Homilías de Difuntos.
Homilías de Difuntos.
Homilías de Difuntos.
Homilas de difuntos.
ndice.
Si me voy antes que t".
Funeral de Ama. 22 de Enero del 95
Muerte Joven.
La muerte el "Aguafiestas".
Chico Joven.
Chica joven y deficiente mental.
La Resurreccin.
Tristeza y esperanza.
Aniversario,
Aniversario.
Aniversario, Un difunto.
Aniversario. Varios difuntos.
Celebrar la muerte ?.
Muerte joven.
Una oracin ...... y hasta luego.
Muerte joven.
La ltima palabra ?.
Preparar un sitio. Difuntos - 96.
La vida es un valor. Una vela que se consume.
Difuntos - 96.
Cuando ni la ciencia ni la medicina nos salvan ....
Hoy estars conmigo en mi Reino ...
Persona adulta .... pero aun joven.
Cntaro.
Amn. Aleluia.
Cuando la muerte de un familiar ....
Los cristianos nos reunimos.
No hay duda de que el dolor .........
Muerte violenta. Asesinato.
La vida es un camino.
Nuestra vida est llena de problemas.
Madre joven.
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La Muerte de Jess.
Amigos, hay dos realidades ......
Un acontecimiento triste y ...........
El hombre de hoy ha llegado .......
Dolor con esperanza
Amn. Aleluia. Remodelada.
Muerte Joven.
La vida humana es un misterio, un don
Resulta difcil hablar de la muerte
La muerte del abuelo
Funeral de Piru Gainza (Ex Futbolista)
El valor de la vida
Queremos vivir
La vida es eterna
Vida cargada de frutos
Sembrar para otros. Recoger frutos
Nacer * Morir
Ahorrar para la vida eterna
Paso a la vida
Muerte de tres jvenes en accidente de trfico
Buscar la felicidad
La Muerte: una rama desgajada del rbol
La Muerte Es una prdida fatal?
Funeral de un nio
Silencio y Reflexin ante la muerte
Disfrutar del Paraso junto a Dios
Silencio ante el que sufre
Algunos no tenan que morir nunca
Muerte joven
Angelito del Cielo (Poema)
Oracin a Mara
Falta una estrella
Creemos desde la muerte. (Oracin Responso)
Un amigo trasplantado del cielo
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HOMILA DE FUNERAL.
( Ama : 22 de Enero de 1.995)
HOMILA DE FUNERAL.
( Muerte joven : J )
HOMILA DE FUNERAL.
La Muerte es el Aguafiestas?
HOMILA DE FUNERAL.
(Chico joven).
HOMILA DE FUNERAL.
(Chica joven, invlida y deficiente mental).
HOMILA de Aniversario.
( Aniversario Difuntos)
HOMILA DE Aniversario.
( Aniversario Difuntos)
HOMILA DE Aniversario.
( Aniversario Difuntos : Uno)
HOMILA DE Aniversario.
( Aniversario Difuntos : Varios)
HOMILA DE FUNERAL.
( Celebrar la muerte ? )
HOMILA DE FUNERAL.
( Muerte joven )
HOMILA DE FUNERAL.
( Una oracin y ..... hasta luego )
HOMILA DE FUNERAL.
( Muerte joven )
HOMILA DE FUNERAL.
( La ltima palabra? )
HOMILA DE FUNERAL.
( Difuntos 96. Prepararos sitio )
HOMILA DE FUNERAL.
( La vida es un valor. Una vela que se consume y alumbra)
HOMILA DE FUNERAL.
( Da de Difuntos 96 )
HOMILA DE FUNERAL.
Cuando todo nos falta en esta vida. Cuando ni la ciencia, ni la
medicina pueden salvarnos. Cuando incluso el dinero o el poder no nos
sirven ya para salvar nuestra propia vida. Cuando ni el amor es capaz de
hacer nada ante la muerte de un ser querido... Es cuando la fe alcanza su
mayor fuerza y nos consuela, y nos ilumina y nos ofrece una esperanza.
Cuando todo nos falta en esta vida, es cuando vemos la
necesidad de la fe y el valor que tiene la fe.
Por que es precisamente la fe la que nos asegura que la
muerte no es el final, el paso a la nada, la desaparicin total y definitiva
de nuestros seres queridos.
