Libro Litografía, Costumbres Religiosas Última Versión
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1
Arturo Aguilar Ochoa, La influencia de los artistas viajeros en la litografa mexicana (1837-1849) en
Anales del Instituto de Investigaciones Estticas, UNAM. Nmero 76, 2000, p.114
2
fueron considerados de gran vala en el mundo acadmico, por lo que a la mayora de los
pintores mexicanos no les interes involucrarse en esos gneros, quizs porque no pudieron
ver algo extraordinario en su propia cotidianidad, considerndola demasiado obvia y
comn. Todo lo contrario ocurri con los artistas viajeros, para ellos todo lo tpico en
Mxico les resultaba de lo ms extico e interesante, precisamente por ser tan diferente a
sus propias costumbres.
Debido a todas las causas anteriormente mencionadas durante esta primera etapa de
desarrollo de la litografa en Mxico, que corri de 1836 a 1848, las casas editoriales
mexicanas utilizaron con profusin las lminas de los viajeros extranjeros, ya que estas
fueron las nicas imgenes con las que contaron para ilustrar temticas del propio pas.
Paradjicamente, hoy tenemos constancia de la naturaleza y cultura mexicana de la primera
mitad del siglo XIX gracias a las miradas atnitas de los extranjeros que visitaron nuestro
pas y que al sorprenderles lo que estaban conociendo, lo trataron de reproducir fielmente
en sus trabajos litogrficos.
Fue comn que en muchas lminas donde los artistas recrearon el mundo urbano del
Mxico decimonnico, incluyeran el tema religioso. Este ensayo se abocar principalmente
al inters que despert en los artistas itinerantes, sobre todo los que provenan de los pases
anglosajones, la avasalladora presencia de la iglesia catlica y de las costumbres religiosas
en la vida cotidiana del Mxico decimonnico. A travs de sus numerosas litografas es
posible observar el contradictorio sentimiento que estas costumbres les profesaron; por un
lado, su mentalidad liberal las rechazaba abiertamente, pero por otro, les llamaron
profundamente la atencin, tal vez como seal Fausto Ramrez, en su artculo: La visin
europea de la Amrica Tropical. Los artistas viajeros, debido a que en sus pases de origen
esos rituales donde se combinaban lo cvico con lo religioso estaban desapareciendo o
quiz tambin por su propia sensibilidad romntica.2
El tema religioso en la litografa se ejemplific con dos de las actividades catlicas
ms conspicuas de la sociedad mexicana decimonnica: el Paso del Vitico y el de las
Procesiones. Para la primera actividad se usaron tres ilustraciones: la inicial de Carl
Nebel, en su litografa titulada Vista del interior de Aguascalientes, perteneciente al lbum:
2
Fausto Ramrez, La visin europea de la Amrica Tropical: los artistas viajeros, en Historia del Arte
Mexicano, Tomo 10. Arte del siglo XIX, II. 1382p.
3
Viaje pintoresco y arqueolgico sobre la parte ms interesante de la Repblica Mexicana;
publicada por primera vez en Pars en 1836; la siguiente imagen correspondi a Daniel
Thomas Egertn, que al igual que el artista anterior, eligi resear el paso del Vitico en la
misma ciudad de Aguascalientes en su lbum Vistas de Mxico publicado en 1840; y,
finalmente la ilustracin contenida en el lbum Mxico Pintoresco de Julio Michaud y
Pierre Frederic Lehnert, que si bien lo terminaron desde 1848, se imprimi hasta 1850.
Para el tema de La Procesin se utiliz una litografa del artista ingls John Phillips,
contenida en su lbum Mexicano, publicado en Inglaterra en 1848.3
Los lbumes permitieron un discurso ms elocuente a la litografa, pues las estampas libres de su
dependencia literaria se constituyeron en expresin por s mismas, dominando el espacio de la
publicacin. La palabra escrita quedaba subordinada a la imagen y reducida a unas cuantas lneas,
muy por el contrario de lo que sucedi en la ilustracin de novelas, biografas o relatos histricos. 4
3
Carl Nebel (1805-1855) de origen alemn. www.odisea.2008.com/2010/05/litografos-de-mexico-en-el-siglo-
XIX.html. Daniel Thomas Egerton (1797-1842) de origen ingls.
http://centrohistorico.veracruzmunicipio.gob.mx/biografia.php?idreg=7 Julio Michaud y Pierre Frederic
Lehnert, empresarios de origen ingls, en
www.christies.com/lotfinder/LotDetailsPrintable.aspx?IntObjectID=16577126.
