Agua Territorio y Poder PDF
Agua Territorio y Poder PDF
Agua Territorio y Poder PDF
PODER:
Representaciones,
Significados, Usos y
Manejos del agua en
la Sierra Nevada de
Santa Marta - Estudio
de caso.
DIRIGIDO POR:
2
TTULO EN ESPAOL:
Agua, territorio y poder: representaciones, significados, usos y manejos del agua
en la Sierra Nevada de Santa Marta, Estudio de Caso.
TTULO EN INGLS:
Water, territory and power: representations, meanings and uses of water in the
Sierra Nevada de Santa Marta, case study handles.
1
Corporaciones autnomas regionales, gobernaciones departamentales, alcaldas municipales, ministerios.
2
Proyectos de desarrollo sostenible, conservacin, ordenamiento ambiental, distritos de riego, represas,
centrales elctricas, acueductos, turismo.
3
of their water resources depends on a population of 1.5 million people in the
Colombian Caribbean, agro-industrial productive activity, mining, port and tourist,
as well as the economic, social and cultural dynamics of dozens of peasant and
indigenous communities in the region.
4
Esta investigacin est dedicada a mi amada familia,
5
AGRADECIMIENTOS
6
pensamientos de la orilla me ayud a aclarar el camino y el tema de investigacin.
Me ayudo a ver lo que tena frente a mi nariz, el camino del agua.
A Benjamn Ortiz y Maribel de Ortiz por su apoyo para las artes finales y por
compartir muchos de los sueos de la Sierra.
A Nolbis Fonseca Altamar, Zaida Ecker y Yeinis Meja, quienes con su trabajo y
colaboracin en la casa, ayudaron a que me pudiera dedicar muchas horas a
escribir, escribir y escribir.
7
A mi bella hija Violeta porque sus preguntas y observaciones sobre la naturaleza
y su compaa en el estudio, al lado del computador, tratando de escribir ella
tambin, me dieron la fuerza para terminar. A mi bella hija Vndana quien desde el
vientre fue inspiracin y gua para encontrar las huellas del agua, quien es otro
fruto de esta bsqueda constante por entender la vida.
8
El agua es como nuestro espritu pues nunca cambia su esencia y aunque adopte
mltiples formas: Nube, lagunas y ros, roco en los rboles, humedad en el
ambiente. En el mbito de sus mltiples manifestaciones, la esencia de nuestro
espritu permanece inalterable. Nuestra Ley es la ley del agua, es la ley del sol, la
ley del rayo. No admite reformas, no conoce decretos, no acepta constituciones ni
polticas, porque nuestra ley que rige la vida permanece en el tiempo. Para que la
armona vuelva a nuestras vidas es necesario que la ley creada por los hombres
respete y acate la ley de origen, la ley natural, la ley de la vida, la suprema ley de
los mamos.
9
TABLA DE CONTENIDO
Lista de tablas 13
Lista de figuras 15
Acrnimos y siglas 17
INTRODUCCIN 18
1.4. LA REPBLICA. 37
10
3.1.1. Control territorial y nociones territoriales en disputa 78
11
4.3.1. Descripcin del contexto socioeconmico, cultural e institucional de la
cuenca del ro Guatapur. 163
BIBLIOGRAFA. 265
ANEXOS. 279
12
LISTA DE TABLAS
Tabla 11. Estudiantes matriculados en el 2007/ poblacin por edades simples. 171
Tabla 15. Estudiantes matriculados en el 2007/ poblacin por edades simples. 173
13
Tabla 19. Distribucin de ocupacin y desocupacin en el municipio de
Valledupar. 195
14
LISTA DE FIGURAS
15
Figura 21: Distribucin de la poblacin Arhuaca por regiones en la subcuenca
del ro Guatapur. 170
Figura 24: Sitios sagrados Indgenas Sierra Nevada de Santa Marta. 179
Figura 26: Pueblo indgena Kogui San Jos de Marumake, Guatapur. 198
Figura 31: Mamo Jacinto Zarabata y otros Kogui realizando pagamento. 215
Figura 32: Conversatorio entre Mamos y lideres Arhuacos con Edgar Morn, 225
Santa Marta.
Figura 36: Boca toma Paso del Mango, Acueducto Santa Marta. 250
16
ACRONIMOS Y SIGLAS.
OCHA
AUC Agencia de las Naciones Unidas para los
Autodefensas Unidas de Colombia. Refugiados.
BM OGT
Banco Mundial. Organizacin Gonawindua Tayrona.
CAR OIYBT
Consejo Ambiental Regional para el Organizacin Indgena Yugumayan
Desarrollo sostenible de la Sierra Nevada Bunkwanarrua Tayrona.
de Santa Marta.
PAIDS
CAR Proyecto de Aprendizaje e innovacin
Corporacin Autnoma Regional. para el desarrollo sostenible de la Sierra
Nevada de Santa Marta.
CIT
Confederacin Indgena Tayrona. PFGB
Programa de Familias Guarda Bosques.
CTC
Consejo Territorial de Cabildos de la PNUD
Sierra Nevada de Santa Marta. Programa de las Naciones Unidas para el
desarrollo.
DNP
Departamento Nacional de Planeacin. SNSM
Sierra Nevada de Santa Marta.
ELN
Ejercito de liberacin Nacional. UAESPNN
Unidad Administrativa Especial del
FARC-EP Sistema de Parques Naturales Nacionales.
Fuerzas Armadas revolucionarias de
Colombia. Ejrcito del pueblo. UNODC
17
INTRODUCCIN
18
acadmico fue tomndome con una sed desesperada por comprender que
significa ella en nuestras vidas, como esa gran madre de dnde venimos y que
nos constituye naturalmente.
El tema de la Sierra Nevada lleg a mi por el amor, pues comparto mis das y mis
noches con una de las personas que ms sabe de esta tierra, que ha vivido,
investigado y escrito sobre sus sinuosos caminos, sobre sus gentes, en especial
los pueblos indgenas y que ha acompaado sus luchas y ha observado los xitos
y fracasos en ese camino por lograr el reconocimiento indgena de sus territorios,
sus formas de vida, su pensamiento. La experiencia de Julio Barragn,
antroplogo samario, maestro en la prctica de su oficio, ha sido inspiradora de
este trabajo, ha sido crtica y propositiva de enfoques y miradas alternativas a
ciertas preguntas sin salida.
El tema del poder es un tema del cual creo que ningn acadmico puede
sustraerse en nuestro pas, dada la historia de violencia que se ha estructurado las
relaciones sociales (Pcaut, 1987) en nuestra cultura en donde, como una matriz
prolfica reproduce la violencia, las inequidades en todas las escalas, desde las
formas que establecimos de relacin con la naturaleza (arrasando bosque para
civilizarlo) como el modelo de relacin entre los que son diferentes culturalmente y
que comparten un mismo territorio.
Este trabajo pretende entrelazar y tejer las intrincadas relaciones existentes entre
el agua, el territorio y el poder en un caso especfico que es la Sierra Nevada de
Santa Marta a travs de acercarse a las representaciones y significados que del
agua tienen indgenas, campesinos, gremios, instituciones que intervienen en
diferentes cuencas del macizo.
19
Regional de la Sierra Nevada de Santa Marta (CAR) y en otros momentos
adquieren dimensiones nacionales, internacionales y globales cuando entran en
escena las polticas nacionales gestionadas desde el gobierno central
(Presidencia, DNP, Ministerios, etc.) y las negociaciones de proyectos de diferente
carcter con actores internacionales, multilaterales y globales (Banco Mundial,
Agencias de Naciones Unidas, Ongs internacionales).
La ubicacin geogrfica de la Sierra como montaa litoral, con todos los pisos
trmicos y los ecosistemas tropicales presentes en un espacio muy pequeo; la
existencia de las nieves perpetuas la convierte en proveedora de agua para toda
su zona de influencia a travs de los ros que nacen en sus lagunas glaciales; la
zona de frontera martima y terrestre con los pases de la cuenca del Caribe, su
gran biodiversidad y endemismos, la convierten en un lugar estratgico no solo
para los actores locales sino tambin para los actores globales. Por otra parte la
existencia de pueblos indgenas que han sabido conservar en parte sus saberes
ancestrales, su cultura y valores y han ido transformndose tambin y
construyendo nuevas formas de relacin con la sociedad mayoritaria, es otro de
los aspectos que convierte este escenario en una explosin de preguntas y
cuestionamientos.
3
Pueblos indgenas, campesinos, Gobiernos locales, regionales y nacionales, instituciones del estado, ongs,
gremios econmicos, organizaciones internacionales.
20
Reconocer las relaciones que tienen con el agua, las formas de apropiacin
de este elemento por parte de los pueblos indgenas, campesinos y los
gremios y empresas de servicios pblicos en las respectivas cuencas.
Identificar los procesos que han ayudado a la conformacin de las
representaciones, significados, usos y manejo del agua en las tres cuencas
escogidas (Piedras, Aracataca y Guatapur).
Comparar las relaciones (saberes, prcticas, manejos, etc.) que tienen con
el agua y los procesos que han conformado dichas relaciones entre los
actores para establecer convergencias, divergencias y problemticas
comunes de acuerdo a lo encontrado.
En las clidas y solares ciudades del Caribe colombiano la venta del agua en
bolsitas de 350cc3 se volvi una de las opciones de trabajo o formas de rebusque
para miles de desplazados que han llegado a las urbes a protegerse de la guerra
que azota nuestros campos. Es as como el agua ya no es un simple lquido que
nos quita la sed, sino que es un negocio, un mercado que como dice la
propaganda de Dasai5 -la marca de agua de Coca-Cola-el agua avanza y el agua
es algo ms que agua.
4
Las cuencas que se estudiaran seran: Ros Piedras, Piedras, Aracataca (Magdalena) y Guatapur (Cesar).
5
Agua de sabores producida por la Coca-Cola.
21
Ubicar el problema de las visiones del agua y la gestin de la misma en este
territorio obedece a varios procesos tanto locales, nacionales y globales que
hicieron pertinente el desarrollo del tema de investigacin. Por un lado la Sierra
Nevada de Santa Marta ha sido objeto de deseo y conocimiento, desde principios
del siglo XIX, por parte de exploradores, misioneros, comerciantes, cientficos y
aventureros que han construido en el entrecruce de caminos varias imgenes de
esta geografa que hoy hace que se encuentre en el ojo del huracn (entre los 25
que pasan anualmente en el Caribe) poltico, econmico, ambiental, social y
cultural de la regin.
Desde territorio ancestral, tradicional, montaa sagrada, corazn del mundo para
los indgenas, sierra-refugio para comunistas de los aos treinta, para campesinos
desplazados por la violencia partidista de los aos cuarenta y cincuenta, para
guerrilleros, para autodefensas campesinas, paramilitares y narcotraficantes
desde los aos sesenta hasta el presente; o fbrica de agua para los
agroindustriales, las empresas de acueducto y alcantarillado, las embotelladoras
de agua y las ciudades; tambin paraso eco turstico para extranjeros y
empresarios del turismo, smbolo del patrimonio cultural de la nacin, hito
etnogrfico y antropolgico (desde los Kogui de Reichel Dolmatoff hasta el
nativo ecolgico de Ulloa); laboratorio de guerra y de paz para las fuerzas
armadas estatales, para estatales, subversivas y las agencias de Naciones
Unidas, entidades multilaterales y de cooperacin internacional, y las ongs de
derechos humanos nacionales e internacionales; hasta reserva forestal y reserva
del hombre y de la biosfera para los sistemas de gobierno global que se debaten
entre la conservacin de los bosques y el desarrollo econmico.
22
negociacin, interlocucin entre los diferentes actores que tienen intereses sobre
el recurso agua en la Sierra Nevada.
23
cuestiona desde dnde se construye el conocimiento antropolgico en el sentido
de que al enfrentarnos a otras visiones de naturaleza, nos enfrentamos a otras
formas de construir conocimiento y entender el mundo que inciden directamente
sobre la produccin de conocimiento sobre el mismo otro Mundo- y sus
procesos.
Por otra parte, el inters de desarrollar este trabajo tiene que ver con los
escenarios donde se formulan, discuten, negocian diferentes polticas para la
Sierra Nevada y por ello conocer las visiones del agua tiene el fin de comprender
cmo se desarrollan dichas polticas en el macizo montaoso.
24
global de la actualidad y cmo esta crisis ambiental de fondo plantea los conflictos
y contradicciones entre regmenes de naturaleza (en el sentido de Escobar (1999)
basado en Foucault (1970)) que se manifiestan en las ideas de desarrollo,
desarrollo sostenible y en las visiones alternativas y diversas de naturalezas
representadas en las visiones indgenas sobre su vida y su territorio. Desde estos
planteamientos se quiere construir un marco para comprender los procesos que
afectan la gestin del agua actualmente.
Finalmente, a manera de colofn las preguntas y voces que nos hablan del
proceso del agua sagrada al agua en botellita, desde las palabras de mama hasta
las palabras que denuncian la sed de las mayoras.
25
Metodologa y Desarrollo de la investigacin
El proyecto fue entregado en febrero del 2005, presentado y consultado con las
autoridades indgenas de los cuatro pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta,
a travs de las organizaciones que los representan, la organizacin Gonawindua
Tayrona OGT en la cual confluyen indgenas Kogui, Arhuaco y Wiwa asentados en
el resguardo Kogui Malayo-Arhuaco. La confederacin Indgena Tayrona CIT, con
indgenas arhuacos de la vertiente suroriental (Valledupar), la organizacin
Yugumayan Bunkuanarua de indgenas Wiwa y la organizacin indgena
kankuama (OIK). A la vez se consultaron autoridades tradicionales (Mama) para
solicitar el permiso respectivo. En esta presentacin del proyecto se convino en
6
Poblaciones de la cuenca del ro Piedras: los Naranjos, la Esmeralda, la Revuelta y el acueducto de la ciudad
de Santa Marta.
7
Poblaciones de la Cuenca del ro Aracataca: Bocas de Aracataca, Tierra Nueva, Teobromina, Aracataca,
Marimonda, Cerro azul, Campamento, Sernkua, Mamancanaca.
8
Cuenca del Ro Guatapur: Valledupar, Valerio, Ariguan, Sabana Crespo, Piimike, las Dos Bocas,
Atnquez, Guatapur, Marumake, Chendkua, , Chemesquemena
26
participar en los espacios en que las diferentes organizaciones, en especial
Gonawinda, discutieran aspectos relacionados con dos de los ejes
fundamentales Agua y territorio. Dado que las organizaciones indgenas tienen un
largo recorrido de concertaciones, negociaciones y trabajo con las instituciones
locales, regionales y nacionales en torno a lo que es el ordenamiento ancestral del
macizo y el ordenamiento ambiental de las cuencas, el tema del proyecto result
pertinente y coincidente con discusiones y trabajos que desarrollaban
internamente las organizaciones y en espacios de interlocucin con otros actores
como son el Consejo Ambiental Regional (2005-2007), el Comit Directivo del
Plan de Desarrollo Sostenible de la Sierra y los diferentes proyectos y planes que
el gobierno nacional tiene para aplicar en diferentes zonas y territorios indgenas
del pas.
Con la Unidad de Parques se llev a cabo la solicitud del permiso llenando los
formularios que la entidad solicitaba con la informacin correspondiente (2005). Se
abrieron los espacios para participar de salidas de campo entre los procesos en
que la unidad participa junto con otras entidades de la regin. Es el caso del
acompaamiento que se hizo a los trabajos en las veredas del Ro Piedras
pertenecientes al Programa de Familias Guardabosques que se ejecutaban en la
regin a travs de la intervencin de ONG como Fundesban y de instituciones
pblicas como la corporacin autnoma regional del Magdalena. Tambin se
present el proyecto en la gobernacin del Magdalena a los asesores del la
formulacin del Plan de Agua potable y alcantarillado 2005 2015. Dada la
pertinencia para esta investigacin de conocer sobre el proceso de formulacin del
plan de agua, se solicit la posibilidad de acceder a la informacin que se estaba
construyendo y asistir a las reuniones y comits interinstitucionales en los cuales
se discuta y formulaba el plan.
27
El proyecto tambin fue presentado a ONGS como Fundesban, Fundepalma,
Fundeban, Fundacin Prosierra y a empresas privadas como la Dole y Metroagua
A entidades pblicas como Corpamag, Oficina de enlace del Plan de Desarrollo
Sostenible de la Sierra Nevada de Santa Marta, Gobernacin del Magdalena, el
IDEAM e INVEMAR y a instituciones acadmicas como la Universidad del
Magdalena, con su centro de investigaciones Intropic (Instituto de investigaciones
Tropicales). En estas diferentes instituciones se contactaron a personas
relacionadas con el tema de aguas, cuencas y desarrollo y ordenamiento
territorial.
Dado que las visiones y representaciones del agua actualmente hacen parte de
los discursos de desarrollo, de los discursos sobre la conservacin y el
ambientalismo, parte de la estrategia metodolgica se bas en la recoleccin y
revisin de los documentos donde se plasman las polticas en torno al agua y al
territorio, correspondientes a las reas de estudio. De esta manera se recogieron
los Planes de desarrollo Nacional (poltica de estado), departamentales
(gobernaciones Magdalena, Guajira y Cesar) y municipales (alcaldas); los planes
de ordenamiento territorial; los documentos de poltica sectorial de instituciones
como el ministerio del medio ambiente, vivienda y desarrollo territorial (Ley del
agua, ley 142, ley forestal, planes, programas, guas metodolgicas); los planes de
accin de las corporaciones, Planes de manejo de cuencas (Aracataca), Estudios
ambientales y diagnsticos de las respectivas cuencas; Documentos de poltica
indgena, entre otros. Otras fuentes primarias fueron las obtenidas a travs de la
realizacin de entrevistas y conversaciones con funcionarios de las diferentes
entidades pblicas y privadas relacionadas y articuladas en algn sentido a los
procesos de uso y manejo del agua y el territorio, a representantes de la poblacin
(campesinos, indgenas y pobladores urbanos). En tabla anexo 1 se relacionan los
contactos, las instituciones y las personas con las que se desarrollaron
conversaciones, entrevistas y recoleccin de informacin institucional sobre los
procesos de ordenamiento territorial, gestin del agua y construccin de polticas
en torno al recurso hdrico en la Sierra Nevada de Santa Marta.
28
CAPITULO 1
29
Caribe occidental. Igualmente, la Sierra configura las condiciones ambientales de
toda la regin ubicada en la margen derecha del ro Magdalena, en concreto, los
departamentos del Magdalena, Cesar y La Guajira. El hecho de ser una montaa
aislada del sistema orogrfico de los Andes, hace de ella un ecosistema de un
notable endemismo biolgico, sobre todo porque en un rea tan pequea, logra
tener todos los ecosistemas posibles del trpico: desde ambientes desrticos y
arrecifes coralinos, pasando por manglares y bosques de niebla hasta llegar a las
nieves perpetuas (FPSN, 1997).
9
Por ecosistema se entiende un complejo dinmico de comunidades vegetales, animales y microorganismos
y su medio no viviente que interactan como unidad funcional. Convenio sobre la Diversidad Biolgica,
junio de 1992. p 4.
10
Viloria de la Hoz, Joaqun. Caf Caribe: La economa cafetera en la Sierra Nevada de Santa Marta. En:
Meissel Roca, Adolfo. Experiencias exportadoras del Caribe Colombiano. Coleccin de economa regional.
Banco de la Repblica, Bogot, 2002. p 15.
11
Ibd., p 15.
30
Tal vez, por estas mismas condiciones ambientales, se encuentra una gran
diversidad cultural, que se manifiesta en la existencia de cuatro pueblos indgenas,
los kggaba (conocidos como los Kogui), los wntukwa (llamados arhuacos), los
Wiwa (tambin conocidos como Arzario) y los Kankuamo (a veces llamados
atanqueros); una gran diversidad de comunidades campesinas provenientes de
diversas partes del Caribe colombiano y del interior del pas; y una poblacin
urbana ubicada en el piedemonte de la Sierra. Parece que en el pasado, esta
situacin era igual de compleja a la que observamos hoy en da. Veamos muy
rpidamente cmo era el panorama sociocultural y territorial de la Sierra antes de
la llegada de los europeos a este territorio en el siglo XVI.
