Al Rincon Quita Calzon
Al Rincon Quita Calzon
Al Rincon Quita Calzon
El liberal obispo de Arequipa Chaves de la Rosa, a quien debe esa ciudad, entre
otros beneficios, la fundacin de la Casa de exposicin, tom gran empeo en el
progreso del seminario, dndole un vasto y bien meditado plan de estudios, que
aprob el rey, prohibiendo slo que enseasen Derecho natural y de gentes.
Rara era la semana, por los aos de 1976, en que su seora ilustrsima no
hiciera por lo menos una visita al colegio, cuidando de que los catedrticos
cumpliesen con su deber, de la moralidad de los escolares y de los arreglos
econmicos.
Una maana encontrose con que el maestro de la latinidad no se haba
presentado en su aula, y por consiguiente los muchachos, en plena holganza,
andaban haciendo de las suyas.
El Seor obispo se propuso remediar la falta, reemplazando por ese da al
profesor titular.
Los alumnos haban descuidado por completo aprender la leccin. Nebrija y el
Ettome haban sido olvidados.
Empez el nuevo catedrtico por hacer declinar a uno musa, musoe. El
muchacho se equivoc en el acusativo del plural, y el seor Chaves le dijo:
- Al rincn ! Quita calzn !
En esos tiempos rega por doctrina aquello de que la letra con sangre entra, y
todos los colegios tenan un empleado o bedel, cuya tarea se reduca a aplicar
tres, seis y hasta doce azotes sobre las posaderas del estudiante condenado a ir
al rincn.
Pas a otro. En el nominativo de quis vel quid ensart un despropsito, y el
maestro profiri la tremenda frase :
-! Al rincn ! Quita calzn !
Y ya haba ms de una docena arrinconados, cuando le lleg su turno al ms
chiquitn y travieso de la clase, uno de esos tipos que llamamos revejidos, porque
a la suma representaba tener ocho aos, cuando en realidad doblaba el nmero.
- Quid est oratio? le interrog el obispo.
El nio o conato de hombre alz los ojos al techo ( accin que involuntariamente
practicamos para recordar algo, como si las vigas del techo fueran un tnico para