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Coleccin Teorema Miche!

Serres

Atlas

cATEDRA
TEOREMA
Ttulo original de la obra:
Atlas

ndice

Leyenda para leer fcilmente este atlas . 11


PROLONGACIONES ........... 21
Traduccin: Alicia Martorell Dnde? . 23
1. Espacio dobal . 25
2. Espacio rocal . 39
Estar ah . 39
Estar fuera de ah . 59
3. Tiempo del mundo . 83
Reservados to<-io.' los ,kredlUs. De n>nformidad um lo dispu"'~to PROPAGACIONES ............. 111
en d al1, S34-hb dd Cdi~() P,'nal vi.(enh:, podr.in st'r castigados ('<.';'e
con penas de multa y privadn de Iihel1ar.! quknes reprorJujeren '''''hacero' . 113
o pla.(iaren, en todo () en pan~., una ohra literaria, al1stka 1. Espacios virtuales . 115
o ,-it'ntfica fijada en cualquier tip" de soporte Trabajos . 115
sin la JJree",pliva alltori2acin. Redes . 135
2. Encantamiento . 147
3. Enseanza .
165
n... ser., .
('<.';'len .
193
PRXIMO ........... 205
Cmo hacer? . 207
1. Violencia . 209
"J,. Contrato . 233
'" ditionsJulliard, 1994 3. Distancia y proximidad . 237
Ediciones Ctedra, S. A., 1995 Pasar por dnde para ir a dnde? . 253
Juan Ignacio Luca de Tena, 15.28027 Madrid
Depsito legal: M. 39.624/1995
ISBN: 84-376-1385-X
Printed in Spain
Impreso en Fernnde7. Ciudad, S. L.
Catalina Surez, 19. 28007 Madrid 7
Para Abdelwahed lbrahimi
en recuerdo de ltzer, en el Alls
Leyenda para leer fcilmente
este adas

Sin un plano, cmo recorrer la ciudad? Nos hemos ex-


traviado en la montaa o en el mar, a veces incluso en la ca-
rretera, sin gua. Dnde estamos y qu hacemos? S, por
dnde ir para ir a dnde?
Coleccin de mapas tiles para localizar nuestros movi-
mientos, un atlas nos ayuda a responder a estas cuestiones
de lugar. Si nos hemos perdido, nos encontramos gracias
a l.

El nuevo muntUJ

Por qu las pginas y lminas del atlas que viene a con-


tinuacin?
Ahora todo cambia: las ciencias, sus mtodos y sus in-
ventos,la fonna de transfonnar las cosas; las tcnicas. es de-
cir, el trabajo, su organizacin y el vnculo social que presu-
pone o destruye; la familia y las escuelas, las ofieloas y las
fbricas, el campo y la ciudad, las naciones y la politica, el
hbitat y los viajes, las fronteras, la riqueza y la miseria. la
fonna de hacer nios y de educarlos, la de hacer la guerra y
la de extenninarse, la violencia, el derecho, la muerte, los es-
pectculos... Dnde vamos a vivir? Con quin? Cmo
ganamos la vida? A dnde eniigrar? Q!t saber, qu
aprender, qu ensear, qu hacer? Cmo comportarse?

11
En suma, cmo encontrar puntos de referencia en el Pensndolo bien, (acaso no instalamos en ellas nuestra
mundo, global, que se est alzando y parece sustituir al an- morada, en nuestra cabeza y en nuestros sueos, desde el
ti,guo, bie,n dasi~cado en espacios diversos? El propio espa alba de la humanidad? Por una lenta recuperacin del equi-
ClO cambia y exige otros mapamundis. librio, las novedades ms extraas se anclan en costumbres
milenarias que no habamos percibido. Este libro describe
unas y otras, porque nos adaptamos maravillosamente a
Los espacios virtuales tcnicas extraas si se remiten a un mundo conocido,
Este atlas proyecta, uno sobre otro, el viejo mundo y el
Entre estas transformaciones, una de las ms importantes nuevo,
se re~ere, precisamente, a nt,testras casas y a nuestros despla-
ZamIentos: la forma de habItar. Despus de nacer, pattica
~ente unidos a una tierra local, heridos para siempre al ale-
Jarnos de sus amores, sin embargo fuimos felices al pasar,
no hace tanto, por ochenta lugares, dando a veces, la vuel- Entre estas transformaciones, hay otra, igualmente im-
ta al mundo. Visitbamos las salas de un antiguo museo? portante, relativa al saber y a la forma de adquirirlo: se des'
Al viajar de forma diferente, ya no vivimos, efectivamen- plazar hacia aquellos que, no hace tanto, viajaban hacia l.
te, de la misma forma. Hace algn tiempo que hablamos Concentrado en las escuelas, las bibliotecas, los laborato-
por telfono con los confines de la Tierra; las imgenes que rios, los campus... educado, encantado quiz, esperaba que
Ue.gan de all nos han dej~do de sorprender; separados por los escolares, los lectores, los investigadores o los estudian-
ml! leguas, ,podemos reururnos en una videoconferencia in- tes se precipitasen hacia l, con gran esfuerzo. Estas distan-
cluso trabajar juntos. Nos desplazamos sin movemos' un cias se han reducido y ahora aprenderemos por radio, men-
solo paso, Dnde se celebra esta conversacin? (En Pars, sajes digitales y fax. .. tanto como en instituciones estables,
en nuestra habitacin? En Florencia, desde donde respon- slid~nte construidas. Esperanza: en lugar de forzamos a
, d~ el amigo? ~n algn lu~ar intermedio? No. En un lugar errar en su busca, vendr la ciencia hacia nosotros, demo'
:.:;. ~. Las ~tlguas cuestIOnes de lugar: dnde hablarnos crticamente? No corris hacia los centros, el saber est ah,
\ tu Yyo, por donde pasan nues~s mensajes: .. parecen di~ol en forma de voz, de imgenes, de esquemas y de mapas.
vem y desparramarse, como SI un nuevo tiempo orgaruza- Ya no hay que contestar a la pregunta dnde ir?, sino a
ra ~ esp,acio diferent~. En l, el ser se expande, esta otra. dnde ests? Porque nos podemos encontrar en
DisolViendo las antlguas fronteras, el mundo virtual de la la biblioteca, en el laboratorio, en la Academia incluso, le-
com~cacin conquista nuevas tierras: se suma a los despla- yendo libros y mapamundis, unidos a las fuentes de la cien-
zanuentos y a menudo los sustituye. Las pginas del antiguo cia por un espacio virtual; quiz incluso, la sensacin de es-
atl,as de geografla s: prolongan en redes que se burlan de las tar all sentados predomina sobre la de quedarse en una si-
orillas, de las aduanas, de los obstculos, naturales o histri- Ha, en casa. (Bastarn estos canales? Sustituirn alguna vez
cos, cuya complejidad dibujaban no hace tanto los fieles ma- a la presencia viva del maestro, encamacin amada del sa-
pas; el paso de los mensajes supera las rutas de peregrinacin. ber? Y sin embargo, por muy presente que est al entregar-
All.~ que las ciencias y las tcnicas se ocupan ms de lo se, ense alguna vez el cuerpo docente algo que no fuera
posible que de la realidad, as nuestros transportes y nuestros virtual, nombres y mundos del ms all? Entramos en una
encuentros, nuestros hbitats se van haciendo ms virtuales nueva disputa entre los Antiguos y los Modernos o mezcla-
que reales, Podremos morar en estas virtualidades? remos el viejo mundo con el nuevo?

12 13
Cuando cambia la ciencia, el aprendizaje se transforma: tura como un imn atrae a las virutas de hierro para asociar-
cuando los canales de enseanza cambian, el saber se trans- las ;n un dibujo, tan radiante como una aurora boreal: vi,a-
forma; y las instituciones le van a la zaga. Cmo se mez- jaremos en lo sucesivo sobre los planos y mapas del espacIo
clan las nuevas, virtuales, con las antiguas? Q!J. plano ni visitado por estos predecesores,
ca podemos trazar? Dnde leer esta visin global? Sobre lo que forma la
matriz, el continente o el soporte de tO?O saber: s, el mun-
do, cuya geogra6a expresa un conocinuento de fondo.
Los preceptores y la geogrqjla
En cada cambio de esta importancia habl un preceptor. Los hechizos del mundo
En los comienzos de nuestra historia occidental, Homero
asumi este papel de iniciador, relatando el deambular y Lo que la Odisea hizo con e~ Medite,:~eo, o el vi.aje ?e
los naufragios de un marino de cabotaje osado y astuto los dos nios hizo con Francia, los V/ajes Extraordmanos
con el que su mujer se reuna, en sueos, da y noche, te- de Julio Verne 10 realizaron con la TIerra y s,u entorno pla-
jiendo y destejiendo en su telar el mapa de los viajes de su netario. En total, estos relatos dan a cada epoca su mun-
marido marinero. El amante y la amante haban dejado de do la traen al mundo s como una madre trae al mundo
estar presentes! Mientras que el primero navegaba por el a s~ hijo, Hechizan 1; g;ograf1.a, sus mapas y s~s paisajes,
mar real, a menudo sin cartografiar, la segunda soaba en con su entusiasmo, para construir, con un op~ml1smo re-
el espacio virtual de la red que iba urdiendo, Penlope ur- flexivo y mesurado maternal, el universo, antIguo y nue-
da, en el telar, el atlas que Ulises atravesaba, a remo o a vo de los adultos ~ios. Estos maestros, a quienes debi-
vela, y que Homero cantaba, con la lira o con la ctara, La ms la vida y la inteligencia, nos mostraron tambin la be-
pedagoga de los nios griegos les ense, de una sola vez, lleza del mundo.
los tres gestos. SingUlaridad de nuestro siglo, las redes de comun~cacin
Delante o detrs de nuestros conocimientos y de nues- hacen realidad los espacios virtuales que en otros be,mpas
tros sueos, los Vt't;tes Extraordinarios de Julio Verne de- estuvieron reservados a los sueos y a las r~presentaClo~es:
sempearon en un momento dado el papel de la antigua mundo en construccin en el que, deslocalizados, localiza-
Odisea, grabando los paisajes y los mapas del mundo mos y desplazamos, espacio menos alejado de lo qu.e se
como Le Tour de la France par deux enfants dibuj los de piensa del antiguo territorio, ya que no ~ace m.ucho hem-
nuestro pas. As fue como Julio Verne acompa a Jules po, los que permanecan apegados a l~ berra VI~ en lo
Ferry. Quin, en aquellos tiempos y mucho tiempo des' virtual tanto como nosotros, aunque SIO tecnologt.a5 .adap-
pus, no ha ojeado pgina a pgina su inmenso atlas y, vir- tadas] Este nuev<? mundo! simpleme.nte despe~ado, vtrtua~
tualmente, no ha corrido tras lo conocido y 10 desconoci- mente global, exige un mlSmo entuslasm~, sabiO y. comedl'
do de las tierras o de las ciencias, islas misteriosas pero. do el mismo optimismo positivo y el mismo sentIdo de la
ms que reales? beleza, sin la que ningn aprendizaje puede ser e~caz:
Por qu estas obras preceptoras? Porque la transmisin Efectivamente no importa el contenido que se transmita SI
de un saber y de las experiencias y viajes de una vida no r
se transmite e~ la fealdad; slo quedar es.ta lti~ el con-
consiste nicamente en ensearlos punto por punto y un tenido se desvanecer, dando paso a la. VlolenCla; SI d~os
lugar tras otro, sino que estos lugares, triviales, deben aco- a luz en la belleza, la transmisin funclOnar, el contemdo
plarse todos juntos en una visin global, que encama la cul- permanecer y esta exigencia hermosa, al propagarse, per-

14 15
mitir vivir a todos a su alrededor. Es lo que yo entiendo
por hechizo .
y las redes nos hechizan, pero como drogas. Desde que Otra slida costura: rrJZn y existencia
Esopo, viejo fabulista, dijo que la lengua es de todas las co-
sas la peor y la mejor, es una evidencia palmaria observar, Ahor~ llegamos a la cuestin fundamental de todo atlas:
tras l, que todo medio de comunicacin, palabra o escri- de qu hay que trazar un mapa? Respuesta evidente: de los
tura hace poco o mucho tiempo, y canales, se transfonna seres, los cuerpos las cosas ... que no se pueden concebir de
ahora en veneno o antdoto, es indiferente. Y as tenemos otra forma. Por qu no dibujamos nunca, efectivamente,
dos hechizos. Curmonos de lo que mata. No, nada ha cam- las rbitas de los planetas, por ejemplo? Porque una ley uni-
biado. versal predice sus posiciones; de qu nos selVira un mapa
de carreteras en caso de movimientos y de situaciones pre-
visibles? Basta deducirlos de su ley. Sin embargo, ninguna
regla prescribe el dibujo de las costas, el relieve de los paisa-
El viejoy ti nlVO mundo, mezclados jes, el plano del pueblo en el que nacimos, el perfil de la na-
riz ni la huella del pulgar... Se trata de singularidades, iden-
Todo cambia, pero nada. cambia. Enterrados en el arcas- tidades, individuos, infinitamente alejados de toda ley; se
mo como mnimo hasta los hombros y en las tres cuartas trata de la existencia, decan los filsofos, y no de la razn.
partes de nuestras acciones; apegados a los poderes y a la je- As pu.9' las simulaciones que llamamos retratos, repro-
rarqua, como babuinos o termitas; sedientos de la sangre duccion,es o representaciones pasaron, durante mucho
de nuestros semejantes, en la mayor parte de los espectcu- tiempo, por atrasados ante principios ausentes o imposibles
los, como vampiros; movidos por la pasin de la pertenen- de encontrar. Por buenas razones, las ciencias duras, y a ve-
cia a amamos los unos a los unos, con exclusin de los '{;es incluso las humanas, por razones no tan buenas, colma
otros, como especies animales; llevando sobre nuestros ron de desprecio a los gegrafos, a los anatomistas, a los ur-
hombros el peso de la historia, para lo peor 1: para lo mejor, banistas... burlndose de la distancia entre la verdadera geo-
nos da miedo el ms mnimo tomo de evo ucin... cmo metra, la demostrativa, y la que se practicaba sobre un
hemos podido decir que todo cambia? solar, tierra de nadie. La ley rigurosa es la mejor de las me-
En lugar de llorar por un mundo perdido o anunciar morias, sin carga, es decir, ligera, cuando hay que levantar,
con gran estruendo publicitario la asombrosa novedad de y despus conservar, un trazado para conservar el recuerdo,
lo que nos llega, nUestros verdaderos maestros, Penlopes tan pesado, de las singularidades.
a su modo, siempre cosieron la paciencia antigua a las im- Los mtodos algo,tmicos, antiguos ya que datan de los
paciencias nuevas, tejieron sobre la trama perenne del uni- babilonios, pero nuevos desde los ordenadores, cosen tam-
verso inmemorial y cargado cadenas contemporneas ms bin dos mundos y dos pocas, presiden las tecnologas de
ligeras, pegaron las ~ginas del atlas del momento sobre simulacin, que se aproximan a la existencia con una proxi-
los cartones del arcatCo. Los planos, los mapamundis, los midad exquisita. Sugieren a veces nuevos caminos para pa-
mapas que siguen, cosen, es decir, tejen, anudan, dibujan sar de lo local a lo global, cuya fiabilidad no sospechaba la
estos arabescos y estas prolongaciones; mezclan y aniegan razn clsica, directamente. preocupada por lo abstracto, lu-
la memoria en el alba o, para hablar sin profundidad ni minosamente global. Como proceden los algoritmos, en el
gracia, la cultura en la tcnica. Nada cambia pero todo sentido absoluto de la palabra, es decir, describiendo proce-
cambia. sos, mtodos a travs de conjuntos de caminos, su razn

16 17
puede U.amarse cartogrfica. Al proceder paso a paso, pero a sofia como el lenguaje popular le dan el nombre de fen-
la velOCidad de la luz, la simulacin recupera lo que noso- meno; la ciencia que lleva el nombre pomposo de fenome-
tros llambamos razn. nol.oga demuest~ pues 9ue. todo pasa por el trabajo en ne
Leccin del nuevo atlas: esta geografia nueva puede com- gatr~o: y esto qUIere declf, simplemente, que la sangre y las
pararse con las ms duras de las ciencias antiguas; iy como lgnmas garantizan el espectculo. Al exhibir habitualmen-
la filosofia imitaba a estas ltimas, ah la tenemos, repenti- te su poder y su gloria mundial mediante las imgenes de la
namente envejecida! destruccin, el nuevo teatro virtual de las comunicaciones
trgico para infundir terror o para despertar piedad, crtic~
al poner en escena tantos tribunales y procesos, rezwna
ltima costura: entre utop{ay tragedia profus3.J!lente crmen~s ~ asesin~tos, perpetrados o repara-
dos, acciones humamtanas y cnmenes contra la humani-
Negro y blanco, ya lo vern, los mapas o planos que si- dad: nos convence de este modo del trabajo en negativo
gue~ proyec~an ~ veces i~las bienaventuradas, pero tambin cuando nos ocupamos de su espectculo.
~ mfie~o mmmente. ~Utopa o tragedia? Una u otra, se- Fuera de lo fenomnico, la construccin real de un nue-
gun deClda nuestra voluntad. Este atlas cose y teje esperan- vo uI?-iverso, aun.que sea virtual, exige el pudor tcito de los
zas y angustias, un mundo mestizo que, tembloroso, duda trabajOS preventivos. Consagremos nuestra atencin a las
entre la violencia destructora y la cultura inventiva, la gue- crisis y a los vendajes de lo patolgico, pero sobre todo pre-
rra perenne y la I?az perpetua, la miseria, la hambruna y los pare~os el futuro con la enseanza preventiva y la paz con
festines compartidos, la formacin y la ignorancia, el asesi- la sabidura. Para no resignamos alegremente a convertir a
nato y el amor... Nues~s medios, casi todopoderosos, ya m~estros hijos en asesinos, levantamos casas y trazamos ca-
que construyen un unIVerso, nos prometen, en suma las mmos.
~o.s cos:u.?e estas,pginas terribles, de estas promesas' po- . En primer lugar, cmo orientarse en este viaje que em-
SItIVas, ~cules podels leer en primer lugar? pieza?

Durante un incendio forestal, el fuego y sus llamas, el cri-


men de los pirmanos, el herosmo de los bomberos, la tc-
nica vanguardista de los helicpteros portadores de agua
nos fascinan; quin habla de los que plantan los rboles?
La medicin~ p~entiva no puede salir a la luz, ya que, al
preparar el stlenclo de la salud, se sepulta en el olvido doble
de lo normal y del pasado que lo prepar. Las noticias po-
sitivas so~ ilegi~les, mientras que el espectculo, para apa-
rentar mejor, exge lo negativo. Cuando prepara el saber y
la p~, el dinamismo engendrador de los preceptores no se
ve. ~Por 'lu? Porque por el contrario, slo llaman nuestra
atencin os hombres y las palabras que abren o reparan los
dramas de guerra; mantienen a raya los horrores represen
tados.
A lo que se percibe de forma deslumbrante, tanto la filo

18 19
Pro!lmgaones
mnde?
1

Espacio global

Dos paisajes vecinos


Nac en el centro de una llanura aluvial, en Francia,
donde. benfico y peligroso, un ro, irregulannente, riega
o inunda su valle, plantado de manzanos, melocotone-
ros, cerezos de diez especies, a las que se acercan poco a
poco los\ciruelos, desde las primeras estribaciones de las
colinas.
Cuando llega la primavera, una floracin superabundan-
te envuelve los troncos sombros y cubre la hierba naciente
yel suelo olvidado, de modo que a tres metros del suelo, el
universo levita de rosa, amarillo plido y crema, colores sua-
ves y tiernos bajo un cielo pastel; por el firmamento anega-
do, lo de arriba cede, lo de abajo se encoge, invisible y ocul-
to, el fondo se diluye en una claridad hmeda, del mundo
slo queda un intermedio floral. La anglica ligereza de este
jardn suspendido cuya ascensin dura largos das me ense-
, siendo nio, la belleza serena. Confieso no haber vuel-
to a encontrar, en mis viajes, el humilde xtasis de mi llanu-
ra primaveral, hasta el da en que un comienzo de ao me
sorprendi, entre hermanos extticos, en medio de la flora-
cin celeste de los ciruelos rosa plido, las camelias y mela
cotoneros rojos, las glicinas violeta o malva, los cerezos

25
blancos, las azaleas multicolores... conjunto en levitacin, preposicin entre, se extiende a lo largo de un eje o se sume~
por las islas del Japn. ge en una extraa esclusa alrededor de los cuales deben gI-
Nacidos en los dos extremos respectivos de la Tierra rar las diferencias del mundo. Y como cada una de ellas
boreal, nos acercan no obstante las flores, entre los vsta- vierte su color en este centro, indiferenciado, por el que to-
gos de abril que, de fonna natural, ensearon a los dos dos pasamos para acceder a todos, los adiciona t~dos en
pueblos que la belleza se eleva, entrelazada con el ramaje, una transparencia plida, ya que el blanco c?~tlene, ~
entre las nubes y las labores, en pleno viento, y que nues- suma y en realidad, todos los colores del arco ms: esta m-
tra alma comn: nfima, sutil, menuda, imponderable, a- candescencia lo hace invisible.
rea flotante, la acompaa en su vuelo. Siendo ajenos, una EI.1 este pasillo neutro y mixto, el barquero o el que.pasa
mi~ma estacin, nebulosa, nos acerca y quiz nos identi- mezcle quiz en l, repentin.aJ!iente mudado en. mestizo o
fica. neutro, dos naturalezas, dos Idiomas, d?s gestualidades has-
Estos son, para empezar, dos ramilletes de estilo libre, ta disolverse y perderse. Si su vida lo ~1Z0 errar en m,:"chos
como slo los japoneses los saben componer. brazos de mar, su cuerpo y su espritu ~an. ~pren?ldo y
mezclado tantas culturas diversas que COnsl~O, en el y so--
bre l, la blancura inmaculada de este lugar nusmo?
Entre wcercanoy wlejano, Este espacio neutro o translcido, est~ blancura entr~ dos
un espacio en blanco ramilletes multicolores, que todos expenmentan;lOs a ciegas
en nuestra labor cuando consagramos nu~stras Vidas y nu~s
Ocurre a menudo, rara seguir con este ejemplo, que en, tras voluntades positivas a los ~ntercamb~os, a los mensaJes
tre Francia y Japn e camino sea recto. No obstante, el ya las relaciones icmo es pOSible que nI,l?s antroplogos,
trnsito, fcil y rpido, cuando traduce la paleta coloreada ni los gegrafos, ni mucho menos los te~ncos de la comu-
de un ramo de cromatismo parejo, oculta una sutileza. nicacin.hayan confesado jams en su~ hbros o mapa~ ha-
Esta es: cuando un valiente nadador cruza un ro ancho berlo reconocido, ni atravesado, ni siqwera como propileos
o un estrecho azotado por el viento, el itinerario de su via- de su iniciacin?
je se divide en tres partes. Durante todo el tiempo que no
pierde de vista la orilla de partida o descubre la de llegada,
Este espacio de los trnsitos, transpar~nte y viJ:tual,tan
arcaicamente conocido por los errantes, mmemo~ ~omo
sigue habitando en su morada de origen o en la meta de el desierto que se atraviesa antes de todo descubnnuento,
sus deseos; en otras palabras, francs aqu o japons all. no es precisamente el que poblamos con nuestras redes y
Ahora bien, en la mitad de su recorrido llega un momen- el que habitamos cuando hablamos de un extremo a otro
to, decisivo y pattico, en el que a igual distancia de am- del mundo?
bas orillas al cruzar, durante un tiempo ms o menos lar-
go, una gr'an franja neutra o blanca, ya no pertenece ni a
una ni a otra, y quiz puede llegar a ser de una y ~e otra a Dibujos o patrones de moda
la vez. Inquieto, suspendido, como en equilibrIO en su
movimiento, reconOce un espacio inexplorado, ausente Nueva dificultad: solemos padecer la imposibilidad ba-
de todos los mapas y que no describi atlas ni viajero al- nal de traducir a un idioma los usos singulares del otro pas
guno. o del otro idioma, por una va directa: la ruta no siemp~e va
Su buena voluntad de traducir pasa por el fundido enca- en linea recta de la primavera a la primav~,?-, o de u~ C.1fUe-
denado de la transicin que designa, en lengua francesa, la lo a otro, dentro de la misma gama cromatlca. El transito o

26 27
el intercambio deben descubrir entonces caminos tortuosos -iQy tontera brbara es la tuya, me deca entonces un
o paradjicos, pasillos cuyo trayecto oblicuo no siempre si- doble, a mi derecha, de haber esperado tanto tiempo y ha-
gue la identidad exacta de las cosas. A falta de poder como berte expatriado tan lejos para descubrir, con los ojos abier-
parar un paralelo, que no existe, intentamos un cruce in- tos, cien maravillas que no comprendas de cerca o critica-
comparable. Entonces, lo diferente ilumina a lo semejante, bas ferozmente al encontrarlas ridculas!
o lo lejano a lo cercano. -Estpido, pretencioso, replicaba muy cerca de m un
gemelo imaginario, a mi izquierda, crtico e inteligente, sin
Maravilla! El abigarramiento magnfico de los quimo- tu infancia de monaguillo, entre rganos y vapores de in-
nos de mltiple despliegue sobre el cuerpo andrgino de cienso, hubieras percibido nunca el deslumbramiento ms-
rostro de albayalde me procur en otro tiempo un placer tico que emanan los quimonos?
tan violento de los sentidos, y arrebat mi alma en una ele- No, Ha semejante ilumina a lo diferente, y lo cercano a
vacin tan fulminante, que me hizo comprender repentina- lo lejano!
mente~ ~mpr~siblemente, de la liturgia catlica, los fastos
que mI mfancla encontraba tan complicados: el celebrante
revesta casullas, dalmticas, estolas, manpulos, sobrepelli- Un intercambiador en el mapa de carreteras
ces, albas, amitos... accesorios infinitos cuyo vocabulario
frondoso designaba ropajes de formas y colores variables,
dependiendo del tiempo de las festividades y del santoral, Salgamos pues del camino recto: cuando queremos cam-
al hilo de la penitencia violeta por los pecados cometidos, biar de direccin, en una autopista, salimos por un inter-
la alegra roja, el triunfo blanco y dorado, el negro del luto cambiador. En forma de trbol de varias hojas, de cwvatu-
funerario y la esperanza verde. ra de raqueta, de arabescos de hilos anudados, sus virajes de
Para hombres y mujeres, y estas ltimas solteras o casa- rosetn haran que la cabeza nos diera vueltas, de modo
das, de acuerdo con el tiempo, la edad y la estacin, fiestas que, si no hubiera paneles indicadores, perderamos nuestra
y cereI!10nias o coti~ianeidad. ?omstica, maana y noche, ruta inicial sin encontrar la que buscbamos Q.iere ir a la
los qwmonos cambIan tambten de forma, de tamao, de izquierda? iGire a la derecha! Acabo de llamar a esto contra-
material, de accesorios, de colores y de impresiones en tal sentido. Suele ser as en las matemticas, donde, para obte-
explosin caleidoscpica, sensorial e idiomtica, que el des- ner un invariante hay que obtener variaciones sutiles y a
lumbramiento que produce, intraducible, aturde al extran- menudo entrecruzadas en puntos diversos: entonces, oh
jero que slo puede repetir los mismos trminos o imitar maravilla! la suma de las variadas torsiones de detalle de-
los gestos. Con qu palabras, ausentes de su idioma, 10 po- semboca en la constancia global y recta.
dra traducir? Inmvil y animando movimientos de rotacin, el tiovivo
Para comprender, cambiemos, incluso en nuestro territo- o carrusel del intercambiador, no tiene ningn sentido o
rio, de horizonte y de lu~ar, pasemos de la mujer al sacerdo- tiene todos los sentidos? En l y por l elegimos uno entre
te o de la ciudad a la iglesia: entonces aparece una extraa otros posibles. Hace un momento, el blanco sumaba todos
similitud, el mismo abanico variado, desplegado de la mis- los colores, entre dos ramilletes; ahora, un ramillete de cur-
ma funna con la poca del ao o la estacin, las circunstan- vas, aparece, precisamente, visto de cerca, en el mismo lu-
cias, las intenciones y los sentimientos, acogida familiar o gar, desde el que podemos, girando, salir en otras direccio-
respeto fonnal, alegra o luto. Los contrasentidos que se en- nes: odas? Maravillosamente denominado, el intercam-
trecruzan aportan ms verdad. biador desemboca en lo universal?

28 29
cruzado o disuelto encadena los extremos opuestos de las
diferencias o las transiciones similares de las identidades.
Hrrramientas del intercambio o del trnsito !v1ejor que describirlo o definirlo, quiero llegar a serlo, via-
Jero que explora y reconoce, entre dos espacios alejados,
. O?blemente extrao, el trnsito del intercambio, iy qu este lugar tercero.
d!ficl1 de cartografiar! Cmo vamos de lo semejante a lo Ad.~iro la polic~ma de las primaveras japonesas por ha-
dlferen~e o d~ lo diferente a lo semejante? Cmo prolon- ~er V1'0do sumergdo en aquellas, menos fastuosas, de mi
gar haCla la leJana los caminos de nuestros viajes? Cruzan- UlfanCla, comprendo la dulzura del valle que me vio nacer
do por un punto central: franja blanca en el eje del agua, y por haber amado las primaveras japonesas; en mi cuerpo,
ahora tO~lq~ete en el que el sentido se tuerce y retuerce; ahora se mezclan dos estaciones, cuyos tonos de rosa y cre-
una argucia Impone el desvo, una curva, una desviacin ma presentan una cara hacia el Este y una cruz hacia el Oes
que parecen prestarse en un principio a confusin aqu a te, cOfl.lo una misma moneda de oro: mi carne y mi espri-
caballo entre lo profano y lo sagrado, pero de la qde la v~r' tu habitan el metal transmutado de esta pieza doblemente
dad profunda no puede prescindir. All se miden exacta- acua~a. Al dar vueltas al quimono o a la casulla, de delan-
mente l~s ~istancias y las diferencias, al mismo tiempo te haCla atrs o de abajo a arriba, ya no s cul es el pao
que se dibUJa un camino que las une, a veces en forma de q~e muestro y el. que oculto, ya que, por este pudor o ver-
bucle. guenza q1;1e, a la lOversa de muchos pueblos, compartimos,
Cmo cart.ografiar e~os mares desconocidos que alejan el dobladillo oculto esconde a veces ms lujo y belleza que
y acercan las tIerras habItadas, y cuya representacin no fi- la cara evidente.
gura en mapa alguno? Esta franja, este espacio en blanco,
~ugar terce.ro de utopa entre aqu, el Japn, y Francia, all,
IOtercambIador o esclusa entre toda diferencia, dmosle el Haa el universo
nombre inmenso de universo, tnnino universal que quie-
re decir que todas las cosas desembocan o dan vueltas alre- . Estas imgenes visibles y singulares de tejidos, de flores,
de~o~ de una unidad, cuyo secreto transparente se desliza y sirven de rampa de acceso a un universo invisible y virtual.
se IllslOa a travs de sus diferenciaciones. Entre.lo semejante y lo diferente, lo lejano y lo cercano, lo
Qtlines somos, cuando pasamos por este intercambia' expen~entamos en nuestros transportes, existe un tercer lu-
dor o este nudo de carreteras? Intercambiadores vivos rami- gar umversal: inmenso mundo transparente por el que circu-
lletes de senti~o. Como ngeles portadores de mensa'es, de- lan 1.os inte~ambios, eje o espacio blanco en el que la dis-
~?am~s vestlmos todos con quimonos blancos, conjun- tanCl.a ~upnme su alcance gracias al vnculo, en el que los
clon uruversal de los distintos colores. ~ovumentos parecen en reposo, nudo de hilos, intercam-
biador de carreteras, vacilacin antes de traducir, momento
suspendido de los cambios de fase, mezcla aleacin mesti-
Un tercer hombre en el lugar tercero zaje... este mundo fo~a el metal, urde el t;jido, alim:enta la
c.ame de la humanidad en su conjunto y su esencia, como
SI el hombre en general se situase en la interseccin de todas
En este espacio mediano se alza, efectivamente, transpa'
rente, inyisible, el .fantasma de un. tercer hombre, que co- las culturas, entre todos los humanos. No sueo con este
necta.ellOtep=.a.mblO entre 10 semejante y lo diferente, que ~undo, transito realmente por su volumen blanco, no
abreYla el transito entre lo cercano y lo lejano, cuyo cuerpo pIenso en este hombre, su omnivalencia se ha fundido en

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m desde hace tiempo, y ahora sus labios abiertos y su boca interior, nada se recorta ni se escinde, ni el arte en partes ni
inquieta jadeen quiz hacia ese soplo cuyo alien!o n<?s dic- en elementos las cosas. Mansart y Le Ntre, paisajista y
ta un idioma universaL Hasta ahora relegado al silenCIO o a constructor, no rivalizan cara a cara, alejados como espe-
los gritos caros de msicas desgarradoras, d.es.cribe el ~tine; cies, fisicas, animales o escolsticas. La casa se disuelve en el
cario que precede al encuentro entre dos IdIOmas? t~e jardn y el parque en el hbitat, dos lugares en los que des-
cultura ausente y blanca construye la separacin y despus cansar. En suma, la arquitectura se disuelve en el flujo de las
el contacto entre dos culturas cromticas? artes mezcladas. Al entrar en la casa por la puerta del jardn,
Dnde reina la primavera esencial y nica, dos de cuyas sigo habitando en ella despus de haber salido cruzando el
versiones pinta la doble estacin, aquitana y japonesa? umbral de la morada: el paisajista, all, me ensea el senti-
Qy modisto inimaginable trabaja y corta, en qu taller, do de la palabra puerta, en mi casa.
qu ropaje translcido y maravilloso, cuyo corte y cada ha-
cen pender o flotar las casullas y los quimonos? .E~ ese l.u- Los occidentales piensan: esto simboliza el fuego, el cie-
gar utpico, qu artista inencontrable habla e1ldioma Ig- lo o la tierra, esto representa el viento o las fuerzas de re
norado con el que se puede escribir este atlas? produccin. Para representar o simbolizar, es necesario un
transporte o una traduccin, como el paso de la flor al
alma o de la piedra a la nube; y por lo tanto, primeramen-
Lo universal en ti plano te tienen que haber existido flores o viento, quiero decir li-
del parque de Katsura las separadas de los alisios. Parece que no vemos que el
smbolo supone un divorcio entre lo semejante y lo dife'
Asombro y maravilla: he encontrado ese lugar; visit- rente, lo lejano y lo cercano, y que slo se puede saludar
maslo juntos antes de escuchar, en su silencio musical, el desde una orilla a la orilla rival a travs de un foso o por en-
idioma blanco del intercambio. S, la utopa es un parque; cima de l.
aqu est su plano. .. Nada sitrlboliza nada, aqu, ni tiene sentido ni hace se-
Imperceptiblemente talladas, las piedras mertes de una as, ya que los objetos como los conceptos se sumergen en
construccin posible se diseminan por. el jard~ 7n el que lo universal del matiz y como no hay cosa alguna que re-
cada casa est construida en madera VIva. La VIVienda no mita a ninguna otra, separado de ambas, pierdo mis me-
separa un dentro y un fuera, el parque no disocia nunca las dios usuales de pensar. Una mitad de mi cabeza se descar-
plantaciones de las edificaciones, la madera del rbol for- ga repentinamente de este afn en la otra mitad, todava
ma una oquedad que el hombre habita, tronco o refugio. virgen, fonna de expresarlo en el lenguaje occidental Aqu
El concepto de arquitectura desaparece, disuelto en la na- y ahora, me doy cuenta de que las dos partes de mi cabe-
turaleza, cuyo concepto se diluye en la arquitectura. Tan za, de mi cerebro, de mi pensamiento, de mi lenguaje, de
poco definida como la propia habitacin, la ventana no di- mis signos, de mi relacin con las cosas en s en el bao di-
buja lo vaco en lo pleno, ni un hueco en una cosa deIl:sa, luvial del idioma, se sueldan por el centro y que este lugar
ni abierta ni cerrada: clausurada, se desvanece, convertida axial se encuentra en el mismo parque, espacio grato para
en muro; una vez abierta, se convierte en paisaje, desvane- un zurdo reprimido como yo, tranquilo, apacible, como li-
cida de nuevo; mil ventanas proced~n de ':1n espe.ctro co~ berado de la obligacin aplastante de nombrarlo. Me pa
tinuo de abiertos o de cerrados, conjunto ImprecISO, deslI- seo por mi pensamiento, camino por mi cuerpo propio,
zante. habito el espacio de mis hbitos, estoy por fin en mi casa
Gracias a este rontinuum, el exterior no se diferencia del aqu en Katsura?

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Modelo reducido: el columpio cuando en otra de sus caras el sol se alza sobre su propio im-
perio, gira y rueda, tan estable como un columpio bambo-
Otra sorpresa: el artista que evocaba, lo he encontrado leante atado a un eje. Desde que jugamos al teatro de la his-
tambin. El personaje esencial, si puedo decirlo as, que toria, vuela de Este a Oeste, cambiante e inalterable, tierra
movido por una intuicin fulgurante, Paul Claudel introdu- blanca sobre la que se inscribe, en el polvo volante, el con-
ce en la segunda versin de L'Echange, obra cuyo ttulo nos junto mismo de los planisferios de todos nuestros trnsitos
inspira, es un columpio que pennanece en escena durante o intercambios, delimitados por la muerte y por el equili-
los tres actos. brio de todos los reintegros: balance universal de la justicia
Como estoy buscando operadores de cambio, herramien- natural.
tas universales cuya construccin y cuya forma den paso o Arrastrados por la edad, sustituibles a placer, aqu esta-
permitan la transformacin, aqu tenemos el intercambiador mos, de pie, mviles y fijos, sobre este balancn perpetuo
en una fOrma simplificada: al columpiarnos, pasamos de la con el abigarramiento del detalle de nuestras diferencias
bajada a la subida o de enfrentamos con la hierba rala a ha" cuya suma es la Tierra transparente que late al comps de
cerlo con la vista del firmamento, de delante a atrs, o del los minutos como nuestro corazn. Al inmenso modelo de
Oeste al Este. Variamos, es cierto, y volamos hasta el vrtigo. la esfera global responde este pequeo electrocardiograma.
Sin embargo, como la mquina sencilla nos devuelve, en Ella se detendr un da, como el rgano del valor en el t
sentido inverso, a la posicin que acabamos de abandonar, rax, ambos reducidos al equilibrio de la justicia.
representa tambin una balanza o balance, estable por su va- Con la misma disparidad con que discurren los idiomas,
riacin, es decir, dentro del cambio, la justicia. el mismo columpio cordial cronometra la vida de los hom-
Alrededor de l, en la obra de Claudel, un hombre deja a bres y la misma tierra acompasa su pasar.
su mujer para tomar a aquella que otro hombre dej para
comprar o pagar a la primera; en medio del ballet fundido
y entrecruzado, reina esta tabla fija de cambio mvil que re-
presenta, cuenta, mide y finalmente anula los tantos. Sus di- Dos idiomas universales
ferentes movimientos tienden hacia la inmovilidad blanca.
Aunque se cambie de actores, de protagonistas o de histo- Diagrama del pulso que late, columpio, mapa de. int:r-
rias, evidentemente, este columpio permanece, con risas o cambiador de carreteras, plano de un parque o plamsfeno
con llantos, ya que marca el tiempo de las combinaciones del mundo... dependiendo de que nos alejemos o nos acer
mortecinas y de su diversidad: variable por nuestras artima- quemas al lugar ~ al eje blanco, ,est~ universal i~te~edi~o
as, permanece invariable por nuestras tentaciones singula- de los intercamblos y de los transltos, cuya VIrtualidad m-
res y nuestras incesantes tribulaciones. Vertiente alrededor candescente slo depende en muchos casos de las buenas
de la barra nica que lo invierte, podemos describirlo voluntades que hacen nacer su rareza infinitamente precio-
como universal? sa, la desgracia del mundo quiere que su frgil emergencia,
en el centro de nuestras diferencias, aborte, en la mayor par-
te de los casos, ante la violencia desatada.
Inmenso modelo: planiiferio Las relaciones internacionales no suelen intercambiar ra-
mos de flores o atavos de fiesta, no suelen entablar conver
Ahora bien, el universo terrqueo, en cuyo extremo cae sacin en parasos meticulosamente engalanados. El jardn
la noche, en la ltima pennsula occidental de Eurasia, neutro suele transmutarse en campo de batalla. El combate,

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la competencia, la victoria y el dominio del ms fuerte, sue-
len imponerse sobre el dilogo, el robo sobre el intercam-
bio, el perjuicio sobre el don. La obraformadora
~in ganar? Las respuestas a esta pregunta, que apa-
sionan intensamente al pblico, a los periodistas, a los his- Si slo amamos la lucha y la competencia, cmo crear?
toriadores y cronistas de los Juegos Olmpicos, componen Elijan: matar o producir; he aqu la cuestin. Buscado du-
las noticias espectaculares cotidianas, tan repetitivamente rante tanto tiempo, el secreto de la creacin viene a ser el de
anticuadas, as como la sombra historia de nuestro destino. lo universal, buscado durante tanto tiempo. Los dos se des-
Entendemos por qu este jardn blanco o estas paletas cubren al mismo tiemfo, aqu mismo. Se leen en el metr'
tornasoladas de tejidos o de flores primaverales se desvane- nomo del columpio, e de la tierra misma, que late al son de
cen con rapidez. como se perdi antao el jardn del para- la justicia blanca, y la paz recobrada del intercambio, por el
so, porque la violencia reduce la sabidura al silencio. Qui- ritmo igual y mesurado de sus pasajes.
z el terreno neutro y benfico del intercambio y del en- Quien lucha no puede crear; repite una conducta arcaica
tendimiento sea invisible en los atlas de geografia, porque que hunde sus races en los comportamientos salvajes o ani-
slo queremos matar para ganar, para que contine la his- males. Y como recomienza indefinidamente el remedo de
toria. ~ 0)0 - 1 \ estos comportamientos multimilenarios, ni innova ni en-
Qyin ganar entonces? La sabidura responde que cuentra. Han odo decir que algn animal haya inventado
unos y otros, en su momento, prevalecieron, dominan o algo? Producido por la lucha por la vida, se limita a luchar
reinarn, del Este, del Oeste, del Sur o del Norte. El domi- por la vida.
nio es la cosa del mundo ms repartida, tan mvil y esta- El trnsito y los intercambios conocen dos idiomas uni-
ble como nuestro columpio, tan unitaria como el espacio versales: el uno, fuerte, fcil como una cada y repetitivo,
de la Tierra. Conocen un solo grupo que, en su momen- produce el ruido catico de la violencia mortal; el otro, d-
to, no haya sido amo del mundo o lo es o lo ser? Nada bil, raro, diticil y renovado sin cesar, se entrega a la creacin
ms vulgar, en realidad. Perennes y montonas, las luchas cultural, que incluye la de s y la de los otros, es decir, la fur-
por este dominio, individual.mente estable y pasajero, ~ul macin que produce, a su vez, la recreacin del mundo, es
tiplican sin cesar la desgraCia humana. Desde hace mIle- decir, de la prosperidad. El fuerte mata, el frgil produce.
nios, la cultura humana se entrega, universalmenu, a llorar Crear algo desde la novedad es una consecuencia del esta-
esta matanza absurda, sangrienta y pattica, como se la- do de paz, la nica buena nueva de la humanidad; promo-
menta una madre sobre el cuerpo herido de un hijo muer ver la rareza es una consecuencia del estado de paz, extraa
to en la guerra. rareza de nuestra historia. Nada ms fecundo que estos mi-
Qyin ganar? A fin de cuentas, uno y otro, es decir, ni lagros, que unen informacin y formacin, en el trabajo
el uno ni el otro. Mediante la adicin de 10 mismo y de su para nuestra supervivencia.
semejante, el balance terminal de la competencia violenta
vuelve a la balanza igual del intercambio, ms exactamente
a su punto muerto, y define, de nuevo, lo neutro, lo blan- Dibujo de una partitura
co, el terreno del entendimiento, el jardn primaveral de los
ramilletes o de las vestimentas, s, este universal que hemos Frente al universal de violencia que se entrega al mayor
sepultado, en secreto, en los cimientos del mundo, junto a ruido, audible siempre y en todas partes, y que todo el
Wl cadver: el de la equidad. mundo trata de escuchar, el universal de la belleza, ms d-

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bil todava y ms bajo, canta dulcemente, l tambin, su pe-
queo lamento, tenue pero sostenido, l tambin, desde
que late el mundo. Si compusiera msica, idioma universal,
no necesitara viaje ni traductor; habra dibujado, en el pen-
tagrama, el tercer paisaje, intennedio utpico y florallevi-
tante, vernal, entre las dos primaveras, aquitana y japonesa.

Espacio local

ESTARAHi
Qy es la vida? No lo s. Dnde mora? Al inventar el
lugar, los seres vivos responden a esta pregunta.

Plano de una casa

Podemos imaginar una casa construida para el disfrute. el


bienestar y la comodidad de los que vivirn all. Los espa-
cios se distribuyen en ella y las cosas se ubican de forma tal
que, por ejemplo, el cuarto de bao no se aparta demasiado
del donnitorio. ni la cocina del comedor, aunque el aseo
est aislado; vamos, que todo est al alcance de la mano,
del descanso y del trabajo; las sillas cerca de la mesa y el
aparador cerca del fogn, respetan a pesar de todo algunas
distancias. Las visitas elogian la variedad de las piezas y la
disposicin, que combina finamente las distancias tiles
con las necesarias contigidades.
As pues, la definicin del plano arquitectnico de la mo-
rada como conjunto de circulaciones que favorecen las cer-
canas ms inmediatas, salvaguardando detenninados mr-
genes: qu comodidad tenerlo todo al alcance de la mano
sin desplazamientos agotadores, alejando nicamente 10

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menos agradable! Contemos, adems, el tejado, las paredes, invernaderos, nuevos espacios fantsticos en los que se re-
los setos, recintos cerrados protectores, pero lo bastante coge la fauna y la flora indgenas o ex~enas, muertas o vi-
abiertos como para templar el clima, calentar o refrescar, ha- vas, reproductibles o no reproductibles - -que no entre na-
cer entrar la comida y cocerla, y a la inversa, expulsar las ba- die si no est vivo-- de acuerdo con distribuciones ms or-
suras inevitables o las aguas servidas. Casa? El hogar en sus denadas, otras distancias o diferentes proximidades. Todo
dos acepciones. un ocano, a veces, separa en realidad a dos plantas cerca-
Tenemos aqu un sistema tennodinmico e infonnativo, nas, all donde las ms lejanas se vuelven prximas.
energticamente abierto, cuya topologa interna, trazada Concretos y abstractos al mismo tiempo, reales y racio-
con rigor, describe las contigidades y las distancias ante- nales, interesantes para compararlos con los terrenos y los
riannente mencionadas; ste es el plano de una casa, para climas originales, estos lugares de aclimatacin preparan el
vivir, y quin no sabe que el tnnino ecologa quiere decir, dibujo, fonnal y racional de una tabla, de una escala o de
en sentido literal: teora o discurso de la casa de los seres vi- un rbol de clasificacin, en el que cada especie pueda loca-
vos? Del lugar, de la morada, del hbitat... en suma, lugares lizar en las lminas, su entrada, su nivel, su casilla o su pgi-
propicios y propios de los seres dotados de vida. na, es decir, su lugar, natural o artificial, que pronto ser ge-
nventan el lugar, en un mundo inerte que slo conoce n.ealgico. Parece que estamos ojeando el atlas de los seres
el espacio? VIVOS.
Antes se aconsejaba clasificar por gnero cercano y por
diferencia especfica, tnninos tcnicos antiguos que po-
Dibujos variados de todos los lugares dramos traducir por: distribucin de las especies de acuer
do con determinadas distancias y cercanas. Las variaciones
Viajeros naturalistas, Toumefort, Linneo, Jussieu, Hum- basadas en estas dos distancias, largas y cortas, diferencian
boldt, Audubon, Darwin... abandonaron su domicilio y los lugares de origen, los de acogida y, finalmente, los de
partieron, al exterior, hacia los pases de Oriente, hacia clasificacit'm.
Amrica del Norte y del Sur, alrededor del globo --como
Jean- Jacques Rousseau por la isla de Saint-Pierre-- para ex
plorar lugares: nos referimos a unas regiones concretas del Localy gWbal
mundo, los Alpes, los Andes, Laponia, Galpagos; se des-
plazan hasta all, sobre el terreno, como se suele decir, ms La historia de la historia natural expone pues, a 10 largo
all de todas las fronteras. en todos los climas y todas las la- de los siglos, una meditacin continua, exacta y variada, so-
titudes, para estudiar la flora y la fauna locales, su disper- bre el tema del lugar, elevndose de la localidad concreta,
sin, su distribucin, la fonna singular de desplegarse de las recorrida por el observador y vivida por el observado, al es-
especies, o circulan para observar sus alejamientos y sus pro- pacio propio de una nomenclatura razonada. El proceso de
ximidades. El viaje, con todas estas palabras, se convierte en abstraccin particular de un conocimiento como este, va de
una declinacin del lugar. los lugares sensibles, los que se reparten la faz del globo o
Estas expediciones, a veces heroicas -Joseph de Jussieu los que se concentran en las capitales, a lugares propiamen-
se queda en Amrica Latina treinta y cinco aos y la expe- te virtuales, los que constituyen el espacio mismo de la
dicin acadmica de Bonaparte en Egipto tennina mal- ciencia de lo vivo.
estos curiosos se traen animales, semillas o madres para im- Si lo que antecede es vlido para los sabios que toman a
plantarlos en los jardines, los zoolgicos, los herbarios, los los seres vivos uno por uno para considerarlos de acuerdo

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con sus semejanzas, que la historia llam naturalistas, desde caja o de una casa, de un saco, cuyos lmites le procuran al-
que nace la ecologa cientfica, hace ahora ms de cien guna dosis de aislamiento privativo, distancias optimizadas,
aos, y aunque se estructure en funcin de conjuntos iote" todas las circunstancias de una vecindad. Rodeada de una
respecficos y de acuerdo con los arabescos de la diversidad, membrana, la clula vive menos en s y para s que en su
cae no obstante en gestos y pensamientos anlogos. Se casa. Sin membrana, no hay vida, teorema universal en bio-
transforman, es verdad, las categoras, pero sin dejar, como loga.
antes, una misma meditacin terca sobre d mismo tema es- Mejor que la casa, sustantivada, la preposicin francesa
table: esta ciencia habla, efectivamente, de sistema, o bioce- chez expresa admirablemente este estado de cosas; nunca se
oosis, ecosistema, biosfera, geosistema, o incluso, a veces, refiere a cosas inertes, sino a un nombre propio: chez
paisaje, apelaciones sinpticas o ,globales, pluralistas, rela- Swann, en casa de Swann, y no en la de una piedra. Mien
cionales, de la antigua nocin de lugar, variables por el ta- ,tras que la materia se extiende por el espacio, que los anima-
mao, la integracin o la unidad. les exploran los alrededores, el rbol o la planta, inmviles,
De repente, los contenidos propios de esta ecologa cien- a veces verticales, definen mejor el lugar. Las leyes de la ma-
tfica, retomando la misma meditacin sobre la misma no- teria se prolongan hacia lo universal, a veces, mientras que
cin, presentan sucesivamente la montaa, el lago, la isla, la vida codifica, localmente, un pliegue o un lugar.
nuevos lugares, otras clulas diversamente unitarias, casillas Flora y Pomona 10 ocupan; los Faunos lo recorren; ya no
nuevas, que siguen siendo variaciones sobre el tema estable hay extensin. Ellas brotan, se prolongan, avanzan sin cejar
de las localidades, que la misma ciencia denomina, segn jams. Ellos corren,pasan, saltan, se van, vuelven. Hestia, la
las necesidades, recinto, nicho o hbitat, o incluso nido, mujer, sigue siendo floral, mientras que Hennes, el macho,
aguilera o guarida, cubil, madriguera o lobera; depende de se anima; metamorfosis de las jovencitas en flores y de los
los ensamblajes locales o de su distribucin circunstancial y muchachos en centauros. Planta: estar ah, modelo sedenta-
del ritmo de la vida de las especies o de los individuos. rio, ideal, del hogareo. Animal: modelo de vida errante, a
Contina, irresistible, la misma declinacin, como si apare- veces migrador de tierras lejanas, viajero, pero que nunca
ciera constantemente alguna singularidad tpica, como un puede abandonar su saco de cuero, de plumas, de quitina o
invariante o un universal de la ciencia de lo vivo. de escamas... envuelto entre sus pliegues.
La vida reside, habita, mora, se aloja, no puede prescindir
del lugar. Se dira que dibuja y codifica su definicin; en-
tiendo por esta ltima palabra lo que dice su etimologa: la Primer interludio: habitar los pHegues del saro
asignacin de lmites o de fronteras, abiertas o cerradas. Vol-
veremos sobre este tema. Dime dnde vives y te dir quin Para que todo siga siendo sencillo, esta simplicidad no
eres: ime contradigo con mi propia introduccin! debera tener arrogas, y sin embargo en la propia palabra
tiene una". Q!l quiere decir esto?
Tenemos aqu diez cajas de fonnas y tamaos variados;
albailes, infonnticos o bilogos, a menudo jugamos,
como en nuestra infancia, a meter las pequeas dentro de
En la pregunta: dnde vives? el verbo vivir quiere decir
residir. El ser vivo se ubica aqu o all, no en un punto, geo-
mtrico o abstracto, perdido o trivial en un espacio liso, ~ N. tk laT.: juego de palabras entresitnplU:irl (simplicidad, sencillez) y
sino en la topologa de un adoqun o de una bola, de una pJi (pliegue, arruga).

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las grandes, para mejorar su ubicacin, su orden y sU posi- Ahora bien, entre la dureza llamada rigurosa del cristal,
cin: en el caso ms sencillo, se trata de cubos o de mue- geomtricamente ordenado, y la fluidez de las molculas
cas rusas. Para un conjunto dado, puede haber dos o tres so blandas y deslizantes, existe un material intermedio que la
luciones al problema del ajuste o de la implicacin, pero en tradicin dejaba para el gineceo, es decir,.que era poco esti-
la mayor parte de los casos, slo hay una, exactamente la mado de los filsofos, salvo de Lucrecio quiz: velo, tela, te-
ms sencilla. Lgico y geomtrico, este trabajo racional slo jido, trapo, pao, piel de cabra o de cordero, llamada perga
da un sentido a la preposicin en. As obra el piloto en su mino. cuero despellejado de un becerro pelado o desollado,
barco o el Swann en su saln, en su casona, en Gurande, llamado vitela, papel flexible y frgil, lanas o sedas, todas las
Bretaa, Francia. variedades planas o alabeadas en el espacio, envolturas del
Ahora tenemos una coleccin de sacos y bolsas, de red, cuerpo o soportes de la escritura, que pueden fluctuar
de yute, caucho, tela o cualquier otro material flexible. Por como una cortina, ni lquido ni slido, claro, pero con algo
muy variables que sean su fonna y su tamao, cualquiera de ambos estados. Plegable, desgarrable, extensible... topo-
de ellos, no importa cul, contendr, si hago las cosas bien, lgico.
el conjunto de las dems. Tendremos en este caso tantas so- Inmviles o efimeras. las protuberancias o los resquebra-
luciones como queramos a la cuestin del ensacado, es de- jamientos sobre el mrmol, o las ondulaciones en el agua
cir, de la implicacin. no se comportan ni en el espacio ni en el tiempo como los
Adivine lo que hay en la caja. Respuesta mnima: una o pliegues de un tejido drapeado que flota, pero que peOlla-
ms cajas ms pequeas, en serie decreciente. Q! envuel- nece temporalmente erguido. Como si, dura y suave, resis-
ve esta gruesa bola azul hinchada o este volumen inflado, tente y blanda, la carne dudase entre fluido y slido, los es-
sombro o desplomado, pesado, ligero? No existe ninguna tudiosos de los seres vivos utilizan inteligentemente la pala
rplica razonable... Por qu decimos siempre caja negra y bra: tejido.
nunca saco? Cuando decimos implicacin, nos referimos
a algo encajado o ensacado?
Habitar en los pliegues: la maqueta del arquitecto
Tejidos El muro que voy recorriendo teOllina en la arista vertical,
luego en la segunda, en el sentido del grosor, finalmente en
Unas piedras que caen al agua e inducen en ella rfagas la tercera, en el mismo remate; siete u ocho molduras se di-
temporales cuya propagacin se parece al temblor de un bujan en relieve; en sus piedras se abre la ventana, con sus
velo o de una capa. Tenemos slidos y lquidos cuya consis- ngulos, sus arcos y sus goznes... oquedades, surcos, resal-
tencia y fluctuaciones dieron a la filoso6a y a las ciencias tes, bordes y ejes de todo tipo, son pliegues, bien definidos
modelos regulares o sucesivos de sistematicidad: seguimos por slidos que les dan la fOOlla en la que los percibimos o
diciendo estable o impreciso, riguroso o confuso. En otros cuya amplitud, a veces, permite que habitemos en su CUlVa-
tiempos llam a esto la materia metafrica de los filsofos: tura. Este techo me protege con su sinclinal, as como esta
slido, lquido, areo, en orden decreciente. Voluntaria- bveda con su arco redondeado. Si fabrica cubos o polie-
mente o no, cada pensador marca su preferencia. De Augus- dros, cilindros y conos, con paneles de cartn, se habr con-
to Corote a Bergson, por ejemplo, pasamos de la roca al vertido en maquetista o toplogo, y, en ambos casos, sabr
fluido y este ltimo deca que nuestra inteligencia se espe- que un volumen aparece bajo un pliegue, como implicado
cializa en los slidos. por sus bordes. No volver a habitar su casa como antes...

