Pamela Srmenderi

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A la memoria de Asunta Yong Fang.

INTRODUCCIN

No dejes que el mal te confunda


y creas que puedes tener secretos para l.

FRANZ KAFKA

Ser reportero de sucesos no te inmuniza ante el dolor; ms bien al contrario.


A medida que vas acumulando historias con perfiles definidos, que ahondas en
tcnicas de investigacin, en las frustraciones diarias de quienes persiguen el mal y
las vidas dinamitadas de las vctimas, ese dolor comienza a ocupar espacio en tu
mochila personal y cambia tu mirada ante el mundo.

Nunca entiendes el sinsentido de la muerte y muchas noches el sueo se


escapa volando, ocupado su tiempo en dar vueltas a una pregunta, a un dato que
has ledo o te han contado y no encaja; a la respuesta de un sospechoso o un
imputado que chirra en su discurso. T no eres investigador, solo periodista, un
transcriptor de hechos, el mensajero de la sordidez que habita en el mundo. Pero a
veces te gana la partida el sentido innato de Justicia, la que se extiende o eso
crees t en forma de palabras.

El asesinato de Asunta me sacudi ms que casi ninguno en plena transicin


laboral y personal. Ese 21 de septiembre de 2013 acababa de inaugurar un reto
profesional. Al cabo de diecisis aos contando historias a diario en el peridico
ABC, cambi los papeles y empec a trabajar de forma continuada en televisin, en
la seccin de actualidad de El programa de Ana Rosa. Haba renegado durante aos
de las cmaras y los redactores que se interponan en mi trabajo y espantaban a un
familiar o un testigo. Yo, armada con una libreta, y ellos, con un arsenal de cables y
prisas. Y ah estaba entonces, al otro lado, a ambos en realidad, con un vrtigo que
me mareaba, miembro del ejrcito de carreras, ante el crimen inexplicable de una
nia.

Asunta me cautiv desde el primer momento. La nia aplicada que aprenda


idiomas, bailaba, tocaba dos instrumentos y pareca no haberse embarcado an en
el acantilado de la compleja adolescencia. Me preguntaba cada da, en el
hermetismo inicial de la investigacin, cmo se sentira al saberse distinta, especial,
y le asignaba en mi imaginacin un punto de soledad y ensimismamiento. Mi
empata con esa criatura delicada aument por das, al ritmo que se aceleraba el
horror al conocer los detalles de sus ltimas horas, de sus ltimas semanas.

Su muerte dej de ser un caso ms en mi mochila pesada de infiernos ajenos


y entr en mi vida arrasando todo a su paso por momentos. Congel fines de
semana, rob horas y horas familiares, desat situaciones anmalas en busca de un
dato, de una confirmacin, de un porqu.

No lo he encontrado. He buceado con las armas aprendidas en este oficio.


He ledo decenas de veces las pginas del sumario, las palabras de quienes
conocan a los protagonistas, he tratado de entender motivaciones, pero la
respuesta sigue sin aparecer. Este libro, un reportaje mucho ms extenso de lo
habitual, es mi particular empeo para evitar el olvido que extiende la muerte.

Aclaracin: los nombres reales de los agentes de la Guardia Civil y del


Cuerpo Nacional de Polica han sido sustituidos por otros ficticios para preservar
su seguridad. Tambin se ha cambiado el de la testigo menor que vio a Alfonso
Basterra con Asunta la tarde del crimen, as como los de las personas de su entorno
con el fin de preservar su testimonio. El del hombre con el que Rosario Porto
mantena una relacin tampoco es el autntico. El resto aparecen tal y como los
recoge el sumario del caso.
Captulo I

TIRADA EN UNA CUNETA

Tiene an los trozos de champin en el estmago sin digerir. Pobre


criatura.

No la han violado ni la han estrangulado. No tiene ningn golpe y, pese a


lo que dijo el mdico del 061, tampoco la atropellaron.

La asfixiaron. Eso est claro y tambin que apenas se resisti. El cuerpo


presenta unas pequeas erosiones y nada ms. Le ataron las manos y los pies
cuando an estaba viva.

... Y la colocacin del cadver... iba con mucha prisa quien la dej all
tirada.

O no poda con ella o tema ser descubierto.

Toxicologa nos dir ms terci el juez dirigindose a los cinco forenses


presentes en la sala de autopsias, entre ellos una especialista en agresiones sexuales
. He pedido prioridad absoluta.

El juez Jos Antonio Vzquez Tan sali del depsito de cadveres del
hospital de Conxo con el teniente Maceiras y el cabo Rafael Herrero. Eran las nueve
de la noche del domingo 22 de septiembre. Mir el cielo despejado y pens que el
otoo se retrasaba. Cargaba ya con unos cuantos levantamientos de cadveres y
unas cuantas autopsias, pero uno nunca se acostumbraba a que la muerte viniera
con cara de nia. Haban pasado cuatro horas en la sala de autopsias. Sobre la mesa
metlica estaba el cuerpo de Asunta Yong Fang Basterra Porto, de doce aos. Dos
hombres la haban encontrado, a la 1.15 de la madrugada anterior, en una pista
forestal a las afueras de Santiago de Compostela. Sus padres, la abogada Rosario
Porto y el periodista Alfonso Basterra, haban denunciado la desaparicin solo tres
horas antes. Y esa misma madrugada se convirtieron en los principales
sospechosos del crimen. Haban mentido e incurrido en contradicciones.

El cadver, adems, apareci a 4 kilmetros de una finca de la madre en la


que haba estado esa tarde. En una habitacin de esa casa se hall una papelera con
evidencias sospechosas que precipitaron los registros de sus viviendas (estaban
divorciados) y de sus coches. Antes de que amaneciera ya estaban imputados. Lo
saban ellos y lo saban los investigadores que iniciaron una carrera contra el
tiempo, dirigida por el titular del Juzgado de Instruccin nmero 2 de Santiago.

Mientras Tan se diriga al aparcamiento del hospital se dio cuenta de que


llevaba dieciocho horas sin parar, salvo para el almuerzo, que comparti con los
investigadores comentando sus impresiones del caso. Era hora de volver a casa. Si
se daba prisa an poda dar un beso a sus hijos antes de que se durmieran.

A esa misma hora, Alfonso Basterra consult por quinta vez las web de La
Voz de Galicia y El Correo Gallego, su antiguo peridico. La informacin sobre la
muerte de Asunta no haba variado. Charo no paraba de charlar en el saln con los
amigos llegados para consolarlos. Desde la cocina del piso de Doctor Teixeiro, el
que antes era su hogar, a cinco minutos de la sala en la que acababan de hacerle la
autopsia a su hija, marc el nmero de El Correo Gallego y pregunt quin estaba de
jefe. Decidi llamar al mvil del director: Soy Alfonso. Veo que os habis enterado
de lo que le ha ocurrido a mi hija. Debo pedirte un favor. No publiquis ms. Charo
est muy mal y esto no ayuda. El director, su antiguo colega, dio el psame a
Alfonso y le pregunt cmo estaban y si necesitaban cualquier cosa. Su exjefe se
sorprendi de que en un momento como ese a Basterra le interesara si publicaban o
no el crimen, pero record que siempre haba sido un tipo extrao.

Alfonso tena los nervios disparados. Concentr todo su pensamiento en


calmarse. No haba pegado ojo y estaba furioso, aunque nadie lo percibi, por la
estpida reaccin de Charo en Montouto. Si no hubiera corrido escaleras arriba, el
teniente quiz ni se hubiera fijado en la dichosa papelera del dormitorio con la
cuerda, la mascarilla y los pauelos. No era un registro hasta que ella con su
comportamiento sin control activ la alarma del guardia civil. Pero con Charo el
guion era recurrente: primero actuaba y luego pensaba. Ese fue el detonante de los
tres registros que ya haban soportado en las ltimas horas.

En la Comandancia de La Corua, a 75 kilmetros, el teniente Maceiras


distribua tareas entre su equipo: cuatro hombres y una mujer viviran a partir de
esa noche para reunir pruebas y hacer justicia a una nia. Haba quedado en hablar
con Tan a primera hora del da siguiente, lunes, salvo que surgiera alguna
novedad. Para entonces el atestado inicial deba estar perfilado.

Vamos a ver lo que tenemos y a repartir trabajo. Hay que darse prisa.
Rafael, t encrgate de las cmaras. No quiero que se quede ni una fuera de
control. Hay varios bancos, el Parlamento, la gasolinera, a ver cuntas tiendas
tienen tambin.

Nos fiamos del recorrido que nos ha dicho la madre o ampliamos? Fjate
que nos ocult lo de la parada del coche en doble fila record el cabo.

De momento, nos centramos en ese recorrido lgico, ya son unas cuantas


cmaras, y despus en funcin de lo que hayan captado, ya veremos. Marcelo, a ti
te dejo el informe de alarmas de la casa. Oficia a la compaa y que te pase todas
las conexiones y desconexiones. A ver hasta cundo pueden tirar hacia atrs. Eso
de momento. Azucena, no quiero que te despegues de la madre. Sigue dndole
carrete todo lo que puedas. A las ocho en punto os espero en la sala de reuniones.

El teniente Maceiras y el cabo Rafael Herrero se quedaron en el despacho.


Aunque no haban parado de hablar desde que apareci la nia, acostumbraban a
cambiar impresiones antes de volver a casa. Rafa, veterano en Homicidios, cont a
su superior cada detalle de los que le haba relatado el inspector Vila. Apenas
haban coincidido, pero pareca un madero de fiar y con buen ojo. Ambos haban
comentado la extraa actitud de la madre cuando le dieron la noticia de la muerte.
Curiosa esa insistencia de ella en no querer volver a Montouto por si regresaba la
nia y se encontraba el piso vaco. Y ni siquiera hicieron ademn de ir a ver el
cadver, de querer identificarlo. En fin, vamos a trabajar.

No es mi hija. Tienen que buscarla. Estn ustedes equivocados, dispar la


seora Porto. El inspector de polica se haba preparado mentalmente para
cualquier reaccin en el breve trayecto de la comisara al piso de Doctor Teixeiro.
En la academia de vila no hay una sola clase en la que te expliquen cmo darles a
unos padres la noticia de que su hijo ha aparecido muerto, que alguien lo ha
matado. En ese momento t no eres polica, eres el mdico en la puerta de la UCI.
La diferencia es que los familiares que aguardan al otro lado de esa sala quirrgica
solo esperan un milagro y este no era el caso. Al inspector le pareci que Rosario
Porto no reaccionaba como debera hacerlo una persona ante la muerte de su hija.
Se imagin a su propia esposa, dormida de cualquier manera en el sof, como
estaba Rosario cuando ellos llegaron, mientras su nia era una incgnita encerrada
en un ordenador, y la imagen sali rebotada... Imposible, si a duras penas
conciliaba el sueo cuando la cra iba a una excursin del colegio...

Era una impresin subjetiva, por supuesto, pero esas miradas son las que a
diario enfocan una investigacin o la hacen aicos. No era solo la lgica
incredulidad ante el hallazgo del cadver de su nia. Era un atisbo de frialdad y
lejana el que detect el inspector y comparti con su compaero.

Os habis fijado en que no ha parado de dar vueltas por la casa, en que no


nos ha hecho preguntas?, les coment ms tarde al agente que le acompa y al
cabo Herrero. Solo insista en que Asunta se haba quedado en casa y en que
alguien la haba raptado ms tarde de camino al piso de su padre, entregado a la
lectura en su sof, segn le explic. Vamos, que para ellos es un secuestro. Eran
casi las cuatro de la madrugada del domingo 22 de septiembre.

Unas horas antes, el inspector Samuel Vila estaba al mando de la Oficina de


Denuncias de Santiago. Le haba tocado ese sbado la guardia. Fue la primera
persona, aparte de Isabel Veliz, la madrina de Asunta, que habl con Alfonso
Basterra y Rosario Porto, cara a cara, sobre la desaparicin de la nia. A los padres
los grab la cmara de vigilancia de la comisara entrando en el edificio a las 22.17.
Paso calmado, ni un gesto de premura. Contaron que su hija haba desaparecido
tras quedarse sola en casa a las siete de la tarde. A las 22.31 el instructor empez a
redactar el atestado.

La madre detall que dej a la pequea en casa haciendo los deberes a las
19.00 horas y no la encontr cuando regres de hacer unas gestiones a las 21.30. Al
volver, la puerta estaba cerrada con llave y la alarma conectada. Crey que la nia
habra ido a casa de su exmarido, que vive a 25 metros y con el que mantena muy
buena relacin. Al llamarlo y comprobar que no estaba con l, se alarmaron y
telefonearon a varios conocidos y amigos de la cra. La relacin con su hija era
excelente y no tenan conocimiento de que tuviera problemas en el colegio. En la
casa no faltaba nada. Su hija, dijo, nunca sala de casa sola. A mediados de julio, un
desconocido haba entrado en su vivienda. No lo denunci porque no quera
traumatizar a la nia.
Samuel, pendiente de cada hora y detalle que aportaba la madre, repar en
dos hechos: uno, que a Asunta Basterra Porto le faltaban solo nueve das para
cumplir trece aos, y dos, que los padres no eran capaces de detallar qu zapatillas
calzaba su hija. Esa anomala le hizo fijarse despus, cuando acompa a Basterra a
su monacal piso, en las zapatillas blancas con los calcetines dentro depositadas en
el felpudo de la entrada. Haba otras, aparentemente de nia, en el de la madre.
Siempre dejamos ah el calzado, fue la respuesta que recibi del padre.

Pas ms tiempo con l que con Rosario en esa noche de idas y venidas
constantes de la comisara a los pisos de ambos, entrelazadas con llamadas a un tal
Hugo, el que pareca ser el amigo ms asiduo de la cra o al menos el que se
acercaba con ella hasta su casa; a media noche, recurri al consabido cigarro capaz
de desatar confidencias en el portal del nmero 31 de Doctor Teixeiro, con la
complicidad del silencio y la temperatura veraniega. Alfonso le dijo que iba a
aparecer muerta, que esperaba que no la hubieran violado y apel a su silencio, a
que no comentara nada en presencia de Rosario porque se iba a poner muy
nerviosa.

Horas despus, el inspector record esas palabras y las archiv una por una
para entregarlas al juez en su declaracin. La Guardia Civil llam a la comisara
pasadas las tres y veinte de la madrugada para informar del hallazgo del cuerpo (la
denuncia se haba tramitado como una desaparicin inquietante y se activ el
protocolo al completo). l y otros dos agentes de paisano condujeron hasta el
camino de tierra y comprobaron que era la nia. Volvieron ya con esa certeza y ese
sabor negro en la garganta. El inspector Vila, su compaero, el teniente Maceiras, y
el cabo Herrero fueron los encargados de llamar al timbre con el luto pintado en la
cara. No compartieron impresiones con sus jefes sobre la reaccin de Rosario y
Alfonso, que a las 4.45 ya saban que su hija estaba muerta. Les pidieron el mvil
de la nia, ese en el que el inspector haba buceado en busca de una respuesta que
no logr encontrar. Le extra que lo hubiera dejado en casa. El ltimo mensaje era
de las 17.25 de esa misma tarde. Voy a hacer los deberes, se lea en el contexto de
un inocente chat adolescente. Luego el silencio.

Los guardias tenan la misin de ir con los padres a la magnfica finca


familiar de Montouto, tan prxima al lugar donde se haba encontrado el cuerpo
como para levantar sospechas sobre el entorno de Asunta. El inspector Vila pens
que ojal esa noche del 21 de septiembre no hubiera sucedido nunca ni hubiera
tenido que redactar ese atestado. Pero era su trabajo y ya haba entregado el testigo
a sus compaeros de verde, en cuya demarcacin apareci el cadver.
El cabo Rafael Herrero fue el primer polica judicial que lleg a la pista
forestal de Cacheiras. Lo acababa de llamar su teniente, Maceiras, para decirle que
haban encontrado a una nia muerta. No tard ni media hora en recorrer la
autova que une su casa en La Corua con Santiago. Los cuatro compaeros de la
patrulla que ya estaban all le pusieron al tanto. Los acompaaban dos tipos:
Alfredo Balsa y Jos lvarez, los que haban hallado a la pequea cuando iban
andando a la sala de fiestas Samai. Era la primera mentira de la ristra que iba a
escuchar esa noche. Casi nadie dijo la verdad. Haba luna, s, pero no suficiente luz
como para ver que all estaba tendido un cuerpo sin los faros de un coche. La
pareja de amigos no tard en reconocer que Balsa, el conductor, haba perdido
todos los puntos del carn y no quera meterse en los. Ya haba tenido unos
cuantos. Otro guardia conoca bien sus antecedentes.

Iba muy despacio en mi Golf GTI blanco. Le dije a Jos mira, hay un corpo
tirado. Ambos admitieron que lo primero que pensaron es que unos nios
haban colocado en la cuneta un espantapjaros, pero al mirar mejor vieron el
cadver de la nia. Balsa dio marcha atrs y lleg hasta una rotonda. Decidieron
volver al lugar por si an estaba viva. Cogieron sus telfonos mviles para ver
mejor. Llamaron a la Guardia Civil, pero antes dejaron el coche junto al bar y
regresaron a pie, dado que Balsa, el conductor, tena retirado el carn. Su
acompaante, Jos lvarez, declar que hasta que no encendieron la luz del mvil
no vieron el cuerpo. Sin luz y si no te fijabas especficamente no se vea nada.

Al juez Vzquez Tan lo sacaron de su sueo ligero a las 3.07. Era el quinto
da de la guardia de la semana. Cuando el magistrado lleg, somnoliento y con el
cuerpo revuelto, como todos, el teniente Maceiras ya le esperaba junto a los
guardias civiles, el inspector Samuel Vila, que haba tomado la denuncia a los
padres, y dos de sus hombres. La foto carn de Asunta entregada en comisara a las
diez y media de la noche no dejaba dudas de quin era esa nia, que con la
camiseta levantada y un chndal gris pareca dormida sobre la tierra reseca del
camino. Alguien se haba dejado junto a ella tres trozos de cuerda naranja. Fueron
los policas quienes contaron a sus colegas que la madre tena una finca a unos 4
kilmetros y que esa tarde haba acudido a dicho lugar.

A las 4.45 del da 22 del actual y tras presentarnos en el nmero 31 de la calle


Doctor Teixeiro, se procede a informar a los padres de la menor del hallazgo de su
cadver, procedindose de inmediato el precinto de su habitacin para su posterior
inspeccin y registro, y solicitndoles la entrega del telfono mvil de la nia, ya
que al parecer se lo haba dejado en casa. Igualmente se les solicit su
acompaamiento para inspeccionar la vivienda sita en la localidad de Montouto-
Teo, accediendo estos de manera voluntaria.

Antes de precintar la habitacin de Asunta, el teniente repar en el orden


perfecto del escritorio de la nia y en la alineacin de los juegos y puzles sobre el
armario. Solo los libros de texto, desparramados en semicrculo sobre la alfombra,
rompan la disposicin. La madre, que insisti una y otra vez en que haba salido
sobre las siete de la tarde y haba dejado a su hija haciendo los deberes, le explic
que ese desorden era normal cuando la nia estudiaba.

Personados en dicho inmueble a las 5.55 horas del mismo da y tras


desactivar su propietaria la alarma, se procedi a inspeccionar la vivienda
observndose en una habitacin de la planta alta de la misma un papelera en cuyo
interior fue hallado un trozo de cuerda de plstico de color naranja similar a los
hallados donde fue hallado el cadver, as como varios trozos de papel
posiblemente impregnados en algn fluido y una mascarilla. Ante el hallazgo de
dichos efectos se procedi a confeccionar la correspondiente acta para informar a
continuacin a la autoridad judicial e interesar la correspondiente entrada y
registro en domicilio.

Llegaron de noche a Teo. Poco vieron en ese momento de la imponente finca


y su no menos enorme jardn. Nada ms entrar en la casa, impoluta pese a la
cantidad de muebles, cuadros y cachivaches que se apilaban en el saln, Charo
pidi ir al bao y corri escaleras arriba. El teniente la sigui de unas zancadas, y
tras l, el cabo y Alfonso. Pero la mujer iba a elegir otro bao, uno en el interior de
la habitacin en la que ella dorma de nia cuando pasaba all los fines de semana
con sus padres. Al agente no se le pas por alto primero la mirada y luego el
instintivo gesto de Charo de ocultar una papelera de mimbre. Rafael, mira lo que
hay aqu, vocifer el teniente, justo antes de marcar el telfono del juez y mientras
atenda a las nerviosas explicaciones de la mujer. Los restos de la papelera, entre el
armario y la cama, eran como un faro en la costa en una vivienda impecable pese a
estar en desuso.

Rosario Porto le explic que la mascarilla 3M la usaba cuando limpiaba por


su alergia a los caros; los pauelos que el agente percibi como usados
recientemente (estaban hmedos) eran de sonarse los mocos Asunta a principios
de verano, y la cuerda, esa cuerda naranja, tan idntica en apariencia a las que vio
junto al cuerpecito de la nia, era la que usaban los jardineros para atar las plantas
del jardn, segn la convincente mediacin de Alfonso ante el nerviosismo de ella.
Nadie le haba preguntado. Tras cada calada a su cigarrillo, insista en que estaban
buscando en el lugar equivocado.

Tan recibi la llamada del teniente mientras observaba con detalle la


inspeccin ocular y los datos que la secretaria judicial iba recogiendo del
levantamiento del cadver aportados por Carmen Prez de Albniz y Concepcin
de la Calle, las dos forenses, una de guardia y la otra requerida por el juez, que
llevaron a cabo la diligencia.

El cadver se encuentra en el margen izquierdo de la pista forestal, sobre un


terreno ligeramente inclinado. La fallecida viste una chaqueta y pantaln de
chndal de color gris oscuro. El pantaln se observa ligeramente remangado en
ambas piernas y aparece mojado en la entrepierna. La manga de la chaqueta
nicamente cubre el brazo derecho, quedando descolocada y prxima al cuerpo el
resto de la prenda. Adems, lleva una camiseta de manga corta, de color blanco con
dibujos y letras de diversos colores en su pao anterior, que se encuentra subida
hasta la regin inframamaria, dejando al descubierto la regin abdominal. El
vestuario se completa con una braga de color blanco, mojada en la regin pbica.
Aparece descalza. Todas estas prendas presentan abundantes restos vegetales de
las mismas caractersticas que el suelo circundante...

El juez se apart de las forenses, que ya aplicaban la luz ultravioleta al


cuerpo, y escuch con atencin la informacin de Maceiras sobre la papelera.

Abandonen la finca y conecten la alarma al salir. Voy a ordenar un registro


en cuanto concluya el levantamiento. Llamen a dos abogados para que se
presenten cuanto antes. Que nadie toque esa papelera. Est seguro de que es la
misma cuerda que las que hemos visto aqu, teniente?
Parece la misma, s.

Y dice usted que la madre haba estado all esta tarde?

Eso ha contado, seora, que vino aqu y luego fue al Decathlon a comprar
una pelota de pilates, pero que no lleg a entrar porque se olvid el bolso, as que
regres de nuevo a la finca y ya march para Santiago porque era muy tarde.

Muy bien, acompenlos a Santiago e intenten reconstruir el recorrido de


ella mientras tanto. A ver qu nos cuenta. Aqu ya estamos acabando.

Eran las 6.35 cuando el coche fnebre que trasladaba el cuerpo de Asunta
enfil hacia el hospital de Conxo, a las afueras de Santiago. El levantamiento haba
durado una hora y quince minutos. An era noche cerrada en la ciudad.

A esa hora, el magistrado saba que haban aparecido tres trozos de cordel
plastificado, de color naranja, con muchos nudos de pequeo tamao, cerca de la
pierna izquierda de la nia y que la luz forense haba revelado unas manchas de
color blanco brillante sobre la camiseta de Asunta, muy prximo a su cuello,
sobre el hombro izquierdo, en la sisa derecha y debajo de esta, as como un
punteado brillante disperso por toda la regin facial y el nacimiento del cabello,
ms abundante en el dorso de la nariz, tambin en el reborde del segundo dedo de
la mano izquierda y en el espacio intermamario, ms tenue pero de la misma
tonalidad. Todas esas manchas quedaban pendientes de estudio. Aunque nadie
poda saberlo, depararan controvertidos vaivenes a la investigacin en los
siguientes meses por una escasa pulcritud a la hora de levantar acta.

El teniente y el cabo, que ya eran instructor y secretario de las diligencias,


caminaron con Rosario y Alfonso desde Doctor Teixeiro hasta un garaje prximo en
la calle General Pardias, al que les guio la mujer. Desde all haba salido en su
Mercedes hasta la finca, aunque primero par en la puerta de su piso, en doble fila,
para coger una bolsa donde guardar los baadores que, segn ella, haba ido a
recoger a Teo. No nos habl antes de esa parada. No olvide ningn detalle. Los
detalles son importantes, seora, le insisti el mando.

Los telfonos de Charo y Alfonso sonaron uno detrs del otro. Ninguno
respondi a la llamada. A las seis de la maana, Isabel Veliz, la madrina de Asunta,
que no haba podido cerrar los ojos pensando en su nia querida los llam para ver
si haba novedades. Una hora despus, a punto de comenzar el registro de Teo, ese
que nunca habran imaginado tan repentino, Basterra le devolvi la llamada. Me
dijo textualmente que la nia haba aparecido en una cuneta de Teo, contara la
anciana al juez once das ms tarde. Tambin wasape a Charo. Se sabe algo? Si
queris voy. Aqu no hago nada. De momento no se sabe nada. Tranquila.
Estamos con la polica en Montouto, fue la respuesta que recibi.

Fue una noche de idas y venidas, de coches oficiales y prisas. De sospechas y


sorpresas. La primera noche en la que Asunta pas de ser una nia modlica al eje
de un complejo crimen; la noche en que pas de ser la hija adoptiva de Alfonso
Basterra y Rosario Porto a la supuesta vctima de un plan concertado sin mvil
aparente.

Domingo 22

A las 8.05 del domingo, todos los que deban estar ya haban acudido a la
finca de Teo, cuando el cansancio y la tensin empezaban a hacer mella. La casa y
el jardn, que eran la joya de la abuela de Asunta y madre de Charo, fallecida dos
aos atrs, se llenaron de profesionales de la investigacin. Charo Porto recibi al
juez con un abrazo:

No puede ser mi nia, dime que no es mi nia.

Es ella, Rosario. Lo siento. Tenemos que registrar todo esto a ver qu


encontramos le anunci Tan.

Era el primer registro oficial de algunos de los lugares en los que la nia
haba pasado sus ltimas horas de vida. Asisti el magistrado, la secretaria judicial,
dos agentes de Criminalstica, otros dos guardias civiles de Santiago, el cabo, el
teniente, las dos forenses, as como los dos abogados de oficio, llamados a esas
horas intempestivas pese a la reticencia de Porto, que insista en que ella era
abogada y no necesitaba otros, y los padres de Asunta. Desde ese momento podan
empezar a mentir. Ya no eran testigos, sino imputados; ya saban que cada paso en
falso poda volverse contra ellos.

Las miradas se concentraron en la papelera de mimbre encontrada unas


horas antes y sobre cuyo contenido (cordn para alpacas naranja, mascarilla, una
servilleta usada, restos de pauelos de papel y una pegatina de ambientador) Porto
haba dado explicaciones difusas con referencias a principios del verano. All
mismo se pas la luz forense o luz azul a cada muestra, antes de recoger las
evidencias. Dos agentes de la Polica Cientfica recorrieron toda la casa de rodillas
para comprobar si haba sido arrastrado algn cadver. El resultado fue negativo.

Otros tres objetos concitaron la atencin de los encargados del registro: dos
cuchillos, uno sobre la baera de un cuarto de bao y otro, con mango de madera,
en un aseo de la planta superior. Una bobina de cordn naranja con dos cuerdas
ms anudadas, que estaba sobre una estantera de la despensa, se aadi al
paquete. Alfonso tuvo tiempo, entre escenario y escenario, de realizar algunas
llamadas y enviar mensajes a conocidos para avisarles de que su hija haba
aparecido muerta. Pareca una sombra, semiescondido en el jardn mientras los
agentes trabajaban y su exmujer se enredaba en explicaciones y hablaba de su vida
con Azucena, la nica mujer entre los investigadores.

El piso de Doctor Teixeiro donde vivan madre e hija tambin fue revisado.
La comitiva empez a trabajar a las doce y veinte de la maana ante la mirada
atenta de la pareja. Una hora y media despus haban terminado. Al acabar, los
padres autorizaron a los agentes para que se llevaran los dos coches: el Mercedes
de Rosario, utilizado unas horas antes, en el que se encontraron dos fundas vacas
de sendas mascarillas 3M y el Opel Corsa, tambin de ella, apartado como una lata
vieja, que luego sera inspeccionado. A unos metros se apretujaba la comitiva, en el
piso alquilado de Basterra, en el nmero 8 de Repblica Argentina. Pasaron solo
veinte minutos en la espartana vivienda. Lo que ms les llam la atencin es que
solo la litera donde dorma Asunta tena colcha. Bajo ella la otra cama luca el
colchn pelado. Aunque no viviera ah, nada en esa casa haca imaginar que una
nia la frecuentaba y mucho menos que dorma en ella. La celda de una monja de
clausura podra pasar por ostentosa en comparacin.

Cuando acabaron los registros, las idas y venidas, eran ya cerca de las tres de
la tarde. El director del Instituto de Medicina Legal de Santiago, Jos Blanco
Pampn, acababa de entrar en escena, aunque estaba al tanto del crimen desde la
madrugada y conoca todos los detalles que dos de sus compaeras haban
constatado ya acerca del levantamiento del cadver. El prestigioso forense y el juez
se conocan desde haca mucho, aunque haban dejado de frecuentarse. Blanco fij
la autopsia para las cinco de la tarde. Tan, Maceiras y Herrero apenas tuvieron
tiempo de acabar el almuerzo, que compartieron con una veintena de agentes en el
restaurante Casa da Via.

Asfixia por sofocacin, sin heridas defensivas, con solo unas marcas a la
altura de las muecas que fueron producidas cuando an se encontraba con vida la
nia e indican que fue atada antes de su muerte. Se baraja la hiptesis de que la
nia podra haber sido previamente narcotizada con algn tipo de frmaco para
aturdirla o adormecerla y propiciar as que no pudiera oponer resistencia. Ese fue
el dictamen preliminar, al cabo de cuatro horas y multitud de evidencias recogidas
para su estudio posterior.

Sofocacin y narcotizada. Cuando el juez sali del olor denso y punzante del
depsito de cadveres, a las nueve de la noche, y arranc su Audi A3, a la imagen
de Asunta sonriendo se le superpuso la que acababa de ver. Tena ms de cincuenta
llamadas perdidas en su iPhone y otros tantos mensajes de whatsapp. Decidi,
como haba hecho en julio mientras sacaba cadveres y heridos de los vagones del
tren Alvia, que no dara su telfono a ningn periodista ms. Aun as, entenda el
trabajo de la prensa, y decidi contestar algunas de las llamadas mientras conduca
de vuelta a La Corua. Quera dejar claro que la nia no haba sido violada antes
de que echaran a correr las especulaciones y los titulares, y asegurarse de que
nadie saba todava quines eran sus sospechosos nmero uno.

A esa hora los investigadores seguan trabajando y tomando declaraciones.


Uno de los primeros en pasar por el cuartel de Santiago fue Hugo Carrera, amigo
de Asunta pese a su diferencia de edad (l era cinco aos mayor). El cabo Herrero y
el resto del equipo de Homicidios queran saber si mantena algn tipo de relacin
sentimental con Asunta y si la nia le haba hablado sobre posibles problemas o
enemigos. Se conocan desde tres aos antes por su aficin a la msica. Compartan
clases de orquesta y piano. Su telfono haba sido marcado desde el de su amiga el
sbado por la noche. l no lo oy porque estaba en un bar. Pasada la una de la
madrugada, recibi un SMS desde el telfono de la nia: Por favor, cuando puedas
llmame, as como varias llamadas perdidas que vio al da siguiente. Tanto el
mensaje como las llamadas las haba realizado en realidad el inspector Vila desde
el mvil de la pequea cuando an no saban que ella ya estaba muerta y la
buscaban por todas partes.

Haba anochecido en Santiago y en las redacciones de toda Espaa los


periodistas consultaban en Internet o a travs de colegas gallegos quines eran
Rosario Porto y Alfonso Basterra y lean con avidez el blog de la vctima
asunca.wordpress.com. Solo dos entradas, escritas en ingls, trufadas de imaginacin
que desataran otra cascada de suposiciones e infundios imposibles de comprobar.

Basterra y Porto pasaron la tarde en el piso de ella, recibiendo psames,


abrazos, mensajes y consuelo de varios amigos. Unos se acercaron a la casa, otros
utilizaron el telfono. Charo, no s qu deciros. Estamos desoladas. Elena est
destrozada con la terrible noticia. Estamos aqu para lo que necesitis, escribi
Mara Josefa Espinosa, madre de una amiga de la nia, a las siete menos cuarto de
la tarde. A los dos minutos recibi respuesta: Soy Malus, una amiga de Charo. Os
agradece vuestro cario, pero le resulta imposible hablar. Joaqun Macho y su
mujer fueron de los que optaron por ir al piso a arropar a la pareja. Decidieron
llevarse a su casa a Alfonso para que no se sintiera solo y hacerle compaa. Esa
noche y las dos siguientes durmi en el piso de la pareja, en el nmero 7 de
General Pardias. En esas largas horas, no le oyeron comentar nada relevante. S le
oyeron llorar, segn el testigo, sobre todo la maana del mircoles mientras se
aseaba. En unas horas perdera la libertad.

Desde esa cama prestada, Basterra le envi un whatsapp a su exmujer.

23.06: El Correo y La Voz coinciden en que no ha habido agresin sexual.

23.07: Lo importante es lo que digan los forenses, responde ella. Pero


gracias. S que lo haces para tranquilizarme.

23.09: Estoy de acuerdo. Trata de dormir mucho, lentejita.

23.10: Lo intentar. T tambin, por favor.

El mensaje de Tan haba calado. La prensa gallega ya descartaba la violacin


de la nia y an no apuntaba a los padres. El juez en su casa de La Corua ech un
vistazo a los titulares antes de decidir que ya era hora de dormir

Lunes 23

La rapidez en las quinientas pesquisas necesarias para investigar una muerte


violenta marca la frontera entre el castigo y la impunidad. Lo saben todos los
investigadores de Homicidios. Los golpes de azar o fortuna son importantes, pero
el tiempo es un aliado o un enemigo implacable. Tan, el teniente Maceiras y su
equipo (el sargento Marcelo, el cabo Herrero y los guardias Javier y Azucena)
tuvieron claro ese axioma desde que vieron el cuerpecito de la nia. El lunes, la
carrera contra el reloj empez tempransimo y las etapas se sucedieron en forma de
oficios, autos y gestiones sin respiro. Los sospechosos madrugaron menos. Poco
despus de las nueve de la maana, Charo envi un mensaje a su ex contndole
que ya estaba levantada desde haca un rato. l le respondi que un amigo haba
llegado a Santiago y ella le ofreci el piso de Doctor Teixeiro para que se alojaran.

Una de las primeras decisiones que adopt el magistrado ese da fue


decretar el secreto de las actuaciones. Lo justific en que an no exista una lnea de
investigacin clara, sino mltiples indicios todava inconexos que podran derivar
la investigacin en muy diversas lneas desde el entorno familiar al escolar, amigos
o incluso terceros totalmente ajenos a la nia. El magistrado necesitaba
materializar una lnea slida sumando piezas del puzle. Necesitaba tambin un
porqu, aunque l mismo se recordaba que no siempre lo haba.

Fue una maana de infarto. Las forenses aclararon que no haba ningn
impedimento para entregar el cadver de Asunta, reclamado por Rosario Porto, ni
para su posterior inhumacin o cremacin, que el juez autoriz tras esa consulta.
Esa decisin, avalada por las dos especialistas, fue un punto de continuo
cuestionamiento y un eje para atacar al magistrado a partir de ese momento. Se
convirti en pasto de tertulias, de programas, de artculos e incluso de habladuras
en la calle. Casi nadie se detuvo a examinar ni la legalidad ni la pertinencia de la
secuencia de hechos.

Charo tambin recogi ese da los pendientes plateados con cristalitos


brillantes de Asunta y su reloj azul. Casi al mismo tiempo muchos pares de ojos
nios y adolescentes lloraban en el claustro del Instituto Rosala de Castro, donde
sus compaeros y profesores guardaron cinco minutos de silencio. La nia era una
de las alumnas ms brillantes del centro, como todo el mundo saba.

Los guardias civiles ya contaban a esas horas con una informacin clave,
facilitada por la empresa Boel Seguridad S. L. Porto haba llegado a la finca de
Montouto a las 18.33.53 horas del sbado. En ese momento desactiv la alarma, que
no volvi a conectar hasta las 20.53.49 horas. Pero necesitaban mucho ms, puesto
que sus miradas estaban dirigidas a los padres sin descartar ninguna otra lnea o
hiptesis de trabajo, como aadieron a modo de coletilla introductoria en cada
una de las peticiones que le iban planteando al instructor.

Algunas de esas respuestas esperaban encontrarlas en los tres telfonos de


los protagonistas: el de Basterra, el de Porto y el de la pequea. Deban saber con
urgencia dnde haban estado los tres; qu otros nmeros de telfono activaron los
repetidores que cubren la zona de Feros-Teo entre las seis de la tarde del sbado y
la una y media de la madrugada del domingo y qu llamadas, SMS y conexiones
de datos se haban hecho desde esos tres mviles desde las nueve de la maana del
domingo, cuando los padres se saban ya apuntados y vigilados. Al da siguiente,
el juez les dara va libre para solicitar toda esa informacin a las siempre esquivas
compaas telefnicas.

Esa tarde, el sargento Marcelo y el cabo Herrero tomaron declaracin, entre


otros, a dos testigos, cuyas cambiantes palabras obligaron a realizar no pocas
diligencias y llegaron a agotar la paciencia de los investigadores. Manuel Crespo y
su esposa Mara Rosario Snchez tienen una finca a 100 metros del lugar en el que
se hall el cuerpo de la nia. El sbado por la noche el matrimonio sali a dar un
paseo por los alrededores en torno a las doce y diez, en direccin a la cuneta, y
volvi unos veinte minutos despus por el mismo lugar. No vieron ningn coche ni
a ninguna persona. Antes, haban salido tambin y haban regresado a las once y
veinte. Tras cenar un bocadillo, decidieron caminar de nuevo.

Tiene usted la completa seguridad de que el cuerpo de la nia no se


encontraba en ese lugar mientras dieron su paseo? pregunt el sargento Marcelo
al testigo.

Ni yo ni mi mujer vimos el cuerpo de la nia. Creo estar seguro de que en


ese lugar no haba ningn cuerpo, adems durante los recorridos que hicimos yo
llevaba una pequea linterna encendida todo el tiempo.

Su mujer respondi de manera similar al cabo Herrero. Cont que haban


pasado dos veces por la pista y que solo vieron el coche blanco de los dos hombres
que luego supieron que la haban encontrado.

Cuando regresaron de pasear, ese cuerpo podra estar ya all, es decir, en


torno a las 0.30? precis Herrero.

No lo s. A m nada me llam la atencin. Lo habl con mi marido y l


tampoco pudo ver nada.
Mara Rosario aadi que con las luces de los vehculos que estacionaron en
la pista tras el hallazgo, la ambulancia y los de la Guardia Civil, s pudo ver desde
su casa lo que pareca el cuerpo de una persona.

Esa misma noche volvieron a la cuneta para confirmar las condiciones


lumnicas. Los agentes colocaron un seuelo, una camiseta blanca en el lugar
donde apareci el cadver. Se hicieron cinco reconstrucciones y se grabaron en
vdeo. Manuel Crespo no vio la mancha blanca en ninguna de ellas (se coloc en
dos momentos) salvo cuando los potentes focos de dos Nissan Patrol de la Guardia
Civil enfocaron la camiseta. Lo declarado por Crespo para dar por acreditado que
el cadver no estaba ha de valorarse con cautela, sostendra el fiscal ms tarde en
sus escritos.

Asunta fue velada la tarde-noche del lunes 23 en el tanatorio de Boisaca, a


miles de kilmetros de la aldea china en la que naci. Le faltaban siete das para
cumplir trece aos. Decenas de compostelanos se acercaron a la capilla para
arropar al periodista y a la abogada. Flor y nata social, poca familia. Porto era
hurfana e hija nica; el padre de Basterra eligi quedarse en su casa de Burgos.
Algunos amigos o conocidos detectaron actitudes extraas, palabras fuera de lugar.

En el tanatorio vi a Charo y me dio la sensacin de que me evitaba. Antes


de salir fui a darle el psame y me dijo que gracias por lo que la habamos apoyado
el sbado, pero que ahora tenamos que darle un tiempo y que durante una
temporada no sera capaz de ver a mis hijas, elevando en ese momento el tono de
voz, mostrando mucho nerviosismo. Comenz a chillar hasta que un seor mayor
y alto la apart de ese lugar. Mi marido se abraz a Alfonso tratando de consolarlo
y nos marchamos poco despus.

Ana Isabel lvarez no era amiga de Charo, pero s lo eran sus hijas. Asunta y
C. se adoraban desde que se conocieron dos aos antes en las clases de ballet del
gimnasio San Clemente y, por tanto, las madres haban coincidido con frecuencia
esperando a las nias. Su testimonio y sus apreciaciones adquiriran gran
relevancia en la causa por dos momentos importantes: uno, vivido a comienzos de
verano, y otro, la misma noche del crimen cuando la nia ya estaba muerta.

Gema, compaera de Porto en el instituto, sali del tanatorio desconcertada.


Ese lunes haba quedado con ella para alquilarle un piso, el antiguo despacho del
padre de Rosario. La cita tendra lugar en la inmobiliaria contratada. A la mujer,
madre de otras compaeras de ballet de Asunta, se le haba olvidado al enterarse
del crimen. A Rosario, no. No fui a lo de la inmobiliaria, le dijo. Me dej...
extraada. Pero, quin sabe qu haces en situaciones as. A otra conocida, con la
que coincidi en la universidad, le mostr su contrariedad porque fuera Tan, con
su afn de protagonismo, el instructor y brome sobre la aparicin del caso en los
programas matinales de televisin.

Por encima de todas esas palabras, las ms desconcertantes con diferencia


fueron las que dirigi a los compaeros de su hija que se acercaron al tanatorio.
No tengis miedo les dijo, Santiago es una ciudad tranquila. Esta es una
situacin dramtica, dolorosa, y nos ha tocado a nosotros. Pero sobre todo, y en
homenaje a Asunta, estudiad muchsimo y haced un curso brillante.

Los investigadores siguieron con discreto pero eficaz detalle lo que ocurra
dentro y fuera. A las once y media de la noche, los padres se marcharon a dormir.
Cada uno a casa de unos allegados, curiosamente en el mismo edificio. All, de
madrugada, Charo se mensaje con una amiga. Eran casi las dos de la maana. Le
pidi disculpas por no haberla avisado antes y le dio informacin sobre el tanatorio
y la incineracin. Salimos de all a las 23.30. Ya no poda ms. Ha sido una
autntica locura. Estar a las nueve de la maana.

Mientras Porto y Basterra reciban psames y abrazos y atendan sus


respectivos telfonos a conveniencia ella contest personalmente a mucha gente,
pero intercal un formalismo a modo de disculpa de parte de una supuesta amiga
, el juez tomaba unas caas con el equipo investigador en la coruesa Plaza de
Vigo. Los agentes haban revisado ya el contenido de varias cmaras de seguridad
y tenan la prueba de que Charo haba mentido por segunda vez. La ocultacin era
gravsima. Asunta viaj con ella en el coche en direccin a la finca de Teo. No se
qued estudiando, como haba contado la madre. La imagen no era ntida, pero s
un indicio ms que suficiente. Con esa grabacin en la mano, la ltima persona que
estuvo con la nia viva fue ella. La detencin era inminente. Entre todos decidieron
que lo mejor era esperar a que incineraran a la cra. En ese momento se acabara la
tregua para Porto. Pese al silencio oficial, el rumor se extendi con prudencia, y no
solo en Santiago.

Martes 24
El martes era el da de enterrar a una hija, a una nia. A las nueve de la
maana, Basterra esper a su exmujer en el portal del piso de General Pardias,
donde se haba criado Charo y donde vivieron sus padres hasta su muerte. Baja
cuando quieras, le escribi l, y dile a Carmen que sin darme cuenta me qued
con las llaves de su coche.

A las once los ms allegados estaban ya en el tanatorio de Boisaca, donde se


iba a incinerar a la pequea. Poco despus, a las puertas del cementerio, la
periodista Teresa Navaza, amiga de la familia, defenda sin fisura la inocencia de
los padres ante los rumores cada vez ms persistentes de que las sospechas se
centraban en el entorno familiar. Hay rumores intensos, todos falsos, se afanaba
en declarar la periodista, que no dudaba en calificar a los Basterra-Porto como una
familia llena de amor que haba educado a su hija con esmero. Fue tal su nfasis
que incluso reprodujo la conversacin que haba mantenido con Rosario cuando se
enter de la desaparicin de Asunta: Le dije: Charo, eres una madre coraje. Y me
dijo: Teresa, ya no soy madre. Se te rompe el corazn. Mientras la entregada amiga
haca esas declaraciones, dos agentes se acercaban con discrecin a la madre
coraje y la invitaban a subir a un coche de la Guardia Civil. La haban dejado
asistir a la ceremonia del crematorio, pero ya no iban a esperar ms.

Ante el cmulo de indicios obtenidos, a las 12.20 horas del da 24 se proceda


en Santiago a la detencin de Rosario Porto por su supuesta implicacin en la
desaparicin, muerte y posterior abandono del cadver de su hija Asunta Yong
Fang Basterra Porto, siendo informada de las causas de su detencin y derechos
constitucionales y trasladada a estas dependencia policiales tras ser comunicado al
juez del Juzgado nmero 2 de Santiago.

Teresa Navaza, plida y desconcertada, renunci en ese instante a seguir


actuando como portavoz de la familia. Los rumores intensos, todos falsos se
haban convertido en unas esposas y una lectura de derechos. Su amiga estaba ya
en los calabozos de la Comandancia de Lonzas, en La Corua. Pidi a los agentes
que Alfonso le trajera su medicacin. Su exmarido, tras el tanatorio, pas por la
casa de ella y cumpli el encargo. Llevaba dos cajas de Orfidal, una de Prozac y un
bote de Paracetamol en pastillas efervescentes; el informe del psiquiatra que se las
haba prescrito el 2 de agosto, un neceser con pinturas y efectos de aseo, su iPhone
5 y un paquete de Marlboro.

Los guardias le preguntaron si quera declarar como testigo y l se neg por


recomendacin de su abogado, les detall. En esas horas de supuesto derrumbe
emocional, Alfonso haba sacado tiempo para buscar un letrado. Para l, no para
Charo. Se march rpido porque a las ocho y media se celebraba el funeral por
Asunta. El siguiente en dormir en un calabozo sera l, solo unas horas despus.
Los agentes, al verlo salir de la Comandancia, apostaron a que lo saba.
Captulo II

LIBERTAD VIGILADA

Martes 24

Como un furtivo entr Alfonso Basterra a la iglesia de San Bernardo en el


centro de Santiago para asistir al funeral de su hija. Camisa azul, americana beis,
pantaln del mismo tono y ceo fruncido, semioculto por la cabeza casi enterrada
en las solapas de la chaqueta. Accedi por una puerta lateral tomada por cmaras y
plumillas, con decenas de santiagueses esperando en la acera. Semblantes serios,
cuchicheos, aspavientos de manos a favor y en contra de la noticia que ya se haba
adueado del provinciano ambiente de la ciudad. Charo Porto, a la que la mayora
conoca por una u otra razn, estaba detenida en el cuartel por la muerte de Asunta
y nadie se explicaba cmo era posible. Muchos optaron por dar la espalda a esa
certeza, la de que una madre, una mujer extrovertida y omnipresente en la vida
social local, hubiera asesinado a su nia. Era martes y el templo se qued pequeo.

Los ms afectados, con ojos llorosos y tensin contenida, parecan ser los
compaeros de clase de la vctima en el Instituto Rosala de Castro. El padre, en el
primer banco, arropado y abrazado por muchos, no apartaba los ojos del suelo. El
prroco llam a acompaar con discrecin a la familia de la pequea y pidi por
aquellos que haban muerto en extraas circunstancias. Al terminar el oficio
religioso, el padre abandon la iglesia con paso ms que acelerado por otra puerta
lateral. Los reporteros le siguieron en pos de una imagen y a punto estuvieron
algunos cercanos a Basterra de llegar a las manos con los fotgrafos. Las
habladuras de que poda ser el siguiente en acabar en una celda eran irrefrenables.
Esa noche Basterra tampoco durmi en su piso. Joaqun Macho le ofreci de
nuevo su casa en General Pardias, confiado en su inocencia e imaginando el dolor
que deba de sentir el entregado progenitor al que conoca bien. A las 21.47, en un
momento de soledad y despus de uno de los das ms agitados de su vida,
Alfonso envi un whatsapp a su exmujer, que desesperada se revolva en el catre
del calabozo del cuartel. Solo pensaba en que el Orfidal que le haban dado los
agentes con la cena empezara a hacerle efecto cuanto antes. Eso si consegua vencer
su repugnancia por el lamparn que vio en la manta que le dieron y que deban de
haber usado miles de personas. Se haba quejado, pero no logr que se la
cambiaran los guardias.

Te quiero. Llevo todo el da pensando en ti. Por encima de cualquier cosa no


olvides nunca que eres el amor de mi vida. Tranquila. Todo se solucionar y pronto
volveremos a estar juntos. Te estar esperando, mi querida Deditos. Quiz lo saba
y no le import o quiz lo ignoraba, pero Charo no poda leer ese mensaje pese a
que l le haba llevado su iPhone horas antes. Un detenido jams tiene acceso a su
telfono. El guardia que custodiaba los calabozos oy el timbre de un mensaje
entrante en el cajn donde se guardaban las pertenencias de los arrestados.

Mircoles 25

A las ocho y cuarto de la maana del mircoles, duchado y vestido, casi sin
haber pegado ojo, Alfonso volvi a escribir a su exmujer. S fuerte. Ten confianza.
Todo se aclarar. Te quiero, mi vida. A esa hora, nervioso y malhumorado, quiz
contaba las horas que le quedaban de libertad. Le llamaron un par de periodistas,
descolg el telfono, respondi cortante y se dispuso a esperar.

El teniente Maceiras y el cabo Herrero estaban ya en la oficina del Grupo de


Delitos Contra las Personas, pendientes de que el Instituto de Medicina Legal de
Santiago les remitiera el informe toxicolgico de Asunta. Les haban avanzado por
telfono dos pinceladas que confirmaban lo que haban intuido al no encontrarse
en la autopsia de la nia causa clara de la muerte. En cada mililitro de sangre de la
cra se hallaron 0,68 microgramos de Lorazepam, es decir, del potente Orfidal,
capaz de dormir a un purasangre de carreras. Tambin en su orina quedaron
pequeos restos. Las tres forenses que firmaban el documento concluan que esos
niveles estaban dentro del rango txico y que el consumo de medicamento se
produjo en las horas previas a la muerte, de ah que se detectara en el contenido de
su estmago. Los investigadores se reunieron con Tan poco despus. El da se
presentaba como otra media maratn.

A las diez y doce minutos de la maana, el Tribunal Superior de Justicia de


Galicia informaba de que se iba a producir un nuevo registro en la casa de Teo, la
de la familia, al que haban sido citados tanto la madre como el padre, ambos en
calidad de imputados. El TSXG recordaba que Porto estaba detenida y l, en
libertad. Cuatro horas ms tarde, cuando ya haba comenzado el registro y las
cmaras haban grabado a los dos sospechosos en el jardn de la finca rodeados de
guardias civiles, otra nota informativa insista en que la imputacin para ambos era
de homicidio a la espera de las concreciones que hiciera el juez cuando les tomara
declaracin.

Basterra lleg en taxi, con la misma ropa del funeral, a la finca que aos
antes compraron sus suegros en Montouto-Teo. Dentro estaba su exmujer, sin
esposas, enfundada en un chaquetn de visn, mordisqueando un maracuy y
dando vueltas por el jardn con gesto distrado y sonriente; el abogado amigo de la
familia Juan Guilln, que trataba de animar a la mujer; el designado por l, Roberto
Gomis, y cinco guardias civiles del Equipo Central de Inspecciones Oculares,
embutidos en monos blancos con capucha, adems de los investigadores y la
comisin judicial.

Guilln llevaba meses buscando comprador para esa casa, de 400 metros
cuadrados, que se edific hace casi treinta aos en una parcela de 10.000 metros
cuadrados y se ofreca en Internet por 990.000 euros. Cinco habitaciones y cinco
baos; cuatro salones y bodega, piscina, hrreo y cancha de tenis. Una mansin
que para Charo se haba convertido en otra carga econmica y sentimental. El cabo
Rafael Herrero, que ya llevaba horas y horas con la pareja, intent distender la
larga espera, bromeando con Porto por lo mal cuidado que estaba el jardn. No
pagaris a nadie por cuidarlo, no?, se interes. Charo sigui la chanza, le
cuchiche a l y a su compaera Azucena que su rbol favorito era el maracuy y
les explic que para comer su fruto hay que partirlo por la mitad y utilizar una
cuchara. Su risa, en ese momento, fue inmortalizada por varias cmaras y dio pie a
otra riada de opiniones sobre su supuesta frivolidad en ese trance.

La casa se haba rastreado el domingo, horas despus de que apareciera el


cadver de Asunta, pero haba que volver en busca de alguna prueba que hubiera
pasado desapercibida. Entre las doce y cuarto de la maana y las siete menos
veinte de la tarde los funcionarios revisaron cada palmo del edificio y el magnfico
jardn ante la mirada de los padres. Aplicaron luz blanca y luz forense esos focos
descubridores de verdades absolutas en la habitacin del piso superior, en la que
Charo Porto palideci al ver una papelera con cuerdas, pauelos y una mascarilla.
Aquel haba sido su dormitorio cuando era nia y pasaba los fines de semana con
sus padres. Los guardias recortaron un cojn de flores sobre la cama, levemente
manchado, para examinarlo en el laboratorio. Ese era uno de los lugares en los que
podran haber matado a la nia. No hubo mucho ms ese da. Cigarros y ms
cigarros consumidos a la intemperie, pequeas confidencias reveladas de forma
deliberada y larga espera.

Basterra sali a comer, sin decir nada, contrariado porque le grabaran los
periodistas dentro y fuera, renegando de los que sobre el papel compartan oficio
con l, esos buitres en busca de carne... solo atin a escupir algn exabrupto con la
mirada perdida pero iracunda. Saba ya que su reloj de libertad tena las horas
marcadas y que sus planes, fueran cuales fueran, haban saltado por los aires. Y, sin
embargo, su nica opcin era regresar a la finca, tras el almuerzo, y esperar a que
le esposaran.

En medio, en ese almuerzo breve, embotado, an tuvo que tragarse la bilis


para cumplir con el encargo que le haba pedido Rosario en la finca, rodeados de
guardias civiles: que borrara todos los correos de su amante imaginando que el
prximo paso sera intervenir su ordenador. Ella reconoci al juez durante su
declaracin el crudo encargo hecho a su marido. Basterra se limit a responder con
una media verdad a la misma pregunta. Charo quera que limpiara su bandeja de
entrada para que no se saturara la cuenta de correo... La realidad de otra pareja,
otra vida elegida por su exmujer, volva a presentarse ante sus narices. Igual que
cuando descubri su infidelidad nueve meses antes.

Tras tenerse conocimiento del resultado del informe toxicolgico del Imelga
esta instruccin consider que tambin habra indicios suficientes para detener a
Alfonso Basterra Camporro, siendo su detencin practicada en Montouto-Teo a las
19.00 horas del 25 del actual trasladndole, tras ser informado de las causas y
derechos constitucionales que le asisten, a estas dependencias.
Los agentes aadieron las dos conclusiones de Toxicologa ms otra
aportacin de sus averiguaciones: Lorazepam es la medicacin que se administra
la detenida Rosario Porto con prescripcin mdico-psiquitrica bajo la
denominacin de Orfidal 1 mg comprimidos.

Las decisiones rpidas pero argumentadas son la base del xito de una
investigacin tan delicada, con un menor muerto y detenidos que se juegan la
entrada en prisin. Sin premura, las pruebas pueden desaparecer como en un
nmero de magia. El sargento Marcelo se apresur a presentar otra peticin al juez,
arriesgada, infrecuente, producto de un pacto entre quienes aspiraban a encontrar
a los asesinos de la nia. La titul Solicitando mandamiento para la sonorizacin
de los calabozos, consciente de que traera cola en cuanto pasara a engrosar las
pginas del sumario.

En esa peticin, el funcionario recogi la detencin de Rosario Porto como


presunta autora y los resultados del informe toxicolgico con la elevada dosis de
Benzodiacepina hallada tanto en orina como en los restos de alimentos del
estmago de la criatura. Y a partir de ah justificaba la solicitud. La ingesta de esta
sustancia pudo ser administrada durante la comida. Puesto que la pequea comi
con ellos en casa del padre, jug con ellos a las cartas y fueron las nicas personas
con las que estuvo el sbado, ambos progenitores tendran que ser conocedores y
partcipes de tal acto. Esa era la hiptesis que, por primera vez, se plasmaba en un
escrito y que sustentara el procedimiento contra ambos a partir de ese momento.

Cuando el sargento redact la diligencia esa maana, Basterra an era un


hombre libre, pero le quedaban solo unas horas para disfrutar de esa condicin. Su
futuro se estaba diseando en un viejo PC de la Comandancia de La Corua con
una contundencia inusual y rapidsima.

La tercera nota del da del Tribunal Superior de Justicia gallego, a las 19.34
horas, despej las dudas. Nada ms concluir el registro de la finca de Teo, Basterra
fue arrestado y en esos momentos los agentes lo trasladaban en un coche policial a
los calabozos para pasar la primera noche en la celda, a unos metros de su exmujer.

El hiperactivo Tan ya tena listo el auto en el que autorizaba a grabar cada


palabra que se dijera la extraa pareja de celda a celda. Ellos seran los nicos
inquilinos de los calabozos de la Comandancia de La Corua esa noche y la
siguiente. Quiz no servira de nada, pero un golpe de azar poda revelar la
complicidad y participacin que haban tenido en la muerte de su hija. El fiscal
estuvo de acuerdo.

Jorge Fernndez de Arnguiz se acababa de incorporar al caso ese mismo


da, tras la renuncia de su compaero Antonio Roma, que estaba de guardia la
noche del crimen. Roma sopes y debati con otros colegas si era conveniente
ejercer la accin del Ministerio Pblico y concluy que lo mejor era apartarse en
cuanto se vislumbr hacia dnde apuntaban los indicios. Tena relacin con Charo
Porto, la haba tenido ms intensa con su padre y conoca a varias personas que
estaban en el foco de los investigadores. Al juez, al primero que le cont sus dudas,
le pareci acertada la decisin.

La colocacin de un micro, no solo permitir romper el pacto de silencio


que actualmente reina de forma sorprendente entre ambos progenitores. De forma
sorprendente, porque si no hubiera complicidad el no implicado solicitara
explicaciones al otro (). La medida est justificada, no solo por la gravedad de lo
investigado, sino por ser el nico medio de conocimiento. El magistrado, que
autoriz ese micro hasta que los detenidos pasaran a disposicin judicial, reiter en
su auto que si optaba por esa grabacin era para intentar averiguar la verdadera
participacin e implicacin de Alfonso en los hechos, puesto que las explicaciones
dadas a los agentes eran poco coherentes, pero no se contaba con un indicio directo
sobre l en la muerte, aunque s en su preparacin. Tan omiti de forma
deliberada unos episodios relatados por profesoras de Asunta ocurridos en julio en
los que la voluntad de la nia pareca haber sido alterada con medicinas. Esas
profesoras haban acudido a declarar de forma voluntaria cuando las hiptesis
empezaron a aflorar.

El juez y una psiquiatra autorizaron a Porto a que tomara sus pastillas, un


alivio para sus nervios desatados y superados por ese acelerador que los agentes
haban pisado a fondo. Su telfono, adems, pas del cajn de la requisa a la sala
de anlisis en busca de un descuido, un error involuntario de la madre.

A las nueve y media de la noche comenz la grabacin en las celdas. Once


horas y nueve minutos despus, cuando los detenidos iban a ser trasladados, el
funcionario puls el stop. Poco se sac en claro, ms all de que Alfonso tratara de
infundir calma a su exmujer, que ella se quejara de la horrible situacin y que
ambos parecan saber o intuir que los escuchaban, a tenor de la cautela mostrada.
Hubo solo un momento abierto a la interpretacin.
No te dio tiempo a eso, verdad? quiso saber Rosario desde su calabozo.

Eh?

No te dio tiempo? reiter la detenida a travs de la pared.

No, s fuerte, estate tranquila y todo va a salir bien, de acuerdo?

Jueves 26

La pareja durmi poco y mal. Un guardia les sirvi en los calabozos un brick
de cacao, otro de zumo y unas galletas empaquetadas en envases individuales ese
jueves por la maana, antes de que los investigadores los condujeran a los juzgados
de Santiago, donde esperaban sus abogados. Los letrados ya haban ledo sendas
autorizaciones de Tan para volver a registrar los dos pisos en busca de
instrumentos utilizados y restos fsicos que son muy difciles de encontrar y
que es necesario buscar de forma minuciosa. Haba que volver a los dos lugares.
En el piso del padre le habran dado las pastillas mortales a la nia y del de la
madre sali supuestamente ya drogada y afectada; unas horas despus, Rosario
regres a ese piso antes de presentar la denuncia.

Un cordn de agentes se despleg en la acera de la calle Doctor Teixeiro y


coloc la cinta policial en torno al nmero 31. No caba un periodista ms en
Santiago, haban venido hasta las cadenas de dibujos animados. La informacin
estaba blindada y solo los cinco hombres de la unidad conocan con detalle las
diligencias de investigacin que se estaban llevando a cabo. La gente estaba
conmocionada y decenas de curiosos se agolpaban en la calle, porque es poco
frecuente que el criminal conduzca un Mercedes clsico y vista abrigo de visn.

