Algunos Símbolos Insistentes en La Poesía de Pablo Neruda

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REVISTA

HISPNICA MODERNA
AO V JULIO, 1939 NM. 3

ALGUNOS SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA


DE PABLO NERUDA

A tendencia de la fantasa de Pablo Neruda a la materializ.acin de lo inmaterial


L y a la particu larizacin de lo genrico se extrema en ciertos smbolos insistentes,
unos cuantos animales, objetos, fenmenos, que aparecen en las construcciones
ms heterogneas y donde nuestra experiencia menos los podra esperar. Pablo Neruda
tiene su oomcoclatura simblica peculiar, y para entender y gozar su poesa hay que
interpretarla con dos condiciones: primera, hacia qu orden de realidad alude cada
smbolo; segunda, que el simbolo no es una mera clave, es decir, que entre lo aludido y
los simbolos alusivos no hay un sistema de equivalencias racionales de t ipo alegrico,
sino que la imagen-smbolo se implanta en medio de la construccin con cierta auto-
noma, irradiando sugerencias pot icas. El procedimiento que hemos de seguir pra
interpretar estos smbolos requiere de nosotros una labor imaginativa de reconstruccin,
pues saber nterp.rec,arlos no es otra cosa que saber cmo viene a incorporarse este con . .
junto de realidades (pal<>mas, golondrinas, abeas, mariposas, rosas, amapolas, uvas, sales,
peces, humedad, rosales), al pensamiento potico habitual de un poeta . Esta labor
reconstructora exige en el lector una chispa mnima de creacin potica. Supongamos
en el poeta una reiterada contempbcin de las palomas, una repetida meditacin potica
sobre ellas, y sobre su forma, vuelo, arrullo, tacto, calor interior, movimientos del cuello
y de la cabez.a, pasos, plumaje, la vida encerrada en aquellas lneas estrictas, y, adems,
c:iertas sugerencias veousin3S tradicionales en la poesa, de las que no puede librarse
enteramente ni siquiera un poeta tan antitradicionalista como Pablo Neruda. De esta
reiterada contemplacin, el resultado puede ser u n poema donde el poeta acumule cuanto
su sentimiento y su fantasa le inspiren respecto a las palomas.
En un poema, evidentemente, todos los rasgos y movimientos de las palomas poeti-
zadas forman uoa construccin de recprocos reflejos, de modo que en cada uno resuena
la significacin potica de todos los dems. Pues si, por ejemplo, es el arrullo, no valdr,
desde luego, por su mera re.alidad acstico-fisiolgica, sino justamente por ser el arrullo
Je la paloma, por ser de aquella forma corprea que encierra el modo de vida que se
est:i poetizando. Si son los pasos, es la entera significacin potica de la paloma la que
los dar. As, pues, el poeta que, al poetizar sobre las palomas, ha insuflado sentido
potico en muchos de sus rasgos y movimientos, mete a presin en la aduccin de cada
uno la alusin implicita a todos los dems que forman la construccin. Esto, dentro de
un poema dedicado a las palomas. Supongamos ahora un poema diferente, uru cons-
truccin potica dis~inta en la que la paloma entra fugazmente como uno de tantos
elementos ilustrativos: entonces no podr menos de aportar extraamente a la cons-
192 AMADO ALONSO

truccin nueva resonancias imprecisas-fantassticas y sentimentales-de la construccin


de origen. La paloma funcionar en la segunda construccin como smbolo del sentido
potico-vital que el poeta le di en la primera. Ser un smbolo cargado de alusiones
irradiadas.
Esto es comn a todos los poetas, y en la paesa de tradicin grecolatina hay multitud
dE estos smbolos con su sentido tradicionalmente orientado, de modo que la paloma, par
ejemplo, tiene un sentido amoroso, ya se recuerde, ya se olvide que en la mitologa era
el ave de Venus. Este juego de traospruiciones es tan normal en la poesa que los
lectores lo siguen generalmente sin esfuerzo alguno de acomodacin, como la cosa ms
natural del mundo. Dentro de la tradicin grecolatina, cada poca tiene alguna espe-
cializacin-la paesa clsica, la romntica, la simbolista, etc.-, y tambin cada pas, y
quien no est especialmente familiarizado con la produccin potica correspondiente
necesitar un ligero aprendizaje.
Tal aprendizaje tiene tres dificultades especiales en la lectura de Pablo Ncruda. La
primera es que Pablo Neruda pretend<>-al parecer-romper con la secular tradicin de
origen grecolatino, de modo que los smbolos que encontraremos en ella no son los habi-
tuales o no funcionan con su sentido tradicional; por lo menos en gran parte, el sentido
de los smbolos es muy personal. La segunda es que la reiterada contemplacin de las
palomas, golondrinas, campanas, abejas, etc., con el sentido potico tan personal que
Neruda les da, no ha cuajado en un poema particular, y slo en contadas ocasiones ha
desarrollado su sentido en un par de "ersos o en un verso, ya en los poemas de Rrsidencia
ya en los libros anteriores, de modo que nos ha sido necesario cotejar los diferentes
pasajes donde cada uno de estos smbolos aparece para llegar a su intencin de sentido.
La tercera es que estos elementos, si bien funcionan en la poesa como smbolos de otra
r~aldad nombrada, se enuncian idiom:lticamente como realidad significada:

Ah<>ra ben, de qu est hecho ese surgir de palomas


que lxry mire la noche 'Y el tiempo, ccnno una b11r1anca hmedo?
Pues bien: en este estudio en que el lector trata conmigo de comprender y de gozar un
extraa poesa, lo que a m toca es declarar hacia qu orden de realidad apunta la in-
tencin de cada uno de estos smbolos especiales; al lector toca no convertirlos en mera
clave, en elementos de equivalencia y trueque, sino dejarlos ah donde el poeta los puso
y dejarse invadir por sus resonancias poticas mucho ms all de las equivalencias
racionales.
Los smbolos que requieren explicacin en esta. poesa son rosas y rosales, JHl!<nnas,
mariposas, '1bcjas, hormigas, peces, sal, nombre, campanas, atn4polas, uvas, pkdras,
tierra, lana, vino, fuego, trigo, pan, marfil, cvero, espadas, pelos, medias. De estos
smbolos, la mayor parte se refieren a valores positivos, unos a la fuerza o el espkndor
de la vida o del amof'-Tosas, pal<>mas, mariposas, abejas, peces, sal, trigo, vino, espadas- ,
otros a lo elemental del mund<>-piedra., tierra, lana, fuego, marfil, cuero--, otros a lo
apetecid<r-1<11as-, y muchos de ellos a varios de estos aspectos a la vez. Cada uno de
estos smbolos tiene, adems, su especial perspectiva, y en cada ocasin un sentido ms
cl.rcunstanciado; pero la alusin a valores vitales positiv~ es constante e.n ellos, ex-
cepto en la sal, que funde el sentido positivo de <la sal de mi ser> coo el de la destruccin
de la sal que triza> o la sal que golpea>. Abejas y horvnigas se identifican en la
sugerencia de la multitud-..njambrc y bonniguer<>-; abejas con valor positivo, hor-
migas con negativo. Pelos y medias simbolizan lascivia.
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE PABLO NERUDA 193

RosAs, ROSALEs.-Ya en Crepu.scu'4rio el rosal es smbolo de toda hermosa y ape-


recida manifestaci6n de vida:
Amigo--con 111 urde haz que se vaya
este deseo mo de que todo rosl
me pertenezca.
(De Amigo, ll~llle lo qut t qMitrdl.)
No cabe duda de que en esa poesa amorosa de juventud, codo rosab lleva una carga
muy especial de apetito ertico, O> pero, en fin, el rosal se refiere en general a lo ape-
tecible de la vida. (2) Este pasaje de Cre{>Uu:ulario puede servirnos de buena orientacin
para la interpretacin de los casos de Residencia, mucho ms enigmticos. En Residencia
en la tieT1', en efecto, rosas y rosales son smbolos de lo hermoso de la vida, y a veces
asociados de modo vario con el amor y con SU hermosura, y tambin con lo poticamente
valioso, pues es frecuente en Pablo Neruda-no slo en Pablo Neruda-la identificacin
de amor y poesa. Cl)
La estrofa final de Alberto Rojas Gim,.ez viene wlmdo representa al amigo en
ese vuelo de ansias de perduracin en que insiste cada estrofa, aunque ya muerto defi-
uitivamente, solo y privado de codo: privado hasta de la sombr de su cuerpo, de su
personalidad entre las gentes (nombre), de dulzura (iszcar) de voz y de besos
(boca), y de ctodo rosal>, de todos los hermosos bienes de la vida (rosales):
Vienes wlando solo, solitflTio,
solo entre muertos, para siempre solo,
vienes volimdo sin sombra y sin nombre,
sin azs.car, sin boc11, sin rosales.
La expresin csin sombra> para sugerir la incorporeidad se repite eo El fant1U1na del
buque de carga, ese fantasma sin cuerpo de.fantasma> que pasa temblando sin presencio
ni sombra:.. P.ara nombre por la persona misma vase ms adelante, Nombre, palabra.
Boca tiene aqu un valor emocional, apasionado, que en vano querran conservar sus
equivalentes racionales : sin la boca, donde se concentra tanta expresin de vida, por
donde el alma habla, la boca que da y recibe amor.
(1) Otros pasajes d.I mismo libro:
M"1m4_, lo BesaJO'r,
rostJ Je toda las rotas
tn uno lwr11 .
....,tus carnes y tus huesos,
-rOJ4S Je pulpa y 101as Jt cdl-
rosas que en el primtro Je los besos
Yi.braron como un roso Je cristal.
DE- Morena, la Besodora y de C4mPftina, rHptctivamentt. V~ tambin esca estrofa de Or"'in,
un poco al estilo de Rubn Dato:
Mar del amor, senJual lacer11;
camptma negra Je miJeria;
rosas Jtl lecho dt arrab4',
abierto al Ma( como un cdmino
por donde ra el pla<er y tl rirw
d<Jde la gloria al h<>spital.
(2) Tambin en estos dos versos de Ba11io sin lut.. IM rosas son simbolo evidente de todo cuaruo
valioso por limpio, puro y hermoso tiene la vida:
minrJra afuera ti Yknto
lltY4 un p<>co de bmro a caJa ros.
(3) Como en el poema 9 de Vtinte poemar Je dtncn:
Ebrio Je trnnrntina ,. l11rgos lusos,
tstivdl, ti 'Ytlno Jt las rostH dirijo...
El verso inicio( de Maternidad parece recor&r Las salas inmensas del Palacio de
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Azul, en donde aguardan los nios que van a nacer, y .:el canto de las Madres que
vienen a su encuentro> (MAETEllUNCJ!., El Pjaro 11z11I, acto V). Slo que aquellos
Nios Azules, que enn puro porvenir, esperanza y espera, son aqu rosas que, como
aquellos, cumplen su porvenir:
El porvenir de las TOUS h11 llegado!
Como si tambin las rosas por nacer estuvieran en alguna parce esperando su vida, como
si en el Reino del Porvenir no hubien diferencia entre los Nios Azules y las Rosas
Azuks, y como si no hubiera manera ms segura de expresar la hermooura de la llegada
del Nio Azul a las puertas del Tiempo que igualndola con la llegada de las rosas
a su d a.
Josie Bliss es un poema de aguda nostalgia. Parece-nos die;, el poeta-que lo pa-
t.1do ha pasado en efecto, pero queda en nosotros hecho sangre. Y de pronto
el b<mzonte de la sangre tiembla, hay algo,
algo sin duda 11glta los rosales.
Como tantas veces, una concretizacin material de fenmenos psquicos. Y en los
rosales, una salva de sugerencias: las rosas del recuerdo, el perfume del recuerdo, las rosas
del mor, la hermosura de la vida, el revivir de ansias dormidas; el perfume, recogido en
su rosa, y de pronto extendido por el viento.
As como, segn el dicho vulgar, el optimista ve la vida de color de rosa, as puede
el poeta personificar al deseo de akgra con sus dientes de rosa (Enfermedades en
mi casa). El deseo de alegra tiene dientes de rosa, bellos, suaves, perfumados, acaricia-
dores, dbiles, vivos; codo eso son los dientes del deseo do alegra; todo eso, es el impulso
a la felicidad. Y cuando el deseo de alegra llega al apagado espritu del poeta (a mis
habitaciones extinguidas), all la rosa se convierte en rosa de alambre, en la contra-
rosa de los 2ugurios 2dversos:
Cuando el deseo de 11kgr11, ron sus dientes de rcxa,
escarba los azufres cados durante muchos meses,
. . . . .
. ... . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . . . . . .. .
t1ll 111 rou de llnnbre maldito
golpea ccm Maas las paredes,
y el vidrio roto hostiliza la sangre,
y las uas del cielo se acumulan...
La rosa de al2mbre son araas (que vale aqu por su significacin supersticiosa), y el
vidrio roto, con su mal agero, hieLt fa S2ngre de terror; el cielo ensea sus uas
amenazadoras, junta y acumula sus amenazas.
Las percepciones sensoriales, en su nacimiento del despertar, se describen en Un ia
sobresale como aos:as instantneas>, algo 2S como burbujas con que el alma sube a la
superficie desde el pozo del silencio:
Desde el silencio sube el alma
con. rosa$ instantne4s.
Y de orden semejante es una imagen de Junios nosotros, donde, en una descripcin de
su propia piel, que dura nueve versos, expresa as su virtud de tacto:
Y Nece hacia /JJs rosas en mis dedos.
Esto es, el tacto empleado en sens2ciones preciosas, potico-sensuales. Por ltimo, rcxas