John Phillips (1797-1860) de origen ingls.
www.aguascalientes.gob.mx/temas/cultura/webua/catalogo/johonpillips.html.
Frderic Waldeck ( 1766-1875) de origen francs
Vid, el artculo de Arturo Aguilar Ochoa, La influencia de los artistas viajeros en la litografa mexicana
(1836-1849) op.cit el autor hace un estudio biogrfico muy amplio sobre Carl Nebel, Frderic Waldeck,
Frederick Caterwood y John Phillips
4
Elosa Uribe, Entre la suavidad de la cera y la dureza de la piedra. Litografa del tema religioso. P.90 en
Nacin de imgenes. Litografa mexicana XIX, Mxico, Museo Nacional de Arte, 1994, 379p
4
1835 que esta nueva empresa logr consolidarse con la instalacin de los primeros talleres
privados. A partir de 1837 aument la produccin as como el nmero y la calidad de las
publicaciones ilustradas con litografas. Los artistas encontraron en la litografa un medio
barato que les facilit la comunicacin con un pblico que comenzaba a ser masivo, un
ingreso asegurado y la oportunidad de participar en la vida cotidiana de la sociedad. Esta
tcnica de impresin naci y se desarroll asociada con el periodismo, lo transform con
sus ilustraciones y fue el origen del periodismo grfico.5 La litografa reforz al texto
dndole una densidad insuperable al efectuar un desplazamiento inmediato. Las revistas
literarias sirvieron de vehculos para poder realizar viajes con la imaginacin tanto al
interior de la Repblica como a otros pases.
Si consideramos que el ser humano no es independiente en el tiempo, sino ms bien una entidad
vinculada al pasado y determinada por l, debemos conocer y mantener vigentes las costumbres que
nos son propias e imprimen un sello distintivo 7
5
Ricardo Prez Escamilla, Arriba el teln. Los litgrafos mexicanos, vanguardia artstica y poltica del siglo
XIX p.19 En Nacin de Imgenes: La Litografa mexicana del siglo XIX. Mxico, Museo Nacional de Arte.
1994, 379p.
6
Elosa Uribe, Entre la suavidad de la cera y la dureza de la piedra. Litografa del tema religioso, p.86-87 en
Nacin de imgenes. La litografa Mexicana del siglo XIX, op cit.
7
Elena Horz de Va, Fiestas y Esparcimiento p.88 en Bosquejos de Mxico. Coleccin de grabados y
litografas del siglo XIX del Banco de Mxico, Mxico, Banco de Mxico, 1987, 167p.
5
En ese mismo sentido, Guillermo Prieto, cuando trat de describir la sociedad
heterognea a la que perteneca, opin que lo que permita la cohesin de todas las
diferentes clases sociales, eran las costumbres:
Por esta causa, y muy independientemente del espritu de partido, se trata de estudiar la
influencia del sentimiento religioso en Mxico, porque las races de la sociedad, su desarrollo,
sus anomalas, estn empapadas en sus aguas, crecen y se desarrollan en su atmsfera, influyen
en su vida y constituyen en lo intelectual y en lo fsico un modo de ser inconsciente y
anrquico. 8
Las ciudades mexicanas que conocieron los artistas europeos, tuvieron un gran
matiz religioso. En todas las vistas de las capitales que capturaron los litgrafos, estaba
presente un fuerte ambiente espiritual que competa con lo cvico, en toda plaza de armas
de cualquier ciudad, las Catedrales y los templos catlicos rivalizaban en importancia con
los recintos polticos. En numerosas ocasiones, el nico edificio importante que tena
cualquier pueblo o pequea ciudad del pas era un edificio catlico ya fuera convento,
templo o parroquia.
Calendario Religioso
Gracias a las numerosas lminas de varios lbumes litogrficos, as como de
narrativas como las de Antonio Garca Cuevas o Guillermo Prieto9, entre otras, ha sido
posible recrear una serie de fiestas y celebraciones donde se desenvolvi la vida cotidiana
de la poblacin mexicana. Prcticamente todos los eventos sociales giraban en torno al
calendario catlico, no hay que perder de vista, que estas actividades tambin eran de
asunto cvico, ya que en ese tiempo los poderes de la iglesia catlica y del estado no
estaban separados.
