Iglesia Filadelfia. - Article de Manuela Cantón Delgado PDF

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ALTERIDADES, 2001

11 (22): Pgs. 59-74

Gitanos protestantes
El movimiento religioso de las iglesias Filadelfia
en Andaluca, Espaa
MANUELA CANTN DELGADO*

Este artculo recoge una caracterizacin amplia del protestantismo gitano de las iglesias Filadelfia en Andaluca, Espaa. Este movimiento tnico-religioso, que nace en Francia y llega a Andaluca en los aos sesenta, es el resultado
de la apropiacin de una rama del protestantismo y su paulatina adaptacin a los contextos gitanos. Las iglesias,
lideradas por gitanos, funcionan como espacios de hibridacin cultural y autogestin del cambio. Contrariamente
a lo que podra pensarse, la adscripcin a las nuevas agrupaciones desborda los escenarios chabolistas y marginales, arrancando conversiones entre todos los sectores sociales de esta minora tnica. El protestantismo est cumpliendo una doble funcin entre los gitanos andaluces: por un lado, es instrumento de reafirmacin cultural en un
momento histrico de extrema distorsin de las tradiciones y, por otro, es motor de transformacin cultural, a travs
de una relectura crtica que de las tradiciones y las identidades gitanas se realiza en el seno de las nuevas agrupaciones religiosas.

A mediados de este siglo se iniciaba en tierras normandas el movimiento religioso ms importante de la larga
y enigmtica historia de los gitanos. Las maneras gitanas, por lo general adaptativas e independientes con
respecto a las tradiciones autctonas all donde han
ido llegando miembros de esta etnia, se han visto
desde entonces sacudidas por la fuerza singular de un
protestantismo que viene congregando cada vez en mayor nmero a gitanos de todo el territorio espaol. El
secular catolicismo espaol hace que toda innovacin
en el campo religioso sea vista con recelo, y que el sector de la poblacin espaola que se adscribe a los nuevos grupos religiosos sea an minoritario. Pero entre
los gitanos las conversiones se han disparado. La vitalidad que todos los observadores coinciden en destacar

*
1

en el fenmeno de los aleluyas se debe a muchas


razones: la fragmentacin religiosa contempornea paralela a la crisis de las iglesias hegemnicas e institucionalizadas, el papel pasivo tradicionalmente reservado
por la Iglesia catlica a los gitanos, los profundos procesos de cambio en los que estn inmersos los miembros
de esta etnia y, sobre todo, el liderazgo gitano de este
nuevo movimiento tnico-religioso.
Las pginas que siguen recogen una caracterizacin amplia del protestantismo gitano de las iglesias
Filadelfia1 en Andaluca. No obstante haber nacido en
Francia como un movimiento desgajado de las asambleas de Dios, y aunque tanto sus bases doctrinales
como sus modos rituales son tpicamente pentecostales esto es, con origen en ciertas formas del protes-

Departamento de Antropologa Social de la Universidad de Sevilla.


Filadelfia es una denominacin pentecostal cuyo nombre evoca la ciudad de Lidia fundada por Atalo Filadelfo sobre el
monte Tmolus, en Asia Menor. El nombre actual de la antigua Filadelfia es Ala-Sheler, en Turqua. El apstol Juan dirigi
a esta Iglesia una de las cartas a las siete iglesias de Asia: feso, Esmirna, Prgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea
(Ap. 1: 11; 3: 7-13).

Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

tantismo norteamericano de principios de siglo, el


evangelismo gitano es el resultado de un movimiento de
apropiacin de tradiciones religiosas exgenas a los
contextos gitano-andaluces. En este sentido, las congregaciones protestantes gitanas funcionan como singulares espacios de hibridacin cultural y autogestin
del cambio. Por otra parte, y contrariamente a lo que
podra suponerse, la adscripcin a las nuevas iglesias
desborda los escenarios chabolistas y marginales, arrancando conversiones entre todos los sectores sociales
de esta minora tnica.
No sobran los estudios sobre un fenmeno que parece desconcertar a gitanos y a payos, trmino con el
que los gitanos designan a quienes no pertenecen a su
etnia. Unos y otros consideran el pentecostalismo gitano como un movimiento ajeno a la verdadera identidad gitana, tnicamente devastador, exgeno, extrao
a las tradiciones y sntoma de una crisis irreversible de
las costumbres gitanas. Tales diagnsticos obedecen
a concepciones ms o menos romnticas, reificadoras
de la identidad, que han fabricado una idea de lo gitano refractaria a los procesos de transformacin que
estn cambiando de lugar las cosas. Porque los gitanos estn haciendo suyo un movimiento sociorreligioso
el pentecostalismo que ya ha ganado terreno en
sociedades de larga hegemona catlica (toda Amrica
Latina, Guatemala a la cabeza) por razones conocidas:
su ductilidad, su sencillez doctrinal, el carcter
participativo de sus cultos, las caractersticas de un
liderazgo flexible, la descentralizacin organizativa y
la autonoma de las iglesias locales, la estrategia de la
diferenciacin celular, su fuerza proselitista y su capacidad de adaptarse a tradiciones culturales muy
dispares, entre otros rasgos. Pero el xito del movimiento gitano en Espaa y en Andaluca no puede desvincularse de los particulares procesos de cambio que afectan
a la religin catlica an mayoritaria, a la sociedad espaola en sentido amplio y al estado de las relaciones
entre gitanos y no gitanos.
La articulacin del pentecostalismo con la cultura
gitana sigue caminos paradjicos. Por un lado es instrumento de reafirmacin cultural en un momento
histrico de extrema distorsin de las tradiciones (reubicacin urbana de poblacin chabolista gitana y mezcla
de linajes, chabolismo vertical, drogadiccin, desempleo, exclusin, etctera), de resistencia a la consiguiente disgregacin y al individualismo moderno. Pero al
mismo tiempo es instrumento de transformacin cultural, lo que resulta de la revisin crtica que sobre las
tradiciones gitanas desarrollan lderes y miembros de

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las nuevas congregaciones evanglicas. Desde los templos se ponen en marcha formas distintas de entender
la identidad gitana y se revisa tanto el papel de las mujeres como la violencia inscrita en una ley gitana que
prev soluciones a menudo drsticas para enfrentar
las ofensas o las relaciones con los vecinos payos o el
papel de la droga entre los ms jvenes. El culto,
como se le conoce popularmente, est contribuyendo,
tal vez de manera decisiva, a enfrentar de otro modo (y
desde dentro) los problemas de marginacin social
y econmica que afectan dramticamente a sectores
importantes del mundo gitano. El pentecostalismo de
las iglesias Filadelfia adquiere as perfiles de colosal
estrategia en un momento histrico de transicin hacia otro modo de ser gitano, hacia una redefinicin de
las identidades gitanas, a la que acompaan necesariamente modos tambin distintos de pensar a ese otro
absoluto que es el payo.

Orgenes histricos del movimiento


protestante gitano
El Evangelio ha entrado en el pueblo
gitano sin tirar nada, as, suave,
dulce. Sin derribar culturas
Manuel, pastor gitano2

Entre los gitanos conversos de un polgono sevillano circula la siguiente historia: a principios de los
aos cincuenta un pastor evanglico francs, Clement
Le Cossec, miembro de las pentecostales asambleas de
Dios, comenz en Brest a predicar entre los gitanos
desplazados a Francia para la vendimia. Su inters por
ellos surgi la tarde en la que un matrimonio gitano
entr en el templo en el que predicaba. En un momento del culto, el pastor, tras invitar a los que quisieran
entregar su vida al Seor a dar un paso al frente, observ asombrado que aquellos gitanos se incorporaban y proclamaban ante todos su conversin. Ellos
continuaron asistiendo al culto, aunque las relaciones con la congregacin de payos no eran muy buenas.
Un da se acercaron al pastor y le ofrecieron dinero
para que los visitara y cuidara como haca con los restantes hermanos. Le Cossec comprendi su error e inici la prdica entre los gitanos acudiendo a la vendimia,
donde poda encontrarlos en mayor nmero.
De entre los que all cayeron arrepentidos, emocionados, al or al pastor hablarles de un Cristo vivo que
es Seor y Salvador, haba gitanos espaoles que, al

Los nombres reales fueron sustituidos por nombres ficticios.