La Sierra puede ser definida como un notable cruce de caminos. Esta afirmacin
mana por sus mismas condiciones de insularidad en el contexto de la llanura del
Caribe; por su ubicacin a orillas del mar Caribe y por sus relaciones
ecosistmicas y culturales con el resto de la gran cuenca del Caribe; y por los
31
diversos entornos geogrficos y ambientales que la circundan (la Cinaga Grande
de Santa Marta, el ro Magdalena, el valle del ro Cesar, el hoy desierto guajiro y el
mar). Por esta razn, son de diversa procedencia las ocupaciones humanas que
se han dado en el macizo.
A partir del ao 600 nuestra era, varios condicionantes producen notables cambios
en las poblaciones humanas que originarn las sociedades que identificarn a la
Sierra en el perodo prehispnico. Cambios climticos como un largo perodo de
sequas durante el siglo VII d.c., incremento de la poblacin y mayor produccin
de alimentos, en especial del maz, generan migraciones que ocuparn las partes
medias y altas de la vertiente norte y occidental de la Sierra. As, se abandonan
las costas del mar Caribe como hbitat de las aldeas y se ocupan las laderas de la
montaa, al desarrollarse notablemente una tecnologa ltica que posibilit la
construccin masiva de terrazas de vivienda y de cultivo, y as adaptarse a las
32
frgiles condiciones ambientales de la Sierra. Es el perodo en el cual se empiezan
a construir la multitud de ciudades y aldeas, tpicas de la cultura Tayrona; es la
poca cuando se complejiza y especializa la vida social y poltica de las
comunidades ah asentadas; cuando se diversifica la economa con mayor
cantidad de cultivos; el comercio se vuelve una actividad importante no solo entre
ciudades y asentamientos de la Sierra, sino incluso hasta regiones tan distantes
como el altiplano cundiboyacense; y el desarrollo de mltiples actividades como la
cermica, la orfebrera, el tejido y la industria ltica que dejaron mltiples
evidencias por todo el territorio. Todo esto es lo que se conoce como la cultura
Tayrona, uno de los ms complejos desarrollos culturales encontrados por los
europeos en el actual territorio colombiano en el siglo XVI.
33
demuestra que a las sociedades de la Sierra, podramos ubicarlas dentro del
concepto de las sociedades hidrulicas12, uno de los rasgos constitutivos de
aquellas sociedades que se encuentran en camino hacia una estructura poltica,
similar al estado.
Sin embargo, para el caso de las sociedades Tayrona, existe una marcada
diferencia de aquellas sociedades denominadas bajo el rtulo de sociedades
hidrulicas. En trminos generales, las sociedades llamadas hidrulicas se
identifican por el uso y control del recurso agua por medio de complejas
infraestructuras (canales para el desvo de los cursos de las corrientes de agua,
almacenamiento, etc.) que incrementan la productividad agrcola. En el caso de la
Sierra, ms bien se dio un manejo del agua con un sentido ms de adaptacin a
las limitaciones que ella impona al desarrollo de estas sociedades, que al uso y
control del agua con fines econmicos. Es decir, la relacin con el agua estaba
matizada por la comprensin y convivencia armnica con ella, ms que a la
bsqueda del control para el usufructo de la poblacin asentada en el macizo.
... lo que ms deleitaba la vista era sus muchas plantas de races y maces,
batatas, yucas ames, ahuyamas, ajes, algodonales y las arboledas casi
todas frutales, ciertos manzanos, guamos, guimaros, mamones, guayabos,
ciruelos, curos, piones, pltanos y muchos otros fructferos y de madera
para sus casas y queman los bohos del Diablo, donde como dijimos arda
fuego toda la vida de lea olorosa que los tena estos caneyes y otros en que
guardaba sus joyas.13
12
Wittfogel, Karl A. 1957: Oriental Despotism, New Haven, Yale University Press. Traduccin de Francisco
Presedo, Despotismo oriental: estudio comparativo del poder totalitario; Guadarrama, Madrid 1966.
13
Fray Pedro Simn citado por SERJE, M en: Arquitectura y urbanismo en la cultura Tayrona. Boletn del
Museo del oro, n 19 Banco de la repblica, 1987.
34
Sierra Nevada que son resultado de una situacin generada por la colonizacin
europea.
De ah, uno de los Mama ms importantes del pueblo kggaba de hoy, dice que,
Todo este siglo, el XVII, se caracteriza por el ostracismo en el cual se sume toda
la regin. Este ostracismo debe ser analizado en el futuro inmediato, ya que es
muy poca la informacin que sobre este perodo existe. Pues, precisamente,
durante un largo perodo de ms de 150 aos, es cuando surgen los nuevos
poblados, las nuevas configuraciones sociopolticas, las nuevas sociedades
indgenas y no indgenas, las nuevas formas y modos de produccin que
determinarn el ordenamiento del territorio, las cosmovisiones y representaciones
que sobre el entorno social y ambiental an perduran en el tiempo: una montaa
sagrada para unos, un territorio inhspito, salvaje y de frontera para otros.
14
Mama Valencio Zarabata, 1997.
35
Durante los siglos XVI y XVII, otro tipo de asentamientos se configuran en el
territorio. Son los palenques de aquellos esclavos negros que escapaban de las
primeras haciendas y establecieron algunos poblados en las partes bajas de la
Sierra que estaban fuera del control colonial. Es el caso de poblados, como el
futuro Dibulla, en las riberas bajas del ro Jerez al norte de la Sierra; o es el caso
de algunas pequeas aldeas en la vertiente suroriental del macizo en el territorio
kankwamo.
Al igual que los palenques de esclavos negros cimarrones, se dio otro tipo de
poblados denominados rochelas, constituido por gente libre pero que se
encontraban fuera del control del estado colonial; es decir, no pagaban tributo, no
prestaban servicio militar ni exista ningn tipo de autoridad ante la cual rendir
obediencia. Incluso, en muchas ocasiones los arrochelados se unan a las fuerzas
rebeldes indgenas o cimarronas, en especial a los chimilas, para atacar los
territorios que se encontraban bajo el control espaol. En esa medida, la provincia
o gobernacin de Santa Marta fue durante todo el perodo colonial un territorio en
disputa, un territorio en un alto porcentaje fuera del dominio del estado colonial
espaol. Prcticamente, los alrededores de Santa Marta, Valledupar y Riohacha y
la regin de Ocaa y Ro de Oro al sur de la provincia, eran las nicas reas sobre
las cuales los europeos podan impulsar su modelo de vida.15 (Herrera, 2003)
Es a mediados del siglo XVIII, cuando el estado colonial, a partir de las reformas
borbnicas, decide impulsar una poltica coherente y a largo plazo, para garantizar
la integracin de la Sierra y los territorios adyacentes al engranaje de la provincia y
por ende, del virreinato. Para ello, la corona le encarga esta aplazada tarea al
Maestre de Campo Jos Fernando de Mier y Guerra, quien realiza una serie de
fundaciones por todo el territorio para, de una parte, integrar a las rochelas y
antiguos palenques a la estructura estatal (actividades productivas, pago de
impuestos, incorporacin de gente para las tropas, evangelizacin, etc.), y de otra,
controlar o destruir la resistencia militar indgena, en especial la de los chimilas
(ette ennaka). Estas fundaciones se concentraron en las riberas del ro Magdalena
y en la Sierra Nevada, sobre todo en el territorio del pueblo wntukwa, quienes en
algunas ocasiones se aliaban a los chimilas en sus incursiones guerreras. Hacia la
dcada de los setenta del siglo XVIII, se funda San Sebastin de Rbago, hoy
Nabusmake, en pleno corazn del mundo wntukwa (Herrera, 2003).
Hacia esta misma poca, se realiza por parte de clrigos que acompaaban las
huestes de Mier y Guerra, la creacin de parroquias en territorio de los kggaba y
de los Wiwa (San Miguel, San Francisco, San Antonio, entre otras). Sin embargo,
15
HERRERA, M. Ordenar para controlar. Ordenamiento espacial y control poltico en las llanuras del Caribe
y en los Andes Centrales neogranadinos. Siglo XVIII. ICANH Academia colombiana de Historia. Bogot,
2002.
36
stas al poco tiempo son abandonadas. Cosa distinta pas con San Sebastin de
Rbago, donde aparte de los religiosos, tambin llegaron colonos venidos de
Valencia de Jess (cercana a Valledupar), algunos de los cuales deciden
establecerse e introducen el ganado, sobre todo las ovejas, el trigo y la caa de
azcar, productos que transformarn la economa indgena y, por supuesto, las
condiciones ecolgicas del entorno de la vertiente sur y suroriental de la Sierra. Es
la poca en que se empiezan a consolidar asentamientos como el futuro Pueblo
Bello en la cuenca media alta del ro Ariguan, pues era una de las zonas de
refugio de los chimilas luego de sus incursiones militares16.
1.4 LA REPUBLICA.
Esta era la situacin, a grandes rasgos, de la relacin entre los pueblos indgenas
y la sociedad nacional al darse la conformacin de la repblica en los inicios del
siglo XIX. Con la constitucin de la repblica en sus diferentes denominaciones, se
desarrollan nuevas estrategias de ordenamiento territorial, bajo las diversas
figuras polticas como son los departamentos, los estados (en el perodo
federalista) y las provincias, las cuales no cambiaron las visiones y estrategias que
en el pasado haban existido sobre la Sierra. Es a partir de la segunda mitad del
siglo XIX cuando una oleada humana se remont hacia la Sierra, encabezada por
exploradores y viajeros quienes quedaron extasiados con su belleza. Algunos,
como el padre Rafael Celedn pensaban en establecer misiones; otros, como el
gegrafo francs Elise Recls, queran establecer colonias anarquistas; los
dems, como el conde francs Joseph De Brettes, pensaban en las posibilidades
econmicas que traera la explotacin de sus recursos con colonos europeos.
Estos exploradores, cientficos y viajeros impulsaron una nueva mirada sobre la
Sierra: una frontera ya no tan inhspita, sino con incalculables medios para
impulsar el progreso de la regin por los desconocidos recursos y posibilidades
que la montaa podra brindar, siempre y cuando estuviera ocupada por
poblaciones proclives a la explotacin de los recursos para la exportacin de
materia prima y la acumulacin de capital. Todo ello, bajo la lgica de un estado
liberal.
16
Ibid, 2003
37
evangelizacin de la poblacin aborigen. Para ello, se desarrolla una estrategia
sustentada en la creacin de internados al interior de los territorios controlados por
los indgenas. Es el caso de los internados17 de Atnquez, El Rosario y la Sierrita
por los misioneros capuchinos hacia el ao de 1875, que generaron un intenso
proceso de mestizaje y cambio cultural, al traer indgenas de pueblos diferentes a
los de la Sierra (wayu y yukpas) a estos internados, y enviar indgenas de la
Sierra hacia otros internados indgenas fuera del macizo. A su vez, estos
internados favorecieron la llegada de nuevos colonos no indgenas, hacia los
territorios indgenas de la Sierra.
De otra parte, a orillas del ro Garavito, hacia las mismas fechas (1875), colonos
provenientes de Dibulla en la Guajira, ocuparan por casi cien aos la cuenca
media construyendo el asentamiento de Pueblo Viejo, empujando a los kggaba
hacia otras cuencas de la Sierra18. Este proceso de colonizacin se dio de manera
espontnea, a diferencia de los intentos observados en otras regiones de la Sierra.
Durante esta larga colonizacin se introdujeron nuevas instituciones polticas
dentro del territorio, como la Inspeccin de Polica asentada en Pueblo Viejo
estando siempre en manos de los colonos dibulleros. De igual manera, prcticas y
relaciones desiguales se asentaron entre los colonos y los indgenas, tales como
el endeude, la introduccin de cultivos como el caf y sobre todo, la introduccin
del consumo del chirrinchi (ron de caa destilado en alambiques por los colonos),
todas ellas generando fuertes trastornos y cambios sociales, territoriales y
culturales que incidieron peligrosamente en la vida cotidiana y poltica de los
poblados kggaba de la vertiente norte de la Sierra.
17
Comunicacin Personal Cayetano Torres (2004), Julio Barragn (2005), Mama Valencio Zarbata (1998)
18
Reichel - Dolmatoff.G. Contactos y cambios culturales en la Sierra nevada de Santa Marta, Instituto
Etnolgico Nacional, Bogot, 1954
38
de la Sierra (de hecho las dos primeras llegaron y cultivaron antes que la United)
Con la llegada de estas compaas, tambin llegan ciudadanos norteamericanos,
caso de la familia Flye, quienes inician las primeras plantaciones cafeteras
tecnificadas en el pas en la serrana de San Lorenzo, en las vecindades de Santa
Marta.
En los comienzos del siglo XX, hacia el ao de 1916, ocurre otro elemento
perturbador en las cada vez ms crecientes relaciones entre los pueblos
indgenas, la sociedad no indgena y el estado nacional. La llegada de la misin
Capuchina a Nabusmake (San Sebastin de Rbago), centro principal del pueblo
wntukwa (Arhuaco), por mandato del gobierno central encabezado por el
presidente Jos Vicente Concha, tena por encargo la evangelizacin de la
poblacin indgena, y por lo tanto, su ya demorada incorporacin a la nacin. Por
ello, una de sus tareas principales fue promover la realizacin de matrimonios
entre indgenas de culturas diferentes (wayu con wntukwa, por ejemplo) y atrajo
colonos del valle del ro Cesar y de la Guajira, impulsando el mestizaje.
39
wntukwa, como Vicencio Torres Mrquez, la conformacin de las primeras
organizaciones indgenas intertnicas, como la Liga Indgena en los aos treinta
del siglo XX, que cont con la colaboracin parcial de algunos lderes sindicales,
que huyeron de la masacre de las bananeras del ao de 1928.
En los aos cuarenta y cincuenta del siglo veinte, una nueva colonizacin de
campesinos que llegaron del interior del pas huyendo de la violencia poltica
generada por la guerra civil que desangr a Colombia, se asientan, sobre todo en
la vertiente occidental de la Sierra, desplazando los asentamientos kggaba, como
es el caso de San Andrs, para fundar nuevos poblados, como es el caso del
corregimiento de San Pedro de la Sierra. Detrs de estas colonizaciones se
expanden los cultivos de caf, y se acelera la guaquera como una actividad que
afecta gravemente a las culturas indgenas. Durante este perodo se consolidan
los diferentes asentamientos y poblados campesinos asociados a la economa
cafetera. Es el caso de Minca, El Campano y La Tagua (en las cercanas de Santa
Marta), de Pueblo Bello y Nuevo Coln (en la vertiente sur), San Javier, Palmor y
Santa Clara (en la vertiente occidental). En su gran mayora son campesinos
provenientes del interior del pas, sobre todo del eje cafetero, del Tolima, Boyac y
del Valle del Cauca. Paralelo a ello, se construyen la gran mayora de los
carreteables que intensifican las relaciones del interior de la Sierra con los centros
urbanos adyacentes a ella. Esta dinmica se vena dando de tiempo atrs en la
vertiente suroriental, con procesos de colonizacin asociados a la ganadera hacia
el interior del territorio del pueblo Wiwa. Para estas dcadas, en el caso del pueblo
kankwamo, se acelera el proceso de asimilacin a la economa de mercado,
trayendo como consecuencia un intenso cambio cultural, que se demuestra en la
prdida de la lengua y de las formas tradicionales de ejercicio de la autoridad.
40
culturas de los cuatro pueblos, el ecosistema y la convivencia entre las distintas
sociedades que se han ido estableciendo en la Sierra.
Para consolidar esta economa ilcita, aparecen los primeros grupos armados que
rpidamente toman el control de las partes medias del macizo, sobre todo en las
vertientes norte y occidental. Es el caso del grupo conocido como Los Chamizos,
41
que controlaba hacia la dcada de los ochenta, las cuencas de los ros Piedras,
Manzanares, Gaira, Guachaca, Mendihuaca y Buritaca, lo mismo que algunos
sectores urbanos de Santa Marta. Estas bandas se transformarn en los noventa
en las Autodefensas Campesinas del Magdalena y la Guajira y en los primeros
aos del actual siglo, en el Bloque Resistencia Tayrona de las AUC. Proceso
similar de violencia se gesta en las otras partes de la Sierra, con la aparicin de
los frentes guerrilleros 19 y 59 de las FARC, del frente Manuel Vsquez Castao
del ELN y otros dos frentes del EPL. Inicialmente el escenario de los conflictos
armados o de la presencia de estos diversos grupos, es en medio de las
comunidades campesinas, quienes sufren durante todas estas dcadas el control
de sus vidas por la violencia. A finales del siglo XX y durante lo que va corrido del
presente siglo, son los territorios indgenas los que tienen como invasores a los
grupos armados con sus cada vez ms aterradoras tcticas de guerra.
42
extraas y complejas situaciones y representaciones simblicas a las cuales se
ven abocados. Es interesante observar la evolucin en estos ltimos aos de
estas relaciones, pues al comienzo (aos setenta y parte de los ochenta) las
propuestas que venan de la institucionalidad estatal, vean a los pueblos
indgenas como objetos signados por la pobreza, de ah la urgencia de impulsar
programas de desarrollo en salud, educacin y produccin, que permitiera
incorporarlos a los beneficios del aparataje gubernamental. Incluso, en muchas de
las actas primeras de las organizaciones indgenas, tambin se observa el mismo
sesgo, es decir, la peticin del asistencialismo, la construccin de infraestructura
para la educacin, el saneamiento bsico y la salud, la capacitacin y la
introduccin de nuevos renglones productivos.
43
Hoy en da es interesante ver, cmo desde la poltica planteada por el CTC, los
indgenas se mueven en el terreno de las reivindicaciones territoriales,
proponiendo un modelo de uso y manejo basado en las figuras definidas de
tiempo atrs, es decir, la conservacin ambiental y cultural. Mientras que desde
algunos sectores del estado y de los gremios econmicos, la propuesta se dirige
hacia una concepcin del territorio desde la tasacin de los bienes y servicios
ambientales que brinda el macizo. Mientras que desde los sectores campesinos,
se plantean, de manera desordenada, propuestas de reubicacin territorial en
regiones realmente aptas para la produccin en trminos de una economa
campesina. En este ltimo sector, se mueven diversos intereses, pues la
presencia de los cultivos ilcitos y del conflicto armado ha deteriorado los procesos
iniciados en la dcada de los aos ochenta del siglo XX. Se encuentra este sector
en un proceso de destruccin del campesinado, transformndose en nuevos
pobladores urbanos incorporados a las dinmicas de las ciudades del piedemonte
(Santa Marta, Guachaca, Mingueo, Camarones, Rioacha, El copey, La paz,
Valledupar, Bosconia, etc.) en crecimiento articulndose a los circuitos que se
crean con el turismo, los biocombustibles, y la explosin portuaria como nuevos
derroteros del desarrollo regional y nacional.
44
CAPITULO 2
2. AGUA, CRISIS AMBIENTAL Y FRACTURA DE UN MODELO: HACIA LA
CONSTRUCCION DE UNA ANTROPOLOGIA DEL AGUA EN TIEMPOS
DE DEFICIT HIDRICO.
19
JOURAVLEV, A. Administracin del agua en Amrica Latina y el Caribe en el umbral del siglo XXI.
Serie recursos naturales e infraestructura. Naciones Unidas Cepal, Eclac. Santiago de Chile, 2001.
45
econmicos, sociales, culturales y humanitarios, en el uso y manejo del agua se
ven reflejadas estas transformaciones tanto en la pequea escala local y regional,
como en la gran escala nacional o supra nacional.
