Tomo 42 - Junio 2011
Tomo 42 - Junio 2011
Tomo 42 - Junio 2011
VOCES
AUTORIZADAS
Principales resoluciones comentadas por los ms destacados especialistas
13
13
El Tribunal Constitucional no va a anular las sentencias ni librar de responsabilidad penal a Alberto Fujimori
Carlos Mesa Ramrez
14
14
Esta sentencia permite otorgar sentido a saberes que el juez pueda tener sobre
disciplinas distintas al Derecho
Csar Bazn Seminario
14
15
15
ESPECIALES:
Tribunal Constitucional y los lmites para las centrales de riesgo
ARTCULOS DEL
ESPECIAL
Presentacin
El riesgo de las centrales privadas de riesgo
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Regulacin para las centrales privadas de riesgos? Anlisis de una sentencia del
Tribunal Constitucional
Ana Cristina Neyra Zegarra
19
31
41
ARTCULOS DEL
ESPECIAL
Presentacin
Hbeas corpus del tipo cajn de sastre
51
53
61
79
85
91
CONSULTAS
110
123
129
TENDENCIAS de
JURISPRUDENCIA
penal
138
CONSULTAS
149
158
TENDENCIAS de
JURISPRUDENCIA
LAboral
167
CONSULTAS
ANLISIS Y CRTICA
170
170
175
184
TENDENCIAS de
JURISPRUDENCIA
administrativa
Procedimiento disciplinario
202
I. Aspectos generales
II. Prescripcin
III. Principios que rigen el procedimiento administrativo disciplinario sancionador
CONSULTAS
207
208
TENDENCIAS de
JURISPRUDENCIA
civil
213
225
231
CONSULTAS
Procede amparo contra decisin que declara inejecutable sentencia por hechos
ocurridos luego de su emisin
Procede hbeas corpus si padre impide al nio todo contacto con la madre
233
234
DOCTRINA
La denominada Constitucin Econmica, la intervencin del Estado en la
economa y la actividad empresarial estatal
Jos Rodolfo Naupari Wong
237
251
265
El bien comn poltico como principio fundamental del Estado: una breve mirada
al ordenamiento constitucional peruano
Csar Martn Vinces Arbul
273
JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL Y
COMPARADA
ANLISIS Y CRTICA
289
309
335
347
PRCTICA CONSTITUCIONAL
informe prctico
actualidad
constitucional
Avances en la proteccin del medio ambiente en la Comisin y la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Valentn Antonio Bartra Abensur
369
377
385
ndice
Por sumillas
393
VOCES AUTORIZADAS
Principales resoluciones
comentadas por los ms
destacados especialistas
GAC E TA
constitucional
VOCES AUTORIZADAS
Luis Castillo Crdova sobre la STC Exp. N 03569-2010-PA/TC, que se aparta de su precedente que sealaba la improcedencia del amparo contra sentencias del TC
Si el precedente generaba una agresin a la justicia manifiesta e intolerable, puede considerarse inconstitucional sin
transgredir con ello las exigencias dela seguridad jurdica
Las exigencias de seguridad jurdica permiten justificar que las resoluciones
del Tribunal Constitucional, por ser siempre definitivas para el Derecho interno, deben ser consideradas constitucionales. Pero esta consideracin solo atae al mbito formal o
procedimental, pues desde un punto de vista material pueden llegar a ser contrarias a la Constitucin. Cuando la agresin a la justicia que supone el mbito material es manifiesta e intolerable, la
resolucin del Tribunal Constitucional ha de ser tenida como inconstitucional tambin desde una
perspectiva procedimental, sin que con ello se agredan las exigenciasdela seguridad jurdica. Este
ha sido el caso de la STC Exp. N 05614-2007-PA/TC, cuya inconstitucionalidad ha sido resuelta
por la sentencia que comentamos.
Jos Luis Sardn opina sobre la STC Exp. N 00834-2010-PA/TC, que reconoce
la proteccin constitucional a la propiedad respecto de la expropiacin regulatoria o indirecta
Esta sentencia constituye una de las ms importantes decisiones para la defensa del derecho de propiedad
Recogiendo el criterio del precedente establecido en la Resolucin N 15352010/SC1-INDECOPI, el Tribunal Constitucional reconoce la existencia de
la expropiacin regulatoria, definida por la agencia de competencia como
aquella situacin en la que existen actos gubernamentales que afectan el valor de la propiedad, sin
despojar formalmente al propietario de su ttulo. Para entender cabalmente esta figura, cabe recordar que la propiedad es un ramillete de derechos, que incluyen, segn el artculo 923 de nuestro
Cdigo Civil, el poder de usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. As, se reconoce que la
propiedad pierde sentido cuando se limitan o reducen tales atribuciones, por lo que esta sentencia
es una de las ms importantes decisiones adoptadas para la defensa del derecho de propiedad. Con
ello el Colegiado podra emerger como el baluarte de este derecho fundamental frente a los entusiasmos expropiatorios que podran animar a la Administracin Pblica.
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V OCES AUTORIZADAS
Carlos Mesa Ramrez se pronuncia respecto al Exp. N 04235-2010-PHC/TC, referido al hbeas corpus presentado a favor de Alberto Fujimori
Csar Bazn Seminario opina sobre la STC Exp. N 00019-2009-PI/TC, que seala que el juez puede ejercer docencia en materias no jurdicas
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Voces autorizadas
Rita Sabroso Minaya opina sobre la STC Exp. N 01869-2010-PA/TC, que declara fundada la demanda por haberse desconocido la clusula que estableca la
competencia arbitral
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PRESENTACIN
El riesgo de las
centrales privadas de riesgo
ecientemente, el Tribunal Constitucional ha emitido la STC Exp. N 0831-2010PHD/TC, que es importante por varios motivos. En primer lugar, debe destacarse
lo resuelto como asunto de fondo. Al respecto, el Tribunal orden a una empresa
suprimir de su banco de datos las deudas pagadas con una antigedad mayor de dos
aos, montos especficos de sus deudas crediticias oportunamente pagadas, as como
abstenerse de comercializar datos relacionados con el domicilio o la ocupacin laboral
del recurrente, todo bajo apercibimiento. Adems, el Colegiado seala que lo resuelto es
de obligatorio cumplimiento para todas las centrales privadas de informacin de riesgos
del pas, para lo cual notifica con la sentencia a la Superintendencia de Banca, Seguros
y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones, a efectos de que ordene a ellas que
se adecuen a sus criterios. Respecto a todos estos puntos, el magistrado Beaumont realiz
mediante voto singular algunas atingencias que, sin duda, es necesario tomar en cuenta.
Un asunto importante tambin resuelto en este caso esta vez de orden procesal es el
referido a la procedencia una pretensin constitucional ante la presencia de una posible
va igualmente satisfactoria. Al respecto, el Tribunal Constitucional, debido a la ausencia de una jurisprudencia consolidada sobre el derecho a la autodeterminacin informativa, consider que la jurisdiccin ordinaria podra tratar indebidamente a este derecho,
por lo que no constituira una va igual o ms satisfactoria que el hbeas data. Respecto
a esta consideracin, recordemos que s existen pronunciamientos referidos al contenido del derecho a la autodeterminacin informativa (v. gr. las SSTC Exp. N 1797-2002HD/TC, Exp. N 0666-1996-HD/TC y Exp. N 04739-2007-PHD/TC); sin embargo, el
Tribunal consider que ello no basta para ilustrar suficientemente a la jurisdiccin ordinaria, por lo que esta no estara en condiciones de brindar una tutela satisfactoria. Al
respecto, consideramos que no es correcto considerar que la determinacin de si una va
judicial es adecuada o no dependa de que el Tribunal Constitucional haya emitido una
cantidad suficiente de sentencias que ilustren sobre un tema. El Colegiado tiene ya planteados diversos criterios para determinar si una va ordinaria es satisfactoria, y debi resolver el caso conforme a ellos.
No obstante, a pesar de estas objeciones puntuales, puede afirmarse que la sentencia
coadyuva sustancialmente a la mejor proteccin del derecho a la autodeterminacin informativa. Esto es importante teniendo en cuenta que es necesario poner coto al poder de
las centrales privadas de riesgo que, por tratar de optimizar el funcionamiento del mercado, puede perder de vista la existencia de otros bienes constitucionales ms importantes.
Teniendo en cuenta todo esto, los autores del presente especial han desarrollado los principales asuntos tratados en la sentencia, destacando sus aspectos positivos y criticando
aquellos que podran haberse resuelto de mejor forma.
ESPECIAL
RESUMEN
La autora explica que, aunque cuenta con puntos criticables, esta sentencia tiene el mrito de generar predictibilidad para casos similares,
vinculados a la informacin contenida en las centrales privadas de riesgo. Asimismo, analiza tanto la decisin del Tribunal Constitucional de pronunciarse sobre el fondo del caso pese a que las instancias anteriores solo
determinaron su improcedencia, as como la nocin va especfica igualmente satisfactoria, que involucra un anlisis pragmtico y no solo en
abstracto de la posible va alternativa.
*
1
2
Abogada por la Pontificia Universidad Catlica del Per (PUCP). Miembro de Constitucionalismo Crtico, grupo de investigacin
y discusin en Derecho Constitucional. Asesora y Ex Coordinadora del Equipo de Derecho Constitucional del Taller de Derecho
de la PUCP.
La audiencia pblica se realiz el 8 de julio de 2010 y la sentencia tiene fecha 18 de marzo de 2011.
Segn la informacin en su pgina web, se trata de una empresa dedicada principalmente al outsourcing o tercerizacin de procesos de negocio. Sin embargo, es conocido, que CERTICOM tambin opera como Central Privada de Riesgo. En ese sentido,
adems del tenor de la propia sentencia (y la admisin de las partes de ello como hecho no controvertido), CUADROS GUEDES,
Juan Carlos. Lista negra o currculum crediticio. En: El Comercio. Lima, 25 de junio de 2006.
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19
sea suprimida del banco de datos antes mencionado, en ejercicio de su derecho a la autodeterminacin informativa.
En primera instancia, el Cuadragsimo Noveno Juzgado Civil de Lima declar improcedente la demanda al considerar que dicha
pretensin deba ser dilucidada en la va establecida en la normativa sobre la materia3.
Pese a dicha decisin de rechazo en primera
instancia, Acelor S.A.C. present una contestacin de demanda que, en la misma lnea del
pronunciamiento anterior, alegaba la existencia de vas especficas, igualmente satisfactorias para la proteccin del derecho, en mayor medida cuando la informacin contenida
en los bancos de datos puede ser de favorable
o no para el titular (carcter positivo o negativo), por lo que requiere tambin la declaracin de improcedencia de la demanda.
Por su parte, en apelacin, la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
confirm la decisin anterior al considerar,
de igual manera, que existan vas igualmente satisfactorias y, adems, que no se haba
acreditado que se hubieran consignado datos
inexactos por el banco de datos.
Posteriormente a ello, ante la interposicin del
recurso de agravio constitucional, el Tribunal
Constitucional (en adelante, TC) emiti sentencia declarando fundada en parte la demanda, pues desestim la pretensin referida al
carcter errado de la informacin (por no adjuntar con la demanda la documentacin que
acredite su falsedad)4, pero determin que se
haba producido una vulneracin del derecho a
la autodeterminacin informativa en relacin
con otras de las pretensiones del actor.
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4
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Al ser el derecho alegado por el demandante el derecho a la autodeterminacin informativa, reconocido en el artculo 2, inciso 65 de
la Constitucin vigente, sera necesario empezar por una breve concepcin de aquello que
debe considerarse dentro del contenido del referido derecho.
Los alcances que el texto constitucional atribuye al citado derecho, permite identificar dentro de su contenido a un deber dirigido a los
servicios informticos (en estricto, para quienes tienen a su cargo un banco de datos o registro informatizado), tanto aquellos computadorizados como aquellos que no lo fueran,
de naturaleza pblica o privada, de no brindar informaciones (en realidad, informacin
o datos) que puedan afectar la intimidad personal y familiar.
Se puede notar entonces que parece limitar
este tema a la imposicin de un deber a determinados sujetos quienes posean un banco de
datos sin reconocer como correlato algn
margen de accin a las personas titulares de
este derecho, a excepcin de que la informacin suministrada no afecte su intimidad personal o familiar.
Ahora bien, el contenido de este derecho ha
sido progresivamente precisado, en primer trmino, por la jurisprudencia del TC, organismo
que, en uno de sus primeros pronunciamientos sobre el mbito de proteccin del proceso
de hbeas data, estableci los alcances de este
derecho y el margen de accin que otorga al titular de la informacin obrante en el banco de
datos, en los trminos siguientes:
Se trata de la va establecida en el artculo 17.1 de la Ley N 27489, Ley que regula las centrales privadas de informacin de riesgos y de proteccin al titular de la informacin.
Lo que el TC afirm es que para estimar una demanda referida a la exclusin de determinada informacin de un banco de datos
por considerarla falsa, la demanda debe ser acompaada de la documentacin que acredite la falsedad de la informacin, exigencia que no cumpli el demandante, razn por la cual la demanda es rechazada en dicho extremo. En ese sentido, lo afirmado en el fundamento jurdico 3 de la sentencia bajo anlisis.
Artculo 2.- Toda persona tiene derecho:
6. A que los servicios informticos, computarizados o no, pblicos o privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.
ESPECIAL
Posteriormente, los alcances de las atribuciones que otorga el ejercicio del derecho a la
autodeterminacin informativa fueron precisados a nivel normativo, aunque circunscrito a las Centrales Privadas de Informacin de
Riesgo (en adelante, Cepir).
En esa lnea, el 28 de junio de 2001 se public la Ley N 27489, Ley que regula las centrales privadas de informacin de riesgos y de
proteccin al titular de la informacin. En dicha ley, en concreto en su artculo 13, bajo el
enunciado derechos de los titulares se enumeraban en una lista no cerrada cuatro (4)
derechos para quienes tuvieran informacin
obrante en un banco de datos de las Cepir, en
los trminos siguientes:
b) El derecho de modificacin
y el derecho de cancelacin
de la informacin referida a
uno mismo registrada en tales
bancos que pudiese ser ilegal,
inexacta, errnea o caduca; y,
c) El derecho de rectificacin
de la informacin referida a
uno mismo que haya sido difundida por las Cepir y que resulte ser ilegal, inexacta, errnea o caduca.
En la lnea de lo anterior, el TC
tambin ha precisado que los
alcances de aquellos derechos
que forman parte del contenido constitucionalmente protegido del derecho
en comento. As, ha afirmado lo siguiente:
De manera enunciativa, mas no limitativa, los titulares de la informacin registrada en los bancos de datos administrados por las Cepir tienen los siguientes
derechos:
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21
Entonces, determinado el contenido del derecho materia del presente caso, de una lectura de la sentencia del TC pueden identificarse
como temas susceptibles de valoracin, en primer trmino, cuestiones de ndole procesal referidas a la posibilidad de pronunciarse sobre
el fondo frente a rechazos de carcter liminar
en las dos (2) instancias iniciales, y a la valoracin de si existe o no otra va que pueda ser
calificada como especfica e igualmente satisfactoria para la tutela del derecho vulnerado.
Sin embargo, el tema por el que destaca prioritariamente esta sentencia est referido a las
exigencias que se imponen a las Cepir respecto a la posibilidad de incorporar informacin referida a las deudas crediticias pagadas
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ESPECIAL
[L]a necesidad de pronunciamiento inmediato justificada en la particular naturaleza de los hechos discutidos en el presente proceso, los que por otra parte y dado
que revisten importancia e incidencia en
el ordenamiento, precisan ser abordados
de manera prioritaria por este Tribunal en
su condicin de Supremo Intrprete de la
Constitucin11.
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Al margen de aceptar que el TC poda pronunciarse sobre el fondo en el presente caso, preciso es sealar que la improcedencia declarada por las instancias precedentes se debi a la
consideracin de que exista otra va procedimental especfica, igualmente satisfactoria,
para la proteccin del derecho constitucional
amenazado o vulnerado13.
Ahora bien, la supuesta va procedimental
especfica, igualmente satisfactoria es, por lo
menos a decir del Cuadragsimo Noveno Juzgado Civil de Lima, la va regulada por el artculo 17.1 de la Ley N 27489.
Como se seal, la Ley N 27489 es la que
regula a las Cepir y, en ese sentido se trata
de dispositivos especficamente aplicables
para los bancos de datos obrantes en dichas
centrales.
El artculo 17.1 de la citada ley establece
que, de no ser considerados consumidores
para efectos de la Ley de Proteccin al Consumidor14, los titulares de la informacin podan solicitar judicialmente la tutela de sus derechos y que, para ello, la va era el proceso
sumarsimo.
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[A] pesar de tener a disposicin un proceso ordinario para la tutela del derecho
que se invoca como amenazado o lesionado, el seguirlo, por el tiempo que puede demandar su tramitacin hasta la decisin final o por otras razones en funcin del caso
en especfico, puede conducir a un agravio irreparable. El carcter inminente de
un perjuicio grave e irremediable y la necesidad de otorgar una tutela urgente al (o
los) derechos involucrado(s) obligan en estos casos a acudir al amparo [o al hbeas
data]19.
Otros criterios que tambin se proponen seran que la va ordinaria, al igual que el proceso constitucional, permita reponer las cosas al estado anterior, y la evaluacin del
margen de actividad probatoria que proveen ambas vas para la adecuada tutela del
derecho20.
Artculo 546.- Procedencia.Se tramitan en proceso sumarsimo los siguientes asuntos contenciosos:
(...) 8. Los dems que la ley seale.
Debe precisarse que no resulta aplicable el numeral 6 del citado artculo (los que no tienen una va procedimental propia, son
inapreciables en dinero o hay duda sobre su monto o, porque debido a la urgencia de tutela jurisdiccional, el Juez considere atendible su empleo), puesto que s existe otra va procedimental y no constituye un tema dinerario, sino de tutela de derechos fundamentales.
SAGS, Nstor Pedro. Derecho Procesal Constitucional. Accin de Amparo. Volumen III. Buenos Aires, Astrea, 1988, p. 165 y ss.
Ello es lo sealado, respecto del proceso de amparo, por ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Su
aporte a la tutela de los derechos fundamentales. Segunda edicin. Lima, Gaceta Jurdica, 2008, p. 312.
Ello es lo que deduce como sntesis de la jurisprudencia de la Corte Suprema Argentina sobre esta materia, en razonamiento especficamente para el amparo, pero aplicable al hbeas data, ESPINOSA-SALDAA BARRERA, Eloy. La consagracin del amparo residual en el Per, sus alcances y repercusiones. En: ESPINOSA-SALDAA BARRERA, Eloy (Coordinador). Derechos
fundamentales y Derecho Procesal Constitucional. Lima, Jurista Editores, 2005, p. 151.
DONAYRE MONTESINOS, Christian. El carcter residual del amparo en el Cdigo Procesal Constitucional y sus implicancias en
la tutela de los derechos laborales constitucionalmente protegidos. En: ESPINOSA-SALDAA BARRERA, Eloy (Coordinador).
Ob. cit., p. 185 y 186.
Estos criterios adicionales son los propuestos por YESQUEN LIHIM, Katherine. El modelo residual del proceso de amparo y algunas propuestas para la identificacin de una va paralela. En: Actualidad Jurdica. Gaceta Jurdica. Tomo 174, Lima, 2008.
pp. 187 y ss, quien identifica como presupuestos fundamentales para evaluar si se debe recurrir a dicho proceso constitucional o
a la va ordinaria (a) la tutela igual o ms satisfactoria que el amparo, (b) la posible irreparabilidad del derecho de acudir a la va
ordinaria, (c) la posibilidad de reponer las cosas al estado anterior en la va ordinaria, y (d) la actividad probatoria en ambas vas,
exigiendo para ello un anlisis caso por caso.
ESPECIAL
21 Resolucin Administrativa N 252-2007-P-PJ, Resolucin Administrativa de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la
Repblica, de fecha 30 de octubre de 2007.
22 STC Exp. N 1387-2009-AA/TC, publicada el 3 de julio de 2009, ff. jj. 2 y 3.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
25
La consideracin de una va como igualmente satisfactoria a los procesos constitucionales de tutela de derechos no puede ser
consecuencia de un enfoque simplemente etreo o terico. El sentido prctico del
anlisis ocupa en este tpico un rol fundamental. () El criterio de la efectividad
en la vigencia de los derechos constitucionales, desde luego, obliga a un anlisis
pragmtico y no solo exegtico del grado
de satisfaccin de las vas procesales que
prima facie estn llamadas a protegerlos.
Bajo esta perspectiva, es imposible soslayar que el derecho a la autodeterminacin
informativa, merced a los relativamente recientes avances informticos de los que su
contenido protegido es consecuencia, encuentra un todava escueto desarrollo en la
jurisprudencia constitucional, en particular, y en la jurisprudencia nacional, en general. La ausencia de una importante suma
de pronunciamientos consolidados sobre
23 F. j. 6 de la sentencia en comento.
26
la materia por parte del Tribunal Constitucional impide generar una prognosis
razonable y confiable de que ella recibir el tratamiento que merece en razn de
su relevancia iusfundamental en las vas
ordinarias.
ESPECIAL
III. Analizando el tema
de fondo: restricciones para las CEPIR
Si bien, en principio, esta sentencia es aplicable nicamente a la Cepir demandada (Certicom), el TC incorpora en el
fundamento quinto de su parte resolutiva que dicha sentencia debe ser notificada a la Superintendencia Nacional de
Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de
Pensiones, para que ordene a
todas las Cepir que realicen
actividades o presten servicios en el territorio
nacional su adecuacin a los criterios expuestos en dicha sentencia.
y oportunamente pagadas. Se
coincide con esta posicin del
TC, pues pese a que la concepcin ms difundida de los reportes de crdito es una referida a la presentacin de un
historial crediticio negativo,
ello no es necesariamente as.
24 Aun cuando la sentencia es emitida por unanimidad, el magistrado Beaumont Callirgos cuestiona, entre otras, esta materia pues
seala que la SBS no supervisa ni controla a las Cepir, razn por la cual dicha notificacin a la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones para que ordene a las Cepir, a su entender, carece de sustento legal.
En ese sentido su fundamento de voto singular, f. j. 4.
25 Segn el artculo 2, literal b de la Ley N 27489, esa es la definicin de informacin de riesgos que recolectan y tratan las
Cepir.
26 En igual sentido, la sentencia en comento (f. j. 9).
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27
2003, 2004 y 2005, esto es, con una anticipacin mayor a los dos (2) aos que permite la
regla fijada por el TC.
Aplica sin usar dicha denominacin expresamente el argumento a fortiori, que establece
que la regulacin de determinada materia debe
extenderse a otra, pues existen incluso mayores motivos para que ella se regule en dichos
trminos.
Esta tambin parece ser una correcta decisin
del TC, puesto que si bien se pretende presentar el historial crediticio de una persona, este
debe condecirse con una situacin que refleje una realidad reciente, incluso si se trata del
pago oportuno de deudas contradas, mxime
cuando dichos datos son incorporados a los
bancos de las Cepir sin consentimiento del titular de la informacin28.
Este es uno de los extremos en que se estima
la demanda interpuesta debido a que se incorpora en el reporte de crdito de fecha 17 de
febrero de 2008 deudas pagadas en los aos
28
ESPECIAL
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29
satisfactoria, aun cuando creemos que deberan brindarse argumentos no solo de ndole
pragmtica y con una tan alta exigencia para
los procesos en va ordinaria para llegar a tener dicha calificacin.
Ahora bien, a modo de resumen, las reglas directamente dirigidas a las Cepir, son las siguientes: (a) pueden incorporar informacin
sobre deudas oportunamente pagadas, (b) la
inclusin de la informacin sobre dichas deudas nicamente puede extenderse por un periodo no mayor de dos aos desde su extincin,
(c) no es posible que incluyan los montos de dichas deudas, y (d) tampoco son susceptibles de
ser ingresados en el banco de datos la ocupacin y el domicilio del titular de la informacin.
No debe perderse de vista entonces que el TC
genera, desde su jurisprudencia unas pautas
para quienes operan Cepir. No se trata de este
organismo ejerza, por este pronunciamiento,
funciones de legislador positivo, sino nicamente que, con sentencias como esta, determina el marco dentro del cual llevar a cabo
su interpretacin de los alcances del derecho
a la autodeterminacin informativa en estos
supuestos concretos, esto es, cundo deba valorar si la informacin de una deuda oportunamente pagada debe o no ser incluida en el
reporte de crdito emitido por una Cepir.
Un tema que se trat brevemente es el referido a que el TC desestim la demanda en el
30
ESPECIAL
Las centrales privadas de
informacin de riesgo
y la vulneracin del derecho a la
autodeterminacin informativa
Jorge Eduardo Vilela Carbajal*
RESUMEN
INTRODUCCIN
*
1
Egresado del Programa de Doctorado en Derecho de la Universidad de Navarra - UNAV (Espaa). Diploma de Estudios Avanzados con la mxima calificacin de Sobresaliente. Mster en Derecho con mencin en Derecho de la Empresa por la Universidad
de Piura - UDEP, de la cual tambin es abogado. Ex asistente legal de la Oficina Regional del Indecopi - Piura.
En tal sentido, se ha sealado que el riesgo es un elemento inherente a la actividad financiera y por ello las entidades que intermedian recursos del pblico deben asignar la mayor prioridad a todas las prcticas relacionadas con su administracin,
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
31
En ese sentido, teniendo en cuenta que las empresas del sistema financiero efectan su actividad bancaria con los recursos que captan
producto de la labor de intermediacin financiera que realizan, resulta imperioso establecer
mecanismos que, de una u otra forma, atenen
el riesgo que significa conceder prstamos y
que estos no regresen a las entidades financieras. Uno de estos mecanismos lo constituye las
centrales privadas de informacin de riesgo2,
empresas de naturaleza privada encargadas
de proporcionar informacin a las empresas
del sistema financiero sobre el endeudamiento de las personas naturales y jurdicas en el
sector bancario, contribuyendo con ello a que
aquellas disminuyan el riesgo crediticio y conozcan la capacidad econmica de sus potenciales clientes; es decir, contar con dicha informacin permitir a las instituciones financieras
determinar la situacin crediticia y de endeudamiento que tienen tanto las personas naturales como jurdicas en este sector del mercado.
Sin embargo, en su accionar, las centrales de
riesgos pueden ocasionar ms de un perjuicio
al consumidor o usuario, toda vez que pueden contener datos que no se ajusten a la realidad, es decir, que sus bases de datos contengan
informacin inexacta o errnea que, en aras de
la defensa de los derechos de los consumidores y usuarios, debe ser rectificada.
I. RESUMEN DE LOS HECHOS EN LA
STC Exp. N0831-2010-PHD/TC
El seor Carlos Alberto Fonseca Sarmiento interpuso demanda de hbeas data contra Acelor
S.A.C., siendo sus pretensiones las siguientes:
a) Que se suprima determinada informacin
relacionada con una serie de deudas que
32
lo cual significa estimar, cuantificar y realizar un monitoreo permanente del riesgo; fijar lmites a sus niveles de exposicin, y protegerse frente a las contingencias mediante la constitucin de reservas y provisiones y las operaciones de cobertura (CHIAPPE, Mara. El riesgo en la actividad financiera. Publicado en el siguiente enlace electrnico <http://www.superfinanciera.gov.
co/ComunicadosyPublicaciones/80web/archivos/MariaLuisaChiape.pdf>. Consulta realizada el 8 de abril de 2011).
Es de precisar que la central de riesgo no se condice con la idea de registro de morosos. As, siguiendo al Real Decreto
N02/2006, se entiende por tal, al instrumento habilitado para el intercambio permanente de informacin entre operadores econmicos competidores sobre el incumplimiento de las obligaciones dinerarias derivadas de su actividad empresarial. De esta
definicin, se denotan principalmente dos caracteres: su permanencia en el tiempo y quienes intercambian informacin son los
operadores econmicos competidores, por lo que se puede hablar que los registros de morosos tienen un carcter sectorial. Sobre el particular, vide RODRGUEZ MGUEZ, Jos. La exencin por categoras en materia de registros de morosos. En: Revista
Derecho de los Negocios. N198, marzo de 2007, p. 21.
ESPECIAL
finalmente, lo encontramos en
el reconocimiento del derecho
[L]a central de riesgo
a la informacin como un debusca garantizar la estarecho que corresponde a toda
bilidad del sistema finanla sociedad, base de la demociero brindando una hecracia, y en el necesario equirramienta, consolidada y
librio que debe existir frensistematizada, que permita a las empresas financiete a otro derecho fundamental
ras consultar la informacomo es la vida privada ().
cin acerca de los riesgos
II. EL DERECHO A LA AUEn consecuencia, si la inforque implica contratar con
TODETERMINACIN INmtica puede poner en peligro
un cliente. En tal sentido,
FORMATIVA
la libertad del hombre, redula creacin del registro se
cindolo a una mera expresin
El numeral 6 del artculo 2 de
orienta a proteger los fonde datos recolectados, rebala Constitucin Poltica condos de los ahorristas.
jando su dignidad, limitndolo
sagra el derecho a la autodecomo ser libre, constructor de
terminacin informativa, consu propio destino, es indudable
forme al cual, toda persona
tiene derecho a que los servicios informticos, que debe establecerse los lmites en el uso de
computarizados o no, pblicos o privados, no esta tcnica e impedir que se convierta en un
suministren informaciones que afecten la in- instrumento que perjudique el desarrollo intetimidad personal y familiar. Dicho precep- gral del ser humano3.
to debe concordarse con el inciso 2 del artculo 61 del Cdigo Procesal Constitucional, Sealado su fundamento, es de precisar que el
en virtud del cual, toda persona puede promo- objeto del proceso de hbeas data es protever un proceso de hbeas data para obtener tu- ger la intimidad, personal o familiar, la imatela del derecho a: [C]onocer, actualizar, in- gen y la identidad frente al peligro que reprecluir y suprimir o rectificar la informacin o senta el uso y la eventual manipulacin de los
datos referidos a su persona que se encuentren datos4 a travs de los ordenadores electrnialmacenados o registrados en forma manual, cos . Como se puede apreciar, se trata de un
mecnica o informtica, en archivos, bancos proceso al que cualquier justiciable pueda rede datos o registros de entidades pblicas o de currir con el objeto de acceder a los registros
instituciones privadas que brinden servicio o de informacin almacenados en centros inforacceso a terceros. Asimismo, a hacer suprimir mticos o computarizados, cualquiera sea su
o impedir que se suministren datos o informa- naturaleza, a fin de rectificar, actualizar, exciones de carcter sensible o privado que afec- cluir determinado conjunto de datos personales, o impedir que se propague informacin
ten derechos constitucionales.
que pueda ser lesiva al derecho constitucional
Al leer ambos preceptos surge la cuestin de a la intimidad5.
cmo se interrelaciona la informtica con el
ser humano. Sobre dicho aspecto, se ha sea- Siguiendo a Castillo Crdova, el contenido
lado que el fundamento para regular los as- constitucional del derecho a la autodetermipectos de la informtica en relacin al ser hu- nacin informativa posee una doble dimenmano en cuanto se refiere a su vida privada, sin: Por un lado, cuenta con la dimensin de
emplazada. Es en este escenario que el recurrente interpone recurso de agravio constitucional contra esta sentencia,
el cual dio origen a la sentencia del Tribunal Constitucional materia del presente
comentario.
3
4
5
Cfr. MORALES GODO, Juan. Privacidad de la intimidad personal y familiar. En: Walter Gutirrez Camacho (director). La Constitucin comentada. Anlisis artculo por artculo. Tomo I, Gaceta Jurdica, Lima, 2005, p. 109.
Sentencia del 29 de enero de 2003 emitida en el Exp. N01797-2002-HD/TC, f. j. 3.
Sentencia del 9 de abril de 1996 emitida en el Exp. N0666-1996-HD/TC, f. j. 2b).
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
33
libertad o subjetiva, la misma que vendr conformada por el conjunto de facultades de accin que el derecho le depara a su titular. Por
otro lado, cuenta con la dimensin prestacional u objetiva, la cual viene conformada por
todas las obligaciones que asume el poder poltico respecto de este derecho en cumplimiento de su deber primordial de promover la plena vigencia de los derechos constitucionales y,
de ser el caso, de otorgarles proteccin efectiva y rpida6.
Sobre el particular, el Tribunal Constitucional
se ha pronunciado en la STC Exp. N017972002-HD/TC respecto a la autodeterminacin
informativa subrayando que la proteccin de
este [derecho] a travs del hbeas data comprende, en primer lugar, la capacidad de exigir
jurisdiccionalmente la posibilidad de acceder
a los registros de informacin, computarizados o no, cualquiera que sea su naturaleza, en
los que se encuentren almacenados los datos
de una persona. Tal acceso puede tener por objeto que se permita conocer qu es lo que se
encuentra registrado, para qu y para quin se
realiz el registro de informacin, as como la
(o las) persona(s) que recabaron dicha informacin. En segundo lugar, el hbeas data puede tener la finalidad de agregar datos al registro que se tenga, sea por la necesidad de que
se actualicen los que se encuentran registrados, o con el fin de que se incluyan aquellos no
registrados, pero que son necesarios para que
se tenga una cabal referencia sobre la imagen
e identidad de la persona afectada. Asimismo,
con el derecho en referencia, y en defecto de
l, mediante el hbeas data, un individuo puede rectificar la informacin, personal o familiar, que se haya registrado; impedir que esta
se difunda para fines distintos de aquellos que
justificaron su registro o, incluso, tiene la potestad de cancelar aquellos que razonablemente no debieran encontrarse almacenados.
Respecto a la relacin del derecho a la autodeterminacin informativa y las centrales de
6
7
34
DE
CASTILLO CRDOVA, Luis. Comentarios al Cdigo Procesal Constitucional. Tomo II, Palestra, 2006, p. 1052.
PALMA ENCALADA, Leny. El proceso de hbeas data en el diseo del Cdigo Procesal Constitucional. En: Cdigo Procesal
Constitucional comentado. Normas Legales, 2005, p. 137.
ESPECIAL
cumpli la prestacin, por lo cual espera recibir en el futuro la correspondiente contraprestacin8. Esta situacin en la que la prestacin
y la contraprestacin se encuentran separadas
por el transcurso del tiempo da lugar al denominado riesgo de crdito o riesgo crediticio,
entendido como el riesgo que asume el acreedor por el incumplimiento del deudor de la
contraprestacin9.
Toda persona, para iniciar sus actividades econmicas, necesita agenciarse de la informacin
posible, la cual se erige como una herramienta
idnea en la toma de sus decisiones empresariales. Trasladado lo expuesto al sector financiero, se tiene que la situacin no dista de lo
que ocurre en el caso de las personas naturales.
Por ello, antes de otorgar un crdito, el funcionario bancario o asesor de negocios debe realizar una exhaustiva evaluacin del potencial
cliente10, la cual est determinada por la capacidad de pago del deudor caracterizada fundamentalmente por el flujo de sus fondos y antecedentes crediticios; adems, dependiendo
del tipo de crdito, se considerar su entorno
9
10
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14
15
Uno de los motivos principales es la poca informacin que el sistema financiero tiene sobre la mayora de las personas que hasta
ahora no son sujeto de crdito. Si habra que definir con un calificativo humano al dinero, sin duda el mejor sera la desconfianza y por norma general la desconfianza se vence generando confianza. La confianza se generara demostrando que en la persona es conocida su intencin de devolver el crdito, consecuentemente es de confianza.
Vide CASTELLARES AGUILAR, Rolando. Centrales de riesgo y transparencia de la informacin en el sistema crediticio. En: Legal Express. N70, Gaceta Jurdica, Lima, octubre de 2006, p. 3.
Conforme se ha expresado, (...) antes influa mucho el conocimiento personal, la apreciacin del administrador de la agencia y el
necesario dilogo frente al cliente (cfr. CIEZA MORA, Jairo y DELGADO CAPCHA, Rodrigo. El dao a la reputacin econmica
y las centrales de riesgo. Publicado en <http://www.justiciayderecho.org/revista1/artculos/eldano.pdf>, p. 5. Consulta efectuada
el 18 de abril de 2011).
Conforme lo estipula el artculo 222 de la Ley General del Sistema Financiero (LGSF) para las operaciones que integran la cartera crediticia, se debe tener presente que para su evaluacin se tomar en cuenta los flujos de caja del deudor, sus ingresos y
capacidad de servicio de la deuda, situacin financiera, patrimonio neto, proyectos futuros y otros factores relevantes para determinar la capacidad del servicio y pago de deuda del deudor. El criterio bsico es la capacidad de pago del deudor, siendo el caso
que las garantas tienen carcter subsidiario.
A nivel legislativo, se concibe a las centrales de riesgo como aquellas empresas que en locales abiertos al pblico y en forma habitual recolecten y traten informacin de riesgos relacionada con personas naturales o jurdicas, con el propsito de difundir por
cualquier medio mecnico o electrnico, de manera gratuita u onerosa, reportes de crdito acerca de estas. As, lo estipula el literal a) del artculo 2 de la Ley N27489.
Se denomina informacin de riesgo a aquella relacionada con las obligaciones o antecedentes financieros, comerciales, tributarios, laborales, de seguros de una persona natural o jurdica que permita evaluar su solvencia econmica vinculada principalmente a su capacidad y trayectoria de endeudamiento y pago. As se establece en el literal b) del artculo 2 de la Ley N27489.
El sistema financiero, de acuerdo a lo esgrimido por la Ley N26702, es el conjunto de empresas, que debidamente autorizadas
operan en la intermediacin financiera, incluyendo las subsidiarias que requieran de autorizacin de la SBS para constituirse.
Debe tenerse en consideracin que los deudores del sistema financiero son evaluados de acuerdo a su capacidad de pago y al
nivel de cumplimiento de las obligaciones. En este sentido, se les califica en normal (0), con problemas potenciales (1), deficiente (2), dudoso (3) y prdida (4). El significado de cada calificacin depender segn se est ante un crdito comercial, mes de
consumo o hipotecario. As se desprende de la Resolucin SBS N11356-2008, que aprob el Reglamento para la evaluacin y
clasificacin del deudor y la exigencia de provisiones.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
35
y jurdicas en el sector bancario, contribuyendo con ello a que aquellas disminuyan el riesgo crediticio y conozcan la capacidad econmica de sus potenciales clientes o, lo que es lo
mismo, permitan determinar la situacin crediticia y de endeudamiento que tienen tanto
las personas naturales como jurdicas a nivel
del sistema financiero.
Por ello, como bien se seala en el fundamento jurdico 9 de la STC Exp. N00831-2010PHD/TC, es errneo pensar que una central de
riesgo solo tiene la facultad de consignar en
sus bancos de datos las deudas morosas, mas
no as las deudas oportunamente cubiertas, olvidando que su objeto no es solo dar cuenta de
quienes no son aptos para ser sujetos de crdito, sino, en general, de la capacidad y trayectoria de endeudamiento y pago de quienes alguna vez fueron sujetos de crdito en el sistema
financiero. De este manera, las instituciones
del sistema financiero pueden acceder a dicha informacin con el objetivo primordial de
efectuar una evaluacin adecuada a los clientes con los que van a contratar, sirvindoles
como parmetro o referencia para tomar conocimiento acerca del estado de endeudamiento
de cada usuario. As, a travs de las centrales
de riesgo se puede conocer el nmero de deudas, el monto de estas, las entidades frente a
las cuales se encuentra endeudada la persona,
su nivel de morosidad, el nmero de protestos,
entre otros conceptos.
En este orden de ideas, la central de riesgos
busca garantizar la estabilidad del sistema financiero brindando una herramienta, consolidada y sistematizada, que permita a las empresas financieras consultar la informacin acerca
de los riesgos que implica contratar con un
cliente. En tal sentido, la creacin del registro
se orienta a proteger los fondos de los ahorristas. De ah la importancia de las centrales de
riesgo. As, la funcin de estas entidades consiste en proporcionar informacin a las instituciones del sistema bancario y financiero acerca de la capacidad de pago de los deudores.
Esto conlleva a informar no solo acerca de la
condicin de morosos de los usuarios o clientes, sino tambin, conforme ya se ha sealado,
36
ESPECIAL
bancos de datos16 administrados por las Cepir tienen los siguientes derechos:
a) El derecho de acceso a la
informacin referida a uno
mismo registrada en tales
bancos;
b) El derecho de modificacin y el derecho de cancelacin de la informacin referida a uno mismo
registrada en tales bancos que pudiese ser ilegal,
inexacta, errnea o caduca;
y,
[Sobre] notificar la
STC Exp. N0831-2010PHD/TC a la SBS-AFPs a
efectos de que ordene a
todas las centrales privadas de informacin de
riesgo su adecuacin a
los criterios [all] expuestos, [se] debe tener en
cuenta que [este ente] no
supervisa ni controla a las
Cepir, por lo que a priori
no habra sustento legal
alguno para efectuar tal
notificacin.
c) El derecho de rectificacin
de la informacin referida
a uno mismo que haya sido difundida por
las Cepir y que resulte ser ilegal, inexacta,
errnea o caduca.
Habindose establecido los derechos de los
consumidores de una central privada de informacin de riesgo, resulta innegable, como
ya se ha indicado, que la existencia de centrales de riesgos posibilita conocer el rcord
crediticio de los consumidores17. No obstante, el sistema no est exento de los problemas generados cuando las entidades del sistema financiero reportan en forma errnea
informacin a la central de
riesgo de la Superintendencia
de Banca y Seguros (SBS).
16 Un banco de datos en el conjunto de informacin de riesgos administrado por las Cepirs, cualquiera sea la forma o modalidad de
su creacin, organizacin, almacenamiento, sistematizacin y acceso, que permita relacionar la informacin entre s, as como
procesarla con el propsito de transmitirla a terceros. As lo estipula el artculo 2, literal f) de la Ley N27489.
17 Conviene aqu resaltar que la informacin crediticia de los usuarios del sistema financiero incluye tanto su historial como su situacin crediticia actual. El historial crediticio se va formando sobre la base de los reportes que peridicamente son registrados
y que luego permanecen en su rcord.
18 En el Derecho espaol, cualquier persona, titular de los datos declarados a la Central de Informacin de Riesgos, puede pedir al
Banco de Espaa que tramite la rectificacin o cancelacin de los datos que considere inexactos o incompletos, quien cursar la
peticin a la entidad o entidades declarantes para que respondan esta en un plazo de quince (15) das. Si la respuesta no es satisfactoria, se podr recurrir, va contencioso-administrativa, a la Agencia de Proteccin de Datos.
19 A ttulo ilustrativo, las estadsticas demuestran que entre junio de 2006 a mayo de 2007, el Defensor del Cliente Financiero atendi sesenta y nueve (69) casos relacionados con informacin errada en la central de riesgo de la SBS. Al respecto, vide. EYZAGUIRRE DEL SANTO, Hugo. Las centrales de riesgo. En: Boletn del Defensor del Cliente Financiero. Julio de 2007, p. 1.
20 El Tribunal Constitucional se ha pronunciado en la STC Exp. N01797-2002-HD/TC respecto a la autodeterminacin informativa subrayando que la proteccin del derecho a la autodeterminacin informativa a travs del hbeas data comprende, en primer lugar, la capacidad de exigir jurisdiccionalmente la posibilidad de acceder a los registros de informacin, computarizados o
no, cualquiera que sea su naturaleza, en los que se encuentren almacenados los datos de una persona. Tal acceso puede tener
por objeto que se permita conocer qu es lo que se encuentra registrado, para qu y para quin se realiz el registro de informacin as como la (o las) persona(s) que recabaron dicha informacin. En segundo lugar, el hbeas data puede tener la finalidad
de agregar datos al registro que se tenga, sea por la necesidad de que se actualicen los que se encuentran registrados, o con el
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
37
actualizada si es que se demuestra que la obligacin ha sido cumplida21. He aqu la relacin directa entre el derecho a la autodeterminacin informativa y las centrales de riesgo,
pues, toda modificacin o actualizacin de la
informacin inexacta, errnea o caduca que
exista en la base o banco de datos de las centrales de riesgo podr realizarse ejerciendo el
derecho a la autodeterminacin informativa, el
cual, precisamente, permite efectuar la rectificacin, actualizacin o exclusin de la informacin personal.
En el caso en concreto recado en la STC Exp.
N00831-2010-PHD/TC, el Tribunal Constitucional, a efectos de resolver las pretensiones
del demandante sealadas en el fundamento
jurdico 722, sostiene que una cosa es permitir que las Cepir puedan suministrar informacin vinculada tambin a deudas oportunamente pagadas y, otra muy distinta, aceptar
que resulte constitucional que dicha informacin pueda mantenerse en el banco de datos
sine de.
Sobre el particular, el artculo 10, inciso d), de
la Ley N27489 estipula que las Cepir estn
prohibidas de contener en sus bancos de datos
o difundir en sus reportes de crdito informacin referida al incumplimiento de obligaciones de naturaleza civil, comercial o tributaria,
cuando () la obligacin se haya extinguido
y hayan transcurrido dos (2) aos desde su extincin. Interpretando dicho precepto, el Tribunal Constitucional seala que si bien este
alude, de manera expresa, a obligaciones en
algn momento incumplidas, que luego se extinguen; con mayor motivo el plazo tambin
resulta aplicable para el caso de obligaciones
o deudas que fueron oportunamente pagadas. Por ello, se concluye que las Cepir estn
prohibidas de contener en sus bancos de datos o difundir en sus reportes de crdito informacin referida a deudas que fueron oportunamente pagadas si es que han transcurrido dos
(2) aos desde la fecha en que se efectu el
pago23.
Concerniente a la segunda cuestin que no
debe consignarse el monto de las deudas que
han sido pagadas de manera oportuna, como
ya se ha sealado, la central privada de informacin de riesgo constituye un mecanismo
que permite evaluar la capacidad econmica de
pago de los futuros usuarios del sistema financiero. En este orden de ideas, se comparte el
criterio del Tribunal Constitucional en el sentido de que resulta innecesario incluir el monto especfico de las deudas cubiertas, ya que de
lo que se trata, es de transmitir a los interesados la condicin de buen pagador del titular de
la informacin, sin especificar los montos de
las deudas honradas. El indicar los montos de
las deudas poco o nada coadyuva para determinar la condicin de buen pagador del cliente o
de calificarlo como un cliente en situacin normal. En efecto, se puede haber contrado una
deuda de US$ 40 000,00 y cancelar la mayora de cuotas con 15 das de atraso o, a la inversa, se puede haber obtenido un prstamo
de US$10000,00 y cancelar todas las cuotas
de manera puntual. Como se puede apreciar,
una cantidad mayor en el prstamo obtenido
no conlleva necesariamente a la condicin de
buen pagador. Ello es as, toda vez que ser en
la evaluacin crediticia que efecte la empresa del sistema financiero cuando se analicen,
por ejemplo, los ingresos, deudas con otras
fin de que se incluyan aquellos no registrados, pero que son necesarios para que se tenga una cabal referencia sobre la imagen
e identidad de la persona afectada. Asimismo, con el derecho en referencia, y en defecto de l, mediante el hbeas data, un individuo puede rectificar la informacin, personal o familiar, que se haya registrado; impedir que esta se difunda para fines distintos
de aquellos que justificaron su registro o, incluso, tiene la potestad de cancelar aquellos que razonablemente no debieran encontrarse almacenados.
21 Cfr. con la Sentencia recada en el Exp. N00771-2007-PHD/TC-Arequipa del 30 de marzo de 2007.
22 En primer trmino, sostiene que la emplazada no debe contar ni comercializar con informacin referida a las deudas crediticias
que ha pagado oportunamente. En segundo trmino, que no debe consignarse el monto de las deudas que han sido pagadas
oportunamente. Como se aprecia, aunque son asuntos relacionados, no son sustancialmente idnticos.
23 Ver fundamento jurdico 11 de la STC Exp. N0831-2010-PHD/TC.
38
ESPECIAL
su momento la inconstitucionalidad de los actos que resulten contrarios a ellos; debe tenerse en cuenta que, efectivamente, si bien la
SBS es el ente regulador y supervisor del sistema financiero, no supervisa ni controla a las
Cepir, por lo que a priori no habra sustento legal alguno para efectuar tal notificacin. Sin
embargo, ntese que se est ante un sector del
mercado (el financiero) que resulta ser muy
sensible, por lo que cualquier conducta perjudicial, por mnima que pueda parecer, termina distorsionando su correcto funcionamiento.
CONCLUSIONES
La importancia de las centrales de riesgo radica en que contienen datos sobre el comportamiento crediticio de los deudores en el sector o sistema financiero, constituyndose, de
este modo, en un trascendente medio de informacin de crdito. Asimismo, coadyuvan a
minimizar el riesgo crediticio vale decir, la
posibilidad de incumplimiento por parte del
deudor en el que pudieran incurrir las empresas del sistema financiero. Con ello pues,
se dinamiza las transacciones comerciales en
este sector, con la correspondiente reduccin
de los ndices de morosidad de la cartera crediticia de las instituciones financieras.
Se puede aseverar que son dos los grupos de
personas que se encuentran registrados en las
centrales de riesgo: los malos pagadores (los
que cancelan en forma tarda o, simplemente, no cancelan el prstamo que obtuvieron),
as como los buenos pagadores (aquellos que
cancelan en forma oportuna sus obligaciones). Sin embargo, junto a ellos, se puede advertir un tercer grupo constituido por aquellos que no figuran en las centrales de riesgo.
Para el sistema financiero, este ltimo sector,
24 En el medio nacional tambin se comparte este criterio al sealarse que si en una base de datos destinada a brindar informacin
de carcter comercial o central de riesgo crediticio, no tendra que encontrarse registrada informacin distinta a la informacin de
naturaleza patrimonial. Consecuentemente, si en el respectivo banco de datos se encuentra almacenada tambin la relacin de
instituciones donde ha laborado una persona, su titular puede exigir la cancelacin de dichos datos personales, toda vez que a
partir de dicha informacin no es posible dar cuenta del cumplimiento de las obligaciones comerciales de su titular (cfr. CASTRO
CRUZATT, Karin. El derecho fundamental a la proteccin de datos personales o autodeterminacin informativa. En: Juan Sosa
Sacio (coordinador). Los derechos fundamentales. Estudios de los derechos constitucionales desde las diversas especialidades
del Derecho. Gaceta Jurdica, Lima, 2010, p. 185).
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40
ESPECIAL
La supresin de
informacin almacenada en una
central de riesgo crediticio
Nota al Exp. N 00831-2010-PHD/TC*
Yuliana Gusela ARCE CRDENAS**
RESUMEN
I. NOTA INTRODUCTORIA
artculo 17.1 de Ley N 27489 (va de proceso sumarsimo); en segunda instancia, la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima confirm la apelada, por estimar que
existen vas igualmente satisfactorias para la
proteccin del derecho invocado y que no se
ha acreditado debidamente la consignacin de
datos inexactos por parte de la emplazada. En
contra de la resolucin expedida por la mencionada Sala Civil el demandante interpone
recurso de agravio constitucional.
