Tomo 78
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Contenido:
EDITORIAL
CONSULTAS A LA CARTA
ESPECIAL SOBRE LAS TRANSFERENCIAS VEHICULARES OPERAN
CON LA INSCRIPCIN REGISTRAL?
ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL
INFORME JURISPRUDENCIAL
ENTRE CORCHETES: JURISPRUDENCIA COMENTADA Y ANOTADA
JURISPRUDENCIA VINCULANTE
TENDENCIAS JURISPRUDENCIALES
BUZN DE LTIMAS JURISPRUDENCIAS
LAUDO INTERNACIONAL
MARCOS DE PAPEL
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EDITORIAL
PUEDE EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DECIR SI LUIS BEDOYA VIVANCO
COMETI PECULADO?
CONSULTAS A LA CARTA
Por razones de espacio solo publicamos las consultas de mayor inters jurdico (y de
estas, nicamente los fragmentos pertinentes). Remitir las consultas va nuestra pgina
web: www.gacetajuridica.com.pe.
MONTO DE LA CAUCIN JURATORIA
PAGOS DE INTERESES EN ACCIN DE CUMPLIMIENTO
NULIDAD DE LA NOTIFICACIN DE SENTENCIA
DERECHO DEL CNYUGE EN UNA EIRL
EMPLAZAMIENTO EN EL DOMICILIO DEL REPRESENTANTE
Respuesta:
El cobro de intereses no puede ser exigido a travs del proceso de ejecucin
resoluciones judiciales si la resolucin emitida en el proceso de accin de cumplimiento
no reconoci tal derecho, y en tanto no se incluye como pretensin de la demanda. Si a
pesar de ello, el juez hubiera otorgado los intereses este fallo sera extra petita, por lo
que con seguridad la otra parte solicitar su nulidad. Adems, en el caso que se hubieran
demandado los intereses, el rgano jurisdiccional respectivo habr optado por la
improcedencia, pues segn el criterio del Tribunal Constitucional en va constitucional
no procede ordenar el pago de intereses al carecer tales procesos de etapa probatoria.
No obstante, nosotros somos de la opinin que tal criterio es errado ya que el
pago de intereses no requiere mayor probanza al ser consecuencia del incumplimiento
de la obligacin y exige solamente un mtodo de clculo que se define en ejecucin de
la sentencia. Finalmente, creemos que en el caso suyo la va idnea para exigir el pago
requerido es a travs del proceso de cognicin por obligacin de dar suma de dinero, en
la cual tendr que adjuntar la liquidacin de los intereses devengados y la resolucin
judicial emitida en el proceso de accin de cumplimiento. La va procedimental a seguir
ser determinada en mrito de la cuanta.
Dada la relevancia del fallo, que viabiliza que ante el Tribunal Constitucional pueda
cuestionarse la adecuacin tpica efectuada por un juez ordinario, se incluye en este
nmero el presente especial, que contiene los comentarios de reconocidos autores del
medio a la resolucin mencionada.
RESOLUCIN
HBEAS CORPUS Y PRINCIPIO DE LEGALIDAD (Luis Lamas Puccio)
CONSTITUCIONALIZANDO LA JUSTICIA ORDINARIA Seguimos en el mismo
error? (Manuel Muro Rojo, Federico Mesinas Montero)
RESOLUCIN
EXP. N 2758-2004-HC/TC - LIMA
LUIS GUILLERMO
BEDOYA DE VIVANCO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 23 das del mes de noviembre de 2004, reunido el Tribunal
Constitucional en sesin de pleno jurisdiccional, con asistencia de los magistrados Alva
Orlandini, Presidente; Bardelli Lartirigoyen, Vicepresidente; Revoredo Marsano,
Gonzales Ojeda y Garca Toma, pronuncia la siguiente sentencia, con los votos
singulares de los magistrados Bardelli Lartirigoyen y Revoredo Marsano.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Luis Guillermo Bedoya de Vivanco
contra la sentencia de la Segunda Sala Penal para Procesos con Reos Libres de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas 558, su fecha 4 de junio de 2004, que declara
improcedente la accin de hbeas corpus de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 21 de abril de 2004, el recurrente interpone accin de hbeas corpus
contra el Poder Judicial y los vocales integrantes de la Sala Penal Transitoria de la Corte
Suprema de la Repblica, doctores Andrs Echevarra Adrianzn, Jos Alarcn
Menndez, Ral Valdez Roca, Csar Javier Vega Vega, Miguel ngel Saavedra Parra y
Walter Vsquez Bejarano, quienes, confirmando, en parte, la sentencia de la Sala Penal
Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima, le impusieron una condena de cinco
aos de pena privativa de la libertad, lo cual atenta contra el principio de legalidad
penal, al no haberse configurado el delito por el que se le conden.
Manifiesta que fue condenado por el delito de peculado en calidad de cmplice,
habindose condenado, a ttulo de autor, a Vladimiro Montesinos Torres por el hecho de
haber dispuesto indebidamente a favor de terceros, en su calidad de asesor del Servicio
de Inteligencia Nacional (SIN), de fondos destinados a gastos de operaciones de
inteligencia y contrainteligencia. Alega que el tipo penal de peculado es, en cuanto al
autor, un delito especial que solo puede ser cometido por funcionario pblico al que, por
razn de su cargo, le han sido confiados, para su administracin o custodia, caudales o
efectos del Estado; pero que Vladimiro Montesinos Torres, quien fue condenado a ttulo
de autor, ocupaba, segn el ROF del Servicio de Inteligencia Nacional, el cargo de
Asesor II del gabinete de asesores de la Alta Direccin del SIN, cargo que no
comprenda la potestad de disposicin o administracin de fondos pblicos. Adems,
afirma que la condena por el delito de peculado es incompatible con el delito de
usurpacin de funciones por el que fue condenado, por el hecho mismo de haber
ejercido ilegtimamente las funciones del jefe del SIN, y que al no haberse cometido el
delito de peculado a ttulo de autor, tampoco podr imputarse el mismo a ttulo de
complicidad.
Aduce tambin que, segn la configuracin de la complicidad establecida en
nuestro Cdigo Penal, la misma solo podr presentarse en la etapa de preparacin o
ejecucin del delito, y no despus de que este se haya consumado; agregando que el
delito de peculado se consuma con la apropiacin de los fondos pblicos, por lo que la
entrega de los caudales apropiados a un tercero se produce en un momento posterior a la
consumacin que no puede ser considerado dentro de la participacin delictiva.
El Vigsimo Sexto Juzgado Penal de Lima, con fecha 22 de abril de 2004,
declara improcedente la demanda, considerando que lo realmente pretendido por la
parte demandante es cuestionar los criterios dogmticos adoptados por la emplazada, lo
cual no puede ser objeto de discusin en el proceso de hbeas corpus.
La recurrida confirma la apelada por el mismo fundamento.
FUNDAMENTOS
1. El recurrente alega que se ha violado el principio de legalidad penal, por haber
sido condenado por el delito de peculado a ttulo de cmplice, sin que, a su juicio, se
cumplan los presupuestos previstos para que se configure dicho delito.
2. El principio de legalidad penal ha sido consagrado en el artculo 2, inciso 24,
literal d, de la Constitucin Poltica del Per, segn el cual "nadie ser procesado ni
condenado por acto u omisin que al tiempo de cometerse no est previamente
calificado en la ley, de manera expresa e inequvoca, como infraccin punible, ni
sancionado con pena no prevista en la ley".
Con el debido respeto por mis colegas, discrepo tanto de las consideraciones por
ellos expuestas como de la parte resolutiva de la sentencia recada en el expediente del
rubro, por las siguientes razones:
1. La justicia penal no puede ser arbitraria, ya que toda persona sabe que no
podr ser condenada si no existe un delito y pena fijados en una ley previa.
Es este el principio de legalidad que se remonta al derecho romano de donde
proviene el conocido aforismo nullum crimen, nullum poena, sine lege y que es
recogido en el artculo 2 inciso 24 literal d de la Constitucin del Estado que a la letra
dice:
"Nadie ser procesado ni condenado por acto u omisin que al tiempo de
cometerse no este previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequvoca,
como infraccin punible, ni sancionado con pena no prevista en la ley".
2. El principio de legalidad penal sintetiza en s mismo diversos aspectos del
estado de derecho en el mbito del derecho estatal sancionador. En tal sentido se vincula
con el ius imperium, como presupuesto de la actuacin del Estado sobre los bienes
jurdicos de los ciudadanos, pero tambin con el derecho de estos a la seguridad, as
como la prohibicin de la arbitrariedad y el derecho a la objetividad e imparcialidad por
parte de los rganos jurisdiccionales.
De lo expuesto se deduce que el principio de legalidad exige la existencia de
una ley (lex scripta) que sea anterior al hecho sancionado (lex praevia) y que la ley
describa un supuesto de hecho estrictamente determinado (lex certa).
El cumplimiento de estas tres exigencias determina el rechazo de la analoga
como fuente creadora de los delitos y las penas y limita, absolutamente, a los jueces la
posibilidad que se conviertan en legisladores.
La vulneracin del principio de legalidad se ha manifestado histricamente en
las dictaduras totalitarias. Recordemos que en la Alemania nazi los jueces determinaban
los delitos y las penas segn el "santo sentimiento del pueblo y en la Unin Sovitica
de acuerdo con la "conciencia socialista de la justicia. Afortunadamente esa poca pas
y en la actualidad el principio en mencin es considerado "(...) como una caracterstica
de los pueblos civilizados (...)" que inspira la legislacin de "(...) todos los pases cultos
(...)" (MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Editorial Bosch, Barcelona, Espaa,
1998. Pg. 76).
3. El Tribunal Constitucional, en su sentencia 0010-2002-AI/TC ha sealado que
el principio de legalidad exige no solo que por ley se establezcan los delitos, sino
tambin que las conductas prohibidas estn claramente delimitadas previamente por la
ley, cita que la sentencia en mayora, realiza en el fundamento 2) segundo prrafo.
4. La Corte Interamericana de Derechos Humanos entiende que "(...) en la
elaboracin de los tipos penales es preciso utilizar trminos estrictos y unvocos, que
acoten claramente las conductas punibles, dando pleno sentido al principio de legalidad
penal. Esto implica una clara definicin de la conducta incriminada, que fije sus
elementos y permita deslindarla de comportamientos no punibles o conductas ilcitas
ANTECEDENTES
Sin embargo, tratndose del anlisis del principio de legalidad con relacin a los
alcances de la justicia penal ordinaria y las particularidades de la justicia constitucional,
el Tribunal Constitucional hace un claro deslinde en relacin con sus alcances y
funciones. En principio seala que el anlisis que debe practicar la justicia
constitucional, no es igual ni equiparable a la que realiza o lleva a cabo un juez penal
(justicia penal ordinaria), en razn de que no puede acudirse a una accin de hbeas
corpus para tales efectos, como tampoco discutirse o ventilarse en Tribunal
Constitucional, cuestiones o aspectos que ya han sido resueltos por la justicia penal
ordinaria, como es la determinacin de la responsabilidad penal del autor por la
comisin de un delito (el de peculado va la complicidad), en razn de que ello, es
incumbencia exclusiva de la justicia penal ordinaria y no del Tribunal Constitucional.
Argumenta para tales fines en su sentencia el Tribunal Constitucional, que la
accin de hbeas corpus es un proceso de naturaleza constitucional destinado a la
proteccin de los derechos que estn reconocidos en la Constitucin, y que no est entre
sus funciones o facultades revisar el modo o la manera cmo se han resuelto
controversias que son de naturaleza penal, y que estn enmarcadas dentro de un
procedimiento determinado (el juicio penal). Recurre a la salvaguarda de las
denominadas garantas judiciales mnimas, manifestando que el hbeas corpus, s es
procedente para ventilar las infracciones a los derechos constitucionales procesales
derivadas de una sentencia que ha sido expedida en proceso penal, siempre que ella, se
haya dictado con desprecio o inobservancia de las garantas judiciales mnimas que
deben guardarse en toda actuacin judicial.
Afirma categricamente el Tribunal Constitucional que una interpretacin
semejante por parte de la justicia constitucional (en el presente caso de la
responsabilidad criminal del autor), implicara vaciar de contenido el derecho a la
proteccin jurisdiccional de los derechos y libertades fundamentales que estn como ya
se ha mencionado en la Constitucin, y por lo tanto, promover que la clusula del
derecho a la tutela jurisdiccional (efectiva) y el debido proceso no tengan valor
normativo.
En ese sentido, argumenta como sustento al deslinde que seala el Tribunal
Constitucional entre la justicia penal ordinaria y la justicia constitucional, el
pronuciamiento que ha hecho al respecto la Comisin Interamericana de Derechos
Humanos, en cuanto que la misma se manifiesta competente solo para conocer una
sentencia judicial nacional que ha sido dictada al margen del debido proceso,
manifestando en ese sentido, que si se trata de pronunciarse sobre si el fallo judicial en
cuestin es equivocado o injusto en s mismo, la peticin entonces debe ser rechazada
porque la justicia constitucional no es competente para un pronunciamiento de esta
naturaleza. La funcin de la Comisin consiste en garantizar la observancia de las
obligaciones asumidas por los Estados partes de la convencin, pero no puede hacer las
veces de un tribunal de alzada para examinar supuestos errores de derecho o de hecho
que pueden haber cometido los tribunales nacionales que hayan actuado dentro de los
lmites de su competencia.
Asume el Tribunal Constitucional, con relacin a esta lnea de ideas
interpretativas, que el tema de la tipificacin penal y la subsuncin de las conductas
ilcitas, no son ni deberan ser objeto de revisin en estos procesos. No puede existir en
forma anloga y paralela a la justicia penal, una interpretacin por parte de jueces que
ITER CRIMINIS
No dejar de tener razn la parte recurrente cuando afirma por una parte que
tratndose del delito de peculado, la participacin delictiva solo puede producirse o en
la etapa de la preparacin o en la ejecucin del delito. Como se sabe, en el delito de
peculado se penaliza la lesin que ha sufrido la administracin pblica al ser despojada
de la disponibilidad de sus bienes. Al apropiarse de estos recursos, el Estado pierde su
disponibilidad y el bien patrimonial estatal no cumple sus funciones legales y propias.
Se argumenta, que al consumarse el delito de peculado con la apropiacin misma de los
fondos pblicos por parte de Vladimiro Montesinos Torres, todo lo que aconteci con
posterioridad a la apropiacin misma ya no corresponde a la esfera del peculado sino a
la receptacin del dinero.
La doctrina reconoce que los actos preparatorios son todos aquellos capaces de
servir a la ejecucin del delito, pero que no son parte de l, aun cuando se refieren a ese
delito en la intencin del agente. En la prctica, resulta muy difcil distinguir los actos
preparatorios de los que verdaderamente inician la ejecucin del delito, siendo ello en la
prctica uno de los problemas ms difciles de resolver(9).
En todo caso, ms all de si se trata de actos preparatorios o de ejecucin,
adquiere vigencia aquella consideracin de que la justicia constitucional no es
equiparable a la justicia penal ordinaria. Se trata de una evaluacin en materia de
responsabilidad penal propia, la que es de incumbencia exclusiva de la justicia penal.
Quiere decir que al referirse al iter criminis, nos encontramos frente a una gama de
situaciones y posibilidades subjetivas a las que corresponde evaluar en la justicia penal
ordinaria. Dichos derechos intersubjetivos son ajenos a los denominados derechos
fundamentales que estn establecidos en el marco constitucional, con mayor razn si se
trata de una gama de precisiones jurdicas que vinculadas al iter criminis, tienen relacin
con las diferentes fases en las que se desenvuelven los planteamientos relacionados al
delito de peculado.
CONCLUSIONES
esta va, situacin diferente es el anlisis que debe practicar la justicia constitucional
que no es equiparable a la que realiza la justicia penal ordinaria. El hbeas corpus no es
la va que corresponde para discutir asuntos que ya han sido resueltos en la va ordinaria
penal, como es el caso de la responsabilidad penal que es incumbencia exclusiva de la
justicia penal. En otras palabras, no es el proceso constitucional en el que corresponde
revisar el modo como se ha resuelto una controversia de naturaleza penal.
Cuarto.- El hbeas corpus es procedente para resolver violaciones de los
derechos procesales constitucionales derivados de una sentencia expedida en un proceso
penal, solo ella se haya dictado con desprecio o inobservancia de las garantas judiciales
mnimas que debe respetar toda actuacin judicial.
Quinto.- La funcin del Tribunal Constitucional es garantizar la observancia de
los principios que estn reconocidos en la Constitucin Poltica y los tratados
internacionales en materia de proteccin de los derechos humanos, pero no le incumbe
examinar supuestos errores de derecho o de hecho en los que puede haber incurrido la
justicia penal dentro de los lmites que compete a sus funciones, por lo que la
tipificacin penal que corresponde a los hechos y la subsuncin de las conductas ilcitas
que son objeto de juzgamiento, son competencia de la justicia penal y no de la
constitucional. La justicia constitucional no puede funcionar de manera anloga a la
justicia penal porque no est dentro del mbito que corresponde a los jueces
constitucionales.
Sexto.- La justicia constitucional carece de aquel carcter que le permite resolver
derechos intersubjetivos que en el presente caso son ajenos a los derechos que son
considerados como fundamentales, y que en el primer caso corresponde a los jueces
penales su correspondiente interpretacin o subsuncin en otros hechos, con las
precisiones de las correlativas consecuencias jurdicas que se deriven.
Stimo.- Solo cabe excepcionalmente la intervencin de la jurisdiccin
constitucional sobre una resolucin judicial por afectacin del principio de legalidad
penal, en aquellos casos en los que un juez penal se ha apartado evidentemente del tenor
literal del precepto legal, o cuando la aplicacin de un determinado precepto ha
obedecido a pautas interpretativas manifiestamente extravagantes, irrazonables,
incompatibles con el ordenamiento constitucional y de su sistema material de valores.
La justicia penal ordinaria es la encargada de determinar la culpabilidad o la inocencia
de una persona, sobre la base de consideraciones eminentemente de orden penal
conforme a las distintas alternativas que ofrece la dogmtica penal, mientras que la
justicia constitucional solo se encarga de verificar si la resolucin judicial de referencia
afecta derechos constitucionales.
Octavo.- En tal sentido, avocarse a analizar si la persona de Vladimiro
Montesinos Torres tena o no tena la condicin de funcionario pblico, si dicha persona
ostentaba de facto la calidad de jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), o si los
bienes de que fueron objeto de entrega provenan o no del erario nacional, y por ltimo,
si la persona demandante tuvo participacin en la preparacin del delito, su ejecucin o
en sus etapas posteriores, son en realidad aspectos que debieron ser dilucidados,
esclarecidos y agotados en el mbito que corresponde exclusivamente al juicio o al
proceso penal, conforme a las prerrogativas de las que gozan los actores en el proceso
penal.
Noveno.- En ese sentido resulta discutible sealar que los jueces pueden crear
delitos y definir conductas punibles. La precisin para la elaboracin de los tipos
penales utilizando trminos estrictos y unvocos que acoten claramente las conductas
punibles, dando plano sentido al principio de legalidad conforme a las prerrogativas que
sealan las leyes, es una funcin que para la interpretacin del presente caso
corresponde a los que elaboran las leyes y configuran los tipos penales.
DERECHO COMERCIAL
EL PROCEDIMIENTO DE ADECUACIN A LA LEY GENERAL DE
SOCIEDADES (LGS) Y LA PROBLEMTICA DEL NOMBRE ABREVIADO DE
UNA SOCIEDAD (Oswaldo Hundskopf Exebio)
AUMENTO DE CAPITAL Y DERECHO DEL ACCIONISTA MINORITARIO (Walter
Gutierrez Camacho)
constituye una modificacin del estatuto, pues lo que antes el gerente ejerca
conjuntamente con cualquier director, deber ahora ejercerlo nicamente con el de
economa;
Que, en el estatuto inscrito el gerente tena facultades con la firma conjunta de
cualesquiera de los directores, de comprar y vender bienes muebles e inmuebles,
hipotecar, prendar y gravar, afianzar, solicitar y prestar aval, facultades con la que ahora
no cuenta, de lo que se colige que se ha realizado una modificacin de estatuto, puesto
que la nueva ley no impone limitaciones a las facultades del gerente en el referido
sentido, razn por la que disminuir dichas facultades del gerente constituye una
modificacin y no una adecuacin a la Ley;
Que, asimismo, en el estatuto inscrito tena facultades, con la firma conjunta de
cualesquiera de los directores, de arrendar, contratar seguros y endosar plizas,
descontar, endosar y aceptar letras, suscribir vales y pagars, cobrar y otorgar
cancelaciones de todo tipo, facultades que en el estatuto cuya inscripcin se solicita a
sola firma; lo expuesto no constituye tampoco una adecuacin a la ley, puesto que esta
no establece que dichas facultades debe ejercerlas el gerente a sola firma;
Que, de lo expuesto en los considerandos precedentes se concluye que debe
confirmarse el literal e) del primer extremo de la observacin y ampliarse conforme a
los trminos sealados;
Que, de los sealado en los considerandos anteriores, se establece que el tema
"adecuacin del estatuto a la nueva Ley General de Sociedades" consignado en la
convocatoria a la junta general del 29 de octubre de 1999, result insuficiente al no
permitir que los accionistas conozcan por anticipado las modificaciones estatutarias que
pretenda realizarse al no abarcar la agenda los temas tratados en la junta, ms an
cuando los requisitos de la convocatoria para la modificacin del estatuto son ms
rigurosos que cuando se trata de la celebracin de cualquier otra junta, as el artculo
198 inc. 1 de la Ley General de Sociedades indica que para cualquier modificacin del
estatuto se requiere expresar en la convocatoria con claridad y precisin los asuntos
cuya modificacin de estatuto es un acto de vital importancia para la sociedad; por lo
que debe confirmarse la ltima parte del primer extremo de la observacin;
Que, el artculo 9 de la Ley General de Sociedades establece que las sociedades
pueden utilizar adems de su denominacin un nombre abreviado; sin embargo, la ley
no regula el modo en que debe abreviarse el nombre; al respecto, una de las formas de
abreviatura es la sigla, en la que se unen las primeras letras de las palabras conformantes
de la denominacin; adems, existen otras formas de abreviar el nombre, tales como
emplear una abreviatura para cada una de las palabras integrantes de la denominacin, y
tambin utilizar palabras completas integrantes de la denominacin, que constituyan el
ncleo distintivo de las mismas;
Que, en el nombre abreviado no podr ser una segunda denominacin de la
sociedad, sin relacin alguna con la denominacin completa; sin embargo, mientras no
se reglamente el modo en que debe abreviarse el nombre, el Registro no podr denegar
la inscripcin de las distintas formas de abreviar el nombre, pues ello implicara
establecer limitaciones que no estn previstas en la Ley;
I.
INTRODUCCIN
TEMAS A TRATAR
COMENTARIOS FINALES
CONSIDERANDO:
Que, con el presente ttulo se solicita la inscripcin del aumento y reduccin del
capital de la sociedad CESEL S.A., en mrito a escrituras pblicas del 22 y 25 de enero
de 2000 otorgadas ante notario de Lima, Dr. Jorge E. Velarde Sussoni, escritura pblica
aclaratoria del 08 de marzo de 2000 otorgada ante el referido profesional, copias
legalizadas de publicaciones y documentos anexos;
Que, CESEL S.A. se encuentra inscrita en la ficha N 2560 y su continuacin en
la partida electrnica N 02005336 del libro de sociedades del Registro de Personas
Jurdicas de Lima;
Que, en la escritura pblica del 22 de enero de 2000, corre inserta la junta
general del 01 de junio de 1999 en la que se acord la capitalizacin de S/. 351 000,00
nuevos soles por concepto de ajuste por correccin monetaria, aumentndose el capital
de S/. 5 400 000,00 a S/. 5 751 000,00; en la escritura pblica del 25 de enero de 2000
se encuentra contenida la junta general del 9 de julio de 1999 en la que se aument el
valor nominal de cada accin de S/. 1,00 (un nuevo sol) a S/. 100 000,00 (cien mil
nuevos soles), otorgndose un plazo de 30 das para que si los socios lo consideraban
pertinente efectuaran sus aportes a efectos de completar el valor nominal de una accin;
Que, en la ltima escritura pblica indicada se encuentra inserta tambin el acta
de la junta general del 9 de agosto de 1999, que segn sealan se realiz con la
presencia de la totalidad de los accionistas, acordndose establecer el capital en S/. 5
600 000,00 a travs de la devolucin de la participacin de los socios: Ral Delgado
Sayn en S/. 83 484,00, Carmen Corts Bull de Palacios S/. 35 549,00, Enrique
Alejandro Palacios Corts S/. 47 935,00 y de la ex accionista Lidia Aita Ordez S/. 92
016,00 y mediante el aumento de la participacin del socio Duilio Ayaipoma Nicolini en
S/. 107 984,00 nuevos soles;
Que, uno de los caracteres que sustentan a la sociedad annima es la
responsabilidad limitada de sus socios, lo que por un lado significa que estos son
responsables hasta por el lmite de lo aportado y por otro, que el accionista solo se
encuentra obligado a aportar a la sociedad el valor de las acciones suscritas y cualquier
otra suma que acepte entregar;
Que, en ese sentido el artculo 199 de la Ley General de Sociedades establece
que ninguna modificacin del estatuto puede imponer a los accionistas nuevas
obligaciones de carcter econmico, salvo para aquellos que hayan dejado constancia
expresa de su aceptacin en la junta general o que lo hagan posteriormente de manera
indubitable (...);
Que, la modificacin del estatuto no requiere de unanimidad sino de qurum y
mayora calificados conforme al artculo 126 y 127 de la Ley General de Sociedades, y
por lo tanto el aumento del valor nominal de las acciones que implica una
modificacin del estatuto, no precisa de unanimidad; sin embargo, tal como esta
instancia ha sealado en su resolucin N 187-99-ORLC/TR del 27 de julio de 1999, los
acuerdos adoptados por una sociedad no deben afectar los derechos de los socios
minoritarios y en especial el derecho fundamental de ostentar la calidad de socio; en
consecuencia, la junta general puede aumentar el valor nominal de las acciones, pero tal
acuerdo no puede implicar que un socio que no efecte nuevos aportes no alcance el
mnimo necesario para continuar como propietario de por lo menos una accin, teniendo
en cuenta que las acciones son indivisibles conforme al artculo 89 de la Ley General de
Sociedades;
Que, el aumento del valor nominal de la accin de S/. 1,00 (un nuevo sol) a S/.
100 000,00 (cien mil nuevos soles) acordado en la junta general del 9 de julio de 1999,
afect directamente a la socia minoritaria Lidia Aita Ordez, pues al ser su
participacin accionaria inferior al nuevo valor nominal de la accin, la calidad de socia
ya adquirida qued indebidamente condicionada a la realizacin del aporte necesario
para completar el valor de una accin;
Que, asimismo, la regulacin de la reduccin del capital en la Ley General de
Sociedades tiene como finalidad la salvaguarda de los derechos de los acreedores y de
los accionistas; as, el artculo 217 del mismo cuerpo legal seala que la reduccin del
capital debe afectar a todos los accionistas a prorrata de su participacin en el capital sin
modificar su porcentaje accionario o por sorteo que se debe aplicar por igual a todos los
accionistas, y cuando se acuerde una afectacin distinta ello debe ser decidido por
unanimidad de las acciones suscritas con derecho a voto;
Que, en la reduccin acordada no se han visto disminuidas las participaciones de
todos los socios, la reduccin tampoco lo ha sido de manera proporcional, asimismo, al
devolvrsele la aportacin a la socia minoritaria Lidia Aita Ordez por no alcanzar su
aporte el valor nominal de la accin, se procede a su exclusin como socia, cuando la
ley no contempla la exclusin por esta causal;
Que, en el presente caso la reduccin desigual en la participacin en el capital de
cada uno de los accionistas por aquellas sumas que no alcanzaban el nuevo valor
nominal de las acciones pudo haberse acordado siempre que la totalidad de las acciones
suscritas con derecho a voto hubiera votado a favor de la misma, lo que no se cumpli
puesto que no asisti a la junta general la socia Lidia Aita Ordez, titular de 92,016
acciones de un nuevo sol cada una;
Que, de otra parte, al reducirse el capital se reduce la garanta que la sociedad
tiene frente a sus acreedores y es en aras de la proteccin de estos que el citado artculo
establece requisitos para la publicidad de los acuerdos de reduccin, para que quienes
resulten afectados puedan hacer uso del derecho que les corresponde; en consecuencia,
los requisitos de publicidad exigidos por la ley deben entenderse como mnimos y ser de
obligatorio cumplimiento por la sociedad;
Que, el artculo 217 de la Ley General de Sociedades establece que el acuerdo de
reduccin del capital debe expresar la cifra en que se reduce el capital, la forma cmo se
realiza, los recursos con cargo a los cuales se efecta y el procedimiento mediante el
cual se lleva a cabo, sealando la parte final del referido artculo que el acuerdo de
reduccin debe publicarse por tres veces; al respecto cabe sealar que la publicacin
debe contener un resumen del acuerdo, sin embargo, las publicaciones efectuadas en los
diarios La Repblica y El Peruano los das 11, 16 y 21 de octubre de 1999 solo
sealan la cifra en que se ha reducido el capital de la sociedad, incumpliendo lo
sealado por la norma;
sociedad y los accionistas, y por ltimo, en las relaciones e intereses entre los
accionistas y los terceros(3). De esto se desprende que cualquier anlisis de una norma
societaria y por consiguiente del derecho subjetivo que eventualmente emane de ella,
deber hacerse en sintona con el concepto expuesto de sociedad y de los intereses en
juego que en ella se concentran. Mirar los problemas societarios desde una ptica que
contemple solo uno de los derechos o intereses en juego nos conducir, muy
probablemente, al error consistente en la sobreproteccin de unos en desmedro de los
otros.
