Biblioteca Del Soneto Autores Letra A 0 PDF
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Todos los sonetos que figuran en esta Biblioteca del S oneto han sido el resultado de
ms de cincuenta aos de trabajo de investigacin sobre el tema. Cuando comenc
esta Biblioteca del S oneto tuvieron conocimiento de ella los poetas al uso en la Espaa
de los cincuenta y sobre todos Gerardo Diego, que me animaron en esta incipiente
empresa. Por poner un ejemplo sobre Lope de Vega apenas se conocan por entonces
trescientos escasos sonetos, reunidos entre el mismo Gerardo Diego en 1.953 y
anteriormente en una publicacin conmemorativa del centenario sobre Lope en el ao
1.935 de Luis Guarner con quien ms tarde, por los aos setenta tuve ocasin de
hablar sobre el tema en Valencia, donde yo viva por moti vos profesionales, la obra
fue siempre bien acogida por los maestros de la poesa y sobre todo del soneto. Hoy en
el caso de Lope de Vega mi Biblioteca ha registrado ms de mil cuatrocientos sonetos
de dicho autor.
Desde los primeros sonetos copiados en mis cuadernos a golpe de pluma, a los ltimos
pasados en mi ordenador, de los originales, ediciones o antologas, a los ltimos
encontrados en Internet. Todos ellos han sido pasados endecaslabo a endecaslabo, o
en algunos casos alejandrino a alejandrino, con el fin de que todos tengan la
perfeccin que el Soneto exige. La mayora de las veces los errores encontrados, han
sido ms producto de los transcriptores que de los autores. Mi condicin de
Corrector de S onetos, me ha servido para poner en orden el conjunto de muchos
sonetos y darle la forma correcta.
Ejemplos de estos errores son: Cervantes, Lope de Vega,
Gngora, Medrano y muchos de los poetas actuales, poetas que por su condicin
de sonetistas perfectos eran incapaces de escribir un solo endecaslabo que no tuviera
la condicin de tal. El error siempre est en las personas encargadas de copiar de los
originales, que enmendaron, seguramente sin querer, el verso perfecto de el autor.
Esta Biblioteca del S oneto tiene la misin de divulgar si nimo
de ningn lucro uno de los ms grandes tesoros de nuestra poesa: El S oneto. Para ello
he contado con la Biblioteca Miguel de Cervantes como editores de mi proyecto. Y
como estimo que dentro de Internet, es la difusora cultural ms importante del mundo
de habla hispana, me siento honradsimo de colaborar con dicho proyecto universal.
ABAD, ISABEL
ABAD Y SORIA, ERNESTO
ABARCA DE BOLEA, ANA
ABARCA DE BOLEA Y CASTRO, LUIS
ABATEDAGA, OM AR JOSE
ABELITO
ABELLA CAPRILE, M ARGARITA
ABURTO URIBE, TERESA
ACACIO, JESUS
ACEVEDO, ALONSO DE
ACEVEDO, RUBEN EDUARDO
ACOSTA, AGUSTIN
ACOSTA, CECILIO
ACOSTA, DELFINA
ACOSTA, FRANCISCO
ACOSTA, IGNACIO MARIA
ACOSTA, JOSE LUIS
ACOSTA, JULIO FLORENCIO
ACOSTA, MARIA DEL CARM EN
ACOSTA, OSCAR
ACOSTA, SIM ON
ACOSTA NORIEGA, FEDERICO
ACUA, ANGELINA
ACUA, HERNANDO DE
ACUA, JOSE BASILEO
ACUA, MANUEL
ACUA, ROSARIO DE
ACUA DE M ARMOLEJO, LEONORA
ACUYO, FRANCISCO
ADAN, MARTIN
ADANEZ, ENRIQUE
ADET, WALTER
ADURIZ, RICARDO
AFAN DE RIBERA, ANTONIO
AGANZO, CARLOS
AGREDA Y VARGAS, DIEGO DE
AGUADO, JESS
AGUERA, MARI CRUZ
AGUERA, M IGUEL DE
AGUILAR BAON, ANGELA
AGUILAR Y ACUA, M ANUEL
AGUERO Y AGUERO, BRIGIDA
AGUERO Y AGUERO, FRANCISCO
AGUIAR, ADRIANO
AGUILAR, ANDRES
AGUILAR, GASPAR
AGUILAR, JUAN DE
AGUILAR, JUAN BAUTISTA
AGUILAR, MARCO
AGUILAR BAON, ANGEL
AGUILAR JURADO, JOSE
AGUILAR PIAL, FRANCISCO
AGUILAR POVEDA, LUIS
ASIAIN, AURELIO
ASSEF, PEDRO ALBERTO
ASTETE DE M ONROY, JUAN
ASTORGA, SERGIO
ASTURIAS, M IGUEL NGEL
ASUEROS HERNNDEZ, JESS RICARDO
ATAIDE Y SOTOM AYOR, FRANCISCO
ATENCIA, MARIA VICTORIA
AUB, M AX
AUGIER, NGEL
AUGUSTO, M ANUEL
AULEDE Y M IRAFLORES, REFINGIO DE
AUM ENTE, JULIO
AUSTRIA, CARLOS DE
AUSTRIA, GUILLERM O
AVALOS Y FIGUEROA, DIEGO DE
AVELLANEDA, FRANCISCO DE
AVILA, JOSEPH ANTONIO
AYALA, AGUSTN
AYALA, GONZALO DE
AYALA, ENRIQUE
AYALA MONTORO, MARIBEL
AYGUALS DE IZCO, WENCESLAO
AYLEN, HERNAN
AYLLEN FLORES, ANGIE
AYM ARA, DIONISIO
AYM ERICH, JUAN
AYROLO CALAR, GABRIEL DE
AYUSO, CESAR AUGUSTO
AYUSO, LEOPOLDO
AZA, VITAL
AZCOAGA, ENRIQUE
AZACONA, MARIA CRISTINA
AZCUY LABRADOR, ADELA
AZNAR, JOAQUIN
AZOFEIFA, ISAAC FELIPE
AZUAR CARM EN, RAFAEL
AUTORES
ABAD, IS ABEL
Espaa. Barcelona. Siglo XX
Estudios de Filologa Clsica.
Poeta encontrada en Internet.
AYER, UNA CORONA DE AGUA
De una corona de agua, en la otra vida,
cuando era nieve despertar y plata
morirse poco a poco en cada mata
de la montaa del amor mordida.
Cuando llorar era una rosa hundida
en la total pasin que el mar desata
y, estrecha de esperar, fui catarata,
de una corona de agua fui encendida.
Y me qued a la sombra de esa calma,
hasta que hendiste su dorado velo
y de aquel pozo te alejaste esquivo.
Ya herido el ruiseor en que no vivo,
qu ms me mientes, Dios, si en ese vuelo
perd tormenta, azalera y alma?
TAN ANCHA ERA LA NOCHE
Pude romper el alba, anochecida,
amamantar palomas en mi pecho
seducir la maana por despecho
a todas las cascadas de mi herida.
Parecerme al otoo, tan llovida,
enjaezarme de m, yegua o barbecho,
tan ancha era la noche y tan estrecho,
el trnsito de tu alma por mi herida.
Ya pedazo de luz, mas no lucero,
o azul tobillo de sirena triste,
aprend el mar de tu bogar primero.
SONETO
Ideal es la palabra incomprendida
que no deber, ni amor, ni pensamiento
efmero y fugaz. No es como el viento;
es gota pertinaz y repetida.
Ideal es la expresin enaltecida
de los grande y eterno; es el aliento
volitivo incapaz de agotamiento;
es ego que supera la dormida.
Esperanza tan azul y tan fraporque es fuente de interna algaraba
y supremo dominio de s mismo.
Ideal, que desde el fondo del abismo
nos acercas a Dios: son tus senderos
titilantes escalas de luceros!
ABARCA D E BOLEA, ANA FRANCIS CA
Casbas de Huesca. Huesca. 1.623-fines XVII
Religiosa.
SONETO A LA MUERTE
DEL PRINCIPE BALTAS AR
Lapidario sagaz, duro diamante
labra, resiste firme al golpe fiero,
telo en sangre y pierde aquel primero
rigor a la labor menos constante.
Contra Carlos el mal no era bastante,
que queda al golpe cual diamante entero,
telo en sangre amor, y el mal severo,
sujeta con amor aun hijo amante.
El mal lo agrava y el amor lo aflige,
aqul pide remedio, ste no tiene,
y quien conoce aqul a ste no alcanza.
No rige el mal, que amor de madre rige,
y Carlos por amor a perder viene
la vida en flor, y Espaa la esperanza.
SONETO A UNA PENITENCIA
A Fenisa aplicaba el labio y boca
S UEO DE PAJAROS
Arrebato de sueos sin prestancia
de esfumados colores y linaje.
Estructura sin orden ni andamiaje
donde adquieren, los duendes, importancia.
Avance de felina relevancia
con bostezo de grises, como traje...
un silencio de hojas... y el celaje
del espacio, cansado de distancia.
Por senderos oscuros y nubosos
annimas angustias se desplazan.
Taciturnos delirios fabulosos
se entremezclan con brumas de alboradas.
Sueo quieto de pjaros umbrosos
arropados por plumas erizadas.
ES PEJOS
La noche se rompi en aquel instante
del ltimo fulgor del viejo da
y de musas de eternas utopas
que ambulaban etreas e insinuantes.
En penumbra, con manto de diamantes,
un destello fulgente apareca,
era luz de radiante alegora
iluminando un mundo delirante.
Realidad emblemtica y constante
en su calma, tranquila, se meca...
Entre grises vapores intrigantes
se asoma la certeza y desafa:
no hay mentiras, traiciones ni mutantes
Tan slo la verdad...es Poesa!
NOCTURNO
Crepsculo de vida hace su ingreso
en la tarde de horas sin presente,
pinceladas de ail opalescente
imponen sus azules con exceso.
De pronto hace irrupcin algn bostezo
que rueda en la penumbra, displicente,
sueo quieto de pjaro silente
VIS CERAL
Florecen campanadas musicales
en la tertulia blanca de tristeza,
se desprenden los ocres con torpeza
de este mundo de sueos otoales.
En mil sombras de imgenes virtuales
se diluyen acordes de simpleza;
esfmanse geniales sutilezas,
caravana hacia glidos sitiales.
Horizonte de grises nubarrones
profeca de nieblas y rituales
de hojas mustias de viejas emociones.
S lo hay trinos memorias olvidadas
en almas de utopas viscerales
Es la vida que deja la explanada.
NIEBLA
En rbol de las hojas hay rituales
de alfombras en senderos y deriva
una tristeza blanca contenida
en brumas de los tiempos ancestrales.
Florecen entre nubes musicales
campanadas en fuentes de neblina,
van ungiendo con gotas opalinas
la trascendencia azul de los vitrales.
En concierto de brisas van errantes
mil sombras revestidas de humildad
Espuma negligente y trashumante
de existencias viviendo su oquedad
Vuelan sombras inquietas vacilantes
son pjaros del alma en soledad!
OTOAL
En cascada de copos amarillos
la vida se refugia en su morada,
los ocres invadieron su enramada
llamronse a silencio viejos grillos.
Acalla la quietud mil estribillos
de canciones, de himnos y tonadas;
opaca opalescencia despiadada
ABELITO.
Hispano. S iglo XX.
Reside en Nueva York y trabaja de taxista.
Poeta hallado en Internet.
OPEN TO THE DUS K
Open to the disk, la teta enroscada
da cobijo a los genios del alijo
a ladrones que buscan su escondrijo
cruzando la frontera de la nada.
Bar de mal muerte, y una gran putada
cuando S almita deja de bailar,
y muerde, joder si muerde.. y el bar
se torna pesadilla desperada.
Colmillos, disparos, estacas, sangre
Ser buen taladro aquel que taladre
a las almas del templo del placer.
El tatuaje en el cuello se resiste
a caer rendido por el qu hiciste
en este abierto hasta el amanecer.
MATRIX
-Nio, toma, la pastillita azul.
-Ostias, to, pedazo subidn
estoy viendo, joder, un escorpin.
-Que guapo colega... pide un redbull!
-Dnde te has pillao pero oye t
y esa chupa de cuero? Chevignon?
-El Morfeo to, en el callejn
tiene ropa y mviles con blue tooh.
-To, yo estoy flipando mucho bicho.
-La Trini ya te lo haba dicho.
-Ya, pero joder, me lo dio gratis.
-Pues figrate t si va y te cobra.
-Ostias t, esa cuchara? qu? se dobla?
-Que va Neo, que ests tonto, que esto es Matrix.
ABELLA C APRILE, MARGARITA
Argentina. Siglo XX
V
Pobre poeta! El que a la gloria fe
el agua de su ultima Castalia,
ver que oculta en el laurel se re
la sombra irreal de la Marquesa Eulalia.
ya est desierto el Partenn. Apenas
con lo terreno lo irreal se asocia,
y en vez del virginal lauro de Atenas
florecen las ortigas de Beocia.
Te fuiste a tiempo con tu amor, poeta;
aguzada en tu pecho la saeta,
se te escap el ensueo por la herida.
Y te vencieron con la misma suerte,
despus de tanto sollozar, la vida;
despus de tanto madrigal, la muerte!
LOS ULTIMOS INS TANTES DEL
VIZCONDE RUBIO DE LOS DES AFOS
I
Alguien me dijo: -En la taberna oscura
donde la chusma vil bebe y se alegra,
y en diablico trance de locura
chillan las brujas de la Misa Negra;
he visto anoche levantar la copa,
-tan lejos de sus hngaros violinesentre una absurda y desmirriada tropa
de bandoleros y de borrachines,
al hidalgo vizconde cuya espada,
con mil fechas de triunfos historiada,
no ha perdido ni un solo desafo;
al de la blasonada ejecutoria,
a quien abri las puertas de la gloria
la mano egregia de Rubn Daro...!
II
Llegu cuando el escndalo dorma
en chillona embriaguez por los rincones,
y en el ambiente infame se escurra
el sortilegio de las maldiciones...
LIMITE
Paisaje de temblor: no son higueras
ni cerros enfilados los que trazo
en el cristal en polvo del espejo.
Yo sueo con un mar que todo obrizo
marea tras marea, llega ardiendo
al lmite entornado de los ojos,
y un ave de amarillo no el canariosu vrtigo de millas reposando
encima de curiosos obeliscos.
Yo sueo, puesto el mar, con una esquina
pintada en sus orillas y el feliz
tropiezo que nos junte en dicho vrtice.
Amado, te imaginas cunto acaso
vendr a curar su fro en nuestra sangre.
LA NODRIZA
Me quieres por ser triste y por mayor.
Me quieres pues no tienes an edad
para llevar una mujer a misa.
Te permito morder, lamer, sanar.
Me pides que te muerda, y al besarte,
te pint mi boquita de labial.
Te dejo susurrarme en el odo
lo que otro da a otra le dirs:
Ay, triste ma, ma, slo ma!
El amor como el vino habla dems.
Ninguno como t, entre todos dios.
Te enseo a ser varn y t me das.
Aprende nio hermoso que el amor
lleva en su tibia sangre la maldad.
ACOS TA, FRANCIS CO
Linares. Jan. 1.951
Poeta y flamenclogo.LA VO Z DE LA TIERRA
Voz que anuncia el trabajo de la trilla;
voz que tiende la mies o la levanta;
PEN A EN TRIAN A
Sevilla enmudeci. Fue la maana
de un seis de Noviembre crudo y fro:
su pena navegaba por el ro
ahogndose en el puente de Triana.
La Alameda, abriendo con desgana
sus flores invernales al roco,
sinti en la piel el vivo escalofro
que la muerte pona en La Campana.
La guitarra flamenca y el piano
se fundieron en un abrazo humano
para entonar el ltimo concierto.
Y las cuerdas, por la tristeza, rotas,
compusieron con sus ms graves notas
plegarias de dolor al cante muerto.
JUAN BREVA
ENTRE LA S OMBRA Y LA LUZ
Tena en su garganta sol, arena
y minera la sal, blanca y fragante,
que hacan que su voz fuera un diamante
con msica y sabor de mar serena.
Sufri la oscuridad, triste condena
que ensombreci la luz de su semblante,
haciendo que la estrella de su cante
vagara en la negrura de la pena.
Ciego cant, igual que lo hizo Homero,
con firme voluntad, como el acero
en lucha sin cuartel con la materia.
Y aquel que hasta los reyes les cantaba,
su desgraciada vida terminaba
sufriendo una feroz y cruel miseria.
GONZALO ROJO
LA PLUMA Y LA PALABRA
La autoridad de pluma tan versada
nos hace comprender todo lo arcano
misterio de los duendes, que no en vano,
se siente con el cante emparentada.
A MYROS LAVA
Poetisa excepcional, genial maestra,
con sus dcimas hace galanura
pues a ninguna gana en hermosura
la dcima ms alta en la palestra.
En los endecaslabos es diestra,
los domina cual si fuese partitura,
sus versos son lechones de cultura
y en todos sus poemas lo demuestra.
A ti Myroslava las gracias doy
por tu paciencia y gran observadora
con tu ejemplo me has hecho lo que soy.
De tus versos ahora soy lectora
y sobre todas las cosas desde hoy
tu leal y ferviente admiradora.
UN AC ERTIJO
Os voy a proponer un acertijo,
cual su fuera una chica adivinanza,
tomadlo si queris como una chanza
y las pistas os dir a revoltijo.
Es un bicho que en vuestras casas fijo
en el cuarto de bao anda y avanza
y con los papeles llena su panza
y a los nios les causa regocijo.
El insecto tiene cierto carisma;
mi vctima de un relato policaco
al bicho lo convierte en bicharraco.
ltima pista para que usis la crisma
y acertis el misterio bellaco
es que su nombre rima con marisma.
Si no aciertas y pierdes la paciencia
dmelo en privado y ampliar tu ciencia.
S INDROME DE ABS TINENCIA
En la profunda faz accidental
de demonios cubiertos con andrajos
que marchan por el mundo cabizbajos,
encuentro al fin la paz del liberal.
Mxico. 1.849-1.873
Poeta con un trgico destino. Nace en S altillo, Coahuila el 27 de agosto de 1.849
y se mat en la ciudad de Mxico el da 6 de diciembre de 1.873. Estudiante de
Medicina a causa de un desengao amoroso, se quit la vida ingiriendo cianuro.
A UN A FLOR
-------------------Cuando tu broche apenas se entreabra
para aspirar la dicha y el contento,
te doblas ya y cansada y sin aliento
te entregas al dolor y a la agona?.
No ves acaso, que esa sombra impa
que ennegrece el azul del firmamento
nube es tan slo que al soplar el viento,
te dejar de nuevo ver el da?.
Resucita y levntate!... An no llega
la hora de que en el fondo de tu broche
des cabida al pesar que te doblega.
Injusto para el sol es tu reproche,
que esa sombra que pasa y que te ciega,
es una sombra, pero an no es la noche.
SONETO
------------Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegra
que aqu, si nace, slo dura un da
y eso entre sombras, dudas y temores.
Porque en pos de otro mundo y otras flores
abandonaste esta regin sombra,
donde tu alma gigante se senta
condenada a continuos sinsabores.
Yo te vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazn me llena;
que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena
mejor es el sepulcro que la vida.
HIDALGO
--------------S onaron las campanas de Dolores,
voz de alarma que el cielo estremeca,
y en medio de la noche surgi el da
de augusta libertad con los fulgores.
Temblaron de pavor los opresores
e Hidalgo audaz al porvenir vea,
y la patria, la patria que gema,
vio sus espinas convertirse en flores.
Benditos los recuerdos venerados
de aquellos que cifraron sus desvelos
en morir por sellar la independencia;
aquellos que vencidos, no humillados,
encontraron el paso hasta los cielos
teniendo por camino su conciencia!.
A ROS ARIO
Esta hoja arrebatada a una corona
que la fortuna coloc en mi frente
entre el aplauso fcil e indulgente
con el primer ensayo se perdona.
Esta hoja de un laurel que an me emociona
como en aquella noche, dulcemente
por ms que mi razn comprende y siente
que es un laurel que el mrito no abona.
T la viste nacer, y dulce y buena
te estremeciste como yo al encanto
que produjo al rodar sobre la escena.
Gurdala y de la ausencia en el quebranto
que te recuerde de mis besos, llena,
al buen amigo que te quiere tanto.
A UN ARROYO
Cuando todo era flores tu camino,
cuando todo era pjaros tu ambiente,
cediendo de tu curso a la pendiente
todo era en ti fugaz y repentino.
Vino el invierno con sus nieblas vino
A LA C IENCIA
Fuera de ti, el dolor, la incertidumbre,
turban la vida al pensamiento helando,
y el hombre, sobre el mundo caminando,
se rinde ante tu inmensa pesadumbre.
S lo t eres la luz, la nica lumbre
que eternas esperanzas vienes dando;
por ti la humana grey se va elevando
de la verdad en la infinita cumbre.
Al fulgor de tus grandes luminares,
sobre ancho pedestal de cien emblemas
a la razn coronas en tus lares,
y al ceirla de mltiples diademas,
los dolos se caen de sus altares
tus leyes se consagran cual supremas!
GUS ANOS
Al firme escollo subo con pie leve;
llego a su cumbre y sintome en la roca;
el mar de blanca espuma la revoca,
mas su duro cimiento no se mueve.
Un gusano se arrastra en marcha aleve,
y en las aristas del granito aboca;
esparce crecha en todo cuanto toca
y entre las grietas a morder se atreve.
Se tornar el escollo todo arena,
a voluntad del viento y la resaca,
que a este fin el gusano le condena!
De igual destino nuestro ser no escapa,
aunque est el alma de firmezas llena,
cuando el gusano del rencor la ataca!
MIS GOLONDRINAS
Tenis el nido bajo el mismo alero
que cobija la reja de mi alcoba,
y si el triste pensar mi sueo roba,
percibo vuestro sueo placentero.
Vuestro pico, a la aurora, tan parlero
en dulce paz el pensamiento arroba
y un hondo encanto de vivir me innova
EL VERANO
El cielo azul con lmite brumoso;
la mies en ondas de oro cimbreada;
el crepsculo unido a la alborada;
el mar tranquilo; el monte silencioso;
en el otero, fresco y oloroso
se oye piar de clueca y de pollada;
rumor de vuelo y sones de cascada:
zumbar de insecto, arrullo cadencioso
Ya llega! Con su cetro nacarado
toca la tierra y surgen sus tributos.
Cmo no amarle? Vedle coronado
con destellos del sol enrojecidos
Viene, entre aromas, sazonando frutos,
llenado trojes y poblando nidos.
A MI MADRE, DOLORES VILLANUEVA,
VIUDA D E ACUA, AQU YAC ENTE D ES DE 1.905
Ya estoy contigo, madre; nuestras vidas
caminaron por sendas diferentes,
llegando, al fin, cansadas y dolientes,
a dormir en la muerte, confundidas.
Por filial y materno amor unidas,
queden en paz eterna nuestras mentes,
cual dos opuestas ramas o corrientes
de un solo tronco o manantial nacidas.
No despertemos, nunca, madre amada!
Mas si al mandato del poder divino
el yo consciente surge de la nada,
uniendo tu destino a mi destino,
llvame entre tus brazos enlazada
y sigamos las dos igual camino!
EL LIRIO S ILVES TRE
En la orilla del lmpido arroyuelo,
sobre el verde tapiz de la pradera
te engendra la risuea primavera
cuando an la escarcha se transforma en hielo.
Perfumado y erguido, desde el suelo
presta aroma a la brisa placentera,
SONETO
Ya ha muerto! En los abismos del olvido
lo sepult el rodar de nuestra esfera!
polvo queda no ms, sombra ligera
de todo aquello que en la tierra ha sido!
El tiempo se lo lleva confundido
con mil aos y mil quin lo dijera!
Tan slo el hombre en su soberbia espera
que llegar a contar los que han huido.
