El Auto de Los Reyes Magos (Romance) y Estudio PDF
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(ESCENA 3 PRIMERA 4 ) 5
(Gaspar)6
Dios7 criador8, qual marauilag
no se. qual es achesta strela!
Agora primas la e ueida,
poco timpo a que es nacida.
Nacido es el Criador
que es de las gentes senior?'
Non es uertad non se que digo,
todo esto no uale uno figo;
otra nocte me lo catare,
si es uertad, bine lo sabre.
Bine es uertad lo que io digo?
en todo, en todo lo prohio.
Non pudet seer otra sennal?
Achesto es i non es al;
464 MIGUEL . TEIJEIRO FUENTES
(ESCENA SEGUNDA)
(Baltasar)
Esta strela non se dond uinet,
quin la trae o quin la tine.
Porque es acesta sennal?
en mos dias on ui atal.
Certas nacido es en tirra
aquel qui en pace i en guerra"
senior a a seer da oriente
de todas hata in occidente.'5
Por tres noches me lo uere'6
i mas de uero lo sabre.
En todo, en todo es nacido?
non se si algo e ueido.
ire, lo aorare,'7
i pregare i rogare.
(ESCENA TERCERA)
(Melchor)
Ual, Criador, atal facinda's
fu nunquas alguandre falada
o en escriptura trubada?
Tal estrella non es in celo,
desto so io bono strelero;l9
bine lo ueo sine escarno
que uno omne es nacido de carne,"
que es senior de todo el mundo,2'
asi cumo el cilo es redondo;
de todas gentes senior sera
i todo seglo iugura.22
Es? non es?
cudo que uerdad es.
Ueer lo e otra uegada,
si es uertad o si es nada.
Nacido es el Criador
de todas las gentes maior;
bine lo (u)eo que es uertad,
ire ala, par caridad.23
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 465
(ESCENA CUARTA) 24
(Baltasar a Gaspar)
Dios uos salue, senior; sodes uos strelero?
dezidme la uertad, de uos sabelo quiro
(Gaspar)
(Vedes tal marauila?)
(nacida) es una strela.
Nacido es el Criador,
que de las gentes es senior.
(Baltasar)
Ire, lo aorare.
(Gaspar)
Io otrosi rogar lo e.
(Melchor a los otros dos Reyes)
Seniores, a qual tirra, o que(redes) andar?
Queredes ir conmigo al Criador rogar?
Auedes lo ueido? io lo uo (aor)ar.
(Bahasar)26
Nos imos otrosi, sil podremos falar.
(Gaspar)
Andemos tras el estrela, ueremos el logar.
(Baltasar)26
Cumo podremos prouar si es homne mortal
o si es rei27 de terra o si celestrial?
(Melchor)
Queredes bine saber cumo lo sabremos?
oro, mira28 i acenso29 a el ofreceremos:
si fure rei de terra, el oro quera;
si fure omne mortal m, la mira tomara;
si rey celestria131 , estos dos dexara,
tomara el encenso quel pertenecera.
(Gaspar)
Andemos i asi lo fagamos.
466 MIGUEL . TEIJEIRO FUENTES
(ESCENA QUINTA)
(Gaspar)32
Salue te el Criador, Dios te curie de mal
un poco te dizeremos, non te queremos al,
(Melchor)
Dios te de longa uita33 i te curie de mal;
(Baltasar)
Imos in romeria aquel rei adorar
que es nacido in tirra, nol podemos fallar.
(Herodes)
Que decides, o ides? a quin ides buscar?
de qual terra uenides, o queredes andar?
Decid me uostros nombres, no m los querades celar.
(Gaspar)34
A mi dizen Caspar,
est otro Melchior, ad achest Baltasar".
(Baltasar)
Rei, un rei es nacido que es senior de tirra
que mandara el seclo en grant pace sines gera.
(Herodes)
Es asi por uertad?
(Melchor)
Si, rey, por caridad.
(Herodes)
I cumo lo sabedes?
ia prouado lo audes?
(Baltasar)36
Rei, uertad te dizremos,
que prouado lo auemos.
(Gaspar)
Esto es grand ma(ra)uila.
un strela es nacida.
(Melchor)
Sennal face que es nacido
i in carne humana uenido.
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 467
(Herodes)
Quanto i a que la uistes
i que la percibistis?
(Melchor)37
Tredze dias a,
i mais non auera,
que la auemos ueida
i bine percebida.