La fe nos recuerda, sobre todo en esos momentos, que cada
uno llevamos dentro una semilla de vida y de Resurreccin. Necesitamos
morir, ser sepultados, para renacer y resucitar a una vida nueva: mucho
ms hermosa, mucho ms feliz.
Es cierto que la fe no nos elimina el dolor, el sufrimiento, la
muerte, como tampoco lo hizo en Jess; pero s nos hace ver todo ello
con esperanza y hasta con confianza.
La fe en Cristo, muerto y resucitado, es consuelo para saber
aceptar estos tragos amargos de la vida.
Por eso, hoy, a pesar del dolor mantenemos viva la esperanza
en que nuestro hermano no nos ha abandonado par siempre. La muerte
no es un adis definitivo, sino un hasta luego. l nos est ya esperando
con los brazos abiertos para continuar un da junto a nosotros en esa vida
feliz, junto a Dios y en compaa de todos los hombres.
La fe nos ofrece el nico consuelo posible en estos momentos
porque nos abre a la esperanza, al encuentro con alguien, Jesucristo, que
ha vencido el poder de la muerte para resucitar a una vida nueva: feliz y
eterna.
Homila de Funeral.
( "Hoy estars conmigo..." )
Homila de Funeral.
( Persona Adulta - Joven )
Homila de Funeral.
( Cntaro/ Jon )
Homila de Funeral.
(Amn. Aleluia)
Alguien ha dicho que la muerte es el ltimo Amn de esta
vida y el primer Aleluia de la nueva vida. Esta frase para el cristiano es
una verdad y, sobre todo, una realidad. El cristiano sabe que es un
peregrino que camina hacia una meta definitiva. A todos nos gustara que
la vida fuese para siempre, eterna; sin fin. En el fondo ese deseo es el
que nos mueve y nos da ilusin y esperanza en esta vida.
Y nuestra fe cristiana nos viene a asegurar que tenemos toda
la razn en desear que la vida no acabe, que sea eterna. Pero, al mismo
tiempo, nos dice tambin la fe que la vida esta en dos etapas: esta que
vivimos en la tierra y la que contina despus de la muerte en el cielo.
Por eso la muerte es el ltimo Amn y el primer Aleluia. Es
como cerrar una puerta para abrir la otra. Es como pasar de una sala a
otra para seguir viviendo ya para siempre.
Es cierto que no queremos morir, que nos entristece y produce
dolor. Y es natural, es humano. Tambin el mismo Jess sinti miedo
ante la muerte. Nos hemos ido acostumbrando a esta vida. Con los aos
nos vamos apegando a muchas cosas, sentimos cario de muchas
personas. Por eso nos cuesta despegarnos de las personas que amamos y
nos aman y de todo lo que hemos conseguido.
Lo que no vemos es lo que alcanzamos y recibimos despus
de la muerte. La Biblia. la Palabra de Dios, nos dice que no tiene
comparacin: que es mucho mejor lo que recibimos que todo lo que
dejamos.
Homila de Funeral.
Los cristianos nos reunimos en el templo cuando muere un
familiar, un amigo, un conocido. Y celebramos la Eucarista que es el
Misterio de la Muerte y Resurreccin de Cristo, nuestro hermano
mayor: El familiar por excelencia.
Esto tiene un sentido profundo de fe y esperanza. Porque no
celebramos la muerte sin ir acompaada de la Resurreccin.
Tampoco venimos hoy al templo para dar el ltimo adis,
sino el primer saludo de eternidad.
Nuestra fe nos asegura que si nuestro hermano ha padecido la
muerte - se ha asemejado a Cristo en la muerte - tambin se asemeja a l
en la Resurreccin.
Por eso podemos decir que, junto al adis de despedida,
tambin estamos convencidos que Dios le ha dado el saludo de Nueva
vida, el saludo de eternidad.
Eso es lo que queremos expresar con nuestra presencia en el
templo y con la Celebracin de la Eucarista: Dios Padre ha recuperado
para siempre a su hijo, lo mismo que recuper a Jess, al
resucitarlo para siempre. Es la esperanza, y el consuelo que nos
infunde la fe.
Homila de Funeral.
No hay duda de que el dolor, la enfermedad y, sobre todo, la
muerte parecen ser algunas de las pocas situaciones que nos acercan a las
personas. Estimulan nuestra solidaridad y nuestra sensibilidad.