EL CAPITAL SOCIAL
4. Para que la sociedad cumpla con su objeto social es indispensable que cuente
con recursos econmicos que hagan posible las actividades que componen dicho objeto
social. De ah que los socios para participar de una sociedad deban realizar aportes
econmicos, en favor de la sociedad, cuantificables en dinero. As, el capital se forma
con los aportes de los socios, por ello se dice que refleja una cifra en el pasivo de la
sociedad, que revela una deuda de esta frente a los socios. En contraparte a sus aportes
los socios reciben acciones o participaciones que los convierten en propietarios de la
sociedad, y con ello adquieren un estatus jurdico que les otorga un conjunto de
derechos.
5. A diferencia del patrimonio, que se mantiene en permanente variacin, el
capital social es una cifra que permanece estable y que se fija en el contrato fundacional
de la sociedad. Esta cifra tiene una funcin contable y jurdica, una existencia de
derecho y no de hecho. En el da uno de la existencia social la cifra capital y el
patrimonio social coincidirn, luego difcilmente volvern a ser iguales, el patrimonio
aumentar o disminuir de acuerdo al accionar econmico de la empresa.
A decir de Brunetti, el papel legal y contable que tiene el capital social se
determina en su funcin reguladora al establecer el mximo lmite de los beneficios que
se pueden repartir, cul ha de ser el importe de las reservas, cundo se debe proceder a
la disolucin de la sociedad, o cundo se tenga que modificar el estatuto a causa de las
prdidas sufridas(4).
De esta manera, el capital social es un coeficiente de solidez econmica de la
empresa que no ha de sufrir alteracin alguna para garanta de los acreedores sociales;
es aquella parte del patrimonio social cuya integridad es condicin esencial para la
distribucin de los beneficios. En ese sentido, la condicin invariable de aquella partida
pone en conocimiento de los interesados no solo el importe del capital fijado por el acto
constitutivo o por los posteriores acuerdos, sino tambin, si aquel existe o ha disminuido
por prdidas por ejercicios anteriores o si, por el contrario, ha aumentado. El capital
social es en suma el valor contable de la empresa descontado el pasivo(5).
De lo expuesto resulta que el capital social no es propiamente un conjunto
particular de bienes sino una expresin contable, por lo tanto no representa para los
acreedores sociales una garanta propiamente dicha. La garanta para estos es solo
indirecta.
El capital social es un instrumento de proteccin del patrimonio social y con ello
una herramienta de proteccin de los mltiples intereses que se concentran en ella. En
En realidad, en ninguno de los dos casos de los que se ocupan las resoluciones
del Tribunal Registral estaramos frente a una exclusin de socio. La exclusin es una
figura legal, regulada para cierto tipo de sociedades, las sociedades de personas o con un
contenido personalista como lo es la sociedad comercial de responsabilidad limitada.
Por otro lado, para que exista la posibilidad de excluir a un socio, tiene que darse un
abierto conflicto de intereses entre la sociedad y el socio. En un aumento de capital no
hay tal conflicto de intereses. Pero algo ms importante, la exclusin de socio es un acto
voluntario, es una decisin adoptada por la sociedad frente a la aparicin o
descubrimiento del referido conflicto de intereses.
El aumento de capital tiene el manifiesto propsito de fortalecer la economa de
la sociedad no el de excluir al socio. Si el ejercicio regular de ese derecho genera dao a
un accionista, al disminuir su participacin accionarial o incluso desaparecerla, esta
situacin no califica tcnicamente como exclusin de socio, pues no hay conflicto de
intereses ni voluntad de separarlo. Que en la prctica el socio haya dejado de serlo,
como consecuencia del aumento de capital, es consecuencia de su decisin de
abstenerse de participar en dicho aumento. Por lo dems, ha de presumirse que el socio
saba que las reglas societarias establecen como un derecho de la sociedad el aumentar
su capital, y que una modalidad de esta poda exigir un nuevo aporte para mantener su
condicin de socio.
Sin embargo, no podemos perder de vista que en el fondo, desde una perspectiva
constitucional, la titularidad accionarial del socio es una de las expresiones del derecho
de propiedad. En este sentido goza de todas las protecciones propias de este derecho, sin
pretender en ningn caso postular un carcter absoluto de este. En sintona con esta
lnea de argumentacin, en el caso que nos ocupa, todo aumento de capital deber
hacerse cuidando de proteger en lo posible tambin este derecho.
CONCLUSIONES
a) La fuerza principal que ha transformado el derecho societario, y me atrevera
a decir que el derecho mercantil en general, es la constante evolucin y el surgimiento
de necesidades de la empresa. La empresa ha sido el fenmeno econmico ms
importante del siglo XX y todo hace prever que lo ser tambin en el siglo XXI.
Ninguna interpretacin de un problema societario puede ignorar que en el fondo toda
sociedad se constituye para hacer posible una empresa.
b) La proteccin de la empresa como centro de intereses es uno de los
imperativos de la normativa societaria. Esta proteccin puede imponerse incluso, en
ocasiones, al inters de los accionistas. La razn es simple, si la empresa es la causa de
la existencia de esos intereses, su fortalecimiento y prosperidad es la mejor garanta de
la proteccin de todos ellos. En ese sentido, la doctrina ha comprendido que el derecho
societario no organiza y protege solamente los derechos e intereses de los socios, sino
que integra y protege los derechos del Estado, consumidores, proveedores y
trabajadores. Todo lo cual ha trado como consecuencia un debilitamiento de la
proteccin de los accionistas.
c) Hemos dicho que la condicin de socio no es un derecho sino un status que
comprende un conjunto de derechos y obligaciones. Sin embargo, con esta afirmacin
no se niega que dentro de estos derechos se encuentra el de la titularidad de las acciones
y que siendo una modalidad del derecho de propiedad no puede, en principio, ser objeto
de disposicin por parte de terceros. No obstante, cabe reiterar que ningn derecho es
absoluto, en tal sentido, si la sociedad en el ejercicio legtimo de sus derechos llegara a
afectar los intereses o derechos de ciertos accionistas, tal situacin no puede calificar
liminarmente de ilegal. Solo un ejercicio abusivo de este derecho podra calzar dentro
de esta calificacin.
d) Para que ello no suceda deber cuidarse de que un aumento de capital busque
conciliar tanto los intereses de la mayora como de los accionistas minoritarios. En tal
sentido, todo aumento de capital deber estar atento a las siguientes situaciones:
- El aumento de capital deber basarse siempre en una autntica necesidad
econmico-empresarial.
- En lo posible esta necesidad econmico-empresarial deber solventarse
apelando a las fuentes financieras del mercado.
- Si esto ltimo no fuera posible o viable, los aportes requeridos para un aumento
de capital debern ser estrictamente los necesarios.
- Si tal aumento de capital, inevitablemente, trae como consecuencia un perjuicio
para ciertos accionistas, se deber recurrir a ciertos instrumentos legales, tales como el
certificado de suscripcin preferente, de suerte que el accionista renuente pueda
trasladar este derecho reduciendo su perjuicio.
- Por ltimo, concurrentemente puede facilitrsele la posibilidad de que traslade
su condicin de socio mediante la transferencia de acciones o participaciones a otro u
otros que s estn en condicin y disposicin de realizar nuevos aportes.
DERECHO REGISTRAL
EL NACIMIENTO Y LA MUERTE DE LA HIPOTECA A propsito de una resolucin
del Tribunal Registral con ausencia de conceptos jurdicos (Rmulo Morales Hervias)
DECISIN IMPUGNADA
Base legal: artculos 1098, 1099 y 2011 del Cdigo Civil, artculos 25, 31, 32 y
40 del Reglamento General de los Registros Pblicos.
III.
FUNDAMENTOS DE LA APELACIN
ANTECEDENTE REGISTRAL
ANLISIS
incorpora a su patrimonio este bien (el gravamen hipotecario, claro est, y no el bien
sobre el que se constituye hipoteca, el que permanece en el patrimonio del constituyente
de la hipoteca). Podr incorporarse un bien al patrimonio de un sujeto de derecho sin
que l preste su consentimiento?
Sobre el tema debe tenerse en cuenta por ejemplo, que inclusive en la
adquisicin mortis causa, a los sucesores se les transmite la herencia en virtud a la
aceptacin de la misma, ya sea en forma expresa o tcita, aceptacin cuyos efectos se
retrotraen al momento de la apertura de la sucesin (artculo 677 del Cdigo Civil). As,
se admite que no se pueden adquirir derechos sin que medie el consentimiento del
adquirente. En tal sentido, el derecho de hipoteca no podr ser adquirido por el acreedor
sin que l preste su consentimiento.
3. Ahora bien, quienes admiten la posibilidad que se inscriba la constitucin de
hipoteca unilateral, sealan tambin que en la hipoteca unilateral el derecho real de
garanta habr nacido, pero no habr sido adquirido por parte del acreedor de la
obligacin garantizada, esto es, an no habr sido transmitido a l.
Al respecto, si el derecho real de garanta nace pero no se transmite al acreedor
hipotecario, ello implica ya sea que el derecho no es de nadie (esto es, no es del
acreedor hipotecario ni del constituyente de la garanta), o que se consolida en una sola
persona la calidad de constituyente de la garanta y acreedor hipotecario. Consideramos
que ninguna de las dos posiciones es aceptable: no tendra sentido inscribir un derecho
que no es de nadie, y no tendra sentido tampoco inscribir una hipoteca en favor del
propietario del bien.
Por las razones expuestas, concluimos que no es procedente inscribir un
otorgamiento unilateral de hipoteca.
4. Distinto es el caso de aquellos supuestos en los que expresamente el
ordenamiento legal admite la inscripcin en el Registro de la hipoteca en virtud de
manifestacin de voluntad unilateral del propietario del inmueble, como en la Ley de
Ttulos Valores (Ley N 27287 publicada el 19/6/2000), que regula la emisin del ttulo
de crdito hipotecario negociable.
Esto es, la regla general es que no procede la inscripcin del otorgamiento
unilateral de hipoteca, constituyendo excepciones a dicha regla aquellos supuestos en
los que expresamente la normativa admite y regula el otorgamiento unilateral de
hipoteca.
5. En el caso alzado, como se ha sealado en el tem IV: Antecedente Registral,
la hipoteca submateria corre registrada en el asiento D 00001 modificado por el asiento
D 00004 de la partida electrnica N 44591006 del Registro de Predios de Lima.
De la revisin del ttulo archivado N 151576 del 8 de setiembre de 1998 se
aprecia que la antedicha hipoteca fue constituida hasta por la suma de US$ 600,000.00
por Manuel Bustamante Olivares y su cnyuge a favor de Kurumaya Investment Corp.,
en respaldo del crdito por US$ 1500,000.00 convenido entre Kurumaya Investment
Corp. y Corporacin Pesquera San Antonio S.A. (escritura pblica del 3 de setiembre de
1998). Dicha garanta hipotecaria fue constituida e inscrita sin que se exigiera la
intervencin de la sociedad acreedora.
Mediante escritura pblica del 14 de setiembre de 1999 obrante en el ttulo
archivado N 154364 del 21 de setiembre de 1999, se modific la clusula tercera de la
escritura de constitucin de hipoteca, aprecindose que dicha modificacin fue otorgada
con la intervencin de Manuel Bustamante Olivares y su cnyuge as como la sociedad
acreedora Kurumaya Investment Corp.
6. El acto cuya inscripcin se solicita se contrae al reconocimiento efectuado por
Manuel Bustamante Olivares y su cnyuge de una deuda a favor de Kurumaya
Investment Corporation hasta por la suma de US$ 900,208.84 proveniente de los
intereses generados por la lnea de crdito otorgada por esta ltima a favor de
Corporacin Pesquera San Antonio S.A. Asimismo, a fin de garantizar el cumplimiento
de la mencionada deuda la precitada sociedad conyugal ampla el monto de la hipoteca
primigenia a US$ 1600,000.00.
7. Como se ha expresado, la hipoteca materia del presente ttulo fue constituida
para garantizar una lnea de crdito por US$ 1500,000.00 otorgada por Kurumaya
Investment Corporation a favor de Corporacin Pesquera San Antonio S.A. Es decir,
Manuel Bustamante Olivares y su cnyuge intervinieron en el instrumento constitutivo
para garantizar con un inmueble de su propiedad, la deuda de un tercero.
Con el presente ttulo se pretende la modificacin de la hipoteca primigenia, ello
por cuanto esta garantizara no solo la deuda detallada sino tambin la deuda por US$
900,208.84 reconocida por la referida sociedad conyugal a favor de Kurumaya
Investment Corporation. Como consecuencia de ello, Manuel Bustamante Olivares y su
cnyuge no solo tendran la calidad de fiadores solidarios sino tambin de deudores.
8. En concordancia con los fundamentos antes expuestos, si no procede el
otorgamiento unilateral de una hipoteca, tampoco procede la modificacin unilateral del
monto del gravamen ni de las obligaciones garantizadas. En consecuencia, teniendo en
cuenta que Kurumaya Investment Corporation es el acreedor hipotecario, para su
modificacin deber cumplirse con presentar el documento pblico que contenga el
acuerdo de voluntades entre el titular del gravamen hipotecario (Kurumaya Investment
Corporation) y el propietario del inmueble sobre el que recae la hipoteca (Manuel
Bustamante Olivares y su cnyuge); no siendo suficiente el documento otorgado
unilateralmente por estos ltimos.
De acuerdo a lo expuesto, debe confirmarse la denegatoria de inscripcin.
Estando a lo acordado por unanimidad.
VII.
RESOLUCIN
INTRODUCCIN
se pone un ejemplo. Se expresa que en la adquisicin mortis causa, a los sucesores se les
transmite la herencia en virtud a la aceptacin de la misma, ya sea en forma expresa o
tcita, aceptacin cuyos efectos se retrotraen al momento de la apertura de la sucesin,
conforme lo dispone el artculo 677(1) del Cdigo Civil. La resolucin que comentamos
expresa que en esta norma no se pueden adquirir derechos sin que medie el
consentimiento del adquirente. Sobre la base de este ejemplo, se formula una conclusin
y se dice que el derecho de hipoteca no podr ser adquirido por el acreedor sin que l
preste su consentimiento.
Dentro del contexto de la segunda afirmacin se dice que quienes admiten la
posibilidad que se inscriba la constitucin de hipoteca unilateral, sealan tambin que
en la hipoteca unilateral el derecho real de garanta habr nacido, pero no habr sido
adquirido por parte del acreedor de la obligacin garantizada, esto es, an no habr sido
transmitido a l. Desconocemos si por omisin involuntaria o por falta de honestidad
intelectual no se cita a los autores que sostienen tal afirmacin pero continuemos con el
anlisis.
Sobre la base de las afirmaciones de una doctrina que la resolucin no cita se
arguye que: "Si el derecho real de garanta nace pero no se transmite al acreedor
hipotecario, ello implica ya sea que el derecho no es de nadie (esto es, no es del
acreedor hipotecario ni del constituyente de la garanta), o que se consolida en una sola
persona la calidad de constituyente de la garanta y acreedor hipotecario". Ante esta
aparente disyuntiva, se dice que ninguna de las dos posiciones es aceptable porque: "No
tendra sentido inscribir un derecho que no es de nadie, y no tendra sentido tampoco
inscribir una hipoteca en favor del propietario del bien. Por las razones expuestas,
concluimos que no es procedente inscribir un otorgamiento unilateral de hipoteca".
Nuevamente, de una negacin de una afirmacin disyuntiva saltan a la conclusin de
que no caben hipotecas unilaterales.
Entonces, la resolucin bajo comentario objeta la inscripcin de la hipoteca de
forma unilateral. Para ello ser necesario determinar si los requisitos de validez de la
hipoteca, sealados en el artculo 1099 del Cdigo Civil, permite o no su constitucin de
manera unilateral sin que el beneficiario manifieste su aceptacin o no.
Finalmente, determinaremos si es verdad que la hipoteca se constituye
nicamente mediante un contrato, y como tal, debe de cumplir con lo dispuesto por los
artculos 1351 y 1352 del Cdigo Civil, es decir, que ambas partes expresen su
consentimiento.
II.
CONCEPTO DE HIPOTECA
Esta primera posicin tiene que ver con el carcter absoluto de todo derecho real
que indica: "La tutelabilidad del derecho en la vida de relacin y la consecuente
ejecutabilidad del derecho en relacin a cualquiera que lo ponga en discusin o lo
perjudique o sea el destinatario de sus efectos"(3). En ese sentido se dice que el carcter
absoluto es un: "Carcter necesario de los derechos de goce en cuanto el poder
inmediato sobre la cosa recae en su tutela jurdica en la vida de relacin mediante el
deber de no injerencia por parte de terceros. La hipoteca, la prenda y los privilegios
reales, por eso, pueden realizar su especfica funcin de garanta solamente en cuanto el
poder de expropiacin de un determinado bien sea ejercitable en relacin a cualquiera
que resulte propietario"(4).
Por eso, segn esta primera posicin, se tratara de un derecho real en cuanto
caracterizado por la oponibilidad erga omnes y por ello por la posibilidad de hacer valer
el derecho tambin en relacin de terceros que el bien haya sido enajenado por el
deudor(5).
A pesar de que la mayor parte de la doctrina define a la hipoteca como un
derecho real lo incluyen en el captulo de garantas patrimoniales especficas. Esta
inclusin no es de casualidad. El legislador italiano incorpora la hipoteca en el libro
denominado Tutela de derechos.
Otro sector de la doctrina, considera que la hipoteca es una garanta del derecho
del crdito y no un derecho real, con lo cual coincidimos plenamente. La garanta
quiere decir seguridad (relativa) de que lo debido, o su equivalente, aunque no
prestado, ser de todos modos conseguido: en esto y para esto est su garanta(6);
y el privilegio, la hipoteca y la prenda son garantas especficas sobre los bienes del
deudor que son realespor cuanto tienen por objeto una res, o un conjunto de res
(cosas), que quedan vinculadas a la satisfaccin del crdito, aunque hayan salido del
patrimonio del deudor(7). De esta manera, se dice que no son derechos sino
relaciones jurdicas de otra naturaleza, cuya funcin es inseparablemente conexa de la
relacin del inters del crdito(8). En realidad las relaciones jurdicas en estas
garantas son vnculos entre poderes (derechos potestativos) y sujeciones.
Por tanto, la hipoteca es una garanta real e implica que al acreedor le es
atribuido un poder de expropiar un determinado bien, y de satisfacerse con el derecho
de preferencia sobre lo obtenido por la venta, tambin si la propiedad del bien ha pasado
a otros (artculo 2808(9)). En resumen, las garantas reales atribuyen al acreedor
prelacin ms el derecho de seguimiento: y por eso, como se ha dicho, no son
estructuralmente lejanas de los privilegios especiales(10).
En realidad, cuando hablamos de hipoteca nos referimos a un mecanismo de
proteccin del derecho de crdito que puede ejercitarse judicialmente o
extrajudicialmente. Es una tutela ms que se otorga al acreedor, en este caso en calidad
de acreedor hipotecario, quien ser titular de un derecho potestativo de ejercitar los
poderes de expropiacin y de prelacin frente a la situacin de sujecin en que se
encuentra el deudor hipotecario o el tercero.
Sobre este aspecto, sera relevante el carcter instrumental de tales garantas,
tanto de hacerlas incorporar en el mbito del derecho procesal, donde, en lugar de la
relacin derecho-obligacin, predomina la figura sujecin-poder. Prelacin y derecho de
Ntese que el artculo 677 del Cdigo Civil peruano coincide con los artculos
456 y 459 del Cdigo Civil italiano que se refieren al efecto retroactivo de la aceptacin
de la herencia. La aceptacin de la herencia es igual a la aceptacin del acreedor
hipotecario en el caso que la hipoteca se haya constituido unilateralmente?
Indudablemente que no. Para constituir hipotecas unilaterales no es necesario la
aceptacin del acreedor hipotecario.
Esto se corrobora cuando la resolucin asevera que no tendra sentido inscribir
un derecho que no es de nadie, y no tendra sentido tampoco inscribir una hipoteca en
favor del propietario del bien. En general, la hipoteca se inscribe a favor del acreedor
hipotecario y no a favor del propietario del bien. No es que el derecho no es de nadie.
Lo que se inscribe es la garanta a favor del acreedor hipotecario.
La resolucin incurre en un yerro gravsimo al desconocer la naturaleza jurdica
de los efectos retroactivos. El carcter excepcional de la retroactividad del hecho
jurdico implica que esta ltima podr ser afirmada solamente cuando exista una
taxativa y explcita norma de ley que establezca tal retroactividad. Por tanto, no se
pueden acoger ciertas afirmaciones en mrito a la retroactividad del acto de eleccin en
la obligacin alternativa, de la inscripcin de las adquisiciones inmobiliares, de la
posesin en tema de prescripcin, precisamente porque falta en estos casos una explcita
disposicin que sanciona la retroactividad(17).
Diremos tambin que no podemos aceptar la afirmacin segn la cual es
necesario la aceptacin del acreedor hipotecario para la constitucin unilateral de
hipotecas. El Cdigo Civil peruano no regula la retroactividad de estas aceptaciones.
Inferir lo contrario es interpretar las normas sobre hipoteca sin ninguna fundamentacin.
El artculo 1099 del Cdigo Civil establece que son requisitos para la validez de
la hipoteca los siguientes:
a) Que afecte el bien el propietario o quien est autorizado para ese efecto
conforme a ley.
b) Que asegure el cumplimiento de una obligacin determinada o determinable;
c) Que el gravamen sea de cantidad determinada o determinable y se inscriba en
el registro de la propiedad inmueble.
Como se puede apreciar, la aprobacin del acreedor no constituye un requisito
para que se constituya una hipoteca a su favor a fin de garantizar la obligacin que el
deudor mantiene frente a l.
La doctrina italiana sigue el mismo criterio.
La hipoteca es el derecho real que atribuye al acreedor el derecho de expropiar,
tambin contra el tercer adquirente, los bienes vinculados, del deudor o por un tercero,
como garanta de su crdito y de ser satisfecho con preferencia sobre el precio obtenido
por la expropiacin(18). La hipoteca es voluntaria cuando el ttulo para constituirla
est representado por un contrato o por un acto unilateral (excluido el testamento)(19).
CONCLUSIN
Como se habr apreciado en nuestro caso entr en juego el artculo 595 del CPC,
un artculo un tanto extrao, in primis, porque est colocado en el subcaptulo 4
(Desalojo) del Captulo II (Disposiciones especiales) del Ttulo III (Proceso
Sumarsimo) de la Seccin Quinta (Procesos Contenciosos) del CPC, lo que debera
significar que el artculo 595 del CPC contiene una disposicin especial del proceso
de desalojo.
Sin embargo, el artculo 595 no norma ningn aspecto del proceso de desalojo,
sino que seala:
El poseedor puede demandar el pago de mejoras siguiendo el trmite del
proceso sumarsimo. Si antes es demandado por desalojo, deber interponer su demanda
en un plazo que vencer el da de la contestacin. Este proceso no es acumulable al de
desalojo.
A estar a este texto, parecera que nuestro artculo est dentro de las
disposiciones especiales del proceso de desalojo para dejar sentado que el proceso de
mejoras es tan autnomo que nunca se puede acumular con el de desalojo. Una
autntica rareza sistemtica.
Sin embargo, pese a que proceso de desalojo y proceso de mejoras nunca podrn
reunirse para que las dos demandas se resuelvan en una nica sentencia, el propio
artculo vincula uno y otro proceso de una extraa forma: cuando medie una previa
demanda de desalojo el poseedor demandado deber interponer su demanda de
CPC
Para tratar de entender el artculo 595 del CPC quiz convenga tener presente
que este constituye una adaptacin del artculo 974 del Cdigo de Procedimientos
Civiles de 1912, artculo que regulaba el momento en el que el conductor tena que
hacer valer su derecho al pago de mejoras, cuando el locador pretendiera la
desocupacin del bien a travs del juicio de desahucio. Tal artculo estableca:
El conductor que tiene derecho al pago de mejoras, lo ejercer, precisamente,
en el acto del comparendo, y expresar las mejoras sobre que versa su reclamacin.
La solicitud de abono de mejoras se sustanciar y resolver del mismo modo y a
la vez que el desahucio; pero si el juez declara este sin lugar, se abstendr de resolver
sobre aquellas. Si se revocara la sentencia, vueltos los autos a primera instancia, el juez
resolver sobre las mejoras.
Ergo, conforme al artculo 974 del CPC de 1912, el conductor (no ciertamente
cualquier poseedor) demandado en desahucio deba reconvenir el pago de mejoras en
el acto de comparendoque era en el juicio de menor cuanta el momento en el cual
se deba producir la contestacin (verbal) de la demanda y en el cual se poda
reconvenir(2), y siendo reconvencin, era obvio que la solicitud de abono de
mejoras se sustanciara y resolviera del mismo modo y a la vez que el desahucio.
Hay que notar, sin embargo, que el juez solo tena que pronunciarse sobre la
reconvencin de mejoras si es que estimaba la demanda de desahucio, pues si la
declaraba sin lugar deba abstenerse de pronunciarse sobre aquella. Ergo, era una
suerte de reconvencin subordinada a que se estimara la demanda de desahucio. La
solucin tena su lgica: desestimado el desahucio (por el motivo que fuera) el
conductor poda seguir tranquilamente en uso del bien (mejoras incluidas).
Como es notorio, al redactarse el CPC vigente se decidi que el proceso de
desalojo (el sucesor del juicio de desahucio) se tramitar bajo el molde del
llamado proceso sumarsimo, una de cuyas particularidades es que no admite
reconvencin alguna (inc. 1 del artculo 559).
Sospecho que al momento de redactar las normas sobre el desalojo los miembros
de la Comisin Revisora deben haberse preguntado qu hacer con la reconvencin de
mejoras del artculo 974 del CPC de 1912. La respuesta nos fue dada en el Proyecto del
CPC publicado en febrero de 1992, en cuyo artculo 594 sealaba:
El poseedor puede demandar el pago de mejoras siguiendo el trmite del
proceso sumarsimo. Si es demandado por desalojo, deber interponer su demanda de
Cdigo que tena una amplia regulacin de las mejoras en el mbito de la relacin
locacin-conduccin.
Lo interesante es que en el CPC de 1912 el juicio de desahucio fue concebido
no solo como el proceso para obtener la desocupacin de un bien en contra de todo
aqul que lo ocupara a ttulo de locacin (artculo 954), sino tambin para recuperar
bienes sujetos a enfiteusis, usufructo, uso o habitacin o cuando el bien (inmueble)
fuera usado por otra persona de modo precario y sin pagar pensin (artculo 970). Sin
embargo, solo se ocup de la reconvencin de mejoras del conductor.
Quiz la explicacin est en que segn el CC de 1852 de todos los sujetos que
podan ser demandados en un juicio de desalojo, solo el conductor (artculos 1615 y
sgtes.) y el enfiteuta (artculos 1892-1893(4)) podan tener algn derecho al pago de
mejoras. No lo tenan ni el usufructuario(5) ni, como consecuencia, el usuario, ni
tampoco la (enigmtica) otra persona que usaba el inmueble de modo precario y sin
pagar pensin, persona de la cual el CC de 1852 ni se ocupaba(6). Hay que precisar
que si conductor y enfiteuta podan tener derecho al abono de mejoras, solo el conductor
tena expresamente derecho de retencin del bien hasta que se las pagaran.
Ahora, es muy importante tener presente el rgimen de las mejoras en el CC de
1852. As:
a) el arrendatario tena la facultad de realizar todas las mejoras de que
(quisiera) gozar durante la locacin, con la nica limitacin que no alteraran su
forma (artculo 1615);
b) las mejoras no eran abonables al arrendatario, salvo convenio por escrito, en
que el dueo se [hubiera] obligado a pagarlas (artculo 1617);
c) el convenio de abono de mejoras tena que especificar al menos
aproximadamente cules iban a ser las mejoras y cuanta la mayor cantidad que con tal
objeto [pudiera] gastar el arrendatario (artculo 1618);
d) corran a costo del locador los reparos necesarios a que estaba obligado, los
que si eran realizados por el arrendatario deban ser abonados tras la notificacin al
primero de la necesidad de la reparacin (artculo 1617);
e) el pago de las mejoras abonables sera segn lo convenido pero a falta de
acuerdo se deba hacer con la cantidad que baste de la renta del ltimo ao de la
locacin, salvo que se tratara de los reparos, en cuyo caso se pagaban por mitad
con las dos rentas siguientes a la poca en que se hicieron si antes no los pagaba el
dueo (artculo 1627);
f) Concluida la locacin el conductor poda retener la cosa arrendada, hasta que
se le pagara el valor de las mejoras abonables que se hubieran puesto en ella
(artculo 1628) o sea, las pactadas y lo gastado por los reparos.
g) la retencin de la cosa no poda exceder de tres aos (artculo 1629).