(Herodes)
Pus andad i buscad
i a el adorad
i por aqui tornad.
Io ala ire
i adoralo e.
(ESCENA SEXTA)
(Herodes, solo) 38
Quin uio numquas tal mal,
sobre rei otro tal!
Aun non so io morto"
ni so la terra pusto!
rei otro sobre mi?
numquas atal non ui!
El seglo ua a caga",
ia non se que me faga;
por uertad no lo creo
ata que io lo ueo.
Uenga mio maiordo(ma)
qui mios aueres toma.
Idme por mios abades41
i por mis potestades
i por mios scrivanos
i por meos gramatgos
i por mios streleros
i por mios retoricos;
dezir m an la uertad, si iace in scripto
o si lo saben elos o si lo an sabido.
(ESCENA SPTIMA)
(Sakn los sabios de la Corte)
Rei, que te plaze? he nos uenidos.
468 MIGUEL . TEIJEIRO FUENTES
(Herodes)
I traedes uostros escriptos?
(Los sabios)
Rei, si traemos,
los meiores que nos auemos.
(Herodes)
Pus catad,
dezid me la uertad,
si es aquel omne nacido
que esto tres rees in - an dicho.
Di, rabi42, la uertad, si tu lo as sabido.
(EI rab)
Po(r) ueras no lo digo
que no lo (fallo) escrpto.
(Otro rab al primero)
Hamihala", cumo eres enartado!
por que eres rabi clamado?
Non entendes las profecias44,
las que nos dixo Ieremias45.
Par mi lei, nos somos erados!
por que non somos acordados?
por que non dezimos uertad?
(Rab primero)
Io non la se, par caridad.
(Raln segundo)
Por que no la auemos usada
ni en nostras uocas es falada46.
principio, desconocer el estudio del religioso toledano y tan slo asegura tener
noticias del poema, como l lo denomina en alguna ocasin, a travs de una
referencia aportada por Manuel Cariete en su Discurso acerca del drama religioso
espaol antes y despus de Lope de Vega, ledo en septiembre de 1862.
Amador de los Ros se apresura a matizar que su conocimiento del Auto se
remonta al verano de 1849, aunque confiesa, pginas ms adelante, que lar-
gos arios despus de hecho este estudio, vinieron a nuestras manos las Memorias
y disertaciones... de don Felipe Fernndez Vallejo (nota 1, pg. 28).
La aguda intuicin de nuestro crtico (Sin duda la existencia del poema,
que dejamos analizado, despertar el inters de los eruditos, formando la
primera pgina del teatro espariol en los tiempos modernos [pgs. 28-29] )
se convirti pronto en feliz realidad. Las ediciones de V. E. Lidforss (1871),
K. A. M. Hartmann (1879), G. Baist (1887), A. Keller (1890), E. Monaci
(1891), E. Gorra (1898) o E. de la Barra (1898) as lo acreditan.
Al hispanismo novecentista se sum pronto la crtica nacional que tambin
advirti la trascendencia del texto y asegur su inters a travs del innegable
magisterio de Menndez Pidal, quien lo estudi en el ario 1900. Esta fecha
supone el punto de partida para las variadas sugerencias, anlisis y discrepan-
cias que el drama sigue ofreciendo an (recordemos, entre otras, las ediciones
de Lzaro Carreter [1970], E. Marbn [1971], R. Senabre [1977], la cuidada
por H. Viries [1981], R. E. Surtz [1983 y 1992] o Ana M. lvarez Pellitero
[1990]).
2. El manuscrito toledano carece de ttulo, aspecto ste que ha permitido
sugerir diferentes interpretaciones sobre el mismo. Amador de los Ros se
refiere a l como poema de los Reyes Mago.s (pg. 23), para preguntarse, a
continuacin, si acaso no sera conveniente incluirlo en la tradicin religiosa
de los misterios medievales. Menndez Pidal, a quien debemos el epgrafe con
el que se le conoce en la actualidad, sugiri el ttulo de Auto de los Reyes Magos,
si bien ocho arios despus, en su Cantar del Mo Cid, aventur la denominacin
de Misterio de los Reyes Magos, siguiendo la lnea propuesta por Amador de los
Ros y otros crticos como Mil y Fontanals, Espinosa o Menndez Pelayo. ste,
en su Antologa de poetas lricos castellanos, estudia los restos de la primitiva poesa
en Castilla e incluye en su anlisis este interesantsimo fragmento, puramente
dramtico (pg. 148), que designa con el nombre de Misterio de los Reyes
Magos.
