligan (art. 1467 del C.C.). La doctrina, sin embargo,
se inclina por separar los aspectos civiles de los penales, porque
al sistema represivo le interesa mantener el principio de que no
se puede ser vctima de un hecho penalmente prohibido en rela-
cin al propio patrimonio,84 aunque el engao tenga como causa
un negocio ilcito; de adherir a este criterio habra que concluir
que seran estafa estos dos casos.85 Aparte de los posibles aspectos
doctrinarios, el Cdigo Penal no parece haber sido exigente en
cuanto a la naturaleza de la operacin o gestin en que uno de
los intervinientes engaa al otro; para demostrarlo son suficien-
tes disposiciones como el art. 469 N 5, que califica de estafa la
suposicin de remuneraciones ilegtimas a empleados pblicos, o
el art. 470 N 7, que hace otro tanto con el fraude empleado para
asegurar la suerte en el juego.86 Ambas conductas son ilegtimas
y aun as el legislador considera esos hechos delitos de estafa, de
manera que en el sistema nacional los ilcitos en cuestin pueden
ser constitutivos de fraude.

82
T. S. Vives, op. cit., p. 912.
83
Carrara, Programa, t. 6, N 2346, p. 428.
84
Valle Muiz, op. cit., p. 253.
85
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 174; Lpez Barja de Quiroga, op. cit., t. II,
p. 257; Labatut, D.P., t. II, p. 243.
86
Etcheberry, D.P., t. II, pp. 404-405.

343
DERECHO PENAL

E. Inexigibilidad del nimo de lucro


Como afirmacin general en nuestro sistema los delitos de estafa
no requieren que el sujeto activo cometa el delito con nimo de
lucrar, de enriquecerse o aumentar su propio patrimonio. Eso
ser lo normal, pero los tipos penales no lo exigen, a diferencia
de otras legislaciones, como la de Espaa, donde el art. 248 de su
ltimo Cdigo Penal s lo exige como uno de los elementos de la
figura. En el Cdigo nacional, ninguno de los artculos que tra-
tan de las estafas hace referencia a este nimo, a diferencia de lo
que hizo el art. 432, al definir el hurto y el robo, en los cuales s
lo establece como elemento subjetivo. En este punto hay acuerdo
en la doctrina nacional.87

159. EL FRAUDE Y EL EJERCICIO LEGTIMO


DE UN DERECHO

La nocin de fraude y de la eximente establecida en el art. 10


N 10, esto es, el ejercicio legtimo de un derecho, podran plan-
tear algunas dudas. El acreedor que con engao obtiene que su
deudor le entregue una suma de dinero, de la cual descuenta el
monto de su crdito para hacerse pago, comete delito de estafa?
Autores como Maggiore, Soler y Fontn Balestra opinan que no
hay delito,88 porque el engao es fraudulento cuando se persigue
un fin injusto, algo contrario a derecho, no as cuando se busca
un provecho lcito.
La situacin hay que analizarla como un problema de juridi-
cidad de la actuacin, y en ese mbito la respuesta en el derecho
nacional es discutible. La justificante de responsabilidad del N 10
del art. 10 se refiere al ejercicio legtimo de un derecho, no al ejercicio
ilegtimo; sin embargo hay otras normas que establecen una visin
distinta del legislador nacional, que aceptan comportamientos como
los sealados, dejndolos al margen de toda sancin penal,89 no
obstante los reparos de orden general que importaran. En efecto,
el art. 494 en sus Nos 16 y 20 contiene normas que dejaran al mar-

87
Labatut, D.P., t. II, p. 244; Etcheberry, D.P., t. II, p. 402.
88
Maggiore, op. cit., t. V, p. 131; Soler, op. cit., t. IV, p. 361; Fontn Balestra,
op. cit., p. 496.
89
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 403.

344
DE LAS DEFRAUDACIONES

gen el uso de meras argucias. La primera disposicin castiga como


delito falta al que sin estar legtimamente autorizado impidiere a
otro con violencia hacer lo que la ley no prohbe, o le compeliere a
ejecutar lo que no quiera, y la segunda hace otro tanto con el que
con violencia se apoderare de una cosa perteneciente a su deudor
para hacerse pago con ella; en ambas disposiciones slo se castiga
como falta penal el uso de violencia, de lo que se colige que al no
emplearla y el engao no lo es no correspondera imponer pena.
Lo recin comentado parecera que abona el criterio de la doctrina
de los autores antes nombrados; no obstante, el mismo legislador ha
tenido un criterio distinto en el art. 471 N 1, que expresa lo siguien-
te: Ser castigado con presidio o relegacin menores en sus grados
mnimos o multa de once a veinte unidades tributarias mensuales:
1. El dueo de una cosa mueble que la sustrajere de quien la
tenga legtimamente en su poder, con perjuicio de ste o de un
tercero; aqu tampoco hay violencia, slo una recuperacin
clandestina, y sin embargo el legislador sanciona ese hecho con
pena de simple delito, que es ms grave que la impuesta al delito
falta. Esto constituye una paradoja, pues castiga con una sancin
mayor la actividad clandestina no violenta, que el uso de la vio-
lencia en las faltas de los Nos 6 y 20 del art. 494.

Tipo bsico de estafa


160. ASPECTOS GENERALES

El Cdigo mantuvo el sistema del Cdigo espaol de la poca,


que en lugar de describir un tipo de estafa con los elementos
que le son inherentes, recurri a una enumeracin casustica de
diversas conductas, a las cuales con frecuencia les da un sentido
meramente ejemplar, para establecer las conductas prohibidas.90

90
En un intento por sistematizar estos delitos, Etcheberry propone distinguir
entre los delitos por engao en tres grupos: a) los expresamente descritos, b) los
semejantes de los descritos en el art. 468, y c) los restantes engaos, o sea los no
expresamente descritos ni semejantes a los sealados en el art. 468, haciendo re-
ferencia a los comprendidos en el art. 473. Es una tentativa loable por su esfuerzo,
pero se puede prestar a malas interpretaciones hacer referencia a engaos descritos
y no descritos y, en todo caso, siempre la clasificacin resulta dudosa en cuanto a
su posible utilidad (D.P., t. II, p. 406).

345
DERECHO PENAL

Muoz Conde comentaba que se mencionaban ms de veinte


modalidades de conductas, y que no obstante esa exuberancia
del texto, el intrprete tena que recurrir a la analoga o a las
clusulas genricas,91 observaciones que son perfectamente apli-
cables a la situacin del Cdigo nacional.
El art. 468 describe este delito en los siguientes trminos: Incu-
rrir en las penas del artculo anterior el que defraudare a otro usando
de nombre fingido, atribuyndose poder, influencia o crdito supuestos,
aparentando bienes, crdito, comisin, empresa o negociacin ima-
ginarios, o valindose de cualquier otro engao semejante.
El tenor de la disposicin fue recogido casi textualmente del
art. 450 del Cdigo espaol de 1848, salvo el cambio que introdujo
la Comisin Redactora de las expresiones cualidades supuestas que
empleaba, por crditos supuestos que se us en el nacional.92

161. TIPO OBJETIVO

La accin prohibida en esta figura bsica de estafa consiste en


defraudar a otro, o sea en incurrir en el comportamiento que se
describi en el prrafo precedente, porque se debe engaar a
una persona con el objetivo de inducirla a caer en error con el
objeto de que realice una disposicin patrimonial que le cause
un perjuicio econmico a ella misma o a un tercero. El compor-
tamiento normalmente importar una accin, pero es posible
que sea una omisin. Todo lo expresado al hacer referencia al
fraude se debe dar por reproducido en esta parte, lo que vale no
slo para la figura bsica de estafa que se est estudiando, sino
que as mismo para las distintas modalidades del delito que se
comentarn ms adelante. Es posible que las actividades engao-
sas que quedan abarcadas en el tipo penal importen la ejecucin
previa de otros delitos, falsificaciones, sustitucin de personas y
semejantes, como bien lo adelantara Pacheco en sus comenta-
rios, pero el tratamiento de esas hiptesis ha de resolverse con
los principios propios de los concursos.93

91
Muoz Conde, op. cit., p. 244.
92
Acta de la Comisin Redactora N 99, de 1 de julio de 1872; en esa opor-
tunidad no se dio explicacin de la referida modificacin.
93
Pacheco, op. cit., t. 3, p. 350.

346
DE LAS DEFRAUDACIONES

Esta clase de estafa es un delito comn y de resultado o ma-


terial, pues como se ver ms adelante, puede ser cometido por
cualquiera persona y para que se consume debe causar un per-
juicio en el patrimonio del ofendido.
El tipo penal del art. 468 limita las modalidades del engao
inherente al delito, a las hiptesis que la disposicin describe.
No se trata en verdad de una limitacin, ms bien se seala un
sentido o criterio interpretativo para precisar a qu clase de
engaos se est refiriendo el precepto, porque la enumeracin
que la disposicin realiza es meramente ejemplar, deja abierta la
posibilidad de comprender dentro del enunciado a cualquiera
de las diversas conductas que renan las caractersticas que all
se indican. En la descripcin del tipo se emplean tres formas
verbales: usar, atribuirse y aparentar, pero el artculo termina ex-
presando, o valindose de cualquier otro engao semejante, que es lo
que constituye a la postre la regla general.
El legislador, como se adelant, no ha descrito el comporta-
miento prohibido; opt por dar ejemplos para determinar aque-
llos que quedaran comprendidos en el tipo respectivo. Como en
todos los ejemplos que seala aparece un elemento que les es comn
a cada uno de ellos, y que consiste en una gestin engaosa, en un
ardid para llevar a error a la vctima, este elemento se alza como
fundamental para determinar si un comportamiento dado debe
o no adecuarse a la figura sancionada en el art. 468 en estudio.
Concretamente se refiere a cuatro conductas, que se pasan
a comentar.

A. Usando nombre fingido


Esta frase debe ser entendida en su alcance normativo, no consis-
te en el simple uso del nombre de un tercero, sino que es inducir
a error al afectado, en hacerlo suponer que puede confiar en la
persona que le solicita determinado acto de disposicin. El uso
de nombre falso no constituye en general un ardid; para que s
lo sea debe mediar un uso fraudulento.94
El nombre, como es sabido, permite individualizar a una
persona y diferenciarla de otra, y fingir es recurrir a uno que

94
Fontn Balestra, op. cit., p. 497.

347
DERECHO PENAL

no corresponda al verdadero, presentndolo como tal, para


simular una identidad diversa a la que se tiene o para disimular
la propia. En realidad no ofrece mayor inters el empleo de un
nombre distinto al que en efecto se tiene, o que este correspon-
da al de otra persona o sea imaginario; en la mayor parte de las
situaciones que se dan en la vida corriente esas actitudes nada
significarn, suficiente es observar que no tiene importancia al-
guna que al comerciante a quien le compramos una revista nos
d un nombre diferente de aquel que le pertenece. Lo impor-
tante no radica en usar un nombre falso, sino en que el agente
adopte una personalidad distinta de la que tiene, que lo presente
con una falsa calidad, que induce a la vctima a creer que es un
sujeto que responde a las condiciones necesarias para hacerle la
entrega de un bien o a efectuar la disposicin patrimonial que
se le pide o aconseja.
Presentarse como encargado de una empresa para retirar una
especie, usando el nombre del que realmente estaba comisionado
al efecto, puede importar el ardid inherente a esta figura penal.
En la jurisprudencia de los tribunales se ha considerado que el
retiro de valores ajenos con un carnet de identidad de un tercero,
adulterado previamente, constituye esta clase de engao.

B. Atribuyndose poder, influencia o crditos supuestos


Atribuir, para esos efectos, es ms que la mera afirmacin, que
un simple decir. El sentido de la expresin es simular, aparentar,
desarrollar una actividad en tal sentido,95 pues debe asociarse
la expresin con la nocin de engao propia de la estafa. De
modo que no se cumple la exigencia con la mera afirmacin de
que se posee poder o influencia, han de emplearse medios ade-
cuadamente convincentes para evidenciarlo falsamente frente
al tercero afectado. La disposicin se refiere a atribuirse poder, o
sea tener mando, potestad, fuerza suficiente para hacer determi-
nadas cosas, en tanto que influencia involucra ascendencia sobre
otros, facultad de influjo, de persuasin, de inducir a personas
en determinado sentido, de mediar positivamente en ciertas
alternativas.

95
Cfr. Soler, op. cit., t. IV, pp. 336-337.

348
DE LAS DEFRAUDACIONES

Crditos supuestos, es otra de las alternativas planteadas, y


consiste tambin en que el sujeto activo simula, mediante algn
ardid,96 que cuenta con recursos de orden econmico, facilitados
por instituciones u otras personas, para invertirlos u operar con
ellos, a pesar de que en realidad carece de ellos.
El anlisis de estas hiptesis ha de ser cuidadoso, por cuanto
comportamientos como los descritos pueden proyectarse a otras
figuras diferentes a la que se estudia. En el caso del fraude que
consiste en aparentar remuneracin a empleados pblicos, existe
un tipo especial de estafa en el art. 469 N 5. Si efectivamente se ha
pagado la ddiva a un funcionario facultado para hacer lo que se
persigue, el hecho puede constituir cohecho, descrito en el art. 249;
tratndose de un funcionario judicial rige el art. 223 N 2.
Cuando el sujeto activo realmente tiene poder o influencia
y ofrece emplearla pero en definitiva no lo hace, pudiendo ha-
cerlo, los criterios que se enuncian para calificar esta conducta
no son uniformes. Hay sectores de la doctrina que estiman que
la situacin reglada en el art. 468 en estudio97 comprende nica-
mente la influencia o poder imaginario, pero no as cuando se
tiene el poder y no se usa.98

C. Aparentando bienes, crdito, comisin, empresa o negociacin


imaginarios
Se emplea la forma verbal aparentando, con significado anlogo al
indicado precedentemente, o sea como algo ms que una mera afir-
macin, la que necesariamente debe ir acompaada de circunstancias
que la hagan verosmil, sea haciendo propaganda por los medios de
publicidad, instalando una oficina o establecimiento, registrando
marcas y cualquier accin dirigida a simular algo inexistente.
Por bienes deben entenderse aquellas cosas y derechos que
forman parte de la nocin de patrimonio,99 pero dirigidas a si-

96
Autores como R. Nez no aceptan esa doctrina, pues sostienen que apa-
rentar es algo diverso al ardid o maquinacin engaosa; aparentar no requerira
suscitar falsas representaciones (op. cit., t. V, pp. 317-318).
97
As lo estiman Fontn Balestra, op. cit., p. 499; R. Nez, op. cit., t. V, p. 321.
98
Etcheberry piensa que en las referidas situaciones se dara la figura de estafa,
fundado en la nocin de engao semejante a que se refiere el art. 468, donde
calzaran comportamientos como los comentados (D.P., t. II, p. 409).
99
R. Nez, op. cit., t. V, p. 318.

349
DERECHO PENAL

mular riqueza, fortuna, solvencia econmica.100 Comisin es todo


acuerdo mediante el cual se encarga a otro la gestin de algn
mandato o negocio; en la especie lo que hace el agente es apa-
rentar, por medios crebles para la vctima, que est a cargo de
una operacin o negocio por mandato de un tercero. Negociacin
o empresa es toda organizacin de carcter econmico destinada
o no a objetivos lucrativos, por simple que sea []. Son tales los
establecimientos, las casas u oficinas comerciales o industriales,
tambin las organizaciones menores y de objetivos menos esta-
bles, como las tendientes a recolectar fondos para un viaje, para
levantar un monumento o para realizar obras caritativas.101 La
palabra negociacin hace referencia a transaccin o acuerdo de
ndole comercial de cualquier clase, siempre que no queden
comprendidas en la nocin de empresa. Tanto la empresa como
la negociacin no deben existir en la realidad, pues el legislador
exige que sean imaginarios, esto es, meros inventos o creaciones,
que el agente sabe que carecen de base o posibilidad real de
materializacin.
Como una especie de estos engaos se menciona la venta de
cosa ajena, y se sostiene, fundamentndose en criterios civiles, que
el Cdigo Civil declara vlida la enajenacin de cosas ajenas; de
consiguiente, no podra calificarse de estafa una operacin de
esta naturaleza. El problema se plantea cuando se vende como
propia una cosa que es ajena y para hacerlo se recurre a artificios
que induzcan a error al comprador, que cree estar tratando con
el dueo de la especie. En hiptesis como la sealada es evidente
que se ha incurrido en un fraude que puede conformar el delito
de estafa del art. 468. El mismo principio rige la venta de una
cosa gravada que se presenta como saneada.
Entre las modalidades mencionadas en este grupo se encuen-
tra la de aparentar crditos, forma de engaar que como indica
Etcheberry, es difcil de distinguir de la conducta de atribuirse
crditos ya antes comentada. La diferencia, aunque sutil, radicara
en que quien aparenta crditos simula tenerlos ya concedidos,
en tanto que el que se atribuye crditos slo miente sobre su
capacidad para conseguirlos.

100
Etcheberry, D.P., t. II, p. 408.
101
R. Nez, op. cit., t. V, p. 320.

350
DE LAS DEFRAUDACIONES

D. Valindose de cualquier otro engao semejante


Como se adelant, la enumeracin de las conductas ya expuestas
son meros ejemplos de los comportamientos que el legislador
pretendi describir en el art. 468. Por ello termina con una frase
que constituye, verdaderamente, la regla general: cualquier otro en-
gao, semejante a los descritos previamente. La caracterstica de
estos engaos, en consecuencia, radica en que obedecen a lo que
se denomina como una maquinacin astuta o un ardid, dirigido
a crear una falsa realidad frente a la vctima, pero siempre en la
lnea de las actividades antes comentadas y siempre que no que-
den comprendidas entre las ya enunciadas por la disposicin.102
En definitiva, el tipo objetivo del delito de estafa es abierto, ser el
tribunal el que deber apreciar cada caso y determinar si cumple
con las exigencias que el art. 468 establece, lo que no parece ser
un sistema aconsejable.

162. EL TIPO SUBJETIVO

El dolo requerido por la estafa bsica o fundamental se extiende


a todos los elementos del tipo objetivo, entre ellos al empleo de
medios engaosos, de astucia para inducir a error a la vctima.
Esta caracterstica de la actividad subjetiva, o sea querer realizar
la maquinacin mendaz, con el objetivo de que la vctima por
error lleve a cabo un acto de disposicin que provoque un per-
juicio en su patrimonio o en el de un tercero, obliga a concluir
que slo es posible el dolo directo, no as el eventual.103 No obstan-
te, hay sectores de la doctrina que estiman que se puede estafar
con dolo eventual.104
El dolo debe ser previo a la conducta artificiosa del agente,
porque tiene que ser anterior o, por lo menos, coetneo al en-
gao, el dolo posterior, subsiguiente a la conducta del agente, es
inhbil para transformar en fraudulento el hecho.105

102
Cuello Caln, op. cit., t. 2, p. 883.
103
Cfr. Fontn Balestra, op. cit., p. 496; Soler, op. cit., t. IV, p. 341; Etcheberry,
D.P., t. II, p. 405.
104
Mezger, op. cit., t. II, p. 261.
105
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 176.

351
DERECHO PENAL

El anlisis del elemento subjetivo en el delito de estafa debe


ser cuidadoso, pues hay que descartar el dolo cuando el sujeto
activo ha partido, l mismo, de un error al que nadie lo ha indu-
cido, porque crey honestamente en la posibilidad del negocio
o que si bien se tratara de una operacin riesgosa, pens que
vala la pena enfrentarla por los posibles beneficios que podra
obtener si tena xito.106
En el sistema nacional la estafa no requiere, como sucede en
el espaol,107 que el agente acte con nimo de lucro, de enrique-
cerse. El tipo de estafa exige una voluntad dirigida a perjudicar,
pero no as la de alcanzar un beneficio para s mismo.

163. ITER CRIMINIS Y PARTICIPACIN

El delito de estafa se consuma cuando se han concretado todos


los elementos del tipo objetivo y subjetivo; por lo tanto, la ac-
tividad del sujeto tiene que provocar un perjuicio de carcter
pecuniario en el patrimonio del engao o de un tercero. Como
se trata de un delito de resultado o material, que se consuma
cuando el sujeto pasivo sufre un detrimento en su patrimonio,
son viables las etapas imperfectas, tanto de tentativa como de
frustracin. La tentativa se presenta cuando la actividad personal
del delincuente, si bien fue iniciada, no alcanza a desarrollarse en
su totalidad, por causas independientes a su voluntad. De otro
lado, si el agente complet toda su accin personal, el hecho no
se encuentra consumado aun porque a su vez el engaado debe
realizar un acto de disposicin, por ejemplo entregar voluntaria-
mente al tercero que lo embauc, la especie ajena que recibi
en depsito. Esta es una actividad necesaria para que el delito se
consume, porque es la que causa el perjuicio en el patrimonio
del depositante, y no es una actividad del sujeto activo, sino que
de la vctima; si esta ltima no alcanza a llevarla a cabo por cau-
sas independientes de la voluntad del agente, el delito queda en
etapa de frustracin y no de tentativa.

106
Soler, op. cit., t. IV, p. 341.
107
El Cdigo de Espaa, en el art. 248, expresa: Cometen estafa los que, con
nimo de lucro, utilizaren engao.

352
DE LAS DEFRAUDACIONES

La estafa acepta las diversas modalidades de participacin


punible; el sujeto activo puede ser un autor solitario, o varios
pueden actuar en coautora. Son posibles las hiptesis de ins-
tigacin, de complicidad y de encubrimiento. Es til precisar
que tambin procede la autora mediata en la estafa cuando
se instrumentaliza a una persona para que engae a otra; no
debe confundirse en todo caso esa situacin con la del en-
gaado que no sufre el perjuicio, que s sufre un tercero; el
engaado no es autor inmediato del delito, sino vctima, por
cuanto no ha sido instrumentalizado por el estafador. As en
el ejemplo del encargado del guardarropa que recibi una
prenda de vestir que entrega erradamente a un tercero que
sustituye dolosamente al propietario; el encargado es la vcti-
ma del engao y no el instrumento (ejecutor inmediato) del
autor de la apropiacin.108

164. PENALIDAD DE LA FIGURA BSICA DE ESTAFA

Para determinar la sancin que corresponde al delito, el art. 468


se remite al art. 467, que regula la pena considerando la cuanta
de valor de las especies o bienes estafados. La disposicin, en lo
pertinente, expresa: ser penado:
1. Con presidio menor en sus grados medio a mximo y multa
de once a quince unidades tributarias mensuales, si la defrauda-
cin excediera de cuarenta unidades tributarias mensuales.
2. Con presidio menor en su grado medio y multa de seis a
diez unidades tributarias mensuales, si excediere de cuatro unida-
des tributarias mensuales y no pasare de cuarenta unidades tributarias
mensuales.
3. Con presidio menor en su grado mnimo y multa de cinco
unidades tributarias mensuales, si excediere de una unidad tribu-
taria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias mensuales.
Si el valor de la cosa defraudada excediere de cuatrocientas
unidades tributarias mensuales, se aplicara la pena de presidio me-
nor en su grado mximo y multa de veintiuna a treinta unidades
tributarias mensuales.

108
Cfr. T. S. Vives, op. cit., pp. 914-915.

353
DERECHO PENAL

Si lo defraudado no supera el valor de una unidad tributaria, el


hecho no es punible, porque el art. 494 N 19, que sanciona los delitos
patrimoniales que no sobrepasan el referido monto, no comprende
la estafa bsica descrita en el art. 468. Conductas como las seala-
das seran atpicas, a menos que se pretenda hacer aplicacin si
procediere del tipo penal descrito en el art. 473, donde no tiene
trascendencia la cuanta de lo defraudado, calificando los ardides
de la naturaleza de los sealados en el art. 468 no superiores a una
unidad tributaria como cualquier otro engao, solucin que no parece
satisfactoria, pues se extendera el tipo penal sancionado en esta
disposicin a situaciones a las que en realidad no comprende.109
Es frecuente que en la prctica judicial no se puedan precisar
las fechas en que se realizaron las apropiaciones parciales que
responden a un solo engao empleado por el delincuente, sobre
todo tratndose de delitos de ndole tributaria o de asalariados
que a travs del tiempo se apropian de cantidades de dinero de
la empresa en que prestan sus servicios, empleando un mismo
sistema. Lo mismo suele suceder cuando se trata de grandes
fraudes cometidos por ejecutivos de empresas bancarias u orga-
nismos financieros, donde adems es difcil precisar a todos los
perjudicados, que normalmente constituyen una universalidad
no individualizable y el perjuicio sufrido por cada uno de los
afectados es de poca cuanta en relacin al total de lo apropiado,
que suma cantidades a veces considerables. La prctica judicial
en Espaa ha recurrido a la nocin de delito continuado o a la del
delito masa, segn las circunstancias. Frente a la imposibilidad
de precisar el nmero y modalidades concretas de los diversos
hechos, o de las oportunidades en que realmente se llevaron a
cabo, o de la identidad de los perjudicados, los tribunales opta-
ron por sumar el conjunto de valores objeto de las diversas apro-

109
La situacin de atipicidad de las estafas realizadas por algunos de los medios
indicados en el art. 468 cuando su monto no sobrepasa el valor de una unidad
tributaria, se mantiene desde la promulgacin del Cdigo Penal (indudablemente
que con valores determinados en otra forma). En todos los estudios realizados por
los primeros comentaristas de su texto aparece que el art. 468 no se menciona en
la enumeracin que hace el art. 494 N 19; suficiente es leer a Robustiano Vera
(p. 728), Alejandro Fuensalida (t. III, p. 280) y Pedro J. Fernndez (p. 315). Este
ltimo comenta que no es posible encontrar el origen del N 19 del art. 494 en las
Actas de Comisin Redactora, lo que es efectivo.