No era un pblico acogedor el que recibi a la pareja al grito de asesinos


cuando descendieron, esposados, del coche policial en la puerta del piso que
compartan Rosario y su hija. La arrestada tena el rostro embotado, contrado, y se
cubra las esposas con un chal violeta, refugindose en el pecho de uno de los
agentes para evitar los interminables flashes de las cmaras y las groseras palabras
de algunos. El rictus de Alfonso no vari.

La madre se volvi loca. Creo que estuvo ingresada en un psiquitrico.


La mataron para quedarse con su herencia, porque el abuelo le dej todo. La
nia saba que mataron a sus padres. Ella mat a su padre. Que soy su prima y lo
s, coo!, vociferaba de punta a punta de la acera una pariente lejana de los Porto
a la que los periodistas le enchufaron los micrfonos. Estaba desatada y sus
palabras atizaron an ms la corriente de antipata y desconcierto que ya se haba
adueado de la calle.

Cinco minutos antes de las once, tres guardias, el secretario judicial, el fiscal,
los dos abogados y los detenidos estaban en el interior de la casa, limpia y
ordenada. De la cocina recogieron y etiquetaron todos los medicamentos que
encontraron, incluida una caja del antidepresivo y extendido Prozac con veintiocho
pastillas y Aerius, un antihistamnico para la alergia que no produce somnolencia;
desprecintaron el dormitorio de Asunta, con el olor de la nia an en el ambiente,
conmovidos por la milimtrica colocacin de sus libros, juegos y material escolar.
En su armario, la madre guardaba sus informes mdicos y otros papeles; se
llevaron su ordenador Mac, su pasaporte con varios sellos de entrada en Marruecos
en 2012 y 2013; el vestido que llevaba puesto la madre y otro que utiliz el sbado
en que muri su hija y una bolsa roja con una almohada blanca en su interior en la
que haba un cabello. Nada se poda dejar al azar. Quiz, con suerte, alguno de esos
objetos podra ser el arma homicida o revelar nuevos indicios.

En el asctico piso de Basterra, casi de estudiante de no ser por el orden,


haba tomado la pequea su ltima comida. Los agentes se dirigieron directos al
frigorfico en busca de ms claves. De l recogieron una fiambrera con albndigas
cocinadas. El metdico padre la haba etiquetado con la fecha de elaboracin y el
contenido: Albndigas 21-9-2013. Tan volvera en su interrogatorio posterior,
una y otra vez, a ese men, primero con suavidad y ya, hastiado de mentiras, en un
tono inquisidor e irnico, con la mente puesta en la criatura de la cuneta y la mesa
metlica de la sala de autopsias.

Vamos a ser sinceros le descerraj el juez a Porto al da siguiente en la


sala. Su hija tena ms de veintitantas pastillas de Orfidal dentro, no encima,
encima tena otras cosas. Desgraciadamente he tenido que ver tanto el
levantamiento como la autopsia. Si quiere se lo puedo describir, pero es muy
desagradable.
El juez par unos segundos ante el amago de llanto de la detenida, que se
restregaba las manos como si fuera a crujrselas y se revolva en la incmoda silla
sintindose acosada.

Lo de los championes continu el juez se lo pregunt porque yo se


los vi en el estmago sin digerir... Cuando baj su hija al coche, quin la ayud a
subirla al coche? Porque su hija iba tan drogada que era imposible que ella pudiera
subir por su propio pie.

Pese a la dureza de las palabras y la evocacin de la imagen de la muerte


abierta en canal, la madre respondi, lastimera:

Ella deca que iba mareada y yo pens que me estaba tomando el pelo. Mi
hija era la reina de la juerga, era una juerguista. Deca que estaba mareada, pero no
estaba nada mareada...

Por qu? quiso saber el magistrado.

Porque la conozco, la conozco perfectamente. Cmo no voy a conocer a mi


hija...

Se pasean por tu casa, tocan tus objetos personales, tus almohadas, se meten
en tu nevera... y despus tienes que soportar a una jaura desbocada chillndote,
vindote derrotado, esposado, como a un vulgar delincuente. Las televisiones
abran y cerraban su parrilla de programacin con informacin del caso. Hasta
cuatro redactores de cada uno de los programas matinales correteaban por las
calles de Compostela. Puertas que no se abran para ninguno, informaciones
dudosas que saltaban a las pginas de los diarios... todos los jefes queran ms
sobre el caso del ao. Daba igual si era una amiga de la infancia o la panadera que
les atenda tras el mostrador. Necesitaban llenar prrafos de texto y minutos de
programa de radio y sobre todo televisin.

La informacin veraz llegaba con cuentagotas. Algunos aprovechaban el ro


revuelto para cobrarse venganza o para descubrir a algn funcionario demasiado
amigo de exhibirse como un agente con informacin privilegiada. El caso no tena
parangn con ninguno de los conocidos hasta ahora. Padre y madre imputados por
el asesinato de su hija. Sin apenas datos biogrficos veraces del periodista y la
abogada de los que echar mano. Y lo ms llamativo para la mayora de viejos
reporteros, sin amigos que compareciesen en su defensa, ni vecinos a los que
saludaban a diario y les parecieran gente muy normal. La gran pregunta que la
mayora se hace siempre en un crimen tena todos los visos de quedar sin
respuesta. Por qu?

De vuelta a los calabozos, con la serenidad recobrada, tras los duros


momentos de los registros y la comida, el REC de la grabacin volvi a conectarse
en la Comandancia de La Corua. Seis horas y veinte minutos ms, registradas
entre las tres y las nueve y media de la noche del jueves en las dos celdas que
ocup la pareja.

Tu imaginacin calenturienta nos va a generar muchos problemas


reproch Charo a su expareja.

Cmo? quiso saber l, que en apariencia no haba odo bien.

Tu imaginacin calenturienta nos va a generar muchos problemas


reiter la mujer palabra por palabra.

Silencio le orden Alfonso.

Y que yo en casa matara todo insecto cuanto haba con un cojn no quiere
decir que yo vaya ahogando a la gente con cojines se quej la detenida a quien
los investigadores haban preguntado con avidez por una almohada hallada junto
al sof del saln metida en una bolsa. Y te repito que yo mat araas a
cojinazos...

La conversacin entre los arrestados se alarg ms que la anterior, pero se


trataba de un dilogo inconexo, casi en clave, en el que prevaleca el ansia
exculpatoria de ambos, algunos reproches por parte de la mujer sin acabar de
hilvanar y un afn desmesurado por saber qu pensaba su entorno y cmo
respondera en el futuro tras saber que ellos eran los principales sospechosos.

Los agentes grabaron cerca de veintinueve horas en total, hasta las nueve
menos un minuto del viernes 27, cuando los detenidos iban a ser conducidos ante
el juez para declarar. Mucho tiempo de grabacin, esfuerzo para transcribir e
interpretar, y escasos resultados. Tan intentara perfilar algunas frases
deslavazadas sin lograrlo. La antigua pareja estaba encastillada en su silencio.

A las once de la noche, el secretario y el instructor cerraban la diligencia


inicial que a la maana siguiente tenan que entregar al juez. En esos once folios,
aspticos y precisos, se recogan los ltimos seis das en la vida de los dos
detenidos y la muerte de su hija. Acababa con el formalismo habitual: Recibida
declaracin a los detenidos en presencia letrada, ambos se acogieron a su derecho a
no declarar en estas dependencias. Ni Basterra ni Porto tenan nada que contar a
la Guardia Civil por escrito. Su futuro inmediato y quiz el otro, sus aos
siguientes, consista en una cita en el juzgado al cabo de unas horas. A cara o cruz.
Empezaba, ya s, el sinuoso juego de las ocultaciones y las verdades a medias que
ponen y quitan condenas.

A esas horas, an en un calabozo, an sin declarar y con la posibilidad de


hablar entre ellos aunque fuera a travs de una pared e intuyndose vigilados
todava albergaban la esperanza de quedar en libertad. En su casa, el fiscal Jorge
Fernndez de Arnguiz, el segundo que se haca cargo del caso tras la renuncia del
inicial Antonio Roma, daba vueltas a las trascendentales declaraciones del da
siguiente mientras lea los informes que ya le haban entregado. Haba indicios, s,
pero no tena nada claro si eran suficientes para solicitar la prisin.

El juez Tan no daba crdito a esas dudas del representante del Ministerio
Pblico. Desde casi una semana antes, cuando los escuch y sigui con detalle todo
lo que le contaron los policas y los guardias civiles, palabras, silencios y
comportamientos, estaba convencido de la culpabilidad y las maquinaciones de
ambos para acabar con la vida de la nia. Las declaraciones de testigos que ya le
haban entregado los guardias no hacan sino cimentar su conviccin, pero adems
se guiaba por lo que no estaba escrito, las palabras y las reacciones que tanto l
como los investigadores a los que acababa de conocer, pero de los que se fiaba
haban escuchado y percibido. La imagen de Basterra, con su mvil en la mano,
decidiendo en esas primeras horas a quin contaba y a quin no la muerte de la
nia con pasmosa calma y su posterior afectacin cuando reciba respuesta al otro
lado, se haba quedado grabada en su retina.
Captulo III

NO SE OLVIDA DNDE
SE DEJA A UN HIJO

Viernes 27

En ningn calabozo suena el despertador. Los detenidos se ahorran el


sonido taladradora, sustituido por el agente de turno y el horario inflexible. Los
padres de Asunta tuvieron que madrugar el viernes 27 de septiembre para
desayunar y asearse antes de verse las caras con Tan. A las ocho de la maana, los
guardias con el atestado bajo el brazo y los detenidos esposados entregaron el kit
completo en el juzgado. En un sobre guardaban el pasaporte de Rosario y una caja
de Orfidal con veinticuatro pastillas que Alfonso le haba llevado al cuartel el da
del arresto. En el laboratorio de la Polica Judicial se qued el ordenador de Charo,
los tres mviles de la familia, las medicinas del armario de la cocina de la madre y
las albndigas del congelador de Basterra.

A Rosario le haban pasado factura las horas de encierro cuando se sent


frente a Tan. Demacrada, solo el blanco de una camiseta asomando por el pico del
jersey negro rompa el luto sport de mallas y zapatos sin tacn. Nada ms sentarse
se coloc un ligero tres cuartos fucsia y se dispuso a declarar tras la lectura de
derechos. Ella y la secretaria judicial eran las dos nicas mujeres de la minscula
sala en la que se sentaron el juez, el fiscal y su abogado Juan Guilln. Un
funcionario asom varias veces su silencio por la puerta; luego otras mujeres
entraron y salieron.
El teniente Maceiras, el sargento Marcelo, el cabo Herrero y el resto del
equipo no se haban concedido tregua en los ltimos seis das. Cuando los
detenidos tomaron asiento ante el micrfono de la sala, el juez ya tena en su poder
el informe de conexiones y desconexiones de la alarma de la finca de Teo; un
PowerPoint con las imgenes de las cmaras de vigilancia que haban grabado a los
protagonistas la tarde-noche del crimen; ms de una decena de declaraciones
tomadas a testigos fundamentales (las personas que encontraron el cadver, los
vecinos que vivan al lado, los amigos ms cercanos a la nia, vecinos, las
profesoras que haba tenido en verano), algunos posicionamientos telefnicos
apresurados y un informe de Toxicologa inicial en el que quedaba claro que a la
nia la haban drogado.

Un supuesto intento de asesinato sufrido por Asunta el 5 de julio,


denunciado por la madre en comisara la noche del crimen con escasa precisin,
tambin haba sido aclarado en parte por la polica. El comisario de Santiago haba
enviado una nota interna al juzgado en la que dos policas relataban que Porto
haba acudido a esa comisara el citado da y haba contado que un desconocido
vestido de negro entr en su casa la madrugada anterior, forceje con l y este
escap. No llam a la polica para no poner nerviosa a su hija. Le informaron de
que fuera al servicio de urgencias para que le extendieran un parte mdico de cara
a la denuncia, pero ella ya no volvi.

Ni Rosario ni Alfonso imaginaban a esas horas el desbroce que ya haban


realizado en sus vidas los investigadores. Tiempo; otra vez el factor tiempo. La
clave poda estar en las doce horas de ese sbado o en las doce semanas anteriores.
O en ningn momento concreto.

Cuando se levanta la nia adnde va? pregunt el juez Tan en la


primera declaracin de Rosario Porto el 27 de septiembre

A mi casa respondi Rosario Porto. El sbado la nia llega a las nueve


y cuarto, nueve y media de casa de su padre. Lo recuerdo perfectamente. Lleg
toda angustiada porque tena clase de chino y no se haba mirado nada en todo el
verano. Me recordaba mucho a m, que a ltima hora me meta todo el tocho...
Todos los domingos el ao pasado haba clase de chino en mi casa, vena otra nia;
de chino sala a francs y luego a ballet... el sbado, pero no este sbado. Este
sbado no haba empezado la Alianza Francesa. Yo este ao haba tomado la
determinacin de que los sbados no fuera a ballet, ya era tercero de ESO, la nia
tena que estudiar ms. Vino a dormir de casa de su padre. Yo el viernes no estuve
en todo el da con ella. Lo que pasa es que yo al padre le dije una mentira, yo
estuve con la otra persona.

Asunta no poda imaginar que el sbado iba a ser el ltimo da de su vida.


Nadie, salvo los condenados a muerte, fabula con sus ltimas horas, y Asunta, que
solo era una nia, no haba sido sentenciada por un tribunal ni haba cometido
crimen alguno. Esa maana su preocupacin se centraba en ponerse al da en los
deberes de la asignatura, arrinconados durante todo el verano. Le gustaba
aprender la lengua de sus antepasados y fantaseaba con que quiz algn da
podra viajar a su pas de origen.

Cuando entr en casa su madre desayunaba en la cocina. Rosario apur


rpido el caf porque el aula de chino era esa misma habitacin. Xian, la profesora,
estaba a punto de llegar, y tambin la otra nia a la que daba clase, que ese da,
como estaba enferma, falt a la cita. A las doce menos cuarto acabaron la tarea.
Xian dio a su alumna favorita los pastelitos chinos que le haba trado de regalo y
se qued un rato hablando con Rosario. La mujer no le haba pagado las clases de
junio porque estuvo hospitalizada.

La maana de la nia transcurri con ms calma de la que habitualmente


marcaba su apretada agenda. Madre e hija ordenaron archivadores y libretas sobre
la alfombra del dormitorio infantil; decidieron qu espacio dedicar a cada
asignatura, revisaron los horarios de clase y de extraescolares mientras esperaban
la hora de la comida. A las dos en punto Asunta estaba sentada frente a la tele en el
minsculo saln del piso alquilado de su padre, dispuesta a ver su serie favorita:
Los Simpsons. Parte del verano la haba dedicado a leer un peculiar libro, Los
Simpsons y la filosofa, y le haba comentado a su madre que ahora entenda mucho
mejor esos captulos de los que era una fantica devota.

Rosario, coqueta desde la adolescencia, se qued arreglndose antes de


caminar hacia el piso de su exmarido. Esa fue la explicacin que dio al juez en su
primera y prolija declaracin. Tan araaba palabras en busca de un error, de la
consabida mentira, de las contradicciones que haban ido dibujndose durante toda
la semana en el relato de los padres, desde la primera noche que habl con ellos.

Ella sali a las dos menos cinco de casa y llegara a las dos en punto,
porque adems Asunta era doa precisin. Cielo, qu hora es?. Las 14.57,
responda cont la madre.
A qu hora llegara usted? insisti Tan.

A las 14.30.

Mientras estuvo sola con el padre... sabe si tom algo mientras estaba con
el padre?

Tomara algo, Alfonso le dara chorizo o algo, estaran de picoteo.

A qu hora empezaron a comer?

A las dos y media, porque Alfonso es metdico. Yo soy metdica catica.


Alfonso es metdico metdico.

Las horas que anteceden a un crimen son algo ms que tiempo. Cada hora,
cada minuto son una llave que abre puertas a quienes rastrean surcos culpables. A
veces encierran las propias motivaciones; otras son evanescentes y se repliegan
sobre s mismas hasta convertir al reloj en un enemigo, casi en un cooperador
necesario. El tiempo, su medida exacta, condiciona investigaciones completas y
acta en favor o en contra, segn la habilidad del responsable de marcarlo, de
apresarlo. Memoria reciente frente a las fabulaciones y la mentira.

Cunto se alarg la comida? inquiri Tan.

Poco, para las tres y diez o tres y cuarto habamos terminado de comer.

Qu hicieron despus de comer?

Como Alfonso era el amo de casa, no yo sonri, liviana, la mujer,


habamos ido a comer a su casa, la nia y yo queramos jugar una partida de cartas.
Habamos llevado de nuestra casa las dos barajas de pker. Jugamos al continental.
A Asunta le encanta jugar al continental. Alfonso se qued recogiendo la cocina y
Asunta y yo nos fuimos al saloncito ese y estuvimos echando una escoba mientras
Alfonso recoga... Curiosamente le gan yo, porque siempre me daba una paliza.

Haban pasado seis das desde que apareci el cuerpo de la nia. El juez
tena que recomponer las ltimas veinticuatros horas de esa familia que haba
saltado por los aires sin motivo aparente, sin una espita clara. Sus aos de
preguntas, interrogatorios, mentiras, miradas y silencios con toga o sin ella (como
ese da) eran su arma. Sentado frente a la detenida, la mejor. Si en una sala se sabe
escuchar y mirar, una parte del trabajo queda armado. No todos los jueces podan
presumir de odo atento y mirada concentrada; a l no se le borraba la imagen del
estmago de la pequea sobre la mesa metlica de la sala de autopsias.

Mire, en la comida tomaron solo albndigas?

No, yo no tom albndigas. Comimos revuelto de championes. Alfonso


pas por mi casa. La seora que trabaja en mi casa siempre me trae huevos caseros
y yo le dije: es una tontera que pongas t los huevos teniendo yo caseros en casa. Y
l paso por la maana. Creo que fue al curso de ingls, luego iba a leer el peridico,
creo, luego a dar un paseto por la plaza detall Charo sin pestaear.

De primero el revuelto y de segundo... tomaron algo ms?

Nada, solo el revuelto de championes. Nosotros somos muy frugales.

Las albndigas las mencion l...

No, yo creo que las albndigas es lo que dice que estuvo cocinando por la
tarde. Yo no prob nada de albndigas. Tomamos revuelto de championes y puso
de entrante (mi hija era una fantica del chorizo picante y del fuet) eso y unos
rollitos de pechuga de pavo con queso.

Qu bebi la nia?

Pues yo creo que nada, porque Asunta con las comidas no bebe como yo.

Y despus qu tom?

Un actimel replic sin vacilar. Y a m me dio Alfonso la medicacin,


yo tom lo que me puso all encima dispar la madre sin que el magistrado
preguntara.

Cmo una medicacin?

Yo estoy tomando una medicacin. Yo tom lo que me puso Alfonso all


encima. Lo que llev seguro fue el Prozac, porque lo que me da ms miedo es no
tomar el Prozac. Yo creo que ese da lo tena l all.

La madre acababa de detallar en sala que ella tom las pastillas que le dio su
exmarido. El juez no pas por alto la afirmacin. Un par de horas despus cotej
esa aseveracin, con tan evidentes aristas, con Basterra.

Mire, otra pregunta. Cuando van a comer al domicilio de usted, la


medicacin de Charo quin la pone encima de la mesa?

Charo. A veces yo. Yo se lo recuerdo. No te olvides de tomar la medicina,


ya est.

La tiene usted en su casa? El Orfidal lo tienen ustedes en su casa?

En su casa.

En su casa? Lo trae ella siempre?

Siempre. Yo la llamo muchas veces. Nena, cuando vengas a comer no te


olvides de traer la medicina.

No tiene usted Orfidal en su vivienda por si ella se puede olvidar? Ni es


usted el que cuando vienen a comer se lo pone encima de la mesa para que ella
recuerde tomarlo, no?

Simplemente en la comida. Y a veces la llamo y le digo: no te olvides de


traer el Orfidal.

La detenida sigui encajando las horas del sbado en respuesta al juez.


Relat las partidas de cartas que haban jugado los tres hasta las cinco y cuarto de
la tarde, momento en el que segn ella su hija se fue sola a casa (una cmara de
vigilancia de Bankia confirm ms tarde que no menta en ese horario).

Se fue andando Asunta primero, porque yo tena que hablar unas cosas
con su padre y para fumarme un pitillo yo no fumaba delante de la nia y
para organizar la tarde, que l me dijera lo que iba a hacer y decirle yo qu iba a
hacer...

(Basterra contara un rato despus que madre e hija salieron juntas de la


casa, pero las cmaras las grabaron por separado).

A qu hora saldra?
Cinco y media ms o menos.

Pas por su casa?

S, estuve en casa. A las seis menos cuarto quiz llegara a casa, me


entretuve un rato con Alfonso. Estuve en casa quince minutos o quiz media hora,
justo el tiempo de coger las llaves de Montouto, organizar con Asunta qu es lo que
iba a hacer, le llev pan y le dije que haba embutido en la nevera y margarina por
si quera merendar.

A Charo Porto pareca no llegarle el aire a los pulmones en ese momento,


que iba a estallar en llanto. Nerviosa, pidi asomarse a la ventana. Le dieron unos
minutos, los justos para que no se interrumpiera el hilo del relato. La presa se
escapa si entrev la rendija abierta de la puerta.

Mire, le voy a hacer una pregunta para que empecemos ya a clarificar una
cosa arremeti el juez. Cuando ustedes fueron a poner la denuncia de
desaparicin no cuenta los mismos horarios...

Es que luego fui recomponiendo.

Cuando tiene que salvar la vida de su hija no recuerda los horarios ni les
da importancia, cuatro das despus s?

No es eso, seora, no es eso balbuce la mujer.

Es que no es lo mismo dejar a su hija sola en casa a las seis que a las siete.
Es decir, si la tenemos que buscar en una cmara la tenemos que buscar a las seis,
no a las siete, usted no lo consider relevante. Aquel da nos dijo: Sal de casa a las
19.30 porque solo tena que ir a buscar los baadores a Montouto. Y hoy nos dice
que estuvo un cuarto de hora y sali.

Estaba tan nerviosa, tan nerviosa, tan sumamente nerviosa que yo no


atinaba con lo que deca, es que no me poda creer lo que me estaba pasando... y es
que adems no me llev el reloj, solo llevaba el mvil y el mvil falleci.

Charo se senta acorralada en su discurso de inexactitudes, cuando no


abiertas mentiras, y el juez parta con ventaja: tena sobre su mesa ya el primer
informe de las cmaras de vigilancia que haban grabado esas horas anteriores al
crimen. Siguiendo su costumbre se lo haba estudiado a fondo. Siguiendo su
intuicin saba que le iba a resultar muy til en esa sala y en esa primera
declaracin. La madre palideci cuando Tan le mencion las cmaras y reconoci
titubeante que s, que la cra la haba acompaado a la finca de Teo. Seis das
despus!

El interrogador ironiz con el olvido de un dato bsico. La amnesia de la


detenida y las aclaraciones en las que se enred sorprendieron incluso a su
abogado. Su versin era que la pequea caprichosa haba cambiado de idea en el
ltimo minuto mam, me voy a quedar sola, no s qu, no s cuntos, me voy
contigo, imit la madre; nada ms llegar a la propiedad familiar en las afueras
de Santiago le haba pedido dar la vuelta y ella, que es una madre consentidora,
le hizo caso y la dej en la plaza de Puente Castro, cercana al piso de Doctor
Teixeiro. El problema es que no solo nadie vio a la nia, sino que ninguna de las
cmaras de las inmediaciones recogi la imagen.

Debo de parecer una desaprensiva pero no lo soy. Mi hija era una nia
muy responsable y era una juerguista... cmo poda yo imaginar que mi hija iba a
estar mareada por algo... Entiende usted?

Pues muy sencillo, porque una sobredosis de Orfidal deja a alguien


absolutamente dormido. Era prcticamente incapaz de caminar. Vamos a ser
sinceros arremeti Tan. Su hija tena ms de veintitantas pastillas de Orfidal
dentro, no encima, encima tena otras cosas. Desgraciadamente, he tenido que ver
tanto el levantamiento como la autopsia. Si quiere se lo puedo describir, pero es
muy desagradable.

El amago de llanto de la madre y su creciente nerviosismo no frenaron al


juez. Al contrario, demostr que conoca bien el informe preliminar de Toxicologa,
ese que conclua que la nia fue drogada, ese que le haba revuelto el estmago por
partida doble: cuando lo ley la primera vez y cuando se lo cont a su mujer, una
conocida abogada penalista, acostumbrada a lidiar con ese tipo de pruebas todos
los das en los juzgados.

Cuando usted se toma una pastilla de Orfidal, la dosis que ingiere es 0,02
microgramos por mililitro de sangre. En la sangre de su hija haba 0,68
microgramos; es txico a partir de 0,3 microgramos y la ingesta se produjo con la
comida, porque el txico est en la comida. Es imposible lo que usted me est
diciendo, doa Rosario, por favor.
Al or la crudeza de la realidad de las dosis en las palabras sin una pizca de
empata del juez, la madre no pidi permiso para levantarse y llorar... Llanto de
recuerdo y quin sabe si llanto de culpa. Balbuceante, insisti en que la nia estaba
perfecta, jur y perjur. Se sent cuando se lo ordenaron y no le qued ms
remedio que escuchar lo que nunca hubiera querido, lo que quiz su mente haba
borrado. Tan recurri a las comparaciones, al escarnio, al preguntarle si la pequea
Asunta estaba igual de perfectamente ese da que cuando tres profesores de
msica aseguraron que un da de julio no se tena en pie, que su padre tuvo que
sujetarla del brazo para que no se desplomara, y que aun as, ellos no le dieron
importancia y acusaron a la cra de inventarlo y mentir. Rosario se revolvi ante esa
mencin y no acept ser cmplice de esa aparente primera tentativa de matarla o al
menos de drogarla.

No, eso lo dijo mi marido. Yo dije: la nia inmediatamente para casa.

El intento de explicar el itinerario que siguieron madre e hija desde su casa


hasta la finca de Teo result un despropsito. Ahora un camino, luego otro, ms
tarde enmiendo la trayectoria... Tan estuvo a punto de perder la paciencia varias
veces, hastiado de juegos y falsedad en un recorrido simple, habitual y reciente.

Lo tenemos hasta cronometrado. Yo le pregunto porque usted tiene


derecho a explicarse, pero sinceramente la mayora de las cosas no necesito
preguntrselas porque ya las sabemos. Si quiere le ponemos el PowerPoint para
que se vea usted en todo el recorrido. Hgame caso, que hoy en da se ve todo. Y
tambin hay otra cuestin, la alarma de su casa sabemos cundo se monta, cundo
se desmonta, cunto se tarda desde su casa con mucho trfico, con poco trfico. Lo
nico que necesito es que me explique si desea los detalles ms nimios de lo que
sucedi concedi el juez a sabiendas de que estaba utilizando el pleno, todas las
averiguaciones que haban sido capaces de hacer los agentes en esos seis das de
infarto.

Acostumbrado a tareas en paralelo, no dejaba de darle vueltas a la misma


conviccin: cualquier madre cuyo hijo hubiera desaparecido habra recordado
minuto a minuto de esas horas de supuesta angustia con la mayor certeza de su
vida. Pero la detenida obvi justo los detalles ms importantes. Nadie olvida
dnde dej a un hijo por ltima vez, rumiaba el juez. Era una malsima seal. Pese
a estar acostumbrado a los comportamientos y respuestas de cualquier delincuente,
le chocaba que esa mujer que tena enfrente, de apariencia frgil, siguiera
concediendo en un momento como ese, cuando su futuro estaba en una sala, tanta
importancia a la mirada externa, al qu dirn.

Cuntas veces le han ofrecido declarar... Seis das despus recuerda usted
que llev a la nia? Seora, tiene el ms mnimo inters en encontrar a quien la
mat? Cundo record que haba llevado a su hija a Montouto? arremeti el
juez.

Yo creo que el lunes por la noche me di cuenta (haban pasado cuatro das
desde entonces).

Se lo cont a Alfonso?

Tampoco lo sabe Alfonso concedi ella.

Me extraa que cuando la vida de su hija estaba en peligro y era


importante no dijo nada de esto, no cont nada de esto.

Porque poda parecer que yo dejaba a la nia tirada o cualquier cosa.

Poda parecer, parecera, pareca. Las apariencias constituan los cimientos


de la vida de Rosario. Lo haban hecho en el pasado y seguan siendo su eje. Se
empe en transmitir la sensacin de que era una mujer despistada, mam
pierdellaves, la bautiz el juez en ese interrogatorio, agobiada con mltiples
ocupaciones, que se pasaba la vida corriendo de un lado a otro. Pero lo llamativo
era que recordaba con precisin de reloj hechos concretos ocurridos haca varios
meses y, sin embargo, los detalles de una semana antes se le emborronaban. Un
calco de lo que le ocurra a su exmarido. Las asombrosas coincidencias en algunos
puntos resultaban demasiado elocuentes, casi ensayadas.

Es que soy muy despistada se justificaba una y otra vez Rosario.

Ya lo veo, no sabe si lleva a la hija o no lleva a la hija... pero bueno, me


abstendr de comentarios ironiz Tan.

No lo recuerdo, repiti varias veces Basterra en respuesta a preguntas


cruciales tanto referidas al da del crimen como a un par de semanas antes. El juez
le refresc la memoria y le condujo hasta el momento en que Rosario intent
esconder la papelera con las cuerdas, los pauelos y la mascarilla en la finca, en la
primera visita a la casa esa misma noche. El exmarido, que sali en aquel momento
en su ayuda explicando que eran cuerdas de los jardineros, argument que no se
acordaba de ese incidente porque estaba hecho un mar de lgrimas.

Su memoria, fabulosa respecto a sus logros profesionales y personales,


tampoco le alcanz para detallar cundo fue la ltima vez que estuvo con su hija en
la finca cambiando unos absorbehumedades. El da era importante porque Tan y el
fiscal sospechaban ya que fue el penltimo intento de drogar a la nia, la misma
semana en que muri.

Las zonas de sombras seguan ah, pese a la insistencia del juez y el fiscal.
Contaban con unos horarios tasados, proporcionados con bastante aproximacin
por las cmaras de seguridad, que se ampliaran das despus con el anlisis de los
telfonos de los implicados. Charo sali sola al volante de su Mercedes verde del
garaje de General Pardias, en la calle del piso de sus padres que ella haba
heredado, situado a unos metros de su casa, a las 18.14.57, segn capt la cmara
de la joyera Jael. Tres cmaras de bancos registraron a continuacin el recorrido
del vehculo a su paso por dos calles. A las 18.20.21 otra cmara del Parlamento
Gallego grab el paso del coche por la Ra del Hrreo. A las 18.24.26 la cmara de
la estacin de servicio Galuresa, en la plaza de Pontepedria, recoge de nuevo la
imagen del Mercedes. Se observa cmo en el asiento del acompaante del
conductor va sentada una persona de baja estatura. Ese era el detalle clave que
Porto haba ocultado. Todo apuntaba a que esa persona era Asunta, como acab
reconociendo la madre en su declaracin.

Es la ltima vez que se puede ver la silueta de la pequea hasta la aparicin


de su cadver. La grabacin no permite distinguir si la nia iba dormida o
despierta. A las 18.33 la mujer desconect la alarma de la casa de la finca de recreo
en A Poboa (Montouto, concello de Teo). Volvi a conectarla a las 20.53. A las
21.33.59, la misma cmara de la joyera, junto al garaje de General Pardias, graba
el regreso del Mercedes, y unos minutos despus se aprecia a la que parece ser
Rosario Porto, vestida de negro y con una bolsa blanca en la mano. De ah va hasta
su casa. Tard tres minutos, segn ella, porque camina rapidsimo. Su mvil tuvo
la ltima conexin a las 19.29 en las proximidades de la finca y no volvi a estar
operativo hasta las 21.52, cuando lo capta una antena repetidora cerca de su piso de
Santiago. En esas fallas temporales sita la investigacin la muerte de la cra (la
autopsia habla de entre las cuatro y las ocho, pero se tienen en cuenta todos esos
elementos mencionados que sirven y servirn para precisar mucho ms). Sin
telfonos, sin cmaras, acompaada supuestamente de su madre y tal vez de su
padre, aunque ese dato sigue en el aire porque no se ha podido demostrar en la
instruccin de manera fehaciente que Basterra fuera a la finca.
Las explicaciones de Porto mareaban, eran poco o nada crebles. Un trasiego
de idas y venidas desde Santiago a la finca de Teo; un intento de ir al Decathlon a
comprar una bola de pilates para las clases de ballet de la nia; desconexin del
mvil (la batera muri, segn ella); alarmas conectadas y desconectadas; fue a
recoger dos baadores, aunque el juez insista en que tenan bikinis en el piso como
para cambiarse varias veces, y fue a revisar el jardn y a coger los maracuys del
rbol. Asunta sola en una plaza, con llaves, sin telfono, sin que nadie la viera...
Mam, me mareo. Pens que era una broma. Iba haciendo cuentitis, cont la
madre que le dijo y que ella no la crey.

Alfonso no result ms convincente en su declaracin, pese a que su


coartada era mucho ms slida que la de su exmujer, aun con su verborrea de
detalles nimios. Su telfono estuvo apagado entre las 16.59 de la tarde, segn la
informacin de la antena ms prxima a su casa, cuando todava hija y madre
estaban all, hasta las 20.47, momento en que vuelve a estar operativo. No existen
datos de conexiones en esas horas. Estuvo solo toda la tarde, leyendo. Si quiere le
digo el libro que estaba leyendo. Hay una vecina que est todo el da colgando ropa
y la vi. Como un padre pendiente y afanoso, se preocup de llamar y dejar rastro
tanto en el telfono de Charo como en el mvil de la nia, a las 21.05, cuando ya
estaba muerta, segn la autopsia. Incluso telefone al fijo de la casa y al de la finca,
y eso que haban quedado para ms tarde. A qu esa prisa?

A qu hora se cena en su casa? se interes el juez

Yo cont con que si se haban marchado a las 17.15, entre las ocho y las
ocho y cuarto Asunta estuviera en casa. Yo me enfrasqu en la lectura del libro. A
las nueve llamo a Charo, luego al fijo y luego al mvil de Asunta, que me da lnea,
pero no me coge. Y hago esa operacin tres veces a los tres escenarios explic sin
vacilar. Su exmujer le llam de vuelta en respuesta a esas llamadas previas en torno
a las nueve y diez de la noche, segn declar. Pero a esa hora, ella acababa de salir
de la finca (la vieron los vecinos y hablaron con ella) y su telfono estaba muerto.

Segn la autopsia, Asunta muri entre las cuatro y las ocho de la tarde. El
resto de diligencias precisan ms, por lo que se ha establecido que en un momento
entre las 18.33, cuando supuestamente madre e hija entran en la finca, y las 20.00
horas es cuando la asfixian tapndole la boca y la nariz. La hora que se baraja como
ms probable son las siete. Entre las nueve menos cuarto y las nueve menos diez de
la noche Valentn Tato, vecino de la finca de Teo, sali a pasear a sus perros. Se
acordaba de la hora porque su hija, que estaba con l en la casa, recibi un
whatsapp a las 20.35. Tras leerlo, subi a vestirse, e instantes despus salieron la
chica y sus padres. Vio el coche de Charo aparcado delante de la puerta de la
entrada a la finca, parado, con las luces apagadas. Cuando haban caminado unos
metros se les acerc el conocido Mercedes, lentamente, con las luces apagadas; se
detuvo.

Estaba oscureciendo, pero todava haba luz. Se acercaron a la ventanilla del


copiloto y hablaron con Charo. Ella les coment que estaba muy agobiada. Me
voy, que tengo a la nia sola. Y arranc. El vecino le recomend que encendiera
las luces del coche y Charo le hizo caso. Valentn Tato describi su actitud como
poco conversadora, y la atribuy a la preocupacin de que la nia estuviera sola.
Conocan a la abogada desde 2008 y saban de sobra que le gusta charlar.
Normalmente metan el coche en la finca y cerraban la puerta. Hasta las cuatro o
cuatro y pico de la tarde del domingo no se enteraron de la muerte de Asunta,
cuando Teresa Navaza, la apenada portavoz y amiga, llam a la mujer de Valentn
para contrselo.

A las 21.33 Porto lleg a su garaje de Santiago. Tres minutos despus, segn
ella, estaba en su casa. Comprob que Asunta no estaba; puso a cargar su iPhone y
llam desde el telfono fijo a Alfonso. Hablaron en torno a cinco minutos. Me dijo
que la haba dejado en casa haciendo los deberes para al da siguiente ir los tres a la
playa, que ella fue a Teo a por unos baadores y quera comprar una bola de pilates
en Decathlon, pero se olvid el bolso. Al salir de la finca se encontr con un vecino,
que es amigo mo porque fue director de Informativos de la televisin de Galicia, y
con su mujer Toi. Me llam a las nueve y diez o nueve y cuarto para decirme que
ya haba llegado. Estaba preocupado porque te llam a ti y a la nia a las 20.30 al
mvil y al fijo, desgran l.

No me digas eso porque entonces la nia no estaba a esa hora... No me


empieces a preocupar, fue la respuesta de Charo. Oye, te das cuenta de que
llevamos cinco o seis minutos hablando y la nia no ha llegado? Ya ha tenido
tiempo de llegar, continu el aparentemente atribulado padre. Charo se puso muy
nerviosa. Nos resultaba tan sumamente extrao. Asunta era muy responsable, no
tena ni Twitter ni Facebook ni nada, justific l.

No le pregunt dnde haba dejado a la nia, yo la cre. Cmo voy a ser


tan retorcido para pensar que me est contando una bola (...). No tengo ninguna
duda sobre Charo (...). Qu motivos tena yo para preguntarle? Me estn
confundiendo un poco le replic al fiscal. Yo no le pregunto por la nia porque
estoy seguro de que se qued haciendo los deberes.

Desaparece la nia y no le pregunta por la nia ahond el fiscal.

Mi mayor urgencia era irme a comisara y decir lo que est pasando. A


comisara zumbando porque el Cuerpo Nacional de Polica tiene ms medios
humanos y materiales que Alfonso Basterra.

De nuevo la retrica y la justificacin. La bsqueda de la coartada, segn la


instruccin. Una farsa buscada, preparada, ensayada (unos das antes estuvo
preguntando por una parada de autobs en la zona de Teo, segn algunos
testigos). As lo aprecian, as lo plasman, escrito tras escrito.

La primera persona que se enter de que Asunta haba desaparecido fue


Isabel Veliz, su madrina, con la que haba pasado buena parte del verano y a la que
estaba muy unida. Las dos familias eran amigas de dos generaciones. La anciana,
de setenta y siete aos, estaba haciendo la cena cuando la llam Charo en torno a
las 21.30, segn recordaba. Quera saber si la nia estaba all porque la haba
dejado haciendo los deberes (a ella tambin le cont esa versin) y al volver no
estaba. En teora iba a ir a casa de su padre a cenar entre las ocho y media y las
nueve. Al cabo de unos minutos, Charo volvi a telefonearla. Ven a casa, ven a
casa, que tenemos que ir a la polica, que falta la nia. Veliz se visti a toda prisa y
se dirigi al piso de Doctor Teixeiro. Basterra estaba en la puerta del edificio, en
bermudas y chanclas. La madrina se qued sola en la vivienda mientras los padres
se dirigan a comisara. Ms tarde la llamaron desde all para que enseara la casa a
dos agentes de paisano. Cerca de las doce de la noche, volvi la pareja con el
inspector Samuel Vila. A la 1.30 de la madrugada, ambos insistieron para que la
mujer volviera a su piso.

Entre las dos breves llamadas que Charo Porto hizo a la madrina, descolg
de nuevo el telfono para llamar a Mara, la madre de A., la mejor amiga de
Asunta, con la que haba ido al colegio desde primero de infantil hasta quinto de
primaria. La nia y su familia estaban en Vilanova de Arousa, donde regentan un
bar. Le cont lo mismo que a la madrina y le pidi que preguntara en el grupo de
whatsapp que tienen varios nios del colegio si alguno haba visto a Asunta. Segn
Charo, la madre de A. le dijo que la polica no le iba a hacer caso hasta que pasaran
veinticuatro horas. La not nerviosa. A las once de la noche, la mujer volvi a
telefonear a casa de Charo, que en esos momentos estaba ya en comisara
denunciando.
Mientras Rosario llamaba a estas dos personas, Alfonso se dedic a dar
vueltas por la manzana para ver si vea a su hija, contaron ambos. A las 21.44 una
cmara graba por primera vez al padre en toda la tarde. Est colocada en la entrada
de Bankia, en la confluencia de Doctor Teixeiro y Repblica Argentina, la calle de la
madre y la del padre. Basterra pasa por delante a lo largo de los siguientes minutos
varias veces, caminando en actitud aparentemente normal. Es el comportamiento
esperado de un padre que busca a su hija desaparecida? Las interpretaciones, de
nuevo, estaban servidas. A los investigadores les pareci llamativo que casi no se
moviera del ngulo de visin de la cmara en lugar de ampliar su campo de
bsqueda.

Asunta no sala nunca sola ni sin permiso ni haba quedado con nadie. Por
favor, dile a A. que por whatsapp les pregunte a todos los amigos.... Alfonso daba
vueltas por la calle a ver si la vea. Al juez le sorprendieron las escasas y breves
comprobaciones. Hay que ir a la polica porque es rarsimo. Asunta no se va as
porque s. Se haba llevado las llaves y no quera que se encontrara la casa sola si
volva, le dijo al padre. Podra haber mandado solo a Alfonso, pero es que yo
tambin poda aportar datos a la polica, justific. Qu datos? Si todo lo que dijo
a la polica era mentira o bueno, digamos que no se ajustaba a la realidad, le
replic Tan.

La pareja, calmada, se dirige a la comisara del Cuerpo Nacional de Polica


de Santiago. Llegan a las 22.17, segn la cmara exterior que enfoca la avenida
Rodrigo de Padrn y acceden al edificio. Cuatro minutos despus ya se encaminan
a la oficina de denuncias. De inmediato los recibe el inspector Samuel Vila. Cuando
se sienta a escribir la denuncia en su ordenador, en la sala del fondo a la izquierda
son las 22.31. Mir instintivamente la pantalla, insisti el juez. Han buscado
cunto tiempo? Menos de una hora y ya dan la bsqueda por concluida. All sobre
las diez es cuando se dan cuenta de que la nia no est. Es que tambin nos minti
el da de la desaparicin. Y adems ni siquiera era la hora concertada para la cena,
entre nueve y media y diez de la noche, siguiendo la meticulosidad matemtica de
Basterra, ironiz de nuevo el magistrado. A las 23.39 Alfonso sale de la comisara
solo. Once minutos despus lo hace Rosario, acompaada de agentes. Minutos
arriba, abajo, imprecisin del minutero de las cmaras.

An no era la hora de la cena y ustedes ya empiezan a pensar que la nia


ha desaparecido dice Tan.

Por supuesto, por supuestsimo responde Porto. La nia no se iba por


ah con nadie sin haber llamado a su padre, o a m.

Usted no iba a ir a cenar?

Yo tena unas judas que haban sobrado. Lo primero que hago es poner el
telfono a cargar.

Al final de la declaracin intervino su abogado Juan Guilln, amigo y socio


de su padre desde la juventud, muy cercano a la familia, el artfice de su
rapidsimo divorcio pactado, casi un confidente. Le pregunt por qu haba trado
de vuelta a Asunta y dnde la dej exactamente. La conoca y mucho. Su ltima
pregunta fue directa, inesperada.

La tiene agredida en alguna ocasin? lanz el letrado.

Bueno... mi psicloga dice que Alfonso tiene doble personalidad. No lo s.

Sabr si la agredi? insisti Guilln.

S, s...

Con este tenue asentimiento a bocajarro, esos dos monoslabos encadenados


y en voz casi inaudible, Charo Porto destap otra caja de posibilidades, de mviles,
de rumores que al final se cerrara en falso con su silencio cmplice. Secretos de
familia. Secretos de lugares concentrados en s mismos. Las paredes de un hogar
nunca hablan, ni siquiera cuando sus habitantes las dinamitan.

La maana fue intensa, largusima, agotadora para todos... y la sombra


delicada de Asunta sobrevolaba y se esconda en las palabras, en las acusaciones,
en las mentiras, en los informes que hablaban de ella como una criatura que ya no
era de este mundo. Incinerada ya. Asesinada. El cundo, el dnde y el cmo
saliendo al paso sin respuestas claras. A cara o cruz. Sali cruz para ambos. Prisin
sin fianza. La nueva casa era la prisin de Teixeiro. Maceiras, Marcelo, Herrero y el
resto de compaeros fueron los primeros en enterarse y una vez ms guardaron
silencio. El trabajo ms difcil acababa de empezar: colocar cada pieza del puzle en
un tablero mvil en el que un error poda desfigurar toda la imagen.
Captulo IV

INFIDELIDAD (ENERO-JUNIO)

La ltima maana de Reyes que vivi Asunta sus padres le tomaban fotos
mientras ella, sentada en el suelo, iba abriendo los regalos entusiasmada. Doce
aos. La ilusin renovada. Ni la nia ni su madre podan imaginar lo que rondaba
por la cabeza de Alfonso, que llevaba tres das vulnerando la intimidad del
ordenador de Charo en busca de la correspondencia electrnica que mantena con
su amante.

El marido ley los mensajes, la programacin de sus viajes, aviones y hoteles


incluidos, sus cdigos secretos de amor, la desesperacin de su mujer por escuchar
unas cuantas palabras de su amado... pero no dijo nada, guard silencio esperando
el momento adecuado para abrir la espita de la rabia, el odio y el rencor.

El martes 8 de enero todo salt por los aires. Alfonso estall. Le cont a
Charo que haba visto sus correos electrnicos, que saba que llevaba casi un ao
de amor furtivo con ese hombre, un hombre casado y padre de familia. Gritos,
golpes, una puerta rota... Me ausent por la maana de casa, cosas de trabajo,
luego fui a comer con unas amigas y estuve por la tarde fuera y cuando llegu por
la noche, sobre las ocho de la tarde, l estaba como un energmeno en casa,
dicindome que estaba liada con mengano y me has roto la vida y no s qu.
Incluso le dio una patada a la puerta y tengo un agujero en una puerta de mi casa.
A m me dio miedo, llam a una amiga que saba todo eso y me fui de casa, se
sincer la abogada con el juez nueve meses despus.

Rosario, asustada, corri a refugiarse a casa de su prima y, junto a ella y una


amiga confidente, estudiaron la situacin y planearon el modo de hacer que
Alfonso se calmase y abandonase el que hasta aquella maana haba sido el hogar
familiar. La casa era de mi propiedad. Voy con dos amigas y con mi prima.
Estuvimos abajo en la calle y a m me da mucha vergenza que me hable a gritos.
Estaba aterrorizada y consegu que me diera las llaves de casa. Yo le di dinero. Se
llev las tarjetas de crdito, se llev todo... tambin las llaves de General Pardias,
del otro piso de mis padres, que yo tena vaco pero amueblado, y l se me
atrincher all dos o tres das hasta que consegu convencerlo de que se fuera.

Basterra accedi a salir del piso y busc asilo en el de sus difuntos suegros, a
tan solo un paseo de distancia. Preso de la ira y la rabia, escriba. Escriba e-mails,
mensajes de mvil y pensamientos de venganza que cruzaban cada segundo por su
cabeza y amenazaban con hacerlo estallar.

Yo me puse en contacto con mi abogado, con Juan, para decirle que me


quera divorciar, y ya, porque yo haba descubierto a otra persona. Es decir, si t
descubres que tu pareja te ha sido infiel, hablas con l pero no ests tres das como
recabando pruebas para de repente soltrmelo todo y tener ya todo. Me revis
todo. Mis cosas... para tener hechos fehacientes de que yo... Yo nunca le he revisado
las cosas de l. Juan Guilln, que la asista en la sala y la conoca desde que era
una cra, escuchaba en silencio la historia que se saba de memoria. Su amigo
Francisco Porto, el padre de Charo, con quien l mismo haba dado sus primeros
pasos como abogado, ya no estaba para tener que or ni enterarse de todo ese
sufrimiento para su malcriada hija y su nieta.

En esos das el objetivo de Rosario y sus aliadas era lograr que el iracundo
marido saliera del piso de los Porto. Lo lograron y Basterra se traslad al hostal
Mxico, situado tambin a escasos minutos del piso de Doctor Teixeiro.

Como l no tena oficio ni beneficio porque encima le haban echado de la


revista, y l me lo haba ocultado, como siempre, pues no tena dnde ir en
Santiago. Le di dinero, le hice una maleta, met todas sus cosas. No se quera llevar
el porttil. Le dije: llvate el porttil, eres periodista, a lo mejor con esto te puedes
ganar la vida, prosigui Charo en su declaracin.

Finalmente el 11 de enero Alfonso abandonaba el que hasta tres das antes


era su lugar en el mundo, para trasladarse en busca de ayuda a su Bilbao natal. All
su primo y amigo del alma le dara cobertura, nimo y apoyo incondicional. La
visita a una ta acomodada le proporcionara el dinero suficiente para su nueva
etapa como divorciado sin recursos en busca de una nueva opcin laboral.
Estuve dos das en el hostal Mxico antes de irme de Santiago. Despus una
semana en Medina de Pomar (Burgos), en casa de mi padre, y ms tarde otra
semana en Bilbao. Volv el 30 de enero porque tena trabajo.

Desde Santiago, primero, y desde Bilbao, despus, escriba con regularidad a


Charo para enumerar la lista de tareas que debera realizar ahora que l faltaba en
el hogar. Desde pelar las verduras hasta la quema de rastrojos en la finca de Teo,
todo pasaba por las manos de Alfonso, y ahora sera ella, despistada y con escasa
predisposicin a esos quehaceres, la que tendra que poner orden en la intendencia
domstica. Si hay algo que Rosario haca mejor que nadie era sentir el vrtigo que
le producan las tareas, sobre todo cuando eran demasiadas y mundanas. Alfonso
lo saba y se lo recordaba en cada uno de los correos que le mandaba con una
nueva relacin de obligaciones, algunas insulsas y peregrinas.

Te escribo este correo para darte un poco ms de trabajo, por si no tienes ya


bastante. Son varias cosas: en el cajn de la carne hay un trozo de raxo que trajo
Lisa. Conglalo. Y tambin hay verdura. Que te la limpie Carmen. Recuerda llamar
a Sabela el da 20 para ir a vacunar a Asunta el 24 de enero. Tendrs que repetir la
operacin el 24 de junio, pero ser la ltima. Asunta tiene su DNI caducado. El
dinero que yo met en la hucha ingrsaselo a la nia y maana me traes a Farggi el
nmero de esa cuenta para ver si en algn momento puedo ingresarle yo algo. Ya
me he dado de baja como autnomo y tambin de Hacienda. Este mes pasarn el
recibo, pero ya no en febrero, as que ahorrars todos los meses 254 euros. En el
imn del pasillo hay una invitacin para que la nia vaya a patinar. Recuerda que
la pista de hielo est hasta el 3 de febrero. Respecto a las facturas de Carmen, es
muy fcil: vas a su carpeta, coges la ltima, una de las copias en blanco y la rellenas
con los datos que marca. Y a medida que estas se vayan acabando, hazle fotocopias.
Y si los jardineros quieren quemar, solo tienes que llamar al Concello de Teo y
pedir el tlf. de la Xunta en materia de quemas. Lo puedes hacer todo va telfono.
Es muy fcil, lo nico que te van a preguntar, adems de tus datos, es a qu
parroquia pertenece Montouto. Es Cacheiras.

Por ltimo, el lunes ya puedes llamar al 1004 y dar de baja mi mvil.


Ahorrars todos los meses alrededor de 25 euros ms los 254 de autnomo. El
sbado por la maana me ir. No te esfuerces en mandarme correos porque
cualquier da de estos dar de baja esta cuenta.
Aunque suene pattico por mi parte, y suponga rebajarme todava ms, mi
nico objetivo en la vida era cuidarte y envejecer a tu lado. Lo siento, pero me es
difcil dejar de quererte.

Adis.

Cuando Alfonso escribi ese correo el 10 de enero, la pareja haba estallado


en mil pedazos. La preocupacin de Charo se centraba en quitrselo de su da a da
y en continuar con la relacin que la haca feliz. El an marido se empea, una y
otra vez, en recordar a Porto su dependencia, casi su incapacidad para las
cuestiones prcticas en las que l parece ser un experto. El amo de casa, como lo
defini ella en su declaracin ante el juez. Siete das despus, vuelve a la carga con
otra interminable lista de quehaceres.

Si finalmente decides no venderle la biblioteca a Couceiro, creo que deberas


comunicrselo. Hay que cambiar los absorbehumedades de la que fue nuestra
habitacin, de la de tus padres y la que hay al final del pasillo a la izquierda. Tienes
que comprar 4 recambios (en cada uno de ellos vienen dos). En todos esos armarios
van 6 en total, y los dos que restan son para la casa de Dr. Teixeiro (uno est en la
habitacin de Asunta, abajo a la izquierda, y el otro en el armario del descansillo
justo detrs de la mesa de plancha). Puedes comprarlos en la ferretera del Hrreo
(24 euros) o bien en Mercadona (aproximadamente la mitad).

A mediados de febrero tienes que coger en Montero Ros 40 el recibo de


Aquagest y pagarlo en las oficinas de la empresa (estn un poco ms abajo del
Marte). A medida que me vaya acordando de cosas te las ir comunicando.

Los correos asfixian a Charo, la presionan y quiebran su frgil equilibrio. Su


todava marido ha puesto en marcha su propia estrategia mientras ella corre de ac
para all tratando de conseguir el divorcio cuanto antes. Alfonso busca que su
esposa se sienta superada por las tareas domsticas y de las que su marido se
encargaba. Enseguida provoca la sensacin de culpa de su esposa, que intenta ser
generosa con l, tal y como se refleja el da 21 de enero a travs de un correo
electrnico, plasmara el juez meses despus en su auto final. Esa comunicacin a
la que alude Tan la titul Basterra Mis cosas.

En el archivo adjunto hay una lista con unas cosas que cuando tenga la
oportunidad pasar a recoger, si bien no s si alguna vez tendr esa oportunidad.
Te especifico al final del mismo que es eso, y solo eso, lo nico que quiero; es decir,
no quiero nada ms, y mucho menos un coche. Me parece mezquino tu
ofrecimiento. Se trata de un problema que t tienes y como no sabes cmo
resolverlo tratas de arreglarlo ponindolo a mi disposicin. Es para lavar
conciencias o qu? Me parece increble, y ms increble me parece que an no me
conozcas.

Te repito, soy pobre, no tengo donde caerme muerto, no tengo dinero para
pagar un psiclogo, no s qu va a ser de mi futuro, y mucho menos tengo dinero
para invitar a nadie a mariscadas en el Carretas, ni ir a conciertos de msica, ni
nada que se le parezca, pero tengo toneladas de dignidad, algo que no s si otros
pueden decir lo mismo. As que despus de haberme visto obligado a firmar un
contrato de divorcio en cuestin de horas y que an no s muy bien por qu tuvo
que ser as, haber sido expulsado de la casa en la que he vivido durante aos como
si fuera un apestado, haber perdido mi trabajo, enterarme de que mi mujer me ha
estado engaando durante meses, contndome delante de mis propias narices no
s cuntas mentiras y dejar de ver a mi hija, entenders, aunque lo dudo, cmo me
puedo sentir.

Y por cierto, ya que no te has dignado ni a pedirme una sola vez perdn
(ahora ya es tarde), ni se te ocurra decirme una sola vez ms que lo sientes porque
recordars cul es mi opinin al respecto.

Ese mismo da vuelve a escribirle una sucesin de amargos reproches:

Una cosa ms. No te molestes en contestar nada de mi anterior correo. Ten


en cuenta que el otro da me dejaste bien claro que estabas muy liada (y no lo
dudo) para responder a los diferentes avisos que te he ido haciendo llegar. Pero ten
tambin presente que uno hace las cosas en funcin del inters que tenga en tal o
cual cosa, y est claro que responderme a m no entra entre tus planes (aunque solo
sea para poner: gracias), pero para escribir a otro quien t bien sabes, ah s que has
tenido tiempo y sobre todo inters, porque no fueron precisamente ni uno ni dos
los correos que t escribiste y tu amante recibi. De todas formas, te doy un
consejo: analiza qu clase de hombre es el que tiene a su mujer embarazada y se
acuesta con otra y no contento con eso lo sigue haciendo despus de haber sido
padre. Solo pensarlo me dan ganas de vomitar.

Pinsalo y, por favor, no me sigas tratando como si fuese imbcil, porque ya


lo has hecho durante bastante tiempo.

La respuesta de Charo se produce unas horas ms tarde, al amanecer:

Alfonso, no voy a discutir contigo, estoy muy cansada. Si quieres creerme,


bien, si no, me dolera no te lo niego pero no puedo hacer otra cosa. A pesar de
que te moleste, s quiero darte las gracias por tu ayuda en recordarme asuntos
ineludibles que se me podran pasar por alto. Y, si me lo permites, un ruego:
comprende mi dolor, acepta mis disculpas y, por favor, no te molestes por estas
palabras.

Respecto de las cosas que me pides que te enve, cuenta con ello.

Pero dame un par de das para poder organizarme.

Por la noche, Alfonso contesta desde Bilbao y hace referencia a una supuesta
conversacin telefnica que habran mantenido esa misma tarde. Con altsima
dignidad interpretara el juez ms tarde, muestra su dolor y aparecen los
primeros reproches, siempre elegantes (...), sabedor de que ha recuperado su
ascendencia. Formalmente se divorcian, pero Rosario mantiene la doble relacin
con Alfonso y una tercera persona. Siempre subyugada a Alfonso. Tal situacin de
preeminencia hace que sea imposible concebir el asesinato de Asunta Yong Fang al
margen del imputado Alfonso Basterra.
Estoy seguro que tu dolor es grande. Tambin te reconozco que mis palabras
de esta tarde ante el Guggenheim eran sinceras. Estoy tratando en todo momento
de recurrir al sentido comn para no acabar haciendo una barbaridad, pero me veo
obligado igualmente a informarte del enorme dao que me has causado. Nadie en
toda mi vida me haba herido como t lo has hecho, y por eso alterno momentos en
que, como esta tarde, recapacito, con otros en los que la ira me desborda. Se trata
de un mal hbito porque lo nico que hace es pudrirme por dentro con una furia
que me desgarra. Yo no te voy a mentir, pero lo que ha pasado, lo que has hecho
solo lo puedo catalogar de repugnante. No quiero herir tu susceptibilidad, pero es
como lo siento y como tal quiero que lo sepas. A partir de ahora se inician dos
nuevas vidas. Lo que t hagas en la tuya ser, por supuesto, asunto exclusivamente
tuyo. No s si el futuro nos volver a unir o no, pero por el momento, ni en el corto,
y muy posiblemente en el medio plazo tambin, creo que no existe esa posibilidad
(comprenders que yo no quiera ni acercarme al dormitorio que fue de tu madre).

Pero ten presente que la misma no sera decisin tuya, sino ma. Que no te
extrae que cada vez que hablemos por telfono mi tono hacia ti siga siendo el
mismo que he empleado hasta el momento. Y no te extrae tampoco que no desee
saber grandes cosas de ti, lo lamento, pero yo nunca te habra hecho a ti lo que t
has hecho.

A finales de enero, ya con dinero en el bolsillo y con la expectativa de un


nuevo proyecto profesional, Basterra regresa a Compostela y logra, con la ayuda
que le ha proporcionado su ta, alquilar y amueblar con austeridad un piso a
escasos 50 metros de la casa donde viven su todava mujer y su hija.

Alfonso haba perdido su sueldo a finales de diciembre, cuando vendieron el


portal de Internet para el que trabajaba, tras sufrir antes una rebaja de sueldo de
700 euros al mes. Se qued sin ingresos, segn reconoci al juez. Su ta le dio 6.000
euros.

La persona que le alquil el piso adems le proporcion un trabajo basado


en una subvencin que haba recibido un conocido suyo del Ministerio de
Industria, Energa y Turismo para promocionar a travs de las redes sociales los
balnearios gallegos. La situacin de Basterra era tan precaria que no le alcanzaba ni
para pagarse una conexin Wifi en casa, de manera que trabajaba en el centro social
y en la biblioteca pblica. Le devolv 1.000 euros a mi exmujer y me qued 4.000
en la cuenta, desgran en la sala.

Ah Alfonso se port muy bien econmicamente porque l es un caballero,


asegur Porto. l se define como un caballero. Como que el honor de la familia
Basterra es el honor de la familia Basterra. Son de una familia muy importante de
Bilbao. Su abuelo era el arquitecto de Deusto, lo que pasa que mi suegro siempre
ha vivido del cuento. Nunca ha trabajado, cont Rosario al juez casi como un
chascarrillo.

Se refera a un piso que haba vendido ella, donado por sus padres. Aunque
la pareja se cas en separacin de bienes, el dinero obtenido por esa venta lo
pusieron a nombre de los dos para pagar menos a Hacienda. Tras el divorcio, ella
consigui que su marido le reconociera ante notario que todo era de su propiedad:
cuentas corrientes, fondos de inversiones, dinero...

Durante los primeros das de su regreso, Alfonso vigilaba los movimientos


de su mujer desde la cafetera Reno, frente al portal de su casa, y continuaba
escribiendo reproches y algn que otro mensaje fuera del marco de la correccin y
la mnima educacin. En ese mes de febrero, el contacto de la pareja se limita a las
amenazas de l, segn revel Porto al juez. Me escriba amenazndome con que
me has desgraciado la vida, esto no me lo merezco, ests con un tzaro, ese no es
un hombre para ti, un to casado con hijos, qu te esperas de una persona que se la
con alguien cuando su mujer est esperando un hijo... Todos tus secretos ms
ntimos los tengo yo y cualquier da los revelar. Esta ltima frase que ella repiti
desatara decenas de especulaciones en los meses siguientes. La palabra secreto se
encaramaba a la instruccin cada vez que alguien volva a plantear la pregunta: por
qu mataron a la nia, qu saba la nia.