Si para Valbuena Prat el trmino misterio no se generaliza en la escena
francesa hasta el siglo XV (pg. 83) y, en consecuencia, es impropia su
utilizacin para referirse a nuestra obra, B. W. Wardropper alude a lo inade-
cuado del ttulo reconociendo en la obra un drama lit rgico de la tradicin
medieval europea y, por tanto, no un auto, fenmeno rigurosamente espariol
(pg. 46).
470 MIGUEL . TEIJEIRO FUENTES
crito Escurialense 1.1.6., fechado en torno a los arios 1254-1270 nos acerca a
la interpretacin que del pasaje religioso tena el hombre del medievo:
II. Quando fue nacido Ihesus en Bethleem de Iuda, en los dias de Herodes
el rey, vinieron los magos de parte de Orient a Iherusalem e dixeron: es el
rey de los iudios que nacio? ca uiemos la su estrella en orient e uenimos a adorar
le. Herodes, quando lo oyo, fue espantado, e toda Iherusalem con el. E ayunto
todos los capdiellos de los sacerdotes e los maestros del pueblo, e pesquirie en
ellos o auie Christo a nacer. Ellos dixieron que en Bethleem de Iuda, ca assi
fue escripto por el propheta: E tu, Bethleem tierra de Iuda, no eres tu menor
en los capdiellos de Iuda, ca de ti saldra capdiello que governara el mio pueblo
de Israel. Estonz Herodes llamo los magos apart e apriso dellos el tiempo en
que les apparecio la estrella. Envio los a Bethleem diziendo les: It e preguntat
firme mientre del ninno, e quando lo fallaredes, dezit lo a mi, e yo ire a adorar
le. Quando ellos esto oyeron, fueron se; e la estrella que uieran en oriente yua
antellos fasta que uino e se paro sobre o el ninno estaua. Quando uieron el
estrella, ouieron mui grand gozo. Entraron en la casa e fallaron el ninno con
Maria su madre, e aoraron le. Abrieron sus thesoros e offrecieron le dones, oro
e acienso e mirra. E ouieron respo(n)dimiento en suennos que non tornassen
a Erodes, e por otra carrera tornaron a sus tierras (pg.25).
M. Kerkhof (1979). Este abundaba en la idea de que el Auto de los Reyes Magos
era procedente de tierras catalanas (pg. 285), recogiendo no slo los
conocidos ejemplos serialados por Sola-Sol, sino ariadiendo tambin algunos
otros en los que crea encontrar indicios suficientes para sugerir esa posi-
bilidad.
En los ltimos arios, G. Hilty (1986), quien no observa argumentos slidos
para probar el influjo toledano, gascn o cataln del texto, mostr su conven-
cimiento sobre la presencia de rasgos dialectales de procedencia riojana en su
exhaustivo anlisis de las rimas. El artculo comienza confesando sin rodeos
su postura: Yo, en cambio, creo que el autor fue riojano y que el Auto naci
en San Milln de la Cogolla o en otro monasterio riojano (pg. 221).
La acogida que ha tenido esta nueva sugerencia es desigual pues despierta
desde los recelos ms evidentes (I. Soldevilla seriala que No entraremos a
discutir algunas de las fantasas que sin mayor fundamento ha construido
Hilty [pg. 478]) hasta los ms incondicionales aplausos (de trabajo impor-
tante, y acertado en su anlisis de la lengua lo califica H. Viries [pg. 262]).
12. Los tres monlogos de los Reyes, como ha venido apuntando tradi-
cionalmente la crtica y ha advertido en los ltimos arios con innegable intui-
cin y acierto R. Senabre, constituyen un ejemplo ms de la primitiva y acusada
maestra dramtica del autor. En ellos, subraya Senabre, encontramos elemen-
tos comunes, a saber: los tres interpretan la aparicin de una nueva estrella
como probable indicio del nacimiento de Cristo; los tres se ponen en camino,
se encuentran y visitan a Herodes (pg. 421), de igual modo que los tres
manifiestan su sorpresa, duda, anlisis y certeza acerca de la aparicin ines-
perada de la estrella.
