Metatheoria Volumen 7 Numero 2. Homenaje A Mario Bunge

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Volumen 7, Nmero 2

Metatheoria | Volumen 7, Nmero 2, Abril 2017


Abril 2017
ISSN 1853-2322

Metatheoria | Volumen 7, Nmero 2, Abril 2017 | ISSN 1853-2322


Revista de Filosofa e Historia de la Ciencia | Journal of Philosophy
and History of Science | Revista de Filosofia e Histria da Cincia
Metatheoria
Revista de Filosofa e Historia de la Ciencia
Volumen temtico: Homenaje a Mario Bunge | Thematic Volumen: Tribute to Journal of Philosophy and History of Science
Mario Bunge | Volume tematico: Homenagem a Mario Bunge Revista de Filosofia e Histria da Cincia

Artculos | Articles | Artigos

Gustavo E. Romero y Pablo M. Jacovkis, Imagen de Mario Bunge


Pablo M. Jacovkis, The Concept of Existence in Mathematics
Gustavo E. Romero, Truth and Relevancy
Aldana DAndrea, Sobre la relevancia de la tesis de Turing
Mara Esther Burgos, La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan
exitosa como incoherente
Luciano Combi y Gustavo E. Romero, Sobre la inconsistencia de la
interpretacin de Everett de la mecnica cuntica
Federico G. Lopez Armengol y Gustavo E. Romero, Interpretation
Misunderstandings about Elementary Quantum Mechanics

www.metatheoria.com.ar
ndice | Index | ndice

Volumen temtico: Homenaje a Mario Bunge | Thematic Volumen: Tribute to Mario Bunge | Volume
tematico: Homenagem a Mario Bunge

Introduccin | Introduction | Introduo

Pablo Lorenzano .......................................................................................................................................................... 1

Artculos | Articles | Artigos

Gustavo E. Romero y Pablo M. Jacovkis, Imagen de Mario Bunge ............................................................................... 3

Pablo M. Jacovkis, The Concept of Existence in Mathematics ................................................................................ 17

Gustavo E. Romero, Truth and Relevancy ................................................................................................................. 25

Aldana DAndrea, Sobre la relevancia de la tesis de Turing .................................................................................... 31

Mara Esther Burgos, La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan exitosa como incoherente ....................... 39

Luciano Combi y Gustavo E. Romero, Sobre la inconsistencia de la interpretacin de Everett de la mecnica


cuntica..................................................................................................................................................................... 47

Federico G. Lopez Armengol y Gustavo E. Romero, Interpretation Misunderstandings about Elementary


Quantum Mechanics................................................................................................................................................ 55
Introduccin
Pablo Lorenzano

El Primer Encuentro Latinoamericano de Filosofa Cientfica, en Homenaje a Mario Bunge, se realiz desde el
23 al 26 de septiembre de 2015 en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofa de la
Universidad de Buenos Aires (UBA). Este volumen temtico recoge en su mayora las ponencias
presentadas en dicho encuentro que fueran sometidas a su publicacin en Metatheoria, de acuerdo con
la modalidad de evaluacin conocida como referato doble ciego.
La excepcin a ello, adems de esta Introduccin, lo constituye el trabajo con el que abre el
volumen Homenaje a Mario Bunge propiamente dicho, a cargo de los editores invitados, Pablo M.
Jacovkis y Gustavo E. Romero. En l, Imagen de Mario Bunge, presentan, a partir de un profundo
conocimiento y aprecio tanto de su extensa obra como de su multifactica persona, una suerte de breve
biografa intelectual, pero anclada en las diversas circunstancias histrico-poltico-sociales que le ha
tocado vivir en su larga y prolfica vida, destacndose el carcter pionero en muchos de sus
emprendimientos y abordajes as como tambin la calidad de su obra, que le ha valido el
reconocimiento internacional del que goza.
El primero de los artculos que fueron presentados con ocasin del Primer Encuentro Latinoamericano
de Filosofa Cientfica, en Homenaje a Mario Bunge, y comentados y discutidos por ste en dicha
oportunidad, es The Concept of Existence in Mathematics, de Pablo M. Jacovkis. En l, se defiende
un punto de vista pragmtico, de acuerdo con el cual los matemticos, tanto puros como aplicados, as
como tambin cualquier especialista que use a las matemticas como instrumento de su trabajo,
considera a los objetos matemticos, consciente o inconscientemente, como entidades reales, provistas
de propiedades concretas, que existen, en un sentido muy similar a la nocin de existencia defendida
por Bunge (p.e. en su Treatise on Basic Philosophy, Vol. 7: Epistemology and Methodology III: Philosophy of
Science and Technology Part I, Dordrecht: D. Reidel Publishing Company, 1985).
En el siguiente artculo, Truth and Relevancy, Gustavo E. Romero, luego de presentar la teora
de la verdad semntica, tanto formal como factual, de Bunge (que se puede encontrar, entre otros
sitios, en sus Treatise on Basic Philosophy I. Sense and Reference, Treatise on Basic Philosophy II. Interpretation
and Truth, Dordrecht: Kluwer, 1974, y The Correspondence Theory of Truth, Semiotica 188 (2012):
65-76), se centra en esta ltima, sealando algunos problemas que sta presenta y que lo llevan a
complementarla, a fines de su solucin, con una teora de la relevancia; el trabajo concluye con una
breve discusin sobre la naturaleza de las proposiciones y el problema de la verdad en las teoras
cientficas a la luz de las consideraciones semnticas realizadas.
En Sobre la relevancia de la tesis de Turing, Aldana DAndrea intenta dar cuenta de la mayor
relevancia de la tesis de Turing respecto de la tesis de Church en relacin con el Entscheidungsproblem de
Hilbert, esto es, intenta dar cuenta del hecho de que, a pesar de que ambas tesis son extensionalmente
equivalentes y proporcionan, por lo tanto, una misma solucin negativa a dicho problema, reina
cierto acuerdo en considerar que la formulacin de Turing es ms satisfactoria o ms convincente que
la de Church.
Los tres ltimos trabajos abordan diversos aspectos filosficos de la fsica cuntica caros al
pensamiento de Bunge. En el primero, La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan exitosa como
incoherente, de Mara E. Burgos, luego de sealar lo exitosa que resulta ser desde un punto de vista
experimental dicha teora la mecnica cuntica en la llamada interpretacin de Copenhagen, se
presentan cuatro de sus problemas conceptuales: su conflicto con el determinismo, su admisin de

Centro de Estudios de Filosofa e Historia de la Ciencia (CEFHIC), Universidad Nacional de Quilmes (UNQ)/Consejo Nacional de
Investigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET), Argentina. Para contactar al autor, por favor, escribir a: [email protected].
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Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
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alguna forma de accin a distancia, su incompatibilidad con algn tipo de realismo y su incoherencia,
sugiriendo un modo de solucin a dichos problemas, solucin que tiene como punto de partida el
realismo crtico de Bunge (tal como se lo presenta en Filosofa de la Fsica, Barcelona: Editorial Ariel,
1978).
En el segundo, Sobre la inconsistencia de la interpretacin de Everett de la Mecnica Cuntica,
por su parte, Luciano Combi y Gustavo E. Romero discuten otra interpretacin muy extendida de la
mecnica cuntica, a saber: la proporcionada por Everett (The Relative State Formulation of
Quantum Mechanics, Reviews of Modern Physics 29 (1957): 454-462), que se supone realista y libre de
los problemas que aquejan a la llamada interpretacin de Copenhagen, mostrando los problemas
semntico-ontolgicos que implican las formulaciones actuales de esta interpretacin, en particular
respecto de las cantidades conservadas y las simetras subyacentes al modelo de espacio-tiempo
adoptado, problemas que desembocan en su inconsistencia.
En el tercero, Interpretation Misunderstandings about Elementary Quantum Mechanics,
Federico G. Lopez Armengol y Gustavo E. Romero, basndose fundamentalmente en Foundations of
Physics (New York: Springer, 1967) de Bunge, presentan una interpretacin realista de la mecnica
cuntica, con la intencin de aclarar algunos malentendidos sobre temas de interpretacin relativos al
carcter determinista de la teora, los as llamados principios de incertidumbre, el colapso de la
funcin de onda, la paradoja Einstein-Podolsky-Rosen (EPR) y su ontologa, surgidos a partir de la ms
aceptada y difundida interpretacin de la mecnica cuntica, la llamada interpretacin de
Copenhagen.
Para finalizar, quisiera agradecer a los dos editores invitados, con quienes compart la ardua tarea
de hacer cumplir responsablemente la evaluacin y seleccin de trabajos enviados, as como tambin a
todos los que nos ayudaron en dicho proceso, y, last but not least, al propio Mario Bunge, por todos sus
aportes, contribuciones y enseanzas a lo largo de ya ms de seis dcadas, a quien le dedicamos este
volumen.
Imagen de Mario Bunge
Gustavo E. Romero
Pablo M. Jacovkis

El siglo XVII no slo fue el de la consolidacin de la revolucin cientfica iniciada en el siglo anterior
por Nicols Coprnico, Tycho Brahe y Johannes Kepler, entre otros, sino que adems fue el siglo de los
grandes sistemas filosficos acordes a los avances de la ciencia. Descartes, Leibniz y Spinoza
desarrollaron vastos programas filosficos que contemplaban todos los aspectos del pensamiento
filosfico, incluyendo la metafsica, la teora del conocimiento, la tica e incluso la esttica. Una
caracterstica de estos sistemas es que estaban informados por la ciencia de la poca, con la que eran
compatibles. Esta tendencia se acentu en el siglo XVIII con la Ilustracin y el movimiento
enciclopdico. Quizs la manifestacin ms acabada de un sistema integral de filosofa cientfica en este
perodo fue el Systme de la Nature (Sistema de la Naturaleza), publicado en 1770 por Paul Henri Thiry,
barn de Holbach. Con la Revolucin Francesa y luego el advenimiento del Romanticismo surge una
contra-Ilustracin que terminara llevando al Idealismo alemn de Fichte y Hegel, y luego desembocara
en los irracionalismos del siglo XX. Como reaccin a la filosofa extremadamente oscura del Idealismo,
se produce el nacimiento de una filosofa cientfica de naturaleza crtica y enemiga de la especulacin
metafsica. El Positivismo Lgico primero y luego la filosofa analtica anglosajona dominaron la
academia durante buena parte del siglo XX. Sobre este panorama de fragmentacin y dedicacin al
anlisis de la filosofa acadmica en el siglo pasado se destacan las figuras de dos pensadores que han
logrado una obra de unidad notable y enorme alcance: Bertrand Russell y Mario Bunge. En Bunge, en
particular, el sistema filosfico ha resurgido como una propuesta que, al igual que en los grandes
ejemplos de la Antigedad, abarca desde la semntica hasta la tica, pasando por la ontologa y la
epistemologa. Bunge es hoy, en pleno siglo XXI, una rara avis filosfica: autor de un sistema de
filosofa materialista forjado a la luz de los ms recientes avances de la ciencia contempornea, se ha
dedicado incansablemente a resolver problemas filosficos en forma directa y clara, con propuestas no
slo audaces e innovadoras, sino tambin contrastables a la luz del cuerpo total de nuestro
conocimiento cientfico.
Mario Bunge naci en Florida Oeste, a 17 km de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 21 de
septiembre de 1919. Hijo de un mdico y diputado socialista de familia patricia, el Dr. Augusto Bunge,
el joven Mario vivi siempre en un ambiente de libertad intelectual y compromiso social. Su madre, de
origen alemn, era Marie Mser, quien haba sido enfermera de la Cruz Roja en China. El joven Mario
pronto se sinti atrado por la filosofa. En 1936 comenz a realizar lecturas ms o menos sistemticas
de tpicos filosficos, pero pronto se convenci de que si quera hacer filosofa seriamente deba
primero conocer a fondo la ciencia. Se inscribi en la carrera de fsica de la Universidad Nacional de
La Plata en 1938, donde fue estudiante hasta 1944; ms tarde se doctor en 1952 con una tesis sobre
la cinemtica del electrn relativista. Su mentor de fsica fue Guido Beck (1903-1988), quien haba sido
asistente de Heisenberg en Leipzig. En 1944 Bunge public su primer artculo de fsica, en la revista
Nature, sobre las secciones eficaces de las interacciones nucleares. En ese mismo ao particip de la
fundacin de la Asociacin Fsica Argentina. Pero ya antes Bunge haba incursionado en la filosofa,
publicando en 1939 un trabajo titulado Introduccin al estudio de los grandes pensadores. En 1944

Instituto Argentino de Radioastronoma (IAR, CONICET), C.C. No. 5, 1894 Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina. Para contactar al
autor, por favor, escribir a: [email protected].

Universidad Nacional de Tres de Febrero y Universidad de Buenos Aires, Argentina. Para contactar al autor, por favor, escribir a:
[email protected]
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Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
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fund la revista de filosofa Minerva, donde se publicaron artculos de varios de los pensadores ms
prestigiosos de Latinoamrica. El propio Bunge escribi varios artculos para la revista, que dur un
ao. Uno de esos artculos, Qu es la epistemologa?, es quizs el primer artculo de filosofa de la
ciencia escrito en castellano.
En 1952 Bunge public su primer artculo en ingls, What is Chance?, donde propona una
interpretacin objetiva del clculo de probabilidades y afirmaba que lo que a un nivel ontolgico era
azar, poda ser causalidad en otro. Durante la segunda mitad de los aos 1950 Bunge, ahora profesor
de fsica en la Universidad de La Plata y de fsica y filosofa en la de Buenos Aires, continu
publicando artculos de temas diversos de epistemologa y ontologa en revistas de habla inglesa. En
1959 aparece su libro Causality, publicado por Harvard University Press y re-editado en forma revisada
por Dover en 1979. En 1963 deja Argentina definitivamente y viaja primero a Estados Unidos y luego
a Alemania con una beca Humboldt. En Freiburg completa su impresionante Foundations of Physics,
libro riguroso y singular, an hoy no superado en su especialidad. En el captulo 2 de esa obra feliz
Bunge traza un programa de filosofa cientfica al que luego se dedicar en forma exhaustiva por casi 20
aos. Foundations of Physics ve la luz en 1967. Ese mismo ao aparece su tratado Scientific Research, en
dos volmenes. Ese libro, editado luego en castellano, se transformara en un clsico en el mundo
hispanoparlante.
A comienzos de los aos 1970, ya establecido como profesor en McGill University en Montreal,
Canad (a donde lleg en 1966), Bunge se impone desarrollar un sistema completo de filosofa que
incluya desde la semntica hasta la tica. Se propone construir una filosofa cientfica, sistmica,
materialista y realista, y se aboca a resolver problemas filosficos concretos con herramientas formales y
exactas. El resultado fue el monumental Treatise of Basic Philosophy, publicado entre 1974 y 1989 por
Reidel (ahora Kluwer) en 8 tomos y 9 volmenes. En este siglo esta obra est siendo traducida al
castellano por Rafael Gonzlez del Solar para la editorial espaola Gedisa. El Treatise es uno de los
grandes hitos filosficos del siglo XX. Desde la Ilustracin que no se vea en Occidente un
emprendimiento filosfico de tal envergadura. Bunge luego completara y actualizara esta obra
asombrosa con una serie de libros complementarios publicados en la primera dcada del nuevo siglo.
Los ms importantes de stos son Emergence and Convergence, Chasing Reality y Mind and Matter.
Luego de completar su tratado, Bunge se dedic durante ms de 10 aos al estudio de los
fundamentos y las implicaciones filosficas de las ciencias sociales. Entre sus libros en este tema, se
destacan Finding Philosophy in Social Sciences y Social Science under Debate, libros polmicos y estimulantes.
Public, asimismo, una gran cantidad de artculos sobre ciencias sociales durante esa dcada.
Bunge no slo ha descollado en producir vastos anlisis de grande reas de la filosofa, sino que ha
sido un incansable filsofo de ciencias especiales, habiendo publicado extensamente sobre filosofa de
la fsica, de la mente, de la psicologa, de la economa, de las matemticas, as como sobre
pseudociencia e ideologa.
En aos recientes ha incursionado en filosofa prctica y poltica con sus obras Medical Philosophy y
Political Philosophy. Actualmente, a los 97 aos, se encuentra trabajando sobre aspectos filosficos de la
prctica cientfica.
A lo largo de ms de 70 aos de actividad acadmica Mario Bunge ha producido una obra de ms
de 80 volmenes y cientos de artculos que no tiene precedentes en el panorama filosfico
contemporneo. Ningn otro filsofo de origen hispnico ha tenido una repercusin similar a la suya.
Y sin embargo, en el mundo anglosajn su obra es relativamente ignorada. La razn, nos atrevemos a
conjeturar, es doble. Por un lado, Bunge es una personalidad polmica que no se calla las crticas, lo
cual muchas veces es recibido con desagrado en mbitos acadmicos no habituados al debate cientfico.
Por otro, la amplitud y profundidad del trabajo de Bunge, as como su tendencia a tratar de problemas
filosficos sin preocuparse por las modas pasajeras, hacen que su obra no sea del paladar de los
filsofos analticos contemporneos, ms proclives a la ultra-especializacin y a ignorar la ciencia en
funcin de los juegos lgicos y semnticos.
Imagen de Mario Bunge | 5