El 14 de febrero de 2013 Charo y Alfonso no celebraron San Valentn. Ese da


quedaron oficialmente divorciados mediante una sentencia exprs, como reiter el
fiscal en su interrogatorio. Ambos recurrieron a los servicios y buen hacer del
letrado Juan Guilln, que por algo era amigo de la familia. Ella haba estado a
punto de denunciarlo por maltrato. A l le convena cerrar captulo rpido, a
regaadientes. Era el fin de la buena vida.

La ilusin de la mujer por su nueva situacin era palpable. Sin amarras, con
muchos proyectos. Una semana despus de la sentencia escribe:
Hola, Miguel. Por fin he encontrado un huequito para volver a utilizar el
medio escrito, que tanto me gusta, aun a pesar de mi horrible relacin con el
teclado (...). A da de hoy, siguen en pie los planes de ayer? Podremos vernos
maana? Espero que as sea, porque, para no variar, qu hacer con Asunta me ha
costado otro estupendo disgusto con su padre. Ojo, esto que te cuento es
simplemente otro comentario ms, no un condicionante de nada. Pero, sin
embargo, insisto: ojal podamos vernos maana, hay varias cosas que me apetece
celebrar contigo...Tengo que dejarte. Mis obligaciones me reclaman.

Bicos moitos,

Charo

Para Alfonso la fecha de su divorcio signific el nacimiento a una nueva


vida, una vida en la que no mereca mucho la pena continuar y en la que no estaba
dispuesto a acomodarse sin intentar recuperar a su mujer a cualquier precio.
Tampoco pensaba ponrselo fcil.

El 4 de marzo, ya como exmarido, le escribe otro mail en el que le habla del


futuro.

Hola, Charo. En la breve explicacin que te he dado esta maana respecto a


cmo quiero plantear mi vida a partir de ahora, y tras mi tercer nacimiento (ya
sabes, primero fue 1964, luego 1992 y ahora 2013), no es que no vayas a estar
presente. Lo estars, por supuesto, en tanto en cuanto madre de Asunta, pero
entiende, y sin que sea tildado como una suerte de crtica, que ah se acabe tu
presencia en mi vida presente y tambin, probablemente, en la futura. Me va a
costar, y de qu manera. Tendr grandes altibajos en esta nueva etapa, pero tiene
que ser as. Es lo mejor. Los aos que he pasado a tu lado han sido los ms
maravillosos de mi vida. De eso estoy seguro. Mis recuerdos de La Robleda nunca
desaparecern, ni tampoco nuestro viaje de novios, ni nuestra vida en Dr. Teixeiro.
Ni aquel increble viaje que hicimos a China. Y ser muy difcil, te lo aseguro, que
vuelva a experimentar nada igual. Dejo tras de m grandes recuerdos que me
gustara que todo ser humano tuviese al menos una vez la posibilidad de
experimentar. Pero ahora empiezo una nueva etapa, un nuevo camino en mi vida
en el que ya no ests presente, y es muy probable que no lo ests nunca. Solo le
pido a la vida salud y, como deca Paco, dos duros en el bolsillo. T ya has elegido,
has tomado partido y has encontrado un sustituto para tu corazn. Lo nico que te
puedo desear es suerte, tanto en lo personal como en lo profesional. Y si alguna vez
necesitas algo, ya sabes dnde encontrarme.

Un beso.

Alfonso

Marzo lleg para Charo con la alegra de celebrar su primer aniversario


junto a su amante y adems como una mujer divorciada y libre. No le result tan
fcil como esperaba organizar la luna de miel en Marruecos, puesto que su
exmarido pona todas las trabas posibles a la hora de planificar los horarios y el
calendario para quedarse al cuidado de Asunta. La mujer tuvo que acudir a una
psicloga con los nervios destrozados por la presin de Alfonso. Finalmente le
convenci y pudo disfrutar lejos de Alfonso y de la lluvia de Santiago aquellos das
de placer y olvido.

Al regreso de esas minivacaciones la mujer feliz en la que empezaba a


convertirse escribe a una buena amiga y la pone al tanto de todas las novedades de
su vida. Es 24 de marzo. Est tranquila por cmo ha afrontado Asunta el divorcio,
aunque no le dedica ms all de una lnea de su largusimo correo. Respecto a
Alfonso, deja claro que los lazos estn rotos: Sigue sin caer del guindo cuenta,
oscilando del victimismo a la agresividad.

Hola, Martia:

No me lo puedo creer! Por fin un ratito de paz que me permita


comunicarme contigo. Tengo tantas cosas que contarte y tanta lentitud y psima
relacin con el teclado (vicio derivado de tener una secretaria o un Alfonso que lo
hiciese por m), que ponerme a escribir un mail de ms de cinco lneas, siempre se
convierte en una proeza...
Lo primero: mil disculpas por no haber respondido antes, pero mi vida es un
correr y no parar realmente agotador.

Lo segundo: desde el 14 de febrero de 2013 soy una mujer divorciada. Creo


que es la Sta. de divorcio ms rpida de la historia de la humanidad 14 de enero
demanda a 14 de febrero sentencia. Sensaciones encontradas: vrtigo y ligereza,
aunque prima el alivio. Alfonso sigue sin caer del guindo, oscilando del
victimismo a la agresividad. Agotador.

Lo tercero aunque no menos importante: Asunta lo lleva todo con


mucha naturalidad y con una muy buena actitud hacia la nueva situacin. La
verdad es que en lo que respecta a la nia Alfonso lo est haciendo muy bien y eso
ayuda mucho. Hay que ser justos.

Lo cuarto: mi relacin con Miguel contina. El 14 de marzo da de su


cumpleaos cumplimos un ao de clandestinidad y para la ocasin el tipo,
presuntamente duro, eligi Agadir como destino de celebracin, o sea, el lugar
donde empez todo. Imagino que un viaje de trabajo era su nica coartada ante la
familia... Estuvimos juntos desde el 12 hasta el 22. En lo profesional un lo: nuestro
contrario es un autntico estafador profesional y le hemos tenido que plantificar
dos demandas, una civil y otra penal. En lo personal: cada vez ms enganchados
los dos y yo haciendo enormes esfuerzos para gestionar nuestra nueva situacin.
Vamos, que llevo regular su situacin familiar y la descompensacin respecto de la
ma (...). Confo en que los aos y la experiencia me ayuden a manejar este lo
mejor.

(...).

Consulate pensando que mejor que en este desastre de pas cualquier


opcin es mejor. Mil perdones por el retraso de nuevo y montones de besios.

Charo

La otra cara de esa felicidad la paseaba Basterra por las calles de Santiago
como alma en pena. l tambin tuvo que recurrir a una psicloga entre marzo y
mayo, o eso cont, porque entendi que esa situacin no poda seguir as. No se
reconoci como un maltratador pese a las preguntas que se le formularon en sala,
jams lo ha hecho, pero lo cierto es que espiaba a Charo e inundaba su correo de
notas y mensajes que rayaban en el acoso. No estuve a la altura de las
circunstancias porque estaba dolido, cont al juez. Luego el tiempo pasa y con
ayuda de una psicloga cambi. Siempre dejamos de lado a Asunta. Enero, febrero
y marzo fueron para m meses muy duros.

Otros correos de marzo son explcitos sobre su estado de nimo: Cuando


puedas me pasas la cuenta del banco de Asunta. Respecto a las cosas que haba en
tu neceser solo me interesan las cuchillas de afeitar. El resto lo puedes regalar o
tirar, como t veas. Unos das antes le haba escrito de esta guisa: Por si en el
correo del otro da no te qued claro mi propsito respecto al regalo que quieres
hacerle a Juan Guilln, te dir que mi nico cometido es que ese mismo obsequio
que pretendes hacer sea algo tuyo y nada ms que tuyo. Yo no tengo nada que ver
ni en esta ni en otras decisiones que pretendas tomar. Tal y como te expliqu yo ya
le pagu mi parte correspondiente a sus honorarios por la labor realizada.

Los das fueron pasando y aunque su ahora exmarido no terminaba de


acostumbrarse a la nueva situacin, la vida de Charo era ms o menos feliz. En
abril, la mujer y su amado se escaparon a Barcelona; seguan llamndose,
escribindose y vindose como podan. Tu eficiente chicaparatodo ya ha
procedido a enviarle un mail a Pepecar solicitando la anulacin de la reserva y la
devolucin del dinerito. Por si te llaman por telfono para confirmarlo (...). Adems
ya te cog tu billete del mircoles a Madrid en el mismo vuelo que yo, aunque,
como era de esperar por la menor antelacin ha salido unos 30 euros ms caro.
Como t no lo vas a decir ya digo yo: vaya suerte que tienes! Soy una joya!.

Pero con la llegada del buen tiempo, la distancia y el silencio de su amante


desconcertaban a Rosario, que se pona nerviosa cada vez que los das sin
comunicarse con su hombre se amontonaban en el calendario. Ella, que en teora ya
no tena que dar explicaciones a nadie, segua con el temor de que su relacin fuera
descubierta, que volviera a ocurrir lo que le sucedi a ella con Alfonso. Por favor,
cuida con mucho mimo esta cuenta de correo y nuestras comunicaciones, que con
una cagada a la semana ya llega, le haba pedido a su amante en enero.

A principios de junio, su ilusin se renov con otro viaje a Marruecos junto a


su amado y un par de das ms de estancia en Madrid en el NH de Lagasca.
Alfonso qued al cuidado de la nia. El acuerdo al que haba llegado el
matrimonio era que Asunta se poda quedar con su padre cuando quisiera y l se
ofreci a hacerlo cada vez que Charo lo necesitara. Porto volvi de esa escapada
con el nimo retorcido y con escasas expectativas de que la historia de amor
continuara.

El final de curso de Asunta culmin de una manera inesperada para todos.


La misma semana en que acababan las clases, Rosario, que estaba diagnosticada de
lupus eritematoso y trastorno depresivo, ingresaba en Neurologa, en la habitacin
348 del Hospital Clnico de Santiago, tras sufrir un episodio de mareo e
inestabilidad al caminar que la mantuvo hospitalizada entre el 26 de junio y el da
1 de julio.

Esta fue la versin que Alfonso dio al juez tres meses despus: Creo que
tuvo un golpe de estrs. Un da apareci con el ojo cerrado. Al da siguiente le
volvi a pasar. Estuvo siete das ingresada y yo con ella. Fue un gran
acercamiento.

Esa cercana posible, al alcance, ya la haba anticipado de algn modo


Basterra cuando ni siquiera haban firmado su divorcio. En un largo y en
apariencia sincero correo enviado el 12 de febrero a Charo se despide as: Si
alguna vez el destino te propone una vuelta a mi lado recuerda que yo siempre
estar ah. Y si ese retorno se produce solo 24 horas antes de mi muerte, la espera
habr merecido la pena.

Unas lneas antes le escribi: Como no poda ser de otra manera hemos
hablado de nosotros, de nuestras cosas, de nuestros proyectos, del futuro, y cmo
no, tambin del amor. Te he reiterado mi compromiso para contigo y la nia (...). Ni
t ni yo sabemos lo que el futuro nos deparar. Porque ni tan siquiera tenemos
respuestas para este presente nuestro en el que tan perdidos ambos estamos.
Desconozco si volver a tener a alguien a mi lado, pero aunque as fuera vosotras
dos formis parte de mi vida por toda la eternidad. De modo que no tengas
ninguna duda respecto a mi presencia si en algn momento, sea cual sea mi
situacin personal, alguna de las dos me necesitis. Sus palabras, a la vista de lo
ocurrido despus, se leen como un aldabonazo: Despus de un breve exilio he
conseguido volver a la que es y ser siempre mi ciudad. Desde mi marcha mi nico
y gran objetivo era regresar para ver crecer feliz a Asunta. Con eso me basta y mis
dosis de felicidad estn ms que cubiertas.

Alfonso cumpli su palabra y en esos das en los que su exmujer estuvo


ingresada no se movi de los pies de su cama, excepto para las ms indispensables
tareas domsticas (Asunta se qued al cuidado de su vieja madrina). Era en esos
pequeos intermedios en los que Charo aprovechaba para comunicarse
brevemente con el exterior. Le llega a comentar a su confidente que los dos
hombres de su vida la estn volviendo loca. Tambin era en esos momentos de
soledad cuando reciba alguna visita.

Alfonso la cuidaba, y Miguel, que no poda visitarla en el hospital dada la


situacin, le escriba de madrugada:

M.: Boa noite, charisisima. Que como te lo ests pasando.

Ch.: Me aburro.

M.: Fcil solucin, dime hora que bou con todo o equipo antiaburrimiento a o
clnico (sigues ah, si), funciona seguro, non hay fallo.

La pareja se comunica en esa clave, en cdigo de pareja con palabras subidas


de tono y mensajes de extraamiento por la separacin.

Tres meses despus, cuando la nia ya estaba muerta, los investigadores


volvieron a aquellos das en busca de explicaciones. Al navegar en las palabras de
otros los claroscuros reaparecieron: la hospitalizacin que pas casi como una
sombra por delante de sus conocidos (a la mujer que trabajaba en casa le contaron
que haba sufrido un ictus y a la madrina de la nia, a cuyo cuidado qued esa
semana, que haba tenido un principio de miastenia), la pareja replegada en
silencio o medias verdades, Asunta desplazada de sus vidas...

La profesora de ballet de Asunta, Gail Loretta, que llevaba dando clases a la


nia los ltimos seis aos, percibi el cambio de actitud de los padres, claro que no
lo contara hasta que la pequea ya estaba muerta. La profesora britnica relat al
juez el 19 de noviembre que a finales de curso Charo y Alfonso no hicieron la
reserva como haba sido habitual los seis aos anteriores. La alumna tampoco
sigui ningn cursillo de verano, otra costumbre, de ah que cuando la cra
apareci a principios de curso se sorprendiera.

Record un episodio que para ella tambin significaba un cambio, a la luz de


lo ocurrido. El 30 de junio las nias tenan una actuacin: danza escocesa, danza
polaca, danza rusa, danza rabe y danza africana. El jueves anterior a la actuacin
Asunta le dijo que no encontraba el traje en su casa. Al no estar Charo (segua
hospitalizada), le explic el padre, l no saba dnde estaban las cosas, as que la
nia no podra participar en la coreografa africana. Gail se ofreci a venderle un
traje para esa danza, pero l se neg con rotundidad. Me contest que no iba a
pagar ms dinero por un traje. La bailarina se lo prest, pero al devolvrselo el
padre faltaba una falda de rafia. Se lo reclam educadamente por mail a Alfonso y
este neg por completo que faltara ninguna pieza. Cuando le insist, siempre de
forma correcta, ya no me contest al mail. Para m esto fue un cambio de actitud
que haba empezado haca tiempo.

Gail no senta devocin por Basterra y los sentimientos de l eran similares,


como se trasluce en un correo que envi al padre de otra de las compaeras de
clase ya al empezar el curso, en el que le habla de su alivio porque la profesora
prefera que fueran las madres a las reuniones en lugar de los padres. Esta mujer
ha declarado varias veces durante la instruccin, haciendo hincapi en los cambios
de los padres, que, segn ella, comenzaron con la muerte de los abuelos de la nia
y se fueron acentuando.

Ella percibi prdida de comunicacin con Charo y Alfonso y falta de


colaboracin con respecto a su actitud de aos anteriores. Puso un ejemplo. Asunta
necesitaba unos crtalos de dedos para ensayar otra danza rabe que iban a
representar. La nia lleg sin ellos al ensayo no porque se los hubiese olvidado,
sino porque no se los haban comprado sus padres. A Asunta eso la haca sufrir,
porque era una nia a la que no le gustaba fallar en nada y eso lo consideraba un
fallo, declar. Y aadi otro momento importante, a su juicio. El 10 de julio recibi
un whatsapp de su alumna preguntndole si ya saba las notas de los exmenes.
Ella le confirm que s. Pero esa informacin se la haba enviado por correo a Charo
cinco das antes. Al padre no, porque ni siquiera le haba respondido a su anterior
mail.

El da en el que Charo reciba el alta, el 1 de julio, algo extrao sucedi. En


sus ltimos minutos en aquel hospital, alguien estaba con ella, y cuando Alfonso
lleg a buscarla, no permiti que su exmarido accediera al hospital. Cuando
llegues, por favor no entres para traerme la cartera. Es muy importante que no
entres. Me haces una llamada perdida y ya est. Pero no entres. Ya te explicar
luego el porqu. Esprame fuera y que no se te vea. Luego te explico el porqu.
Estos misteriosos mensajes, a qu obedecan? Con quin estaba? Por qu no le
dej entrar? La respuesta sigue en el aire.

Abandon el centro hospitalario y al da siguiente regres a los brazos de su


amante. Alfonso lo saba y esperaba el regreso de Charo; deseaba que volviese
junto a l, trataba de cerciorarse mensaje tras mensaje de si haba ido a esa cita, y
cuando por fin ella encendi el mvil, contest a sus llamadas perdidas y mensajes
diciendo que se iba a dormir al piso de Doctor Teixeiro, y esto provoc un nuevo
enfado en l que decidi castigarla negndose a contestar a sus llamadas del da
siguiente. Ella estaba desesperada. Quera hablar con su exmarido, pero le
rechazaba cada llamada y adems ignoraba los lacnicos mensajes que le enviaba
suplicando que contestase, que lo hiciera por ellos y pidiendo perdn.
Nuevamente aparece la dominacin psicolgica de Alfonso, recalc Tan. La
pequea tortura del silencio dur solo unas horas.

Era Alfonso o la muerte, cont Rosario. Me daba de comer y de cenar y


adems empec a ver que cada vez iba a peor. No tena ganas de nada. Carmen, mi
mejor amiga, me dijo: Bonita, te ests metiendo en una depresin. Te veo de
cabeza. La condicin de l para cuidarnos fue que dejase a la otra persona.
Entonces, el 4 o 5 de julio dej a esa persona, le di una excusa porque no le quera
decir que era una especie de chantaje por parte de mi marido, que adems le tena
muchsima ojeriza. Mi exmarido reaccion tratando de localizar a su familia y de
contarle las cosas a su familia y tratando de hundir su matrimonio y yo en todo
momento supe que l estaba casado y nunca me enga ni me dijo que pensaba
dejar a su familia. Porto ampli detalles de esa reconciliacin forzada al juez. Le
cont que pasaban tiempo juntos en ambas casas, que coman en la de Alfonso
pero luego l iba al que haba sido el hogar familiar porque su saln era ms
cmodo, tena Canal Plus y una televisin mejor. Tan quiso saber si Basterra lleg
a dormir en esa casa. Y s, lo hizo. Pernoctbamos pero como hermanos. Yo no
quera estar sola. La nia se fue a la playa y yo no quera estar sola.

A su primer abogado, Juan Guilln, amigo de la familia, asesor, a quien


probablemente le haba puesto al tanto de lo que la carcoma, le ahond en esos
detalles durante su primera declaracin.

En junio la ingresaron creyendo que le haba dado un ictus. Tena una


pequea lesin. Ah interviene Alfonso a condicin de que dejara al otro? quiso
saber el letrado.

Le ment a condicin de que se ocupara de Asunta. Yo no quera.


Las aguas parecieron calmarse y al da siguiente, al salir de la peluquera
acompaada de su hija, Alfonso estaba en la puerta como haban acordado
mediante mensajes.

Aquella noche del da 4 de julio sali a tomar algo con Carmen, su amiga y
confidente. De regreso al piso de Doctor Teixeiro, en las primeras horas de la
madrugada del da 5 y mientras su hija dorma, ella navegaba por Internet desde
su mvil y, presa del insomnio, enviaba algn que otro mensaje de agradecimiento
a varios amigos. A todos les transmiti en esencia el mismo mensaje. Estaba mejor;
en el hospital haban acertado con la medicacin y los sntomas iban quedando
poco a poco atrs. A ninguno de estos allegados les concret ms, de forma que el
motivo exacto de su ingreso hospitalario continu siendo una incgnita para los
investigadores meses despus.

Hola, Pepa, aprovecho este momento de insomnio para responderte.


Afortunadamente ya me han dado el alta y en casa se est mucho mejor. Adems la
medicacin va haciendo efecto, los sntomas parecen remitir y eso anima bastante.
Muchas gracias por tu preocupacin y cario.

A ver si la prxima semana me reincorporo a la vida normal y


aprovechamos para tomar un caf juntas. As me cuentas un poco del ltimo
festival/locura y de cules son tus planes para el prximo curso. Abrazos.

Ese fue el whatsapp que recibi Mara Josefa Espinosa, madre de otra
compaera de Asunta, a la 1.49 de esa madrugada. La mujer le haba mandado uno
el da 1 de julio para interesarse por su estado de salud y le haba dicho que no le
haba preguntado a Asunta por la hospitalizacin de su madre porque le pareca
inapropiado. Escribi a otras dos mujeres y a su amigo Messaoud El-Omari, a
quien le cont que ya le haban dado el alta, su vuelta a casa y su mejora. Espero
la prxima semana ir reincorporndome a la vida normal, aunque con menos
estrs, para evitar recadas. Elo, como ella le llamaba, estara tambin en el foco de
los investigadores meses ms tarde.

Esa noche es la que el fiscal y el juez sitan como la primera del fin, la
primera de una serie en la que los padres prepararon un plan para matar a la nia
premeditado, ejecutado de forma gradual, y que resulta imposible sin la
participacin, o al menos el consentimiento, de ambos imputados.
Captulo V

DROGADA (JULIO-SEPTIEMBRE)

Ya tenamos la denuncia cerrada cuando Alfonso le dijo a Charo: oye,


comntale lo que te pas en el mes de julio. Yo le pregunt en qu fecha fue y ella
respondi que a mediados del mes de julio, antes del Apstol. Uno no recuerda si
tom caf con un amigo pero si te han entrado en casa.... El inspector de polica
Samuel Vila desgran ante el juez con detalle y aplicacin la secuencia desde que
Porto y Basterra llegaron a la comisara a denunciar la desaparicin de Asunta la
noche del crimen. Cuando la madre haba relatado sus pasos de la tarde, Alfonso le
record un incidente que pareca olvidado. El agente lo recogi as:

Que lo nico extrao que sucedi en su domicilio, es que a mediados del


mes de julio, por descuido dej las llaves de su piso puestas, cuando regres a su
domicilio y que sobre las 2.30 horas de la madrugada, escuch a su hija dar gritos y
se levant de la cama pudiendo comprobar cmo haba un varn de
aproximadamente 1,60 de estatura, complexin fuerte, vestido de ropa oscura,
portando guantes de ltex, huyendo por el pasillo, al cual intent agarrar con
resultado infructuoso.

Que no not en nada en falta en la casa, ni dinero ni llaves ni ningn efecto.

Que de estos hechos no present denuncia dado que no quera causarle


ningn tipo de trauma a su hija...
La noche del 4 al 5 de julio, en algn momento comprendido entre las 2.30 y
las 4.30 de la madrugada, alguien trat de acabar con la vida de Asunta mientras
dorma en su cuarto tenuemente iluminado con la luz de guardia de su fantasmita.
Segn la versin que sus padres repitieron en el juzgado tras el crimen, un hombre
entr en la casa. Era de complexin fuerte y de baja estatura, llevaba guantes de
ltex y Charo no haba podido reconocerlo porque estaba oscuro. En teora, eran las
dos y media de la madrugada, pero Asunta crea que haba ocurrido ms tarde (a
las 4.30 de la madrugada) cuando al da siguiente se lo cont a su mejor amiga, A.

Estoy nerviosa. Hoy me han intentado matar. A las 4.30. Ese whatsapp se
lo envi Asunta a su amiga A., de doce aos, el 5 de julio. La nia compareci junto
a su madre ante la Guardia Civil el 31 de octubre y mostr el mensaje. Antes, el 2
de octubre, lo haba hecho ante el juez. La nia lo recordaba, pero asegur que
despus no volvi a hablar de ello con Asunta. Esta le dijo que al da siguiente la
llamara y se lo contara y le pidi que no hablara del tema con nadie. Matar?, le
pregunt A. Calla. Maana, leyeron los agentes en medio de una conversacin
adolescente con frases inconclusas y con escaso sentido para alguien ajeno a ese
gazpacho de consonantes intercaladas de los cdigos de pandilla. Los guardias le
preguntaron si Asunta la llam como haban acordado para contarle lo sucedido.
La nia lo neg. No la llam, nunca ms volvi a hablarle de ese episodio y ella
tampoco le pregunt. El juez la interrog con mimo, recurriendo a las series que
vea en televisin, apelando a la psicologa infantil, pero tampoco logr extraer
informacin adicional de un hecho cuya trascendencia es evidente para todo lo que
sucedera despus.

El relato en sede judicial del intento de asesinato, en especial de la madre,


result un disparate: una confusin de fechas, datos inexactos, unas aclaraciones
absurdas que ms que arrojar luz sirvieron para marcar an ms a los padres.
Charo ni siquiera recordaba cundo ocurri. Primero dijo que entre su cumpleaos
(11 de julio) y el 24, luego que en torno al 14 o 15. Es que yo soy un desastre, se
justific.

Le fijo algunas fechas para que usted lo ubique dijo Tan. Creo que
est documentado. Nos ha llegado ya el parte, la minuta del CNP dando cuenta.

Pero yo no puse denuncia objet Porto.

Pero ya hacen ellos una minuta del incidente. El problema es que no tiene
fecha. Pone una noche de julio.
Hubo tambin una temporada que entraron a robar en casa de mis padres,
en noviembre de 2012. Me robaron las joyas de mi madre de la caja fuerte aadi
la detenida.

El juez ley la minuta policial en la que figura la fecha del 5 de julio.

No, no fue el 5 corrigi ella.

Est segura de que no?

Segursima Yo no quise poner denuncia por la nia.

Ya concedi Tan. A m lo que me extraa de este incidente no es esa


decisin, sino los instintos... Nos puede relatar el hecho?

Lo que pasa es que estas cosas son tan confusas y tan incoherentes... Yo no
fui al supermercado ni nada parecido (as constaba en una minuta policial). La nia
y yo volvimos por la noche juntas a casa. Solas. Siempre se empeaba en abrir ella
con sus llaves, yo entr para sacar la alarma, entr corriendo para sacar la alarma;
ella dej las llaves fuera. Yo tengo un cartelito en la puerta cerrar la puerta con
llaves por la noches. Yo soy muy, muy despistada, soy un desastre, muy confiada,
me han robado tres veces el bolso, yo siempre confo en que todo el mundo es
bueno... ya eran vacaciones y estuvimos en una feria... Mi hija hizo varios cursos en
verano, uno de violn, uno de canto y otro del tro no s qu en la Escuela de Altos
Estudios Musicales... Bueno de distintas disciplinas de piano, violn... y estuvo con
Antn Garca Abril, con Ara Malikian, le haba encantado el curso... Nos acostamos
las dos. Yo soy como mi padre. Tengo un sueo bastante profundo, a raz de tener
hijos lo he ido mejorando... todava no estaba tomando medicacin para dormir...
pero bueno soy de las que duermo y duermo. Siempre digo que me salva el dormir
como una piedra porque soy bastante nerviosa... Poco tiempo, porque soy de poco
dormir, pero como una piedra y hacia las dos y media o tres de la maana oigo a la
nia pidiendo socorro. Mi habitacin y la de la nia son contiguas. Todas las luces
estaban apagadas de noche, nos gusta dormir con las persianas muy cerradas e
incluso arrimamos las puertas porque no nos gusta la luz, pero Asunta, como tiene
miedo, tiene un fantasmita de estos de IKEA que yo le pona por las noches para ir
al bao. Yo me levanto, veo a la nena, con un tipo sujetndola por detrs; me echo
encima de l y el tipo me tira hacia atrs y sale corriendo. Me doy contra la puerta
y sale corriendo por la puerta de casa. Lo que la nia y yo recordamos es que
llevaba guantes de ltex, que iba vestido de negro, que tena una complexin fuerte
y que era relativamente bajo, bajo quiero decir que no era de 1,90, 1,65 o 1,70... La
nia estaba... mam, me quisieron matar, me quieren matar.

Charo pens que haba sido alguno de los obreros que estuvo trabajando en
la casa y que saba que la caja fuerte estaba en el cuarto de la nia, aunque nadie
toc dicha caja.

Pero qu hizo cuando l sale corriendo, qu hizo despus? insisti Tan.

Yo nada. Abrazarme a mi hija, calmarla...

En ningn momento se le ocurri que hubiera dos personas? No sinti


miedo?

Muchsimo.

Cuando uno siente miedo, no busca ayuda?

Fui por la casa, vi que no haba nadie y llam a Alfonso por telfono,
porque l deca que dorma toda la noche con el telfono.

Y estaba despierto?

Pues no lo oy. Es que no tengo a nadie ms. Mi nica historia es que


Asunta es... era una nia muy tranquila, muy segura de s misma.

No llam a un vecino instintivamente?

Es que yo los vecinos que tengo all... Si estuviera en General Pardias,


vamos, me habra bajado al segundo o al tercero o al cuarto.

Pero no habra gritado? Se habra puesto histrica, le estaban intentando


matar a la hija.

Bueno eso era lo que deca la nia, yo tampoco creo que lo estuviesen
intentando... A ver, los nios son nios. A m me dieron un tortazo. Yo me fui con
un tortazo, un moratn gordsimo. Para m lo ms importante es que la nia y yo
vivamos solas en la casa, tenamos que seguir viviendo solas en esa casa.

Pero eso es una conclusin, no un instinto insisti el juez.


No es una conclusin. Es mi conclusin en ese momento. Yo le dije:
clmate.... cmo voy a llamar a las tres de la maana a alguien? Pens: Asunta no
puede tener miedo por esto y ella ha tenido miedo; se tiene que sentir protegida en
la casa. Mi intencin era calmarla. Clmate, cario, no pasa nada, las dos chicas
solas podemos con esto. Yo mir por toda la casa. No haba nadie en la casa. La
met en mi cama.

Dije: llamo a la polica, no llamo... El mamn de Alfonso no contestaba.


Estuve pensando en llamar a alguno de mis amigos, pero eran las tres de la
maana. Las llaves las dej puestas, el tipo no se las llev y lo nico que hice fue
meterla en mi cama, decirle: mi vida, clmate. Vamos a dormir juntitas, no hay
ningn problema. En nuestra casa estamos a salvo. No tienes que sufrir nada ni
sentir nada.

Cindonos al relato lujoso en detalles de Rosario Porto, un seor de negro y


con guantes de ltex deambulaba por las escaleras del edificio y descubri que
Charo y Asunta haban olvidado las llaves en la parte exterior de la vivienda.
Cerraron la puerta sin ms y cuando se fueron a dormir tampoco se preocuparon
de revisarla. El asaltante accedi a la vivienda (aunque no cogi las llaves) y se
dirigi directamente al cuarto de la nia, donde posiblemente saba de antemano
que estaba la caja fuerte. Pero en lugar de disponerse a abrir y vaciar la caja,
aprovechando que ambas dorman, decidi asesinar a una nia de doce aos que
dorma junto al posible botn.

Al escuchar aquellos ruidos, Charo afirm que salt de su cama y corri


hacia el cuarto de su hija, donde encontr al hombre sujetando por detrs a la nia
mientras trataba de estrangularla. Afortunadamente, como le recalc al juez en su
declaracin, era un tipo relativamente bajo, bajo quiero decir que no era un to de
metro noventa, y por eso al escuchar a Asunta gritar: Me quieren matar, me
quieren matar!, se abalanz por la espalda y trat de repetir la llave que el
asaltante le estaba haciendo a la nia en ese momento. El hombre extendi los
brazos con fuerza para que Rosario saliera despedida y se golpease la cara con la
puerta del dormitorio. Despus de eso, el ladrn sali corriendo huyendo del piso
y Rosario asegura que trat de calmar a su hija dicindole que eran muy fuertes y
podan con todo, que no les haba pasado nada y que el tipo no se haba llevado
nada. Llev a Asunta al dormitorio de matrimonio y ambas se durmieron.

Alfonso declar que a la maana siguiente lleg temprano a desayunar con


su exmujer mientras la pequea dorma todava en la cama de Charo, que le
relataba el asalto y la mala suerte de llamarse a s misma por telfono, cuando en
realidad intentaba llamarlo a l, tras el ataque. Los investigadores no encontraron
ni una ni otra llamada en el telfono de Porto.

Le llama a usted de madrugada una madrugada, usted no coge... dice


el juez.

No. No responde Basterra. Es que se equivoc y se llam a s misma.


Yo dorma siempre con el telfono en la mesilla y activado por si algn da pasaba
algo o necesitaban cualquier cosa, o la nia se pona enferma. Le dije: Tengo mi
telfono activado las veinticuatro horas, llmame siempre que a ti te falte o que
necesites algo.

Correcto. Por si pasaba algo. Porque, por ejemplo si la nia se pona


enferma o algo as, qu pasaba?

Que me llamaban a m y yo iba. Yo vivo a la vuelta de casa.

Y ya la llevaran enseguida al mdico, es decir, estar pendiente... Y llevarla


al mdico y

Exactamente. Como yo no tengo telfono fijo... pues

Entonces tena el mvil. Ya sabe a qu incidente me refiero. Es decir, se


llam a s misma, se puso nerviosa y se llam a s misma. Cundo le cont a usted
el incidente?

A la maana siguiente. Es que yo fui a desayunar a su casa. Yo llegu all


sobre las nueve, me abre Charo muy nerviosa, tena un... pequeo golpe aqu en el
pmulo y me dice: Sabes lo que ha pasado?. Me lo cuenta y la nia pues estaba
muy nerviosa, incluso la llev a dormir a la habitacin de Charo y all estaba
dormida... y luego pues nada.

Usted lo habl con la nia? El tema, el incidente de despertarse a las dos


y media de la maana con una persona en...

S, ella a m me lo cont: Pap, me quisie... vino un hombre, me quiso


asesinar y tal, y estuvo dos das muy nerviosa, la pobre.

Le cont lo que haba visto la nia? Qu haba visto la nia? Haba visto
a dos personas o solo a su madre gritando?

Haba visto que una persona le quiso asesinar y que force... y que pidi
socorro, vino la madre, forceje con esa persona, que la debi de empujar, de ah el
golpe, y esa persona escap, o sea, debi de ser cuestin de segundos, eh, entonces
la nia estaba muy nerviosa, tena un golpe aqu en la cara.

Usted qu hizo?

Bueno, pues hablarlo con Charo y decir: qu hacemos, Charo? Yo esas


cosas... Me dijo Charo: Mira. No. No pude reconocer a esa persona. Solo s que era
de complexin fuerte y baja de estatura, que llevaba guantes de ltex, no le he
podido reconocer porque estaba oscuro, aunque la nia dorma en el pasillo con
esas pequeas luces para los bebs, sabe?

S, el fantasma de IKEA, lo he visto.

Pero no daba luz suficiente y adems parece ser que esta persona vesta de
negro, me dice: No le he podido reconocer, no hay robo... entonces..., me dice,
me parece, desde mi punto de vista me parece una tontera presentar la
denuncia. Bueno y as qued la cosa. Luego la nia pues ya

Muy bien. Recuerda la fecha? Porque no hemos sido capaces de


precisarla.

La fecha? No, no lo recuerdo. S que fue en julio, pero no lo s, no lo s.

No lo recuerda.

No. Es que le puedo decir al principio... Al principio, dira yo. Le puedo


decir la primera quincena, es que tampoco me atrevo a decrselo porque no lo s...

Tras escuchar las dos versiones de los padres, el juez tom unos apuntes
sobre el episodio y los archiv para contextualizarlos cuando tuviera ms datos. Al
final realiz esta interpretacin: Sorprende que ambos imputados dan una
explicacin que se nota pactada, pero ajena a la realidad. Alfonso afirma que
Rosario se llam a s misma, lo cual no es cierto, pues el telfono de Rosario, que
sorprendentemente tiene actividad hasta las dos de la madrugada, luego no tiene
ningn contacto. Alfonso falta a la verdad, lo cual solo puede responder al pacto
concertado entre ambos. Sorprende que Alfonso acuda precisamente ese da a
desayunar a Doctor Teixeiro. No haban quedado para nada y Rosario ya no
necesitaba ayuda, de hecho ya estaba lo suficientemente bien para viajar y pasar la
noche fuera. Pero Alfonso aparece a primera hora, y ambos progenitores
tranquilizan a la menor y la convencen para no decir nada.

Las vacaciones escolares de Asunta haban comenzado con su madre


hospitalizada y su padre cuidndola. No era el mejor inicio ni el mejor plan. Ana
Isabel lvarez, la madre de la otra ntima de Asunta, su amiga C., lo saba y se
ofreci a llevar a la pequea a pasar el fin de semana del 5 al 7 de julio a la playa,
en Portonovo, con toda su familia.

Hola, Charo. Maana recogemos a Asunta a las 17.00 h en donde t me


digas. En la maleta q ponga baadores, gorra y chancletas. El resto ya tengo yo
(toallas, crema solar). Si hay algo q tenga q saber de dieta o medicinas q tomar me
dices.

Cuando el coche familiar de siete plazas se detuvo en el portal de Charo, fue


Alfonso quien acompa a la nia en lugar de su madre. Es posible que Rosario no
quisiera alarmar a los amigos con la marca que el supuesto forcejeo con el ladrn le
haba dejado en uno de sus pmulos, aunque das despus lo lucira orgullosa
contando el relato de lo sucedido a los desconocidos empleados de la inmobiliaria
en la que iba a gestionar operaciones con algunas de sus propiedades. A esas horas
del 5 de julio, que Charo no fue capaz de rememorar ante el juez, Asunta ya haba
enviado a su otra gran amiga, A., el alarmante mensaje de que la haban intentado
matar, pero sus padres no podan ni imaginarlo.

No solo eso, la pequea grab dos vdeos con su mvil: uno del protagonista
masculino de la serie adolescente Violeta; en el otro, la nia inmortaliza un
esqueleto humano de los que usan los escolares y durante la grabacin le saca la
pieza del esternn y lo deja hueco. Cuando acab, se hizo una autofoto de la cara y
el cuello. Meses despus, los investigadores se preguntaron una y otra vez si
pretenda que alguien viera la imagen de una supuesta marca dejada alrededor de
su garganta. Los forenses no fueron capaces de concluir si esa seal exista o no
debido a la mala calidad de la fotografa.

Esa misma tarde, despus de marcharse la nia, la convaleciente Rosario y


Alfonso jugaban a las cartas en el piso de la calle Repblica Argentina. Ella se
recuperaba y l se aferraba al acercamiento y la dependencia. Todo era calma
chicha hasta que los mensajes de whatsapp desde el mvil de Asunta
desestabilizaron a los exesposos. verdade que alguien quera asesinar a
Asunta?. A las 4:30?. El mensaje, breve pero cortante como un canto rodado,
era de C., que le haba pedido el mvil a su amiga. Qu haba ocurrido? La
respuesta la obtuvieron los investigadores antes incluso de detener a Porto. La
proporcion la madre de C., Ana Isabel, quien acudi a la polica a declarar
voluntariamente dos das despus de que asesinaran a la nia y repetira su versin
ante la Guardia Civil y ante el juez.

Mientras la familia se diriga a Portonovo, la madre, para amenizar el viaje


de las cras, les pidi que contaran algn chiste o un cuento. Asunta empez el
suyo: Esto era una nia que estaba durmiendo en su casa y de repente entr una
persona que intent ahogarla, su habitacin estaba oscura y no poda ver. Lleg su
mam y la logr liberar. Su mam llevaba un cuchillo de cocina.... A medida que
relataba la historia, Ana Isabel se dio cuenta del nerviosismo de la pequea. Desde
haca dos aos, cuando la conoci, tena la imagen de una nia muy tranquila y
alegre. Todo esto que estoy contando es verdad. Me pas anoche. La nia era yo.
Si no me crees, llama a mi mam.

La mujer marc el telfono de Charo, al mismo tiempo que su hija le enviaba


un whatsapp desde el asiento trasero. Porto, descubierta, le confirm que era
verdad, le describi que tena la cara amoratada por los golpes recibidos al tratar
de liberarla y le dio su versin. En la habitacin de Asunta haba una caja fuerte y
crea que ese era el motivo de que hubiera entrado el ladrn. Ante sus preguntas le
aclar que no haba acudido a denunciar porque ella, como abogada, saba que no
iba a servir para nada por la falta de pruebas. Ana Isabel recurri al sentido comn
y a la insistencia: Tienes unos moratones, puedes ir al hospital para que te hagan
un parte. Debes denunciar lo ocurrido.

Charo la telefone al da siguiente y le dijo que ya haba ido a comisara,


pero que tal y como pensaba los policas le respondieron que no serva de nada
denunciar. La versin que aportaron tres meses despus los agentes difera
sustancialmente. Los dos que estaban de guardia esa tarde (no solan coincidir en el
servicio) contaron que la mujer se present en comisara a ltima hora de la tarde
del 5 de julio. Les dijo que era abogada y quera asesorarse sobre algo que le haba
sucedido en su casa a las dos y media de la madrugada anterior.
El relato era el ya conocido: escuch un grito de su hija, se levant a oscuras,
vio a un individuo de negro con guantes en el pasillo, intent agarrarlo, forcejearon
y este huy. Ella se haba dejado las llaves puestas por fuera. Tena una pequea
marca en la mejilla. No era un golpe de un puetazo ni mucho menos, concret
uno de los agentes. A ambos les extra mucho lo sucedido. No era normal que no
hubiera avisado a la polica en ese momento para localizar al individuo. Fue para
no traumatizar a la nia, replic ella. Se mostr en todo momento muy fra, muy
altiva, le instamos a que denunciase, pero no lo tena claro. Le recomendamos que
fuera al mdico primero si quera y luego regresara a denunciar. Soy abogada y
conozco los pasos a seguir. Esa fue su despedida. Hasta dos das despus del
crimen, cuando Ana Isabel se present en comisara y cont esa misma historia, los
policas la sepultaron en el cajn.

Asunta jug, disfrut y quiz se empe en borrar de su mente el terror que


haba sentido esa madrugada. Su comportamiento fue normal. El domingo por la
tarde la llevaron de vuelta a casa. La recogi Alfonso en el portal de Charo.
Tampoco en ese momento vieron a la madre. De hecho, ya no volvieron a verlos en
todo el verano, aunque las dos mujeres hablaron por telfono varias veces sobre las
clases de ballet que compartan las nias. La siguiente conversacin de inters la
mantuvieron Alfonso y el marido de Ana Isabel, Gerardo. Basterra le telefone la
noche en la que desapareci la pequea para preguntarle si la haban visto.

Estoy casi seguro de que la madre se sinti obligada a denunciar lo de julio.


Es lo que parece, mi teniente.

El sargento Marcelo entreg la declaracin que acababa de tomar a Ana


Isabel lvarez y que coincida bsicamente con lo que la mujer haba contado a la
polica. Le explic que haba preguntado a Alfonso si Asunta tena alergia, como
una de sus hijas. Pasado el tiempo, los investigadores situaron en esa pregunta
inocente de una madre preocupada la coartada que pudo idear Basterra...

El grupo de Homicidios segua trabajando sin descanso. Haba muchas


lagunas an y una de ellas, que el juez quera aclarar cuanto antes, se refera al
supuesto intento de asesinato de Asunta la noche del 4 al 5 de julio. La imprecisin
de las fechas que a la madre le bailaron en sede judicial iba despejndose con los
testimonios.

El de Carmen Amarelle, la mujer que trabajaba en casa de Porto desde 2002,


que conoca a Asunta desde que la adoptaron, alumbrara otros momentos teidos
de sombra, pero no ese, que ignoraba. Resultaba extrao que una persona tan
cercana a la familia, casi una segunda madre para la pequea, a la que baaba
desde beb y ayudaba a secarse el pelo, no supiera nada. Pero as era.

Ni la nia ni ellos me comentaron nunca que entrara alguien en la casa,


replic a la pregunta del juez. Asunta era miedosa desde pequea. Me extraa
mucho que no me lo contara, porque ella siempre me contaba lo que le pasaba. Me
hablaba de las cosas del colegio, de ballet, de sus amigos, pero nunca nada de ese
tipo. No la vi asustada ni en julio, ni antes ni despus. Cierto que la asistenta, que
adoraba a su nia, tampoco tena la menor idea de que la cra hubiera estado nunca
mal ni enferma, ni jams haba tomado una medicacin estando con ella. Coma
mucho y siempre estaba haciendo cosas. Yo no vi nunca un inhalador en el piso.
Tampoco la madrina. A ella s le cont Charo por telfono el allanamiento, con
parquedad, a la maana siguiente de ocurrir.

El juez haba preguntado a Porto cmo no se le ocurri llamar a algn vecino


si sinti que la vida de su hija corri peligro, y ella se despach dando a entender
que no mantena una relacin demasiado estrecha con ninguno. Una de las
personas que habita en su edificio aport ms datos sobre el extrao episodio de
julio, pero situndolo en una secuencia temporal que difera en ms de tres
semanas. La testigo explic que Charo le haba contado ese episodio el 17 de
septiembre e insisti en que lo haba fechado el 28 de julio, no el 4.

Subi al piso de Porto para tratar algunos asuntos referidos a la comunidad


de propietarios. Se haba encontrado con su vecina poco antes en el portal. Rosario
le confes que estaba triste, tena lgrimas en los ojos, le dijo que tena muchos
problemas, que no poda imaginar por lo que estaba pasando. Se sincer y le habl
de que era una madre sola, piel y huesos, su ingreso en el hospital y que desde
entonces se le olvidaban las cosas, por eso no poda hacerse cargo de la comunidad
(faltaba la libreta del banco de dicha comunidad).

Al rato, subi al piso de Charo, para calmarla. Al llamar, Asunta se asom


por la mirilla y le dijo a su madre: Sern los ladrones. Son cosas de nios,
justific Charo. Le cont que tena muchos problemas y se senta superada. Le
explic que el 28 de julio, crea, la nia haba dejado las llaves por fuera y alguien
haba entrado en la casa e intentado asfixiar a la cra. Al preguntarle la vecina por
qu no avis a alguien, su respuesta fue que se qued bloqueada y lo nico que
hizo fue abrazar a su hija. No haba denunciado por falta de pruebas. El allanador,
ladrn, estrangulador... llevaba guantes. Esta vecina mostr su extraeza por el
episodio, dado que tiene dos perros que ladran continuamente, sobre todo si
huelen a un extrao de noche. No recordaba que hubieran ladrado, pero tampoco
la fecha indicada era coincidente.

Con quienes s se explay la acusada fue con unos perfectos desconocidos:


los empleados de la inmobiliaria Quatrium, que le estaban buscando inquilino para
alquilar la oficina de la calle Montero Ros, la que haba sido el despacho
profesional de su padre. En el mes de julio, Charo acudi a la empresa, situada en
General Pardias, y se entrevist con Miguel Tobar, el comercial que se estaba
encargando del asunto. Este le pregunt por el golpe que tena en la frente y ella le
cont que haba entrado un intruso en su casa. No haba denunciado, le dijo, por su
hija.

Al marcharse la clienta, le relat la conversacin a su compaera Rosa, quien


tambin estaba al tanto de la cita fijada para el 23 de septiembre, donde se iba a
cerrar el contrato con el futuro inquilino de la oficina. Unos das antes, Porto les
haba pedido ayuda profesional para vender la finca de Teo. El comercial aport el
fax que haba enviado a sus compaeras para que se ocuparan de las gestiones. El
23 de septiembre, dos das despus del crimen, a las once y media de la maana,
Miguel, ajeno a lo ocurrido, telefone a Charo. Contest una amiga. A continuacin
se puso al telfono la madre. El cadver de la nia an no haba llegado al
tanatorio. Porto emplaz al comercial para das despus, cuando todo se hubiera
calmado.

El verano, el ltimo verano de la vida de Asunta, aunque ella no poda


saberlo, ni siquiera imaginarlo, no haba hecho ms que empezar. Julio fue una
ruleta rusa en la vida de la cra, pensaran los investigadores despus. El fiscal
sostiene que nadie entr en la habitacin de la nia y ningn intruso vestido de
negro y con guantes quiso estrangularla. Su tesis es que esa noche a la nia la
sedaron con Orfidal y quiz entre la vigilia y la somnolencia la intentaron matar o
quiz con esa explicacin que hicieron creer a la pequea solo buscaban una
coartada a esos primeros chutes de la Benzodiacepina. Rosario hizo circular el
rumor de que haba entrado un asaltante en el piso, que habra agredido a madre e
hija, escribira Jorge Fernndez de Arnguiz un ao despus de esos hechos
imposibles de justificar.

Pero el miedo, la desazn, la extraeza no tardaran ni cinco das en regresar


a la vida de Asunta. Entre el 8 y el 14 de julio la nia asisti al curso Veranos
Musicales en la Escuela de Altos Estudios Musicales de Santiago, organizado por
Elina Viksne y Barbara Kataryna Switalska. Rosario haba colaborado con ellas. La
brillante alumna tom clases de violn, orquesta, educacin auditiva y msica de
cmara.

Era 9 de julio, martes, segundo da del curso. La nia lleg con su padre a las
nueve y media de la maana para recibir clases de orquesta. Alfonso advirti al
profesor de esta disciplina que la cra estaba un poco drogada, se haba
levantado con alergia y era una reaccin a los antihistamnicos. Una hora y media
despus, Asunta entr en el aula, se acerc a una silla y empez a remover
partituras, todo ello sin decir una palabra. Cuando le llam la atencin hizo un
gesto y sali. Era como si estuviera sonmbula. No prestaba atencin, como si
estuviera buscando sin sentido, sin tener en cuenta a nadie alrededor. Son
palabras de Barbara Kataryna Switalska en su declaracin ante el cabo Herrero y
otro compaero a finales de diciembre, rememorando cinco meses despus esa
extraa maana. Unos das ms tarde, Barbara repiti sus palabras al juez. Mis
compaeros, el profesor de orquesta y Elina, me dijeron que ese da no era
coherente la forma de tocar de Asunta, no coordinaba como una persona
totalmente cuerda. Defini a la cra como una nia muy educada, a la que nunca
vio irrumpir en una clase sin llamar o pedir permiso.

Ese 9 de julio estaba previsto, antes de terminar las clases, que Asunta tocara
el violn en un concierto, pero dada su actitud y su estado, su profesora de esa
disciplina Elina Viksne decidi que no lo hiciera. La pequea perfeccionista tuvo
que conformarse con asistir como pblico y renunciar a su interpretacin. A las dos
y media lleg Porto para recogerla y le contaron lo que haba ocurrido. La madre,
enfadada, les coment que s tena importancia, pese a que su exmarido se la haba
quitado, y asumi que tendra que llevarla al mdico. Esa tarde, Asunta ya no
regres a clase. S lo hizo al da siguiente, con normalidad.

Las palabras de Barbara fueron duras, pero mucho menos que las de su
compaera Elina Viksne, quien adems conoca mucho mejor a la nia, a la que
haba dado clase el ao anterior como docente de la escuela musical Play. Fue su
alumna de orquesta entre octubre de 2012 y febrero de 2013 y adems le imparti
clases particulares de violn, acordadas con Porto de forma gratuita, a cambio de
que esta les buscara patrocinador y otras gestiones para el curso. Charo incumpli
parte de su promesa y limit su ayuda al mnimo, algo inesperado para las
docentes.

El da 8 de julio, el primero del elitista curso de verano, la pequea estaba


preparada para participar en el concierto del da siguiente. El 9 ya no lo estaba,
segn la responsable de Veranos Musicales. A Asunta le costaba mucho tocar, la
vi algo mareada y sin coordinacin. No sacaba el sonido y los otros nios
miraban. Ni estuvo a la altura en la primera clase de orquesta ni en la segunda de
violn. No pudo interpretar en el concierto del medioda, solo mirar. La nia
lleg por la maana con su padre y este dijo que vena drogada. Us la palabra
drogada. Alfonso tena una forma peculiar de hablar que a m no me gustaba. El
padre tena una relacin con la nia como si fuesen de la misma edad, relat Elina
a los investigadores, primero, y das despus a Tan.

La mujer detall que nunca haba apreciado un comportamiento similar en


la alumna ni saba que tuviera alergia. El da 9 haca gestos extraos con las
manos. No era su comportamiento normal. Asunta era una nia muy diferente a
los dems, muy madura, muy inteligente, muy deseosa de saberlo todo. En clase
estaba muy centrada en lo suyo y no se distraa. La docente detall con cierta
extraeza la relacin de padre e hija, que defini como de colegueo; a ella le
resultaba rara, pero habl maravillas de la de madre e hija. Charo, pensaba ella,
fomentaba y ayudaba a Asunta a desarrollar la querencia por la msica. Era muy
estricta y exigente, pero compensaba a su pequea de otro modo.

Las artfices de esos Veranos Musicales se quedaron con sabor a sal en la


boca, pero sintieron que haban tomado la medida adecuada o la nica posible y
cumplido con su obligacin relatando a la madre el episodio. No eran ellas quienes
deban decidir si a la nia tena que verla un mdico. Meses despus an pensaban
que se ajustaron al papel que les corresponda, aunque Asunta estaba muerta.

El maldito guion volvi a repetirse cuando no haban transcurrido ni dos


semanas. La nia asisti en la segunda quincena de julio a otro curso de verano
especializado, esta vez en la academia Play, de la que era alumna con regularidad.
El da 22 falt a clase porque tena alergia. Ese fue el pretexto alegado por los
padres. Al da siguiente, la profesora de violn Mara Jos Pampano Lpez
pregunt a la nia cmo se encontraba. No tuve alergia, a m nadie me dice la
verdad. No s qu me dieron pero llevo durmiendo dos das seguidos. Mara Jos
no entendi la reaccin, no solo las palabras, sino que su alumna rompiera su
habitual reserva y hablara de s misma.

Le puse un ejercicio musical conocido por ella y empez a fallar, se saltaba


compases de notas, se confunda con los dedos, la lectura y la ejecucin del
instrumento. Todo era extrao ese da. Consult con otro compaero, profesor de
guitarra, le dijo que la nia estaba mareada. Su respuesta fue que al llevarla el
padre por la maana le coment que Asunta haba estado con alergia y tomado
antihistamnicos y no se encontraba bien. Tena sntomas de estar mareada, con la
boca pastosa y hablaba de forma muy confusa. Me dijo que si no la coga alguien se
iba a caer. No se acordaba de qu haba comido. Intent tranquilizarla dicindole
que yo a veces tampoco recordaba cosas. Asunta, muy seria, replic que a ella no le
pasaba eso porque tena memoria inmediata de las cosas recientes.

La violinista le pidi que la acompaara a hacer una fotocopia para que le


diera el aire. Comprob que al caminar por el pasillo se tambaleaba, y casi se cae.
Tuve que agarrarla y sentarla en una silla de recepcin. Ella y su compaero
llamaron a la directora del centro, Mara Isabel Bello. La jefa le pregunt si haba
estado malita con alergia y la nia le dijo que s. Le pregunt en broma cuntos
dedos tena en la mano. No era capaz de contarlos, deca que vea doble. La
directora, alarmada ya, quiso saber si estaba tomando algo. A m nadie me quiere
decir la verdad; me estn engaando. Mi madre me ha dado unos polvos que le
entreg una mujer en el portal de casa. Dijo que era la mdico de mam.

La maana acab tan mal como haba empezado. Cuando Asunta fue a
recoger sus cosas, tras la ltima clase, se dirigi a una clase diferente. Al verla
desorientada la acompa para hablar con su padre, que haba ido a recogerla. Le
cont que haba estado mareada; me respondi que haba estado con mucha alergia
todo el fin de semana. Le dije que cuando tomas antihistamnicos te encuentras
muy mal, pero su respuesta fue que ellos no le daban nada de eso, como mucho un
espray nasal para despejar la nariz. No quiso seguir hablando. Asunta volvi a
entrar porque haba olvidado la chaqueta dentro. Se tambaleaba. Alfonso no se
inmut. Me dio la impresin de que no se quera enterar de lo que estaba
sucediendo. Las profesoras lo comentaron entre ellas. Los siguientes das, la nia
volvi a la normalidad, pero el episodio se les qued grabado. La mujer se sincer
con el agente que le tom declaracin meses despus y admiti que no entenda
cmo no la haban llevado al hospital con esos sntomas.

Durante el fin de semana del 20 y 21 de julio los acusados volvieron a


someter a Asunta a los efectos del Lorazepam. Tan intensos fueron esos efectos,
que impedan que fuera a la clase que tena prevista para el lunes 22 en la academia
Play, y la cambiaron para el da siguiente. El martes 23 Asunta acudi a clase an
bajo los efectos de este medicamento. La llev y la recogi Alfonso. La noche
anterior haba dormido en su casa. Esa es la secuencia que expuso el fiscal a la
hora de acusar a los padres cuando la instruccin del caso estaba llegando al final.
Las declaraciones, no solo de la violinista, sino tambin de la directora de ese
centro musical y del profesor de guitarra, que conoca a la nia desde que era muy
pequea, dejaron sin saliva al cabo Herrero y a su compaero. Asunta estaba
como drogada, pero no presentaba ningn sntoma grave. La desazn se extendi
por la sala como una mancha cuando las ampliaron ante el juez y el fiscal. Pero eso
ocurri muchos meses ms tarde.

Julio proporcion ms claves, ms seales que se fueron sumando y que


precisaban significado, un contexto. Charo y Alfonso estaban en pleno
acercamiento tras las desavenencias de los meses anteriores. No se trataba de una
reconciliacin, si nos atenemos a las palabras de ella, las de esos momentos y las
que luego depondra en sus declaraciones, ni mucho menos una luna de miel.
Ella lo necesitaba y l pona condiciones para esa disponibilidad. Alfonso igual
llenaba la nevera o cocinaba para los tres que surta el botiqun de su exmujer.
Desde que Charo estuvo mala, tanto Asunta como su madre coman con Alfonso
todos los das. Cuando yo llegaba a la casa no haba nadie o estaba la nia tocando
el piano, cont Carmen Amarelle, la asistenta de Porto.

El 5 y el 17 de julio, Basterra, en labores casi de enfermero, adquiri dos cajas


de Orfidal en la farmacia Garca Maestro de la calle del Hrreo. La primera con
cincuenta pastillas prescritas por un mdico de la Seguridad Social; la segunda con
veinticinco comprimidos: setenta y cinco pastillas en doce das. Aleg que se las
haba olvidado en la habitacin de un hotel y que se las haba recetado el doctor
Julio Brenlla, un psiquiatra. Cinco das ms tarde acudi a su mdico de cabecera
para que le extendiera otra receta: cincuenta orfidales ms y una caja de Prozac. La
mdico de cabecera de Basterra y Porto en el centro de salud Concepcin Arenal
declar que ambos eran pacientes suyos desde haca unos tres aos, aunque luego
matiz ante el juez que de Rosario no se acordaba, s de Basterra, quien no era
alrgico, que ella supiera.

Tras consultar su ordenador cont que extendi una receta a Alfonso el 6 de


agosto para dos cajas de Prozac. Solo ese da. Mientras ella estaba de vacaciones en
julio, su sustituto recet a Basterra una caja de Orfidal de cincuenta comprimidos.
Fue el da 22. Recetas y compras en la farmacia, por tanto, no coincidan. La doctora
aadi un dato desconocido: las consultas de Alfonso que empezaron dos aos
atrs fueron por un cuadro depresivo para el que tomaba medicacin. ltimamente
tomaba Prozac que le haba recetado un psiquiatra amigo suyo. En julio se le
prescribi Orfidal (su sustituto) porque Alfonso lo pidi para dormir
puntualmente. A ella no le cont que lo estuviera tomando, solo el Prozac. Explic
que al principio se suele asociar la prescripcin de Prozac con ansiolticos porque
la accin es lenta.

En ese verano descarnado la felicidad tambin se abri paso para llegar hasta
Asunta. Salir de Santiago, alejarse de lo que quiz ya la estaba daando. Casi todo
agosto lo pas fuera de la ciudad y de su interminable agenda de ocupaciones.
Desde el 30 de julio hasta el 22 de agosto estuvo con su madrina en el apartamento
de Vilanova. La anciana clida le preparaba sus comidas favoritas sin restriccin.
Le volvan loca los huevos, la pasta, el fuet. Coma mucho y bien cuando volva de
jugar con su amiga Adrianita, que comparta lugar de vacaciones. Por la tarde,
tocaba media hora el violn e iba a la playa. Fue el ao que ms tiempo pas con
Isabel Veliz; ese tiempo que sola disfrutar con sus abuelos, los padres de Charo,
antes de que murieran. A la madrina no le dijeron ni que estuviera enferma ni que
deba darle algn medicamento. Hablaba con sus padres con absoluta normalidad,
wasapeaban y se enviaban algn mensaje: Llama maana a mam SIN FALTA. Y s
cariosa. Necesita de ti mucho cario, le escribi su padre en esa primera semana
en la playa.

El 15 de agosto, la pareja iba a visitar a la nia. Era su santo. Ya lo haban


acordado, pero algo pas. Charo llam a la madrina y le cont que no iban a ir
porque les haban entrado en la casa de Montouto. Otro allanamiento, otro
supuesto robo que tampoco denunci la madre. Das despus, Veliz le record a
Charo lo que le haba contado sobre el desconocido que entr en Doctor Teixeiro en
julio. La respuesta que recibi es que no le dijera nada a Asunta.

Las segundas vacaciones de la pequea empezaron el 28 de agosto, esta vez


en el campo. Ese da se fue con Carmen, su cuidadora, el marido y la hija de esta a
su aldea en Val do Dubra. En Pascua siempre lo haca y estaba encantada con ese
plan. Charo haba llamado a Carmen un par de das antes desde el apartamento de
Vilanova. Le dijo que si poda quedarse con la nia porque ella no se encontraba
bien y Alfonso tena trabajo. l contara luego que se quedaron en la playa, en
Vilanova, descansando. No habl nada de trabajo. Asunta estuvo en la aldea hasta
el 10 de septiembre. Ni un solo da enferma, ni una sola muestra de resfriado o
alergia. En ninguno de los dos sitios hizo acto de presencia ninguno de esos
brutales brotes alrgicos de los que su padre hablaba delante del juez. Estuvo
estupendamente, muy feliz, resumi Carmen, muy afectada. En total la nia pas
menos de seis das con sus padres el ltimo mes de agosto de su vida.

