Juanito Laguna y El Pensamiento Nómade

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JUANITO LAGUNA Y EL PENSAMIENTO NMADE

En los dos tomos que comprenden la obra Capitalismo y Esquizofrenia (El Antiedipo (Deleuze y Guattari,
1985) y Mil Mesetas (Deleuze y Guattari, 1994)), Gilles Deleuze y Felix Guattari plantean una nocin de delirio
que no es nicamente psiquitrica sino, igualmente, poltica y social. Deleuze y Guattari hablan de una
"esquizofrenizacin" que se da tanto en el campo del inconsciente como en el campo social y que produce un
quiebre de cdigos en las relaciones familiares del tringulo padre-madre-hijo, (basadas en una estructura
edpica) y en el tringulo Estado-familia-individuo. (Deleuze y Guattari, 1985)
Los autores plantean que, tanto el capitalismo como la esquizofrenia emiten flujos descodificados y
desterritorializados. La diferencia entre uno y la otra estara dada por el hecho de que, mientras que el
capitalismo intenta reterritorializar dichos flujos en su poderosa axiomtica abstracta de cantidades
monetarias, el esquizofrnico emprende, por el contrario, la fuga de todo territorio codificado y lo
desterritorializa todo.
En tanto lleva la desterritorializacin y la descodificacin hasta sus ltimas consecuencias, Deleuze y Guattari
consideran al esquizofrnico como un modelo de pensamiento nmade.(1) El pensamiento nmade
representar, para ellos, un posible lugar de resistencia frente a las nociones de centro y jerarqua heredadas
del pensamiento moderno. En su falta de lmites, de reglas, de anclajes; en sus incoherencias y
discontinuidades, el pensamiento nmade se presentar, adems, como opuesto al pensamiento de Estado,
que busca dominar, totalizar, disciplinar.
Juanito Laguna, personaje creado por Antonio Berni hacia fines de los aos '50, constituye una representacin
de la infancia argentina marginal y carenciada. Esta infancia es concebida por Berni a partir de un modelo
nmade y heterogneo en el que priman el devenir y la deriva. La constante alusin en la serie de Juanito a la
ausencia de un padre, por otra parte, nos habla de un modelo antiedpico y antigenealgico.
Juanito Laguna nos es presentado por Berni en una continua itinerancia. Su falta de territorializacin, de lugar
dentro del sistema social, de genealoga, de historia, lo convierten en un personaje paradigmtico, en un
modelo de pensamiento nmade.

EL RETRATO DE JUANITO LAGUNA


En 1961, Antonio Berni realiza un retrato de Juanito Laguna que marca un giro en su produccin plstica. Se
trata de la imagen de un nio cuyo rostro es un collage construido con fragmentos de diferentes materiales:
los dientes son de fleje, el cabello y las cejas son de estopa, la piel es de diferentes telas y metales
herrumbrados. En algunos puntos, inclusive, este rostro se confunde con el fondo realizado con madera de
cajones de fruta.
El personaje de Juanito haba aparecido por primera vez en la obra de Berni a fines de la dcada del '50 y,
con el tiempo, fue tomando la forma de una serie narrativa: unas veinticinco pinturas con escenas de la vida
de este nio-adolescente que vive en una villa miseria cerca del baado del bajo Flores. Si bien el primer
Juanito fue pintado al leo, en una esttica expresionista, pronto Berni cambia su concepto y comienza a
presentar sus cuadros realizndolos con arpilleras, trozos de madera, hojalatas oxidadas, fragmentos de
objetos en desuso.(2)
Berni frecuenta la villa de Flores, la observa, la fotografa, habla con la gente de la zona y comienza a recoger
materiales del lugar. Estos materiales de desecho de una sociedad urbana e industrial le servirn para formar
tanto el cuerpo como el hbitat de su personaje, considerado l mismo como ser marginal y desecho social.
(3)
El cuerpo de Juanito aparece representado en forma discontinua e hbrida. Este tipo de representacin se
corresponde, por un lado, con las mutilaciones y deterioros implcitas en la intemperie cotidiana del personaje,
un nio de la calle. Pero por otro lado, se corresponder tambin con otra cosa: a este nio le ha sido
escatimado su lugar en la historia, le han negado un punto de sostn desde el cual poder constituirse como un
individuo unificado, orgnico y autnomo.
Aunque los cuadros de Juanito Laguna se articulan como una serie narrativa, Berni la concibe como una serie
1
discontinua dado que no sigue un orden en el crecimiento del nio. En algunos cuadros, Juanito es
adolescente. En otros posteriores es pequeo. Incluso, si observamos las diferentes imgenes, constatamos
un dato curioso: los Juanitos all representados son distintos entre s. En algunas ocasiones, este tiene el pelo
lacio y, en otras, ensortijado; a veces es rubio y a veces moreno; su piel es blanca u oscura. Eso s: todos los
Juanitos son desaliados, estn descalzos o calzan alpargatas, aparecen representados generalmente solos
y pasan su tiempo deambulando por los basurales de los suburbios.