El primero de enero se realizaba la rifa de los santos, en donde se sorteaban entre las
amistades a los santos ms populares. El 6 de enero se festejaba el da de Reyes. El 2 de
8
Guillermo Prieto, Obras completas I, 1. reimp., Mxico, CONACULTA, 2005, p.235
9
Vid. Guillermo Prieto, op.cit. y Antonio Garca Cubas, El libro de mis recuerdos, p.157. Mxico, ed. Patria,
1945, 635p.
6
febrero, da de la Candelaria, se levantaba el nacimiento y a los que les haba tocado nio
en la rosca de Reyes tenan que comprar o hacer tamales. Una semana antes de la
Cuaresma, se celebraba el carnaval con desfiles y bailes de mscaras en centros de
recreacin. Con el mircoles de Ceniza se iniciaba la Cuaresma, que duraba 7 semanas. En
los domingos de Cuaresma se acostumbraba organizar paseos a Santa Anita e Ixtacalco.
La Semana Santa era de intensa actividad: el Lunes y Martes Santo, se realizaban
peregrinaciones y los Colegios del Seminario y San Ildefonso cumplan con el precepto
anual. El Jueves Santo se dedic al Sacramento de la Eucarista con la realizacin de
procesiones, para tal evento era comn que se regalara a las mujeres unos pequeos
juguetes llamados matracas, las cules hacan sonar durante todo el evento.10 Era una
tradicin que ese da de acuerdo a la capacidad adquisitiva de la persona, se estrenara
alguna prenda. Ese da haba tal silencio y recogimiento que no se oa el rodar de los
coches, ni los cascos de los caballos, ni el toque de las campanas. En la maana se asista a
misa, las ms solemnes y en la ciudad de Mxico las misas a las que acudan los sectores
privilegiados fueron las que se celebraban en la Profesa, Nuestra Seora de Loreto, San
Francisco y en la Catedral. A esta ltima asista el presidente y todos sus ministros. Por la
tarde se realizaba la visita a las 7 casas, -que consista en recorrer siete templos
diferentes- tambin se haca la ceremonia del lavado de pies.
El Viernes Santo era el sermn de las 7 palabras y haba procesiones importantes. El
Sbado de Gloria se acostumbraba la quema de los judas, y el Domingo de Resurreccin, se
hacan ceremonias religiosas muy vistosas. Para celebrar la Pascua se acostumbraba ir a
bailar a San Agustn de las Cuevas.
La conmemoracin del Cuerpo y la Sangre de Cristo fue una de las celebraciones
ms antiguas e importantes en Mxico, se celebraba todos los aos, sesenta das despus del
domingo de Pascua, el da tena que ser en jueves -debido a que su celebracin tena
relacin con el Jueves Santo-, por tal razn el evento no tena fecha fija, pero generalmente
ocurra en el mes de junio. Guillermo Prieto en sus Memorias, refiere que este evento era:
la gran funcin de Nuestra Santa Madre Iglesia, para tal efecto se colocaba un ancho toldo
a largo de todo el trayecto donde deba marchar la Procesin.
10
Cuando se haga la descripcin de la lmina de la procesin saliendo de Santo Domingo se dir el uso que se
daba a las matracas.
7
(Esta) corra desde el costado occidental de Catedral por las calles de Tacuba y
Santa Clara, daba vuelta por las calles de Vergara y se diriga a la Profesa y calles de Plateros a
la puerta principal de la Baslica.
En la calle de Tacuba, en la de Santa Clara, Vergara y Plateros, se levantaban
grandes posas en que haca parada la procesin para los cnticos eclesisticos () estas eran
suntuosos altares improvisados al aire libre con sus ornamentos de oro y sus brocados
riqusimos, grandes blandones de plata, colosales cirios y un espejo para que sirviese de
respaldo a la custodia 11
11
Guillermo Prieto, op.cit., p.236
8
msica que recorran las ciudades. Si bien, estas fueron las principales fiestas de carcter
cvico registradas en el calendario, eso no las eximi de la participacin religiosa, gran
parte de los festejos de esos das tenan que ver con actividades catlicas como misas y
desfiles. 12
12
Elena Horz de Va, Fiestas y esparcimiento p.87-101 en Bosquejos de Mxico, op cit.