S!MBOLOS DE PABLO NERUDA
ll-ISISTENTEs EN LI\ POESIA 195

llama en El Sur del OcotuJ a la espuma del man (P.N.),<O contraponiendo en la


metfora con esta flor de belleza la apariencia visible al espanto de su susuncia:
De consumM11 sal y garganta en peligro
estn hechos las rosas del ocano solo ..
La espuma del mar est hecha de muertes y de agonas. (Vase luego sal.)
PALOMAs.-Smbolo de la vida, con ciertas particularidades, que estudiamos a
continuacin:
Ven a mi alm11 V C7'tiJa de blanco, con un rMtu)
de ensongrentad4$ rosas y copas de cenizas,
ven con una manzana y un caballo,
porque all hay una stda oscura y un candelabro rotr>,
unas sillas torcidas que esperan el invierno,
y una palmna m11trla con un n1mero.
Final de Orlo con un /tJmento. Como en un sueo, con vago o concreto simbolismo
amoroso: de blanco, a caballo y con la simblica manzana; con la roja pasin ( ensan-
grentadas rosas), que en s llev.a. su propia muerte y escoria como el cohete lleva su
ceniza (copas de cenizas) ; ven mi alm desolada.f2l Ven a la ruina que me rode.a y
a l:o ruina de mi mismo, de mis impulsos vitales, de mi vida (paloma), muerta y ya con
1u lpida. Ol La paloma me parece la expresin ms acabada de la vida, por su per-
feccin formal (P.N.) Este mismo sentido tiene en el verso inicial de Desespedmte:
La palmna est llena de papeles cados,
su pecho est man:chaJo de gomas y sem11nos,
por secanter nis blancos que un ctulver
y tinllll osr1stadas de su color sinitJtro.
La vida original (P.N.) esti degradada y ensuciada por la ocupacin oficinesc.a,
por su tiempo reglamentado (semaoas) y por sus materiales sin noble:ia natural o vital
(papeles, gom.is, secantes, tinus). En El Sur del Ocano, el poeta intuye los 2bismos
~el mar como el tiempo detenido y acumulado, hecho eternidad; y dice del tiempo
-abismo:
Y sus ojos han m'lltTfo de agua muerta y palomas ...
(J) He tenido la fortuna de consultar recientemente con el mismo Pablo Ne.ruda, de paso por
Buen' Aires, unas cuantas difKultade.s ltimas. Incluyo aqu entre comillas $UI lac!inie y pceciosu
respuestaa., aadiendo en cada ca!O entrr parntesis las iniciales del poeta (P.N~)
{Z) Ven a mi alma porque all hay un candel~o...-. El alma como domicilio desolado. e Mis
habiracionu extinguidas> dice en En/ameades tn mi tato, porcmi tJp(ritu marchito>; cm.is aban
donados dormitoriQs donde habita la luna> llama en Sonizta y JeJtrucciones a ~u propia alma iden
tificada con su mbito. En Diurno olirntc la alegria que se deshace en dolor y el amor can fuga:
c:han tenido VM de hus~des> en su alma. y en A lb<rto Roja Giminct Yitn< llt>rando: Hay ron,
tu y yo, y el alma Jonde lloro>.
(3) Nmtro: lpida~. Cp. en OJo tJ PtJerico G11.rca LcrctJ coa nm~ros dt mrmol
tn eJ mlsmo sentido. Para paloma muena>, cp. Entrada en lit. mon", donde llama cmutrW
palomas neutraft$> a la aquietada vida vegetal, y los impulsos de crecimiento vegetal rtunidos en la
quieta condensacin del leo: au.sencia de la &ngustia vital. Con el sentido de$0lado de: 0Jd con un
lamento, y no con el envidiado de Entrtlt.a a la mana~ hay otro ejemplo tn Alb'7to Rojas Gimnt'{
'llitne volando, dOf'lde al valor 1imbli<:o de: paloma se aade la companc.in dt los golpes de- lu olas
del ocano letal con los de las alas de la paloma; despus de la muerte, los impulsos de la vid.a siguen,
aunque ciegos y entorpecidos:
Oigo tus alas )' tu lento 'l"IUlo,
y d agua Je los muertos me golp<a
como polotnds citgd.S y moiaddr.
t'ieneJ volando.
Tambin en B"'c4Tola junta las imgentt de olu y alu, cuando llama a la 1angtt de.J cocaza
c.:movimienro de paloma con llamas, negras slabas de 1an.gre> e cincesante.s a.guas rojan.
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Pablo Neruda me interpret este verso as: De qu otra cosa poda morir el tiempo
!no de lo ya muerto? Muere de muerte. Paknnas es la cadena de los seres que se
su~den sin fin.>
..y en il an duermen p.zlom<1s entrabiert1JS
con ojos Je cemento subterrneo
dice de El desenterrado. Es el momento de la resurreccin. Al incorporarse, el resucitado
todava est la vid entumecida, todava tiene algo del mineral subterrneo al que se
ha asimilado por milenios; como se entreabren los ojos al despertar, as las fuerzas vi-
tales (palomas) se entreabrirn. Una imagen pariente vemos tambin en unos versos de
Un da sobresJu que describen el despertar adormilado:
A fu sonoro el alma rueda
cayendo desde suhios,
rodeada an por sus palomas negr1JS,
t()l/a11a forrada por sus trapos Je ausenCia.
Todava le revolotean al recin despertado girones de vida onrica y somnfera. La vida
del dormido es paloma, pero negra; como la noche es la negrura del da, la sombra la
luz entorpecida. En No hay olvido (Sonat4), al explicar en autoexgesis cul es la
mater~ de su poesa, dice que no son asociaciones de recuerdos, ni es la vida pasada
(paloma), marchita, ya olvidada, sino un dolor y angustia actuales.
No son recuerdos fus que se han cruzado
ni es la palonl4 amarillenta que duerme en el olvido,
sino caras con lgrimas,
dedos en la garganta ...
Yo sospechaba que el verso segundo poda referirse a ls asociaciones del subconsciente,
que otros poetas buscan; pero Pablo Neruda me enmend: No, es la concrecin
de la vida pasda.>
Otras veces J. paloma, como smbolo de vida, se asocia con el don potico. En el
poeta, vivir es ser ,,oeca:
cuntas veces entregara. este coro Je sombras que poseo,
y el ruiJr> tle espadas intiles que se ''e en mi alma,
y la paloma Je sangre que est solitaria en mi frente
llamando rosas desaparecidas, seres desaparecidos,
substancias extraamente inseparables y perdidas.
De Tango del viudo. La paloma puede, adems, entrar en una imagen por su tradicin
venusina, por la delicia de su color blanco, pori sus formas redondas. As en Juntos
nosotros, donde se alude a las repetidas redondeces y .a la blancura del cuerpo de la
amada:
...y la paloma redonda
hace .rus nidos blancos frecuentemente en ti.
En la poesa juvenil de Pablo Ncruda, la paloma tiene, en general, este sentido amo
toso, segn la tradicin que remonta a las palomas de Venus y a la del Canlt>r de los
Cantares. As en El hondero entusiasta llama a la amada Fogoonazo de luces, paloma
de gredas rubias (gredas llama a las carnes), y en oteo lugr: Ah, mariposa ma y
urullo de paloma.
Por ltimo, hasta bs lneas divergentes con que levanta vuelo un grupo de palomas,
puede agregarse como elemento imaginativo, y aun predominar sobre el constante valor
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE PABLO NEJl.UDA 197

simblico de vida. Por ejemplo, en Apogeo del Apio, al describir el apio, primero en
su vida hurfana de planta: del troncho carnoso que guarda la invioloble vida del apio,
impenetrable al ruido y al tacto (cera inucu,(I). que los ruidos nunca atravesaron),
salen los claros y estriados costilfares del apio como claros relmpagos lineales, como un
surtidor de palomas que rematan su vuclo con una voluta (en las hojas verdes, rizadas,
y cadentes).
Del centro puro que lo ruidos nunca
at ravearcm, de la inJacla cera,
salen claros relmpagos lineales,
palomas con destinos de volutas ...
Tambin en Galope muerto, de entre el sin sentido de los incesantes afanes del hombre,
de entre las destrucciones y el dolor, surgen los mpetus vitales perpetuamente, levantan
su vuelo ascendente las palomas de la vida, emergiendo de la hmeda barranca, negra e
insondable, que forman la noche y el tiempa:
Ahora bien, de q11 est hecho ese surgir Je palomas
que hay entre la 1wche )' el tie11po, como una barranca hmeda?
GoLONDJl.INAs.-En No hay olvido ($<mala) las golondrinas son cifra y resumen
de lo que nos encanta:
He aqu violetas, golondrinas,
todo cuan to nos gusta y aparece
en las dulces tarjetas Je larga cola
por donde se pasean el tiempo y la d11/zura.
As, pues, son smbolos de la ensoacin, de los vuelos de la fantasa. En Alberto Rojas
Giminez vie11e -volando, las golondrinas parecen tener algo del valor simblico de las
palomas, como instantes fugaces de gloria vital, identific.ados con exaltaciones de la
fantasa. <2 > En una estrofa en que el pacta se revela contra la certeza de la muerte
de su amigo, exclama:
No es verdad ta11ta sombra penig11indote,
no es verdad tantii golondrina m~ta,
tanta regin oscura C0'11. lamen.to1:
viet1es vola11do.
El verso segundo dice: no es verdad que estn muertas aquellas llamaradas de tu vid.
l::sto como contenido simblico sugerido; adems hay en ese verso otro contenido ms