354
DE LAS DEFRAUDACIONES

piaciones durante el perodo total de ejecucin, e imponer una


pena nica conforme a la cuanta globalmente considerada. En
Chile se ha abierto paso la doctrina del delito continuado que ha
sido mayoritariamente recogida por los tribunales.

165. CONCURSOS

Las estafas, en general, no dan lugar a situaciones de concurso


con los delitos de hurto y robo, que tambin son figuras de
apropiacin, porque los medios de ejecucin son distintos; en
estos ltimos es el delincuente quien se apodera de la especie
mediante medios clandestinos o empleando violencia o intimi-
dacin, mientras que en los tipos de estafa es la propia vctima la
que hace entrega voluntaria del bien materia de la defraudacin
y el medio empleado para lograrlo es el engao.
Es con otras figuras donde el problema se suscita, general-
mente con la falsificacin documental, salvo las hiptesis en que
la falsedad integra el tipo del delito de estafa, como sucede en
los arts. 469 N 3 y 470 Nos 3 y 4. Si no se da la situacin recin in-
dicada, corresponde hacer distincin entre la falsificacin de un
documento privado y de uno pblico. En la falsificacin de un
documento privado el tipo penal para consumarse requiere que
se cause perjuicio a un tercero, de modo que normalmente la
falsificacin preferir a la estafa en su aplicacin, por el principio
de especialidad, porque en definitiva constituye una modalidad
especial de estafar descrita como tipo independiente.
Si la falsificacin es de un documento pblico delito de
peligro que no requiere del uso del documento o de que con
l se cause un perjuicio para consumarse, al ser empleado para
engaar a un tercero puede concurrir con el delito de estafa que
tal engao constituira, hiptesis que dara lugar a un concurso
medial de delitos la falsedad es el medio usado para estafar,
situacin que se resuelve conforme lo dispone el art. 75, o sea,
imponiendo la pena mayor asignada al delito ms grave.
Con el tipo penal de giro de cheque sin fondo pueden pre-
sentarse dos problemas. Si se gira el cheque simplemente sin ha-
berlo cubierto previamente y quien lo recibe resulta perjudicado
al no ser pagado por el banco, al que lo suscribi le corresponde

355
DERECHO PENAL

la pena especial que seala el art. 22 de la Ley sobre Cuentas


Corrientes Bancarias y Cheques (D.F.L. N 707, publicado el
7 de octubre de 1982). Puede suceder que un cheque con las
caractersticas indicadas en el art. 22 ya citado, se use por una
persona diversa a su girador para engaar y perjudicar a un terce-
ro; en este supuesto, adems del giro doloso, hay una actividad
engaosa posterior, y podra darse una situacin de concurso
medial entre el giro doloso y la estafa, cuya sancin quedara
sujeta a lo que dispone el art. 75, o sea, imponer una sola pena,
la mayor correspondiente al delito ms grave, siempre que haya
habido concierto entre los autores. En caso contrario, cada uno
responder de su propio hecho; el girador como autor del deli-
to de giro doloso y el que us el documento con posterioridad
sabiendo su condicin, como autor de estafa.

El delito de entrega fraudulenta


166. CONCEPTO DEL DELITO

La entrega fraudulenta es una clase especial de estafa, que en le-


gislaciones modernas se trata como una forma agravada del tipo
fundamental. En el sistema nacional se ha mantenido el art. 467
como un delito con individualidad, aunque no se visualiza cul
es el objetivo de su tratamiento especfico y diferenciado de las
otras estafas. Es una estafa porque el legislador al describirla
emplea el verbo rector defraudare, que al relacionarlo con las
situaciones que enuncia la disposicin legal, involucra el uso de
astucia, de artificios dirigidos a engaar a otro.
El concepto de este delito y su sancin lo seala el art. 467: El
que defraudare a otro en la sustancia, cantidad o calidad de las cosas
que le entregare en virtud de un ttulo obligatorio, ser penado:
1. Con presidio menor en sus grados medio a mximo y multa
de once a quince unidades tributarias mensuales, si la defraudacin
excediera de cuarenta unidades tributarias mensuales.
2. Con presidio menor en su grado medio y multa de seis a
diez unidades tributarias mensuales, si excediere de cuatro uni-
dades tributarias mensuales y no pasare de cuarenta unidades
tributarias mensuales.

356
DE LAS DEFRAUDACIONES

3. Con presidio menor en su grado mnimo y multa de cinco


unidades tributarias mensuales, si excediere de una unidad tributa-
ria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias mensuales.
Si el valor de la cosa defraudada excediere de cuatrocientas
unidades tributarias mensuales, se aplicar la pena de presidio
menor en su grado mximo y multa de veintiuna a treinta uni-
dades tributarias mensuales.
El precepto transcrito debe relacionarse con el art. 469, que en
sus nmeros 1 y 2 pormenoriza formas especiales y calificadas de
entrega fraudulenta, las que sern analizadas ms adelante.
Esta figura ha existido en el pasado en la generalidad de
los pases, vinculndola particularmente con la calidad de los
metales preciosos o con las joyas; casi en todas las legislaciones
su nocin ha sido ms o menos equivalente. El art. 467 del texto
chileno encuentra su antecedente en la antigua legislacin de
Espaa, como el Fuero Real y las Partidas, que lo describan en
forma muy semejante al tenor del texto hoy vigente.

167. EL TIPO OBJETIVO

La conducta descrita por el art. 467 queda circunscrita a la entrega


de una cosa que debe cumplirse en virtud de un ttulo obligatorio,
lo que supone un acto con consecuencias jurdicas que liga al
sujeto pasivo con el sujeto activo, celebrado con anterioridad a la
conducta que se sanciona. Entre agente y vctima debe haber, en
consecuencia, una relacin jurdica vlida de naturaleza civil, que
obliga al primero a entregar un bien al segundo.110 Una compra-
venta, un arrendamiento, una permuta, quedan comprendidas
en esa relacin como cualquier acto que importe la obligacin
de entregar un bien, aunque su origen sea comercial, laboral o
de otro orden. La obligacin de entregar puede tener su fuente
en una resolucin judicial,111 un contrato o un acto nulo y pue-
den ser ttulo suficiente en tanto no se declare su invalidez.
Mayoritariamente se estima que el ttulo obligatorio ha de
ser oneroso, porque slo en ellos el cumplimiento inadecuado

110
Cfr. Mera, Jorge, El delito de entrega fraudulenta, Santiago, 1971, p. 139.
111
Cfr. Creus, op. cit., t. II, p. 487.

357
DERECHO PENAL

causa perjuicio en el receptor de la cosa,112 no as cuando se


trata de un ttulo gratuito. No obstante, autores nacionales es-
timan que pueden darse casos en que un ttulo gratuito cree la
obligacin de entregar y su cumplimiento fraudulento podra
dar lugar al delito en estudio,113 puesto que lo que fundamental-
mente interesa es que la vctima tenga un derecho de carcter
patrimonial y susceptible de valoracin en dinero, en relacin
con las cosas.
De manera que los elementos objetivos del tipo penal en
estudio son la existencia de un ttulo civil obligatorio entre los afec-
tados y el cumplimiento de esa obligacin mediante una entrega
fraudulenta, a consecuencia de la cual se causa un perjuicio al
sujeto pasivo.
Es conveniente dejar en claro desde luego que no se trata del
incumplimiento o cumplimiento imperfecto de cualquiera obli-
gacin vlidamente contrada, por cuanto esto sera un problema
exclusivamente civil. Para que una entrega cumpla las caracters-
ticas del tipo penal ha de ser una realizada maosamente, disimu-
lando u ocultando que se cumple mal o aparentemente. De suerte
que no todo cumplimiento defectuoso se puede subsumir en el
art. 467; slo aquellos en que se han ocultado o disimulado expre-
samente sus imperfecciones o defectos, y siempre que derivado de
ello sufra un perjuicio de ndole econmica el sujeto pasivo.
El engao o actividad fraudulenta que requiere esta figura est
determinado por el art. 467, que lo circunscribe a determinadas
cualidades que debe tener la cosa que se debe, o sea, a la substan-
cia, a la cantidad o a la calidad de los objetos que el agente entrega
en virtud del ttulo obligatorio. Pero, como se seal, no se trata
de un simple error del agente, en el que puede incurrir al hacer
la entrega, sino en una actividad engaosa desarrollada para
inducir a la vctima a creer que recibe lo acordado.114
La nocin de cosa es amplia, se extiende a todo objeto corpo-
ral, sea mueble o inmueble, susceptible de valoracin econmica,115
pues no debe olvidarse que esta modalidad de estafa no deja de

112
Cuello Caln, op. cit., t. II, p. 878; R. Nez, op. cit., t. IV, p. 330.
113
Etcheberry, D.P., t. II, p. 413; Mera, op. cit., pp. 145 y ss.
114
Creus, Derecho Penal, parte especial, t. I, p. 486.
115
Cfr. Fontn Balestra, op. cit., p. 502.

358
DE LAS DEFRAUDACIONES

ser un delito contra el patrimonio. La entrega de la cosa o cosas debe


ser realizada fraudulentamente, o sea con engao, aparentando que
se cumple con la obligacin contrada o cumplindola mal. Ese
engao necesariamente debe recaer sobre alguna de las caracte-
rsticas o modalidades de la cosa que se entrega, sea su substancia,
su calidad o su cantidad; son los nicos artificios o ardides que
calzan en este tipo penal.
La substancia es aquello que corresponde al ser de una cosa,
a su esencia misma (se compra una joya de oro y se entrega una
de plata); la calidad hace referencia a la mejor o peor forma de
ser de una cosa, que es de la substancia acordada (se adquiere
un anillo de oro de dieciocho quilates y se entrega uno de oro,
pero slo de doce quilates). La cantidad de una cosa dice relacin
con el nmero de las entregadas, o tambin con el peso de ella
o con su medida,116 segn las circunstancias. La diferencia entre
lo que se est obligado a entregar y aquello que realmente se
entrega tiene que ser objeto de una actividad dirigida a ocultar
esa diferencia o a aparentar que la cosa posee las caractersticas
requeridas; en ello incide el fraude, el comportamiento engao-
so que constituye el delito.
Como en todo fraude, el que recibe lo entregado debe sufrir
un perjuicio, como se explic al comentar la nocin de fraude por
engao al iniciar el estudio de la estafa.117

168. EL TIPO SUBJETIVO

En la entrega fraudulenta se requiere de dolo directo, porque el


agente debe actuar conociendo las anomalas de lo que entrega
en relacin a lo que debe, y hacerlo mediante un ardid que haga
creer a la vctima que se ha cumplido lealmente la obligacin.
Como el dolo debe cubrir todos los elementos del tipo objetivo, el
sujeto activo tambin ha de querer perjudicar a la vctima. El dolo
eventual no parece tener cabida en la entrega fraudulenta.

116
R. Nez, op. cit., t. IV, p. 330.
117
Vase supra, prrafo N 108.

359
DERECHO PENAL

169. CONSUMACIN E ITER CRIMINIS

La entrega fraudulenta es un delito material, de resultado, que


se consuma cuando se produce el perjuicio en el patrimonio del
sujeto pasivo.118 El perjuicio se produce una vez que la vctima y
el victimario han cumplido con sus respectivas prestaciones, o en
otros trminos, una vez que se lleva a cabo la ltima de ellas,119
porque en ese momento es cuando se causa la lesin en el patri-
monio del que recibe la entrega. En esa oportunidad el delito se
consuma; si la vctima recibe la entrega antes de haber pagado
su precio, por ejemplo, no puede sostenerse que ha sufrido un
perjuicio, slo lo va a sufrir cuando realice ese pago.
Como se trata de un delito material, que se consuma una vez
que el perjuicio se provoca (resultado), admite la etapa de frus-
tracin, y como es posible realizarlo en etapas distintas, admite
la tentativa inacabada.

170. TIPOS AGRAVADOS

En el Cdigo Penal se describen dos modalidades agravadas de


entrega fraudulenta a las que el legislador decidi darles un
tratamiento ms estricto. Este tratamiento ms riguroso puede
haber tenido justificacin en la poca de promulgacin del C-
digo, pero en la actualidad resulta evidentemente inadecuado
e intil desde una perspectiva poltico-criminal. Una de estas
modalidades se refiere a los joyeros y la otra a los traficantes, y
estn descritas en el art. 469, en sus nmeros 1 y 2, que tienen
el siguiente tenor:
Se impondr respectivamente el mximum de las penas
sealadas en el artculo 467:
1 A los plateros y joyeros que cometieren defraudaciones
alterando en su calidad, ley o peso los objetos relativos a su arte
o comercio.
2 A los traficantes que defraudaren usando de pesos o medi-
das falsos en el despacho de los objetos de su trfico.

118
Mera, op. cit., pp. 206 y ss.
119
Etcheberry, D.P., t. II, p. 413.

360
DE LAS DEFRAUDACIONES

El tratamiento especial que la ley le da al fraude cometido


por joyeros y plateros, tendra su fundamento en el hecho de
que para el particular es muy difcil constatar el engao de que
habra sido objeto, porque el que adquiere joyas acta en la
confianza de la seriedad del artesano que la confecciona o del
establecimiento que la ofrece.
Los traficantes son los comerciantes, pero el fraude que aqu
se sanciona es el cometido con pesas o medidas falsas, y no por
otros medios; se trata de un engao especfico.
La sancin para esos comportamientos corresponde al mxi-
mo de las que se sealan en el art. 467, atendiendo a la cuanta
de lo defraudado.
La simple tenencia de pesas o medidas falsas conforma un
tipo de falta que se describe en el art. 495 N 16, y se castiga con
multa, que se impone al traficante que tuviere medidas o pesos
falsos, aunque con ellos no hubiere defraudado.

Remuneraciones supuestas a empleados pblicos


171. DESCRIPCIN Y CARACTERSTICAS DEL DELITO

En el art. 469 N 5 se sanciona una forma especial de estafa: Se


impondr respectivamente el mximum de las penas sealadas
en el artculo 467:
5. A los que cometieren defraudacin con pretexto de supues-
tas remuneraciones a empleados pblicos, sin perjuicio de la accin
de calumnia que a stos corresponda.
En este precepto se sanciona una forma particular de enga-
ar, que constituye una figura agravada de estafa que como tal
afecta al patrimonio, pero que, al mismo tiempo, puede afectar a
otro bien jurdico, distinto al recin sealado, como es el honor
de un tercero: el empleado pblico.
El comportamiento prohibido consiste en defraudar, de ma-
nera que en esencia constituye una estafa, porque lo reprimido es
la actividad destinada a engaar a otro causndole un perjuicio
patrimonial. Pero exige una modalidad especial de ejecucin, que
consiste en suponer o aparentar que se remunera a un empleado
pblico para que realice o se abstenga de hacer algo que queda

361
DERECHO PENAL

en la rbita de sus funciones. Se simula ese pago indebido para


obtener la prestacin pertinente de la persona engaada, que en-
trega el dinero necesario y que normalmente ir en beneficio del
estafador (el abogado que solicita a su cliente una cantidad de di-
nero, con el falso pretexto de que la entregar al juez para obtener
una sentencia en un sentido determinado, y que aprovecha en su
propio beneficio).120 Esa conducta afecta al patrimonio del enga-
ado y tambin a la dignidad del empleado a quien falsamente se
le atribuye cohecho; por ello, la disposicin deja a salvo la accin
por el delito de calumnia en favor de este ltimo.
Puede dar origen slo a la accin de estafa, cuando el de-
lincuente efectivamente pague al empleado parte de lo que el
engaado le entreg y guarde para s el exceso que le solicit
como necesario para cancelar la remuneracin ilegtima (en el
ejemplo anterior, si el abogado realmente paga al funcionario
judicial una suma de dinero, pero l le pide el doble de ella a su
cliente, quedndose con el exceso).
La expresin empleado pblico que usa el artculo 469, no ha
sido precisada por el Cdigo Penal, y tampoco lo hace el Estatuto
Administrativo (Ley N 18.834, publicada el 23 de septiembre
de 1989), pero la jurisprudencia nacional ha entendido que el
concepto que se seala en el art. 260 que conforme a su tenor
tiene nicamente aplicacin en los delitos reglados en el Ttulo V
y prrafo IV del Ttulo III, ambos del Libro Segundo del Cdi-
go debe hacerse extensivo a estos tipos penales que se describen
fuera de los ttulos recin mencionados. Esta doctrina parece ser
la ms aceptable.121
El tenor del art. 260 es el siguiente: Para los efectos de este
Ttulo y del Prrafo IV del Ttulo III, se reputa empleado todo el
que desempee un cargo o funcin pblica, sea en la administracin
central o en instituciones o empresas semifiscales, municipales,
autnomas u organismos creados por el Estado o dependientes
de l, aunque no sean del nombramiento del Jefe de la Repblica ni
reciban sueldo del Estado. No obstar a esta calificacin el que el
cargo sea de eleccin popular.

120
Fuensalida, op. cit., t. III, pp. 219-220.
121
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 414.

362
DE LAS DEFRAUDACIONES

Suscripcin de documento por engao


172. NOCIN Y ELEMENTOS DEL DELITO

El lograr mediante el empleo de un ardid que una persona firme


un documento, constituye delito, siempre que con ello se cause
un perjuicio en el patrimonio de un tercero. Esta forma especfi-
ca de estafar est descrita en el art. 470 N 4, que dice: Las penas
del artculo 467 se aplicarn tambin:
4. A los que defraudaren haciendo suscribir a otro con engao
algn documento.
Este precepto es un tanto intil, por cuanto se trata de un
engao que quedara comprendido en el art. 468; no obstante,
el legislador prefiri aludir al mismo expresamente.
La accin que se prohbe es hacer suscribir a una persona
un documento mediante procedimientos fraudulentos que la
induzcan voluntariamente, aunque por error, a firmarlo (o sea
mediante una maquinacin engaosa). Si esa firma es obtenida
mediante fuerza o intimidacin, ese hecho constituye delito de ex-
torsin (art. 438). Suscribir es firmar el documento, lo que supone
necesariamente que ste debe estar extendido previamente. Por
documento ha de entenderse cualquier instrumento, sea pblico
o privado, que cumpla con dos condiciones: la de estar escriturado
previamente122 y la de que por el hecho de firmarlo la vctima so-
brevenga un perjuicio para ella misma o para un tercero; el precepto
no hace distincin sobre este punto. La firma, por ejemplo, de
una fotografa, de un cuadro, no calza dentro de este tipo penal,
aunque se haya obtenido con engao, sin perjuicio de que si per-
judica a un tercero ese hecho pueda constituir la estafa sealada
en el art. 468 473, pero no la aqu descrita. Otro tanto sucede si
el documento estaba extendido y suscrito por la vctima, pues el
tipo sancionado en el precepto en estudio consiste precisamente
en hacerlo firmar, sin perjuicio de que si la entrega de ese docu-
mento se obtiene con engao podra ese hecho adecuarse al delito
de estafa descrito en el art. 468.123 Si la suscripcin del documento
no causa perjuicio, tampoco se conforma la figura en estudio; a

122
El alcance de la voz documento debe ser el mismo que se seal para los
efectos de las falsedades documentales. Vase prrafo N 28.
123
Labatut, D.P., t. II, p. 247.

363
DERECHO PENAL

su vez si se trata de un documento firmado en blanco y el que lo


tiene abusa del mismo, ese abuso escapa a este tipo penal porque
est sancionado en el art. 470 N 3.
El delito es de resultado o material; supone para su consuma-
cin que se defraude a otro. Para que se consume ha de provocar un
perjuicio; de consiguiente, aunque el documento est firmado
puede no estar consumado.124 En el caso, v. gr., de que se firme
el finiquito de una deuda por engao, el perjuicio se sufrir de
inmediato y en consecuencia el delito estar consumado, en
tanto que si lo firmado es la compraventa de un inmueble, el
perjuicio se producir una vez que se inscriba la transferencia
en el Conservador de Bienes Races, y recin en ese momento
el bien saldr del patrimonio del sujeto pasivo y se consumar el
hecho. Lo sealado permite concluir que el delito admite formas
imperfectas, tanto la tentativa como la frustracin.

Celebracin de contratos aleatorios con fraude


173. CARACTERES DE LA FIGURA

El N 6 del art. 470 expresa: Las penas del artculo 467 se apli-
carn tambin:
6. A los que con datos falsos u ocultando antecedentes que les
son conocidos celebraren dolosamente contratos aleatorios basados
en dichos datos o antecedentes.
Esta disposicin fue incorporada por la Comisin Redacto-
ra, y no encuentra antecedentes en la legislacin espaola de la
poca.125
El tipo objetivo lo constituye la actividad prohibida por esta
disposicin, que consiste en celebrar contratos aleatorios, y stos
estn enumerados en el art. 2258 del Cdigo Civil: Los princi-
pales contratos aleatorios son: 1. El contrato de seguros; 2. El
prstamo a la gruesa ventura; 3. El juego; 4. La apuesta; 5. La
constitucin de renta vitalicia; 6. La constitucin del censo vita-
licio. Respecto de la apuesta y del juego, quedan excluidos los de

124
Cfr. Fuensalida, op. cit., t. 3, p. 225.
125
Comisin Redactora, acta N 100, de 5 de julio de 1872.

364
DE LAS DEFRAUDACIONES

azar por ser ilcitos segn el art. 1466 del C.C., se comprenden
nicamente aquellos donde predomina la destreza fsica o la in-
teligencia.126 Sin perjuicio de lo sealado, el fraude en los juegos
de azar no permitidos podra adecuarse en el N 7 del art. 470.
La celebracin de estos contratos debe llevarse a cabo, ade-
ms, con datos falsos u ocultando antecedentes por una de las partes,
con la finalidad de inducir a error a la otra sobre las consecuen-
cias de la operacin. Como en eso consiste el engao necesario
e inherente al delito, el agente tiene que haber realizado una
actividad dirigida a suministrar detalles o particularidades sobre
el acuerdo que no correspondan a la realidad o haber disimu-
lado otros que hayan estado en posibilidad de ser captados o
conocidos por su contraparte.
Subjetivamente el tipo exige que el sujeto activo acte con cono-
cimiento de esos antecedentes y basado en los mismos, o sea que
aprovechndose de ellos haga incurrir en error a la vctima. De
modo que el estafador ha de actuar con dolo directo, dirigido
precisamente a engaar.
La consumacin del delito, que es de resultado o material,
exige que se cause un perjuicio a un tercero, pues es una forma
de fraude donde la lesin en el patrimonio es necesaria. Si el
realizador del hecho slo alcanz a iniciar la accin o la termin
sin lograr causar el perjuicio se estar, segn las circunstancias,
frente a una simple tentativa o a un delito frustrado.

Fraudes causados en el juego


174. ELEMENTOS DEL DELITO

El Cdigo Penal sanciona esta clase de estafa en el art. 470 N 7:


Las penas del art. 467 se aplicarn tambin:
7. A los que en el juego se valieren de fraude para asegurar la
suerte.
Fuensalida pensaba que esta norma era innecesaria, por
cuanto el juego es un contrato aleatorio, y a stos ya se haba he-
cho referencia en el N 6 antes comentado,127 pero en el referido

126
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 416.
127
Fuensalida, op. cit., t. III, p. 228.

365
DERECHO PENAL

nmero se hace referencia a una manera especial de engaar,


que queda restringida exclusivamente a los juegos lcitos, en
tanto que el N 7 se refiere a cualquier fraude, siempre que est
dirigido a asegurar la suerte y se extiende tanto a los juegos per-
mitidos como a los prohibidos; como bien seala Etcheberry, el
texto se refiere a asegurar la suerte, de modo que de su tenor se
desprende que comprende los de azar.128
El tipo objetivo hace referencia a la actividad desarrollada
con motivo de un juego, actividad que debe tener por objeto
engaar a los dems jugadores con algn ardid de cualquiera
naturaleza, siempre que est dirigido a eliminar el azar, garan-
tizar el resultado en beneficio de algn o algunos jugadores,
en perjuicio de los restantes. El dolo del sujeto activo debe ser
directo.
El delito es de resultado, de manera que se perfecciona con
el perjuicio real sufrido por terceros; no es suficiente por lo
tanto la simple ejecucin de la actividad engaadora. Como son
posibles etapas o momentos distintos de ejecucin, el delito es
susceptible de tentativa y de frustracin.

Obtencin fraudulenta de determinadas prestaciones


175. CARACTERES DEL DELITO

El art. 470 N 8 dispone que se aplicarn las penas sealadas en


el art. 467 A los que fraudulentamente obtuvieren del Fisco, de las
Municipalidades, de las Cajas de Previsin y de las instituciones
centralizadas o descentralizadas del Estado, prestaciones improceden-
tes, tales como remuneraciones, bonificaciones, subsidios, pen-
siones, jubilaciones, asignaciones, devoluciones o imputaciones
indebidas. Este nmero se incorpor muy posteriormente a la
promulgacin del Cdigo, en el ao 1980, para sancionar penal-
mente una serie de operaciones que se realizaron con demasiada
frecuencia en la vida nacional y que llegaron a perjudicar en
esa poca los sistemas de previsin, principalmente mediante
el cobro indebido de ciertos beneficios.

128
Etcheberry, D.P., t. II, p. 417. En contra Labatut, D.P., t. II, p. 248, que
respalda su criterio con el art. 2260 inc. 3 del C.C.

