Globalización Pablocarriedo - Latinoamerica
Globalización Pablocarriedo - Latinoamerica
Globalización Pablocarriedo - Latinoamerica
1)
80 para el resto la oposicin poltica del continente, la subsistencia del rgimen encontr un
gran apoyo en el sistema de la guerra fra y la ayuda venida desde la URSS en petrleo y
mercados para los productos que se producan, principalmente la caa de azcar que no
encontraba fuera de los lmites del bloque del este colocacin comercial, salvo en Espaa; pero
tambin dentro de la propia isla las iniciativas para un saneamiento general de la economa
para hacerla revertir en un sistema ms igualitario pasaron por una reforma agraria, la llamada
Revolucin Tcnica, motor de las nuevas industrias cubanas, y el establecimiento de un
sistema social que inclua de forma primordial la educacin y la sanidad gratuita, inslita no
slo en el contexto del resto de pases del contexto latinoamericano, sino tambin frente a los
propios EEUU.
diferentes formas. Igualmente las editoriales Siglo XXI, Zigzag, Nacimiento, Sudamericana, han
contribuido a este puente; y, merece ser destacada, por ser la precursora de la llegada a
Espaa de esta vanguardia literaria, Seix-Barral, con su premio Biblioteca Breve, que dio inicio
con el autor peruano Mario Vargas Llosa como primer representante de la Latinoamrica
literaria en nuestro continente; tras l, Gabriel Garca Mrquez, Roa Bastos, Guillermo Cabrera
Infante, Jos Donoso, Carlos Fuentes, Julio Cortzar, Alejo Carpentier, entre otros, que dieron
en conformar un grupo literario muy heterogneo, ligado principalmente por el xito comercial
espontneo en el mercado occidental, lo que se ha denominado el boom de la narrativa
hispanoamericana. Carlos Barral revela en sus memorias el cmo del nacimiento del proceso
de vinculacin de la literatura espaola con los autores hispanos del cono sur:
Sin que nadie se lo hubiera propuesto con verdadera determinacin, el premio era al
cabo de los aos un puente literario transatlntico, practicable slo para una cierta
literatura, digamos que de mi gusto y manas, que se pretendi vanguardia de una
literatura con vocacin universal. El Premio Biblioteca Breve y despus el Barral de
Novela, que pretendi ser lo mismo, juntaba en el jurado a escritores amigos y a
premiados, con exclusin expresa de los premiables. [...] Cuando el premio coronaba
escritores espaoles como Juan Mars o Juan Benet, los inscriba tambin en la
nmina de la modernidad hispanoamericana y los propona a un desconocido lectorado
extraterritorial. Aquel premio comenz siendo un instrumento de maniobra editorial y
termin en maravilloso juguete de la cultura. xxx
El conocido como boom, vistos los criterios que lo articularon desde hoy, puede definirse como
una operacin comercial destinada a integrar en el mercado occidental la rica industria literaria
latinoamericana; los autores que coincidieron en el fenmeno expansivo guardaban entre ellos
muy pocas similitudes ideolgicas como para poder hablar de un grupo cohesionado por la
manera de hacer literatura. Carlos Fuentes, Cabrera Infante, Vargas Llosa u Octavio Paz, han
mantenido posiciones ideolgicas que tienden hacia una relajacin de la crtica social en base
a los presupuestos ideolgicos occidentales, lo que les ha valido la crtica de otros compaeros
de promocin ms vinculados a la lucha social en el contexto latinoamericano xxxi . John Beverly
interpreta este movimiento literario del boom como un reflejo de la modernizacin econmica
de los pases latinoamericanos desde el pensamiento liberal del capitalismo y la economa de
mercado:
En su mayora los autores del boom, como su pblico nacional y continental,
pertenecen a las capas medias de profesionales, tcnicos, maestros, etc., nacidas de y
nutridas por el proyecto de modernizacin. Sus libros, artculos y entrevistas circulan a
travs de los nuevos medios de comunicacin masiva y de comercializacin de libros,
dominados ms y ms por el capital transnacional. Su produccin literaria se vuelve
otro artculo de consumo ms, otra mercanca cultural, al estilo del best-seller
norteamericano xxxii .
A la narrativa del boom se le ha atribuido un acontecimiento histrico, hito para explicar su
naturaleza, condicionando, a juicio de los crticos xxxiii , su desarrollo y su visin general sobre los
aspectos sociales de Amrica Latina; el triunfo de la revolucin en Cuba dio un giro a la lucha
poltica contra el capitalismo norteamericano y a la concepcin cultural que la acompaaba.
