W.kohan Infancia, Política y Pensamiento
W.kohan Infancia, Política y Pensamiento
W.kohan Infancia, Política y Pensamiento
2 bid. Pg. 10
3 bid. Pg. 12
La segunda consideracin tiene que ver con la potencia que se desprende del
ser multilinge; potencia como un poder ser y adems, un poder ser
cualquier otro, ya que conocer una lengua distinta a la lengua materna implica
no slo conocer muchos otros aspectos de esta exterioridad, (adems del
lenguaje, aspectos valricos, polticos, etc.), sino que adems, est la
posibilidad si es que no es ya algo innato- de la generacin de un nuevo ser
que transforma ambos conocimientos en algo otro. Y las combinaciones son
infinitas.
Esa voz soberana del dueo de casa manifiesta tambin una certidumbre
del saber sobre el extranjero: El anfitrin proclama saber la verdad sobre el
extranjero y suele acompaar este saber con una pretendida ignorancia del
extranjero sobre s; en efecto, el dueo de casa pretende constituirse en la
propia voz del otro. 6 Y sobre el infante: Es el riesgo ms tentador de la
hospitalidad; en el caso de la infancia, es el riesgo de la paternidad, el de cierta
forma dominante de la pedagoga: el riesgo de un saber que no permite que el
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6 bid. Pg 15
otro sepa otro saber, en ltima instancia, que no permite que el otro sepa sino
aquello que tiene que saber.7
De este salto invertido resulta un lugar otro, ya que si bien los alumnos salen
de su tierra de origen, el profesor tambin lo hace necesariamente: est
enseando a partir de su lengua, pero el terreno no es el mismo, es
desconocido. Ese otro lugar es un nuevo lugar, el cual tanto profesor como
aprendiz estn dispuestos a explorar. Y no es en otro momento, sino en el
mismo instante de la exploracin en la que se est dando la enseanza y el
aprendizaje. La exploracin no es en ningn caso experimento, es experiencia.
Jacotot descubre que el viaje al extranjero no puede ser transitado con la
seguridad del mtodo. No hay caminos prefigurados, no es posible anticipar la
trayectoria extranjera de un aprendizaje. No se conocen esas tierras y en su
imprevisibilidad radica, tambin, su fuerza. 9
Adems Ya no es extraa la relacin slo con los alumnos, sino tambin con el
conocimiento, la inteligencia, la voluntad y la igualdad. Los conocimientos no
estn antes de la relacin pedaggica, sino despus; la igualdad no est
despus, como objetivo, sino antes, como opinin verificada cada vez. El
profesor trabaja sobre la voluntad del alumno, no sobre su inteligencia10 (El
subrayado es mo).
La antigua manera metdica de enseanza-aprendizaje tiene la marca de la
desigualdad como principio, la relacin es siempre jerrquica tanto de los
personajes en cuestin como de los conocimientos, que son categorizados
como vlidos y no vlidos segn lo que se est enseando; en este sentido la
potencia de la extraeza marca tambin el aumento de la potencia de la
experiencia. 11 Y esta experiencia es la experiencia de la duda, de la
7 dem.
8 bid. Pg. 17
9 bid. Pg. 18
10 dem.
11 dem.
incomodidad, de las diferencias, es decir la experiencia del pensamiento
mismo.
Que el profesor trabaje sobre la voluntad del alumno significa adems que
esta emancipacin de la ignorancia retrograda (la ignorancia del alumno) no es
un trabajo que parte colectivamente; que el trabajo sea sobre la voluntad, en
Jacotot es justamente que la emancipacin es individual, es una decisin
propia. Por lo tanto es imposible pensarla en el margen de cualquier
institucin, an si tiene como objetivo la emancipacin social, como la
propuesta de la educacin popular de Paulo Freire. Rancire est
comprendiendo que la figura del emancipador no es la del profesor; ah en el
mbito de la pedagoga se da cuenta de lo oscuro e invisible que llega a ser la
emancipacin, en cambio para Freire un profesor no puede serlo sin ser un
agente que lleva la emancipacin al lugar de los oprimidos, es decir que la
relacin pedaggica es siempre una relacin poltica de liberacin. Cuando se
pretende llevar esta relacin a todos los sectores de una poblacin, la lectura
de El maestro ignorante, slo podra tener efectos conservadores y
regresivos, ya que es imposible entender de qu manera es menos
embrutecedor salir de los espacios institucionales cuando se los desconoce
justamente por motivos de exclusin y marginalidad social.
La respuesta a esto implica repensar el vnculo del libro en su relacin con la
verdad: Un libro como El maestro ignorante invita a una relacin de
experiencia, a un modo desestabilizador y cuestionador de situarse en el
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13 bid. Pg. 20
pensar. Si, en cambio, se lee El maestro ignorante como un libro verdad, no se
le sacar gran provecho y, adems, se lo pondr en el lugar de su muerte, al
que parece combatir de principio al fin. 14 Lo que Kohan nos plantea a partir de
El maestro ignorante es la apertura, la posibilidad que ste nos entrega para
pensar y generar una nueva poltica de educacin, pero que no se justifica
como la ltima o la nica alternativa, es siempre posible ser y hacer de otra
manera- expone, y an en las condiciones ms inhspitas e insanas como la
situacin social poltica y econmica que se vive en Amrica Latina.