Un ao que ha pasado! Hacerle cargo
por ser largo, o ser leve, es bien aleve.
Quin le pudo llamar feliz o amargo
Quin a medirle por comps atreve!
Para el que hall la juventud fue largo.
Para el que vio la ancianidad fue breve.
A LA MEMORIA D E VICTOR HUGO,
LA HERENCIA D EL GEN IO
Entre olas de placeres y dolores,
luchando siempre, sobre el mundo avanza
la humanidad, siguiendo a la esperanza,
astro que irradia ardientes resplandores.
Cantan sus muchedumbres mil primores,
y cuando piensan que lo eterno alcanza,
se inclina de la muerte la balanza
y se hunden en la sombra sus amores.
Pasa, cual humo, al fin desaparece,
y en el silencio de la noche rueda:
En tanto el alma de los genios crece,
de un siglo entero el pensamiento hereda,
en estelas de fuego se estremece,
y al fin en lo inmortal luciendo queda.
LA LIBERTAD
Oh! libertad fantasma de la vida,
astro de amor a la ambicin humana,
el hombre en su delirio te engalana,
pero nunca te encuentra agradecida.
Despierta alguna vez! Siempre dormida
SONETO AL AMOR
Dos luceros quedaron en mis ojos prendidos,
cuando en aquel paisaje agreste yo te vi,
y locas mariposas que nunca present,
en mi pecho aletearon cual heraldos perdidos.
Un mirlo flirteando plane en la verde alfombra
y alcanz en raudo vuelo el pico de su mirla:
bail una danza etrea en su ansia por asirla.
Yo pens embelesada: es el amor sin sombra!
Temblando las espigas rubiales se abrazaban
y con un ureo beso sus cuitas se contaban:
en fragantes lavandas, diligentes abejas,
al milagro ayudaban del amor en esto:
No hubo ms angustia, desolacin ni hasto,
y fui con sus luceros cual un pjaro en rejas.
BRINDIS NAVIDEO
Oh vates, os invito a celebrar,
con amor el poema de la paz!
Que el amor en la tierra sea feraz,
y que no haya ms guerras por librar,
ni bombas ni fusiles que enfrentar.
Brindemos con la copa de hermandad,
do no quepan rencores ni maldad,
ni el dolor de un soldado a sepultar.
Brindemos con el cliz de la paz,
porque le mundo consiga nueva faz,
construyamos un mundo de esperanzas,
con la palabra Paz como mensaje,
qu un Hombre Nuevo en el mundo encaje,
que la palabra PAZ sea de alabanzas!
Que el Crstico mensaje navideo,
resonante aglutine a los humanos
con la argamasa de fraterno amor.
ACUYO, FRANCIS CO
Espaa. Granada. 1-960
Poeta.
Espaa. 1.962
Poeta hallado en Internet.
A MORAL DE C ALATRAVA
Bello es mirar desde la abrupta loma
el blancor de tu vasto casero
y extenderse tus campos hacia el ro
que en honda curva, por oriente, asoma.
Tiene tu luz en el vspero aroma
del tomillo que crece en el bravo,
spero monte, que, siniestro y fro,
sombras ingentes en la noche toma.
De oro y rosa se tie en la alborada
la mancha de tus verdes olivares,
el rojo pardo de tu tierra clida.
Y brilla en la maana soleada
la piedra de tus altos alminares
la viva faz de tu blancura plida.
ADET, WALTER
S alta. Argentina. 1.931 - 1992
MADRE
Mi madre, enferma en su bastn rado,
se demora y ausculta en la penumbra
si la vajilla del hogar relumbra
y si estoy bien tapado y ya dormido.
Abre la puerta sin hacerme ruido
y con la ltima lmpara que alumbra
a media luz mi corazn columbra
un jirn de mortaja en su vestido.
Porque madruga cada vez ms vieja
en su trajn de remendar el cielo
con un hilo de su alma destejida.
Y yo siento que todo se me aleja,
que no s darle ni un fugaz consuelo
entre tanto recuerdo que la olvida.
LOS OFICIOS
Siguiente
A LOPE D E VEGA
En Hrcules, Atlante el grave peso
puso que el cielo slo dl confa,
temiendo si en otro hombro le pona
de la pesada mquina el exceso.
De vos puede contarse este suceso,
oh frtil Vega donde el cielo enva
tanto divino nctar y ambrosa
que tenis al Parnaso sacro en peso.
Las nueve hermanas y el divino Apolo
tenindos en el mundo han descuidado
de mostrar su furor santo y profundo.
Y en vos como el de Arabia nico y solo
el peso de sus ciencias han cargado
hacindoos un nuevo Hrcules del mundo.
AGUADO, JES US
TENGO UN DOLOR
Tengo un dolor tan peculiar y mo,
fuego mortal que el corazn fecunda,
herida ms de soledad profunda
que de rgano vital en desvaro.
Y este dolor parece desafo
cuando muestra su imagen iracunda,
y con pasin clara y brutal inunda
de su calor mi tempestad de fro.
Y es un dolor que llevo por divisa
adherido al puntal de mi costado
hurfano de dintel y de cornisa.
Tengo ese duelo sin piedad clavado
en el lugar que me lati la risa,
hoy desierto de oasis olvidado.
ME D EBES UNA FLOR
Me debes una flor, no se te olvide
que yo tengo un ojal donde prenderla,
que es la flor de tu amor como una perla
y un ncar voy a ser para que anide.
Y aunque el amor se da y no se pide,
yo no anso ya ms que poseerla,
djame como quiera retenerla
como el que su fortuna la decide.
Es nica tu flor, por eso vive,
dentro de m, tan libretan cautiva,
y mi alma en su aroma se concibe...
Por eso al aspirarla estoy ms viva
como el que a Dios sin miedo lo recibe
cuando le da su luz para que escriba.
TE VI D E LEJOS
Te vi de lejos como golondrina,
llevabas en las manos luz de olivo,
en la boca un tropel de fuego vivo
y un algo de Machado en la retina.
Como un papel que el viento lo domina
se alborot mi corazn esquivo
MI S OLEDAD AL FIN
Mi soledad al fin quede dormida
y llegue a m la dulce compaa,
brjula que al andar mis pasos gua
hasta el encuentro ardiente de tu vida.
Deserten de mi piel la despedida,
vuelva a alumbrar el sol en este da,
el astro precursor del alma ma
que anuncia el clarear de tu venida.
Caigan sobre los pechos las manzanas
y el mundo muestre su entusiasmo pleno
al ver como despiertan mis maanas.
Y que al saberte de mi amor tan lleno
adviertan con asombro las ventana
que tengo el alma en permanente estreno.
PERDONAME
Perdname el disfraz, el sol prestado
que ilumina el carisma de mi verso,
la visita fugaz al universo
sin dejarle una nota ni un recado.
Dale el perdn a mi nico pecado,
crecer y renovarme con lo adverso,
que no hay en mi intencin ningn reverso
ni llevo un doble fondo en el cruzado.
Siento as, transparente como vivo,
me muero y resucito a cada rato
y escondo lo que soy en lo que escribo.
Tengo un cierto talento como gato:
A la muerte si puede ser la esquivo
y a la vida la asalto sin recato.
COMO EL RIO
Cuntas veces mi alma oscura invoca
su nombre de ciudad inaccesible,
cuntas veces se vuelve irresistible
el ansia de buscarlo con la boca.
Cuntas veces la noche me provoca
volverme ante mis penas invisible
VALE LA PEN A
T tienes, corazn, el paso estrecho
para este mo que por ti maltrato;
me esfuerzo en desatar y no desato
ese nudo que llevas en el pecho.
Brego sin ms razn ni ms derecho
que un amor destinado al desacato,
que no obedece nunca tu mandato
de buscarle a sus besos otro lecho.
Tal ves ste, mi afn, no halle provecho
y de tanto luchar caiga rendido
mi corazn exhausto y ya deshecho.
Y agonizante al fin vaya diciendo:
vali la pena el tiempo que he vivido
y haber querido como estoy queriendo.
CARTA DE N AVEGAC ION
Borda a mis velas tu blasn de nardos
y explora con tus besos mi entrepuente,
que si el bauprs resiste este poniente
atracar en tu puerto de ojos pardos.
Si en mi bitcora tu estrella guardo
bruida como un sol resplandeciente,
filibustero corazn ardiente,
atraviesa mi casco como un dardo.
Toma el timn de quien rindi su nave,
y slvame el arrastre de la quilla
con tu viraje de tctil suave
y si el amor inunda mi escotilla
y el naufragio presiento que se agrave
djame derivar sobre tu orilla.
YO SOLO SOY
Yo no atesoro tantas maravillas,
ni verdes prados, ni sonoros ros,
mis paisajes son pramos sombros
despoblados de mgicas semillas.
No poseo pictricas arcillas,
ni pjaros que trinen amoros,
SONETO
Cuando con mayor gusto floreca
la frtil primavera del contento,
un dulce y amoroso sentimiento
el ciego amor en mis entraas cra.
Y es porque ha sido madre el alma ma
de ms sublime y alto pensamiento
y porque de su alegre nacimiento
es que ha llegado el venturoso da.
Y aunque de la ocasin tanto me aparto,
con ser el apartarme peligroso,
mayor vida, seora, me segura.
Por no morir cual vbora en el parto,
del monstruo tan horrendo y espantoso
que ha engendrado en mi alma tu hermosura.
A DON GAS PAR MERCAD ER
A Cortes los Planetas se han juntado
por darte, don Gaspar, blasn famoso,
Jpiter, por tu bello rostro hermoso,
te da el ser de los hombres respetado.
S aturno, por tu trmino encumbrado,
te da la compostura, y el reposo,
Marte, por tu semblante belicoso,
te da su estoque y te lo cie al lado.
Mercurio, por tu ingenio, inteligencia;
Venus, por tu aficin, suerte amorosa;
Diana, por tu honor, honra excesiva,
y Apolo, por El Prado de Valencia,
que tanto ilustras con tu verso y prosa,
circuye de laurel tu frente altiva.
AL NACIMIENTO DE CRIS TO
Pues sois, Eterno Padre, el hortelano,
de este guardado defendido huerto,
que cultiva con orden y concierto,
vuestra divina poderosa mano.
Recibid este fruto soberano
del rbol de mi fe, pues sabis cierto
A UN D ES ENGAO
Muero pensando en mi dolor presente
y procuro remedio al mal instante,
pero en mi vida soy tan inconstante,
que a cualquier ocasin vuelvo la frente.
Cuando me aparto y pienso estar ausente
de mi peligro estoy menos distante,
siempre voy con mis yerros adelante,
sin que de tantos daos escarmiente.
En tus manos oh noble desengao!,
fo las vanidades que en mi pecho
con tantas muestras de verdad desvo.
Porque si t me libras de este dao,
podr decir con honra de este hecho
que slo debo a ti poder ser mo.
SONETO A LA D EVOCIN
El verde campo de la humana suerte
brota un aparra al cielo consagrada,
que al rbol santo de la fe abrazada
ningn aire del mundo la pervierte.
Ni el duro golpe del contrario fuerte
puede en su corazn hallar entrada,
pues nace con la fe ms sublimada,
que tuvo ningn mrtir en la muerte.
Tanto, que si en el cielo al Sol detuvo
el fuerte Josu, por las extraas
maravillas de Fe que en l se han visto,
mayor grado de Fe la Virgen tuvo,
pues con ella detuvo en sus entraas
al grande S ol de la justicia, Cristo.
AGUILAR, JUAN DE
Rute. Crdoba. S iglo XIX Antequera. Mlaga. S iglo XX
Poeta y Maestro de Filosofa. Qued ciego.
A UN AVARO
Donde jams el sol sus rayos tira
SONETO
Hoy reanuda su horario de conejo
ms tarde que otras veces, ms temprano
tambin, porque al cerrar y abrir la mano
advierte que un estrpito parejo
vuelve loco al reloj: Aqu te dejo;
vengo luego por ti; yo soy tu hermano
y soy lo que no soy, el hortelano
y el barquero; y t, Csar Vallejo,
eres la orilla, el grano y la gaviota.
El agua que te doy gota por gota,
me viene de tus manos, de los das
en que alternan las horas de la tierra
con las horas del mar y de la guerra.
Eres hoy lo que hiciste y lo que haras.
AGUIRRE, FRANCIS CA
Alicante. 1.930.
Hija del pintor Lorenzo Aguirre
Casada desde 1.963 con el poeta
Flix Grande.
DE ENS AYO GEN ERAL
La mujer se qued mirando al tiempo
mientras la luz mora en las esquinas
y una desolacin llena de espinas
la ara con un son a contratiempo.
Pens en su corazn, siempre a destiempo,
coleccionando escombros, polvo, ruinas,
convirtiendo dolores en harinas
y el fracaso en un viejo pasatiempo.
Se extrao la mujer de que la vida,
en que todas sus ansias haba puesto,
fuese esta soledad interminable.
Mir su juventud atardecida,
oy a su corazn, triste, dispuesto,
y sonri a la nada inexorable.
SONETO
FUE AL PAS AR
Yo cre que tus ojos anegaban el mundo...
Abiertos como bocas en clamor...Tan dolientes
que un corazn partido en dos trozos ardientes
parecieron... Fluan de tu rostro profundo
como dos manantiales graves y venenosos...
Fraguas a fuego y sombra, tus pupilas!...tan hondas
que no s desde donde me miraban, redondas
y oscuras como mundos lontanos y medrosos.
Ah, tus ojos tristsimos como dos galeras
abiertas al Poniente!... Y las sendas sombras
de tus ojeras donde reconoc mis rastros!...
Y o envolv en un gran gesto mi horror como en un velo,
y me alej creyendo que cuajaba en el cielo
la medianoche hmeda de tu mirar sin astros!
POR CAMPOS DE ENS UEO
Pas humeante el tropel de los potros salvajes,
feroces los hocicos, hirsutos de pelajes,
las crines extendidas, bravas, tal bordones,
pasaron como pasan pamperos y aquilones.
Y luego fueron guilas de esplendidos plumajes
trayendo de sus cumbres magnficas visiones,
con el sereno vuelo de las inspiraciones
augustas, con soberbias de olmpicos linajes.
Cruzaron hacia Oriente la limpidez del cielo,
tras ellas como cndida hostia que alzara el vuelo,
una paloma blanca como la nieve asoma.
Yo olvido el ave egregia y el bruto que foguea
pensando que en los cielos solemnes de la Idea
a veces es muy bella, muy bella una paloma.
MI MUS A
Mi musa tom un da la placentera ruta
de los campos fragantes; ornada de alboholes,
perfumando sus labios en la miel de la fruta
y dorando su cuerpo al fuego de los soles.
Vivi como una ninfa: desnuda, en fresca gruta,
engalanando espejos de lagos tornasoles.
La gran garza rosada de su forma impoluta.
TUS DORMIAS
Engastada en mis manos fulguraba
como oscura presea, tu cabeza;
yo la ideaba estuches, y preciaba
luz a luz, sombra a sombra su belleza.
En tus ojos tal ves se concentraba
la vida, como un filtro de tristeza
en dos vasos profundosYo soaba
que era una flor del mrmol tu cabeza;
cuando en tu frente nacarada a luna,
como un monstruo en la paz de una laguna
surgi un enorme ensueo taciturno.
Ah! tu cabeza me asust. Flua
de ella una ignota vida. Pareca
no s que mundo annimo y nocturno.
POR TU MUS A
Cuando derrama en los hombros puros
de tu musa la tnica de nieve,
yo concentro mis ptalos oscuros
y soy el lirio de alabastro leve.
Para tu musa en rosa, me abro en rosa;
mi corazn es miel, perfume y fuego,
y vivo y muero de una sed gloriosa:
tu sangre viva debe ser mi riego.
Cuando velada con un tul de luna
bebe calma y azur en la laguna,
yo soy el cisne que soando vuela;
y si en luto magnfico la vistes
para vagar por los senderos tristes,
soy la luz o la sombra de una estela.
LUZ PURPURA CON TU RETRATO
Yo no s si mis ojos o mis manos
encendieron la vida en tu retrato;
nubes humanas, rayos sobrehumanos,
todo tu Yo de emperador innato.
Amanece a mis ojos, en mis manos!
Por eso, toda en llamas, yo desato
cabellos y alma para tu retrato,
S EREN IDAD
Serenidad... serenidad... un da
la fue a buscar en la naturaleza
y hall paz en el bosque, en la maleza
sosegada, en el ro y en la umbra.
En la montaa paz, silencio, un hondo
sentido de la vida. Era el milagro
ante su asombro conturbado. El agro
era la soledad y bajo el fondo
del silencio colmado de inaudibles
armonas. Venci los imposibles
que limitaban todos los caminos;
y se sent en lo alto de la roca
a escuchar... El pasado nada evoca.
Su mano asi en manojos los destinos.
CLARIDAD
En una claridad como insondable
entro al llegar a ti y en ella vivo.
Te penetro hondamente y, redivivo
a extraa lucidez, en tu inmutable
paisaje mi inquietud halla sosiego
ignorado. Luego a la paz callada
del calmo mar azul de tu mirada
todo el pasado de ansiedad entrego.
Todo viene de ti. Todo de lejos
tambin a ti ha arribado en vibraciones
de continuo fluir desconocido.
Eres, en mi interior, nota y reflejos
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JOS E BERGAMIN
T paseas por Roma el desencanto
de una vida armoniosa que querra
despertar por el gozo a la alegra
de otro sueo andaluz de cal y canto.
Y tanto lo quisiera, tanto ay! tanto
que tu Puerto en la luz de su baha
parece que nos canta todava
con tu voz la que el mar ha vuelto llanto.
Estamos, Rafael, buscando en vano,
t ah, yo aqu, los pasos peregrinos
de una patria perdida, tan perdida
que sin ceder seguimos mano a mano
por cielos y por mares sin caminos
perdiendo con su sueo nuestra vida.
DE 101 S ONETOS
DE MARIN ERO EN TIERRA
A UN CAPITAN DE N AVIO
S obre tu nave-un plinto verde de algas marinas-,
de moluscos, de conchas, de esmeralda estelar,
capitn de los vientos y de las golondrinas,
fuiste condecorado por un golpe de mar.
Por ti los litorales de frentes serpentinas,
desenrollan al paso de tu arado un cantar:
-Marinero, hombre libre, que las mares declinas,
dinos los radiogramas de tu estrella Polar.
Buen marinero, hijo de los llantos del norte
limn del medioda, bandera de la corte
espumosa del agua, cazador de sirenas;
todos los litorales amarrados, del mundo,
pedimos que nos lleves en el surco profundo
de tu nave, a la mar, rotas nuestras cadenas.
A CLAUDIO DE LA TORRE, D E LAS IS LAS CANARIAS
Yo s, Claudio, que un da tus islas naturales
navegaran con rumbo hacia la playa ma
y, verdes caoneros, mirando a Andaluca,
dispararn al alba sus rboles frutales.
(siglo XIX)
Rosa de Alberti all en el rodapi
del mirador del cielo se entreabra,
pulsadora del aire y prima ma,
al cuello un lazo blanco de moar.
El baran dal del arpa, desde el pie
hasta el bucle en la nieve, la cubra.
Enredando sus cuerdas, verdeca
-alga en hilos- la mano que se fue.
Llena de suavidades y carmines,
fanal de ensueo, vaga y voladora,
vol hacia los ms altos miradores.
Miradla querubn de querubines,
del vergel de los aires pulsadora,
Pensativa de Alberti entre las flores!
CATALINA D E ALBERTI,
ITALO-ANDALUZA
(siglo XIX)
Llevaba un seno al aire, y en las manos
-nieve roja- una crespa clavellina.
Era honor de la estirpe gongorna
y gloria de los mares albertianos.
Brot como clavel all en los llanos
de Crdoba la frtil y la alpina,
y rod como estrella y trasmarina
perla azul de los mares sicilianos.
Nunca la vi, pero la siento ahora
clavel de espuma y ncar de los mares
y arena de los puertos submarinos.
Vive en el mar la que mi vida honora,
la que fue flor y norte de mis lares
y honor de los claveles gongorinos.
LA BATELERA Y EL PILOTO
SONAMBULOS
Este soneto fue suprimido por el autor en
todas las ediciones posteriores de "Marinero
en Tierra"
S onmbula de espuma, cabellera
t, corazn, el ms enardecido.
A JOS E BERGAMIN
AL ENCONTRARLO DES PUES
DE TANTAS COS AS
Aqu, tierra especial, hermana y ma,
de valor y dolor, triste y romera.
Abrazarla, abrazar mi sombra fuera,
hablarla, hablarla en luz y en agona;
Llorarla, irme de arroyo en noche y da,
compadecerla, herirme en mi quimera,
recordarla, nublar la primavera,
decirle adis, decirlo a mi alegra.
Pues que esta tierra es tierra inseparable,
impelida a rodar rota en el viento,
adnde un trozo ir que otro no vaya?
Corrern uno ante el mar mudable,
uno en su amor, su luz, su pensamiento...
y siempre el mar se morir en la playa.
POEMAS ES COGIDOS
1.945-1.959
PARA AITAN A
(9 de agosto de 1.956)
Aitana, nia ma, baja la primavera
para ti quince flores pequeas y graciosas.
Sigues siendo de aire, siguen todas tus cosas
siendo como encantadas por una luz ligera.
Aitana, nia ma, fuera yo quien moviera
para ti eternamente las auras ms dichosas,
quien peinara ms luces y alisara ms rosas
en tus pequeas alas de brisa mensajera.
Aitana, nia ma, ya que eres aire y eres
como aire y remontas el aire como quieres,
feliz, callada y ciega y sola en tu alegra,
aunque para tus alas yo te abriera ms cielo,
no olvides que hasta puede deshojarse en un vuelo
el aire, nia Aitana, Aitana, nia ma.
RAMON
Por qu franquista t torpe ramn
elefante ramn payaso harina
ramn zapato alambre golondrina
solana Madrid pombo pin pan pon.
Ramn senos ramn chapeau-meln
to-vivo ramn pipa pamplina
sacamuelas trapero orina esquina
con con de en por sin sobre tras ramn
ramn columpio mltiplo vaivn
descabezado tonto ten sin ten
ramn orquesta solo de trombn
ramn timn tampn titiritero
incongruente inverosmil pero
ramn genial ramn slo RAMON.
AMOR EN VILO
1.975-1.9...
VEN, MI AMOR
A Beatriz
Ven, mi amor, en la tarde de Aniene
y sintate conmigo a ver el viento.
Aunque no ests mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
T no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me ir, pues junto a ti me siento
ms vida de mi sangre, ms tu aliento,
ms luz del corazn que me sostiene.
T no te irs, mi amor, aunque lo quieras.
T no te irs , mi amor, y si te fueras,
an yndote, mi amor, jams te iras.
Es tuya mi cancin, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy,
y en ese viento siempre me veras.
EL PO ETA EN LA CALLE
Poesa civil 1.931-1.965
POEMAS DEDICADOS
1.945-1.963
A PABLO ROJAS PAZ
(1 DE OCTUBRE, 1.956)
Para la Rubia y Enrique Pablo,
en el da de su mayor dolor.
Te nos vas, Pablo, con la primavera.
En Espaa te vi como soldado
de la palabra, el pecho levantado
y el encendido corazn afuera.
Pocos te vieron como yo te viera
Qu dolor verte ahora derribado!
Pero en el aire flotar enterrado
tu corazn igual que una bandera.
Hoy por ti no me siento desterrado,
hoy que te vas en esta primavera,
puro y dulce en la luz, sin enemigo.
Pocos te vieron como yo te viera.
Si en Espaa te vi como soldado,
all estar tu corazn de amigo.
Tu corazn igual que una bandera.
UN SONETO PARA TERMIN AR
(ROMA 1.965)
VIETN AN
Lo grito fuerte desde Roma: Afuera!
Afuera esos fusiles y caones,
esos cohetes, esos aviones,
esa bandera extraa. esa bandera.