(1) Cero vale, sin duda, poc lo visual y tctil del troncho del apio; pero q:mbin por lo silencioso,
de modo que intacta cera> insiste sobre que los ruidos nunca atravesaron. Un pasaje de Un Jia
~obresalt poetiza el silencio que envuelve al dormido: envolrui:as ( cdscardS, e.seo es, cortezas) de siltnclo,
silencio a su vez acolchado (envuelto en pe.lo), el silencio palpable de )&$ cosa ruid06u tn descanso:
c.abalJos echados., mquinas paradas, \lelas C"adas, trenes dt cad y jazmn marchito:
Cscaras Jet silencio, de ct<ul turbio,
como frtts(os e oscurm fitTmkis cldusurdas,
silencio ni,.udto rn po,
tilenci<> galof>4FU/o en caballos. sin pal4f
y mquiniis JormiJ41, 'Y vel.a1 sin atms/ertt,
y trenes e jdl,mn esalentt1o 'Y cud...
(2) Tambin a Federico Garca l.orca le dice en Ja Oda:
y golcmdrinas .,erde.s hacNi nio t'n tu pelo.
Su abandonada amante del T4ngo Jel viuo tiene en sus ojos ese pjaro de la ensoacin, y en el
corazn el perro de Ja furia:
'Y lct golondrind qut' Jurminido y volando 'five en tus ojor,
y el ~r10 de furia que anidas en tu corazn.
198 A!ofADO ALONSO

claro ilustrativo del primer verso: la sombra que te persigue es como una nube volante
de enlutadas golondrinas, pero muertas, descontada de las golondrins su gloria vital;
y sigue: esa sombra que te persigue, es nube de golondrinas muertas, e9 una regi6n
oscura con lamentos.
El vuelo veloz y quebrado de este pjaro veraniego, que rasa la tierra o la tersa
superficie de los roo tocndola a veces con el intermitente leve tacto de la punta de sus
al.as, y su negro plumaje de lneas estilizadas, que le hace asemejarse a una flecha de
fresca sombra yendo y viniendo por el aire bajo y ardoroso del verano, entran como
elementos dominantes en una imagen que representa el delicioso =alofro de los besos:
siento arder tu regazo y transitar '"' besos
hociendo golondrinas frescas en mi sueo.
De Ali4nz11 (Sonata). Esta imagen ya haba sido buscada e intentada en Crepus-
culario, en el poema Pe/leas y ltfelisanda:
-Pelk11S, alguien me ha tocodo
14 sien C01J uTUS mano fin4.
-Serla un beso de tu llmlldo
o el ala e una golondr"'4.
la confrontacin de ambos pasajes nos permite ver cmo lu evolucionado y madurado
el ahinco de condensacin potic de Pablo Neruda. Las dos imgenes en disyuntiva de
Crepusculario (beso o golondrino) se han fundido ahora en una, y, con ello, multiplican
-y no slo suman-u poder expresivo y su virtud de sugerencu. Tambin es verdad
que la imagen, en su nueva forma, ha dejado de ser de comprensin obvla, porque
tiene abundancu de pensamiento implcito-necesario y no prescindible en su funcin
potica-, que el lector atino o no atina a apercibir. Y, con eso, en cierto modo se ha
hecho una expresin para iniciados.
MARIPOSAs.-Suelen aludir alas hermosuras-frgiles, fugaces, preciosas y tambin
inasibles, incazable9-<le los ensueos y de la poesia. De la palabra sauttd~ di~ en
CrepuscuJario que es
como una mariposa de ciwrpo extrao 'Y fino
siempre kjos-filn /ejosl-Je mis lranl{"ilas red...
Una mujer es representada (Alianza, Sonata) teniendo
En lo alto de. las mano' el deslumbiar de mariposas,
el arrancar Je moriposas cuya ,.z no tiene trmino.
y en la Oda IZ Federico Garca wrca., le dice:
Ven que te corone, joven de la salud
y de la m11riposa, jwen puro...
Ya en El hondero entusi4sla exclama:
Canci6n, sueo, destino. Flor ma, flor e mi alma.
Aletazo de s1't1io, 11111riposa, crepsC11lo.
Cmo interpretar las imperecederas mariposas del Estatuto del vino? El poeta, iden-
tificado con el vino en virtud del acto potico por antonomasia que se llama endopata, 11>
se.siente escancur en los jarrillos (metales transitorios), y encaminarse hacia la srdida
fisiologa y lucia la desenfrenada fantasa de los bebedores: por la garganta y el esfago

(1) Proyeccin xntimtntab, corriente en las trad.uc.ciones espaol&$, .es ezpresin detaforwnada..
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE PABLO NERUDA 199

(tneles acres) hacia los estmagos (bodegas solas), con sus digestiones palpitantes
{betunes verdes que palpitan), y tambin b.zcia sueiios, hacia hnperecederas maript>sM.
Y b.zci4 tneles acres me encamino
vestido de metaks tramitorios,
haci# bodegas solas, hacia sueos,
hacU> betunes verdes que palpitan,
baria herrerfas desinteresadas,
baci# sabores de lodo y garganta,
h4cia hnf>erecederas mariposas.
Las mariposas apuntan aqu, sin duda, hac~ el mismo orden de cosas que antes los
me-Os. El adjetivo imperecederas, en anttesis aguda con los me/a/es transitorios del
verso segundo, repite la misma idea de Alianza, las mari~as cuya luz no tiene tr-
mino>. La idea en ambos lugares es que la belleza de estas efmeras criaturas es per-
durable en los espritus. En Crepusculario slo es lo efmero de estas volantes llamas
lo que poetiza; todava no, como ahora, la perennidad de su belleza en los espritus:
La mariposa volotea
y 11rde-con el sol--a veces.
Mancha volonte y llam11rada,
ahora se qiuda parada
sobre una boja que la mece.

todo se va en la vida, amigos,


se va o perece.

1A mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.
De Mariposa de otoiio. En la poesia juvenil, la mari~a sugiere dulzura, ensoacin
y melancola. De Crepusculrio:
Hay que ser dulce sobre todas las cosas:
ms que un chacal vale una mariposa.
Con frecuencia, es imagen amorosa aplicada a la amada:
ella, sus oj0$ enlutados,
el, su corazn, mariposa sangrienta
qiu con "" dos antena-s de instin/'o me ha tocado!
De El hondero ent11siasta. En el 15 de sus Veinte poemas de amor:
Como todas las cosas estn llenas de mi alma,
emerges de las cosas, llena del alma ma.
Mariposa de sueo, te pareces a 1ni .Jma,
y te pareces 11 la palabra melancola.
Y en el 19:
Mariposa, m<>rena, dulce y definitiva,
como el trigal y el sol, la amapol11. y el agua.
Creo que se debe prestar atencin a la diferente 2plicacin de la imagen de la mariposa
200 AMADO ALONSO

en la primen lll y en la segunda poca: mariposa-amor y mariposa-poesa, pues en


muchos poetas el predomjnio de las imgenes erticas es cosa de la primera juventud,
y la madurez suele traer consigo cierta insistenda en las imgenes de poesa.
ABEJAS.--Son smbolo del ardor de la vida, del frenes amoroso o bquico o dio-
njsaco. Podra explicarse bien su sentido con un VC1'$0 del mismo Neruda: .:delirante
poblacin de estmulos>. (Trtibajo fro.) Este smbolo ya est muy bellamente ela-
borado en la primera poca:
Ee.c la delrranle juventud de I abeia...

Abeja blanc11, zumb11s ebria de miel en m 11lma


y le tuerces en /ent11S esfrirles de humo.
Abeja bl111tca, ausente, an zunibas en mi .a:lma...
De los poemas 18 y 20 de los Veinte poemas de amqr. Como, segn declaracin de
Pablo Neruda, sus veNOs juveniles muestran la influencia del poeta uruguayo Carlos
Sabat Ercasty, <2 > me parece oportuno recordar aqu un pasaje de este poeta que debi
impresionar vivamente la imaginacin adolescente de Neruda:
La dist1111d1> encendida reverbera en el aire
casi inmvil, y se oye el zumbido caliente
dtl tbano metlico "' C1)"11S als vibra
la embriaguez delirante de la hora enordecida.
El zumbido del tbano de Sabat Ercasty, como expresin de ardiente y delirante exal-
tacin, se convierte en su joven admirador en el zumbido de la abeja, con las mismas
connotaciones de delirio y embriaguez. Una vez (Caballero solo), Neruda emplea con
abierta significacin de ardor sexual el zumbido de las moscas (otra variante de los
tbanos de Ercasty), y la imagen aparece superpuesta a la de la abeja:
y las abejas bue/en sangre, )' los mo.<acai zu,mban colricas.

(1) No slo Ja mmipod., sino tambin la. e1piga, la TOia, la abr}c1, la 4mttpo!t1, la /rula_, ecc. , '"
imgenes nfttidas preferentemente a Ja amada o al amor en la primera pcca; y en la .egunda, a
valores poticos o a So aperecido de la vida, aunque es slo cuest.iOn de prefttenciots, &in divi.aoria r1
gurosa. He . aqu algunos buenos ejemplos en que, por alternarse las imgtnes-sm.bolos, s.e ve
vtntajosa.mentt cmo funcjon.an. En Crep-us<ulctrio (poema lJt1r1io sin lut):
Y ld:I cos11s que ttcondtn los tst01
JttrJ.s Je /4s 'Vtnldnds luminosas,
mientra~
afuera t'I vitnto
lleva un poco de barro a cada t0$.A.
Y en el 14 de los Veinte poemas t amor:
Mienrras el viento rri~te galopa matando mariposa$
yo te dlm)1 y mi dleg14 muerde tu boca Je ciruela.
El viento en.sucia las rosas, o mata mariposas, belJezas eflmeras de la vida, y mientras tanto, los
dt~ de amor se fraguan como si no Jo supieran, como j no fes esperara el mismo destino. Tambin
ser instructivo cottjar dM pasajes, esta vez uno de Neruda y otro de S.;ib3t Erc.asty. Dice ti pOtc.t
uruguayo, c-n V idas (poemas):
Y<' que t<Hlo he querido, que mord roda fruta ...
Y dice Neruda en C1ef>1LJcula1io:
A migo--c<1n /4 tarde hat que se "l'rrYa
e1te dese<1 mi<1 Je que todo rosal
me pertenezca.
Todo fruta y Jodo rosal son.. sin duda, smboloS' de codos Jos goces de la vida; Sabat los repre
sene.a como ya saboreados, Neruda, como dts('ados.
(2) En la Atlvertenci4 Je/ llUIOr a lt1 segunJ., edicin dt El hondero nitUJidSlo, Santiago de
C.hile, 1938, la confidencia de Neruda se refie(e s-OfQ a los ver!tos de este libro que, en efecto, muestra
influencia de S';1.bac Ercasry en el aire general de Jos poemas; pero reminisc;encias imagin.ar.ivas de Sabat
hay en los ouos libros de Nttuda y no han desaparecido del todo tampoco en Resiencid, aunque
aqu figuran como &lmplts materialts profundamente transformados.
'
SJMllOLOS ' DE PABLO NERUDA
rNSlSTENTES EN LA POf.SIA 201

Son dos imgenes que aparecen entre otras fuertemente ertico-sexuales, y en la primen
se sugieren los sangrientos esponsales de la abeja.
En Diurno doliente, para describir un momento de euforia con alegra delirante,
dice:
el frerus hincha el traje y el 1un10 el sombrero,
una abeja extremada arde sm tregua.
Un ejemplo muy instructivo, por sus enmaraadas implicaciones, hay en Alznza
(Sonata):
TriiiJa con miradas, con objeto Je abejas,
tu material de inesperada llama hu)tndo
precede y sigue al dia y a su familia Je oro.
El objeto de las abejas es la miel (P.N.), pero de ningn modo es indiferente el
trueque, pues la frmula enigmtica objeto de abejas ha preparado el campo para
el hermoso verso siguiente, como si de con objeto de abejas hubiera pasado el poeta
a pensar abeja: eres una abeja, y tu material de i~sperada llama en fuga precede y
sigue al da y a su familia de oro.
De la ardorosa fuerza vitI del vino dice en Estalnto del vino:
Sus abejas en gotas vat> cayendo.
Y en el mismo poema, al amortiguamiento de lo vivo (P.N.) en los borrachos le
llama abejas derrotadas:
En.t<>nces surgen los hombres del vino
vestidos de morados cinturones,
y sonJrerix de abejas derrotadas...
La Oda con nn lamento canta erticamente a una joven pletrica de vida y de
incentivos; ya le ha llamado el poeta presin de palomas, presidio de peces y rosales,
alma vida como botella de sal sedienta, cuerpo sensual como campana Uena de uvas.
Ahora le dice T lloras ... ; pero este llorar significa, no dolor, sino extremamiento de
la intensidad vital; no lloras de dolor, sino de salud, Uoras de cebolla (desconcertante
poticamente, 2unquc claro iotelectultnente: si lloras es por algo puramente biolgico,
no de desconsuelo psquico), Uoos de frenes vital de vida ardiente (:::: de abeja>
P.N.); y as como en Alian.za (Sonata), tras objeto de abeja ha emergido la imagen
de la abeja como una llama que vuela y huye (tu material de inesperada llama hu-
yendo>), as aqu el mismo nombre conjura una imagen de orden equivalente: abece-
dario ardiendo>, enjambre ardiendo:
T lloras de salud, de ceb<>lla, e abeja,
de. abecedario ardiettdo.
Por su ardiente vitalidad, al amigo muerto (Alberto Rojas Gimnez vkne volando) lo
representa vestido de abejas, esto es, siendo un apretado enjambre:
Oh amapola marina, oh deudo mo,
<>h guitarrero vestido de abtjas,
no es v"dad tanta srmibra en. tus cabellos:
vienes voland<>.
ABEJAS y HORMJGAs.-Son igu2lmente smbolos de lo numeroso: enjambres y
hormigueros. Las abejas con referencia a los valores positivos y entusisticos de La vida;
las hormigas, a los negativos y enojosos.
202 AMADO ALONSO