Es posible que una completa apreciacin de la obra de Mario Bunge deba esperar an mucho
tiempo. Su trabajo no es para el lector casual o para quien teme adentrarse en terrenos difciles.
Tampoco para quien, preocupado por los temas de moda, evita plantearse preguntas fundamentales.
Sin embargo, como todo lo que es compatible con la ciencia, su obra terminar imponindose. No es
de extraar que sean precisamente los cientficos los primeros en reconocer su extraordinaria
importancia. Una gran edicin crtica de sus obras es an una terea esencialy pendiente.
Podramos concluir aqu esta resea de la extraordinaria creatividad, importancia y rigor de Mario
Bunge como filsofo, en la que su paso previo por la ciencia tuvo un papel esencial (y qu papel!: no
abundan en el mundo los estudiantes de doctorado residentes en un pas lejano y sin tradicin
cientfica que publican un artculo en Nature o Physical Review, y como nico autor!) y habramos
dejado en claro por qu se destaca tanto. Pero vale la pena analizar el contexto argentino en el cual se
form, y en cual participa pese a que hace ms de cincuenta aos que no reside en el pas, para
describir no slo la extraordinaria fuerza de voluntad que llev a un autodidacta en filosofa a ser
conocido y respetado en el mundo acadmico internacional antes de radicarse en el primer mundo,
sino tambin el compromiso que siempre tuvo con su poca y su sociedad.
En 1938, siendo un flamante estudiante de fsica en la Universidad de La Plata, Bunge cre la
Universidad Obrera Argentina (OUA), que daba clases a obreros sindicalizados. Independientemente
de que, en algn sentido, la UOA puede considerarse un antecedente de la Universidad Obrera
Nacional, institucin oficial creada durante el gobierno de Pern con el objeto de formar ingenieros
surgidos de la clase obrera que subsiste, con el nombre de Universidad Tecnolgica Nacional, pero
convertida en una universidad normal, diferenciada de las otras universidades nacionales solamente
por el hecho de que su estructura administrativa es distinta, con facultades distribuidas por todo el
pas el esfuerzo de Bunge, ayudado por algunos amigos, de dar clases a nivel universitario a obreros (y
de llevar adelante toda la gestin administrativa y contable, adems de afrontar personalmente
erogaciones no desdeables) fue realmente notable. A pesar de la desconfianza y vigilancia policial (en
esa poca Bunge era un marxista confeso) en la UOA dieron clases personalidades relevantes (o de
futura relevancia) como Arturo Frondizi, que lleg a Presidente de la Nacin, y Juan Atilio Bramuglia,
que fue Ministro de Relaciones Exteriores durante la primera presidencia de Pern. Bunge renunci a
la direccin de la UOA en agosto de 1943, debido a la muerte de su padre, y la UOA lo sobrevivi
muy poco tiempo: a fin de ese ao la dictadura militar que haba destituido al presidente conservador
(fraudulento) Ramn Castillo en junio de 1943 disolvi la UOA y la polica allan su local y se rob
todo, como lo relata en sus memorias (Bunge, 2014b). La UOA tena en esa poca ms de mil
alumnos, lo cual indica el xito que haba obtenido. Y todo esto siendo Bunge simultneamente
estudiante universitario y debiendo mantener una familia (ya estaba casado y tena dos hijos pequeos
cuando cerr la OUA).
Estudiante de grado y luego de doctorado, trabajando de lo que pudiere (con muchas puertas
cerradas, pues ya estaba fichado como comunista por la dictadura militar) se las arregl tambin para
editar y administrar la ya mencionada revista de filosofa Minerva, para la cual adems escribi varios
artculos. Minerva lleg a publicar seis nmeros (Horacio Tarcus logr recuperar la coleccin, que est
archivada en el Centro de Documentacin e Investigacin de la Cultura de Izquierdas en Argentina,
CEDINCI; es posible que haya otra coleccin en algn archivo de la Polica Federal). Pero al trmino
de la agotadora aventura de Minerva, ganndose la vida esencialmente dando clases particulares (con un
cargo de auxiliar docente en fsica en Buenos Aires desde septiembre de 1948 hasta marzo de 1953, en
que su contrato no fue renovado debido al menos as lo supone l a que se neg a que le
descontaran el 10% de su sueldo para la Fundacin Eva Pern o a que no se afili al Partido
Peronista), sumamente aislado (al disentir con el Partido Comunista muchos de sus militantes tambin
le hicieron el vaco), con un director de tesis radicado en Crdoba y en esa poca no haba Internet
para tener comunicacin instantnea e incluso con un corto perodo detenido por la polica y una
breve interrupcin de su relacin estudiante-director con Beck, felizmente superada, pudo defender su
tesis de doctorado, lo cual, como l comenta en sus memorias, al principio no le sirvi para conseguir
trabajo, al no gozar de los favores del gobierno. Sobrevivi mediante alumnos particulares, alguna beca
6 | Gustavo E. Romero y Pablo M. Jacovkis

y estadas cortas en Brasil, Bolivia y Chile. Y fue justamente durante el gobierno de Pern, antes de su
derrocamiento en 1955, cuando Bunge form parte de uno de esos tpicos grupos de estudio que se
armaban entre intelectuales que tenan el acceso vedado a la universidad; en este caso, el grupo (el
Crculo Filosfico de Buenos Aires) fue particularmente brillante e interdisciplinario: sus integrantes
eran, aparte del propio Bunge, el matemtico Manuel Sadosky, figura seera y uno de los padres
fundadores de la informtica en Argentina; Gregorio Weinberg, hombre de la cultura y humanista;
Hernn Rodrguez Campoamor, quien tradujo al castellano varios libros de Bunge; Federico Pipo
Westerkamp, fsico; Hersch Coco Gerschenfeld, neurobilogo de nivel internacional; y Enrique
Mathov, mdico. Bunge indica en el prlogo de Causality que el contenido de dicho libro haba sido
discutido en 1954 por los entonces integrantes del Crculo (todos los mencionados, con excepcin de
Gerschenfeld), lo cual da una idea de la calidad de las discusiones (y de los discutidores). De los
participantes mencionados, Bunge termin radicado en Montreal, Rodrguez Campoamor en Nueva
York y Ginebra, y Gerschenfeld en Pars; esas emigraciones son una pequea muestra del costo
intelectual para Argentina de sus avatares polticos.
A la cada de Pern, derrocado por un golpe militar en 1955 en el contexto de una sociedad
terriblemente polarizada entre sus partidarios y sus enemigos, se produjo un hecho nico en la larga y
lamentable historia de los golpes militares en Argentina: dado que la mayor parte de los estudiantes
universitarios, y numerosos intelectuales y acadmicos, eran manifiestamente antiperonistas, las nuevas
autoridades universitarias integraron las ctedras de las universidades con prestigiosos acadmicos y
jvenes intelectuales que, o bien haban sido echados de la universidad durante el gobierno anterior, o
bien directamente nunca haban podido acceder a cargos para los cuales estaban perfectamente
capacitados. Entre ellos, por supuesto, Mario Bunge. De alguna manera Bunge reparti al principio su
actividad acadmica en la Universidad de Buenos Aires entre sus dos amores: la fsica y la filosofa,
mediante cargos de profesor en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y la Facultad de Filosofa y
Letras, respectivamente. En 1958 decidi priorizar uno de los dos amores, el de la filosofa, y se qued
con un cargo de profesor con dedicacin exclusiva en Filosofa y Letras. Su estilo era excesivamente
frontal para la cultura imperante en dicha facultad en el rea de filosofa; adems, pocos meses despus
del derrocamiento mediante un golpe militar del presidente Arturo Frondizi se produjo un sangriento
enfrentamiento entre dos fracciones de las Fuerzas Armadas, que eran los verdaderos dueos del poder
en el pas, el cual gobernaban a travs del presidente interino Jos Mara Guido, que dependa
absolutamente de ellas (adems, el Congreso haba sido disuelto y las provincias intervenidas). Tanto la
situacin profesional de Bunge como la situacin poltica del pas lo llevaron a tomar la decisin de
radicarse en el exterior con Marta Cavallo, su segunda esposa, a principios de 1963; y desde 1966
residen ininterrumpidamente, como ya se mencion (salvo un breve perodo en Mxico), en Montreal,
donde actualmente ambos son profesores emritos, Mario de filosofa y Marta de matemticas, en
McGill University.
Sin embargo, si bien Bunge vive fuera de Argentina desde hace ms de medio siglo, nunca se
desentendi de los problemas de su pas, y sus opiniones e intervenciones escritas y orales, siempre
polmicas, tanto sobre poltica como sobre temas acadmicos, son un aporte enriquecedor en las reas
en las cuales se insertan. En algunos casos, sus opiniones, por escrito o a travs de reportajes, se
circunscriben a la Argentina, como en su artculo de Ciencia Nueva (Bunge, 1972a), que provoc
fuertes discusiones (Ciencia Nueva fue durante el perodo en que se public 1970-1974 una muy
interesante y valiosa fuente de discusiones sobre ciencia y poltica, en particular de Argentina), y en
otros casos se refiere a la actualidad en general, en particular la realidad latinoamericana, como en su
valioso artculo sobre la investigacin cientfica en los pases en desarrollo (Bunge, 1968c) reproducido
despus parcialmente en una compilacin de Jorge Sabato.
En los ltimos aos, con una vitalidad extraordinaria, Bunge comenz a los noventa aos! a
coordinar (y participar activamente en) un seminario de filosofa de la ciencia en la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, seminario que se ofreci
ininterrumpidamente durante un mes entre 2010 y 2015, con un xito notable. Es decir, con Bunge
pasando un mes en Buenos Aires cada uno de esos aos como profesor visitante de dicha facultad. Es
Imagen de Mario Bunge | 7

realmente admirable no slo verlo exponer, sino instando a los asistentes a que le hagan preguntas, a
fin de contestarlas, rebatirlas o aceptarlas.
Por ltimo, como puede observarse perfectamente en la bibliografa de sus obras indicada ms
abajo, dos caractersticas de Bunge llaman la atencin: por un lado, casi toda su obra es producto
individual de l: hay muy pocos trabajos en colaboracin, y cuando los hay, en general, no son sobre
los temas acadmicos en los cuales est interesado sino sobre temas polticos o ms generales (sobre los
cuales, por supuesto, tambin est interesado). Y, por otro lado, que desde muy joven decidi jugar en
primera: recordemos las ya mencionadas contribuciones a Nature y a Physical Review. En los aos 1950
vendran The Americal Journal of Physics, The Bristish Journal for the Philosophy of Science y muchos ms.
Bunge no solamente tena desde muy joven ideas propias originales, sino que era plenamente
consciente de su valor y, a diferencia de muchos cientficos de pases subdesarrollados que no se
animan a enviar sus trabajos a revistas importantes internacionales sin el apoyo y la animacin de
alguna figura muy respetada, estaba dispuesto desde temprano a competir en la arena internacional. Y
lo hizo. Y triunf.

Bibliografa bsica de Mario Bunge

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The Concept of Existence in Mathematics
El concepto de existencia en matemticas
Pablo M. Jacovkis

Resumen
Afirmamos que, desde un punto de vista pragmtico, los matemticos tratan los objetos matemticos como si fueran
reales. Si una teora es consistente, los teoremas se descubren (a veces con anlisis no necesariamente diferentes de los
aplicados en ciencias naturales) y las demostraciones se inventan; la tecnologa moderna no puede existir sin aceptar la
ley del tercero excluido; una demostracin constructiva puede suministrar nuevas ideas o mtodos pero, desde el
punto de vista matemtico, una demostracin no constructiva es tan slida como una constructiva. En consecuencia,
ningn matemtico, puro o aplicado, prescinde del axioma de eleccin; por otra parte, aunque segn se acepte o no la
hiptesis del continuo pueden aparecer distintos teoremas y objetos, no existe al menos hasta ahora ningn teorema
importante aplicable al mundo real que dependa de aceptar o no dicha hiptesis. Los objetos matemticos construidos
por matemticos aplicados son a menudo tan tiles como los objetos fsicos, incluso aquellos objetos que fueron
creados mediante mtodos computacionales o probabilsticos.
Palabras clave: existencia matemtica - descubrimiento matemtico - invencin matemtica

Abstract
We assert that, from a pragmatic point of view, mathematicians treat mathematical objects as if they were real. If a
theory is consistent, theorems are discovered (sometimes with analyses not necessarily different from those applied in
sciences) and proofs are invented; modern technology cannot exist without accepting the law of excluded middle; a
constructive proof may provide new ideas or methods but, from a mathematical point of view, a non-constructive proof
is as sound as a constructive one. Accordingly, no mathematician, pure or applied, gets by without the axiom of choice;
on the other hand, although different theorems and objects may appear depending on the acceptance or not of the
continuum hypothesis, no important theorem applicable to the real world exists at least until now which depends
on accepting or not this hypothesis. Mathematical objects built by applied mathematicians are often as useful as
physical objects, even those objects created via computer-assisted or probabilistic methods.
Keywords: mathematical existence - mathematical discovery - mathematical invention

Recibido: 16 de Febrero 2016. Aceptado con revisiones: 19 Septiembre 2016.

Universidad Nacional de Tres de Febrero y Universidad de Buenos Aires, Argentina. Para contactar al autor, por favor escribir a:
[email protected].
Metatheoria 7(2)(2017): 17-23. ISSN 1853-2322.
Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
18 | Pablo M. Jacovkis

1. Introduction
This work is focused from a pragmatic point of view, that is, we shall try to show and to exemplify how
an applied mathematician or a computer scientist, a physicist, an engineer or any specialist who uses
mathematics as a tool of his or her work consciously or unconsciously considers the mathematical
objects as real entities that exist, provided with concrete properties; in that sense, the concept of
existence is very similar to the notion of existence defined by Mario Bunge, for instance in Bunge
(1985). Anyway, there is a caveat; as Bunge very clearly explains in Bunge (1997), he discusses pure
mathematics, from the viewpoint of moderate mathematical fictionism; some of his assertions are very
clear in that sense: fictionism is [] quite true of pure mathematics (p. 51), pure mathematics is not
about the real world or about experience (p. 51), pure mathematics is ontologically neutral and, more
precisely, a great (though not arbitrary) fiction (p. 57), [p]ure mathematics, then, is not about
concrete or material things such as photons or societies. It is about conceptual or ideal objects (p. 59).
By the way, this was the idea that Cantor had of mathematical objects when he created the set
theory. In the first paragraph of his seminal work, Cantor (1895) says that by an aggregate we are to
understand any collection [] of definite and separate objects of our intuition or our thought (unsrer
Anschauung oder unseres Denkens). Therefore, as well as we define concrete and abstract nouns, we may
define real and conceptual objects. Furthermore, for most pure mathematicians, the situation is the
same: for the daily work in mathematics, pure or applied, the difference between real and conceptual
objects is vague, practically inexistent.
In mathematics as in the other sciences two powerful forces move research and researchers: on
the one hand, curiosity and thirst for knowledge a feeling that in a sense could be compared to the
famous answer of the great mountaineer George Mallory to the question Why climb Mount Everest?:
Because its there; on the other hand the wish to apply the results obtained. We adopt the point of
view of the applied mathematicians, that is, the mathematicians inspired by this second force. In the
end, mathematics is an incredibly powerful tool to solve concrete problems and except for issues with
philosophical or epistemological interest, or studies in foundations of mathematics, or for theories
introducing new potentially enriching approaches in the long run the filter which separates lively
from dying theories is their usefulness. Even the theory of numbers, originally studied only because of
its fascination, is now (to the despair of G. H. Hardy, if he were alive) crucial in cryptography. And
among the branches of mathematics currently studied without a potentially clear application, it
remains to be seen which of them will survive in the future. Kolmogorovs theory of probability is
stunningly beautiful but, had it not been so useful, it would have been abandoned long ago.

2. Discovery and invention


Let us assume that all the theories which we discuss are consistent, including those whose consistency
has not been proved. For, if a theory is inconsistent, and leads to contradictions, no mathematical
object exists in it. And we assume, besides, that the law of excluded middle holds, and our approach is
not constructivist, in the sense that knowing that a mathematical object exists does not mean that we
can show or locate it. Given that all modern technology is influenced by computer science, it is worth
remembering that the conjunction between logic based in the law of excluded middle and electrical
engineering permitted the creation of modern electronic computers: the outstanding Shannon (1940)
dissertation where he established the correspondence between propositional logic and electric circuits
is clear: electrons flow in an electric circuit depending on the truthfulness of falsehood of a
proposition. (This does not mean that one should abandon other logics, as one does not abandon non-
Euclidean geometries: in other contexts they may be useful.)
As a first approximation, then, when a (consistent) mathematical theory is formulated, all the
theorems deducible from it are automatically established. The task of the mathematician consists in
discovering these theorems, not in inventing them. A shorter, more elegant, proof may be invented;
but the theorem exists independently of the proof. Anyway, this division is perhaps too categorical:
The Concept of Existence in Mathematics | 19

Gowers (2011), when analysing whether mathematics is discovered or invented and, more generally,
when analysing the concept of discovery and the concept of invention , defines a more diffuse
boundary between what is discovered and what is invented in mathematics: essentially, he says, the
feature that distinguishes what is invented from what is discovered is the control that we have over
what is produced.
Of course, no mathematician formulates a new theory to see what happens. When a new theory
is created, its creators have in mind what the theory is useful for, or that the theory is necessary to
demonstrate some results whose intuitive idea they already have conceived, and formalization is
necessary. And along the process of proving theorems new mathematical objects are being created,
which (conceptually) exist. As a matter of fact, those objects, although without material existence, are
not comparable to the imaginary objects (or characters) created by, say, a writer: they are subject to very
strict conditions (some of them perhaps unknown to us). When the Banach spaces were created, they
could not have arbitrary characteristics. They had to behave in a certain way; we could not, with a
stroke of imagination, force them to have properties they cannot have; in fact, outstanding
mathematicians have investigated those spaces and discovered a lot of fascinating properties. Du
Sautoy (2011) tells that one of his proudest moments as a mathematician was constructing a new
symmetrical object whose subgroup structure is related to counting the number of solutions modulo p
of an elliptic curve. Although du Sautoy says that he did not build it physically, it is clear that the
object lives in the abstract world of mathematics (that is what du Sautoy says): for all practical
purposes (and du Sautoy is a pure mathematician), inside mathematics the object exists.