Afuera el que en la paz tan slo espera
invadir por la paz otras naciones
y planta por la paz sus pabellones
y pide por la paz la tierra entera.
Triste paz tan rada y tan llevada,
triste paloma tan apualada
que se puede morir tan de paloma.
Pido la nica paz, la verdadera,
BERLIN ES TE
(Cancillera)
Esta terrible muela careada,
este cncer profundo de la muerte,
esta ayer viva, piedra ayer tan fuerte,
desprecio ayer, hoy sombra arrodillada,
fue la guarida, fue la despiadada
curva del calculado sufrimiento,
fue el horno triste donde a fuego lento
se forj el crimen de la cruz gamada.
Hoy aqu polvo y menos todava
que polvo, nada, yace sepultado
el enterrado enterrador que un da
quiso, mordido de una llama oscura,
hacer del mundo un cementerio helado
y aqu tan slo hall su sepultura.
SONETO
Oh t, mi amor, la de subidos senos
en punta de rubes levantados
los ms firmes, pulidos, deseados,
llenos de luz y de penumbra llenos.
Hermosos, dulces, mgicos, serenos
o en la batalla erguidos, agitados,
o ya en juegos de puro amor besados,
grciles corzas de dormir morenos.
Oh t, mi amor, el esmerado estilo
de tu gran hermosura que en sigilo
casi muriendo alabo a toda hora.
Oh t, mi amor, yo canto la armona
de tus perfectos senos la alegra
al ver que se me abren cada aurora.
SONETO
Te digo adis, amor, y no estoy triste.
Gracias, mi amor, por lo que ya me has dado,
un solo beso lento y prolongado
que se trunc en dolor cuando partiste.
No supiste entender, no comprendiste
Y en silencio oscuro
cubriremos de esferas y jaguares
el tormentoso ruedo de los mares.
2 Toro final
Templete o arcaduz, fe de elefante.
No hay feria con ms tal o serpentina.
Cobra el capote vuelo de anilina,
de plumaje total y de arbotante.
A BRAZO PARTIDO
Llevo en los huesos tanto amor metido
que slo en carne viva y a ban dazos,
voy capeando el mar de estos dos brazos
entre los que me encuentro sometido.
No, no basta gritar, tomar partido,
morir hasta caerse uno a pedazos;
hay que hundir a caricias y a zarpazos
tu corazn, tu corazn vencido.
Quiero daros la vida que me sobra,
y este amor que me arranca de los huesos.
Vuestro mi corazn, vuestra mi obra
de compartir lo vuestro y nuestro y mo,
consumidos en clera y en besos.
S lo mi amor vuestro dolor confo.
ALBIO L, JUAN DE
Poeta Espaol Siglo XVI XVII
Hallado en Internet.
SONETO A CRIS TOBAL DE VIRUES
Aquel valor, Virus, que habis mostrado
en el heroico proceder de Marte,
siguiendo su honrossimo estandarte
con pecho de virtud y honor armado,
aquel mismo mostris en alto grado
siguiendo del divino Apolo el arte
en su ms bella y ms excelsa parte
de su dones altsimos dotado;
y as palma de Marte a vuestra mano
dar, y lauro de Apolo a vuestra frente,
la piadosa de Dios potente diestra;
y todo por el monte soberano
de donde lo esperis devotamente,
segn la palma y lauro en l nos muestra.
ALCAIDE D E ZAFRA, JOAQUIN
Mlaga. 1.943
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SONETO
Dudoso estoy si bronce soy, si hombre,
pues vivo sin morir en mi tormento;
ser hombre no es posible, pues no siento,
y de hombre slo tengo injusto nombre.
Bronce debo de ser, bronce me nombre
quien tuviere de hombre entendimiento;
que vivir sin Mitilene intento
bien merezco de bronce vil renombre.
Oh bello querubn, dulce bien mo!
Cmo podr vivir sin ti, sin verte,
si de m, con ser bronce, no me fo?
Pues te quiero, mis ojos, yo de suerte
que en el fuego del pecho el bronce es ro
y puede ser el ro de mi muerte.
ALCALA ZAMORA, JOS E
Mlaga, 1.939
Catedrtico de Universidad de Historia Moderna
Ejerce en la Complutense. Acadmico numerario
de la Historia. Premio Quevedo del Ayuntamiento
de Madrid en 1.992
SONETOS
1
Resplandeciente espejo, blanca nave
que recorres la oscura y estrellada
bveda de la noche con callada
ceremonia de plata, lenta y grave.
Crculo femenino, muda ave,
mayor mundo nocturno, roca alada
que gravitas en rbita baada
por el fuego del sol con luz save.
Itinerario hacia la esfera llena,
desde el cono de sombra de tu cuna
hasta tu plenitud, casta y serena.
Amante sutileza, astral laguna,
playa redonda de griscea arena,
DE LA S OLED AD
Puede que ponga el corazn ms alto
y el bosque de la frente ms umbro...
Para m no lo quiero. Es mucho ro
y no se puede vadear de un salto.
Si ella me tiene es porque yo me falto;
soy suyo cuando dejo de ser mo.
La soledad es un escalofro
que empieza por la espalda cada asalto.
Pesa la soledad y se distiende,
y no se sabe como combatirla,
que el amor, de momento, no se entiende.
Qu batalla campal por compaa
contra la soledad, slo por irla
ganando algn terreno cada da.
SONETO PARA PEDIR POR MIS MANOS
Andan cerca de m: slo un momento
antes que el corazn, casi a mi lado.
Han nacido conmigo, a mi cuidado;
se mueven al sudeste de mi aliento.
Cada vez que hablo os digo que las siento
hablar en mi favor. Acostumbrado
me tienen a su peso, a su cansado
modo de partirse por el viento.
Yo las quiero. Me sirven bien. Y os juro
que han querido tocar hasta el misterio
y el techo del amor a todo trance.
Un da llorarn. Estoy seguro.
Cuando se pongan a pensar, en serio,
en las cosas que estaban a su alcance.
SONETO PARA PEDIR UN AMOR
Para poco, lo mismo que la nieve,
llega el amor, si llega, a mi tejado.
Se moja el corazn bajo techado,
miro arriba y resulta que no llueve.
Agua distante nadie se la bebe.
Cuando est el aire ms despreocupado,
algo, al nivel del beso, por el lado
Poeta.
A LOS REYES CATOLICOS
De Hesperia invictas armas haban dado
templo a su fama en crudas guerras, cuando
de los ilustres Csares Fernando
e Isabel la piedad dio aun mayor grado.
A la que en pura luz tuvo el sagrado
origen, siempre Reina, un claro bando
instituyeron, que su gloria honrando,
la aclame libre del primer pecado.
Prestas responden al decreto augusto
villas, ciudades, y con vivo anhelo
los corazones rinden a Mara.
Cual don reciben, que en aplauso justo
su nombre y gloria midan con el cielo,
de donde nace a donde muere el da.
ALCARAZ MULA, PED RO
Lorca. Murcia. 1.946
Vive en Altea. Alicante.
Poeta hallado en la Biblioteca M. de Benidorm.
NO ESCRIBIRE AL MAL
No soy barca que va a la deriva
pero s busco en la palabra un norte
no marcar meta que no conforte,
lo que mi mano escriba, que al bien viva.
Aunque falte el mensaje a mi mente,
del fantasma del mal va protegida,
por muy seor que sea quien lo pida,
que no escribir al mal, es evidente.
Navega en versos mi barca querida,
del ms bello de los mares, cautiva.
Mi mano, de escribir rimas, dormida.
Que despierte y deje alta mi frente.
Lo que mis ojos vean bello, escriba,
que sin pura agua viva no hay fuente.
ALCAZAR, ANTONIO
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2
No siento yo, bellsima Mara,
con no veros dolor, porque deseo
y amor os representan, y as, os veo
y estn con vos gozando el alma ma.
En mi juego con vos con osada
y gozo por verdad lo que no creo,
y en este libre estado que poseo
no hallo quien me turbe el alegra.
Pero buscan mis ojos sus derecho
y alganme, con lgrimas y fieros,
que no veros con ellos es mal hecho.
Que, pues fueron autores de quereros,
no he de usurparme yo todo el provecho,
y as, por darles parte, acuerdo veros.
3
La novedad, Amor, en que me pones
no es de discurso honroso ni discreto;
no son maduros aos buen sujeto
en que poder fundar tus pretensiones.
Hcesme dar con pblicos pregones
noticia al mundo de tu mal conceto,
pues quieren que en m lean sin respeto
lo que es mejor pasallo entre renglones.
Bstete, Amor, saber que he militado
siguiendo tus banderas y tu imperio,
cuando tuvo disculpa un mal ejemplo.
No me rompas la ley de jubilado,
pues ya las armas deste ministerio
adornan las paredes de tu templo.
SONETO
Dime, hermoso Baco, quin me aparta
contra mi voluntad de tu servicio
y de aquel gustossimo ejercicio
que alegre, hinche, traba, mas no harta?
No me contaste t por buena sarta,
con el pincel colmado al sacrificio?
No he gastado en sainetes del oficio
SONETO
Cercada est mi alma de contrarios;
la fuerza, flaca; el castellano, loco;
el presidio, infiel, bisoo y poco;
ninguno los pertrechos necesarios;
los socorros que espero, voluntarios,
porque ni los merezco ni provoco;
tan desvalido que aun a Dios no invoco,
porque mis consejeros andan varios.
Los combates, continuos, y la ofensa;
los enemigos, de nimo indomable;
rotas por todas partes la muralla.
Nadie quiere acudir a la defensa...
Qu har el castellano miserable
que en tanto estrecho y confusin se halla?
EL ALMA
Por qu, sin fruto ay alma! te suspendes
en renovar por horas la memoria
de tu infelice y lamentable historia,
que es atizar el fuego en que te enciendes?
Pues se te dio discurso, mal aprendes
en conocer que tu pasada gloria
huy como mortal y transitoria,
y que en el cielo est lo que pretendes.
Busca de hoy ms la celestial morada;
que all la hallars, libre del triste
y general tributo de la muerte,
tan lejos del estado en que la viste,
su temporal belleza eternizada,
pidiendo para ti la misma suerte.
SONETO
Clarsimo Marqus, en quien depende
de su poder el cielo larga muestra,
honor de juventud, gua que adiestra
a cuanto bien de Dios ac se extiende.
Por el fuego amoroso que as enciende
de la divina Clori, el alma vuestra
III
De amor y de palabra me recibo,
de amor y de palabra voy urgente
sembrando la ilusin en que me vivo
de amor y de palabra oscuramente.
De amor y de palabra llevo activo
el eco de mi voz y mi simiente,
de amor y de palabra es lo que escribo
y va mi corazn de carga ingente.
Si alguno me encontris en la espesura
del bosque de futuro en que me ausente
cerrad de cielo azul mi sepultura.
Quisiera descansar pausadamente
en esta larga y leve singladura
sondome en palabra eternamente.
ROBADME DEL PAS AR
Crece el silencio sobre el alma ma
y en ella dulcemente se me posa
cual en la cima leve de la rosa
se duerme el agua cuando viene el da.
Viene pura, tan clara la alegra
tan llena de pudor y tan hermosa
que el cliz de mi cuerpo se rebosa
y aora otra celeste lejana.
Maanas que de luz, pausadamente,
me dais la claridad como alimento,
mudadme a una distancia diferente.
Robadme del pasar en que me intento
y, en otros ansiado mar, calmadamente,
levad mi corazn contra otro viento.
CLIMAX
El sol en la ventana floreca
una tarde de Marzo, mansamente.
Tu boca era un panal ebrio que urgente
clamaba de mi boca compaa.
El tiempo se par por si poda
quedarse as de amor alzadamente
y un sueo de naranjas en poniente
ALCOVER, JUAN
Palma de Mallorca. 1.854 1.926
Poeta
DES OLACION
Esqueje soy de un rbol esplendoroso ayer
que al segador prestaba su fresca soledad;
mis ramas una a una rompi la tempestad
y el rayo, hasta la tierra mi tronco vino a hender.
Brotes de hojas raquticas aun quieren florecer
sobre mi tronco herido que inspira ya piedad;
yo he visto arder mi lea con tanta majestad,
que sus llamas al cielo queran ascender...
Hoy mis races chupan un amargor que agravia;
siento brotar las hojas, siento correr la savia,
y as espero mi trmino con un consuelo cierto.
En cada herida observo que alguna rama salta;
sin m, nadie hablara de la mitad que falta...
Vivo solo, llorando lo que de m ya es muerto!
SONETO
En virtud de una crisis, Juan Garca,
obtuvo en el Japn un consulado;
cruz con pena el pilago salado,
y al llegar encontr la cesanta.
Emprendiendo otra vez la travesa,
en alta mar, de lgrimas baado,
el buque salud que al agraciado
por el nuevo ministro conduca.
Mas al llegar a su pas, triunfante
su patrono otra vez, le da el empleo,
y el otro en el Japn se halla cesante.
As, vctima siempre del mareo,
vino a ser el de all cnsul flotante.
-Hablas de Espaa? No. Pues no lo creo.
ALCUBEDO, VIC ENTE P.J.
Expulsado por Carlos III a Francia al decirle uno
"Adis, exjesuta!" respondi con este proftico soneto.
SONETO
Callada est la noche, anclada est,
y el ancla de la luna entre sus manos;
una curva de puma por los llanos
como una vela por tus ojos, va.
En esa entraa de tu libro habr
cortada sombra por su bre ve tallo,
un rincn de aventura. de que el gallo
que canta en rojo, te recobrar.
Yo no s que las algas se entretengan
por las arenas de tus manos, playas,
largos osarios de segundos muertos.
Callada est la noche, que no vengan
a despertar el fuego que t acallas,
y luna y libro, slo estn despiertos.
SONETOS PARA LOS AMIGOS
Qu hay lucirnaga vieja, qu hay canoro!
Qu no hay desmedido entre elefante,
entre rijoso can y espeluznante
cisne mohoso y baobab sonoro?
Quin te ha roto el ombligo y en qu poro
de tu Himalaya te guardaste amante?
Quin te ha dado la hormiga y el sextante
para medir tu verso y tu tesoro?
Entonces... qu haces ah, junto a la esquina,
tan dulce, al mismo tiempo tan callado,
que un jardn te ha brotado entre los labios?
Ests sentado sobre tu honda mina
como un buda dormido en lo ignorado,
como un hombre sin pan, como los sabios.
ALEGRE DEL REY, EMILIO
Espaa. S iglo XX
Poeta hallado en Internet.
VIS ION
Qu escasa es la visin del pensamiento
cuando quisiera a Dios representarse.
(PARENTES IS I)
Hace el sol en otoo. Todava
calienta a veces ese sol tan claro,
que sostiene en el aire mi mirada
como una flor en celofn envuelta.
Los leves mediodas del otoo,
finsimos senderos de luz tmida
que llegan hasta el hueco de mis manos
para que el sol me beba lentamente,
ponen el aire de cristal; los labios
de temblor; los recuerdos, de una dulce
nostalgia disfrazada de amarillo.
Hace sol en otoo, pero duele
la luz de ese sol siempre melanclico,
aunque no sea todava el ltimo.
(PARENTES IS II)
S que para decir te quiero, slo
se necesitan dos palabras. (Casi
como alcanzar la luna con la mano,
como apretar contra los labios fuego).
S que para decir te quiero, basta
con esenciar tu nombre. (Tan sencillo
como en el agua dibujar estrellas
o prender amapolas en el aire).
Un oleaje de palabras salta
sobre mi corazn; mi voz, ardiendo,
hace hervir en mi lengua la saliva;
navegan las estrellas por mis ros;
mis amapolas suben a tu luna,
y no te digo nunca que te quiero.
(PARENTES IS III)
Como un ro. Sencillos como un ro.
Mis ojos, como un ro. Descubriendo
la orilla palmo a palmo. Siendo orilla.
Todo yo siendo orilla recin hecha.
Horizontal fluyendo. Fugaz pgina
AL CRIS TO DE LA FE D E
QUINTANAR D EL REY
Por ms que cierna en mi alma su negrura
esta nube que enturbia el claro da,
en el clamor de mi tiniebla oscura
destellar la luz de tu agona.
Por ms que el tiempo arrastre mi andadura
hacia la muda soledad balda,
te gritar mi voz desde su hondura
tu palabra hasta hacerla carne ma.
Clava en tu cruz mis ojos para verte,
para encontrar el fiel de mi balanza,
para alcanzar la vida de tu muerte,
clava en tu cruz, inmvil, mi mudanza
para tenerte, para no perderte,
Cristo de mi dolor y mi esperanza.
ATARD ECER EN GRAN ADA
En esta ciudad no ests de paso:
despus de tanta arena y tanto exilio,
aqu has plantado al fin tu domicilio,
aqu tu hogar definitivo, acaso
An queda en el fondo de tu vaso
lo mejor de tu vida, ese concilio
del alma y de la carne en dulce idilio,
hoy la luz ms sabrosa de tu ocaso.
Abre los ojos, fija tu mirada
en este atardecer que, lento, cierra
la encendida hermosura de Granada.
Y embriaga el corazn ante la vista
de un cielo derramado en esta tierra,
siempre un regalo ms que una conquista.
ALFARO, TOMAS
Espaa. S iglo XX
Poeta.
SONETO
ALMEDA, ANTONIO
Puente Genil. Crdoba. S iglo XX.
Reside en Madrid y es poseedor de varios premios
de Poesa.
INVOCACION A LAS DIOS AS
LA DE ELCHE
De siglos, no de piedra, tu hermosura.
Viviente fuiste, no tu cuerpo invento.
O tu corazn, tu corazn, tu aliento,
el cimbreo sent de tu cintura.
Que no de piedra permanente y dura,
sino de amor, amor y sufrimiento.
Cierro los ojos y latir te siento
como una luz, como una mordedura.
Pues vivas ests, an cantas en mi pecho,
an te busco en el Templo noche y da,
aunque medren en ti siglos y yedra.
Qu cierto nuestro amor y qu derecho
a la fecundidad y la alegra!
De carne y hueso t, que no de piedra.
LA DEL C ERRO
Incndiame la luz, alumbre el fuego,
t que lo quemas todo sabiamente.
Prende mi corazn, arde mi frente,
a ver a dn de subo, a dnde llego.
Organiza estas sombras que te entrego,
que yo lo vea todo claramente
ahora que ests. Que cuando ests ausente
ya s que volver a quedarme ciego.
Deposita tu mano en mi cabeza.
Pon tu ternura all donde me acabo.
Inndame de amor con tu sahumerio.
Otrgame la luz y la belleza,
y la revelacin de en lo que clavo
hondamente los ojos: el Misterio.
LA DE BAZA
ARREPENTIMIENTO
Qu has hecho t? Dmaso, bruto bruto!
Del mundo, libertad centro te haca.
Tiempo de Dios, en libertad creca.
La flor, en rama, libre se iba a fruto.
Qu hiciste, adolescente chivo hirsuto,
luego chacal, pantera de tu hombra,
hoy mico viejo, ya, t, inarmona
del orbe en Dios, Dmaso bruto, bruto?
Alas de libertad! Aire sereno
el orden era en torno. Y yo gritaba:
"Libre Dmaso-Dios!" Dmaso impo:
aire de Dios rasg mi desenfreno,
que os la libertad que Dios me daba,
ltigo contra Dios alzar, Dios mo!
IV
VID A-LIBERTAD
Libertad, qu eres t? Gozo? Alborozo?
Primavera? Pero es la primavera
un nadar de oros giles? Ribera
tiene el gozo? No, entonces no es el gozo.
Alondras por el alma, sobre un trozo
de azul, volando, es libertad? O era,
en mi ensueo, la nieve, as, cimera,
o, en mi savia, el abril de un mundo mozo?
Ay, yo no s lo que eres, mi albedro...
Alegra de Dios, que a m refluyes?
Aroma del vivir, que me embriagabas?
S lo s, libertad, que all en lo umbro
siento el pulso de Dios; y por mi fluyes,
libre anhelar que en tiempo te propagas.
DES TRUCCION INMIN ENTE
A una rama de avellano
Te quebrar, varita de avellano,
te quebrar quizs? Oh tierna vida,
ciega pasin en verde hervor nacida,
ALONS O, ENRIQUE
Espaa.
Poeta.
SONETO
Cunto me duele, amor, tu tirana
y el duro yugo de tu airada mano,
tanta envidia te tengo por tirano
cuanta por ser amor no te tendra.
Por qu pretendes en el alma ma
ser solo grito y solo soberano?
Mira cun fieramente no me allano
a tu amarga y falaz soberana.
Si a tan duros trabajos me has llevado,
que otros la tirana te reclamen,
que no quiero a la ma encadenada.
De ti ya, amor, me he desencadenado.
Yo dejo as que los dems te amen,
y descanso en el bando de mi Hada.
EL JURAMENTO QUEBRANTADO
A Limano jurbale Filena
guardar la fe que a su pasin deba;
"antes la luz me falte", repeta,
y sus promesas escribi en la arena.
El viento que la mueve y desordena
poco a poco lo escrito deshaca,
y al verlo la pastora falsa y fra
de su memoria lo borr sin pena.
As la fe se guarda y asegura
en pecho femenil;`qu documento
para quien cifra en ella su ventura,
EL PUERTORRIQUEO
Color moreno, frente despejada,
mirar lnguido, altivo y penetrante,
la barba negra, plido el semblante,
rostro enjuto, nariz proporcionada.
Mediana talla, marcha acompasada;
el alma de ilusiones anhelante,
agudo ingenio, libre y arrogante,
CIFRA
Os digo un nombre, una ciudad ungida:
digo perseverantes primaveras,
digo una pirotecnia de palmeras,
digo muros de cal enardecida.
Digo una luz total, incontenida,
y sombras de pinares y laderas
y digo, en fin, el mar y sus fronteras,
el mar y su continua acometida.
La ciudad que pronuncio, la que digo,
limita al Norte con la siempre-orilla
con el siempre-camino de las olas.
Brjula al siempremar, por donde sigo
el siempre-rumbo de la siempre-quilla
hacia las siempres-costas espaolas.
MADRIGAL CON HERCULES
Hrcules troncho al paso y trajo en vuelo
a esta orilla la flor recin cortada
no por dar a la rosa trasplantada
distinta savia de distinto suelo.
Que fue que so a Ceuta bajo el cielo,
sola, blanca, feliz, transfigurada,
y la dud, de tan iluminada,
si rosa, si ciudad en su desvelo.
Que s s, que si no, que alegremente
-que Hrcules fue en su enjundia y en su traza
un S an Cristobaln de la alegrala hizo ciudad y rosa juntamente,
y, satisfecho, volte su maza
y se alej por la mitologa.
ALONS O BARTOL, GONZALO
Espaa. 1.960
Poeta.
DE MAYOR QUIERO ES TAR
ENAMORAD A
De mayor quiero estar enamorada
DENTRO DE LA ZARZA.
Andaba Dios de puro enamorado,
an antes que tomase carne humana,
rondndole la puerta, y la ventana,
a cierta dama que le trae penado.
Moiss en una zarza le ha mirado,
llena de fuego, y gloria soberana,
que entre espinas se est de buena gana,
cuando se espera cosa de cuidado.
Es celosa por la cual pretende
ver a la dama que en su pecho mora,
a quien con sumo amor, y gusto acude.
Y puesto Dios en zarza bien se entiende,
que si tomara la zarza Dios ahora,
no ser mucho que en el huerto sude.
A S AN IGNACIO DE LOYO LA
Vulcano cojo, herrero vizcano,
si quieres ablandar un hierro helado,
de un pecador protervo y obstinado,
saca tu fragua en medio del camino.
Los fuelles de oracin sopla con tino,
hasta que enciendas un carbn tiznado,
que en fuego de lujuria se ha quemado,
y es para fragua cual carbn de pino.
El hierro y el carbn, que es culpa y hombre,
traers con las tenazas de obediencia
a tu amorosa y encendida fragua.