DIVINO TESORO
Philippe Aris (Aris, 1973) nos hace notar que una concepcin de la infancia considerada como distinta de la
edad adulta es relativamente tarda en la cultura occidental, desarrollndose recin en el s XVII. Segn l, el
concepto de minoridad surge de un proceso que, iniciado durante el Renacimiento, se acenta en el siglo
XVIII, especialmente, a partir de la Revolucin Francesa. Dicho proceso estara en relacin con factores como
la autonomizacin de la familia o el repliegue hacia la esfera privada propios de la Edad Moderna. Notemos
que en el siglo XVII, la familia no posea aun la funcin de contencin afectiva respecto al nio que adquirir
en el siguiente siglo. Estas funciones se habran desarrollado recin despus de que el infante concitara un
especial inters y un lugar de privilegio en el seno social.
En el siglo XX, el proceso se habra acentuado en especial a partir del psicoanlisis, que subraya lo que la
infancia representa luego en la edad adulta de un individuo, enfatizando especialmente el rol cumplido por los
padres en tiempos constituyentes para el nio, un tiempo de inscripciones psquicas y de organizacin de una
subjetividad que deba ser sostenida imprescindiblemente desde el deseo y amor de algn Otro.

EL TRABAJO Y LA ESCUELA
La atencin familiar, la preocupacin por el juego y por el entorno propio del nio, el cuidado por aspectos
educativos y escolares son, entonces, fenmenos que se desarrollan particularmente a partir del siglo XVIII y
en el siglo XIX. De esta poca sern, por ejemplo, el auge de las nuevas teoras pedaggicas, desde el Emilio
de Rousseau hasta Froebel y Pestalozzi.
La sociedad toma conciencia de que el nio, en su condicin de ser frgil e indefenso, es factible de caer
vctima de una autoridad abusiva y de ser explotado. Un ejemplo particularmente cruel es el que ofrece el
caracterstico panorama de la poca del abuso de los infantes en las fbricas. En el siglo XVIII, la invencin
del trabajo fabril haba trado aparejada una nueva manera de explotacin de los nios, en especial, de los
hurfanos. Los propietarios de las fbricas los recogan de los orfanatos o directamente de las calles para
utilizar su mano de obra prcticamente gratuita. Ser recin a fines del XIX cuando se sancionen leyes que
limiten la explotacin del trabajo infantil. (4) La sociedad comienza a prestar especial atencin a estos
aspectos, esmerada en encausar al conjunto de sus miembros en actividades productivas pero tambin
legales.
Para esa misma poca, se sanciona otra ley: la de la escolarizacin obligatoria. La sociedad protege (y
tambin controla) a estos flamantes "seres preciosos" tanto a travs de la reglamentacin de su trabajo como
del proceso de escolarizacin.
En una sociedad burguesa, instituciones como la familia (seno protector) o la escuela (refugio moral de
reproduccin de valores) protegen, amparan y funcionan como clulas primeras de la integracin social del
nio.

