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I.

El destino manifiesto

Aquellas serranas, mares de piedra y amplias elevaciones que se extendan


verdes, interminables hacia el horizonte, parecan el marco ideal para edificar un
hogar, criar hijos, constituir las bases de una familia modelo. Al menos eso
pensaban los Zabalza Waksman cuando recin casados se fueron a vivir a la
ciudad de Minas, a principios de la dcada del 40.
Mary Waksman tard poco en comprender cmo funcionaba aquel mundo de
solo 20 mil almas. Una pequea poblacin que se jactaba de ser integrada e
integradora, culta y progresista, pero con mucho de infierno grande, en la que
los resabios aristocrticos de una elite endmicamente hipcrita apenas se
codeaban con la chusma pueblerina, pero en la que las habladuras y escndalos
de unos y otros estaban siempre a la orden del da.
A partir de su trabajo en el estudio de su to Emeterio Arrospide, el flamante
abogado y escribano Pedro Zabalza ascendi velozmente en la carrera poltica
dentro del Partido Nacional. En esta colectividad hizo sus primeras armas,
dentro de la Agrupacin Nacionalista Demcrata Social, de Carlos Quijano,
iniciando entonces un pronunciado acercamiento al sector ruralista -el ms
tradicionalista y reaccionario- de la colectividad blanca.
"El bienestar est al alcance de quienes se empean lo suficiente en alcanzarlo",
repeta Pedro Zabalza, seguramente influido por el positivismo liberal en el que
haba sido educado.

