CLAVE: DBO213
BIBLIOGRAFIA_BASICA: LHSRAELA
LIBRO: PANORAMA DE LA HISTORIA UNIVERSAL ‘DEL
DERECHO
AUTOR: MARGADANT, GUILLERMO FE.
EDITORIAL: PORRUA, MEXICO 2009
PAGINAS: 389-400
TEMA XII
AFRICA NO ISLAMICA Y EL ASIAN NO ISLAMICA. <=
HASTA 1900
13.1.-AFRICA
13.2.-ASIA.CAPITULO XII
REGIONES NO ISLAMICAS DE AFRICA
Y ASIA HASTA 1900
INTRODUCCION
Ademés del derecho islémico, encontramos en
Africa y Asia, en los iltimos milenios, hasta el
comienzo del presente siglo, los siguientes sis-
temas:
1. Bl tradicional derecho chino, euyo papel,
en el oriente de Asia, es comparable al del
derecho romano en Ia Europa continental;
2, el derecho japonés que, aunque teniendo
su origen en la tradicién china, en cuanto a
técnica y sicologfa ha tomado un’ sendero
totalmente distinto;
3, el derecho hindi;
4. ottos sistemas aut6ctonos, codificados ya
menudo circundados de elaboraciones dog-
méticas, como el derecho de Etiopfa;
5. el derecho romano, en ciertas ex colonias
holandesas (Sudéfrica, Ceylén);
6. derechos oceidentales, de indole anglosajo-
na o neorromenista, levados a territorios
coloniales de Africa y Asia, a menudo sdlo
aplicables a personas de cierta categoria (per-
sonalidad del derecho), ademés de derechos
de tipo occidental, expedidos especifica-
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mente para las colonias (sobre todo en materia administrativa); un caso
especial es el de Liberia.
7. derechos de tipo occidental ~a menudo eclécticos, adoptados por paises
afticanos 0 asiéticos, en vias de modernizarse-, un fenémeno que antes de
1900 se observé sobre todo en el Japén y en algunos pafses iskémicos;
8, derecho ruso-tsarista en las posesiones asidticas del imperio ruso, y
9, derechos consuetudinarios “primitivos”, sobre todo en la Africa ne-
gra y en regiones de Asia que poco contacto han tenido con civiliza-
ciones superiores (Ja Nueva Guinea, istas de Malasia, etcétera); también
en algunas zonas intensamente colonizadas (como en las Indias neer-
landésas) subsisten a veces tales sistemas consuetudinarios, paralela-
mente con el derecho de tipo occidental, bajo el sistema de Ia persona-
lidad del derecho.
En tales casos, se suele ajustar el derecho consuetudinario un poco ala
mentalidad del colonizador, quitandole ciertas asperezas en materia penal
(tormentos, etcétera), 0 de familia (el deber de la viuda-de dejarse cremar
con el cadéver del marido, por ejemplo, en el derecho hind).
Los dispersos derechos consuetudinarios cuentan, naturalmente, con
propios sistemas forenses, a veces democraticos 0 gerontocréticos, a veces
autocréticos, pero, siempre, desde luego, “primitivos”, para nuestro modo
de verlos, aunque generalmente aceptados por la poblacién misma como
satisfactorios (algo que no siempre puede afirmarse de nuestros sistemas
“no-primitivos”...).
En algunos casos, un pafs africano o asitico, independiente o semide-
pendiente, que quiere modernizarse sin sacrificar su propia idiosincrasia,
codifica su derecho consuetudinario, unificando y racionalizando, de paso,
el resultado.
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El derecho de China, hasta el siglo x
En el pensamiento chino tradicional, fa ciencia juridica no juega un gran
papel: el hombre debe tratar de vivir en armonfa con el universo y con la
sociedad a la que pertenece; por tanto, el buen ciudadano es el hombre de
compromisos, y el insistir en pretendidos derechos es una inmoralidad:
el comparecer ante Jos tribunales debe ser un ultimum remedium, y si se
hace necesario recurtir a él, probablemente tanto el actor como el deman-
dario hayan violado ciertos deberes morales. “En un estado bien gobemado,
la hierba debe crecer en Ias escaleras de los tribunales...”