Sin embargo, esta caracterizacin y comportamiento compartidos no deben
distraernos de otro hecho fundamental: las diferencias que cada uno de ellos
ofrecen en cuanto a su carcter, modo de expresarse y lxico utilizado, circuns-
tancias stas que deberan permitir acercarnos a un mejor conocimiento del
dilogo dramtico.
Si la obra literaria dice Senabre es una estructura que crea su propia
red de exigencias y relaciones internas (pg. 420), estos rasgos
diferenciadores son indicios evidentes de una conciencia teatral con la que el
autor pretende que el espectador pueda distinguir a sus personajes. Ya lo
haban destacado A. Valbuena Prat y J. L. Alborg cuando se referan al escep-
ticismo de Baltasar, caracterizado respectivamente como el rey negro
(pg. 84) o el rey moro (pg. 202), y, algunos arios antes, lo intua G. Daz-
Plaja al considerar la desconfianza de ste como rasgo primordial de su carc-
ter. Por su parte, E. Marbn haca notar la gradacin, pues los Reyes, en su
478 MIGUEL . TEIJEIRO FUENTES
orden, catan respectivamente, una noche, tres noches y todas las noches
necesarias hasta llegar a la percepcin de la estrella (pg. 27).
No obstante, el profesor Senabre va ms all en su anlisis y, obviando
diferencias semnticas de las que nos ocuparemos ms adelante, reconoce que
Baltasar resulta el ms escptico, pues necesita ver la estrella durante tres
noches para constatar su verdadero significado; Melchor responde a su con-
dicin de estrellero, como l mismo se define, y es, por tanto, el ms
intelectual y razonador, mientras que Gaspar resulta el de temperamento
ms decidido a tenor de su expresin Ala ire o que fure, a la que, creo,
habra que ariadir otras del tipo achesto es i non es al, o en todo, en todo
lo prohio.
A pesar de la aparente transparencia que estos argumentos ofrecen, a n
podemos encontrar juicios diversos sobre este punto. As, B. W. Wardropper
explicaba de manera distinta su interpretacin acerca de la caracterizacin de
los Magos, serialando el escepticismo de Gaspar a partir del verso octavo
(todo esto no vale uno figo), frente a la inclinacin religiosa de Baltasar y
la, an mayor, de Melchor.
13. pace: El trmino pax, comenta O. Garca de la Fuente (pg. 379),
existente en la lengua clsica con la acepcin de paz=ausencia de guerra
y de tranquilidad, calma en sentido figurado, puede considerarse como
trmino bblico en el sentido de que la pax anunciada por la Biblia salom en
hebreo, eirene en griego y, sobre todo, por el NT, difiere sustancialmente del
concepto clsico y profano: la paz en el NT es la tranquilidad espiritual del
creyente que se sabe salvado por Cristo. No obstante, el citado estudioso
sugiere para este verso la adopcin del trmino paz en sentido profano y
en contraposicin al que aparece en el v. 85, en donde cree encontrar reso-
nancias bblicas del pasaje de San Juan (2:14) en el que los ngeles anuncian
el nacimiento del Mesas: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad.
14. la citada expresin, sugiere O. Garca de
da oriente hasta in occidente:
la Fuente (pg. 380), aparece con frecuencia en la Biblia bajo la forma ab
oriente usque in occidentem (Bar. 4,37; 5,5; Mat. 24,27, etc.).
15. La actitud dubitativa de Baltasar le convierte en el personaje ms
escptico de los tres Reyes, caracterstica subrayada convenientemente por la
crtica, excepto B. W. Wardropper, quien discrepa del resto en este rasgo
sicolgico que l, sin embargo, atribuye a Gaspar. Al hecho, subrayado por R.
Senabre (nota 17, pg. 423), de que la duda sea componente esencial del
monlogo de Baltasar, se une adems la necesidad de contemplar la estrella
durante tres noches, frente al comportamiento de Gaspar (otra nocte) o
Melchor (otra uegada). Finalmente, mientras Gaspar una errata en el
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 479
trario, la pieza toledana se destaca por ciertas peculiaridades que lo alejan del
teatro litrgico. Primero, si en los dramas en latn cada rey habla por primera
vez al encontrarse con los otros, en el Auto los Magos se presentan en solilo-
quios independientes. Segundo, en la pieza toledana Herodes despide a los
Magos antes de consultar con sus sabios y luego expresa su furia en un mo-
nlogo. Finalmente, el Auto se distancia del teatro litrgico al dramatizar el
episodio de la riria entre los sabios de Herodes (pg. 20).