JUANITOS BURGUESES
Existe una identificacin corriente en nuestras sociedades entre los siguientes trminos: nio pobre=nio
hurfano. Dicha identificacin se da a partir de la nocin de desproteccin y falta de amparo.
Se han realizado numerosos estudios acerca de la importancia que cobra el personaje del nio hurfano en
las producciones literarias posteriores a la Revolucin Francesa. (5) Esta presencia coincide, con el despertar
de una nueva concepcin de la familia y la niez. El inters por los hurfanos se puede explicar por la misma
amenaza que su sola existencia representa para el orden y la legalidad familiar. La cuestin es, que desde
comienzos del s XIX, hurfanos, raptados, abandonados o vagabundos aparecen una y otra vez en las
2
pginas de la literatura tanto infantil como adulta. Baste recordar aqu, dos clsicos como el Oliverio Twist de
Dickens o el Gavroche en Los Miserables de Victor Hugo.
En esa poca se registra igualmente una profusin de libros de textos escolares de intencin modeladora y
transmisora de valores morales, que remiten a un cdigo social basado en el deber, la autodisciplina, la
laboriosidad y el respeto por las autoridades familiares y escolares.
En Italia, por ejemplo, aparecen en el siglo XIX, dos famosos textos escolares: Juanito, de Luigi Parravicini
(1837) y Juanito, de Carlo Collodi (mismo autor de Pinocchio, en 1877). (6) El Juanito de Parravicini se
convirti en un verdadero bestseller dieciochesco. Incluso lleg a ser premiado por la Sociedad Florentina
como el "Libro ms hermoso de lectura moral". En este texto, Juanito es un nio moldeado en los valores de
Dios, Patria y Familia. El libro de Parravicini fue adoptado como libro de texto hasta avanzado el siglo XIX
tanto en Italia como en Espaa y fue igualmente utilizado en varios pases hispanoamericanos incluida la
Argentina.
El Juanito, de Carlo Collodi, se present a su vez como una serie de textos escolares: Juanito, El baco de
Juanito, La gramtica de Juanito, El viaje de Juanito por Italia, la linterna mgica de Juanito. El personaje de
Collodi era heredero directo del Juanito de Parravicini, si bien en algunos aspectos se constitua como su
directa contracara.
El principal aporte de Carlo Collodi a la literatura infanto-juvenil fue el de cambiar la imagen de la infancia
burguesa que se tena hasta entonces: Juanito (al igual que luego Pinocchio) no es un nio sumiso y bien
predispuesto hacia sus mayores sino ms bien desobediente, desprolijo y anticonformista. Esta serie de
Collodi tuvo un gran xito y sus libros fueron utilizados como textos escolares hasta entrada la dcada de
1920.
Ambos Juanitos tuvieron por misin transmitir enseanzas y normativas sociales de higiene, respeto y buenas
costumbres. Nuestro Juanito Laguna, en cambio, lejano a la retrica burguesa, no va a la escuela ni sabe leer.

JUANITO LAGUNA Y EL NOMBRE


Refirindose a su personaje, Berni deca: "Yo con Juanito Laguna le puse nombre y apellido a una multitud de
annimos, desplazados marginales y los convert en un smbolo".
Berni les da un nombre, identifica a seres que de otra manera hubieran permanecido innombrados e
innombrables.
El nombre propio identifica y particulariza al individuo a la vez que estructura un linaje. El nombre propio ser
el punto de sostn de un individuo respecto a una particular historia que le es previa y en la cual se ve
insertado por quien lo nombra.
Al ponerle nombre a un nio, en realidad lo que se est nombrando es el lugar que se desea que ese nio
ocupe dentro de una historia. Para constituirse como sujeto, el nio necesitar de la existencia de un Otro que
lo nombre y, al nombrarlo, le otorgue ese particular lugar que ser exclusivamente suyo. Este lugar se
traducir luego en otros mbitos, reproducindose tanto en lo escolar, en lo social o lo laboral.
Berni le puso nombre a Juanito. No lo nombr Juan sino Juanito en diminutivo, enfatizando su minoridad e
incompletud. Su apellido, su linaje generacional es Laguna. Como una laguna de memoria que interrumpe la
narracin de una historia. Laguna en la cadena significante, dado que Juanito, en tanto ser marginal,
permanece fuera de la cadena del sistema social.
Aunque es Berni quien nombr a Juanito, se refiere sin embargo a l no como al individuo que ha creado sino
como a una multitud annima: "Yo a Juanito lo siento como expresin de todos los Juanito Lagunas que
existen. l es la sntesis de la chiquilinada cirujita."(Berni, 1999)
Juanito, desde su concepcin, sufre un fenmeno de despersonalizacin. No es una persona sino varias.
Varias personas que, adems, son annimas.

