Orientaciones Practicas para Visitar Enfermos PDF
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MINISTERIO PASTORAL
ORIENTACIONES
PRCTICAS PARA
VISITAR ENFERMOS
por Katie Maxwell
ORIENTACIONES PRACTICAS
PARA VISITAR ENFERMOS
KATIE MAXWELL
TRADUCCIN
NELDA B. DE GAYDOU
DEDICATORIA
NDICE
Prlogo
Prefacio
1. Los mandamientos de la visitacin
2. La visitacin en el hospital
3. La visitacin a enfermos crnicos confinados en su hogar
4. La visitacin en el hogar de ancianos
5. La visitacin a los nios
6. La visitacin a los enfermos al borde de la muerte
7. Apoyo para el cuidador principal
8. El papel de la iglesia en el ministerio de la visitacin
Apndice: Recursos bblicos sugeridos
PRLOGO
Durante la ltima dcada se ha producido un sinnmero de materiales con
ayudas pastorales para visitadores, tanto laicos como ministros. Muchas de la
sugerencias han enfocado las declaraciones teolgicas de los autores en cuanto
al ministerio, algunas han consistido en formatos para la implementacin de
programas de cuidado pastoral y otras en ayudas prcticas para moldear el
ministerio pastoral como una funcin cotidiana de la congregacin. El libro de
Katie Maxwell pertenece a la tercera categora. Su obra est repleta de
indicaciones prcticas para el cuidado pastoral en una variedad de ambientes:
hospitales, hogares de enfermos crnicos y otras instituciones. Se ocupa de un
tema que pocos han tocado: el cuidado pastoral a los nios. Pero tambin
enfoca la visitacin a los pacientes moribundos y la atencin que necesita la
persona que cuida al enfermo. Su libro empieza con los mandamientos de la
visitacin y termina con reflexiones acerca del papel de la iglesia en la visitacin
pastoral.
Para que el lector no lea Orientaciones prcticas para visitar enfermos slo
como una gua ms entre tantas, permtaseme recomendarlo para un estudio
ms a fondo. Es un libro acerca de la prtica del ministerio pastoral. La autora
demuestra haber captado vvidamente la angustia de la hospitalizacin y las
respuestas pastorales bsicas a las preocupaciones de los pacientes. Se le
recuerdan al lector las caractersticas sencillas pero bsicas de la visitacin
pastoral: las personas necesitan saber que hay quienes se preocupan por ellas;
la visitacin requiere prctica y paciencia; la visita es ocasin de cuidado
compasivo antes que una oportunidad para impartir un mayor conocimiento
teolgico o para el cumplimiento de una labor misionera.
La seccin de los mandamientos ofrece un formato novedoso para presentar
los pasos prcticos a recordar durante la visitacin: estar preparado, aprender
cmo hacer una visita, ser cndido, sensible y, cosa importante, estar quieto,
o sea, aprender a escuchar. Se le recuerda al lector que debe visitar por el bien
del enfermo antes que por sus propias necesidades. La introduccin a la
seccin que discute la visitacin a las personas que estn hospitalizadas, va
acompaada de listas de indicaciones prcticas que todo visitador pastoral
puede fcilmente dar por sentado. Esta seccin ser de especial valor para
visitadores principiantes. Termina recordando que los pacientes tienden a ser
olvidados cuando salen del hospital, aunque en realidad todava necesitan
PREFACIO
Uno de los ministerios ms satisfactorios en que he participado comenz en el
Hospital American River, en Carmichael, California. Me convert en visitadora
pastoral bajo la supervisin de la capellana Christine Powell-Millar.
Dicho sencillamente, visito gente hospitalizada. No pas mucho tiempo antes de
que me diera cuenta de la importancia del papel que desempean las visitas en
la vida del paciente, y cmo esta oportunidad ha sido un don para m.
Desafortunadamente mucha gente no se siente cmoda con los enfermos. En
consecuencia, tienden a aislarse de ellos en un momento crtico, cuando ms
necesitan su apoyo y amistad.
Orientaciones prcticas para visitar enfermos es un libro lleno de
informacin prctica para facilitar la comprensin del proceso de la visitacin.
Ofrece el sentido de confianza que se necesita para superar nuestro nivel de
comodidad actual a fin de poder ayudar a los que necesitan de nuestra
presencia.
La informacin, las ideas y las ayudas provienen de capellanes, enfermeras,
visitadores laicos y, sobre todo, de los pacientes mismos. Todos han aportado
ideas para que la visitacin sea de ms ayuda.
Para tener un sentido de confianza en el ministerio de la visitacin hay que
comenzar con la oracin, luego informarse y actuar por fe. Orientaciones
prcticas para visitar enfermos brinda el conocimiento necesario para triunfar
en esta apasionante y satisfaciente labor.
Agradezco de corazn a todas aquellas personas que observaron y nutrieron el
desarrollo de este libro. Agradezco el tiempo y la sinceridad de las enfermeras
y de los pacientes que contribuyeron con tan buena disposicin. Un
agradecimiento especial para los capellanes Ron Mulles, Patrick Thornton,
Lowell Graves, Timothy Little y Christine Powell-Millar, cuyo estmulo y
conocimiento convirtieron el proyecto en realidad. Peggy Gulshen merece un
agradecimiento especial por haber compartido su amplio conocimiento del
trabajo con los nios. Tambin estoy agradecida al pastor Steve Smith y a mi
querido amigo Jerry Mountjoy por sus dotes editoriales. Agradezco a los
pastores Ken Working y Cliff Graves por sus contribuciones.
CMO LOGRARLO?
Preprese. Antes de la visita, tome un momento para poner en orden sus
pensamientos. Puede ser camino al hospital o en la capilla. Use esos momentos
para excluir todo lo dems. Concntrese en el propsito de su visita. Ore. Pida
que su presencia le muestre al paciente que siente solicitud por l, y que Dios
tambin la siente.
Est presente. Esto no significa slo estar en la misma habitacin. Concntrese
en el paciente ciento por ciento. Mientras est con l, l debe ser su inters
principal no para siempre, pero s en ese momento. A lo mejor tendr que
hacer un esfuerzo para lograrlo. No piense en lo que va a hacer cuando se vaya
o en lo que hizo antes de llegar. Est presente con su concentracin y atencin
absolutas.
Sea receptivo. Acepte a la gente como la encuentra, cualquiera sea su estado
de nimo. Escuche lo que tiene para decir sin juzgarla. Pueden surgir un
sinnmero de sentimientos en el momento de su visita: enojo, frustracin, temor,
desesperanza. Al no juzgarla con sus palabras ni sus gestos, se le hace saber
que puede confiar en uno sin temor. El instante en que uno comienza a criticar o
a invalidar estos sentimientos reales es el instante que invita el rechazo y las
respuestas falsas.
Est tranquilo. Escuche; no busque respuestas. La mayora de las personas no
espera que uno solucione nada. Estn buscando sus propias soluciones y
respuestas. Slo necesitan a alguien en quien puedan confiar para compartir
mientras buscan alguna solucin. Dada la oportunidad, encontrarn sus propias
respuestas.
Sea sensible a sus necesidades y condicin. Lea entre lneas lo que la persona
est diciendo. Trate de captar el tema subyacente de sus expresiones. Un
ejemplo podra ser que el paciente dijera: Es que no quiero ser una carga para
uno, hay que confiar en que otro tendr las palabras y la sabidura para
compartir la verdad en el momento oportuno.