En mi opinin, R. E. Surtz haba intuido que el fragmento en cuestin,
como ya observase Menndez Pidal, se establece entre dos de los Magos, al
tiempo que el tercero vendra a interrumpir posteriormente la conversacin
y se incorporara al tema central de la misma: la estrella que delata el naci-
miento del Hijo de Dios.
La dificultades que el texto plantea son muchas, tanto en su aspecto formal
(estado de conservacin del cdice) como en el anlisis de contenido (estudio
de personajes). Procuro allanar el primer obstculo recurriendo al excelente
trabajo paleogrfico de Menndez Pidal, y propongo entonces la siguiente
lectura de estos versos:
a) vv. 52-53: Baltasar.
b) vv. 54-57: Gaspar.
c) v . 58 : Baltasar.
d) v . 59 : Gaspar.
todo a travs del relato de los Reyes Magos (cf. Mat 2,11; cf. Ex 20,23; Sal 44,9;
Bor 7,17, etc.) (Ibiclem, pgs. 378-79).
29. encenso: El sustantivo latino incensum, propio de la Biblia y desco-
nocido en la lengua clsica, designa en la Biblia: a) una sustancia aromtica
que se quemaba en sacrificio, por tanto, sacrificio, holocausto; b) el aroma
producido por la combustin del incienso, por tanto, olor del incienso, o
el incienso mismo. El autor del Auto emplea dos veces esta palabra
(encenso/acenso) en la segunda acepcin bblica serialada (Ibiclem, pg. 378).
30. omne mortal: ... tiene su correspondencia en mortalis homo de Sab
7,1; Is 51,12 (11ridem, pg. 380).
31. Rei celestrial: ...es sin duda la traduccin del rex caelestis del Gloria
de la misa (Ibiclem, pg. 380).
32. Tena razn Menndez Pidal al intuir la presentacin sucesiva de los
tres Magos ante Herodes en el inicio de esta escena quinta (para l, escena
tercera). Sin embargo, si Menndez Pidal apostaba por un ambiguo (Gaspar
y los otros dos Reyes, Herodes) (pg. 459), R. Senabre ha desarrollado con
sutil intuicin el esquema de este parlamento dramtico.
En su certera opinin, los vv. 74-75 habra que atriburiselos a Gaspar, el rey
ms atrevido, el mismo que ms adelante volver a adelantarse a sus compa-
rieros y responder, tambin en primer lugar, a las preguntas de Herodes. Los
vv. 77-78 podran corresponder a Baltasar si tenemos en cuenta que la expre-
sin nacido in tirra es propia de este rey, quien ya la haba utilizado en su
monlogo acerca de la aparicin de la estrella (v. 23). Por ltimo, el v. 76 es,
asimismo, una repeticin casi calcada del v. 74 y, en consecuencia, no parece
lgico arrogrselo a Gaspar, sino ms bien al nico Mago que no ha interve-
nido an y que, al igual que los otros dos, decide presentar sus respetos a
Herodes. Este rey es Melchor.
33. En opinin de J. Weiss (pgs. 129-130), el saludo de Melchor deseando
larga vida a Herodes debera interpretarse como un motivo irnico, si tenemos
en cuenta la violenta conducta del tirano al ordenar la matanza de los Ino-
centes y su muerte posterior. Una vez ms convendra resaltar la habilidad
dramtica del autor para suponer hechos no representados pero conocidos
por el auditorio.
34. En principio, este pasaje no debera ofrecer ninguna dificultad.
Obviamente, los vv. 82-83 corresponden a Gaspar puesto que l mismo as lo
indica con su presentacin ante Herodes. Sin embargo, surgen de nuevo las
distintas interpretaciones a la hora de conocer quin es el que habla en los
vv. 84-85. Mientras Menndez Pidal los sigue atribuyendo a Gaspar, Senabre
se los adjudica a Baltasar, utilizando argumentos de peso como el repentino
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 487
Daz-Plaja fijaba para nuestro drama una fecha posterior al ario 1158,
porque, como ha notado Hartmann, hasta esta fecha no fueron difundidos
los nombres tradicionales de los reyes (pg. 411). No obstante, este argumen-
to acerca del supuesto origen castellano de su autor est sujeto a posibles
objeciones. En este sentido, M. Kerkhof acuda a un planteamiento semejante
para determinar el posible origen aragons o cataln de nuestro escritor,
aduciendo que le pareca muy significativo el que los nombres de los Reyes
magos, que en el siglo XII no aparecen en Castilla, ya eran conocidsimos en
tierras aragonesas y catalanas a principios de ese siglo, de modo que es muy
probable que desde all pasaran a Castilla (pg. 288).