El agua a pesar de ser un recurso renovable, dado el ciclo hidrolgico que vemos
claramente en la relacin entre la Sierra y el mar; se encuentra amenazada por
modelos de desarrollo que han llevado a que aumente la demanda del recurso por
el aumento de la poblacin (consumo humano) y por el uso irracional de ella en
procesos industriales relacionados con la explotacin de otros recursos y la
fabricacin de nuevos productos de masivo consumo (industrias de alimentos y
alta tecnologa, consumo masivo de energa elctrica, etc.), adems de la
contaminacin de los acuferos por vertimientos qumicos y orgnicos , sumado a
la salinizacin de los mismos por mal manejo y sobre explotacin. Tambin los
efectos del cambio climtico global empiezan a manifestarse en todas las latitudes
del globo, como son el efecto invernadero, el fenmeno del nio y la nia y sus
consecuencias en el comportamiento de los ciclos del agua en el orbe. En el caso
de la Sierra Nevada de Santa Marta es ms crtico dado el descongelamiento20 de
las nieves perpetuas21, el aumento del nivel del mar y el cambio en los ciclos de
lluvias y estiaje alterando los calendarios agrcolas de las poblaciones campesinas
e indgenas que deviene su supervivencia de las cosechas de sus rozas, cultivos
de pancoger y cultivos de caf y cacao entre otros. Por todo lo anterior en el
mundo se viene hablando desde hace ya cuatro dcadas del desarrollo sostenible
como una manera de afrontar la crisis ambiental y plantearse alternativas a
algunos de los problemas arriba enunciados.
Las diversas visiones del agua estn inmersas en las visiones de naturaleza y
desarrollo que tienen los diferentes actores que definen los usos y manejos del
20
"Los datos de cambio de rea glaciar en Colombia indican una rpida deglaciacin especialmente en las
tres ltimas dcadas, con prdidas de 3 a 5% de cobertura por ao y retroceso del frente glaciar de 20 a 25
metros por ao. De persistir el calentamiento atmosfrico y las tendencias actuales de derretimiento, es
probable que en tres o cuatro dcadas los nevados colombianos estn extintos o tan solo exista una muy
pequea masa glaciar en los picos ms altos (Ideam, 2009)" En:http://nevados.org/index.php/es/articulos-e-
informes/46-calentamiento-global/270-avanza-el-cambio-climatico-y-el-deshielo-de-los-glaciares-en-
colombia.
21
En la SNSM entre 1930 y 1950 se ha perdido un 27% de glaciar, entre 1950 y 1980 un 20% y entre 1980 al
2009 se ha perdido un 64% Segn el Estudio del IDEAM (2009) En: 2 Comunicacin Nacional ante la
Convencin Marco de las Naciones Unidas Sobre el cambio climtico. IDEAM, Ministerio de Ambiente,
vivienda y desarrollo territorial, PNUD, GEF, Bogot 2010.
46
territorio. Por lo tanto haremos un repaso sobre estas visiones, sus tensiones,
encrucijadas y algunos elementos que nos darn la base para comprender las
complejas relaciones entre el uso y manejo del agua en un territorio regido por
mltiples actores, autoridades y normas; y en constante disputa por su
administracin y gobierno.
Y en otra ocasin:
47
Mi hija saba que los pjaros hablaban y algo decan, pero la ignorancia de nuestra
sociedad no nos haba desarrollado la capacidad de entender estos otros
lenguajes. Mientras pensaba esto, yo solo recordaba a diferentes indgenas de la
Sierra, del Magdalena, del Putumayo, del Cauca y de otras regiones del pas que
saben interpretar el lenguaje de los pjaros, del cuerpo, de los sueos, del agua y
anuncian lo que va pasar o lo que pas en otros lugares distantes. Este recuerdo y
la pregunta de mi hija me sitan en el centro de lo que poco a poco he ido
comprendiendo sobre lo que queremos decir cuando hablamos de visiones de la
naturaleza.
Las visiones de naturaleza son modelos desarrollados por las sociedades para la
comprensin y manejo del mundo que les rodea. Estos modelos son tanto tericos
como prcticos pues ante todo los humanos los construimos para poder hacer uso
de un lugar para vivir. Estos marcos terico-prcticos ayudan a ordenar las fuerzas
de la naturaleza y las fuerzas sociales para facilitar el manejo de sus territorios a
una sociedad. (Earls y Silverblatt citado por Sherbondy, 2003). Las visiones de
naturaleza nos hablan de las diferentes formas de apropiacin de la misma. Dice
Descol en su introduccin de la Selva Culta:
48
explicando por la lgica racionalista, utilitarista y desnaturalizada de las emociones
humanas.
22
Conocimiento filosfico de las leyes generales que rigen el mundo fsico. (Diccionario, 587)
23
Ciencia que trata del origen y evolucin del universo.
24
Manera de ver e interpretar el mundo.
25
Trmino acuado por Barragn, Julio en 1998 y se refiere a la ciencia indgena de explicar, comprender los
principios bsicos de establecimiento de las relaciones espirituales y materiales de los seres humano con el
entorno en el que viven, en este caso la Sierra Nevada de Santa Marta y los cuatro pueblos indgenas. Los
principios son Yuluka (estar en armona), Zhigoneshi (principio de reciprocidad y colaboracin que permite el
equilibrio), Shibacks (Lnea Negra)
49
entendemos las representaciones e interpretaciones que tienen del mundo, las
concepciones sobre la naturaleza, las personas, la sociedad, el tiempo y el
espacio de cada pueblo. En la cosmovisin se agrupan las ideas sobre el orden y
el cambio (Geertz, 1973). Son modelos para comprender y explicar lo que sucede
a diario y tambin son modelos orientadores de la accin. Si bien las visiones de
mundo son sistemas complejos de representacin, de esa visin de mundo, nos
interesa de manera particular las concepciones sobre naturaleza, dado que en ella
encontraremos las representaciones, concepciones, significados del agua y el
territorio ntimamente ligados en las prcticas culturales. Dado que:
50
Ulloa menciona en su libro La Construccin del Nativo Ecolgico, diferentes
procesos que han llevado a delimitar y posicionar ciertos discursos y sistemas de
representacin al respecto de las nociones de naturaleza. Por un lado, las
nociones monistas en las cuales los discursos se estructuran desde la idea de
integralidad e interrelacin con la naturaleza; por otra parte, las nociones dualistas
que se estructuran desde la oposicin naturaleza y sociedad, en donde la primera
es externa y objetiva, por lo que desde esta nocin se deriva hacia discursos del
desarrollo sostenible y la biodiversidad; por otra parte, la tensin existente entre
las visiones de conservacin y proteccin de la naturaleza versus la
comercializacin de la misma (Ulloa, 2004: 337).
Estas dos nociones las encontramos fcilmente en los discursos que circulan para
definir y delimitar la Sierra como objeto de conservacin, de explotacin, de
ordenamiento o de paz.
51
La Sierra Nevada de Santa Marta es la montaa litoral ms alta del mundo
(5775 msnm). Ubicada al nordeste del Caribe colombiano, comprende buena
parte de los departamentos de Cesar, Magdalena y Guajira. En ella existen
15 municipios, 4 resguardos indgenas, 2 parques nacionales naturales y
poblaciones campesinas. Por su ubicacin y conformacin geogrfica en la
Sierra se encuentran 7 ecosistemas (entre marinos, costeros, bosques
tropicales, etc.), los cuales presentan gran biodiversidad y endemismos.
Tambin se hallan sitios arqueolgicos de culturas aborgenes quienes
desarrollaron tecnologas y asentamientos coherentes con el carcter
ambiental de este territorio. En su rea de influencia se encuentran ubicadas
las tres capitales departamentales. Por su riqueza, diversidad natural y
cultural la Sierra fue declarada en 1969 Reserva de la Biosfera y es hoy unos
de los complejos ecosistmicos que mueve intereses locales, regionales,
nacionales e internacionales. Pueblos indgenas, campesinos y colonos,
gremios agroindustriales, multinacionales del agua, carbn, acero, ONG
ambientalistas, cientficos, turistas, estado, grupos guerrilleros, paramilitares,
narcotraficantes, la banca multilateral y la burocracia del desarrollo (planes,
programas y proyectos) se dan cita en diferentes escenarios de esta
montaa sagrada o corazn del mundo (Aja Eslava, 2004: 1)
Por otra parte hay otras formas de representacin que con pretensiones de
objetividad describen el territorio desde los lentes de la ciencia occidental:
52
circundan. El flanco norte bordea el Mar Caribe desde las tierras planas y
ridas del sur de la pennsula de la Guajira hasta los alrededores de Santa
Marta, en la desembocadura del ro Manzanares; el flanco occidental limita
con el mar Caribe, la Cinaga Grande de Santa Marta y la planicie aluvial del
ro Magdalena, desde la desembocadura del ro Manzanares hasta la
poblacin de Bosconia. Finalmente, el flanco oriental que est enmarcado
por los valles de los ros Cesar al sur y Ranchera al norte, entre Bosconia y
la poblacin de Cuestecitas26
Lo que en algn momento de los aos ochenta, en los debates de las ciencias
sociales se denomin la crisis de la representacin, alude a que las realidades
locales actuales estn desbordando las coordenadas desde las cuales
tradicionalmente nos ubicbamos en el mundo.
26
FUNDACIN PROSIERRA NEVADA DE SANTA MARTA, MINAMBIENTE, UAESPNN, TNC,
USAID, Embajada del Japn, Evaluacin Ecolgica Rpida, definicin de reas crticas para la conservacin
en la Sierra Nevada de Santa Marta, FPSN, Bogot, 1999. Pp 13.
53
porvenir sin ayuda de Dios, la autonoma del hombre es la libertad para
fabricar sus leyes (Grisales, 2006: 6).
El desarrollo, heredero de las ideologas evolucionistas del siglo XVIII y XIX fue
instaurado como modelo para fundar un orden social a travs de la construccin
de mecanismos y estrategias econmicas para la transformacin de los mundos y
territorios tradicionales en espacios donde se respirara la civilizacin. Carreteras,
acueductos, electrificacin, escuelas, puestos de salud, poblados urbanos,
mercados de alimentos fueron smbolos de la salvacin que traera consigo el
desarrollo. A la vez que surga la solucin se creaba el problema, la pobreza
surga como categora patolgica para denominar a cantidades determinadas de la
poblacin mundial que sufran de la enfermedad de la ignorancia, la baja
productividad, el desorden y el caos, diagnstico llamado subdesarrollo (Escobar,
1996). Se empezaron a crear lazos de significado, como por ejemplo, que lo
moderno es ms eficiente y eficaz que lo tradicional, que solo hay una va posible
y correcta de salvacin la cual es el desarrollo, que la planeacin es la manera de
encauzar el cambio social hacia los fines deseados por la sociedad, que la
democracia es la mejor y nica manera apropiada de gobernar los estados.
Encadenamientos que han producido crceles de significado para quienes son
diferentes en trminos culturales, sociales, polticos y religiosos, al punto que la
diferencia hoy se sataniza o se tacha de terrorismo.
En la Sierra hemos visto desfilar todas las versiones del desarrollo. Desde la
comuna anarquista de los compatriotas de Elise Recls que no pudieron superar
las inclemencias de la malaria; el desarrollo capitalista con economas de enclave,
como los establecidos por empresas como la United Fruit Company, que desde
1890 se apropi de cuatro de los treinta ros de la Sierra para el cultivo de banano
en la pequea repblica bananera realista y provincial de Santa Marta; el
ecodesarrollo propuesto desde el Estado con apoyos de pases europeos; el
desarrollo sostenible propuesto desde la cooperacin internacional (GTZ, Unin
Europea), las agencias multilaterales como el Banco Mundial y el Banco
Interamericano de Desarrollo y las ongs ambientalistas como la Fundacin Pro
Sierra Nevada; y, ahora, la imagen de los indgenas y especficamente los de la
Sierra como nativos ecolgicos (Ulloa, 2004) que deben ser manejados (su
historia, sus territorios, sus saberes) como patrimonios de la humanidad. Esto
ltimo como estrategia de la ecogubernamentalidad propia de la globalizacin del
discurso ambientalista; en donde los territorios y saberes indgenas estn en el
borde de ser reconvertidos tambin en capital (econmico, humano, biocapital).
54
La forma como estos procesos se van tejiendo puede ser entendida cuando se
intenta comprender la relacin entre diferentes sucesos sincrnicos y
aparentemente independientes, pero que con las vueltas que da el mundo,
empezamos a percibir como todo est siendo parte de un mismo sistema complejo
de representaciones, poderes, conocimientos, relaciones. Por ejemplo, el 18 de
noviembre del 2003, en la ciudad de Miami se firm la carta de iniciacin de las
negociaciones sobre el tratado de libre comercio entre los Estados Unidos y
Colombia. Mientras, en el hotel Irotama de Santa Marta, Colombia; se daba inicio
a la Conferencia Internacional de Bosques, cuyo tema central gir en torno a la
implementacin del Plan Nacional de Desarrollo Forestal, en el cual los bosques
de Colombia se explotarn como una industria que cumple mltiples funciones
para el servicio del desarrollo sostenible. Simultneamente en un saln de la Casa
Indgena de Santa Marta, se discutan los ajustes a un acuerdo entre el gobierno
colombiano y las autoridades indgenas de los cuatro pueblos de la Sierra Nevada
de Santa Marta, unificados en el Consejo Territorial de Cabildos, para hacer viable
un ordenamiento territorial del macizo montaoso, desde los principios indgenas
de la Ley de Origen y los derechos constitucionales que respaldan la
consolidacin territorial y la autonoma del gobierno indgena.
55
2.2. EL DESARROLLO SOSTENIBLE: ORIGEN DEL CONCEPTO,
TENDENCIAS Y EVOLUCION.
El desarrollo sostenible tiene una vieja gestacin. Economistas y filsofos del siglo
XIX como Smith, Ricardo, Hegel y Marx, y del siglo XX como Keynes, se
preguntaban por la generacin de la riqueza, la distribucin de los recursos en la
poblacin, el logro del bienestar y la felicidad (Snchez, 2003)27. Estas preguntas
se respondan desde perspectivas evidentemente tcnicas, como mejorar la
tecnologa para aprovechar mejor los recursos escasos, hasta apostarle a la
transformacin ideolgica (problema evidentemente moral) a travs de la toma de
conciencia y la lucha por la libertad. Ya para 1972 en la conferencia de Estocolmo,
se consideraba que
27
Notas de Clase, Maestra en estudios del Caribe, Ciclo I, modulo ambiente.
28
El analfabetismo, la desnutricin y la carencia de servicios bsicos se consideran como los problemas del
tercer mundo.
56
hacia un desarrollo cualitativo (Goodland, 1992: 42). Cumpliendo estas premisas
se podra llegar a
29
Corredor, Jorge. Inventario de los problemas ambientales marinos en la regin del mar caribe. Universidad
de Puerto Rico, Departamento de ciencias marinas, Mayaguez, 1990.
57
hoy no robarles el futuro a nuestros hijos, a veces no permite ver, que el
fundamento del desarrollo sostenible an se encuentra anclado en las
concepciones liberales del crecimiento econmico capitalista. El desarrollo, como
patrn cultural, se puede considerar como una creencia occidental de tipo
religioso; as lo enuncia Gilbert Rist:
Existe sin embargo, en medio del avance de la aplanadora del desarrollo vestida
de verde sostenible, otras tendencias tambin en los mbitos globales, que es la
de reconocer la precariedad del paradigma econmico del neoliberalismo, en
58
donde se puede seguir creciendo econmicamente al infinito y que se requieren
medidas locales, sustentables, acordes a las geografas, idiosincrasias y sueos
de los ciudadanos comunes, de los pueblos. All se encuentran los movimientos
antiglobalizacin, los movimientos ecolgicos alternativos, los movimientos
indgenas, los movimientos de mujeres, los movimientos de gay y lesbianas, los
movimientos de los sin tierra, los movimientos por ver el agua como un derecho
humano, entre otros.
59
exportacin, sobre todo, el azcar, en menos extensin tabaco y caf,
colorantes y, desde el principio de la revolucin industrial el algodn ms que
nada. ste formaba por ello parte integrante de la economa europea y, a
travs de la trata de esclavos de la africana (Hobsbawn, 1997: 21).
Si en el siglo XVII y XVIII este sistema implic la mano de obra africana, los
recursos de las tierras americanas y el capital europeo, hoy el modelo se ha
expandido y tiene como centros de su explotacin los recursos energticos de
Medio Oriente, Venezuela, Colombia, la biodiversidad del Amazonas, el agua de
Amrica latina, la mano de obra en especial femenina de pases centro
americanos, caribeos, asiticos, suramericanos, y con el capital financiero y
tecnolgico de Estados Unidos, la Unin Europea y algunos asiticos (Japn y
China) pero ahora gestionados desde corporaciones transnacionales y protegidos
por los estados en crisis.
Pero este sistema entra en crisis y debe enunciar un nuevo camino para la
economa mundial. Por ello, en 1992 se habla de manera explcita sobre los
lmites del crecimiento y el futuro de la Tierra, en la Cumbre de la Tierra en Ro de
Janeiro, Brasil, en el ao 1992. A partir de ese ao, en los pases de Amrica
Latina y en especial en los del Caribe, se da la creacin de ministerios y entidades
gubernamentales para la defensa del desarrollo sostenible; la incorporacin de
este concepto en las constituciones polticas y legislaciones ambientales y el
comienzo de la operativizacin del concepto de desarrollo sostenible. Diez aos
despus (2002), en Johannesburgo, Sudfrica, hay un descontento generalizado
porque, como escribe Alberto Souviron, para BBC Mundo:
30
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/por_un_desarrollo_sostenible
/newsid_2207000/2207620.stm.
60
Estas faltas de acuerdo, no son slo entre los pases, las organizaciones y las
personas; tiene que ver con las diferentes naturalezas que estn en juego. La
naturaleza orgnica precapitalista en la que todava viven muchos pueblos
indgenas, campesinos y afroamericanos; la naturaleza capitalista que se inaugur
con las plantaciones esclavistas y hoy siembran desiertos verdes o plantaciones
forestales para el secuestro de carbono, y la post naturaleza, esa que crean en los
laboratorios con semillas transgnicas resistentes a las plagas, a la ausencia de
agua, al glifosato, etc. (Escobar, 1999) y que pretenda vender Estados Unidos en
toda Amrica con el ALCA y que lo va a hacer a travs de los tratados bilaterales
con pases como Colombia.
61
cambios, dinmicas, tensiones, contradicciones y conflictos. Es decir que estas
visiones no son estticas y se producen, transportan, actualizan y recrean
constantemente.
Los Pueblos Kogui, Iku, Wiwa y Kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta,
no es cada uno por s slo. Cada pueblo est en relacin con el otro, dado que
cada uno es el encargado de sostener uno de los cuatro puntos cardinales de la
Sierra y de cuidar los vientos, las tierras, los fuegos, las aguas de stos (Ferro,
1998; Reichel-Dolmatoff, 1965; Barragn, 1998). Y ahora no es simplemente las
relaciones interculturales dentro del mundo indgena, sino tambin las relaciones
interculturales con el mundo no indgena que ocupa e incide en el territorio. Por
ejemplo,
La naturaleza para los Kggaba, tiene un orden claro y riguroso. Tiene una
historia y unos orgenes. Cada cosa y cada ser de la naturaleza tienen su
madre y su padre, sus dueos y su misin de servicio (Palabras de Mama,
1997: 5)
Para comprender lo que representa y significa el agua para los cuatro pueblos
indgenas que habitan la Sierra, es necesario adentrarse en el significado mismo
de la naturaleza, el territorio Sierra Nevada- Corazn del mundo y la manera
como este orden del cosmos, ordena tambin el mundo social, econmico,
poltico.
62
bajas, interiores y exteriores, femeninas y masculinas, es la misin que
segn los Mamus, cada iku debe asumir como miembro de su grupo (Ferro,
1998: 27).
