Terapia Centrada en El Cliente
Terapia Centrada en El Cliente
Terapia Centrada en El Cliente
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Para muchos el uso del trmino cliente puede resultar chocante y contrario al
espritu de la psicologa humanista. El motivo de abandonar el trmino paciente
viene dado por la connotacin del vocablo, relacionado con la patologa, lo cual
implica una relacin asimtrica en donde el enfermo busca la ayuda de un
superior, el terapeuta o sanador. La contrapropuesta es que no existe tal cosa
como la enfermedad mental, sino formas disfuncionales de vivir.
El solicitante de un servicio o proceso psicoteraputico toma as el trmino cliente,
ya que es una persona activa en la solucin de su problema y, como parte de esa
bsqueda activa, ha decidido iniciar este proceso psicoteraputico. Dentro de la
relacin teraputica, cliente y psicoterapeuta tienen por tanto el mismo "estatus",
de modo que el cliente es totalmente libre para dirigir por medio de la psicoterapia
su propio camino de desarrollo personal.
EL PROCESO TERAPUTICO
Rogers describe el proceso que viven las personas que ingresan a terapia y
describe siete etapas.
1. Fijeza: es el estado que comnmente es descrito como neurtico.
2. Vivir la experiencia de ser plenamente aceptado: al inicio de la relacin
teraputica, el primer cambio que vive la persona es entrar en un ambiente que no
le condiciona, lo que convierte en innecesarios los patrones de comportamiento
que ha desarrollado para enfrentar al mundo hostil y condicionante en que se
desenvuelve cotidianamente.
3. Desarrollo y flujo de la expresin simblica: la persona en proceso comienza
a desarrollar una expresin verbal ms all de los lugares comunes y que le
sino, esencialmente, por actitudes del terapeuta, las mismas que pueden ser
instrumentalizadas de diversa manera.
Se consideran as dos factores:
1) La actitud que tiene el terapeuta, su filosofa operacional bsica frente a la
dignidad y la significacin del individuo (hiptesis bsica),
2) Su instrumentalizacin a travs de mtodos adecuados.
Las actitudes del terapeuta deben ser trasmitidas de manera indirecta,
impregnadas en las comunicaciones pero no formuladas abiertamente en ninguna
de ellas. A veces esto no es comprendido planamente y por esta razn algunos
asumen que la actitud centrada en el cliente consiste en ser pasivos e indiferentes,
en "no entrometerse". Pero ello de plano es incorrecto y, ms an, es nocivo,
porque la pasividad de hecho es asumida como rechazo; adems, suele terminar
por aburrir al sujeto al ver que no recibe nada.
El enfoque plantea ms bien que el terapeuta debe ayudar a clarificar las
emociones del cliente, ser un facilitador en el proceso de hacerlas concientes, y
por ello manejables y no patolgicas. Pero no asumiendo un rol de omnisapiente y
todopoderoso, que lleva al cliente de la mano dicindole "Yo te acepto" y
devolvindole "masticadito" el material que ste le proporciona.
Si hay respeto sincero y absoluto, procurar ms bien que sea el cliente quien
dirija el proceso. En este caso las intervenciones del terapeuta se plantearn como
posibilidades, casi como ecos del material expuesto, y no como juicios de valor,
afirmaciones o interpretaciones.
La imagen del eco puede servir para comprender el fenmeno: un eco es una
reproduccin amplificada y modulada (que implica una adecuada percepcin y una
buena dosis de empata frente a lo reproducido), algo que suena igual y diferente
al mismo tiempo, y que permite al emisor una recaptacin novedosa y ms
completa del mensaje emitido (ahora es a la vez emisor y receptor de s mismo, y
ya no slo emisor). Adems, el eco supone un "algo" en comunidad con nosotros,
otra persona (un alter-ego) que nos escucha y reproduce y/o reformula nuestros
mensajes en un ambiente de aceptacin.
En este dilogo con el terapeuta (que es en esencia un dilogo conmigo mismo)
empiezo a sentirme aceptado, puesto que diga lo que diga, haga lo que haga, slo
recibo como eco empata y calidez, en lugar de consejos, diagnsticos o
interpretaciones; as, me doy cuenta paulatinamente que no soy tan malo, tan raro
o diferente como crea, y empiezo a permitir que mi capacidad de crecer se vaya
abriendo paso.
A semejanza de la dicotoma gestltica figura-fondo, en esta psicoterapia se
persigue que el fondo (el campo experiencial no conciente, lo oculto, lo temido)
pase a ser figura (conciencia, parte del self, del s mismo). El Yo "engorda", se
vuelve ms eficaz en el manejo de la realidad interna, consumiendo menos
energas en la construccin de defensas que lo protejan contra la angustia.
En cuanto a los detalles del proceso psicoteraputico, Rogers planteaba lo
siguiente: "Digamos, de entrada, que no existe una distincin precisa entre el
proceso y los resultados de la terapia. Las caractersticas del proceso
corresponden, de hecho, a elementos diferenciados de los resultados" (Rogers y
Kinget, 1971).
Segn Rogers, cuando las condiciones teraputicas estn presentes y se