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ni el mundo, sus valles y sus montaas, ni las arrugas ni los pintado fonna bolsas y el falso cuero gris del viejo divn,
vientres de la piel. adosado a la pared, fonna estrellas como patas de gallo,
arrugado, todo frunces de tejido, pero tampoco se mueve:
los libros de la estantera, cuyo formato depende del plega-
Espacio por multiph'cacin, lugarpor impcat:n do, la tubera repetida de la calefaccin, el lino, el algodn,
la lana con la que friolero me envuelvo, aqu tenemos, por
y si, por azar, en los intervalos entre estos trabajos y se- muy slido que parezca el material de su soporte, ms plie-
mejantes pensamientos, juega distradamente a plegar sobre gues; no veo otra cosa y no toco 'otra cosa; mejor an, slo
s misma una hoja varias veces, ver, estupefacto, que no habito en ellos.
son necesarias demasiadas operaciones para alcanzar, rpi Platn no dejaba de insistir en la idea de lecho. La he en-
damente, un grosor que supere la distancia de la Tierra a la contrado, hla aqu: entre sbanas, mantas y somieres bien
Luna, lo que eyrano de Bergerac, que lo saba todo, igno- remetidos, un conjunto de pliegues, en los que al deslizar
raba con seguridad. Para colmar el hiato de lo muy peque- me todas las noches, gozo. Me disuelvo y me acurruco en
o a lo inmenso, el gesto de aplicacin vale ms 'I,ue mu- la bolsa de estas hojas. Sabemos que seno, donde nos com-
chos otros. El pliegue implica el volumen y comIenza a place habitar, significa tambin pliegue?
construir el lugar, claro, pero por multiFlicacin o multipli- Dnde estoy? Qyin soy? Se trata de una misma pre-
cidad, su plegadura acabar llenando e espacio. gunta q~e slo ~ge una ~espues~ sobre el ah? Slo ha~i
En la implicacin -me refiero a la accin de plegar, no to en pliegues, solo soy phegues. Es extrao que la embno-
al contenido lgico ordinario de la operacin- reside el se- loga haya tomado tan poco de la topologa, su ciencia ma
creto del gigantismo y de la miniaturizacin, de la enorme dre o hermana! Desde las fases precoces de mi fonnacin
cantidad de informacin oculta en el pozo de un lugar mi- embrionaria, momla, blstula, gastTu1a, grmenes vagos y pre-
nsculo o que brota de l: dos metros de ADN desaparecen cisos de hombrecillo, lo que se llama con razn tejido, se
en una clula ms estrecha que la cabeza de un alfiler y dos pliega, efeCitivamente, una vez, cien veces, un milln de ve-
pulmones, desplegados, no tendran bastante con la super- ces, esas veces que en otros idiomas nuestros vecinos siguen
ficie del departamento de los Alpes. Qyien haya visto, des- llamando pliegues, se conecta, se desgarra, se perfora, se in
lumbrado, una aurora boreal, habr podido estimar la in vagina, como manipulado por un toplogo, para acabar
mensidad del cielo en el nmero y la amplitud de los plie- formando el volumen y la masa, lleno y vaco, el intervalo
gues de las velas magnticas desplegadas sobre l. de carne entre la clula minscula y el entorno mundial, al
Hacia lo pequeo o en lo grande el pliegue permite pasar que se le da mi nombre y cuya mano en este momento, re-
del lugar al espacio. plegada sobre s, dibuja sobre la pgina volutas y bucles, nu-
dos o pliegues que significan.
Si hacemos un balance, aqu tenemos algo inerte, o
Dnt? Q!tin? estar ah! o en los pliegues dado, o fabricado: slido, tejido; pero tambin tenemos
algo inerte: fluido, lquido, gaseoso, por donde pasan, se
A uno y Otro lado de la ventana, bajo una guardamalleta borran, entre turbulencias, los vendavales y las rfagas.
que forma una banda azul, flotan unos visillos translcidos Aqu tenemos algo vivo: tejidos, jvenes y envejecidos, en-
y ligeros que rodean las cortinas pesadas, labradas, cuyo corvados, soldados, arrugados, blanqueados por las cicatri-
drapeado cae y se abomba; sobre el muro con sus moldu- ces; pero tenemos algo esttico y significante: molduras, fo-
ras, en la cornisa, mal pegado en algunos puntos, el papel llajes, grecas, arabescos...

46 47
dicin de que pague el precio infinito de un trabajo de S-
sifo.
Forma del lugar Es lo que descubrieron en la ~dad. clsica o barroca, y
Leibniz en su clculo: el gennen mfinItesimal de la fonna,
Al hacer un balance, qu es un pliegue? Un gennen de el tomo topolgico del pliegue, j~to al tomo algebraico
forma. Pero, qu es un gennen sino un conjunto de plie o de conjuntos del elemento; a partrr de este momento, y a
gues? El pliegue es el elemento de la forma, el tomo de la partir de este filsofu, todo es pliegue y Gilles Deleuze, por
funna, s, su clinamen. Pero, qu es una fonna? Respuesta: su parte, tiene razn para decirlo de l.
algo liso con pliegues. y cmo describir lo liso?
Desgraciadamente se reduce al punto de vista. Desde
aqu, sin movenne, muro, ventana, cortina a veces y divn,
e incluso, palabra de honor, mi propia piel, si la observo sin
gafas, parecen planos, unifonnes, regulares. Dirianse varie- ltimo interludio: quin ser? hombre o animal
dades geomtricas, pulidas, enlucidas, encaladas. Acrquese
un poco, mucho, muchsimo, pngase los anteojos, ayde- Un bpedo sin plumas: tras mil disputas eruditas y vale-
se con un microscopio, y entonces desaparecer 10 igual, rosas, los discpulos de Platn acaban de poner a punto esta
dando paso a las pequeas imperfecciones de lo granulado: fina, clebre y estpida definicin del hombre. En ese mo-
dependiendo de la distancia, de la luz, de la delicadeza del mento, pasa por all una especie de vagabundo que arroja
tacto, lo liso se desvanece ante la multiplicidad de los plie- en medio del crculo acadmico un gallo que acaba de des-
gues. Vaguedad catica de gnnenes a la espera. Leibniz di- plumar, gritando: aqu est el hombre de Platn.
ra: hablando con propiedad, no existe lo pulido. Detrs de Digenes el Cnico, el nico in.digente de l~ filosofia,
las ilusiones de la geometra, sobreviene el clculo infinite busca apasionadamente esta humanIdad, que los mtelectua-
simal, que revela un mundo lleno de realidades que se des les no encftentran en sus discusiones sobre lgica; es la evi
vanecen. r..a definicin de la fonna no conservar ms que dencia misma: por ejemplo, su linterna encendida en pl~no
los pliegues? da en la plaza pblica de Atenas; pero sobre todo su VIda,
Cmo definir entonces lo liso, o, mejor an, construir-- sus gestos y su miseria. En lugar de examinar especulativa-
lo? Mediante el desarrollo de Taylor, cuya serie infinita ali- mente o lingsticamente lo relacionado con el hombre,
nea tantas diferenciales de rdenes escalonados como se vive, en su cuerpo y en su tiempo, su encamacin.
quiera. Son por lo tanto necesarios una infmidad de cepi- Q!tiere definir una cosa o a alguien? Retire paciente-
llos y de muelas, de escofinas y de lijadoras, de estropajos mente lo que no le pertenece en propiedad, circunstancia o
metlicos, papel de lija, trpoli, arena, abrasivo, piedra p- modalidad, que oculta o recubre su esencia. Q!te alguien
mez, sin olvidar el acabado con gamuzas, muy suaves, to viaje en carroza, por ejemplo, lleve corona o frecuente los
dos y todas de todos los tamaos, desde el agresivo ms palacios no dice nada de su realidad humana, pues camina,
grosero hasta el ms menudo, para desembocar, a fin de come y muere como cualquiera. La verdadera definicin
cuentas, en un caminito liso. Descartes no sospechaba que exige una propiedad recproca y esto quiere decir que perte-
era necesario el infinito para ir derecho. La serie, clsica, de nece y slo pertenecer al hombre. Utilizo palabras equvo-
Taylor, trabaja infinitamente sobre los repliegues actual- cas: pertenencia y propiedad tienen un sentido lgico y po-
mente infinitos de la curva, fractal, catica, real, contem- sesivo al mismo tiempo: Toda la existencia de Digenes el
pornea, de van Koch. Obtendr algo pulido, con la con- Cnico se desarrolla en este doble valor.

48 49
la que descansa su esencia. Desplumar al pollo de su natu-
ral ropaje de plumas, su nica y lgica propiedad, fue el
De nuevo, los pliegues de la capa error de Platn.
La filosofia de la pobreza dice la verdad. La mstica de la
Cuando filsofos como Lacke o Marx analizan la propie- pobreza, un milenio despus, si~e repitiendo el .mismo
dad, discurren siempre maximizndola hacia la acumula- mensaje. Consagrado a la mendIcIdad, San FranCISCo de
cin y la riqueza, stock y flujo, circulacin y capital. Esta Ass se desviste y corre, descalzo, por la divina campia de
masa inmensa es engaosa. Todo lo contrario, la pobreza Umbra donde, convertido en trovador canta al sol y a la
no puede crear ilusin porque va en el mismo sentido que lluvia y habla a los pjaros o aliaba. Su vida, la lgica y la
la lgica. Una y otra suprimen la modalidad y la circunstan" experiencia mstica, lastran, cercenan lo inesencial. Cuando
cia. la corona y la carroza, para que se pueda ver la esencia lo haya dejado todo, qu le quedar al pobre de Ass? La
al desnudo. La mejor consejera en filosofa, la miseria, no porcincula. Un hbitat minsculo, la porcin ms peque-
nos puede perder en medio de los atributos. Di~enes razo- a, un atributo casi nulo, la atribucin ms irrisoria. Caseta
na sobre el hombre mejor que Platn porque aplIca la expe- imposible de eliminar, residual y nica propiedad.
riencia al pensamiento o, mejor an, porque los confunde ~ le pertenece al errante de los Evangelios? Como
ambos y los hace caminar en la misma direccin. Toda su Digenes, hijo de Dios y miserable antes de Francisco, na-
vida ,es un aplogo. Platn piensa bajo un sol metafrico. cido en un establo, abierto a los vientos y al fro, especie de
Digenes vive en el calor del medioda y en el fro de las no- tonel o de porcincula. Jesucristo recorre los caminos, sin
ches griegas. casa ni piedra en la que descansar la cabeza. Ningn text~
As que zanja la cuestin, en medio de los objetos, como habla de su hbitat. Predica que hay que perderlo todo, SI
entre las relaciones humanas, para eliminar las apuestas, los queremos salvarlo todo. Nadie podra encontrarle una pro-
fetiches y las merc~das; arroja su escudilla, se quita la piedad. Ahora bien, durante su ago,:,a, al pie del madero de
capa, se burla de Alejandro Magno. Una vez ms: qu es la cruz, los'601dados que lo velan Juegan a los dados para
el hombre? Es decir: encuentre su propiedad. Es decir: qu apropiarse de su tnica sin costuras. Podemos adivinar que
propiedad le queda cuando ha arrojado todas las propieda- durante las noches frescas, en las alturas de Galilea o tras
des que se le atribuyen externamente? Respuesta no escrita, el Sennn de la Montaa, se envolvi en ella como en un
no dicha, no lgica de Digenes, pero intensamente vital: el tonel.
tonel. Al miserable le queda esta pequea caseta, donde
vive y duenne. Su tonel le pertenece y, por la noche, espa-
cialmente y casi matemticamente, l pertenece a su tonel, A la trinidad de los pobres le queda una cosa ms; la ca-
como un elemento de este conjunto. seta ms pequea posible. No hay menesterosos en todo el
La pobreza, la indigencia, la miseria en fin, como la planeta que vayan, como los animales, completamente des-
duda, progresivamente, lo eliminan todo. Qu queda nudos. Tonel, prenda, jirones o harapos -pregunten a
cuando se ha perdido todo? Este hbitat minscuTo. La pro nuestros amigos de lengua rabe qu abrigo lleva un sun-,
piedad ineliminable del Cnico es la caseta de su perro, su todos conservan ese mnimo que nunca tiene nada que ver
hbitat, su haber y su nombre... Bveda de tonel que le pro- con los dems, que no puede convertirse en fetiche, reto, ni
tege con su pliegue. No la pierde en ninguna leyenda. Por mercanca, inalienable. Por muy exigua que la concibamos,
consiguiente, y por su invariabilidad, fonna parte de la de- esta propiedad concreta en residuo, vital, es la primera o la
finicin del hombre, el ltimo lmite, la ltima frontera en ltima propiedad lgica cuya pertenencia une a su titular

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con el gnero humano. y es adecuada para la vida, que es que~o de privacidad, resto o vestigio, residuo, la nica dife-
tambin un pliegue de tejido. Q.tin es ella? Q.tin eres renCIa.
t? Este elemento de hbitat. Una vida pblica total nos destruira, nos matara la pu-
La palabra propiedad deriva de la prioridad. Si pensamos blicidad. Vagabundos consumados, Digenes, San Francis-
en el primer ocupante para determinar el origen de la pro- co, Jesucristo, experimentan en y por su existencia, sin dis-
piedad, caeremos en un crculo de tautologa y de violencia, cursos, escritura ni teora, el vnculo extrao entre la propie-
sm resolver nada. Ms vale buscar el primer objeto, esta en- dad en e! sentido lgico y la que equivale a la posesin. De
voltura privada lo ms cerca posible del cuerpo, capa, vesti esta foOlla, ponen de relieve de fOOlla admirable el mnimo
do o manta, cuyos pliegues envuelven y definen. Si el dere- del haber en el ser, y del objeto en el sujeto. Por muy pbli-
cho de propiedad, natural por esta vez, al menos universal, cas, polticas, abiertas que se presenten estas vidas modelo,
pues no conocemos ningn hombre totalmente desnudo en algunos momentos, tres cuerpos se envolvieron en una
adjudica el hbitat a quien lo habita, tejido mvil y cerc~ tnica sin costuras o en un tone! redondo, la ms pequea
del cuerpo, no da lugar a la de~igualdad, todo lo contrario, porcin o diferencia especfica, cuyo cierre plegado pueda
pues pertenece a los que no nenen nada, a los ms mise- apagar los fuegos cidos de lo colectivo, como un prpado
rables. suave, y peOllitirles sobrevivir a la publicidad. Vagabundos
limtrofes, los tres miserables no pueden desprenderse de
una cosa detenninada, el nico ol!jeto, que se parece mucho
Dnde vive el animalpoUtico? al cuerpo sujeto, para salvaguardarlo cuando todas las cosas
le han sido sustradas o abstradas. Lugar primordial: de su-
Los loros van por ah repitiendo sin pensar la frase de p~rvivencia, de derecho, de conocimiento, lgico y ontol-
Aristteles que dice que los hombres somos bsicamente gico.
animales polticos. Cunto tiempo? A decir verdad, hay Ms poltico todava que e! ms poderoso de los ROten-
horas en las que nos retiramos entre nuestros pliegues o tados, aqut.est el miserable, siempre en pblico. Unico
nuestro ~aparazn para ocupamos de nuestros cuerpo, y la hombre realmente universal, el vagabundo, menesteroso,
na:che tiende un velo sobre nuestros pudores extremos, puede definirse, en ltima instancia, como el nico animal
baJO los cuales nos consagramos a algunos actos privados. politico: triunfo de la sociologa. No, e! hombre no puede
Qu seramos sin reposo? Q!Ie nuestra existencia se exhi- vivir sin refugio, es decir, pblicamente, sin vida privada. El
ba, pblicamente, a la inversa, y en tiempo real, entendien- hombre no es un animal poltico: si lo reducimos a esa con-
do por ello que todos los actos sin excepcin alguna se de- dicin, se convierte en un perro, ste es el grito rebelde de
sarrollen bajo la cruda luz de lo colectivo -iaqu tenemos Digenes, cnico.
al animal realmente poltico!- y en menos de tres das nos
habremos convertido en pordioseros.
No hay h?Olliga, ni abeja, n~ teOllita entre los mendigos,
pues son anImales que sobrevIven noOllalmente a la vida
poltica, pblica, social integral. Los ms menesterosos en- Mapa de estaciones del tiempo
tre los pobres siempre conservan para s un objeto mnimo
privativo, que pueda salvar algunos instantes de intimidad. Esta larga descripcin de los lugares, esencia y hbitats de
Aqu tenemos, harapo o caseta, la propiedad residual de los los seres vivos y del hombre, podra hacer pensar que una
hombres y la propiedad que los define: el margen ms pe- tpica, estrictamente espacial, aunque a veces su unidad se

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vuelva compleja o abstracta, lugar sensible o virtual, casa conocemos fcilmente un espacio topolgico --como el
sencilla o complicada, desglose detallado o conjunto entre- punto de acumulacin hacia el que podran tender todas es-
lazado. amplio y copioso. de especies diferentes, basta para tas respuestas a las preguntas de lugar, pacientemente enu-
decir 10 importante. meradas por todo saber y toda tcnica de lo vivo, especfi
No: en primer lugar, entra en el tiempo, es decir, en el ca o colectivo, desde los orgenes sepultados en la memoria
movimiento, y luego se complica integrando las diferentes de nuestros idiomas, latin y griego, hasta las sofisticaciones
dimensiones, es decir, la fuerza. Desde el momento en que contemporneas ms elaboradas y, en definitiva, como uno
el rbol de clasificacin, que dejamos hace un momento de los secretos de la vida, que podra afanarse sin tregua en
para seguir el pliegue, se convierte en genealgico, o que los encontrar, plegar, definir, recortar, fonnar su lugar... natu-
espacios lgicamente recortados se sumergen en la dura- ral? Femenino, materno, matricial! Prima, la materia en s
~in d~ la evolucin, un?S esquero,as ,dinmicos imponen significa o apela a la madre.
mmedlatamente una teona del mOV1mlento y, en primer lu- Nuestro atlas comienza, naturalmente, describiendo los
gar, una esttica de los sistemas, de las fases en una evolu- planos o los mapas de aquellos hbitats arcaicos, los ele-
cin o de los equilibrios de fuerzas. Cmo describir unas mentos de su fonna y los primeros seres vivos que los habi-
estabilidades entre los cambios, unos invariantes mediante tan, ya que inventaron sus contornos.
variaciones, unos polos de atraccin, csfides o pex? S,
~a vuelto la nocin de lugar, incluso en e tiempo: la inva-
nanza, el extremo, el ptimo y el climax constituyen estan- Escala de estos diversos mapas
cias o paradas locales_
La ecologa, haciendo honor a su nombre, nunca deja Pero lo inerte y lo vivo no ocupan lugares del mismo ta-
de describir una topologa de la casa, exactamente de los mao. Se diferencian, como lo global y 10 local, lo univer-
lugares, estables y lbiles, por los que pasan y pennanecen sal y 10 singular, la ley y el cdigo? S, uno se somete a unas
los seres vivos inmersos en la duracin. Los caminos que leyes, holoklOrfas o universales, mediante prolongaciones
los conectan son espaciales o temporales, estticos o di- analticas, y el otro a cdigos, especficos y locales, propios
nmicos. de un interior.
Esto, en lo que se refiere a la regla y en lo que se refiere
al espacio, grande: los tomos de hidrgeno ocupan el uni-
Antigedad de esta t6pica de lo vivo verso, se expanden los gases, los diez mil soles de las gala-
xias se colorean con el fuego de los tomos, las rocas slidas
De las lenguas clsicas a las ciencias modernas, el camino soportan los continentes, el agua se extiende por mares
sigue siendo legible. Efectivamente, podemos considerar el enormes, el sonido se propaga en la lejana, pasa el viento...
lugar o wcus en general -pagus arcaico y pagano, parterres es fcil entender por qu Descartes relacionaba la extensin
cultivados cuya costura dibuja sobre la tierra el paisaje tra con la materia. Lo inerte invade lo gigantesco y el mundo
bajado, ;n .1.!n tablero de ajedrez aleat.orio, por el campesi- dura largamente.
nado .pnmluvo y moderno, hartus anuguo, corral de granja Sin embargo, no conocemos seres vivos grandes, quiero
o patlO de casa, dibujo del jardn privado. familiar, doms- decir, del tamao de una montaa o del ocano, de un pla-
tico o pblico, chara platnica que el Timeo traduce torpe- neta, salvo en sueos. El coloso dinosaurio ha desapareci-
mente por lugar, huella, cera sobre la que se graba el senti- do, el elefante el oso y la ballena sobreviven con dificulta-
do, matriz, excipiente, receptculo. nodriza... y en la que re- des, hay que proteger al sequoia gigante... y lo vivo mins-

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culo prolifera. La vida tiende hacia lo pequeo, a la medida sin esta definicin previa del rea en la que puede nacer, de
del lugar. En fisica, el observador y el terico pueden cam- las fronteras que protegen su fragilidad, de la energa dirigi-
biar de escala y trabajar con lo inmenso o con la micra, da o concentrada que necesita para aparecer, de las redes
mientras que no se conoce, en el momento en que escribo, para sus prolongaciones o sus propagaciones?
macrobiologa de un gran organismo, salvo en la teora on- Estas son las primeras lminas del adas.
rica. Nadie sabe de existencia viva larga, quiero decir de la
duracin de un solo de un mundo. La vida tiende hacia lo
muy corto. Secreto t Polichinela" o de Arlequn?
Un tamao local y singular, definido, podramos decir, es
decir, rodeado de lmites espaciotemporales, lo caracteriza; Dnde esconde la vida su secreto? Dnde hay que ir a
no el espacio, sino la casilla. buscarlo? En el lugar. De qu cantidad o tamao? Estrecha
y corta. De qu calidad o forma? Frgil, plegada, conecta-
da. Es decir: esta casa o caja negra local es su secreto mismo,
Rtdts de prolongaciones porque esta ltima palabra significa lo que se aparta, se eli-
ge o se pasa por el cedazo. Secreto, singular, lo vivo yace
y sin embargo, se obstina, a travs de la muerte de lo abf, separado,
vivo, aunque slo se suceda a travs de efimeras singularida Obstinada, la vida se expande pues y se prolonga, en el
des. La vida larga de las especies pasa por seres vivos breves. espacio y por el tiempo, mediante cajitas singulares. Ahora
De la misma fonna, se propaga por el espacio como por el hay que pensar en esta proP.'Wln l!aguJ a Rll$Us, pa~cel~ ?
tiempo, a travs de arabescos de relaciones entre pequee- nicho por zona o lugar, pgma, <t p..~na, mdivtduo a ~ndIVl
ces y brevedades que integran su expansin. La vida invade duo de especies diversas, esta mvaslon por lugares dIferen-
lo amplio con la travesa de pequeos seres vivos, tes en otras palabras, meditar sobre la globalidad de las lo-
Global en el espacio y por el tiempo, gigantescamente calidades, e'rl!ortan que se deriva de la misma,paradoja
disperso, colosalmente duradero, a veces sometido a leyes que, hace un momento, pretenda encontrar lo umversal de
universales, lo inerte acoge a lo vivo, local y singular, breve, lo vivo en la singularidad del lugar.
pequeo, frgil incluso. Lo primero forma la condicin ne- Podemos fo~ar un concepto intermedio entre local y
cesaria con la que lo segundo, a veces, se basta. Ni global ni global, unir mezclar o coser el uno al otro? Aqu tenemos,
universal, lo vivo ocupa el tiempo y el espacio mediante en- correctamente formulado, el problema ms general del pla
rejados flexibles de vnculos entre singu1aridades menudas y no o del mapa. Todo Atlas, y el nue.stro .tambin, mue~tra
codificadas, Al reproducirse, estos individuos breves inva- modelos espaciotemporales de la diversIdad en mOSaICO,
den progresivamente la larga duracin; y el espacio gran- imagen final del lugar, de.l tiemp,o y de redes heterogne?s,
de por locomocin o alimentacin de estos pequeos mo- reino animal y vegetal, remo antiguo y nuevo, .de J\rlequm,
tores. emperador de la Tierra y no de la Luna, estancias diferentes
En cuanto cruzan el lugar y el tiempo, todo se reduce a de la casa que nos ocupa, provista de sus pasillos.
los desplazamientos de fragilidades pequeas y breves, aso-
ciadas mediante cercanas y lejanas; aqu tenemos nueva-
mente una casa, para la topologa y de acuerdo con la ener-
gtica: hogares modestos en lugares estrechos, conectados
mediante caminos. Habra alguna autonoma de la vida ~ N. de la T.: Un secreto de Polichinela es un secreto a voces.

57
Mosaico t /dmi1Ul$

Ejemplo: los bosques del Sur de Francia arden por los ESTAR FUERA DE AH"
cuatro costad?s. Se mete en la crcel a los pirmanos, pero
n~nca a los tnvers.ores que slo plantan resinosas; ahora Para adormecer la investigacin, y la inteligencia de paso,
bIe~, la homoge~eldad del monocultivo constituye aqu el no hay nada mejor que una categora. Catalogar como fan-
~eJor canal posIble para la propagacin del fuego: de lo tstica, por ejemplo, una literatura o un cuento, es entregar-
merte, no de lo vivo. Slo apagaremos los estragos de las lla- se a la pereza: toda clasificacin descansa en los cajones y
mas cuando mezclemos el pino con la encina o el alcorno- en los dormitorios. Y la imaginacin, cuyo estmulo apues-
que... es decir, inventando un uso mltiple o un reticulado tasiempre por lo indito, precede a veces a la luz del descu
del espacio. La invasin del lugar por y para una sola forma brimiento. A veces la locura encuentra algo novedoso, in
de vida acaba matndola. cluso en el orden de la razn.
. Como ~l sol, el dinero no tolera nada nuevo bajo su ley ElHorta, relato que clasificamos en esta categora negra y
merte, unIforme y homognea, cuando todo se renueva en tonta, dibuja con minuciosidad algunos acontecimientos
los reinos locales de lo vivo. Aqu tenemos, claramente for- refinados del espacio ms normal que pudiramos cartogra-
mulada, en trminos concretos, la verdadera cuestin del fiar en las guas o los mapas de la desembocadura del Sena:
unive~so: mperialismo desptico de una sola ley, que hace el hbitat y los desplazamientos. Observen pues, en primer
el vaClO par donde pasa para reinar de forma nica o fede- lugar, a Maupassant o a su narrador vivir en su casa, o dar
racin de mosaicos? Vuelve e!1tonces el antiguo paisaje, flo- mir tumbado sobre la hierba del jardn. Qy puede haber
ral y vernal, el pagus de los lannos que designaba o describa menos fantstico, realmente, que las delicias que acabamos
I~ ~aposicin de I~s .l?ar~elas de trigo, de barbecho y de de mencionar?
vtd, Irregularmente dlstnbUldas. El lugar se viste de nuevo
con la capa de Arlequn.
EsptUio y lugares

Sum~, ~orde ? unin flexible de los lugares, cuerpo mez- Todo depende, dice su narrador, de los lugares y de los
clado, tUntca abigarrada, el concepto abstracto ms contem- medios. Aqu tenemos el espacio habitado: la casa, el jardn
porneo o, como se suele decir, sofisticado, al mismo tiem' a la orilla efel ro, el bosque circundante, a continuacin lo-
po que la prctica ms arcaica, este modelo en mosaico re- calidades ms lejanas, que prolongan los alrededores:
~e todas las ~uestiones contemporneas sobre el equilibrio, Rouen, ciudad prxima, el monte Saint- Michel, Pars, Bra-
SIempre declinado en plural, as como las diferentes con- sil. El relato explora paso a paso, meticulosamente, la cama,
cepcil;mes, princi.l?~lmente. caticas, que podemos tener del la mesilla de noche, la habitacin, con sus sillas y su espejo,
espaClo,.la evoluclon y el tiempo, pero adems, por su reco- y va de lo ms cercano a los confines del universo. El soli-
mendacIn salutfera de proteccin, alcanza 10 que podra- tario contempla, inmvil, la extensin, y luego se desplaza
mos llamar una tica del medio ambiente.
Valdra como ecologa del espritu? Qy significan para
Las pginas siguientes requieren una lectura previa de El HQTt, relato
nosotros el lugar y los despl~amientos, lo local y lo global, breve de Guy de Maupassant. {N. dd I1Utor.]
~os pl~no~ y los mapamundls, estar ah? Y, para empezar, N. de la r: El ttulo en francs de este captulo es P,tre hors lit, que
{que stgnlfican para cualquier ser solo, vivo y pensante? podemos relacionar con elritulo del cuento de Maupassant.

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por ella, tomando nota, con una precisin exquisita, de to- su pas, aunque desembarcado hace mucho de otros luga-
dos los accidentes espaciales debidos a los transportes y a res. Errante y anclado, verazmente contradictorio... venido
las prolongaciones. de fuera y llegado aqu, fuera llegado, venido de aqu.
El Horla describe el ah y lo que pasa fuera o viene de all;
levanta el plano, el mapa, yeso es todo,
Errar, quemar las naves
Nonnando, descendiente de los osados marinos, cuyos
drakares conquistaron Inglaterra y Sicilia, todo el agua de Pronto alienado, el narrador quemar la casa que ama y
Amrica a Marea, Groenlandia, Islandia, Francia, cruzando se destruir a s mismo, porque un Ser invisible y poderoso
los ocanos por puentes estrechos abiertos a los cuatro vien- le visita, le persigue y grita su nombre, que l repite y com-
tos, cruzndolos de nuevo a la vuelta. Maupassant duenne prende. Maupassant o el narrador ve una sombra, un fan-
b~jo un pltano a orillas del Sena: Me gusta esta regin, tasma opaco y transparente que, ante el espejo, intercepta
dice, porque en ella tengo mis races, estas races profundas las imgenes sin tener a su vez una imagen exacta en el es
y. delicadas que atan a un hombre a la tierra en la que mu- pejo. iQu sombra extraa, ser y no ser a la vez, presente y
neron y nacieron sus antepasados... imentiroso! Me gusta ausente, aqu y all, un tercero contradictorio! Por esta ra-
mi casa, repite, desde donde veo el ro cubierto de barcos zn, le da el nombre de Horla.
que pasan, procedentes de todas partes, estas dos goletas in- El espritu del all, el ser del all, no se ve, pero se revela
glesas y el,soberbio buque de tres palos brasileo que las si a veces a quien no es de all. O ser que el llegado de fue-
gue, reluC1e~te, completamente blanco; me gusta mi casa, ra [hon-ta] se le aparece, visible, al arraigado? Cmo enten-
blanca tambin. Mentiroso y veraz al mismo tiempo, Mau- der las relaciones entre el espritu del lugar -pero, de qu
passant desciende de los vikingos, marineros venidos de le o de quin se trata?- y el de otro lugar, o entre el espritu
jos, cuyos barcos bajaron por el Sena y desembarcaron, ah. yellugar?
NOI?1ando, descendiente de un pueblo domador de ma- Transpar;:nte, pero opaco, el ser en cuestin, neg del
res e mventor de aventuras, F1aubert tambin se aburre barco blanco a la casa blanca, ambos brillantes, afarentes,
mientras el mundo cambia como no haba cambiado nun- fenomenales, epifnicos, revelando y reflejando e espritu
ca; sus mujeres se aburren mortalmente en su Normanda, de all, que los marinos, a veces, sin saberlo, embarcan en
en uno de los momentos ms apasionantes de la historia. sus naves?
Maupassant cavila y se duerme en la misma Nonnanda, Mi espritu ntimo se diferencia del espritu de aqu que
tumbado sobre la hierba, mirando pasar, perezoso e inm- baa el ro y los rboles frutales con fulgores ligeros y res
vil, a los continuadores de los vikingos, de viajes extraordi- plandores flexibles que sirven de atraccin? Mi alma ancia-
narios. Cmo me gusta]ulio Veme! na de hombre viejo llora en m desde hace tiempo por el
Cul de los dos conoce mejor el espacio? El errante fragmento raro de aquella que vivira cmodamente en me
qu~ se mueve sin parar o el hogareo que explora su vecin dio de las longitudes y a cuarenta y cinco grados de latitud
dano, con desplazamientos usuales, pero inusitados? De norte, bajo las primaveras voltiles, mientras que el alma ex
tierra y de agua, verdico y mentiroso, literato inquietante y traamente yuxtapuesta del llegado de fuera en que me he
naturalista fiel, Maupassant ama la tierra de sus antepasados convertido, mezcla en ella sus gemelos, opacos y transparen-
ms cercanos, pero tambin las aguas de sus verdaderos an- tes a ellos mismos, acumulados tras cien visitas a Brasil o a
cestros, lejanos. ,Marino, pero tam~in campesi~o; arraiga- otros lugares, hasta los fiordos de Noruega, para acabar for-
do, pero desarraIgado; fuera de su tiempo, de su Idioma, de mando un harapo abigarrado tan complejo como mi carne.

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Errantes sin races fijas, nos hemos convertido todos en
paseantes con alma arlequinada, asociando y mezclando
los espritus de los lugares por los que pasamos, bien o mal Existir
iQ,r demonios! slo se muere de ex-istir, de marchar, de
Maupassant de aqu, en Nonnanda, llegado de fuera, del partir, de hurtarse sin cesar al equilibrio, de pasar de mala
Norte o de all en el Sur, arraigado aqu y desarraigado na manera. En una especie de doblete popular, Horla traduce
die recuerda de dnde, establecido bajo el pltano y pasean- la existencia, latina, culta, y la expresa sin verbo, con un ad-
te de otros tiempos, errante, dolorosamente, pasando a du- verbio. Lo estable se desequilibra, lo plantado se expone.
fas penas, arrastrando sus males por las huellas de los pasos Lo errante o lo que pasa a duras penas, los marinos nor-
que va dejando, estable sobre tierra firme, inestable sobre el mandos del ayer y los hombres de nuestro mundo, actual-
ro, buen hijo y asentado como Pierre, heredero, pero tam- mente, viven desde hace mucho las luchas a muerte del etre
bin emigrante y desheredado como Jean, Maupassant, al la [estar ah] y del Horta [fuera de ah], batalla de almas que
menos tan doble como somos ahora todos nosotros, idn- modela, entre lgrimas, su alma mestita, abigarrada, conste-
tico, invariable, Pierre y Jean, doble doble, alienado segn lada, formada de espritus del aqu y del all. Q,r marino
los lugares y los tiempos, de alma racional y loca a la vez, puede aprender a navegar sin saber que cada barco tiene el
viviendo de muerte, muriendo de vida, l o Cuyon el narra suyo, que hay que saber tomar para s~ dejndolo a un tiem-
dar, l mismo o su doble, descubre que habr que morir, a po en la barca movediza? Y que hay que cambiar de embar
causa de su parsito. cacin a menudo; y de ocano, de rumbo, de puerto, de
pas. Q,rema tu casa de carne y de piedra, hazte a la mar,
embarca en la blanca goleta. Al pasar, bien o mal, piensa sin
referencias: con relaciones, habla con flexiones o con decli-
No crees que es algo que ya ha pasado muchas veces? naciones, por medio de preposiciones.
Cuando hubo que zarpar hacia otros mares para establecer-
se, por fin, en esta orilla del Sena, ecuerdas en da en que
quemaste tus naves -t, tu doble, qu antepasado? Re- Habitar, partir
cuerdas cuando prendiste fuego a tu barco, blanco como
esta casa? Cmo l, al contrario de l, acaba pues con tu h- Nuestro narrador, buscando demorarse pero fiel a su do-
bitat, fijo o mvil, arroja tu memoria a la hoguera, tus libros ble parentela, trata de partir sin cesar. La escena definitiva le
y tus zapatos, mrchate. Mata al anciano que duerme con ver deslizarse por el intersticio de la puerta -la raz de la
sus categoras, sigue al Horla: eso es vivir, aprender, conocer, preposicin hors designa precisamente esa puerta- para en-
inventar. cerrar dentro al Horta, inmovilizar ah lo venido de fuera y
Tras el incendio voluntario del techo que protege el sue- bloquearlo para quemarlo, mientras que l, el habitante in
o y el desmoronamiento de las murallas rgidas, volvers mvil y hogareo, huye, simtricamente, hacia el exterior:
a hacerte a la mar, como tus antepasados ms lejanos, naci- el ah se moviliza hacia fuera.
dos en la cuna de las olas, desaparecidos, naufragados en Q,r significa habitar? Cmo detener la vida errante?
cualquier parte, en el pliegue de una ola? Maupassant, tan anmovilizar lo mvil o plantar lo expuesto? ~ significa
poco loco que reproduce el gesto de hacerse a la mar: ir del rondar? Cmo hacer que al mismo tiempo lo de fuera en-
aqu hacia el fuera. tre (o se quede bloqueado) dentro y que lo de dentro se es-

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cape o se deslice hacia fuera? Cmo escribir ---o pensar- ocurre entonces cuando desde un espacio puramente exter-
sin sustantivo, estable, ni verbo? Todo acaba en!a danza de no nos vamos acercando, poco a poco o bruscamente, a
las llamas: la casa explota en una hoguera homble y mag- este lugar retirado muy cerca de nosotros?
nfica, un volcn de fuego que lleva su erupcin hasta el Cortos y precisos, los cuadros se suceden y describen las
cielo. relaciones que, precisamente, yuxtaponen lo familiar y lo
extrao, no tan extrao, en realidad, como simplemente le-
jano. Se trata de conectar, progresivamente, a los lugares n-
Percepci6n: lo cercano y lo lejano timos sus sucesores en el espacio, mediante una especie de
prolongacin analtica. Aqu tenemos algunos ejemplos.
Marchar, visitar: el desplazamiento modifica el espacio
percibido. .
No podemos sondear lo Invisible. con nues.tros OJos, Vityts a lo mds cercano
que no ven ni lo demasiado pequeo m lo demasIado &Can-
de, ni lo que est demasiado ~~rca ni lo que est~ demasIado Primer cuadro, descripcin del ah mediante relaciones
lejos. Cuntas cosas descubnnan:t0s con unos o.rganos me- puras y simples: he pasado toda la maana tumbado sobre
jores! Es un programa en matena de lamentaCIones, p;;<, la hierba, delo.nte de mi casa, debajo del pltano... este rbol
sobre todo una definicin de la distancia y de la resoluclOn cubre, alberga, da sombra al tejado como si la casa tuviera
de la mirada. Ver supone un observador inmvil, visitar exi- el rbol por casa, como si Maupassant viviera en una caja
ge que percibamos mientras nos movemos. que, a su vez, estuviera encajada en otra. El narrador se hun-
Por suerte y por desgracia, el narrador recupera los .me- de ah con sus races, ya que, tumbado sobre la hierba, se
dios para esta exploracin: la fi.ebre lo ha inyadi?o y ~llata aloja en y debajo del rbol.
su ojo, acelera su pulso, hace Vibrar sus n.ervl?s. <Podra por Estas r~ferencias locales, bien definidas con respecto a
fin tocar, sentir lo insensible? Porque le ImpIde. leer, !a en D, tumb<tdo, y a continuacin al suelo y a la tierra, se pro-
fennedad lo lanza a su saln por el que va y Viene sm ce- longan, poco a poco, a la comida, a los olores, al dialecto
sar, de un lado a otro: ya ha salido al espacio, leamos en su local, con su entonacin y su acento, y despus al entorno,
lugar. . ' . .. , ms lejano, de Rouen y de sus campanarios, al son de cuyas
Hors llldlCa lo extenor y lo retlfad~, mIentras que la.~e campanas se acerca la ciudad cercana, cuando la brisa trae
signa el lugar cercano: el Harta descnbe pues una te~s10n su sonido, unas veces fuerte y otras dbil, hasta m. locali-
entre lo adyacente, lo colindante, lo contiguo y I? alejado, zacin usual a travs de los sentidos, o ms bien, mediante
alcanzado o inaccesible, a partir de esta cercana. <Hay una mensajes de posicin que llegan a 10 largo de las relaciones
contradiccin que opone este hors y este la o, todo 10 con- sensoriales.
trario, hay un movimiento o vnculo 9u~ los une? Reconoz- Sobre el Sena que corre delo.nte de la casa, a lo largo de mi
camos, de paso, que solemos llaJ.Tlar lfltlmos, con el super- jardn, casi en mi casa... pasan los barcos, dos goletas ingle-
lativo de lo interno, en el que lo mtenor marca el comp~a sas y un buque brasileo de tres palos, que ahora indican el
tivo sencillos hechos de vecindad, de hbitat o de hbIto, }itera. Cerca, Inglaterra; lejos, Brasil. El ro, cuyo curso casi
hog:u. vida privada, rincn secreto, soledad, menos inter- atraviesa la casa, arrastra el exterior hacia el interior, lo de
nos ~ue externos, pero muy cercanos. Este es el tao Y as, fuera hacia dentro, o el han ta. Primer verbo del texto? Pa-
aquello con lo que hacemos sustancias, nomb~ndol? po~ sar. ltimo verbo de esta descripcin local del la, del ah1?
lo tanto con sustantivos, se reduce a unas relaCIones. <Q!Ie De nuevo, pasar. Los barcos pasan delante de m, que paso

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toda la maana ah, tumbado. mI narrador -o el sujeto- Sigmoslo 'pues: elfOranus latino, el extranjero, engen-
acaba de firmar? dr en francesftrouche [hurao, feroz] ya continuacin
Una vez que se han fijado las primeras referencias con res- fort [bosque], situado fuera del cercado y deljOrum, de la
pecto a la inmovilidad, este sujeto, tumbado sobre el csped, c~sa, del jardn y de la ciudad; el que vive en el bosque
que pasa o pasa a duras penas, se expone a la cercana ms es- VIve errante, fuera o en el exterior por excelencia: jOrain
trecha; primera excursin, que no se aleja de su entorno. [forneo ],jOrclos [excluido] ,jOurvoye, [descarriado] ,fOurbu
[extenuado],jOrban [forajido], es decir, un balance nada
tranquilizador. Es la angustia que se anuncia. El marino
Prolongacin pequesima que atraca llama radtjOraine al golfo abierto a alta mar. En
el jOro se rene el tribunal civil y poltico, mientras que en
Segundo cuadro de un corto paseo: feliz en mi casa, l~ casa se deciden los asuntos familiares; este sentido jur-
vuelvo muy inquieto tras este pequeo desplazamiento a lo dico lo encontramos en el fuero interno o interior antiguo
largo del agua. Con ocasin de esta crisis de angustia, viene juicio de la c~)flciencia, por oposicin al fuero e,derno, re-
la idea de que vemos sin mirar, de que tocamos sin palpar, servado a la Jurisdiccin pblica. De la misma forma, el
de que siguen insensibles lo demasiado pequeo y 10 dema- bosque [fort] pe.rtenec~ al tri?u.nal de justicia del rey_
siado grande. Maupassant habna podIdo escnblf: elforla, fuero interno
Paradoja: por familiaridad, o ms bien por esa costumbre y exte,rno ~el. al~enado, .entregado a I?s otros. As es la psi-
que nos viene del habitar, el exceso de cercana equivale a cologla, disclplma vanable, desgracIadamente ignorante
un alejamiento. del espacio.
y esta fiebre, bien y mal recibida, agudiza los rganos. Paradjicamente, a fin de cuentas para la familia existe
Qye perciben inmediatamente un peligro amenazador, un interior o cercado, y a continuacin un exterior, el bos-
como una desgracia, una muerte que se acerca, que viene que forn~o, ms l~ puerta, umbral o paso que los conecta
de fuera o germina en la sangre y en la carne, venida de fue- y los sepata, y el tnbunal que resuelve; finalmente, el fuero
ra, pero ya ah. fantstico delloco.
Se dibuja ahora una topografla rigurosa y detallada de
las cercanas, la descripcin de los acontecimientos locales
Cartografta del reldro situados alrededor de la casa, de la puerta, del umbral, del
patio y del jardn, el encadenamiento de los espacios que
Hors -fuera de- viene de jOris o Ores, que designa, es los rodean, como una corona, los caminos que los conec-
bien sabido, la puerta de la casa que da al exterior;jOrum de- ~an. y. la.s I?ersonas que rondan por all. Paralelamente, la
bi significar en un primer momento el cercado que rodea Justlc~a II?Ita est~ prolo~gaciones, de modo que sus pro-
la morada, jardn o prado, antes de designar la plaza pbli- nunciamIentos diferenCian dos personas, el forajido y
ca de la ciudad. La familia semntica de esta preposicin se aquel que, en su fuero interno, puede disfrutar en paz de
ordena como un movimiento poco a poco, de lo ms cer- su independencia. Al igual que el astil de la balanza real o
cano a lo ms lejano: de la puerta que da sobre el umbral al de la justicia, duda y oscila, la preposicin hors vacili en el
recinto cercano, y despus a la plaza del mercado, exterior... umbral y designa los acontecimientos que cruzan la puer-
no designa tanto unos lugares fijos como un desplazamien- ta, lugar por el que se pasa, bien o mal del interior al exte-
to cuidadoso por prolongacin analtica. Y todo el relato si- rior, o del fuera al ah. Doble local y duda sobre la unidad
gue este mismo camino. de la persona.

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Por ejemplo, salir de la casa, a-travs-ar el patio <) el Jardn
que la rodea, cruzar la puerta que da al extenor, exigen la
atenCin ms concentrada en lo que ocurre en esos lugares
Nuevo cuadro: me voy a dar una vuelta por el bosque de saturados de pequcilos hechos refinados. Para describirlos,
RouIllare, ceruno... Sigo un gran camino de caza, giro ha hay que utilizar con circunspeccin entre, en, por... opera-
ua La Bouille, por un sendero estrecho, entre dos ejrcitos dores de t1exlOnes o de declinaciones que deSIgnan, no Jos
de rholes desmesuradamente altos que colocan un tejado lugares como tales, contenidos y continentes, definidos, de-
verde, espeso, GlSI negro, entre el cielo y yo. Ejerucio: el lec- limitados, recortados, es decir, mtn(os o mensurables, sino
tor debe subrayar las preposiciones, siempre utilizadas me- las relaciones de veundad, de proximidad, de alejamiento,
llCulosamente, como vectores en primer lugar, al parecer. de adherencia o de acumulaun, es deur, las posiciones. El
El narrador Sigue explorando los alrededores, con excur- estar ah y sus relaciones con el cxtcnor.
SlOnes cada vez ms alejadas, y describe, con una exactitud __ orLa topologa es L1 base de la lopogratia de los mapas y
escrupulos'1, todos los .\eudentes de [os intervalos. Cmo? planos.

HJj!%ga De lo.lj!u/{io.1

Una pcrel rel.11lv;1 d J,1S 1ll.1temticas nm lleva a pensar Coherenle, ri~uroso, consistente, deul11m alocadamente
que el csp,lCio. en geollldr'l, va unido a una mtnca, o lll- de un conOCImiento estimable; otorgamos nuestra confian-
dmo <l LJ fllediun en general. Bergson y Heidegger repiten za a los objetos slidos, cuya ngldez fija lA masa y el volu-
J p1JU.T e,te dlslale y atTdstrdn d sus Jelitos, sin observar men, contenido y continente, es deCir, almedirio, es decir,
YUC.l su ,llrededor, [os toplogos y, como de costumbre, an- di ddlJ1lr bs ZOllas sem,nlicas estables de los sustantivos o
tes que los s.lbIOS, .Irtistas como Maupassant, supIeron pin- de los verbm ---Leiblllz IldIll.\ba IJ1Itityj!U< a la resistencia in-
I,lr j,lS cerCJnias y sus proximid,ldes sin Illnguna necesidad vencible o relativamente el<lstica de los slidos, y este tmli-
de b &stancl<! ni de Llllti&ld para medirla. Bergson escribe, no signi6clbd, ,1denli'i, 1<1 propIedad que nos permite escri
por ejemplo, que b fib'iOfh tradieional, como la inteligen- bir sobre dlm: estables, fijos. es decir, susceptibles de ser
ei'l. es excelente I-nra h.lbLn geomtricamente del espaeio, inscritos- mientras que nos reSistimos d sumergimos entre
pero se limiL1 ,1 este eerncio. Es nldravillow, pero comple- los lqUIdos, lo aculco y lo vaporoso -vago, confuso, tur-
!<lr est,ls descripuones no supone forzosamente refugurse bio, decimm tontamente de un pensamiento despreoa-
nlC.llnente en cll1cmpo! do ,remo Huido en el que bs distanClas cambi<ll1 y f1uc
La topologLI se [ie al esp.1UO, de otra forma y mejor. tan, en el cu.\l, en fin. b escritura se borra y las medidas se
P,H,l ello, ulilizA lo ccrrado (dmlro), [o abierto ([Ut'M), los 1tl- pIerden.
lervellos (mln'), LJ Of!cn(,Kln y Id direcun (hacia, delante, El Horla precede a Bngson en esta 1l1l11erS1n valerosa en
drtrtls), 1.1 ccrCllll,1 y !<l .1dherenclJ (una, sohre, contra, rahl', lo fluctuante y lo supera lericamente. No hay nada de en-
Ild)'a({'n1t) LI lll111ersill (m), b dimensin .. y as sucesIva- soilador III de Imaginano en iJs <lgUdS o los fluidos, nl11gu-
mente, lod.\S c1J.s rea[iebdes sin medida pero con relduo- na Inagia, Sino el reconOCimiento, ml11m.\mente mu"torio,
!les. AntiglU1llelllC lL1m,leb por Leibl11z ana/V.li.1 .11tH.l, la to- de que el mundo no se compone nicamente de pIedras y
po[oga dcscribe LIs pOSK10lles y tiene su mejor expresIn de hierro. Ahora bien, no podemos contar de la misma tor-
en LIS expreS10lles preposluon;11es. ma las lej,mas y [as proximid;ldes, nI ldentificdt los lugares,

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de acuerdo con una regla rgida o desde el mundo de las on- Una casa da fe de la geometra mtrica de los maestros
das, los ros o los flujos. constructores, como si conservase sus huellas o como si los
Qe yo sepa, desde que hablamos hebreo, griego o latn hubiera inspirado, mientras que el lugar exterior, el ah de
nu 7stra alma, precisamente fluida, alienta y, por este viento, fuera, impone una percepcin completamente diferente.
calienta o refresca: ser liquido, bruma que se desliza ante la Seguro, aqu, sentado, dentro, de que el muro tras de n, es-
pura limpidez de un espejo, an a riesgo de empaarlo. ms table, permanece a una distancia mensurable y fija de mi es-
un escalofro, la forma de las nubes o el color del da tan palda, cuando escribo, leo, hablo o como sentado en mi
variable, l? que, ~ozando ~i piel o cruzando ante mis'ojos mesa, absorto, salgo y pierdo mi seguridad de lo que a !ergo
ha enturbiado mi pensamiento o ensombrecido mi alma? me obsesiona. El viento, apacible o turbulento, moviliza las
Citad~ al comienzo del relato, esta observacin prepara y ramas como las hojas, primero lejanas y despus prximas,
anunCIa la escena del final, ante el espejo de la habitacin. mientras que los insectos me acompaan o me abandonan;
Un objeto como ste -aliento, nube o alma- no presen- es decir, la fauna y la flora, el flujo y los intervalos, no ocu-
ta obstculo alguno entre el espejo y yo, como un bloque de pan la extensin como las rectas y los ngulos vados de los
madera. ~paco y transpare,nte, translcido en suma, un ji- albailes en la casa.
rn de ~ebla. se ab~e y se cierra al mismo tiempo. ntima y Paso del estremecimiento de fro al estremecimiento de
cercana, mqUleta, leJOS del descanso, el alma ignora tambin angustia. La proximidad o la cercana se pueden por lo tan-
la exclusin recproca entre dentro y fuera, hors y la. to transformar, lo lejano y lo cercano intercambian sus dis-
Con brumas y adherencias, la topologa de los fluidos di- tancias, se vuelven elsticos: inquieto (prdida de reposo,
suelve el verbo fantstico y resuelve as sus problemas. prdida de equilibrio) por estar solo en este bosque, atemo-
rizado, apresur el paso... en una profunda soledad. De re
pente, me pareci que me seguan, que haba alguien a mi
Plano t los hdbitats espalda, muy cerca, muy cerca, casi tocndome. La geome
tra mtn'f:a canoniza las distancias que identificamos con la
Otro ejemplo. No caminamos por el bosque como nos vista, mientras que el tacto, al que alegamos sin cesar, ms
movemos por la casa: ni la pertenencia, ni la localizacin cerca de la topologa, revela maravillosamente las cercanas.
ni el hbitat se redu~en el uno al otro. Prudente y sabia, l~ En la geometra, habito; la topologa me ronda. A lo largo
le.ngua francesa preClSa que aqu se habita [habiter], con h- de todos los milenios que nos separan de su nacimiento, el
btats y hbitos bien definidos, pero en otros contextos uti espacio puro y duro de la primera construye nuestra casa:
liza, tpicamente el verbo hanter. Para una casa, habiter; 'para su metro nos sirve de tierra. Ahora bien, la casa, lo sabe-
un bosque, hanter, frecuentar, rondar: dos estados diferentes mos desde el incipit, habita ella misma -lo ronda?- en un
para un uso vital similar. rbol.
No entramos e~ nues~ casa como en un bosque, bajo Me volv bruscamente. Estaba solo. Tras de m, slo vi
Wl techo como baJO los arboles, entre los muros del pasillo la avenida recta y amplia, vaca, alta, pavorosamente vaca;
como entre los troncos de una senda de cazadores... los lu- y al otro lado, se extenda tambin hasta perderse de vista,
gares han cambiado de vecindad y los lmites de proximi- semejante, espantosa. Lo de fuera se asemeja a lo de den-
dad; el cuerpo no percibe de la misma furma lo lejano y lo tro, o a la inversa. Sin rectngulo ni vertical, la topologa del
cercano. Muy comn, el verbo aproximar conecta o desco- bosque no se parece en nada a la mtrica de la casa: es algo
necta, para bien o para mal, lo de fuera y lo ntimo el hors que slo puede ocurrir en los castillos encantados Ihantsj o
yelLl. ' en una casa que habita en un rbol! Peor an, las direccio-

70 71
nes cambian, as como los puntos de orientacin. Aqu, del que no se ve la cabeza, cubierta con la capa, que condu
muy cerca de m y de mi hbitat habitual, sobre la hierba, ce, caminando delante de ellos, a un chivo con cabeza de
delante del Sena... estoy bien orientado, perfectamente lo- hombre y a una cabra con cabeza de mujer, ambos dando
calizado. Me puse a dar vueltas sobre mis talones, muy r- balidos, el uno con voz fuerte y la otra dbil, peleando sin
pido, como una peonza. Estuve a punto de caeOlle; abr los cesar: chivo o tragos, fundamento trgico de la construc-
ojos; los rboles danzaban, la tierra flotaba; me tuve que cin?
sentar. Y entonces, ah! ya no saba por dnde haba veni
do.. Me march por el lado que se encontraba a mi derecha
; sal a la avenida que me haba conducido al centro del
osque.
Gua tedeo
As es como se va de hors a la y a la inversa: saliendo del El monje gua del Mont-Saint-Michel, sabio o ignorante,
cercado que est delante de la casa, bajo el pltano que la las dos cosas, sin duda, y doble por lo tanto, afirma que no
protege y le da sombra, accedemos a los espacio extraos sabe si se cree 10 que est contando; pero ofrece un primer
mediante excursiones sucesivas cada vez ms alejadas... ncleo, arcaico, de explicacin: nunca se ve la cabeza del
como si, al recorrer los sentidos descritos por la familia se- pastor porque l tampoco sabe que detrs de l, a sus espalo
mntica de la palabra hors, hubiramos pasado de la palabra das, se pelea una pareja. Oculta por una doble ceguera, pre-
jorum, el recinto privado, luego el lugar pblico, a un senti- cedencia y capa, la identidad se expresa por la relacin con-
do nuevo de la palabra jorit: relato o variaciones sobre la flictiva y la similitud de especie entre el doble y su yo, que
preposicin. Tenemos por lo tanto que calificar esta descrip- representa el chivo, entre lo ntimo, elfuero y lo exterior, lo
cin del espacio y de los lugares: normal, exacta, fiel, de ex- de fuera, ambos expresados con la misma palabra.
periencia comn. iMirada negra y genial que descubre que el alma, llama-
da ntima, yace, no en un interior, imaginario, sino fuera,
en el exterior, y que rodemos describir sus tormentos como
Mapa de excursin acontecimientos de espacio usual! En otras -y pocas-
palabras: El Estar ah litre l] es un Fuera de ah [horla].
Nueva partida hacia el exterior. Vista desde un jardn p- Hacen fulta unos ojos singulannente agrandados por la fie-
blico, al fondo de la ciudad de Avranches, la baha, desme- bre para ver por fin con lucidez esta unidad interior en dos
surada, del Mont-SaintMichel se extiende, tan lejos como personas externas, como en un espejo!
alcanza la vista, entre dos costas, que se pierden entre bru-
mas. Maupassant utiliza aqu el vocablo fantstico para la
roca que sostiene la igiesta, para el monumento y para los Primera teora mitolgica del doble, descubierta en el
animales que adornan sus pinculos. Ser un equivalente mundo religioso, el de! MontSaint-Miche!. Ahora lo fan-
de gtico? tstico desaparece, en los mismos lugares gticos en los que
Ms cerca: al alba camin hacia l. Luego sub los escah e! narrador lo descubre. La relacin se presenta en su simpli-
nes hasta la cspide. As llegamos a la teora. Al, el monje cidad elemental: e! mimo y su imagen o e! yo y su mimo.
gua relata, efectivamente, antiguas historias del lugar. Cada y usted cree en ello? - No lo s.
lugar tiene sus leyendas ---cmo hay que entender el ah- Se puede ver lo invisible? - Ve usted e! viento?
y hablan del viento, invisible y presente. La ms significati- mi viento? Un vapor, un flujo, un fluido? Q!iere usted
va y la nica que se cita pone en escena a un viejo pastor, decir, en otros idiomas, la ruagh, e! anemos, la pr;ch, e! ani-

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ma? El alma, la identidad, el yo, que adelantndose se defi- mensiones. Apenas paradjico, este volumen tiene la mis-
ne por su relacin con el doble, que se define po; la rela- ma edad que El Horta.
cin mimtica con el yo: dan balidos y se pelean. Habrn visto que, casi siempre, los pregoneros de almas
suelen hacer llegar lo subjetivo hasta los confines de las in
vestigaciones realizadas por el saber objetivo: las ciencias
Ijirrddos de cartogr4fa co~tivas desempean en la actualidad el mismo juego que
practicaba el doctor Freud con la tennodinmica y otros
Como ejercicio, invito al lector a explorar, tras e! narra- con la electricidad. Y sin embargo, la ciencia no nos suele
dor, las coronas sucesivas cada vez ms alejadas de su hbi- esperar all donde la buscamos, sino todo lo contrario, se
tat de partida: Rouen, Pars, las noticias que llegan de Sao descubre, repentinamente, donde nadie la espera. Obser-
Paulo y, tericamente, los espacios del universo, fuera del ven, por ejemplo, las manipulaciones del experimento, in-
mundo, swna de los ah. tiles y no concluyentes: cerrar la habitacin con llave, en-
A! igual que los nonnandos vinieron de otros lares por volver la jarra con lienzos blancos, frotar los labios, la bar-
qu no iba a llegar un ser nuevo de otro mundo? Guron o ba, las manos con mina de plomo... e incluso, durante el
el narrador va de! ah al fuera y e! espritu va del fuera al ah. viaje a Pars, la sesin de magnetismo, objetivamente relata'
Estas relaciones, puramente espaciales, reciben explicacio- da, y por fin la documentacin sacada de la biblioteca de
nes.a medi~a que se PC?longan o se propagan, poco a poco, Rouen... todo aquello que exige el positivismo de la poca
haCia las lejanas extenSIOnes. En otras palabras, la teora vie aparece en el relato, como si Maupassant quisiera muy
ne de fuera, como el propio doble, o el otro. conscientemente inyectar el racionalismo ms pertinente. Y
D~ntro del mismo ejercicjo, invito a aquellos a quienes adems, pero del lado de la esperanza, consigue hacer racio-
re~nuna concentrar la atencin en el texto, a desplegar, si nallo que parece no poder llegar a serlo, pero en absoluto
gUlendo estas prolongaciones analticas, las coronas sucesi 10 que crea racionalizar. Importada, repetida, identificada,
v~~ de las teoras respectivas. El segundo ncleo de explica- clasificaJia, la ciencia no sirve para nada, mientras que la es-
clan aparece, por ejemplo, en Pars, durante la sesin de critura artista, precisa, rigurosa, le lleva toda la delantera, la
magnetismo y la donnicin de la prima. Aqu tenemos la precede y adems entra en la ciencia: leccin implacable de
interv7ncin de la ciencia Eositiva, ~ la teora ~tica. La probidad intelectual.
una~ ~m duda, no. borra a a otra. 5m e.mbargo, ~spira las
habIlidades expenmentales que vendran a continuacin:
botella cerrada,lienzos blancos, mina de plomo, cuidadosa- ElHarta se convierte en elparsito
mente preparados para sorprender lo invisible. Reparen,
por favor, en que estas manipulaciones, como las de la y ahora, dime con quin o aliado de quin andas y te dir
puerta, la ltima noche, trgica, consisten en trazar con el quien eres; describe tu doble, tu ngel de la guarda o par-
mayor cuidado, el lmite o el borde entre lo de fuera'y lo de sito, y ver tu identidad. Entonces, quines somos? El uno
dentro. y el otro al mismo tiempo, o ms bien el otro y el mismo y,
y el viento de alma o la onda de imagen parecen estar al al mismo tiempo, ni el uno ni el otro; es decir, conjunto de
margen de estas definiciones, de estas precisiones fronteri- relaciones entre estos dos lugares: en su cercana respectiva
~as, entre lo de fu~ra y lo de ah. Yaya con la topologa! La ms prxima, cada vez ms lejos de cada uno, entre ellos,
Jarra sobre la meSIlla se llama, en esta disciplina, botella de en este intervalo abierto o cerrado, a 10 largo de los caminos
KIein, sin exterior ni interior, anillo de Moebius de tres di- que los unen, cuta o volwnen. Recorremos de nuevo el es-

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pacio descrito. Cuando decimos el mismo, o incluso yo una palabra pomposa, como en las posiciones en el espacio
mismo, confesemos que entendemos el mimo o la imita- y en e! tiempo, es decir, las preposiciones, ms que los ver-
cin, es decir otra relacin. El Harta empieza describiendo bos y los sustantivos. El error de! comentario psicopattico
el conjunto de relaciones con y entre los lugares, luego con consiste en trabajar nicamente desde una posicin en e!
el espritu, nico y profuso, de los lugares, a continuacin interior de! sujeto """'-Por qu e! sujeto habita un interior?
con el mero espritu y finalmente, con el yo y su doble. Q!l interior? Dnde?- es decir, una sola posicin. Toda
El espritu se hace carne: vampiro o sanguijuela que, con preposicin describe la posibilidad de una relacin, de una
la boca sobre la ma, bebe la vida entre mis labios. Es la flexin, de una declinacin, ms complicadas que ella pero
~elta del parsito, citado adems expres~mente, y su expul- compuestas quiz a partir de ella.
S100, como al final del Tttrtx!o o, mejor aun, de La cO!UJuista La locura o la alienacin no podran residir en la extra-
de Plassans, en el incendio de la casa. Se bebe mi agua para a decisin de encerrar todo e! espacio y su acontecer en un
la noche, la leche de mi mesilla, corta mis rosas, se sienta en solo lugar que se prejuzga como interior? El sujeto sera in-
mi silln, lee mis libros, como aquel hurfano vestido de terno, o peor, interior--comparativo--, mejor an, ntimo
negro que se me asemeja como un hermano que se queda -superlativo. Cuanto ms voy hacia el interior, ms voy
hasta la maana en e! donnitorio de Musset. Para, o aliado hacia el yo; cuanto ms salgo de l, ms corro hacia el otro.
de, designa la proximidad ms cercana del ah, aunque ya La alienacin se encuentra en el exterior, as que estoy fue-
extrao, venido de otros lares o viviendo fuera, en otras pa- ra de m, de! lado del otro. En realidad, todo el relato de
labras, e! primer otro, que sigue y es contiguo al yo. Pode- Maupassant describe con precisin estos dos movimientos:
mos encontrar un nombre mejor que e! de HorIa para e! Pa para el sujeto, salir, y para el doble, sobrevenir ---o volver,
rsito? simple teatro del espacio!