Lo anterior no es solo vlido y vigente para los Arhuacos sino que para los cuatro
pueblos indgenas de la Sierra:
31
Son lugares del territorio en donde se encuentra la autoridad, las normas, el poder. El conocimiento y
cuidado de estos sitios estn asignados a cada pueblo e incluso a algunos individuos (mamas) y sus grupos
(linajes)
32
Es la nocin que relaciona los diferentes sitios sagrados o lugares de poder y que definen el carcter del
territorio, le da cuerpo y sentidos a la madre. Los sitios sagrados intercomunicados por los rituales, trabajos
espirituales y pagamentos que hacen los mamos, cumplen funciones
33
Casa ceremoniales en Koguian.
63
en el mar, incluso con la Madre de todas las aguas, la gran laguna que es el
mar (Resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco - Fondo para la accin ambiental,
2005: 20).
Veamos algunos casos de las ideas de totalidad e integralidad. En los mitos, las
narraciones actualizadas de los indgenas y en las enseanzas de los Mamas a
sus vasallos y al hermanito menor nos cuentan sobre cmo ven las relaciones
entre el mar y las lagunas, por ejemplo:
64
acueducto. La laguna es como la madre del mar, de las quebradas. En el mar
es donde tenemos la sal, los peces, y todo lo que nos sirve para hacer
pagamento. Nosotros tambin somos como los peces, si se seca el agua
morimos tambin. Nosotros somos como los hijos del mar, de la playa. Del
mar se sacan las conchas para la cal. Y con el poporo, con el sugi, el
hermano mayor se comunica con Kalguasiya, con Sernkwa. Por eso el mar
es muy sagrado. Nosotros hacemos pagamento para esta agua. Pero cuando
baja la recogen, la venden. Esto tambin hace mucho dao a la madre la
debilita. Si pagan el acueducto en las ciudades, cmo no pagar tambin a la
laguna? Mizubalzhiwa significa donde est la Madre del agua (Palabras de
Mama Fiscal Inkimaku de Makotama, 1997: 25).
La totalidad de la que se nos habla, la Madre como todo, donde est todo lo que
sirve, por la que debemos pagar para restituir el desequilibrio es la totalidad de la
dimensin sagrada. En esta dimensin, la Madre, la laguna, el ro efectivamente
es la vida, el alimento. No es una simple representacin. La totalidad como
dimensin sagrada, parte de reconocer la interrelacin que hay entre todos los
seres del planeta, de la Sierra, de la Naturaleza. El Mama como estudioso de la
Ley de Origen, como observador de su entorno, como especialista de lo sagrado
ayuda a interpretar los signos que esa totalidad le muestra, si llueve, si no llueve,
ayuda a que la interconexin dada de por si en la naturaleza se mantenga a travs
de los pagamentos y el cumplimiento de los rituales (bautizo, entrega de poporo,
matrimonio, mortuoria, preparar las siembras, preparar el ayo, las cosechas, la
construccin de los asentamientos, etc.) Este conocimiento tradicional del Mama
se ha construido a travs de miles de aos de observacin y convivencia en un
territorio. Del relato anterior resalta la profunda conciencia que se tiene por
ejemplo del ciclo hidrolgico (mar-nube-lluvia-ro-laguna-mar) y como nuestra
oficio es ayudar a que se siga cumpliendo dicho ciclo.
65
La tierra, la que nos fue dada desde el origen, es la que sustenta nuestra
convivencia, nuestra razn de ser como indgenas nativos de la Sierra, en
ese territorio estn las normas, que como portadores de una cultura
determinada, debemos cumplir. Todos y cada uno de los sitios donde est
nuestra historia, son los que componen lo que denominamos como territorio
propio, como espacio sagrado que alimenta y fortalece, y nos da la existencia
en este planeta. Por lo tanto, este espacio es propio de todos y cada uno de
aquellos pueblos a los que la Madre espiritual les encomend unas misiones
especficas, que debemos cumplir y que tan solo se pueden concretar en el
espacio denominado Umunukunu (Sierra Nevada). En ltimas, el territorio es
donde estn escritas y sembradas las Leyes y la Historia desde siempre, sin
las cuales no seramos pueblos con culturas diferentes (CTC, 2003: 3)
66
2.3.1.2 El principio de la Integralidad en lucha con la homogenizacin de la
globalizacin econmica.
34
En los mitos de origen el Mundo es un huevo que est sostenido por cuatro pilares, cada pilar es uno de los
pueblos de la Sierra, un hombre que carga en su hombro un poste. La Madre es la encargada de cuidar a estos
cuatro hombres para que sigan cargando al Mundo. Ellos cinco (La Madre y los cuatro Pueblos estn sobre
una gran piedra que flota en el Mar).
67
En definitiva se puede decir que para la sociedad indgena las nociones de
naturaleza se encuentran dentro de un rgimen orgnico, entendido este as:
68
primeras sociedades agrcolas, como una necesidad de racionalizar la
produccin de la tierra a travs de un sistema de mediciones, se desarrolla el
conocimiento matemtico de sus relaciones abstractas. Desde entonces, un
objeto de trabajo se convierte tambin, en objeto de un saber emprico y de
un conocimiento conceptual (Leff, 1998: 22)
69
En la visin de mundo de las sociedades no indgenas presentes en la Sierra, ya
se evidencia la idea de escisin de la totalidad y la ruptura de esta nocin, por
cuanto prevalece la idea dualista de naturaleza y sociedad como entidades
separadas y que se expresa en las formas de hablar y representar el territorio as
como en las formas de manejo del mismo.
En el conocimiento bunachi (no indgena), que desde las pocas de los viajeros,
exploradores, comerciantes del siglo XIX y de los tcnicos, ambientalistas,
funcionarios de estado, planificadores, cientficos (bilogos, eclogos, hidrlogos,
gegrafos, antroplogos, etc.) de los siglos XX y XXI, han construido todo un
complejo de representaciones sobre lo qu es la Sierra, unos para promover su
conservacin y otros para promover su desarrollo y, en ellas, encontramos las
nociones de totalidad y, a la vez, la idea y la nocin de escisin.
70
sociedad y dentro de l la segmentacin del mismo en provincias, regiones,
departamentos y municipios hasta llegar a los corregimientos, veredas, barrios,
casas, cuerpos individuales. Como un juego de muecas rusas en nuestra visin
de mundo existe, en diferentes mbitos, la idea de totalidades que se representan
en nociones como la de cultura como un complejo total de acciones organizadas,
sentidos, ideas; las identidades, tambin como ideas de las unidades totales
particularizadas (bien sean identidades culturales, sociales, polticas), y as, en
diferentes espacios y dimensiones se utiliza esta operacin para producir formas-
contenidos y ordenes de los mismos. Estas totalidades se constituyen a partir de
la diferenciacin y una diferenciacin que separa o escinde y no integra.
En el caso del desarrollo, si bien se parte de una idea totalizante, -Desarrollo como
valor absoluto-, es decir que todo (territorios, naciones, culturas) potencialmente
pueden desarrollarse, y la manera de desarrollarse, es decir, de llevar a lo
material la idea, de volverla realidad concreta lleva a la fragmentacin de la
nocin de territorio y la ruptura del lugar, a travs de lo que se ha dado en llamar
procesos de regionalizacin (Aja Eslava, 2003: 5).
En este sentido, en el caso del territorio de la Sierra, para ser desarrollado este
empieza a ser visto como ecoregin estratgica al ser esta ecoregin se le
separa del territorio en el que ella nace, de sus conexiones geogrficas intrnsecas
con la Cinaga Grande de Santa Marta, con el valle del ro Magdalena, con el
desierto de la Guajira, con el valle del ro Cesar y la Serrana del Perij, por no
hablar de la desconexin que surge con el mar Caribe, al pensar la Sierra solo
como el macizo montaoso que emerge desde los 200 msnm. Desde las ciencias
naturales y de la conservacin por ejemplo este concepto se define as:
71
en estos lugares, pero tambin responde a la nocin de la escisin al delimitar el
rea protegida. Esto quiere decir que, mientras una parte del territorio tiene un
manejo especial, otra parte del mismo no, por lo cual puede ser manejado dentro
de una lgica desarrollista en donde se privilegia la divisin, la desacralizacin, la
bsqueda del crecimiento econmico y la explotacin de los recursos, ms no del
equilibrio.
72
CAPITULO 3
73
la geografa poltica y cultural y la ecologa poltica, en torno a las diferentes
nociones de naturaleza, de las cuales hablamos en el captulo anterior; a cmo
cada sociedad puede tener una forma de categorizar el mundo y su
funcionamiento que no se corresponde con las categoras y nociones que ha
desarrollado occidente en la modernidad, como son la oposicin entre naturaleza y
cultura, o naturaleza y sociedad (Descola, 2001; Leff, 2000, Ulloa, 2004). Estas
diferentes nociones de naturaleza se plasman de manera ms clara en las formas
cmo los diferentes grupos y sociedades se apropian de ella y, especficamente,
en las formas de definicin del espacio, el tiempo, el ser y el estar (identidad).
Desde estos cuatro pilares es que se puede entender el territorio como categora
central a partir de la cual se dan los procesos sociales, histricos, polticos,
culturales y ambientales. Por ello, en el presente captulo desarrollaremos con
ms detalle, cmo se entiende el territorio desde los diferentes actores y, cules
son las categoras y las lgicas y rdenes en disputa. Estas dinmicas sern
fundamentales para entender cmo la gestin del agua se encuentra inmersa en
esas nociones de territorio manejadas por cada actor, en cada mbito o dimensin
territorial.
74
3.1. TERRITORIOS, GLOBALIZACION Y ORDENES EN DISPUTA:
75
La globalizacin tiene diferentes dimensiones, y en un primer sentido, aduce a una
dimensin geogrfica o de escala por cuanto nos remite a la nocin de globo
terrqueo, es decir, la mayor escala de nuestro sistema. Siguiendo a Taylor, M. J.
y Flynt (2002), se pueden distinguir ocho dimensiones de la globalizacin:
financiera, tecnolgica, econmica, cultural, poltica, ecolgica, geogrfica y
sociolgica. Cada una de ellas alude a unas actividades que circunscriben su
dominio. Por ejemplo, la financiera, se refiere al mercado mundial de productos
financieros. La tecnolgica a la revolucin generada por la internet y todas las
nuevas tecnologas comunicacionales e informacionales que han trasformado las
relaciones espacio temporales, produciendo lo que se llama el achicamiento del
mundo, al poder conocer de manera casi instantnea lo que est sucediendo en el
punto opuesto del planeta. La econmica, que se refiere a los nuevos sistemas
productivos en donde un mismo producto puede ser fabricado en diferentes
puntos del planeta (maquilas), y esta accin fragmentada es coordinada por
empresas globales (corporaciones, multinacionales, etc.) que no tienen una sola
ubicacin. En la dimensin cultural, la globalizacin se refiere a que se han
extendido unos patrones de consumo produciendo cierta homogenizacin en las
sociedades. Por otra parte, los procesos de desregulacin, privatizacin y libre
comercio, han generado que los mecanismos anteriores de los estados-nacin,
como estructurantes normativos de la accin en territorios delimitados, ya no sean
quienes regulan y normalizan. A esto se le denomina la globalizacin poltica.
Adems, la crisis ambiental, la sobre explotacin de los recursos de la cultura
biosfrica ha generado una alarma general en relacin con las posibilidades de
sobre vivencia del planeta como sistema vivo y ha producido un movimiento global
en torno a la gestin ambiental o lo que Ulloa (2003) llama pensamiento verde, y
a su vez el surgimiento de la ecogubernamentalidad:
76
refiere al surgimiento de una mentalidad que identifica las diversas relaciones
sociales de gran escala con un todo interconectado o sociedad mundial (Tylor y
Flynt, 2002: 3).
la intervencin del hombre ejerce un impacto sobre la suerte del agua a nivel
global, la mayor interdependencia que se genera entre las naciones y a los
mecanismos y procesos econmicos, sociales y polticos en los que se
produce la apropiacin del recurso (Perl, 2003: 283).
77
derecho humano universal, nos muestran las dos caras de la globalizacin poltica
del agua.
Con base en el anlisis35 que hemos realizado podemos afirmar que en el caso de
la Sierra el proceso de control territorial en los ltimos aos ha estado determinado
por el conflicto armado interno configurando unos ejes que esquemticamente
podran verse as: En la zona plana, la costa y la franja litoral, donde se
encuentran las principales ciudades capitales de departamento y cabeceras
municipales (Santa Marta, Riohacha, Valledupar, Cinaga, Aracataca), los
desarrollos agroindustriales del banano, la palma africana, cacao, ganadera, arroz
y el desarrollo turstico asociado al mar y las reas de pie de monte (turismo de sol
y playa y turismo ecolgico como el caso del parque Tayrona y los alrededores de
Minca y en general la serrana de San Lorenzo) se encuentra el control territorial
en manos de las Fuerzas Armadas (ejrcito), la polica y los recientemente
desmovilizados grupos de autodefensas (AUC) o paramilitares; en la zona media
en donde encontramos poblados medianos en proceso de crecimiento, con
35
Comunicaciones personales con campesinos, indgenas, funcionarios de las instituciones relacionadas con
las zonas de estudio, as como monitoreo de prensa, internet (alertas google) y radio sobre las noticias locales,
regionales y nacionales asociadas al conflicto armado y al desarrollo de proyectos econmicos en la SNSM.
78
colonos de varias pocas (aos 1950, 1970, 1980 y 2000) y campesinos
dedicados a los cultivos de pan coger, cacao, caf, frutales, apicultura y tambin
en algunos sectores cultivos ilcitos, como el de la coca para la produccin de
cocana, el control territorial se encuentra en su mayora en manos de grupos de
autodefensas o paramilitares; y en la zona alta se encuentran los pueblos
indgenas con sus pequeos poblados y fincas y cultivos de pancoger de yuca,
pltano, malanga, caf entre otros con algo de ganadera, en donde el control
territorial en su mayora est en manos de los frentes guerrilleros de las FARC y el
ELN. En los ltimos dos aos se ha dado un proceso de ganar gobernabilidad por
parte del Estado sobre el territorio de la Sierra y se ha planteado desde el
gobierno central la estrategia de ubicar batallones de alta montaa en diferentes
puntos de la Sierra para cambiar este orden existente.
Santa
Riohacha
Marta
Valledupar
Enfrentamientos, combates
hostigamientos. (2006) Zona Plana, agroindustria,
turismo, ciudades.
La Sierra Nevada de Santa Marta
Zona de colonizacin
Control territorial AUC campesina
79
El triangulo verde representa la Sierra Nevada de Santa Marta, el crculo verde
representa la zona plana, el azul la zona media y el fucsia la zona alta.
Una definicin que nos sintetiza mejor las dos anteriores y, que nos abre otras
posibilidades, plantea, que por territorio:
80
Se entiende por territorio el espacio terrestre, real o imaginado, que un
pueblo (etnia o nacin) ocupa o utiliza de alguna manera, sobre el cual
genera sentido de pertenencia, que confronta con el de otros, lo organiza de
acuerdo con los patrones de diferenciacin productiva (riqueza econmica)
social (origen de parentesco) y sexo/gnero (divisin sexual del trabajo) y
ejerce jurisdiccin. Hay territorios sagrados, festivos, ecolgicos, productivos,
etc., como territorios de uso privado o colectivo. En tanto el territorio es
humanizado, cultivado, representado, etc., genera comportamientos
culturales en torno a l. (Zambrano, 2001: 45).
Como vimos, si bien en la Sierra Nevada de Santa Marta hay diferentes grupos
tratando de ejercer su soberana y dominio sobre el territorio, se encuentran
algunos controles legales, legtimos y legitimados por el orden poltico y otros,
aunque no son legales, por el desarrollo histrico de las formas de apropiacin del
espacio y sus recursos, paulatinamente se han ido legitimando rdenes y
apropiaciones ilegales del territorio (como es el caso del control territorial ejercido
por los grupos guerrilleros y paramilitares). En este sentido, se podra decir que la
Sierra es en s un territorio plural (Zambrano, 2001:44), tanto en el sentido de la
existencia de mltiples territorios, como tambin en la existencia de mltiples
jurisdicciones, que en ocasiones se encuentran superpuestas unas a otras. Este
carcter plural del territorio se da en medio y por el conflicto que ya se haba
reseado antes. La pluralidad de este territorio est asociada a la pluralidad
cultural existente en l y a las formas cmo se han dado histricamente las
relaciones entre las diferentes culturas.
Veamos ahora algunas de las nociones territoriales que se manejan por parte de
los diferentes actores y que en determinados momentos entran en tensin, lucha,
dilogo y/o conflicto, y que hacen del tema territorial en la Sierra un punto crtico
de las relaciones entre culturas, sectores, lites y pueblos y del manejo de los
recursos en ella localizados.
81
asesores de las organizaciones en la interlocucin con otros actores de la Sierra
Nevada.
36
REPBLICA DE COLOMBIA. Constitucin Poltica de Colombia, Actualizada al 2004, Biblioteca
Enrique Low Multra, Bogot. http://www.anticorrupcion.gov.co/marco/documentos/constitucion.pdf
82
Kankwamo recientemente constituido (2003). Si bien el resguardo es una entidad
territorial legalmente constituida, an no gozan los pueblos indgenas de total
autonoma o dominio sobre la misma, dado que no se ha sancionado la ley
orgnica de ordenamiento territorial, por lo cual los recursos de transferencias
para la inversin en los resguardos llegan a las correspondientes alcaldas
municipales en las que se encuentren los resguardos. De tal manera, que el
ejercicio del gobierno sobre el territorio, est mediado tambin por los intereses de
los municipios y departamentos, as como de la capacidad de gestin y
negociacin de los cabildos indgenas como figuras representativas de la
autoridad poltica, tanto de las organizaciones como de los pueblos. Otro aspecto
que afecta la gobernabilidad indgena sobre los territorios de resguardo, es la
existencia de colonos campesinos que en diferentes pocas han entrado a ampliar
la frontera agrcola y se han establecido en estas reas. Tambin, la existencia de
algunas instituciones y ongs que desarrollan proyectos productivos con
comunidades campesinas y que, en algunos casos, estas comunidades se
encuentran dentro del resguardo. Por otra parte, las expectativas de desarrollo de
ciertos sectores econmicos, como lo es el turismo, generan, con esto, dificultades
en la gobernabilidad real del territorio. Por todo lo anterior, desde las
organizaciones indgenas se han planteado diferentes propuestas para el
saneamiento de los resguardos.
Zona de ampliacin: Esta zona o rea comprende las tierras que para los
indgenas se encuentran dentro de sus expectativas de reivindicacin territorial,
para ser compradas e incorporadas dentro de las formas de uso y manejo
indgena dentro del ejercicio de su territorialidad. Esta rea est comprendida
entre la lnea de resguardo y un rea extensa hacia los sitios sagrados de la lnea
Negra de aproximadamente unas 600.000 hectreas.
83
no poseen ttulos de propiedad. Mientras que en la propuesta indgena de
ampliacin de los resguardos, el 80% de los predios no poseen ttulos.
Ezwama:
es una organizacin, es la base, la organizacin inicial. Primero, Serankwa y
Sekukwi hicieron una organizacin, que surge de ellos dos, la que da origen
84
a todas las normas, primero espiritualmente y luego en material. Ah se
trazaron las leyes, los cantos, los bailes, en fin, todo. Ah est el principio de
cualquier organizacin.
Cuando hablamos de territorio no todas las tierras pueden ser ezwama. Por
ejemplo, los sitios sagrados vienen de ezwama, siempre estn conectados
con los sitios, que llamamos ezwama, para que puedan tener validez. Es
como un nujw donde todo ha de llegar y ah se ha de consultar todo. Es
sobre todo el principio de organizacin espiritual interna. Cuando estbamos
en ezwama espiritual no moramos, nos convertamos en piedra; luego viene
ikumu, el pueblo en material.
Podemos decir que hay varios niveles de ezwama. Unos que son la base,
aquellos donde Serankwa y Sekukwi trazaron las normas y crearon la
organizacin de todas y cada una de las cosas; otros, donde esta
organizacin se materializa a travs de la comunicacin y puesta en acuerdo
con aquellos que son la base, por ejemplo, el nujw o cada pueblito, donde
todos los miembros de la comunidad tienen su papel debidamente asignado,
es decir, donde se concreta la organizacin colectiva.