JUANITO Y SUS PEDAZOS


El retrato de Juanito Laguna nos muestra a un nio cuyo rostro se presenta fragmentado y est construido por
materiales heterogneos. No se trata, entonces, de un ser unificado y orgnico sino hbrido y discontinuo.
Adems, Juanito no es un ser nico sino que puede ser otro Juanito, puede ser cualquiera. Juanito es un ser
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despersonalizado cuya historia, lejos de tener un pasado y un futuro, se presenta como puros presentes.
Cuando Berni elige representar distintos episodios de la vida de Juanito, est muy lejos, por ejemplo, de
remitirse a un tradicin iconogrfica como la de la vida de la Infancia de Jess. Jess Nio, infante
paradigmtico de la cultura occidental, representante de la infancia del hombre en tanto especie, posee una
iconografa cuidadosamente codificada que se constituye como una serie narrativa. Esta serie da cuenta de
los tempranos aos en la vida del nio y est estructurada segn una secuencia cronolgica precisa de
escenas (Anunciacin, Natividad, Circuncisin, Adoracin de los Reyes, Predicacin en el Templo), en donde
cada momento consiste en un instante sagrado, nico, irrepetible en la vida de un ser igualmente sagrado,
nico e irrepetible.
La serie de Juanito Laguna no respeta ni la temporalidad en la edad del personaje ni la unidad fsica del nio.
Hasta en su cronologa, la serie se nos impone en su fragmentareidad y heterogeneidad.
En sus cavilaciones acerca del tiempo y del eterno retorno, Federico Nietzsche (Nietzsche, 1979) sealaba la
manera en que la estructura lineal del tiempo se identifica con la estructura de dominio. El problema del
pasado se presenta como el problema de la autoridad y el dominio. El pasado se impone como lmite
infranqueable a la libertad del hombre, dado que, en tanto que ya hecho, no puede ser deshecho ni anulado.
El pasado aparece bajo el signo de la obediencia y la sumisin.
La nocin de "padre", dentro de una estructura lineal, forma parte de un determinado cuadro de civilizacin
modelada por la estructura de dominio. El modo de vivir la temporalidad humana segn el modelo de la
relacin padre-hijo se determina, segn Nietzsche, slo con referencia a la situacin fundamental de dominio
propia del hombre crecido en la sociedad fundada en la divisin entre amos y esclavos.
La historia de la vida de Juanito, en cambio, no est presentada en forma lineal, en forma de un pasado que
avanza, a partir de un engranaje de causalidades, hacia el futuro. La serie de Juanito Laguna se construye a
partir de presentes.

LAS DERIVAS DE JUANITO


Para narrar la vida de Juanito, Berni elige una serie de escenarios y de escenas con las que va armando un
bizarro "lbum de familia".
Reparemos en algunos de los ttulos:
Juanito dormido en el basural
Juanito dormido
Juanito ciruja
Juanito going to the factory
Juanito Laguna va a la ciudad
Juanito en la laguna
Juanito bandose
Juanito jugando con su trompo
Juanito Laguna remontando su barrilete
Juanito tocando la flauta
Juanito y la aeronave
El cosmonuta saluda a Juanito en su paso por el baado de Flores
Juanito y los cosmonutas
Juanito Laguna lleva comida a su padre, pen metalrgico
Juanito aprende a leer
Incendio en el barrio de Juanito
Inundacin en el barrio de Juanito
El mundo prometido a Juanito Laguna
La conspiracin del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueo de los justos.

En primer lugar, observamos un total predominio de acciones no productivas: sueo, ocio, alucinacin diurna.
Juanito duerme, se baa en la laguna, deambula sin rumbo. Estas acciones se caracterizan por presentar, en
4
todos los casos, procesos regresivos. En segundo lugar, notamos que los lugares que forman el hbitat de
Juanito no son en realidad lugares sino, ms bien, no lugares.

NO LUGARES (7)
En escenarios urbanos, suele denominarse a los nios pobres o abandonados "chicos de la calle". Esta
denominacin refiere a una existencia en donde prima por un lado, el deambular y por otro, la total intemperie
y falta de cobijo. Este constante deambular por espacios pblicos, extraos, ajenos, que no llevan para l
marca de pertenencia ninguna, justifica el decir que estos nios transitan por no lugares. (Esses, 1995)
Esta no pertenencia a ningn lugar es correlato del hecho de que desde su nacimiento, han sido ubicados en
un no lugar, han sido des-alojados o, en todo caso, colocados en un lugar negativo de rechazo. Mientras que
un nio burgus construye su subjetividad en mbitos en los que predomina la seguridad, el amparo, el
cuidado (interior, casa, escuela), los no lugares transitados por los nios de la calle se corresponden con
procesos no de construccin sino, por el contrario, de desmantelamiento y fractura de sus incipientes
subjetividades. Incluso hasta un mismo hbitat, que podra caracterizarse como de cierta pertenencia como el
barrio de Juanito, es presentado por Berni como no lugar de precariedad y continuo peligro (los ttulos inducan
Incendio en el Barrio de Juanito, Inundacin en el barrio de Juanito), proclive como est a diferentes
catstrofes cclicas.
Juanito deambula, duerme, "pierde el tiempo" principalmente en un contexto de basurales. En los cuadros,
podemos ver que estos se identifican incluso con su propia casa y, en ocasiones, hasta con su propio cuerpo.
El basural, medio hostil, formado por pedazos de restos de cosas, amenaza en ocasiones con tragarse a
Juanito. A veces, logra alcanzar su vestimenta (harapos, ropas ajenas). Otras veces, llega a alcanzar su
cuerpo (como en el Retrato de Juanito Laguna o en El mundo prometido a Juanito Laguna, en donde todo el
cuerpo del nio est formado por pedazos y se confunde con un fondo de basura).
Es interesante cmo Berni elige realizar estos fondos, adems de con metales herrumbrados, maderas
astilladas, hojalatas y arpilleras, con restos que frecuentemente guardan inscripciones (latas, cajones, cajas,
envoltorios que conservan las marcas comerciales de sus productos o, inclusive, llega a utilizar en ms de una
ocasin, sealamientos de trnsito). De esta manera, los fondos que amenazan con tragarse a Juanito pasan
a estar constituidos por fragmentos lingsticos significantes en su pura materialidad, palabras sueltas, letras,
ruinas, restos de objetos de la sociedad de consumo que se presentan como un texto fragmentado y
asemntico.
Juanito cirujea en los basurales: l mismo, al igual que Berni, va juntando los pedazos heterogneos y
dispersos que son los pedazos de su propio lenguaje, de su propio mundo, de su propia historia y de su
propio cuerpo.

