Enfoques Bio-Psico-Social de La Adolescencia

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DOCUMENTO DE CTEDRA: ENFOQUES BIO-PSICO-SOCIAL DE LA ADOLESCENCIA

1- QU ES LA ADOLESCENCIA?
Sabemos que la vida es un continuum dinmico que se expresa a travs de distintos trminos:
desarrollo, cambios, crisis, adquisiciones, evolucin, rupturas, reestructuraciones, crecimientoDesde
la vida fetal hasta la muerte, el ser humano atraviesa por las distintas etapas que van marcando y
perfilando su personalidad como un permanente producto-proceso de su propio vivir.
La adolescencia considerada como momento trascendente de este continuum, constituye para
Eduardo Kalina (1985) el segundo gran salto hacia la vida. Si el primer gran salto est dado por el
nacimiento, donde el beb abandona el confortable equilibrio de la existencia intra-uterina y se lanza a
un nuevo mundo desconocido, este segundo salto es efectuado hacia s mismo, como ser individual, el
cual luego de un largo procesos definir su identidad personal. Aqu el equivalente del desprendimiento
del seno materno, ser el desprendimiento del ncleo familiar.
Si entendemos por crisis momentos de desorganizacin, cambios y logro de nuevas formas de
organizacin, podemos afirmar que la adolescencia es un perodo de crisis aguda, ya que en ella se
manifiestan y conjugan importantes rupturas y transformaciones en lo biolgico, lo psicolgico y lo
social.
Desde esta perspectiva, se comprende cmo el adolescente est sujeto a desequilibrios e
inestabilidades extremas, a variaciones emocionales que van desde el ensimismamiento a la audacia,
de la timidez al arrasamiento social, de la incoordinacin y la apata al fanatismo ideolgico, del atesmo
al misticismo, de la conducta sexual dirigida hacia el heteroerotismo y hasta la homosexualidad
ocasional, a la inhibicin total de sus impulsos.
Podemos sintetizar este cuadro con la denominacin de A. Aberastury: Sindrome normal de la
adolescencia (Aberastury y Knobel, 1977). Ello implica un cierto grado de conducta psicoptica,
inherente a la evolucin normal de esa etapa. Incluye, para esa autora, la elaboracin de tres duelos
fundamentales:
-Duelo por el cuerpo infantil
-Duelo por la identidad y el rol infantil
-Duelo por los padres de la infancia
Tales duelos involucran prdidas, dolor y recuperacin.
Al desarrollar ahora la problemtica del cuerpo invadido por los cambios, la problemtica de esta
nueva identidad incierta y la problemtica familiar caracterizada por nuevas formas de vnculos con
padres y adultos, vamos a explicar y describir el suceder de tales duelos.
Por otra parte, esos duelos nos llevarn a reflexionar sobre otras problemticas concomitantes: el
grupo, el aprendizaje y la escuela.
Si observamos, adems, las distintas realidades adolescentes en funcin de su contexto sociocultural, podemos entonces arribar a una primera afirmacin que servir de eje a este trabajo: LA
ADOLESCENCIA ES UN FENMENO BIO-PSICO-SOCIAL
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Precisamente a continuacin, le proponemos analizar los fenmenos y transformaciones que vive el