Sustitucin Normal, 'Jo paro16gico


El doble come en su lugar, ocura su espacio, recoge sus Todos tenemos la experiencia de la presencia y de la au-
flores y, en su silln, lee y bebe. E efecto fantstico se une sencia, de lo real y de lo virtual; efectivamente, estamos ah,
a la lgica ms sencilla, pero se conecta adems a los acon- pero en este mun de frase escuchamos ms el adverbio
tecimientos de la vecindad ms prxima, tan prxima que que el verbo, quiz porque no s lo que soy ni comprendo
me afecta hasta expulsarme al exterior, fuera de mi ah. Real- este ser de m mismo, estado, estacin, naturaleza, posicin.
mente fuera de la lgica, lo fantstico se reduce pues a la Yen lo que se refiere al adverbio en s: estoy ah, en ese mo-
abolicin del principio de identidad en su fonna negativa, mento, pero al mismo tiempo estoy tambin en Stanford,
llamada del tercero excluido, supresin que supone, preci- donde me espera un trabajo, que me preocupa, pero tamo
samente, la sustitucin. Otro ocupa mi lugar, otro aht~ otro bin en Vincennes o en Pars, o en mi paraso natal, de don-
la, Horla, ocupa el lugar del que est ah. de un fragmento arcaico de mi mismo nunca se har a la
En lugar de contentarse con describir el doble y la aliena mar, y en otro lugar, aqu y all, donde mi tiempo, como la
c!~n, Maupassant enc~uza la gne~is del sujeto. Su descrip- cola de un cometa, deja con su paso aerolitos de reminis-
clan no se desarrolla, SI puedo deCirlo as, tanto en los actos cencias, pero sobre todo en otro lugar, absolutamente par-
yen los sentimientos, ni en los pensamientos o las emocio- lante, o en el aire, como se suele decir, en e11ugar sin lugar
nes, ni tampoco en la psicopatologa, para decirlo todo con del juego, del pensamiento o de la esperanza, de la medita-

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ci6n y del xtasis, ~e la geometra perfecta y de ~os amores principio de identidad: el agua est en la jarra o se desparra-
puros que ",le ensenaron los trovadores por la pnncesa leja- ma por fuera, no puede haber otra opcin, y si un cuerpo
na, y ademas, en la verdadera utopa pattica hacia la que extrao penetra en e! continente, debe sustituir al conteni-
me arrebatan los Arcnge!es -as que encomendarse al n, do anterior. Pero con los pliegues de un saco este principio
gel de la guarda me parece ms razonable, y deja en mejor no funciona!
esta?o de salud que matar al I:I0rIa- y, sin duda, slo estoy Cmo es posible que est vestido, habitado, encantado,
aqUl, presente, con los dos pIes sobre la Tierra irrecusable con plenitud, dolor, xtasis exquisito, por aquella que amo,
porq~e en este mist;I0 inst~te viajo y planeo por aquel1o~ que desde hace mucho me ha expulsado de mi ah, pero
espaaos. Estoy aq~1 por nu~ HorIa.. presente en el espacio con la que me mezclo en rr? El volumen euclidiano, en el
llamado real por mIS ausenaas en aen lugares llamados vir- que creemos habitar, tiene que revelarse imposible de habi-
tuales. tar y adems absurdo.
Dos preposiciones dominan el razonamiento: dentro y
debajo. La primera gobierna la separacin entre lo interior
Tecnologay lgica y lo ntimo con lo exterior, y la segunda, los movimientos
del uno al otro. Por esta razn, la metafisica de la sustancia
Q!te no haya ninguna contradiccin entre el hecho de y la del sujeto se remiten a un espacio predefinido, presu-
que est aqu y al mismo tiempo en otro lugar muestra sim- puesto por estas posiciones, exactamente por la sustitucin.
plemente que e~ estos temas convi,ene despejar el principio Hay que dudar del prejuicio fundamental de un espacio as:
de! tercer? exclul~~, 1,0 q~e me obhga a extraas exploracio- este es, precisamente, el trabajo del Horla, Sentado en mi si-
n.e~ espaaal~s, caSI mmtUlbles, ms exticas todava que los lln, en mi lugar, el doble lee mi libro. Ha sustituido mi
VIales, de Uhses, de Dante y de Gulliver, y sin embargo tan presencia por la suya, Sujeto? S, claro porque he queda-
pr~tlcas y concretas que las explotamos en nuestras terno- do debajo de l! Sustancia! S, tambin: aplastado, estable
lOgias. En otras palabras, estoy aqu. al mismo tiempo que bajo su ~eso y su amenaza.
otro, es!oy en otro lugar al mismo tiempo que aqu, quiz Hubiera querido que leyeran algo ms fantstico, a decir
en e! mIsmo lugar que otro. verdad, que las filosofias basadas en la sustancia o el sujeto,
Q!tin soy? El tercero. El tercero induitJ. Cul es e! sen- Maupassant ayuda a encontrarlas simples y estpidas.
tido de esta palabra? ~e e~toy asoc,i~do ntima,mente a
otro y a muchos otros mas. SI, soy legIon: un conjunto in-
n.umerable de otros. Sustituibles, En general, preferimos de- Maqueta de una boteUa
Clt: yo estoy aqu y ese otro e~t en otro lugar, yo no estoy
e,n otro lugar y ese otro no reSIde aqu, y definimos la iden- El sujeto lgico obedece a estos dos principios, tercero
tidad por el pri~cipio .de! ter~ero excluido: es imposible que excluido o contradiccin, pero por qu no tendra que di-
A,e~te Y, nO,este:ll mismo uempo en e! mismo lugar, Des- ferir la identidad personal de la identidad lgica? Yo mis-
cnblC ~SI la Idenudad supone un fuera, slido y susceptible mo, soy e! mismo, claro, hay algo idntico en mi identidad,
de ~er Inscrito, y ,un ~entro, muy diferentes de los que nos pero no slo hay identidad, de modo que yo mismo no soy
sUgIere,n la expenenCla y el lenguaje, como si se tratase de el mismo. Por qu confundir idem e ipse, se!! y same? No
una ,cala negra con paredes duras y tapa pesada, bien cerra- soy ni un punto geomtrico ni un lugar localizado en un es-
da, lO~ugnable; ten nombre de qu podra yo estar en pacio mtrico, ni una bola dura en una caja slida, ni el ti
una caJa as? Para ella, evidentemente, funciona bien e! mane! en su barco, ni una piedra dura para escribir. Soy,

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ms bien, el que no soy y no soy quien soy: este antiguo cin vivida en medio del despertar ardiente de las llamas
teorema no lo he inventado yo. No es slo cuestin de que devoran?
mala fe.
Todo lo contrario, un milagro muy corriente: el genio sale
de la botella y se desparrama por el universo, mientras per- Aqu tenemos una animacin o un plano del espacio-
manece dentro del cristal opaco y translcido. El yo, poro- tiempo. En este leo en la chimenea, y luego entre las vigas
so, mezclado, acumula presencia y ausencia, conecta y de la granja durante el incendio -al igual que en e! centro
cose lo cercano y lo lejano, lo real y 10 virtual, separa y y en la superficie de! Sol, o en el laboratorio con la fusin
hace avecindarse el hors y ella. En lugar de parecerse a la de los tomos- crepita una cortina compleja y fluctuante
que Guyon coloca en su mesilla de noche, la botella llama- de llamas rojo cereza, blancas, azul sombro, cannes, que
da fantstica se acerca ms bien a la del genio, es decir, a la se lanzan fuera de la madera hacia arriba y hasta el cielo, de
topologa k1einiana: la ms racional de las dos no es la que golpe al parecer, a travs de todo el horizonte, pero se redu
parece. cen enseguida a la nada, abatidas por el viento contra el sue-
La filosofia slo ha explorado pobremente, el sobre, para lo, una vez pasado su primer fulgor, reavivndose sin em-
la trascendencia, el bajo, para la sustancia y el sujeto, el den- bargo, tras su desaparicin, como un rescoldo ahogado, an
tro para el mundo y el yo inmanentes? Hay que generalizar tes de remontar, bajo e! peso de las cosas combustibles, para
ms? Continuar, con el con de las comunicaciones y del brotar de repente, ms all de su masa y de su superficie, li-
contrato, con e! a travs de de la traduccin, el entre de las in- geras, desmelenadas, locas, hennosas, malvadas, abrazando
terferencias, e! por de los pasos por los que pasa Hennes y los muros, lamiendo las paredes, tocando las oquedades y
pasa un Angel, el cabe dell'arsito, e! fuera de del desapego... las asperezas, segn la disposicin del lugar y a pesar de los
todas las variedades espaclotempora[es que nos ofrecen to- obstculos, danzando con los soplos de aire y contra las r
das las preposiciones, declinaciones o flexiones. fagas que las podran apagar, pero en pos de aquellas que las
La danza de las llamas que lamen la casa nos lo mostrar. alimentan,---el fuego vive en s gracias al viento-, desgarra-
das, anudadas, sutiles, deslizndose como un nido de vbo-
ras entre ellas y los objetos que se defienden de ellas o les
Animadn en el espacio-tiempo dan de comer, durante dos minutos breves o toda una larga
noche...
Conclusin trgica? No, sntesis lwninosa. Cmo ma- ... habamos observado, salvo excepciones, alguna vez, o
tar al parsito? Cmo lo decide Zala en La conquista de imaginado este manto o variedad caprichosa y rpida, din-
Plassans? Qtlemando la casa, el nido que ha robado a su mica, jubilosa, clida y destructora, continua y anudada, ca
propietario, ocupando su lugar. La cabra mata al chivo o el ronada de crestas flotantes, este espacio-tiempo voltil? .o
chivo mata a la cabra trgica. Pero sobre todo, cmo ilumi- hemos visto alguna vez, pues esta luz, deslwnbrante y a cu-
nar, con toda la violencia posible, e! espacio, para que se bierto, condiciona nuestra vista? -no habr esta sin aque-
vea su acontecer, hasta quedar deslumbrados? Cmo ha- lla, no habr vida ni pensamiento sin relaciones que dancen
cer que todas las preposiciones se inflamen al mismo tiem- como aquellas llamas.
po? Finalmente: cmo mostrar que, tras la presencia a mi
vera de aquel que es capaz de todos y de todo, y cuya capa-
cidad me inspira, e! otro secreto de la creacin o del descu-
brimiento reside en la violencia abrasadora de! ver, la intui-

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3

Tiempo del Mundo

El imperio de la razn
Como una ley inglesa de 1677 condenaba a la hoguera
a los hacedores de lluvia y profetas del tiempo, los pre-
visionistas britnicos, cuya rpida inteligencia permiti el
desembarco de Normanda, el 6 de junio de 1944, duran
te una bonanza momentnea bastante inesperada, se
arriesgab?n jurdicamente a la pena de muerte, ya que el
Parlamento de Londres no derog esta ley hasta 1959, en-
tre risas.
Aunque todo el mundo recuerda el encuentro de Napo-
len y de Lapiace, y su conversacin breve y mordaz sobre
el papel de Dios en el sistema del mundo, Arago nos recuer-
da otra, menos conocida, entre el mismo Emperador y La-
marck, a propsito del clima. Este ltimo haba escrito mu-
cho sobre meteorologa. Durante una sesin de la Acade-
mia de Ciencias, cada miembro deba ofrecer una de sus
obras al ilustre visitante. Napolen va saludando a sus anfi-
triones, uno tras otro, para llegar hasta el naturalista, y le da
un rapapolvo histrico, pidindole sin contemplaciones
que vuelva a las plantas y a los moluscos y deje en paz las
especulaciones sobre las nubes. El anciano Lamarck, relata
Arago, estalla en sollozos. mI gemetra estratega presenta
ya el invierno moscovita y la lluvia de Waterloo?

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En ambos casos, la razn, por religin, por derecho y por
cIencia, m,mifiesta su desprecio por el tiempo que hace.
JiJdos IO.l'jilsojiJs fJcribieron
.\Obre los Meteoros
T('mpo ml'fdn/(o.)I tll'ml'0 de la.1 tormenta., Desde Anstteles, mcluso desde los Presocrticos, hasta
Descarte.~ por [o menos, nadie era digno del ttulo de filso-
Le Verner, todo el mundo lo sabe, descubri Neptuno, fo si no haba escrito, precisamente, sobre los Meteoros.
en 1845, mediante clculos sobre las rbitas vecinas, antes Leamos uno de esto.~ mapas meteorolgIcos, tan frecuen-
de poder observar, con el telescopio, el nuevo planeta. Sin tes en nuestros das: la rotacin de la Tierra, ligada a los ca-
embargo, todo el mundo ignora que dibuj e! primer prichos de su relieve, fosas y prominenCIas repartidos de
mapa meteorolgtco, el 19 de febrero de 1855, gracias a la forma aleatoria, engendra en el aire unas turbulencias, algu-
ltlstalacin reCIente del telgrafo elctrico en las grandes nas de las cuales, con la punta hacia arriba, gran en un sen-
Cludades y al inters suscitado por 1.1 expedicin de Cn- tido, y otras, con la punta invertida, en el otro. El Sol, por
mea. Por otra parle, cualquier'l que haya navegado puede otra parte, calienta y enfra, cuando desaparece, los mares y
haber recibido ,1Iluncios de tempestad o aviso.~ urgentes los continentes, con cadenCIas diferentes, 1m slidos ms
para navegantes. T,lmbibl los invent Le Verrier, y pronto lentamente y los lquidos ms deprisa: esta desigualdad de
le mit;\ron en las pd.ctiCJs de todos los pases martimos. temperatura desencadena otras turbulencias, que aparecen
De la ,Istronoma del sistema solar al clima, el famoso as- y desaparecen peridicamente. Las masas de aire caliente y
trnomo pas de la rJzn cannica, la de la mecnica ra- las de aire fro que son responsables de los intercambios de
Clonal, a un CHUpO de smgularidades, en las que haba que temperatura entre los polos yel ecuador, arrastradas por to-
resignarse ,1 tr,IZM mapas. Es un hecho: de la deduccin a dm estos movimientos, se desplazan errticamente; cuando
los ,Itlas. se encuentran, su enfrentamiento fonna a su vez nuevas
y qUln se ocupa de Neptuno en nuestros das, cuando turbulenCIas que el viento, raudo, empuja hasta des!izarlos
las cadenas de televiSin entretienen, en tiempo real, a mi entre los que anteceden, ms amplios. Este conjunto fluido
les de millones de espectadores con los mapas del tiempo de circul,lClones, ruedas imbricadas dentro de ruedas, se ase
,lIllmados? La previsin, la probabilidad, los flujos turbu- meja, de cerca. al mundo que concibi Descartes.
lentos que ondean como banderas al VIento o como una Nada de este filsofo perdura en nuestros das: ni su teo-
cortina de ltlnus, un conquistado en el pblico todo el ra de las pasiones, burda, ni su fislCa, de imaginacin nove-
mters que han perdido la meclllca clsica y su d~termllm lesca, y menos todava su mtodo, intil, y sin embargo nos
010, duro y perfecto, que ante~ le apaSIonaban? Ultima de- acordamos mucho menos de aquello por lo que triunfa ver-
rrot,1 de Napolen, vcng,lllza de los brujOS ingleses? Esta daderamente y sigue vivo. este sistema de torbellinos, tradi-
a111man notante del clima, se retlere ,1 nuestra concep- cionalmente ridiculizado, que de los preceptos dbiles del
cin de! mundo. m,s que a las trayectorias de los planetas, mtodo que la enseanza perpeta y repite, pero que nadie
cuando la recU Llzn pret"era, no h.lCe mucho, las segundas utiliz jams.
;1 la primera' ViVllIlOS por la movilidad ImpreVIsible, ms Desde entonces, desde aquel xito magnfico, ningn
que en e! orden tr;lllquilo del cosmos? Nuestro Dios jue otro tllsof() se ha atrevido a escribir sobre los meteoros.
ga a los dadm? Por qu llenen tanto xito esos mapas ani- Por qu? Por qu esta suspicacia teolgica y poltica en la
mados? legslacin inglesa? Por qu e! estallido de clera del tirano

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imperial? Por qu este rechazo de la historia de las ciencias, cia su estrechez de miras. Cmo resumir mejor las relacio-
que olvida la mitad de las obras de Lamarck y de Le Ve- ne; entre la razn y la existencia, la deduccin y el map~?
mer... como simula ignorar que la alquimia constituye la Toda la cuestin se refiere al conocimiento integral o sun
parte ms importante en volumen de las de Newton? plemente fragmentado del futuro, pues la limitacin de la
Cundo reneg la razn del tiempo que hace? Por qu los criatura slo le deja adivinar una parte. Slo el presente per"
filsofos ya no escriben sobre los meteoros? tenece al hombre, el futuro total slo a Dios. Voltaire le .da
la razn a Napolen. Y esta razn, teolgica, cientfica, lin-
gstica y experimental, a un tiempo racional y r~onable,
Visiny videncia, prevery prevenir inspira a los savias y a los prudentes. As pues, t.menten los
adivinos y Lamarck, como los hacedores de llUVIa y los pro-
La meteorologa trata, dificultosamente, de prever el fetas del tiempo. Hay que entenderlo de acuerdo c0t.t el
tiempo que har, a lomos de hlitos imprevisibles, aqu y conocimiento integral de una rbita o de una trayectona o
all, mientras que la astronoma predice, con la exactitud de de acuerdo con el conocimiento fragmentado y azaroso del
un segundo, el tiempo de paso de los planetas. La palabra clima y de los meteoros? Dios prev tambin el tiempo?
previsin no entr en el vocabulario, culto o corriente, del Cul de los dos?
francs hasta hace poco. Maupertuis fue el primero que la Retrospectivamente, nos asombramos del retraso de Vol-
introdujo, en pleno siglo XVIII, por slidas razones cientfi- taire con respe~to al cientfico, a pes';U de que ~e .le alaba .por
cas, nacidas, precisamente, de la mecnica racional: el dato haber introdUCido a Newton, es declt,la mecanlCa del siste-
sobre una trayectoria o una rbita no deja duda alguna so- ma del mundo, en la Europa continental. Nos asombramos
bre las posiciones futuras de un blido. Del tiempo y del sobre todo de su elevacin testa, con respecto al mecnico-
campo de la mecnica, y del sistema del mundo, perfecta- astrnomo, que nunca se meti en el consejo ni en el len-
mente determinista, a la totalidad de las disciplinas, conce- guaje divinos.
bidas sobre su modelo, la previsin se convertir, desde
aquel Maupertuis, en el criterio de cualquier xito cientfi-
co. TIme para la astronoma, weather para el clima, la previ: Sabery no saber
sin meteorolgica no habla del mismo tiempo. El cron-
metro mide, muestra y predice el primero. El barmetro es-
tima vagamente el segundo.
;
Qt es lo que daba miedo en la previsin la meteC?t;J-
loga? Anticiparse al futuro, evidentemente; a ocupac~on
De esta novedad introducida por Maupertuis reniega arrogante del lugar de Dios; el modelo de las turbulenClas,
Voltaire, vengador del idioma, colocndose, no se extraen, desacreditado por la victoria de los newtonianos sin duda;
desde el punto de vista de Dios: slo l, dice previ en este el azar, el desorden catico, con seguridad: la palabra me-
sentido, pues la ignorancia de la criatura la reduce nica teoros pronto abandon el clima y las nubes para p~sar a
mente a prevenir; previsin slo puede decirse de l, que lo significar en nuestros das los blidos o aerolitos, voh'~e.ndo
ve todo, con juicio seguro, porque se beneficia de la ciencia as al territorio de la mecnica racional; de la probabihdad
llamada de la visin, de donde saca el ttulo y la funcin de en fin, aunque nadie recuerda ahora que significaba, en su
Providencia. El padre de familia, modelo del ms sensato de origen, lo que se puede probar,'y ,no lo que.se puede prever.
los hombres, slo acta y piensa con precaua'n porque, de Dime lo que excluyes y te due lo que piensas. Las cosas
su destino, poco azaroso sin embargo, no entmJ casi nada, expulsadas de la ciencia, o de la memori~ de la historia de
pues est condicionado por el destino, el azar, la ignoran- las ciencias, nos instruyen siempre maravillosamente sobre

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lo que se da por sabido. Aquel o aquello que se expulsa nos opone el rigor y la consistencia a losf/atus vocis, imprecisos,
ensean ms cosas sobre los que excluyen que todos los dis- difusos, confusos, nublosos, que sfo son la expresin del
cursos de estos ltimos sobre ellos mismos. El elogio y la viento. Al suscribir los razonamientos consistentes, las ba-
publicidad de la ciencia cannica se llama, en trminos no- ses, slidas y coherentes, resisten a lo impreciso, a lo nebu
bles, epistemologa. Durante tres siglos, los meteOros de- loso, o incluso a la horrible mezcla, no analizada: raras son
sempearon el papel de excluidos de la epistemologa, de lo las citas notables en las que este ltimo tnnino no se
que no hay que considerar ni concebir como una ciencia. acompaa de un erteto peyorativo. En las metforas habi-
El tiempo que es haba excluido al tiempo que hace. tuales en teora de conocimiento o en ciencias cognitivas,
Cunto tiempo? Hasta esta maana: nuestra generacin las distinciones slido-fluido, separadomezclado funcio-
aprendi en la escuela de Gastan Bachelard que tenamos nan, ms o menos, como siempre ha funcionado la de la
que atrincherar los elementos, aire o fuego, tierra yagua, los luz y la sombra, lo puro y lo impuro, pero, si puedo decir-
componentes del clima, en los sueos o ensoaciones de lo as, con menos brillantez, de fonna oculta y, por lo tan-
una poesa vana y perezosa: por un lado, el saber canoniza- to, ms eficaz. El epistemlogo se resiste a un sistema flci-
do, la epistemologa, la Tazn atenta al trabajo; por el otro do, o peor an, viscoso.
la imaginacin, tolerada, con la condicin que se quede en El tiempo de la mecnica racional triunfa en el terreno
el exterior, donde estn el sueo y las humanidades, consi- de la previsin, con la condicin que no salgamos del rgi-
deradas onricas. Colmo de la paradoja, haba que repatriar men de los slidos. Ms dificil, ms sutil, ms antigua sin
el mundo exterior, poderoso, de los ros y los vientos, de las embargo, como vemos en Lucrecio, la mecnica de los flui-
llanuras y los volcanes, hasta la intimidad callada y sudoro" dos no puede demostrar todava, en el siglo de las Luces y
sa del sujeto donnido. En regresin sobre la propia ingenui- del sistema de! mundo triunfante, que los pjaros vuelan:
dad positivista, esta divisin reproduca la de Michelet, en una memoria olvidada, presentada en la academia de Di-
cuya obra, por un lado, construye el monumento de la His- jan, D'Al~mbertdemostraba, con razones consistentes, que
toria, el trabajo de la razn en el tiempo y, por otro, se en- no podail: ni volar ni planear. El premio qued desierto
trega al aquelarre y a la historia natural, mar o agua, monta- aquel ao, ya que los que demostraban que los voltiles po-
a y tierra, pjaro en los aires, o tambin meteoros. Pero el dan despegar del suelo se equivocaban en sus razones y los
anciano charlatn y lacrimoso por lo menos prevea que del que no se equivocaban demostraban que no volaban. As
aquelarre siempre nace el saber futuro. pues, en aquellos tiempos, si atendemos a la razn, queda-
En ambos casos, podemos describir mejor la ignorancia ban en tierra o caan la paloma ligera de Kant y e! voltil de
de la Razn? De este no saber del tiempo que hace, de los Minerva, en Hegel, en razn de la ignorancia (o del despre-
elementos, de la tierra mullida y de los fluidos calientes, cio) de las turbulencias aleatorias del aire, que no obstante,
nace el sistema venidero, como Afrodita del fragor de los son las nicas que sostienen sus alas y hacen posible su vue-
mares. lo. Depender el Espritu de lo que desdea?
Felizmente, la ciencia va ms deprisa que la idea que los
filsofos y los propios cientficos se hacen de ella: he aqu
De nlVO, slidosy fluidos que, bajo las remeras ,de los voltiles vuelven subrepticia-
mente las turbulencias, refutadas a Descartes y olvidadas en
El detenninismo y el pensamiento piadoso del orden del Lucrecio, mientras '1ue el epistemlogo no es capaz de se-
mundo ya no bastan para explicar esta particin. Lean ade- guir las audacias de a ciencia de la que habla. No bajan la
ms la propia epistemologa, cuyo lenguaje no controlado guardia los viejos tpicos que siguen discurriendo sobre

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ciencias o conocimientos duros o menos duros, tras la ter- (X, 668669) a Thomas Bumet y al abate Pluche, del ensayo
modinmi~a de los gases y la teora de las turbulencias ms de Rousseau Sobre el origen t las lenguas a Sans tssus dessous,
o menos VIscosas. novela de Julio Veme, bastante reciente, por un efecto ma-
lfico del pecado original, huella o sntoma del pecado en
el mundo, que hay que reparar, enderezando su eje; el in-
Circunstancias tl mapa vento del punto vernal cambi hasta la fonna tradicional
de la cruz, que antes se dibujaba en fOnna de tau. Ahora
Otro ejemplo, con otro fluido: hacia el final, magnfico, bien, sin este quiasmo, no hay clima. S, esta inclinacin
de su Leccin t Fiwsq/la Positiva nmero veinticinco, Augusto marca, en las trayectorias y las rbitas, que miden el tiempo-
Comte se dedica a hacer un balance de la teora de las ma- time, el lugar en el que se decide el tiempo-weather. i.La sinra-
reas. Tras recordar que Descartes fue el primero que obser- zn climtica se inclina, escorada, jams derecha, como
v la influencia preponderante de la Luna sobre este fen- marcada por la culpabilidad? Esta inclinacin tuerce el sis-
meno casi peridico, Comte observa que la mecnica new- tema. Esta sea quiz, en el orden universal del tiempo racio-
toniana basta para explicarlo, pues las previsiones del nal de la mecnica celeste, la razn profunda, astronmica
calendario de mareas pueden, al menos en teora, remitirse y ligada al destino, malfica, de la legislacin inglesa, de las
a las leyes de la gravedad: el tiempo que hace sigue dejando cleras del Emperador, del asesinato cometido por Voltaire,
sitio al tiempo que es de los olvidos de la historia de las ciencias, de la ignorancia
Augusto Comte reduce pues a circunstancias el hecho de de las lenguas y de las disciplinas: en esta cruz, un tiempo
que es una masa fluida lo que se encuentra entre las escar- se cruza con el otro. iQ!r soberbia localizacin del espacio
paduras de la costa, contingentes, en las que yacen los puer- por los tiempos!
tos, que sirven de base para los clculos numricos. Olvida El echarpe vaporoso de la atmsfera y el ropaje ocenico
acaso que las palabras ritmo y onda ya significaron, en grie- de las agu.lS, es decir, el conjunto de la capa fluida y turbu-
go y en latn, un flujo? Es como si la ciencia, su filosofia y lenta que fodea, como una circunstan~ia muy tenue, ~l.sue
su historia temieran salir de la fase slida, lo que slo Berg- lo movedizo y defonnable de una tlerra cuya movilIdad
son advirti, oponindose al sistema positivista, basado en mullida aprendimos hace poco, rodando sobre un fuego ca-
la mecnica racional de los cuerpos consistentes... Pero se- tastrfico, incluidos los desiertos secos y los grandes bancos
guimos resistindonos a construir un sistema desde nuevas de hielo, fonnan un sistema lo bastante estable, aunque bo-
bases, porque este verbo y este nombre evocan cosas esta rroso, para que la biosfera encuentre en l su acomodo y su
bies, porque son duras y coherentes. Somos prisioneros de perpetuacin, para que hayamos construido sobre l nues-
nuestros hbitos lingsticos? Pero mucho ms del despre- tras casas y para que nuestras especulaciones definan en l
cio de las singularidades de hecho, que Comte relega al de- unos climas relativamente regulares, para que nos entregue-
talle de los mapas. mos sobre l, desde el neoltico, a prcticas agrcolas, antes
de a algunos placeres arcdicos. Seguimos pensando que
de la irregularidad viene el mal, si le debemos, adems del
Centro tl mal en el mapa tl ciew primer punto de referencia espaciotemporal, el mundo y
nuestra existencia?
El tnnino clima no tiene ms origen que la inclinacin, Ms que el cientfico, el campesino con6a en los flujos,
sin duda la de la eclptica. Ahora bien, esta ltima, precisa- con los pies plantados sobre la regularidad de la gleba visco
mente, pas mucho tiempo, del Paraso perdido de Milton sa, infrtil si permanece invenciblemente slida; nacido de

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los torrentes de tierra, de las emanaciones del aire, de las Este es el no sistema por excelencia, lo inverso de la eco
aguas y del calor corrientes, el arte del cultivo juega con el noma, en el orden del mundo, como en el ahorro y la pro-
clima que mezcla los elementos y reina sobre los campos, ductividad. Si el astrnomo griego se cae al pozo ante las
en los que las hambrunas y las vacas flacas aparecen ms a amables burlas de las jvenes campesinas tracias, cae la nie-
menudo que las cosechas abundantes: aqu el idioma nos ve sobre el meteorlogo que, la vspera, prometi el sol,
trae una triste queja, pues la palabra tempestad se construye con gran clera de los agricultores y de los veraneantes. To
sobre la palabra tiempo. A la inversa, este sistema, aunque das las maanas, el tiempo se estropea y los meteoros acu-
estable, parece fonnidablemente variable, irregular, a menu- mulan errores, que parecen, aqu, menos irrisorios que las
do atravesado por catstrofes sin ritmo ni retomo previsi- relaciones disfrute-precio o inversin-beneficio. Tras la pre-
bles. A causa de los meteoros, plagas del cielo, temblaremos visin se oculta la econoITa, en el sentido ms clsico de la
de fro y vagaremos sin hogar, murindonos de hambre: palabra: equilibrio entre el gasto y la adquisicin. En este
volvemos as a las angustias y los males de antes. sentido, cuesta demasiado cara la Meteorologa? ms malig-
na porque despilfarra?

Victoria y derrotas, ahonv y despiffarro


Previsiones
La etimologa describe los meteoros como los aconteci
mientas del cielo que hacen alzar la cabeza y los ojos, y Tratamos de prever el tiempo que har, localmente. Va-
cuya aparicin y desarrollo transcurren all arriba. Ms alto rias previsiones se mezclan, dificultando el ejercicio: clsica-
todava, en el sistema astronmico del mundo, triunfa la mente detenninista, la primera se basa en la mecnica de la
previsin matemtica precisa. Ms alto todava, vuelve el atmsfera, los desplazamientos de los ciclones o depresio-
desorden suntuoso... El tiempo de los barmetros repta nes en el ,.conjunto de los engranajes de las turbulencias; la
bajo el tiempo de los cronmetros: se oponen dos sistemas, segunda, mejor conocida, esttica, conjetural y coyuntural,
uno fiable y racional, el otro imprevisible y capaz de male- tiene en cuenta una multiplicidad de factores, globales y lo
ficios. Tratamos de conjurarlos trazando, para interrogarlos, cales, de infonnacin acumulada procedente de muchas
los mapas meteorolgicos. fuentes; en tercer lugar, tenemos en cuenta los cometidos
La experiencia ensea que es dificil reponerse de las vico originales desempeados por los grandes bancos de almace-
torias, mientras que los fracasos resultan estar llenos de en- namiento, de intercambio y de transporte: desiertos, cas-
seanzas. De Kepler, de Galileo, de Newton sobre todo, de quetes polares y sobre todo ocanos; estos reguladores fun-
sus xitos incuestionables, no nos consolaremos jams: el cionan en medidas del tiempo diferentes de las dos prime-
mayor xito al menor coste, tal es realmente una obra divi ras. Empezamos a conocer un poco las interacciones casi
na. Ms bajas en el cielo que las de la Astronoma, las regio- cclicas de muy largo alcance que contribuyen, por ejem-
nes de los meteoros son lo que le queda al pobre: fenme- plo, a la aparicin de la corriente del Pacfico que recorre las
nos inestables. fluidos, voltiles, sutiles y difciles, sin abs- costas del Per. Si los meteoros se clasificaban entre los fe-
traccin fcilmente accesible, obligando a recoger infinitos nmenos caticos, podramos considerarlos a un tiempo
datos, evidentemente privados de regularidades sencillas, re- detenninistas e imprevisibles.
pletos de incertidumbres... es decir, el mayor coste de infor- El tiempo que hace o va hacer es la suma del que va de
macin para unas previsiones raras veces confirmadas, bajo la causa hacia el efecto y el de las probabilidades, y algunos
la risa inextinguible del pblico. otros que podramos distinguir en abanico o bifurcacin,li-

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oea! y circular; acumula por lo tanto los de Newton, Boltz tiempo, o ms bien la larga lnea que Bergson, con razn,
mano, Bergson ---determinista, entrpico y estadstico o reduda al espacio.
portador de novedades improbables-o Ms, quiz, el del Nuestros organismos vivos conocen tambin la sincro-
caos. mI tiempo que hace es la suma de todo tipo de tiem- na de varios tiempos: newtoruanos, se levantan y se acues-
pos mensurables? Podemos comprender las estaciones, va- tan con el sol, llevan en ellos unos relojes que se descompo-
riables pero constantes, integrando al menos tres tiempos o nen en rpidos recorridos que cruzan los meridianos, mue-
tres medidas? Sin embargo, los sistemas mejor conocidos ren, agotados, usados, cubiertos de arrugas, de acuerdo con
suponen nicamente el primero. el segundo principio de la tennodinmica, pero, imprevisi-
bles, bergsonianos o darwinianos, a veces se reproducen en
pequeos hijos mejorados. Con la misma sincrorua de va-
Vuelta a lB drcunstancia rios tiempos, el de nuestros cuerpos se parece al curso de los
meteoros.
El sentido obvio y popular de la palabra circunstancia la De esta sincrona, dificil de captar, que trat ya de descri-
asimila a un acontecimiento fortuito, improbable o proba- bir en Origines de 14 Gomtrie, utilizando la teora de la per-
ble; as pues, el tiempo de las circunstancias se asemeja baso colacin, slo podemos decir una cosa: que existe y que de-
tante al de las contingencias imprevisibles: el puente Marie, bera llamarse tiempo que, en sus expresiones originales,
que antiguamente era el primero de Pars, ro abajo, se de- significa, precisamente, esta alianza o esta suma, este estado
rrumb bajo el empuje de los hielos y la maleza que arras mezclado: podemos leerlas, efectivamente en los.verbos y
traba el Sena --{quin lo habra podido prever- y, dos si- los nombres templar, templanza, temperamento, tempera-
glos ms tarde, el de los Invlidos 10 imita. Para cundo el tura, tempestad, intemperie, todas ellas palabras de la mis-
tercero? Eso, dicen, depender de las circunstancias. Sin em- ma familia que el tiempo, elemental, que las compone y
bargo, este prefijo, circular, puede referirse a bucles regula- que desigpan, efectivamente, una mezcla cuyo funciona-
dores; existe un ritmo multisecular para la vuelta del des- miento o tuya imagen preceden, asocian y swnan los dos
hielo? Finalmente, la raz del mismo nombre es la misma sentidos, cronolgico y meteorolgico del tnnino tiempo,
que la de sistema; estabilidad o invarianza fielmente descri- nico en los idiomas latinos y desdoblado en dos vocablos
tas por la ciencia y el tiempo detenninistas: el hielo empu- separados en los idiomas gennnicos: time o Zeity weather o
jado por el agua desestabiliza los filares de los puentes. Los W'tter, idiomas qut han olvidado o abandonado voluntaria-
meteoros mezclan los tiempos a igual que las circunstan- mente esta unidad fuerte, de origen agrario.
ciaJ: as fonnan pues un sistema.
La sincrona (la adicin, la suma, la acumulacin, el pro-
ducto, el arabesco, nudo, tejido o intercambiador, la com- Los cuadros de los historiadores se animan
posicin, la conspiracin, la sirresis... qu s yo) de estos
tiempos, cada uno de ellos muy diferentes, describe la men- Si el tiempo del universo y de las vidas parece dificil de
cionada circunstancia o el sistema tal y como yo lo entiendo. captar, porque sus elementos. mezclados, se resisten a com-
No ms complejo que otro cualquiera ni, en particular, que binarse, hasta qu punto el de la historia, cuya suma com-
los sistemas de la mecnica clsica, en nmero de elemen- bina el caos y las reglas de las cosas del mundo, las mlti-
tos o de interrelaciones, se diferencia de ellos por esta sin- ples evoluciones de los seres vivos, los intercambios entre
crona. Sin duda, los sistemas usuales y clsicos son senci- grupos, los circuitos econmicos, monetarios, comerciales,
llos y fciles porque podemos definir sobre ellos un nico pesados y voltiles, las guerras, frecuentes, y la paz, tan rara

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~omo I~ iml?cevisi.bilidad de las obras del espritu... resulta lOmaramos, efectivamente, previendo sus resultados, si
1113:cceslble, mextncable y complejo! Es admirable la inge- existieran. Pero quin, a la inversa, no ve que nuestros me-
nUIdad de las filosofias que, en el pasado, pretendieron ex- dios tecnolgicos de almacenamiento de datos, de simula-
poner el sentido de la historia y explicar sus leyes. Por la ciones, de puesta en escena de mundos posibles... no hacen
s~ma infinita de las informaciones que supone y la misma imposibles estas animaciones? Quin no ve cmo la razn
sincrona de varios tiempos, el de la historia parece mode- algortmica se adelanta a la razn mecnica, y cubre, ms
larse ms bien en funcin del curso de los meteoros' all que esta ltima, las grandes multiplicidades que han
Cmo podra nuestro atlas animar los cuadros histricos?' obligado ahora y siempre a expresar la existencia, a repre
Un conjunto innumerable de reladones puden o no vincular en- sentar al individuo y a trazar mapas?
tre sEun gran nmero de hechos: aqu tenemos, al mismo tiem-
po, el I?ro~lema de la. historia, el, de la existencia y el del
r,napa. tComo concebtr los tres, SI no es como multiplicidades Local, global
mnumerabks de estados de cosas, vinculadas ono por incakulables
cantidatks de relaciones? Ahora bien, tUfuy aO, crece, localmen- Contemos pues la historia de un pequeo elemento 10-
te, el nmero rk algunos vnculos, cifra que supera, en un momento cal singular, de un tomo, de un grano de arena, de una la-
dado, un umbral rktenninado, rk modo que comienza a cuajar minilla lquida, entre el inmenso amasijo o mezcla de estos
una masa ms global o, si podemos rkcir/o as, nace o muere un mltiples confluentes. Pasa y no pasa: aqu lo tenemos,
}lujo: tenemos un tiempo, un sentido, como la captacin de van'e- efectivamente, bloqueado, mvil e inmvil, aprisionado en
datfes que sern legiblespara los historiadores... En /os dems casos una turbulencia, tras una represa o una roca fra, dando
porque estas reladones sonPo{() numerosas, todo queda aislado, e:z vueltas como una ardilla en una jaula estrecha o como Vier-
su localidad. Esta animacin, no hace pensar en la casa del nes en su isla, y de repente, se ve arrastrado por una trom-
Horla o en un bosque meridional que se quema? O ms ba, a diez, cien kilmetros de all; se hace a la mar, visita la
lentamente, en una floracin primaveral... ' tierra entera, vuelve... deambula errticamente. Al cabo de
Q!1 adivino inimaginable podra predecir, en este cua- su recorrido, tropieza con obstculos o con obstrucciones;
dro, por dnde pasar un elemento de la oleada, cuntos se se vuelve a marchar, siguiendo una prolongacin infinita:
~dos o cuntos siglos pennanecer solo, bloqueado o Visitar el globo? Q!1 plano local traza en sus primeros
bailando tras una barrera' y en qu momento, de repente recorridos y qu mapa global o mapamundi en el segundo?
pasada la transicin de percolacin, un torrente llameant~ Es como el vuelo de una mosca: pasa en zigzags apresu-
se lo llevar para all, en relacin global con todos los de- rados, entrecortados, discontinuos, cambia de rumbo de
ms? Mencionar su comportamiento catico? S, los ros, forma imprevisible, cruza de repente toda la habitacin, de
el tiempo, el mundo y la vida percolan y, sin duda, tambin un extremo de la sala al aparador ms alejado, en trayectos
nu~stra alma, mezcla inesperada de recuerdos porosos y de breves, medianos o largos, como si decidiera tirando los da-
olVidos recuperados, para nuestros amores y nuestros sue- dos, se detiene, gira ampliamente sin alejarse demasiado,
os, y la historia tambin, de la que se alza ahora el j."llapa tropieza con obstculos cercanos o contiguos, cristal, espe-
descifrable. jo, lmpara, mesa, trepida en una jaula, da vueltas en una
Entrelazado, complejo, numeroso, este modelo del tiem- pequea isla, vuelve a partir... y ahora se escapa por la ven-
po de la historia debera parecer ms probable y ms sensa- tana abierta. Si entra por sorpresa en una automvil o en un
to que el que nos hace creer que sigue unas leyes racionales avin, se encontrar en el otro extremo de la Tierra, donde
muy sencillas y fciles, que conoceramos, sin duda, y do- recomenzar su danza que creamos alocada, pero que ex-

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pone, maravilla de las maravillas, la razn y la sabidura del arabescos de nudos y de bifurcaciones que de repente se
~undo. S, define realmente, aqu y ahora, lo local, dibu- empiezan a asemejarse a un tapiz visto por detrs: lugares
Jando, con su vuelo, sus fronteras, teje un islote singular, pa- singulares exquisitos y mu;; diferenciados que se mantienen
rece quedarse en este nicho escogido, pero de repente. se unidos por un trabajo glo al, porque es local, extenso por
lleva sus noticias de este lugar particular hacia horizontes que est anudado. El mtodo anuda lugares cercanos y los
inesperados y lejanos, donde se pone de nuevo a tejer, ani- distribuye en la lejana.
dar, hilar un lugar original... hasta que se vuelve a marchar. El trayecto de este elemento de flujo en el o, de la mos-
Se localiza, y se desioca1iza tambin. Qu tela invisible ca viva, de un acontecimiento histrico, se parece al de Her-
teje, qu red, qu mapa est trazando? mes o al de los Angeles que pasan. Estos ltimos vuelan as
El atlas mismo. Zumba ampliamente alrededor del Sena para llevar a todas partes la buena nueva, local y materiali-
corre hasta Aquitania, entre los frutales en flor, a Kioto: zada del amor al prjimo, cercano, vecino, y no obstante
para co~struir un modesto columpio, irritante o tranquilo. cru~ todo el espacio a la velocidad de! pensamiento.
d~~endlendo de~ clima, da la vuelta al mundo siguiendo los Cmo, cruzando en linea recta el bosque, podria Descar-
~lS10S, traza pacIentemente los planos de los pliegues de la tes trazar su mapa?
VIda, de la habitacin y de la casa, se vuelve a marchar en Curiosamente, estos caminos caticos son ms sencillos
busca del yeti alrededor del Everest y del Madablam... escri- de practicar que de definir. Un trabajo, unos actos, algunas
be ellib;o qu.e est leyendo usted, lector activo y trabajador, operaciones concretas, producen estos arabescos de fonna
que hana mejor en entregarse a la pereza, tumbado en el di- sencilla y fcil.
vn y siguiendo con los ojos el caprichoso trayecto. La mos-
ca y este libro tejen conjuntamente lo local y lo global re-
buscando intensamente las localidades singulares, las cdrca- Plano sobre el bloque de masa de pan
nas fina~ y ~as proximid.ades delicadas, lugares farticulares
cuyo aleJalmento garantIza el alcance global de viaje. Me- No lo"olvidemos, estos movimientos en el espacio cons-
~iante prolongaciones breves o ms largas, discretas o con- tituyen el tiempo, es decir, la mezcla. Qy es la mezcla?
tInuas, la mosca, el grano de arena o el elemento acutico No lo sabemos demasiado, pero la fabricamos cada da. Por
en la corriente construyen el universo lugar a lugar, como ejemplo, amasamos la masa del pan.
las palabras de este libro. La transfonnacin del panadero repite la operacin ms
sencilla que se llama, en geometra, automorfismo: repliega
sobre s mismo un cuadrado, previamente estirado, una vez
Atlas de los caminos del mitodo en el sentido de la altura y la siguiente en el de la anchura,
manipulacin que el panadero repite, sin misterio alguno, y
Su mtodo, y por esta palabra hay que entender su reco- que pennite relatar, de nuevo, desde un punto cualquier del
rrido, su ruta, su camino, e! dibujo de su trayecto, su mto. cuadrado, la misma historia que la de la mosca o del ele-
d?, decamos, inespe~d? como la inte!igencia, brusco y r- mento de la corriente. A pesar de la simplicidad del replie-
;pldo como el entendimIento, nunca SIgue ni la linea recta gue -iun pliegue para las dos palabras!-, todos los puntos
ni ninguna cul";'a prevista.?e a~erdo con una ley previa, en cuestin, todos los granos de harina, de sal y de agua'
porque la estupIdez, reretltlva, SIempre es previsible, sobre mezclados, se ponen a errar de fonna catica e imprevisi-
todo cuando parece raCIonal, pero por e! contrario, enmara- ble, por toda la extensin de este pequeo cuadrado de es-
a y desenmaraa las madejas complejas y embarulladas, pacio o de masa. Ahora estn bloqueados en pequeas pro-

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ximidades, por mucho tiempo, ahora se ven lanzados de As la mano de .Spinoza pula los cristal~s ~e las gaf~,
repente, .de un extremo a otro del volumen viscoso: ocupan ms finamente pulunentado cuando el moVimIento abrasI'
lo local, Invaden lo global, ahora estn en otros lugares mes- va de la palma de su mano bailaba sin regularidad, para des-
perad~s, que tejen a su vez, ahora se han marchado a otra gastar los defectos estocsticamente repartidos por la super-
parte. Qu magnfica representacin animada de historia ficie del cristal; as la cuchara de Bergson, para disolver el
de geografia, de meteorologa! ' azcar y dar una idea de la duracin, al hacer bailar catica-
~orque lo global, el globo, la bola de masa, se amasan mente los tomos, garantizaba la homogeneidad del agua
mejor, son ms homogneos cuando los diferentes puntos azucarada. Filsofos: vuestra mano saba hacer lo que ig-
~e la masa han consumado sus diferentes deambulares ca- noraba vuestra razn? Ahora el caduceo, brazo mezclador
~COS, fuertemente. difer~nciados; esta experiencia comn, rodeado de remolinos enlazados, el ngel de edades anti-
(~O trastoca las umfonntdades que nos ense la razn cl. guas, Hennes, que hay que imaginar turbulento, pasa des-
slca? cribiendo, sin duda, una trayectoria tan errtica y capricho
S,la inmensa e i~esperada, razonable y racional, eviden- sa como los puntos de esta mezcla. Y los ngeles, alborota-
t~ pero oculta, sabIa e ingenua leccin de la mosca del dores, pasan o vuelan como moscas y tomos, tejen as el
Angel, ~el punto o del tomo de harina nos ensea' que Universo de la ubicuidad divina. Por qu caminos llevan
para uru,fi~ar una globa~dad homognea, tienen que mo- los mensajes a todas partes? Por las rutas del caos. As, para
verse caotJ.c~en~e mltIples pequeos lugares diversos. Al la mezcla, el conjunto de los granos teje los lugares y el Uni-
desplazarse, do dIferente fabrica materia universal? verso: mediante cambios caprichosos del ah, los seres de
Sentado ante el horno, Herclito olvid poner las manos ah y de fuera de ah confonnan lo global.
e~ la masa del pan; t~mbado ante .la mesa. del Banquete,
So~rates nunca ~ezc~o las salsas, ~l Montalgne ni Apolli-
naIfe navegaron Jamas sobre los nos que no vean fluir. La plancha de biUetes
Ocupados en pequeos dioses o en amores privativos, los
unos y los otros desplazan el mundo concreto de las singu- De paso, precisamente, detengmonos un momento en
laridades al f?ndo del decorado. Una de dos: o se llega a un la palabra: boulanger, panadero, caja negra que contiene her-
concepto unIversal como en el teatro, en palabras y sin he- mosos secretos. Abramos el pequeo horno: el panadero,
~os, o se encuentra luchando a brazo partido contra la co- boulanger, fabrica el pan en bola, boule, y lo consigue me-
mente; aqu, un trabajo local, hwnilde o manual, mezcla la diante movimientos bien definidos que la ciencia comien'
~asa, para que este amasado d a cada grano tantas posibi- za a describir, pero que el habla popular, adelantada sobre
bdades de quedarse en su entorno durante mucho tiempo las cultas, como suele suceder, llama moverse, bouger. En la
com? ~e pasar lentamente a las zonas contiguas, o de visi- caja, hay una palabra que se repite y lo dice todo: Pourfaire
tar rapldamente todos los confines. la bouk, ce boulanger bouge. Con qu movimiento? Exacta-
iN?tic!a maravillosa y asombrosa! La mezcla, el amasa- mel)te, el que se observa en un lquido que hierve, bout. la
do, eJercI~o por el .panadero crea materia sencilla global misma palabra est de vuelta. Describa el movimiento de
con ~ten.a compleja local, y a la inversa; unidad, en bola, las burbujas, buDes, en el caldo, bouilkm, y habr dicho la
con diversIdad, en .granos; regularidad, con irregularidad; cosa y la idea, recorriendo el rea semntica de la palabra
un o~en bastante lIso con movimientos desordenados ge- popular. Genialmente, describe la ebullicin, que con el tra-
ne~hdad con 7aos, hechos previsibles con inesperado~, 10 yecto de las burbujas que bullen constituye la bola unitaria
urnversal con smgularidades. y glob,l.

lOO 101
Para acceder, dibujando determinados movimientos, al Como las antiguas tcnicas de construccin se asentaban
daba del Mundo o al global, en general, utilicemos esta pa- sobre cristales o piedras, que nos parecan casi invencibles,
rabra del hablar sencillo. Adems, la palabra billete, comn en lugar de tomar las rutas, que ac~bo d~ llamar metdicas,
en la banca y en las finanzas, tiene su origen en la misma fa- hacia el univ~rso, estas. prolon~a~lOne~ Iban d.e un lugar a
milia y remite a la misma descripcin: cmo fabricar un otro por cammos senCIllos y fciles: sm trabajO de expan-
universo homogneo a travs de la economa y de los inter- sin global, mtodos con caminos rectos, rgidos y termina
cambios de dinero, si no es con los movimientos, idnticos, dos, sin contaminacin. No se trataba en absoluto de lo
de los billetes de banco? Cuntas veces da cada uno, de concreto, sino de una de sus partes, de los slidos. Hacia
mano ~n mano, la vuelta al mundo, despus de haber per- dnde cree que se podra expandir una roca?
maneCIdo encerrado en una cuenta oculta o en un discreto
calcetn enterrado, movindose tambin como un tomo
una mosca, un grano de harina en la masa, un Angel, He;' Dibujos de lo concreto
mes... una burbuja en ebullicin? Es voltil, as pues, el di
nero, desde la primera invencin de la moneda. Antiguamente, y en su origen, el adjetivo concreto, un
Con sus manos, el panadero traza los caminos de un m- tanto alqumico, serva de equivalente a viscoso: opuesto al
t?do,sencillo, ~oncreto, y muy poderosamente abstracto, fluido ligero, designaba los lquidos de consistencia espesa;
Clentilico o racional, pero previsto y descrito por el habla los perfumistas siguen hablando de un concreto ~e rosa o
comn. un concreto de jazmn, para el producto, relat1vam~nt~
solidificado, obtenido mediante extraccin de los pnncI-
pios olorosos de los vegetales. La raz de la palabra expresa
Plano de construccin: una palabra desadaptada el resultado del crecimiento (cresare) de varios elementos
colocados juntos (cum) para desembocar en otro cuerpo.
Una fluidez, general y variable, condiciona estas diferen- Dirase 'd producto de una reaccin qumica! En suma, su
tes construcciones de universos, o aquellas en las que inci- verdadero sentido le acerca a la dinmica de las mezclas.
den prcticas relativamente recientes, ms bien panaderiles. Este crecimiento se asemeja a una especie de prolongacin.
Sin embargo, el trmino construccin designa demasiado el Ahora vivimos en lo concreto, en el sentido ms claro y
trabajo con los slidos, piedras de albailes o bloques de los ms profundo de esta palabra, en la que el crecimiento de
diques poI'tl;Iarios, 'para d~os en este caso una imagen fiel. elementos mezclados produce una nueva realidad, univer-
Las revolUCIOnes mdustnales separaron nuestros trabajos sal, mediante expansiones y PC?longaciones imfrev.istas. En
clidos, de estos transportes mas y as nos acercaron a la~ este sentido, slo la confluenCia es concreta. E umverso se
formas naturales de la Tierra. Nuestras tcnicas, efectiva- teje con estos nudos movedizos, pero al mismo ~~po,
mente, acceden al universo ~oba,l,. gracias al recorrido de nuestros trabajos clidos y viscosos aceleran el creCimiento
elementos locales por un flUido clido y un entorno visco- hacia este universo. Estas mezclas hacen crecer, juntos, ele-
S?: el propio Univer~o s~ ,hace as en la meteorologa, por mentos diferentes. Estos caminos, cruzados, de crecimien-
ejemplo. La contanUnaClOn marca con sus manc&as este to se dirigen hacia el universo.
acercamiento de nuestros trabajo y del tiempo que hace: 'As la distancia inmensa entre esta nueva concepcin de
nuestras costumbres y nuestros abusos utilizan las mismas lo universal y la antigua que, inspirada del mundo vado y
prolongaciones, para alcanzar la misma dimensin que la homogneo de la mecnica. racional, con~id~raba un espa-
naturaleza. cio transparente en el que remaba una ley Unlca, la de la luz