14 Ibd. Pg. 22
15 Ibd. Pg. 25
16 Ibd. Pg. 26
organizacin, estructuracin y legitimacin de los saberes y de los mtodos
para transmitirlos, el reino de la razn explicadora. Al contrario, la educacin
sera el gobierno de los que no saben, de los incompetentes, los inhbiles
para aprender.17 Esta cuestin quiere decir que el pensamiento no puede ser
sino libre, libre de ser pensado por otros, libre de mrgenes de pensamiento,
debe generarse a partir de su rechazo con los mbitos del orden social y las
jerarquas. Hay educacin excepcionalmente, cuando se interrumpe la lgica
de la pedagoga, cuando la verdad deja lugar a la experiencia. 18
17 Ibd. Pg. 28
18 Ibd. Pg.28
19 Ibd. Pg.32
afirma, se presupone, en nombre de la filosofa? Qu relaciones consigo
mismo y con los otros permite o impide desplegar esa imagen del
pensamiento?20
A partir de estas inquietudes generan la idea de que Scrates est, en realidad
no del lado del profesor-filosofo ignorante y voluble, sino ms bien en el lado
de la jerarqua y que la ignorancia que afirma es en realidad todo lo contrario.
Scrates cree estar del lado de la verdad.
20 Ibd. Pg.36
21 Ibd. Pg. 38
22 Ibd. Pg. 39
Kohan est comprendiendo que sobre quien se elabora estas ideas en relacin
al saber, la filosofa, la educacin, es un personaje ms ficticio que histrico; a
Scrates se lo conoce desde Platn, por lo tanto, es ms bien una tercera voz
la que se genera. Por ello se trata de pensar sobre un personaje conceptual
ms que en la bsqueda de un verdadero Scrates.
23 Ibd. Pg. 42
24 Ibd. Pg 44-45
25 Ibd. Pg. 49
historia desde la cual la educacin o una poltica de educacin diferente, se
puede abrir paso. Como si ensear y aprender exigiesen por lo menos dos
fuerzas igualmente actuantes. Como si fuesen realizaciones que no es posible
hacer por el otro, pero tampoco sin que el otro ponga algo de s. 26
26 Ibd. Pg. 56
27 Ibd. Pg. 53
28 Ibd. Pg. 58
29 Ibd. Pg.62
se desconoce. As es como tambin podramos pensar el ejercicio del profesor.
Tal vez sea tiempo de buscar otra infancia, un nuevo inicio que se afirme en
un dejar de ser lo que se es para poder ser de otra manera, en un desplazarse
del saber lo que se sabe para poder saber otras cosas; en un moverse del
poder que se ocupa para que otras fuerzas y otras potencias puedan ser
afirmadas entre quien aprende y quien ensea filosofa, o cualquier otra
cosa.30
Para poder entrar en comprensin con este libro es necesario tener claro de
que otro mundo es posible o por lo menos querer creerlo. Es posible otro
mundo y no se trata de invertir radicalmente el mundo y hacerlo el Otro
absoluto; se trata ms bien de pensar en otros mundos posibles. La posibilidad
de pensar otros mundos est dada ya en el momento en que se est pensando
su posibilidad.
30 Ibd. Pg.63
31 Ibd. Pg.66
32 Ibd. Pg.69
Con la premisa de que las cosas siempre pueden ser de otra manera es
posible que Quiz nos atrevamos a pensar con la infancia en lugar de para
ella; por qu no podramos situarnos a partir de ella, junto con ella y no por
encima de ella? Quin sabe dejemos de pensar por la infancia (en lugar de ella)
para dejarnos pensar por la infancia (que ella nos piense). 33 El peso poltico
en esto es enorme, no tiene nada que ver con un pensamiento apoltico o
neutro, sin embargo las diferencias con las polticas que se han practicado
hasta hoy es la inclinacin de stas hacia el producto final tomando en cuenta
las intenciones especificas con las que se parte. Esta nueva poltica afirma algo
diferente: la forma poltica de nuestros sentidos y finalidades est abierta: no
sabemos cmo debe ser el mundo. Tampoco lo queremos saber, porque no nos
interesa trabajar para una normativa predefinida que d sentido al presente de
la accin pedaggica y en cuya definicin el otro, objeto de esa normativa, ha
estado ausente.34
La poltica zapatista podra servir como un gran referente para pensar en esta
nueva poltica de nacimientos, de creaciones colectivas continuas, de
afirmacin de la otredad. Los zapatistas no pretenden tomar el poder (como si
existiera uno slo, pensando en Foucault), ya que eso significara reproducir y
repetir el mismo modelo angustioso que impera hoy; ms bien pretenden
incluir la singularidad de los diversos mundos que puedan coexistir en el
mundo. Al igual que la poltica de educacin que se est planteando, que no
sabe ni le interesa saber cmo debera ser el mundo, los zapatistas tambin
piensan y sienten as, ya que saberlo implicara negar las otras voces que es
necesario escuchar para que ese mundo sea de verdad un mundo plural y no
un mundo como el que vivimos, en el que se impone, de forma monocorde y
omnipresente, una nica voz.35
Kohan expresa en seis secciones breves lo que cree fue el aprendizaje de este
andar entre la infancia y la extranjeridad:
-Es necesaria la amistad para que haya pensamiento; amistad en tanto
relaciones de condiciones de posibilidad en el propio pensamiento 36
-Nos acercamos al saber en relacin al otro, pero desde la accin de preguntar
sin preguntar realmente, es decir preguntamos asegurados, ah donde
sabemos, no donde no sabemos, y por lo mismo, la pregunta ya no es un
cuestionamiento sincero, hay una espera especfica en la respuesta venidera,
una verificacin en el saber del otro.