Por no, m lo inm-011il, Jd.,,,ibu/lJse, pncibir,


nrnrcn, romo llkteo inmmso, mrl,,.,,,
romo abejin 11111trts o nlmenn,
11y, lo 'l" mi cornn p4liilo no {"'eJe .bMCtn'
.en multit..Jn...
(G11/ope muerlo.)
T propttg11s los bfsos y t1111/11s las hormg11s.
(Od11 wn un /111nento.)
PEcl!s.-Tngase en cuenta que en Amrica apenas se hace distincin verb2l entre
pez y pesc11Jo; la palabra que designo a uno y otro es pest:lldo. A veces, Pablo Neruda
usa fa pabbn pernsular (y literaria en Amrica), peces, pero no mantiene la dis-
tincin. Desentendindonos, pues, de las distinciones verbo.les, y ateniendonos a la cosa,
hay en los peces de esta poesa un doble valor simblico: uno el de terrible ferocidad,
ya que los peces se alimentan matando, y adems devoran a los muenos q"" se tnga el
mar;lll otro es el de la inagocable y profusa vida que germina en los senos de la rmr.
En El rwr d Ocitmo, el abismo del mar es tiempo acumulado y ya esttico, hu:ho
eternidad; los abismos del mar son los ojos muertos del tiempo:
Y 11 sas ojos IHm mUtTto e 1gu11 mwtr/11 y pknn11s
y scm Jos 11gujeros Je /atilu.d 11mMg11
por d<mde entr11n los peces e ens1111grmt11os dimles ...
La luna es por el mundo el tropero, cel viejo de la bolsa> que va recogiendo desgncias,
tormentos, muertos, para volcarlos luego en los 2bismos del tiempo-mar:
en su soro de piedr11 gastado por /115 lgrima$
y por 111 maredura t pescados smitslros.
En El reloj co en el 1114r, el fondo del mar es visto como cuna triste tum~ que los
peces recorren>. Del segundo valor simblico, el ejemplo ms instructivo es uno de
Ftml11st1111, donde los peces estn aludidos por un circunloquio:
SMs ojos l11ehilbtm como rt111eros
m el infinito mUtTto
con espnm::o e sueo y materia
de seres uliendo cid mar.
Recurdese el objeto de abeja> por miel. Materia de seres...> significa Jo mate.ria
viva, la vida en constante germinacin, representada por la inagotable fecundidad del
mar en peces. Los seres que salen del seno del mar son 10$ peces como slmbolo de lo
esencial, de la vida, <de lo primigenio> (P.N.) Un df4 obresale poetiza el nacimientO
de un da identificado en muchos momentos con el nacimiento del mundo. Ah los
peus, corno smbolo de gerrrnaci6n, de vida primigenia, llenan la sonoridad de los
..pcios:

(1) Si no fuer. Nuuda un powi tan <mpni..to n r<>mpet con In uldici.,,... gncolatrw de lo
poua turopu, uno se sentirla untado a sos:P._C!har que esce v.loc sirnblko pcoude cif. W futncu
mismu ck t. .;... aaclicin, d. la fl;,,J (XXI, tn-127) y d la EMJd (X. 559560). Aq.W..
ha w-encido a I..ic.6:11 en singular comb.att, y, J.in oundtt a sw rurgos dr: perdn y a N proputsca dt
raate, lo lrima ditndo: Y at J.,; ~t 101 ~ctl qMt l r""4"'1101 tt ldlnan Id ltmgTe Je I~ hnit/1.
No re cokar tu madre tn un kcbo para llam, 1i'no que sus llevado por ~ voragin0$0 Btc&m.andro
aJ va1to HtlO dt1 ma.r. Y dign ~ ulundo de la r'lt'gra ola a la espuma encrespada, tomtri I
blonC'd gtdld Jt Li.con>. Vagio, c.ocno umu oaias vecct, reh~t los venos homricos con acendra
mitnto potico. Eneas inaepa colrico al c.adver de tu vtnc:ido Trquico y Je- dice: c-Ahi qut<lu
ab.ndonado para pasto de las aves de rAP-ia, o 1umergido tn el mar te arrastrarn lu 01111 y 101
l>dmbri~tttos J>tl morJn,, tu1 her/01.
SMBOLOS JNSISTENTEs E N LA 'POESiA DE PABLO NEkUDA 203

En lo sonoro /,, luz se verifica:


las vocales ie in1mdttn, el llimto cae en ptalos,
un viento de somo come una o/,, retumba,
brilla, y peces de fro y tlstico la habitai>.
Los peces se hallan en conjunci6n simblica con las rooas, las palomas, las campanas y
las uvas (esplendor vital, amor, sensualidad), en el comienzo de Oda con un lamento:
Oh nio entre las rosas, oh presin de palomas,
oh presidio de peces y rosales,
tu alma es una botella llena de al udienta
y una campima llena de uvas es tu piel.
En la imagen de los peces como vida bullente, entra tambin la representacin de lo
movedizo y escurridizo. Esta condicin fu expresamente pQ<tizada por Neruda en
Crepwculario:
Saudade... Oiga vecino sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
Los peces aparecen ta.mbio en otros p<>etas modernos, como smbolo de la vida germi-
nando, y es Vicente Aleixaodre, Sin luz (en La destrucci6n o el t111Wr) quien lo ha de-
clarado explcitamente: los peces son la creciente vida que ahou empieza. Las bJ.ncas
espumas del mar pobladas de vida
Las blancas cabelkras, las juveniles dichas,
pugnat> hirvientes, pobldas por los peces
-por la creciente vida que ahora empieza--,
por elevar su voz al llire j<Wen ...
CAMPANAs.-Lo rotundo, henchido, sonoro: plenitud con hermosura. Del Caballo
de los sueos dice:
fle odo relinchar "' rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con l las iglesias,
galopo los cuarte.le desiertos de soldados,
y un ejrcito impuro nie persigue.
Sus ojos de. eucaliptus roban sombra,
su NUTpo de campana galopa y golpea.

Los ojos del caballo de los suenos iluminan d mundo; el galope de su cuerpo golpea y
suena como una campana. En Coleccin noct11rna llama a las campanas, junto con los
pjaros y los cometas, esos frutos blandos del cielo>. El smbolo campanas tiene
cierto parentesco especial con abejas>, por las sugerencias de ardor y frene;, si bien
la abeja parece valer ms como vida ardiente y las campanas como manifestacin ar-
diente de vida. Nos lo revela el p<>ema 13 de sus Veinte poema,;
Oh, poder celebrarte con todas las paltibras de alegra.
Cantar, arder, lnUr, como 11n campanario en las manos de. un loco.
Obsrvese cmo se conjugan varios de estos element06, formando imgenes como de
fotografas superpuestas, en los dos versos finales de Entrada en la madera:
y hagamos fuego, y silencio, y sonido,
y ardamos, y callemos, y campantJJ.
204 AMADO ALONSO

Apenas es necesario decir que estos smbolos no funcionan como clave sistemtica, y
que mucha.s veces las campanas son reolmcnte campanas (V1tdve el otoo):
el tiempo que ha dormido largos aos dentro de las campanas.
Con este sentido material, pero como un modo de concretizacin extrema.. reduciendo
el ancho espacio a un punto, dice en v..elve el otoo:
Un ttnlutado d11 r.ae de la.< r.ampana.1
ccnno una temblorosa tela de t'aga viiuia
c.ae sobre la tierra el taido crepuscular de las campanas, y es como si en ese taido
cayeran las sombras.
AMAPOLAs.-Smbolo oscuro. Unas veces son ro1as heridas, otras el sueo y 106
sueiaos, como flor de adOrmidcra, otras violenta pasi6n amorosa, otras bocas apasio~
nad1s. (I) Es frecuente asociar este smbolo con la noche o con el crepsculo, sugiriendo
a la vez lo apasionado, el color rojo y el reinado del sueo:
y lo vespertino Uega llorando
en forma e oscuras ampolas.
(Fantasma.) En Serenata le dice a la Noche que llega:
En tu frente descansa el color de las amapolas ...
Y las amapolas, de pasin y sueo, tienen su sitio en las experiencias onricas que des-
cribe en Coleccin Nocturna:
Yo oigo el sueo de viejos ccnnpareros y m11jeres amadas,
sueos Cl)Os latidos me quebrantan:
su material de alfombra pis<> en silencio,
su luz de amapola muerdo con delirio.
En Un dla sobresale, la amapola figura entre otras imgenes amorosas, de pa.sin y
dolor: Cllando
la noche sle sola, como reciente. viud4,
como paknna o am4pola o beso...
Y en Oda con un la1nento:
Slo puedo quererte con besos y amapolas
donde a la pasi6n se aade la sugerenci de sueo> (P.N.), como flor de adormidera.
En una representaci6n del asalto nupcial, el smbolo de la amapol.i reune tres su-
gerencias que otras veces aparecen aisladas: flor de masculinidad, boca de pasin,!
adormidera:
la i1tundar de amapolas y reliimpagos.
El color de pasin y la virtud somnfera (sueo y ensueo) se juntan otra vez en un06
versos del Estatuto del virw, donde a la accin violenu del vino sobre los bebedores

(l) En El honJno mlusiastd hay un buen ejemplo de e.sta signifKacin apasionada de las ama
polas, bueno porque sigu.t el tstilo hecho trildicin desde les moderniscu rubenianos-: Y o soy
ti qut trio m los brtttos iinlos amarillot.
Y rosas JtsgdTrtN/as. Y 11mapalas sangritnlas.
En e.1 poema 19 de Veintt poanas Je amor, la amapola se junta con la mariposa, e.I rrigal, e) Jo! y el
agua, como ejemplos de perfein simple y preciosa. La amada es
Ma:rif)()td mort114, Julct y dt/initWa,
como d trigal y <I sol, /4"'4Po/ 8"
y ti
(2) Por ejemplo, en El Deunl<rr.Jo, donde la boca del po<taamantt asesioado (ti conde de
Villamedian) ts
una boca tt espanto y arntfPOlas muritnd(),
En esu imagen las amapola.s sugieren como noca fundam~nral 1a sangre del asesinado, pero conUtva.n
<omo armnicOi la paiin amoros.a y la masculinidad.
SOOOLOS INSISTENTES EN LA POESIA DE PABLO NEl<VDA 20S

llama bala, amapola eficaz y ryo rojo, 2c.cin que no llega 125 desdichadas person25
temerosas de 125 violencias de 12 naturaleu y arropad25 en convenciones:
A elllls la ba/11 del vioo no llega;
m amapola eficaz, su rayo rojo
mueren ahogados en tristes teidos.
Los versos 2 y 3 son otra versin imaginativa del 1; el verso 2 es insistencia sobre
la ba/11 del vino, y' el verso 3 ntegro explica a no llega.
Hay un pasaje, El rek>j cado en el m11r, donde entre otros smbolos se enumeran:
Las amapolas negras ~ nadie puede crmtemplar sin 171-0riT.
Las .amapolas negr25 son qui smbolos misteriosos del enigma de la vida>. (P.N.) (IJ
En otra ocasin (Barcarola), las amapolas se presentan tambin sin su color natural;
las olas del mar, en la noche, tendida ssobre el mar son sombras recostadas>; movin~
dose a la luz nocturna parece que se mecieran, que cabecearan como tableros de ama-
polas verdes (verdes por el color de las olas):
de lo srmoro el m11r 11eusa
ms sombras recostlllias, sus amapol<n verdes.
Una sugerencia de mar dormido hay en 125 amapolas, reforzada por la imagen de las
sombr25 recostad25: a la luz-sonido de mi corazn, al clamor de mi espantado corazn,
el mar dormido acusa sus olas; sombras recostadas, verdes flores de sueo y de nsterio.
(Comprese: y el agua que trae el mar, de sal y sueiw> Unidad). En otra ocasin,
Alberto Rojas Gimnez viene volando, lbrna a su muerto amigo en invoc.acin exaltada
c:Oh amapola marina>, quiz con reminiscencias de las amapolas verdes de B11rc11rola.
!.As VVAS.-En su Po<Sia juvenil, bajo la influencia del poeta uruguayo Carlos Sabat
Ercasty especialmente, Pablo Neruda ebbor una rica nomenclatura de significacin
sensual, a la que pertenecen las uvas. Las frutas, como smbolo de lo erticamente
apetitoso y apetecido, estn en tantos poetas (y hasta en las metforas del habla co-
rriente), en tantas literaturas, que ya parece un tema espontneo, por ms repetido
que sea. Sin embargo, en nuestra literatura, su fortun2 est determinada tradicional-
mente por da fruta temprana> del Marqus de Santillana, y, desde Garcilaso, por su
verso dulce y sabrosa como la fruta del cercado ajeno>. E.n Pablo Neruda, las determi-
naciones tradicionales de temprana o prohibida han sido casi del todo abandonadas, y
las frutas le sirven para sugerir conjuntamente los deleites del tacto, del gusto y de la
vista, que es donde se muestra la influencia especial del poeta uruguayo.<J Las uvas,