Porque es cierto tambin que la vida nos asla, nos separa y
hasta nos divide. Cada uno vamos a lo nuestro indiferentes ante casi
todos los que nos rodean. Al menos vivimos distantes unos de otros.
Hoy nos hemos reunido en un sentimiento solidario. En buena
parte queremos expresar con nuestra presencia todo lo que no hemos
sido capaces de manifestar a nuestro hermano ........... mientras
ha
vivido entre nosotros y a su familia.
Nuestra presencia de hoy tambin quiere manifestar que
sentimos el dolor de esta familia y que estamos a su lado, cerca de ellos.
Que pueden disponer de nosotros. Tal vez estos sentimientos sean poco
duraderos. Pronto nos envuelve la vida diaria con sus problemas y
preocupaciones. Pero eso no quita que ahora nuestro sentimiento sea
sincero. A todos nos une ahora un sentimiento de amistad, de dolor.
Para los creyentes es esperanzador saber que ha habido
Alguien: Jess de Nazaret que fue Resucitado por Dios. Y estamos
convencidos, por la fe, que tambin nosotros vamos a ser resucitados.
Por eso, la muerte no tiene la ltima palabra. la ltima
la tiene Dios Padre y es Resurreccin.
Homila de Funeral.
( Muerte violenta - Asesinato ).
Nos horrorizamos cuando omos que los antiguos ofrecan
vidas humanas a sus dioses. Hoy da, aunque de otra forma, seguimos
sacrificando personas, vidas humanas a nuestros dioses modernos: el
dinero, el odio, el inters personal.
Dios hecho hombre en Jess ha dejado de ser Dios y otros
dioses se han adueado de nuestro corazn. Y les hacemos altares
ofrendas; incluso vidas humanas.
Estas son las consecuencias, esto es lo que nos exigen los
dioses que hemos fabricado para satisfacer nuestros intereses egostas.
El hombre, la persona humana, la vida humana, ya no son el
bien, el valor fundamental que hay que defender y conservar por encima
de todo lo dems. Otros dioses se han apoderado de nosotros
y les damos ms valor.
Jess, el Hijo de Dios, no tuvo ningn miedo en poner a la
persona humana por encima de todo, de la Ley, la Religin y el Templo,
del dinero y el poder.
Luch contra la injusticia como el que ms, luch por la
libertad y la paz. Defendi la solidaridad humana y, al mismo tiempo, 1a
pluralidad y la dignidad de cada persona.
No us armas, mejor dicho, sus armas preferidas fueron el
amor
y el perdn. Slo con ellas se puede llegar a crear un mundo mejor
para todos.
Desterremos el odio y llenemos el vaco de amor. Dejemos 1a
venganza y pongamos en prctica el perdn.
Homila de Funeral.
( La vida es un camino ).
Homila de Funeral.
Nuestra vida est llena de problemas, de dificultades, de
malos ratos; pero ninguno alcanza el dolor y la tristeza de la muerte.
Podemos decir que todo es soportable y llevadero comparado con la
muerte.
Un ser querido que se nos pierde en este misterio de la
muerte.
La Iglesia, como madre que es, siente y se duele ante la muerte de
un hijo suyo. Tambin para la Iglesia es un duro golpe la muerte de un
hijo suyo.
Por eso, la Comunidad Parroquial rodea al que muere, pide
por l y le acompaa con su amor y su plegaria para su encuentro con
Dios.
"En tus manos, Padre de bondad, encomendamos el alma de
nuestro hermano". Es como decirle ahora a nuestro hermano .............
te seguimos queriendo y amando; pero t te vas y tu partida nos
deja
tristes. Sin embargo, a pesar de nuestro dolor, sabemos que te
dejamos en mejores manos. Esas manos de Dios que te reciben y te
abrazan son un lugar mas seguro que todo lo que nosotros te podemos
ofrecer ahora.
Dios Padre, te quiere como nosotros no hemos sido capaces
de amarte. En l te dejamos confiados.
Y esta confianza que depositamos en Dios no es un puro
sentimiento; confiamos en Dios porque l ha Resucitado a Jesucristo v
nos ha dado su palabra divina de resucitar tambin a todos nosotros.
Por eso decimos ahora confiados: "Recuerda a tu hijo a quien
has llamado a tu presencia. Concdele que as como ha compartido ya la
Muerte de Jesucristo, comparta tambin con l la gloria de su
Resurreccin" .
Homila de Funeral.
