Decalogo de Liliana Heker
Decalogo de Liliana Heker
Decalogo de Liliana Heker
LIBROS
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA ESCRITURA
DECLOGO
2015/03/12
POR LILIANA HEKER
1) Las ganas de escribir vienen escribiendo. Es intil esperar el
instante perfecto en que todos los problemas han desaparecido y
solo existe el deseo compulsivo de escribir: ese instante no existe. En
general, uno se sienta a escribir venciendo cierta resistencia salir
del estado de ocio no es natural, uno oficia ciertos ritos dilatorios,
uno por fin, con cierta cautela, escribe. Y en algn momento uno tal
vez descubre que est sumergido hasta los pelos, que todos los
problemas han desaparecido, y que no existe otra cosa que el deseo
compulsivo de escribir.
2) La primera versin de un texto es slo un mal necesario. Suele
estar bien lejos de aquello completo e intenso que uno difusamente
ha concebido. Corregir no es otra cosa que ir encontrando a Moiss
dentro del bloque de mrmol.
3) En literatura no existen sinnimos ni equivalencias: no es lo mismo
un rostro, que una cara, que una jeta, Dijo que estaba harto no
equivale a Estoy harto dijo. Aferrarse a una frase o una palabra
simplemente porque ha salido as del alma, es por lo menos un
riesgo: el alma, a veces, dicta obviedades. En Filosofa de la
composicin, Poe cuenta que, durante la escritura de su poema El
cuervo, decidi que necesitaba un animal parlante para que repitiera
un leit motiv al final de cada estrofa. Y naturalmente el primer animal
que se le cruz fue el loro. A veces conviene sacrificar al loro.
10) Hay que nutrirse de los credos y hay que aprender a dudar de
ellos. No existen reglas universales para el oficio de escribir. Es uno
mismo que a la larga, con verdades y mentiras propias y ajenas, va
estableciendo sus propios ritos, va permitindose sus propias manas,
va construyendo su propio credo.