Manuela Cantn Delgado

regreso a su pas, extendieron la nueva creencia entre


los suyos. Cimentaban de este modo un movimiento
que hoy, cuarenta aos despus, ha transformado el
paisaje sociorreligioso gitano en muchos rincones
de Espaa. A finales de los aos sesenta, dos gitanos
venidos del norte se dieron a la tarea de hablar de la
Biblia en unas casitas hoy derruidas de un polgono
sevillano, comiendo lo que podan, durmiendo donde
les pillaba la noche, porque los gitanos que les acogieron
eran an ms pobres que ellos. De las familias entonces
convertidas parti el tesn con el que se han ido levantando templos por toda Andaluca.
Otros estudiosos del evangelismo gitano nos dan
ms detalles. En Granada conoc a un pastor holands
que colabor en la difusin del protestantismo entre
los gitanos sevillanos y granadinos. l sostiene que tal
vez los gitanos son en verdad la raza ms antigua del
mundo, lo que nos llevara a No y a su hijo mayor
Sem y al hijo mayor de Sem, que se llam Elam (Gnesis 10: 21-22). Sus descendientes, los elamitas, vivieron en el actual Irn, del lado de Pakistn, y batallaron
contra Sodoma y Gomorra de lo que se habla en Gnesis 14. Slo es una leyenda, afirma Herbert, pero
en Jeremas 49: 34-39 hay una profeca sobre el futuro de los elamitas, que en todos sus detalles vemos
cumplida en el pueblo gitano. El versculo 36 dice:
Traer sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro
puntos del cielo y los aventar a todos estos vientos y
no habr nacin a donde no vayan fugitivos de Elam.
Estas profecas prevean los destinos de judos y elamitas, y se han cumplido en el primer caso y en el de
los gitanos: persecuciones, esclavitud, expulsiones all
donde llegaban. La Segunda Guerra Mundial se cobr
medio milln de vidas gitanas, un holocausto paralelo
del que se ha hablado muy poco.
Adolfo Jimnez, un historiador del movimiento gitano, tambin compara la suerte de judos y gitanos:
Hemos servido de refrn y burla, hemos padecido las
mismas cosas que ellos, y hemos sido esparcidos por
las naciones, como ellos. Y prosigue, definiendo al
evangelismo como el equivalente a la Tierra Prometida de los judos: Ya no somos un pueblo sin esperanza
ni rumbo; ahora tenemos un futuro (...) ahora ya tenemos patria y la promesa de una morada fija (Jim-

nez, 1981: 17-18). Para Jimnez, el papel desempeado


por Moiss como gua de los israelitas fue el mismo que
ms tarde jugara Le Cossec, un fervoroso anciano,
no gitano, para sacar a los gitanos de la ruina y el pecado. Un Moiss del siglo XX (Jimnez, 1981: 23)3
En Jeremas 49: 39, prosigue Herbert,4 se profetiza sobre el cambio de suerte de aquellos cautivos de
Elam, un cambio que vendra acompaado de una
restauracin como la que llev al pueblo de Israel a
declarar la independencia de su Estado en 1948. El
nuevo rumbo del pueblo gitano se remonta a 1950,
cuando se inicia el avivamiento protestante de los gitanos europeos: la seora Reinhard, que haba sobrevivido a los campos de concentracin nazis, comenz
a viajar por los pueblos de Francia para vender. En un
pueblo de Normanda un vendedor de Biblias le habl
del Evangelio y le dio la direccin del culto en un folleto. Un da su hijo se enferm gravemente y entonces
ella, recordando la charla con aquel vendedor, se present en la iglesia e interrumpi el culto del que le
haban hablado, pidiendo que orasen por el moribundo,
quien a los pocos das abandonaba el hospital completamente sano. El milagro contribuy a extender la
nueva creencia entre los gitanos manouches (o sintis),
y entre los roms. Luego pas a los gitanos espaoles
que trabajaban en Francia como obreros agrcolas. En
1957 Le Cossec decidi transformar las antiguas asambleas y fundar la Misin Evanglica Gitana, ofreciendo
la posibilidad a los propios gitanos de convertirse en
pastores de su pueblo. A partir de ese ao y durante
los sesenta y los setenta la obra se expandi rpidamente por Francia y los pases adyacentes.5 Desde entonces, Le Cossec qued como lder reconocido de toda
la obra evanglica mundial entre los gitanos.
De Francia llegaron en 1965 siete predicadores gitanos a Espaa. Ellos junto con Claudio Salazar, apodado
Palco, tambin payo y francs, fundaron la Iglesia de
Filadelfia en Espaa. Palco fue, hasta 1979 cuando
regres a Francia y se desvincul del movimiento gitano, el secretario general de la Obra Gitana en Espaa.
En 1968 convoc las primeras reuniones evanglicas
gitanas en Balaguer (Lrida), donde se fund la primera
iglesia Filadelfia. Cinco de aquellos siete misioneros
se repartieron por Catalua y Castilla, mientras Lary

Este libro lleg a mis manos a travs de Salvador Medina, uno de los investigadores del grupo que coordino, al que se lo
prest un pastor de Jerez. Es el nico trabajo escrito por un gitano evanglico sobre los orgenes de esta Iglesia y las vicisitudes padecidas por sus seguidores hasta entrados los ochenta. Hemos encontrado otro libro en Granada, cuyo autor
es Alfredo Bautista, pero slo hace referencia a episodios extraordinarios de curacin.
Herbert, a quien conoc en 1994, me proporcion un breve trabajo indito en el que narraba el nacimiento del evangelismo
gitano en Espaa y Andaluca. De ese trabajo y de largas charlas con l, he extrado parte de lo que se cuenta aqu.
Segn Jordn Pemn, el artfice del milagro que desencaden el movimiento fue el mismo Le Cossec, quien cur al hijo de
un gitano francs, enfermo de tuberculosis, imponindole las manos. Los primeros gitanos se bautizaron en Brest (1990:
910).

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Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

y Joselito bajaron al sur de Espaa, a Sevilla,6 en 1968.


En este punto las versiones del holands, de Jordn
Pemn, de Adolfo Jimnez y de los gitanos del polgono sevillano se funden. Jimnez narra con detalle la
persecucin de aquellos tiempos, la falta de libertad
religiosa, el rechazo de los gitanos incrdulos, el hambre y la penuria de medios con que se desplazaban
para celebrar nuevos cultos en estos momentos de expansin frentica: muchos decan desde cundo los
gitanos hablan y se han vuelto curas?, los gitanos de
Valladolid nos llamaban curas, o tambin haban
dicho que si iba algn aleluya por all le iban a echar
de Soria a palos (Jimnez, 1981: 29 y 48). Al principio
todos los lderes eran misioneros franceses, pero esto
ha cambiado y en la actualidad tanto el presidente del
Consejo de Direccin como los lderes regionales (o
responsables de zona) son, en su mayora, gitanos
espaoles.
En 1969, despus de unos aos difciles, el gobierno
espaol admiti la inscripcin bajo el nombre de Iglesia Evanglica de Filadelfia, tras rechazar el de Misin
Gitana, el nombre francs, por considerar que en Espaa los gitanos eran espaoles (Jimnez, 1981: 91).
En este ao y los siguientes se produjeron conversiones
multitudinarias en Barcelona, Balaguer, Madrid, Santander, Tarragona, Castellon, Mallorca, Teruel, Huesca,
Valladolid, Zaragoza y Burgos. Y dio comienzo la obra
en Andaluca.

miento dentro de un proyecto personal de salvacin.


Esta rama del protestantismo, sin duda la ms extendida en todo el mundo, nace como oposicin a la institucionalizacin del impulso renovador que arranc
con la Reforma europea. Sus orgenes concretos hay
que buscarlos en la Iglesia metodista fundada por
John Wesley en el siglo XVIII. El metodismo, corriente
pietista escindida del anglicanismo, toma cuerpo tras
afincarse Wesley en Estados Unidos, momento en el
que su nfasis en la distincin entre los santificados
bautizados en el Espritu Santo y los cristianos comunes, as como en la prctica de un rigor tico extremo (no fumar, no embriagarse, no asistir a fiestas ni
entregarse a ninguna clase de diversin mundana) le
lleva a separarse de la Iglesia madre, de Inglaterra, en
1799. Esta tradicin de santidad iniciada por el metodismo fue adoptada por salvacionistas, nazarenos,
asambleas de Dios y pentecostales. Estos ltimos, al
igual que las asambleas de Dios, comienzan a organizarse en California en 1867, formando grupos de

Qu es el pentecostalismo?
Las corrientes separadas que nacieron con la Reforma
liderada por Lutero en la Europa del siglo XVI han seguido una compleja historia de escisiones y transformaciones que aqu slo vamos a sintetizar. Hoy da, las
formas histricas de ese protestantismo han quedado
prcticamente eclipsadas bajo el estallido de renacimientos comunitarios que reivindican el primitivo cristianismo y practican una lectura fundamentalista
del texto bblico comn. Una de estas corrientes, cuyo
impacto en Europa procede de tierras americanas, es
la rama pentecostal.
El pentecostalismo es, en consecuencia, un sistema
de creencias y prcticas perteneciente a la gran familia protestante. Nace en Estados Unidos como movimiento de regeneracin espiritual, y se configura como un
sistema de significacin y orientacin del comporta-

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El pastor holands cuenta cmo Catalua recibi inicialmente ms misioneros que el resto de la pennsula, lo que ha influido en el mayor desarrollo del movimiento en el norte que en sur del pas: yo mismo he colaborado en la obra en Andaluca
y he observado que aqu la obra no ha sido tan bien atendida como en Castilla y Catalua.