3. Constructive and non-constructive proofs


The proof of a theorem may be constructive, like the proof of the theorem of existence and unicity of
an ordinary differential equation under reasonable hypotheses, or may be non-constructive (for
instance, a proof by reductio ad absurdum), like the traditional proof that the square root of two is
irrational. Does the concept of existence depend on the type of demonstration used? According to the
criterion followed in this work, it does not.
Why? During many centuries any proof of the irrationality of the square root of two was by
reductio ad absurdum. Nevertheless, that non-constructive proof allows us to claim that the set of
irrational numbers is non-void, and so to affirm (non-constructively) that this set exists. Interestingly,
nobody can work efficiently in mathematics without accepting the existence of the real numbers (the
rational plus the irrational) as a non-countable set, although only a countable subset of it may be
exhibited (the rational, the algebraic, and some transcendental numbers). Of course a constructive
proof is often better in the sense that it is more directly useful to have an object of flesh and blood
(for instance, the constructive proof of the theory of existence and unicity of a solution of an ordinary
differential equation suggests the explicit Euler method for its numerical solution), but that does not
mean that something obtained by means of a non-constructive proof exists less than something
obtained by means of a constructive proof. By the way, objects created with non-constructive proofs
existed often before the corresponding constructive proofs, and sometimes no constructive proof of a
theorem has yet been found; for instance, no constructive proof exists of the fact that (l)* contains
properly l1.
Besides, non-constructive proofs may be useful in a constructive way for other reasons: suppose
that by means of a non-constructive proof the existence and unicity of the solution of a general
problem are guaranteed, and suppose that in a particular case a numerical solution approximates a
solution: we know that that solution is the solution searched, because we know (thanks to the non-
constructive proof) that the solution is unique.
With this approach, the situation is not particularly different to the situation of the professor
who, in front of his or her students, asserts that one of them has more hairs than the others; obviously,
no one can know who this student is. Or to the situation of the observer of a demonstration in which
20 | Pablo M. Jacovkis

500,000 citizens have participated, who says that there exists one demonstrator who has more hairs
than the others. Although for the mathematical object built with a non-constructive proof the
impossibility of exhibiting it is absolute, and for the examples with hair the impossibility is technical,
in fact the boundary between both is diffuse: it does not seem likely (at least in a not too distant future)
that we find the way (and the necessity) of computing exactly the number of hairs of a crowd of
500,000
Besides, from our pragmatic point-of-view, for instance Maheara (1984) invented an extremely
clear and elegant non-constructive proof of the Jordan curve theorem. Assuming that no constructive
proofs could be found of this theorem, probably no mathematician would be willing to get by without
this theorem. And, more generally, mathematics would be much poorer without using the axiom of
choice, which is non-constructive.

4. Completeness and independence


Now, from Gdels incompleteness theorem we know that in the underlying theory there are
propositions p that are true (or their negations ~p are true) but that cannot be proved with the tools of
the theory. For instance, if Andrew Wiles had not proved Fermats last theorem, it is possible that
some mathematicians would have begun to think that perhaps that theorem were a concrete example
of Gdels theorem: that the theorem were true (or false) but the theory needed to be reinforced to
be able to find a proof. This situation happens with many conjectures. For instance, with the
Goldbachs conjecture: every integer greater than two can be expressed as the sum of two primes. We
are sure that the conjecture is true or false, but perhaps we cannot prove its truthfulness or falsehood
inside the theory.
Other situation is also possible: that a proposition is independent of the rest of the theory, and
the proposition (or some variant of its negation) may be incorporated to the theory as a new axiom, so
that the broadened theory continues being consistent. That is what happened, of course, with
geometry and Euclids fifth postulate: if we do not accept it, we have a non-Euclidean geometry instead
of the traditional Euclidean one. And that is what happens with the axiom of choice and with the
continuum hypothesis.
Regarding the axiom of choice, there are no practical problems: except the constructivists, all
mathematicians accept it, because the mathematics obtained including it is so much richer than the
mathematics obtained without accepting it, that it is almost impossible to resist the temptation of using
it, that is, of creating mathematical objects that exist only thanks to the axiom of choice or some of its
equivalent propositions, such as Zorns lemma. With the Zermelo-Fraenkel set theory plus the axiom of
choice (the ZFC set theory) the mathematical theories built are not only extraordinarily beautiful and
rich, but also extraordinarily useful and applicable. Elegance and pragmatism go hand in hand.
But with the continuum hypothesis (CH), the situation is more ambiguous. Since Paul Cohen
showed that CH is independent of the ZFC theory, we may accept CH, and then we have a theory,
with its theorems and its objects, or may not accept it, having then new theories with their theorems
and their new existing objects (among them, of course, a set whose cardinality is greater than 0 and
less than c). But, until now, no important theorems applicable to the real world exist which depend on
accepting or not CH. Anyway, be they useful or not, be they important or not, different theorems exist
accepting or not CH, and the mathematical objects created exist (conceptually). This commentary,
naturally, does not underestimate the enormous importance of the studies and analysis of CH in the
foundations of mathematics. Simply, until now, real life mathematical models do not take into account
whether this hypothesis holds or does not hold, but nothing forbids that, in the future, important and
useful models may appear based in CH or in some variant of its negation.
We may claim that this discussion is posed for objects whose cardinality is infinity, due to the fact
that all is (or seems) simpler with finite objects. But, on the one hand, the sets of natural and real
The Concept of Existence in Mathematics | 21

numbers are infinite objects which we accept unreservedly; and, on the other hand, the Fischer-Griess
monster, the finite group M with
246 320 59 76 112 133 17 19 23 29 31 41 47 59 71
= 808017424794512875886459904961710757005754368000000000
= 808,017,424,794,512,875,886,459,904,961,710,757,005,754,368.000,000,000
81053
elements, is probably much more difficult to visualise mentally, except for some specialist in finite
groups, than the real numbers.
It is interesting to comment, with regard to the Fischer-Griess monster, that Borcherds (2002) says
that [t]he monster was originally predicted to exist by B. Fischer and by R. L. Griess in the early
1970s. Griess constructed it a few years later in an extraordinary tour de force and Wikipedia
(https://en.wikipedia.org/wiki/Monster_group) remarks that Fischer, Conway, Norton and
Thompson discovered other groups as subquotients. Wikipedia employs the verb discover: the
groups were there, it was necessary simply to find them; the construction by Griess seems more a
discovery than an invention. And regarding the prediction of its existence, it would be worth analyzing
in detail whether there is any difference between the reasoning leading to its prediction, and then to
its exhibition, and the reasoning leading to the prediction, and then to the localization, of the planet
Neptune.

5. Existence in applied mathematics


Focusing now our interest specifically in applied mathematics, we may mention the Lax equivalence
theorem: for a consistent finite difference method for solving a well-posed linear initial value problem
of partial differential equations, the method is convergent if and only if it is stable (Lax and Richtmyer,
1956). Laxs proof has a non-constructive part. No applied mathematician stopped using (and using
successfully) the theorem due to the non-constructive part.
Furthermore, one of the most attractive areas of applied mathematics is, in the field of numerical
solution of partial differential equations, the finite element theory, due to its elegant theoretical basis
as well as to its powerful applications. And, according to the type of numerical problem to solve,
different finite elements are invented: the Argyris triangular elements, the Lagrange elements, the
Hermite elements, the Morley elements; quadrangular finite elements, and so on. Each finite element
invented, or constructed, is a mathematical object, and so it is real (conceptually); when one runs on a
computer a (correct) program including the finite element (correctly) chosen, the program gives back
exactly what it should, with exactly the accuracy required.

6. Experimental mathematics
In their 1953 seminal work (Fermi et al., 1955), Fermi, Pasta, Ulam and Tsingou performed numerical
simulations with a system of near-neighbour coupled equations, which included weak nonlinear
quadratic or cubic terms, simulating vibrating strings. They observed that, contrary to the
thermalization that intuition suggested, the computer results showed a very complicated quasi-periodic
behaviour. Some years later, this strange phenomenon could be related to the soliton theory and the
Korteweg-de Vries equation (Zabusky & Kruskal, 1965). That is, it was possible to associate the
existence of a mathematical object (the already known Korteweg-de Vries equation) to a physical
phenomenon observed for the first time by the computer (in silico). Similarly, many years later, the
Feigenbaum constant that appears in chaos theory was detected, as if it were a physical object, before its
existence could be mathematically proved. In fact, Feigenbaum (1979) found this constant in 1976 and
Landford (1982) invented a computer-assisted proof to show that it was indeed a constant. And it is
not yet known whether Feigenbaum constant is a transcendental number or not. But it is clear that
22 | Pablo M. Jacovkis

either it is transcendental or not; somebody will discover that the constant is transcendental, or that
it is not transcendental.

7. Probability of existence
An additional discussion deserves the following case: Glimm (1965) proved that, under certain
conditions, for a system of hyperbolic conservation laws it is possible to construct, by means of a
probabilistic algorithm, a succession of approximate solutions which converge, with probability one, to
the only theoretical solution of the system. That is, the solution of the system exists, and is unique,
with probability one. What assurance we have then of the actual existence (in the conceptual sense) of
this solution? In other words, when we are working with a particular system of hyperbolic conservation
laws, and we want to be sure that the solution exists and is unique, how do we know that we have not
had bad luck and the system belongs to the set (of probability zero) without solution? In practice, this
alternative does not happen: using Glimms theorem Chorin (1976) designed a probabilistic numerical
method (the random choice method) to solve nonlinear hyperbolic systems of conservation laws, and
the method works and is applied.

8. Conclusion
Summing up: focusing the discussion about the existence of mathematical objects from a pragmatic
point of view, point of view which is adopted by any mathematician who works in problems of physical
(or economic, or social) reality, mathematical objects may be treated as very concrete objects, whose
existence and properties are guaranteed. In many senses objects not totally known may be studied as if
the mathematician were an explorer. Most pure mathematicians, and all applied mathematicians, are
Platonic, like it or not.

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Initial States, Physical Review Letters 15(6): 240-243.
Truth and Relevancy
Verdad y relevancia
Gustavo E. Romero

Resumen
Hay varios tipos de verdades. En este artculo me centro en las verdades semnticas, y dentro de estas en las fcticas.
Estas verdades se atribuyen a enunciados. Repasar la teora de la verdad de Bunge y discutir algunos problemas que
la misma presenta. Sugerir que una teora de la verdad de los enunciados fcticos debe ser complementada con una
teora de la relevancia, y propondr los postulados bsicos de la misma. Finalmente, discutir brevemente la naturaleza
de las proposiciones y el problema de la verdad en las teoras cientficas a la luz de las consideraciones semnticas
presentadas.
Palabras clave: semntica - Bunge - ciencia - verdad - relevancia

Abstract
There are several types of truths. In this paper I focus on semantic truths, and within these on factual truths. These
truths are attributed to statements. I review the theory of the truth proposed by Bunge and discuss some problems that
it presents. I suggest that a theory of truth of factual statements should be complemented by a theory of relevance, and
propose the basic tenets of it. Finally, I briefly discuss the nature of propositions and the problem of scientific truth in
the light of the presented semantic theory.
Keywords: semantics - Bunge - science - truth - relevancy

Recibido: 16 de Febrero 2016. Aceptado con revisiones: 19 Septiembre 2016.

Instituto Argentino de Radioastronoma (IAR, CONICET), C.C. No. 5, 1894 Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina. Para contactar al
autor, por favor, escribir a: [email protected].
Metatheoria 7(2)(2017): 25-30. ISSN 1853-2322.
Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
26 | Gustavo E. Romero

1. Introduction
Truth is a polysemic word. We can differentiate at least two kinds of truths: ontological and
semantic. Ontological truth is the adequacy of thought to reality. More specifically is a matching of the
processes in the brain of a knowing subject to processes in the world. The latter are series of changes
that can occur either in the physical environment or in the body, including the brain itself.
Ontological truth is then a fact-to-fact correspondence, and should be studied by science, in particular
by the neurosciences. Semantic truth, on the contrary, is the adequacy of a conceptual object such as a
proposition to reality. A proposition asserting the occurrence of an event e is said to be true if e
happens. Semantic truth is attributed to propositions according to some theory of truth. Truth is not a
property of the proposition if the proposition is factual: there is no analysis of the proposition alone
that might reveal whether it is true or not.
Since we can separate propositions into formal (i.e. those of logic and mathematics) and factual
ones (i.e. those that refer to facts), semantic truths can also be divided into formal and factual ones.
The elucidation of the concept and criterion of semantic truth corresponds to philosophical
semantics. A truth criterion should specify a truth valuation function that maps propositions into truth-
values. This function is a partial function since not all propositions have truth-value. It should be
reminded that we are those who attribute values to propositions; so, if we do not do the ascription, the
propositions remain neither true nor false. Examples of propositions that lack of truth-value are non-
tested hypotheses, undecidable propositions in some formal systems, and untestable propositions such
as propositions about singular events inside black holes (e.g. Dr. Spock smiled after crossing the event
horizon). Note that the same proposition might have truth value for some individuals while not
having a definite value for others (as it is the case with the above proposition about Spock: for the
people falling along with Spock into the black hole, if any, the proposition has a well-defined truth
value; for those remaining outside the event horizon it is impossible to assign a truth value to the
proposition).
In short: truth and falsity are not intrinsic properties to factual propositions, but attributes assigned
to then on the basis of some evidence.
There is no reason to maintain that there is only one theory of truth that can succeed. If formal
and factual truths are of different nature, then we can expect that different theories might apply to
formal and factual propositions. In what follows, I present theories for formal and factual truth. Most
of what I have to say is based on Bunge (1974a, b) and Bunge (2012), whose work I review and expand.
I refer those readers interested in other theories to the current literature. Particularly useful reviews
with updated references are given by Mosteller (2014), Burgess and Burgess (2011), and Kirkham
(1995). Those interested in degrees of truth will find some outstanding material in Smith (2008).

2. Formal truth
Let L be some formal system and p a proposition of L. We say that the truth-value VL(p) of p in L is 1 iff
p is a theorem in L: L p. An abstract formula (x) in L has truth value 1 in L iff there is a model of
(x).
If a formal proposition or formula has truth-value 1, we say that they are true in L. If a formal
proposition or an abstract formula is not true we say that they are false in L and we assign them truth-
value 0. Examples:
The proposition 3+5=8 is true in arithmetic of integer numbers.
The formula AB - BC = 0 is true in the arithmetic of integer numbers, but not in the
arithmetic of matrices.
Truth and Relevancy | 27

The function VL(p): {0, 1} assign values of 0 or 1 to the set L of decidable propositions of L.
Notice that undecidable propositions do not have truth value in L, although they might be true or false
in a different formal system L'.
In short, formal truth equals either satisfiability or theoremhood. This is essentially Tarski's theory
of truth, which is considered sometimes as a theory of correspondence. Actually, it is a theory for the
satisfiability of propositions in formal languages.

3. Factual truth
Factual truth is an attribute of propositions concerning facts. We assign a truth-value to a proposition p
on the strength of empirical tests such as a run of observations. The assignment is done through a new
proposition in the metalanguage: p has a truth value VE(p) with respect to evidence E. The truth-values
can change if the evidence changes. The evidence E is formed by a set of propositions that express
empirical determinations of some property M whose value according to p is . Then
EM = e + ,
where e is the measured value of M and is the corresponding error. Then, p is true with evidence E if
| - e | <
If we have two different pieces of evidence E and E we should assign a truth value with the strength
corresponding to the evidence of smaller error.
Total truth is rarely known in science. Hence it is desirable to introduce a truth valuation function
admitting truth-values others than 0 and 1. We adopt a valuation function of partial truth V: P [0,1]
that applies a set of propositions to the unit real interval.
The function V is determined by the following postulates (Bunge 2012):

A1- If p is a quantitative proposition that has been found to be true with the relative error
, then V(p) = 1 - .
Example: p = Blumina is 9 years old'. The actual age is, say, 10 years old.
Then = 1/10 and V(p) = 9/10.

A2- If p q for some q, V(p) = 0 iff V(p) = 1 and V(p) = 1 iff V(p) < 1. If p = q for
some q V(p) = V(q).

A3- For any two propositions p and q, if p q, then V(p) = V(q).


A4- If p q, then
V(p q) = [V(p) + V(q)]/2,
and if p = q, then V(p q) = 0.
This can be generalised to any number of propositions pi, i = 1, 2,, n:
1
V (=1 I ) = ni=1 V(pi) .
As I discuss below, this is correct only if all propositions have the same relevancy.

A5- For any two propositions p and q, such as p q:


V(p q) = max {V(p), V(q)}.
Otherwise, V(p q) = V(q q) = 1.
28 | Gustavo E. Romero

Notice that in the proposed system meaning precedes test since only when we understand a
proposition we can test it. In turn, the result of a test leads to an assignation of truth-value. Hence,
truth depends on meaning and not the other way around (Bunge 1974b).

4. Relevancy
The theory of factual truth outlined above was developed by Bunge (2010, 2012). It is not free of
problems. Let us come back to the example we used to illustrate the axiom A1: p = Blumina is 9 years
old. If Blumina is actually 10, this statement about the age of Blumina has truth-value of 0.9, i.e. it is
approximately true. Let us now consider the following statement, which is almost false: Blumina is 1
year old. Its truth-value is 0.1. On the contrary, the statement Blumina is younger than the age of the
solar system is completely true, with a value V = 1. The statement is also completely irrelevant to solve
the issue of the age of Blumina, despite it refers to Blumina and her age. We can now draw upon A4 to
arrive at some awkward results.
If p0 = Blumina is 1 year old, p1 = Blumina is younger than the solar system plus 1 second, p2 =
Blumina is younger than the solar system plus 1/2 seconds,, pn = Blumina is younger than the
solar system + 1/n seconds, then we have V(p0) = 0.1, and V(pi) = 1, i = 1,, n. Thus:
()
V(=0 ) = =0 +1
,

and,
( )
V(
=0 ) = lim =0 +1
= 0 + lim = 1.
+1

Therefore, the value of the molecular statement is 1, i.e. it is true despite p0 was false.
With a relevant false statement and a large number of irrelevant true statements we have
constructed a true statement. All statements have the same reference.
This result suggests that we should take into account the relevancy of the different statements when
we are evaluating their contribution to a specific problem.
To this goal I define a relevancy bi-valued function Rel: P {0,1}. Given a problem F, and a
statement p with the same reference as the problem, the relevancy function assigns a value 1 (relevant)
or 0 (irrelevant) to p according to:
1. If p expresses a sharp value , then Rel p =1.
2. If Rel p 1 then Rel p = 0.
Then, we can reformulate the postulate A4 as:
1
VF (=0 ) = =0 Rel . ( ).