Por tanto, visto el derecho de retencin del conductor, es muy probable que el
CPC de 1912 haya decidido constreirlo a reconvenir el pago de mejoras, porque este
derecho poda dar lugar a muchos impasses en cuanto, al finalizar el arrendamiento, ms
que seguramente, el conductor se negaba a restituir el bien al locador alegando la
existencia de un crdito de mejoras, motivo por el cual el arrendador se vea constreido
a recurrir al juez para obtener la desocupacin.
De all que fuera lgico que para salir del impasse se impusiera al conductor
reconvenir, a fin de que se resolviera a la vez si el locador tena derecho a la
restitucin del bien y (si as era) si el conductor tena efectivamente derecho al pago de
mejoras y su entidad. Y es as que cuando en la sentencia (nica) se determinaba que el
conductor tena derecho al abono, no se llevaba a efecto la desocupacin del bien hasta
que el locador [pagara] el valor de las mejoras previamente liquidadasex artculo
976 del CPC de 1912, encontrndose as (en la letra de la ley) una armoniosa solucin al
problema de la retencin del bien por parte del conductor y el derecho del locador a la
restitucin del mismo.
Pero no se olvide que el CC de 1852 tena resuelto el cundo las mejoras eran
abonables al conductor e incluso (a falta de pacto al respecto) el cmo cobrrselas.
V.
SIGUE. EL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO ENTRE EL CC DE
1936 Y EL CC DE 1984
La regulacin de la relacin de locacin conduccin del CC de 1852 es
prcticamente reproducida en el CC de 1936, mantenindose inclusive aquella relativa
al cmo el conductor se haca pago de las reparaciones necesarias por l realizadas
(artculo 1543)(7). Sin embargo, se suprime toda la parte relativa al derecho de
retencin del conductor. A la par el CC de 1936 introduce unas (en apariencia) normas
generales sobre las mejoras en el Libro de Reales, en donde se establece que en los
casos en que el poseedor debe ser reembolsado de mejoras y gastos, tiene el derecho de
retencin (artculo 839 del CC de 1936). Por lo que me consta, nadie dud que entre
esos casos se encontrara el arrendatario. He aqu el germen del equvoco que
conducir (luego) al equivocado artculo 595 del CPC.
En cambio, el CC de 1984 modifica en mucho el viejo contrato de locacinconduccin. In primis, el derecho del conductor de realizar todas las mejoras que
quisiera se transforma en la obligacin del arrendatario de no introducir cambios ni
modificaciones en el bien, sin el asentimiento del arrendador (inc. 8 del artculo
1681(8)). Desaparece toda alusin al pacto de mejoras y su contenido. El arrendador,
como siempre y salvo pacto contrario, tiene la obligacin de realizar durante el
arrendamiento todas las reparaciones necesarias (artculo 1680 inc. 2 del CC), pero a
su vez se le impone al arrendatario la obligacin de dar aviso inmediato al arrendador
de las reparaciones que haya que efectuar bajo responsabilidad por los daos y
perjuicios resultantes (primer prrafo del artculo 1682), reparaciones que, si urgentes,
deben ser realizadas por el propio arrendatario, con derecho a reembolso, siempre que
se avise al mismo tiempo al arrendador (segundo prrafo del artculo 1682 CC). Se
omite indicar cmo se hace pago el arrendatario de esos gastos y se silencia (tal como lo
silenciaba ya el CC de 1936) sobre el derecho de retencin del arrendatario.
En otras palabras, el sujeto que tiene derecho al pago del valor de las mejoras
que haya introducido en el bien ex artculo 917 del CC, no es ni el arrendatario, ni el
comodatario, ni el depositario, ni el usufructuario, etc., sino que es el poseedor no
propietario que sufre la prdida de la posesin del bien (o sea la eviccin) como
consecuencia de ser vencido en el juicio de reivindicacin; un proceso en el que la
notificacin de la demanda hace cesar la presuncin de posesin de buena fe (artculo
907 del CC) y en el que el demandante (afirmado propietario) debe lograr destruir la
presuncin de propiedad de la que goza el demandado (artculo 897 del CC), probando
la suya.
Si as se entiende, el artculo 917 del CC est normando los efectos de la
eviccin de quien hasta ese momento era poseedor, en relacin a las mejoras: el
dueo (o sea el propietario vencedor en la reivindicacin) debe pagar el valor de
las mejoras necesarias y tiles que este poseedor haya introducido en el bien y, a la par,
el vencido tiene el derecho de retirar las mejoras de recreo que sean separables sin
dao. De las mejoras introducidas al bien despus de citado en juicio (de
reivindicacin), o sea despus de haber cesado la presuncin posesin de buena fe, solo
tiene derecho al valor de las necesarias(10).
Como consecuencia, el artculo 917 del CPC est en el mismo plano que
aquellas normas reguladoras del destino de los frutos (artculos 908 y 910 del CC) y de
las responsabilidades por los daos que haya sufrido el bien (artculo 909 del CC),
normas estas que entran a tallar justamente cuando el poseedor ilegtimo es
demandado en reivindicacin y que al perder sufre la eviccin del bien, surgiendo la
necesidad de liquidar la situacin posesoria ilegtima(11).
Si as es, como creo que sea, ser fcil entender que el poseedor del artculo
917 (y artculos 918-919 del CC) no es el poseedor que puede ser demandado en
desalojo, lo que revela que el artculo 595 del CPC es un producto ms de los equvocos
a los que nos conduce ese aoso enredo conceptual en el que est sumergido el concepto
de posesin, y que el legislador procesal parece no haber advertido, agregando
confusin a la confusin.
Una reflexin ms: el artculo 595 del CPC dice que el poseedor puede
demandar el pago de mejoras por el proceso sumarsimo y que si antes es
demandado en desalojo debe demandar dentro del plazo que vencer el da de la
contestacin. Algunos han interpretado que con esta disposicin el CPC est
precisando los dos momentos que tiene el poseedor para demandar el pago de
mejoras: antes de ser demandado (en desalojo) y despus(12). Pues bien, el poseedor
del artculo 917 del CC jams demandara su pago antes de ser demandado y vencido en
juicio (sufriendo la eviccin), por el simple motivo que ese "poseedor" mejora un bien
que posee como propio y no como bien ajeno. Si antes que ese "dueo" aparezca en
escena, nuestro "poseedor" demanda el pago de mejoras, reconocera la titularidad ajena
sobre el bien.
VI.
Y EL PRECARIO?
Pero, hay un problema ms, promovido tanto por el legislador sustancial como
por el procesal: el del llamado poseedor precario.
El CPC de 1912, permiti que tambin la persona que usaba un bien inmueble
de modo precario (o sea de modo transitorio e inestable) y sin pagar pensin
pudiera ser demandado en desahucio. En esta (nebulosa) figura poda entrar tanto el
amigo o el pariente al que gratuitamente (sin pagar pensin) se le permita el uso del
bien como el comodatario al cual se le hubiera prestado para su uso el bien sin plazo
para su devolucin.
Sin embargo, la praxis del CPC de 1912 transform el desahucio por precario
en una suerte de va alternativa (sumaria) a la de reivindicacin y en consolidacin de
esta praxis el legislador sustancial nos introdujo el artculo 911 del CC que contempl
las dos figuras del poseedor precario que todos conocemos (y padecemos): el
poseedor sin ttulo (que bien puede ser el poseedor ilegtimo de mala fe) o la de aqul
cuyo ttulo haya fenecido (que bien puede ser el poseedor ilegtimo de buena fe)(13).
Como consecuencia, es usual que el propietario no poseedor en lugar de
recurrir al proceso de reivindicacin opte por demandar al poseedor no propietario
por la va sumarsima del desalojo.
Cuando esto ocurre se trastoca todo el sistema. Y se trastoca porque el proceso
de desalojo no es el idneo para liquidar una situacin posesoria ilegtima: a la
demanda de desalojo no se puede acumular la de pago de frutos y daos; el demandado
no puede reconvenir (subordinadamente, o sea si resulta vencido) nada relativo a los
frutos y que se le pague el valor de las mejoras necesarias y tiles introducidas al bien
cuya posesin puede perder.
Y justamente una situacin como esta debe haber motivado el caso que dio lugar
a la emisin de la sentencia puesta en epgrafe. Quien fue demandada en desalojo por
precario, visto que no poda reconvenir, demand en paralelo el pago de su derecho
de mejoras y el demandado reconvino pago de frutos (que los debe el poseedor ilegtimo
de mala fe). Y aqu viene la paradoja: al demandar las mejoras antes de saber el
resultado del proceso de desalojo la demandante estaba admitiendo la ilegitimidad de
su posesin!
Como consecuencia, el real problema del artculo 595 del CPC no se presenta
cuando se demanda a alguien en su calidad de arrendatario, de comodatario, de
depositario, de usufructuario, o sea quien tiene la obligacin contractual o legal de
restituir el bien, sino cuando el que se afirma propietario demanda a alguien
etiquetndolo como precario, quien, si seguimos la tesis de la Corte Suprema, deber
demandar las mejoras en el plazo del artculo 595 del CPC, obligndole a reconocer
su precariedad (rectius, ilegitimidad) en el proceso de mejoras. Pero, dado que el
proceso de desalojo y el de mejoras no se pueden acumular, existe la no rara posibilidad
de ganar en los dos, mantenindose en posesin del bien y encima con derecho al pago
de unas mejoras a las que solo tendra derecho si realmente sufriera la prdida de la
posesin.
Como consecuencia, si durante la vigencia del CPC de 1912 cualquier problema
que poda surgir de su artculo 974 estaba referido al insignificante caso de las mejoras
en el mbito de una relacin de arrendamiento, con el CPC vigente se puede llegar a
provocar situaciones alucinantes.
DERECHO PREVISIONAL
DECRETO LEY N 19990 PROCEDENCIA Y LEGALIDAD DEL PAGO
FRACCIONADO DE LAS PENSIONES DEVENGADAS (Csar Abanto Revilla)
I.
las pensiones mismas del Sistema Nacional de Pensiones, lo cual hubiera afectado a
cientos de miles de beneficiarios.
Lamentablemente, las obligaciones de pago por concepto de pensiones
devengadas en contra de la ONP se incrementaron (en la mayora de casos, derivadas de
procesos judiciales), por lo cual el Estado tuvo que efectuar nuevos clculos para
restringir la cuota del fraccionamiento y extender el alcance de esta medida a los
devengados administrativos y judiciales, razn por la cual se dictaron los Decretos
Supremos N 091-2003 (publicado el 1 de julio de 2003) y N 119-2003-EF (publicado
el 27 de agosto de 2003), en los que se dispone que la cuota que se pagara de manera
mensual por concepto del fraccionamiento de devengados sera igual al 50% del monto
de la pensin que perciba el pensionista. Por ejemplo: Tomando el caso antes citado, si
Juan Prez perciba una pensin de S/. 600 nuevos soles mensuales, los S/. 5,000
nuevos soles de devengados seran cancelados en alcuotas mensuales de S/. 300 nuevos
soles que sumados a la pensin percibida daran un ingreso total mensual de S/. 900
nuevos soles.
Como se aprecia, el Estado no pretenda eludir su obligacin de pago, sino que
atendiendo al incremento de la planilla previsional y las escasas posibilidades de la
economa nacional se vio forzado a cancelar gradualmente los devengados reconocidos
a los pensionistas.
Ante los cuestionamientos mediticos y judiciales formulados al proceso de
fraccionamiento de los decretos supremos mencionados, el 2 de julio de 2004 se public
la Ley N 28266 que dej sin efecto los referidos dispositivos legales y establecicomo
regla general que los devengados no deberan ser fraccionados en un plazo mayor a un
(1) ao, pero en el supuesto excepcional que se programen por un periodo mayor, se
deber aplicar a la alcuota mensual de fraccionamiento la tasa de inters legal fijada por
el Banco Central de Reserva del Per(4), lo cual implicaba una clara mejora en el
tratamiento del pago fraccionado de los devengados.
III.
moneda (de sol oro a intis, luego a nuevos soles), aunado al incremento de la morosidad
en el pago de las aportaciones de parte de sus asegurados (trabajadores activos).
Por ello, a partir de lo dispuesto por el artculo VII del Ttulo Preliminar de la
Ley N 28237 - Cdigo Procesal Constitucional, esperamos que el criterio
jurisprudencial sobre la validez y legalidad del pago fraccionado de pensiones
devengadas se uniformice por efecto del fallo del Tribunal Constitucional comentado, a
fin de viabilizar un correcto manejo presupuestario de los adeudos estatales en materia
de pensiones del Decreto Ley N 19990.
DERECHO DE FAMILIA
CUNDO EL CONVIVIENTE TIENE DERECHO ALIMENTARIO? (Emilia
Bustamante Oyague)
Tercero.- Que, el artculo trescientos veintisis del Cdigo Civil, seala que la
unin de hecho voluntariamente realizada y mantenida por un varn y una mujer, libres
de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a
los del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se sujeta al Rgimen de
Sociedad de Gananciales en cuanto le fuere aplicable, siempre que dicha unin haya
durado por lo menos dos aos continuos;
Cuarto.- Que, el tratadista Hctor Cornejo Chvez define al concubinato como la
convivencia habitual, esto es continua y permanente, desenvuelta de modo ostensible,
con la nota de honestidad y fidelidad de la mujer y sin impedimento para transformarse
en matrimonio;
Quinto.- Que, conforme se advierte de los medios probatorios ofrecidos por la
demandante ha existido una relacin de convivencia por espacio de catorce aos, la
misma que culmin definitivamente el veinticinco de abril de dos mil tres, por decisin
unilateral del demandado; es ms se acredita dicha convivencia con la inscripcin de la
recurrente en el Programa de Asistencia Mdica Familiar de CORPAC Sociedad
Annima y EsSalud, como tambin de la declaracin jurada legalizada notarialmente,
donde de manera libre y voluntaria el demandado reconoce y acredita la relacin
convivencial entre ambos;
Sexto.- Que, respecto del tercer prrafo del citado artculo segn el cual la unin
de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisin unilateral, resulta que
en este ltimo caso, el juez puede conceder, a eleccin del abandonado, una cantidad de
dinero por concepto de indemnizacin o una pensin de alimentos, adems de los
derechos que le correspondan de conformidad con el Rgimen de Sociedad de
Gananciales;
Stimo.- Que, en el presente caso la demandante pretende hacer valer su derecho
alimentario basado en la relacin convivencial concluida por decisin unilateral
solicitando que el demandado le acuda con una pensin alimentaria;
Octavo.- Que, para que se pueda conceder una pensin alimenticia se exige de
acuerdo al artculo en comentario que el solicitante de dicha pensin mantenga una
relacin convivencial actual o vigente, o, acredite la condicin de abandonado, y que
sea este conviviente quien elija alternativamente por una cantidad de dinero por
concepto de indemnizacin o una pensin de alimentos; que sin embargo, en el decurso
procesal habida cuenta que la relacin convivencial ha concluido, corresponda realizar
una valoracin referente a la condicin de abandonado ya sea de la demandante o del
recurrente, actividad que no se ha realizado, toda vez que las instancias de mrito no
han amparado su pretensin;
Noveno.- Que, por lo tanto, la interpretacin que los magistrados han dado al
artculo trescientos veintisis del Cdigo Civil no es el adecuado a su contenido, y
siendo que dicha interpretacin implica una revaloracin de la prueba actuada de lo que
no puede efectuarse en sede casacin, por lo que deben de reenviarse los autos a fin de
que el juez de Primera Instancia emita pronunciamiento sobre tal situacin, por versar la
discusin sometida a su conocimiento sobre cuestiones de hecho y no de derecho; que
en consecuencia de conformidad con lo dispuesto en el numeral dos punto tres del
artculo trescientos noventisis del Cdigo Procesal Civil; declararon FUNDADO el
EL CASO
Aun cuando no quedan expresamente claros los trminos en que resuelve el auto
del 15 de mayo de 2003, el cual es confirmado por la resolucin de la Sala Superior, y
luego esta misma resolucin es casada por la Sala Suprema, se puede colegir del propio
texto de la sentencia casatoria que dicha resolucin declar improcedente la demanda de
alimentos incoada por la seora Doris Delgado Hidalgo contra su exconcubino.
II.
ANLISIS
Ahora bien, cul era el sustento del derecho a alimentos que aleg la actora?
Pues su calidad de ex conviviente, que haba sufrido un abandono por el demandado,
quien unilateralmente puso fin a dicha relacin. Por ello precisemos algunos conceptos
para comprender mejor los alcances de la Sentencia Casatoria bajo comentario.
1. El concubinato
Acepciones
En doctrina se diferencias dos acepciones del concubinato: una amplia, tambin
denominada concubinato impropio, segn el cual habr concubinato all donde un varn
y una mujer hagan, sin ser casados, vida de tales; y otra restringida, que exige la
concurrencia de ciertos requisitos para que la convivencia marital tenga el carcter de
concubinaria.
En cuanto a la acepcin amplia del concubinato, debe anotarse que se
diferencian las uniones de pareja de carcter espordico como la unin sexual ocasional
y el libre comercio carnal o el caso de las uniones libres del concubinato en s, dado que
para que exista concubinato se exige como nota distintiva el carcter de permanencia o
habitualidad en la relacin de pareja.
Por su parte, la acepcin restringida o conocida como concubinato strictu sensu
es aquella convivencia habitual, esto es, contnua y permanente, desenvuelta de modo
ostensible, con la nota de honestidad o fidelidad de la mujer y sin impedimentos para
transformarse en matrimonio(1).
Definicin de concubinato
Para Zannoni el concubinato es concebido como:
"(...) la unin estable de un hombre y una mujer en estado conyugal aparente o
de hecho, esto es sin atribucin de legitimidad pero con aptitud potencial a ella"(2).
Por concubinato se entiende aquella convivencia de un hombre y una mujer que
viven juntos bajo un mismo techo, a la manera de personas casadas y de forma
permanente. Quienes sin estar unidos por matrimonio mantienen una comunidad de
habitacin y de vida, de modo similar a la que existe entre los esposos.
Como el concubinato es una imitacin del matrimonio, se trata de una unin
marital entre dos personas de distinto sexo. As, dicha vida en comn ofrece la
apariencia de un hogar tradicional, en el que ambos asumen las mismas tareas. Para sus
amigos, para sus padres, este hombre y esta mujer forman una pareja: tienen un
alojamiento propio, reparten sus alimentos, y ponen, probablemente, sus recursos en
comn. En buena cuenta, podra definirse al concubinato como un matrimonio al que le
falte la correspondiente inscripcin en los Registros del Estado Civil.
Acerca de si se requiere que este hogar de hecho deba tener hijos, Noir-Masnata
seala que importa poco, aun cuando precisa que en algunas decisiones
jurisprudenciales se observa que la presencia de hijos constituye un factor de
estabilidad, hacindolo un elemento de prueba importante para determinar la existencia
de la unin concubinaria(3).
Entonces, puede decirse que, la definicin que se asume del concubinato como
objeto de tratamiento jurdico se encuentra referida a esa situacin de precariedad,
circunstancialidad y extralegalidad en que descansa la unin voluntaria entre un hombre
y una mujer. Donde ambos, el hombre y la mujer estn en una situacin al margen de la
ley porque su unin como pareja no se basa en el vnculo que produce el matrimonio
civil.
2. El derecho alimentario
Acerca de la obligacin alimentaria entre parientes, Roca I Tras seala que,
entre otras consecuencias, el derecho a la vida lleva consigo la necesidad de la persona
de ser mantenida, cuando se encuentra en una situacin en la que no pueda proveer por
s misma a su sustento(4).
Por su lado, Somarriva Undurraga, refiere que, el legislador al establecer el
derecho a alimentos en la ley no hace sino reconocer un derecho ms fuerte que ella
misma, y darle mayor importancia y relieve. Lo cual es as porque el derecho
alimentario se sustenta en la equidad, en el derecho natural, estableciendo que una
persona tiene derecho a exigir alimentos de otra; basndose este derecho en la relacin
de parentesco o por el vnculo matrimonial(5).
Por su parte, Dez-Picazo y Gulln refieren que la obligacin de brindarse
alimentos entre familiares se deriva del principio de solidaridad familiar, que obliga a
los parientes a atender las necesidades vitales que cualquiera de ellos tenga o no pueda
satisfacer por s(6). Es el vnculo familiar entonces el que crea la relacin jurdica de
alimentos, el cual, estatuye la relacin obligacional de carcter legal. Esta relacin, de
naturaleza netamente asistencial, trasunta principios de solidaridad familiar ante las
contingencias que pueden poner en peligro la subsistencia fsica de uno de sus
miembros y que le impide, circunstancial o permanentemente, procurarse los medios
necesarios para asegurar esa subsistencia(7).
Nuestro Cdigo Civil en el artculo 474 seala quines se deben alimentos
recprocamente: 1.- Los cnyuges; 2.- Los ascendientes y descendientes; 3.- Los
hermanos.
En cuanto a la obligacin alimentaria entre el marido y la mujer, Cornejo Chvez
seala que esta viene insumida en otra de mayor amplitud, que es la que dimana del
deber de asistencia que el artculo 288(8) del Cdigo consagra en trminos no por
escuetos en su letra menos amplios en su contenido.
Derecho alimentario entre concubinos.En el caso del concubinato o unin de hecho regulado por el artculo 326 del
Cdigo Civil, tenemos que en su primer prrafo se expresa:
La unin de hecho, voluntariamente realizada y mantenida por un varn y una
mujer, libres de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes
semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se sujeta al
rgimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable, siempre que dicha
unin haya durado por lo menos dos aos continuos.
Nuestro Cdigo Civil denomina as como unin de hecho a la relacin sostenida
entre un hombre y una mujer, como relacin personal y que rena los requisitos
dur catorce aos, esta concluy por decisin unilateral del demandado, estando
acreditada dicha convivencia con la inscripcin de la actora en el Programa de
Asistencia Mdica Familiar de CORPAC Sociedad Annima y EsSalud, as como con la
declaracin jurada legalizada notarialmente, donde de manera libre y voluntaria el
demandado reconoce y acredita la relacin convivencial entre ambos.
No deben olvidarse los presupuestos para conceder la pensin de alimentos, esto
es, en primer lugar, la ley establece quienes estn obligados a prestar alimentos; en
segundo lugar, debe darse el estado de necesidad del alimentista, y finalmente, debe
apreciarse la posibilidad del obligado a prestarlos.
En efecto, si bien la ley prescribe que el concubino abandonado tiene derecho a
alimentos, tambin para efectos de graduar la pensin alimenticia el juez deber
considerar los otros dos presupuestos, esto es, el estado de necesidad del alimentista, y
la posibilidad del obligado a prestarlos.
Pinilla seala que debe entenderse que una persona se encuentra en estado de
necesidad cuando no est habilitada para subsistir modestamente, de un modo
correspondiente a su posicin. Para solicitar alimentos no se requiere estar en la
indigencia, basta que quien tiene derecho no logre los ingresos necesarios para vivir
modestamente, considerando el nivel social al que ha estado acostumbrado(11). En
opinin de Cornejo Chvez, considera que, por regla general, este requisito del estado
de necesidad del solicitante debe ser probado por el alimentista(12).
Y en cuanto a las posibilidades del obligado a prestar alimentos, nos referimos a
la capacidad econmica del obligado a prestar los alimentos, donde si no existe
capacidad econmica del obligado, entonces no surge tampoco la obligacin de prestar
alimentos.
Entonces, para fijar el monto de pensin alimenticia se tomarn en cuenta las
posibilidades del deudor alimentario y las circunstancias que lo rodean, por ejemplo,
otras obligaciones del hogar que el deudor tenga para con su familia. En suma, para que
se establezca una pensin de alimentos a su cargo, se requiere que el obligado perciba
rentas que posibilite cumplir con los gastos y obligaciones a su cargo.
Sin embargo, la doctrina es uniforme en entender que, cuando se trata de los
hijos o el cnyuge (en este caso, extensivo al concubino abandonado), se considera que
por pocos que sean los ingresos de una persona, siempre estar obligada a compartirlos
con su familia inmediata. Ya que lo mnimo que se puede exigir a quien tiene el deber
de pagar alimentos es que se esfuerce por cumplir con su obligacin. No puede
disculparse argumentando que no tiene ingresos, cuando tampoco hace lo necesario para
conseguirlos(13).
IV.
A MODO DE CONCLUSIN
INFORME JURISPRUDENCIAL
NULIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS CUANDO LESIONAN
DERECHOS FUNDAMENTALES (Juan Jos Santivez Antnez)
As, son nulos los actos administrativos que lesionen el contenido esencial de los
derechos y libertades constitucionalmente reconocidos. Si bien la Administracin
Pblica sirve a los intereses colectivos de la sociedad, el Poder Jurisdiccional controla la
legalidad de su actuacin y el sometimiento de esta a los fines que la justifican. No hay
duda que la vulneracin en instancia administrativa constituye una lesin(9), y es este
menoscabo justamente la causa de nulidad puesto que afecta el contenido esencial del
derecho.
En nuestra legislacin la nocin de acto administrativo se encuentra prescrita en
el artculo 1 de la Ley del Procedimiento Administrativo General, la cual expresa que
constituyen actos administrativos las declaraciones de las entidades que, en el marco de
normas de Derecho Pblico, estn destinadas a producir efectos jurdicos sobre los
intereses, obligaciones o derechos de los administrados dentro de una situacin
concreta. El mismo apartado establece que no constituyen actos administrativos los
actos internos de las entidades destinados a organizar sus propias actividades o
servicios. Estos actos son regulados por cada entidad, con sujecin a las disposiciones
del Ttulo Preliminar de la ley que no son otros que los principios generales sobre los
que se basa el Derecho Administrativo as como tampoco constituyen actos
administrativos los comportamientos y actividades materiales de las entidades.
As, compartiendo lo establecido por la ley y aunndonos a las expresiones
vertidas por Gordillo son solo los actos administrativos los que se encuentran sujetos a
control judicial, o lo que se entiende como revisin del acto. Al respecto expresa que se
deben excluir del concepto de actos administrativos a ciertos actos emanados de otros
rganos administrativos que no son impugnables ante el juez en lo contencioso
administrativo. Concluye el maestro definiendo al acto administrativo como: Aquella
declaracin unilateral realizada en ejercicio de la funcin administrativa que produce
efectos jurdicos individuales en forma inmediata(10).
La declaracin a la que hace referencia el concepto constituye la manifestacin
del proceso de cognicin. Es decir la manifestacin intelectual de lo que quiere
concluirse con el acto administrativo: unilateral, en cuanto a que el acto administrativo
constituye la manifestacin de la organizacin estatal en ejercicio de su supremaca;
realizada en ejercicio de la funcin administrativa, la que se rige por el Derecho
Administrativo; que produce efectos, los que en muchos de los casos son ajenos a la
voluntad del agente; jurdicos, es decir, con consecuencia en la situacin legal de
agente; individuales, por cuanto constituyen actos particulares y no generales; en forma
inmediata, produciendo sus efectos de manera directa.
Por ello: Se sanciona con nulidad la afeccin por los actos administrativos de
cualquiera de las facultades caractersticas de los derechos y las libertades pblicas
correspondientes, conforme a su regulacin legal y, en defecto de esta, su
reconocimiento constitucional directo(11).
Ser entonces el poder jurisdiccional quien confirme la nulidad del acto
administrativo la que consideramos una accin declarativa puesto que la lesin del
Derecho Constitucional se encuentra demostrada instituyendo el test de racionalidad
uno de los sistemas ms adecuados para la identificacin de las lesiones de derechos por
una norma. Al respecto, este mecanismo define que el quebrantamiento del derecho
por el actuar administrativo. Es funcin del Estado de Derecho velar por el desarrollo
social del individuo dentro del universo limitado de las libertades concedidas,
promoviendo su respeto y conservacin. Por ende, el acto contrario a un precepto
constitucional y la ley considerado por nuestra legislacin como vicios del acto
administrativo es un acto contrario al ordenamiento jurdico sin perjuicio del rgano
del que hubiera emanado, conteniendo causa de nulidad desde el principio de su
existencia.
En ese sentido, la autoridad administrativa se encuentra en la obligacin de
declarar la nulidad de todo acto administrativo que lesione libertades y derechos, y
contravenga el orden normativo vigente, configurndose de esta manera la realizacin
de los principios de legalidad, seguridad jurdica y debido proceso, de modo tal que
constituyen garantas inmediatas de salvaguarda contra actos administrativos lesivos.
Por tanto, constituyen un lmite para la actuacin administrativa en cuanto a la
promocin del ejercicio efectivo de la ley.