A sus 23 aos y embarazada de su primer hijo, Mary Waksman vea la


poltica con desconfianza y resquemor. Le costaba mucho ms que a
Pedro asimilar el modo de vida de aquella microsociedad acomodada,
en general catlica, conservadora, vinculada a la ganadera y unida a la
tradicin rural, medio feudalista, de las insignes familias del Partido
Nacional.
Por ese tiempo el pas le pona fin a un ciclo de interrupciones de la
institucionalidad que dur diez aos, abierto con el golpe de Estado de
Gabriel Terra en marzo de 1933, y cerrado con otro golpe de Estado
obra de su yerno, Alfredo Baldomir, en febrero de 1942. Desde el inicio
de la dictadura, Pedro particip en las actividades conspirativas de los
opositores al rgimen, entre los que se contaban los batllistas, los
sectores de izquierda y los crculos universitarios, de donde surgi el
nacionalismo independiente. Durante los primeros aos, el matrimonio
vivi en la calle Treinta y Tres Orientales, en una vieja casona con un
aljibe pluvial y un gallinero en el fondo. Al hogar se fueron sumando los
hijos. Jorge naci el 30 de noviembre de 1943, coincidiendo con las
primeras elecciones llevadas a cabo luego de una dcada. El pueblo
uruguayo eligi entonces el continuismo de Juan Jos de Amzaga,
colorado, al igual que sus dos antecesores golpistas.
Mabel naci un ao ms tarde y e126 de diciembre de 1948 naci
Ricardo, el ltimo hijo de los Zabalza. Pedro lleg entonces a un
acuerdo con el to para comprar su parte de la escribana y quedar
como nico dueo cuando ste se jubil. Un da apareci Emeterio en
la casa, a cobrar una deuda no reconocida.
-Vengo a que me pague lo que me debe -dijo Emeterio, golpeando en
la mesa con la mano.
-Vyase por donde vino, atrevido, aqu nadie le debe nada -respondi
Pedro mientras se incorporaba, abriendo el cajn del escritorio.
La discusin subi de tono, al punto que los nios, alborotados por el
escndalo se agolparon detrs de la puerta para escuchar. La puerta se abri
violentamente y sali el to Emeterio, lvido y en repliegue, y detrs Pedro,
ofuscado y revlver en mano gritndole que no volviera nunca ms. A pesar
de la desesperada intervencin de Mary, que entre llantos trataba de frenar a
su marido completamente fuera de s, Pedro sigui vociferando, insultando y
blandiendo el arma hasta llegar a la esquina. El hecho hizo las delicias de las
comadres de Minas e ilustra los excesos de carcter vinculados a una veta
familiar, casi una tradicin, insuflada por el legado vasco de la fuerza bruta.
Del primer domicilio pasaron a una moderna casa en la calle 18 de julio,
siempre en la zona cntrica de la ciudad, aunque ms acorde con el buen
pasar de la familia. Fue entonces cuando Jorge empez la primaria en la
escuela nmero 2 de Minas. Mary peinaba todas las maanas al rubio
"principito azul" (as denominado por las vecinas del barrio) y lo dejaba en la
escuela impecable, de punta en blanco. A la salida de la escuela, al medioda,
se encontraba con los despojos de su esfuerzo: un nio salvaje y mugriento,
empapado en sudor, con la tnica rotosa y la moa azul en el bolsillo,
corriendo atrs de una pelota de trapo.
Por la tarde, luego de almorzar en una mesa separada de la de su padre,
Jorge, Mabel y Ricardo estaban obligados a preservar la tranquilidad de la
siesta de Pedro Zabalza, por lo que ocasionalmente, evitando la hebilla del
cinturn de pap, Mary se los llevaba a jugar a lo de la abuela Joaquina
Arrospide. Joaquina viva detrs del hotel Verdn, en un casern lindero con el
que haba sido hogar de Juan Antonio Lavalleja. Tena un vasto jardn de
invierno embaldosado de piedra laja y canteros con hortensias y gladiolos,
adems de un fondo tupido de chilcas donde los nios pasaban la tarde. Ya de
vuelta en la casa, Mary preparaba exquisitas comidas para la cena con la
ayuda de las empleadas. De noche coman todos juntos y por la mesa
desfilaban los fiambres, lengua, matambres y gallinas rellenas, as como los
dulces y las mermeladas que tambin se hacan en la casa.
En tanto las clases medias del pas gozaban del perodo "de las vacas gordas",
la posicin social de la familia Zabalza tambin iba en ascenso. Los veraneos
en Costa Azul eran tan rituales como la siesta de las 2. En el balneario
pasaban los tres meses de vacaciones, en una casa cercana al bosque, desde la
que vean todas las maanas a los pescadores que se hacan al mar en sus
chalanas.
Aquel era el marco propicio para los primeros enamoramientos. Y Jorge, que
precozmente lea las aventuras de Emilio Salgari, Edmundo D'Amicis, Monteiro
Lobato y julio Verne, mostraba tambin una precoz veta de enamorado. Para
ese entonces la lectura haba estimulado sus sentimientos por Alda Zuasnbar -
hija de una familia minuana allegada a los Zabalza y vecina de Costa Azul- de la
que ya estaba perdida e idlicamente enamorado a sus nueve aos. Sus
demostraciones de inters consistan en lanzarle aguas vivas en la playa, darle
alguna que otra patada mientras jugaba al ftbol, o como hizo una vez,
empujarla desde lo alto de un barranco de arena por el que su bienamada cay
rodando como una pelota.
El tercer ao escolar marc el despertar de una rebelda que nunca ms lo
abandonara. Le toc en suerte una maestra a la antigua, que le pegaba con la
regla en los dedos y lo haca parar en el rincn, mirando a la pared: primer
antecedente del plantn. Su empeo por que el alumno, que era zurdo, escri-
biera con la mano derecha, la llev a la pedaggica decisin de atarle la mano
izquierda al cinto. Ciertamente qued demostrado que la letra con sangre entra.
Jorge qued ambidiestro, aunque en general escribe con la derecha.
En ese mismo ao la directora de la escuela, que siempre elogiaba las pestaas
del alumno Jorge Zabalza, no tuvo mejor idea que decirlo en el saln frente a
todos los compaeros de clase. Al llegar a su casa Jorge se cort las pestaas
con una tijera. Desprenderse de la sombra de su padre le costara, de todos
modos, un poco ms de tiempo y de esfuerzo que aquella desesperada
extirpacin. La oscura proyeccin que lo cubra por ser el hijo de Pedro Zabalza
nublara todo su paso por la escuela primaria. Un sentimiento contradictorio, de
admiracin y rechazo, empezara a hacerse carne en l. Un estigma que de ah
en ms lo acompaara como una suerte de destino manifiesto.