II. DEL PROCESO EN SEDE JUDICIAL
Nota de Gaceta Constitucional: la STC Exp. N 0831-2010-PHD/TC, materia de este especial, ha sido publicada en Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Tomo 17, Gaceta Jurdica, marzo de 2011, p. 13 y ss.
** Abogada por la Universidad Nacional de San Agustn de Arequipa, con estudios de maestra en Derecho Constitucional en la
Pontificia Universidad Catlica del Per.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
41
pretensin debe ser dilucidada en la va regulada por el artculo 17.1 de la Ley N 27489.
Cabe mencionar que es la propia Ley la que
otorga una va especfica en caso que se pretenda la tutela de derechos de los titulares de la
informacin, los cuales estn mencionados en
la propia Ley1. As, para dejar de lado el dispositivo legal que nos indica qu va seguir, se
debe justificar adecuadamente.
debemos olvidar que los procesos constitucionales como el hbeas data deben de ser utilizados cuando no exista ninguna herramienta
jurdica que nos permita la tutela del derecho
a la autodeterminacin informativa, es decir,
solamente cuando no haya ningn medio para
proteger el mencionado derecho, estaremos
habilitados legtimamente para utilizar el proceso constitucional de hbeas data.
Aun cuando la demanda fue rechazada liminarmente por la instancia, Acelor S.A.C., mediante escrito de fecha 12 de mayo de 2009, se
apersona al proceso y contesta la demanda, solicitando que sea declarada improcedente, por
considerar que existen vas especficas, igualmente satisfactorias para la proteccin del derecho invocado.
Refiere que la informacin de riesgos2 se encuentra definida de manera amplia por la Ley
N 27489, permitiendo la difusin de informacin comercial, sea esta de carcter positivo
(por ejemplo, de crditos no vencidos), o negativo (por ejemplo, deudas morosas).
Asimismo, en su oportunidad, la Cuarta Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
confirm la apelada, por considerar que existen vas igualmente satisfactorias para la proteccin del derecho invocado y que no se ha
acreditado debidamente la consignacin de
datos inexactos por parte de la emplazada. Es
importante sealar que es relevante en este
caso determinar si la va de proceso sumarsimo es igualmente satisfactoria. En efecto, no
42
ESPECIAL
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
43
44
ESPECIAL
esta forma cuando se habla de dimensin subjetiva de los derechos fundamentales se hace
referencia al conjunto de facultades de hacer
que el derecho confiere a su titular a fin de que
este pueda realizar un conjunto de actividades.
Cabe indicar que este conjunto de facultades
dimanan de lo que el Texto Constitucional dice
sobre el derecho, no hay que olvidar que nuestra Constitucin ha establecido que somos un
Estado democrtico de derecho, lo cual se logra entre otras cosas con la dacin de facultades a los ciudadanos frente al poder estatal.
Dentro de las facultades tenemos:
El consentimiento en el tratamiento de
datos
Frente a la amenaza del poder informtico surge el derecho a la autodeterminacin informativa que permite a cada sujeto
la posibilidad de controlar y disponer toda
informacin sobre s mismo, el punto de
partida consiste en reconocer que toda persona tiene atribuida la facultad de decidir
si permite o no que informacin sobre ella
sea almacenada, organizada e informatizada en un banco de datos, y eventualmente suministrada; en ese sentido se requiere
que el sujeto haya consentido que sus datos personales formen parte de algn fichero o banco de datos informatizado; cabe
mencionar que el conocimiento por parte
del sujeto tiene que ser informado, es decir que el sujeto debe de tener conocimiento de la existencia del banco de datos, de
su finalidad; esta facultad fue ejercida en
el caso materia de comentario, puesto que
la demandante al firmar el contrato de crdito, saba que, ante su incumplimiento de
pago, se le colocara como deudor y moroso en la central de riesgo; cabe indicar
que la incorporacin de deudores y morosos ante entidades crediticias y otras est
regulado mediante Ley4.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
45
Actualizacin de informacin
Esta facultad es propiamente manifestacin directa del control que la persona puede ejercer sobre sus datos personales registrados en un banco de datos; este tipo de
facultad se ejerce cuando, habindose solicitado y recabado informacin de una persona, por el paso del tiempo esa informacin ha quedado desfasada.
Rectificacin de informacin
Esta facultad est referida a que la posibilidad de que las personas tengan la opcin
las empresas. Toda institucin gremial que cuente con la infraestructura necesaria correspondiente podr tener acceso a esta
Central, celebrando el correspondiente convenio con la Superintendencia. Se registrar en la Central de Riesgos, los riesgos por
endeudamientos financieros y crediticios en el pas y en el exterior, los riesgos comerciales en el pas, los riesgos vinculados con
el seguro de crdito y otros riesgos de seguro, dentro de los lmites que determine la Superintendencia (...)
La informacin correspondiente estar a disposicin de las empresas del sistema financiero y de seguros, del Banco Central, de
las empresas comerciales y de cualquier interesado en general, previo pago de las tarifas que establezca la Superintendencia.
Dicha informacin deber ser proporcionada en forma sistemtica, integrada y oportuna.
La Superintendencia dictar las regulaciones correspondientes.
Artculo 159.- Obligacin de suministrar la informacin relevante
Las empresas de los sistemas financiero y de seguros deben suministrar peridica y oportunamente, la informacin que se requiere para mantener actualizado el registro de que trata el artculo anterior. De contar con sistemas computarizados proporcionarn dicha informacin diariamente.
Toda empresa del sistema financiero antes de otorgar un crdito deber requerir a la persona natural o jurdica que lo solicite, la
informacin que con carcter general establezca la Superintendencia. En caso de incumplimiento no podr otorgarse el crdito.
Artculo 160.- Centrales de riesgos privadas
Es libre la constitucin de personas jurdicas que tengan por objeto proporcionar al pblico informacin sobre los antecedentes
crediticios de los deudores de las empresas de los sistemas financiero y de seguros y sobre el uso indebido del cheque.
La Superintendencia podr transferir total o parcialmente al sector privado, la central de riesgos a que se refiere el artculo 158.
ESPINOSA-SALDAA, Eloy. El Hbeas data en derecho comparado y el Per, y algunas notas sobre su real viabilidad y la pertinencia en nuestro pas. Susana Castaeda Otsu (Coord.) Derecho Procesal Constitucional. Tomo II, segunda edicion, Jurista,
Lima, 2004, p. 888.
46
ESPECIAL
Exclusin de informacin
Por otro lado, cuando nos referimos a dimensin objetiva de un derecho fundamental, lo
hacemos refirindonos al conjunto de deberes
y obligaciones que son reclamados por el contenido de derecho constitucional para su plena
efectividad, es en este sentido que el derecho
a la autodeterminacin informativa cuenta
con una dimensin prestacional u objetiva, la
cual viene conformada por todas las obligaciones que asume el poder poltico respecto
de este derecho en cumplimiento de su deber
primordial de promover la plena vigencia de
los derechos constitucionales. Cabe mencionar que lo que busca es neutralizar el peligro
que corren los derechos de la persona humana frente a un empleo indebido de la tecnologa informtica.
Analizando el contenido constitucionalmente
protegido del derecho a la autodeterminacin
informativa, podemos afirmar que incluir los
montos de las deudas crediticias oportunamente pagadas no lesiona el mencionado derecho fundamental, ya que no fue indebidamente recolectada y s cumple con la finalidad
el banco de datos, el cual es tener un historial
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
47
PRESENTACIN
Cfr. SOSA SACIO, Juan Manuel. Libertad personal y los denominados derechos conexos. En: Los derechos fundamentales. Estudio de los derechos constitucionales desde las diversas especialidades del Derecho. Juan Manuel Sosa Sacio
(Coordinador) Gaceta Jurdica, Lima, 2010, p. 338 y ss.
2
3
ESPECIAL
El hbeas corpus de Alberto
Fujimori (o cmo tratar de torcer la
mano de la justicia)
Ronald GAMARRA HERRERA*
RESUMEN
I. PRESENTACIN
Ex Secretario Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ex Procurador Adjunto Ad Hoc para los casos de corrupcin seguidos contra Alberto Fujimori y abogado de las vctimas en el proceso seguido al expresidente por violaciones a los derechos humanos.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
53
violacin del derecho a recurrir las resoluciones judiciales, conexo a la libertad personal.
La demanda ha sido declarada improcedente
por el Juez del Cuadragsimo Cuarto Juzgado
Penal - Reos en Crcel, decisin que ha sido
confirmada por la Cuarta Sala Especializada
en lo Penal de Procesos con Reos en Crcel.
Ante ello, la defensa de Alberto Fujimori ha
recurrido al Tribunal Constitucional mediante recurso de agravio constitucional. La vista de la causa, sealada inicialmente para el 1
de junio del ao en curso, ha sido reprogramada a peticin del accionante, quien ha aludido al hecho de encontrarse Per en pleno
proceso electoral y las caractersticas de la segunda vuelta presidencial1; al tiempo que la
hija del ex presidente argument ante la prensa que no es el momento ms adecuado [para
tratar el tema] en medio de una gran polarizacin poltica2.
A continuacin, una sucinta presentacin de
las principales piezas que forman parte del
caso y una rpida opinin de los argumentos
jurdicos del ex presidente condenado por crmenes de lesa humanidad, y que hoy pretende
utilizar la va constitucional como parte de una
estrategia para incidir polticamente en la escena nacional, mantener viva la idea de que su
situacin jurdica dista mucho de haberse decidido de manera definitiva y, claro est, buscar un camino a la impunidad.
II. LA HISTRICA CONDENA
1
2
3
4
54
N 19-2001)3 Se trata de una pena justa, acorde a la ley y proporcional a la condicin aberrante de los crmenes perpetrados.
Tras un proceso ejemplar, pulcro, transparente e imparcial en el cual Fujimori goz de la
mayor amplitud y garantas para ejercer su defensa la Sala seal que los crmenes cometidos por Fujimori se encuentran probados ms
all de toda duda razonable y que los casos de
Barrios Altos y La Cantuta constituyen crmenes de lesa humanidad. La sentencia establece claramente la relacin criminal existente a
lo largo de una dcada entre Fujimori y Vladimiro Montesinos, y la relacin de Fujimori
con los altos mandos de las Fuerzas Armadas,
en tanto Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas
y Jefe de Estado, lo que facilit la aplicacin
de una poltica sistemtica de violaciones de
derechos humanos, entre los cuales se registran al menos otros cincuenta casos perpetrados por el destacamento Colina4.
Un aspecto de enorme importancia de esta
sentencia es que cumple con reivindicar la
dignidad de las vctimas de Barrios Altos y La
Cantuta, a quienes se les reconoce oficialmente por primera vez en nuestro pas que no pertenecieron a una organizacin terrorista y por
tanto no eran terroristas.
La condena al ex dictador sienta un precedente histrico frente a los crmenes de lesa humanidad perpetrados desde las ms altas esferas del poder, que suelen quedar impunes. El
Per, ante los ojos del mundo, ha hecho justicia a las vctimas que por ms de diecisiete aos clamaron por ella sin ser escuchadas.
Este episodio representa un hito en la lucha
por la justicia y el respeto a la dignidad de los
seres humanos.
Este proceso sienta un precedente histrico
que reivindica al Poder Judicial peruano por
Vide: <http://www.elmundo.es/america/2011/06/01/noticias/1306964349.html>.
dem.
Vide: <http://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/spe/index.asp?codigo=10409&opcion=detalle_noticia>.
GAMARRA HERRERA, Ronald. Juzgar a un jefe de Estado. Lecciones del proceso al ex presidente Alberto Fujimori por delitos
contra los derechos humanos. Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Lima, mayo de 2010.
ESPECIAL
la reserva moral que representan no pocos magistrados como los que conformaron la Sala
Especial. Lo mismo nos cabe decir sobre los
representantes del Ministerio Pblico.
del Juez; la condicin de provisional del segundo al quinto juez; y, el cese del Poder Judicial del quinto juez durante el Gobierno de
Emergencia y Reconstruccin Nacional.
Con fecha 26 de junio de 2009, de conformidad con lo dictaminado por el Fiscal Supremo,
los tres incidentes formados (19-2001-A5, 192001-B6 y 19-2001-C7) fueron declarados infundados por la recompuesta Primera Sala Penal Transitoria (integrada por los magistrados
Rojas Marav, Ponce de Mier, Arellano Serqun, Caldern Castillo y Zevallos Soto) en
atencin al hecho que las circunstancias atribuidas a los jueces supremos recusados no hacan surgir un temor de parcialidad ni violentaban su garanta de independencia y autonoma
en el ejercicio de su funcin jurisdiccional.
5
6
7
8
Ante ello, la defensa de Alberto Fujimori interpuso recursos de nulidad contra los autos que declararon infundadas las recusaciones de los miembros de la Primera Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema. Finalmente,
con fecha 4 de setiembre de 2009, la Sala Permanente de la Corte Suprema (integrada por
los magistrados Sols Espinoza, Torres Vega,
Araujo Snchez, Idrogo Delgado y Barrientos
Pea8) declar nula la vista de la causa, nulo
todo lo actuado e inadmisible los recursos de
nulidad interpuestos, en atencin al hecho que
no era competente para conocer en grado de
revisin los incidentes derivados de procesos penales que en revisin y ltima instancia se tramitan en otra Sala Penal de la Corte
Suprema, y la inexistencia de recurso contra
los autos de desestimacin de las recusaciones planteadas.
IV. LA INTERPOSICIN
CORPUS CONEXO
DEL
HBEAS
Con fecha 5 de noviembre de 2009, la defensa de Alberto Fujimori interpone una demanda de hbeas corpus contra la Sala Penal
Vide: <http://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/spe/Documentos/R.N.%20N%2019-2001-A.pdf>.
Vide: <http://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/spe/Documentos/R.N.%20N%2019-2001-B.pdf>.
Vide: <http://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/documentos/R.N.%20N%2019-2001-C.pdf>.
Este ltimo magistrado tuvo un voto en discordia, en el sentido de declarar infundada la recusacin planteada.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
55
56
El inciso 1 del artculo 200 de la Constitucin seala expresamente que el hbeas corpus procede cuando se vulnera o amenaza la
libertad individual o los derechos constitucionales conexos a ella, y en consonancia
con tal regulacin el ltimo prrafo del artculo 25 del Cdigo Procesal Constitucional contempla el hbeas corpus conexo. Por
su parte, el Tribunal Constitucional, con base
en la doctrina existente (entre otros, Nstor
Pedro Sags) y la Opinin Consultiva OC9/87 de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, ha reconocido el ensanchamiento del carcter y contenido del hbeas corpus, de manera tal que se admite hoy en da
la existencia de figuras o tipos de hbeas corpus: reparador, restringido, correctivo, preventivo, traslativo, instructivo, innovativo y
ESPECIAL
conexo9. Este ltimo, en painconstitucional debe necelabras del Mximo Intrpresariamente redundar en una
[L]a declaracin de
te de la Constitucin, si bien
afectacin directa y concreinadmisibilidad de los
no hace referencia a la privata en el derecho a la libertad
recursos de nulidad incin o restriccin en s de la
individual o, dicho de otro
terpuestos contra los
libertad fsica o de la locomodo, la afectacin a los dereautos que declararon
mocin, guarda, empero, un
chos constitucionales conexos
infundadas las recusagrado razonable de vnculo
debe incidir de manera negaticiones ... no supone, en
y enlace con este; en esa diva en el derecho a la libertad
modo y circunstancia
reccin, cabe su empleo en
individual11.
alguna, la vulneracin
situaciones no previstas en
concreta y actual de la
El Tribunal Constitucional ha
otro tipo de hbeas corpus,
libertad locomotora del
llegado a sostener que el requicomo la restriccin del derebeneficiario.
sito de la conexidad () comcho a ser asistido por un aboporta que el reclamo alegado
gado defensor libremente eleest siempre vinculado a la ligido desde que una persona
bertad individual, de suerte que
es citada o detenida; o de ser
obligado a prestar juramento; o compelido a los actos que se alega como atentatorios a los dedeclarar o reconocer culpabilidad contra uno rechos constitucionales conexos resulten tambin lesivos a este atributo fundamental12 13.
mismo, o contra el o la cnyuge, etc.10.
Este tipo de hbeas corpus requiere de un grado razonable de vnculo y enlace, o si se prefiere, conexidad entre el derecho procesal afectado y la libertad personal. Es por ello que, por
ejemplo, el Tribunal Constitucional ha establecido que no cualquier reclamo que alegue
la presunta afectacin del derecho a la libertad individual o sus derechos conexos puede
dar lugar al anlisis del fondo de la materia
cuestionada mediante el hbeas corpus, pues
para ello debe examinarse previamente si los
hechos cuya inconstitucionalidad se denuncia
revisten relevancia constitucional, y luego si
aquellos agravian el contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental a la
libertad personal.
Todo ello implica que para que proceda el
hbeas corpus el hecho denunciado como
9
10
11
12
13
STC Exp. N 02663-2003-PHC/TC, f. j. 6. Caso Eleobina Mabel Aponte Chuquihuanca, sentencia del 23 de marzo de 2004.
dem.
STC Exp. N 00819-2011-PHC/TC, f. j. 2. Caso Orlando Daneri Gismondi, sentencia del 15 de abril de 2011.
STC Exp. N 02722-2008-PHC/TC, f. j. 2. Caso Hayde Paulina Espinoza de Aldana y otros, sentencia del 9 de enero de 2009.
Percy Garca Cavero seala que no es exigible una efectiva o concreta afectacin de la libertad individual para afirmar la conexidad en el hbeas corpus conexo. Vase, La relacin de conexidad en el hbeas corpus conexo. En: Temas penales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Anuario de Derecho Penal 2008. Disponible en: <http://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/
anuario/an_2008_05.pdf>.
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57
utilizacin. En el caso de Fujimori, su inmediata libertad es imposible pues l ha sido condenado a prisin efectiva ()14.
2. Sobre el derecho a recurrir las decisiones judiciales
14 RUIZ, Juan Carlos y ROEL ALVA, Luis. Por qu el TC debe declarar improcedente el hbeas corpus a favor de Fujimori? Instituto de Defensa Legal, Lima, 26 de mayo de 2011.
58
ESPECIAL
El proceso y condena a Alberto Fujimori supuso la afirmacin de la lucha contra la impunidad en un pas como el Per, donde tantos
crmenes claman por justicia que llega tarde
o no llega nunca. Este proceso fue, entonces,
una oportunidad nica, extraordinaria, para
empezar a enderezar la deuda histrica que
el Estado tiene frente a la sociedad en relacin con la justicia. Por lo dems, el proceso
demostr que es posible juzgar no solamente
a los peces chicos, sino tambin a los tiburones, es decir, a aquellos que formulan las rdenes criminales, ocultos tras la inmunidad
del poder.
Juzgar a los criminales debe servir para que
nos quede muy claro a todos cul es el lugar
y la fuerza que tiene en la democracia el tema
de los derechos humanos, y particularmente el
principio segn el cual nadie est por encima
de la ley, y menos si delinque; y que, prueba
de cargo mediante, los procesos deben concluir con una sancin legal y justa, es decir,
con la aplicacin igualitaria, democrtica, de
la ley penal, de la misma manera que se aplicara a cualquier otro ciudadano que violase
sus normas.
Vencido en un proceso penal limpio, transparente y ante los ojos del mundo, Alberto Fujimori intenta ahora torcer la mano de la justicia, cuestionando va un hbeas corpus conexo
en verdad, el primero de una cadena de
hbeas corpus segn el anuncio de su abogado defensor la actuacin de los jueces supremos que, interviniendo en un incidente derivado del proceso penal, emitieron la declaracin
de inadmisibilidad de los recursos de nulidad
interpuestos contra los autos que declararon
infundadas las recusaciones de los jueces integrantes de la Primera Sala Penal Transitoria de
la Corte Suprema. Pretensin que, conforme a
las razones de las que hemos dado cuenta, es
absolutamente incompatible con la naturaleza
del proceso constitucional de la libertad, carece de base jurdica y, por ende, debe ser desestimada por el Tribunal Constitucional.
15 RIVERA PAZ, Carlos, QUISPE, Juan; Jos, RUIZ MOLLEDA, Juan Carlos, BLUME ROCHA, Aldo y ROEL ALVA, Luis. El hbeas
corpus de Fujimori. Razones para su improcedencia. Instituto de Defensa Legal, Lima, mayo de 2011, pp. 22-23.
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59
ESPECIAL
Por qu el Tribunal Constitucional
debe declarar improcedente
el hbeas corpus
de Alberto Fujimori?*
Juan Carlos Ruiz Molleda**
RESUMEN
*
**
En este artculo se retoman y desarrollan algunas ideas trabajadas por el autor y que fueron publicadas en el folleto titulado El
hbeas corpus de Fujimori, razones para su improcedencia, el cual fue trabajado por el autor junto con Carlos Rivera Paz, Juan
Jos Quispe, Aldo Blume Rocha y Luis Andrs Roel Alva, Lima, mayo de 2011.
Abogado del Instituto de Defensa Legal. Asimismo se retoman las ideas del autor trabajadas en el artculo titulado Puede pronunciarse el TC sobre la responsabilidad penal de Alberto Fujimori en un proceso de hbeas corpus?, que puede ser consultado
en <http://www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=467>, y el artculo titulado Por qu el TC debe declarar improcedente el hbeas corpus a favor de Fujimori?, el cual puede ser revisado en <http://www.justiciaviva.org.pe/notihome/notihome01.php?noti=562>.
En esta parte de antecedentes seguimos el anlisis de Carlos Rivera y Juan Jos Quispe titulado El hbeas corpus de Fujimori.
Documento de trabajo N 49, Instituto de Defensa Legal, 12 de mayo de 2011.
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61
Como consecuencia del recurso de nulidad interpuesto por la defensa del condenado, el expediente fue elevado a la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, instancia que el 30 de
diciembre de 2009 dict sentencia confirmando el fallo emitido por la Sala Penal Especial.
Se ratific la responsabilidad penal del Fujimori y los trminos en los que se le impuso la
condena.
Adems, cabe resaltar que a lo largo de todo el
juicio oral la defensa del ahora condenado jams cuestion procedimiento o decisin alguna referida a algn derecho que Fujimori tena
en su condicin de procesado. No cabe duda,
entonces, que a nivel del cumplimiento debido de derechos y garantas el juicio signific
el establecimiento de un importantsimo precedente judicial.
1. La recusacin contra los magistrados
de la Sala Penal de la Corte Suprema
que confirm la condena
ESPECIAL
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63
La presente demanda de hbeas corpus se presenta bajo la modalidad de hbeas corpus conexo. El hbeas corpus conexo solo procede
cuando hay conexidad entre el derecho procesal afectado y la libertad personal. La Constitucin ha establecido expresamente en su
artculo 200, inciso 1 que el hbeas corpus
procede cuando se vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales
conexos a ella. El TC en el fundamento 2 de la
resolucin recada en el Exp. N 00819-2011HC/TC, en lo que ha sido reiterada jurisprudencia del Supremo Intrprete de la Constitucin2, ha precisado que no cualquier reclamo
que alegue la presunta afectacin del derecho
a la libertad individual o sus derechos conexos
puede dar lugar al anlisis del fondo de la materia cuestionada mediante el hbeas corpus,
pues para ello debe examinarse previamente si los hechos cuya inconstitucionalidad se
denuncia revisten relevancia constitucional, y
luego si aquellos agravian el contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental a la libertad personal. Aade el TC
lo siguiente: Todo ello implica que para que
proceda el hbeas corpus el hecho denunciado
3
4
64
En efecto, tal ha sido el argumento empleado por el Tribunal Constitucional para declarar improcedentes muchas demandas de hbeas corpus que se fundamentaban en una supuesta afectacin de libertad individual por conexidad con derechos
vinculados al debido proceso. Nos referimos a casos como los siguientes: RTC Exp. N 03834-2010-PHC/TC (f. j. 2), RTC Exp.
N 03669-2010-PHC/TC (ff. jj. 2 y 3), RTC N 03606-2010-PHC/TC (f. j. 2), entre otros.
STC Exp. N 00819-2011-PHC/TC. Resolucin publicada el 24 de mayo de 2011, f. j. 2.
Ver: <http://www.cidh.oas.org/prensa/publichearings/Hearings.aspx?Lang=ES&Session=120>.
ESPECIAL
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65
66
ESPECIAL
concretizado y que le sirve al TC para concretizar la Ley Fundamental12. Como seala otro
destacado constitucionalista italiano, Gustavo
Zagrebelsky, tanto en los procesos de control
abstracto como en los procesos de control concreto (defensa de los derechos o pretensiones
subjetivas garantizados por la Constitucin),
el TC, concretiza la defensa del orden constitucional objetivo, otorgando una respuesta a
situaciones concretas a partir de la necesaria
interpretacin de los preceptos constitucionales relacionados, especficamente a travs de
los principios constitucionales en los que se
regula la categora jurdica o el derecho protegible que se alegue vulnerado13.
Siendo la Constitucin una Norma Fundamental abierta, encuentra en el Derecho Procesal
Constitucional y, especficamente, en el Cdigo Procesal Constitucional, un instrumento concretizador de los valores, principios y
derechos constitucionales, de manera tal que
en ltima instancia, estos informan el razonamiento y la argumentacin del juez constitucional14. Esta tesis no es extraa ni ajena
a nuestro ordenamiento, ella ha sido recogida
por la jurisprudencia del TC nacional. Este ha
sostenido que (...) si bien es cierto que el Derecho Procesal Constitucional recurre, con frecuencia, a categoras e instituciones primigeniamente elaboradas como parte de la Teora
General del Proceso, es el Derecho Constitucional el que las configura y llena de contenido constitucional15.
En esa misma lnea, el TC ha sealado que:
Que el Derecho Procesal Constitucional constituye un ordenamiento complejo de naturaleza adjetiva, pero que, debido a la naturaleza del
ordenamiento sustantivo a cuya concretizacin
12 dem.
13 ZAGREBELSKY, Gustavo. Derecho Procesal Constitucional?. En: Revista Peruana de Derecho Procesal. N IV, Lima, 2001,
pp. 409 y ss.
14 dem.
15 STC Exp. N 04903-2005-HC/TC, f. j. 3. Agrega el TC a continuacin en el mismo fundamento jurdico que [e]sta posicin, como
es evidente, trasciende la mera cuestin de opcin acadmica o jurisprudencial; por el contrario, significa un distanciamiento de
aquellas posiciones positivistas del Derecho y del proceso que han llevado a desnaturalizar la vigencia efectiva de los derechos
fundamentales, al hacer depender la eficacia de estos a la aplicacin de normas procesales autnomas cientficas y neutrales.
16 Exps. Ns 0025-2005-AI/TC y 0026-2005-AI/TC, Colegio de Abogados de Arequipa y del Cono Norte de Lima contra el CNM,
f. j. 15.
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67
17 STC Exp. N 4903-2005-PHC/TC, f. j. 3. En la misma sentencia, el TC cita a Peter Haberle quien seala que [l]a estrechez de un
instituto procesal es dinamitada por reflexiones puntuales y objetivas y agrega que por parte del Tribunal Constitucional a efectos de la realizacin de los fines de los procesos constitucionales: garantizar la supremaca jurdica de la Constitucin y la vigencia efectiva de los derechos fundamentales (artculo II del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional). En esa misma
lnea estn las SSTC Exps. Ns 0025-2005-AI/TC y 0026-2005-AI/TC (resolucin), f. j. 15.
18 STC Exp. N 4903-2005-PHC/TC, f. j. 5.
19 dem.
68
ESPECIAL
responder a una concreta controversia constitucional planteada. Esto tiene enormes consecuencias prcticas en el caso
que nos ocupa, pues demanda
del TC que la interpretacin de
las normas del Cdigo Procesal Constitucional como por
ejemplo lo referido al derecho a impugnar resoluciones
judiciales y a la pluralidad de
instancias no se haga de espaldas a los fines que ella persigue, sino en consonancia con
los objetivos de las normas
procesales, buscando en todo
momento maximizar y optimizar la interpretacin de estas, cosa
sabemos no se ha hecho.
que bien
En otras palabras, el derecho a impugnar resoluciones no puede darse en el aire y descontextualizado del proceso. No puede analizarse
este derecho de espalda al conjunto del proceso de hbeas corpus y a la finalidad que este
persigue. Ciertamente, nadie niega el carcter
vinculante y la necesidad de respetar las normas procesales. En ella se juega la legitimidad y el Estado Constitucional de Derecho.
Lo que se est sealando es que estas normas
procesales no pueden nunca convertirse en un
obstculo para eludir un pronunciamiento sobre los temas de fondo o para la efectiva proteccin de los derechos; ellas tienen que ser
consistentes con la finalidad de todo proceso
constitucional. Es por ello que tal como lo seala el artculo III del Cdigo Procesal Constitucional, el juez constitucional goza de una
razonable valoracin en la adecuacin de toda
formalidad a los fines de los procesos constitucionales, de manera tal que en ningn caso,
la supremaca de la Constitucin y la vigencia efectiva de los derechos constitucionales
artculo II del Ttulo Preliminar del Cdigo
Como seala el TC, lo expuesto (...) no supone en modo alguno que las disposiciones
del CPConst. puedan ser desconocidas por los
jueces constitucionales. Significa tan solo que
ellas deben ser interpretadas y/o integradas
desde y conforme a la Constitucin, de modo
tal que resulte optimizada la finalidad sustantiva de los procesos constitucionales (artculo II
del Ttulo Preliminar del CPConst)22. En definitiva, si bien el derecho procesal constitucional toma prestadas diversas instituciones
de la teora del derecho procesal, esta rama del
derecho tiene una entidad especial, la cual tiene su fundamento en la finalidad que persigue,
que no es otra que la defensa de los derechos
fundamentales y garantizar la supremaca normativa de la Constitucin. Es por ello que se
dice que el derecho procesal constitucional
concreta la Constitucin.
En este contexto, el TC debe valorar que lo que
busca el hbeas corpus es en realidad desvirtuar los efectos de la sentencia condenatoria
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
69
23 VSCOVI, Enrique. Los recursos judiciales y dems medios impugnativos en Iberoamrica. Depalma, Buenos Aires, 1988, p. 27.
24 PRIORI POSADA, Giovanni. Reflexiones en torno al doble grado de jurisdiccin. En: Advocatus. N 9, Universidad de Lima,
2003, Lima, p. 405.
25 Ibdem, p. 406.
70
ESPECIAL
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27
28
29
30
31
Ibdem, p. 407.
dem.
dem.
dem.
Ibdem, p. 408.
Ibdem, p. 417.
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32
33
34
35
36
Ibdem, p. 414.
dem.
Ibdem, p. 415.
Ibdem, p. 416.
Ciertamente, existen posiciones discordantes. Ver por ejemplo Ariano Deho, Eugenia. Algunas notas sobre las impugnaciones y el debido proceso. En: Advocatus N 9, Universidad de Lima, Lima, 2003, pp. 395-404. No compartimos estas posiciones
pues estn ms pensadas para los procesos judiciales ordinarios y no para los procesos constitucionales.
37 PRIORI, Giovanni. Ob. cit., p. 418. Incluso, sostiene Priori que: Es obvio que la resolucin de un juez puede estar equivocada, s
eso es cierto, pero nada garantiza que el que revisa expida una resolucin correcta. Es ms, creemos que el del primer grado se
72
ESPECIAL
Tres reglas queremos destacar de la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia en materia del principio denominado en el
encuentra en mejor posibilidad de resolver que el de segundo grado. Pero ello parece no importar. Parece ms importante que
el instituto de la impugnacin se respete sin ms. Que todo se impugne. No importa cunto dure el proceso, porque no es importante cundo llegue la respuesta jurisdiccional. Lo peor de todo es que cada vez estamos ms convencidos de que se creen firmemente que mientras ms dure el proceso, es mejor. Ibdem, p. 419.
38 VSCOVI, Enrique. Los recursos judiciales y dems medios impugnativos en Iberoamrica. Depalma, Buenos Aires, 1988, p. 32.
39 dem.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
73
materia penal, pero no establecen esa condicin en los otros campos del derecho, para los
cules exigen nicamente que la persona sea
oda, con las debidas garantas y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley40.
Luego, en la misma sentencia seala que, (...)
la doble instancia, con todo y ser uno de los
principales [derechos] dentro del conjunto
de garantas que estructuran el debido proceso, no tiene un carcter absoluto, como resulta del precepto constitucional que lo consagra
(artculo 31 CP), a cuyo tenor toda sentencia
judicial podr ser apelada o consultada, salvo
las excepciones que consagre la ley (resalta la
Corte) (...)41.
Finalmente, la Corte en la Sentencia C-040 de
2002 en la que se refiri a la posibilidad de
que existan procesos de nica instancia en la
jurisdiccin administrativa, seal que ciertos procesos de la jurisdiccin contenciosa
administrativa son de nica instancia. Ahora
bien, como ya se vio en esta sentencia, y en
otras anteriores, los procesos judiciales de nica instancia, siempre y cuando no sean de carcter penal o acciones de tutela, no son inconstitucionales per se, pues las garantas
derivadas del debido proceso pueden ser logradas de otras formas, sin que ello implique
ninguna violacin a los derechos constitucionales. Nada se opone entonces a que existan
procesos de nica instancia en la jurisdiccin
administrativa42.
Aade que: En cuanto a que la exclusin de
la doble instancia en el presente caso debe propender por el logro de una finalidad constitucionalmente legtima, es claro que como se
desprende de los antecedentes legislativos a
que se hizo extensa referencia en los apartes
40
41
42
43
44
45
74
C-095-03.
dem.
C-509-06
dem.
dem.
Esta parte fue elaborada junto con Aldo Blume, abogado del Instituto de Defensa Legal.
ESPECIAL
Constitucin, en cuyo inciso 6 se reconoce expresamente como uno de los principios y derechos de la funcin jurisdiccional a la pluralidad de instancia. No obstante, como todo
derecho constitucional, este no debe ser ejercido de manera irrestricta pues se debe aguardar una armona y concordancia con los dems
derechos constitucionales y dems bienes de
relevancia constitucional que integran nuestro ordenamiento jurdico. De lo contrario, se
estara configurando un abuso del derecho, el
cual se encuentra expresamente condenado
por el artculo 103 de la Constitucin, en su
parte in fine.
En ese sentido, los alcances del derecho a impugnar o del derecho a la pluralidad de instancia no se extienden a todas las resoluciones judiciales emitidas en el marco de un proceso.
As, existen resoluciones cuya impugnacin
no es admitida, como es el caso del auto admisorio de la demanda, en el caso del proceso
civil, conforme se infiere de los artculos 426
y 427 del Cdigo Procesal Civil; y del auto
de apertura de instruccin, en el caso del proceso penal, al menos con relacin al antiguo
Cdigo de Procedimientos Penales, conforme
se estableca en el artculo 77 de dicho cuerpo normativo. Ello se debe justamente a la limitacin del derecho a impugnar en beneficio
de otros derechos o bienes constitucionales,
como es el caso del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, en lo que respecta al proceso civil; y el cumplimiento de los fines del
proceso penal, la determinacin de la responsabilidad penal del inculpado y su posterior
sancin, en lo que respecta al proceso penal.
Pretender, como se hace en la presente demanda de hbeas corpus, que el derecho a la pluralidad de instancia resulta aplicable respecto de
todos y cada uno de los incidentes suscitados
al interior del proceso, como es el caso de las
46 De acuerdo a la nota publicada por el diario La Repblica el pasado 27 de mayo (El TC adelant al 1 de junio vista del hbeas
corpus a favor de Fujimori), la estrategia de los abogados defensores de Fujimori apunta a recusar indefinidamente a los vocales supremos, al punto que la Corte Suprema se vera impedida de resolver el caso. Ver: <http://www.larepublica.com.pe/impresa-2011-05-27-pag12>.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
75
atencin a la naturaleza del bien jurdico afectado, como son los derechos fundamentales.
Un ejercicio arbitrario e ilimitado del derecho
a impugnar las resoluciones judiciales volvera interminables los procesos judiciales y
vaciara de contenido lo establecido en el artculo 44 de la Constitucin, que seala precisamente que la razn de ser del Estado es
la proteccin de los derechos fundamentales.
Una justicia que nunca llega o que llega tarde, antes que generar una situacin de proteccin consagra una situacin de indefensin y
de impunidad de las graves violaciones a los
derechos humanos, por las que se le conden al expresidente Alberto Fujimori. La mejor prueba de que no se trata de un derecho
absoluto es que esta est restringida en determinadas circunstancias en casos de procesos
constitucionales. Es el caso, por ejemplo, del
proceso de inconstitucionalidad o el conflicto de competencias supuestos en los cuales el
TC resuelve en nica instancia. No en vano la
Corte Constitucional de Colombia ha sealado
que el principio de la doble instancia no forma
parte del contenido esencial de la garanta de
la tutela judicial.
76
ESPECIAL
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
la impunidad respecto a tales delitos, siguiendo la lnea trazada por el sistema interamericano de proteccin de derechos humanos (Comisin Interamericana de Derechos Humanos y
Corte Interamericana de Derechos Humanos).
Cabe recordar, en ese sentido, las advertencias
reseadas por el propio Tribunal Constitucional con relacin a la impunidad en aquella
sentencia recada en el Expediente N 24882002-HC/TC, en virtud de la cual qued reconocido el derecho constitucional a la verdad.
Recientemente, el 21 de marzo de este ao, el
mismo Tribunal Constitucional emiti sentencia en la accin de inconstitucionalidad deducida contra el Decreto Legislativo N 1097.
En dicha sentencia el TC declara expresamente que puede sostenerse que un acto constituye un crimen de lesa humanidad: a) cuando
por su naturaleza y carcter denota una grave afectacin de la dignidad humana, violando la vida o produciendo un grave dao en el
derecho a la integridad fsica o mental de la
vctima, en su derecho a la libertad personal
o en su derecho a la igualdad; b) cuando se
realiza como parte de un ataque generalizado
o sistemtico; c) cuando responde a una poltica (no necesariamente formalmente declarada) promovida o consentida por el Estado;
y, d) cuando se dirige contra poblacin civil.
Siendo que estas condiciones deben presentarse copulativamente.
Por lo tanto, lo que le corresponde al Tribunal
Constitucional es actuar en forma coherente
con la jurisprudencia ya establecida en este organismo, el cual constituye el guardin en ltima instancia de la supremaca jurdica de la
Constitucin y de la vigencia efectiva de los
derechos fundamentales.
IV. En conclusin: El hbeas corpus resulta improcedente
77
78
violacin del derecho a impugnar resoluciones judiciales, pues no tiene conexidad con la
libertad individual.
El TC debe declarar improcedente el hbeas
corpus presentado por la defensa de Alberto
Fujimori. De lo contrario, ira contra su propia y reciente jurisprudencia. El anlisis de la
presunta violacin del derecho a impugnar resoluciones judiciales no resulta relevante ser
discutido en el marco de un proceso constitucional de hbeas corpus, toda vez que no guarda relacin directa y material con el proceso
de hbeas corpus.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
79
2. Con fecha 26 de junio del 2009, la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia en el Recurso de Nulidad nmero 19-2001-A (Recusacin), integrada por
los Seores Vocales Rojas Marav. Ponce de
Mier, Arellano Serqun, Caldern Castillo y
Zevallos Soto, de conformidad con lo dictaminado par el seor Fiscal Supremo, declararon
infundada la recusacin planteada contra los
seores Jueces Supremos Elvia Barrios Alvarado, Roberto Barandiarn Dempwolf y Jos
Antonio Neyra Flores, por la defensa del encausado Alberto Fujimori Fujimori en el proceso seguido en contra suya por los delitos
de Homicidio Calificado - Asesinato, Lesiones graves y Secuestro agravado en agravio
de Luis Antonio Len Borja y otros, al dudar de su imparcialidad, estando a su condicin de Magistrados Supremos Provisionales,
ante lo cual, los Magistrados que suscriben la
resolucin denegatoria, la sustentan en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional: STC
N 353-2003-AA y SIC N 6578-2005-AA,
que le otorga el mismo trato a los magistrados,
sean titulares o no (conforme trasciende de la
copia de dicha resolucin obrante en autos de
fojas cuarenta y cinco a cuarenta y nueve).
3. Con fecha 26 de junio del 2009, la Primera
Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia en el Recurso de Nulidad nmero 192001-C. (Recusacin), integrada por los Seores Vocales Rojas Marav, Ponce de Mier,
Arellano Sergun, CaIdern Castillo y Zevallos Soto, de conformidad con lo dictaminado
por el seor Fiscal Supremo, declararon infundada la recusacin planteada contra el seor
Juez Supremo Julio Biaggi Gmez por la defensa del encausado Alberto Fujimori Fujimori en el proceso seguido en contra suya por los
delitos de Homicidio Calificado - Asesinato,
Lesiones graves y Secuestro agravado en agravio de Luis Antonio Len Borja y otros, debido a los temores de su falta de imparcialidad al
no cuestionar la participacin del Vocal Prncipe Trujillo en su calidad de Magistrado Provisional (conforme trasciende de la copia de
dicha resolucin obrante en autos de fojas cincuenta y uno a cincuenta y seis).
80
ESPECIAL
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
81
82
la misma que se encuentra arreglada a las normas que se indican en la resolucin mencionada, no existiendo violacin o vulneracin de
ningn derecho constitucional al ciudadano
Alberto Fujimori Fujimori, ex Presidente de la
Repblica del Per.
STIMO: Conforme se desprende del oficio
de fojas ciento cuarenta y tres, remitido por la
seora Jefa de la Oficina de Personal Mara
Rosario Macuri Luna, el doctor Tefilo ldrogo Delgado no se encuentra registrado en la
Base de Datos del sistema de personal del Poder Judicial, por lo que al oficiarse a la Corte Suprema de la Repblica, se inform a esta
Judicatura que dicho Magistrado en su calidad de Juez Superior Titular es Presidente de
la Primera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de La Libertad, y en tal sentido se libr el exhorto respectivo como es de verse a
fojas ciento sesenta y seis; obrando de fojas
doscientos noventa y dos a doscientos noventa y cuatro, la declaracin explicativa del seor Juez Superior Titular doctor Tefilo ldrogo Delgado, quien refiere que se abstuvo
formalmente en conocer de la recusacin a los
miembros de la Sala Penal de !a Corte Suprema sustentndose en que en el ao mil novecientos noventa y dos fue separado como Vocal de la Corte Superior de La Libertad, pero
su abstencin por decoro fue rechazada por los
miembros del Tribunal, en tal sentido, intervino conformando el colegiado para resolver la
recusacin, suscribiendo la resolucin que declare nula la vista de la causa, nulo o lo actuado ante el Tribunal, con el rechazo de la abstencin formulada por su parte y con el Voto
en discordia del Juez Supremo doctor Barrientos Pena.
FUNDAMENTOS JURDICOS
1. Que, de acuerdo al inciso uno del artculo
doscientos de la Constitucin Poltica del Estado, el Hbeas Corpus procede, ante el hecho u omisin de cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnera o amenaza la
libertad individual o los derechos constitucionales conexos. El Hbeas Corpus es un proceso constitucional destinado a la proteccin
ESPECIAL
de los derechos reconocidos en la Constitucin y el artculo veinticinco de la Ley veintiocho mil doscientos treinta y siete seala en
sus diecisiete incisos de manera expresa, los
derechos protegidos, indicando en su ltimo
prrafo, que. tambin procede el Hbeas Corpus en defensa de los derechos constitucionales conexos con la libertad individual, especialmente cuando se trata del debido proceso y
la inviolabilidad del domicilio.
3. El artculo cuarenta del Cdigo de Procedimientos Penales seala textualmente: La
recusacin contra uno de los miembros de la
Sala Penal se interpondr ante la misma Sala
hasta tres das antes del fijado para la audiencia. Es inadmisible la recusacin planteada
fuera de dicho trmino, salvo que se trate de
una causal de recusacin expresamente prevista en el artculo 29 y siempre que se haya
producido o conocido con posterioridad o
que la Sala se haya con formado tardamente, en cuyo caso e/ plazo se computar desde
su instalacin.
Al formularse la recusacin debern acompaarse las pruebas instrumentales que la sustenta, requisito sin el cual no ser admitida. El
incidente se tramitar por cuaderno separado
corrindose traslado por tres das al magistrado recusado. Vencido este trmino, la Sala,
previa Vista Fiscal, resolver lo que corresponda. Si el Vocal conviene en la causal de recusacin, la Sala, sin ms trmite, expedir
resolucin dentro del tercer da. Contra la resolucin de la Sala Superior en la que se pronuncia sobre la recusacin, procede el recurso de nulidad, el que ser resuelto dentro del
tercer da de recibido el cuaderno con el dictamen del Fiscal Supremo que deber ser emitido en e/ mismo plazo.
Contra la resolucin que declara inadmisible
una recusacin procede recurso impugnatorio
debidamente fundamentado, el mismo que no
Teora General del Derecho. Editorial Temis. Santa Fe de Colombia - Colombia, 1999.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
83
JURISPRUDENCIA DEL
CONSTITUCIONAL
TRIBUNAL
declar infundadas las recusaciones de los integrantes de la Primera Sala Penal Transitoria.
2. Los Magistrados demandados y el Procurador a cargo de los asuntos del Poder Judicial
argumentan que no ha sido posible la concesin del recurso solicitado al no encontrarse
previsto por la ley.
ANLISIS DE LO ACTUADO EN EL
PRESENTE PROCESO CONSTITUCIONAL DE HBEAS CORPUS
1. Estando a que la presente demanda de
Hbeas Corpus no est dirigida a cuestionar
el mandato de detencin del favorecido dentro
un debido proceso, sino a exigir que se le conceda un recurso de impugnacin contra resoluciones por las cuales la Sala Penal Permanente
84
3. De la revisin de las normas sobre la materia, se advierte que efectivamente, el Cdigo de Procedimientos Penales de mil novecientos cuarenta y sus modificaciones
vigentes, nicamente prevn la recusacin
de los Jueces Penales y Vocales Superiores, encontrndose la recusacin respecto
de los Vocales Supremos (hay Jueces Supremos) prevista nicamente en el Texto nico Ordenado de la Ley Orgnica del Poder
Judicial, la cual no prev la posibilidad de
impugnarse la resolucin que se pronuncie
sobre la recusacin de los Vocales Supremos
(hay Jueces Supremos), en tal sentido, no se
puede afirmar que se ha omitido un trmite
no previsto por la ley ni qua se ha vulnerado
el debido proceso.
Consideraciones por las cuales, el Cuadragsimo Cuarto Juzgado Especializado en lo Penal de Lima, en ejercicio de las atribuciones
que le confiere la Constitucin Poltica del
Per y la Ley Orgnica del Poder Judicial,
declara improcedente la demanda de hbeas
corpus invocada por Csar Augusto Nakazaki Servign a favor del ex Presidente de la
Repblica ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI contra la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema integrada por los seores Vocales
Supremos: Jorge Alfredo Sols Espinoza, Isabel Cristina Torres Vega, Eliana Elder Araujo
Snchez y Tefilo ldrogo Delgado, con conocimiento del Superior Jerrquico, oficindose
y notificndose.
CONSIDERANDO
TERCERO.-
La apelacin de la sentencia expedida con fecha siete de junio que declara improcedente
la demanda de hbeas corpus interpuesta por
Csar Augusto Nakazaki Servign a favor del
ex presidente de la Repblica Alberto Fujimori Fujimori contra la Sala Penal permanente
de la Corte Suprema integrada por los seores Vocales Jorge Alfredo Sols Espinoza, Isabel Cristina Torres Vega, Eliana Elder Araujo
Snchez y Tefilo Idrogo Delgado
a) Objeto de la demanda
VISTA: interviniendo como ponente la seora Juez Superior Hayakawa Riojas, odo el informe oral y
86
ESPECIAL
primera instancia. Que, la STC N 0006-2010PH/ TC seala en el considerando 4 (motivacin insuficiente) que no se trata de dar
respuesta a cada una de las pretensiones planteadas, solo resultar relevante desde una perspectiva constitucional si es que la ausencia de
argumentos a la insuficiencia de fundamentos resulta manifiesta a la luz de lo que en sustancia se est decidiendo.
Que en el caso de los autos, se advierte que en
relacin a la falta de pronunciamiento respecto al argumento de procedencia al recurso de
nulidad ello no constituye una respuesta insuficiente toda vez que la A quo ha expuesto que
el texto de la LOPJ no prev la posibilidad de
impugnar la resolucin que se pronuncie sobre
la recusacin. No teniendo esta caracterstica
de relevancia requerida, por lo que no existe
agravio a esta causal.
DECISIN:
Por lo tanto, estando a las consideraciones antes glosadas y no habiendo afectacin a la libertad personal por lesin al derecho conexo
a recurrir las resoluciones judiciales, la Cuarta Sala Penal Especializada con Reos en Crcel, administrando justicia, y de conformidad con el artculo 36 del Cdigo Procesal
Constitucional;
RESUELVE: CONFIRMAR: la resolucin
apelada de fojas 297 a 307, su fecha 7 de junio del 2010, que declara IMPROCEDENTE
la demanda de hbeas corpus, incoada por Csar Augusto Nakazaki Servign a favor del ex
presidente de la Repblica Alberto Fujimori Fujimori contra la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema integrada por los seores vocales supremos Jorge Alfredo Sols
Espinoza, Isabel Cristina Torres Vega, Eliana
Elder Araujo Snchez y Tefilo Idrogo Delgado, por la presunta vulneracin al derecho de
recurrir las resoluciones judiciales.
ORDENARON: Que una vez que la presente resolucin quede consentida o ejecutoriada,
se pulique en el diario oficial El Peruano, conforme a lo dispuesto en la cuarta disposicin
final del Cdigo Procesal Constitucional.
Notificndose y los devolvieron.
87
Anlisis constitucional
y procesal constitucional
ANLISIS Y CRTICA
La segunda sentencia
sobre la constitucionalidad
de la carrera judicial
Reflexiones sobre el control disciplinario y
la interdisciplinariedad en la labor del juez*
Csar BAZN SEMINARIO**
RESUMEN
*
**
1
Nota de Gaceta Constitucional: La STC Exp. N 00019-2009-PI/TC, objeto del presente comentario, ha sido publicada en
Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Tomo 18, Gaceta Jurdica, Lima, junio de 2011, p. 25 y ss.
Abogado por la Pontificia Universidad Catlica del Per. Postulante a mster en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la
Universidad Libre de Berln. Becario del Katholischer Akademischer Auslnder-Dienst (KAAD).