ltimamente, M. Sito Alba (1981) ha aconsejado posponer su fecha de
composicin hasta el ltimo tercio del siglo XII, atendiendo para ello a razo-
nes de carcter histrico: el descubrimiento de los restos mortales de los Magos
en la ciudad de Miln hacia el ario 1158 y su posterior entierro en Colonia
en 1164. Estos maravillosos sucesos acaso vendran a renovar el inters por la
figura de estos exticos Reyes y su destacado papel en la Natividad del Hijo
de Dios.
No obstante, desde Menndez Pidal (quien lleg a retrasarlo hasta princi-
pios del siglo XIII), la opinin ms extendida y com nmente admitida alude
a un perodo que podra remontarse hasta mediados del siglo XII.
36. En los siguientes versos, los Reyes responden a la cuestin planteada
por Herodes acerca de la verdad del suceso. Este pasaje mantiene la misma
estructura que ha servido para organizar el dilogo a lo largo de toda la
escena, a saber, la intervencin escalonada de cada uno de los Magos y dis-
tribuida en tres parlamentos de dos versos cada uno.
A buen seguro, ste fue el criterio establecido por Menndez Pidal y as
parece observarlo R. Senabre cuando seriala que Inducido tal vez de nuevo
por razones de simetra, Menndez Pidal, que ha distribuido los cuatro versos
precedentes entre Gaspar y Melchor, coloca estos otros en boca de Baltasar
(pg. 431). En mi opinin, ste debe ser tambin el criterio acertado, si bien
discrepo del orden impuesto por Menndez Pidal y de la distribucin sugerida
por R. Senabre.
A la nueva pregunta que suscita en Herodes la curiosidad por conocer el
nacimiento de este inesperado y poderoso rey, le siguen seis versos (vv. 90-95)
que R. Senabre no duda en atribuir por este orden a Melchor (vv. 90-91),
Gaspar (vv. 92-93) y nuevamente a Melchor (vv. 94-95). Este destaca para las
dos intervenciones del ltimo rey citado un criterio de caracterizacin
sicolgica primero (vv. 90-91: Melchor es el estrellero, luego a l le correspon-
de una confirmacin del suceso) y un criterio semntico despus (en los vv. 94-
95 se alude a un rey nacido en forma humana, explicacin que utiliz Melchor
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 489
tanto, hay que suponer que el actor que haca el papel de Herodes pronun-
ciaba estos versos casi a gritos y con gestos exagerados (nota 111, pg. 72 de
su edicin de 1992).
40. J. Weiss (pg.130) adverta ya sobre la irona del
el siglo va a la vaga:
pasaje, pues interpreta la actitud de Herodes como la del tirano que pretende
recuperar, frente al descuido presente, unos valores pasados que l mismo ha
tergiversado y adulterado en su propio beneficio. Se trata, como subrayan D.
Hook y A. Deyermond del topos del mundus inversus (not. 16, pg. 276). En
opinin de ambos, este verso debe entenderse como una irona dramtica.
Es decir que aunque el mundo va hacia atrs como dice Herodes, s lo hace
bajo otro aspecto [...]. Con el nacimiento de Cristo se inicia un proceso que
culminar en la Crucifixin, un proceso de expiacin que librar al hombre
de las peores consecuencias de la cada de Adn. El mundo, pues, va hacia
atrs, hacia un paraso perdido. Herodes, trgicamente, dice la verdad sin
saber lo que hace; y porque no lo sabe, la verdad le condena (pg.276).
41. Como serialase G. Daz-Plaja, la corte que presenta Herodes es con-
cebida a la manera de una corte medieval, es decir, con "mayordomo", "aba-
des" (!), "potestades", "scrivanos", "streleros" (es decir, astrlogos) y
"retricos"... (pg. 411). Con ello, el autor pretende acercar el significado del
hecho religioso al momento mismo de la representacin, de manera que el
contenido adoctrinador que la pieza pudiera encerrar llegase sin rodeos al
auditorio.