Los comicios presidenciales y legislativos de 1950 llevaron al poder al colorado


Andrs Martnez Trueba. Pedro Zabalza, respaldado por el Movimiento Popular
Nacionalista, result electo intendente por el departamento de Lavalleja,
consolidando el poder poltico que su colectividad le haba confiado. Dos aos
despus, la reforma constitucional promovida por el presidente y aprobada un
ao antes, elimin la presidencia y dej el Poder Ejecutivo en manos de los
nueve miembros de un organismo colegiado, el Consejo Nacional de Gobierno.
Las pasiones de Jorge se diversificaron al entrar en la adolescencia. Sus
hroes ms tempranos, Obdulio Varela y el Pepe Schiaffino, que en 1954 no
lograron repetir la hazaa del mundial anterior, fueron relegados por una
temprana vocacin que creci bajo la influencia paterna. l quera ser como su
padre, ahora presidente del colegiado Consejo Departamental, abogado y
poltico. A los 12 aos saba muy bien quin era y lo que se esperaba de l en
el futuro.
Entonces, las idas a la casa de la abuela joaquina a la hora de la siesta fueron
sustituidas por las escapadas, saltando de azotea en azotea, para ir a jugar al
ftbol al campito de la ANCAP o a la plaza de deportes, reculaderos oficiales de
su primera barrita de amigos. Sus recursos tcnicos remitan al empujn y la
pata fuerte. El hijo sometido, devenido en un muchacho considerablemente
fornido para su edad, comenzaba a establecer relaciones musculares con el
mundo, sometiendo a los ms dbiles.
La lectura se consolid como complemento pasional de la fuerza bruta. La
coleccin Robin Hood dio paso a lecturas ms complejas. El Rojo y negro de
Stendhal, La guerra y la paz de Tolstoi, Crimen y castigo de Dostoiewski,
empezaron a dar vueltas en su cabeza. A los 12 aos ya haba ledo de las
embestidas a lanza de Timoteo Aparicio y de la bala que mat a Chiquito
Saravia. Se alimentaba de las epopeyas de nacionalistas alzados en montone-
ras, que a la primera de cambio agarraban la vieja tercerola y se iban a las
cuchillas para pelear por lo que crean necesario. Esas historias lo
obsesionaban.

Los juegos tambin cambiaron. Una vez logr convencer a su hermano


Ricardo, que tena 8 aos, de pararse en el fondo de la casa mientras l le
disparaba desde la azotea con un rifle de aire comprimido, absolutamente
convencido de que lograra desarmarlo de un tiro. Ricardo llev hasta su
muerte la cicatriz del chumbazo en la mano derecha. Despus del suceso
vinieron la paliza y la penitencia. Pero no le importaron. Se senta cada vez
ms cerca de Aparicio y las cuchillas.