Tenga cuidado de usar las Escrituras en forma apropiada. No use la
lectura de las Escrituras como oportunidad para emitir juicio. En vez de
comunicar condenacin, los versculos que comparta deben estar llenos de
esperanza y aliento. (Vea en el Apndice algunas sugerencias.) Muchos de los
pacientes no tendrn la energa necesaria para asimilar lecturas largas, as que
conviene elegir algunos pasajes cortos. Pregntele al paciente si quiere que se le
lea de las Escrituras antes de hacerlo. A lo mejor no es un buen momento para
el enfermo.
Est preparado para orar cuando se le da permiso para hacerlo. No use
este momento para dar un minisermn. Es tentador pedirle al Seor las cosas
que nosotros queremos para el paciente, a fin de que ste lo escuche. Repase
todo lo que se ha hablado. Pregunte si hay cosas especficas acerca de las
cuales el enfermo desea que se ore. Un paciente quera vivir el tiempo
necesario para poner en orden sus asuntos personales. Otro quera una muerte
tranquila. Estas son peticiones especficas que se pueden presentar a Dios por y
con el paciente.
Ore pidiendo valor para sobrellevar la situacin, entendimiento y aceptacin del
plan de Dios. Ore pidiendo fortaleza para la familia y dems seres queridos del
paciente. Pida que el equipo mdico tenga el conocimiento y la compasin para
hacer la mejor tarea posible. Ore pidiendo paz, tranquilidad y sanidad para los
sentimientos, el espritu y el cuerpo. D gracias a Dios.
EL EJEMPLO DE JESS
El encuentro de Jess con la mujer samaritana en el pozo, en el cuarto captulo
de Juan, nos da la frmula perfecta para relacionarnos con cualquier persona,
enferma o sana. En primer lugar, motivado por su amor por toda la humanidad,
Jess va a Samaria donde le habla a una mujer que est sacando agua del pozo
La acepta donde est y tal como es. No la rechaza por ser una samaritana
despreciable. Despus, gana su confianza por medio de la conversacin y el
lenguaje corporal no amenazante. Escucha lo que ella tiene que decir. No
permite que el pasado de la mujer interfiera con su compasin. Le ofrece
aliento compartiendo con ella la verdad acerca de quin es l. La respuesta es
cosa de ella: puede aceptar o rechazar la oferta.
Este patrn se repite en el trato de Jess con gente de todas las esferas de la
vida. Merece ser imitado: ir, aceptar, ganar la confianza, escuchar, ofrecer
aliento, demostrar respeto y dejar la reaccin en manos del paciente.
Como contraste, lea la historia de Job para enterarse de cmo no tratar a la
gente. Cuando tres de los amigos de Job se enteraron de su tragedia, la Biblia
dice que convinieron juntos en ir a l para expresarle su condolencia y para
consolarle (<180211>Job 2:11).
Le demostraron su tristeza y se sentaron con l en silencio por siete das, sin
decir una palabra. Hasta ah iban bien, pero despus Job empieza a lamentarse
por haber nacido y uno de sus amigos reacciona. Acusa a Job de haber pecado
y le aconseja que lo confiese y pida que Dios lo perdone para ser librado.
El segundo amigo le pregunta: Hasta cundo hablars tales cosas, y las
palabras de tu boca sern viento impetuoso? (<180802>Job 8:2). Le dice a Job que
si fuera tan puro e inocente no le estaran sucediendo estas cosas.
A medida que Job se va sintiendo ms frustrado y desalentado, el tercer amigo
va acelerando su condenacin. Como los dems. Sigue acosando a Job y
acusndole de todo tipo de orgullo falso. Job ruega a sus amigos que se callen,
pero siguen echndole en cara sus culpas. Job termina dicindoles:
consoladores gravosos sois todos vosotros (<181602>Job 16:2).
Al repasar los mandamientos de la visitacin, es fcil ver cmo los amigos de
Job podran haber sido de ms ayuda. No es difcil encontrarnos imitando
inconscientemente algunas de esas actitudes. Percibir lo que s ayuda y lo que
no ayuda puede guardar al visitador de caer en este tipo de crticas.
2. LA VISITACIN EN EL HOSPITAL
Las visitas de familiares y amigos son parte importante de nuestra
recuperacin, una medicina mgica que nos levanta el nimo
aunque la cabeza yazca pesadamente sobre la almohada
(NORMA R. LARSON).
El hospital puede ser un lugar atemorizante. Es como ir a otro pas donde el
idioma es diferente y los objetos y los olores son extraos.
Imagnese ser una persona segura de usted misma que va al mdico por unos
sntomas menores persistentes. Despus de examinarlo el mdico lo manda a
hacerse unos anlisis. Luego de sacarle sangre y hacerle radiografas, el tcnico
le dice que vuelva a casa y espere a que el mdico lo llame para darle los
resultados.
Empieza el juego de la espera. Dos das despus la enfermera le llama para
decirle que su mdico quiere que se haga ms anlisis. Empieza a sentir un
poco de ansiedad y le pregunta si hay algn problema. La enfermera le da una
respuesta evasiva y le dice adnde debe ir y qu anlisis se debe hacer.
Contina el juego de la espera. Al da siguiente de hacerse estos anlisis llama
la enfermera para decirle que el mdico quiere verlo en su consultorio.
Usted se sienta nerviosamente y espera que lo llamen. Por fin, despus de lo
que parece una eternidad, lo acompaan al consultorio del mdico. Parece
haber un pequeo bulto en su pulmn. Me gustara operarlo para ver si
podemos sacarlo. Cundo puede internarse?
Surgen mil preguntas, pero est demasiado aturdido por la noticia como para
hacerlas. La semana de espera ha sido emocionalmente tediosa. Murmura que
el jueves est bien.
Hay que seguir esperando. La noche del mircoles antes de internarse, tiene
pesadillas. Se despierta con frecuencia y mira el reloj. Llega el jueves por la
maana.
En cuanto llega al hospital siente que su intimidad es violentada cuando la
recepcionista empieza a hacerle preguntas personales acerca de su edad, su
estado civil, cuntos hijos tiene, su religin, dnde trabaja, su compaa de
seguro mdico, finanzas, el pariente ms cercano y un sinfn de cosas ms.
Las visitas no slo le dan aliento al paciente sino que tambin pueden alentar al
cuidador principal. Quedarse con el paciente mientras el cuidador va a casa
para baarse, comer o dormir, puede ser de gran ayuda.
Aunque no siempre sea el caso, puede haber ocasiones en las cuales las visitas
pueden extender su ministerio a la persona en la cama de al lado, demostrando
as el inters de Dios por otros.
Toque. Uno de los peores temores del paciente es estar aislado y no poder
recibir visitas. Parte de la depresin del internado es consecuencia del hecho
que nadie lo puede tocar. Un contacto suave le comunica al paciente nuestra
preocupacin. Un abrazo puede obrar maravillas en alguien que est sufriendo
emocionalmente. Durante una visita una anciana me cont que su familia estaba
demasiado ocupada para ir a verla. Habl de cmo le hubiera gustado que sus
hijos fueran pequeos otra vez, cuando corran para darle besos y abrazos. Mi
respuesta fue preguntarle si yo le poda abrazar. Se le ilumin el rostro y acept
mi ofrecimiento con entusiasmo. (Tenga cuidado con el suero y dems agujas
para no lastimar un punto tierno!)
No olvide el sentido del humor. Se dice que la risa es buena medicina. En su
libro Funny Bones: Health and Humor Specialists (Huesos cmicos:
Especialistas de la salud y el buen humor), Michael Duckworth cuenta que su
esposa Carol recort una tira cmica apropiada de una revista y se la dio antes
de la ciruga. El chiste sigui surgiendo a lo largo de su internacin, hasta se lo
peg en el pecho para que el equipo mdico lo viera cuando entrara en la sala
de ciruga.