La primera sentencia sobre la constitucionalidad de la ley de la carrera judicial (Exp. N 00006-2009-PI/TC) es comentada en
mi texto Rquiem para la carrera judicial en Per? Comentarios a la sentencia del proceso de inconstitucionalidad contra
la ley de la carrera judicial. En: Dilogo con la Jurisprudencia. Ao 15, N 140, Gaceta Jurdica, Lima, mayo de 2010, pp. 43-56.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
91
La prohibicin de comentar pblicamente procesos en curso y el deber de discrecin. Restricciones a las libertades de informacin y expresin
de los jueces (artculo 47.5 y 6 de la Ley).
El deber de los jueces de residir en el distrito judicial donde laboran (artculos 34.15, 40.5 y 6 y
48.12 de la Ley).
La prohibicin de aceptar cargos remunerados salvo en docencia universitaria en materias jurdicas (artculo 40.3 de la Ley).
Actividad jurisdiccional de
los jueces
Sentencia 1
STC Exp. N 00006-2009-PI/TC
22 de marzo de 2010
Elaboracin propia. Las menciones a la ley se refieren a la Ley de la Carrera Judicial, Ley N 29277.
Muchos temas importantes sobre control disciplinario de jueces se quedarn fuera de este
anlisis. Dos de los ms interesantes son, sin
duda, el referido a que el desacato de principios de observancia obligatoria o de precedentes amerita falta grave o que el juez pueda ser
92
anlisis y crtica
para plantear algunas reflexiones sobre la interdisciplinariedad y cmo ella se refleja en el perfil del juez y en la Ley de la Carrera Judicial.
I. CONTROL DISCIPLINARIO DE JUECES
En esta segunda sentencia sobre carrera judicial, el Tribunal abord varios elementos referidos al control disciplinario de jueces. En ese
sentido, el Colegiado analiza la configuracin
o inexistencia de faltas en materias relacionadas a los siguientes temas:
- La importancia de que los magistrados deban ejecutar las resoluciones judiciales
dictadas por las salas de la corte suprema,
de modo que se tutele adecuadamente el
derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales (ff. jj. 12-15).
- Lo correspondiente a que el juez se pronuncie pblicamente sobre procesos judiciales en trmite (ff. jj. 28-30).
- Igualmente, el TC ratific que los principios de observancia obligatoria y los precedentes fijados por la Corte Suprema deban ser acatados, reflexionando sobre la
independencia judicial (ff. jj. 16-23).
- Asimismo, analiz la prohibicin de acumular pretensiones indebidamente y lleg a la conclusin que dicha disposicin
es constitucional (ff. jj. 24-27) y su transgresin deba ser considerada infraccin
disciplinaria.
- Incluso, el Tribunal se enfrent a la prohibicin de que el juez pueda dedicarse a actividades educativas y econmicas. En ese
2
3
4
5
El Tribunal no ordena los temas listados dentro de un rubro llamado control disciplinario como yo lo he hecho. Sin embargo, todos estos temas listados se refieren precisamente al control disciplinario de jueces.
En la sentencia se utiliza el siguiente subttulo: 3. Anlisis de constitucionalidad de la actividad jurisdiccional de los jueces
(a partir del f. j. 7, en adelante). Bajo dicho rubro se trabajan los siguientes temas relacionados al control disciplinario: infraccin
a los jueces que desacatan las resoluciones de la Corte Suprema, infraccin de los magistrados que podran cometerse en uso
de sus libertades comunicativas e infraccin en caso de acumular pretensiones indebidamente.
En la sentencia se utiliza el siguiente subttulo: 4. Anlisis de constitucionalidad de la actividad externa de los jueces (a partir del f. j. 31). Bajo este rubro se analizan los temas: infraccin en caso de dedicarse a la docencia en materias no jurdicas y la
configuracin de falta disciplinaria en caso de dedicarse a actividades econmicas.
CAPPELLETTI, Mauro. Juzes irresponsveis. Sergio Antonio Fabris editor. Porto Alegre, 1989, p. 71.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
93
II. INTERDISCIPLINARIEDAD
LABOR JUDICIAL
()
Adems de los temas relacionados con el control disciplinario, la sentencia toma posicin
respecto de la movilidad de los jueces. Sobre
el particular considera que el tema sobre la residencia de los magistrados ya fue resuelto en
la primera sentencia de constitucionalidad de
la carrera judicial; y que los magistrados deben estar protegidos frente a traslados sin su
voluntad. Finalmente, la sentencia se avoca a
dos aspectos relacionados con la seleccin de
jueces: la publicidad de las pruebas de seleccin y el peso dentro de la evaluacin que deben tener las publicaciones y los cursos realizados por los magistrados.
6
7
94
EN
LA
La sentencia bajo comentario permite reflexionar sobre la importancia de la interdisciplinariedad en la labor judicial, a partir de un punto concreto desarrollado en la
sentencia. La Ley de la Carrera Judicial, Ley
N 29277, estableca en su artculo 40, inciso 3, que:
La Ley de la Carrera Judicial estableca una limitacin en cuanto a la disciplina de las materias que un magistrado poda dictar, restringindolas nicamente a la disciplina jurdica.
De ese modo, la ley de la carrera judicial iba
ms all de la limitacin planteada por el artculo 146 de la constitucin, que no hace referencia a disciplina cientfica alguna, sino
que, nicamente, se refiere a la docencia
universitaria.
De acuerdo al Tribunal, es inconstitucional la
restriccin solo a materias jurdicas de la docencia universitaria para jueces. Esta posicin
la asume en los siguientes trminos:
DI DEDDA, Enrico. La giustizia disciplinare. En: AA.VV. Guida alla reforma dellordinamento giudizario. Giuffr. Milano, p. 361 y ss.
Para demostrar que se trata de resoluciones jurdicamente dbiles que apuntan a la impunidad de los casos analizados, me remito a los argumentos que sostuve en: Unas de cal y otras de arena. Anlisis de dos casos de destituciones de jueces resueltos por el Tribunal Constitucional. En: Dilogo con la Jurisprudencia. Ao 14, N 122, Gaceta Jurdica, Lima, noviembre de 2008,
pp. 43-54; Sobre interferencias, contradicciones, cosa juzgada y falsos consensos. En: La Ley. Ao 3, N 30, Gaceta Jurdica,
Lima, mayo de 2010; y, Destruyendo lo construido en el control disciplinario de jueces. Anlisis de la STC Exp. N 01873-2009PA/TC, caso Walde Juregui-Becom. En: Actualidad Jurdica. Tomo 204, noviembre de 2010, pp. 27-37.
anlisis y crtica
El desarrollo acadmico
e intelectual de los magistrados tambin se alcanza
promoviendo el cultivo y
la enseanza de cualquier otra disciplina
cientfica [no solo la jurdica].
Artculo 146.- La funcin jurisdiccional es incompatible con cualquiera otra actividad pblica o privada, con excepcin de la docencia universitaria fuera del horario de trabajo.
COSTA, Sergio y BOATCA, Manuela. La sociologa poscolonial. Estado del arte y perspectivas. En: Estudios sociolgicos. Revista de El Colegio de Mxico. Vol. XXVIII, N 83, mayo-agosto de 2010, p. 335.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
95
aportes que disciplinas como la ciencia poltica o la sociologa pueden darle al tema de anlisis. Por ello una aproximacin interdisciplinaria a los problemas jurdicos es sumamente
recomendable.
Y lo es tambin porque, como nos lo recuerda
Morin vinculndose a Piaget:
En ese sentido, resulta valioso un enfoque interdisciplinario por parte del juez al resolver
los conflictos de intereses que le corresponden
juzgar. Ello ha querido verse reflejado de alguna manera, en la carrera judicial al determinar el perfil del juez. As, en el artculo 2 de
la ley de la carrera judicial se valora no solo
una formacin jurdica slida y la capacidad
para interpretar y razonar jurdicamente a partir de casos concretos, sino tambin la aptitud
para identificar los conflictos sociales bajo su
juzgamiento (inciso 3), el conocimiento de la
organizacin y manejo del despacho judicial
(inciso 4) y el conocimiento de la realidad nacional y prcticas culturales del lugar donde se
desempea su funcin (inciso 6).
Ciertamente, esos elementos del perfil del juez
son insuficientes para un enfoque interdisciplinario en la solucin de los conflictos, pero la
incorporacin de dichos elementos son importantes para valorar aptitudes y conocimientos
La calificacin de la formacin acadmica debe tener como parmetros los grados acadmicos (maestra y/o doctorado),
as como los estudios curriculares de posgrado, acreditados con certificado oficial
de notas. Tambin se valoran los ttulos
o grados acadmicos obtenidos en otras
disciplinas profesionales (el resaltado es
nuestro).
96
anlisis y crtica
que los jueces tienen enfrente con los conocimientos que las otras disciplinas cientficas les
brindan, para poder dictar resoluciones ms
amplias y profundas.
PALABRAS FINALES
En este trabajo he querido dar una mirada diferente a la segunda sentencia sobre la constitucionalidad de la carrera judicial (STC Exp.
N 00019-2009-PI/TC), avocndome a dos temas que llamaron mi atencin, y planteando
algunas reflexiones sobre estos. En primer lugar, el control disciplinario de jueces, el cual
fue tratado largamente en la sentencia. Y en
segundo lugar, la interdisciplinariedad en la
labor del juez.
En el primero de ellos anot que el Tribunal Constitucional ha seguido esquemticamente la divisin entre deberes funcionales
y extrafuncionales de los jueces en cuanto
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
a control disciplinario se refiere. No tengo elementos para afirmar que dicha divisin metodolgica fue utilizada adrede por
el Tribunal Constitucional. Sin embargo, s
puedo decir que la divisin es til para entender los valores que se protegen mediante
el derecho disciplinario de jueces. Asimismo, apunt que esta sentencia es diferente a
resoluciones anteriores del Tribunal, en las
que dando respuesta a casos concretos de
magistrados supremos se debilit intensamente su control disciplinario.
Por otra parte, esta sentencia me ha servido
para reflexionar sobre la importancia de la interdisciplinariedad en el ejercicio de la magistratura y cmo la valoracin de conocimientos
distintos a los de la disciplina jurdica se refleja en el perfil del juez, a la par que esos conocimientos son apreciados en otras secciones de
la Ley de la Carrera Judicial.
97
ANLISIS Y CRTICA
El rechazo liminar de la
demanda constitucional
Un problema de nunca acabar*
Ral ARCOS COTRADO**
RESUMEN
En la RTC Exp. N 00141-2011-PA/TC, el Tribunal Constitucional seala que el rechazo liminar ser adecuado solo cuando no haya mrgenes de
duda sobre la improcedencia de la demanda; en ese sentido, para el autor
debera dictarse un precedente vinculante que seale y ordene las pautas
que guen el trmite del rechazo liminar de la demanda. Asimismo, considera que muchos jueces constitucionales de primera instancia no toman conciencia de lo importante que es calificar la demanda y, en clara actitud displicente, hasta delegan esa responsabilidad a otros auxiliares de justicia.
I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
*
**
98
se da en los procesos de amparo, hbeas corpus y hbeas data, pues son naturalmente tpicas manifestaciones de la denominada tutela
de urgencia que tiene como rasgo distintivo a
la celeridad procesal y es adems el elemento
medular de estos procesos, ya que el devenir
del tiempo puede traer como consecuencia un
perjuicio irreparable al ejercicio de estos derechos. Sin embargo, la demanda muchas veces no logra la eficacia y rapidez que se desea, pues antes, necesariamente, debe superar
el anlisis de las causales de improcedencia
previstas en el artculo 5 del Cdigo Procesal
Constitucional, pues de estar involucrada objetivamente en una de estas, deber ser rechazada liminarmente por ser manifiestamente
La RTC Exp. N 00141-2011-PA/TC, objeto del presente comentario, ha sido publicada en Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Tomo 17, Gaceta Jurdica, Lima, mayo de 2011, p. 29 y ss.
Egresado de la Universidad Nacional del Altiplano (Per), con estudios de Maestra en Derecho Procesal por la Universidad
Nacional de Rosario (Argentina).
anlisis y crtica
improcedente y ello porque nuestro ordenamiento jurdico procesal que asume una postura publicista provee al juez de disposiciones
o facultades para la direccin formal y material del proceso, dentro de las cuales est la
oportunidad para rechazar in limine o de plano
la demanda incoada.
No obstante, esta ltima facultad es asumida
muchsimas veces sin la correspondiente diligencia por parte de nuestros jueces constitucionales al momento de calificar la demanda,
como pretexto para desentenderse del proceso
cuando este tiene complejidad o est mediatizado. Lo anterior puede ser corroborado con
las resoluciones que emite el Tribunal Constitucional que dan cuenta de numerosos casos
que tienen estas particularidades, lo que atenta flagrantemente contra la eficacia y rapidez
del recurso. En estos casos, el trmite de una
demanda de amparo se vuelve extenso dado
que primero es el juez constitucional (a quo)
quien rechaza liminarmente la demanda, para
luego ser confirmada por los jueces superiores
(a quem) y recin, previo recurso de agravio
constitucional, el Tribunal Constitucional asume competencia para revocar la decisin del
Poder Judicial y ordenar la admisin a trmite de la demanda, esto es, iniciarse el proceso
o la bilateralidad de la instancia, estadio en el
cual, ya ha podido producirse una lesin irreparable al derecho fundamental o agravarse la
situacin. En rigor, se desnaturaliza la esencia misma del proceso y prcticamente lo torna en ordinario por lo prolongado en esta etapa del proceso, dando lugar a la afectacin de
otro derecho fundamental: la tutela judicial
efectiva.
Este problema que se presenta cotidianamente no ha podido encontrar solucin efectiva,
pese a que el Supremo Intrprete de la Constitucin lo ha precisado en innumerables resoluciones. Recientemente, en la STC Exp.
N 00141-2011-PA/TC, de fecha 22 de marzo
de 2011, ha sealado que el rechazo liminar
nicamente ser adecuado cuando no haya
mrgenes de duda sobre la improcedencia
de la demanda. Este sencillo razonamiento,
pero muy ilustrativo con el que concordamos
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
99
jueces y fiscales, siempre que dichas resoluciones hayan sido motivadas y dictadas
con previa audiencia al interesado;
8. Se cuestionen las resoluciones del Jurado
Nacional de Elecciones en materias electorales, de referndum u otro tipo de consultas populares, bajo responsabilidad.
100
Por disposicin de la STC Exp. N 00007-2007-PI/TC se declara inconstitucional el artculo nico de la Ley N 28642 que modific el artculo 5.8 del Cdigo Procesal Constitucional.
anlisis y crtica
2
3
que a partir del artculo 24.1 de la Constitucin espaola, se debe llegar a la conclusin
de que el derecho a la tutela judicial efectiva supone, en primer lugar, la admisin de la
demanda por parte del rgano jurisdiccional,
siendo su rechazo in limine una clara negacin
al derecho a la tutela judicial efectiva2. Es importante tambin ponderar lo sostenido por el
Tribunal Constitucional a travs de su jurisprudencia, dejando sentado que: el derecho
a la tutela judicial efectiva constituye un derecho de prestacin que solo puede ejercerse por
los cauces que el legislador establece, o dicho
de otro modo, es un derecho de configuracin
legal. Ello implica que el legislador cuenta con
un mbito de libertad amplio en la definicin
o determinacin de las condiciones y consecuencias del acceso a la justicia, las cuales no
pueden constituir un obstculo a tal derecho
fundamental, pues ha de respetarse sobre todo
su contenido esencial, as como tampoco nadie que no sea el legislador puede crear impedimentos o limitaciones al derecho a la tutela
judicial, cuyo ejercicio, solo puede regularse
por ley3.
IV. PAUTAS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL SOBRE RECHAZO LIMINAR
DE LA DEMANDA
El Tribunal Constitucional a travs de diferentes resoluciones, y desde hace buen tiempo, ha dado las pautas correspondientes a fin
de zanjar este problema, labor infecunda por
el momento, pues continan los rechazos de
demanda. As, en la STC Exp. N 00141-2011PA/TC (caso Oswaldo Jorge Espinoza Medina) del 22 de marzo de 2011, en la que el demandante solicit, a travs del proceso de
amparo, su inscripcin en el Registro de Regentes y Directores Tcnicos de la Direccin
V de Salud - Lima y la negativa de esta entidad constituira a su juicio, violacin a los
derechos de peticin, al trabajo, entre otros.
La demanda es rechazada liminarmente por
Montero Aroca, Juan et l. Derecho Jurisdiccional II. Octava edicin, Tirant lo Blanch, Valencia, 2008, p. 191.
STC Exp. N 02438-2005-PA/TC, f. j. 6.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
101
102
anlisis y crtica
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
De esta resolucin se puede extraer un interesante punto de vista del Supremo Intrprete de
la Constitucin, cual es el de emitir sentencia
sobre el fondo en aras de cumplimentar los principios de economa y celeridad procesal, pues en
rigor, no hubo proceso, pues nunca se admiti a
trmite la demanda. Para ello, justifica su decisin en el hecho de que se puso en conocimiento
el recurso de apelacin contra el auto que rechaz liminarmente la demanda y por tanto tiene
garantizado el derecho de defensa (sic).
Discrepamos respetuosamente de dicho criterio, pues vulnera flagrantemente el derecho
de defensa que le asiste constitucionalmente
al demandado, ya que no es lo mismo ponerle
en conocimiento del recurso de apelacin ya
que en este eventual caso, solo podr apersonarse a la Sala Constitucional y presentar informes, pero no ofrecer pruebas; mxime si la
resolucin de vista, solo se limitar a confirmar o revocar el rechazo liminar, es decir, verificar si el juez analiz debidamente las causales de improcedencia de la demanda, que
notificarle con la demanda para que haga uso
legtimo de su derecho de contradiccin. Lo
correcto es que el Tribunal Constitucional,
103
5
6
104
2.Que las instancias inferiores han rechazado liminarmente la demanda por estimar
que existen hechos controvertidos que requieren de actuacin probatoria, en aplicacin del inciso 2) del artculo 5 del Cdigo
Procesal Constitucional.
3. Que este Tribunal considera que el rechazo liminar de la demanda no est justificado, toda vez que en el caso no se ha
presentado ninguno de los supuestos de
improcedencia liminar previstos en el artculo 47 del Cdigo Procesal Constitucional y porque la pretensin se encuentra en
los supuestos de procedencia previstos en
el precedente vinculante de la STC Exp.
N 00206-2005-PA/TC, siendo necesario que sea admitida a trmite para que la
emplazada haga valer su derecho de contradiccin y pueda presentar los medios
probatorios que estime pertinentes; en consecuencia debe anularse todo lo actuado, a
fin de que el juez de la causa admita a trmite la demanda.
STC Exp. N 04587-2004-AA/TC, f. j. 15): la declaracin de invalidez de todo lo actuado solo es procedente en aquellos casos
en los que el vicio procesal pudiera afectar derechos constitucionales de alguno de los sujetos que participan en el proceso. En
particular, del emplazado con la demanda, cuya intervencin y defensa pueda haber quedado frustrada como consecuencia precisamente del rechazo liminar.
STC Exp. N 03397-2010-PA/TC, caso Wilder Horacio Lucas Alcntara.
Exp. N 03489-2010-PA/TC, No Gmez Rojas.
anlisis y crtica
2. No obstante debe precisarse que tal criterio ha sido aplicado de forma incorrecta,
pues este Tribunal ha sealado en el fundamento 37 de la citada STC Exp. N 014172005-PA/TC, que constituye precedente
vinculante, que aun cuando la demanda
cuestiona la suma especfica de la pensin
que percibe el demandante, se debe efectuar su verificacin, toda vez que se encuentra comprometido el derecho al mnimo vital.
[E]n el proceso de autos las instancias judiciales del hbeas corpus declararon la
improcedencia liminar de la demanda sosteniendo, a su turno, que para que proceda el proceso de hbeas corpus por vulneracin al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional debe existir relacin con la
libertad personal, resultando que no se encuentra agravio constitucional referido a
la libertad individual del actor.
3.Que respecto a la figura jurdica del rechazo liminar el Tribunal Constitucional
ha sealado en la sentencia recada en el
caso Vctor Esteban Camarena (STC Exp.
N 06218-2007-PHC/TC, fundamento 12)
que cabe el rechazo liminar de una demanda de hbeas corpus cuando: i) los hechos
y el petitorio de la demanda no estn referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado (artculo 5.1 del CPConst.), y ii) a
la presentacin de la demanda haya cesado la amenaza o violacin de un derecho
constitucional o esta se haya convertido
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
105
7. En el presente caso, las instancias judiciales que estimaron la demanda presentada contra la empresa ahora recurrente
han determinado con argumentos razonables y claros la situacin jurdica de prelacin establecida entre la trabajadora y la
empresa ().
8. [N]o obstante, queda claro que en el presente caso se configura un supuesto de temeridad procesal que debe ser sancionado,
en la medida que los argumentos que utiliza la empresa recurrente, desde el mismo
planteamiento de la demanda, tienen un
claro propsito de desconocer la sentencia
estimatoria que ordenaba la reposicin de
una trabajadora despedida irregularmente cuando se encontraba en estado de gestacin, situacin que tambin ha sido ya
proscrita por este Colegiado (el resaltado
es nuestro).
Una de las causales de improcedencia quizs ms invocadas o la de mayor recurrencia, es la prevista en el inciso 2 del artculo
5 del Cdigo Procesal Constitucional referido
a la va procedimental igualmente satisfactoria, causal que el Tribunal Constitucional ha
precisado en el Exp. N 00856-2010-PA/TC y
02553-2010-PA/TC (acumulados) en el sentido siguiente:
106
10.Que por lo tanto, si bien el proceso contencioso-administrativo es la va procedimental especfica para ejercer un control
jurdico de las actuaciones arbitrarias de la
Administracin Pblica, es de resaltar que
en el caso concreto aquel no resulta ser una
va idnea e igualmente satisfactoria para
tutelar los derechos constitucionales involucrados pues conforme ha demostrado el
anlisis y crtica
recurrente existe el anteceestn referidos en forma direcdente de que este ya ha acuta al contenido constitucional[L]a actividad jurisdicdido a la referida va promente protegido de los derecional, concebida como la
cedimental ordinaria para
chos invocados.
suma de tareas para procuestionar una anterior recesar, sentenciar y eje2.Sobre el particular, debe tesolucin de su contrato
cutar como ensea Alvanerse presente que () los
rado Velloso, es asumida
de adjudicacin, obtenienascensos de los trabajadores
con mayor precisin por
do incluso una sentencia
el Tribunal Constitucional,
sujetos al rgimen laboral pestimatoria de la Corte Suque
evidentemente
aclara
blico deben ser dilucidados en
prema de Justicia de la Reel panorama del juez.
el proceso contencioso-admipblica y, sin embargo, senistrativo; nicamente, atengn se ha alegado, dicho
diendo a la urgencia o a la decontrato ha sido nuevamostracin objetiva y fehaciente por la
mente resuelto por causales similares a las
parte demandante de que la va contencioque sirvieron de fundamento en los aos
so-administrativa no es la idnea, procede1992 y 1998; por lo que estos hechos ameritan ser evaluados en sede constitucional,
r el proceso de amparo.
pues lo contrario, es decir optar por la improcedencia de las demandas, significara 3.En el presente caso, este Tribunal considera que la urgencia de tutela se encuentolerar la contingencia de que el demantra demostrada por el derecho fundamendante, aun recurriendo exitosamente en
tal que supuestamente habra sido afectado
la va ordinaria, afronte una nueva resolucon los artculos cuestionados, como es el
cin del referido contrato de adjudicacin,
derecho a la promocin en el empleo, por
lo que acarreara la desproteccin jurisdiclo que la pretensin demandada y la afectacional de las pretensiones aqu solicitadas.
cin denunciada deben ser dilucidadas meConsecuentemente, no es igualmente sadiante el proceso de amparo, y no mediantisfactoria la va ordinaria del contenciote el proceso contencioso-administrativo.
so-administrativo y corresponde al proceso de amparo dilucidar las controversias Esta doctrina jurisprudencial posibilita, sin
aqu planteadas.
duda, la amparizacin de pretensiones sobre
Situacin similar se advierte de la STC Exp. ascensos en el Sector Pblico, bastando por
N 00527-2009-PA/TC (caso Jorge Flix Ru- tanto acreditar la imposicin de restricciones
bio Correa) en la que se precisa que el de- que impiden o dificultan a los trabajadores
recho a la promocin del empleo debe ser ascender con base en sus mritos, o cuando
ventilado en sede constitucional, pese a la se les exige requisitos irrazonables o imposiexistencia de va procedimental igualmente bles de cumplir, o cuando no se les promueve por razn de raza, color, sexo, idioma, relisatisfactoria como a continuacin se ver:
gin, opinin poltica o de otra ndole, origen
1. Antes de ingresar a evaluar el fondo nacional o social, posicin econmica, nacide la controversia constitucional, es pre- miento o cualquier otra condicin social, a peciso examinar el rechazo in limine dicta- sar de que cuentan con los mritos suficientes
do por las instancias precedentes, pues y han aprobado el concurso para ser promotanto en primera como en segunda instan- vidos, como lo sostiene el segundo prrafo
cia la demanda fue rechazada liminarmendel considerando stimo de la resolucin bajo
te, argumentndose, por un lado, que exiscomento.
tiendo vas procedimentales especficas,
igualmente satisfactorias, debe recurrirse En la misma lnea, las demandas de ampaal proceso contencioso-administrativo y, ro en materia laboral respecto de despidos
por otro, que los hechos y el petitorio no con expresin de causa cuando se motive en
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
107
108
4. Que en el presente caso, no debi rechazarse in limine la demanda, toda vez que
de la revisin de autos, se desprende que
esta debi admitirse a trmite, por cuanto el acto lesivo sealado por la recurrente
est relacionado con la cancelacin de una
licencia municipal previamente otorgada
sin haberse notificado a la demandante,
lo que constituye una medida que podra
afectar los derechos de la demandante.
ARCOS COTRADO, Ral. La indebida aplicacin supletoria del Cdigo Procesal Civil y el rechazo liminar de la demanda en
el proceso de amparo: A propsito de un despropsito. En: Vox Juris. Vol. 9, Elisbn Dante Mamani Laurente (director). Adrus,
Puno, 2009, p. 129.
anlisis y crtica
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
109
tendencias
de jurisprudencia constitucional
ASPECTOS GENERALES
[C]uando a travs del amparo se cuestione la validez de una ley o una norma con rango de ley,
no solo es preciso que esta, en abstracto, resulte contraria a algn derecho fundamental sino,
adems, que en los hechos incida en el mbito subjetivo garantizado por dicho derecho, habida cuenta que la finalidad de este proceso no es controlar en abstracto la validez de las leyes,
sino la de tutelar el ejercicio de derechos fundamentales.
RTC Exp. N 02220-2010-PA/TC, f. j. 3
Publicada en la pgina web del TC el 20/09/2010
Constitucin no prohbe el amparo contra normas, sino la impugnacin en abstracto de la validez de las leyes
[E]l inciso 2) del artculo 200 de la Constitucin no contiene una prohibicin de cuestionar
mediante el amparo leyes que puedan ser lesivas en s mismas de derechos fundamentales, sino
una simple limitacin que pretende impedir que, a travs de un proceso cuyo objeto de proteccin son los derechos constitucionales, se pretenda impugnar en abstracto la validez constitucional de las normas con rango de ley.
RTC Exp. N 06105-2009-PA/TC, f. j. 6
Publicada en la pgina web del TC el 08/09/2010
RTC Exp. N 04341-2008-PA/TC, f. j. 9
Publicada en la pgina web del TC el 19/02/2009
110
[U]na interpretacin sistemtica de los alcances de la restriccin contenida en el segundo prrafo del artculo 200, inciso 2) de la Constitucin, debe entenderse en el sentido de que no cabe,
efectivamente, que mediante una demanda de amparo se cuestione una ley cuando el propsito
de esta sea cuestionar su validez en abstracto, habida cuenta de que en el ordenamiento existen
otros procesos, como el de inconstitucionalidad o el popular, cuyo objeto precisamente es preservar la condicin de la Constitucincomo Ley Suprema del Estado.
RTC Exp. N 06105-2009-PA/TC, f. j. 7
Publicada en la pgina web del TC el 08/09/2010
[P]ara que una demanda de amparo, dirigida contra una norma, sea procedente, ella tiene
que ser de carcter autoaplicativo; pues de lo contrario se estara ante un supuesto de control
abstracto de las leyes, siendo que para ello existe una va especfica como es el proceso de
inconstitucionalidad.
RTC Exp. N 01789-2010-PA/TC, f. j. 4
Publicada en la pgina web del TC el 19/08/2010
II. NORMAS ATACABLES MEDIANTE EL AMPARO
Procedencia del amparo contra normas conforme al artculo 3 del Cdigo Procesal Constitucional
[E]ste Tribunal debe recordar que conforme al artculo 3 del Cdigo Procesal Constitucional,
el proceso de amparo procede contra normas autoaplicativas, es decir, contra normas que con su
sola entrada en vigencia producen efectos jurdicos inmediatos, no siendo necesario actos posteriores de ejecucin o aplicacin para que generen o produzcan efectos.
STC Exp. N 02389-2009-PA/TC, f. j. 2
Publicada en la pgina web del TC el 17/12/2009
Conforme al artculo 3 del Cdigo Procesal Constitucional desarrollado a travs de la jurisprudencia establecida por este Tribunal procede la accin de amparo contra normas cuando el acto
lesivo es causado por normas autoaplicativas cuya eficacia no se encuentra sujeta a realizacin
de actos posteriores de aplicacin, sino que la adquieren al tiempo de entrar en vigencia y siempre que las normas afecten derechos fundamentales.
STC Exp. N 00914-2008-PA/TC, f. j. 1
Publicada en la pgina web del TC el 16/03/2009
[C]onforme al artculo 3 del Cdigo Procesal Constitucional, procede la demanda de amparo
contra normas autoaplicativas, precisando que son normas autoaplicativas, aquellas cuya aplicabilidad, una vez que han entrado en vigencia, resulta inmediata e incondicionada. Por nuestra
parte, incluso antes de la vigencia del Cdigo Procesal Constitucional, dejamos establecido que:
() [del hecho que el amparo no proceda contra normas legales] no se deriva, siempre y de
manera inexorable, que en ningn supuesto o circunstancia pueda interponerse un amparo cuando la lesin de un derecho constitucional se produzca como consecuencia directa de la vigencia
de una norma, ya que dicha limitacin pretende impedir que a travs de un proceso cuyo objeto
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
111
de proteccin son los derechos constitucionales, se pueda impugnar en abstracto la validez constitucional de las leyes, cuando en el ordenamiento existen otros procesos, como la accin de
inconstitucionalidad, cuyo objeto es, precisamente, preservar la supremaca de la Constitucin.
No procede el amparo directo contra normas cuando se trata de normas heteroaplicativas, es decir, que tienen su eficacia condicionada a la realizacin de actos posteriores de aplicacin. Contrariamente, s procede el amparo directo contra normas y, desde luego, contra las de fuerza de
ley, cuando el acto lesivo es causado por normas autoaplicativas, esto es, aquellas cuya eficacia
no se encuentra sujeta a la realizacin de actos posteriores de aplicacin, sino que la adquieren
al tiempo de entrar en vigencia. En tales casos, y siempre que estas normas afecten directamente
derechos constitucionales, el amparo procede, no solo porque de optarse por una interpretacin
literal del inciso 2) del artculo 200 de la Constitucin Poltica del Estado se dejara en absoluta
indefensin al particular afectado por un acto legislativo arbitrario; sino adems, porque, tratndose de una limitacin del derecho de acceso a la justicia constitucional, esta no puede interpretarse en forma extensiva, sino con una orientacin estrictamente restrictiva, esto es, en el sentido
ms favorable a la plena efectividad de ese derecho ().
STC Exp. N 579-2008-PA/TC, f. j. 9
Publicada en la pgina web del TC el 17/03/2009
112
[E]l amparo contra normas procede cuando estas son autoaplicables. En esta misma sentencia el
Tribunal Constitucional ha afirmado que la disposicin cuya inaplicacin se solicita en el presente caso tiene eficacia inmediata o autoaplicativa en tanto se encuentra dirigida a destinatarios
especficos y el despliegue de sus efectos no est condicionado a la realizacin de algn acto
posterior o a una eventual reglamentacin legislativa, siendo que la prohibicin por ella establecida adquiere eficacia plena en el mismo momento en que entran en vigencia.
STC Exp. N 03592-2007-PA/TC, f. j. 8
Publicada en la pgina web del TC el 29/04/2010
[P]rocede el amparo directo contra normas, y desde luego, contra las de fuerza de ley, cuando el
acto lesivo es causado por normas autoaplicativas, esto es, aquellas cuya eficacia no se encuentra
sujeta a la realizacin de actos posteriores de aplicacin, sino que la adquieren al tiempo de entrar en vigencia. En tales casos, y siempre que estas normas afecten directamente derechos constitucionales, el amparo procede.
En el caso de autos, la norma cuya inaplicacin pretende la demandante no tiene la calidad de autoaplicativa, toda vez que la sola posibilidad abstracta de verse sometida a evaluaciones no constituye una amenaza inminente contra los derechos constitucionales invocados en la demanda. Por
el contrario, por su naturaleza, la norma en cuestin requiere, necesariamente, de una actividad
de parte de la autoridad educativa.
STC Exp. N 03233-2008-PA/TC, ff. jj. 2 y 3
Publicada en la pgina web del TC el 21/05/2009
[E]l Tribunal Constitucional ha sealado que (...) procede el amparo directo contra normas, y
desde luego, contra las de fuerza de ley, cuando el acto lesivo es causado por normas autoaplicativas, esto es, aquellas cuya eficacia no se encuentra sujeta a la realizacin de actos posteriores de aplicacin, sino que la adquieren al tiempo de entrar en vigencia. En tales casos, y siempre que estas normas afecten directamente derechos constitucionales, el amparo procede (...).
[E]n el caso de autos, la norma cuya inaplicacin pretende la demandante no tiene la calidad de
autoaplicativa, toda vez que la sola posibilidad abstracta de verse sometida a evaluaciones no
constituye una amenaza inminente contra los derechos constitucionales invocados en la demanda. Por el contrario, por su naturaleza la norma en cuestin requiere, necesariamente, de una actividad de parte de la autoridad educativa.
RTC Exp. N 00947-2008-PA/TC, ff. jj. 3 y 4
Publicada en la pgina web del TC el 14/04/2009
RTC Exp. N 01574-2008-PA/TC, ff. jj. 3 y 4
Publicada en la pgina web del TC el 16/04/2009
RTC Exp. N 01402-2008-PA/TC, ff. jj. 3 y 4
Publicada en la pgina web del TC el 17/04/2009
STC Exp. N 03860-2008-PA/TC, ff. jj. 2 y 3
Publicada en la pgina web del TC el 20/03/2009
STC Exp. N 03859-2008-PA/TC, ff. jj. 2 y 3
Publicada en la pgina web del TC el 24/03/2009
RTC Exp. N 4015-2008-PA/TC, ff. jj. 4 y 5
Publicada en la pgina web del TC el 24/03/2009
STC Exp. N 03862-2008-PA/TC, ff. jj. 2 y 3
Publicada en la pgina web del TC el 24/03/2009
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
113
[E]l deber de reglamentacin establecido en una norma, si bien puede ser un indicio razonable
del carcter heteroaplicativo de la misma, no constituye per se un dato determinante y definitivo
para arribar a dicha conclusin, mxime si () resulta perfectamente posible que una norma autoaplicativa sea, a su vez, objeto de una ulterior reglamentacin. De modo tal que para determinar si la norma impugnada en un proceso de amparo satisface o no el requerimiento de la autoaplicatividad, es necesario analizar dicha norma en su integridad atendiendo a los efectos que ella
despliegue sobre los derechos fundamentales invocados.
RTC Exp. N 02317-2009-PA/TC, f. j. 4
Publicada en la pgina web del TC el 14/03/2011
III. SUPUESTOS DE IMPROCEDENCIA DEL AMPARO CONTRA NORMAS
114
[L]as normas heteroaplicativas, tambin denominadas de efectos mediatos, pueden ser definidas como aquellas normas que, luego de su entrada en vigencia, requieren indefectiblemente
de un acto de ejecucin posterior para poder ser efectivas. Es decir, que la eficacia de este tipo
de normas est condicionada a la realizacin de actos posteriores y concretos de aplicacin. Por
ende, la posible afectacin del derecho no se presenta con la sola entrada en vigencia de la norma, sino que necesariamente requiere de un acto concreto de aplicacin para que proceda el amparo a fin de evaluar su constitucionalidad.
RTC Exp. N 01893-2009-PA/TC, f. j. 3
Publicada en la pgina web del TC el 12/01/2011
[S]i bien no son procedentes los amparos contra normas heteroaplicativas, s proceden contra
normas autoaplicativas, es decir, contra aquellas normas creadoras de situaciones jurdicas inmediatas, sin la necesidad de actos concretos de aplicacin.
STC Exp. N 04899-2007-PA/TC, f. j. 4
Publicada en la pgina web del TC el 27/08/2010
Improcedencia de la demanda de amparo contra la aplicacin de normas cuya constitucionalidad ha sido confirmada por el Tribunal Constitucional
[T]eniendo presente que las decisiones contenidas en las resoluciones judiciales cuestionadas
se han fundamentado en las Leyes Ns 28027 y 28662, este Tribunal considera que dichos actos no han vulnerado el derecho a la tutela procesal efectiva del demandante, toda vez que la
constitucionalidad de la ley mencionada ha sido confirmada en la sentencia recada en el Exp.
N 00579-2008-PA/TC.
STC Exp. N 00542-2009-PA/TC, f. j. 3
Publicada en la pgina web del TC el 05/08/2010
Carece
[H]abiendo sido expulsadas del ordenamiento jurdico, las normas legales cuya inaplicacin se
solicita en la presente causa, carece de objeto emitir pronunciamiento sobre el particular.
RTC Exp. N 01154-2010-PA/TC, f. j. 4
Publicada en la pgina web del TC el 10/08/2010
RTC Exp. N 01034-2010-PA/TC, f. j. 5
Publicada en la pgina web del TC el 10/08/2010
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
115
() esta afirmacin no significa una valoracin del fondo de la controversia, pues solo se pronuncia sobre la procedibilidad de la demanda de amparo. As, la determinacin del carcter autoaplicativo de una disposicin no conlleva necesariamente a estimar la demanda, porque la
verificacin de su carcter es solo un presupuesto procesal, mas no un elemento determinante para su inaplicacin porque una ley autoaplicativa no siempre es inconstitucional. Impide,
en todo caso, que el proceso de amparo (control concreto) se desnaturalice frente al proceso de
inconstitucionalidad (control abstracto) ().
STC Exp. N 00606-2008-PA/TC, f. j. 4
Publicada en la pgina web del TC el 09/12/2008
116
CONSULTAS
Limitada
CONSULTA
actuacin probatoria
en el amparo no significa prohibicin de aportar pruebas
La seora Karina Bardales present una demanda de amparo contra su empleador porque fue despedida arbitrariamente por faltas
graves (reiterada resistencia a las rdenes
relacionadas con las labores y utilizacin no
autorizada de documentos de la empresa).
Ella seala que los hechos imputados no son
tales y que cuenta con abundante documentacin que lo comprueba, pero su demanda
fue rechazada en primera y segunda instancia, pues existen hechos controvertidos que
requieren de actuacin probatoria, por lo
que debe acudir a la va ordinaria. Ante esta
situacin nos consulta respecto a las pruebas aportadas, pues a su consideracin los
documentos que ha presentado revelan que
no existen tales faltas.
Respuesta:
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
117
palabras del Tribunal Constitucional, no basta con indicar que es de aplicacin el artculo 9
del Cdigo Procesal Constitucional, sino que es
necesario precisar por qu tales supuestos hechos mereceran una etapa probatoria ms lata
(RTC Exp. N 05156-2009-PA/TC).
En conclusin, mediante un recurso de agravio constitucional, la seora Bardales debe
insistir con su pretensin en la alta sede, de
modo que pueda obtener un pronunciamiento de fondo. Inclusive, le recomendamos que,
de conformidad con el artculo 13 del Cdigo Procesal Constitucional3, solicite al Colegiado Constitucional que llame la atencin a
los jueces de las instancias judiciales inferiores4, pues han actuado en forma defectuosa al
momento de calificar la demanda, dado que ha
declarado la improcedencia de la demanda en
forma indebida. En efecto, de haber valorado
en forma adecuada los medios de prueba aportados (y de recibido el contradictorio) se podra haber concluido que la demanda resulta
fundada (o infundada) y no generar un retraso irrazonable en la tramitacin del proceso.
CONSULTA
3
4
118
Respuesta:
consultas
Es posible presentar una certificacin emitida por el propio Poder Judicial e incluso un acta realizada por notario pblico (RTC
Exp. N 00025-2011-Q/TC).
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
119
Anlisis penal
y procesal penal
ANLISIS Y CRTICA
Privacin ilegtima
de la ciudadana y el derecho
al voto a las personas privadas
de su libertad
Alex CHOQUEMAMANI CCALLI*
RESUMEN
INTRODUCCIN
Rousseau invent la teora de la soberana popular, la cual consiste en que cada persona que
compone el pueblo de un Estado tiene una pequea fraccin de soberana; por ejemplo, si
un pas est compuesto por un milln de personas, entonces, cada persona tiene un millonsimo de poder.
Bajo esta premisa, todas las personas que forman parte de una comunidad poltica deberan
participar en la polis. Sin embargo, hay grupos que han sido excluidos de la comunidad
poltica mediante la prdida o suspensin de
la ciudadana. As, tenemos que la Constitucin Poltica del Per de 1993 establece como
una causal de la suspensin de la ciudadana:
Profesor de Derecho Penitenciario de la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Chile). Abogado por la Universidad Privada de
Tacna.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
123
sus integrantes. La discriminacin no se puede tolerar. No por nada los principios que regan la Revolucin Francesa y que luego pasaron a la estructura de la democracia fueron
igualdad-libertad-fraternidad. Ponemos nfasis en la igualdad como principio fundante
de los otros dos, ya que sin igualdad no hay libertad (sino una capacidad diferenciada segn
el lugar jerrquico que uno ocupa) ni fraternidad (sin igualdad podr haber paternalismo
mas no fraternidad, que se vive entre hermanos). Si se asume plenamente el principio de
la igualdad, queda claro que no se puede tolerar discriminacin alguna1.
Para John Rawls, solo en un caso la discriminacin en una sociedad se justifica, bajo condicin de que se aumente las expectativas del
grupo menos favorecido2 aunque sea a costo de todos los dems grupos. Pero en cualquier otro caso, una discriminacin negativa
del grupo menos favorecido se considerar
como contraria a la tica. La dignidad humana
es inviolable e incondicional. No permite reduccin alguna.
En nuestros tiempos, sin embargo, queda claro
que, a pesar de los discursos y de las grandes
declaraciones, existen grupos de ciudadanos
que son tratados de manera discriminatoria.
Zygmunt Bauman nos describe de la siguiente
forma a los que son excluidos, como productos de la modernidad:
1
2
3
4
124
()
Nos deshacemos de los sobrantes de la manera ms radical y eficaz posible: los volvemos invisibles al no mirarlos e impensables al no pensar en ellos3.
El mayor criterio de seleccin para la seleccin de un lugar para sus campos permanentemente temporales es el de una distancia suficientemente para evitar que los
humos venenosos de la descomposicin
social puedan llegar a los lugares donde viven sus habitantes nativos. Fuera de
ese lugar los refugiados son un obstculo
y un problema, dentro de ese lugar son olvidados. Mantenindolos all e impidiendo cualquier fuga, haciendo que la separacin sea final e irreversible, la compasin
de algunos y el odio de otros cooperan en
producir el mismo efecto de tomar y mantener distancia. [G]ente sin cualidades ha
sido depositada en un territorio sin nombre, mientras todas las carreteras que conducen de vuelta a lugares significantes y
hacia espacios donde un significado socialmente legible puede ser y es construido
cotidianamente han sido bloqueados para
siempre4.
Bauman se refiere en la ltima cita a los refugiados. Sin embargo, la lista de los desechables
VAN DER MATT, Bruno. Privados de libertad, ciudadanos de segunda categora. Observatorio de prisiones, Arequipa, 2008,
p. 5 y ss.
RAWLS, John. Teora de la justicia. Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1998.
BAUMAN, Zygmunt. Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Paids, Buenos Aires, 2005, pp. 5 y 27.
Ibdem, p. 78.
anlisis y crtica
5
6
poltica y, en consecuencia, puede ejercitar derechos polticos dentro de l (manejo del poder del Estado y la toma de decisiones de sus
rganos).
La vinculacin entre la persona y el Estado
est dada por las normas jurdicas que reconocen derechos y obligaciones. Por un lado,
el ejercicio de un derecho, lo podramos entender como la facultad de hacer u omitir una
accin dentro de una comunidad poltica. Por
otro, el incumplimiento de una obligacin siguiendo a Habermas la podramos entender
como una falta de lealtad comunicativa.
Ahora bien, en el campo del Derecho Penal,
el incumplimiento de una norma, o mejor dicho, la comisin de un hecho punible, implica consecuencias para el sujeto o autor: la imposicin de una pena que, generalmente, es la
privacin de la libertad en una institucin carcelaria y, tambin, la suspensin de la ciudadana mientras dure la reclusin. Esta ltima
consecuencia no est plasmada en la sentencia, pero se encuentra en la Constitucin Poltica de un Estado, o sea, se aplica de manera automtica.
De lo arriba expuesto, el sujeto deja de pertenecer a la comunidad poltica porque ya no
tiene la condicin de ciudadano. Esto lo podramos entender como la ruptura de la identidad jurdica del sujeto condenado. As, Juan
Pablo Maalich, nos dice que dicha ruptura no
se justifica:
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7
8
9
10
La imposicin de una pena privativa de la libertad efectiva debera implicar solo la afectacin del derecho a la libertad ambulatoria,
entendiendo por aquella el sometimiento a un
rgimen que restringe de manera rigurosa la libertad en su proyeccin fsica. Dicho de otra
manera, la persona que se encuentra privada
de su libertad es titular de derechos fundamentales, aunque con ciertas limitaciones derivadas de su situacin de reclusin12.
Sin embargo, como lo sealamos en el punto anterior, una persona privada de la libertad
pierde su condicin de ciudadano, por lo tanto,
no puede ejercer sus derechos polticos, entre
ellos, el derecho al voto. Esta negacin, segn
MAALICH, Juan Pablo. Pena y ciudadana. En: Revista de Estudios de la Justicia. N 6, Santiago de Chile, 2005, p. 63 y ss.
dem.
dem.
Sobre este punto, son ilustradoras las palabras de Bruno Van Der Maat quien advierte que, si se discrimina a un grupo dentro
de la sociedad, esta discriminacin recae sobre toda la sociedad. Si existe un grupo de ciudadanos de segunda clase, todos nos
volvemos ciudadanos de segunda clase. VAN DER MATT, Bruno. Ob. cit., p. 5.
11 JAKOBS, Gnther y CANCIO MELI, Manuel. Derecho Penal del enemigo. Primera edicin, Civitas, Madrid, 2003.
12 As lo ha establecido el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, por ejemplo, las Reglas Mnimas para el tratamiento
de los Reclusos dictada por la ONU (1955), que seala que las personas privadas de libertad gozan de los mismos derechos que
las personas libres, excepto la libertad personal.
126
anlisis y crtica
Respecto a la inexistencia de una razn suficiente que justifique la prohibicin del derecho a voto, la Corte Suprema de Canad ha sealado lo siguiente:
13 DHAMI, Mandeep K. La poltica de privacin del sufragio a los presos: una amenaza para la democracia?. En: <http://www.
crim.cam.ac.uk/people/mkd25/50.pdf> (consulta: 23/12/2010).
14 Corte Suprema de Canad, caso Sauv vs. Cnada, 2002.
15 Corte Europea de Derechos Humanos, caso Hirst vs. U.K.
16 BARATTA, Alessandro. Resocializacin o control social. Por un concepto crtico de reintegracin social del condenado.
En: Criminologa y Derecho Penal. N 1, Ao 1, Guayaquil, 1991, p. 376 y ss.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
127
128
ANLISIS Y CRTICA
La revocacin de la suspensin
de la ejecucin de la pena
en los delitos de omisin
a la asistencia familiar
Anlisis jurdico penal constitucional sobre
la sentencia del caso Giraldo Condori Quispe*
Elder J. MIRANDA ABURTO**
RESUMEN
INTRODUCCIN
Nota de Gaceta Constitucional: la STC Exp. N 00265-2011-PHC/TC, objeto del presente comentario ha sido publicada en Jurisprudencia del Tribunal Constitucional, N 17, Gaceta Jurdica, Lima, mayo de 2011, pp. 48-52.
** Doctor en Derecho. Maestro en Derecho Penal. Estudiante de la Maestra de Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Catlica del Per. Docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional Federico Villarreal, Universidad Nacional
Santiago Antnez de Mayolo, Universidad Nacional de la Amazona Peruana, Universidad Nacional San Cristbal de Huamanga
y Universidad Peruana Los Andes. Docente de pregrado de las universidades Inca Garcilaso de la Vega y Csar Vallejo - Lima
Norte. Integrante de la comisin consultiva del Ilustre Colegio de Abogados de Lima.
*
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
129
130
Este requisito es muy importante, ya que de adolecer de este, el proceso no puede continuar vlidamente, debiendo anularse
todo lo actuado hasta que se subsane dicha omisin, y en este punto reiniciarlo nuevamente. San Martn seala que: La cuestin previa es un obstculo no a la prosecucin del proceso penal, sino a un inicio de su promocin. SAN MARTN CASTRO, Csar. Derecho Procesal Penal. Tomo I. Segunda edicin, Grijley, Lima, 2009, p. 364.
Ahora, en el Nuevo Cdigo Procesal Penal (2004) se establece que:
Artculo 4.- Cuestin previa
1. La cuestin previa procede cuando el Fiscal decide continuar con la Investigacin Preparatoria omitiendo un requisito de procedibilidad explcitamente previsto en la Ley. Si el rgano jurisdiccional la declara fundada se anular lo actuado.
2. La Investigacin Preparatoria podr reiniciarse luego que el requisito omitido sea satisfecho.
Cdigo Penal
Artculo 62- Reserva del fallo condenatorio. Circunstancias y requisitos
El juez puede disponer la reserva del fallo condenatorio cuando la naturaleza, modalidad del hecho punible y personalidad del
agente hagan prever que esta medida le impedir cometer un nuevo delito.
La reserva es dispuesta en los siguientes casos:
1. Cuando el delito est sancionado con pena privativa de libertad no mayor de tres aos o con multa;
2. Cuando la pena a imponerse no supere las noventa jornadas de prestacin de servicios a la comunidad o de limitacin de
das libres;
3. Cuando la pena a imponerse no supere los dos aos de inhabilitacin.
El plazo de reserva del fallo condenatorio es de uno a tres aos, contado desde que la decisin adquiere calidad de cosa juzgada.