( Madre joven )
"Hoy estars conmigo en el Paraso". En momentos como este
es cuando la fe; nuestra fe cristiana adquiere todo su valor y su fuerza.
Esta fe que, es cierto, no nos evita el dolor, el sufrimiento, la
amargura; como no le evit a Cristo en la Cruz. Pero que s nos da un
consuelo, una esperanza que nos ayuda a seguir viviendo, porque
sabemos que no te hemos perdido para siempre. Que volveremos
encontrarnos un da.
Estoy seguro de que t .......... no quieres vernos tristes.
Quieres que sigamos viviendo con esperanza, con ilusin.
Nos quieres ver felices, con la felicidad que T, ahora tienes. T te has
adelantado. Y sufrimos por tu ausencia, porque te queramos junto a
nosotros. Te necesitbamos junto a nosotros.
Nosotros pedimos por ti, y t pides por nosotros. Desde
el cielo nos ves y nos animas. Seguiremos tus consejos: esos consejos
que siempre nos estabas dando. No lo vamos a olvidar.
Nos hubiese gustado seguir viviendo contigo. No ha podido
ser as. Pero no te vamos a olvidar. Sabemos que tampoco t nos vas a
olvidar.
Nos ests esperando con los brazos abiertos. Como nos
esperabas a la salida del cole y te ponas intranquila cuando llegbamos
un poco tarde.
Volveremos a encontrarnos para se siempre felices y estar
siempre juntos.
Homila de Funeral.
Amigos: uno de los mejores textos del evangelio que
podemos leer en la Celebracin Cristiana de la muerte es, ciertamente,
este que acabamos de escuchar: la narracin sobria e impresionante de la
muerte de Jess de Nazaret. No hay nada que pueda iluminarnos mejor el
sentido de la muerte, ni nada que nos pueda consolar tanto, como este
relato de los ltimos momentos de la viva de nuestro Salvador. Porque
todo lo que podemos decir, en cristiano, acerca de la muerte, lo debemos
referir a la Muerte de Cristo y todo lo que debemos hacer para aceptarla
como cristianos es imitar la muerte de Cristo, no precisamente en sus
detalles externos, pero s en su actitud profunda.
Y la razn de ello la tenemos en que el Seor no ha querido
ofrecemos explicaciones sobre el por qu de la muerte, ni tampoco
respuestas tericas a la cantidad de preguntas que se nos presentan sobre
la muerte; pero s ha hecho mucho. Y ha hecho mucho, porque durante
su vida la combati duramente: curando enfermos y resucitando muertos.
Y, por si ello fuera poco, l mismo quiso morir como muere toda
persona humana. Y su Muerte fue y es la mejor leccin que nos poda
dar para disipar nuestros temores ante la dura y triste realidad de la
muerte.
Ante la Muerte de Cristo no cabe otra cosa, sino el silencio y
la gratitud. Silencio porque nunca llegaremos a comprender el Misterio
de su Muerte como un malhechor. Gratitud, porque, a partir de la Muerte
de Cristo, la muerte del hombre adquiere un sentido nuevo,
insospechado. Se puede decir que la muerte ya no es la muerte, es decir,
el fracaso total, la aniquilacin de la persona, el final. La muerte es el
paso a la vida.
Podemos afirmar que Cristo muri para matar, para vencer a
la misma muerte: por eso la vida de Cristo no termin en la Cruz, sino
en el triunfo de la Resurreccin. Su Muerte no fue mas que el paso
definitivo a la verdadera vida.
Homila de Funeral.
Amigos: Hay dos realidades que las estamos viendo
continuamente y que, sin embargo, no acabamos de aceptarlas ni siquiera
de comprenderlas totalmente. Se trata de la vida y la muerte.
Vivimos y no sabemos ni para qu vivimos, no
comprendemos el sentido profundo de nuestra existencia en la vida.
Aspiramos a vivir, queremos todos vivir y muchos no sabemos para qu.
Y la muerte es la otra realidad que, a pesar de estar viendo
con tanta frecuencia, tampoco la comprendemos.
Es que una y otra, vida y muerte, estn tan unidas, tan
relacionadas entre si que podemos decir que son dos partes, dos
momentos de la persona, que no se pueden separar.
Vivimos para morir y morimos para vivir. No es un juego de
palabras. Es una de las verdades fundamentales de nuestra fe. " El que
quiera salvar su vida, la perder; pero el que pierda su vida, por mi, la
encontrara". (Mt. 16,25).