Pide a Jess el fuego de su nombre;
la yunque, y el martillo su conciencia,
y t sers hisopo puesto en agua.
ALONS O DE MOLINA
Colombia. Siglo XX.
Poeta hallado en Internet en un
colectivo de poetas colombianos.
TU PA MI, YO PA TI
Tmame t, mi amor, que te bendiga
I
Olor a mar entre los huesos llevo
mezclado con la sangre, levadura
de fragancia, celeste sembradura
hecha del gran amor que al mar le debo.
Nac en Puerto de mar, igual que un nuevo
habitante marino. Encarnadura
soy de tierras y mares. Hermosura
llen mis ojos con los que me bebo
la realidad del mar calladamente,
su torso verde y blanco de pantera,
la fuerza de su cuerpo recostado.
Nac en el mar y adoro ardientemente
el mar, la mar. Tanto amo que quisiera
morirme frente al mar, el contemplado.
II
Mar de azules, mi alma marinera
ir contigo a lo ms lejano ansa.
Ver en el mar el despertar del da
e izar hacia los vientos la bandera.
Eres una mujer o una pradera
llena de transparencia y armona?
Las gaviotas vuelan con alegra
como soando con la primavera.
Despierto y en tu gracia, ya me hundo,
mar azul, transparente mar profundo,
que tibiezas y aoranzas rezumas.
Yo me hundo y hundo en la sal de las olas,
que me deja entre los labios espumas.
Y oigo un rumor de viejas caracolas.
TIERRA
Tanta afliccin, tanto dolor levanto
(este dolor que es solamente mo)
tantas palabras mientras el roco
se derrama en la tierra como el llanto.
Como la tierra he padecido tanto
que estoy como la tierra en el esto
golpeado por el sol. Y siento el fro
VID A
Vivir es caminar por un desierto
con el cuerpo vencido y derrotado,
es gozar el dolor que otro ha gozado
y compartir la muerte de otro muerto.
Acaso si la vida fuese un huerto
debajo de un rosal hubiese amado
a una mujer cualquiera, ya cansado
de caminar hacia un lugar desierto.
No podemos romper esta condena
de ir gozando, sufriendo diariamente
con todos los que sufren o han sufrido.
Tengo todo mi ser hecho a la pena
y aguardo esperanzado la clemente
maana que me pierda en el olvido.
MI DIOS
Siento a mi Dios oculto que me llama
a travs de la noche o el vaco.
Oigo su nombre en el rumor del ro
o en el rumor del viento por la rama
de cualquier rbol. Sin cesar reclama,
Su corazn mi corazn sombro.
Y yo no puedo huir. Y siento fro
y siento en m S u corazn que me ama.
Y yo no puedo huir. Por ms que quiera
esperar en el fro del invierno
y en el ardor y angustia del verano.
T eres mi afn, mi oculta primavera.
Refugia, Dios, en el rincn ms tierno
de Tu hondo pecho mi dolor humano.
TIEMPO DE PRIMAVERA
Era la Primavera. Yo cantaba
al gozo y la esperanza. Dios vena
junto con el crepsculo y el da
y yo tena fe y Dios me amaba.
Primavera total! Mi alma esperaba
y mi cuerpo tambin y la alegra
era junto a nosotros y viva
PADRE ALBAIL
Te veo, padre, tremendamente humano,
padre trabajador y jornalero,
ganando por tus hijos el dinero
bajo el sol inclemente del verano.
Te veo como comes, grano a grano,
el duro pan. Limpio sudor de acero
te cubre, como un manto verdadero,
y te besa la frente como hermano.
Padre albail: callado ests en casa
y algo tiembla en tus ojos, que te abrasa
como la sombra de tu pensamiento.
Te duele lo que cuesta tu salario,
que el pellejo te dejas siempre a diario
por ganar una vida sin aliento.
A MI MADRE
Acname en tus brazos, madre, ahora
cuando anhelo ser nio, cuando muero
con mi dolor de hombre sin sendero,
sin ngelus de amor y sin aurora.
Recgeme en tu amor en esta hora
cuando yo estoy ms triste, cuando hiero
mi propio corazn. Hoy ms te quiero
y acunado en tus brazos mi ser llora.
Regresar a ser nio, hacia una infancia
ms bella que los das que ahora vivo,
asomarme a las nanas de mi sueo.
Amor lleno de luz y de fragancia:
a tu lado abandono al hombre altivo
y me siento ms dulce, ms pequeo.
A VIC ENTE MOJICA
Poeta de las cosas ms cercanas
y ms sencillas: yo tu nombre quiero
poner junto a mi nombre en el alero
donde vuelan mis aves ms tempranas.
Testimonio de un tiempo de maanas
quiere hoy abrir su prtico primero
y el corazn que tengo volandero
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LA UN IDAD ES PAOLA
Catalua, Vasconia, mi Castilla,
Galicia, Andaluca, Extremadura,
Levante, Norte y S ur, monte y llanura,
nieve y ardor, miseria y maravilla.
Que diversa es Espaa! Qu gavilla
tan granada! Rudeza y donosura;
democracia, anarqua y dictadura;
Don Juan, San Juan, Teresa, Gitanilla.
Avispero sin orden ni concierto.
Triste colmena cuya reina ha muerto.
Pero una idea, que es fervor y vida,
mantiene a todo el colmenar unido:
La Espaa del franquismo est podrida,
y hay que arrojarla al foso del olvido.
NUMANCIA
No me digis que hay algo ms nocivo
que Franco y su mesnada estraperlista.
Antes que Franco el sismo comunista.
Mejor que Franco el caos primitivo.
Del caos cre Dios el mundo vivo,
y de barro hizo a Venus el artista.
La vara de moiss quiebra la arista
del ruin peasco al agua clara esquivo.
No hay agua limpia ni belleza pura
que no exija la intrpida rotura.
Punzar herir, romper con arrogancia
la podredumbre del tirano odioso.
Mejor la muerte que el servil reposo,
y antes que el yugo de Escipin Numancia!
AL CARDEN AL S EGURA
Seguro estoy, Segura mo, que eres
tozudo, puercoespn y ultramontano.
Como dira Nietzsche, el casquivano,
poco agradable para las mujeres.
Te ofende el baile y los dems placeres
de la inocente juventud. Tu mano
bendice al pobre cuando es buen cristiano,
ANTIYANQUIS MO
Malandrines! Follones! Trapaceros!
hablis de libertad y de pureza;
de Dios, de caridad y de limpieza,
y slo veneris vuestros dineros.
Como S hylok, a cambio de unos meros
centavos, reclamis de la pobreza
del prestatario el alma y la nobleza.
Piratas, buitres, hienas, choriceros!
Vosotros enemigos del tirano
moscovita, y amigos de un humano
vivir; libre de trabas y garlitos?
Si no retiris pronto vuestra tropa,
acabaremos por pedir a gritos
que venga el Krenlim y os sacuda estopa.
ES PAOLIS MO
Ya s que Espaa morir algn da
como se mueren todas la s estrellas.
Todas las cosas, hrridas o bellas,
viven desde el nacer en la agona.
Ya s que es muerte y destruccin la Va
Lctea, con sus millones de centellas
en explosin; que no dejar huellas
nuestro universo en la eternal umbra.
Todo es fugaz cual gota de roco.
La vida es mucho ms banal que el ro
de Manrique. Pero una angustia extraa,
que no piensa ni mide porque espira
de amor y de pasin, me inflama en ira
cuando alguien habla de matar Espaa.
A FALANGE ES PAOLA
TRAD ICIONALIS TA Y D E LAS JONS .
Quitad las flechas a ese viejo yugo.
y uncos ya como pacientes bueyes,
bajo el caudillo injerto en un besugo,
domeador de todas vuestras greyes.
No presumis de ser hijos de reyes
(Catlicos o no), que a Dios no plugo
A FLERID A
Qu has hecho, ingrata Flrida, qu has hecho?
As a tu amante dejas, y a un anciano
por un vil inters vendes tu mano
a que slo el amor tiene derecho!
Ay! qu vida te aguarda! en mesa, en lecho,
doquier al lado de ese espectro humano,
tu dulce amante extraars en vano,
que no se vende con la mano el pecho.
No marmreo palacio, urea carraza,
claros diamantes, ni real boato
la pena aliviarn que te destroza:
mas que tal vida y el continuo trato
de tu odiado consorte, en pobre choza
con tu amante vivir te fuera grato.
A LOPE D E VEGA
S alve, gran Lope, de la tierra espanto,
de Espaa eterno honor, oh el ms fecundo
de cuantos vates vio jams el mundo
y la Gloria endios en su templo santo!
Si a tu tan fcil vena, a caudal tanto,
arte correspondiera ms profundo,
si par te declarara, y sin segundo
el dios augusto que preside al canto.
Cuntas veces tu rica fantasa
las tres jornadas anim de un drama
en el pasmoso trmino de un da!
Y aunque imperfectos la Razn los llama,
bstele de tu patria a la ufana
que de ti slo lo cont la Fama.
EL TEMBLOR
Temblor son; con subterrneo ruido
velocsimo llega de repente;
moverse el suelo, cual bajel, se siente,
y crujir techo y muro sacudido.
Con voladora planta sin sentido
la calle ocupa la espantada gente,
que se humilla confusa y se arrepiente
LA TRANS FIGURACIN
Ya la gloriosa cumbre del Tabor
atrs dejaron los divinos pies;
nieve la viste, un astro la faz es
que del sol avergenza el resplandor.
As, del alto cielo oh morador,
a la diestra del Padre arder lo ves;
y en los aires Elas y Moiss
cien un lado y otro del Seor.
Mientras yacen por tierra, en ademn
de asombro, de pavor y adoracin,
Pedro, S antiago y el amado Juan:
Cundo, oh Seor, en la celeste Sin
sin velo as mis ojos te vern,
si de verte mis ojos dignos son!
A JES UCRIS TO
A quin acudir, cuando estoy triste,
en busca de remedio y de consuelo,
si no a ti, que comprendes nuestro duelo,
del que experiencia tan cruel hiciste,
cuando la mortal carne que nos viste,
te vio vestir el asombrado cielo,
y las miserias del mezquino suelo
todas por larga prueba conociste?
Me espanta de tu Padre soberano
la majestad tremenda; ms contigo,
que te muestras tan dulce y tan humano,
me es dado hablar cual con estrecho amigo,
o cual pudiera hermano con hermano,
y mis dolores ntimos te digo.
LA VIRGEN MARIA
Qu digna lengua la alabanza entona
de la que, siendo madre, fue doncella?
La adora el ngel, y se mira en ella
cada divina liberal Persona.
Es diamante sin par de su corona
cada ms pura rutilante estrella;
luna y sol su triunfante planta huella,
II
Hay del que con Don Juan entra en disputa!
de aquel a quien siquiera se le escapa
la rplica menor, pues se reputa
ms infalible que el romano Papa.
Cuanto dice verdad es absoluta
que a la misma Verdad la boca tapa,
aunque diga que en Francia est Calcuta
y a Para ponga en frica su mapa.
Materia en todo para eterna pltica
halla, a pesar de su apariencia tsica
y de su cruel respiracin asmtica;
y desde rudimentos de gramtica
hasta la ms sublime metafsica
en todo su sentencia da, dogmtica.
A UN A VIUDA
En su gruta la fiera, y en su nido
reposa el ave; yace el mar sin olas;
vierte el Sueo doquier sus amapolas
y de los males el sabroso olvido.
Pero, por ms que asalte tu sentido,
cerrar no logra tus pupilas solas;
t solamente su precepto violas,
dando al trabajo lo que suyo ha sido.
Mas de ti vanamente se querella;
con tan crecida prole, sin esposo,
es bien que veles sin cesar por ella;
y el insomnio prefieras al reposo
con que, vindote an joven y bella,
te convida opulento voluptuoso.
A ELENA
Contemplando callaba embelesado,
feliz visitador, a dos doncellas,
tan puras y graciosas como bellas,
y bellas ambas en el mismo grado:
mas, apenas llegaste, y el estrado
alto asiento te diera en medio de ellas,
como ante el sol se apagan las estrellas,
as se oscurecieron a tu lado,
que, como el mismo sol humanas teas,
as t, Elena, a las dems mujeres
cubres con tu luz flgida y afeas.
Cesan contigo varios pareceres,
y aunque la sola en ignorarlo seas,
t la beldad de las beldades eres!
II
Cuando contemplo el delicado velo
que a tu alma bella da digna morada,
y pienso que beldad tan extremada,
de ideal perfeccin tipo y modelo,
ha de sentir de la vejez el hielo,
y que la Muerte con su mano airada
ha de sumirla en espantosa nada,
de ley tan dura con horror me duelo.
Mas qu diciendo est mi Musa impa?
Alta revelacin no me asegura
que, gloriosa y ms bella todava,
la de m tan amada vestidura
ha de resucitar el postrer da
para unirse de nuevo a tu alma pura?
A ES PAA
Con cul fiel semejanza, dulce Espaa,
t sobretodo, bella Andaluca
me representas a la patria ma,
cuyo recuerdo siempre me acompaa!
Tanto tu idioma al peregrino engaa,
de tus hijas la gracia y gallarda
y de tu puro cielo la alegra,
que tal vez no se juzga en tierra extraa.
Mas presto el llanto a su pupila asoma,
y se aflige de nuevo el pecho amante,
cuando, advirtiendo en breve su error vano,
ve que, aunque en claro cielo, dulce idioma
y bellas hijas ay! tan semejante,
no es este suelo al fin el peruano.
A UN ATEO
En vano esperas que la oscura nada,
que invocas como madre compasiva,
entero en el sepulcro te reciba,
cuando termines la mortal jornada.
Te alienta alma inmortal que, de la helada
carne donde reside fugitiva,
maravillada de sentirse viva,
de ignoto mundo arrostrar la entrada.
Ya su asombro y espantos imagino,
cuando, el fallo aguardando que la hiera,
se encuentre al pie del tribunal divino,
y mirando del Dios la faz severa
a quien neg su ciego desatino,
exclame estremecida: Verdad era!
A UN CONDOR ENJAULADO
Un tiempo, all en el suelo americano,
rey te aclam la voladora plebe,
y de los Andes la ms alta nieve
atrs dejabas en tu vuelo ufano:
el espacio sin fin del aire vano
era tu imperio; mas en crcel breve
hoy en vano tus alas alza y mueve
tu no perdido instinto soberano.
Cunto, al mirarte, oh cndor, me apiadas
preso, y en suelo, como yo, extranjero!
Mas yo pronto a las playas adoradas
de mi dulce Per tornar espero,
y t, blanco curioso a las miradas,
ausente morirs y prisionero.
DIDO A EN EAS
Y partes y me dejas enemigo!
Y, por ms que a tus plantas en un lago
de lgrimas ardientes me deshago,
ablandar tus entraas no consigo!
Oh de tanta merced inicuo pago!
Aqu nufrago y prfugo y mendigo
llegaste, ingrato, y yo part contigo
ES PAA
Junt la Muerte ante su trono un da
a los ministros do su furia aciaga,
por dar la palma al que, de todos, haga
ms fiero el cargo que a su saa fa.
Fue la sangrienta Guerra a la porfa,
el Terremoto que ciudades traga,
Incendio y Hambre y Peste, y cuanta plaga
sirve del mundo a la seora impa.
El premio horrendo cada cual espera,
indecisa la negra S oberana
sus mritos iguales considera;
mas viene Espaa, y los laureles gana,
que es ella de las plagas la ms fiera
y el gran azote de la estirpe humana.
CUADROS
Visteis, cuando el temblor con improvisa
fuerza se siente al despuntar el alba,
que, como puede cada cual se salva,
sin que a nada lugar le de la prisa?
saliendo sin zapatos y en camisa,
flacas piernas mostrando, y luca calva,
hacen Crispn y su mujer Grijalva
que en medio del terror nazca la risa.
Cunto oculto galn ms que de trote
con la infamada joven sale fuera,
sin temor de que el pblico lo note!
Y hasta se ve salir quin lo creyera!
a todo un venerable sacerdote
de la impura mansin de una ramera!
DAFNE Y APOLO
Al Cfiro venciendo en ligereza
del impaciente enamorado Apolo
huye la ninfa con artero dolo
para encenderlo ms con su esquiveza:
al fin alcanza el dios a la belleza,
que el Amor con sus alas socorriolo;
mas ay! que al abrazarla, abraza slo
AL S UEO
Ven: de la odiada realidad amarga
rbame el doloroso sentimiento,
y de mi vida la insufrible carga
ten, oh Sueo, en tus brazos un momento.
Ay! que en senda tan spera y tan larga
ms grave al hombro cada vez la siento,
y ms la cuesta la subida embarga
al pie cansado, cada vez ms lento.
El peso horrible de la vida humana
alviame esta noche fugitiva,
y a recibirle tornar maana;
hasta que al fin, doliente y compasiva,
venga, implorada, tu inmortal hermana
y en su seno piadoso me reciba.
CONS UELO
Enmudece, fatal Filosofa,
que osas demente proclamar que cesa
con el cuerpo en el seno de la huesa
la vida del que vida le infunda.
Mas ven, y temple la congoja ma,
religin santa, tu feliz promesa
que, del sepulcro tras la noche espesa,
la luz nos muestra del eterno da.
Ven a brindarme el nico consuelo
que a mi presente desventura cuadre;
alza mi mente y esperanza al cielo:
y abriendo a un hijo la inmortal morada,
mustrale en ella a su perdida madre
en un ngel de luz transfigurada.
AL VIERNES 22 DE ABRIL DE 1.870
Oh doloroso inolvidable da,
ms negro que la noche ms oscura!
T sellaste mi inmensa desventura,
en ti el sol, se eclips de mi alegra.
Tus lentas horas, en cadena impa,
insensibles al ay! de mi ternura,
midieron como siglos de amargura,
A UN ANFORA GRIEGA
ENCONTRADA EN MEJICO
Desde calas de sueos a esta altura,
fuiste por siglos sombra itinerante,
SONETO
Si ni la muerte me dar el consuelo
de decirme el porqu de mi venida
-esta ilusin de sombras sorprendida
en lo que va de un vuelo al otro vuelorecorrer mi rumbo paralelo
sin mirar otra cosa que la herida
del que marcha a mi lado. Que la vida
que descubre mi paso a ras de suelo.
De lo dems: de aquello que est fuera,
ms all del poder de nuestra mano,
prefiero no ocuparme hasta otro instante...
Lo urgente es acabar con la barrera
que separa al hermano de otro hermano...
Esta obsesin de amor es lo importante!
BALANC E
Mi balance seala bajo cero,
y me asusta perder hasta el idioma
para nada ganar. Mas ni una coma,
ni un punto escribir si no es ibero
mi verso, si a su luz lo que ms quiero
(la tristeza de Espaa) no se asoma,
si en l no vibra, muerde: esta es la toma
de conciencia que hoy hago. Lo que espero.
se inclinar...? No s si lo he soado,
o si sigo viajando en ese tren
que recorre la vida entre rales
desde el primer instante decididos.
Se levanta el pianista. Nadie llora.
S lo escucho la risa: cientos, miles
de oblicuas carcajadas... Los dormidos
me reciben de vuelta. Ya es la hora.
++++++
Y otra vez en el pozo. No estoy fuera
de su ftido aliento venenoso,
y un cclope invisible sin reposo
me clava su pupila. No hay manera
de que mi fuerza rota y prisionera
se levante del fondo: un misterioso
tentculo frentico y viscoso
me va hundiendo en su turbia madriguera.
Vuelvo al fro y al vrtigo del miedo.
Por m mismo y la voz que ms cercana
me arrulla con su llanto: madre, escucha...
No s como decrtelo. No puedo
llevarte mi caricia... suave lana
que te caliente con riqueza mucha.
SONETO
Mientras luchaba yo con mi cabeza
doliente en una celda de castigo,
de madrugada descuajaron trigo
de cinco espigas jvenes. Nobleza
y error ya irreversibles. No hay belleza.
No hay ninguna belleza en lo que digo.
Cinco cuerpos de piedra por testigo
pongo sobre este abismo de vileza.
Espaa, patria ma, por qu ofreces
ese semblante trgico al que intenta
reflejar en sus ojos tu hermosura?
Mustranos el desnudo en que amaneces
quitndote la mscara sangrienta
que tu sereno rostro desfigura.
ALVAREZ, DOMINGO
ALVAREZ, MIGUEL
Madrid, 1.931
Derecho y Ciencias de la Informacin.
Profesor Universitario.
LA S OLEDAD S ONORA
Que calle s, la msica del viento,
la agitacin que el rbol desordena,
cllese el corazn, para la vena
su inquietud, su locura y movimiento.
Que descanse la mar, que el firmamento
detenga el ritmo de la luna llena
y haya en el mundo una quietud serena
que enmudezca hasta el mismo pensamiento.
Y entonces, s, la soledad sonora
manar dulcemente sobre el alma
dejando a flote su verdad sencilla.
Ser un momento slo, aqu y ahora;
despus puede cesar la inmensa clama
pues ya se realiz la maravilla.
ALVAREZ, MIGUEL DE LOS S ANTOS
Argentina. Siglo XIX
Poeta amigo de Espronceda.
SONETO
Cun bella sale la naciente aurora,
del fresco seno de los claros mares!
Cun bello sol se inclina en los altares
de la noche feliz que la enamora!
Cun bella es la vespertina hora
cuando al son de los rsticos cantares,
vuelve el pastor a sus agrestes lares
y lgrimas de amor la luna llora!
Cun bello el cielo azul dora amoroso
a la luz de sus astros nuestra vida!
Mas qu hallar que le parezca hermoso
el que guarda en el alma dolorida,
S I YO FUES E CAPAZ
Si yo fuese capaz de descifrar la brisa
como descifra el sol mi rosario de auroras
desde el silencio ausente de su voz volara
como vuela mi alma al lugar donde mora.
Si yo fuese capaz de encender su sonrisa
como se enciende el mar en huracn de olas
prendida a su costado versando- remara
como rema la tarde que en versos se desboca.
Con racimos de nubes, junto al tiempo que nace
cada vez que sus manos acaricien la noche
bordara un suspiro de voces en su bruma.
Y todo crecera como crece y se esparce
en armnica ausencia de ntidos acordes
un diluvio de sueos que prenden mi ternura.
MUS ICA
Le espero desgranada en dulzura silente,
en la penumbra vaga de la melancola
y en silencio claro de clara sinfona
que interpreta la calma en adagio creciente.
Espero desbordado la belleza durmiente
en el ocaso dulce de mi autobiografa
y en el lugar angosto de la cosmogona
que se instale en un bucle del allegro presente.
Y desando el camino que me lleva a sus ojos
si enciendo la ternura en el rond del viento
o me adentro en los velos de su voz si me llama.
El sueo se recrea en horizontes rojos,
todo es preso, vivace, al comps de su aliento
si descifro las notas del tiempo en que me ama.
S I ALGUN DIA
Si algn da a la aurora- me presiente
perdida de su voz y su cario,
como el pjaro errante que no advierte
el lugar donde un da hiciese el nido.
Si no encuentra en mis ojos la corriente
de sus ojos que miran en los mosy en total plenitud no se convierte
ENTREGA
Devuelvo tu perfil adormecido
que ayer fuera mi afn y mi cuidado,
con ptalo de niebla fuiste herido
y por copos de espuma amenazado.
En tus labios un ay! recin nacido.
En mi pecho tu nombre derramado.
Del ayer los maanas del olvido,
te entrego para siempre rescatado.
Esto me queda, un sueo prisionero
en el topacio ahumado de tus ojos,
tus ojos asequible ventisqueroy un lamento obstinado que te llama,
una encendida soledad de hinojos,
una abrasada nieve que te ama.
SONETOS A DIOS
I
Cautiva en Tu semilla, los dolores
son mi colmena de melancola
van por los mares de la poesa
como inocentes peces voladores.
Del gozo prisionera, en mi agona
ando a oscuras buscando aquella puerta
inaccesible hoy, antes abierta,
que a mis nupcias sin nombre conduca.
