El Hombre Producto y Productor de Su Historia
El Hombre Producto y Productor de Su Historia
El Hombre Producto y Productor de Su Historia
Como hemos estado viendo en los anteriores temas, el hombre para ser y existir necesita de la
socializacin. Los elementos vitales y biolgicos son a constitucin de su organismo, pero si no se
encuentra en relacin con los otros, los elementos que lo mantienen con sentido (fundamentales e
inalienables para los hombres y mujeres) no tendra razn su existencia. Tanto lo podemos notar,
que a travs del tiempo ha dejado su marca y ste lo ha transformado. Pero cmo podemos saber
cul ha sido su desarrollo? Todas las ciencias nos han ayudado a conocerlo y conocernos, pero una
de las ciencias que aborda su realizacin y su marca en el tiempo ha sido la Historia, en la cual la
humanidad se ha desarrollado, pero el tiempo la ha modificado. A continuacin leers cmo es que
se ha venido dando el hombre y su socializacin durante los aos, lo siglos y los milenios, tal como
nos lo explica Harold Soberanis (2008).
El hombre es un ser histrico. Esta afirmacin puede tener varias interpretaciones y puede ser
vlida desde diversos puntos de vista. Sin embargo, a mi juicio, considero que la interpretacin que
ms recoge el sentido mundano de la vida, es decir, ese sentido que afirma la condicin existencial
del ser humano al arraigarlo al mundo, es el que desarrolla Marx en su concepcin filosfica del
materialismo histrico. Es necesario tener esto presente, cuando desde posiciones te-stas se hace
la misma afirmacin sobre esa condicin del hombre. Tambin el cristianismo, por ejemplo, asevera
que el hombre es un ser histrico, pero incorporando la presencia de Dios dentro de esa historicidad,
lo que le otorga un matiz muy diferente a tal categor-a humana, pues deja al hombre en un segundo
plano respecto a la divinidad. Con esto se niega la libertad de los hombres para escribir su propia
historia y, por lo mismo, se le excusa su responsabilidad ante la humanidad.
En este sentido, pues, creo que la concepcin de Marx, se ajusta ms a lo que deber-a ser dicha
responsabilidad y libertad humanas. Segn Marx, el hombre es un ser histrico, es decir, es un ser
proyectado a un futuro que se espera sea siempre mejor. Tal historia es continua e infinita, y se
mueve de manera dialctica. Esta dialctica se revela en la lucha de clases que es, al mismo tiempo,
el motor de la historia misma. La lucha de clases no es ms que la expresin del antagonismo que
se desarrolla en la base econmica de la sociedad. Un sistema econmico que reproduzca la
desigualdad, generar un enfrentamiento entre las clases sociales que se derivan de tal sistema.
Este enfrentamiento es el motor de la historia.
As- pues, la historia avanza gracias a ese conflicto entre clases. Esta lucha de clases es objetiva, es
decir, acontece independientemente de la voluntad de los hombres, aunque sean los hombres
quienes encarnen dicho movimiento histrico. Esto significa que hay un condicionamiento para que
tales hechos histricos se sucedan. Empero, este condicionamiento no debe ser entendido como un
determinismo puesto que el hombre, como ser individual, sigue siendo libre y sigue teniendo la
posibilidad de modificar su mundo. Precisamente porque el hombre es libre es que es histrico. O
dicho de otra manera: si el hombre no fuera un ser libre no podr-a escribir su propia historia. Esta
estar-a determinada por la divinidad, no por el ser humano.
El movimiento dialctico de la historia es infinito. La historia misma tambin lo es, ya que la esencia
de este proceso es el devenir heracliteano perpetuo. As- pues, la historia nunca termina, siempre
avanza hacia estados mejores donde pueda realizarse el ideal de la humanidad. Aseverar que la
historia tiene un fin, es sesgar esa realidad para defender ciertos modelos econmicos que reflejan
particulares intereses de clase. Pero tambin es negar la capacidad del hombre para escribir la
historia y transformar su entorno. Es asumir una visin providencial de la historia, relegando a una
condicin subordinada al ser humano.
Un elemento importante dentro de ese devenir histrico es el trabajo. As- como la historia es un
mbito propiamente humano, tambin el trabajo posee la caracter-stica de ser una categor-a
espec-fica del hombre. Es precisamente gracias al trabajo, que el hombre puede escribir su historia.
De ah- la importancia del trabajo y de recuperar su sentido original como posibilidad de superacin
de la alienacin. Abolir la alienacin del hombre es la verdadera tarea a la que est llamado el ser
humano, pues al hacerlo quedar el camino despejado para alcanzar su emancipacin.
De esa cuenta, lo que busca Marx es recuperar el sentido original del trabajo, esto es, recuperarlo
como condicin de posibilidad de realizacin humana. El capitalismo, en su propia dinmica ha
desnaturalizado el trabajo, lo que ha provocado que el ser humano se encuentre enajenado. De lo
que se trata, pues, es de rescatar el sentido radical del trabajo y con ello alcanzar la emancipacin
del hombre al liberarlo de su condicin enajenada.
Por otro lado, la historicidad del hombre tambin significa que ste es un ser inacabado.
Constantemente, y a lo largo de su propio desarrollo, el ser humano se va construyendo, a la vez
que va configurando su propio mundo. Por eso, la praxis, la accin que debe acompaar a la teor-a,
sea un elemento importante para Marx, el cual enfatiza en la onceava tesis sobre Feuerbach, al
insistir en el carcter transformador del entorno natural que posee el ser humano. El hombre no
puede quedarse nicamente en un plano de contemplacin. Debe actuar sobre su realidad material.
Debe luchar por transformar su mundo.