Los esfuerzos de las fuerzas de izquierdas opositoras en todo el continente (Guatemala, Santo
Domingo, Brasil, Bolivia, Uruguay, Colombia, El Salvador, Argentina, Per..., adems de la
victoria de la Unidad Popular de Allende, derrocada por el golpe y la revolucin nicaragense,
demolida por el intervensionismo), encontraron, tras numerosas derrotas, un referente en el
propio espacio latinoamericano que pudo desligarse econmicamente y socialmente del
imperialismo:
Fundamentalmente la revolucin cubana ense a nuestros pueblos que el retrato del
hombre latinoamericano propuesto por el imperio, era una caricatura, una deformacin
que slo convena a sus propsitos de saqueo. Con la revolucin cubana comenz,
pues, una nueva manera, experimental e imaginativa, de llevar adelante una poltica
antiimperialista. Curiosamente, la literatura latinoamericana (en particular la narrativa,
pero tambin aunque en menor grado la poesa y el teatro) rompi asimismo con los
viejos moldes, con la vieja retrica, con la vieja rutina, y se lanz con entusiasmo a
experimentar xxxiv
La relacin directa del triunfo de la revolucin y la renovacin literaria como modelo de un
nuevo planteamiento cultural queda descrita en la propia naturaleza del movimiento insurrecto
contra el rgimen de Batista. El terico socialista britnico Tony Cliff analiza en su trabajo
Marxismo y revolucin en el Tercer Mundo xxxv la naturaleza de la revolucin cubana y los
grupos sociales que intervinieron en su triunfo; para Cliff el fracaso de la huelga convocada por
Castro el 9 de Abril de 1958 es un ndice de las clases sociales impulsoras del movimiento:
El campesinado [mayoritario en Cuba] apenas fue involucrado en el ejrcito de Castro.
Hacia Abril de 1958, el nmero total de hombres armados al mando de Castro era de
180 aproximadamente y, en el momento de la cada de Batista haba aumentado
solamente hasta 803. Los cuadros de los grupos de Castro eran intelectuales. [...] La
importancia de los intelectuales en un movimiento revolucionario est en proporcin
directa al retraso general econmico, social y cultural de las masas de las cuales
emerge. [...] Como nico sector de la sociedad no especializado, la intelectualidad es la
fuente obvia de una lite profesional revolucionaria, aparente representante de los
intereses de la nacin y contraria a los intereses en conflictos de seccin o de clase.
Por aadidura, ste es el sector de la sociedad ms imbuido de cultura nacional; los
campesinos y trabajadores no han tenido nunca ni el tiempo libre, ni la educacin para
ello.
La revolucin cubana, ms all de su promocin exclusivamente nacional, sirvi de puente de
confluencia para las aspiraciones antiimperialistas de Amrica Latina y buena parte de otros
pases del Tercer Mundo; desde esta perspectiva puede explicarse la superacin de las
fronteras y peculiaridades nacionales de los diferentes autores ms concienciados socialmente,
y la puesta de su mirada en la direccin del proceso que se gestaba en Cuba. El poeta chileno
Pablo Neruda apunta en sus memorias en 1974:
A Amrica Latina le gusta mucho la palabra esperanza. [...] En la realidad esta
esperanza es algo as como el cielo prometido, una promesa de pago cuyo
cumplimiento se aplaza. Se aplaza para el prximo periodo legislativo, para el prximo
ao o para el prximo siglo. Cuando se produjo la revolucin cubana, millones de
sudamericanos tuvieron un brusco despertar. No crean lo que escuchaban. Esto no
estaba en los libros de un continente que ha vivido desesperadamente pensando en la
esperanza. [...] Desde entonces hemos adelantado mucho en este camino de la
esperanza vuelta realidad xxxvi .
El uruguayo Eduardo Galeano, pone su mirada sobre el frente cultural abierto en Cuba y
proyectado a otras zonas tercermundistas sosteniendo en 1989:
Qu habra sido de Angola sin los cincuenta mil cubanos que desde hace aos la
defienden contra los racistas de frica del sur, a cambio de nada? Qu habra sido de
Nicaragua sin los mdicos y los maestros y los tcnicos que, a cambio de nada, acuden
desde Cuba? En cuntos pases los cubanos han sido los primeros en llegar, a
cambio de nada, a la hora de hacer frente a una peste, un huracn o un terremoto?
Cuntos muchachos latinoamericanos y africanos se estn educando, en Cuba, a
cambio de nada? En estos treinta aos, Cuba ha derrotado su hambre, ha multiplicado
la dignidad latinoamericana y ha dado un continuo ejemplo de solidaridad al mundo xxxvii .