So now VF is 0 in our example.


In principle we can propose a generalised relevancy function:
RelF : P [0,1].
This is a function that assigns to each statement a relevancy between 0 and 1 with respect to a problem
F. Its explicit form is not general but depends on the specific problematic and the sense of the various
statements.

5. Truth bearers and theories


When discussing the problem of truth, analytical philosophers use to distinguish two different
problems: the nature of truth bearers and the truth conditions. I have elaborated above about the truth
Truth and Relevancy | 29

conditions for both formal and factual truth. I shall now make some remarks on the objects to which
we attribute truth values.
Ontological truth is attributed to thoughts and other processes in the brain. The brain is a physical
system that can undergo changes that correlate with changes in the external world or other parts of the
brain.
Semantic truth, conversely, is attributed to statements and propositions. I have used these two
words interchangeably, but now we will differentiate them.
A statement is an illocutionary act that expresses an assertive sentence. The statement is a physical
object, either a written sentence that express some state of affairs or an utterance. Now, different
statements can express the same fact. For instance, the following true statements share the same
meaning:
The show is white.
La nieve es blanca.
The colour of the snow is white.
All these statements refer to snow and all say the same: that it is white. Adopting a specific semantic
theory of meaning (Bunge 1974a, b), we can form a concept, a class, with all physical statements of
identical meaning. I call such a class a proposition:
p = {x: x Syn s},
where s is some concrete statement and Syn is the operation that assigns to s all its synonymous
statements s:
s Syn s R(s), S(s) = R(s), S(s),

where R and S are the reference and sense of s (Bunge 1974a).


A proposition is then an equivalence class of statements. Synonymy is the corresponding
equivalence relation.1
Notice that 1) p is a concept, not a physical object, 2) strictly, p can be defined only when sense and
reference can be consistently calculated, i.e. when s belongs to a formalised interpreted language or
theory, and 3) that this definition is not that proposed by Bunge (1974a,b), who considers propositions
as equivalence classes of thoughts. I do not follow Bunge because it is far from clear to me what is a
class of thoughts or which is the equivalence relation between thoughts.
Now, with our definition of proposition we can attribute truth to any statement, and the truth
value will be inherited by the corresponding propositions, since statements with the same meaning
have the same truth value.
x(x Syn s) V(x) = V(s).
Beliefs are psychological attitudes of attachment to some propositions or systems of propositions.
There is not direct link between the truth-value of propositions and that we might attribute to beliefs:
anybody can believe false statements and consider as false actually true propositions. The believing
brain should be studied by the neurosciences and not by philosophical semantic. Belief should not
have any place in neither science nor philosophy2.
Another important question is whether theories can be true. Theories are hypothetical-deductive
systems that are constructed to represent some aspect of reality (e.g. Bunge 1967). Any theory involves
an infinite number of statements, in the form of theorems entailed by the axioms plus some
complementary assumptions and conditions. Hence, it is not possible to establish the truth value of a

1
For an early attempt in this direction, see Russell (1940).
2
The reader can already foresee that I reject the usual definition of knowledge as true belief.
30 | Gustavo E. Romero

theory from the truth values of the entailed statements. Simply, there is no way to test all statements of
a theory since actual infinities do not exist, or, if they exist, supertasks are impossible (Romero 2014).
However, it is perfectly possible to determine whether some theory T is truer than other theory T that
refers to the same facts. We say that T is truer than T if the finite number of statements S of T has an
average truth value and a lower mean error than the corresponding set S of T. For example, Special
Relativity is truer than Newtonian mechanics and General Relativity is truer than Special Relativity
plus Newton's gravitation theory.

6. Conclusion
Summing up: only some brain processes and statements can be true, false, or something in between.
Propositions are constructs that inherit the truth value of the statements from which they are
abstracted.
A truth-value cannot be assigned to a theory or to a worldview. A theory, however, can be truer that
another. The same holds for worldviews. Science thrives for finding theories ever truer and more
relevant about the world and the problems it poses to us.

References

Bunge, M. (1967), Foundations of Physics, Berlin-Heidelberg: Springer.


Bunge, M. (1974a), Treatise on Basic Philosophy I. Sense and Reference, Dordrecht: Kluwer.
Bunge, M. (1974b), Treatise on Basic Philosophy II. Interpretation and Truth, Dordrecht: Kluwer.
Bunge, M. (2010), Mind and Matter, Heidelberg: Springer.
Bunge, M. (2012), The Correspondence Theory of Truth, Semiotica 188: 65-76.
Burgess, A.G. and J.P. Burgess (2013), Truth, Princeton: Princeton University Press.
Kirkham, R.L. (1995), Theories of Truth, Cambridge, MA: The MIT Press.
Mosteller, T.M. (2014), Theories of Truth, New York and London: Bloomsbury Academic.
Romero, G.E. (2014), The Collapse of Supertasks, Foundations of Science 19: 209-2016.
Russell, B. (1940), Inquiry into Meaning and Truth, New York: W.W. Norton.
Smith, N.J.J. (2008), Vagueness and Degrees of Truth, Oxford: Oxford University Press.
Sobre la relevancia de la tesis de Turing
On the Relevance of Turings Thesis
Aldana DAndrea

Resumen
En este artculo intentamos dar cuenta de la relevancia de la tesis de Turing sobre el concepto de clculo efectivo en
relacin con la tesis de Church sobre el mismo tema. Si bien ambas tesis son extensionalmente equivalentes y
proporcionan, por lo tanto, una misma solucin al Entscheidungsproblem de Hilbert, hay una especie de acuerdo en
considerar que la formulacin de Turing es la ms satisfactoria o la ms convincente. La pregunta es por qu se da tal
acuerdo. En respuesta a esta pregunta destacamos la complejidad del Entscheidungsproblem e indagamos en qu medida
las propuestas de Church y Turing captan dicha complejidad.
Palabras clave: tesis de Turing - clculo efectivo - Entscheidungsproblem

Abstract
In this paper we seek to explain the relevance of Turings thesis about the concept of effective calculation in relation to
Churchs thesis about the same topic. Even though both theses are equivalent extensionally and provide therefore the
same solution to Hilberts Entscheidungsproblem, there is a kind of agreement in considering that Turings formulation
is the most satisfactory or the most convincing. The question is why such an agreement exists. In response to this
question particular attention is given to the complexity of the Entscheidungsproblem and to the extent to which Church
and Turings proposals catch that complexity.
Keywords: Turings thesis - effective calculation - Entscheidungsproblem

Recibido: 16 de Febrero de 2016. Aceptado: 19 de Septiembre de 2016.

Universidad Nacional de Ro Cuarto (UNRC)/Universidad Nacional de Crdoba (UNC)/ Consejo Nacional de Investigaciones
Cientficas y Tcnicas (CONICET), Argentina. Para contactar a la autora, por favor, escribir a: [email protected].
Metatheoria 7(2)(2017): 31-39. ISSN 1853-2322.
Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
32 | Aldana DAndrea

1. El problema fundamental de la lgica matemtica


Para la matemtica el siglo XX no empez sino hasta que Hilbert pronunci sus ya 23 famosos
problemas y su caracterstico optimismo: en matemticas no hay ignorabimus (Hilbert 1902). La forma
en que la matemtica accedera a tal privilegio cognoscitivo sera desarrollada en lo que conocemos
como el programa de Hilbert. De acuerdo a ste, todo el conocimiento matemtico debera ser
expresado en un sistema axiomtico formal completo, consistente y decidible; para asegurar estas
condiciones crticas Hilbert desarroll su punto de vista finito, el cual, en principio, aportara pruebas
constructivas de las propiedades metamatemticas de los sistemas formales.
La matemtica de las primeras dcadas del siglo XX estuvo signada as por las preocupaciones
epistemolgicas de Hilbert y su escuela de Gttingen, en particular, por las exigencias metodolgicas
finitistas y por la necesidad de asegurar el concepto de demostrabilidad en un sistema formal. Como
parte del desarrollo del mismo programa se presenta un desafo particular, el Entscheidungsproblem, el
cual plantea el problema del clculo efectivo, o sea, el problema de hallar un procedimiento general o
algortmico de decisin.
El Entscheidungsproblem puede ser definido equivalentemente en trminos de validez y satisfabilidad
(Hilbert & Ackermann 1950) y tambin en trminos de demostrabilidad en un sistema formal: existe
un mtodo efectivo para determinar si una frmula de Lgica de Primer Orden (LPO) dada es vlida o,
alternativamente, satisfacible? Existe un mtodo efectivo para determinar si, dadas ciertas frmulas de
LPO consideradas como premisas y dada una frmula considerada como conclusin, esa conclusin es
demostrable desde las premisas utilizando las reglas de prueba de LPO? Ya Hilbert y Ackermann
sealaban en 1928 que la equivalencia entre la pronunciacin en trminos de validez o satisfabilidad
no es problemtica en absoluto; por definicin una frmula A es vlida si y slo si A no es satisfacible,
mientras que la ltima equivalencia referida a la demostrabilidad recin pudo probarse luego de que
Gdel definiera la nocin de consecuencia lgica en trminos de validez en medio del desarrollo de su
teorema de completud (1929). Dado el programa de axiomatizacin formal y finita de las teoras y la
presuncin de la completud de Principia Mathematica de Russell y Whitehead la obra monumental del
logicismo podra pensarse en los axiomas de la teora como las premisas de una inferencia y constatar
que esta ltima pronunciacin del problema en trminos de validez seala que una solucin positiva
del Entscheidungsproblem habilitara, al menos en principio, a la reduccin de toda la matemtica a un
clculo mecnico: The very day on which the undecidability does not obtain any more, mathematics
as we now understand it would cease to exist; it would be replaced by an absolutely mechanical
prescription (Gandy 1988, p. 62).
Se entiende as que Hilbert y Ackermann hayan caracterizado al Entscheidungsproblem como the
main problem of mathematical logic (Hilbert & Ackermann 1950, p. 113). Este problema dej
planteado no slo un problema lgico matemtico sino tambin, y sobre todo, una cuestin filosfica
que inquieta a muchos y que, como observ Hilbert, afecta la esencia misma del pensamiento
matemtico (Hilbert 2005, p. 113): o bien el conocimiento matemtico se desarrolla en un mbito que
trasciende los mtodos efectivos, o bien puede ser desarrollado por una mquina y no hay nada
esencialmente humano y creativo en l.

1.1. El problema conceptual y la tesis de Church


Para poder resolver el problema lgico matemtico planteado por el Entscheidungsproblem bastara con
encontrar un problema de LPO o matemtico algortmicamente insoluble; de ello se seguira,
evidentemente, una respuesta negativa al problema general de la decisin. Sin embargo, cualquier
abordaje del problema lgico matemtico requerira de una previa aclaracin conceptual: qu es un
clculo efectivo? o, equivalentemente y en trminos ms familiares, qu es un clculo algortmico? Si
bien el trmino algoritmo fue empleado durante ms de 2000 aos en la historia de la matemtica, su
manejo fue enteramente prctico; la comprensin del trmino se restringi as a ejemplos de
Sobre la relevancia de la tesis de Turing | 33

procedimientos de clculo que haban sido aceptados como algortmicos, pero sin contar con una
formulacin exacta y general de lo que un algoritmo es y cul es la extensin precisa de la clase de
procedimientos algortmicos. Por consiguiente, el planteo del Entscheidungsproblem puso en evidencia la
necesidad conceptualizar con rigurosidad lo que hasta el momento era slo una nocin intuitiva,
informal y vaga, aunque funcionalmente prctica.
Quiz debido a la agudeza con la que Hilbert y su escuela haban planteo su programa finitista y
por la relevancia del carcter decidible adjudicado al ideal de prueba formal, una de las primeras
aproximaciones a la caracterizacin de lo efectivo se dio mediante la nocin de recursividad adoptada
por Hilbert para identificar su punto de vista finito: The method of search for the recursions required
is in essence equivalent to that reflection by which one recognizes that the procedure used for the given
definition is finitary (Hilbert 1967, p. 388). De acuerdo a esta propuesta, un entendimiento adecuado
del concepto de procedimiento finito demandara una formalizacin de dicha nocin a la luz de la
recursividad. Restaba, por supuesto, un esclarecimiento de la nocin metamatemtica intuitiva de
finitud -tal como la empleaba Hilbert- y una precisin sobre cul es el alcance de la recursin, o sea,
una determinacin de la clase de funciones recursivas.
Gdel, siguiendo las restricciones finitistas de la metamatemtica hilbertiana, fue quien primero
aport una definicin precisa de lo que actualmente llamamos la clase de funciones recursivas
primitivas y la utiliz en la resolucin de su teorema de incompletud (1931). Unos pocos aos despus,
Gdel, siguiendo los resultados de Herbrand, extendi la nocin de recursividad para caracterizar una
clase ms amplia de funciones, las funciones recursivas generales o funciones recursivas Herbrand-
Gdel (1934). La recursin se presentaba entonces como un candidato posible para caracterizar no tan
slo la nocin de finitud propia de la metamatemtica sino tambin la nocin de efectividad reclamada
para la solucin del Entscheidungsproblem. La tesis segn la cual las funciones recursivas ofreceran el
marco formal necesario para caracterizar los procedimientos de decisin finita no fue, sin embargo, la
tesis sostenida por el mismo Gdel, sino que fue una propuesta que Church le hizo a Gdel en una
carta personal en el ao 1934, propuesta que por otra parte Gdel consider como completely
unsatisfactory (vase Davis 1982).
La tesis de Church no surgi, sin embargo, a partir del inters en las discusiones en fundamentos
de la matemtica, sino que el impulso inicial estuvo dado por el inters en la elaboracin de un nuevo
sistema lgico. Durante 1931 y 1934 Church haba estado trabajando en la presentacin de un nuevo
sistema formal, un sistema lgico absolutamente sintctico del cual se esperaba que fuera adecuado
para representar la aritmtica elemental mediante la nocin central de funcin. El sistema entero
result ser inconsistente. Esto fue un resultado demostrado por Kleene y Rosser; pese a ello pudo
extraerse un subsistema consistente, el -clculo, cuya potencialidad era todava insospechada. Al
interior de este nuevo sistema Church y Kleene desarrollaron el concepto de funcin -definible,
estableciendo que una funcin es -definible si los valores de la funcin pueden ser calculados por un
proceso de sustitucin repetida. En un principio el abordaje de Church y Kleene sobre estos asuntos
no estaba directamente relacionado con los problemas de metamatemtica, pero gradualmente Church
empez a considerar la posibilidad de que la nocin formal de -definibilidad capturara la idea
informal de clculo efectivo mediante la efectividad que pareca observarse en el proceso de
sustitucin, pues para Church resultaba intuitivamente claro que la sustitucin se realiza de acuerdo a
un algoritmo. Finalmente, en 1935 Church ataca directamente el problema del clculo efectivo:
The purpose of the present paper is to propose a definition of effective calculability which is thought to
correspond satisfactorily to the somewhat vague intuitive notion in terms of which problems of this class
are often stated, and to show by means of an example, that not every problem of this class is solvable.
(Church 1965a, p. 90)

Church dio una solucin negativa al problema lgico matemtico de la decisin, encontrando un
problema de lgica de primer orden que no es algortmicamente soluble. Respecto del problema
conceptual del clculo efectivo, ofreci la primera tesis oficial, la tesis de Church (aunque l la llam
34 | Aldana DAndrea

definicin) pero no en trminos de su formalismo, sino en trminos de uno con mayor aceptacin y
trayectoria en los mbitos fundacionales de la matemtica:
We now define the notion, already discussed, of an effectively calculable function of positive integers by
identifying it with the notion of a recursive function of positive integers (or of a -definable function of
positive integers) (Church 1965a, p. 100).

Kleene logr demostrar en 1936 la equivalencia formal del concepto de funcin recursiva de Herbrand-
Gdel con el de funcin -definible y, en consecuencia, Church sostuvo dos argumentos de inters: lo
que Gandy (1988, p. 72) llama el argumento paso a paso donde se estipula que los pasos de cualquier
procedimiento efectivo deben ser recursivos (con lo cual cualquier aproximacin a la nocin de
efectividad depende en ltima instancia de la nocin de recursividad) y el argumento por confluencia
segn el cual la equivalencia entre la recursividad y la -definibilidad da mayor soporte a la tesis segn
la cual estos dos conceptos matemticamente precisos caracterizan la nocin general de clculo
efectivo.
Claramente, Church estaba en lo cierto, tena la tesis correcta, en el sentido que sta es la tesis que
actualmente fundamenta gran parte de la teora de la computabilidad, de acuerdo a sta las funciones
recursivas y -definibles son precisamente las funciones efectivamente calculables. Sin embargo, las
razones para definir una nocin vaga e intuitiva en trminos de nociones formales precisas no
resultaron ser tan decisivas ni convincentes; haba all un problema epistemolgico: cmo justificar la
conexin entre el empleo intuitivo de una nocin y su contraparte formal? Church mismo da cuenta
de esta dificultad:
This definition is thought to be justified by the considerations which follow, so far as positive
justification can ever be obtained for the selection of a formal definition to correspond to an intuitive
notion (Church 1965a, p. 100).

El problema de identificar lo intuitivo con un formalismo especfico evidenci otra dimensin del
problema conceptual, una dimensin epistemolgica que slo podra surgir con el desarrollo de las
teoras formales y los intentos por conceptualizar el estudio metaterico de tales teoras. Es en este
punto donde la tesis de Turing parece cobrar fuerzas y asumir una relevancia relativa con respecto a la
tesis de Church; como ha observado Gandy (1988, p. 72), pese a los intentos de Church y Kleene de
fundamentar su definicin de clculo efectivo, el argumento ms contundente result ser finalmente el
anlisis de Turing.