La doctrina tradicional afirma que un acto administrativo es nulo cuando carece
de algn elemento esencial (voluntad, causa, contenido, forma), y es anulable cuando
presenta un vicio en uno de los requisitos de legitimidad, como la incompetencia, la
violacin de la ley y el exceso de poder(13). En nuestro ordenamiento la nulidad opera
ipso jure y se declara en todo tiempo mediante sentencia meramente declarativa, ello
por carecer de algn elemento esencial o porque este contiene un defecto absoluto
imposible de ser subsanable, es decir, un defecto insalvable. As, el acto es invlido
porque contiene un efecto de ilicitud que contraviene el ordenamiento jurdico vigente o
existe la imposibilidad fsica de que produzca sus efectos.
Dentro de las causas de nulidad ipso jure sustentadas en la Ley del
Procedimiento Administrativo General peruano resulta de la inobservancia de algn
requisito de validez, los que se encuentran contemplados en el artculo 3 de dicho
cuerpo normativo estableciendo entre ellos: 1) competencia; 2) objeto o contenido; 3)
finalidad pblica; 4) motivacin; 5) procedimiento regular. Si bien es ciertos, todos ellos
resultan imprescindibles en cuanto acto administrativo se expida, constituye a nuestro
entender la motivacin el ms relevante puesto que en l la administracin deber
sostener, mediante una relacin concreta entre los hechos ciertos y sustentacin
jurdica, la decisin administrativa(14).
En esta motivacin no podrn acogerse la exposicin de frmulas generales ni
de aquellas que por su ambigedad, vaguedad, contradiccin o insuficiencia no resulten
claras.
Duque Prez(15) aclaraba que: Para que el acto administrativo genere
situaciones jurdicas vlidas, deber emanar de autoridad competente, ser realizado
dentro de las facultades que a la misma confieren las disposiciones legales, estar
ajustado a las formalidades establecidas en la norma legal, y para el mismo fin que
motiva el ordenamiento del poder a la autoridad administrativa. Si el acto se sale de
este cauce de legalidad, resulta viciado de nulidad y por ende, susceptible de ataque
jurisdiccional ().
La nulidad es ipso jure, es decir, de pleno derecho. En consecuencia, nadie est
obligado a dar obediencia ni ejecucin a un acto administrativo que, de por s, carece de
Constituye vicios del acto administrativo, los actos expresos o los que resulten
como consecuencia de la aprobacin automtica o por silencio administrativo positivo,
por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento
jurdico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documentacin o trmites
esenciales para su adquisicin.
Al respecto, se norma expresamente la posibilidad de que se pueda declarar la
nulidad de los actos resultantes de los procedimientos administrativos de aprobacin
automtica que refiere el artculo 31 de la Ley del Procedimiento Administrativo
General. Igualmente, refiere de los actos generados por el silencio administrativo
positivo en los procedimientos de evaluacin previa.
Finalmente, los actos administrativos que sean constitutivos de infraccin penal,
o que se dicten como consecuencia de la misma constituyen, similarmente, vicios del
acto administrativo que generan su nulidad de pleno derecho. En ese sentido, queda
claro que debe mediar de por medio una sentencia final expedida por el juez competente
y que sancione las acciones cometidas como delitos.
El planteamiento de la nulidad de los actos administrativos es llevada a cabo por
los administrados, quienes hacen valer su derecho de accin a travs de la interposicin
de los recursos administrativos reglados por la Ley N 27444. Igualmente, la nulidad
puede ser declarada por la Administracin, de oficio, en ejercicio de la facultad
conferida en el artculo 202 de la norma en cuestin.
Refirindose a este punto, Dans Ordez opina que la potestad consagrada en
el artculo 202 de la Ley N 27444 no impide que los particulares puedan acudir ante la
Administracin utilizando su facultad de iniciativa para pedirle o recomendarle utilizar
la referida potestad, pero dicha iniciativa no tiene el mismo tratamiento de un recurso
administrativo por cuanto no participa de ese carcter y por tanto, no est sujeto a los
requisitos y reglas del plazo y trmite de los recursos(19).
Por esta potestad se apertura la posibilidad para que la Administracin pueda
declarar la nulidad de sus propios actos cuando soporten de vicios de nulidad y sean
contrarios al inters pblico, la misma que puede ser ejercida de oficio o a peticin de
parte.
No obstante, este criterio de revocacin a nuestro parecer no constituye
potestad alguna sino una obligacin permanente de la Administracin Pblica,
fomentando un Estado de Derecho y el respeto irrestricto al ordenamiento jurdico. Es
decir, si la Administracin conoce de la existencia o la presume de vicios insalvables
o insubsanables que configuren al acto administrativo como arbitrario y por ende nulo
de pleno derecho se encuentra en la obligacin de ejercerla, retrotrayendo los efectos
provocados por el acto viciado hasta la fecha en que fuera expedido.
En consecuencia, si bien el apartado referido a la nulidad de oficio consagra la
posibilidad de que la Administracin anule aquel acto administrativo siempre que
contenga vicios de nulidad y sea contrario al inters pblico por iniciativa propia, no se
restringe la posibilidad de que sea a pedido del administrado. Empero, dicha solicitud
no debe ser considerada un recurso adicional sino una peticin para que la autoridad
la obligacin pecuniaria solicitada por la actora; agregando que el ttulo valor emitido
(pagar sin nmero por la suma de treinticinco mil quinientos dlares americanos) que
supuestamente no tiene garanta se encuentra dentro del contrato de prstamo
empresarial suscrito con la actora, cuyas clusulas de contratacin determinan que los
inmuebles conferidos en garanta segn escritura pblica primigenia cubren las deudas
directas, indirectas, presentes y futuras de los emplazados. Segundo: Que el fraude a los
acreedores por medio de los actos jurdicos se encuentra establecido en el precitado
artculo 195 del Cdigo Civil, el que -segn Lohmann regula la facultad que la ley
otorga al acreedor para pedir la declaracin de oponibilidad o ineficacia respecto de l,
de ciertos actos dolosos o negligentes mediante los cuales el deudor dispone de su
patrimonio o lo grava, y que causan perjuicio a sus derechos, hasta el lmite de ellos.
(Cdigo Civil comentado, Tomo I, Gaceta Jurdica, Lima dos mil tres, pgina ciento
noventicinco), y segn Giorgi, est dirigida a restablecer el patrimonio del deudor en la
situacin que se encontraba antes de los actos fraudulentos, con el nico fin de que el
acreedor pueda conseguir lo que hubiera obtenido si el acto fraudulento no hubiera sido
consumado (Teora de las Obligaciones, Tomo II). Tercero: Que, el artculo en mencin
condiciona el ejercicio de la accin pauliana a los siguientes requisitos: a) eventus
dammi, elemento objetivo que consiste en el perjuicio del acreedor; b) consilium
fraudis, elemento subjetivo que consiste en la intencin por parte del deudor de causar
perjuicio a su acreedor o al menos tener conciencia del perjuicio que l le causa; y c)
conscius frudes, es decir el conocimiento que tiene el tercero que contrata con el
fraudator en cuanto al perjuicio que se irroga al acreedor de ste ltimo. Cuarto: Que,
segn el precitado dispositivo en su texto modificado por la Primera Disposicin
Modificatoria del Decreto Legislativo 768 ya no es necesario que el acreedor pruebe el
perjuicio (eventus damni); sino que este se presume al disminuir el patrimonio conocido
del deudor y el acreedor no necesita probar la insolvencia del deudor, y como dice
Lohmann el empeoramiento se produce al haber quedado reducida la garanta
patrimonial conocida que respaldaba la responsabilidad (Negocio Jurdico. Segunda
Edicin, mil novecientos noventicuatro, pgina cuatrocientos veintitrs y cuatrocientos
veinticinco). Quinto: Que, cabe precisar, que el concilium fraudis se cumple cuando el
tercero ha tenido conocimiento del perjuicio al acreedor o que segn las circunstancias
haya estado en razonable situacin de conocerlo o de ignorarlo, deberes de
conocimiento que seala Lohmann viene a explicarse como carga de previsin, y no se
exige que el deudor tenga en mente la determinacin resuelta y de mala fe, mediante la
ocultacin de su patrimonio, escondindolo y ponindole fuera del alcance del acreedor;
no se requiere que se haga ex profeso para perjudicar, inclusive puede haber procedido
de buena fe, no obstante lo cual el acto es impugnable, o de ser oneroso, si el adquirente
acta de mala fe (obra citada, pgina cuatrocientos veintinueve). Sexto: Que, en el caso
de autos, conforme se advierte del escrito de fojas sesentiuno, Lima Sudameris Holding
solicita se declare la ineficacia de la venta efectuada por don Gaspar Castro Guilln y
Antonia Santa Cruz Camargo a favor de don Rony Gaspar Santa Cruz del inmueble
constituido por el terreno sito en los Azahares Lote treintisiete de la Manzana U - uno,
con un rea de ciento sesentiuno punto noventicinco metros cuadrados de fecha siete de
abril de mil novecientos noventiocho, alegando que los dos primeros codemandados
Gaspar Castro Guilln y Antonia Santa Cruz Camargo, no obstante adeudar la suma de
treinticinco mil quinientos dlares americanos con nueve centavos de dlar, segn
pagar sin nmero, emitido el primero de octubre de mil novecientos noventisis, y no
haberlo cancelado, han procedido a transferir dicho bien a su hijo en perjuicio suyo,
disminuyendo su patrimonio, toda vez que no cuentan con otros bienes susceptibles de
ser afectados con medidas cautelares que garanticen el cobro a ordenarse en la va
demandante. Stimo.- Que al respecto, cabe sealar que conforme han determinado los
jueces de grado el hecho daoso se origin por la colisin del volquete conducido por el
codemandado Navarro Machco contra la pared que se encontraba en precario estado de
construccin, configurndose de esa forma el requisito de causalidad adecuada,
concluyndose que la pared no hubiera cado sin la intervencin del camin conducido
por el mencionado demandado quien no ha probado fehacientemente la falta de dolo o
culpa por lo que resulta de aplicacin lo dispuesto en el artculo 1969 del Cdigo Civil
respecto a este, en tal sentido no se configura la interpretacin errnea de dicha norma,
no siendo amparable este extremo de la casacin. Octavo.- Que sin embargo, las
instancias de mrito han establecido que la responsabilidad del impugnante en los daos
irrogados al demandante fueron como consecuencia de su omisin al no haber tomado
las precauciones necesarias sobre el muro de su propiedad a efectos de evitar futuros
accidentes toda vez que el deterioro en que se encontraba contribuy a su fcil
desprendimiento, consecuentemente su responsabilidad se configura bajo los alcances
del artculo 1980 del Cdigo Civil, norma que contempla la responsabilidad por ruina
de un edificio supuesto distinto al de autos en que el hecho daoso se produjo por la
colisin del camin volquete conducido por el codemandado Navarro Machco contra la
pared de propiedad del denunciante, por lo tanto se ha producido la factura del nexo de
causalidad al haberse determinado que los daos ocasionados a los vehculos de
propiedad del accionante fueron como consecuencia del hecho determinante de un
tercero, por consiguiente surge la evidencia de la interpretacin errnea del dispositivo
indicado deviniendo en amparable este extremo de la casacin.[4] Noveno.- Que de otro
lado, correspondiendo al anlisis del segundo agravio es del caso sealar que el artculo
1972 del Cdigo Civil precisa que en los casos de responsabilidad objetiva, el autor no
est obligado a la reparacin del dao cuando este es consecuencia de caso fortuito.
fuerza mayor, hecho determinante de tercero o de la imprudencia de quien lo padece.
Dcimo.- Que a ese respecto, se debe indicar que la fracturas causales previstas en la
norma invocada son de aplicacin a los casos de responsabilidad objetiva y de manera
implcita a los casos de responsabilidad subjetiva pues en esta para determinar la falta
de responsabilidad se debe acreditar la ausencia de culpa y la fractura causal, mientras
que en el sistema objetivo solo este ltimo elemento determinara la responsabilidad.
Dcimo Primero.- Que habiendo quedado establecido que el evento daoso fue como
consecuencia de la colisin del camin volquete contra la pared de propiedad del
recurrente, es decir por el hecho determinante de un tercero, es claro que el impugnante
no est obligado a la reparacin del dao por cuanto en autos se configura la fractura del
nexo de causalidad adecuada, razn por la cual al advertirse la presencia de uno de los
supuestos previstos en el artculo 1972 del Cdigo Civil, este extremo de la casacin
tambin resulta amparable. 4. DECISIN: Estando a las razones expuestas, resulta de
aplicacin la disposicin contenida en el inciso 1 del artculo 396 del Cdigo Procesal
Civil: a) Declararon FUNDADO el recurso de casacin interpuesto por don Daniel
Alfredo Valladolid Flores a fojas quinientos ochentisiete; en consecuencia, CASARON
la sentencia de vista de fojas quinientos setenticinco, su fecha treinta de mayo de dos
mil dos, en el extremo que confirm la apelada y declar fundada en parte la demanda
ordenando que el recurrente Daniel Alfredo Valladolid Flores pague en forma solidaria
por concepto de indemnizacin. b) Actuando en sede de instancia: REVOCARON la
sentencia del a quo nicamente en el indicado extremo y, REFORMNDOLA,
declararon INFUNDADA la demanda respecto al nombrado Daniel Alfredo Valladolid
Flores. c) DISPUSIERON la publicacin de esta resolucin en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por la empresa El Cielo Internacional
Sociedad Annima, sobre indemnizacin por daos y perjuicios; y los devolvieron.
Asunto:
Separacin de cuerpos
Fecha :
27 de octubre de 2004 (El Peruano 28/02/2005)
Aun cuando el esposo que demande divorcio por adulterio recin haya conocido el
hecho de la inscripcin del nacimiento de la hija de su cnyuge como consecuencia de
una denuncia penal formulada contra esta, debe advertirse que si la menor tiene siete
aos ha transcurrido en exceso el plazo previsto en el artculo 339 del Cdigo Civil,
entendindose que el plazo alternativo de seis meses opera siempre y cuando se haga
valer dentro del plazo de cinco aos que seala el dispositivo.
CAS. N 1807-2003 AYACUCHO.
Lima, veintisiete de octubre de dos mil cuatro.- La Sala Civil Permanente de la
Corte Suprema de Justicia de la Repblica, vista la causa nmero mil ochocientos siete dos mil tres en audiencia pblica de la fecha y producida la votacin de acuerdo a ley,
emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA DEL RECURSO: Es materia del presente
recurso la sentencia de vista de fojas ciento ochentiuno, su fecha diecisis de mayo de
dos mil tres, expedida por la Primera Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Ayacucho que revoca la sentencia de primera instancia en el extremo que declaraba
infundada la demanda de separacin de cuerpos por la causal de adulterio y
reformndola declar fundada en parte la pretensin incoada sustentada en dicha causal
e integrando el fallo apelado declar infundada la demanda respecto a la causal de
abandono del hogar conyugal, en consecuencia, suspende los deberes relativos al lecho
y habitacin dejando subsistente el vnculo matrimonial, con costas y costos. 2.
FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL
RECURSO: Mediante resolucin del veinte de enero de dos mil cuatro obrante en el
cuaderno de casacin, se ha declarado procedente el recurso interpuesto por Roberta
Ofelia Yaranga Valladolid por la causal prevista en el inciso 1 del artculo 386 del
Cdigo Procesal Civil relativa a la interpretacin errnea de una norma de derecho
material, especficamente del artculo 339 del Cdigo Civil que regula la caducidad de
la accin, argumentando que la interpretacin correcta consiste en que debe computarse
el trmino de caducidad desde la fecha de nacimiento de la hija extramatrimonial hasta
la fecha de interposicin de la demanda, siendo esto as, ha operado la caducidad en el
presente caso segn lo establecido en los artculos 2003, 2005 y 2006 del citado
Cdigo[1] 3. CONSIDERANDOS: Primero.- Que como se desprende de autos don
Reymundo Infazn Quintanilla interpuso demanda sobre separacin de cuerpos
dirigindola contra la recurrente e invocando las causales de adulterio y abandono del
hogar conyugal en base a los fundamentos de hecho y derecho expuestos en el escrito de
su propsito. Segundo.- Que la Sala de mrito al absolver el grado revoc el extremo de
la apelada que declar infundada la pretensin incoada respecto a la causal de adulterio
y reformndolo declar fundada en parte la demanda sobre separacin de cuerpos por
dicha causal, argumentando que en el caso de autos no ha operado la caducidad de la
accin de divorcio por causal de adulterio previsto en el numeral 1 del artculo 333 del
Cdigo Civil ya que segn los medios probatorios ofrecidos por el accionante, este tuvo
conocimiento del hecho de la inscripcin del nacimiento de la menor XXX, hija de la
impugnante con Jaime Torres Coronel, precisamente con motivo de la denuncia penal
contra estos, por delito contra la fe pblica formulada con fecha diez de enero de dos
mil uno y estando a que la demanda de este proceso fue presentada el diez de enero de
dos mil dos, la presente accin se ha ejercitado dentro del plazo previsto en el artculo
339 del Cdigo Civil. Tercero.- Que con respecto al error sustantivo denunciado debe
precisarse que la causal de interpretacin errnea de una norma de derecho material se
configura cuando los jueces de mrito han dado a la norma aplicada una interpretacin
que no se desprende de su texto o espritu. Cuarto.- Que en el presente caso la recurrente
arguye que se ha interpretado errneamente el artculo 339 del Cdigo Civil relacionado
con los plazos de caducidad de la accin, entre otras, por la causal de adulterio, segn la
cual tal caducidad opera a los seis meses de conocida la causa por el ofendido y, en todo
caso, a los cinco aos de producida. Quinto.- Que el indicado plazo de caducidad,
conforme al artculo 2003 del Cdigo Material, extingue el derecho (pretensin material
o sustantiva) y la accin correspondiente, coligindose de ello que el ejercicio para la
pretensin reclamada no debe haberse extinguido por el transcurso del tiempo, toda vez
que la ley prev y sanciona en forma expresa con la desaparicin del derecho subjetivo
de su titular, a quien dentro del plazo previsto para su ejercicio no hace valer u oponer
dicho derecho. Sexto.- Que la Sala de vista ha establecido en la recurrida como
conclusiones fcticas de su decisin respecto a la causal de adulterio, que en el presente
caso la pretensin del actor ha sido propuesta dentro de los plazos previstos en el
acotado artculo 339 del Cdigo Civil pues recin conoci del hecho de la inscripcin
del nacimiento de la mencionada menor como consecuencia de la denuncia penal
formulada contra la denunciante por delito contra la fe pblica con fecha veinticuatro de
diciembre de dos mil uno. Sin embargo, la Sala revisora no ha advertido que el
nacimiento de la menor se produjo el primero de julio de mil novecientos noventicinco,
por lo que habindose interpuesto la demanda el diez de enero de dos mil dos, es decir a
los siete aos de producida la causa que origin el adulterio, es forzoso concluir que ha
transcurrido un plazo mayor al previsto en el citado artculo 339 del Cdigo, Civil,
entendindose que el plazo alternativo de seis meses opera siempre y cuando se haga
valer dentro del plazo de cinco aos que seala tal dispositivo, de lo que resulta que el
ad quem ha realizado una interpretacin errnea del artculo 339 del Cdigo Civil[2]
configurndose la causal denunciada y motivando que la casacin resulte amparable.
Stimo.- Que cabe hacer la salvedad que la caducidad ha operado exclusivamente sobre
el hecho que constituye causa petendi del accionante, esto es, el adulterio como
infraccin al deber de fidelidad de su cnyuge emplazada al haber concebido una hija
extramatrimonial con persona distinta al actor a partir de la existencia de la partida de
nacimiento que as lo comprueba sin que haya hecho mayores afirmaciones respecto a la
existencia de relaciones adulterinas en concreto, pues, aun cuando el demandante,
seala en su demanda que la menor vive actualmente con la impugnante y su padre
adulterino, tal afirmacin es insuficiente para ser considerada como hecho distinto
respecto a la mencionada causal cuyo ejercicio ha caducado.[3] 4. DECISIN: En
consecuencia, estando a lo dispuesto en el inciso 1 del artculo 396 del Cdigo Procesal
Civil: a) Declararon FUNDADO el recurso de casacin de fojas ciento noventitrs,
interpuesto por doa Roberta Ofelia Yaranga Valladolid; en consecuencia, CASARON
la sentencia de vista de fojas ciento ochentiuno, su fecha diecisis de mayo de dos mil
tres. b) Actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas
noventiocho, su fecha cuatro de noviembre de dos mil dos, que declarINFUNDADA
en todos sus extremos la demanda de fojas diez. c) DISPUSIERON la publicacin de
esta resolucin en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad: en los seguidos
por don Reymundo Infazn Quintanilla, sobre separacin de cuerpos por causal; y los
devolvieron.
SS. ALFARO LVAREZ, CARRIN LUGO, RACHAS VALOS, ZUBIATE
REINA, ESCARZA ESCARZA.
DERECHO COMERCIAL
EL ENDOSO EFECTUADO POR UNA PERSONA JURDICA Debe consignar el
nombre y cargo del representante?
SI UNA PLIZA DE SEGURO SE ENCUENTRA PENDIENTE DE RENOVACIN
La aseguradora est obligada a renovar a pesar de la avanzada edad del asegurado?
DEL RECURSO: Se trata del recurso de casacin interpuesto por don Fausto Manayay
Quispe contra la sentencia de vista de fojas doscientos seis, su fecha treinta de julio de
dos mil tres emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lambayeque, que revoca la sentencia apelada de fojas ciento catorce, su fecha cuatro de
noviembre de dos mil dos, que declar fundada en parte la demanda de indemnizacin
por incumplimiento de contrato y, reformndola, declara infundada dicha demanda. 2.
FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL
RECURSO: Por resolucin de este Supremo Tribunal de fecha diecisiete de febrero de
dos mil cuatro se ha declarado la procedencia del recurso por las causales de los incisos
2 y 3 del artculo 386 del Cdigo Procesal Civil, al haberse denunciado la inaplicacin
de una norma de derecho material y la contravencin de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso. 3. CONSIDERANDOS: Primero.- Que se ha denunciado
la contravencin del artculo 139 inciso 3 de la Constitucin y el artculo 7 del Texto
nico Ordenado de la Ley Orgnica del Poder Judicial, que regulan el debido proceso y
la garanta de la tutela jurisdiccional. Segundo.- Que la contravencin de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso se presenta cuando en el desarrollo del
mismo no se han respetado los derechos procesales de las partes, se han obviado o
alterado actos de procedimiento, la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva, cuando el
rgano jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace en forma incoherente o
cuando se vulneran los principios procesales. Tercero.- Que de acuerdo al escrito de
demanda el actor ha interpuesto demanda de indemnizacin por incumplimiento de
contrato, por el dao que se le ha causado al rescindirse el contrato de seguro de vida sin
previo acuerdo con su parte; para lo cual seal que luego de cesado en su labor de
empleado de la Empresa Agroindustrial Pomalca, a fin de continuar con la pliza de
seguro de vida, opt con la posibilidad de asumir los pagos que haca su empleador, los
que efectu desde el ao mil novecientos noventids; sin embargo la aseguradora
emplazada Royal y Sunalliance Seguros Fnix, luego que su parte cancelara con fecha
diecisiete de diciembre de dos mil uno la suma de ciento veinte nuevos soles por las
primas del ao dos mil dos, con fecha dos de enero de dos mil dos le comunic que por
razones tcnicas no era posible renovar la pliza, pues el lmite de cobertura era a los
sesenticinco aos de edad, mientras que su parte contaba con setenticinco aos, lo que
lo sorprendi pues nunca se le hizo conocer tal impedimento que considera la rescisin
del contrato, agregando que primero su empleadora y luego l han pagado sus primas
por treinticuatro aos, por lo que al dejrsele sin cobertura se le est perjudicando.
Cuarto.- Que la aseguradora por su parte ha negado su responsabilidad, sealando que la
ltima renovacin de la pliza de vida del demandante tuvo una vigencia del primero de
junio de dos mil uno al primero de diciembre del mismo ao: y que conforme al Decreto
Supremo 024-2001-TR, invit al asegurado a fin de negociar las condiciones de su
aseguramiento, pero este se opuso, vindose su parte impedida de expedir la renovacin
bajo las mismas estipulaciones, e incluso puesto a disposicin de la parte actora la suma
que se haba entregado por el actor, siendo lo correcto que es el accionante quien se
neg a negociar la pliza. Quinto.- Que en ese marco, el juez de la causa ha acogido en
parte la demanda al concluir en base a su valoracin de la prueba que el demandante
haba cumplido con pagar las primas que le correspondan, pues indica que la
demandada no ha probado que el demandante se neg a negociar nuevas condiciones
para el aseguramiento; y que adems de las cartas de fojas seis y siete, se evidencia que
la mismas no tienen una invitacin a negociar dentro del marco del Decreto Supremo
024-2001-TR, sino que se limita a comunicar la imposibilidad de renovar la cobertura
por la edad del asegurado, sealando que conforme al artculo 4 de dicho Decreto
Supremo solo podrn modificarse los trminos del contrato si hay acuerdo entre las
DERECHO REGISTRAL
SI SE DENIEGA LA AMPLIACIN DEL ASIENTO DE PRESENTACIN Procede
la apelacin ante el Tribunal Registral?
SI EL PODER OTORGA LIBRE FACULTAD DE DISPOSICIN PERO INDICA
QUE LA FORMALIZACIN DE LA VENTA SER EN FAVOR DE UNA PERSONA
DETERMINADA El apoderado puede vender el inmueble a otro?
RES. N 618-2004-SUNARP-TR-L
TRIBUNAL REGISTRAL
Interesado
:
Alexander Lzaro Glvez
Asunto:
Independizacin y compraventa
Fecha :
21 de octubre de 2004 (El Peruano, 01/12/2004)
El Tribunal Registral es el rgano que conoce en segunda y ltima instancia
administrativa registral, las apelaciones contra las denegatorias de inscripcin y dems
actos registrales expedidos por los registradores en primera instancia; mientras que el
Gerente Registral o el Gerente de rea de las Zonas Registrales, es competente para
otorgar o disponer, en su caso, la prrroga del plazo de vigencia del asiento de
presentacin.
SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE LOS REGISTROS PBLICOS
TRIBUNAL REGISTRAL
RESOLUCIN N 618-2004-SUNARP-TR-L
Lima, 21 de octubre de 2004
APELANTE :
ALEXANDER LZARO GLVEZ
TTULO
:
N 98836 del 3 de junio de 2004
RECURSO :
N 40768 del 16 de setiembre de 2004
REGISTRO :
de Predios de Lima
ACTO :
Independizacin y compra-venta
SUMILLA :
PROCEDENCIA DEL RECURSO DE APELACIN
No procede interponer recurso de apelacin ante el Tribunal Registral, cuando la
pretensin del recurrente consiste en obtener la ampliacin del plazo de vigencia del
asiento de presentacin, a efectos de subsanar observaciones formuladas.
I.
DECISIN IMPUGNADA
FUNDAMENTOS DE LA APELACIN
razn de que no ha sido responsabilidad del suscrito, el hecho de que las instancias
internas de la Oficina Registral no hayan tenido en cuenta los plazos establecidos segn
el reglamento.
III.
ANLISIS
RESOLUCIN
DERECHO TRIBUTARIO
compras de pollitos BB, los cuales constituyen activos fijos, no afectaron el costo de
ventas, puesto que siempre permanecieron en el rubro existencias, por lo cual no
afectaron las cuentas del balance general, de lo que resulta que no existe importe
omitido por el tributo materia de autos, siendo aplicable el porcentaje de depreciacin
del 75% regulado en la Resolucin de Superintendencia N 018-2001/SUNAT que no
aplic, lo que conllevara a una deduccin de S/. 145 518,00 a su favor;
Que agrega que el procedimiento de fiscalizacin es nulo puesto que en el
resultado del Requerimiento N 00117855 se seala conformidad respecto de la
documentacin exhibida y se da por concluida la fiscalizacin, mientras que en el
segundo Requerimiento N 00125303 se efectan reparos, por lo que al ser
contradictorios dichos documentos debe aplicarse el criterio recogido en las
Resoluciones del Tribunal Fiscal Ns. 461-4-97 y 581-2-98;
Que el informe que sustenta la apelada refiere que tal como lo reconoce el
propio recurrente, los pollos BB o gallinas BB no son objeto de venta sino bienes
utilizados para la produccin que no se agotan con la produccin de la renta, sino que se
mantienen en el tiempo por tanto pertenecen al activo fijo, a los cuales el recurrente les
ha dado un tratamiento contable distinto al establecido por ley e inclusive por la Norma
Internacional de Contabilidad 16, por lo que procede mantener el reparo efectuado y la
correspondiente resolucin de multa, la misma que est vinculada al importe omitido
del referido impuesto;
Que asimismo seala que el recurrente no ha acreditado haber aplicado
depreciacin alguna al resultado del ejercicio 2001, ni el cumplimiento de los requisitos
para dicha depreciacin pese a que se le requiri expresamente;
Que aade que se ha verificado que el recurrente consign en su declaracin
jurada anual del 2001 del Impuesto a la renta como saldo a favor del ejercicio anterior la
suma de S/. 6 738,00, pese a que utiliza dicho monto para aplicarlo al pago a cuenta de
los meses del ao 2001, lo cual no discute el recurrente;
Que en el presente caso, la controversia se centra en el reparo efectuado por la
administracin respecto de las ponedoras BB adquiridas por el recurrente con la
finalidad de ser destinadas a la produccin de huevos y pollos y que aquel registr
indebidamente en el rubro de existencias;[1]
Que de la revisin de lo actuado y tal como lo demuestra el Informe de Auditora
N 075-2004-EF/41.09.8 del 9 de julio de 2004, mediante un anlisis de las partes
pertinentes de los libros diario y mayor del recurrente, as como de la determinacin de
su costo de ventas, en este rubro no se ha incluido las mencionadas ponedoras BB cuya
adquisicin por S/. 133 478,00 fue reparada por la administracin;
Que en tal sentido, debe dejarse sin efecto el mencionado reparo, mas no
corresponde tampoco aceptar el argumento del recurrente que se le acepte un cargo por
depreciacin de tal concepto, toda vez que no lo ha contabilizado en forma alguna, no
cumpliendo con lo establecido por el inciso b) del artculo 22 del reglamento de la ley
del Impuesto a la Renta aprobado por Decreto Supremo N 122-94-EF, modificado por
el Decreto Supremo N 194-99-EF publicado el 31 de diciembre de 1999, el mismo que
en la ciudad de Nueva York, lugar donde se llev a cabo la charla de orientacin para
los participantes del programa Work and Travel en los Estados Unidos de Amrica.