adolescente, desde los siguientes enfoques:
-Biolgico
-Psicolgico
-Socio-cultural
2- QU LE EST PASANDO A MI CUERPO? (ENFOQUE BIOLGICO)
Un adolescente de 15 aos que cita A. Aberastury (op. Cit.) dice:
Hoy tuve por un minuto la sensacin de que entiendo cmo soy, pero qu raro! no me vea con mi
cuerpo sino como cuando tena 6 aos
A travs de estas palabras, comprendemos que el cuerpo infantil perdido, modificado
incontrolablemente bajo el impulso hormonal desencadenado por la pubertad, sigue reapareciendo en
las fantasas del joven, atemorizado y aturdido por la intensidad de sus nuevos impulsos.
Conviene aclarar, en este punto, la distincin entre pubertad y adolescencia. Siguiendo el
criterio de Peter Blos (1980) podemos emplear pubertad para designar las manifestaciones fsicas de la
maduracin sexual, y adolescencia para calificar los procesos psicolgicos de adaptacin a las
condiciones de la pubertad.
Sin embargo, ello no significa que los cambios corporales y conductuales de la pubertad no sean
encarados como formando parte de una unidad psicofsica que se desarrolla con la estimulacin y las
exigencias de un medio socio-cultural.
El joven necesita tomarse tiempo para aceptar su nuevo cuerpo y por lo general, llega a esta
conformidad mediante un largo proceso de duelo, a travs del cual no slo renuncia a su cuerpo infantil
sino que abandona la fantasa omnipotente de bisexualidad. Podr, entonces, aceptar el propio cuerpo
y, por ende, aceptar el cuerpo del otro.
Con respecto a los cambios fsicos de este perodo, siguiendo la descripcin del Dr. Knobel, podemos
afirmar que ellos ocurren en tres niveles fundamentales:
a) Un primer nivel donde la activacin de las hormonas gonadotrficas de la hipfisis anterior
produce el estmulo fisiolgico necesario para la modificacin sexual que acontece en este
perodo de la vida.
b) En segundo nivel tenemos las consecuencias inmediatas de la secrecin de la gonadotrofina
hipofisiaria y de la prosecucin de la secrecin de la hormona de crecimiento de la misma
hipfisis; la produccin de vulos y espermatozoides maduros y tambin el aumento de la
secrecin de hormonas adrenocorticoidales como resultado de la estimulacin de la hormona
adrenocorticotrfica.
c) En el tercer nivel se encuentra el desarrollo de las caractersticas sexuales primarias (con el
agrandamiento del pene, los testculos o el tero, la vagina) y el desarrollo de las caractersticas
sexuales secundarias (con la maduracin de los pechos, la modificacin de la cintura
escapularia, y la pelviana, el crecimiento del vello pubiano, los cambios de voz) a las que
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debemos agregar las modificaciones fisiolgicas del crecimiento en general, y de los cambios de
tamao, peso y proporcin del cuerpo que se dan esta etapa vital.
Cuando nos dedicamos a la descripcin del desarrollo fsico en la pubertad y adolescencia debemos
tener en cuenta un factor decisivo, no ponderado en la niez: la sexualidad. Antes de la pubertad, el
desarrollo fsico de las nias y varones sigue caminos casi paralelos, pero en los perodos que nos
ocupan se desvan marcadamente para cada sexo. Por tal razn, a continuacin nos detendremos en las
particularidades de cada uno.
-Desarrollo fsico del varn adolescente
En principio es necesario reconocer que hay grandes diferencias individuales respecto al ritmo en
que los varones maduran fsicamente; de cualquier manera, la edad promedio en que alcanzan su
altura total y la madurez sexual est comprendida entre los 12 y los 20 aos.
El ritmo y los lmites de la madurez fsica estn determinados en gran medida por la herencia, la
nutricin y los estmulos del medio.
Los otros cambios fsicos del varn son de igual manera drsticos. Hay en l un considerable
aumento de peso, que ocurre como resultado de un incremento en el espesor de los huesos y msculos
y no implica un aumento en la grasa corporal. No obstante, el varn no se adapta de inmediato a su
nuevo tamao y fuerza, dada la rapidez de sus cambios y sus dificultades en aceptarlos. En
consecuencia, puede atravesar una etapa en la que se lo ve desgarbado y dbil para su tamao, en la
que se cansa fcilmente en la actividad fsica y en la que se maneja con torpeza y dificultades en su
coordinacin motora en general.
Estas caractersticas son de gran importancia para el docente, no slo en las actividades fsicas y
deportivas donde claramente queda expuesto, sino en todos los momentos de convivencia y trabajo en
los cuales tales rasgos, a veces, perturban las expectativas de los adultos.
Con respecto a la madurez sexual, es ms gradual en los varones que en las nias y no hay un hecho
que la seale con la exactitud conque la menarca lo hace en ellas.
El desarrollo sexual de los varones, externamente observable, est caracterizado por: el aumento de
tamao del escroto y el pene, con el engrosamiento de la piel de estos sectores, el crecimiento del vello
pbico y axilar acompaado por el desarrollo continuo de los genitales, la aparicin posterior del vello
facial y corporal, y hacia la mitad de este proceso, la aparicin de la capacidad de eyacular (hecho que al
principio no significa capacidad de procreacin ya que el semen de la mayora de los varones no
contiene en nmero adecuado los espermatozoides vivos como para que sea frtil hasta la mitad de la
adolescencia).

-Desarrollo fsico de la nia adolescente


A pesar de considerar las grandes diferencias individuales con las nias alcanzan su madurez fsica,
podemos generalizar diciendo que el proceso comienza y termina antes que en los varones (algunos
autores sealan una diferencia media de dos aos).

Los primeros signos de crecimiento puberal son: el redondeamiento de la cadera como resultado del
ensanche de la pelvis y del aumento de la grasa subcutnea alrededor de los pezones; y acumulacin de
depsitos de grasa tambin bajo las arolas (zona oscura alrededor del pezn); y aparicin de la
menarca.
Al igual que lo expresado con respecto a los varones, la primera menstruacin no es equivalente a
fertilidad; por lo general las nias pueden concebir un ao o ms, despus de su menarca.
Es importante sealar que, aunque la menstruacin es la clave para la pugna de la pubertad y tiene
gran significacin en la psicologa de la muchacha, no podemos trazar un paralelo absoluto entre
acontecimientos fsicos y psicolgicos. As es posible encontrar muchachas que menstran antes de
alcanzar la pubertad psicolgica y otras que penetran en la pubertad psicolgica antes de que
aparezcan los signos fsicos correspondientes.
CORRELATO PEDAGGICO
Si nos detenemos un momento a pensar en la significacin y la importancia que siente el joven-nio
ante verdadera revolucin corprea, ante su cuerpo invadido por sensaciones y transformaciones que
boicotean su equilibrio infantil anterior, seguramente comprenderemos muchas conductas escolares.
Tal es el caso, por ejemplo de adolescentes que fracasan o manifiestan distintos grados de
dificultades en Educacin Fsica, no slo por los rasgos de torpeza e incoordinacin motora ya
sealados y esperables en crecimientos normalmente asincrnicos, sino tambin por sentimientos de
vergenza y extraeza que suelen traer aparejados el mostrarse frente al grupo.
Un cuerpo desconocido y cambiante acarrea, en esta primera etapa (pubertad y primeros
tramos de la adolescencia), frecuentes incomodidades en las situaciones donde, precisamente el
cuerpo, es uno de los ejes principales del trabajo. Por tal razn las nias suelen esconder sus pechos
incipientes tras grandes buzos o amplias remeras, y a excepcin de las deportistas habituales, muchas
encuentran resquemores en la realizacin de pruebas que implican dejar al descubierto sus piernas y
muslos.
Sin embargo, esta problemtica no slo en esta rea puede causar dificultades. Otras actividades y
temticas escolares, que en forma directa o indirecta, se asocian a su conflictiva realidad corporal,
tambin pueden ofrecer interferencias en los aprendizajes. Pensemos aqu en temas como Biologa,
Dibujo o cualquier otra actividad e imagen que inconscientemente representen para el adolescente
algunas de sus dificultades actuales con su cuerpo.
Avanzando en la etapa, estas caractersticas pueden modificarse y ser reemplazadas por cierto grado
de exhibicionismo, el cual tambin forma parte de ese proceso que recibe el nombre de duelo por el
cuerpo infantil.
Es oportuno sealar que, generalmente, los cambios corporales producen ansiedad y modifican los
vnculos que hasta el momento mantena el joven con las personas.
Podemos agregar que la actitud que el adolescente tenga frente a su cuerpo nos puede ofrecer
ciertas caractersticas sobre la calidad de su crisis, como as tambin para Aberastury, nos puede
manifestar el grado de normalidad.