366
DE LAS DEFRAUDACIONES

Este delito de estafa afecta a la administracin pblica, pues


no es el patrimonio de los particulares el que resulta general-
mente afectado, sino los recursos del Estado, sean econmicos
o de prestacin de servicios (por ejemplo, atenciones mdicas);
no obstante, el legislador ubic esta figura como una forma es-
pecial de estafar. En el hecho hay en la actualidad un conjunto
de leyes especiales que se han preocupado de reprimir esta
clase de actos que han convertido esta norma en subsidiaria,
aplicable en ausencia de un precepto especial preferente.
El tipo objetivo se conforma por una actividad engaosa lleva-
da a cabo para obtener una prestacin determinada, por lo tanto
debe desarrollarse una dinmica mendaz cuya meta es inducir a
error a ciertas instituciones estatales. De modo que percibir una
prestacin por simples errores, sea de la autoridad o del particu-
lar que la recibe, es insuficiente para constituir el delito porque
es el fraude la razn fundamental de ser del mismo.
El objeto material de la accin es una prestacin, o sea una sub-
vencin, auxilio o beneficio econmico, o la obtencin de un ser-
vicio al que no se tiene derecho, como puede ser una asignacin
familiar por una carga que no existe, una jubilacin sin que se
tengan los presupuestos requeridos al efecto, atenciones mdicas
indebidas y dems situaciones semejantes. En el N 8 el legislador
hizo una enumeracin, pero slo por va ejemplar menciona a
las remuneraciones, bonificaciones, subsidios, pensiones, jubila-
ciones, asignaciones, devoluciones o imputaciones.
Todas estas prestaciones deben tener una caracterstica co-
mn: ser indebidas. Indebido significa que los beneficiados con
esas prestaciones no han de tener derecho a las mismas o, por lo
menos, a la modalidad conforme a las cuales las percibieron.
El sujeto activo puede ser cualquiera persona, pero el pasivo
debe necesariamente ser alguna de las distintas instituciones que
taxativamente enumera el precepto legal. Los servicios son el
Fisco, las municipalidades, las cajas de previsin y las instituciones cen-
tralizadas y descentralizadas del Estado. De suerte que otro tipo de
instituciones, como las Administradoras de Fondos de Pensiones
actualmente existentes, creadas por el D.L. N 3.500, no quedan
abarcadas por el referido texto, y los fraudes de que puedan ser
objeto han de examinarse conforme a los tipos penales sealados
en los arts. 468 y 473.

367
DERECHO PENAL

Tipo residual de estafa


176. ANTECEDENTES Y NOCIN DEL DELITO

En los comentarios a los preceptos del Cdigo espaol de 1848,


Pacheco sealaba que la idea de engao es sumamente ml-
tiple, y hasta cierto punto vaga: no solo poda ser, sino era lo
probable, que no hubiese previsto la ley todas las diferencias,
todas las categoras que en la misma eran posibles,129 expli-
cando y justificando de ese modo la existencia del art. 459 de
esa codificacin, que sirvi de fuente del art. 473 del texto
nacional.
El art. 473 expresa: El que defraudare o perjudicare a otro
usando de cualquier engao que no se halle expresado en los artculos
anteriores de este prrafo, ser castigado con presidio o relega-
cin menores en sus grados mnimos y multa de once a veinte
unidades tributarias mensuales.
El carcter residual del tipo penal descrito en el precepto
transcrito seala desde luego su naturaleza subsidiaria: usando
de cualquier otro engao que no se halle expresado, de modo que
a falta de una descripcin especfica, si el ardid empleado para
lesionar patrimonialmente a una persona no cuadra con alguna
de las descripciones anteriores a la del art. 473, puede subsumir-
se en esta ltima disposicin.
De consiguiente, para que pueda operar esta disposicin
ha de cumplirse con todas las condiciones que requiere el
delito de estafa y que se precisaron al analizar el engao,130
ha de ejecutarse una maquinacin falsa que induzca a error
a la vctima, y que la incline a realizar un acto de disposicin
patrimonial que perjudique pecuniariamente a ella o a un
tercero.
La interrogante que surge es la diferencia que existe entre
este tipo penal y el descrito en el art. 468, que autores como
Etcheberry creen encontrar en la gravedad o intensidad del medio
empleado para engaar. Conforme a esta tesis, el art. 468 requie-
re necesariamente una mise en scne o ardid, en tanto que en la

129
Francisco Pacheco, op. cit., t. 3, p. 379.
130
Vase supra, prrafo N 158.

368
DE LAS DEFRAUDACIONES

estafa residual el engao no lo exigira, siempre que consista en


algo ms que una mera mentira.131
Pretender diferenciar en un plano morfolgico la nocin otros
engaos usada por el art. 473, de los engaos que se sealan como
conformadores del tipo de estafa bsica o fundamental del art. 468,
no es el camino ms aconsejable. En el art. 468 se menciona una
lnea o sentido que han de tener los engaos que pretende abarcar,
que pueden concretarse mediante una accin o una omisin, re-
curriendo a una mise en scne o a una mentira en las circunstancias
oportunamente sealadas,132 pero ello en caso alguno significa que
en la realidad de la convivencia social no existan otras alternativas
de engao en sentido o direccin distintos a los precisados en el
art. 468, los cuales se puedan llevar a la prctica a su vez con una
mise en scne o con una mentira y por ello quedan al margen del
mbito de posibilidades del referido art. 468, pero que s pueden
ser recogidos en el tipo descrito en el art. 473. Para estos efectos
son valederas las expresiones de Pacheco antes transcritas y las que
a fines del siglo pasado escribiera Fuensalida al comentar el art. 473:
pero como esta materia (haciendo referencia a los engaos) es tan
inconmensurable como la inteligencia y la perversidad humanas, no
ha podido (el legislador) decir su ltima palabra sobre ella sino en
una disposicin general que previniese todos los hechos olvidados
y mal expresados. El sealado por lo dems es el sentido que los
tribunales nacionales le han reconocido al art. 473.
La estafa residual es un tipo de resultado, para consumarse
debe causar un perjuicio de ndole patrimonial porque es un
delito contra la propiedad. El sujeto activo y el pasivo pueden
ser cualquiera persona, no deben cumplir ninguna condicin
especial. El tipo penal descrito por el art. 473 tiene las mismas
exigencias de los tipos objetivo y subjetivo que se indicaron al
comentar la estafa fundamental, o sea la reglada en el art. 468,
salvo en lo relativo a la clase de engaos de que se trata. Los que
conforman la estafa subsidiaria sea un ardid o una mentira no
han de quedar comprendidos en los descritos por el art. 468 ni

131
Etcheberry, D.P., t. II, p. 422. Este autor sostiene: Por consiguiente, tene-
mos as limitados en sus dos extremos el campo de los otros engaos: no deben llegar
a constituir un ardid, pero deben ser algo ms que una simple mentira.
132
Vase supra, N 161.

369
DERECHO PENAL

en ninguna de las disposiciones del prrafo en que se ubica el


art. 473 y que lo preceden.

177. PENALIDAD DE LA ESTAFA RESIDUAL

Es interesante precisar que la penalidad establecida para este


delito no depende de la cuanta del perjuicio causado, como
sucede con la estafa bsica, lo que evidencia que la Comisin Re-
dactora consider, respetando el criterio que tena la legislacin
espaola sobre el punto,133 que esta clase de engaos no tena la
misma gravedad o trascendencia que aquellos que describi con
minuciosidad en el art. 468 y dems disposiciones preferentes
en su aplicacin. Por ello procedi a castigarlos con una sancin
menos rigorosa; no obstante, considerando las opiniones de los
miembros Gandarillas y Fabres, que hicieron notar la variedad
de situaciones que podan adecuarse al referido tipo, estableci
penas alternativas amplias, pues en ciertos casos estim necesario
imponer una sancin de ms gravedad. Esa razn explica el esta-
blecimiento de una privativa de libertad,134 y que, en definitiva,
los otros engaos a que se refiere el art. 473 hayan sido reprimi-
dos con presidio o relegacin menores en sus grados mnimos,
ms multa.

Los fraudes por abuso de confianza


178. NOCIONES GENERALES

En el sistema nacional no existe, en realidad, un prrafo que


agrupe estos delitos. La figura que se comentar y que es la ms
representativa de aquellas que se vinculan con los abusos de
confianza, es la denominada apropiacin indebida, figura que en la
actualidad la doctrina se inclina por calificar como un atentado a

133
El Cdigo Penal de 1848 en su art. 459 lo sancionaba con una pena de
multa.
134
Comisin Redactora, acta N 100, de 5 de julio de 1872.

370
DE LAS DEFRAUDACIONES

la administracin desleal del patrimonio ajeno,135 delitos que tampo-


co han sido reglados como tales en nuestra legislacin. Ha sido
motivo de crtica la forma como se ha descrito este delito y la
ubicacin que se le ha dado; sin embargo, no deja de ser curiosa
la situacin y evolucin que ha tenido en Espaa la apropiacin
indebida, que en el Cdigo de 1822, siguiendo la influencia fran-
cesa, se trataba bajo el rubro de abusos de confianza, pero en el
de 1848 se procedi a distinguir en ella dos comportamientos,
ubicando su forma negativa (de recibir dinero o una cosa mue-
ble) entre los hurtos, y su forma positiva de apropiacin entre
las estafas. En el de 1870 se mantuvo esa situacin, y en el ao
1944, al igual que en el texto actualmente vigente, se remiti a
un prrafo separado del de las estafas, que se encuentra a conti-
nuacin de este ltimo.136
En la doctrina nacional, como se explic con anterioridad,137
se ha hecho distincin entre aquellos que se realizan mediante
engao que han sido comentados en los prrafos preceden-
tes de los fraudes que se cometen abusando de la confianza de la
vctima; no obstante lo sealado, todos ellos han sido reglados
en un nico prrafo del Cdigo Penal, el N 8 del Ttulo IX.
Por razones didcticas es conveniente respetar esta sistematiza-
cin, razn por la cual se analizarn a continuacin los delitos
de apropiacin indebida, de administracin fraudulenta y el abuso
de firma en blanco, los que se caracterizan por ser maneras de
abusar de parte del agente, de la confianza en l depositada.
Este grupo de figuras normalmente responde al incumplimiento
voluntario de obligaciones civiles, que tienen origen en actos le-
gtimos, que han vinculado a la vctima con el victimario. Esas
obligaciones incumplidas, de consiguiente, tienen origen en
relaciones civiles lcitas que suponen o estn respaldadas por
actitudes de confianza de uno de ellos (sujeto pasivo) respecto
del otro (sujeto activo), confianza a la cual falta este ltimo
causando un perjuicio en el patrimonio del primero. Este
tipo penal se dara, por va de ejemplo, cuando el mandatario
habilitado para cobrar una deuda de la que es acreedor su

135
T. S. Vives, op. cit., p. 952.
136
Bajo Fernndez, op. cit., p. 268.
137
Vase supra, prrafo N 155.

371
DERECHO PENAL

mandante, una vez recibido el pago dispone del dinero en su


propio beneficio.
No todo incumplimiento de obligaciones civiles constituye deli-
to, slo algunas situaciones excepcionales que deben estar expresa-
mente tipificadas, de manera que las restantes dan lugar nicamen-
te a las acciones civiles pertinentes, pero carecen de accin penal.

La apropiacin indebida
179. ANTECEDENTES Y CONCEPTO DEL DELITO

El delito de apropiacin indebida est ubicado en el prrafo de


las estafas y otros engaos, en el art. 470 N 1, que expresa: Las
penas del artculo 467 se aplicarn tambin:
1. A los que en perjuicio de otro se apropiaren o distrajeren
dinero, efectos o cualquiera otra cosa mueble que hubieren recibido
en depsito, comisin o administracin, o por otro ttulo que
produzca obligacin de entregarla o devolverla.
El objeto jurdico protegido por este delito es la propiedad de las
cosas muebles, aunque es indudable que no es suficiente ese bien
para respaldar la existencia de una figura como la apropiacin
indebida. Esa proteccin se presenta como ms comprensible si
se toma en cuenta que en esta forma de atentar en contra de la
propiedad concurren otras circunstancias que le dan cierta parti-
cularidad. Con la apropiacin indebida se sanciona tambin el he-
cho de que el agente infrinja la obligacin de todo deudor de mantener
su patrimonio para responder al pago de las deudas que ha contrado,
cuando queda en la imposibilidad de restituir la especie mueble
de la cual dispuso como dueo; se ha puesto en situacin de
insolvencia frente a sus acreedores, aumentando as el desvalor in-
herente a la accin de apropiarse de aquello que deba devolver.138
Se estima que esta situacin de insolvencia es la que respalda la
existencia del delito como figura independiente, y que permite a
su vez diferenciarla de una simple prisin por deudas, ya que es algo
ms que el mero incumplimiento de una obligacin civil.139

138
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 257; Bajo Fernndez, op. cit., p. 277.
139
Bajo Fernndez, op. cit., p. 277.

372
DE LAS DEFRAUDACIONES

Esta figura es calificada como la ms representativa o funda-


mental de aquellas en que la modalidad de la apropiacin de lo
ajeno tiene su antecedente en el abuso de confianza, y no en el
engao, que es la tnica de las figuras de estafa. En la apropia-
cin indebida el objeto material de la accin (dinero, efectos o
cosa mueble) se encuentra ya en manos del agente, en virtud de
un negocio jurdico vlido y preexistente; el abuso de su parte
radica en que con posterioridad se apropia unilateralmente de
ese bien e infringe la obligacin de restituirlo, causando as un
perjuicio al sujeto pasivo.140 El delito se caracteriza, entonces,
porque el agente, con voluntad unilateral, altera la tenencia legti-
ma que inicialmente tena sobre la cosa, transformndola en una
propiedad ilegtima al incorporarla dolosamente (dolo subsequens) a
su patrimonio, con clara violacin de la confianza que normal-
mente respalda esa clase de negocios o acuerdos.141 La dinmica
de este delito se desarrolla en dos estadios diferentes, el primero
formado por la entrega voluntaria que hace la vctima del dinero
o especie mueble al agente, mediante un acto legalmente vlido
que conlleva la obligacin de devolverlos en el tiempo oportu-
no, y el segundo por la apropiacin antijurdica posterior de
ese bien de parte del sujeto activo142 mediante un acto doloso
de disposicin o distraccin y del incumplimiento de la obliga-
cin jurdica de restituirlo.

180. DIFERENCIAS DE LA APROPIACIN INDEBIDA


CON EL HURTO Y LA ESTAFA

El delito de estafa se diferencia de la apropiacin indebida


porque en esta ltima figura los bienes han sido entregados al
delincuente con motivos de actos jurdicamente vlidos, perfec-
tamente legtimos (puede ser con motivo de un depsito, de un
comodato), la voluntad de apropiacin surge con posterioridad,
en tanto que en la estafa la entrega es siempre consecuencia de

140
Cfr. Creus, op. cit., t. I, p. 488.
141
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 259; T. S. Vives, op. cit., p. 952.
142
Luis Rodrguez Ramos, op. cit., t. II, p. 304.

373
DERECHO PENAL

un engao previo que induce a la vctima a realizarla.143 Adems


hay otras diferencias de orden secundario, que dicen relacin
con el objeto material de la accin, que en la estafa pueden ser
bienes muebles o inmuebles, pero en la apropiacin indebida
slo muebles.
Con el hurto las diferencias son ms problemticas, por
cuanto sectores de la doctrina han llegado a sostener que la
apropiacin indebida, por ser un tipo penal ms simple que
el hurto y la estafa, constituira el tipo bsico de los delitos de enri-
quecimiento (as Rodrguez Debesa); no obstante, existe acuerdo
en que la diferencia entre ambas figuras no debe buscarse en
el hecho de la tenencia, sino en el ttulo que respalda la tenen-
cia, toda vez que en la apropiacin indebida esos ttulos estn
precisados en la ley penal, que los limita a los que producen la
obligacin de entregar o devolver la especie. La diferencia en
este caso no depende de la posesin o tenencia legtima de la
cosa mueble en manos del agente, por cuanto en el hurto hay
alternativas lmite en que el apoderamiento recae sobre especies
muebles que estn en poder material del sujeto activo, general-
mente en los hurtos llamados de abuso de confianza (art. 447),
como se puede comprobar en los repetidos ejemplos del criado
domstico que se aduea de los objetos que le entregan para
que los limpie o del cajero que usa para s los dineros de la caja
chica a su cargo,144 que son autores de hurto, a pesar de que eran
los tenedores materiales de la cosa hurtada en el momento de
la apropiacin. De all que la diferencia debe encontrarse en el
ttulo de la tenencia y las facultades que confiere, pero no en la
naturaleza misma de la tenencia. La cosa puede ser entregada a
aquel que la reciba simplemente para que la tenga materialmen-
te, sea con el fin de que la observe (la mujer que examina en una
tienda una prenda de vestir que le pasa el vendedor) o para que
preste circunstancialmente un determinado servicio (limpiar un
jarrn de cristal que la duea de casa entrega a su empleada do-
mstica); ese ttulo de tenencia legtima no habilita al sujeto para
que ejerza respecto de la cosa ningn derecho sobre ella, salvo
cumplir una funcin determinada, pero el objeto sigue bajo la

143
Vase infra, prrafo N 158, III.
144
Muoz Conde, op. cit., pp. 255-256.

374
DE LAS DEFRAUDACIONES

custodia y posesin del dueo, de manera que si esas personas se


apropian del bien, cometen delito de hurto y no de apropiacin
indebida. No sucede otro tanto cuando el ttulo de esa entrega
es una comisin o administracin o, en general, cuando el sujeto
pasivo transfiere la custodia u otra facultad determinada sobre la
especie a quien la recibe con la obligacin de restituirla, porque
en esta alternativa adquiere el receptor deberes y derechos res-
pecto de ellos, sobre todo su custodia, de suerte que si se aduea
de la misma comete apropiacin indebida, y no hurto (entregar
un automvil al comisionista para que lo exhiba o al mecnico
para que lo repare).

181. TIPO OBJETIVO

El delito de apropiacin es una figura especial, por cuanto slo


puede darse cuando el agente se encuentra en una situacin de-
terminada respecto de la vctima. Ambos han de estar vinculados
por una relacin jurdica legtima145 anterior, que puede consistir
en un depsito, comisin o administracin, o cualquier otro ttulo que
produzca la obligacin de entregar o restituir una cosa mueble.
Depsito es un contrato segn el art. 2211 del C.C. que
consiste en entregar una cosa mueble a una persona, que asume
la obligacin de cuidarla y restituirla en especie. La doctrina
excluye de esta posibilidad al denominado depsito irregular, que
es aquel que recae sobre dinero que no se mantiene en una caja
sellada que impida sacarlo, a menos de violar su cierre, en estos
casos se entiende que el dinero se entrega en dominio, porque
en la prctica importa un mutuo; quedan excluidos por lo tanto
aquellos ttulos que otorgan la facultad de disponer o de apro-
piarse de las cosas entregadas.146 La comisin o administracin son
variaciones del mandato, mediante ese contrato se pueden enco-
mendar y entregar bienes muebles para determinados efectos

145
Autores como Bajo Fernndez sostienen que no es necesario que el ttulo
sea legtimo o vlido, que tambin el delito de apropiacin se puede dar cuando
se trata de una vinculacin ilegtima, como la obligacin de devolver una especie
que le ha depositado aquel que la haba hurtado previamente (op. cit., p. 283).
146
Creus, op. cit., t. I, p. 489.

375
DERECHO PENAL

con la obligacin de restituirlos. El depsito y el mandato son


modalidades de las relaciones posibles que deben servir de ttulo
para estos efectos, porque como bien seala el art. 470, cualquier
otro ttulo que produzca la obligacin de entregarla o devolverla (la cosa
de que se trate), puede ser hbil al efecto, de manera que este
cualquier otro ttulo a que alude el artculo en el hecho pasa a
constituir la regla general.
El ttulo, de consiguiente, ha de ser el creador de la obliga-
cin de restituir la especie que se entrega; esta ltima obligacin
la de restituir no puede desprenderse de la entrega misma, o
tener en ella su fundamento, o en una circunstancia posterior.
Pueden ser autores de este delito slo aquellos que recibieron
materialmente el bien mueble y que contraen la obligacin de
entregarlo o restituirlo precisamente en mrito del ttulo por el
cual lo recibieron, y no de otro diferente.147
Si se entrega la especie por un ttulo distinto a los sealados,
y el que la recibe se apropia de ella, no incurre en el delito en
estudio. Podr configurarse una estafa, situacin que se presenta,
por ejemplo, cuando un sujeto indebidamente cobra el crdito
de un tercero y se queda con la suma que se le paga.148
La recepcin de la cosa mueble por el agente debe ser es-
pontnea, libremente realizada por quien hace la entrega, pues
si la lleva a cabo engaado por aqul, podr haber delito de estafa,
pero no apropiacin indebida.
El agente debe recibir la cosa como mero tenedor, un ttulo
traslaticio de dominio no puede dar origen a una apropiacin in-
debida.149 De otro lado, si el bien ya se encontraba bajo el poder
del sujeto activo, y con posterioridad se altera el dominio que se
tiene sobre l, que pasa a un tercero, a quien el tenedor no se
la entrega, ese tenedor no comete delito de apropiacin porque
no ha recibido previamente del nuevo propietario la cosa con la
obligacin de devolverla; con este propietario no est vinculado
por ningn ttulo. A su vez, el que sin haberla obtenido del pro-
pietario vende una especie ajena y luego de recibido el precio se

147
Cfr. Araceli Majon-Cabeza Olmedo, Nuevo enfoque de la apropiacin indebida,
Madrid, 1988, p. 99.
148
Ibdem, p. 490.
149
Sergio Politoff L., Apropiacin indebida, Stgo., 1957, p. 114.

376
DE LAS DEFRAUDACIONES

niega a entregarlo al primitivo dueo, no comete apropiacin


indebida porque tampoco ha recibido la especie con la obliga-
cin de devolverla.
Los ttulos pueden ser distintos y de cualquiera clase, como un
comodato, un usufructo, la agencia oficiosa, y muchos otros, de suer-
te que para determinar si ha habido apropiacin indebida han de
examinarse la naturaleza y circunstancias del mismo, porque como
sucede en el mutuo de dinero, siempre la cantidad entregada se hace
a ttulo de dominio, pero con obligacin de restituir otro tanto.
La entrega de la especie debe ser a ttulo de mera tenencia, en el
sentido antes indicado, pues si se recibe a ttulo traslaticio de
dominio y sin obligacin de restituir, quien la recibe no puede
apropiarse de ella porque la especie ya se ha incorporado a su
patrimonio.150 En atencin a lo sealado que la entrega debe
conferir una mera tenencia no puede hablarse de posesin de
la cosa de parte del receptor de ella,151 como lo hace la doctrina
extranjera, por cuanto en nuestro sistema la posesin supone el
nimo rem sibi habendi (de seor y dueo), de manera que los t-
tulos que confieren la posesin no dan lugar al delito en estudio,
porque en esos casos no se reconoce el dominio ajeno del bien
entregado y, siendo as, tampoco es posible con posterioridad
apropiarse de ese bien que ya se estima como propio.
Dndose la relacin jurdica de recibir una cosa mueble con la
obligacin de devolverla, para que el tipo objetivo se cumpla se re-
quiere la concurrencia de varios elementos:
a) Que el agente realice la conducta descrita en el art. 470, o
sea se apropie o distraiga lo recibido en virtud del ttulo respecti-
vo, lo que es posible cumplir conforme a dos modalidades, una
activa, disponiendo del bien, y la otra pasiva, desconociendo la entrega.
Es efectivo que el art. 470 no hace la referida distincin, sino
que alude a apropiarse o distraer lo recibido, pero la doctrina
est mayoritariamente de acuerdo en el sentido de que estas l-
timas formas verbales son normativamente sinnimas. En efecto,
distraer significa dar a una cosa un uso distinto al determinado,
emplearla para un fin diferente al acordado, pero sucede que

150
Sergio Politoff L., Apropiacin indebida, Stgo., 1957, p. 114.
151
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 450.

377
DERECHO PENAL

no hay distraccin sin apropiacin, pues importa disponer de la


cosa como propia.152 El nimo del agente de recuperar despus
la especie para devolverla, que podra mediar en la distraccin,
en nada hace variar la situacin de haber previamente dispuesto
de ella como seor y dueo.153 No obstante hay sobre este punto
opiniones en sentido diverso al sealado.154
La doctrina est de acuerdo en que negar el hecho de haber reci-
bido la especie, es un acto de apropiacin, a menos que esa actitud
se deba efectivamente a un error del sujeto activo. Lo normal es
que aquel que con voluntad de apropiarse de la especie niega
haberla recibido, incurre desde luego en un acto de disposicin
inherente al dominio.155
El incumplimiento de la obligacin de entregar o restituir
las especies recibidas es lo que importa el abuso de confianza que
caracteriza a esta figura. No se trata de faltar a la confianza perso-
nal que se puede tener en una persona concreta y determinada,
sin perjuicio de los casos excepcionales en que eso puede suce-
der, sino de la confianza que es consecuencia de las relaciones
jurdico-patrimoniales que se crean en la vida social, donde el de-
positante de un banco, por ejemplo, confa, por la naturaleza del
sistema, de que esa institucin financiera le devolver su dinero
en el momento oportuno. En la apropiacin indebida se viola,
se quebranta esa confianza, lo que a su vez no debe confundirse
con el simple incumplimiento de una obligacin civil, que va
supuesto en este delito, porque no siempre todo incumplimiento
conforma un ilcito penal. Los simples incumplimientos no con-
forman el tipo penal, a menos de mediar dolo de defraudar, que
comprende a su vez la voluntad de apropiarse ilegtimamente de
lo ajeno y de lesionar el patrimonio de un tercero. En otros tr-
minos, constituyen delito nicamente los actos realizados abusi-
vamente, en que ha habido un aprovechamiento de la confianza
depositada en el agente, y no los meros incumplimientos.
b) El objeto material de la accin. La accin de apropiacin, con-
forme la exigencia del art. 470 N 1, debe recaer necesariamente

152
Bajo Fernndez, op. cit., p. 279.
153
Politoff, op. cit., p. 232; Labatut, D.P., t. II, p. 253.
154
As T. S. Vives, op. cit., p. 957; Etcheberry, D.P., t. II, p. 425.
155
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 279; T. S. Vives, op. cit., p. 957.