42. rabi: O. Garca de la Fuente recoge que La Biblia latina tom del
hebreo esta palabra, formada por el trmino rab, grande, poderoso, jefe,
y el sufijo de primera persona. El trmino compuesto rabbi significa mi jefe,
mi maestro. Con el uso, el sufijo fue perdiendo su significado de pronombre
posesivo y rabbi termin significando simplemente maestro. El autor del Auto
usa dos veces la palabra rabi en el sentido de jefe o maestro judo [...] (op.
cit., pg. 379).
43. Hamihala: Paul Forchheimer (Hamihala, A Hapax in the Auto de
los Reyes Magos en Romance Philology, XVIII, 1964, pgs. 35-36) concluye que
podra tratarse de la expresin rabe hamd lillah, con el significado de ala-
banza sea dada a Dios. R. E. Surtz, por su parte, ariade en su edicin del Auto
(not. 138, pg. 73 de 1992) la opinin de W. J. Entwistle, para quien el trmino
rabe procedera de la interjeccin hamiy Allah (Dios es mi protector), y el
criterio de G. J. MacDonald, quien se inclina por el sentido de Alabanza a
Dios, procedente de otra interjeccin rabe, al-hamdu lillah.
44. <profecas: El sustantivo prophetia, tomado del griego por los primeros
escritores latinos cristianos, usado ya desde Tertuliano y la Itala y desconocido
por la latinidad clsica, aparece en la Biblia latina unas 30 veces con variados
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 491
juicios mesurados, el primero admite que cabe imaginar que la obra conclui-
ra con la adoracin de los Magos en el portal de Beln y que la representacin
quedara cerrada con el canto de un villancico (pg. 202); mientras que el
segundo se expresa con semejantes trminos cuando recalca que Falta el
desenlace de la pieza, aunque podemos suponer que pondran en escena la
adoracin ante el pesebre de Beln. Acaso pudiramos pensar en la posibili-
dad de un villancico primario, rudo... (pg. 85).
No obstante, la cautela expresada por stos contrasta con la firmeza por la
que se decantan otros, como H. Lpez Morales (1982), quien considera que
el Auto queda bruscamente interrumpido... (y) sin duda terminara con la
adoracin de los Magos (pg. 526).
En los ltimos arios, sin embargo, otros planteamientos han venido a poner
el acento en el carcter definitivo del Auto, entendido como una obra cerrada.
Ya E. Marbn (1971) adverta sobre esta condicin al estimar que Con la
anterior admonicin termina el manuscrito, en el que no creemos, como
apunta Arnador de los Ros, que falte ninguna otra escena, pues la adoracin
por los Reyes Magos se sobrentiende, una vez asegurados de que el recin
nacido es el Nirio Jess (pg. 26).
La escena de la adoracin se supondra entonces innecesaria por evidente,
razonamiento que J. Rodrguez Velasco (1989) desarrollar arios despus
indicando que nadie va a un espectculo en el que van a contar algo que ya
sabe (pg. 148), posibilidad teatral que, quizs, no sea del todo pertinente
cuando nos referimos a dramas de tema religioso, pensados para ser represen-
tados en fechas que conmemoran los sucesos ocurridos.
ltimamente, la configuracin cerrada del Auto se explica no tanto por sus
agentes externos como por la necesidad de acercarnos al significado definitivo
que el texto nos ofrece. As, H. Viries (primero en 1977 y, ms tarde, en 1981)
opinaba que la estructura del drama tal y como la conocemos es perfecta, pues
gira en torno a una oposicin de contrarios --verdad/mentira, bien/mal
que resume con el siguiente argumento: fe y razn son compatibles e inse-
parables, la una sustenta a la otra, postulado que demuestran con su conducta
los Magos, o la carencia de la verdadera fe, ciega la razn e impide conocer
la verdad y lleva consigo la falsedad y la mentira, como ocurre con los judos
del texto (pg. 262).
Por su parte, D. Hook y A. Deyermond (1983) se proponen tambin res-
ponder a la preg-unta epor qu debe considerarse incompleto el texto que
tenemos? (pg. 370); para ello, aducen razones externas ciertamente inge-
niosas aunque dificilmente verificables. En su opinin, estaramos ante un
texto completo y, en consecuencia, convendra revisar de nuevo su pretendido
propsito. La clave habra que buscarla en la disputa de los rabinos, momento
494 MIGUEL . TEIJEIRO FUENTES
tan dramtico, tan significativo, tan revelador del contraste entre la verdad
cristiana y la falsedad y confusin del judasmo, como el momento en que los
rabinos reconocen su incapacidad para interpretar adecuadamente las profe-
cas (pg. 271).
