La Verdad de La Sagrada Escritura
La Verdad de La Sagrada Escritura
La Verdad de La Sagrada Escritura
2.-
A) El texto del concilio es fruto de una larga discusin en la historia de la
interpretacin.
Mrito del Vaticano II, el haber abordado este tema. Son cuatro siglos de tentativas
de soluciones que fracasaron por no plantear verdaderamente las cuestiones. Para la
Teologa, lo dicho en Vaticano II, es un punto de llegada y a la vez un punto de partida.
(1)
Durante los primeros siglos, nadie puso en duda que la Biblia era la Palabra de
Dios. Porque "si la Biblia es un libro inspirado, si nos trae la Palabra de Dios en
lenguaje humano no se puede expresar otra cosa que no sea la verdad misma de
Dios". (P. Grelot)
Los padres ante los ataques de los paganos, se contentaban con afirmar, lo que
para ellos era, casi, un dogma, una exigencia de fe (Justino, Hiplito, Orgenes, Cirilo
de Alejandra, San Jernimo, San Agustn)
Podemos sacar como conclusin que en los padres hubo una constancia,
perpetuidad y universalidad de una doctrina que es regla de fe y que es un dogma
slidamente establecido.
1
1 (1) Vamos a seguir de cerca a Jacobo Ren, "La verdad sobre la Sagrada Escritura" (en comentarios de la
Dei Verbum)
(2) Ibid. p. 293
2
EL CONCORDISMO, en los siglos XVI - XVII, plantea objeciones, pues hay progresos
en las ciencias humanas y en el de la naturaleza. Con Galileo se abre una discusin
sobre la INERRANCIA (concordismo). Se recurre a la ciencias profanas para el
estudios de la Sagrada Escritura, pues ve que hay pasajes que no coinciden - con las
cuestiones naturales, puesto que a estas tambin las ve cmo don de Dios.
Sin embargo defensores, cmo Dubarle, dicen que Galileo afirma repetidas veces
la verdad absoluta de la Escritura, pero admite un posible error en sus intrpretes,
cosa en la que coincide con Sto. Toms. Galileo fue condenado, pero el problema
qued planteado e irresuelto. (3)
Debemos tener presente que los Escritores Bblicos son pensadores religiosos, la
Biblia, no es un manual cientfico y que debiera estar siempre al da. Tal supuesto ya
fue superado. (4)
Al no plantear que la Biblia es entera de Dios y por entero del hombre, se volva a
dar con las mismas dificultades que haban surgido a raz de la Encarnacin.
Sern las Encclicas las que hagan salir de ste callejn sin salida:
2 (4) Harrington, Wilfrid O.P. "Iniciacin a la Biblia", Ed. San Terra Santander, 1967; p. 63.
(5) Newman, reconoce la "Verdad de conjunto de la Sagrada Escritura", pero pide exceptuar de ella aquellas
frases menudas que el autor sagrado ha puesto por casualidad ve la cola del perro de Tobas que se meneaba.
(6) Loysi, quiso reconocer una "verdad proporcional, relativa", a los tiempos y lugares en los que los escritos
fueron redactados (se realiza hacia las tesis fundamentales del modernismo).
(7) DHults, pide "restringir la inspiracin" slo a las materias de fe y de costumbres.
(8) Jacbo Ren o.c. p. 395.
(9) Citado en Andre Paulo, "La inspiracin y el canon de la escrituras". Ed. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1985
(cuaderno Pblico N 49, p. 24)
3
"Divino Afflante Spritu " (30 - 09 - 1943) Po XII.- Completa la Obra de sus
predecesores. Las investigaciones histricas, la exgesis haba avanzado seriamente,
de modo que tiene seguridad en las lneas que van a tomar. Pide no juzgar a los
antiguos con nuestras concepciones modernas, pide estudiar los Gneros Literarios,
como una necesidad para que se pueda llegar a la verdadera y exacta interpretacin,
pero sin detrimento de la exgesis catlica. (11)
EL OBJETO FORMAL DEL JUICIO (del escritor): lo que dice; otro, lo que s.