Son los sitios donde todos los linajes se renen, ah est la Historia escrita
para ser estudiada. Son los sitios donde se consultan y donde se toman las
decisiones para resolver cada problema, sobre todo si el problema es grave.
Los ezwama son los sitios mayores, en ellos se determinan los trabajos y los
materiales necesarios que toca realizar para cumplir la norma impuesta en la
consulta al zhtukwa.
85
encargados de organizar esas normas en cada uno de los ezwama que les
fueron entregados. Sin los linajes, los ezwama no tienen razn de ser. Para
organizar este trabajo, a cada tuke le es entregado un smbolo con el cual
puede tener acceso y uso de su respectivo ezwama, sin este objeto o poder
o marunsama es imposible poner orden al territorio.
86
destruccin de un lugar as, implicara dejar desprotegida a la Sierra contra las
enfermedades.
En este sentido, los sitios sagrados hablan de la Sierra y de este territorio como
unidad completa, en donde cada punto es el todo y permite la completitud de la
Sierra y, por ello, proteger cada sitio es necesario para conservar su integridad. La
tierra, el agua, el aire, el cuerpo son sagrados en la medida en que no rompamos
la integridad y la unidad que se consigue al cumplir con los pagamentos y las
normas mandadas por la Madre. Esta es la idea que se materializa en la nocin de
Lnea Negra. El mantenimiento de la unidad al cumplir con los ciclos de rituales,
pagamentos y prcticas sagradas en los diferentes sitios, que, comunicados,
constituyen la Lnea Negra.
Por otra parte, las maneras de nombrar al territorio hablan de los intereses y
relaciones que guardan los grupos humanos con esos lugares y con las otras
poblaciones all presentes. En este sentido, el esfuerzo que hacen desde el ao
1999 los pueblos indgenas de la Sierra por hacer comprender su visin del
territorio, ha implicado grandes riesgos a la hora de practicar su territorialidad.
Pues, se est hablando de hacer comprender lo sagrado a una sociedad que est
parada en la historia de la secularizacin de la vida social desde el siglo XVIII, y
que ha sustentado sus bases polticas, econmicas y sociales en la divisin y
separacin que da origen a la ciencia moderna. Adems, generalmente la
posibilidad de nombrar, usar y gobernar los territorios es desigual y prevalecen las
visiones de los grupos (lites, potencias, imperios) que detentan el poder
econmico y poltico. Por lo cual, la visin territorial indgena que quiere evidenciar
las relaciones existentes entre todos los lugares con los seres humanos desde una
mirada sagrada, total, integrada, se convierte en una manera de resistir a la
separacin, a la divisin y a la secularizacin de la vida que implicara para ellos la
destruccin de la Sierra, y sus gentes humanas y no humanas.
87
En la Sierra, confluyen y se superponen, adems de las nociones territoriales
indgenas, las nociones que desde el estado dan orden a la sociedad. Es as como
las divisiones polticos administrativas que tienen carcter de entidad territorial
(departamentos, municipios, distritos, territorios indgenas), u otras que se pueden
constituir de acuerdo a la ley (regiones y provincias); otras reas, que si bien no
tienen el carcter de entidad territorial, s tienen las reas especiales destinadas
para un uso especfico (zonas de reserva forestal, y reservas del hombre y la
biosfera, reas de parques naturales), as como las reas definidas por la
planificacin derivada de la aplicacin de las ciencias de la conservacin
(ecosistemas, hbitat, eco-regiones, zonas de amortiguacin) constituyen otra
dimensin de la pluralidad territorial existente en el Sierra.
Por otra parte, a la propiedad se le adjudica segn las normas vigentes en nuestra
carta constitucional una funcin social y ecolgica: La propiedad es una funcin
social que implica obligaciones, como tal, le es inherente una funcin ecolgica
(Art.58).
88
Ministerio del Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y la Universidad del
Rosario, 2004: 19).
Mientras, que desde la visin indgena el sentido del territorio est sustentado en
su sacralidad, es decir, en la conciencia de la mutua dependencia que existe entre
todos los seres que en l se relacionan, en las nociones no indgenas el territorio
est amarrado a la utilidad que de l se pueda obtener en relacin a los intereses
de quienes se erijan como sus propietarios. De all, que se enuncie la funcin de la
propiedad, es decir que el sentido del territorio est supeditado a los usos,
utilidades, acciones que se corresponden con el carcter de la propiedad. Es all,
cuando aparecen las disputas entre las diferentes nociones territoriales, dado que
si bien el estado reconoce la funcin social de la propiedad colectiva del
resguardo, por otra parte, muchos de estos territorios se encuentran traslapados
con otras categoras territoriales, como es el caso de los Parques Naturales y las
reas de reserva forestal y, a su vez, estas se encuentran dentro de municipios
que tienen expectativas de realizar un uso distinto del que se considera propio de
los resguardos, los parques o las reservas forestales.
89
como son los planes de ordenamiento territorial (municipales) o POT, el plan de
desarrollo (Nacional) los planes de vida, los planes de desarrollo econmico y
social (departamentos), los planes de agua, forestal, minero, etc.
En la Sierra Nevada de Santa Marta los procesos de globalizacin han tenido una
historia que puede ser leda a travs de las diferentes formas como ha sido la
relacin de los diversos actores con el territorio. Como vimos en el primer captulo,
esas fases o forma cronolgica de organizar la historia de la Sierra por etapas
muy esquemticas como poblamiento, conquista, colonia, repblica, modernidad,
90
etc., han estado mediadas por relaciones de poder que han estructurado las
categoras de territorio y de gobierno que hoy son usadas para diferentes fines.
Estas relaciones de poder se han denominado en la historia y en la geografa
poltica como colonialismo, imperialismo, procesos de descolonizacin, los
estados-nacin territoriales, regionalizacin y la globalizacin. Estos modelos de
relaciones de poder, a la vez, se han acompaado de sistemas ideolgicos como
el cristianismo, la modernidad y el pensamiento liberal, la democracia, el
neoliberalismo y antiglobalizacin y las modernidades alternativas que se
manifiestan en el poder de la identidad de grupos, como los indgenas, mujeres o
el biopoder anclado en la gestin de recursos estratgicos para la reproduccin de
la vida (biodiversidad, bosques, agua, aire, entre otros). El ejercicio del poder se
plasma en la produccin y aplicacin de diferentes conocimientos para ordenar los
territorios, gestionar, usar y manejar sus recursos. En las formas como se hace
este ejercicio del poder, se enmarcan las diferentes perspectivas de ordenamiento
territorial.
91
espacio y el tiempo, sino que se delimita y define la distribucin del poder sobre el
mismo a travs del establecimiento de normas, leyes, acuerdos entre sectores y
grupos de la sociedad. Un proceso de ordenamiento supone establecer un modelo
sobre cmo debe estar organizado el entorno37, por lo cual define y establece las
formas de relacin entre los pueblos con sus recursos y tambin establece
condiciones para las relaciones entre los mismos pueblos. Esto implica que un
ordenamiento territorial es a su vez un ordenamiento socio-espacial, poltico-
administrativo y cultural (Herrera, .2000; Fals Borda, 2002)
37
James Duncan citado por Herrera, en: Ordenar para controlar. Bogot, 2002 Pg. 28
92
Si revisamos, rpidamente, las diferentes divisiones poltico administrativas que ha
tenido la regin en donde se encuentra la Sierra, encontraremos como stas van
reflejando los diferentes rdenes existentes en cada momento:
93
3.2.1. Los planes como ordenamiento econmico: plan Ecosierra, plan de
desarrollo sostenible para la Sierra Nevada de Santa Marta.
Mencionamos esto, porque una nocin territorial fundamental desde la cual se han
diseado y realizado diferentes formas de intervencin sobre la Sierra, ha sido el
recipiente territorial llamado estado nacional, en el cual las ideas de frontera y
soberana son pilares de la accin social. Por otra parte, esta concepcin se
reproduce en los componentes internos de los estados (Fals Borda, 2000: 3)
(provincias, departamentos, municipios, distritos, resguardos). Otro aspecto clave
de esta idea del estado nacional como recipiente territorial, tiene que ver con las
formas cmo se naturaliz esta idea nacida en Europa, y fue el de asignar lmites
territoriales por acuerdos y tratados casi incuestionables. En ocasiones, algunas
de estas lneas imaginarias, se corresponden con cauces de ros, montaas o
accidentes geogrficos que tambin pueden cambiar de lugar e incluso dejar de
existir. Este sistema territorial del estado nacional es un modelo mecanicista y
lineal (Fals Borda, 2000), que no se adapta muy bien a los cambios veloces e
inesperados de la historia, la naturaleza y la sociedad actual.
38
Comunicacin personal Ariel Martnez y Julio Barragn.
94
rompecabezas de espacios y fronteras delimitadas por lneas divisorias
imaginarias y muchas veces yuxtapuestas.
95
En sntesis el diagnstico integral puso en evidencia el grave deterioro
ambiental y la delicada situacin de violencia y conflicto social que se viva
en ese momento y concluy que los sntomas de degradacin en lo ecolgico
y lo social tena sus races en la ausencia casi total de formas de desarrollo
integral orientadas desde el interior de la Sierra Nevada as como en el
predominio de factores externos que obedecan a intereses no relacionados y
en muchos casos opuestos tanto a los habitantes de la sierra como al bien
comn regional (Plan de Desarrollo Sostenible de la SNSM; 1997:XIV).
Hubo tres elementos que entraron en escena desde este momento: uno,
considerar la Sierra como unidad territorial, pues la Sierra fue declarada Distrito
Especial de Rehabilitacin, un poco ms all de las divisiones poltico
administrativas de los departamentos, pero simultneas a ellas; dos, la entrada del
desarrollo como categora desde la cual se propone ordenar, orientar la accin
social de diferentes agentes sobre el territorio; y tercero, realizar acciones para
garantizar la disponibilidad del agua para el desarrollo regional.
96
la elite econmica y poltica nacional y local, que conforma su junta directiva, el
grupo Santo Domingo, empresarios bananeros locales y extranjeros,
representantes de instituciones pblicas nacionales y regionales (Ministerio del
Ambiente, Ministerio del Interior, Ministerio de Agricultura, Corporaciones
Autnomas Regionales, universidades pblicas) elaboran un discurso con la
asesora de cientficos naturales y sociales, nacionales y extranjeros (comit
cientfico), que legitiman sus representaciones y acciones sobre la Sierra y sus
poblaciones.
97
los aprendizajes y las innovaciones del mismo continan desarrollndose a
travs de diferentes instituciones, proyectos y financiadores.
El objetivo del proyecto PAIDS hace parte de los objetivos del Programa
Institucional de la Fundacin. En los objetivos del Programa se considera que
Actores mejor informados y organizados toman decisiones concertadas para
la conservacin de la diversidad biolgica y cultural, y el manejo sostenible
de la Sierra Nevada y utilizan los recursos naturales de manera sostenible
(Banco Mundial, 2000: 3).
39
Entre los ndices de biodiversidad que se mencionan son el tamao o rea de bosque en estado de
conservacin por finca o unidad predial con un plan de manejo del mismo establecido (planificacin predial),
nmero de nacimientos de agua protegidos, as como la proteccin de sitios sagrados, entre otros.
98
ambiental, al acceso disponibilidad y calidad del agua, al conflicto armado y la
situacin de emergencia humanitaria de sus diversos pobladores.
Por otra parte, aspectos ya no financieros sino polticos y del respeto de los
derechos de los pueblos indgenas, no se cumplieron a cabalidad, pues los
99
indgenas en el momento en que se les consult sobre el plan de desarrollo
sostenible, consideraron que este no responda a sus necesidades40 y que si se
iba a implementar el Plan a travs del PAIDS, este deba adecuar su intervencin
segn lo lineamientos indgenas. Este aspecto solo se interpret, como no hacer
inversiones en territorios de resguardo y ampliacin, asunto que tampoco se
cumpli cuando se revisan los lugares en donde el proyecto hizo sus
intervenciones41.
Con este proyecto se puede ver, cmo el problema del ordenamiento territorial
actualmente pasa de la lgica del estado nacin territorial, en donde se fracciona
el espacio, se desconocen las lgicas de los pueblos, la historicidad de los
procesos y empieza a incorporar mecanismos globales de ordenamiento del
espacio y tiempo, como son la preponderancia de la visin financiera (ya ni
siquiera econmica en trminos de los procesos de produccin, distribucin y
consumo de los bienes, saberes, smbolos). Es decir, que el modelo desde el cual
se organizan estos procesos, ya no es el del estado nacin en su visin moderna,
sino que es un modelo del sistema mundored, caracterizado por la flexibilidad y
la participacin directa de agentes transnacionales en la administracin de los
procesos productivos y financieros. Como dice Coronel, estos:
40
Comunicaciones Personales con: Arregoces Conchacala, Cabildo Gobernador indgena OGT, Julio
Barragn, Asesor OGT, Camila Daz Granados q.d.e.p. Directora ejecutiva FPSN, Gonzalo Uribe, Director
Ejecutivo FPSN, Rodolfo Rodrguez, Coordinador Proyecto PAIDS. Estas comunicaciones se realizaron
durante los aos 2001 al 2006.
41
Ver comparar mapas de resguardo y ampliacin en relacin a los lugares de intervencin del Paids.
100
ajustan a la realidad fragmentada y mltiple del mundo contemporneo.()
Los ajustes flujos de escala institucional hacia arriba, afuera y debajo de las
estructuras sociales y polticas estn creando capas polimorfas de
organizacin territorial que no convergen unas con otras linealmente segn la
antigua escala geogrfica. Conforman un mapa inestable de realidades
sociopolticas de duracin limitada cuyo aspecto general se acerca a un
calidoscopio o a una ameba en movimiento, que avanza y retrocede (Fals
Borda, 2000: 7).
42
Ver caso de la Red Ecolsierra de la Sierra Nevada de Santa Marta.
101
3.2.2. El ordenamiento ambiental: Algunos alcances de la articulacin entre
el plan de manejo del Parque Sierra Nevada de Santa Marta y ordenamiento
ancestral indgena Participacin social para la conservacin?
Uno de estos conflictos se hace visible, cuando se revisan las diferentes divisiones
poltico administrativas con sus respectivos instrumentos de planificacin, para el
ordenamiento y la adecuacin de dichos instrumentos a las realidades
ambientales y socioculturales de la Sierra. La confluencia de tres (3)
departamentos, diez y seis (16) municipios, tres (3) resguardos, dos (2) parques
naturales, un (1) parque arqueolgico, un rea de reserva forestal, hace surgir
debates y discusiones frente a lo que cada actor entiende por ordenamiento, por
ambiental, por desarrollo, por sostenibilidad. En este sentido, las normatividades
102
que rigen a cada uno de estos contenedores son dismiles, y en algunos casos,
contradictorias.
Por ejemplo, en el aspecto ambiental encontramos que desde los aos sesenta,
con el establecimiento de la reserva forestal por accin de la Ley 2 de 1959, un
rea de 860.000 hectreas de la Sierra, queda regida por un sistema diferente al
del resto del territorio. Esta rea de reserva, supone que no se pueden hacer
desarrollos productivos dentro de ella, y muchas veces esta situacin entra en
conflicto con las expectativas de desarrollo de los entes municipales, y estos a su
vez entran en conflicto con las expectativas de ampliacin de resguardos y
proteccin de sitios sagrados indgenas.
La figura del parque hizo entrar en otro rgimen de tierras a una porcin
importante de la Sierra. El 85% de las reas de parque, actualmente se
encuentran traslapadas con las reas de resguardo, figura territorial superpuesta
con posterioridad. Estas tierras, que en el momento de establecerse los parques
se consideraban baldas, han sido manejadas tradicionalmente por los indgenas
desde hace varios siglos, pero el reconocimiento de esta realidad y constituirla
como un derecho de los pueblos, solo empieza a hacerse realidad hacia mediados
de los aos 80 del siglo XX, con la constitucin del resguardo Kogui-Malayo-
Arhuaco por resolucin del INCORA (0109 del 8 de octubre de 1980). A travs de
esta resolucin se reconoce parte de la territorialidad indgena, usando una figura
de origen colonial como la del resguardo, que ha sido utilizada de diferentes
formas por los pueblos indgenas y por el mismo estado para diversos fines. El
resguardo es ampliado posteriormente por la resolucin 078 del 9 de noviembre
de 1990 y nuevamente ampliado por la resolucin 029 del 19 de julio de 1994
constituyendo un rea de 364.840 Has. (Viloria, 2005; Ministerio del Medio
Ambiente, 2002; UAESPNN, 2005).
Las figuras de reserva forestal, parque nacional natural y resguardo, aunque con
diferentes niveles de responsabilidad sobre el gobierno del territorio, se
encuentran superpuestas y afectan de manera directa el ordenamiento ambiental
del macizo. Por un lado, el traslape de las figuras jurdicas sobre el mismo
territorio. Por otro, las diferentes formas de gestin, uso y manejo de los recursos,
hace que a veces se considere a estos territorios en un estado de poca
gobernabilidad, o que las disputas por los mismos sean guerras que se dan en
todos los niveles.
103
En este sentido, se enfrentan varios problemas. Uno, tiene que ver con la forma de
descripcin del territorio; estos son, los diagnsticos, las etnografas, las
caracterizaciones que constituyen el discurso que da pie a diferentes formas de
intervencin sobre el territorio; esto es lo que Serje define como el problema del
contexto. Y otro, cmo existen sobre el territorio diferentes lecturas, es decir,
diferentes formas de representacin. Los sistemas de representacin, el discurso
experto que va desde la biologa de la conservacin, la geografa humana hasta la
antropologa del ambiente, o los discursos de la planificacin y, por otro lado, los
discursos de los pueblos indgenas, que, sobre un proceso de resistencia al
discurso hegemnico, han hecho emerger en los mbitos polticos el
reconocimiento de otro sistema de representacin, que si bien an no es
comprendido del todo por parte del estado, el proceso apunta a lograr posicionar
dicho discurso en mbitos en donde se tomen decisiones sobre el futuro de la
Sierra, e incluso de otros territorios indgenas o tnicos.
Es por esto que el caso del Plan de Manejo del Parque Sierra Nevada, es un
proceso sui gneris en relacin a la forma de articulacin de un sistema de
representacin moderno, como el que fundamenta el plan (Conservacin de
biomas estratgicos desde la ecologa del paisaje), y un sistema de
representacin hbrido43 o intertnico e intercultural, como es el discurso indgena
de consolidacin territorial, fortalecimiento de la gobernabilidad indgena a travs
de acuerdos polticos con el gobierno nacional, regional y local con impactos en lo
econmico, social y cultural. El plan de manejo del parque Sierra Nevada tiene
como principal estrategia la implementacin del ordenamiento ancestral territorial
indgena como una manera de contribuir a la recuperacin y conservacin de la
Sierra Nevada de Santa Marta. Esta estrategia se desarrolla a travs de tres
objetivos:
43
Nos referimos a que los pueblos indgenas han desarrollado procesos de investigacin propios y autnomos
a travs de los cuales han diseado polticas, lineamientos y formas de articulacin con el estado y otros
actores a travs de traducir y escribir el pensamiento indgena, su cosmovisin y sus reflexiones sobre los
retos a los que actualmente se enfrentan. En este punto cabe mencionar que actualmente se producen
innovaciones en las formas de produccin de conocimiento indgena dado que debe dar respuestas internas y
externas a los conflictos que se presentan. Es de resaltar que estas respuestas se sustentan en una postura
pacifista en medio de un conflicto armado, en la autorreflexin sobre lo propio y un aprendizaje de elementos
externos que se incorporan para la produccin de metodologas novedosas de trabajo.