378
DE LAS DEFRAUDACIONES

sobre dinero, efectos o cualquier otra cosa mueble; quedan marginados


los inmuebles, que sin embargo pueden ser objeto de estafa o
usurpacin, segn los casos. La expresin dinero en cuanto a su
alcance no ofrece dudas, salvo respecto de su naturaleza fungi-
ble. Por efectos se entienden los valores mobiliarios, como bonos,
acciones, cheques, letras de cambio y anlogos, y que algunos
comprenden en el concepto de ttulos valores.156 La enumeracin
es enunciativa, porque el delito tiene como objeto material cual-
quier bien mueble, y eso es lo que constituye la regla general.
El objeto material plantea controversia cuando se trata de co-
sas fungibles o consumibles, que necesariamente entran al dominio
de quien las recibe, porque lo que se conviene entre las partes es
que se haga devolucin de las cosas recibidas en igual cantidad
y calidad de lo que se entreg, a menos que esa entrega se haya
hecho en arcas o depsitos cerrados, lo que normalmente es ex-
cepcional. Es diferente, en todo caso, entregar en dominio una
cantidad de dinero que entregarla en comisin o depsito. El
comisionista recibe dinero que debe restituir a su mandante, ese
dinero no se entrega en dominio, tampoco para que disponga de
l, a diferencia de cuando se recibe una suma anloga en mutuo,
oportunidad en que la entrega tiene como objetivo que se haga
dueo de ese dinero. Si el comisionista dispone del dinero que
recibe puede incurrir en el delito de apropiacin indebida, no
as el mutuario que lo recibi para que dispusiera libremente de
l. Dependiendo del tipo o clase del ttulo que motiva la recep-
cin de la especie, de la obligacin de restituir y de la forma de
apropiacin que debe ser ilegtima, no se divisa inconveniente
para que las cosas consumibles o fungibles puedan ser objeto ma-
terial de este delito; dable es sealar que el dinero es el objeto
material de la accin delictiva ms frecuente en la apropiacin
indebida.157

156
Etcheberry, D.P., t. II, p. 427.
157
En contra Etcheberry, D.P., t. II, p. 411, para quien slo puede hablarse de
apropiacin indebida cuando el dinero se ha recibido por algn ttulo que impida
al tenedor usarlo libremente, esto es, que le prohba todo uso o le imponga un uso
determinado (D.P., t. II, p. 426).

379
DERECHO PENAL

182. EL PERJUICIO

Este delito, como la mayora de los que estn reglados en el


prrafo N 8 del Ttulo VIII, es una figura de resultado o mate-
rial, de suerte que para alcanzar la etapa de consumacin tiene
que causar en un resultado, que se traduce en el perjuicio inferido
al patrimonio del sujeto pasivo, como consecuencia del acto de
apropiacin o disposicin del agente.158 La exigencia del tipo
penal se manifiesta claramente en el art. 470 N 1 cuando ex-
presa a los que en perjuicio de otros se apropiaren. Los meros
actos de apropiacin o distraccin si bien fundamentales son
insuficientes para consumar esta figura penal, la vctima tiene
que sufrir como consecuencia de esas acciones un dao en su
patrimonio, una disminucin del mismo apreciable econmi-
camente.159 De manera que quien pretende disponer de la cosa
mueble que recibi en prenda vendindola a un tercero, que
en definitiva no la adquiere, no consuma el delito, porque a
pesar de haber actuado como dueo, con la actividad de ofre-
cerla en venta, el perjuicio no ha sido inferido an al verdade-
ro propietario de la especie. Ese comportamiento slo podra
sancionarse como tentativa.

183. EL TIPO SUBJETIVO

El tipo subjetivo en el delito de apropiacin indebida no ofrece


modalidades especiales, es suficiente que concurra el dolo, aun
el eventual, para que la figura se presente. Sin perjuicio de lo se-
alado, y atendido a que es esencial en estas figuras que el sujeto
activo se apropie de un bien mueble, tiene que actuar con el ni-
mo rem sibi abendi, o sea de seor y dueo, ya se ha sealado que
la conducta de distraer importa a su vez la de apropiarse, aunque

158
Autores como Politoff opinan en forma distinta: A nuestro entender, este
elemento (el perjuicio) es una condicin objetiva de punibilidad, vinculada en forma
mediata a la accin de apropiarse e independiente de la culpabilidad (op. cit.,
p. 225). El autor citado afirma, citando a Chauveau y Hlie, que el delito existe
desde que la restitucin es denegada o se ha vuelto imposible.
159
T. S. Vives, op. cit., p. 959.

380
DE LAS DEFRAUDACIONES

piense devolver ese bien con posterioridad.160 El nimo de de-


volucin en el futuro que pueda tener el agente en el momento
que dispone de la cosa que tiene que devolver, no modifica el
hecho de que el delito se cometi al realizar el acto de seor y
dueo, esto es al disponer como propietario del bien y afectar el
patrimonio de la vctima.
El dolo indicado debe formarse en el sujeto activo con poste-
rioridad a la recepcin legtima del bien mueble, pues como se ha
sealado con anterioridad si el sujeto activo obtuvo la entrega
por medio de un engao, esa conducta no constituye apropia-
cin indebida, sino estafa. Por lo tanto, si el agente recibi la
especie con la voluntad de apropiarse de ella y no de restituirla,
no comete apropiacin indebida, sino que delito de estafa, pues
acta con dolo antes de la recepcin, y no con posterioridad a
sta, como lo exige la figura en estudio.
En el sistema nacional no se exige que el agente acte con ni-
mo de lucro, es suficiente la voluntad de apropiacin, si bien amplios
sectores de la doctrina afirman que el referido nimo va implcito
en la nocin ms amplia que importa el nimo de apropiacin.161
En Espaa mayoritariamente se considera que el nimo de lucro
es exigible en la apropiacin indebida, aunque el art. 248 del
Cdigo de ese pas no hace referencia expresa al mismo.
El tipo subjetivo no se da si el acto de apropiacin del agente
se produce porque incurre en un error. Eso sucede si cree ejercer le-
gtimamente un derecho sobre el bien mueble (art. 10 N 10) o
cuando cree ejercer vlidamente el derecho legal de retencin, como
ocurre entre otros casos con el poseedor vencido para asegurar
el pago de las mejoras que se le deben, a quien el art. 914 del C.C.
permite retener las cosas que debe restituir hasta que se verifique
la cancelacin. En este ltimo evento, o sea cuando se trata del
ejercicio del derecho legal de retencin, se est ante un caso de
atipicidad, porque se retiene la cosa en prenda, y no con nimo
de apropiacin,162 en esta hiptesis hay ausencia de dolo.

160
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 261.
161
Politoff, op. cit., p. 215.
162
Bajo Fernndez, op. cit., p. 290.

381
DERECHO PENAL

184. LA PENALIDAD DEL DELITO

La sancin que corresponde al delito de apropiacin indebida est


sealada en el art. 467, disposicin a la que se remite el art. 470,
que establece las penas de presidio menor y multa sealados para
el delito de entrega fraudulenta, las que fueron indicadas al co-
mentar ese tipo penal, y cuya gravedad como se recordar se de-
termina por el valor que tengan las especies apropiadas, siempre
que ste exceda al de una unidad tributaria mensual. Si el valor
de la especie no supera el monto recin indicado, el hecho debe
sancionarse como delito falta con la pena establecida en el art. 494
N 19, o sea una multa cuyo monto es de una a cuatro unidades
tributarias mensuales.

El delito de administracin fraudulenta


185. CONCEPTOS GENERALES

En el Cdigo Penal hay tres disposiciones en el prrafo de las es-


tafas y otros engaos que describen comportamientos prohibidos
bajo conminacin de pena, que dicen relacin con la administra-
cin fraudulenta. Se trata de los arts. 469 Nos 3 y 4 y 470 N 2. En
estas disposiciones se reglan delitos que afectan a los comisionistas
y a los capitanes de buques, si bien han perdido trascendencia en la
actualidad porque las actividades respectivas han variado consi-
derablemente en sus formalidades y circunstancias, en su poca
fueron objeto de amplia discusin en la Comisin Redactora,
que los vincul con normas del Cdigo de Comercio.163
El art. 469 describe distintos comportamientos constitutivos de
engaos o abusos de confianza, que se consideran de ms gravedad
que los restantes y, por ello, se les impone el mximo de las respec-
tivas sanciones sealadas en el art. 467, que como se ha precisado
en los prrafos anteriores se determina atendiendo al monto de las
especies o cantidades defraudadas. En el art. 470 se aplica la sancin
establecida para la estafa bsica o fundamental, sin agravarla.

163
Consltese la sesin N 100, de 5 de julio de 1872, de la Comisin Redac-
tora, con las intervenciones de los miembros Renjifo y Fabres.

382
DE LAS DEFRAUDACIONES

En seguida se analizar cada uno de los tipos que se descri-


ben en los dos artculos citados.

186. MALA ADMINISTRACIN DEL COMISIONISTA

Es el art. 469 N 3 el que se ocupa de este delito, en los siguientes


trminos: Se impondr respectivamente el mximum de las penas
sealadas en el artculo 467:
3 A los comisionistas que cometieren defraudacin alterando
en sus cuentas los precios o las condiciones de los contratos, supo-
niendo gastos o exagerando los que hubieren hecho.
Esta figura penal es una modalidad de la apropiacin indebida,
pues la conducta que la conforma importa un abuso de confianza,
y si bien el agente recurre a medios engaosos la alteracin
de las cuentas no los emplea para cometer el delito, sino para
ocultarlo.

187. EL TIPO OBJETIVO

La accin descrita se desprende de la locucin cometieren de-


fraudacin, lo que significa que tiene que haber apropiacin de
valores o especies ajenas en perjuicio de un tercero. De manera
que el comportamiento prohibido es el mismo que se ha sea-
lado para efectos de la apropiacin indebida, disponer como
dueo de aquello que se ha recibido por cuenta del mandante o
de parte de ste con la obligacin de restituirlo.
Lo comentado se desprende de la naturaleza de la actividad
inherente a una comisin mercantil, que es un contrato intuito
personae164 que motiva a su vez una rendicin de cuentas. La dis-
posicin no lo dice expresamente, pero en la Comisin Redac-
tora se dej expresa constancia del referido alcance al momento
de la discusin del precepto: El acto criminal, en su concepto
dijo el seor Fabres, nace de la defraudacin que se causa
con la cuenta falsa, no de su sola presentacin a que no se sigue

164
Cfr. Pedro Davis, El delito de estafa, Santiago, 1942, p. 135.

383
DERECHO PENAL

pago; en el acta se agreg: de modo que slo se comprende el


caso en que haya llegado a percibirse el valor de la cuenta falsa
o adulterada165 y se complementa con el comentario que hizo
Fuensalida, uno de los primeros estudiosos del Cdigo, el siglo
pasado: Estos nmeros dan una sancin penal a los preceptos de
los arts. 480 y 913 del Cdigo de Comercio que califica de hurto
con falsedad a todos los hechos que los nmeros indican y que
son en realidad verdaderas estafas con la circunstancia agravante
del abuso de confianza.166 Los artculos citados del Cdigo de
Comercio no estn vigentes con esa numeracin, pero no cabe
duda de que el primero de ellos alude al actual art. 280.
El tipo penal es especial, requiere de un sujeto que cumpla con
la condicin de ser comisionista, en el sentido que tiene para los
efectos penales, o sea de mandatario comercial, que supone a
su vez un sujeto pasivo como mandante, que es lesionado en su
patrimonio por la actividad de ese comisionista, quien se apropia
de los bienes que administra, y oculta o disimula esa actividad
con cuentas falsas o adulteradas. Aqu existe, de consiguiente,
un abuso de la confianza que el mandante tuvo en el comisionista,
y adems un engao, pues la cuenta falsa o adulterada constituye
un ardid para disimular u ocultar la apropiacin indebida.
El comportamiento prohibido es complejo, est integrado
por dos actos distintos: una apropiacin primero y luego una rendi-
cin de cuenta maosa. Esta ltima puede adoptar las siguientes
modalidades: a) alterando los precios de las cosas o las condiciones
de los contratos, b) suponiendo gastos que no se efectuaron y
c) exagerando los gastos que realmente se hicieron. No exige el
art. 469 que se trate de un conjunto de actos, es suficiente que
el delito se refiera al acto o a las gestiones que queden compren-
didos en una comisin encargada a un tercero, son los trminos
de la comisin los que precisarn el o los actos que comprenden,
que a su vez determinarn la administracin y su naturaleza
fraudulenta.167

165
Acta N 100 de la Comisin Redactora, de 5 de julio de 1872.
166
Fuensalida, op. cit., t. 3, p. 219.
167
Autores como Etcheberry piensan que debe tratarse de un conjunto de
actos de administracin realizados en cumplimiento de un mandato, pero no se di-
visan en la disposicin elementos que insinen tal exigencia (D.P., t. II, p. 436).

384
DE LAS DEFRAUDACIONES

188. EL TIPO SUBJETIVO

Subjetivamente la administracin fraudulenta del comisionista


exige dolo tanto para los efectos de la apropiacin como para la
rendicin de cuenta posterior necesaria para que este tipo espe-
cial se presente. El dolo de la rendicin falsa de cuenta debe ser
directo, el eventual queda descartado, puesto que la naturaleza
del tipo hace necesaria una voluntad dirigida a engaar al man-
dante, un error en la presentacin, el desorden con que se haga
la misma, son insuficientes para configurar el elemento subjetivo
tpico.

189. CONSUMACIN DEL DELITO

La administracin fraudulenta es una figura material, de resulta-


do, de manera que para su consumacin se exige que se cause
un perjuicio econmico en el patrimonio del sujeto pasivo. Se
sanciona al comisionista que cometiere defraudacin, y esta exige
un perjuicio en la vctima, en tanto el mismo no se produzca la
rendicin de cuenta falsa por s sola no configura el delito en
estudio. Son posibles la tentativa y la frustracin.

190. CONCURSOS Y PENALIDAD

Esta figura puede concurrir con la estafa y la apropiacin inde-


bida, pero por el principio de la especialidad, preferir en su
aplicacin a aqullas, ms aun cuando constituye un tipo agra-
vado, porque debe castigarse con el mximo de la sancin que
establece el art. 467 dentro de la escala respectiva, que se regula
conforme a la cuanta de lo defraudado.

191. ADMINISTRACIN FRAUDULENTA DEL CAPITN


DE BUQUE

El art. 469 N 4 expresa: Se impondr respectivamente el mxi-


mum de las penas sealadas en el artculo 467:

385
DERECHO PENAL

A los capitanes de buques que defrauden suponiendo gastos o


exagerando los que hubieren hecho, o cometiendo cualquiera
otro fraude en sus cuentas.
Esta defraudacin es un tipo agravado y especial, pues el su-
jeto activo tiene que ser necesariamente un capitn de buque, que
comete una defraudacin en contra de su mandante, que es el
naviero, causndole un perjuicio de naturaleza econmica en
su patrimonio. Cualquier otro sujeto que defraude y altere las
cuentas v. gr., el contramaestre, el piloto no comete el delito
en comentario. Conforme al art. 905 del Cdigo de Comercio,
El capitn es el jefe superior de la nave encargado de su gobierno y
direccin y est investido de la autoridad, atribuciones y obligacio-
nes que se indican en este Cdigo y en las dems normas legales
relativas al capitn.
Todo lo que se expres en el prrafo precedente en relacin
a la administracin fraudulenta de los comisionistas es aplicable
a la que le corresponde al capitn de buque, de modo que se da
por reproducido para estos efectos. Aparte de lo sealado, debe
recordarse que tal como se expres en esa oportunidad, el capi-
tn tiene que incurrir en apropiacin de bienes determinados,
en forma previa o coetnea a la rendicin de la cuenta; adems
de las alternativas que se indicaron para falsear la cuenta que
se debe rendir en el caso de los comisionistas (alterar el precio
o condiciones de los contratos, suponer gastos o exagerar los
mismos), el capitn puede emplear otra clase de engaos al
hacerlo, porque la disposicin alude a cualquier otro fraude, la
forma de comisin del hecho est concebida con mucha ms
amplitud.
El tipo subjetivo lo conforma el dolo directo, la manera de
operar exige un conocimiento y una voluntad de abusar y de
querer perjudicar, lo que descarta el dolo eventual. El dolo debe
mediar tanto en la realizacin de actos de disposicin como
cuando se presenta la cuenta mentirosa.

192. ABUSOS DE CONFIANZA DEL CAPITN DE BUQUE


NO AGRAVADOS

El Cdigo Penal en el art. 470 N 2 se ocupa de sancionar compor-


tamientos del capitn de buque que, al margen de aquellos que

386
DE LAS DEFRAUDACIONES

se traducen en una rendicin de cuenta mendaz que recin se ha


comentado, conforman delitos de abuso de confianza no agravados.
En la disposicin citada tales conductas son reprimidas con las pe-
nas generales previstas para las estafas y apropiaciones indebidas.
La referida disposicin expresa lo siguiente: Las penas del
artculo 467 se aplicarn tambin:
2. A los capitanes de buques que, fuera de los casos y sin las
solemnidades prevenidas por la ley, vendieren dichos buques,
tomaren dinero a la gruesa sobre su casco y quilla, giraren letras a
cargo del naviero, enajenaren mercaderas o vituallas o tomaren
provisiones pertenecientes a los pasajeros.
Los capitanes tenan en el pasado un conjunto de facultades
que les permitan realizar ciertas operaciones, aun vender la
nave, siempre que cumplieran con determinadas solemnidades.
En la actualidad esas facultades han sido replanteadas y adapta-
das a las circunstancias y al progreso alcanzado por los medios
de comunicacin y de transporte.
El delito que aqu se describe deba relacionarse con el art. 913
del Cdigo de Comercio en su texto primitivo, donde se castiga-
ban como delito de hurto las acciones que se describen en el N 2
transcrito,168 figura que se denominaba baratera martima o baratera
del capitn.169 Esa normativa fue reemplazada cuando se sustituy el
Libro III del Cdigo de Comercio por el que actualmente rige, por
mandato del art. 1 de la Ley N 18.680, de 11 de enero de 1988.
Las conductas descritas en el N 2 del art. 470 constituyen de-
fraudaciones cometidas abusando el capitn de las atribuciones
que le reconoce la ley y de la confianza que en el ejercicio de
su funcin han tenido los armadores. Las ventas, tomar dinero
a la gruesa y girar letras debe hacerlo el capitn en representa-
cin o a nombre de sus mandantes o como jefe del buque para
que el tipo penal se presente, lo que suceder siempre que tales
acciones causen perjuicio, pues se trata de un delito material o
de resultado donde se han de perjudicar los intereses de ndole
pecuniario de la vctima. En la ejecucin del delito el capitn no
necesita recurrir a ninguna maquinacin o ardid, como sucede
en la estafa, porque las especies estn en su poder y se les ha con-

168
Pedro Davis, op. cit., p. 138.
169
Etcheberry, D.P., t. II, p. 438.

387
DERECHO PENAL

fiado para que las administre o mantenga, es la violacin de los


deberes que le corresponden por su condicin de administrador
la que da origen al delito.
La situacin es distinta si el capitn vende la nave a nombre pro-
pio, o en su beneficio y por su cuenta se apodera de las mercaderas,
pues esos hechos constituirn el delito de apropiacin indebida en
el primer caso y el de hurto en el segundo,170 en estas hiptesis el
capitn ha actuado al margen de las funciones que como mandata-
rio administrador le corresponden, no se ha extralimitado de ellas
como sucede en la otra alternativa, sino que las ha ignorado.
El tipo subjetivo, en atencin a las caractersticas de las accio-
nes descritas, exige dolo directo.

Abusar de firma en blanco


193. CONCEPTO DEL DELITO

Esta figura es otro caso de fraude por abuso de confianza, esa es


su caracterstica.
El Cdigo Penal en el art. 470 N 3 describe el delito: Las
penas del artculo 467 se aplicarn tambin:
A los que cometieren alguna defraudacin abusando de firma
de otro en blanco y extendiendo con ella algn documento en per-
juicio del mismo o de un tercero.
Hay autores que consideran que se trata de una figura mixta,
donde adems del abuso de confianza (determinado por el uso
indebido de la firma de la vctima), interviene el engao inhe-
rente a la estafa, que provoca el error en que incurre el tercero
que en mrito del documento hace la prestacin causadora del
perjuicio. No obstante, es opinin mayoritaria que el fundamen-
to de la figura radica en el abuso de la confianza depositada en
quien se hace cargo del documento firmado, pero no escritura-
do. Se pens tambin (Groizard) que era dudosa la consagracin
de este delito, por cuanto entregar un papel firmado a otra per-
sona importaba un acto de ingenuidad o temeridad, ms que de
confianza, que haca discutible su proteccin por la ley penal.

170
Etcheberry, D.P., t. II, p. 438.

388
DE LAS DEFRAUDACIONES

Por documento firmado en blanco ha de entenderse un plie-


go firmado y entregado por el firmante con el fin de que sea
llenado con declaraciones, de las cuales la firma es anticipada
ratificacin.171 El pliego puede estar totalmente en blanco o
parcialmente extendido, dejando en blanco algunos espacios,
como ser la cantidad a que asciende el reconocimiento de deuda
que se hace, o la oportunidad en que ser cancelada o cualquiera
otra, que deba ser llenada por la persona que recibe el docu-
mento conforme a las instrucciones que se le impartan, lo que
constituye un verdadero mandato al tenedor. De manera que el
pliego firmado puede ser entregado para que en l se extienda
en su integridad un documento previamente acordado, o para
que se complete el que ya ha sido en parte escrito.172 Esta firma
y entrega al tenedor debe ser voluntaria de parte de quien lo
suscribe, voluntariedad que se extiende no slo a la firma, sino al
contenido que ha de tener. Si se emplea violencia o intimidacin
para lograrlo, el hecho constituye extorsin (art. 438); si la firma
se obtiene con engao, el delito se desplaza a la figura de estafa,
sancionada en el art. 470 N 4.
No constituye documento firmado en blanco aquel que estan-
do escrito con todos los enunciados que se haban determinado
por el suscriptor, tiene espacios en blanco que son aprovechados
por el tenedor para intercalar declaraciones que en l no se ha-
ban hecho, pues esto constituye falsificacin (arts. 193 y siguien-
tes). Tampoco lo es el documento firmado en blanco pero entre-
gado en custodia a un tercero, sin mandato para llenarlo.173
El documento firmado en blanco puede ser pblico o privado,
el art. 470 N 3 no hace distincin respecto de la naturaleza del
mismo.

194. LA CONDUCTA PROHIBIDA

El comportamiento tpico es abusar de un documento firmado


en blanco; para que ello suceda el sujeto activo tiene que ser

171
Soler, op. cit., t. IV, p. 388.
172
Ricardo Nez, op. cit., t. V, p. 336.
173
Cfr. Creus, op. cit., p. 495.

389
DERECHO PENAL

especial. Debe tratarse de una persona a la cual el suscriptor del


pliego se lo entrega con instrucciones determinadas sobre la
forma de llenarlo; la entrega, adems de la firma, han de ser
voluntarias. Por lo tanto, si un tercero que sustrajo el documen-
to, o que lo encontr es, quien lo llena, no comete abuso de
firma en blanco porque no le ha sido confiado, no ha recibido
un mandato sobre la forma de usarlo, sin perjuicio de que su
accin sea delictiva; en ciertos casos podra constituir estafa.
Es insuficiente que el tenedor del documento se limite a
no cumplir el mandato de cmo extender o completar el do-
cumento, o que no lo haga exactamente de la manera como
esperaba el suscriptor, porque el tipo exige ms que eso, es
necesario que el tenedor abuse de la confianza en l depositada,
y esto importa la concurrencia de dos condiciones: primera-
mente que no se respeten las instrucciones impartidas por el
firmante o el espritu de ellas y, adems, como segunda condi-
cin, que el documento en la forma de como se llen irrogue
un perjuicio para aqul o para un tercero. De modo que el
abuso importa que el tenedor del documento, junto con no
cumplir la voluntad del suscriptor en cuanto a su escrituracin,
lo llene en forma que cause perjuicio. El delito no consiste en
una conducta omisiva del tenedor, sino en un comportamiento
activo que cause un perjuicio. El perjuicio es necesario porque
el delito es defraudar a otro, es causar un menoscabo valorable
econmicamente.