Manuela Cantn Delgado

oracin para devolver a las congregaciones el fervor


primitivo, y para pedir la manifestacin del Espritu
Santo emulando el episodio bblico de Pentecosts
(Hechos 2: 1-4).
Al igual que el metodismo del que se escinde, la
creencia pentecostal se opone a la doctrina de la predestinacin calvinista, segn la cual el individuo no
poda decidir o asegurar su destino, que era impuesto por el incognoscible designio divino antes de la creacin del mundo. Wesleyanismo y pentecostalismo participan por igual de ese pragmatismo tico que promovieron los avivamientos del XIX en Estados Unidos,
que predicaban un estilo de vida tico y prctico cristiano destinado a devolver por entero la responsabilidad
de la salvacin a los individuos. Sin duda, el impulso
asctico protestante ha evolucionado bastante hasta
desembocar en los actuales pentecostalismos, una de
cuyas denominaciones Filadelfia es la que ha dado
nombre al movimiento evanglico gitano. Esta evolucin
merece que nos detengamos un momento.
En efecto, no tendra sentido sostener que aquel
protestantismo asctico de fines del siglo XVI y del siglo XVII al que se adscribe el metodismo que a su vez
inspira, entre otras corrientes, la pentecostal ya en el
siglo XX, es el que encontramos hoy en las congregaciones gitanas. La doctrina calvinista de la predestinacin,
la inaudita soledad interior que esta doctrina provocara en los creyentes, el total alejamiento de los
elementos sensibles y sentimentales de la cultura, el
radical antagonismo con la cultura de los sentidos,
la incerteza de la salvacin, etctera (Weber, 1989: 118129), no guardan demasiada relacin con los actuales
pentecostalismos de origen norteamericano extendidos por todo el mundo y mucho menos con la versin
gitana de este movimiento.
El fundamentalismo bblico del pentecostal, que
realiza una lectura bastante rgida del Nuevo Testamento, se ve contrapesado por la insistencia en la experiencia carismtica que vuelve los cultos mismos
muy sensuales y emotivos. No hay normas sobre la
inspiracin bblica o la experiencia personal de los carismas, que se deben a la accin omnipresente del Espritu Santo en la vida de cada uno de los creyentes.
En los cultos pentecostales abundan las manifestaciones de tipo exttico, exorcismos, imposicin de manos
y sanidad divina, milagros, profecas, glosolalia o don
de lenguas.7 Manifestaciones sobrenaturales que poco

tienen que ver con la austeridad protestante que llev


a Weber a proclamar el desencantamiento del mundo.
Creo que si el pentecostalismo reencanta al protestantismo asctico, el pentecostalismo gitano refuerza an ms esta tendencia. La explicacin hay que
buscarla en el carcter sentimental del metodismo
norteamericano del que nace la corriente pentecostal:
contrariamente al calvinismo, que estimaba engaoso
todo lo sentimental, para los metodistas el nico fundamento de la certeza en la salvacin era la seguridad
absoluta del agraciado, en tanto que era sentida por l,
derivada del testimonio directo del espritu (Weber,
1989: 186-187).
A la importancia del bautismo en el Espritu Santo,
que ratifica la presencia de Dios en todos los aspectos
de la vida del creyente, que le otorga los carismas, etctera y en este sentido es ms que el bautismo sacramental, hay que unir la centralidad de la Biblia, la
creencia milenarista en la segunda venida de Cristo,8
la oposicin a la jerarqua sacerdotal y a la infalibilidad
del papa, el rechazo al bautismo de nios o la condicin de separados del mundo que reclaman los pentecostales, como gente que se sustrae al dominio de
Satn, de el mundo, al que se oponen. Con respecto
a los sacramentos, slo reconocen el bautismo en el
Espritu Santo y el de adultos, que se recibe por inmersin y significa un nuevo nacimiento. En segundo lugar celebran la Eucarista: los domingos se comparte
el pan y el vino, comunin que rememora la Santa
Cena pero sin la conviccin catlica de la presencia de
Dios en el pan y el vino.
El converso pentecostal es esencialmente un practicante de su nueva religin y traslada los principios de
su regeneracin moral a todos los rdenes de la vida
cotidiana, sobre la que ahora se extiende el ideal monstico, porque una de las consecuencias ms importantes del protestantismo fue que la vida religiosa ya
no era vista como separada del mundo de la vida cotidiana sino, por contra, como inmersa en l (Hamilton,
1995b: 151). La reinterpretacin milenarista y bblica
del mundo que practican los conversos a estas iglesias,
el aparente alejamiento de los asuntos del mundo,
inspira sin embargo un estilo prctico habitual basado
en reglas de conducta precisas. Un proyecto tico que
permite enfrentar de otra manera, y desde dentro, problemas sociales y econmicos centrales en los barrios
urbanos donde residen muchos gitanos andaluces.

La glosolalia o don de lenguas consiste en emitir sonidos incomprensibles que van destinados a orar en el Espritu. Est
basada en el descenso del Espritu Santo que reparti lenguas de fuego sobre los presentes, episodio relatado en Hechos
2: 1-4.
La creencia en la segunda venida de Cristo, que slo salvar a su Iglesia, est inspirada en el Apocalipsis (Nuevo Testamento). Contrariamente a los testigos de Jehov, los pentecostales no le dan fecha fija.

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Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

Andaluca Oriental-1

Dimensiones del conversionismo


gitano en Andaluca
Andaluca es, tras la comunidad Valenciana, la autonoma con mayor nmero de templos gitanos y de conversos a la nueva religin.9 En 1980 no llegaban a 30
las iglesias en la regin (Jimnez, 1981: 79). A fines de
1995 eran ya 78 las congregaciones reconocidas como
iglesias, es decir, con pastor propio. A ello habra que
sumar los puntos de predicacin o puntos blancos,
en los que se celebran cultos de los que se encarga el
pastor de una iglesia cercana, y los centros de desintoxicacin de drogodependientes llevados por gitanos.
Veamos brevemente una comparacin numrica
de los datos recogidos por Juan F. Gamella y su equipo
para 1995, y los correspondientes al ao 1998. Como
se ver, la antigua zona de Andaluca Oriental est
actualmente dividida en dos: Jan y Crdoba por un
lado y Granada y Almera por otro.

Andaluca Occidental (por provincias)


Mlaga

Huelva

Sevilla

Cdiz

Ha pasado de 11 a 13 congregaciones: Alhaurn,


Antequera, Cuevas de San Marcos, Fuengirola (que
absorbe a la antigua de Benalmdena que, como
la de Con, desaparece), Marbella, Torre del Mar y
siete en Mlaga (a las antiguas de Palma, Palmilla,
4 de diciembre y Mrmoles, se aaden las de calle
de Los Negros y Plaza de la Merced)
Se mantiene con las cuatro iglesias de l995: Cabezas
Rubias, Palos de Moguer, Isla Cristina y Huelva (El
Torrejn)
Pasa de nueve a once iglesias: Brenes, Dos Hermanas, Lora del Ro, Marchena, San Juan de Aznalfarache, Utrera, una nueva en Alcolea del Ro y
cuatro en Sevilla (a las de Los Prunos, Polgono None
y Torreblanca se une ahora la del Vacie)
Pasa de 15 a 18 iglesias: Barbate, Chiclana, San
Roque, Puerto de Santa Mara, Paterna de la Rivera, Puerto Real, Rota, San Fernando, Sanlcar de
Barrameda, Jerez (se aade una segunda iglesia),
la Lnea de la Concepcin (dos iglesias), Algeciras
(dos iglesias), Gibraltar, y dos nuevas en Chipiona
y San Martn del Tesorillo.

Granada Pasa de 11 a 12 congregaciones: Almucar, Atarfe,


Colomera, Guadahortuna, Iznalloz, Motril, Pinos
Puente, Santa Fe, Granada (Almanjyar y Zaidn),
se aaden Chauchina y Fuentevaquero. Guadix
(que contina en proceso) y Armilla son puntos de
predicacin importantes. Desaparece la de Lanjarn.
Almera Pasa de seis a nueve iglesias: Adra, Aldella, Almera
(Puche y Pescadera), Gdor, Roquetas, y se aaden Corsario, Quemadero y Almendros.

Andaluca Oriental-2
Jan

Pasa de 15 a 17 iglesias: Alcaudete, Andjar, Arjona, Beas, Estacin, Guarromn, Jan, La Carolina, La Guardia de Jan, Linares, Mengbar, Noalejo, Pegalajar, Torredonjimeno y Villanueva, a las
que se aaden Pozoblanco y Casariche.
Crdoba Se mantiene con las siete iglesias de 1995: Baena,
Cabra, Crdoba, Las Margaritas, Los Mochos, Las
Palmeras y Puente Genil.

De modo que Andaluca Oriental, hoy dividida en


dos zonas, pasa de las 39 iglesias, 2,400 fieles y 107
pastores y obreros de 1995, a 45 iglesias, entre 3,900
y 4,000 fieles y 131 pastores y obreros en 1998.
El conjunto de Andaluca ha pasado, en consecuencia, de las 78 congregaciones, 8,600 fieles y 189 pastores de 1995, a las 91 congregaciones, entre 10,000 y
10,500 fieles y 226 pastores de 1998. Todo ello sin
contar los puntos de predicacin sin culto regular, que
se abren constantemente, aunque no todos corran la
misma suerte. Y hay que aadir tambin cinco centros de desintoxicacin localizados en Almucar, la
Lnea de la Concepcin, Jerez de la Frontera, Algeciras
y Sanlcar de Barrameda.

Aspectos organizativos y jerrquicos


En consecuencia, Andaluca Occidental pasa de las
39 iglesias, los 6,200 fieles y los 82 pastores y obreros
de 1995, a 46 iglesias, entre 6,000 y 6,500 fieles y 95
pastores en 1998 (parece que la cifra de 6,200 fieles para
1995 era un error, segn informadores de la secretara correspondiente).