104
para generar conectividades en la Sierra Nevada y desarrollar procesos
interinstitucionales que permitan articular y dinamizar mecanismos de
conservacin de los bienes y servicios ambientales y culturales generados
en el macizo. (UAESPNN- PNNSNSM, 2005: 17).
105
El plan de manejo del parque, como estrategia metodolgica para promover el
ordenamiento ambiental, se concibe desde ciencias multidisciplinares como la
ecologa, en donde se articulan los conocimientos de la ciencia occidental en torno
a la naturaleza, para definir acciones y tomar decisiones sobre los ecosistemas y
territorios a ser manejados por los actores sociales e instituciones relacionadas
con el parque. El clima, el suelo, los ecosistemas y los ciclos (del agua, del
carbono, de la materia orgnica) son algunos de los conceptos que se trabajan
cuando se realizan los diagnsticos ambientales para proponer un plan de manejo.
Estos conceptos y las explicaciones que estos permiten dar sobre los procesos,
dinmicas y estructuras de los territorios, estn inmersos dentro de la nocin de
fragmentacin entre naturaleza y cultura, y dentro de las concepciones de vida,
espacio, tiempo occidentales sustentados en las ciencias modernas. A partir de un
diagnstico y caracterizacin del paisaje, se establecen unos objetivos de
conservacin.
Es claro que, dentro de la propuesta del plan de manejo estn varias discusiones
que avanzan a pasos lentos, mientras que ciertas acciones avanzan a pasos
agigantados. Algunas de las discusiones tienen que ver con las formas o modelos
de manejo, veamos algunas de estas perspectivas:
106
manejo comunitario, tendra que ver con los usos y prcticas desarrolladas
por las comunidades de manera tradicional que han permitido el
mantenimiento de los ecosistemas, porque estn basados en que las
unidades sociales se corresponden con las unidades ecosistmicas (culturas
ecosistmicas) y no responden a la lgica de las culturas y sociedad
biosfricas tpicas de los imperios y las metrpolis (Aja Eslava, 2004:4).
Vemos tambin, que entre las formas de manejo, se encuentran las privadas que
tienen sus dinmicas en los mercados y que hacen parte de los procesos que hoy
se observan en las concesiones de los servicios tursticos en algunos parques (por
ejemplo, el Parque Nacional Natural Tayrona), y que en el caso del Parque
Nacional Natural Sierra Nevada se encuentra en vilo, dada la idea de algunos
sectores de las lites locales y nacionales, de convertir ciertos lugares del parque,
como por ejemplo, Ciudad Perdida o Teyuna, en un lugar para el turismo
internacional masivo; o formas comunitarias de manejo, en donde las normas
sobre la forma de tomar decisiones frente al acceso a los recursos de un territorio,
se debaten en espacios con amplia representacin y participacin de las
comunidades. Estas formas de manejo comunitario se articulan a travs de las
juntas de accin comunal, las asociaciones, cooperativas, grupos ecolgicos
comunitarios hasta organizaciones gremiales de segundo nivel; y a la vez, en
algunas ocasiones, estn influenciadas o cooptadas por las acciones e ideologas
de grupos armados que tambin intervienen sobre las formas de manejo. Por
ejemplo, en el caso de ventas de tierras y mejoras para los procesos de
saneamiento de resguardo, en algunos sectores de la Sierra Nevada
encontramos, que las AUC prohibieron la venta de tierras que tuvieran como fin el
saneamiento del resguardo. Tambin el manejo tradicional, en el cual
encontramos, por ejemplo, las formas consuetudinarias como las propuestas por
los pueblos indgenas a partir de la ley de S; o las formas de manejo
colaborativo, en donde se ponen en comn, conceptos y conocimiento de actores
diversos y se tratan de construir consensos a travs de procesos de planificacin
participativa del territorio.
44
Observacin participativa de talleres entre las organizaciones indgenas de la Sierra Nevada (OGT-CIT-
OIK-UAESPNN). Comunicaciones personales con Julio Barragn Asesor de la Organizacin Gonawndua y
Gabriel Tirado Jefe del Parque Sierra Nevada de Santa Marta.
107
El procedimiento que se sigui para impulsar la concertacin del plan de manejo
del parque Sierra Nevada, fue desarrollar una serie de talleres peridicos y
temticos entre el equipo del Consejo Territorial de Cabildos, y en otras ocasiones,
reuniones con los equipos de apoyo tcnico de cada una de las organizaciones
indgenas. En este punto es necesario resaltar que cada organizacin indgena, si
bien trata de desarrollar una poltica unificada hacia el exterior en sus relaciones
interinstitucionales, tambin tienen unas dinmicas internas en donde se viven
procesos distintos.
45
Actas y memorias de talleres se encuentran en los archivos institucionales de las organizaciones indgenas y
en la Unidad de Parques. Sntesis de estos procesos tambin se encuentran en informes de gestin de
funcionarios y asesores de las organizaciones e instituciones en mencin.
108
permitieron concretar en terreno los posibles alcances del plan de manejo, sobre
todo en la bsqueda de la concordancia, el acuerdo y la colaboracin mutua con
las propuestas y el modelo indgena de ordenamiento territorial. Es clave
comprender, que la dimensin de la participacin en los espacios interculturales
implic un gran ejercicio de la comunicacin, la empata y la bsqueda de
comprensin de las visiones el otro dado que implic la interaccin de diferentes
lenguas, cosmovisiones, conocimientos y experiencias.
109
CAPITULO 4
Figura 13: Cuencas Aracataca, Piedras y Guatapur en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Fuente: CTC de la SNSM, Resguardo Kogui Malayo Arhuaco, OGT.
110
una misma cuenca y los diferentes tipos de problemas y conflictos que surgen a
partir de estas diferencias de uso y manejo.
111
4.1. EL CASO DEL RIO PIEDRAS: Una frontera urbano rural entre poderes
privados, poderes legales e ilegales. Un mar de agua con islas de sed
112
5.5 metros cbicos por segundo en promedio. (Corpamag, Fundesban,
UAESPNN; 2004: 38). El ro nace en las reas de la finca Tolima, a la altura de
1.500 m.s.n.m. En las cabeceras sus lmites son Providencia (nororiental), Opaca
(Noroccidental y Girocasaca (norte) (Alcalda, 2003).
113
DANE en 1993 y proyectados para el 2000 en una cantidad aproximada de
370.610. El ro Piedras le suministra agua por medio de una pequea
derivacin o trasvase ubicado en la quebrada Donama y en la represa
Matojiro. El agua es conducida por medio de un canal y un puente canal
hasta una conduccin por tuberas que la transporta a la planta de
potabilizacin de Mamatoco, en donde se le realiza el tratamiento respectivo
para el consumo humano, cuyo costo se deriva del grado de contaminacin
con que el agua es recibida en la planta (Aguado, Bayona y Gmez, 2004:
47)
114
que el proceso de ordenacin de la cuenca se encuentra en sus inicios, y est
siendo adelantado por la autoridad ambiental correspondiente (Corpamag).
46
Comunicacin Personal, Gerente de Metroagua, abril 2005.
47
Este estudio consolida la informacin de tres fuentes: El estudio Nacional de Agua, los datos del IDEAM y
datos del IGAC.
115
a 4.000 mm. Para la serrana de San Lorenzo, donde nace el ro Piedras, las
precipitaciones oscilan entre los 2.500 mm en las partes altas hasta 500 mm en
las partes bajas de la cuenca.
La cuenca del ro Piedras presenta, segn los datos del IDEAM y el IGAC
consolidados en el estudio anterior, un rea de 616 Km2, lo que representa un
0.05 % del total nacional; presenta una magnitud de 12 en la relacin entre la
pendiente media por el rea de la cuenca; una densidad de los cauces de 0.018
por Km2. Presenta un total de 11 escorrentas distribuidas as: 3 de primer orden,
5 de segundo orden, 2 de tercer orden y una de cuarto orden, presenta una
elevacin de 1.250msnm.
48
Observacin directa recorridos realizados en el ao 2005 y 2006 en compaa del funcionarios de Parques
naturales y la organizacin no gubernamental Fundesban.
116
La cuenca del ro Piedras est ubicada dentro del distrito de Santa Marta. El
distrito cuenta con una poblacin aproximada de 279.958 habitantes, donde
aproximadamente unos 38.372 son habitantes rurales, y de estos
aproximadamente unos 1.835 son indgenas de los pueblos Kogui y Wiwa
(Snchez y Bosoni, 1999: 3). La cuenca del rio Piedras tiene una poblacin
aproximada de 3.500 personas, las cuales se encuentran distribuidas en 13
veredas (Nuevo Mjico, Cacahualito, Calabazo, Trompito, Transjordania, Tinajas,
Estrella, San Isidro, Donama, Limones, Boquern, Pramo de San Isidro, Colinas
de Calabazo), a lo largo de la cuenca del ro y de la carretera troncal del Caribe.
La cuenca se divide entre la cuenca alta, media y baja.
Aproximadamente, desde los aos 70 del siglo XX (FPSN et al, 1999), la mayora
de los bosques primarios y secundarios fueron talados para el establecimiento de
117
cultivos de marihuana. Segn la Evaluacin Ecolgica Rpida, a la Sierra le queda
aproximadamente un 15% de sus bosques primarios, siendo la cuenca del ro
Piedras una de las ms afectadas. Es necesario anotar que esta cuenca ha tenido
diferentes procesos de poblamiento y colonizacin segn las dinmicas
socioeconmicas locales, regionales y nacionales.
118
Cuarenta y Hernn Giraldo. Es importante mencionar que en el 2001 se dio un
desplazamiento de una importante poblacin de esta cuenca hacia los centros
urbanos sobre la troncal del Caribe debido a la disputa territorial y militar por el
control del acceso a uno de los principales negocios: las rutas para la exportacin
de la cocana colombiana hacia el mercado internacional (EEUU y Europa),
establecidas en las zonas perifricas y costeras del norte de Colombia, entre la
frontera con Venezuela y la ciudad de Barranquilla principalmente.
119
del Parque Tayrona y Grupo Comunitario Ecolgicos por Naturaleza (Sierra
Diana, 2003: 42, Citado en Aguado, Bayona y Gmez, 2004: 12)
Es necesario recordar, que esta zona ha sido desde los ltimos treinta aos, lugar
de establecimiento de cultivos de marihuana (dcada de los 70 del siglo XX),
cultivos de coca en los finales de los aos 90 y primera dcada del presente siglo,
zona de trfico y circulacin de contrabando a partir de la apertura de la troncal del
Caribe conectando Santa Marta y Riohacha desde los aos 70. El establecimiento
de estas economas ilegales y de frontera, ha tenido implicaciones profundas en la
propiedad de la tierra y el uso y manejo de sus recursos, entre ellos, por supuesto,
el agua.
De hecho, cuando se pregunta por las causas y razones de la escasez del agua
en Santa Marta, la empresa administradora del acueducto y alcantarillado
Metroagua, se remite49 a esta situacin de la cuenca (el hecho de que sea una
cuenca en donde se establecieron cultivos ilcitos y los agentes ilegales armados)
como una explicacin y justificacin del problema de desabastecimiento de agua
en la ciudad. Al haber cultivos ilcitos, hay deforestacin y el haber grupos
armados, quiere decir que no hay gobernabilidad sobre dicho territorio para
controlar la situacin, lo que hace que la empresa evada su responsabilidad a
cerca del abastecimiento regular de agua para la ciudad, dado que los problemas
o la causas de dicha situacin ambiental estn fuera de las capacidades, mbitos
de accin y jurisdiccin de la empresa privada.
49
Entrevista con el Gerente de la Empresa Metroagua Seor Luis Eduardo Arango, Santa Marta, Abril, 2005.
50
La directora del Parque Tayrona Marta Hernndez (q.p.d.e) fue asesinada en el ao 2002 a manos de
sicarios.
51
Plan Colombia, Programa de Familias Guardabosques, ejecutado por diferentes entidades del estado
(Corporaciones autnomas regionales, Presidencia, Accin social, ONG Fundesban). Financiado con recursos
de la cooperacin internacional de los Estados Unidos de Amrica; y el Plan de desarrollo sostenible de la
Sierra Nevada, Programa Conocimiento, Organizacin y Manejo (FPSN), Proyecto de Aprendizaje e
innovacin para el desarrollo sostenible de la Sierra Nevada de Santa Marta (PAIDS), ejecutado por la
Fundacin prosierra y financiado por el Banco Mundial y el Departamento Nacional de Planeacin Nacional
120
travs de una geografa selectiva (Palacios, 2001 citado por Serje: 2005: 32) o
focalizacin que incluye a unos y excluye y desplaza en el espacio y en el tiempo
a otros (poblaciones y problemas) hacia nuevas cuencas y lejanos momentos para
ser sujetos de intervencin. Esta geografa selectiva, que desplaza y pospone, es
un ejemplo ms de cmo la visin de la planificacin que ordena, regula,
normaliza desde la lgica de la escisin, de la zonificacin y de la separacin,
coadyuva a la mercantilizacin del territorio y sus recursos. Por ejemplo, las
priorizaciones de cuencas realizadas en el marco de la aplicacin del Plan
Colombia en la Sierra Nevada de Santa Marta con el programa de sustitucin de
cultivos ilcitos (2002 -2007) o el Proceso Troncal del Caribe, en el caso del
proyecto PAIDS (2000-2007). Mientras que, las cuencas y poblaciones de los ros
Piedras, Guachaca, Buritaca y Mendihuaca eran intervenidas con el Programa de
Familias Guardabosques para sustituir cultivos, a travs del cambio de actividades
ilcitas de las comunidades campesinas y colonas con un subsidio econmico
dado a travs de un contrato individual y colectivo para la conservacin de
bosques, la coca caminaba hacia las cuencas de San Salvador, Jerez, Don
Diego, Palomino y ro Ancho. Y en este caminar se cambiaban los propietarios de
las tierras, se devastaron amplias zonas de bosque para los nuevos cultivos y se
desplazaban pueblos y comunidades enteras.
121
UNDOC Monitoreo del programa de Internacional, nacional
erradicacin de cultivos
ilcitos
Fundacin Prosierra Programa COM, Proyecto Regional, local
PAIDS, Proceso Troncal del
Caribe, Subproyectos
Arritayrona, Econat,
Comutayrona, Los Cocos.
DNP PAIDS Nacional, local
Banco Mundial PAIDS Internacional, nacional,
regional, local
Fuente: Lorena Aja Eslava, 2006.
Esta cuenca adems se consolida como el rea de expansin del distrito hacia el
norte asociada al desarrollo de Santa Marta y la Sierra Nevada como destino
turstico nacional e internacional en tres mercados diferenciados: turismo de sol y
playa (Parque Tayrona, playas de Santa Marta y sus alrededores, turismo de rio y
rural (zona de amortiguacin del parque Tayrona y parque Sierra Nevada),
ecoturismo, agroturismo, y turismo cultural o etnoturismo dentro de los Parques
Tayrona y Sierra Nevada. La proyeccin de esta zona, valorada por el gremio
turstico por el potencial de su ubicacin (zona costera con todos los ecosistemas
en un rea muy pequea, sus recursos naturales (paisaje y biodiversidad) y
humanos (diversidad cultural) pone en la encrucijada y en disputa las formas de
territorialidad en proceso de transformacin dados los cambios en la proyeccin
econmica, los intereses implcitos en esta, los cambios en la organizacin social
y en la distribucin y acceso a los recursos. Esta disputa se hace palpable de
52
Para ver datos sobre cambios en los ndices de pluviosidad y temperatura consultar IDEAM, Segunda
Comunicacin Nacin al ante la convencin Marco de las Naciones Unidas para el cambio climtico.
IDEAM, Bogot, 2010.
122
manera ms sensible cuando hablamos del agua dado que para todas las
actividades de la cuenca, el agua es un recurso estratgico que est en la mira de
todos los sectores dada su importancia y relativa escasez o disponibilidad.
123
modelo poltico de manejo del territorio, es claro que una de las maneras de
controlar poblaciones es a travs del control del acceso al agua.
Pero tanto la ciudad como el rea rural dependen del comportamiento de las
lluvias en la Sierra. En la Sierra y en el caso de la cuenca del ro Piedras es claro
este acceso y disponibilidad del agua est determinada por la estacionalidad de la
oferta (lluvias y otros fenmenos climticos como los fenmenos del nio y la
nia). Este aspecto es un elemento estructurante de la territorialidad, la memoria y
la percepcin territorial de la poblacin53. Es de resaltar que en varias de las
veredas de la cuenca, la historicidad y memoria estn organizadas sobre la base
de tres ejes discursivos: el desarrollo, la violencia y los cambios climticos y
desastres naturales.
53
Las personas habitantes de la cuenca con las que se estableci comunicacin personal, referencian como
hitos, las inundaciones de 1999, la sequa de 1992, entre otros.
54
Comunicacin personal Campesinos de la zona, Funcionarios de Parques y de la Ong Fundesban.
124
Los procesos de violencia asociados a que la zona se puede considerar un frente
de colonizacin, zona de frontera entre la soberana estatal y un espacio de accin
de los grupos armados y otras actividades ilegales, que se manifiestan en la
disputa entre grupos ilegales por el control del territorio y sus recursos. Por
ejemplo la guerra entre frentes de las Autodefensas Unidas del Magdalena
dirigidas por Hernn Giraldo, contra las Autodefensas Unidas de Colombia
dirigidas en ese entonces por Carlos Castao, que durante los aos 2001 y 2002
se disputaron este territorio, generando procesos de desplazamiento forzado,
masacres, homicidios, abandono de tierras. Posteriormente la llegada del Plan
Colombia y el proceso de desmovilizacin de las AUC tambin son referentes
claves del territorio. Estos fenmenos quedan registrados en la memoria colectiva
de los moradores y son hechos que recientemente han estructurado las dinmicas
territoriales de la cuenca del Ro Piedras55 (2000-2007).
55
Comunicacin Personal Luis ngel Palma (2003, 2006), Profesional de Apoyo FPSN y Diana Sierra,
Profesional de apoyo FPSN (2003, 2006).
125
Es evidente que hay una intensificacin de la demanda de agua debido a las
nuevas actividades econmicas y de servicios y al crecimiento de la poblacin en
el distritito de Santa Marta y las nuevas concentraciones peri urbanas derivadas
de estos desarrollos.
56
Accin Social (Programa de la Presidencia de Repblica, como una agencia para manejo de
recursos nacionales e internacionales, creada durante el Gobierno de lvaro Uribe Vlez (2002-
2010).
126
mostrar como el discurso del desarrollo sostenible ha cooptado todos los sectores
haciendo que el agua sea un nuevo captulo que se abre en este proceso de
mercantilizacin de la naturaleza, sin que esto suponga realmente un
ordenamiento y una construccin de acuerdos reales sobre cmo se deben dar las
relaciones humanos naturaleza en contextos de conflicto social, ambiental y
econmico.
57
Entrevista realizada a Rodolfo Rodrguez, Coordinador del PAIDS, Veterinario y especialista en desarrollo
Rural. Entrevista realizada en Santa Marta, Octubre de 2005.
127
una inversin con incentivos para la comunidad rural, con la pretensin
de que esta a su vez, como contraprestacin, se comprometa
integralmente en las polticas ambientales. La experiencia y el trabajo
en la Fundacin Pro-Sierra han demostrado que sus polticas estn
dirigidas a utilizar nicamente la herramienta ambiental por encima de
cualquier otra consideracin, ignorando los intereses, necesidades y
experiencia de los integrantes de esas comunidades, a los cuales dejan
en un segundo plano.
58
Ver Entrevista Completa en Anexos.
128
para, con esta informacin, disear planes de manejo de desechos
slidos de este cultivo y simultneamente ensear a la comunidad
sobre la posibilidad de utilizarlos como fertilizante en los cultivos del
mismo y otros de pan coger.