(1) Cp. los dos citdos veraos de Fantasma: cy lo vespertino llega llorando - en forma de oscuras
amapolas-t; el dobk paralelismo llOTanJt>-mOTir, oscur4Sn<gras denuncia la mism.a direccin de sentido
imblico en ambos pasajes, a base del virgiliano y universal el sueo, hermanO' de la muerte>.
(1) He aqu algunoo ejemplo .a<ado de un solo librito de Sabat Erca>ty, Vias (pe><m4S):
...como la espiga, esbelta, como el rimo, CUrYd. ..
..Ju boca de nartmjd y tus ptthos Je UYd ..,
...en la esplintliJ" fruid ichostJ e tu fli11 ...
Lo meen/ida mantona e prPura y Je fuego,
la ""' ft>1/0Tttnzlt Je licores y llamas,
lttS chisP4J de la, trpiga y el ;ncendio dtl ?'ino
rt1pldntcen y d~"" ns la luz. dt tu cuupo.
La modertt JraganU y l.a hinba aromtitica,
los duratnos oredl!os y la brasa del higo,
'Y la mitl Jtl. tniambrt sil'lt1tre, y la t bria rosd,
lt calienJan ld Sdfl"t y lt qMtman la -Yida.
...con Id c11rnt Yiolcnla Jt jwven1u y fruta. ..
.y rt con ti jbilo frulal dt tJfar critno.
206 AMADO ALONSO

particularmente, son smbolo de lo amorosamente gozado y del placer amoroso apete-


cido. De Veinte poemas de anwr; poemas S y 13:
fldro tus mAnos suaves como los uvas
para tus blancas 111ano1 s1uwes como las uvos.
El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal.
En Residencia, la uva es smbolo genrico del placer de la vida, s1 bien con ten-
dencia a especializarse en el goce amoroso:
y mi boca de exilio muerde la carne y lo uva
(Juntos Nosotros)
Las u V llS negras, inmensas, replel4s,
c-uelgan de entre las ruinas como odres ...
(Coleccin nocturna.)
Lo henchido de las uvas, su plenitud y presin vital, entra destacadamente en el valor
potico del smbolo. La campana tiene tambin esta figuracin de plenitud y rotun-
didez vital; y en un verso de Oda ron un lamento, en estrofa donde se acumulan varios
de estos smbolos de la vida hermosa (roSlls}, de la clida vida perfecta en s (palomas),
de la vida bullenu (peces) y florida (rosaks) y de la vida anhelosa (sal sedienta), hay
una simbiosis de ambas imgenes, en la que lo teoso y pleno de las uvas toma el primer
plano imaginativo con la represcnucin de la campana:
Oh nia entre las ros4$, oh presin de jxilomas.
oh pretidio de peeet y rosales,
tu a/1114 es una botella i/ena de sal sedienta
y una campana llena de uvas es tu piel.
Oh nia, oh mujer, en ti hay (eres) presin de paloma (pujante y ardiente vida venu-
sina); en ti se encierra la vida bullente, multitud de vidas bullendo en ti corno peces;
eres una rosa, una ros.aleda; corno la sal embebe la humedad ambient<, as de sedienta
absorbes la vida, embebes mi vida; eres toda t un sonoro y henchido recipiente de
sensualidad (campana de uvas). Con v,alor anlogo leemos a veces cirue/4. (yo te amo,
y mi alegra muerde tu boca de ciruela, poema 14), y a veces frutas:<lJ

(1) Las ftutas, cosno smbolo de goce de la vida y del mundo, no llevan necesariamente asociaciOO:ff
erticas. Vase, por ejemplo, de Coleccin Notlurna:
y entonces can en nuestra b0'4 esos frutos blandos dtl cielo,
/01 ptljttros, lat cmnp11nas con~t'fllulles, los cometdS.

...y t111a1Kd.1 humeecitnJost lo mdnO con sus mieles,


d mds JoraJo, aitnJt, sensudl Je los r11eimos;
...Su sansre es1 /r4an1e " nd711njt1 r ~dna,
y ltt lut. le ba orado la ctJ.Tnt J.e rttcimo.
...Todo su hobld'r tf ct111/() Je/ aJtro r el abismo,
mitl de abejm Je fuego, '>'ino de uYd1 llameantes,
juJt,o Je murulos d,rios, todos de Dios henchidos,
tumo az;ul del espacio, de 4'1110r 'Y lut maduro.
... Yo, que todo he querido, que mord todd fruid ...
En la primera i:poca de Neruda la influencia de e~e 5ensualismo trucendental muy notoria. De
El honJero entusi4sta entresaco un par de pasaje:
htla aqu lu ternura

mdur4JrJO ~n la misma ctnntm4 dt /rutas


'Y salimdo t tu tilmd rota bajo mis deos
como ti licor Jtl YJ'no del cmtro Je la uva.
...C...cion Jtl ma<lw y Je la hmrbra!
la fruta Je l"s siglos
aprimimJo su jugo
tn nwstras venas.
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE PABLO NERUDA 207

Un clim4 de oro maduraba. apenas


las diurnas longitudes de su cuerpo
llennola de frutas extendidas
y oculto f"ego.
De .11gela Adnica: La piel doroda de sus largas formas es como fruta madurada
apenas (la fruta temprana de 13 tradicin potica espaola!) por un clima de oro
(soleado); su largo cuerpo est lleno (es) clc frutas extendidas y de oculto ardor.CH
Un caso especialmente difcil hay en Sonat11 y destr1tcci()1U!s, donde canta el triunfo
del dolor sobre todo intento de alegra:
Ardi la uva hmeda, y su agua funeral
lln vacila, an reside...
Esta imagen se aclara comparndola con unos verso. de Una cancin desesperada:
Mi deseo de ti fu el ms terrible y corto,
el ms resuelto y ebrio, el ms tirante y vido.
Cementerio de besos, an hay fuego en tu; tumbas,
an los racimos arden picoteados de pjaros.
Hay aqu reminiscencias de Sabat Ercasty, que traigo a colacin porque ayudan mucho
a comprender la inugen de Neruda: da uva fosforecente de licores y llamas que res-
plandece y danza en la luz de tu cuerpo; <miel de abejas de fuego, vino de uvas
llameantes>. Y a se ve, pues, que las uvas fosforecentes y llameantes son smbolos sen-
suales del ardor vital, de especial sentido amoroso. El adjetivo hmeda introduce en el
smbolo un elemento realista: hm<!da seala una condicin contraria al fuego, pero,
adems, la humedad (vase luego) es un smbolo frecuente de lo hostil a la vida.
Ardi la uva hnieda significa he tenido(?) alegra con dolor> (P.N.), me he en-
tregado al frenes de la llama que arde con apetito de arder ms (como dice del
amor San Juan de la Cruz), pero mi llama tiene en s un elemento contrario, la humedad,
que hace imposible todo placer completo.
LAS COSAS ELEMENTALES y LAS CONVENIENCIAS DE LO SOCIAJ.. -Smbolos de lo
elemental y puro son las piedras, la tierra, la lana, el vino, el fuego, el trigo, el pan, el
marfil, el cuero, las espadas; y en oposicin los vestidos, los sastres, los nolarws, los es~
tabkcimie,,,tos son smbolos y ejemplos del descarro y falseamiento de la vida ciuda-
S/()quiero un descanso de piedr4S o de lana,
slo quino no 11er establecimientos ni jardines,
ni mercaderas, ni anteojos, ni ascensores.

(1) En el 19 de fos Veinte p~mds de t1mor ya trat e$te tema, haciendo m.s conet"Siones que
ahora a las exigencias formales:
Nitid more114 y gil, el sol que httce las frutos,
el que cwtja l<>s trigos, el que tunee ldJ ttgtts,
hito tu ctUrpo alegre, tUJ lumirwsos ojos
y tu bocd qw ticne /4 sonrita Je/ dgua.
El pensamiento po&.iro de eJtOS vezso est concebido todava a la la manera de Sabat Brc.asty, de
quien tntrtsaco este verso:
y Ja lut te hd Joro '4 cmne Je ra<imo.
(2) EJ chileno Neruda dice 11rJi/, lo que yo prosi.fico he tenido, porque en Oaile, como en ottas
regionu de Amtic:a y de '&paa, se halla casi anulado el sentimiento idiomrico de Jo que vale la
diferencia entre los dos pretritos.
208 AMADO ALONSO

dana.<11 W11/king 11ruund nos da la clave, el poema que empieza Sucede que me canso
dr ser hombre>:
Los establecimientos, jardiocs, mercaderas, anteojos y ascensores representan aqu
enumerativamente aquel movimiento incesante y sin sentido poetizado en Galope 11uerto,
aquel girar de la polea loca en s misma>; y cansado de tan sin sentido movimiento,
el poeta quiere descansar en los valores simples, seguros y primordiales: en la lana y las
piedras, ~ ejemplo. El mismo Neruda se enc.arga de decirnos en U11idad, qu es lo
que de valioso ve en las piedras: las piedras son algo quieto en s mismo, y en su fina
(valiosa) materia se acumula el tiempo; las piedras estn hechas de la eterna materia
primigenia (de la sal y del sueo-de la perpetua vida dormida-del mar). <2l Cuando
el poeta ahinca su mirada en la ininiu variedad del mundo, y logra ver lo fijo en el
cambiar, la sustancia en los accidentes, acude para expresarlo a la imagen de las
piedras:
Hay algo denso, unido, smtado en el fondo,
repitiendo su nmero, m seal idntica.
C6mt> se nota que las piedras han tocado el tiempo!
En su fina malerita ha> olor a edad
y el agua que trae el mar, de sal y sueo.
Unidad contina con el mismo pensamiento:
Me rodea una misma ros, un mismo movimiento;
el peso del mineral, la luz de la piel
se pegan al sonio Je la palabra noche:
la tinta del trigo, del 11U1rfil, del llanto,
las cosas de e11ero, de madera, de lana,
envejecidas, desteidas, uniformes,
se unen en torno de mi conw p.tredes.
El poeta se siente centub, <un extremo imperio de confusas unidade$-se reune ro-
deindome>; las ms diversas cosas, unificadas, reducidas a su bsico y comn valor, le
envuelven como un muro. Porque todo se reduce un fondo unitario (Me rodea una
misma cosa), todo se reduc.! al incesante movimiento de desintegracin y caducidad.
Las cosas que parezcan ms opuestas, en eso se igualan: mirad el concreto y resistente
peso del mineral, mirad la luz y brillo de la piel viviente: en su raz son lo mismo que
la iogrvida y oscura noche, en su raz llevan la noche (formalmente: al pronunciarse
la palabra cnoche>, el peso del mineral y la luz de la piel quedan evocados); mirad la
ascendente vida del trigo, <2> la perdunble materia del marfil, la intensa vida del llanto;