Como la mar bajo la luna crece
mi cuerpo herido por la luz eterna
se extiende por Tu cielo incalculable.
Y mientras mi pasin se recrudece
y duerme el agua en la lustral cisterna
yo Te espero en Tu lecho innominable.
ALVAREZ ALVAREZ, ANTONIA H.
Babia. Len. Espaa. S iglo XX
Reside en Asturias. Filologa Romnica.
Profesora de Enseanza Secundaria.
A S ANGRE VIVA
A sangre viva arrncame la muerte,
que no quiero volar en el vaco,
ni soar calidez teniendo fro
entre el hielo afilado de lo inerte.
A fuerza viva arrncame tan fuerte
la pena que solloza sal y hasto,
que no quepa ni un haz de escalofro
en la lenta agona de esta suerte.
Rompe la soledad hacia la sombra
que quebranta mi paz y me hace esquiva,
y me acora, me muerde y me atenaza.
Quiero sentir la fe que desescombra:
dame la certitud de que estoy viva
entre esta intil muerte que me abraza.
DE FLORES
Pido por una voz que me enamore,
de acacias blancas y jacintos rojos,
de amarillas ginestas, y manojos
de dulces violetas donde llore.
Pido por un amor que me encadene
de suaves manos y corazn fiero,
y me vista d e azahares y romero,
y de un vivo clavel que me enajene.
De rubianas, cilantro y azucena,
de flores de jazmn, cbreme toda:
quita despus la espina de mi pena.
Bsame entre amapolas, toronjiles,
injerta entre tus labios mis abriles
para abrirme a tu amor florida y plena.
ABRAZO
Dormitar en la noche profunda de tu beso,
tras haber traspasado los ltimos confines,
agotadas las horas, quebrados del exceso,
ahtos del aroma de todos los jardines...
Cay as ante mi brazo tu piel, tu paz, tu peso,
y cogimos estrellas creando balancines:
en el fuego quemamos hasta el ltimo hueso
SOLO SOARTE
Las caricias soadas son mejores,
y an mejores los sueos que la vida:
el deseo de un beso, los amores
en la ilusin silente, an no vivida.
Esa inquietud tan fuerte de encontrarte
sin saber dnde, en cbalas el alma
por la urgencia atrevida de pensarte:
slo anhelo sin treguas y sin calma.
S oar tu voz, tus besos, tus abrazos,
slo soarte, amor, en el olvido
de lo cercano al tacto, sin tocarte...
S lo soarte, amor, as, a retazos,
me eleva el alma, ausente de sentido,
hasta hacerme pavesa y abrasarte.
TIEMPO
Se nos escapa el tiempo entre los dedos
como granos minsculos de arena,
dejando en el camino risa y pena,
amores, odios, esperanzas, miedos.
Y en ese devenir de los enredos
con que la vida gira y nos condena,
aprendemos la eterna cantinela
que nos ha de dejar mudos y quedos.
Hacia un final desconocido y yerto
que intentamos obviar da tras da
llevamos nuestras lgrimas de muerto.
S lo ese fin tenemos como cierto,
y en el amor buscamos valenta
para apagar la sed de este desierto.
QUIERO CREER
Quiero creer en Dios y en su mirada,
quiero tener la fe reverdecida
para pensar que ayer no fui la Nada,
y soar que maana ser Vida.
Y sin embargo el tiempo y su tormenta,
descoyunta mi credo, y mi estulticia
muere sangrando en ciega lucha lenta,
CARICIA ETERN A
Si la cancin fue fuente, y luna, y vino,
desesperada noche y paz de ocaso,
si la cancin fue frgil como un vaso
que entre su tiemblo tuvo mi destino.
Si la cancin fue nota en el camino
que un da alegre aceler tu paso,
si fue pual o miel, si fue fracaso
de una ilusin ahogada entre su trino
Hoy es la impa mano que lacera
la piel del alma fra, blanca, inerte,
invierno de la rosa en primavera.
Qu soledad de amor qu amarga y fuerte!
Mientras t, corazn, marcas la espera
de la caricia eterna de la muerte.
DE S ILENCIO
En el silencio atisbo mi sombra sucesiva,
por el silencio siento los pasos del misterio,
hacia el silencio tiendo mis manos de cautiva,
entre el silencio sufro la herida y el cauterio.
Desde el silencio abrazo la cruz de mi deriva,
para el silencio toco mi pena y mi salterio,
ante el silencio imploro mi paz definitiva,
bajo el silencio escindo lo alegre de lo serio.
S lo el silencio sabe que un da me quisiste.
Desnudo fue a tu encuentro mi anhelo florecido
y a bocanadas de alma, despierto, me sorbiste.
Mis labios fueron besos de ausencia y de latido
muriendo de silencio en tu silencio triste:
slo el silencio sabe cun hondo te he querido
YO TE QUIERO MUJER
Yo te quiero mujer de ardiente aliento
poblada con la sal de la marea;
propietaria del sol que espolvorea
su dorado conjuro sobre el viento.
Te quiero compaera y alimento,
el nctar del Olimpo, miel hiblea
y delicada ondina que aletea
ALMA VIVA
Sutil vasija del ocaso duro,
sanguneo, terrible y solitario;
esencias leves, azafrn precario
que escancia su dolor de mar oscuro.
Nostalgia nocturnal, cielo maduro
del amor y el cantar depositario;
firme final marchito, corolario
de la memoria, voces del conjuro.
Abran su cuenco sooliento y sientan
la sangre del poniente y de la carne
que se derrama ciega y pensativa.
No mientan a las lgrimas, no mientan
al roco, la lluvia y cuando encarne
el dolido sentir del alma viva
ALVAREZ CRUZ, LUIS
Espaa. S iglo XX.
Poeta hallado en Internet.
TU ERES LA RAZA
Pgina muda, frvida, encendida,
smbolo de una raza y una gesta,
hoy que te exalta la votiva fiesta
un himno brota de una nueva herida.
Como el griego poeta amas la vida,
grave, austero seor de la floresta,
aunque vencer la muerte mucho cuesta,
lucho con tu soberbia y fue vencida.
El tiempo, esa inquietud que se renueva,
canta el milagro de tu sangre moza
en el poema de una vida nueva
Y si la muerte tu vejez se enlaza,
la gloria, justa, su perfil esboza.
Nunca muere el recuerdo de la Raza!
ALVAREZ DE C IENFUEGOS , NICAS IO
Madrid. 1.764 Orthez. 1.809
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PUEBLITO
En este pueblito la vida parece
detener su curso cual cansado ro;
cual traviesa ardilla que por bosque umbro
de vagar hastiada, por fin se adormece.
Y sobre las viejas casas prevalece
cual un raro hechizo que, hasta el mismo esto
all en la distancia, sobre el lomero,
hizo, por encanto, que se detuviese.
Si todo parece como un sortilegio
en este pueblito rodeado de lomas,
por pequeo, triste; por su historia, egregio.
Y el viento lo inunda de agrestes aromas
en esas maanas, cuando un suave arpegio
modulan batientes alas de palomas.
ANTE EL D RAGO ICODENS E
Drago longevo de talante augusto,
con firmeza grantica de roca!
Raro ejemplar que admiracin provoca
mientras se yergue sobre el pie robusto!
Bajo un semblante de matiz adusto
curvada en leve sonrer su boca,
tu larga vida los milenios toca,
cual si fueras un eterno busto.
Venerable y olmpico presides,
en tu solemne gravedad. las lides
del ingenio del arte y la belleza.
Y al ver la corte juvenil y hermosa
tan cercana a tu trono, esplendorosa
brilla de gozo tu inmortal realeza.
ALVAREZ HENAO, ENRIQUE
Colombia. 1.871 - 1.914
LA ABEJA
Miniatura del bosque soberano
y consentida del vergel y el viento,
los campos cruza en busca del sustento,
sin perder nunca el colmenar lejano.
Te amar an ms en la separacin?
DES NUDOS
Me desvisten tus ojos, y los mos
van deshaciendo lbricos el nudo
del borde de su blusa, y al desnudo
fluyen los senos libres como ros.
Me desvisten sus manos, desafos
que mis manos aceptan, y saludo
cada temblor con arrebato mu do,
rozando intimidad y escalofros.
Y desnudos quedamos, frente a frente,
en atencin inmvil. De repente,
nace un abrazo de infinita calma;
como el aire de abril sobre la rosa,
sobre el ciprs la noche silenciosa,
y a travs de mi cuerpo le di el alma.
LEJOS
Tantas ausencias, tantas lejanas,
forjadoras de acerbas soledades,
kilmetros geogrficos, de edades,
de ideas, intenciones, fantasas.
Arrancamos de alegres melodas,
de esperanza inicial, de intensidades,
y nos devoran las adversidades
de tiempo, espacio y sus melancolas.
De qu sirven las nubes, las estrellas,
si no consiguen imprimir sus huellas
en la piel, aunque estn en la retina?
Lejos es apellido de la muerte,
algo que floreci, que yace inerte,
viejo palacio en lamentable ruina.
VEN Y DUERME
Cada noche me acuesto en la estructura
de sbanas de acero, y su dureza,
su frialdad, su rgida tristeza,
me oprimen con rigor de sepultura.
S lo tu mano clida, segura,
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A UN RETRETE
Recurriendo a Quevedo, yo te digo
que no veo el porqu de tanto enojo
pues, aunque vives ciego y eres cojo,
no te acuso de tal, que eres mi amigo.
Vindote en esas trazas de mendigo,
comido por la sarna y por el piojo
y poniendo tu boca donde arrojo
el pan que ayer com y que hoy maldigo,
siento pena de ti y no comprendo
dnde quieres llegar tan atorante,
negndote a comer y maldiciendo
de este mi flojo arrojo el colorante,
pues sin tregua ni espacio voy haciendo
lo que t has de comer ms adelante.
DE EL MIS TERIO DE LA ES CALERA
Reduzcamos la vida a lo esencial.
Hagamos de la nuestra un bello extracto
de ideas puras en potencia y acto.
hagamos de la vida algo genial.
Sea nuestra existencia elemental.
Vivamos libres con cuidado y tacto
puestos en el impulso. Hagamos pacto
con nuestras emociones. Visceral.
Primera demanda de amor, negada!
Negada, tambin, sed de infinitud.
La belleza, negada, y renegada.
La loca, irracional, esclavitud
que el amante reclama de su amada.
Cien veces negada la beatitud.
ALVAREZ S ANCHEZ-S URGA, RAFAEL
Espaa. S iglo XIX
Poeta.
PAZ Y GUERRA
Su corazn enardecido late
con desigual medida y rudo empuje,
ALVIA, FRANCIS CA DE
Logroo. Espaa. S iglo XVII.
Poeta hallada en Internet.
A MI TIO FERNANDO ALVIA D E CAS TRO
La gran Cantabria eterniz aquel risco,
y es Ebro este gran Ro que le riega,
esta puente labr S an Juan de Ortega,
y all el primer convento S an Francisco.
A Palacio ennoblece este Obelisco,
y Amaltea el estrado de esa Vega,
este es el tribunal, donde si llega,
revienta su veneno el Basilisco.
Este el el templo, que al gran Patrn de Espaa
dedic Arcadio Obispo de otra silla,
obra que envidian Jaspes, y Alabastro.
Esta es la Colegial grandeza extraa,
y este, que anima tanta maravilla,
mi to Don Fernando Alvia de Castro.
ALVIA DE C AS TRO, FERN ANDO
Logroo. Espaa. 1.572 1.640
Sirvi como Inspector General de la Armada Real
Espaola y Fuerzas Navales espaolas en Portugal.
Poeta hallado en Internet.
SONETOS PRONUNCIADOS DURANTE
LOS FUNERALES DE MATIAS DE GALVEZ
I
Siendo su mayor tropa Paisanos,
la encuentra sin alguna Disciplina;
mas con una constancia diamantina
la deja de S oldados Veteranos.
Olvidaron los modos chabacanos,
gozando ya destreza masculina,
quienes antes con plaga Femenina
temblaron al or S ambos, y Anglicanos
en la Escuela de honor los matricula,
NACE LA CIUDAD
Mi ciudad brot alada una maana,
tiendas cual blancos pjaros que llegan
le dan el fiero nombre en que navegan
Legio S ptima Gmina romana!
Por su cancin naciente y su temprana
sonrisa las banderas se despliegan;
las espigas sus caas ya doblegan
y un jbilo guerrero se desgrana.
Verde alfoz la proclama amanecida,
futura flor creciendo silenciosa:
esta aurora de piedra en luz herida.
Vuela su arquitectura poderosa
sobre un cielo de lumbre desmedida,
vuela la piedra transformada en rosa.
ALLIS ON, MARIA ES THER
Per. S iglo XX.
Poeta hallada en Internet.
MARIANIAS
I
Nac amndote, Madre, bien me evocas
el matinal pasito entre macetas
los trboles jugando y las mosquetas
y los geranios y las malvalocas.
Diario ramito de pequeas bocas
dicindote en amor cosas secretas
que solamente entienden los poetas
o los nios O T, que los convocas.
Amndote nac. T no lo ignoras
y cuando nuevamente en tu alabanza
titubeos se olvidan y demoras,
donde la vista de mi amor alcanza
veo semillas, plenes, esporas
y se me alza en alondra la esperanza.
VIRGEN N EGRA
AMARGOS FRUTOS
Vive el hombre aferrado a la riqueza,
al poder mundanal, a la avaricia,
haciendo arma brutal de su codicia,
mofndose, soez, de la pobreza.
Rechaza la moral que es fortaleza;
levanta falso trono a la impudicia:
aplaude la maldad y la injusticia,
despreciando el honor y la entereza.
Y temblamos, despus, ante la guerra?
De los males airados nos sentimos
y ante el dolor mostramos extraeza?...
Fruto d la impiedad sobre la tierra
es el caos moral, pues que vivimos
olvidados de Dios y su grandeza.
A LOS PIES DEL REDENTOR
Mara Magdalena, pecadora,
los pies d e Cristo besa, arrepentida,
porque un rayo de luz la tiene herida:
el de fe que no tuvo, y tiene ahora.
El Rab mira a la mujer que llora,
que de acerbo dolor se halla transida,
y pone luz en la cabeza hundida
de la que sufre y su perdn implora.
En el silencio mustio y apretado,
slo un lamento de mujer suspira.
Jess, entonces, a la triste mira
y, hecho paz, de bondad transfigurado,
de su divino amor taa la lira
y un mundo de perdn ha derramado.
MI MUNDO S OIS VOS ...
Al mirar vuestros grciles encantos,
me dejis entrever el alto cielo
y de amaros se enciende en m un anhelo
que borra mis humanos desencantos.
Vos me movis a pensamientos santos,
a despreciar el barro de este suelo
ya tender hacia lo alto el raudo vuelo
LA S ILLA DE FELIPE II
Desde el ms natural de los asientos,
-de piedra tiene un trono el promontoriomira el Rey, su inters es bien notorio,
cmo van excavando los cimientos.
Mira el Rey y sus ojos van atentos,
desde el maravilloso observatorio,
del paisaje ideal al oratorio,
que pueden contemplar sus pensamientos.
Abajo, El Escorial. Como un misterio
surgir, colosal, el Monasterio,
que ser bien llamado maravilla...
En el bosque murmurios de salterio...
Y del Rey, cuyo cetro es un imperio,
una lgrima surca la mejilla.
MIRONIANO
Un rebao de ojos pastoreas,
sorteando espirales y cometas
y al equilibrio de los mares retas,
imponiendo a la luna otras mareas.
Un aleteo de pestaas creas,
con alas de tus pjaros profetas
y en el csmico mundo que interpretas
corceles de colores espoleas.
A la caza de onricos abstractos,
como en un rito de secretos pactos
tu impulsiva saeta va certera.
Y t, pescador nio algunas veces,
con un anzuelo azul de coger peces
vas llenando de estrellas tu pecera.
PINTAR
Pintar es transcribir las sensaciones,
pedirle al arco iris su paleta,
extender el verdor por la meseta
y adivinar los mgicos rincones.
Es llevar al color esas canciones
que van volando por la tarde quieta.
Es capturar, al filo de una grieta
AL RENCOR
El rencor es gaveta cineraria
que conserva caliente la ceniza
y aunque marca sus lmites con tiza
no guarda la distancia necesaria.
Es tajo de una herida voluntaria,
fantasma que el ayer personaliza.
S olo con voluntad se cauteriza
su larga cicatriz imaginaria.
El rencor es un cacto venenoso
que agosta el sentimiento ms gozoso
si logra hincar su emponzoada espina.
Su trabajo de zapa es inhumano
y convierte el parterre ms lozano,
llegando a su raz, en una ruina.
LA AMIS TAD
La palabra amistad no est en rebaja
ni habr chaln que la comercialice
y ni es amigo todo el que lo dice
ni es la amistad un naipe de baraja.
No es amigo quien busca su ventaja,
aunque entre tus mesnadas se deslice.
Amistad ser aquella que cotice
el afecto mayor, como una alhaja.
Si Digenes te presta su linterna
recorre con su luz la gruta interna
de aquellos que obsequiosos van contigo.
Y el que, si tienes fro, te da el manto
y si lloras es eco de tu llanto
y no pasa factura, ese es tu amigo!
S I A LA VIDA
No conviertas tu vientre en sepultura
de ese brote de nio que en ti crece.
Sus derechos humanos l merece;
desde la engendracin es ya criatura.
Permtele acabar su singladura
al pequeo bajel que en ti se mece.
Permite que maana cante o rece,
AL RIO TAJO
Puras aguas del Tajo, cristalinas,
lmpidas, rumorosas, transparentes,
que, mansas, lentas, fieras o rompientes,
por medio los carrizos corren, finas
caas que al curso oponen sus cortinas
verde esmeralda y oro, que los dientes
lquidos, espumosos e inclementes
del ro, talan, siegan, forman cinas;
agreste ro, va a tu abrupto seno
entre breas formado, en sin fin Tajo.
Grandioso, fiero, cual ninguno pleno
de salvaje emocin. Bronco agasajo
al que atnito mira el surco ameno,
En ti cunta belleza, ro Tajo!
EN MI RETIRO
En la paz que al olvido me condena,
el destierro que sufro por mi amor
fuera dulce, si fuera sin temor,
fuera alegre si no fuera mi pena.
No siendo mi retiro la cadena
que liga a mi pesar, caro favor!,
presente soledad con mi dolor
pasado y la pasin, no tan ajena
que olvid al recordar fuese la ma
libertad sensacin de la alegra,
y el mal que llevo dentro del corazn
fuera muriendo libre de ocasin;
mas, ya veo, al pensar, que pienso en ella,
que es mi gua, mi norte, que es mi estrella.
AMIEVA, C ELS O
Puente S an Miguel. Santander. 1.911 Mosc. 1.988
Siempre se consider asturiano.
Profesor cuyo verdadero nombre era
Jos Mara lvarez Posada. Maestro que tuvo
que exilarse durante al guerra civil espaola a
Francia y ms tarde a Mxico, donde trabaj como
profesor de castellano.
AMYR (seudnimo)
Espaa S iglo XIX XX
Poeta.
TEORIA Y PRACTICA
S obre la castidad don Lino Estrella
ayer tarde en S an Pablo predicaba;
con qu elocuencia el vicio fustigaba!
qu discreta su pltica y que bella!
S al del templo, y al pensar en que ella
a las diez de la noche me esperaba,
jur por mi salud que si pecaba,
la ltima vez sin falta fuese aquella;
que si es locura la pasin sin tasa,
no procurar vencerla es desatino.
Repitiendo mil veces: de hoy no pasa,
antes de dar la diez tom el camino,
y al entrar por la puerta de su casa,
a un hombre vi salir... Era don Lino!
AMOR ENTINTADO (S EUDONIMO)
Espaa. S iglo XX.
SONETO CONTRA TIEMPO
Veinticuatro sanjuanes bajo el brazo
y slo estos dos veros mal armados.
La rima todo estorba y ya cansado
masco adverbios y escupo os pedazos.
Tres aos ms, tres lnea en mil das,
y el mismo hasto tie cada trazo.
No son suaves caricias, son zarpazos,
reflejos de una musa muerta y fra.
El asco y la paciencia se entreveran
con rictus de pavor en las miradas
de aquellos que estas letras resistieran.
Mas hoy bendigo an tus carcajadas,
tus guios y tu afn de primavera
que obligan a parir tanta pavada.
AMOR, GUADALUPE
Mxico, 1.920
Escritora mexicana. En su poesa de carcter intimista
predominan los temas de amor. Ha compuesto bastante
parte de su obra en dcimas.
MARIN A
El sol entre las ondas cabrillea
con reflejos de azul y de escarlata,
y se oye la uniforme serenata
que a los iodos brinda la marea.
Brisa suave en el ambiente ondea
que al hombre ofrece su frescura grata,
y como rayo de brillante plata
el pez bajo las indas se pasea.
Desde la blanca arena de la playa
a lo lejos un barco se divisa
LA CAS A
Qu misterios ddalo de espacio
teje en salas de t geografas
el islote de cielo que es el patio
enmarcado de luz por galeras?
Qu pas artesonan las umbras
madera que en puertas trabajadas,
hojas de tiempo al tiempo si entornadas,
tientan secretos con sus traceras?
Esto es el mundo, mgico y diverso,
en plena creacin ilusionada
del orbe bullicioso puro emblema.
S orprendente y catico universo
elevado a rigor desde su nada:
ritmo, palabra, verso, al fin poema.
AL CAS TILLO DE IRAS Y NO VOLVERAS
I
La amistad se llamaba Plaza de Nules, dos
y tu casa tena todos los atributos
de esos feroces aos en que el juego era dios
y aquel panal su templo de rincones astutos.
Perderse y encontrarse. Todo all era gozo:
la sala, el dormitorio del armario increble
y hasta en el patio gtico que era el portal, un pozo.
Imaginaba historias entre los recovecos
que abrindose una a otra trenzaban las alcobas...
Tal vez est embrujada: algn encantamiento
les clav un alfiler de magia a los muecos
o reflejando un rostro en las viejas caobas
inquieta su tersura con un presentimiento
que sac de un bal como un extrao objeto...
Para hablar de aquel tiempo se hace corto un soneto.
II
Palau dels Catalans. El escenario
es la casa o la vida? Actuar?
Existir? Qu encubre el gestuario
si el artificio quiere revelar?
Juan Garca.
LA CAS ONA
La ponderosa torre fulminada
se yergue al cabo del sendero rudo,
y el firme estribo y hazaoso escudo
dentro de la sonora portalada;
brocal roto, capilla destejada,
altar sin santo, campanario mudo,
y el tronco de un ciprs negro y desnudo,
guardin de aquella ruina desolada.
Dnde estn, oh solar, los que surgieron
del oscuro linaje y te fundaron
y ser y nombre y majestad te dieron?
Luz de breve crepsculo pasaron,
como niebla monts se deshicieron,
como ruido en el aire se apagaron.
NUES TRO SOLDADO
Roto, descalzo, dcil a la suerte,
cuerpo cenceo y gil, tez morena,
a la espalda el morral, camina y llena
el certero fusil su mano fuerte.
Sin pan, sin techo, en su mirar se advierte
vvida luz que el nimo serena,
la limpia claridad de un alma buena
y el augusto reflejo de la muerte.
No hay su duro pie risco vedado;
sueo no ha menester, treguas no quiere;
donde le llevan va; jams cansado
ni el bien le asombra ni el desdn le hiere:
sumiso, valeroso, resignado
obedece, pela, triunfa y muere.
A ELENA
Cuando en silencio duerme el bosque umbro
y el astro virgen de la noche oscura
vierte su lumbre misteriosa y pura
sobre las ondas trmulas del ro;
hmeda el ala tenue del roco,
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UNA D E VAMPIROS
Luna de pestes, plida y sin brillo,
caballos que relinchan por la senda
-en Transilvana cunde una leyenda
de travestidas maas de un colmillo-.
la procesin lidera un monaguillo,
-para que el Conde diablo no se ofendaenfilan, ya cruzados, por la hacienda
a la caza del dueo del castillo.