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o de la fuerza del Sol: nada nuevo bajo su yugo. Se aseme- delos del tiempo-time, que antiguame.nte entendamos y
jaba a un imperialismo. A la inversa, tomemos como medamos nicamente con ayuda del SIstema del mundo y
bandera de la ma el amor, cuyas delicias hacen crecer jun- del planetario de bolsillo que llambamos crot:metro;
tos a dos seres. pero tambin el ms seguro de los modelos del uruverso. El
planeta se asemej.a a una bola de !Uasa qu: amasa ~I'f.~a'
dero. De esta arCIlla, blanda y vanable, flwda y volan , Im-
De los planos al mapamundi predecible y bastante estable, s, de esta pasta de modelar
surge el ms hennoso y e! ms verdadero de los m?de!os.
Vuelve, curiosamente, una nsica estoica en la que conspi- Una vez ms, la lengua ofrece, en un momento mespera-
raban todos los flujos, en la que se cruzaban, en secuencias do e interesante, varias sorpresas sutiles. Pariente de la ar-
causantes y causadas las cadenas de la detenninacin, o in- quitectura, e! tnnino sistema se. adapta tan mal como la pa-
cluso las turbulencias. Por qu se abandonaron los ciclos? labra construccin a los pensamIentos que hoy nos o~upan.
Por razones de segmentacin. En el sentido de la experi- Al contrario de la palabra concreto, tomada en su ongen, o
mentacin en laboratorio, la experiencia exige, efectiva- de! modelo viscosamente modelado, supone en efecto que
mente, que las variables, exigencias y circunstancias se en algunas cosas pennanezcan juntas, de fonna const<1?te yes-
cuentren precisamente aisladas para la medicin o para el table, slida. Ms valdra pues abandonarlo, e~.razon de ~u
establecimiento de una sola secuencia causal. estrechez' confluencia concreta le saca muchlSlma ventaJa.
Estos cortes imitan maravillosamente los bordes de los As e! U~iverso modela su unidad mediante innumerables
slidos invencibles. Por el contrario, en cuanto que la expe- vertientes, diferente de los sistemas anterionnente conoci-
riencia aborda los estados gaseosos, areos o viscosos de la dos o construidos.
materia, la demanda de segmentacin cambia y se transfur- Qy hay de nuevo bajo e! sol? No ~lo el tie!Upo, sino
ma, pues las cadenas, largas, se rrolongan muy lejos, y son tambin una distribucin global, un uruverso nICO y repe-
diflciles de cortar sin cambiar e fenmeno, pocas veces lo tido sin Cesar en sus variaciones. Los caminos de lo local a
calizable. De este modo, desde los inicios de la tennodin- lo global no ~e parec:n ~n modo a,lguno a la extens~~ ho-
mica se plantearon verdaderas preguntas sobre los sistemas mottica en un espacIO-tlempo vaclO, en e! que lo mmus:u-
abiertos, cerrados o aislados, de sus paredes, porosas o aisla' l~ imite a lo. inmenso y lo !?Cande se reduzca a lo pequen?
bIes, y de sus intercambios. La razn clsica se escapaba, en hmchado ru a una cadena lineal de causas y efectos. Efecn-
el sentido de un recipiente que pierde o de su contenido vamente 'cambiamos de escala cuando pasamos de aqu a
que se expande. Venus de Prometeo, el fuego y el calor all y, sobre todo, de estos lugares diverso.s al universo, pero
abran una antigua y nueva caja de Pandora. Lejos de la me- empezamos a conoce! y a pode! descri~lf estos catT,lb~os y
cnica racional, estos trabajos suscitaron una racionalidad trnsitos. Por esta razan he quendo preCIsar con que lineas
nueva, o trajeron de vuelta una razn antigua, de la que la filosofla de nuestros das redacta sus atlas y en qu dibu-
procede, al menos de lejos, el Universo que nos ocupa y jas universales desemboca.
que contribuimos a modelar.
Los mapas meteorolgicos, sus turbulencias, sus tempes
tades y sus pretensiones de predecir el tiempo local, aqu o
Del mapamundi a una red de informacin
all, se asemejan a modelos de fisica olvidados demasiado Estas reciprocidades fluidas se m~zclan o amasan con
pronto. Por mezcla y percolacin, el sistema climtico del tanta perfeccin que pocos lugares Ignoran el estado <:0-
tiempo mundial-weather ofrece el ms hennoso de los mo- mente de los dems: se infonnan a travs de los mensaJes

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que transportan esos flujos cruzados, en los que las sustan- Curiosamente, el mapamundi de la meteorologa prepa-
cias funcionan como soportes de informacin: esta ltima ra para construir nuestras redes de comunicacin, para uti
se desliza, a su vez, corre, pasa, percola, unifica. Las ciencias lizarlas, para concebirlas; aqu y all, los mensajes que tran-
naturales o experimentales aprenden a leer, en estos sopor- sitan parpadean de la misma forma.
tes sustanciales, fluentes y mezclados, parte de la informa-
cin que en ellos se encuentra mezclada, codificada, impre-
sa o escrita. Como nuestras tcnicas pesadas y ardientes, Vivir, habitar, pensar
como Prometeo, nuestras tecnologas del espritu, a la ma-
nera de Hermes ----<edificaciones y descodificaciones, escri- Fluentes, viscosos, inestables, caticos quiz, los meteo-
tura, imprenta, transmisiones...- , imitan tambin la natu- ros ofrecen a los filsofos modelos ms fuertes y ms finos
raleza? Las inteligencias individuales, colectivas o artificia- que la arquitectnica clsica, unida a los slidos, fija, pesa-
les, mitan a un Universo inteligente? da, pobre y tonta: para destruirla, basta el menor sesmo, a
As pues, que cambie la cancula en el desierto central de veces, pero qu es la desconstruccin de la meteorologa,
Australia; trepidarn los vientos, normalmente regulares, a que incluye los terremotos, tifones y maremotos? Qy pa-
lo largo del Ecuador; y as, puede aparecer la corriente del nadero colosal golpea, rompe, amasa su masa? Es un siste-
Nio, cuyo curso deshace el clima del Pen y cuyas varia- ma que queda globalmente estable, resistiendo a las inun-
ciones contribuyen a la formacin de los ciclones, en el daciones diluvianas, avalanchas bajas y ciclones amplios,
Caribe, en el golfo de Mxico, afectando a la corriente del erupciones y sequas, el conjunto de las catstrofes natura
Golfo: de este modo, el tiempo de Bretaa cambia, es de- les; en equilibrio pues, al menos relativo, por los movi-
cir, el de Copenhague y el de San Petersburgo. Pero dn' mientos ms lentos o los ms repentinos, los ms suaves y
de van los vientos del Ural? Por qu redes todava desco- los ms violentos, regulares, desordenados... por las des-
nocidas llegan a los calores australianos? De fuego, de aire trucciones ms decisivas y profundas, telricas, volcnicas,
o de agua, estas corrientes, cuya circulacin se asemeja a transgresIones y glaciaciones... por desgastes ms que len-
aquellas ;ue describieron los antiguos estoicos, llevan nue- tos y rupturas brutales; estable por variaciones duraderas,
vas de Ahce Spring ante las islas del Poniente: el mensaje incluso de varias variables; casi determinista por todos los
codificado no se deja descifrar con facilidad, pero empeza- azares posibles.
mos a leerlo. Frente al cabo Saint-Mathieu, debera infor- y por estos obstculos, la informacin pasa.
mar a los primeros franceses de paso de lo que ocurre en Por la larga historia de las ciencias del equilibrio, por sus
las BahamasJ aclimataciones progresivas de todos los movimientos y de
Los elementos voltiles, mezclados, forman los soportes todos los desequilibrios que conservan no obstante una in-
materiales para una informacin, ms voltil todava y cuya variancia residual, existe una organizacin ms completa,
mezcla o modelado coadyuva, ms todava, a la formacin ms flexible y, a fin de cuentas, ms resistente y fuerte? Se
del Universo, que todo este concreto hace crecer. El mensa- ha vi~to nunca base tan amplia para desviaciones tan mons<-
je lgico forma parte del ro material y nace de l: levantos, truosas? Se puede concebir mejor econooa? Encontra-
tonnentas deseadas... Afrodita, bella y desnuda, emerge de mos todos los invariantes por variaciones ya localizadas; to-
las ondas, el Verbo nace de la carne del mundo y, como dos los fenmenos antisistemticos combinados parecen
contrapartida, lo crea como Mundo. Y como la Informa- darse libre curso y, no obstante, convergen en constantes
cin es proporcional a la rareza, el azar milagroso colabora suficientes para que hayamos sobrevivido a ellos, al menos
en la inteligencia. hasta ahora, y para que hayamos construido, desde hace mi-

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tenios, nuestra~ moradas, cavernas, chozas, casas de piedra, Dejadme al menos soar, ahora, con un entendimiento
madera dura, l:1endas.volant~s, pabellones... cuyos pliegues del Mundo: en el mapamundi del tiempo, en los mapas de
se estremecen en los unprevIstos de los huracanes y las cir- los caminos metdicos que a veces se dibujan, en los ara-
cunstancias caticas de la historia, y desde donde escucha- bescos que surgen de los seres vivos, en los cuadros anima-
mos, fuera, algn gennen de palabra y de conocimiento del dos de la historia, incluso... tiembla su electroencefalogra-
mundo. ma, como hace el nuestro, catico, imprevisible y regulado.
Si bien la vida no se puede concebir sin el tiempo, el Por esta razn, objetivamente trascendentales, todas las co-
modelo general del deslizarse, continuo y discontinuo, sas son comprensibles.
que mues~ran los meteoros, proliferando, bifurcando, per- Podemos visitar en detalle este entendimiento? Ms f-
colando sm ~esar. mezcla de aleatorio y de necesidad, mu- cilmente que el nuestro, en realidad. El universo muestra al
cho ms fle~ble y pert~nente, e~ sus "!ultiplicidades, que descubierto inmensos yacimientos que se asemejan, curio-
e! modelo lmeal, contmuo o dlscontmuo, de una tradi- samente, a lo que se deca antiguamente de las facultades
CIn ms consagrada a medirlo que a describirlo o expli- del sujeto: los casquetes glaciares, desiertos y ocanos, gi-
c~rlo, es ~decuado para la evolucin de lo vivo. Las espe- gantescas masas de hielo, de sequa o de agua, funcionan
Cies, ef~ctlvamente, percolan: .dependiendo de que algu como memorias, bancos, retencin y regulacin de esta in-
nas vanables permanezcan baJO el umbral de transicin formacin que los ros generalizados reciben, intercambian,
de percolacin o lo superen bruscamente, aparecen o no. emiten y clasifican, como por la inteligencia actual. Y como
Esta solucin, en la que el tiempo de la vida se adapta al todo flujo reacciona ante cada cosa podemos seguir ha
del mundo, es la suma del darwinismo, que opta por los blando de sensibilidad? Comparemos ahora estos yaci-
saltos discontinuos, propios del organismo, y de la de La- mientos y estos ros con nuestras tcnicas, duras, y tecnolo-
marck, amonestada sin razn por el Pequeo Cabo, ya gas, blandas: con nuestros cdigos, esculturas, escarifica-
que la me~eorologa interesaba en primer lugar al bilogo, ciones o escrituras sobre soportes; con las representaciones
que descnbe las transformaciones continuas de acuerdo y con las-,imgenes en las pantallas... con la inteligencia, con
con las circunstancias naturales, exteriores a dicho orga- la memoria, con la imaginacin... artificiales. No le parece
nismo? que hacemos las cosas menos bien que el mundo? Q!J. le
S as fuera,. se abrira un tiempo realmente universal, ya parece que somos en comparacin con l? En fragmentos
que las cosas mertes lo modelizan, los seres vivos en l vi- dispersos en el universo de las propias cosas, pero tambin
ven y pas~, ya que la historia podra entenderse por l, en nuestra fabricacin de herramientas groseras o refinadas,
~ro tambin po~que encierra la auracin fisica y la inven- yace fuera de nosotros el antiguo sujeto, o al menos su inte-
tiva en el pensamiento, imprevisibles y chispeantes de nove- ligencia. Del mundo a las redes, prolongamos el mismo di-
dades. bujo.
Antiguamente condenado por los guardianes del orden y Pero qu se mova hace un momento? Un tomo de
los contadores del tiempo, el sistema --<podemos seguir harina, un elemento de flujo, la mosca... o Guyon, el narra-
llamndolo as?-, el sistema peor en apariencia --e inclu- dor del Harla, explorando detalladamente el espacio de su
sa portador de la huella del mal-, porque es blando, fluen- morada inmemorial, antes de lanzarse a los caminos for-
te, azaroso y catico, se revela, en realidad, como el mejor neos, o el que pasaba de pronto de los vergeles de su tierra
y el ms adaptado a la vida, y el ms impensable nos ofrece natal, a las primaveras lujosas del otro lado del planeta?
el modelo ms poderoso del pensamiento o de una inteli
gencia ligera, flexible, trgica y fonnidable.

\08 109
Vo!1J17 tl f.\(n"bir subre los meteoros?

Nada ms empezar el siglo, un erudito, dicen que muy


sagaz, escribi que la moderp.idad empieza cuando la filo
sana deja de hablar de [os Angeles. Qu CIencia, qu sabi-
dura se anuncia cuando estos mensajeros reaparecen para
entretejer, recorriendo nuevos caminos, un Universo que
conspira con aliento.~ y redes? La tilosofia contempornea,
con seguridad, empez cuando dej que las ciencias asu-
mieran el riesgo de describir los Meteuro.~ en su lugar. Qu
filosofia podemos esperar cuando retumban de nuevo, Propagaciones
atruenan, soplan y acarician, chorrean y percolan, modelan
un mundo y graban los itineraro.~ de un mtodo sobre el
atlas del tiempo?

110
Q! hacer?
1

Espacios virtuales
TRABAJOS

El.lentido de dOI palAbras


A la pregunta: qu hacer? los idiomas Indoeuropeos res-
ponden utilizando dos (l tres trminos diferenciados: el tra-
bajo ltrtl1Jatl] , trmino que se utiliza tambin en francs
para el potro, antiguo mslmmcl1to de tortura, construCCln
cbica con vigas a escuadra, que sola tener tres pilares, al
que se ataba a los <lll1IIlales, caballo.s o bueyes, para herrar-
los; el trabajo decJmos, por el que servilmente o tergica-
mente obligados, sudamos, surrimos y nos deslomamos, se
compara con la labor [labcurl, pcno.sa y paClente, para dife-
renciarlo de la obra llJl'u7Jrel, liberal, personal y productora;
el ingls con algunos matices diferentes pero una intencin
Similar, separa 1flOrk de la/JOur, o el alemn Arbcit de W;;rk
De la misma ramilia, obra, 7ilork y Wrk se construyen sohre
un origen gne~o, facil de identiricar en la palabra energ, o
en el erg, que es una de las unidades de la medmca.

DRAMA ENIRES ACTOS

Necesitaramos mucho tiempo para reSUl1llf aqu las ml-


tiples lllSlonas de estas dos () tres palahras, de las realidades
que de,slgnan o que oculun, y de los hombres, de las muje-

115
res o de las clases que convirtieron en libres o serviles. Un siste al tiempo y a su erosin; en suma, trabajo de origen
inters de la historia reside en el estado actual de la cues' para obra perenne. , . ,
tin: nos volvemos hacia los captulos anteriores, cuando la Segunda imagen: a travs de los paIses del Med.tterraneo,
evolucin actual, violentamente, se bifurca e inquieta. En- con su maza al hombro, golpeando con ella a dIez mons-
tonces nos acordamos de plantear la pregunta: cmo y por truos o utilizndola de palanca, Hrcules, semidis de .los
qu hemos llegado hasta aqu? Y ahora, los trabajos y las grandes trabajos, pidi ayuda a Atlas que sostena ~l clel.O
obras se transfonnan con rapidez, as como sus condiciones para que le ayudara con los remos ~~l barco que sala hada
generales, y los problemas que plantean estos cambios glo- el jardn de las Hesprides. Al movdIzarlo, lo pone a traba-
bales no nos dejan tranquilos, ya que suponen una revolu- jar: la historia se bifurca, pasando d~ la obra purame~t~ e~
cin considerable de las costumbres y de las sociedades, de ttica al trabajo cinemtica, en mOVimiento, o a la dmaml-
nuestro planeta mismo y de la humanidad. ca de una transformacin: nadar para que av~c~ el barco,
Desde la ptica del drama presente, nos preguntamos si limpiar los esta~l?s de Augas... Ya se van de vtale, a sudar
seguimos trabajando, por comparacin con nuestra propia para que el patsaJe vaya desfilando: remando duramente,
infancia, campesina o fabril, fuera, con el pico y la pala? entre Atlas y Telamn.' Hrcule~ labra las. olas. del ma;..
Sentados dentro y a la sombra, nos reunimos, charlamos, En lugar de describ~r el cortejo de ~as cIencIas me~amcas:
llamamos por telfono, viajamos mirando desfilar el paisa- equilibrio, desplazamiento, fuerza, bempo, potend.a, ~n~r
je... Quin de nosotros acarrea materiales pesados o bate ga, en las que volvemos a encontrar los ergs del pnn~lplO,
duramente el metal al fuego de la fragua? Cifras precisas por qu estas im~en;s y smbolos de hroes o ~e antiguos
anuncian que obreros o trabajadores, en funcin de que se dioses? Porque las Imagenes de la leyenda so~ mas verdade-
apliquen a la obra o al trabajo, los cuellos azules, como di- ras que la historia, incluso que la de las tCniCas. .
cen nuestros amigos ingleses, han cedido casi todo el terre- Atlas sostiene, Hrcules transforma las cosas. I?ecunos
no a los cuellos blancos. Q!t es lo que hacen estos lti- que sus trabajos son duros y ~os: ellab.rador, el tejedor, el
mos? Hrabajan realmente, en el sentido que la historia tallador, 'el arquitecto, el albanil, el mannero a l~ ,"el.a o al
daba a esta palabra? remo no suelen utilizar el fuego. Desde la revo.lucIon .~dus
trial, la fragua pas a primer plano. Nueva ~1~caC1on: la
transformacin ardiente de las cosas se conVlrtlO en la b~se
Plmus de arquitecto, diseos industriales del trabajo, que fu~de el ~neral en ~ingo~es y los con':1er-
te, sobre diseos mdustnales, en rrul maquJ?as m~tnces
Sus relatos describen una serie de smbolos. Recuerdan que crozan el espacio ruidosament.e y con ral:ndez, dejando
las Caritides que sostenan las columnas en los templos tras de s una estela txica. A los dIoses antenores, verdade-
griegos, antiguas figuras de mujer o de hombre, llamadas ros o falsos aadamos a Prometeo, que rob el fuego del
Atlas o Telamn, musculosos, resistentes y pacientes, ami- Olimpo p;a;a drselo a los hombres, o a Hefaistas, cuyo ~a
gos de las formas y del equilibrio? Gracias a la geometra y Her estaba, dicen, bajo un volcn, y un mo~emo d,em01.l1o,
a la estadstica, el albail y el arquitecto, sobre planos de tra- gran separador de molculas, que Maxwell Invento el SIdo
zado riguroso, realizados en piedra, transmiten esta carga pasado para explicar que el calor y el fro no se s~p~a~ ellos
corporal o esta contencin inmvil a objetos que no se solos. Nuestro mundo, estruendoso y termodmanuco, se
apartan entre ellos de la vertical: los cimientos sostienen los est perfilando ya. Y sin embargo, siempre volvemos a la
muros que soportan las vigas en las que se apoya el arma- misma pregunta: cuntos ~erreros que~an? Y, segn estas
zn, etc. Labor primera o fundamental, obra estable que re- definiciones, estamos trabajando todaVla?

116 117
calor de donde viene, difusa, la contaminacin, mientras
que ~uestro mundo fluido, fluente, flu~a, voltil: I~ ~
!.As redes y los microproasatiores de las mensajeras lutiva del trabajo en tres estados o cambIOS de fase: solido,
lquido, gaseoso. Se dice vol~1 de una sustan~la que c~
. ,ltima bifurca~~n, que tom por s0!fresa a mi genera" bia, rpidamente, de fase, haCIa un estado sutIl.. y tam~len
clon, cuya devoClon a Prometeo no deJo ver venir a Her- de ooa aparicin que rpidam~nte desap~r.ece. tPor que en-
mes: comunicacin, interferencia, trnsitos traduccin dis- contrar ms curiosos estos atnbutos angeltcos, en.1a e!a de
tribucin, intercepcin y parasitado... tra~smisiones y re- la informacin o de las monedas voltiles, con cotIzaciones
des..: tras .el sostn esttico de las fonnas, tras su transfor- de Bolsa que dan la vuelta al gl~~o ~ un ~brir y cerrar de
maa6~, pnme~ en fro y despus en caliente, lleg el reino ojos y que desestabilizan los eqUlltbnos antIguos, que el de-
de la mfort1!aaon. Par~ comprender. o definir el trabajo y la monio de Maxwell, en la poca de la fragua, o que Atlas y
obra? repe~os la .nusma palabra, Idntica por su historia, Hrcules en otros tiempos? .
contmua y dIscontmua, como de costumbre. Nuevo smbo- Por supuesto, ahora y sieml?re, con en~abalgamlentos y
lo, pue~, o tercera fi~a: ?bramos a la manera de los nge- remanencias, perduran los antl~os tral:'aJos: nooca J?odre~
les,.antIgua pero ~ecI.ente Imagef.! de esta historia. En griego mos prescindir de campesinos m de ta~lstas, de a~banlles m
antIguo, a.ngelos slgmfica mensajero. Reflexione, cuando se de caldereros; pero aunque sigamos Siendo arcaICos en las
va a ~baJar por la maana, la multitud que transita por las dos terceras partes de nuestras conduct.as, algunas o.bras,
calles: lCun pocos Prometeos, y an menos Hrcules y At ms que otras, dan a una era s.u coheren~la y su~ol~r Slll~
l~s,. para tantos y tantos Arcngeles, que van partiendo de lares: mientras que en otros tiempos fuunos mas bIen agn-
ViaJe portando mensajes! Ahora vivimos en una irunensa cultores y no hace tanto especialmente herreros, ahora so-
mensajeria, en la que la mayoria trabajamos de mensajeros: mos sobre todo mensajeros, aunque todava dependamos
soportamos menos .masa~, encendemos mef.!0s fuegos, de los campos y de la fbrica. . ,
pero transportarnos mensajes que, a veces, gobiernan a los y as \legamos al punto e!1 que l~ ~regunta: tqu~ ~ac~
motores. -mas? se encuentra con la pnmera: tdo~de estamos. d~l11,
Mensajeros, mensajes y mensajeras, tal es en resumen el en la obra en la fbrica... por los espaCIOS de la comunica-
pro~a d~1 trabajo. A los planos del arquitecto, a los dise- cin? No'vemos que esta I~ca~zacin tambin se evapora?
nos mdustnales, suceden las redes y los microchips. Q!te si bien los planos y dibUJOS regulaban ~ue,s1:r?s luga-
res habituales nuestras redes los prolongan sm lumte algu-
no? Q!te trabajamos en espacios virtuales di6ciles de repre-
De lo slido a lo voldtil sentar?

.Numerosos cambios acompaan este triple desplaza-


n.uento de hombres y de. funciones: ya no trabajamos, por
eJe~plo, sobre la matena. Obras, pues: las pirmides de
Sistqnas: lo inerte, lo vivo, la historia
Egipto o el puente sobre el Card, piedras; la colada en los
altos hornos, ro de fuego; las seales de los satlites, que La historia acaba con un hroe, sin nombre, en tres per-
vuelan COffiC? la luz. Porteadores o albailes, los primeros sonas, que rene en l los sistemas estatu~os. slidos y
obreros manipulan y sostienen furmas invariables y slidas; bien cimentados de las formas estables, Hercules o Adas,
los segundos transforman las cosas licundolas mediante el las transformaciones Ygnesis por la potencia del fuego, en

118 119
!as_que C~lContramos a Prometeo y, finalmente, el universo
mfOmlJt~vo, con~plcjo y voltil, tejido por las mensajeras,
que antJ.1l0 previo Herrnes, el mensajero demasiado solita- PROI.ONGACIONES HACIA El. UNIVERSO
no, ~e 1m antiguos dioses, ahora coronado por las cohortes
allseIICJs. R~p.resentaria bastante bien el mundo inerte que Mapamundi: la reunin de las interutcionn
esrabamos vIsItando.
Pero est tlmhin el organismo vivo: mvarianeia a veces No, porque e! ltimo acto de este drama, e! de! anuncio,
con el esqueleto duro y estt~co, forma slida y po~e ergui- conforma el mundo, pero no como lo hiCieron Atlas, Hr-
do; metabobsmo .que transforma los alimentos y expulsa cules o Prometeo, cuyo trabajo slo transformaba cosas, Al
I<?s reslduos, transformaCiones clidas y fluidas; sistema ner- ensdmblar algunas piedras para dar forma a un templo, e!
".IOSO, sutil, cuya red admirable procesa la informacin. arquitecto y el porteador cambian un lugar y su entorno
EqUlhbno de portaoclJ Y, ?e sustentacin; trabajos de pro- ms prximo; el campesino ara un campo; en cuanto a He'
~CSdlTIle.nt0'y de elab0.raClon; transportes imperceptibles de faistos, nunca sale de la fragua en cuya portera hace guar-
,'ilgJl(~': (Sellan ,conceblble.,- nuestras vidas sin todos nuestros dia el demonio de Maxwell: mutaciones de cosas y dbiles
tr,lbajos y S1l1 Angeles tenues? desplazamientos.
Paed escribir la hlstona, quiz haya que asociar al menos El antiguo atlas dibujaba Jos planos de aquellos lugares.
t~e~ tlemp~)s: al tIempo, reversible, de los relajes o de la es- y sm embargo, el calentamiento y la fusin dejan que al-
tatICa, nacido cerel.de los p]ares o de lJ.s palancas, el tiem- gunos efluentes se escapen de nuestro control: qui.n pude
po lffeverslble del fU.ego que se ,Ipaga y el del demoI\lo de predeCIr, en efecto, dnde ir el humo, la secuenCia de las
M'lXWe!l qUe, al realll!llJ.rlo, pOr el contrario, hace nacer las pave,~as, vuelos, olores, basuras, cenizas... ? Nuestro mundo,
sll1gulandades. Al anudar el tiempo de las Jnvarianzas deli- cuando empieza es ya global. Al lanzar signos por el tiem-
L1S al de 1.1 m,!erte o el desgaste y al que se inventa o que po y el espaCIO, las mensajeras estn entrelazando un nue-
hrot<l, la tustona dCJa de correr como s](:mpre cremos. vo umverso. Esta es la revolucin inesperada: mientras que
los trabajOS y las obras slo alcanzaron, entonces y ahora,
salvo accidente, a lo local, Hermes cambia lo global: opera'
Historia, pues, o drama de los trabajOS y de las obras en dores, trabajadores, obreros de universo, los Angeles tejen
tres dctOS: ~Ieva~, calentar, tr~nsmitir; tres familias de Im,ge- un mundo diferente.
~e,~ o de actores: Atlas y H~rcules, Prometeo o el demonio Lo vemos, lo escuchamos, reaccionamos, en tiempo real,
e M:l~e1I,. Hennes y Io.s Angele.s; tres estados de la m<1te- trente a sus seales, cuyas llamadas actan sobre nosotros,
r_la: ,m/da, hgUlda, ,:oh~il;. tre,~ palabras que son UIla sola: al mIsmo tiempo. Este lugar yace, estrellado, en la intersec-
fonn'l, t~'lllSform'Kl()n, lIlform,lcin; tre,~ tiempos: reversi- Cin de un universo que se puede deflmr como la reunin
hle, entropKo, neguentrplco... histona, pues de los hom- de las localidades desde las que afluyen los caminos, hacia
bre,~,Y de .su.~ t~cniels, pero tambin de 1<IS cie;lCias, pues la la encrucijada. Por muy lejos que el nuevo universal repita,
teona de la 1J;tonnaClOIl sucede a la termodinmica, y sta una vez ms, los Imperialismos antiguos, en los que una
.1 tod,a}a meca;lIC<1 completallletlte desarrollada: esttica, cj- sola ley Impona su vitrificado montono sobre el conjun-
nematlca, dlllannca.... historias ntimamente trenzadds con to de los lugares, su red bien conectada despliega la reunin
1:1 dc las rch~oncs', mitos y monotesmo, que se expresa en de las llltersecciones de todos, emiwres y receptores en do-
figuras ..
ble haz.
Tdn?
El nuevo atlas dibUJa este mapamundi.

120 121
tan los gestos y la vista a los lmites de los objetos labrados,
a veces hasta detalles exquisitos, volvindose pacientes y
Atlt", mundial y humano d./.' la wmpimcidn lentos como e! tiempo de sus bestias de carga, recortados o
forjados[(~mo pie.zas de. fragua. Se .cultivan labrando, se
El adagio milcnano, de una armona casi coral, del pri- tl.)rman fOrJando? d.a cahdad de! escntor depende de su es-
mer verdadero mundo unitario, natura!, tal como lo descri- critura? Si, la atencin soberana a la cosa le suelda e! cuer-
bl la fSICa de los antiguas estOICOS, de que todo conspira, po y hace fusionar dos singularidades, mutuamente esculpi-
se entrecruza e IIlteractd, II1tercept~ y se entreexfres~, con- das, de modo que al mezclarse la carne con la matena, el
cuerda y consiente, lo podemos aplicar, ahora, a UOlverso, trabajo labra al sujeto, de la misma forma quc la obra traba-
tecnolgico y culturaL de las obras mntemporneas. En ja e! objeto. Ms justa piensa, ms hermosa su alma.
este nuevo univers.l1, no centrado, el centro yace en cUdl- En e! tajo o en la fabrica, e! equipo, la cadena, vieron crc-
quier lugar, y cualquier cosa, cualquier lugar, cualquier cer el nmero de los hombres, desde que la produccin dc
hombre, cualqUlCf grupo o cualquier frase ocupan, al me- cosas complejas y mu1tiphcadas exigi, multiphc y combi-
nos en derecho, un lugar [OCI!. Dnde ubicar una sola n una colectividad, asociada o en lucha por la supervlVtn-
cumbre privilegldda, en la que _~lo se encuentran conexio- ua de los explotados, mientras que sc dice que se pcrdi
nes completlS, diterente,~ como rnmmo por su lugar, 19Ud- hasta el recuerdo de la relacin de los factore_~ y de su per-
les como m,ixl!110 por su completud? Este punto yace en feCCIn recproca; no obstante, jam.~ se va un grupo que
este centro, obVlamen1e rehltivo, en r,lzn de sus conexio- no aSimilase un objeto creado por l. Y las rcdes de comu-
nes globales: centro y nrcunterencia por tod,lS partes. El lllcaCln ahora reclutan, para su conexin pblica, a la hu
lI\llvers.llliso IIlv,ldido por una ley \lleJ deja sitio a la cons- manidad casi entera, que se convierte as en e! sujeto de la
plr,Kin armlllC<l de eS\;ls slllglllaridades ul1lversales, en las obra al nusmo tiempo que en su objeto.
que se ap,lg<1, 'll\llenos ell derecho, el confhcto entre lo lo Nuestro trabajo se dirige al universo, nuestra obra tiene
cal y lo global: la Mon,ldolog de Leibniz sucede al espa- como dimemin y como cosa el mundo, pero al nllSmo
CiO de DesC<lrtes. tiempo recluta, enrola, contrata, despide... Implica a todo el
Mientras que los antiguos C1mIllOS y mtodos llev'lban mundo: la antigua resonanua del trabajo sobre el trabaja-
de un lugar a otro, ambos definidos, las nuevas vas que _~i dor apunta ahora al universo de bs cosas y a la totalidad de
gllen nuestras prJc11CIS, lldcidas aqu y dll, qu importa, se los hombres. A qllln se opone ahora esta mtegracin?
prop,lgan por lod.IS parte_~, en ramilletes yen luces, o aflu- Estamos lejos de! campo solitario de! agricultor o del ta-
yen .1 tod<ls lurtes, en h,Kes y en ramilletes: mil menSdJeros ller cadencioso de nuestros padres, y nuestras mensajeras
broL111 y confluyen, por estos dlVersm caminos, en los que l1eg'll1 .Ihora a las grandes poblaciones de un mundo lleno.
redes de:: redes, circuitos mini'ltuTlzados y sattliles gigdntes, Este trabaJO, esta obra (tienen como fin la solidaridad ut-
conectan los lugares, Illtersectddos como una rotonda. pica de la humanidad entera? Estamos viendo acabar la lu-
cha de los hombre~ y de las clases o abrirse una guerra total?
Construimos un mundo, el umverso mismo, y la humani-
QUin no b.1 celebrado la resonanCIa de::clsiva del traba- dad, de paso. Pero, con estas conexiones mltiples, qu ha-
l? sobre el tr,lbJJador, de la obra sobre el obrero, en dunen cemos? Un trabaja? No se le parece. Una obra? DOIllll1a-
sln, nmero y calidad? QUln no ha visto la luclIa que mas sus efectos y sus cammos? Tecno-logias? En cualquier
opone a 1m proPlet,1TI0S y los Siervos? Soli1ano en el cam- caso, pasamos, por estos caminos, dc lo local a lo global: la
po, en d Llller () en ti "lgU'1 ,cllabrddor y el artesano adap- humanidad construye el universo construyndose por l.

123
mentes marinas, los soplos de viento y los fluidos, la .~erra
en placas y los fuegos que las ~ansp.ortan, c~~a volatih~ad
Pantopa.y utopa ms o menos viscosa transmite la mformaClon ~ lo lel~s.
Como los seres vivos, las cosas inertes resuenan.!untas sm
Este universo de la Pantopa -todos los lugares en cada cesar, de modo que no existira mundo sin este tejido eng~
lugar y cada lugar en todos los lugares, centros y circunfe- zado de relaciones y continuamen~e trenzado.. No cuestlo-
rencia, relacin global- fluye evidentemente hacia la Uta- namos que todas las cosas conspl~en y c~nslentan: ellas
pia: pensamos y vivimos pues en la esperanza, mltiple, de tambin prolongan los lugares haCia el u~verso. Nuestr~
que este mundo, natural para la fsica, y cultural, por nues- obra nueva se comporta como un mundo. <Accede al um-
tras obras y trabajos, haga exactas y rigurosas nuestras im- verso en el sentido de que resuena como l? Una segunda
genes de Mestizos y de Arlequines, para orientarse en pol- utopa cantarla la armona entre la cultura emergente y la
tica y definir la nueva repblica mundial, en la que cada naturaleza evolutiva? .
uno, a la escucha de la voz de los dems, haga escuchar la . Podemos decir que esta armona .es ta~ nueva b~J?, el
suya propia, por caminos que ahora son fciles de describir, Sol? Cuando indicaba la ~ora del equmocClo y la P?S~CIOn,
sencillos de construir y fiables; de este modo, con un poder en latitud, del lugar, el eje del cuadrante solar escnbla, en
tambi~n compartido, mezclado, difundido en el espacio y otros tiempos, sobre la tierra, l so~o, u.nos r.esult~do~ que
en el tIempo, en el que las tecnologas absorben, por prime- nos adjudicbamos nosotros: esta mteltgencla sutIl, ef.le-
ra vez en la historia, unas complejidades que hacan impo- mas que llamarla propia, interior a nuestras .o;euronas y vm-
sible ahora y siempre, este reparto equitativo y calculable en culante de una sociedad de cerebros, o remltula a las herra
cada instante, ambas pueden prometer una paz perpetua. mientas, artificial, pues; o referirla ~ mundo, que traza, au-
Una definicin, muy realista, de la utopa consiste en tomticamente, sobre s, la longitud sO?1breada de su
que una cosa, tan fcil de hacer que ya est hecha, no se propia luz? Cu~ de \:,!s ~es,. cultura, tcruca o naturaleza,
haga. por qu hacer las cosas sencillas, felices y apacibles, goza de ~ta funCIn? Elija SI se a~eve!
cuando se pueden hacer complicadas, trgicas y mortales... ? De la misma forma, la memona, otra facul~d, duerme
y eor qu, lamentablemente, optar siempre por la misma en la biblioteca, en el museo, en el lenguaje, escnto o ha~~a
poSIbilidad, agotadora, estpida y sangrienta? do, como bajo la pantalla de un ordenador, pe~ tamblen
Ensead a los nios a rerse de los realistas ms que de las en los desiertos y en los casquetes polares, bancos lOmensos
utopas. de calor y de fro; el recuerdo se des~ierta y alum~ra, a la
luz de la vela como al paso de la comente, C1;1yo vIgor.rea-
nima el olvido pero tambin al soplo de los vientos clidos
El mundn, /ns aparatos y nosotros: misma red que hacen voiv~r a la existencia a una co.rrien~e C?~O el
Nio desapareCIda desde hace lustros; la lmagmaclon l~a
y mientras que nuestras redes, artificiales, claro, acceden mea, 'se apaga, se agota, en las pginas o.las pantallas... grtta
al gl~~, nosotros des~ubri~os, a modo de retomo, que la estridente flauta de Pan, canta el clannete, llora la canta-
este ultImo, real, matenal, 6SICO, se construye, evoluciona y rela y solloza el fagot, sensibilidad de metal, de cuerda y de
se equilibra, mediante mensajes y mensajeros, como si madera alzaos tormentas que hacis gemir a los rboles...
constituyese l tambin una inmensa mensajera. Delfines, no no ~omos tan excepcionales.
ballenas, abejas, termitas, hormigas... comunican con segu- io que algunos libros, recientes despus de todo, llama
ridad, pero tambin hemos ledo en los huracanes y las ca- ban facultades del alma, (ahora las vemos por el mundo,

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in~I!e.o fabricado. Creemos buena~ente 9ue la inteligencia carga objetiva que levantan entre los dos, la int:liget:cia a.r-
artlfiClal es cosa de ayer, cuando finmos siempre artificiosos tificial remite, doblemente y globalmente, a la mtehgencla
para una gran parte de nuestra inteligencia; y el mundo se natural, de las cosas y del mundo, y a la inteligencia colec-
encarga del resto. Emisoras, receptoras, algunas cosas escri- tiva de los hombres, en guerra perpetua.
ben y miden, reciben y repercuten, conservan en una me- El contrato natural los uni.
moria larga datos mltiples, de modo que construimos co-
sas semejantes para que piensen con nosotros, entre noso-
tros, para nosotros, y por las cuales o en las cuales llegamos El SJ9cto, el objeto ahogados en J red
a pensar. Sabemos desde hace tiempo construir lo que ha-
bamos llamado nuestras facultades. Puede tratarse de accin o de conocimiento, de contem
No proclamo el doble absurdo de que el mundo inerte placin y de obra, el antiguo sujeto, Hrcules o Vulcano,
vive, en primer lugar, ni que los seres vivos y los materiales, trabajaba en un objeto, piedra tallada o pieza forjada, ah~,
conjuntamente, gozan de conciencia. Cuando los primeros ante l, es decir, bien definido, ambos entregados a la antI-
fundadores de la fisica moderna dijeron que el mundo es gua relacin entre un ser, ah, y este fragmento preciso de
cribe o habla e11enguaje matemtico, no lo suponan cons' espacio, de tiempo y de materia, localizado. La prolonga
ciente por ello. y sin embargo, expresa sus leyes! Y sin em- cin hacia el universo afecta a las dos instancias, ahora irre-
bargo, con la sombra de sus rboles, traza, en e1lugar indica conocibles.
do, hora, solsticio y latitud. Qyin no ve, no experimenta Cmo describir y nombrar el nuevo sujeto? Integra tan
la inteligencia sutil y la memoria enonne del mundo de las bien la colectividad de los hombres y la suma de sus medios
cosas? Una evidencia como esta puede prescindir sin pro- que, trabajador o contemplativo, su red de todas las re~es
blemas de consciencia. induye la memoria inmensa y total, enumeracin y revISta
general, sin omisin alguna;.la inmediatez del re.cuer~o q~e
se hace :.vesente de inmediato, a placer; una mtehgenCIa
La red del mnculn social perfectamente conectada, cerebro suma de todos los cere-
bros; un juicio equilibrado, por control y regulacin rec-
De,1a misma f?nna, consl!Uimos nuestr?s grupos y nue- procos de las informaciones cotejadas; la imaginacin,
vos vmculos SOCIales. Mqumas y herramIentas no contri- como conjunto de las imgenes, reales y virtuales, y de las
~u~an tan pod~rosaJ.Dente a tejer colectividades! ni empu- situaciones posibles, que pueden sustituir a las antiguas ~
Janan a la hlstona a bIfurcarse con tanta fuerza, SI se reduje- periencias, demasiado lentas por comparacin con su rapI-
ran a objetos pasivos. Estas puntas, escritorios, mesas, dez... todas las antiguas facultades reunidas en esta trama
li~ros, di.squetes, consolas, microchips, redes... producen, al flexible y activa, siempre ~espierta, sin reposo, au~enc~ ni
mismo tiempo que conocimientos o infonnacin, al mis- sueo... sujeto nico, con)untador, global, colectivo, mte-
mo tiempo que facultades, imaginacin, inteligencia o me- grado como un total en todas partes y siempre presente
moria, producen, pues, los grupos que piensan, que recuer- para s mismo. Cunto ms claramente vemos en este nue-
dan, se expresan y, a veces, inventan... ms an, en el hori- vo sujeto, ya que podemos describir sin misterio sus medios
zonte, la humanidad, por :primera vez, hoy, sujeto global o facultades, desplazndonos por entre ellos o ellas, como
del pensamiento en el trabaJO; y, como la producen, es tam- si se tratase de objetos! Al acceder al universo, el antiguo
bin su objeto. Al igual que una palanca se remite, local sujeto se tendra que objetivar?
mente, al brazo del sujeto cuya fuerza la hace bajar y a la Prolongado de la misma fonna, el objeto se extiende y se

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conecta, de modo que alcanza los lmites del mundo, como dice y qu le dice? Con qu fin? Podemos describir el
he dicho; sin embargo, consecutivamente, el sujeto se pre- nudo y adivinar el desenlace de la tragedia global?
gunta si ahora tiene un objeto delante de l. Qy podria
querer decir delante de en este caso, y cmo comprender
un objeto que goza de las mismas facultades que el sujeto UNA NUEVA TRAGEDIA?
mismo, conectado, conspirador como l, dotado de memo-
ria y saturado de imgenes? Al acceder al universo, el anti- Trabajo antiproductivo?
guo objeto se convierte en sujeto?
y entonces, kmo redefinir el pensamiento, cmo recu- Vuelve, terca, la misma pregunta: seguimos trabajand?
perar el ?",abaio, del que viyiJ:nos desde hace milenios, y si nos convertimos en Angeles, monjes agrupados en ml-
cuya nOClOn supone el dominio de un segmento pasivo de riadas? No en el sentido de otros tiempos, cuando nos
espacio y de materia por un proyecto activo, mientras que deslombamos sobre la parcela de alfalfa o el montn de
la prolongacin hacia el universo de las dos instancias que piedras para t~sfonnar" ca!! nU7st~as manos y con pe-
unan los cambi tan radicalmente a ambos? queas herramIentas y maqumas hm~tadas, co.s~s locahza-
Si las ciencias, en la actualidad, resuelven todos los das das. Intercambiamos y propagamos lllformaclon con ob
sus problemas en el seno de esta nueva inmersin o de jetos que ms bien parecen relaciones: fichas, cdigos y
esta nueva confrontacin del sujeto-humanidad-objeto circuitos.
con el objeto-mundo-sujeto, si un nuevo derecho ha podi- Adems, y esto es ms grave, en el nuevo universo en co-
do concebir un nuevo contrato, la filosofa, con una era nexin creciente, el antiguo trabajo, que sin duda ha pasa-
entera de retraso, sigue sin inventar los conceptos que po- do a ser antiproductivo y contaminante, produce crisis y
dran refonnular el trabajo, para librarnos de lastres polti- paro, por remanencia indebida, intil y peligrosa, de la civi-
cos y sociales, despilfarradores de vidas humanas. O traba- lizacin que en otros tiempos se organIZ alrededor de l,
jamos para completar el nuevo tejido inteligente o trabaja- actividad"central, que recluta y moviliza todava a una so-
mos por l, para conectarlo con el mundo. En ambos ciedad que sigue fascinada por su propia memoria. Nues-
casos, hay que aprender a hacerlo e inventar lo que no se tros desastres vienen de antiguos xitos, cuyo nuevo fracaso
puede ensear. mantenemos costosamente, de modo que lo mejor de ayer
En los mrgenes, el resto de nuestra obra se consagra a se convierte en lo peor para maana? En el fondo de este
limpiar nuestros establos del antiguo trabajo-rey. callejn sin salida, trabajamos nicamente para reparar los
estragos del antiguo trabajo? Nuestras tecnologas ava~a
das producen paro en las antiguas tcnicas, en lugar de m-
Del drama antiguo a 14 tragedia contempornea ventar algo nuevo. . . .
Nos espera a todos el paro-angustia? Salvando la redlstn-
Se acabaron los antiguos dramas locales en tres actos, la bucin de la produccin entre pases que fueron ms po-
tragedia contempornea tiene dos protagonistas: ya no hay bres y los bloqueos estpidos, por parte de todos los que
a~tor solitario, ni figura legendaria, ni siquiera coro, ni dios tienen poder de decisin, en lo que se refiere al reparto del
III clase... la totalidad humana solidaria, por miriadas, pro- trabajo y la reduccin de su duracin, histricamente con-
ductora de redes y producida por ellas. se encadenar o se tinua y econmicamente beneficiosa desde hace siglos,
librar por ellas, frente a la nueva universalidad? Inmersa en nuestras ciencias trabajan, desde su origen, en aligerar las
un mundo que se le asemeja, comunica, s, pero qu se penas del trabajo. Lo habrn conseguido?

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Y otros, posibles? Como el conocimiento, el traba~o c~
bia, a partir del m0!Uento en .que se ~esvanece la dls.tancla
De nurvo la utopa entre el objeto, pasiVO y el sUJeto, actIV?, y que su difere?-"
cia de naturaleza se anula tambin. Activamente, dos sUJe-
Quien no lo vea est cegado. Para qu trabajar? Pa.ra ha- tos conspiran. Esta conveniencia contiene el programa de
cerlo menos bien que lo que se nos ha dado? ConstrUir una nuestras obras nuevas.
planta de refino, agotar a los obreros, destruir el me~io am-
biente amasar enonnes fortunas cuyas consecuenCias ma-
tan de'hambre a los miserables... cuando hay microorganis- De la infonnaa'n a la pedagoga
mos que purifican, depuran o desti1~n ~ejor, ms deprisa y Qt,in le teme a un mundo nuev?? Ni mejor ni por que
de fonna ms econmica y ms hmpl3 que nosotros... ? el antiguo, lleno de placeres y de peltgros, como ~e c~stum
Necesitamos contar el tiempo? Para qu fabricar millares bre, ser: ya ha empezado, Pasadas las eras, ~grana e mdus-
de relojes, con los que pronto no sabremos qu hacer, cuan- trial avanz el momento, hermtico o angehco, de la trans-
do en la naturaleza abundan molculas, tomos o cristales misin: comeremoS relaciones y sabidura, ms y mejor de
cuyas vibraciones laten exactamente al ritmo elegido? lo que vivimos de la transformacin del suelo y de las cosas,
Cuando lo que el mundo nos da ocupa el lugar de lo que continuar de forma automtica.
construido por los hombres, la obra, innovadora, de como Cmo colaborar con un mundo inteligente? He aqu el
prensin sustituye al trabajo, heroico, de transformaci,?-, trabajo y las obras venideras: el mundo de las comunicacio-
Comenzada en el neoltico, una semana de nuestra propIa nes, el nuestro, ya e~vejecido, da a,luz, en este lTI:0mento,
creacin se termina, este domingo en el que llega el ao sa- ante nuestros ojos ciegos, una sOCled~d 'peda~gJ.ca. en la
btico, tercera utopa, tras las otras dos: todo el P?der para que la formacin continua y el aprendizaje a dl~tancI.a, por
todos, por alimentacin continua; la inteligenCla de los todas partes y siempre presentes en las redes umversales, se
hombres en sintona con la del mundo; se acab el tra-
bajo!
a
sumarn las bibliotecas, escuelas y campus, ghett:0s cerra-
dos para adolescentes empingorotados, concentracl,n de la
Invirtamos las antiguas divisas: ya hemos transformado o cultura y de las ciencias, para ac~mpaar, t?da la VIda, un
explotado bastante el mundo, ha llegado el momento de trabajo cada vez ms raro, evolutlvo y precIoso. Responsa-
comprenderlo. 0, mejor an, de comprender que com-
prende, comunica, goza de las mismas facultades de.1as que
;
bl, productor de la movilidad universal de las cosas y ~e
los ombres, por qu no va a venir el saber por fin hacl~
nos creamos los nicos poseedores; ni la materia nI las co- nosotros, en lugar de que, con toda una coho.rte de. de,sl;
sas ni el mundo se reducen al cometido pasivo que supona gualdades, slo algunos de nosotros pue,dan lf haCia el.
la obligacin laboriosa de transformarlos. De carcter jur- Pronto dibujaremos un nuevo mapamundi para este nuevo
dico, el contrato natural de respeto mutuo ya no basta; reparto y esta enseanza virtual.
nuestro socio, global, sigue, adems, los mismos caminos y
goza d~ las mismas facultad;s. que la hu~anidad globa,l en
fonnaCln; habla, como mmuno -Gahleo ya lo sabla- Infierno: la miseria univmal
un algebraico y geomtrico idioma; ahora ensea su intel!-
gencia, su memoria gigante y sus redes fluentes de comUnI- Antes que nada: qu inconsciencia cieg~ se atr~ve a des
cacin a los que se afanan en construir un universo seme- cribir un nuevo Paraso, en el que el .mana sufi~lente, los
jante. Construimos un mundo para comprender el nuestro pe~uicios y contradicciones de los antlguos trabajOS se des

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vanezcan, durante largos aos sabticos en los que se anTIO- Ahora y siempre, ms privada de recursos que la pobreza
nieen con un universo. que se .nos asemeja islas humanas de o la indigencia de alimentos, la miseria aade la privacin del
poder ahora compartldo, mientras que se anuncia clara- hbitat; la expulsin de la casa-mundo y la exclusin d.e la
mente un temible Infierno? apropiacin total producen, frent.e al unive~ en fonnaon,
La acumulacin, el monopolio y la distribucin univer- la miseria universal, en dos senndos: se exnende por todas
sales de todos los datos blandos, signos y valores, por parte partes y no tiene recurso. En la historia futura, nuestro tiem-
de un pequeo grupo al que, adems, pertenecen las redes po pasar por haber inventado la miseria total, por esta extra-
duras de la circulacin, y que hay que llamar, en bloque, el a novedad lgica de la excepcin de lo universal: la feroz ex-
nuevo capitalismo, acrecienta vertiginosamente su poder, clusin del mundo? Dos respuestas inversas a las dos pregun-
eqwpotente con el universo. no slo en extensin espacial, tas: dnde estar? en ninguna parte; qu hacer? nada bueno.
sino tambin por la totalizacin, en tiempo real, de los re- Lo concreto de las cosas locales se escapa incluso, efectiva-
cursos disponibles; ya nada puede escapar de su control, ya mente, a los que hace poco todava lo posean, con sus ma
que, por definicin lgica, el universo no tiene excepcin: nos y su penar; los trabajadores intelectuales se ocupaban an-
ya se ha hecho realidad la divisin inicua: todo y nada. tes de lo formal y de lo abstracto, mientras que los trabajado-
Al igual que, desde siempre, los ricos y los hombres lla- res manuales trabajaban en lo dado, llamado bruto, local,
mados libres, lcidos sobre el mundo global, pero local- emprico y singular, despreciado por los maestros, cuya cabe-
mente ciegos a los pobres o a los esclavos, celebraban su za altiva planeaba sobre las alturas tericas y conceba global-
propia constitucin igualitaria, de la misma fi:mna, los que mente el mundo. Sin embargo, estos ltimos han puesto la
participan en este poder omnmodo, recientemente adqui- mano, al menos la yema de los dedos que pulsan los botones,
rido por el saber, la tecnologa y la informacin, ven toda- sobre el conjunto mundial de las herramientas universales, de
va menos a los excluidos, precisamente los de la excepcin, las prcticas ligadas a las teoras, materiales y lgicas. Los ex
los que no participan en nada porque los primeros, escasos, pulsados de esta creacin de universo por los nuevos dioses se
lo poseen todo, incluido el conocimiento del mundo y la ven totalmente expoliados de esta replecin total y densa de
definicin constructora de la realidad, as como las faculta- sentido y de hechos. Abandonad toda esperanza; vosotros
des para conocerla y rehacerla, a placer, y los dems, en tan que no hayis cruzado el umbral de este nuevo mundo; aban-
gran nmero que su nmero se prolonga hacia lo universal, donad toda libertad, vosotros que lo acabis de cruzar.
nada. Cuando los que teman casa no podan comprender el La cuestin de la filosofia que agrupa, de golpe, los pro-
sufrimiento esencial de los que no la teman, cmo aque- blemas de sentido y de angustia, de trabajo y de obra, de
llos que construyen el universo podran tener la ms mni- uno, de mltiple y de universo, de existencia, de realidad y
ma percepcin de los que se excluyen del mundo, si su de verdad, de vida y de muerte, de servidumbre y libertad,
mundo mismo condiciona toda visin y todo hbitat? de sabidura y de religin, se reduce ahora a la de la miseria,
Se levanta en este momento, sin duda por primera vez en excluida de las redes.
la historia, el pueblo, multiElicado por miriadas y por miles
de millones, de los miserab es absolutos y sin esperanza, no Plan estratgico de la gumaglobal
slo privados del pan y la sal, de remedios para todos los
males, de libertad, de tiempo y de futuro, de sabidura y de La lucha de clases, a su vez, se prolonga hacia el univer-
trabajo, sino de esta representacin elemental de s mismo so: se enfrentan el universal del poder y de la gloria, de la
en el universo, que a decir de los filsofos constituye la ho- sabidura, de las herramientas y del derecho, con el de la
minidad. masa de hombres, universal de sangre y de hecho.