EL TROMPO Y EL BARRILETE
Cuando no duerme o alucina, Juanito deambula, permanentemente en trnsito. Caracteriza al nio de la calle
el arrojarse al vaco de un deambular sin rumbo. Si bien se suele identificar el deambular con vagancia y
holgazanera, el continuo desplazamiento funciona en cambio en estos nios como una respuesta de fuga a la
escena del mundo. Su deambular remite a su incapacidad para habitar tanto su mundo como su propio
cuerpo. El nomadismo se presenta como nico refugio para estos seres desterritorializados y annimos.
En cierta forma, es como si permanecieran en trnsito todo el tiempo al no encontrar su sitio en el tablero de
un juego que juegan otros y nunca ellos, dado que ellos ni siquiera conocen las reglas.
Si observamos la iconografa del retozar de Juanito, veremos cmo los diferentes objetos (trompo, barrilete,
avioncitos, mariposas), actualizan igualmente esta desterritorializacin y deriva.

EL SALUDO DEL COSMONUTA


La serie de Juanito es concebida por Berni a fines de los ao '50, momento en que exista en el imaginario
social un fuerte inters tanto por la presencia del hombre en el espacio como por los peligros de las
explosiones nucleares. Los viajes espaciales se iniciaron precisamente a fines de esta misma dcada. El
satlite Sputnik fue lanzado en octubre de 1957 y en 1961, la Unin Sovitica consigue por primera vez poner
5
un hombre en rbita alrededor de la Tierra. En 1952, por su parte, Estados Unidos haba detonado la bomba
de hidrgeno en una isla del Pacfico y, aunque Albert Einstein y Bertrand Russel alertaban desde un
manifiesto publicado en 1955 sobre los peligros que acarreara una conflagracin nuclear a nivel mundial,
para fines de la dcada ya tenan su bomba atmica no slo los Estados Unidos y la Unin Sovitica sino
tambin Gran Bretania, Francia y China.
Berni, en tanto adherente a un arte de contenido social, integra la realidad a su obra y as aparecen en la serie
tanto naves espaciales como hongos nucleares concebidos, en este caso, desde un pas perifrico:

"Yo tengo un cuadro que titulo Juanito Laguna y el cosmonuta. En esta obra presento dos realidades
existentes: arriba, sobre un cielo de atardecer, el cono de una cabina con el rostro de un cosmonuta
asomado; abajo, entre un basural propio de todas las villas miserias del mundo subdesarrollado, entre
rezagos de todas las industrias, Juanito empuja un cochecito con sus dos hermanos pequeos ()
Conocemos todas las desigualdades que justifican y simulan el espejismo de la tecnologa de importacin ()
Cuanto mayor es la tecnologa de los pases poderosos, mayor es la explotacin, la pobreza y el atraso de los
pases pobres", dir Berni. (Berni, 1984)

Sin embargo, estas imgenes se presentan en la serie de Juanito, confinado a su prisin en los no lugares,
marginado del mundo y de la historia, como alucinaciones.
La alucinacin es otra forma de huida del mundo, es un proceso regresivo que devuelve a un mundo primario
de satisfaccin. Como tal, se halla presente tambin en la actividad del sueo de realizacin de deseos.
Juanito alucina naves espaciales en tres oportunidades: Juanito y la aeronave, Juanito y los cosmonutas, El
cosmonuta saluda a Juanito en su paso por el baado de Flores.
Mientras que la nave posibilita la salida de esta vida, de este mundo, la referencia al cosmonuta remite a
aquel (comandante, capitn) que, al contrario que Juanito (habitante del amenazante caos de los no lugares),
es capaz de navegar por el cosmos (es decir, el orden opuesto al caos).
Observemos que el comandante de la nave de Juanito permanece en el interior de una estructura de metal.
Sabemos que el delirio se presenta tambin como un intento de unificar un cuerpo-yo ante la amenaza del
cuerpo en pedazos. La coraza de metal
representara aqu una defensa frente a la amenaza de un cuerpo catico y fragmentado frente a la amenaza
del cual el sujeto construye un ego rgido, inflexible, que le sirve a manera de armadura.