195. EL PERJUICIO

El abuso de firma en blanco no es un delito de peligro, es un


delito de resultado, se consuma nicamente cuando se ha causado
un perjuicio, perjuicio que debe afectar realmente al patrimonio
de la vctima o al de un tercero; en este ltimo caso siempre que
el signatario tenga poder para obligarlo.174 El abuso de firma en
blanco es punible conforme al tipo en estudio nicamente cuan-
do con l se defrauda a otro, y ya se ha precisado que defraudar
es perjudicar mediante el engao o el abuso de confianza. El

174
Ricardo Nez, op. cit., t. V, p. 337.

390
DE LAS DEFRAUDACIONES

perjuicio puede derivarse del documento mismo o del uso que


el tenedor haga de l.175
El perjuicio, de consiguiente, es determinante para la con-
sumacin del delito, y en ciertos casos aun para su existencia.
Agregar una clusula compensatoria no acordada por el suscriptor,
pero que corresponde a la realidad, no configurara este delito.
Por ejemplo, extender un recibo en un documento en blanco
para probar un pago efectivamente realizado al suscriptor del
documento, aunque no se haya entregado para ese objetivo, no
constituira abuso punible, porque no habra perjuicio176 para
quien aparece suscribindolo.
Como es un delito material, son posibles las etapas imperfec-
tas de tentativa y frustracin.

Tipos especiales descritos en el prrafo de las estafas


y otros engaos
196. GENERALIDADES

El legislador nacional, siguiendo la tradicin de la legislacin


espaola de la poca, incorpor en el prrafo De las estafas y
otros engaos, varias figuras que presentan dudosa relacin
con los que se enuncian en el subttulo y que algunos autores
denominan fraudes impropios, porque en ellos no se presentaran
los elementos tpicos inherentes a las referidas figuras, o sea el
engao y el abuso de confianza.177 En verdad son figuras anmalas
cuya ubicacin dentro del esquema del Cdigo nacional no
era fcil, lo que seguramente inclin a la Comisin Redactora
a mantenerlos entre los delitos contra la propiedad y darles la
ubicacin tradicional. Se trata de la supresin de documento para
defraudar, la celebracin de contratos simulados, la destruccin del bien
embargado y el denominado hurto de posesin.

175
Creus, op. cit., p. 495.
176
Creus, op. cit., p. 496.
177
Etcheberry, D.P., t. II, p. 440.

391
DERECHO PENAL

Supresin de documento para defraudar


197. DESCRIPCIN DEL DELITO

El art. 470 N 5 da la siguiente nocin de esta figura: Las penas


del artculo 467 se aplicarn tambin:
A los que cometieren defraudaciones sustrayendo, ocultando, des-
truyendo o inutilizando en todo o en parte algn proceso, expediente,
documento u otro papel de cualquiera clase.
Se ha criticado esta disposicin porque en ella se estaran
sancionando acciones propias del delito de hurto (sustraccin)
o del delito de daos (destruyendo); sin embargo, el precepto
reprime en forma especial el comportamiento de defraudar, de
engaar a otro para perjudicarlo en su patrimonio. En eso
consiste el delito, que es un tipo de resultado y no de mera
actividad.

198. LA CONDUCTA TPICA

El comportamiento castigado es el de defraudar, nocin que se


ha explicado al hacer referencia a la estafa y que consiste, en
breve, en perjudicar el patrimonio ajeno mediante el engao o
el abuso de confianza. El engao estara constituido por hacer
desaparecer un elemento importante normalmente un medio
de prueba que causa en el patrimonio de la vctima un menos-
cabo en el mbito pecuniario.
Las modalidades de la accin estn descritas estrictamente:
sustraer, ocultar y destruir o inutilizar. La sustraccin requiere de un
sujeto que no tiene en su poder el documento, sino que lo obtie-
ne subrepticia o clandestinamente del lugar donde se encuentra,
en tanto que su ocultacin supone que aquel que tiene a su car-
go o posee un documento lo esconde respecto de los terceros.
Destruir un documento es romperlo, suprimirlo materialmente,
nocin distinta a inutilizarlo que ha de entenderse en el sentido
de que, como instrumento, deje de prestar la funcin o servicio
para el cual estaba destinado, as sucedera si en un pagar se
borra la cantidad a la cual corresponda, o se cercena fsicamente
parte importante de l, pueden tambin agregrsele leyendas

392
DE LAS DEFRAUDACIONES

o signos que hagan variar su sentido hacindolo intil para


los efectos que motivaron su extensin. Esas acciones pueden
constituir otro delito, pero calzan en el tipo en estudio cuando
lo perseguido es defraudar a otro; este objetivo lo distingue de
una simple falsificacin o delito de dao o de hurto, segn las
circunstancias.
El objeto material de la accin puede ser un expediente, judicial
o administrativo, la ley no ha hecho diferencia; un documento,
expresin a la que se le debe dar el alcance que se seal al
estudiar las falsedades documentales, o sea un pliego o papel
escrito que deje constancia de un evento determinado. La
disposicin agrega u otro papel de cualquier clase, locucin
no muy feliz porque de aplicarse literalmente podra ampliar
el tipo penal a lmites inadecuados; por esa razn normativa-
mente debe limitarse su alcance a los objetivos de la figura, vale
decir que hace referencia a un papel con alguna escrituracin
que sirva de elemento acreditativo de alguna circunstancia con
repercusiones de orden patrimonial. Debe ser un medio apto
para defraudar a otro recurriendo a alguna de las acciones
antes indicadas. A nuestro juicio han de descartarse las fotogra-
fas, las grabaciones y objetos semejantes, toda vez que cuando
el legislador ha querido comprenderlos ha hecho mencin
expresa a los mismos; en materia penal no corresponde hacer
interpretaciones analgicas cuando se trata de determinar el
alcance de los tipos penales.
La accin del sujeto activo debe traducirse en un perjuicio
para la vctima, y ese perjuicio debe ser un menoscabo de or-
den patrimonial, o sea evaluable pecuniariamente. En tanto
no se cause el perjuicio indicado el delito no est consumado.
Es posible que pueda quedar en etapa de tentativa o frustra-
cin.
El tipo subjetivo requiere de dolo directo, el sujeto activo tiene
que conocer los actos materiales que constituyen la accin y sa-
ber que causar un perjuicio a la vctima o a un tercero cuando
los realice, o sea subjetivamente el agente debe tener la voluntad
de defraudar, es este elemento subjetivo el que le da identidad
propia a esta figura penal.

393
DERECHO PENAL

Celebracin de contrato simulado


199. NOCIN DEL DELITO Y SUS CARACTERSTICAS
TPICAS

Al tratar las defraudaciones en particular el art. 466 inc. 2 se


comentaron las caractersticas del delito de defraudacin de los
deudores mediante el otorgamiento de un contrato simulado.
En el art. 471 N 2 se describe otra figura con identidad propia y
distinta a la antes sealada. Esta disposicin expresa: Ser casti-
gado con presidio o relegacin menores en sus grados mnimos o multa
de once a veinte unidades tributarias mensuales:
2. El que otorgare en perjuicio de otro un contrato simulado.
Se explic al analizar la defraudacin178 qu se entiende para
estos efectos por contrato simulado, y se dijo que no consista en
aparentar la celebracin de un acto jurdico, sino que realmen-
te se otorgaba un contrato, que en su contenido no revelaba la
verdadera voluntad de los intervinientes, que no han pensado ni
han querido realizar el hecho o acuerdo que en l se describe,
o porque disimula u oculta el que realmente acordaron, que es
de otra naturaleza del que aparentemente da constancia el que
suscribieron.
La conducta sancionada es otorgar el tipo de contrato antes
indicado y es suficiente que los contratantes lo extiendan y
suscriban; se entender que as sucede cuando cumple con las
formalidades inherentes a la naturaleza del pacto aparentemente
celebrado, que en ciertos casos podra ser consensual. Se ha dis-
cutido la existencia del engao en este caso, puesto que aqu no se
duda de que no hay abuso de confianza; en realidad la mentira
en cuanto al contenido del acto llevado a cabo es lo que consti-
tuye el ardid inherente a los fraudes por engao, que induce a
error a la vctima al creer que se ha realizado algo que en el he-
cho la perjudica, pero que en realidad es slo aparente (simular
que se ha vendido el bien dado en prenda o hipoteca).
Como la conducta consiste en celebrar un contrato falso, por
exigencia del tipo han de concurrir por lo menos dos personas
en la comisin del delito, pero no se trata de una coautora,

178
Vase supra, prrafo N 150.

394
DE LAS DEFRAUDACIONES

como equivocadamente algunos sealan, sino de autoras com-


plementarias y necesarias. La calidad de los sujetos que intervie-
nen en el delito marca la diferencia que existe entre este tipo
penal y el descrito en el art. 466 inc. 2; en este ltimo el sujeto
es especial, porque debe tener la calidad de deudor de aquellos
en cuyo perjuicio celebra el acto simulado, que han de ser sus
acreedores, en tanto que el delito reglado en el art. 471 N 2 es un
delito comn, que puede ser realizado por personas que no re-
quieren tener una calidad especial o particular, salvo que uno de
ellos tenga una vinculacin jurdica, en alguna forma, con el tercero al
que se pretende perjudicar con el falso contrato, pues si falta esa
relacin no se observa en qu forma podra resultar lesionado en
su patrimonio,179 como lo requiere la referida disposicin.
Mayoritariamente la doctrina estima que para que se consume
el delito, debe efectivamente causarse un perjuicio a terceros,
como sucede con buena parte de los delitos reglados en el prra-
fo 8 del Ttulo VIII en estudio.180 El perjuicio debe emanar pre-
cisamente de la celebracin del contrato simulado y ha de ser de
naturaleza econmica, o sea afectar al patrimonio de la vctima.
Si el contrato se celebra para inducir a error a un tercero para
que realice un acto de disposicin patrimonial que le causa el
perjuicio, el hecho es constitutivo de estafa y no del delito que se
analiza. Tampoco se adecua en el tipo reglado en el art. 470 N 2
la simulacin de un acto con el cual se pretende ocultar un dao
que fue inferido por una actividad diferente y anterior, lo que
puede suceder con el mandatario o apoderado que se apropia
indebidamente de dinero que tiene en administracin y luego
trata de evitar que el hecho se descubra celebrando contrato
falso para justificar el faltante.
El tipo subjetivo exige que los sujetos que celebran el con-
trato acten con dolo directo, por lo tanto requiere que los
autores no slo tengan conocimiento de la mendacidad del
contrato, sino de que con l se irrogar un perjuicio a un
tercero, porque el conocimiento debe extenderse a todos los
elementos del tipo.

179
Cfr. Creus, op. cit., p. 501.
180
Fontn Balestra, op. cit., p. 121; Soler, op. cit., t. IV, p. 393; Creus, op. cit.,
p. 501; Etcheberry, D.P., t. II, p. 443.

395
DERECHO PENAL

La penalidad del delito se distancia del sistema general que


orienta la reprensin de estos hechos, por cuanto la pena no
queda sujeta a la cuanta del perjuicio causado, sino que est
determinada para todos los casos: presidio o relegacin menores
en sus grados mnimos o multa.

Destruccin del bien objeto de un embargo


200. NOCIN DE LA FIGURA

El delito est descrito como una figura agravada en relacin a los


engaos generales sancionados en este prrafo. El art. 469 N 6
expresa: Se impondr respectivamente el mximum de las penas
sealadas en el artculo 467:
Al dueo de la cosa embargada, o a cualquier otro que, tenien-
do noticia del embargo, hubiere destruido fraudulentamente los
objetos en que se ha hecho la traba.
Este hecho se describe entre los delitos de estafa y otros en-
gaos, de modo que debe entenderse en ese marco la conducta
descrita, ms aun cuando se exige que la destruccin sea fraudulen-
ta, lo que significa que se hace con el objetivo de perjudicar en su
patrimonio precisamente al acreedor en cuyo beneficio se trab la
medida judicial. Indudablemente esa clase de acciones no puede
calificarse de engao, y no siempre importa un abuso de confianza;
pero lo que el legislador ha pretendido dejar en claro en este caso
es que no es la destruccin misma el objetivo del comportamiento,
sino el de provocar un perjuicio de carcter econmico al acreedor
empleando, como medio para llevarlo a cabo, la destruccin.
La accin tpica. Consiste en destruir una cosa embargada,
destruir es deshacer, suprimir algo y por cosa se debe entender
cualquier objeto material, porque nicamente se puede destruir
algo que tenga materialidad. La expresin cosa queda limitada,
adems, a las muebles, de suerte que quedan excluidos los inmue-
bles, por cuanto la disposicin hace alusin ms adelante a los
objetos en que se ha hecho la traba (del embargo).
Los objetos tienen que haber sido embargados, o sea existir una
resolucin judicial que los deja a disposicin del tribunal. Embargo
para estos efectos es cualquier medida judicial que retenga o limite

396
DE LAS DEFRAUDACIONES

la disposicin de un bien determinado en un proceso judicial, con


fines de garantizar el pago o cumplimiento de una obligacin. Estos
bienes constituyen el objeto material sobre el que recae la accin.
El sujeto activo puede ser el dueo de la especie como dice
el texto de la disposicin o cualquiera otra persona. El delito es
comn porque no necesita un sujeto especial; pero el sujeto pasivo
necesariamente tiene que ser el acreedor que obtuvo el embargo
del bien o bienes en cuestin.
La conducta del sujeto ha de causar un perjuicio en la vctima
de ndole econmica como sucede con todos los fraudes, en tan-
to ese perjuicio no sobrevenga el delito no se puede consumar. El
monto del menoscabo en el patrimonio sufrido por el afectado
determina la gravedad de la pena que corresponde aplicar al
autor, la cuanta del perjuicio se precisa considerando el todo
o parte del crdito que perdi su garanta. Si la deuda tena un
valor inferior al de la especie destruida, el perjuicio equivaldra
al monto de la deuda (si se embarg un vehculo que costaba
tres millones de pesos y el crdito era de un milln, el perjuicio
ser de un milln de pesos); de otro lado, si es mayor el valor del
crdito, el perjuicio queda limitado al valor de la cosa embargada
y destruida (si el valor del crdito era de cinco millones de pe-
sos y el automvil embargado costaba tres millones, el perjuicio
equivaldr a esta ltima cantidad).181
El tipo subjetivo exige dolo directo, que se extiende al cono-
cimiento de todos los elementos de la figura penal, vale decir el
agente tiene que saber que se trab el embargo, tiene que querer
destruir el objeto material sobre el cual recae la medida judicial
y, al mismo tiempo, ha de querer perjudicar al acreedor.

La sustraccin de la cosa de que se es dueo


(Furtum possessionis)
201. DESCRIPCIN DEL DELITO

El art. 471 N 1 sanciona este delito: Ser castigado con presidio


o relegacin menores en sus grados mnimos o multa de once a
veinte unidades tributarias mensuales:

181
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 441.

397
DERECHO PENAL

1. El dueo de una cosa mueble que la sustrajere de quien la


tenga legtimamente en su poder, con perjuicio de ste o de un
tercero.
La doctrina denomina a este delito como hurto de posesin. En
nuestro pas, como bien comenta Etcheberry,182 debera llamarse
hurto de tenencia. Otros autores, entre ellos Soler, lo conocen
como hurto impropio.183 La norma transcrita es una copia
textual del art. 456 N 1 del Cdigo espaol de 1848, y al decir
de Pacheco, el tipo penal gira en torno a la idea del perjuicio
inferido,184 ms que a la forma de operar.

202. EN QU CONSISTE LA ACCIN

La conducta sancionada es sustraer una cosa mueble, y la ex-


presin sustraer importa sacar clandestinamente una cosa del
mbito de custodia de quien la tiene o detenta; en el hecho es
una actividad que constituye una forma de afectar un derecho
o facultad que ejerce legtimamente el sujeto pasivo de tener
esa cosa, por ello algunos autores consideran a este delito como
la frustracin de derechos.185 En nuestro sistema no parece
compatible con la expresin sustraer empleada por la disposi-
cin, la idea de que se prive de la cosa a su tenedor por medios
engaosos;186 la conducta conlleva el uso de actividades mate-
riales y clandestinas. No debe inducir a error la descripcin
del delito, menos confundirlo con el de hurto, por su forma de
comisin, o sea por realizarse con la sustraccin material de
una cosa mueble, por cuanto el tipo penal no hace referencia
a una apropiacin lo que es inherente a la figura de hurto; en
el delito en estudio se exige sustraccin y no apropiacin. Por
lo dems, sera imposible que ello ocurriera, por cuanto el que
realiza la accin por exigencias del tipo tiene que ser el dueo
de la cosa.

182
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 441.
183
Soler, op. cit., t. IV, p. 430.
184
Pacheco, op. cit., t. 3, p. 374.
185
As Fontn Balestra, op. cit., p. 545.
186
R. Nez tiene opinin distinta y acepta ciertas hiptesis donde el autor
emplea medios no materiales para sustraer la especie (op. cit., t. V, p. 363).

398
DE LAS DEFRAUDACIONES

De manera que el hurto de posesin es un delito especial


puesto que el sujeto activo puede ser nicamente quien es
propietario del total de la especie,187 el autor del delito necesa-
riamente tiene que ser titular del derecho de dominio sobre la
integridad del objeto sustrado. El propietario de una parciali-
dad de la cosa no puede incurrir en este delito; si se apodera de
ella responder por hurto, pero no por el tipo sancionado en
el art. 471 N 1. La vctima, a su vez, ha de estar vinculada jur-
dicamente con ese bien, sea por una convencin o por un acto
de la autoridad, pero siempre debe contar con un ttulo que lo
autorice para tenerlo legtimamente.
El objeto material de la accin siempre ha de ser una cosa
corporal mueble que debe estar en poder de sujeto pasivo por un
ttulo legtimo, vale decir un comodato, un arrendamiento y, en
general, en virtud de cualquier contrato o acto de la autoridad
que le confiera la tenencia de la especie.
La sustraccin de la cosa, conforme a este delito, debe provocar
un perjuicio a la vctima o a un tercero. Como la mayor parte de los frau-
des, el que se estudia es un delito material, que requiere un resultado
que consiste en el perjuicio que sufre el detentador del bien o un
tercero, como consecuencia de la accin de sustraccin.
El tipo subjetivo se satisface con el dolo directo, porque el au-
tor debe tener conocimiento de que es propietario de la especie
y que el detentador tiene derecho a mantenerla en su poder,
adems debe querer sustraerla y saber que con ello causa un
menoscabo en el patrimonio del tenedor o en el patrimonio de
un tercero. Si el agente incurre en error respecto de algunas de
esas circunstancias, queda excluido el dolo.
El delito no se perfecciona con la sustraccin, se exige para
la consumacin que la sustraccin cause un perjuicio, que puede
inferirse directamente al detentador o tenedor legtimo, o a un
tercero vinculado en alguna forma con la tenencia del objeto, lo
que hace posible la forma imperfecta de presentacin del hecho,
sea como tentativa o frustracin.

187
Cfr. R. Nez, op. cit., t. V, p. 362.

399
DERECHO PENAL

El delito de usura
203. ANTECEDENTES Y NOCIN DEL DELITO

En el sistema nacional se describe este tipo penal entre los de es-


tafas y otros engaos, manteniendo la tradicin hispnica, aunque
existen serias dudas respecto de si debe considerarse como una
forma o especie de los delitos contra la propiedad, que es donde
se ubica a las estafas. En todo caso, el legislador nacional se separ
del sistema espaol en esta materia en forma muy ostensible, no
recogi buena parte de la normativa que reglaba en el Cdigo lo
relativo a los delitos vinculados a los prstamos de dinero.188
En el art. 472 se expresa: El que suministrare valores, de
cualquiera manera que sea, a un inters que exceda del mximo que
la ley permita estipular, ser castigado con presidio o reclusin
menores en cualquiera de sus grados.
Condenado por usura un extranjero, ser expulsado del pas; y
condenado como reincidente en el delito de usura un nacionaliza-
do, se le cancelar su nacionalizacin y se le expulsar del pas.
En ambos casos la expulsin se har despus de cumplida la
pena.
En la sustanciacin y fallo de los procesos instruidos para la
investigacin de estos delitos, los tribunales apreciarn la prueba
en conciencia.
La figura como est descrita en la ley penal que la limita al
prstamo con inters excesivo voluntariamente aceptado apa-
rece en esta poca como discutible, porque en el sistema econ-
mico de libre mercado el dinero es un bien comerciable ms,
que se rige por las leyes de la oferta y la demanda. No obstante,
histricamente el delito de usura ha sido objeto de un tratamien-
to distinto; su origen aparecera sustentado en el pensamiento
aristotlico, que consideraba al dinero como un bien estril que
no produca frutos, doctrina que fue asimilada por los escolsti-
cos que la introdujeron al derecho cannico que pas a castigar
la usura.189

188
Son de inters los comentarios que sobre esta materia se hicieron por los
miembros Fabres y Gandarillas en las sesiones N 100, de 5 de julio; N 101, de 12
de julio, y N 102, de 22 de julio, todas del ao 1872.
189
Bajo Fernndez, op. cit., p. 313.

400
DE LAS DEFRAUDACIONES

La legislacin hispnica, influenciada por el pensamiento de


la poca, en el siglo XIX estableci lmites a las tasas de inters,
criterio que a su vez fue recogido por los pases americanos para
dar fundamento y respaldo al delito de usura. En el Cdigo Civil
se estableci en el art. 2206 una limitacin respecto del acuerdo de
pagar intereses, norma que sigue vigente y que expresa: El inters
convencional no tiene ms lmites que los que fueren designados
por ley especial; salvo que, no limitndolo la ley, exceda en una
mitad al que se probare haber sido inters corriente al tiempo
de la convencin, en cuyo caso ser reducido por el juez a dicho
inters corriente. La ley a la que alude el artculo transcrito es la
N 18.010, de 17 de junio de 1981, que se refiere exclusivamente
a las operaciones de crdito de dinero, y no es aplicable por lo
tanto a los mutuos y dems acuerdos que no calcen en la nocin
de operacin de crditos, en las que opera nicamente el citado
artculo del Cdigo Civil, y corresponder rendir prueba sobre
cul era el inters corriente al tiempo de la convencin.
Tratndose de operaciones de crdito en dinero rige la ley
N 18.010 y son tales aquellas operaciones en que una persona
entrega o se obliga a entregar a otra una cantidad de dinero, y
sta, a su vez, a pagarla en un momento diferente de aquel en
que se celebra la convencin. Se califican tambin como opera-
ciones de crdito en dinero el descuento de documentos que
representan dinero. En las operaciones de crdito en dinero la
ley distingue entre las que son reajustables de las que no lo son,
y seala reglas sobre los intereses pertinentes en el art. 2: En las
operaciones de crdito de dinero no reajustables, constituye inte-
rs toda suma que reciba o tiene derecho a recibir el acreedor, a
cualquier ttulo, por sobre el capital.
En las operaciones de crdito en dinero reajustable, constitu-
ye inters toda suma que percibe o tiene derecho a percibir el
acreedor por sobre el capital reajustado.
En ningn caso constituyen intereses las costas personales ni
las procesales.
La referida ley da un concepto de lo que se entiende por
inters corriente en el art. 6, sealando que es el promedio de los
intereses cobrados por los bancos y las sociedades financieras en
las operaciones llevadas a efecto en el pas, lo que le correspon-
de determinar a la Superintendencia de Bancos e Instituciones

401
DERECHO PENAL

Financieras, respecto de las operaciones realizadas durante cada


mes calendario y que se publica en el Diario Oficial en la primera
quincena del mes siguiente.
El bien jurdico del delito de usura es el patrimonio primera-
mente y tambin la libre voluntad190 del que acepta el prstamo,
que est en situacin de inferioridad en relacin al prestamista;
es ms dbil su posicin en el mundo econmico y por ello el
derecho establece limitaciones a la fijacin de intereses. Adems
se protege la economa monetaria del pas,191 porque al generalizar-
se esos comportamientos puede resultar seriamente afectada.
El patrimonio resulta lesionado con la usura, pero se considera
que esto es relativo, toda vez que el patrimonio est integrado
por bienes disponibles, de consiguiente, si voluntariamente el
prestatario acepta un inters excesivo, simplemente dispone
de sus recursos econmicos, de manera que el derecho debe
proteger algo ms que el patrimonio, esos otros intereses que
se tienen en vista son la libre voluntad del prestatario y la eco-
noma monetaria del Estado, que en una u otra forma aparecen
comprometidos.192

204. LA CONDUCTA PROHIBIDA

En el delito de usura la conducta prohibida es la de suministrar


valores con intereses que excedan el mximo que la ley permita esti-
pular. De suerte que el delito supone la existencia de un acuerdo
de voluntades en virtud del cual una de las partes (el prestamis-
ta) suministra valores a la otra con una tasa de inters superior
al autorizado por la ley. La forma como ha de operarse en la
realidad, el legislador la abarca con la expresin de cualquier
manera; no importa entonces la modalidad que se haya adop-
tado, porque la disposicin legal comprende todas las formas en
que se ha concretado el pacto, el ttulo no tiene trascendencia,

190
Bajo Fernndez, op. cit., pp. 316-317.
191
E. Orts, op. cit., p. 983; Masnatta, H. y Bacigalupo, E., Negocio usurario,
Buenos Aires, 1972, pp. 166-167.
192
Se acerca a esta visin Etcheberry, que considera como bien jurdico de
estos delitos a los intereses econmicos generales (D.P., t. III, p. 459).