El Tribunal Constitucional en la STC Exp. N 03744-2007-PHC/TC seal: Es necesario precisar que conforme se desprende la
Constitucin, en todo proceso judicial en el que se deba verificar la afectacin de los derechos fundamentales de nios o menores de edad, los rganos jurisdiccionales debe procurar una atencin especial y prioritaria en su tramitacin. En efecto, como uno
de los contenidos constitucionalmente protegidos del artculo 4 de la Constitucin se establece que: La comunidad y el Estado
protegen especialmente al nio, al adolescente (...), haciendo que la preservacin del inters superior del nio y del adolescente sea una obligacin ineludible de la comunidad y principalmente del Estado. Desarrollado tal contenido, el Cdigo de los Nios
y Adolescentes ha precisado en el artculo IX que [e]n toda medida concerniente al nio y al adolescente que adopte el Estado
a travs de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del Ministerio Pblico, los gobiernos regionales, gobiernos locales y sus
dems instituciones, as como en la accin de la sociedad, se considerar el principio del Inters Superior del Nio y del Adolescente y el respeto a sus derechos.
Ver <http://www.mpfn.gob.pe/estadistica/anuario_est_2010.pdf>, p. 89.
anlisis y crtica
5
6
Si resulta lesin grave o muerte y estas pudieron ser previstas, la pena ser no menor
de dos ni mayor de cuatro aos en caso de
lesin grave, y no menor de tres ni mayor
de seis aos en caso de muerte.
El bien jurdico protegido en este tipo delictivo es la familia6, especficamente, los deberes
de tipo asistencial, tal como lo ha determinado hoy en da la doctrina y la jurisprudencia.
Al respecto, se ha sealado que: El comportamiento en el ilcito instruido consiste en omitir el cumplimiento de la prestacin de alimentos establecida, por una resolucin judicial. Es
decir, basta con dejar de cumplir la obligacin
para realizar el tipo, teniendo en consideracin
que el bien jurdico protegido es la familia y
especficamente los deberes del tipo asistencial ()7.
3. Tipo objetivo
A) Sujetos
El sujeto activo solo puede ser el obligado a
prestar alimentos de conformidad con una resolucin judicial; mientras que el sujeto pasivo,
es la persona a la que se debe prestar alimentos.
En ambos casos se debe tener en cuenta lo que
seala el artculo 474 del Cdigo Civil. As:
Cdigo Civil
Artculo 472.- Definicin de alimentos
Se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento, habitacin, vestido y asistencia mdica, segn la situacin y
posibilidades de la familia.
Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden tambin su educacin, instruccin y capacitacin para el trabajo.
En nuestro ordenamiento constitucional tenemos al artculo 4, que reconoce a la familia como un instituto natural y fundamental
de la sociedad. Es por ello que obliga al Estado y a la comunidad a prestarle proteccin.
Los tratados internacionales suscritos por el Per que son parte del Derecho interno, conforme al artculo 55 de nuestra Constitucin. Tenemos, por ejemplo, el artculo 16 de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, el cual establece que los hombres y las mujeres a partir de la edad nbil tienen derecho sin restriccin motivada en la raza, nacionalidad o religin a casarse y a fundar una familia; agregando, adems, que esta es un elemento natural y fundamental de la sociedad, por lo que tiene
derecho a la proteccin de la sociedad y del Estado.
El Pacto Interamericano de Derechos Civiles y Polticos establece en su artculo 23 que, la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, debiendo ser protegida de las posibles injerencias lesivas del Estado y la sociedad. Por su parte, la
Convencin Americana sobre Derechos Humanos (CADH) dispone en su artculo 17 que, la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado, e indica que el derecho a fundar familia se ejercer
siempre que se cumplan con las condiciones requeridas para ello, de acuerdo con las leyes internas que regulan la materia.
CAMPANA VALDERRAMA, Manuel M. El delito de omisin a la asistencia familiar. Talleres Grficos de la Universidad Inca Gracilazo de la Vega, Lima, 2002, p. 189.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
131
1. Los cnyuges.
3. Los hermanos.
B) Accin tpica
Del anlisis del artculo 149 del Cdigo Penal, se desprende que el comportamiento tpico se configura cuando el sujeto activo omite
cumplir con la obligacin de prestar alimentos, los cuales fueron establecidos por resolucin judicial previa, emanada de la autoridad
judicial competente (juez civil), que determine de manera indubitable y expresa la obligacin del agente a pagar los alimentos a favor
del agraviado. Adicionalmente, se hace necesario que la autoridad judicial, previamente
haya requerido al obligado expresa y formalmente, a que cumpla con el pago de la obligacin alimentaria. Este requerimiento debe
haberse efectuado bajo el apercibimiento
de ser denunciado penalmente en caso de
incumplimiento.
Sobre esta figura existe el consenso de que
se trata de un delito de omisin propia porque este delito se encuentra tipificado expresamente en la ley penal; es decir, para que la
conducta se adecue dentro de tipo penal se necesita solo la omisin requerida por la ley.
La comprobacin de la tipicidad objetiva de
una conducta respecto del tipo de un delito
propio de omisin requiere la verificacin de
tres elementos:
La situacin generadora del deber. Aqu
nos dirigimos hacia la situacin de hecho
de la que surge el deber de realizar una
132
Al tratarse de un delito instantneo de efectos permanentes, no requiere un resultado separado espacial-temporalmente del comportamiento tpico. La conducta ilcita se configura
cuando el sujeto activo omite cumplir con la
prestacin de alimentos fijado por resolucin
judicial; en la prctica, se deber tener presente que debe efectuarse el requerimiento judicial previo para el cumplimiento de la obligacin y una vez que haya transcurrido el plazo
otorgado sin que el sujeto activo haya honrado
la prestacin correspondiente, recin, en ese
momento, se configurar la conducta ilcita9.
JESCHECK, Hans-Heinrich. Tratado de Derecho Penal. Parte general. Traducido por Jos Luis Manzanes Samaniego, cuarta
edicin, Granada, p. 559 y ss.; BACIGALUPO ZAPATER, Enrique. Lineamientos de la teora del delito. Segunda edicin, Buenos
Aires, 1986, p. 120; MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte general. Tercera edicin, Barcelona, 1990, p. 330 y ss.; SILVA
SNCHEZ, Jess Mara. El delito de omisin. Concepto y sistema. Barcelona, 1986, p. 282 y ss.
Ver la STC Exp. N 00541-2009-PHC/TC-Junn, en donde se compeli al sentenciado a cumplir con su obligacin alimentaria de
S/. 120.00 (ciento veinte nuevos soles) y adems, en cuanto a la solicitud de prescripcin de la accin penal: La demanda debe
ser desestimada por lo siguiente: a) el artculo 149 del Cdigo Penal establece como nico requisito para el inicio del proceso penal, el incumplimiento de la obligacin de prestar alimentos que fuera determinada en una resolucin judicial; lo que en el caso de
autos ha ocurrido con la sentencia de fecha 30 de enero de 1995 (Expediente N 378-94), por la que se ordena que el recurrente
anlisis y crtica
7. Modalidades agravadas
6. Penalidad
pague 120.00 nuevos soles mensuales (fojas 27 vuelta); b) el demandante s tena conocimiento del proceso de alimentos seguido en su contra conforme se aprecia del escrito presentado con fecha 13 de enero de 2000 (fojas 10); escrito en el que solicita la
suspensin del proceso de alimentos porque la demandante en el proceso de alimentos le consign un domicilio que no le corresponda; c) en el proceso penal iniciado el 27 de junio de 2005, el demandante, con fecha 4 de marzo de 2008, es decir, mucho antes de ser detenido y se dictara sentencia (fojas 36 vuelta) se aperson y dedujo excepcin de prescripcin de la accin
penal.
10 La tentativa constituye la ejecucin de un delito que se detiene en un punto de su desarrollo antes de alcanzar el grado de consumacin, o sea, antes que se haya completado la accin como tpica. La tentativa no constituye un delito independiente, no hay
pues, un delito de tentativa. Los requisitos para configurar la tentativa son:
a) Decisin de cometer un delito. Para que exista tentativa no basta la ejecucin de ciertos hechos que puedan ser conducentes a un delito, es necesario que quien los ejecuta se haya decidido a cometer el delito intentado y no otro.
b) Comenzar la ejecucin del delito. Quiere decir que el agente se pone en actividad directa para realizar el tipo, a cuya consumacin est dirigida el dolo del autor.
c) Falta de consumacin. La tentativa existe desde que el autor, con el fin de cometer el delito, comienza a ejecutar su propsito delictivo, y puede prolongarse mientras el delito no se haya consumado.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
133
Internacional de Derechos Civiles y Polticos, que establece que el rgimen penitenciario consistir en un tratamiento cuya finalidad
esencial ser la reforma y la readaptacin social de los penados.
El Tribunal Constitucional ha sealado que:
[L]as teoras preventivas, tanto la especial
como la general, gozan de proteccin constitucional directa, en tanto y en cuanto, segn
se ver, sus objetivos resultan acordes con el
principio-derecho de dignidad, y con la doble dimensin de los derechos fundamentales; siendo, por consiguiente, el mejor medio
de represin del delito, el cual ha sido reconocido por el constituyente como un mal generado contra bienes que resultan particularmente
trascendentes para garantizar las mnimas
condiciones de una convivencia armnica en
una sociedad democrtica (). En consecuencia, las penas, en especial la privativa de libertad, por estar orientadas a evitar la comisin
del delito, operan como garanta institucional
de las libertades y la convivencia armnica a
favor del bienestar general. Dicha finalidad
la logran mediante distintos mecanismos que
deben ser evaluados en conjunto y de manera ponderada11.
Dentro de las teoras que rigen los fines de
la pena tenemos a la teora relativa, que tiene
como fin la prevencin individual, mediante
la resocializacin, uno de los fines que tiene la
pena. Mucho se ha escrito sobre el concepto de
resocializacin12 y las dificultades que ello implica. Solo cabe destacar, que el concepto de resocializacin y la tesis del tratamiento que durante ms de veinte aos domin la discusin
polticocriminal sufri una profunda crisis en
los pases que, mayoritariamente, la haban
defendido, tal como EE.UU. y los pases escandinavos, pero tambin tal crisis est dejando
huella en otros lugares como Alemania, Francia o Espaa.
Para Roxin13, seis argumentos muy diferentes
han propiciado este cambio, dos de ellos pertenecen, por su naturaleza, a la poltica general, dos a la poltica criminal y dos al carcter prctico que impugnan la posibilidad de un
Derecho Penal resocializador. En nuestro pas,
el concepto de resocializacin tambin ha sido
objeto de numerosos escritos y debates. Algunos autores han denunciado problemas especficos del concepto de resocializacin. Mir
Puig14, sobre el particular, seala que el tratamiento puede no ser necesario (por ejemplo,
frente al delincuente ocasional, en los casos
de imprudencia, o en la delincuencia de cuello blanco), lcito (frente a los delincuentes por
conviccin como es el caso de los terroristas)
o posible (en el caso de los delincuentes multireincidentes o sexuales).
Recientemente, algunos autores prefieren emplear el trmino normalizacin. Efectivamente, si el interno ha de volver a la sociedad, debe
procurarse que la vida en prisin sea lo ms parecida posible a la vida en el exterior. Para ello
es indispensable tener en cuenta factores como
la ubicacin de las crceles (prximas a los ncleos urbanos para facilitar las visitas familiares
y las salidas de los internos), la participacin de
la sociedad en la vida penitenciaria, la participacin de los funcionarios en la vida cotidiana
de la prisin (no reservarles un papel meramente controlador y pasivo), etc.
El debate sobre la resocializacin no ha hecho ms que empezar en Per15. Ser necesario, pues, un nuevo planteamiento que permita
11 Posicin asumida en el Exp. N 0019-2005-PI/TC, demanda interpuesta por 25% del nmero legal de miembros del Congreso de
la Repblica contra la Ley N 28568, cuyo artculo nico modifica el artculo 47 del Cdigo Penal.
12 Sobre el trmino resocializacin se han pronunciado principalmente: BERGALLI, Roberto. Los rostros ideolgicos de la falsa
resocializadora. el debate en Espaa. En: Doctrina Penal. N 36, Buenos Aires, 1986; MAPELLI CAFFARENA, Borja. Principios
fundamentales del Sistema Penitenciario espaol. Bosch, Barcelona, 1983; MUOZ CONDE, Francisco. La resocializacin del
delincuente. Anlisis y crtica de un mito. En: Estudios penales. Libro homenaje al profesor J. Antn Oneca. Editorial Universidad, Salamanca, 1982.
13 ROXIN, Claus. Acerca del desarrollo reciente de la poltica criminal. En: Cuadernos de poltica criminal. N 48, 1992, p. 809.
14 MIR PUIG, Santiago. Ob. cit., p. 264.
15 PEDRAZA, Wilfredo. Situacin actual de la ejecucin penal en el Per. CCJ Editores. Lima, 1998, p. 52.
134
anlisis y crtica
El artculo 59 del Cdigo Penal seala taxativamente los efectos del incumplimiento de las
reglas de conducta. As, si durante el periodo de suspensin el condenado no cumpliera
con las reglas de conducta impuestas o fuera
condenado por otro delito, el juez podr, segn los casos:
1. Amonestar al infractor;
2. Prorrogar el periodo de suspensin hasta
la mitad del plazo inicialmente fijado. En
ningn caso la prrroga acumulada exceder de tres aos; o
3. Revocar la suspensin de la pena.
La secuencia antes mencionada no obliga al
juez a aplicar tales alternativas en forma sucesiva, la palabra podr debe de entenderse
como una potestad facultativa, mas no como
una forma imperativa, ya que ante el incumplimiento de las reglas de conducta impuestas, la suspensin de la ejecucin de la pena
puede ser revocada por una pena efectiva sin
16 Ver como referencia el artculo realizado por el suscrito. Caso Lori Berenson. Un anlisis de su liberacin a la luz de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. En: Revista Jurdica del Per. N 113, Gaceta Jurdica, Lima, julio de 2010, p. 225.
17 Posicin asumida por el Tribunal Constitucional en los Exps. Ns 02517-2005-PHC/TC, 03165-2006-PHC/TC y 03883-2007-PHC/TC.
18 Posicin asumida por el Tribunal Constitucional en el Exp. N 05919-2006-PHC/TC-Agustn Octavio Gonzles Yabar.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
135
19 Posicin asumida por el Tribunal Constitucional en el Exp. N 01428-2002-HC/TC-ngel Alfonso Troncoso Meja.
20 Posicin asumida por el Tribunal Constitucional en el Exp. N 02982-2003-HC/TC- Jorge Eduardo Retegui Navarrete.
21 Posicin asumida por el Tribunal Constitucional en los Exps. Ns 07361-2005-PHC/TC, Jecqueline Beltrn Ortega; y, 036032007-PHC/TC-Len Miguel Colque Lajo.
136
anlisis y crtica
()
Artculo 62.- El juez podr disponer de la reserva del fallo condenatorio cuando la naturaleza, modalidad del hecho punible y personalidad del agente, hagan prever que esta
medida le impedir cometer un nuevo delito.
()
Artculo 69-A.- La rehabilitacin automtica en el artculo anterior, no es procedente bajo ningn trmino en el delito previsto en el artculo 149, cuando el sentenciado
no ha cumplido con pagr el ntegro de la
obligacin alimentaria que dio origen a la
sentencia condenatoria.
que es un delito instantneo de efectos permanentes22, computndose el plazo de la prescripcin de la accin penal desde el vencimiento del requerimiento judicial. En el presente
caso, conforme al artculo 87 del Cdigo Penal, segundo prrafo, se seala que en los casos de revocacin de la condena condicional,
la prescripcin comienza a correr desde el da
de la revocacin.
CONCLUSIONES
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
137
tendencias
de jurisprudencia penal
EL INDULTO
1. Definicin
[L]a medida de indulto simple () no supone en modo alguno la inexistencia del delito, sino
tan solo la extincin de la accin punitiva por parte del Estado. Por consiguiente, y a diferencia de lo que ocurre con el llamado indulto especial o razonado, no es que al demandante se
138
le haya encontrado inocente de los cargos imputados, sino que se le ha perdonado con el objeto
de beneficiarlo ().
STC Exp. N 00628-2003-AA/TC, f. j. 2
Publicada en la pgina web del TC el 22/07/2003
[E]l indulto especial o razonado es una forma de reconocimiento de la existencia de un error judicial, [en ese sentido] debe este Colegiado precisar, que del texto de la Ley N 26655 () no se trata
de un indulto comn o general, que como lo define la doctrina, es un beneficio que supone la condonacin de la pena respecto de quien efectivamente ha cometido un delito y por tal motivo ha sido
sancionado, sino de un tipo sui gneris de beneficio, procedente exclusivamente respecto de los casos en que se ha condenado a una persona inocente o respecto de quien se le presume como tal.
[L]a figura del indulto razonado () va a permitir diferenciar la figura del indulto a delincuentes comunes con el indulto que se va a conceder [a] personas presumiblemente inocentes. [E]l
indulto razonado ser entendido () como el medio expeditivo por el que se deja en libertad
a personas presuntamente inocentes, condenadas durante el proceso de pacificacin nacional.
STC Exp. N 01277-1999-AC/TC, ff. jj. 11 y 12
Publicada en la pgina web del TC el 30/10/2000
3. Efectos
139
Indulto
[Si] bien el indulto genera efectos de cosa juzgada, lo cual conlleva la imposibilidad de ser revocado en instancias administrativas o por el propio Presidente de la Repblica, cabe un control
jurisdiccional excepcional a efectos de determinar la constitucionalidad del acto. [E]n suma, la
decisin de indultar a un condenado genera cosa juzgada y como tal es inimpugnable y por tanto, irrevocable administrativamente, e impide la posterior persecucin penal por los mismos hechos. Sin embargo, ello no obsta que pueda ser objeto excepcionalmente de anulacin en sede
jurisdiccional. Naturalmente dicho control no versa sobre la conveniencia o no del indulto, pues
ello resulta una materia reservada a la propia discrecionalidad del Presidente de la Repblica,
sino sobre su constitucionalidad.
STC Exp. N 03660-2010-PHC/TC, ff. jj. 9 y 10
Publicada en la pgina web del TC el 25/01/2011
[D]ado que la facultad presidencial de indulto genera efectos de cosa juzgada, su revocacin por
el propio Presidente del Repblica resultaba jurdicamente inviable, sin perjuicio de que aquel
pueda ser controlado jurisdiccionalmente. De ah que el indulto precise siempre de un estndar
mnimo de motivacin que posibilite un control constitucional.
STC Exp. N 03660-2010-PHC/TC, f. j. 21
Publicada en la pgina web del TC el 25/01/2011
140
[L]a comisin ad hoc [creada para la evaluacin de los indultos razonados o especiales] deber
emitir un dictamen razonado sobre [la] inocencia [de los injustamente condenados], de no haber
tenido vinculacin alguna con el terrorismo; no puede existir la menor duda, que a la adopcin
del indulto razonado sustentado en una norma jurdica [basada en la posibilidad del error judicial
y la necesidad de dejar en libertad a quienes han sido injustamente condenados], le acompaa
como lgica consecuencia, y por mandato expreso de la Constitucin y legislacin internacional,
el derecho a una especfica indemnizacin.
STC Exp. N 01277-1999-AC/TC, f. j. 12
Publicada en la pgina web del TC el 30/10/2000
Justicia
constitucional no es competente para ordenar pago de indemnizaciones a indultados por error judicial
[S]i bien no cabe duda que la indemnizacin ha de proceder para todos las personas injustamente condenadas y luego indultadas tras la presencia de errores judiciales, [sus] lmites no
han de operar de forma exactamente igual para todos los casos. Esa es justamente la razn por
la que ninguno de los demandantes ha acompaado al expediente constitucional una relacin
detallada de todos los perjuicios que les ocasion el ser injustamente condenados. El Tribunal Constitucional no puede, ni tampoco podra de haberse as procedido, pronunciarse sobre dichos extremos, pues su funcin no tiene alcances civiles ni penales, sino exclusivamente constitucionales.
STC Exp. N 01277-1999-AC/TC, f. j. 16
Publicada en la pgina web del TC el 30/10/2000
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
141
1. Lmites
Gracia presidencial concedida por razones no humanitarias o por razones no distintas a la de otros procesados lesiona el principio de
igualdad
[L]a concesin de la gracia presidencial en un caso en el que la situacin del procesado no sea
distinta a la de los dems procesados y no existan razones humanitarias para su concesin, ser,
142
adems de atentatoria del principio de igualdad, vulneratoria de los fines preventivo generales
de las penas constitucionalmente reconocidas, fomentando la impunidad en la persecucin de
conductas que atentan contra bienes constitucionalmente relevantes que es necesario proteger.
STC Exp. N 04053-2007-PHC/TC, f. j. 28
Publicada en la pgina web del TC el 28/02/2008
[La] grave enfermedad que sufre el recurrente suele ser un motivo usualmente empleado para
la concesin del derecho de gracia presidencial (), por lo que tampoco se ve vulnerado el principio de igualdad, en tanto se trata de situaciones excepcionalsimas que no constituyen un trato
desigual discriminatorio respecto de otros procesados.
STC Exp. N 04053-2007-PHC/TC, f. j. 30
Publicada en la pgina web del TC el 28/02/2008
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
143
CONSULTAS
La no identificacin de la moda-
CONSULTA
Respuesta:
El derecho de defensa adquiere gran relevancia en el trmite del proceso penal y tiene reconocimiento constitucional1 en el artculo
139.4 de la Norma Fundamental (principios
de la administracin de justicia), adems se le
reconoce expresamente en el artculo 11 de la
Declaracin Universal de Derechos Humanos,
as como en el artculo 14.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos y el artculo 8.2 de la Convencin Americana de derechos Humanos; normas que forman parte del
ordenamiento jurdico peruano vigente. Se ha
sealado que el derecho de defensa es un derecho constitucional que asiste a toda persona
a quien se le imputa la comisin de un hecho
delictivo. Mediante el derecho de defensa se
garantiza al imputado la asistencia tcnica de
1
2
3
144
consultas
El delito de cohecho tiene diversas modalidades, as podemos encontrar que existe: cohecho pasivo propio (que tipifica como delito
que el funcionario reciba o solicite dinero para
hacer actos en contra de sus funciones), cohecho pasivo impropio (que tipifica como delito que el funcionario reciba o solicite dinero
para hacer actos propios de sus funciones), cohecho activo propio (que tipifica como delito
que una persona comn no funcionario reciba o solicite dinero para hacer actos propios
o en contra de sus funciones).
Como puede observarse, el delito de cohecho tiene varias modalidades tpicas; en consecuencia, para que el procesado pueda defenderse efectivamente de la acusacin tiene que
conocer qu modalidad tpica es la que se le
imputa4, pues cada modalidad implica una serie de hechos distintos a los otros; de ah que
si no se le explicita qu modalidad es la imputada se afectara su derecho de defensa, toda
vez que no sabra de qu defenderse. En conclusin, y ante la interrogante del seor Sotelo, debemos indicar que la omisin del tipo
delictivo del delito de cohecho, afectara su
derecho de defensa.
Ahora bien, en caso de que la lesin del derecho de defensa repercuta gravemente en el
derecho a la libertad personal, requisito de
4
5
Intervenciones
telefnicas solo
pueden realizarse mediando autorizacin judicial
CONSULTA
Rosa Mata seala que, por orden de un fiscal especializado en delitos de criminalidad
organizada, se grab sin su autorizacin la
conversacin telefnica que mantuvo con
su amigo Pedro Agustn, quien viene siendo procesado por el delito de trfico ilcito de drogas. Tambin indica que la grabacin de la conversacin ingres al acervo
probatorio del proceso penal que se sigue
a su amigo. As las cosas, la seora Rosa
Mata nos consulta si resulta constitucional la intervencin de sus comunicaciones
telefnicas.
Respuesta:
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
145
Para limitar el derecho al secreto de las comunicaciones se tiene que considerar una serie de reglas establecidas en la Constitucin,
las diversas normas desarrolladas como la Ley
N 27697, Ley que otorga facultad al fiscal
para la intervencin y control de comunicaciones y documentos privados en caso excepcional, y los artculos pertinentes del Nuevo Cdigo Procesal Penal.
As, con base en lo establecido en la Constitucin, tenemos que la intervencin debe ser
realizada mediando una autorizacin motivada emitida por el juez, conforme a lo establecido por el artculo VI del Ttulo Preliminar del Nuevo Cdigo Procesal Penal, que
seala: [L]as medidas que limitan derechos
fundamentales, salvo las excepciones previstas en la Constitucin, solo podrn dictarse por la autoridad judicial, en el modo, forma y con las garantas previstas por la ley6.
Como se observa, la intervencin en los derechos fundamentales exige el mandamiento
de un juez, toda vez que este es el funcionario ms idneo para restringirlos, por tratarse de un funcionario imparcial (que en el
proceso penal tiene a dos partes enfrentadas
6
7
146
Anlisis laboral
y previsional
ANLISIS Y CRTICA
Presuncin de laboralidad,
principio de causalidad e
inexistencia de un CAS verbal
Aspectos gravitantes de una
relacin laboral indeterminada
declarada judicialmente*
L. Alberto HUAMN RDOEZ**
RESUMEN
En el presente artculo, se comenta la reciente STC Exp. N 00327-2011PA/TC, en donde el Tribunal Constitucional ha sealado que un trabajador
de una entidad estatal no puede estar sujeto a un contrato administrativo
de servicios (CAS) si no ha firmado ni celebrado contrato alguno. En opinin del autor, dicho fallo es correcto, porque revaloriza y aplica la presuncin de laboralidad y el principio de causalidad, principios esenciales
que rigen nuestro Derecho del Trabajo.
INTRODUCCIN
especial ha llevado al TC a crear frmulas disociativas y privativas que, inclusive en clave de jurisprudencia, han sealado que si se
sigue laborando en este rgimen especial en
lo laboral sin contrato (verbal o escrito) ms
all del plazo de la contratacin no se estar ante un puntual tema de desnaturalizacin
contractual en lo laboral1 sino que dicha ampliacin de hecho de dichas labores pasar a
Nota de Gaceta Constitucional: la STC Exp. N 00327-2011-PA/TC, objeto del presente comentario, ha sido publicada en
Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Tomo 19, Gaceta Jurdica, Lima, julio de 2011, p. 100 y ss.
Abogado por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque, Per. Especialista en Derecho Administrativo, Derecho
Laboral y Proceso Contencioso Administrativo, con estudios de Especializacin en Administracin de Recursos Humanos en el
Instituto Peruano de Administracin de Empresas (IPAE). Miembro del Crculo de Formacin Jurdico Administrativo (CFJA), asociacin civil fundada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Catlica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT).
Artculo 77 de la LPCL: Los contratos de trabajo sujetos a modalidad se considerarn como de duracin indeterminada:
a) Si el trabajador contina laborando despus de la fecha de vencimiento del plazo estipulado, o despus de las prrrogas pactadas, si estas exceden del lmite mximo permitido;
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
149
150
por uno laboral indeterminada, le han sucedido otros fallos en igual sentido. Sin embargo, hace poco el Tribunal ha emitido la STC
Exp. N 00327-2011-PA/TC del 16 de mayo
de 2011 en donde ha determinado la inexistencia de un contrato CAS verbal, y ha rescatado la presuncin de laboralidad que pareca
abandonar, retomando la senda del principio
de causalidad como aspectos gravitantes tal
es el ttulo del presente estudio de una relacin laboral de alcance indeterminado. A partir de lo ya sealado, es prudencial detenernos
en el anlisis de este pronunciamiento del TC
donde se revaloriza la vigencia del Derecho
del Trabajo en sede jurisprudencial.
I. LA PRESUNCIN DE LABORALIDAD
Y EL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD EN
LA REALIZACIN DE LABORES O TAREAS DE ALCANCE PERMANENTE EN
LA ADMINISTRACIN PBLICA
b) Cuando se trata de un contrato para obra determinada o de servicio especfico, si el trabajador contina prestando servicios
efectivos, luego de concluida la obra materia de contrato, sin haberse operado renovacin;
c) Si el titular del puesto sustituido, no se reincorpora vencido el trmino legal o convencional y el trabajador contratado continuare laborando;
d) Cuando el trabajador demuestre la existencia de simulacin o fraude a las normas establecidas en la presente ley.
Cfr. STC Exp. N 03505-2010-PA/TC (Sernaqu Guisbert vs. Jefe de la Oficina Zonal de Ayacucho del Organismo de Formalizacin de la Propiedad Informal, Cofopri y contra el Director Ejecutivo del Cofopri).
anlisis y crtica
As, esta presuncin pretende descartar situaciones de claro abuso del derecho comnmente cometidos por los patronos o empleadores a
travs las cuales se busca distorsionar la realidad de la prestacin de servicios.
El elemento subordinacin juega pues, como
no, un papel estelar cuando permite mostrarnos una pura relacin de trabajo.
No en vano la LPCL recoge en su texto que en
toda prestacin de servicios donde se aprecie
subordinacin aparece, como por arte de magia, un contrato de trabajo. Es procedente sealar que el artculo 4 de la LPCL, norma que
alberga la presuncin de laboralidad3 contiene,
cuando menos, un agregado que damos en calificar como espurio cual es el de exigir la suma
conjunta de la subordinacin y de la remuneracin. A nuestro entender, la sola presencia de
subordinacin como lnea de avanzada ya, tener un indicio o alcance de contenido indeterminado en la prestacin de servicios o, lo que
es lo mismo, de una relacin laboral. A partir
de all consideramos que no se hace necesario
contar con el elemento adicional de la remuneracin para acceder a los beneficios de la presuncin objeto de tratamiento, pues, de ser as,
adems de los dos primeros subordinacin,
remuneracin se hara necesario al elemento
trabajo a cuenta ajena, correspondiendo no hablar de una presuncin de un contrato de trabajo, sino de un contrato existente, ya obrante
y operante en la realidad, no convendra, pues,
hablar de un presunto contrato laboral, sino de
un contrato existente en la realidad como tal,
como laboral, careciendo de objeto acudir, por
consiguiente, al ya sealado artculo 4.
Saliendo de lo antes escrito, corresponde sostener que el TC enlaza en esta sentencia a
la presuncin de laboralidad con el principio de causalidad. A saber, lo pertinente del
fallo constitucional es como expodremos
seguidamente.
3
4
Artculo 4 de la LPCL: En toda prestacin personal de servicios remunerados y subordinados, se presume la existencia de un
contrato de trabajo a plazo indeterminado. (...).
STC Exp. N 00327-2011-PA/TC, ff. jj. 3 y 4 (Castro Quispe vs. Municipalidad Distrital de Cerro Colorado).
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
151
se decan no subordinados y
No en vano, el legislador a traen trabajador a quien aparevs de un candado normativo
[H]ay una prrroga
ca como un simple prestador
establecido en la propia LPCL
tcita del contrato CAS
de servicios limitado a realiha regulado junto al contrato
cuando se contina con la
zar este y marcharse sin ms.
tipo de contenido indetermiprestacin de servicios de
Frente a lo sealado, una vez
nado otro general de contenimanera verbal sin ampliar
ya conseguido el reconocide manera escriturada el
do modal o semipleno, el cual
miento de la relacin de tracontrato laboral especial
agrupa subtipos contractuales8.
... mas, no hay un contrato
bajo indeterminada por la
CAS tcito cuando la reEn la Administracin Pblipresuncin en comento, el
lacin laboral se inicia de
ca, tanto la presuncin de laprincipio de causalidad asegumodo verbal.
boralidad como el principio de
ra que si la fuente de trabajo
causalidad manejadas de ma(que no era civil o mercantil,
nera conjunta se despachan a
en suma, no laboral) es de nagusto y empacho, salvo, en el
turaleza indeterminada esto
es, que permanece en el tiempo la prestacin tema del contrato administrativo de servicios,
de servicios corresponder asegurar al traba- donde se admite su permeabilidad. La excepjador la proteccin contra cualquier acto que cin jurisprudencialmente establecida es que
se destine a boicotearla, a ponerle fin incluido si el servidor pblico contina, en funcin del
principio de causalidad, laborando ms all del
el mal acto dado de despedida laboral.
plazo de su contratacin escrita en mrito a un
Si ya existe, pues, una relacin presumida in- contrato verbal no operara la citada presuncin
determinada, la fuente, actividad o tarea que de alcance laboral general ni, mucho menos, se
tambin resulta en la realidad indeterminada genera la desnaturalizacin del contrato9 y, por
merece tal calificacin. De lo sealado, la ju- ende, de la relacin prestacional de servicios.
ridicidad aconseja mantener la relacin de tra- Se advierte el resquebrajamiento del binomio
bajo superado el periodo de prueba5. Todava presuncin de laboralidad-principio de causalims, para diferenciar un contrato indetermina- dad cuando estamos ante una relacin de trabado en lo laboral de otro que no lo es, se ha re- jo con los entes pblicos que tiene un inicio o
cogido un conjunto de formalidades6 7 y dems un fin merced a un acto administrativo contesituaciones especiales que deben cumplir los nido en el contrato administrativo de servicios,
contratos modales las que de no ser satisfechas pero que pese a realizarse ms all del plazo figeneran la operatividad o el asomo de la cita- jado en el acto administrativo lase, contrato
CAS se mantiene la prestacin de servicios.
da presuncin.
5
6
7
8
9
152
Artculo 10 de la LPCL: El periodo de prueba es de tres meses, a cuyo trmino el trabajador alcanza derecho a la proteccin
contra el despido arbitrario (...).
Artculo 4 de la LPCL: El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podr celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los requisitos que la presente Ley
establece.
Artculo 72 de la LPCL: Los contratos de trabajo a que se refiere este Ttulo necesariamente debern constar por escrito y por
triplicado, debiendo consignarse en forma expresa su duracin, y las causas objetivas determinantes de la contratacin, as como
las dems condiciones de la relacin laboral.
Artculo 73 de la LPCL: Una copia de los contratos ser presentada a la Autoridad Administrativa de Trabajo dentro de los quince das naturales de su celebracin, para efectos de su conocimiento y registro.
La Autoridad Administrativa de Trabajo puede ordenar la verificacin posterior de la veracidad de los datos consignados en la copia a que se refiere el prrafo precedente, a efectos de lo dispuesto en el inciso d) del artculo 77, sin perjuicio de la multa que se
puede imponer al empleador por el incumplimiento incurrido.
Encontramos tres subtipos: a) los contratos de naturaleza temporal (por inicio o lanzamiento de una nueva actividad, por necesidades del mercado y por reconversin empresarial); b) los contratos de naturaleza accidental (ocasional, de suplencia y de emergencia); y, c) los contratos de obra o servicio (especfico, intermitente y de temporada).
Esta afirmacin la realiza el Tribunal en la STC Exp. N 03505-2010-PA/TC (Sernaqu Guisbert vs. Jefe de la Oficina Zonal de
Ayacucho del Organismo de Formalizacin de la Propiedad Informal, Cofopri y contra el Director Ejecutivo del Cofopri).
anlisis y crtica
Originalmente, la norma que alberga el contrato CAS en su versin administrativa ha recogido la escrituriedad de esta forma contractual, es ms, para asegurar dicha forma escrita,
el Poder Ejecutivo emiti a travs del diario
oficial El Peruano la Resolucin Ministerial
N 417-2008-PCM, del 29 de diciembre de
2008, donde presenta dos modelos de contrato; uno, el contrato administrativo de servicios por sustitucin, que es aquel que resulta
de aplicacin para aquellos que, con anterioridad, han venido prestando servicios subordinados a la Administracin en base a los llamados contratos por servicios no personales; y
el otro un contrato administrativo de servicios
general aplicable para quienes ingresaban a laborar en las entidades pblicas.
Al haber sido determinado que un contrato CAS ha de ser, con toda necesidad, firmado por escrito ya que si se desea su prrroga
o renovacin cuantas veces considere la entidad contratante en funcin de sus necesidades, deba de ser suficiente la suscripcin de
la respectiva addenda contractual y no una
continuacin verbalizada del mismo, no puede compartirse el argumento del TC en cuanto
seala que es posible una prrroga no escrita de esta forma contractual a travs de una
prestacin de facto de los servicios subordinados especiales mucho ms all del da en que
la relacin de trabajo deba concluirse. En funcin de ello, la operatividad de facto de la contratacin singular no convierte a este rgimen
laboral especial en un rgimen laboral comn,
el de la LPCL, como aconsejara recurrir al artculo 4 de la norma laboral general o comn.
Lo que mantiene al trabajador en el rgimen
jurdico laboral comn dentro de la Administracin Pblica empleadora y no dentro del rgimen laboral especial es el hecho de que la
contratacin de sus servicios subordinados se
inicia verbalmente11 y contina as en el tiempo hasta el suceso del despido. No hay, pues,
en esencia un contrato CAS verbal con el que
se abra la relacin de trabajo en los entes pblicos; no puede, consiguiente, admitirse la tesis de una prrroga inescriturada del contrato CAS.
Es por eso que cuando la demandada Municipalidad Distrital de Cerro Colorado sostiene
que existe una relacin aparentemente laboral
especial va contrato administrativo de servicios desde el inicio, esto es, desde el 12 de noviembre del 2008 hasta su fecha de unilateral
conclusin el 3 de abril de 2009, el Tribunal
Constitucional responde que esto no ha sido
objeto de acreditacin con medio de prueba de
10 Artculo 4 de la Ley N 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.- Forma de los actos administrativos: 4.1.
Los actos administrativos debern expresarse por escrito, salvo que por la naturaleza y circunstancias del caso, el ordenamiento
jurdico haya previsto otra forma, siempre que permita tener constancia de su existencia.
().
11 ARVALO VELA, Javier y VALOS JARA, Oxal. Causas y efectos de la extincin del contrato de trabajo, Grijley, Lima, 2007,
pp. 30 y 32: (...) tratndose del contrato de trabajo, el acuerdo expreso o tcito de las partes determina su nacimiento. Existir
acuerdo expreso cuando las partes manifiesten su voluntad (...) en forma verbal (caso de contratos de trabajo a plazo indeterminado) de establecer un vnculo laboral (...) Partiendo de esta idea todo contrato tiene implcita una forma que le han dado las partes
para exteriorizar su voluntad, la misma que puede ser verbal o escrita, no constituyendo un presupuesto para la validez del contrato.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
153
configurado por tanto una relacin laboral a plazo indeterminado, pues si bien la
Municipalidad emplazada sostiene que
se suscribieron contratos administrativos
de servicios, no ha acreditado tal hecho,
por cuanto solo se ha limitado a presentar el contrato administrativo de servicios
N 00509-2009 por el periodo comprendido del 2 al 31 de marzo de 2009, en el que
no se consigna la firma del demandante
(f. 33), por lo que dichos medios probatorios no pueden generar conviccin para
acreditar que el demandante estuvo bajo
el rgimen laboral especial que regula los
contratos administrativos de servicios12.
An ms, como la estabilidad de salida comprende que cuando se impute a un trabajador un motivo (causa justa14) para romper el
12 STC Exp. N 00327-2011-PA/TC, f. j. 5 (Castro Quispe vs. Municipalidad Distrital de Cerro Colorado).
13 Ibdem, f. j. 6.
14 Artculo 22 de la LPCL.- Existencia de causa justa para el despido: Para el despido de un trabajador sujeto a rgimen de la
actividad privada, que labore cuatro o ms horas diarias para un mismo empleador, es indispensable la existencia de causa justa contemplada en la ley y debidamente comprobada.
154
anlisis y crtica
La causa justa puede estar relacionada con la capacidad o con la conducta del trabajador.
La demostracin de la causa corresponde al empleador dentro del proceso judicial que el trabajador pudiera interponer para impugnar su despido.
15 NEVES MUJICA, Javier. Derecho del trabajo. Cuestiones controversiales. Ara, Lima, setiembre de 2010, p. 45.
16 Artculo 27 de la Constitucin de 1993: La ley otorga al trabajador adecuada proteccin contra el despido arbitrario.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
155
incluidos que realizan servicios de limpieza pblica son parte del rgimen laboral comn17, como as ha sido reconocido en sede
de la propia jurisprudencia de amparo:
17 Artculo 37 de la Ley N 27972, Ley Orgnica de Municipalidades: Lo funcionarios y empleados de las municipalidades se
sujetan al rgimen laboral aplicable a la Administracin Pblica, conforme a ley.
Los obreros que prestan sus servicios a las municipalidades son servidores pblicos sujetos al rgimen laboral de la actividad privada, reconocindoles los derechos y beneficios inherentes a dicho rgimen. Los textos en cursivas son nuestros.
18 STC Exp. N 04840-2007-PA/TC, f. j. 11 (Robert Espinoza Mesa vs. Municipalidad Distrital de Pillco Marca).
19 STC Exp. N 07652-2006-PA/TC, f. j. 4 de la sentencia y del voto particular (Griselda Amparo Gutirrez Huamn vs. Universidad
Nacional Mayor de San Marcos).
20 Artculo 31 de la LPCL: El empleador no podr despedir por causa relacionada con la conducta o con la capacidad del trabajador sin antes otorgarle por escrito un plazo razonable no menor de seis das naturales para que pueda defenderse por escrito
de los cargos que se le formulare, salvo aquellos casos de falta grave flagrante en que no resulte razonable tal posibilidad o de
treinta das naturales para que demuestre su capacidad o corrija su deficiencia.
156
anlisis y crtica
V. El tema presupuestal inmanente a la fase de ejecucin de
sentencia de amparo laboral.
Acerca del voto del magistrado Vergara Gotelli
() cuando el Tribunal Constitucional dispone que se reponga a un trabajador debe exigir que el ente emplazado tenga una plaza debidamente presupuestada
a efectos ejecutar dicha decisin y de no
Mientras dure el trmite previo vinculado al despido por causa relacionada con la conducta del trabajador, el empleador puede
exonerarlo de su obligacin de asistir al centro de trabajo, siempre que ello no perjudique su derecho de defensa y se le abone
la remuneracin y dems derechos y beneficios que pudieran corresponderle. La exoneracin debe constar por escrito.
Tanto en el caso contemplado en el presente artculo, como en el artculo 32, debe observarse el principio de inmediatez.
Artculo 32 de la LPCL: El despido deber ser comunicado por escrito al trabajador mediante carta en la que se indique de
modo preciso la causa del mismo y la fecha del cese.
Si el trabajador se negara a recibirla le ser remitida por intermedio de notario o de juez de paz, o de la polica a falta de aquellos.
El empleador no podr invocar posteriormente causa distinta de la imputada en la carta de despido. Sin embargo, si iniciado el
trmite previo al despido el empleador toma conocimiento de alguna otra falta grave en la que incurriera el trabajador y que no
fue materia de imputacin, podr reiniciar el trmite.
21 Esto, dado que el amparo se entiende como un proceso especial sujeto a reglas dinmicas de desarrollo procesal amparadas en
la lgica de una tutela de urgencia.
22 STC Exp. N 00327-2011-PA/TC, f. j. 4 del voto del magistrado Vergara Gotelli (Castro Quispe vs. Municipalidad Distrital de Cerro Colorado).
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
157
ANLISIS Y CRTICA
RESUMEN
En el presente artculo el autor comenta la reciente STC Exp. N 000292011-PA/TC, en la que el Tribunal Constitucional, ha establecido importantes criterios sobre el contrato de suplencia. As, se ha precisado que los
empleadores deben sealar, en estos contratos, quin es el trabajador que
va a ser suplido por el contratado a travs de la suplencia, requisito que
no ha sido establecido legalmente y que, en su opinin, debe ser considerado solamente como un elemento adicional que contribuira a sustentar
la existencia de la causa objetiva invocada para la contratacin.
I. ANTECEDENTES Y PLANTEAMIENTO
DEL TEMA A ANALIZAR
1. La intensa actividad doctrinal desplegada por el Tribunal Constitucional (en adelante TC) a travs de la emisin de diversas
sentencias interpretativas ha contribuido significativamente a la delimitacin y precisin
de diversas instituciones del Derecho Laboral, particularmente en lo relativo a la proteccin frente al despido pasible de ser calificado
*
**
158
Nota de Gaceta Constitucional: La STC Exp. N 00029-2011-PA/TC, objeto del presente comentario, ha sido publicada en
Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Tomo 19, Gaceta Jurdica, Lima, julio de 2011, p. 94 y ss.
Abogado especialista en Derecho Laboral. Especializacin en Recursos Humanos otorgada por el Centro de Negocios de la Pontificia Universidad Catlica del Per - Centrum. Estudios en el Programa de Especializacin para Ejecutivos en Derecho Corporativo, en la especialidad de Derecho Laboral, en la Escuela de Administracin de Negocios para Graduados - ESAN. Estudios de
posgrado en la Universidad de Salamanca - Espaa, especializacin en Derecho del Trabajo y Derechos Fundamentales.
anlisis y crtica
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
consideracin a efectos de la futura suscripcin de contratos de trabajo sujetos a la modalidad de suplencia. La sentencia materia del
presente anlisis establece que:
9. En primer lugar, se advierte que el contrato que suscribi el actor para iniciar sus
labores como Asistente Registral, carece
de expresa mencin del trabajador a quien
reemplazaba en el cargo, informacin que
se constituye en un requisito necesario
para la formulacin vlida de un contrato laboral bajo la modalidad de suplencia,
toda vez que dicho requisito demuestra de
manera objetiva la necesidad del servicio
de manera temporal, situacin que la emplazada ha pretendido demostrar con posterioridad al vencimiento del contrato con
la presentacin de un cuadro de encargaturas y que solo evidencia la irregularidad
de la utilizacin de este tipo de contrato.
Pese a ello, de los argumentos y hechos
expuestos no cabe duda que el actor desarroll funciones como Asistente Registral
de la Zona Registral I de Piura y en la Oficina Registral de Tumbes bajo un contrato laboral denominado de suplencia, entre
el 2 de noviembre de 2006 y el 31 de diciembre de 2009, ocupando una plaza vacante que careca de asignacin a un funcionario o trabajador con vnculo laboral
indeterminado, pues de otro modo, si dicha plaza se hubiera encontrado asignada
al abogado Samuel Lpez Guerra como
lo afirma la emplazada, dicho trabajador
hubiera regresado a ocupar su plaza el 21
de noviembre de 2006, tal y como lo ordena la Resolucin Jefatural 285-2006/Z.R.
N I-JEF, del 18 de octubre de 2006 y por
lo tanto el actor no hubiera continuado laborando, conforme lo ha reconocido la
Sunarp a travs de las constancias de trabajo de fechas 17 de abril y 9 de diciembre
de 2009.
Si bien el TC, mediante la sentencia bajo anlisis, incorporara un requisito formal adicional a los establecidos en la legislacin laboral vigente para los contratos de trabajo bajo
la modalidad de suplencia, ello en principio
159
no resultara plenamente exigible en la medida que establece requisitos adicionales no reconocidos en una norma legal.
La sentencia materia del presente comentario no ha sido fijada por el TC como un precedente vinculante, por lo que el criterio aqu
expuesto solo podra resultar aplicable a este
proceso. Sin perjuicio de ello nuestro anlisis versar fundamentalmente sobre la conveniencia de incluir este requisito adicional propuesto por el TC, a efectos de garantizar que
el contrato de trabajo sujeto a la modalidad de
suplencia sea utilizado de la forma correcta.
Por ello, a continuacin analizaremos los aspectos vinculados a la temporalidad de los
contratos de trabajo, posteriormente nos referiremos a la necesidad de una causa objetiva para la contratacin laboral a plazo fijo,
y finalmente analizaremos las caractersticas
del contrato de trabajo sujeto a modalidad por
suplencia.
1. La temporalidad del contrato de trabajo
Nuestra normativa laboral vigente establece principalmente dos supuestos de contratacin laboral: el contrato de trabajo a plazo indeterminado, y el contrato de trabajo sujeto a
modalidad.
De acuerdo con los profesores Alonso Olea y
Casas Baamonde, el contrato de trabajo por
tiempo indefinido o de duracin permanente
es el que las partes pactan para que sus prestaciones se prolonguen indefinidamente en el
tiempo, sin lmite en su duracin1 mientras
que el contrato de trabajo de duracin determinada es aquel para el que las partes niegan
ab initio la permanencia indefinida de su relacin y prevn al tiempo de contratar la ocurrencia de un hecho que pondr fin a aquella2.
Adicionalmente, Martn Valverde precisa esta
distincin afirmando que los contratos de
1
2
3
160
ALONSO OLEA, Manuel y CASAS BAAMONDE, Maria Emilia. Derecho del Trabajo. Civitas, Madrid, 1998, p. 247.
dem.
MARTN VALVERDE, Antonio. Derecho del Trabajo. Tecnos, Madrid, 2010, p. 521
anlisis y crtica
4
5
Conjuntamente con el principio de continuidad al que hicimos referencia en el punto anterior la contratacin laboral a plazo fijo se
sujeta a la aplicacin del principio de causalidad, corolario del principio de la estabilidad
en el empleo. En efecto, a decir de Sanguinetti
Raymond:
DE LOS HEROS PREZ ALBELA, Alfonso. Los contratos de trabajo de duracin determinada: regla o excepcin?. En: AA.VV.
Los principios del Derecho del Trabajo en el Derecho Peruano. Libro homenaje al profesor Amrico Pla Rodrguez. Segunda edicin, Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Lima, 2009, p. 284.
PASCO COSMPOLIS, Mario. Contrato de trabajo tpico y contratos atpicos. En: AA.VV. Balance de la reforma laboral peruana. Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Lima, 2001, p. 127.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
161
6
7
162
SANGUINETTI RAYMOND, Wilfredo. Los contratos de trabajo de duracin determinada. Gaceta Jurdica, Lima, 2008, p. 16.
MARTN VALVERDE, Antonio. Ob. cit., p. 523.
anlisis y crtica
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
En esta modalidad de contrato se encuentran comprendidas las coberturas de puestos de trabajo estable, cuyo titular por
razones de orden administrativo debe desarrollar temporalmente otras labores en el
mismo centro de trabajo.
Ello permite incorporar una precisin adicional, referida a las labores que pueden
ser prestadas en virtud de este tipo de contrato de trabajo. Si bien la contratacin
sujeta a plazo fijo tiene por principal caracterstica la temporalidad de la labor desarrollada, ello muchas veces es confundido con la opinin incorrecta a nuestro
punto de vista de que los contratos sujetos a modalidad solo pueden ser empleados para la ejecucin de labores temporales y no permanentes de la compaa.