El tambin uruguayo Mario Benedetti comenta con respecto a la labor cultural y editorial en el
continente en 1968:
Las grandes ciudades latinoamericanas se han convertido en los ltimos aos, en
importantes mercados del libro: sobre todo Buenos Aires, pero tambin Mxico,
Santiago, San Pablo, Montevideo. Si no menciono La Habana, es porque en Cuba la
produccin editorial no obedece a razones comerciales y, en consecuencia, no soporta
el agobiante peso de la publicidad; la extraordinaria consecuencia de enfrentar el libro
directamente con su lector, sin la intermediacin de la propaganda comercial, es que la
mayor parte de los ttulos que se publican en Cuba se agotan en pocos das, pese a
que sus tiradas son considerablemente mayores que las de otros pases
latinoamericanos con poblacin ms numerosa xxxviii .
El argentino Julio Cortzar reflexiona en 1984 acerca de la funcin de la literatura y su relacin
con el espacio social que la rodea en estos trminos:
No hay que hacerse ilusiones sobre el nmero total de los lectores latinoamericanos;
con la sola y admirable excepcin de Cuba, es insignificante en relacin con las
grandes masas total o parcialmente analfabetas. Pero dentro de este panorama ms
que negativo, es perceptible en estos ltimos veinte aos el aumento, a veces
vertiginoso, del nmero de lectores que siguen de cerca la obra de nuestros escritores,
y entre ellos predominan largamente los que buscan en esa lectura algo ms que
distraccin u olvido. Su lectura es cada vez ms crtica y ms exigente, y tiende a
incorporar la literatura a un terreno de experiencia concreta, de testimonio y de
accin xxxix .
Los autores latinoamericanos vean que la lucha contra el imperialismo pasaba tambin por la
construccin de una cultura y unas bases para una educacin que erradicara el analfabetismo,
una de las fuentes principales en las que se apoya la explotacin capitalista en los pases
latinoamericanos. Cuba fue un ejemplo de cmo poda llevarse a cabo una reformulacin de las
estructuras sociales que incluyera varios aspectos: nacionalizacin los medios de produccin,
empresas y recursos naturales para revertir sus beneficios sobre la base social del pas,
elaboracin de un aparato sanitario y educativo gratuito, conciencia de la identidad nacional y
su inclusin en la rbita del llamado subdesarrollo o Tercer Mundo, en el que estaban tambin
el resto de pases que integran la idea del continente Latinoamericano, adems de frica, y
cuyo vehculo principal sera la cultura.
En los pases en los que no fue posible llevar a cabo una propuesta alternativa al poder poltico
del gran capital, la cultura fue un valor reprimido y perseguido que llev a muchos de sus
representantes a la muerte o al exilio. La entrada de la dinmica social occidental, y sobre todo
del sistema de valores representado por los EEUU, fue la estructura cultural que se asent en
todos los pases de Latinoamrica, en mayor o menor grado, mediante la simple colonizacin o
por procesos violentos. Desde el punto de vista de la creacin teatral en el Chile golpista, Juan
Villegas relata:
El golpe de estado de las Fuerzas Armadas en 1973 detuvo este compromiso poltico
de las actividades culturales, pero dinamiz la anttesis dictadura / democracia. Esta
anttesis constituye el ncleo de las actividades polticas y culturales desde el ao 73
hasta 1990. Tanto la dictadura como las polticas de mercado y libre empresa
impuestas por el rgimen autoritario afectaron profundamente a las actividades
culturales. [...] el sistema econmico de la libre empresa, el auge del marketing como
instrumento de comercializacin, la intensificacin del uso de la televisin y los
espectculos transnacionales dio origen a espectculos teatrales en que el nfasis se
daba en lo espectacular, la entretencin sin compromiso poltico xl .