64

El rechazo a una organizacin jerrquica compleja es


comn a todo el pentecostalismo y a numerosas religiones emergentes pues, para sus seguidores, la responsable del anquilosamiento y la crisis que han sufrido
otras iglesias es la institucionalizacin. No obstante,
aunque las congregaciones gitanas no estn excesiva-

Los datos de este apartado han sido extrados de dos fuentes: el texto escrito por el equipo de investigadores dirigidos por
Juan Gamella, publicado en 1996 y citado en la bibliografa; y la informacin que para 1998 me han facilitado las secretaras de las iglesias evanglicas de Andaluca.

Manuela Cantn Delgado

mente organizadas en el plano eclesial, no cabe duda


de que la improvisacin de los primeros tiempos est
dando paso a un mayor deseo de controlar y supervisar la marcha de la obra en lo local, lo regional y lo
nacional. Pero los registros del nmero de fieles y del
crecimiento de las iglesias gitanas son an muy rudimentarios, y en algunos casos sencillamente no existen. Las congregaciones locales, por su parte, gozan
de una notable independencia.
Segn afirman ellas mismas, la estructura de las
congregaciones est sometida en primer lugar a la inspiracin del Espritu Santo, que revela los ministerios
y distribuye los dones. Esos ministerios son cinco
(Efesios 4: 11): pastores, predicadores (dos ministerios
de especificacin local), evangelistas (ministerio itinerante), maestros y apstoles (ministerios de responsabilidad). Los pastores son los responsables de la
congregacin concreta, dirigiendo los cultos y ayudando
a los miembros en sus problemas cotidianos. Los predicadores son pastores en potencia, miembros con
un testimonio especial que han prosperado en los conocimientos doctrinales del pentecostalismo. Los evangelistas son misioneros dedicados a extender la Palabra
en los lugares en los que todava no hay templos. Los
maestros, que tienen un ministerio itinerante, se encargan de la preparacin bblica y recorren las iglesias
locales predicando. Los apstoles organizan y dirigen
en el plano nacional, vigilan la ortodoxia y median en
los posibles conflictos, lo que de todos modos ha de ser
compatible con el principio de independencia de las
iglesias locales.
Cualquier fiel de la comunidad puede acceder al
rango de pastor de una congregacin: cualidades oratorias, conocimientos bblicos y una vida de rectitud
moral llevan a los pastores a seleccionar entre los fieles los que pueden convertirse en candidatos, quienes,
tras un periodo de cinco aos de preparacin, podrn
llevar una congregacin. Tambin han de estar casados,
para que no haya malos entendidos. Adems, se estima importante que los pastores gitanos tengan una
familia y que no se vean obligados a romper con sus
parientes. Inicialmente son nombrados candidatos
de iglesia, situacin que se prolonga durante seis meses mientras el futuro pastor recibe las enseanzas
mnimas sobre la Biblia, la predicacin, etctera. Posteriormente se convierten en candidato de zona, situacin en la que permanecen de cinco a seis aos:
luego de un largo currculum lo aprueba el responsable
de zona, y slo despus el Consejo de Direccin da su
visto bueno; cuando as ha sucedio, los candidatos
reciben la imposicin de manos de los ancianos responsables. Un obrero sevillano (pastor sin iglesia)
me explic cmo se forma un pastor y los elementos

que han cambiado desde los primeros aos: El Evangelio lleg al pueblo gitano hace unos treinta aos, y
los pioneros de aquel movimiento, que siguen vivos,
eran analfabetos. Eso hoy est cambiando, porque es
verdad que a los pastores gitanos les falta un poquito de formacin; los catlicos no se explican cmo un
pastor analfabeto, que apenas es capaz de leer la Biblia, puede llevar una iglesia. Adolfo Jimnez relata
cmo en los aos sesenta y setenta los predicadores
apenas si saban lo que era la Biblia; pero en aquel entonces no haba muchos predicadores (...) no eran
muy buenos hablando, ya que no tenan mucha experiencia, pero cuidaban del rebao; y, refirindose a
un pastor de Soria, a pesar de que no saba leer, Dios
le ayud y era dirigido por el poder del Espritu Santo
(1981: 49). Otros aspectos interesantes relacionados con el liderazgo evanglico gitano son el papel de
los pastores como agentes de cambio sociocultural, o el
prestigio y la movilidad social ligados al rol de pastor.
Volveremos sobre ello ms adelante.
El carisma, en sentido weberiano, es otro asunto a
tener en cuenta: la cualidad excepcional que poseen
algunos individuos y que los provee de una autoridad
reconocida por un grupo de seguidores. Tanto el lder
carismtico como sus adeptos consideran esas cualidades inspiradas por un poder trascendente. Kamsteeg,
siguiendo a Bourdieu (que a su vez se basa en Max
Weber), afirma que dentro de las iglesias pentecostales,
todos y cada uno son agentes intelectuales, y pueden
intervenir activamente en las relaciones de poder
(simblico) dominantes. No todos lo hacen, pero la posibilidad est abierta a todos, y no reservada a una
intelligenzia especfica (Kamsteeg, 1990: 62). Esta
afirmacin puede extenderse a los templos gitanos.
Claro que algunos interpretan estas cualidades del
predicador gitano de una manera bien distinta; un sacerdote catlico aseguraba lo siguiente: A los gitanos
se les abre la boca cuando oyen hablar al pastor: hay
que ver qu bien habla! dicen, pues claro! si son unos
artistas!, porque el gitano es un artista, te vende lo que
sea, si te quieren vender una baratija te intentarn
convencer de que es oro.
Por lo que se refiere a la organizacin externa a
las congregaciones locales, cada pastor concreto debe
obediencia al responsable de zona, por encima del
cual slo se encuentra el Consejo de Direccin (Consejo Nacional) del que ste forma parte. Cada cuatro
aos pastores y predicadores con ms de diez aos de
ministerio votan para elegir a un lder nacional, que
se constituye en presidente del Consejo, y a los diferentes lderes regionales o responsables de zona. Juntos forman el Consejo Nacional de la Iglesia Filadelfia.
As, la organizacin jerrquica est compuesta por el

65

Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

responsable nacional, los responsables de zona y los


pastores de las iglesias. Si en 1979, relata Adolfo Jimnez, haba 11,000 gitanos miembros de las 108 iglesias, 30 puntos de evangelizacin y 312 predicadores
(1981: 88), actualmente se cuentan en toda Espaa
ms de 800 iglesias, unos 2,500 pastores y otros tantos candidatos a pastores.
Los contactos con otras congregaciones gitanas
suelen ser muy frecuentes, a travs de miniconvenciones (conocidas por el nombre abreviado de minis) de
varias iglesias, convenciones de zona, autonmicas,
nacionales y tambin internacionales. Los llamados
obreros de carpa son pastores sin iglesia dedicados a la predicacin itinerante a travs de carpas que
van recorriendo diversas poblaciones durante un tiempo. Estas reuniones sirven para dar a conocer localmente la misin gitana y suelen presentarse vinculadas
a la lucha contra la droga. Con las iglesias pentecostales de payos los contactos son muy espordicos; desde
estos otros grupos se suele decir que los gitanos son
muy suyos, gente que no se mezcla (Cantn, 1997).
La distancia entre iglesias gitanas y no gitanas no es
en realidad mayor que la que existe en otros rdenes de la vida social, si bien no faltan, sobre todo en la
provincia de Cdiz, congregaciones mixtas de gitanos y
payos bajo la direccin de un pastor gitano. Pastores
y lderes gitanos estn volcados en sus cada vez ms
numerosos templos, y en los cinco centros de desintoxicacin que funcionan en Andaluca. Hasta 1980 la
zona andaluza comprenda tambin Extremadura (Jimnez, 1981: 96-97); en 1994 Andaluca, ya sin Extremadura, qued dividida en dos zonas (la oriental y la
occidental). El incremento constante del nmero de
capillas hizo necesario que en 1997 la zona oriental
se dividiera en dos, por lo que actualmente son ya tres
las zonas, cada una con un responsable, un secretario y un cajero.
Otra arista interesante son las relaciones entre las
asociaciones gitanas y las iglesias evanglicas, ya que
en algunos casos mantienen una estrecha colaboracin,
lo que permite que las subvenciones que las asociaciones consiguen de la administracin local y autonmica
puedan ser gestionadas desde criterios afines a las iglesias gitanas y a su obra social. Las asociaciones se ocupan generalmente de la promocin de la educacin para
el pueblo gitano, la escolarizacin, la formacin profesional a travs de talleres, la alfabetizacin de adultos
o la organizacin de eventos festivos. Y aunque el fomento de la participacin social y la reivindicacin del
derecho a la diferencia cultural son tambin importantes, la prestacin de servicios bsicos acaba lgicamente imponindose.

66

Con respecto a los modos de financiacin de las


iglesias gitanas, el diezmo bblico es, como en las restantes iglesias evanglicas, la fuente principal de ingresos. No hay que olvidar que, contrariamente a lo
que ocurre en las congregaciones payas, los cultos gitanos se celebran seis das a la semana, y en cada servicio se pasan las cestas para la ofrenda. Por lo comn
las aportaciones de los fieles no alcanzan para sostener
econmicamente al pastor, que ha de hacer compatible
el pastorado con su ocupacin laboral habitual (por lo
general, la venta ambulante).