(1) Con ..sfaccln encaentto en el agudsimo Juan Je Mair<n4 d. Antonio Machado (Madrid,
1936, pg. 173) uta profunda .O..rvacin venera! que puece pensada .,pecialmente pra Pablo
Nerucla, segn lo entendemos nosotros: Amor a la n&turaleu? ... M.s bien creo yo que el hombre
moderno huye de s mismo, hacia las plantas y las piedras, por odio a su propia animalidad, que la
ciudad ez.alta. y corrompe.> E.iplc:itamente lo declara Neruda: cSucede que me canso de str hombre...>
(2) Coincidencias de poeta: Maurice Ms.eterlinclc en El pjaro "1.Ml1 ha-ce preguntar a Tylr:yl en
el momento de la transformacin mgka de su e.abaa: cY p qu son tan clat01 los inuros? Son
de azcar o de piedras preciosas?> Y mpcmdt Ja Hada Buyluna.: cTodas las piedtu son preciosas;
pero el hombre slo ve algunas de ellas.> Como se recordar;\, ea el PJjd1o atul &e personifk:an
rambifu, con fanwa de amable jugueteo, el alma del pan, del vino, del fuego, del agua, de ls luz, etc.
(3) Para ejemplo del trigo, el grano de rrigo. la flecha de trigo, Ja espiga, como smbolos del
impulso Yital, ver Sntndld, En/trmttl4'ts m mi casa, El Jts~nltrrdo. Como sucede con ro1a anutpola,
1
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE PABLO NEP.IJDA 209

en su raz son lo mismo que las envejecidas y desteidas cooas de cuero, de madera, de
lana ( cpura materia elemental>, P.N.) Todo es uno y lo mismo, viene a repetirnos el
poeta, aunque sin el viejo sentido cristi:lno de resignado desengao y esperanza. Todo
gira en s mismo, polea loca, gastndose de muerte. Todo me rodea tan apretadamente
que yo tambin
Trabajo sordamente, girando sobre mi mhmo,
como el cuervo sobre la mUCTte, el """"
de luto.
La enumeracin de materias pretende abarcar simblicamente todas las cosas, oponiendo
dos series de trminos contrarios; primero se opone al metal pesante y a la piel viva y
luminosa, la noche; despus la pal.abra tinta (la tinta del trigo... ) tiene la funcin de
acentuar la oposicin con las cosas destedas: lo no desteido igual que lo desteido,
Jo que esd en su cclica, o perdurable, o momentnea vitalidad, igual que lo que
persiste ajado: todo tiene un significado uniforme.
Como en Unidad declara el valor potico de las piedras, as t2mbin en EntraJa a
la madera declara el de la madera, con sentido 2bfortamente positivo y aleccionante;
y la llama vivo ser de substancia y silencio>, <Dulce materia, oh rosa de alas secas; y
qujjjera asirse a su vida, a su muerte, a vuestros materiales sometidos-a vuestras
muertas palomas neutrales. El existir pero sin el sufrimiento! humano del ansia, del
2nhelo con angustia.
Las piedras aparecen otra vez juntamente con el pan y el roco (MaterniJaJ). El
milagro de 12 fecundidad es como una sbita estacin (una primavera que esc.lla), cuyo
destello da nuevo sentido (hace variar) a las rosas, devolvindoles su ntegro v.aloc
primigenio:
y ya que. su destello hace variar us rosas
dndoles pan y piedras y roco,
oh madre oscura, ven...
El roco tiene aqu su normal valor de vivificador y de delicia, y est justificado obje-
tivamente por rosas; pero el pan y las piedras que la sbita estacin da a las rosas son
smbolos arbitrarios de los valores elementales y primigenios. En Crepusculario hay tres
versos que exponen este sentido potico del pan. Una iglesia pobre
Tine un sabor de pan. Oloroso pa.. prieto
que all en ;. infancia bl4nca entreg su secreto
a toda alma fragante que lo quiso escuclnr...
Con el pan, suelen asociarse el vino y el fuego, como valores ltimos. Por ejemplo,
en Alberto Rojas Gimnez hay una estrofa en que se afirma la persistencia (quisiera
decir a qui la inmortalidad) del ~migo muerto, por encima o ms all de la prdida
de lo elemental corpreo (la S2ngre y los huesos) y de los esenciales medios de vida (el
pan, el vino y el fuego} :
abtjd, m41ipo1t:1., etc.., en la poe:sla juvenil t1pigd es una de las representacioats de la graciosa ida
de la amada:
Puo t, clo1t1 nia, Prtauntd del humo, ttpig,a,
Poema 19 de los Vl'inlt pomztts. Como en gran parce de esta homenclottura, el impulso viene de
Sab.t Ercany. Por ejemplo:
...y /4 tspigd mdrurd cor 6011.ttlu )' Jt1to1a
con su. cu<rpo Jt chisp111 orttda1 y dbraz,add.1.
De Li joven del sol, en el libro Vidas.
210 AMADO J\LO:-;so

lrds li t 1., ""8" y t los lnitlos,


ms o/IJ tl fldn, mJs ,J/J tl vino,
mJs #1/J tl fiego,
vitnts volnJo.
Otro ejemplo del fuego como smbolo del 2rdor viul hay en So"4tt1 y tslrucciones,
donde el poeta echa una ojead panormica su vida. Tras mucho andar, con sus es-
peranzas, desengaos y ensueos,
11mo lo lt1taz que 11n sobrevive en mis ojos,
oigo en m corazn mis pasos de jintle,
muerdo tl fuego dormido y 111 sal llrf1'nad11,
lo unu que sobrevive en l est representado por la animosa march2 de su corauln;
muerdo es como camo con frenesi.>; el fuego dormido es el rescoldo y la ceniz2, b
vida apagtda; y la sal arruinada es, mis que la destrucci6n, lo destruido, pues, por mis
que est arruinado, sobrevive como ul; unos versos ms adelante lo vuelve a decir con
imgenes menos enigmticas:
doro mi propio ser fl"Jio, mi subst11n.C'4 imperfecta.
Por lo demh, el fuego suele tener el v2lor simblico de pasin que se ve en todas partes,
como en el ya comentado <oculco fuego> de ngel Adnic11.
En frente de estos smbolos de volores primarios, aparecen con frecuencia las ropas,
los sastres, las sastreras (la ocultacin de los valores desnudos y la simulacin de
otros), generalmente con otros smbolos de lo multitudinario y de lo gregal. Su sentido
es el de fustigar o lam<!ntar el renunciamiento o el naufragio de la person(jdad original
en el descanso de la ordenacin social. Nos puede servir de gua un pasaje de C11-
btil/n-o solo:
Tintm txisttnci4 los l rtljts, color, for,,..., J tsignio,
y profun-0 lug11r m nUJtnn miltX, lem11si8o lug11r,
dtm11tillJos meblts y t11t4sids !Mbitwonts h11y m ti m11no,
y mi cuerpo vive <ntrc y bajo cantas cosas abatido,
con un pensamiento fijo de esclavitud y de cadenas.
En Cttba//o e los sutos, d mismo poema en que declara anular sus disidencias, lo
duunci2dor del pr6jimo (<anulo extremos queridos). dice:
V11go de un punto" otro, absorbo ilusiones,
converso con los SllSfrts t1t sus nilos:
ellos a menudo con voz f11t11l y frf11
c11ntan y bllcm huir los m11/tficio<.
Y en W 11lki11g 11rou11d:
Sucede qru mt clhJSo de ser hombre.
S.U:ee ~ miro tt los uslrt ri11s y m los cines,
'1114Tchilo...
An aade luego: cEI olor de las peluqueri2s me luce llorar a gritos>. Y luego dccbra
el valor representativo de sastreras, cines y peluqueras, al continuar: cslo quiero no
ver estoblecinsil!ntos...> Lmites, crcel<S que el hombre se construye alrededor. A
.
SThlBOLOS INSISTENTES EN LA POESIA
,
DE PABLO Nl;RUDA 211

Federico Garca Lorca le dice en la Oda.: eres de un poder potico tan maravillooo,
que, Por ti, hasta las cosas ms vulgares, antipticas y siniestras (las sast.reras, con su
aspecto siniestro, loo nidos de los sastres>) se llenan de cosas inesperadas y de drama-
tismo (de cucharas y de sangre); gracias a tu fantasa potica, con su puro ej~rcicio
de juego y con el dramtico sentido de tu poesa:
por ti las sastreras c<m sus negrat membranas
se llenan de cucharas y de sangre.
En el Estatut() del 11iM, la desnuda eficacia del vino, sus abejas en gotas, <sus em-
papadas alas rojas, su c:bala, su amapola eficaz, su rayo rojo, se contraponen a
trapos derrumbados, reuniones de ropas desdichadas> (persona) tristes tejidos),
sastres cados>.
Tambin los notarios aparecen varias veces corno cifra del radical descarro de la
vida, del total malogro y equivocacin del hombre, pues centran la existencia en la
rigurosa reglamenucin y fiscalizacin de la vida. Pablo Neruda los toma como ne-
sacin de la poesa. Ya hemos explicado en este sentido el verso de Slo 14 muerte y
nias pensativas casadas con notarios:t. En Albert() Rojas Gimnez viene volando,
se rebela contra la muerte de su .amigo negando exaltadamente que est bajo tierra, entre
lo inorgnico (cemento) y rodeado de muertos de esta clase, de ttricos notarios:
No ests alli, rodeado de cemento
y negros corazones de oolarios ...
El poeta (Walk.ing around, el poema de csucede que me canso de ser hombre) qui-
siera oponer a la apret'1da organhacin de los hombres, establecimientos y reglas) un
puro valor potico, quisiera llegar con lo potico hasta el feo prosasmo de los hombres
y desconcert'1rlos un instante con algo preciso pero incomprensible para ellos; el puro
valor potico se cifra en un lirio, y el prosasmo incomprensivo en un notario:
Sin embargo seria delicioso
au.star 11 un ootario con un lirio cortado...
LAS ESPADAs.-En cierto modo se relacionan con las rosas, palomas, mariposas,
abejas, piedras y dems smbolos de lo elemental, pues las espadas son en esta poesa
e~prcsin simblica del esencial impulso aventurero, hermoso, brillante, de tono heroico.
Desespediente es la rebelde queja de un poeta aprisionado en el engranaje de la org;>ni-
zacin oficinesca; y as 5" canta el olvido (la defuncin) en que el hombre vive de lo
esencial, el olvido de la tierra, del fuego, de la aventura, que exige lucha (espadas),
del goce de la vida (uvas) y del impulso sexwl, juntamente con b despreocupada
deriva de los sueos alcohlicos:
Uorenws la defunci6n de lo tierra y del fuego,
lllS espadas, lllS uvas,
los sexos con s1ts duros dominios de r11ices,
las naves del alcohol na11egand1> entre naves...
Y en el Tango del Viudo, por recobrar a la amante abandonada, querra entregar sus
ensueos (coro de sombras) y su intil afn aventurero y combativo:
Cunta sombra dt. la que hay en mi 11/ma daria por recobrarle...
Cunt11< veces entregara este <Y>ro de sombras que poseo,
y el ruido Je espadas intiles que se oye en mi alma..
212 AMADO ALONSO

Tambin aqui viene en nuestl'a ayuda un pasaje de S.bat Erca.sty. Ncruda expRSa como
anhelo lo que S.bat como cumplido {I i011t11 Je l11z, en Vl11):

He roto las espadas! He olviJdo s gwrr11s!


No tmgo ms c11mi110 ni mJs seJ que este f'O.
T,. frente es la 11!grl11, es 1/11""' s1grd11,
es el templo vivimlt, lo pura /,.z, 14 graci4.
Recurdese cmo tambin Neruda expresaba como anhelo con todo rosab lo que
Sabat Ercasty como goce cumplido con ctoda fruta>.
En E.Ur11Ja m mdera el poeta admira y envidia la conformista quietud de la
madera, sus impulsos vegetativos aquietados y lignificados, y los llama tus plidas es-
padas muertas.> T ambi.n sugiere con est imagen noble su propio .:ahinco en $tibor:
Un ngtl illwrble vive tn mi tspda.
Las espadas son, adems, frecuente trmino de compiracin, con este mismo nlor
rugeridoc de la exaltacin heroica y aventurera y de su incontenible pa (Galoj>t
m1<trto):
...paro mi qu mtro c11nt11nJ-0
como Cl>n 11na espaJa entre indtfms<n.
O sugiere la fuerte seguridad del guerrero apoyado en su luminosa rma en descanso: el
poeta cnamordo descansaba sobre el rayo de luz de la amada como un guerrero sobre
su espada ( Fa1<t11S,,,..):
en ,. r11yo Je lw: se dorma
11firm4Jo romo en """ espaJ11.
Recuerdo del ceremonial heroico hay en una comparacin de Mllleri4 m.pc;.J:
LA po.u/rl como """ esp.u/11 o "" espejo...
Como el guerrero pone frente a s la espada o como se pone un espejo de mano frente
de uno, asi te pondr yo frente a m; porque t eres <tan brillante> y tan climpi.a>
(P.N.) y luminosa com un <Spejo o como una espada. En Monzn Je ""':>0 el tema
es un dia que aguard su turno de existencia lleno <k bros y esperanzas, pero que, al
odvenir, se encuentra con los signos tempestuosos de un monz6n:
A.si, platetlo, fro, st ht1 cobi/iulo ,.n Jlt1,
frgil como la espada de crist11l t un gigante...
Curios coincidencia parcial, en este poet antitradicionalista, con dos de los ms grandes
monumentos de la literatura heroica universo!, la Entia y la Ch.tnson e RolnJ. Con
el poema fr2ncs ( versos 1363-1364} la coincidencia es m:is literal, pero en cunto al
sentido slo hay semejanza en el designio de lujoso ornamentacin:
U ~t vostrt ts~t, l Holtecltrt oJ m.m?
D'or esl hJz t e cristal li p..nz.
(Donde est vuestra esp>da, que Halteclerc--Hautecbire--tiene
por nombre? De oro es su yuarda y de cristal el puo.)
Pero con la Enela (XII, 739-741), la coincidencia es mucho ms profunda: Turno, el
hroe gigantesco, est peleando el combate decisivo con Eneas; pero en seguida, se le
SMBOLOS JNSISTENTE.S EN LA POESA DE PABLO NERUDA 2ll

rompe la slo humana espada, y, viendo en su desarmada mano una empuadura des-
conocida, no tiene otro recurso que apelar a la fuga; e que, al lanzarse a la pelea,
Turno, inadvertidamente, ech mano a la espada de su amigo Metisco, en vez. de la
~pada paterna, hechura de dioses, y ella le bast mucho tiempo, mientras huian l<
teucros desbandados; ms cuando tuvo que cruzarse con las armas de Eneas, forjadas
por Vulcano, aquella espada, obra de un m0<1tI, salt al golpe, frgil como el hielo:

Postquam arma Jei ad Vulcania ventum est,


m<>rtalis muero, glacies ceu futilis, ictu
Jissiluit..
LA SAL.-Las sales tienen doble significacin: en una, la ms insistente, la sal es la
sustancia de las cosas, su esencia; en otra, son las sales, o la salmuera o los :leidos, que
descomponen y corroen los cuerpos. Las dos ideas se juntan en la sal qu-e se triza: la
esencia de la vida y su fcil, segura destruccin.
En dos poemas, sal y sustancia. se equivalen explcitamente: sustancia estrellada>
repite a la sal que se triza> (Diuroo doliente), y csubstancia imperfecta, a cla sal
arruinada> (Sonat11 y destn.cciones). Y en uno de los Cantares leemos da sal de mi
ser', mi sustancia y esencia. En Monz6n de Mayo, un da invadido por el monz6n,
plateado y fro, frgil como la espada de cristal de un gigante, se ha cobijad entre
tantas fuerzas que amparan su temeroso suspiro, su lgrima al caer...; y rodeado de
poderes que cruzan y crujen, el da fro y plateado es como un bombee desnudo que,
en medio de una baulla, levanta su ramo de paz, su vota de sal trmula entre lo in-
vadido. Su trmula sustancia; quiz hay aqu, adems, un conato de pensamiento no
desarrollado, donde la gota de sal tnmula> parece como si quisiera reelaborr la imagen
de su lgrima al caer. He aqu una coincidencia con el poeta francs superre:ilista
Saint-John-Perse, de quien dice Marce! Raymond (De B11UJelaire 4u surralisme, Pars,
19l4, p:lg. l74): cLa sal es restituda al universo, la sal, gracias a la cual todas las
cosas poseen su esencia. Pero tanto como esa coincidencia, que quiz. sea uno de los
trazos, con que Pablo Neruda se une efectivamente con los superrealistas franceses,
imparta aqui la subterrnea relacin que la sal, <substancia esencial>, tiene en el pen
samicnto potico de Neruda con otros smbolos de vida primig;mia: la sal del mar, el
mar y los peces. El Cantar arriba aludido dice as:
Para quin y a quin en la sombra
mi gradual guitarra resueM
naciendo en la sal de mi ser
como el pez en 14 sal de la mar?
La sal y las sale.s, adems, son elementos imaginativos en lo que es intuicin potica
nuclear de Pablo Neruda: la perpetua desintegracin de todo ser. La quiebra constante
del latido, el ro que durando se destruye, la sal que se quiebca. La sal, la substancia
esencial misma, es la destruida. La angustiosa visin de la vida destruyndose se repre-
senta como pavorosas bocas de sales quebradizas (Un da sobresale). La vida caliente
de nuestra sangre es vida que permanentemente se est gastando, como sales que se secan
y se volatilizan en el aire, como el atropellado correr de los .ros (Trabajo fri<~):

Secas sales y sangre ar-eas,


glropellaJo c<>rrer rlos,
tembltntJo el testigo constata.
AMADO ALONSO

Qu cosa ms en permnente pclig.ro que la sall


_.minUr11s
el llire del peligro'" ls C"rNlnstancias,
los ladrillos, la sil se derramt111 romo guas.
dice en La calle destruda. La espuma del mar solitario est hecha de muertes y de
agonlas, de substancias desintegradas y de I congojo del peligro (El SHr del Oclano):
De consumitS sol y garg111ta eii peligro
estn hechas las rosos del ocit1no solo..
Y ms adelante, en el mismo poem, la parejo de imgenes cagua muerta y palomas>
se corresponde con esca de consumida sol y garganta en peligro>. En el rapto sexual,
se huye por uiias y suspiros hacia nunca, hacia nada, agarr:i.nd06e a recuerdos y razones;
y en la huida uno queda como disuelto y dcsintegndo, la substancia (sal) misma (ll
queda como desamparada (Mafma 111pcitd):
agarrinJosr 11 rec11erdos y rozones
c<nno una sola 11u1110, romo '"' Jedo partlo
agitar.Jo u1111 ua de s..t dtsrnnpararla.
Pero no solamente puede estar triz.ada, arruinada, destituida, desamparada, derra-
n11d2 o consumida la sal de cada ser, sino que las sales son tambin por otro lado imagen
de la corrosin, destructoras de cuerpos y de fuerzas. El sueo llega al hombre como
una invasin, como un ejrcito entrcbierto, como una multitud de s.!; este ejrcito
multitudinario de sal csu s2litre seguro planto en los prpados> (Coleccin nocturna).
Al insistir con salitre sobre sal, el poeta aseguro esu nueva signific2cin de 12 imagen.
Tambitn en Enftr771eJ41/es m mi caso:
EJ mn se bit piusto a gol pe1r por aos un11 Jxtla de pijaro,
y la sal golpeo y 111 espum11 devon...
Y luego insiste:
lxsy el ocano golpranJo "'"' sombr rle fkl'ha quebrantadti.
Ms claromente se expresa la acci6n combinada ~ la espuma y la sal marinas en
Pl1y11 rlt/ Sur, poema de CrejmsC'Ulorio:
11 nwrdiscos dt sal y sjmma
borra rl mar mis llfmos posos .
Los golpes devorodotes de la sal figuran otra vez en el Estatuto del vino, donde se
canta con exaltacin bquica lo que untos otros vece, con angustia:
Me gusta el canto ro11to Je los hombres del vino,
me gusta el canto ciego Je los hombres,
y ese sonido de sal que goljw1U>
fas partds del 11lb moriln1t1d11.
(1) C.,., un -tido anlogo figura en "' u
po<la la polobra origm, orgnin, como rad, la dtllcia:
cmis punubadot oripnes> (Sist<rn sombro) ts mi pcrtlltbad> natunltza; clos o r - ckl ~
(Si,ni/i<11 1rnnhra), m r.a.iz. Ett.
(2) C.. imagen de los goJpu duteuctott:I de la mar patttt Otra W'Z en Alberto Rojas Gimhtq,
,.;""' "'--'o: Oigo tui aldl y tu ltnlo ntlo,
1 ti .tgUd Jt /01 mutrlos mt golpt4
como pdl:omdl ciegdl '1 moj.14.S:
Virnt1 .-olntlo.
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE l'AJllO NERUDA 215

La mordedura de la sal hace ver las gotas que saltan de las olas rompientes como
dientes de s.al:
y sus dientes de sal volando en gotas.
De El fimtasma del buqiu de carga. Otra vez la idea de los mordiscos de la sal:
gotas saladas y voladoras.
En vez de la sal pueden tener este sentido la salmuera (por ejemplo, las terribles
espadas de salmuera del Estatuto del vino) o los cidos.
PELOS y MEDl.~s.-Unas cuantas veces aparecen estas palabras en Residencia en la
Tierra como cifra de ciertos pensamientos embrionarios. Ya aparezcan ambos trminos,
ya uno de ellos solamente, aluden al crudo instinto sexual; vase en el poema que se
titula Agua JeX'11al un ejemplo que cxpca a los demis:
veo... medas de mujer
y pelos de lxnnbre,
veo camas...
Hay tambin c:pelos empapados junto con presiones de crimen> en "ltfatera nupcal;
y lentas medias de ramera y c:cigarros y torcidos pelos en el Estatuto del vino.
NMJ;RO, NMERos.-En Unidad, el poema dedicado a la ley invariable que desde
dentro de cada cosa rige las ms diversas apariencias, nos revela el poeta hacia qu
realidad va su pensamiento cuando emplea la palabra nmero:
Hay algo dettto, unido, sentado en el fondo,
repitiendo su tJ.rncro, s11 seal idntica.
Decir o repetir su nmero es repetir o decir su seal idntica; algo de los sombros
hbitos c.arcelarios, segn los cuales cada preso es solamente un omero, y de la prctica
identificacin de tantas cosas por medio de nmeros en la industria del hombre, parece
asomar en esta expresin; pero no lo creo dominante: nmero est aqu por su valor
matemtico, por el vigor y exactitud en su contenido y en sus lmites. Repetir su
nmero es no apartarse un pice de la exactitud, repetir su seal idntica es contener
y dejar ver una fuerz idntica a s misma, vivirla y sufrirla. El pensamiento, razo-
nablemente expresado, es: todas las cosas estn constantemente deformndose y per-
diendo su identidad; y lo unitario que hay en el fondo de todo, lo exactamente igual a
s mismo (nmero}, lo idntico, es justamente la labor constantemente aniquiladora
del tiempo. La misma significacin de identidad, pero apcada, no al destino comn de
todas las cosas, sino a la identidad de cada cosa consigo misma, tienen los nmeros en los
versos iniciales de Un da sobresale:
De lo sonoro salen 11meros,
nmeros 11~bu11dos y cifras con estircol.
Es la descripcin de un amanecer concreto que se identifica en la visin potica con
el amanecer del mundo en el da pri.mero. Un recuerdo del bblico en el principio era
el Verbo prece removerse en las primeras palabras: De lo sonoro (que es aqu do
sonoro csmico, el trueno, el sonido primigenio, P.N.) salen las cosas constitudas,
cada un igual a s misma (nmeros); pero ya con su condena en el instante de nacer,
ya deformndose, alterndose, muriendo desde el primer momento (nmeros mori-
bundos) ; son identidades confusas (las confusas unidades> del penltimo verso de
Unid4d), vagas, desdibujadas, sucias y con disonantes adherenci>S (cifras con es-
216 AMADO ALONSO

tircol). Lo sonoro se identifica con frecuencia en esta poesa con la luz, asl pues,
viendo la luz creciente del alba como sonoridad creciente (inversin bien conocida en la
msica), la luz-sonido es lo que en este amanecer devuelve y en el primero di a ca.U
c0&1 su existencia: al invadirlas la luz-sonante, se nos revelan; cada una es cada una,
si bien en su radical caducidad y con sus impurezas (nmeros moribundos, cifras con
estircol). Otro ejemplo hay en que el nmero se refiere a los lmites cuantitativos de
alguien o de algo. Asl en Ali4nz11 (&mata):
Con tu cuerpo de n,mero tmio, extendido de pronto
h11st11 l4S c11ntidtdes que definen lo tie"
El tema es ertico. Tu cuerpo, esa cosa pequea y deslindada, esa cantidad tmida,
de pronto se convierte para mi en la cifra del mundo. La imagen quiere sobre! todo
expresar el movimiento expansivo del valor: El valor. de tu cuerpo de pronto se extiende
basta llenar el mundo, con la misma dinmica extensin con que un nmero chico, el
uno por ejemplo, se extiende, por rpidas adiciones, a cantidades astronmicas:
1-100000000000000000.. La facilidad de la operacin aritmtica es lo que hizo al
poeta acudir a esta imagen (P.N.)
Un valor semejante hay en cantidades. Si el corazn se identifica con la vida sen-
timental-y en esto Neruda es ortodoxamentc tradicional y bien romntico--.:1 pulso
es los pasos del sentimiento; y asl como los pasos desiguales y desordenados son indicio
de desorden pslquico en el caminante, asl los pasos desiguales del corazn son expresin
del desorden y del sufrimiento de desorientacin e inseguridad que en el corazn mismo
se fraguan (Sistenu sombro):
y las desiguales medidas que circulan en mi roraz6n
11//i se fr11guan de da y de 1Wche, solitariamente,
y abarcan deso-rdetUZdas y tristes cantidades.
Cantidades dice por calidades, sentimientos, experJenc.ias; y lo dice, arr:astnda su
imaginacin por das medidas> del verso primero; las desordenadas y tristes cantidades
que corresponden a desiguales medid<U de su corazn. Para expresar la igualdad fsica,
una vez emplea lxw11rio, en vez de nmero: los dientes blancos e iguales son como la
esfera de un reloj, blanca y sistemiticamente dividida (Juntos nosotros):
mis dientes de horaro blanco, Je equidad sistem4tico.
Equidad, cuya significacin en el idioma se refiere al mundo moral, aqul tiene sig-
nificacin fsica. Uno de tantos prooo:limientos como de fotograflas movidas.
Los nmeros, adems, pueden expresar lo numeroso, la multitud, valor que ya hemos
comprobado en itbejas y ho-rmigas. As es que encontramos n,mer0$ como una insis-
tencia sobre lo que se dice con llbej11s (Galope muerto):
Por eso, en lo mftUl'il, detenindose, percibir,
entonces, como aleteo inmenso, encima
romo itbej11s muertas o nmeros ...
Por ltimo, el nmero puede ser el nmero de bs lpidas funerarias. Su experiencia
de las cremaciones fluviales del Oriente ha dejado diferentes huellas en la poesa de Pablo
Neruda, ya representndolas directamente (Entierro en el Este) ya con elementos inu-
ginativos que proceden de esas experiencias. Por ejemplo (Oi 11 Federico Garc11 Lorca):
SMBOLOS INSISTENTES EN LA POESA DE PABLO NEllUDA 217