129
Al trabajar con las organizaciones se les plante un camino a recorrer, con unas
reglas de juego que no siempre fueron claras al inicio, pero que implican la
apropiacin de unas representaciones, lenguajes y procedimientos para acceder al
desarrollo sostenible o por lo menos a los beneficios de un proyecto, fueran
estos dinero, infraestructura, un empleo temporal, o ascenso social por mejorar el
estatus al ser participante de un proyecto forneo. Estas reglas implican en
ocasiones intervenir sobre estructuras y relaciones sociales y de poder ya dadas
pero no siempre explicitas ni visibles a quienes intervienen y que en el caso de las
comunidades del Proceso de la troncal del Caribe eran organizaciones (juntas de
accin comunal, cooperativas, grupos ecolgicos) que durante veinte aos haban
tenido que sobrevivir, resistir o adscribirse dentro de un juego peligroso
relacionado con las autodefensas como agentes de control social, poltico y
econmico de la regin. En tal sentido, construir pactos socioambientales para no
tumbar el bosque o para proteger las fuentes de agua o no contaminar las
quebradas, no son simples acciones derivadas de una conciencia ambiental
generada por la iluminacin o aprendizaje del proyecto. Esas complejas acciones
implicaban transformaciones en las estructuras de poder y de toma de decisiones
de las localidades, veredas, organizaciones, por lo cual no era tan fcil hacer y
formalizar acuerdos sobre el manejo y uso del territorio.
59
Es una lnea de crdito blando del banco mundial en donde se presta pequeas cantidades de dinero (5
millones de dlares) a los pases para realizar aprendizajes e innovaciones en la implementacin del desarrollo
sostenible. Estos aprendizajes e innovaciones se tradujeron en que campesino e indgenas aprendieran la
lgica de los proyectos, el manejo de recursos financieros y el lenguaje correspondiente.
130
desde lo local, desde las comunidades. Para Gabriel Tirado, el Director
del Parque Sierra Nevada, institucionalizar significa que la Gobernacin
del Magdalena certifique que esa rea est protegida por CORPAMAG,
pero lo que est claro para nosotros, por la experiencia, y que nos
indica su factibilidad, es que debe de haber una adecuada y equitativa
participacin de la institucionalizacin pblica, donde intervengan las
corporaciones autnomas regionales y sepan que existen esas reas,
que ellas estn delimitadas claramente, que se sabe el nmero de
hectreas involucradas, que pertenecen a determinado municipio,
corregimiento o vereda y que una comunidad especfica es la que las
est administrando o manejando. Hay que precisar que estas reas
pueden ser propiedad pblica o privada o terrenos baldos del Estado.
131
que estar a paz y salvo con los impuestos, entonces aparecan deudas
de $7.000.000 u $8.000.000 millones de pesos. Desde luego que no se
puede creer que estemos promoviendo la venta de tierras, la idea es
estabilizar a la gente a travs de los incentivos tributarios y ms an en
el caso de quienes estn al da. As pues, que esta es una de las
estrategias claras de la institucionalizacin desde lo pblico y la otra
que nosotros estamos trabajando ms en detalle- es la
institucionalizacin desde lo local.
132
intencin de, ms adelante, utilizarlas fragmentadas en su beneficio,
con todo lo que esta accin conlleva (talas, quemas, cultivos
indiscriminados, etc.) devastando el escaso bosque primario que an
subsiste. La situacin descrita, se dio bajo la existencia de pactos, lo
que nos conduce a presuponer que si ya sucedi, es posible que se
repita. La solucin y previsin, indiscutiblemente, es recurrir a la
formalizacin y legalizacin de estos pactos por escrito, para que
hechos como los descritos puedan ser reprimidos y se pueda exigir por
la va legal su cumplimiento.
Pasemos ahora a otra escena en donde los campesinos de la troncal del Caribe
son los protagonistas.
133
Es 25 de febrero de 2005 en Santa Marta, en el coliseo menor se est
desarrollando una sesin de firmas de contratos y entrega de bonos del
plan Colombia PFGB Programa de familias guarda bosques. En el
centro del coliseo (donde se juega futbol sala o basquetball) estn siete
funcionarios con sus mesas y asientos y las cajas con los contratos y
bonos. Enfrente de ellos las filas de las personas que vienen a firmar y
reclamar su bono. Se ven muchas mujeres jvenes y hombres mayores.
Alguna gente se sienta en las gradas a esperar su turno o a que llegue
el lder o presidente de cada junta u organizacin para que indique
donde hacer la fila y que ha pasado con los procesos (inscripcin en el
programa, contratos, bonos, cambios de tierras). Quienes tienen a su
cargo la ejecucin de la parte social del plan Colombia en el
Magdalena a travs del PFGB es la fundacin bananera FUNDESBAN;
que es dirigida actualmente por Claudia Valencia.
A algunos de ellos el lunes les dan sus bonos. No a todos les llega los
800.000, ahora a los nuevos les llega 600.000 pesos y creen que
seguir bajando el valor del bono.
134
Para la inscripcin en el programa deben traer la escritura del predio y
la fotocopia de la cedula de ciudadana. Es un contrato personal con 6
clusulas. La gente que firma, generalmente no lee los contratos.
En su finca hay un nacimiento de agua que corre a 100 o 150 cm3 por
minuto. El reguio viene por gravedad, en verano es cuando se
necesita la manguera, ahora est haciendo invierno.
135
Figura 15: Programa de Familias Guardabosques, Santa Marta.
Fuente: Accin Social, PFGB.
Resalta el hecho de que en una misma cuenca con una misma poblacin, una
institucin realice contratos en los cuales una familia y una vereda se
comprometen a erradicar los cultivos de coca y en otra intervencin los pactos
socioambientales sean acuerdos de palabra que difcilmente pasan a la
formalizacin e institucionalizacin. Mientras que en el PFGB el mismo presidente
de la repblica vino a persuadir a la comunidades sobre la conveniencia de
aceptar el programa y legalizarse al pasar a la economa de subsistencia, en el
otro caso ni el mismo Banco Mundial pudo enfrentar los cuestionamientos de los
grupos al margen de la ley respecto a esas locuras de la conservacin ambiental
cuando lo que la gente quiere es desarrollo, carreteras, internet.
136
4.2. AGUA PARA RIEGO Y CONSERVACION: AGROINDUSTRIA, INDIGENAS
Y DESASTRES NATURALES: EL CASO DEL RIO ARACATACA
La cuenca del Aracataca se debate entre la explotacin intensiva del suelo para
cultivos de palma africana y banano y en la parte media alta cultivos de pancoger
y caf, adems de bosques. El uso y manejo del agua es un aspecto crtico de
esta cuenca.
137
como son el KoguiMalayoArhuaco y Arhuaco de la Sierra; a su vez, ha sido
declarada Reserva del Hombre y la Biosfera, tanto el macizo mismo como la
Cinaga Grande de Santa Marta, donde el ro desemboca; y zona Ramsar,
tambin en la zona de la desembocadura del ro en la Cinaga Grande, declarada
como tal en 1998 (UAESPNN,2003, 2005).
Las partes media y baja de la cuenca, son consideradas como las de mayor
erosin y degradacin y, por ende, las que se deben intervenir de manera
prioritaria. Esta zona cuenta con una superficie total de 17.792 hectreas que van
desde el lmite inferior del resguardo Arhuaco de la Sierra hasta la cabecera de la
vereda El Torito. De esta zona, se han caracterizado 4.408 hectreas en estado
de erosin severa.
138
El desbalance entre la oferta y la demanda de agua, acentuada en periodos de
verano, genera fuertes enfrentamientos entre los usuarios por el escaso recurso
disponible. En estos enfrentamientos terminan siendo privilegiados aquellos que
se abastecen de las primeras bocatomas, haciendo uso de la construccin de
trinchos o barreras en el cauce de la corriente, y los usuarios del distrito de riego,
quienes velan por sus intereses particulares y no permiten el suministro equitativo
y racional para todos. Esta situacin es grave, lo cual se evidencia al observarse
que ms del 70% de la zona no ha resuelto el acceso al agua potable, ni tampoco
la disposicin de basuras y aguas servidas.
Tabla 5. Mdulos de riego en la cuenca del ro Aracataca
Cultivo Sistema de riego Mdulo de riego
Palma de aceite Gravedad 1.1 lps/ha
Banano de exportacin. aspersin subfoliar 0.81 lps/ha
Banano Gravedad 1.21
Arroz Gravedad 1.44
Ctricos Gravedad 1.04
Pasto de corte Aspersin 0.81
Pastos Gravedad 1.21
Flores 1.1
Pancoger gravedad 1.1
Abrevadero 0.006
Usos domsticos gravedad 150 lts/hab/da
Fuente: Corpamag, Mercedes Rojas, Coordinadora Subregin Sierra Nevada, 2005.
139
562,14 L/s Buenavista Carlos Noguera 30 palma 33
El Treinta y los Alberto Dvila y 450 palma
Campanos Carmen 495,04
Abondano
Antioquia Distrito de Usoaracataca 1818,5 2730,13
2765,53 L/s Aracataca palma; 328
banano;
124,1 arroz;
135 pastos;
77,2
pancoger;
ctricos 24,3;
2 flores
Acueducto Municipio de 20.390 Hbts 35.4
Aracataca
Jerusaln Jerusaln Luis Fernando 200 palma; 395,1
395,1 L/s Garca 50 arroz
80 pastos
Playitas El Buitre Jairo Bedoya 30 pastos 36.3
Santa Mara Jorge Serrano 10 palma 49,21
25 arroz; 2
258,93 L/s pancoger
Cundinamarca Arturo Albine 25 arroz 74,81
30 pastos; 2
pancoger
El Ciruelo Gerardo Serrano 30 palma 33.3
140
731,53 L/s Los Guayabos Extractora El 220 palma 242,01
Roble
Palo Alto Inv. Gnecco 200 palma 220,01
Espinosa
La Economa La Economa Agropecuaria El 10 palma 11,01
121,02 L/s Tambor
Palo Alto Inv. Gnecco 145 palma 160
Palo Alto Palo Alto Espinosa 300 palma 330,01
539,02 L/s Las Mercedes Agropecuaria El 200 palma 220
Tambor
Suramrica Suramrica Extractora El 220 palma 242,01
242,01 L/s Roble
San Rafael San Rafael 1 Alfredo Maya 100 arroz 206,03
334,04 L/s 50 pastos
San Rafael 2 Bernardo Maya 60 palma 128,01
50 pastos
Captaciones Hato Nuevo Sinforiano pastos 15
directas Restrepo
Piedecuesta Frutales de 45 banano 36.51
132,63 L/s Aracataca
Mara Antonia Eduardo de las 20 banano 16,21
Salas
La Florida Inversiones 44 palma 48.4
Padornelo
La Economa Agropecuaria El 15 palma 16,51
Tambor
Quebrada Macaraquilla lvaro Noguera 60 Palma 66
Macaraquilla 300 Has
353,44 lps Buenavista Carlos Noguera 70 Palma 77
128 Has
Vega Jos Mara & Ca. 28 banano 23,44
30 Has S en C lavado de
fruta
El Cacao Herederos Jaime 170 Palma 187
400 Has Serrano Reyes
Fuente: Corpamag, Mercedes Rojas, Coordinadora Subregin Sierra Nevada, 2005.
141
estas experiencias, queremos resaltar dos que han sido fundamentales en la
construccin de las relaciones entre los actores de esta cuenca (pueblos
indgenas en la parte alta, colonos y campesinos caficultores en la parte media, y
empresarios bananeros y palmeros en la parte baja), de las representaciones y de
los significados del agua en la misma.
Encontramos all que los conceptos desde los cuales se ve el manejo de la cuenca
es el de la planificacin ambiental, la racionalizacin del espacio y de las
relaciones entre actores, as los conceptos claves desde los cuales se plantea el
problema de la conservacin de la cuenca es la inequitativa distribucin de los
costos y de los beneficios de la conservacin. La cuenca se concibe ms como un
espacio con unos recursos que satisface las necesidades de las poblaciones que
como un territorio social y culturalmente construido en donde tienen lugar las
relaciones entre poblaciones y entre ellas con el entorno natural. La relacin entre
los actores de una cuenca se concibe como una relacin entre quienes producen
el recurso agua y quienes demandan el mismo. Es decir que estas relaciones
estn mediadas por la relacin de oferta y demanda de un recurso. No se habla
del ciclo hidrolgico ni de las formas cmo las poblaciones asentadas intervienen
en l con los diferentes usos que le dan al agua.
142
A partir del trabajo adelantado entre los aos 2001 al 2004, se han desarrollado
estrategias intersectoriales para empezar a poner en prctica algunas prcticas de
manejo colaborativo o comanejo. Tal es el caso del convenio entre la UAESPNN,
ms especficamente, del parque Sierra Nevada, las fundaciones Fundeban y
Fundepalma, como representantes de los gremios y la organizacin indgena
Gonawinda Tayrona como representante de los pueblos indgenas de esta zona,
especficamente del pueblo Arhuaco. Este convenio tena por objetivo, desarrollar
algunos proyectos que permitieran desarrollar estrategias de conservacin de la
cuenca, aplicando algunos de los lineamientos indgenas para la misma, tal es el
caso de la recuperacin de los sitios sagrados o puntos de Lnea Negra, la
regeneracin natural de los bosques, el reasentamiento indgena en zonas que
haban sido habitadas por colonos campesinos. A la vez, que se quiso
implementar algunas de las directrices indgenas, tambin se quisieron aplicar
modelos de economa ambiental, disciplina que recientemente ha surgido como
herramienta para medir y valorar los recursos naturales y proponer, a partir de una
mirada econmica, estrategias de uso y manejo de los recursos naturales de
manera sostenible (UAESPNN, OGT, FUNDEBAN: 2003).
Para los industriales del agro, como son los bananeros, palmeros, cafeteros,
arroceros, ganaderos y para las industrias de los servicios como las empresas de
acueducto y alcantarillado, el agua se entiende como capital y se maneja como tal.
Se trata de controlar su curso, cantidad, calidad y disponibilidad del lquido, a
travs de obras de infraestructura para su conduccin (distritos de riego, canales,
reservorios, acueductos), mediciones sobre su abundancia o escasez (indicadores
de escasez) y desarrollo de tecnologas (plantas de tratamiento). En esta
143
concepcin, no prevalece la idea de totalidad, sino que prima el inters econmico
sobre cualquier otro inters. Desde esta perspectiva la Sierra y su territorio se ven
como una fabrica de agua. Al ser entendida la Sierra como fabrica de agua,
biodiversidad, negocios eco tursticos, ya no se est en la dimensin sagrada de la
interconexin de los lugares y el sentido de equilibrio y cuidado sino que se est
en el ltimo peldao del utilitarismo capitalista. Primero, se mercantiliz la tierra y
el trabajo (Escobar, 1999), ahora el agua como recurso hdrico o cadena
productiva. Como dice la reciente propaganda de la empresa Coca-Cola para
promocionar aguas embotelladas con sabor a frutas, el agua avanza. En
realidad, el agua no avanza, empieza a escasear por el mal manejo; lo que avanza
es el agua como negocio, como mercanca.
144
Se tiene identificado en la cuenca los mltiples problemas del uso y manejo del
agua, entre ellos la sobre explotacin del recurso y la contaminacin de las
quebradas y afluentes por inadecuados sistemas de vertimientos de aguas
servidas del casco urbano y de las actividades agroindustriales. Por otra parte, en
la zona baja de esta cuenca, no solamente se hace uso de las aguas superficiales
(ros, a travs de boca tomas de los acueductos y distritos de riego para los
cultivos) sino que se utilizan aguas subterrneas a travs de la excavacin de
pozos, construccin y llenado de reservorios, generndose en algunos casos la
salinizacin de los acuferos. La salinizacin de los acuferos son un indicador de
que la demanda del recurso supera las posibilidades de recarga de los mismos.
Otro problema identificado es que la deforestacin a lo largo de toda la cuenca ha
generado dificultades para la regulacin del agua, en tanto que en verano el agua
escasea y en invierno hay inundaciones, avalanchas, y derrumbes, dado que los
suelos no tienen como soportar la carga de agua y se lavan.
145
se busca aumentar los niveles de cobertura y calidad de los servicios de agua
potable y saneamiento (DNP, 2005; Conpes 3385/2005 citado por Beaufourt,
2007). Esta modernizacin implica la bsqueda de estndares econmicos y
financieros que son ms fciles de cumplir por parte de los operadores privados
que de los pblicos o comunitarios. De tal suerte que los municipios han realizado
alianzas para que a travs de la regionalizacin acceder a emprstitos en la banca
multilateral para el desarrollo de los planes departamentales de agua, acueductos
regionales, y dems estrategias que terminan promoviendo un proceso de
privatizacin en nombre de la eficiencia y productividad.
146
est atravesado por mltiples intereses, escalas y dimensiones muchas de ellas
en franca contradiccin.
147
decisiones de la cuenca, asunto que implica generar los espacios de interlocucin
y concertacin entre diferentes actores, no como objetos de una intervencin sino
como sujetos de su propio desarrollo.
148
no como resultado sino como punto de partida de los proyectos, la formacin y
nivelacin de actores e instituciones, el fortalecimiento organizativo como fin y
como medio para el logro de los objetivos de conservacin, comunicar para
facilitar la comprensin y para aproximar percepciones distintas. A partir de all
realizaron la problematizacin y el desarrollo de los objetivos del proyecto. El
problema identificado fue:
Es importante mencionar que durante este periodo, hubo cambio del gobierno
nacional y bajo la nueva administracin del presidente Uribe hubo una
transformacin de las polticas ambientales, restructuracin del ministerio del
ambiente pasando a ser Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial;
haciendo que instituciones adscritas al ministerio como la unidad de parques,
tuvieran cambios en su funcionamiento y el ms significativo de ellos fuera la
reduccin de sus presupuestos para la conservacin y la concesin de los parques
a entes privados para la operacin de los servicios tursticos.
149
En la puesta en prctica de estos proyectos quedan evidenciadas en sus
dinmicas y desarrollos las tensiones sociales, culturales y polticas existentes que
son tanto histricas (blancos-indgenas, empresario-obrero, campesino-mestizo-
instituciones), como coyunturales frente a las representaciones que cada actor
tiene del otro y que a la hora de pensar un manejo conjunto o colaborativo de una
cuenca, implica construir relaciones entre actores, conscientes de su
interdependencia. Pero esto pasa adems, por reconocer las demandas de cada
actor, lograr el reconocimiento de la interdependencia siempre y cuando se
reconozca la independencia o autonoma de cada actor y su rol en el escenario del
manejo del agua y el bosque:
150
rgidos, que no estuvieran centrados en temas de inversin concretos,
en metas que no fueran concretas. Es decir, que por ejemplo no
decamos vamos a reforestar con acacia esta zona, porque de pronto
el problema era otro y no se necesita eso. Lo que se haca era un
fondo comn de dinero y en donde despus de un ejercicio con la
gente, se analizaban temas como qu hay, cmo lo manejo, cmo se
manej, qu problemas se han presentado, se racionalizaban y
analizaban integralmente los problemas y se priorizaban los mismos
que causaban mayor impacto desde lo social, ambiental, lo productivo,
etc.,. Una vez hecha esta tarea, con la misma gente se construan unos
proyectos y se presentaban a los comits tcnicos de los convenios
para su aprobacin o para realizar los ajustes que fueran necesarios.
Esta forma de actuar era interesante, porque los proyectos finalmente
contaban con la intervencin de la comunidad y no partan de personas
ajenas a la problemtica que se pretenda atender.
T. R.: No. Podemos decir que esta figura era mecanismos que se iban
construyendo, pero en lo que respecta a la metodologa de trabajo
comunitario, s fue propuesta por Parques.
L. A.: Cuando termina este proyecto, qu resultados concretos se
obtienen y qu sucede despus?