Otro paciente se puso las pantuflas con forma de garra de oso que un amigo le
haba reglado. Fueron una fuente de placer para todos los que las vieron.
Una paciente abri el bolso que una amiga le haba ayudado a preparar para su
estada en el hospital y se encontr con un par de anteojos con una enorme
nariz y un bigote. Esto le produjo una sonrisa en un momento de nervios.
La comedia bufonesca o la burla de los temores ajenos es algo muy diferente y
demuestra falta de sensibilidad para con la persona en crisis. Por ejemplo, sera
muy inapropiado contarle un chiste acerca del tipo que muri y Sano Pedro no
lo dejaba entrar al cielo porque..., a alguien que acaba de enterarse que tiene
una enfermedad mortal.
Alentar a alguien con humor se parece ms a un permiso sutil para rerse de la
vida aun en los momentos mas tensos. Recordar algo gracioso ocurrido en el
hospital, algo gracioso que dijo un nio o la trama graciosa en una pelcula
puede traer alivio a una alma cansada.
Reconozca las seales que le indican cundo debe retirarse. Si el paciente
parece estar incmodo, tener sueo o sentir dolor, retrese con naturalidad. Las
visitas cortas y frecuentes son las mejores. El promedio de la duracin de la
visita es de quince a viente minutos.
Segn las reglas del hospital, el aguante y el permiso del paciente, lleve
nios de visita. Si se portan bien, pueden cambiar todo el ambiente. Si van a
ver tubos y agujas, preprelos de antemano y explqueles que todas esas
cosas estn haciendo mejorar al paciente.
No haga preguntas incmodas. Algunas preguntas inapropiadas seran: Por
qu ests internado? Qu tienes? Aunque podemos sentir curiosidad
acerca de su ciruga, enfermedad o tratamiento, si el paciente no toca el tema
generalmente significa que no lo quiere tratar.
Considere la visita como una visita social, no una obligacin. Mantenga la
imagen de hospitalidad. Comparta noticias sobre amigos mutuos. Originalmente
el trmino hospital se refera a un lugar de refugio y de descanso donde los
viajantes reciban un trato amable y corts.
Sea sensible por la forma en que expresa sus propias ansiedades. La charla
incesante, los gestos, o la risa en momentos inapropiados son seales
inequvocas de ansiedad.
Mantenga el contacto. El aburrimiento y el aislamiento son los grandes
enemigos de los internados. Un amigo me dijo que recibi muchas visitas
inmediatamente despus de su ciruga, pero que varios das despus las podra
haber disfrutado ms, pero para entonces l ya era noticia vieja.
Lale al paciente, si le gusta que lo haga. Podra encontrar un artculo
interesante en una revista que le gustara compartir. Las historias humorsticas
son muy buenas; cualquier oportunidad para rer es apreciada. Esto no significa
tratar de levantarle el nimo si est deprimido. Sencillamente estar
compartiendo tanto lo bueno como lo malo.
Deje que el paciente llore. Esto tambin incluye a los hombres. No deje que
el llanto lo avergence. Usted tambin puede soltar algunas lgrimas mientras
no pierda el control emocional y deje de alentar al paciente. Si ste se empieza
a disculpar por ser infantil, dgale lo bien que le puede hacer el llanto. Cuntele
cmo llor Jess cuando estaba triste. Las lgrimas representan un bien muy
humano y valioso.
Apoye su prdida, cualquiera que sea. El paciente puede estar lamentando la
prdida de una manera de vivir que debe cambiar, la prdida de un miembro
del cuerpo, la prdida de independencia, o de alguna otra cosa. Algunas
prdidas son temporarias, mientras que otras son permanentes. Sea cual fuera
el caso, hgale saber que tiene el derecho de lamentar esa prdida y que lo
comprende.
Ofrezca cuidar la casa, regar las plantas, alimentar los animales; o hacer
mandados tales como ir a la tintorera, al correo, hacer arreglar el auto, etc.
Sintese y dedquele un buen tiempo al paciente. A lo mejor har falta ir en
busca de una silla o arrastrarla de una punta del cuarto a la otra. No importa. Si
permanece de pie, el paciente tendr la impresin de que est apurado para
irse.
Enfoque la conversacin en el paciente, no en sus propios problemas. Siga
el hilo de la persona a la cual est visitando en cuanto a temas y a lo que
comparten. Permita que el paciente tome la iniciativa en lo que sucede.
Recuerde que hacemos la visita con el permiso del paciente. Por lo tanto, hay
que permitir que l est a cargo de la visita.
Como miembro de familia, pregntele a la enfermera si hay algo que
usted no entiende. Una enfermera dijo: Trate de no sentir que est
estorbando a la enfermera. Sintase cmodo; no molesta. Considrese parte
del equipo mdico. Lo es!
Lleve una sorpresita. Aqu hay algunas ideas: revistas, libros (inspiradores,
graciosos, educacionales), juguetitos de cuerda (aun para adultos), animales de
peluche, globos, casetes (msica o charlas), flores/plantas, papel de carta y
lapicero, comida o bebida (con el permiso de la enfermera), un surtido de ts,
materiales para tejer o armar, un cesto con artculos de belleza, fotos, el boletn
de la iglesia, juegos, un espejito de mano, chistes, rompecabezas, algo que
recuerde un acontecimiento especial. Un paciente recibi un cesto con varios
regalitos envueltos individualmente y con indicaciones para abrir uno por da.
Ofrezca hacer llamadas telefnicas, escribir notitas, enviar cartas.
Termine bien la visita. No d una excusa para irse. Dgale al paciente cunto
le gust verlo y con cunta anticipacin espera la prxima visita. Retrese
mientras el paciente se sienta bien por lo que han estado haciendo para poder
retomar las cosas en el mismo tono durante la prxima visita.
Dependa del Seor para que lo dirija durante su visita.
EL PERODO DE RECUPERACIN
Una vez que el paciente deja el hospital es fcil olvidarse de l. Todo el mundo
da por sentado que como est lo suficientemente mejorado como para volver a
casa, debe estar listo para retomar su ritmo normal.
El que no ha tenido una enfermedad grave difcilmente puede darse cuenta del
tiempo que lleva recuperarse, tanto fsica como emocionalmente. El apoyo de la
visita hace falta tanto o aun ms cuando la persona vuelve a casa. Es importante
seguir con las llamadas, visitas y tarjetas.
Este es el momento para que los hacedores demuestren sus habilidades. Hay
mucho que se puede hacer para demostrar cario y solicitud. Podra ofrecerse
para preparar una comida, llevar al paciente a los exmenes mdicos, llevar a
los nios a sus actividades, hacer mandados, cortar el csped, limpiar la casa.
Hay que pensar en todos los mandados que se requiere hacer durante el da y
ofrecer hacer los del amigo al mismo tiempo que uno hace los propios.
Dado que los enfermos no quieren molestar, puede hacer falta un poco de
agresividad: Voy a la tienda, que le puedo traer?
Slo decir: Llmeme si necesita algo, probablemente no produzca ningn
resultado. Demustrele al convaleciente que habla en serio.
preparar sus propias comidas; alquilar una silla de ruedas elctrica para que
tengan movilidad en la casa; ponerse en contacto con un servicio de viandas a
domicilio; conseguir a alguien que haga la limpieza peridicamente; hacer
instalar amplificadores especiales en los telfonos para que puedan conversar
cmodamente.
Cualquiera sea el plan, la meta debe ser apoyar los esfuerzos del enfermo
crnico para que sea los ms independiente que pueda. Esto concuerda con la
filosofa de: Dales un pescado y comern hoy. Ensales a pescar y se
alimentarn solos maana.