1.2. El anlisis de Turing


En 1936, el mismo ao en que Church hizo pblica su tesis y su resultado de indecidibilidad recursiva
para la teora formal de nmeros (Church 1965b), Turing desarroll independientemente otra
propuesta para abordar el Entscheidungsproblem de Hilbert. Al igual que Church, Turing busc un
problema algortmicamente insoluble del cual se siguiera la solucin negativa al problema general de la
decisin; pero su enfoque fue completamente distinto en cuanto a la apuesta conceptual y
epistemolgica. Su pregunta fundamental para caracterizar lo que sea un clculo efectivo se dirigi a
una cuestin mucho ms elemental, e intuitiva, que las funciones recursivas y, sin lugar a dudas, que el
lambda-clculo: What are the possible processes which can be carried out in computing a number?
(Turing 1965, p. 135).
El inters de Turing por los procesos de clculo se focaliza en lo que l llama los nmeros
computables, a los cuales define como aquellos nmeros reales cuyos decimales pueden ser calculados
por medios finitos (Turing 1965, p. 116). Es claro que con esta definicin Turing vincul su trabajo a
la propuesta metamatemtica de Hilbert, pues su uso del trmino finito refiere al mtodo y no a la
longitud del proceso de determinar los dgitos, un mtodo finito ser aquel que involucre un algoritmo
o un clculo efectivo, o sea, un mtodo que consiga dirimir un proceso de decisin. Con estas
preocupaciones iniciales Turing se propuso esclarecer la nocin vaga de clculo efectivo en trminos
del anlisis de un proceso que pueda ser desarrollado por un calculador humano dispuesto con lpiz,
Sobre la relevancia de la tesis de Turing | 35

papel y un conjunto finito de instrucciones que rigen, de un modo determinista, cada paso del clculo.
Contando con un proceso de clculo tal Turing restablece los ideales epistemolgicos de la
metamatemtica finitista, de acuerdo a los cuales la aplicacin del proceso predeterminado asegura que
el clculo se desarrolle en un nmero finito de pasos, que se arribe al resultado deseado si se aplica sin
errores y que no sea necesario el entendimiento, el ingenio o la intuicin por parte del humano que
desarrolla el proceso.
Es de apreciar que en la determinacin del tipo de proceso de clculo que a Turing le interesa,
adems del concepto hilbertiano de finitud, aparece una segunda idea que es la de mquina, as
establece que a number is computable if its decimal can be written down by a machine (Turing 1965,
p. 116). Lo llamativo aqu es que Turing est utilizando un concepto de mquina absolutamente
novedoso para su tiempo, pues no exista en su momento ninguna mquina que pudiera realizar esto
mismo que Turing requera; si bien Babbage haba diseado el Motor Analtico alrededor de 1840,
muchos acuerdan en que el trabajo de Turing de 1936 no estuvo influenciado en absoluto por las
concepciones o la terminologa de Babbage (vase Petzold 2008, p. 65; Copeland 2004, p. 29; Gandy
1988, p. 55). Pero incluso ms llamativo que esta anticipacin tecnolgica es que la perspectiva tcnica
o ingenieril que el concepto de mquina introduce no parece ser directamente ventajoso para resolver
el Entscheidungsproblem y, sin embargo, resulta ser el rasgo distintivo de la propuesta de Turing.
De acuerdo a lo dicho, los nmeros computables que interesaron a Turing son nmeros que un
humano calcula por medios finitos (lo que Turing llama una computadora) o, equivalentemente, una
mquina lo hace por los mismos medios: we may compare a man in the process of computing a real
number to a machine (Turing 1965, p. 117). Esta es la apuesta central y caracterstica del anlisis de
Turing: la asociacin entre un clculo humano efectivo y un clculo mecnico, es decir, entre un
humano siguiendo un mtodo algortmico y un clculo que puede ser desarrollado por una automatic-
machine (una mquina de Turing). A tal punto es relevante esta asociacin de Turing que resulta ser, de
hecho, una identificacin; Church en una revisin del trabajo de Turing escribir: a human
calculator, provided with pencil and paper and explicit instructions, can be regarded as a type of
Turing machine (Church 2013, p. 119).
En el trabajo de Turing, entonces, se encuentra el modelo de un proceso mecnico surgido a partir
del anlisis del clculo humano regido por reglas. En este punto es preciso advertir que una mquina
de Turing no es precisamente una mquina fsica, sino una idealizacin o modelo matemtico de una
persona que calcula siguiendo un mtodo sistemtico, el cual no demanda ni entendimiento ni
ingenio. Como ha apuntado Gandy, el concepto de computabilidad de Turing es dependiente de su
modelo mecnico de clculo humano: Turings analysis makes no reference whatsoever to calculating
machines. Turing machines appear as a result, as a codification, of his analysis of calculation by
humans (Gandy 1988, p. 77). Si bien en la descripcin del proceso mecnico Turing importa una
terminologa fisicalista que hace pensar en una mquina calculadora, y en este sentido hay una
ambigedad en el uso de los trminos mquina y mecnico, todas las restricciones de finitud impuestas
sobre el proceso de clculo estn fundamentadas sobre la finitud de la memoria humana y de los
estados mentales, de manera que parece ser claro que su anlisis versa sobre un proceso de clculo
humano que puede ser descrito como mecnico en virtud de la efectividad del mtodo aplicado. La
tesis de Turing a este respecto ser que un clculo es efectivo si puede ser desarrollado mecnicamente
(o realizado por una mquina de Turing) donde la utilizacin los trminos mecnico y mquina refieren
ms a las condiciones sintcticas, formales y algortmicas del ideal finitista de Hilbert que a la
utilizacin ms extendida del trmino en tanto mecanismo fsico.
Ahora bien, vincular la idea metamatemtica de lo efectivo con lo mecnico no es algo
absolutamente novedoso del trabajo de Turing; ms bien se trata de una idea intuitiva y ampliamente
difundida en aquel contexto segn la cual la naturaleza misma de un proceso de clculo efectivo es que
ste sea aplicado mecnicamente, esto es, un proceso regido por reglas y que no implique pensamiento.
Con lo cual podemos sostener que Turing se sirvi de la identificacin entre lo mecnico y lo efectivo
latente en lo que caracterizamos como el planteo filosfico tras el Entscheidungsproblem: si la
indecidibilidad deja de estar presente y la matemtica se reduce a un clculo efectivo, entonces
36 | Aldana DAndrea

podemos prescindir del pensamiento humano reemplazndolo por una prescripcin absolutamente
mecnica.
Siguiendo esta identificacin no rigurosa entre lo efectivo y lo mecnico de la que ya se haba dado
cuenta en las discusiones fundacionales, Turing ofreci un modelo mecnico del clculo humano
efectivo y elabor su concepto de computabilidad en trminos de las posibles operaciones que puede
realizar un computador humano si acta mecnicamente. Como consecuencia, una forma de la tesis de
Turing es: the computable numbers include all the numbers which would naturally be regarded as
computable (Turing 1965, p. 135), donde los nmeros que pueden ser naturalmente considerados como
computables no son otros sino aquellos para los cuales existe un mtodo finito de clculo, es decir, un
algoritmo o un proceso que puede ser desarrollado por una mquina de Turing.
Lo que Turing demostr en su trabajo es que no todos los nmeros reales son computables, arrib
a este resultado mostrando que existen problemas de decisin muy simples que ninguna de sus
mquinas puede resolver (por ejemplo, el problema de si otra mquina imprimir en algn momento
el dgito 0), de lo cual concluye the Entscheidungsproblem cannot be solved (Turing 1965, p. 148). Esto
es, en esencia, el mismo resultado al cual ya haba arribado Church.
Resolver el problema fundamental de la lgica matemtica es, sin lugar a dudas uno de los
resultados ms interesantes a los cuales se puede arribar, mostrar adems que distintos planteos dan
una misma respuesta negativa y delimitan una misma clase de procesos efectivos o funciones
efectivamente calculables fue la prxima meta de Turing. As, en un apndice a su artculo de 1936
Turing demostr que su concepto de computabilidad es formalmente equivalente a la -definibilidad
de Church y a la recursividad de Herbrand Gdel, en el sentido que cada funcin lambda-definible es
computable (por una mquina de Turing) y cada funcin computable (por una mquina de Turing) es
general recursiva. Con el anlisis del concepto de computabilidad y esta demostracin de equivalencia
Turing no slo aport un nuevo formalismo para tratar el problema lgico matemtico de la decisin,
sino que tambin ofreci las condiciones para generalizar el concepto de clculo efectivo y convertirlo
en un concepto estable y robusto; al mismo tiempo su anlisis conceptual se convierte en un modelo
sobre cmo abordar el problema epistemolgico de identificar una nocin intuitiva con un concepto
formal (aunque claramente no clausur el debate). Mientras que los intentos previos haban atacado
directamente la pregunta matemtica acerca de qu son las funciones computables, el enfoque de
Turing se dirigi a una cuestin ms elemental vinculada a los procesos bsicos que llevamos a cabo los
humanos cuando calculamos con lpiz y papel, as logr que su concepto de computabilidad, pese a la
precisin matemtica, conservara su simplicidad y aproximacin a nuestros conceptos intuitivos sobre
lo que por siglos hemos hecho cuando calculamos mediante un algoritmo.

2. La relevancia de la tesis de Turing


El Entscheidungsproblem de Hilbert, el problema fundamental de la lgica matemtica, fue resuelto entre
1935 y 1936. Ya sea que abordemos el problema desde funciones recursivas, -clculo o mquinas de
Turing, la respuesta lgica matemtica es la misma: no existe tal clculo efectivo para dar respuesta a la
validez, satisfabilidad o deductibilidad de una frmula en LPO. La primera respuesta al problema
lgico matemtico vino por parte de Church, quien debi sostener una tesis respecto de qu es un
clculo efectivo. La tesis de Church, aunque publicada en 1935, fue sostenida al menos desde 1934 y
aunque result ser correcta, pareca no ser lo suficientemente convincente. Turing aport una segunda
tesis, y esta s fue considerada lo suficientemente satisfactoria como para abordar concluyentemente el
problema del clculo efectivo. As Gdel refiri la definicin de Turing como la ms satisfactoria (Gdel
1995, p. 304) y aportando evidencias ms all de toda duda (Gdel 1995, p. 168) y Church apunt que
la identificacin de la computabilidad de Turing con la nocin de efectividad es inmediatamente evidente
(Church 2013, p. 119). Si las tesis de Church y la de Turing son extensionalmente equivalentes, en el
sentido que determinan una misma clase de funciones efectivamente calculables o procesos efectivos es
vlido preguntarnos Por qu se dio este acuerdo entre los mismos partcipes de la historia en relacin
Sobre la relevancia de la tesis de Turing | 37

a la relevancia relativa de la tesis de Turing? Por qu la tesis de Turing fue considerada lo


suficientemente satisfactoria y convincente como para abordar concluyentemente el problema del
clculo efectivo?
Nuestra respuesta depende de la lectura que hemos dado del problema de la decisin de Hilbert y
del modo en que consideramos las propuestas de Church y Turing. De acuerdo a nuestra
interpretacin, el Entscheidungsproblem de Hilbert plante, al menos, tres problemas: el problema
estrictamente lgico matemtico de la decidibilidad formulado inicialmente para la lgica de primer
orden y extendido luego a las teoras formales en general; el problema conceptual acerca de qu sea un
clculo efectivo junto al problema epistemolgico (sobre el problema conceptual) de la identificacin
de una nocin intuitiva con una nocin formal; y, por ltimo, la cuestin filosfica acerca de la
mecanizacin de los procesos cognitivos en matemtica y la posibilidad latente del reemplazo del
pensamiento propiamente humano por procesos mecnicos o mquinas sin ms. Nuestra respuesta
frente a la pregunta recin planteada, acerca de las razones del acuerdo frente a la tesis de Turing, se
enmarca en esta misma lectura que hemos dado sobre la complejidad que supone el planteo y abordaje
del Entscheidungsproblem.
Si bien la propuesta de Church concluy con una respuesta satisfactoria al problema lgico
matemtico, el problema conceptual no fue abordado en toda su amplitud, la nocin de clculo
efectivo qued limitada a los formalismos presentados y, por ltimo, la cuestin filosfica no parece
haber sido mayormente aclarada; de hecho, no fue siquiera planteada. La aproximacin de Turing se
distingue, en consecuencia, porque permiti dar una respuesta tanto al problema lgico matemtico de
la decidibilidad, como al problema conceptual y epistemolgico acerca de qu sea un clculo efectivo,
al mismo tiempo que el empleo de la nocin de mquina permiti dar cuenta, de un modo directo, del
planteo filosfico sobre la mecanizacin de la inferencia.
La aproximacin de Turing se distingue, y permite ser calificada como la ms satisfactoria, porque
abord no un problema sino todo un ncleo problemtico: ante el problema lgico matemtico Turing
demostr que no todos los nmeros reales son computables, o equivalentemente, que no todas las
funciones definibles son efectivamente computables; ante el problema conceptual sostuvo que un
clculo es efectivo si es susceptible de ser desarrollado mediante una proceso sujeto a ciertas
restricciones de finitud (cuyo modelo es una mquina de Turing) y a esto lo fundamenta a su vez
mediante un anlisis que permite abordar el problema epistemolgico, Turing ofrece un modelo
mecnico de clculo desarrollando el vnculo intuitivo entre clculo efectivo y procedimiento
mecnico; por ltimo, el empleo de un modelo mecnico del clculo humano permite abordar desde
un marco formalmente preciso (las funciones mecnicamente computables) la cuestin filosfica
respecto de la mecanizacin de los procesos inferenciales en matemtica e incluso ms all de este
mbito, hacia la cognicin en general. Muestras de esto ltimo son, por ejemplo, los planteos
computacionalistas en filosofa de la mente, el desarrollo de las ciencias cognitivas y las posibilidades de
un nuevo mecanicismo sustentado ya no en modelos de mquinas particulares, sino en el concepto
ms general y abstracto de mquina universal de Turing (Webb 1980).
Finalmente, y como consecuencia del modelo mecnico aportado por Turing y su interaccin (o
ambigedad) entre el uso abstracto y concreto del trmino mecnico (Gandy 1988, p. 74), el anlisis de
Turing posibilit el surgimiento de una nueva ciencia, mitad abstracta, mitad concreta, hbrido entre
formalismo y tecnologa, a saber, las ciencias de la computacin.

3. A modo de conclusin
Si bien la unificacin extensional de los resultados obtenidos sobre el Entscheidungsproblem es la
condicin de posibilidad de que la nocin de computacin se haya constituido en una nocin estable,
cuya base se encuentra en lo que actualmente llamamos la tesis de Church-Turing, sealar las
divergencias en las formulaciones del problema y su resolucin puede revestir inters para comprender
la relevancia relativa del abordaje de Turing. En tanto las ideas de recursividad y lamba-clculo de
38 | Aldana DAndrea

Gdel y Church se circunscribieron a un anlisis formal sostenido por los logros lgico-matemticos de
su poca y de all se desprendi la idea de efectividad, Turing procedi de un modo inverso, parti de
un anlisis de los conceptos de finitud y efectividad y sobre ese anlisis construy y dio sentido a su
formalismo; es en tal sentido que su trabajo puede ser entendido como la culminacin de los intereses
que motivaron el origen y desarrollo de la nocin de efectividad en los fundamentos de las
matemticas, especialmente, como una culminacin posible, y en muchos respectos exitosa, del
programa finitista de Hilbert.
A pesar de que todas las construcciones formales de la nocin intuitiva de clculo efectivo que
fueron ofrecidas en la dcada de 1930 no pueden ser ms que modelos de algoritmos, y entre dichos
modelos hay una equivalencia extensional, sostenemos que existen buenas razones para destacar las
diferencias intensionales de las distintas propuestas y considerar el modelo de Turing como ms
persuasivo y frtil que los dems modelos contemporneos.

Bibliografa

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Webb, J. (1980), Mechanism, Mentalism, and Metamathematics, Dordrech: Reidel.
La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan exitosa como
incoherente
Orthodox Quantum Mechanics: A Theory as Successful as Incoherent
Mara Esther Burgos

Resumen
La Mecnica Cuntica Ortodoxa es sumamente exitosa en el terreno experimental, pero tiene serios problemas
conceptuales. Entre otras objeciones se han sealado: su conflicto con el determinismo, que admite una forma de
accin a distancia y que renuncia al realismo. El formalismo de la Mecnica Cuntica Ortodoxa involucra dos leyes de
cambio del estado del sistema: la Ecuacin de Schrdinger y el Postulado de Proyeccin. La primera, que es una ley
determinista, gobierna los procesos espontneos. La segunda rige los procesos de medicin de acuerdo con las leyes de
las probabilidades. Existe acuerdo en que para resolver problemas que incluyen la variable temporal, es necesario
utilizar la Teora de Perturbaciones Dependientes del Tiempo. Un anlisis cuidadoso pone en evidencia que esta
teora requiere la aplicacin de ambas leyes de cambio del estado del sistema. Esto vale, en particular, para procesos
espontneos donde, de acuerdo con los postulados de la Mecnica Cuntica Ortodoxa, el Postulado de Proyeccin no
debera desempear ningn papel. La necesidad de utilizar este postulado para dar cuenta de procesos espontneos es
una contradiccin flagrante que no hemos visto reportada en la literatura.
Palabras clave: mediciones cunticas - teora de perturbaciones dependientes del tiempo

Abstract
The experimental success of Orthodox Quantum Mechanics is imposing, but it confronts conceptual flaws. It opposes
determinism, admits a peculiar form of action-at-a-distance and renounces realism. Orthodox Quantum Mechanics
formalism involves two different laws of change of the state of the system: the Schrdinger Equation and the
Projections Postulate. Spontaneous processes are governed by the former, a deterministic law. The second rules
measurement processes according to probability laws. It is agreed that Time -Dependent Perturbation Theory must be
used for solving problems involving time. A careful analysis makes apparent that this theory involves both laws of
change. This is also true for spontaneous processes, where the Projection Postulate is supposed to play no role. The
need to invoke a law valid only in cases where measurements are performed to account for spontaneous processes is an
incoherence that we have not seen mentioned in the literature.
Keywords: quantum measurements - time-dependent perturbation theory

Recibido: 16 de Febrero de 2016. Aceptado con revisiones: 19 de Septiembre de 2016.