Los jueces deben escuchar, en primer lugar; la voz. de su propia intui-
ci6n, educada por su conocimiento de las costumbres, y s6lo después se
puede aplicarel derecho legislado, siempre con amplio margen de tolerancia,
Bs verdad que durante un periodo dle caos, una escuela de legistas, que
florecié dos o tres siglos antes de Cristo, quiso imponer un estricto régimen
de derecho legislado; sin embargo el restablecimiento del orden, bajo la
brillante dinastia Han (206 a.C.-200 4.C.), permitid regresar al ambiente
juridico antes sefialado, segtin el cual las leyes, siempre de flexible aplica-
ci6n, sélo deben tener un lugar secundario entre las fuentes del derecho.
‘Aunque en China haya habido indicios de una convivencia organizada,
que conocemos con cierto detalle desde aproximadamente mediados del
segundo milenio antes de nuestra era, y pese a Ja existencia de leyes y cédi-
gos chinos desde hace unos mil cien afios antes de Cristo, s6lo hasta los
tiempos de la dinastfa Sui, alrededor de 590 4.C., se produce un eddigo
uy influencia se dej6 sentir hasta comienzos de nuestro siglo, a través de
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su reelaboracién en 635 4.C., bajo la brillante dinastfa Tang, una serie de
comentarios de 634, d.C., y otra revisi6n total, en 1647, por la dinastia de los
Tsing 0 Manchiies (aquella \tima dinastia imperial china, que goberné
desde 1644 y que fue derrocada en 1912, por la Revolucién china); rasgo
curioso de esta obra es Ja sanci6n penal de todas sus disposiciones civiles.
El derecho penal propiamente dicho es excesivamente matizado: con cerca
de tres mil clases y subclases de delitos se complica la vida demasiado a
los jueces y delincuentes. Hste c6digo, el Za Tsing Lu (revisado por tltimo
en 1890 y en 1910) reglamenta el derecho de familia (agnaci6a, poligamia
con cierta jerarquia entre las esposas, exogamia, posibilidad de repudio por
parte del matido), el de sucesiones (marcada preferencja por la linea mascu-
lina) y el de propiedad, ademas del derecho constitucional y penal; el tema
de obligaciones y contratos se delegé a la costumbre.
Durante los titimos siglos de la era imperial, China lleg6 a ser el ejem-
plo clisico de una sociedad estancada (debido, en parte, a su veneracién
por los ascendientes). Una burocracia autoperpetuadora, de espfritu confu-
cionista y altamente formalista impidié el progreso y para que Ia influencia
“disolvente” del occidente no se infiltrara, la élite de China decidi6 cerrar
los puertos a barcos europeos, a partir de 1527 (sélo estuvo permitido el
comercio del occidente con China a través de Cantén). Por la Guerra del
Opio? (una mancha sobre las relaciones entre Europa y Asia, de la que
el occidente deberia avergonzarse hasta la séptima generacién) Europa
oblig6 a China a abandonar su politica de aislamiento, en 1842.
Durante Ia segunda mitad del siglo x1x, el descontento de los grupos
progresistas chinos, y de los sectores antieuropeos, respecto del gobierno
de los Manchites, provoc6 varias rebeliones sangrientas que, a menudo,
obligaron al gobierno a aceptar la ayuda de los extranjeros.
La ditima figura importante de la Corte china fue la maguiavélica
emperatriz, Tau-Shi, creada por Dios para mostrar a la humanidad la cruel-
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dad y el cinismo de que también es capaz el sexo débil cuando se le da una
oportunidad. Después de su muerte, en 1908, la victoria del partido naci
nalista y socialista era segura; el partido socialista nacionalista, el Kuo Ming
Tang (doctor Sun Yat Sen) tomé el poder y, a partir de 1911-1912 se esta-
bleci6 en China la Repiiblica, sin que ello significara que, en un ambiente
tan ttadicionalista hubiera cambiado inmediatamente el derecho chino.