Sin embargo, para A. Hermenegildo (Conflicto dramtico vs. liturgia en
el teatro medieval castellano: el Auto de los Reyes Magos, en Studia hispanica
medievalia, Buenos Aires, Universidad Catlica Argentina, 1987) el conflicto
nace a partir de la bsqueda de Dios por parte de los Reyes, de manera que
la duda que anida en el alma colectiva de los tres Magos queda abierta para
el lector/espectador de dicho fragmento (pg. 53).
Finalmente, R. E. Surtz (1992) admite la hiptesis sugerida anteriormente
y analiza el texto en su marco histrico, observando las evidentes diferencias
entre judos y cristianos. En su opinin, ...el Auto exagera la importancia de
los judos, haciendo hincapi en su incapacidad para comprender las Escritu-
ras. Conviene subrayar, adems, que la pieza toledana parece ser nica en
llamar rabies a los escribas de Herodes, llamando as la atencin a su judas-
mo. Desde luego, tal actitud polmica cobra un significado especial en el
contexto histrico del Toledo del siglo XII en que convivan cristianos, judos
y musulmanes. Cabe preguntarse hasta qu punto el contraste entre la cegue-
dad de los judos y el escepticismo a la larga fructfero de los magos gentiles
pueden relacionarse con las polmicas antijudaicas de la poca. De hecho, del
siglo XII son los tratados antijudaicos de San Martn de Len y del judo
converso Pedro Alfonso. eDebe interpretarse en el contexto de estas polmicas
la valoracin negativa que hace la pieza de la ceguedad de los judos? (pgs.
22-23).
Este estado de la cuestin refleja la complejidad difcilmente solucionable
del tema y la existencia de posturas diametralmente contrapuestas acerca del
significado profundo del texto.
Si el Auto concluyese con la adoracin de los Magos parece lgico suponer
que la intencin propuesta por el autor sera la de proclamar el nacimiento
del Hijo de Dios, avivando as la religiosidad del supuesto auditorio. Si, por
el contrario, el drama concluye con la cmica/amarga disputa de los rabinos,
resulta plausible intuir que nuestro annimo creador ha preferido resaltar la
ausencia de verdad y de caridad del pueblo judo y los recelos que sta inspira
en los cristianos. El Auto adquirira entonces un inesperado cariz social que
no debe sorprendernos si tenemos en cuenta la existencia de otros textos en
los que encontramos referencias semejantes (recordemos el artculo de F. J.
Hernndez, Un punto de vista (Ca. 1304) sobre la discriminacin de los
judos, Homenaje a Julio Caro Baroja, Madrid, Centro de Investigaciones Socio-
lgicas, 1978, pgs. 587-593), donde analiza la presencia de stos en El libro
EL AUTO DE LOS REYES MAGOS: CONSIDERACIONES PARA UNA LECTURA... 495
del cavall,ero Zifar, libro, si bien posterior al Auto, vinculado tambin a los
ambientes religiosos del Toledo medieval).
Es innegable, pues, que la presencia de los rabinos en el texto resulta
decisiva. Sus reacciones ante las preguntas de Herodes reflejan acaso ignoran-
cia, acaso temor, tal vez desconfianza o comicidad, y cada una de ellas podria
interpretarse desde perspectivas diferentes.
Mientras el sentido com n parece imponer como desenlace del texto la
adoracin de los Reyes, este planteamiento no explicaria algunos
interrogantes de dificil respuesta que el Auto plantea. yor qu el autor an-
nimo del drama de los Reyes que no en balde se nos presenta como experto
conocedor de la tradicin religiosa y del lenguaje biblico alter el episodio
negndoles a los rabinos el verdadero conocimiento de las profecias de Jere-
mas que, sin embargo, no les niega ning n otro texto religioso desde la Biblia
a los Evangelios apcrifos? yor qu trastoc la cronologia tradicional del
pasaje dejando para el final la disputa de los rabinos cuando en realidad la
consulta tiene lugar antes de la partida de los Magos de Oriente? yor qu se
refiere a los escribas de Herodes con el trmino rabi que encierra una
evidente connotacin tnica? .Expresaba as su manifiesta desconfianza hacia
la raza semita y, en tal caso, era consciente de que su mensaje llegara inte-
gramente al auditorio?
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