Departamento de Fsica, Facultad de Ciencias, Universidad de Los Andes, Mrida, Venezuela . Para contactar a la autora, por favor,
escribir a: [email protected]

Estoy en deuda con el Profesor Julio Csar Centeno cuya inagotable paciencia me permiti hacer este estudio ms accesible a un pblico
no especializado.
Metatheoria 7(2)(2017): 39-46. ISSN 1853-2322.
Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
40 | Mara Esther Burgos

1. Una teora exitosa que no satisface


La Mecnica Cuntica Ortodoxa (MCO), tambin conocida como ordinaria o estndar, y algunas veces
referida como Interpretacin de Copenhague, es una teora sumamente exitosa. Tegmark y Wheeler
(2001) sealan que MCO permiti predecir la antimateria, comprender la radioactividad (lo cual
condujo al desarrollo del poder nuclear), dar cuenta del comportamiento de materiales como los
semiconductores, explicar la superconductividad y describir las interacciones entre luz y materia (lo que
hizo posible la invencin del lser) y entre ondas de radio y ncleos (lo que condujo a las imgenes de
resonancia magntica). En las palabras de Bunge:
There can be no doubt that quantum theory is a good approximation to the truth - which is not to say
that it is perfect. Thousands upon thousands of observations and experiments have confirmed its
predictions in an amazing range of fields, from particle and atomic physics to solid state physics and
astrophysics, usually with an astounding accuracy. (Bunge 1985, p. 167)

Inclusive un crtico tan implacable de MCO como Bell (1990) reconoce que ORDINARY
QUANTUM MECHANICS (as far as I know) IS JUST FINE FOR ALL PRACTICAL PURPOSES
(Bell 1990, p. 18; maysculas en el original).
A pesar de su xito indiscutido, desde el comienzo MCO fue objeto de acerbas crticas sustentadas
en diversas razones. Entre ellas destacan que:
Presenta un conflicto con el determinismo
Admite procesos que implican una forma de accin a distancia
Renuncia al realismo filosfico
El conflicto de MCO con el determinismo fue sealado repetidas veces por Einstein. Por ejemplo, en una
carta enviada a Born el 4 de diciembre de 1926 dice:
Quantum mechanics is certainly imposing. But an inner voice tells me that it is not yet the real thing.
The theory says a lot, but does not really bring us any closer to the secret of the old one. I, at any rate,
am convinced that He is not playing at dice. (Born & Einstein 1971, p. 91)

Y en otra carta tambin dirigida a Born (1971) el 7 de setiembre de 1944, afirma:


We have become Antipodean in our scientific expectations. You believe in the God who plays dice, and
I in complete law and order in a world which objectively exists, and which I, in a wildly speculative way,
am trying to capture. I firmly believe, but I hope that someone will discover a more realistic way, or
rather a more tangible basis than it has been my lot to find. Even the great initial success of the
quantum theory does not make me believe in the fundamental dice game, although I am well aware that
our younger colleagues interpret this as a consequence of senility. No doubt the day will come when we
will see whose instinctive attitude was the correct one. (Born & Einstein 1971, p. 149)

Asimismo, fue Einstein el primero en sealar que la hiptesis de que la mecnica cuntica es una teora
completa de los procesos individuales conlleva una forma particular de accin a distancia. En el 5 Congreso
Solvay (1927) argument que si
each particle [] is described as a wave packet [(r)] [] and |(r)|2 expresses the probability (probability
density) that at a given moment one and the same particle shows its presence at r [] then, as long as no
localization has been effected, the particle must be considered as potentially present [in any point where
|(r)|2 0]; however, as soon as it is localized, a peculiar action-at-a-distance must be assumed to take
place which prevents the continuously distributed wave in space from producing an effect at two
[different] places []. (Jammer 1974, p. 116)

De acuerdo con Einstein, tal accin a distancia contradice el Postulado de Relatividad (vase Jammer
1974, p. 116; Burgos 2015a).
La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan exitosa como incoherente | 41

Son muchos los autores que han apuntado a la incompatibilidad de MCO con el realismo
filosfico. Bunge, quien trata el tema de las controversias suscitadas por la mecnica cuntica en
detalle, las clasifica en (i) internas, i.e. aquellas en las que se presupone que la teora cuntica es
substancialmente correcta; y (ii) externas, donde se considera la posibilidad de reemplazar la teora
cuntica por otra clsica o semiclsica. En su opinin:
From a philosophical viewpoint most of the internal controversies revolve around the issue of realism,
i.e. the problem of whether quantum theory supplies a realistic interpretation of nature or, on the
contrary, is centered on the knowing subject (the observer). The internal controversies are then
substantially of an epistemological kind. And most of the external controversies revolve around the issue
of hidden variables, or functions of a classical type, such as classical position and momentum, which at
all times have sharp values instead of probabilities distributions. The external controversies are then
substantially of an ontological kind [].
Unfortunately the two main controversies, those over realism and determinism (or hidden variables),
have often been mixed up and this by scientists of the stature of Einstein and de Broglie, Bohm and
dEspagnat. Yet the two issues are quite different: whereas the problem of realism is epistemological,
that of hidden variables is ontological (Bunge 1985, pp. 167-168).

Este es, en apretada sntesis, el conjunto de peculiaridades por las cuales MCO no satisface a muchos
cientficos. A pesar de que todos estn de acuerdo en que funciona, luce extraa para la mayora y
hasta un fsico tan reputado como Feynman ha declarado que nadie entiende la mecnica cuntica
(vase Bunge 1985, p. 169).
Adems de los problemas que acabamos de sealar, MCO presenta un conflicto con las leyes de
conservacin del cual poco se ha hablado y que no carece de importancia (vase Burgos 2015b, 2010,
1999, 1994; Criscuolo 2000). Y, como mostraremos a continuacin, MCO es una teora afectada por
un defecto fatal: la incoherencia.

2. El formalismo de MCO
En 1930 Dirac public el primer formalismo de la mecnica cuntica. Aunque von Neumann
reconoci que difcilmente podra ser superado en brevedad y elegancia, critic su falta de rigor
matemtico y en 1932 public su propio formalismo, que es el que finalmente se impuso. Con ligeras
variantes, ste es hoy da prcticamente el nico formalismo recogido en los libros de texto y enseado
en la Academia.
Resaltemos que dicho formalismo
Se refiere a sistemas individuales (v.g. un tomo, o una molcula)
Involucra dos leyes de cambio del estado del sistema
De acuerdo con el primer postulado de MCO, la funcin de onda provee una descripcin completa del
estado de un sistema individual. Queda en consecuencia descartada toda posibilidad de agregar variables
ocultas a dicho estado (a efectos de completar su descripcin), sin modificar el primer postulado.
Refirindose a esta cuestin, Einstein afirma:
One arrives at very implausible theoretical conceptions if one attempts to maintain the thesis that the
statistical quantum theory is in principle capable of producing a complete description of an individual
physical system. On the other hand, those difficulties of theoretical interpretation disappear if one views
the quantum-mechanical description as the description of ensembles of systems (apud Jammer 1974, pp.
440-441).

No es por tanto sorprendente que Einstein se haya inclinado por la Interpretacin Estadstica de la
Mecnica Cuntica cuyo referente no es un sistema individual sino un conjunto de sistemas
similarmente preparados.
42 | Mara Esther Burgos

MCO involucra dos leyes de cambio del estado del sistema. Una de ellas, que gobierna su evolucin
espontnea, es la ecuacin de Schrdinger. La otra, que rige los procesos de medicin, incluye dos
postulados: el de Born y el de Proyeccin. El primero nos dice cul es la probabilidad de obtener un
determinado valor de la cantidad fsica que se mide y el segundo determina a qu estado salta (se
proyecta, colapsa, se reduce) el estado del sistema cuando se obtiene un resultado particular de la
medicin. Buena parte de las extraezas de MCO se relacionan con el Postulado de Proyeccin, y por
tal razn varios autores han sugerido eliminarlo (vase Jammer 1974, pp. 226-227), o deducirlo de la
ecuacin de Schrdinger (vase Bunge 1985, pp. 201-202); pero hasta el presente tales propuestas no
han prosperado.
Como se evidencia en la Tabla de Procesos Cunticos que figura a continuacin, el contraste entre
las leyes que rigen los dos tipos de procesos no podra ser ms marcado. Recientemente Burgos (2015b)
ha presentado un anlisis comparativo y detallado de ellos.

Tabla de Procesos Cunticos

Procesos espontneos Procesos de medicin

O interviene un observador o el sistema interacta con


El observador es irrelevante.
un aparato de medicin.

Si en el instante t se efecta una medicin, (t)


puede cambiar instantneamente en forma
La funcin de onda (t) es una funcin del
discontinua. Dichos cambios se conocen como
tiempo t necesariamente continua.
saltos cunticos, proyecciones, colapsos o
reducciones.

El proceso es regido por las leyes de las


Vale la ecuacin de Schrdinger, que es una
probabilidades de acuerdo con los Postulados de
ley de evolucin determinista.
Born y de Proyeccin.

Vale el principio de superposicin y se No vale el principio de superposicin y no se


produce interferencia. produce interferencia.

Todas las acciones son locales. Hay un tipo de accin a distancia.

Las leyes de conservacin se cumplen en Las leyes de conservacin pueden violarse en


forma estricta; son teoremas que se deducen procesos individuales pero siempre conservan un
de los axiomas de MCO. sentido estadstico.

Las diferencias entre estos dos tipos de procesos lucen irreconciliables. Pero si dispusiramos de una
regla para determinar con precisin cundo un determinado proceso debe ser calificado como
espontneo y cundo hay que tratarlo como un proceso de medicin, podramos saber en cul de las
dos columnas debemos situarnos a la hora de analizar cada caso particular. Lamentablemente, esto no
siempre es as. Pues como seala Bell (1984),
during measurement the linear Schrdinger evolution is suspended and an ill-defined wave-function
collapse takes over. There is nothing in the mathematics to tell what is system and what is
apparatus, nothing to tell which natural processes have the special status of measurements.
Discretion and good taste, born from experience, allow us to use quantum theory with marvelous
success, despite the ambiguity of the concepts named above in quotation marks. (Bell 1984, p. 2)
La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan exitosa como incoherente | 43

En la prxima seccin veremos cun necesarios son la discrecin y el buen gusto para lograr los
impactantes xitos experimentales de los que hace gala MCO.

3. Anlisis de la Teora de Perturbaciones Dependientes del Tiempo


Salvo contadas excepciones, los procesos referidos al inicio de la Seccin 1 son espontneos. Este es,
v.g., el caso de la interaccin entre luz y materia (como la absorcin y emisin de luz) y los procesos que
tienen lugar en los semiconductores que pueblan nuestro mundo cotidiano. El hecho de que MCO d
cuenta de esos procesos espontneos se computa entre sus logros.
Asimismo, todos esos procesos dependen del tiempo. Segn Dirac, el anlisis de los mismos exige la
aplicacin del mtodo que provee la Teora de Perturbaciones Dependientes del Tiempo (TPDT):
[this method] must [] be used for solving all problems involving a consideration of time, such as those about
the transient phenomena that occur when the perturbation is suddenly applied, or more generally
problems in which the perturbation varies with the time in any way (i.e. in which the perturbation
energy involves the time explicitly). Again, this method must be used in collision problems, even though
the perturbing energy does not here involve the time explicitly, if one wishes to calculate absorption and
emission probabilities, since these probabilities, unlike a scattering probability, cannot be defined
without reference to a state of affairs that varies with the time (Dirac 1930, p. 168; nfasis agregado).

A continuacin resumimos los puntos esenciales de TPDT. El esquema que presentamos coincide con
el que reportan autores considerados ortodoxos (vase, p.e., Bes 2004, Captulo IX; CohenTannoudji
1977, Captulo XIII; Dirac 1930, Captulo VII; Merzbacher 1998, Captulo XIX; Messiah 1965,
Captulo XVII).
El operador que representa la energa del sistema considerado se denomina Hamiltoniano y ser
denotado por H(t). Supondremos que H(t) = E + V(t), donde E (que no depende explcitamente del
tiempo) es el Hamiltoniano no perturbado, y V(t) (que depende explcitamente del tiempo) es la
perturbacin.
Se suponen conocidos los autovalores En (n = 1, 2,) y las correspondientes autofunciones n del
Hamiltoniano no perturbado E. Los estados estacionarios del sistema son, por definicin, las
autofunciones n de E.
Sea (t) el estado del sistema en el instante t. Supondremos que en el instante inicial ti el sistema
est en el estado estacionario i, i.e. haremos (ti) = i. Si se anulara la perturbacin, esto es, si para
todo t posterior al instante inicial ti el Hamiltoniano fuera H(t) = E, el sistema permanecera en el
estado estacionario i, y resultara (t) = i para todo t. Pero si en el instante inicial ti se agrega una
perturbacin no nula V(t) a E, el estado (t) ya no ser estacionario (vase Dirac, p. 172).
El objetivo de TPDT es calcular la probabilidad de transicin entre estados estacionarios inducida por la
perturbacin V(t). El proceso que conduce el sistema, inicialmente en el estado estacionario i, al estado
estacionario n consta de dos etapas claramente diferenciadas (vase, p.e., Bes 2004, p. 142; Cohen-
Tannoudji 1977, p. 1285; Dirac 1930, p. 172; Merzbacher 1998, pp. 485-486; Messiah 1965, p. 621).
Primera etapa: En todo instante t posterior al instante inicial ti, (en smbolos t > ti) el estado (t)
queda unvocamente determinado por el estado inicial i y el Hamiltoniano H(t) = E + V(t). Para resaltar
que (t) depende nicamente del estado inicial i y del Hamiltoniano H(t), escribimos (t) (i,H,t).
Notar que hasta aqu el proceso se rige por la ecuacin de Schrdinger, ley determinista vlida para
procesos espontneos que figura en la columna izquierda de la Tabla de Procesos Cunticos de la p. 42. En
las condiciones especificadas, el estado (t) no puede ser distinto de (i,H,t) o, si se prefiere, el
cambio de estado del sistema desde el estado inicial estacionario (ti) = i hasta el estado (t) (i,H,t)
es automtico.
Segunda etapa: En el instante tf el estado del sistema es (i,H,tf). En estas condiciones, para que en
dicho instante sea posible encontrar el sistema en alguno de sus estados estacionarios, MCO exige que en
44 | Mara Esther Burgos

el tiempo tf se efecte una medicin. Lo cual implica que debemos utilizar la ley probabilstica que rige
los procesos de medicin mencionada en la columna derecha de la Tabla de Procesos Cunticos.
Messiah (1965, p. 621) refiere el proceso de transicin del estado estacionario i al estado
estacionario f y define la probabilidad de dicha transicin en los siguientes trminos:

Proceso descrito por la Teora de Perturbaciones Dependientes del Tiempo

(ti) = i (tf) (i,H,tf) k


En el instante tf el estado (tf)
En el intervalo (ti, tf) vale la ecuacin de Schrdinger
se proyecta a alguno de los k

Recordemos que de acuerdo con MCO, en los procesos espontneos (t) es una funcin
necesariamente continua. Para que (tf) se proyecte a alguno de los n hay que efectuar una medicin
de la parte de la energa representada por el Hamiltoniano no perturbado E en el instante tf (vase
tabla de Procesos Cunticos en la p. 42). De tal manera que, haciendo uso de la discrecin y el buen
gusto que se obtienen con la experiencia, tenemos que hacer como si en el instante tf se hubiera
realizado tal medicin aunque nada se haya medido.
En suma: Para dar cuenta de muchos y muy variados procesos espontneos, MCO exige la aplicacin de una
ley que slo tiene validez en procesos que no son espontneos. Lo cual es una incoherencia flagrante que no
hemos visto reportada en la literatura. Ms sobre este tema en Burgos (2016).

4. Conclusiones
Mucho se ha hablado del problema de la medicin en MCO. En este estudio hemos mostrado que el
problema conceptual de MCO no se reduce a las curiosidades y extraezas que plantea la medicin a
travs del Postulado de Proyeccin. El problema es mucho ms grave pues dicho postulado, que de
acuerdo con el formalismo debera estar ausente del anlisis de todo proceso espontneo, de hecho est
presente, va TPDT, en muchos procesos espontneos como los citados al inicio de la Seccin 1; v.g. los
que ocurren en los semiconductores y la interaccin entre luz y materia.
En estas condiciones, qu hacer? Conservando el ingrediente Postulado de Proyeccin en TPDT
podemos seguir pregonando que MCO basta a todos los fines prcticos, pero enfrentamos el problema
de la incoherencia. Eliminando el Postulado de Proyeccin de TPDT recuperamos la coherencia pero
perdemos la justificacin del xito de MCO en el terreno experimental.
Afortunadamente otros enfoques podran conciliar las piezas aparentemente irreconciliables de este
rompecabezas. Una posibilidad es suponer que en la naturaleza se producen dos tipos de procesos
espontneos e irreductibles: los estrictamente continuos, gobernados por la ecuacin de Schrdinger; y
los que implican discontinuidades, sujetos a las leyes de las probabilidades. A partir de esta hiptesis y
de un postulado que asegura el sentido estadstico de las leyes de conservacin hemos obtenido una
regla que permite decidir en qu situaciones y a qu estados puede saltar el sistema, y cules son las
correspondientes probabilidades (Burgos 1998). Un estudio ulterior nos ha permitido encarar las
transiciones al continuo como procesos espontneos y obtener nuevas predicciones experimentales
susceptibles de ser puestas a prueba (vase Burgos 2008).
El punto de partida filosfico de la teora que acabamos de referir es el Realismo Crtico que Bunge
(1978, p. 109) presenta en los siguientes trminos:
(1) Hay cosas en s, esto es, objetos cuya existencia no depende de nuestra mente
(2) Las cosas en s son cognoscibles, bien que parcialmente y por aproximaciones sucesivas
antes que exhaustivamente y de un solo plumazo.
(3) El conocimiento de una cosa en s se alcanza conjuntamente mediante la teora y el
La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan exitosa como incoherente | 45

experimento, ninguno de los cuales puede pronunciar veredictos finales sobre nada.
(4) Este conocimiento (conocimiento factual) es hipottico ms que apodctico, por lo que
es corregible y no final: mientras que la hiptesis filosfica de que existen cosas, y
pueden ser conocidas, constituye una presuposicin de la investigacin cientfica, toda
hiptesis cientfica acerca de la existencia de un tipo especial de objeto, sus propiedades,
o leyes, es corregible.
(5) El conocimiento de una cosa en s, lejos de ser directo y pictrico, es indirecto y
simblico.
A diferencia de lo que ocurre en MCO, los observadores situados por encima de las leyes de la
naturaleza no tienen cabida en nuestra teora.