402
DE LAS DEFRAUDACIONES

puede ser un mutuo u otro acto, de origen civil o comercial. Es


posible ocultar una operacin de usura en un contrato de venta
con pacto de retroventa, lo que sucede corrientemente; la ley no
hace distincin sobre el medio empleado.193
El objeto material de la accin puede ser dinero, que ser lo ms
frecuente, pero la norma se refiere a valores, nocin amplia y
comprensiva de cualquier otro objeto pecuniariamente aprecia-
ble, o que tenga un valor de cambio.194
El sujeto activo puede ser cualquiera persona, se trata de un
delito comn, siempre que sea una persona que suministre valores
a otra. El delito es de participacin necesaria, pues deben concu-
rrir dos partes, una que entrega los valores y otra que los recibe y
se obliga a pagar los intereses excesivos, pero slo se sanciona al
primero, porque el segundo es a quien se protege en cuanto a la
libertad que tiene para pactar; lo normal ser que carezca de ella
al aceptar el prstamo apremiado por deudas u otras situaciones
angustiosas, aunque no necesariamente debe ser as; pinsese en
el industrial que solicita un prstamo con el objetivo de aumentar
el giro de sus negocios que pueden ser positivos, o en el jugador
que lo obtiene para continuar apostando.
Los intereses que se pactan deben ser excesivos, y por tales
se entiende aquellos que sobrepasan el mximo permitido por
la ley, como se explic precedentemente.
El tipo subjetivo se conforma con el dolo directo, la actividad usu-
raria supone una voluntad en suministrar dinero u otro valor con
un inters superior al autorizado por el sistema legal. El agente
tiene que saber que est facilitando algo con un inters superior
al permitido, de manera que el dolo eventual queda descartado,
pues quien duda sobre la tasa de inters que impone al deudor
no sabe que est haciendo un cobro prohibido.

205. CONSUMACIN DEL DELITO

La usura es una figura de mera actividad, lo castigado es el hecho


de suministrar valores a intereses no permitidos, por la peligrosi-

193
Cfr. Verdugo, Mario, op. cit., t. III, p. 1029.
194
Labatut, D.P., t. II, p. 256.

403
DERECHO PENAL

dad que involucra para mantener una economa sana. No es ne-


cesario, de consiguiente, que se paguen los intereses acordados
o se produzca cualquier otro resultado como consecuencia del
suministro de valores. Esta circunstancia descarta la posibilidad
de frustracin del delito, pero no la de una tentativa punible, que
es concebible.

206. NORMA PROBATORIA

En el inciso final del artculo 472 se establece una norma es-


pecial de naturaleza probatoria, que faculta al tribunal para
apreciar la prueba no para fallarla en conciencia. La medida
pretende dar mayor libertad al juez para valorar los elementos
de acreditacin del delito, que no siempre ser posible que
consten en aquellos que con demasiada rigurosidad se reglan
en el Cdigo de Procedimiento Penal actualmente vigente. La
usura es una actividad que se disimula u oculta por diversos
medios para impedir precisamente su descubrimiento y puni-
cin; no apreciar de acuerdo a las rgidas reglas procesales los
elementos de acreditacin hace ms viable la persecucin de
estos hechos.

207. PENA QUE CORRESPONDE A LA USURA

La sancin establecida para este delito se aparta de los criterios


aplicados normalmente para los que atentan contra la propie-
dad, que regularmente depende del valor del perjuicio sufrido
o de las especies apropiadas; en el caso de la usura se impone un
castigo de privacin de libertad independiente del monto del
posible perjuicio causado que, como se ha dicho, no ofrece inte-
rs para los efectos del tipo que es de mera actividad. El art. 472
determina la pena de presidio o reclusin menores en cualquiera
de sus grados, reaccin social que tiene una amplitud suficiente
para adecuarla a la importancia y gravedad del hecho, segn las
circunstancias que presente.

404
DE LAS DEFRAUDACIONES

208. SITUACIONES ESPECIALES

La ley ha sido estricta respecto del extranjero que suministra


valores a intereses excesivos; si es condenado se dispone que,
adems de cumplir la sancin general de la usura, debe ser ex-
pulsado del pas. Si ese extranjero tena carta de nacionalidad
chilena, y es reincidente en la comisin del delito de usura, corres-
ponde que se le cancele la nacionalidad y tambin se le expulse
del territorio nacional.
La pena de expulsin se lleva a efecto, en estos dos casos, una
vez que haya cumplido la pena impuesta por el delito de usura.
De manera que al extranjero le corresponde, aparte de la
pena general establecida por el art. 472, esta otra de especial
gravedad, que consiste en su expulsin.

405
CAPTULO
DE QUINTO
LAS DEFRAUDACIONES

DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD


POR DESTRUCCIN*

209. CONCEPTOS GENERALES

Entre los delitos que atentan en contra de la propiedad, el Cdi-


go del ramo, en dos prrafos separados, hace referencia a estos
delitos. En efecto, en el prrafo IX del Ttulo IX del Libro Segun-
do (art. 474) describe los delitos de incendio y otros estragos, y en
el prrafo X (art. 484) hace otro tanto con los de daos.
Estas figuras se distinguen de las restantes tratadas entre los
delitos contra la propiedad, porque no se produce en ellas un
desplazamiento de la propiedad de la vctima al delincuente,
como ocurre en el hurto, el robo o las estafas. Lo que sucede en
las figuras en estudio es la destruccin de una cosa, generalmen-
te ajena, o por lo menos su menoscabo.
No deja de sorprender que en nuestro ordenamiento se man-
tuvo el criterio tradicional espaol, que formalmente independiz
el delito de dao del de incendio y de los estragos, a pesar que la
doctrina estima que son una especie o modalidad del delito de
daos, caracterizados por el uso de fuego en el caso del incendio,
o por los medios catastrficos empleados en los estragos, pero en
todos ellos lo frecuente es que causen la destruccin o el deterioro
de un bien.
La diferencia que existe entre el incendio como delito de
resultado y el de daos es sutil, aparece ms ostensible esa dife-
rencia con la hiptesis de incendio como delito de peligro para
la seguridad social.1

* Este captulo fue escrito con la colaboracin de doa Yelica Lusic Nadal.
1
Bajo Fernndez, op. cit., p. 358.

407
DERECHO PENAL

Al reglar estas figuras el Cdigo incurre en uno de sus prin-


cipales defectos, el casuismo, que llega a extremos exagerados.
No obstante los detalles y pormenores en que incurre, no consi-
der uno de los problemas que enfrenta la realidad de nuestro
tiempo, la gravedad que alcanzan los incendios de bosques, que
ha tenido que ser objeto de una legislacin particular en la de-
nominada Ley de Bosques (Decreto Ley N 4.363, de 1931), cuyo
texto ha sido materia de numerosas modificaciones.
Las figuras que integran los atentados de destruccin son
el incendio, los estragos y los daos, los prrafos siguientes se
ocuparn de su estudio.

El delito de incendio
210. ANTECEDENTES GENERALES

El delito de incendio es de antigua data en el derecho romano,


se castigaba con excepcional rigurosidad cuando tena lugar den-
tro de Roma o en sus alrededores (Lex Cornelia de Sicariis). El
derecho espaol consider ese delito en el Fuero Juzgo y en Las
Partidas, particularmente cuando afectaba a bosques y mieses. El
sistema nacional tiene su antecedente en el Cdigo espaol de
1848 y el de Blgica2 y el primer proyecto de articulado lo redac-
t el Secretario de la Comisin, Manuel Renjifo.

211. CARACTERSTICA DEL DELITO Y BIEN JURDICO


PROTEGIDO

La caracterstica de este delito es el medio de ejecucin, que es el


fuego, pero ello es insuficiente para determinar su verdadera na-
turaleza, que depende de la visin poltica criminal que se tenga
del mismo. Puede concebirse como un delito contra la propiedad,
por el dao que provoca en los bienes de las personas y por la ubi-
cacin que se le dio en el Cdigo Penal podra pensarse que esa
sera su identidad. Tambin puede concebirse como un suceso

2
Sesin N 102, de 22 de julio de 1872.

408
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

que atenta a la seguridad pblica por el riesgo de su propagacin


y sus posibles consecuencias perjudiciales para las personas (la
vida o la integridad fsica de stas) y para los bienes ajenos. En el
primer caso se tratara de un delito de lesin o de resultado, en el
segundo de un delito de peligro.
Es frecuente que las legislaciones, como sucede con la na-
cional, conciban el incendio con criterios pragmticos y le reco-
nozcan naturaleza mltiple, sea de dao, de peligro o de ambas
alternativas a la vez. Esa circunstancia hace complejo encontrar
una definicin del delito omnicomprensiva de sus distintas po-
sibilidades.3
El bien jurdico en el incendio no es nico; nuestro sistema a ve-
ces ha considerado la vida o la integridad fsica de las personas,
en otras ocasiones los bienes materiales mismos, y en determina-
das circunstancias el peligro para la seguridad colectiva. Ejemplo
del primer caso se encuentra en el art. 475, del segundo en los
arts. 476, 477 y 478 y del ltimo en los arts. 475 y 479.4 De ma-
nera que no es posible sostener que el incendio tiene un bien
jurdico nico que responda a las diversas formas sancionadas de
provocar un incendio, todas las que han recibido un tratamiento
punitivo distinto.
En esencia, este delito es de lesin o de resultado, tanto por-
que se encuentra ubicado entre aquellos que atentan contra la
propiedad (el Ttulo IX), como por el hecho que su caracters-
tica es la destruccin o deterioro de una cosa por el fuego, sin
perjuicio de que a veces se considere adems la lesin o muerte

3
Por lo indicado resultan insatisfactorias definiciones como la expresada
por Etcheberry: la destruccin de cosas mediante el fuego, con peligro para las
personas o la propiedad (D.P., t. III, p. 462), porque no siempre el peligro es
considerado, sino solo por excepcin. En el mismo sentido que Etcheberry, el tra-
bajo colectivo dirigido por Antonio Bascun Valds, El delito de incendio, Editorial
Jurdica de Chile, 1974, p. 63; Sanchis Ferrero, Julia Aurora, El delito de incendio y
la piromana, Buenos Aires, 1961, pp. 20 y ss.
4
Sectores de la doctrina nacional lo han calificado como delito de dao o de
peligro para las personas, segn las circunstancias del hecho (Labatut, D.P., t. II,
p. 259). Se ha sostenido a su vez que se trata exclusivamente de un delito de peli-
gro abstracto, en el que concurriendo determinadas circunstancias, el legislador
pasa a presumir que hubo peligro, sin que se pueda rendir prueba en contrario
(Etcheberry, D.P., t. III, p. 464). Lo cierto es que el incendio es un delito de lesin,
sin perjuicio de que en determinados casos para regular la sancin se considere
el peligro que involucra.

409
DERECHO PENAL

de personas, o su comunicacin a otros objetos o el peligro de


la seguridad pblica.

212. LA CONDUCTA PROHIBIDA EN EL INCENDIO

La accin prohibida en este delito est precisada en las expresiones


empleadas por los artculos al describir los hechos prohibidos. En los
arts. 474, 476 y 477, se alude tanto al que incendiare como al incen-
diario; el art. 478 emplea formas de expresin como aplicarse el in-
cendio a. De consiguiente, lo prohibido en este delito es la accin
de prender fuego a una cosa ajena para destruirla o deteriorarla. La
conducta consiste en provocar la combustin de algo; la trascenden-
cia o magnitud de ese fuego no es significativa, suficiente es que el
objeto principie a arder. Lo que se castiga es destruir o daar bienes
mediante el fuego, como se desprende claramente del art. 477 que
regula la sancin segn la valoracin del dao causado a terceros
y del art. 479 que considera la destruccin de otros objetos, como
se desprende del contexto del prrafo respectivo. El verbo incendiar
lo emplea el legislador en sentido corriente, vulgar, o sea prender
fuego a algo que no debera quemarse; el fuego provocado o comu-
nicado a una cosa que no debe ser puesta en llamas o en ignicin,
eso es lo que caracteriza a la actividad prohibida. No se exige, como
algunos autores afirman, que se provoque un fuego incontrolable,
lo que importa vincularlo con la nocin de peligro.5 Conforme esa
tesis quedara fuera del delito en estudio la destruccin de una cosa
ajena mediante fuego si se emplean los recursos tcnicos que exis-
ten en la actualidad que permiten que ese fuego sea cuidadosamen-
te controlado por su autor, lo que est fuera del texto y del espritu
de la ley. En el Cdigo Penal el delito de incendio es un delito de
dao cometido con fuego,6 que si bien frecuentemente es un medio
catastrfico, esta circunstancia no es inherente al delito; sin perjuicio
que cuando se causen muertes o lesiones o exista la posibilidad de

5
En ese sentido Soler, op. cit., t. IV, pp. 524 y ss.; Etcheberry, D.P., t. III,
p. 462.
6
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 359; E. Orts, op. cit., p. 990; Rodrguez Ra-
mos, Luis, op. cit., t. II, p. 358; trabajo colectivo dirigido por Antonio Bascun
Valds, op. cit., p. 55.

410
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

ciertos peligros que la misma normativa determina, se tengan esos


hechos en consideracin, pero solamente como un plus, como una
extensin del bien jurdico protegido.
Es posible la comisin del delito de incendio mediante una
omisin,7 pues si bien la mayor parte de las disposiciones que
describen los tipos de incendio emplean expresiones que lo
presentan como un comportamiento activo al que incendiare,
atendida la naturaleza del tipo penal es susceptible de concre-
tarse por omisin (impropia), cuando el agente se encuentra en
una posicin de garante en relacin a la persona que enciende
el fuego o respecto del bien que est en riesgo de combustin (el
padre del menor que no impide que ste encienda fuego a las
cortinas de la casa donde est de visita; el cuidador nocturno de
la fbrica que constata el cortocircuito que se ha producido y no
adopta ninguna medida para impedir sus consecuencias).

213. EL OBJETO SOBRE EL CUAL RECAE LA ACCIN

Del conjunto de disposiciones que se ocupan de reglar los delitos


de incendio, se desprende que el objeto material sobre el cual
debe recaer la accin del agente ha de ser una cosa ajena, sea
mueble o inmueble, pblica o privada, individual o colectiva. Los arts.
474, 475, 477 mencionan a los buques, tren de ferrocarril,
objetos no comprendidos en los artculos anteriores; el art.
476, entre otros, se refiere al incendio de edificios, el art. 478
a chozas, cobertizos; el art. 475 menciona a las bibliotecas,
museos, arsenales, monumentos pblicos, y el art. 476 inciso
segundo a bosques,8 mieses, pastos, montes.
Prender fuego a cosa propia no constituye incendio, salvo
excepciones, como lo seala el art. 482: El culpable de incendio
o estragos no se eximir de las penas de los artculos anteriores,
aunque para cometer el delito hubiere incendiado o destruido bienes de
su pertenencia.

7
Cfr. Bajo Fernndez, op. cit., p. 360.
8
El incendio de bosques ha sido objeto de una reglamentacin especial en
la denominada Ley de Bosques (Decreto Ley de 1931, N 4.363), que ha tenido
numerosas modificaciones despus de su promulgacin.

411
DERECHO PENAL

Pero no incurrir en tales penas el que rozare a fuego, incen-


diare rastrojos u otros objetos en tiempos y con circunstancias
que manifiestamente excluyan todo propsito de propagacin, y
observando los reglamentos que se dicten sobre esta materia.
Tambin el incendio de cosa propia puede ser sancionado cuan-
do con ello perjudique a terceros, como se desprende del art. 483, a
travs de frmulas de presunciones: Se presume responsable de un
incendio al comerciante en cuya casa o establecimiento tiene origen aqul,
si no justificare con sus libros, documentos u otra clase de prueba,
que no reportaba provecho alguno del siniestro.
Se presume tambin responsable de un incendio al comerciante
cuyo seguro sea exageradamente superior al valor real del objeto
asegurado en el momento de producirse el siniestro. En los casos
de seguros con pliza flotante se presumir responsable al comer-
ciante que, en la declaracin inmediatamente anterior al siniestro,
declare valores manifiestamente superiores a sus existencias.

214. EL ELEMENTO SUBJETIVO EN EL DELITO


DE INCENDIO

Las diferentes disposiciones que se refieren al delito lo des-


criben como el que incendiare, o al incendiario, o el que
ejecutare un incendio, expresiones que al relacionarlas con la
accin prohibida, que consiste en destruir una cosa por el fuego,
obligan a concluir que se requiere dolo directo para que el delito
se conforme, el dolo eventual es insuficiente, salvo excepciones.
El sujeto activo debe tener la voluntad de destruir aquello que
pone en ignicin, lo que deja de lado la culpa, sin perjuicio que
en algunas hiptesis proceda el dolo eventual (arts. 475 y 479).

215. LAS ETAPAS DE EJECUCIN. CONSUMACIN


DEL DELITO

Como todo delito de lesin o de resultado, el incendio se consu-


ma desde que el tipo objetivo se cumple en el evento real, esto es,
desde que el fuego inicia la destruccin de la cosa de que se trate.
El objeto que se pretende destruir o daar debe iniciar su combus-

412
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

tin, sin que ofrezca relevancia para estos efectos el hecho que las
llamas o la ignicin adquieran grandes proporciones o se hagan
incontrolables; esta circunstancia no ha sido considerada por el
Cdigo nacional. Es necesario para la consumacin que se haya
iniciado la destruccin o deterioro de la especie objeto del delito,
aunque no importa que no se logre su total destruccin o deterio-
ro. El delito se consuma cuando el objeto entra en ignicin, sin
que tenga importancia el grado de combustin que alcance.
Como se trata de un delito de resultado, cuya accin se pue-
de parcializar, es posible concebir la tentativa y la frustracin.
El sujeto que quiere incendiar el automvil incombustible de un
tercero ser autor de tentativa si en la ignorancia de la referida
condicin, luego de haber lanzado parafina en el lugar donde
est estacionado, pretende encender este lquido inflamable,
pero un polica impide que lo haga. Responder de incendio
frustrado si enciende la parafina, y dada la naturaleza del auto-
mvil el fuego provocado no logra ponerlo en ignicin.

216. LOS TIPOS PENALES DE INCENDIO SANCIONADOS


POR EL CDIGO PENAL

Hay varios tipos penales descritos en el prrafo N 9, pero el legisla-


dor estableci una figura genrica en el art. 478, porque sanciona el
dao causado mediante fuego de cualquier objeto que valga ms
de cuatro sueldos vitales, con excepcin de aquellos que estn
expresamente considerados en los artculos anteriores.
Quedan excluidos de esa figura genrica: a) los incendios
ocurridos en cualquier lugar, si han causado la muerte, mutila-
cin o lesin gravsima de una o ms personas (art. 474); b) los
provocados en edificios o lugares especiales enumerados en los
arts. 475 y 476, o en buques de guerra o mercantes cargados con
explosivos, depsitos de plvora, museos, bibliotecas, oficinas o
monumentos pblicos y lugares semejantes, y c) el que incendia-
re cosas cuyo valor no excediere de cuatro sueldos vitales, o cho-
za, pajar o cobertizo (art. 478). Los tipos sealados en las letras
a) y b) son agravados y el citado en la letra c) es privilegiado.
En los prrafos siguientes se comentarn los referidos tipos,
iniciando el estudio con la figura genrica reglada en el art. 477.

413
DERECHO PENAL

217. LA FIGURA GENRICA DE INCENDIO (ART. 477)

El art. 477 expresa: El incendiario de objetos no comprendidos en los


artculos anteriores ser penado:
1. Con presidio menor en su grado mximo a presidio mayor
en su grado mnimo y multa de once a quince unidades tributa-
rias mensuales, si el dao causado a terceros excediere de cuarenta
unidades tributarias mensuales.
2. Con presidio menor en sus grados medio a mximo y
multa de seis a diez unidades tributarias mensuales, si el dao
excediere de cuatro unidades tributarias mensuales y no pasare de
cuarenta unidades tributarias mensuales.
3. Con presidio menor en sus grados mnimo a medio y mul-
ta de cinco unidades tributarias mensuales, si el dao excediere de una
unidad tributaria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias
mensuales.
Si bien el delito descrito en el art. 477 se presenta como un
tipo de naturaleza subsidiaria, en realidad constituye al apreciarlo
en su contexto la figura general de incendio entendido como
delito de lesin o dao material, porque la enumeracin de ob-
jetos que se hace en los arts. 475 y 476, aunque extensa, se refiere
exclusivamente a algunos de los que pueden destruirse por el
fuego, y por ello tienen un carcter de excepcional.
El objeto sobre el cual recae la accin o que es objeto de la
omisin, puede ser mueble o inmueble, pblico o privado, pero
siempre debe ser ajeno, caracterstica esta ltima que se despren-
de de lo sealado en el art. 482 inciso primero, como se hizo
notar en el prrafo anterior.
La accin prohibida debe cumplir con las condiciones que
se sealaron al tratar la conducta prohibida.
La pena que corresponde a este delito es compuesta por una
privativa de libertad y otra pecuniaria, su regulacin depende del
valor del dao causado, el que debe ser objeto de regulacin por
el tribunal que instruye el proceso.

218. COMUNICACIN DEL FUEGO DEL OBJETO DE LA


ACCIN INCENDIARIA A OTROS BIENES

Puede suceder que el autor del delito haya pretendido daar


o destruir un objeto determinado, pero por las condiciones en

414
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

que se encontraba, el fuego se comunic a otros bienes cuyo


incendio el autor no pretenda y para los cuales la ley seala
una pena mayor. Con criterios objetivistas, de responsabilizar
por el resultado, el Cdigo Penal establece la siguiente regla
en el art. 479: Cuando el fuego se comunicare del objeto que
el culpable se propuso quemar, a otro u otros cuya destruccin, por
su naturaleza o consecuencias, debe penarse con mayor severidad,
se aplicar la pena ms grave, siempre que los objetos incendiados
estuvieren colocados de tal modo que el fuego haya debido comu-
nicarse de unos a otros, atendidas las circunstancias del caso.
El autor en estos casos, como en todo delito de incendio, debe
actuar con dolo en relacin al objeto que pretende quemar, pero
respecto de aquellos otros daos que no estaban en su mira, pero
que eran previsibles, para que se le imponga la sancin ms grave
que a stos les seala la ley, por lo menos debe haber incurrido
en culpa o en dolo eventual en relacin a este mal mayor, segn
las circunstancias.9
Objetivamente es necesario que las cosas a las cuales se comu-
nic el fuego, se hayan encontrado en una posicin material que
haca posible esa propagacin y esto era previsible.

219. INCENDIO DE BIENES PROPIOS

Incendiar bienes propios en general no constituye delito de


incendio, pero excepcionalmente puede constituir uno cuando
pone en peligro a personas o bienes ajenos, o cuando dolosa-
mente han sido empleados los bienes propios como medio de
cometer un delito de incendio de objetos ajenos. De esta ltima
hiptesis se preocupa el art. 482: El culpable de incendio o
estragos no se eximir de las penas de los artculos anteriores,
aunque para cometer el delito hubiere incendiado o destruido bienes de
su pertenencia.
Pero no incurrir en tales penas el que rozare a fuego, incen-
diare rastrojos u otros objetos en tiempos y con circunstancias que
manifiestamente excluyan todo propsito de propagacin, y observan-
do los reglamentos que se dicten sobre esta materia.

9
Cfr. Etcheberry, D.P., t. III, p. 471.

415
DERECHO PENAL

El inciso segundo se refiere a la quema de rastrojos (paja que


se forma en el campo despus de las cosechas) y al roce de tierras
(quemar rboles, arbustos y malezas que existen en un terreno para
prepararlo para labores agrcolas); se comprende tambin el incen-
dio de otros objetos, que al tenor de la disposicin han de ser anlogos
a los antes indicados. Si se hacen estas labores por el propietario
de esos elementos no incurre en delito, salvo que como lo seala
la disposicin transcrita el fuego del roce o de los rastrojos se co-
munique a bienes ajenos, de terceros. Pero aun en este caso, si el
propietario al realizar tales labores se atuvo a los reglamentos y no tena
el propsito de que el fuego se propagara en la forma en que sucedi,
no incurre en delito penal; eso es lo que expresa el art. 482, sin per-
juicio de las responsabilidades civiles que le correspondan por los
daos que puede haber causado a los bienes de otras personas.

220. TIPOS DE INCENDIO AGRAVADOS

Para agravar la sancin en el caso del incendio, el Cdigo Penal


considera tres circunstancias: a) Que el incendio cause la muerte
de una o ms personas, o sin privarlas de la vida, les mutile un
miembro importante o les cause una lesin de las calificadas
como gravsimas (art. 474); b) que el fuego ponga en peligro la
vida o salud de alguna persona (art. 475 N 1), y c) cuando la
cosa incendiada por su naturaleza pusiere en riesgo la seguridad
pblica (arts. 475 N 2 y 476).

a) Que el incendio cause la muerte de una o ms personas, o sin


privarlas de la vida les mutile un miembro importante o les cause
una lesin de las calificadas como gravsimas (art. 474).
Es el artculo 474 el que se refiere a esta materia, expresando:
El que incendiare edificio, tren de ferrocarril, buque u otro lugar
cualquiera, causando la muerte de una o ms personas cuya presencia
all pudo prever, ser castigado con presidio mayor en su grado
mximo a presidio perpetuo.
La misma pena se impondr cuando del incendio no resul-
tare muerte sino mutilacin de miembro importante o lesin grave de
las comprendidas en el nmero 1 del artculo 397.