El derecho chino en el sureste de Asia
Por lo que se refiere al actual Vietnam (Tonkin, Annam y Conchinchina) y
Laos: esta regi6n (“Indochina”) suffié la influencia francesa, en el siglo
pasado, que afiadié a un fondo juridico inspirado en el derecho ciésico
chino, y a una gran cantidad de derechos consuetudinarios, sobre todo en
regiones montaiiosas, un derecho pliblico de caracteristicas francesas.
El derecho japonés hasta el siglo xx *
Aunque el Japén pertenece al mundo cultural chino, muestra un desarrollo
juridico algo distinto a éste.
El Japén habia Tlevado una existencia aislada hasta 1853. Los cl
Jos holandeses y, durante algtin tiempo, los ingleses, s6lo pudieron ponerse
en contacto con el mercado japonés a través del puerto de Nagasaki.
Durante el primer milenio de Ja era cristiana encontramos en el Japon
un socialismo de estado con un sistema de castas y una periddica redistri-
buci6n de Ia tierra. Las leyes fijaban exactamente los deberes de la pobla-
cién, contrariamente a lo que se hacfa en China, tan adversa a la idea de
una vida comunal reglamentada por la ley.
Desde el siglo ul, el Japén vive bajo emperadores, que primero comen-
zaban a destacarse como primi inter pares, entre sus colegas guerteros, y
bajo los cuales, luego, se emprende Ia tarea de la unificacién nacional. A
inos,
La GULLEMO FREAD
este respecto es importante la reforma-Taika, de 645, que da al emperador
una poderosa posicién central, de manera que, poco después, se promulgan
Jas primeras leyes nacionales, de inspiracién china.
Al principio todavfa se confundfa moral y derecho (como en las
diecisiete leyes de Shotoku Reishi), pero en el Taiho (701-702) aparece ya,
no s6lo una relativa separacién entre moral y derecho, sino también dentro
del derecho mismo, la separaci6n entre el derecho penal (Taiho-ritsu, 701)
y civil-administrativo (Taiho-rei, 702)2
En cuanto a los delitos, se establece la responsabilidad colectiva de toda
la familia del culpable; sin embargo, para el ejercicio del derecho de ven-
ganza por parte de la familia de Ja victima, se necesitaba una licencia pre-
via, otorgada por las autoridades.
A fines del primer milenio, el socialismo de estado, de carécter agratio,
dio lugar a un “feudalismo” dominado por una nobleza de origen militar,
en gran parte palaciega, con todos los defectos inherentes al ausentismo. El
emperador era més bien una figura religiosa, vegetando en grandeza y
abandonando la labor del gobierno y de Ia lucha al shogiin, que represen-
taba la ctispide de la pirdmide feudal y formaba sucesivas dinastias pala-
ciegas, paralelamente con la dinastfa imperial.
Los caballetos, samurai, vasallos de los nobles palaciegos y sujetos a
un c6digo especial, dominaban el pais, explotando a los campesinos que
nunca podfan hacer valer sus derechos en contra de los sefiores feudales
Aceste ambiente “feudal”, con la dictadura local ejercida a través de los
samurai (que frecuentemente peleaban entre sf), mal vigilados por sus
superiores, el Japén debe un espfritu més agresivo que el observado en
China, pafs caractetizado por su confucionismo pacifista. Asf surgié aquel
heroico, agresivo espiritu japonés, diferente, toto coelo, del ideal chino de
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OMA DE LA HSIAR UVES EL OFRECHO 295
armon‘a universal, Al lado del e6digo del caballero japonés, el confusio-
nismo chino suena, a veces, un poco pequefio-burgués..