"En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae
en la tierra y muere, quedara solo; pero si muere, dar mucho fruto".
(Jn.12, ). "El que ama su vida, la pierde; pero el que aborrece su vida en
este mundo, la conservar para la vida eterna". ( Jn. 12, ).
De la muerte brota la vida; como de la muerte de Cristo en la
Cruz brot la Resurreccin a la vida eterna. La vida del hombre es como
la semilla, como ese grano de trigo que se siembra bajo tierra, que se
pudre y muere, pero que al punto brota par una nueva vida mucho mas
fructfera y productiva.
Qu es lo que tiene que morir en nosotros para vivir
eternamente?.
Tiene que morir todo lo que tendremos que dejar con la
muerte.
Homila de Funeral.
Hermanos: un acontecimiento triste y doloroso nos ha reunido
en este lugar: la muerte de un familiar, amigo, conocido nuestro.
Ya es algo tristemente significativo que tengan que ser estas
la nicas ocasiones en las que llegamos a reunirnos, a vernos, a poder
charlar un rato, los que tropezamos muchas veces en la calle, en el
trabajo y no nos detenemos ni un solo momento para hablar.
Estamos metidos en una vida tan ocupada, tan atareada que
tienen que llegar estas ocasiones para poder detenernos un rato, dejando
incluso las cosas y trabajos que nos parecen imprescindibles y urgentes.
Digo que es tristemente significativo, porque, me parece que,
como cristianos, tambin es triste que para muchos sean los entierros
los nicos momentos en los que entramos en la iglesia; para otros,
bastantes tambin, los nicos momentos en los que nos paramos a pensar
en otra cosa que no sea el dinero, el bienestar, la comodidad, el vivir
bien.
Para algunos puede que sea el momento en que caen en la
cuenta de que esta vida no es todo para la persona, porque la muerte
acaba con todos los proyectos y todas las ilusiones de la persona.
S, amigos, la muerte es algo duro y triste, pero puede ser una
llamada de Dios a quienes no escuchamos todas las dems llamadas que
nos hace en la vida ajetreada que llevamos.
No pensis que quiero meter miedo: lo que trato es de haceros
pensar que las personas estamos para algo mas que comer, ganar
divertirnos.
Podemos hacer cosas mucho mas importantes en esta vida,
como son la preocupacin por los dems, construir una sociedad ms
justa y ms libre y, sobre todo, podemos amarnos unos a otros haciendo
que esta vida sea ms feliz, ms alegre, ms digna para todos.
Por qu encerrarnos en nuestro orgullo o en nuestro
egosmo? Por qu separarnos u odiarnos, si podemos unirnos y
amarnos .
Homila de Funeral.
El hombre de hoy ha llegado o est llegando a creerse dueo
y seor de todo. La ciencia, la tcnica, el progreso y sobre todo, el dinero
nos estn dando una seguridad ante la vida y los problemas.
Estamos convencidos de que tarde o temprano seremos dueos de
todo lo que nos rodea y dominaremos todo.
Pero llega la muerte y nos deja tambaleando. La muerte
rompe todos nuestros proyectos y termina con esa seguridad que
creamos tener.
Y la muerte no es ms que el aviso de que somos personas,
somos criaturas; es decir, somos de Dios. Quermoslo o no; la vida no
nos pertenece en propiedad absoluta. Slo Dios es dueo y seor de la
vida y de la muerte.
Esto que parece una tragedia inevitable para la persona
humana,
no lo es para quien tiene fe: Porque la fe nos asegura que es posible
poseer la vida y hasta dominar la muerte misma.
La fe nos muestra a Cristo como el hombre que has sido
capaz de vencer a la muerte, porque en todo momento ha sido dueo de
si mismo durante su vida.
Es ms. l ha prometido ese mismo poder sobre la muerte
todo el que siga sus pasos en la vida, porque todo el que cree en l ya
tiene la vida eterna.
Por eso no hay mas que un medio de vencer a la muerte, de
resucitar a una vida eterna: Creer en Cristo es la condicin para vivir con
la seguridad de resucitar.
Y creer en Cristo es ms que admitir unas verdades o cumplir
unos ritos y obligaciones. Creer en Cristo es tratar de vivir su misma
vida, es comprometerse, como l, por la defensa de los pobres y
necesitados.