416
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

Las penas de este artculo se aplicarn respectivamente en el


grado inferior de ella si a consecuencia de explosiones ocasionadas
por incendios, resultare la muerte o lesiones graves de personas que
se hallaren a cualquier distancia del lugar del siniestro.
La disposicin se refiere a distintos lugares, pero por va de
ejemplo y para precisar que su naturaleza es indiferente, puede
ser una cosa inmueble como una mueble, de all la cita de un
edificio, tren de ferrocarril o buque. Lo interesante es que se puede
tratar del fuego de otro lugar cualquiera; lo exigido es que
se encuentren en l una o ms personas en el momento del
siniestro y que alguna muera a consecuencia del incendio, o
quede mutilada de un rgano importante (los precisados en los
arts. 395 y 396) o sufra una lesin de aquellas indicadas en el
art. 397 N 1.
El tipo subjetivo exige que el autor haya actuado con dolo
respecto del incendio, o sea, haya querido poner en llamas el lugar
de que se trate, pero en cuanto a la muerte, mutilacin o lesio-
nes, ellas pueden quedar al margen del dolo, es suficiente que
el agente haya sabido o podido saber que se encontraban una o ms
personas en el lugar; en otros trminos es suficiente la culpa respecto
de esos resultados no perseguidos por el autor.
Innecesariamente se dej constancia en las actas por la Co-
misin Redactora que no quedaban comprendidas las muertes
o lesiones que sufrieran las personas que voluntariamente se
acercaban o introducan al lugar10 durante el incendio, porque
el art. 474 es categrico al hacer referencia a las personas que
estaban presentes en el lugar en el momento en que se provoc
el fuego.
El inciso final de la disposicin se refiere a la situacin ex-
trema de que la lesin o muerte de una persona que se hallare a
cualquier distancia del lugar del siniestro sea consecuencia de las
explosiones provocadas por el incendio, y establece que la pena
en estas alternativas ser inferior en un grado a las que prescribe
en su texto. Esta norma importa una peligrosa inclinacin a cas-
tigar por el resultado y no por la culpabilidad.

10
Acta N 103, de 25 de julio de 1872.

417
DERECHO PENAL

b) Que el fuego ponga en peligro la vida o salud de alguna per-


sona (art. 475 N 1).
El art. 475 N 1 tiene el siguiente tenor: Se castigar al incendiario
con presidio mayor en su grado medio a presidio perpetuo:
1. Cuando ejecutare el incendio en edificios, tren de ferroca-
rril, buque o lugar habitados o en que actualmente hubiere una
o ms personas, siempre que el culpable haya podido prever tal
circunstancia.
El precepto transcrito se explica por s solo, el agente debe
provocar dolosamente un incendio en cualquier lugar mueble o
inmueble; lo nico que se requiere es que en el mismo se en-
cuentren una o ms personas, como se seal en la hiptesis
comentada en el prrafo anterior, pero aqu lo que se reprime
aparte del incendio mismo es el peligro en que se coloc a
esas personas que estaban presentes, peligro que al agente, por
lo menos, le debe ser atribuible a culpa. El incendiario quiere
provocar el fuego en el lugar, pero no persigue matar o lesionar
a las personas que all se encuentran, cuya existencia puede igno-
rar, pero que era previsible. Es conveniente sealar desde luego
que si bien el legislador emplea las expresiones lugar en los
arts. 474, 475 y 476 y objeto en los arts. 477, 478 y 479, de ese
uso no puede colegirse que ha pretendido darles un sentido di-
ferente. El contexto de las disposiciones y la aplicacin genrica
que tienen los arts. 479 y 482, permiten colegir que las palabras
en cuestin se usan con igual alcance para comprender cosas
muebles o inmuebles.

c) Cuando la cosa incendiada, por su naturaleza, pusiere en ries-


go la seguridad pblica (arts. 475 N 2 y 476).
La ley penal se preocup de reglar dos situaciones donde la se-
guridad pblica resulta puesta en peligro atendidos los lugares
o cosas que se incendian, por ello sin perjuicio de la sancin por
el incendio mismo, se agrava sta por el peligro que la accin del
incendiario involucra para toda la sociedad.
El art. 475 N 2 seala: Se castigar al incendiario con presi-
dio mayor en su grado medio a presidio perpetuo.
2. Si lo ejecutare en buques mercantes cargados con objetos
explosivos o inflamables, en buques de guerra, arsenales, astille-

418
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

ros, almacenes, fbricas o depsitos de plvora o de otras sustan-


cias explosivas o inflamables, parques de artillera, maestranzas,
museos, bibliotecas, archivos, oficinas o monumentos pblicos u
otros lugares anlogos a los enumerados.
En la enumeracin de los lugares el legislador incurre en
cierto abigarramiento casustico; naves, astilleros, arsenales,
fbricas o depsitos de plvora son recintos donde se guardan
o mantienen sustancias altamente explosivas, de manera que
incendiar los mismos es crear un serio peligro para la comuni-
dad. La norma comprende lugares de inters pblico, como las
bibliotecas, los museos, oficinas y monumentos pblicos. Prender
fuego a alguno de esos lugares, u otros anlogos, es crear un pe-
ligro a la administracin del Estado y a la comunidad misma en
cuanto a los servicios que en ellos se prestan, lo que justificara
que se haya agravado la pena.
El art. 476 se ocupa de la segunda situacin que el legislador
considera como peligrosa por s misma. La disposicin expresa:
Se castigar con presidio mayor en cualquiera de sus grados:
1. Al que incendiare un edificio destinado a servir de morada,
que no estuviere actualmente habitado.
2. Al que dentro de poblado incendiare cualquier edificio o lugar,
aun cuando no estuviere destinado ordinariamente a la habita-
cin.
3. El que incendiare bosques, mieses, pastos, montes, cierros o
plantos.
Se impone una sancin de particular gravedad al incendiario
de ciertos recintos o lugares que crean peligro por su trascenden-
cia, sea que estn ubicados en una poblacin o en el campo.
En el N 1 la disposicin menciona un edificio destinado a servir
de morada, pero que an no presta esa funcin, se encuentre en
un poblado o en el campo; debe tratarse de un edificio que se
destina a que personas vivan en l, lo ocupen como morada.
En el N 2 se vuelve a hacer referencia a un edificio o lugar, sin
importar su destino, pero que se encuentre en un poblado, que
ha de entenderse como un conjunto de construcciones donde la
gente vive, aunque no alcance el rango de una ciudad.
Por ltimo, en el N 3 se alude a los incendios que se pro-
vocan en el campo o la actividad agrcola usando expresiones
que como las empleadas en los nmeros anteriores deben ser

419
DERECHO PENAL

entendidas en su sentido corriente, el que coincide con su alcan-


ce lexicogrfico. Bosque es un sitio poblado por rboles y matas,
mieses corresponde a los sembrados de granos, particularmente
de trigo; pastos son las hierbas de los terrenos donde el ganado
se alimenta directamente; montes, terrenos incultos poblados por
rboles, arbustos o matas; plantos son las tierras plantadas, y por
cierros se entienden las tapias, cercas o vallados que separan los
terrenos, sean de madera, de vegetales (cercos vivos) o de otro
material. Si se vincula la gravedad de la sancin dispuesta por la
ley penal con la naturaleza de las acciones descritas, se concluye
que la prohibicin no se relaciona con el dao causado por esas
acciones, sino por el peligro intrnseco que conllevan.

221. DELITOS DE INCENDIO PRIVILEGIADOS

En casos especiales que se indican en el artculo 478, el incendio


de objetos o cosas que tienen poco valor, no se castiga con las san-
ciones prescritas para este delito, sino que con las que correspon-
den al delito de daos. El texto del art. 478 es el siguiente:
En caso de aplicarse el incendio a chozas, pajar o cobertizo
deshabitado o a cualquier otro objeto cuyo valor no excediere de cuatro
sueldos vitales en tiempo y con circunstancias que manifiestamen-
te excluyan todo peligro de propagacin, el culpable no incurrir en
las penas sealadas en este prrafo; pero s en las que mereciere
por el dao que causare, con arreglo a las disposiciones del prrafo
siguiente.
El precepto ratifica la afirmacin de que las cosas sobre las
cuales recae la accin deben ser ajenas, pues si se queman las
propias con las seguridades sealadas en la disposicin y cum-
pliendo con la normativa reglamentaria, simplemente se ejerce
un derecho. De all que cuando un tercero realiza esas acciones
responde penalmente, pero no por el incendio en s, sino nica
y exclusivamente por los daos causados; vale decir, como autor
del delito de daos.11

11
En la doctrina nacional se ha mantenido la idea de que el incendio es un
delito de peligro, y se ha tratado de interpretar toda la normativa legal a travs de
esa visin, sin respetar a nuestro entender el claro sentido que se desprende de

420
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

La enumeracin de objetos que hace la disposicin es slo


ejemplar, pues comprende la de cualquier otro objeto, siempre
que su valor no supere los cuatro sueldos vitales. Es til resaltar que
para adecuar el delito en esta disposicin lo importante no es
determinar el valor del dao causado, sino del objeto incendiado,
que pueden ser distintos. Adems el hecho debe llevarse a cabo
en tiempo y condiciones que claramente excluyan el peligro de pro-
pagacin del fuego. Por otra parte, aun en el caso de que el objeto
del siniestro tenga un valor no superior a cuatro sueldos vitales,
si el monto del dao causado no supera el valor de una unidad
tributaria el hecho debe ser sancionado como falta, conforme lo
dispone el art. 495 N 21. De ms est insistir en los descuidos
legislativos, pues se introdujeron modificaciones al Cdigo para
emplear la unidad tributaria en la regulacin del monto de las
multas y la cuanta de diversas materias, pero ha mantenido la
nocin de sueldo vital para otras, entre ellas a la que se refiere la
disposicin en estudio, con la desarmona consiguiente.

222. LA TENENCIA DE BOMBAS EXPLOSIVAS O LA


REALIZACIN DE ACTOS PREPARATIVOS PARA INCENDIAR

La ley penal, con criterio parecido al que tuvo en el delito de


robo con el art. 445, adelanta peligrosamente la represin penal
en relacin al incendio y los estragos en el art. 481, que seala:
El que fuere aprehendido con bombas explosivas o preparativos
conocidamente dispuestos para incendiar o causar alguno de los es-
tragos expresados en este prrafo, ser castigado con presidio
menor en sus grados mnimo a medio; salvo que pudiendo con-
siderarse el hecho como tentativa de un delito determinado debiera
castigarse con mayor pena.
Se califica como delito el mero hecho de tener bombas ex-
plosivas o preparativos dispuestos para incendiar, lo que ha de
entenderse como implementos de otra clase que sirvan para pro-

los preceptos positivos en el alcance de que se trata de un delito de lesin. Ello


ha llevado en buena parte a sostener que el dueo de la cosa incurre en incendio
si le prende fuego, lo que las normas positivas no sancionan salvo excepciones,
ampliando los tipos penales a situaciones que no corresponden. En esta lnea de
pensamiento se encuentra Alfredo Etcheberry (D.P., t. III, pp. 461 y ss.).

421
DERECHO PENAL

vocar fuego. La expresin conocidamente importa que aparez-


can, conforme las circunstancias, como claramente dirigidos a la
realizacin de un incendio. Subjetivamente, como el actor tiene
que conocer y querer la concrecin de los elementos objetivos,
debe actuar dolosamente, o sea tiene que conocer la naturaleza
de esos implementos y tenerlos precisamente para incendiar. El
precepto legal ha subsistido en nuestro sistema, aunque son tan
categricas y obvias las razones que aconsejan su supresin, que
para as sostenerlo no son necesarios mayores comentarios.

223. DISPOSICIONES ESPECIALES QUE SE REFIEREN EN


PARTICULAR A LOS COMERCIANTES EN RELACIN CON EL
DELITO DE INCENDIO

La tendencia del legislador ha sido la de dar un tratamiento ms


estricto al comerciante que enfrenta el incendio de su casa o
establecimiento y, al efecto, endurece la sancin que le corres-
ponde al imponerle una multa que no afecta al incendiario no
comerciante.
Coetneamente establece varias presunciones de autora en
su contra, que tampoco rigen para el no comerciante. A conti-
nuacin se analizarn brevemente ambas situaciones.

a) Sancin especial para los comerciantes responsables de in-


cendio
El Cdigo Penal, con particular rigor, establece una sancin
pecuniaria para el comerciante responsable de un delito de
incendio, cualquiera que ste sea porque no distingue al respec-
to, la que debe aplicrsele adems de aquella sealada en cada
caso al tipo penal correspondiente. As lo dispone el art. 483 b):
A los comerciantes responsables del delito de incendio se les aplica-
r tambin una multa de veintiuna a cincuenta unidades tributarias
mensuales, tomndose en cuenta para graduarla la naturaleza,
entidad y gravedad del siniestro y las facultades econmicas del
inculpado.
Si no se paga la multa, el condenado sufrir por va de sustitucin
y apremio, un da de reclusin por cada un quinto de unidad tributaria
mensual de multa, no pudiendo exceder la reclusin de seis meses.

422
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

La multa impuesta se mantendr en una cuenta especial


a la orden de la Superintendencia de Compaas de Seguros,
Sociedades Annimas y Bolsas de Comercio, la cual anualmente
la distribuir proporcionalmente entre los distintos Cuerpos de
Bomberos en el pas.
La multa en cuestin debe aplicarse al comerciante sea que
haya intervenido como autor o cmplice del delito; pensamos que
no es posible aceptar que pueda calificarse al encubridor, para es-
tos efectos, como responsable del delito de incendio, expresiones
que aluden a los que han intervenido en la produccin o comuni-
cacin del fuego, en tanto que el encubrimiento dice relacin con
la ocultacin o disimulacin del hecho o de sus responsables.

b) Presunciones sobre responsabilidad del comerciante en el


delito de incendio.
En el art. 483 se establecen una serie de presunciones, de naturaleza
legal, respecto de la responsabilidad que a los comerciantes les
puede afectar con ocasin de un delito de incendio. Son presun-
ciones simplemente legales, que admiten prueba en contrario.
El art. 483 prescribe: Se presume responsable de un incendio al
comerciante en cuya casa o establecimiento tiene origen aqul, si no
justificare con sus libros, documentos u otra clase de prueba, que no
reportaba provecho alguno del siniestro.
Se presume tambin responsable de un incendio al comerciante cuyo
seguro sea exageradamente superior al valor real del objeto asegurado
en el momento de producirse el siniestro. En los casos de seguros
con pliza flotante se presumir responsable al comerciante que,
en la declaracin inmediatamente anterior al siniestro, declare
valores manifiestamente superiores a sus existencias.
Asimismo, se presume responsable si en todo o en parte ha
disminuido o retirado las cosas aseguradas del lugar sealado en la
pliza respectiva, sin motivo justificado o sin dar aviso previo al
asegurador.
Las presunciones de este artculo no obstan a la apreciacin de
la prueba en conciencia.
Las presunciones que aqu se indican afectan nica y exclu-
sivamente al comerciante y es tal, conforme al artculo 7 del
Cdigo de Comercio, aquel que hace del comercio su actividad
habitual.

423
DERECHO PENAL

La disposicin establece tres presunciones de autora del delito;


aunque el artculo 483 emplee la palabra responsable, el contex-
to del precepto evidencia que se trata precisamente de atribuirle
la autora. Las presunciones son: a) cuando el fuego ha tenido
origen en su casa (se refiere a aquella donde ejerce el comercio) o
establecimiento; b) cuando el seguro sea exageradamente supe-
rior al valor real de las cosas aseguradas, y c) si ha retirado en todo
o parte las cosas aseguradas del lugar sealado en la pliza.
En cada una de esas alternativas se indica la forma como
desvirtuar esas presunciones, lo que no margina otra clase de
pruebas.

224. SANCIN ESPECIAL PARA EL CONTADOR DEL


COMERCIANTE O EL PARTICULAR QUE ADULTERE SU
CONTABILIDAD

El art. 483 a) se preocupa de esta situacin: El contador o cual-


quiera persona que falsee o adultere la contabilidad del comerciante que
sufra un siniestro, ser sancionado con la pena sealada en el in-
ciso segundo del artculo 197; pero no le afectar responsabilidad
al contador por las existencias y precios inventariados.
La disposicin est redactada en forma muy equvoca, pues se
refiere a una adulteracin de la contabilidad sin establecer si debe
producirse antes o despus del siniestro, y su tenor literal pareciera
referirse a la adulteracin realizada con posterioridad al incendio.
El delito se describe aparentemente desvinculado de aquel en
que puede incurrir el comerciante con motivo del incendio, y aun
podra sostenerse que se refiere exclusivamente a aquel en que el
comerciante es vctima del incendio (sufra un siniestro), aunque la
ltima frase del artculo planteara una duda sobre este punto.
La sancin que se impone al contador o al particular que
comete la falsedad, corresponde a la del delito de falsificacin de
instrumento privado que conforme al artculo 197 es de presidio
menor en cualquiera de sus grados ms una multa, a menos que
lo adulterado sean letras de cambio o documentos mercantiles,
alternativa en que debe aplicarse la referida pena en su grado
mximo y la multa se aumenta en su cuanta.

424
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

El delito de estragos
225. ASPECTOS GENERALES

Tal como se seal respecto del delito de incendio, el texto de


las normas que se ocupan de los estragos (arts. 480 y 482) fue
redactado por Manuel Renjifo, miembro de la Comisin Redac-
tora, quien por instrucciones de la referida Comisin consider
para hacerlo el Cdigo espaol de 1848 y el Cdigo Penal belga.
La proposicin de Renjifo fue aprobada sin modificaciones y su
tenor se ha mantenido hasta la fecha.

226. EL TIPO PENAL EN EL DELITO DE ESTRAGOS

Se encuentra descrito en el art. 480: incurrirn respectivamente


en las penas de este prrafo los que causen estragos por medio de
sumersin o varamiento de nave, inundacin, destruccin de
puentes, explosin de minas o mquinas de vapor, y en general por
la aplicacin de cualquier otro agente o medio de destruccin tan poderoso
como los expresados.
Se trata de un delito de resultado, porque exige que se cause
un dao en la propiedad ajena empleando medios catastrficos o
calamitosos, o sea altamente peligrosos. Lo sealado se colige de
la enumeracin de orden ejemplar de la disposicin: sumersin
o varamiento de una nave, que equivale a hundirla o encallarla;
inundacin, que no es otra cosa que invadir o anegar con agua
terrenos con el desastre que ello conlleva; explosin de minas o
mquinas de vapor. La voz explosin se ha empleado en su signi-
ficado corriente, esto es liberacin brusca de una gran cantidad
de energa encerrada en un volumen relativamente pequeo;
por minas han de entenderse tanto los recintos de minerales
como los artefactos explosivos, el legislador no hizo diferencia
sobre el punto.
La enumeracin es meramente enunciativa, porque termina
refirindose a cualquier otro agente de destruccin tan pode-
roso como los expresados. La redaccin no fue feliz, la enu-
meracin no comprende medios de destruccin propiamente sino
sucesos o desastres de envergadura, pero que en todo caso son

425
DERECHO PENAL

indiciarios de aquellos a los cuales el precepto pretende referir-


se, que han de tener el gran poder destructivo que los referidos
eventos suponen.
Al igual que en el delito de incendio, los bienes perjudicados
o daados han de ser ajenos, lo que se desprende del art. 480 al
relacionarlo con el art. 482, que castiga como autor del delito
de daos al que para cometerlo haya tenido que destruir bienes
propios.
El tipo penal requiere de dos elementos importantes en el
aspecto objetivo: el empleo de medios destructivos altamente pe-
ligrosos, por un lado, y la provocacin de daos de importancia
o gravedad extrema, por el otro. La conducta prohibida involu-
cra riesgo en cuanto a la forma de llevarla a cabo y catstrofe en
relacin a los efectos; ambas circunstancias han de ir aparejadas
en el delito de estragos y constituyen su caracterstica, como se
desprende claramente del contexto del artculo 480.

227. EL TIPO SUBJETIVO

El delito de estragos es doloso, exige la concurrencia de una


voluntad dirigida a emplear el medio catastrfico y a provocar
un dao de proporciones, aunque sea a ttulo de dolo eventual.
En otras legislaciones, como sucede en la de Espaa, se extiende
la responsabilidad a los comportamientos culposos. El art. 267 de
ese pas sanciona los deterioros causados por imprudencia grave,
siempre que su valor exceda cierta cuanta, pero como delito
de daos porque el delito de estragos como tipo especial ha sido
eliminado.
Es interesante observar que en el plano subjetivo es posible
diferenciar el delito de estragos de la circunstancia agravante del
art. 12 N 3, que consiste en cometer un delito mediante el uso de
medios de naturaleza catastrfica. La agravante, si bien exige el em-
pleo de medios de ejecucin que en la materialidad pueden causar
grandes estragos, la actividad del delincuente tiene una direccin
subjetiva diversa a la perpetracin de daos de envergadura en la
propiedad ajena, lo que pretende es concretar otros hechos tpi-
cos, como podra ser la muerte de una o varias personas, donde la
catstrofe se presenta como una forma o modalidad de ejecucin.

426
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

La circunstancia del N 10 del art. 12, que tambin agrava la res-


ponsabilidad y que consiste en cometer un delito con ocasin de un
incendio, inundacin u otra calamidad, tampoco ofrece problemas
con el delito de estragos, porque en esta hiptesis el delincuente se
limita a aprovechar esas desgracias, en cuya ocurrencia no ha tenido
intervencin, para cometer un delito distinto.

228. ETAPAS DE EJECUCIN DEL DELITO DE ESTRAGOS

Este delito se entiende consumado, como todo tipo resultativo o de


lesin, cuando se provoca el dao calamitoso; de consiguiente son
posibles las etapas de frustracin y de tentativa propiamente tal.

229. PENA QUE CORRESPONDE AL DELITO DE ESTRAGOS

El art. 480 no determina una sancin particular para este delito,


sino que hace aplicable cualquiera de las establecidas para el de
incendio en las distintas hiptesis que describe en los artculos
que preceden al recin citado. La disposicin expresa: Incurri-
rn respectivamente en las penas de este prrafo los que causen
estragos, de modo que frente a la ocurrencia de un delito de
estragos, para precisar la pena que corresponde aplicar se deber
homologar el hecho a alguno de los tipos penales correspondien-
tes a los delitos de incendio, sistema absolutamente inadecuado,
pues deja en un mbito de incertidumbre la sancin a imponer,
puesto que no siempre resultan compatibles las distintas figuras.

230. TENENCIA DE BOMBAS EXPLOSIVAS

Al tratar el delito de incendio se coment el art. 481, que sancio-


na al que fuere aprehendido con bombas explosivas o preparati-
vos conocidamente dispuestos para incendiar o causar alguno de
los estragos expresados en este prrafo. Lo sealado en esa oportuni-
dad se da por reproducido en este apartado.12

12
Vase supra, prrafo N 224.

427
DERECHO PENAL

El delito de daos
231. ASPECTOS GENERALES

Los cdigos penales han mantenido esta figura particular para


identificar las acciones productoras de perjuicios o de destruc-
cin de la propiedad ajena. La expresin daos se emplea, a su
vez, en otras reas del derecho, como la civil, para referirse a los
menoscabos que ameritan indemnizacin, lo que sucede en parti-
cular en los arts. 2314 y siguientes del C.C., que reglan los delitos
y cuasidelitos civiles, como fuente productora de indemnizacin
pecuniaria para quien ha sufrido el menoscabo o destruccin de
alguno de sus bienes.
La expresin daos puede ser objeto de interpretaciones dis-
miles, y en el hecho las diversas reas del derecho no siempre la
entienden en un sentido unitario. De manera que, en general, han
de descartarse los alcances estrictamente semnticos de la palabra,
porque lo que corresponde determinar es el sentido sistemtico del
delito de dao, que es un instituto jurdico, o sea algo distinto al signi-
ficado que puede tener la voz dao para efectos lexicogrficos.
La figura penal, histricamente, tiene antecedentes en la
primitiva Ley Aquilea en el ordenamiento jurdico romano, que
era una muy completa reglamentacin destinada a conseguir la
reparacin por los daos inferidos. En la legislacin espaola
tambin fue objeto de reconocimiento en textos tan importantes
como el Fuero Juzgo, que haca referencia tanto a la propiedad
urbana como a la rural, y las Siete Partidas. Para estructurar el
texto nacional la Comisin Redactora se bas en el Cdigo espa-
ol de 1848 y en el Cdigo belga; su redaccin se encomend a
don Manuel Renjifo, integrante de esa Comisin.13

232. CONCEPTO DEL DELITO

En el art. 484 el Cdigo Penal da una nocin genrica de lo que


constituye el delito de daos: Incurren en el delito de dao y
estn sujetos a las penas de este prrafo, los que en la propiedad

13
Acta de la Comisin Redactora N 104, de 29 de julio de 1872.

428
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

ajena causaren alguno que no se halle comprendido en el prrafo


anterior.
El carcter residual o subsidiario del tipo penal en estudio queda
expresamente sealado por el artculo transcrito; slo aquellos da-
os no comprendidos en los prrafos anteriores el incendio y los
estragos, ya antes comentados son los que pueden constituir el pre-
sente delito de daos. Quedan excluidos, entonces, los menoscabos
o destrucciones de bienes ajenos provocados por el fuego o por el
empleo de medios catastrficos. Por mandato del art. 488, adems
quedan excluidos aquellos daos que es posible adecuar en otros
delitos que merezcan mayor pena, circunstancia que confirma su
carcter de figura subsidiaria. La disposicin citada expresa: Las
disposiciones del presente prrafo slo tendrn lugar cuando el
hecho no pueda considerarse como otro delito que merezca mayor pena.

