2 Individualidad Identidad Subjetividad
2 Individualidad Identidad Subjetividad
2 Individualidad Identidad Subjetividad
las
ponencia
ideas
tenida
en
presentadas
el
panel
en
la
sobre
Se propone en el presente artculo un modo de situar la problemtica antropolgicofilosfica de la identidad, partiendo de la distincin entre individuo-s mismo-sujeto,
pensando lo distinguido como momentos de un proceso global, concibiendo a este
proceso como la constitucin de un sujeto sapiencial (no meramente racional), a
partir de una experiencia de deconstruccin originaria, punto de partida del proceso
constituyente de la subjetividad sapiencial . se intenta luego una cierta fenomenologa
de los momentos del proceso constituyente, la individualidad, la identidad y la
subjetividad, para, finalmente, destacar en la concusin- la lgica que se opera en el
proceso, y el lugar de mediacin sui generis que le corresponde a la identidad2.
I
LA
DECONSTRUCCIN
ORIGINARIA:
EL
NOSOTROS,
ESE
El fenmeno del cuerpo es un fenmeno ms rico, ms explcito, ms captable que el del espritu: es
necesario colocarlo en el primer rango, por razones de mtodo, sin nada prejuzgar de su significacin
ltima: Nietzsche Der Wille zur Macht, I, 1. II, prrafo 228.
5
As, en cada una de sus empresas prcticas la antropologa no hace sino poner de relieve una
homologa de estructura entre el pensamiento humano en ejercicio y el objeto al cual se aplica. La
integracin metodolgica del fondo y la forma refleja, a su manera, una integracin ms esencial, la del
mtodo y la realidad. C. Lvi-Strauss. El totemismo en la actualidad. Mxico. FCE. 1971. (original,
1962). P 134
6
No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino que es su ser social lo que determina su
conciencia, K. Marx, Prlogo a la Contribucin a la crtica de la economa poltica. Ed. Castellana de
Cuadernos de Pasado y presente, s 1, 1969, p 69.
Cfr. Nuestra obra Fenomenologa de la crisis moral. Sabidura de la experiencia de los pueblos, San
Antonio de Padua, Cstaeda, 1978.
8
Esta idea de fundamental importancia para nuestra propuesta, se inspira en E. Lvinas, Totalit et Infini.
Essai sur lexteriorit. Le Haye, Nijhoff, 1971 (4ta.)
9
El mero estar, no ms, es la categora fundamental del pensamiento de Rodolfo Kusch. Cfr. Amrica
profunda. Bs. As. Bonum, 1972: Geocultura del hombre americano, Bs. As., Garca Cambeiro, 1976;
Esbozo de una antropologa filosfica americana. San Antonio, Castaeda 1978.
una clase lgica, ni siquiera individuar por la materia, o algn otro principio de
individuacin- una esencia metafsica. Es un problema ms simplemente
humano: propio del nosotros, no ms. Darle al nosotros realidad efectiva, y, al
mismo tiempo, ganar para la vida, para lo orgnico, el ah de una seal. El
cuerpo es, ms all de su apariencia de sustancialidad, de inmediatez dada, el
smbolo primario de un nosotros, que gana con l- una estructura, una forma
inteligible, una realidad efectiva como vinculacin con la tierra (vida). El cuerpo
es, entonces, el resultado, el producto de un proceso de estructuracin del
nosotros de-constituyente de los orgenes, nosotros que en tanto cuerpo- se
vincula con la tierra (vida) y comienza su camino reflexivo, el que lo llevar
mediando la identidad, a la constitucin de una subjetividad sapiencial.
Se propone, entonces, comprender el cuerpo como la vinculacin del
nosotros con la tierra (vida). Se propone, adems, entender el cuerpo como la
forma inteligible del nosotros, como el modo que tiene el nosotros de ganar una
inteligibilidad y estar siendo-. Esta inteligibilidad no puede ser, en este nivel
inmediato, sino estructural, en el sentido ms fuerte de la palabra 13. Con todo lo
paradjico que suena, la individualidad corporal es estructural, pero esta
estructura, y de nuevo aparece lo paradjico, no es natural es decir
meramente dada-, sino que es producto del nosotros en tanto vnculo con la
tierra.