Por otra parte, la observacin de los dibujos nos arroja datos interesantes sobre la identidad
corporal y su evolucin, pudiendo comprobar las modificaciones correspondientes, las dificultades en
algunos aspectos de su desarrollo y las fantasas concomitantes. Estas modificaciones se refieren al
largo de las extremidades u otras partes del cuerpo, la aparicin de los caracteres sexuales secundarios,
la anulacin de determinadas partes, el enriquecimiento paulatino de la imagen. Tambin los dibujos
nos revelan problemticas psicolgicas, de relaciones sociales, escolares, etc.
Tal como dijimos, en algunos casos, los cambios corporales llevan a grandes trastornos en la relacin
de los adolescentes con su propio cuerpo y con el de los dems. Con frecuencia, pueden sentir su
cuerpo como extrao a ellos y llegar a un ataque contra l sin sentirlo como propio. El monto de culpa
que acompaa a este proceso de carcter autodestructivo puede explicar algunos casos de
adolescentes suicidas o que han realizado intentos conscientes de suicidio o padecido accidentes
graves.
Tambin es frecuente ante la ansiedad de los cambios corporales y la invasin impulsiva que
irrumpe, el refugiarse en su cuerpo infantil.
3- QUIN SOY YO HOY? CMO? ENFOQUE PSICOLGICO
Quin soy yo?, si yo fuera usted?, yo soy como usted?, yo soy como todos?
Como punto de partida, es necesario sealar que las modificaciones corporales descriptas en el
apartado anterior, llevan al adolescente a la estructuracin de un nuevo yo corporal, a la bsqueda de
su identidad y al cumplimiento de nuevos roles.
Ese largo proceso de bsqueda de identidad ocupa gran parte de su energa y es la consecuencia de
prdida de la identidad infantil que se produce cuando comienzan dichos cambios corporales.
A continuacin se analizan los principales procesos psicolgicos que explican las conductas del
adolescente.
-Identidad
Es necesario considerar aqu que el cuerpo y el esquema corporal (representacin mental que el
sujeto tiene de su propio cuerpo como consecuencia de sus experiencias en continua evolucin) son
dos variables ntimamente interrelacionadas en el proceso de definicin del s mismo y de la
identidad.
Invadido por los cambios corporales y sus concomitantes modificaciones emocionales que da a da
experimenta, el adolescente necesita darle a todo esto una continuidad dentro de la personalidad, por
lo que se establece una bsqueda de un nuevo sentimiento de continuidad y mismidad.
Para Sorenson (1962), la identidad es la creacin de un sentimiento interno de mismidad y
continuidad, una unidad de personalidad sentida por el individuo y reconocida por otro que es el saber
quin soy.
En esta bsqueda de identidad, el adolescente recurre a las situaciones que se presentan como ms
favorables en el momento. Podemos reconocer, entre ellas, a la uniformidad,que brinda seguridad y
estima personal. Ocurre aqu el proceso de doble identificacin masiva, en donde todos se identifican
con cada uno, y explica, por lo menos en parte, el proceso grupal del que participa el adolescente.
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Observando al joven, podemos descubrir problema de seudoidentidad, o sea expresiones manifiestas