Es abrirse a los dems, no para servirse de ellos, sino para
servirles y ayudarles.
Una persona as, una vida as, no puede terminar en la muerte,
sino en la Resurreccin, como Cristo.
Homila Funeral
Homila de Funeral.
(Amn. Aleluia)
Remodelada
Homila de Funeral
( Muerte joven )
La
(Ex Futbolista)
buenos amigos,
Hoy estoy seguro de que saboreas tu mejor y mayor triunfo: dar la
mano a Dios Padre que te entrega el mejor trofeo que has podido
conquistar: el abrazo y el beso de Dios Padre y la aclamacin jubilosa de
todos los amigos de Dios en el Cielo.
Si hoy te hiciesen una entrevista para los medios de comunicacin:
- Cul ha sido tu mejor triunfo y tu mejor recuerdo?, estoy
seguro que tu respuesta sera:El encuentro con Dios es sin duda el mejor de todos.
Merece la pena vivir para resucitar y encontrarse con un Dios que
es todo amor y felicidad.
El valor de la vida
La muerte de una persona es triste, duele, se siente. Si se trata de
un familiar, de un amigo, duele mucho ms. Y es normal, es humano
que suframos ante la muerte.
Y es que la vida, toda vida, es un bien, es un valor que no tiene
precio. Es un regalo que recibimos de Dios, el mejor regalo que se
puede recibir. El regalo ms apreciado y querido por todos. Adems es
un regalo para siempre. Un regalo que tenemos que cuidar y conservar
con esmero, a veces con verdadero esfuerzo y sacrificio.
Pero llega la muerte, y tenemos la impresin de que perdemos este
regalo de la vida que hemos conservado con tanto cario. La muerte
parece robarnos algo que lo queramos para siempre.
Dios no puede darnos un regalo tan valioso como es la vida, para
despus quitrnoslo por capricho.
Queremos vivir
No hay duda de que todos queremos vivir, vivir intensamente, a
pleno pulmn, siempre. La persona es capaz de cualquier cosa con tal de
vivir, de salvar la vida,
Creo que es el nico momento en que somos capaces de darlo todo,
de gastarnos hasta la ltima peseta por conservar la vida.
Pero quiz lo que no tenemos claro, lo que no sabemos bien es qu
vida es la que queremos salvar. Porque a pesar de que hemos progresado
tanto, no hemos llegado a conocer lo que es la vida de una persona.
Y es que, lo que nosotros llamamos vida, vivir, disfrutar de la vida,
no es toda la vida humana.
La vida es eterna
No hay nada tan humano, tan natural, tan normal como la muerte, y
al mismo tiempo, nada que nos cueste ms el aceptarla que la muerte.
A primer vista nos puede parecer que lo que nos falta es fe y
confianza en Dios.
Pero, como digo, nunca nos acostumbraremos a la muerte. Y no
por falta de fe. Tampoco Jess, el propio Hijo de Dios, acept con gusto
la muerte: Si es posible, reza a su Padre, que no tenga que morir. Y
llega a sudar gotas de sangre en el Huerto de los olivos.
Llevamos dentro de cada uno ese deseo de inmortalidad, de una
vida sin fin. Buscamos con todas nuestras ganas la felicidad. Por eso
vemos la muerte como algo que se opone y nos rompe nuestras ansias de
eternidad.
Y Dios sale a nuestro encuentro para decirnos que la muerte no es
el final de la vida; que la vida sigue despus de la muerte. Que la ltima
palabra sobre la persona y la vida no la tiene la muerte, sino la Vida.
No morimos para siempre, sino para resucitar, para cambiar nuestra
vida de aqu por esa vida que ya no tendr fin.
Nunca nos
Nacer = Morir
Es curioso que a las personas nos pase lo mismo, exactamente lo
mismo a la hora de nacer y a la hora de morir.
Dicen que la sensacin del nio al nacer, al verse obligado a dejar
el seno materno y nacer, es la misma que siente la persona al morir.
El nio se encuentra feliz en el seno de su madre. Para es , la
vida, el mundo entero. No conoce otra forma de vida. Poco a poco se ha
ido acostumbrando y llega un momento en que est a gusto, es feliz.
Cuando le llega la hora de tener que dejar su mundo, tiene la
sensacin de que todo se acaba, de que va a morir; no va a poder vivir de
otra forma. Para l no hay ms mundo que el que conoce, ni hay otra
vida fuera del seno de su madre.