13
Ibidem p.19-20
14
Manuel Ferrer Muoz, La imagen del Mxico decimonnico de los visitantes extranjeros. P.16 Un
Estado-Nacin o un Mosaico plurinacional? Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurdicas, 2001 op
cit. p.20 Cita a Juan A. Ortega y Medina en su libro: Mxico lo que fue y lo que es.
9
Esta postura fue compartida por Claudio Linati, en una carta que dirigi a su amigo
Antonio Panizzi el 9 de noviembre de 1825, mostr la opinin que tena en general de la
sociedad mexicana que conoci, en esta misiva se pueden apreciar juicios impulsivos y
exageradas generalizaciones, en donde adems crtic al gobierno por rechazar a los
extranjeros y a las luces que los acompaaban:
Si por los militares han de convertirse los mexicanos en republicanos, como lo entendemos nosotros,
se necesitan al menos tres generaciones, porque gente ms viciosa y corrupta, dedicada al juego y a
la crpula, a fe ma no he visto nunca. Aqu estn todas las marcas de un sistema colonial que con la
ignorancia y la supersticin tenda a paralizar el ardiente impulso que esta Nacin habra podido
tomar, favorita como es de la naturaleza, si se le hubiera dejado andar por s misma y si no hubiera
sido temida. En cada calle se ve una iglesia o un convento; un populacho ignorante, dedicado a las
ms minuciosas prcticas de supersticin, piojoso, repugnante por enfermedad y por vicioso,
deforme y contrahecho. El gobierno hasta la fecha poco hace para sacarlo de este fango insultante,
porque el nico medio de lograrlo es el de hacerse cargo de la generacin naciente y distraerla del
mal ejemplo de los padres con mltiples establecimientos de sana educacin. El gobierno no lo hace,
o lo hace flojamente. Decae el lancasterianismo y todo aquello que tiende a iluminar y mejorar; antes
al contrario: hay una faccin en el Congreso que teme a los extranjeros y las luces que traen, y hasta
los tesoros que derraman dando vida a este pas. 15
Uno de los aspectos de la vida social mexicana que criticaron severamente fue el
relacionado con las prcticas del catolicismo que practicaban los indios, porque
consideraban que estaba contaminada de paganismo prehispnico. Robert Williams Hale
Hardy opin que este grupo social segua tan idlatra como en tiempos de Moctezuma, con
la nica diferencia de que despus de la evangelizacin, sus ritos giraban en torno a dolos
catlicos. Thompson, despus de haber conocido la escultura Coatlicue, coment, que la
nica diferencia que l poda observar entre las dos supersticiones era la de ser ms bellas
las imgenes catlicas... Bullock, coment de manera magnnima: la gran devocin de
aquel pueblo indgena descendiente de canbales... Carl Christian Sartorius, al presenciar
15
Gua de Forasteros. Estanquillo Literario. Para los aos de 1822-35 p.7, Mxico, Instituto nacional de
Bellas Artes, Ao III, vol. IV. , 1986.
10
las fiestas religiosas de los indios, observ el carcter sincrtico del ritual catlico y de las
viejas prcticas paganas. 16
Tambin muchos viajeros no dejaron de demostrar su asombro y desagrado al
enfrentarse con la riqueza y opulencia de las catedrales, de las iglesias y an de las capillas
de ese entonces. Es importante considerar que muchos de estos extranjeros se topaban de
repente con un mundo religioso con el que desde la infancia haban estado en efectiva
oposicin. Por su mentalidad pragmtica y protestante, consideraban un insulto ver en esos
edificios religiosos una riqueza improductiva, intilmente suntuaria, estancada. No podan
evitar ver a esos templos catlicos como un smbolo medieval y por consiguiente enemigo
de la sobriedad y mesura del pensamiento liberal moderno. Pero lo que ms les indignaba
era el enorme contraste que presentaba aquel lujo eclesistico al lado de la gran pobreza de
las clases sociales ms desfavorecidas.