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~s.guerras entre naci.arres se remitan en otros tiempos a
delumtar, e~daves ,me~lante. fr~nteras cuyos lmites y gru_
pos de habitat hablan,51do dIbujadas por la ~istoria, las.cul- REDES
turas y las lenguas. Mas all de los enfrentamIentos tradIcio-
nales entre, tri~us minsculas, .la historia pasada, la primera Globalmente, las tecnologas, blandas, arrebatan a las tc-
guerra autenttcamente mundIal, que no se puede expiar nicas, duras, el poder para dar los colores principales en el
p,orque es r~almente global, ya que las precedentes se redu- momento de la historia y el dominio universal a los que los
Cla~ a. conflictos meramente nacionales entre potencias ro- poseen. Tenemos un mapamundi amplio, recorrido por ca-
penahstas, es decir, falsamente universales enfrentar de nales, nuevo universo utpico y sombro.
aqu~ en ms a dos FP;tl?os d~ hombres: los wtiversalistas, pe- Cmo cambia tambin la evolucin del trabajo la con-
quena grup~, escaslsuno mcluso, de recursos integrales, figuracin, local, de la arquitectura o del urbanismo? Afi-
contra los miserables totalm.ent~ desposedos, pero que re- nando el punto de vista, aqu tenemos, ahora, antiguos pla-
presentan, realmente, la sohdandad de la humanidad. Se nos y algunos nuevos, en un lugar determinado.
desencadena; maana, empieza ya, si los primeros cons-
truyen. el ~mverso c~n la d~struccin de los lugares, dejn-
dolo~ mdlferentes o l~defimdos, en lugar de suscitar la sin Plano de calle en tres lugares ricos
gulandad. Estos dos tipOS de habitantes, se arriesgarn a
esta nueva guerra, globalmente mortal, pues se implicar en Recorramos, para prolongarla, una calle rica de Pars,
ella ~l planeta entero, o decidirn milagrosamente vivir too bien llamada, ya dir por qu, que se abre en la Bolsa, para
dos Juntos y en paz? acabar en el museo del Louvre, pasando por la Biblioteca
Este conflicto nuevo, al ser universal, cmo llamarlo si Nacional: me refiero a la calle Richelieu [lugar rico].
no es guerra de los falsos dioses contra los mortales con~ Frente al pequeo jardn Louvois, primera parada, est la
los ho~bres, iba a decir? y qu nombre darle a e~ta paz? bibliota::a: clasificadas, las palabras se alinean en dicciona-
TragedIa o utopa, nos vemos condenados a elegir. rios, los ndices en libros enciclopdicos, las listas en las fi-
chas de los catlogos, y este tesoro o frrago, coleccionado,
se acwnula en una biblioteca, tanto ms citada cuanto con-
serva ms textos de los que se pueda haber soado nunca
reunir en una sola masa, nacional y central, suma de deta
lles, que recuerdan, si pueden, eruditos y juristas, lingistas
e historiadores, criticas de filosofia y literatura... despertado-
res de fuentes entre estos restos adormecidos.
Una vez que hemos registrado estas memorias lineales
podemos imaginar otras, con dos o tres dimensiones, pla-
nos, de ciudades o de pueblos, mapas geogrficos, de carre
teras, martimos, atlas de astronoma, de anatona o de ofi-
cios, tablas de nmeros, de elementos qunicos o de notas
-todo instrumento musical, piano, violn, grandes rga-
nos, traza, a su manera, una tabla de este tipo-, cuadros o
reproducciones de pintura, fotografias, esquemas, pelculas

134 135

L
de cine o de televisin, estatuas, dolos, joyas y objetos pre- Gracias a la clasificacin infonntica, lo que se busca se
ciosos... Cmo llamar los lugares en los que se concentran, encuentra ms fcilmente que con fichas ordenada~, el libro
preciosas y consetvadas, estas huellas planas, alabeadas o se lee mejor que el ro!lo, la peHcula que un conjunto de
voluminosas? Museos o videotecas? De las letras o los li- imgenes, un mapa ammado que un bloque ~e m.apas J?e-
bros a las imgenes o iconos, pasamos de la Biblioteca Na- teorolgicos, un guin que una serie de expenenClas:.. hge-
cional al museo del Lauvre, segunda parada, bajando hacia ro y mvil, el microchip va ganando la partIda a la l:arJeta de
el Sena por esta misma calle de Richelieu. crdito, esta ltima al cheque, este al pape! ~oneda,. que va
Existen otras imgenes o representaciones: algunas repro- ms deprisa que e! lingote de oro, cuya rapIdez se unpuso
ducciones de cuadros multiplican el retrato de Blaise Pascal al trueque entre los bueye~ I~ntos y la.s ~emillas pesada~.
o de George Washington y valen supuestamente quinientos Q!1in recuerda que el adjetivo pecumano evoca todaVla
francos o un dlar, valores o divisas, cuya acumulacin en aquellos rebaos?
las cajas fuertes y en las cuentas bancarias, como las de las
finas botellas en las bodegas selladas, precede a su moviliza-
cin, voltil, o a su cotizacin diaria en Bolsa. De espaldas Puede tratarse de comercio de museo, de biblioteca, de
al ro, remontamos, de establecimientos bancarios a compa- banca, de seguros, de agencia ~ de bols.a, cuyas tecnologas,
as de seguros y agencias de viajes, la misma calle de Riche- desde hace mucho tiempo idnticas, SIguen acelerando los
lieu, la bien llamada, hacia el palacio Brongniart. desplazam.ientos, es de~r, hacindolos volti~es para propa-
Divisas, libros, objetos preciosos... cosas diferentes o si- garlos haCIa lo global; sm embargo, las fu,:clones no cam-
milares? Esta calle con tres lugares ricos de concentracin, bian: la accin de reunir para conservar sigue preparando
debera reducirse a una plaza o a un punto? S, claro, ya las movilizaciones presentes, como las concentraCl~'mes es-
que el conjunto de estos centros, unitariamente, slo habla tables preparan las circulaciones rpidas. Esto es vhdo tan-
de infonnacin o de signos. to para los libros como para e! dinero, las personas y las co-
sas, las palabras y la infonnacin. Las nuevas .tecnologas,
De nuevo la animacin infonntica y comunicaciones, ordenan y ges.l1onan mara-
villosamente estas funciones acopladas. MedIando un so-
Antes de tenninar nuestro corto paseo a la antigua para porte y transporte fiables, las memorias de los ordena~ores
trazar el plano de la calle, observemos que una biblioteca, pueden reunirse efectivamente en bancos de datos, lOde-
un museo, una videoteca... no slo desempean el papel de pendientemente de los datos de que se trate, y las re.de~ de
depsito inmvil, sino tambin y, sin duda, sobre todo de comunicacin en redes de redes, que conecten los pnncIJ;>a-
lugar de consulta, es decir, de movimiento. El recordatorio les contenidos y las mejores prestaciones de las .acum~a~lo
despierta lo que duenne en la memoria, intil y volumino- nes anteriores. Independientemente del contemdo, solo Im-
sa sin e! recuerdo vivaz. Y la memoria almacena, protege portan el stock y el flujo: plano y animacin.
del desgaste o del olvido lo que conserva, para que el re-
cuerdo rejuvenezca o resucite, algn da, lo que designa,
ciegamente, como los miembros dispersos de un cadver cane, plaza, red mundial
despedazado. Para qu servira almacenar unas existencias
cuyos elementos no rotasen jams? El recuerdo, vvido, rea Por qu una calle larga, cuando ~astar~ un.a plaza ni-
nima la inconsciencia adonnecida; e! soporte slo tiene in- ca? En realidad slo existe un lugar nco, r;che
lieu, J,:mntual,
ters por el transporte que hace posible. es verdad, provisto de las mismas herrarmentas unIversales

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C~p,lCCS de procesar la mfonnaCln en general, indepen- cin, que aparecen aqu para desaparecer por todas partes:
dIentemente de sus .soportes. esta tensin o equivalencia entre lo local y lo global, el ah
Por ot[,1 pdrtc, este punto, hinchado, pasa a ser e'luipo- yel universo, debera llamarlo ubicuidad?
tente con el planeta, o con la red de todas las redes, a o lar- Siendo memoria, por sus soportes, este entrelazamiento
go de b cual se acumulan, se concentran, se conservan y de arabescos es capaz de recordar, por sus evocaciones y sus
por b LjUC Clrcu1Jn, se consultan, se intercambian todos los transportes; experto por sus sistemas, capaz de aprender y
valores y todos los dJ.tos, en un nico y mismo movimien- de busL1r, flexible y adaptable, Imaglllativo por sus Imge-
to PUBttU! y propagado. l.J calle bien vale una plaza, y los nes, mimtico por sus reproducciones fieles, inteligente por
tres lugares valen como uno, pero ni siqUiera necesitamos su producCln de informaCIn.. , no hemos dicho que go-
LUl.l. rol?nd, Ioul, y,l que se extiende al mundo global. zaba de las ClCultades del pemamiento? Qu enorme ani
EtecllY,Unentc, concentracin y reunin se hacen inti- mal estamos construyendo? Nosotros mismos? Nuestros
les. e meluso pCf)uciiciaies, desde el momento en que la red, antepasados imaginaron alguna vez que un da comtnm<J-
,OI1CCLH-Ll J tod,lS p,lrtes, re,\[izJ clla sola [as dos funciones mas, con nuestras manos y nuestra expenencia, el cnebro
de Ir,lllsporte y de soporte, de plano y de animacin: con con los CInco sentidos del Leviatn, el espritu de lo colecti-
un;l t1lL'ima pr,ctica, h,Kemm circular la informacin y la vo y sus avatares?
l\ll~sult,lmm ,11b donde se encuentra, no 1mporta dnde
esle III ti clllt~d,ld que se concentre, aunque sea pequ6i.a o
lllllCL L1S ,1IltlgU,lS ,lCumuLlnones parecen converger en un Subcol1pmtn. 1!lrlualts
punto, pero este punto diverge .1 continuan hacia el uni
verso, COlllo ~1 la atr,K~I~l de 10 globallg~alase siempre a la De qu sirve capitalizar, aqu y all, cuando la red anula
de lo IOGll. Este eqUlllbno exacto, este "fuera de ah, este todas las distanCIas y acumula, en la medida en que conec-
tuer,l de nosotros r("coIlondo en nosotros, caracteriza nues ta, como si los caminos slo tuvleran que conectar carrde
!ro tl('mpo. ras' Para qu lugares, para qu estos montones, estos lug:1-
res tan ricos, para qu centros y concentraCin, ya que esta.,
dos nociones se evaporan Juntas, en la medi&l en que L1
C/II(/I'(/ una supona la otr:l, cuando una reunin deba tener lugar
y un lugar slo suscitaba inters cuando hah;a reunido ele-
Por b lllovililbd que {'VOCl su pnmera parte y el depSI- mentos cualesqUIera, como un capital, real por actualizado?
to que deslgn,l L1 se~l1Ud,l, la palahra cmctcca no describe De qu vale ahora b acumulacin de sIgnos, de bIenes o
nd eSl,1 red lllG1 y mltiple, vers,i.til y estable, presente y de personas, cuando la red hace posible, en tiempo real,
ausente, rC\ll y vlrl11.11, este lonservatorio, gigantesco e inen- cualquier dispOSICin, combin<lCin o asoClaCln? iRen,ln
Ul1llr.1bk, univers,ll y !oul, que podra sustituir muy pron- a placer lo que qUICf,lll y a qUIen quieran! Dado que la m,l
to ,1 LIs blb)otcus, muscos, videotecls, <lgencias, meruds, yor p,ute de los lug,ues se encuentran conectados, la red los
b,lIlcos, ["ol11p,lli,:s de seguros y bolsas van.L'i, campus y co- horra al hdCCr!OS existir Juntos, y t1 Clneteca pasa ,1 ser V1I
leglm, todos los \ug,lres JntlguJlllente dispersos en sus res tl1<1\, cuando en realidad se identiflCJ con el mundo mlSlT10
peLtlv,ls COUcclltr.l1101lCS, cntre los que Hermes COlIlU1l1Ca L1 s'llida de si que este libro describi, en pnmer lU1!-ar m
b.l, lnterferu, tLlducl.l, d1.stribuLl, transitab<l... A su paCiente L:: expenenCla humana VIva, medl.1I1te el viaje y el Jisl<lllCl,l-
v 'i01Jt,lflO IL1h'1IO sllCt'dell miles de millones de ngeles miento de la COIlCleIlCla, nuestras tecnologas la rC<l]zan, eu
buenos y !lulos, que soportJI1 y tr,msport<11l la intorma- la prctica, asociando lo local y 10 global en y por un CSpJ-

]]9
cio virtual cOII?-ple~amente nuevo, aunque tan antiguo les de las que no puede prescindir ningn sabio de ninguna
como esta expenenCl3 humana. Como parntesis, las tecno- disciplina, cientfica o no, haciendo as risible, o simplemen-
logas infonnticas y de comunicacin se componen de he- te poltica, cualquier clasificacin. y que los bibliotecarios.
rramientas universales, mquinas bien localizadas, como musegrafos, agentes de viajes. banqueros, agentes de segu-
todos los objetos tcnicos, pero capaces de procesar todas ros, corredores de bolsa, administradores, com.erciantes o
las cosas y de alcance global; la ubicuidad de hace un mo secretarias utilizan todos los das. Su construccin se basa
mento llega hasta las manos. en la ciencia de los algoritmos, pensamiento tan global y re-
gulador como lo fue la geometra de inspiracin griega, du-
rante el intervalo extinguido de los dos milenios transcu-
Mapamundi de losposibles rridos.
Leibniz y Pascal atestiguan, en la poca clsica, el punto
Al igual que las ciencias estudian, ahora, al menos tanto de equilibrio alcanzado por la influencia de estos dos pen-
como lo real, los posibles, as nos los ofrecen nuestras tec- samientos fonnalmente dominantes y universales porque
nologas. Leibniz habra dicho, creo, que transportamos el son los nicos que penniten retener o memorizar la infor-
saber y las mquinas del mundo creado en el entendimien- macin en las fnnulas ms pequeas posibles y hacerla
to de Dios, sede de los posibles y de sus infinitas combina- circular minimizando el ruido: la geometra, declarativa, y
c.iones. Las concentraciones de hoy se hacen virtuales, efec- los algoritmos, procedimentales. Desde Platn, la filosofia
t~v~ente, en el doble sentido de un abanico abierto de po- sigue la declaracin de abstraccin de la primera, pero em-
Sibilidades y de un lugar imposible de asignar. Dnde se pezamos a entender el itinerario, fulminante, aunque paso
encuentran, por ejemplo, las infonnaciones utilizadas en a paso, de los segundos. En el paso del aquella hacia estos
este libro? En ninguna parte y recogidas en el universo. y yace el secreto ms profundo de nuestros pensamientos s~
las personas que se comunican de un extremo al otro del bre la tensin entre lo local y lo global y sobre el nuevo Unl
mundo? En qu isla utpica y realizada? Dnde se con- versal.
centra.n lo~ cap!ta1e~ financieros? Su volatilidad siempre los
empUja a Ir mas leJOS. La matena o los objetos locales de
nuestras acciones y de nuestra comunicacin, es decir, nues- MfUJ.uetas homotticas
tro mundo global. han cruzado el lmite antes insuperable,
y a veces considerado sagrado, que separaba lo actual de los La repercusin obsoleta de la antigua historia explica, sin
conjuntos de aetualizables, y los actos acabados de los hom duda, algunas prcticas: porque el progreso no consiste, ni
bres de la divina creacin. Y como tenemos y tendremos en la ampliacin, por homotecia, de una biblioteca peque-
qu:e .decidir, entre los universos posibles, el que haremos a hacia una mediana y de una grande hacia una muy gran-
ex1Stlr, nuestras responsabilidades, histricas y morales, creo de, ni en la ampliacin del museo o la construccin de un
cen de manera trascendente. gran Louvre, sino en la reunin puntual de toda la cal.le de
Richelieu en un solo lugar en el que se agrupen las annguas
acumulaciones, incluidos los campus enonnes dispersos
El pensamiento algortmico por las afueras, concentraciones ahora y siempre amontona-
da!' al mismo tiempo que separadas, porque no se haba
Esta entr~d.a. general entre el universo virtual de los posi- comprendido la funcin nica, iba a decir universal, de los
bles fue poslblhtada a su vez por estas herramientas universa- soportes y de los transportes, de memoria, de recuerdos

140 141
y. de actualizacin, es decir, el conjunto de las prolonga-
cIones.
Si este lu,gar nic? se dispersa hacia todos los lugares, lo Los mapamundis de los arquiUetos de universos
hace ademas en umdades tan pequeas como se desee, ya
que las redes los renen. En este caso, s, lo local minscu- Actualmente, se da el ttulo de arquitecto a quien dibuja,
lo si quiere, puede acercarse a lo global, tan 'planetario fotografia y monta pequeos chips miniaturizados; conec'
~omo se ~esee concebir. Se puede concebir un lugar as? tanda estas redes, teje, cose, esculpe o construye el cosmos
lOe maravtlla! Este punto, local, yace aqu, como si estuvie- con microscopio. Ah est el universo. Aqu la relacin en
ra all, pero su conexin universal lo disuelve en las dimen- tre lo local y lo global, nueva, es verdad, pero cercana a la
si.anes del universo. De este modo, cualquier lugar se con- de los estoicos y del Renacimiento, cuando conspiraba la
VIerte en una parte total de la red. repercusin recproca de las cosas. Cualquiera puede en-
La ampliacin homottica -la de la rana que revienta al contrar, esta maana, por la calle, a los arquitectos del uni-
que~er ser, tan grande como.un bu~y- data de la poca de verso!
los lmpenos, cuando el unIversal Imperialista consista en El arte de construir despega del ah y pasa del azul del
una hinchazn de lo local mediante la cual el Uno, inflado, plano que guiaba la mano de los albailes para realizar un
expulsaba al Otro. Pagndolo caro, corremos el riesgo de le- espacio, cimentado en un lugar del mundo, al dibujo de un
vantar, ~O? ?uevos g~stos, antiguas pirmides egipcias, mo- mapamundi microscpico de mil y un pliegues cuya red
delos hlstoncos, preCisamente, de la homotecia, de los tem- abre espacios de transferencia en la virtualidad. Ahora vivi
plos. de An&?r o Patan, que la jungla invadir, o de estos mas en esta virtualidad, cuya definicin misma supone que
reloJes de sol mmensos que los prncipes hindes constru- cada lugar debe repercutir con su conjunto.
yeron en la poca clsica, ignorando los descubrimientos de Vayamos hacia las pirmides funerarias, cuya transparen-
Kepler y de Newton, que los dejaban obsoletos. cia. repite, p:rra enterrarlos ~ejor, nuestros olvi~os pasados;
I.t solucin cont~mpornea de lo local pasa, por el con- s, mcoreoremonos al cort~Jo de lu.to, para festeJ~,llorand~,
trano, por la coneXin, la acogida y la inclusin de todos el domingo, como en la mIsa de dIfuntos, la unClOn momi-
los otros, por muy pequeos que sean: la red escucha tanto ficada de los parasos perdidos, pero, durante la semana,
como habla. Vamos hacia 10 universal por caminos inversos construyamos, o mejor dibujemos juntos, el nuevo atlas,
de los que imponan los imperios. Los inmensos edificios con arabescos, stocks y circulacin, y concibamos, juntos,
cuya congelacin mata el centro de las ciudades estas am: palabra, frase, lengua, imagen, ciencias, valores, infOnna-
pliaciones, a la moda mimtica y homottica de ia rana es- cin... elementos similares dispuestos para fecundarse unos
tas i~fla;iones de planos dibujados por antiguos arquItec- a otros. La acumulacin deja paso a la mezcla.
tos, {que uso encontrarles, salvo, precisamente, el de mau-
soleo? Por qu abrimos tantos museos y trabajamos tan
poco en obras adaptadas a la hora de nuestra era? Por qu Vuelta al ah
gobiernan los ancianos?
Porque las lites n.? comprenden el presente. En este sig- Mientras que antiguamente la acumulacin decida del
~o, que rmnca engana, podemos reconocer las grandes cri. transporte y de la movilidad de lo que se conservaba, pues
SIS, enUlS1asmantes,. de la ~istoria: que los mejores expertos, el movimiento slo se poda dar en el interior del stock, ac-
fonnados desde la mfancla para ganar la ltima guerra, no tualmente, la relacin de los soportes con los transportes Se
ven nada de la nueva. invierte, volviendo este ltimo a ser esencial, como siem-

142 143
pre. Qu importan los lugares de almacenamiento, ya que El optimista dice que el universo se fonna con islas. Te-
nuestras redes los conectan juntos, por lo que pueden, si lo merosa de su destruccin, la tragedia se lamenta: quin im-
deseamos, dispersarse tanto como las estaciones que inter pedir a los que poseen el poder y la gloria que impongan,
cambian infurmacin entre ellas. Un banco de datos, mni- siempre y en todas partes, su verdad, pues se aseguran el
mo, miniaturizado, podra contentarse con conservar un ele- control de todas las operaciones de prolongacin? Su pu-
mento singular, en su propia morada: un libro. una palabra, blicidad no propaga, no difunde su fuerza privada hacia to-
un cuadro, una divisa, una moneda... un individuo mondi- dos los pblicos?
CO, Csar, ALejandro, Digenes o un recin llegado. t, mi Para responder a estas preguntas, abandonemos los cana
hijo o mi hermana, este ser ah, glorificado u olvidado, rey o les para volvemos hacia los mensajes.
miserable. T eres el Louvre, t el ms humilde, solo.
Cuando el stock se identifica con el flujo, las grandes
concentraciones se dispersan en singularidades. Por el uni-
verso o el planeta entero, las redes conectan a los indivi
duos, tan diferentes como se quiera, siempre listos. si ven
que se equivocan, para coordinarse, de fonna diferente y a
placer. As como la filosofia de la sustancia aislada se en-
cuentra, sin paradojas, con la de la relacin, as el universal
cuenta con el individuo. La mnada solitaria va hacia la
monadologa que, a cambio, pennite o construye la singu-
laridad de la mnada.
~in piensa? La conexin universal. ~in piensa
nuevamente? La insular singularidad. ~in piensa por
fin? Una soledad ligada a lo universal de las islas.

Elamo de ws mapamundis
Pero de nuevo la tragedia sustituye al optimismo de estas
islas utpicas. ~in mandar en el nuevo universo? La
red misma? ~ isla nica, en la red? El que la posea?
No damos razn, contra lo que antecede, a las prctlcas de
la concentracin y de la homotecia?
Como prctica de las acumulaciones actualizadas, el ca-
pital corre el riesgo de no recuperarse de estos gOlfes posi-
bles o, por el contrario, se reforzar hacindose mismo
virtual y apropindose del mundo de los posibles, sin lagu-
na ni excepcin, es decir, del espacio, del tiempo, de las co-
sas, de los hombres, de la historia venidera? Volvemos a la
guerra total por la apropiacin sin frontera.

144 145
2

Encantamiento

La gwria: mentir o decir la verdad


La informacin y la publicidad difunden y prolongan la
corta gloria de gallos de corral o de producciones locales, can
tndola cara al universo. Usted prefiere las noticias? Yo me
quedo con la pura rropaganda. Aunque propague f.tlseda-
des, exagere, llene e espacio con clamores mediocres e im-
genes ~as, haga pasar abominaciones por ambrosa ge los
dioses, se multiplique de acuerdo con las leyes de la epide-
mia, intoxique y mienta siempre? S, hay que amarla a pesar
de todo. Ql vicio le empuja a este elogio de la mentira?
Porque la publicidad muestra su marco, el cartel se exhi-
be en el interior de un cartucho recortado, porque el anun-
cio dura un intervalo definido, y que antes o despus esta
caja de tiempo, alrededor de su parte de espacio o junto a
ella, dice o escribe que se trata de publicidad. Advierte leal
mente de que advierte.

Plano del marco o del cartucho


Hable, cuente esto o aquello: en el lenguaje as enuncia-
do y planteado se puede mentir o decir la verdad, exagerar,
engaar, intoxicar, es verdad. Pero si, antes de hablar dice:

147
esto que viene a continuacin es un relato o una fbula, his Hay mentiras que engaan ms que otras, o mejor, fun-
toria, pura poesa, simple jactancia, el auditor o el lector, cionan, mientras que otras suprimen su guio: mentira de
por si mismo e inmediatamente, rectifica su posicin o su poca monta, cuando nos protege la advertencia, pero im-
escucha y adapta su crdito. Si miente despus de haber ad- portante en caso contrario. El mensaje mentiroso no tiene
vertido que lo que dice es historia, no le escuchar, igual ningn alcance, ya que todo es falso. Q!t puede haber
que si le engaase despus de haber declarado que slo se ms prctico? Pocos discursos, pocas imgenes se pueden
tratara de fbulas. juzgar tan fcilmente y a primera vista: basta con no com-
Los lingistas y los lgicos llaman metalenguaje a este prar nunca lo que haga publicidad; este criterio de la cali
edicto previo, que no forma parte del enunciado de la fbu- dad no suele fallar, afrrese a l porque se basta a s mismo.
la o de la historia, como si un contenido se diferenciase del Los mejores vinos del mundo, de Burdeos o de Borgoa,
sello aplicado sobre su continente; y as se llama porque prescinden de pblicas jactancias. Hay que preferir con mu-
una etiqueta designa y califica, como en una caja, e11engua- cho la publicidad que se reconoce como tal a la informa-
je que contiene esta ltima. Dibujar el plano de un marco o cin que slo es publicidad y pretende ser infonnacin. La
no, he ah el dilema. mentira, pecado capital, no se encuentra en el mensaje, sino
Hablar de genialidad durante un anuncio chilln o du- en el canaL
rante el telediario son dos frases totalmente diferentes: en
un caso, el auditor ---o el lector- prepara su defensa instin-
tiva, porque el metalenguaje le ha adverti?o; en el.se~ndo,
inocente e ingenuo, se entrega a la creencia mmedlata mdu- Plan deba/aJIa
cida por el lenguaje directo. Mienta: no tiene importancia
alguna en el primer caso; se trata de una decisin grave en Batmonos pues por el metalenguaje y slo por L No
el segundo. hay que quedarse fascinado con el mensaje, con su senti-
Hay que amar la publicidad, no por 10 que dice, .aunque do con s\l. mtica o confusa quintaesencia, se trata de la
mienta siempre, o casi, como acabo de reconocer, smo por- ltima guerra, acabada, perdida desde que los grandes y
que confiesa la calidad de su canal mostrando la caja ql:le los poderosos tocan a rebato. La lucha en primera lnea,
contiene el anuncio. Avisa de entrada de lo que va a decrr, por la verdad del mensaje, se salda con una derrota desde
previene que anunciar. As sabemos inmediatamente qu las primeras palabras de Satn a Eva, de Ulises a Aquiles,
verdad estamos oyendo o la condicin de las imgenes que grandes nombres, perennes, con maysculas, fruto de an-
vemos. Incluso el ms crdulo no se cree nada de verdad. tiguos publicistas. No la volvamos a emprender. Por qu
Es honesta, porque dice lo que es. Exactamente como las perder nuestro tiempo? Hace varios milenios, la Odisea
putas, cuyo cuerpo, vestimenta y actitud anuncian, desde trataba de vendernos un marino audaz y la Ilada un vale-
lejos, sus marcas distintivas: francas porque.no se ve, en la roso guerrero de pies ligeros, en realidad, sin duda, cobar
acera, que intenten hacerse pasar por monjas o damas de des y vanidosos como todos los militares fanfarrones y be-
beneficencia. La publicidad y lasJrostitutas son ntegras licosos: (con qu haban pagado cada uno de ellos a su
como el oro en lo que se refiere canal o al marco: por bardo?
ello, precisamente, los venden a precio de oro. Sobre la Mejor nos replegamos a la segunda lnea, la del canal o el
mercanca, siempre cuidadosamente ~tiquet:ada,. no ~nga metalenguaje: no sobre el reclamo, sino sobre el cartucho
an a nadie. Cuando el metalenguaje respira smcendad, que lo rodea, y despus sobre los discursos que estn fuera
qu importa en realidad el lenguaje. del marco.

148 149
se detiene, atencin) pasamos a la infonnacin. Nadie es-
L!mitfs de la caja: defensa inmunitaria cu0a ya ~l tambor" nI ve el sombrero y la pluma del tam-
bonlero ni sabe que grande paga para hacerse el importan-
La v~rdad de la publicidad depende de sus lmites. La in- te; todo el mundo se entrega, sin ms defensas, a la creen-
funnaCin se detiene, atencin! pasamos a la publicidad. cia en el hecho anunciado, y las putas se convierten en
Carrucho, de~imitacin en el espacio, marco como para la damas de beneficencia, los criminales en anglicos y los la-
obra de un p~nt?r o el plano de una .f0~aleza, en lo que se drones en regeneradores del gnero humano. Inocentes, no
refiere a las lmagenes, mtervalo delimitado en el tiempo nos enteramos de nada. La metamentira invade el espacio
para el parloteo: la propaganda se define, marca sus fronte- de los signos, es decir, en este momento, el mundo.
ras, sus bordes y como se compartimenta bien, puede com-
prarse, venderse, negociarse, cambiarse, como cualquier
otro enser, ~nvuel~o en su caja. De este modo, los especta- Primera definicin: prowngacin
dores o audItores mfonnados podemos rer y gozar de sus
hallazgos y baladronadas; sin duda pierde eficacia con esta Nuestro lenguaje desva la palabra publicidad de su senti-
lealtad que nos hace tomar distancia. do original, ql;1e no ~a el de propaganda, ~omo lo entende-
. Compar~ tod~ esto con el sida. Atacados por los antibi- mos ahora mIsmo, SinO el de hacer pbhco, exactamente
neos, los ml,CIoblOS o las bacterias pelean, tcticamente pri- como ocurre con otras palabras del mismo sufijo: libertad
mero, en pnmera lnea. Se hacen resistentes a la penicihna, 9uiere decir lo que hace libres a los que tratan de serlo, o
por ejemplo. Luego, cuando la guerra parece perdida en el Igualdad, lo que une a los hombres que quieren vivir como
terreno de la infeccin, la eficacia de los virus se retira estra- iguales. La mejor definicin que se puede dar sera: la eSen-
!gica~en!e a segunda lnea y bloquea las propias defensas cia misma de la colectividad o de lo pblico.
InmUnl~as. Ya no tenemos que defendernos de la enfer- Nuevo, el sentido de elogio o de propaganda se refiere
medad, SinO de una metaenfennedad: el enemigo ataca la sin embargo a los asuntos privados: pagan los canales de ac
construccin misma de la caja continente, y no los elemen- ce~o ~ 10 pblico, comprando una caja definida, es decir,
tos contenidos. De la misma fonna, la guerra, total ataca pnvatIva, para embellecer su imagen y aumentar su factura-
las defensas inmunitarias que el sello publicitario pr';o, fa- cin. As negociada, esta ventana tiene como objetivo hacer
VC?~ce e!1 cada uno de nosotr?s. Si los me~sajes propagan- que se vea y se escuche lo privado en el mercado colectivo.
dstIcos lllvade.n. todo el espaCIO y todo el tIempo, sin mar- r..a caja de la que hablaba dibuja exactamente la prolonga-
co, cartu,?o ni Intervalo, sin los lmites de su plano, deja- CIn de lo privado hacia lo pblico, uno de los caminos
mos de relrnos_ ms importantes desde lo local hacia lo global o desde un
. La publicida~, la de verdad, quiero decir, la falsa y men- punto al universo: un altavoz de voz muy alta. Es juridica-
tIrosa, la abolD:~able y totalmente engaosa, presente por mente justo, moralmente bueno, y sobre todo verdico, tra-
todas partes, vISlble en todo lugar y audible en todo mo- zar exactamente el plano de la caja y de lo que contiene.
mento, pero imperceptible pUes no lleva el sello, en lugar La publicidad lleva pues, de nuevo, un sentido falaz, ya
de confesarse como tal, anuncia, alto y claro, que se diferen- que ms valdra llamarla privanza o privilegio, es decir, la
cia de la publicidad en caja. Exactamente metamentirosa, esencia misma de lo privado.
nos deja desprovistos de toda inmunidad. Su falsedad nace 'Pregunta: de quin o de qu depende precisamente lo
de que se considera en el exterior de la caja. La publicidad pblico? Respuesta actual, pero tan antigua como Adn y
Eva: de la propagacin en s mismo de la representacin
150
151
que se hace de s mismo. Los medios de comunicacin tie- es decir, una cantidad, un nmero, puro y simple, que cre-
nen ahora el monopolio de los caminos que permiten pasar ce con la improbabilidad, que decrece al mismo tiempo
del conjunto de las personas privadas a 10 pblico, en su que ella. Podemos encontrar alguna relacin entre estos
sentido ms amplio. Qr han dicho, por ejemplo, hoy al dos sentidos?
medio da las diferentes cadenas de un pas, sobre una per- Si hablamos de noticias, efectivamente, para que pasen
sonalidad, un grupo? Q!. importa, han voceado su publi- por los canales, tienen que manifestar alguna rareza: a nadie
cidad, en su sentido ordinario, pero tambin en este ltimo se le ocurrira informamos de que sale e! solo de que e! pre-
sentido, ms profundo, ya que una nacin particular, un in- sidente come pan. Los dos sentidos se asemejan pues y la in
dividuo singular, s, un grupo de presin se procura una en- formacin usual est saturada de rareza, al igual que la de la
trada en lo colectivo, en nuestra conciencia de lo que es o teora. A la inversa, la publicidad repite, reitera, machaca, tar-
de lo que hace lo pblico, por esta propagacin, por esta di- tamudea sin cesar las mismas viandas y las mismas nalgas.
fusin, por estos canales dibujados en forma de haz o de es
trella. Adivine ahora la ventaja de pasar, con este objetivo, Rartza de la rartza
de los canales publicitarios a los de la informacin: imeta-
miente, que algo queda! y sin embargo, esta evidencia, falsa, tiene que funcionar:
En otras palabras, mejores y ms precisas, una localidad porque e! contenido de informaci~n de dichas noticias ~re
se impone en el mundo; hinchndose de lo local a 10 glo- ce hacia la nulidad, hacia la ausenCia total de rareza; s, uen-
bal, invade, gracias al aviso, el universo: iobsrvese el origen de rpidamente hacia la publicidad. Por qu? Porque reite-
idntico de estas dos ltimas palabras! En las mencionadas ra, tartamudea, machaca. Pero qu repite? Respuesta: la
redes, vas conectadas por todas partes, estas voces constru ley. Qp. ley? Hombre, la de la historia! .
yen lo universal. La publicidad construye la verdad, pues Tranquilamente, vive aqu, ocupado en leer, cavar el Jar-
es la nica que (dicen) puede pasar por universal? Un gru- dn, podar la via, escribir, coser, hacer el amor, cortar len-
po, local y privado, entra en un amplio colectivo; como tamente el cuero y poner medias suelas a sus zapatos, aten-
ocupa su espacio, todos los dems desaparecen, excluidos. to a lo que hace y, de repente, al otro lado de la pared, oye
Qu ocurre con esta exclusin? gritos y clamores; despotrica contra e! cerncalo, pero no se
La aparente comedia de la gloria utiliza los mismos ca- altera por tan poco. Sin embargo, si el brusco estruendo
nales que la tragedia del poder? procede de una ria violenta, se levanta, corre a ver el espe~
tculo, abandonndolo todo. No todo e! mundo es un mI-
rn de culos, pero todos los hombres acuden presuroso a la
Stgunda definicin,Jlsica vista de la lucha. Esta es la esencia del espectculo, del tea
tro, e! resorte de toda llamada, de toda literatura tambin,
La informacin pasa a ser publicidad por omisin del por supuesto, tan sencilla y fcil, la nica ley de la historia:
metalenguaje, como si repentinamente abierta la vieja caja que corra la sangre, que mueran los hombres!
de Pandora extendiese mil males sobre e! gnero humano,
pero tambin por otra razn, que ya no es lgica, sino fisi- TragttUa del poder: el crimen
ca. llamamos informacin al conjunto de las noticias que
nos llegan de! mundo por los canales de los diferentes me- Abra el peridico, encienda un receptor de radio o de te-
dios de comunicacin; sin embargo, los sabios dan e! mis- levisin. No, no haga nada; incluso antes de que algn me-
mo nombre a una funcin definida y asignable de la rareza, dio de comunicacin escriba, diga o muestre algo, aqu es-

152 153
tn las noticias del da: violencias, duelos, catstrofes, bata- que no deja de repe~rse, de 1T!'~chaca,:,e, de ha~er su publi-
llas, guerras, asesinatos, muertes y cadveres; sobre todo, mu- a!
cidad: grado cero de mfonnaclon grac~as asesmato. No s~
chos cuetps tendidos, preferiblemente descuartizados. Des- preocupe, el nuevo mundo se adosa Sl~ dlficu~tades al ann-
de que el mundo es mundo, la historia se entrega a la misma gua, incluso a los ms arcaicos. Aq:utles, Ulis~s y tantos
publicidad, anuncia las mismas noticias, que datan de las d- otros que nuestros maestros nos obltgaron a Citar, son fa-
cadas ms arcaicas, diciendo y mostrando el crimeO. Hay mossimos asesinos. . '
que suponer que la bestia humana se alimenta con sangre y y durante las noticias, los nombres propiOS que S.U~tltu
muestra a sus hijos su bebida o droga preferida? yen a este o a aquel hacen tranquilamente su publt~ldad,
~ieren leer las cuentas de la tragedia?: Aqu estn: un tanto ms eficaz cuanto est baada en sangre. Solo la
adolescente de catorce aos ha visto ya, en las pantallas, enunciacin siguiente pasa a ~e~ una noyedad o un~ ~eza:
ms de veinte mil crmenes: haga zapping con su televisor: la historia corriente y las notmas del dla dan pubhcldad a
no pasarn ms de unos minutos antes de asistir a un asesi- lo que mata. Como queramos demostrar.
nato; el anuncio de la prxima pelcula elige preferiblemen-
te, para asegurar la publicidad, las secuencias de crimen ms
elaboradas y pedaggicas; como las tragedias, clsicas o ar Invierta el punto de vista: la publicidad no est d?,-?-?e
caicas, dignas de suscitar el terror y la piedad, todo .espe~t est y est donde no est: esta es precisament~ la defimclon
culo, toda representacin de hechos probados unplica, ms antigua y mejor fonnalizada de la mentlra, del error y
como mnimo, un asesinato, de las agencias al telediario de del engao; el mismo Platn la dio. Crea usted q~e la pro-
la maana, del medioda o de la noche, las noticias pasan paganda estaba encerrada en su caja y vemos salir de ella,
en funcin del nmero de muertos y de la posible presenta- cual caja de Pandora, todos los males del mundo.
cin de mltiples cadveres, vctimas de asesinato. Con se- La mentira mana y se extiende, com? la sangre, fuera de
mejante presin, cmo no admirar en una poblacin, so su marco",sobre el mapamundi sin lmites.
bre todo de jvenes, sometidos a esta educacin o fonna
cin pennanente. que se entregue tan poco al asesinato,
desobedeciendo a sus padres, entregndose tan poco a las De nuevo elplano de la bataDa
delicias, tan alabadas del crimen? Queremos convertir a
nuestros hijos en asesinos, incitndolos as al crimen? Desde que el arma atmica universaliz, en el espacio y
el tiempo, la guerra a la antigua, esta no se ~es.arrolla tanto
en los campos de batalla, antiguamente deltmltados como
Repeticin cajas, en tierra, por mar o aire, o entre las estrellas; se. desa-
rrolla menos con gran estruendo de choque~ y explOSiones,
Por su tediosa repeticin, el aprendizaje pennanente del materiales y duros, que en el espacio de los SignOS, donde s~
crimen define el grado cero de la infonnacin, sin factores libra la de ahora, la guerra que ahora es b!a~da. Y no se lt-
inesperados, y la intencin real de fonnacin. Qy inters bra tanto sobre las diversas cajas de la pubhcldad local, don-
tiene para los responsables ensear el asesinato? de el ms rico compra yeso es todo, como e~ un mercado
Este mata a aquel: coloque un nombre bajo estos demos- regulado, sino donde, sobre todo, la e~caCla se. ?esgasta
trativos y conseguir la noticia del da. El Uno mata al ms en funcin del sello leal que en l~ tnfOnna~lOn fuera
Otro: los filsofos anuncian que la ley de la historia, desde del marco. La que se desea libre y objetiva se denva del po-
hace tiempo, se describe lgicamente con esta dialctica, der y de la gloria.

154 155
Todo lo que se dijo, en 6.10506a, sobre la fuerza y el dere- podemos hacer el silencio si lo queremos o, si lo deseamos,
cho, sobre el derecho del ms fuerte y la creacin de la so tocar el piano, cantar ManQn o tocar la cometa. Una vez
ciedad civil mediante contrato, 10 reproduce palabra por pa- traspasados los lmites de la propiedad, el sonido llega al
labra, en este momento, la lucha competitiva a muerte en el otro y, como se suele decir, le molesta, trastorna su frgil in-
mercado de los signos. Lo que hoy se dice en l resulta de timidad o su quieta privacidad. ~ien controla la emisin
esta batalla: ~l ms fuerte hace hablar de l, se mide el po- de los ruidos que cruzan los muros ser el amo del espacio.
der por ~l nudo. La r~esin sobre el centmetro cuadrado Ya no se trata del mensaje, ni del canal, ni de las frecuen-
de papel unpreso o e tIempo de escucha reproduce, lgica- cias, sino del fenmeno fsico, sonoro o luminoso, que ocu-
mente, en una transparencia aparente, la que se ejerci en p"Jlacer los lugares de forma expandida o expansible,
otros tiempo, fisicamente, sobre un terreno, una ciudad, que invadirlo todo, designa las nuevas apropiaciones. El
un pas, un hombre, un grupo, una nacin, o sobre un pro- amo del ruido lo ensucia todo y lo llama sonido limpio.
ducto. El que quiera conocer a su tirano, que preste odo a los rui-
dos ms fuertes; escuchar, como un perro sentado, la voz
de su amo.
Plano de la propiedad Este origen estercreo del derecho de propiedad, excre-
mentos hediondos de clamores y de imgenes, viene del Pa-
Cmo describir el rgimen de propiedad sin hablar de rsito, nombre propio del que grita ms fuerte, zumbando y
vi~len.cia? La violencia expulsa para instalarse en un espacio, atronando, como canta el ruiseor, por la noche, para cu
ah!. Sm dudarlo, Rousseau llama un cercado al objeto del brir su territorio, como mea el perro para marcar el suyo.
primer derecho de propiedad. En este lugar o esta caja, por la Los espacios virtuales se llenan de las basuras blandas de los
fuerza o por derecho, cada uno vive en su casa. Y ahora, en nuevos propietarios.
un espacio lgico, la batalla se libra alrededor de los signos.
y para apropiarse de estos nuevos cercados, se puede de-
batir sobre los sentidos: probar, demostrar, convencer, en lo Un mapamundi para la verdad
que se refiere al contenido de los mensajes, de su verdad; en
segundo lugar, podemos emprenderla con el sujeto mismo A los antiguos desafios en los que se cimentaban las gran-
sobre el que enuncia la boca: anatematizarlo, amordazarlo, des potencias agrcolas, militares, polticas, industriales... su-
apresarlo, matarlo; en tercera lnea, podemos echar mano al cede el imperio de los signos sobre el mundo. Objetivo: po-
c~al o ap~opiarnos del soporte de la seal: el sonido y el seer el sentido de los mensajes; para ello, ser el amo de los
nudo, las lmeas o las ondas; de repente, todo lo que transi- canales y dominar el material que hace posibles las circula-
ta por l P7rtene,;=e al que lo posee. Estas son, en resumen, ciones lgicas. En pocas palabras, controlar el conjunto de
las estrategtas antIguas y las nuevas. Las ltimas, las mejores, los pasos de lo local a lo global, de lo privado a lo pblico,
prefi~ren al debate o al dogma la compra, menos fatigosa, de lo pblico a la humanidad entera: la red de todas las re-
ms mocente, aparentemente sin violencia. iLos que po- des, las vas de lo universal. Y, de nuevo, cmo definir la
seen los canales denunciarn los dogmas! verdad, si no es por la universalidad?
Aqu se juega, para la humanidad, el futuro de la verdad,
incluso para las ciencias, incluso para el derecho, incluso
Volvamos todos a nuestro cercado propio; ah somos para la fonnacin. Como no es infrecuente en la historia, el
amos de nuestros movimientos corporales y de su entorno: destino del mundo depende de un problema de filosof1a.

156 157
Cuando hace estragos la guerra de la expresin o de la apro- En verdad, la verdad se reduda entonces a la notoriedad.
piacin de los canales y de los materiales soporte de los Bajo el nombre de alet, los dueos de la verdad, en el hele-
mensajes lgicos, lo verdadero pasa de estos ltimos, evi- nismo filosfico antiguo, slo enseaban la gloria, la publi-
dencia o certidumbre relativa a los contenidos, a los prime- cidad del poder, el poder de matar, pero de regresar de la au-
ros, mapas y planos de las redes, para convertirse en lo que sencia despus de la muerte. Qu hay de nuevo? En Gre-
se extiende por todas partes, 10 universal sin excepcin. cia como aqu y ahora, verdadero quiere decir ilustre y
Ahora bien, lo que se dice, slo se dice en favor y para la verdad la iluminacin, es decir, la publicidad. Homero y al-
gloria de los poderosos, propietarios de los medios de co- gunos reyes posean los medios de comunicacin, que glo-
municacin. Esta es la verdad simplemente dibujada sobre rificaban a Aquiles y Ulises, tanto ms clebres cuanto ma-
el atlas de estas redes, incluso antes de cual'luier mensaje. taron masivamente.
Se reduce al poder y a la gloria, y estas a a publicidad, y Mirad con toda vuestra atencin la extraa transfonna-
esta al crimen. Hay que concebir pues la relacin de lo ver- cin que sufren Aquiles y Ulises: cuando estn muertos
dadero con la muerte. para siempre, cuando los golpes de su espada no cerce.nan
las montaas y la roda de su barco ya no est entre EsCIla y
Caribdis, sobreviven en nuestras memorias, como los in
Antigedad de este nuevo mapamundi mortales: s, Homero los transfonn en hroes y triunf en
su empresa. En su sentido griego antiguo, la esencia de la
La verdad se reduce a la circulacin; exactamente a lo verdad consiste en esta apoteosis: convertir en dioses a estos
que se coloca a la luz, se pone en escena, en imgenes y en resucitados.
msica, ante el universo. Volvamos a la definicin que dio El fundamento de la verdad se confunde, en aquellos pri
de lo verdadero la Antigedad griega; desvelada, la verdad meros tiempos, con el politesmo, cuyo mecanismo, ordi-
se reduce, deca, a lo que se coloca a plena luz. y qu ca nario y fuerte, transfonna a algunos hombres en dioses. La
locaban los antiguos a la susodicha plena luz? tragedia~ mortfera, baada en terror y piedad, sola ser la
Ejemplo: que se haya demostrado histricamente que responsable de la metamorfosis, sacaba a un rey, un guerre-
Aquiles combati realmente bajo las murallas de Troya o ro o una mujer del sepulcro y, con sus ritmos mgicos trans-
que Ulises haya navegado, de hecho, por el mar Egeo o por fonnados en msica, encandilaba divinamente a su espec
otros mares, no importaba en absoluto, desde el momento tro translcido. As la historia se confunde con el mito.
en que Homero sac estas hazaas a la visibilidad gloriosa Este es el camino del transporte de la muerte, ella de nue-
y bella de sus poemas, desde el momento en que inmortali vo, hacia la inmortalidad. o de la sombra negra a la verdad
z a mortales muy corrientes como si fueran hroes o semi resplandeciente, de la tumba al escenario o de las tablas al
dioses, desde el momento en que extrajo su recuerdo del templo. Director de pompas finebres, Hennes recorre este
inevitable olvido en el que los habra sumergido la muerte, camino, o un mdium cualquiera, palabra mgica, encanta
desde el momento en que los trajo a esta orilla del Leteo, miento rtmico o musical, prestigio de las imgenes y de las
ro famoso que, tras la agona, cruzaban los cadveres, trn mscaras, estatuas que se alzan de entre los muertos.
sito irreversible hacia otro mundo, tras el umbral del que ja- Las teoras de la luz como signo de la verdad o de la vi-
ms volvi ser humano alguno. sin como sentido intuitivo de lo verdadero derivan de
La ilustracin luminosa los haca volver atrs y cruzar de esta injusticia negra, venida de la guerra por la gloria, siem"
nuevo las orillas del olvido. Aletra describa esta victoria de pre ganada por los ms fuertes, los nicos que pueden
los resucitados sobre la muerte, las tinieblas y la amnesia. buscar los focos, incluso despus de la muerte. Dice la Ver-

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dad quien posee la claridad... io ahora la velocidad de esta sabiduf.a, en nuestra formacin, podran considerar falsos
luz! y mentIrosos.
Enterrados vivos en e! encantamiento mgico de un nue
va politesmo, nuestras creencias se someten a l sobre todo
Geometra, prf!frca porque no lo vemos. Por qu? Evidentemente, porque
abarca el universo, sin excepcin, pero tambin porque
Entonces, con dos truenos, bastante cercanos en el espa nuestros padres y nuestros maestros nos ensearon a no
ClO, novedades de las que nacimos, la verdad, en su acep- desconfiar de l, obligando a nuestra juventud a pronunCIar
cin actual, apareci, en la zona griega con la geometra, y su elogio, en e! arte, las ciencias humanas y la 6los06a. For-
en loa zona semiticJ con el Dios nico. Tuvimos que espemr, mados entre mitos, desde nuestra infancia, vivimos en ellos
efectivamente, la aparicin de otros dos mundos virtuales, y los creemos verdicos.
uno fonnal y abstracto y e! otro enunciado por e! monotes- Puede emerger lo verdadero, bajo la mirada de! poder, y
mo, para que existiesen o pudiramos concebir talsos dio- cmo diferenciarlo de este encantamiento? De dnde vie-
ses, ya que, por una parte, la lIlcredulidad filosfica ?e .bur- nen las verdaderas noticias? Planteado en otros tiempos ge-
la de ellos y, por otra, el profetismo bblico, luego cnstlano nialmente por CelVantes, en una poca en la que todava
y musulmn, considera engaosa esta fbrica social, encan- las armas superaban a las letras, vuelve el mismo interrogan-
tadora de gloria y de inmortalidad, rechazando esta base te de la verdad: quin encanta las cosas del mundo y
mortal y violenta de la verdad: e! Dios verdadero prohbe cmo? Ingenuo Sancho, dice e! Caballero de la Triste Figu-
LIS verdaderas muertes, tragedias y sacrifiuos de los que na- ra, no ves que la varita mgica transfonn a la divina Dul-
cen los falsos dioses. No es exactamente o solamente que e! cinea en esta campesina tea y mugrienta, que corre tras su
Dios sea el nico verdadero, sino que no hubo verdad algu asno? Qu Hennes, qu Merln convirtieron, a la inversa,
na antes de que existiese o se revelase; ms todava: que re- a esta hedionda maritornes en una hennosa princesa de en-
sucitase, dejando que los muertos entierren a sus muertos. sueo? iEl universo entero, ros, barcos, castillos, pueblos,
El desanudamiento del vnculo entre la muerte y la ver- barberos, duques, campesinos y curas... se quedan congela-
dad abre la historia de nuestras ciencias y la de nuestras re dos en e! encantamiento y se inmovilizan en su prisin!
ligiones. Lo verdadero acontece de la mano de los geme- Quin puede falsificar su lgica, o la de! mito? Nadie.
tras y de la boca de los profetas. Cmo vuelve ahora el desencantamiento'. La razn de-
bi criticar durante mucho tiempo a lo religioso por haber
encantado mgicamente el mundo y a los supersticiosos;
El mapamundi tncantada tendremos que pedir ahora a la historia de las religiones,
como a la de las ciencias, tcnicas de exorcismo?
Ahora vivimos, a la escala global del mundo ~iqu re
gresin!~, un estatuto de la verdad idntico al de la Gre-
cia ms arcaica: en la luz, universal y verdadera, de la pe- Las aencias Jorprendidm;por el encantamiento
quea pantalla, bastante atestada de cadveres y en la ma
yor parte de los casos trgica, terrorfica y penosa, y por Porque el encantamiento de las redes, por la fuerza y para
esta cala, esta tumba, teatro y templo, fabricamos peque- la gloria, afecta tambin a las ciencias ms verdicas y ms
ilos dioses que slo el equivalente de un monotesmo, en duras, antiguo y primer refugio de la verdad. Tan poderosas,
nuestras conductas colectivas, y un acrecentamiento de la tan ricas y polticas, tan pblicas y colectivas, tan detenni-

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nantes para el poder y la supervivencia de las empresas, tan altsimo, o, mejor an, se la otorgan a la debilidad y a la po
decisivas en el acceso al ms alto rango social, tan trgicas breza, a un recin nacido dbil y miserable, al nio que to-
sobre todo desde Hiroshima --cuntos millares de muer- dava no puede hablar; esta nueva luz alumbra a media no-
tos?- tienen ahora que hundir sus races en la publicidad, che. La gloria a nadie ms que al Ausente Inaccesible, invi-
tal y como se la consideraba antes: construyen, decidida- sible y dbil detrs de toda la miseria, y as alcanzamos la
mente, ellas tambin, la esencia misma de lo pblico. paz, condicin de la verdad.
Adems, quin sabe si un hallazgo se extiende porque es Pero si nos falta la gloria, cmo inventar un nuevo vn-
verdadero o porque la persona, el grupo, la nacin que lo culo social? La tendremos que educar.
han descubierto controlan los canales y de ellos obtienen
gloria? La produccin de la verdad dura yace, todava, en
manos de los ms fuertes. As se da a conocer. Y ms se da Meditaciny medictUn
a conocer como verdadera, ms debemos presumir que al
que la extiende pertenece el canal por el que pasa, as como La cuestin de la verdad acaba en el desencanto, en una
su mensaje, emitido por su poder y para su gloria. Lo que desintoxicacin, mejor an, en el exorcismo. El idioma
genera una duda radical. francs hace que la meditacin sea una expresin de la me-
y la historia! La palabra estruendosa utilizada por los dicacin: que la primera tenga valor de cura de desintoxica-
griegos para designar el ruido esparcido por un nombre que cin. Como mnimo, de muerte y asesinato, de muerte uni
las bocas repiten, del que se derivan ilustres patronmicos, versal. Como mximo, de la gloria: a Dios mismo, el diablo
Peri-cles para los hombres, Hera-cles para los dioses, lo se- le dice: te dar la gloria.
guimos utilizando para CHo, la musa encargada de repartir En otros tiempo, Ren Descartes se puso en escena, en su
la fama: pone al descubierto la verdad, mtica, de la histo- casa, ante el fuego de su hogar o de su estufa, instalando
ria, mera gloria. Conocamos desde hace tiempo su relato trente a l, como dramticamente, al Diablo mismo, tram-
sorprendido por el encantamiento, incluso cuando relata la poso tan listo y tan astuto que encantaba todas las cosas y
historia de las ciencias! Cio, musa de la gloria, llena con su todas las verdades, transformndolas a su aire. De ah la
ruid,?, tambin y sobre todo, la que estamos viviendo aho duda, radical y universal, a la que se decidi el filsofo: si
ra mismo. prejuzgo que todo es falso, quin garantizar la verdad de
lo que pienso? Slo Dios es bastante fuerte para declarar ja-
que mate al taumaturgo, una y otra vez. As el filsofo escri-
Penetrando en la vida entera de la humanidad solidaria, bi sus Meditaciones.
la cuestin de la verdad acaba, si podemos decirlo as, Por qu pretenda que slo Dios puede garantizar la ver
como religin, y no nicamente en su historia. Como en dad? Habiendo bebido en la Antigedad, Descartes la aban-
otros tiempos, en la era de los mitos, el encantamiento ocu- dona para conocerla ms y para saber de los peligros o las
pa el lugar del vnculo social: estamos religados como en re- ilusiones engendrados por la maligna fbrica mgica del
ligin, atados juntos por la liga de la historia. mito. Doblemente griego, Descartes rechaza los falsos dio-
Q.in nos desencantar? La noche en la que naci la ses y confia en la geometra. Enlazando dos mundos, asocia
era moderna, los portadores de mensajes, los Angeles me- esta certeza, simple y fcil, demostrativa, con la tradicin
diadores, que por todo el universo recorren sin cesar las re- proftica del Dios verdadero porque es nico. Hemos in-
des, se desembarazan definitivamente de la gloria: el canto ventado otro anclaje de la verdad, realmente universal? Vi-
de su nuevo encantamiento la reserva para Dios mismo, el vimos en la misma encrucijada.

162 163
Dedicado a engaarme, el demonio maligno, que me en-
candila, lo puedo comprar ahora, para instalarlo permanen
temente en mi casa, frente a m, en mi estufa o mi chime-
nea, mago todopoderoso, que resuena en los multimedias.
Peor an: en lugar de instalarlo en mi casa, ahora habito en
su puesto, cableado, encadenado.
~in me librar de estas cadenas encantadoras? La en-
seanza, proftica y gemetra.