Y a la luz del pecado ms impuro,
cuando la noche asome por Hungra,
un hombre elegir morir vampiro!
Estacas de madera y un conjuro
la sangre que chorrea por la estra
y el Drcula que muta en un suspiro.
EN EL OTOO DE MIS AOS
El viento sube y baja en remolinos
las prendas del otoo, las robadas!
hojas que dejan rboles desnudos.
Mansamente se pierde en los caminos
la tarde, con sus ansias amustiadas
sus ojos neutros y sus labios mudos.
Los aos con sus garras de felinos
araan la corteza, y las jornadas
en mis hombros, se tornan ms austeras.
Y nuevamente el viento en las praderas
abofeteando el alma moribunda
con ansiedad fatal y tremebunda.
naciendo el mito blanco que pervierte
mas no lloro ni temo ya la muerte!
ANDRAD E Y BENAVID ES , LUC AS DE
Espaa. S iglo XVII
Capitn del Rey en los Ejrcitos de Flandes.
Poeta.
EN LA MUERTE D EL DOCTOR
JUAN PREZ D E MONTALBN
ANGURRIENTA!
No me hables de lo nuestro, que est muerto
para siempre y no quiero recordarlo
por ms que vengas a resucitarlo
con los agravios de que me has cubierto!
No sigas predicando en el desierto
porque, entiende, no puedo soportarlo
ni un minuto y si quieres embarcarlo
mejor es que te busques otro puerto!
Lo s perfectamente, hace cuatro aos
que no nos vemos, somos dos extraos
pero no digas a los cuatro vientos
que vas a demandarme ante el Juzgado
porque en todo ese tiempo no te he dado
ni la primera cuota de Alimentos!
ANGUITA, EDUARDO
Yerbas Buenas. (Chile) 1.914 S antiago de Chile 1.992
Periodista, Poeta. Premio Nacional de Literatura 1.988
SONETO PARA ALICIA
Am vivir en cielo inmaculado,
labrado en soledad y muerte pura:
igual que el cielo, ileso mi costado
creci sin sangre, fuerza ni premura.
Inquieto, como tiempo amortajado,
al sentirme sin vida ni amargura,
torn a tu fuego de ngel derramado,
olvidndome yo en la quemadura.
As, quemante, incierto, desvelado,
locamente veloz e iluminado,
iluminado en goce y en dolor:
contigo quemo el cielo y el reposo,
inauguro al Terrible y al Hermoso
Amor, Feroz Amor, oh dulce Amor!
SONATA MARIN A
POS ICIN DE COMBATE D EL VIAJERO
MOREN A
La caricia del sol te hizo morena
para darle ms gala a tu hermosura,
porque en la seda de tu piel oscura
se adivina de Dios la gracia plena.
El brillo de la casta nazarena
de tus ojos relumbra en la negrura
y tu boca de ensueo se empurpura
con claveles de sangre sarracena.
No eres la Hur que en el Edn habita,
ni el genio de los nobles alminares,
ni orgullo de la raza morabita;
pero eres glorias de mis patrios lares
porque pareces t la S ulamita
que inspiraba el "Cantar de los Cantares".
SONETO
De junquillo flexible mi sombrero,
camisa holgada de cotn listado,
pantalones de dril fuerte y tostado,
grueso calzado y cinturn de cuero.
Cabalgo siempre mi corcel ligero
con el machete del arzn colgado,
y siempre gran afecto he profesado
a mi soga y montura de vaquero.
Rudo soy, es verdad, porque han curtido
mi cuerpo un sol de rutilante llama
y el trajn de la hacienda en que he crecido,
pero en mi pecho un corazn se inflama
que es todo compasin para el dolido
y todo amor para mi dulce dama.
SONETO
S oy poeta, no ms, porque este suelo
donde tranquila se meci mi cuna
es el florido Valle de la Luna
de verdes campos y estrellado cielo.
Porque aqu he visto florecer mi anhelo
y, oh dicha!, aun tengo para mi fortuna
una madre, amorosa cual ninguna,
TE VI D E LEJOS
Te vi de lejos como golondrina,
llevabas en las manos luz de olivo,
en la boca un tropel de fuego vivo
y un algo de Machado en la retina.
Como un papel que el viento lo domina
se alboroz mi corazn esquivo
y hoy tus aires de amante fugitivo
acechan a mi pluma en cada esquina.
No te busco, te encuentro entre mis cosas
como parte del nuevo mobiliario,
en un arcn cubierto por las rosas.
Y hoy descubr al hacer el inventario
que en mis versos tambin tu alma reposas
llenando de dulzor mi diccionario.
ES TE ES MI AMOR
Este es mi amor y a m me pertenece,
puedo gritarlo con mi acento grave,
cerrarlo entre mis pechos bajo llave
o avivarlo si siento que decrece.
Este es mi amor, amor que se estremece
al roce del impacto ms suave,
un prvulo aprendiz que nada sabe,
tan slo ser de ti, viento que mece.
Este es mi amor, semilla que cultivo
esperando un maana que presiento
del ayer que en el hoy vive cautivo.
Este es mi amor, mi nico alimento,
el sueo misterioso en el que vivo
o me muero tambin si no te siento.
MI S ECRETO
A menudo preguntan mi secreto,
en qu lugar recibo mi poesa,
si me asalta la musa en pleno da
o en las noches me dicta mi soneto.
Si mis versos suponen algn reto,
si mi numen es slo fantasa,
a qu destinos viaja el alma ma,
INTUS
Te engaas, no has vivido no basta que tus ojos
se abran como dos fuentes de piedad, que tus manos
se posen sobre todos los dolores humanos
ni que tus plantas crucen por todos los abrojos.
Te engaas no has vivido mientras tu paso incierto
surque las lobregueces de tu interior a tientas;
mientras en su impulso de sembrador no sientas
fecundado tu espritu, florecido tu huerto.
Hay que labrar tu campo, divinizar la vida,
tener con mano firme la lmpara encendida
sobre la eterna sombra, sobre el eterno abismo
Y callar mas tan hondo, con tan profunda calma,
que absorto en la infinita soledad de ti mismo,
no escuches sino el vasto silencio de tu alma.
EL C LAVEL S ECO
Como el clavel del patio estaba seco,
yo, entristecido por sus tristes males,
baj al jardn para cavar un hueco,
en buena sombra y entre dos rosales.
Y eran rosales cerca, gajo a gajo
en una cercana indiferente
pero al cavar un poco, vi all abajo
sus races trenzadas locamente.
As, esta tarde, descubr el secreto
de un amor verdadero, hondo y discreto,
transplantando un clavel que se sec.
Y, en nuestra indiferente cercana,
que loco ensueo se descubrira
si alguien cavara un hueco entre t y yo.
AMOR DIVINO
Te ando buscando, amor que nunca llegas,
te ando buscando, amor que te mezquinas,
me aguzo por saber si me adivinas,
me doblo por saber si te me entregas
Las tempestades mas, andariegas,
se han aquietado sobre un haz de espinas:
sangran mis carnes gotas purpurinas
SOLEDAD
Telaraa de cuerpo indefinible,
la soledad me ronda, la presiento,
y le muestro mi cuerpo en movimiento
para hacerme a sus hilos perceptible
No habr de ser su abrazo ms terrible
que el de este desamor y el vano intento
de ir tras el sol, sin remos y sin viento,
sabiendo que alcanzarlo es imposible
Volver a refugiarme en las estrellas;
a rumiar el dulzor de la amargura
y a gozar y sufrir con mi castigo
pues si el huido amor dej sus huellas
en senda que conduce a la locura,
prefiero, soledad, quedar contigo
AMOR
Amor brindo por ti y alzo mi copa,
amor proscrito del mundo escondido,
amor de nio noble y desmedido,
amor que cada noche nos arropa
Amor, toro de Zeus y de Europa,
amor que rompe el molde a lo vivido,
amor incompatible con olvido,
amor como un disparo a quemarropa,
amor de instintos puro y animal,
amor en bruto, amor sin equipaje,
amor real, desnudo sin pudor,
amor con saa, rompedor, bestial,
amor robado, brbaro y salvaje,
amor amor amor amor amor!...
VIENTO DEL NORTE
De nuevo soplar aquel viento helado
que nos hizo sentir tan diferentes,
que cambi nuestra vida de repente,
que nuestro corazn dej marcado.
Quizs alguien mejor has encontrado,
no quiera resumir que estuve ausente,
mas no puedo creer que de repente
AMOR PROHIBIDO
Por qu llegaste amor a ilusionarme,
entre embrujos y sueos prometidos,
para luego dejar desvanecidos
los colores que quise dibujarme?
En tu canto de amor pu de arrullarme,
entre acordes acaso prohibidos
y tus besos quedaron esparcidos
sobre mi corazn, hasta quemarme
Un tormento es tu amor, dulce tormento,
que en corona de espinas ha atrapado
mi voluntad, sedienta de tu fuego.
Pero s que podrs en su momento,
entregarme tu amor azucarado
y sanar mis heridas con espliego.
RENAC ER
Escucho ya tu vos que me acaricia
con su dulce tenor de terciopelo
y mientras que en mi mente alcanzo el cielo,
en mi cuerpo percibo su delicia.
Aromas y reflejos de caricias
en esas largas noches de desvelo,
se aferran a mi mente sin recelo.
Hoy las siento. S on ciertas, no ficticias.
De tu cuerpo saqu mil melodas.
Dulces notas que estaban escondidas,
para encender con ellas un gran fuego.
Con sonrisas, colores y alegras,
hoy matizas la ruta de mi vida
y los dos somos parte de ese juego.
MELANCOLIA
Melancola, dolor que en m se afianza.
Es un dardo en mi carne ese tormento
y los gritos que mi alma al viento lanza,
traen un eco vaco, cruel, violento.
Los colores de aquellas esperanzas
que con ansan luchaban contra el mundo,
hoy son sombras errantes de aoranzas.
ANONIMOS
DEL CANCIONERO GEN ERAL
DE AMBERES 1.555 ?
De cuantas coymas tuve Toledanas
de Valencia Sevilla y otras tierras
Yas Rabias y Colipoterras
Hurgamanderas y Putaraanas.
De quantas siestas noches y maanas
me venan a buscar dando de zerras
las Vargas las Leonas y la guerras
las Mendez las Correas y Gaytanas.
Me veo morir agora de penuria
en esta desleal isla maldita
pues ms apunto estoy que sant Hilario.
Tanto que no se yguala a mi luxuria
ni la del fray Alonso el Carmelita
ni aquella de fray Treze el Trinitario
NOBLEZA DEL FUERTE
La noche sobre el bosque descenda
cuando un hambriento lobo carnicero,
encontrando a un viandante en un sendero,
quiso saciar el hambre que senta.
Le atac con astucia y cobarda,
por la espalda a traicin saltando fiero,
y fin hubiese dado del viaje
que en vano con ardor se defenda.
Pero surgi un len de la espesura,
que al lobo hizo escapar con un rugido,
y acercndose al hombre sin ventura
RES PUES TA
Si fuera yo la juventud florida,
en vuestra verde edad me aposentara,
y si yo fuera el tiempo me parara
para que fuera eterna vuestra vida;
si fuera el sol, la luz esclarecida
de vuestros ojos por mi luz tomara
para que el mundo, vindola, os llamara
sola del sol de tanta luz vestida;
si no hubirade sido para hacerme
vivir de vuestro ser ( a penas vengo
si soy, no ms, que vuestra sola idea)
no quisiera haber sido para verme
sin m y sin vos, porque este ser que tengo
es ser por vos hasta que ser no sea.
SONETO
Quin puso a Dios so aqueste blanco velo?
Velo de humanidad le ha disfrazado:
disfrazado si est, mas no mudado;
mudado el traje, mas no el ser del cielo.
Del cielo baja con ligero vuelo,
vuelo de amor a quien se ha sujetado,
sujetado en tan chico y gran bocado,
bocado chico que enriquece el suelo.
Decid que pretendis de esta comida:
Dios levantar, enriquecer al hombre,
tenindome cautivo en su presencia;
porque al que bien me come doy la vida,
y llega a imperdurable y no se muere
y al que no se pronuncia la sentencia.
SONETO
Mucho a la Majestad sagrada agrada,
que entienda a quien est el cuidado dado,
que es el Reino de ac prestado estado,
pues es al fin de la jornada nada.
La silla real por afamada amada,
el ms sublime, el ms pintado ado,
se ve en sepulcro encarcelado helado
SONETO ESDRUJULO
Ministro de mirar torpe y daltnico
provoca huelgas y temblor volcnico,
mientras contempla Espaa con gran pnico
que la enseanza alcanza un tinte histrinico.
Maravilla el ministro camalenico,
pues su analfabetismo es ocenico,
y en ciencia se halla en puro estado adnico,
es decir, primitivo y amaznico.
S ocialista converso y no es el nico-,
rige la educacin como un morfnico
con licencia de strapa ecumnico.
Torvo y atroz como un guerrero pnico,
es magno ejemplo de insipiente cnico
y se ha ganado ya un vaso de arsnico.
SONETO
En tus brazos comienzo un sueo justo,
y entre tus senos un sendero angosto
ofrece con dulzor de fino mosto
mullido lecho al que feliz me ajusto.
En tus brazos me rindo y aun me incrusto,
en tu clido seno me arregosto
- ganancias mil sin pice de costo y en tus brazos despierto sin disgusto.
A volcarme en tus brazos estoy presto
y por ellos reclamo, ruego, insisto,
y en ellos tengo un paraso vasto.
Tus brazos son amor en que me acuesto,
y este amor, de esquivez ya desprovisto,
es el regalo impar de un pecho casto.
SONETO
Si la risa te brota al fin locuaz,
a tus ojos asoma la niez
y tu luz borra toda la aridez
que en torno ofrece un mundo montaraz.
Entrecierras los ojos y en tu faz
hay colores y trmolo a la vez
SONETO
Por Dios que quiero haceros un soneto!
Ya hice el primer verso, ya el segundo;
pues si el tercero para el cuarto fundo,
saldr sin duda del primer cuarteto.
Ya con el quinto verso me prometo
hallar el sexto, aunque atraviese el mundo;
con el sptimo salgo del profundo,
y al octavo le doy bastante efecto.
Comienzo los tercetos; Dios me ayude!
Oh, qu dificultosos me parecen!
Mas ya del uno quedo satisfecho.
Pues el otro har sin que me mude;
ya todos trece versos se me ofrecen;
gracias a Dios, que ya el soneto es hecho!
CEGUEDAD DE UN AMANTE
(Mediados del siglo XVII)
Desconsolada, lnguida, cada
sobre la faz tristsima del viento,
en nube, en luto, en caos sooliento,
la alma del mundo est despavorida.
Al hielo la ave y el terror rendida;
no canta el ro, calla descontento;
van las estrellas por el firmamento
perezosas y negras y sin vida.
Qu dormido, qu solo que est el mundo!
Ni el pjaro ms triste se lamenta;
el mar no se oye, el aire est parado.
Las horas pasan con horror profundo.
Y yo canto en imagen tan violenta?
S, que estoy loco yo y enamorado.
COPIADO POR EL MARQUES DE VALD EOLMOS
EN S US S UCES OS
Rey y Reina en le monte retirados,
Rey y Reina en la Corte, ya reinantes;
aquellos, como siempre, dominantes,
pero estos, como siempre, dominados.
Enorgullcete de tu fracaso,
que sugiere lo limpio de la empresa:
luz que medra en la noche, ms espesa
hace la sombra, y ms durable acaso.
No quiso Dios que dieras ese paso,
y ya del slo intento bien le pesa;
que tropezaras y cayeras, esa
es justicia de Dios, no le hagas caso.
Por lo que triunfo y logro, ciego,
me nombras y me amas? yo me niego,
y en ese espejo no me reconozco.
Yo soy el acto de quebrar la esencia:
yo soy el que no soy. Yo no conozco
ms modo de virtud que la impotencia.
II
Pero no cejes; porque no se sabe
cundo pierde el amor, dnde la tierra
volteando camina, ni qu encierra
mensaje del que nadie tiene clave.
Pues el Libro Mayor (y eso es lo grave)
del debe y el haber nunca se cierra,
y acaso acierte el que con tino yerra;
ni es nada el mundo hasta que el mundo acabe.
Si te dicen que Dios es infinito,
di que entonces no es; y si finito,
que lo demuestre pues y que concluya.
Pero no hay Dios ni hay Ley que a contradanza
no de pueda bailar. Tu muerte es tuya.
Tu no saber es toda tu esperanza.
SONETO
No digas que me quieres, que es pecado,
ni que me eres humilde o generosa:
ya ves que sin querer brota la rosa,
sin saber que hermosura al mundo ha dado.
Ley e que hoy el sol enamorado
entre los peces del amor transite:
ley que hoy el hombre en m y en ti palpite
y sin saber por qu, ests a mi lado.
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PROM ES A
Yo no s si tu amor es como el mo,
que siempre intenta levantar el vu elo
h aci a los espe jismos de otro cie lo
sin nubes, sin reproche s, sin hasto.
En tu ternura de mujer conf o
por si pudi eras deshacer e l hiel o
que el pe so de una vida sin consuelo
h a dejado a la orilla de mi ro.
Yo no s si tu amor puede ofrece rme
u n espacio de l uz donde perderme
buscando l as cenizas de mi sueo.
Me da l o mi smo. Gastar mis das
e n quemar ante ti mis utop as,
aunque l le gue a mori r en el empeo.
S ILENCIO
Mi boca no te ha dich o todav a
que estoy de tu cari o prisionero,
que por ti me derrito, qu e me muero
de tanto y tan to amarte, vida m a.
Eres t mi ilusi n, t mi ale gr a,
t la rosa que anima mi se ndero;
y yo quisie ra darte todo entero
e ste cuerpo que al verte se e xtas a.
Por ti romp l os muros de mi orgu ll o
y quisiera gri tar: "S oy todo tuyo
y ms que a n adie ten go que que rerte" .
Por ti me sobran l as de ms mu jeres.
Pero me callo, porque no me quieres,
y guardar si lenci o hasta mi muerte.
DICE UN FILS OFO A UN AMIGO S UYO
No soy me jor que t. S oy compaero
de todo e l que se siente ser human o.
El vi cio y l a virtud se dan la mano
e n este barro frgi l y embustero.
Tambin mi coraz n late lige ro
cuando e l beso de amor est ce rcano,
pero ofendo al amigo y al hermano
RETRATO EN NEGRO
Adole sce nte enci ma de una moto,
se hace estrecha la call e a su i mpaci encia,
sobre la acera muestra su imprudencia,
suea que jue ga por control remoto...
S u cere bro est lleno de al boroto,
conjuga perversi n con inoce nci a
y l e hechiz a la cruel fosforescencia
de un mundo ine xiste nte , triste y roto.
No tie ne porveni r, todo e s presente;
n o piensa en el rechazo de l a gen te
n i le i mporta mori r, porque i magi na
que, al bajar el tel n, vendr un colega
a i nvi tarlo a be ber en su bodega
y a darl e su racin de cocana.
REGRES O
Dame tus labios, porque vengo mue rto
de sed y de cansan cio, novia ma,
y slo e ncue ntro un poco de alegr a
junto a tu corazn , que es nido y puerto.
He cruzado las sendas del desierto
del de samor, cumpl l a profec a,
y no e ncontr l a paz ni la armona
l ejos de ti, de tu cari o cie rto.
Vu elvo a tu lado, vuelvo arrepen ti do,
a recobrar l os be sos que he perdido
y a hacer de l a pasin nuestro al imen to.
Obe dezcamos a l a carn e ardiente,
de espaldas a las n ormas de l a gen te,
y l o dems... que se lo l le ve el viento.
TODO ME LO ROBARON
Yo e ra due o del aura del esto
que alegra l os tri gales y las rosas,
bajo sus al as leves y piadosas
buscaba el mar e l agua de mi ro.
Nada envi di jams, porque era m o
e l escondido nombre de las cosas.
En mi ciel o lu can prodigi osas
LA PAJA
Me que do sol o en soledad cach onda,
desnu do el cuerpo, en el sof te ndido,
y, con mi rarla, ya se ha en dure cido,
y gorda qu e se est tiesa y oronda.
Llevo la mano, y toda a l a redonda
l a cojo con amor. Entern eci do,
l a mimo y la acari ci o, y slo pi do
e ternizar l o que el orgasmo ronda.
En tanto, pi enso en lbri cas esce nas
que a punto e stn entonces de llevarme
ms all del placer al mastu rbarme.
Pero tantas al fin, y tan amen as,
que el cuerpo se sacude por ente ro,
y hace saltar la l eche, y yo me muero.
EL S ES ENTA Y N UEVE
Ti enes miedo a jode r, y no l o hace s
porqu e puede s quedarte embarazada.
Con el dedo, ya ves, n o pasa nada,
y sin contar con nadie, te de shaces.
Con palabras e i mgenes salaces
se acompaa tu mano en tusiasmada,
y acabas por corre rte , muy mojada,
sin que lujuri a ni pasin disfraces.
Mas si es correrte bie n lo que te mueve ,
si quieres goz ar bien, como me dices,
por qu no hacer t y yo el sese nta y nue ve?
Te metes e n l a boca mi cipote ,
aproximas tu cul o a mi s narice s
y me pon es tu coo de bi gote.
DOS SONETOS A LA MANERA DEL ARETINO
I
S ueas y pien sa en jugar conmigo,
e n h ace rme una paja con tu mano,
e n chuparme la poll a, y en tu ano
i ntrodu cirte e l dedo hasta el ombl igo.
Cosas as tambi n sue o contigo,
DES PARRAMAMIENTO
Le l lamaban la l oba, la huese ra,
de huesos, lobo y hombre li bre h ac a,
pues i gual compon a anatom a,
que hac a revivir l a cal ave ra.
Todo esto no es un cuento, no es quime ra;
l os hombres, los cristianos de hoy en da,
vivimos sin se nti r la compa a
del ce rcano, lejano, dentro o fu era.
Hay generosi dad e n dar la vida
e n aquell o que veo bu eno y siento
e i gual que yo se nombra y apellida.
Mas hago reali dad con ell o el cuento
al no dar a otros huesos acogida
n o sl o desparramo, tambi n miento.
CONFUS ION
Es cue rpo muchos huesos en cajn
que a todos, aun disti ntos, da cabi da?
No sirve, est a l a vi sta, esta medi da
cuerpo no estar junto, es otra un in .
Pues cuando se produ ce la extraccin
yo digo que mi hueso, mi parti da,
e s la nica verdad, camino y vi da
y as construyo sl o confusi n.
S i exclusiva bande ra yo enarbolo,
subrayo sobre todo el apelli do,
y e s igu al i r contigo que andar sol o,
confusi n la produce mi partido,
que puede ser de Cefas o de Apolo.
Acaso no est Cristo di vi di do?
ENTENDIM IENTO
La bsque da de Espri tu da fruto
si no es sl o invocar, al go arbitrario,
sino e s imprescindibl e y necesario
se ofrenda e n altar cada minuto.
Al me nsaje de Dios ri ndo tributo
sie ndo re al en m, no imaginario,
por eso tanto hueso, tal muestrari o,
SONETO
No s cmo empez ar, cmo contarte
e sta historia: vers, era de noche
y l lova. Subimos en un coche .
Era Novi embre , creo. Tal vez martes.
Ya sabes t como son l as ciudades
e ra otoo y con lluvia. Nos metimos
e n un bar y charlamos y bebi mos...
Ya sabes, l o de si empre, nimi edades.
Las agujas bail aron en l a esfera
u na, dos, tres, cien danzas, y la sombras
se fue ron de rri ti endo como cera.
Volvimos dando tumbos por l a acera
e hici mos el amor sobre la alfombra...
Hasta aqu todo bi en, pero... qu in eras?