Junto a esto, hay que tener en cuenta los gneros literarios, el desarrollo de la
historia de la salvacin y la unidad de toda la Escritura, puesto que la Escritura se ha
de leer con el mismo espritu con que fue escrita; por lo tanto, para descubrir el
verdadero sentido del texto sagrado hay que tener en cuenta: 1 contenido y la unidad
de toda la Escritura, 2 la tradicin viva de la Iglesia, 3 la analoga de la fe. (17), D.V.
12,3.
Con stas lneas, el exgeta debe comprender mejor e interpretar mejor, la verdad
de Dios, consignada en la Sagrada Escritura, para nuestra salvacin.
Dios condesciende, es decir, baja para estar con nosotros, para ponerse a nuestro
alcance.
Este bajar de Dios, es el mismo tiempo un levantar al hombre al nivel del Espritu.
Es la total iniciativa de Dios en su movimiento de amor. (18)
D.V.N 17, nos habla de tres cosas que se reducen a una: 1 la palabra de Dios, es
decir la palabra bblica inspirada cuya parte principal es el N.T., 2 la palabra que se
hace carne es decir Cristo, como elemento revelador, 3 la Palabra de Dios cmo
fuerza de Dios par la salvacin" (Rom. 1,16). Cristo es la mxima expresin de sta
verdad que salva. Se hace carne (Jn. 1,14) y habita entre nosotros.
Es el nico que posee palabras de vida eterna (Jn. 6,68). El Espritu da testimonio
duradero por todas las edades (20).
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3.- VER TEXTOS: LV. 11, 16; Jd. 1,1; Is. 55, 10ss; Jer. 1,10. Adems: Dv. 2, 4,13, 17, 18.
A) L.V. 11:
La ratificacin que hace el Vaticano II, del Vaticano I con respecto de la inspiracin.
Todas las intervenciones magisteriales posteriores hasta el da del Vaticano II se han
visto condicionadas por esta preocupacin de salvar la inerrancia.
4 (16) Ibid. p. 407; Andr Paul, o.c. p. 33. Dcese que en toda constitucin la palabra "veritas" que se emplea
trece veces, no se emplea en plural.
(17) D.V. 12,3
(18) Luis Alonso Schokel S.J. "La condescendencia de Dios" (Comentarios a la constitucin Dei Vertun, BUC
284; Madrid 1969, p. 488-490)
(19) Luis Alonso Schokel S.J. "Excelencia del N.T." o.c. 576
(20) Jacobo Ren, o.c. pag. 400
5
Dios solo puede ser autor en sentido propio como causa, no como escritor. En este
sentido, la afirmacin del texto conciliar de que los hagigrafos son verdaderos
autores, es de gran valor para comprender el mbito teolgico de los hombres
elegidos, y en qu forma puede ser llamado Dios "Autor Literario".
El concilio no lo puso, sino lo reserv y por ello es una cuestin teolgica abierta.
6
Dios quiso consignar sus palabras en dos grupos de libros: en qu relacin los
pone?.
Hay que distinguir "Temor - amor" A.T. y N.T. son una unidad literal en dos partes o
actos: el primer acto ya contiene de algn modo el segundo, pero hace falta leer o ver
el segundo para descubrir la anticipacin.
Dios es el autor que inspira los libros de ambos testamentos, los autores humanos
no han sido siempre conscientes de colaborar a la gran obra, muchos de ellos no han
pasado de una vaga conciencia de colaboradores. Pero, a todos los ha movido una
inspiracin unitaria; porque el autor que ha ido realizando un plan nico de salvacin,
ha enviado su Espritu para hacer registrar ese plan y su realizacin en una obra
unitaria.
5
Relacin mutua de ambos testamentos.- Cristo con su novedad, impone una alianza
nueva y renueva la antigua, Cristo y los Apstoles, citan textos selectos del A.T., lo
reciben en su totalidad, lo ratifican, lo integran a la Iglesia como parte de la tradicin
apostlica.
a.- Razn cristiana: "lo nuevo hace intil lo viejo, terminada la casa se retiran los
andamios.".