Una vez que la persona ve que puede ser til, siente que tiene un lugar en este
mundo. Aunque tenga que cambiar de posicin, todava es parte del equipo.
Empieza a sentirse que la necesitan. Los enfermos crnicos pueden ser un
eslabn importante en la cadena de oracin de la iglesia; a lo mejor pueden
hacer algunas manualidades para algn proyecto de la iglesia, estar en una
comisin de visitacin va telefnica, o llenar sobres y doblar boletines.
Es importante que se sigan sintiendo parte de la congregacin Muchas veces he
odo el siguiente comentario: Ya no tengo una iglesia. Sola ser tal y tal, pero
empec a andar mal de salud y no he podido ir por mucho tiempo. Los
enfermos crnicos que dicen esto sienten que ya no pertenecen a la familia de la
iglesia, justo cuando ms necesitan ese amor y ese apoyo. Qu triste! Tanto
para los enfermos como para la familia de Cristo.
Al principio los enfermos crnicos pueden ser reacios y estar llenos de excusas
para no participar de nada. Sea insistente sin ser pesado. Siga volviendo y
ofreciendo ayudarles a explorar las posibilidades de sus nuevas circunstancias.
Aydeles a retomar el control de su propia vida de cualquier forma posible.
Sea atento a sus necesidades. Haga preguntas abiertas: Qu es lo que ms le
preocupa? En qu le puedo ayudar? Despus aydeles a resolver el
problema con un plan de accin, y estimulndolos para llevar lo a cabo.
Es posible que existan grupos de apoyo con los cuales pueda ponerlos en
contacto. Estos pueden ser de ayuda al hacerles saber que hay otros en
circunstancias similares. Haga algunas llamadas y prepare una lista de grupos
que pueden interesar a sus amigos.
Anmelos a seguir aprendiendo. Hay una gran variedad de vdeos educacionales
que ensean todo tipo de cosas. Si el enfermo no ve lo suficientemente bien
como para leer, hay audio casetes sobre casi cualquier tema.
PERO...
En primer lugar, tratemos las objeciones a la visitacin. Despus podemos
explorar todas las posibilidades que existen para una visita positiva, tanto para
el internado como para el visitador.
Falta de tiempo. Una mujer me dijo: Todo el mundo est demasiado
ocupado. Con el trabajo y los nios y todo lo dems, nadie tiene tiempo para
venir a verme. Una visita al hogar o guardera de ancianos no tiene por qu
tomar mucho tiempo. Las visitas cortas y frecuentes son preferibles a las visitas
largas y poco frecuentes. Apartar diez minutos entre mandados u otras citas es
suficiente sin agregar otro proyecto a su ya larga lista. Estar cerca de la
guardera? Pase para una visita cortita.
No saber de qu hablar. No hace falta mucho para empezar una
conversacin. Hable de amigos o parientes mutuos. Comparta una carta o una
fotografa recibida. Cuente acerca de un artculo que haya ledo, de una nueva
receta que haya probado, de los gusanos en los tomates del jardn. Realmente
no importa. Pida consejo, recuerde que los ancianos tienen aos de experiencia
a los cuales se pueden referir. No sabe qu decir es ms un problema de
nuestra mente que de la realidad. Y nuevamente, permita que el silencio sea su
amigo. Si usted est cmodo con estar ah, la persona a quien visita le dir lo
que es importante para ella.
Es deprimente. La falta de metas a corto y a largo plazo va de la mano con la
prdida de la esperanza. Parece no haber nada que esperar y nada por lo cual
vivir. Es difcil ver cmo envejece y se debilita el anciano, perdiendo la
capacidad para hacer las cosas por s mismo. Es muy difcil cuando la persona
que se visita ni siquiera lo puede reconocer a uno. El desafo es volver la
situacin menos deprimente para usted y para los dems.
En primer lugar, necesita considerar de quin son las necesidades que est
tratando de suplir las suyas o las del anciano. A lo mejor sus propias
necesidades seran mejor suplidas en una playa de Hawai, pero como
portadores del amor y de la solicitud de Cristo, el tiempo que pasa con los
ancianos puede ser justo lo que necesitan para sentirse mejor.
Muchos visitadores dejan de ir porque el anciano no los reconoce o no
recuerda que hayan estado ah alguna vez. Examine el propsito de su visita.
Qu efecto tiene en la persona que est visitando? Se beneficiar por la visita
porque uno le est demostrando que la valora como persona. Todava es
importante porque alguien viene a verla, la conozca o no.
As que, adelante! El gozo que siente el anciano y la gratitud que demuestra
disipar la depresin.
2. Ore antes de ir. Ore por una buena visita con pedidos especficos, tales
como que Susana lo reconozca o que a usted no le moleste si no es as, o que
ella se sienta bien como para dar un paseo.
3. Haga contacto fsico. La gente mayor en general no parece recibir
suficientes abrazos. Sea generoso con los besos y los abrazos y con tomarla de
la mano. Le hace mucha falta la calidez de otro ser humano a travs del
contacto fsico. Aparte del contacto somero con las enfermeras y ayudantes en
la rutina diaria, ste puede ser el nico contacto amistoso que tiene.
4. Lleve nios. Los nios pequeos no se intimidan tan fcilmente como los
adultos. Dan su amor y su afecto ms libremente. Rara vez hay una laguna en la
conversacin cuando hay nios presentes.
5. Haga visitas fuera de las fechas especiales. Aunque es cierto que algunas
personas ni siquiera reciben visitas durante las fiestas, en general la comunidad
y las iglesias tienden a ofrecer ms actividades en fechas especiales como
Navidad o Da de la Madre. Los coros cantan, se llevan a cabo reuniones, hay
ms actividad general. Aunque es importante recordar esas fechas, tambin lo
es visitar entre ellas.
6. Lleve algo. Una tira cmica, una flor de su jardn, una foto de los nios, un
helado, un dulce, el boletn de la iglesia, un dibujo de los nios pueden levantar
el nimo. No hace falta que sea un regalo como tal, sino una pequea muestra
de su afecto para que el anciano sepa lo importante que es.
7. Vstase alegremente y complete el efecto con una gran sonrisa. Cuando
llevo colores alegres, hasta los residentes ms enfermos hacen algn
comentario.
8. Hable con lo que estn sentados en la entrada o en la sala de estar. Un
saludo placentero realmente puede alegrarle el da a alguien. Trate de no pasar
al lado de los dems internados sin por lo menos una sonrisa o alguna seal de
reconocimiento.
9. Si el anciano tiene su propio telfono, llame entre visitas. Djele saber
que est pensando en l. Podra preguntarle si quiere que le traiga algo la
prxima vez que va a verlo. Ms que nada, tenga contacto breve con l.
10. Lleve papel de carta y tome dictado. Cuando visitaba a mi abuelo, siempre
quera que yo escribiera cartas para sus amigos porque tena la mano
SEA PERSEVERANTE
Algunos hogares y guarderas de ancianos son mejores que otros. Unos
proveen actividades mientras que otros no dan ms que cama y alimento. Pero
aun en el mejor el internado se puede sentir solo y aislado sin contacto con el
mundo exterior.
La primera mujer que visit me ense por qu estaba yo all. Cuando entr en
su habitacin la anciana pareca estar muy lejos. La enfermera hasta me dijo
que no estaba consciente de dnde estaba ni de quin estaba en la habitacin.
Cuando vi su cara sospech que a lo mejor haba escapado mentalmente a un
mejor lugar y a un mejor momento.