Al respecto, debemos indicar que el contrato de trabajo de suplencia tiene por finalidad el reemplazo de un trabajador estable de la compaa, y que necesariamente
deber estar a cargo de la ejecucin de
sus labores permanentes. Esta posibilidad
163
()
164
anlisis y crtica
Ibdem, p. 59.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
165
Asimismo, la indicacin expresa del trabajador reemplazado permitira verificar si el trabajador contratado a plazo fijo es constantemente rotado entre las diversas reas de la
compaa, generando de esta forma una suerte de permanencia en su contratacin mediante su rotacin constante, y desnaturalizando de
esa forma la naturaleza temporal del reemplazo que le es encargado.
Sin perjuicio de lo expuesto, no consideramos
conveniente afirmar que la indicacin del trabajador reemplazado constituye un requisito formal necesario a efectos de la validez del
contrato de trabajo sujeto a modalidad de suplencia, sino a lo sumo un elemento adicional
que contribuira a sustentar la existencia de la
causa objetiva invocada para la contratacin.
CONCLUSIONES
166
tendencias
de jurisprudencia laboral
Prohibicin de desempear
ms de un empleo o cargo pblico
remunerado en el sector pblico
La remuneracin es la contraprestacin al trabajo que desarrolla una persona y que coadyuva al bienestar material y espiritual del trabajador y de su entorno familiar, de ah que se exija su equidad y suficiencia para cubrir las necesidades bsicas de todo ser humano, proscribindose la explotacin y el abuso del empleador. No obstante, el constituyente ha prohibido
que los trabajadores de la Administracin Pblica puedan desempear ms de un empleo o
cargo pblico remunerado, con excepcin de la remuneracin por funcin docente. En atencin a estos temas, hemos credo conveniente presentar los siguientes pronunciamientos del
Tribunal Constitucional.
Justificacin de la incompatibilidad: maximizar el acceso a los cargos pblicos y dedicacin exclusiva a las labores pblicas
El artculo 40 de la Constitucin de 1993 establece que ningn funcionario o servidor pblico puede desempear ms de un empleo o cargo pblico remunerado, con excepcin de uno
ms por funcin docente (). Esta disposicin constitucional prohbe la acumulacin de empleos y cargos pblicos remunerados y tiene sustento doctrinal en la necesidad de maximizar
el acceso a los cargos pblicos, derivado del derecho de todo ciudadano de participar en los
asuntos pblicos (artculo 2, inciso 17 de la Constitucin); y en el deber de dedicacin exclusiva al cargo exigencia que justifica en la necesidad de que las labores asignadas se cumplan
adecuadamente.
STC Exp. N 02146-2010-PA /TC, f. j. 3
Publicada en la pgina web del TC el 07/01/2011
En concordancia con lo anotado, el artculo 7 del Decreto Legislativo N 276, Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del Sector Pblico, establece que ningn servidor pblico puede desempear ms de un empleo o cargo pblico remunerado y aade, ingresando al mbito pensionario, que se encuentra prohibida la percepcin simultnea de
remuneraciones y pensin por servicios prestados al Estado, estableciendo como excepcin
a la incompatibilidad el ejercicio de la funcin docente. Por su parte, el artculo 3 de la Ley
N 28175, Ley Marco del Empleo Pblico, desarrolla en un nivel especfico la disposicin
constitucional en comentario, estableciendo la prohibicin de doble percepcin de ingresos, al
precisar que ningn empleado pblico puede percibir del Estado ms de una remuneracin, retribucin, emolumento o cualquier tipo de ingreso, salvo las que provengan de la funcin docente y la percepcin de dietas por participacin en un directorio de entidad o empresa pblica.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
167
Doble percepcin de ingresos proveniente del sector pblico constituye falta grave
[L]a existencia de una relacin laboral genera un conjunto de obligaciones recprocas entre empleador y trabajador, y en lo que se refiere al trabajador, impone que se desarrollen conforme a
168
las reglas de la buena fe laboral, hasta el punto que la transgresin de este deber se tipifica como
una falta grave (), lo cual constituye una de las causas justas de despido relacionada con la
conducta del trabajador () [E]l actor () declar que no perciba pensin proveniente de servicios prestados al Estado, cuando en realidad s cobraba su pensin de jubilacin; por lo tanto, ha
quedado acreditado que el recurrente proporcion informacin falsa a su empleador con la intencin de obtener una ventaja econmica, toda vez que perciba simultneamente su pensin
de jubilacin y su remuneracin por los servicios que prestaba al Estado; adems, debe agregarse que el demandante conoca la prohibicin legal de percibir simultneamente remuneracin y
pensin, pues del acta de conocimiento (), se aprecia que tena pleno conocimiento de que, si
realizaba cualquier actividad remunerada, tena que elegir necesariamente entre la percepcin de
su pensin o su remuneracin. En consecuencia, no habindose acreditado la vulneracin de los
derechos constitucionales alegados, la demanda carece de sustento.
STC Exp. N 03388-2004-PA/TC, ff. jj. 5 y 7
Publicada en la pgina web del TC el 30/06/2005
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
169
CONSULTAS
CONSULTA
Respuesta:
CONSULTA
consultas
La mencionada Ley N 23908 entr en vigencia el 8 de setiembre de 1984 y fue tcitamente derogada por el Decreto Ley N 25967, el
cual modific los requisitos del Decreto Ley
N 19990 para el goce de las pensiones, entendindose que, desde la fecha de su vigencia, se
sustitua el beneficio de la pensin mnima por
el nuevo sistema de clculo, resultando, a partir de su vigencia 19 de diciembre de 1992,
inaplicable la Ley N 23908. Por ello, el beneficio de la Pensin Mnima dispuesto por
la Ley N 23908 resulta aplicable solamente a
aquellos pensionistas o asegurados que hubiesen alcanzado la contingencia hasta el 18 de
diciembre de 1992.
Sin embargo, con independencia de lo indicado en los prrafos precedentes, cabe manifestarle al seor Crdova que, respecto a la posibilidad de acudir al amparo para ventilar su
pretensin, al gozar ya de una pensin de jubilacin, en principio, su pretensin debera
ser declarada improcedente por esta va, segn lo preceptuado por el Tribunal Constitucional en el precedente vinculante contenido
en la STC Exp. N 01417-2005-PA/TC. Pero,
en todo caso, si el monto que percibiese mensualmente fuera menor al mnimo establecido para pensionistas con 20 aos de aportes
(S/. 415.00), entonces s podra tramitar su reclamacin mediante este tipo de proceso.
Respuesta:
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
171
Anlisis
administrativo y tributario
GAC E TA
constitucional
ANLISIS Y CRTICA
RESUMEN
En el presente artculo, el autor realiza un anlisis detallado sobre la naturaleza, caractersticas y finalidad del derecho a la consulta previa de los
pueblos indgenas. En este sentido, precisa que los conflictos socioambientales generados en nuestro pas son producto del no ejercicio del referido
derecho. Asimismo, seala que resulta necesaria la dacin de la Ley del
Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos Indgenas u Originarios, respetando los alcances bsicos establecidos en el Convenio 169 de la OIT.
INTRODUCCIN
Abogado por la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV). Egresado de la Maestra en Derecho Civil y Comercial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asesor y consultor en temas de Derecho Ambiental, Administrativo y Gestin Ambiental. Asistente de ctedra de Derecho Ambiental en la UNFV.
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175
176
Este pasado 5 de junio ha sido una fecha electoral donde todos los peruanos volvimos a
asistir a las urnas para elegir al nuevo Presidente de la Repblica que gobernar el Per
por los prximos cinco aos. El citado da no
solo fue una fecha electoral, sino la remembranza funesta de los hechos ocurridos en
Bagua hace dos aos. As, los Decretos Legislativos N 1090 y N 1064 que regulaban
el tema forestal y el aprovechamiento de las
tierras de uso agrario y que resultaban incompatibles con el Convenio 169 de la OIT, generaron las protestas indgenas y el bloqueo
de la carretera Belaunde Terry, con un trfico desenlace de 23 policas, cinco pobladores y cinco indgenas fallecidos luego del enfrentamiento en el lugar llamado Curva del
diablo. Aunque el Gobierno Central y los
dirigentes indgenas lograron la derogatoria
de estos cuestionados decretos legislativos,
el problema central por el cual se generaron
los problemas en Bagua, esto es, la falta o inadecuada aplicacin del derecho a la consulta previa reconocido en el Convenio 169 de
la OIT, no ha sido solucionado del todo1, ya
que an se vienen generando otros conflictos
anlisis y crtica
2
3
4
RED MUQUI. RED DE PROPUESTAS Y ACCIN - PER. El Derecho a la participacin y a la consulta previa en Latinoamrica.
Octubre de 2010.
BONILLA MALDONADO, Daniel (coordinador). Justicia Colectiva, medio ambiente y democracia participativa. Universidad de los
Andes, Facultad de Derecho, Grupo de Derecho de Inters Pblico. Bogot, marzo de 2010, p. 14.
Sentencia C-30 de 2008. M.P Rodrigo Escobar Gil.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
177
5
6
7
178
anlisis y crtica
III. CONCEPTO DEL DERECHO A LA CONSULTA PREVIA8
8
9
Este concepto ha sido tomado de la COMISIN MULTIPARTIDARIA ENCARGADA DE ESTUDIAR Y RECOMENDAR LA SOLUCIN A LA PROBLEMTICA DE LOS PUEBLOS INDGENAS. Informe Consulta Previa: Derecho fundamental de los pueblos indgenas e instrumento de gestin estatal para el fortalecimiento de la democracia. Mayo de 2009, p. 80.
LA ROSA CALLE, Javier. El derecho a la consulta previa de los pueblos indgenas en el Per: dificultades para su implementacin. En: Revista de la Fundacin para el Debido Proceso Legal. N 14, Ao 03, setiembre de 2010, p. 14.
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179
10 Ver el Informe Consulta Previa: Derecho fundamental de los pueblos indgenas e instrumento de gestin estatal para el fortalecimiento de la democracia. Mayo de 2009, p. 120.
11 PEA JUMPA, Antonio, citado por GAMARRA RICHLE, Shirley. El Proceso de participacin ciudadana en el subsector hidrocarburos. En: Actualidad Jurdica. Tomo 204, Gaceta Jurdica, noviembre de 2010, p. 175.
12 RED MUQUI. Loc. cit.
13 Aproximadamente la tercera parte de la poblacin nacional es indgena: (ms de 9 millones de peruanos). Fuente: INEI 2009.
14 Comisin Multipartidaria encargada de estudiar y recomendar la solucin a la problemtica de los pueblos indgenas. Informe
Consulta Previa: Derecho Fundamental de los Pueblos Indgenas e Instrumento de Gestin Estatal para el Fortalecimiento de la
Democracia, mayo 2009, p. 19.
180
anlisis y crtica
a la comunidad indgena de
jurdica colectiva corresponlos beneficios y obligaciones
diente a la comunidad indgeEl derecho a la partidel proyecto, para recibir opina. Tercero, sobre el proceso
cipacin y el derecho a la
niones y aportes, sino llegar
de adopcin de medidas leconsulta previa se entrelaa un acuerdo o lograr el congislativas, administrativas o
zan en determinados mosentimiento acerca de las mede otra ndole que sean necementos, al punto que la
doctrina nacional indica
didas propuestas, pues esta es
sarias para garantizar al dereque son dos caras de una
su verdadera finalidad como
cho de los integrantes del puemisma moneda, pues sin
derecho colectivo especial reblo indgena a ser titulares de
participacin la consulta
conocido en el Convenio 169,
derecho bajo forma colectiva
prcticamente no tendra
ello no significa que si no se
sobre el territorio que tradiciosentido, y sin consulta prellegase a un acuerdo o consennalmente han ocupado. Cuarvia el derecho de particitimiento los pueblos indgenas
to, sobre el proceso de adoppacin puede ser prcticatengan el derecho a veto, pues
cin de medidas legislativas,
mente omitido.
la OIT no otorga a los consuladministrativas o de otra ntados un derecho a veto que
dole que sean necesarias para
supere la soberana del Estagarantizar el derecho del puedo sobre las decisiones de explorar y extraer blo indgena a ser efectivamente consultado,
los recursos naturales; sin embargo, ello no se de conformidad con sus tradiciones y costumdebe interpretar como una arbitrariedad o au- bres. Quinto, sobre los estudios previos de
toritarismo, sino el deber de motivar el porqu impacto social y ambiental, y Sexto, en relase toma la medida a pesar de la negativa de cin con cualquier restriccin a los derechos
los pueblos indgenas15; en consecuencia, debe de propiedad del pueblo indgena, particularser objetiva, razonable y proporcionada a la fi- mente respecto de planes de desarrollo o innalidad constitucional que le exige al Estado versin dentro del territorio indgena.
la proteccin de la identidad social, cultural y
De otro lado, es necesario agregar que, la coneconmica del pueblo indgena16.
sulta previa debe hacerse de buena fe, el punto 2
del artculo 6 del Convenio 169 de la OIT esVIII. MATERIAS EN LAS CUALES DEBE
CONSULTARSE
pecifica que: Las consultas llevadas a cabo
A partir de la sentencia emitida por la Cor- en la aplicacin de este Convenio debern
te Interamericana de Derechos Humanos, en efectuarse de buena fe y de una manera aproel caso del Pueblo de Saramaka vs. Suriman piada a las circunstancias, esta buena fe im(2008)17 se profundiz el deber del Estado de plica, justamente, tomar en cuenta y aplicar
consultar en el contexto de extraccin de re- toda la normativa internacional, nacional y la
cursos naturales que se encuentren dentro del jurisprudencia que reconocen los derechos de
territorio de los pueblos indgenas y las mate- los pueblos indgenas. De igual manera, implirias en las cuales como mnimo debe realizarse ca que el Gobierno entregue a los pueblos inla consulta previa. Primero, en el proceso ten- dgenas toda la informacin necesaria acerca
diente al otorgamiento del ttulo colectivo del de la medida propuesta para que los pueblos
territorio. Segundo, sobre el proceso de reco- puedan tener la claridad para decidir frente a
nocimiento de proceso legal de la capacidad la medida18.
15 Ibdem, p. 59.
16 Sentencia SU-039/97 del 03 de febrero de 1997 (Colombia).
17 Aplicacin del Convenio 169 de la OIT por Tribunales Nacionales e Internacionales en Amrica Latina. Programa para promover
el Convenio 169 de la OIT. Departamento de Normas Internacionales del Trabajo 2009.
18 BONILLA MALDONADO, Daniel. Ob. cit., p. 171.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
181
Artculo 6
()
182
En el Per no existe un reconocimiento constitucional expreso del derecho a la consulta previa, tampoco se cuenta con una disposicin legal que sirva de marco para su ejercicio. (Por
los menos a la fecha de la presente publicacin). Su desarrollo es reciente y a travs de
normas diseminadas en el ordenamiento jurdico, que han tomado forma de reglamento que la trata como una especie de derecho a
anlisis y crtica
la participacin ciudadana o solamente el derecho de los pueblos indgenas a ser escuchados20. As, diremos que el derecho a la consulta previa a nivel nacional ha sido abordado de
manera precaria21 y de forma sectorial, lo que
ha originado muchas veces que este derecho
solo se limite a la participacin de los pueblos
indgenas en la gestin ambiental.
Esta afirmacin se puede corroborar respecto
al sector de hidrocarburos, cuando en el Tribunal Constitucional en su sentencia recada
en el Expediente N 05427-2009-PC/TC indic que determinadas normas del sector hidrocarburos22 emitidas hasta ese momento no lograron desarrollar idneamente el derecho a la
consulta previa en los trminos establecidos
por el Convenio 169 de la OIT, pues dichos
dispositivos tan solo se limitaban a habilitar
talleres informativos con las poblaciones
afectadas, con lo cual estas se convierten en
meros receptores de una informacin otorgada por el Estado; por lo que orden al Ministerio de Energa y Minas a que, dentro del marco de sus competencias, emita un reglamento
especial que desarrolle el derecho a la consulta
de los pueblos indgenas, de conformidad con
los principios y reglas establecidos en los artculos 6.1, 6.2 y 15.2 del Convenio 169 de la
OIT23, y exhort al Congreso de la Repblica
a que, dentro del marco de sus competencias
establecidas en el artculo 108 de la Constitucin, culmine con el trmite de promulgacin
de la Ley del Derecho a la Consulta Previa
a los Pueblos Indgenas u Originarios reconocido en el Convenio 169 de la Organizacin
Internacional del Trabajo, aprobada en la sesin ordinaria del 19 de mayo de 2010, en el
trmino ms inmediato posible.
CONCLUSIN
La exploracin y explotacin de los recursos naturales por parte del Estado peruano,
debe darse dentro del irrestricto marco jurdico internacional, como el Convenio 169 de
la OIT en cuanto el derecho a la consulta previa viene a ser un derecho fundamental de los
pueblos indgenas, perteneciente al bloque de
constitucionalidad de nuestro derecho nacional, que implica la consulta antes que el proyecto o medida administrativa se realice, con
la finalidad de llegar a un acuerdo o consentimiento para legitimar las acciones del Estado, lo cual no sugiere un derecho de veto de
los pueblos indgenas, si no se llegase a un
acuerdo o consentimiento, a su vez ello no
enerva el deber del Estado de motivar sus decisiones a pesar del rechazo de los pueblos
indgenas.
No obstante, la falta o inadecuada aplicacin
de este derecho reconocido en el Convenio
169 de la OIT ha generado alta conflictividad
socioambiental entre el Estado, los empresarios o inversionistas y los pueblos indgenas,
incluso ha generado sendos cuestionamientos
judiciales a los distintos decretos legislativos
emitidos por el Poder Ejecutivo en el marco
de la Ley N 29157, como el Decreto Legislativo N 1020. Por ello, siendo conscientes que
la consulta previa es un adecuado instrumento de prevencin de conflictos socioambientales, corresponder al Congreso de la Repblica la histrica tarea de culminar con el trmite
de promulgacin de la Ley del Derecho a la
Consulta Previa a los Pueblos Indgenas u Originarios sin desnaturalizar el verdadero espritu del Convenio 169.
20 ALVA ARVALO, Amelia. El derecho a la consulta previa de los pueblos indgenas en el Per. Siglo XIV. Encuentro de Latinoamericanistas Espaoles.
21 SEVILLANO ARVALO, Mara del Rosario. Informe El derecho a la consulta previa de los pueblos indgenas en el Per. Programa Social Indgena. Derecho, Ambiente y Recursos Naturales-DAR, marzo de 2010, p. 18.
22 Las normas a las que se refiri el Tribunal Constitucional fueron: Decreto Supremo N 042-2003-EM, Resolucin Ministerial
N 535-2004-MEM/DM, Decreto Supremo N 015-2006-EM, Decreto Supremo N 020-2008-EM, Decreto Supremo N 012-2008-EM,
Decreto Supremo N 028-2008-EM, Resolucin Ministerial N 304-2008-MEM-DM, Resolucin Ministerial N 571-2008-MEM-DM.
23 Es por ello que el Ministerio de Energa y Minas, mediante Decreto Supremo N 023-2011-EM, aprob el Reglamento del Procedimiento para la aplicacin del Derecho de Consulta a los Pueblos Indgenas para las Actividades Minero Energticas, publicado
en el diario oficial El Peruano el 12/05/2011.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
183
ANLISIS Y CRTICA
RESUMEN
Introduccin
El motivo de este trabajo es la polmica generada entre las empresas y laboratorios farmacuticos que ofrecen sus productos al mercado mdico oncolgico, de un lado, y el Estado
peruano, por el otro. Esto es, porque este ha
estado exonerando de aranceles y del Impuesto General a las Ventas (IGV) a estas medicinas, pero segn el Ministro de Salud estas
*
**
1
184
Abogado por la Pontificia Universidad Catlica del Per. Abogado del rea de Derecho Constitucional de Justicia Viva del Instituto de Defensa Legal.
Miembro del equipo del rea Legal del Instituto de Defensa Legal. Asesor del proyecto legislativo de Despenalizacin de los Delitos contra el Honor de la Asociacin Nacional de Periodistas. Miembro del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de
San Martn de Porres.
Ver: <http://www.rpp.com.pe/2011-01-21-pese-a-beneficios-tributarios-medicamentos-no-bajaron-de-precio-noticia_329341.html>.
anlisis y crtica
2
3
4
que ya desde la Constitucin de 1979, nuestro pas cuenta con un bloque de normas especficas reguladoras de los aspectos especficos que hoy se conocen como Constitucin
Econmica.
La Economa Social de Mercado est definida
como el modelo econmico en cuya labor se
asigna al Estado tanto el deber de respetar la
igualdad, como el deber de promocionarla. El
carcter de social importa un deber de actuar
del Estado y, al mismo tiempo una prohibicin
de interferir de manera arbitraria en las actividades econmicas de los privados. Como
correlato de lo anterior, es que nuestra Constitucin Poltica ha definido claramente la intervencin estatal dentro de su rol econmico
en su artculo 58 que a la letra dice: El Estado orienta el desarrollo del pas (bajo un modelo de economa social del mercado), y acta
principalmente en las reas de promocin del
empleo, salud, educacin, seguridad, servicios
pblicos e infraestructura.
De la misma manera, el Tribunal Constitucional ha sostenido que: () segn el artculo 58
de la Constitucin, se ejerce dentro de una
economa social de mercado. Este es representativo de los valores constitucionales de la libertad y la justicia, y, por ende, es compatible
con los fundamentos axiolgicos y teleolgicos que inspiran a un Estado Social y Democrtico de Derecho. En esta imperan los principios de libertad y promocin de la igualdad
material dentro de un orden democrtico garantizado por el Estado3. Agregando que:
De manera que, dado el carcter social del
modelo econmico establecido en la Constitucin vigente, el Estado no puede permanecer indiferente a las actividades econmicas,
lo que en modo alguno supone la posibilidad
de interferir arbitraria e injustificadamente en
el mbito de libertad reservado a los agentes
econmicos4.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
185
Dicho ello, a manera de una primera conclusin, podemos afirmar entonces que la economa social de mercado es una condicin importante del Estado social y democrtico de
derecho y que, para tal efecto, se encuentra
caracterizada, de manera particular, por tres
elementos: bienestar social (expresado en los
empleos productivos, trabajo digno y reparto
justo del ingreso); mercado libre (manifestado por un lado, en el respeto a la propiedad, a
la iniciativa privada y a una libre competencia
regida, prima facie, por la oferta y la demanda en el mercado; y, por el otro, en el combate
a los oligopolios y monopolios); y finalmente,
un Estado subsidiario y solidario (de manera
tal que las acciones estatales directas aparezcan como auxiliares, complementarias y temporales)5. En suma, se trata de una economa
que busque garantizar que la productividad individual sea, por contrapartida, sinnimo de
progreso social, es decir, una mejor calidad de
vida para todos los ciudadanos.
En ese sentido, no menos significativo, se encuentra un siguiente componente como factor
de actividad constante en el desarrollo de los
agentes econmicos, cul es, el derecho a la libertad de empresa, consistente en que a travs de ella, las personas tienen el derecho a
elegir libremente una actividad ocupacional o
profesional. Su contenido se integra a su vez,
por cuatro libertades: a) la libertad de emprender actividades econmicas, b) la libertad de
organizacin, c) la libre competencia, d) la libertad de cese de actividades6. Sobre tales razones, podemos entender que la Economa Social de Mercado favorece la concertacin libre
entre oferta y demanda, promoviendo la iniciativa privada, la competencia y el desarrollo
de la innovacin tecnolgica. El rol del Estado es crear las condiciones necesarias para el
desarrollo de la actividad econmica privada
en aras de salvaguardar el inters de los consumidores y usuarios y, fundamentalmente,
5
6
7
186
El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda prctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o
monoplicas. Ninguna ley ni concertacin
puede autorizar ni establecer monopolios.
anlisis y crtica
para competir conforme a las propias condiciones y variables econmicas impuestas por la llamada ley de la oferta y la
demanda10.
2. Principio de subsidiariedad
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
187
est dirigida al Estado como empresario dentro del Estado, y negativo, que esta intrnsecamente vinculado a la proteccin del mbito
reservado a la iniciativa privada. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional ha establecido que el principio de subsidiariedad tiene
dos dimensiones: una vertical y otra horizontal. Conforme a la segunda de ellas, se impide
que el Estado acte en el mbito que es propio
de la sociedad civil, concepto que apoya la libertad de empresa y de mercado, y que solo
reserva al Estado la funcin de supervisor y
corrector11.
Ello es as, pues el fundamento de este principio parte del supuesto de que el Estado aparece como el garante final del inters general, desde el momento en que su tarea consiste
en intervenir en forma directa para satisfacer
una necesidad real de la sociedad, pero solo en
aquellas situaciones en las que la colectividad
y los grupos sociales a quienes corresponde,
en primer trmino, la labor de intervencin
no estn en condiciones de hacerlo.
Adems, nuestra Constitucin y la jurisprudencia constitucional establecen que nuestra economa es una de tipo Social de Mercado que favorece la concertacin libre entre
oferta y demanda, promoviendo la iniciativa
privada, la competencia y el desarrollo de la
innovacin tecnolgica, ya que el rol del Estado es crear las condiciones necesarias para
el desarrollo de la actividad econmica privada en aras de salvaguardar el inters de los
consumidores y usuarios12. Tambin el Estado tiene la funcin de corregir las inequidades sociales a fin de permitir que todos los
ciudadanos participen del progreso y el desarrollo econmico. Para tal efecto, debe velar por el inters pblico y por el equilibrio
entre libertad econmica, eficiencia, equidad social y condiciones dignas de vida de
los ciudadanos.
188
anlisis y crtica
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
189
condiciones dignas. Por esta razn, es indispensable la consideracin de la vida en dignidad que, en este caso, se manifiesta como vida
saludable16.
Sobre esta propuesta, a la cual nos unimos, es
fundamental destacar la importancia progresista que el Tribunal Constitucional ha querido proyectar sobre la vital necesidad de definir
al derecho a la salud, no como un derecho con
contenido estrictamente autnomo y de proteccin prctica desvinculada del continente
de derechos en donde no solamente posibilita un desarrollo ntegro sobre el ideal ttulo
de vida saludable, sino como una institucin
que posibilita que otros derechos con intervencin directa en su desarrollo encuentren
en este derecho, un libre y efectivo progreso.
Sin duda alguna que lo anterior resulta an
ms importante en aquellos casos en donde
las personas, por las circunstancias nefastas de
contexto en la que habitan, se encuentran en
un modus vivendi de extrema urgencia y especial gravedad, como ocurre, pues, con personas sometidas a condiciones inhumanas de
reclusin y en donde existe una asuncin de
riesgo sumamente pernicioso para el desarrollo de su vida plena.
Consideramos que en este particular escenario
(como ocurre con el deber especial de cuidado
estatal frente a personas sometidas a enfermedades cancerosas y, como tal, con tratamientos
rigurosos de especial cuidado), la proyeccin
de la salud, ya no viene desplegado como una
lrica propuesta de reconocimiento programtico-terico, sino en sentido inverso, viene desarrollado por un lado, como una clara obligacin prestacional-prctica por parte del Estado
en esa reaccin inmediata de proteccin especial de garante frente a esos ciudadanos con
extremo cuidado, (tanto ms, si advertimos
que como consecuencia de esa prestacin, depender muchas veces el destino de vida de
muchas personas) y, por otro, en el mbito del
16 Ibdem, f. j. 7.
17 Ibdem, f. j. 2
190
anlisis y crtica
En concernencia con lo anterior, podemos claramente afirmar que esta especial proteccin
del derecho a la salud se relaciona indiscutiblemente con las obligaciones estatales de planificar, desarrollar y ejecutar todas aquellas
derecho nos remitiremos, en lo sucesivo, a sealar los principales fundamentos dados por
la Corte IDH, a propsito del reconocimiento
del derecho a salud realizada a lo largo de su
jurisprudencia.
18 Ibdem, f. j. 4.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
191
CUADRO N 1
mbito universal
Instrumento Internacional
Disposicin
Artculo 25
Artculo 12
Artculo 24
Convenio 169
Artculo 24
Resolucin 1989/11
Artculo 12
mbito Regional
Instrumento Internacional
Disposicin
Artculo 11
Artculo 26
Artculo 11
Artculo 34
Artculo 13
192
anlisis y crtica
20 Caso Nios de la Calle (Villagrn Morales), prr. 144; Caso Montero Aranguren y otros (Retn de Catia) Vs. Venezuela. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de julio de 2006, prr. 63; Caso Zambrano Velez y otros, prr. 78; y Caso Escu Zapata,
prr. 40.
21 El artculo 25.1 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos y el artculo XI de la Declaracin Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre.
22 Caso Velsquez Rodrguez, prr. 172; y Caso Ximenes Lpez, prr. 85.
23 Caso de la Masacre de Pueblo Bello, prr. 111; Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006, prr. 154; Caso Balden Garca, prr. 81; y Caso Ximenes Lopes, prr. 88.
24 Caso Ximenes Lpez, prr. 99.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
193
personal. Para todo ello, se requiere de la formacin de un orden normativo que respete y
garantice, efectivamente, el ejercicio de sus
derechos, y la supervisin eficaz y constante
sobre la prestacin de los servicios de los que
dependen la vida y la integridad de las personas25. Sobre tal afirmacin y de manera concreta a los hechos del caso, es preciso sealar que Laura Albn Cornejo, vctima directa,
muri precisamente en una institucin privada
de salud.
Es indudable que ese hecho, en s mismo, no
resulta inmediatamente imputable de las actuaciones realizadas por el persona privado
de dicha institucin en trminos de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos
(CA) al Estado ecuatoriano, no obstante, s le
corresponda la estricta vigilancia y supervisin de su desempeo para alcanzar los fines
institucionales de proteccin perseguidos en el
fundamento antedicho. Esta responsabilidad,
adems de estar orientada a regular control de
las actividades mdicas de instituciones privadas frente a posibles sucesos infructuosos en
el otorgamiento de estas prestaciones mdicas,
est directamente atribuida a exigir bajo los
cnones internacionales, a que el Estado deba
contar con una normativa de proteccin eficaz
e inmediata que garantice a los usuarios del
servicio de salud una efectiva investigacin de
las conductas que vulneren sus derechos, como
a ttulo de ejemplo, podra darse en las prestacin de servicios mdicos que las instituciones
pblicas, mixtas o de capital privado, ofrecen
al ciudadano.
Tambin, la Corte desarroll, basndose en
este caso, la responsabilidad jurdica de la
prctica mdica, llegando a incorporar solidariamente, como responsable internacional
frente a su omisin de actuacin en sucesos
como los descritos, a todos aquellos mdicos
que imbuidos en su labor de profesionales de
194
anlisis y crtica
tal situacin, a manera de agravante, es preciso sealar que estos hechos se produjeron contra una persona en inminente situacin de vulnerabilidad, por lo que la obligacin estatal de
brindar proteccin a personas bajo el cuidado
de centros de salud estatal, resulta doblemente exigente.
Sobre tal efecto, como sostuvimos anteriormente, el Tribunal de San Jos ha establecido
que el marco de responsabilidad internacional
del Estado frente a sus compromisos internacionales, adems de las comnmente conocidas, pueden generarse como consecuencia de
actos perpetrados por particulares que a prima
facie, no resultan atribuibles de manera inmediata. En trminos de dicho tribunal: () las
obligaciones erga omnes que tienen los Estados de respetar y garantizar las normas de proteccin, y de asegurar la efectividad de los derechos, proyectan sus efectos ms all de la
relacin entre sus agentes y las personas sometidas a su jurisdiccin, pues se manifiestan
en la obligacin positiva del Estado de adoptar
las medidas necesarias para asegurar la efectiva proteccin de los derechos humanos en
las relaciones inter-individuales28. Dicho de
otro modo, la accin de toda entidad, pblica o privada, que est autorizada a actuar con
capacidad estatal, se encuadra en el supuesto
de responsabilidad por hechos directamente
imputables al Estado, tal como ocurre cuando se prestan servicios en nombre del Estado
frente a la prestacin de servicios de salud a
favor de su comunidad29.
En igual sentido, frente al deber de cuidado y vigilancia permanente en la prestacin de calidad de los servicios mdicos que
28 Caso de la Masacre de Pueblo Bello, prr. 113; Caso de la Masacre de Mapiripn, prr. 111; y Condicin Jurdica y Derechos de
los Migrantes Indocumentados. Opinin Consultiva OC-18/03 de 17 de setiembre de 2003, prr. 140.
29 Es importante resaltar que en Brasil, a propsito de la legislacin en materia de salud, El artculo 199 de la Constitucin dispone
que () la asistencia de salud es libre a la iniciativa privada, es decir, las empresas privadas pueden prestar atencin privada
de salud, la cual ser totalmente pagada por los usuarios. Sin embargo, el prrafo primero del mismo artculo 199 establece que
las instituciones privadas podrn participar de forma complementaria en el Sistema nico de Salud, de acuerdo con las directrices del mismo, mediante contrato de derecho pblico o convenio, dndose preferencia a las entidades filantrpicas y las sin fines
lucrativos. La iniciativa privada puede tambin proveer servicios para el sistema pblico de salud, caso en el cual la atencin
que presta es financiada por el Estado y tendr carcter pblico.
30 Caso Ximenes Lpez vs Brasil, prr. 89.
31 Ibdem, prr. 90.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
195
32 En ese sentido, resulta claro que en virtud de las obligaciones contenidas en el artculo 2 de la CADH, todo estado debe crear un
marco normativo jurdicamente adecuado que permita establecer los parmetros de tratamiento e internacin en cualquier institucin de salud, sean de carcter privado (frente a los excesos en su insuficiente administracin) o de carcter pblico, en cuyo
escenario resulta an ms exigible, en tanto la administracin recae de manera exclusiva en ellos. Como tal, los Estados tienen
la obligacin de consagrar y adoptar en su ordenamiento jurdico interno todas las medidas necesarias para que lo establecido
en la Convencin sea cumplido y puesto en prctica y que tal legislacin no se transforme en una mera formalidad, distanciada
de la realidad.
33 Ibdem, prr. 96.
34 Principios para la Proteccin de los Enfermos Mentales y el Mejoramiento de la Atencin de Salud Mental, Resolucin de la Asamblea General de las Naciones Unidas 46/119.46, p.189, ONU Documento A/46/49 (1991), principio 22.
196
anlisis y crtica
situacin de artificial ventaja sobre sus competidores: pueden acceder a privilegios de financiacin con respaldo de los fondos pblicos (subsidios), asimismo, pueden ofrecer
precios por debajo de determinados niveles de
costos, podran percibir ampliaciones de capital para soportar los dficits que su gestin genera, no incurren en costos fijos, pues en algunos casos se limitan a usar la infraestructura
estatal instalada para prestar el servicio y, en
otro grupo de casos, pueden percibir privilegios jurdicos respecto de los particulares37.
Si el Estado peruano decidiera comprar las
medicinas oncolgicas de manera directa a
los proveedores para luego venderlas a los
ciudadanos peruanos que sufren de cncer a
un precio menor al del actual mercado local,
se podra estar afectando el artculo 60 de la
Constitucin, que versa sobre la actuacin
subsidiaria del Estado en la actividad empresarial, que consiste en que el Estado solo opera en el mercado cuando no hubiera presencia
o insuficiencia de la iniciativa privada.
Como ya hemos explicado, segn el artculo
60 de la Constitucin que versa sobre el principio de subsidiariedad, y que dice que el
Estado peruano solo puede participar en el
mercado solo autorizado por ley expresa, respondiendo a un inters pblico o de manifiesta
conveniencia nacional. El rol del Estado es ser
autoridad y no por el contrario, transformarse
en un agente econmico aplicando el principio
de subsidiariedad.
El Estado tiene un rol natural de intervencin
de la economa, ante un escenario de fallos de
mercado, o por razones de eficiencia, o simplemente porque el inters pblico lo exige. Es
decir, el Estado opera en caso de inexistencia
o insuficiencia de la iniciativa privada. Pero
35 Caso Balden Garca, prr. 81; Caso Comunidad Indgena Sawhoyamaxa, prr. 154; y Caso de la Masacre de Pueblo Bello,
prr. 111.
36 Convencin Interamericana para la eliminacin de todas las formas de discriminacin contra las personas con discapacidad,
aprobada en Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 7 de junio de 1999, artculo III.2; y Comit de Derechos Econmicos Sociales
y Culturales, Observacin General N 5, Personas con Discapacidad. Naciones Unidas, Documento E/1995/22 (1994), prr. 9.
37 ARIO ORTIZ, Gaspar. Economa y Estado. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1993, p. 78; y, SAPPINGTON, David y SIDAK, Gregory. Anticompetitive Behavior by State-Owned Enterprises: Incentives and Capabilities. En: Competing with the Government.
Anticompetitive behavior and Public Enterprises. Hoover Institution Press, California, 2004, p. 2 y ss.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
197
solo de acuerdo al mandato constitucional, teniendo como exigencia formal que exista una
autorizacin por ley expresa del Congreso38.
Tambin, como hemos hecho hincapi, la
existencia de la subsidiariedad se puede deber
a una necesidad no satisfecha por la iniciativa
privada, por ser esta insuficiente o inexistente. Un ejemplo: la demanda por medicamentos
oncolgicos a precios accesibles por parte de
los enfermos de cncer del Per.
En ese sentido, a propsito de la existencia de
una demanda de los consumidores que necesita ser satisfecha en materia de salud, el TC ha
sealado que:
Por ende, cuando se plantean controversias donde se ven afectados los intereses
que vinculan a los consumidores o usuarios, existe la necesidad de que el juzgador
constitucional pondere las cosas de forma
suficientemente integral o acorde con el
enfoque que la propia norma constitucional auspicia39.
38 Razn de alto inters pblico o manifiesta conveniencia nacional es determinada por el Congreso cuando adopta su decisin legislativa de permitir al Estado entrar a una economa de mercado. Este principio se encuentra reconocido en el segundo prrafo
del artculo 60 de la Constitucin, el cual seala que (...) solo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirecta, por razn de alto inters pblico o de manifiesta conveniencia nacional.
39 STC Exp. N 3315-2004-AA/TC, f. j. 21.
40 FERNNDEZ-NOVOA, Carlos. Estudios de Derecho de la Publicidad. Santiago de Compostela. Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Santiago de Compostela, 1989, p. 39.
41 Constitucin de 1993
Artculo 58: La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economa social de mercado. Bajo este rgimen, el Estado orienta
el desarrollo del pas, y acta principalmente en las reas de promocin de empleo, salud, educacin, seguridad, servicios pblicos e infraestructura.
42 STC Exp. N 0034-2004-AI/TC, ff. jj. 19-20.
43 Constitucin 1993
Artculo 44: Son deberes primordiales del Estado: defender la soberana nacional; garantizar la plena vigencia de los derechos
humanos; proteger a la poblacin de las amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta en
la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la nacin.
198
anlisis y crtica
Como podemos ver, el TC ya se ha pronunciado sobre el derecho a la salud y cuando este entre en conflicto con las libertades econmicas,
concluyendo que la actividad de corte asistencial comprende a todas aquellas prestaciones
de bienes o servicios que tienen la particularidad de ser requeridas con fines sociales, esto
es, su finalidad es equilibrar diferencias en los
sectores ms necesitados de la comunidad, garantizando e impulsando el acceso universal a
determinados derechos fundamentales de corte social46, entrando dentro de este ltimo grupo el derecho a la salud integral.
Por su parte, Kresalja y Ochoa reconocen que
las prestaciones asistenciales constituyen la
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
199
oportuno que el Estado deje de brindar el producto o servicio por existir oferta privada suficiente, en el caso de los servicios asistenciales no cabe hacer este anlisis por la sencilla
razn que el Estado no tiene ms opcin que
brindar el servicio, como en el caso de la salud. De otro modo, se estara rehuyendo del
cumplimiento de una obligacin prevista por
disposicin constitucional.
De acuerdo al estudio realizado por la Digemid del Ministerio de Salud, este concluye
que: El 100% de los tratamientos que utilizan
los medicamentos comprendidos en el presente estudio, son inasequibles para la poblacin,
representando su costo para los pacientes desde 20 hasta 880 das salario50 51. Esto significa que la gran mayora de peruanos que padecen de males oncolgicos no tienen acceso a
un tratamiento que les asegure a una mejora a
su salud, ya que el costo de este es muy elevado para sus economas familiares. Esto atenta
contra los derechos de estas personas, en lo referido a la salud y dignidad humana, as como
en lo que el TC denomina economa justa.
Conclusiones
El Estado solamente puede actuar en el mercado de forma subsidiaria. Segn el mandato constitucional, las normas y jurisprudencia
constitucional relacionadas a la intervencin del mercado, resulta jurdicamente imposible que el Estado intervenga en el mercado al ya haber privados operando en este,
y como la actividad en el mercado se realiza
de forma subsidiaria, solo a falta de un privado que satisfaga esa necesidad en un mercado
especfico el Estado podra incursionar para
satisfacerla.
47 KRESALJA ROSSELL, Baldo y OCHOA CRDICH, Csar. Derecho Constitucional Econmico. Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Catlica del Per, Lima, 2009, p. 239.
48 Resolucin N 0391-2007/TDC-INDECOPI del 21 de marzo de 2007, correspondiente al procedimiento seguido por la seora
Gladys Mercedes Simen Vilca contra la Universidad Nacional Federico Villareal; y, Resolucin 1668-2008/TDC-INDECOPI del
19 de agosto de 2008, correspondiente al procedimiento seguido por tipo Huk Vida Asociacin Civil contra la Red de Salud de
San Juan de Lurigancho.
49 Sentencia del 17 de febrero de 1993, correspondiente al Asunto Poucet y Pistre.
50 Se ha considerado un da salario como S/. 18.33 que resulta de dividir entre 30 el SMV que al mes de octubre asciende a s/. 550.
51 Ver: <http://observatorio.digemid.minsa.gob.pe/archivos/13_Estudio%20Oncologico.pdf, p. 50>.
200
anlisis y crtica
ofertantes, porque es sospechoso que incluso con menores costos por la exoneracin, no
se hayan bajados los precios. Adems, sera
tambin necesario que la fiscala o la misma
Defensora del Pueblo investiguen y sancionen de ser el caso el abuso en los precios de
estos medicamentos.
Por ello, en nuestro caso, argumentar que el
Estado estara cumpliendo una de sus obligaciones con respecto a la proteccin de sus ciudadanos, esto es, la posible compra de los medicamentos oncolgicos y su venta a un precio
menor que el ofertado por las empresas privadas, puesto que en este caso, no atenta contra
la libre competencia y el principio de subsidiariedad del Estado. Pero debemos tambin hacer una aclaracin: que en cualquier mercado
competitivo siempre va haber gente excluida,
porque no todos tienen el dinero para comprar
al precio que fija el mercado, pues a un determinado precio hay una cantidad de gente que
quedar excluida porque no puede pagarlo. El
Estado debera intervenir vendiendo a un precio ms barato los medicamentos oncolgicos,
as una gran parte de peruanos que sufren esta
enfermedad podran acceder a ellos aunque
siempre exista gran parte de la poblacin que
an ellos no accedan a estos reactivos.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
201
tendencias
de jurisprudencia administrativa
PROCEDIMIENTO DISCIPLINARIO
La Administracin Pblica tiene la potestad de sancionar no solo a los administrados va procedimiento administrativo sancionador, sino tambin a los funcionarios que laboran en ella
mediante la realizacin de un procedimiento administrativo disciplinario sancionador. En este
sentido, la Administracin debe formar una Comisin Disciplinaria que ser el rgano encargado de llevar adelante el procedimiento, respetando para ello los principios constitucionales que sustentan el referido procedimiento, y ofreciendo las garantas del caso para su adecuado desarrollo.
I.
ASPECTOS GENERALES
202
mientras que el proceso administrativo disciplinario se inici sobre la base del Informe
N 058-2001-CG/B380.
STC Exp. N 4059-2004-AA/TC, f. j. 4
Publicada en la pgina web del TC el 22/09/2005
Dentro de esta ltima identidad (de fundamento o de contenido de lo injusto), no pueden equipararse las sanciones administrativas (pertenecientes al Derecho Administrativo sancionador) y las
sanciones penales (pertenecientes al Derecho Penal), pues ambas obedecen a fundamentos jurdicos distintos. No podra equipararse el juzgamiento realizado a nivel jurisdiccional con el procedimiento sancionador realizado a nivel administrativo, y menos impedirse que la sede jurisdiccional penal se vea imposibilitada de pronunciarse debido a lo resuelto en sede administrativa.
STC Exp. N 00361-2010-PA/TC, f. j. 3
Publicada en la pgina web del TC el 28/09/2010
Miembros de las comisiones disciplinarias deben conducirse con imparcialidad durante el desarrollo del procedimiento sancionador
II. PRESCRIPCIN
Respecto de la legislacin administrativa correspondiente, se determina que la normativa destinada a regular los plazos de los procesos administrativos disciplinarios debe prescribir periodos
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
203
razonables, y el plazo de treinta das puede resultar, muchas veces, insuficiente. Finalmente, se
establece que, en lo sucesivo, las medidas cautelares de abstencin en el ejercicio del cargo no
pueden extenderse durante plazos irrazonables que puedan producir un perjuicio econmico irreparable en el trabajador.
STC Exp. N 3778-2004-AA/TC, f. j. 24
Publicada en la pgina web del TC el 17/11/2005
III. PRINCIPIOS QUE RIGEN EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
DISCIPLINARIO SANCIONADOR
De lo expuesto se infiere que no es facultad del Consejo de Disciplina que tiene a su cargo el
procedimiento o de quien ejecute la sancin a imponerse graduar la razonabilidad del castigo a
imponerse. En este orden de ideas, mal podra obligarse a los emplazados a adoptar una medida
distinta a la impuesta.
Por el contrario, el Tribunal Constitucional considera que no es inconstitucional la sancin cuestionada dado que su imposicin denota la estricta observancia del principio de legalidad, puesto
que se aplic la sancin que estaba previamente contemplada en la norma.
STC Exp. N 8957-2006-PA/TC, f. j. 18
Publicada en la pgina web del TC el 27/06/2007
Aplicacin de la sancin debe realizarse sobre la base de los antecedentes del infractor y de las circunstancias presentadas en el caso
En el presente caso debe observarse, adems, que el propio Decreto Legislativo N 276, en su
artculo 27, establece que: (...) los grados de sancin corresponde a la magnitud de las faltas, segn su menor o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no solo la naturaleza
de la infraccin sino tambin los antecedentes del servidor (...). Esto implica un claro mandato
a la administracin municipal para que, en el momento de establecer una sancin administrativa, no se limite a realizar un razonamiento mecnico de aplicacin de normas, sino que, adems,
efecte una apreciacin razonable de los hechos en relacin con quien los hubiese cometido; es
decir, que no se trata solo de contemplar los hechos en abstracto, sino en cada caso y tomando
en cuenta los antecedentes del servidor. Por tanto, una decisin razonable en estos casos supone, cuando menos:
a) La eleccin adecuada de las normas aplicables al caso y su correcta interpretacin, tomando
en cuenta no solo una ley particular, sino el ordenamiento jurdico en su conjunto.
204
b) La comprensin objetiva y razonable de los hechos que rodean al caso, que implica no solo
una contemplacin en abstracto de los hechos, sino su observacin en directa relacin con
sus protagonistas, pues solo as un hecho resultar menos o ms tolerable, confrontndolo
con los antecedentes del servidor, como ordena la ley en este caso.
c) Una vez establecida la necesidad de la medida de sancin, porque as lo ordena la ley correctamente interpretada en relacin a los hechos del caso que han sido conocidos y valorados en
su integridad, entonces el tercer elemento a tener en cuenta es que la medida adoptada sea la
ms idnea y de menor afectacin posible a los derechos de los implicados en el caso.
STC Exp. N 02192-2004-AA /TC, f. j. 20
Publicada en la pgina web del TC el 09/02/2005
Medida
Por ello, si bien en el presente caso, el retraso se debi a la carga administrativa de las autoridades administrativas y no a una conducta aislada, particular e intencional de demora en la emisin
de un fallo que ponga fin al proceso, es cierto que el plazo de dicho proceso s fue irrazonable al
durar ms de un ao y mantener efectiva una medida cautelar de abstencin en el ejercicio del
cargo sin goce de haber por, aproximadamente, ocho meses. En ese sentido, la dilacin indebida
en este proceso ha generado consecuencias negativas en la estabilidad econmica del demandante, as como en la subsistencia alimentaria de su familia.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
205
Debe sealarse, adems, que la permanencia de una medida cautelar de abstencin en el ejercicio del cargo durante un plazo irrazonable constituye una vulneracin al derecho a la presuncin
de inocencia (inciso 24, literal e) del artculo 2 de la Constitucin), dado que ocasiona que el servidor pblico se encuentre separado de su cargo durante un tiempo prolongado sin que se haya
emitido un fallo definitivo en el que se demuestre su culpabilidad o responsabilidad.
STC Exp. N 03778-2004-AA/TC, f. j. 22
Publicada en la pgina web del TC el 17/11/2005
206
CONSULTAS
La presentacin de documenta-
CONSULTA
Respuesta:
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
207
1
2
208
CONSULTA
reviste una considerable gravedad, pues vulnera el referido principio de moralidad que
debe regir a todos los actos vinculados a las
contrataciones pblicas. No obstante ello, la
aplicacin de las sanciones se rige por el principio de causalidad, lo que implica la individualizacin del infractor, motivo por el cual
no corresponde sancionar al integrante del
consorcio que no tuvo responsabilidad en la
presentacin de documentos adulterados.
Rosa Salas afirma que la municipalidad distrital en donde reside le remiti el recibo que
contiene el costo de los arbitrios para el presente ao. Seala, adems, que das despus le alcanzaron unos volantes que indicaban que la ordenanza que aprob dichos
arbitrios no haba sido ratificada por la municipalidad provincial, por lo que careca de
validez y, en consecuencia, no era exigible
su pago. As las cosas, nos consulta si debe
cancelar o no esta deuda tributaria, pues,
adems de los arbitrios del ao en curso,
adeuda los de los tres aos anteriores.
Respuesta:
consultas
una ordenanza dentro del plazo previsto, corresponde la aplicacin del artculo 69-B de
la Ley de Tributacin Municipal; en consecuencia, el arbitrio se cobrar sobre la base
de la ordenanza vlida y vigente del Ao Fiscal anterior reajustada con el ndice de precios
al consumidor; y, 6) si la norma del ao anterior no cuenta con los requisitos de validez y
vigencia, deber retrotraerse hasta encontrar
una norma que rena tales requisitos y sirva
de base de clculo3.