33 Ibd. Pg.70
34 dem.
35 Ibd. Pg.72
36 Ibd. Pg.76-77
-Aprender es traducir. Traducir es inventar. Inventar es inventarse. Inventarse
es escuchar lo que no escuchamos, pensar lo que no pensamos, vivir lo que no
vivimos.37
La infancia nos da un lugar en su tierra de posibilidades infinitas, nos invita a
salir de ese s mismo para explorar, buscar, encontrar, aunque no se
encuentre lo que se buscaba. Siempre hay encuentros.
- Ser infantes y extranjeros es ms bien una posibilidad, una oportunidad,
una fuerza, una potencia, algo que moviliza y provoca cambios. 38
-La filosofa con nios puede ser un ejercicio de esa potencia, aquella que
permite dejar de ser uno mismo para entregarse a ser cualquier otro (y por
qu no cualquier otra cosa), y que nos permite repensar el pensamiento
mismo, puede ayudarnos a ir a las escuelas no slo para dar una
educacin a la infancia, sino tambin para dar una infancia a la educacin,
un nuevo inicio, una nueva tierra, un nuevo pensamiento. 39
La filosofa con nios es imposible de plasmar como una; es el movimiento
del pensamiento, se piensa y repiensa, y con ello los mismos sujetos entran
tambin en ese juego de movimiento constante. Se trata de un gesto del
pensamiento que se repite para no repetirse, que despliega una repeticin
compleja, repeticin de lo diferente y no de lo mismo. 40
Comprender y asimilar la enseanza de filosofa en la infancia, es aceptar
nuestra propia (in)condicin fragmentaria, de ausencia, de inacabamiento,
de fantasmal. Cabe preguntarse si es posible esta filosofa en el espacio
escolar institucional, que es el espacio de disciplina y ordenamiento por
antonomasia.
37 Ibd. Pg.78
38 Idem.
39 Ibd. Pg.79
40 Ibd. Pg.80
41 Ibd. Pg.83-84
secas, hacer simplemente filosofa, sin tener la precaucin del esquema de
un programa; como un gesto inspirador y provocador del pensamiento 42
Infancia y devenir
42 Ibd. Pg.87
43 Ibd. Pg.89
44 Ibd. Pg.91
45 Ibd. Pg.92
fuerza, una intensidad, un devenir-infante, que implica un movimiento
constante, un flujo en y de la infancia. No es la infancia como objetivo, es
un moverse en la infancia, es un infanciar.
Devenir-infante no es volverse un nio, infantilizarse, ni siquiera retroceder
a la propia infancia cronolgica. Devenir es encontrarse con una cierta
intensidad. Devenir-infante es la infancia como intensidad, un situarse
intensivamente en el mundo, un salir siempre de su lugar y situarse en
otros lugares, desconocidos, inusitados, inesperados; es algo sin pasado,
presente o futuro; algo sin temporalidad cronolgica, mas con geografa,
intensidad y direccin propias. (Deleuze y Parnet, 1980:5-7) 46
Es importante comprender que estamos viviendo al menos las dos infancias
reconocibles: la mayoritaria, histrica, cronolgica, la del Estado, de las
escuelas, y la minoritaria, la del acontecimiento, la ainica, la de la
intensidad, de la experiencia y de los encuentros. Hemos entendido que Un
infante es habitante de los dos espacios, las dos temporalidades, las dos
infancias. No son excluyentes. Son lneas que se tocan, se cruzan, se
enredan, se confunden.47
Si bien la potencia, la posibilidad da fuerza a la infancia, es tambin
necesario darnos cuenta de que tal vez es gesto ms oportuno es el de
decir no sabemos, y no queremos saber tampoco que es lo que
concretamente puede o puede un infante. Este gesto es preciso para darle
un espacio al silencio, a la sorpresa, a lo desconocido, a lo que no se ha
sabido an.
46 Ibd. Pg.95
47 Ibd. Pg.97