Articulo
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Esa nueva condicin es, en primer lugar, una condicin social, lo que significa
que buena parte de las claves interpretativas de su mundo debemos
buscarlas en el contexto social e histrico. Son personajes de un determinado
momento y unas concretas condiciones sociales. Siempre trabajamos con
adolescentes que son de aqu y de ahora (hoy siguen muy impactados por
"Operacin Triunfo", maana ya veremos). Lo que son y lo que intentan ser se
entiende sabiendo cmo son los mercadillos cercanos a su casa, los rincones
del barrio donde se juntan, los bares en los que les dejan estar y, a la vez, los
"chat" de la otra parte del mundo en los que entran o la msica que se
intercambian. Se les puede entender recurriendo a conceptos y categoras de
anlisis como estilos de vida o culturas juveniles. Hablar de adolescentes es
hablar de los jvenes que ms adelante intentarn ser y ahora prueban a
imitar (Funes, 1996).
Todo es provisional
Panorama de diversidad
Buena parte de las tensiones educativas que generan hoy los adolescentes
tienen que ver con la angustia que provocan en los adultos con sus
experimentaciones y aventuras. Probablemente la mejor descripcin de la
adolescencia que he encontrado en mi vida profesional me la facilitaba un
alumno de cuarto de ESO cuando se defina as: "soy una persona que
descubre". En grados diversos, de acuerdo con sus maneras de ser, los chicos
y chicas estn viviendo una etapa de su vida caracterizada por descubrir y
experimentar. Descubrirse a s mismos, descubrir su entorno mirndolo con
otra perspectiva, descubrir el mundo, los mundos desconocidos. Probar,
ensayar, experimentar, acercarse a lo desconocido, tantear las fuerzas, sentir
el riesgo o la angustia del miedo.
Este debe ser, por lo tanto, el estilo de trabajo aplicable a las personas que,
como el adolescente, estn en etapas evolutivas dominadas por la
experimentacin, estn practicando el ejercicio y el aprendizaje de la libertad
autnoma. Por esta razn, a la forma de educar en la adolescencia y la
juventud se le llama acompaar. "Los conceptos de recorrido, riesgo, crisis
sucesivas, evolucin, educacin, seguimiento, etc., nos sitan en el debate
sobre el "mentor" del adolescente, sobre el consejero, el gua, el apoyo, el
tutor, etc., en la adolescencia: aquel que siendo vivido como cercano y
disponible acta desde la distancia - sin intromisiones y confiando en la
evolucin positiva - para ordenar las crisis y las dudas del adolescente,
ofrecindole propuestas, recursos, lneas de salida; aquel que le ayuda a que
incorpore en su persona las experiencias, los elementos positivos que se
decantan de su paso por las instituciones, los servicios, los recursos" (Funes,
1990; p.87).
1. Por final inevitable (nadie en su entorno ms prximo prev que haga falta
seguir, el esquema vital, cultural, no est previsto, no tiene sentido la
continuidad de la situacin escolar).
3. Por vaco (un final que llega y atrapa al adolescente sin "ganas" de hacer
nada, aunque no haya tenido una experiencia escolar desastrosa). Su paso a
la nueva situacin comporta un refuerzo en la posicin vital de que no es
necesario pensar ni en estudiar ni en trabajar.
Pero hay algunos riesgos que hacen el concepto peligroso y que a menudo lo
pervierten o lo manipulan.2 El principal es la concepcin de que las
evoluciones adolescentes y jvenes han de pasar por recorridos previstos. La
idea de que podemos definir previamente por donde pasarn o por donde es
correcto que pasen. El elemento dinmico desaparece para dar paso a la
definicin previa, a la supresin de toda negociacin y experimentacin.
En todos los casos pasar por una fase de prueba, de tanteo, normalmente en
condiciones precarias. Mayoritariamente sern experiencias fragmentadas,
discontinuas, que pueden acabar no siendo personalizadoras, no dejando un
poso reutilizable en la siguiente experiencia, no estimulando el paso a una
situacin personal dominada por lo laboral.
Los recursos, las acciones que inciden en esta etapa vital han de posibilitar,
han de estar fundamentalmente al servicio del acceso a:
- La experimentacin mltiple
En cualquier caso, sirve para algo loque hacemos? No responder con ningn
tipo de evaluacin. Debo afirmar que, a pesar de todo, las personas adultas
somos tiles, podemos pintar algo en sus vidas. En gran medida no pueden
construirse razonablemente sin nuestras aportaciones y las de otras personas
adultas que estn cerca de ellos y ellas. Necesitan adultos cercanos y
positivos para construirse. Sin embargo, quisiera invitar a situar en el tiempo
adecuado la valoracin de nuestras influencias.
Creo haber dejado claro que adolescentes hay de muchos tipos y que unos y
otros son muy diferentes segn el momento vital en el que anden. Si tuviera
que hacer el retrato robot dominante, que permitiera hacer ese discurso no
problemtico que vengo sugiriendo a lo largo del texto, me quedara con esta
descripcin de un chaval de cuarto de ESO: "Soy alegre, estoy a gusto
conmigo mismo, estudio ms bien poco, me va bien la vida, hago lo
necesario". As son la mayora, para nuestro entusiasmo o nuestra
desesperacin.
1
Este artculo tiene como base dos textos en fase de publicacin: "Claves
para leer la adolescencia" (Cuadernos de Pedagoga enero 2003) y
"L'acompanyament dels adolescents i joves en els seus itineraris" (Diputaci
de Barcelona).
2
El ejemplo ms reciente se puede ver en la Ley de Calidad. Se habla de
itinerarios cuando en realidad se trata de currculums diferentes y
escolarizaciones poco menos que separadas. Utiliza una palabra que en la
enseanza secundaria no debera tener otro sentido que buscar itinerarios
educativos personalizados. Lo cual es muy distinto de lo que proponen.
Bibliografa