En conclusin, y dando una respuesta a la consulta planteada, la seora Salas no debera pagar el costo de los arbitrios del presente ao,
dado que ellos no son exigibles, por cuanto la
ordenanza que los aprueba carece de validez
por no haber sido ratificada por la municipalidad provincial respectiva. Esto, claro est, sin
perjuicio de la cancelacin de la deuda tributaria por los arbitrios que no fueron cancelados
en los aos anteriores.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
209
Anlisis civil,
comercial y procesal civil
GAC E TA
constitucional
ANLISIS Y CRTICA
La garanta del debido
proceso corporativo
J. Mara Elena Guerra Cerrn*
RESUMEN
INTRODUCCIN
que protegan un mbito de autonoma individual contra acciones u omisiones derivadas de cualquiera de los poderes pblicos. De
esta forma, los derechos y libertades fundamentales tenan al individuo por sujeto activo, y nicamente al Estado como sujeto pasivo, en la medida en que ellos tenan por
objeto reconocer y proteger mbitos de libertad o exigir prestaciones que los rganos pblicos deban otorgar o facilitar1 (el resaltado es nuestro).
Pero la clsica limitacin de la garanta al mbito jurisdiccional fue superada no solo por
nuestro Tribunal Constitucional, sino por la
doctrina generalizada. As, seal el Tribunal:
Abogada por la Pontificia Universidad Catlica del Per. Magster en Derecho Empresarial por la Universidad de Lima. Doctora
en Derecho y Ciencia Poltica por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudios de especializacin en Contratacin
moderna y Responsabilidad Civil en las Universidades de Castilla La Mancha y Salamanca en Espaa. Docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad de Lima. Miembro de ADEPRO y del Instituto Peruano de Derecho Mercantil. Fiscal Superior Civil DJ-Callao.
STC Exp. N 976-2001-AA/TC, Hunuco del 13/03/2003.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
213
214
En la STC Exp. N 0621-2003-AA/TC, Lima, del 15/04/2003 (Armando Matos Salhuana-Electroper S.A.).
anlisis y crtica
Como lo corporativo proviene de las corporaciones y estas son, entre otros, un gremio,
sindicato, consorcio, cmara, asociacin y sociedad; entonces estamos ante personas jurdicas u organizaciones irregulares, ya sean pblicas o privadas.
Las corporaciones pblicas son creadas por
ley o por normas de la Administracin Pblica
1.1. Asociaciones
Respecto a las personas jurdicas (civiles) tomamos como ejemplo a las asociaciones, las
que se regulan en el artculo 81 y 82 del Cdigo Civil. Se establece la forma de creacin,
que se rige por su Estatuto (en el que, entre
otros, se establecen las condiciones para la
admisin, renuncia y exclusin de sus miembros y los derechos y deberes de los asociados); tiene rganos como la Asamblea General rgano supremo y el consejo directivo.
Los acuerdos en Asamblea General pueden ser
impugnados judicialmente por los asociados,
cuando estos violen las disposiciones legales
o estatutarias, dentro de los plazos previstos
en la norma.
1.2. Sociedades mercantiles
En cuanto a las personas jurdicas comerciales, nuestro ejemplo son las sociedades mercantiles reguladas en la Ley General de Sociedades - Ley N 26887 (LGS).
Estas se constituyen por pacto social (artculo
54) el cual contiene, entre otros, la competencia de los rganos sociales y el estatuto social
que rige el funcionamiento de la sociedad con
las particularidades de cada forma societaria.
Por ejemplo, si se trata de una sociedad annima cerrada (artculo 248) pueden establecerse las causales de exclusin de un accionista.
La Junta General es el rgano supremo de la
sociedad.
Los acuerdos de Junta General, cuyo contenido sea contrario a esta ley, se oponga al estatuto o al pacto social o lesione, en beneficio
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
215
4
5
216
Con fecha 10/06/2009 se public en el diario oficial El Peruano, la Resolucin N 0992009-SUNARP-PT, prescribiendo que es obligacin convocar al socio que se pretende
excluir de una SRL. El mandato est relacionado al contenido del artculo 293 de la LGS
que seala: Puede ser excluido el socio gerente que infrinja las disposiciones del estatuto, cometa actos dolosos contra la sociedad o
se dedique por cuenta propia o ajena al mismo
gnero de negocios que constituye el objeto
social. La exclusin del socio se acuerda con
el voto favorable de la mayora de las participaciones sociales, sin considerar las del
socio cuya exclusin se discute, debe constar en escritura pblica y se inscribe en el Registro. Dentro de los quince das desde que
la exclusin se comunic al socio excluido,
puede este formular oposicin mediante demanda en proceso abreviado () (el resaltado es nuestro).
BRUNETTI, Antonio. Sociedades Mercantiles. tomo 1, Editorial Jurdica Universitaria, Mxico D.F., 2002, p. 3.
Sobre la sustantividad de las normas estatutarias puede leerse nuestro artculo Pacto social, estatuto, derecho objetivo y tutela
casatoria. En: Actualidad Jurdica. tomo 202, setiembre 2010, pp. 111-116.
anlisis y crtica
6
7
HUNDSKOPF EXEBIO, Oswaldo. Obligacin de convocar al socio que se pretende excluir de una sociedad comercial de responsabilidad limitada en Derecho Comercial. En: Temas societarios. tomo X, Universidad de Lima Fondo Editorial, noviembre
de 2010, pp. 47-80, p. 51.
Artculo 286.- Formacin de la voluntad social
La voluntad de los socios que representen la mayora del capital social regir la vida de la sociedad.
El estatuto determina la forma y manera como se expresa la voluntad de los socios, pudiendo establecer cualquier medio que garantice su autenticidad.
Sin perjuicio de lo anterior, ser obligatoria la celebracin de junta general cuando soliciten su realizacin socios que representen
por lo menos la quinta parte del capital social.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
217
218
En el Expediente N 976-2001-AA/TC,
Hunuco del 13/03/2003 (Eusebio Llanos
Huayco - Telefnica S.A.) el Tribunal Constitucional seal:
Existe una concepcin subjetiva de los derechos fundamentales.
Ms all de la concepcin subjetiva existe
implcito en el deber de su proteccin una
concepcin objetiva.
De las concepciones subjetiva y objetiva
de los derechos fundamentales existe un
deber especial de tutela del Estado.
NOVAK, Fabin y NAMIHAS, Sandra. Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Manual para magistrados y auxiliares de
justicia. Academia de la Magistratura. Lima, noviembre de 2004, p. 240.
anlisis y crtica
9 El Drittwirkung proviene de la doctrina alemana y trata de la eficacia frente a terceros (privados) de los derechos fundamentales.
10 CORREA HENAO, Magdalena. La limitacin de los derechos fundamentales. Instituto de Estudios Constitucionales Carlos Restrepo Piedrahita, N 71, Temas de Derecho Pblico, Universidad Externado de Colombia, Colombia, noviembre de 2003, p. 28.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
219
estricto respeto del derecho constitucional del debido proceso, sea en sus manifestaciones de derecho de defensa, doble
instancia, motivacin resolutoria u otro
atributo fundamental, debindolo incorporar a la naturaleza especial del proceso particular que hubiesen establecido, a efectos de garantizar un adecuado
ejercicio de la facultad sancionadora que
poseen12.
3. Afectacin interprivados con repercusin constitucional
4. Estatuto social
11 STC Exp. N 3075-2006-PA/TC, 29/08/2006 (Escuela Internacional de Gerencia High School of Managmente-Eiger contra Microsoft Corporation y Macromedia Incorporated).
12 STC Exp. N 1461-2004-AA/TC, 23/06/2004 (Jorge Amrico Pea Dioses con Asociacin de Vehculos Menores Motokar Pineda).
13 STC Exp. N 976-2001-AA/TC, Hunuco, 13/03/2003 (Eusebio Llanos Huasco contra Telefnica del Per S.A.).
220
anlisis y crtica
Siendo el antecedente
de los derechos fundamentales los derechos humanos
y siendo estos prcticamente derechos naturales reconocidos, la vinculacin de
los derechos fundamentales a las relaciones jurdicas entre particulares es directa e inmediata.
5. Consecuentemente, si
bien el Estatuto de la Asociacin no ha establecido
un procedimiento disciplinario sancionador, sin embargo, para el Tribunal Constitucional queda claro que el debido proceso y los derechos que lo conforman, p.
e. el derecho de defensa rigen la actividad institucional de cualquier persona jurdica, mxime si ha previsto la posibilidad
de imponer una sancin tan grave como la
expulsin inciso c) del artculo 20 del Estatuto, razn por la cual los emplazados,
si consideraron que el actor cometi alguna falta, debieron comunicarle por escrito los cargos imputados, acompaando
el correspondiente sustento probatorio, y
otorgarle un plazo prudencial a efectos de
que mediante la expresin de los descargos correspondientes pueda ejercer cabalmente su legtimo derecho de defensa15 (el resaltado es nuestro).
5. Que, sin perjuicio de lo anterior, este Colegiado debe precisar que, si bien es cierto
que los reclamos generados por la vulneracin del debido proceso en sede corporativo particular tienen un trmite preferente en la va procesal constitucional,
14 STC Exp. N 067-93-AA/TC, Lima, 12/12/1996 (Pedro Arnillas Gamio - Club de Regatas Lima).
15 STC Exp. N 1612-2003-AA/TC, Apurmac, 23/09/2003 (Edwin Quispe Huamn- Asociacin de Desarrollo de Comerciantes Mercado Mayorista y Productores Altipuerto Abancay)- Se aleg vulneracin entre otros de sus derechos de defensa y al debido
proceso.
16 STC Exp. N 5879-2006-PA/TC, Lima, Julia Rengifo Maza, 11/12/ 2006.
17 STC Exp. N 2791-2003-AA/TC, Lima, 28/06/2004, Luis Izquierdo Supo con Asociacin Country Club El Bosque.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
221
222
a) Se trata del ejercicio del derecho disciplinario sancionador que las asociaciones pueden aplicar contra sus miembros
cuando estos cometan faltas tipificadas
como vedadas en su reglamento estatutario, siempre que, obviamente, se les garantice un debido proceso y se respeten los
derechos fundamentales consagrados en
la Constitucin en defensa de la persona
humana.
anlisis y crtica
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
derechos al debido proceso, sino que tambin se ha evidenciado un nimo persecutorio en su contra.
k) En caso de haberse observado alguna irregularidad en la gestin presidida por l,
debi haberse dilucidado en un proceso en
donde interviniesen todos los integrantes
del Consejo Directivo, puesto que todos
ellos tiene la responsabilidad por las gestiones que se realicen durante el periodo de
su gobierno.
l) El debido proceso tambin rige en las asociaciones (personas jurdicas privadas)
cuando estas ejercen el derecho disciplinario sancionador, as lo ha declarado el Tribunal Constitucional.
m) Acreditada la vulneracin de los derechos
al debido proceso y de defensa del demandante, consagrados en el artculo 139, numerales 3 y 14 de la Constitucin, excluirlo arbitrariamente de la asociacin, se ha
lesionado tambin su derecho a asociarse
garantizado por el artculo 2, numeral 13
de la Constitucin Poltica del Estado.
4. Decisin
a) Se declar fundada la demanda e inaplicable al demandante el acuerdo de exclusin contenido en la resolucin del Comit
Disciplinario.
b) Se ha ordenado reponer al demandante en
su condicin de asociado de la asociacin
civil mencionada emplazada, con todos los
derechos y beneficios que tal condicin
permite.
VI. Opinin
223
en conjunto garantizan que en todos los casos en los que a una persona se le atribuya una conducta que tenga como consecuencia una sancin, amonestacin, separacin,
esta tendr derecho a ser notificada o comunicada sobre tal atribucin, deber tener derecho a defenderse presentando pruebas de
ser el caso y tendr derecho a ser odo, ello
a fin que se concluya en una decisin con
el necesario respeto y proteccin de todos
los derechos que en l puedan encontrarse
comprendidos.
El fundamento del debido proceso corporativo, reconocido a personas naturales y personas jurdicas, se encuentra en la teora de
224
la eficacia horizontal de los derechos fundamentales (capacidad de irradiar a todo el ordenamiento jurdico) y el reconocimiento en
sede nacional de eficacia directa y eficacia
indirecta en las relaciones entre particulares
y, por lo tanto, la tutela frente a una vulneracin puede buscarse en la va constitucional
o en la ordinaria.
El debido proceso corporativo no atenta contra la autonoma de la voluntad de las partes,
no afecta el desarrollo de las personas jurdicas ni es injerencia en las decisiones estatutarias, es simplemente una garanta que se materializa en un derecho que hay que asegurar a
todas las personas.
ANLISIS Y CRTICA
La proteccin de los derechos
de los nios a partir
de lo sealado por el
Tribunal Constitucional
Silvia MORALES SILVA*
RESUMEN
La autora constata que el Tribunal Constitucional manifiesta la complementariedad en la aplicacin de la legislacin internacional a la legislacin nacional sobre proteccin del nio. Asimismo, la jurisprudencia internacional muestra cmo deberan ser eficaces los derechos del nio sin
importar su situacin legal: por ejemplo, adoptando medidas sustitutorias
a la prisin preventiva tales como la supervisin estricta, custodia permanente, asignacin de familia, traslado a un hogar o institucin educativa, asesoramiento, libertad vigilada, programas de enseanza, entre otros.
los derechos frente a las afectaciones o amenazas de estos cuando no puedan ser tuteladas
a nivel interno.
De modo que la tutela que otorga la judicatura internacional resulta ser complementaria y no subsidiaria, permitiendo dar contenido a la comprensin de los derechos de los
nios, como se trasluce en las SSTC Exps.
Ns 0187-2009 PHC/TC y 02892-2010 PHC/
TC.
Haciendo un repaso para nuestro anlisis,
acerca de la legislacin nacional e internacional sobre proteccin a los nios, nos encontramos con varios cuerpos normativos que
Abogada por la Pontificia Universidad Catlica del Per (PUCP). Participante en el Diplomado de Especializacin en Teora de
la Argumentacin e Interpretacin de los Derechos Fundamentales en el Centro de Estudios Constitucionales del Tribunal Constitucional peruano. Participante en el Curso Internacional de Especializacin Jurisdiccin, Derechos Humanos y Democracia. El
discurso transnacional de la justicia en la PUCP.
NASH ROJAS, Claudio. El Sistema Interamericano de Derechos Humanos en accin. Aciertos y desafos. Mxico, Porra, 2009,
pp. 110-113.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
225
Partiendo de que todas las personas tienen derechos, dentro de las cuales se encuentran los
nios, esto hace directa alusin a los derechos
humanos5. Asimismo, es necesario indicar que
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8
226
los nios tienen derechos con proteccin especial (como se refleja en la incorporacin a las
legislaciones bajo la nomenclatura del principio superior del nio) por su misma condicin,
sin olvidar que todos los derechos no son absolutos, porque estn sometidos a lmites6 que
rigen la armona y convivencia en la sociedad
que la reconoce.
Por su parte, como se seala en el Manual Autoformativo en Acceso a la Justicia y Derechos a la
Niez y Adolescencia de Centroamrica7, el que
las legislaciones internacionales incorporen el
principio de inters superior del nio y adolescente a sus legislaciones a partir de la Convencin del Nio, muestra que la condicin del nio
es de desigualdad social y de vulnerabilidad.
III. LOS DERECHOS DE LIBERTAD, INTEGRIDAD PERSONAL Y AL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD DE LOS
NIOS Y ADOLESCENTES DEL PER
El derecho a la libertad8 es un atributo inherente al ser humano por su sola condicin, que
se manifiesta en el albedro, pero sujeta a las
limitaciones legales por el Estado, para lograr
la convivencia.
En el Per, el Tribunal Constitucional ha desarrollado las caractersticas del ejercicio de
esta facultad a partir de la sentencia recada en
Haciendo un recuento cronolgico de los cuerpos normativos, para el caso peruano, podemos enunciar que la Convencin de los
Derechos de los Nios fue aprobada por Resolucin Legislativa N 25278, del 3 de agosto de 1990, por el Congreso del Per; el
primer Cdigo de los Nios y Adolescentes fue promulgado por el Decreto Ley N 26102, el 24 de diciembre de 1992; rigiendo en
la actualidad por la Ley N 27337, del 7 de agosto de 2000. Por otro lado, cabe resaltar que el Per tuvo el Cdigo de Menores,
que entr en vigencia el 1 de julio de 1962 hasta el 27 de julio de 1993, el cual tena una concepcin de los menores muy distinta
a la que se le tiene a partir del Cdigo del Nio y Adolescente. Por otro lado, resulta importante indicar que el primer instrumento
internacional relativo a la proteccin de los nios es la Declaracin de Ginebra de 1924, adoptada por la Unin Internacional para
la proteccin de la Infancia.
El 22 de agosto de 2002, la Corte Interamericana de Justicia emiti la Opinin Consultiva OC-17-2002, en la cual deja plasmada
su posicin sobre los derechos de los nios, con nfasis en la aplicacin de medidas especiales de proteccin a los menores, tomando en cuenta la doctrina de proteccin integral de los nios como parte el inters superior de estos.
INSTITUTO INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS. Manual Autoinformativo en acceso a la justicia y Derechos a la
Niez y Adolescencia en Centroamrica, pp. 14 y 15. En: <www.iidh.ed.cr>.
Concepto empleado a nivel internacional, surgido a partir de la segunda guerra mundial; podemos mencionar que a nivel nacional se emplea el concepto de derecho constitucional.
Lmites que se manifiestan en casos en concreto, pudindose sacrificar de uno de ellos por regir la ponderacin, la cual debe estar motivada, siguiendo a Alexy.
INSTITUTO INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS. Ob. cit., pp. 33-35.
Cdigo del Nio y Adolescente. Artculo 5.- El nio y el adolescente tienen derecho a la libertad. Ningn nio o adolescente ser
detenido o privado de su libertad. Se excluyen los casos de detencin por mandato judicial o de flagrante infraccin a la ley penal.
anlisis y crtica
personal y el desarrollo de la personalidad, deben ser tomados con restricciones y con cuidados especiales; porque son personas en formacin, para lo cual requieren de atencin y
afecto de sus padres para que se desarrollen.
La Constitucin del Per de 1993 no dispone
un derecho de proteccin especfica a los nios y los adolescentes, solo se hace mencin
al derecho y deber de los padres de alimentar,
educar y dar seguridad a sus hijos, recogido en
el artculo 6; que en armona con el artculo 1
y 2, numeral 24 en los literales b y h, se dispone el derecho al libre desarrollo y la libertad
personal y a la integridad como derechos de
todas las personas; por otro lado, con lo desarrollado en la Convencin de los Derechos de
los Nios, por ser parte del derecho nacional,
se denota la tutela los mismos derechos de manera especfica en razn al sujeto, evidenciando la bsqueda de su efectividad.
Como se puede apreciar, la legislacin busca
proteger a los menores en razn a su situacin
especial, la situacin de inferioridad frente a
los mayores y su desarrollo como personas,
puesto que estn expuestos a abusos y olvidos,
desde sus padres hasta la sociedad. Sin embargo, ello no significa que los menores no tengan deberes que cumplir, como parte de la correspondencia a los derechos que tienen todas
las personas.
El Cdigo de los Nios y Adolescentes, normativa nacional, precisa los deberes12 que deben cumplir los nios y adolescentes, en relacin con quienes los tienen a su cargo
9 GARCA TOMA, Vctor. Los derechos fundamentales en el Per. Lima, Jurista, 2008, p. 298.
10 Cdigo de los Nios y Adolescentes.
Artculo 4.- A su integridad personal.- El nio y el adolescente tienen derecho a que se respete su integridad moral, psquica y
fsica y a su libre desarrollo y bienestar. No podrn ser sometidos a tortura, ni a trato cruel o degradante. Se consideran formas
extremas que afectan su integridad personal, el trabajo forzado y la explotacin econmica, as como el reclutamiento forzado, la
prostitucin, la trata, la venta y el trfico de nios y adolescentes y todas las dems formas de explotacin.
11 Cdigo del Nio y Adolescente.
Artculo 5.- A la libertad.- El nio y el adolescente tienen derecho a la libertad. Ningn nio o adolescente ser reprimido o privado de su libertad. Se excluyen os casos de detencin por mandato judicial o del flagrante infraccin a la ley penal.
12 Cdigo de los Nios y Adolescentes.
Artculo 24.- Deberes.- Son deberes de los nios y adolescentes:
a) Respetar y obedecer a sus padres o los responsables de su cuidado, siempre que sus rdenes no lesionen sus derechos o
contravengan las leyes;
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
227
La legislacin busca
proteger a los menores en
razn a su situacin especial, la situacin de inferioridad frente a los mayores
y su desarrollo como personas, puesto que estn
expuestos a abusos y olvidos, desde sus padres hasta la sociedad. Sin embargo, ello no significa que los
menores no tengan deberes que cumplir, como parte de la correspondencia a
los derechos que tienen todas las personas.
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228
b) Estudiar satisfactoriamente;
c) Cuidar, en la medida de sus posibilidades, a sus ascendentes en sus enfermedades y ancianidad;
d) Prestar su colaboracin en el hogar, de acuerdo a su edad;
e) Respetar la propiedad pblica y privada;
f) Conservar el medio ambiente;
g) Cuidar su salud personal;
h) No consumir sustancias psicotrpicas;
i) Respetar las ideas y los derechos de los dems, as como las creencias religiosas distintas de las suyas; y
j) Respetar a la Patria, sus leyes, smbolos y hroes.
Cdigo de los Nios y Adolescentes
Artculo 74.- Deberes y derechos de los padres.- Son deberes y derechos de los padres que ejercen la Patria Potestad: () e)
Tenerlos en su compaa y recurrir a la autoridad si fuere necesario para recuperarlos.
Cdigo del Nio y Adolescente
Artculo 81.- Tenencia.- Cuando los padres estn separados de hecho, la tenencia de los nios y adolescentes se determina de
comn acuerdo entre ellos y tomando en cuenta el parecer del nio y adolescente. De no existir acuerdo o s este resulta perjudicial para los hijos, la tenencia resolver el juez especializado, dictando las medidas necesarias para su cumplimiento.
Ley N 29269, que modifica los artculos 81 y 84 del Cdigo de los Nios y Adolescentes, introduciendo la institucin de la tenencia compartida.
Cdigo del Nio y Adolescente
Artculo 88.- Las visitas.- Los padres que no ejerzan la patria potestad tienen derecho a visitar a sus hijos, para lo cual debern
acreditar con prueba suficiente el cumplimiento o la imposibilidad de cumplimiento de la obligacin alimentaria. Si alguno de los
padres hubiera fallecido, se encontrara fuera del lugar del domicilio o se desconociera su paradero, podrn solicitar el Rgimen
de Visitas los parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad de dicho padre.
De acuerdo con lo sealado en la Opinin Consultiva OC-17-2002, en sus prrafos 56 a 61, precisa que el inters superior del nio
es aquel que se funda en la dignidad humana, y que por su condicin requiere que se le efectivice (por ser dbiles, inmaduros o
inexpertos), permitiendo el ms amplio desarrollo de las potencialidades, promoviendo, protegiendo y preservando sus derechos.
anlisis y crtica
hijos interactuar con ella, afectando sus derechos a la integridad moral, psquica y fsica de sus menores hijos, a pesar que existe un
pronunciamiento judicial para que ella visite a
sus hijos, solo teniendo la tenencia de su hija
y no de su hijo.
En la motivacin de este fallo por el Tribunal
Constitucional considera que los derechos vulnerados no son solo los alegados en la demanda, sino los derechos a tener una familia y no
ser separados de ella y a crecer en un ambiente de afecto y seguridad moral y material, y
a la efectividad de las resoluciones judiciales,
en razn al inters superior del nio a la luz
de los instrumentos internacionales que tienen
como objetivo el desarrollo armonioso de la
personalidad y disfrute de los derechos de los
nios18.
Por otro lado, en la sentencia recada en el
Expediente N 02892-2010-PHC/TC, el Tribunal Constitucional resuelve el problema
planteado por Nora Rosario Heredia Muoz
en el que seala no haber cumplido el acuerdo mutuo de transaccin extrajudicial, el que
contena la tenencia y custodia de su hijo, por
lo que considera que se ha vulnerado la libertad individual, integridad personal y el derecho a tener una familia, a no ser separado de
ella, a crecer en un ambiente de afecto y de
seguridad moral, educacin y libre desarrollo
de su personalidad.
El Tribunal Constitucional motiv el fallo indicando que el proceso de hbeas corpus no
es la va para determinar a quin le corresponde la tenencia, sin que implique la falta de relevancia constitucional de la tenencia,
pero que en determinados casos la negativa de
uno de los padres de dejar de ver a sus hijos
Es un caso emblemtico porque muestra cules son los estndares internacionales relativos
a la privacin de la libertad de los nios, en relacin a los centros de reclusin los cuales tienen que afrontar situaciones como: el nmero
de internos, hacinamiento, insalubridad, falta
de infraestructura adecuada, etc.20.
Todos los Estados de derecho se encuentran
en la posicin de garantes de los derechos a
la vida y a la integridad personal, de todas las
personas que se encuentren recluidas, asimismo, en una sociedad democrtica pueden restringir otros derechos como la privacidad e
intimidad familiar, y no se pueden restringir
otros derechos como la libertad religiosa y el
debido proceso.
En el caso de tutelar los derechos de los nios,
existe una tutela especial orientada por el principio de inters superior del nio, que garantiza su supervivencia y su desarrollo (dado que
se encuentran dentro de una situacin especial dentro de su consideracin como personas
18 Parte del desarrollo de la fundamentacin se inicia en el fundamento jurdico 2, para lo cual se citan los artculos 25.2 de la
Declaracin Universal de Derechos Humanos, artculo 19 de la Convencin Americana de los Derechos Humanos y el artculo
3.1 de la Convencin sobre los Derechos del Nio.
19 Leer los fundamentos 3 y siguientes de la sentencia aludida. Resulta curioso que el tribunal cite como parte de sus fundamentos
el prembulo de la Convencin del Nio y lo dispuesto por el artculo 8 del Cdigo de los Nios y Adolescentes, puesto que forma parte de los objetivos de la Convencin y ya se encuentra comprendido en sus artculos.
20 Ntese que la mayora de los nios comprendidos como parte demandante se encontraban en la situacin de prisin preventiva.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
229
vulnerables)21, con mayor razn, si existen reglas mnimas en el caso de nios recluidos22.
Resulta imperante que los Estados deban comprender dentro de sus legislaciones medidas
sustitutorias a la prisin preventiva, es decir
evitar la recurrencia a los procedimientos judiciales (y de comprenderse tal recurrencia
disponer diversas medidas protectoras para el
desarrollo del menor), como podran ser la supervisin estricta, custodia permanente, asignacin de familia, traslado a un hogar o institucin educativa, asesoramiento, libertad
vigilada, programas de enseanza, etc.23.
Por otro lado, con la jurisprudencia emitida
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se establece medidas de restitucin,
con nfasis en el cumplimiento de las obligaciones internacionales a las que deben responder los Estados, cuando afecta derechos humanos y la adopcin de medidas necesarias para
que no repitan hechos lesivos, con la indemnizacin correspondiente a los sujetos afectados.
2. Caso de los Nios de la calle (Villagrn Morales y otros) vs. Guatemala
21 Caso Instituto de Reeducacin del Menor vs. Paraguay. A partir de lo descrito en el fundamento 161 de dicha sentencia, entindase por desarrollo: lo fsico, mental, espiritual, moral, psicolgico y social.
22 Reglas Mnimas de las Naciones Unidas para la Administracin de Justicia de Menores (Reglas de Beijing).
23 Parte de estas medidas estn desarrolladas en el fundamento 132 del caso Instituto de Reeducacin del Menor vs. Paraguay.
24 Ntese que muchas de las violaciones contra los nios de la calle fueron perpetuadas por policas nacionales y miembros de la
fuerzas de seguridad del Estado o policas privados.
25 La Corte Europea ha sealado la condicin de vctima de tratamiento inhumano y degradante de una madre como resultado de
la detencin y desaparicin de su hijo por autoridades, tal como lo seala el fundamento 176 de la sentencia del caso Nio de la
Calle (Villagrn Morales y otros) vs. Guatemala.
230
tendencias
de jurisprudencia civil
[L]a fuerza normativa de la Constitucin, su fuerza activa y pasiva, as como su fuerza regulatoria de relaciones jurdicas se proyecta tambin a las establecidas entre particulares, aspecto denominado como la eficacia inter privatos o eficacia frente a terceros de los derechos
fundamentales. En consecuencia, cualquier acto proveniente de una persona natural o persona jurdica de derecho privado, que pretende conculcar o desconocerlos, () resulta inexorablemente inconstitucional. Pero el efecto horizontal o inter privatos que detentan los derechos
fundamentales no solo se deriva del artculo 38 de la Constitucin, sino tambin del principio
dignidad (artculos 1 y 3 de la Constitucin), en cuanto el valor central de la persona impone
que sus derechos fundamentales proyecten tambin su efecto regulador al mbito de la sociedad y de la propia autonoma privada.
STC Exp. N 05215-2007-AA/TC, ff. jj. 9 y 10
Publicada en la pgina web del TC el 25/08/2009
En virtud del efecto inter privatos u horizontal de los derechos fundamentales, estos vinculan tambin las relaciones jurdicas que tienen lugar en el mbito del derecho de sociedades.
Desde tal perspectiva, los actos de los rganos de las sociedades comerciales como los de la
Junta General de Accionistas o de su Directorio, o incluso los de la Gerencia, no solo hallan
lmites en la Ley General de Sociedades o en las disposiciones estatutarias, sino tambin,
y de modo particularmente importante, en el conjunto de derechos fundamentales. De esto
se deriva, por ejemplo, que en toda limitacin o suspensin de los derechos del accionista,
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
231
efectuada por una sociedad annima, esta se halla vinculada por los derechos fundamentales
de la persona.
STC Exp. N 01938-2007-PA/TC, f. j. 10
Publicada en la pgina web del TC el 08/01/2010
232
CONSULTAS
Procede
CONSULTA
Respuesta:
El presente caso subyace la idea de la inejecutabilidad como presupuesto de la ineficacia sobrevenida de una sentencia que ha adquirido la calidad de cosa juzgada. Para el
juez que resuelve la apelacin la sentencia del
a quo devino en inejecutable en razn del acaecimiento de hechos posteriores a su fallo. Sin
embargo, para comprender la inejecutabilidad
1
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
233
Procede
CONSULTA
234
Javier Gonzlez tuvo un hijo con su exesposa Marina Fajardo, quien se encuentra ejerciendo la tenencia. Con motivo de un viaje al extranjero que
esta realiza, deja a su padre, Leopoldo, al cuidado de su menor hijo. Ante esto, el seor Gonzlez
interpuso una denuncia de secuestro y mediante
una intervencin policial irregular sustrajo al menor, a quien mantiene en su domicilio, sin dejarlo salir ni para ir al colegio, de tal forma que Marina no tenga ningn contacto con l. Esta piensa
en presentar un hbeas corpus a fin de recuperar
la tenencia de su hijo, al respecto nos consulta si
esta demanda prosperara.
Respuesta:
En principio, la va constitucional del hbeas corpus no es la adecuada para determinar la tenencia de un menor, ya que este
es un tema que le corresponde a la justicia
ordinaria.
Sin embargo, ello no implica que el hbeas
corpus no pueda operar en casos de negativa
por parte de uno de los padres de dejar ver a
sus hijos, pues tal conducta constituye un acto
violatorio del derecho del nio a tener una familia y a no ser separado de ella y a crecer en
un ambiente de afecto y de seguridad moral y
material.
Este derecho se encuentra implcito en el principio-derecho de la dignidad de la persona, en
el derecho a la vida, al libre desarrollo de la
personalidad, al bienestar, a la identidad y a la
integridad personal, como ya varias veces tiene dicho el Tribunal Constitucional.
Dentro de este derecho a tener una familia
queda comprendido, obviamente, el disfrute mutuo de la convivencia entre padres e
hijos, pues aun en caso de separacin o divorcio entre los padres, ello no debe afectar
la convivencia del nio tanto con el padre
como con la madre, a menos que esta relacin vaya en desmedro del inters superior
del menor.
Es preciso reparar en que la Convencin sobre los Derechos del Nio establece en su
artculo 9.3 que el nio que est separado de
uno o de ambos padres tiene derecho a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al inters superior del
nio.
Al ser as, la retencin del menor por parte
del padre, privndolo de tener contacto con
su madre constituye vulneracin de los derechos sealados, por lo cual el hbeas corpus
debe prosperar a fin de garantizar la efectiva
vigencia de los derechos del menor. Con ello,
el padre tendr que discutir la tenencia de su
hijo en la va ordinaria.
DOCTRINA CONSTITUCIONAL
doctrina
constitucional
La denominada Constitucin
Econmica, la intervencin
del Estado en la economa y la
actividad empresarial estatal
Jos Rodolfo NAUPARI WONG*
RESUMEN
El Tribunal Constitucional ha desarrollado, en algunas sentencias, los alcances del rgimen econmico establecido por nuestra Constitucin. A
propsito de ello, el autor realiza un estudio sobre el contenido de nuestra Constitucin econmica en especial lo concerniente a la intervencin
subsidiaria del Estado en la economa evaluando crticamente, a estos
efectos, lo resuelto por el Colegiado, y precisando que una intervencin
subsidiaria del Estado como empresario sera posible sin necesidad de reformas constitucionales.
Introduccin
El contexto en el que el Tribunal Constitucional emite dicha sentencia no pudo ser mejor
o, en todo caso, los hechos que se sucedieron despus. Efectivamente, durante el proceso electoral fundamentalmente respecto a los
dos candidatos que pasaron a la segunda eleccin se pudo apreciar con claridad, dentro de
la polarizacin existente, dos tendencias bastante definidas en torno a la posicin del Estado frente a la economa, especialmente en lo
relativo a su actividad empresarial.
Haba un sector que defenda, quizs, incluso, desde una interpretacin originalista y relativamente libertaria antes que liberal, el
modelo econmico vigente en nuestra Constitucin. Por otra parte, contbamos con un
Abogado por la Pontificia Universidad Catlica del Per (PUCP). Asistente de docencia del curso de Derecho Constitucional Econmico de la Maestra de Derecho Tributario de la PUCP y adjunto de docencia del curso de Derecho Administrativo 1 de la Facultad de Derecho de la misma casa de estudios.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
237
D octrina
En la STC Exp. N 0008-2003-AI/TC el Tribunal Constitucional tuvo ocasin de pronunciarse sobre los principios que rigen la intervencin del Estado en la Economa y que fue
denominado como Constitucin Econmica. Los principios que subyacen a esta, y sobre todo a la nocin de Economa Social de
Mercado, han sido complementados con la
STC Exp. N 00228-2009-PA/TC, por lo que
nos remitiremos a ambas resoluciones.
238
Como puede advertirse, mientras que la subsidiaridad vertical est referida a limitaciones de actuacin al interior del propio Estado entre los niveles de gobierno (nacional,
regional y local); la subsidiaridad horizontal
da cuenta de la limitacin de actuacin, injerencia o intromisin del Estado (que, desde luego, comprende tambin a todos sus
niveles de gobierno, incluyendo las municipalidades provinciales) respecto de los derechos y libertades fundamentales de los
individuos.
As, en el caso de la subsidiariedad vertical,
habra que analizar si realmente el gobierno
local o la empresa municipal, en efecto, podran tener un mayor conocimiento y por
ende, competencia respecto de las actividades econmicas y servicios pblicos que se
presten en una determinada localidad.
Con todo, no sera necesario ni admisible que el Estado se reservara el monopolio de la actividad (salvo en los lmites en los
cuales algunas reservas podran admitirse tambin a favor de una empresa privada), pero al contrario, en va de principio, debera estar listo a retirarse apenas pudiera ser desarrollada por empresas privadas. (SORACE, Domenico. Estado y servicios pblicos. Palestra, Lima, 2006, p. 72).
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
239
D octrina
240
Por ello, el siguiente paso consiste en determinar si existen otros mecanismos de intervencin del Estado que pueden ser utilizados en
un servicio pblico esencial distintos al de la
actividad empresarial. Esto implicara resolver la siguiente interrogante: cules son los
mecanismos o formas de intervencin del Estado en la economa?
En esa direccin, sin la intencin de establecer un listado taxativo y cerrado de las formas
de intervencin del Estado, podramos sealar
que existen las siguientes:
1. Actividad de polica.- Concebida clsicamente como el mecanismo a travs del
cual el Estado habilita el ejercicio de una
determinada actividad, bien a travs de
la remocin de las limitaciones al ejercicio de derechos preexistentes o mediante el otorgamiento de derechos subjetivos que permitan realizar actividades que,
en principio, se encuentran prohibidas3.
Sin embargo, cabe mencionar que existe
un sector en la doctrina que cuestiona el
Sobre la Economa Social de Mercado, en la STC Exp. N 0008-2003-AI/TC el Tribunal Constitucional sostuvo, entre otras cosas,
que:
La economa social de mercado es representativa de los valores constitucionales de la libertad y la justicia, y, por ende, es
compatible con los fundamentos axiolgicos y teleolgicos que inspiran a un Estado Social y Democrtico de Derecho. En
esta imperan los principios de libertad y promocin de la igualdad material dentro de un orden democrtico garantizado por
el Estado (fundamento jurdico 16).
Por su parte, en la STC Exp. N 0228-2009-AA/TC, el mximo rgano de control constitucional seal:
En esta lnea, la economa social de mercado se presenta como una tercera va, como un tertium genus, frente a los modelos econmicos del mero imperio del mercado o del puro direccionismo estatal, y que pone el acento en el estmulo de la
iniciativa privada y en el libre desenvolvimiento de los agentes econmicos con el objeto de producir riqueza y lograr el desarrollo del pas, pero que complementa dicho accionar con los objetivos sociales de promocin del bienestar general y de
igualacin material de las condiciones de vida tan necesarios en un Estado Social y Democrtico de Derecho (fundamento
jurdico 28).
Dicha posicin se condice con las afirmaciones realizadas por Jorge Lazarte Molina, que afirma:
As pues, la economa social de mercado es esencialmente una economa de mercado que recoge todos los principios y
mecanismos de organizacin econmica postulados por el capitalismo, pero que, adicionalmente, incorpora determinados
elementos necesarios para asegurar niveles mnimos de seguridad y bienestar social (LAZARTE MOLINA, Jorge. Libertad de empresa y servicio pblico. El concepto de servicio pblico en el Per. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas,
octubre de 2005, Lima, p. 37)
Dicha definicin guarda concordancia con las afirmaciones de Manuel Rebollo Puig, que sobre la base de lo dicho anteriormente
por Jordana de Pozas, sostiene:
(...) la actividad de polica se defina fundamentalmente por entraar imposicin administrativa de limitaciones, eventualmente coactivas, a los ciudadanos. Pero tradicionalmente la polica se caracterizaba tambin por su finalidad, que era el
mantenimiento del orden pblico, y hasta por una cierta singularidad en la persecucin de ese fin. (REBOLLO PUIG, Manuel. La polica administrativa y su singular adaptacin al principio de legalidad. En: El Derecho Administrativo en el umbral del siglo XXI. Homenaje al Profesor Dr. Ramn Martn Mateo. Tomo I, Tirant lo Blanch, Valencia, 2000, p. 1367).
As, este autor sostiene que la actividad de polica importa fundamentalmente un deber general de no perturbar el orden pblico
cuyo cumplimiento debe ser impuesto por el Estado. Es por ello que Rebollo afirma:
(...) aunque quiz su fundamento en el Derecho Natural no sea la nica justificacin, algo similar a ese deber general de
no perturbar el orden (incluyendo sus versiones modernas de no perjudicar la salud o la seguridad de los consumidores, de
no perjudicar el medio ambiente, de no perturbar el funcionamiento de los servicios esenciales para la comunidad (...) aunque no de colaborar positivamente en nada de ello) es posible que exista, que fluya del ordenamiento y que solucione y explique mejor que otras construcciones algunos aspectos que en la actualidad, sin tal presupuesto, resultan oscuros o mal
comprendidos.
(...)
Si no es el Derecho Natural, habr que decir que existe un principio general del Derecho en virtud del cual, incluso antes de
que se declare y concrete por normas, es ilcito poner en peligro la seguridad de los usuarios de la va pblica, la salud de
los consumidores o de los ciudadanos (...) y otros bienes esenciales a los que tradicionalmente se aluda como orden pblico y a los que todava, an con imprecisiones y dificultades y un cierto convencionalismo, podemos seguir llamando orden
pblico. (Ibdem, pp. 1387-1388)
En ese sentido, podra considerarse que lo que debe primar en la actividad de polica no es fundamentalmente mantener el orden pblico (que tendra que regirse por la aplicacin estricta del principio de legalidad); sino el velar porque se cumpla el deber
de no perturbar el mismo (que podra implicar, ante las innumerables posibilidades y riesgos a este deber, una flexibilizacin del
principio de legalidad, la cual no constituye en modo alguno su inaplicacin). Es por ello que el autor citado en este punto concluye en:
Es para hacer valer este deber, y no simplemente el mantener a toda costa y de cualquier forma el orden pblico, para lo que la
polica recibe extensas e incisivas potestades; y es por ello lo que las reduce drsticamente a solo concretar y hacer efectivo el
deber de no perturbar. Por eso es el que justifica que las potestades de polica, salvo expresa previsin legal, solo puedan dirigirse contra el perturbador y solo puedan imponerle lo imprescindible para que no perturbe. Explica tambin otros aspectos; entre
ellos, interesa detenerse en el carcter no indemnizable de gran parte de las limitaciones policiales y en la posibilidad de adoptar
medidas contra las actividades perturbadoras que cumplen formalmente todos los requisitos legales y reglamentarios. (Ibdem,
p. 1389).
As, por ejemplo, Juan Alfonso Santamara Pastor llega a afirmar:
En un rgimen poltico de esta naturaleza no hay, ni puede haber, un supuesto poder general de polica o capacidad indeterminada para limitar la libertad de los ciudadanos, sino solo un conjunto ms o menos amplio de potestades singulares de
intervencin, conferidas en cada caso por la ley. (SANTAMARA PASTOR, Juan Alfonso. Principios de Derecho Administrativo. Volumen II, segunda edicin, Centro de Estudios Ramn Areces, p. 260.)
Denominada tambin actividad de control, ha sido definida por Marta Franch I Saguer como:
La actividad de comprobacin realizada por un sujeto respecto a otro para conocer si la actividad del ltimo es conforme al
modelo impuesto por el ordenamiento jurdico. Esta figura jurdica supone una revisin de la actividad econmica realizada.
Por tanto, no es ms que un instrumento jurdico intermedio que comporta efectos jurdicos sancionadores o la aprobacin
de la actividad realizada. (FRANCH I SAGUER, Marta. Intervencin Administrativa sobre bancos y cajas de ahorros. Civitas, p. 108).
Por ello, la misma autora sostiene que la actividad de control presupone
(...) la atribucin de esta funcin a un rgano concreto y tambin la determinacin de las materias concretas de comprobacin. Estas dos precisiones vendrn fijadas por el ordenamiento jurdico. Los elementos de control: rgano que lo ejerce (sujeto), las materias sobre las que lo ejerce (objeto) y tipo o clase de control (medio) son de mucha importancia.
El rgano administrativo cuya funcin es la vigilancia, desarrolla un proceso jurdico que tiene dos fases: el juicio y la medida. (Ibdem, p. 108).
Trmino que ha surgido en contraste con el de regulacin social, que estara dirigida fundamentalmente a prevenir o corregir las
externalidades negativas que puedan producir determinadas actividades econmicas en materia de medio ambiente, por ejemplo.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
241
D octrina
242
As, se entiende que la regulacin econmica tiene por finalidad elevar la calidad de determinadas econmicas, procurando la
eficiencia del sector. Por ello, Aguar Valdez define la regulacin econmica como
(...) una actividad pblica de intervencin directa que establece restricciones a las decisiones empresariales en materia de
ingreso y salida del mercado, precios, cantidades y calidad de bienes y servicios; ordena las relaciones de las empresas entre s y, en definitiva, conforma total o parcialmente, el contenido de la actividad de intervencin. (AGUILAR VALDEZ, Oscar. Servicio Pblico, Polica y Fomento. Servicio Pblico, Polica y Fomento. Jornadas organizadas por la Universidad Austral. Facultad de Derecho, Ediciones RAP, p. 82.)
Aguilar Valdez, para quien la regulacin no es sino una de las manifestaciones del denominado poder de polica del Estado, la
regulacin (...) es una forma de intervencin pblica que restringe, influye o condiciona las actuaciones de los agentes econmicos y que obliga a que las empresas reguladas acten de manera distinta a como actuaran si tal regulacin no existiera. (...) Por
tal motivo, no cabe sino concluir que toda regulacin entendida en los trminos antes mencionados queda englobada dentro
del concepto de Poder de Polica (AGUILAR VALDEZ, Oscar. Servicio Pblico, Polica y Fomento. Ob. cit., p. 80.)
No obstante ello, distingue la potestad de polica y la actividad de reglamentacin en el hecho que la primera est ms relacionada a la reglamentacin de actividades. Por ello, afirma:
En funcin de esta distincin, y tomando una idea expuesta por Bustamante de diez aos atrs, puede decirse que cabe
distinguir entre lo que es una mera reglamentacin del ejercicio de los derechos para as poder hacer posible el funcionamiento del mercado. Las primeras son reglamentaciones mientras que las segundas, regulaciones. As, por ejemplo, el rgimen de defensa de la competencia o la reglamentacin del horario de transacciones bancarias seran reglamentaciones
orientadas a hacer posible el funcionamiento de los mercados; mientras que la regulacin de los precios mximos en la
venta de bienes y servicios seran regulaciones, en tanto estn orientadas a alterar el resultado del funcionamiento del
mercado. (Ibdem, p. 80).
La cita anterior nos lleva, entonces, a preguntar por qu el Estado quisiera alterar el funcionamiento del mercado, en vez de simplemente establecer un marco general o reglas de juego mnimas para su viabilidad. La respuesta la encontramos en las fallas
de mercado, las cuales, se ha entendido, pueden ser cuatro: economas de escala, los bienes pblicos, las externalidades (positivas y negativas) y la informacin imperfecta o asimtrica.
Las denominadas economas a escala se dan cuando debido a las particularidades de la estructura e infraestructura que requiere la produccin de bienes y servicios, resulta preferible que estos se produzcan por monopolios en vez de empresas en relacin
de competencia, siendo un ejemplo tpico el caso de los servicios de agua potable (que forma parte de los servicios de saneamiento). As, se produce el denominado monopolio natural.
Por su parte, los bienes pblicos son aquellos en los que el uso y disfrute por un solo individuo no disminuye el de otros ni tampoco uno puede excluir del uso o disfrute de dicho bien a terceros. Debido a que el costo de la prestacin del servicio o el mantenimiento del bien requiere ser redistribuido proporcionalmente entre todas las personas, pero por otra parte, nadie puede ser
excluido de su uso o disfrute, surge el problema de que pueden existir personas que se sientan incentivadas a no asumir su parte proporcional en el costo, a los que se les ha acostumbrado llamar free riders.
Las externalidades, por su parte, se generan cuando una actividad que es realizada por una persona o empresa afecta (positiva
o negativamente) a otras, pero esta primera no asume ningn beneficio u obligacin como consecuencia de ello.
Finalmente, la informacin imperfecta implica que los agentes de mercado no cuentan ni tienen disponible la informacin suficiente para realizar una determinada operacin en el mercado (que, por lo general, suelen ser los consumidores o usuarios de
los bienes y servicios ofertados); puesto que solo una de las partes cuenta con toda o la relevante y necesaria informacin disponible. As, la imperfeccin de la informacin que existe en el mercado se da porque esta es asimtrica.
No obstante, es preciso mencionar que la regulacin econmica no se circunscribe exclusivamente a los servicios pblicos ni viceversa. As lo ha entendido Aguilar Valdez, que afirma:
As, la nocin de regulacin econmica cumple el papel de un supraconcepto que, al igual que lo que ocurre en Europa
con la nocin de servicio de inters econmico general resulta comprensivo de varias realidades, una de ellas, la del servicio pblico al que no excluye ni niega. Como bien ha sealado Cassagne (...) El objeto de la regulacin econmica se circunscribe a las actividades vinculadas a la satisfaccin de necesidades cuyo rgimen de prestacin aparece regulado por el
derecho pblico. En unos casos, las necesidades son de primer orden, es decir, primordiales (servicios pblicos), mientras
que en las otras son meramente generales (actividades de inters pblico) (AGUILAR VALDEZ, Oscar. Servicio Pblico,
Polica y Fomento. Ob. cit., pp. 84-85).
Para Cavallo y Di Plinio, citados por Marta Franch, la actividad de fomento o incentivacin (...) tiene dos manifestaciones jurdicas: el otorgamiento de un nuevo poder jurdico y la donacin de un provecho concreto. La primera supone el consentir el ejercicio de una actividad econmica que estaba cerrada a los particulares. La segunda supone una ayuda econmica a la actividad,
al cumplir los requisitos legales exigidos por el programa de la ley, o alguna norma que la desarrolla, elegida con mayor o menor
discrecionalidad (FRANCH I SAGUER, Marta. Intervencin administrativa sobre bancos y cajas de ahorros. Civitas, p. 87).
Con relacin a los principios que rigen al Derecho Administrativo sancionador, el Tribunal Constitucional ha tenido ocasin de manifestar en el f. j. 4 de la STC Exp. N 2192-2004-AA/TC, lo siguiente:
Sobre esta base, este Tribunal, en el Expediente N 0010-2002-AI/TC, ha establecido que el principio de legalidad exige no
solo que por ley se establezcan los delitos, sino tambin que las conductas prohibidas estn claramente delimitadas por la
ley, prohibindose tanto la aplicacin por analoga, como tambin el uso de clusulas generales e indeterminadas en la tipificacin de las prohibiciones.
A partir de esta consideracin del principio de legalidad y sus implicancias en la estructuracin del Derecho Penal moderno,
este Tribunal tambin ha establecido, en el Expediente N 2050-2002-AA/TC, que: (...) que los principios de culpabilidad,
legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen principios bsicos del derecho sancionador, que no solo se aplican en el mbito
del Derecho Penal, sino tambin en el del Derecho Administrativo sancionador (...). (f. j. 8).
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
243
D octrina
a) El primero tiene que ver con el sentido horizontal del principio y est referido
a la relacin clsica entre sociedad y Estado, entre libertad y autoridad, entre iniciativa privada y poder impositivo del Estado.
b) El segundo est relacionado con la teora de las fuentes del Derecho objetivo, la
misma que supone la titularidad del poder
de normacin en el Estado-persona o bien
en entes dotados de soberana. Por tanto,
se entiende como la potestad que tienen los
entes legitimados y competentes para la
adopcin del acto de normar en forma autnoma y exclusiva, salvo en aquellos casos en los que el acto-fuente no logre, por
s solo, conseguir los efectos jurdicos deseados, situaciones en las cuales existe la
posibilidad de que la ley estatal intervenga.