5 (21) Antonio Mara Artola, "La Inspiracin en la Sagrada Escritura" (en comentarios a la Constitucin dei
Verbum) o.c. p. 371-391.
- No se trata de la inspiracin, sino de una consecuencia de sta, la Verdad de la Sagrada Escritura.
7
- Los padres polemizando contra los judos, insisten siempre en el "carcter cristiano"
del A.T. finalmente incorporado al Evangelio.
- Los Luteranos, no muestran inters por el A.T.
- El racionalismo, ve el A.T. como documento de una religin antigua superior a las
dems.
b.- Razn Filosfica - aristotlica: el triunfo del aristotelismo trajo un lento declinar del
inters por el A.T.
c.- Razn de orden cultural: la cultura tcnica no puede aceptar la visin ingenua del
A.T. El hombre moderno no puede comprender ste lenguaje. Esta objecin se
extiende consecuentemente al N.T.
* Larcher : Cristo recoge los temas del reino, de las profecas, Mesas, Siervo de
Yahv, Hijo del hombre. Cristo recoge el A.T. y lo introduce en el Nuevo, mostrando la
continuidad y unidad de ambos, su originalidad.
6 (22) Luis Antonio Schokel, "Unidad de ambos testamentos", (en comentarios a la Dei Verbum) o.c. pag.
523-532.
8
Luis Alonso Schoekel, nos va a decir que la "dei Verbum no pretenda dar a una
sntesis temtica de la Teologa bblica sino ms bien sealar aspectos y funciones de
la vieja economa y sus libros". (23)
F)- D.V. 2:
Naturaleza de la Revelacin:
G)- D.V. 4:
Cristo Mediador y Plenitud de la Revelacin.
Cristo es el objeto nico de la revelacin.
El resumen es s mismo la totalidad de la revelacin Cristo es el revelador y lo
revelado, el mensajero y el mensaje, el que habla y la Palabra.
7
8 (28) Juan Ashton, "Cristo mediador y plenitud de la revelacin", (en comentarios a la Dei Vebum) o.c. pag.
166-193
(29) Jos Ramn Scheifler, "Los Evagelios" (comentarios a la constitucin Dei Verbum) o.c. pag. 579 - 594
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4.- A)- PARA ENTENDER LA AFIRMACIN DEL CONCILIO VATICANO, HACE
FALTA CONOCER POR LO MENOS ALGO DE LA HISTORIA DEL PROBLEMA:
ANTES DEL CONCILIO, SE HABLABA DE "INERRANCIA" DE LA BIBLIA
Una simple vista los textos, nos permiten ellos solos, zanjar la cuestin:
Por el contexto, la constitucin nos habla de la verdad que la revelacin nos da de
Dios y de la salvacin de los hombres. Subraya que Cristo termina la obra de salvacin
est orientada hacia un fin, para que "escuchando el anuncio de la salvacin, el mundo
entero crea en l, creyendo y espere y esperando ame." (35)
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9 (30) A. Robert - A. Peuillet, "Introduccin a la Bblia" Edit, Herder, Barcelona, 1965, pag. 82 - 83
(31) Jacobo Ren, o.c. pag. 400
(32) Ibid. pag. 401
(33) A.M. Dubarle, citado en Jacbo Ren o.c. pag. 415
(34) De la Patterie, citado en Jacobo Ren, o.c. pag. 410
(35) D.V. 1.
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El fin de la revelacin es para "la salvacin de todos los hombres" (36)
La palabra de Dios expresa por medio de las lenguas humanas, han tomado la
apariencia del lenguaje de los hombres, de la misma forma que en antao el Verbo del
Eterno Padre, habiendo tomado la flaqueza de nuestra carne, se hizo semejante a los
hombres" (39).
La cita del 2 Tim. 3,16-17, habla del valor salvfico, pues no basta hablar
solamente de verdad de la Escritura.
Si.
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10 (36) D.V. 7.
(37) Jacbo Ren, o.c. pag. 413
(38) Ibid. pag. 414
(39) D.V. 13
(40) Luis Alonso Schoekel, "Utilidad de la Escritura", (En comentarios a la Const. Dei Verbum.)