Contradictoriamente, estos viajeros artistas presenciaron que los templos catlicos
conformaban algunos de los reducidsimos espacios donde la distincin de las clases
sociales se dilua. Bullock, coment:
Estas dursimas posturas de los viajeros sobre las costumbres religiosas, se vieron
reforzadas con la propia experiencia cuando muchos de ellos vivieron en carne propia el
fanatismo exacerbado y la intolerancia religiosa por parte de la sociedad mexicana. Para
cualquier extranjero hertico o judo, -as se les llamaba en ese entonces a cualquier
persona que no profesase la religin catlica- debi ser una experiencia muy desagradable
que alguno de sus familiares muriera en tierras mexicanas, porque para empezar no haba
un lugar digno en donde enterrarle.18 Lo tenan que hacer fuera de la ciudad (en tierra no
16
Juan A. Ortega y Medina, Mxico en la conciencia anglosajona, p.95-99, Mxico, Antigua librera
Robredo, 1955, 160p. Y Manuel Ferrer Muoz, op.cit. p. 25-26
17
Op. cit pp.32-33. Apud en Bullock, Six months. Residence and travels in Mexico. Vol.1. pp.144-145.
18
Los primeros atrios que se convirtieron en panteones pblicos, fueron los de Santa Paula en 1836 y San
Fernando en 1832. Sin embargo, estos continuaron perteneciendo a la iglesia Catlica hasta la ejecucin de la
11
santa), despus de la garita de San Cosme, adems se tenan que enfrentar a la furia de una
turba que apedreaba al cortejo fnebre y por si esto fuera poco, exista el riesgo a que
posteriormente la tumba fuera profanada.
El colmo de la intolerancia era el rumor que se corra en ese entonces de que los
protestantes en general, ...como hijos predilectos de Satans y merecidos descendientes de
19
Judas tenan por fuerza que poseer una vergonzante y nefanda cola.... Esta idea haba
sido divulgada por los sacerdotes desde el periodo virreinal. Una prueba irrefutable de esta
singular idea
era el modo peculiar de montar los ingleses a caballo, cuyo vaivn tpico lleg a interpretarse
como un imperioso arbitrio ideado por los jinetes para evitarse la friccin del rabo que ocultaban con
el mayor disimulo.... 20
Esta idea fue finalmente desechada y los sacerdotes no tuvieron ms remedio que
explicar al pueblo que por algn designio bondadoso del Todopoderoso, ste haba
condescendido a conformar a los herticos con las mismas proporciones que tenan los
catlicos.
Ley de Reforma que seculariz los bienes de la iglesia en 1859. El primer panten Civil que tuvo la ciudad de
Mxico fue el de Dolores fundado en 1875.
19
Juan A. Ortega y Medina, op cit. P.109
20
Ibid.
12
capitales a fin de dar a conocer la grandiosidad que despliega la creacin de este suelo
privilegiado y la hermosura de sus edificios y sitios pblicos. 21
La ilustraciones de Nebel, pero sobre todo su lbum, fue una de las obras ms
copiadas por otros autores en el siglo XIX. El Diario de los Nios, y el Museo Mexicano
fueron las revistas que ms utilizaron imgenes de Nebel para ilustrar sus artculos, as
mismo otros artistas contemporneos como Pedro Gualdi o los britnicos Phillips y Rider,
entre otros muchos. 22
Antonio Garca Cubas, en su obra El libro de mis recuerdos, utiliz un detalle de la
litografa Vista del interior de Aguascalientes para explicar con lujo de detalle el Paso del
Vitico en la ciudad de Mxico. De esta manera se confirma que la litografa se convirti
en un valioso documento para describir las costumbres de la sociedad mexicana.
Probablemente Garca Cubas desconoci o no le import saber quin haba sido el
autor de la litografa que l utiliz para ilustrar ese episodio mexicano porque en su libro
casi no dio crditos a las ilustraciones, con la excepcin de algunas en donde mencion que
eran dibujos tomados con la licencia respectiva del lbum Mxico y sus alrededores.
Adems, al mostrar slo el detalle del Paso del Vitico y eliminar el resto de la lmina
donde se apreciaba claramente que corresponda a Aguascalientes, se descontextualiz la
imagen, para darle otro propsito. (Imagen 1)
Esta primera descripcin del paso del Vitico la hizo Garca Cubas cuando describe
en el libro II, de cuadro de Costumbres, a la ciudad de Mxico en la noche. Esta seccin se
la dedic a su amigo Don Jos Mara Vigil. En ella hizo una descripcin de los lugares de
la ciudad por donde iba caminando con su amigo y cmo antes de llegar al teatro fueron
sorprendidos por el paso del Vitico.