Enseanza

Balance de las nccesidades.y t ros medios


En los pases ricos o pobres, al menos desde el punto de
vista financiero, las soluciones a los problemas que plan-
tean el paro, el hambre, la violencia, las enfermedades, las
crisis econmicas, la explosin demogrfica... dependen en
gran medida del desarrollo cientfico y cultural de las perso
nas y de los grupos: la innovacin gobierna efectivamente
la economa. Y nosotros seguimos dando prioridad a esta
ltima, aunque sea ms un resultado que una causa.
Todos los pases del mundo, incluso los ms ricos, ven en
consecuencia cmo su demanda de fonnacin crece cada
ao al menos en un diez por ciento, mientras que su presu-
puesto de enseanza y fonnacin, pblico o privado, cen-
tral o regional, saturado, no puede crecer.
Necesario y creciente, este desarrollo ve como decrecen
todos sus medios. Vivimos en la encrucijada en la que
se encuentran las necesidades que suben y los bienes que
bajan.
Todos los pases del mundo, incluso los ms pobres, vi-
ven en la era de las comunicaciones. Todos los pases del
mundo, incluso los ms ricos, no consagran casi ningn ca-
nal de comunicacin a la enseanza. Tenemos medios para
atender a esta necesidad de fonnacn, prioritaria; para los

164 165
problemas ms graves que conocemos y vivimos, tenemos
una solucin, sencilla, que no utilizamos jams.
La formacin a distancia, con las tecnologas actuales. Mapa para el viaje, en diferentes redes
cuesta menos que la enseanza clsica, cuyo precio, demo-
ledor, no encuentra ms que recursos que se van con- El verbo viajar tiene ecos de la palabra ped<WJga, que ha-
sumiendo; se encuentra por todas partes a disposicin de bla de un gua '1ue acompaa al nio y dirige su aventura.
todos. Desde siempre, a enseanza plantea esta pregunta, a la que
QI hacer? Decidirla. puede responder un atlas: en qu espacio y cmo desplazarse?
Recuerden: zarpbamos antao rumbo a un saber miste-
rioso y lejano como una isla utpica, conservado en con-
Distancias varias centraciones y por monopolios, capital fijado, a veces, des-
de hace milenios, pero acrecentado cada da por ejrcitos de
Qu quiere decir: a distancia? Los primeros dibujos de autores, conservado en bancos bien protegidos... qu difi-
este atlas tratan de resolver, en teora, una cuestin de lugar: cil conquista, qu vallas tan altas haba que franquear, qu
dnde estar? Dnde estamos?, pero adems, qu distan- campo minado, qu severas eliminaciones! Y los viajes se
cias nos separan de los lugares a los que deseamos ir? realizan ahora en un espacio diferente de utopa, en el que
Dnde ir? Cmo? En la prctica, kuntas fronteras, vivir bloqueado, aqu o all, por el trabajo, la familia, la po-
distancias: geogrfica, social. financiera, cultural, lingsti- breza o el destino ya no impide comunicar con el exterior,
ca... separan a los aspirantes del saber! Efectivamente. all donde la sabidura, mvil y extendida, llega fcilmente
nuestras tecnologas pueden abolir la primera, espacial; su para sumergir a los aprendices, que ya no se tienen que mo-
~oste tan bajo y su flexibilidad reducen algunas barreras; ver... y donde los docentes, a la inversa, se podran conver-
mcluso sus virtualidades contribuyen a domesticar nuestra tir en peregrinos.
timidez amedrentada, pero nunca las suprimiremos todas, Para'reducir las distancias y allanar obstculos, los docen-
y menos la principal, que mide de las culturas y las cien- tes sin fronteras, viajando por el espacio geogrfico y el
cias la magnificencia y que slo puede colmar el entusias- cuerpo social, construyen estaciones, nuevas y universales,
mo por un entrenamiento austero. Razones de ms para de radio, de televisin por cable o satlite, de telefax, de co-
luchar contra los poderes que levantan mil obstculos ante rreo electrnico... emisoras en continuo de programas de
el saber. foonacin, en todos los idiomas y para todos los temas...
Podemos pedir, por ejemplo, que mida esta distancia a utilizan todas las tecnologas disponibles. Innumerables, a
alguien que naci de un picapedrero y de la nieta de un fa- menudo desconocidos en el medio que est llamado a uti-
bricante de matamoscas, cuyo origen, considerado bajo, lizarlos, los sistemas abiertos de aprendizaje slo se dirigen
no predestinaba para nada a la Academia, o a otra perso- todava a un pequesimo nmero de elegidos. Estas redes
na, abandonada por sus padres desde su nacimiento en la de comunicacin: cable, videotexto, telfono, mdem, re-
inciusa y a quien esta desgracia, en el alba de la vida, no des digitales, ordenadores, antenas de recepcin de satli-
predispona en absoluto a proyectar una cadena de televi- tes... los materiales pedaggicos: casetes audio y vdeo, dis-
sin educativa; ambos respondern, supongo, con la espe- cos compactos, aplicaciones informticas diversas... s, el sa-
ranza y el derecho a borrar los obstculos y que el recorri- ber se vuelve ubicuo. __ ms una extraordinaria proliferacin
do de largas distancias son lo ms importante de la peda- de inventos y de iniciativas sociales en materia de foona-
goga. cin... se acumulan en una masa inmensa de medios trgi-

166 167
camente infi-autilizados; tantos circuitos y agencias de via- hombres, as como a la escucha atenta de las culturas debi
jes en este espacio, a un tiempo tcnico y utpico, pronto litadas.
reunidos en una misma red... y tan pocas personas toman- Al igual que la ciencia y la cultura, o la infonnacin en
do la salida! ambos sentidos, ya constituyen nuestra infraestructura o
y como los mensajes dependen, ms de lo que se piensa, nuestra condicin general de vida, igualmente esta organi-
de los canales que los transmiten, pronto aparecern sabe- zacin mundial para las ciencias, la educacin y la cultura
res y cu!tuca.s independientes de los monopolios, del poder realiza un proyecto fundamental, utpico y positivo, dejan-
y de la glona de las personas y las naciones, y cuya difu- do a otras instituciones paralelas la liquidacin sangrienta
sin extender, al contrario de los anteriores, la tolerancia y de la vieja historia.
la paz.

La divisin y la desigualdad
DbsttU/ns
Condicin de vida? iQy sueo! Y no obstante, la infor-
. Utopa, dice~, y cmica adems: pues el obstculo prin- macin, expandida por todas partes, crea la realidad, en lu-
CIpal viene preCisamente de las potencias que congelan las gar de expresarla, dirige la opinin pblica, sustituye d me
distancias, monopolizando el saber, sus publicaciones, su nudo al poder judicial, por no decir poltico, procura'perfi-
publicidad, la innovacin, las patentes, la gloria, el dinero... les rpidos y glorias etlmeras, define la verdad, fabnca lo
los canales y las redes. Las comunicaciones de masas, por sagrado por un uso intenso de los muertos... construye en
otra parte, cuya propietaria es una sola cultura, la ms rica suma un universo intensivo por sus contenidos, extensivo
(no habra que decir a veces: pobre cultura de los ricos y por su alcance, en el que los falsos dioses estn interesados
cultura opulenta de los miserables?) destruyen rpidamente en mantener a los mortales en la ignorancia, para asegurar-
las de los pa!ses pobres y los individuos desposedos; inclu- se el do.m.inio en el ancho mundo y en la larga historia. El
so las ms ncas de algunos pases ricos no estn libres del poder pertenece a ,/uien posee sus canales, de los que todo
peligro de morir. Para salvarlas de la aniquilacin, slo uti- se deriva, incluida a innovacin cientfica y tcnica, y cae
lizbamos hasta ahora protecciones de museologa, en las en la esclavitud quien carece de informacin, en sus dos
que la conservacin viene a ser otra forma de muerte, por sentidos, comn o raro, de datos y de instruccin.
embalsamamiento y consumo turstico. Propio de los animales, el dominio embrutece al hombre
Hacer posible lo imposible, esta es la respuesta: qu no en el hombre, tanto si lo ejerce o lo padece como si lucha
vedad, en la historia, ha aparecido nunca sin entusiasmo por obtenerlo o conservarlo. La sabidura libera del envile--
utpico? Gracias a un contrato firmado entre las Naciones cimiento, aunque a veces embrutezca tambin, cuando se
Unidas esta isla existe, que yo sepa, independiente de ellas. une o se vende a los poderes. Para construir la igualdad en
La UNESCO, pues tal es su nombre, identificable con un tre los individuos y los grupos, inventar un vnculo social
lugar, en el mapamundi, pero abarcndolo en su totalidad, que minimice la violencia, pacificar el mundo y liberamos,
acaba de decidir la creacin de una instancia abierta, univer- la nica esperanza que nos queda, que slo puede superar
sal, gracias a esta institucin mundial, y virtual, por las tec- la fe misma, reside en la formacin.
nologas... o si se quiere, universal por las tecnologas y vir- Qy hacer? Si, un solo proyecto en tres: funnar, instruir,
tual por la institucin. Su gida garantiza una cierta autono- educir. No dejar nunca de compartir la informacin.
ma al saber as compartido en el mundo y por los Cmo? Un solo verbo activo y pasivo en lengua france-

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sa, para el enseante y para el enseado, aprender/ensear labras de la asistencia; su discurso, secundario, responde: as
debera describir una relacin simtrica. Ninguno sabe ms se gana una benevolencia que escucha sin obedecer. Previa-
que el otro, al menos siempre y para todas las cosas' slo es mente al intercambio equilibrado reinan los parsitos.
as a veces y en algunos puntos. Tiene entonces el deber de Nombre sin gracia del contrato, la interactividad construye
compartir su ciencia y de intercambiarla con el que la igno- el dilogo y la comunidad.
ra, a cambio de lo que ignora. Dime cmo amasar la masa Sin compartir no hay formacin, pues la sabidura es una
del pan y te ensear fisica nuclear: as nos convertimos al continuacin del poder, y la ciencia de la violencia, prolon-
mismo tiempo en enseantes y en enseados; aprendemos gando la escala bestial de la jerarqua, por medios muy pa-
uno del otro, iguales en derecho. Equivalente, el intercam- recidos a la fuerza. A la inversa, resulta de toda funnacin
bio supone que al igual que los hombres, todos los saberes, el mestizaje de las buenas voluntades presentes. El maestro
prcticos o teri.cos, vie~en a ser lo mismo, incluso aquellos puede as ejercer su maestra sobre los objetos de su arte o
que la arrogancia no qUiere reconocer, en razn de su con- de su experiencia, jams sobre otros hombres, alumnos o
dicin humilde y baja. no: de no ser as, no se le podra diferenciar de un gngster.
Todos los saberes son libres e iguales en derecho. Si adems reduta a su alrededor, en alguna escuela o banda,
sus discpulos con los que gozar del poder que emana esta
sabidura, por qu no lo persigue la justicia por asociacin
Patrimonio comn de la humanidad de malhechores? Q!Ie comparta, con sus alumnos, pero
tambin con los que pasan por ah. Son ilcitos pues la con-
, Por .qu reconocerlos todos, sean cuales fueren? Porque centracin, apropiacin o monopolio de la sabidura y de la
solo exIste la verdad al margen de toda forma de poder. Si infonnacin. iQ!Ie circulen, como el aire para respirar! Esta
la posesin de una ciencia, si la retencin de una informa- exigencia de fluidez exige asimismo servidores, canales y re-
cin es fuente de dominio, arrojad rpidamente a la papele- des. All donde se encuentren, acopladas, formacin e in-
ra esta protuberancia de violencia: lo verdadero nace al mar- fonnac~m, no se separarn nunca ms.
gen de ella. S t?dos los saberes vienen a ser lo mismo, nin- Basadas en la participacin sin exclusivas, pertenecen a
guno es supenor a los dems: la misma recla para los todos: patrimonio comn de la humanidad.
hombre y para lo que saben; por muy miserabfe e Ignoran-
te que se presente el enseado, puede al menos ensear a su
enseante la miseria, informacin tan preciosa que no se Planos de la isla de Uwpa
encuentra explicada ni descrita en libro alguno, si no est
inspirado. La ignorancia absoluta existe tan poco como la Sueos y mentiras, repetid, desde el principio, en silen-
sabidura absoluta. cio: esta utopa no existi en ningn pais ni en ningn
El docente plantea dos preguntas previas para escuchar tiempo! Jerarquizado de s mismo, el saber siempre contri-
dos respuestas: qu me querras ensear?, de donde se de- buy a levantar una escala social, tanto ms rigurosa cuan-
duce la pregunta: qu quieres, a cambio, aprender de m? to parece ir en funcin del mrito y la verdad. Q!t impor-
Q!Ie el alumno se transforme primero en maestro, y el nue- ta, le digo: no ve las necesidades y el impulso, que mil ini-
vo maestro aceptar convertirse a su vez en alumno. No ciativas anuncian, listas para coordinarse? Pero nada se
nos engae~os, cualquiera que hable, aunque est solo, construye sobre sueos! Respuesta: isla o lugar que no figu-
ante un pblIco mudo, no encontrar qu decir, ni se senti- ra en mapa alguno, Utopa debe esta ausencia a la contra-
r elocuente si no escucha, bajo su voz, las preguntas sin pa- diccin, lgica y fisica, cuyo principio gobierna el lugar:

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yace ah y, al mismo tiempo, no est. All estamos! No in- el amado; por este canal ertico pasan los saberes y las prc-
cumplimos sin cesar esta ley, nosotros, habitantes de lo lo- ticas, los juegos de manos, de lengua y de mente. S, la ma
cal que rondamos por lo global, nosotros, con nuestras tec- razn slo se transmite con la carne y el fuego.
nologas, con~piradoras, vivimos aqu pero all, es decir, so- Nada se puede objetar. Sin embargo, la encarnacin de la
bre una Isla sm paradero? Conocemos el instante propicio enseanza en el cuerpo docente data de pocas en las que
de estos mapas sentimentales? Toda red se deriva de los an- slo era portador del saber una persona excepcional: ancia-
tiguos mapamundis para representar este adas de utopa. no experimentado, sacerdote, maestro, autor... respetado,
Pero no se tt:ata ~;amente de planos y de papel! No consultado, venerado; se sola decir que a su muerte desapa-
del todo: como llltenClon o proyecto, humano y poltico, a reca una biblioteca entera. Esta aoranza significaba, a la in-
continuacin la utopa contraviene una vez ms el prioci- Versa, que desde la invencin de los nuevos soportes: escri-
piC? de contr~diccin, fisico y humano esta vez, que regula tura, imprenta, libros y libreras... muri para siempre el
el mter~amblO: en este pas de jauja, se atan los perros con cuerpo vivo y presente, receptculo o tabernculo del saber.
longaniza y todo el mundo puede disfrutar de la mantequi- Este es mi cuerpo: el libro que escribo es ms la carne de mi
11~ y del.dinero de la mantequilla. Aqu estamos! Contrave- carne que mi propia carne. Y adems, como el de un ngel,
mmos Sin cesar la ley de los bienes y valores mviles, para este cuerpo sutil puede, virtualmente, partir, volar, hablar en
l?s cu~es en~.egar y conservar, al mismo tiempo, ni es po- otros lugares sin el cuerpo presente. La enseanza a distan-
s~~le m es vabdo, en el campo del saber y de la informa- cia naci con la escritura, para desarrollarse con la imprenta.
Clan, que podemos conservar para nosotros y acrecentar sin Presencial, dicen? ~ anuncia el cuerpo docente, en
duda ca~a v7z qU,e l~s entregamos. Compartir, extender voz y hueso? Simplemente lo virtual, que yo sepa! S6lo in-
nuestra cle~Cla no Impide que nos la quedemos, prdigos y dica, o significa, o muestra sombras: ausentes si se trata de
avaros al mismo tiempo: tirmosla pues por la ventana (in- historia. formas y nmeros en matemticas, pases descono-
cluso por la de la televisin)! Esta superabundancia nos cidos en geografia, sentidos y sintaxis arbitrarios en idio-
hace entrar en el pas de Jauja. desbordante de abundancia mas... Incluso el experimento de fisica, la reaccin colorea-
y de profusin. da de ki qumica, la rana que padece bajo el bistur slo es-
y as es desde que el mundo es mundo y la ciencia es cien- tn ah por la ley, la frmula o el dibujo de anatoma,
cia! Cmo n~die lo ha visto hasta ahora? Porque la sabidu escritos en la pizarra, sobre el plano negro de su ausencia,
da num;:a 17 diO su color a ninguna poca. Y ha llegado su portadora de conocimiento virtual en su totalidad o en par-
hora. DIbUjemos pues los planos de estos mgicos lugares. te, modosita e ideal como una fotografa.

La mejory la peor de las cosas La remota antigedad de In virtual

~uevo o~stculo que me apunta un realista: opuesta a las S, est sin estar, ella tambin y sobre todo. Y fuera est
reahdades .VlrtUales, la vulgata, sobre este punto, recomienda el universo al que nos arrastra. Q!t contenidos se podran
la presencia del cuerpo docente; los hombrecillos se apegan adaptar mejor a las imgenes, a las asambleas, a las institu-
a una persona, de modo que aprenden las matemticas o la ciones... virtuales que los del saber y la formacin? Tras los
historia \,aterna, como hablan su lengua materna. No hay muros, los patios y los tejados, de la escuela o del campus,
nada meJor que la relacin clida y vital del enseado con el cuya presencia densa confunde a tus ojos deslumbrados, se
enseante, que Platn calificaba de relacin del amante con oculta la verdadera vida, la nica institucin educativa: la

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universidad virtual; entre parntesis aado que utilizo por de la distancia y del tiempo abolidos en parte, estn ocupa-
supuesto el trmino de universidad en su sentido latn ori- dos desde hace tiempo por todas las disciplinas del saber y
ginario de conjunto universal de todas las formaciones para de las culturas. G!t historiador, entrenado para entender
todo tipo de capacidades. No ha existido desde siempre, los mensajes grabados en los pergaminos contestadores por
desde la Academia griega y las Ideas virtuales que mostraba generaciones de muertos, no los habita? Y las nociones abs-
all el filsofo gemetra? tractas de las matemticas, sin las que nuestra eficacia sobre
No hay nada ms precioso, en realidad, que la encama- las cosas llamadas reales del mundo se desvanecera, dn-
cin de los contenidos virtuales, pero nada ms peligroso de estn? Con las sombras de la historia y de la literatura?
tambin a veces: la fijacin ~el afecto. ~~ una persona la y los conceptos de la filosofa? y las obras musicales? Pre-
transfurma en maestro, en guro, en sernldlos que hemos vis- sente en el centro de la clase, el maestro slo est ah en fun-
tos tra~ a sus sbditos como esclavos, subyugndolos; he- cin de otros espacios. Tal es el tejido y los arabescos de las
mos VIS.to tambin mil inteligencias sometidas de por vida dos escuelas, la ms nueva de las cuales es ms antigua de lo
a locas Ideas, pero aunque se trate de verdades, la rgida ad- que se plensa.
hesin no resulta ser mejor para la evolucin de la investi- Quin se podra extraar, realmente, de enterarse, por te-
gacin y de la vivacidad venidera. Si los sabios se suelen lfono, de un barrio a otro o a travs de los continentes, de
considerar como los propietarios de su especialidad, los do- las noticias del momento? Qyin no escucha cada noche las
centes se apropian frecuentemente de sus alumnos, obliga- llamadas del da? Mantenemos desde hace tiempo, por hilo,
dos a saber como ellos. Se escapa para siempre la libertad sin hilo, por cable o satlite, conversaciones continuas entre
de pensamiento. Si este ltimo nunca arrebat su libertad a interlocutores dispersados por el espacio-tiempo del planeta,
nadie, el pensador lo hizo a veces. labrado por el huso que escamotea un da. Cuando habla-
No hay nada ~ejor, nada peor que lo presencial; slo re- mos as, deca, eflexionamos siempre sobre el lugar de la
c~)fdamos lo mejor, y ~os grupos de presin y los corporati- conversacin? Tiene lugar aqu, donde hablo y escucho a
VIsmos nacen de estas mfluencias abusivas. Cuntas veces mi intedocutor, o all lejos, donde mi amigo me pregunta y
el maestro presente, odiado, impidi que tal o cual se inicia- me escuCha, o en ambos lugares a la vez,juera y ahi, entre no-
r~ en talo cual ciencia, odiada como l? Reconocedlo, que- sotros, al contrario del principio del tercero excluido, que
ndos colegas: no ms estpidos escndalos, solamente vo- impide que un acontecimiento se produzca y no se produz-
luntarios! No hay nada peor, efectivamente, pero tampoco ca en el mismo lugar y al mismo tiempo? Asimismo, cuando
nada mejor que lo virtual. organizamos una videoconferencia entre tres o cuatro, dis-
Desde que el viejo Esopo lo dijo de la lengua, todo me- persos por Nueva Zelanda, Sudfrica, Escandinavia y Fran-
dio de comunicacin es la mejor, paro tambin la peor de cia, dnde situar el punto de interseccin de estas zonas?
las cosas. Encandila y tambin droga. Remedio para todo Planteemos la cuestin del lugar a las diferentes redes de to-
veneno, veneno contra todo remedio, todos los canales son das las tcnicas de infonnacin, de comunicacin y medio
iguales al principio. de intercambio a distancia: estamos explotando, por medios
nuevos, nuestros antiguos hbitats virtuales, engendrados en
Ltu tlcnicas toman el rekvo otros tiempos por la tecnologa de la escritura y en ellos tra-
zamos caminos sobre mapas paradjicos que prolongan
Ninguna tcnica tiene posibilidades de extenderse si no nuestra participacin desde lo local hacia el universo.
reactiva una aptitud, humana o cultural, ya presente. Los eso, Volviendo a algunas meditaciones sobre los Angeles, po-
pacios virtuales, hoy reticulados por los virtuosos tcnicos blamos de dispositivos nuestro antiguo fuera de ahi {hon taJ.

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formar igualmente un grupo a su alrededor: apuesta, feti-
che, mercanca... qu institucin no se proyecta en l o a l
El dispositivo desdefuera se remite? Todas las tcnicas nos llegan de esta capacidad,
individual y social, de distanciamiento y de extraccin de s.
Pero, qu fuera? Volvamos a antiguas tcnicas: el marti- La crtica de las tcnicas, emana, a contrapelo, de un contra-
llo trabaja y la pelota vuela, fuera del alcance de nuestros sentido sobre el lugar que asedia el estar ah.
brazos, el telfono habla fuera del alcance de nuestra voz.
De estas dos distancias, una es cercana y visible, en la forja
o en el estadio y la otra se hace virtual a fuerza de alejamien- Lugares virtuales
to. Q! loro no repite, por haberla escuchado, la frase sen-
tenciosa de la herramienta que prolonga el rgano? Para En realidad, no estamos arraigados como los rboles, a
que tuviera sentido, el miembro tendra que alargar.;;e hasta pesar de que toda la flora, aunque inmvil, se fertilice por
la longitud, mediocre, del martillo, luego considerable de la turbulencias aleatorias del aire y siembre sus retoos en un
pelota y, finalmente, inmensa del cable que da la vuelta al desorden catico en el que slo algunas circunstancias tie-
mundo: masculina jactancia fanfarrona de controlar? nen poder para anclarlos. A la inversa de las especies de la
Q! funcin prolongan una presa hidroelctrica o una fauna, cuyos migradores mismos no salen de las mismas ru-
central nuclear? tas, no nos contentamos con nichos ni caminos fijos: no so
Obramos nosotros mismos, ms bien, y sentimos el ex- mas ganado. No somos seres que estn ab.
tremo de la maza o el cuero del baln que pasa, como el Madame Bovary somos todos nosotros. Maniatada en su
ciego toca con el extremo de su bastn, como proyecto mis pueblo, en lugar de escaparse en sueos, como dicen los
palabras, a travs del telfono, en la lejana, mientras que el que condenan a la mujer, habita, como todo el mundo, en
amigo se exterioriza hacia aqu: perdemos --en el sentido un lugar virtual; no esta habitacin demasiado real, donde
en que pierde un vaso rajado--- evadindonos de nosotros su marido la irrita, ni tampoco la botica del tonto fannacu-
mismos, fuera, y estos son nuestros dispositivos. tico, sin una combinacin sutil de local actual y de global
No somos seres del ah: no slo no solemos estar ah, impreciso, que se llamaba imaginacin o deseo, cuando se
sino que ni siquiera somos seres, porque salimos a placer de crea en las facultades del alma, y que designa exactamente
nosotros mismos: pienso, art(J, trabajo, hablo, luego existofue- el hbitat de los contemporneos, que recorre diferentes ca-
rade myfuerade ah. El cuerpo pierde o vierte fuera de s sus nales, como el de nuestros antepasados, a poco que hubie-
funciones, que se van a buscar fortuna por el mundo, noso- ran trabajado como marineros, soldados, jefes de Estado,
tros sabemos lanzamos fuera de nosotros y por delante de jornaleros, misioneros, putas vulgvagas, banqueros, desho-
nosotros: tal es el sentido literal de la palabra ob-jet*. As el llinadores, diplomticos, viajantes... Por conductas tan co-
s~jeto, personal o colectivo, se objetiva y aparecen las tc- rrientes vale la pena arruinarse o suicidarse? Corresponsal
nicas. de peridico, el mediocre Homais se gana la cruz, porque
Sabemos proyectamos tan bien sobre lo que hace tiem- se extiende, a lo lejos, a travs de la escritura, y Charles, m-
po llam cuasi-objeto, ficha encargada de trazar entre noso- dico y marido, no entiende nada de los sufrimientos de su
tros las relaciones cuya red fonna el grupo, que podemos mujer, porque corre por los montes visitando enfermos...
Nadie est ah, salvo ella.
Desde que sali de frica, hace millones de aos, el Homo
- N. Jefa T.:ftta: lanzar, arrojar sapiens sapiens deambula por la tierra y habita en su cabeza,

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al igual que Emma, nuestra hennana, prisionera en sus tie- lo que se llamaba antes el fluir o la naturaleza misma del
rras, habita un alma vagamente errante. As es el hombre, tiempo, a todos aquellos que me han dirigido un mensaje a
tan contrario a los seres vivos de flora y de fauna que, salvo lo largo de todo el da. Como el del planeta, el espacio vir-
el mosquito y la gallina, se moriran al descender tres grados tual es un espacio-tiempo, con la salvedad de que puedo es-
de latitud: esos son los verdaderos seres que estn ah. tablecer algunas contracorrientes en la irreversibilidad del
A la inversa, nosotros siempre estamos jUera de ah. transcurrir.
La ecuacin del tiempo y del dinero utiliza sobre todo es-
tos espacios virtuales con vistas a perfiles monetarios rpi
El esplUio virtua! dos; sin embargo, las operaciones de comercio y de banca
precedieron tambiri a las investigaciones sobre los algorit-
Proyectado por nuestras costumbres, adaptado a nuestras mos, lejanos antepasados de estas maquinarias. Hoy como
fonnas de vida, construido y suscitado entre nosotros; flo- ayer, el control del espacio ayuda a ganar tiempo, pero tam-
tante, global, tanto como local; ausente, es verdad, pero bin sabidura, todava ms preciosa.
presente; tcnico, al ir unido a construcciones, funciona-
mientos y conexiones de artefactos, y humano, a pesar de
todo, ya que nuestros grupos, antiguos, en l se encuentran, El descubrimiento, la exploracin, la explotacin de los
mientras se van fonnando otros nuevos, el espacio virtual espacios virtuales abiertos por estas distancias, largas, pero
no mantiene las mismas relaciones con el tiempo que el es- rpidamente anuladas, fuera de m y fuera del ah, as como
pacio del mundo, sometido a lo simultneo como a lo irre- la forma de vivir en ellos, de aprender en ellos, de trabajar
mediable; puede, efectivamente, negociar, a contratiempo, en ellos, prolongaron, en estas ltimas dcadas, la conquis-
un anlisis que destruye en parte la obligacin de simulta- ta, concluida, de las antiguas fronteras del mundo; una vez
neidad, desincronizando la emisin y la recepcin, por que el espacio real no ofreci ms lagunas para nuestros via-
ejemplo. Puedo escuchar maana lo que me dijiste ayer, o jes, avempras cientficas e inventos tcnicos, empezamos a
ver esta noche imgenes emitidas hace mucho. Hacemos ocupamos de nuestros espacios virtuales, ms todava y ms
con la actualidad presente 10 que nuestros padres slo po- eficazmente que del espacio astronmico, pero tan reales
dan hacer con la historia: cortarla en trocitos, rehacerla, re- como los jardines en los que Emma tuvo un desliz. Sabin-
comenzarla, plegarla tranquilamente. dolo sin quererlo, Flaubert habra descrito, con los sueos
El tiempo se convierte en una de las materias primas del de Madame Bovary, las condiciones humanas estables, sin
trabajo y de la enseanza, como 10 fueron antes el espacio memoria, en las que se instalan las tcnicas nuevas? En la
y cualquier otra materia, y no en su condicin o exigencia misma fecha, el nmero de abonados al telfono se vio fre-
necesaria. Jugando con los husos horarios, la velocidad de nado, lo saban? por los maridos influyentes de estas socie-
los electrones o la de la luz, la flexibilidad de los intercam- dades de progreso, celosos de que esta herramienta sirviera
bios... aligeramos una vez ms las necesidades que implica sobre todo a sus mujeres, para comunicarse con sus aman-
el principio lgico segn el cual es imposible que algo sea y tes. Mujeres, no salgis, ni en sueos ni por telfono! No
no sea a! mismo tiempo. T hablas, yo puedo no escucharte, hay virtualidad para Emma, soada o tcnica, sin ruina ni
ya que te grabo, para poder tener ms adelante una audi- suicidio! mi propio Flaubert intent el verdadero proceso
cin tranquila y ms atenta, mientras que esta noche convo- Bovary?
car al mismo tiempo, en un saln virtual y por una simul- . La anulacin relativa de las distancias, que implican las
taneidad que he elegido yo y que no me viene impuesta por tcnicas, y la maleabilidad del tiempo, suscitada por nues-

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tras tecnologas, convierte este espacio virtual en el mejor Colmamos una distancia y allanamos los obstculos.
de los lugares de fonnacin o en la ms flexible de las escue Podemos soar, repito, con mejor annona entre la trnica
las. Antes de que abarque al mundo, entablaremos un pro- y la instruccin, pues ambas atraviesan espacios dificiles?
ceso contra l nosotros tambin porque, como todos los ti- Incluso los sociales: no queremos que los hombres confra
pos de canales, se puede convertir en el peor de los lugares? ternicen?
El propio Homais nos dira que fabrica medicamentos con
venenos.
Fin del estar ah?
Tcnicas y tecnologas Esta doble salida de s confinna, en primer lugar, el fin
del estar am. Sin embargo, ni una ni otro datan de ayer, ni
El tnnino tecnologa designaba en otro tiempo, en fran del invento ms o menos reciente, de tal o cual tcnica o
cs, el estudio razonado de las herramientas y de las mqui tecnologa, ya que nuestra memoria cultural los me~ciona
nas, en un tratado discursivo sobre los artes y los oficios. desde Ulises y Gilgamesh, viajeros extraviados por tierra y
Bajo la influencia de los usos de la lengua inglesa y por ra- mar, relatores, ms o menos mit?manos, de ave~turas rea-
zones, paralelas, de nfasis publicitario, parece utilizarse les o imaginarias, en tierras conOCidas y desconocidas, y que
cada vez ms, en lugar del tnnino tcnica, y con el mismo nuestra ciencia los conoce desde los primeros paseos vaga-
sentido que l. Deploramos la confusin y la prdida de bundos de Sapiens sapims desparramndose por el planeta,
una diferencia, til, entre la cosa y su descripcin. fuera de su cuna africana; ni habita ni emigra: va errante, en
Sobre todo porque necesitamos la palabra terno-loga busca de sal y de comida, del golfo Prsico a Espaa, como
para expresar las tcnicas del discurso, al menos tanto como busca en nuestros das saber o infonnacin por nuestros ca-
el discurso sobre las tcnicas. Mientras movilicen fuerzas a nales. Dej nunca, viviendo aqu o all, de recorrer el gh
escala entrpica, un martillo, una llave inglesa, una presa, bo y 10s'1=spacios virtuales? .
un motor de explosin, una bomba atmica... fonnan par- Todo lo contrario, el estar ah emerge tarde, en el neolti-
te de las trnicas. La escritura, la imprenta, una mquina de co de las tcnicas de la agricultura y se vincula a unas tc
tratamiento de texto... manipulan, por su parte, fuerzas del ni~as particulares. S, actualmente vivimos dos desaparicio-
mismo orden con el fin de trabajar, mucho ms ligeramen nes, relativas y contemporneas: la de la agricultura, com<?
te, a escala infonnativa: pertenecen a las terno-logas. La tcnica dominante de nuestras culturas, y la del estar ahr,
arrogancia altiva de algunos acepta mal que se pueda colo- como in\ervalo antropolgico breve. De pronto, conecta-
car al mismo nivel una forja y una consola; y sin embargo, mos con el fuera de ah de nuestros primeros. antep~ado~,
tenemos dos bancos de trabajo similares, que se diferencian que nunca olvidamos realmente. EXilados, sm CObIJO, fui-
nicamente en el orden de la energa, uno material, otro l- mos excluidos del jardn.
gico, tcnico el uno y el otro ternolgico. Esta salida fuera de s afecta tambin, y mortalmente, ya
Este como aquel favorecen la salida de s. La prolonga- lo he ,comentado, a las mencionadas facultades del sujeto.
cin de los rganos de la que hablan los filsofos, cuando Porque no disponemos solamente de terno-logas del dis-
se trata de una palanca o de un telescopio, slo describe un curso, sino de sonido e imagen, de conservacin de los
trayecto de nuestro exutorio: estamos, al final del camino, stoOO de bancos de datos, de sistemas expertos... Para com-
en la punta del palo, en el parachoques del camin, en la binar ia cabra con el conejo y obtener una quimera, habla-
pantalla o la pgina, en los extremos de la lnea telefnica. mos, por ejemplo, de inteligencia artificial, acercando esta

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arcaica psicologa de las facultades, convertida en tic del escuela, palacio de justicia, laboratorio o leonera cuartel,
lenguaje, a capacidades prcticas que, fieros defensores de nave, banco, fbrica, bolsa, campus, gimnasio espacios
lo contemporneo, habamos olvidado que nunca dejaron construidos de acuerdo con un plano arquitectnico, cerra-
de existir, mientras que dichas facultades, por el contrario, do casi siempre, en el que el grupo tiene potestad para reu-
jams existieron en ese sujeto soporte que algunos vanido- nirse y dividirse, para contemplarse, como espectculo y
sos i~ventaron par~ ellas. Dnde observar}a memoria, repi- como espectador. Ejemplo elemental: en una institucin
to, SI no es en los lIbros y en las huellas dejadas precisamen- primaria, fundamental, ensea el maestr? . .
te para perdurar, surcos labrados sobre las tablillas mesapo- Pero la sociedad se puede reconocer Sin reumrse SIempre
tmicas o los discos magnticos? Dnde, la imaginacin, si localmente o fisicamente, y lo har como siempre lo hizo,
no es en la pintura, los dibuj~s, los espejos, el cine, la foto- ahora y siempre. La pasin que ata a la radio o a la televi
grma, las pantallas de todo tipO, de las grutas de Lascaux a sin a tantsimos contemporneos no nace, faltara ms, del
mi ordenador? Dnde, la inteligencia, si no es en el gno- hechizo del sonido ni del prestigio de las imgenes, exagera-
man babilonio y griego o en alguna aplicacin informtica? dos, sino de las nuevas fonnas de reunirse. Cada uno ~e pro-
Los contemporneos me perdonarn que remiende un yecta en el espacio virtual que aparece en la caja y habita, se-
desgarrn tan amplio? gn los casos, en el Elseo ~ la Casa Blan.ca, en el es~a~io o
Admitan que existen tecnologas del espritu, y compro- en el plat, con tal naturalidad que habIta estos multiples
barn en primer lugar la poderosa continuidad de su histo- hbitats virtuales ms y mejor que su propia casa y frecuen-
ria desde la antigedad ms remota y vern a continuacin ta, a distancia y virtualmente, cien personas que colman ~u
cmo ese espritu desciende, en su lugar, a las cosas mismas soledad, aunque nunca se encontrar en su presenCla.
y al mundo del que somos una parte totaL La enseanza a G!tin no ha experimentado, cuando conoce a una de
distancia nos sumerge en las facultades! ellas, una familiaridad a veces ms fuerte que la que le une
a un allegado?
Los e!pacios virtuales nos renen virtualmente; eso no
Antiguos planos de instituciones quiere decir vana y falsamente. mran ms reales las antiguas
asambleas? Tendremos que decir quin es el prjimo.
Esta salida de s, individual, va acompaada por la mis-
ma capacidad, social o colectiva, de reunirse en un lugar in-
definido y no cartografiable. De donde se deduce un cam- Instituciones virtuales
bio, no slo en nuestra fonna de ensear, sino en general en
todas nuestras instituciones. Cmo se proyecta un grupo El maestro ensea en la escuela, visible, venerable y a ve-
tambin fuera de ahi? ces pacfica institucin. El arquitecto hace el plano y dirige
Flaubert convoca, alrededor de Emma, a quien no le im- la construccin de estas instituciones, con cimientos esta-
porta un bledo, al cura, un marqus, un notario y al botica bles, muros inmviles, y tejado, visible desde lejos: esta es
rio, representantes notables de las instituciones, antiguo tr- una definicin real. Hace poco visibles y edificables con
m~no cuya etimologa denota y describe ~~in un equili- materia dura, las escuelas, quiz los tribunales, las diferentes
bno estable en o sobre una plaza. Reliposa, poltica, asambleas, las empresas, probablemente, por una nl.1eva .de-
judicial, cientfica... pero tambin militar, financiera, co- finicin del trabajo, las bolsas de valores y de trabaJO, dIfu-
mercial, industrial, deportiva... la institucin tiene su sede tninan las distancias en el espac.io real y ren;n! en es~ac.ios
en un edificio: templo, catedral, ayuntamiento o capitolio, imposibles de asignar, grupos VIrtuales. Este ltlmo adjetlvo

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pronto caer en desuso y nuestros idiomas designarn ma- de sus desgarrones. Q,te la suerte de la ciudad vaya unida a
ana, con las antiguas palabras de colegio o campus, de ofi- un barco.. , qu puede haber ms nonnal para, una.ciudad
cina o fbrica. de iglesia, de bolsa, de instancia o de admi- comercial y martima? Evidentemente, pero baJO la Imagen
nis~aci?n... lo que ~ora nos parece" si pued~ decirlo as, convencional, la existencia misma del vinculo o del contra-
ex-tltuclOnes, colectIvIdades que ya solo necesItarn como to colectivos se proyecta en este cuasi objeto, intenninable-
arquitecto al diseador de circuitos, de pequeas y grandes mente reparado, zarpando hacia alta mar. . , .. ,
redes de comunicacin, por las que estas asociaciones se ha- Como Roma ya no estaba en Roma, Atenas salla: V1V10
cen y se deshacen. En las escuelas virtuales, invisibles en el en el barco de Teseo, por los parajes de Creta y de las Cda-
espacio del mundo, qu puede haber ms nonnal que das, donde los representantes, vctimas, se transfo~aron
compartir nmeros, historias, idiomas, recetas, direcciones en peregrinos. Fuera de s, Atenas se representa ya, Virtual
o trucos... cuasi objetos ausentes? mente, como una tele-polis, embarcada en esta nave, No re-
Al igual que los espacios del mundo, percibidos o vivi- conoce, en estas doncellas y estos muchachos, a los alu,?-
dos, los espacios sociales se deslizan hacia lo virtual, para nos de la Paideia griega y de la nuestra, virtualmente aleJa-
que podamos levantarle mapas, flotantes. dos de la tierra? A qu redes de virtualidad anudadas
alrededor de qu lanzadera espacial confiamos ahora l~ re
paracin indefinida de nuestros vnculos, tan colectivos
Antigtdad de las teleinstituciones como objetivos?

Para zurcir de nuevo los dos mundos, quieren ver, me-


jor de lejos que de muy cerca,la fonnacin de un colectivo Mapamundi de enseanza virtual
fuerte por un cuasi objeto tcnico, exterior a cada uno y a
todos, y cuya funcin, poco a poco, se desvanece en la ima- En un establecimiento de enseanza no hay una sola ac-
g:n? Aql!- est: cada nuey-e aos, l<?s antiguos atenienses de- tividad que necesite realm.ente la ~tigua ~rq~ite~ra, pre-
blan enV1ar a Creta un tnbuto de SIete doncellas y siete mu- sente nicamente para la Idea antigua de mstltuClOn, y no
chachos, vctimas destinadas a ser devoradas por el Mino- por sus funciones, que necesite pues un edificio, cuatro pa-
tauro, y obedecieron a este monstruo hasta que Teseo, al redes salas cenadas en fonna de cuadrado o de anfiteatro y
matarlo, los liber de esta deuda odiosa; a partir de aquel pupi;res dispuestos en paralelo para mirar hacia el maes-
da, agradecidos a los dioses, enviaron el mismo barco a De tro... QJ. relacin tiene este pla,no, e;ste proyect~, es.~ ma-
los, en una peregrinacin durante la cual no se deba ejecu- queta, en el exterior como en el mtenor, con la dduslon de
tar ninguna sentencia de muerte, La costumbre dur tanto un saber o de un conocimiento cualquiera, en la que los
tiempo que el barco se desgast. flujos y los programas se intercambian y se comPar:ten ?
Esta historia, tan comn, de sacrificios humanos suspen- roda esta materia dura tiene algo que ver con esta realIdad
didos para la salvaguardia comn, suele olvidar el creador tan blanda? lEsta circunstancia tan pesada y lenta afecta en
de relaciones entre el continente y las islas, este barco de Te- algo a materia tan rpida'!, ligera? Q,t puede haber O?-<.S
seo que los mismos atenienses reparaban indefinidamente voltil que una demostraclOn, un relato y sus figuras reton-
para que siguiera siendo el mismo, como se remienda y zur- cas? Podemos pues reunimos en lugares virtuales para anu-
ce sin cesar la misma red poltica: al margen de su desgaste, dar estos flujos en circulacin.
y de las vas que los marineros reparan sin cesar, la penna Hay que exceptuar el laboratorio ?e fisica, ~e qumica y
nencia del barco garantiza la del contrato social, al margen de historia natural, el taller de fonnacln profeSional, donde

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la experiencia directa sigue siendo insustituible? No tienden
las simulaciones por ordenador a sustituir a la experimenta-
cin? Desde cundo esta ltima no tiene demasiado que ver Duro,Y pesado, blandoy ligero
con la experiencia directa? Desde la era nuclear y de los ge-
nes bioqumicos o desde el siglo clsico, con sus experiencias Definidas, planificadas, construidas en un lugar del espa-
de ~ensamiento que pocas veces se hicieron realidad? Q cio usual, pedregosas, las instituciones aportan estabilidad a
oficiO se puede pasar ahora de estas tecnologas? Cuntos ni un grupo dado, as como una relativa lentitud a su historia,
os ~espi~an aliviados al no tener que soportar, por fin, las cuyo tiempo se ancla en el espacio o se inmoviliza en un lu-
relaCiones V10lentas y brutales del patio de recreo y el ajetreo gar, y cuyas relaciones, voltiles, adquieren peso con la ar-
de los viajes pendulares de ida y vuelta hacia y desde la escue- quitectura. Las mismas funciones relacionales pueden flotar
la ;n las gr:a!?-des ciuda~es ~te~ta~as? Devolvamos pues, a ahora como un estandarte o una llama que danza al viento,
qUIen la soliCIte, la expenenCl3 mdlspensable y dispensemos segn el perfil de la red y su propio perfil. El poder pertene-
de la presencia si estas cosas vinieran a faltar. ce a quien domine esta volatilidad. Antiguamente ms fijas,
Como el conjunto de la red ofrece la posibilidad de arre- las formas mezclan sus lmites en un dibujo atigrado, mati-
gla~ o combinar a placer las estaciones y los canales, ayer es- zado, tornasolado, variable y variado. La inteligencia para
tuV1mos cuatro mIllones escuchando este curso, maana se- quien ,percib,a la me:l;cla! No se, t,rata del Itl:ismo espacio ni
remos slo cien milo todava menos". Una clase clsica es del mIsmo tiempo m, en definitiva, del rntsmo mundo: el
ms o menos estable, porque rene a un nmero dado de antiguo, duro, remedaba la casa, local, y el nuevo, blando,
personas en un lugar; construida con materia dura, como la flucta como el clima. El xito contradictorio de las nuevas
esc,uela, es ,una institucin, mientras que si es virtual, su di- meteorologas, en una sociedad que vive y trabaja en el in-
bUJO espaCial y el nmero de personas que rene fluctan, terior y que ha perdido hasta el recuerdo de ,las incl~men
de modo que su plano, siempre diferente, sigue siendo el cias, viene de que reconocemos nu.estro destmo comendo
mismo a pesar de todo: es como la nave de Teseo estable por estoi\ dibUJOS movedizos y flU1~os. Por esta razn he
pero siempre nueva. Qp.ieren ver este mapa? Reco'rten un~ querido trazar el mapamundi, antiguo como el mundo,
parte cualquiera de la red y vern, de nuevo, con su anima- pero finamente contemporneo, en el atlas de hoy.
cin~ un incendio, de una casa o de un bosque, que llamea, Han obsetvado que nuestra sabia lengua dice que lo fr-
la pnmavera que vuelve a un valle o a una isla floraL. gil supone, porque se rompe, un m~terial s?lido? co~,o 10
Est~'f.roye~~ione~, como se dice en c~ografia, este per- fluido no se puede quebrar dura mas y mejor que lo ngdo?
fil movl , volatil mejor, del mapamundt de las COmunica- Si, pues podemos observar que las riberas se hunden, que
ciones es vlido para cualquier institucin virtual: escuela, las montaas se desgastan y se derrumban, que las rocas se
empresa, banca, bolsa, iglesia, cualquier representacin o disuelven, mientras que no les falta una gota a los ros n~ al
espectculo, como perfil variable de la red general o combi- mar, ni un soplo al viento, a pesar de su' locas tur~ulenclas,
naciones de cualquier parte de sus elementos. El mapamun- o quiz gracias a ellas y a su suma recuperada. d..o duro
di de la enseanza virtual se cie al mapamundi virtual uni- dura menos que lo blando? Lo voltil, aparentemente d-
versal, como conjunto de las partes de la red. Tierra de for- bil como un suspiro, permanece de forma duradera?
mas fluctuantes en un ocano abierto, tal es el archipilago Antes, lo pesado ocultaba lo ligero; la pesadez podia ca-
de la utopa. recer de gracia; maana lo blando carecer de dureza: los
Al recuperar la flexibilidad y la fluidez, nuestras relacio- que procesan mensajes y expedientes ya tienen una falta de
nes conquistarn alguna libertad? experiencia que roza lo tragicmico. Qp. opcin ha paga-

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do o pagar ms caro? De nuevo la bandera ondea al vien- Otra utopa grandiosa y loca! Est claro, todos los pode-
to: no habamos dicho que la tela imita a la vida? Los ena- res pertenecen a ,l,?s que control.an lo, d.Ufo y lo blando, en
morados de los flujos y de las inteligencias rpidas, que a ve- particular, lo volatil que, al transltar rapldamente'por la r~d,
ces debern volver a la paciencia de las piedras, no echarn no tropieza con ningn contrapoder: a los propIOs medIOS
demasiado de menos el peso lento de los morrillos y de los de comunicacin que controlan, en los mensajes, el poder
muertos. persuasivo de la seduccin; a la ciencia que controla su va-
lor de verdad; finalmente, al derecho, a quien corre~ponde
lo performativo. Es imposib!e gustar sin gloria, declr r,!,lse-
La red nicay e/fin de los monopolios dades vivir fuera de la ley, Nmguna fuerza blanda equlhbra
estas potencias. Podramos decir incluso que la re~ como tal
Por qu? Porque la conexin de todos los medios en piensa, sabe, domina, juzga, crea el espacio y el tiempo, los
una red, que sea nica, que fluidifique de forma creciente poderes y l.a his~oria, los valores y lo sagrado, que es el
los trnsitos, no puede no tener como consecuencia el des- vnculo SOCial mismo,
moronamiento de los obstculos, las ventanillas, las conce- Respuesta tmida que llega a pasitos de paloma: el siste-
siones, la~ apropiaciones de cualquier orden, es decir, los ma abierto universal de formacin y de enseanza pone,
monopolios del saber. Laissezfaire, laissezpasser: por qu la precisamente, a disposicin de todos, como derechohabien
divisa del libre cambio no se iba a aplicar tambin a lo que tes, estos tres poderes conjug~do~, .
ms importa hoy en da? Asombraos hasta el escndalo de Utopa por fin! Todas ~s mStl.tuCIones, desde. el.~lba de
la expresin corriente: banco de datos; si se trata, realmen la historia. se basan en la vlolenCIa y en la aproplaclon que
te, de dar", a qu vienen capitales y banqueros? Se nego- la precede o que la sigue. En caso d~ que el sa~e~ se '01elva
cian los regalos? tan precioso que domine nuestro tlempo, sera meVItable-
Guardado, dado, acrecentado al mismo tiempo, el saber mente objeto de conflictos feroces para que el vencedor se
circula gratuitamente como una propiedad de la humani- lo apropk Habr que irse a la guerra y encontrar otros con
dad. Qyien se lo apropie debe ser perseguido ante los tribu- tratos.
nales: la venta del saber, de la formacin o de la informa-
cin es un robo. La enseanza virtual o a distancia est
abierta y es gratis, quien lo desee se sirve libremente. La red.' capacidad de lOMS
Los medios de comunicacin desarrollan espacios virtua-
La red del vfnculo social les. Experimentando menos de lo que simulan qu~ ha 7en y
ocupndose de los posible ms que de lo real, las ClenCIas se
La mayor esperanza utpica de la empresa reside en tejer desarrollan en la actualidad tambin en espacios virtuales.
de nuevo, en y por la red, el vnculo social en general: en lu- El derecho regula las conductas posibles. Y todo poder po-
g~ de reduc~rlo a ~as relacion~s de fuerza y de jerarqua, de ltico consiste, desde siempre. en el arte y la capacldad de lo
dmero, de VIolenCIa y de asesmatos, la red de mformacin posible y de lo virtual. As pues.. el f?der tiende a 7aer en las
y de intercambio contribuye a trenzarlo con nuevos cabos redes de los medios de comUOlcaCl0n. en los poslbles de la
procedentes de iniciativas imaginativas. ciencia y en las reglas del derecho.
Al afectar, localmente, a cada individuo y al trazar nume-
* N. tk la T: BIVl4IU t donnles: base de datos; donnu: dar rosos caminos, directos e inversos, de lo local a lo global,

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nuestras redes, tecnolgicas, tienden, poco a poco, a susti- 10 local a lo global e ignorbamos incluso 10 que este lti-
tuir a las antiguas grandes instancias o instituciones respon- mo significaba. Y ahora los trazamos cada da y seguimos,
sables de lo global: Estados. Derechos, Iglesias, Bancos y en tiempo real, su cableado. El que controla esta red, que va
Bolsas, Escuelas y Universidades. Tras la revolucin indus- de lo local a lo global, porque acapara todos los poderes,
trial, la nueva revolucin tecnolgica se refiere exactamente sustituye a la poltica; porque tiene todos los derechos sus-
a la construccin de un universo. La innovacin afecta me- tituye a lo judicial; porque lo sabe todo, sustituye a la sabio
nos al trabajo, la produccin, o incluso el comercio, que al dura; porque hace funcionar su mquina de fabricar dioses
conjunto de los vnculos entre lo local y lo global. Lo que posee 10 sagrado; elige los lugares de la violencia; hace cre-
permaneda cegado y oculto en las instituciones, siendo cer o no el comercio y el intercambio.
fue!1~e de rep~esentacin, se mate.rializa, se vuelve presente Lt red misma puede, en el sentido de la capacidad. Si,
y vlSIble, en tiempo reaL Esta reahdad del tiempo duplica y por ella misma piensa, domina, sabe, convence, persuade,
refuerza todo lo que es virtual en los espacios. juzga y consagra... la enseanza abierta, difundida por ella,
P~a ~onnar lo colectivo, la antigua tcnica apelaba al sera la primera victoria de los hombres, libres, sobre un po-
cuaSI objeto, elemento encargado de trazar las relaciones en der, ulllversal, que puede someterlos, es cierto, pero tam-
el seno del grupo: estatua en procesin, dinero, pelota, fi bin liberarlos.
cha... la red invisible apareca, por estallidos y ocultaciones, Esta eleccin, decisiva, es posible ahora. Por primera vez
en el momento del trnsito, rpido o lento, deslumbrante en la historia, aparece, visible en el atlas, nuestra voluntad
de este testigo de nUestra existencia colectiva. Ahora, visi- general.
ble, construida, til, fascinante ... la red se instala entre no-
sotros, ms an, habitamos en ella. Cmo quieren que no
haya tendencia a apelar a las antiguas tcnicas o institucio-
nes sociales, cuanto estas tenan como objetivo hacer apare
cer la red misma de nuestros vnculos, damos la percep
cin, al menos instantnea, de que exista? Ya no tenemos
necesidad de probar que existe: jah est! La fascinacin
que ejercen los medios de comunicacin no depende tanto
del sonido o de las imgenes como del descubrimiento des-
lumbrante de que existimos colectivamente de acuerdo con
las relaciones que hemos construido por fin. Como el con-
junto de los cuasi objetos circulan por estas redes, qu neo
cesidad tenemos de los dems?
As ~ncontramos su capacidad de destruir o de sustituir,
para bien y para mal, a la poltica, la religin, el derecho, la
cultura Xel saber; las relaciones de violencia y de fuerza; el
comercIO y el dinero; tres instancias encargadas, desde el
alba de la historia, de hacer aparecer y de fo~ar el vnculo
social. Porque estas instituciones y las personas que las fre-
cuentaban reciban antiguamente sus funciones y sus pode-
res de una circunstancia: no sabamos trazar los caminos de

190 191
Q!1in ser?
Principio de contradiccin o de identidad

Este es un compendio general de todo lo que antecede,


resumido bajo un principio sencillo y aparentemente uni-
versal.
Ni el dinero ni los bienes se comparten, no slo por la
avaricia y la codicia de unos pocos, sino porque nadie pue-
de, al mismo tiempo, tener y no tener, dar y conservar un
valor material. Dar, pero conservar, no es posible ni vlido.
Si se cede algo, se deja de poseer, y a la inversa. Sin este
principio lgico de contradiccin no existira el intercam-
bio, la circulacin ni la economa. Qyin puede disfrutar
de la mantequilla y del dinero de la mantequilla?
Cuamfo se trata de lugares, parece tambin evidente que
no se puede estar aqu y all al mismo tiempo, ni mucho
menos en un lugar determinado y en todas partes. Y sin em-
bargo, de la conciencia a las tcnicas, el HorIa -hors-/a- se
expande, habita la casa, el jardn, el bosque, ronda por los
barcos y los medios de comunicacin, de modo que se
mezclan lo local y lo global, desactivando, a travs de lo vir-
tual, este principio de contradiccin. Los dibujos del atlas
se invierten en este punto, como si cambiramos el mundo
que hay que cartografiar.
Si la mIsma relda funciona para la desigualdad de los bie-
nes, que no pueden, al mismo tiempo, pertenecer al uno y
al otro, o encontrarse en un lugar y en otro a la vez -la
mantequilla, aqu, para l, el dinero, all, para ti-, la fuer-
za, el poder y la gloria se reparten tambin, no slo por la
ambicin megalomanaca de algunos, sino porque igual
mente nadie puede gozarlos y darlos al mismo tiempo.