Jorge continu con sus estudios en el liceo de Minas. A mediados de la dcada


del 50, con sus 12 aos, tena acceso a todo un universo de informacin que
para la mayora de sus compaeros era inaccesible. Un bagaje cultural que le
permita manejar conceptos y abstracciones. En la casa se compraban tres
diarios todos los das, y semanalmente llegaban Marcha, Bohemia y Life en
espaol. El primer da de clases se votaba el delegado, y el primer da de
clases result electo. Pronto le empezaron a llover las propuestas para integrar
cargos dirigentes a nivel estudiantil. Algo natural para l. Despus de todo era
el hijo del doctor y su destino manifiesto le permita darse ciertos lujos, como
jugar al caudillo delegado con el resto de sus compaeros.
Sin embargo, a partir de los rigurosos gestos de Pedro, el rencor hacia la
figura paterna sigui creciendo a un costado de la devocin. Uno de esos
controvertidos gestos paternos tuvo que ver con los pantalones, que como se
estilaba en aquella poca dejaban de usarse cortos al entrar al liceo. Pedro
entendi que eso no era necesario an, y su hijo mayor se transform en el
nico alumno de todos los primeros aos que no usaba pantalones largos, ms
all de que Mary se empeara en hacerle los fundillos por debajo de la rodilla.
Los hijos tenan un rol claramente establecido en aquella casa, y era estudiar.
El jefe del hogar entabl -desde la distancia patriarcal- una relacin con sus
hijos basada en el premio y el castigo. As lleg la bicicleta, con el muy bueno
en segundo de liceo, y ms adelante la Vespa, que en Minas nadie tena an.
En el terreno de los estudios se manifestaba la competencia con su hermana
Mabel, siempre sobresaliente. Jorge pas del sobresaliente en los aos de
escuela, a muy bueno sobresaliente en primero de liceo, en segundo muy
bueno, en tercero bueno a secas, y en cuarto a examen en ingls. De a poco
dej de competir con su hermana por las notas, sus prioridades pasaron a ser
otras, y su relacin con el mundo tambin.
La cada de Pern en 1955 fue la prueba de fuego para que el delegado,
entonces antiperonista cerril, aunque sin saber siquiera por qu, hiciera uso de
la palabra convocando al paro en una asamblea de estudiantes. En el liceo el
paro se vot por unanimidad. Lo votaron los socialistas, que eran
antiperonistas, tambin los blancos y los colorados. Y aunque Pedro le haba
prohibido que adhiriera a la huelga, Jorge no entr al liceo. Ese da Mabel tuvo
la mala idea de ignorar la decisin de la asamblea.
-Que alguien me explique qu tiene que ver Pern con el liceo -repeta,
sentada en su pupitre.
Entre el puado de compaeros que intentaban convencerla, se abri paso su
hermano mayor, que sin mediar palabras la agarr de los pelos y la sac para
afuera ante el asombro de todos los presentes. Acto seguido se fue para su
casa, agarr un libro de la biblioteca y se qued leyendo toda la tarde,
esperando al padre y a su cinturn. Cuando lleg Pedro se qued observando a
su hijo, que lea sentado en el silln de la sala. Se sac el sombrero, y sin
dejar de mirarlo, lo colg en el perchero. Lo mismo hizo con el saco. Jorge no
levant la vista del libro hasta que su padre se apart de l, sin decir
absolutamente nada. De a poco Pedro empezaba a asumir la ineficacia del
cinto ante la creciente sublevacin de su primognito.
En la trastienda de la farmacia de Roberto Zabalza, separada del negocio por
una mesa de laboratorio, se reuna a diario una tertulia a la que Jorge,
consentido de su to, tena el privilegio de asistir. Sala corriendo del liceo para
no perderse aquellas tenidas maravillosas en las que, entre otros, estaba el
padre Pessuto, famoso por su fama de fornicador; Alberto Carrese, Elbio For-
naro y Ruben Piquinela, lderes del Partido Colorado en Minas; Godofredo
Fernndez, miembro del Comit Central del Partido Comunista; Solano Amilivia,
herrerista y presidente del Banco Repblica; Julio Casas Arajo, diputado por el
Partido Nacional y poeta; el general Alfonso Gonzlez, jefe de la Divisin m de
Ejrcito, y el ex presidente boliviano Vctor Paz Estenssoro, exiliado en Minas y
alojado en el hotel Verdn. Por supuesto que los tos Roberto y Jacinto Zabalza -
socialistas "marchistas" influenciados por Quijano- miraban de reojo a su
hermano Pedro, cada vez ms volcado hacia el ala conservadora del Partido
Nacional. La trastienda de la farmacia era un exclusivo centro de reunin de la
intelectualidad minuana, donde se hablaba apasionadamente de poltica, y en el
que el sobrino consentido, en calidad de oyente, sacaba infinidad de anotaciones
mentales.