Camin hacia ella y la tom de la mano. La llam por nombre y le dije quin era
yo y que la haba ido a visitar. Me mir y los ojos vacos se convirtieron en
diamantes centelleantes. Sonri lo mejor que pudo y dijo algunas palabras.
Cuando me fui, le dije que volvera. Los ojos se le llenaron de lgrimas.
De all en adelante, cada vez que yo entraba en su habitacin, la mirada perdida
se converta en una hermosa sonrisa. Nunca voy a olvidar la manera en que
esos ojos celestes brillaban con amor, calidez y gratitud. Nadie le puede poner
precio a los momentos que pasamos juntas. Al igual que en casi toda visitacin,
recib mucho ms de lo que di.
Piense en adoptar un abuelo o una abuela de un hogar o guardera de ancianos
cercano si no conoce a nadie all. Hgalo un proyecto de familia. La experiencia
ser de bendicin para sus hijos. Hable con el personal de la institucin.
Explquele lo que le gustara hacer. Seguramente sabr de alguien que se
beneficiara por sus inters.
Una madre joven form un grupo de varias amigas. Una vez por semana llevan
a sus hijitos a la sala de estar del hogar de ancianos para que los nios estn
con los internados. Todo el mundo se divierte jugando y rindose juntos. Es
una situacin en la cual todos ganan.
Algunos hogares o guarderas de ancianos tienen grupos de apoyo para las
familias. Habra que animar a los parientes a unirse a estos grupos para
intercambiar informacin. Es bueno saber cmo otros manejan las a veces
difciles visitas: saber que otros estn en el mismo baile.
Los ancianos que tienen amigos jvenes son considerados muy afortunados por
sus compaeros. En el velorio de una amiga querida de ochenta y siete aos, o
el comentario de una de sus compaeras de costura: Tena muchos amigos
jvenes.
Mientas estaba visitando a una mujer, me dijo: La gente mayor quiere hablar
de sus problemas. Yo me aburro de eso. Ya s lo que tengo. Es lindo hablar
con alguien joven.
Haga tiempo en su horario para mostrar amor y compasin por este grupo
especial de personas. Necesitan su afecto y su inters.
...En el mundo tendris afliccin, pero tened valor; yo he vencido al mundo!
(<431633>Juan 16:33).
Cuando visita al nio, el adulto tiende a hablarle por debajo o por encima de su
verdadero nivel o como si no viera al nio enfermo o accidentado. Con
frecuencia el adulto habla con los padres acerca del nio como si ste ni
siquiera estuviera presente en la habitacin.
Los hospitales le infunden temor a casi cualquiera, pero puede ser peor para los
nios, cuyos sentimientos se ven intensificados por la presencia de
desconocidos que le hacen cosas raras a sus cuerpos y por el sentido casi
incontrolable de prdida y abandono. Dado que su conocimiento y (en el caso
de nios pequeos) vocabulario son limitados, es ms difcil explicarles lo que
est sucediendo.
Muchos hospitales estn tomando la iniciativa en hacer que los nios visiten el
hospital antes de ser internados. Un centro quirrgico hace que el nio y los
padres vayan algunos das antes de la intervencin para conocer a las
enfermeras y ver un vdeo que describe la operacin. Despus un payaso lleva
al nio y a los padres a conocer el centro y le dice al nio exactamente dnde
va a estar y qu le va a pasar. Se le anima al nio a hacer preguntas. Se le
permite elegir el gusto de la anestesia que se le va a dar. Al final de la visita,
se anima al nio a llevar su juguete favorito cuando vuelva al hospital. Vuelve a
casa con globos y otros recuerdos de su visita.
Todo esto es muy tranquilizante en el caso de la internacin planificada, pero
muchos nios no tienen la oportunidad de estar tan bien preparados.
refieren a este fenmeno. Cuando la mam de Juan le dijo que todo el ruido le
estaba poniendo los pelos de punta, ste le contest que estaba equivocada
para l estaban igual que siempre.
A los nios de esta tierna edad les cuesta entender el concepto del tiempo.
Viven en el presente y el futuro tiene poco significado. Hasta por la tarde
tiene que reducirse a despus que hayas almorzado.
Entienden mejor el concepto de la muerte en relacin con el cuerpo fsico y la
cesacin de las funciones corporales. Cuando el cuerpo est muerto, ya no
respira. Los ojos no ven, los odos no oyen, ya no se puede hablar ni caminar.
Los nios pequeos piensan en trminos mgicos. El apuesto prncipe bes a
la Bella Durmiente y sta se despert.
De 6 a 9 aos. A medida que crecen los nios, sus intereses se amplan para
incluir a personas y cosas aparte de su ambiente, integrndolas con
experiencias pasadas. Se interesan en los detalles y los datos. Empiezan a
preguntar cmo y dnde. Aunque todava son egocntricos, son ms sociales y
empiezan a formar amistades estrechas. Es importante ser aceptado por el
grupo.
Hasta los nueve aos los nios se comunican a travs del arte o del juego.
Alrededor de los nueve aos el vocabulario de los nios se desarrolla
rpidamente. Empiezan a tomar forma intereses definidos. Usando sus propias
experiencias y su coleccin de datos limitados, empiezan a formar conclusiones
propias en vez de aceptar lo que les dicen los adultos. Es probable que surja un
dejo de pensamiento mgico de vez en cuando.
De 10 a 12 aos. Los preadolescentes prefieren hacer las cosas con su mejor
amigo o en grupo, en lugar de hacerlas solos. Los varones y las nias
generalmente no comparten las actividades debido a la inseguridad por la
imagen corporal cambiante y la identidad sexual en desarrollo.
Los nios preadolescentes estn en una de las etapas ms difciles, atrapados
entre ser demasiado grandes para un comportamiento infantil y demasiado
chicos para un comportamiento adulto. La confianza que solan tener en s
mismos parece disminuir. Cuando el nio empieza a ejercer su independencia
puede pasar por un perodo de mucha confusin.
Cuntense historias mutuamente. Una manera fcil para que el nio lo haga
es que dibuje algo y luego se lo explique.
No ponga palabras en boca del nio. No d por sentado que sabe lo que el
nio siente o lo que quiere. Dele el tiempo y el respeto necesarios para que le
diga lo que l siente.
No lo abrume con demasiada informacin. Dele pedacitos de informacin a
medida que los pueda absorber. Por supuesto, los nios mayores podrn
retener ms datos.
No lo abrume con demasiada informacin. Dele pedacitos de informacin a
medida que los pueda absorber. Por supuesto, los nios mayores podrn
retener ms datos.
Las preguntas abiertas como: Cmo te sientes hoy? Qu est
pasando hoy?, le dan al nio la oportunidad de compartir lo que siente
acerca de lo que est sucediendo.
Explique las cosas de manera que el nio pueda entenderlas. Algunos
hospitales usan muecos para explicar los procedimientos mdicos. Podra
elaborar diagramas o dibujos sencillos o usar modelos plsticos, si estn a
mano. Verifique que el nio haya comprendido pidindole que se lo explique a
usted. (Consulte con un profesional antes de embarcarse en esto!)
No importa no tener todas las respuestas. Admita que sencillamente no sabe
la respuesta. O puede dar su opinin, hacindole saber al nio que no es ms
que eso. Pida la opinin del paciente.
Toma ms tiempo establecer confianza y comunicacin con un nio. Las
visitas cortas y repetidas ayudarn a crear una base de familiaridad y confianza.
El enfermo no tiene mucha energa para conocer a gente nueva. Los nios
en especial se sentirn ms cmodos con caras conocidas. No se sorprenda si
en nio el dice que se vaya. No significa que no agradezca su visita. Ya ha
cumplido su propsito. Los nios sencillamente son ms sinceros y directos. El
paciente mayor puede tener el mismo sentimiento pero nunca expresarlo.