EL BAO EN LA LAGUNA
Juanito se sumerge en dos ocasiones en las aguas de la laguna de Flores. Habamos visto cmo la laguna
funcionaba como olvido, como blanco, como vaco en la cadena de significantes. Cuando Lacan describe a la
esquizofrenia como una ruptura de la cadena de significantes (8) seala cmo la ruptura de un eslabn
produce una discontinuidad que impide la formacin de una identidad personal y de una historia. Se
interrumpen aqu tanto la cadena del lenguaje como la cadena genealgica.
En las aguas de la laguna, Juanito permanece prisionero de un espacio innombrable que precede a la entrada
en el orden simblico.

POLN
En 1964, Leonardo Favio presenta su opera prima, Crnica de un nio slo. Se trata de la historia de Poln, un
nio internado en un correccional de menores que logra fugarse por unos das para volver a la villa en donde
vive su madre.
Poln, al igual que Juanito Laguna, es un chico de la calle. Ambos deambulan por no lugares y, curiosamente,
ambos se baan en lagunas.
Poln tiene un historial de fugas (del hospicio, del hospital, de la comisara) que motiva el hecho de que lo
obliguen a correr sin descanso por el permetro del correccional con un gran cartel colgado al cuello que
indica: "CUIDADO, PIANTADINO".
Las diferentes figuras de autoridad que aparecen en el film (celador, mdico, escribano, policas) le preguntan
6
a Poln una y otra vez cmo se llama.
-Y vos cmo te llams?
-Celedn Rosas.
Un nombre que, una vez asentado en las planillas burocrticas, es rpidamente olvidado. Poln, al igual que
Juanito, es un genrico para ambos polos del par de identificacin burguesa: nio abandonado-menor
delincuente.
Poln deambula por no lugares: la calle, la villa, el campo, el ro.
Se baa en el ro porque, mientras se baa, lo que ocurre a su alrededor permanece innombrado: su
compaero (el nico que no quiere baarse), es violado por una patota, pero Poln pretende ignorarlo: "Yo me
estaba baando, yo no vi nada", mentir luego Poln a su compaero.