Y la pareja qu hizo mientras, a qu dedic ese agosto en el que Charo poco


a poco iba recuperndose? Las investigaciones no han deparado demasiados
resultados, pistas tenues y poco ms. Alfonso y Charo estuvieron todo el verano
lejos de su hija y de casi todo el mundo. Das y das en los que la actividad de sus
telfonos se redujo al mnimo y en los que la mayor parte del tiempo la nica
compaa de la que gozaron fue la de uno y otro. El da 30 de julio, cuando Asunta
empezaba sus vacaciones con la madrina, Alfonso llam por telfono a la consulta
de un psiquiatra para pedir una cita urgente para Rosario, porque estaba mal. A
las siete de la tarde los dos entraban juntos en la consulta del doctor Ramiro Primo
Tourio, en la misma calle del despacho del padre de Charo, que haba sido
adems el abogado del padre del mdico. All Basterra pas unos minutos tratando
de dirigir el diagnstico del profesional hacia un posible trastorno bipolar. Al poco
rato abandonara la sala aduciendo que tena que ir a buscar a su hija. Charo cont
al doctor que en esos das su depresin haba ido a peor. Se senta angustiada.
Primero dijo que no haba una causa concreta y que las cosas en el trabajo no le
iban bien. Sali de la consulta esa tarde con una receta de Orfidal, pero sin
diagnstico de bipolaridad.

El psiquiatra detect un cuadro depresivo causado por una amalgama de


factores: muerte de su padre, ruptura con su pareja (aunque le dio la sensacin de
que esto no la haba afectado mucho, segn explic al juez)... De su hija hablaba
poco, aunque not a Charo bastante sobrepasada por la nia. Le prescribi
Orfidal (tres medias pastillas al da) para preparar la siguiente consulta tres das
despus, cuando le recet Prozac (la paciente le ocult que ya lo estaba tomando).
Ella le cont que estaba menos ansiosa.

El 13 de agosto se repite la consulta para ver la adaptacin a las medicinas,


porque Charo era reacia a tomar antidepresivos. La mujer le dijo que por la
noche solo tomaba media pastilla de Orfidal, dado que la primera noche haba
tomado uno y al da siguiente estaba sedada. Le volvi a expedir una receta con
ambos medicamentos a nombre de Rosario. El 27 de agosto, de nuevo, hubo
consulta de control. El mdico le aument el Prozac. Cree que expidi otra receta
con las dos medicinas. Acudi en dos ocasiones ms, la ltima el 18 de septiembre.
La siguiente visita estaba programada para el 30 de ese mes. Pero ese da Charo ya
dorma en la prisin de Teixeiro.

El teniente Maceiras y el cabo Herrero, repasando los acontecimientos


familiares de ese mes de agosto, repararon en un correo enviado por Alfonso el 26
de agosto, bajo el epgrafe de Alquiler.
Hola, Benigno:

En relacin al alquiler del apartamento que en su da me ofreciste es ms que


probable que este mes de septiembre que en nada se inicia me lo quede tambin.
Razones de logstica en casa nos van a obligar a retrasar un poco la vuelta a la
convivencia en comn. Espero que no te incomode o te ponga en alguna suerte de
compromiso esto, pero por otra parte se trata de un mes ms que el piso est
alquilado y no vaco.

Al da siguiente, el que fuera su benefactor tras el divorcio, Benigno Amor,


que le alquil el apartamento de Repblica Argentina y adems le proporcion el
trabajo que ahora tena, le respondi.

Buenos das, Alfonso:

Ya he llamado a la agencia para avisar, as que no te preocupes si precisas


estar un mes ms. Aprovecho la ocasin para felicitaros por la decisin que habis
adoptado. As que enhorabuena a los dos y tomaos el arreglo del piso con calma.

Saludos.

Benigno Amor

Los investigadores y el juez mantuvieron una larga charla sobre este mail. Lo
que pareca anticipar no haba aparecido en ningn momento de las pesquisas,
tampoco ninguno de ellos se haba referido a que planeaban volver a vivir juntos.
O acaso solo era una idea de Alfonso, ni siquiera compartida por Charo? S se
saba que ella estaba arreglando el piso donde haban vivido sus padres, no que
pensara destinarlo a vivienda familiar. Basterra haba contado al juez que esas
obras de General Pardias las haba emprendido Charo porque iba a poner all su
despacho. Era inminente, por tanto, esa supuesta reconciliacin? Basterra haba
hablado de un gran acercamiento y Charo solo de que lo necesitaba.

Los padres no se encontraron con la nia, de nuevo, hasta que hubo que
preparar la vuelta al instituto, la compra de libros y la infinidad de actividades
extraescolares: francs, chino, ballet, violn, piano... La pequea haba regresado a
Santiago feliz, el 10 de septiembre, despus de los das pasados con la cuidadora y
su familia en la aldea de Val do Dubra. Ese da su madre volvi a la consulta del
psiquiatra, y lo hara por ltima vez el 18 a la una de la tarde. Estas dos visitas
fueron ms extensas. Rosario estaba un poquito mejor y el mdico empez a
introducirle algunas pautas de motivacin ms all de la qumica que le haba
recetado: Prozac para animarla y Orfidal para calmar su ansiedad.

En una relacin mdico paciente lo normal es que este le informe de la


medicacin que toma. Yo pregunt a Rosario y ella me dijo que en ese momento no
estaba tomando nada, aunque en otras pocas s: Tranquimazin, Duna y algn
betabloqueante. Los anlisis de su cabello revelaran poco despus que tambin
haba consumido Nordiazepam, un principio activo no muy comn, en palabras
del psiquiatra que la estaba tratando cuando ocurri el crimen.

No era la nica consulta que Charo tena pendiente esa semana. El da 12


estaba citada a las doce de la maana en la consulta de Neurologa del hospital
donde haba recibido el alta el 1 de julio. Tena una revisin importante, pero se la
salt.

La ltima semana de su vida

Tras una semana de preparativos, el lunes 16 de septiembre todo pareca


estar en orden para el nuevo curso en el Instituto de Enseanza Secundaria Rosala
de Castro, con alguna novedad como que la nia no asistira a las clases de ballet de
los sbados, pues era un da de mucha carga con las clases de francs y de chino.
Alfonso volvi a retirar ese da una caja de Orfidal con cincuenta pastillas y otra de
Prozac en su farmacia de cabecera, en la calle Ra del Hrreo, esta vez con una
receta privada, segn declar la farmacutica que lo atendi tras consultar su libro
de registro de medicamentos psicotrpicos.

Pas la maana trabajando desde su ordenador y gracias a la seal que


tomaba prestada de las cafeteras o del centro cvico de su zona. Algunos correos
de trabajo, un intento de acercamiento ms ntimo con su profesora particular de
ingls y los avisos de agenda del da que le enviaba a Charo con su plan de
comidas y paseo a la espera de compartir con ella ambos o alguno de esos planes.

Hola, nena.

Finalmente he venido al Centro Social del Ensanche, de modo que sobre las
18.30 horas, ms o menos, estar de vuelta en casa y as tendr tiempo para dejar
hecha la crema y repartida en boles. De este modo maana no andar agobiado y
cuando vengas a las 13.30 horas solo habr que calentarla. Si el tiempo aguanta, a
eso de las 19.30 o 20.00 horas igual voy a La Alameda a andar. Si te animas
avsame, aunque no es del todo seguro que vaya. Si hace mucho viento me quedar
en casa leyendo.

Y si finalmente viene Asunta a dormir, hzmelo saber.

Hola, Alf.

Lo de La Alameda para m antes de las 20.00 calculo que imposible.


Recuerda que tengo la reunin de GP en el Centro Inmobiliario. Si quieres cuando
salga paso por tu casa e intentamos ir juntos, pero si ves que tardo no me esperes,
si no te podrs quedar sin ir t y es una pena.

Besos.

De acuerdo, pero no andes apurada. Si puede ser, perfecto, y si no ya iremos


maana. Como te dije igual al final si veo que no est muy catlico por el viento me
quedo en casa.
Los problemas regresaron a la vida de Asunta al da siguiente. El martes 17
por la tarde la central de alarmas que presta servicio a la casa de la finca de Teo
registr una desconexin del sistema a las 19.35 y no volvera a ser conectada hasta
las 22.44. El Orfidal haba sido ingerido una vez ms por la pequea en grandes
dosis, como as consta en los informes toxicolgicos. El juez le pregunt si haba
estado esa tarde con la nia en la finca. El detenido no lo recordaba, dudaba si
haba sido esa semana o la anterior cuando ambos acudieron a Teo para cambiar
los absorbehumedades. Yo dira que no fue ese da, sostuvo. En la sala qued
patente que pensaban lo contrario y volvieron a revisar el informe de actividad de
la alarma. Tampoco se haba fijado en si la famosa e inculpatoria papelera estaba en
el lugar en el que fue encontrada tras el crimen en esos das anteriores.

Los acusados la volvieron a someter al menos una vez ms a los efectos del
Lorazepam. Tan intensos fueron que el 18 de septiembre, mircoles, la nia no
estaba en condiciones de ir a clase y falt al instituto. No acudi a ninguna de las
clases de ese da. Tampoco acudi a las clases de ballet que tena programadas,
explica el fiscal en su escrito de acusacin. Segn el plan de Alfonso del da
anterior, los tres iban a comer juntos, lo habitual desde que Charo estuvo ingresada
en el hospital.

Al da siguiente la nia no pudo asistir a clase, en teora por haber tomado


nuevamente un medicamento para la alergia que la dejaba K. O.. Esa tarde de
mircoles, su madre cruza unos mensajes con su padre en los que comentan el
estado de Asunta. El padre escribe: La enana est bien. Est leyendo, aunque tiene
algo de carucha y tambin un poco de cuentitis. Lo que tiene que hacer hoy es
dormir bien y maana estar perfectamente. Si nos ceimos a esos mensajes, la
pequea estaba con Basterra.

El 19 de noviembre, la profesora de ballet, Gail Loretta Brevitt, aport en el


juzgado el whatsapp que le haba enviado Porto a las 16.04 de ese 18 de septiembre:

Hola, Gail, a causa de una medicacin que Asunta tena que tomar hoy no se
encuentra en condiciones de ir a clase. Est muy preocupada por el papel que tena
que llevar hoy cubierto. Yo le he dicho que no hay ningn problema, que te lo
llevar el viernes. Disculpa las molestias y gracias por todo.
Rosario enva mensajes de nimo a la nia advirtindole de que ya le ha
dicho a la profesora de ballet que tampoco podr asistir a su clase y que por lo tanto
no podra llevar un papel. Hace ya un rato que le envi el whatsapp a Gail, as que
estate tranquila. La nia le contesta con un lacnico vale. Tu nica tarea para
hoy por la tarde es ponerte bien para estar en forma maana para el insti. Besios.

El psiquiatra Ramiro Tourio vio a Charo ese da por ltima vez y no


volvera a saber nada de ella hasta su comparecencia en el Juzgado de Instruccin
nmero 2 de Santiago y su posterior aceptacin de la pericia psiquitrica para la
defensa de Rosario Porto.

La nia falt a clase. Tuvo otro mareo de esos. No la llevamos al mdico


porque ya sabamos lo que era, se despach Basterra ante el juez. Llevaba aos
con alergia. Estornudos y mocos, nada ms. Solo la ha visto Sabela. Usaba el espray
y esos famosos polvos que dice se los dimos solo una vez.

Estaba empeada en que su padre le haba dado unos polvos. La dej


descansar. La tarde anterior estuvo toda con su padre. Pap me dio unos polvos.
Era la reina de la imaginacin. Era tan fantasiosa, justific la madre. No la
describen as sus profesores cort Tan de raz. De fantasiosa y de inmadura
nada.

El jueves, la nia se encontraba recuperada tras las horas en las que


permaneci supuestamente bajo los efectos del hipntico que le haban dado. Una
vez ms debera reponerse de un extrao suceso y retomar su vida. Regres a las
clases con normalidad y sus compaeros la vieron nuevamente arrastrar su
mochila con ruedas por los pasillos del Rosala de Castro. Su tutor, Jorge Gmez,
recibi una carta de la madre que le fue entregada en mano con el membrete del
Consulado de Francia, en la que le explicaba por qu no haba asistido la nia. Por
motivos de salud, para realizarle unas ineludibles pruebas mdicas le prescribieron
un frmaco que le ocasion graves vmitos y mareos.

El viernes da 20, despus de las clases, la pequea volvi a casa. Su madre


no estaba y no llegara hasta bien entrada la noche. A media tarde, Carmen
Amarelle, la cuidadora, la acompa en la calle hasta las escaleras del parque de La
Alameda. Estaba perfectamente, muy contenta. Ni la nia ni su madre me dijeron
lo que iban a hacer el fin de semana.

Alfonso fue al Ensanche a hacer su trabajo en el portal de Internet para el


que trabajaba y cuyas noticias dejara actualizadas para el lunes. No tena Internet
en casa y, segn l, le daba lo mismo trabajar en un sitio que en otro. Se imagina
a un juez poniendo sentencias en un centro social?, ironiz el magistrado durante
la declaracin ante esa respuesta del detenido. Volvi a comer a su casa, segn l,
con Asunta, estudi ingls y luego qued con un amigo, Gerardo, el padre de C.,
para tomar un vino que haban pospuesto el viernes de la semana anterior. Mira
qu suerte que este ao en las reuniones la siempre sorprendente Gail solo quiere
la presencia de mams, de la que nos hemos librado! Aguardo respuesta a lo del
vino, a no ser que andes por tierras ourensanas o de Portonovo (lo siento, pero
desconozco el gentilicio de tan insigne villa), le escribi Basterra a su amigo. Nos
vamos a Ourense. Lo aplazamos a la semana que viene. Respecto de las reuniones,
Anabel ya me dice que ella no quiere ir que se le revuelve el estmago. Saludos.
Xerardo. Pues que no te pase nada. Hasta el viernes!, fue la respuesta de
Alfonso emplazndole para la nueva cita.

Mientras Alfonso segua con su rutina, Charo volva a entusiasmarse. Llam


a su exmarido y le dijo que tena que ir a Vigo. Me dijo que si poda dormir
Asunta en casa y yo, aunque haba quedado con esta persona (Gerardo), a las once
menos veinte la recog y nos fuimos a mi casa para dormir, relat en el juzgado.

Un par de horas antes, Charo se haba sincerado en esa misma sala y haba
contado con detalle que en realidad ese viernes, el ltimo viernes de Asunta, ella
haba quedado de nuevo con su amor y haban pasado todo el da juntos hasta casi
las doce de la noche. El pretexto de Vigo y de una exposicin fue solo eso, un
pretexto.

La nia permaneci sola viendo la tele en el piso de Doctor Teixeiro, en el


que tantas cosas extraas haban sucedido en los ltimos tiempos. Una explosin
de ira de su padre que acab con la puerta del bao rota y con sus padres
divorciados, un intento de asesinato en mitad de la madrugada y la soledad.
Tardes y noches de soledad, en las que ni su padre ni su madre acompaaban a la
nia, que trataba sin xito de contactar con Rosario o le preguntaba una y otra vez
cundo iba a volver a casa.

Puedo jugar un poco con la nin? pregunt la nia.

S respondi Charo, pero recuerda: no ms de cuarenta minutos.

OK. Puedo tomar palomitas?


No.

Por qu?

Porque lo digo yo.

Qu tienes en contra?

No y se acab.

Y qu ms puedo tomar? Ya tom los espaguetis.

Estoy llegando. Hablamos ahora.

Ah, cunto tardars?

Ya te he dicho que estoy llegando.

Cunto?

Llamadas, mensajes... Su madre sola desconectar el mvil cuando estaba


con su amante. No atenda llamadas ni lea mensajes o dejaba pasar minutos
eternos hasta responder a la nia. Nadie entraba en pnico en aquellas noches en
las que Asunta podra haber salido de la casa sin control, podra haber sido atacada
de nuevo por el hombre de negro o sencillamente sufrir un accidente domstico en
la cocina de aquel piso.

Los whatsapps que enviaba a su madre, recuperados de los telfonos


mviles, son elocuentes:

10 DE JULIO

17.43

Asunta: Mira tu correo q ah va mi nota del examen de la Royal!!!!!

20.06

Asunta: Saqu un 76. Para celebrarlo puedo jugar con la Nintendo??? Eh. Eo.
Ests contenta??? Maana dice Carmen que si viene o no.

20.07

Charo: S, mucho. Ya te has duchado?

Asunta: Pero puedo jugar???

Charo: Carmen ya termin?

Asunta: No, va a hacer carros. Pero puedo jugar???

Charo: S, puedes jugar.

Esa tarde antes de enviarle a su madre el mensaje con la nota que haba
sacado, la nia haba escrito a Gail Loretta, su profesora de ballet. Ya sabes las
notas de los exmenes?, le pregunt. S, Asunta, lo envi al correo de tu madre.
Sacaste 76 puntos. Sobresaliente!!! Enhorabuena! Beso, respondi la docente.
Asunta se justific con ella minutos despus. Gracias. Es que mi madre no ha
mirado el correo.

11 DE JULIO

20.08

Asunta: Maana. Carmen venir o no??? Pregunta ella.

Charo: Dile que no venga. Pregntale si le va bien? Si va a aprovechar el da?

Una hora despus vuelve a escribir a su hija.

21.02
Charo: Estoy casi sin batera. Es urgente?

Asunta: Vamos a salir??? Es que no me apetece. Tanto has tardado!!! Estoy


muy cansada. Solo s o no. Eoooooeeoooooo. Eoooooooooo.

21.03

Charo: Dentro de 15 minutos estoy ah y hablamos.

Asunta: Eoooooooeoooooo. Pero vamos a salir?

Sus padres tenan la seguridad, en esas ocasiones, de que todo estaba bajo
control y de que su hija era una nia muy responsable. O eso al menos es lo que
transmitieron en sus declaraciones. Para Tan, la nia estaba tirada, sin que nadie
le hiciese caso. Para el juez y padre, Asunta vivi en sus ltimos meses un
abandono palmario.

Captulo VI

EL TERCER HOMBRE

As que no os acostabais? Pdele a Dios que no encontremos una motita de


tu ADN en Teo porque te comes t el asesinato, oiches?. El cabo Rafael Herrero se
estaba hartando ya de juegos. Le pareca mentira que con una criatura muerta cada
uno de los protagonistas se dedicara solo a salvar el culo. Vale que lo hicieran los
paps, pero la comparsa ya cansaba. Al tipo, bien vestido, buena planta y seguro
de s, le haban tomado declaracin en el cuartel de Santiago el da 3 de octubre.
Saban a esas alturas que haba pasado casi todo el viernes, el da antes del crimen,
con Rosario Porto. Ella misma se lo haba confesado al juez Tan, pero Miguel Dor
no estaba dispuesto a ponrselo fcil a los guardias civiles.

Cuando ya llevaban doce o trece preguntas en una sala del cuartel, le


soltaron la ms complicada para el gerente de una empresa de muebles, que haba
hecho sus pinitos en el sector inmobiliario y que se volva loco con los coches de
carreras y las motos de gran cilindrada. Lo suyo eran los hobbies caros.

Mantuvo usted cualquier tipo de relacin sexual con Charo Porto?,


dispar el instructor. Y Miguel asegur que no. Acababa de desgranar el momento
en que conoci a la titulada en Derecho, no ejerciente. Un amigo suyo abogado se
la recomend porque hablaba francs y l tena un problema en Agadir
(Marruecos) con unas inversiones inmobiliarias. Necesitaba un traductor que
adems tuviera nociones de derecho. Su primera cita fue a comienzos de 2012, en
la cafetera Reno, frente a la casa de Porto. Casi un mes ms tarde viajaron al pas
vecino y luego lo hicieron otras cuatro veces. Viajes de negocios, sin ninguna
relacin sentimental ni sexual. Eso aseguraba el empresario. Luego se vieron en
Santiago en otras tantas ocasiones, para analizar la informacin. La relacin era
estrictamente profesional. Haban quedado el 14 de septiembre, una semana
antes de la muerte de la nia, pero l no pudo acercarse a esa reunin porque tena
otros compromisos. Se emplazaron para el viernes 20.

Ese viernes resultara inolvidable para Dor por un puado de motivos. Por
la maana tuvo que declarar como testigo, con cmaras a la puerta de los Juzgados
de Santiago, en el juicio que se segua contra su amigo Messaoud El-Omari, la
persona que lo introdujo en el negocio marroqu. Entre la una y las dos de la tarde,
mientras Asunta estaba en el colegio, recogi a Charo en su Mini gris, cerca de su
casa, y la pareja se dirigi hacia Villagarca de Arosa. Comieron en un restaurante
cerca del puerto de Cambados y luego, como parte del negocio, salieron a navegar
por la ra en el barco propiedad de Dor. Un par de horas de crucero relajante que
culminaron con una exquisita cena en un restaurante de Pontevedra. A las once
volvieron a Santiago y en torno a la medianoche dej a Charo a unos metros de su
portal. l se march directamente a su casa de Ponte Ulla. Todo ese tiempo la nia
lo pas sola en casa, esperando paciente a que su padre o su madre se ocuparan de
ella.

Los agentes necesitaban detalles de esa relacin, de la intimidad entre ellos.


Dor admiti que haba estado tres o cuatro veces en el piso de Doctor Teixeiro,
acompaado de su amigo El-Omari, antes de viajar a Marruecos. En alguna
ocasin Asunta estaba en la casa. Tambin conoca el piso de General Pardias,
donde hasta su muerte vivieron los padres de Charo Porto y que ella haba
heredado. Fue dos veces para citas de negocios y otra para llevarse unos muebles
que la abogada haba regalado al comn amigo marroqu. La finca de Montouto,
donde supuestamente muri la pequea, tampoco le era desconocida. All acudi
en otro par de ocasiones, porque Charo tena un montn de libros, quera
venderlos y l estaba interesado en todo lo relacionado con las antigedades.

El cabo Herrero y su compaero saban que el empresario les estaba


ocultando la verdad, pero le dejaron seguir. Dor aclar que Charo siempre estaba
igual, alegre, contenta y animada, conoca su ingreso hospitalario despus del
ltimo viaje a Marruecos que hicieron juntos (a l le dijo que fue consecuencia del
lupus que sufre) y saba tambin que la mujer tomaba algn medicamento,
vitaminas, segn l.

Mire, puede asegurar con total certeza que jams mantuvo una relacin
sentimental con Charo Porto?, le preguntaron antes de concluir su primera
declaracin en el cuartel. Dor vio con claridad que no le haban credo y reconoci
lo que unos minutos antes haba negado por temor al problema familiar que le
poda ocasionar. Su barco fue el escenario de su ltimo encuentro sexual,
veinticuatro horas antes de la muerte de la nia. Se explay en los detalles,
consciente de que su ADN poda aparecer en alguna prenda de ropa de la mujer
que haba sido su amante y ahora estaba encarcelada, acusada del asesinato de su
hija.

El empresario no eludi las preguntas ms delicadas sobre esta relacin y


cont a los agentes que entenda que Alfonso Basterra la conoca (no especific si
antes o despus del divorcio); dej claro que no perdan el tiempo en
conversaciones sobre el marido y revel que la ltima vez que habl con Charo fue
en la madrugada del lunes 23, es decir, solo unas horas antes de que la detuvieran.
Hablamos sobre lo mal que se encontraba ella, que estaba muy apenada porque
alguien haba matado a su hija... casi todo el tiempo hablaba ella, yo solo le di todo
mi apoyo. Tras una hora y media declarando, Dor consinti en donar una
muestra de saliva para que su perfil gentico pudiera ser cotejado con las muestras
de la investigacin.

El testigo sali del cuartel cabizbajo, pensando en todas las explicaciones que
tendra que dar y no solo en su casa. En una ciudad como Santiago su nombre no
tardara en aparecer y correr de boca en boca por los mismos lugares que
frecuentaba y entre la misma gente con la que se cruzaba a diario. Esa noche
decidi que no habra ni un solo contacto ms con Charo, aunque en la prctica ya
haba roto el pequeo nexo que quedaba. Cuando ella estaba detenida en el
calabozo le pidi a su abogado que llamara a Dor para tranquilizarlo. l contest
que no poda hablar. Porto, contrariada e imaginando que era el final, le cont el
episodio a la agente Azucena: Se ve que no me quera tanto como deca.

El 18 de octubre Tan orden investigar el telfono de Miguel Dor. El juez


barajaba todava la hiptesis de que en el crimen de la nia podran haber
participado terceras personas que o bien se habran citado con Charo en la finca, o
bien la podan haber ayudado a trasladar el cadver de Asunta a escasos 4
kilmetros.

Su amante detall todo lo que hicieron el viernes, pero asegur que el


sbado no tuvo ningn contacto con ella y que permaneci todo el da en su casa.
Cuando se le pidi su telfono mvil aleg que se le haba roto porque se le cay
mientras corra y que ya no utilizaba ese nmero, sino que estaba a la espera de
otro. Ni al juez ni a los investigadores les convenci esta respuesta. Tanto Dor
como su amigo El-Omari pertenecan al crculo ntimo de la imputada; ambos
haban estado o hablado con ella en los das clave y ambos estaban en libertad y no
haban sido vigilados. Tan orden que se pidieran a varias compaas las llamadas
telefnicas, mensajes y conexiones de datos que tuvieron los telfonos de los dos
entre el 20 de septiembre y el 3 de octubre.

El empresario era sospechoso aunque su actitud colaboradora tras los


titubeos iniciales rebaj la presin sobre l. Pero el factor azar jug en su contra y le
coloc en el centro de la diana. Cuando los agentes recibieron el trfico de llamadas
recogido por la antena de telefona ms prxima a la cuneta de Teo donde apareci
el cadver de Asunta, en una interminable lista de nmeros telefnicos salt el
eureka. El telfono mvil del amante de Porto apareca en esa zona el sbado por la
maana, unas horas antes del crimen. Ms tarde, tras depurarse esa informacin y
volver a tomarle declaracin, se averigu y se comprob que el hombre haba ido a
una frutera muy prxima a hacer la compra. Pero las antenas no discriminan: ni
nmeros ni intenciones.

En su declaracin, Miguel Dor hizo alusin en varias ocasiones a su amigo


Messaoud El-Omari, otra de las personas que estuvo bajo la lupa de los
investigadores. Se crea que haba acompaado a la pareja en algunos de sus viajes
a Marruecos y saban que haba estado con ellos en Doctor Teixeiro. Los agentes le
vieron en el tanatorio durante la incineracin. Lleg a quedarse a solas unos
minutos en la capilla junto a Porto, sin aparente motivo que lo justificara, segn
el juez.

El-Omari era otro personaje al que costaba ligar con la slida vida social de
Charo Porto y su exquisito crculo. Pero ah estaba, muy cercano a la mujer en la
capilla ardiente de la nia. Nacido en Marruecos, llevaba ms de veinte aos en
Espaa y haba obtenido la nacionalidad. Trabajaba para el sindicato Comisiones
Obreras, del que haba sido director del Centro de Informacin de Trabajadores, y
justo en los das en que su nombre salt a los peridicos por el crimen de Asunta se
le estaba juzgando en la Audiencia de Santiago, acusado de dirigir una red de
explotacin de inmigrantes. Los periodistas vieron el filn. Marroqu, sentado en el
banquillo y prximo a Porto en calidad de no se saba an qu.

El marroqu fue llamado a declarar por los investigadores el 6 de noviembre.


El teniente Maceiras y el cabo Herrero se ocuparon personalmente. Les cont que
conoca a Porto desde finales de 2011 a travs de su amigo Miguel Dor. Neg
haber mantenido jams una relacin sentimental con la mujer. Naturalmente
conoca a Asunta, y le haba ofrecido a Charo que fuera a su casa con la nia
cuando quisiera para jugar con sus dos hijas de seis y diez aos. Un domingo por la
tarde lo pasaron en su casa. Explic que, debido a su juicio, se enter el domingo
por la tarde del crimen. Esa tarde, ajeno a la muerte de la cra, llam a su amiga
para contarle que su sobrino haba quedado absuelto en el juicio. No fue Rosario
quien cogi el telfono, aunque segundos despus se puso, llorando, para decirle lo
que haba ocurrido. El marroqu neg cualquier viaje a su pas con la madre,
porque tena retirado el pasaporte desde 2009, a raz de su implicacin en el caso
de la red de inmigracin.

El-Omari detall sus pasos el da del crimen. Pas casi todo el da solo
porque su mujer y sus hijas estaban en Marruecos. Sali a las nueve de la noche
para llevar un papel a su economista. Lo necesitaba su abogada, Beln Hospido (la
misma que luego se ocupara de la defensa de Basterra, endogamia en sala). Estuvo
con su sobrino ms tarde, a la hora en que hallaron el cadver de la nia. El chico
haba sido absuelto. Estaba al tanto del ltimo viaje de la pareja a Marruecos (l
asegur ignorar que fueran pareja) y del ingreso de Charo en el hospital, as como
de un robo que haba sufrido esta en Teo, motivo por el que quera cambiar la
alarma. No saba nada del intento de asesinato de Asunta.
Cuando se enter de la muerte dud si ir o no al tanatorio, varios amigos lo
animaron y les hizo caso. All conoci al exmarido de Charo: se lo present ella.
Dos das antes del crimen estuvo wasapeando con su amiga. Porto se interes por
cmo se estaba desarrollando el juicio. Fue cuando le cont que a su sobrino y a
otros dos empresarios los haban absuelto. El-Omari estaba indignado por las
barbaridades y noticias falsas que se estaban publicando sobre l, tal y como
transmiti a los guardias. A ellos los autoriz a que le tomaran una muestra de
ADN y se ofreci a colaborar en cualquier otra pesquisa. Sus huellas tambin
pasaron por los laboratorios de la Guardia Civil, para contrastarlas con algunas
recogidas en los escenarios del crimen. Despus de la detencin de Rosario he
hablado con Miguel Dor sobre ello. Ambos estamos perplejos ante la supuesta
responsabilidad de ella, admiti a los investigadores.

Ese mismo mes, acosado por los medios que buscaban sus palabras y su
imagen con un peculiar desenfreno, El-Omari fue condenado por la Audiencia por
delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros. Le impusieron una pena
de cuatro aos de prisin y una indemnizacin de ms de 25.000 euros para las
vctimas de la trama.

Tras casi dos meses de especulaciones, de supuestas implicaciones de


terceros que habran ayudado a Porto a matar a la nia, o bien a mover su cadver,
el juez puso fin a esos dimes y diretes en el auto por el cual levant el secreto de las
actuaciones. Las gravsimas filtraciones que se han producido en este
procedimiento y que han causado graves perjuicios no afectaron, sin embargo, a
datos objetivos relativos a los indicios que vinculaban a terceras personas, escribi
Tan para situar a quienes a su juicio ya no eran sospechosos. As, no se han
llegado a filtrar los datos telefnicos de los investigados Miguel Dor o Messaoud
El-Omari, ni la identidad del ADN de la camiseta, ni otros datos que los otros tres
investigados como posibles colaboradores, Miguel Dor, Messaoud El-Omari o
Ramiro Cern Jaramillo, han tenido que explicar. El secreto de las actuaciones ha
cumplido plenamente su eficacia, y as, las declaraciones de los investigados y las
comprobaciones efectuadas por la unidad investigadora permiten afirmar con
solvencia que los tres investigados son totalmente ajenos a los hechos objeto de las
presentes.

Como declaracin de intenciones, result perfecta. El instructor cercen en


dos prrafos los temores de dos de los sealados, Dor y El-Omari, que a partir de
ese momento quedaron alejados del foco pblico, aunque cuestionados en sus
mbitos privados. Caso aparte era el de Ramiro Cern, cuyo nombre no haba
trascendido, y que provocara una avalancha de diligencias al lmite del paroxismo.

A fecha de hoy, sealaba el juez, ha tenido entrada la declaracin del ltimo


de los sospechosos ajeno a los dos imputados que era preciso comprobar. A fecha
de hoy, sin retrasar ms, es posible levantar el secreto de sumario, sin que se cause
un grave perjuicio a la causa. Era 19 de noviembre. Unas horas antes agentes del
equipo de investigadores de La Corua, desplazados a Madrid, haban tomado
declaracin a Ramiro Cern Jaramillo en el cuartel de Arroyomolinos. Ramiro era
colombiano y para l acababa de inaugurarse la segunda pesadilla judicial de su
vida. Faltaba un da para que se cumplieran dos meses del asesinato de la pequea
y las sombras de algunos puntos tapaban las certezas obtenidas hasta ese momento
con cientos de horas robadas a las familias y a las vidas privadas.
Captulo VII

VARN 6: EL MALDITO ADN

Jefe, debera ver estos resultados. En la camiseta de la nia hay una


mancha de semen. No es ni del padre ni de los dos hombres que la encontraron. Ya
hemos analizado las colillas, los palillos y el paquete de tabaco de la pista forestal.
El ADN es distinto.

Estamos seguros? Hay que informar al juez de inmediato.

Completamente seguros. Aunque este informe es provisional y est


pendiente an el cotejo en la base de datos de ADN.

Preparad el adelanto y lo enviamos por fax para que le llegue hoy mismo
al instructor.

El teniente coronel de Biologa del Laboratorio Central de Criminalstica de


la Guardia Civil estaba acostumbrado a las sorpresas de los resultados genticos,
pero le extraaba que ninguno de los investigadores de La Corua le hubiera
comentado la posibilidad de un tercer implicado en el crimen de la nia. Repas
con detenimiento las conversaciones que haba mantenido con los agentes en los
ltimos das, desde que empezaron a mandarles muestras, y concluy que estaba
en lo cierto. Nadie le haba hablado de otra persona diferente a los padres. Menos
mal que el caso estaba bajo secreto y ese resultado permanecera oculto de
momento. Los periodistas siempre acababan enterndose de lo que menos
convena para trabajar con calma. Pero hasta que alguien hablara haba margen de
maniobra.
Una hora despus descolg el telfono y marc el nmero del Juzgado
nmero 2 de Santiago. No conoca personalmente a Jos Antonio Vzquez Tan,
aunque su fama de locuaz haba trascendido tambin al hermtico laboratorio.
Estaba en sala, en un juicio, y no pudo atender esa llamada, pero una de las
funcionarias recibi minutos despus el fax urgente enviado desde Madrid y corri
a entregrselo al magistrado.

A las 14.02 del 3 de octubre Tan ley el encabezamiento y sus ojos se fueron
directos hasta el quinto prrafo del primer folio: semen en el cuello de la camiseta.
Y de ah al penltimo prrafo del segundo. Del semen detectado en la camiseta se
ha obtenido una mezcla de perfiles en la que, adems del perfil gentico de la
vctima, est el de un varn que NO COINCIDE con el del padre adoptivo ni con el
obtenido de las colillas, palillos y paquete de tabaco recogidos en la pista forestal
(...). Estos resultados son provisionales pudiendo ser ampliados/modificados por
los ensayos que se tiene previsto realizar hasta la elaboracin del informe
definitivo.

La funcionaria no pudo or la maldicin que murmur el juez que deba


seguir en sala hasta que acabara la vista. Cmo que provisional? Si afirmas algo
as es porque lo tienes claro, joder, pens antes de llamar a los agentes de
Homicidios para contarles la novedad. Los quince aos que el juez llevaba
instruyendo causas le pasaron por delante en sucesin fotogrfica y como otras
veces, no demasiadas, un nudo quiso subir por su estmago. Lo fren, pero supo
con certeza que el caso acababa de complicarse y que deba prepararse para las
consecuencias. El teniente Maceiras, el sargento Marcelo y el cabo Herrero le
dijeron que no perderan ni un segundo y empezaran a investigar esta posible
pista de una tercera persona.

Seis das despus, la noticia salt en un programa matinal de televisin.


Nadie la confirm oficialmente esa maana. Los telfonos del Tribunal Superior de
Justicia gallego se caan; los de prensa de Guardia Civil no dejaban de comunicar, y
Tan, tras cargar por segunda vez su mvil esa tarde, decidi no responder a las
persistentes llamadas. La gestin oficial de esa incmoda informacin fue nefasta.
Mientras la Guardia Civil revelaba con reservas que haba semen y que no era del
padre ni de ningn investigado en el caso (as se descubri que haba otros
objetivos), apelaba a que la informacin no se publicara como versin oficial. Lo de
siempre. La respuesta del TSJ por indicacin del juez result ms ambivalente an.
El Laboratorio de Criminalstica de la Guardia Civil, departamento de ADN, no
dispone todava de resultados respecto de los flujos encontrados en la ropa de la
vctima y en otros escenarios relacionados con el crimen. Es decir, se desconoce el
origen de estos restos, y aada: Una vez contrastados los primeros anlisis
recibidos por el Juzgado de Instruccin nmero 2 de Santiago se comprob que los
resultados no eran concluyentes.

El Departamento de Biologa haba escrito en su informe preliminar la


palabra semen, pero la causa era secreta y, por tanto, no haba manera de contrastar
con solvencia una noticia tan delicada. El juzgado decidi parar ese cicln y orden
que el TSJ gallego omitiera la palabra prohibida (a la larga, los distintos informes le
daran en parte la razn, pero en ese momento se opt por las medias verdades).

La investigacin abri un nuevo camino, con el reloj en contra y con un


objetivo: averiguar de quin era ese ADN y qu papel tena en el crimen de la nia.
Haban contado con ayuda los padres que seguan siendo los principales
sospechosos? La primera parte corresponda a los bilogos de la Guardia Civil; la
segunda, a sus compaeros de La Corua. Unos y otros vivieron das
endemoniados, con presiones y filtraciones continuas, con maniobras
desinformativas y una maraa de suposiciones que los abogados de la defensa no
dejaron de utilizar a su favor, aunque con xito limitado.

Las presiones alcanzaron a los hombres de verde. El personal de laboratorio


recibi insistentes llamadas e indicaciones de sus mandos. La pregunta era siempre
la misma: estis seguros? Pero la nica seguridad era la que arrojaban las pruebas
cientficas, pese a la incongruencia de ese resultado.

El laboratorio de ADN tena un trabajo complejsimo y prioritario por


delante, al que dedicaron casi un mes solo para elaborar el primer informe, entre el
30 de septiembre y el 25 de octubre. En cuarenta y seis pginas los agentes
expusieron todos los indicios/muestras recibidos que haban sido recogidos en el
escenario del crimen y en los registros realizados hasta ese momento. Los
fragmentos de cuerdas y el rollo hallado en la casa de Teo, un paquete de tabaco
vaco, palillos, colillas de cigarrillo; dos cuchillos con mango de madera
encontrados en un bao y en un aseo; los objetos de la papelera (manojo de papel
de color blanco, cilindro de cartn de rollo de papel, manojo de papel blanco,
mascarilla blanca 3M con goma amarilla), uas y muestras, bragas, camiseta de
color blanco marca Fruit of the Loom con inscripcin Alguien que me quiere
mucho me trajo esta camiseta de Sanlcar de Barrameda, que llevaba la pequea;
su pantaln de chndal gris oscuro de Benetton y su chaqueta de chndal a juego,
varios trozos de tela de color azul claro recortados de un cojn hallado en el
maletero del Mercedes, un recorte de moqueta de color negro del maletero, un
recorte de un cojn con estampado de Teo, la parte superior e inferior de un bikini
multicolor de la talla 42 hallado en Doctor Teixeiro, una almohada beige en el saln
de ese mismo piso con un pelo, un jersey y un vestido de color azul oscuro marca
Lan Andrius (el que llevaba puesto Rosario), un vestido de color negro, marca
Phase Eight, que vesta la mujer el da del registro en su casa (jueves). Y a esa
largusima lista se sumaban todas las muestras recogidas en los coches y la
vivienda de Teo.

Los funcionarios encontraron tres perfiles de mujer y seis de hombre. Ellas


eran Asunta y su madre, adems de una tercera sin identificar. Los varones eran
Alfonso Basterra, Alfredo Balsa y Jos lvarez (los dos individuos que se toparon
con el cadver), Miguel Dor (el empresario/novio), un varn sin identificar y el
denominado varn 6, Ramiro Cern Jaramillo, de quien segn ese informe se hall
semen y otros restos orgnicos en la camiseta de Asunta. La base de datos lo tena
fichado. Era un colombiano que viva en Madrid y haba estado un mes en prisin
durante el verano, tras ser detenido por agresin sexual el 14 de julio. Pareca una
locura, pero ese era el resultado cientfico.

Con un nombre y un rostro de resea policial, los agentes acudieron al juez,


que orden investigar hasta la partida de bautismo del sospechoso. Haba que
determinar dnde estaba Ramiro Cern la tarde noche del crimen y reconstruir sus
ltimos meses. Su nmero de telfono, sus cuentas bancarias, el saldo de su tarjeta
de crdito y los establecimientos donde la haba usado, los mviles a los que haba
llamado entre el 21 y el 23 de septiembre, la identidad de las personas con las que
se comunic, las posibles cmaras de seguridad que hubieran grabado sus pasos...
Nada se dej al azar. Estaban ante un sicario que haba cobrado? Qu relacin
guardaba con los padres encarcelados? Y con la nia? Las primeras
averiguaciones negaban todas esas preguntas. El saldo medio del ltimo trimestre
de 2012 del colombiano era de 11,60 euros y el 31 de diciembre su cuenta estaba
tiritando: 1,52 euros. Sus llamadas eran tan pocas que se podan comprobar en
unos minutos y en ellas no apareca ninguna relacin con el caso ni con hechos
delictivos.

El 12 de noviembre el juez apremia a la Guardia Civil para que le enve el


informe definitivo o indique las causas de por qu no lo ha hecho, pero lo cierto es
que ese documento exhaustivo, metdico y clarificador (en el que se analizaron
decenas de vestigios) haba sido redactado el 7 de noviembre y enviado a la Polica
Judicial de La Corua al da siguiente. En el mismo, se incluan los elementos para
meter a Jaramillo en la causa. El cotejo definitivo de la muestra con la base de datos
de ADN INT-SAIP se hizo el 31 de octubre y result positivo. Se informa de la
coincidencia de perfiles genticos con otros hechos delictivos. El llamado
MATCH n. 1449/13 conclua que el semen hallado en las muestras de la camiseta
de la nia perteneca al mismo individuo que ya estaba en la base de datos por un
supuesto delito de agresin sexual, hallado en un preservativo analizado en ese
laboratorio y cotejado con el perfil gentico indubitado de Jaramillo. La muestra de
la agresin, cometida en Arroyomolinos, lleg el 18 de julio y el estudio de Biologa
se inici el 4 de septiembre, mientras que el de la nia lleg el 29 de septiembre y
empez al da siguiente.

Ante la proximidad temporal en el procesamiento en ambos casos y lo


excepcional que resultaba la aparicin del semen de dicha persona en la camiseta,
los especialistas se plantearon dos hiptesis: una, que el semen estuviera en la
prenda antes de que esta llegara al laboratorio, y dos, que se transfiriera de forma
accidental en el propio laboratorio. Varios especialistas de ese departamento, tras
repetir los anlisis, llegaron a la conclusin de que no haba evidencias de una
transferencia.

El juez maldijo este resultado que saba viciado, pero deba demostrarse. Le
enfadaba por encima de todo el esfuerzo que habra que dedicar a probar lo que l
y sus investigadores tenan claro y el retraso que acarreara a la instruccin, por no
hablar de la comidilla que supona para los periodistas y, por tanto, para las miles
de personas que devoraban el caso como si fuera un folletn por entregas.

El 18 de noviembre, Ramiro, de veintin aos, estaba a punto de vestirse


para ir a trabajar en su casa de Arroyomolinos cuando llamaron al timbre. Estaba
ilusionado con su nuevo empleo en una panadera. Ya llevaba dos semanas y todo
marchaba sin contratiempos. Segua muy preocupado por la dichosa imputacin
de agresin sexual, aunque su abogada le deca que se iba a aclarar y que el juez
concluira que nunca existi tal violacin.

Es usted Ramiro Cern Jaramillo? Abra la puerta. Somos guardias civiles


de La Corua.

Ramiro empez a temblar y a punto estuvo de carsele el telefonillo de las


manos. Se dirigi a la puerta en pijama, con el corazn en la boca. La denuncia, el
calabozo, la crcel, todos los recuerdos del pasado verano le taladraron la cabeza.
Al abrir vio a tres agentes de paisano ante l.
Est tranquilo. Tenemos que hablar con usted y aclarar algunas cosas de
un caso que estamos investigando.

Conmigo, perdonen, creo que se han confundido. No he estado nunca en


La Corua... De qu se trata?

Aqu no se lo podemos contar. Tiene que acompaarnos. Su NIE es el...?


le pregunt el que pareca ser el jefe.

S, pero no s a qu se refiere, seor agente.

Ramiro, en pijama an, los invit a pasar tratando de controlar las lgrimas
que amenazaban con escaparse en breve. Les pregunt si poda llamar a su
hermana Marln, que estaba en el trabajo y era la que se ocupaba de todo. Los
guardias le dieron tiempo para vestirse y le pidieron que recogiera su
documentacin, su cartera y sus llaves. Un coche esperaba en el aparcamiento del
edificio.

Tiene usted que acompaarnos al cuartel de Arroyomolinos con su


documentacin. All le explicaremos... Tiene recibos del telfono fijo? Y los
papeles del proceso en el que est incurso?

El joven no atinaba ni a coger las llaves y les emplaz a hablar con su


hermana, la jefa de esa familia. Llam a Marln, que estaba en su trabajo en el
BBVA de Fuenlabrada, le explic la situacin y le pidi que fuera al cuartel.

Los tres agentes y Ramiro se dirigieron al aparcamiento. Al joven le


sorprendi que supieran cul era la plaza de garaje de su hermana. Salieron con
absoluta discrecin, delante los escoltaba otro coche camuflado con ms agentes, y
ese numeroso grupo no hizo sino aumentar su angustia.

Tiene usted abogado? Si no, se le facilitar uno de oficio antes de empezar


a declarar.

Ramiro recuerda que no le sostenan las piernas. Le llam la atencin el


exquisito trato y la educacin de los funcionarios que se afanaban en calmarlo y le
reiteraban que solo iban a aclarar unas fechas. Deba de ser un error, pero le
aterrorizaba la idea y no entenda nada. Se le pas por la cabeza que la mujer que
lo haba acusado de violarla aquella maldita noche estuviera detrs, aunque el
guardia haba dicho algo de La Corua y de una nia. Se acomod en el asiento del
coche camuflado y se concentr en qu le dira a su hermana y sobre todo a Diana.
Ella le haba dado otra oportunidad, ya tenan los trajes de la boda... y ahora esto.
Si su jefe se enteraba, lo despedira... Una punta de acero le perforaba las sienes.
Notaba el sudor fro empapndole la camiseta por debajo de la cazadora. Solo se le
ocurri morderse la parte derecha del labio inferior hasta hacerlo sangrar.

A las diez en punto del 18 de noviembre el colombiano estaba entregando su


NIE en el cuartel de Arroyomolinos. Le acompaaban el sargento Marcelo y el cabo
Herrero, vestidos de paisano y llegados en el primer vuelo de La Corua. Pidieron
a sus compaeros que les habilitaran una sala para poder interrogar sin darles
explicaciones del caso (an bajo secreto). Lo hicieron pasar a un despacho mientras
su hermana Marln aguardaba fuera con la cara desencajada. El sargento tecle sus
datos en la diligencia de lectura de derechos. Eran las 10.30.

Se le informa por la presente de que ha sido imputado por su presunta


participacin en un delito de asesinato le dijo el agente que escriba usando la
locucin formal de un interrogatorio policial.

Agente, no puede ser, no puede ser, es un error, yo no he matado a nadie.


Por favor, tiene que creerme...

El sargento le ley sus derechos. Saba que no era la primera vez. Saba que
Jaramillo haba pasado un mes en prisin haca muy poco tiempo, que pesaba
sobre l una gravsima acusacin por un delito contra la libertad sexual, pero lo
miraba y le costaba creer a la vista de todo lo que haban averiguado en el ltimo
mes y medio que ese chico con cara aniada que tena sentado enfrente hubiera
participado en la muerte de la pequea. No se dejaba llevar por la imagen ni el
comportamiento del tal Ramiro, sino por los fragmentos que haban ido
encontrando y recomponiendo desde el crimen y que de ninguna manera casaban
con ese hombre que tenan ante s. Herrero lo miraba sin despegar los labios, pero
con la elocuencia y la complicidad del trabajo compartido durante mucho tiempo.
La imagen de la nia tumbada en la pista con el estmago al aire segua
impidindoles dormir ms de tres horas seguidas.

Ramiro no puso ninguna objecin a declarar y pidi un abogado de oficio.


Su letrada, Paloma Zuloaga, que le representaba en la causa de agresin sexual, no
haba llegado por una cita mdica. Tena consulta con el dentista. A las 12.59, tras
una de las esperas ms largas y tensas de su vida, ante los dos guardias y una
abogada que le acababan de presentar, Mara Jess Lpez, el hombre que estaba
ilusionado con su boda y su nuevo empleo empez a hablar. Una batera de
preguntas a las que dio respuesta en menos de una hora. En ningn momento fue
detenido, aunque l as se sinti, interrogado una y otra vez sobre lo mismo y
obligado a recordar la noche del 14 de julio, en la que bebi sin control y acab
encamado con esa chica aprovechando que no estaba su hermana. Cara le cost la
jarana. Jams olvidara el mes pasado entre rejas... y lo que quedaba por venir.

Detall a los guardias su llegada a Madrid en agosto de 2007, los aos que
vivi en Aluche, la mudanza a Arroyomolinos con su hermana, los veranos que
haba salido de la capital para ir de vacaciones a Valencia y a Barcelona, donde
decida su hermana Marln, jams a Galicia, jams a Santiago. Y este verano, nada,
por todo lo que haba ocurrido, incluida la crcel. Explic lo que recordaba del
sbado 21 de septiembre, el da que le dijeron que haba muerto esa nia, ahora
saba, lo haba visto en televisin aunque no haba prestado atencin a las
imgenes de sus padres, a los que vio correr y taparse la cara, rodeados de
periodistas y curiosos. Ah los tena: sus rostros y sus gestos, encima de la mesa, en
dos fotografas de color, no poda comprender cmo haban sido capaces de matar
a su propia hija. Le parecieron dos personas normales, aunque, pensndolo bien,
tambin en Cali haba conocido a gente normal que luego result ser otra cosa. Por
eso dej Colombia; por eso y porque all no tena ningn futuro.

Durante la agresin sexual que se le imputa, fue recogida alguna muestra


de semen suya? pregunt el sargento.

S, agente. Cogieron un preservativo que estaba en la papelera de mi


habitacin cuando registraron la casa. Yo mismo les dije dnde estaba.

Le tomaron muestras de saliva de la boca?

S, me hicieron esa prueba aqu mismo, en este puesto de Arroyomolinos.

A consecuencia de esa agresin sexual, fue usted trasladado en algn


momento al Laboratorio de Criminalstica de la Guardia Civil? inquiri de nuevo
el agente.

No.

Es usted donante de semen?

No.
Algunas preguntas le resultaban fciles de responder. Ni siquiera tena que
pensar, pero otras... era imposible acordarse con exactitud de lo que hizo ese
sbado, seguramente habra estado con Diana en Xanad, Isla Azul o algn otro
centro comercial, como muchos sbados. Crea que ese en concreto estuvieron en el
de Prncipe Po y luego fueron a la casa de los padres de Diana, en el barrio del
Lucero. Ella andaba siempre con el mvil haciendo fotos, aunque l tena alergia a
verse la cara; no haba forma de que recordara a quin llam... Por ms que lo
intentaba no era capaz de precisar todo eso. S reconoci los nmeros de telfono
por los que le preguntaron los funcionarios, el de su hermana, el de su novia, su
excuado y la madre de un compaero de celda a la que llam un par de veces
para interesarse por el preso.

Qu explicacin puede dar a que haya aparecido una mancha de su


semen en la camiseta de una nia que apareci muerta en la localidad de Teo (La
Corua)?

No lo s, tiene que ser debido a un error, agente.

Su hermana Marln Alzate Cern ocup ese mismo despacho minutos antes
de las cinco de la tarde. Su sangre y sus races son colombianas, pero quince aos
de exilio laboral y un hijo madrileo han acabado por arraigarla en Espaa. Est
satisfecha con su trabajo en el BBVA de Fuenlabrada y encantada con sus
compaeros y con su jefa. Por edad y posicin ejerce de cabeza de familia en la casa
que comparte con su hijo de cuatro aos, su hermano Ramiro y desde julio con la
prometida de este, Diana, con la que estaba a punto de casarse.

Marln asegur a los agentes que Ramiro apenas sala de casa desde que lo
acusaron de violacin y se extendi en los detalles de lo que haban hecho el da en
que asesinaron a Asunta, porque los investigadores ya le haban informado de lo
importante que era aportar cualquier documentacin que justificara sus pasos. Esa
maana, los cuatro acudieron a recoger un traje de novio a El Corte Ingls del
centro comercial Xanad en Arroyomolinos. Guardaba la factura que ella haba
pagado con su tarjeta de crdito antes de los arreglos. Comieron juntos y la pareja
de novios se llev a su sobrino a pasar la tarde; regresaron con el pequeo despus
de las once de la noche y ella se enfad con los novios porque su expareja, padre
del nio, haba llamado y no haba podido hablar con el cro.

Al da siguiente, los tres pasaron todo el da juntos, en un piso de su


propiedad en Madrid, donde estuvieron limpiando y bajaron muebles que retir el
Ayuntamiento. Nunca ninguno de los tres haba estado en Galicia, insisti la mujer
una y otra vez. Marln estaba segura de que en septiembre su hermano no haba
salido de Madrid, porque tena que firmar los das 1 y 15 de cada mes en los
juzgados de Navalcarnero. Sin pasaporte, controlado y asustado por las
consecuencias de su imputacin en una violacin, el chico apenas sala de casa.

Cuando termin, le toc el turno a Diana Carolina Montesdeoca, la novia de


Ramiro desde haca cuatro aos, que soaba ya con convertirse en su esposa. Ella
se refiri a la foto de Facebook que subi a la red social ese mismo da. Su versin
coincida con la de Marln, aunque se explay en detalles sobre lo que la pareja y
su pequeo hicieron esa tarde. Estuvieron en el centro comercial Prncipe Po con
su hermana y su sobrino, se fueron al centro de Madrid y tomaron un helado en
Sol; ms tarde pasearon por la Plaza Mayor, cenaron con los padres de ella en el
barrio del Lucero y cogieron el autobs hacia Arroyomolinos. Ella se compr el
traje de novia el mismo da que Ramiro y conservaba el ticket en su casa.

Las dos llamadas de telfono que se hicieron los novios esa tarde pese a estar
juntos, segn su testimonio, tenan una explicacin: comprobar si el telfono de
Ramiro (que estaba en pleno trmite de cambio de compaa) tena cobertura. Las
defensas de Porto y Basterra cuestionaran ms tarde esa versin.

La guerra abierta entre el laboratorio y el juez no vivi tregua, con captulos


formales pero reveladoramente aspticos, por escrito, y otros que solo conocen los
protagonistas, los telfonos oficiales y las charlas a media voz. El 22 de noviembre,
el laboratorio enva un fax a Tan con un elocuente ttulo en el asunto: Sobre
reiteracin informe pericial. En ese escrito el jefe del Departamento de Biologa es
directo: Consecuente con su escrito de la referencia, en el que se reiteraba la
confeccin del informe pericial nmero 13/11526-02/BI, se comunica que el mismo
fue confeccionado por especialistas de este Departamento y remitido a Unidad
Orgnica de Polica Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de La Corua
el da 8 de noviembre de 2013. Catorce das antes y Tan no tena el informe? Si lo
tena, l lo negaba... Lo cierto es que ese informe lleva fecha de salida de 7 de
noviembre, con todos los detalles de los perfiles genticos hallados, los indicios
analizados y tres anexos, uno de ellos el referido a Jaramillo, en el que se
descartaba que la muestra se hubiera contaminado.

Casi un mes despus de su primera declaracin en el cuartel de


Arroyomolinos, ya sin trabajo y con un horizonte nublado ante sus ojos, Ramiro
declar como imputado ante el juez Tan desde los juzgados de Navalcarnero. Una
videoconferencia en la que a los problemas tcnicos y la tensin por la grave
acusacin de asesinato se sum la estrategia de las defensas, que no concedieron
respiro al colombiano. Haban preparado con exhaustividad un incisivo
interrogatorio en el que varias fotografas, el borrado de las cmaras de seguridad
de un centro comercial, prctica habitual, y sus antecedentes del verano sirvieron
de pretexto perfecto. La letrada elegida por Jaramillo, Paloma Zuloaga, a la que
varios participantes en el procedimiento llegaron a cuestionar en privado que fuera
abogada, no contribuy a calmar las sospechas con su comportamiento ante el juez.

Si hubiera seguido defendindome ella, creo que habra acabado preso,


concedera ms tarde el joven. Ramiro sigui siendo sospechoso mientras
preparaba con amargura su boda con Diana Montesdeoca. El 24 de enero se
casaron. Su hermana, su gran apoyo, no pudo asistir a la ceremonia. A la misma
hora en la que la pareja se daba el s quiero, ella tuvo que rememorar ante el juez
cada paso dado el da del crimen de Asunta, en una sala de los juzgados de
Fontias, a ms de 600 kilmetros. El procedimiento estaba desgastndola da a
da. Haba tenido que someterse a terapia psicolgica, incapaz de soportar tanta
presin.

Para entonces, Jaramillo haba cambiado de abogado, cansado de las


estridencias de su letrada. A principios de ao, Alberto A. Martn Garca se hizo
cargo de su defensa, si bien la entrega de la venia fue, como casi todo en esta
imputacin, un dislate. Zuloaga segua manteniendo que llevaba el caso, pese a
que el nuevo letrado ya haba presentado su escrito en el juzgado. La intensidad
del foco periodstico y las cmaras presentes en cada trmite conocido o
aventurado contribuyeron a caldear este cambio de papeles.

Martn breg a fondo desde el primer da y present una batera de pruebas


de descargo para neutralizar a los defensores de Porto y Basterra. Entre enero y
marzo removi cada papel y cada testimonio que estuvo a su alcance para tratar de
demostrar la inocencia de su cliente. Al cabo de una semana de su personacin
pidi que declararan dos personas que hasta el momento no haban aparecido: el
dueo del restaurante La Tranquera, donde Jaramillo aseguraba que haba cenado
la noche del crimen con su hermana, su novia, su sobrino y una amiga de la
familia, tambin colombiana. Un da despus, aport al procedimiento una copia
de la factura de esa cena y el recibo del pago con tarjeta de crdito, as como cinco
fotografas que fueron tomadas por la hermana de Ramiro y que esa misma noche,
declar ella, colg en su cuenta de Facebook. Puso adems a disposicin del
instructor la posibilidad de que se volcara esta cuenta para verificarla y entreg el
telfono de Marln Cern con el fin de que lo examinara un perito.

El designado fue scar J. Ponte, de la Xunta de Galicia, quien el 19 de


febrero concluy su estudio diciendo que no haba encontrado ningn indicio de
que las controvertidas fotografas (cuestionadas en varios recursos por las
defensas) no hubieran sido tomadas el 21 de septiembre. El registro digital
indicaba que tanto en los datos de las fotos, como en los de la carpeta que las
contenan figuraba como fecha de creacin el 21 de septiembre, y dichas fotos
fueron subidas a Facebook el mismo da. La fecha de creacin y de la carpeta
podan ser modificadas con conocimientos medios altos de informtica y el
programa adecuado, unas caractersticas que no cumpla la hermana de Ramiro; en
cambio, la fecha de subida a la red social no se poda variar. El abogado del
colombiano respir al conocer este informe y pens que la desimputacin de su
cliente estaba muy cercana. Das despus, comprob que no era tan sencillo.

El captulo de desencuentros entre el juez y los letrados de las defensas


acab salpicando tambin al abogado recin incorporado, Alberto Martn. El
letrado de Porto present un escrito para que el juez confirmara si haba mantenido
una entrevista privada con la defensa de Jaramillo; la de Basterra se refera a otra
supuesta cita entre Tan y la madre de una menor que quera declarar. El enfado
del magistrado qued patente en un auto. Las partes son perfectamente
conocedoras de que cualquier profesional que desee efectuar alguna consulta sin
entrar en el fondo del asunto es accesiblemente recibido por este juez, y as
recordaba a Beln Hospido, con la que se entrevist el mismo da en que orden la
prisin de los padres; con ella y con Aranguren, una semana despus, y que una
compaera de despacho de Hospido tambin le consult varias cuestiones a las
puertas de su despacho en enero.

Los escritos presentados tienen por finalidad enturbiar el procedimiento


vertiendo insidiosas insinuaciones de que se efectan trmites procesales al
margen de las partes, de las leyes y de las formas, seal el juez. Si algo no
consta en el procedimiento es porque no existe. Y lo que digan los medios de
comunicacin no es parte del sumario, zanj, alegando que los letrados actuaban
con notoria mala fe. No seran las nicas desavenencias y cruces de palabras en
los escritos durante los siguientes meses.

Los das 24 y 25 de marzo el Juzgado de Instruccin nmero 2 de Santiago


rebos de actividad. En esas jornadas siete testigos declararon por
videoconferencia desde Madrid, a lo que se sum el testimonio en dependencias
judiciales del perito informtico de la Xunta. Todos tenan algo que aportar
respecto al conocido como hombre del semen. Cinco agentes del Laboratorio de
Criminalstica explicaron cmo haban hecho los anlisis biolgicos, cmo
encontraron el perfil gentico de Ramiro Cern y las razones por las que ellos
crean que los recortes de la camiseta de Asunta no se haban contaminado en su
sala de anlisis. El dueo del restaurante de la cena, que aport la factura original
de esas consumiciones, y la amiga que pas la velada con la familia completaron la
tanda.