Aspectos rituales: el culto


y los carismas
Una de las razones principales por las que los pastores gitanos rotan con mucha frecuencia, cambiando
de congregacin cada dos o tres aos, a veces menos, es
la fatiga que provoca la celebracin diaria de cultos y
reuniones: la dedicacin y la relacin con la gente
es continua, estamos muy en contacto con sus problemas, conseguimos en dos aos lo que en otras iglesias
se consigue en seis, en palabras de un pastor del campo de Gibraltar. Esta dinmica de constante renovacin es una de las claves del xito del movimiento ya
que, entre otras cosas, dificulta que un pastor se haga
fuerte entre los miembros de su congregacin y caiga en
la tentacin, tan frecuente en el evangelismo pentecostal, de la escisin y la creacin de una nueva corriente disidente. Adems esta propensin no entra en
contradiccin con la movilidad tpicamente gitana,
ni con el tipo de ocupacin venta ambulante a la
que se dedica la mayora de los pastores cuando no
puede subsistir con los ingresos de las iglesias.
Los cultos se llevan a cabo diariamente, excepto un
da concreto que para cada iglesia es diferente y que a
veces depende de la actividad econmica mayoritaria:
dado que muchos se dedican a la venta ambulante, en
algunas iglesias no hay culto el da en el que se celebre
un importante mercado local al que los miembros acuden a vender. Adems, los servicios se realizan por la
tarde, sobre las siete en invierno y a partir de las ocho
en verano, lo que permite llevar a cabo las actividades
econmicas durante el resto del da. Y no se circunscriben solamente cultos; en palabras de un obrero sevillano: la funcin de pastor es muy dura, son seis
cultos a la semana, hay reuniones despus del culto,
en casas particulares, muchas noches, vigilias, bodas
y presentaciones de nios... el pastor llega un momento
en el que est muy cansado y pide razonadamente que
le releven del cargo y se busque otro pastor que pueda
hacerse responsable de la congregacin.

Manuela Cantn Delgado

interpelan, arrancando constantes amn y aleluyas


de los presentes. De ah que a los pentecostales gitanos se les conozca tambin como aleluyas. El culto
termina con nuevas alabanzas y canciones, la colecta
y la despedida.
Referencia aparte merecen los carismas o dones
que, sin lugar a dudas, vertebran todo el pentecostalismo y le otorgan su sello caracterstico: sanidad por imposicin de manos, expulsin de demonios exorcismo
o liberacin, profeca, discernimiento y glosolalia o
don de lenguas. El bautismo en el Espritu Santo
justifica la manifestacin espontnea de estos carismas
durante la celebracin de los cultos. Son numerosas
las citas bblicas en las que se basan para explicar el
descenso del Espritu Santo sobre ellos (Hechos 1: 45 y 8; 8: 11-16; 2: 5-8 y 11, entre otros), pero destaca
una por ser la que justifica la glosolalia: en Hechos 2:
1-4 se lee:
Cuando lleg el da de Pentecosts, estaban todos unnimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como

El culto diario tiene una duracin aproximada de


una hora y media a dos horas. Se inicia con la oracin,
que dirigen algunos presentes en voz alta a peticin del
pastor. Antes y despus de ellos el coro, tambin por
indicacin del pastor, canta diversos coritos para llevar la alabanza. En ciertos casos son canciones compuestas por los mismos gitanos. Sin duda llegan a
impresionar la fuerza de las voces y los instrumentos
(guitarras, rgano elctrico, bajo), que los potentes altavoces y las palmas de los asistentes se encargan de
multiplicar. ste suele ser uno de los principales motivos de conflicto con el vecindario, ya que las canciones
pueden orse a varios metros fuera de la iglesia. El coro
est formado por los y las ms jvenes de la congregacin que son, junto con las mujeres de todas las edades, los miembros ms numerosos de las iglesias. De
hecho, a veces, el espacio reservado escrupulosamente en el templo para hombres y para mujeres, que se
sientan separados, se destina en sus dos terceras partes a las mujeres.
Sigue la predicacin de la Palabra, proclamada con
vehemencia, y suele consistir en la explicacin y recreacin detallada de algunos versculos de la Biblia.
Se enfatiza especialmente en la traduccin cotidiana
de lo que narran las Escrituras. Los predicadores, en
mltiples ocasiones otros pastores u obreros invitados
por el pastor de la congregacin, gritan, escenifican e

10

de un viento recio que soplaba, el cual llen toda la casa


donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentndose sobre cada uno de
ellos. Y fueron todos llenos del Espritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espritu les daba
que hablasen.

El don de lenguas no se manifiesta en todos los cultos, slo en algunos y en momentos particularmente
emotivos, acompaados de estados de fuerte excitacin
nerviosa. Tambin puede hacerse presente durante la
imposicin de manos para impartir sanidad divina y
durante las oraciones por liberacin.

Conversionismo gitano
y procesos de cambio
Antes los gitanos iban con cuchillos y quimeras.
Ahora llevamos la Biblia, la palabra verdadera10

Las congregaciones gitanas son tambin espacios para


la resocializacin. La nueva religin provee de una
tica que reorienta los procederes culturalmente sancionados por la tradicin gitana. Los pentecostales
estn desarrollando procesos de negociacin tanto
con los comportamientos y las instituciones basados

Este cntico gitano se ha hecho muy famoso entre los gitanos evanglicos de toda Espaa. Bautista lo recoge completo en
su libro (1980: 72).

67

Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

en las tradiciones ms estables de la cultura gitana,


como con las pautas de conducta ligadas a las creencias
y prcticas catlicas que se abandonan; el bautismo
de nios, por ejemplo. La mayora de los gitanos son
an nominalmente catlicos, lo que en la Baja Andaluca parece ser sinnimo de gitano casero, asentado,
de toda la vida, identificndose a los evanglicos con
los desarraigados que llegan de fuera. Para estos gitanos catlicos, la figura del sacerdote sigue siendo
reclamada para ritos de paso centrales como el bautismo de nios o los funerales.
Explica un pastor gitano:
Mira, el Evangelio cambia al gitano para mejor, no queremos renunciar a nuestra cultura, que tiene grandes valores
que en el resto de la sociedad se han perdido, como el respeto a los mayores o la virginidad de las muchachas, y eso
queremos conservarlo, pero estamos extirpando y conseguiremos extirpar lo malo, lo sucio, para dejar la cultura
gitana limpia como una bandeja de plata.

Esos cambios se traducen a diferentes planos de la


vida social y cultural, porque adems de la doctrina,
el Evangelio trae una sociologa. Tratar de resumirlos.
Con respecto a las relaciones de gnero, las enseanzas que se transmiten concuerdan con el papel
que la mujer debe jugar en la sociedad y la familia gitana. Se mantiene, y hasta se radicaliza en las predicaciones, la subordinacin al varn: me pueden llamar
machista, pero la mujer sale de la costilla del hombre,
no de la cabeza, la mujer no puede mandar. Pero cuidado, hermanos, que tampoco la sac Dios de los pies,
as que no la podemos maltratar, detallaba un pastor
durante la predicacin que acompaaba a una boda
gitana en Sevilla. Una ocasin en la que, tras la celebracin del rito evanglico, sigui la tradicional boda
gitana en la que no falt la parte fuerte: la ceremonia
del pauelo a manos de las ajuntaoras, la levant, las albores y la lluvia de peladillas para proclamar
y festejar la virginidad de la novia.
Los pastores y predicadores son todos hombres, as
como los lderes regionales y nacionales. La mejora
ms visible que el pentecostalismo trae a las mujeres
gitanas viene del cambio de actitud con respecto a la
violencia que los varones se estiman legitimados para
ejercer sobre ellas; se ven beneficiadas por un trato ticamente ms acorde con una religin que proscribe la
violencia a todos los mbitos. Quedan an por dilucidar, en su verdadera dimensin, las transformaciones
de mayor profundidad debidas sobre todo al apoyo que
reciben las conversas con maridos inconversos, porque en este caso la obediencia debida al varn entra en
contradiccin con unos designios y una autoridad que

68

se entienden superiores. Ciertos cambios estn siendo


promovidos por los sectores ms jvenes y renovadores
del evangelismo gitano, quienes proponen facilitarles formacin a las mujeres, para que tambin ellas
puedan evangelizar a payos y gitanos, segn afirma
un muchacho obrero de Sevilla. Esta nueva visin se
imbrica con la labor de las asociaciones, y con una necesidad ms amplia de educacin de los jvenes gitanos que es muy valorada desde las iglesias Filadelfia.
Con respecto a la estructura familiar y de parentesco,
hay que sealar que el pentecostalismo prospera, entre
otras razones, por las conversiones familiares que siguen
a la entrada de un miembro de la familia en la congregacin. Es de sobra conocida la importancia central de
la parentela en el mundo gitano. De hecho, no se puede entender la extensin y florecimiento del evangelismo
sin contar con el papel jugado por las redes familiares
gitanas. En no pocos casos se ha sealado, en un sentido similar, que el evangelismo tambin sirve para integrar en una comunidad alternativa a gitanos reubicados
cuyos linajes se han visto divididos. Pero el peso de la
familia es al mismo tiempo la razn por la cual las conversiones generan disputas causadas por el rechazo
tajante de los evanglicos al empleo de la violencia en
la resolucin de los conflictos que eventualmente enfrentan a las familias entendidas en sentido gitano, en
sentido fuerte. Claro que el rechazo a la violencia cobra un significado especial en los contextos resultantes
de la reubicacin de la poblacin chabolista y su concentracin en determinados ncleos urbanos, lo que
ha ocasionado en muchos casos la convivencia forzosa
de linajes gitanos no unidos por alianzas, e incluso se
han dado situaciones de tensin al verse reunidos gitanos de linajes contrarios (Ardvol, 1991b: 9). La crispacin que esto conlleva repercute adicionalmente sobre
los vecinos payos de esos barrios, por lo que el cuestionamiento del cdigo del honor y las venganzas por parte de los evanglicos gitanos juega un papel crucial
para la convivencia intra e intertnica.
Es muy posible que las iglesias Filadelfia estn propiciando una recomposicin de los modelos de convivencia intratnica, afrontando desde las congregaciones
las consecuencias de la ruptura de los mecanismos tradicionales de cohesin social y promoviendo esquemas
de sustitucin. Lo que en varios casos se est dando
es la recomposicin de los mecanismos de cohesin reformulados desde la cosmovisin protestante, dada la
paulatina extincin en muchos contextos gitanos del
modelo tradicional a raz de la reubicacin de los gitanos y la consiguiente mezcla de linajes. En otras ocasiones, all donde estos mecanismos no se han visto
muy alterados, las familias estn resintindose a causa de las conversiones de algunos de sus miembros.