(ii) Modificar la medida correctiva dispuesta mediante la Resolucin N 3832004-CPC ordenando que, en un plazo de cinco (5) das hbiles Promotora de
Integracin y de Turismo Educativo Juvenil - INTEJ cumpla con devolver a cada uno de
los denunciantes el monto que cancelaron a su favor por concepto de los servicios
materia de la denuncia, ms los intereses legales correspondientes, teniendo en
consideracin la modalidad escogida por los denunciantes para participar en el
programa Work and Travel.
SANCIN: 10 Unidades Impositivas Tributarias
Lima, 13 de octubre de 2004
I.
ANTECEDENTES
empleador alguno, solo en cuatro casos se obtuvo un puesto de trabajo y sin ayuda de la
denunciada.
Los denunciantes solicitaron en calidad de medida correctiva, la devolucin del
monto pagado ascendente a US $ 811,00, as como el pago de las costas y costos del
procedimiento.
En sus descargos, INTEJ seal que era una asociacin privada sin fines de lucro
cuyo objeto era divulgar los beneficios internacionales de diversos programas para
promover el turismo educativo juvenil, actuando como un intermediario entre los
jvenes que desean viajar y las empresas proveedoras de tales servicios, y
comprometindose a gestionar los reclamos que correspondan frente a ellas. Seal que
Work and Travel(6) era un programa ofrecido por CIEE, dirigido a jvenes
latinoamericanos, siendo INTEJ solo un colaborador de dicha organizacin en el
Per(7).
Mediante Resolucin N 383-2004-CPC del 1 de abril de 2004, la Comisin
declar fundada la denuncia interpuesta contra INTEJ por infracciones a lo dispuesto en
el artculo 8 de la Ley de proteccin al Consumidor, en lo referido a la obtencin de un
puesto laboral en EE.UU. y al cumplimiento de las obligaciones que INTEJ deba
asumir al momento en que los denunciantes llegaran a dicho pas. En este sentido, la
comisin orden a la denunciada que, en calidad de medida correctiva, cumpla con
devolver a cada uno de los denunciantes(8) la suma de US $ 811,00 por concepto del
servicio materia de la denuncia, ms los intereses legales correspondientes; as como el
pago de las costas y costos del procedimiento. Finalmente, resolvi proponer al
directorio del Indecopi la publicacin de la resolucin en el Diario Oficial El Peruano.
La comisin consider que al margen de la relacin comercial existente entre
INTEJ y CIEE, el consumidor que suscribe un convenio con INTEJ y recibe
informacin en sus oficinas entendera que est entablando una relacin obligacional
con INTEJ, pues mantendra con ella una relacin directa con respecto al servicio
ofrecido, asumiendo por ello que en caso surja algn inconveniente dicha institucin
asumira la responsabilidad del mismo.
El 22 de abril de 2004, INTEJ apel la Resolucin N 383-2004-CPC, sin
cuestionar la relacin de consumo establecida con los denunciantes, argumentando lo
siguiente:
(i) INTEJ brind a los participantes del programa toda la informacin relativa a
los aspectos laborales en EE.UU., precisando que los empleadores norteamericanos, a
pesar de haber ofrecido un puesto de trabajo, podan cambiar de opinin, o reducir los
das u horas de trabajo, toda vez que su ordenamiento legal les otorgaba este derecho,
sin que corresponda indemnizacin alguna.
(ii) Al suscribir el Convenio de Participantes del Programa Work and Travel
2002-2003, los denunciantes recibieron un folleto informativo denominado Handbook,
emitido por CIEE, que sealaba que la empresa responsable de los participantes en
EE.UU. era esta ltima y que de surgir alguna eventualidad en el desarrollo del
programa, los participantes deban comunicarse con ella e Intej.
CUESTIONES EN DISCUSIN
Graduacin de la sancin
obtenidos por el proveedor, la conducta del infractor a lo largo del procedimiento, los
efectos que se pudiesen ocasionar en el mercado y otros criterios que, dependiendo del
caso particular, considere adecuado adoptar la Comisin y esta Sala.
En el presente caso, debe considerarse la afectacin a los denunciantes, quienes
tenan la expectativa de encontrar un puesto de trabajo al llegar a EE.UU. y al verse sin
el mismo en un pas en el que eran extranjeros, atravesaron dificultades que pusieron en
riesgo su salud e integridad fsica. Asimismo, debe tomarse en cuenta que Intej debi
emplear mecanismos que aseguren la prestacin del servicio ofrecido, de manera tal que
se evite que los participantes del programa Work and Travel se vean perjudicados por
los efectos de la escasa coordinacin entre los organizadores.
Aunque la Sala considera que la falta de idoneidad de los servicios prestados por
Intej debe ser desincentivada con multas mayores a las impuestas por la Comisin, para
que no vuelva a presentarse en el futuro; en el presente caso ello no resulta posible ya
que el artculo 237.3 de la Ley del Procedimiento Administrativo General impide la
imposicin de sanciones ms graves para el sancionado cuando haya sido este quien
impugne la resolucin adoptada(25). En atencin a lo expuesto, corresponde confirmar
la multa de 10 Unidades Impositivas Tributarias impuesta a Intej.
III.6
RESOLUCIN DE LA SALA
DERECHOS INTELECTUALES
ANTECEDENTES
1. Informe de antecedentes
Se ha verificado que:
a) Unin de Cerveceras Backus y Johnston S.A.A. es titular de la marca de
producto BACKUS, registrada en la clase 32 de la nomenclatura oficial bajo
certificados N 24749, 34147, 98475, 98476, 14239, 75359, entre otros.
b) En la clase 32 de la nomenclatura oficial existen varias marcas registradas a
favor de distintos titulares, como las que se consignan a continuacin, para distinguir
cervezas, aguas minerales, gaseosas y otras bebidas no alcohlicas, que estn
conformadas entre otros elementos por las mismas caractersticas que se describen en
el signo solicitado (forma tridimensional de una botella de cuerpo cilndrico con boca
redonda, pico ranurado con ribete sobresalido, cuello delgado, la parte comba en forma
de hombros cados y que se ancha en la base):
patente o modelo de utilidad, pueda ser prorrogada mediante la obtencin del registro
de una marca tridimensional. Al protegerse como marca la peculiaridad de la forma
tridimensional, se estara impidiendo a otros explotar dicho dispositivo una vez que este
cayera al dominio pblico, distorsionando las bases del sistema patentario,
independientemente de los problemas de titularidad encontrada que pudieran
presentarse(8) (). Tanto si han sido protegidas antes por una patente o un modelo de
utilidad, como si no lo han sido, las formas impuestas por razones de orden tcnico no
pueden constituir marcas, ya que al ser estas indefinidamente renovables, su apropiacin
supondra sustraer del dominio pblico la solucin de un problema tcnico, o prolongar
indefinidamente, a travs de renovaciones sucesivas lo que solo puede ser apropiado
mediante patente o modelo de utilidad por periodos improrrogables y bajo condiciones
estrictas(9).
2.4 Conclusin
Por las consideraciones anteriores, para que las formas tridimensionales de los
productos sean objeto de registro deben ser capaces de ser identificadas por el pblico
consumidor en atencin a su origen empresarial, esto es, que por s mismas tengan
carcter distintivo y permitan que los productos sean elegidos, sin necesidad de otro
elemento denominativo o figurativo adicional y que no se encuentren dentro de alguno
de los dos supuestos mencionados.
2.5 Aplicacin al caso concreto
En el presente caso, corresponde establecer si el signo solicitado como marca es
la forma usual que suelen revestir los envases de cerveza, aguas minerales y gaseosas,
de la clase 32 de la nomenclatura oficial, o si por el contrario presenta alguna
caracterstica fuera de lo comn.
Para el caso de los envases de lquidos, las formas usuales o necesarias son
bsicamente: las latas selladas de forma circular y las botellas (definidas como vasijas
de cuello largo(10)) con una chapa o tapa rosca hermtica que impida el vaciado del
lquido.
Cabe precisar que la forma tridimensional no deja de ser usual solamente por el
hecho de presentar diferencias secundarias con respecto a otras formas que se
encuentran en el mercado. Para determinar si la forma tridimensional solicitada
constituye una forma usual, deber compararse la impresin en conjunto del signo
solicitado con otros ya conocidos. En este examen se considerar usual no solo si las
formas de los envases son idnticos, sino tambin si resultan sustancialmente iguales, es
decir, si difieren en caractersticas secundarias o no sustanciales.
De la bsqueda de antecedentes de formas de envases registrados en la clase 32
de la nomenclatura oficial, se advierte que existen una serie de marcas registradas a
favor de distintos titulares que tienen los mismos elementos bsicos de la forma
tridimensional de botella que se pretende distinguir (cuerpo cilndrico con boca redonda,
pico ranurado con ribete sobresalido, cuello delgado, la parte comba en forma de
hombros cados y se ancha en la base), incluyendo adems otros elementos que s son
caracterizantes, tales como: estras, superficie granulada, relieves en los anillos
concntricos, canales, lneas ondulantes o diagonales, etc.(11), situacin que no se
que pretende distinguir, siendo apta para distinguir dichos productos en el mercado, por
lo que cumple con los requisitos para ser admitido a registro.
Por las consideraciones anteriores, la Sala concluye que el signo solicitado
cumple con el requisito de suficiente distintividad exigido por el artculo 135 inciso b)
de la Decisin 486, por lo cual resulta susceptible de ser registrado, sin reivindicar la
forma del envase.
IV.
RESOLUCIN DE LA SALA
DERECHO CONSTITUCIONAL
PARA QUE UN POLICA PUEDA CONTRAER NUPCIAS Debe ser autorizado por
la PNP?
PARA QUE UN POLICA PUEDA CONTRAER NUPCIAS Debe ser autorizado por
la PNP?
EXP. N 2868-2004-AA/TC
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Demandante :
Jos Antonio lvarez Rojas
Demandado :
Segunda Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de ncash
Asunto:
Accin de amparo
Fecha :
24 de diciembre de 2003 (El Peruano, 15/02/2005)
El Tribunal considera que se ha violado el derecho al libre desarrollo de la personalidad,
pues la exigencia de contarse con una autorizacin de la PNP para que uno de sus
efectivos contraiga matrimonio constituye una intolerable invasin de un mbito de
libertad consustancial a la estructuracin de la vida privada del recurrente. Este ltimo,
como todo ser humano, es libre de decidir con quin contrae matrimonio y cundo lo
celebra, sin que para ello requiera el visto bueno de un rgano estatal, por ms que se
preste servicios en dicha institucin.
EXP. N. 2868-2004-AA/TC
NCASH
JOS ANTONIO
LVAREZ ROJAS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 24 das del mes de noviembre de 2004, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Bardelli Lartirigoyen, Gonzales
Ojeda y Garca Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por Jos Antonio lvarez Rojas contra la
sentencia de la Segunda Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de ncash, de fojas
90, su fecha 24 de mayo de 2004, que declara improcedente la accin de amparo de
autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 29 de diciembre de 2003, el recurrente interpone accin de amparo
contra el Ministerio del Interior, solicitando su reincorporacin al servicio activo de la
Polica Nacional con el reconocimiento de su tiempo de servicios. Manifiesta que
sujeto a una reserva de ley y, por otro, que las facultades protegidas por este tampoco se
encuentran reconocidas de manera especial en la Constitucin (como sucede, por el
contrario, con las libertades de trnsito, religin, expresin, etc.), el establecimiento de
cualquier clase de lmites sobre aquellas potestades que en su seno se encuentran
garantizadas debe efectuarse con respeto del principio de legalidad.
16. Ciertamente, los niveles de proteccin que han revestido constitucionalmente
los derechos fundamentales no se agotan con las garantas normativas (reserva de ley
y legalidad). Aunque la Constitucin de 1993 no contenga una clusula semejante a las
existente en la Ley Fundamental de Bonn de 1949 o en la Constitucin espaola de
1978, en virtud de la cual se establezca que en la limitacin de los derechos el legislador
deber respetar su contenido esencial, lo cierto es que en nuestro ordenamiento tal
limitacin de los derechos se deriva de la distincin de planos en los que acta el Poder
Constituyente y el legislador ordinario.
Como este Tribunal lo ha recordado en la STC 0014-2002-AI/TC, el respeto al
contenido esencial de los derechos constituye un lmite implcito (del Poder
Legislativo) derivado de la naturaleza constituida de la funcin legislativa, que, desde
luego, en modo alguno, puede equipararse a la que supuso el reconocimiento del
derecho, esto es, a la del Poder Constituyente. Y es que una cosa es limitar o restringir
el ejercicio de un derecho constitucional, y otra, muy distinta, suprimirlo. La limitacin
de un derecho no comporta su supresin, sino solo el establecimiento de las condiciones
dentro de las cuales deber realizarse su ejercicio. De ah que el Tribunal
Constitucional haya sido enftico en sealar que no se puede despojar de contenido a un
derecho so pretexto de limitarlo o, acaso, suprimirlo, pues la validez de tales
limitaciones depende de que ellas respeten el contenido esencial de los derechos sobre
los cuales se practica la restriccin (Funds. jurs. 94 y 93, respectivamente).
17. En ese sentido, encontrndose el legislador de los derechos fundamentales
obligado a respetar su contenido esencial, no basta que se satisfagan las garantas
normativas a las que antes se ha aludido para que se considere, sin ms, que una
limitacin determinada no constituye afectacin de un derecho o, acaso, que la
aplicacin de una norma legal limitadora, por el simple hecho de haberse establecido
respetando tales garantas normativas, no puede suponer la violacin de un derecho
constitucional.
Tal afirmacin tambin es de recibo en el tratamiento constitucional al cual est
sujeto el derecho al libre desarrollo de la personalidad. En efecto, la sujecin al
principio de legalidad de la actividad limitativa de este derecho no puede entenderse en
el sentido de que basta que una ley o norma con rango de ley establezca un lmite a
cualquiera de las potestades por l protegidas para que estas se consideren vlidas en s
mismas, pues este ltimo juicio solo podr considerarse constitucionalmente correcto si,
a su vez, se respeta el contenido constitucionalmente declarado del derecho y se
satisfacen los principios de razonabilidad y proporcionalidad.
18. En el caso, se ha acreditado que el recurrente fue sancionado a 18 das de
arresto simple como autor de la falta contra la obediencia, por haberse casado sin contar
con la autorizacin de la PNP. El Tribunal Constitucional considera que dicha sancin
viola el principio de legalidad y el derecho al libre desarrollo de la personalidad[13].
mejor sus deberes morales. (...) El orgullo moral, que siempre va unido a lo que el
hombre se da a s mismo, va ligado en los derechos subjetivos a lo que uno aporta a los
dems; el impulso y el inters, encadenados siempre por la norma, quedan ahora
libertados por la misma norma. Mi derecho es, en el fondo, el derecho a cumplir con mi
deber moral. En sus derechos lucha el hombre por sus deberes, por su personalidad
(Gustavo Radbruch, Filosofa del derecho, Editorial Revista de Derecho Privado,
Madrid 1952, p. 63).
Con tales afirmaciones, el Tribunal no alienta que al interior de las instalaciones
de la Polica Nacional del Per, sus miembros puedan efectuar prcticas homosexuales;
tampoco, por cierto, heterosexuales (cf. ordinal g del fundamento jurdico 85 de la
STC 0023-2003-AI/TC). Lo que juzga inconstitucional es que, inmiscuyndose en una
esfera de la libertad humana, se considere ilegtima la opcin y preferencia sexual de
una persona y, a partir de all, susceptible de sancin la relacin que establezca con uno
de sus miembros.
Por tanto, este Tribunal considera que es inconstitucional que el recurrente haya
sido sancionado por sus supuestas relaciones sospechosas con un tran-sexual[15].
Exceso de poder administrativo y potestad sancionatoria de la administracin
25. Por ltimo, la invalidez del acto administrativo sancionador tambin se
deriva de su manifiesta incoherencia lgica. Efectivamente, en un primer momento, all
se afirma que las relaciones de convivencia con una persona de su mismo sexo fueron
conocidas plenamente por el recurrente, pues pese a la plasta realizada a aquella en sus
rganos genitales, este pudo percatarse y tener conocimiento de ello, en su
condicin de auxiliar de enfermera.
No obstante, inmediatamente despus, pretendindose corroborar la afirmacin
anterior, la emplazada afirma que dicho conocimiento de las anomalas fsicas en sus
rganos genitales se acredit posteriormente con el reconocimiento mdico legal.
Segn este, actualmente no se puede definir el sexo inicial del paciente por existir
plasta previa en rganos genitales. D/C: HERMAFRODITISMO(...).
Dicho en otros trminos, lo que para un mdico legista no es perceptible y, por
tanto, no se puede definir (el sexo inicial del paciente), s pudo y debi conocerlo el
recurrente en su condicin de auxiliar de enfermera. Se trata, evidentemente, de una
afirmacin que contiene una contradictio in abyecto, que, por s misma, no poda servir
de base suficiente para sancionar administrativamente si es que, acaso, tal argumento
fuera relevante al recurrente.
26. No obstante lo dicho, tal vez quepa entender que el argumento para
sancionar al recurrente se haya sustentado, adems, en la sospecha que debi tener
tras la realizacin de una plasta en los rganos genitales, pues al fin y al cabo, en su
condicin de auxiliar de enfermera, poda distinguir en los rganos genitales de su
pareja la realizacin de una plasta. Tal argumento, a juicio del Tribunal, es insuficiente
y hace que la sancin impuesta al recurrente sea desproporcionada. Y es que, como tal,
la realizacin de una plasta no es evidencia de una alteracin del sexo de una persona,
pues la plasta tambin puede utilizarse con medios meramente estticos.
JURISPRUDENCIA VINCULANTE
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
TRIBUNAL DE DEFENSA DE LA COMPETENCIA Y DE LA PROPIEDAD
INTELECTUAL
CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO
TRIBUNAL FISCAL
TRIBUNAL DE SOLUCIN DE CONTROVERSIAS DE OSITRAN
SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
RATIFICAN QUE ALBERTO FUJIMORI NO PUEDE ACCEDER A LA FUNCIN
PBLICA. Ni por eleccin, concurso o designacin
15. Tanto del artculo 100 de la Constitucin como del artculo 89 del
Reglamento del Congreso se infiere que el Congreso de la Repblica puede imponer,
luego de realizado el procedimiento de acusacin constitucional, sanciones polticas que
pueden manifestarse de tres formas: 1) la suspensin, 2) la inhabilitacin o 3) la
destitucin del funcionario pblico.
16. En lo que respecta al presente informe, es del caso sealar que corresponde
analizar, propiamente, el contendido de la sancin de inhabilitacin poltica que impone
el Congreso a un funcionario pblico. En este sentido es del caso analizar cul es el
contenido de esta sancin y cules son sus alcances.
17. En principio cabe sealar que la inhabilitacin poltica es una sancin
poltica discrecional pero sujeta a criterios de razonabilidad constitucional, que impone
el Congreso de la Repblica. Esto lo hace distinta, precisamente por su naturaleza, a la
inhabilitacin penal (prevista en el artculo 36 del Cdigo Penal) y a la inhabilitacin
administrativa (segn establece el artculo 30 de la Ley de la Carrera Administrativa, el
artculo 159 de su Reglamento y la Ley Marco del Empleo Pblico), las cuales son de
carcter estrictamente jurdicos.
18. En tal sentido la inhabilitacin poltica es una sancin poltica que impone el
Congreso de la Repblica a los ms altos funcionarios del Estado comprendidos en el
artculo 99 de la Constitucin por infraccin a la Constitucin y por los delitos
competidos en el ejercicio de sus funciones, los mismos que solo comportan una
restriccin en el ejercicio de los derechos polticos del funcionario que sea sancionado.
6. Alcances y efectos de la inhabilitacin poltica
19. La inhabilitacin poltica despliega sus efectos sobre los derechos polticos
que son aquellos mediante los cuales los ciudadanos participan en la formacin y
direccin de las actividades del Estado; son, por tanto, derechos que permiten a los
ciudadanos participar en la vida poltica y pblica.
20. Ahora bien, la inhabilitacin poltica incide sobre estos derechos en dos
mbitos: material y temporal. En el aspecto sustantivo, los efectos de la inhabilitacin
impiden al funcionario pblico sancionado ejercer el derecho de sufragio (elegir y ser
elegido), el derecho de participacin y el derecho a fundar, organizar, pertenecer o
representar a una organizacin o partido poltico, movimiento o alianza.
21. Dentro del mbito temporal, el Congreso de la Repblica puede inhabilitar al
funcionario pblico hasta por diez aos(artculo 100 de la Constitucin), lo cual
implica que el Congreso tiene discrecionalidad, dentro de los lmites que establece la
Constitucin y el Reglamento del Congreso, para definir el tiempo durante el cual el
funcionario quedar inhabilitado para ejercer sus derechos polticos.
Para el Tribunal Constitucional, esta limitacin en el ejercicio de toda funcin
pblica no afecta al contenido constitucionalmente protegido de dicho derecho, porque
su imposicin es razonable y proporcional al dao constitucional cometido. Atribucin
que el poder constituyente le otorga al Congreso de la Repblica en la Constitucin
Poltica, en tanto que l ocupa, dentro del ordenamiento constitucional, una funcin de
tutela de los principios y valores democrticos.
28. Esta sentencia tiene efectos jurdicos vinculantes para todos los poderes y
organismos pblicos, de acuerdo al artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo
Procesal Constitucional.
FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que la
Constitucin Poltica del Per le confiere,
HA RESUELTO
1. Declarar infundada la accin de amparo de autos.
2. Forman parte del fallo los fundamentos Ns 8, 21 y 22.
3. Poner esta sentencia en conocimiento de los Poderes Legislativo y Judicial y
del Jurado Nacional de Elecciones, para los efectos de ley.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA;
GARCA TOMA; VERGARA GOTELLI; LANDA ARROYO.
Comentario.La presente sentencia, harto comentada y polmica, en nuestra opinin
extralimita las funciones que corresponden al Tribunal Constitucional. Efectivamente,
nos parece que el Tribunal en esta sentencia se pronuncia sobre cuestiones tangenciales
a la demanda planteada.
El demandante del presente proceso plante que el ex presidente A. Fujimori,
prfugo de la justicia peruana hasta el da de hoy, habra sido inhabilitado
indebidamente para ejercer cualquier funcin pblica durante cinco aos, pues al
momento en que el Congreso aprob esta sancin Fujimori ya haba sido destituido del
cargo de Presidente, y la referida sancin solo corresponda a altos funcionarios (que
comprende la investidura presidencial).
El Tribunal Constitucional se pronuncia sobre diversos temas, dos de los cuales
tienen que ver con lo demandado: la legitimidad del tercero demandante (vase que es
un tercero quien solicita a favor de Fujimori la afectacin de derechos constitucionales),
y la sancin de inhabilitacin luego de haberse dejado de ejercer el cargo de Presidente.
Ambas cuestiones eran necesarias y suficientes para resolver el amparo interpuesto. No
obstante, el Tribunal fue ms all, por no afirmar que mucho ms all.
As, el Tribunal hizo un breve recordaris de los hechos acontecidos alrededor de
la ltima salida del pas del entonces presidente A. Fujimori, se refiri al contenido de la
inhabilitacin poltica, para finalmente pronunciarse sobre los alcances y efectos de esta
inhabilitacin. De esta forma interpreta el contenido de ciertos dispositivos
constitucionales, tratndose asuntos irrelevantes para el caso concreto y cuya
interpretacin otorga un contenido que no parece desprenderse de la Constitucin.
Inclusive, el Tribunal seala como parte integrante del fallo fundamentos que no
se refieren a la sustancia de lo demandado. Y ello es precisamente lo discutible: el
Tribunal confirma innecesariamente la inhabilitacin de Fujimori para ejercer funcin
pblica, y precisa que esta inhabilitacin restringe (...) el ejercicio de su derecho de
acceso a los cargos pblicos (...) tanto por lo que se refiere al de acceso a los cargos
pblicos derivados de eleccin, como al acceso mediante concurso pblico o de
designacin; en consecuencia, se encuentra inhabilitado para postular, concursar y en
general acceder a cualquier cargo o funcin pblica.
Con esto quedara zanjada una discusin a nivel poltica sobre la postulacin del
ex presidente prfugo, quedando esclarecida con una respuesta que en realidad se caa
de madura. Y es que, en efecto, no cabe una postulacin cuando existe una
inhabilitacin para ejercer cargo pblico de por medio; el cuestionamiento es, en todo
caso, si era pertinente que el Tribunal se pronunciara sobre ello. Por nuestra parte lo
consideramos equivocado (no obstante, que compartimos el criterio de fondo), ya que el
Tribunal debe moderar siempre su intromisin en mbitos que le son ajenos (principio
de correccin funcional); aunque no se trate de un caso de prevaricato o de actuacin
fuera de sus funciones (pues, el Tribunal Constitucional es el intrprete calificado de la
Constitucin). En este caso cabe demandar al Tribunal la autocontencin (self-restraint),
esto es, que restrinja su participacin en cuestiones polticas o de competencia ajena
(obsrvese que, de acuerdo a la Constitucin, el JNE es la mxima autoridad en materia
electoral).
ANTECEDENTES
CUESTIN EN DISCUSIN
RESOLUCIN DE LA SALA
TRIBUNAL FISCAL
LA APELACIN DE LA RESOLUCIN EMITIDA POR LA ADMINISTRACIN
TRIBUTARIA Impide que esta pueda modificarla o rectificarla?