La visitacin a los nios exige interaccin. Tendr que participar a travs
del juego o de las preguntas. El dibujo en conjunto puede ser muy revelador.
Visite al nio. No hable por encima de la cama con los padres u otros que
estn en la habitacin. Vayan a tomar una taza de caf o t si quiere ministrar a
los adultos.
A los adolescentes les gusta la visita de otros adolescentes. Haga de taxista
y lleve a algunos al hospital para que puedan visitarlos.
Los nios (y los adultos) pueden tener una regresin de conducta. Tienen
mucha necesidad de ser reconfortados en este momento. Deles muchos
abrazos. El contacto tambin es importante para los nios. Hgales conocer su
inters por ellos.
Nunca haga que los nios se sientan responsables por su enfermedad. Los
nios necesitan comprender que le pueden suceder cosas malas a la gente
buena.
Los nios, al igual que los adultos, se sienten ms cmodos si estn
rodeados de sus propias cosas: cuadros, juguetes, frazadas, etc.
Aydeles con su tarea escolar. Cuanto ms del trabajo escolar pueden hacer,
tanto menos tendrn que recuperar cuando vuelvan a la escuela. Y puede
ayudar a aliviar una de sus ansiedades, la de atrasarse en la escuela. Por
supuesto, no debe olvidar el nivel de energa que incidir sobre esta actividad.
Termine la visita con un tono positivo. Pregntele al paciente lo que le
gustara que le traiga en la prxima visita.
Si le cuesta demasiado o no puede ser sincero con los nios, entonces no
los visite. Los nios realmente pueden sentir cuando alguien se siente
incmodo o fuera de lugar. Enve un regalo o una tarjeta.
LA ORACIN DE UN NIO
Querido Seor, protege a los nios enfermos y heridos. Dales el poder
para sanar sus heridas y curarlas. Protgelos de mal y mantenlos a salvo.
Cuida a sus padres y protgelos; porque t tienes el poder y la habilidad
para hacerlo
Amn.
CARL J. CORBETT, 12 aos
NECESIDADES PRCTICAS
Los visitadores frecuentemente pueden ayudar a aliviar las cargas prcticas que
pesan en los pacientes deshauciados, especialmente en los que no tienen
familia. Tales pacientes pueden necesitar ayuda para poner sus asuntos en
orden antes de morir. Busque a profesionales, tales como abogados,
contadores, directores de compaas funerarias o cualquier otro que pueda
ayudarles a resolver sus asuntos pendientes.
Hay libros y folletos acerca de testamentos, legalizaciones, fideicomisos, etc.,
que pueden ayudarles a tomar algunas decisiones. Aydelos a juntar toda la
documentacin que necesitarn los sobrevivientes para solicitar cualquier
beneficio a que tengan derecho.
La filosofa de muchas instituciones siempre ha sido la de devolver el mayor
control posible al paciente; se le estimula a participar en su tratamiento.
Anmelo a tomar el control de las situaciones que le quedan por decidir, tales
como los Testamentos vivientes (Testamento viviente es el nombre genrico
de un documento legal que expresa los deseos del individuo acerca del cuidado
mdico personal. Si la persona no quiere que se tomen pasos extraordinarios
para prolongar la vida, puede expresar su voluntad en este documento. Es
importante consultar con un abogado o un mdico para conseguir el documento
pertinente en su pas. Estos documentos deben ser ejecutados de acuerdo con
las leyes locales para ser vlidos).
A lo mejor uno puede ayudar con los quehaceres cotidianos de la casa o del
jardn. Al igual que con los enfermos crnicos, ste es un buen momento para
organizar un equipo para ayudar con la limpieza y los mandados. Cuando se
reparte el trabajo, nadie est sobrecargado. El paciente se sentir aliviado al
saber que estas tareas se estn cumpliendo.
Ponga al paciente en contacto con recursos nacionales y comunitarios que
pueden servir de apoyo moral y proveer materiales educativos. En muchos
lugares hay grupos de apoyo para casi cualquier tipo de enfermedad. Estas
organizaciones son de mucha ayuda para los pacientes que enfrentan la muerte.
Consulte la gua telefnica para enterarse de cules servicios estn disponibles
en su comunidad.
Sea flexible para estar disponible a cualquier hora del da o de la noche.
Arregle su horario para dedicar tiempo al moribundo. Lo necesita ahora,
mientras an vive.
Desde el punto de vista del paciente stos son asuntos inconclusos que
necesitan resolverse. Es ms que morir con la conciencia tranquila. Es tomar
los pedacitos de la vida y formar un todo, terminar el tapiz, escribir el ltimo
rengln, leer el final del libro.
Como visita, a lo mejor tendr que arriesgarse al rechazo si se involucra en
tratar de restablecer relaciones. No todo el mundo estar dispuesto a hacer las
paces. Si los que no quieren hacerlo son los sobrevivientes, tendrn que sufrir
las consecuencias ms adelante.
Pero hay pasos que se pueden tomar con el paciente moribundo, aunque los
dems no estn dispuestos a participar. Anmelo a escribir en una carta lo que
quiere decir. Puede dictrsela a usted si no puede escribir, o puede llevar un
grabador para grabar los mensajes. Asegrele al paciente que usted se
encargar de que las cartas y las grabaciones lleguen a sus destinarios.
Ore con el paciente, si ste lo permite, pidiendo perdn y el ablandamiento de
los corazones. Ore por la sanidad de viejas heridas.
Asegure a los pacientes moribundos que han hecho todo lo posible y que Dios
bendecir esos esfuerzos. Hable de cmo la gente no siempre est lista para
recibir el mensaje que tenemos para darle, pero que muchas veces ese
momento llega despus. Jess mismo tuvo que encarar tales circunstancias
durante su ministerio terrenal.
En cuanto a las relaciones existentes, asegrese en primer lugar de mantener sus
propios vnculos con el paciente. Sea constante en sus contactos de apoyo. No
es raro que los amigos abandonen a los pacientes moribundos. Ver morir a
alguien nos hace ms consientes de nuestra propia mortalidad y los temores
asociados con ella.
Robert Stromberg seala que las amistades pueden valorizarse ms o
convertirse en una fuente de desilusin cuando no proveen el apoyo esperado.
Es difcil sentarse y hablar con alguien que uno quiere y que se est muriendo,
pero no permita que el hecho de sentirse impotente lo aleje. Estar solo y
abandonado es un temor real para el moribundo y necesita de su presencia.
Los pacientes de cncer, ya sea mortal o no, frecuentemente informan sobre
casos de rechazo social o de aislamiento aun de los amigos ntimos. Betty
Satterwhite Stevenson cuenta de cmo, cuando estaba en el supermercado, los
NECESIDADES ESPIRITUALES
En el Hospice Resource Manual for Local Churches (Manual de recursos de
hospicio para las iglesias locales), editado por John W. Abbott, se dice que la
iglesia es responsable por ver que sus miembros estn preparados para morir y
para la forma de morir.
Por iglesia se entiende los miembros compasivos e involucrados de la familia
de la iglesia local.
Ya se ha hecho una advertencia acerca de no convertir la habitacin del
paciente en un campo misionero. La mayora de la gente moribunda ha tenido
amplias oportunidades para recibir el mensaje de la gracia salvadora de Dios.
Hasta este momento ha elegido aceptar o rechazar las Buenas Nuevas.
El paciente que enfrenta la muerte tiene el derecho de establecer su propio
horario para hablar de su salvacin. Nuestra responsabilidad es la de estar
disponible para hablar de ello si as lo solicitan.