de lo que se quisiera o pudiera ser y que ocultan la identidad latente, la verdadera.
As, estas situaciones pueden llevar al adolescente a adoptar distintas identidades: identidades
transitorias, adoptadas durante un cierto perodo, como por ejemplo el lapso del machismo en el
varn o de la precoz seduccin histeroide en la nia, del adolescente-bebe, o del adolescente-adulto
serio; identidades circunstanciales que confunden al adulto, sorprendido ante los cambios en la
conducta de un mismo adolescente que recurre a estas variadas identidades en casa, en el club, en el
colegio, etc.
De esta forma, el joven se presenta como varios personajes, a veces ante los mismos padres y con
frecuencia ante diferentes personas del mundo externo, que nos podran dar de l versiones
totalmente contradictorias sobre sus caractersticas, sus actitudes, su afectividad, su comportamiento e
inclusive, sobre su aspecto fsico rpidamente cambiante.
G. Rosenthal y M. Knobel explican el duelo por la identidad infantil aludiendo al fenmeno del
fracaso de personificacin. En este caso, el adolescente, en medio de una confusin de roles y al no
poder mantener la dependencia infantil ni poder asumir la independencia adulta, delega en el grupo
gran parte de sus atributos, y en los padres, la mayora de las obligaciones y las responsabilidades.
Mediante este mecanismo esquizoide (de divisin), su propia personalidad queda fuera de todo el
proceso de pensamiento; es la irresponsabilidad tpica del adolescente, ya que l, entonces, nada tiene
que ver con nada y son otros los que se hacen cargo del principio de realidad. Esto nos puede explicar
tambin cierta desconsideracin por seres y cosas del mundo real que dan a sus relaciones un
carcter, si bien intenso, sumamente lbil y fugaz. Esta situacin provoca la inestabilidad afectiva del
adolescente, con sus crisis pasionales y sus brotes de indiferencia absoluta.
-LA AMBIVALENCIA
Girando en el eje de su desarrollo, otro fenmeno dinmico y especial tie una gran pare del
perodo adolescente: la ambivalencia bsica.
Apoyado en un sentimiento contradictorio y cambiante: CRECER- NO CRECER, este fenmeno tiende
a movilizar las conductas en permanente polarizacin. El joven puede fluctuar as entre su necesidad de
soledad y de comunicacin, entre su idea de bondad y de maldad, de egosmo y altruismo, de ascetismo
y de sexualidad, de tendencia a la suciedad y prurito de limpieza y elegancia, de amar y odiar, de accin
y desgano absoluto. De acuerdo con este proceso, para l cada cosa se da junto con su opuesto, y tanto
en un extremo como en el otro, todo suele presentarse irritativamente enftico.
As mismo, con todo este conflicto interno, el adolescente se enfrenta en la realidad con el mundo
del adulto, quien-a veces- al sentirse atacado, enjuiciado y amenazado por esta ola de crecimiento y
cambios, suele reaccionar con incomprensin, con rechazo y con un reforzamiento de su autoridad.
Como podemos apreciar nuevamente, la actitud del mundo externo, en especial la escuela, ser
decisiva para facilitar o entorpecer el crecimiento.
-EL SEUDO-AUTISMO
A veces me siento totalmente sola en el mundo. Existo slo yo. Para qu quieren que salga de cuarto.
All est mi mundo expresa una adolescente de 16 aos.
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Es esencial comprender que para el joven entrar al mundo adulto es un principio fundamental. No
obstante, dicho mundo se le presenta como algo temido y peligroso. Al mismo tiempo, su modificacin
corporal, el desarrollo de sus rganos sexuales y la capacidad de reproduccin es vivido por l como
una irrupcin de un nuevo rol que modifica su posicin frente al mundo y que adems lo compromete
tambin en todos los planos de la convivencia.
Pues bien, la ansiedad que todo esto le provoca, hace que el adolescente intente una huda
progresiva del mundo exterior y busque un refugio temporal en su mundo interno. Las caractersticas
de este mundo interno, fruto de sus primeras experiencias infantiles y su posterior calidad de vida,
habrn de determinar en gran medida la calidad de sus crisis.
Sobre esta cuestin, expresa Aberastury: Es como si un poco aterrado ante una metamorfosis con
la que no est muy de acuerdo y a la que se siente impulsado por fuerzas desconocidas actuantes
dentro de l, buscara desesperadamente mediante una serie de planes y reforma del mundo externo
asegurarse de que l podra poner lmites a la accin del adulto en caso de ser necesario.
Podramos sintetizar este aspecto diciendo que el adolescente rompe, en gran parte, sus conexiones
con el mundo externo, acechante y peligroso, desconocido e incierto, para refugiarse en un mundo
interno que le es seguro y conocido. Este repliegue, que trae aparejadas distintas dosis de soledad, le es
necesario para, desde all, salir a actuar en el mundo exterior.
-VERBALIZACIN-ACCIN
Por otra parte, existe una clara disociacin entre el cambio corporal y el psicolgico, lo cual nos
posibilitar, en parte, fundamentar y explicar sus conductas frecuentes. Es el caso de la necesidad de
planificacin caracterstica de la adolescencia, que abarca desde el problema religioso o el de la
ubicacin del hombre frente al mundo, hasta los ms pequeos hechos de la vida cotidiana.
Ello es as porque al no poder hacer planes sobre su propio cuerpo o sobre sus seudo-identidades
que muchas veces lo invaden, recurre a la planificacin y a la verbalizacin las que se tornan enfticas y
omnipotentes. Hablar es equivalente a Actuar. Hablar del amor o planificar sobre su vida amorosa
futura, tal como lo afirma Aberastury, aparece como una defensa ante la accin que siente imposible
desde dentro o desde fuera. Podemos comprender, entonces, que su ideologa y proyectos suelen
funcionar como refugios defensivos.
Adems, de ello se desprende que la comunicacin verbal requiere para el adolescente un
significado muy especial: es un preparativo para la accin, y por lo tanto, no ser atendido en sus
expresiones verbales implica ser desestimado en su capacidad de accin. Esto explicara el sufrimiento
que padece el joven cuando no es escuchado. Inclusive, el fracaso en esa comunicacin puede
conducirlo a la accin. Estas acciones, a veces socialmente inaceptables (robos, agresiones), pueden
entenderse como llamados de atencin ante una comunicacin fracasada, generalmente con padres y
docentes.
Una reflexin pedaggica: si reflexionamos sobre este punto, revalorizaremos, como profesores de
adolescentes, la palabrea, el dilogo y la comunicacin efectiva.
Un joven docente manifest en una reunin de profesores que los dilogos establecidos con los
adolescentes son, muy frecuentemente, como lneas paralelas que no llegan a cruzarse ni
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encontrarse nunca. Quera graficar con estos los distintos idiomas que pareceramos manejar las
distintas generaciones y que ocasionaran las dificultades e interferencias en la comunicacin.
Con frecuencia solemos presenciar distintos recursos docentes y personales tendientes a vencer
estas diferencias. Tal es el ejemplo del docente que imita la jerga estudiantil y utiliza sus propios
modismos. No creemos que esta situacin sea realmente vlida porque el adulto no es un par del
adolescente, por lo tanto ste no espera de l lo que exige del grupo de pares. Reclama del adulto un
lenguaje sincero, llano y autntico, una comunicacin facilitada por una actitud comprensiva,
contenedora y un gran escucha para tanta verborragia omnipotente.
-DESIMBIOTIZACIN O SEPARACIN-INDIVIDUALZIACIN
Diversos autores se han ocupado de este intrincado proceso que se reedita a lo largo de nuestra vida
con diversos matices. Margaret Mahier (1977) ha descripto detalladamente el proceso que se da en la
primera infancia y que recrudece en la pubertad: la simbiosis mam-beb y el proceso de separacinindividualizacin.
Wallon (1982) aplic el trmino simbiosis a un estado primitivo del desarrollo ontogentico
(propio del ser humano) caracterizado por una bsica y casi absoluta dependencia e indiferenciacin
del nio en relacin con su madre, por la no-discriminacin entre ambos y por la falta de autonoma.
Este autor distingue en el desarrollo de la personalidad dos etapas diferentes: el perodo de
simbiosis fisiolgica que comprende la vida intrauterina y las primeras semanadas de vida post natal y
el perodo de simbiosis emocional que est caracterizado por la relevancia y tipo de ligazn emocional
entre el hijo y la madre.
Wallon seala que el nio, a partir de aquella situacin de dependencia total, por medio de una
evolucin paulatina, accede a un grado creciente de individualizacin y personificacin, en la medida en
que se discrimina y se separa del otro y del mundo externo.
As, hacia los 3 aos, el nio vive un momento crtico en que se estabiliza su diferenciacin y se
construye una primer forma de auto conciencia. La adolescencia es para l la segunda gran crisis de la
personalidad.
Por otra parte, los vnculos simbiticos (dependientes) persisten en ciertos niveles an en el adulto,
coexistiendo con aspectos ms diferenciados e individualizados de la personalidad. Siguiendo su
pensamiento, el conflicto bsico de la crisis adolescente, es la elaboracin del vnculo de dependencia
simbitica, o sea la ruptura vincular que necesita realizar el joven con sus padres a fin de recortarse,
separarse, individualizarse.
Resulta fcil comprender que los procesos de desprendimiento y diferenciacin desorganizan y
desestructuran la precaria identidad lograda hasta ese momento.
Es necesario aclarar que las alternativas del vnculo simbitico dependen de ambos miembros de la
pareja: por un lado, el adolescente con su dramtico cambio vital, su fuerte carga instintiva, su
metamorfosis corporal, su acceso a nuevas estructuras psicolgicas y, por otra parte, los depositarios
(padres) modificados por la nueva situacin y con su propia necesidad interna de reorganizar y
reestructurar estas relaciones.