Para los que ya hemos pasado ese momento y vemos desde fuera,
desde el ms all del seno materno, sabemos que es todo lo contrario;
que la vida ms completa, ms libre est precisamente afuera, en el
mundo. Lo otro nos parece un paso, una etapa, necesaria para
desarrollarnos y poder vivir.
Yo me pregunto:- No ser lo mismo con la muerte?.
Esa
sensacin de morir para siempre no ser que miramos slo a esta vida
que conocemos?
Cristo Resucitado nos est diciendo que hay vida despus de la
muerte: Que al morir nacemos a otra forma de vida, que no todo termina
con la muerte.
l es la Resurreccin y la Vida para siempre.
Paso a la Vida.
Nos ha reunido hoy en esta Iglesia un hecho triste, doloroso. La
muerte de un ser querido es un duro golpe que duele en el alma, en lo
ms profundo de nuestro ser.
Da la impresin de que todo se nos derrumba. La misma fe en
Dios Padre se nos pone en crisis. Nuestras ilusiones, nuestros
sentimientos, nuestro amor se oscurecen y se tambalean.
Es natural, es humano. No tenemos que avergonzarnos de ello.
Hemos sido creados para vivir, para ser felices, y la muerte nos arranca
lo que ms apreciamos: la vida y la felicidad.
Yo creo que nos pasa como a esas personas que no han salido
nunca del pueblo. No conocen ms que su pueblo y un poco de los
alrededores. Creen que eso es el mundo. Han odo hablar de otros
lugares, pero, para ellos el mundo es lo que conocen y viven
Algo as nos sucede. Hemos odo hablar de Dios, del ms all, de
la Vida Eterna; paro para nosotros la vida es esta y la muerte nos la quita.
Solamente la fe nos asegura, nos garantiza que la vida no acaba en
la muerte sino en ms vida y ms felicidad.
Esto es lo que pedimos hoy para nuestro hermano difunto.
Accidente de trfico.
23I-95
Buscar la Felicidad
Las personas buscamos una seguridad ante el futuro y no acabamos
de lograrla. Siempre tropezamos con lo mismo: la muerte. Y no
escarmentamos.
Cada uno a su manera, pero todos andamos buscando una felicidad
cada vez mayor. Y dedicamos prcticamente todas las horas del da y
toda la vida a l mismo: ser felices. Y difcilmente la conseguimos.
El fallo puede estar en lo que entendemos cada uno por felicidad y
por tanto en los medios que ponemos para conseguirla.
Para unos sin duda alguna la felicidad est en el dinero, para otros
ser la familia, o el ser famosos o poderosos. Pero si alguna vez hemos
llegado a conseguir eso que buscbamos con toda la ilusin, al momento
nos damos cuenta de que nos falta algo ms y seguimos luchando por
lograrlo, y as no paramos nunca, porque nunca alcanzaremos ser felicesfelices.
Cristo nos propone un camino para conseguir la felicidad. A
primera vista nos parece una locura y hasta una tontera. Pero lo cierto
es que l sigui este camino y hoy podemos considerarle como el
hombre que ha conseguido ser feliz en plenitud. De tal forma que para
l ni la misma muerte fue un obstculo que le arranc la felicidad, sino
la ltima puerta que le abri a la autntica y completa felicidad.
Es cierto que el camino de Cristo, su evangelio, su vida, no fue
precisamente un camino de rosas, pero le llev a conseguir eso que todos
buscamos,
Si conocemos un poco el evangelio, enseguida nos damos cuenta
dnde est el secreto de la felicidad, el plano para conseguir este tesoro:
el secreto de la vida de Cristo fue y es el Amor: amor a Dios y amor a
los hombres; amar a las persona hasta las ltimas consecuencias. Si es
preciso hasta perder nuestra vida para ayudar y servir a los dems.
Es difcil porque todos estamos cargados de egosmo, pero este es
el camino y no hay otro.
Funeral de un nio
Casi estoy seguro de que en estos momentos todos pensamos
lo mismo: Por qu tienen que suceder estas muertes?
Ante una situacin como esta que estamos viviendo, los creyentes
acudimos, recurrimos a nuestra fe. Es nuestra fe en Dios Padre, la nica
que nos puede abrir una puerta de consuelo, de esperanza, de luz.