A finales de marzo, Jaramillo segua imputado. Su abogado pidi el


sobreseimiento y, por tanto, la desimputacin el ltimo da de ese mes, con una
ristra de argumentos en los que repasaba todas las vicisitudes de los meses
anteriores. Solo existe una circunstancia que ha motivado esta imputacin, el
informe del Laboratorio de Criminalstica de la Guardia Civil, que deca haber
encontrado restos de semen en la camiseta de la nia fallecida, comenzaba. Y
calificaba el hecho como un verso suelto en el conjunto de la investigacin.
Ramiro, sostiene el escrito, no tiene vinculacin con ninguno de los hechos del
sumario ni conexin con ningn testimonio de la instruccin, ni con ningn
informe pericial, ni relacin subjetiva con la nia o con su familia ni, por supuesto,
con los padres, principales imputados que se encuentran en prisin.

El letrado desgran uno a uno los detalles de la investigacin, argumentos


que, en parte, hara suyos el juez un par de das despus, pero con mayor
exhaustividad. Los meses de pesquisas y las numerossimas diligencias llevadas a
cabo hasta el hartazgo tenan que aparecer como evidencia de que su cliente no
guardaba relacin con el caso. Se bas en ocho puntos: el posicionamiento de su
telfono, su situacin econmica, su contexto familiar y social, lo que hizo la tarde
del crimen, los testimonios de quienes le acompaaron esa noche, as como el del
dueo del restaurante donde cen en Madrid; el informe encargado por el juez
sobre las fotografas colgadas en Facebook de esa cena y acab con el controvertido
informe de la Guardia Civil.

El telfono de Ramiro Cern lo situaba en Madrid, igual que el de su novia,


en esos das. Su situacin econmica, investigada del derecho y del revs, segua
siendo igual de precaria antes y despus del crimen. Viva con su hermana y con
su novia, con la que iba a contraer matrimonio, y sus amigos y conocidos eran los
propios y normales de la persona que reside sin mayor relevancia ni sobresaltos,
en palabras del letrado.
La proyectada boda con Diana Montesdeoca tena su importancia, dado que
ya en septiembre haban recogido los trajes en El Corte Ingls. El de l lo pag su
hermana Marln. Los empleados tuvieron que declarar ante el juez, que
recordaban la recogida e incluso el peculiar color del mismo. El da del crimen
estuvo con su familia a la hora de comer en casa de la hermana y esa noche salieron
los tres junto con su sobrino y una amiga a cenar al restaurante colombiano La
Tranquera. Se haba aportado la comanda de la cena, y durante la misma, en la que
el tema principal de conversacin fue el futuro enlace, tomaron fotografas en las
que aparece Ramiro; se las intercambiaron y su hermana las incluy aquella misma
noche en su perfil de Facebook. Un perito haba certificado que los metadatos
correspondan en da y hora a esa noche, que no haba encontrado ningn
elemento sobre una posible manipulacin de los mismos y que para llevar a cabo
tal alteracin hacan falta importantes conocimientos informticos de los que
careca Marln Alzate, la hermana de Ramiro.

El letrado dej constancia de las declaraciones de las otras tres personas que
participaron en esa cita, cuyo relato coincida en lo esencial, as como el del dueo
del restaurante, quien reconoci su negocio en las fotos y aport la factura original
idntica a la copia que ya constaba en el procedimiento. Asimismo reconoci la
letra del camarero que trabaj esa noche.

El escrito haca especial hincapi, como no poda ser de otra forma, en el


informe de Criminalstica de la Guardia Civil y en los pormenores que sealaban a
Jaramillo. Destacaba los siguientes puntos: no existe conexin entre ese informe del
semen con el resto de pruebas; tampoco de Ramiro con el lugar ni con la nia. El
anlisis de un preservativo utilizado por l y de la camiseta de la cra en el mismo
lugar y casi al mismo tiempo justifican sobradamente la aparicin sobrevenida,
sorprendente y, sin duda, posterior de las supuestas manchas de semen. La
conclusin de la defensa era que se produjo una contaminacin en el laboratorio
probablemente casual o accidental, de la que no se percataron los agentes. Con
todos esos datos, se peda el sobreseimiento de la causa con respecto al
colombiano.

Dos das despus, Tan dictaba un completo auto de trece pginas, dndole
la razn a la defensa de Jaramillo, en el que acord el archivo definitivo contra l,
aunque esa decisin no era firme y las partes presentaron recursos de inmediato.
Mantener la imputacin del investigado es una palmaria injusticia que afecta a sus
derechos y que ha de ser corregida de inmediato. Y dado que los nicos indicios
que aparecan en la causa de cargo han resultado inciertos, el archivo a acordar ha
de ser definitivo. Con esta rotundidad pona el juez fin a la locura judicial de
Ramiro Cern Jaramillo. El magistrado destrip uno a uno los indicios inciertos
y carg contra la estrategia de las defensas.

El informe de ADN y sus aclaraciones permiten afirmar la posibilidad,


incluso identificarla, de contaminacin de la muestra 11 y 15 de la camiseta de la
vctima con semen de Jaramillo, sin que ello suponga menoscabo alguno del
informe tcnico pericial. El juez pona en valor el trabajo de la Guardia Civil, no
solo por conviccin, sino porque sus conclusiones cientficas constituan un
elemento indispensable de cara al juicio y a la implicacin de los padres.

Es precisamente el cuidadoso mtodo, la meticulosidad del laboratorio y la


alta preparacin de sus tcnicos, lo que nos ha permitido conocer qu personal ha
efectuado cada recorte, identificando a un agente como comn a los cortes de
preservativo y muestras contaminadas. Identificar las tijeras de los diferentes
cortes, lo que ha permitido conocer la coincidencia de la tijera en el corte del
preservativo y las muestras contaminadas. Incluso el propio laboratorio considera
extrao que dichas muestras no sean contiguas y aparezcan el segundo da, y que
dicho ADN aparezca siempre como mezcla, y no como nico.

A continuacin Tan contrapona los elementos objetivos comprobados sobre


el colombiano algunos imposibles de manipular por el imputado y su entorno,
como son los posicionamientos telefnicos, pago telemtico, comanda de una cena,
fecha de Facebook, y otros que examinados no han sido manipulados, como son los
metadatos de cinco fotografas, y diferentes testificales que indican que Ramiro
Cern Jaramillo estaba en Madrid, confirmando que la sospecha de contaminacin
es cierta.

El instructor desbroz los complejos informes tcnicos de ADN partiendo de


una base: las pruebas genticas aportan datos, no interpretacin de los mismos.
Esos resultados hay que ponerlos en relacin con el resto del acervo probatorio y la
interpretacin ha de hacerse desde la lgica. El ejemplo era evidente. En el informe
oficial se afirma que uno de los recortes de la camiseta de la nia contiene ADN de
un guardia civil (un agente del laboratorio). No se correspondera con la lgica
imputar al mismo el fallecimiento de Asunta, como no se ha hecho.

Su criterio es que era una equivocacin pedir a los funcionarios que


afirmaran haber contaminado la muestra o haber incurrido en error. Cuestionar
sus mtodos es errneo. Son acertados. Pero como ellos han afirmado tambin
hasta la saciedad, pueden afirmar que en dos recortes de la camiseta hay semen, no
pueden indicar ni cmo ni cundo lleg all. Eso ha de ser labor interpretativa,
teniendo en cuenta todos los elementos que constan en la causa, y los agentes del
laboratorio no tienen todos los elementos, solo una parte, por lo que no pueden
extraer conclusiones. Este instructor, desde la perspectiva de todo el acervo que
consta en la causa, s.

El juez se emple a fondo para salvar el trabajo de la Guardia Civil, cuyos


tcnicos del laboratorio haban realizado dos informes para evaluar las
posibilidades de contaminacin. Pero existen una serie de elementos que no
pueden tomar en consideracin: no pueden analizar los recortes de la camiseta de
Asunta, porque se han destruido. No pueden analizar el material utilizado porque
ha sido objeto de una limpieza general. No pueden analizar las condiciones del
laboratorio porque han variado como consecuencia de una limpieza programada.
Por ello, ninguno de los elementos objetivos que podran acreditar la
contaminacin siguen existiendo, porque o bien han sido destruidos, o bien han
sido limpiados meticulosamente. Por eso indican los tcnicos que no disponen de
ningn elemento objetivo. Pero el elemento objetivo para acreditar que se trata de
una contaminacin ya consta en la causa.

Y de nuevo volvi a enumerar lo que se haba averiguado tras meses de


investigaciones: el posicionamiento del telfono de Ramiro y su entonces novia en
Madrid el da de los hechos. La recogida de un traje de novio por el imputado y su
hermana en Madrid. Un pago telemtico de una cena que hizo su hermana el da
de autos a la misma hora. La comanda de esa cena para cinco personas. Cinco
fotografas tomadas en esa cena en las que se ve claramente al imputado en Madrid
el da de los hechos. El envo de dichas fotos a Facebook esa noche. No se ha
apreciado ningn indicio que relacione a Ramiro Cern Jaramillo con la asfixia de
Asunta. No existe conexin alguna entre Ramiro Cern Jaramillo y la cuerda con la
que se at a la menor, sealaba el juez.

El imputado aada no tuvo la ms mnima relacin con la ingesta


forzada de Orfidal por parte de Asunta, ingesta directamente relacionada como
instrumento con su fallecimiento. La vctima estaba con Alfonso Basterra y
Rosario Porto cuando se produjo esa ingesta. El imputado ayud a su hermana a
reciclar, a travs de los servicios municipales, unos muebles en Madrid el da 22 de
septiembre. La acusacin vertida contra l es contraria a la realidad.

El colombiano y su abogado saban que los contrarios no se conformaran


pero confiaban en que la Audiencia de La Corua les diera la razn. Hasta ahora
la sala ha refrendado todas las decisiones del instructor, recordaba Alberto Martn
a su cliente, y en esa espera se mantenan a las puertas de Semana Santa y del fin
de la instruccin.

Las defensas no fueron las nicas dispuestas a que el colombiano continuara


imputado. Tanto el fiscal como la acusacin, representada por la Asociacin Clara
Campoamor, queran ms y ms pruebas, una reiteracin que result extenuante.
No porque creyeran culpable a Jaramillo, sino para aportar todos los elementos
posibles a quienes tendran que juzgar el caso en su da. Las defensas pueden
ofrecer una lectura distinta de las diligencias practicadas. Y resulta verosmil que
en juicio oral, ante quienes van a juzgar este asunto, sigan una lnea que en esencia
consista en decir yo no he sido, ha sido otro, argument Fernndez de
Arnguiz. Ambas partes queran que declarara el camarero que atendi a la familia
colombiana en la cena y que se aportara otra pericial de contraste sobre los restos
de semen.

El juez dej pasar la Semana Santa para responder a los recursos. Y en lo que
ya era una costumbre dict cuatro autos el primer da lectivo. Tan no disimul su
enfado en otro de sus autos de esos das. Muchas de las diligencias que se estn
practicando son superfluas e innecesarias. Lo nico que se est generando es
confusin puesto que no existe mejor forma de ocultar una verdad palmaria que
esconderla entre otras muchas verdades (). Es imposible que un camarero pueda
recordar aspectos concretos de una cena de las miles que sirve, seis meses
despus, arga el juez. Se est redundando en pruebas innecesarias y estriles
que no aportan ms que confusin, dilacin y gasto.

Los letrados de la Asociacin Clara Campoamor no se quedaron atrs y no


solo se sumaron con entusiasmo a las tesis del fiscal, sino que encargaron por su
cuenta otro informe pericial sobre las hiptesis de contaminacin de la camiseta a
dos profesores de la Universidad de A Corua, un especialista en Gentica y otra
en Qumica Analtica. A finales de abril entregaron sus conclusiones, basadas no en
el anlisis de las muestras, sino en los dos informes previos realizados por la
Guardia Civil.

Los dos expertos sealaron que en cualquier laboratorio de anlisis puede


producirse contaminacin; que la mancha de la controversia no era semen sino otro
tipo de fluido orgnico, dado que de las diecisiete muestras recortadas y analizadas
solo dos dieron positivo, con certeza, a semen. Lo verosmil, segn ellos, es que
llegara a esos dos fragmentos por una errnea manipulacin en el laboratorio. A su
juicio, haba numerosos indicios para concluir que s se produjo una contaminacin
puntual, una transferencia de semen que solo afect a dos de los diecisiete recortes.

No podemos especificar exactamente en qu fase del anlisis realizado por


la Guardia Civil se produjo dicha contaminacin puntual (...), pero queda claro que
existen varias vas que podran causarla (tijeras, micropipetas, reactivos...).
Ratificaron sus conclusiones ante el juez en el mes de mayo. La sala tambin
escuch el ansiado testimonio del camarero del restaurante en el que cenaron los
Jaramillo. Tal y como pensaba Tan, el testigo no pudo recordar si los atendi esa
noche. Ni siquiera eran clientes habituales. Qued esa pequea baza para las
defensas que la Audiencia de Santiago no tom en consideracin para su veredicto.

La travesa de impotencia, miedo y estupefaccin acab para Ramiro Cern


Jaramillo el 13 de junio. Ese da la Audiencia de Santiago escribi el punto final de
su historia en relacin con un crimen de una nia desconocida. Tres magistrados
desestimaron los ltimos recursos a los que se haban aferrado los abogados de
Porto y Basterra contra el archivo dictado por Tan el 2 de abril y confirmado el 22
de ese mismo mes. El nico hecho investigado es la muerte de la menor,
sentenci la sala, cuyos magistrados recordaron que la imputacin persista para la
pareja acusada, que eran quienes haban recurrido y quienes pretendan mantener
la doble posicin de acusacin y defensa, una excepcionalidad recogida por el
Tribunal Supremo, que no era extensiva a este caso.

Alberto Martn, el abogado de Ramiro, le llam en cuanto le notificaron el


auto. No entr en tecnicismos jurdicos. Solo le dijo: Se acab, Ramiro. Este es el
final. El joven estaba en casa de unos amigos en Valdemoro. Cogi el autobs y
temblando iba escuchando lo que le contaba su letrado, en quien tena una fe ciega.
Estaba en Valdemoro y me llam mi abogado. Me dijo que me haban
desimputado, que era firme. Llam a mi hermana, a mi mujer, a la gente que me ha
apoyado. Estoy muy contento, mi mujer tambin, cont Jaramillo un par de das
despus. Mi hermana sigue muy mal. Yo lo supe llevar, saba que era inocente,
pero mi familia no es tan fuerte como yo y ella sigue con depresin. Mi madre est
como ella.

El joven estaba convencido de que llegara ese momento. Yo saba que no


haba hecho nada, pero las personas de mi alrededor, mi mujer, mi hermana, mi
madre, haban sufrido tanto (). No guardo rencor hacia nadie, no tengo por qu
hacerlo. Yo me aferraba a mis creencias religiosas, a mi familia. Hay veces que no
aguantas ms y te derrumbas y hay gente que te ayuda.

Ramiro dio gracias a Dios, una vez ms. Haban pasado casi siete meses
desde que empez su rosario de veleidades. Aunque le quedaba otro
procedimiento abierto, toda Espaa saba ya que l no era un asesino, sino la
vctima de un error casi irreparable. Hubo varios momentos de cada, en los que
pens que iba a entrar en prisin, saba que la prueba del semen es casi irrefutable
y esa certeza lo trastornaba. Su abogado anunci poco despus que iban a
emprender medidas legales.

Vamos a pedir una responsabilidad patrimonial al Estado por el deficiente


funcionamiento de la Administracin de Justicia. Es el Estado quien creemos que es
responsable. A Ramiro y a su familia les han desestructurado su vida. El letrado y
el que fue bautizado como hombre del semen para proteger su identidad tienen
claro que ser otro largo camino, pero van a recorrerlo. Antes an les quedan citas
judiciales por una supuesta agresin sexual, la que hizo que su semen se analizara
en la misma mesa a la que luego llegaran las prendas de la pequea.
Captulo VIII

DE LA PERA DE VIENA
A LA PRISIN DE TEIXEIRO

Nada ms cruzar el portaln metlico de la crcel de Teixeiro el 27 de


septiembre, el mdico de guardia examin a los dos nuevos huspedes como marca
el protocolo. Rosario Porto cont al facultativo que padeca depresin desde el 31
de julio. Desde esa fecha tomaba Fluoxetina y Lorazepam, recetados por Ramiro
Tourio, el psiquiatra privado al que haba acudido. No se drogaba ni lo haba
hecho nunca. Fumaba unos diez cigarros al da desde haca unos treinta aos,
nunca delante de su hija, y de vez en cuando tomaba alcohol. Nada extraordinario.
Rosario Porto estaba orientada y colabor con el doctor, quien advirti y dej por
escrito el alto nivel de ansiedad que presentaba la presa. No par de llorar durante
la entrevista. Le prescribi seguir el mismo tratamiento y propuso a la prisin que
la incluyera en el programa de prevencin de suicidios, es decir, que dos internas
velaran sus das y sus noches para evitar que se hiciera dao a s misma, y que sus
movimientos en el centro fueran restringidos.

El mdico de la prisin ya estaba al tanto de los antecedentes de la nueva


interna, pero no con el detalle que semanas despus conocera el juez. Arrastraba
un largo historial de visitas a psiquiatras con una peculiaridad: su inconstancia. O
abandonaba los tratamientos o daba la espalda al mdico y elega a otro. Casi
cuatro aos antes de que apareciera el cadver de Asunta y ella entrara en prisin
como posible autora, estuvo dos das ingresada en el sanatorio mental La Robleda
de Santiago, a consecuencia de ansiedad generalizada e ideacin suicida en
probable relacin con trastorno de nimo de carcter depresivo. La atendieron dos
psiquiatras y una psicloga. Pese al diagnstico, pidi el alta voluntaria.
No me voy a adaptar aqu. Esto no va conmigo, le dijo a la psicloga. No
sali de su habitacin en esas dos jornadas, no se relacion con nadie. Se quej por
tener que compartir habitacin y porque su compaera roncaba. Me siento
agotada, duermo fatal, llevo mal un mes y medio, pero ya ha ocurrido en ms
ocasiones. Tengo ideas suicidas en el ltimo ao, me tom pastillas y acab en el
hospital. Fue una llamada de atencin. Solo buscaba el cario de mi gente. Mis
padres son para darles de comer aparte. Estoy muy irritable con mi hija, me
molesta. Un da me arreglo y otro no. No quiero estar en casa, no quiero pensar en
qu le voy a dar de comer a mi hija o a mi marido. Donde mejor estoy es en la
cama.

Los mdicos de La Robleda escucharon y preguntaron a la paciente. El


diagnstico depresivo pareca claro. Charo, abatida, ambivalente en sus
sentimientos, habl de su pasado, de toda su vida, de su peculiar relacin con su
madre, a la que quera superar constantemente. Siempre se haba sentido
desatendida, pese a ser hija nica. Estudi Derecho, una carrera que nunca le haba
gustado: lo que en realidad le apasionaba era la psicologa. Les habl de su novio
ferroviario, de su embarazo interrumpido por un brote de lupus que le
diagnosticaron con veintitrs aos.

Sus cambios de carcter no se les pasaron por alto a los doctores. Les habl
de su aparente vida ideal. Llevaba tres aos sin ejercer la abogaca, que no le atraa
en absoluto. Tengo una casa preciosa, un marido magnfico que me quiere
muchsimo y una nia de nueve aos, china, con altas capacidades, que estudia
ingls, francs, chino, ballet... Soy culta, hablo dos idiomas, viv en Francia, no me
gustan los programas del corazn, detall la paciente.

Charo se senta culpable de muchas cosas, el peso del mundo sobre sus
hombros, entre otras por no ejercer la profesin para la que haba estudiado y que
su padre, ya jubilado, haba desempeado con xito. Su primera depresin la tuvo
en la adolescencia. Confes que llevaba dos aos en tratamiento y terapia, aunque
su psicloga y ella cometieron un error: se hicieron amigas, tomaban caf... y
aquello no acab bien.

Porto se march a los dos das, con su padre, su marido y su expediente


mdico en el bolso, dispuesta a mejorar, a dejar de llorar y a volver a ser una mujer
coqueta. Le recetaron tres medias pastillas de Orfidal al da y una de Venlafaxina.
Prometi seguir el tratamiento y volver a consulta. Lo hizo dos semanas despus,
una sola vez. Los mdicos no supieron ms de ella hasta que al cabo de cuatro aos
el juez Tan les solicit su historia clnica y que declararan ante l quienes la
atendieron.

El psiquiatra de la prisin, sin tantos datos en su poder, orient su


diagnstico por el mismo camino. El recibimiento de la presa entre los muros de
Teixeiro no fue precisamente una fiesta. La primera tarde, despus de que le
entregaran el kit de aseo y limpieza, la ficharan y recibiera las instrucciones, oy a
su paso cmo la llamaban asesina y otra sarta de lindezas que tuvo que tragarse sin
que le asomaran las lgrimas en medio de un coro de presas endurecidas por el
entorno. Fue el peor fin de semana de su vida. Pens que si lo superaba todo ira a
mejor. El lunes tampoco iba a ser una jornada fcil. Ese da, Asunta y su gigantesca
sonrisa habran cumplido trece aos. Sus compaeros del instituto, sacudidos an,
la recordaron con un mosaico de fotos. La cuneta de Teo se embelleci con flores
annimas y velas encendidas por manos compasivas.

El 30 de septiembre, a los tres das de pasar de licenciada en Derecho a


presa, Rosario ya tena nuevo abogado: un letrado de La Corua, Jos Luis
Gutirrez Aranguren, que algn amigo o el propio Juan Guilln, que no es experto
en penal, le recomend. Un letrado de larga experiencia, conocido y pelen, que se
revelara como su principal valedor, superando la estricta relacin cliente-abogado.
Desde el primer da evidenci que estaba dispuesto a creerla y a dar la batalla. Su
despacho estaba muy cerca del de Tan y ambos se cruzaban con frecuencia en el
caf o en la esquina de la calle.

Haban coincidido en sala con frecuencia, pero adems Aranguren actuaba


como acusacin en un caso en el que Tan era la vctima indirecta de un perturbado
obsesionado con l al que haba condenado aos atrs. Agustn Ucha, de sesenta y
dos aos, aguard el 27 de febrero de 2012 la llegada del autobs escolar en el que
pensaba que regresaba a casa el hijo del magistrado. El individuo corri hacia unos
nios de seis, siete y nueve aos y les arroj el aguafuerte de una botella de
plstico, que derram tambin sobre la madre y ta de los menores. Al pequeo le
quem la cara y el ojo; al resto de las vctimas tambin, aunque las heridas fueron
ms leves. Agustn reconoci que verti el cido sobre sus cabezas para hacerles
dao al pensar que uno de ellos era el hijo de Tan y su esposa. Buscaba salir en los
medios y provocar dao porque culpaba al juez de vivir en la calle tras salir de la
crcel a causa de una sentencia del magistrado. Fue condenado a dieciocho aos y
tres meses de prisin.

En pblico, pero tambin en privado, Aranguren sostena un da tras otro la


inocencia de Charo y se resista a buscar una posible eximente mental. Si la
creyera culpable, la defendera igual, es mi trabajo, pero es que estoy convencido de
que no mat a su hija. Tampoco tengo pruebas de que lo hiciera su exmarido. Su
procurador habitual en Santiago, Victorino Regueiro, le confi en ms de una
ocasin sus dudas y su rechazo tico si se demostraba que Rosario era una asesina.
l careca de esas dudas.

Basterra, pese a su precaria situacin econmica, tambin design abogado


privado y tambin lo cambi en una semana. Eligi a Beln Hospido, una penalista
de Santiago, cuyo nombre no paraba de aparecer en prensa como defensora del
alcalde de la ciudad, ngel Currs, y de otros ediles imputados por corrupcin. Su
carcter duro, casi agrio en sala, era conocido en los juzgados de Santiago. Sus
alegatos duraban horas y estaba muy bien relacionada con algn juez. Hospido
acababa de defender a una persona ya mencionada, Messaoud El-Omari,
exsindicalista de Comisiones Obreras, acusado de pertenecer a una red de
inmigracin ilegal; amigo de Porto y ms amigo an del amante de Porto. En ese
juicio otra de las letradas haba sido la esposa del juez Tan. Los caminos
profesionales de todos confluan una y otra vez.

Charo ingres en el mdulo 10, el nico de mujeres, y Basterra en la


enfermera de la prisin. As transcurrieron los primeros das de la pareja
encarcelada, ambos bajo el paraguas del protocolo antisuicidios, con numerosas
diligencias ordenadas por el juez y rechazadas por los dos presos. La literatura y la
imaginacin cedieron espacio a la realidad. Las puertas de Teixeiro se convirtieron
en un ferial de cmaras de televisin, las visitas de los abogados en una espera
sincronizada de decenas de periodistas. Aranguren, puntual en sus visitas
semanales, mantena al tanto a su cliente de cada paso y cada escrito que
presentaba y se afanaba en desmentir la riada de informaciones que
supuestamente procedan del interior de la crcel. Confidencias de Charo con
asesinas condenadas, sus ataques de risas y llanto, sus quejas por la dureza de la
vida en el penal. Apenas quedaba hueco para la intimidad y los que surgan se
llenaban a golpe de titular.

Octubre
Con los sospechosos fuera de circulacin, el engranaje de la investigacin
sigui su camino habitual: oficios, peticiones, nuevas tomas de declaracin a
testigos, recursos. Rastreo de datos y ms datos, bsqueda continua de cabos
sueltos y de asentamiento de certezas. Una de esas declaraciones result
sorprendente. Irene Pieiro trabajaba como dependienta en el Herbolario Laurel.
Dos o tres das antes del crimen, Alfonso, cliente espordico, acudi a su tienda. Le
dijo que los productos naturales que le haba vendido para su alergia en torno a
marzo haban funcionado. No lleg a comprar nada ese da, aunque l le pidi algo
para su hija que tambin era alrgica.

Me cont que la nia haba tenido una crisis recientemente en la que la


madre la encontr despierta sobre las dos o tres de la madrugada, vestida en la
habitacin de casa, con la mochila de los libros y la ropa con la que va al colegio,
comentndome que ya antes tambin le haba sucedido algo similar. La
dependienta le recomend llevarla al mdico porque esos sntomas nada tenan
que ver con la alergia. Al da siguiente coment con mi jefa que la nia poda
tener incluso un tumor.

El juez recibi el segundo da de octubre la peticin de una asociacin, la


Clara Campoamor, para personarse como acusacin popular en defensa de Asunta.
Puesto que la nia estaba muerta y sus padres encarcelados como sospechosos, no
haba acusacin particular; solo la Fiscala actuaba contra los supuestos
responsables. Los representantes de esta asociacin argumentaban que su
actividad era en beneficio de la infancia y la juventud cuando se vulneran los
derechos de los menores o son vctimas de agresiones sexuales, malos tratos y
violaciones. Exponan su experiencia en otros casos anteriores de nios asesinados
o violados en los que con su personacin haban logrado una condena. Solicitaban
que no se les exigiera fianza, por ser una asociacin sin nimo de lucro (los letrados
no cobraran) o que esta fuera simblica, inferior a los 300 euros.

Tan acept dicha personacin tres semanas despus, con una fianza de 500
euros. La abogada de Basterra pidi que se les exigieran 30.000 euros como
garanta. Alegaba que ser una asociacin sin nimo de lucro no significa que no
tuviera un elevado presupuesto, y dado que el proceso iba a tener grandes costas, y
que queran estar en l de forma voluntaria, ese depsito deba ser ms ajustado.

El 3 de octubre el juez orden una reconstruccin del recorrido de Rosario


Porto con su coche entre las 18.14.57 y las 21.33.59 del da del crimen, es decir, el
tiempo transcurrido entre que sac su Mercedes del garaje, momento grabado por
la cmara de una joyera, y la vuelta al mismo, tambin recogida por la misma
cmara. Orden adems que se les tomaran muestras y se les realizaran anlisis a
ambos en el Instituto de Medicina Legal para acreditar si haban ingerido o no
txicos y, en tercer lugar, solicit un examen psiquitrico con el fin de determinar
cuanto antes su imputabilidad. En el ltimo punto del auto anunciaba que incoaba
procedimiento del jurado, como marca la ley, dado que todos los indicios
apuntaban a un homicidio.

En esa temprana resolucin, el instructor incluy una batera de indicios que


ira sustentando y ampliando en los meses siguientes. Su tesis era que ambos
actuaron de mutuo acuerdo, o al menos uno con el consentimiento del otro en una
sucesin de actos cuyo nmero y complejidad apuntan a la existencia de un plan
preconcebido. Enumer de nuevo el anlisis del cabello de Asunta, la
demostracin de que fue intoxicada con Orfidal durante los meses de julio y
septiembre; las declaraciones de testigos y de los propios imputados sealando que
cuando eso ocurri estaba con el padre; la certeza de que Basterra haba comprado
setenta y cinco pastillas de Lorazepam en julio y cincuenta en septiembre sin que
conste causa para ello; el conocimiento que tena la madre de estos hechos y la
justificacin de ambos de que la pequea era alrgica, cuando la pediatra lo haba
negado.

El comn acuerdo apareca asimismo en ese escrito respecto al da del


crimen, cuando le dan Orfidal en la comida, cuando la madre inventa, segn el
juez, los motivos por los que fue a su finca de Montouto: No era necesario
comprar ninguna pelota de pilates ni parece tampoco que haya ido a buscar
baadores, pues el mostrado a la comisin judicial presenta apariencia de estar
usado. Introduca la cuerda hallada en una habitacin de la casa, similar a las
otras tres con las que ataron viva a la nia; los restos de papel con una sustancia
blanca; las sospechas sobre el traslado en el Mercedes de la madre. La
desaparicin de las alfombrillas traseras del vehculo propiedad de Rosario hace
pensar que se utiliz para trasladar el cadver y dado el peso de la menor es difcil
que Rosario pudiera haberlo hecho sola.

Cuando se cumpla una semana exacta de su ingreso en prisin, los reos


salieron por primera vez de Teixeiro. A las nueve de la maana, dos furgones los
recogieron en la crcel y los trasladaron al cuartel de As Cancelas, en Santiago,
para evitar que los grabaran los medios, y desde ah a los juzgados de la ciudad.
Porto y Basterra se negaron a todo: no consintieron someterse a las pruebas
psiquitricas, ni reconstruir el itinerario en coche ni que se les tomaran muestras de
cabello. No colaboraran hasta que se levantara el secreto del sumario, siguiendo
instrucciones de sus respectivos abogados. A Basterra, adems, se le pidi que
dijera dnde estaba su ordenador porttil, que no fue encontrado en el registro de
su piso. El fiscal consider estas negativas, lcitas, como indicios de cargo contra
ellos y pidi que siguieran sin poder comunicarse y que no se levantara el secreto.

A la misma hora en que los detenidos comparecan ante el juez y se negaban


a colaborar, dos de los investigadores tomaban declaracin en el cuartel de
Santiago a Ramiro Tourio, el psiquiatra que trataba a Rosario desde el 30 de julio.
Tres das despus, llamaron a Julio Brenlla, su anterior mdico. Los agentes deban
aclarar quin recet el Orfidal a Rosario y las compras de pastillas realizadas por
Alfonso en la farmacia. Tourio detall cada prescripcin a la paciente, las
consultas a las que acudi y el tratamiento que segua la mujer el da de los hechos.
Sus aspticas y profesionales palabras, las ampli das despus ante Tan.

El psiquiatra conoca al padre de Charo porque haba sido abogado del suyo.
En la primera consulta que la mujer tuvo con l en verano ella le habl de su
historial mdico y se refiri a varios psiquiatras, uno de Vigo que la haba tratado
haca mucho tiempo y el doctor Brenlla, de quien haba sido paciente tres o cuatro
aos antes. Tomaba un antidepresivo, Excitalopram, que le haba recetado el
mdico que segua la evolucin de su lupus. Charo admiti que no tomaba los
antidepresivos con regularidad; llevaba unos aos en terapia psicolgica; haba
estado ingresada en La Robleda, pero en menos de cuarenta y ocho horas pidi el
alta. Tourio le diagnostic un cuadro depresivo.

El doctor Julio Brenlla complet esas palabras ante la Guardia Civil tres das
despus de que lo hiciera su colega. Es el jefe de la seccin de Psiquiatra del
complejo hospitalario de la Universidad de Santiago, adems de vecino de toda la
vida de la familia Porto. A diferencia de Tourio, no tiene consulta privada. Cuatro
aos atrs Rosario y Alfonso se presentaron en su despacho de la Escuela de
Enfermera donde ejerca como profesor. Acudieron a varias citas a peticin de
Charo. Desde entonces no haba tenido contacto profesional con ellos, pero s
personal en contadas ocasiones, por motivos familiares: cuando murieron los
padres de Porto y tras el asesinato de Asunta, a la que conoca de vista. En esos
meses de tratamiento recet el antidepresivo Excitalopram a la mujer y una
Benzodiacepina.
El juez quiso ampliar ese historial, dado que en un lugar como Santiago era
sabido que Brenlla y Porto fueron vecinos, tal vez amigos durante aos, y pensaba
que el mdico podra proporcionar ms claves. Conozco a Rosario hace muchos
aos, desde nia, fuimos vecinos mucho tiempo en el edificio de la calle General
Pardias. Tenamos buena relacin, de amistad, sin ser amigos ntimos, rememor
en sede judicial. Esa relacin se ampliara aos ms tarde al terreno profesional
cuando ella le pidi ayuda. La ltima vez que la trat fue a las cuarenta y ocho o
setenta y dos horas de salir del sanatorio mental La Robleda. Acudi a su casa
porque carece de consulta privada.

En el ao 2009 fue su paciente durante unos meses. Primero en la Escuela de


Enfermera y luego en su domicilio. Presentaba sntomas depresivos. Le recet
antidepresivos y ansiolticos y adems ella estaba en psicoterapia. Tras pasar por
La Robleda, de comn acuerdo decidieron que la atendiera otro especialista.

Lo que hice fue controlar el tratamiento bsicamente. No entr en las causas


de la depresin. Creo que la causa fundamental era que no trabajaba en ese
momento y no era capaz de encontrar un trabajo que estuviera dentro de sus
capacidades. Pese a ser su mdico, no se enter de su ingreso en la clnica
psiquitrica hasta que Charo fue a su casa despus. Entonces, decidieron que
siguiera tratndola otro especialista, porque se haba perdido la confianza mdico-
paciente.

Profesionalmente, no volvi a asistirla hasta que le encargaron la pericia de


parte con Charo ya encarcelada. Pero sus caminos, como se ha dicho, se haban
cruzado antes por motivos personales. El mdico asisti al entierro de sus vecinos,
el del padre y el de la madre de Charo, luego coincidieron en agosto de 2013, un
mes antes del crimen, en una comida de amigos y, por supuesto, acudi al
tanatorio cuando muri Asunta. Brenlla apuntal un rasgo que ya haba surgido en
las pesquisas. La ambivalente actitud de Porto con su padre. A su juicio, el lupus
que la mujer tiene diagnosticado y sus molestos sntomas crnicos podran influirle
en la afectividad y los estados emocionales.

Estos dos psiquiatras, presentes en la investigacin desde el principio, iban a


tener un papel destacado meses despus, cuando Charo y su abogado les
encargaran las pruebas psiquitricas de parte como contrapunto a las oficiales
ordenadas por el juez y aceptadas por la mujer. Una vez ms, en el caso se
cruzaban los aspectos profesionales con los personales, vecindad o relacin laboral,
clsicos en una ciudad pequea donde casi todos se conocen o saben quin es
quin.

El primer varapalo para la pareja aconteci en menos de dos semanas. Los


abogados de ambos haban solicitado su libertad, recursos que se repetiran una y
otra vez en los meses siguientes y que sucesivamente fueron denegados por el juez
instructor y por la Audiencia de Santiago. El fiscal se opuso tambin de forma
reiterada a la excarcelacin de los padres. En su primer escrito argumentando los
motivos de esta negativa a la puesta en libertad, Fernndez de Arnguiz dej claro
cul era su opinin sobre los presuntos autores y por dnde iba a enfocar su
acusacin, con un tono duro y en ocasiones casi coloquial, para apuntalar sus
sospechas.

Motivos bastantes para creer responsable criminalmente a la imputada,


escribi en sus razones el representante del Ministerio Pblico. Arnguiz subray
en negrita varios hechos en un largo rosario de argumentos: uno, el cambio que
hizo Rosario Porto en su primera declaracin ante el juez con respecto a la
desaparicin de la nia. Pasa a sostener que se llev consigo a la nia a la casa y
que una vez all (haba desconectado la alarma) la nia se empe en querer
regresar a Santiago y la madre la dej en las proximidades del domicilio.

Antes haba desgranado la denuncia inicial en la que Charo sostena que


Asunta permaneci en el piso de Doctor Teixeiro, que plasm en su denuncia y
cont a varias personas: al polica, a la madrina y a las madres de las dos mejores
amigas de su hija. En segundo lugar, destac lo siguiente: El txico en cuestin se
haba suministrado repetidamente a la nia con anterioridad, unas negritas que
incluye tras dejar constancia del informe toxicolgico realizado al cadver que
revel la presencia de Orfidal.

El fiscal sostuvo que los acusados tenan que seguir en prisin. En el caso de
Charo, adems de referirse al homicidio, con posible agravante de alevosa y
parentesco, y ante el horizonte de una aplicacin de la pena en su mitad superior,
sealaba que caba la posibilidad de que intentara sustraerse a la accin de la
Justicia. Y haca hincapi en que tendra fcil esa fuga si se tena en cuenta el
hallazgo de dinero en su casa (tres sobres con varios miles de euros) y la actividad
frecuente en Marruecos, tal y como declar ella, y como atestiguaba su pasaporte.
Es importante resalt evitar la comunicacin entre los dos imputados, pues
ello permitira que se concierten para dar una versin coordinada sobre las lagunas
que an quedan en este asunto.
En trminos parecidos, se opuso a que Basterra saliera de prisin. No fue
menos duro que con Rosario al exponer las razones de su negativa. En algunas
coincidan las sospechas dirigidas a ambos, pero iba ms all. El imputado no
ofrece coartada (o al menos no lo ha hecho hasta la fecha) respecto a dnde estuvo
entre las 18.33 y las 20.53. En teora, estaba esperando a la nia para cenar con ella.
Sin embargo, el polica (inspector Samuel Vila) cuando visita la casa del padre ve la
cocina completamente recogida. En esos momentos iniciales, es el imputado quien
en una conversacin aparte con el polica pronostica que la nia iba a aparecer
muerta y que esperaba que no la hubieran violado.

El fiscal seala que tuvo oportunidad de hacer desaparecer algo (sali de


comisara antes que la madre y el agente tras interponer la denuncia). En su casa
no aparece ningn ordenador; se le pide expresamente razn del mismo y se niega
a darla. Sabemos que tena un porttil (lo usaba al menos en el centro
sociocultural del Ensanche, como declara la testigo Beatriz Cornide).

Por supuesto, Fernndez de Arnguiz refiere los episodios previos en los que
se haba suministrado Orfidal a la pequea, concretando el de la academia Play de
msica, donde la llev y recogi su padre el 22 de julio. Aqu aparece el padre
como conocedor de la situacin en la que se encuentra la nia, destaca. El dato
objetivo del suministro del txico carece de explicacin y el padre est
perfectamente al tanto de los pormenores del estado de salud de la nia. Explica
que Alfonso la llev a la pediatra a principios de verano para una revisin
ordinaria. El padre s que refera una alergia, pero eso no justifica el suministro de
Orfidal.

La mdico declar que no expidi ninguna receta para la nia ni para


Alfonso; como mucho, pudo haber recomendado el antihistamnico Flixonase y
habrselo apuntado en un papel. Presuntamente, se estuvo suministrando el
txico a la nia de forma continuada y en esa actividad participan ambos
progenitores, sin que ofrezcan una explicacin, aunque repetidamente se les pida.
Como Basterra no tena vnculos familiares con Santiago de Compostela, el riesgo
de fuga, a su juicio, era evidente.

En esa oposicin del fiscal pesaban ya muchas pruebas, y eso que el informe
definitivo de la autopsia segua retrasndose, pendiente de varios exmenes, entre
ellos los de tipo histopatolgico que se haban enviado a Sevilla y resultaban
fundamentales para saber con certeza cmo muri la pequea. El informe
preliminar de la autopsia enviado el da 11 de octubre al juzgado confirmaba los
primeros datos: asfixia por sofocacin, utilizacin de un objeto blando que ocluy
los orificios respiratorios. Data de la muerte: entre las cuatro y la ocho de la tarde.

La Audiencia de Santiago hizo suyos los argumentos y el da que la pareja


cumpla dos semanas entre rejas confirm que deban seguir privados de libertad.
Crean que haba riesgo de que Charo se fugase. Es incuestionable su arraigo en
Santiago, pero tambin que ha abandonado su anterior ocupacin de abogada y
que las actividades ltimas la llevaron a viajar en varias ocasiones a Marruecos, su
falta de vinculacin familiar tras el fallecimiento de su hija y el divorcio de su
esposo, as como los padecimientos fsicos y psquicos que ha sufrido
recientemente. Las pruebas pendientes y las vas de investigacin abiertas podan
verse obstaculizadas si la presa sala a la calle. Su rechazo a participar en la
reconstruccin de sus movimientos era un motivo ms puesto en relacin con el
anterior.

Cuando Porto recibi el mazazo de la noticia, ya se haba despedido del


Orfidal, esas pastillas que tanto haban complicado su vida en los ltimos tiempos,
y al cabo de un mes la prisin la dio de baja del programa de prevencin de
suicidios ante mejora y con ausencia de ideacin autoltica. Si en algn
momento la madre de Asunta haba planeado suicidarse, esa idea no estaba ahora
en sus propsitos. La crcel la haba hecho mejorar. Entr consciente y orientada,
pero con un alto nivel de ansiedad y un llanto casi permanente. Al cabo de cuatro
meses, el kit medicamentoso haba quedado reducido a dos pastillas de Fluoxetina
al da. Su evolucin de la ansiedad-depresin era estable. Ese fue el diagnstico del
subdirector mdico de Teixeiro, a peticin del juez, la primera semana de enero,
justo cuando se cumpla un ao de su divorcio.

Esa segunda semana de octubre tampoco hubo tregua para Maceiras,


Marcelo, Herrero, Javier, Azucena y el resto del equipo de la Guardia Civil, que
reclamaron nuevas autorizaciones da tras da. El Equipo Central de Inspecciones
Oculares haba encontrado dos manchas en la moqueta del suelo trasero del
Mercedes de Porto, en el lugar del que haban desaparecido las alfombrillas. Las
manchas estaban a la altura del tnel de transmisin, un fluido orgnico que
pareca restos de vmito, en el que se encontr el perfil gentico de la nia.

Era el lugar en el que sola viajar con su madre o ese vmito era un rastro
dejado al mover su cadver? Los agentes pidieron inspeccionar de nuevo el coche
para cortar ms trozos de moqueta. Quiz, con suerte, se podra determinar si
entre esos fluidos haba presencia de Lorazepam u otra Benzodiacepina. El juez fue
recibiendo, al tiempo, uno tras otro, resultados de pruebas pedidas, el pilar de la
acusacin para formar el rompecabezas en el que los sospechosos no estaban
dispuestos a aportar ni una pieza.

Toxicologa Forense confirm, tras analizar el pelo de Asunta, el consumo de


Lorazepam (Orfidal) en los ltimos meses, desde julio al menos, tan intenso como
para dejar rastro en los 3 centmetros de cabello ms cercanos a su cuero cabelludo.
Reiteraron adems la ingesta de las pastillas en las horas previas a la muerte,
detectadas en el contenido gstrico y, en menor concentracin, tambin en orina.
Los laboratorios del Instituto Nacional de Toxicologa de Madrid remitieron otro
informe sobre el punteado que haba en la cara de Asunta y sobre el contenido de
su estmago. Los restos faciales eran probablemente de aceite vegetal presente en
alguna crema, y por tanto, irrelevantes para la causa.

Tres facultativos y la directora del departamento concluan lo siguiente


respecto al estudio de su estmago: El tiempo entre la ltima ingesta de slido y la
muerte podra estimarse entre tres y cuatro horas. El tiempo entre la ltima ingesta
de lquido y la muerte fue superior a una hora. Los alimentos que llegamos a
identificar son champin, cebolla, pimiento, bacon, perejil y una semilla que
podra ser de kiwi.

Tan recibi otro escrito esos das que le despert rabia y compasin a partes
iguales. No haba ciencia en l. Era un aldabonazo a la memoria de la muerte. Lo
remiti el representante legal de la Funeraria Santiago Apstol. El cuerpo de
Asunta, destruido para hacerle justicia a fuerza de pruebas y ms pruebas, haba
sido incinerado el 24 de septiembre, pero sus cenizas seguan en esas dependencias
porque ningn familiar las haba requerido. El responsable del crematorio peda al
juez que le informara de a quin deba entregar lo que quedaba de la nia en el
mundo. No es balad manifestar que quien encarg el servicio fue la madre de la
fallecida Rosario Porto Ortega, apuntaba en ese documento.

La respuesta de Porto al juez, a travs de su abogado, fue inmediata.


Aranguren explic que ya haba recibido instrucciones expresas de su cliente, antes
de ese escrito de la funeraria, para saber qu trmites y documentos necesitaban
para solicitar el cuerpo incinerado. Dado que estaba en prisin, no poda
encargarse ella misma y deba buscar a una persona allegada que se hiciera cargo
de las cenizas. El letrado se haba ocupado tambin, para evitar futuras
discrepancias, de saber qu opinaba Basterra a travs de su abogada.
En cuanto recibi la contestacin afirmativa, Charo decidi que fuera la
madrina de la nia, Isabel Veliz, quien recogiera la urna y la custodiara hasta que
ella recobrara la libertad. Justo un mes despus de que su cuerpo quedara reducido
a cenizas, una mujer, profesora de matemticas financieras en la Universidad de
Santiago, se present en la funeraria con un poder notarial otorgado por Porto para
hacerse cargo de la urna, pese a que Aranguren haba comunicado que sera la
madrina la custodia. Meses despus el juez recibi una confidencia: las cenizas de
la nia seguan sobre una mesa en el piso de Doctor Teixeiro.

A los mltiples trmites que estaban en marcha respecto a Porto y Basterra,


se tuvo que sumar otra batera de gestiones para averiguar qu pintaba el ADN del
colombiano Ramiro Cern Jaramillo en la camiseta de la nia. Era crucial averiguar
hasta la partida de bautismo del colombiano y hacerlo con la mayor urgencia. Por
ms vueltas que le daban, ni el juez ni los guardias civiles atinaban a relacionar a
ese hombre con los padres de Asunta.

La segunda salida de prisin, el 18 de octubre, acabara con amargura para


los imputados. A las diez de la maana tenan que estar en el juzgado. Me parece
muy bien que no quieran colaborar. Nosotros seguimos trabajando. Ya cambiarn
de idea, aventur la tarde anterior Tan en una charla informal con el sargento
Marcelo y el cabo Herrero. Cuando la pareja ocup de nuevo sus asientos, el juez
les inform de que esa comparecencia tena un motivo: concretar la imputacin del
delito de asesinato, con agravante de alevosa y parentesco.

Basterra, que se las prometa felices en el calabozo de la comandancia no


tienen nada contra nosotros, fue consciente de que su horizonte penal se
complicaba de forma preocupante. Porto, licenciada en Derecho, lo tuvo igual de
claro. Sus abogados pidieron la suspensin de esa vista esgrimiendo, de nuevo,
que el secreto de las actuaciones les impeda defender a sus clientes y llegaron a
solicitar el archivo provisional. Si continuaba la causa adelante queran que se
pusiera fin al secreto y se acordara la libertad de ambos.

El fiscal rechaz esas pretensiones y pidi tres nuevas diligencias: otro


registro en la finca de Teo porque haba visto en fotografas del anterior unos
guantes en el dormitorio que no se recogieron y podan haberse utilizado en el
crimen; la elaboracin de un vdeo sobre la casa, pensando ya en los requisitos del
jurado, y que se solicitaran de nuevo a Rosario muestras de cabello a las que se
haba negado antes.
Los detenidos seguan sumidos en su silencio y encerrados en su rechazo a
ayudar, pero tenan que estar presentes en la nueva inspeccin de la finca de Teo,
quisieran o no. No cabe olvidar que ellos y solo ellos conocen la verdad y pueden
ilustrar respecto a esta, por lo que su negativa a colaborar, lcita y lgica, impone
apurar el secreto a fin de que no se alteren aquellas vas de investigacin que an
no han sido exploradas, dictamin el juez.

Rosario, en un da de ventisca y lluvia, con decenas de cmaras vidas de


una imagen suya, con la noticia recin rumiada de que la acusaban del asesinato de
su hija, volvi por tercera vez a la finca de Teo, el tesoro de su madre, rodeada de
tanta seguridad como un etarra. Un cordn de seis patrullas de la Guardia Civil
escoltaba la entrada de su lugar de juegos infantiles. No hubo manera de encontrar
las llaves. Los periodistas seguan calndose con el pertinaz aguacero y enviando
crnicas mientras llegaba un cerrajero para forzar la puerta. A la una y media de la
tarde comenz la tercera inspeccin de la casa y la finca, con los detenidos, los
abogados, la comisin judicial completa y cinco guardias civiles, ms los dos que
custodiaban a la pareja.

Recogieron un trozo de cordn anaranjado en el garaje y una toalla y dos


guantes del bao del dormitorio en el que se sospechaba que haban matado a la
nia. Como la primera vez y la segunda, no haba ni rastro del almohadn de la
cama. Grabaron toda la vivienda a conciencia y en menos de dos horas
concluyeron. A las cuatro de la tarde los detenidos ya viajaban, separados pero en
el mismo furgn, camino de vuelta a Teixeiro. Basterra haba pedido encontrarse
con su exmujer desde la primera semana. El juez prohibi expresamente que se
comunicaran. Ms adelante, cuando esa orden dej de tener efecto, Rosario
tampoco quiso verlo.

Poco a poco, la mujer se fue recomponiendo, pasado el mal trago inicial, los
insultos y el miedo. No era fcil. Pas de contar con servicio en su casa desde nia
a tener que limpiar el comedor del mdulo de mujeres tres veces al da tras las
comidas, adems de mantener su celda en estado de revista. Pas de sus trajes
sastre y sus decenas de conjuntos de marca a la ropa cmoda, de trapillo, acorde
con la nueva situacin. Su exmarido, mientras, haba optado por descargar la
frustracin dedicando horas al gimnasio, con un comportamiento monocorde y
entero.

Los correveidiles de la crcel intentaron hacer su agosto. En esas primeras


semanas sali a la luz una carta supuestamente redactada por dos presas en la que
denunciaban el trato ventajoso dispensado a Porto por los responsables del centro.
Dos mujeres, una argentina y otra ecuatoriana, aseguraban haber sido las presas
sombra de Charo, algo incierto, pero ambas creyeron ver una oportunidad de
mejorar sus condiciones o adquirir un minuto de fama a travs de esa misiva
plagada de falsedades.

Los resultados siguieron llegando en cascada al Juzgado nmero 2 de


Santiago. Continuaba el desbroce en la investigacin y en las vidas de los
imputados. Uno de los informes, recibido a finales de octubre, conclua que no era
posible relacionar las muestras de tierra que se tomaron en una alfombrilla del
Mercedes de la madre con la tierra recogida en la pista de Teo, cerca del cadver.
Algunos minerales coincidan, pero eran comunes, ninguno relevante. Adems, en
el coche haba mezcla de restos de distintos lugares y en diferentes momentos.
Tampoco se pudo fijar esa relacin con las zapatillas Kalenji, blancas y grises, que
estaban en el felpudo del padre.

Otro de los informes, este de Toxicologa, result muy revelador. Las


muestras de cabello que, finalmente, haba autorizado Porto hablaron y
proporcionaron una informacin desconocida. La mujer haba consumido
Lorazepam y Fluoxetina en los nueve meses anteriores a la toma de la muestra, es
decir, desde enero. En teora, Charo llevaba en tratamiento, segn ella misma y
segn las declaraciones del ltimo psiquiatra que la atenda, solo desde julio. Sin
embargo, el juez, por ms que busc y pidi informacin a farmacias de La Corua
y de Pontevedra, no pudo encontrar una sola compra de Benzodiacepinas realizada
por la imputada. O se las vendieron sin receta o las adquiri no se sabe dnde.

El 30 de octubre el Departamento de Qumica de la Guardia Civil concluy


otro de sus documentos. Buscaban determinar si las cuerdas encontradas en la casa
con las que supuestamente se at en vida a la nia y las de la pista junto al cadver
eran las mismas y si fueron cortadas con esos dos cuchillos encontrados en un
lugar tan extrao como un bao y un aseo. Las sometieron a estudios de color, de
fibras, de composicin, de corte, pruebas y ms pruebas en busca de certezas. Los
agentes llegaron a unas conclusiones decisivas para el caso. Los tres trozos de
cuerda que haba en la pista Ramallosa, a unos centmetros de la pierna izquierda
de la nia, coincidan en sus propiedades fsicas y composicin qumica con el rollo
de cuerda de la bodega y con el trozo de cuerda de la papelera. En un caso rodeado
de sombras y ausencia de certezas, las cuerdas seran consideradas una prueba
directa.
Algo ms alejado del cadver apareci otro pedazo de cordn. Ese era
distinto, pero a su vez coincida con otros dos trozos localizados en la vivienda de
Teo. Las fibras halladas en los cuchillos no tenan su origen en ninguna de las
cuerdas remitidas para el cotejo. El corte de las cuerdas era compatible con el de
los cuchillos u otra herramienta de similares caractersticas. No es posible
establecer un encaje mecnico de las cuerdas, dictaminaron los especialistas, es
decir, era imposible afirmar que los cabos de uno y otro lugar coincidan.

El desbordante mes de octubre acab con un nuevo sobresalto, sobre todo


para los responsables de la prisin de Teixeiro, asediados por periodistas,
rumorologa variada e inters desmedido de algn preso comn en busca de fama
y fortuna. El director del centro no daba crdito a lo que lea: una entrevista con
Alfonso Basterra, realizada el ltimo domingo de visitas en los locutorios, segn
explicaba el redactor de El Correo Gallego que la firmaba. Demetrio Pelez, el autor,
excompaero de Basterra en la redaccin de ese peridico, escriba en su entradilla
que haba pedido visitarlo y l haba aceptado. Dado que estaba prohibido portar
cmaras y grabadoras transcurri como un encuentro, de unos cuarenta minutos,
entre viejos colegas.

Soy inocente y dejar la crcel con la cabeza alta. Demostrar a los que me
juzgan sin conocerme, a los que me llaman asesino, que se confunden y deben
avergonzarse. Te lo aseguro, soy inocente por completo y no tengo absolutamente
nada que ver con este caso. Lo repito, absolutamente nada que ver. Lo voy a
demostrar y voy a salir de aqu con la cabeza muy alta, porque no he hecho nada.
Siento como si estuviera metido en una pesadilla infernal. Cuando el antiguo
colega se interes por su estado en la prisin, Basterra le aclar que eso lo poda
sobrellevar: Lo realmente duro, una tortura, fue perder a Asunta. Lo dems se
puede soportar, te lo aseguro.

Voy tirando. Lgicamente deseara estar fuera, pero no estoy mal. En el


mdulo de enfermera no se vive mal, es un destino muy deseado por los internos.
Los baos estn fuera de las celdas y hay intimidad, me llevo muy bien con los
compaeros. Con los funcionarios no he tenido ningn problema y son muy
correctos, vemos la televisin... Para que te hagas una idea, esto es como un hostal
barato. Mucho peor fueron los dos das que pas en el cuartel de la Guardia Civil.
Aquello s que era para salir corriendo. Un espacio minsculo, un catre, una manta
y se acab. Me repugnan muchas cosas que han ocurrido, que he sufrido, como
toda esa gente indeseable que se concentr en la calle para gritarme asesino,
asesino. No soporto recordarlo. Por esas personas y por algunas que salen en la tele
y en algunos medios hablando de m como si me conocieran a fondo, como si
supieran algo de mi vida. Pero si no tienen ni idea... Qu locura.

El camalenico Basterra se senta apoyado por los otros presos, o eso le cont
a su amigo. Hay gente de todo tipo. Independientemente de lo que hayan hecho,
la verdad es que en el fondo, la mayora son muy normales, como cualquiera, y me
han apoyado mucho. Yo no soy nadie para juzgarlos, me niego a hacerlo. Me dicen
constantemente: Pero to, t qu haces aqu? Contigo se han confundido,
seguro. Me animan diciendo que la labor de los fiscales es acusar y que al final
todo acabar arreglndose.

El blanqueo de su imagen subyace en toda la entrevista, su intencin por


desvincularse de las pastillas que adormecieron a la nia. Asunta dej mi piso por
su pie, normal... No di Orfidal a mi hija en su ltima comida y antes tambin avis
yo a sus profesores de que la nia tena somnolencia. Yo jams ment ni ocult
informacin al respecto. Cmo se me puede acusar de algo as si yo mismo avis a
las profesoras de que tena somnolencia? Posiblemente no tendra que haberla
llevado a clase, pero lo hice sin ocultar nada (...). La informacin con que yo
contaba en ese momento es que Asunta haba tenido un brote de alergia y no le di
mayor importancia al tema por una razn muy sencilla. Yo mismo he tenido brotes
as y s perfectamente que los medicamentos que te recetan suelen producir mucho
sueo y como un estado de atontamiento general. Repito que yo no ocult nada.

Alfonso le reconoci a su colega, igual que haba hecho ante el juez, que fue
l quien cocin el da del asesinato de la menor, pero dijo que la nia sali de su
casa caminando con total normalidad. S, el famoso revuelto de championes lo
prepar yo aquel da; por cierto, como muchos otros das. Nada de lo que se ha
contado al respecto tiene sentido. Si la nia tom la sobredosis de Orfidal que
dicen habra salido ya de mi casa moribunda, y no es as, no es as. Sobre las cinco
y veinte de la tarde se fue con su madre caminando con total normalidad, y yo me
qued en casa durante toda la tarde, hasta que Charo me llam para comunicarme
lo que haba pasado e ir a comisara.

Insisti en su desconcierto por estar preso. Cmo van a entender el crimen


si yo mismo no me explico nada y no s por qu estoy aqu? Todo esto me parece
demencial... Todo lo que dije se ha ido cumpliendo a rajatabla, sin titubeos ni
vacilaciones. Dije que no me haba movido de casa y ahora se ha demostrado que
fue as... Explcamelo. Qu tienen contra m? Qu pruebas hay? Qu hago aqu
metido?.
La publicacin le cost una sancin al padre de Asunta, impuesta por la
comisin disciplinaria de Teixeiro. Se haba autorizado solamente la visita de un
amigo, no una entrevista para ser publicada. A partir de ese momento, sus escasas
visitas se revisaron con doble lupa antes de autorizarlas.

Noviembre

Basterra no fue el nico que lanz su voz al otro lado de los inviolables
muros del penal. La Charo celosa de su intimidad se destap con una jugada
atpica e impulsiva de la que luego se lamentara ante su abogado. Todos los
medios de Espaa queran grabarla, fotografiarla, una palabra suya, una
declaracin esposada... cualquier minucia de esas que erizan la piel del pblico y
de la sociedad sacudida por el asesinato de un nio. El 2 de noviembre, en el
programa Abre los ojos y mira de Telecinco, se emiti una carta remitida por Porto,
de su puo y letra: el delirio y el paren mquinas.

Estimado Sr. Fust:

Tal y como usted presuma son muchas las peticiones que he recibido para
intervenir en diversos medios de comunicacin. Por ello, desde un principio, tom
la firme decisin de no participar en ninguno de ellos.

Sin embargo, por el tono de su carta y su correctsima forma de dirigirse a


m, he pensado que, su compaera Neus Sala y usted, merecan una respuesta ma.

Insisto, por el fondo y por la forma de su carta, seguro que realizan un


programa muy serio.

De todas las falsas afirmaciones que se han vertido sobre m, casi, la nica
cierta es que soy una persona discretsima y muy celosa de su privacidad.
Imaginar usted cmo puedo sentirme al ver mi intimidad profundamente violada.
Las circunstancias que rodean el fallecimiento de mi hija, considero que no
son de inters para nadie ms que por desgracia para los directamente
afectados. Pero, por si el dolor de esta terrible prdida no fuera suficiente, he
tenido que asistir atnita al feo, feroz y absurdo sensacionalismo.

Comparto con ustedes la perplejidad por las mltiples irregularidades que


considero se han cometido y se siguen cometiendo en la investigacin e instruccin
del crimen de mi hija, tan solo confo y espero que todas ellas sean puestas en
evidencia cuando se levante el tantas veces vulnerado secreto de sumario.

De la misma manera que les agradezco que manifiesten su creencia en la


presuncin de inocencia, tan poco presente en la deontologa periodstica de este
pas. Y, precisamente porque mi inocencia tan solo debe ser contrastada y ratificada
en sede judicial, pretendo mantenerme apartada de los medios de comunicacin de
masas por completo, no tengo ninguna intencin de participar en el circo
meditico.

Aprovecho para reiterarles mi agradecimiento por la oportunidad que me


brindan y que yo, educadamente, rechazo. Asimismo rogara que si tratan ustedes
el tema, lo hagan con el respeto y rigor que la memoria de mi hija merece.

Atentamente les saluda

Rosario Porto

A Porto le repugnaba el circo meditico, pero sin conciencia o con ella


sum puntos inalcanzables con sus palabras. No se sabe si vio el programa o se lo
contaron; s que se arrepinti con pesar de haber enviado esa carta y amenaz con
denunciar a los responsables. La carta la firm con una combinacin de letras y
nmeros, una firma idiosincrtica como son la mayora que provoc nuevas
interpretaciones, incluso esotricas. Los investigadores y el juez sonrean al
escuchar esos seudodebates. Ese cdigo lo haban adoptado Charo y sus amigas de
juventud como una especie de contrasea para evitar miradas inquisitivas y control
parental.

En esas fechas la pareja ya se comunicaba a su antojo tras los muros. No


tienen nada, no tienen prueba alguna contra nosotros, solo sospechas. As de
convencido de su inocencia se muestra Alfonso Basterra (igual que en la entrevista
a su colega) en una de las cartas que le hizo llegar, de forma ilegal, a su exmujer
durante los primeros meses en prisin. Algunas de ellas fueron publicadas por la
redactora Clara Cant en la revista Intervi. Esa peculiar correspondencia,
saltndose todas las normas de la crcel, contrastaba con la negativa de Porto a las
peticiones de vis a vis de su exmarido.