A la problemtica surgida de la represin se une tambin el fenmeno del exilio. Muchos
autores, tras la explosin comercial de la narrativa durante los aos 60, dieron en afincarse
como intelectuales bien avenidos en ciudades europeas como Pars o Londres, manteniendo
ya un mero contacto folklrico con su pas de origen o el espacio continental en general,
entrando en la dinmica del mundo desarrollado y en los crculos de la industria comercial
occidental, caso de Vargas Llosa o Carlos Fuentes, que a juicio de Benedetti, continan
escribiendo novelas de tema hispanoamericano, pero una vez rotos sus vnculos con su
realidad social y segregados del medio sobre el que escriben. Otros autores integrados en la
nmina del boom, se vieron obligados a abandonar sus pases y a iniciar un exilio obligado que
rompa tambin los lazos con el pueblo y el contexto social al que pertenecan. El fenmeno del
destierro poltico se dio a raz de las numerosas dictaduras militares por todo el territorio
continental; la coaccin sobre la cultura se haca patente desde la amenaza de muerte, hasta la
imposibilidad de la libre publicacin, con torturas, penas de crcel o la simple censura de los
textos. Julio Cortzar analiza la experiencia del exilio en la que l mismo se encontraba durante
la dictadura militar del general Videla:
Un escritor exiliado es en primer trmino una mujer o un hombre exiliado, es alguien
que se sabe despojado de todo lo suyo, muchas veces de una familia y en el mejor de
los casos de una manera y un ritmo de vivir, un perfume del aire y un color del cielo,
una costumbre de casas y de calles y de bibliotecas y de perros y de cafs con amigos
y de peridicos y de msicas y de caminatas por la ciudad. [] Frente a esa ruptura de
las fuentes vitales que neutraliza o desequilibra la capacidad creadora, la reaccin del
escritor asume aspectos muy diferentes. Entre los exiliados fuera del pas, una
pequea minora cae en el silencio, obligada muchas veces por la necesidad de
reajustar su vida a condiciones y actividades que la alejan forzosamente de la literatura
como tarea esencial. Pero casi todos los otros exiliados siguen escribiendo, y sus
reacciones son perceptibles a travs de su trabajo. Estn los que proustianamente
parten desde el exilio a una nostlgica bsqueda de la patria perdida; estn los que
dedican su obra a reconquistar esa patria, integrando su esfuerzo literario en la lucha
poltica.
En la actualidad el fenmeno del exilio en pases latinoamericanos es un elemento que parece
haber desaparecido; Cuba es el nico pas acusado hoy de no permitir cierto tipo de literatura
contra el gobierno; muchos cubanos, principalmente de las clases ms favorecidas durante el
periodo pre-revolucionario del dictador Batista, se han acomodado, bajo los auspicios del
capital norteamericano, en Miami, donde se concentra la mayor parte de la comunidad cubana
opositora al rgimen socialista; Guillermo Cabrera Infante o Reinaldo Arenas son contados
ejemplos de autores literarios que han optado por abandonar la isla. En el resto del continente
el control poltico sobre la creacin literaria ha relajado su represin anterior; los autores no se
ven obligados por razones de fuerza a abandonar sus pases, y la lgica de la moderacin
contra el sistema se impone paralelamente a la infiltracin de la ideologa de dominio en todo el
continente. La literatura latinoamericana, pese a no encontrar hoy obstculos polticos que
obliguen a unas trazas de creacin restringiendo temticas o crticas contra determinados
aspectos de la sociedad capitalista, se encuentra inmersa en la dinmica de la industria
editorial en la que la oferta y la demanda se impone; la acumulacin de capitales afecta a las
editoriales como a cualquier tipo de empresas productoras en general y los requisitos para la
publicacin se ajustan a las leyes del mximo beneficio, por un lado, impidiendo la expansin
de una literatura combativa entre las masas sociales, no ya desde presupuestos armados o
violentos, sino mediante la oferta de una cultura superficial que se presenta en medios ms
fuertes, comunicativamente hablando, como la televisin; igualmente se da una reiteracin de
los autores con ms ndices de ventas en los mercados bloqueando la aparicin de nuevas
promociones o el surgimiento de grupos artsticos o literarios que oferten en conjunto una
visin crtica capaz de llegar al mximo posible de lectores, primero por problemas como el
analfabetismo, ya antiguo, o por la comodidad intelectual propagada por los medios de masas.
La narrativa, que desde los aos 60 fue el gnero ms expandido, ha sido tambin en los
ltimos aos el que de forma ms profunda ha entrado en la dinmica comercial moderna y al
que la industria editorial ha prestado ms atencin en cuanto a crear un cauce de mercado ms
amplio. La poesa, gnero minoritario, se mantiene, por lo general, fuera de la publicidad y el
marketing ms feroz y, salvo sus manifestaciones ms populares -de las que se nutren y
enriquecen autores profesionales-, con un pblico iniciado o preparado. Otro tipo de gneros
como el cuento, muy practicado en Latinoamrica, ha sufrido, frente al auge comercial de la
novela, un progresivo decrecimiento, en el que los autores se han visto sometidos a una
presin de naturaleza mercantil y ventas durante los ltimos aos:
En mercados como Italia, Francia o Espaa, el cuento es un gnero (para decirlo en
trminos mercantiles) poco rentable. Es sabida la resistencia que oponen los editores
europeos a publicar un libro de cuentos, no slo de autores de ultramar, sino tambin
de autores europeos. En Amrica Latina, en cambio, el cuento ha sido siempre un
gnero de excelentes cultores y, como consecuencia, con arraigo popular. Por lo
menos en pases como Mxico, Chile, Cuba Argentina, Brasil y Uruguay, el cuento
tiene un pblico interesado y adicto. Pues bien, es evidente, que, en los ltimos aos,
la difundida nocin de que los libros de cuentos no son bien acogidos en Europa, ha
3. BIBLIOGRAFA
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Chile, Andrs Bello, 1995.