Bibliografa

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Sobre la inconsistencia de la interpretacin de Everett de la mecnica
cuntica
Inconsistency within the Everett Interpretation of Quantum Mechanics
Luciano Combi
Gustavo E. Romero+

Resumen
De las muchas interpretaciones de la mecnica cuntica (MC), pocas han sido tan divulgadas como la de Everett. Esta
formulacin se supone realista y libre de los problemas que aquejan a la interpretacin de Copenhague. En el presente
trabajo, mostramos los problemas semntico-ontolgicos que implican las formulaciones actuales de esta
interpretacin y discutimos el problema que presenta con respecto a las cantidades conservadas y las simetras
subyacentes al modelo de espacio-tiempo adoptado. Concluimos que en sus expresiones usuales, la teora de Everett es
inconsistente.
Palabras claves: mecnica cuntica - ontologa - inconsistencia -Everett

Abstract
Perhaps the most exotic interpretation of quantum mechanics is the so-called Everett interpretation. It was first
conceived as an overcoming proposal to Copenhagen formulation of QM, free of the problems of the latter and with a
realistic approach. In this paper, we show the several semantic and ontological problems in the current formulations of
this interpretation, and we discuss the critical problem of the conserved quantities and the assumptions on the space-
time symmetries in the theory. We conclude that Everett interpretation and its many modern reformulations are
inconsistent.
Keywords: quantum mechanics - ontology - inconsistency - Everett

Recibido: 16 de Febrero de 2016. Aceptado: 19 de Septiembre de 2016.

Departamento de Fsica, Facultad de Ciencias Exactas, UNLP, Argentina. Para contactar al autor, por favor, escribir a:
[email protected].

Instituto Argentino de Radioastronoma (IAR, CONICET), C.C. No. 5, 1894 Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina. Para contactar al
autor, por favor, escribir a: [email protected].
+
Agradecemos valiosas discusiones con Federico Lpez Armengol. GER tambin agradece a Santiago Prez Bergliaffa por muchos
comentarios y discusiones sobre MC a lo largo del ltimo cuarto de siglo.
Metatheoria 7(2)(2017): 47-53. ISSN 1853-2322.
Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
48 | Luciano Combi y Gustavo E. Romero

1. Introduccin
La bsqueda de una interpretacin realista que resuelva los problemas que han plagado a la Mecnica
Cuntica (MC) desde sus inicios ha generado numerosas propuestas. Alguna de estas involucra la
modificacin del formalismo usual de la MC. Otras interpretaciones mantienen el aparato matemtico
y agregan, generalmente de manera implcita, ciertas reglas semnticas. Las ontologas resultantes
suelen diferir radicalmente. La disputa epistemolgica entre todas estas formulaciones debe resolverse
principalmente por medio del anlisis semntico de sus postulados, evaluando su consistencia interna y
su correspondencia con los datos obtenidos de los experimentos. En MC esta cuestin se traduce en
encontrar una interpretacin que identifique claramente los referentes de la teora y sea consistente
con una teora de transicin de la MC hacia la mecnica clsica (MC-MC). Someramente, este
problema consiste en explicar por qu se observan propiedades definidas en el mundo macroscpico a
partir de una descripcin basada en una teora probabilista como la MC.
La interpretacin de muchos mundos (IMM), formulada en su primera versin por Everett en 1957,
propone que todos los resultados posibles de un proceso de medicin cuntico son reales, generando
as un multiverso. Cmo recuperar a partir de este supuesto las predicciones probabilsticas de la MC y
cul es la ontologa que esto implica ha generado mltiples controversias. Una nueva generacin de
everettianos, ubicados principalmente en Oxford, ha desarrollado una reformulacin de las ideas de
Everett en base a los estudios en decoherencia. Mostraremos en este artculo algunas de las
inconsistencias semnticas y ontolgicas presentes en esta concepcin de la interpretacin.

2. Medicin, colapsos y estados relativos


El desarrollo de la MC estuvo marcado en sus inicios por la filosofa operacionalista y positivista
dominante en el mbito cientfico a principios del siglo XX. La Interpretacin de Copenhague (IC)
asentada por Bohr alrededor de 1927 en sus Comos lectures y en los congresos Solvay supone que todo
aparato de medida es clsico y, por lo tanto, la mecnica cuntica debe ser descrita en trminos de conceptos
clsicos (Landsman 2007). La IC, junto al postulado del colapso introducido por von Neumann,
constituyen la MC ortodoxa, hegemnica an en nuestros das.
Un problema central en la interpretacin de la MC es la transicin MC-MC. En la IC esta
transicin no es continua ni controlada: existe un estricto dualismo ontolgico entre el mundo clsico
y el mundo cuntico (corte de Heisenberg). Con el avance de los estudios en medicin cuntica y el
anlisis detallado de los postulados de esta interpretacin (vase Bunge 1967), se han demostrado sus
inconsistencias, tanto semnticas como experimentales. Estas inconsistencias, particularmente las
asociadas al colapso, motivaron a Hugh Everett III para formular la interpretacin de los Estados
Relativos, presentada en su tesis doctoral, dirigida por J.A. Wheeler y posteriormente en un artculo
(Everett 1957). Los postulados de su teora pueden resumirse como:
I. Todo estado de un sistema fsico est representado por un vector de estado cuntico.
II. El vector de estado sigue en todo momento una evolucin unitaria.
El postulado I se aleja de la concepcin dualista de la IC y se alinea con el esquema de medicin
presentado por von Neumann, donde se introduce el estado cuntico representado por |O del
observador o aparato O. Incluso el universo tendra un estado representado por la funcin de onda
(ni Everett ni sus seguidores jams se ocuparon de explicitar la forma matemtica de estas funciones de
estado). El postulado II explcita que en los sistemas cunticos no ocurre el colapso de la funcin de
onda, i.e. la dinmica est dada siempre por la ecuacin dinmica bsica (de Schrodinger o Heisenberg,
dependiendo de la representacin). Everett argument que estos dos postulados bastan para reproducir
los resultados experimentales obtenidos por la MC ortodoxa. Podemos ilustrar su idea bsica de esta
Sobre la inconsistencia de la interpretacin de Everett | 49

1
manera: Consideremos un estado cuntico ( + ) y un aparato de medida en el estado
2
representado por |0r preparado para medir el spin.
La evolucin unitaria del sistema en el proceso de medicin resultar en:
1 1
( + )|0r ( 0 + 0 ) (1)
2 2
En la MC ortodoxa, el estado cuntico colapsa con una probabilidad en un estado spin arriba o en
un estado spin abajo. En la teora de Everett, todos los trminos del vector de estado se retienen. El
sistema cuntico despus de la medicin est entonces en una superposicin de un estado spin up
relativo al observador que midi spin up y un estado spin down relativo al observador que midi spin
down. No hay tal cosa como el estado absoluto de un subsistema; todos estos estados existen en algn
sentido. El fsico Bryce DeWitt, primero detractor y luego ferviente proponente de esta interpretacin,
hizo explcito el compromiso ontolgico de la teora a los muchos mundos. En el proceso descrito
por (1), el estado final del universo describe dos observadores independientes que registran distintos
resultados.
Explicar cmo aparecen las probabilidades tpicas de la MC ortodoxa y el mecanismo de
ramificacin fueron los primeros desafos de la interpretacin. El primer acercamiento a estos
problemas por parte de DeWitt, Graham y otros, resultaron infructuosos (vase Kent 1990).

3. A la caza de los muchos mundos


A diferencia de la reduccin galileana de bajas velocidades en la mecnica relativista, los espacios de
estados clsicos (el espacio de configuracin) y cunticos (el espacio de Hilbert) son muy diferentes. En
este sentido, la emergencia del mundo clsico requiere un tratamiento ms delicado que tomar ciertos
lmites reductivos como N , donde N es el nmero de partculas del sistema, o 0 para la
constante de Planck. Un sistema aislado aun de grandes dimensiones puede exhibir comportamiento
cuntico (vase Zurek 1990). El ingrediente faltante es la decoherencia: la presencia explcita del
entorno que induce al sistema a estar en ciertos estados clsicos. Con ms detalle, la decoherencia es la
aparicin de la base preferida (BP) en un proceso tipo de medicin (interaccin con algn entorno).
Al incluir al entorno E, un sistema con muchos grados de libertad, la interaccin de este con el sistema
S cuntico hace emerger una base privilegiada en donde las interferencias cunticas desaparecen.
Superposiciones de estados tpicamente macroscpicos son as difciles de observar.
El elemento bsico para computar las probabilidades la matriz densidad:
=
Esta matriz representa el estado cuntico de un dado sistema. Despus de la interaccin, cuando el
sistema se acopla (se entrelaza) con E, la matriz densidad correspondiente a S es aproximadamente
diagonal en la BP. Esto significa que el sistema S tiene una probabilidad dada por la regla de Born de
estar en ciertos autoestados definidos de la BP, i.e., lo que se suele denominar una mezcla estadstica
clsica. De esta manera, nuestro aparato de medida debe estar configurado para asegurar registros
estables de la BP (tambin denominada base del puntero) correspondiente a la variable dinmica que
pretendemos medir. Por ejemplo, en el experimento de doble rendija, la presencia del entorno (e.g., el
aire de la sala) induce al cuanto a pasar por una u otra rendija con una cierta probabilidad, excluyendo
los tpicos efectos de interferencia cuntica. La inclusin de la decoherencia ha fomentado el desarrollo
de nuevas ideas en la interpretacin de Everett. En palabras de David Wallace:
The Everett interpretation of quantum mechanics is just unitary quantum mechanics, taken literally as
a description of the world; it is a many-worlds theory because it instantiates multiple, emergent,
branching quasi-classical realities. (Wallace 2010, p. 227)
50 | Luciano Combi y Gustavo E. Romero

En el modelo de medicin (1) argumentamos que la evolucin unitaria del sistema involucra un
desdoblamiento o branching del observador. Sin embargo, existe una ambigedad en la eleccin de la
base en la cual se produce el branching. Los neo-everettianos argumentan que la decoherencia resuelve
este problema, es decir, el estado cuntico se ramifica en la base preferida surgida dinmicamente de la
interaccin. Los mundos o ramas en la IMM no son entidades fundamentales de la teora, como
DeWitt sostena, sino emergentes.

4. Ontologa en la interpretacin de Everett


La emergencia del mundo clsico segn la IMM proviene de la aparicin de patrones o ramas en el
estado cuntico. Estos patrones son los que poseen un comportamiento cuasiclsico y dan lugar a los
fenmenos que experimentamos en nuestra experiencia cotidiana. La aparicin del multiverso, se
argumenta, es una mera consecuencia de esto. Adoptamos la siguiente definicin:
Rama: Estructura dinmica aislada emergente por decoherencia del estado cuntico y con
comportamiento cuasiclsico.
El vector de estado del sistema se puede escribir naturalmente de esta manera en la BP como

i Ci i

donde los estados i son aproximadamente ortogonales y corresponden a las diferentes ramas
cuasiclsicas presentes en el estado total. La IMM atribuye existencia a cada una de ellas. La ontologa
subyacente es entonces la de un objeto fundamental, el estado cuntico, que se descompone por un
proceso dinmico, la decoherencia, y de esto emerge el mundo clsico: esta es la solucin al problema
de la transicin MC-MC. En este esquema, un gato no es un agregado de microobjetos como molculas
o clulas, sino un patrn dinmico estable del estado cuntico. Las propuestas semntico-ontolgicas de la
IMM son:
A. El objeto bsico de la ontologa es el estado cuntico.
B. Se adopta la tesis funcionalista atribuida a Dennet (1991) donde dos objetos son la
misma cosa si se comportan de la misma manera: A macro-object is a pattern, and the
existence of a pattern as a real thing depends on the usefulness in particular, the explanatory
power and predictive reliability of theories which admit that pattern in their ontology.
C. Los patrones, es decir, la forma que se descompone el estado, necesitan de la
decoherencia. Para su formulacin utilizamos el producto interno del espacio de Hilbert
(que en MC ortodoxa es la regla de Born y permite cuantificar las propensiones por
medio de probabilidades), usualmente llamado en este contexto peso de la rama. Estos
pesos nos dan la probabilidad subjetiva de encontrarnos en alguna rama (vase seccin
4.3).
Para clarificar todas estas nociones vagamente definidas presentes en la IMM es necesario realizar un
anlisis semntico de los conceptos implicados.

4.1 La reificacin del estado cuntico.


La ontologa es la rama de la filosofa que estudia los rasgos ms generales de los existentes. Detrs de
toda teora cientfica hay una ontologa presupuesta. La ontologa subyacente a la IMM toma como
objeto bsico el estado cuntico o la funcin de onda, the quantum state is all there is (vase Wallace
2012). Esta posicin denominada wave function realism, entre otras variantes, postula que la MC tiene
como referente ontolgico a la propia funcin de onda. Dilucidamos primero tres conceptos presentes
en estas afirmaciones:
Sobre la inconsistencia de la interpretacin de Everett | 51

1. Estado: Totalidad de las propiedades de una cosa x en un dado contexto


2. Objeto bsico: Individuo x que puede albergar propiedades.
3. Funcin de onda: Vector de un espacio de Hilbert. Un constructo matemtico.
Si se adoptan estas definiciones, entonces es errneo postular que el estado cuntico es el objeto bsico
o incluso el propio referente de la teora: (1) es una propiedad de (2), mientras que (3) es un constructo
que representa (1). Se ha afirmado de manera ms precisa que la MC refiere a un campo complejo
representado por la funcin de onda. Sin embargo, al ser Psi una funcin, esta puede representar slo
propiedades y no entidades en s (vase Bunge 1972). Podramos refinar el argumento y postular que
psi representa la intensidad de C. Si la MC es una teora acerca de este campo complejo, entonces se
deben aadir postulados semnticos que esclarezcan, i) el rol de las cantidades matemticas como los
operadores, que en la MC usual representan propiedades de microsistemas, y ii) el significado fsico de
esta intensidad.
La visin de la MC como una teora sobre la funcin de onda nos compele a la reificacin del
espacio de configuracin. En un sistema de N partculas, la funcin de onda est definida sobre un
espacio eucldeo de 3N dimensiones. Si esta representa la intensidad de un campo real, entonces E3N es
un espacio fsico real. Esta controversial propuesta conlleva numerosas inconsistencias: a) se supone
una ontologa de partculas (microsistemas) para formular la ontologa bsica, b) est en contradiccin
con la teora cuntica de campos, donde N no es una cantidad conservada (de hecho, ni siquiera es un
invariante relativista en teora de campos sobre espacio-tiempos pseudo-Riemannianos, y c) no est
claro cmo conciliar el espacio clsico E3 con esta teora. Algunas de estas posiciones se discuten en
Albert (2013).
En este esquema, en donde solo hay funcin de onda y no microsistemas como electrones o
molculas, resulta imposible realizar predicciones experimentales o construir modelos de situaciones
fsicas concretas.

4.2 Patrones y ramificacin.


Las dificultades ontolgicas presentadas en 4.1 presentan importantes problemas para la formulacin
de una teora realista y precisa de los muchos mundos. El concepto de emergencia adoptado en el
trasfondo de la teora para dar cuenta de estos patrones, i.e. la tesis funcionalista, afirma que la materia
no es lo fundamental, sino la forma o estructura de la misma. Esto representa un impedimento para
explorar los diferentes niveles ontolgicos que presenta la realidad y es insostenible en la prctica
cientfica (vase Bunge 2012).
Para definir las ramas se utiliza un producto interno, una funcin matemtica. En la mayora de las
interpretaciones de la MC, este representa la propensin de un sistema a tomar el valor de una cierta
propiedad. Sin embargo, en la IMM no existe ninguna regla semntica aplicada a este objeto
matemtico. Considrese, por ejemplo, que en (2) tenemos Ca = 0.2 en una rama y Cb = 0.4 en otra.
Sin un significado semntico de estas cantidades es imposible distinguir objetivamente estas dos ramas.
Como se explic en la seccin 3, el proceso de decoherencia es aproximado. Las interferencias
cunticas no desaparecen por completo y las ramas estn aproximadamente definidas. Los neo
everettianos argumentan que un proceso de emergencia siempre es aproximado y por lo tanto la
definicin de un objeto macroscpico es intrnsecamente vaga. Sin embargo, la vaguedad es una
propiedad del lenguaje y, en todo caso, lo aproximado se debera cuantificar. De esta manera, no tiene
sentido afirmar que algo existe aproximadamente. La identificacin del peso de las ramas como
medida de la existencia (vase Vaidman 2015) carece de fundamento semntico. Sin individuos con
propiedades con la capacidad para formar sistemas, el concepto de emergencia como novedad
cualitativa es inconsistente.