Uno de mis amigos tena una enfermedad muy grave. Finalmente lleg al punto
que tuvieron que ponerlo en la sala de cuidado intensivo. Lo haba visitado
muchas veces. Siempre le deca que estaba orando por l y aunque reconoca
el gesto con una inclinacin de la cabeza, nunca deca nada. Una maana, ya
cerca de la muerte en la sala de cuidado intensivo, percib que algo haba
cambiado. Segu las indirectas que me daba el paciente, sent un empujoncito
de Dios y le pregunt si quera que orara por l en voz alta en ese mismo
momento. Me dijo que s.
Tal vez haya sido la respuesta a mis oraciones privadas, quiz fuera la
germinacin de las semillas plantadas en nuestras visitas, o el temor de que la
hora se estaba acercando. Cualquiera haya sido el motivo, ste era el momento
justo, no antes, no despus.
El ministerio a las necesidades espirituales incluye la examinacin de los
temores, las esperanzas y las expectativas de la persona para el presente as
como para el futuro. Exige la bsqueda de aquello a lo cual se est aferrando,
ya sea una persona, un lugar, una cosa o una circunstancia.
Puede ser un punto de vista sin el cual siente que no puede vivir.
Asistir a la persona para que exprese lo que est sin resolver en su vida, es
ayudarle a terminar la aoranza o a volver a postular el problema con ms
realismo y a encontrar soluciones aceptables.
Un capelln da un ejemplo. Estaba trabajando con una mujer que deseaba ver
crecer a sus nietos. Dada la naturaleza de su enfermedad, era muy poco
probable que su deseo se cumpliera. Senta una prdida tremenda al pensar
que jams la conoceran. Juntos, el capelln y la paciente pensaron en armar un
lbum con fotografas y artculos sobre su vida; grab casetes con historias y
recuerdos; y escribi una especie de autobiografa. Todo esto le ayud a
enfrentar la muerte porque le sirvi para resolver un conflicto interno.
En el captulo 1 hablamos del uso de la oracin y de las Escrituras al ministrar
las necesidades espirituales. Observe a los pacientes y sabr cundo estn
listos para aceptar estas cosas. Un paciente hizo la siguiente declaracin: No
estoy seguro si voy a ir a cielo o no. He tratado de llevar una buena vida.
Cmo puedo estar seguro? Buscaba las respuestas. Quera saber. Pregunt.
Estaba listo para or el plan de salvacin de Dios.
A veces las indirectas son ms sutiles. La persona puede decir: Siempre he
procurado tratar bien al prjimo. Esta es una buena oportunidad para explorar
lo que el paciente cree acerca de la salvacin. Haga preguntas francas que
conducen a respuestas ms completas. Introduzca referencias bblicas
apropiadas con cautela.
Deje una Biblia para que la persona la tenga a mano. Subraye versculos
alentadores para que puedan ser vistos fcilmente.
FACILITE LA MUERTE
El moribundo muchas veces se ve obligado a ministrar a sus visitas. A menudo
es ms difcil para la familia enfrentar la enfermedad y la crisis que lo es para la
persona en su lecho de muerte. Los pacientes moribundos muchas veces se
sienten culpables por hacer sufrir a los dems, o por abandonar a los seres
queridos. La preocupacin principal de una mujer era quin cocinara para su
familia.
Los pacientes frecuentemente debern consolar a los que dejan atrs. Se
disculpan por morir con cualquiera que los va a extraar.
A menudo tienen que esconder sus temores y aparentar estar animados cuando
en realidad no lo estn, todo por sentirse obligados con los dems.
Es una carga pesada para poner sobre aquellos que ya tienen demasiado que
cargar. Podran utilizar sus energas mejor para completar asuntos inconclusos,
controlar el dolor o disfrutar el tiempo que les queda en cualquier forma que
puedan.
Asegure a los pacientes que sus seres queridos van a estar bien. Dgales que se
cuidarn mutuamente y que crecern a raz de la experiencia. Anmelos a
Alivio. Esto se refiere a las cosas prcticas que puede hacer para ayudar al
cuidador. Las comidas siempre representan un alivio, y son bien recibidas. La
comida preparada por otras manos es una delicia despus de comer da tras
da los platos preparados por uno mismo. Ir a la tintorera, a la tienda, a la
farmacia o al correo para hacer los mandados puede ser til a los cuidadores
que no pueden salir o que estn extenuados despus de una noche difcil. Un
acto que demuestra mucha sensibilidad es prestar un lugar de descanso como
una casa de fin de semana, una casa rodante o un dormitorio extra en la casa
de usted para darle una tregua.
Una de las mejores maneras de ayudar es sentarse con el paciente o cuidarlo
mientras el cuidador se toma un respiro. Puede ser por unos minutos o unos
das. Si est en condiciones de ofrecer este tipo de ayuda, anime decididamente
al cuidador a aceptar su generosa oferta. Sea persistente, sin ser pesado,
acerca de la necesidad de tomarse un tiempo de descanso. Si rechazan la
primera oferta, vuelva a hacerla.
Validacin. Esto les hace saber a los cuidadores que estn en lo correcto. El
apoyo a decisiones difciles por sencillamente escuchar y no juzgar no slo es
apropiado sino que demuestra amor. Los cuidadores necesitan expresar sus
sentimientos. Para muchos cuidadores puede ser la primera vez que les toca
esta tremenda tarea. Piensan que hay cierta forma en que la gente debe morir.
Se preguntan si estn haciendo todo lo imprescindible.
Muy til es escuchar para captar los mensajes subyacentes. Tienen miedo?
Hgales saber que los acompaar en esta experiencia. Estn experimentando
sentimientos de culpa? Aydelos a perdonarse. Enseles que deben aceptar el
perdn para poder recibirlo.
La palabra clave es escuchar. Para or slo necesita los odos. Para escuchar,
necesita el corazn y la mente. Si se los piden, el consejo y la consulta pueden
ser apropiados, pero ante todo el cuidador necesita un odo comprensivo. No
es curioso que Dios nos haya creado con dos odos y slo una boca?
La iglesia tiene un lugar muy importante y singular para apoyar a los miembros
de la congregacin que quieren participar en un ministerio de visitacin. La
visin de un programa de visitacin ordenado y organizado dirigido a los
enfermos debe venir del ministerio total de la iglesia. Sin el reconocimiento y el
apoyo constante del pastor, el programa ser dbil e inspido.
En algn momento se impuso la idea de que slo los pastores pueden visitar a
los enfermos eficazmente. Se acepta que los laicos tengan una participacin
constante en el ministerio de la escuela dominical, la administracin econmica
y el mantenimiento del edificio, pero tanto los miembros como los pastores
suelen pensar que slo estos ltimos pueden visitar a los enfermos
correctamente.
En vez de ser jugadores, los ministros deben actuar como entrenadores del
equipo de visitadores. Los ministros deben supervisar el programa, prestarse
para desarrollar un programa factible y acercarse a los participantes y
comisionarlos para hacer el trabajo. Cuando se comisiona a los miembros
frente a la congregacin en una ceremonia pblica, todo el mundo entiende que
el miembro del equipo visitador, no el pastor, puede ser el que lo visite cuando
se enferme.
La iglesia necesita decir claramente que el ministerio de visitacin es una funcin
de toda la iglesia, no slo del pastor. Una vez que esto queda establecido y
aceptado, los ministros necesitan servir de apoyo para los interesados en
participar en este ministerio.