Hacia 1957 Jorge no tena con quin conversar abiertamente sobre los cambios
y los miedos que experimentaba. Su cuerpo ya haba dejado de ser el de un nio
bien desarrollado y empezaba a convertirse en el de un hombre con sus
elementales urgencias. Imposibilitado de hablar en su casa, recurri a los
consejos de su to. Cuando Jorge cumpli 14 aos, Roberto le dio cinco pesos a
un amigo de confianza para que llevara a su sobrino a los prostbulos
fernandinos, aprovechando la excusa de un partido de ftbol entre las
selecciones de Lavalleja y Maldonado. Un partido difcil, pero con un buen
marcador final para el visitante.
No slo Jorge estaba cambiando en aquellos aos. En Uruguay, una vez
desvanecidos los efectos benficos de la Segunda Guerra y de la guerra de
Corea (250 millones de dlares en reservas esfumados), se inici una espiral
inflacionaria que redund en la merma salarial de la clase obrera, que comenz
entonces a resistir las medidas restrictivas y a defender el poder adquisitivo de
sus salarios, entrando lenta e inexorablemente en un perodo de creciente
movilizacin. Durante buena parte de 1958 tuvieron lugar las manifestaciones
estudiantiles ms grandes de la poca en la lucha por la ley orgnica de la
Universidad, que a la postre se logr, un mes antes de las elecciones nacionales.
Paralelamente, un joven procurador llegaba a Paysand para organizar el
Sindicato nico de Obreros Remolacheros, que tiempo despus llev a cabo una
sonada huelga violentamente reprimida. Escriba en El Sol: "El rgimen que
impera en nuestro pas tiene una cara y una careta. La careta es esa
apariencia de libertad y democracia que slo experimenta la gente rica y que
se muestra para el exterior". Su nombre era Ral Sendic. Pronto el pas entero
escuchara hablar de l.

En las elecciones de 1958, el gobierno colorado de Luis Batlle Berres termin


cediendo ante el peso de la historia con una marcada derrota en las urnas. La
primera en la historia institucional del Partido Colorado. Para aquellos comicios,
Pedro Zabalza haba abandonado definitivamente las lides independientes del
Partido Nacional, asocindose con Benito Nardone, tambin conocido como
"Chicotazo". Fundador de la Liga Federal de Accin Ruralista y responsable de
una audicin radial que mezclaba la informacin agraria con la prdica poltica,
Nardone conquist una formidable audiencia que devino en base militante, de la
que Jorge form parte activa, y que llev al Partido Nacional al triunfo. Pedro
dejara entonces la Intendencia de Lavalleja para ocupar su cargo en el Consejo
de Gobierno.