La fase feudal muestra varios c6digos y leyes importantes. Muchas de
estas normas se dirigen sélo al juez, y el piiblico en general las desconocs.
unto con las leyes encontramos libros de texto para los fncionarios judi-
ciales. Ya que importantes sentencias son fuentes de derecho, se infitra un
stare decisis. Bn cuanto a la organizacién judicial, primero los tribunales
de vecinos trataban de’reconciliar a las partes; en caso de no obtener un
resultado favorable se pasaba al tribunal convocado por el sefior feudal en
cuestidn y, por ditimo, en teorfa, el caso podfa ser enviado al Superior
‘Tribunal imperial. .
Desde mediados del siglo xv y fines del xvt el Japén sutte varias ge-
neraciones de guerra entre los sefiores feudales y sus samurai. El shogtin
Tokugawa, que logré imponer cierto orden, inspiré una reforma total del
sistema administrativo de las aldeas.
Desde fines del siglo xvr observamos en el Japén el surgimiento de una
curiosa instituci6n, la de los goningumi, comisiones locales constituidas
por cinco citdadanos que ejercfan ciertatutela sobre las personas de su battio,
circunscripeién territorial, interviniendo en su vida privada, en su actividad
econdmica, dandoles consejos y, eventualmente, denunciéndolas a las
autoridades penales, pata lo cual era necesaria la unanimidad dentro de
Ja comisién.
Desde 1621, y en forma més sistemética desde fines de la préxima
década, el Shogtin implant6 el auto-aislamiento del Jap6n, que durarfa has-
ta 1853, cuando los norteamericanos abrieron por la fuerza el puerto de Edo
(Tokio), Durante estos aproximadamente 230 aiios de aislamiento que los
japoneses se impusieron a sf mismos, los tinicos occidentales que pudieron
residir en el pafs fueron algunos holandeses, confinados en una isla delante
de Nagasaki, desde donde podfan hacer el comercio. Tenfan que visitar una396 GuLERMO 6. ecAoANT
vez por afio al Shogtin, para informarlo sobre lo que estaba sucediendo en
el mundo occidental. Por lo demés, ningiin extranjero podfa entrar en el
Japén, y ningtin japonés podia salir de su patria.
El Japén del Renacimiento y de los siguientes siglos se presenta como
una estricta jerarquia de cuatro clases: nobles, artesanos, comerciantes y
campesinos; en esta sociedad la nobleza y sus funcionatios dictaban su
voluntad con benevolencia patriarcal, en el mejor de los casos, pero sin
admitir discusiones y sin permitir que existieran muchos recursos, de facto,
para “Jos de abajo” en contra de las 6rdenes ilegales que vinieran de arriba.
Entre personas del mismo rango tampoco hubo relaciones jurfdicas como
las que habfa en el occidente, sino que, en caso de conflictos, predominaba
la norma moral de Ilegar a un compromiso que permitiera a ambas partes
“salvar la cara”; en comparaci6n con el ambiente socialista y legista del
primer milenio, el Japén del segundo milenio lleg6 a crear una atmésfera
mis parecida a la de China, atribuyendo a las leyes un valor muy relativo
En 1742, el Japén habia afiadido a su derecho el Cédigo de los Cien
Articulos, cuyo contenido no debfa ser divulgado entre el publico: jbasta-
ba que los funcionarios judiciales lo conocieran!
En 1853, por la fuerza, el Occidente abrié las puertas del Japén para el
comercio exterior, y viendo los problemas que China habia tenido con los
poderes europeos, Ia élite japonesa decidié “curarse en salud” y convertir
répidamente aquella sociedad feudal, con sus castas y su arbitrariedad, en
‘una democracia parlamentaria de tipo occidental, con un ejército copiado
del de Prusia, asf como con otros aspectos exteriores propios de la civi-
lizaci6n occidental. En 1868, después de una revolucién palaciega, el enér-
gico emperador Mutsuhito (mejor conocido como Meiji) se sobrepuso a
ciertos grupos reaccionarios y feudales, y abandonando su antiguo papel
meramente decorativo, emprendié esta reforma con tanto éxito, que el Jap6n
triunfé en 1904 sobre Rusia (primera derrota que, en la época moderna,
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gracias a esta revolucién de 1868, el Japén es un pais industrializado que
combina acertadamente las ventajas de la civilizacién de occidente con su
original cultura oriental.