Manuela Cantn Delgado

Una de las caractersticas que resaltan los gitanos


no evanglicos es la procedencia de las familias pioneras
que han llevado la nueva creencia a los diversos puntos andaluces. La tesis sostiene que este evangelismo
siempre proviene de fuera, porque de otro modo no
se explican las conversiones en la Baja Andaluca,
donde desde antiguo est documentada la existencia de
gitanos caseros, sedentarios, integrados con los
payos, frente a los gitanos canasteros: esos que viven en los vacies, en los vertederos, en los cinturones
de miseria de las ciudades, en condiciones terrorficas de miseria, gitanos que han perdido su razn de
ser social, econmica, cultural. Segn Jos, un gitano
casero de Sevilla, esos son los integrantes de los aleluyos, y los dems se han aadido por contagio, al contacto con los otros gitanos con los que conviven por haber tenido que abandonar sus lugares tradicionales de
residencia, como el barrio de Triana. Esos gitanos caseros son catlicos, aunque a su manera, son catlicos. Y prosigue: Yo no entiendo el culto evanglico,
porque el gitano que se convierte lo pierde todo, deja
de ser gitano, tiene que pensar de otro modo (...), a los
gitanos que vienen rebotados de fuera, de otras comunidades autnomas, esta religin les sirve para sustituir
lo que ya no tienen, pero no entiendo cmo se pueden
convertir gitanos caseros que llevan aqu tanto tiempo.
Al menos en dos direcciones, puede observarse una
permeabilidad mayor de lo esperado entre las tradiciones gitanas ajenas al culto y las conductas que los
evanglicos defienden: gitanos inconversos que piden
apoyo a los pastores evanglicos (para que los casen,
para que les presenten al recin nacido en el culto,
en lugar de bautizarlos en la Iglesia catlica, por ejemplo), y pastores que afirman actuar en el mundo gitano hablando su lengua: si medio en un conflicto entre
gitanos que no son evanglicos y que se han peleado, no les hablo de poner la otra mejilla, como dice el
Evangelio, sino del destierro para evitar la venganza de
la familia ofendida. Muchos pastores afirman que sin
contar con los tos de las familias (no conversos) jams podran abrirse camino, y que la situacin es de
cada vez ms mutuo respeto. Esta es la realidad de un
protestantismo no rupturista, sino negociador con la
cultura gitana y sobre todo indiferente ante un catolicismo que no combate con la beligerancia de las denominaciones pentecostales payas. Muy probablemente
porque las adscripciones religiosas entre los gitanos
siempre han tenido un carcter subsidiario con respecto a la filiacin tnica, y tal vez esto no sea tan distinto entre quienes se convierten al pentecostalismo.
Con respecto a las relaciones intertnicas, las iglesias gitanas pueden estar abriendo nuevos caminos a
la convivencia entre gitanos y payos. Pese a que la ma-

yora de las iglesias cuenta con una proporcin claramente mayor de miembros gitanos, no faltan, sobre
todo en la provincia de Cdiz y, en especial, en Jerez
de la Frontera, congregaciones mixtas de gitanos y
payos. E incluso pastores payos de iglesias gitanas
que, segn afirman, no han experimentado rechazo
alguno porque aqu, en Andaluca, el gitano siempre
ha sido mejor aceptado que en otros sitios. Por su
parte, los vecinos payos que viven prximos a iglesias
Filadelfia, y los evanglicos payos que observan con
cierto estupor el xito del movimiento gitano, coinciden
en sealar que pese a la falta de preparacin por el
analfabetismo, el carcter ms bien cerrado, de gitanos de las congregaciones, el estrpito de los cultos,
hacen una buena labor al ayudar a los ms necesitados
de entre los suyos, intentando apartarlos de la droga
y la delincuencia. Y es que el evangelismo est volviendo ms tolerables aquellos rasgos de la cultura gitana tantas veces convertidos en estereotipos peor
digeridos en el mundo payo (Cantn, 1997 y 2000).
Por otro lado, los cambios de actitudes ante las actividades econmicas, el posible impacto de una nueva
tica protestante del trabajo entre los gitanos conversos, la mejora de la situacin econmica de las familias
y la movilidad social consiguiente, merecen alguna reflexin. Sabemos que las ideas sobre este aspecto son
deudoras de las tesis de Max Weber acerca de las consecuencias prcticas que sobre la racionalidad econmica tuvo el protestantismo asctico calvinista. Sobre la
reorientacin del comportamiento econmico entre los
evanglicos gitanos queda casi todo por decir, pero podemos avanzar algunas sugerencias. Con frecuencia
de manera peculiar en Amrica Latina las carencias socioeconmicas se presentan como determinantes
del auge de las conversiones y se minimizan o incluso
ignoran las transformaciones derivadas de la aceptacin de una nueva tica del trabajo. Esto forma parte
de una actitud ms amplia de ceguera ante los cambios
nacidos de los procesos creativos de apropiacin estratgica que siguen a las conversiones religiosas. Y aunque es cierto que los pentecostales suelen apostar por
la reforma moral ms que por el xito material, promueven, sin embargo, de manera explcita la honestidad
en el trabajo, evitar el despilfarro, un cierto ascetismo
que limita el disfrute al contexto de la congregacin
religiosa y la prohibicin expresa del gasto desmedido
en alcohol, tabaco, juego y otros vicios, todo lo cual
puede repercutir sobre las economas domsticas, en
la medida en que se estimula una inversin ms racional del presupuesto familiar.
El cambio en las representaciones ideolgicas sobre el trabajo, el ahorro y el gasto es por s mismo bastante revelador, mientras la mejora objetiva de las

69

Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

condiciones de vida tras la conversin puede ser, dadas las caractersticas del sistema ocupacional gitano,
a corto y mediano plazo apenas perceptible. Bautista
narra en su libro:
Empec a predicar al mismo tiempo que trabajaba con mi
hermano; pero el negocio que llevbamos era sucio ante
los ojos del Seor, pues engabamos a la gente (...) y yo
senta que no poda hacer esto (...) Mis hermanos insistan
mucho y me decan que no era malo trabajar y ganar el
pan de mis hijos, que Dios no se opona a mentirillas de
negocio; pero yo les deca que no podamos estafar ni engaar a nadie, que eso no era trabajar honradamente
(1980: 50).

Jimnez tambin escribe: Cristo ha hecho que nos


viramos tal como ramos, engaadores y viviendo
bajo la ley del ojo por ojo y diente por diente. Pero hoy
en da nuestra vida ha cambiado y ya no engaamos
a nadie. Dios nos ha enseado a no hurtar y a trabajar
con nuestras manos (1981: 21). Este tipo de revelaciones se reproducen constantemente entre los gitanos protestantes: Yo antes estafaba vendiendo relojes
falsos, tena mucha habilidad que hered de mi padre, pero despus de aceptar tuve que dejarlo y ver otro
modo de mantener a mis ocho hijos, me relata un conocido pastor sevillano.
En este orden de cosas, conviene matizar la conocida
oposicin entre protestantismo y pentecostalismo con
respecto a las diferentes ticas del trabajo que promovera cada uno de ellos. Los pentecostales no rehuyen
las pretensiones de xito econmico, es slo que los
sectores sociales entre los que ste suele prosperar
estn estructuralmente ms lejos de lograrlo. Pero los
ideales de trabajo productivo y racional y de movilidad
social no estn ausentes de las comunidades pentecostales. Y una versin de estos ideales, lgicamente
adaptada a los comportamientos econmicos de los gitanos, es lo que encontramos en sus congregaciones.
As, no parece haber oposicin a ciertas maneras de
ganarse la vida, como la venta ambulante y el trabajo por cuenta propia en general; la oposicin es slo
hacia los modos de practicarlos que son juzgados delictivos en el sistema jurdico payo: no hay que robar,
traficar, estafar o engaar; hay que ganarse el dinero limpiamente. Porque ahora como cristianos ya
tenemos que hacer las cosas del modo correcto, agradndole al Seor; con estas palabras se diriga un
pastor de Sevilla a su congregacin ante la posibilidad
de llevarse sin avisar las puertas y ventanas del templo
que la Gerencia de Urbanismo les obligaba a abandonar.
Un ltimo punto con respecto a los procesos de
cambio es el que se refiere a las consecuencias sobre