Desde esta afirmacin bsica, el cuerpo como vnculo del nosotros con la
tierra (vida), podemos desplegar esta inteligibilidad estructural en tres momentos
o relaciones fundamentales: la vinculacin pulsional, la vinculacin activarepresentativa, y la vinculacin semitica. En cada caso la tierra (vida) va dando
un sentido nuevo precisamente por la diferenciacin estructural de la
vinculacin- transformando al mero-estar del nosotros en desear, actuar, y
comunicarse.
1) Con la pulsin el nosotros se vincula con la tierra como espacio
simblico de la oposicin fundamental entre vida y muerte14, se
reconoce entonces eros y thnatos15, y resuelve su ambigedad al
estructurarse simblicamente como espacio de coincidencia de los
13
Usamos como referente a Jean Piaget, a quien interpretamos como un kantiano gentico-estructural (en
oposicin a lo trascendental). Cfr. Sobre todo, la Psicologa de la inteligencia, , Bs. As. Psique, 1966.
17
El referente aqu puede ser Micea Elade, quien ha puesto de relieve repetidas veces esta referencia del
mito a las cosmognesis. Cfr. Entre otros, Mito y realidad, Guadarrama, 1968.
18
Ligar el smbolo a lo sobredeterminado riqueza de significacin, equivocidad por exceso y no por
defecto- es un mrito importante de Ricoeur. Es sabido que ya Freud habla, tambin, de
sobredeterminacin.
19
La expresin significante flotante, aplicada al mito, es de C. Lvi-Strauss , en su importante prlogo a
la obra de Marcer Mauss, Sociologe et Antropologie, Pars, PUF 1950, pp XLVIII y XVLX.
Como ejemlo citamos a Paracelso (retomando en toda la tradicin de la mstica naturalista renacentista)
Cfr. Por ejemplo la distincin del macro mundo, el microcosmos, y el mundo minimus (la mujer), que
hace en el libro IV del Opus Paramirum, en castellano, Obras completas, Bs. As. Schapire, 1965, pp 251
y ss.
libertad no es otra cosa que su relato, su historia. Si antes nos bastaba con apelar
a la semitica, no nos queda ahora otro recurso que apelar a la potica 21. Se trata
de ese saber tejer la trama, producir el texto, construir la casa, edificar el futuro,
arrebatarle lo propio a lo comn, inaugurar el milagro y la alquimia del s
mismo. En trminos dialcticos diramos que se trata de reflexionar lo natural,
acontecer la estructura, identificar lo individual. La retrica de esta alquimia no
es ya el cosmos como nosotros arquetpico- sino la matriz sociohistrica,
conformada por las huellas que va dejando la libertad, como intento del nosotros
de vincularse con el tiempo.
La libertad no es tampoco un punto de partida: es el acontecer del nosotros, que
justamente como libertad se vincula con el tiempo como un propio, y hace as
del mero camino reflexivo una ruta determinada, con mojones que indican lo
recorrido, y con seales viales que anticipan lo an no recorrido. Se construye el
relato del nosotros, que, al vincularse con el tiempo al acontecer- se descubre
memoria y utopa. Se propone, entonces, comprender la liberad como
vinculacin del nosotros con la historia, como la forma que tiene el nosotros de
alcanzar un nombre. El nosotros se sabe vocacin, que es e-vocacin, convocacin e in-vocacin.
Se genera a s una tensin entre la estructura y el acontecer, entre lo otro y el s
mismo, entre el cuerpo y la libertad, entre el cosmos y la historia, que
aparentemente se dan como irreductibles, porque son revestidos con toda la
inmediatez de lo dado o lo originario, pero que en realidad slo manifiestan
dos momentos del vincularse fundamental del nosotros desconstituyente del
origen aparente- primero a la tierra, buscando una estructura inteligible, y
segundo al tiempo propio, buscando un acontecer nombrable.
Desde esta idea bsica de la libertad en el vnculo del nosotros con el tiempo
propio, con la historia, podemos mostrar los momentos del relato, que es la
libertad como acontecer del nosotros. Se trata de la vinculacin con el tiempo
propio como apropiacin de la identidad, como participacin en un proyecto ,
como creacin. Se trata ahora de habitar la casa, y no meramente estar en la
tierra. Lo cual acontece como libertad en el nombre del nosotros que se apropia,
participa y crea.