SONETO
Nue vamente l a n oche derriba l as murall as,
abre todas l as pu ertas, desh ace l as cadenas,
y l os dientes se olvidan de que fu eron almenas,
y l as manos recuerdan los torsos y l os tall an
como el cincel de espuma del mar talla l as pl ayas:
prol ongadas cari ci as sobre pi el es de arena,
y speras re sacas, y msica serena
que se aleja despaci o, y qu e ala final se call a...
Ya pronto vendr el sol trayendo en su cintura
como un gran haz de espadas l as l uce s ase si nas,
atravesando e l dul ce sueo que apenas dura.
Ya pronto vendr el sol, el caf , la aspi ri na
y e l ol vido, en terran do, con las calles oscuras,
l as aman tes sin nombre que ofre cen sus esquin as...
ANTELO, M AYD A
Espa a. S i glo XX
S u to abuel o era Mari ano de Cavia.
Frecuento la te rtuli a del Caf Varel a.
SONETOS
I
En Al sasua un da y e l si guiente,
cae del cielo l a ll uvi a suave, len ta,
sobrecoge, a veces, l a torme nta
y su juego de luces sorprende nte .
El fro es sutil y permanente,
y as, mirando el tiempo, no se cuen ta,
que al escapar el tie mpo se acrecien ta
l a experi encia vi tal, vida doce nte.
Todo sera absurdo, fastidioso
sin el pai saje impar, maravi ll oso
del bosque de montaas que nos cie rra,
todo ser a absurdo sin la vari a
tonali dad de ve rde s de esta ti erra
que se el eva a l os ciel os, cual plegaria.
II
An tepasados nuestros, allegados:
sie mprevivas en la l tima estacin,
parqu e oto al, para l a evocacin
cipreses, cruces, mrmoles sell ados.
La sombra fantasmal de l os que fue ron,
a quien lle g su triste , oscura n oche ,
dejaron una fecha, como broch e
de adi s postrer, e n el que se perdie ron...
Para el ensueo, campo de aoranz a
de vidas que en ceniza se fundieron
y e ternas son en el tnel del alma.
El Camposanto es hito y es la calma,
meditaci n de cuantos pereci eron,
fin terrenal, do e l ci el o nos al canza.
III
Vi vi para e l amor, intensamente,
ten a encanto y luz, y fue tras ell a,
gozaba la alegra de l a estrell a
e i rradi aba color i ncandescente.
Como una mariposa frgil, bel la,
se posaba en el cl iz e splende nte
del nardo, del clavel, que conse cuen te
prendase en su cu erpo de li blula.
XXX
Eme rge mi re cuerdo de aquel d a
e n que yo haba ido a l a Almudena
y e ntre tumbas, l os versos en cade na
celebraban Fi esta de Poesa.
Como un de sl umbramiento suce da:
Yo me un a l os poetas, ya que era
mi li tante tambin en la qu imera
de hace r rimar amor con fantasa.
Por la mano de Gl ori a, un hada nueva,
ya todos compaeros en el fondo...
S i hasta aye r cantaba sie mpre sola
l uego me hu nd en ro que me lle va
por este se nti mie nto al ado y hondo
de la embriaguez coral , hasta l a ol a.
XXXII
S oy urna de un amor que sin tardanz a,
y pleno de promesa en su envol tura,
e n mi carn e mortal es ya tern ura
para el ser qu e en mi sombra avanz a, avanza...
S oy mil agro cuajado de esperanza,
fruto del beso aquel que fue dulzura;
y e ste l atir que siento en mi cin tura
con devota e mocin ser meta alcanza.
Vi vi fi can te l lama en un de sierto
de voces y deseos i nse guros,
pues en l os mil temores me fe cundo;
yo soy como vestal de fuego cie rto
de una ace ndrada fe y un amor puro
que va a traer tri unfal un hijo al mundo.
XXXIII
Elega a J. R. J.
La l osa n o te pesa en ese sue o,
pues con tu verbo al ado en esta oril la
e n clari dad de graci a si n mancill a
h a quedado perenne con su dueo.
AVENTURAS
Bl ancas pal omas que al dejar e l nido,
h enchidas de il usi ones vue stra mente ,
l a mirada fi jis i mpertinente
e n un foco de luz de sconocido.
Al zis el vuel o si n prestar odo
al rumor de algn ave deli ncue nte ,
n o arre dra a vue stro espritu impacien te
e l de l a caza destructor soni do.
Por las cie gas ambici one s impeli das,
sin notar del hal cn e l espionaje,
l levi s hacia el pel igro vue stras vi das.
An tes de termi nar vuestro viaje
por una flecha del amor heridas
e n el fango manchi s vuestro plumaje.
ROS A DE PAS ION
Como l a espiga por la hoz segada,
como la rosa que marchi ta el vie nto,
h a i nmol ado su vida a un se nti mie nto
e n sus de beres fi ja l a mirada.
Con el vel o nupcial amortajada,
sol a, en tre cirios sobre el pavi me nto,
sin que l a hubiese ajado el sufrimiento
conserva su hermosura i nmacul ada.
Hay e n su boca un gesto sonrie nte ,
se halla su faz de pali dez cubierta
y un de stello de l uz bri lla en su fren te.
Hacia l a calle l a ven tana abie rta,
e l vul go que pulul a in diferente
e n la trage dia ve sl o una muerta.
A VATES INCIPIENTES
Al pedi rme un el ogi o del S oneto,
mal contis con mi pluma, qu e, re aci a
se detiene, pues ve su ine fi cacia
e n asunto que a juicio l o someto.
El tratar de intern arme en el secreto
del Arte, de lo Bello y de l a Gracia,
LIRIO EN EL M AR
Liri o en el mar, al coba de la espuma,
ala en l a voz y pjaro e n la escal a,
rompe el amor la l uz que le seala
olas de sol y l mi te s de pl uma.
S ola e n l a soledad que la perfuma,
alza l a fl or el tmul o del ala;
y l a me mori a donde se regala
e s el silencio donde se consu ma.
Liri o en el mar, i ntil primavera,
rumbo del sueo que a la noche f a
orbe s sin l uz, suspiros si n bandera.
Canto de amor que calla l a armona
i rrevocabl e del amor que espera.
Oh voz si n voz de l a esperanza ma!
LA S IRENA
Inapelable como l a azu cena
se le vant en la ola su bl ancura,
alta en la l uz de l a ma ana pura,
pura en l a luz de l a maana plena.
Ri gor de bri sa y al ti tud de al mena
desnu daron al sol su desven tura,
y se quebr en la voz de la amargura
EL NOMBRE DE M ARIA
S u e mbajada de luz dice la rosa
para an unci ar el n ombre de Mar a.
Y por e l ai re de l a profec a
pasa el juguete de la mari posa.
Es la luz de la boca que se posa
sobre la rosa de la letan a,
y e s la alegra del Ave mara
de la maana mi sericordiosa.
Es la al egra de llorar con ell a
su ll anto claro en l a temi da sue rte ,
fre nte al mi lagro de l a misma estrel la.
Y es l a esperanza de pe rder l a vi da
para en trar por el bosque de la muerte
con su rosa en la man o renacida.
EL CUMPLIDO AMOR
S oar con ell a y despertar con ella
y or su voz y descubrir l a m a
y l lorar cuando llora su al egra
y call ar cuando call a su que rella.
S aber por ella que l a vi da es bell a
y ancha de flores y al ta de armon a
y descifrar con ell a la porfa
de la tele graf a de la estrel la.
Todo me diste, Amor: su eo escondido,
sueo en su luz y voz reconquistada
y voz y luz y sueo en e l iodo.
Y me ll ama la l uz de su mirada
y me nombra la voz de su lati do
con la clave del alma enamorada.
EL AMOR QUE NO QUIERE AM AR
Este quere r amarte por que rerte
y e ste miedo de amarte sin amarte
y e ste quere r perderte por ganarte
y e ste quere r amarte sin perderte
Y este ganarte si n sabe r perderte
y e ste perderte si n saber ganarte ,
me dan miedo de amarte por amarte
EL NAVEGANTE
Cami no del amor, rumbo a la aurora,
cruz l a noche y descendi l a ra,
rumbo a la sole dad que florec a,
l a desvel ada vela soadora.
Favon io cl aro y ge nerosa Fl ora
movie ron fl ores en el agua fr a,
y e l al to canto por la luz corra
de la si re na que cantan do ll ora.
Ay desvel ada l uz! Ay desvel ada
vel a e n el agua del amor temi do,
fuego en la ni eve de la luz amada!
Rosa de amor, fragante mariposa,
Rosa en la vel a! Dueo del ol vi do,
marine ro de amor, vel a tu rosa!
ES PERANZA DEL MILAGRO
Intil mente pido l o que pi do,
i ntil mente qui ero l o que quiero;
n o e spe ra mi esperanza l o que espero
n i ol vida mi memoria l o que ol vi do.
Ni pide mi espe ranz a lo que olvi do
n i quiere mi memoria l o que espero;
i ntil mente olvido l o que quiero
i ntil mente espero l o que pi do.
Todo es i ntil ya . Pido y espero;
pido al amor ol vi do, y el olvido
se entrega a l a memori a pri si one ro.
Qui ero sin e speranz a, y l o que quiero
e spe ra eternamente en lo que pido
e l mil agro de amor en el que muero.
ACTEON
Ya l quido coral, ya pri sionero
de la cl ara esmeralda desatada,
mue re Acten, la tierra por almohada,
e n la perrada del de sfil adero.
Rome ro del amor, alto romero,
carn e y e scarni o de la dentell ada,
qu rosa de cristal , qu luz mojada
ATENEA
Color de espi ga el adorado pe lo
que el casco ajusta vi ctori osamente;
detrs de l bosque de laurel y enfrente
l a dura y l impi a soledad del cielo.
Ciel o de oro y pavor: ci elo de hiel o
de la antigua maana transparente;
duea de l mar, e stremecidamente
alza l a al ondra sobre el mar el vuel o.
Un i nstante no ms: slo un i nstante
de me recerl o todo en la az orada
clausura de la Amada y de l Amante .
Ni alondra ni laurel ni mar ni trigo:
S lo e n l a lu z perfecta de l a Amada
su musical e xactitud conmigo.
HERCULES
Qu ardor de muerte, qu empin ada pi ra
pide tus hue sos ya para escon derte
de la te mida ofensa de la muerte
que el fuego encoge y que la l lama e stira?
Qu voz de hierro con rumor de li ra
movi l a flecha que abras tu suerte?
Qu sorpren dida prpu ra vencerte
pudo en la sol edad de Deyani ra?
Az ul l a carn e de la sangre lenta,
l a tierra azul, y e l ancho panorama
l ento de azul y torvo de tormenta.
Prpura todo; y en el aire claro
u n ruiseor perdido que proclama
e l al to ciel o de su desamparo.
ACIS
Florida l in fa la que ayer divina
sangre ilustr l a vena generosa,
apenas hoy amante de la rosa
e namorada de la golondri na.
Ti bi a delicia ayer, h oy encamina
su hel ado paso por l a grama undosa:
AEZ, JACINTO
Colombi a. S igl o XX
Poeta.
BELLEZA NEGRA
De l a luz que en tu esp ritu fulgura
l a noche de tu piel tienen l as huell as,
y se abre de esa noche en l a negrura
tus grande s ojos como dos estrel las.
Corza he rida, l a gracia e n que descuell as
derrama efl uvi os de i ndecible al bura,
y con todo el pudor de sus querell as
se escurre de tu sombra en la e spesura.
Que m tu sol intern o en un derroche
de luz tu pie l, y si al guien te i mportuna,
cuando afl igidas suel tas, como una
virgen re hn, de tu mirada el broche,
u na verti ente plida de l una
baa la ne gra seda de tu n oche .
APANEC A
S igl o XX.
Poeta h all ado e n Interne t.
SONETO
b rete paso hasta el brocal del canto,
al manantial de l a inquietud primera,
al pramo sin grata pri mavera,
a l a si ma insondable del quebranto.
S um rge te en l os pozos de l espanto
y cruza con val or l a ll ama fiera
donde i nici su viaje la prime ra
bala de vuel o hech o de sangre y ll anto.
Y una vez en el fondo del soll ozo,
e n el ce ntro del du ro aprendi zaje
de morir y vivir en ru do viaje,
compre nders que toda ri sa y gozo
dese mboca en l as agu as del gemi do
Estado de Mi ln.
AL DOCTOR JUAN PEREZ D E MONTALBAN
S egundo Fni x que dej engendrado
l a ceniz a de Lope escl arecida;
t que di ste al Parnaso n ueva vida,
vie ndo el Sol de l as Musas e clipsado.
Ya e n tu trnsi to du ro ha peligrado
l a pompa de l Teatro envanecida;
tarde se mirar conval ecida,
de este desastre fnebre del Hado.
Madrugaron la Muerte, y la Fortuna
a disfrutarte, ensangrentando fiera
u na la Rueda, y otra l a Guadaa.
Juntas troncaron la mayor columna,
que susten t l a pere gri na Esfera,
del mejor espectculo de Espaa.
ARAGONES , FERNANDO
Madrid. 1.956
Poeta h all ado e n Interne t.
Lice nci a en Cienci as de l a Informacin.
A S U PADRE
Conval ezco de ti . Ten go la vida
recobrndose apenas de tu ausencia.
A pe nas y a desgarros de i nclemencia
tengo die zmada el alma, dividi da.
S aci o mi sed de ayer y la bebi da
tiene siempre el sabor de tu presencia.
(En esta le nta y gris convalecencia
cada recue rdo es un a recada).
Ya s que pasar. Que todo pasa.
Que todo, hasta el amor, se susti tuye.
Ya s que ol vidar . Pero, en tre tanto,
te di go que l a heri da an me abrasa,
que mi ti empo es de llanto y se dil uye
e n soledad, te digo, y en quebranto.
CREDO
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SOL S IN FUEGO
Hizo Dios tu poblada cabellera
de un jirn de la noche tenebrosa,
y tu pequea boca primorosa
de una tarde gentil de primavera.
Del astro de ms brillo de la esfera
tom la luz de tu mirar la diosa,
y de un alba de Abril, la pudorosa
mejilla que al clavel envidia diera.
Hizo tu planta breve, de la brisa
que se pasea en el vergel ameno,
de un rayo de la luna tu sonrisa,
de un difano celaje tu albo seno;
mas, ay! form tu corazn, tan solo
del blanco hielo que condensa el Polo.
A DIOS
En dn de est ese Dios que no me odo
cuando mil y mil veces le he llamado
con gritos de dolor desesperado,
en el naufragio de mi bien perdido?
En qu lugar del mundo se ha escondido
que en vano por doquiera le he buscado,
y en la lucha indefenso me ha dejado,
del mal esclavo, de la duda herido?
Arriba ests? Pues ve desde la altura
esta contienda desigual y horrible
que el mismo tiempo que mi vida dura.
Y si an me juzgas corazn sensible,
amante y resignado en mi amargura,
pedirs, con ser Dios, un imposible.
ARAMBURU, LUIS
Manresa. Barcelona. Siglo XX.
Porta hallado en Internet.
SONETOS S ENS UALES
I
III
En qu lugar dejaste tu agona?
Dnde fueron el trueno y la centella?
Por qu razn ocultas a tu estrella
colgada de una nube en letana?
Deprisa, Joan! Deprisa, que s enfra
tu vida en brevedad y tu alma bella;
exprmela otra vez, y luego sella
tu boca con cancin de medioda.
All dnde t ests, donde encuentres,
-amigo de verdad, y manos llenas-,
despeja el horizonte de mi frente,
reglame tu luz de luna llena.
Se queda tu recuerdo sin mi pena,
que no te digo adis, sino hasta siempre
ARANA, FELIPE N.
Puerto Rico. 1.902
Poeta hallado en Internet.
REGRES O DEL JBARO
I
Tierra del morador de la montaa
que la avaricia sedujera un da,
y desahuciando al ame y la yauta
cerr el atrecho y te sembr de caa!
Tierra que profan la telaraa
que traza el Caterpillar! Tierra ma!
Tierra-Cristo, que el dspota exprima
para extraer riquezas de tu entraa!
Tierra del paapn, tierra del guano,
volvers a sentir la noble mano
del campesino montaraz y adusto
devolviendo caricias por tus mieses
y logrars estar. como otras veces,
llena de amor, y parirs a gusto!
II
Madrid. S iglo XX
DEJO A MI AMOR S OAR S IN INVAD IRME
Nada espero de ti, nada te pido,
quiero pensarte as, slo pensarte
desde mi dentro, desde el todo darte
la distancia y la luz con que te mido.
No lo he querido as, no lo he querido.
Fuego dejas en m, para abrasarte.
Tu aliento tengo, con el que ganarte
este encuentro de ti que me ha perdido.
Si ha de venir la pena hasta la entraa
a desgarrar el ser con su guadaa,
dejo a mi amor soar sin invadirte,
dejo sin estrenar tu voz vacante.
Nada te pido, que es nada pedirte
para m el cliz, slo yo el amante.
ARANGO, RODOLFO
La Habana. (Cuba) 1.896
CMO TU S ABES ...?
S oador, cmo sabes que la Vida
no es cual la nota dulce y voluptuosa
que se escucha un momento y presurosa,
entre el ter azul se va perdida?
Cmo t sabes que de la podrida
materia que contiene oscura fosa
brota otro nuevo ser, cual mariposa
por un sucio gusano producida?
En el vaco colosal, profundo,
en donde rueda sin cesar el mundo,
todo es misterio, sombra... y el humano
no ha podido jams con fuerte grito
describir la mansin del infinito,
disipar las tinieblas de ese arcano.
LA ALD EA
Refugiada al costado de una vieja montaa,
que ante la amplia cortina del cielo azul verdea,
Poeta y Periodista.
SONETO
Qu hubiera dicho Lope, si Violante
le manada terminar este soneto?
Por Jesucristo, vivo que el aprieto
no se burlase aqu con tres delante!
Hallar a protomrtir consonante,
con lmparas rimar otro cuarteto,
y polvo y cifra en el primer terceto,
hay algo aqu que mi prudencia espante?
Si alguno por las reglas se va entrando,
y a las normas que pido en buen derecho
obediencia y justicia les va dando,
mil duritos tendr. Y hasta sospecho
que algn Mecenas ms, en acabando,
aadir otros mil. Si ya es un hecho!
ARAYA, C ARLOMAGNO
Costa Rica. S iglo XIX XX
Poeta.
LA AMERICA ES PAOLA
Esta Amrica ma, esta Amrica grande
EL CAMPO DE BATALLA
Fue el combate espantoso, fue sangriento!
Hizo estragos la muerte, cual desgaja
los rboles, y tala, cuando baja
rugiendo el huracn del firmamento.
Hoy aqu slo se oye el grato acento
del labriego que el suelo en surcos raja,
y el ruido de la mies, que cual mortaja
los huesos cubre y se columpia al viento.
Donde antes la metralla asordadora
nobles vidas seg, con su hoz el fuerte
labrador siega mies contento ahora.
Llanura un tiempo en sangre humedecida,
monumento de honor, campo de muerte:
sigue brotando de tu seno, vida!
CROQUIS CAMPES INO
Entre la sombra el resplandor del alba
ya con la estrella matutina asoma,
y el horizonte lentamente toma
un vago tinte, sonrosado y malva.
Helado viento de la cumbre calva
viene; en los huertos al pasar se aroma,
y el raudal que entre peas se desploma
saluda al da con rumor de salva.
Es todo el bosque msica de trinos,
mientras que sube en el confn distante
el humo de los techos campesinos;
y el gallo, firme y la actitud enhiesta,
finge que el cielo, con el sol radiante
a su clarn en el azul contesta.
ARCO, JORGE DE
Espaa. Madrid. 1.967
Poeta. Licenciado en Filologa Alemana.
DE S ANGRE Y FUEGO
De sangre y fuego, tu indecisa mano,
colmada de anteayeres y gacelas,
EL AUTOR A S I MIS MO
Cansada nunca de tu vano intento,
corres, barquilla, el pilago espumoso,
y tu piloto sufre, temeroso,
del Aquiln el mpetu violento.
Neptuno te presenta, fraudulento,
mansas las iras de su reino undoso,
cuitada! porque dejes tu reposo,
y luego llores del instable viento.
Al mar no vuelvas, msera barquilla;
acgete, por fin, escarmentada,
al ocio dulce de la quieta orilla.
Que si a nave real, de horror cargada,
Neptuno la orgullosa frente humilla,
ay!, t sers por burla destrozada.
AL AMOR
Sufre las nieves, sin temor al fro,
el labrador que ocioso no pudiera
de la dorada mies cubrir su era
a la llegada del ardiente esto.
No recela el furor del Noto impo,
ni la saa del Ponto considera
el mercader que en la ocasin espera
descanso lisonjero, aunque tardo.
Mujer, hijos y hogar deja y cubierto
el soldado de sangre, en suelo extrao
el honor de su afn contempla cierto.
S olo yo, crudo amor, busco mi dao,
sin esperar ms fruto, honor ni puesto
que un costoso y estril desengao.
A CIC ERON
Pende en el foro, triunfo de un malvado,
la cabeza de aquel que la ruina
evit a Roma, muerto catilina,
y padre de la patria fue aclamado.
La ve el pueblo en los Rostros conturbado,
y un mudo horror los nimos domina;
III
Siempre viv contigo, de tu mano,
que era estar junto a ti, estar contigo
siendo amante a la par que siendo amigo
en mi pequea condicin de humano.
Ahora me dices que mi amor fue vano
y sobre m descargas tu castigo
Mira en la era como ama el trigo
el eso de la trilla a cada grano.
Si te he fallado amor, no me abandones.
No me dejes perdido, a mi albedro,
que no quiero buscar ms corazones
Quiero tu amor, Amor, porque es el mo;
porque rompimos moldes de ilusiones
y al mar llegamos por el mismo ro.
DE LA VIDA MIS MA
I
Es mucho ya el dolor. Tengo partido
el corazn lo s- en mil pedazos;
la vida me va dan do sus zarpazos
y cada da me siento ms herido.
Mi ansia de vivir se ha consumido.
Mantengo la ilusin slo a retazos.
Mi vida ya no es vida, ni son lazos
aquello que nos une al ser querido.
S orbo a sorbo me bebo mi amargura.
Me oprimen ms y ms en mi estrechura
y han tomado mi barco al abordaje
Por no tener, no tengo casi nada.
Quiero morir, quedarme en la estacada
porque ni fuerza tiene mi coraje.
II
A veces pienso, amor, que eres el hilo
y yo la aguja donde t enhebras;
que en algunos momentos te me quiebras
dejndome en suspenso, como en vilo.
Es un hecho que siento y que cavilo
TRIPTICO DOLOROS O A
JOS E FRANCIS CO VALIENTE
I
S on cuatro inviernos de agona hermana.
De amanecer el corazn abierto.
Quisiera ser, pero el futuro incierto
me ensombrece la senda del maana.
Cuatro aos de penumbra cotidiana.
de presentir vivir, viviendo muerto.
De abrir el corazn, sentirlo yerto,
sin escuchar su musical campana.
El dolor es espina en mi sonrisa.
Aunque nac para cantar, presiento
ser un gorrin fugaz hacia la brisa.
Esta acerba dolencia me acongoja.
S oy un rbol que lento se deshoja
y voy de paso con mi hermano el viento.
II
S lo las sombras en que estoy hundido.
Sin restaar, sin restaar la herida.
Y presentir que en mi vital huida
me pagar, lo intuyo, estoy vencido.
Andar bajo la niebla adolorido
sin atisbar el alma prometida.
Yo bien lo siento se me va la vida
y soy raz de un desgarrado aullido.
Le he dicho a Dios, que soy enfermo y triste.
A mi garganta un resaca embiste
inundndola de algas y de espumas
Peor l ineluctable como el viento,
hundi en mi carne el ltigo violento
de su furor y me atisb en las brumas
III
Qu me duele esta arcilla dolorosa
arquitectura de mi sombra incierta!