Desde el punto de vista jurfdico, la revolucién toms Ja forma de un “jura-
‘mento constitucional”, el 6 de abril 1868, en el cual el emperador ceclaré
que eliminatia el feucatismo, transformando los feudos en provincias, que
icarfa el sistema fiscal y que implantatfa un servicio militar obligatorio.
A esta politica modemizante pertenecié también la adopeién de un
derecho occidental. En 1871 y 1872 el Jap6n liquida por fin su feudalismo,
yy desde 1872 comisiones de juristas japoneses, ayudados por extranjeros,
preparan los c6digos modemos. Primero se escogié como modelo el derecho
‘francés, especialmente para el Cédigo penal (1880) en el cual colaboraron
Boissonade y Ortolin, Como principios nuevos para el Japén encontramos
agut el principio de nullum crimen, nulla poena, sine lege, la.no retroac-
tividad, la igualdad de todos ante la ley y Ja publicidad de la audiencia.
El Cédigo procesal-penal (1880) tiene el sistema francés, semiinguisi-
torial, pero luego Alemania inspiré la ley orgénica de los tribunales y el
derecho procesal civil (1890); y en materia de derecho privado, el Japén
hizo un viraje del proyecto original (del francés Boissonade), inspirado en
el sistema napolednico, al derecho alemén (Cédigo civil japonés, 1898, y
Cédigo de comercio japonés, 1899). Una breve constituci6n, con importan-
tes prerrogativas imperiales y, en general, no archidemocratica, es otorga-
da al pais en 1889, después de que Kentaro Kaneko habfa hecho un largo
viaje para recoger opiniones sobre el proyecto, en entrevistas personales
con eminencias como H. Spencer, R. Ihering, Thayer y O. Wendel Holmes.El derecho hindi en la India, hasta el siglo xx*
Los diversos escritos sagrados, Iamados Srutis, de 1500 a 66 a.C., son la
fuente bisica del derecho hind. A ellos pertenecen los Vedas, los Vedan-
gas y los Upanischados. Como estas obras contienen, sobre'todo, datos
mitolégicos y normas morales, ademés de descripciones de ritos y doctri-
nas astrolégicas, los antiguos juristas hindées tuvieron que desarrollar,
ellos mismos, el derecho hindi, buscando para éste los puntos de partida,
a menudo mny débiles, en estos Srutis. Las antiguas obras juridicas, no
sagradas, pero sf basadas en obras sagradas, son los Smritis, redactados del
siglo vr a.C. hasta el siglo vi .C., a veces escritos en prosa (entonces
hablamos de darmasutra), a veces en poesfa (lamados entonces darma-
sastra que generalmente son de fecha posterior). De este modo surgieron
Jas llamadas leyes de Manii; la Jagnavalkya (siglo i d.C.) y Naradasmriti
(siglo v dC),
Las leyes de Mami son las mAs antiguas, aunque no tan antiguas como
hasta hace poco los investigadores imaginaban; quizés tuyieron su origen
unos ocho siglos antes de Cristo (algunos autores colocan su redaccién va-
rios siglos después), Entre los siglos 1x y xvit de nuestra era, surgié toda
una literatura de comentarios a estos smritis, literatura compuesta de los
Nibanda, Tanto en los smritis como en estos comentarios (Nibanda), se
confunden el derecho y la moral
Estos Nibanda tratan un tema determinado a la luz de diversos smritis,
‘A su lado existe otra categoria de comentarios, que se refieren cada vez a
un smriti, glosando su texto.
