Formacion Cristiana 4
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Curso: 1 BGU E
A los pocos das el joven sacerdote se despidi de los suyos, particularmente de su madre, y se
dirigi al noviciado dominicano de Flavgny. Tom el hbito de Santo Domingo en la fiesta de
los apstoles Pedro y Pablo; desde entonces su nombre ser Jacinto Mara. Recordaban sus
compaeros el gusto con que les ayudaban a misa, y el fervor de sus plticas a los connovicios
en las fiestas marianas. Su salud, siempre delicada, se resinti durante el tiempo de noviciado
hasta e] punto de que hizo temer por su perseverancia en la orden. Intervino entonces el
maestro general, padre Vicente jandel, uno de los primeros discpulos del padre I.acordaire, y
se lo llev a Italia, con la esperanza de que el cambio de clima le ayudara a remontar sus
dolencias.
Se propuso, de algn modo, suplir las visitas por medio de cartas circulares, particulares, y con
otros escritos. Fue tambin aficionado a la hagiografa, y as escribi vidas de santos, beatos, y
de otros personajes que destacaron por la fama de santidad.
Durante el sexenio en que vivi en este Colegio Internacional (1910-1916), puso toda su
diligencia en que floreciera la vida religiosa segn el espritu de Santo Domingo, y en que los
estudios eclesisticos se renovaran constantemente. Participaba asiduamente en la
celebracin litrgica que tena lugar en la iglesia conventual procur buenas ediciones de libros
litrgicos; quera que se observaran con esmero las ceremonias sagradas; a veces, cuando
faltaba el organista, no era raro ver al venerable anciano sentado al rgano para acompaar el
canto gregoriano. Este colegio estaba entonces en la va San Vitale; con el paso del tiempo se
establecer en el antiguo convento de San Domenico e Sisto y ser elevado al rango de Ateneo
Internacional, y, ms tarde, a Pontificia Universidad de Santo Toms de Aquino.
Se preocup de manera especial de la Escuela Bblica de Jerusaln, fundada por el padre Jos
Mara Lagrange, a quien sostuvo en sus duras batallas en bien del progreso de los estudios
bblicos entre los catlicos. Profesores y alumnos dominicos de la Universidad Catlica de
Friburgo (Suiza) le deben la construccin de la residencia, Albertinum.
Destacaba por su continuo espritu de oracin, habitual e ntima unin con Dios, devocin filial
hacia la Santsima Virgen en cuyo honor recitaba diariamente las tres partes del rosario;
veneraba a Santo Domingo y a los dems santos, especialmente a Santa Mara Magdalena.
Tena un exquisito sentido de la urbanidad y de la caridad fraterna. Experiment tribulaciones,
posturas opuestas, ingratitudes; lo sostuvo todo con nimo constante, alentado por el
testimonio de la buena conciencia, y poniendo los asuntos en las manos de Dios que juzga
rectamente. Fue amante de la pobreza, sincero en la humildad, penitente, amante del silencio.
Al finalizar su mandato de gobierno se retir al convento de San Clemente de Roma, lugar que
gustaba denominar su desierto. Rpidamente le fueron faltando las fuerzas, hasta el punto
de que slo con mucha dificultad poda celebrar la Eucarista. Al fin, ni con esa devocin de
devociones pudo cumplir como deseaba. Haba comenzado sus ochenta y cinco aos de edad
y padeca de lcera sangrante en el estmago. En los ltimos das brill con luz especial su vida
de piedad. Falleci el 17 de diciembre de 1916 renovando su profesin religiosa y bendiciendo
a todos. Su sepulcro se halla en la iglesia de San Domenico e Sisto, actual sede de la
Universidad de Santo Toms de Roma.