Toda la correspondencia que los internos expidan, salvo en los supuestos de


intervencin, se depositar en sobre cerrado donde conste siempre el nombre y
apellidos del remitente y se registrar en el libro correspondiente, recoge el
Reglamento Penitenciario, que la pareja incumpli con aparente facilidad. Las
misivas eran pequeas notas manuscritas, en algn caso ms de un folio, sin sobre
ni, por supuesto, remitente, que alguien entregaba a uno y a otro. La
correspondencia que reciban los internos, despus de ser registrada en el libro
correspondiente, ser entregada a los destinatarios por el funcionario (...) previa
apertura por el funcionario en presencia del destinatario, contina la norma. Porto
y Basterra se la saltaron en todos los puntos.

En esas notas compartieron detalles de su vida diaria entre rejas, airearon su


inocencia, entre la sorpresa y el rencor, e incluso trataron de actuar como
correveidiles entre sus abogados, sobre los que hablaban en sus mensajes. Alguien
las sac de los muros de 6 metros y las puso en circulacin con un fin quiz solo
econmico.

Basterra traslada a Charo los gestos de apoyo que asegura recibir de


ciudadanos annimos, as como los que le llegan en contra del fiscal, del juez y del
tratamiento dado por los medios al crimen. Sus despedidas no pueden ser ms
elocuentes: Asunta est de nuestro lado. En la nota en la que relata a Basterra la
agresin de otra interna, Porto asegura que echa de menos a Asunta. No s cunto
tiempo voy a aguantar as. Por qu me quej tanto y no la disfrut como deba?.

Alfonso responde en otro de los manuscritos a su mujer en maysculas con


una especie de lista de tareas resueltas: conseguir que le hagan llegar a Rosario el
ingreso de dinero del peculio, hacer que le enven una manta, gestionar su propia
salida al patio y advertir a la madre de su hija de que el juez sospecha de ella por
haber mentido con respecto a su viaje a la finca familiar de Teo la ltima vez que se
vio con vida a la nia. Vzquez Tan est un poco mosca contigo porque no dijiste
desde el principio que habas ido a la finca, pero nada ms. No tienen nada, no
tienen prueba alguna contra nosotros. Solo sospechas y por eso no nos pueden
condenar.

Rosario, preocupada siempre por su imagen pblica, se muestra muy


incmoda con las apariciones de su anciano exsuegro, Ramn Basterra, en
televisin y conmina a Alfonso a ofrecerle dinero a cambio de silencio, en un
derroche de interesada generosidad. Por favor, pdele a tu padre que se calle. Yo le
pago si hace falta, pero que no alimente a los buitres. En esta misma nota tambin
le transmite a su ex un mensaje de los abogados. La letrada de Alfonso, Beln
Hospido, quiere recibir ms llamadas de su cliente. Me dijo Jos Luis que Beln
quera que la llamases con ms frecuencia. Por qu no lo haces?.

El mayor nmero de referencias son para quejarse de las psimas


condiciones en las que, segn ella, se vive en la prisin gallega. Lamenta Porto en
otra de sus notas la entrevista que Alfonso concedi a un viejo compaero del
peridico en el que trabaj nada ms instalarse en Santiago de Compostela y la
carta que ella decidi escribir y enviar a un programa de televisin nacional. No
sabes lo que me reconforta que me digas que he sido una buena madre y que
confas en m. Yo tambin en ti. Pero lo de Demetrio y mi carta fueron un error.

T sabes y yo nada tengo que escribir que yo s que t eres inocente, pero
en este puto pas te pueden mandar a prisin por meras sospechas, aunque no
exista una sola prueba en contra. A mi alrededor tengo varios ejemplos, segn me
cuentan. No veas ni leas nada. Es todo mentira cuanto dicen y lo nico que logran
es minarnos la moral. Ten fe, saldremos adelante, la anima l.

La expareja, en apariencia, se sigue tratando con ms cario del que sera


previsible, tras casi un ao divorciados. Te quiero, Deditos. Eres mi vida y lo sers
el resto de mis das. Cudate mucho, mi vida. S fuerte y aguanta porque la
verdad triunfar. Porto no es tan expresiva y se limita a llamarlo Alf.

Por qu deciden prescindir de la correspondencia y enviarse notas sin sobre


en papeles que cualquiera poda leer y hasta fotocopiar durante el recorrido por los
pasillos y pabellones de la crcel es un misterio. Eludieron el control de la
direccin, pero se exponan a que sus palabras acabaran en manos ajenas, como
ocurri. En prisin, como apunta Rosario en otro prrafo, no hay que fiarse de
nadie. Pero no te puedo negar que tengo mucho miedo. No confo en nadie y me
siento muy sola.
A mediados de noviembre, el juez, que ignoraba los tejemanejes de la pareja
en el centro penitenciario, recibi el penltimo de los informes relacionados con la
autopsia de la nia, procedente del Instituto de Toxicologa de Sevilla. Era el
estudio histopatolgico. Los tejidos de todas las partes vitales de su cuerpo (labios,
tiroides, corazn, pulmn, bazo, pncreas, rin y glndula suprarrenal) haban
sido diseccionados en busca de la forma de la muerte.

Los labios y la mucosa de la parte derecha de la comisura de la boca, es


decir, la parte interna del carrillo, tenan lesiones agudas por una accin
compresiva o traumtica, lo que significa que estaban siendo presionados,
tapados en el momento del fallecimiento. Los alveolos del pulmn presentaban
rotura y dilatacin, una marcada congestin vascular, con reas de edema y
hemorragia. La congestin haba llegado tambin al corazn y el tiroides.

Mientras ese informe se firmaba en Sevilla, en el cuartel madrileo de


Arroyomolinos, Herrero y Marcelo tomaban declaracin al colombiano Ramiro
Cern, cuyo semen haba sido encontrado en los anlisis. Al da siguiente, el 19 de
noviembre, el juez levantaba el secreto de sumario tras casi dos meses de cerrojazo
para las defensas y para los medios. A fecha de hoy ha tenido entrada la
declaracin del ltimo de los sospechosos (Cern) ajeno a los dos imputados que
era preciso comprobar. A fecha de hoy, es posible levantar el secreto de sumario,
sin que cause un grave perjuicio a la causa.

Tan adopt una medida desconcertante. A cada copia entregada a las partes
le coloc una marca de agua distinta para recordarles lo gravsimo que es que
aparezcan en medios de comunicacin imgenes como las del cadver de la menor
o el contenido de testificales que afectan a la intimidad de las personas. El
magistrado haca alusin a la presin meditica inaudita y el temor a que el
contenido del sumario apareciera en los medios. La cautela tuvo su efecto solo
unos das. Lo fundamental de ese auto es que a juicio del instructor los tres
hombres investigados (Dor, El-Omari y Jaramillo) eran totalmente ajenos a los
hechos.

Con las cartas ya sobre la mesa, con las pruebas y el contenido del sumario a
disposicin de los abogados, el juez llam a declarar de nuevo a los imputados. Lo
haba solicitado el fiscal, junto a otras inacabables trece peticiones de diligencias
que seguan en el aire, bien porque los imputados se haban negado a colaborar o
porque los primeros informes requeran ampliaciones y aclaraciones. Una de ellas
resultaba inquietante. Jorge Fernndez de Arnguiz, basndose en los resultados
de los anlisis biolgicos, peda a la Guardia Civil que explicara el significado de
una mezcla de perfiles genticos de Asunta y su padre. Esa mezcla se haba
encontrado en unos fluidos presentes en las bragas de la nia. Haba que averiguar
cunto tiempo llevaban esos restos, qu tipo de fluido era y el porqu del cruce.
Basterra y Porto, que ignoraban an ese punto, se sentaron en la sala por segunda
vez a las cuatro de la tarde del 28 de noviembre.

Quedaban tan lejos sus viajes, sus fotografas familiares. La nia sonriente y
pizpireta de las fotos en color estaba en una urna en la que fue su casa, y ellos, los
que haban viajado a la pera de Viena para asistir al concierto de Ao Nuevo, los
que no tenan problemas en su cuenta bancaria, haban cambiado ya haca dos
meses esa vida de diseo por las aspticas celdas de Teixeiro. Alfonso se neg a
declarar.

Su abogada haba avanzado que colaborara cuando se levantara el secreto,


pero ah se encontraban el instructor y el fiscal con los primeros centmetros del
muro de silencio que ya no caera. El padre se destapara adems como un
furibundo imputado que se encaraba por segunda vez con el fiscal Jorge Fernndez
de Arnguiz.

Basterra, mientras se sucedan las peticiones de los abogados defensores y


aprovechando un pequeo receso en que el juez tuvo que salir de la sala, se dirigi
al representante del Ministerio Pblico: Cerdo, asqueroso! No te da vergenza?
Deberas estar pudrindote t en la crcel. Cuando te pille te voy a dar unas
hostias. Sers malvado, decir que yo envenen a mi hija!, le espet ante la mirada
atnita de quienes estaban presentes y el creciente nerviosismo de los policas que
custodiaban a los detenidos, preguntndose si deban mediar cuando Alfonso
arreci en sus insultos. Los agentes recogieron el incidente en un atestado. En l
daban cuenta de que el imputado dirigi esas palabras al fiscal tanto en el receso
como mientras era conducido a los calabozos, pasadas las 21.30 horas.

No era su primer amago chulesco. Durante el registro de la finca de Teo del


18 de octubre, Basterra se acerc a Fernndez de Arnguiz y le llam necio. Un
insulto que oyeron con claridad tanto los guardias como el juez. El fiscal ni
respondi ni actu contra el imputado en ninguna de las dos ocasiones, aunque se
le reprendi y advirti de las consecuencias que podra tener para l persistir en
esa falta de respeto.

Porto, en cambio, se acomod en la silla, ante el micrfono, en una actitud


muy diferente a los sollozos, el encogimiento y las dudas de la primera vez. Nadie
puede aventurar que la segunda es mejor, pero al menos se sabe a lo que se va.
Hospido, Aranguren y los letrados de Clara Campoamor completaban el estrado.

La declaracin de la madre ocup nueve folios transcritos. Respondi al


fiscal, al juez y a la abogada de Alfonso. Su letrado no formul preguntas y se neg
a contestar a las de la acusacin popular. Si la primera vez se explay en detalles
personales, por ejemplo respecto a la relacin que mantena con una tercera
persona, a finales de noviembre opt por callar. Defini a Basterra como un buen
padre, con el que coma habitualmente en verano y pasaba alguna noche en su casa
porque tena miedo. La nia no estuvo en vacaciones con la pareja porque ella
aspiraba a curarse de su depresin y estar al cien por cien para cuidarla.

Admiti que en una ocasin dieron a Asunta un antihistamnico machacado,


una o dos veces como mximo, porque la nia estaba cargadsima de la alergia y
no podan localizar a su doctora habitual. La pequea no se tomaba nada si no le
explicaban bien para lo que era. Jams le haba dado Orfidal ni fue consciente de
que alguien se lo diera. Asunta adoraba a su padre y viceversa y la relacin era
buensima entre ellos. Su percepcin es que estaban muy a gusto juntos.

A todos los episodios de intoxicacin, de julio y septiembre, les proporcion


una explicacin: una mezcla de alergia y fiebre. El interrogatorio se centr en las
pastillas, en quin las tomaba de los dos y desde cundo, en averiguar quin se las
haba suministrado a la nia. No me consta que Alfonso comprara tanto Orfidal a
su nombre. Creo que l no tomaba Orfidal para dormir, pero no lo s, cuando
vivamos juntos no lo tomaba.

El fiscal y el juez insistieron en las pruebas halladas. Charo asegur que el


da del crimen no arroj ningn pauelo a la papelera de la habitacin de Teo en la
que recogi los baadores de un cajn; la mascarilla la utilizaba para hacer los
cambios de ropa por su alergia al polvo; no haba echado en falta una funda de
almohada que buscaron los investigadores porque haca unos doce aos que no
dorma all. Tampoco ech de menos las alfombrillas de su Mercedes, jams
encontradas.

El vmito del coche seran restos de hace mucho tiempo, una vez que la nia
se mare; no saba cmo haban llegado restos de Orfidal a su vestido ni tampoco a
las fundas de las mascarillas halladas en la guantera de su vehculo. Reiter que
Alfonso tena el ordenador en su casa y que ella dej a Asunta cerca de Doctor
Teixeiro la tarde en que muri y ya no volvi a verla. Por supuesto, ese da durante
el almuerzo comieron los tres juntos y ni ella ni Alfonso dieron Orfidal a su hija. Su
exmarido no tuvo ocasin de hacerlo sin que ella lo supiera.

La declaracin no dio para ms. Su actitud haba variado de forma ostensible


desde septiembre. Persistan las incongruencias y la ausencia de explicaciones,
pese a su propsito anunciado de colaborar. Basterra, no. l se amurall en el
silencio y en el desafo al fiscal y al juez y no abri la boca, un comportamiento que
sera la tnica en los siguientes meses.

Diciembre

Tras esta segunda comparecencia, el magistrado abord una inacabable lista


de pruebas pedidas tanto por el fiscal como por los dos abogados, entre ellas el
comienzo del examen psiquitrico de Porto, al que accedi; una reconstruccin de
su recorrido en coche la tarde del crimen, los resultados de los informes que estaba
realizando la Guardia Civil y nuevas declaraciones que se fueron escalonando a lo
largo del mes. Por el juzgado tenan que pasar desde el polica que los atendi la
noche de la denuncia hasta la cuidadora de la nia, sin olvidar al vecino de Teo
empeado en que el cuerpo de Asunta no estaba all y, por supuesto, las palabras
ms esperadas: las de Ramiro Cern Jaramillo. El colombiano temblaba cada vez
que oa las palabras asesinato o Asunta en televisin. Los abogados de la pareja se
iban a emplear con empeo. Su nica carta no poda salir del tablero.

Las decisiones judiciales se sumaron. El mismo da que el instructor


ordenaba pruebas y declaraciones, el 4 de diciembre, la Audiencia de Santiago
dictaba un auto demoledor en el que desgranaba catorce indicios para mantener a
Basterra en prisin por su participacin en el crimen: la compra de Orfidal, los
episodios previos contados por las profesoras, la comida en su casa, su falta de
colaboracin con la Justicia... Los padres vieron cmo su futuro se oscureca de
modo casi definitivo con la ratificacin de los tres jueces. Para entonces, tanto la
abogada de Alfonso como el de Rosario ya haban pedido actuar como acusacin
particular contra el colombiano Ramiro Cern, una pretensin que les neg
primero Tan y ms tarde la Audiencia.
A punto de cumplirse tres meses de la muerte de la nia, uno de los
resultados ms esperados era la autopsia definitiva. El juez haba entregado los
avances de la misma a las partes y haba recibido los anlisis complementarios de
txicos, clulas y dems. Confiaba, aunque saba que era muy complejo, en que ese
documento definitivo lograra acotar an ms la hora del fallecimiento, fijada
inicialmente entre las cuatro y las ocho de la tarde del sbado. El jefe de los
forenses, Jos Blanco Pampn, le haba advertido al cruzarse por los pasillos de los
juzgados de Santiago que iba a ser imposible cerrar ms ese abanico, pero lo
tranquiliz asegurndole que el informe tena la suficiente contundencia como para
no suscitar dudas de esas que provocan miradas de extraeza entre los miembros
del jurado.

La maana encapotada del 11 de diciembre Pampn le entreg al juez la


autopsia completa. La terminologa habitual, asptica, desprovista de adjetivos,
manejada por los forenses; la muerte en forma de golpe, de disparo, de asfixia, de
pualada o de veneno son elementos que desfilan de modo rutinario por la mesa
de un juez de instruccin, que se grapan a las pginas de un sumario y que se
debaten e interpretan en la sala de un tribunal. Pero cuando la vctima tiene doce
aos y su cuerpo ha sido abandonado junto al borde de un camino la rutina se tie
de matices emocionales. Cuando has encarcelado a quienes ests convencido de
que provocaron esas heridas y ese estertor final y sabes que son los padres de la
criatura de doce aos a la que viste desmadejada en la noche, te resulta difcil
seguir una lectura lineal y sin sobresalto.

Los forenses siguieron el esquema: identidad del cadver, informacin


preliminar (lugar donde se encontr y desaparicin previa); examen del vestuario;
examen externo e interno, causa de la muerte, consideraciones mdico-legales y
conclusiones, as como la bibliografa seguida. Tan pidi a una funcionaria que le
hiciera una copia y subray palabras y frases completas de las consideraciones
mdico legales.

El cadver presentaba dos tipos de lesiones bien diferenciadas. Por una parte
aquellas relativas a traumatismos contusos de escasa entidad, tales como erosiones
dorsales y craneofaciales, pequeas equimosis en los tobillos y las equimosis en el
antebrazo derecho y en el tobillo izquierdo. Por otra parte, las lesiones propias del
cuadro general de las asfixias y en particular de la modalidad de sofocacin por
oclusin de los orificios respiratorios. Si bien cualquiera de ellas posee escasa
entidad clnica desde la perspectiva mdico legal son especialmente importantes
las equimosis del antebrazo y el tobillo, toda vez que demuestran la existencia de
un medio de contencin mecnica, ligaduras, as como la lesin de la mucosa bucal
que posee un alto valor de evidencia de haber sido sofocada mediante un objeto
blando o deformable.

El homicidio por sofocacin puede ocurrir con escasas lesiones o sin ellas
cuando la vctima no est en condiciones de ofrecer resistencia, tal y como sucede
en ancianos, nios pequeos, incapacitados fsicos o personas privadas de
conocimiento mediante drogas o psicofrmacos. Esta afirmacin resulta
especialmente cierta en menores de doce meses de edad. Sin embargo, incluso
estos menores reaccionan ante la sofocacin con lucha violenta, aunque esta
resistencia suele ser autolimitada. En el presente caso, la sutileza de las lesiones
observadas se debe a la presencia de sustancias depresoras del sistema nervioso
central en cantidades importantes (Lorazepam) motivo por el cual la resistencia
ofrecida se ha visto muy disminuida.

Un dato importante lo constituye la presencia del sangrado nasal que


presentaba Asunta Basterra Porto. Este dato posee especial relevancia pues su
frecuencia de presentacin se estima en tan solo del 39 por ciento de los casos,
poseyendo pues un alto valor probatorio sobre la causa de la muerte: asfixia. Por su
parte la presencia de hemorragia intrapulmonar en los tejidos analizados se
encuentra asociada a los casos en los que el proceso de sofocacin ha sido
interrumpido y los autores declaran que la vctima tuvo respiraciones espontneas
de forma espordica o temporal, motivo por el cual nos induce a pensar que el acto
de sofocacin no fue continuo, sino interrumpido por la escasa resistencia que
pudo ofrecer la vctima.

Por su parte la presencia de un desgarro en la unin gastroesofgica


demuestra la existencia de nuseas o vmitos sufridos durante el proceso de
sofocacin, semejante hallazgo corresponde a un incremento importante de la
presin intragstrica e intraesofgica con laceracin mucosa, tal y como sucede en
el sndrome de Mallory Weiss.

La ausencia de erosiones o abrasiones peribucales en la vctima debidas a la


accin de las uas descartan la sofocacin manual directa. Esta consideracin se ve
reforzada por la negatividad de los anlisis de ADN realizados respecto de
posibles restos epiteliales del autor/autores. As pues la presencia de soluciones de
continuidad en la mucosa asociadas a hemorragia y coagulacin de fibras
musculares, as como elongacin y disposicin alineada de ncleos celulares
epiteliales en los tejidos de los labios conforman los hallazgos clsicos y
caractersticos de la compresin del tejido de la boca contra los dientes y las
arcadas dentarias subyacentes. Semejantes hallazgos solo pueden contextualizarse
en un acto de naturaleza homicida. Por otra parte la ausencia de lesiones recientes
o vestigios lesionales en las reas genital y paragenital de la vctima descartan
desde el punto de vista mdico legal la agresin sexual.

Conclusiones mdico legales:

La muerte de Asunta Yong Fang Basterra Porto se produjo por el efecto de


una compresin sostenida sobre la boca y los orificios nasales con los efectos
fisiopatolgicos que ello comporta: asfixia. La presin ejercida se llev a cabo muy
probablemente mediante un objeto blando y deformable.

Desde el punto de vista etiolgico y teniendo en cuenta las caractersticas


particulares del caso (exmenes complementarios, estudio de la escena de los
hechos y datos de la autopsia, entre otros) la nica etiologa mdico legal a
considerar es la homicida.

La evolucin de los fenmenos cadavricos, la distribucin de los frmacos,


el estado de replecin gstrico y la naturaleza de los alimentos as como la
aplicacin de diferentes frmulas universalmente aceptadas para el clculo del
intervalo postmortem basadas en la concentracin del potasio en el humor vtreo
sitan el fallecimiento entre las 16.00 y las 20.00 horas del 21 de septiembre de
2013.

En el momento del fallecimiento la vctima se encontraba bajo el efecto de


una importante cantidad de Benzodiacepinas (Lorazepam).

Carmen Prez de Albniz, una de las dos forenses presente en el


levantamiento del cuerpo en la pista de Teo, y su jefe Jos Blanco Pampn
estamparon su firma al final del documento. Tan llam al sargento Marcelo y al
cabo Herrero en cuanto acab de leer el informe y les ampli la informacin que ya
tenan. La nia fue atada por las muecas y por los tobillos y el arrastre en la pista,
aunque leve, le haba provocado algunas heridas. Se haba pedido una prueba para
intentar determinar si Rosario tena fuerza suficiente para cargar sola con el cuerpo
de su hija. Quien deposit el cadver en la pista lo arrastr, aunque de forma casi
imperceptible.
Esa misma semana se sucedi otra tanda de declaraciones en el juzgado y se
aplaz para la siguiente la reconstruccin del itinerario que sigui Charo Porto en
coche la tarde del crimen, esas extraas idas y venidas de Santiago a la finca de Teo
y esas mareantes explicaciones tan poco convincentes. En la diligencia participaron
el juez, el fiscal y los abogados. Durante tres horas, cuatro Nissan Patrol de la
Guardia Civil y una furgoneta con los cristales tintados circularon por las calles
que debi de ver la nia por ltima vez. La madre intent dar una explicacin a
por qu tard diecinueve minutos en llegar de su garaje de Santiago al chal, con
Asunta en el asiento del copiloto, y cuarenta en regresar, un dato constatado por
los horarios precisos en los que se activ y desactiv la alarma en en el piso de
Doctor Teixeiro y en la vivienda de Teo.

En su rocambolesco intento de aclaracin relat hasta tres viajes al chal esa


tarde: el primero con la nia, a la que llev de vuelta a Santiago nada ms entrar en
la finca porque deca sentirse mal. De la ciudad se encamin de nuevo a la finca, y
a continuacin al Decathlon otra vez hasta que se percat de que se haba dejado el
bolso y regres. Volvi una tercera vez al chal y sali, sin llegar a ir a la tienda
porque era tarde. Entre medias incluso pas por una gasolinera cercana, sin llegar a
repostar. Quienes la acompaaban en el furgn y grababan sus palabras durante el
recorrido no creyeron una sola de las versiones. No haba encaje de piezas se
mirase por donde se mirase.

El itinerario preciso, ese ltimo viaje de Asunta viva, casi con toda seguridad
adormecida, medio mareada, seguira siendo un misterio en sus detalles. Como
casi siempre en las investigaciones, las zonas de sombra se hacan hueco entre una
hilera ms o menos bien trazada de certezas.
Captulo IX

EL CAPRICHO DEL ABUELO

Tan no haba tenido tregua ni siquiera en Navidades. El cabo Herrero, el


sargento Marcelo, que se haba convertido en el instructor de las diligencias tras el
traslado de Maceiras a la Comandancia de Lugo, y el resto del equipo de
Homicidios, tampoco. Haban transcurrido tres meses y los detenidos no se haban
resquebrajado. Basterra jugaba al ratn y al gato con ellos, con la ayuda de alguien
an por descubrir.

Esa maana la entrada de los juzgados de Santiago estaba ms despejada


que de costumbre. Al menos hoy me dejarn trabajar en paz, se dijo el juez, que
haba decidido nada ms saltar de la cama darle un da de tregua a su iPhone antes
de que se desintegrara a fuerza de llamadas, whatsapps y mensajes. El trabajo se le
haba acumulado en la mesa de forma ostensible y no precisamente por las
vacaciones de Navidad, en las que, por supuesto, haba estado al pie del can.
Salud a sus funcionarios, les felicit las Pascuas y se acomod en su silla. Una de
las funcionarias no tard ni cinco minutos en asomar la cabeza tras llamar con su
habitual suavidad a la puerta. Seora, ha entrado este documento hace un rato.
Lo ha trado el procurador de Beln Hospido. Parece que es urgente, si no ya me
dir a qu las prisas en plenas fiestas. El magistrado enarc las cejas en un gesto
que ella conoca de sobra y le pidi que se lo pasara.

La letrada anunciaba en un escrito que Basterra iba a entregar las llaves de su


piso al propietario, es decir, que dejaba el alquiler. La sorpresa vena a
continuacin: Hecho que se pone en conocimiento del juzgado dado que en su
interior siempre ha estado el ordenador del imputado y el telfono del mismo, y no
se hacen responsables del hecho de que desaparezcan una vez abandonada la
vivienda. Era el colmo. La abogada aseguraba que dos de los objetos, posibles
evidencias, que se haban buscado hasta la saciedad desde el inicio de la
instruccin, estaban a la vista de los investigadores y estos ni los haban olido.

El juez no se molest ni en disimular su enfado. Era una ms de las tretas de


estos abogados que estaban colmando su paciencia. Entenda y defenda el trabajo
de los letrados, vaya que si lo entenda compartiendo techo, anillo e hijo con una de
las ms implacables de La Corua, pero los movimientos a la desesperada de
Aranguren y Hospido, que l crea claramente concertados, empezaban a cabrearlo.
En el fondo se comportaban como si la instruccin fuera una partida de pker y un
da s y otro tambin jugaban de farol. El episodio del ordenador desaparecido y,
supuestamente, reaparecido era una psima broma. Ms carnaza y ms
especulaciones.

La vspera de Nochevieja, Tan autoriz la tercera entrada y registro en el


piso de Alfonso Basterra, de poco ms de 50 metros cuadrados, con pocos muebles
y solo un par de armarios. Ningn escondrijo a la vista. En su interior se
encontraron el telfono y el ordenador, los dos objetos que se haban requerido al
imputado de forma reiterada.

El sargento Marcelo entreg al juez tres das despus un escueto informe con
lo que ya se saba, acompaado de tres fotografas. Era la prueba de que en el
registro que hicieron el 26 de septiembre en ese piso no haba ningn ordenador
metido en un maletn negro a la entrada del saln. Tres meses despus, y con l en
prisin, por arte de magia haba aparecido el dichoso maletn apoyado junto a un
cubre-radiador. El sargento haba preguntado a todos los agentes que participaron
en ese primer registro, incluidos los especialistas en inspecciones oculares, y
coincidieron: ni el maletn ni el ordenador estaban all. La Audiencia Provincial ya
haba considerado ese hecho una falta de colaboracin en su auto de principios de
diciembre.

El escrito de la defensa constituye un estril intento de hacer creer que toda


la instruccin es un desastre (...). Las fotografas dejan claro que el ordenador no
estaba donde ahora ha aparecido. Los hechos son supuestamente constitutivos de
un acto de entorpecimiento a la Justicia puesto que han obligado a tres meses de
diligencias de bsqueda. Si se comprobase que el ordenador ha sido manipulado,
podran ser constitutivos de un delito de encubrimiento.
El juez apostaba, con esa declaracin de intenciones, por que se encontraban
ante un intento de destruir pruebas y ordenaba dos tipos de diligencias: el anlisis
del PC y el mvil para conocer qu comunicaciones, bsquedas en Internet,
etctera, haba hecho Basterra, o quien fuese, y, por otra, un estudio previo del
ordenador (huellas y ADN) para tratar de identificar a la persona que lo haba
colocado en la casa y en el supuesto de que hubiera sido manipulado saber quin
lo hizo. La acusacin calific esta aparicin como un milagro, una tomadura de
pelo. Alguien tena unas llaves del piso de Repblica Argentina y alguien lo haba
dejado all por orden de Alfonso.

Recin inaugurado el ao, el juez haba vuelto a su despacho en Santiago.


Detestaba que se le acumulara un solo papel, que cualquiera de los abogados
tuviera un resquicio para apuntar una dilacin en sus instrucciones. Su mujer le
recordaba que eso era imposible porque su desbordante energa la concentraba
siempre en primer lugar en el trabajo. A media maana del jueves 2 de enero, la
funcionaria le entreg el documento que haba pedido al da siguiente de Navidad
al Servicio de Proteccin de Menores de la Xunta. Se haban dado prisa. El
instructor quera saber qu opinaron los profesionales que entrevistaron a Porto y
Basterra antes de considerarlos adecuados para adoptar a un beb. Senta ms que
curiosidad por conocer cmo se haban retratado ellos antes de que una borrasca
acabara con la familia, con la vida de una nia y con la libertad de la pareja.

Tan tena sobre su mesa tres documentos: un detallado informe psicosocial


elaborado por una psicloga y una trabajadora social de la Xunta, fechado en
febrero de 2000, cuando la pequea Asunta an no haba nacido, y otros dos
informes de seguimiento, mucho ms breves, de los dos aos siguientes, en los que
un par de funcionarias distintas valoraban cmo era la integracin de la nia, cmo
creca y en qu ambiente se desarrollaba. Costaba encontrar en alguno de ellos
siquiera una pincelada negativa, una caracterstica vital o de comportamiento de la
pareja que chirriara. Cualquiera que los leyera acabara en la misma conclusin: era
el vivo retrato de una familia ideal, perfecta, la que cada uno hubiera querido para
s.

A l en cambio s le llamaron la atencin detalles tanto econmicos como


personales de esa pareja a la que haba interrogado a fondo, que le haba mentido y
ocultado datos fundamentales y a la que crea firmemente responsable del crimen
de su hija, de forma premeditada y concertada.

El 1 de julio de 2001 Charo y Alfonso se convirtieron, mediante una


sentencia dictada en Yonazhov-Hunan (China) en padres de Asunta. La pequea
no haba cumplido an diez meses. Diecisis das despus, el beb pis por
primera vez Santiago. Le haban preparado un nido perfecto en el piso de la pareja,
de 150 metros, propiedad de la madre de Charo, que estaba a punto de donrselo.
Charo era hija nica y sus padres, un destacado abogado y una afamada
catedrtica de Historia del Arte, se entregaron a su nica nieta, que pronto
despuntara como una criatura muy especial. Taia, como la llamaban los abuelos,
fue el centro de sus vidas a partir de ese momento. Pasaba tres tardes a la semana
con ellos, la llevaban a pasear, al parque, a tomar un helado. No se resistan a sus
moneras ni a sus caprichos.

Porto, tal y como saba el juez, trabajaba entonces en el boyante bufete de su


padre, sin demasiado entusiasmo, aunque eso no lo reflejaban los informes, y haba
heredado de l la condicin de cnsul honoraria de Francia, con actos sociales de
postn en los que lucir su coquetera y buena conversacin. Basterra, periodista
bilbano que haba aterrizado en Santiago a finales de los ochenta, no acababa de
asentarse profesionalmente y daba tumbos por pequeos medios con su puesto de
trabajo montado en casa. La pareja se ennovi en 1992 y se cas cuatro aos
despus.

Charo es una persona que se entrega mucho a los que quiere y respeta,
dando ms de lo que recibe, tiene carcter y sabe lo que quiere, es un tanto
impaciente, algo que no me agrada demasiado. Yo soy una persona que quiere
pasar por este mundo de la mejor manera posible, sin triunfalismos, describi
Alfonso a la psicloga que lo entrevist para decidir si sera un buen padre a
comienzos de la dcada.

Es paciente, tranquilo, comprensivo y con sentido del humor, con carcter y


que toma sus propias decisiones. Yo soy una mujer apasionada. Tan lea con
desapego lo que ellos contaron de s mismos y pensaba en la distancia feroz que
suele existir entre quienes pensamos que somos, quienes somos en realidad y
quienes ven los dems. Se poda aplicar a cualquiera, pero en la sala de
interrogatorios ese desequilibrio siempre quedaba en evidencia.

El documento continuaba: Alfonso es una persona idealista, soador, que


suele dejarse afectar por los sentimientos, impaciente, adaptable, no competitivo,
de trato fcil, franco, natural, al que se le satisface fcilmente. Tiende a ser
reservado, autosuficiente e inhibido en los contactos personales. Todo lo contario
que Charo, quien producto de sus palabras o de las de ambos, o bien de lo que
percibieron sus entrevistadoras aparece como una mujer afable, reposada,
emocionalmente expresiva, dispuesta a cooperar, adaptable y solcita. Socialmente
atrevida y espontnea, tiende a ser sociable, dispuesta a intentar nuevas cosas, de
numerosas respuestas emocionales, puede llegar a despreocuparse de los detalles e
invertir mucho tiempo charlando.

Haba una parte del documento que interesaba especialmente al juez, la que
explicaba por qu queran ser padres. Para Charo los hijos suponan una forma de
compartir su vida, su forma de pensar y su relacin con su marido con otra
persona. Para Alfonso, poder formar una familia y transmitirle los valores que
ellos consideran importantes como la amistad, la educacin, la honestidad y
aprovechar y vivir la vida. Obvio resultaba, y as lo plasmaron, que ambos se
dibujaban como una buena pareja, con un elevado grado de acuerdo en aspectos
bsicos para convivir como la economa, la familia, la poltica, las aficiones
(jugaban al tenis con el abuelo Porto), las amistades, que heredaron de Charo en
Santiago, o la sexualidad.

Les daba igual que la criatura fuera nio o nia y su raza, solo pidieron,
como la mayora de candidatos a la adopcin, que tuviera entre seis y doce meses y
que fuera un beb sano. Ellos pondran lo dems: ajustaran sus horarios flexibles a
la criatura y adecuaran toda su vida. El dinero no era un contratiempo, dado que
Alfonso asegur ganar 200.000 pesetas mensuales como director de una
publicacin dirigida al sector forestal y como colaborador de la revista ECO,
mientras que Charo ingresaba 250.000 pesetas por su trabajo en el bufete y perciba
otras 90.000 mensuales por el alquiler de una vivienda en Santiago, propiedad de
sus padres. Su futuro hijo ira a la guardera y adems tenan una empleada de
hogar. Estaban los abuelos, ya jubilados, y si necesitaban una cuidadora tampoco
tendran impedimento.

Si uno conociera a los Basterra-Porto solo a travs de los ojos de ese informe,
pens Tan, querra irse a vivir con ellos ese mismo da. Familia ideal, perfecta...
dinero, acuerdo, bienestar, educacin, valores. Deporte, cine, teatro, viajes,
idiomas... Alfonso, con una licenciatura, estudiaba en ese momento Derecho en la
UNED, y francs, segn cont, y Charo tena la nutrida agenda de clientes de su
padre a su disposicin. No se poda pedir ms. Era obvio que el sello de idneos se
ajustaba al guion narrado. El juez esboz una mueca al evocar en dos imgenes casi
superpuestas a Asunta cuando era un beb enclenque, recin llegado a Santiago, y
cuando vio su cuerpo adolescente tirado en la cuneta de Teo.
Un ao y dos meses despus, la familia perfecta haba consolidado su
posicin ante los examinadores de la Xunta. Eran unos padres diez y Asunta una
nia sana y feliz, que ya despuntaba respecto de los otros nios en la guardera
Antares, a la que asista cuatro horas por la maana.

En los documentos se dibujaba tambin un retrato de su familia extensa.


Alfonso, hijo de industrial y empresario, asegur pertenecer a una familia
acomodada de Bilbao. Su madre, natural de Asturias, ama de casa, emigr al Pas
Vasco. Ella era de familia humilde, con bajo nivel cultural y formativo. Esta
diferencia marc la relacin con la familia de su padre, tal y como evoc Basterra.
Se haba educado en un ambiente conservador. Su padre, Ramn Basterra, le daba
gran importancia a la correccin en el comportamiento y a la honestidad. El
cacareado honor de los Basterra que mencion Charo con retintn en su
declaracin judicial.

Ramn Basterra, el abuelo paterno de Asunta, destroz de un plumazo esa


imagen de correccin que haba retratado su hijo una dcada antes, al aparecer en
varios programas de televisin. Desde su casa de Medina de Pomar, sentado en un
silln, casi apoltronado, defendi a su hijo al da siguiente de ingresar este en
prisin. A l le pareca imposible la acusacin de asesinato. Es muy recto y
puritano, no como yo (). Mi hija piensa que quizs mi hijo pudo haber intentado
encubrirla a ella. Cont que su hijo le llam a las once de la maana del domingo
para darle la noticia, curiosamente bastante despus que a varios amigos. Se refiri
a l como un infeliz, enamorado hasta el tutano de Rosario.

No conoca los detalles de la separacin de la pareja, salvo que haba sido


amigablemente, pese a que Alfonso pas unos das en su casa tras la separacin.
Es muy reservado, no me cont mucho. La traca final de una de sus entrevistas,
en las que dej caer que las haca por dinero, fue antolgica: Es increble que
ocurran estas cosas despus de haber tenido ese nivel. Desapego era un
calificativo suave para describir su tono y sus palabras. Charo, celosa de su
intimidad, herva cada vez que lo vea abrir la boca en pantalla. Ella misma estaba
dispuesta a pagarle para que callara y dejara de facilitar fotos familiares a los
medios.

Si Charo no tena parientes cercanos que la defendieran en los medios, los de


Alfonso no contribuyeron a mejorar su imagen. Su exsuegro no aparentaba sentir
mucha simpata por ella, igual que los dos hermanos de Alfonso: Jos Mara y
Rosa. Ella callaba mientras cuidaba a su padre en el retiro burgals; l, afincado en
Canarias, apenas habl y cuando lo hizo evidenci una acusada lejana hacia su
parentela. La relacin de Alfonso y Charo con ellos haba sido bsicamente
telefnica, con espordicas visitas de trmite cada ao.

En un mensaje enviado a Alfonso por uno de sus mejores amigos la noche


siguiente al crimen, este quiere saber si Basterra prefiere que viaje a Santiago para
acompaarlo en el trago por el que supone que est pasando o no. Le explica las
gestiones que ha hecho para transmitir la noticia a algunos parientes lejanos y otros
muy prximos: Lo que s que he hecho es insistirle a tu padre en que no se le
ocurra presentrsete l, persuadindole a base de su mala salud y sus aos. Estoy
seguro de que lo ltimo que desearas, con lo que tienes a cuestas, es que
aparezca. Y no apareci. Ramn, el nico abuelo que le quedaba a Asunta,
permaneci en su casa de Burgos.

Hasta los siete aos Charo pasaba la mayor parte del tiempo con sus abuelos,
segn cont, porque sus padres trabajaban mucho. Le daban tiempo de calidad.
A su padre lo defini como un hombre de izquierdas que le dio una educacin
progresista. El matrimonio concedi mucha importancia a la formacin. Cuando
preparaban la adopcin, ella llevaba un ao y medio como cnsul honoraria de
Francia. A los veintitrs aos su vida cambi cuando le detectaron el lupus, aunque
tambin en esas entrevistas pas de puntillas por la enfermedad. Todos estaban
muy unidos, se visitaban a diario y mantenan contacto constante. A Charo le
entusiasmaba ir de compras y viajar. Oporto, Madrid, Pars, cualquier ciudad
extranjera o cualquier punto de Espaa la atraan. Una de las ltimas escapadas
familiares, con su madre ya muerta, fue a la feria Arco en Madrid para que su
padre se distrajera. Nunca pens que l echara tanto de menos a mam. Discutan
mucho, confes a Tan.

En la investigacin de un asesinato se repite la muerte y se repite la


persecucin incansable del culpable. Equivale a no dejar una puerta sin abrir.
Informacin aparentemente intrascendente, aparentemente personal, privada,
acaba saliendo a la luz por si sirve para formar el esqueleto. Las seales precisan
dotarse de significado. Las huellas se siguen hacia atrs. Todo son claves y todo
exige ser interpretado.

Esa era la reflexin del juez cuando pudo someter a contraste los informes de
idoneidad como padres de Basterra y Porto, lo que ellos contaron y lo que los
evaluadores percibieron, con los que llegaron al juzgado a finales de marzo,
resultado de las pruebas psicolgicas y psiquitricas a las que se haba sometido
Rosario. A las palabras y las interpretaciones las separaban ms de trece aos.
Algunas de las personas de las que se hablaba en esos documentos ya estaban
muertas: los padres de Rosario y, por supuesto, la pequea Asunta. Al leer unos y
compararlos con los otros, era inevitable sentir un sabor amargo y una punzada.
Ese mundo reflejado se haba quebrado y se haba llevado por delante a una nia
que an no haba cumplido trece aos.

Porto cambi de opinin respecto a que evaluaran su mente y su eventual


imputabilidad. Tras el rechazo inicial, en diciembre, se avino a someterse a las
pruebas. La evaluaron seis mdicos en varias sesiones: cuatro eran oficiales,
miembros del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y otros dos eran
psiquiatras a los que Charo conoca bien, Julio Brenlla, que la haba tratado haca
cuatro aos, justo antes de su ingreso en La Robleda, y al que adems conoca
desde que eran nios por vivir en el mismo bloque de edificios, y Ramiro Tourio,
de quien era paciente desde el 30 de julio y con quien segua en tratamiento cuando
muri Asunta. Ellos dos, como se ha contado, fueron los encargados de realizar el
informe solicitado por su abogado en el que la mujer se mostr colaboradora. Sus
pginas ofrecen una amplia pincelada de la evolucin de la mujer y de toda la
familia.

Cuando Charo y Alfonso se casaron en 1996 ella pensaba que era un hombre
culto, amable, educado, que compartan muchas aficiones. Seis meses antes de la
boda l perdi su empleo en El Correo Gallego y ms tarde fue encontrando trabajos
ocasionales. La pareja viajaba mucho, sola o con los padres de ella. Dos aos
despus de la boda es cuando se plantean la posibilidad de tener descendencia.
Alfonso no era partidario, pero Rosario s. Ella, dijo, quera un hijo adoptado, no
biolgico, para evitar las fases propias del proceso natural.

Francisco Porto y Rosario Ortega queran ser abuelos y presionaban a la


pareja para cumplir su deseo. La insistencia de estos consigue que el matrimonio
inicie los trmites de adopcin en China. En julio de 2001 llega Asunta con nueve
meses y se convierte en la primera nia china en Santiago. El matrimonio acude a
televisin para explicar su experiencia. La situacin debi de ser rara para el ego
de Rosario, fuente de satisfaccin, recompensa, suficiencia, escriben los
psiquiatras.

Pero la vida cambia, paulatinamente nos fuimos distanciando, relat


Charo a los dos mdicos. Alfonso continu siendo inconstante en sus trabajos, me
min su falta de ambicin, responsabilidad, determinacin. Muy bueno para
fabular y escribir, pero nada ms. Aun as, lo define como un megapadrazo, una
persona tranquila, introvertida, pero muy sibilino.

Despus de la muerte de su madre, en diciembre de 2011, ella se une ms a


su padre y se distancia cada vez ms de Alfonso. Luego lleg la relacin
extramarital con un cliente en febrero de 2012 y cinco meses despus la muerte de
su padre, sbita y extraa como la de su madre. Tuvo un breve duelo, rompi con
su amante, pero en septiembre retomaron esa relacin. Cuando Charo descubre en
enero de 2013 que su todava marido ha husmeado sus correos, la situacin se
precipita. l se puso como un energmeno, fuera de rbita, un comportamiento
impropio del calmado Basterra.

Tras el divorcio, ella concreta que en los meses de febrero y junio su


exmarido le hace la vida imposible. Me enviaba continuamente mensajes, nada
cariosos por cierto. Lo que ocurri a partir de ah est documentado casi a diario,
salvo ciertas lagunas.

Pero y antes? Cmo haba sido la vida de Rosario Porto hasta que Alfonso
entr en ella? Los psiquiatras buscaban esas posibles fallas, un eventual trastorno
que hubiera podido reproducirse o estallar y desencadenar el crimen de la nia. En
las largas entrevistas mantenidas con Brenlla y Tourio, la paciente habl y habl.
Naci cuando su padre, abogado de prestigio, tena cuarenta y seis aos. Su madre,
profesora en la Universidad de Santiago, ya haba cumplido cuarenta y dos. No
tuvo hermanos. Me cri con mi abuela materna. Mis padres estaban muy
ocupados en sus actividades profesionales.

La mujer ech mano de un calificativo acuado por su madre: En la


infancia yo era tremendamente brillante, pero aadi: A pesar de todo no era tan
lista como Asunta. Estudiaba desde pequea francs e ingls, practicaba ballet y su
rendimiento escolar era muy bueno; viajaba con sus padres y aunque era guerrera
y movida siempre acataba las normas.

En la adolescencia su rendimiento escolar empez a bajar con el consiguiente


enfado de sus perfeccionistas padres. A los diecisiete aos pas un ao en
Inglaterra para perfeccionar el idioma y a la vuelta, aunque ella quera estudiar
Derecho Econmico en la Universidad Carlos III, acab ingresando en la Facultad
de Derecho de Santiago. Su primer curso fue irregular, acab con una lcera por el
estrs de los exmenes. En tercero obtuvo una Erasmus para estudiar en Francia.
All no me adapt. No me conoca nadie, era una ms. Aqu en Santiago, como mi
padre era tambin profesor de la facultad, me trataban con mayor consideracin y
condescendencia.

Segn los psiquiatras, en Francia experiment Porto su primera herida


narcisista y no tolera la frustracin que le produce el no ser reconocida. Tuvo que
regresar en el primer trimestre y lo que pareca una falta de adaptacin desemboc
en su primer episodio depresivo. Perdi la beca y el curso.

Una vez acabada la carrera, decidi preparar la oposicin a la carrera


diplomtica, avalada por su dominio de los dos idiomas, pero al cabo de un ao
opt por una salida ms sencilla y comenz a trabajar en el bufete de su padre.

Empec a trabajar con ilusin pero reconozco que no con entusiasmo. Con
frecuencia me he planteado que me equivoqu de carrera. Realmente
consideramos, sealan los psiquiatras, que nunca se debi de ver realizada
llevando procesos civiles. Y continan: Ella aspiraba a mucho ms y adems
estaba siempre a la sombra de su padre, que por cierto no deba de tener muy
buena opinin de ella como profesional. Al menos los primeros aos tuvo que
sufrir comentarios despticos por parte de l, que, segn ella, con el tiempo se
tornaron en alabanzas.

Pasados unos aos, Charo opt por abandonar el bufete y dejar la abogaca,
aunque sigui llevando algn caso (as conoci a su amante) y estuvo plantendose
estudiar Ciencias Polticas o Historia del Arte, su verdadera pasin, o bien preparar
oposiciones a la Unin Europea. Todas esas salidas tambin las desech y acab
cursando un mster en Museologa.

Los psiquiatras tienen clara la gran influencia de sus padres en Porto y a esa
relacin tambin dedicaron parte de su indagacin. La mujer no expres una
conflictividad relevante, pero aun as, dicen, la relacin con ellos, sobre todo con
la madre, no debi de ser tan placentera. Rosario Ortega era una persona peculiar,
por denominarla de una forma sutil, segn los mdicos que suscriben el informe.
Durante la investigacin, los agentes descubrieron a qu obedeca la inslita
acumulacin de cuadros, de tallas religiosas y antigedades de todo pelaje
apilados en la finca de Teo. La profesora de Arte acompaaba a su marido por los
pueblos gallegos y no dudaba en hacerse con aquellos objetos que le interesaban,
casi siempre a un precio que mova a risa.

Mi madre era imprevisible, no se poda confiar en ella. Era contradictoria.


Me quera mucho, pero le faltaba un hervor. Muy descarnada diciendo las cosas.
Encantadoramente odiosa. Con ese retrato que pinta la paciente, Brenlla y Tourio
se pronuncian con claridad. Hablan de una relacin nada idlica. La madre le
deba de dar bastante caa y eso obviamente a Rosario le afectaba en su yo
hipervalorado e infliga heridas en su narcisismo.

Tuvo un novio poco antes de conocer a Basterra, ferroviario, y sus padres,


por razones sociales o culturales, no vieron con buenos ojos dicho noviazgo. Todo
un smbolo de su forma de estar en el mundo. Creen, en cambio, que con el padre
la relacin debi de ser ms afectiva. Era mi debilidad, confes ella. Muy culto,
inteligente. Muy exigente, pero tambin lo era consigo mismo. Segn los doctores,
lo tena idealizado, mitificado.

En el peritaje oficial tambin ahond en la relacin que mantena con sus


padres. A veces me pedan ms que a los dems. Mi padre exiga y consenta. Mi
madre solo exiga. Desgran un patrn familiar atpico para la poca de forma
grfica. El patrn de Cuntame no era el mo, y desliz algn que otro tpico
sobre s, como resultado de una persona que ha pasado mucho tiempo
evalundose a s misma y buscando unos asideros en los que encerrar su
personalidad, soy rebelde con causa, dcil, rutinaria y metdica. Y aadi ms
adjetivos: Perfeccionista, autoexigente, ordenada, aunque niega ser rutinaria y
constante. Anrquica, metdica y equilibrada emocionalmente.

Los psiquiatras, al margen de trazar una biografa de Porto, centraron su


examen en la evolucin de esas depresiones que comenzaron cuando ella era muy
joven y que acababan dejndole secuelas fsicas al somatizarlas: problemas de
estmago, ansiedad, dificultad para dormir, fatiga. Tena dieciocho aos. Un par de
aos despus la situacin se repite, se siente triste y deprimida, con los nervios a
punto de estallar, deja de salir, no come, no duerme, pierde varios kilos, su
actividad acadmica le preocupa hasta extremos imposibles de controlar.

Tena la sensacin de que todo me sobrepasaba, tanto las tareas acadmicas


como las ms triviales. Me senta menos capacitada que los dems y con menos
confianza en m misma. No pens en el suicidio, pero la vida le resultaba tediosa.
Tanto me mereca la pena el morir como el seguir viviendo, dijo. Al viajar a
Francia con su beca Erasmus todos los sntomas empeoran. Ese verano es la
primera vez que la trata un psiquiatra de Vigo, con pastillas y con psicoterapia.
Pasado un ao pareca estar mejor.
La situacin se repite en 2009, cuando Asunta tena ocho aos. Fue tratada
de nuevo, esta vez por uno de los psiquiatras (el doctor Brenlla) que en ese
momento le estaba haciendo el peritaje. El Orfidal entr en su vida para ayudarla a
conciliar el sueo. En octubre, como hemos visto, ingresa en la clnica psiquitrica
La Robleda, pero solo se queda cuarenta y ocho horas. Cont que tena una
problemtica laboral grave. Rosario sufri dos crisis ms, una tras la muerte de la
madre de Basterra.

Pero es en abril de 2013, ya divorciada, cuando la situacin se reproduce y


con ella las somatizaciones de todo tipo, hasta que en junio presenta un cuadro de
visin borrosa, la cada de un prpado, sensacin de inestabilidad, cefalea, etctera.
La ingresan en Neurologa, donde tras someterla a mltiples pruebas no
encuentran un trastorno que justifique sus sntomas. Barajan que sufra una
miastenia gravis, es decir, una debilidad muscular grave. Al cabo de una semana
vuelve a casa, hecha un trapo, segn sus propias palabras, y ah la est
esperando Alfonso para recogerla.

El ltimo episodio, sabido, aparece a finales de julio y es el que motiva que


acuda a la consulta del doctor Tourio. A comienzos de septiembre sus sntomas
ansiosos y depresivos, tratados con Prozac y Orfidal, empiezan a mejorar. En las
dos ltimas consultas, el 10 y el 18 de septiembre, unos das antes del crimen,
Charo empezaba a estar ms activa, comunicativa, ilusionada, relajada,
optimista, segn la apreciacin del experto. Mejora que es evidente en el
momento de realizar la exploracin actual, constatan los dos psiquiatras en su
informe. Es decir, que est mejor en prisin de lo que estaba en libertad, al menos
en esos meses. Refieren tambin todos los hechos significativos que ocurrieron en
la vida de la paciente entre finales de 2011 y principios de 2013 (murieron su
madre y su padre, comenz una nueva relacin de pareja y se divorci).

Rosario se mostr cooperadora en la entrevista, intent transmitir una


imagen positiva de s misma; a los mdicos les llam la atencin la sensacin que
desprenda de belle indifference (falta inapropiada de preocupacin respecto a sus
incapacidades). En la actualidad nos impresiona sealaron en su informe que
est hiperadaptada a su contexto.

Descartaron que Charo hubiera sufrido en algn momento un trastorno


bipolar o esquizoafectivo y tras las exploraciones sealaron que su perfil se
corresponda con un tipo de personas que ante situaciones estresantes se muestran
inseguras e inmaduras, con sntomas somticos (puntuales o crnicos) que suelen
llevarles a negar que en realidad sus problemas tienen un origen afectivo. Este
perfil, explican, puede aparecer en el trastorno conversivo, somatomorfo y
depresivo.

Los sntomas del lupus, que tiene diagnosticado, incluyen adems falta de
energa, astenia, problemas para dormir, disminucin del apetito sexual, es decir,
similares a la depresin. Respecto de su personalidad hicieron hincapi en la
ambivalencia emocional respecto a su madre, a la que defini como
encantadoramente odiosa. Al pasar los aos, ante episodios de estrs, muestra
una falta de respuesta emocional, afectando a su entorno ms prximo, de ah su
tendencia a convertir sus sentimientos en padecimientos fsicos. Sufra depresin,
s, en remisin en el ltimo episodio, el del verano, pero su estado mental el da del
crimen no afectaba a su capacidad de comprensin, juicio, conducta social y
autocontrol.

Los dos mdicos forenses del Imelga y los dos psiclogos que la sometieron
a cuatro sesiones entre el 19 de diciembre y el 11 de febrero en la clnica del
Instituto de Medicina Legal y que adems tuvieron acceso a toda la historia clnica
de Rosario, desembocaron en la misma conclusin: El diagnstico retrospectivo
de trastorno depresivo de la peritada no presentaba sintomatologa psicopatolgica
de intensidad clnica suficiente como para alterar sus capacidades cognitivas y
volitivas. La sintomatologa depresiva que presentaba en el momento de los hechos
que se le imputan no afectara a su capacidad para comprender la ilicitud del delito
imputado y a actuar conforme a dicha comprensin.

Antes de llegar a ese resultado, las charlas y pruebas en las que particip la
paciente dieron para mucho. Algunos puntos eran coincidentes con los expresados
ante los psiquiatras de parte, pero Charo se senta cmoda tambin con estos
especialistas, a los que aport claves fundamentales. Quiz la principal, que
durante los cuatro ltimos aos de convivencia con Alfonso este lleg a agredirla
fsicamente con una frecuencia de tres o cuatro veces al ao.

Uno de sus secretos, que haba apuntado en su primera declaracin a


preguntas de su abogado, quedaba as destapado. Inicialmente lo defini como una
persona correcta, encantadora, educada. Sin embargo, a medida que avanzaban
las entrevistas esa apreciacin torn en una persona aptica, rara, imprevisible,
excesivamente puritano, hecho este ltimo que deriv incluso en dificultades en
las relaciones ntimas de pareja. Un buen amigo y un mal marido, sentenci ella.
El juez, en cuanto supo lo que haba declarado respecto a las agresiones, tom
medidas.

Con el paso de los aos, la relacin se fue deteriorando, entre otros motivos
por las diferencias en las aspiraciones de ocio, dada la tendencia de l a mantener
menor vida social y a querer una relacin de pareja ms restringida. Por l no
hubiramos tenido hijos, record la paciente. Al mes de traer a Asunta de China,
Rosario descubri que estaba embarazada y decidi abortar por los riesgos que
representaba para su salud. A medida que la nia creca, ambas establecieron una
gran complicidad, en contraposicin con el alejamiento que se fue dando entre la
pareja, cifrado por ella entre 2005 y 2007.

Despus de la separacin y el divorcio, cont que mantena una escasa y


mala relacin con su exmarido, quien la vigilaba e intentaba obtener informacin
de ella a travs, entre otros, de su hija. Tras su salida del hospital en julio y la
presencia constante de Alfonso, ella pone fin a su relacin con su amante, al tiempo
que relata sus dudas sobre su deseo de reiniciar su matrimonio.

Esto desencaden interpretaciones errneas de su exmarido, por lo que ella


se vio obligada a rechazar en el mes de agosto una propuesta de Basterra para
reanudar la convivencia y la relacin de pareja. Parece que l no capt esa negativa,
a la vista del mensaje que envi a su casero a finales de agosto dicindole que
estaban arreglando el piso de General Pardias para volver a vivir juntos o el que
mand a su mejor amigo en Bilbao contndole que haban reiniciado la relacin y
que posiblemente al mes siguiente viviran juntos. El 20 de septiembre, un da
antes del crimen, Charo retom su relacin con Miguel, a la que haba puesto fin en
julio.

El peritaje oficial deja constancia de al menos cinco episodios afectivos de


Charo con sintomatologa ansioso-depresiva, desde principios de los aos noventa
hasta junio de 2013, aunque en este ltimo no fueron capaces de identificar un
factor desencadenante ni a travs de las pruebas ni a travs de las palabras de la
paciente. A los mdicos les relat el da del crimen de forma similar a como qued
reflejado tras su primera y exhaustiva declaracin judicial. Reconoci que durante
los meses que llevaba presa haba rumiado y elaborado hiptesis sobre las causas
de la muerte de su hija. En alguna ocasin, dijo, haba pensado en la posible
culpabilidad de su exmarido, pero posteriormente rechaz esta idea; tambin que
la hubiera matado un tercero y que el mvil hubiera sido sexual.

Los forenses se abstuvieron de comentarle que ninguna prueba cientfica


avalaba esta ltima teora suya. Todos los especialistas coincidieron en el
diagnstico: su cuadro clnico era compatible con un trastorno depresivo
recurrente, y adems Charo presentaba rasgos de personalidad de tipo obsesivo-
compulsivo. Pero ni la depresin ni la obsesin haban alterado su capacidad para
diferenciar entre el bien y el mal.

Una parte era todo ese andamiaje emocional, psicolgico y vital, y dentro de
este la gestin del da a da. El mvil econmico del crimen no acababa de
destaparse, pero se revisaron a conciencia posibles seguros de vida, documentos de
herencia, testamento... por si poda subyacer como motivo, sobre todo por la
escasez en la que pareca moverse Basterra. Los ingresos declarados en el
documento de la adopcin, remitidos al juzgado, casaban mal con lo que Vzquez
Tan y el resto de la sala oyeron en las declaraciones de los acusados.

El fiscal Jorge Fernndez de Arnguiz se mostr especialmente incisivo con


las cuentas de la detenida y sus ingresos. Trece aos despus de esos informes, con
sus padres ya fallecidos, Rosario segua teniendo una situacin econmica muy
desahogada. Lo de su exmarido era otro cantar. La mujer explic que en 2008 haba
dejado la abogaca y que ahora haca algunos trabajos espordicos de
asesoramiento jurdico, que cobraba en B. Viva como una rentista.

En Santiago contaba y cuenta con tres pisos en propiedad y dos garajes,


todos ellos en una buena zona, adems de la finca de Montouto que tena en venta
por casi un milln de euros, y que le generaba grandes gastos sin disfrutarlos; en
Vilanova de Arousa tena otro piso, un bajo y un garaje. Dispona adems de
acciones y fondos de inversin que le rentaban bien. Pero Alfonso?... Ha tenido
muchos trabajos... en realidad viva un poco ms de m. l se ocupaba ms de la
intendencia de la casa.

El fiscal demostr desde el inicio mucho inters por este desequilibrio


econmico.

De qu iba a vivir l tras el divorcio? pregunt Jorge Fernndez de


Arnguiz la primera vez que la interrog.

De su trabajo, supongo respondi Porto con desgana. Hasta ahora


haba vivido de m, qu quiere que le diga, de su trabajo. Algunos ingresos haba
tenido.

Como para mantenerse?


Para la vida que llevaba, no. Para vivir, s. Para viajar y para el nivel de
vida que llevaba, para eso no ha tenido ingresos.

Miles de folios despus, cientos de diligencias ms tarde, sostenidas


conversaciones e intercambio de voces, nadie tiene claro qu se quebr, cundo
salt por los aires la familia ideal que grab vdeos en la televisin autonmica
como ejemplo de padres adoptivos idneos, de felicidad, buen gusto y armona.
Las crisis de Charo, el ensimismamiento de Alfonso, la prdida del frreo
referente de los abuelos maternos, la pareja aburrida, la incansable y perfecta
Asunta frente a cuyo espejo todo se empequeeca, la irrupcin del amante y la
renovada ilusin de una mujer...?

Es una incgnita el porqu y el cundo, si el objeto de destruccin elegido


fue la nia. La investigacin refleja episodios de sedaciones, con una crudeza, un
desapego que el juez llam abandono palmario y una amiga de la pareja defini
como que Asunta estaba tirada, sin que nadie le prestara atencin. Algunos
vieron pistas, indicios extraos, pero nadie actu, nadie se alarm. La fachada de
entrega y preocupacin de los padres, su posicin social, sus aparentes desvelos en
cuanto a la perfecta formacin de la pequea, vel cualquier duda.

El 8 de octubre el juez recibi un informe de Toxicologa que reafirmaba su


tesis inicial. En el laboratorio se haba analizado el cabello de Asunta, esa parte que
funciona como un almacn de la memoria de drogas. Se buscaban rastros de
Benzodiacepinas para averiguar si la nia haba sido sedada antes como se
sospechaba. La conclusin de la profesora Ana Mara Bermejo no dejaba dudas:
De los resultados obtenidos se deduce que en los ltimos meses se ha producido
un consumo de Lorazepam. Las cajas de mam, compradas por pap, no solo
acabaron en mam, no se sabe si en pap, pero seguro haban acabado en el cuerpo
de Asunta. La huella era clara.