21
La potica como el arte que norma la produccin de un texto. El concepto viene ya de Aristteles.
vincularse
con
la
historia
como
espacio
organizado
26
Es Kant quien ha planteado la pregunta por la posibilidad de la ciencia en tanto objetividad con legtima
pretensin de universalidad, necesidad, y progreso. La expresin sujeto trascendental alude a la
condicin ltima de posibilidad de la objetividad, que es la unidad de apercepcin originaria del yo
pienso. Cfr. Crtica de la Razn Pura.
LGICA
DEL
PROCESO
QUE
LLEVA
DEL
Para terminar este artculo haremos reflexiones sobre la lgica del proceso,
que resalten los aspectos problemticos y, al menos ubiquen por la negacin algunos
posibles malos entendidos.
Hay una primera cuestin. Se trata, como hemos dicho, de partir de una experiencia
absoluta en el sentido de absuelta en la relacin de la relacin- y de mostrar su
manifestacin como proceso de constitucin de la subjetividad instaladora de la cultura.
Es importante decir que partimos no de una experiencia, ni de una idea, lo cual hace
que el proceso no pueda comprenderse globalmente, como dialctico. Dicho de otra
manera, partimos de la interpelacin tica de la alteridad y no meramente de la
diferencia, sino de una diferencia que es, justamente una identidad diferente (ni lgica,
ni metafsica, ni biolgica, ni histrica, ni reflexiva) identidad sapiencial o tica. En este
sentido, tampoco suscribimos una lgica del salto atrs (Heidegger) que pretenda
criticar y destruir la identidad con la diferencia. Nuestro problema sigue siendo como
pensar la identidad como diferencia desde la alteridad. En este sentido, no nos interesa
reemplazar la idea dialctica por una experiencia ontolgica. Lo que planteamos es
la posibilidad de una idea sapiencial, en el origen (y por eso alteridad). En este sentido,
partimos de una idea y no de una experiencia, y por eso el proceso de manifestacin
tampoco puede comprenderse, globalmente, como meramente destinal. Levinas le llama
epifana.
Ya dentro del proceso de manifestacin, lo que hemos llamado fenomenologa, el punto
lgico difcil es cmo concebir la relacin entre lo estructural y el acontecer. La
discusin entre Ricoeur y Lvi-Strauss es una buena sntesis del problema 31. En
trminos de lingstica es la relacin entre lengua y habla; en trminos de antropologa
es la diferencia entre naturaleza y cultura; en trminos de historia de la filosofa es el
viejo problema de las relaciones entre mito y logos. Nuestra propuesta apunta a resolver
la tensin en el mbito de la reflexin cultural, de la inteligencia, siempre que se
despliegue en el mbito sapiencial, que le permita comprenderse como nosotros
desconstituyente tanto del no-origen de la estructura, como del puro-origen del
acontecer, sin prejuzgar de la reduccin o de la superacin o de la imposible
reconciliacin. En este sentido, el nosotros permite no reducir lo estructural en el caso
humano- a lo meramente biolgico (que es un tipo de inteligencia cultural objetiva) ni
reducir el acontecer a lo meramente histrico (que es otro tipo de inteligencia cultural).
31
Hemos tratado de definir esta categora, en la lnea reflexiva propuesta aqu, en el trabajo sobre El ethos
barroco, ensayo de una definicin cultural latinoamericana a travs de un concepto sapiencial,
presentado en Chile en 1981, y recogido por la obra Racionalidad Tcnica y Cultura Latinoamericana,
editado, instar manuscripti, por el Stipendienwerk fur Latein Amerika, en Alemania. Cfr. Reflexiones
desde Amrica, T I
33
Juan Carlos Scannone intenta desarrollar esta categora de la mediacin simblica, cfr. Los artculos
publicados en Stromata, 32 (1976) pp 253-287; 34 (1978) pp 17-42, y 36 (1980), pp 25-47.
34
La expresin es de Rodolfo Kusch, ob. Cit. Sobre Lo argentino y lo americano. Nosotros la empleamos
con cierta libertad.