70

las condiciones de marginacin. Es notoria la incidencia


de las conversiones y de las nuevas actitudes ticas en
problemas como los que representan el consumo y
venta ilegal de drogas, la delincuencia, el analfabetismo,
el ausentismo escolar, la violencia, las venganzas. Es
decir, sobre los marcadores resultantes de una larga
segregacin sociohistrica, de las condiciones de carencia y privacin en las que vive al menos un tercio de la
poblacin gitana en Andaluca, y de las caractersticas
especficas y estrategias generadas desde la cultura de
los grupos gitanos para sobrevivir sin renunciar a su
independencia. Que el culto ayude a los gitanos con
problemas de drogas contribuye sin duda a suavizar
las actitudes ms crticas por parte de los gitanos inconversos. Es preciso recordar que el consumo de drogas intravenosas ha supuesto muchas veces una
bomba de relojera para los linajes gitanos (Ardvol,
1991a: 25). Claro que a veces las iglesias y los centros
de desintoxicacin son solamente lugares de trnsito,
en los que acaban por quedar slo las familias de los
jvenes vinculados al mundo de la droga. Muchas conversiones se deben a esta asistencia que prestan las
iglesias, y no faltan pastores que estuvieron en el pasado afectados por las drogas y que lograron abandonar
el hbito en alguna iglesia. Un pastor malagueo se
refiere a esta labor: Son muchos los que quedan liberados, la labor de nuestras iglesias es muy grande y
poco reconocida. A los que se drogan los reconocemos
rpido, las pupilas se les quedan chiquitillas, y cuando estn enmonaos se les dilatan. Yo he sido el padre
espiritual de uno que estaba enganchado y que hoy es
pastor, por la gloria de Dios.

Manuela Cantn Delgado

Revisando el legado:
nuevos rumbos de las identidades
Si el fenmeno asociativo o poltico, la insercin laboral
o la promocin educativa, alejan o no a los gitanos de
su cultura tradicional, o suponen una redefinicin
de la identidad social en la medida en la que como es
el caso de las asociaciones procuran un marco de participacin basado en otros principios que el de la pertenencia a un linaje,11 es algo que pasa a un segundo
plano frente a las presuntas bondades que estos cambios conllevan. Pero si el camino elegido es de carcter
sociorreligioso, suele saltar la alarma. Y es que en ocasiones parece que el prejuicio religioso es el nico que
el cientfico social puede legtimamente asumir. No
obstante, ms all de lo turbadoras que parecen resultarnos las nuevas religiones prximas, o de valoraciones
a mi modo de ver apresuradas acerca de lo que supone
el nuevo fundamentalismo doctrinal para el progreso
del pueblo gitano y para el mantenimiento de su cultura, lo que de veras interesa es reconocer y evaluar con
alguna imparcialidad las transformaciones que el movimiento tnico-religioso de las iglesias gitanas Filadelfia est promoviendo.
Resulta tentador pensar el pentecostalismo gitano
en trminos de la modernizacin de una minora tnica marginada, que buscara sobrevivir dentro de la
sociedad global renunciando a su cultura, es decir, en
trminos de abandono de la identidad tnica. Pero con
ello estaramos apostando por ese tipo de explicaciones
macrosociales proclives a enfatizar la monocausalidad
econmico-social de los resurgimientos milenaristas
actuales. Por otro lado, no hay duda de que el pentecostalismo gitano genera mensajes de esperanza milenarista que conceden a los pobres y desheredados el status
de elegidos: llegar un momento en el que no har
falta electricidad, ni agua, ni casas, ni coches, slo el
rostro radiante del Seor Jess; o bien: no busques
puertas, salidas, soluciones por ti mismo, porque la salida es Cristo; o el ms conocido, segn el cual: la
escoria, lo inmundo de la tierra, ser bendecida, son
mensajes comunes en los cultos.12 Pero este esquema
de inversin simblica, que es cualquier cosa menos
nuevo, ha de dotarse de contexto si queremos entender
en qu se diferencia el evangelismo gitano de tantos

11

12

otros resurgimientos religiosos protagonizados por


sectores sociales que no siempre coinciden con la marginalidad y el desarraigo.
Como ya observ Ardvol, los grupos evanglicos
ganan terreno sobre distintos sectores de la sociedad
gitana, de distintas reas geogrficas y de distintos niveles socioeconmicos; desde gitanos asentados en
chabolas hasta gitanos que viven en barriadas de mayora paya. Esta expansin contradice, segn la autora, la hiptesis de que es el cambio econmico y
social lo que favorece las conversiones, ya que se tratara ms bien de transformaciones relacionadas con
la identidad tnica que afectan a amplios sectores de la
sociedad gitana con independencia de sus condiciones de hbitat, trabajo o escolarizacin (1991a: 25). Ni
todos los desheredados ingresan en estas congregaciones ni, por contra, dejan de incorporarse muchos a
quienes solventes economas podran disuadir de convertirse. El antagonismo estructural sociotnico entre
payos y gitanos, la posicin secular de estos ltimos
en los mrgenes de una sociedad hegemnica de payos, la marginacin econmica y social, no puede
constituir la explicacin monocausal con la que podamos dar por zanjado el asunto. Tambin entre los
payos de sectores sociales diversos estn prosperando
el pentecostalismo y otras formas religiosas emergentes.
Tampoco resultan suficientes las explicaciones que
atribuyen a los gitanos, merced a su bajo nivel de organizacin poltica, la dificultad de respuesta a las presiones aculturativas; o a las carencias educativas
bsicas, una mayor predisposicin para la asuncin
de explicaciones sobrenaturales (Lagunas, 1996: 62).
En cambio, s resulta sugerente comparar el grado de
eficacia de las congregaciones aleluyas y de las asociaciones polticas y culturales gitanas, ya que las primeras
sobrepasan la divisin categorial entre grupos y representan una nueva sntesis cultural, entre otras
razones porque la legitimacin sobrenatural crea estados de lealtad y fidelidad ms poderosos que la legitimacin poltico-secular (Lagunas, 1996: 62). Pero hay
que recordar, primero, que el asociacionismo y el pentecostalismo no son fenmenos excluyentes, sino ms
bien complementarios; segundo, que la legitimacin
sobrenatural est generando una reorganizacin social
y poltica entre los gitanos, y que esta transformacin

Como explica E. Ardvol, el asociacionismo supone el compromiso individual de las personas y su colaboracin dentro de
un marco no exclusivamente gitano que supera en muchos casos el mbito familiar, de tal modo que miembros de distintos
linajes tienen que trabajar juntos para lograr unos objetivos comunes que van ms all de los intereses del grupo parental
concreto (1991a: 24).
Una de las citas bblicas ms repetidas en los cultos gitanos y en los escasos escritos de evanglicos, es la que recogen de
Corintios 1: 25-29: lo necio del mundo escogi Dios, para avergonzar a los sabios, y lo dbil del mundo escogi Dios para
avergonzar a lo fuerte, y lo vil del mundo y lo menospreciado escogi Dios...

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Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

tiene consecuencias sobre la vida cotidiana y se yuxtapone de diversas y discontinuas maneras sobre el
estado de cosas que se abandona; y tercero, que el asociacionismo gitano juega un papel de ms fcil lectura
por parte de la sociedad no gitana, tiene mayor repercusin fuera del mundo gitano que dentro y sus beneficios son ms fcilmente reconocibles, porque proviene de fuera y es estimulado desde las administraciones
pblicas y los servicios sociales. Entretanto, el movimiento protestante es gitano, autogestionario e independiente del mundo payo.
El asociacionismo gitano se origina en los sesenta y es promovido por no gitanos desde el mbito de la
Iglesia catlica. Las primeras asociaciones civiles y
aconfesionales aparecen en los setenta y slo lentamente va impulsndose el liderazgo gitano en ellas. Buena
parte de sus problemas provienen hoy de las relaciones
de asimetra que conlleva el sistema de subvenciones,
el paternalismo debido a la tutela que los payos ejercen sobre las asociaciones, la dependencia de los criterios sostenidos por las administraciones pblicas y
el papel de intermediarios con las manos atadas que
cumplen a menudo las asociaciones gitanas (Fresno
Garca, 1991: 2-7). Los lderes protestantes han sido
formados por gitanos, mientras los de las asociaciones
son lderes fabricados por el payo, no reconocidos por
el gitano chabolista (Fresno Garca, 1991: 8). Las iglesias dependen econmicamente de los propios gitanos,
mientras los recursos con los que cuentan las asociaciones se deben por completo a fondos pblicos.
Pasemos a otro tema polmico: el del carcter supuestamente sectario de estos grupos. Dada la vehemencia con la que los gitanos expresan los carismas
y la espectacularidad de sus cultos, tambin resulta
tentador ver en ellos lo que algn autor ha denominado
metadona espiritual del pueblo gitano. En realidad
se trata de un antiguo cctel que combina juicios
de valor y presunto anlisis sociolgico en el abordaje de
las nuevas formas de religin. A veces, los diagnsticos
de los estudiosos no pasan de ser la versin erudita (en
el mejor de los casos) de los infantiles retratos de los
protestantes al estilo Jordn Pemn: Estas manifestaciones o vivencias de los milagros, los gitanos las aceptan enseguida, aunque en el fondo no las acepten. Es
necesario entender al gitano para captar esto; pero lo
que s es verdad, es que el gitano es propenso a creer,
ya que son muy dados a lo misterioso, tienen espritu
imaginativo y, enseguida, creen (Jordn Pemn, 1990:
13-14). Sera esperanzador superar alguna vez la descripcin pueril y estril de estos grupos como sectarios
o manipuladores de la personalidad, y mostrar cmo
la adscripcin a ellos es voluntaria, responde a las
condiciones especficas en las que se desenvuelve la