233. BIEN JURDICO PROTEGIDO

El bien objeto de proteccin en el delito de daos es la propiedad


de las cosas ajenas; no es el bien mismo, sino las facultades inhe-
rentes al derecho de dominio, su uso, goce y disposicin. Cuando
esas facultades aparecen afectadas por la accin de un tercero, el
derecho penal entra a proteger al titular del derecho con el delito
de daos, siempre que esa accin recaiga sobre la cosa misma.
La propiedad que se ampara es la ajena, la de los terceros,
que puede tener el carcter de pblica o privada, porque en el
art. 485 se hace alusin a bibliotecas, archivos, museos pblicos,
monumentos, estatuas y anlogos.
Secundariamente el delito protege otra clase de bienes, como
son el ejercicio de la autoridad, la seguridad pblica, y aun el
patrimonio del perjudicado. En esa direccin se toma en cuenta
la circunstancia de que el autor persiga entorpecer la aplicacin
de las leyes, o causar infecciones o el contagio de animales do-
msticos, o la ruina del afectado (art. 485).

234. CARACTERSTICAS DEL TIPO PENAL

El tipo penal en el delito de daos ofrece varias interrogantes que


es til contestar. Como se adelant precedentemente, la expresin

429
DERECHO PENAL

daos empleada por el art. 484 puede ser entendida en diversos


sentidos. Corresponde en esta oportunidad determinarlo en el
mbito normativo penal concreto, precisando si se refiere al efec-
to de detrimento que sufre un bien o al comportamiento de una
persona dirigido a provocar consecuencias lesivas. Y en este ltimo
caso, si comprende slo el detrimento de una cosa o queda inclui-
da tambin en el concepto de dao la destruccin o inutilizacin.
Finalmente, cabe preguntarse si el perjuicio patrimonial de la
vctima es elemento inherente al delito de daos.
El tipo penal es de resultado o material, de manera que se
conforma por una actividad dirigida a provocar el dao y por la
consecuencia de esa conducta, vale decir el real deterioro o des-
truccin de un bien ajeno. De modo que la figura est integrada
tanto por la accin como por el efecto de aqulla, porque el tipo
penal segn el art. 480 consiste en causar un dao en la propie-
dad ajena, nocin que confirman los arts. 484, 485 y 486.
Por dao ha de entenderse el menoscabo o detrimento que
sufre una cosa o su destruccin.14 Normalmente en ambas situa-
ciones se habla de dao, sea que se desmejore una cosa (romper
los vidrios de una casa, desinflar los neumticos de un automvil)
o se destruya un bien (hacer astillas un mueble de madera, desar-
mar un televisor y romper sus piezas). El problema no se plantea
en los aspectos sealados; existe acuerdo que ambos casos que-
dan comprendidos en la nocin de dao. La duda se suscita en
otros planos, como queda en evidencia en el conocido ejemplo
del sujeto que libera los canarios de la jaula donde los mantiene
su dueo o lanza al ro el collar de perlas de una dama. Hiptesis
donde las especies mismas no han sufrido ningn cambio o dete-
rioro, pero su propietario pierde, como resultado de esas accio-
nes, la posibilidad de ejercer sobre ellas las facultades inherentes
al dominio de que es titular, puesto que la duea del collar o de
las aves ha sido privada de la posibilidad de gozar o disponer de
esos bienes, aunque el collar o los pjaros se encuentren ntegros
y sin detrimento alguno. Situaciones como las recin planteadas
conforman el tipo penal de daos, en atencin a que sta es una
figura que se ubica entre los atentados a la propiedad, o sea que

14
Cfr. Rodrguez Ramos, Luis, op. cit., p. 352.

430
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

el dao o lesin desvalorado por el legislador no es el que recae


en la cosa misma, sino el que recae sobre el derecho de dominio
que se tiene sobre ella, derecho que de facto es posible perder o
restringir en su goce o disposicin,15 por esa clase de conductas,
lo que sucede en los ejemplos antes mencionados. El elemento
sealado se desprende del tenor del art. 480, que castiga los
daos que se causaren en la propiedad ajena y no en cosas o
bienes ajenos, sin perjuicio que los deterioros o destruccin de
que estos ltimos sean objeto, constituyan a su vez atentados al
derecho de dominio que se tiene sobre ellos y conformen el de-
lito de daos. De manera que tanto la destruccin material y el
deterioro fsico del bien ajeno, como la prdida de su valor de uso
o de disposicin constituyen daos sancionados por el tipo penal.
La doctrina ha discutido, adems, si conforma el tipo penal
el dao que se causa a una cosa que, en definitiva, mejora o
aumenta el patrimonio de su propietario. En otros trminos, se
cuestiona si es necesario como elemento tpico del delito de dao
que la vctima sufra un perjuicio en su patrimonio o es suficiente la
destruccin, deterioro o prdida del valor de uso de una cosa. Los
ejemplos que se dan son numerosos: la destruccin de uno de los
dos nicos ejemplares de una estampilla, que hace subir el valor
de la que conserva el propietario al pasar a constituir una pieza
exclusiva; la muerte del caballo viejo que no le prestaba servicio
alguno a su dueo, y que lo libera de incurrir en los correspon-
dientes gastos por su alimentacin. El art. 480 no exige que el
dao cause un perjuicio patrimonial a la vctima, se satisface con
la circunstancia de que el detrimento o destruccin se materia-
lice; de modo que agregar a ese efecto otro ms, como sera el
perjuicio, no puede hacerse jurdicamente e importara limitar el
alcance del tipo sin respaldo sistemtico. No debe llevar a equvo-
cos que el art. 486 regule la pena del delito tomando en cuenta
el valor del deterioro o menoscabo, porque se refiere al importe
del mismo y no al de los posibles perjuicios sufridos por el pro-

15
Cfr. E. Orts, op. cit., p. 1002; Bajo Fernndez, op. cit., pp. 346-347. Muoz
Conde sostiene doctrina en sentido inverso: afirma que la liberacin del animal
no constituye una accin de alteracin o menoscabo del animal; otro tanto sucede
a su juicio con la accin de dejar abierta la espita del tonel de vino, porque no
se altera la esencia o substancia del vino y, de consiguiente, no se incurrira en el
delito de daos (op. cit., p. 321).

431
DERECHO PENAL

pietario como consecuencia de ese dao, situaciones ambas que


constituyen nociones diferentes. Tampoco ha de llevar a error el
hecho de que en el art. 485 se mencione la ruina del perjudicado,
por cuanto esto es un plus que se toma en cuenta para efectos de
agravar el injusto o desvalor del acto. En conclusin, el delito de
dao no exige que la vctima sufra un perjuicio en su patrimonio,
y por lo tanto la figura penal se conforma aun cuando la vctima
resulte beneficiada pecuniariamente por el hecho.16
El comportamiento prohibido consiste en causar un dao,
lo que generalmente supone una actividad positiva del agente;
no obstante es concebible la omisin en este delito, porque la
expresin causar debe entenderse en sentido normativo. Puede
provocarse un dao mediante un no hacer cuando el sujeto se
encuentra en posicin de garante respecto del bien (la modista
debe evitar que ante ella su perro destroce el vestido que una
cliente le ha entregado para su reparacin).
El objeto material sobre el cual recae la accin es una cosa
corporal ajena, mueble o inmueble, que el sujeto activo destru-
ye, deteriora o inutiliza para su dueo (la joya de una persona
lanzada al mar por un tercero). Los animales (semovientes) son
cosas corporales y pueden ser objeto del delito de dao para sus
propietarios. En estos casos no se produce, como sucede en los
delitos de apropiacin, un traspaso de hecho de las facultades
propias del dominio del bien del propietario a manos del agente.
El comportamiento prohibido es causar el dao, no asumir la
calidad de dueo.
La cosa sobre la cual recae la accin debe ser ajena, no hay delito
de dao sobre cosa propia, sin perjuicio de las posibles responsabili-
dades civiles que de acciones en tal sentido podran derivarse.17
Los documentos pueden ser el objeto material sobre el cual
recae la accin de este delito, a menos que las conductas calcen
en los delitos de falsedad (en los que se modifica el contenido
de los mismos o su integridad). Las situaciones dudosas deben
solucionarse con los principios que reglan los concursos.

16
Cfr. Muoz Conde, op. cit., p. 320.
17
Cfr. Labatut, D.P., t. II, p. 265; Etcheberry, D.P., t. III, p. 478.

432
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

235. EL TIPO SUBJETIVO

El delito de daos requiere de dolo, y ste acepta todas las posibi-


lidades, directo, indirecto o eventual. A pesar de lo que algunos
sostienen, no se requieren en el sujeto activo estados anmicos
especiales, como el de lucrar en su beneficio con la comisin del
delito de daos. Como se seal con anterioridad, el nimo de
lucrar no es un elemento del tipo subjetivo en el delito de daos.
El autor debe saber y aceptar que deteriora una cosa ajena, que
la destruye o que priva al propietario de su goce, no necesita per-
seguir un beneficio de orden pecuniario o el empobrecimiento
de la vctima. Esta caracterstica de los daos permite diferenciar
situaciones lmite, entre otras, distinguir entre el delito de daos y
el de hurto, tipo penal este ltimo donde s es necesario el nimo
de lucro. Se considera que hay nimo de lucro cuando por la apro-
piacin misma de la especie el sujeto espera obtener un beneficio,
y no as cuando logra ese beneficio de circunstancias distintas al
acto de apoderamiento. El que lanza una joya ajena al mar no ob-
tiene por esa accin, directamente, provecho patrimonial alguno.
Si en este caso lo logra al tener, por ejemplo, una joya gemela que
pasa a ser nica y aumenta por ello su valor extraordinariamente,
ese beneficio no proviene directamente de la accin misma antes
indicada, sino de otra circunstancia: en esta hiptesis poseer una
joya gemela y nica (delito de dao). No sucede otro tanto con
aquel que en un centro comercial toma una botella de bebida y
la consume en el mismo lugar, porque con el apoderamiento ha
obtenido un beneficio consumir el producto apreciable econ-
micamente (hurto).
Excepcionalmente puede constituir dao un comporta-
miento atribuible a culpa, en el caso del delito falta descrito en
el art. 495 N 21: Sern castigados con multa de una unidad
tributaria mensual:
El que intencionalmente o con negligencia culpable cause dao
que no exceda de una unidad tributaria mensual en bienes p-
blicos o de propiedad particular.
El precepto no deja de ser curioso, por decir lo menos; san-
ciona con multa la culpa del dao que no exceda en su cuanta
del valor de una unidad tributaria, pero si supera ese monto el
hecho es atpico y slo da origen a responsabilidades civiles.

433
DERECHO PENAL

236. ETAPAS DE EJECUCIN DEL DELITO

En los prrafos precedentes se seal que el delito de daos es ma-


terial o de resultado; esa caracterstica de la figura permite que se
puedan dar en su ejecucin las etapas imperfectas. De modo que
la frustracin como la tentativa propiamente tal son posibles.

237. LAS CLASES DE TIPOS DE DAOS SANCIONADOS


EN EL CDIGO PENAL

En el tratamiento de los daos el legislador mantuvo el criterio


que tena la antigua legislacin espaola en relacin a los deli-
tos de destruccin, o sea recurrir a la casustica y no al estable-
cimiento de una idea central o de un criterio rector. Entre los
delitos de daos el Cdigo describe una figura genrica que regla
en el art. 487 y un tipo calificado que describe en los arts. 485 y
486. Ambas hiptesis constituyen simples delitos, en que los da-
os causados deben exceder del valor de una unidad tributaria
mensual. Cuando los daos tienen un valor no superior a una
unidad tributaria mensual configuran un delito falta de daos,
sancionado en el art. 495 N 21.
Finalmente, para los daos causados por animales que entran
en heredades ajenas, consagr un delito falta especfico en el
art. 497, en el que no se considera el valor del dao sufrido.
A continuacin se explicarn los diversos tipos enunciados.

238. FIGURA GENRICA DEL DELITO DE DAOS

El art. 487 se ocupa de este tipo penal en los siguientes trminos:


Los daos no comprendidos en los artculos anteriores, sern pena-
dos con reclusin menor en su grado mnimo o multa de once a
veinte unidades tributarias mensuales.
Esta disposicin no es aplicable a los daos causados por el
ganado y a los dems que deben calificarse de faltas, con arreglo
a lo que se establece en el Libro Tercero.
El tenor del precepto precisa el alcance de esta figura, que
consiste en el comportamiento de una persona que causa en

434
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

la propiedad ajena un dao de valor superior a una unidad


tributaria mensual, sin que constituya incendio o estragos o
que hayan sido provocados por animales en heredades ajenas
y, por otra parte, que tampoco conformen un delito de daos
calificados. De modo que aparte de los elementos positivos que
lo integran (causar un menoscabo o destruir la propiedad ajena
por un valor superior al indicado), deben a su vez concurrir ele-
mentos negativos (que no consista en un incendio u otro estrago,
que no constituya un dao calificado y que no haya sido causado
por animales en una heredad ajena).
Es un delito comn que puede ser cometido por cualquier
persona y queda sujeto a todas las exigencias generales que se
comentaron en los prrafos precedentes. Su sancin es alterna-
tiva, reclusin menor en su grado mnimo o una pena de multa
de once a veinte unidades tributarias mensuales.

239. DELITO DE DAOS CALIFICADO

La figura est descrita en los arts. 485 y 486, y consiste en causar


dao en la propiedad ajena concurriendo, adems, alguna de las
ocho circunstancias que se mencionan en la primera disposicin
citada y siempre que el valor del dao sea superior al de una uni-
dad tributaria mensual; el deterioro o destruccin en todo caso
no debe ser la consecuencia de un incendio o de otro estrago.
La determinacin de la pena que corresponde al delito
queda sujeta al monto del dao causado: si excede de cuarenta
unidades tributarias mensuales, o si es superior a cuatro unida-
des y no excede de cuarenta, o si es superior a una unidad y no
pasa de cuatro.
El art. 485 expresa: Sern castigados con la pena de reclu-
sin menor en sus grados medio a mximo y multa de once a
quince unidades tributarias mensuales los que causaren dao
cuyo importe exceda de cuarenta unidades tributarias mensuales:
1. Con la mira de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en
venganza de sus determinaciones, bien se cometiere el delito contra
empleados pblicos, bien contra particulares que como testigos
o de cualquiera otra manera hayan contribuido o puedan con-
tribuir a la ejecucin o aplicacin de las leyes.

435
DERECHO PENAL

2. Produciendo por cualquier medio infeccin o contagio de


animales o aves domsticas.
3. Empleando sustancias venenosas o corrosivas.
4. En cuadrilla y en despoblado.
5. En archivos, registros, bibliotecas o museos pblicos.
6. En puentes, caminos, paseos u otros bienes de uso pblico.
7. En tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas,
cuadros u otros objetos de arte colocados en edificios o lugares p-
blicos.
8. Arruinando al perjudicado.
La disposicin debe complementarse con el art. 486, que
expresa: El que con alguna de las circunstancias expresadas en
el artculo anterior causare dao cuyo importe exceda de cuatro
unidades tributarias mensuales y no pase de cuarenta unidades tribu-
tarias mensuales, sufrir la pena de reclusin menor en sus gra-
dos mnimos a medio y multa de seis a diez unidades tributarias
mensuales.
Cuando dicho importe no excediere de cuatro unidades tributarias
mensuales ni bajare de una unidad tributaria mensual, la pena ser
reclusin menor en su grado mnimo y multa de cinco unidades
tributarias mensuales.
Las ocho circunstancias calificantes tienen, cada una, deter-
minadas caractersticas. La del N 1 se caracteriza por el estado
anmico especial que impulsa a actuar al agente; las de los Nos 2,
3, 4 y 5 por el medio o forma de ejecucin empleado por el autor
que representa un particular desvalor, y por ltimo, las de los
Nos 5, 6 y 7, por el objeto sobre el que recae el dao provocado
que ofrece o presenta un inters pblico. Es suficiente que con-
curra en el dao cualquiera de las referidas circunstancias para
que el hecho se encuadre en el tipo calificado.
La primera circunstancia exige que el dao se cause por el
agente con la mira de impedir el libre ejercicio de la autoridad
o en venganza de sus determinaciones. No es necesario que el
sujeto logre esos objetivos, sino que acte impulsado por ellos.
En otros trminos, adems del dolo inherente al delito (saber
que se causa un dao y querer causarlo), en el sujeto activo debe
concurrir un elemento subjetivo de tendencia interna intensificada:
impedir el ejercicio de la autoridad o vengarse de sus determi-
naciones.

436
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

Las circunstancias mencionadas en los numerandos 2, 3, 4


y 8 se han consagrado teniendo en cuenta que el medio o la
forma de comisin del dao importa un peligro que excede
al inherente del dao mismo provocado; as sucede con la in-
feccin o contagio de animales domsticos,18 o el empleo de
sustancias venenosas o corrosivas, o actuar en cuadrilla y en
despoblado (deben concurrir coetneamente ambas condicio-
nes). Otro tanto sucede con la ruina de la vctima, lo que ha
de entenderse como la prdida de una parte significativa de
su patrimonio; no es necesario que quede privado de todos
sus haberes.
En las calificantes Nos 5, 6 y 7 se agrava el desvalor del acto por
el lugar donde se causan los daos, esto es, el objeto sobre el cual
recae la accin prohibida: archivos, bibliotecas, museos, puentes,
caminos, paseos y en general bienes de uso pblico, tumbas, mo-
numentos,19 estatuas y anlogos. El alcance de locuciones tales
como uso pblico o edificios o lugares pblicos que se emplean en la
disposicin, se ha de determinar sin considerarse su acepcin
jurdico-tcnica, sino aquel que se desprende del contexto de
la disposicin, vale decir de edificios o lugares donde el pblico
tenga libre acceso, aunque sean de carcter particular, como bien
comenta Etcheberry.20

240. DELITO FALTA DE DAOS CAUSADOS POR ANIMALES

El art. 497 describe esta figura: El dueo de ganados que entraren


en heredad ajena cerrada y causaren dao, ser castigado con multa,
por cada cabeza de ganado:

18
La redaccin del precepto es doblemente desafortunada, pues hace referen-
cia a domsticas cuando lo adecuado era hablar de domsticos y, por otro lado,
se refiere a animales y aves, como si estas ltimas no fueran animales.
19
La Ley N 17.288, de 4 de febrero de 1970, sobre Monumentos Nacionales,
dice en su art. 38: Los particulares que destruyan u ocasionen perjuicios en los
Monumentos Nacionales o en los objetos o piezas que se conserven en ellos o en
museos, sufrirn las penas que se establecen en los artculos 485 y 486 del Cdigo
Penal, sin perjuicio de la responsabilidad civil que les afecte, para la reparacin
de los daos materiales que hubieren causado en los aludidos monumentos o
piezas.
20
Etcheberry, D.P., t. III, p. 480.

437
DERECHO PENAL

1. De una unidad tributaria mensual si fuere vacuno, caba-


llar, mular o asnal.
2. De un quinto de unidad tributaria mensual si fuere lanar
o cabro y la heredad tuviere arbolado.
3. Del tanto del dao causado a un tercio ms, si fuere de
otra especie no comprendida en los nmeros anteriores.
Esto mismo se observar si el ganado fuere lanar o cabro y la
heredad no tuviere arbolado.
En esta falta queda sancionada la conducta dolosa como la
culposa, siempre que el ganado entre en una heredad cerrada.

241. EL DELITO FALTA DE DAOS EN GENERAL

El art. 495 N 21 describe esta figura: Sern castigados con multa


de una unidad tributaria mensual:
El que intencionalmente o con negligencia culpable cause dao
que no exceda de una unidad tributaria mensual en bienes pblicos
o de propiedad particular.
Si excede de la cantidad de una unidad tributaria el dao
causado, constituye el delito de daos establecido en el art. 487,
siempre y nicamente si se acta con dolo. Tal como se seal en
prrafos precedentes, es curioso que se castigue como falta el
dao culposo cuyo monto no exceda de una unidad tributaria
mensual, pero no as el de un valor superior.

242. EXCUSA LEGAL ABSOLUTORIA PARA LOS DELITOS DE


HURTO, DEFRAUDACIN Y DAOS

242.1. EN QU CONSISTE LA EXCUSA

El Cdigo, en el prrafo N 11 del Ttulo IX, bajo el epgrafe de


Disposiciones generales, se ocupa de reglar esta excusa legal. El
prrafo tiene un artculo nico, el 489, que expresa: Estn exentos
de responsabilidad criminal y sujetos nicamente a la civil por los
hurtos, defraudaciones o daos que recprocamente se causaren:
1. Los parientes consanguneos legtimos en toda la lnea recta.
2. Los parientes consanguneos legtimos hasta el segundo
grado inclusive de la lnea colateral.

438
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

3. Los parientes afines legtimos en toda la lnea recta.


4. Los padres y los hijos naturales.
5. Los cnyuges.
La excepcin de este artculo no es aplicable a los extraos que
participaren del delito.
Para que opere este precepto, la apropiacin, defraudacin
o dao tiene que cumplir todas las condiciones requeridas por
el tipo, por la antijuridicidad y la culpabilidad, para calificarlos
como delitos penales. El hecho constituye un delito pero la nor-
ma libera de pena al responsable que a su vez cumple con los
presupuestos de parentesco o matrimonio en ella precisados.
Se trata en consecuencia de una excusa legal absolutoria, de
carcter personal, en virtud de la cual el legislador renuncia a im-
poner una sancin por razones de poltica criminal, toda vez que
el hecho es merecedor de sancin, pero esa sancin aparece como
no necesaria frente a las vinculaciones parentales y a los beneficios
de la vida familiar. No es una circunstancia de inculpabilidad por
no exigibilidad de otra conducta; aqu el beneficiado debe ser
culpable, no inculpable. Tampoco se exige que acte motivado
por estmulos especiales para ser favorecido con la exencin de
responsabilidad, es suficiente que objetivamente se d, entre vctima
y victimario, la relacin conyugal o parental necesaria.

242.2. CULES SON LOS DELITOS COMPRENDIDOS POR LA EXCUSA

El beneficio no se extiende a todos los delitos contra la propie-


dad, est limitado a los hurtos, defraudaciones y daos. Ha susci-
tado duda el alcance de la palabra defraudacin; corresponde
entenderla en sentido amplio o restringido, limitada a los delitos
que el Cdigo regla como tales, o sea a los del prrafo N 7 del
Ttulo IX que tiene como enunciado De las defraudaciones,
que en la actualidad cuenta con un solo artculo, el 466, que se
ocupa del alzamiento de bienes del deudor no comerciante y de
otros hechos semejantes. No parece ser este ltimo el sentido del
tenor del art. 489, primero porque dadas las caractersticas de las
defraudaciones que se describen en el 466 es poco probable que
se presenten entre cnyuges o los dems parientes all enume-
rados lo que hara inaceptable una interpretacin en el sentido

439
DERECHO PENAL

restrictivo sealado. Por otra parte, las leyes penales frecuente-


mente emplean la expresin defraudar haciendo referencia a
los engaos en general, como se observa en los artculos 467 y
siguientes, que tratan los delitos de estafa y otros engaos, y son
stos los que con mayor probabilidad podran tener lugar entre
parientes o cnyuges. En consecuencia, la expresin defrauda-
cin es comprensiva de los diversos engaos de orden patrimo-
nial, y entre ellos los reglados en el prrafo N 8 como estafas y
otros engaos.
Los delitos de robo en sus diversas especies no estn afectos a esta
excusa legal, porque el artculo 489 se refiere exclusivamente a los
de hurto aparte de las defraudaciones y daos y no a los robos.
De manera que si un cnyuge roba un bien mueble del otro, res-
ponde penalmente por ese delito. Cuando la Comisin Redacto-
ra incorpor la disposicin extendi el beneficio a los delitos de
robo, porque como lo sostuvo uno de sus miembros, Alejandro
Reyes, la unin estrecha de intereses y los vnculos naturales
tan ntimos que ligan a las personas que el artculo enumera,
no permiten suponer que haya delito en la apropiacin de sus
cosas.21 No obstante lo sealado, en sesin posterior otro de los
integrantes de esa Comisin, Alejandro Renjifo, hizo notar que
en el robo hay un ataque a las personas que no interesa slo al
ofendido, sino que importa una amenaza a la sociedad, comen-
tario que hizo variar el criterio y se excluy el delito de robo.22

242.3. A QU RESPONSABLES BENEFICIA LA EXCUSA

El beneficio se reconoce nicamente a los cnyuges y dems pa-


rientes consanguneos y afines expresamente enumerados por la
disposicin, que han participado en la comisin del delito. Si en
el delito han intervenido, adems de los favorecidos, otras perso-
nas que no estn vinculadas con la vctima en la forma sealada,
estas ltimas responden penalmente por el hecho, como lo dice
expresamente el precepto legal transcrito. La excusa es de carcter
personal, favorece exclusivamente a los responsables vinculados

21
Acta de la Comisin Redactora N 95, de 17 de junio de 1872.
22
Acta de la Comisin Redactora N 106, de 5 de agosto de 1872.

440
DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD POR DESTRUCCIN

y no a los extraos. Otro tanto sucede en sentido inverso, si son


varias las vctimas, y los vnculos familiares del autor o partcipe
se refieren a alguna de ellas, este intraneus responde por el
hecho respecto de los no parientes (Francisco y Pedro trabajan
juntos y guardan sus valores en una caja de seguridad comn a
ambos; el hijo de Francisco, al encontrarla abierta, se apodera de
esos bienes; quedar exento de pena por el hurto de los valores
de su padre, pero responde penalmente por el hurto de los de
propiedad de Pedro).

242.4. EFECTOS DEL BENEFICIO

Las consecuencias de esta excusa legal para los favorecidos con-


siste en que quedan liberados de la sancin penal, pero no as
de la responsabilidad civil que por esos hechos les corresponde
frente a sus parientes o cnyuge, la que subsiste. Responden
civilmente entonces de los perjuicios causados y de las indemni-
zaciones correspondientes.

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