...El sonido de una sonora campanilla nos anuncia que el Sagrado Vitico se acerca, y en efecto, a
poco andar, nos hallamos frente a frente de la estufa del Divinsimo, precedida por los hermanos de
Nuestro Amo, que no cesan de cantar al alabado. La estufa va custodiada por dos soldados y un cabo
con el fusil al brazo. A las puertas y ventanas asoman los vecinos que con sus velas encendidas
alumbran el trnsito de su Divina Majestad, y nosotros como todos, nos descubrimos y ponemos una
rodilla en tierra.
21
Arturo Aguilar Ochoa, op.cit. p.131
22
Ibidem, p.127-132
13
La costumbre de acompaar por las calles al Sagrado Vitico data de 1742, establecida por una
congregacin de artesanos y adoptada por diversas clases sociales, cuyos individuos recibieron el
nombre de hermanos de Nuestro Amo. En la poca de que se trata, solamente gentes del pueblo eran
las que no abandonaban aquella prctica y la de ir cantando jaculatorias por la calle. En el Siglo
XVIII los hermanos, mercaderes y eclesisticos, alumbran con cirios e iban acompaados de
msicos y cantores, establecindose, desde entonces la Cofrada de los Cocheros de Nuestro Amo,
oficio que desempeaban las personas ms prominentes... 23
La otra descripcin del paso del Vitico de Garca Cubas, fue una nota aclaratoria
cuando estaba escribiendo en torno a las Procesiones...
Los hermanos del Santsimo en las Parroquias tenan la obligacin de acompaar al Sagrado Vitico
que visitaba a los enfermos. En tales casos procedan a la estufa, alumbrando con sus faroles y
entonando cnticos de alabanza; por delante de todos iba el que conduca una mesa pequea
revestida de frontal, manteles y palio, y no cesaba de sonar una campanilla. Al acercarse la comitiva
por el Palacio o por algn cuartel, el centinela gritaba: Guardia a Su Majestad, los soldados salan
y formaban en la acera, se descubran ponan una rodilla en tierra y rendan las armas,
desprendindose al propio tiempo de la guarda, dos soldados y un cabo, para colocarse aquellos a los
lados y ste detrs de la estufa, y as acompaaban al Divinsimo hasta su regreso a la Parroquia. Al
escucharse en las noches el sonido de la campanilla, como por encanto se abran puertas y ventanas,
y aparecan miles de luces que alumbraban el camino que segua Su Divina majestad. 24
En esta nota el autor enriqueci la informacin del Paso del Vitico, pero sobre todo
demostr la ntima relacin del Ejrcito con la Iglesia Catlica, sus fiestas y
conmemoraciones eran guardadas con celo por el mismo gobierno. (Imagen 2)
23
Antonio Garca Cubas, op.cit, p. 157
24
Ibidem, p.361
14
Imagen 1. Carl Nebel. Interior de
Aguascalientes, lbum: Viaje pintoresco Imagen 2.
y arqueolgico sobre la parte ms Detalle del Vitico de Nebel, en Garca
interesante de la Repblica Mexicana Cubas, El Libro de mis recuerdos, p.157
25
Juan A. Ortega y Medina, op. cit. P.107
15
Esta ciudad, como su nombre lo indica es lugar de veneros termales, que se aprovechan para baos,
lavado de ropa y dems. Aqu como en todas las ciudades de la Nueva Espaa, se ve la influencia del
estilo morisco de arquitectura, aunque no siempre el ms puro.
En esta estampa, con vista hacia la plaza principal y el mercado, se representa el paso del Vitico
que un sacerdote lleva en coche para administrar el Sacramento a los enfermos; el postilln va
descubierto, as como los soldados, que portan armas y forman la guardia de honor. Al sonar la
campanita que precede al Santsimo para anunciar su paso, todos, sea, cual fuere la religin que
26
profesen, deben descubrirse, hincarse y permanecer de rodillas. (Imagen 3)
Julio Michaud y Pierre Lenhert, realizaron otra lmina con el tema del paso del
Vitico en su lbum: Mxico Pintoresco, ste fue terminado en 1849 y publicado hasta
1850 por la antigua Casa de Correo ubicada en calle de San Francisco, nmero 10. Estos
empresarios se caracterizaron por retomar el trabajo de otros artistas, generalmente
mezclaron en una lmina dos o ms litografas de autores diferentes. La lmina Vista de la
ciudad de Aguascalientes result ser muy parecida a la de Carl Nebel. Igualmente se
aprecia la plaza principal de la ciudad y la columna conmemorativa que puso el artista
alemn. La principal diferencia fue que la comitiva que llevaba el Vitico se dibuj en un
plano ms cercano, sin embargo su factura fue mucho ms descuidada, ya que despus de
tener presente la descripcin que realizo Garca Cubas usando la litografa de Carl Nebel,
notamos que le faltan muchos elementos y que otros aparecieron distorsionados.