Dentro del dolor que sentimos, nuestra fe en Dios que es Padre y
Madre, que es Hermano y Amigo nos dice que .......... ha encontrado
pronto, demasiado pronto para nosotros, los brazos, el corazn la ternura
y el amor de Dios en el cielo. Goza ya de la felicidad para siempre junto
a su Buen Padre Dios, junto a su nueva Madre Mara.
Es cierto que la fe no nos oculta el dolor, el sufrimiento. Pero s
nos ayuda a no caer en a desesperacin. Nos deja una luz de esperanza.
Tenemos a .......... en el cielo. Un enviado nuestro junto a Dios.
Fue nuestra alegra y felicidad aqu en la tierra, es ahora un adelantado
en el cielo.
Estoy seguro de que nos mira y nos anima para que sigamos
viviendo con fe, con esperanza e ilusin.
Creo que situaciones como esta que estamos viviendo deben
despertar nuestra conciencia, nuestra sensibilidad, nuestro sentido
humano y cristiano.
Y nos debe animar a ayudar en todo a nuestros nios. A esas
personas pequeas e indefensas que viven junto a nosotros. Todo lo que
hagamos por ellos es poco. Son, o deben ser la alegra e ilusin de
nuestras familias.
Vamos a dejarles nacer. Vamos a ayudarles a vivir. Que nunca
mueran, Seor.
Hoy se nos ha ido uno pequeo e inocente. Nuestro dolor es
grande, pero vamos a tratar de aminorarlo un poco ayudando a todos los
nios que quedan a nuestro alrededor, o a los que sufren en el mundo.
cargadas de amor.
Hay personas que no tenan que morir nunca porque las
necesitamos como ejemplo y modelo para poder mirarnos en ellos como
en un espejo que refleja bondad por todas partes.
Por eso tenemos que hacer que sigan viviendo entre nosotros,
porque merece la pena continuar su amor, su fe, su actitud de servicio y
generosidad. Su casa estuvo siempre abierta a todos, su corazn ms
abierto aun. Cristiano de cuerpo y alma. Sencillo y carioso, atento y
cordial, as ha sido nuestro hermano.
Muerte joven
Si ya de por s la muerte es siempre algo triste y un golpe duro,
Qu vamos a decir cuando el que muere es un joven en la plenitud de
su vida?. Nos faltan palabras de consuelo, no sabemos ni qu hacer, ni
qu decir.
Qu vamos a pedir a un Dios que tambin en la plenitud de su
vida muere en una Cruz?
Es el gran Misterio de la vida humana. Todo sera de otro modo si
no existiera la muerte. Pero esta es la realidad de la persona y lo
absurdo sera no querer aceptarla.
Quiz el gran error est en no querer o no saber aceptar o
comprender el sentido de la muerte en las personas humanas.
Ante casos como este, yo no puedo sino dirigirme a Dios, pero no a
ese Dios lejano del cielo, sino al Dios encarnado en Cristo Crucificado y
Resucitado. Si todo un Dios no ha sido capaz de librarse de la muerte
de qu le podemos acusar? Qu le vamos a pedir a un Dios que ha
sufrido la muerte como uno ms?
De lo que s estamos seguros es de que su muerte no ha sido intil,
su muerte no ha sido un fracaso total, que su muerte no le ha robado la
vida para siempre.
No hay muerte sin resurreccin y esto es lo nico que nos puede
consolar e infundir esperanza. La muerte nos separa a las personas
queridas, pero no para siempre. Un da volveremos a encontrarnos y a
gozar una nueva presencia en una nueva vida.
Es la fuerza de la fe en un Cristo que ha Muerto y ha Resucitado la
nica que puede consolarnos en estos momentos. Todo lo dems sern
palabras vacas, falsas esperanzas, consuelos pasajeros.
nicamente la fe da cierta luz, cierta esperanza, cierto consuelo y
cierto nimo para seguir adelante.
Dios ha venido a compartir nuestro dolor.
Oracin a Mara
Mara, Madre de Dios y Madre nuestra,
Tu sabes lo que es perder a un hijo,
por eso nos comprendes y sufres con nosotros.
No te olvidas de tus hijos,
y ests siempre al lado de los que sufren.
Aydanos a superar nuestro dolor.
Danos tu consuelo maternal.
Danos nimos para seguir adelante,
y cuida Tu misma a nuestro querido hijo.