T. R.: Con ese proyecto se obtuvo una plena visibilidad del parque por
parte de la gente comn y corriente, que hasta ese momento no saba
nada del parque, de la existencia de la Sierra Nevada, su importancia
desde el punto de vista cultural, que haba resguardos, cul era su
razn de ser, su trascendencia biolgica y cultural. El otro avance es en
el tema interinstitucional y la importancia que se gan en el mbito de
la regin y especialmente en los departamentos del Magdalena y el
Cesar. Algo en la Guajira, en lo referente al proyecto Zona Norte, pero
con instituciones de la Guajira no fue posible avanzar; pero es que hay
que tener en cuenta que con lo que tenemos ya estamos a plena
capacidad operativa, que entre otras cosas, es muy limitada
L. A.: No obstante que haya alguna legislacin muy esparcida sobre el
tema, hay unos acuerdos con la gente que no llegan a tener un
carcter de legalidad aun cuando pueden ser legtimos. En esa medida,
Qu tanta solidez y seriedad pueden tener estos acuerdos,
independientemente de que estn o no por escrito y cul es en la
prctica la actitud de la gente frente a los mismos?
T. R.: Todos sabemos que el trabajo comunitario es de lo ms
impredecible en resultados. Ms an cuando la intervencin
institucional en el tiempo ha sido muy variada. Ha habido mucho
engao por parte de las instituciones y de las personas hacia la
comunidad, ese tema ha sido muy complejo en el tema comunitario. En
151
cuanto a los acuerdos, la propuesta se fue construyendo desde que
llegamos, lo fuimos puliendo. La metodologa lo que plantea es la
identificacin del problema, como por ejemplo en lo que se refiere a las
quemas ya establecimos que ese es un hbito, una costumbre y con el
proceso tcnico vimos que hay alternativas para evitar la quema o por
lo menos para controlarla. Lo mismo pasa con el tema de la caza, con
la tala y con el manejo de las aguas, etc. Buscamos que esa
problemtica comience a manejarse y a cristalizarse ya con
compromisos escritos, que inicialmente se quisieron convertir en
Resoluciones proferidas por Parques. Comenzamos con Acuerdos
escritos de la gente con la misma gente, por supuesto con la
intervencin de Parques. Eso ha llegado tan lejos, que incluso ellos
mismos le hacen seguimiento y los cumplen y los reglamentan.
L. A.: Qu comunidades lo hicieron?
T. R.: Por ejemplo, en Miramar, que queda en la cuenca del
Mendiguaca, es una comunidad en donde la institucionalidad era muy
limitada, en donde Parque lleg a trabajar y encontr que la gente
estaba retornando despus del problema complejo de la coca. All
Parques colabor con la comunidad en la construccin de la escuela y
en arreglos agroforestales. El proyecto se acab a mediados del ao
pasado y nosotros volvimos a los seis meses y encontramos que el
entusiasmo no ha decado y la gente continua con sus dinmicas
organizacionales propuestas por nosotros, en donde en cada grupo
grande de la comunidad hay grupos ms pequeos, que cuentan cada
uno con un personaje que es el dinamizador, encargado de motivar,
controlar actividades y compromisos, igualmente hay un grupo de
veedores que estn fiscalizando actividades y resultados y hay un
coordinador general. En fin, encontramos que la propuesta continuaba
funcionando plenamente con el entusiasmo y la actividad de la misma
comunidad, no solamente con el proyecto que tenan con nosotros sino
con otras iniciativas que llegaron ah. Ese es el resultado que nosotros
buscamos, es decir, que el resultado sea para beneficio de la
comunidad y no como un simple resultado para el proyecto. En el
campo de la produccin ya encontramos que se estn
institucionalizando prcticas de manejo agrcola adecuado como por
ejemplo la siembra escalonada en las pendientes, barreras vivas,
arreglos agroforestales, diversificacin, produccin de abonos
orgnicos, manejo de especies menores. Estos ya son logros que sin
ser soluciones totales, son el comienzo de un importante proceso.
L. A.: Hablemos algo sobre el tema del manejo del agua S se aprecia
algn resultado?
T. R.: Este tema del manejo del agua no fue muy concreto dentro de
los proyectos. Inicialmente, en esa primera fase, se trabaj ms en el
aspecto de la conservacin del agua, de los ojos de agua, su
152
aislamiento, al manejo de las coberturas primarias y zonas crticas,
recuperacin, etc.
L. A.: Cul es el comportamiento de las comunidades en el manejo de
aguas para sus cultivos? Dependen de agua s lluvias o utilizan
implementos como mangueras o soluciones como pequeos distritos
de riego para conducir el agua a donde la requieren, o se valen de
todos estos medios?
T. R.: Para sus huertas caseras, que les proporciona su seguridad
alimentaria, la gente utiliza el regado con manguera. Para reas ms
grandes habr que implementar soluciones para el futuro. Este asunto
del agua es un tema de concientizacin. Nosotros convocamos
reuniones interveredales en donde cada uno de los miembros refera
su experiencia a los de las otras veredas. Se cuestionaban sobre el
futuro de su familia frente a la realidad ambiental. Estn conscientes de
que el tamao de las fincas va decreciendo y, por consiguiente, la
produccin tambin disminuye. Ellos han visto que el AGUA viene
disminuyendo y que son grandes las variaciones en los ciclos de
verano e invierno. Este tema est relacionado con el de cobertura,
bosques, ojos de agua, captaciones, etc., y esto lo entienden
claramente.
L. A.: Terminado el Ecoandino, qu viene despus?
T. R.: Cuando se acabe el Ecoandino empieza una autocrtica muy
fuerte frente a lo que fue ese proceso, por lo que ya hemos
mencionado. Sin embargo, no hay que olvidar que la Sierra es muy
grande, es inmensa, frente a otros parques. Nosotros tenamos
dieciocho frentes de trabajo, seiscientas familias con las que
trabajbamos y con las que ya se haban hecho logros, como por
ejemplo que ya se estaban disminuyendo las quemas, ya se haban
hecho unos acuerdos, ya se estaban controlando las talas, el manejo
de la fauna, etc., pero la pregunta era y qu tanto contribuyen estos
cuantos logros a la conservacin del parque? Es que la cantidad de
dinero que se requiere es inmensa para que se pueda apreciar un
impacto real.
L. A.: Por qu la intervencin se realiza siempre con los campesinos,
con los indgenas, cuando la problemtica no solo tiene que ver con
ellos sino con el resto de personas que no necesariamente se
encuentran en el mbito rural y que pertenecen a la poblacin urbana
que, generan ms contaminacin?
T. R.: Ah va el otro punto que nos hacemos en la autocrtica, frente a
los sistemas sostenibles. El sistema sostenible quiere hacer un trabajo
muy exigente de presencia permanente con la gente, una dinmica
fuerte que requiere un desgaste bien grande para hacer un buen
trabajo. Nosotros no trabajamos solo en este tema de la sostenibilidad,
tambin est el trabajo poltico con los indgenas, el del ordenamiento,
el de los acuerdos y otros ms. Por otro lado, est el trabajo frente al
153
agua, el trabajo para definir mecanismos para la oferta y demanda de
bienes y servicios ambientales, en el cual haba de tenerse en cuenta
el aprovechamiento de recursos que estaba haciendo cierta gente en la
parte alta, que los estaba conservando o tambin deteriorando. En este
momento entendimos que el asunto del sistema sostenible, para las
caractersticas que tiene el parque, se nos estaba convirtiendo en un
tema muy puntual, muy concreto, y nos preguntbamos que tanto nos
iba a aportar a un real ejercicio de ordenamiento. As pues que
empezamos a darle otra significacin y dejamos de hablar solo de
sistemas sostenibles y nos enfocamos hacia procesos de
ordenamientos de parques, a focalizar procesos en donde pudiramos
agrupar algunos trabajos y mirar el asunto verticalmente.
L. A.: Se puede decir que hay un trnsito de ordenamiento predial a
uno veredal?
T.. R.: Exacto. Estamos en esa discusin. En Bogot les gusta abordar
el tema desde lo predial y nosotros creemos que se debe mirar y hacer
un anlisis es desde lo veredal. Naturalmente que teniendo en cuenta
elementos de lo predial. Nosotros no podemos hacer un desgaste
haciendo ordenamientos de predios porque para el seguimiento, con el
poco personal que tenemos, no sera posible. No nos vamos a salir de
sistemas sostenibles. Todava hay asuntos pendientes, como por
ejemplo, el aspecto normativo, como las relaciones interinstitucionales,
el tema de los bienes y servicios ambientales, el de empezar a
involucrar al arrocero, al palmero, al ganadero, etc., en procesos que
ya estn maduros y explicarles que ya est en marcha un
comportamiento y compromiso de unas comunidades en la parte alta,
que estn ejecutando unos planes de ordenamiento y liberando unas
reas para la conservacin de cuyos resultados se estn beneficiando
ac abajo. Hay que interrogarles sobre cmo van a seguir manejando
el recurso ah abajo y cul podra ser la retribucin a las comunidades
de arriba por esa agua que se utiliza para la produccin y que ellos
manejan y cuidan con la conservacin de la cuenca. Ya hay un avance
en ese sentido con el proceso en Aracataca con los palmeros.
L. A.: Respecto de ese proceso, he hablado tangencialmente con
algunos de sus actores, pero, institucionalmente, como Parques, Qu
lectura le das a ese proceso?
T. R.: A mi juicio, creo que a este proceso que se le dedic mucho
tiempo y no fueron proporcionales los resultados obtenidos. Al final solo
qued una propuesta, un proyecto que creo que no fue impactante,
porque no se vio entusiasmo de parte de la gente cuando se enter de
l, no gener mayor inters ni expectativas para continuarlo, no
obstante que se le dedicaron casi tres aos de trabajo.
L. A.: Estbamos haciendo ese trnsito entre ordenamiento predial y
ordenamiento veredal. De todos estos procesos debe de haber
quedado alguna enseanza, alguna experiencia. Al respecto, por
154
ejemplo, el Jefe del Departamento de Gestin Ambiental de la Dole me
refera que tena un presupuesto de cincuenta millones de pesos para
su programa y, en mi opinin, esa cantidad es nfima en comparacin
con la dimensin de las cifras que se manejan en este campo. Esta
desproporcin es apreciable en casos como el manejo de una cuenca,
en donde los actores son gremios con poder econmico, instituciones
con bajos recursos y unos pobladores que tienen variado nivel de
organizacin y poder. Dados estos elementos, La estrategia de
reunirse, de buscar acuerdos, si ha dado resultados?
T. R.: Uno de los evidentes resultados del proceso de Aracataca fue
tratar de lograr que cada uno de los actores del la cuenca se pusiera
en los zapatos del otro. Los gremios tenan que hacer el ejercicio de
tomar la perspectiva del indgena que estaba en la parte alta y al
contrario. El objetivo era lograr la concientizacin de cada uno de ellos
en que entendieran que la responsabilidad de la conservacin de la
cuenca no era asunto nicamente de los de la parte alta y de las
instituciones, o de la zona media, o de los pobladores de la parte baja.
Esta es una labor mancomunada entre quienes se benefician,
consumen el recurso y lo producen y conservan. Est por verse qu
resultado permanente se logr. Ahora bien, la ejecucin de estos
procesos debe de conducir a que haya sostenibilidad en el mediano o
largo plazo, para que dentro del proceso, o a ms tardar al final del
proyecto, se logre involucrar a la gente, a los actores, en el mismo. Son
ellos fundamentalmente quienes tienen que participar en el proceso de
ordenamiento de la cuenca.
L. A.: Cundo mencionas a la gente, te refieres a los gremios?
T. R.: Me refiero a la gente que utiliza el agua, ganaderos, arroceros,
usuarios en general. Todos tienen que entrar a participar de ese
ordenamiento de la cuenca, tendiente a obtener una mayor
racionalizacin en el uso del agua y en la concientizacin de su
preservacin y consecucin de recursos.
L. A.: En trminos de comunicacin con las comunidades indgenas,
Cul es el lenguaje adecuado para transmitirles la importancia de un
proyecto o de una propuesta en el tema ambiental?
T. R.: Hay por lo menos dos procesos interesantes, pero tal vez por la
connotacin y la participacin de varias instituciones, el ms particular
es el de Valledupar, el de la Cuenca del Ro Clavos, porque all
participan la Corporacin, la CIT, el Comit de Cafeteros, que es un
gremio, est participando el mismo municipio de Pueblo Bello y hay
recursos de apoyo a ese proceso de ordenamiento que provienen de
fuentes internacionales y de Parques. Ahora bien, desde Parques
estamos apoyando la propuesta de que los planes de ordenamiento,
desde el punto de vista ancestral indgena, parten desde una
integracin entre el hombre y la naturaleza, que es lo que ha permitido
sostenerse hasta el da de hoy. Y justamente en esta etapa es que
155
consideramos que es indispensable que aportemos un soporte tcnico.
Desde luego que hay que hacer el ejercicio de identificacin de los
sitios sagrados y de su importancia desde el punto de vista cultural,
pero tambin hay que hacer una caracterizacin fsica del sitio sagrado.
A propsito de este tema, nos ha sorprendido gratamente el hecho de
que existe una profunda relacin entre estos sitios sagrados y los ciclos
del agua, el resultado de las cosechas, el asunto de lo biofsico, los
tipos de suelos, etc. Y es esta visin cultural del indgena la que nos
permite resaltar ante ellos la importancia de la conservacin del agua
en determinados entornos, asociada a la conservacin tambin de la
fauna.
L. A.: Se ha encontrado alguna correspondencia entre la visin
tcnica que tenemos nosotros de la problemtica ambiental y la visin
cultural que tienen los indgenas respecto de la importancia de la
misma? Se asume tal hecho conscientemente?
T. R.: Nosotros lo que hemos mirado es que en lo estratgico y para el
manejo de todo, el resultado van a ser unas acciones, unos acuerdos,
un trabajo de campo, liberacin de reas, conocimiento y manejo de
sitios sagrados en zonas campesinas, en fin un cmulo de cosas, entre
esas, el manejo con los frentes que estn utilizando el agua, etc. El
resultado ac es que tiene que salir un direccionamiento, unos
lineamientos respecto a cul va a ser la intervencin a futuro de esta
cuenca.
L. A.: Eso sera el ordenamiento?
T. R.: S. Esos lineamientos van a salir de una propuesta de
ordenamiento. De acuerdo a lo que se analiz en la cuenca, va salir
una caracterizacin: hay tanta gente, que se est utilizando de
determinada manera, est la parte cultural, es decir, va a salir un
anlisis situacional de la cuenca, identificando la problemtica central
de la misma; despus se identificarn zonas crticas y se har la
propuesta de ordenamiento de la cuenca. Imagino, por ejemplo, que se
dir que hay una zona consolidada indgena hasta tal sector, unas
zonas saneadas hasta tal punto, un cinturn productivo campesino de
determinadas caractersticas, hay gente ganadera y arrocera
participando con unos acuerdos, todo dispuesto de tal manera que,
cuando una institucin o una entidad quiera venir a hacer una
intervencin, se le pueda suministrar informacin adecuada sobre la
base de un trabajo anticipado, que es justamente el anlisis construido
con base en una realidad elaborada con la misma gente, pues no hay
que olvidar que el tema con los indgenas ha venido siendo muy fluido,
pues ellos ya han discutido y analizado y han establecido para dnde
van. Entonces en ese momento ya se llega al tema del acuerdo con los
campesinos.
L. A.: Tenemos unas formas de vida y costumbres de la comunidad
indgena, unas formas de relacin con la Naturaleza que no
156
necesariamente coinciden con los hbitos y costumbres de otras
poblaciones de la misma cuenca, entonces, Qu pasa ah?
T. R.: Ese es el fenmeno que se observa en Los Clavos. All estn los
campesinos pero tambin estn los indgenas.
L. A.: La visin de los campesinos es que no hay que echar para
atrs, significando esto que no quieren volver al estado en que se
encuentran los indgenas, sin embargo, igualmente hay otros que s
reconocen la sabidura y los logros de los indgenas. Pero cuando ya
tenemos que enfrentarlos a la lgica econmica de la productividad,
con todas sus reglas y condiciones -ej.: producir ms reduciendo
costos-, para obtener beneficios, Cmo opera esto?
T. R.: Eso es bien complicado. Hay que tener en cuenta que hasta
ahora estamos empezando. Llevamos tres meses apenas. Pero hemos
venido recaudando experiencias tales como cuando trabajbamos solo
con campesinos y entonces se integraban y nos acompaaban familias
indgenas, en un caso cinco familias, que participaron en el proceso y
en los recorridos les explicaban a los campesinos el tema de los
policultivos, dnde sembrar el pltano y otras puntuales enseanzas;
era evidente la credibilidad que les reconocan los campesinos a estos
indgenas y la receptividad a sus orientaciones. Se trataba
precisamente de generar un intercambio de conocimientos entre ellos.
Pero ya en el tema del ordenamiento de la cuenca, ha sido muy
complejo trabajarlo. El principal asunto que surge en cada reunin es el
referente a compre tierras y eso ha generado problemas en algunas
veredas; otro, es que estamos trabajando en una zona con gran
presencia de las autodefensas y ahora, con el proceso de
desmovilizacin, el asunto de compra de tierras se ha vuelto muy
complejo, es decir, enfrentamos dificultades que entorpecen el
funcionamiento de cualquier programa. En este momento estamos
abordando en primera instancia el tema indgena y en cuanto al tema
campesino queremos afrontarlo con los mismos parmetros y
metodologa del anterior, es decir, con mucho dilogo, intercambio de
ideas y opiniones, discusiones sobre temas concretos, cuales son los
problemas ambientales, sociales y productivos ms fuertes. Con esta
metodologa han venido surgiendo algunos tema de trabajo y en la
medida en que avancemos, definimos cmo se van a hacer los
acuerdos que se requieran. Tenemos tambin muy presente que
respecto de esta cuenca se est definiendo un uso y un manejo ms
tcnico, y teniendo en cuenta lo que se est trabajando con los
indgenas, involucrando por ejemplo el tema de los sitios sagrados y
abordando lo referente al saneamiento. En fin, como ese proceso es
nuevo, estamos trabajando fuertemente y esperamos que llegar el
momento en que se renan las autoridades indgenas, los
representantes campesinos, se van a confrontar las realizaciones y
acciones de unos y otros, todo bajo el enfoque de la conservacin y a
157
partir de ah se generarn unos acuerdos y se crearn unos espacios
de manejo de la cuenca. No se si se van a crear unos comits o se
disearn unos documentos que indiquen los lineamientos para
intervencin de la cuenca; el soporte de esto sern precisamente
quienes estn habitando la cuenca, que son justamente los
campesinos, los indgenas, las instituciones con competencia. Ese
espacio habr de convertirse en el piso normativo a ese ejercicio que
se est tratando de construir. Entrevista Tito Rodrguez Profesional de
UAESPNN.
158
Acueducto y saneamiento:
Fiducia Junta
directiva:
Presentacin y gobernacin
financiacin de proyectos Corpotayrona,
Fundeban
Desembolsos
Gerencia
del
Aportes Contratos
De obras proyecto
Contratos de operacin
Figura 17: Descripcin de la operacin del Proyecto Plan de aguas del Magdalena.
Fuente: Aguas del Magdalena ESP. Calificacin inicial, 2005.
159
El plan de aguas del Magdalena se desarrolla con emprstito de la banca
multilateral a la nacin por valor de 58,1 millones de dlares equivalente al 46,1 %
del costo total del plan y de recursos internos equivalentes a los aportes del
departamento y los municipios por el 53,9 % de los recursos totales. (BRC
Sociedad Inversora de valores, 2006).
En este caso, igual que en el caso del proyecto de aprendizaje e innovacin para
el desarrollo sostenible, se han venido implementando modelos de operacin
financiera y tcnica para realizar inversiones en proyectos asociados al desarrollo
sostenible, en donde claramente avanza un proceso de privatizacin en el manejo
y uso de bienes pblicos como son los bosques y el agua.
160
Pijio del Carmen 536.425.170 547.153.673 558.096.746 572.049.165 2.213.724.754
Cuando a nivel departamental se dio inicio al plan de aguas del Magdalena se hizo
una convocatoria a los diferentes actores para realizar la formulacin del plan.
Dicho plan sin embargo no cont con una participacin importante de los
diferentes actores y se restringi a unos pocos talleres que no generaron un
proceso a largo plazo.
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