El estudio era sencillo: se haban analizado 9 centmetros de los 22 que tena


el pelo moreno de la criatura, y dividido en segmentos de 3 centmetros cada uno.
El segundo y el tercero dieron un resultado negativo al someterlos a la
cromatografa de gases-espectrometra de masas; el primero era positivo. 3
centmetros. Si se parte de que el pelo suele crecer a razn de un centmetro al mes
significaba que haba rastros de Orfidal en los tres meses anteriores. La ciencia
pona fecha a las declaraciones de los testigos que acudieron voluntariamente a
contar episodios extraos. Y la alergia no se trataba con Orfidal... eso era algo claro
incluso para alguien que no fuera experto. Antes de ese rotundo informe las
sospechas ya haban atravesado la instruccin, desde la primera semana, de ah que
el juez y el fiscal incidieran una y otra vez en esos episodios cuando hablaron con
los padres.

Cundo le descubrieron la alergia? pregunt el juez a la madre.

Pues este verano. Este verano estuvo muy embotada de mocos y


aprovechamos cuando la llevamos a poner la vacuna, y Sabela la pediatra amiga
de la familia dijo que eso se curaba con un espray.

Le hicieron las pruebas de la alergia? insisti el juez, que conoce de


cerca el problema.

No. Es que era una nia sansima! Cmo bamos a hacer...? Es que
Asunta era la ta ms sana del mundo.

Ya, pero es que la alergia es ocasional, se desarrolla, aparece... yo estoy


seguro de que si fuera alrgica al polvo en su casa de Doctor Teixeiro se tena que
morir.

No, para nada.

Puede uno tener la casa ms limpia... cuntas alfombras tiene?

Yo soy alrgica al polvo. En mi casa se pasa la aspiradora tres veces a la


semana con un anticaros (...), en mi casa se hace una limpieza muy profunda.

Su padre, en cambio, dijo que la nia tena alergia desde haca tres o cuatro
aos.

Para tratar esta dolencia, qu medios usaba la nia? interrog el fiscal a


Basterra.

El espray que le recet la doctora Sabela y los famosos polvos que como la
nia los asoci al mareo ese que tuvo tan fuerte, decidimos, para su tranquilidad,
no volver a drselos.

Los polvos solo una vez? insisti Fernndez de Arnguiz.

Y el padre recalc que s y explic que los polvos seran un antihistamnico.


Eran unos polvos que se diluyen en agua y se tomaban. Nada ms.

Quin se los prescribi? continu el fiscal.

Supongo que la doctora Sabela...

Supone?

S, seguramente ella.

Minutos antes, el juez Tan lo haba puesto contra las cuerdas preguntndole
una y otra vez por esos das en los que la nia, segn Toxicologa, fue drogada.
Estas fueron sus respuestas.

El da 20... 19, 20, 21, 22, por ah ms o menos, a mediados finales de julio.
Acabado el colegio, las clases normales, su hija se mete en cursos intensivos de
veinte mil cosas. Recuerda un incidente en donde al ir a recoger a su hija los
profesores le dijeran que su hija estaba drogada?

No, por Dios! (Susurrando). Vamos a ver. Mi hija era alrgica como yo,
de acuerdo?

Um Nunca ha ido al mdico para esto de la alergia, verdad?

No.

Claro! Lo normal... Es alrgica porque lo dice usted. Es decir. No ha ido


nunca al mdico.

Para eso no, porque yo cuando yo tena su edad tena los mismos
sntomas. Estornudaba... y yo sigo siendo alrgico y estornudo, a m me lloran los
ojos... o sea tena los mismos sntomas que yo. Y s es cierto que un da la llev yo a
la cate... A la... cmo se llama? A la Casa Europa donde est la escuela de msica
esa, no? Y ese da pues se levant, pues, pues mareada, la nia y habl con los
profesores y les dije: Mira, hoy no la presionis mucho porque est mareada por
por la alergia que tiene, un brote fuerte, y me recordaba a m cuando yo tena su
edad que tena unos brotes tremendos.

Le haba dado usted polvos blancos a la nia?


Vamos a ver. Tenemos mucha amistad con Sabela Martnez, pediatra. Que
es la que ha visto a la nia desde que lleg y le dio una medicacin. Que deben ser
los famosos polvos blancos que Asunta pues dijo que le haban sentado mal... que
no s qu...

Cundo le dio los polvos blancos Sabela?

No s bien en qu fechas.

En julio.

S. Porque eh

Porque la nia... La nia empez a ser alrgica en junio, julio, verdad? De


este ao, es decir, con trece aos casi, empez a ser alrgica.

No no. Ya otros aos anteriores ya tena sntomas.

Ah. Haba, tena sntomas, pero nunca...

Lo que pasa que... esos... esas... polvos no, esa medicina se los dio la
pediatra.

A ver, si yo le estoy preguntando por polvos, contsteme por polvos. No


me diga que le dio agua y luego diga... Entonces, yo le estoy preguntando: polvos,
y adems le puntualizo: polvos blancos. Es decir...

Como tenemos mucha confianza...

Tena algn tipo de medicamento consistente en polvos blancos que


ustedes le dieran cuando la nia sufra sus ataques de alergia?

No, no. Un producto que nos dio este ao la doctora.

Y qu recuerda que era? En qu consista? Era un espray, un inhalador,


un lquido, pastillas?

Esos famosos polvos los tom una vez... la nia...

No, pero contsteme primero a lo otro y luego ya iremos con los polvos
blancos, de dnde salieron y tal. Qu es lo que le daban ustedes a su hija para la
alergia que les dio Sabela? Porque le vamos a ir a preguntar a Sabela...

Un... un inhalador.

Un inhalador. Sabela les da un inhalador. Recuerda el nombre?

No.

Bien. Tiene el inhalador ahora de la nia?

Pues estar en casa, me imagino. En Doctor Teixeiro... me imagino.

Cree que el inhalador podra estar en Doctor Teixeiro.

Tiene que estar all.

Muy bien. Hbleme de los polvos blancos a los que la nia hace referencia
a sus... a cuatro profesores distintos que dice...

Pues algo que tambin que tambin le dio la doctora Sabela Martnez y
que a la nia no le debi sentar bien y la nia lo achac a ese mareo que tuvo ese
da y no se los volvimos a dar, y fue cuando empezaron con el inhalador, como
haba hecho yo. Bueno, ahora no uso porque...

Entonces el mareo que tena la nia ese da era una congestin, o era un
mareo de una persona que se tambalea... se cae...?

S, iba un poco tambaleante porque tena esos accesos dede... ese da


poda haber mucha actividad de polen en el exterior como me pasa a m.

Pero era alrgica al polvo o al polen la nia?

Pues no lo s, yo no soy mdico, seora. Yo no lo puedo determinar.

Ya. Como consider usted que no era necesario llevar a la nia al mdico
yo por eso le pregunto. Es decir, como eran los mismos sntomas que usted, yo
pens: ser que no lo llevaron porque no era necesario. Ahora me dice que no sabe
a qu. Vale.

Como no es una cosa grave...


Cundo tom los polvos la nia? Ese da, el da anterior, dos das antes,
despus de ese da?

No, no me acuerdo.

Por qu ese da ella le dice a los profesores: Mis padres me estn


engaando, yo no soy alrgica. Esos polvos que me estn dando me drogan, o me
envenenan, o me sientan mal? No lo sabe?

Se lo dimos un da y determinamos que no, porque adems como ella


relacion esos polvos o medicina, como quiera usted llamarlo, con esa sensacin de
mareo, para que estuviera tranquila se los quitamos y ya en cambio acept muy
bien el inhalador. Y ya est.

Mire. Puntualizando. Lo de... quin le dio los polvos blancos? Usted o


Rosario? Los polvos blancos en qu casa estaban? Porque ustedes viven en dos
casas distintas. En qu casa estaban y quin se los dio?

Pues yo creo que... No s... en mi casa no recuerdo tenerlos. No.

O sea, no sabe... usted cree... los vio en su casa? Es que es tan sencillo
como ver si los tuvo en su casa o no.

No, no, no. Es que estamos hablando de un tiempo atrs, seora. Yo


tampoco tengo una memoria de elefante. Estaban en estaban en casa, en Doctor
Teixeiro, evidentemente, creo, es que ahora igual estaban en la ma, es que no me
acuerdo.

Recuerda si los das 21, 22, cuando se produjo ese incidente la nia estaba
durmiendo con usted? Se haba quedado a dormir con usted?

El da que fuimos a la escuela (que fue mareada) esa noche durmi


conmigo, cierto.

O sea, cuando fue a la escuela mareada, durmi con usted.

Y mi mujer me ri por haberla llevado as.

No le ri tambin por los polvos? No? No?


No, no, no.

Ah, ya estaban de acuerdo en drselos?

S, s, s.

Ah. Vale, bien.

Hombre. Se los dimos porque nos aconsejaron all. Yo no me meto, como


comprender.

En ningn momento se les ocurri ir a un servicio mdico para ver si la


nia estaba bien o estaba mal, no?

No, porque ya al da siguiente se le pas.

Muy bien. Mire eh Ese da la nia durmi normal, se levant


mareada...

S. S, y mi exmujer me dijo...

Y no llevaba dos das durmiendo? Sbado y domingo.

Pues posiblemente.

Posiblemente. Posiblemente esos dos das los llevaba...

El da que la llev yo a la escuela yo haba dormido en mi casa. El da


anterior, pues no me acuerdo.

En cuanto corri la noticia de que Asunta haba aparecido muerta, los


telfonos de muchas casas de Santiago no pararon de sonar. Lo que nadie vio como
preocupante cobr otro sentido cuando la nia apareci muerta, cuando trascendi
que poda haber sido sedada, cuando los dedos apuntaron a Charo y Alfonso. Los
padres de los compaeros de Asunta no daban crdito, los rumores se inflaban... El
juez Tan haba contado a sus ntimos sus sospechas de que la nia haba sido
drogada y por eso no se haba resistido, le han dado algn medicamento, pero no
sabemos todava cul. Esto pinta muy feo. El magistrado recibi muchas
llamadas, ofrecimientos de ayuda. Un abogado, al que conoca desde tiempo atrs,
le puso sobre una pista. Hay dos conocidas mas que le han dado clase a Asunta.
No me gusta un episodio que me han contado. Creo que ya han ido a la polica.

Esas dos mujeres, dos msicas, acudieron a la comisara de Santiago cuando


todava no haban pasado ni cuarenta y ocho horas del crimen. Los agentes las
enviaron al cuartel de la Guardia Civil. A las nueve de la maana ya estaba
declarando una de ellas, la violinista Mara Jos Pampano Lpez. Su relato dej
estupefacto al guardia que iba escribiendo sus palabras. Trabajaba como profesora
de violn en la escuela de msica Play, a la que asista Asunta desde enero. El da
que conoci a sus padres, encantadores, ya le comentaron que la nia tena altas
capacidades.

Durante una hora y media evoc un episodio ocurrido el da 23 de julio


(primero declararon que fue el 15 por un error en las agendas) que se convertira en
columna central del caso. Fue a ella, como ya se ha visto, a quien Asunta le cont
que nadie le deca la verdad y que llevaba dos das seguidos durmiendo aunque no
tena alergia; fue ella quien vio con disgusto cmo la nia no era capaz de ejecutar
una pieza que conoca a la perfeccin; la que la vio tambalearse, la que la sujet
para que no se cayera y a quien cont que su madre le haba dado unos polvos que
le haba entregado una mujer en el portal. La nia dijo que era la mdico de su
madre. Quiz an estaba bajo los efectos hipnticos y sedantes del Orfidal.

En una sala contigua del cuartel de Santiago, otro funcionario tomaba


declaracin a la directora de Play, Mara Isabel Bello Juanetei. Sus palabras fueron
muy similares a las de la violinista, que fue quien la llam a casa ese da, alarmada
por el estado de Asunta. A los cinco minutos estaba en Play, vio con sus ojos cmo
se encontraba la nia, habl con ella y oy asombrada el episodio de los polvos en
el portal que luego le dio su madre. Estaba como drogada pero no presentaba
ningn sntoma grave. La directora se explay cuando le preguntaron por la
relacin y el comportamiento de Alfonso y Charo.

La directora del centro los describi como unos padres ejemplares, aunque
tras el divorcio de la pareja tuvo algunas conversaciones telefnicas con Charo que
le resultaron sorprendentes. Porto le cont la separacin por si la docente detectaba
que poda afectar al rendimiento de la nia; le dijo que haban muerto sus padres y
que estaba tratando de vender unas propiedades valoradas en 3 millones de euros.
Me dio a entender que cuando la nia se quedaba con Alfonso su alimentacin no
era adecuada y que l quera volver con ella porque para su exmarido era lo ms
cmodo, ya que vena de una familia bien venida a menos y que se haban gastado
todo lo que tenan. Por ese motivo, ella se tena que encargar de todo.
Las confidencias se extendieron hasta el 10 de julio, el ltimo da que
hablaron. Charo le coment que estaban viendo qu actividades cogan, que haba
tenido un ictus en verano y haban decidido volver a vivir juntos porque as podan
atender mejor a Asunta, pero en ningn caso, le dijo, volva con su exmarido por
motivos sentimentales.

El cabo Herrero y el teniente Maceiras reprodujeron por telfono estas


conversaciones a Tan antes de entregarle las declaraciones. Eran ms que
elocuentes, tanto que el juez las utiliz tres das despus en su interrogatorio a los
dos detenidos. Ocho das ms tarde, l personalmente llam a su despacho a las
dos mujeres, que repitieron en su presencia y la del fiscal lo que haban contado a
los agentes y aportaron ms detalles.

La directora de la academia Play, Mara Isabel Bello, conoca a Asunta y a sus


padres desde 2008; le dio clase a la nia de piano y lenguaje musical los tres
primeros aos. Defini a la cra como hermtica cuando ocurri el incidente y dijo
que la nia le cont que le haban dado unos polvos; la profesora no supo precisar
si le dijo que pap o mam. Le habl de la pediatra amiga de su madre y luego que
no saba. Ella tuvo la sensacin de que en ese punto Asunta estaba dando una
versin elaborada que alguien le haba contado. No la vio ni congestionada ni con
mocos.

Al da siguiente del crimen, domingo, la llam Elina para decirle que la nia
haba muerto. (Elina, la profesora de msica que vivi el primer episodio de julio
haba trabajado previamente en Play). El jueves, cuando ya los padres estaban
detenidos y haba trascendido parte de esos incidentes de supuesta sedacin en la
prensa, Elina volvi a telefonearla y le cont que ella haba vivido en esos das
episodios similares a los que reflejaba el peridico. La directora de Play la emplaz
a que fuera a declarar. Era una nia sansima. En todo el tiempo que la conozco
nunca falt a la escuela por motivos de salud, concluy.

Mara Jos Pampano, la docente de violn, tambin ampli su declaracin


ante el juez. Asunta iba a sus clases dos veces al mes. Durante el curso escolar
asista los sbados por la tarde de 15.30 a 16.30. Casi siempre la llevaba su padre,
alguna vez la cuidadora. Como haca ballet, la cra se sentaba siempre muy derecha,
pero ese da, el 23, tras faltar a clase supuestamente por la alergia, en la silla de
recepcin no estaba sentada como habitualmente. Se la vea como abatida ().
Pareca colocada.
La alumna repiti varias veces que le haban dado unos polvos o unas
hierbas que saban fatal. Sali de clase andando por el pasillo de forma muy lenta y
arrastrando un poco el violn. Cuando la recogi Alfonso, pese a que se vea que la
cra no estaba en condiciones normales, el padre no le pregunt si se haba
encontrado mal. La pequea tampoco abri la boca. Por supuesto, esta profesora
ignoraba tambin la supuesta alergia. Asegur que tiene una alumna que s la
padece y, adems de que falta ms veces por esa causa, la ve en clase con el
pauelo y con los ojos llorosos. Al da siguiente, con la cra ya recuperada, le
pregunt cmo estaba y le ofreci hablar con ella de cualquier cosa. Asunta se
limit a su lacnica respuesta: Vale, vale.

Jos Dennis Romero es profesor de guitarra en esa misma escuela musical.


Conoca a la nia desde que era muy pequea. El contacto con sus padres era
frecuente; Alfonso sola llevarla y traerla, tambin esa maana lo hizo. l estaba en
recepcin: Le hemos dado una medicacin fuerte para la alergia y va a estar como
un poco dormida, le explic el padre. La nia no tena los ojos rojos, ni la nariz
congestionada, ni estornudaba, no le llam la atencin nada de esto. Pareca
cansada. Estaba seguro de que el padre no le haba mencionado nada sobre
antihistamnico. Cuando le pregunt repetidamente a Asunta cmo estaba, al
apreciar que pareca muy cansada, ella solo responda: Bueno.

La interpretacin que hizo Tan, cuando acumul todos los elementos sobre
su mesa y se desoj cruzando informes y declaraciones, fue rotunda:

Los indicios apuntan a que posiblemente el da 5 de julio de madrugada,


para calmar a la menor tras el intento de asesinato, ambos imputados le
suministraron algn tipo de tranquilizante. Que al identificar Ana Isabel (la madre
de C., una de las mejores amigas de Asunta, con quien pas aquel fin de semana)
los sntomas con un brote alrgico, ambos imputados deciden utilizar tal
padecimiento para justificar la sintomatologa que presentaba la menor en los
momentos de intoxicacin. Especialmente es Alfonso el que sostiene la versin,
pues Rosario, al recoger a la menor el da 9, se pone nerviosa y no es capaz de
explicar nada, reconociendo que habr que llevar a la nia al mdico. Frente a ello,
Alfonso muestra tranquilidad, resta importancia y justifica con naturalidad y
aplomo que es simplemente alergia y que algn medicamento que le dieron le
sent mal. Incluso anuncia sin sonrojo que la nia est mal cuando la entrega en las
academias. Ambos son conocedores de estos episodios de intoxicacin y no
reaccionan, lo que solo puede explicarse con un plan conjunto. Y como se haba
expuesto antes, Alfonso es la seguridad frente a Rosario, que ofrece flaqueza.
Captulo X

LA COMPRA QUE DELAT A BASTERRA

Begoa Louredo, su marido y sus tres hijas cenaban el domingo 22 de


septiembre en su casa y comentaban la muerte de Asunta, encontrada la
madrugada anterior. Blanca, de diecisiete aos, la conoca. Haban sido
compaeras en las clases particulares de francs durante tres cursos. Su padre sola
ir a buscarla a la salida y Blanca tambin conoca de vista a Alfonso Basterra. En
una ciudad como Santiago, con hijos de edades similares y profesiones que se
acaban cruzando, era lgico que la mayora supiera quin era quin o que se
hubieran frecuentado. Begoa conoca a toda la familia, ms a Charo que a
Alfonso.

Mam, yo vi ayer a Asunta por la tarde antes de quedar contigo. Iba con su
padre, le dijo Blanca durante esa cena. Sus padres le preguntaron si estaba segura
y la adolescente no dud. Esa noche Begoa y su marido hablaron sobre la
coincidencia y se preguntaron quin habra matado a la pequea. Blanca, a
mediados de semana, envi un whatsapp a su amigo Pablo, con el que haba estado
comprando unas zapatillas el sbado por la tarde. Le dijo que a la nia que haba
aparecido muerta se la cruzaron ese da por la calle. l no saba quines eran ni la
cra ni el padre, de manera que no repar en ellos.

El mircoles 11 de diciembre, casi tres meses despus, Begoa repar en una


noticia que ya haba escuchado antes. El informativo explicaba que Alfonso
Basterra no haba salido de su casa la tarde del crimen. Le pareci extrao que en
todo ese tiempo nadie hubiera ido a contar que lo haban visto. Habl de nuevo con
su marido. Tenemos que ir a la polica, le insisti. Blanca nos dijo que lo vio. Me
parece que es un dato importante. Su esposo estuvo de acuerdo. No era la primera
vez que sala a relucir esa conversacin. Begoa tena pavor a que la prensa pusiera
el foco en su hija. No quera tampoco que tuviera que ir a declarar a una comisara
o a un juzgado siendo menor.

Primero no le dieron importancia. Seguro que los investigadores


encontraban las pistas que necesitaban, pensaron, pero a medida que pasaron las
semanas decidieron que no tenan opcin y que ese dato podra ser relevante. No
saba bien cmo tena que actuar, pero dado su trabajo como mdico encargada de
algunos peritajes y su trato habitual con abogados y forenses, pidi consejo y uno
de ellos le recomend que hablara directamente con el juez Tan. As lo hizo:
concert una cita con el magistrado para el da siguiente a travs de un forense,
conocido comn.

Tan recibi a la madre el 12 diciembre. La mujer le cont que su hija haba


visto a Asunta con su padre y ella no saba qu trascendencia poda tener esa
informacin, pero se resista a que su nia entrara en todo el circo que rodeaba al
caso. El juez no necesit ms para darse cuenta de lo crucial de ese testimonio. La
calm y le dijo que esperara a que la llamara la Guardia Civil. l se encargara de
que lo hicieran cuanto antes.

El 16 de diciembre, la menor, primero, y su madre a continuacin se


sentaron ante el teniente Maceiras y el sargento Marcelo, en el cuartel de Santiago.
Un mes despus lo haran ante el magistrado. Vi a Asunta el sbado por la tarde
en el centro de Santiago con su padre. Estoy segura de que era Asunta y de que era
su padre. A ella la conoca y a l lo haba visto un montn de veces. Suba con su
padre por Repblica del Salvador y yo iba por General Pardias. Nos cruzamos en
la esquina donde hay un sitio de maquillaje. Asunta suba por el Hrreo, por el
lado derecho. No la vi cambiar de lado de la calle. Despus de cruzarnos no s lo
que hizo, detall Blanca en sede judicial.

La vi justo en el cruce, en el paso de peatones porque el semforo estaba en


rojo. Vi que paraba en ese paso de peatones. Yo cruc por otro paso y la perd de
vista. Su padre estaba al lado. Ella iba del lado de la carretera y su padre a la
derecha. Esto ocurri el sbado, entre las cinco y cuarto y las siete, no s precisar.

El fiscal le pregunt por qu estaba segura de que era ese da. La menor
explic que haba quedado con un amigo para comprar unos zapatos. Lleg a casa
sobre las cinco, se duch y sali y lleg sobre las cinco y media al centro. Tardaron
en comprarlos porque vieron varios. Hacia las seis o seis y media salieron de una
tienda de la misma calle y nada ms salir se la cruzaron. A continuacin los dos
amigos estuvieron en La Alameda y a las siete regres a casa porque la llam su
madre. Iban a ir de compras.

Ese da, Blanca no coment nada con nadie, se haba cruzado a una
compaera como tantas veces, nada especial. Al da siguiente se lo cont a sus
padres, porque la conocan y tambin a su amigo Pablo, con quien habl por
whatsapp. Hasta diciembre no lo puso en conocimiento de la polica. En un
principio no lo vio importante. Me daba apuro, sobre todo los medios de
comunicacin, y sobre todo por mis padres, que no queran que pasara por todo
esto.

A los abogados de Porto y Basterra les precis que no se llegaron a cruzar,


ella pas un poco antes y como Asunta no la salud tampoco ella lo hizo. No not
nada raro en la nia; no se fij en cmo iban vestidos padre e hija ni le llam la
atencin nada. No era algo excepcional cruzrmela por la calle, insisti. Si
hubiera ido caminando mal, lo hubiera recordado. La testigo no saba cunto
tiempo pasaron en la tienda porque se prob muchos zapatos y luego estuvieron
jugando un rato en el establecimiento. S tena claro que se cruzaron entre las cinco
y media y seis y veinte de la tarde, en funcin de lo que hizo despus.

Ante los agentes, el 16 de diciembre haba reconocido una fotografa en la


que le mostraron unas zapatillas idnticas a las que compr su amigo en
septiembre. Haba coincidido en clases de francs con Asunta desde el ao 2009
hasta 2012. No eran amigas, sino compaeras de curso, entre otros motivos por la
diferencia de edad. Esa misma tarde el teniente Maceiras acudi a la tienda de
deportes. La encargada contact con la central de la firma, que remiti un correo
informativo. La tarde del 21 de septiembre solo se haban vendido unas zapatillas
marca Vans, modelo Old Skool de color granate del 9 americano entre las cinco y
las siete y media, en concreto el ticket de caja marcaba las 18.21. El cliente, el amigo
de Blanca, haba pagado en metlico 75 euros.

Pablo, el amigo que la acompaaba ese sbado, tambin declar ante los
investigadores y ante Tan, pero l no conoca de nada ni a Asunta ni a Basterra,
por tanto no se fij en ellos, como antes comentbamos. Fue Blanca quien unos das
despus, cuando la nia ya haba aparecido muerta, le coment que los vieron esa
tarde. Se compr unas zapatillas en la tienda Sportown, en la calle General
Pardias, alrededor de las cinco y media. All pasaron un buen rato porque les
prestaron una tablet y estuvieron jugando. Sabe que era esa hora porque Blanca se
march poco antes de las siete. No tena el ticket de compra, dado el tiempo que
haba transcurrido.

La abogada de Alfonso quera saber si haba escrito en su cuenta de Twitter


esa tarde o incorpor algo relacionado con las zapatillas. El chico consult su
cuenta all mismo y comprob que su ltima entrada de ese da fue a las 16.54
horas y luego ya a la 1.38 de la madrugada. La letrada intent que le facilitara los
datos de su cuenta personal para examinarla. Pablo protest y el juez le dio la
razn.

La madre de Blanca fue la ltima de los tres en declarar ese 24 de enero en


sala y ratific todo lo que le haba contado a la Guardia Civil y las pinceladas
bsicas que haba ofrecido a Tan cuando se citaron en su despacho en diciembre.
En esa declaracin qued en evidencia que la testigo y la abogada de Basterra
llevaban casos juntas. Lorenzo afirm que desde que acudi al cuartel no haba
mantenido ninguna conversacin con Beln Hospido sobre este delicado tema,
aunque tenan juicios pendientes. Al teniente Maceiras y al sargento Marcelo les
haba dicho que en los das posteriores al crimen haban comentado que su hija vio
a Asunta y a Alfonso a muchos conocidos, amigos y familiares, entre ellos a sus
cuados.

El teniente no se explicaba por qu no haban hablado antes: Pensaba que


alguien lo tendra que haber visto y sobre todo tena miedo a meter a mi hija en
este procedimiento tan meditico y que su nombre pudiera darse a conocer, pero al
salir tantas noticias que insinuaban que el padre podra haber salido de casa pero
no existan pruebas que lo acreditasen, me remorda mucho la conciencia y tras
comentarlo con mi marido tom la decisin al considerar que esa informacin
podra ser relevante para la investigacin.

Detall que haba cruzado alguna vez unas palabras con Basterra, sin ms. A
Charo s la conoca ms, dada la relacin que esta tena con una de sus familiares,
que era una de las fundadoras de la Alianza Francesa, en la que el padre de Charo
formaba parte de la directiva. No se consideraba amiga de ninguno de los dos ni
tena nada en contra de ellos.

A esas declaraciones asisti Rosario Porto, sentada en el estrado por primera


vez, vestida con la toga de abogada, abandonada haca tanto tiempo. El 8 de enero,
por sorpresa, envi al Colegio de Abogados de Santiago una solicitud de
habilitacin por asuntos propios para poder ejercer como coletrada en el
procedimiento. La peticin fue aprobada, por lo que desde ese da la colegiada que
haba colgado la toga en 2010 empez a participar de forma ms o menos activa en
su defensa, dirigida por Jos Luis Gutirrez Aranguren. Esta nueva situacin le
permita adems salir de prisin cada vez que hubiera declaraciones y la habilitaba
para hacer preguntas. Fue una decisin tomada por ambas partes. Aranguren
razon ese cambio: En este proceso hay personas que estn hablando de
cuestiones muy personales e ntimas de Rosario y he considerado que ser de gran
utilidad que ella est a mi lado en la sala para poder hacer preguntas y precisiones
con datos que solo ella conoce a la perfeccin.

Porto poda, por tanto, volver a ejercer para defenderse a s misma, pese a
que se haba dado de baja en el Colegio de Abogados de Santiago en 2010 y haba
orillado con esa decisin el prspero y afamado despacho de su padre, en el que
nunca lleg a implicarse a fondo.

Pero ya ese primer da en el que la presa pas de reo a abogada por unas
horas no estuvo exento de vicisitudes. Aranguren aleg que su cliente se
encontraba mal. El juez que haba acordado declaraciones durante toda la jornada
pidi que la examinaran los mdicos forenses. Lo nico extraordinario era un
malestar general en los ltimos das, una gripe y algunas molestias en las
articulaciones. Los mdicos consideraron que poda seguir siendo atendida en el
centro penitenciario sin ningn problema, por lo que ese no era un motivo para
que se la pusiera en libertad. Quiz producto de la gripe o de los antigripales que
estaba tomando, junto a un relajante muscular y un antidepresivo, la escena de
Porto semidormida durante buena parte de las declaraciones no le pas por alto a
ninguno de los que estaban en la sala.

No fueron sus nicas salidas. Frente al hermetismo de su exmarido y su nula


colaboracin, ella s abandonaba casi todas las semanas en esos meses por unas
horas el encierro: unas veces para sentarse en sala, otras para acudir a las pruebas
psiquitricas a las que haba accedido y, las ms sorprendentes y que causaron
revuelo y extraeza cuando se conocieron, para asistir a consultas privadas en el
centro de Santiago. Porto fue excarcelada y escoltada para ir a su dentista privado,
a consultas de acupuntura, a hacerse anlisis de sangre o al reumatlogo; y no una,
sino varias veces. La direccin de Teixeiro no puso ningn impedimento a estas
salidas...

En febrero tambin sali casi todas las semanas: el 19, 24, 25 y 26 el juez
autoriz que la trasladaran al Imelga, donde en una sala habilitada especialmente
el doctor Tourio y el doctor Brenlla, los psiquiatras de parte designados, se
entrevistaron con ella. El 10 de marzo solicitaron volver a verla porque les haba
quedado pendiente una prueba psicomtrica. Estas excursiones durante toda la
tarde suponan un soplo de aire para Rosario, que se ahogaba entre los muros de la
prisin y no acababa de hacerse a la idea de que esa situacin poda alargarse
durante aos. Estaba persuadida de que cualquier da llegara un auto con su
puesta en libertad.

Basterra tard en cambiar de idea, pero no se qued a la zaga. El 1 de abril


su abogada pidi ayuda al juez para que autorizara la salida de su cliente a la
consulta del psiclogo Andrs M. Enrquez, en La Corua. Haba encargado a este
profesional y a su colega Eduardo Barca Enrquez la evaluacin psicolgica como
prueba para su defensa. Los dos especialistas pidieron al menos diez sesiones de
tres o cuatro horas cada una, que deban ser grabadas. El 17 de marzo, Hospido
solicit a la direccin de la crcel los permisos y los medios necesarios para que los
psiclogos se pudieran entrevistar con Basterra: una sala en la enfermera y
autorizacin para introducir en la prisin el material de grabacin, una cmara con
trpode. Seran los especialistas los que fijaran el calendario de sesiones. El director
de Teixeiro dio el visto bueno a las entrevistas pero no al material. Su introduccin
en el centro est expresamente prohibido por las normas de seguridad del centro,
fue su respuesta. Era una norma que la letrada conoca de sobra.

Pero su inters en la pericial estaba por encima de ese sutil detalle. De ah


que la abogada recurriera al juez para la autorizacin de salidas. Tan dict una
providencia dos das despus. Recordaba el magistrado que el 28 de noviembre,
cinco meses antes, se acord como prueba la pericial psiquitrica de Basterra que
realizaran los peritos psiquitricos del Imelga, igual que a Rosario, y esa decisin
cont con la anuencia de la defensa. Pero el padre de Asunta, acogindose a su
derecho a no declarar contra s mismo y a no confesarse culpable, se haba negado
reiteradamente a participar en dicha prueba a lo que este instructor no ve
problema por ser un derecho que le asiste, replicaba el magistrado. Ahora bien,
si la parte desea consultar a un psiquiatra, asistir al mdico o preparar una prueba
que no haba sido admitida no puede solicitar el auxilio judicial. Tan se mostr
rotundo: primero tendr que pedirse la prctica y pertinencia de la prueba y luego
pedir el auxilio. Y de acuerdo con esa rotundidad, deneg las excursiones de
Basterra.

Tan en serio se tom Porto su codefensa, que Aranguren recurri al juzgado


para que la ejerciera sin ningn tipo de cortapisas. Solicit a Tan que lo
comunicara a la direccin de Teixeiro, para que cuando Charo tuviera que
comparecer en sala se le autorizara cargar con todo el material necesario textos
legales, copias de las actuaciones, notas, etctera para acudir con todas las
garantas y que adems l mismo pudiera entregarle en la crcel todos los
documentos de inters sin las limitaciones que marca el reglamento de la prisin
en cuanto a nmero de entregas mensuales, volumen o tamao, incluidos los
medios audiovisuales precisos para el estudio de las grabaciones de sonido e
imagen incorporadas a la causa.

Cuando la acusacin popular se enter de esta pretensin puso el grito en el


cielo por medio de otro escrito en el juzgado (papel y ms papel, ese que satura
cualquier sumario y entierra las trasnochadas sedes judiciales). Los abogados de la
Clara Campoamor reconocan el derecho a autodefenderse de Porto, pero
recordaban que estaba en prisin acusada del asesinato de su hija y, por tanto,
sujeta al reglamento de la crcel. Cualquier autorizacin, sealaban, que implique
no atenerse a las limitaciones de ese reglamento poda suponer un trato de favor.
Extendan la sombra de ese posible trato privilegiado al resto de salidas mdicas
privadas, consultas de las que desconocan la urgencia o necesidad y ponan en
duda que no las pudiera recibir en Teixeiro. Los abogados pedan al juez que el
centro penitenciario informara de todas las salidas autorizadas con esos fines y la
forma de sufragarse los gastos que generan. Esta ltima pregunta sobraba, puesto
que todos los gastos de cualquier preso nacen del mismo presupuesto, el del
Ministerio del Interior, que tena que destinar a cuatro o cinco guardias para cada
una de las salidas.

La ltima semana de enero la pareja recibi un nuevo varapalo, quiz el ms


amargo por la dureza de los argumentos y porque no era ya el instructor quien les
pona frente al espejo de los mltiples indicios, sino los tres magistrados de la
Audiencia de Santiago. Si en octubre las razones de esta sala fueron contundentes,
los dos autos que dict para que siguieran en prisin los imputados nada ms
comenzar el ao sonaban como clavos metlicos en una puerta.

La defensa de Charo haba cuestionado el valor probatorio y creble de


buena parte de los indicios manejados por el instructor. No se puede confundir la
falta de sinceridad con la falta de concrecin, referida a las horas del da del
crimen; no consta la data de la muerte (interpretativa, segn el abogado) y por
tanto no se puede afirmar que la imputada estuviera con su hija en ese momento;
hay pruebas pendientes; son cuestionables las conclusiones sobre la visibilidad del
lugar en el que apareci el cuerpo; la investigacin est teida de suspicacias y
recelos contra Rosario (se hablaba de animadversin hacia ella) y se ha tachado de
curiosidades cuestiones como la entrada de un intruso en su casa en julio o que
dej a la nia en Santiago. Con todas esas alegaciones, se volva a pedir su
libertad.

Y la Audiencia volva a denegarla. Recordaban su auto de 11 de octubre, la


primera vez que decidieron que Porto siguiera presa, y concretaban algunos de sus
argumentos: la nia fue drogada posiblemente a la hora de la comida, pero en
cualquier caso antes de las cinco de la tarde; la muerte se produjo en un lapso de
tiempo cercano a las siete de la tarde, momento en que estaba con su madre y, por
tanto, Porto o bien particip en el proceso, o bien tena que haberse percatado de su
estado. Dejaban claro los tres jueces que su cuadro depresivo, del que haba
mejorado, segn el centro penitenciario, no era un impedimento para que siguiera
encarcelada.

Seis das despus el bofetn jurdico fue para Alfonso Basterra. Su abogada
Beln Hospido haba objetado que no estaba justificada la inferencia que haca Tan
respecto de los indicios, que la instruccin era tendenciosa y preconcebida y
peda la libertad de su cliente. Segn sus alegaciones, haba que descartar
necesariamente que a la nia le hubieran dado el Orfidal en la comida porque a las
18.15, cuando circulaba en el asiento del copiloto, momento captado por la cmara
de la gasolinera La Galuresa, estaba despierta. O eso mantena ella. Hospido segua
al frente de la defensa, pese a que Basterra ante su acuciante situacin econmica
haba solicitado un abogado de oficio, una pantomima, y la Comisin de Justicia
gratuita se lo haba aprobado. A principios de enero, Alfonso renunci a letrado
gratis y sigui con los servicios de Hospido.

Los magistrados, en cambio, concluan que no era el momento de valorar el


conjunto de todas las pruebas (sealaban como novedosa la aparicin del
ordenador y el telfono de Basterra en su piso, as como la declaracin de la menor
que aseguraba haber visto a Asunta con su padre en torno a las seis de la tarde),
sino los indicios y la solvencia de los mismos, que eran abundantes y variados. Ya
los haban desgranado uno a uno en su auto de 4 de diciembre y persistan: seis de
ellos se referan al da de la muerte; otros cinco a comportamientos anteriores de
Alfonso (la administracin de Orfidal en verano y la adquisicin de altas dosis de
esa medicina sin razn) y finalmente se constataba como indicio el comportamiento
procesal del padre: no haba explicado por qu dio el medicamento a la nia; se
neg a declarar tras levantarse el secreto y no entreg su ordenador (en la fecha de
ese auto anterior).

La Audiencia analiz los nuevos elementos, como el informe de autopsia


definitiva entrecruzado con los resultados toxicolgicos para responder al recurso:
Es perfectamente posible que la menor hubiese ingerido el Lorazepam en la casa
de su padre, comenzase a hacerle efecto al cabo de cuarenta y cinco o sesenta
minutos, cuando la madre manifest que refiri estar mareada. Situacin que no
impide que estuviese erguida cuando pas con su madre en coche ante la cmara
de La Galuresa a las 18.00 horas. Erguida, destacaron los magistrados, pero lo
cierto es que la escasa nitidez de esa imagen impide saber siquiera si la nia tena
los ojos abiertos o cerrados, porque de ninguna manera se lograba verle la cara, por
ms que se trataran los fotogramas.

Incidieron en la declaracin de la testigo que lo vio con su hija en el centro


de Santiago. Este hecho de ser cierto en todo caso reforzara los indicios en su
contra por entrar en contradiccin con sus anteriores manifestaciones y situarlo con
la menor una hora ms tarde y, por tanto, ms prximo al momento de su muerte.
Los jueces crean que este testimonio deba tomarse con prudencia, puesto en
relacin con el resto, dado que se incorpor a las actuaciones el 16 de diciembre, es
decir, tres meses despus del crimen. La resolucin fue idntica que para Porto:
Basterra deba seguir en prisin.

Uno de los informes ms esperados en la causa era el de la monitorizacin


de los telfonos mviles de los padres y la nia para saber dnde estaba cada uno
en las horas claves. No era la panacea, pero si los imputados mintieron, como se
crea, y no tomaron precauciones, su posicin poda quedar al descubierto. Haba
que sumar adems otra prueba anterior en la que los agentes lograron saber qu
cantidad de archivos haban sido eliminados de cada dispositivo telefnico, miles
en el caso de Alfonso. Unos se haban podido recuperar y otros no. El Grupo de
Apoyo Tcnico Operativo (GATO) de la Guardia Civil entreg al juez el 10 de
febrero el de la posicin de los telfonos, fijando cuatro coordenadas de inters. El
punto A, la pista donde se localiz el cadver; el B, la finca de Teo; el C, el piso de
Doctor Teixeiro y el D la casa de Alfonso en Repblica Argentina, a menos de 50
metros del anterior. Se trataba de saber dnde se capt la seal de los tres telfonos
entre las doce de la maana y las once y media de la noche del crimen.

Las conclusiones a las que llegaron los agentes confirmaron hechos que ya se
conocan, pero no lograron poner luz sobre otros que siguen en una nebulosa. El
telfono de Rosario Porto realiz una conexin de datos a las 19.29 en las
proximidades de la finca de Teo. Coincidira con una de esas idas y venidas a la
finca que ella relat, aunque segn los datos de la autopsia a esa hora es ms que
probable que la pequea ya estuviera muerta. La conexin que hizo no deja de ser
llamativa. Busc en Internet Todo lo que era slido, el ltimo ensayo del escritor
Antonio Muoz Molina. La siguiente conexin de su iPhone 5 se produce a las
21.52, en las proximidades del punto C, es decir, de su piso de Doctor Teixeiro. En
ese momento Charo ya estaba en su casa y haba puesto a cargar el mvil, segn
declar ante el juez. La imputada cont que su mvil falleci a las siete y media,
se qued sin batera. No se puede determinar el intervalo. No existen datos de
conexiones. El complejo informe corroborara su versin.

El telfono de Basterra estableci una conexin (de voz) a las 16.59. Lo capta
la antena ms prxima a su casa. A esa hora, Charo y Asunta seguan en el piso de
Repblica Argentina acabando una partida de cartas, segn la informacin que
ofreci la pareja. Unos minutos despus la nia saldra de la vivienda y sera
grabada por una cmara de Bankia, caminando sola, en direccin al piso de Doctor
Teixeiro. La imagen es breve y es imposible apreciar si estaba afectada o no por las
pastillas. La siguiente conexin es a las 20.47, tambin en el mismo lugar.

A esa hora ms o menos, Basterra cont que hizo hasta diez llamadas
seguidas: tres al telfono de Asunta, tres al de Charo, tres al fijo de Doctor Teixeiro
y una ms al fijo de Teo. Y en esas cuatro horas entre medias qu actividad tuvo
su telfono? Dnde estaba l? La respuesta sigue en el aire. No se puede
determinar dnde se encontraba dicho terminal de telfono durante la franja
horaria desde las 16.59 hasta las 20.47, ya que no existen datos de conexiones.
Basterra asegur que estuvo leyendo en casa, tambin preparando la cena e incluso
que se qued dormido, pero la testigo que compr unas zapatillas con su amigo
asegura que le vio cruzar con Asunta en un paso de peatones pasadas las seis. La
sospecha es que el padre pudo quitar la batera al telfono y que la serie de diez
llamadas consecutivas tenan como fin dotarse de una coartada.

El mvil de la pequea tuvo su ltima conexin a las 17.38 y fue captado por
la antena ms prxima a su casa. Unos minutos antes la haba grabado la cmara.
Cont por chat que iba a hacer los deberes. Ya no tuvo actividad hasta las 21.05,
cuando registra en ese mismo lugar la llamada entrante desde el nmero de su
padre. La cra ya estaba muerta. Nadie contest esas llamadas. Los primeros
policas que llegaron a la casa cuando se denunci su desaparicin mostraron su
sorpresa porque una adolescente saliera sola de casa sin su mvil. Cierto que
Asunta no era ni mucho menos una adicta a la tecnologa, ni tena tiempo para
perderlo en su frenes de actividades. Entre el inocente chat y las tres llamadas
consecutivas de Basterra no hubo datos de conexiones, por tanto, no se pudo
determinar tampoco dnde estaba el terminal mientras acababan con la vida de la
criatura. Probablemente en el mismo lugar en el que se encontr.

Los investigadores, el juez, el fiscal... todos esperaban ms de esa compleja


prueba casi siempre tan determinante, pero o bien Basterra estaba donde deca que
estaba (en su casa), imposible si se crea a la testigo, o bien haba preparado con
aplicacin los pasos de esa tarde, al contrario que Porto. Tan y el equipo de
Homicidios conversaron sobre los resultados de ese informe. El juez, como casi
siempre, tena en cuenta el criterio de los agentes de Polica Judicial, sus opiniones
forjadas a base de experiencia y muertos, de hiptesis probables y piruetas
azarosas. En una de las reuniones sali a relucir de nuevo la milagrosa aparicin
del ordenador de Alfonso en su piso. Ellos haban estado all en el registro anterior,
se haban fijado en los detalles, haban fotografiado la minscula vivienda de dos
habitaciones, un saln, una cocina y un bao, escasamente amueblada. Tan incluso
haba dejado su inseparable mochila en la entrada, de ah que no entendieran a qu
jugaba Basterra y daban vueltas a quin le podra haber ayudado, aunque la
respuesta la tenan bastante clara.

Cuando hicieron el registro del 30 de diciembre, al que asisti el sargento


Marcelo, otros dos guardias, el juez, la secretaria judicial, Basterra y su abogada, el
preso sac ese carcter duro e insolente que le naca de vez en cuando. En su
dormitorio, sobre la mesilla de noche tena una foto de Asunta. Tan amag con
verla de cerca mientras los agentes rebuscaban en el cajn donde estaba el telfono
Nokia desaparecido y su cargador. Ni se le ocurra mirar la foto de mi hija, buf
Alfonso. No era la primera vez que le sala el temperamento, tanto con el instructor
como con el fiscal, que era su principal objeto de inquina. O eso aparentaba. El
sargento, sin inmutarse, le pidi que se calmara: Podemos acabar pronto si
colabora o estar aqu todo el da. Usted decide. El peso inconsciente del uniforme
acab imponindose.

En esa ltima inspeccin se llevaron lo que haban ido a buscar: un porttil


HP, en el que supuestamente trabajaba Alfonso en el centro sociocultural del
Ensanche porque no tena Wifi en casa. Estaba en un maletn negro, a la entrada
del saln, apoyado contra la pared y un cubre-radiador. En el interior del maletn
haba tambin una batera, un ratn, un cargador con cable de alimentacin, una
alfombrilla de colores y siete folios ordenados, uno con anotaciones manuscritas.
Todo preparado para empezar a escribir... o para seguir burlndose de la
investigacin.

El anlisis de huellas de ese ordenador evaporado durante tres largos meses,


requerido una y otra vez por los investigadores y aparecido como por ensalmo,
revel cuatro huellas dactilares y una huella palmar. El dedo ndice izquierdo de
Asunta estaba en el reverso del porta CD del porttil. Todo lo dems haba sido
limpiado, borrado, como si alguien hubiera dado el cambiazo.

Las defensas insistan una y otra vez en los detalles del omnipresente
Orfidal. Aunque ya se haban hecho dos pruebas toxicolgicas, el juzgado requiri
otra ampliacin al Instituto Nacional de Toxicologa. Tenan que especificar cundo
alcanza el Lorazepam la concentracin mxima al ser ingerido por va oral y en qu
momento comienza a producir efectos, dado que Asunta fue grabada caminando
pasadas las cinco y cuarto de la tarde, que una testigo aseguraba verla despus de
las seis y que otra cmara recogi su imagen sentada en el coche de su madre
supuestamente erguida y despierta. A finales de febrero se entreg el nuevo
informe.

El Lorazepam sealaban los toxiclogos es un frmaco con un amplio


margen teraputico de modo que puede administrarse a dosis altas con una
relativa seguridad. Resulta difcil alcanzar dosis txicas que supongan un gran
peligro para la vida del intoxicado, siempre que la intoxicacin se haya producido
solo por este frmaco. Era claro que Asunta no muri por sobredosis, pero no
cmo se encontraba tras haber ingerido la medicina. Entre las manifestaciones
clnicas las ms frecuentes son la somnolencia, obnubilacin, hipotona, letargia y
disminucin de los reflejos, recoga el documento antes de concluir cuatro puntos.
Es un frmaco que alcanza la concentracin mxima por va oral al pasar entre
media hora y tres horas. En segundo lugar, comienza a producir efectos tras la
ingesta entre los quince y los cuarenta y cinco minutos. La biodisponibilidad por
va oral es del 91-95 por ciento y, finalmente, especificaba que la vida media es de
nueve a diecinueve horas.

Desde los primeros das, el juez tena la confirmacin cientfica de que la


nia haba sido drogada, pero se decidi cimentar ms an esos primeros
informes. El 22 de enero la profesora Ana Mara Bermejo, encargada del primero
sobre la presencia de Orfidal en el pelo de la nia, y su compaera Mara Jess
Tabernero remitieron al juez una ampliacin desde el Servicio de Toxicologa
Forense del Imelga de Santiago, mucho ms amplio y preciso que el inicial.
Haban analizado muestras de sangre, de orina, contenido gstrico, humor
vtreo y bilis de la nia. Asunta tena 0,68 microgramos de Lorazepam (Orfidal) en
cada mililitro de su sangre y 0,08 en cada mililitro de su orina (su vejiga estaba
llena). Tambin en el estmago haba restos de Orfidal, no as en la bilis. El estudio
es detallado y cientfico. Explican las toxiclogas que esta Benzodiacepina se utiliza
por su accin como ansioltico, sedante e hipntico. Es potente por su rpida
absorcin y su vida media relativamente corta. La concentracin mxima en sangre
se alcanza aproximadamente dos horas despus de la administracin oral y el
inicio de sus efectos dentro de los primeros cuarenta y cinco minutos tras tomarla,
aunque los alimentos retardan su absorcin. La vida media de eliminacin es de
entre diez y veinte horas.

En el caso de Asunta se ha detectado la presencia de Lorazepam en


contenido gstrico. En general, la velocidad media de vaciado gstrico es de unas
cuatro horas, aunque en algunos casos puede prolongarse, por ello la presencia en
el estmago implica un consumo reciente y adems la no completa absorcin
porque an puede detectarse en el estmago. Y continuaban: Se ha detectado
tambin la presencia de pequeas cantidades en orina (0,8). Posiblemente esa baja
concentracin se debe a que la eliminacin del Lorazepam por va renal estaba en
una fase inicial, ya que, normalmente los txicos no comienzan a eliminarse por la
orina hasta dos a cuatro horas tras la absorcin de los mismos.

No se detect en la bilis (una muestra donde se acumulan los txicos) y eso


puede significar que todava no haba comenzado a eliminarse por esta va, lo que
concuerda con los resultados obtenidos en orina y contenido gstrico. Donde s
haba presencia de las pastillas, y mucha, era en los niveles plasmticos (0,68),
dentro del rango de toxicidad, segn toda la bibliografa consultada. De lo que
puede deducirse que en el momento de la muerte Asunta se encontraba bajo los
efectos de dosis altas de Lorazepam.

La conclusin que ley el juez era la misma en la que se haba desembocado


desde el principio pero con un nivel de explicacin y detalle superior. La nia
consumi Orfidal en las horas previas a la muerte, por eso se detect en el
contenido de su estmago y en muy baja concentracin tambin en su orina. Los
niveles que presentaba en sangre se englobaban en el rango txico. Las defensas
durante la instruccin no fueron capaces de presentar una pericia para
contrarrestar este informe, pese a que mantuvieron una y otra vez que a la pequea
le pudieron suministrar las pastillas despus de la comida y, por tanto, personas
ajenas a sus padres que fueron los nicos con quienes almorz y, casi con certeza,
los ltimos que la vieron viva.
Captulo XI

RUMORES CALLEJEROS

El juez se haba ganado a pulso su fama de duro en Villagarca de Arosa, un


pueblo al vaivn del contrabando de tabaco primero, enganchado a los fardos de
hachs despus y al filn de los alijos de cocana ya en los noventa. Tan se haba
erigido en azote de narcos, espoleando a policas y guardias civiles (en ambos
cuerpos contaba con grandes amigos) para supurar las heridas de la droga en las
ras gallegas. Esta presin al lado de casa molestaba a los seores del polvo blanco
y a sus secuaces los transportistas, que tenan enfilado al magistrado. En Santiago,
su destino cuando apareci muerta Asunta, todo el mundo saba quin era, por
supuesto, incluidos los periodistas no solo gallegos sino tambin los habituales de
la prensa negra. Le cay el robo del Cdice Calixtino, y ese folletn con la cpula de
la catedral por medio, oscuras pendencias personales y sexuales, el electricista
descontrolado y el propio presidente del Gobierno entregando la joya recuperada
acab por catapultarlo.

El crimen de Asunta, sin embargo, le morda el estmago. Estaba habituado


a la fauna que desfila a diario por un juzgado de instruccin, pero raro era el da en
que la imagen de la nia sobre la tierra, como un mueco de trapo en el sitio
equivocado, no se le vena a la cabeza, y raro tambin el que no se llevaba un
sofocn por lo que se publicaba y se contaba, pese al mutismo del equipo de
Homicidios. He adoptado la higinica medida mental de no leer ni ver nada del
despropsito meditico que rodea este asunto, plasm en un auto, aunque ya
haba dejado claro su propsito cuando seal con una marca de agua cada copia
del sumario tras levantar el secreto.
Pero el despropsito meditico se vea azuzado da tras da con una intensa
rumorologa, con abiertas mentiras filtradas por partes interesadas, con el silencio
de los investigadores (la Guardia Civil no dio ni una sola nota oficial durante toda
la instruccin, lo que no se escribe no existe) y de alguna de las partes. A eso haba
que aadir un cruce de denuncias y acusaciones con flechas disparadas en todas
las direcciones. Una semana el abogado de Porto actuaba contra el psiquiatra que
aireaba en los medios el diagnstico de la paciente cuatro aos antes, con
aportaciones de su cosecha, o peda que se procesara a los dos hombres que
encontraron el cadver; otra, el padre de Basterra pontificaba desde el silln de su
casa con desapego sobre las relaciones familiares; una tercera un sindicato de
guardias civiles se querellaba contra Aranguren y este a su vez denunciaba que
tena el telfono intervenido...

El abogado se querell contra Narciso Carrero, que diriga en 2009 el


sanatorio mental La Robleda, donde estuvo ingresada Porto cuarenta y ocho horas
y haba sido uno de los dueos. Carrero coment en distintos medios que Charo
pareca tener comportamientos psicticos y que haba algo raro en ella, de ah
que se preocupara cuando la mujer abandon voluntariamente el centro. El
psiquiatra, ya jubilado y apartado de su antigua clnica, fue imputado por vulnerar
el secreto profesional y tuvo que declarar ante Tan.

Durante meses aparecieron investigadores que no eran tales, expertos en


naderas y supuestos amigos/conocidos de la pareja que a la segunda pregunta se
quedaban en blanco o recurran a la imaginacin para enmascarar el
desconocimiento. Alguno lleg a afirmar que Porto haba sido adoptada por sus
padres e incluso se dijo que quiz era una nia robada. Hasta el juez present una
querella contra los medios, medida inslita, que no prosper despus de pedir
explicaciones por escrito a la Direccin General de la Guardia Civil, que tampoco
lleg a responder, e incluso tuvo que salir en defensa de la polica tras publicarse
que exista malestar y recelos entre ambos cuerpos.

La estrategia de la confusin convena a las defensas, empeadas en que


cada vez que se avanzaba un paso alguna nueva sorpresa acabara enmaraando
ms el caso y desenfocando la imagen fija sobre los padres. Aranguren, por
ejemplo, sostuvo en varios de sus recursos que los padres no haban podido
trasladar el cuerpo a la pista de Teo. Se basaba en las declaraciones del matrimonio
vecino, que aseguraba con obstinacin que el cadver no estaba all poco antes de
las doce y media de la noche, la ltima vez que dieron su paseo nocturno. Si a las
diez y media el cuerpo no estaba y a la una apareci all, con mi cliente localizada
en todo momento, una de dos: o alguien colabor en la puesta en escena del
cadver o quien la mat la llev hasta all, sostuvo el abogado, quien pidi que se
abrieran diligencias penales contra Jos Garca y Alfredo Balsa, los dos hombres
que encontraron a la pequea.

Hay uno que hasta asegura que se sinti observado y que vio que el
cadver tena una mano cambiada de sitio. La hoja vital de los dos amigos
descubridores del cuerpo era perfecta para cuestionar algunas evidencias: llevaban
bebiendo en un bar cercano ms de cuatro horas y el conductor, Alfredo Balsa, ni
siquiera tena carn de conducir, tras perder todos los puntos. Asunta tuvo mala
suerte hasta despus de muerta.

Dos testigos con el rastro intenso del sbado noche de jarana pintado en su
cara y sus palabras, frente a otros dos el matrimonio formado por Manuel
Crespo y Rosario Snchez alentaban una tesis y la contraria. Estaba o no el
cuerpo de la pequea a las doce y media de la noche depositado en la cuneta? La
hora era un pilar bsico para cerrar la acusacin contra los padres. La grabacin
que se hizo dos noches despus del hallazgo persegua reproducir las condiciones
de meteorologa y luminosidad del 21 de septiembre. Ocaso a las 20.30, fase de la
luna en el trnsito de luna llena (da 19 de septiembre) a cuarto menguante (da 27).
Se hicieron cinco grabaciones siguiendo el trayecto (en ambos sentidos) que
discurre por la pista forestal, desde la bifurcacin que comunica dicha pista con la
carretera, hasta pasar por el lugar exacto donde apareci la nia, unos 60 metros en
total. No haba ninguna luz artificial salvo una farola a 87 metros de distancia. La
pista era tpica del bosque gallego, densa, cubierta en ambas mrgenes por un
espeso manto de pinos y viejas caducifolias, que oscurecan la tierra a sus pies.

Manuel Crespo, el vecino, no fue capaz de ver la prenda de color blanco que
los agentes colocaron como seuelo en el punto exacto donde fue hallada Asunta
ni al caminar en un sentido ni en el otro. Aun as aseguraba que la nia no estaba
all cuando l y su mujer pasaron a las 0.30. Lo reflejado en declaraciones por el
marido y la esposa no transmite la misma sensacin de certeza, sostena el fiscal.
No perdamos de vista explicaba que se trata de dar por acreditado un hecho
negativo: la no presencia del cadver en base a la no percepcin de un testigo. Que
l no lo percibiera no significa que no estuviera all. Su esposa, Rosario Snchez,
volvi a declarar ante el juez en enero. Vi el cadver de la nia cuando ya estaba la
Guardia Civil y el seor juez. Desde lejos lo vi, gracias a los focos que tena puestos
la Guardia Civil de los faros del coche. Antes no se vea. Pas con mi marido tres
veces. l llevaba una linterna muy pequeita. Yo me iba fijando en todo lo que iba
pasando y no vi nada de nada. Para m el cuerpo no estaba all cuando pas por ese
lugar, a unos 50 o 60 centmetros de donde estaba.

El hecho de que los testigos presenciales siten la hora de colocacin del


cadver en el lugar donde fue hallado en una franja horaria en la que ninguno de
los imputados podra haberlo llevado a cabo supone un elemento determinante y
contradictorio con la tesis de que ambos por s solos hubieran ejecutado los actos
que conllevaron la muerte de su hija, expuso Gutirrez Aranguren a la vista de
esas declaraciones. Y aunque ninguno de sus recursos prosper, la duda qued
planeando sobre la instruccin y sera trasladada al jurado, pese a la insistencia del
fiscal en que esas palabras deban valorarse con cautela. Tanto esa pareja como los
amigos que encontraron a la nia eran cualquier cosa menos unos testigos
perfectos.

Testigos que callaban, testigos que parecan mentir o que se confundan sin
ms en momentos en los que era imprescindible reconstruir con la mayor precisin
posible los pasos de la nia y de sus padres. Al inicio del caso, tres hombres
creyeron ver esa tarde-noche a Asunta o algn elemento importante para las
pesquisas. La repercusin del crimen y la sobreabundancia de informacin
actuaron como acicate para arrancar detalles a la casualidad. Casi todos queran
colaborar, pero acabaron embrollando hasta que los resultados cientficos anularon
las palabras e impusieron su certeza.

Xon Ramn Doldn, profesor en la Universidad de Santiago, de cincuenta


aos, fue el primero en presentarse en comisara por si su testimonio ayudaba.
Cont a la polica, dos das despus del crimen, que vio a Asunta en torno a las
19.20 horas del da de la desaparicin en la calle Repblica del Salvador,
caminando sola, y que la reconoci sin ningn gnero de dudas. As consta, al
menos, en la nota policial remitida al juzgado. Ante esa contundencia, Doldn fue
llamado a declarar al cuartel de la Guardia Civil al da siguiente. El cabo Herrero y
otro compaero se sentaron frente a l. Ya tenan la imagen de la cmara de la
gasolinera en la que pareca verse a Asunta en el asiento del copiloto junto a su
madre, poco antes de las 18.30 horas en direccin al chal de Teo. Las palabras del
testigo eran fundamentales.

Vio usted claramente a la nia? pregunt el cabo Herrero con la nota


de la polica delante.

Yo estaba estacionando mi coche en Repblica del Salvador, esperando a


mi esposa, entre las siete y las siete y veinte de la tarde. Vi caminando a una
adolescente que suba por la calle en direccin a General Pardias, procedente de
Alfredo Braas. La misma iba sola. No recuerdo cmo vesta, si bien al ver ahora
las noticias que dicen que la nia iba vestida de chndal puedo asegurar que no iba
vestida as, sino con ropas de calle, informales, pero no de chndal.

Pero usted dijo a la polica ayer que era Asunta prosigui el agente.

Les indiqu lo que haba visto por si poda servir de ayuda, sin que en
ningn caso les reconociera a la nia desaparecida como la que yo haba visto por
esa calle.

Le ensearon a usted alguna foto?

No. Ni de la chica desaparecida ni de ninguna otra adolescente de rasgos


orientales. La nica foto que vi se publicaba en Internet y, de hecho, les dije a los
policas que yo no podra reconocerla como a la nia que vi, si bien lo hice porque
aquella tambin era de rasgos orientales.

Los agentes tuvieron la certeza, tras or al testigo, de que no era Asunta la


nia que vio. Das despus sabran que a esa hora posiblemente la pequea ya
estaba muerta. La segunda declaracin de este hombre en veinticuatro horas sirvi
para que los abogados deslizaran la duda de si se haba podido coaccionar al
testigo o si se haban tergiversado sus palabras.

Ese mismo da, tambin de forma voluntaria, acudi Armando Guerra a la


comisara de Pontevedra. Como toda Espaa, estaba al tanto del crimen. Le recibi
el jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de esa
provincia. Cont que el sbado estaba a las 22.30 con unos amigos que forman
parte del grupo musical Black Stones en un descampado de Calo (Teo), en un
festival de msica. Mientras caminaba por el descampado le llam la atencin una
chica muy joven de origen chino, a la que describe con unos rasgos bonitos como la
porcelana. Estaba acompaada de otras dos o tres chicas y dos o tres chicos, todos
de aspecto espaol y bastante jvenes. Lo que ms le llam la atencin es que se la
vea perfectamente integrada en el grupo de chicas y chicos espaoles, lo que no es
frecuente, recoge la declaracin...