JUANITO Y SU NO LEGADO
Si observamos la serie de Juanito, notaremos que los ttulos de los cuadros refieren nicamente en dos casos
a acciones no regresivas: Juanito lleva comida a su padre, pen metalrgico y Juanito aprende a leer.
Juanito lleva comida a su padre
Habamos visto que, a la hora de representar su personaje, Berni no respet una unidad del mismo ni en lo
que se refiere a una semejanza grfica (diferentes tipos de piel, diferentes cabellos, etc.), ni en lo que se
refiere a un desarrollo cronolgico del mismo (mientras que en algunos de los cuadros aparece como un
adolescente, en otros posteriores es un Juanito aun nio). Tampoco lo har en lo que se refiere a un entorno
familiar nico del personaje (mientras que en la gran en la gran mayora de los cuadros de la serie, Juanito
aparece representado solo, segn las diferentes versiones se nos cuenta que Juanito es hijo de una madre
soltera (9) y han venido los dos solos desde la provincia de Santa Fe, se menciona a una abuela, vemos a
Juanito cuidando de diferentes hermanos, etc.) Las versiones aparecen contrapuestas si bien, en todas ellas,
predominan la ausencia de figuras parentales y el abandono.
Respecto de las discontinuidades en la temporalidad del personaje, uno de los cuadros de la serie evidencia
particularmente este "retombe" o causalidad anacrnica, en donde la consecuencia, inclusive, puede
preceder a la causa. Recordemos que la nocin de "retombe" es citada por Severo Sarduy como un
fenmeno barroco en el que, por ejemplo, el eco precede a la voz y la historia se dispersa al carecer de
fechas.(Sarduy, 1987)
El cuadro en cuestin es Juanito lleva comida a su padre, pen metalrgico. Este cuadro tiene la
particularidad de ser la excepcin a la regla: es la nica vez en que se hace una mencin a un padre de
Juanito. Esta mencin se hace nicamente en el ttulo de la obra, ya que el padre no aparece representado en
el cuadro.
"Llevar la comida al padre" se constituye como una marca de clase (el padre retenido en la fbrica, en la
construccin en la que trabaja, etc.). Pero el hecho de ser Juanito quien alimente a este padre ausente
desplaza, adems, el orden jerrquico naturalizado padre-hijo para marcar la prdida de autoridad paterna. Se
reformulan as los mitos de origen y los relatos fundantes que marcan el vnculo de una cultura con su creador
(dios, padre, soberano, caudillo). Se trata de una serie en la que predomina una narrativa no edpica. No
existe aqu ni una narrativa de modelo edpico. Tampoco existir una narrativa de modelo cristolgico:
1- Juanito no posee un relato originario del Paraso Perdido. No tiene lugar aqu un pasado concebido como
Edad Dorada, como paraso del cul el hombre ser expulsado. La infancia de Juanito dista mucho de
constituirse como paraso primordial.
2- Juanito est fuera de la historia de la salvacin. No podr esperar jams un futuro salvfico porque l vive
en un presente constante, permanentemente sumergido como est en el infierno de lo mismo: el infierno de la
Laguna.
Juanito aprende a leer
En su estudio sobre el proceso de individuacin de la niez, Jacques Glis (Glis, 1991) seala que existen
relaciones intrnsecas entre el "descubrimiento de la infancia" como una edad diferenciada del resto de las
edades del ser humano y la revolucin educacional del sXVII. El hecho de concebir a la infancia como un
momento con sus caractersticas propias, distinguido entre otras cosas por ser un perodo de formacin y
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aprendizaje, lleva a teorizar sobre la manera en que el adulto podra encauzar estas particularidades hacia
fines tiles para el resto de la comunidad. "En el siglo XVII, los padres se convencen de que sus hijos estn
siempre a merced de instintos primarios que es preciso contener. Se debe someter sus deseos al gobierno de
la Razn. Llevar a un hijo a la escuela es sustraerlo de la naturaleza", dir Glis.
Segn l, no hay contradiccin entre el cuidado del nio dentro de la familia nuclear y su salida del hogar
hacia una educacin pblica porque los padres toman conciencia de que la escuela funciona como un factor
de socializacin y de que preceptores y maestros podrn formar al nio integrndolo a la colectividad e
inducindolo a adoptar los intereses y los sistemas de representacin de la misma.
En el cuadro Juanito Laguna aprende a leer vemos a Juanito sentado en el piso. Junto a l, hay dos nios
ms sentados igualmente en el piso. Los tres tienen unos cuadernos abiertos sobre las rodillas. Una nia
permanece parada con un libro en la mano. En qu lugar se encuentran? se trata de un adentro o un
afuera? Sin duda, no es un colegio. No hay aqu pupitres, ni escritorios, ni tizas, ni pizarrones. Tampoco hay
maestros. No aparecen aqu rastros de ninguna dimensin institucional que habilite esta enseanza precaria,
ilegal.
Estos nios debern aprender por s mismos su propia escritura. Debern construirse una escritura propia
para conjurar la falta de aquella escritura fundante que no les ha sido inscripta. Juanito aprende a leer porque
ser la palabra escrita la que le permita acceder a un pasado, a una historia.

MANUEL Y SU LEGADO
Dada la posibilidad que posee la escritura de dirigirse a personas en ausencia, la misma se convierte por
antonomasia en legado o testamento cultural. Desde la tica a Nicmaco pasando por el De Oficii de Cicern,
numerosos son los libros que legan a los hijos normas de disciplina y comportamiento.
En su Libro de Manuel, publicado por primera vez en 1973, Cortzar nos presenta a un grupo de exiliados que
van armando una especie de cuaderno, precisamente el "libro de Manuel", con recortes de diarios, noticias
polticas, de la guerrilla, de la represin, etc. Manuel, el beb hijo de dos de los exiliados, ser quien reciba
este libro cuando crezca.

"-No se ve porqu de golpe tanto fervor compilatorio - comenta Lonstein.


-Yo dira que por Manuel, hermano.
-Y qu carajo tiene que hacer Manuel a estas alturas?
-Todo, viejo. Parecera que estamos perdiendo el tiempo con tanto papelito, pero algo me dice que hay que
guardselos a Manuel."(Cortzar, 1995)

La escritura est relacionada igualmente con el legado de una historia. Este es el legado que los padres de
Manuel se empean en dejar a su hijo. Marcan con esta escritura una lnea genealgica, una herencia, una
tradicin que esperan que Manuel contine en un futuro.
Lo notorio es que, aun en un ejemplo de compulsin por continuar un legado, en este escritor argentino
subyacer igualmente el fantasma de la interrupcin genealgica. Los padres de Manuel, que ya de por s
estn exilados, morirn o sern tomados prisioneros.
Es curiosa la inversin que realiza Cortzar de este motivo del legado escrito al hijo. recordemos que en
Rayuela, la Maga escribe una carta para su hijo Rocamadour. "Beb Rocamadour, beb, beb ()yo
tampoco querra que nadie leyera una carta que es slo para m. Un gran secreto entre los dos,
Rocamadour".
Pero en este caso, la carta no est dirigida a un nio que sobrevivir a sus padres sino que est escrita a un
hijo que ya est muerto.