En este sentido el contexto socio cultural mediatizado por la familia, prefigura de alguna manera la
crisis de la adolescencia al establecer expectativas y exigencias de independencia, libertad y
competencia en el manejo social, situacin nueva y muy diferente para el sujeto de la etapa anterior,
donde prevaleca la proteccin, contencin y limitacin.
Retomaremos estos ms adelante, cuando abordemos la problemtica socio cultural.
Podemos fcilmente deducir que este proceso de desimbiotizacin, o ruptura del vnculo de
dependencia infantil, depender de varios factores:
a) La estructura de personalidad previa y el tipo de infancia que el sujeto haya vivido;
b) La estructura peculiar del vnculo simbitico (forma de relacionarse con los padres);
c) La modalidad y alcance de la separacin que tiene lugar entre el hijo y sus padres, etc.
Otro hecho altamente importante a tener en cuenta es la consecuencia que este proceso de
desprendimiento trae aparejado.
Frente al riesgo de prdida del vnculo que genera la separacin (desembiotizacin) y la ansiedad
que ello produce, el sujeto intenta la resolucin del conflicto recreando la situacin simbitica
mediante la adhesin a sustitutos, ya sean personas o cosas. Tal sera, por ejemplo, la especial aficin
a un grupo extra familiar en ciertos casos: el grupo de pares, la pandilla, los amigos ntimos, la pareja
amorosa idealizada del adolescente.
En orden similar de cosas, se encontrara la intensa y efmera afiliacin ideolgica o religiosa.
Asimismo, la vestimenta, el cigarrillo, las drogas, los medicamentos, expresan la adhesin a un
sustituto con el que el adolescente intenta recrear la situacin perdida y el reemplazo del necesitado
vnculo simbitico, con cierta recuperacin del equilibrio perdido.
De todo esto se desprende muy claramente la existencia de dos tipos de sustitutos con los que el
adolescente trata de aferrarse durante este proceso de separacin-individualizacin: los sustitutos
saludables y los sustitutos enfermizos. Si reconocemos entre los primeros al grupo de pares, las
personas adultas significativas extra familiares, la pareja amorosa, las ideas reflexivas, apreciamos
ntidamente la importancia de la escuela y el rol preponderante que cada uno de sus elementos puede
jugar en la crisis adolescente.
-EL ADOLESCENTE VARN, LA ADOLESCENTE MUJER
Sobre la trama de procesos y caractersticas generales del adolescente que hasta aqu hemos
descripto, se entretejen ciertas diferencias relativas al varn o a la mujer, sobre todo en el primer
tramo: la pubertad y la adolescencia temprana.
Estas diferencias usted como docente las percibe, segn su sexo, en su relacin con unos u otros.
Las cuestiones pendientes seran:
El alumno varn prefiere al profesor varn? (necesidades identificatorias), pero al mismo tiempo
se enfrenta con l ms agresivamente que con la profesora mujer? (reedita necesidades de
hostigamiento trasferidas del padre). La adolescente mujer busca el proteccionismo de la profesora