FUNCIONES DE LIDERAZGO
La iglesia puede proveer este liderazgo infundiendo una buena actitud, adems
de establecer un programa factible para sus participantes. Considere las
siguientes funciones de la iglesia en el cumplimiento de la meta de formar un
equipo de visitacin viable:
nuevos puntos de vista y para aprender el uno del otro, la visitacin se vuelve
montona. Cuando la gente no quiere lo que uno tiene para ofrecer, causa
confusin. Los visitadores necesitan un tiempo y un lugar para descargarse.
Cuando no hay que responderle a nadie, es ms fcil faltar una semana,
despus dos, y finalmente dejar de visitar por completo.
Implementar programas especiales tales como la grabacin de los
sermones dominicales para los enfermos crnicos que no pueden asistir a
las reuniones. Una leccin de la escuela dominical en el hospital o un perodo
de lectura de historias bblicas pueden recordarles a los nios internados por
largo tiempo que Dios est cerca.
Estos programas debern ofrecerse en forma habitual y constante para que
tanto los pacientes como los voluntarios puedan depender de ellos.
Identificar y movilizar sistemas de apoyo dentro de la congregacin y la
comunidad para suplir las necesidades. Hace falta mantener actualizada la
informacin sobre los recursos disponibles a fin de mantener credibilidad.
Alentar a la juventud de la iglesia a participar de manera constante. Las
clases de la escuela dominical podran adoptar una abuela en un hogar o
guardera de ancianos cercano. Los nios podran hacer tarjetas una vez por
mes para mandar a su abuela adoptiva. Una o dos veces por ao podra
tenerse la escuela dominical en el nosocomio, donde podran visitar a sus
abuelos. El maestro podra llevar fotografas para intercambiar. Los nios
podran hacer regalos sencillos o llevar flores de su jardn para que el maestro
las lleve al asilo de vez en cuando. Este mismo programa puede funcionar con
la misma eficacia para los enfermos crnicos.
Si hay un nio internado, la clase de la escuela dominical podra hacer tarjetas,
mandar un regalo, hacer llamadas telefnicas o visitas si fuera apropiado.
Los adolescentes pueden participar del ministerio de la visitacin. Podran
adoptar a un enfermo crnico como proyecto especial y tomar tiempo cada
mes para limpiar la casa o hacer trabajo de jardn. Es muy importante que los
adolescentes aprendan a dar sin esperar retribucin. El ministerio de los
jvenes a los ancianos puede ensearles acerca de la vida, la vejez y la muerte.
Los lderes juveniles pueden ser clave en el establecimiento de un programa de
esta ndole.
importante; el contacto habitual con la iglesia les hace saber que se les
recuerda.
Patrocinar grupos de apoyo para los cuidadores principales. Una pareja de
una iglesia metodista en Pensilvania que cuidaba a un padre anciano empez un
grupo de apoyo cuyos miembros eran cuidadores principales. Tienen reuniones
peridicas y sacan boletines y materiales informativos mensualmente para ms
de mil miembros. La iglesia les provee un lugar para las reuniones, ayuda
monetaria, los recursos de su oficina y talento y liderazgo congregacional. Qu
tremendo ministerio!
Organizar una participacin habitual de la iglesia en las reuniones de los
hogares de ancianos. En muchas comunidades varias iglesias comparten la
responsabilidad por la msica especial y/o los cultos del domingo.
Sin el pastoreo del liderazgo de la iglesia, las ovejas suelen desanimarse y
desorganizarse. Se debe reconocer y respetar a los visitadores voluntarios por
el importante papel que desempean en el ministerio de la iglesia.
La congregacin ha de sostenerlos constantemente en oracin.
CONZCASE
La visitacin a los enfermos es una tarea especial. Exige paciencia y
comprensin y un amor por lo que Jess ense. Es una tarea que requiere
mucho trabajo. Le da al visitador una apreciacin ms profunda de la vida y la
salud. Como cualquier ministerio, uno recibe mucho ms de lo que da. Las
lecciones recibidas tratan del amor, el valor, la compasin, la amistad y el
compromiso.
El grado de participacin en el ministerio de la visitacin depender de nuestra
relacin con la persona enferma, nivel de comodidad, habilidades e intereses. A
veces, ser un visitador eficaz significa modificar nuestro comportamiento para
conformarnos a la situacin dada. Si todava se siente un poco aprensivo en
este momento, recuerde que, al igual que cualquier otra destreza, requiere
prctica. Cuanto ms visite, tanto ms cmodo se sentir.
Tambin est consciente de que no importa cun a gusto se pueda sentir una
persona en este ministerio, habr momentos en los cuales la visitacin no
andar bien. Por eso es importante compartir y tener supervisin.
APNDICE
RECURSOS BBLICOS SUGERIDOS
ANTIGUO TESTAMENTO
Nmeros
<040624>
Nmeros 6:24-26 Jehovah te bendiga y te guarde.
Deuteronomio
<053108>
Deuteronomio 31:8 No temas ni te atemorices!
<053326>
Deuteronomio 33:26, 27 Dios es tu refugio.
Josu
Josu 1:9 Esfurzate y s valiente.
<060109>
Salmos
Salmos 16:8, 9 No ser movido.
Salmos:9-11, 24 No te alejes de m.
23 Jehovah es mi pastor.
27 Jehovah es mi luz y mi salvacin.
31 En ti, oh Jehovah, me he refugiado.
Salmos 32:7 T eres mi refugio.
Salmos 34:4, 15, 17-19 Yo busq a Jehovah y l me oy.
41 Bienaventurado el que se preocupa del pobre!
46 Dios es nuestro amparo y fortaleza.
Salmos 55:4-8, 16, 17, 22 Temor y temblor me han sobrevenido.
56 Ten misericordia de m, oh Dios.
57 Ten misericordia de m, oh Dios.
Salmos 62:1, 2, 5-8 Reposa mi alma.
71 Yo siempre esperar.
Salmos 73:23-26 Me tomaste de la mano derecha.
77 Mi voz elevo a Dios y clamo.
86 Inclina, oh Jehovah, tu odo y escchame.
91 Refugio mo y castillo mo.
107 Alabad a Jehovah... porque para siempre es su misericordia!
Salmos 109:21, 22 Lbrame.
121 Alzar mis ojos a los montes.
138 Te doy gracias con todo mi corazn.
Lamentaciones
<250322>
Lamentaciones 3:22-26 Jehovah es mi porcin.
NUEVO TESTAMENTO
Mateo
Mateo 5:1-12 Bienaventurados los de limpio corazn.
Mateo 6:25-34 No os afanis por vuestra vida.
<401128>
Mateo 11:28-30 Venid a m, todos los que estis fatigados.
<402534>
Mateo 25:34-40 Estuve enfermo, y me visitasteis.
<400501>
<400625>
Juan
Juan 11:25, 26 Yo soy la resurreccin y la vida
Juan 14:1-4, 27 No se turbe vuestro corazn.
<431633>
Juan 16:33 Para que en m tengis paz.
<431125>
<431401>
Romanos
<450501>
Romanos 5:1-6 La tribulacin produce perseverancia.
<450831>
Romanos 8:31-39 Si Dios es por nosotros, quin contra nosotros?
2 Corintios
<470103>
2 Corintios 1:3-11 Quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones.
Filipenses
<500406>
Filipenses 4:6-8 Por nada estis afanosos.
Hebreos
<580416>
Hebreos 4:16 Hallemos gracia para el oportuno socorro.
<581305>
Hebreos 13:5 Nunca te abandonar.
1 Pedro
<600507>
1 Pedro 5:7 Echad sobre l toda vuestra ansiedad.
1 Juan
1 Juan 3:1, 19, 20 Cun grande amor.
<620301>