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~in. salvo la mentira confesa de las modernas democra- dos por la desigualdad cuando se basaban en la posesin de
cias, puede dominar permaneciendo igual? los lugares o los poderes de la fuerza, del dinero, de la glo-
y los planos y mapas de los atlas usuales se basan todos ria... imposibles de compartir: parecan obedecer entonces a
en este principio, universal, de contradiccin o de identi un principio universal. Mientras se trataba de definir estas
dad, lgico, es cierto, pero tambin fsico, financiero, co- rarezas, fue lgico desgraciadamente trazar fronteras, lmi-
mercial, poltico... cuya soberana intangible afecta a un tes, definiciones de espacio, de exclusiones y de pertenen-
tiempo a los lugares del espacio y de la geografia, los bienes cias, crestas de equilibrio entre diferentes haberes y poderes,
del comercio y del consumo, el poder y la gloria, la apropia- localizados con la precisin ms exacta. Sin embargo, cuan-
cin de los lugares y la localizacin de las rarezas... es decir, do la infonnacin y el saber constituyen las concentracio-
los mapamundis geolgicos, humanos, histricos, econ- nes difundidas ms decisivas, entonces, es decir, en este mo-
micos... que no dibujan en realidad ms que lmites o bor- mento, el escndalo humano sera precisamente mantener
des, ya que todo lmite se define de acuerdo con el mis la desigualdad, injustificable bajo ningn concepto. Ya no
mo principio: nadie puede estar dentro y fuera simultnea- funcionan la misma lgica, ni la misma esttica en el inter-
mente. cambio, ni los mismos equilibrios, ni la misma fsica, ni las
mismas leyes sociales y humanas,
El atlas ya no dibuja los mismos mapas.
Dos atlas
Y este atlas trata de cartografiar un nuevo mundo sin Elpunto, para Inca/izar todo el atlas
fronteras, estas fronteras mismas que el tiempo presente res-
peta tanto que deben haber perdido mucho de su impor- As pues, el principio de contradiccin se aplica:
tancia. El han-la no las conoca, las comunicaciones las ig- a la p~gunta: Mnde estar? a la localizacin y al lugar,
noran. Por qu? Porque el saber y la infonnacin rompen donde denne fronteras, lmites, inclusiones y exclusiones,
con este principio invencible que domina la circulacin y la establecidas al mismo tiempo que L Cmo cartografiar en-
propiedad de los bienes: ensead a placer a las muchedum- tonces el hbitat y las relaciones de los hors-la, es el proble-
bres, las multitudes, conservaris al mismo tiempo lo que ma de la ciudad y del mundo por el que pasan los mensaje-
dais; podris incluso acrecentarlo, en vosotros y para voso- ros, por el que circulan los conjuntos de mensajes, por mil
tros. Aqu, dar y guardar al mismo tiempo es posible y vli- mensajeras;
do. Y as nos encontramos con una superabundancia tan a la pregunta: quhacer?, a la definicin precisa y delimi-
milagrosa, una pltora contraria a las leyes lgicas, fisicas y tada de los objetos, del trabajo y de las tcnicas, que estable-
sociales, que el saber y la infonnacin se convierten en una cen las tecnologas, desde el momento en que abren espa-
mercanca cuya rareza persiste a travs de la universal difu- cios e instituciones virtuales;
sin, siempre tan preciosa a pesar de que todo el mundo a la pregunta: qutenemos?, a los bienes del intercambio
puede disfiutar de ellos sin lmites, exclusividades ni fron- y de la economa, a la apropiacin, cuyo balance se invier-
teras. te y no se decide desde el momento en que se intercambia
.S, el mundo que intentamos cartografiar ya no es el saber, propiedad universal y superabundante de todos.
miSmo. El atlas actual ha llegado, en este momento, en esta pgi-
Comprendamos por qu desgraciadamente las socieda- na misma, a la cima del principio que lo anima.
des humanas se entregaron a crmenes inexpiables suscita- Y contina aplicndola sin trabas:

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cas singulares, innumerables y variables con el tiempo, pero
a la pregunta: quin stry?, a la identidad personal y colec- son suficientes para una identificacin policial.
tiva, a [a pasin, constructiva en apariencia y realmente de-
etrea, de la adscripcin; Ddinicin del racismo
a la pregunta moral: kmo comportarse? a la violencia que
nace de la desigualdad, de la apropiacin y, sin duda, sobre Escandalosas injusticias y miserias insoportables nacen
todo, de las adscripciones... es decir, al principio mismo de de una simple falta de lgica, cometida con frecuencia y
sus aplicaciones; consistente en confundir, precisamente, la identidad con
a la pregunta: Mnde ir? a los caminos que van de 10 Ja- una u otra de estas caractersticas. Por la primera, singular,
cal hacia lo universal global, a lo largo de los cuales volve- somos nosotros mismos, individuo o persona singulariza-
mos a encontrar los problemas del lugar y del mundo. dos con tanta fuerza que, sin duda, la gentica no lo ha re
petido ni lo repetir mientras existan seres vivos. Por las se-
gundas, siempre colectivas, foonamos parte de los franceses
Mapa-documento de identidad o de los argelinos, de los morenos o de los calvos, varones
o mujeres, blancos o negros, cristianos o ateos, sabios aba
y de nuevo: de qu o de quin se traza un mapa? Esta chilleres, qu s yo...
es una de las preguntas fundamentales del atlas. La respues- Qt es el racismo? Consiste en definir, considerar o tra-
ta es indudable: siempre de una identidad, es decir, de aqueo tar a alguien como si su persona se agotase en una de sus .'1.-
llo de lo que nadie, hasta ahora, ha encontrado razn, de racteristicas, elegida o perseguida: eres negro o varn o ca
aquello cuya diferencia es irreductible. Por qu dibujamos, tlico o pelirrojo. El racismo se define simplemente como
habamos dicho, un mapa de los planetas desde el mamen esta confusin entre el principio de pertenencia o de inclu-
to en que Newton descubre su ley, ya que basta con dedu sin y el de identidad. De este modo, decir identidad mas-
cir las figuras y los movimientos del mundo? A la inversa, culina o pacional viene a ser confundir una categora con
nadie conoce, por el momento, la razn de las costas y de una persoha o reducir lo individual a 10 colectivo: falta de
los continentes. Como, por el momento, no se puede dedu- lgica, constructora de un clan local, de un grupo de pre-
cir de ninguna ley la existencia de este paisaje, de esta re- sin, pero humanamente y globalmente destructora. No,
gin, de este animal, de tu persona, este condicionamiento solamente foonamos parte de un pas, de una religin o de
obliga a dibujarlos o reproducirlos, a trazar un plano, a ha- nuestros sexo. Provoca tantas desgracias que caen sobre el
cer un retrato. La representacin seala la falta de razn. mundo, que hay que rectificar este error tan comn.
Q! se dibujaba antes sobre este mapa-documento lla- El corporativismo, que reivindica tambin la pasin de la
mado precisamente de identidad cuando se trataba de ti? El pertenencia, poco descrito y sin embargo poderoso y trgi-
dibujo del pulgar, huella irreductible en su diferencia; trazo co, comete otros errores, tericos y concretos, pero igual-
a trazo, similar a un retrato. Qt se escribe adems, como mente peligrosos.
al final de los atlas usuales se coloca un ndice tras los ma-
pas? Una lista, ya que ningn idioma dispone de palabras
suficientes para describir la huella del pulgar. El documen- Marcas sobre el mapa-documenw
to de identIdad lleva, bajo la fotografa, incomparables con El documento de identidad slo incluye dos o tres de
seguridad, el nombre, apellidos, sexo y nacionalidad, por- noestras adscripciones, entre las que nos acompaarn toda
que pertenecemos a una familia un sexo y un pas detenni- la vida, porque seguiremos siendo varn o mujer o hijo de
nados, y no a otros; estas marcas no agotan las caracteristi-
199
198
nuestra madre. Esta pobreza lgica roza la miseria, pues en tud singular -para los idiomas, la cocina o las matemticas-
realidad nuestra identidad autntica se detalla, y sin duda se a la entrada en una categora, una escuela, un escalafn, la po-
pierde, en una descripcin de la infinita virtualidad de estas blacin estrecha y definida por este nivel de cualificacin y, a
categoras, que cambian sin cesar con el tiempo real de la fin de cuentas, el poder que posee un grupo ~e presin. En-
existencia: ayer entr en un :lub ciclist~ por SU~ .talentos de tonces, el saber corre el riesgo de desviarse haCIa el poder.
escalador, maana se sumara a tal partido pahuca por sus
opiniones y esta maana, vencedor de tal prueba, pasa a
fannar parte, por concurso, de un grupo de expertos. . Circuitos para pnfiles singulares inimitables
Q,tines somos? La interseccin, fluctuante en f:\.mcln , No es evi~en~e .que sera bue~o, justo, raz<?nabl~ y sal~
de la duracin, de esta variedad, numerosa y muy smgular, tifero separar mdIVIduo y categona, pertenen.cIa. y sm~lan
de gneros diferentes. No dejamos de coser y tejer nuestra dad, pericia y jerarqua, y para hacerlo, sustitUIr los di~lo
propia capa de Arlequn, tan matizada o abigarrada como mas, pobres mapas de identidad, que c~nd.en~n a.la mise-
nuestro mapa gentico. No procede pues defender con ria, lgica o descriptiva, y al desprecIO Jerarq~c?, por
uas y dientes una de nuestras pertenencias, sino multipli- perfiles ms ricos y variables en el tiempo, es deur, mcom-
carlas, por el contrario, para enriquecer la flexibilidad, ~a parables? ..
gamos restallar al viento o danzar como una llama la onfIa Entra en ti mismo: qu te queda, VIaJer,o F<?r e.1 mundo
ma del mapa-documento de identidad, y por el gnero humano, portador de expenenc13.S l~proba
bIes y mltiples, cuya vecind,ad slo te :pertenece a ti, enve-
jecido y olVIdadizo por aadidura, perdi~nd.o la cultura y la
Dipwmas defin de estudios ciencia como los rboles sus hojas en mVIerno, de aquel
apuesto bachiller de antao, de aquel bisoo de verdes ~o
Los viajes, contactos, trabajos y aprendizajes, la experien- nacimientos? Y ahora ests tan ms y tan menos, tan mejor
cia profesional, concreta, humana, ldica, artstica... pronto y tan peor, tan diferente. Recuerda lo que sentas en aque-
hace crecer los subconjuntos de los que fonn~mos fiarte: llos primeros aos, ya ms abigarrado de lo q~e haca pen-
maana fonnaremos parte de los que hablan VIetnamita, o sar la blancura simplona e imberbe de tus diplomas y de
saben enumerar las piezas de tal o cual lavadora, o conocen tu faz.
cien recetas de tortilla... nada aumenta el nmero de colec- y si reuniramos en un circuito este perfil mvil y flo-
tivos de pares o el de caractersticas personales como la pe- tante? Se acercara a la identidad, en lugar de fijamos en al-
dagoga o la adquisicin de competencias nuevas, De nue- gunas caractersticas.
vo: pertenencia o identidad? ms preferible decir: s reparar
un ciclomotor, hablar chino, etc. o: empiezo a vivir un
poco, entre los mecnicos o los lingistas o los intrpretes? Inclusin y exclusin
Por una parte, describimos nuestras cualificaciones y por la A las cosas ms elementales de la lgica responden a ve-
otra nos incluimos en la clasificacin social que les corres- ces cosas igualmente elementales en moral. La pasin de la
ponde. Como otras muchas, la palabra y ttulo de agregado, pertenencia implica, efectivamente, una nonna de conduc-
por ejemplo, confunde estas dos intenciones y tiene el do- ta: amaos los unos a los otros.
ble sentido de una especialidad, as como el de integracin Fuera del lmite los otros no pueden disfrutar de este be-
en una sociedad. neficio, pues la p~rtenencia implica, lgica y apasionada-
Como el racismo, los diplomas pueden asimilar una apti- mente, la exclusin: si alguien pertenece a talo cual sub

200 201
pasar por la pasin de la envidia o de la competencia hirien-
conjunto, ello supone que existe al menos alguien que no tes, sin exclusin ni condena al hambre de los perdedores,
pertenece al mismo; este ltimo, exterior, queda excluido sin escaleras hacia el Parnaso, sin establecer jerarquas.
por fuerza o de hecho: pasa a ser vctima de violencia... ex- Una cartografia instantnea, compleja, variada, una pel-
traa relacin entre la pertenencia y el pertenecer, entre cula continua de nuestras aptitudes, variables, no se parece-
nuestras conductas con los dems y las que tenemos con ran con seguridad a ninguna otra, ya que seguiran o descri-
los objetos, entre el amor y el odio, entre el principio de biran un perfil evolutivo de nuestra identidad singular o in-
contradiccin y el de identidad. dividual, desde el punto de vista pedaggico nicamente y
Hodo el mal del mundo viene de la pertenencia? S. sin pretender agotarlo, pero, sobre todo, estableceran una
Todo el mal del mundo viene de la comparacin. Y de la diferencia clara con los colectivos correspondientes a cada
gloria innoble que da la entrada en un colectivo noble por nivel de habilidad, cuyo poder contribuiran a borrar. Un
encima del comn de los mortales. microchip de este tipo, fcil de realizar, reparara el error l-
A travs de los niveles jerrquicos, por la fuerza o por gico y la injusticia de que hablamos y adems muchas des-
suerte, por conocimientos o por pericia, los superiores, efec- gracias humanas. Quin nos impide crearlo, no slo para
tivamente, examinan, por debajo de ellos, a algunos reba- las personas, sino tambin para cualquier grupo asociado?*.
os imprecisos en los que el hombre es un lobo para el
hombre, animal daino, mientras que estos ltimos supli-
can, hacia arriba, al hombre dios para el hombre, fetiche de No importa quin seas, clasificado, aparcado, estrujado
su supervivencia: en ambos casos, nadie piensa que los por niveles, con un alma mater alimentada con un resenti-
hombres son hombres para los hombres. Y estos animales miento cido o un desprecio acerado hacia categoras que
desgraciados se comen entre ellos y los dioses, crueles, con- crees ms altas o ms bajas, sal ya de la prisin, para conver-
denan a los mortales a muerte. tir este estandarte flotando al viento en tu capa de Arlequn,
El gnero humano aparece desde el momento en que, al abigarrada, atigrada, tornasolada, moteada, salpicada, mez'
contrario de los animales, rompe con la regla darwinista de ciada, variada, variable, tan plisada como la piel y tan m-
la seleccin del ms fuerte. Qyin no ve que estn desapa" vil como el rostro, sonrisas, guios y llantos: quin podra
reciendo especies, erradicadas precisamente por este decreto jerarquizar unos retratos?
de poder? De este modo, las leyes de nuestra propia historia Momento solemne en el que, no reductora y tributaria
se oponen, en momentos raros y decisivos, a las de la evolu de la complejidad, aparece una nueva igualdad.
cin. Milagro, un pobre se alza de entre los frgiles, un dbil
entre los simples. Por esta razn, secretamente, no somos ni
animales ni dioses, es decir, inteligentes. La jerarqua preser-
va lo que queda en nosotros de animales, tontos. Podemos
soar con borrar esta bestialidad, en el sentido etimolgico
de la palabra, en toda formacin para una ingeniosidad?

Pasaporte para la sabiduray la felicidad


Una felicidad positiva vendra de acumular, en s y para
s, mltiples capacidades, de aprender, de conocer, de espe- . * Michel Authier, Pierre Lvy, Les Arbres tk COnnaisltlnCe, La Dcou-
verte 1992. iN. dA autor.!
cializarse, de comunicar incluso, qu sueo! Sin tener que
203
202
Prximo
Cmo hacer?
1

Violencia

Vuelta a las institucionesya las imgenes


Jpiter dirige a los reyes y los sacerdotes; Marte gobierna
a los ejrcitos; Q1irino preside los trabajos de los producto-
res, con las semillas, cosechas y vendimias, pero organiza
tambin el comercio y sus circulaciones. Estos tres dioses
con nombres latinos, pero equivalentes precisos en las ver-
tientes hind, iran, celta, irlandesa, gala... de las culturas in-
doeuropeas representan las tres funciones sociales de lo sa-
grado, de la guerra y de la fortuna, segn Georges DumziL
Esta triloga, ficticia, ilustra y describe, sin pretender expli-
carlo, el funcionamiento ordinario de nuestras sociedades,
de las ms remotamente arcaicas, incluso antes de Atenas y
Roma clsicas, hasta las ms recientes, ya que la Edad Me-
dia, segn Georges Duby, al igual que los Estados Genera-
les, en vsperas de la Revolucin Francesa, dividen de la
misma funna nuestras colectividades: clero, aristocracia, ter-
cer estado. Admiren en estas instituciones su larga invaria-
bilidad.
Jovial, la primera de las imgenes incluye la poltica y la
refigin, la cognicin y el derecho, mientras que las otras
dos, ms sencil1as, se consagran, exclusivamente, a la vio-
lentia y a la economa. Georges Dumzil no se alarga dema-
siado en las posibles relaciones entre las tres divinidades; la

209
vestal Tarpeya, por ejemplo, corresponde a la tercera, ya so, es ~erdad, pero p~ic.ular, la de Ren Girard se prolon-
que su cuerpo muerto se cubre con oro y joyas, pero e1li g.a ha~Ia el Universo, slgUlendo la propagacin de la violen-
bro que el autor le consagra pasa por alto su lapidacin, CIa misma.
omisin extraa para un destino de drama final inolvidable. Esta bsqueda de una ley universal, en los tiempos actua-
Como este linchamiento es el cohno de la violencia, no l~s, consagrados a lo local porqu~ cual9u.ier pre~ensin ha-
habr que plantearse las relaciones entre Quirino y Marte? CIa lo global es sosp~00sa de unpenahsmo, (constituye
Aquel se reduce a este? 0, por traduccin de estas imge- una fuerz.a.o una debdIdad? Comparar estas dos historias
nes, debemos considerar la economa como un conflicto de las re~~ones. com~aradas acaba relac~onando dos pro-
continuado por otros medios? Tenemos que volver a mar- blemas basIcos: ((edUCIr o no las tres funCIones a la unidad'
chamos a la guerra, deca hace un momento: ahora estamos Di?s nico o Trinidad? Describir culturas singulares o de:
inmersos en su furor. ~llr de nuevo la universalidad? Si la primera nos lleva a ele-
En historia comparada de las religiones, Georges Dum- ~ entre el politesmo y el monotesmo, la segunda turba el
zil propone un anlisis interior al politesmo, figurativo, tIempo presente: vivimos, pensamos en la actualidad en
descriptivo, sin enigma ni misterio, esttico o relativamente lugares separados o construimos un Universo? Se trata en
invariable a muy largo plazo, mientras que, siguiendo la g- realidad de la misma pregunta? Llegados a este punto no
nesis de lo sagrado a travs de la violencia, Ren Girard des- P!eferiremos habitar la diferencia y concebir sus fragm~ntos
vela el advenimiento, misterioso y progresivo, de un solo dIspersados nicamente en razn de nuestras prcticas y de
Dios, a lo largo de un tiempo cuya unidad vincula los anti nu~stra fe c~egas en los mitos del politesmo?
guas mitos con los dogmas nuevos, los politesmos y los (Construimos de nuevo un universo? La fabricacin de
monotesmos, en el que la ignorancia y la mentira van de- un atlas plantea la misma pregunta.
jando paso poco a poco al conocimiento y a la verdad ra-
cionales, y en el que la violencia sacrificial va cediendo
poco a poco ante el amor. Conservar el pluralismo trinita- LA VIOLENCIA UNNERSAL
rio o, uniendo las tres figuras funcionales entre ellas, encono
trar una explicacin nica y descubrir el monotesmo, este Ordeny motor: Zn"olencia causa tU s.?
es el dilema.
l1ustrad~ra y veri~cable -aunque no falsificable, como
suele ocumr en las CIencias humanas-, la divisin triparti-
Diferencia cultural o universo? ta prop';Jne n';Jmbres o imgenes para categoras, pero sin
orde~ 0:1 ~oncIerto~ ordena especies o gneros, pero sin dar
La triloga, por otra parte, parece cubrir un terreno, so- el pnnclplO de claSIficacin: tenemos, mutatis mutandis una
cial y conceptual, ms amplio que el de la violencia y lo sa- sistemtica y una taxonoma sin motor de evolucin o' Lin-
grado, ya que Marte parece representar a la primera, y una neo sin D~~n. La energa necesaria, productora d; desor.
parte de Jpiter solamente a lo segundo. Sin embargo, si sa- d.en, de cn~ls, de explosiones, de movimientos y de ordena-
bemos reducir a la unidad instituciones tan diversas como CIones vanas, procede de la violencia misma, inagotable-
la c=conOma y la produccin, la guerra, el derecho y el sa- mente, segn Ren Girard. En lo que se refiere a los grupos
ber, la explicacin racional, por el contrario, prevalece so- h.umano~, este ltimo sera a Darwin lo que Georges Dum-
bre la descripcin. Finalmente, si la obra de Georges Du- zi"es a tinneo, porque propone una dinmica, muestra una
mzil se limita a las culturas indoeuropeas, espacio mmen- evolucin y plantea una explicacin universal.

210 211
Volvemos as a la primera pregunta sobre esta energa: da Jpiter, a medias, yugula, como sacerdote, las violencias
violencia entre los hombres se desencadena por ella misma de Marte, el guerrero. Es el primer resultado de Ren Gi-
0, por el contrario, aparece como el efecto de una causa, rard, fonnulado en los trminos de Georges Dumzil.
otra y diferente? En este ltimo caso, esta razn sera esen-
cial y su consecuencia violenta nicamente derivada. La ex-
periencia, sin embargo, muestra que, sin padre ni madre ni
predecesor alguno, la violencia, por ella misma, se reprodu- Violencia y derecho: pretorios y tahlas
ce indefinidamente y la lgica lo demuestra tambin por-
que guerrear contra la guerra conduce a la guerra: su antte- Sin embargo, la otra semifuncin jovial, la del derecho y
sis o su negacin vienen a ser la misma cosa. Q!le lo otro, de la soberana, trata de desviar tambin la misma furia:
en estas circunstancias primeras, remita una y otra vez a lo sean cuales fueren las leyes, privadas o pblicas, civiles o pe-
uno indica, para Ren Girard, un origen mimtico; sin pa- nales, todas se basan, en suma, en algn contrato, imposi-
dre ni madre, efectivamente, la violencia nunca carece de ble de concebir o de definir si no es como un pacto o un
hennano gemelo. Solamente goza de su propia imagen. Ci- acuerdo que tennina o evita un conflicto.
temos otras causas para su aparicin y se reducirn a excu- De este modo, la Alianza puso fin al desastre diluviano y
sas que, por el contrario, se derivan de ella. As pues, es cau- firm su contrato del arco iris, puente celeste sobre las
sa de s. aguas. Otro ejemplo, entre diez mil: en la tragedia de Ata-
la, Vo1taire vea la obra maestra del espritu humano; lo sa-
grado triunfa directamente de la violencia. Has ganado, Dios
La violenciay lo sagrado o Martey jpiter? de losjudfos, concluyen los ejrcitos de la reina crueL A esta
media verdad, aadamos su complementaria: Horacio, de
y, como un torrente tropieza con los aluviones que arras Comeille, merecera, sin duda, la misma lisonja, pues los
tra, por s mismo, como se desva a veces ante los cmulos combatel cuerpo a cuerpo, en pblico, entre dos veces tres
arrastrados por la furia de su corriente, este ro de fuego des- soldados elegidos, y el asesinato, en privado, de una herma-
h.echo atraviesa y construye imgenes, funciones y clasifica- na por su hennano, con desprecio de las leyes, emanan de
Clones. reglas que emergen, en el ltimo acto, en un tribunal en el
En primer lugar, lo sagrado nace de la violencia y la con- que imparte justicia el rey juez y en el que discuteri los pro-
gela o la frena, a cambio, al menos temporalmente; sin esta tagonistas, disfrazados de fiscales y abogados; la obra descri-
fonna religiosa arcaica, los grupos humanos se habran des- be el nacimiento trgico del derecho. La accin judicial fi-
truido entre ellos y se seguiran destruyendo hasta el lti- nal se desarrolla como un combate o como la misma gue-
mo: no habramos subsistido para contarlo. Muy justamen- rra continuada por otros medios: en el sentido del juicio, la
te llamado patriarca, No, por ejemplo, prepara y preserva crtica cierra la crisis. La Tragedia, en general, representa el
un resto antes y durante el Diluvio, imagen global de la lu- intermediario entre el espectculo directo de una ria o de
cha mortal de todos contra todos: descendientes afortuna- un sacrificio y esta puesta en escena que lleva el nombre de
dos de estas secuelas, renacemos sin cesar de la violencia co- proceso. El tragos permite pasar de la vctima al acusado, es
rriente y de una paz salvada de sus aguas. Ebrios de muerte decir, del acto violento a la accin jurdica regulada por un
intraespecfica, los hombres se matan entre s, no los anima- derecho.
les: tenemos as el Arca, nave que desempea el papel de Como 10 sagrado o lo religioso, las leyes nacen de la vio
conservatorio de los animales. lencia, y como ellos, nos protegen de ella temporalmente.

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crificiales en las que tambin se pueden detectar la huella
Violmcia y cognicin religiosa y el recuerdo jurdico de sus inicios sin cesar reco-
menzados: procesos de Zenn de Elea, de Anaxgoras de
Damos actualmente, en este libro mismo, una importan- Clazomene, condena a muerte de Scrates, suplicio de
cia creciente a un tercer atributo de Jpiter, el del conoci- Abel~do, hoguera de Giordano Bruno, juicio de Galileo,
miento, del que Georges Dumzil habla poco. Si la historia decapItacin de Lavoisier, suicidios trgicos de Boltzmano
ensea algo, la de las ciencias, al menos occidentales, ensea y de Turing__ . libri calamitatum... qu pasa en las escuelas
que de la religin y del derecho se derivaron las ciencias. En cuando se inventa una ciencia?
las sociedades tradicionales de esta regin cultural, los ma- Sacerdote, y juez, y sabio, Jpiter en suma, se afana en la
gos, druidas, pastores, sacerdotes, clrigos... es decir, Jpiter, obra de Marte: aqu termina la primera demostracin.
monopolizaron durante mucho tiempo el conocimiento y
la enseanza. Ahora y a la inversa, los sabios forman una
Iglesia, con sus dogmas, sus dignatarios y sus herticos, su Elplano de 1m campos de bataDa
hagiografia y sus ritos.
y de nuevo vecinas de la violencia y producindola a ve- y qu hace Marte en realidad? Comprender, ahora, que
ces, las ciencias luchan contra ella y la atajan: abrir una es- la propia guerra trata de detener, al menos durante un tiem-
cuela viene a ser cerrar una crcel, dice Victor Hugo; y Spi- po, como un slvese quien pueda, los peligros terribles a los
noza: las pasiones ms violentas se calman con el conoci- que la violencia expone, requiere un esfuerzo inteligente de
miento de estos movimientos del alma. Tras Atala y generosidad paradjica.
Horacio, tomados de tradiciones colectivas por autores indi- No digamos que la guerra resuelve problemas, porque es-
viduales de idiomas hermanos o vecinos, la humanidad en- tas palabras se adaptan mal a los hechos. En lugar de impo-
tera, horrorizada, asisti hace medio siglo a la tragedia glo- nerse, cOJTIO un pro-blema ob-jetivo se arroja frente a noso-
bal titulada Hiroshima, para la que la comunidad cientfica tros, la viblencia yace en m, en ti, en l, en todos, se extien-
de la poca, tras haberla escrito, en el desierto, en lenguaje de alrededor nuestro y entre nuestras relaciones como el
fisico, se ocup de la puesta en escena gigante que termin, aire que nuestra vida quema o un agua en la que 'nos deba-
tambin en este caso, con un pacto frgil, gracias al cual so- timos, y en la que la hominidad se sumerge con complacen-
brevivimos todava en este momento. S, el teatro gigante cia y repulsin. Si podemos, como mucho, apartarnos de
cambi de escala aquel da y pas de las ciudades llamadas un problema, o suscitarlo con la actitud, cmo escapar a
eternas por las lenguas de estos lares, Roma y Jerusaln, al aquello en lo que estamos sumergidos? Cmo prescindir
mundo entero, sacralizado, mientras que, huyendo de las en el mar de una barca?
gradas, el pblico pobl el planeta. Da de ira, en el que co- En ese caso y sin paradoja, por muchos estragos que
menz la ciudad universo. h~ga, la guerr~ sUI;'0ne ~l reconocimiento, entre ellos, de go_
La violencia siempre deja huella, ms o menos visible, en bIernos y capltamas, asl como la observancia al menos re-
las instancias que se alzan para hacerle frente: las religiones lativa, de reglas comunes o de convenios: ini~ialmente de-
ms avanzadas se siguen deslizando por la pendiente del clarada dentro de las formas de un derecho, se acaba con un
consumo de sacrificios; procesos clamorosos nos devuelven annisticio o un pacto, lo que significa, en todos los casos,
de vez en cuanto a las bases de las leyes. En cuanto a la his- contrato y acuerdo, como nos proponemos demostrar.
toria de las ciencias est cayendo en acciones judiciales y s.a- Marte rinde pleitesa aJpiter el jurista.
O la guerra resuelve temporalmente los litigios y los con-
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tenciosos, es decir, los conflictos engendrados dentro del y es no obstante una solucin sacrificia1. Los polemlo-
marco de un derecho previo, o, en caso contrario, y al con- gas, cama los reyes de Alba y de Roma, no se suelen apo
trario de lo que parece, nunca se declara para que un grupo yar en el argumento sacrificial tpico: ms vale matar a unos
se vengue de las violencias que otro le ha hecho sufrir ante- pocos que ver morir a muchos, o incluso llegar a la extin-
rionnente, como en vmdetld, sino para sustituir, con toda la cin?
rapidez posible, por el conflicto organizado, ordenado, la Marte se confunde con el Jpiter sagrado?
verdadera violencia, desorganizada, cuyo desorden resulta
ser rpidamente demasiado peligroso para ambos beligeran-
tes al mismo tiempo; esta ltima circunstancia revela que Prolongaci6n en el mapamundi
[os dos grupos realizan su guerra. En consecuencia, su ges-
tin, comn, necesita un acuerdo. Jpiter: el derecho y Marte; los ejrcitos, un solo dios en
As tenemos que entender, por ejemplo, que en los tiem- dos perso,?-as, es decir, dos. mtodos ,similares para combatir
pos mticos de los orgenes de Roma, los dos reyes, de Alba la. v101encla. Cuarenta legtones de Angeles y Arcngeles se
y de la Ciudad, eligieran, para combatir, entre la poblacin, disponen en fonnacin de batalla en nombre de este dios
que qued as liberada, un ejrcito de soldados, y luego de casi nico..: Si quiere! la paz, preprate para la guerra: pode~
esta divisin, que queda en reserva, tres campeones en cada mas traducu esta antigua expresin para inscribirla a modo
campo. Se preparan baluartes sucesivos cuyos restos expo- de divisa, sobre sus cascos azules? '
nen a un mnimo de hombres, economizando en el sentido Cuando una instancia, tan global que se convierte en
literal de la palabra: leva de una legin, en primer lugar, universal, se interpone en guerras lo bastante locales como
para preservar la vida del pueblo, eleccin a continuacin para que las veamos como tribales, pide annas para desar-
del equipo triple para preservar la vida de la mayor parte de mar~as. La historia, aqu y ahora mismo, no repite el gesto
los reclutas; doble eleccin cuya superposicin funciona arc~co de su propia fundacin, en la que una prolongacin
como dos cortafuegos. A las violencias de hecho, fatales haCIa adiante eXIge una fuerza para atajar una propagacin
para grupos enteros, porque se prolongan sin obstculos y amenazadora? La tesis de Ren Girard va hacia el universo
universalmente, las guerras oponen un orden que salva a construyndolo paso a paso, a lo largo de un camino que va
gran nmero de hombres. Habrn inventado ellas los pri- de un lugar hacia una extensin. La antigua paradoja gue-
meros contratos? ~a-paz se explica por la opo~icin .entre lo global y lo local?
Marte se vuelve hacia Jpiter el soberano. {Slo nos entregamos a la VIOlenCIa por estrechez de miras,
Como este ltimo, el guerrero tiene tambin el objetivo corporativismo, particularismo o pasin desatada por nues-
de regular la violencia y, como pretende frente a todas las tra pertenencia? ~ paz, falsa o verdadera anUncia el uni-
criticas, preparando la guerra hace perdurar la paz. Hace fal- versal nico? '
ta mucho tiempo, muchos conocimientos y experiencia, sa
biduria e incluso resignacin para acabar pretendiendo que
las guerras, los ejrcitos, las estrategias establecidas, gendar- Historia de la historia: estado de naturaleza
meras y policas, como marcos colectivos y jurdicos de la
violencia, protegen en realidad contra ella, que resulta mor- Las cul~ras de las que proced.emos todos, dado que las
tal, para los individuos y para los grupos, si se desencadena ~t:as, erradicadas de l~ faz de la tierra han desaparecido, re-
sin ley. La guerra se opone pues a la violencia al menos tan- ttradas de la construcclon lenta de lo universal son testimo-
to como a la paz. nio todas ellas, al menos en mi conocimient~, del carcter

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originario de estas guerras, entendidas como acciones con
flictivas en las que el ordenamiento y el derecho permiten a bres entr~ los dbiles~ confroptacin de un desequilibrio tal
los beligerantes no destruirse hasta el ltimo. que eqmvale a Un !tnchamIento colectivo organizado de
As hay que entender las gigantomaquias mticas o las hombres que no se pueden contar porque no cuentan.
guerras bblicas, o que descifrar la imagen misma del Dilu- ~o obstante, entre la violencia sin leyes que invade lo co-
vio 0, aote todo, la de las primeras aguas mezcladas sobre lecnvo, como una epidemia de peste, entre este estado de na-
las que se cierne el espritu ordenador de Dios, desde nues- tu!'1~za, con prolongac.iones incontrolables, invocado como
tras religiones semticas o indoeuropeas, o que recordar las o~gtnal por algunos filosofas del derecho, y el ejercicio orga-
guerras de Troya, o de Alba, o de los etruscos, para la zona I1fzado de la guerra, el derecho y slo el derecho es la diferen-
grecolatina.... Con este paso de un estado de !acto a un esta- CIa, c~ra marca se v.e en las barreras que se alzan ante la pro-
do de iure, realizan todas ellas tal yrogreso cuftural, o firman pagaclo~, que se nude con el ahorro de la pandemia.
u.o contrato tan decisivo, desde e punto de vista antropol- ~fuchvamente, el derecho suele ser el del ms fuerte. Yel
gICO, que los hombres actualmente vivos descienden, sin ~mco progreso notable ~n la his~~ria de la humanidad pasa
duda, todos ellos de antepasados que slo sobrevivieron sIempre por la defensa, sm condICIones del ms dbil Q!te
gracias a pactos de este tipo. Por eso ocupan un lugar origi- da el trabajo de corregir indefinidamen~e las leyes y ei dere-
nario en los mitos y las leyendas. cho, que sIempre se apartan de la justicia. Y enmendar las
La filosofia del derecho moderno traduce, en una tesis reglas es siempre m.eior q~e mat:ar..La guerra produce me-
abstracta, esta historia de origen o de antropologa funda- nos muerte que la VlQlencIa: sacnficlO colectivo a Marte si-
mental: el estado natural consiste, no en una guerra - Tho- gu~ funcionando el proceso economizador del sacrifi~io.
mas Hobbes parece cometer un contrasentido cuando escri- ~Ientras que la paz inocente suea con no provocar nin-
be beOum omnium contra omnes- sino en la violencia libre gun muerto.
que, desatada, enfrenta a todos contra todos y a cada uno
con cada uno, amenazando al grupo con la extincin total.
As pues, el contrato social que se deriva, pacto de dere- Planos del fmg, del campo deftboly del estadio
cho, designa la guerra como institucin posterior al estado
de naturaleza y productora de la historia. Esta ltima co- . f\ntes de deja: a M~rt~, destaquemos que preside tam-
mienza y se comprende por las guerras y gracias a ellas; al bIen representacIones slnulares a la tragedia pero de una na-
menos no habra existido la historia sin ellas, tan funda- turaleza diferente,. sin text? para declamar, por lo que los
mentales en este sentido como la economa, pero sin duda doctos ~as desprec.Ian amphamente. Aqu y all, en funcin
ms arcaicas, primitivas y fundadoras que ella. de las clfcunstancIas, estalla la violencia; vuelan los pueta-
zos, las p~tadas, las pua!adas o los ~iros... las reglas del bo-
xeo, del fUtbol, de la esgnma o del trIatln los reducen a un
Sacrificio a Marte lugar, exactame.nte ~ibujado, a un tiempo bien delimitado,
a unas convemenclas y a una .desnudez predeterminadas,
Qye se me entienda bien. No pongo en duda en modo al- fuera de los cuales el enfrentamIento no conoce ninguna re-
guno que, injustas y criminales, la mayor parte de las guerras gla y la violencia se desencadena a veces gravemente. El
expresan la ley atroz del ms fuerte: a veces terminan con la rugby pasab~ en otros tiempos por un pasatlempo de gamo
muerte, accidental, de algunos puados de combatientes, berros practIcado por caballeros, cuando en realidad es la
entre los poderosos, y de 'varias decenas de miles de hom- mejor forma de e1evar;;e del estado de golfo al de adulto
educado. En un espaclO y durante un tiempo determina-
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dos, quien juega arriesga su cuerpo desnudo, de acuerdo plicados en la crisis, lo inmolan en su lugar para reconciliar-
con un rito y con referencia a un rbitro, considera protegi se tras el linchamiento. Emerge entonces una evaluacin
das sus partes vitales y leales sus propias acciones de fuerza, propiamente econmica, cuyo principio justifica siempre el
como las reacciones violentas, incluso desviadas de sus ad sacrificio por un ahorro mximo de vctimas: uno por to-
versarios. Al reconocer el arbitraje, al que se somete la vio dos, el propio chivo expiatorio, en caso de lo sagrado o de
lencia, la ria entra, a travs del deporte, en el derecho, Jpiter, y "unos fOCOS por todos, en el de la guerra o de
como lo haca la guerra. Inocentemente, como la ciencia, Marte, caso en e que tres campeones se entregan en lugar
espero, maana. de los ejrcitos de Roma y de Alba, entregados a su vez en
y qu es el libre albedo? La instancia de derecho que lugar de los adultos de ambas ciudades. Estas sacas electivas
invento, en m, para aculturar a la fiera que mata. responden, acabamos de verlo, a la pregunta cuntos
muertos cuesta la conservacin del grupo? Uno a Jpiter,
los portadores de annas a Marte, cuntos ms a Quirino?
Vuelta a la cognicin El. principio de la economa se dirige hacia la econona
mIsma.
Tenninemos con Marte como con Jpiter. Cuando se La cuestin prctica de los trabajos y prestaciones que
hace cientfica, la eficacia mortal de la guerra pasa a depen- pueden cambiar la faz de la tierra, por medio de herramien-
der de nuestros conocimientos, ciencias y tcnicas. Recpro- tas o de mquinas, se plantea en los mismos trminos:
camente, los avances de estas proceden a menudo, en lo cunto cuestan esas realizaciones, en dinero y en capitales,
que se refiere a sus programas y financiacin, de las institu pero tambin y sobre todo en sufrimiento y en muertos?
ciones consagradas a los combates. Vuelven las preguntas No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos, dice
que plante Hiroshima, tragedia y sacrificio humano al la sabiduria popular. De ah viene que toda praxis sea sacri-
mismo tiempo. Desde aquel da de ira, que se multiplica a ficial, cuando calcula, con rigor, el mejor resultado con el
veces por Chemobil, Seveso y otros ocanos y hospitales, mlimo gasto, ya que esta optimizacin dirige el gesto del
tenemos miedo de perpetrar algunos sacrificios, imprevisi- sacrificio, religioso, claro, guerrero tambin, pero ahora tc-
blemente nacidos de nuestra libre investigacin. nico y productivo.
Una ciencia moral nueva, decidida a dejar de ser sacrifi-
cial, se desgajar maana de la actual, resignada a seguirlo
siendo? Este es un criterio tico, sencillo y decisivo, que se Prcticasy teoras cient(ficas
impone en un momento en que todos los saberes exploran
lo posible y a veces lo hacen realidad. Al igual que la guerra y lo sagrado aceptan pagar el pre-
cio de la sangre para la conservacin del grupo, el trabajo y
la investigacin cientfica de lo posible y de lo verdadero,
EcoNoMIA y SACRIFICIO dentro de la objetividad de lo real, llevan a aceptar tambin
un precio, aunque lo minimicen. Ejemplos: cuntas annas
Extensin del samjicio hada la universalidad para cuntas herramientas? Cuntos ignorantes, misera-
bles, hambrientos... para tanta concentracin gigante de
Dentro de la rbita de Jpiter, el carcter sagrado del chi- mepios, de dinero, de conocimiento y de patentes? Al ex-
vo expiatorio, cargado con la violencia y los pecados del plorar la virtualidad de los escenarios posibles, nuestras
grupo, viene de que cada uno y todos, unnimemente im- ciencias, cuyas teoas dirigen o hacen eficaces la mayor par-

220 221
Superficial hasta la tontera, Voltaire hubiera debido
te de nuestras prcticas, obede~e!1 pues al ~smo, principio aprender mejor de su marquesa la mecnica matemtica,
del mejor resultado con el ffimlmo gasto. c.Qte entende- para evitar la metedura de pata de hacer pasar por optimis-
mos por esta minimizacin? mI gasto del que hablamos su- ta beatfico a aquel cuyos sistemas de ecuaciones tienen en
pone muertos? Cu.ntos? '" . . cuenta, por supuesto, que la tierra tiembla aqu y en Lisboa,
Aqu tenemos, bien planteada, la cuesllon I?ra~tlca. CO~ lo que nadie ignora, pero sobre todo el hecho de que los
creta y moral, dirigida ahora a n~estros conoc~mlentos teo- sesmos y las vctimas que implican entran dentro de los m-
ricos, entendidos como los mejores o los mas efi~aces, o nimos aceptados para un mundo de armonas maximiza-
como nuestros nicoS programas a largo plaz,? haCl~ el fu- das: el mal yace en el mnimo. De este modo, en la conclu-
turo; tericos y prctico~, es verd~d, p~ro al ~lS~O tH;,mpo sin del proceso de la Teodicea, hacia la cspide de la pirmi-
econmicos en este senlldo. Una mquletud: das CIenCIas se- de, imagen de este universo, se consuma un sacrificio
guirn siendo tambin sacrificiaies? .. . humano, gasto ms ligero o nmero de muertos ms pe-
Por primera vez, que yo sepa, en l~ hlsto~la de la sab~du queo.
ra, el principio del.aho~o no hace diferenCia e~tre la~ cien- Raro y maravilloso descubrimiento de un paso del No-
cias sociales y las ClenClas duras: para la supervIvencIa y la roeste, entre una de las ciencias ms claras y duras, el
estabilidad de los grupos humanos, as. como para la reahza- clculo infinitesimal, y dos ciencias sociales, una, entre las
cin de objetos que hay que de~cubnr o transfoJ?1ar, ac.eR- ms tiles, dicen, la econometra, y otra entre las ms somo
tamos un coste, que nuestros Ideales de segundad mml- bras, la antropologa: el clculo de las variaciones y de la
mlZan. asignacin de extremos en las curvas corresponden, efecti-
Es el precio del sacrificio. Donde dice: todo se paga, vamente, al nmero tolerado de sacrificios, como principio
todo tiene un precio... debe leerse: hay que matar. Todo cl- de economa, entendida en el triple sentido numrico, pro-
culo de optimizacin -----<cmo actuar o pensar sin l?~ e~ ductivo o prctico y religioso. Lo que pasa es que estos ca
conde y revela en realidad el problema del ~al. AqUl esta, nocimient)s, calificados con conocimiento de causa como
trgico, yaciendo, en l~ ~ase y en la regulaClon del ~aber y rigurosos, suponen muertos. El cadver, como objeto, es
de los hechos, en el mmlmo aceptado para un mximo es- fundador del grupo, desde el punto de vista. ~ociolgico, y
perado. el mismo hombre muerto es fundador, cogmtlvamente, del
objeto como tal que, efectivamente, se puede convertir en
moneda de cambio, como indica el sacrificio de Tarpeya, la
Leibniz pidada con joyas de oro. As este muerto es el fundamento
del objeto, que es el fundamento de la ciencia y el grupo,
Slo Leibniz en mi conocimiento, trat de hacer cohe- que es el fundamento del objeto, que... Slatues relataba esta
rentes los vnc~los entre la accin o el conocimient<;> Rro- fundacin en espiral hasta la intuicin de que la muerte es
ductores la cuestin del mal y el principio de Maxtmts el fundamento de la sabidura.
Minimis: que contrib~y, entre los I?!imeros, a. formular, Cmo liberamos de este maelstrom? Al margen de estas
relacionando en su sistema la creaClon del mejor de los tragedias repetitivas, de formas montonas, qu tica nos
mundos con los males menores. Este principio aparece guiar, pasada la poca de Leibniz, cuando la filos06a y las
precisamente en el filsofo q.ue supo d:splegar los mundos ciencias ms racionales continan con siniestras prcticas
posibles, y adquiere toda su lmport~nCla ahor~, en el nu~s arcaicas, para reducirlas hasta que cesen pura y simplemen-
tro, que recupera y explota estos mIsmos posibles y 10 vu te? Qy buena nueva nos librar de estos sacrificios?
tual.
223
222
Vuelta a la vtrdad Un solo dios en tres personas?

Valedero para las religiones arcaicas, para la gestin de la El sacrificio tena pues funcin y valor universales: para
guerra, para la economa y la cognicin, de valor prctico, la sacralidad jovial el uno por todos del chivo expiato
terico y cientfico, elJrincipio de optimizacin dirige la rio; los algunos por todos de la guerra o de Marte, tres
accin, objetiva y soci ,pero, como ley de la naturaleza o campeones o dos ejrcitos enfrentados; el principio del
de organizacin razonable del mundo, regula el conoci- gasto mnimo: (cunto cuesta? para la prctica de nues-
miento racionaL Ahora bien, por anulacin de su mnimo, tros trabajos y proyectos o para la realizacin de una posi-
sugiere, evidentemente, una moral, siempre tan nueva bilidad o de lo verdadero, en el campo de las ciencias y de
como es antiguo este principio por su repeticin, cuya ni- las tcnicas... aqu tenemos, en su principio, el concepto
ca regla considerar inaceptable a partir de ahora lo que mismo de Economa. Vuelta a la cuestin de partida y
mate, y admisible lo que no mate. paso a Q,tirino: los balances de produccin y de intercam-
y adems, en el mbito cognitivo en particular, lo verda- bio,los beneficios y los costes, los mejores negocios... se
dero corresponde a lo que se puede recibir, a aquello sobre deducen de la violencia, a travs de la optimizacin sacri-
lo que podemos ponemos de acuerdo. Aunque no existe ficial?
criterio alguno de verdad o de verificacin decisiva de una Q,t resulta de todo ello? Criterios, preguntas y respues-
idea o de una teoa, indefinidamente obligadas a la falsifi- tas: mientras que las guerras inmolan, evidentemente, las
cacin, el No matars, precepto exclusivo de moral en religiones conserVan o no los sacrificios? Las mejores los su-
otros tiempos, converge hacia el criterio, epistemolgico, primen. La cognicin y la prctica, las ciencias y las tcnicas
de la verdad. seguirn siendo tambin sacrificiales? Las verdaderas aban
Slo aceptaremos esta ciencia, no si acepta matar muy donarn esta condicin. La economa se entrega o no, ella
poquito, sino nicamente si no mata en absoluto, exacta- tambin, a estos crmenes repugnantes?
mente cuando abandone el mbito de lo sacrificiaL La ver Las tres funciones tienen el mismo objetivo? La econo-
dad equivale a fin de cuentas a la inocencia. Con este rase ma, en general, contina esta misma guerra con medios
ro se miden la verdadera filosoBa y, sin duda, la verdadera diferentes de las annas? Q!1irino se entrega a las mismas
CIenCIa. ocupaciones de Marte? Ausente de la clasificacin, un
Esta es tambin una gran novedad sobre la nocin de so~o dios de viol.encia, o un demonio nico, podra susti-
verdad, como las dos revoluciones que tuvieron lugar, la tUir a los tres dIOses fundamentales del politesmo anti-
primera, cuando la aurora griega diferenci la alelna hom guo?
rica, gloria deslumbrante, exclusivamente social, o notorie Jpiter trata de limitar la violencia con la religin, el de
dad nacida de la historia, ms all de la muerte, de la verda- recho y el saber; Marte, con la guerra, como accin de dere-
dera luz, evidentemente y objetivamente solar, de los filso- cho, y la partici.\?acin regulada en los conflictos de legiones
fos gemetras, o cuando el alba_ de nuestra era separ los armadas; Qy.inno los imita con la competencia entre pro-
dioses, considerados falsos, del Unico verdadero: los falsos ductores y las batallas comerciales, la lucha de clases y la ex-
dioses matan; el verdadero crea. plotacin de los hombres por aquellos que no se conside
ran Sus semejantes?
Monotesmo formidable de la violencia universal.

224 225
no conoce reglas ni leyes, ninguna barrera para su propaga-
cin universal. Esta exclusin fuera de la ley se acerca al
Los Miserables riesgo mximo de eliminacin o de erradicacin: supera al
homicidio, ya que este ltimo se define de acuerdo con le
Para ampliar las demostraciones a este tercer dios, la lti- yes penales... y roza el genocidio, ya que est en juego la
ma prueba debera estudiar detalladamente la economa y prctica totalidad del gnero humano.
las ciencias correspondientes_ Suponiendo, cosa improba- El universal que buscamos se descubre, no en la organi
ble, que pudiramos dominar semejante masa de datos, zacin social, las instituciones o la poltica, sino, a la inver-
cmo estar seguros de poder reducirlos a un resultado tan sa, en la desorganizacin, que deja al desnudo todas las es-
sencillo? Ms vale invertir la cuestin y considerar un esta- tructuras, y en el lmite, en este estado de miseria, quiz tan
do concreto lmite, en el que la ausencia total de fortuna antiguo como el origen del hombre, que los filsofOs des-
equivaldra a la desaparicin de Q!tirino. En otros tnni- cribieron, desde hace cuatro siglos, sin saberlo demasiado,
nos, qu ocurre, no en la produccin, los intercambios y cuando abordaron el problema del Mal. El miserable, efec-
los bienes, pero sin ellos? tivamente, sufre males 6sicos: hambre y fro, enfennedades
As llegamos a los Miserables. Ms que la indigencia y la y muerte precoz... pero tambin mal moral, ya que un
pobreza, la miseria, radical, ser tan universal como la ,:io- acuerdo social se suele realizar en funcin de la responsabi-
lencia misma? Podemos hablar entonces del hombre nuse lidad que asume de encontrase en tal estado... la palabra mi-
rabie? Una demostracin negativa siempre vale ms que ve- serable, al menos en francs, designa no slo al ms que po
rificaciones positivas, indefinidas, pero nunca plausibles. bre e indigente, desgraciado y pattico, sino tambin al des-
honesto, malvado, vergonzoso y despreciable; la historia
occidental dud durante mucho tiempo entre la horca y la
LA MISERIA UNNERSAL piedad.
Si fomtdamos, de nuevo, el principio de economa, no
Miseria y violencia debemos resignamos a producir esta miseria como un pre
cio que hay que pagar por el crecimiento y el progreso de
La experiencia de la miseria muestra que, sin fortuna algunos hacia el bienestar y la sabidura? No se trata de un
-sin el dios Qyirino-, el individuo o el gruJX> ven desa- escndalo inmenso? No intercambian su lugar el mximo
parecer tambin el derecho, la cognicin y toda soberana: y el mnimo, ya que un grupo escaso sacrifica a sus valores
ya estn sin Jpiter; as como toda polida o gestin de las ac- ptimos una multitud colosal de miserables?
ciones conflictivas: ya estn sin Marte, entregados a la vio-
lencia pura y sin reglas. La ausencia de uno de los tres dio-
ses, Quirino, implica ta.mbi~ u~a !alta total de l.os otros Holocausto aQJtirino
dos: podemos descubnr mejor mdlce de su relacin y de
su unidad? Estas desapariciones implican sobre todo la pr- Porque hombres ricos de naciones acomodadas los sue-
dida de toda proteccin contra la pennanencia de relacio- len considerar responsables de su propia condena a muerte,
nes violentas: podemos descubrir mejor ndice de la reduc- los Miserables se cuentan por centenares de millones, en el
cin? La violencia es el fundamento de toda institucin. Tercer Mundo del Sur, y en el Cuarto Mundo que crece r-
. . .,Individual o colectiva, la miseria hunde a los hombres a pidamente en nuestras ciudades, tanto en Oriente como en
los que abruma en un estado lmite en el que la violencia Occidente, entre las nuevas vctimas del ms inmenso sacri-

226 227
ficio que nuestra historia, bastante repugnante sin embargo, que expresa nuestra condicin mortal o nuestro ser para la
haya conocido y perpetrado. Si la guerra es un sacrificio co- muerte. Ecce homo.
lectivo a Marte o preparado por l segn el principio de la S, tal es la universalidad del hombre. Venimos del sufr
economa, la miseria parece ms sacrificiai todava, ya que mi~nto, de la miseria, de las aguas fluctuantes sin lmite, de
afecta a una poblacin tan importante que iguala prctica- la tIerra y de la muerte. En ella vivimos en parte. A ella es-
mente al total de los hombres: aceptamos un holocausto gi- tamos siempre condenados, desde el momento en que con-
gantesco a ~irino. fesamos que slo somos hombres, frgilmente protegidos
Este otro falso dios, no mata tambin en gran nmero, por dbiles instituciones. Nos reconocemos todos, en el
a travs de ciencias y prcticas de cuya verdad deberamos fondo de nosotros mismos, como miserables o siempre ex-
dudar? Mata ms que los rituales antiguos y los combates puestos, vertiginosamente, al riesgo de volver a serlo.
marciales, en un crecimiento histrico escandaloso que ta- QI estatuto pretenden los dems? La divinidad? Nos
pan las supuestas necesidades de la economa? No ser
este aumento innoble marca un desgaste progresivo de os
'1"' convertimos en falsos dioses? A qu extrao y brbaro po-
litesmo de nosotros mismos nos sometemos?
obstculos para la violencia. a medida que vamos de Jpiter
a Marte, y de este a Q!irino, ya que el primero acepta sacri-
ficar a un solo hombre. chivo expiatorio en la cspide de la Vuelta al estado de naturaleza
pirmide, el segundo a tres campeones o a un ejrcito,
mientras que el tercero, ms contemporneo, asesina a la De golpe, lo que los tericos del derecho, Hobbes o
humanidad prcticamente entera? Como la econOlla espe- Rousseau, por ejemplo, dicen del estado previo de Natura-
cula con el conjunto de recursos y su escasez, habr que es- leza, o de cualquier condicin primitiva, en donde la uto
perar que las pocas pandillas de gngsters que gozan de pa o la ucrona, formales o condicionales, preceden al esta-
ellos logren, por medio de esta violencia pura y sin ley, la do social de derecho, con la soledad salvaje de los hombres
erradicacin de los grupos de Miserables, numerosos y ma- o la guem de todos contra todos -impropiamente llama
yoritarios, para quedarse, sobre el Arca rica. como nicos da guerra, lo repito, pues esta violencia sin leyes no tiene
supervivientes de un nuevo Diluvio? No estn patentan- nada que ver con el estado jurdico de conflicto regulado
do, para convertirse en sus propietarios, a la totalidad de las mediante declaraciones---, todo lo que pretenden de abs-
especies animales y vegetales? tracto o de terico, sobre este estado primero, fundamental,
Terrorfico mapa del atlas contemporneo: una pequea abstracto, ahistrico~ trascendental incluso, se realiza, entre
isla o la cima de una montaa emergen de un ocano o de el dolor y la concrecIn, cerca de nosotros o en nuestra pro
una tierra infausta. pia existencia, en la supervivencia de los Miserables. Con-
c7ptual.o imaginario, el estado de Naturaleza, en el que la
VIolenCia no conoce regla alguna, se muestra como univer
Miseria fundammtal sal y ms real que la realidad cultural, local, frgil y relativa,
t~l Y. como la vivimos en el bienestar econmico, jurdico y
Entre la muerte definitiva y la existencia relativamente clvlltzado de las tres funciones: se trata del estado de Mise-
cmoda y protegida, garantizada por las culturas, sus dife- ria, que nunca tuvo historia ni filosof1a, porque yace antes
rentes contratos y sus instituciones, este es el estado en el <,"le la primera y apartado de la segunda.
que la violencia destruye antes de producir sus propios lmi- Contra los politesmos ricos, slo algunos monotesmos
tes: estado primordial, condicional, fundamental, universal, lo han conocido: por revelacin.

228 229
nico y a mostrar la universalidad del sacrificio y de la eco
noma. Abominable y presente, este universal sigue exigien-
Desmoronamiento de las clasificaciones culturales do en todas partes la muerte de los hombres, en gran nme
ro, en los combates, el saber, la produccin y la circulacin
Duelista o guerrero, Marte, y Quirino, cultivador, herre- de los bienes. Cuando mi lejana juventud abandon la epis-
ro, comerciante o banquero, simplemente porque son dio- temologa, le di a eso el nombre de Tanatocracia.
ses, se colocan del lado de los sagrado, por consiguiente de No hemos salido todava de las edades arcaicas, ciegas a
jpiter. Acabo de demostrar que jpiter y Qyirino trabajan estos holocaustos, nada ciegas a la Ilustracin de nuestro sa-
ambos para controlar la violencia: aqu estn, en compaa ber. Un da cambiamos de religin, dejando los sacrificios.
de Marte. Cunto tiempo y fuerzas consagraron la historia Ahora hemos cambiado de universo. El pueblo preferira
y las ciencias sociales para demostrar que lo religioso y lo que los sabios fueran los primeros en resolver el nuevo ca-
marcial se reducen a lo econmico... yo estoy gastando el rnina. Inventaran!
mo y las mas para demostrar ms bien lo contrario o la re- Cmo? Aqu lo tenemos, primero la escritura, y despus
cproca de estas teoras: jpiter y Marte se apuntan del lado nuestra decisin.
de Q!1irino, por el principio, universal, de la economa.
Si dos de los tres dioses se reducen siempre al tercero, in-
diferenciada, impotente para clasificar, la triloga se viene La palabra positiva correspondiente
abajo. El empuje de lo universal destruye este aspecto local
cultural. Como queramos demostrar. Con dos parbolas paralelas, San Lucas y San Mateo ex-
presan el principio de la economa no sacrificial, que recha
za el ms mnimo gasto, uno por todos, siendo este nico
Mapamundi: la violencia universal el propio sacrificado: Quiin devosotros que tieneelen ovejas, si
pierde una de el1ds, no deja las noventay nueve en el desierroy va
Las tres imgenes o funciones, identificadas por Georges a busear la 'que se perdi hasta que la e:rn:uentra? (Mat.18, 12;
Dumzil en las instituciones indoeurol'eas, consumen las Lue.15,6).
tres los mismos sacrificios, siguen el mismo principio eco- El que trae de vuelta la oveja descarriada invierte, de for-
nmico: rituales e infrecuentes en los templos y los tribuna- ma simtrica, toda la lgica econmica, pues deja las otras
les; imprevisibles y quiz evitables en los laboratorios; he- noventa y nueve ovejas en el desierto, lugar del que se sue-
roicas, pero limitadas, en los campos de ~atalla; ge~eraliza le expulsar al chivo expiatorio, acta de acuerdo con la in-
das al universo entero por las reglas dellOtercamblo, de la clusin, cuya fonna invierte la lgica de exclusin, y al con-
produccin y de la mencionada economa. vidar a sus amigos para la vuelta de la extraviada, transfor-
Dime cuntos hombres contribuyes a matar y te dir tu ma en fiesta positiva el sacrificio, la arcaica gala sangrienta:
oficio; deducir incluso tus ideas, al menos las ms medio- sin muerte ni expulsin, nos alegraremos todos juntos de
cres, las que defienden tu pertenencia o tu corporacin. que la vctima haya vuelto entre nosotros. El hijo prdigo
Ahora tratas, lealmente, de trabajar en la inocencia de lo ha vuelto: haba sido expulsado por su hennano?
verdadero? O la falsedad definida en el universal de la No slo el gesto nuevo rechaza, negativamente, toda eco-
muerte o la verdad definida en el universal de la vida. noma basada en el clculo de un porcentaje, incluso mni-
Comparar las dos historias comparadas de las religiones mo, de prdida, aqu uno por ciento, sino que muestra, po-
nos lleva a reducir las funciones a una sola o tres dioses al ~itivarnente, que el trabajo consiste en salvar, precisamente,

230 231
lo que por la costumbre y la razn habamos aceptado per-
der. No digamos ms: el progreso a cualquier precio, pero
paguemos todo el precio que cuesta el progreso.
Perder... alma perdida, mujer de costumbres perdidas...
este verbo vale tanto para la moral como para la econotIa
de los balances, llamados de prdidas y ganancias. Y no se
hace pasivo hasta que se cumple su acepcin activa. Este
hombre, esta mujer, esta oveja... descarriados, quin los
quiso perderJ
Este animal que expulsas, quin lo ech de casa para 2
que vagase errante por los desiertos. las montaas y los
hielos?
Contrato

Mtodos y tcnicas: de la creacin


Adoptado hoy en da por todas las disciplinas cientficas,
el mtodo por modelizacin y simulacin cambia la condi-
cin de la experiencia y de la realidad. Antao objeto, crite-
rio, prueba o juez de la ciencia, la realidad deja paso a lo vir-
tual. La ciencia se convierte en la ciencia de los posibles. En
biologa,"P0r ejemplo: por el paso del tratamiento del cuer-
po al del genoma. Haba que obedecer a la naturaleza para
controlarla. Ahora, le damos rdenes sin consultarla. Esta
ascensin hacia lo posible nos abre mundos nuevos, que
trataremos de crear cada vez ms, sin vemos obligados a te-
ner en cuenta el obstculo o la prueba de la realidad, anti
guamente irrecusable, que evitaremos mediante variaciones
virtuales.
Esta liberacin, relativa, con respecto a una realidad que
antes era necesaria, impone a los cientficos responsabilida-
des nuevas, ya que estn menos unidos que antes y que el
resto de los hombres al destino o a la fatalidad de la expe-
riencia o de la encamacin. Antes realizaban sus ap'licacio-
nes bajo el control del mundo tal cual. En parte ltberados
de estas exigencias, crean ahora, como el Dios clsico de los
filsofos y de los sabios, mediante posibles que se realizan
o que imponen sus clculos.