Los hermanos de Pedro, sin embargo, militaban en el Comit de Apoyo a la


Revolucin Cubana, por entonces en su fase triunfante, y fueron cimentando en
su sobrino -entonces dirigente gremial en el liceo- las ideas bsicas del
socialismo.
El verano de 1959 fue largo y caluroso. Los Zabalza ya haban dejado atrs las
vacaciones en Costa Azul -y con ellas las mejores oportunidades de romance con
Alda Zuasnbar, de quien segua enamorado- para alquilar una casa en Punta
del Este, ms a tono con su nueva realidad. En la costa del faro vivan los
Lacalle, los Beltrn, los Heber y los De la Sierra, familias todas de la oligarqua
nacionalista. Jorge, Mabel y Ricardo no se sentan del todo a gusto en ese
ambiente, aunque a la larga, los hermanos Zabalza terminaron aceptando
aquello como parte de su nuevo universo y trabando amistad con varios de los
nietos e hijos de los padrotes blancos.
Fue Pedro Zabalza quien especialmente tuvo un verano largo y caluroso,
bastante menos divertido que el de los chicos. El 16 de febrero, el sector
herrerista del Partido Nacional le retir su confianza a raz de una reunin
secreta que junto a Benito Nardone y Faustino Harrison mantuvo con el
embajador de Estados Unidos. A1 enterarse, Luis Alberto de Herrera se
escandaliz.
-Qu hace en este momento la mitad del gobierno con un embajador? Esto
es traicin a la patria! -exclam el lder blanco fuera de s.
En la prensa, las estocadas entre los blancos no cesaron en todo el verano.
Para los correligionarios del diario El Debate, Nardone pas a ser una
"comadreja colorada" (en alusin a su pasado en el Partido Colorado), al
tiempo que Harrison y Zabalza conformaban una "patota sin lema ni divisa". A
pocas horas de asumir el nuevo gobierno, el gabinete no estaba definido y
haba rumores de golpe de Estado. Finalmente los peligros se diluyeron y
asumi Martn Echegoyen a la cabeza del Consejo de Gobierno que Pedro
Zabalza integr, aunque no por mucho tiempo.
En el Partido Nacional, tras la muerte de su lder, el herrerismo se quebr en
dos alas: una ligada al ruralismo, liderada por Echegoyen y Domingo
Bordaberry, de la que Pedro formaba parte, y la otra, conocida como
herrerismo ortodoxo, liderada por Eduardo Vctor Haedo, cuya intencin era
detener el avance de Nardone.
Todava preocupado por el bsquetbol y por arrastrarle el ala, ahora s
abiertamente, a Alda Zuasnbar en los bailes del Club Minas, Jorge estaba
bastante ajeno a los acontecimientos que ya signaban el devenir de la dcada
siguiente. La necesidad de la aprobacin paterna todava estaba presente.
Quizs haya sido eso lo que lo impuls a deschavar lo del noviazgo secreto de
Mabel con Kenny Saravia, nieto de Aparicio y -para disgusto de Pedro seis
aos mayor que ella. El conflicto familiar tuvo consecuencias tragicmicas; a
partir de entonces, cuando en los partidos de bsquetbol del Atltico Unin le
tocaba a Jorge tirar libres, desde las tribunas le gritaban: "Cuado, cuado,
cuado!'. Aquel truco era infalible. Cada vez que se escuchaba el corito, el
hermano de la novia terminaba errndole al aro.
Hay un hecho que ilustra la escasa seriedad con que Jorge asuma esas
fervorosas definiciones polticas que lo hacan "hincha" de Camilo Cienfuegos y
de Aparicio Saravia, y capaz al mismo tiempo de hacer campaa por
Chicotazo. En marzo de 1961, con la denominada Organizacin de Padres
Demcratas (ORPADE), los operativos de la derecha organizada se
introdujeron en la educacin secundaria. El 16 de ese mes se organiz un
debate pblico entre simpatizantes y contrarios de la revolucin cubana en
ocasin de la llegada de Luis Conte Agero, crtico de la revolucin a sueldo de
la CIA. Fueron muchos los jvenes minuanos que se subieron al mnibus que,
pagado por la ORPADE, los llevaba a Montevideo y los traa de vuelta a Minas.
-Esto fue lo que me pagaron en la embajada de Estados Unidos por venir a la
manifestacin. Ustedes no fueron?, jdanse entonces -ironizaba Jorge,
mientras iba de asiento en asiento exhibiendo un dlar de plata que haca
saltar en la mano.
El acto finalmente no pudo realizarse debido a los permanentes abucheos e
insultos que los muchachos -muchos de ellos llegados en los mnibus de
ORPADE y confundidos en la multitud- proferan contra Wilson Ferreira
Aldunate y Amlcar Vasconcellos, oradores contrarios a la revolucin.
Para 1961 el pas de las vacas gordas empezaba a conocer los detalles del
matadero: el Partido Nacional en el gobierno empez a hacer agua con la firma
de la primera carta de intencin con el FMI. La inmediata aprobacin de la
reforma cambiarla, instrumentada por el ministro de Hacienda, Juan Eduardo
Azzini, que suprimi el tipo de cambio mltiple y liber importaciones y
exportaciones, termin siendo un rotundo fracaso. La crisis se hizo sentir en el
Poder Ejecutivo. Pedro Zabalza se sum a una ola de expulsiones y renuncias
de ministros blancos. "La contradiccin entre la orientacin en materia
monetaria y cambiarla del gobierno y la certidumbre de mi conciencia, ha
alcanzado lmites insuperables", manifest al renunciar.