mujer? (transferencias del vnculo materno-proteccionista), pero al mismo tiempo se relaciona con
ella ms competitiva y sdicamente? (traslado de la rivalidad con la madre).
Para que caso de la pber suele darse una honda situacin dual. Necesita reafirmar su identidad
tomando a la mam como modelo, pero no quiere utilizarla como tan. Muchas veces acaba haciendo
exactamente lo que la mam hace, sin aceptarlo verbalmente. Por eso su estado de nimo puede estar
teido de desasosiego, de temor y de depresin.
De esta manera podemos decir que recrudece la dependencia afectiva con la madre, reactivndose
viejos sentimientos de identidad en forma ms aguda en la nia que en el varn, puesto que siendo
mujer debe volver a la madre como modelo de identificacin: un nuevo modelo de identificacin.
Esta cuestin podemos explicarla ms profundamente con los fundamentos que Freud da en su
artculo: La feminidad (1932) al abordar esto a la luz de las diferencias de resolucin del Complejo
Edpico:
en el curso del tiempo la muchacha debe cambiar de zona ergena y de objeto, mientras que el
nio conserva los suyos. Surge entonces el interrogante de cmo se desarrollan tales cambios y
particularmente de cmo la nia, de la vinculacin a la madre, pasa a la vinculacin al padre, o dicho de
otro modo, cmo pasa de la fase masculina a su fase femenina que biolgicamente le est
determinada El apartamiento de la madre se desarrolla bajo el signo de la hostilidad, la vinculacin a
la madre se resuelve en odio, el cual puede hacerse evidente y perturbar a travs de toda la vida, o
puede ser luego cuidadosamente supe rcompensado, siendo lo ms corriente que una parte de l sea
dominada, perdurando la otra. Estas variantes dependen en gran medida de los que sucede en aos
posteriores
Es oportuno agregar que tanto la nia como el varn pber atraviesan el drama de desprenderse de
la madre pre-edpica, y el precio que habrn de pagar por esta liberacin es que, al mismo tiempo,
perdern a la madre nutricia, es decir a la fuente externa de proteccin y suministro.
La simbiosis deber cortarse en este momento para siempre y este es el gran drama puberal, que al
mismo tiempo, siguiendo las palabras de M. E. Garca Arzeno (1983), es un renacimiento.
Estos planteos vertidos a la luz de la teora psicoanaltica nos permiten comprender que los dispares
comportamientos de adolescentes varones y adolescentes mujeres con respecto a madre y padre, tiene
profundas y arcaicas races, que nos remontan a las primeras experiencias infantiles.
As, los sentimientos, y manifestaciones de atraccin y rivalidad, de bsqueda y rechazo hacia el
padre del mismo sexo, adquirirn una lectura ms profunda que la mera pelea generacional. Y el
especial vnculo de la adolescente mujer con su mam, a la luz de aquel activo proceso interno,
significar un hecho cualitativamente complejo.
Si reconocemos estas diferencias vinculares, adems de los distintos ritmos madurativos y los
divergentes comportamientos derivados de las caractersticas sealadas en el apartado 2, los cambios
de personalidades que durante toda la infancia van definiendo lo masculino y lo femenino, los
distintos intereses, valores y mviles que dinamizan la conducta de varones y mujeres, entonces,
podremos focalizar, ms comprensivamente al adolescente de uno y otro sexo.

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Reflexiones pedaggicas: al pensar en este perfil de adolescente, segn su sexo, nos surgen varias
problemticas que involucran nuestra tarea docente y que brindan distintas posturas para un debate
an abierto:
-

Cul es el beneficio de la escuela mixta versus la escuela de un solo sexo?


Cul de ellas responde mejor a los intereses, expectativas y necesidades del joven/la joven?
Existe en el cuerpo docente de casa escuela un equilibrio entre profesores-varones,
profesores-mujeres, a fin de responder a los requerimientos identificatorios de ambos jvenes?
Tienen las diversas materias un espacio posible para discriminar caractersticas e intereses del
alumno-varn y la alumna-mujer, ms all de las diferenciaciones que habitualmente se hacen
slo en Educacin Fsica?
Se tienen en cuenta las ventajas de agruparse con el otro sexo o no, en las distintas tareas,
segn el tipo, objetivos, y posibilidades de la actividad?

Cada institucin tendr seguramente varias respuestas a cada una de las cuestiones aqu planteadas.
Con frecuencia, la escuela secundaria considera uniformemente (homogeniza) al adolescente de
12 a 18 aos brindando una misma estructura para todos (pautas de convivencia, responsabilidades,
normas, derechos, actividades, etc.), desconociendo de esta forma las abismales diferencias que existen
entre el pber y el alto adolescente.
De la misma manera muchas veces no ofrece discriminaciones en funcin de las diferencias sexuales
aqu expuestas.
Estas homogeneizaciones son, entre otras, causas que indicen en el deterioro y la falta de
adecuacin de la escuela media al sujeto depositario de su accin.
4- Y ESTE ES EL MUNDO QUE NOS RODEA?! (ENFOQUE SOCIO CULTURAL)
Salgo poco. Cuando salgo si no conozco bien a la persona me siento incmoda. No tengo novio. Si
lo tuviera me gustara que fuera ms que nada amigo, que pudiramos hablar de cosas o intereses que
tuviramos en comn, que nos conociramos bien, que pudiramos tener confianza, y que pudiramos
discutir problemas o cosas profundas. Espero casarme si encuentro a la persona que me parezca
adecuada y que me brinde la seguridad que me falta. Creo que la unin entre dos personas que se lleven
bien y se quieren es preferible a vivir aislada. Me gustara casarme a los 25 o 27 aos. Me gustara tener
tres o cuatro hijos (Adolescente. 17 aos. Buenos Aires. 4to bachillerato).
La muchacha samoana que coquetea lo hace arriesgndose. Dice S, te ver esta noche, cerca del
viejo cocotero, al lado de la piedra del pulpo, cuando la luna descienda y el joven la espera durante
toda la noche. Oscurece: los lagartos caen sobre su cabeza; los botes fantasmas entran en el canal.
Siente mucho miedo. Pero aguarda hasta que amanece, hasta que el roco humedece su cabello y su
corazn se encoleriza, y sin embargo ella no viene. Luego, en desquite, l intentar un moetotolo (el que
se infiltra durante el sueo). De: Mead M. (1979 p. 119).
La lectura de ambos testimonios nos brinda aspectos de adolescentes de dos culturas diferentes.
En este sentido, un estudio comparativo de la adolescencia nos conduce a ver las diferencias
significativas que existen segn el medio en el que haya inserta.