72

vida de muchos gitanos andaluces y est cambiando, gracias a los propios gitanos, amplias zonas de su
cultura.
Las nuevas iglesias son agrupaciones tnico-religiosas
de un gran dinamismo. Podran estar contribuyendo
indirectamente al proceso de modernizacin y de integracin en la sociedad mayor, a travs del estmulo
constante a la alfabetizacin, el rechazo a los modos
delictivos de subsistencia, al robo y al engao, el cambio de pautas en lo que se refiere al cuidado personal
y la higiene, etctera. Pero esta tendencia sera al menos tan importante como el grado en el que refuerzan
la identidad tnica gitana que, por cierto, no tiene por
qu ir inevitablemente ligada al analfabetismo, la delincuencia, la droga, el hambre o el aislamiento, sino
a un sentido de pertenencia que, segn mi experiencia,
no slo no se pierde sino que se refuerza. Tal vez sea
sa una de las claves del xito de estas iglesias: la defensa y el mantenimiento del corazn de las tradiciones gitanas en el seno de un nuevo movimiento de
renovacin.
A este planteamiento conviene sumar otro: no hay
una identidad gitana, porque los gitanos no son idnticos a s mismos en todas partes y en todas las circunstancias socioeconmicas. Pero este es un problema
ms amplio que tiene que ver con las insuficiencias
tericas que presentan algunas concepciones esencialistas de la identidad de los grupos humanos. Desde
mi punto de vista, en este sentido se hace cada vez ms
difcil sostener posturas segn las cuales el pentecostalismo estara en continuidad con este y aquel
aspecto de la cultura y los valores gitanos, mientras
hara peligrar estos otros rasgos de la identidad gitana. A veces dichos balances acaban con sentencias
previsibles: estos grupos realizan una continuada
destruccin de la identidad, por medio de la segmentacin del grupo, a la par que utilizan una oratoria de
carcter populista, reconformando y reinterpretando
su propia religin en pos de una mayor captacin de seguidores (Anta Flez, 1994: 86). El brillante acercamiento al evangelismo gitano de E. Ardvol concluye,
sin embargo, con la obligada advertencia: Estas nuevas
religiones envuelven una tica fundamentalista que
est en total conflicto con los valores tradicionales
gitanos, a pesar de que aparentemente los refuerzan
(1991a: 26).
El hecho es que los escasos trabajos sobre el tema
suelen enumerar los aspectos de la nueva creencia que
se consideran congruentes con las pautas de la vida
comunitaria gitana y los que la contradicen. Entre
estos segundos destacan los conflictos provocados por
las conversiones, que desuniran a las familias de parientes en favor de la comunidad de fieles. Pero las

Manuela Cantn Delgado

fronteras que separan a conversos e inconversos son


difusas: unos y otros conviven e interactan, y en ese
proceso dinmico las desuniones generan otras frmulas de cohesin, y los nuevos valores interactan
con los viejos modelos, que no se abandonan, sino que
se reformulan. Para Ardvol, aunque el respeto a los
mayores sigue siendo una mxima entre los evanglicos, ya no se trata de una regla de parentesco sino
de una orden divina, porque para los creyentes la
pertenencia a la Iglesia es ms importante que la adscripcin a un linaje y para ellos no debe existir otra
diferencia entre los gitanos que la filiacin religiosa
(1991a: 26). Pero da qu pensar que, aunque modificando justificaciones, la mayora de los valores gitanos
tradicionales no se cuestionen, a excepcin de las conductas que incorporan la violencia. Es cierto que los
pentecostales se sienten separados de un mundo exterior en el que Satans se mueve, un mundo de pecadores que no se salvarn. Se registra sin duda un
sentimiento de superioridad que se reafirma en los
cultos: ellos han visto la luz, han salido de las tinieblas de la ignorancia; los dems gitanos no, viven an
en el pecado. Pero este tipo de discursos tienen ms
bien una eficacia interna. Y dudo mucho que convicciones como stas les lleven a sentirse ms cerca de
aquellos payos conversos que han dejado tambin
atrs las tinieblas, que de otros gitanos por inconversos que permanezcan.
Segn Lagunas, la prctica cotidiana vitalista,
pragmtica y anrquica de los gitanos, expresada en

ceremonias como la boda y en la participacin en fiestas de las que los evanglicos reniegan, entrara en
contradiccin con la moralidad protestante rigurosa
y asctica que prohbe los excesos (drogas, alcohol,
juego), los delitos (robo) y las actitudes inmorales en general (mentira, vanidad, malas palabras). Pero los evanglicos gitanos no reniegan de las fiestas, mucho menos
de las bodas gitanas, que de hecho celebran por el rito
establecido desde antiguo. En stas se sigue viendo
amanecer. Se bebe, aunque no en exceso, y se prohbe
la droga; pero tampoco esta ltima parece una prctica
tradicional de la cultura gitana que haya que preservar.
La Semana Santa es calificada de idoltrica, lo que es
comn a todo el protestantismo y a algunas formas
recientes de catolicismo, y la Navidad se celebra, al
igual que la Santa Cena, como mero recordatorio. La
fiesta acompaa tambin a la presentacin del recin
nacido y de sus padrinos en el culto, aunque slo de
adulto se bautizar, si es su voluntad, por inmersin.
Se renuncia a algunos festejos pero, sobre todo, se modifican algunos significados que la fiesta comporta. La
renuncia a su msica, como expresa tambin Lagunas
para los gitanos catalanes, es interesante. En la Baja
Andaluca el flamenco es el soberbio producto de un
largo proceso de interaccin y mestizaje, y la salida
econmica de no pocos gitanos. Pero los evanglicos
no parecen muy compenetrados con el cante jondo y
los palos del flamenco, slo con las rumbas acaso
por el origen cataln de muchos de los primeros conversos gitanos, los tanguitos y la cancin moderna aflamencada la Nia Pastori, por ejemplo. Hay
quien afirma que el flamenco les recuerda un tipo de
vida en el que las fiestas no se hacan para mayor gloria del Seor sino por el afn de diversin y exceso.
No existe un modo inamovible de ser gitano. La diversidad y el conflicto estn presentes entre los no
conversos aunque se presente a los conversos como
los responsables de escisiones desconocidas y las
divisiones, en cualquier caso, dan lugar a nuevos modos de relacionarse. La vitalidad y la intensidad de la
cultura gitana no es abandonada, slo cambia de escenario. La fuerza misma de los aleluyas se debe a
esa vitalidad, y no hay ms que asistir a los cultos
gitanos para comprobarlo. La presentacin del protestantismo gitano como integrador en la sociedad mayor,
distorsionador de valores gitanos y fuente de desunin, parece dejar fuera unas identidades gitanas inmersas en profundos procesos de cambio, al margen
de lo que los antroplogos consideremos como tradiciones
que quisiramos (aparentemente) perpetuar.
Tal vez hay que empezar a escuchar ms (y mejor)
a los gitanos conversos. Su visin de lo que est ocurriendo en la cultura gitana difiere significativamente

73

Gitanos protestantes. El movimiento religioso de las iglesias "Filadelfia" en Andaluca, Espaa

de lo que opinan algunos observadores, preocupados


como lo est la Iglesia catlica, coincidencia sobre la
que podramos meditar por las rupturas irreparables que el movimiento parece provocar. La alarma
meditica slo arroja mayor confusin. Un pastor gitano de Sevilla, interrogado por la direccin de los
cambios que promueven los pentecostales, reflexionaba
del siguiente modo:
Mira, se nos segrega como protestantes, no se quiere al
evanglico. Se nos excluye por gitanos y ahora tambin

1998

2000

FRESNO GARCA, J.M.


1991

por protestantes, porque Espaa es un pas muy catlico.


All donde hay posibilidad de ayuda social, hay un cura,
y a los evanglicos no nos pueden ni ver los curas. No nos
ayudan. La canonizacin del Ple ha sido oportunista,

cmo se piensan los gitanos, cmo pensar la


religin, en Antropologa. Revista de pensamiento antropolgico y estudios etnogrficos,
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Bautizados en fuego. Protestantismo, discursos
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porque la Iglesia catlica sabe que est perdiendo al gitano, estn asustados y ahora reconocen su culpa, que si

La poblacin gitana en Andaluca. Un estudio


exploratorio de sus condiciones de vida, Consejera de Trabajo y Asuntos Sociales (Junta de
Andaluca), Sevilla.

no se ha ocupado del gitano, que si lo ha rechazado... Y la

HAMILTON, M.B.

familia del Ple es evanglica, fjate t qu irona. Pero por

1995a

otro lado el protestantismo aparta al gitano de las malas


costumbres que nos estn destruyendo. De la droga, las peleas. Eso es verdad, y por ah s puede venir la incorpo-

1995b

racin, ms trabajo, y ms educacin, pero siempre como


gitanos.

Religion and Rationality: Max Weber, en The


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