Ademés de esta compenetracién entre lo juridico y lo ético que confiere
al derecho hindi un sabor de derecho natural, encontramos en este derecho
también un profundo respeto por la costumbre. Al comienzo de las leyes de
“observe ue exe dec ink tivo gue compat i con el derecho mamma de sions
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alma, debe dejarse orientar, en toda su actividad, por las costumbres jurfdi-
cas transmitidas desde tiempos inmemoriales. Este derecho consuetudina-
rio es distinto de regi6n a regién, de tribu a tribu, de casta a casta.
El derecho hindé produjo varias escuelas interpretativas, comparables
a las escuelas que ya observamos en el derecho mahometano. Ademés de
tal doctrina, la conciencia del juez es importante fuente del derecho, y sila
equidad del caso concreto Jo requiere el juez debe dar mas importancia al
impulso de su conciencia que al derecho legislado y a los precedentes juris-
diccionales.
Las caracteristicas de este derecho, tan multiforme a causa de cierta
contradicciones en sus fuentes y de fanta variedad regional introducida por
a costumbre, son: el predominio del marido (en algunas castas superiores
se llegaba al extremo de la cremacién de la vitida con el cadaver del mati-
do), el severo sistema de castas (producto de la invasiGn atio-brahménica
que sojuzgé la poblacién original, durante el segundo milenio antes de
Gristo), ta poligamia, la validez de promesas de matrimonio referentes a
nifios, una atmésfera patriarcal dentro de la domus y una marcada preferen-
cia por fa linea masculina en Ia via legitima. En el derecho procesal figuran
pruebas como la ordalfa y la autoabsoluci6n condicionada a castigos sobre-
naturales (algo parecido al juramento cristiano). Entre los castigos curiosos
debe mencionatse la condena al suicidio.
Durante Ja dominacién isldmica, bajo el imperio del Gran Mogol, el
derecho hindi perdié el apoyo estatal. Luego, la dominacién inglesa, pri-
mero formalmente a nombre del Gran Mogol y desde 1857 a nombre de la
Corona briténica, otorgé el mismo tratamiento al derecho hindi y al isli-
mico, pero los Pandits, expertos utilizados por los ingleses en los tribunales
coloniales desde el siglo xvi, dieron, a menudo, una interpretacién arbi-
traria al derecho hindi, Después, un mejor conocimiento de las fuentes del
derecho hinds por parte de los juristas ingleses, permitié volver a una inter~“0
pretacién mas pura de este derecho, sobre todo en el norte y en el oeste del
pais, En el sur, las transformaciones del derecho hinds por los Pandits
habjan producido ya una serie de precedentes que Inglaterra respet6, en ho-
nor a Ja seguridad juridica. La jurisdiccién inglesa, con su tradicién de
stare decisis, cre6, a través de los tribunales, cierta unificacién del derecho
hind comparable a la formacién del Common Law en los tribunales de la
Inglaterra medieval. Ademés, varios cédigos elaborados entre ingleses y
Pandits, contribuyeron a la uniformidad del derecho: el Cédigo penal de
1860, el procesal-penal de 1861, el Cédigo de contratos de 1872 y el proce-
sal-civil de 1889. La justicia se encontraba basicamente en manos de los
principes locales, los radyahs, y en la préctica forense siempre abundaban
las multas, jhasta en materia civil! e
Los colonizadores combatieron ciertas particularidades del derecho
hindi, incompatibles con la ideologfa occidental (tales como la inferioridad
juridica de la muje:). También mejoraron las reglas probatorias e introdu-
jeron figuras modernas occidentales, como el trust y el testamento. Por lo
demés, el poder briténico respet6 el derecho hinds, sobre todo en relacién
con la via legitima, el derecho matrimonial, la tenencia de la tierra y la exis-
tencia de las castas.*
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