Como puede apreciarse, en dicha oportunidad este Colegiado ya daba a entender que
la subsidiaridad no se agotaba en la actividad
empresarial directa del Estado, sino que tambin est referida al ejercicio de las potestades
normativa y reguladora del Estado.
Esto por tanto que, en la esfera de la subsidiaridad horizontal, es posible establecer dos
manifestaciones:
a) Aquella que implica una imposibilidad de
intervencin estatal en la economa. En
esta manifestacin, el Estado se encuentra
ante el dilema de intervenir o no intervenir. En ese sentido, la respuesta sera que
en aquellos sectores en los que el mercado pueda resolver, por s mismo sus problemas, el Estado debe abstenerse de intervenir o debe limitarse a establecer una
regulacin bsica propia de aquellos que
definen al Derecho como la regulacin de
conductas, tengan o no, naturaleza econmica, es decir, a configurar las reglas de
juego de dicho mercado y a garantizar que
los acuerdos que se realicen en dicho mercado sean respetados. En este punto conviene resaltar que cuando se hace referencia a este deber de abstencin del Estado,
se comprende tambin a los rganos jurisdiccionales (obviamente, entre ellos, el
Tribunal Constitucional), en el sentido de
que estos no pueden ni deben, por lo general, reemplazar en sus decisiones a los rganos internos de las empresas, independientemente de que estas sean pblicas o
privadas.
b) Aquella que, reconociendo la necesidad
de intervenir en la Economa, coloca al
Estado ya no ante el dilema intervengo
o no intervengo?, sino ante la interrogante: mediante qu mecanismo intervengo?
As, el Estado deber optar entre las opciones o formas de intervencin mencionadas
en el punto anterior10.
10 Ello se condice, en cierta manera, con lo sealado por el Tribunal Constitucional en la STC Exp. N 0008-2003-AI/TC, en la que seal:
Si bien el principio de subsidiariedad, al que debe atenerse el accionar del Estado, y el respeto al contenido esencial de las libertades econmicas, constituyen, bsicamente, lmites al poder estatal, la Constitucin reserva al Estado, respecto del mercado, una funcin supervisora y correctiva o reguladora. Ello, sin duda, es consecuencia de que, as como existe consenso en torno a las garantas que deben ser instauradas para reservar un mbito amplio de libertad para la actuacin de los individuos en el
mercado, existe tambin la certeza de que debe existir un Estado que, aunque subsidiario en la sustancia, mantenga su funcin
garantizadora y heterocompositiva.
244
El problema principal no consiste entonces en cuestionar el intervencionismo econmico del Estado, sino en determinar
hasta dnde debe llegar dicho intervencionismo. Cules son las actividades que el
Estado debe realizar, y cules debe dejar
en manos del sector privado? Hasta dnde debe regular y qu debe regular? Qu
mbitos deben abarcar sus facultades benefactoras y a quines deben alcanzar?11.
As pues, atendiendo a la definicin antes expuesta, podemos advertir la existencia de determinadas caractersticas que ostentan los
servicios pblicos:
a. Es una actividad administrativa de prestacin.- Lo que implica que el Estado debe
garantizar que dichos servicios sean efectivamente prestados, bien ejerciendo directamente la actividad, bien a travs de un
privado (a quien se le otorg la concesin
del servicio).
b. Es exclusiva.- Es decir, el Estado es el nico titular de la actividad que sea considerada como servicio pblico. Precisamente, dicha titularidad exclusiva y excluyente
que ejerce el Estado sobre los servicios pblicos es la que permite y legitima al Estado a otorgar derechos de explotacin sobre
los mismos a los privados.
c. Sometidos a un rgimen de Derecho Pblico.- Relacionado con la potestad normativa de la Administracin. En virtud precisamente al deber del Estado de garantizar
la prestacin de los servicios pblicos, se
prev un rgimen jurdico especial que regula la relacin tanto entre el Estado y el
titular del derecho a la gestin y explotacin del servicio (por ejemplo, a efectos
de ejercer una potestad de fiscalizacin y
sancin mayor; la que se ejercera a travs
de los organismos reguladores) como entre la entidad prestadora y los terceros (por
lo general, consumidores o usuarios, pero
tambin comprende a otros operadores en
el mercado que se encuentren en relacin
de competencia, en aquellos sectores donde ello fuese posible).
d. Es una actividad indispensable.- Elemento
que se ve reflejado no solamente en el alto
inters pblico por la prestacin del mismo; sino tambin por la vinculacin existente entre dichos servicios y el establecimiento de condiciones mnimas para el
ejercicio y vigencia de los derechos fundamentales y la necesariedad de dichos
servicios para que pueda desarrollarse una
Este Colegiado, en tal sentido, conviene con Pedro de Vega cuando puntualiza que el mercado no funcion nunca sin los correctivos y los apoyos del Estado, y que, ante la amenaza de conflictos sociales que el mercado no puede resolver ni soportar,
y ante el riesgo permanente del caos interno, nada tiene de particular que se haga imprescindible recurrir al Estado como instrumento de regulacin y control, por ser la nica instancia capaz de crear las condiciones para que el sistema econmico obtenga
la mnima lealtad de las masas (Neoliberalismo y Estado. Ob. cit., pp. 34-35) (f. j. 35).
11 LAZARTE MOLINA, Jorge. Libertad de empresa y servicio pblico. Ob. cit., p. 35.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
245
D octrina
12 Asimismo, cabe mencionar que este principio importa que el Estado, atendiendo a los adelantos tecnolgicos, deba procurar su
utilizacin para que la regulacin y especficamente la regulacin econmica que recae sobre los servicios pblicos; tienda a
promover la competencia en los sectores regulados, de forma tal que al dividir o segmentar las actividades que comprende un
servicio pblico (en el caso de electricidad, por ejemplo, podra distinguirse generacin, transporte, entre otros) se pueda fomentar la participacin concurrente de varios privados en un sector o segmento determinado.
As parece entenderlo Juan Carlos Cassagne, que menciona:
246
Por lo dems, hay diversos tipos de servicios pblicos as entendidos, pero los particularmente interesados por las reformas inducidas por el Derecho comunitario europeo
y de las cuales aqu nos ocupamos solamente de los servicios de disfrute individual y
de ellos solamente los servicios econmicos.
Por tanto no nos ocuparemos de los servicios
dirigidos a satisfacer intereses de la colectividad en su conjunto (pinsese, por ejemplo,
en la defensa militar o en la defensa civil)
sino solo de servicios dirigidos a satisfacer
especficos intereses de los miembros singulares de la colectividad, los cuales, en efecto,
los disfrutan individualmente.
La historia del servicio pblico tanto en los pases del continente europeo, especialmente en Francia, como en Hispanoamrica
(el caso argentino ha sido, por lejos, el ms tpico) demuestra que si bien la institucin ha subsistido, sobreviniendo a las distintas crisis que la acecharon, la tcnica que, en definitiva, configura su rgimen jurdico ha sido adaptndose a los sistemas y realidades prevalecientes en cada poca histrica.
(...)
As, desde la competencia imperfecta regulada en funcin de parmetros o modelos que rigen la gestin de empresas similares
en la economa local, regional o internacional hasta la segmentacin de los mercado (donde la competencia surge en un mbito
creado por el propio Estado), as como el libre acceso a las redes de transporte y la apertura a las redes de distribucin de grandes servicios pblicos, como son el gas y la electricidad, muchas son las tcnicas utilizadas que combinan la desregulacin con
el poder regulatorio, que pasa, fundamentalmente, a cumplir la funcin bsica de promover la competencia. (CASSAGNE, Juan
Carlos. Evolucin de los principios aplicables a los servicios pblicos y problemas actuales tras los procesos de privatizacin.
En: Revista de Administracin Pblica. N 157, enero-abril 2002, pp. 472- 473)
13 Constitucin Poltica del Per de 1993
Artculo 42.- Se reconocen los derechos de sindicacin y huelga de los servidores pblicos. No estn comprendidos los funcionarios del Estado con poder de decisin y los que desempean cargos de confianza o de direccin, as como los miembros de
las Fuerzas Armadas y de la Polica Nacional.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
247
D octrina
Por otro lado, entre los servicios de disfrute individual aqu nos interesan solo
los servicios econmicos o de inters econmico, es decir, aquellos suceptibles de
disfrute econmico, en el sentido de que
pueden ser producidos y distribuidos en el
mercado de forma que se pueda obtener
una utilidad y que, por tanto, pueden ser
objeto de una empresa. Se puede tambin
observar que se consideran ordinariamente
servicios econmicos los que estn dirigidos a satisfacer exigencias de los usuarios,
bajo el perfil cualitativo, suficientemente
homogneas y que, por tanto, pueden estar
constituidos por prestaciones sustancialmente estandarizadas y por tanto susceptibles de produccin con tcnicas industriales. Este aspecto permite distinguir buena
parte de los llamados servicios sociales, es
decir, aquellos que requieren preponderantemente de prestaciones adoptadas a especficas necesidades de las personas (llamados servicios a la persona)14.
Finalmente, consideramos oportuno mencionar que no es necesaria la denominada publicatio, consistente en la declaracin expresa
mediante una norma con rango de ley de una
determinada actividad econmica como servicio pblico, extrayendola de la esfera privada y reservando dicha titularidad al Estado. De
esa manera, bastar que una determinada actividad econmica ostente las caractersticas
antes mencionadas, para que le resulten aplicables los principios de la prestacin de los
servicios pblicos y, consecuentemente, el Estado cuente con la legitimidad para ejercer las
dems potestades o mecanismos de intervencin (regulatoria, fiscalizacin y sancin, fundamentalmente). Asimismo, ello permitir que
el Estado no intervenga injustificada ni desproporcionadamente en sectores o actividades
econmicas en los cuales no existan tales requisitos que rigen a los servicios pblicos.
Ahora bien, se podra ejercer un control constitucional de fondo de una norma con rango de
ley que declare que una determinada actividad
empresarial o econmica debe ser considerada como un servicio pblico? Particularmente
248
Solo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirecta, por razn de alto inters pblico o de manifiesta
conveniencia nacional.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
Cmo? Dotando de contenido dos conceptos jurdicos indeterminados: inters pblico y manifiesta conveniencia nacional, que
constituyen, precisamente, las dos causas habilitantes para el ejercicio de la actividad empresarial del Estado. Mientras dichas causales
subsistan y la demanda no sea plenamente cubierta por los operadores o las empresas privadas, el Estado podra considerar que se encuentra plenamente legitimado para realizar
actividad empresarial. Eso s, siempre que la
existencia de dichas causales se encuentre plenamente motivada y, desde luego, que no se
detenga la implementacin de medidas de fomento a la iniciativa privada, que ha sido uno
de los principales factores de crecimiento econmico en los ltimos aos. La cuestin es
promover un desarrollo econmico con inclusin y no, en procura de la inclusin, frenar el
desarrollo ahuyentando a la inversin privada,
esto es, conversar y redistribuir, no prohibir ni
exigir por mecanismos violentos prestaciones
o retiros de los agentes del mercado.
249
doctrina
constitucional
Los decretos de urgencia
de Alan Garca
De regreso a la legislacin por
decretos leyes?
Aldo BLUME ROCHA*
RESUMEN
Introduccin
Histricamente nuestro pas ha estado marcado por una fuerte tradicin presidencialista. Existe una concepcin muy extendida en
la poblacin segn la cual el Presidente de la
Repblica viene a ser una suerte de rey o
de padre para el cual no existen imposibles
y al cual se encuentran subordinadas el resto
de instituciones estatales. Este fenmeno se ha
visto potencializado en este ltimo gobierno
liderado por el presidente Alan Garca a travs
del ejercicio abusivo de las facultades presidenciales, como es el caso especficamente
de los decretos de urgencia.
Sin embargo, dicha concepcin no tiene cabida en el marco de un Estado Constitucional de
Derecho, cuyo diseo institucional se encuentra guiado por el principio democrtico de soberana popular y por el principio de separacin de poderes, reconocidos en los artculos
43 y 45 de la Constitucin. De acuerdo al primero de ellos, se entiende que el poder emana del pueblo y que aquel debe ser ejercido
en atencin a los intereses del pueblo con las
limitaciones y responsabilidades establecidas
en la Constitucin; y de acuerdo al segundo
de ellos, que el poder debe ser ejercido en el
marco de un sistema de pesos y contrapesos
en el cual existen distintas entidades estatales (Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder
Judicial, rganos Constitucionales Autnomos) con funciones especficas y con mbitos de competencia estrictamente delimitados.
Abogado por la Pontificia Universidad Catlica del Per. Profesor Adjunto de Derecho Procesal Constitucional de la Pontificia Universidad Catlica del Per. Miembro del Equipo Justicia Viva del Instituto de Defensa Legal.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
251
D octrina
precisar, en ese sentido, que el presente artculo constituye un avance de una investigacin de mayor alcance que el autor ha realizado en el marco del proyecto Justicia Viva del
Instituto de Defensa Legal.
El propsito del presente artculo es demostrar cmo es que durante del gobierno del Presidente Alan Garca se ha utilizado de manera
indiscriminada y abusiva la facultad excepcional con la que cuenta el Presidente de la Repblica para legislar a travs de los decretos
de urgencia. Dicha prctica inconstitucional se
evidencia tanto por el alto nmero de dispositivos emitidos como por las materias objeto
de estos, conforme se detallar a continuacin.
()
252
1. Definicin y caractersticas
EGUIGUREN PRAELI, Francisco. Los retos de una democracia insuficiente. CAJ, Lima, 1990, p. 211.
instrumentos legislativos que pueden ser utilizados de manera excepcional y subsidiaria por
el Poder Ejecutivo, es decir, nicamente cuando, dada la gravedad de la situacin, no es posible o resulta altamente inconveniente esperar la intervencin del Congreso.
Podemos decir que reciben la denominacin de reglamentos de necesidad y urgencia
aquellos que dicta el Poder Ejecutivo referidos a materias que segn como se encuentran repartidas las funciones de poder del Estado deben ser reguladas por la ley formal,
haciendo uso de una prerrogativa derivada de
poderes inherentes a l, para enfrentar situaciones cuya gravedad no permite remitir la
solucin al procedimiento ordinario previsto por la Constitucin2. Se trata de leyes en
sentido material, sancionadas por el Ejecutivo
a raz de un desplazamiento de la competencia legislativa provocado por situaciones de
excepcin3.
Como puede observarse, estas normas constitucionales le otorgan esta facultad legislativa
al Presidente de la Repblica bajo determinados parmetros, como lo son la circunscripcin a la materia econmica y financiera, y el
carcter extraordinario de este tipo de medidas. No obstante, al ser tales parmetros, en
buena cuenta, conceptos jurdicos indeterminados, se ha venido interpretando extensivamente esta facultad por parte del Presidente de
la Repblica y se le ha venido dando un uso
muy discrecional, el cual en muchas ocasiones
ha devenido en arbitrariedades.
Cabe precisar, por otra parte, que los decretos
de urgencia vienen a ser una clase de norma
que ostenta tanto rango como fuerza de ley.
La primera de tales caractersticas, el rango
2
3
4
5
ODDONNE, Guillermo A. Administracin y divisin de poderes. El caso de los decretos de necesidad y urgencia. Editorial B de F,
Buenos Aires, 1995, pp. 49-50.
dem.
Artculo 200.()
4. La Accin de Inconstitucionalidad, que procede contra las normas que tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales de carcter general y ordenanzas municipales que contravengan la Constitucin en la forma o en el fondo.
STC Exp. N 00005-2003-A/TC, f. j. 15.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
253
D octrina
6
7
254
y financiera. No obstante, al menos a nivel de derecho positivo, no existe tal definicin, por lo que resulta preciso construirla a partir de la interpretacin, la cual
deber ser realizada tanto con ayuda de la
jurisprudencia, especficamente la del Tribunal Constitucional, como de la doctrina
especializada.
8
9
10
11
12
13
De acuerdo a lo sealado por la Real Academia Espaola, la acepcin literal de materia econmica hace referencia a la administracin eficaz y razonable de los
bienes8. Tales bienes estaran referidos a
los bienes del Estado, pues estamos hablando de una facultad del Poder Ejecutivo. Mientras que, de acuerdo a la misma
fuente, la materia financiera es lo perteneciente o relativo a la Hacienda pblica, a
las cuestiones bancarias y burstiles o a los
grandes negocios mercantiles9. En tanto la
Constitucin habla de materia econmica
y financiera, ambos aspectos deben ser ledos de manera integrada.
Como puede observarse, al menos en principio, este parmetro presenta una especial
dificultad en tanto en ltima instancia todo
puede ser reconducido a la materia econmica y financiera, pues toda accin del Estado requiere de recursos para su implementacin. Sin embargo, dado el carcter
excepcional de los decretos de urgencia,
creemos que esta referencia a la materia
econmica y financiera debe ser entendida
de manera restrictiva, de modo tal que solamente se entiendan como constitucionales aquellos decretos de urgencia que tengan una relacin directa y esencial con la
materia econmica y financiera. No bastar, entonces, con que tal relacin se d de
manera general o tangencial.
Existe discrepancia en cuanto a si la materia econmica y financiera debe estar referida a la finalidad que se busca lograr con
el decreto en cuestin o al medio empleado para lograr dicho fin. A criterio del TC,
escapara a los criterios de razonabilidad
exigir que el tenor econmico sea tanto el
medio como el fin de la norma, pues en el
comn de los casos la adopcin de medidas econmicas no es sino la va que auspicia la consecucin de metas de otra ndole, fundamentalmente sociales12. En ese
sentido, si bien la finalidad puede no responder a materia econmica o financiera,
el medio empleado debe, de todas maneras, guardar una relacin directa y esencial
con la materia econmica y financiera.
b) Excepcionalidad e imprevisibilidad
Ver: <http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=economa>.
Ver: <http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=financiera>.
STC Exp. N00008-2003-AI/TC, f. j. 59.
dem.
dem.
dem.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
255
D octrina
sustancialmente comparte que en principio y con el razonable margen de discrecionalidad, es competencia de los rganos
polticos determinar cundo la situacin,
por consideraciones de extraordinaria y urgente necesidad, requiere el establecimiento de una norma (STC 29/1982, f. j. 3).
c) Necesidad
14 PREZ HUALDE, Alejandro. Decretos de Necesidad y Urgencia. Lmites y control en la doctrina, en la jurisprudencia y en la reforma constitucional. Depalma, Buenos Aires, 1995, p. 125.
15 LANDA, Csar. Facultades legislativas del Poder Ejecutivo. Documento en lnea, diciembre de 2006, ob. cit., p. 6.
16 STC Exp. N 00008-2003-AI/TC, f. j. 59.
17 SARTORI, Giovanni. Ingeniera constitucional comparada. Una investigacin de estructuras, incentivos y resultados. Fondo de
Cultura Econmica, Mxico D.F., 1994, p. 185.
18 SAGS, Nstor Pedro. Elementos del Derecho Constitucional. Tomo I. Astrea, Buenos Aires, 1993, p. 470.
256
d) Transitoriedad
Para Francisco Eguiguren, una de las consecuencias de la excepcionalidad de los decretos de urgencia es su temporalidad. As,
seala que por la naturaleza extraordinaria de estos decretos su vigencia debe ser
necesariamente temporal, justificada por la
situacin excepcional que motiva su dictado20. En ese sentido, los decretos no derogan leyes emitidas por el Parlamento, sino
que suspenden los efectos de estas leyes en
forma temporal, mientras dura el tiempo del
hecho habilitador. Se puede afirmar entonces que la naturaleza temporal o provisional de los decretos de urgencia obedece a
dos razones. La primera, a que las situaciones extraordinarias a las que responde son
coyunturales y pasajeras; y, la segunda, a
que la eventual continuidad de estas normas
queda sujeta a la decisin regulacin posterior del Parlamento21.
19
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21
22
23
24
Segn el TC23, el principio de generalidad de las leyes que, conforme se ha tenido oportunidad de precisar en el caso Colegio de Notarios de Lima (Exps. acums.
Ns 0001-2003-AI/TC y 0003-2003-AI/
TC, f. j. 6 y ss.), puede admitir excepciones, alcanza especial relevancia en el caso
de los decretos de urgencia, pues tal como
lo prescribe el inciso 19) del artculo 118
de la Constitucin, debe ser el inters
f) Conexidad
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
257
D octrina
No obstante, conforme veremos a continuacin, tal parece que esa no ha sido la forma en
la que el presente gobierno ha utilizado dicha
facultad. Por el contrario, tras haber observado
los ms de 357 decretos de urgencia expedidos
por la presente Administracin, hemos llegado a la conclusin de que el segundo mandato
del presidente Alan Garca se ha caracterizado
por hacer un uso constante e indiscriminado
de los decretos de urgencia, abarcando materias que van desde la regulacin de las escalas
salariales de los altos funcionarios del Estado
hasta la disposicin de excepciones en lo que
respecta a los lmites presupuestales.
Un primer dato que apunta en esta direccin
radica en el hecho del alto nmero de decretos
de urgencia expedidos. Hasta abril de 2011,
fecha de cierre de la presente investigacin, se
han publicado 357 decretos de urgencia (ver
cuadro N 2).
Como se puede observar en este cuadro, a
pesar de que la facultad legislativa solamente puede ser ejercida de manera excepcional
por el Poder Ejecutivo, este la ha ejercido de
tal manera que el nmero de normas legales
que emite se encuentra muy cercano a la produccin legislativa del propio Congreso de la
CUADRO N 1
REQUISITOS FORMALES
REQUISITOS SUSTANCIALES
CUADRO N 2
2006*
2007
2008
2009
2010
2011**
Total
21
51
52
125
89
16
357
Dec. Legislativos
22
105
142
Leyes
74
170
111
165
123
29
672
A partir del 1 de agosto de 2006, fecha en la cual ya se encuentra plenamente instalado el gobierno liderado por el presidente Alan Garca.
** Hasta el 30 de abril, fecha de cierre del presente informe.
258
Este criterio hace referencia a aquellos decretos de urgencia que, contraviniendo el carcter general y abstracto propio de una norma
con rango legal, conforme lo ordena artculo
103 de la Constitucin, se encuentran dirigidos a regular circunstancias especficas que
van desde la declaracin del Estado en torno a
determinado hecho hasta medidas destinadas a
satisfacer las demandas de determinados sectores en aras de dar trmino a conflictos sociales. En muchos casos, se trata de normas que
apuntan a priorizar determinados temas que
forman parte de la agenda del Gobierno, pero
que no ostentan un carcter extraordinario que
amerite su tratamiento va decreto de urgencia.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
Como ejemplo ilustrativo de este rubro, podemos citar el Decreto de Urgencia N 0142011, publicado el 10 de abril del presente ao, en virtud del cual se dictaron medidas
orientadas a complementar el financiamiento
del Proyecto Rehabilitacin, Remodelacin y
Equipamiento del Estadio Nacional. En este
caso, sin nimos de desmerecer la importancia que para los aficionados al ftbol tiene el
Estadio Nacional, somos de la opinin de que
se trata de una obra que bien pudo haber seguido el trmite ordinario para su implementacin, habida cuenta de la carencia en infraestructura de otros sectores de mayor relevancia
como salud y educacin.
b) Remuneraciones y contrataciones
Este rubro agrupa a aquellos decretos de urgencia a travs de los cuales se dispusieron
medidas en torno a escalas salariales y contrataciones de bienes y servicios por parte del
Estado. La regulacin de estas materias por
parte del Poder Ejecutivo, al menos en lo que
respecta a los salarios de los altos funcionarios del Estado, resulta altamente cuestionable por cuanto es una materia que corresponde a la carrera administrativa, cuyo desarrollo,
segn lo indica expresamente el artculo 40
de la Constitucin, corresponde ser realizado
mediante una ley dictada por el Congreso de
la Repblica. En efecto, al ser los salarios de
los funcionarios pblicos (en sentido genrico) montos que son cubiertos con los tributos
que pagamos todos los peruanos, corresponde
que su fijacin sea debatida y aprobada por los
representantes de los ciudadanos, en el marco
de una discusin sobre un adecuado diseo de
la carrera pblica que guarde un debido equilibrio entre los sueldos fijados y los servicios
prestados.
Como ejemplo ilustrativo de este rubro podemos citar el Decreto de Urgencia N 019-2006,
publicado el 1 de agosto de 2006, es decir, a
comienzos del gobierno del presidente Garca.
En virtud de este decreto, bajo el argumento
de sostener una poltica de austeridad en materia econmica, se estableci la compensacin mensual por el ejercicio de funciones del
Presidente de la Repblica, congresistas de la
259
D octrina
legales de nuestro ordenamiento jurdico, tanto en lo que respecta a otros decretos de urgencia como a leyes expedidas por el Congreso de la Repblica. Dado el carcter transitorio
que ostentan los decretos de urgencia, resulta
inadmisible su utilizacin para introducir tales modificaciones e inclusive derogar normas
de manera permanente. En tanto los decretos
de urgencia se encuentran orientados por naturaleza a conjurar una situacin de crisis, solamente deben permanecer vigentes en tanto
subsista dicha situacin de crisis. Por lo tanto,
no pueden ser utilizados para legislar con carcter de permanencia ni mucho menos para
enmendarle la plana al Congreso de la Repblica a travs de la modificacin o de la derogatoria de las leyes que expide.
Como ejemplo ilustrativo de este rubro, podemos citar el Decreto de Urgencia N 0612010, publicado el 5 de setiembre de 2010,
en virtud del cual se determinaron los alcances de la Ley N 29571, Cdigo de Proteccin
y Defensa del Consumidor, dejando sin efecto aquellas disposiciones del cdigo referidas
al endose de los pasajes areos y permitiendo
que las aerolneas continen con la imposicin
de restricciones con relacin a tales endoses.
Como puede observarse, este es un ejemplo de
cmo se utiliz un decreto de urgencia para
enmendarle la plana al Congreso de la Repblica. Dada la inconstitucionalidad de este decreto, el Tribunal Constitucional, a travs de
la STC Exp. N 00028-2010-PI/TC, publicada el 9 de abril de 2011, lo expuls del ordenamiento jurdico.
e) Transferencia de recursos a pliegos
presupuestales
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
En el mes de enero del presente ao, el Gobierno expidi los Decretos de Urgencia
N 001-2010 y N 002-2011, los cuales tenan
por objetivo exonerar a determinados proyectos de envergadura de la realizacin de estudios de impacto ambiental al momento de requerir las autorizaciones administrativas (ver
artculo 5.3.a del D.U. N 001-2011). A continuacin demostraremos que dichas normas
261
D octrina
son inconstitucionales por haber sido expedidas sin observarse los requisitos establecidos
en el artculo 118.19 de la Constitucin, en el
artculo 91 del Reglamento del Congreso de
la Repblica y en el fundamento 60 de la STC
Exp. N 0008-2003-AI/TC25.
El Gobierno no entiende que cualquier decreto
de urgencia que es expedido sin observar los requisitos establecidos tiene un vicio de nulidad,
por lo que deber ser cuestionado y eventualmente dejado sin efecto a travs de un proceso de inconstitucionalidad, o mediante control
difuso. El fundamento de ello est en el artculo 46 de la Constitucin. Segn esta norma
[n]adie debe obediencia a (...) quienes asumen
funciones pblicas en violacin de la Constitucin y de las leyes. Agrega la disposicin que
[s]on nulos los actos de quienes usurpan funciones pblicas. En otras palabras, el Poder
Ejecutivo no tiene funcin ni competencia para
expedir un decreto de urgencia, si no concurren
los requisitos y las condiciones que el propio
constituyente ha establecido.
Con relacin a este requisito, el TC ha establecido que el D.U. debe estar orientado a revertir situaciones extraordinarias e imprevisibles,
condiciones que deben ser evaluadas en atencin al caso concreto y cuya existencia, desde
luego, no depende de la voluntad de la norma
misma, sino de datos fcticos previos a su promulgacin y objetivamente identificables26.
El TC exige, entonces, una situacin de excepcionalidad objetiva, ms all de la voluntad del rgano poltico.
Definitivamente, estos requisitos no se cumplen. No estamos ante una situacin excepcional, extraordinaria, y menos imprevisible27,
sino ante el burdo intento del Gobierno por
apurar la ejecucin de determinados proyectos
que buscaran beneficiar de forma injustificada a un conjunto de empresarios; rompiendo
candados legales que tienen por finalidad evitar la corrupcin en la concesin de proyectos.
Como dice la editorial del diario El Comercio
(26/01/2011), estos decretos establecen un
absurdo y abusivo privilegio a favor de un determinado grupo de inversores, eximindolos
de cumplir con las obligaciones ambientales
normadas en nuestro pas y que son prctica
usual en el mbito global.
25 No se tratan de criterios aislados sino de una lnea jurisprudencial consolidad por el TC, pues estos han sido reiterados en la STC
Exp. N 0007-2009-PI/TC (ff. jj. 9 y 10), y en la STC Exp. N 0025-2008-PI/TC, (f. j. 6). Su carcter vinculante tiene su fundamento en el artculo VI del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Constitucional.
26 STC Exp. N 0008-2003-AI/TC, f. j. 60.a.
27 Ibdem, f. j. 61.a.
262
Conforme se indic lneas arriba, este es un requisito que si bien est presente en la doctrina y en alguna legislacin extranjera, tambin
puede brotar del propio texto de la Constitucin y del Reglamento del Congreso por va
interpretativa y lgica. Asimismo, es un requisito que se encuentra en estrecha vinculacin
con los requisitos de excepcionalidad e imprevisibilidad, haciendo referencia al hecho de
que el decreto de urgencia representa el ltimo
recurso disponible para hacer frente a la situacin que origina su expedicin, tras haberse
agotado todos los mecanismos ordinarios. En
el presente caso, hemos observado que existen
vas legales especficas para que los proyectos
de inversin sean autorizados e implementados. En ese sentido, los decretos de urgencia
cuestionados resultan inconstitucionales por
cuanto estn siendo empleados como mecanismo de exoneracin para que determinados
proyectos de inversin se desarrollen sin seguir los trmites legales pertinentes, no existiendo una circunstancia o situacin excepcional que justifique dicha exoneracin.
d) Transitoriedad
28 bdem., f. j. 60.b
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263
D octrina
general, consideramos que este requisito efectivamente s se cumple, pues los decretos de
urgencia materia de anlisis no aspiran a tener,
entonces, efectos permanentes.
e) Inters nacional
Habindose demostrado que no hay una situacin extraordinaria o excepcional que justifique la expedicin de estos decretos de urgencia, carece de sentido analizar este requisito,
pues no se puede hablar de una relacin de conexidad con una circunstancia urgente o excepcional que ni siquiera existe.
Finalmente, cabe apuntar que estos decretos de urgencia afectan derechos fundamentales que son lmites a la facultad legislativa
del Congreso. Se est violando el derecho a un
medio ambiente equilibrado y adecuado (artculo 2.22 de la Constitucin), pues las certificaciones ambientales ya no sern requeridas
al momento de solicitar las autorizaciones administrativas (artculo 5.3.a del D.U. N 0012011) si no antes del inicio de la ejecucin de
la obra.
Conclusiones
264
doctrina
constitucional
El constitucionalismo
de nuestro tiempo
Breves apuntes acerca del
(neo)constitucionalismo
Jim L. RAMREZ FIGUEROA*
RESUMEN
Uno de los tpicos ms interesantes y recurridos de la doctrina constitucional contempornea gira en torno al modelo de Estado Constitucional
y al denominado neoconstitucionalismo. En este trabajo el autor, acudiendo a la doctrina ms relevante, explica la transformacin del Estado
legal de Derecho al Estado Constitucional, as como los rasgos ms resaltantes que definen al constitucionalismo contemporneo.
INTRODUCCIN
Candidato a Magster en Derecho con mencin en Poltica Jurisdiccional en la Pontificia Universidad Catlica del Per.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
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D octrina
I. DEL ESTADO DE DERECHO AL ESTADO CONSTITUCIONAL
Con el devenir de los aos nuestras sociedades cambian de paradigmas, se dejan atrs los
logros que tanto costaron a la humanidad y se
abren las puertas a nuevos conceptos, a nuevos ideales, en fin, a novsimos paradigmas:
el Estado Constitucional es precisamente uno
de ellos.
El Estado Constitucional ha venido a despojar al Estado de Derecho del sitial que ha venido ocupando, pues, como algunos sostienen,
el Estado Constitucional vendra a ser la evolucin del Estado de Derecho; mientras que
para otros se trataran de paradigmas totalmente distintos.
Empero, no nos quedemos en divagaciones y
empecemos a desenredar la madeja.
Con la expresin Estado de Derecho dice
Ferrajoli1 se entienden, habitualmente, en el
uso corriente, dos cosas diferentes (...). En
sentido lato, dbil o formal, Estado de Derecho designa cualquier ordenamiento en el que
los poderes pblicos son conferidos por la ley
y ejercitados en las formas y con los procedimientos legalmente establecidos (...). En un
segundo sentido, fuerte o sustancial, Estado
de Derecho designa, en cambio, solo aquellos
ordenamientos en los que los poderes pblicos estn, adems sujetos a la ley (...), no solo
en lo relativo a las formas, sino tambin en los
contenidos. Es decir, son Estados de Derecho aquellos ordenamientos en los que todos los poderes, incluido el Legislativo, estn
vinculados al respeto de principios sustanciales, establecidos por las normas constitucionales, como la divisin de poderes.
Para Zagrebelsky2 el Estado de Derecho indica un valor y alude solo a una de las direcciones
1
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5
6
266
FERRAJOLI Luigi. Pasado y futuro del Estado de Derecho. En: Miguel Carbonell (editor). Neoconstitucionalismo(s). Trotta, Madrid, p. 21.
ZAGREBELSKY Gustavo. El derecho dctil. Ley, derechos, justicia. Traduccin de M. Gascn. Trotta, Madrid, 1995, p. 21.
dem.
Ibdem, p. 22.
Ibdem, p. 23.
dem.
7
8
9
10
dem.
dem.
AGUIL REGLA, Josep. Sobre el constitucionalismo y la resistencia constitucional. En: Doxa. N 26, Alicante, 2003, p. 291.
GASCN ABELLN, Marina y GARCA FIGUEROA, Alfonso. La argumentacin en el Derecho. Segunda edicin, Palestra, Lima,
2005, p. 19.
11 En este sentido: ZAGREBELSKY Gustavo. Ob. cit., p. 33.
12 FERRAJOLI, Luigi. Ob. cit., p. 18.
13 dem.
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268
de Derecho como el mismo positivismo jurdico, que alcanzan con l su frmula ltima y
ms desarrollada.
II. NOCIN DE (NEO)CONSTITUCIONALISMO
dem.
Ibdem, p. 19.
AGUIL, Josep. La Constitucin del Estado Constitucional. Palestra-Temis, Bogot, 2004, p. 6.
PRIETO SANCHS, Luis. Derechos fundamentales, neoconstitucionalismo y ponderacin judicial. Palestra, Lima, 2002, p. 118.
ATIENZA, Manuel. Argumentacin jurdica y Estado Constitucional. En: Anales de Jurisprudencia. N 261, 2003, pp. 1-2 (del documento PDF). En: <http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/anjuris/cont/261/pr/pr9.pdf> [Consulta: 11/01/2009].
FERRAJOLI, Luigi. Ob. cit., p. 19.
PRIETO SANCHS, Luis. El constitucionalismo de los derechos. En: Revista Espaola de Derecho Constitucional. Ao 24, N 71,
mayo-agosto, 2004, p. 47.
Vase FERRAJOLI, Luigi. Juspositivismo crtico y democracia constitucional. Lorenzo Crdova y Pedro Salazar (traductores).
En: Isonomia. N 16, abril, 2002, p. 7.
dem.
III. EL (NEO)CONSTITUCIONALISMO
COMO IDEOLOGA
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42 PRIETO SANCHS, Luis. Tribunal Constitucional y positivismo jurdico. Ob. cit., p. 174.
43 dem.
272
doctrina
constitucional
El bien comn poltico como
principio fundamental del Estado:
una breve mirada al ordenamiento
constitucional peruano
Csar Martn VINCES ARBUL*
RESUMEN
INTRODUCCIN
En el escenario de la filosofa poltica, el principio fundamental que rige toda actividad estatal es el bien comn poltico. En virtud de
este principio, el Estado se encuentra obligado a hacer todo aquello que conviene al bien
comn poltico y evitar todo lo que contradice a este. Se trata, en efecto, de un principio
poltico; sin embargo, sus consecuencias afectan directamente las decisiones que se adoptan tanto en el Derecho Constitucional como
en el Derecho Administrativo, dado que estas
ramas de la ciencia jurdica regulan la actividad del Estado.
Por ello es necesario conocer el contenido
de este principio, ya que, si bien es frecuente
*
1
Abogado por la Universidad Catlica Santo Toribio de Mogrovejo. Profesor de Derecho Administrativo en la misma casa de estudios.
El orden de la exposicin de las ideas acerca de la persona, la sociedad y el Estado, es meramente didctico. Siguiendo a Bidart, es
preciso dejar bien claro que hablar inicialmente del hombre, pasar a continuacin a la sociedad, y despus al Estado, es solamente
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273
D octrina
1. La persona humana
Segn la clsica definicin de Boecio, se entiende por persona aquella sustancia individual de naturaleza racional. Es decir, la persona es un individuo o ser singular caracterizado
por poseer una naturaleza racional, es decir,
espiritual2. Ello quiere decir que la persona,
adems de su dimensin material-corprea,
posee una dimensin espiritual, que es lo que
le proporciona el conocimiento racional o intelectual3. Ambas sustancias, la corprea y
la espiritual, conforman una nica entidad: la
persona humana.
En virtud de su naturaleza racional, la persona
es un ser del que se predican una serie de caractersticas, siendo necesario destacar algunas de
ellas. En primer lugar, la persona humana es entendida como un ser digno pues posee una eminencia ontolgica que se presenta en la superioridad de su ser. La dignidad humana, entonces,
es la excelencia del ser humano, mediante una
intensa participacin en el ms alto grado de
ser, que lo constituye como un ser dotado de
debitud y exigibilidad en relacin a s mismo y
en relacin a los dems hombres4 .
Por otro lado, la incomunicabilidad de la persona significa que esta no puede hacerse comn con los dems pese a mantener estrechas relaciones con ellos. En virtud de la
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274
un ordenamiento metodolgico, que est muy lejos de afirmar que primero existe el hombre solo, despus la sociedad formada
por los hombres agrupados, y finalmente el Estado como organizacin poltica de la convivencia. BIDART, Germn. Lecciones
elementales de Poltica (Sociedad, Estado y Derecho). Grijley, Lima, 2002, pp. 49 y 50.
Cf. HERVADA, Javier. Lecciones propeduticas de Filosofa del Derecho. Tercera edicin, Pamplona, Eunsa, Navarra, 2000,
pp. 433 y 434.
Ibdem, p. 437.
Ibdem, p. 453. En virtud de la dignidad, la persona humana comprende en su ser el orden del deber-ser, por lo que est dotada
de debitud. Es decir, existen cosas que, con relacin al ser de la persona, le son debidas en tanto que son un bien para ella. En
ese sentido, se afirma que la persona es un ser finalista, pues est en una constante tendencia hacia el bien, que en ocasiones
se torna conflictiva, pues por un lado significa tendencia hacia: y en este sentido implica un avance que puede hacer lograr la
consecucin de su fin propio. Pero por otro, significa tensin: sensacin constante de no acabamiento que le produce cierta insatisfaccin. SCARLATTA, Nstor Omar. Persona, sociedad poltica y bien comn poltico. [en lnea], Buenos Aires, p. 6. Disponible en: <http://www.enduc.org.ar/enduc4/trabajos/t081-c15.pdf> (ltimo acceso el 13/01/2011, 11:56 hrs).
HERVADA, Javier. Ob. cit., p. 443.
Es recordada la expresin de Aristteles: Quien es incapaz de vivir en sociedad o no tiene necesidad de ella porque se basta a
s mismo, tiene que ser un animal o un dios.
BIDART, Germn. Ob. cit., p. 52.
LEN XIII. Inmortale Dei. N 2. Citado en: IBEZ, Jos Miguel. Doctrina social de la Iglesia. Segunda edicin, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1990, p. 87.
RODRGUEZ LUO, ngel. tica. Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1982, p. 152.
idnticos est supeditada en cierta medida a la ayuda que se recibe y se presta a los
dems13.
2. La sociedad
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
275
D octrina
3. El Estado
16 Siguiendo a Barra, el Estado es una institucin natural por cuanto emana de la misma naturaleza del hombre, quien lo requiere
en orden a lograr su perfeccin, de la misma manera en que precisa de la alimentacin para la subsistencia. BARRA, Rodolfo.
Ob. cit., p. 47.
17 BIDART, Germn. Ob. cit., p. 55.
18 NARANJO, Vladimiro. Teora Constitucional e Instituciones Polticas. Temis, Bogot, 2000, p. 75.
19 Tales son los fines especficos que se pueden distinguir en la actividad estatal, aunque el fin supremo del Estado como se ver
ms adelante es el bien comn poltico. Cfr. GARCA TOMA, Vctor. Teora del Estado y Derecho Constitucional. Palestra, Lima,
2005. p. 196.
20 BARRA, Rodolfo. Ob. cit., pp. 46 y 47.
21 Ibdem, p. 47.
22 TALE, Camilo. Lecciones de Filosofa del Derecho. Alveroni, Crdoba, 1995, p. 246.
23 Cfr. SCARLATTA, Nstor Omar. Ob. cit., p. 5.
276
Sin embargo, no solo se denoetctera. Asimismo, existen biemina bien a aquello que, siennes exteriores o bienes tiles,
Es evidente que el
do ajeno a un ente, permite su
los
cuales sirven como medios
hombre y las diversas asoperfeccin. En efecto, bien
para los bienes intrnsecos del
ciaciones que conforma, resignifica perfeccin y perfectialma y del cuerpo. Entre estos
quieren asimilarse en una
vidad, porque todo aquello que
bienes exteriores estn las riorganizacin superior en la
hay en un ente y que lo perfecque puedan desplegar sus
quezas y el poder27.
ciona, es un bien de l, y tampotencialidades de modo
Un correcto entendimiento del
conjunto a fin de contar con
bin aquello que no hay en un
un medio ms adecuado
bien humano, permite conente, pero que es capaz de perpara el desarrollo de la vida
cluir que la persona solo alfeccionarlo, se denomina bien
personal y social.
canzar su perfeccin cuando
de ese ente24. Dicho de otro
logre poseer una sntesis ademodo, todo ente es bueno en
sentido ontolgico por el solo
cuada de cada una de las clahecho de existir (por ejemplo,
ses de bienes mencionados.
un hombre, un ave); sin embargo, dicha bondad Toda persona debe contar con bienes del cueres secundaria. Todo ente ser bueno plenamen- po, bienes del espritu y bienes tiles. No es
te cuando llegue al fin para el cual est natural- posible entender cada clase de bienes como
mente constituido25.
compartimentos estancos sin relaciones entre
Si se aplica el concepto de bien que ha sido s, sin vulnerar a la vez la esencia misma de la
expuesto a la realidad de la persona, del hom- persona, ser dotado de realidad corporal y de
bre, aparece la expresin bien humano para realidad espiritual.
Conviene recordar, en este plano, que la persona humana es un ser dotado de alma y cuerpo, por lo tanto alcanzar su perfeccionamiento
cuando desarrolle ambas dimensiones de su ser.
De esta manera, los bienes propios del hombre
son bienes del cuerpo y bienes del espritu26,
encontrndose dentro de los primeros la salud, la belleza, la seguridad, y dentro de los segundos, las ciencias, las virtudes, las tcnicas,
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naturaleza no puede ser alcanzado ni se agota perteneciendo a un solo individuo, sino que
es obtenido y compartido por todos o parte de
los integrantes de un grupo30. Esta precisin
permite comprender las caractersticas de todo
bien comn: es comn porque pertenece a
los miembros de ese grupo y porque se busca en comn, pero es particular porque alcanza nicamente a ellos y a los intereses de ese
grupo; y es parcial porque satisface solamente una o algunas necesidades del hombre, y no
todas31.
De este modo, el bien comn puede definirse como aquel conjunto de condiciones de diversa ndole que permiten el perfeccionamiento de ms de una persona, como miembro de
una comunidad determinada32. En consecuencia, hay un bien comn para cada grupo humano que tiene una finalidad. Cuantas veces
se agrupan los hombres con miras a un fin, hay
un bien comn consistente en este mismo fin,
querido y perseguido en comn, as como en
todos los medios ordenados a l33.
De lo expuesto se comprende que la expresin bien comn no se refiere a un conjunto de condiciones que satisfaga todas las necesidades que se presentan en la vida humana;
el bien comn de cada agrupacin es una realidad imperfecta, en la medida en que cada
agrupacin social es tambin imperfecta. Si
bien en cualquier sociedad la persona humana encuentra posible su existencia, no alcanza
la satisfaccin de la mayora de sus necesidades en ellas y, por lo tanto, tampoco la suficiencia de vida34.
30
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33
34
SANTIAGO, Alfonso. Bien comn y Derecho Constitucional. baco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires, 2002, p. 94.
BIDART, Germn. Ob. cit., p. 88.
Cfr. TALE, Camilo. Ob. cit., p. 248.
Ibdem, p. 249.
Por ejemplo, una asociacin cultural tendr como fin y, por tanto, como bien comn, afianzar la sabidura y la ciencia de un determinado grupo humano. Sin embargo, esa es su finalidad suprema, en ella agota todo su actuar; no toma en cuenta las dems
necesidades de las personas que la constituyen, por ejemplo, la salud, la seguridad, el esparcimiento, de todos y cada uno de
sus integrantes.
35 BARRA, Rodolfo. Ob. cit., p. 47.
36 Juan XXIII. Mater et Magistra [en lnea]. N 65, 1961. Disponible en: <http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/encyclicals/documents/hf_j-xxiii_enc_15051961_mater_sp.html> (ltimo acceso: 02/02/2011, 10:08 hrs). En similar sentido, en la Constitucin
Pastoral Gaudium et Spes, se expone que el bien comn abarca el conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfeccin. BARRA, Rodolfo. Ob. cit., p. 71.
278
el normal y pleno desarrollo de la persona humana y de los grupos que integran la sociedad poltica, y que han de ser creadas por y
para todos y cada uno de sus integrantes, bajo
el lcido y limitado gobierno de la autoridad
pblica37.
El bien comn poltico actualmente presenta
un notorio fundamento antropolgico38. Dado
que la persona es el centro de la sociedad y del
Estado, el fin de este no puede soslayar dicha
realidad; por el contrario, deber tener siempre presente como columna vertebral la dignidad de la persona humana. En ese sentido,
el bien comn poltico comprende todos aquellos bienes particulares que conducen a la satisfaccin de la mayor parte de las necesidades
de la convivencia de los hombres, tanto espirituales como materiales.
La realidad del bien comn poltico se presenta
palmariamente dinmica, pues comprende todo
aquello que los hombres y las asociaciones intermedias buscan incesantemente. Es decir, no
es un producto terminado integrado por la suma
de bienes particulares, ni mucho menos se reduce al bienestar general de carcter econmico
y utilitario39. En virtud de ello, el bien comn
poltico muestra tres facetas o dimensiones:
En primer lugar, se trata de un bien que se
logra mediante el esfuerzo y participacin
conjunta de los integrantes de la comunidad
poltica bajo el gobierno y direccin de la autoridad pblica40. Por ello, el logro del bien
comn poltico, aunque sea el fin de la organizacin poltica, exige tambin la responsabilidad personal y social del hombre.
En segundo lugar, es un bien de la comunidad en cuanto tal (), pertenece y perfecciona
37
38
39
40
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45
En este sentido, la labor del Estado no responde a un objetivo limitado; el fin del
Estado beneficia en comn a todos los
hombres que se colocan bajo su poder (y
el poder existe para tal fin), a diferencia
de los fines inferiores, el de las comunidades menores, que solamente benefician a
los miembros de esa determinada agrupacin45. El fin del Estado, entonces, no se
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
279
D octrina
280
e) Es fundante y necesario. La vida en comunidad poltica conduce de modo insoslayable al bien comn poltico. La actividad
poltica y jurdica del Estado destinada a regular las relaciones sociales tiene como fin
alcanzar el bien comn poltico. En efecto,
solo all donde se tiene en cuenta siempre y
en todo el bien comn estamos en la genuina poltica, de acuerdo con el sentido principal y originario de esta palabra52.
f) Responde a un carcter espontneo y, a la
vez, arquitectnico. El bien comn poltico es a la vez fruto de la espontaneidad y
dem.
BIDART, Germn. Ob. cit., p. 189.
dem.
Ibdem, p. 191.
Cfr. SANTIAGO, Alfonso. Ob. cit., p. 51-62.
BIDART, Germn. Ob. cit., pp. 191 y 192.
TALE, Camilo. Ob. cit., p. 271. En la misma lnea Juan Pablo II, en su Discurso a la XXXIV Asamblea General de la ONU realizada el 2 de octubre de 1979, afirm que todo ser humano que habita nuestro planeta es miembro de una sociedad civil ().
En este contexto, se comprende que el Estado est llamado a moldear y canalizar las
conductas de las personas y grupos sociales, sin llegar a la represin o al uso de la
fuerza excesiva59. Para lograrlo debe recurrir al ordenamiento jurdico, de tal forma
que las normas que dicta plasmen los deberes y derechos de las personas y grupos
sociales en la sociedad, a fin de que la vida
coexistencial se enrumbe hacia el bien comn poltico.
En esta relacin encuentra su razn de ser toda la actividad poltica, nacional e internacional, la cual en ltima instancia procede del hombre, se ejerce mediante el hombre y es para el hombre (). En realidad, la razn de ser de toda poltica es el servicio al hombre, es la asuncin, llena de solicitud y responsabilidad, de los problemas y tareas esenciales de su existencia terrena,
en su dimensin y alcance social, de la cual depende a la vez el bien de cada hombre. JUAN PABLO II. Juan Pablo II y el orden
social. Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1981, p. 55.
SANTIAGO, Alfonso. Ob. cit., pp. 115 y 116.
El carcter subsidiario del bien comn se expresa en dos dimensiones: a) en lo vertical, respetando las competencias objetivas;
b) en lo horizontal, determinando comportamientos individuales que, aun considerados buenos si los abstraemos del cuerpo social, solo merecen tal calificacin en la vida social por comparacin con el bien comn. Pero esta dimensin horizontal tambin
determina la conducta del Estado, ya que el bien comn solo ser tal si se distribuye, si objetivamente sirve al bien de cada uno,
de cada parte del todo. BARRA, Rodolfo. Ob. cit., p. 74.