4.3 Probabilidades
La imagen del mundo presentada por la interpretacin de Everett es totalmente determinista y libre de
probabilidades. El problema ms urgente de la interpretacin es entonces recuperar las probabilidades
52 | Luciano Combi y Gustavo E. Romero

tpicas de la MC (Hsu 2011). Sin posibilidad real, la nica nocin de probabilidad presente es la
subjetivista. Intentos modernos de atacar este problema abarcan, entre otras, las teoras de eleccin
racional iniciada por Deutsch y desarrollada por Wallace. La estrategia es postular ciertos axiomas de
comportamiento que un ser racional debera seguir en un multiverso y demostrar que la regla de Born
es su funcin de utilidad para calcular la probabilidad (sus grados de creencia) de estar en una
determinada rama. Trabajos recientes han mostrado algunas inconsistencias de esta postura (vase
Adlam 2015). Al no tener un espacio de eventos (las ramas estn difusamente definidas) no podemos
aplicar coherentemente el clculo de probabilidades. El estudio de una teora fundamental como la
MC no estara completo sin apelar a la filosofa del lenguaje y al estudio de seres racionales como
nosotros: esto supone el abandono del realismo.

4.4 Propiedades, simetras y conservacin


Otro problema importante que aqueja a la IMM es su reconciliacin con las herramientas bsicas de la
MC usual y una perspectiva realista. Cmo explicitar el significado de las propiedades y su relacin con
las ramas emergentes de la teora es un problema an no resuelto. Tal como ha dicho Deutsch (1999):
es hora de que los everettianos empiecen a aplicar la interpretacin a situaciones fsicas concretas. En
su estado actual, una teora bien formalizada y realista de la IMM deviene inconsistente con las
simetras del espacio-tiempo subyacente a la teora. Tanto en MC como en mecnica clsica, la teora se
formula en un espacio tiempo euclidiano (no relativista) o minkowskiano (lorentziano o relativista). Las
simetras asociadas implican ciertas cantidades conservadas como la energa o el momento, va el
teorema de Noether. En MC estas cantidades representadas por operadores autoadjuntos son
propiedades de microsistemas. En el lmite hacia la mecnica clsica, estas propiedades deben respetar
de alguna manera estas simetras. La inconsistencia se puede ejemplificar con la energa. La energa es
la capacidad de cambio. Todo objeto material concreto (real) posee energa. Si la formacin de las
ramas es un proceso dinmico, este necesita de energa. De esta manera, de un proceso finito se
generaran infinitas ramas, por ejemplo, midiendo un tomo en un estado de superposicin de
infinitas autoenergas. Si adoptamos el materialismo, entonces esto implica la generacin de infinitos
individuos a partir de un proceso finito. Como se ha dicho, esta violacin a las leyes de conservacin es
inconsistente con las simetras supuestas por la misma teora (vase Perez-Bergliaffa et al. 1993). La
defensa usual de los everettianos es aducir a que la funcin de onda total, que puede descomponerse
en ramas cuasiclsicas inaccesibles unas a otras (decoherentes) conserva la energa en el sentido
puramente cuntico, esto es, se conserva el valor medio del hamiltoniano (para un anlisis cuidadoso,
vase Hartle et al. 1995). Wilczek (2013) argumenta que la energa se conserva en el multiverso
everettiano si (a) las ramas decoheren exactamente, lo cual no es cierto, y si (b) la energa no es
considerada como una sustancia en el sentido usual (vase seccin 4.1). De esta manera, en el mismo
espacio-tiempo pueden coexistir diferentes entidades (el gato muerto y el gato vivo) correspondientes a
diferentes ramas sin violar cantidades conservadas. Es imposible entonces tratar situaciones fsicas
macroscpicas de manera realista ya que nuestras teoras estaran condicionadas a una sola rama. De
esa manera, o se abandona el materialismo y el realismo o se llega a una inconsistencia con las
cantidades conservadas. La ontologa para superar estas dificultades, como se discuti en 4.1, tambin
es inconsistente.

5. Conclusiones
Hemos argumentado a travs de un anlisis semntico que la IMM est construida sobre nociones
vagas que necesitan una urgente clarificacin. Su formulacin actual implica que es imposible sostener
en esta interpretacin el realismo y el materialismo debido principalmente a 1) su inconsistencia con
las simetras del espacio tiempo, 2) la adhesin a la escuela subjetivista de la probabilidad y 3) la
adopcin de una ontologa difusa. Existen otros problemas a discutir en esta formulacin como el
problema del tiempo, la localidad, y la causalidad. El problema de la transicin de la MC a la mecnica
Sobre la inconsistencia de la interpretacin de Everett | 53

clsica es uno de los problemas ms importantes y desafiantes de la fsica contempornea. El camino a


su resolucin, en nuestra opinin, debe basarse en una teora fuertemente formalizada, precisa, realista
y libre de las ambigedades semnticas que aquejan a la IMM.

Bibliografa

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Interpretation Misunderstandings about Elementary
Quantum Mechanics*
Confusiones de interpretacin en mecnica cuntica elemental
Federico G. Lopez Armengol
Gustavo E. Romero

Abstract
Quantum Mechanics is a fundamental physical theory about atomic-scale processes. It was built between 1920 and
1940 by the most distinguished physicists of that time. The accordance between the predictions of the theory and
experimental results is remarkable. The physical interpretation of its mathematical constructs, however, raised
unprecedented controversies. Ontological, semantic, and epistemic vagueness abound in the orthodox interpretations
and have resulted in serious misunderstandings that are often repeated in textbooks and elsewhere. In this work, we
identify, criticize, and clarify the most spread ones.
Keywords: elementary quantum mechanics - interpretation misunderstandings - Bunge

Resumen
La Mecnica Cuntica es una teora de fsica fundamental que modela procesos a escalas atmicas. La teora fue
formulada entre los aos 1920 y 1940. El acuerdo entre las predicciones obtenidas a partir de su formalismo
matemtico y los resultados experimentales es notable. Sin embargo, las interpretaciones fsicas de los constructos de la
teora originaron controversias sin precedentes en la historia de la Fsica. Las imprecisiones ontolgicas, semnticas y
epistmicas de las distintas interpretaciones han ocasionado que se repitan y propaguen graves malentendidos que
obstaculizan la investigacin bsica. En este trabajo identificaremos, criticaremos y aclararemos algunas de estas
confusiones, con nfasis en las ms bsicas y difundidas.
Palabras claves: mecnica cuntica elemental - interpretacin - confusiones - Bunge

*
Recibido: 16 de Febrero de 2016. Aceptado con revisiones: 19 de Septiembre de 2016.

Instituto Argentino de Radioastronoma CCT La Plata (CONICET), C.C.5 1894 Villa Elisa, Buenos Aires, Argentina. Para contactar al
autor, por favor, escribir a: [email protected]

Facultad de Ciencias Astronmicas y Geofsicas, Universidad Nacional de La Plata, Paseo del Bosque s/n, 1900 La Plata, Buenos Aires,
Argentina. Para contactar al autor, por favor, escribir a: [email protected].
Metatheoria 7(2)(2017): 55-60. ISSN 1853-2322.
Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Publicado en la Repblica Argentina.
56 | Federico G. Lopez Armengol y Gustavo E. Romero

1. Introduction
Modeling atomic-scale physical systems with classical laws yields inaccurate results. This fact was
noticed in the first half of the XX century with phenomena such as black body radiation, the
photoelectric effect, Stern-Gerlach deflections, and the Comptom effect. A battery of novel
experiments based on these and other phenomena, along with remarkable theoretical work, led to the
formulation of Quantum Mechanics (QM). The list of physicists that contributed to the new theory is
long and includes illustrious names: Max Planck, Niels Bohr, Werner Heisenberg, Albert
Einstein, Erwin Schrdinger, Max Born, John von Neumann, Wolfgang Pauli, David Hilbert, Paul
Dirac, and Pascual Jordan among many others.
The predictions made with the theory were confirmed by several experimental measurements and
the mathematical formalism was rapidly accepted by most physicist of the time. Nevertheless, the
interpretation of the new theoretical constructs was far from clear and raised serious controversies.
From this intellectual conflict, numerous interpretations of QM emerged. To name just a few: the
Copenhagen interpretation, the de Broglie-Bohm theory, interpretations based on Quantum Logic,
Time-Symmetric theories, the Many-Worlds interpretation, statistical interpretations, and realistic ones
(for a review of QM interpretations and their historical context, see Jammer 1974)
The most accepted and spread interpretation of QM is the Copenhagen interpretation, proposed by
Niels Bohr and Werner Heisenberg in 1927. The popularity of this view resides on its practical
usefulness. The Copenhagen interpretation is, however, implicitly influenced by subjective and
pragmatic philosophy.
In this work, we briefly describe a realistic interpretation of QM. Then, we discuss some widely used
statements that are usually taught in QM elementary courses and sometimes even invoked in academic
discussions. We hope to clarify some misunderstandings about interpretation issues related to the
deterministic character of the theory, the so-called uncertainty principles, the wave function collapse,
the Einstein-Podolsky-Rosen (EPR) paradox, and the related ontology. The main reference of the
article is Bunge (1967), but the reader might also benefit from Bunge (1973, 2010), and the discussion
in Bunge (1983).

2. Realistic approach
We present a short description of the formalism of QM from a realistic perspective. We do not intend
to be exhaustive, but rather to focus on those postulates that are key for understanding the theory. We
include some equations using bra-ket notation, but mostly we are interested on semantic issues.
The referents of QM are particular physical systems called quantum systems. This statement may
sound trivial, but is crucial for properly understanding the theory. We discuss it in Section 3.5.
The states of a quantum system are represented by non-unique unit vectors | in some Hilbert
space , known as the state space, with a defined inner product. The state space is isomorphic to
2 (3 ), the set of square integrable functions on the configuration space of the system. For this
reason, it is usual to associate square integrable normalized functions on configuration space ( )
with quantum states. The latter function is called wave function and is a fundamental tool for
calculating the properties of the quantum systems.
Then, unlike classical theories, quantum states are represented by vectors in a space where a
summation operation is defined. This fact and the linearity of the dynamic equations of the theory
imply that the Principle of Superposition holds at the level of states. Consider, for instance, the wave
functions |+ , | that represent the states of an electron with its spin up and down, respectively.
Then, the state:
3 4
| = |+ + | ,
5 5
Interpretation Misunderstandings of Elementary Quantum Mechanics | 57

represents a plausible quantum system that is a superposition of the spin-up and spin-down electron.
For empirical confirmation of such counterintuitive feature of QM, called quantum entanglement, see
Schlosshauer (2007), p. 21.
The values of the properties of the quantum systems can be calculated with self-adjoint operators
(): , acting on the corresponding states. But, unlike classical systems, quantum systems may
not have precise values for its properties. Instead, we can calculate the average of a certain property
by:
= | | .
The spread of the average is:
2
2 = 2 .

If the spread of a certain property of a quantum state | is null, then the property takes a
precise value . The corresponding state | is called eigenstate of the operator , its eigenvalue,
and they satisfy:
| = | .
Under certain conditions, the values may constitute a countable set, i.e. may be quantized. This is
another peculiar and contrastable feature of QM. The name of the theory comes from this feature.
Because of the Superposition Principle, quantum states are not exclusive. For example, given an
eigenstate | of certain self-adjoint operator (), the propensity of any quantum state | to take
the value is measured by a probability:
= || |2 ,
where 0 < < 1 (see Popper 1959).
Finally, QM has an evolution equation that describes how properties change with time. The
equation reads:


= ( ) + ,

where denotes a particular operator called Hamiltonian of the system.
We have specified the referents of QM, how to calculate their properties, and their dynamical
equation. This short explanation suffices to clarify some usual misconceptions about quantum systems.
For a detailed realistic formulation of the formalism see Perez Bergliaffa et al. (1993, 1996).

3. Interpretation misunderstandings
3.1. Determinism
It is usually argued that: QM is not deterministic as Classical Mechanics because it cannot predict precisely the
properties of its referents. The latter argument is misleading and needs clarification. This subsection is
based mostly on Earman (1986).
Determinism is a polysemic word. We find numerous definitions in the literature but none of them
refers to the accuracy of predictions. Instead, they refer to dynamical properties of the theory.
QM dynamic equation is invariant under time reversal if we accept that time reversal operation is
given by [( )] ( ) and () (), where * denotes complex conjugation. On the other
hand, QM evolution equation admits unique solutions under precise initial conditions. Classical
theories do not possess this attribute because of possible disturbances coming from spatial infinity with
unbounded velocity. QM forbids the invasion from spatial infinity because, in order to keep the wave
58 | Federico G. Lopez Armengol y Gustavo E. Romero

function normalized, lim ( ) = 0. Moreover, the normalization of the wave function entails

stability under variations of the initial conditions. This is not the general case in Classical Mechanics.
In summary, determinism does not refer to predictability, but to features of the time evolution. In
this sense, we find that QM is even more deterministic than Classical Mechanics.
It is true that QM does not predict precise values for the properties of the system. However, that is
not a problem of QM dynamics, but of its ontology. Quantum systems, as characterized by the
standard formalism, do not have precise values for their properties; thats why we cannot predict them.

3.2. Uncertainty relations


Under the misleading name of uncertainty principles, it is stated that: Given a quantum system, we
cannot measure simultaneously and with arbitrary precision the values of properties whose associated operators do
not commute1. The main reference for this subsection is Bunge (1967).
First, the mentioned statement is based on a theorem; it is not a principle. The theorem reads: Let

, , be self-adjoint operators such that [ ,
] = , then
| |2, for any quantum state
.
The theorem does not make any reference to measurements processes, neither to unavoidable
disturbances caused by our interaction with the system, nor to our incapability to measure precise
quantum properties. It makes reference to the averaged properties of the quantum systems. In short,
epistemic uncertainty is distinct from ontological variance of properties.
Furthermore, it is usually argued that time and energy satisfy an uncertainty relation of the form:
2. This relation is alien to QM formalism simply because the parameter time does not
have an associated operator and, therefore, does not apply to the mentioned theorem (see Bunge,
1970). The correct time dependent uncertainty relation between the energy and a self-adjoint
operator is (Messiah 1981):

.
| |/ 2

3.3. The wave function collapse


The most controversial postulate of the Copenhagen interpretation is the Projection Postulate: If the
measurement of a property of a quantum system | gives the result , where is an eigenvalue of , the
quantum state | immediately changes to the corresponding eigenstate | .
First, we remark that QM is a fundamental physical theory that models the behavior of its referents,
i.e. quantum systems. There is no place in its formalism for observers, human measurements, or
classical entities. We admit that understanding the quantum-classical interaction is essential, and the
Projection Postulate contributes on that sense, but it does not belong to QM proper. It should be a
consequence of a theory, yet inexistent, that formally models quantum systems, classical apparatus, and
their interactions, i.e. a quantum theory of measurement.
The Projection Postulate is a valuable pragmatic statement, but should be replaced by a formal
model of the quantum-classical interaction. Moreover, strictly speaking mathematical objects such as
functions in a Hilbert space cannot collapse. Only the physical systems can change their state or
collapse. The representation of physical collapse should not be confused with the collapse of
mathematical objects.

3.4. The Einstein-Podolsky-Rosen paradox

1 do not commute if, and only if, = [ ,


Two operators , ] =

0.
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Einstein, Podolsky and Rosen (1935) argued that formalism of QM was either incomplete, or
unrealistic. The argument is based on a thought experiment about an entangled quantum state, whose
components are arbitrarily distant from each other. The apparent paradox resides on instantaneous
effects over one of the components, produced by the local interaction of the other with an observer.
For a detailed discussion see, e.g. Perez Bergliaffa et al. (1996).
Thanks to the leading work of Bell (1964), the ideas of EPR could be tested by experience. Several
experiments were made, the latest by Hensen et al. (2015), and the results are clear: QM formalism is
not local and incomplete.
According to some authors, the work of EPR and the mentioned experimental results seem to imply
that QM is inconsistent with realism. Such statement, however, is based on a questionable hypothesis:
locality. A realistic interpretation of QM, only demands to accept non-local effects in entangled
systems.
Setting aside locality is polemical, but the reader should notice that not real action at distance
between a general class of physical systems is implied. Possible non-local correlations are limited to
highly manipulated entangled systems.
In short, QM may manifest non-local effects in order to preserve systemic features with no
detriment of ontological realism (see Perez Bergliaffa et al. 1996).

3.5. Ontology
Ontological questions in elementary courses on QM are often answered with the so-called wave-particle
duality: depending on the experimental set up, particles may behave as waves, or waves as particles.
This proposition was stated by Louis de Broglie before the formalization of QM was established and
was fundamental in a heuristic sense. However, we emphasize that the referents of QM are not
particles, nor waves, not even the wave function. The referents of QM are quantum systems, per se.
In other words, quantum systems are not compound by particles nor waves. The latter are classical
concepts that do not belong to QM. Classical analogies are heuristically important for the making of a
theory, but they have no place in its final postulates (Bunge 1967).
The ontology based on quantum systems may not satisfy our curiosity about the components of the
quantum world. In that case, we should proceed to study Quantum Field Theory, a deeper theory that
models quantum systems as particular physical fields.

3. Conclusions
QM is an extraordinary fundamental physical theory. However, it has been victim of imprecise,
subjective, and vague interpretations. In this article we outlined a realistic approach of QM and
criticize several misleading propositions that are usually heard around. Inattention on interpretational
issues may not affect experimental predictions. However, they engender confusing statements that
obscure the theory and hinder further theoretical developments.
From an ethical perspective, vague and confusing statements enhance the action of pseudoscience:
QM has been applied to New Age culture, telepathy, pseudo-medicine, the existence of God, mind-
body dualism, and other forms of non-sense. All this can be avoided with precise and formal
philosophy, essential for interpreting counterintuitive modern physical theories.

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Metatheoria | Volumen 7, Nmero 2, Abril 2017


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ISSN 1853-2322

Metatheoria | Volumen 7, Nmero 2, Abril 2017 | ISSN 1853-2322


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Pablo M. Jacovkis, The Concept of Existence in Mathematics
Gustavo E. Romero, Truth and Relevancy
Aldana DAndrea, Sobre la relevancia de la tesis de Turing
Mara Esther Burgos, La Mecnica Cuntica Ortodoxa: una teora tan
exitosa como incoherente
Luciano Combi y Gustavo E. Romero, Sobre la inconsistencia de la
interpretacin de Everett de la mecnica cuntica
Federico G. Lopez Armengol y Gustavo E. Romero, Interpretation
Misunderstandings about Elementary Quantum Mechanics

www.metatheoria.com.ar

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