El primero de marzo del mismo ao asumi Eduardo Vctor Haedo su turno como
presidente del Consejo de Gobierno. En agosto lleg a Uruguay Ernesto
Guevara. Fidel Castro lo enviaba como cabeza de la delegacin cubana que
asistira a la reunin del CIES en Punta del Este. El objetivo no era otro que
denunciar la poltica -los emprstitos en dlares- que bajo el rtulo de la Alianza
para el Progreso, el gobierno estadounidense presentaba como remedio para los
males de Amrica Latina. En aquella ocasin Haedo recibi al Che en su
residencia de Punta del Este. La foto de ambos tomando mate recorrera el
mundo. El anticomunismo declarado de Benito Nardone hizo que junto a Csar
Batlle Pacheco reprobaran esta actitud en una sesin del Consejo Nacional de
Gobierno.
Poco tiempo despus Pedro Zabalza, aunque distanciado de Nardone desde su
renuncia, organiz junto a l un multitudinario acto llamado Desagravio al Mate.
En esa ocasin su hijo no lo acompa. Y no solamente no lo acompa sino que
furioso y completamente borracho se dedic a vociferar en contra de su padre y
de Nardone, los dos oradores en aquel mitin. Todo termin de la manera ms
previsible. A las trompadas, en gresca generalizada, con uno de los grupos de
jvenes anticomunistas que se haban dado cita en la plaza principal de la
ciudad de Minas.
Ese eclecticismo ideolgico, rayano en la indefinicin, tambin se extenda a sus
relaciones con la sociedad. Mientras utilizaba sus privilegios sociales jugando al
gofo en el Club Minas, tomaba contacto con la parte oscura del mundillo
minuano, en gran medida a travs de su vinculacin con la Coral Eduardo Fabini,
un boliche que quedaba a la vuelta del liceo, al que profesores y padres vean
con muy malos ojos. Un nuevo universo de puertas abiertas: casn, carambola,
partidas de conga y tute cabrero. Diversiones a las que Jorge se fue haciendo
cada vez ms aficionado.
Las estrictas normas de la casa familiar, sin embargo, eran inquebrantables
mandamientos dispuestos para cumplirse sin cuestionar, aunque a Pedro
Zabalza ya no le resultaba fcil amedrentar a aquel muchacho fornido, peleador
y jugador en que se haba convertido su hijo. A medida que iba creciendo, los
problemas de conducta en el liceo se transformaron en problemas de conducta
social, transformndolo en el enfant terrible de las noches de Minas. Su ntimo
amigo, Luis Giorello, que como l meda casi dos metros, acompa muchas de
aquellas violentas noches de excesos que arrancaban en el bar Libertad, en el
del "Bucfalo", y que nunca se saba dnde podan terminar.
En la ruta 8 haba abierto el flamante cabaret Pensin La Plata, uno lo
primeros por aquellos lares. All se encontraron una noche con Luis, munidos
con revlveres de juguete de los que tenan fulminante y largaban el fogonazo
al disparar. Pronto se supo que ambos personajes andaban armados, y la
barra empez a correr el rumor de que haban visto a Jorge con la novia de
Luis en un cine de Montevideo. Luis, alcoholizado, empez a echar pestes
sobre el amigo traidor, que se aperson de inmediato iniciando una discusin
que termin a los tiros, con todo y tinta roja en las camisas. Se produjo un
gritero y desparramo de mujeres que a medio vestir escapaban por donde
podan, sabiendo que no tardara en llegar la Polica. Alguien apareci con un
taxi salvador, al que se subieron Luis, Jorge y siete borrachos ms, que apelo-
tonados uno arriba del otro, entraron como pudieron. En eso el taxista ve a
dos policas que desde el patrullero le hacan seas para que se detuviera.
-Bueno, muchachos, ac est la Polica. Lo lamento pero yo tengo que parar -
dijo el taxista, resignado a entregarlos a todos. -Da la vuelta, hij'una gran
puta, o te desparramo la cabeza -amenaz Luis Giorello con voz aguardentosa,
mientras le meta el revlver de juguete en la sien.
El taxista peg la vuelta violentamente, en redondo, y casi se van a la cuneta.
Lo llevaron con el pie a fondo, apuntndolo, hasta la ciudad de Minas. Al llegar
no le pagaron la cuenta ni le dieron las gracias. Al otro da, los lecheros y
diarieros voceaban por el pueblo los detalles del "tiroteo" de la noche anterior,
que convoc la presencia del juez y el comisario en la Pensin La Plata, deter-
minando la clausura del local. Nunca se supieron los nombres de los
responsables. Al menos oficialmente.