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As, debemos considerar a la adolescencia, por una parte, como un fenmeno especfico dentro de
toda la historia del desarrollo del ser humano, y por otra parte estudiar su expresin circunstancial de
tipo geogrfico y temporal, histrico y social.
El elemento socio cultural influye con un determinismo especfico en las manifestaciones de la
adolescencia, pero tambin debemos tener en cuenta que tras esa expresin socio cultural existe un
basamento psico-biolgico que le da caractersticas universales.
Concordamos con Sherif y Sherif (1965) en que la adolescencia est caracterizada
fundamentalmente por ser un perodo de transicin entre la pubertad y estadio adulto del desarrollo y
que en las diferentes sociedades este perodo puede variar como vara el reconocimiento de la
condicin adulta que se le da al individuo.
Sin embargo existe, como base de todo este proceso, una circunstancia especial, que es la
caracterstica propia del proceso adolescente en s, es decir una situacin que obliga al individuo a
reformularse los conceptos que tiene acerca de s mismo y que lo lleva a abandonar su autoimagen
infantil y a proyectarse en el futuro de su adultez.
En otras palabras, el problema de la adolescencia debe ser tomado como un proceso universal de
cambio, de desprendimiento, pero que se teir con connotaciones externas peculiares de cada cultura
que lo favorecern o dificultarn, segn las circunstancias.
De all surge la importancia de fundar sobre dicho basamento general o universal de la
adolescencia las pertinentes regionalizaciones que nos brindarn entonces, las justas diferencias
donde descubriremos a nuestros propios adolescentes.
-LA ADOLESCENCIA, UNA RESPUESTA AL MEDIO:
La simple observacin de la realidad nos permite darnos cuenta de las diferencias que presenta un
adolescente urbano de uno rural, de una comunidad pequea a una gran ciudad, de una latitud a otra y
hasta de un barrio a otro muy cercano. Parecera que lo que muchos autores han dado en llamar
subcultura adolescente son, en realidad, subculturas adolescentes.
El Dr. E. Kalina (1985) describe muy claramente estas diferencias: Debido a que es un
fenmeno tan arraigado en las estructuras sociales donde surge y a las que cuestiona, la
adolescencia puede tener diferentes expresiones y formas, que aparecen como resultado de
las presiones e influencias del medio en que se manifiesta.
Para llegar a entender el significado real de la adolescencia es necesario conocer el contexto
psicosocial en el cual est situada. En este caso, cuando ms rgida y estratificada sea la cultura
en la que tenga lugar, ms honda ser la crisis existencial del adolescente. Siempre y cuando,
por supuesto, que la adolescencia pueda aflorar, ya que el rechazo de lo nuevo que ella
representa es a veces tan intenso, que la familia o la sociedad puede ahogar bajo su impulso
represor el atisbo de libertad que el adolescente propone y simboliza.
En la cultura que vivimos la situacin del adolescente presenta algunas cualidades especficas.
Por un lado, la sociedad promueve un conjunto de normas bien definidas, comportamiento
rgidamente determinado y dogmas incuestionables. Por otro, adopta una actitud de aparente
aceptacin y receptividad de la cultura joven.
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Este tipo de situacin ambigua causa una profunda desorientacin en el adolescente. Las
presiones e imposiciones que se levantan entre cada tentativa de renovar los hbitos mentales
no son otra cosa que el reflejo de la amenaza presente en cada propuesta de reorganizacin o
formulacin.
Marcadamente opuesta es la adolescencia en algunas tribus primitivas. En ellas los conflictos y
los enfrentamientos ni siquiera llegan a producirse, dado que la estructura social vigente exige
una adaptacin forzosa y rpida a los padrones adultos. En consecuencia, la adolescencia es
inmediatamente absorbida por su nuevo papel. En algunos de estos ncleos una simple
ceremonia de iniciacin, como puede ser la de una nia que se arranca un diente incisivo o que
el nio triunfe en un duelo basta para asegurar a ambos el privilegio instantneo de poder
empezar a disfrutar las prerrogativas de la vida adulta. Puede mantener relaciones sexuales,
casarse, tener hijos, constituir familia y tomar una posicin predeterminada en la jerarqua
social vigente. O sea que abandona la posicin de sumisin para adoptar otra de autonoma y
autosuficiencia. Y es as como la infancia queda atrs.
En cambio, el cuadro se complica en las sociedades tan desarrolladas como la nuestra, donde
las exigencias son mucho ms acentuadas y no siempre estn explcitas sino que llegan incluso a
ser demasiado confusas. Al mismo tiempo que desea crecer, tornarse adulto e independiente,
el adolescente se siente profundamente amenazado, sometido y fluctuante A la esperanza y
la ansiedad que en l despierta el mundo que se perfila, se une la tenue sensacin de prdida e
incomodidad Simultneamente exigido por lo viejo y lo nuevo, el adolescente oscila mientras
elabora lentamente las prdidas inadvertibles que acompaan su despertar.
Si, tal como ya lo sealamos al comienzo, definimos a la adolescencia como una de las crisis vitales
inserta en una sociedad tambin en crisis, de la cual es refractaria, concluiremos afirmando que la
actitud del mundo externo influye en el crecimiento del joven.
Por ejemplo, la violencia, la agresin, la incredulidad, el trastocamiento de valores, se presentan
ante el adolescente como un campo en el cual l busca sus ideales y las figuras para identificarse.