El principio de subsidiariedad en su vertiente estatal se refiere a las relaciones entre el individuo y el Estado. En este orden, el
principio contempla, no una cuestin organizativa sino sustancial: cul ha de ser el grado de intervencin y protagonismo del Estado en la vida econmica y social de un pas, y cul debe ser el mbito de libre actuacin de los ciudadanos y los grupos sociales intermedios. ARIO, Gaspar. Principios de Derecho Pblico Econmico. ARA, Lima, 2004, p. 158.
BARRA, Rodolfo. Ob. cit., p. 75.
SANTIAGO, Alfonso. Ob. cit., p. 120.
Juan XXIII. Ob. cit., p. 56.
Como ha sealado Bidart, en esta promocin del bien comn pblico, la actividad del Estado no ha de asfixiar, sofocar ni suplantar a la libertad y la iniciativa de los particulares. El bien comn es ayuda, coordinacin, estmulo, direccin, cooperacin (),
porque si el Estado existe para remediar la insuficiencia y la limitacin de los individuos, ha de intervenir solamente cuando hace
falta: no para reemplazar ni marginar a los hombres, sino para suplir la escasez de sus recursos y de su actividad. BIDART, Germn. Ob. cit., p. 193.
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Aristteles61. Ello quiere decir que el bien comn polti[E]l bien comn polco es aquello que en ltimo
tico es el principio fundatrmino se pretende alcanzar
mental del actuar del Estaa travs de la compleja intedo, en la medida que toda
raccin que supone el ser y la
actividad pblica deber
actuacin estatal62. Todas las
fundamentarse en el logro
actividades que realiza el Esde aquel para llegar a ser
h) Es perfectible y gradual.
legtima.
tado, por muy variadas que
Debido a que el bien cosean, tienen como fin ltimo
mn poltico tiende a la sael logro del bien comn de la
tisfaccin de todas aquellas
sociedad que le da vida. Ms
necesidades de las personas que quedaron an, la misma existencia de la autoridad polinsatisfechas en las organizaciones socia- tica, o sea el hecho de que unos hombres tenles inferiores (familias, asociaciones, clu- gan dominio, no solo fctico, sino deontolgibes, universidades, etc.), es una realidad co, sobre las acciones de otros, para sealarle
que nunca se alcanza plenamente: siempre conductas obligatorias y conductas prohibise puede aspirar a mejores condiciones de das, se fundamenta en el bien comn63.
la vida social, a una mayor cantidad y calidad de los bienes puestos a disposicin de De este modo, queda claro que el principio
primordial de la filosofa poltica es el que
las personas60.
manda hacer lo que conviene al bien comn
y abstenerse de cuanto lo perjudique64, de
IV. EL BIEN COMN POLTICO COMO
PRINCIPIO FUNDAMENTAL DEL ACtal forma que el bien comn poltico, en tanto
TUAR DEL ESTADO
principio bsico del Estado, se erige como un
El bien comn poltico no es una realidad abs- lmite para la actuacin de este, y en tanto ltracta, desprovista de consecuencias prcticas mite se desglosa en tres subprincipios: en prien el actuar cotidiano del Estado. En efecto, el mer lugar, es deber del Estado realizar todo lo
Estado existe para servir a las personas y a las que conduce al bien comn poltico; en segunasociaciones intermedias, con el objeto princi- do lugar, el Estado no debe hacer lo contrario
pal de ayudar a estas a satisfacer aquellas nece- al bien comn poltico; y, por ltimo, el Estasidades que solas no pueden lograr. El conjunto do debe abstenerse de actuar cuando no aparede condiciones que permiten la satisfaccin de ce comprometido el bien comn poltico.
dichas necesidades que quedaron insatisfechas
Por lo tanto, el Estado tiene un mandado poen las organizaciones inferiores es el bien cositivo, otro negativo y un ltimo de abstenmn poltico. Por lo tanto, existe una ntima recin, con relacin al bien comn poltico65, de
lacin entre este y la accin estatal.
modo que fuera de esos lmites su actividad
Desde la antigedad ha quedado claro que el ser ilegtima y arbitraria, ya que se lesionara
bien comn poltico o bien de la comunidad el derecho humano a la privacidad, el legtimo
es la causa final del Estado, como expres derecho de todo hombre a no ser molestado
El Estado acta en ella,
pero de un modo restringido; es artfice en el logro
del bien comn, pero no
opaca el principal protagonismo de las personas y los
grupos sociales.
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los poderes pblicos debern tener como fundamento alcanzar ese conjunto de condiciones materiales e inmateriales que permiten el
perfeccionamiento de los ciudadanos. Si se
obviara este principio fundamental, se quebrantara el orden existencial de la realidad
poltica y, por lo tanto, las decisiones pblicas no tendran la capacidad de vincular a los
gobernados.
V. EL BIEN COMN POLTICO COMO
PRINCIPIO FUNDAMENTAL DEL ESTADO EN LA CONSTITUCIN POLTICA PERUANA
Luego de haber expuesto las nociones fundamentales del bien comn poltico como principio fundamental que ilumina la actuacin estatal, corresponde analizar brevemente qu es lo
que dice nuestra Constitucin Poltica vigente
sobre el tema en cuestin69.
En primer lugar, debe resaltarse que no existe en nuestra Constitucin una manifestacin
taxativa del bien comn poltico como principio o fin del Estado peruano. La expresin
bien comn aparece solo una vez en el texto constitucional, en el artculo 70, para referir uno de los lmites al ejercicio del derecho
de propiedad70; sin embargo, ello no es bice
para reconocer su presencia, al menos implcita, como principio del actuar del Estado.
El primer paso en esta labor se encuentra en el
artculo 1 del texto constitucional que enuncia:
La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. La primaca de la persona humana deja en claro que el Estado existe
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GACETA CONSTITUCIONAL N 42
283
D octrina
71 CHANAM, Ral. Comentarios a la Constitucin. Cuarta edicin, Jurista, Lima, 2009, p. 103.
72 SANTIAGO, Alfonso. Ob. cit., p. 146.
73 STC Exp. N 00048-2004-PI/TC, del 1 de abril de 2005, f. j. 13.
284
74 Por ejemplo, las SSTC Exp. Ns 0008-2003-AI/TC, del 11 de noviembre de 2003; 0048-2004-PI/TC, del 1 de abril de 2005; 00343004-AI/TC, del 15 de febrero de 2005; y, 0042-2004-AI/TC, del 13 de abril de 2005.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
285
PRCTICA CONSTITUCIONAL
Informe prctico
Actualidad jurisprudencial
prctica constitucional
Informe PRCTICO
Avances en la proteccin
del medio ambiente en la Comisin
y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos
Valentn Antonio BARTRA ABENSUR*
RESUMEN
INTRODUCCIN
*
**
ambiente, que es el soporte de la vida y la salud de las personas. Los daos al entorno de
vida se dan en zonas rurales particularmente
vulnerables, pero tambin llega a las ciudades
y centros urbanos.
El Sistema Interamericano ha sido cauto en tocar estos temas, ya que el Protocolo Adicional de San Salvador, si bien reconoce el derecho al medio ambiente sano en su artculo 11,
por otro lado, en su artculo 19.6 limita la
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
369
P rctica constitucional
El medio ambiente es el mbito donde se desarrolla la vida. Est constituido por un conjunto de condiciones fsicas y qumicas que
guardan un equilibrio entre s. Estas condiciones se alteran por causas naturales y los seres
humanos debemos tomar medidas de adaptacin. Tambin pueden ser alteradas o afectadas por las propias acciones o conductas humanas que en el proceso de desarrollo social y
tecnolgico as como la satisfaccin de necesidades, que incluyen diversas actividades cotidianas de produccin, consumo y transporte,
vierten directamente al medio ambiente emisiones de gases, efluentes, as como residuos
slidos, txicos y contaminantes. Elementos
todos que afectan y degradan el aire, suelo y
agua indispensables para la vida. La naturaleza por si misma tiene una capacidad de absorcin y resiliencia para contrarrestar los efectos
de la contaminacin y residuos producto de las
actividades humanas; su recuperacin ha sido
as por milenios. Sin embargo, desde la Revolucin Industrial, las actividades humanas,
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370
Carta de la Organizacin de Estado Americanos (OEA), artculo 106; Estatuto de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), artculo 1; Convencin Americana sobre Derechos Humanos, artculos 4, 5, 7, 19 y 25.
10 Referido a los derechos sindicales.
11 Referido al derecho a la educacin.
12 Constitucin Poltica del Per, artculo 2, inciso 22. La Constitucin de los EE.UU. no contiene esta proteccin de manera explcita.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
371
P rctica constitucional
alternativas y mtodos de bajo impacto ambiental que son viables econmica y socialmente. El desarrollo sustentable es un modelo que concilia el cuidado del medio ambiente
con el progreso material y el respeto de los derechos fundamentales. Los Estados partes deben estar cuidadosamente vigilados para que
cumplan con los convenios y tratados de proteccin del medio ambiente, ya que su vulneracin tiene un impacto negativo que limita
el ejercicio de los derechos protegidos por la
CA, la cual ha sido adoptada por los Estados
en ejercicio de su soberana.
Es comn que los peticionarios sean organizaciones no gubernamentales, por los elevados costos y recursos para acceder a la CIDH.
Sin embargo, no es inusual que los individuos
presenten peticiones relacionadas con la violacin de sus derechos subjetivos, en las que aspectos conectados con el medio ambiente o la
explotacin de los recursos naturales guarden
relacin directa17.
IV. CRITERIOS DE ADMISIBILIDAD
El artculo 46 de la CA establece los criterios bsicos que sern tomados en cuenta por
la CIDH al momento de recepcionar una peticin sobre la violacin de los derechos protegidos por la CA. El Reglamento de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (el
Reglamento)18, en su artculo 27 deja en claro
que la CIDH tomar en consideracin las peticiones sobre presuntas violaciones segn los
requisitos y condiciones que establece el artculo 28 del citado Reglamento. Un elemento
central se refiere al agotamiento de los recursos internos19.
13 ALEXY, Robert. Teora de los derechos fundamentales. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1997, p. 161.
14 En el caso Mossville vs. EE.UU., Informe N 43/10, la CIDH decidi la admisin del caso por violaciones a la Declaracin Americana.
15 Personas con la salud debilitada o la integridad afectada, as como con vas de comunicacin destruidas, difcilmente, podrn
ejercer a plenitud sus derechos civiles y polticos.
16 Megaproyectos que requieren la inundacin de reas rurales o zonas boscosas, lo que trae como resultado la expulsin y el desplazamiento de las comunidades, adems del dao ambiental permanente.
17 Peticin N 12.108. Marcel Claude Reyes y otros vs. Chile, del 10 de octubre de 2003.
18 El Reglamento de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) entr en vigencia desde el 1 enero de 2010.
19 Reglamento de la CIDH, artculo 31.
372
A fin de que los Estados resuelvan las violaciones de los derechos fundamentales antes de
enfrentar un proceso internacional el Sistema
Interamericano exige como requisito para admitir una peticin el acreditar el agotamiento
de los recursos internos. Aunque ante el retardo injustificado, con una perspectiva pro homine, se aplica excepciones20.
En la Peticin N 504/03, Comunidad de San
Mateo de Huanchor y sus miembros contra el
Per21, los peticionarios interpusieron los recursos existentes en la va administrativa y judicial, pero estos devinieron en ineficaces22
para lograr proteccin jurdica ante la vulneracin de los derechos fundamentales de la comunidad por la contaminacin de los relaves
txicos. Igualmente, en el caso La Oroya23, la
CIDH aplic el artculo 46.2.c de la CA por la
demora injustificada24 al determinar la admisibilidad del caso.
En el caso Reyes25, la CIDH determin que
los recursos internos que aleg el Estado26 no
eran adecuados y eficaces para proteger la situacin jurdica infringida27. En efecto, el agotamiento de los recursos internos no fue posible por la falta de su acceso (por la falta o
denegacin de acceso al recurso interno):
[E]ste remedio nunca podra ser considerado como efectivo, ya que no se encuentra al
alcance de cualquier persona, as como tampoco est garantizada su aplicacin de manera
imparcial, requisito indispensable para que el
recurso sea eficaz. () De cualquier manera,
los peticionarios han cumplido con la exigencia genrica de la norma de presentar una carta a la agencia del Estado involucrada, y an
as su derecho de acceso a la informacin fue
denegado. Teniendo en cuenta esta situacin,
la Comisin concluye que el recurso administrativo de reposicin no constituye un recurso
adecuado y efectivo y que, por lo tanto, los peticionarios estn exentos de agotarlo28.
2. Plazo de presentacin
El Reglamento establece como plazo para formular la peticin hasta los seis meses desde la
notificacin de la decisin que agota la va interna29. Esta prescripcin no se aplica en los
casos en los que la CIDH aplique las excepciones del artculo 46.2 de la CA. La CIDH
determinar si la peticin se ha presentado en
un plazo razonable, tomando en cuenta la fecha en que ocurri la presunta violacin de los
derechos y las circunstancias de cada caso.
3. Violacin de los derechos protegidos
en las convenciones adoptadas por el
Estado distintas a la CA
20 El artculo 46.2.c de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos establece que: haya retardo injustificado en la decisin
[sobre los recursos internos].
21 Informe N 69/04. Comunidad de San Mateo de Huanchor y sus miembros, del 15 octubre de 2004.
22 Ibdem, prrafo 63.
23 Informe N 76/09. Comunidad de La Oroya, del 5 de agosto de 2009.
24 Ibdem, prrafo 68.
25 Informe N 60/03. Marcel Claude Reyes, Sebastin Cox Urrejola y Arturo Longton Guerrero del 10 octubre de 2003, prrafo 52.
26 El recurso de fiscalizacin y el recurso administrativo de reposicin.
27 Cfr. Informe N 60/03. Marcel Claude Reyes, Sebastin Cox Urrejola y Arturo Longton Guerrero del 10 octubre de 2003,
prrafo 51.
28 Artculo 46.2 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos. Excepciones.
29 Artculo 32 del Reglamento de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos.
30 Informe N 43/10. Mossville Environmental Action Now. Estados Unidos, del 17 de marzo de 2010.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
373
P rctica constitucional
374
Ibdem, prrafo 2.
Ver caso San Mateo Huanchor, prrafos 8 al 13.
Cfr. Informe N 69/04. Comunidad de San Mateo de Huanchor y sus miembros, del 15 octubre de 2004, prrafo 12.
Ibdem, prrafo 12.
Cfr. artculo 25.9 del Reglamento de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos.
Cfr. Informe N 69/04. Comunidad de San Mateo de Huanchor y sus miembros, del 15 octubre de 2004, prrafo 8.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
375
P rctica constitucional
41 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Claude Reyes y otros vs. Chile. Fondo, reparaciones y costas, sentencia del
19 de setiembre de 2006, prrafo 3.
42 Ibdem, prrafo 14.
43 Caso San Mateo de Huanchor, La Oroya (Per) y Mosseville (EE.UU.).
44 Artculo 2 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos.
45 Voto razonado del juez Sergio Garca Ramrez para la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
el caso Claude Reyes y otros vs. Chile, del 19 de setiembre de 2006, prrafo 3.
376
prctica constitucional
actualidad constitucional
RESUMEN
INTRODUCCIN
mundo no cuentan con la infraestructura necesaria para que las personas con discapacidad
puedan desarrollarse plenamente o acceder a
los espacios ms bsicos (transportes, informacin, etc.).
Al ser las personas con discapacidad la minora ms numerosa en el mundo, se ha visto la imperiosa necesidad de implementar una
convencin que las proteja, en ese contexto
se cre la Convencin sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad (en adelante, la Convencin), instrumento que fue la
reaccin de la comunidad internacional ante
el largo historial de discriminacin, exclusin y deshumanizacin de las personas con
discapacidad.
Miembro del Taller de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
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P rctica constitucional
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PALACIOS, Agustina. El modelo social de discapacidad: orgenes, caracterizacin y plasmacin en la Convencin Internacional
sobre los derechos de las Personas con Discapacidad. Cinca, Madrid, 2008, pp. 37-66.
Ibdem, pp. 66-101.
las personas con discapacidad pueden aportar a la sociedad en igual medida que el resto
de personas sin discapacidad, pero siempre
desde la valoracin y el respeto de la diferencia3. Por lo tanto, el problema deja de estar en
las personas con discapacidad y pasa a estar
en la sociedad que no cuenta con los servicios
apropiados para cubrir sus necesidades y poder aportar a la sociedad.
La Convencin sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad no realiza una definicin acerca de lo que se puede entender por
discapacidad. Sin embargo, seala lo que debemos entender por personas con discapacidad, aseverando que se aplica a todas aquellas
personas con deciencias fsicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al
enfrentarse a diversas actitudes negativas u
obstculos fsicos, pueden ver dicultada su
plena participacin en la sociedad4.
En consecuencia, podemos aseverar que la
Convencin adopta el modelo denominado social o de derechos humanos y es precisamente
este modelo el que debe adoptar las legislaciones nacionales.
Como podemos observar, el concepto de discapacidad est en evolucin, por lo tanto,
mientras este sea positivo, las legislaciones
deben ir incorporando esos nuevos criterios.
II. MARCO LEGISLATIVO
1. Marco legal internacional
3
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Ibdem, p. 26.
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. De la exclusin a la igualdad, hacia el pleno
ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad. 2007, p. 15.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
379
P rctica constitucional
sin precedentes de pases demostraron su compromiso de respetar los derechos de las personas con discapacidad suscribiendo la Convencin y el Protocolo Facultativo cuando se
abrieron a la rma en marzo de 2007.
Las Naciones Unidas siempre han tratado de
mejorar la situacin de las personas con discapacidad y hacer ms fciles sus vidas. El inters de las Naciones Unidas por el bienestar
y los derechos de las personas con discapacidad tiene sus orgenes en sus principios fundacionales, que estn basados en los derechos
humanos, las libertades fundamentales y la
igualdad de todos los seres humanos. Ello lo
podemos ver plasmados en los diferentes instrumentos que ha creado con el fin de proteger
a las personas con discapacidad.
Los tratados aprobados con anterioridad, no
haban abordado de manera amplia la proteccin de los derechos de las personas con
discapacidad.
Como podemos observar los principales textos internacionales contienen, en general,
planteamientos especficos en relacin con los
derechos de las personas con discapacidad, sealan deberes por parte de los Estados y la sociedad para con ellos, y buscan generar condiciones de integracin social y de superacin
de cualquier forma de discriminacin.
2. Marco legal nacional5
La Constitucin Poltica, en su artculo 76, dispone que la persona con discapacidad tiene
derecho al respeto de su dignidad y a un rgimen legal de proteccin, atencin, readaptacin y seguridad social.
En virtud a dicho reconocimiento, en 1999
se promulg la Ley N 27050, Ley General
de la Persona con Discapacidad, la cual cre
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380
Es preciso mencionar que existen otras normas que de manera sectorizada tratan sobre los derechos de las personas con discapacidad.
Todos tienen derecho a la proteccin de su salud, a la del medio familiar y de la comunidad, as como el deber de contribuir a
su proteccin y defensa. La persona incapacitada para velar por si misma a causa de una deficiencia mental tiene el derecho al
respeto de su dignidad y a un rgimen legal de proteccin, atencin, readaptacin y seguridad.
En adelante, la Ley.
En adelante, el Proyecto de Ley.
igualdad de oportunidades de
las personas con discapacidad;
f) la accesibilidad; g) la igualdad entre el hombre y la mujer
con discapacidad; h) el respeto a la evolucin de las facultades de los nios y las nias
con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad; i) el respeto del derecho
de las personas con discapacidad a ser consultadas antes
de la adopcin de normas legislativas y administrativas,
polticas y programas del Estado relacionados con ellas;
j) el desarrollo progresivo de
los derechos de las personas
con discapacidad.
Debemos sealar que la Ley N 27050 reconoce la igualdad entre las personas y la no discriminacin9 hacia las personas con discapacidad, as como los derechos a la salud y al
trabajo en igualdad de condiciones; y, el derecho de accesibilidad10; sin embargo, no define estos derechos; contrariamente a ello, el
Proyecto de Ley realiza todas las definiciones
(casi todas las definiciones son tomadas de lo
sealado en la Convencin).
El Proyecto de Ley incorpora los derechos civiles y polticos de las personas. As, enumera
los derechos que le corresponden a las personas con discapacidad (obviamente, estos son
los mismos derechos que tienen todas las personas), en el sentido que deben ser aplicados
en las mismas condiciones que a las personas
que se encuentran en situacin de igualdad.
As tambin, reconoce el derecho de las personas con discapacidad a una vida independiente, es decir, reconoce su capacidad jurdica.
El inciso 2) del artculo 2 de la Constitucin Poltica del Per consagra el derecho a la igualdad ante la ley y prohbe todo tipo de
discriminacin por razn de origen, raza, sexo, idioma, religin, opinin, condicin econmica o de cualquiera otra ndole.
10 Proyecto de Ley N 4707
Artculo 14.- Todas las personas con discapacidad tienen derecho a acceder, en igualdad de condiciones con las dems, al entorno fsico, los medios de transporte, los servicios, la informacin y las comunicaciones, los cuales deben cumplir con los requisitos necesarios para poder ser utilizados por estas personas de la forma ms autnoma y segura posible.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
381
P rctica constitucional
su implementacin. No vamos a lograr un verdadero desarrollo del pas si no se presta atencin a los derechos de todas las personas.
Para que los derechos reconocidos en el Proyecto de Ley se hagan efectivos se debe concientizar a la sociedad acerca de la importancia del respeto y el trato igualitario que deben
recibir las personas con discapacidad, ya que
estas merecen el mismo respeto que las dems.
Solo reputndolas y reconociendo sus derechos se va a lograr una sociedad ms justa e
inclusiva, en la que todos tengamos las mismas oportunidades. Recordemos que discapacidad no es sinnimo de incapacidad. As, el
que una persona haya sufrido una disminucin
de sus facultades no significa que est impedida de realizar sus actividades, ello siempre
va a ser posible en la medida en que nosotros,
las personas normales, lo permitamos.
11 Informe sobre el cumplimiento de la Convencin sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Contribucin del Congreso de la Repblica del Per. Informe del Congreso de la Repblica del Per. Cumplimiento de la Convencin sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Lima, 2010, p. 12.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
383
prctica constitucional
actualidad constitucional
Derecho de consulta
a los pueblos indgenas
A propsito del Decreto Supremo
N 023-2011-EM, entiende el
sector minero-energtico el verdadero
espritu de este derecho?
Yessica Gloria MOLINA SOTOMAYOR*
RESUMEN
INTRODUCCIN
Egresada de la Facultad de Derecho y Ciencia Poltica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Miembro fundadora del Taller de Derecho Ambiental de la misma casa de estudios.
GACETA CONSTITUCIONAL N 42
385
P rctica constitucional
Sabemos que muchos de los conflictos sociales surgieron precisamente por la contraposicin de intereses, por un lado, una determinada comunidad y, por otro, la industria
minero-energtica. Las diferentes causas de
estos conflictos comparten un comn denominador que puede traducirse, bsicamente, en
la falta del dilogo adecuado entre los actores:
sociedad-Estado-empresa.
As, se seala que: [E]xiste un nmero bastante considerable de lotes de hidrocarburos en la
Amazona superpuestos a tierras de comunidades nativas, reservas indgenas a favor de aislados o en contacto inicial, reas protegidas de
uso directo, reas urbanas y de expansin urbana, concesiones forestales maderables y no maderables, predios rurales y otros derechos previamente establecidos ()1.
Con el presente artculo intentaremos examinar el Reglamento del Procedimiento para la
aplicacin del derecho de consulta a los pueblos indgenas para las actividades minero-energticas (en adelante, el Reglamento),
aprobado mediante D.S. N 023-2011-EM, de
fecha 11 de mayo de 2011. De este modo, iniciaremos el presente trabajo exponiendo sucintamente el comportamiento de la actividad
minero-energtica en el Per en los ltimos
aos, a fin de considerar el significado de esta;
seguidamente, sealaremos los antecedentes
del Reglamento en mencin, luego, pasaremos
a comentar su contenido y, finalmente, expondremos nuestras conclusiones.
I. ESCENARIO DE LA ACTIVIDAD MINERO-ENERGTICA EN EL PER
386
En un inicio, la Asociacin Intertnica de Desarrollo de la Selva (Aidesep) present una demanda de cumplimiento contra el Ministerio
de Energa y Minas para que cumpla con adecuar sus normas, reglamentos y directivas al
texto del Convenio 169 de la OIT, en temas de
derecho a la consulta, tierras, territorios y recursos naturales.
Posteriormente, el Tribunal Constitucional al
conocer el proceso, mediante la sentencia de
fecha 30 de junio de 2010, recada en el Exp.
DOUROJEANNI, Marc, BARANDARIN, Alberto y DOUROJEANNI, Diego. Amazona peruana en el 2021: Explotacin de recursos naturales e infraestructuras. Qu est pasando? Qu es lo que significa para el futuro? Lima, 2009, p. 101.
Ver estadstica: Indicadores Macroeconmicos en el Per en el portal web del Ministerio de Energa y Minas. Consultado el 8 de
junio de 2011. <http://www.minem.gob.pe/descripcion.php?idSector=1&idTitular=2041&idMenu=sub151&idCateg=618>.
Fuente: Cuadros Estadsticos del BCRP. Consultado el 11 de junio de 2011. <http://www.bcrp.gob.pe/docs/Estadisticas/CuadrosEstadisticos/2011/Cuadros-Estadisticos-22-2011.pdf>.
A excepcin del molibdeno, el hierro y el tungsteno, que presentaron en el 2010 un incremento porcentual de 37.95, 36.75 y 13%,
respectivamente.
Fuente: Cuadros estadsticos del BCRP, loc. cit.
N 05427-2009-PC/TC y en calidad de precedente vinculante, declar fundada la demanda en el extremo que constituye un deber por
parte de la demandada, el reglamentar el derecho a la consulta de los pueblos indgenas reconocido en el Convenio 169 de la OIT. En
cuanto a la pretensin de la recurrente de obligar a la demandada a adecuar sus reglamentos
y directivas al Convenio en mencin, esta fue
desestimada.
En consecuencia, el Alto Colegiado orden
al Ministerio de Energa y Minas, emitir un
reglamento especial que desarrolle el derecho a la consulta de los pueblos indgenas,
conforme a los principios y reglas establecidos en los artculos 6.1, 6.2 y 15.2 del Convenio 169 de la OIT y al fundamento 60 de
dicha sentencia.
Asimismo, el Tribunal Constitucional exhort
al Congreso a aprobar la Ley del derecho a la
consulta previa a los pueblos indgenas u originarios reconocido en el Convenio 169 de la
Organizacin Internacional del Trabajo que,
en ese entonces, haba sido observada por el
Ejecutivo (mediante Oficio N 142-2010-DP/
SCM del 21/06/2010).
Respecto a la Ley del derecho a la consulta, el
Congreso de la Repblica ha realizado las siguientes acciones: el 12 de julio de 2010, la Comisin de Constitucin y Reglamento (CCR)
aprob, por unanimidad, mediante dictamen de
ley, insistir en el texto de la autgrafa de la Ley
del derecho a la consulta previa a los pueblos
indgenas u originarios, aprobada el pasado 19
de mayo de 2010. Por otro lado, la Comisin de
Pueblos Andinos, Amaznicos y Afroperuanos,
Ambiente y Ecologa (Cpaaae), con fecha 6 de
agosto de 2010, aprob, con mayora, el allanamiento a las observaciones realizadas por el
Ejecutivo6. A la fecha, ha transcurrido casi un
ao, quedando en manos del Congreso, ya saliente, realizar el debate del Pleno a fin de concluir con la aprobacin de la Ley del derecho
a la consulta, lo cual esperamos que se realice
6
El Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indgenas y tribales en pases independientes, norma con rango constitucional (vigente desde el
02/02/1995) que constituye un instrumento relevante y reiteradas veces revisado en el tratamiento de la consulta previa a pueblos indgenas, prescribe literalmente:
Artculo 6
1. Al aplicar las disposiciones del presente
Convenio, los gobiernos debern:
a) consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en
particular a travs de sus instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente;
()
2. Las consultas llevadas a cabo en aplicacin de este Convenio debern efectuarse
de buena fe y de una manera apropiada a
las circunstancias, con la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas.
Artculo 15
()
2. En caso de que pertenezca al Estado la
propiedad de los minerales o de los recursos
del subsuelo, o tenga derechos sobre otros
recursos existentes en las tierras, los gobiernos debern establecer o mantener procedimientos con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los
intereses de esos pueblos seran perjudicados, y en qu medida, antes de emprender
o autorizar cualquier programa de prospeccin o explotacin de los recursos existentes en sus tierras. Los pueblos interesados
debern participar siempre que sea posible
Proceso de implementacin del derecho a la consulta en el Per. Los avances en el Congreso de la Repblica. Informe DAR.
Lima, marzo de 2011, pp. 7 y 8.
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P rctica constitucional
en los beneficios que reporten tales actividades, y percibir una indemnizacin equitativa por cualquier dao que puedan sufrir
como resultado de esas actividades7.
En ese sentido, el Decreto Supremo N 0232011-EM, que aprueba el Reglamento especial de consulta a los pueblos indgenas para
las actividades minero-energticas, se emite
en razn del incumplimiento previo del Sector, pues no haba adecuado su normatividad
conforme a lo regulado por el Convenio 169
de la Organizacin Internacional del Trabajo
(OIT) antes citado.
III. LA APROBACIN DEL REGLAMENTO
DIFCIL TAREA PARA EL SECTOR?
El Reglamento del procedimiento para la aplicacin del derecho de consulta a los pueblos
indgenas para las actividades minero-energticas (en adelante, el Reglamento), fue aprobado mediante Decreto Supremo N 023-2011EM, publicado el 12 de mayo de 2011 en el
diario oficial El Peruano. Dicho Reglamento contiene tres (3) ttulos, dos (2) captulos,
tres (3) subcaptulos, veintisiete (27) artculos, cuatro (4) disposiciones complementarias
y dos (2) disposiciones transitorias.
Para bien, el Sector ha identificado y delimitado el conjunto de instituciones estatales responsables de realizar el procedimiento
de consulta a los pueblos indgenas, conformada, en primer trmino, por el Ministerio
de Energa y Minas (MEM), rgano rector
de la poltica minero-energtica, Perupetro
S.A., Ingemmet, Ipen, Osinergmin y los gobiernos regionales, a travs de las Direcciones Regionales de Energa y Minas (MEM.
Nota de prensa N 198-11, del 12 de mayo de
2011); sin embargo, se atribuye tambin a las
entidades antes mencionadas supervisar los
procesos de consulta, lo cual genera desconfianza, ya que una verdadera fiscalizacin requiere de una visin externa. Existe una propuesta que seala qu institucin podra estar
7
8
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Numeral 1 del artculo 6 y numeral 2 del artculo 15 del Convenio 169 de la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT).
Pronunciamiento pblico Reglamento de MINEM desnaturaliza derecho a la consulta (25/05/2011), realizado por las organizaciones indgenas, el Grupo de Pueblos Indgenas de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y diversas organizaciones
de la sociedad civil. En: <http://www.dar.org.pe/>.
La interculturalidad es un proceso de interrelacin que parte de la reflexin del reconocimiento de la diversidad y del respeto de
las diferencias. No se trata de reconocer las diferencias, descubrir o tolerar al otro, reconocer las identidades culturales como estticas, sino ms bien apreciar su carcter dinmico y sus diversas dimensiones y expresiones. Interculturalidad: Desafo y proceso en construccin. Manual de capacitacin. Servindi, Lima, 2005, pp. 28 y 30. En: <http://www.ibcperu.org/doc/isis/6348.pdf>.
10 Artculo 11 del Reglamento del Procedimiento para la aplicacin del derecho de consulta a los pueblos indgenas para las actividades minero-energticas.
11 Artculo 12 del Reglamento del Procedimiento para la aplicacin del derecho de consulta a los pueblos indgenas para las actividades minero-energticas.
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P rctica constitucional
a la consulta, ni seguridad adecuada. Es decir, ante un caso concreto, podra la autoridad responsable, suspender la ejecucin de la
consulta a solicitud de la comunidad? Por otro
lado, segn lo manifestado por las organizaciones indgenas, el Grupo de Pueblos Indgenas de la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos y diversas organizaciones de la sociedad civil12, la reglamentacin: No permite a los pueblos indgenas suspender el proceso de consulta si este carece de garantas para
su realizacin. No establece mecanismos para
que los pueblos indgenas puedan exigir el
cumplimiento de los acuerdos o impugnar las
decisiones a nivel administrativo y/o judicial.
En consecuencia, la reglamentacin, como vemos, nuevamente recae en imprecisiones.
La norma recoge en su artculo 13, el derecho
de todo peruano a usar su propio idioma ante
cualquier autoridad mediante un intrprete13 y,
en conjunto, debe considerarse que es deber
del Estado reconocer y proteger la pluralidad
tnica y cultural de la nacin.
Es curioso que el Reglamento sea elaborado por mandato del Tribunal Constitucional,
Mximo Intrprete de la Constitucin, ante la
omisin normativa inconstitucional. As, result que se emiti un reglamento especial
para los pueblos indgenas a fin de lograr un
verdadero dilogo intercultural que involucre
a este sector de la poblacin en la toma de decisiones (adopcin de medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles).
La finalidad de llegar a un acuerdo o lograr el
consentimiento acerca de las medidas propuestas
ha sido sealada por la Comisin de Expertos de
la OIT en su Informe Aplicacin de Convenios y
Recomendaciones del ao 2010 que, adems, indica: [Q]ue la forma y el contenido de los procedimientos y mecanismos de consulta permitan la
plena expresin de las opiniones de los pueblos
interesados a fin de que puedan influir en los resultados y se pueda lograr un consenso (STC
Exp. N 05427-2009-PC/TC, f. j. 63).
12 Pronunciamiento pblico: Reglamento de Minem desnaturaliza el derecho a la consulta (25/05/2011), en: <http://www.dar.org.pe/>.
13 Numeral 19 del artculo 2 de la Constitucin Poltica del Per de 1993.
390
De otro lado, el artculo 10 del Reglamento faculta nicamente a la autoridad responsable, que
ejecuta el proceso de consulta, a decidir finalmente adoptar, adecuar o desistirse de determinada medida, considerando la importancia de
esta para el inters nacional y el desarrollo sostenible. En ese sentido, pareciera que la decisin
final est sujeta a la voluntad de la autoridad respectiva. Si ello es as, el dilogo de la primera y
segunda fase se interpreta como simples reuniones de intercambio de palabras, apartndose de
lo que significa un consenso. Atiende esta norma el verdadero espritu del derecho a la consulta previa a los pueblos indgenas u originarios?,
el cual, dicho sea de paso, no solo est recogido
en el Convenio 169 de la OIT, pues existen otras
normas y principios as como el extenso tratamiento del Tribunal Constitucional en varias de
sus sentencias.
El Ttulo III del Reglamento se orienta a la aplicacin sectorial (minera, energa, geotermia,
hidrocarburos) del proceso de consulta. Lo que
resalta bsicamente en el sector de la minera
es que aqu se considera como medidas administrativas materia de consulta a partir del otorgamiento de concesiones mineras (derecho a
explorar y explotar los recursos mineros que se
encuentren en el subsuelo), de concesiones de
beneficio, de labor general y de transporte minero. No considera, en ningn caso, las actividades preliminares a las concesiones con petitorios mineros, que si bien son temporales,
son el inicio de la actividad minera y compromete, en muchos casos, territorios comunes a
los de los pueblos interesados.
En el ao 2010, se ha reportado que se presentaron 9638 petitorios mineros a nivel nacional, lo
que signific un sustancial incremento de 84%
con relacin al ao anterior. Estos petitorios
comprenden una extensin total de 5558,836
hectreas segn lo referido por el Instituto Geolgico Minero Metalrgico (Ingemmet) organismo pblico descentralizado del MEM, asimismo se ha sealado que durante el ao 2010
los departamentos con ms petitorios mineros solicitados fueron: Puno (1, 656), Arequipa
14 En cartilla informativa: El Acuerdo Energtico Per-Brasil. Los casos de Inambari y Pakitzapango. DAR, Lima, marzo de 2011, p. 3.
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P rctica constitucional
supletoria de las normas de participacin ciudadana15, pese a que el Tribunal Constitucional ha ordenado la redaccin, por separado, de
un reglamento especial de consulta a los pueblos indgenas, precisamente, por ser un grupo humano diferenciado. As regula, en caso
de ausencia o vaco procedimental, se aplicarn de manera supletoria para cada subsector.
Ello aun cuando el Alto Colegiado ha sealado correctamente: [Que], entre el derecho a
la consulta previa y el derecho a la participacin ciudadana, existen notorias diferencias
que no pueden ser soslayadas. As pues, mientras que el derecho a la consulta garantiza que
la opinin de los pueblos indgenas sea tomada en cuenta antes de adoptarse una decisin
que pueda afectarles, el derecho a la participacin ciudadana hace posible la libre intervencin de las personas en el mbito poltico,
econmico, social y cultural de la nacin ()
(STC Exp. N 05427-2009-PC/TC, f. j. 62).
CONCLUSIONES
15 El Convenio 169 regula por separado el derecho a la participacin ciudadana en sus artculos 6, inciso b, y 7.
16 Artculo 51 de la Constitucin Poltica de 1993.
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La autora explica que, aunque cuenta con puntos criticables, esta sentencia tiene el mrito de generar predictibilidad para casos similares, vinculados a la informacin contenida en las centrales
privadas de riesgo. Asimismo, analiza tanto la decisin del Tribunal Constitucional de pronunciarse sobre el fondo del caso pese a que las instancias anteriores solo determinaron su improcedencia, as como la nocin va especfica igualmente satisfactoria, que involucra un anlisis pragmtico y no solo en abstracto de la posible va alternativa.............................................................
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Las centrales privadas de informacin de riesgo y la vulneracin del derecho a la autodeterminacin informativa
Jorge Eduardo Vilela Carbajal
Segn el Tribunal Constitucional, las centrales privadas de informacin de riesgo se encuentran proscritas de incluir y comercializar informacin relacionada con las deudas canceladas con ms de dos
aos de antigedad, el quantum especfico de las deudas oportunamente pagadas as como el domicilio y ocupacin profesional, por lesionar los derechos a la autodeterminacin informativa e intimidad. Al respecto, el autor analiza el fallo y, en su opinin, estos datos no coadyuvan a esclarecer
la capacidad de endeudamiento y pago de los usuarios del sistema financiero. ...............................
31
Tras analizar lo resuelto en el caso materia de comentario y describir el contenido protegido por
el derecho a la autodeterminacin informativa, la autora concluye que el Tribunal Constitucional
desconoci la va judicial predeterminada por ley a la que se deba acudir, la que no poda ser obviada por desconfianza en la capacidad de los jueces, asimismo, oblig indebidamente a la SBS a
ordenar a las centrales de riesgo cumplir con lo dispuesto en esta sentencia, perdiendo de vista la
finalidad de las centrales de riesgo y su marco regulativo...............................................................
41
Para el autor la pretensin del hbeas corpus sometido al conocimiento del Tribunal Constitucional es absolutamente incompatible con la naturaleza de ese proceso constitucional, debido a que el
hecho alegado como lesivo al derecho constitucional a recurrir las resoluciones judiciales no tiene
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incidencia directa sobre la libertad personal del favorecido. A ello, agrega que el Colegiado debe
tener en cuenta que no todas las resoluciones judiciales son objeto de impugnacin, lo que precisamente ocurre en este caso..............................................................................................................
53
El autor explica el contexto en que fue presentado el hbeas corpus a favor de Alberto Fujimori,
aun pendiente de resolver ante el Tribunal Constitucional, as como su contenido, concluyendo que
el objetivo de este proceso es, a partir de alegar la parcialidad de los magistrados que confirmaron
la condena penal impuesta a Fujimori, cuestionar la legalidad de esta resolucin con el objetivo de
lograr su anulacin. Considera que el Tribunal Constitucional no debera hacer esto, sino ms bien
declarar la improcedencia del caso...................................................................................................
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85
El autor reflexiona sobre dos temas abordados en la nueva sentencia sobre la Ley de la Carrera Judicial. Se trata del control disciplinario de los jueces y de la interdisciplinariedad en el ejercicio de
la magistratura; en ese sentido, se destaca cmo la valoracin de conocimientos distintos a los de
la disciplina jurdica se refleja en el perfil del juez, a la par que esos conocimientos son apreciados
en otras secciones de la ley sometida a control constitucional.........................................................
91
En la RTC Exp. N 00141-2011-PA/TC, el Tribunal Constitucional seala que el rechazo liminar ser
adecuado solo cuando no haya mrgenes de duda sobre la improcedencia de la demanda; en ese sentido, para el autor debera dictarse un precedente vinculante que seale y ordene las pautas que guen
el trmite del rechazo liminar de la demanda. Asimismo, considera que muchos jueces constitucionales de primera instancia no toman conciencia de lo importante que es calificar la demanda y, en clara
actitud displicente, hasta delegan esa responsabilidad a otros auxiliares de justicia...........................
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La revocacin de la suspensin de la ejecucin de la pena en los delitos de omisin a la asistencia familiar. Anlisis jurdico penal constitucional sobre la sentencia del caso Giraldo
Condori Quispe
Elder J. Miranda Aburto
La Constitucin le otorga al Presidente de la Repblica la facultad de conceder indultos y conmutar penas, as como ejercer el derecho de gracia (artculo 118.21). Las dos primeras se conceden en
favor de quienes hayan sido condenados, mientras que la segunda lo ser en favor de quienes an
tengan calidad de procesados. En ambos casos, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado negando la posibilidad de su revocacin administrativa aunque no descarta su control jurisdiccional, mas no cuando su concesin sea producto de un error. Finalmente, resulta interesante observar que a pesar de que en doctrina el indulto es considerado como un tipo de gracia presidencial,
la jurisprudencia constitucional los desarrolla como instituciones distintas....................................
138
En el presente artculo, se comenta la reciente STC Exp. N 00327-2011-PA/TC, en donde el Tribunal Constitucional ha sealado que un trabajador de una entidad estatal no puede estar sujeto a
un contrato administrativo de servicios (CAS) si no ha firmado ni celebrado contrato alguno. En
opinin del autor, dicho fallo es correcto, porque revaloriza y aplica la presuncin de laboralidad
y el principio de causalidad, principios esenciales que rigen nuestro Derecho del Trabajo.............
149
Nuevas propuestas del Tribunal Constitucional respecto al contrato de trabajo sujeto a modalidad de suplencia. Comentarios a la STC Exp. N 00029-2011-PA/TC
Guillermo Gonzales Zevallos
158
En el presente artculo el autor realiza un anlisis detallado sobre la naturaleza, caractersticas y finalidad del derecho a la consulta previa de los pueblos indgenas. En este sentido, precisa que los
conflictos socioambientales generados en nuestro pas son producto del no ejercicio del referido
derecho. Asimismo, seala que resulta necesaria la dacin de la Ley del Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos Indgenas u Originarios, respetando los alcances bsicos establecidos en el Convenio 169 de la OIT..........................................................................................................................
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Libre mercado y derecho a la salud. La exoneracin tributaria de medicinas para los enfermos
con cncer
Luis Andrs Roel Alva / Juan Carlos Portugal Snchez
Aunque la actividad econmica del Estado es subsidiaria por mandato de la Constitucin, la Norma
Fundamental, la jurisprudencia y numerosa legislacin internacional tambin sealan que la salud es
un derecho humano. Por ello, aunque exista oferta privada, los autores consideran que el Estado no
puede sustraerse de su deber de tutelar la salud, por ejemplo ayudando a que bajen los precios de los
medicamentos para males oncolgicos. Lo contrario implicara que muchas personas que los padecen se queden sin tratamiento, lo que es contrario a su salud y dignidad, y a una economa justa......
184
La autora analiza la terminologa debido proceso corporativo y admite que se trata de la aplicacin del debido proceso a las relaciones entre privados, conforme a la teora de la eficacia horizontal de los derechos fundamentales. En el presente trabajo se muestra de acuerdo con la STC Exp.
N 05314-2007-AA/TC, mediante la cual el Tribunal Constitucional declar inaplicable, respecto
del demandante, la resolucin de una asociacin que lo despoj de su condicin de asociado.......
213
La proteccin de los derechos de los nios a partir de lo sealado por el Tribunal Constitucional
Silvia Morales Silva
La autora constata que el Tribunal Constitucional manifiesta la complementariedad en la aplicacin de la legislacin internacional a la legislacin nacional sobre proteccin del nio. Asimismo,
la jurisprudencia internacional muestra cmo deberan ser eficaces los derechos del nio sin importar su situacin legal: por ejemplo, adoptando medidas sustitutorias a la prisin preventiva tales como la supervisin estricta, custodia permanente, asignacin de familia, traslado a un hogar o
institucin educativa, asesoramiento, libertad vigilada, programas de enseanza, entre otros......
225
doctrina constitucional
La denominada Constitucin Econmica, la intervencin del Estado en la economa y la
actividad empresarial estatal
Jos Rodolfo Naupari Wong
El Tribunal Constitucional ha desarrollado, en algunas sentencias, los alcances del rgimen econmico establecido por nuestra Constitucin. A propsito de ello, el autor realiza un estudio sobre el
contenido de nuestra Constitucin econmica en especial lo concerniente a la intervencin subsidiaria del Estado en la economa evaluando crticamente, a estos efectos, lo resuelto por el Colegiado, y precisando que una intervencin subsidiaria del Estado como empresario sera posible sin
necesidad de reformas constitucionales............................................................................................
237
Los decretos de urgencia de Alan Garca. De regreso a la legislacin por decretos leyes?
Aldo Blume Rocha
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El autor realiza un anlisis sobre la actividad legislativa realizada por el gobierno de Alan Garca
Prez. Para ello plantea un marco terico sobre el concepto y los alcances de los decretos de urgencia. A rengln seguido verifica en cinco casos emblemticos cmo este tipo de normas se han
dictado sin mediar previo cumplimiento de los requisitos exigidos en la Constitucin. En ese sentido, postula su inaplicacin de conformidad con el artculo 46 de la Norma Fundamental............
251
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El bien comn poltico como principio fundamental del Estado: una breve mirada al ordenamiento constitucional peruano
Csar Martn Vinces Arbul
En el presente artculo el autor examina las relaciones existentes entre la persona, la sociedad y
el Estado. Asimismo, detalla las caractersticas del bien humano y el bien comn, para arribar a
una definicin de bien comn poltico, precisando su importancia en la actividad estatal. Por ltimo, realiza un breve anlisis de lo que establece nuestra Constitucin Poltica acerca del bien
comn poltico.................................................................................................................................
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La Corte Interamericana de Derechos Humanos a travs de la presente sentencia declar la responsabilidad del Estado de Brasil por vulnerar los derechos al reconocimiento de la personalidad, a la vida,
a la integridad y a la libertad personal, estipulados en los artculos 3, 4, 5 y 7 de la Convencin Americana de Derechos Humanos, por las desapariciones forzadas durante un anterior gobierno militar.
Asimismo, Brasil no efectu la adecuacin de su legislacin interna a la Convencin, lo que se evidencia con la dacin de la Ley de Amnista, que conllev a la impunidad de los crmenes de lesa humanidad cometidos por el Estado, al impedir la investigacin y sancin de tales crmenes...............
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En esta sentencia, la Corte Interamericana explica cmo Uruguay incurri en responsabilidad internacional al no respetar los derechos humanos de una mujer y una menor de edad. Luego de reiterar el carcter continuado y pluriofensivo del delito de desaparicin forzada, y afirmar que la separacin de una menor de su madre y entregarla a otras personas vulnera el derecho a no ser separado de la familia, la Corte determin que la Ley de Caducidad, que impide la investigacin de los
hechos acontecidos durante la dictadura cvico-militar de este pas, no es conforme a la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, ni a la obligacin de investigar los crmenes de lesa humanidad, ampliamente desarrollada en su jurisprudencia................................................................
309
En la presente sentencia la Corte Interamericana de Derechos Humanos declar que el Estado peruano vulner los derechos a la proteccin judicial y la propiedad privada consagrados en la ConvencinAmericana sobre
Derechos Humanos, en perjuicio de 233 miembros del Sindicato de Funcionarios, Profesionales
y Tcnicos de la Empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado, que resultaron afectados
por la aplicacin retroactiva del Decreto Ley N 25876 que elimin el sistema de escala salarial
que les era aplicable, ya que no se les brind un recurso judicial efectivo contra la aplicacin retroactiva del referido decreto, lo que conllev la afectacin de los derechos adquiridos por los trabajadores sobre remuneraciones que ya formaban parte de su patrimonio......................................
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Obligacin del Estado de investigar violaciones de derechos humanos guarda especial relevancia en casos sobre torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes
La detencin ilegtima y sometimiento a torturas de dos individuos pertenecientes a una organizacin defensora del medio ambiente vulnera los derechos a la integridad fsica y la prohibicin ser
sometido a tratos crueles, inhumanos o degradantes. En esta sentencia, la Corte Interamericana declara que Mxico incurri en responsabilidad internacional al no cumplir con la obligacin de investigar las violaciones de los derechos fundamentales de los seores Teodoro Cabrera Garca y
Rodolfo Montiel Flores, quienes fueron detenidos por miembros del ejrcito mexicano que ingresaron a la comunidad donde eran residentes en el marco de un operativo contra el narcotrfico en
el ao 1992........................................................................................................................................
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prctica constitucional
Avances en la proteccin del medio ambiente en la Comisin y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos
Valentn Antonio Bartra Abensur
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En el presente artculo se analiza el Proyecto de Ley N 4707/2010-IC, Ley General de las Personas
con Discapacidad y de Implementacin de la Convencin sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, publicado en el diario oficial El Peruano el 03/04/2011. Sobre el particular, la autora opina que el citado documento, en comparacin con la Ley N 27050, Ley General de la persona con discapacidad, es mucho ms completo al desarrollar, taxativa y ampliamente, los derechos
de este grupo vulnerable. Adems, precisa que la incorporacin de medidas en favor de estas personas requiere que el Estado destine los recursos econmicos pertinentes......................................
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Derecho de consulta a los pueblos indgenas. A propsito del Decreto Supremo N 023-2011EM, entiende el sector minero-energtico el verdadero espritu de este derecho?
Yessica Gloria Molina Sotomayor
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Se analiza el Reglamento del Procedimiento para la aplicacin del derecho de consulta a los pueblos indgenas en las actividades minero-energticas, recientemente aprobado por el Ministerio de
Energa y Minas en estricto cumplimiento con lo ordenado en la STC Exp. N 05427-2009-PC/TC.
Respecto a este documento, la autora afirma que requiere de modificaciones para lograr un contenido claro, preciso y ordenado que exprese el sentido sustantivo del derecho a la consulta; siendo
necesario, adems, el esfuerzo conjunto del sector minero-energtico y las instituciones encargadas de velar por el bienestar de la sociedad. . ..................................................................................
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