Promis Ojeda Vamos a nombrar las cosas en Testimonios y documentos de la literatura chilena. (p. 293-294)
Desde Europa y Estados Unidos, es frecuente una evaluacin de Amrica Latina como una gran cantera de
folklore, como una vistosa y pintoresca geografa humana, pero tambin como un todo ms o menos homogneo,
xxiv
apenas con diferencias de matices, que en cierto modo pueden equivaler a los distintos rasgos provinciales de una sola
nacin. Hay, es cierto, un pasado ms o menos compartido, y, en amplias zonas, un idioma oficial comn a todos. Pero
adems de esas semejanzas cada sector tiene un pasado y un presente distintos, un diferente contexto social, y un
lenguaje de desiguales resonancias y modulaciones. Benedetti Subdesarrollo y letras de osada en El escritor
latinoamericano y la revolucin posible (p.29)
xxv
Ibid (p.34-37)
xxvi
Serge Salan La poesa de la guerra de Espaa. Madrid, Castalia, 1985 (p. 55)
xxvii
Un ejemplo de esta mixtura propiamente latinoamericana fue el surgimiento del llamado realismo mgico practicado
por autores como Garca Mrquez o Julio Cortzar.
xxviii
Galeano Diez errores o mentiras frecuentes sobre literatura y cultura en Amrica Latina en Nosotros decimos no
(p. 268-269)
xxix
La cultura de dominacin tiende al privilegio, a construir lites. As como el capitalismo propone el poder
desmesurado con base en el dinero, en la cultura burguesa se propone el renombre desmesurado con base en el
talento individual, convenientemente apuntalado con la propaganda, y sobre todo el talento que, aunque revolucione el
estilo, no contribuya a revolucionar el orden existente. Benedetti El escritor y la crtica en el contexto del
subdesarrollo en El recurso del supremo patriarca. (p. 44)
xxx
Carlos Barral Memorias. Barcelona, Pennsula, 2001 (p.572)
xxxi
Como escritor -dice Paz- mi deber es preservar mi marginalidad frente al estado, los partidos, las ideologas y la
sociedad misma [...] Ahora bien, porqu el escritor y no el empleado bancario o el obrero Si otros gremios decidieran
por su cuenta marginarse de la sociedad; si otros gremios decidieran mirarlo todo desde fuera, quines segn ese
planteo, estaran obligados a permanecer dentro del rea social a fin de llevar adelante la lucha de clases? Benedetti.
Mafia, literatura y nacionalismo en El escritor latinoamericano y la revolucin posible. (p. 139)
xxxii
Beverly Del lazarillo al sandinismo: estudios sobre la funcin ideolgica de la literatura espaola e
hispanoamericana (p. 117-118)
xxxiii
La idea del boom como un discurso de ruptura nace, por un lado, de la visin producida por esa literatura del
cosmos americano, dejando atrs un criollismo provinciano; por otro, a causa de su conciencia con la efervescencia
poltica y cultural que suscit la Revolucin Cubana a comienzo de los aos sesenta Ibid. (p. 117)
xxxiv
Benedetti El escritor latinoamericano y la revolucin posible (p.95)
xxxv
http://www.marxists.org/espanol/cliff/index.htm
xxxvi
Pablo Neruda Confieso que he vivido Barcelona, Crculo de lectores, 1975. (p.343)
xxxvii
Galeano Cuba, treinta aos despus. Una obra de este mundo (1988 / 89) en Nosotros decimos no (p.392)
xxxviii
Benedetti Subdesarrollo y letras de osada en El escritor latinoamericano y la revolucin posible (p.55)
xxxix
Cortzar Argentina: aos de alambradas culturales (p.84)
xl
Adler y Woodyard Resistencia y poder: Teatro en Chile (p.19-20)
xli
Benedetti El escritor latinoamericano y la revolucin posible (p.53)
xlii
Barrera Enderle La alfaguarizacin de la literatura hispanoamericana en Armas y Letras N 35
xliii
Galeano Patas arriba (p.175)