En sta lmina del lbum Mxico Pintoresco, los autores omitieron la estufa que fue
sustituida por algo como una mesa, que va siendo cargada por personajes de humilde
condicin econmica, prcticamente desapareci la Guardia que custodiaba el Vitico,
dejando tan slo a un soldado al lado del carruaje donde va el Padre con el Santsimo.
(Imagen 4) En estos detalles se nota el desinters de estos litgrafos, que como opina
Mara Esther Prez Salas, haban descubierto que los lbumes litogrficos eran un xito, y
aprovechando que en ese momento no haba control de derechos de autor, realizaron su
lbum, mezclando generalmente dos vistas litografas de los lbumes anteriores, y de
autores diferentes.
26
Daniel Thomas Egertn, en su lbum Vistas de Mxico 1840, Paso del Vitico en la ciudad de
Aguascalientes
16
Imagen 3. Daniel Thomas Egertn, Paso Imagen 4. Julio Michaud y Pierre
del Vitico en la cd. de Aguascalientes, Lenhert, Paso del Vitico. En su
en su lbum Vistas de Mxico lbum Mxico pintoresco
El Viernes se significaba especialmente por el Sermn de las Siete Palabras: y la Procesin llamada
del Santo Entierro que por la tarde sala del convento de Santo Domingo encabezada por los
27
Elena Horz de Va, Recuerdos de Mxico. Grfica del Siglo XIX, Mxico, INBA, SEP y Banco de Mxico,
p.78
17
nazarenos, invariablemente representados por los aguadores, quienes conducan una enorme cruz
con la Sbana Santa, repartan estampas del Espritu Santo, pregonaban indulgencias y cargaban
imgenes religiosas como el Ecce Homo, el Seor de las tres Cadas, el de la Expiracin, Nuestra
Seora de la Piedad, el Santo Entierro y la Virgen de la Soledad. Esta comitiva iba seguida por los
padres dominicos, los miembros del Excelentsimo Ayuntamiento, una compaa de tropa y una
banda militar que con sus tambores marchaba el ritmo del cortejo junto con cientos de matracas del
pblico asistente.28 (Imagen 5)
28
Ibidem, p.96
29
ibidem, p. 65
18
Conclusiones
Los artistas viajeros que afluyeron a nuestro pas despus de la Independencia,
desarrollaron una tcnica de impresin totalmente novedosa, que permiti la
democratizacin de las imgenes y el desarrollo de la prensa ilustrada en Mxico. Su
trabajo hoy en da resulta invaluable para los estudios de la vida cotidiana del Mxico de
entonces.
Su trabaj cubri un gran vaco en la vida artstica de Mxico en la primera mitad
del siglo XIX, debido a que en ese tiempo la Academia de san Carlos se encontraba en total
decadencia. Fue precisamente durante esos aos difciles, cuando se le encomend a la
institucin las planchas litogrficas que haban pertenecido a Claudio Linati y que el
gobierno las haba incautado despus de su expulsin del pas. Probablemente, la clase de
litografa que se abri de manera efmera en el instituto fue ocasionado por la deplorable
situacin en la que se encontraba la institucin y no por falta de visin o de inters por
parte de sus directivos, ya que apenas unos aos despus que la Academia comenzara a
disfrutar de una situacin econmica ms favorable ocasionada por la aplicacin de las
propuestas de Reorganizacin estipuladas por Antonio Lpez de Santa Anna, se invitaron a
algunos artistas extranjeros a que expusieran en la Academia durante la dcada de 1850 en
los salones de dicho recinto acadmico, como fue el caso del francs Edouard Pringet y del
suizo Johan Salomn Heige. 30
Resulta sumamente complejo abordar de una manera precisa el tema sobre las
opiniones y posturas que tomaron los artistas extranjeros en relacin a las costumbres
mexicanas y a los mexicanos. Muchos de ellos fueron respetuosos y se trataron de adaptar a
la sociedad mexicana a la que retrataban, tratando de evitar actitudes racistas y denigrantes.