Mientras el taxista lo miraba desde la plaza, con cara de incredulidad, en el


balcn central del Club Minas -en medio de un grupo de muchachos de la alta
sociedad que se festejaban a s mismos- Jorge levantaba la copa y le devolva
la complicidad con una guiada socarrona, de ganador.
Los excesos de la barra de amigos estaban a la orden del da. Pero lo de
"Caahueca" fue la gota que derram el vaso. Era la madrugada del 30 de
noviembre de 1961. Tras festejar la mayora de edad de Jorge en lo del
Bucfalo y recalar en los quilombos, la barra regresaba a sus casas, ya de da,
saturada de escabio. Desde el otro lado de la plaza los miraba el Caahueca,
un agente de Polica as apodado por el bastn hueco -lleno de caa- con que
cumpla sus labores de vigilancia y que los vena siguiendo haca rato. La
insistente mirada del Caahueca le cay mal a aquella barrita belicosa, que no
tuvo mejor idea que separarse en dos y, mientras unos llamaban su atencin,
los otros fueron por detrs y lo ataron con cinturones. En bulliciosa
manifestacin lo alzaron, y tras pasearlo alrededor de la plaza lo ataron a un
palo borracho, bien apretado contra el tronco para que las espinas lo pincha-
ran. Al otro da Jorge y sus compinches estaban en una situacin seriamente
comprometida. Fue Pedro Zabalza quien movi sus influencias para parar todo
aquel desmadre que involucraba a varios hijos de la oligarqua local.
Cuando lleg a su casa vio que Pedro estaba desencajado, esperndolo en el
comedor. Sin palabras, su padre le solt el primer puetazo. Jorge lo esquiv.
Ataj el segundo y quedaron forcejeando contra la pared, mirndose a los ojos
firmemente. La rebelda era ms poderosa que la vergenza. Ahora deba
hacerse cargo de todo aquel asunto.
Mientras, valija en mano, aguardaba el mnibus que lo llevara a la casa de su
abuela en Montevideo, senta el bullicio de la sangre y el tembladeral bajo sus
pies. En la capital lo esperaban las consecuencias de romper con la autoridad
paterna. Lo que se debi haber dado de manera natural al terminar sus
estudios de bachillerato en Minas, cobraba ahora cierto tufillo a deportacin.
Aquel destino color de rosa, cuya culminacin hubiera sido la carrera brillante
y el ttulo de escribano pblico, era ahora una herida abierta, lacerante, que
rega incierta en nombre de la autoridad desconocida.

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