Una resaca de violencia abierta
en mi bronquial respiracin se empoza.
SONETO
Amigos internautas, un saludo.
Confeso impenitente diletante
un ltimo soneto en consonante
dedico a mi oponente, testarudo.
Consideras la rima decadente.
Es ms libre y terso el verso desnudo
de estructura? Es texto sordo y mudo.
Rimar es musicar internamente.
Tiempo, Muerte, Desamor y Deseo
son temas poetizables, ciertamente.
Poema no lo es siempre su recreo.
Y aunque habrs de juzgarlo conveniente,
de mi talante, el hbil escarceo,
muestra menguada es, mas suficiente.
ARRATIA, RIC ARDO
Espaa. Islas Canarias. Siglo XX
Poeta encontrado en Internet.
ENCUENTRO ENTRE S IGLOS
Entre murmullos de aguas y luceros,
entre Otoos de hojas fenecidas,
entre silencios prstinos de vida:
un espacio de versos mensajeros
deshojan su fragancia sempiterna,
hilando cantos, vidas entre vidas;
ah! sinfona de almas parecidas,
gemelas en sentido, casi eternas.
Amiga, te saludan hoy mis versos,
hoy de poeta ves mi catadura,
mi sombrero a tus ojos ya se inclina
pues en siglos te canto en lo disperso,
los siglos reconocen tu hermosura:
tan graciosa te encuentro aqu Karina.
ALMAS GEMELAS
Un amor incorrupto va tejiendo
de miradas de espacios y llanuras,
EL NO
Ay, cuntas veces a tus pies postrado,
en lgrimas el rostro sumergido,
a tus divinos labios he pedido
un s, cruel, que siempre me han negado!.
Y pensando ya ver tu pecho helado
de mi tormento a compasin movido,
en vez de s, ay dolor! he recibido
un no, que mi esperanza ha devorado.
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LAS S EAS
Perd mi corazn le habis hallado
ninfas del valle en que penando vivo?
Ayer andando solo y pensativo
suspirando mi amor por este prado.
l huy de mi pecho desolado
como el rayo veloz, y tan esquivo
que yo grit: detente oh fugitivo!
y ya no le vi ms por ningn lado.
Si no le conocis, como en un ara
arde en l una hoguera, y cruda herida
por vctima de Silvia le declara.
Dadle por vuestro bien, que esa homicida
le hizo tan infeliz, que adonde para
mi corazn, ya no hay placer, ni vida.
LA VIDA MEDIA
Qu importa que del cielo disparado
un rayo la soberbia torre abata,
si de mi choza la cubierta chata
me tiene a sus insultos resguardado?
Y si mientras del viento el mar hinchado
contra el escollo naves arrebata,
estoy al fuego, entre familia grata,
asando mis castaas, qu cuidado?
rdase el orbe entero en la braveza
y en las guerras de Marte sanguinoso,
que si de Silvia, por mayor fineza,
besos me da de paz el labio hermoso,
Habr opulencia igual a mi pobreza?
O ajena dicha me tendr envidioso
SONETO
Alegres horas de memorias tristes
que por un breve punto que durasteis
a eterna soledad me condenasteis
en pago del contento que me disteis.
Decid: por qu de m sin m os partisteis
sabiendo vos sin vos cual me dejastes?
Y si por do vinisteis os tornastes,
por qu no al mismo punto que vinisteis?
Cunto fue esta venida deseada
y cun arrebatada esta venida!
Que, en fin, la mejor hora fue menguada.
No me costasteis menos que una vida:
la media en desear vuestra llegada
y la media en llorar vuestra partida.
ARTEAGA ALEMPARTE, DOMINGO
Concepcin. Chile. 1.835 1.880
Poeta y Periodista. Poltico.
ES PERAN ZAS INTEGRAS
Ansi renombre, y mi menguada estrella
en vez de glorias dime negro duelo;
ped riquezas al avaro suelo,
y desoy enojosos mi querella.
Entre los brazos de piadosa bella
quise a mis males deparar consuelo;
ay triste desengao de mi anhelo
con sus desdenes me hizo gustar ella!
De un amigo la mano compasiva
busqu; mas la amistad mostrose esquiva,
y heme aqu que, tras tanta malandanza,
estoy cual comenc: pobre y si gloria,
sin un dulce recuerdo en la memoria,
pero, me queda entera mi esperanza!
ARTECHE, MIGUEL
La Araucana. Chile. 1.926
SONETO
Esa flor que, prendida en tus cabellos,
luce para su orgullo tu belleza,
capullo fue que la Naturaleza,
amorosa, mim para ser de ellos.
Rojo y brillante mar de ritmos bellos
encrespados en ondas de pureza
baan la tenue luz de tu cabeza
en el crepsculos de sus destellos.
S on dos lucirnagas de amor tus ojos
que como estrellas en le mar relumbran
sobre la arena blanca y sin abrojos
del rostro tuyo en el que se columbran.
Y, desde lo que fui hasta mis despojos,
la oscura pista ante mi paso alumbran.
SONETO
Esconde vuestro pecho un corazn
pequeito, infantil, pero muy grande:
slo un poco de amor para que ablande
necesita, pues nada en comprensin.
Lo s porque es de ngel la faccin
aunque disimulado el rostro ande.
Veis?, la sonrisa pronto en el se expande
al orme cantar esta cancin.
Y ya no me decs ms que me calle,
y me veis acercar con embeleso
en los ojos, y os cojo por el talle.
Y ya no es que os rindis, queris vos eso,
pues ya me retenis, no tomis calle,
y al fin... cmo negaros ese beso?
SONETO
Puedes cortar tus trenzas, Berenice,
y darlas ya de ofrenda en el altar
si es que a mi mismo has decidido amar
y est en tu mente cuando a la mar me hice.
Ve que ese sacrificio mucho dice
de ti y de m a quien me ayud a tornar:
lo prometido es deuda, y no ha lugar
SONETO
Pues para poseer he sido hecho,
tambin lo he sido para posedo.
Pero, por quin?, pregunto, confundido
en mi razn y casi en mi despecho.
Y, en meditando a quien ese derecho
le habr de adjudicar por concedido,
el da me sorprende amanecido
y tu calor percibo en nuestro lecho.
Me llega al rostro el soplo de tu aliento,
y me reprocho entonces lo pasado
robando al sueo en vano pensamiento.
Cmo un necio esta noche he derrochado
dando infructuosa caza al sutil viento,
cuando lo que anhelaba est a mi lado!
SONETO
Granada abierta fue, que no manzana,
de tu tentacin dulce el rojo fruto;
por tus labios beb cada minuto
su tinto vino como copa arcana.
Tu olor y tu sabor cada maana
haba vencido en m lo que hay de bruto.
Por eso no me llamo disoluto,
asomado hoy del tiempo a la ventana.
Ido y venido ha sobre su abismo
mucha marea sobre el profundo mar,
mientras por cierto, imperceptible sismo,
en mentira troc el mutable azar
que no pueda decir ni de m mismo
que uno es pertenecer y otro es amar.
SONETO
T y yo duramos lo que dura el rayo
que al rbol verde trueca en seca vara,
cual si con l la vida se escapara
ms fugaz que galope de caballo.
Efmera raflesa, agua de mayo
que lloviste en mis manos y en mi cara,
y tan profundo el corazn lavara
ANHELO
Do est la voz etrea de mi amada?
Dnde aquella expresin suya querida
que esparca en su entorno tanta vida,
su figura por m en vano buscada?
Tal vez ella existi, tal vez fue un hada
que inici con sus alas la partida,
y por eso la doy hoy por perdida,
mas la dar maana por hallada.
Volver, volver, aunque el rudo muro
de la distancia intente separarnos!
Volver, volver, pues es ms duro
el cabo con que el Amor dio en atarnos,
y, aunque Cronos es dueo del futuro,
no impide su capricho el ir a amarnos.
RECUERDO
Vuelvo la vista atrs, y tal que miro
aquel tu sonrer ante mis ojos,
aquel vestido azul, zapatos rojos,
conjunto encantador por que suspiro.
Todo lo eras por m, sin ti me inspiro
penas sin fin, mis versos son ms flojos:
mis lpices y plumas estn cojos
de la imaginacin ante el papiro.
Vuelve a m, por favor, por qu te has ido?
Parece que an te veo all, a tu puerta,
diciendo del zapato: lo he cosido.
Por qu dejaste en m tu imagen muerta?
Empecemos de nuevo lo que ha sido
que el pjaro en la vuelta siempre acierta.
SONETO
Hoy te quiero pedir, palomo amigo,
puro en la primavera de que naces,
que lleves tu cancin de amor, y abraces
a alguien lejos, muy lejos de tu abrigo.
Dile que en primavera el verde trigo
no puede ser an atado en haces,
y, por ver si ella entiende y hace paces,
AS IAIN, AURELIO
Mxico. 1.960
Poeta.
EL VIENTO
El viento ligersimo, ese viento
que es viento apenas por coquetera,
mueve una hoja y dice no quera,
cambia sus letras y dice lo siento,
como si no supiera que as miento
lo que unas lneas antes te deca:
que es viento apenas por coquetera
el viento aleve del desasimiento.
Su paso ligersimo, ese paso
que siempre recomienda en otra parte
el aire del principio, viene al caso
feliz, sin que lo llame, y sin ms arte
lo junta todo porque venga al paso,
lo ordena todo para enamorarte.
AS TURIAS , MIGUEL ANGEL
Ciudad de Guatemala 1.899-1.974
Derecho, Autor, Diplomtico, y Premio Nobel
OTRAS CIUDADES , PERO NO CON VIENTO
Otras ciudades, pero no con viento
en los palacios para hacerse al mar.
Anclada apenas en la tierra, siento
que esta ciudad est para zarpar.
Otras ciudades, pero no con tiento
de espejos y neblinas y radar
de murcilagos que oyen movimiento
de puentes en que todo es navegar.
Otras ciudades, pero no con alas
de piedra blanca y mrmoles en vuelo,
imagen de ciudad entre agua y cielo...
Otras ciudades sin la peripecia
de este ir soando un viaje sin escalas...
AYALA, ENRIQUE
La Carolina. Jan. Siglo XX
Escritor y Poeta.
LA DAMA EN LUTADA
Como flor caprichosa, su cabeza imperiosa
sobre la nvea almohada levemente yaca.
Y soaba... La endrina de sus rizos cubra
su columnario cuello que era de nieve y rosa.
Qu soaba la nbil en la hora silenciosa
de la noche romntica en que todo dorma?
Acaso vio su prncipe su vana fantasa,
o escuch de su bardo la trova melodiosa?
Entretanto, la luna, la plida hilandera,
en su rueca invisible teja una quimera.
De la sombra un murcilago cruz zigzagueando.
Pobre virgen! S oando con su bardo no advierte,
que entra en su lecho, alada, invisible, callando,
la plida enlutada, sin su segur... La Muerte.
AYALA MONTORO, MARIBEL
Espaa. S iglo XX.
Poeta hallada en Internet,
JAEN
Hasta la sangre duele de tu olvido
intil erial de triste arena,
rabioso llanto oculto que no suena
sino al mugir de un pobre toro herido.
Te ocultas en tu hueco, como un ave,
y es tu pena el misterio con que cierras
la sombra verde de las altas tierras
que de Despeaperros son la llave.
El aire pasa por la oscura frente
de una hoja de plata, entre pianos
de olivos polvorientos solamente.
Que no te coja el tedio entre sus manos,
descubre, Andaluca, tu caliente
SONETO
Mi Virgen de Lujn, Reina del Cielo,
contemplas el humano desvaro
y lgrimas de luto en el vaco
derramas, con gran pena y desconsuelo.
Ves la patria sumida en llanto y duelo,
por ambicin de corazn baldo,
en hambre, en soledad, dolor sombro
de tus hijos, que habitan este suelo.
Madre de Amor, remanso de esperanza,
me postro ante tus plantas bendiciendo
tu santo nombre en canto de alabanza.
A ti, mi Reina y Madre, me encomiendo,
unida a mis hermanos. Mi confianza
es que en tu amor triunfemos renaciendo.
AYMARA, DIONIS IO
Tachira. Venezuela. 1.928 1.99
Poeta hallado en Internet.
CIUDAD D E S IEMPRE
Donde pose los ojos o la frente,
ciudad ma del aire temperado,
all te encuentro y yendo desolado
me vuelvo jubiloso de repente.
Hecha de tu materia transparente,
la niebla de la infancia ha regresado
y embellecido todo: el ro, el prado,
tus colinas que pasan verdemente.
Aparta de mi lado toda nube
y djame en tus piedras que te erigen
detener otra vez rumbo y miradas.
Pues quiero ver como desanda y sube
hacia el primer asombro, hacia el origen,
mi sombra por tus calles empinadas.
A NUES TRO S EOR DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
SONETO
Levanta insigne Mxico la Pira,
en Tmulo, que admire, y por renombre
de Margarita el soberano nombre
pondrs al mundo, que sus pompas mira.
La vida de tu reina en muerte admira,
que llore un Rey, y un Reino no te asombre,
que el gran Filipo, como al fin es hombre,
por su ausencia, con l gime, y suspira.
Has muestras gran ciudad del sentimiento,
y en Antorchas de fuego al Cielo sacro
vctima ofrece de tu Indiano Polo.
Y en seal del debido acatamiento
hars al vivo Rey un simulacro
y a la difunta reina un mauseolo.
SONETO
Consiste buena muerte en buena vida,
a buena vida sigue buena muerte;
y no es muerte mortal, en vida muerte
cuando la muerte es causa de la vida.
La vida que con muerte es slo vida,
le da divina muerte, humana muerte;
y es muerte vida, y no se llama muerte,
muerte que acaba con eterna vida.
Aquesta vida causa justa muerte,
la muerte vela, y duerme nuestra vida,
que a vida tal despierta nuestra muerte.
Y pues muerte recuerda nuestra vida,
si Margarita tuvo vida en muerte,
que mucho que su muerte sea su vida.
SONETO
Influye el Cielo, sopla el mar el Austro,
y forman una bella Margarita.
Un mercader que verla solicita
procura deshacer su hermoso claustro.
Viendo que es digna que en eterno claustro
se ponga (porque en l el mismo habita)
SONETO
Mand Dios al famoso Patriarca
para el diluvio el arca fabricase,
porque en madero santo se salvase
sobre las aguas la triunfante barca.
De otro diluvio el celestial monarca,
que fue de culpa, porque no os tocase,
quiso Virgen sagrada os escapase
la Cruz divina de que os hizo el arca.
Despus mostrando paz el arco pluvio,
se hall en el monte Armenio la primera,
libre del mal, sereno el horizonte;
y esta que os saca de mayor diluvio,
porque la paz con vos al mundo diera
se hall encumbrada en el Calvario monte.
AL MIS MO PENS AMIENTO
Por vos Virgen la Cruz tanto se ha honrado,
que aunque defiende bien vuestra limpieza,
no s en cual de las dos hay ms grandeza,
en la que vos le dais, o ella os ha dado.
En ella Dios os libra del pecado,
quebrando a la serpiente la cabeza,
y en pago de este bien con suma alteza
le dais a Cristo vos; Dios encarnado.
No fuerais vos sin Cruz tan ensalzada,
la Cruz sin vos tampoco lo estuviera,
mas cada cual grandeza est pagada;
pues ambas cosas fue forzoso hubiera
Cruz en que vos quedaseis reparada,
y Virgen, que hombre, y Dios para esto diera.
AYUS O, CES AR AUGUS TO
Espaa. S iglo XX.
Poeta hallado en Internet.
EL AZUL
Teje y desteje el tejedor oculto
Rabi".
MANDATO
-Haga usted un buen soneto a una coristadice Francos, autor de "El Seorito",
y yo en estos renglones me permito
probar que su candor salta a la vista.
A una chica del coro amable y lista,
y que tenga adems un buen palmito,
yo le hara con gusto un papelito,
para halagar su presuncin de artista.
Le hara un buen regalo por hermosa,
o una caricia si ella la prefiere,
quieras que no le hara la forzosa;
le hara hasta el amor..., o lo que fuere;
le hara , en fin, quien sabe, cualquier cosa.
Pero un soneto?... Para qu lo quiere?
AZCOAGA, EN RIQUE
Madrid, 1.912
Tcnico industrial, carrera que no ejerce.
Amigo personal de Juan Ramn Jimnez que influy
en su obra . Cultiv el soneto con evidente fortuna.
SONETOS
I
Libero mi palabra de la nada
para nombrar la esencia de las cosas:
la muerte muda tornose en quejumbrosas
canciones de una vida condenada.
Libero con el nombre la callada
fragancia de lo mudo, cuyas rosas
salv de su silencio por gozosas
razones que madura la mirada.
No s si el canto encauza lo que vivo,
si el alma enciende al mundo o si la vida
presta su luz al muerto porque muero.
S slo que si canto no pervivo,
que el mundo en mi conciencia ve medida
su gloria, y que cantando me libero.
II
Mi voz vierte al amor la muerte ciega;
siembra mi vida muda en el cercano
misterio de las cosas, y en su arcano,
grana este fiel mensaje que me anega.
Mi voz se hunde en las cosas y despliega
calladamente en ellas su verano,
deseosa de lograr que el canto llano
tenga de cosa acento y son de entrega.
Con ansia de encontrar en sus clamores
la norma del clamor que la conduce
de mi a la flor, del hombre a su grandeza.
Con ansia de encontrar en sus rumores
la senda del rumor que reproduce,
el hierro de mi dicha y mi tristeza.
III
S lo canta quien siente cual campana
el mar de una congoja, la agona
perpetua de salvarse cada da,
lo humilde y el vigor de una maana.
S lo canta quien siente la inhumana
premura de la muerte en su armona,
quien es duelo en la espuma y alegra
de Dios en su congoja soberana.
Quien cifra, quien espera, quien apura
la gloria en Dios, el mirto en la constancia
naciente de la tierra fiel, serena.
Quien siente en todo un beso, una ternura
tan honda como el cielo, una fragancia
que a canto y sangre anuncia vida plena.
IV
Nadie escuche mi voz y triste acento
que no conlleve un mundo desolado;
nadie que no se sienta condenado
a este cantar herido porque aliento.
Nadie escuche mi voz, nadie el lamento
perpetuo de un destino encadenado;
VII
Otra cancin en paz, corazn mo!
Otro latido en flor hecho pureza!
Otro litigio en marcha a la belleza,
maana del labrado seoro!
Otro temblor total del albedro!
-amor, tibieza, amor, amor, tibieza.Del mar sin solucin de la grandeza,
primera espuma, eterno podero.
Qu paz, ser cielo justo de mi alma!
Que rosa delirante y qu desvelo!
Qu palma suficiente y encendida!
Qu luz, qu voz, qu amor, cuando la calma
dorada y honda fin pone al revuelo
fecundo de la sangre removida!
VIII
Cuando consigues, mar, librar tu queja,
cuando en la playa viertes tu cuidado,
ms hondo es el informe que dictado
tu angustia incomparable en tierra deja.
Cuando el otoo sientes, parra vieja,
entregas tu desvelo en el granado
racimo con que informas del estado
fecundo de tu entraa. Verlo aleja
del falso sentimiento que asegura
cancin feraz la vida cuando crece
pendiente de su flor. Y dice pura
aquella cuya entraa se enriquece,
por ser informe leal, con su ventura,
y con la confianza que merece.
IX
Una palabra busca mi desvelo,
tan pura como el llanto amanecido,
tan joven como un ciervo perseguido,
tan honda, flor de flores, como el cielo.
Una graciosa salve cuyo vuelo
celebre, mayo ileso, tu rendido
XII
Con gozo de alfarero te he entraado
mujer, que slo un barro preferido
busqu entre mis amores sin olvido
por ver de revelarme en lo encontrado.
Cantando mi dolor haba anhelado
sosiego a mi pesar, mas no el rendido
tributo de tus cuentas, ni el cumplido
prodigio que mi angustia ha superado.
No sabe el corazn si la hermosura
cautiva de unos ojos le han labrado,
si preso fue o seor en el empeo.
Se goza con saber que la ternura
naciente de tus ojos ha cantado,
el noble verde eterno de su sueo.
XIII
El mar y t. Tu dicha con su duro
lento verter de espumas rescatadas.
El mar y t: mis playas frecuentadas
por este afn de mar en que perduro.
El mar me trae el ayer. T mi maduro
presente enamorado. T enlazadas
la dicha y la congoja. El mar trenzadas
la gloria y la agona de ser puro.
Tengo en ti, amor, la prueba de este canto
que pena como el mar, que su alegra
logra para vivir en tu pureza.
Tu espuma y l. Tu risa y su quebranto.
Que amor sin mar y mar sin agona
no son cimas logradas de grandeza.
A LOS PRADOS Y LOS CAMPOS , EN LA GUERRA
Indito reposo conocido,
fecunda paz sin voz, crcel abierta,
verdad inmensurable descubierta,
oh llanto de la tierra sin gemido!
Mentira, s, mentira es tu bruido
regazo palpitante y slo cierta
II
Vencido del arrullo, un breve instante,
cede Adonis al mpetu sagrado
y se siente por Venus abrazado
limitando corolas de la amante.
Un beso como nada, un anhelante
y primitivo fuego, un beso alado
estalla por su boca a cada lado
circundndola de astro llameante.
Huye Adonis, desprecia la saliva
oculta entre los labios, pues l sabe
que amor es un camino de la muerte.
Llorando deja a la hembra sensitiva,
toda luz en la hierba o flor ingrave,
maldiciendo el extremo de su suerte.
III
Vida!... Huida sola, por el viento,
a lomos del corcel de casco duro...
Adonis, respirando el aire puro,
galopa por el bosque, el ojo atento.
Al fin de su carrera ve, contento,
a un fiero jabal por la espesura
y a darle caza el joven se apresura
seguro de alcanzarlo en un momento.
Mas sufre una cada y el rabioso
suideo le hunde, le hunde los colmillos
y fiera y hondamente lo desgarra.
Huyendo del amor, el ms hermoso,
ay, pasto fue de rsticos cuchillos...
La muerte es una rosa o una garra.
A UN A HIGUERA VIEJA
Qu tristeza hay en torno de la higuera
- aqul rbol, de triste, casi hermoso
calladamente sola entre lo umbroso
de la sierra, perdida en su ladera.
Qu tristeza hay en torno de la higuera...
De que el pjaro silba sin reposo
del aire azul al matorral fragoso,
DE LA O LOROS A CUMBRE...
De olorosa cumbre de tu pecho
un volcn de ternezas se derrama,
un arrullo de pjaro en la rama,
un coral de alegra recin hecho.
De la olorosa cumbre de tu pecho
desciende, amor, la nieve del que ama,
la nieve del sustento y la retama
que ha de crecer en hijo y en provecho.
De su almena de beso enrojecida
ha de brotar el ngel de la vida,
la leche silenciosa, gota a gota.
Ha de brotar, esposa, y salir pura
como la lumbre que en los cielos brota
al desvelar el da su hermosura.
DURMIENDO A MI HIJO
Prolongacin de amor, eso es el hijo,
prolongacin de rama florecida
donde brot la rosa de la vida
y Dios, unos instantes, nos bendijo.
Aqu, junto a mi pecho, doy cobijo
a toda tu pureza trascendida,
a tu sonrisa en gracia descendida,
al silencioso y leve regocijo.
Ya tu cuerpo, que es de nube y es de ave,
el sueo a su quietud se va llenando
sobre el brazo que quisiera ser suave.
Pero una ola te mece y se te lleva
al materno horizonte, dulce y blando,
donde te espera la maana nueva.
CORAZN EN EL ALBA
Desnuda y suavemente, ya te ofreces,
corazn en el alba, mar de menta,
hoy que nada me hiere ni atormenta,
hoy que sueo en el ngel y en los peces.
Que subes del ayer, que flotas, creces
hasta el aire que brilla por su cuenta,
blanca azucena que hasta Dios se orienta,
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