Carl Nebel, John Lloyd Stephens o Frederic Catherwood, se encontraron en este grupo.
Sin embargo, hubo otros que no quisieron evitar sus propios prejuicios y que fueron
incapaces de entender a la sociedad que estaban representando en sus imgenes, se
establecieron en nuestro pas con una actitud arrogante, pensando que llegaban a una tierra
extica, donde todava an no haba triunfado la modernidad y que se viva en la ignorancia
e idolatra. William Bullock y ms tarde Frederick Waldeck, estaban seguros que tenan
30
Arturo Aguilar Ochoa, op.cit, p.114
19
todo el derecho de llevarse piezas y objetos arqueolgicos porque argumentaban que ellos y
sus respectivos gobiernos si los iban a valorar, estaban convencidos que dichas piezas iban
a estar mucho mejor conservadas en un museo europeo, que abandonadas en las selvas del
sureste mexicano. Waldeck Mostr todo su enojo y rechazo cuando el gobierno mexicano
le incaut unas piezas que haban extrado de la zona maya.
Para estos artistas, les resultaba muy difcil aceptar que los herederos de tan
magnficas ruinas eran la poblacin indgena actual que ellos conocan y que no dejaban de
menospreciar, tildndola de perezosa, sumisa, ladina, ignorante e idolatra por decir lo
menos. Estaban convencidos que el pasado mexicano haba sido glorioso, en cambio el
presente lo vean con desdn. Sus declaraciones desencadenaron un amplio rechazo por
parte de la comunidad intelectual mexicana. La prensa de la poca fue testigo de la
publicacin de una gran cantidad de artculos de mexicanos en donde se increparon las
posturas de estos viajeros extranjeros, Isidro Lwenstern y Frederick Waldeck fueron de
los artistas ms criticados en la prensa ilustrada.
El general Jos Mara Tornel y Mendvil, realiz un artculo para El Museo
Mexicano, en donde se aboc la defensa del honor nacional del viajero Isidro Lwenstern
que estuvo en Mxico en 1838 y que habl mal del pas. El escritor mexicano, consider
que las opiniones del viajero calificaban de continuas injurias y despropsitos a los
pobres indgenas de nuestro suelo, son blanco de una saa apasionada comn a todos los
extranjeros que afectan filantropa, y distan de poseer esa fuente consoladora de
innumerables virtudes que es la comprensin desapasionada 31
Por su parte, el entonces director de El Museo Mexicano Isidro Gondra, realiz una
dura crtica a Frederick Waldeck en 1844, afirmando que era tan buen dibujante como
mal viajero, ya que se empe en trazar con coloridos tan negros y exagerados las
costumbres de Yucatn, y de ah que uno de mis objetos que me propuse ser impugnar sus
falacias y mentirosos cuadros de costumbres.32 No obstante en esa misma obra se us una
litografa del propio Waldeck, llamada La meridiana, para ilustrar un artculo sobre las
mujeres de la regin maya.
31
El Museo Mexicano, tomo II. 1843, pp. 248-249. Apud. En Aguilar Ocha, op.cit
32
Ibid, tomo III, 1844, p.128
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Las imgenes litogrficas fueron usadas con profusin en la prensa ilustrada
mexicana, sin importar el autor para la recreacin de temas mexicanos, recordemos que las
imgenes sobre el paisaje, la arqueologa, los tipos y escenas costumbristas elaboradas por
los artistas viajeros, eran las nicas con las que se contaba en ese momento.
La ausencia de imgenes en Mxico en la primera mitad del siglo XIX, propici una
severa contradiccin en la prensa ilustrada: por un lado se criticaron a los autores de las
litografas, pero por el otro se usaron y copiaron indiscriminadamente sus imgenes para
ilustrar artculos para revistas literarias y cientficas publicadas en nuestro pas. Este
fenmeno result muy interesante, porque la imagen en s, logr resignificarse y tener un
valor por ella misma, sin importar quin la haba creado y en donde se haba hecho.
FUENTES CONSULTADAS
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