Que la Administracin refiere que los valores impugnados han sido emitidos con
arreglo a ley, toda vez que los mismos han tenido origen en las declaraciones del propio
recurrente, quien, por otro lado, al haber cancelado parcialmente las deudas all
consignadas, reconoci que se encontraba obligado a su pago en calidad de
contribuyente del tributo acotado, no ocurriendo lo mismo en el caso del Ministerio de
Economa y Finanzas, que no es contribuyente ni responsable y por tanto no es sujeto
pasivo de las aportaciones acotadas, dado que la obligacin de las cargas sociales que ha
asumido no ha sido establecida por ley, decreto supremo o resolucin de la
Administracin Tributaria, sino por directiva de la Direccin de Presupuesto Pblico de
dicho sector;
Que agrega que el criterio expuesto se encuentra recogido en mltiples
resoluciones de este Tribunal, tales como las Ns. 0828-5-2001, 0808-5-2002, 04653-52002, 04988-2-2002 y 06042-3-2002;
Que a folios 5 y 6 del Expediente N 5214-2003 se advierte que de los dos pagos
efectuados por el Ministerio de Economa y Finanzas por julio de 1999, solo el que
asciende a S/. 46 859,00 se realiz a nombre del recurrente, emplendose su nmero de
Registro nico de Contribuyente, por lo que tal y como lo ha efectuado la apelada,
corresponda que fuese imputado directamente a la deuda declarada, habindose
imputado adems el pago realizado por el propio recurrente por la suma de S/. 258, 00;
Que asimismo a folios 3 y 4 del Expediente N 606-2004, se advierte que de los
dos pagos efectuados por el Ministerio de Economa y Finanzas por agosto de 1999,
solo el que asciende a S/. 48 233,00 se realiz a nombre del recurrente, emplendose su
nmero de Registro nico de Contribuyente, por lo que tal y como lo ha efectuado la
apelada, corresponda que fuese imputado directamente a la deuda declarada por este;
Que sin embargo, aquellos pagos realizados por el Ministerio de Economa y
Finanzas en forma global por julio y agosto de 1999, mediante Formularios 1273 Boletas de Pago Essalud - ONP Ns. 00118956 y 00118963, no han sido imputados a las
deudas declaradas por el recurrente;
Que no obstante lo expuesto, corresponde sealar que mediante la Resolucin de
Intendencia N 011-021-0000503/SUNAT emitida con fecha 16 de noviembre de 2004 y
remitida a este Tribunal a travs del Oficio N 1538-2004-SUNAT/2H3100, la
Administracin al amparo de lo dispuesto por el numeral 2 del artculo 108 del Texto
nico Ordenado del Cdigo Tributario, aprobado por Decreto Supremo N 135-99-EF,
procedi a revocar las rdenes de pago objeto de impugnacin, al determinar que
mediante Boletas de Pago 1273 Ns. 118956 y 118963, el Ministerio de Economa y
Finanzas efectu el pago de los montos adeudados por el recurrente por los periodos
tributarios materia de impugnacin;
Que el artculo 108 del citado Cdigo Tributario, modificado por el Decreto
Legislativo N 953, dispone que despus de la notificacin, la Administracin Tributaria
solo podr revocar, modificar, sustituir o complementar sus actos en los siguientes
casos: 1) Cuando se detecten los hechos contemplados en el numeral 1 del artculo 178,
as como en los casos de connivencia entre el personal de la Administracin Tributaria y
el deudor tributario, y, 2) Cuando la Administracin detecte que se han presentado
circunstancias posteriores a su emisin que demuestran su improcedencia o cuando se
trate de errores materiales, tales como los de redaccin o clculo, precisando que la
Administracin Tributaria sealar los casos en que existan circunstancias posteriores a
la emisin de sus actos, as como errores materiales, y dictar el procedimiento para
revocar, modificar, sustituir o complementar sus actos, segn corresponda y que
tratndose de la SUNAT, la revocacin, modificacin, sustitucin o complementacin
ser declarada por la misma rea que emiti el acto que se modifica, con excepcin del
caso de connivencia a que se refiere el numeral 1, supuesto en el cual la declaracin ser
expedida por el superior jerrquico del rea emisora del acto;
Que en la aplicacin de la norma ante citada se han presentado sobre la materia
dos interpretaciones: i) que la Administracin Tributaria, al amparo del numeral 2 del
artculo 108 del Cdigo Tributario aprobado por el Decreto Legislativo N 816,
modificado por el Decreto Legislativo N 953, tiene la facultad de revocar, modificar,
sustituir o complementar sus actos cuando estos se encuentren impugnados en la
instancia de apelacin y ii) que la Administracin Tributaria, al amparo del numeral 2
del artculo 108 del Cdigo Tributario aprobado por el Decreto Legislativo N 816,
modificado por el Decreto Legislativo N 953, no tiene la facultad de revocar,
modificar, sustituir o complementar sus actos cuando estos se encuentren impugnados
en la instancia de apelacin, subdividindose esta posicin a su vez en dos posibles
interpretaciones: a) que dicha limitacin se presenta inclusive tratndose de errores
materiales, tales como los de redaccin o clculo, o b) que dicha limitacin no se
presenta en el caso de errores materiales, tales como los de redaccin o clculo;
Que el segundo criterio antes aludido, con la precisin del acpite a) es el que ha
sido adoptado por este Tribunal, mediante Acuerdo recogido en el Acta de Reunin de
Sala Plena N 2005-04 del 7 de febrero de 2005, por los fundamentos siguientes:
Que de conformidad con el artculo 3 de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, Ley N 27444, la competencia es un requisito de validez del
acto administrativo por el cual el mismo debe ser emitido por el rgano facultado en
razn de la materia, territorio, grado, tiempo o cuanta, a travs de la autoridad
regularmente nominada al momento del dictado y en caso de rganos colegiados,
cumpliendo los requisitos de sesin, qurum y deliberacin indispensables para su
emisin;
Que el Cdigo Tributario seala en su artculo 124 que son etapas del
procedimiento contencioso-tributario la reclamacin ante la Administracin Tributaria y
la apelacin ante el Tribunal Fiscal;
Que de otro lado, el numeral 2 del artculo 108 del Cdigo Tributario,
modificado por el Decreto Legislativo N 953, establece que despus de la notificacin,
la Administracin Tributaria solo podr revocar, modificar, sustituir o complementar sus
actos cuando la Administracin Tributaria detecte que se han presentado circunstancias
posteriores a su emisin que demuestren su improcedencia o cuando se trate de errores
materiales, tales como los de redaccin o clculo;
Que del citado numeral se advierte que el legislador le otorga a la
Administracin Tributaria la facultad de revocar, modificar, sustituir o complementar
sus actos notificados, cuando: (i) existan circunstancias posteriores a su emisin que
demuestran su improcedencia, (potestad revocatoria por circunstancias sobrevinientes);
dentro del tercer da de notificada, cumpliera con poner a disposicin del Juzgado, los
bienes dados en su custodia, tal como consta en fojas treintitrs. Octavo.- Que la
prescripcin ordinaria de la accin penal opera en un plazo igual al mximo de la pena
fijada por ley para el delito, si es privativa de libertad; y a los dos aos si el delito es
sancionado con pena no privativa de libertad; sin embargo, cuando el plazo ordinario de
prescripcin de la accin penal es interrumpido por actuaciones del Ministerio Pblico o
del rgano judicial, la accin penal prescribe de modo extraordinario, al cumplirse
cronolgicamente el plazo de prescripcin ordinario ms la adicin de la mitad de dicho
plazo, tal como lo dispone el prrafo in fine del artculo ochentitrs del Cdigo Penal.
Noveno.- Que tomando en cuenta el tiempo transcurrido desde la comisin de los
hechos sub jdice, esto es, el tres de setiembre de dos mil uno, y las penas previstas en
la ley para el delito de rehusamiento a la entrega de bienes a la autoridad conforme al
artculo trescientos noventiuno del Cdigo Penal, es de inferir que el plazo
extraordinario de prescripcin a la fecha se encuentra vencido en exceso. Que no
tratndose de un delito que afecta el patrimonio del Estado, sino el mandato de la
autoridad, no es de aplicacin el prrafo in fine del artculo ochenta para el cmputo de
la prescripcin. Dcimo, Que, en consecuencia, habindose adecuado la conducta ilcita
de la procesada Vigil Prez al delito de rehusamiento a la entrega de bienes a la
autoridad, y establecido la diferencia con el delito de peculado por extensin,
corresponde otorgar a dicha interpretacin jurisprudencial el carcter de precedente
vinculante en aplicacin de lo autorizado por el inciso uno del artculo trescientos uno A, del Cdigo de Procedimientos Penales, incorporado por el Decreto Legislativo
nmero novecientos cincuentinueve; y, estando a las consideraciones antes expuestas;
DECLARARON: HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas ciento
noventisiete, de fecha veinticuatro de mayo de dos mil cuatro que condena a ANA
TERESA VIGIL PREZ, por el delito de peculado por extensin, y;
REFORMNDOLA, DECLARARON: PRESCRITA DE OFICIO la accin penal
contra Ana Teresa Vigil Prez, por el delito de rehusamiento a la entrega de bienes a la
autoridad, en agravio del Segundo Juzgado de Paz Letrado de Chiclayo y Repuestos
Trujillo Sociedad Annima representado por Ernesto Naveda Sandoval; MANDARON:
archivar definitivamente el proceso, DISPUSIERON: la anulacin de los antecedentes
penales y judiciales que se hubieren generado, de conformidad con el Decreto Ley
nmero veinte mil quinientos setentinueve; DISPUSIERON: que la presente Ejecutoria
Suprema, constituya precedente vinculante en lo concerniente a la distincin tpica del
delito de rehusamiento a la entrega de bienes a la autoridad, frente al delito de peculado
por extensin; ORDENARON: que el presente fallo se publique en el Diario Oficial El
Peruano; con lo dems que contiene; y los devolvieron.
SS. VILLA STEIN; VALDEZ ROCA; PONCE DE MIER; QUINTANILLA
QUISPE; PRADO SALDARRIAGA.
Comentario.La Corte Suprema de Justicia, en aplicacin de lo autorizado por el inc. 1 del
artculo 301-A del Cdigo de Procedimientos Penales, ha otorgado expresamente el
carcter de jurisprudencia vinculante a la interpretacin por esta propuesta de la
diferencia entre el delito de peculado por extensin (artculo 392 del CP) y el delito de
rehusamiento a la entrega de bienes (artculo 391 del CP).
bien el agente lesiona el bien jurdico protegido en los delitos contra la Administracin
Pblica, este no lesiona el patrimonio del Estado. Siendo ello as, que los plazos
prescriptorios se duplicaran cuando el funcionario o servidor pblico haya cometido
delito de peculado (por extensin), mas no cuando su conducta solo se haya limitado a
desobedecer las rdenes, dadas por la autoridad competente, de entregar dinero, cosas o
efectos depositados o puestos bajo su custodia por razones propias de su cargo (v.gr. ser
depositario judicial)
En resumen, la Sala establece que la diferencia central que existe en ambos tipos
penales es que en el delito de rehusamiento a la entrega de bienes a la autoridad, a
diferencia del delito de peculado por extensin, no existe animus rem sibi habendi, sino,
antes bien, una voluntad especfica de desobedecer la orden o mandato prescrito por la
autoridad competente (de entregar los bienes puestos en su custodia). Poniendo de
relieve que, en el plano de lo subjetivo, radica el punto de diferenciacin legal de ambos
tipos delictivos. Adems, la interpretacin de su fallo es vinculante en el extremo que se
pronuncia sobre la duplicacin de los plazos de prescripcin solo en el peculado por
extensin (artculo 392 del CP) mas no en el delito de rehusamiento a la entrega de
bienes a la autoridad (artculo 391 del CP).
de la Ejecutoria Suprema de fojas ciento cinco, su fecha veinte de setiembre de dos mil
cuatro. Segundo: Que en primera y segunda instancia se deneg el beneficio
penitenciario de semilibertad solicitado por el sentenciado Delgadillo Vargas porque, en
primer lugar, mediante sentencia de fojas siete, de fecha once de junio de dos mil uno,
fue condenado por delito de trfico ilcito de drogas tipo bsico, artculo doscientos
noventa y seis del Cdigo Penal, a seis aos de pena privativa de libertad; y, en
segundo lugar, por sentencia de fojas trece con fecha catorce de diciembre de dos mil
uno, fue condenado por delito de trfico ilcito de drogas tipo bsico, artculo
doscientos noventa y seis del Cdigo Penal, a siete aos de pena privativa de libertad;
que, sin embargo, ambas condenas fueron refundidas por auto superior de fojas
veintiocho, su fecha veintids de mayo de dos mil dos, que dispuso que la primera pena
se refunda en la segunda, considerndose como nica, la cual vencer el veinticuatro de
mayo de dos mil ocho; que, no obstante ello, el Juez Penal y el Tribunal Superior
estimaron que el artculo cuatro de la Ley nmero veintisis mil trescientos veinte
prohibe la semilibertad puesto que el imputado sufri dos condenas y la citada norma,
que solo permite dicho beneficio respecto del delito previsto en el artculo doscientos
noventa y seis del Cdigo Penal, condiciona su concesin "...siempre que se trate de la
primera condena a pena privativa de libertad. Tercero: Que el imputado en su recurso
formalizado de fojas noventa y tres cuestiona la expresada interpretacin sealando que
nunca tuvo doble ingreso al penal para ser considerado reincidente, y que al refundirse
las dos penas que se le impuso ha quedado con una sola pena, y que negarle la
posibilidad de semilibertad desconociendo la refundicin le restara a dicha institucin
uno de sus principales efectos. Cuarto: Que, ahora bien, el tratamiento del concurso real
retrospectivo, en el caso de juzgamientos sucesivos y en orden a la imposicin de la
pena, apunta, de un lado, a evitar que el condenado sea tratado ms severamente que lo
que hubiese sido si el juzgamiento de sus infracciones hubiera tenido lugar
simultneamente; y, de otro lado, a imponer una sola pena que sea proporcionada a la
responsabilidad del agente, en tanto que el juez no puede acumular las penas; que la
respuesta penal en caso de concurso real no puede estar condicionada a factores
procesales referidos a la persecucin, al conocimiento por la autoridad de la comisin
del injusto y a la fecha de su enjuiciamiento, de ah que la pena nica se impone como
exigencia legal e incluso de tratamiento penitenciario; que, siendo as, cuando la ley
prohbe un beneficio penitenciario a quien ha sido objeto de una condena anterior no
puede entenderse que est referida al dato formal de la existencia de una sentencia, pues
esta incluso puede comprender varios hechos tpicos juzgados simultneamente, de
modo que si el anlisis de la norma el resultado interpretativo incorporara un factor de
desigualdad irrazonable cuando, por circunstancias derivadas de la persecucin penal,
no se acumularon hechos delictivos en un solo proceso antes de la sentencia. Quinto:
Que, en consecuencia, cuando se produce la refundicin de penas como consecuencia de
un concurso real retrospectivo, es de entenderse que finalmente la condena es una sola o
nica, esto es, que el resultado que se obtiene es una pena nica refundida -que por lo
dems, no necesariamente significa sin ms que la pena mayor absorba a la pena menor,
sino que para el tratamiento punitivo nico es de rigor tener como criterio rector lo que
establece la concordancia de los artculos cincuenta y cuarenta y ocho del Cdigo
Penal; que, en el presente caso como medi una refundicin de penas con el resultado
de una pena nica, no se est ante el impedimento regulado en el artculo cuatro de la
Ley nmero veintisis mil trescientos veinte. Sexto: Que revisando la documentacin
acompaada y, en especial, el informe de readaptacin social de fojas cincuenta y uno,
se tiene que el interno Delgadillo Vargas cumple con los requisitos legales para acceder
a la semilibertad, en tanto que no existen motivos preventivos especiales que eviten una
como ha hecho la Sala que finalmente la condena es una sola o nica, y que tras la
refundicin se obtiene una pena nica (refundida).
TENDENCIAS JURISPRUDENCIALES
INVALIDEZ DEL NEGOCIO JURDICO
:
N 1610-98-Lima
10-09-99
:
N 4682-97-Lima
16-12-99
:
N 1522-96 La Libertad
24-02-98
Nuestro ordenamiento distingue dos clases de nulidades, las que tiene por
principio el inters pblico (absoluta) y la que concede a favor de ciertas personas o
intereses privados (relativa). La nulidad relativa conduce al acto anulable, y esta se
produce cuando en el acto concurren los requisitos esenciales, pero que adolece de
algn vicio, tal como lo prescribe el artculo 221 del Cdigo Civil.
Comentario.La resolucin que antecede establece una neta separacin entre nulidad y
anulabilidad. En tal sentido, segn la acotada resolucin, nuestro ordenamiento conoce
dos tipos de nulidades: (a) la nulidad absoluta, que tiene como principio la tutela del
inters pblico y (b) la nulidad relativa, que tiene como principio la tutela de los
intereses particulares. Sin embargo, emplea una terminologa extraa a nuestro
ordenamiento cual es aquella que distingue, dentro del gnero nulidad, a la nulidad
absoluta de la nulidad relativa. El punto es que este tipo de clasificacin no tiene ningn
asidero normativo en nuestro sistema. En Francia es acostumbrado el recurso a la
frmula materia de crtica pero con algn sustento en sus normas. Lo que, en realidad,
ha debido decir el fallo bajo anlisis es que nuestro ordenamiento conoce dos tipos de
invalidez, la absoluta, que da lugar a la nulidad (que protege intereses generales) y la
relativa, que da lugar a la anulabilidad (que protege intereses particulares de los sujetos
del negocio). La doctrina que emplea la Casacin aqu comentada debe considerarse
plenamente superada y, por si fuera poco, inaplicable en nuestro sistema, por lo cual
debe ser dejada de lado y jams debe ser repetida por nuestros tribunales, aun cuando se
la pueda encontrar en algunos textos nacionales de doctrina.
:
N 576-2000-Lima
08-08-00
:
N 1864-2000
07-03-01
Del sentido del artculo 220 del Cdigo Civil no se comete ninguna infraccin
del principio de congruencia procesal previsto en el artculo stimo del Ttulo
Preliminar del Cdigo Procesal Civil, se trata de una excepcin del principio dispositivo
ya que el juzgador est facultado para apartarse de este principio por el cual las partes
definen el objeto de la pretensin y declarar la nulidad de un acto nulo ipso jure que no
fue impetrado por aquellas, independientemente de la va procedimental de los procesos
de cognicin.
Comentario.Una de las caractersticas de la nulidad del negocio jurdico es que el juez puede
declararla de oficio. Esta caracterstica ha sido entendida pacficamente por nuestra
doctrina como la posibilidad de que el juez pueda declarar la nulidad de un negocio en
el mbito de un proceso cuya pretensin no plantea el asunto. Esta posibilidad, segn
sus defensores (y la propia Casacin que aqu se comenta), es una excepcin al
principio dispositivo el cual le impide al juez pronunciarse sobre asuntos que no han
sido planteados por las partes como materia de sus pretensiones. Sin embargo, la
interpretacin de esta caracterstica de la nulidad (contenida en el artculo 220 del
Cdigo Civil) no parece ser la ms correcta. Ella, en efecto, obedece a una visin del
proceso civil del todo discutible, conocida como juspublicista o eficientista que
soslaya el hecho de que el mismo es, ante todo, un instrumento de garanta de los
derechos del ciudadano que tiene en las partes a sus principales protagonistas. Como
contundentemente ha demostrado Eugenia Ariano Deho, la caracterstica de la
declarabilidad de oficio de la nulidad debe entenderse no como la facultad del juez de
pronunciarse sobre una cuestin que las partes no han promovido (circunstancia que
provocara un fallo viciado por extrapeticin), sino como la facultad que tiene para
pronunciarse, cuando la causal sea manifiesta, sobre la nulidad solo para efectos de la
desestimacin de la demanda, todo ello, claro est, en aras de respetar el principio de
congruencia procesal.
:
N 1843-98-Lima
29-10-99
De conformidad con los artculos 219 y 220 del Cdigo Civil, los actos
jurdicos son nulos ipso jure, esto es que no requieren de una sentencia judicial para que
as lo declaren (...) la sancin de nulidad sobre el acto jurdico opera de pleno derecho,
sin embargo, en el desenvolvimiento de las relaciones jurdicas existen muchos actos
jurdicos nulos que se les da la apariencia de vlidos (...) ello solo es una apariencia de
validez; (...) consiguientemente, resulta evidente el error del juzgador, quien no obstante
considerar nulo el contrato de anticresis, concluye indicando que como ya era nulo de
pleno derecho, resulta un imposible jurdico declarar su nulidad, soslayando
maysculamente la naturaleza de la declaracin judicial de nulidad, que no es
sancionadora sino reconocedora de una situacin ya existente, eliminando la referida
apariencia de validez y obteniendo el efecto erga omnes.
Comentario.La sentencia que se pronuncia sobre la nulidad de un negocio jurdico tiene
naturaleza declarativa (salvo alguna aislada opinin de autores como Andrea Proto
Pisani y, entre nosotros, aunque con otros argumentos, Juan Espinoza Espinoza). Ello es
as porque se limita a constatar que la situacin que la ley considera como causa de
nulidad se ha verificado. Cosa distinta es que las partes hayan dado ejecucin al
negocio antes del pronunciamiento judicial que constata la nulidad. En este caso, como
es evidente y no ha sido puesto en duda por la ms autorizada doctrina, dicha
ejecucin no es ms que un comportamiento material carente de valor negocial. No es
pues, que las partes hayan ejecutado jurdicamente el negocio. No pueden hacerlo
porque el mismo es absoluta e indefectiblemente ineficaz. La sentencia que se
pronuncia sobre la nulidad es, pues, y fuera de toda duda, declarativa y no constitutiva.
7. Valor jurdico del negocio nulo
Casacin
Fecha :
:
N 2893-2001-Lima
30-04-03
:
N 945-7-96-Lima
7-04-97
:
N 2381-97-Tacna
07-12-98
N 1152-98-La Libertad.
Fecha :
15-03-00
:
N 1121-96-La Libertad
04-12-97
Expediente
Fecha :
:
N 675-92-Lima
15-09-93
:
N 1276-01-Lima
10-09-01
Si bien el artculo 1098 del Cdigo Civil exige como formalidad de la hipoteca
el que sea otorgada mediante escritura pblica, no sanciona con nulidad la
inobservancia de esa forma; por lo que debe entenderse entonces que se trata de una
formalidad ad probationem, en la cual la ausencia de la formalidad no afecta la validez
del acto jurdico, ni origina la nulidad del mismo.
Casacin
Fecha :
:
N 1765-97-Junn
24-05-99
:
N 1022-98-Ayacucho
15-03-00
:
N 1843-98-Ica
29-10-99
Expediente
Fecha :
:
N 2352-92-Lima
17-09-93
:
N 696-2001-Lima
05-11-01
:
N 696-2001-Lima
05-11-01
:
S/F
N 2988-99-Lima
:
N 3208-99-Lambayeque
31-04-01
:
N 3208-99-Lambayeque
31-04-01
:
N 100-96-Lambayeque
09-06-98
:
N 2248-99-Tacna
25-02-00
Habr fin ilcito cuando respetndose aparentemente la forma del acto jurdico,
se evidencia la intencin de conseguir un efecto prohibido por la ley, como celebrar un
contrato para hacer dao, lo que en el presente caso debe resolverse en el proceso penal
instaurado y an no sentenciado.
Comentario.La causa es, quizs, el elemento ms importante del negocio jurdico. Por y a
travs de ella se explican las ms relevantes cuestiones negociales. La causa es la
funcin que el negocio, concretamente considerado, absuelve. Es, como dice Giovanni
Battista Ferri, la funcin econmico individual del negocio o, como sostiene
Massimo Bianca, el inters que la operacin negocial est dirigida a satisfacer. Hay
que advertir que no debe confundirse esta nocin concreta de causa con la posicin
tradicional (hoy abandonada por la doctrina comparada y tercamente defendida por
algn sector de nuestra doctrina) segn la cual la causa es el mvil, el motivo
determinante que induce a los sujetos a celebrar el negocio. La teora de la causa como
funcin concreta no tiene nada que ver con esta teora subjetiva. Ella es, por el
contrario, una teora objetiva de la causa, opuesta, sin embargo, a la teora de la funcin
econmico-social, la cual confunde causa con tipo. Ahora bien, el ordenamiento le exige
a la causa un solo requisito: la licitud. Esto quiere decir que cuando la funcin
econmico-individual del negocio sea contraria a las normas imperativas, al orden
pblico o a las buenas costumbres, el ordenamiento determinar la nulidad del negocio
por ilicitud de la causa. En las resoluciones que encabezan este comentario se observa
una orfandad conceptual alarmante, imputable en gran medida a la circulacin y
divulgacin de teoras causales intiles y, por ello, caducas. Muchas, por no decir todas,
de las afirmaciones contenidas en las antedichas resoluciones nada tienen que ver con la
causa y su relacin con la nulidad del negocio. Si no se identifica una norma imperativa
una manifestacin del orden pblico o una buena costumbre contrariadas por la causa
(funcin que el negocio singular celebrado en la realidad) no se tiene porqu acudir a las
normas que disciplinan la nulidad por ilicitud de la causa. La claridad conceptual es
imprescindible para hacer un mejor derecho (terico y prctico).
:
N 1522-96-La Libertad
24-02-98
:
N 2670-2001-Callao
21-01-02
Los artculos 230 y 231 del Cdigo Civil permiten la confirmacin del acto
jurdico en caso de anulabilidad del mismo, y la demandada no solo no ha interpuesto la
accin de anulacin que le correspondera, sino que ella y la recurrente han ejecutado la
compraventa en forma total, y al confirmar la compraventa, se ha expuesto claramente
de manifiesto la intencin de renunciar a la accin de anulabilidad.
Comentario.Corolario de la peculiar caracterstica antes referida es que las partes, ejerciendo
un derecho potestativo, pueden confirmar el negocio anulable, tornando su eficacia
precaria en definitiva. De esta manera, el negocio adquiere una eficacia definitiva, no
pudiendo ser atacado en adelante por dicho motivo. El comportamiento mediante el cual
una de las partes del negocio anulable lo confirma es un negocio unilateral, el mismo
que no debe ser confundido, como lamentablemente suele hacerse en nuestro medio por
parte de la judicatura, con el negocio unilateral de ratificacin que es aplicable en el
campo de la representacin cuando se presenta un supuesto de falta o prdida de
legitimacin del representante para alterar (el llamado exceso o defecto de poder),
mediante el ejercicio de su propio poder negocial, la esfera jurdica del representado.
Expediente
Fecha :
:
N 1075-99-Lima
08-09-99
:
N 770-98-Lima
20-07-98
:
N 3086-02-Lima
17-06-03
:
N 59251-97-Lima
15-01-99
La anulacin del acto por error no da lugar a indemnizacin entre las partes y
ello no concuerda con la accin por enriquecimiento sin causa la cual no es procedente
cuando la persona que ha sufrido el perjuicio puede ejecutar otra accin para obtener la
respectiva indemnizacin.
Comentario.La proscripcin del resarcimiento en materia de error es una grave omisin del
legislador. Resulta curioso, en efecto, que nuestro ordenamiento no permita el
resarcimiento del dao sufrido por el sujeto cuya confianza en la celebracin del
negocio ha sido defraudada como consecuencia del error de la contraparte, dado que
esta hiptesis es la que indujo a Rodolf Von Ihering a construir la teora de la culpa in
contrahendo o responsabilidad precontractual. No se entiende, entonces, cmo es que
nuestro legislador ha podido proscribir el resarcimiento cuando se presente dicha
hiptesis. En realidad, tal como ha sido demostrado por Freddy Escobar Rozas, no
existe razn valedera para justificar tal manera de proceder. En efecto, nuestro
legislador ha trasplantado la regulacin de los vicios del consentimiento del Cdigo
italiano. Lo natural (y saludable) hubiera sido, entonces, que la importacin se haga de
manera coherente para no distorsionar el sistema y permitir el resarcimiento en favor del
destinatario de la declaracin viciada, tal como se establece en el modelo original (el
italiano).
20. Anulabilidad y dolo
Expediente
Fecha :
:
N 4251-99-Lima
14-01-00
Procede la anulacin del acto jurdico por el engao usado por el demandado
para disponer el bien ya que los demandantes contrajeron obligaciones que no hubieran
contrado de no ser por la falsa creencia de estar adquiriendo un vehculo nuevo. La
empresa demandada no ha podido probar haber vendido un vehculo nuevo por lo que
no se ha acreditado la ausencia de dolo en la celebracin del contrato de compraventa.
Expediente
Fecha :
:
N 6523-99-Lima
11-04-99
:
2936-98-Lima
16-08-99
:
N 4019-2001-Lima
02-12-02
DERECHO CONSTITUCIONAL
INTERS NACIONAL DE UNA OBRA. Administracin de predios por parte del
gobierno nacional en caso de conflicto limtrofe regional
ASUNTO
DATOS GENERALES
NORMA CUESTIONADA
ANTECEDENTES
1. Demanda
Con fecha 28 de enero de 2005, los demandantes interponen demanda de
inconstitucionalidad, contra el artculo 2 de la Ley N 28374, publicado el 5 de
noviembre de 2004, manifestando que se trata de una norma particular, que tiene como
nico objeto perjudicar los intereses del Gobierno Regional de Lima, al pretender
otorgar al Gobierno Nacional, aquellos bienes y rentas que constitucionalmente
pertenecen al Gobierno Regional de Lima. Sealan que la norma sometida a control
constitucional, adolece de una inconstitucionalidad desde su origen, y que sienta un
precedente que permitira al Gobierno Nacional dejar sin efecto aquellos parmetros que
la Constitucin Poltica del Estado ha establecido entre los rganos del Estado entre s.
a. Argumentos de hecho
- Los demandantes refieren que la Provincia de Caete pertenece a la
jurisdiccin de la Regin Lima, en consecuencia, en funcin al inciso j del numeral 1
del artculo 10 de la Ley N 27867, Ley Orgnica de Gobiernos Regionales, aquellos
terrenos eriazos y urbanos de propiedad del Estado deben ser administrados y
adjudicados por el Gobierno Regional de Lima.
- En ese sentido, sealan que uno de dichos terrenos es el correspondiente a las
Pampas de Concn, Valle de Topara en los lmites de la Provincia de Caete y con la
Provincia de Chincha, cuyo dominio est a favor del Ministerio de Agricultura, pero
cuya posesin real recae en terceros. La importancia para el Gobierno Nacional del
terreno referido, adjudicado por venta directa a la empresa Hunt Oil Company of Per
L.L.C. Sucursal del Per, mediante Resolucin Suprema N 168-2003-EF, publicada
el 27 de julio de 2003. En tales terrenos se instalar la Planta de Licuefaccin de Gas
Natural provenientes de los yacimientos de Camisea.
- Los demandantes alegan que la referida adjudicacin del terreno mencionado
es ineficaz debido a que la entidad estatal que poda realizar dicho acto jurdico es el
Gobierno Regional de Lima. En ese sentido, expide la Ordenanza Regional N 0112003-CR/RL publicada el 25 de setiembre de 2003, donde se declara la nulidad de todos
aquellos actos realizados a partir del 1 de enero de 2003 o por realizarse por entes
pblicos o privados, que pretendan administrar o adjudicar terrenos urbanos y eriazos de
propiedad del Estado y cuya jurisdiccin estn bajo la Regin Lima.