232 233
Hay que escribir de nuevo un juramento generalizado al
conjunto de las ciencias, ya que todos los sabios se encuen
V"dad tran ante responsabilidades creadoras. Lo prestarn o no, de
acuerdo con su libre decisin.
As nos encontramos con un cambio considerable en la Q!tien lo escriba abrir el nuevo milenio.
condicin de la verdad: antes estaba unida a las sentencias
emitidas por la realidad misma, experimentada en manipu-
laciones en las que la teora se someta a las condiciones
prcticas del mundo. En la posibilidad de las modelizacio-
nes y la materializacin de una realidad creada, la verdad
deja paso a la responsabilidad con respecto a una posibili-
dad realizable o impuesta. Sin salir del campo mismo de la
ciencia, con la virtualidad de la simulacin estamos pasan-
do de lo epistemolgico o de lo cognitivo a la tica de la ac-
cin, porque ahora pasamos, sin cesar, de la simulacin al
acto, del modelo a su realizacin, de lo posible a lo real.
La pregunta: decimos la verdad? converge hacia la pre-
gunta actuamos bien? A qu peligros de violencia, de
hambre, de dolores, de enfermedades, de muerte... exponen
estos mundos de nueva creacin a nuestros contempor-
neos y sus sucesores, a las generaciones futuras? El proble-
ma, epistemolgico, de 10 falso converge hacia el problema,
tico, del mal. La ley: di la verdad, converge hacia la regla:
no matars.

El compromiso del ci.entffico

Estas preguntas se han planteado, al menos una vez en la


historia, a un mdico griego de buena voluntad: Hipcra-
tes. En aquella fecha, slo la medicina era responsable de la
vida y de la muerte de los hombres. Ni el fisico ni el qumi-
co, ni mucho menos el matemtico o el astrnomo, todos
ellos consagrados a la explicacin o a la experiencia verdi-
cas, tenan que plantearse preguntas de este tipo. Una po-
ca tras otra, todos los mdicos prestan, al finalizar sus estu
dios, el juramento hipocrtico: nica prueba, o mejor, ni-
co testimonio de que una moral y un esbozo de derecho
pueden mantenerse a lo largo de las generaciones venideras.

234 235
3

Distancia y proximidad

Invitacin al viaje
Adivinen por qu despus de haber ledo Tinln en el nbet
prepar inmediatamente, hace ahora cuatro aos, una mo
chila de montaa, una manta fOlar y una colchoneta, y me
sub, un hennoso da inverna, al avin de Katmand, va
Nueva Delhi, para ir a pie desde Nepal hacia la frontera de
China.
Un tanto heroico para alguien que super hace tiempo la
edad del Capitn, pero soberbio s se anda en buena com-
paa, este vIaje exige, efectivamente, que haya visto y ledo
las vietas mgicas dibujadas por el gran predecesor: enton-
ces, y slo entonces, pasa por el1ado adecuado de los tsor-
tengs asiste con respeto a los ritos de los monasterios tibe-
tanos, cruza en equilibrio los rpidos sobre puentes frgiles
que incluso los sherpas franquean con angustia, come son-
riente su comida, ama su amistad, admira su resistencia ante
el peso que llevan como ante el fro que soportan... Cmo
llevar a cabo esta pequea hazaa sin recordar continua
mente la bsqueda de Tchang desaparecido, sin reproducir
el itinerario tantas veces recorrido, al menos en la imagina

* Las pginas que siguen exigen la lectura previa de Tintn m d Tbrt, de


Herg. [N. del <Ultar.}

237
cin, durante la infancia? En uno de aquellos monasterios,
cmo no sucumbir a la tentacin irresistible de soplar a es
condidas por la larga trompa, a riesgo de profanar un silen- La caza de la singularidad ms singular
cio sagrado dificil de escuchar?
Si adivinan por qu me fui, tendrn ganas de emprender, Como el de Tintn, el viaje se dirige pues hacia la pura ra
como yo, la ascensin conmovedora de sus recuerdos, la reza. Por qu ponerse en camino, sudar, arriesgarse a un ac-
otra, cautivadora, del macizo del Everest, o la mejor, des- cidente a veinte das de marcha de la primera y tosca enfer-
lumbrante, del genio de Herg: admirarn la yrecisin de mera, pasar sueo, hambre y fro, si no corremos hacia lo
este documental; no se perdern ni siquiera e crneo del e~traordinario! Qt pue~e haber en el mundo y en la
yeri, s. vtda. tan precIoso y tan sulgUlar que valga semejantes es-
Pero esto no basta. fuerzos? La amistad que mueve montaas y descubre al
amigo en peligro a diez mil kilmetros de aqu? mi amor a
la vida, cuando alrededor el mundo slo habla de muerte?
El santo monje que vuela, en xtasis, Rayo Bendito y Gran
El abominahk hombre rk las nieves Precioso? Las especies en vas de extincin? iA fin de cuen-
tas, raro porque es nico, este techo abierto del universo!
Si, adems, como lo hizo en mi favor, la suerte les sonre ~, por todo ello vale la pena cargar con una pesada mo-
tanto como para encontrar all a Robert Rieffel-iNamast, chila y.ascender ~urante largos das, en busca de semejantes
te saludo, VIejo camarada!- ngel maravilloso del lugar, excepCIones. Mejor an, existen en la vida otros objetivos
con su bondadosa sonrisa amistosa, autor, adems, de la interesantes? Salgamos pues abandonndolo todo.
mejor gua que se haya escrito sobre Nepal, descubrirn, Sin embargo, todas estas singularidades resultan corrien-
gracias a l-is, tambin!- al monstruo que se suele lla- tes, con respecto al inmenso descubrimiento realizado de
mar el abominable hombre de las nieves. repente, plimero por Tchang y despus por sus amigos, que
Viajero infatigable, experto inigualable sobre el Himala- salen a salvarle, pues comparado con l, ningn otro, en el
ya, Robert Rietrel ha reunido, a lo largo de investigaciones mundo y en la vida, ni siquiera quiz los anteriores, los ms
largas y pacientes, todos los testimonios de los encuentros raros, merecen el ms mnimo esfuerzo.
probados con el migou, desde hace unos cuatro siglos; los Por qu me march yo tambin? Porque tuve un sueo:
ha comparado, confrontado, criticado, analizado, cotejado, n.o, no so con Tchang, claro, sino can el yeti, precisamen-
relacionado con su propia experiencia, para llegar a esta ra- te, y ms 1?eneralmente con los animales que llamamos salva-
zonable, cientfica y sin cuestionamiento posible evidencia les y conSideramos feroces, que expulsamos hacia la cima de
de que claramente el yeti existe. Por qu? Porque hombres las montaas o el fondo de la selva. A veces los perseguimos
de buena fe, como l y yo, se 10 han encontrado. Sin em- para capturarlos, VIVOS o muertos, hasta su total extincin. Si
bargo, el nmero de testimonios comprobables desciende :lesaparecen, quin tiene la culpa? En francs, el verbo chas-
regulannente desde hace tres o cuatro siglos, hasta desapa- ler ~ene dos significados. Primero quiere decir expulsar, ex-
recer prcticamente en nuestros das. Esta extincin progre- :lwr, rechazar, despedir, desterrar, exilar, echar; a continua-
siva de las evidencias designa una especie de gorila de mon- :in, cazar, perseguir una presa dada para matarla. En una pa-
taa en vas de desaparicin. labra encontramos dos sentidos muy diferentes, que mi
Suponiendo que quede alguno, los ltimos individuos >ueo a~oci dUTaflte una partida de ajedrez, en la que la pie-
de esta especie deben ser muy raros. za de mi adversano expulsaba a la na de su casilla.

238 239
Me despert gritando: ah! la chddds5e, como si estornuda- malaya, pero tambin otro viaje, ms extraordinario toda-
se. Este sueo o pesadilla me revel que cazbamos a estos va., du~nte .el cual haremos juntos el hallazgo de la singu-
animales, fusil en mano, porque los habamos expulsado de landad lOesbmable. Pueden preparar todas las mochilas del
nuestra casa. No, so: algunas especies no se domesticaron mundo, ropa polar y colchonetas, alquilar los servicios de
a partir de un primer estado salvaje, sino a la inversa, se hi- veinte shetpas y de otros tantos yaks, escalar diez paredes,
cieron salvajes a partir de un primer estado domstico; no- plantar el campamento base sobre el hielo, orar en los cua-
sotros mismos los devolvimos antiguamente a la selva, ex- tro monasterios que se encuentren, buscar por todas partes
pulsndolos de nuestra vecindad. En un principio, reinaba l~s ,especies des~parecidas; se pueden quedar en casa, no ser-
el paraso de los seres vivos conciliados; vivimos desde en- VIra de nada mIentras no accedan a esta verdad que acab
tonces en el tiempo y en la historia de la exclusin. Slo se por descubrir el genio de Herg. Aqu est, les digo.
trataba de un sueo, pero me march inmediatamente de
viaje, siguiendo y persiguiendo esta intuicin. Tres viajes con tres mapas
Quiso hacerlo como yo lo hice, mucho tiempo despus
Lo lejano o wcercano: el monstruo de [ Po~que el propio Tintn pasa, en un momento dado,
por una IOmensa circunstancia que divide trgicamente su
Chasser significa tambin apartar, rechazar, colocar entre viaje, como una grieta.
s y el desterrado toda la distancia posible, por ejemplo, la Al principio. slo se trata de marcha de aproximacin,
que separa Blgica del Tbet,la mitad del mundo, sustituir la por senderos tollados, en compaa. Sin embargo, cuando
proximidad por la lejana: la exclusin convierte al prjimo todos los shetpas huyen sin retomo, dejando al gua, el jo-
en un ser lejano. Slo el intenso esfuerzo de un gran viaje ven y el capitn librados a sus propias fuerzas, comienza la
puede, a la inversa, hacer que el ser lejano se vuelva cercano. verd~d.era ~edicin. El corte brusco es ste. Qy valdra
Volvemos a encontrar los viajes y las distancias que meda un VIaJe, s.. los participantes no dejaran de estar asistidos
antes la pedagoga; sin embargo, la instruccin en este caso servidos y animados? Un cheque para el Club Mditerra:
se vuelve educacin y el saber deja paso a la moral. ne? Adems, esta expedicin verdadera tennina una vez
Al haber sido expulsado de una casa dulce y tranquila, ms, en las cercanas de un monasterio, bajo la avalancha de
casi materna, en la que encontraba comida y calor, fisico y nieve y a las puertas de la muerte. Sin la visin exttica de
humano, descanso, consejo y caricias, al haberse visto obli Rayo Bendito, qu habra sido de los tres hombres? La l-
gado a vivir en lugares inaccesibles, o a errar sin abrigo, por tima parte, decisi,:a~ sale de ah y ah vuelve. En otras pala-
regiones que nadie quiere, en las que no se encuentra nada bra~, el final del ,:aJe pasa a ser inicitico y religioso, msti-
para comer, sobre todo cuando llega el invierno con la nie- co lOc1uso, y contiene todas las enseanzas.
ve, el hielo y el viento. quin de nosotros no se volvera r- Cules? Ya llegamos. Pero hace falta otro mapa para no
pidamente duro, hirsuto, bruto... fiaca, sucio, descarnado . perderse.
espantoso, feo como un mono, peludo. terrible, peligroso .
destruido por la miseria inhumano... tan abominable que
no tiene otro nombre Pronto los hombres saldrn a su Nuevo espacio en el que lo peor es lo mt;jor. ..
vez, de su Casa tranquila y suave, para cazar a aquellos que Aqu estamos. Calentitos en nuestras casas, nos gusta ha-
sus antepasados expulsaron y cazaron. ~emos tras una buena comida preguntas muy complicadas
De aquel sueo naci esta marcha por el espacio del Hi- a propsito de la tica: si existe, por qu se pierde, cmo

240 241
aadir su plvora ligera a las tcnicas pesadas... cuando slo
hay una moral, muy sencilla fero terrible. Tintn en el Tt'het das, t.anto~ hombres monstruo, imposibles de nombrar
relata con toda la limpidez de mundo la verdad ms fuerte que, SI deCImos, ahora, expresamente, en este texto mismo,
y ms profunda que se haya dicho nunca bajo el cielo y q~e son buenos, nos veramos condenados tambin por los
para lo~ h~mbres:. l..u,e lo abominajJle es bumo y que acta trIbunales. Aqu tenemos una prueba, terrorfica, de la ex-
como nmgun ser clvdlzado lo hana, con dulzura y caridad. cepcional singularidad de la moral.
Ocurre en este relato la misma desgracia que ocurri en
otros t~empos al buen samaritano, que todo el mundo ca
nace sm comprenderla, desde hace dos milenios: su clari ... y /o lejano vuelve a serprximo
dad blanca nos impide, al deslumbramos, entenderla.
Acompaado por su Capitn, gran bebedor y vocinglero Por su ciclo mundial de viajes extraordinarios, condecc)-
sin par, nuestro hroe, como el samaritano, nos da, inagota- r~ a J:lerg hace tiempo con el ttulo de Julio Verne de las
blemente, tantas pruebas de bondad que, conmovidos, nos Clen~las ~umanas". Me e~uivoqu.loconfieso. Porque es-
quedamos en esta leccin. Como los monjes del Tbet le t~ CIenCIas crean tanta dIstancia entre el hombre que estu-
llaman Corazn Puro, tratamos ms bien, inspirados por li- dIa a los otros y los otros estudiados, que el foso no se lle-
bros de psicoanlisis acusativo, de ennegrecer la blancura ga nunca a colmar, que nunca se da la reciprocidad. Tin-
de la nieve, del perro y del alma infantil, desde que dejamos tn, por el contrario, reduce la distancia y convierte al
de amar el amor. Y todo lo contrario, bajo su luz incandes- alej.a~o o eX1?~lsado en. alguien cercano. Inventa pues la
cente, estas bondades ocultan la verdadera leccin: slo es- aCClOn o el. VI~J~ humamtario, como alardeamos de practi-
tn 'p~a cubrirla. Las singularidades visibles, por las que nos car ahora. <: VlV1remos lo bastante como para que las cien-
decIdimos a marchar, ocultan la verdadera singularidad. El cias sociales sustituyan una objetividad, a menudo inhu-
buen samaritano asimismo desgrana tales buenas acciones mana, por esta bondad inaccesible? Veremos nacer las
que creemos ingenuamente que el relato tiene como objeti- ciencias,humanitarias? En los viajes singulares dibujados
vo ensearnos a recoger a los heridos en la cuneta cuidar- por Herg no se trata de fotografiar lo extrao y lo diferen-
los, llevarlos al hospital, pagar a las enfermeras... a~o saba- te, para satisfaccin extica y viajera o para publicidad de
~os ya eso, y e~ demasa? Piedad plana, elemental! No, en los expertos ricos: todo lo contrario. lo lejano se vuelve
tIempos de Costo, los vecinos de los samaritanos, separa- cercano.
dos de ellos, los odian, los evitan, ellos y su pas, como los Lo ms alejado, proscrito o desterrado se vuelve mi ve-
ms ~etestados de los enemigos, de modo que los llaman, cino: no Tchang, evide~temente, amigo de siempre, ya
o caSI, los abominables hombres de las montaas. As, la cercano y frate~o, perdIdo porque un avin, accidental-
parbola evanglica del buen samaritano --en la que el ad- mente, c~y; SInO sobre todo, y esencialmente, este ani-
Jetivo contradice el nombre-- dice muy poco sobre la hon- mal hostIgado por los cazadores y los sabios, separado de
da.d, co~o se suele creer, sino que propone el descubri nosotros por la especi~ y por el espacio, ~iferente y, por
mIento Inmenso de la nica maravilla que tiene valor: que su;s costumbres, abommable: extrao, alelado, excluido,
el.pe.or de los hombres, bandido desterrado, ignominioso, all~nado, pero de repente, por mi desplazamiento volun-
cnnunal ante el gnero humano, se conduce con huma- tano: vecino, prximo y fraterno. Tchang es la ocasin el
nidad. pretexto del viaje; da simplemente un objetivo a la mar~a
Ahora conocemos tantos equivalentes de estas dos histo- de acercamiento. Cul es la finalidad de la autntica ex-
rias, similannente conocidas e idnticamente incomprendi- pedicin?
El yeti. Marchando en busca de un hombre, encontra-
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243
mas al yeci. A la inversa, si hubiramos salido en busca del
yeci, a nadie se le ocurrira buscar a un hombre! Una vez
descubierto el yeci, ya que tenemos la suerte de haberlo al Inversin del espado
canzado, ahora tenemos que encontrar al hombre. Aten-
cin, es l! Leed y mirad con toda vuestra atencin: que Tintn haya
Lo peor se convierte en lo mejor y el animal es bello y perdido a su amigo, es algo que le conmueve a l y a noso-
bueno! Qu visin hace levitar a Rayo Bendito y slo le tros: emprendemos con l el ms peligroso de los viajes del
hace volar a l, porque, visiblemente es el nico que como mundo y el ms maravilloso, hacia todas las singularidades,
prende, y te har volar maana a ti, a tres palmos del sue- para encontrarlo. Se ha terminado la marcha de aproxima
lo, si cambia tu alma? Este inmenso descubrimiento de cin. Qye el migou se encuentre, a su vez, separado de su
que el peor de los animales, el ms cruel de los brutos, el nuevo amigo a quin le importa?
que se ilustr con los peores asesinatos, el que ponemos La ltima desgarradura, tan profunda, tan arcaica y tan
todos, de comn acuerdo, en la picota, s, bestia feroz in- negra, que ignoramos de qu pozo fabulosamente inmemo-
munda, espantosa, negra, velluda, provista de un cuerpo rial, perforado en el fondo de su trax. brotan las lgrimas,
repugnante y de una faz innoble, cargada con todos los est en la ltima vieta oval donde, visto de espaldas, el so
crmenes del mundo, s, ella misma, es un hombre, aun litario de las nieves se queda solo en las cimas -no en el
que parezca imposible. No es que el blanco, nieve, hielo Hotellas Cumbres, cmodamente instalado, entre viaje y via-
y pelaje, se vuelva negro, sino que la propia excepcin ne- je----- mientras que la larga caravana va bajando por la caa
gra, greas y caverna, accede a la luz transparente y cn- da y los hombres hablan de l, preguntndose si acaso no
dida. Todas las psicologas del mundo le convencern ser ms humano, l, que ha salvado la vida al joven, que se
siempre de las impurezas de la pureza o de que el infier- pregunta si...
no est empedrado con buenas intenciones, que no hay Hay que dar la vuelta al mapa del relato e incluso al at-
nada ms fcil que enturbiar un manantial... pero la revo- las universal? El viaje acaba aqu? O comienza otro en
lucin ms inusitada consiste en ver que lo ms impuro este punto de simetra de este relato redondo que comien-
es puro. za por una imagen de un hombre de las nieves, visto de
Exactamente por esta razn, sin esperar, hay que empren- frente, y se termina por la de un montas, visto de es
der ese viaje. En el pas de todas las singularidades, por las paldas?
circunstancias ms improbables, hacia las cimas ms altas S, todas las desgracias del mundo vienen de esta exclu-
del mundo, saldr al encuentro de una especie en peligro, sin; todas las desgracias del mundo corren con estas lgri-
que maana podra desaparecer, sobre la que cambiar de mas que nos brotan al mismo tiempo que las que llora el
opinin: la especie humana. abominable, en estos instantes desgarradores en los que
La mejor de las bondades va a veces cubierta de un ropa hombres lamentables se preguntan si el caritativo tiene de-
je negro. Vale la pena arriesgar la vida para aprenderlo y ver recho al ttulo de hombre. Qyin sabe, dicen... A quin
lo, el paraso perdido recobrado, la vuelta a casa del expul hay que considerar salvaje en esta vieta final? A los que
sado. Entonces, toda nuestra imagen del mundo se invierte, marchan en caravana y bajan hacia el valle. dando la espal-
de izquierda a derecha y de atrs hacia delante. Todo gira a da, sin sospechar que su historia da vueltas en crculo, ni
nuestro alrededor al mismo tiempo que nosotros. Como que este nuevo habitante de las cumbres debera volver a sa-
todo se invierte tambin de arriba a abajo, qu tiene de ex lir al encuentro del nuevo amigo que un nuevo accidente
trao que levitemos? de fotograBa le hizo perder? A los que no ven las lgrimas

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de las g~rras de, 10~ hombr~s, caravana y capitn qu~ se lo
del abominable caer, ya que, como muchos otros, no miran llevan leJOS de el? <Le tratartamos, como se suele declf aho-
a los miserables de frente? Para qu viajar tan lejos y negar- ra, de forma humanitaria? O lo colocaramo~, de,spus de
se a verlo? haberlo estudiado, en un 200 o en un campo? Qte .bondad
El francs designa con la palabra misrable al que vive en _ ~

sobrenatural J.1os falta, en es~ h~ra vespertma y matutma:


la miseria, en el fro, sin comida ni cobijo, al que slo tiene La exacta simetra de la hlstona, en la que el pr~t~onts
una cueva para vivir y huesos de pajaritos para roer; pero ta simplemente bueno suea con Tchang, al pnnClplO, so-
tambin al que los otros consideran no humano. La mise- bre Wla cima, donde el otro, sobrenaturalmente bueno, so-
ria destruye la humanidad en el hombre? O, todo lo contra- bre las nieves eternas del fin, llora al mismo Tchang, debe-
rio, no ser que slo habita en lo que fue destruido por la ra conducimos a leerla al revs: a emprender los mismos
miseria. hasta la humildad ms abyecta? En francs, el hu- viajes desandando lo andado; a volver. a O?-i s~eo de caza,
milde y el hombre vienen de la misma palabra. &ee homo. en el mejor sentido de la palabra. DeCld: ~.que v~os a ~n
En las calles y en la plaza de Atenas, Di6genes el cnico se contrar, en Occidente, a la vuelta del Hlmalaya. Bestias
pasea, enarbola un farol encendido, en pleno da: busco un abominables que dan caza a los miser~bles.
hombre, grita. Rumbo a un viaje sin retorno por el cuerpo Si entendiramos esto, que lo abommable es bueno, que
social, hacia el estado de miserable sin cobijo, consagrado a la bestia inmunda es el hombre mismo, y si hiciramos en-
la filosofia sin idioma, cuyos gestos ejemplares son los ni- trar a todos los excluidos en la casa, nuestro mundo, en el
cos conceptos, Digenes el centinela va en busca de lo raro que la denuncia es el pan nuestro de cada da, se conve~a
y lo precioso, l tambin, marcado por la aversin de los en un paraso en el que levitaramos, como Rayo BendIto.
hombres; este brillo aadido de su lamparilla significa que Al inventar, medio siglo antes que nosotros, lo que l~a~a
la luz blanca del sol oculta la verdadera singularidad. mas viaje humanitario, Tintn llega al Tbet, como VIaJo a
Mientras que Platn enseaba que el hombre se define los Andes, China o las islas, para encontrar o para ~ar el te-
como un animal bpedo, sin plumas, Digenes lanz, di- soro dl::..la bondad, para hacer lo que los Mdicos SIO Fron
cen, en medio de los acadmicos en pleno debate, un pollo teras o 10s Voluntarios de la Ayuda a los Desamparados del
desplumado, declarando: Aqu est el hombre ~e Platn! Cu~o MWldo hacen, todos los das, en este momento, en
Digenes mostraba, ya lo hemos visto, que el ammal era el todas las latitudes, en la acera, enfrente de tu casa.
hombre mismo. Qt ilumina pues su farol? Slo ilumina Decididamente no, no es necesario irse tan lejos para ac-
al que lo lleva y se mantiene muy cerca de su luz paradji" ceder a la gran singularidad: ~1. plan~sferio.del ,?Wld~ glo-
ca: el propio Digenes el cnico, el perro inmundo, el abo- bal, ojeado para encontrar elltmeran? hacia palses leJ~os,
minable hombre del tonel. muscis un hombre? Encontra- equivale al mapa o al plano de los palse.s cercanos. Abnd la
ris un animal. Atencin, el hombre es ese animal mismo, puerta o mirad por la ventana: el abommable y bueno yace
tan miserable que sobrevive como un perro, sin hablar, y muy cerca de aqu.
que duerme en las calles, desnudo, sin recursos.

Itinerario sobre las redes


Itinerario ro el otro mapa
Pero no lo vemos desde que hemos dejado de observar
Qy ocurrira si el migou bajara a su vez, no de la nieve el mundo y los ho~bres, salvo por las mil esco~llas de l~
de los Alpes, sino de los hielos del Himalaya, para ir a bus- pantalla de televisin: no la tenemos en [a casa, smo que VI-
car y a salvar a Tchang, a la calle Labrador o a Moulinsart,
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vimos, viajamos, soamos, dormimos en su pantalla. Ho- En suma,la nica regla de moral podra asociar estos dos
rror profetizado por Herg en Tinln en /'1 Tibet, en el mo' inventos, lgico y analtico, ambos eminentemente raciona-
mento del terrible encuentro, imprevisto y formidable, con les, precisando que el prjimo es precisamente el otro ms
el hombre mono: y si, con el flash de las fotografias de otro, que se puede buscar durante un largo viaje, pas~ a
prensa, el circo idiota de los ricos, mir6n sediento de mise- paso, en un pas muy lejano. Qt puede haber ms raClO-
ria y de muerte, expulsara y cazara por el mundo entero, nal que esta regla, en la que la suma de las dos primeras, casi
para hacerle huir a pasos agigantados, el pudor de la cientficas ambas, retoma la nocin matemtica, admirable,
bondad? de holomorfismo: palabra rara, derivada del griego, que sig-
nifica sencillamente que un minsculo fragmento de espa-
cio tiene la misma fonna que su todo? La moral ms fonnal
Del invento racional en moral slo puede llegar a lo universal a travs de su contenido:
mediante la prolongacin o el viaje poco a.poco y.como
Hay grandes inventos, en la moral como en las ciencias: paso a paso; as solamente se puede constnu.r un uOlversal
ambas se parecen. no abusivo. La moral que dice que lo abarca por otros me-
Por la primera, muy lgico, debemos amamos los unos a dios grita por las redes... virtualmente.
los otros y abolir la costumbre, nacida de la pasin de la
pertenencia, de amamos, exclusivamente, los unos a los
unos. Entonces las fronteras se convierten en anillo de Prjimo porpropagaan y porprolonglUi6n
Maehus, a lo largo del cual la exclusin se convierte en in-
clusin. Entonces el espacio del atlas cambia. Dnde estar? Para llegar a unos amigos japoneses, para
Por las segundas, absolutamente matemticas y similares coser una floracin primaveral con otra, por qu agotarse
a la prolongacin analtica, debemos amar al prjimo como cruzando Europa Central, los Urales, el Tbet, el Nepal y
a nosotros mismos, es decir, abrir el camino ms pequeo China, sus montaas y sus ros gigantescos, cuando el. espa-
hacia lo ms infinitesimalmente cercano, para abolir la cos- cio virtual, en tiempo real, hace entrar en contacto dIrecto
tumbre, vanidosa y popularizada, del amor, globa!, a la ~u con ellos? Ni el Mont Blanc ni el Viso son un obstculo
manidad, acompaado a veces de un trato aboffilnable.lO- para las llamadas, que espero con impaciencia, de mi amigo
fligido al entorno inmediato, por aquel que lo pracnca. de Florencia; pronto, ni siquiera me impedirn verlo. Aqu
Quien ama al vecino no puede pro.clamarlo a los cu~t;r0 estoy, cerca de Chile, de Beirut y de San Francisco, como
vientos, porque esta prolongacin, discreta, secreta, caSl lo antes lo estaba, en el pueblo, del horno ydellavadero, al al-
visible, como mucho la perciben dos personas. El amor gIo. cance de la vista y de la mano. Por este espacio, proliferan
bal a la humanidad es, a la inversa, uno de los reclamos ms nuevas vecindades, que fueron raras en el antiguo. A las dis-
seguros, pues hay que anunciarlo con voz tan fuerte como tancias espaciales, dificiles de reducir, sustituyen nuevas
la cantidad de hombres que deseamos amar, 10 que, para el proximidades, redistribuidas, cuya sutileza convierte a un
conjunto de los hombres, supone tener una poderosa voz. hombre, lejano, en mi prjimo. Responde alguna prolon-
Ahora bien, si la prolongacin analtica se extiende de pr- gacin de la moral a este cambio de espacio? ..
jimo a prjimo, como transitivamente, de vecino a vecino, Dnde vivir y dnde habitar? Cuando los VIajerOS natu-
el amor global se har realidad sin que domine voz alguna; ralistas traen al museo y acercan, colocndolos en el mismo
hay que entender que el tnnino prjimo se cons~ye so- vecindario, en los jardines botnicos y en los zoolgicos, se-
bre un superlativo, mnimo, la menor distancia pOSible. res vivos de una especie que descubren a miles de kilme

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Entonces, hay que volver a empezar, facientemente, por
tres unos de otros, construyen un espacio refinado en el los caminos de la montaa, a buscar a otro, todava ms
que estas proximidades no simulan en modo alguno la rea- otro, el yeti, que prolonga la bsqueda anterior hasta lmi
lidad del terreno, fero cuyas aproximaciones, aunque artifi- tes inhumanos esenciales, del hombre al animal y de lo
ciales, permiten a menos la clasificacin y, como mucho, peor hacia lo mejor... para que estas contradicciones y estas
que se reproduzcan entre ellos. Los lugares, reales, de la TIe- imposibilidades se calmen, una vez ms, por prolongacin
rra, perpetan su espordica dispersin, el espacio virtual de cercano en cercano: esta es la continuacin de la moral,
del jardn garantiza su reunin: despegado de aqullos, este practicada al inventarla. S, de cercana en cercana, hacia lo
los prolonga sin embargo. Para lo peor y para lo mejor, las ms lejano, lo que nos arrastra hacia Tchang nos arrastra ha-
redes de comunicacin nos transportan a este tipo de jar- cia el migou. Entonces la prolongacin continua lleva lo lo-
dn, que los antiguos persas llamaban Paraso, y que nos cal a lo global y modela el espacio holomorfo.
hace vivir en una cercana, ms virtual que real, lgica, no All, el animal no es solamente un hombre, sino todos
material, los unos de los otros, en un mundo que ya es glo- los hombres, o el Hombre mismo.
bal, cuya coherencia nos solidariza, en el sentido nsico y
moral del trmino. La humanidad entera es, virtualmente,
mi prjimo. S, todo se invierte: quin carece ahora de vi- Con una extensin virtual de la geografia, saber funda-
sin global? Antes olvidaramos nuestra localidad. Enton- mental porque, como seres vivos, habitamos este mundo,
ces este hermoso Paraso se va convirtiendo en Infierno: el como rboles frutales o animales por el valle, hacia una car-
ms humanitario de los hombres corre el riesgo de perder tografia nueva, que contenga los espacios virtuales, exten-
de vista a su vecino y su hermano, reales. Siempre recono- sin continua porque ni las tcnicas ni las tecnologas tienen
ceris la bondad de la moral en el tratamiento del prjimo. posibilidad alguna de extenderse ni de servir de soldadura
Al despertar de la pesadilla de su siesta, Tintn grita, pre- con conductas corporales usuales y, sin duda, inmemoriales,
cisamente: iTchang! Qy.e una llamada como esta parezca dibujemps pues el mapa, real e imaginario, nico y doble,
querer alcanzar la mayor distancia posible, y podremos ideal y miso, virtual y utpico, raCIonal, analtico, de un
considerarla global. Y funcionar. No hay ninguna esperan mundo en el que los Alpes se desplacen hacia el Himalaya,
za, sin embargo, de que, desde los Alpes hasta China o In- de modo que sus formas se hagan eco y las llamadas de
dia su amigo le oiga, por propagacin fisica de las ondas vo- aqu correspondan, all, a los gemidos del excluido. Esta
cales; el ami~o llama al amigo y ya que lo ms cercano evo- Carte du Tendre" -verbo y adjetivo--- muestra y demuestra
ca a su prJimo, diremos que este grito es local. Global, la moral, concreta, razonable y verdadera.
local, cmo describir este mila~? Holomorfismo, en el
sentido que le dbamos ms amba?
El amigo asitico de Tintn, europeo, no habla el mismo No tenemos sin embargo ninguna seguridad de que e~t~
idioma, no vive la misma cultura, es decir, no pertenece al prolongacin contine, de cercala en cercana: su tranSltl-
mismo subconjunto. Cuando la lejana y la pasin de la vidad se quiebra ms veces de las que se prosigue. Por la in-
pertenencia hubieran debido separarlos, estn reunidos mensa red de las relaciones humanas, la bondad, la fraterni-
para lo bueno y para lo malo. El uno ha encontrado al otro, dad, hacen guios y centelleos, aqu, all, lejos y cerca, de
se aman el uno al otro; el cercano ha elegido al lejano, que
se convierte en su prjimo, en una perfecta simetra de lo * N. de la T.: Cartr du Tmdre: Mapa imaginario del pas de Tierno, de
asimtrico. Las dos reglas precedentes, reunidas en una sola, Enamorado, y tambin tmdrc, tender.
se han cumplido.
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250
fonna inesperada hasta el milagro, nacen y se apagan, tien-
den brazos cortos o largos, durante intervalos breves o pa-
cientes, en direcciones caprichosas, como constelaciones vi
sibles bajo un banco de niebla o un cielo negro.

Pasar por dnde


para ir a dnde?

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Espacio real: este camino conduce del pueblo a la granja,
el otro de la iglesia al pozo, una carretera va de la ciudad al
centro, en estrella, de la capital, del puerto a la isla o de un
aeropuerto al de otro continente... Existe un camino. por
tierra mar o aire, del 'Iue no se pueda decir con precisin el
punto de partida y el ugar de destino, para seguir al menos,
su direccin y su longitud en un mapa?
Espacios virtuales: si Hennes sin embargo slo llevara su
mensaje de un emisor nico al lugar puntual en el que es-
pera el receptor, es decir, de un sitio a otro, en lugar de con-
ducirse como un dios, ira como t y yo, portador de agua
o de harina, del fregadero al lavadero, o del molino al hor-
no, sin que sea una hazaa notable, y quin pensara en
mencioaflo, cuando Leibniz, como los Angeks, describe
los trnsitos, antao taros o paradjicos, ordinarios ahora,
gracias a las redes, de un lugar cualquiera hacia el universo,
o de lo global a una estancia, mediante intennediarios vir-
tuales: as vino la idea de dibujar estos haces, como mapa-
mundis en un Atkls.

En la emisin:fucgos

De un punto al otro, pues, Descartes traza los caminos


de un mtodo muy sencillo y fcil, mientras que a la inver-
sa Leibniz describe los pasos de la mnada solitaria a la mo-
nadologa universal, complejos y dificiles de trazar.
Pero antes de citar a los grandes maestros, abundan los
ejemplos, reales y triviales, de vas cuyos destinos, mlti
pIes, se difunden y se expanden en el espacio, con el riesgo

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de perderse o con la esperanza de construir un nuevo hbi jos, as como los relmpagos imprevistos que la espera o la
tat: el canto del ruiseor, el grito de Estentor, en la guerra desatencin pueden captar, aqu y all, en funcin de la
de Troya, o el de los galos cuando se transmitan las noti- niebla, de sus explosiones repentinas y de sus extinciones
cias, de colina a montculo, despliegan las llamadas de sus momentneas. Una de tres: apagado, el foco desaparece,
voces hacia la extensin en la que se sumerge su nicho de nulo, por fin, en el mundo; o, multiplicado exponencial-
emisin y salen a la aventura por el amplio mundo, de mente, provoca inmensa devastacin en cadena, cuyos
modo que, si nadie los escucha o si la bruma los intercepta, brazos virtuales se propagan a lo lejos; o fmalmente, obe-
en vano habrn gritado en el desierto o habrn tratado de diente, slo dura el tiempo previsto para su uso: hacer her-
construir su nido, su brigada, su alianza nacionaL A qu vir el puchero. Observ~n incluso l.a tri~le hor9uilla en el
ausencia desgarradora se dirigen los gemidos de la madre o caso de otras propagaCIOnes, de microbios o Virus en una
del amante ante la amante o el hijo muerto, quejas largas y epidemia contagiosa, de la publicidad orquestada o boca
roncas, de las que proceden la msica primitiva y nuestras a boca y de los rumores recalcitrantes: parsitos, peste, glo-
primeras palabras? A qu universal van los gritos en el de- ria o execracin, invaden el tiempo como el espacio, im-
sierto del Bautista~ Una piedra lanzada al agua de un estan- previsiblemente?
que concentra, circularmente, ondas alrededor del punto Lo virtual y las posibilidades se multiplican,
de impacto o 'de conmocin, hasta las orillas caprichosas; Los filsofos de profesin se burlaron en otros tiempos
de la misma furma el brillo o las desapariciones de los faros de los fisicos estoicos, cuando trataron de descubrir la extra-
avisan, en la noche, a los barcos que pasan lejos de la costa: a aventura de una gota de vino vertida en un punto del
seales sonoras o luminosas cuyo deslumbramiento se pro- mar Mediterrneo, perla en la que adivinamos que, mezcla-
paga de un punto a los alrededores abiertos, todos ellos ca da con sus aguas amargas, la solucin o diseminacin po-
sos concretos de emisiones puntuales en los que la inva- dra llegar, cmo, y esa es la cuestin, y un tanto decolora-
sin, ms o menos bien controlada, del volumen circun- da a Beirut, Tnger, Caribdis, qu s yo, Chio y Aigues
dante llevaron sin duda a Leibniz a utilizar la palabra Martes, 'aqu y all, por todas partes al mismo tiempo y en
annona para describir el sistema que teje al difundirse. la misma relacin, burlndose, visible e invisiblemente, del
Una especie de red, como en un mapa trazado, permite principio de identidad, que estipula, precisamente, que el
seguir las invasoras propagaciones, pero basta para captar mismo ser no puede estar en varios lugares al mismo tiem-
la sinfona coral cuyos acordes e Intnfereneias combinadas se po o del axioma aceptado por el sentido comn, por ejem-
extienden por el universo para construirlo o para dar testi- plo, de que el todo es mayor que la parte, ya que la gota, pe-
monio de su arquitectura? Sobre qu mapa dibujar estos quea, se ampla hasta las dimensiones del mundo habita-
ramos flotantes? do, de modo que todas las flotas de Atenas y de Persia
No crean que los caminos de un lugar cualquiera al uni- puedan navegar en su volumen para combatir en su super-
verso datan nicamente de las difusiones por las redes de ficie, Impensable, dictaron los doctos, que una lgrima col
medios de comunicacin mundiales o de un filsofo de me el ocano enorme. Los caminos inesperados seguidos
genio barroco; observen ms bien este fuego de ramas y por este dadito de vino, del lugar puntual en el que el anti-
adivinen dnde va el humo, cuyas volutas se retuercen, el guo fisico lo verti, hacia los puertos, las islas, los cabos y
calor, tan extraamente disperso que no sabe dnde po- alta mar, no parecen furmar un arabesco voluminoso de
nerse para que le reconforte, las teas y las ramillas inflama- cabellera ms interesante, porque fortuitamente anudada,
das, arrastradas, como haces que crepitan, en los diferen- compleja y enmaraada, que el camino, usual y recto, por
tes lechos del viento hacia los posibles incendios, a lo le el que sin riesgo se lanz Descartes, seguro de llegar a su

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siempre y casi por todas partes, cuando comienza una vida
destino? Dominamos este enmaraamiento? Podemos di casi infinitamente breve, que muere casi en el momento
bujarlo sobre el mapa de rutas del Mediterrne.o? . mismo de nacer: llamadas, pequeas seales, fuegos, que
Aqu est el meollo de nuestro atlas y los pnnClptos sen- luego desaparecen en la bruma... un~ fonna larga aparece
cillos que renen sus mapas. entonces, vvida hasta la adolescenCia para desvanecerse
casi al mismo tiempo que sus semejantes: cadena blanda y
frgil, fcil de cortar en fragmentos que se pueden sustituir,
Breve rnJista rota por casi todas partes, casi siempre decreciente, aqu y
all algo creciente... o creciente aqu bruscamente, locamen-
Intiles son entonces los mtodos y caminos de Comuni- te, para invadir la plaza, el espacio temporalmente... cadena
cacin, de punto local a lugar puntual, si no tienen en. cuen del tiempo y de la vida.,, No le parece estar viendo el in-
ta al menos, estas Distribuciones cuyos Pasos por parajes tan cendio de una casa, incendios forestales en el Mediterrneo,
difractados como los de! Noroeste, multiplican a su alrede- la floracin primaveral de una isla o de un valle, o animar-
dor o dividen mediante bifurcaciones, imprevisibles a ve- se uno de los cuadros histricos cuyos movimientos impre
ces,' la msica,'el pan, los peces, el c.orreo, los gases, tiles o decibles dibujaba este atlas? Centellea caprichosamente el
peligrosos, los !Umores y los ~ensaJes del saber .0 de la glo- punto local en estrella alrededor de la fundacin recomen-
ria, los microbiOS o la generoSidad... las Traduca0TU.s, cuyos zada de Rnma, en e! que la irregularidad de los rayos, aun-
resultados afortunados difunden una obra por naCIOnes de que desconcertante, modelar sin embargo su historia.
lenguas inesperadas... caminos de aqu hacia un ~n.iverso As las nociones globales en las que desembocaron, por
que estos mismo caminos, cerrad~s o no por el ?araszto, cu fin, el Contraw naJuraiy el Tercero instruido, as como IosAnge-
yas intercepciones anulan o camblil? los mensaJes en ben~ les, obreros de universo, se descubren poco a poco, en el ho-
ficio propio, contribuyen a construu o ~ destnur para susu- rizonte de largos caminos, complejos, caticos y aventura-
tuirlos por otros, como los Fuegos y Senaks en la bruma de dos, en.pulsaciones arrtmicas, a partir de localidades dis-
hace un rato. Estas posibilidades en miradas transfonnan persas, mtennitentes, centelleantes, hacia varios ensayos,
en aventuras los viajes. logrados o fallidos, de prolongacin o de propagacin.
Estos caminos interesantes no siguen el curso de los ros,
guas fijos ro arriba y ro abajo, modelos d.biles de un
tiempo que no sabemos qu hac~ cuando deClmos que flu En /o, recepcin
ye, imgenes ingenuas de un sentido, falso, y de fuentes, :s-
tpidas, de la historia, sino m~ bien. el d~ las Turbulenczas Pero de dnde vienen estos gritos dispersos por el espa-
preadas, aqu y all, por sus flUJOS. HIstona pues: antes del cio, estos rayos aislados, estos alientos, estos flujos? El odo
nacimiento fortuito de las cosas, los tomos caan paralela- lo precisa, la mirada decide; el olfato intercepta e identifica
mente, de un punto a otro, una y otra vez, sin producir un aroma que se propaga por e! bosque, fertilisina emitida
nada ms que este ro estril de aburrimiento; sin embargo, por alguna hembra o efluvios de una trufa, exhalados sin
basta que uno de ellos se bifurque, apartndose muy poco destinatario, desplegados hacia quien los quiera; vigila la
de estas trayectorias metdicas montonas, para que un~ vista que caracolea y vierte, del pex al nadir y de dere~a a
cosa y un mundo nuevo, poco a poco, se f?nnen: la anu- izquierda por todo el horizonte, acechando, estocsuca-
gua leccin de Lucrecio pasa por este torbellmo acuoso, es- mente, los obstculos y las transparencias; vale .ms visita
piga frtil de una cabeller.a enmaraada.. . que vista; exacto, preciso, local aunque extendido por la
As parpadean los cammos del Gineszs: "As se borra caSI
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258
piel toda, el tacto nos sumerge en el fro hmedo y tranqui- la formacin de nuestra infancia, sin saber demasiado anti-
lo o la electricidad clida y seca de la atmsfera, mientras cipadamente hacia dndt nos dirigimos precisamente, por
nos arrastra por las olas del mundo; al igual que las gradas dndt pasaremos y dnde nos encontraremos en un momen-
del tatro descienden gradualmente hacia el foso de la or- to dado, pues, fara conocer estas posiciones y trazarlas so-
questa, igualmente, abierto a todos los vientos, el p~belln bre el mapa de proyecto, tendramos que haber encontra-
de la oreja se arremolina, festoneado, hacia el orificIo de la do lo que buscamos incluso antes de descubrirlo. En estos
escucha. En total, los Cinco Sentidos nos mezclan, globales espacios virtuales nos aniegan multiplicidades de posibles.
en lo global, con las cosas mismas, mezcladas a su vez, para Podemos efectivamente suponer problemas bien defini-
llevar, como en un pozo de potencial, hasta el lugar que dos ya resueltos, pero cmo presumir construido un mun-
ocupamos, las diferentes seales dispersas por los universos do cuyo espacio nos supera, nos atraviesa y no existe toda-
virtuales que nos circundan. va? El filsofo espera, de forma permanente, que a pesar de
Emisin: explosin, diseminacin; concentracin y reco- todos los obstculos, sus aventuras errantes servirn para
gimiento en la recepcin: escuchar, sentir, vigilar... estos ver- abrir un universo prximo, hacia el cual, ciegamente, se diri-
bos expresan los picoteos de una atencin tan dispersa ge. Las ciencias inventan, pero localmente, mientras que la
como concentrada, fluctuante, cuyo despertar recorre el vo- filosofia modela el universo clobal y como el terreno o el
lumen ~obal, como una mosca traza su vuelo en el espacio entorno de los inventos venideros. Qy significa entonces
de la sala, para captar, repentinamente orientada o focaliza- realmente el verbo: ir hacia un universo? Cmo construir,
da, la seal que pasa y remitirla, si es posible, a su lugar ni- lugar a lugar, el mapa de mundos todava desconocidos?
co de recepCin y de emisin. Si dibujramos los zigzagueas Volando como una mosca, o ms bien como los ngeles,
de nuestros rganos de captura, obtendriamos el trazado cuyos pasos y mensajes tejen permanentemente la ubicui-
caprichoso de un electroencefalograma? Vas, inversas, ~e lo dad divina, yendo hacia lo universal a travs de lugares vir-
ciobal hacia lo local_ Los sentidos construyen el lugar smgu- tuales?
rar de la vida, el aqu o el all, replegando en el mismo pun- Adems, estas imgenes, todava espaciales, perdieron r-
to estas bsquedas inquietas a travs de 10 global, al 19ual pidamente su inters a partir del momento en que, en un
que los gritos, los deseos y las seales construyen un mundo mundo acabado y totalmente explorado, las carreteras
a partir de su lugar de emisin de mensajes, como si el senso- r abiertas se recorrieron en su totalidad: con la garanta de no
num ocupase la punta de un doble ramillete, que brota en omitir nada, la odisea del mtodo cartesiano se termina
forma de abanico como fuegos artificiales o la cspide de un cuando desaparecen los espa~ios desc~nocidos, recubiert~s
cono con dos cascos. Construir lo local importa tanto como por cien redes. La novedad Vlene dell:1empo, con la condi-
abrir lo global a partir de l. Mediante pulsaciones similares, cin de concebirlo de nuevo. Comparemos el que se desa-
el lugar construye el mundo mientras que este ltimo se re- rrolla sobre una lnea, para imitar la trayectoria sensata y
pliega en l. En todo intervalo pululan los posibles. previsible de los planetas o geodsica del espacio y del
mapa, con el que hemos descrito hasta aqt, que se bifurc
tres veces: el fuego o la seal se desvanecen en la nada de la
Espacio-titmpo y posibles inexistencia, explotan en la multiplicidad alocada de una
fertilidad imprevisible o se canalizan por la lnea previsible
Los investigadores siempre sabemos bastante bien dt dn- y razonable de los proyectos repetitivos; as el Parsito mata
dt venimos, por lugar nativo, cultura singular e instruccin a su husped, a fuerza de alimentarse de l, y prolifera loca-
preparatoria, recogida en los campos de nuestros azares, por mente durante un momento, para morir, a corto o a largo

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plazo, despus de l, o firma con l un contrato explcito o
tcito de simbiosis y de mantenimiento, para acompaarle, dad de un rumbo constante; en cada caso, una lnea estable
con constancia, en la vida cotidiana. comunicaba un puerto con un remanso. Sin embargo, no
No en su medida, sino por su naturaleza, el tiempo bro- podemos trazar una lnea de este tipo en el mapa meteoro
ta de una red muy diseminada, sobre las cspides, mlti- lgico, cuyos puntos se enrollan y cuyos brazos se lanzan
ples, cuyas bifurcaciones se marcan y cuya desconexin o hacia un mundo posible, de tifn o de bonanza, vernal o
con~lacin, contenidos, pasan a la helada o al deshielo por invernal. El tiempo, del cronmetro odel barmetro, nues-
debajo del umbral de la percalacin; solamente entonces tra historia, singular y colectiva, nuestros descubrimientos y
entend~mos lo que queremos decir cuando nos repetimos nuestros amores emocionados, se parecen ms a las apues-
que el tlempo pasa: percala, en realidad. As podemos com- tas azarosas del clima o de los sesmos que a un viaje orga-
prender, localmente. algunos Elementos de historia de las nizado provisto de un contrato de seguros: pululan los pa-
ciencias y, en particular, los Origenes de la Geometra y el gran sibles y las virtualidades.
relato de esta ltima; as, globalmente, podemos comenzar Ahora bien, de acuerdo con una annona cuya extraeza
a soar con una ciencia de la historia. sotprende solamente a los que creen que llega un nuevo
Por esta red fluctan los nudos o centros temporales y los mundo, de repente, sin costura paciente con una antige-
ramilletes flotantes de caminos en haz, de modo que unos dad a veces imperceptible, estos arabescos mltiples, de re-
y otros aparecen y desaparecen, parpadean como estrellas laciones parpadeantes, se parecen a las redes de tecnologas,
vivas o volcanes despiertos, pseudpodos o ramas vivaces, que sabemos grabar y despus construir, para reducirlos a
los primeros muriendo para reaparecer en otro lugar y con una sola, y donde los numerosos posibles esperan nuestras
una fonna diferente, mientras que los otros, como frondo- seales y nuestros actos. Sus virtualidades tienen que ver
sidades complejas agitadas por el viento, brotan y se agos con el saber y con el poder, en su definicin, su naturaleza
tan, crecet.I o se anulan... Pennanentemente transronnada, y su difusin, con las instituciones y su arquitectura, con el
la red se disuelve o se agarra, lquida o cristalina, cambia sin conociIl\iento y con sus facultades, con el individuo pues,
cesar de fase, de apariencia o de funcin, de modo que el y sus coltctivos, con la naturaleza y la humanidad. Ya no
mapa de la regin y de las vas se graba o se escribe, visible, nos dirigimos hacia un universo, sino hacia multiplicidades
sobre arcilla o mnnol que se desgasta o se borra, en la su- de mundos posibles. Dibujmoslos pues.
perficie de un fluido de viscosidad variable en el que se des-
vanece o, invisible, sobre el aliento del viento voltil.
Cmo captar, en las pginas de este atlas, demasiado- sli- Un solo mapa?
das, estos hennosos mapas giles?
Por esta razn, los mapas meteorolgicos, rpidos y lbi- Vamos a ojear ahora el Atlas mapa a mapa: comienza
les, o los lentos y pacientes que nos muestran las nuevas con la animacin y el impulso de dos primaveras, llamean-
ciencias de la Tierra profunda, sus placas movedizas, lneas tes, cuyos colores y flores, diferentes en funcin del clima
de frac~a y puntos calientes, interesan ms al filsofo que de la estacin, bordean un espacio en blanco, deslumbran-
los antiguos mapas de carreteras que servan para orientarse. te como la danza de las llamas en la que estallan el incen-
Cuando seguamos, gracias a ellos y por mar, un camino dio de una casa, en Nonnanda, o el fuego de los bosques
cartesiano trivial, el mtodo consista en optimizarlo: en- en el Medioda tan seco; estas floraciones de llamas fluc-
tonces, trazbamos un gran arco de crculo, para navegar tuantes se parecen al jirn andrajoso que restalla al viento
ms deprisa, o la loxodromia, para procurarse la tranquili- sobre un euetpo desnudo, como un estandarte sobre un
asta, o a la animacin de las espirales de nubes en los mapas
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meteorolgicos que tratan de prever el tiempo, o a la red gina de fuego en el1ibro que se va a tenninar, slo un ma-
admirable, de una finura arcnea y movediza, fonnada por pamundi y una animacin, en todas partes, en la vida y el
una gota de vino disuelta en el mar, con la que los estoicos hbitat, la muerte y la miseria, la presencia y la ausencia, los
mostraban la conspiracin del mundo; dirase el mapa de viajes soados o muy verdaderos, por los espacios reales o
nuestras neuronas! S, todos estos mapas centellean de ra- virtuales, los canales de comunicacin y los hipertextos, el
yos parpadeantes, actuales o virtuales, en un espacio-tiem- poder y la ap~pi~cin, la rt,len~a y la fonnaci~n p~a la
po. De la misma fonna, en tiempo real transfonnada por SI- verdad, en los lurutes de las mstltuclones, en la VIda publi-
milares pulsaciones irregulares, aqu tenemos la animacin ca y moral, como en el electroencefalograma danzarn del
de los cuadros de los historiadores, de causalidades posi- entendimiento, entregado a la memoria, la imaginacin, la
bles, mltiples, cruzadas, archipilagos diseminados de flu- intuicin y el pensamiento, del mundo, de las cosas y de
jos inesperados o largas coagulaciones, en funcin de que se los hombres.
cruce o no el umbral de transicin de la percolacin; aqu De este incendio, moriremos? naceremos?
tenemos, ahora y siempre. en las redes de comunicacin la
fluctuacin de nuestras reuniones o intercambios, de las te-
leinstituciones, de los planes de enseanza y de los diplo- Un solo paisaje?
mas microchip; as, por ejemplo, cuando un texto sabia-
mente escrito sobre una pgina, as llamada porque los lati- Este mapa o danza de llamas movedizas, lo veo y sigo
nos llamaban pagus al campo labrado, la parcela de alfalfa o desde hace tiempo y, sobre todo, ahora, al borde del rio de
de vid, fcilmente reproductibles, por yuxtaposicin de pla- caudal caprichoso e irregular, cuya corriente llameante ocu-
nos, en el catastro, cuando un texto, decamos, pasa a ser hi- pa o deja de lado, por riegos o crecidas catastrficas, su lla-
pertexto, su mapa entonces se parece a este tejido provisto nura aluvial, plantada de albaricoqueros, de rboles de nec-
de cien mil pseudpodos posibles movedizos, recortados, tarinas, de melocotoneros de diez especies, pronto vecinos
en tiempo real, sobre un patrn ms amplio, y lanzado en de las hayas y los arces, pero sobre todo de las vides, desde
el tiempo de los posibles. Este libro atrapa este devenir y lo las primeras estribaciones de las colinas; no lejos de aqu se
dibuja. alzan en el aire turbulento los robles rojos de Amrica, cas-
Mi presencia, la tuya, la nuestra, la de tal o cual sentido taos, ciruelos y liquidmbares que nuestros amigos de
o ensamblaje de palabras o de signos, tiemblan, parpadean Qybec.llaman copa/me y, finalmente, ms abajo, arbustos,
y centellean, sobre estas redes, en funcin de nuestras lla- el corneJo sanguneo y el vibumo, ante la casa invadida por
madas, recprocas o no, aqu, all y ms lejos, ayer, esta ma la vid roja.
ana y maana, de modo que mi prjimo se encuentra en Como tennina el otoo, con la edad y la noche, una bri-
mi vecindario, pero tambin en Florencia, Kioto, Rabat, sa ligera desviste de sus hojas, en harapos temblorosos o
San Francisco, Beitut o Valparaso... no, nunca tendremos puntilla encamada, las ramas negras de frutos ya cosecha-
ninguna seguridad de que la buena prolongacin contine, dos, de modo que el universo explota, estalla y levita de
de prjimo en prjimo, con la mejor voluntad: parpadea, rosa, colorado, cannn, coral, escarlata y burdeos, en follaje
ella tambin, y centellea, aqu y all, lanza los brazos cortos bennelln, prpura y rub, en cortinas desgarradas de fuego
o inmensos, durante tiempos breves o largos, en direccio- carmes, cascadas ascendentes como llamas hacia un cielo
nes caprichosas, como la floracin vernal o la danza move- azul negro. Cada especie toca su partitura granate. Retorci-
diza de una cortina de llamas. da y excitada en todos los sentidos por las dulces turbulen
Este At!ds slo dibuj un mapa, slo habis ledo una p- cias, toda la tierra hasta el horizonte llamea, enrojece y re

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bulle; asisto al incendio del planeta o al de mi propio cuer-
po, aspirado?
Dnde estoy? En el valle de mi ciudad natal, en Aquita-
na? En las bienamadas orillas del San Lorenzo, alrededor
de la Cheasepeake Bay, durante un verano tardo? En una
isla conmovedora del mar interior japons? S, a cada pre-
gunta, s, aqu y all, s; en otro lugar, s tambin. Las hojas
centellean y se mueven por todas partes con el mismo
ardor.

Esta danza ardiente de follaje mvil, estas lenguas rpi-


das, bfidas, movedizas, de llamas, altas y bajas, este mapa,
inestable y estable, escrito sobre las superficies incandescen- Coleccin Teorema. Serie menor
tes, cmo llamarlo? mi propio lugar universal, el planeta
clidamente desmelenado? o la luz comprendida en su
velocidad tanto como en su claridad, respetando las som-
bras? La rama dorada, gracias a la cual atravesamos la tierra
real y los espacios virtuales, el paraso o el infierno, sin per-
demos? La intuicin que comienza o el incendio que des-
truye? tLa columna de fuego que siJVe de gua en el desier-
to? La zarza ardiente en la cima de la montaa? O el fue-
go del Espritu en la maana de Pentecosts, del que est
escrito que aquellos sobre quienes descienda tendrn el don
de lenguas.

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