JUANITO ARGENTINO
Existe un dicho que seala que los peruanos descienden de los incas, los mexicanos descienden de los
aztecas o los mayas y los argentinos descienden del barco.
Desde nuestro mismo origen la orfandad pesa sobre nosotros.
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Martnez Estrada sealaba en su Radiografa de la Pampa (Martnez Estrada, 1933) a la ausencia de padres
como caracterstica argentina. Desde el padre conquistador o bien desconocido que ha violado a la madre
india o bien que ha abandonado a su mujer india y a sus hijos para volver a su pas de origen hasta el padre
indio que ha sido muerto por los conquistadores pasando por el padre inmigrante, excluido l mismo de su
pas de origen y que ha cortado con su propia genealoga y, agregaramos, hasta toda una generacin de
desaparecidos que nos han dejado igualmente hurfanos. Quien ha nacido en esta tierra ha vivido en una
continua sensacin de abandono, desproteccin y desamparo. No existe aqu una lnea de filiacin que pueda
estructurarnos como nacin. Por ende, tampoco una historia. La historia argentina no es una historia sino
muchas historias, al igual que Juanito no es uno sino varios. Nuestra historia es una historia hecha de
pedazos indios, espaoles, italianos, polacos, ingleses que determinan que la nuestra sea una identidad
simblicamente heterognea. Al ser cercenado el indio, al ser cercenado el inmigrante de su linaje, al ser
cercenado el exilado y el emigrante de su territorio, esta dimensin simblica se ha ido constituyendo a los
golpes, siempre ajena e incluso, muchas veces, impuesta por la fuerza: imposicin de otra lengua, de otros
dioses, de otros tabes sociales, de otro modo de vida.
Como en el internado de Poln, en Crnica de un nio slo, vivimos la extraeza de un orden simblico
(encarnado all por celadores, policas, etc.) que nos ha sido impuesto de facto. En tanto pas marginado de
un orden que es siempre de otros, lo simblico se constituye con smbolos ajenos.
Los argentinos descendemos del barco y en ese sentido, tenemos nuestro propio mito fundante: la deriva, el
nomadismo.
La deriva que igualmente es tradicin argentina en la paradigmtica figura del gaucho, sealado igualmente
por Martnez Estrada como ser sin responsabilidad y sin genealoga, ser antisocial, carente tanto de hbitos
de regularidad y de orden, como carente de proyectos. Carlos Octavio Bunge, por su parte ya sealaba, a
comienzos del siglo XX, que "la palabra "gaucho" parece derivar del quichua "guacho", trmino que tiene el
significado un tanto denigrativo de hurfano, abandonado, desamparado, errante." (Bunge, 1903)
Deca, adems: "El gaucho viene a ser una especie de hurfano de la civilizacin. Abandonado de s mismo,
desconociendo al propiedad de la tierra en tanto la pampa era de todos, a penas si conoca el derecho penal y
el derecho hereditario."
Para Bunge, el gaucho representaba un paradigma de la vagabundez y desorden.
Ms all de la tradicin de deriva gauchesca sealada por estos autores, la nocin de deriva funciona en
nuestro pas igualmente como una tradicin en exilados e emigrantes, pero tambin en la fuga de cerebros,
de capitales. Dicha desterritorializacin ha convertido a la Argentina en un no lugar. Un no lugar de disolucin,
de pedazos en fuga, sitio de desalojo y desmantelamiento. Un no lugar sin Ley, sin deberes ni obligaciones,
una gran laguna de memoria en donde prima eternamente lo innombrable.
"A Juanito lo veo como arquetipo de una realidad argentina y latinoamericana", deca Berni refirindose a su
personaje. (Berni, 1999) Juanito nos es presentado por el artista en su marginalidad e itinerancia; en su
antigenealoga y ahistoria. La figura de este nio nos muestra las marcas de un quiebre de cdigos tanto de
las relaciones familiares del tringulo padre-madre-hijo como de las del tringulo Estado-familia-individuo. El
delirio de Juanito, para parafrasear a Deleuze y Guattari, no es slo del inconsciente sino que se trata de un
delirio poltico y social.
En su deriva, en su falta de lugar dentro del sistema, Juanito se convierte l mismo en un representante del
pensamiento nmade, en figura de resistencia frente a las nociones de centro y jerarqua y frente al intento de
dominio totalizador del Estado.

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