A travs de su pujanza, su actividad, la fuerza reestructuradora de su personalidad, trata de
modificar la sociedad, mientras el mundo adulto parece sentirse amenazado por los jvenes que van a
ocupar ese lugar y, por lo tanto, trata de desplazarlos o desubicarlos defensivamente.
En todos los tiempos se han observado distintos tipos de expresiones sociales en las cuales los
jvenes traducen su negativa a aceptar el mundo al cual ingresan: rebeliones, agrupaciones en pos de
, revistas y materiales de dura crtica socio poltica religiosa, creacin de cdigos y rituales propios,
singulares maneras de vestir y peinar (desde las largas y enruladas cabelleras hasta los cortos y
excntricos cabellos pintados; desde los colorinches ropajes hasta en enlutado negro total; desde la flor
y la paz hasta las cadenas y la guerra)
-UN NUEVO PLAN DE VIDA:
La insercin en el mundo social del adulto, con sus profundas modificaciones internas, su lucha en
el medio inmediato y su bien intencionado plan de reformas, es lo que va decidiendo la personalidad
del adolescente. Ya dijimos que implica un paulatino desprendimiento del juego, de la fantasa, de la
ficcin hacia un enfrentamiento de la realidad.
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Ella lo llevar a proyectarse en el futuro, formarse una coleccin de teoras, un sistema de ideas, un
plan de vida, lo cual le ser de gran utilidad para descargar la ansiedad que surge de su ambivalencia
entre el impulso al desprendimiento y la tendencia a permanecer ligado a su tranquilo mundo infantil.
Entre los impulsos constructivos, es reconfortante, rescatar la creatividad y posibilidades de accin
que posee el adolescente. Grandes idea y producciones literarias y artsticas han surgido de este
perodo.
Un joven-adolescente que ha llegado a los 15 o 16 aos es un joven-adulto que necesita participar
en deberes y derechos de la sociedad en que vive, necesita conocer y compartir su realidad familiar en
cuanto a economa, ideologa y circunstancia, necesita sentir que influye en las decisiones adultas.
CORRELATO PEDAGGICO:
Podemos expresar que la educacin, desde la dimensin socio cultural, nos reproduce claramente
los fenmenos analizados.
Desde esta perspectiva, la escuela media, como institucin largamente inmovilizada, toma los
modelos sociales descriptos, y refleja en ella patrones semejantes. Tal es el caso de las actitudes
ambivalentes hacia el crecimiento adolescente: permanentemente permite y no permite, estimula pero
reprime, alienta pero prohbe.
Posiblemente encontramos cantidad de ejemplos en las actividades de aula y extra aula, en las
relaciones inter-personales, en los reglamentos y en la vida cotidiana.
O tal vez encontremos en muchos vnculos competitivos de docente-adulto un desplazamiento de
aquella actitud defensiva del adulto ante la amenaza del joven como invasor social.
Tambin en la planificacin y organizacin de las tareas escolares, podemos preguntarnos cul es el
lugar otorgado a ese impulso creador que rescatamos como distintivo del adolescente. Si analizramos
el porcentaje de aprendizajes mecnicos, librescos, repetitivos, individualistas en relacin a los espacios
dados para la reflexin, la crtica, la construccin grupal y la creacin, con certeza hallaremos grandes
carencias en estas ltimas alternativas.
Si nos detenemos en la problemtica sealada acerca de la agresin, la rebelin, el negativismo del
adolescente hacia la sociedad, seguramente descubriremos una de las principales preocupaciones
docentes a todos los niveles: la convivencia, la disciplina, el clima de la escuela.
Distintas estructuras institucionales, en distintos momentos histricos, han resuelto este tema
organizando normas, reglamentos, sanciones con variados resultados. De esta forma como claro reflejo
social, a travs del devenir de los tiempos, hemos pensado en una escuela-represora a una escuelaconciliadora o democrtica con una gran gama de matices individuales.
Sin embargo, la sombra de la rebelin juvenil, la indisciplina escolar, el poder de los alumnos, la
desvirtuacin del rol docente, las oportunidades de los lmites, han sido y continan siendo motivos
de preocupacin escolar, tal vez, a la luz de los desarrollos tericos y de los anlisis de la realidad que
en este trabajo proponemos, podamos repensar cuales son las mejores formas de organizacin y
conduccin para una convivencia saludable y productiva.

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Desde ya nos arriesgamos a afirmar que un entorno con pautas claras, no contradictorias y
elaboradas a partir de las necesidades y realidades locales auspiciaran un buen comienzo en el
replanteo institucional. En este sentido, el aumento de la participacin juvenil en las actividades,
propuestas y decisiones escolares, podran canalizar el impulso de rebelin en un constructivo
impulso a la accin positiva. El adulto confiable, como orientador del aprendizaje y como ser humano
tendr un espacio muy importante, sin temor a competiciones ni desplazamientos, y podr ser una til
figura en la bsqueda de patrones ideales que el joven ejercita.
Dada la importancia que posee el medio socio-cultural en el desarrollo adolescente, consideramos
que es necesario no solo reflexionar sobre los procesos bio-psico-sociales que se dan en l, sino
tambin repensar y trabajar sobre los elementos y realidades del mundo de los adultos, de los cuales,
en la escuela, los docentes somos sus representantes.

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