Los vio solo un instante, pero al enterarse de la aparicin del cadver por la
prensa acudi a comisara aunque no puede asegurar si la joven de origen chino
que vio es la misma que apareci muerta. No hubo que investigar mucho ms
para concluir que no lo era. Segn la autopsia, la nia llevaba un par de horas
muerta cuando el testigo vio al grupo de adolescentes.

El tercer hombre en comparecer fue Alberto Cereijo, en este caso, con un


testimonio mucho ms inconsistente. Explic a la polica el 1 de octubre que la
tarde del crimen, unos minutos despus de las 20.14, haba visto un Mercedes de
color verde, de gama alta, segn dijo, acceder a la rotonda que une la AP53 con la
AG59, a bastante velocidad, sin respetar el ceda el paso. Conduca una persona de
poca estatura y alguien en la parte trasera del vehculo gesticulaba, braceaba o
mova ostensiblemente los brazos. Luego el Mercedes se par en el arcn nada ms
salir de la rotonda, pero no se baj nadie. Dado que esa rotonda era uno de los
posibles caminos seguidos por Porto, la Guardia Civil tom declaracin a este
testigo una semana despus. Pero en la misma matiz. Cuando afirm que el
vehculo era de alta gama lo que quiso decir en realidad es que se trataba de un
todoterreno o monovolumen y no estaba seguro de si el coche que vio era un
Mercedes.

El cambio en las palabras de Xon Ramn Doldn, negando haber declarado


a la polica que hubiera visto a Asunta esa tarde, obedeci, segn el abogado de
Porto, a las presiones a las que le someti la Guardia Civil, cuerpo en el que haba
una mano negra para intentar perjudicar a su defendida. El disgusto entre los
agentes no se qued en una charla de cantina. Est poniendo en duda a los
investigadores y acusndolos de un delito y todo no vale para salvar una defensa,
mantena un portavoz, de ah que se acudiera a la Fiscala para actuar contra el
letrado. No fue la nica ocasin en que tanto Aranguren (en pblico o en sus
escritos) como Beln Hospido arremetieron contra los investigadores, cuya
profesionalidad e imparcialidad hubo de defender en algunos de sus autos el juez.

Esas primeras declaraciones de testigos que acudieron a la polica en lugar


de a la Guardia Civil causaron tiranteces entre ambos cuerpos, algunas reflejadas
en el sumario, donde los investigadores muestran su extraeza por el hecho de que
no se hubiera tomado denuncia a Porto cuando acudi a comisara el 5 de julio. Los
recelos entre los hombres de verde y de azul asomaron, una vez ms, y Tan medi
para cortar de raz esa situacin y no perturbar la instruccin. Lo hizo enviando
una carta al comisario jefe de Santiago:

Ante las insinuaciones vertidas referentes a la existencia de posibles quejas,


recelos o malestar por parte de la unidad de Guardia Civil investigadora de las
presentes, y en relacin con la actuacin desarrollada por miembros de su
comisara he de manifestarle que tales insinuaciones son totalmente infundadas.
No existe queja alguna verbal o escrita ni de la unidad investigadora ni de esta
instruccin relativa al comportamiento del CNP en todas aquellas actuaciones
referentes al esclarecimiento de la desaparicin y fallecimiento de la menor Asunta
Basterra.

Como documento apaciguador era impecable, pero no se cea del todo a lo


reflejado en el atestado inicial de los guardias civiles, crticos con el hecho de que
no hubiera constancia por escrito hasta despus del crimen del episodio del ladrn
del 5 de julio, por el que Porto, a regaadientes, acudi a comisara. Esta
instruccin solicita que por parte de los que hayan sido encargados de la
investigacin de tal hecho, el cual, pese a no haber sido denunciado, s debera ser
perseguido de oficio, presenten en ese juzgado todas cuantas actuaciones han
practicado para el esclarecimiento del mismo, y que muy probablemente ya habrn
entregado en el correspondiente juzgado de guardia dado el tiempo transcurrido
desde entonces. Las palabras de Tan al comisario de polica, a la vista de estas
otras, suenan ms bien a un intento de apagar incendios antes de que se prenda la
llama.

Las crticas a los policas que tomaron declaracin a Xon Ramn Doldn
tambin aparecen en ese atestado. El testigo neg haber reconocido a dicha joven
y as se lo haba indicado a los policas que le atendieron, a quienes acudi
nicamente para facilitar la informacin relativa al avistamiento de una
adolescente de rasgos asiticos. Esa discrepancia fue la que aprovech Aranguren
para arremeter contra los investigadores. En enero el profesor tuvo que volver a
declarar en el juzgado. En ningn momento fui coaccionado ni presionado para lo
que tena que decir, no sufr presin de ningn tipo, todo lo contrario, aclar a
preguntas del fiscal. Los abogados tampoco lograron extraer una conclusin certera
de las palabras de este hombre, a quien movi solo su afn de colaborar.

A esas alturas, los enfrentamientos por escrito y en sala del juez con los
defensores haban sido una constante. Tan consideraba que estaba autorizando
pruebas ms all de lo razonable en una instruccin; Aranguren y Hospido, que el
magistrado haba tomado partido en contra de los imputados y que sus
conclusiones eran apriorsticas. Como las defensas de Rosario y Alfonso
consideran que la instruccin es mendaz, tendenciosa, bastarda, se ha acordado
recabar todo el material grfico que manej la Guardia Civil y que las partes
puedan tener sus copias, cosa inaudita en cualquier instruccin, pero que se hace
precisamente para que las partes cesen en sus afirmaciones infundadas. Mxime
cuando las partes no han tenido por oportuno indicar a este instructor para qu
necesitan el material que solicitan, si no es para tratar de enturbiar la instruccin
acopiando material innecesario que genere confusin, escribi Tan a raz de que
le solicitaran por ensima vez, en enero, las grabaciones de las treinta y siete
cmaras conseguidas por los investigadores.

En otro escrito de esas mismas fechas remitido a la Audiencia, el juez dedica


un apartado a las descalificaciones en respuesta a Beln Hospido.

Este instructor ya ha afirmado en anteriores ocasiones que cualquier error o


fallo, desde luego involuntario, que pueda haber en la instruccin es
responsabilidad ma y lo asumo como propio. Me gustara que del mismo modo
que exijo y exigir siempre respeto a la actuacin de las defensas, estas respetasen a
los restantes profesionales (...). La parte parece ignorar la presencia del Ministerio
Fiscal en la causa, cuya neutralidad est fuera de toda duda y que intenta igual que
la Guardia Civil esclarecer los hechos.

No es la primera vez que se profieren una serie de descalificaciones hacia el


letrado que suscribe, que en modo alguno estamos dispuestos a tolerar, respondi
Aranguren das despus. No admitimos que se nos diga que nuestros
interrogatorios son intolerables y que solo buscan crear confusin, pues quien eso
dice creer tena muy fcil poner coto a tan agresiva dice actuacin declarando
impertinentes las preguntas (...), ni compartimos la autoproclamacin del
instructor como riguroso, objetivo e imparcial en sus consideraciones (sic) en tanto
que en lugar de limitar sus intervenciones a admitir o rechazar las diligencias (...)
viene participando extensa y acaloradamente en contra de los imputados y de sus
defensas en todo aquello que suponga discrepancia con sus infundadas y
apriorsticas conclusiones (...). Dgasenos claramente que sobramos y as sabremos
a qu atenernos. Este tono fue el que prevaleci a lo largo de la instruccin y hasta
el final de la misma.
La desaparicin y milagrosa materializacin posterior del ordenador de
Basterra estuvo precedida por otro episodio malintencionado que acab salpicando
a un profesor, cuya nica falta fue ser amigo de Alfonso, y que tambin es padre de
una nia china. Una llamada annima alert de que el porttil lo haba escondido
Agustn Prez Mosquera, un hombre que apareci junto a Basterra en el tanatorio,
en el funeral, en la calle, y que se mostr como un sostn imprescindible en esos
primeros das. Ni la Guardia Civil ni el juez sospecharon de este amigo como
cmplice para ocultar una prueba y obstruir la labor de la Justicia. La acusacin
popular, no obstante, insisti, y no solo pretenda que se registrara la casa de
Mosquera, sino tambin que l declarara, aun cuando los agentes haban
desechado cualquier tipo de implicacin.

Un auto de Tan dictado en enero dio al traste con esa absurda pretensin
que cuestionaba la dignidad y la honorabilidad de alguien que solo se comport
como sera de esperar en un amigo: Se tratara de una prueba totalmente intil,
pues donde la polica no hall sospechas no las vamos a encontrar nosotros,
destac el magistrado, que se haba entrevistado con el amigo de Basterra. Su nico
pecado era que segua visitando a Alfonso en la crcel. No hablamos del crimen,
sino de pequeas cosas y de cmo estaba l, admiti. Tan tena una informacin
bastante precisa sobre la persona que devolvi el porttil al piso alquilado de
Basterra, pero consider que no era el momento de enmaraar ms la ya de por s
embrollada instruccin.

A esa intensa actividad en paralelo, que nada tena que ver con el asesinato,
y que medio pas segua con inusitado inters, se sumaban unas corrientes internas
en torno al caso, tangenciales, que cada cierto tiempo desviaban atenciones o sin
desviarlas abran senderos bifurcados. Casi todas se fueron despreciando por parte
de los investigadores tras comprobaciones rutinarias o ante la imposibilidad de
avanzar en esas lneas. El sello de culpables estaba sobre quienes estaba y no se
podan rastrear sus vidas enteras, aunque la aparente ausencia de mvil siguiera
martilleando a quienes deban alumbrar el caso.

Dinero. Era uno de los argumentos recurrentes y aliment pginas y


pginas. Herencia desconocida, testamento invalidado, una pliza a nombre de la
nia? Los investigadores supieron desde la primera semana que ese no era el
motivo. Charo guardaba su testamento en la caja fuerte de su casa. Era la nica
heredera, y ese documento, que databa de 1975, era conocido de sobra por Juan
Guilln, el abogado colaborador del padre de Porto; no exista ninguna pliza
oculta ni donaciones a la nia y las propiedades de los Porto en Santiago de
Compostela, Vilanova de Arousa y Teo, las haba recibido su nica hija de forma
legal y habitual. Varios millones de euros. Esos eran los datos. Los rumores, en
cambio, crecan para agrandar el mito de la monstruosidad de los padres. Se lleg a
insinuar que Francisco Porto y Socorro Ortega no haban muerto por causas
naturales. La madre de Charo falleci en su casa el 11 de diciembre de 2011. Tena
setenta y ocho aos. Siete meses despus, el 26 de julio, muri su marido, de
ochenta y ocho, tambin en su cama. No tenan enfermedades graves, murieron de
repente y ambos fueron incinerados.

Las especulaciones arreciaron de tal modo que el instructor tuvo que


pronunciarse y asegurar que no se estaban investigando dichas muertes ni
guardaban ninguna relacin con el crimen de la nia. El vnculo surgi de la
aportacin popular uniendo esos fallecimientos con las dos notas escritas en un
blog por Asunta, poco despus de la muerte de su abuelo, en realidad un trabajo
de ingls propuesto por su profesora particular en el que la cra se refera a los
espritus de una pareja que vagaban por el parque de La Alameda, el mismo por el
que sola pasear con su abuelo.

rase una vez una familia feliz: una mujer, un hombre y un hijo. Un da la
mujer fue asesinada. El hombre quiso tomar represalias con la persona que mat a
su mujer (Anna), pero l tambin muri porque intent tomar represalias, pero el
hombre malo mat a John, el marido. Su cuerpo est en el parque de La Alameda y
su espritu tambin. l espera que el espritu de su mujer venga con l. Cada da l
se sienta en los bancos. El cuerpo y el espritu de su mujer estn en el parque de
Belvs, escribi la cra. Contenido truculento que fue interpretado por un coro de
voces como el secreto que la pequea haba averiguado y que se convirti, cmo
no, en pasto de psiclogos y psiquiatras, pedagogos y advenedizos.

Los investigadores desterraron esta zona turbia del caso amplificada porque
la profesora coautora del blog haba dejado Galicia y se haba instalado en el Reino
Unido. Su nombre apareci una y otra vez en las primeras semanas, hasta el punto
de que la docente Sophie Elizabeth Paton escribi una carta al juez desde Londres
pidindole amparo y medidas para proteger su derecho a la intimidad, honor y
buen nombre. Consideraba insidioso que se hablara de ella como una amiga
imaginaria y se quejaba de que se difundiera su lugar de residencia y aun as se
apuntara que estaba ilocalizable.

Desde luego no tengo ninguna informacin relevante que aportar a la


investigacin, pero estoy a disposicin del juez instructor de la misma para lo que
necesite. Ahora bien, no tengo inters en participar en el anlisis morboso de esta
tragedia que estn realizando los medios de comunicacin, ni en participar en las
investigaciones paralelas que estos deseen emprender y evidentemente estoy en mi
derecho de no querer verme pblicamente relacionada con un suceso con el que no
tengo nada que ver, explic. Conoc brevemente a Asunta dndole clases de
ingls. Asunta me impresion con su inteligencia y creatividad. En aquel momento
estaba trabajando en Espaa en traduccin y servicios de idiomas. Como los
dems, me qued profundamente conmocionada cuando recib la noticia de su
muerte. Llevo en Inglaterra desde abril de este ao y la noticia me ha llegado a
travs de una amiga que reside en Galicia.

Hubo otros hechos laterales que no pasaron desapercibidos, aunque no se


pudo concluir nada. Charo Porto pareca ser vctima recurrente de ladrones: tres
supuestos robos o intentos de robo en sus casas en poco ms de un ao. En una
ciudad como Santiago, resultaba llamativo que la mujer sufriera en sus carnes tal
inseguridad.

Segn su versin, a su hija intent matarla un ladrn que entr en su piso de


Doctor Teixeiro la madrugada del 5 de julio en busca de la caja fuerte. En esa caja
guardaba Porto tres abultados sobres repletos de billetes de cien euros, tal y como
comprobaron los agentes que inspeccionaron el dormitorio de la nia tras el
crimen. No llegaron a contarlos, pero se calcul que poda haber entre 70.000 y
100.000 euros en metlico. La detenida se permiti una chanza a cuenta de esos
sustanciosos ahorros. No existi tal tentativa de robo, segn el sumario. En la
misma caja haba una bolsa con ostentosas joyas que estuvieron de moda en otra
poca.

Esa denuncia nunca se formaliz, pero Rosario Porto s interpuso otra tan
detallada que parece un inventario. El 20 de noviembre de 2012, cuatro meses
despus de la muerte de su padre, la mujer acudi a la comisara de Santiago a
denunciar el robo que haba sufrido en el piso de sus padres, en el nmero 7 de
General Pardias. All, entre las dos y las ocho de la tarde del da 18 unos
desconocidos accedieron a la vivienda, forzando la puerta de servicio tras sacar el
cilindro de la cerradura. En el interior revolvieron toda la casa y sustrajeron varios
objetos. La vivienda tena alarma de seguridad conectada a la puerta principal, no
a la de servicio, cuya zona del inmueble estaba en obras, segn explic la mujer.

Le quitaron una veintena de joyas de gran valor que ella recit ante los
agentes como un papagayo: pendientes de oro, pendientes de perlas, gargantilla,
un broche de plata y otro de oro, ms broches de bronce y de plata, pendientes de
esmeraldas, sortijas... Cuando se le pidi valoracin de tan detallada lista dijo que
no poda darla porque eran alhajas de su madre, y no saba si se haban llevado
ms. Estaban guardadas en el dormitorio principal de un piso en el que no viva
nadie. No poda aportar fotos, pero las reconocera perfectamente, segn indic. En
la vivienda haba ms objetos de valor, como cuadros y adornos de plata, a la vista,
por lo que tema que los cacos pudieran volver a llevarse el resto del botn.

Porto explic que en esas fechas haban estado en la vivienda personas


dedicadas a la venta de antigedades, as como el instalador de la alarma de
seguridad de la empresa Boel. A diferencia de su actuacin el verano en el que
muri Asunta, entonces s avis a la polica, que estuvo inspeccionando la
vivienda. Un vecino, Jos Mara Brenlla, hermano de uno de los psiquiatras que la
haba tratado, le cont que haba visto a dos chicas jvenes desconocidas salir del
edificio. Segn consta en el atestado, los policas hallaron una puerta forzada y una
de las habitaciones desordenada. Como esta informacin no era relevante para el
caso, qued sepultada en un cajn.

La madrina de la nia, Isabel Veliz, cont en su declaracin judicial otro


episodio que le haba relatado Charo. Asunta estuvo con ella desde finales de julio
hasta la penltima semana de agosto, disfrutando de la playa en Vilanova de
Arousa mientras los aparentemente ocupados padres permanecan en Santiago.
Alfonso y Charo anunciaron a Veliz que visitaran a la pequea el 15 de agosto, da
de su santo, y festivo en toda Espaa. Un par de das antes, la madre la telefone y
le cont que no podan ir porque les haban entrado en la casa de Teo. Ese supuesto
robo tampoco fue denunciado, aunque es cierto que Tan y los guardias repararon
en una ventana rota durante uno de los registros. En la finca se guardaban cuadros,
libros, tallas y objetos de valor, cuya sustraccin no se denunci jams.

A su amigo El-Omari le cont, y as lo declar l, que les haban entrado a


robar en Teo antes del verano y por ese motivo tena que cambiar la alarma.
Extrao que Porto le confiara ese allanamiento de su casa que nunca denunci y en
cambio no le hablara del desconocido que haba accedido a su piso el 5 de julio y
supuestamente haba intentado matar a Asunta. Un par de horas antes de este
incidente, Charo haba enviado un mensaje a El-Omari contndole que haba salido
del hospital y se estaba recuperando.

La herencia, los robos, el dinero aparecieron de forma intermitente en la


investigacin. Suposiciones sin fundamento o comprobadas y desechadas. Hubo
personas que incluso se atrevieron a establecer su propio anlisis e hiptesis por
escrito y lo remitieron al juzgado. En el sumario consta una nica carta de ese tipo,
enviada por Juan Bachs Mach desde Madrid a la polica de Santiago. Asegura que
quiere colaborar para esclarecer el caso. Hay que tener en cuenta tres
circunstancias que pueden tener alguna relacin con el hecho, y que son la muerte
de los abuelos, la separacin del matrimonio y el cierre del bufete de la mujer.
Este detective improvisado se refiere al testamento, a las joyas de la abuela robadas,
y propone a los agentes que busquen en un escondite: en las puertas entamboradas
y, por supuesto, en cajas de seguridad de bancos y casas de empeo. No hay ms
menciones a este asunto en los casi 5.000 folios de la instruccin.

En los coletazos finales de la misma, el magistrado tom una decisin que


haba estado sopesando desde la primera vez que Porto se sent en el juzgado:
abrir una pieza separada por malos tratos. Tan esper a abril, cuando ya le haban
entregado los informes psicolgicos y psiquitricos de la imputada, que dieron de
s, pero no tanto como se esperaba. El instructor explicaba que en sus declaraciones
judiciales de 27 de septiembre y 28 de noviembre, Rosario hizo referencia a una
serie de enfrentamientos con Alfonso que podran exceder de los simples
incidentes. La madre de Asunta detall que en los primeros momentos de la
separacin se sinti acosada y que lleg a refugiarse de su marido en una cafetera
y en casa de una amiga. Describi incidentes como la rotura de una puerta del
bao, que segua sin arreglar cuando muri la nia. Y el juez aada algo que le
pareca mucho ms objetivo: el relato que la paciente hizo a los psiquiatras del
Imelga: Durante los ltimos cuatro aos de convivencia lleg a agredirla
fsicamente con una frecuencia de tres-cuatro veces por ao, reflejaron los
mdicos.

Los hechos, continuaba el auto, seran presuntamente constitutivos de un


delito de maltrato habitual, perseguible de oficio. No est relacionado con estas
diligencia ni sera competencia de este juzgado, de ah que se enviara al Juzgado de
Violencia contra la mujer de Santiago, el de Instruccin nmero 3, en la puerta de
al lado, para que su titular determinara si estaban ante un delito de violencia de
gnero, como crea Tan.

Su colega sigui el procedimiento normal y envi a Porto una citacin para


que declarara por videoconferencia desde la crcel de Teixeiro. La supuesta vctima
deba confirmar lo dicho a los psiquiatras y lo declarado cuando su abogado le
pregunt si Basterra la haba maltratado. Haban pasado meses, haban
transcurrido los das iguales entre rejas y el carcter cambiante de Charo sali a
relucir. La mujer se neg a declarar en esa causa abierta por supuestos malos tratos.
No pronunci ni una sola palabra contra Alfonso, cerrando una puerta que haba
suscitado esperanzas entre los investigadores. Si por primera vez, la madre de
Asunta declaraba contra su exmarido, quiz averiguar el posible mvil, el secreto
del que se jactaba Basterra, poda estar ms cerca. El no de la presa, ensimismada
en su silencio, rompi esa posibilidad, tal vez para siempre, como comentaron
Herrero y Marcelo con Tan tomando una cerveza en su terraza habitual de la plaza
de Vigo.
Captulo XII

ACUSADOS

Un crimen y un ordenador. Una vctima y un ordenador. Un acusado y un


ordenador. El anticipo del delito tecleado, archivado, borrado, buscado en Internet,
enviado en palabras difusas a travs de un mail. La huella del delincuente en
archivos encriptados y desencriptados, en particiones de discos duros... El crimen
en el siglo XXI. Matar por los motivos de siempre, dejar rastros antes inexistentes.
No hay investigacin en la que no se busque un telfono, una llamada, un
ordenador. Los grandes criminales eluden esas pistas; al resto le suelen explotar en
un interrogatorio, salvo que se haya planeado el robo, el secuestro, la muerte.

Basterra tena un porttil. Todo su entorno lo saba. Los investigadores y el


juez tambin. Desde el principio. Era, es periodista. Se ganaba la vida como
autnomo, con su ordenador sin conexin a Internet en un piso peor dotado que el
de un estudiante. Enviaba sus crnicas desde un centro social de Santiago. No tena
Wifi, pero s ordenador. Ese que desapareci antes de que nadie de uniforme o de
paisano pudiera llegar a verlo. Y Alfonso call. No contest; no dio razn del lugar
en el que estaba su instrumento de trabajo ni antes de convertirse en preso ni
cuando ya lo era y se le requiri una vez tras otra.

No llevaba ni tres semanas entre rejas cuando el juez orden a los


investigadores que intentaran reproducir el contenido de ese porttil HP a travs
de medios indirectos. Basterra tena dos cuentas de correo electrnico, una de
Yahoo y otra de Gmail. A las dos empresas se les pidi con urgencia que facilitaran
direcciones IP, correos, listados de contactos, notas del bloc y tareas de su agenda.

Sorprende que una persona cuya herramienta de trabajo era un ordenador


haya hecho desaparecer el mismo, no encontrndose ni en su domicilio ni en el de
la persona con la que pernoctaba, escribi Tan en un auto de octubre. Es
importante determinar los contactos de los imputados mxime cuando la imputada
(Charo) mantuvo contacto de datos en el momento mismo en el que la menor deba
de estar agonizando o recin fallecida, seal el magistrado.

En otro auto de 4 de diciembre, tras la segunda declaracin de Porto a la que


se neg Alfonso, Tan vuelve a enumerar como indicio para mantener en prisin a
Basterra ese ordenador perdido. La abogada Beln Hospido haba pedido su puesta
en libertad. El juez le responde entre otros muchos argumentos: Ha tratado de
evitar que la investigacin pudiese avanzar aclarando los indicios que le
incriminan, y por ello no ha sido posible conocer los detalles de por qu adquiri
Orfidal. No se ha podido encontrar ni su ordenador ni su segundo telfono, objetos
que permitiran, ante su negativa a colaborar, comprobar aspectos de contactos y
comunicaciones que estn resultando de gran inters para la causa. El magistrado
sostena que una de las razones para que siguiera entre rejas era eliminar la
posibilidad de que Basterra destruyera el ordenador y el telfono que se buscaban.

Dos das antes de que acabara 2013 ambos objetos fueron encontrados en el
tercer registro, tras avisar Hospido de que su cliente iba a dejar el alquiler del piso
de Repblica Argentina. Alguien los coloc en un lugar en el que antes no estaban.
El telfono haba sido dado de baja en agosto y el porttil, manipulado. Durante
dos meses, entre febrero y abril, los mejores expertos en Ingeniera de la Guardia
Civil analizaron el ordenador y su disco duro.

El juez les haba solicitado que averiguaran si ese disco duro haba sido
modificado o sustituido; si se haban eliminado archivos, y se les pidi que
extrajeran toda la informacin de archivos de texto, audio, vdeo e imagen, el
historial de conexiones a Internet y los correos electrnicos. Los expertos
concluyeron que no podan determinar si el disco duro haba sido modificado o
sustituido. Se haban eliminado miles de archivos, pero se recuperaron 579.235 en
distintos formatos, aunque algunos no podan ser ledos. De ellos haba ms de
15.000 archivos de texto, 233 de audio, 50 vdeos y 62.000 imgenes. El viernes 20
de septiembre, un da antes del crimen, fue la ltima vez que Alfonso se conect a
Internet, en una Wifi pblica.

Ante la imposibilidad de saber si el disco haba sido sustituido o se haba


reparado el ordenador se pidi a la empresa de informtica Hewlett Packard
informacin sobre ese disco, instalado de fbrica, y toda la informacin sobre
eventuales reparaciones o cambios. A los pocos das la empresa contest. No
constaba en su sistema que el equipo hubiera sido reparado por los servicios
tcnicos de HP ni haba reportado ningn tipo de incidencia.

El 3 de junio el Grupo de Delitos contra las Personas entreg a Tan, tras un


arduo debate interno, tres informes que daran mucho que hablar y desataran otro
aluvin meditico y un considerable enfado de las defensas. Fueron los ltimos
aportados al caso: unas fotos y unas conclusiones sacadas de tres dispositivos
distintos.

Uno de los documentos consista en veinticuatro fotografas que podran ser


de inters para la investigacin extradas del telfono de Asunta, que antes haba
pertenecido a su madre. En el iPhone 4 encontraron imgenes tomadas entre abril
de 2010 y enero de 2013 y algunas en las que no constaba la fecha. A grandes
rasgos se podan dividir en tres series: en uno de los bloques, de marzo de 2012,
Asunta dorma o permaneca en su cama con los ojos cerrados y los brazos sobre el
pecho con un oso de peluche al lado. En una de ellas los ojos de la nia miran al
techo del dormitorio con las pupilas muy abiertas, como si estuvieran dilatadas.

Hay otro grupo ms antiguo, de abril de 2010, en las que la pequea aparece
tumbada sobre una alfombra y completamente envuelta en un edredn del que
solo asoma su cabeza, como si fuera el embozo de un beb o una mortaja infantil,
segn algunas opiniones. Se especul con que la cara de la nia y sus ojos (pareca
estar en otro mundo, ida) podan ser un reflejo de que la cra haba sido drogada.
No obstante, esas fotos son de tres aos antes y los exhaustivos anlisis
toxicolgicos realizados a la pequea solo confirmaron que se le haban
suministrado Benzodiacepinas a partir de julio de ese ao. No apareci rastro
anterior.

Una tercera serie dispar todo tipo de comentarios y retrat a los padres
como unos pervertidos inquietantes. Fueron tomadas pasadas las doce de la noche
del 30 de junio de 2010, tras el festival de fin de curso celebrado por el grupo de
ballet de la nia. Asunta aparece vestida de cabaretera, con cors y medias de
rejilla, tumbada sobre un silln de lado y de frente, mirando a cmara, muy
maquillada, como si fuera una adulta, y despatarrada en una pose que algunos
interpretaron como de claro contenido sexual o lascivo. No se sabe si fue la madre,
el padre o ambos quienes la fotografiaron de esa guisa y a esas horas. Esa noche
todas las nias del grupo de baile de Asunta iban vestidas y maquilladas igual, tal
y como confirm Gail Loretta, la profesora de las cras.
El iPhone 4 lo haba heredado Asunta de su madre. Solo as se pueden
entender otras imgenes recuperadas de ese mismo dispositivo y que tambin se
aportaron al sumario: varias consultas a pginas pornogrficas de Internet, con
entradas tan explcitas como Cmo hacer una buena mamada o visitas a una
tienda ertica.

En el siguiente informe se aportaron otras diecisiete fotografas rescatadas


del iPhone 5 de Porto, de las mismas series que las halladas en el telfono de la
nia. Cambian las posturas y los gestos pero poco ms. Los investigadores tambin
aadieron en esos dos documentos un poema en gallego escrito en enero de 2013
por Asunta y un soneto de abril de 2013. De ambas composiciones se sac punta
sin cesar. En el soneto, un trabajo de clase de segundo de la ESO, la nia hablaba de
una mujer que quera dejar la viciosa coca y en el otro poema, en gallego, retrata:
Mi madre es avariciosa, canta fatal, cocina con sal no sabe hablar, pero s regaar.

Aranguren, tras visitar en la crcel a Charo, que ya estaba al tanto de la


publicacin de las fotos en la prensa, pidi explicaciones al juez. Por qu si la
Guardia Civil tena los mviles de Asunta y de su madre desde el comienzo de la
investigacin y consideraron que era material relevante no haba aportado antes
esas imgenes? El abogado vea un inters espurio en estos informes ltimos para
influir en el jurado cuando llegara el momento.

La relevancia que los investigadores predican a estas alturas no est en


modo alguno explicitada y nada tienen que ver con el crimen. Acaso haya un
inters, ahora que parece estar prximo el fin de la instruccin (...), en volver a
introducir elementos extraos al asesinato de Asunta para poner a sus padres
como unos verdaderos depravados, lo que sin duda tendr gran influencia en la
sociedad de la que habrn de insacularse los candidatos a formar parte del tribunal
del jurado que en su momento tendrn que pronunciarse sobre las causas y sobre
la autora de la muerte de la menor, escribi Aranguren.

Las fotos causaron revuelo; se plasmaron retorcidas interpretaciones, en


palabras del abogado, sobre los poemas de la nia, pero nada comparado con las
conclusiones del tercer informe entregado ese 3 de junio al juez por los guardias
tras analizar los contenidos que haban logrado recuperar del ordenador de
Basterra. Un folio sin desperdicio. En el estudio del anexo 02 perteneciente al
contenido eliminado del ordenador, en las carpetas jpg y mp4 se han observado
archivos de contenido pornogrfico, llamando especial atencin los vdeos e
imgenes pornogrficas con mujeres de rasgos asiticos. Un bombazo. La
informacin es clara, mujeres de rasgos asiticos, pero ms de una voz se lanz
por la escabrosa senda de que se trataba de menores de rasgos asiticos, un matiz
que no aparece en ese documento. Consumir pornografa en Internet no es delito;
s lo es si se trata de pornografa de menores. No haba la menor insinuacin en ese
sentido. El ordenador de Alfonso no proporcion esa informacin. Solo arroj luz
sobre sus peculiares gustos sexuales.

Respecto al famoso disco duro, casi virginal, se aclara en el mismo


documento: Puesto en contacto con el personal del departamento de Ingeniera de
la Guardia Civil se le pregunta si existe la posibilidad de manipular el ordenador
por alguien sin dejar rastro, respondiendo que solamente personas con avanzados
conocimientos de informtica podran manipular el contenido del ordenador para
borrar datos sin dejar rastro.

Tanto Aranguren como Hospido reaccionaron a estas inferencias. Traer a


colacin ahora unos contenidos erticos que pudieran haber sido extrados del
ordenador del otro imputado y mezclarlos con fotos conocidas de antiguo para
tratar de dar a ese material la apariencia de pornogrfico no parece que sea algo
inocente, plasm el defensor de Charo en un recurso de mediados de junio.

Hospido trat de quemar los ltimos cartuchos y propuso una batera de


diligencias nuevas a las que el juez respondi con contundencia: varias de esas
peticiones las calific de abusivas y dilatorias. Mediado junio no exista, segn
Tan, ninguna prueba pendiente que pudiera considerarse imprescindible y
obligara a retrasar la apertura de juicio oral. Para entonces, Basterra y Porto
llevaban ya casi nueve meses en la prisin de Teixeiro. La abogada de Alfonso
pidi entonces que volvieran a declarar los testigos que encontraron el cadver y se
hiciera una nueva reconstruccin; que se tomara declaracin de nuevo a los
tcnicos de Toxicologa, que se analizara una vez ms la posicin del telfono de
Asunta; un informe con la identidad de los titulares de los telfonos captados por
el repetidor de Teo o la incorporacin de las fotos de la actuacin de ballet de la
nia, junto al resto de sus compaeras, la madrugada en que sus padres la
retrataron vestida de cabaretera.

Al juez le cost disimular su enfado ante estas peticiones, tardas y


extemporneas desde su punto de vista. Su salida del Juzgado nmero 2 de
Instruccin de Santiago estaba a la vuelta de la esquina (la haba aprobado la
Comisin Permanente del Consejo General del Poder Judicial el 30 de abril), pero l
se haba comprometido a no marcharse al nuevo destino, el Juzgado de lo Penal
nmero 2 de A Corua, a un paso de su casa, hasta que no cerrara la instruccin
del caso Asunta. Si haba alguna prueba necesaria la concedera, pero no iba a
aceptar ni un retraso ms, le confi al fiscal Jorge Fernndez de Arnguiz. Este era
de la misma opinin y comparta con el magistrado que las pruebas eran las que
eran para bien o para mal. La repercusin de los ltimos informes de las fotos y las
consultas web a pginas porno haban superado al representante del Ministerio
Pblico. La decisin sobre incluirlas o no no haba sido fcil. Pero debera de haber
intuido el aluvin que generara.

Aranguren y Hospido mostraron su desacuerdo por escrito. El gran


argumento del instructor para rechazar las diligencias de investigacin es la
dilacin que supondra para la conclusin de la fase instructora. Es notorio su
inters en dejarla conclusa antes de su traslado a su nuevo destino, arremeti la
abogada de Basterra. Pero ello no puede constituir un lmite o restriccin
temporal, al derecho de mi mandante a valerse de todos los medios de prueba
pertinentes para su defensa. La muerte de Asunta y el autor es un hecho
demasiado grave como para resultar condicionado por una cuestin de ndole
administrativa que solo al instructor afecta.

Era su opinin, pero era el magistrado quien tena la ltima palabra. Y el 18


de junio Tan dio por concluida la instruccin de un caso que trazara una intensa
lnea divisoria en su carrera profesional y en su equipaje personal, igual que en los
de los investigadores. Al da siguiente notific el auto a las partes, desgranando y
denegando las ltimas diligencias solicitadas. Una vez ms aprovech la ocasin
para recordar lo que incriminaba a Basterra, dado que era su abogada quien haba
planteado la mayora de las nuevas pruebas.

Tcnicamente existen indicios que han sido analizados y enumerados hasta


la saciedad y que indican fundadamente que el imputado Alfonso Basterra
particip activamente en la adquisicin reiterada y prolongada en el tiempo de
Lorazepam, que suministr a la asesinada Asunta Yong Fang. Que igualmente
adquiri y particip en la suministracin de Lorazepam a Asunta para anular su
voluntad y as facilitar su asesinato. Que presuntamente particip tambin en la
inmovilizacin con cuerdas y asfixia mecnica de la menor. Que igualmente
particip en el intento de confundir a la polica indicando que la menor haba
permanecido en casa, cuando en realidad l la llev al vehculo conducido por
Rosario, as como intent explicar las cuerdas en la habitacin, cuando l
precisamente como encargado del jardn saba perfectamente que los jardineros no
entraban en la casa, y dems circunstancias con las que trataron de confundir a los
investigadores y a esta instruccin. Ninguna de las pruebas solicitadas anulara o
neutralizara dichos indicios por lo que no alteraran las circunstancias relativas a
la apertura o no de juicio (...). Toda vez que no existe ninguna prueba pendiente
que pueda considerarse imprescindible para decidir sobre la procedencia de la
apertura del juicio oral, procede dar traslado a las partes.

Fue un mazazo para la labor de los letrados. A partir de ese momento tenan
los das contados para exponer lo que consideraran oportuno respecto a la apertura
de juicio y para presentar sus escritos de conclusiones provisionales. La suerte
estaba echada de nuevo para unos padres acusados del delito ms aberrante. Se
haba llegado casi al final sin un mvil. La pregunta de por qu muri Asunta, por
qu la mataron, segua tan vigente y tan carente de certezas como la noche en que
encontraron su cuerpo. La respuesta no era necesaria para llegar a un veredicto de
culpabilidad o inocencia y, sin embargo, estaba en cada conversacin de bar o
supermercado, con el imaginario popular desatado en teoras imposibles de
probar.

El primero que present su escrito de acusacin fue el fiscal Jorge Fernndez


de Arnguiz. Con un estilo conciso, casi telegrfico, y dejando de lado cualquier
rastro de emotividad, fij sus conclusiones en veintisis puntos. Primero estableci
una breve biografa de la pareja desde que se casaron, pasando por la adopcin de
Asunta, el divorcio y el ingreso hospitalario de Charo Porto tres meses antes del
crimen, hasta la fecha del mismo.

Los acusados se pusieron de acuerdo para suministrar a su hija de forma


continuada un medicamento que contiene Lorazepam, sustancia que pertenece al
grupo de Benzodiacepinas y que produce somnolencia y sedacin (es un
medicamento ansioltico, sedante, relajante muscular, anticonvulsionante y
amnesiante). Esta sustancia no le estaba indicada a la nia por ninguna dolencia. S
que la tiene prescrita Rosario para s. Se la suministraron repetidamente durante el
verano de 2013.
A continuacin, el fiscal relataba uno por uno los episodios en los que
sedaron a la nia en julio y septiembre, los das en los que compr Alfonso Basterra
el Orfidal, los sntomas de la cra que percibieron las profesoras, adems del
supuesto asalto en su piso, que a juicio del Ministerio Pblico fue una de las noches
en que la drogaron.

En la noche entre el 4 y el 5 de julio Asunta, en el domicilio de la madre, fue


sometida a uno de los episodios en los que le suministraron el medicamento. A raz
de esta circunstancia, Rosario hizo circular el rumor de que haba entrado un
asaltante en el piso, que habra agredido a madre e hija. As se procuraban una
forma de dar explicacin a la nia sobre los acontecimientos de la noche.

Las palabras ms contundentes del escrito se centran en el da del crimen, 21


de septiembre, cuando los tres comieron juntos en casa del padre.

Puestos de comn acuerdo y con la intencin de acabar con la vida de la


nia, le suministraron una cantidad del medicamento indicado, necesariamente
txica, para posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla.

Relata el fiscal cmo sali del piso sola, cmo la llev su madre a la finca de
Teo en el coche, cmo desconect la alarma hasta llegar al momento final. Son los
puntos 15, 16 y 17 del escrito, los que al leerlos te roban el aire al visualizar la
secuencia.

En un momento comprendido entre que fue llevada a Montouto y las 20.00


horas la asfixiaron por medio de la compresin que le aplicaron sobre la boca y la
nariz. Durante el proceso de sofocacin sufri nuseas o vmitos. Asunta no pudo
defenderse de modo efectivo porque estaba bajo el efecto del medicamento que con
ese fin le haban suministrado. En un momento prximo a la muerte la ataron por
los brazos y los tobillos por medio de unas cuerdas plsticas de color naranja. La
trasladaron a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros (concello de Teo)
que dista de la casa unos 4 kilmetros.

La parte final de la acusacin recoge el hallazgo del cadver y las pruebas


encontradas en esas primeras horas: la papelera con la cuerda, la extempornea
explicacin de Alfonso y las vacilaciones de la madre al relatar el motivo por el que
fue a la finca (recoger unos baadores). El fiscal recalca que las capacidades de
Rosario no estn afectadas y que Alfonso se neg a que lo examinara un psiquiatra
oficial. Fernndez de Arnguiz pidi para cada uno dieciocho aos de crcel como
coautores de un delito de asesinato con el agravante de parentesco. Para demostrar
su culpabilidad solicit el interrogatorio de los acusados, por supuesto, la
declaracin de cuarenta y seis testigos y de doce peritos, as como todas las
pruebas documentales que avalan su tesis.

La acusacin popular ejercida por la Asociacin Clara Campoamor se sum


a la misma tesis, con unas conclusiones similares que partan de que los padres
idearon un plan para acabar con la vida de la nia y elevaron la peticin a veinte
aos de crcel para cada uno por asesinato con agravante de parentesco.

La defensa de Rosario Porto rechaz las conclusiones de la acusacin. El


resultado de las diligencias de investigacin practicadas en modo alguno permite
llegar a la falsa e infundada imputacin segn la cual mi referida mandante habra
participado en el asesinato de su hija Asunta Basterra Porto, fundamentalmente
porque es imposible que exista prueba alguna contra ella habida cuenta de que es
inocente de tan grave y descabellada acusacin, siendo por el contrario la segunda
vctima la primera por supuesto es su fallecida hija de tan sensible prdida.
Jos Luis Gutirrez Aranguren consideraba a Porto inocente y, por tanto, peda su
absolucin.

Ninguno de los escritos supona una sorpresa. Casaban con la lnea seguida
durante toda la instruccin. Quien no se ajust en parte al guion previsto fue la
defensa de Alfonso Basterra. Por supuesto, consideraba al acusado inocente, pero
cargaba toda la responsabilidad en su exmujer, esa a la que llamaba Deditos y a la
que haba prometido amor eterno, la misma que segua pagndole la factura del
telfono incluso estando divorciados. Mi representado no cometi delito alguno.
En consecuencia, tampoco es autor o partcipe de ningn delito. No existiendo
delito, tampoco cabe hablar de circunstancias modificativas. Procede la libre
absolucin....

Las conclusiones presentadas por la abogada Beln Hospido colocaron a


Rosario Porto en una situacin muy delicada, pese a que en ese escrito se
afirmaban hechos desmentidos meses antes por las propias palabras de Basterra.
En las fechas en que Asunta no acudi a clase en los meses de julio y septiembre
de 2013, por hallarse indispuesta; o que acudi, estndolo, se encontr o haba
pernoctado en casa de su madre, la Sra. Porto Ortega. No existe constancia mdica
o cientfica de que dichas indisposiciones estuvieran motivadas por la ingesta y/o
administracin de Lorazepam. Basterra dijo a las profesoras en una de las
ocasiones que Asunta haba dormido en su casa y as se lo reconoci al juez en su
nica declaracin.

La pequea, segn la defensa, solo se quedaba a dormir en el piso del padre


por motivos puntuales (viajes, salud o compromisos de Rosario). Durante el
matrimonio y tambin tras el divorcio era l quien se encargaba de los recados
domsticos, entre ellos concertar las consultas mdicas de su exmujer y procurarle
los medicamentos que tomaba, acudiendo incluso a su propio mdico para solicitar
la oportuna receta, manifestando que eran para su consumo, si era necesario y
adquirindolos en la farmacia para ella. Resumen: Basterra compraba Orfidal por
amor para hacerle un favor a su ex. El Sr. Basterra entregaba las cajas de las
medicinas a la Sra. Porto, inmediatamente a comprarlas, siendo esta quien las
guardaba y administraba en su propio domicilio. La exculpacin de las sedaciones
era el eje de ese escrito, la gran baza contra la gran acusacin.

El Sr. Basterra jams administr Orfidal, o cualquier otro medicamento que


contuviera Lorazepam, a su hija. Tampoco tuvo conocimiento de que esta lo tomase
o alguien se lo hubiese suministrado hasta despus de su muerte. La abogada y su
cliente an echaron mano de dos bazas ms. El da del crimen, la nia sali de la
casa del padre a las 17.15, en perfecto estado (saben que una cmara la graba
instantes despus caminando hacia casa de la madre), l permaneci en su
domicilio toda la tarde y no volvi a tener noticia alguna de su hija hasta la
llamada de la Sra. Porto a las 21.35 de la noche de ese da, al regreso de esta de la
casa de Teo. Ni ese da ni los siguientes a la muerte supo que la nia haba
acompaado a su madre a dicho lugar, pues la Sra. Porto le cont que la haba
dejado en el domicilio haciendo deberes y mantuvo esa versin hasta das despus
del fallecimiento de su hija (la propia Rosario admiti al juez que no le haba
dicho nada a su exmarido de que llev a la nia a la finca).
Entre las 21.40 del sbado 21 concluye el escrito y la 1.30 de la
madrugada, el Sr. Basterra no estuvo nunca solo el tiempo suficiente para poder
desplazarse a la pista de Feros-Cacheiras-Teo, donde fue hallada la nia, y
regresado a Santiago.

Beln Hospido rompi, en dos folios, el pacto tcito de no agresin entre las
defensas. Gutirrez Aranguren, con el que haba compartido cafs y charlas sobre
cmo enfocar el caso, no ocult su sorpresa. No tanto, o eso asegur, porque
Basterra cargara la muerte de Asunta sobre su exmujer, sino por el momento
elegido. Era una opcin que haban barajado Porto y su letrado, pero crean que si
Alfonso intentaba salvarse lo hara durante el juicio, declarando ante el jurado y no
meses antes. Esa primera semana de julio comenz la recada de Charo, perpleja
por el slvese quien pueda de Alfonso.

Cuando su letrado fue a visitarla a prisin, a informarle de las acusaciones


de su exmarido, ella ya estaba al tanto. Se lo haba avanzado el director de Teixeiro,
con quien al parecer mantena una relacin fluida. Al menos haba autorizado
todas las salidas solicitadas por la presa, algo que no es habitual. Tambin Alfonso
haba recurrido al mximo responsable del centro penitenciario y en un alarde,
seguramente forzado, coincidiendo con los das de ese duro escrito de su abogada,
le dijo que la dejara salir a ella y l a cambio se quedaba. Como si estuviera en
juego un cruce de cromos y no el asesinato de una nia, de su hija.

El trmite, la ley segua su curso. El 7 de julio, con todos los escritos sobre su
mesa, Tan dict dos autos desestimando otra vez todas las pruebas en las que se
empeaban los dos abogados y fijando la vista preliminar que marca la ley para
cuatro das despus.

Rosario Porto se levant en su celda el 11 de julio con la certeza de que era el


peor cumpleaos de su vida. Nunca, ni en los momentos angustiosos de su
depresin, imagin que sera tan amargo cumplir cuarenta y cuatro aos. Sola,
presa, sin padres, sin hijos, sin marido, sin pareja, con un horizonte penal
abrumador de pasar las prximas dos dcadas encerrada, sin ganas de vivir,
delgada, con los nervios desatados. A las 9.30, tenan una nueva cita en los
juzgados de Fontias en Santiago. Otra vez su futuro a una carta, aunque ella tena
la conviccin de que en la partida ya solo estaba marcada la peor posible. Se visti
de negro, de la cabeza a los pies, se pein sin ganas y no se maquill. Sus ojeras y
su deterioro fsico resultaron evidentes para todos los que la vieron encogida en la
silla de la sala de vistas.
Haca muchos meses que no vea a Alfonso y solo saba de l a travs de los
oblicuos canales del interior del centro penitenciario, las noticias de prensa y los
comentarios de su abogado, Jos Luis Gutirrez Aranguren. Esa maana el sabor
amargo le atascaba la garganta. Tena ya la certeza, haba ledo y escuchado de boca
de Aranguren, y antes del director de la crcel, que su exmarido la sealaba con el
dedo y se proclamaba inocente. La comparecencia ante el juez Tan para la
audiencia preliminar antes de la apertura de juicio oral, prevista por la Ley del
Jurado, era un mero trmite. Su letrado le haba recordado aquellos puntos de la
ley que ella haba sepultado en el olvido, pero aun as su malestar era absoluto. El
mundo pesaba ms que nunca.

Porto y Basterra compartieron furgn de traslados de la Guardia Civil,


aunque en habitculos separados. Charo se sent en la sala; dos policas
custodiaban su espalda. Llam la atencin a todos, incluido el juez, lo desmejorada
que estaba. Sumisa y triste, la defini Ricardo Prez Lama, el abogado de la Clara
Campoamor. Su exmarido entr a continuacin con otros dos agentes. De una
forma casi imperceptible, sin que a la polica que estaba a sus espaldas le diera
tiempo a reaccionar, se acerc a ella y susurr: Feliz cumpleaos, al tiempo que
intentaba besarla en los labios. La mujer lade la cabeza, evit ese beso de Judas y
no respondi.

El luto, pintado en el rostro y la ropa de ella; Alfonso, desafiante, casi


repantigado en su banco de madera, cruzado de brazos y piernas como quien
asiste a un partido de tenis. Pantaln beis, zapatillas negras y camisa azul grisceo.
Su imagen haba variado muy poco en los casi diez meses que llevaba entre rejas.
Un contraste absoluto con la de Rosario.

En media hora se despach la sesin. Nuevas negativas del juez a las


peticiones ya formuladas y algn asunto de trmite para resolver un problema
tcnico de Aranguren. Fue l quien explic el estado de su cliente, fsica y
anmicamente baja, con el horizonte de la celebracin del juicio a la vuelta de la
esquina. La letrada de Basterra esgrimi la falta de mvil de Alfonso. Mi cliente
no tena ningn motivo para matar a su hija. La quera. El supuesto plan
maquiavlico no cont ni con su conocimiento previo, ni con su consentimiento.
Segn ella, seguir adelante supondra someterle a la tortura de un juicio oral y
tendr consecuencias toda su vida. Ni autor ni cmplice ni encubridor. Inocente.
As le proclam y as le defendera ante el jurado.

Despus de esa vista, Tan se encerr en su despacho con los once tomos del
sumario al alcance y todos los autos que haban dictado tanto l como la Audiencia
de La Corua en la pantalla de su ordenador. Ya haba esquematizado la mayora
de puntos que quera plasmar en ese ltimo auto final, el que estara disponible
para el jurado y en el que l, como instructor, poda incluir consideraciones
personales. Con ese equipaje y alguna consulta a los investigadores dict diecisiete
pginas contundentes, que hizo pblicas el da 21 de julio: el auto de apertura de
juicio oral contra Alfonso Basterra y Rosario Porto.

El juez parti de la causa de la muerte de la nia, drogada, atada y asfixiada,


incidiendo en que el Lorazepam actu para doblegar la voluntad de la pequea de
forma que esta pudiera ser trasladada de un lugar a otro, y atada sin apenas
resistencia. No ahorr detalles como que la sofocacin no se produjo de forma
rpida y constante, sino con interrupciones debidas a la posible resistencia de la
vctima, acreditada por la hemorragia pulmonar y gstrica. El sufrimiento...

Tan se explay respecto a la relacin entre Alfonso y Charo. El asesinato de


Asunta responde a un plan premeditado, ejecutado de forma gradual, y que
resulta imposible sin la participacin, o al menos el consentimiento de ambos
imputados. En su anlisis explica que a lo largo de los aos Porto, para quien
cualquier gestin domstica supona una carga de estrs insoportable, haba
descargado hasta la ms mnima gestin en Alfonso (cita a modo de ejemplo que
en nueve meses fue incapaz de renovar el DNI de la nia pese a los recordatorios
de su ex y a que lo tena apuntado en el tabln de la casa). A ello ha de aadirse la
dominacin, sobre todo psicolgica, que Alfonso haba adquirido sobre Rosario, de
tal modo que esta llegaba a consentir el maltrato fsico, si bien este era todava
espordico. El juez relata varios episodios de esta tormentosa relacin para
concluir que esa situacin de preeminencia hace imposible concebir el asesinato
de Asunta al margen de Basterra. El plan...

El centro del auto describe con detalle los episodios de sedacin de la


pequea, puestos en relacin con los momentos vitales de la pareja en que se
produjeron, extrados de sus comunicaciones. Para el juez los padres inventaron la
alergia como parte del plan para matar a su hija. El da del crimen, admite el juez,
no es posible saber dnde estuvo Rosario entre las 17.30 y las 18.15 y plantea la
hiptesis de que el padre poda viajar en el asiento trasero del vehculo, dado que
en las cmaras no se ve esa parte del coche. Para l prevalece el testimonio de la
menor que asegur ver a Alfonso y a Asunta juntos en torno a las 18.20 horas y
considera que Basterra sali de su casa evitando las cmaras de seguridad y llev a
la nia al coche que su exmujer sacaba del garaje. Abre la posibilidad de que dejara
el telfono en su casa mientras l sala para evitar dejar indicios.

Los indicios apuntan a la presencia de dos personas en el lugar del crimen:


se encuentran dos fundas de mascarillas vacas 3M, un par de guantes en el
dormitorio donde supuestamente se cometi el asesinato, precintados; no fueron
usados, pero las cuerdas con las que ataron a la nia no tenan ADN lo que
significa que quien hizo esos nudos s protegi sus manos. Asunta no fue
arrastrada en la casa, luego alguien debi ayudar a Rosario a mover el cadver.

El documento sigue desgranando esos terribles ltimos momentos de la


criatura y a modo de resumen recoge: Por la hora, la cuerda, los papeles hmedos
con el ADN de Rosario y Asunta, y el lugar del hallazgo del cadver, todo indica
que Asunta fue asesinada por dos personas en la habitacin de Teo, en la que por
cierto faltaba un almohadn que nunca se encontr.

Tan destrip los indicios ms importantes y las conclusiones que se inferan.


Al coche le faltaban las dos alfombrillas traseras y sobre la moqueta apareci
vmito de la nia. En ese lugar cree que se traslad su cadver e hicieron
desaparecer esas alfombrillas porque estaban manchadas de vmito y orina de la
criatura. Las llamadas que hizo el padre, los vacos temporales que rellen sobre la
marcha referidos a esa noche, su actitud ante la cmara que le graba cuando
supuestamente estn buscando a Asunta, todo lo interpreta el juez como intentos
de dotarse de coartada antes de ir a comisara a denunciar la desaparicin. Es
sospechoso que Alfonso busque intencionadamente una excusa para ir a su casa y
la nica explicacin es que en el registro casi inmediato ya no pudo encontrarse su
ordenador. Nuevamente vemos a Alfonso tratando de asegurarse impunidad frente
a Rosario, que no acierta a ello.

Para el instructor, existen al menos dos pruebas directamente relacionadas


con el crimen (el Lorazepam y las cuerdas) y conectadas con ambos imputados, a
las que estos no dan explicacin creble, y numerosos indicios que tambin
apuntan a su participacin conjunta y pactada en el asesinato de su hija. Hasta ese
punto, el octavo de los doce en que dividi el auto, Tan introdujo elementos
objetivos presentes con ms o menos concisin durante toda la instruccin, pero en
el punto noveno el juez deja su sello personal y abre la puerta a consideraciones
que apelan directamente a la subjetividad y las emociones. Todo aquello que
vieron, sintieron e intuyeron quienes armaron la acusacin contra los padres.

Parte de una premisa: la defensa de Basterra sostiene que l careca de


motivos para matar a su hija. Los motivos carecen de relevancia jurdica y solo
pueden ser conocidos de verdad por los imputados. Pero a fin de que la defensa no
alegue falta de motivacin, se apuntar el que parece ser, a nuestro juicio.

Asunta estaba tirada, sin que nadie le hiciese caso, recuerda el juez
echando mano de la declaracin de la madre de una de las mejores amigas de la
nia y apuntalndolo con las comunicaciones recuperadas de los padres. Pasaba
das e incluso noches sola; estuvo un mes y doce das (entre finales de julio y
septiembre) viviendo con terceras personas y sus padres no dispusieron de tiempo
por su trabajo para pasar el santo de la nia (15 de agosto) con ella. Ninguno
de los dos dispuso de unos das, pese a no trabajar, parar estar con la vctima?
Elocuente.

En segundo lugar fija su atencin subjetiva en el ordenador de Basterra.


Manipulado, sin huellas en el teclado... Cmo escriba? Sin tocar las teclas? No
lo cerraba con las manos al terminar el trabajo?, ironiza el magistrado. Las nicas
huellas encontradas lo fueron en lugares recnditos difciles de limpiar y en el
disco duro (...), y lo ms obvio, el ordenador no estaba en el piso de Alfonso en
ninguno de los dos registros.

Pero es respecto al contenido de ese ordenador donde Tan vuelca la carga,


donde sus consideraciones llegan ms lejos manteniendo en lo posible la cautela,
seala. El contenido del ordenador es bastante comprometedor, y en base al
mismo, cobran relevancia otros indicios que se trataron discretamente. En su
vivienda de Repblica Argentina la nia no tena ms que un cepillo de dientes y
unas zapatillas (cuando iba a dormir a casa de su padre la pequea aplicada y
metdica llevaba su neceser con un pijama y sus cosas imprescindibles). Cmo
explica Alfonso, entonces, se pregunta el juez, que sobre la mesilla, y no colgados
del armario, se encontraban los trajes de ballet de la pequea. Por qu su ADN
estaba en la braga de la menor?.

Otros indicios, en esa misma direccin, habrn de ser tratados en el


plenario, indica Tan. Esos indicios que no aparecen en ningn lugar del sumario
rondan por la memoria de todos los que los vieron. La primera vez que registraron
el piso en la habitacin del padre haba unas bermudas tiradas de cualquier modo
junto a la cama. Al aplicar la luz forense, aparecieron lamparones de semen, como
si hubieran sido utilizadas para limpiarse tras varias sesiones onanistas. No se las
llevaron y nunca ms las volvieron a ver.
Los agentes jams encontraron tampoco la ropa (camiseta, chanclas y
bermudas) que vesta Basterra la noche en que desapareci su hija. Creyeron que
las habra llevado a lavar, pero nunca ms se supo de esa ropa. En la pared los
puntos fluorescentes saltaron tambin a la luz azul. El inquietante camino que
sugeran esas apariciones y desapariciones qued aparcado, pero no en las
conversaciones de los investigadores, que adems conocan el contenido ntegro del
ordenador del padre.

Como ltima consideracin, Tan evoc la relacin sentimental de Rosario


Porto con otro hombre, que nunca abandon. Los encuentros fueron constantes,
salvo en agosto. Alfonso era conocedor de ello y se senta humillado. La
desaparicin de Asunta, de forma violenta y por un plan conjunto, colocara a
Rosario en sus manos definitivamente, y le asegurara el sustento econmico del
que carece. Un plan conjunto de los padres, pero con motivos distintos, es lo que
apunta esa conclusin. El de Alfonso estaba trazado, de ah que enviara correos
electrnicos a allegados (a su mejor amigo y al dueo del piso en el que viva)
contndoles que Rosario y l haban reanudado la relacin y a partir de septiembre
tambin volveran a convivir. Un hecho que Porto neg en su declaracin.

Los diecisiete folios concluan el mazazo para los padres: apertura de juicio
oral con dos nicos acusados, Alfonso Basterra y Rosario Porto, que deban seguir
en prisin hasta enfrentarse al jurado porque el peligro de huida segua vigente.
Tras ese auto, a las defensas de ambos ya solo les quedaba esperar el juicio
mientras volvan a recurrir las diligencias denegadas y solicitaban la puesta en
libertad de sus clientes. Todas sus pretensiones fueron rechazadas una vez ms.

A finales de julio los funcionarios del Juzgado nmero 2 de Santiago


empaquetaron en cajas los casi cinco mil folios y todas las pruebas que se
guardaban bajo llave en los armarios de la secretara. Envo prioritario. La
Audiencia se converta en la custodia de los elementos objetivos del crimen a la
espera de mostrarlos al jurado.

Agosto, dicen, es un mes terrible para un preso. El primer agosto, ms. En su


mdulo de mujeres de la crcel de Teixeiro, Rosario se derrumb. Su abogado
envi a un psiquiatra para que la ayudara. La depresin volvi, los cambios de
carcter y nimo, el llanto salpicado con pocos momentos de concesin a otro
estado. El centro le concedi das de baja, sin que tuviera que ocuparse de las
tareas de limpieza que tena asignadas, tratada como se trata a un enfermo entre
rejas, aunque poco antes los informes de los mdicos forenses de la prisin no
pudieron acreditar que su estabilidad emocional y su salud hubieran empeorado.

Basterra, en el mdulo catorce, exhibi su dureza y fortaleza mental. La


imagen proyectada del inocente o del culpable sin remordimiento. Asisti a un
curso de verano en el centro en una zona comn. Cuentan que pidi a los
funcionarios no estar en contacto con ningn tipo duro de los que reinan tras los
muros, ni siquiera cruzarse con ellos. Al acabar la clase dejaba preguntas anotadas
a otro compaero para que se las formulara al profesor. Quera pasar
desapercibido. Ms tarde se apunt a un curso de panadera. La seguridad de
Alfonso frente a la vulnerabilidad de su exmujer. Y el pacto de silencio
sobrevolando el crimen de una nia, de su hija.

El juicio se celebrar en Santiago de Compostela, a unos minutos de donde


fue hallado el cadver de Asunta. Nueve personas decidirn si los padres son
culpables o no, tras escuchar a los acusados, a una docena de peritos y a un
centenar de testigos. El recuerdo delicado de la nia que haca anotaciones de su
puo y letra en alemn sobre los mrgenes de un libro de Nietzsche, que tocaba el
piano y el violn, que bailaba y que empezaba a defenderse en seis idiomas
sobrevolar la sala cada da. Y a su memoria se superpondrn imgenes y palabras
terribles en boca de otros. Su voz, su rostro y su inteligencia se apagaron el 21 de
septiembre de 2013 en una cuneta.
NOTA FINAL

Basterra y Porto estn acusados del asesinato de su hija. El auto de apertura


de juicio oral que cierra este libro constituye una verdad jurdica provisional,
basada en la existencia de indicios racionales de criminalidad desgranados en estas
pginas. La culpabilidad o inocencia se determinarn en el juicio oral. El jurado
emitir un veredicto y el presidente-magistrado dictar una sentencia, recurrible
ante varias instancias superiores. La verdad judicial es la NICA VERDAD.
ANEXO DOCUMENTAL
AUTO DE APERTURA DE JUICIO ORAL
Mara de la Cruz Morcillo Macas, 2014

La Esfera de los Libros, S.L., 2014

Avenida de Alfonso XIII, 1, bajos

28002 Madrid

Tel.: 91 296 02 00 Fax: 91 296 02 06

www.esferalibros.com

Fotografas de inerior: Agencia EFE y archivo de la autora

Primera edicin en libro electrnico (epub): noviembre de 2014

ISBN: 978-84-9060-258-4 (epub)

Conversin a libro electrnico: J. A. Diseo Editorial, S. L.

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