...los cementerios
que como cenicientos ros pasan
con 11gu11 y tumbas,
de noche, entre et:mpanas 11hog11d1U:
ros espesos como dormitorfos
de soldados enfermos, que de sbito crecen
hacia 111 muerte m ros con nmeros de mrmol,
)' coronas porillS, y aceites funerales.
Los <nmeros de m:irmol> pueden tambin ser simplemente un nmero>, como en
el verso final de Oda con un lamento;
Y una paJcma muerta, con un nmero.
GurrAllllA, GUITAl\REllo.-Lrico por potico, y lrica, si no ra, por poesa, todo
el mundo decimos. Ciertamente, no es lo mismo la guitarra y el guitarrero de Residencia
en lt1 Tierra, pero el pensamiento tiene la misma orientacin. Guitarra es la condicin
lrica, no el ejercicio lrico, el ser, el vivir a lo poeta, no necesariamente el hacer poemas;
y gvilarrero el que vive con tal condicin. De Sabor:
En mi interjqr de guitarra hay un aire viejo,
seco y sonoro..
De C11t1tares:
Para quin y a quin en la sombra
mi gradual guitarra resuena
naciendo en la sal de mi ser
como el pez en ., sal del mar?
De La calle destrua;
Oh movimiento...
...oh herida donde caen
bdsta morir las g1larras azules/
De Alberto Rojas Gimnez viene volando:
Oh amapo/4 marina, oh deudo mfo,
oh guitarrero vestido de abejas,
no es verdad tanta sombra en tus cabellos:
vienes volando.
NOMBRE, PALABRA.-Por la cosa misma. (1) El nombre es cifrn de su objeto signi-
ficado, es la consciente experiencia de cada cosa, o sea, representa a cada cosa tal cual
es vivida por uno mismo:
Acecho, pues, lo inanimado y lo doliente,
y ti testimoniq extr11o qrte sostengo
con eficiencia cruel y escrito en cenizas
es la form11 de olvido que prefiero,
(1) Lo cl1ico es nombr< por /am, pero la fama justificada equival. al 1tr:
dtj4m~ y nombrr dr/.illtoso cobrd
IQ<>'< o).
218 AMADO ALONSO

el nombre que rioy a la tierra, el valor de mis sueos,


la cantidad interminable q1ie divido
con mis ojos de invierno, durante cada da de este mundo.
Este poema, Sonata y riestrucciones, es una tercera autocxgesis de su poesa (las
otras dos, son Arte potica y No hay olvido, Sonata). Y el poco se nos representa al
acecho de lo inanimado y de lo doliente, y dice que la forma de olvido que prefiere (su
modo de fuga, su agarradero) es su extraa visin potica, este testimonio extrao qUC"
el poeta sostiene con eficiencia cruel (su visin de destruccin). Esa extraa expe-
riencia potica c$ c:el nombre que da a la tierra> (lo que el mundo es a sus ojos), el
valor de sus suei06> (la ndole de sus visiones poticas), da cantidad interminable>
(el infinito) que sus ojos invernales (no se dice tambin nhw primaveral, belleza
oto41?) van intilmente contando durante cada da de este mundo.
Anlogo sentido tienen los nombres del mundo (las cosas) en PJt1UJI de mis
piernas.
Al abandonar a su amante (Tango del vh"lo), el poeta ha dejado enterrado en el
huerto el cuchillo, escondido en momentos de temor; aliora, repentinmente, se siente
invadido de su aoranza y quisiera otra vez oler su acero de coc.ina. Y el po.er.a, insu-
flando en el cuchillo una rudimentaria vida de 06CUra y simple conciencia, hecha de la
habituacin a la mano de la amante abandomda, dice:
acostumbrado al peso de ht mano y al brillo rie 1-u pie:
bajo la humedad de la tierra ,entre las sordas races,
de len lenguajes humanos el p&bre slo sabria /u nombre,
y la espesa tierra no compre11de tu nombre
hech& de mpenelrables sustancias divinas.
El nombre es, pues, la sustancia de lo nombrado, El nombre puede ser tambin, no
la cosa misma o su esencia, sino la rcprcscnt2cin emocionada de la cosa ausente, su
espera o su rccuerdo--como en el mismo Tat1go del viudo, donde nombre y palabra
expresan una perspectiva de futuro:
Cut1ta sombrad~ la que hay en mi alma dara por recobrarle
y qui amenazadores me parecen los nombres de los meses,
y la palabra invierno, qui sonJdo de t11mbor lg1wre tiene!
En Afadrigal escrito en itivierno, tu nombre~ es la evocacin de ti:
En el fondo del mar pro/U>uio,
en la noche de largas listas
como un aballo cruza corrmdo
tu callado callado nombre.
En la noche de sombras largas, en el aislamjento de la noche, profunda como el
fondo del mar, tu recuerdo cruz.:i por mi mente eo silencio como un fugaz S"lope.
llsta imagen vara as en Lamento lento:
En la noche del corazn
la gota de fu nombre len/o
en silencio circula y cae
y rompe y desarrolla su agua.
SMBOLOS 1NSISTENT1'S EN Lll P01'SA DE PABLO NERUDll 219

Ahora L1 noche est dentro de m, en la noche del corazn>; tu recuerdo no pasa


como la visin de un g;ilope, sino que ahora se insina lentamente y se condensa como
en una gota; y la gota de tu recuerdo resbala en silencio por la noche de mi corazn con
circulacin sinu05a, y c.ae rompind05e y desarrollando su agua.
El recuerdo que se esfuma en el tiempo (que parece esfumarse, pero que queda con

oculta vida, y de pronto hay un viento que agita los r05alcs) es tambin el tema de
los versos iniciales de Josie Bliss:
Color azul de ex/...,mJnadas fotografas,
color a.zul con ptalos y paseos al m4r,
nombre defmitivo que cae en las sem1tnas
con U11J golpe. de acero que las m4ta.
En el insistente azul de esre poema debe haber una nota realista; quiz el vestido o los
ojos. El azul lo llena todo: Sinfona en azul> habra titulado Rubn una poesa as;
o bien e.En el recuerdo azul>. Azules han quedado estas fotografas desvanecidas (de
un desvanecer sufrido, no de un desvanecerse; borradas por el tiempo, esto es desposedas
de su vida, extt'Tminadas) ; azul es el tono de mi recuerdo, con aquellas flores y aquellos
paseos al mar; y tu nombre, tu recuerdo que c.ae definitivamente sobre el tiempo trans-
currido (las semanas) con una estocada, pualada (galope de acero, cp. <objeto de
>beja> =miel) y lo anula (lo mata). Tu recuerdo anula al tiempo.
LA HUMEDAD.-Puede Neruda llamar a unos ojos <estrellas hmedas (Juntos
nosotros). Por lo dems, son muy insistentes en esta poesa las referencias a la humedad
como un ambiente depresivo, triste, h05tiL Al comentar este punto con Pablo Neruda,
me hizo la confidencia de que para comprender ciertos extrem05 de su p""sa no hay
ms remedio que acordarse de que l es de un.a regin chilena, Temuco, donde la lluvia
envuelve a uno das y das implacablemente. Tambin le pregunt concretamente por
la significacin de cel grito de la lluvia> (Madrigal escrit~ en invierno), y me dijo:
do hostil, lo lejano (:::::clos rieles>, dice el verso), lo extrao a uno, lo que queda fuera
de uno. De la significacin de la lluvia en esta poesa habla Neruda explcitamente
en los versos finales de Dbil del alba:
Estoy solo entre materias desvencijadas,
la lluvia cae sobre ,,.
y se me parece,
se me parece en su desvaro, soliuria en el mundo muerto,
rechazada al caer, y sin forma obstinada.
Para expresar la desolacin de un joven (l mismo), dice (Serenata): <y la humedad
es grande .a su alrededor. A la flor de la soledad, le llama tombin hmeda, extensa,
como la tierra en un largo invierno> (Fantasma). Un aimnecer lluvioso (el da de
los desventurados>) es un naufragio en el vaco con un alrededor de llanto (Dbil
del alba). Y de otro da invadido por el monzn, dice (Monzn de mayo):
Ay, y es el destmo de una da que fu esperado
nwrir, sedenirio ')I hm<1do, sin su propio cielo.
Un siniestro ambiente onrico se describe en Coleccin Nocturna as:
En esa humedad de nacimiento, con esa proporcW.. tenebrosa,
cerrad11 C01fl() una bodega, el aire es criminal.
Ya hemos visto cmo las uv.as son smbolo del placer sensual; pero da uva hmeda>
220 AMADO ALONSO

(ardi la uva hmeda>, SlmattJ y estrut:t:i-Ones) es legria con dolor> P.N. <11 El
poeta ve mticamente la muerte como un sonido sin gente sonador (un sonido puro),
como un ladrido que no saliera de ningn perro (un ladrido sin perro>), saliendo de
ciertas campanas, de ciertas tumbas>, creciendo en 111 humedad como el llanto o la
lluvia>; donde se reunen la hume11, el llanto y la lluvitJ como tres cosas de pariente
significacin. (Slo !tJ muerte.)
Cuando en e1 mismo poema dice Neruda que el canto de la muerte tiene color de
'ioletas hmells, ste adjetivo quiere sugerir un lgubre clima emocional de enterra-
miento, y en este sentido insiste el verso siguiente, explicando a la significacin de
Hmedas: cde violetas acostumbradas a la tierra>. (Z) Lo que hace de la violeta una
flor funeral son sus vetas verdes (verdes como la cara de la muerte), su terrosa hu-
medad ( csu aguda humedad>), y su color invernal, grave, que expresa no humildad,
segn el simbofumo tradicional, ni placidez, ni dulzura, sino exasper.acin:
pero ereo que su canto tiene color Je violetas hmedas,
Je violetas Ottumbratls a la tierra,
porque lo cara J~ lo m.uerte es verde,
y la mira11 Je la muerte es verde,
ron !tJ aguda humedad Je u1111 hoja Je violeta
y su grsve rolor Je invierno exasperado.

Cuando e1 poeta quiere explicar (La calle eslrufa) qu es ese sabor mortal> a que
saben todas las cosas gastad2S por el uso y er tiempo, dice: a retroceso (desintegracin),
a humedad (prdida de consistencia, descomposicin) y a herida (dolor):

todo se cubre Je '"' sabr mortal


11 retroceso, 11 humedad y a herida.

AMADO ALONSO

(1) En w cUamas de humedad> de Enftrmdddts tn mi '"'" la humedad '" mJ ttalistB: 1udoc


febril; la nia enferma a cu.na cosa quemada con llamas de bum.edad~.
(2) La visin funeral de la tierra hm<da ,. repiu tn W lking 111ound, d poema que empi..a
cSucede que me caJUo de ser hombre:
No quino regujr siendo rait en l.u tinitbldl
...bid abajo, m ltU tripas mojadas e la tit'Tra...

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