- Refieren que en este contexto el 28 de abril de 2004, la Direccin Nacional
Tcnica de Demarcacin Territorial de la Presidencia del Consejo de Ministros expide el
informe Tcnico N 001-2004-PCM/DNTDT relativo a la definicin de los lmites
territoriales entre las provincias de Chincha (Ica) y Caete (Lima), sealando que los
terrenos materia de conflicto, se encuentran dentro de los lmites de la Provincia de
Caete, del Gobierno Regional de Lima. En virtud del mismo, el Presidente de la
Repblica y el presidente del Consejo de Ministros, someten al Congreso de la
Repblica un Proyecto de Ley; que no ha sido aprobado ni sometido a consideracin del
pleno.
b. Argumentos de derecho
- Los demandantes alegan que el parmetro de control constitucional del artculo
2 de la Ley N 28374, no solo est compuesto por las normas referidas al Captulo XIV
del Ttulo IV de la Constitucin Poltica del Estado, De la descentralizacin, las
regiones y las municipalidades, sino tambin de aquellas normas legales que desarrollan
dicha parte del texto constitucional, estas son la Ley N 27783, Ley de Bases de la
Descentralizacin, y la Ley N 27867, Ley Orgnica de Gobiernos Regionales. Ambas
normas tienen la naturaleza de interpuestas y forman parte del bloque de
constitucionalidad de la parte de la Constitucin referida a la Descentralizacin.
- Refieren que la inconstitucionalidad de la norma impugnada se funda en que el
Gobierno Nacional pretende arrogarse de motu proprio una facultad que
constitucionalmente le pertenece a los Gobiernos Regionales, especialmente al
Gobierno Regional de Lima.
- Los demandantes alegan que se ha vulnerado el principio consagrado en el
artculo 103 de la Constitucin, en la medida que la ley especial sometida a control
constitucional ha sido expedida por la diferencia de las personas, y no por la naturaleza
de las cosas, a efectos de perjudicar especficamente al Gobierno Regional de Lima,
enervando una competencia constitucional conforme lo establece el artculo 192 de la
Constitucin; pues no existe otro supuesto de conflicto territorial para la instalacin de
Gas Natural, que no sea el referido al aparente surgido entre la regin Lima (Provincia
de Caete) y la Regin Ica (Provincia de Chincha).
2. Contestacin de la demanda
Con fecha 8 de febrero de 2005, Carlos Mesa Ramrez, se apersona al presente
proceso en calidad de apoderado del Congreso de la Repblica en mrito de la
Resolucin N 060-2004-2005-P/CR, para solicitar se declare infundada la Accin de
Inconstitucionalidad promovida por el seor Miguel ngel Mufarech Nemy y ms de
cinco mil ciudadanos, contra el artculo 2 de la Ley N 28374, Ley que regula la
distribucin de los recursos en el caso de la adjudicacin directa de predios en el mbito
de desarrollo de proyectos de inters nacional, por cuanto no contraviene la
Constitucin por el fondo, ni en lo referido a su aprobacin, promulgacin publicacin;
no configurndose las causales establecidas en el artculo 75 del Cdigo Procesal
Constitucional.
a. Argumentos de hecho
- Si bien conforme al inciso j del numeral 1 del artculo 10 de la Ley N 27867,
Ley Orgnica de Gobiernos Regionales, es a la Regin Lima a quien correspondera
decidir acerca de la venta de los terrenos situados en las Pampas de Concn, Valle de
- La norma sometida a control constitucional se trata de una ley que busca evitar
de modo razonable un perjuicio a los intereses nacionales y los objetivos del proceso de
descentralizacin, como son el de garantizar las inversiones, el orden pblico y la
seguridad. En consecuencia la supuesta inconstitucionalidad de la ley por violacin del
artculo 103 de la Constitucin tampoco puede estimarse, ya que el mismo permite la
aprobacin de leyes especiales cuando as lo exige la naturaleza de las cosas.
- La Ley N. 28374, no contraviene los fines del proceso de descentralizacin
descritos en el Captulo III de la Ley N. 27783, Ley de Bases de la Descentralizacin,
los cuales deben ser analizados en sede poltica, econmica, administrativa y
democrtica, sobre la base del principio de razonabilidad.
V.
MBITO DE ACTUACIN
dictado para determinar la competencia o las atribuciones de los rganos del Estado o el
ejercicio de los derechos fundamentales de la persona(12).
Por tanto, como parte del desarrollo de la parte de descentralizacin de la
Constitucin, se han dado una serie de normas que aparecen como pertinentes dentro del
presente proceso en virtud de su reconocimiento explcito por parte de la
Constitucin(13).
10. El reconocimiento del bloque de constitucionalidad
Sobre todo, relacionando y armonizando la Constitucin y el ordenamiento
jurdico nacional, se puede entender como bloque de constitucionalidad todo el conjunto
de disposiciones que deben ser tenidas en cuenta para apreciar los vicios de
constitucionalidad de una ley sujeta a su control.
De lo expresado se puede entender que el Tribunal Constitucional debe analizar
la presente demanda a partir de un canon interpretativo integrado por las normas de la
Constitucin, y en tanto desarrollan su contenido, la Ley N 27783, Ley de Bases de la
Descentralizacin y de la Ley N 27867, Ley Orgnica de Gobiernos Regionales. Esto
es as, en mrito del principio de interpretacin establecido en el artculo 79 del Cdigo
Procesal Constitucional, que ha sido sealado en el fundamento 8.
11. La resolucin de un problema de ndole constitucional
En conclusin, en el presente caso, el Tribunal deber pronunciarse sobre la
titularidad de la competencia controvertida entre el Gobierno Central y el Regional,
tomando como base para su actuacin la inconstitucionalidad de una ley.
Pero a la vez la decisin sobre la validez de tal acto o norma puede producirse
como consecuencia de un pronunciamiento previo sobre la titularidad de la
competencia(14).
Para ello, el juez constitucional debe hacer uso de las tcnicas interpretativas
coadyuvantes a clarificar el sentido de los preceptos constitucionales y a concluir, por
tanto, acerca de la titularidad efectiva de las competencias y los condicionamientos a su
ejercicio(15).
En tal sentido, a travs de la presente sentencia, este Colegiado debe determinar
la inconstitucionalidad de una norma como la que est siendo sujeta a control, sobre la
base en que su rango es legal y que se debe analizar segn el bloque de
constitucionalidad. Este es el parmetro de actuacin que debe existir.
VII.
CUESTIN DE ADMISIBILIDAD
Que hoy el Per sea un pas extremadamente centralista no es cosa del azar.
Desde siempre, ha estado ligado a la fuerza centrpeta de una ciudad. As, en el
incanato, Cuzco era la capital del Imperio, y considerada el ombligo del mundo. Ya en
el Virreynato, Lima, al lado del puerto del Callao, se converta en el centro de
Sudamrica, dejndose de lado a Cusco(27), tal como sucede hasta ahora.
La causa del problema se encuentra, parece ser, en que el caudillismo nacional,
unido a fuertes cimientos oligrquicos, ha impedido la consolidacin de partidos y de
las instituciones gubernamentales, dejando paso al poder unipersonalizado. Esto ha
motivado el inters de las clases dominantes, poltica, econmica y socialmente, en
mantener la situacin y su condicin, a costa de la mayora de los peruanos. Justamente
eso fue lo que se vio en los ltimos aos con el gobierno de Fujimori, en el cual se
desmontaron las regiones del primer proceso descentralista iniciado, traspasndose
funciones a los once Consejos Transitorios de Administracin Regional - CTAR,
dependientes del Ministerio de la Presidencia, como una forma marcada de
recentralizacin del poder.
Por eso, es interesante que el proceso descentralizador no sea truncado por los
intereses gubernamentales anticonstitucionales. Es ms, la etapa antidemocrtica de la
dcada pasada debe servir de leccin para que las instituciones pblicas, desde el rol
que cumplen en el Estado, puedan hacer concurrir esfuerzos para cumplir los deberes
que el Poder Constituyente ha establecido al Estado democrtico y social de derecho,
segn la normatividad constitucional(28).
1. Modelo constitucional de la descentralizacin
23. La descentralizacin como autarqua, segn el demandante
Partiendo de que la descentralizacin est relacionada con la capacidad de
autogobierno de las entidades pblicas, el demandante alega que en el mbito
administrativo tiene vinculacin con el concepto de autarqua y supone la necesidad
del Estado Central de delegar funciones especficas en rganos con capacidad suficiente
para administrarse a s mismos aunque no se puede decir que existe en trminos
absolutos(29).
En trminos nacionales, la descentralizacin debe significar un proceso que
tiene como objetivo fundamental el desarrollo integral del pas(30).
24. El fin de la ley es descentralizador, segn el demandado
Con el fin de contradecir los argumentos vertidos por el demandado, en la
contestacin de la demanda se precisa que en uso de competencias a las que no puede
renunciar el Parlamento, se establecen los parmetros para garantizar, en caso de
conflictos limtrofes, no solo la administracin de los predios sino tambin los objetivos
y principios del proceso descentralizador a cargo de los gobiernos regionales(31).
25. El modelo de poder de la matriz
De esta forma, los rganos del municipio pueden tener competencia tambin
para establecer normas generales que no tendrn el nombre de leyes, pero que lo sern
en el fondo, desde el momento que habrn sido establecidas por el cuerpo colegial
representativo, por un concejo municipal o ayuntamiento elegido por los vecinos del
municipio(55).
36. La autonoma y competencias
As concebido el pas, es interesante que el presente caso se pueda respetar, a
partir de la autonoma nacional, sobre todo en el mbito parlamentario, reconocer y
respetar la autonoma regional. Los parmetros de esta ltima deben fijarse de manera
correcta, a partir de una distribucin de competencias circunspecta, la cual debe basarse
en los criterios de unidad y subsidiariedad.
Para este Colegiado, autonoma no puede ser confundida con autarqua, por ms
que puedan desenvolverse con plena libertad en los aspectos administrativos,
econmicos y polticos. La autonoma debe ser realizada con pleno respeto del
ordenamiento jurdico toda vez que no supone autarqua funcional al extremo de que,
de alguna de sus competencias pueda desprenderse desvinculacin parcial o total del
sistema poltico o del propio orden jurdico en el que se encuentra inmerso cada
gobierno municipal. En consecuencia, no porque un organismo sea autnomo deja de
pertenecer al Estado, pues sigue dentro de l y, como tal, no puede apartarse del
esquema jurdico y poltico que le sirve de fundamento a este y, por supuesto, a
aquel(56).
37. El verdadero alcance de la autonoma regional
Es decir, la norma constitucional que reconoce la autonoma regional, al igual
como este Tribunal lo ha reconocido respecto a la municipal, debe ser entendida en el
sentido que tal capacidad para regirse mediante normas y actos de gobiernos se
extiende a todas aquellas competencias que constitucionalmente le hayan sido
atribuidas. Sin embargo, ello no quiere decir que el desarrollo y ejercicio de cada una de
estas pueda realizarse, siempre y en todos los casos, con idntica intensidad de
autonoma. Es constitucionalmente lcito modularlas en funcin del tipo de inters que
con su ejercicio se persigue. La Constitucin garantiza a los gobiernos locales una
autonoma plena para aquellas competencias que se encuentran directamente
relacionadas con la satisfaccin de los intereses locales. Pero no podr ser de igual
magnitud respecto al ejercicio de aquellas atribuciones competenciales que los excedan,
como los intereses supralocales, donde esa autonoma tiene que necesariamente
graduarse en intensidad, debido a que en ocasiones de esas competencias tambin
coparticipan otros rganos estatales(57).
Por tanto, los intereses nacionales deben llegar a modular la eficacia de la
autonoma regional, ms an si se tiene en cuenta que esta est sujeta a parmetros
constitucionales que la dotan de validez y eficacia.
Es as como debe entenderse en el presente caso la autonoma del Gobierno
Regional de Lima. No se puede pretender argumentar la autonoma como si fuera un
elemento casi de soberana. Las regiones poseen un papel trascendente en la
descentralizacin, tal como se observarinfra, pero ello no puede dar lugar a un abuso
de su posicin constitucional.
2. Regionalizacin y descentralizacin
38. Las regiones como parte de la descentralizacin
Como parte del proceso descentralista, existir una nueva configuracin
territorial del pas. En este marco, aparecen las regiones, las mismas que se presentan
como unidades geoeconmicas sostenibles, y cuya creacin se ha realizado sobre la
base de reas contiguas integradas histrica, cultural, administrativa y econmicamente,
conformando unidades geoeconmicas sostenibles(58).
De esta forma, estas nuevas formas de gobierno permiten el arbitrio del manejo
y organizacin interna de una circunscripcin territorial, y en esta primera etapa estarn
igualadas a lo que histricamente han sido los departamentos, divisin administrativa
bsica del Estado.
39. El objetivo regionalizador
As, para el Tribunal Constitucional el reconocimiento, respeto y promocin
por parte del gobierno central de la autonoma poltica, econmica y administrativa de
los gobiernos regionales, es consubstancial al principio reconocido en el artculo 43 de
la Constitucin, segn el cual el gobierno es descentralizado(59).
La regionalizacin es un componente bsico del proceso democrtico del Estado,
encaminado a institucionalizar un pluralismo poltico de base territorial; supone la
distribucin, el reparto y la difusin del poder del Estado por el territorio nacional. En
tal proceso, la recuperacin de las libertades perdidas es recobrar el protagonismo de su
propia historia y una normalizacin de la vida poltica de los pueblos. Los procesos de
regionalizacin y autonoma pueden contribuir a garantizar el derecho de los pueblos al
reconocimiento de sus particularidades culturales e histricas. Pueden asegurar una
mejor adecuacin de la accin del Estado a las peculiaridades de los territorios o
regiones.
40. La real dimensin de la descentralizacin y regionalizacin
En la base de la descentralizacin existen dos fundamentos: uno poltico,
democratizado; y, otro tcnico, de eficiencia en las prestaciones de los servicios
pblicos, tal como se ha venido a explicar en doctrina: la descentralizacin no solo es
un instrumento democratizador del poder y una garanta para la libertad, sino que,
adems, puede suponer una mejor tcnica de organizacin para resolver los asuntos
pblicos(60).
Pero tampoco se puede creer que con la sola descentralizacin y regionalizacin
se van a solucionar rpidamente los problemas que aquejan al pas, sino es una
propuesta para la mayor participacin de la sociedad y de mayor eficiencia en la
solucin de dificultades estructurales tan graves y complejas como las que se viven.
Adems, no hay que soslayar que en sede legal se ha reconocido que este proceso debe
ser realizado a la luz de los principios de dinamismo(61) y de irreversibilidad(62).
una poltica permanente del Estado que busca el desarrollo integral del pas(143).
Siguiendo el hilo conductor de la gradualidad, se ha establecido que se ejecutar en
forma progresiva y ordenada sobre la base de cuatro etapas de desarrollo y una
preliminar. En la preparatoria se dieron las normas necesarias; en la primera se realiz la
instalacin y la organizacin de los nuevos gobiernos; en la segunda se est intentando
la consolidacin del proceso de regionalizacin; en la tercera se buscar la transferencia
inicial y recepcin de competencias sectoriales; y en la ltima se completar el traspaso
funcional.
Una cosa adicional sobre el tema de la progresividad. Este trmino no significa
necesariamente pasar siempre competencias a los gobiernos regionales. Significa, y ac
se debe retomar la unidad estatal, que el Gobierno Nacional debe regular la frmula
utilizada para el desarrollo correcto de la descentralizacin. Si es necesario poner orden,
lo debe hacer, y siempre con un criterio de razonabilidad y racionalidad que justifique
su decisin.
91. La unidad legislativa
A entender de este Colegiado, la unidad del Estado permite la existencia de la
unidad sistmica del orden jurdico, lo que, por ende, presume una relacin armnica
entre las normas que lo conforman.
Ello es as por la necesaria e imprescindible compenetracin, compatibilidad y
conexin axiolgica, ideolgica y lgica entre los deberes y derechos asignados, adems
de las competencias y responsabilidades establecidas en el plano genrico de las normas
de un orden jurdico.
Lo opuesto a la coherencia es la antinomia o conflicto normativo, es decir, la
existencia de situaciones en las que dos o ms normas que tienen similar objeto,
prescriben soluciones incompatibles entre s, de modo tal que el cumplimiento o
aplicacin de una de ellas acarreara la violacin de la otra, ya que la aplicacin
simultnea de ambas resulta imposible(144).
92. El principio de jerarqua funcional en el rgano legislativo
Este principio reconocido expresamente por el Tribunal Constitucional, gracias a
la deduccin lgica de la estructura de jerarqua funcional operante en cada organismo
pblico, debe ser entendido de manera correcta como que a falta de una asignacin
especfica de competencia, prima la norma producida por el funcionario u rgano
funcional de rango superior. Se aplica preferentemente al interior de un organismo
pblico(145).
93. La autonoma regional como lmite legislativo
Este Colegiado considera conveniente asimilar la autonoma regional con la
municipal a la hora de considerarla como un lmite del proceso legislativo, razn por la
cual, debe asimilarse al caso regional a la definicin dada para el caso de los gobiernos
locales, en el que se consider su autonoma como una garanta institucional que, por
su propia naturaleza, impide que el legislador pueda desconocerla, vaciarla de contenido
o suprimirla, protegiendo a la institucin edil de los excesos que pudieran cometerse en
FALLO
Los bienes adquiridos antes del matrimonio son propios, sin perjuicio de que
todos los bienes de la sociedad conyugal se presuman sociales (iuris tantum) conforme
al artculo 311 del Cdigo Civil. Como se seala en la presente resolucin, la condicin
bien propio no vara por ms que no se haya efectuado una separacin de patrimonios.
SI AN NO SE PRODUCE LA ADJUDICACIN
Puede interponerse la demanda de tercera?
Cuando se habla de remate debe
entenderse este no como un procedimiento sino como un acto que concluye con la
correspondiente adjudicacin del bien. Por lo tanto, si dicho bien an no ha sido
adjudicado, procede interponer demanda de tercera.
CAS. N 1871-2003 CAETE (publicada en El Peruano, 28 de febrero de 2005)
Lima, veintisiete de octubre de dos mil cuatro
La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la Repblica, vista
la causa en la fecha, con el acompaado y producida la votacin de acuerdo a ley, emite
la siguiente sentencia: 1.- MATERIA DEL RECURSO: Es materia del presente recurso
de casacin la sentencia de vista de fojas doscientos catorce, su fecha veintinueve de
abril de dos mil tres, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Caete, que revocando la apelada de fojas ciento sesentiocho, su fecha veintisis de
noviembre de dos mil dos que declara infundada la demanda; la revoca declarando
improcedente la misma; con lo dems que contiene. 2.- FUNDAMENTOS POR LOS
CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: Mediante resolucin
de fecha veintitrs de enero de dos mil cuatro se ha declarado procedente el recurso de
casacin interpuesto por la recurrente por la causal de contravencin al derecho a un
debido proceso. La impugnante denuncia que la Sala de mrito ha transgredido los
artculos I y III del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Civil, referidos a la tutela
jurisdiccional efectiva y a los fines del proceso, sosteniendo que la sentencia de vista no
ha resuelto como corresponde el fondo del asunto, limitndose a aplicar incorrectamente
los artculos 534 y 737 del Cdigo adjetivo interpretndolos literalmente para concluir
que la presente accin al haberse interpuesto cuando el acto de remate se encontraba en
novena convocatoria, resulta extempornea: consecuentemente, la demanda deviene en
improcedente relevndose as de pronunciarse respecto al fondo de la materia
controvertida, circunstancia que no concuerda con el artculo 534 del Cdigo Procesal
antes citado, ya que de frustrarse la subasta y realizarse una nueva convocatoria,
siempre es posible interponer la tercera de propiedad antes de la iniciacin del remate
en las nuevas condiciones como es la reduccin en el valor del bien materia de subasta,
en consecuencia, mientras no se rematen los bienes o se adjudiquen a terceros o al
propio acreedor ejecutante la tercera ser perfectamente admisible, advirtindose del
expediente acompaado que el acto de remate se encuentra en novena convocatoria, no
habindose presentado postores a las ocho anteriores lo que permite afirmar que se trata
de remates frustrados y no ciertamente iniciados, concluyndose de todo ello que
mientras no hayan postores el bien sigue formando parte del patrimonio del deudor o del
tercero responsable, no existiendo impedimento para que se interponga la tercera de
propiedad. 3.- CONSIDERANDOS: Primero: El artculo 534 del Cdigo Procesal Civil
establece la oportunidad de la presentacin de la demanda de tercera, precisando que
esta puede interponerse en cualquier momento antes que se inicie el remate del bien.
Segundo: Cuando se habla del remate debe entenderse este no como un procedimiento
sino como un acto que concluye con la correspondiente adjudicacin del bien. Tercero:
garanta de las normas que garantizan el debido proceso. 4.- DECISIN: Estando a las
consideraciones expuestas, de conformidad con el artculo 396, inciso 2 acpite 2.1, del
Cdigo Procesal Civil: a) Declararon FUNDADO el recurso de casacin de fojas
trescientos veintiuno, interpuesto por doa Eliana lsidora Amado Valencia de Chvez;
en consecuencia, NULA la resolucin de vista de fojas trescientos siete, su fecha
veintinueve de setiembre de dos mil tres, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Arequipa. b) ORDENARON que la citada Sala Superior expida
nuevo fallo; en los seguidos por el Banco Wiese Sudameris Sociedad Annima Abierta,
sobre ejecucin de garantas. c) DISPUSIERON la publicacin de esta resolucin en el
Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS. ALFARO LVAREZ, SNCHEZ-PALACIOS PAIVA, CARRIN LUGO,
PACHAS AVALOS, ESCARZA ESCARZA.
COMENTARIO
Si la ley no contemplara como causal de contradiccin la cancelacin parcial de
obligaciones, estando a lo dispuesto por el artculo 722 del Cdigo Procesal Civil
debera declararse simplemente la improcedencia de la contradiccin. En nuestra
opinin, el pago parcial debe entenderse como un supuesto de extincin (parcial) de la
obligacin.
mil tres, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco,
que confirmando la sentencia apelada de fojas cuatrocientos ocho, su fecha treintiuno de
enero del mismo ao, declara infundada la demanda reconvencional, infundada la
demanda sobre indemnizacin por daos y perjuicios y fundada la misma demanda
sobre extincin de obligacin de cancelacin de precio de vehculo, entrega de carta de
cancelacin y restitucin de lo indebidamente pagado; con lo dems que contiene. 2.FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL
RECURSO: Mediante resolucin de fecha treinta de junio del ao en curso se ha
declarado procedente el recurso interpuesto por Ferreyros Sociedad Annima Abierta
por la causal de contravencin de normas que garantizan el derecho a un debido
proceso, como es el artculo 197 del Cdigo Procesal Civil. La impugnante denuncia
que el Colegiado Superior ha transgredido el artculo 197 del Cdigo adjetivo,
sosteniendo que en el proceso existe una falta de valoracin de la prueba aportada en
juicio, toda vez que la sentencia de vista se limita a reproducir el peritaje que obra a
fojas ciento veinticinco, sin tener en cuenta que existen otras pruebas que aportan
elementos de juicio favorables a la posicin de la demandada; asimismo, acusa la falta
de motivacin de la sentencia de vista, que al aludir a la nota de cargo por gastos
administrativos, no expone mayor fundamento. Reitera adems, que existe una
valoracin arbitraria de la prueba ya que la Sala Superior ha fundado su resolucin
nica y exclusivamente en el peritaje de fojas ciento veinticinco, atribuyndole la
posibilidad de desmerecer todas las, dems pruebas que existen en autos. 3.CONSIDERANDOS: Primero.- Que, a fojas cincuentisiete, el trece de mayo de mil
novecientos noventiocho, la actora demanda: a) Extincin de obligacin de cancelacin
de precio de vehculo (camin) que fuera adquirido por la actora a la empresa
demandada; b) Entrega de carta de cancelacin; c) Restitucin de lo indebidamente
pagado ascendente a trece mil trescientos noventicuatro punto veinte dlares
americanos, y, d) Indemnizacin de daos y perjuicios. Ofreciendo entre otros medios
probatorios, prueba pericial, ordenando el juez que sea ejecutada por un contador y por
un economista. Segundo.- Que, a fojas ciento veinticinco, corre el informe pericial del
economista Oscar Lpez Zeballos, que concluye que la actora ha pagado en exceso la
suma de once mil ciento ochentids punto catorce dlares. De otro lado a fojas ciento
cincuenticuatro, obra el dictamen pericial contable de parte, presentado por la empresa
demandada, que concluye que existe un saldo impago de nueve mil novecientos
cincuentinueve dlares. Finalmente. a fojas ciento setentiuno, obra el dictamen pericial
contable practicado por la contadora Fanny Acurio Mendoza que concluye que la actora
adeuda la suma de nueve mil ochocientos cincuentiocho punto ochentiocho dlares.
Tercero.- Que, pese a la existencia de estos tres peritajes, dos de ellos actuados por la
parte demandante y el otro presentado de parte por la parte demandada todos con
conclusiones distintas, el Juzgador se ha referido bsicamente como sustento de su
decisin al peritaje corriente a fojas ciento veinticinco, para lo cual ha reproducido los
argumentos esbozados en el aludido medido probatorio. Cuarto.- Que. asimismo, el
Colegiado Superior alude a una nota de cargo por gastos administrativos, referida en
el informe pericial de fojas ciento cincuenticuatro, indicando al respecto que la suma
consignada bajo dicho concepto, de acuerdo a las reglas de la experiencia, resulta a
todas luces excesiva y arbitraria, y por tanto no puede ser considerada como gastos de
administracin; pretendiendo con esta sola imputacin desvirtuar el contenido de todo el
peritaje contable ya mencionado, sin expresar con certeza a que argumentos obedece su
apreciacin. Quinto.- Que, las pruebas deben ser estudiadas en sus elementos, comunes,
en sus conexiones directas e indirectas: ninguna prueba deber ser tomada en forma
aislada, tampoco en forma exclusiva, sino en su conjunto; por cuanto solo teniendo la
declarando fundada la excepcin de litispendencia la que tuvo como sustento el que los
ahora demandados incoaron al Banco Internacional del Per una accin de nulidad de
acto jurdico representado precisamente en el contrato de venta y arrendamiento
financiero del que deriva este proceso de desalojo, contrato que ha sido declarado nulo
en fallo an no ejecutoriado pero que evidencia la existencia de un proceso similar al
presente en el que las mismas partes discuten los mismos derechos sobre los inmuebles
en litis por lo que se manifiestan los presupuestos de los artculos 452 y 453 del Cdigo
Procesal Civil. Cuarto.- Que con estos antecedentes debe destacarse en primer orden
que la litispendencia alegada est referida a dos procesos en los que, efectivamente,
existe identidad de las partes en litigio pero que difieren en la calidad del sujeto pues
quien es accionante en el otro es demandado en este y viceversa con relacin al proceso
de conocimiento sobre nulidad de acto jurdico y el sumarsimo sobre desalojo que si
bien estn referidos a los derechos sobre los mismos inmuebles, el petitorio y el inters
para obrar son distintos y sern igualmente distintos sus efectos pues en un caso se
persigue la nulidad de los actos jurdicos contenidos en un contrato por escritura pblica
y en el otro, recuperar, va desalojo, la posesin de los inmuebles materia de litis, por lo
que resulta evidente que no se manifiestan los requisitos de identidad de procesos a que
se contrae el citado artculo. Quinto.- Que siendo esto as. la excepcin deducida carece
de sustento legal y al haber sido acogida errneamente por la Sala revisora se ha
incurrido en la causal de contravencin invocada al amparo del artculo 139 inciso 3 de
la Constitucin por lo que debe declararse la nulidad de la recurrida de conformidad con
el artculo 171 del Cdigo Procesal Civil, debiendo el Colegiado pronunciarse sobre la
excepcin de falta de legitimidad para obrar a que se refiere la apelacin diferida y, de
ser el caso, sobre el fondo de la materia controvertida, segn la sentencia de fojas
doscientos quince. 4. DECISIN: En consecuencia, de conformidad con el acpite 2.1
del inciso 2 del artculo 396 del Cdigo Procesal Civil: a) Declararon FUNDADO el
recurso de casacin de fojas doscientos sesentiuno, interpuesto por el Banco
Internacional del Per Sociedad Annima Abierta INTERBANK; en consecuencia,
NULA la resolucin de vista de fojas doscientos cincuenticuatro, su fecha diecinueve de
setiembre de dos mil tres, expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Ucayali. b) ORDENARON que el citado Colegiado emita nueva resolucin con arreglo
a ley. c) DISPUSIERON la publicacin de esta resolucin en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos con la empresa Ucayali Trading
Sociedad de Responsabilidad Limitada y otra, sobre desalojo; y los devolvieron.
SS. ALFARO LVAREZ, SNCHEZ-PALACIOS PAIVA, CARRIN LUGO,
PACHAS VALOS, ESCARZA ESCARZA.
COMENTARIO
Dados los requisitos exigidos por el Cdigo Procesal Civil, aparenta ser inviable
la excepcin de litispendencia en el caso planteado. La existencia del proceso de nulidad
debi ser planteada como cuestin previa.
DERECHO PENAL
SI EL CUERPO DE LA VCTIMA PRESENTA MLTIPLES HERIDAS Hay
asesinato con gran crueldad?
EL PAGO DE LOS TRIBUTOS POR MERCADERAS INGRESADAS MEDIANTE
DEFRAUDACIN DE RENTAS DE ADUANA Convalida el acto delictivo?
SI SE RECUPERA EL BIEN ROBADO EN UN LAPSO RELATIVAMENTE CORTO
Habr tentativa o consumacin?
por debajo del mnimo legal, como es el caso de los supuestos excepcionales de los
artculos veintiuno y veintids del Cdigo acotado, y artculo ciento treintisis del
Cdigo de Procedimientos Penales; que estos supuestos no se dan, por lo que es del
caso elevar prudencialmente la pena con arreglo a lo dispuesto en los artculos cuarenta
y cinco y cuarentisis del Cdigo sustantivo; que si bien los imputados al momento de
delinquir haban consumido licor e ingerido drogas (pericias de fojas ciento ochentitrs),
por la forma y circunstancias de la perpetracin del hecho no es de rigor imponerles una
pena por debajo del mnimo legal. Por estos fundamentos: declararon HABER
NULIDAD en la sentencia de fojas cuatrocientos dieciocho, de fecha siete de abril de
dos mil cuatro, en el extremo que impone a los acusados Csar Antonio Medrano
Romero e Ivn Roberto Medrano Romero seis aos de pena privativa de libertad,
reformndola: le IMPUSIERON diez aos de pena privativa de la libertad para cada
uno, que con descuento de la carcelera que vienen sufriendo desde el quince de
diciembre de dos mil dos, vencer el catorce de diciembre de dos mil doce; NO HABER
NULIDAD en lo dems que contiene y es materia del recurso; y los devolvieron.
SS. PAJARES PAREDES; SAN MARTN CASTRO; PALACIOS VILLAR;
LECAROS CORNEJO; MOLINA ORDEZ.
COMENTARIO
A efectos de establecer si se configur el delito de robo, importa el solo
alejamiento del bien de la esfera jurdica de disponibilidad de la vctima y no el tiempo
transcurrido, fuera de la verificacin de los dems elementos de tipicidad penal. Si el
agente no tuvo la oportunidad de disponer del bien (enajenarlo, consumirlo, etc.) pues
este fue recuperado en un lapso muy breve, lo que se configura es una falta de
agotamiento del delito, pero de ninguna manera puede hablarse de tentativa pues el
delito se consum con la sustraccin y el apoderamiento.
DERECHO LABORAL
causal prevista en el inciso 3 del artculo 386 del Cdigo Procesal Civil relativa a la
contravencin de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
denunciando: a) que la Sala de mrito contraviene flagrantemente el derecho al debido
proceso de la recurrente puesto que inobserva el ltimo prrafo del artculo 123 del
Cdigo Procesal Civil toda vez que en la accin de amparo seguida por la actora y otros
contra la universidad demandada; Sala Civil de la Corte Superior de Huaura mediante
sentencia confirm la apelada y declar fundada la demanda, consecuentemente, en
estricta aplicacin del artculo 8 de la Ley N 23506 aquella resolucin adquiri la
calidad de cosa juzgada que no puede ser controlada por ninguna accin judicial ulterior
de ninguna ndole, en tal sentido, en autos al desconocer el ad quem el valor jurdico de
la cosa juzgada viola los derechos constitucionales de la accionante pues en el proceso
indicado se determin que la demandada no cumpli con las disposiciones del artculo 6
de la Ley N 26457 al no adecuar los recursos humanos acorde con la nueva estructura
de la universidad, por lo que al haberse analizado la sentencia recada en el expediente
sobre accin de amparo, el Colegiado Superior se ha pronunciado sobre un extremo que
no ha sido materia de litis, contraviniendo el artculo 471 del Cdigo Procesal Civil; b)
Asimismo, denuncia que la Sala de vista fundamenta su decisin en hechos distintos a
los alegados por las partes que no se ajustan al mrito de lo actuado ni menos al
derecho, contraviniendo el artculo 122 inciso 3 del Cdigo Procesal Civil pues
conforme a lo expuesto en la demanda y a lo resuelto por el a quo, la presente accin ha
versado sobre responsabilidad contractual, toda vez que la recurrente fue personal
nombrado de la universidad antes de su cese arbitrario en mil novecientos noventiocho,
siendo personal estable con vnculo laboral, por consiguiente en la resolucin recurrida
se resuelve un extremo no demandado; y, c) Finalmente, seala que no se han valorado
todos los medios probatorios en forma conjunta sobre todo los ofrecidos por su parte en
la demanda toda vez que a partir de la accin de amparo y conforme a lo normado en el
artculo 11 de la Ley N 23506, la universidad est en la obligacin del pago de los
daos y perjuicios irrogados a la recurrente que no pueden ser ventilados en el proceso
de garanta. 3.- CONSIDERANDOS: Primero.- De autos fluye que la recurrente
interpuso demanda dirigindola contra la Universidad Nacional Jos Faustino Snchez
Carrin, solicitando que se le indemnice por los daos y perjuicios ocasionados por la
emplazada al haber sido cesada arbitrariamente de su puesto de trabajo que vena
desempeando como profesora ordinaria de dicho centro de estudios. Segundo.- Como
fundamentos de su pretensin seala que la comisin reorganizadora de la demandada
en mil novecientos noventiocho convoc a un proceso de evaluacin y ratificacin
extraordinaria al personal docente de la universidad para lo cual por Resolucin
Rectoral, nmero 416-98-UH aprob el reglamento de evaluacin respectivo el cual no
solo contena mltiples vacos y contradicciones sino que conculcaba sus derechos
constitucionales, llegando a cesarla mediante la Resolucin Rectoral nmero 576-98UH a partir del primero de setiembre de mil novecientos noventiocho, lo que motiv
que interpusiera una accin de amparo que le fue favorable ordenndose su reposicin.
Tercero.- Que la Sala de mrito al absolver el grado revoc la apelada y reformndola
declar infundada la demanda arribando a la conclusin de que en el caso de autos el
cese de la demandante fue consecuencia de la evaluacin llevada a cabo en el marco de
la Ley N 26457 que autorizaba a la mencionada a aplicar un programa de incentivos al
retiro voluntario del personal administrativo y docente as como exmenes de
evaluacin y seleccin para adecuar los recursos humanos de la nueva estructura
orgnica de la universidad, siendo que la demandante no se present a la evaluacin del
personal docente incurriendo en una de las causales de excedencia previstas en el
reglamento que para tal efecto elabor la comisin, acotando que si bien mediante
accin de garanta no fue materia del debate los daos y perjuicios irrogados a la
recurrente. Octavo.- Que siendo esto as, de autos fluyen hechos y circunstancias
relacionados con la verosimilitud de los daos alegados por la impugnante as como la
relacin de causalidad adecuada entre los actos y el resultado denunciado, los que no
aparecen debidamente apreciados por el ad quem al no haber efectuado la necesaria
compulsa y valoracin de los medios probatorios con arreglo a las exigencias de los
artculos 188 y 197 del Cdigo Procesal Civil; razn por la cual se concluye que la
recurrida incurre en las causales de contravencin denunciadas en los cargos b) y c) que
la hacen pasible de ser sancionada con nulidad, por lo que la casacin en estos extremos
resulta amparable. 4.- DECISIN: Estando a las consideraciones precedentes y en
aplicacin de la disposicin prevista en el acpite 2.1 inciso 2 del artculo 396 del
Cdigo Procesal Civil, con lo expuesto por el Fiscal Supremo en lo Civil: a) Declararon
FUNDADO el recurso de casacin interpuesto por doa Hermila Belba Daz Pillasca a
fojas ciento sesenta, en consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas ciento
treintinueve, su fecha doce de agosto de dos mil tres, expedida por la Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Huaura. b) ORDENARON que el rgano Superior expida
nuevo fallo con arreglo a ley. c) DISPUSIERON la publicacin de esta resolucin en el
Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos con la Universidad
Nacional Jos Faustino Snchez Carrin, sobre indemnizacin por daos y perjuicios;
y los devolvieron.
SS. ALFARO LVAREZ, SNCHEZ-PALACIOS PAIVA, CARRIN LUGO,
PACHAS VALOS, ESCARZA ESCARZA.
COMENTARIO
Lo relevante del caso planteado es que el cese o despido viol el debido proceso,
al no respetarse ciertas garantas establecidas en los estatutos a favor de los docentes,
habiendo el mismo rectorado emitido la norma violatoria. No puede alegarse, por tanto,
ejercicio regular de un derecho.
DERECHO REGULATORIO
FUNDAMENTACIN
1. En el presente caso, el objeto materia de controversia es determinar si la
evaluacin y calificacin de las propuestas tcnicas presentadas por EL CONSORCIO y
ZAGARO se efectu conforme a las bases administrativas y las normas de la materia.
Sin embargo, en forma previa y considerando que el cuestionamiento que ampara el
recurso planteado se refiere a la aplicacin de las reglas contenidas en las bases del
proceso de seleccin a las ofertas presentadas por los postores participantes; debe
verificarse el cumplimiento de los requisitos, formalidades y condiciones que la
normativa en materia de contratacin pblica establece al proceso, a fin de cautelar su
legalidad y validez.
Al respecto, cabe sealar que el proceso de seleccin materia de anlisis, se llev
a cabo durante la vigencia del Texto nico Ordenado de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado, aprobado por el D.S. N 012-2001-PCM y su Reglamento, aprobado
mediante D.S. N 013-2001-PCM, por lo que sus disposiciones resultan aplicables.
2. El numeral 1 del artculo 40 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado, en adelante el Reglamento, dispone que: Las bases debern
contener las caractersticas y/o especificaciones tcnicas que incidan sobre los objetivos,
funciones y operatividad de los bienes, servicios y ejecucin de obras requeridos. Las
bases debern especificar, adems del precio, los factores pertinentes que se
considerarn para la evaluacin de las propuestas y la manera en que estos se aplicarn
para determinar la mejor propuesta.
Asimismo, el artculo 66 del Reglamento estable que: Para la evaluacin
tcnica, las bases establecern los requerimientos mnimos a cumplir para que la
propuesta sea admitida. Asimismo, sealarn los factores necesarios para la evaluacin,
los puntajes mximos que se le asignan y los respectivos criterios de evaluacin y
calificacin.
Conforme a lo expuesto, en las bases se debern establecer los requerimientos
tcnicos que debern cumplir los postores, los mismos que tienen la funcin de asegurar
a la Entidad que el postor ofertar lo mnimo necesario para cubrir adecuadamente la
operatividad y funcionalidad del requerimiento, determinando nicamente la
admisibilidad de las propuestas para su posterior evaluacin y asignacin de puntaje
correspondiente.
3. De la revisin de las Bases Administrativas se observa que se establecieron
como criterios de evaluacin de las propuestas, entre otros, los siguientes:
V. DE LOS EQUIPOS E IMPLEMENTOS Hasta 8 puntos
Mayor a las especificaciones tcnicas con
permanencia en la institucin
8 puntos
Igual a las especificaciones tcnicas 6 puntos
LAUDO INTERNACIONAL
LAUDO ARBITRAL INTERNACIONAL EN EL CASO LUCCHETTI
INTRODUCCIN
HISTORIA PROCESAL
consultas con las partes, el Tribunal estableci los plazos de presentacin de escritos
sobre la jurisdiccin.
9. En la primera sesin el Tribunal escuch tambin argumentos orales referentes
a la solicitud de suspensin formulada por la Demandada el 7 de agosto de 2003. En
virtud de una decisin comunicada a travs del secretariado el 16 de setiembre de 2003,
el Tribunal concluy que no se haban cumplido las condiciones de suspensin de las
actuaciones y confirm el cronograma de presentacin de escritos referentes a las
objeciones a la jurisdiccin.
10. En virtud de ese cronograma, la Demandada present su memorial sobre la
jurisdiccin el 15 de diciembre de 2003 y las Demandantes presentaron su memorial de
contestacin el 15 de marzo de 2004. La rplica y la dplica sobre la jurisdiccin se
presentaron los das 17 de mayo de 2004 y 16 de julio de 2004, respectivamente.
11. El 24 de agosto de 2004, el Tribunal imparti directrices referentes a la
organizacin de la audiencia sobre la jurisdiccin, conforme a las cuales las partes
presentaron documentos que haban de considerarse durante la audiencia sobre
jurisdiccin el 26 de agosto de 2004. El Tribunal se reuni en la sede del Banco
Mundial, en la ciudad de Washington, los das 2 y 3 de setiembre de 2004, para escuchar
los argumentos orales de las partes sobre jurisdiccin. Las partes estuvieron
representadas del modo siguiente:
Comparecieron en nombre de las Demandantes:
Edmundo Eluchans Urenda, Edmundo Eluchans y Ca.
Gonzalo Molina Arizta, Edmundo Eluchans y Ca..
Robert Volterra, Herbert Smith.
Alejandro Escobar, Herbert Smith.
Comparecieron en nombre de la Demandada.
Roberto Rodrguez, Consejero, Embajada del Per.
Alejandro Riveros, Consejero, Embajada del Per.
lvaro Rey de Castro, Ministro de Relaciones Exteriores del Per.
Csar Julio Pantoja Carrera, Procuradura General de la Repblica del Per.
Stephen M. Schwebel.
Daniel M. Price, Sidley Austin Brown & Wood LLP.
Stanimir A. Alexandrov, Sidley Austin Brown & Wood LLP.
Nicols Lloreda, Sidley Austin Brown & Wood LLP.
LA SOLICITUD DE ARBITRAJE
22. Las Demandantes sostienen que la responsabilidad del Estado del Per en
esta situacin es doble. Primero, porque le son imputables los actos de la Municipalidad
de Lima conforme a la jurisprudencia del CIADI y al Derecho Internacional. Segundo,
porque incurri en responsabilidad directa, ya que transcurri un periodo considerable
desde la promulgacin de esos acuerdos de concejo sin que cumpliera la obligacin que
le impone el Convenio Bilateral entre el Per y Chile de corregir la situacin y proteger
la inversin. Las Demandantes sostienen que el Acuerdo de Concejo N 258 es
inconstitucional e ilegal, conforme al derecho interno peruano y al Derecho
Internacional por varias razones. Adems, el Acuerdo de Concejo N 259 representa una
clara amenaza para los derechos del inversionista.
23. Las Demandantes sostienen asimismo que la Demandada infringi las
obligaciones que le imponen tres diferentes artculos del Convenio Bilateral entre el
Per y Chile: el artculo 3.2 (proteccin conforme a la ley y frente a medidas
injustificadas o discriminatorias); el artculo 4.1 (garantas de un tratamiento justo y
equitativo, nacional y de nacin ms favorecida); y el artculo 6.1 (proteccin frente a
expropiaciones ilegales, discriminatorias o sin compensacin). El siguiente es el texto
de esos artculos del Convenio Bilateral entre el Per y Chile:
Artculo 3
Promocin y proteccin de las inversiones
1. (...)
2. Cada parte contratante proteger dentro de su territorio las inversiones
efectuadas de conformidad con sus leyes y reglamentos por los inversionistas de la otra
parte contratante y no perjudicar la administracin, mantenimiento, uso, usufructo,
extensin, venta y liquidacin de dichas inversiones mediante medidas injustificadas o
discriminatorias.
Artculo 4
Tratamiento de las inversiones
1. Cada parte contratante deber garantizar un tratamiento justo y equitativo
dentro de su territorio a las inversiones de los inversionistas de la otra parte contratante.
Este trato no ser menos favorable que aquel otorgado por cada parte contratante a las
inversiones de sus propios inversionistas efectuadas dentro de su territorio, o aquel
otorgado por cada parte contratante a las inversiones de inversionistas de la Nacin ms
favorecida efectuadas dentro de su territorio, si este ltimo tratamiento fuere ms
favorable.
Artculo 6
Expropiacin y compensacin
1. Ninguna de las partes contratantes adoptar medida alguna que prive, directa
o indirectamente, a un inversionista de la otra parte contratante, de una inversin, a
menos que se cumplan las siguientes condiciones:
1. Las partes involucradas debern consultarse con miras a obtener una solucin
amigable de las controversias entre una parte contratante y un inversionista de la otra
parte contratante.
2. Si mediante dichas consultas no se llegare a una solucin dentro de seis meses
a contar de la fecha de solicitud de arreglo, el inversionista podr remitir la controversia
a:
- El Tribunal competente de la parte contratante en cuyo territorio se hubiera
efectuado la inversin, o
- Arbitraje internacional del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (CIADI), creado por la convencin para el arreglo de diferencias
relativas a inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados, firmado en
Washington con fecha 18 de marzo de 1965.
Una vez que el inversionista haya remitido la controversia al tribunal competente
de la parte contratante en cuyo territorio se hubiera efectuado la inversin o al Tribunal
Arbitral, la eleccin de uno u otro procedimiento ser definitiva.
3. Para los efectos de este artculo, cualquier persona jurdica que se hubiere
constituido de conformidad con la legislacin de una de las partes y cuyas acciones,
previo al surgimiento de la controversia, se encontraren mayoritariamente en poder de
inversionistas de la otra parte contratante, ser tratada, conforme al artculo 25 2) b) de
la referida Convencin de Washington, como una persona jurdica de la otra parte
contratante.
4. La decisin arbitral ser definitiva y obligar a ambas partes.
Las Demandantes niegan que esta controversia haya sido planteada
anteriormente ante los tribunales peruanos.
3. Incompetencia ratione materiae
i) El Convenio Bilateral slo se aplica a inversiones realizadas conforme a las
disposiciones legales de la otra parte contratante;
ii) La definicin de inversiones contenida en el artculo 1 del Convenio
Bilateral limita el significado de ese trmino a las inversiones efectuadas conforme a las
leyes y reglamentos de la parte contratante en cuyo territorio se haya efectuado la
inversin; a saber, el Per;
iii) Las Demandantes violaron numerosas leyes y reglamentos del Per que rigen
la construccin y el funcionamiento de su planta;
iv) Por lo tanto, la planta no es una inversin protegida en el sentido del
artculo 1 del Convenio Bilateral, ni est comprendida en el mbito del Convenio
Bilateral en virtud de lo dispuesto por el artculo 2.
ese modo presionarlas para que aprobaran el proyecto y otorgaran los permisos
necesarios ex post facto. Las Demandantes manifiestan haber cumplido las leyes y
reglamentos del Per, haber cooperado con las autoridades y, en algunos casos, por
ejemplo en relacin con las condiciones impuestas por el INRENA, haber cumplido
criterios ms severos que los obligatorios y haber adoptado medidas adicionales. Segn
las Demandantes, la oposicin a la construccin de su planta, empez alrededor de
agosto de 1997 por el Alcalde de Lima, Alberto Andrade Carmona. Esa oposicin fue
motivada por razones polticas y fue un factor en las interferencias administrativas
subsecuentes que se presentaron con la construccin de la planta.
29. No es necesario que el Tribunal examine los motivos que puedan haber
inspirado las medidas administrativas relacionadas con la planta adoptadas entre agosto
de 1997 y enero de 1998. Basta sealar que se dictaron una serie de medidas
administrativas que afectaron negativamente el avance de la construccin; por ejemplo,
las siguientes:
i) 18 de agosto de 1997: La Municipalidad de Chorrillos emiti una notificacin
de paralizacin de obras dirigida a las Demandantes;
ii) 25 de septiembre de 1997: El Concejo de la Municipalidad de Lima aprob el
Acuerdo de Concejo N 111 que orden el cese inmediato de las obras de construccin
de la planta. El acuerdo tambin designaba una comisin especial (Comisin Ruiz de
Somocurcio) encargada de examinar las autorizaciones destinadas a la planta de las
Demandantes y formular propuestas de mejoramiento del control urbano y ambiental de
los Pantanos de Villa. El siguiente es el texto de la parte operativa del Acuerdo de
Concejo N 111:
ACORD:
1.- Declarar que es conveniente y necesario, se proceda a disponer a la brevedad
y bajo responsabilidad la inmediata paralizacin de las obras de construccin de la
Planta Lucchetti Per, S.A.
2.- Conformar una Comisin Especial constituida por los Regidores:
Jorge Ruiz de Somocurcio, quien la presidir.
Santiago Agurto Calvo.
Ricardo Giesecke Sara Lafosse.
Luzmila Zapata Garca.
Luis Carlos Rodrguez Martnez.
Olimpia Mndez Len.
Martha Moyano Delgado; encargada de revisar los expedientes administrativos
seguidos por la Empresa LUCHETTI S.A. (sic), y recomendar al Concejo
Metropolitano los criterios y las medidas correctivas a que hubiera lugar, formulndose
entre otros, propuestas de prevencin y fortalecimiento de medidas de control urbano y
ambiental del rea natural y del rea de influencia de los Pantanos de Villa.
3.- Solicitar opinin a las Comisiones de Servicios a la Ciudad y Medio
Ambiente y de Asuntos Legales, y la elaboracin de un informe legal que precise el
alcance de las acciones complementarias y especficas a realizar al respecto.
antes o despus de la entrada en vigencia del Convenio Bilateral. Por lo tanto rechaza el
supuesto de las Demandantes de que pueda eludirse la reserva ratione temporis
establecida en el artculo 2 del Convenio Bilateral formulando la reclamacin como
enmarcada en el Convenio Bilateral. A su juicio, admitir la posicin de las Demandantes
hara de la reserva ratione temporis una nulidad jurdica, lo que segn la Demandada
violara reglas generalmente aceptadas de interpretacin de los tratados.
46. Las Demandantes rechazan la afirmacin de la Demandada de que el
Acuerdo de Concejo N 259 no fue ms que un episodio de una controversia continua,
ya que no se habra planteado una controversia entre las partes si no se hubiera
aprobado ese acuerdo, cuya sancin marca el comienzo de la controversia que tiene
ahora ante s el Tribunal. Consideran insostenible la aseveracin de que las sentencias
de los tribunales peruanos no hicieron ms que suspender la controversia pendiente. A
su juicio, la obligacin asumida por el Per, en el marco del Convenio Bilateral, de
proteger la inversin de las Demandantes en ese pas, recin surgi cuando entr en
vigencia el Convenio Bilateral. Esa obligacin fue infringida por el Acuerdo de Concejo
N 259, promulgado despus de la fecha de entrada en vigencia del Convenio Bilateral.
Por lo tanto no puede existir continuidad entre lo ocurrido entre 1998 y la promulgacin
del Acuerdo de Concejo N 259.
47. Las Demandantes sostienen asimismo que el artculo 2 del Convenio
Bilateral no revoca la norma de derecho internacional aceptada de que los tratados no
surten efecto retroactivo. Sostienen que el artculo 2 no impide al Tribunal asumir
competencia en una controversia referente a la violacin del Convenio Bilateral por el
mero hecho de que pueda relacionarse de algn modo con una controversia anterior
planteada antes de la entrada en vigencia del Convenio Bilateral, y resuelta antes de esa
fecha. Tambin sostienen que la jurisprudencia internacional pertinente respalda su
conclusin de que la controversia de autos se plante despus de la entrada en vigencia
del Convenio Bilateral, ya que segn esa jurisprudencia la fecha en que se plante la
presente controversia debe determinarse en relacin con su origen, que consisti en la
promulgacin de los Acuerdos de Concejo N 258 y N 259. De ello se deduce, segn
las Demandantes, que la adopcin, en 1998, del Acuerdo N 01, no pudo dar origen a la
presente controversia, dado que su aplicacin se resolvi en los procedimientos de
amparo seguidos ante los tribunales peruanos.
VII.
48. El Tribunal seala que como nocin jurdica, la expresin controversia tiene
un significado comnmente aceptado. Ha sido definida, en forma autoritativa, como un
desacuerdo sobre un punto de derecho o de hecho, un conflicto de puntos de vista
jurdicos o de intereses entre las partes,(1) o como una situacin en que dos partes
sostienen posiciones claramente opuestas con respecto a la cuestin del cumplimiento o
incumplimiento de una obligacin jurdica.(2) En resumen, puede considerarse que
existe una controversia cuando las partes mantienen reclamaciones de derecho o de
hecho contrapuestas referentes a sus respectivos derechos u obligaciones, o cuando la
reclamacin de una parte se opone positivamente a la de la otra.(3)
49. Es evidente, y no parece ser objeto de disputa entre las partes, que en 1998,
tras la adopcin del Acuerdo N 01 y su impugnacin por las Demandantes mediante la
accin de amparo, se haba planteado una controversia entre las Demandantes y las
con las mismas, demuestra asimismo que en la prctica no se consider que el hecho de
que las sentencias fueran res judicata hubiera puesto fin a la controversia.
57. Considerando ahora las supuestas ilegalidades que rodearon la obtencin de
las sentencias de 1998, el Tribunal opina que esos vicios, si se probaran, constituiran
una razn independiente para sostener que las sentencias no pusieron fin a la
controversia anterior. No obstante, como el Tribunal ya concluy, por otras razones, que
esas sentencias no pusieron trmino a la controversia, no es preciso que aborde esa
cuestin.
58. Finalmente, las Demandantes sostienen que en estas actuaciones invocaron
los derechos y obligaciones emanados del Convenio Bilateral, por lo cual tienen
derecho a que el Tribunal se pronuncie sobre la presente reclamacin. Sostienen
adems, que tratndose de una reclamacin formulada en el marco del Convenio
Bilateral, la presente controversia no es ni puede ser igual a una controversia existente
antes de que entrara en vigencia el Convenio Bilateral.
59. Naturalmente, las Demandantes tienen derecho a que este Tribunal se
pronuncie sobre los derechos y obligaciones establecidos en el Convenio Bilateral, pero
solo si y cuando a travs de la reclamacin se busque la resolucin de una controversia
que conforme al artculo 2 del Convenio Bilateral no hubiera sido planteada antes de la
entrada en vigencia de ese convenio. La alegacin de una reclamacin en el marco del
Convenio Bilateral, por slidos que sean sus fundamentos, no tiene ni puede tener como
resultado la anulacin o privacin de sentido de la reserva ratione temporis enunciada
en el artculo 2 del Convenio Bilateral.(7) Adems, una controversia anterior al
Convenio Bilateral puede relacionarse con el mismo asunto que una posterior a dicho
convenio, y por ese motivo ser incompatible con el artculo 2, lo cual, como se vio, es lo
que aqu sucede.
60. Dado que el presente laudo se pronuncia sobre una objecin a la jurisdiccin,
no se han considerado, naturalmente, las cuestiones de hecho y de derecho que revisten
capital importancia, desde el punto de vista sustancial, en el caso Lucchetti. Lucchetti
sostiene que fue invitada a invertir en el Per, realiz su inversin en debida forma,
gast decenas de millones de dlares en la construccin de las instalaciones industriales
ms avanzadas del pas y estableci un modelo de xito operacional, dando empleo a
buen nmero de trabajadores y fabricando productos buenos y competitivos con
potencial de exportacin. Tambin subraya que no se ha aducido (ni mucho menos
probado) que para establecerse en el Per como inversionista se haya valido de medios
irregulares, siendo por lo tanto su posicin fundamentalmente diferente de la de una
entidad a la que se impute haberse establecido mediante fraude o corrupcin. Sostiene,
principalmente, que fue despojada de sus activos en forma puramente arbitraria y con
falsos pretextos.
61. Por lo tanto, Lucchetti puede considerarse agraviada por el hecho de que sus
esfuerzos tendientes a lograr amparo internacional se frustren sin que siquiera se hayan
examinado sus alegaciones sobre el fondo del asunto, pero esa conclusin no se
justifica, ya que Lucchetti careca de legitimacin a priori para acceder a este foro
internacional. La empresa no puede aducir que haya realizado su inversin basndose en
el Convenio Bilateral, por la sencilla razn de que este entr en vigencia aos despus
que hubiera adquirido el sitio, construido la fbrica y alcanzado su segundo ao de
funcionamiento pleno, por lo cual no cabe concebir que su decisin de invertir se basara
en la existencia de dicho instrumento internacional.
62. La nica cuestin que debe abordar este Tribunal consiste, precisamente, en
establecer si la reclamacin planteada por Lucchetti est abarcada por el consentimiento
del Per a una jurisdiccin internacional enmarcada en el Convenio Bilateral, lo que
Lucchetti no prob al Tribunal. En consecuencia, la empresa se encuentra en la misma
situacin en que estara si no se hubiera sancionado el Convenio Bilateral. Por lo tanto,
sus alegaciones sobre el fondo del asunto permanecen como estaban, deben plantearse,
negociarse o resolverse del modo y ante las instancias que puedan estar a disposicin de
la compaa.
VIII. LAUDO
En virtud de todas las consideraciones que anteceden, el Tribunal se declara
incompetente para conocer sobre el fondo de la presente controversia.
El Tribunal decide que cada parte deber pagar la mitad de las costas del
arbitraje y cubrir sus propios gastos legales.
SS. THOMAS BUERGENTHAL; BERNARDO CREMADES; JAN
PAULSSON.
MARCOS DE PAPEL
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Para hipotecar requiero el consentimiento del acreedor