His T Del Nuevo Reino Deleon
His T Del Nuevo Reino Deleon
His T Del Nuevo Reino Deleon
F1316.H6 2014
Tecnolgico de Monterrey
Tecnolgico de Monterrey
Fondo Editorial de Nuevo Len
Impreso en Mxico
(81) 8344-2970 y 71
(81) 8358-2000
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PRLOGO
CAPTULO I
11
LA POBLACIN ABORIGEN
13
Notas
16
17
17
23
26
35
Notas
61
76
76
93
114
148
161
171
Notas
186
210
210
215
233
246
e. Judera en Monterrey?
280
Notas
285
307
307
ndice general
317
323
333
Notas
346
351
351
358
366
d. Panorama econmico-social
373
419
Notas
436
445
a. Encomiendas y congregas
445
453
c. Nuevas fundaciones
461
d. Minas y trapiches
465
e. Desfile de gobernantes
475
Notas
485
490
a. El colegio seminario
490
497
c. Barbadillo y Victoria
505
Notas
513
BIBLIOGRAFA
515
NOTA A LA BIBLIOGRAFA
599
RBOL GENEALGICO
600
MAPA
602
603
En el noreste de Mxico pocos estudios histricos han tenido una influencia tan profunda como el presente. A partir de su publicacin en
1970 tal y como lo vaticin el maestro Del Hoyo en su prlogo hubo
y hay todava que rectificar mucho de lo escrito sobre el acontecer
de la regin durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Aun as, su obra sigue
vigente y a la fecha constituye uno de los estudios ms profundos sobre
la poca colonial.
Eugenio era un hombre directo y firme, pero perfectamente corts.
A muchas generaciones de estudiantes y discpulos nos dej el recuerdo
de su pasin por la exactitud, y por la veracidad poltica si es que la
hay y social en un pas demasiado hecho y acostumbrado a prostituir
la historia con fines nacionalistas o acomodaticios. Acucioso y dedicado,
no escriba una lnea si no la haba cotejado en documentos precisos
y localizables en cierta ocasin, aun cuando tena bien confirmado
un dato por intercambio de correspondencia, esper ms de un ao el
ansiado paquete con la fotografa del documento probatorio, sin importarle, en lo absoluto, el retraso o la posible prdida del presupuesto que
cobijaba la edicin: Lo primero es lo primero, me coment. Toda su
obra: libros, ensayos, colaboraciones, fue producto de un arduo trabajo de aos y ms aos de investigacin dura hecha en fojas olgrafas
que primero tenan que ser paleografiadas fue proverbial su facilidad
al respecto; en documentos manuscritos lea de corrido cualquier cosa
desde el siglo XV en adelante.
11
12
encontraron muy generalizada la costumbre de pintarse o tatuarse el rostro y el cuerpo con gran diversidad de rayas y dibujos. Y como observaron
que todos los componentes de una misma banda o ranchera se pintaban o tatuaban de la misma manera y que las pinturas o tatuajes variaban
de unos grupos a otros, de ello tomaron base para diferenciarlos. Llamaron pintos a los que se pintaban el rostro y el cuerpo con rayas muy
anchas y separadas; rayados a aquellos en que siendo las rayas anchas,
no lo eran tanto como en los pintos y los dibujos que formban eran diferentes; borrados a los que se pintaban o tatuaban el rostro y el cuerpo
con rayas menudas, es decir, rayas muy finas, paralelas y muy prximas
unas a otras: la palabra borrado tal vez obedezca a que la multitud y
proximidad de las rayas les borraba las facciones, camuflajendolos; dieron el pintoresco nombre de aculibrinados a los que se pintaban rayas
en zig-zag, ondeadas o en culebrilla y el de blancos o blanquillos a
los que no acostumbraban pintarse, y que eran los menos; los barreteados eran aquellos que tenan el rostro y el cuerpo cubiertos de tatuajes
realzados, como verdugones y verrugas, en forma de puntos y de rayas
muy finas y paralelas; los pelones eran aquellos que acostumbraban
raparse parcialmente el crneo en formas por dems variadas y curiosas:
los haba de corona de fraile, otros llevaban una especie de cresta que
terminaba en una larga y bien cuidada cabellera, rapndose ambos lados
de la cabeza; los haba que slo conservaban un largo mechn sobre el
frontal, atado como cimera en lo alto de la frente, y casi todos acostumbraban depilarse totalmente las cejas. El ser peln no obstaba para usar
pinturas o tatuajes.
Segn se desprende de los documentos consultados en el Archivo
Mu
nicipal de Monterrey, estos diferentes grupos, formados atendiendo
a sus pinturas o tatuajes, correspondan a diversos grupos lingsticos.
Los rayados eran de lengua guachichil, los pintos hablaban la lengua
alazapa, los borrados la lengua quinigua, etctera. El problema de la
filiacin de estas lenguas an no ha sido satisfactoriamente resuelto por lo
que preferimos no ocuparnos de l en este trabajo.1
Decamos atrs que el horizonte cultural en que vivan estos nmadas
era de lo ms primitivo: andaban completamente desnudos, cubiertos los
cuerpos y los rostros de pinturas y tatuajes; sus aduares o rancheras, de
14
15
NOTAS
1. Sobre el problema de la clasificacin de estas lenguas vase: Karl Heinz Gursky: Die Stellung der Sprachen von Nordost-Mexiko und Sd-Texas, Nortorf,
1963; Rudolph C. Troike: A Descriptive Phonology and Morphology of Coahuilteco, Austin, Texas, 1959; Eugenio del Hoyo: Vocabulario de la lengua quinigua ... en Humanitas, Vol. i, pp. 489-515, Monterrey, Nuevo Len, 1960.
2. Para un ms amplio conocimiento de los indios del Nuevo Reino de Len, remitimos al lector a la Relacin y discursos del capitn Alonso de Len, escrita
hacia 1648 y publicada hasta 1909 por Genaro Garca en el volumen xxv de
sus Documentos inditos o muy raros para la historia de Mxico; posteriormente aparecieron varias reimpresiones fototpicas y piratas de la edicin de Garca; hay una segunda edicin de 1961, al cuidado de Israel Cavazos Garza,
patrocinada por la Universidad de Nuevo Len.1* Datos muy interesantes proporciona tambin la Crnica de la provincia de N.S.P.S. Francisco de Zacatecas
de fray Jos Arlegui, impresa en Mxico en 1737; hay una segunda edicin
de 1851 que es a la que se refieren las notas, aunque utilizamos y cotejamos
las dos ediciones. De los trabajos modernos sobre el tema, recomendamos:
Los recolectores cazadores del norte de Mxico por Paul Kirchhoff, y Tribus e
idiomas del norte de Mxico, por Wigberto Jimnez Moreno, ambos trabajos
publicados en El norte de Mxico y el sur de Estados Unidos, Mxico, 1943.
Trabajos ms recientes y de gran calidad son: The Coahuiltecan Indians of
Southern Texas and Northeastern Mexico de Frederick Henry Ruecking, editado
por la Universidad de Texas en 1955; en 1969 apareci Culture Change and
Shifting Populations in Central Northern Mexico, de William B. Griffen, impreso
en Tucson, Arizona.
3. Al intentar redactar este captulo nos dimos cuenta de que el tema necesitaba
un libro aparte por lo que el texto qued reducido a su mnima expresin.
* Nota del editor: El Fondo Editorial de Nuevo Len reedit en el 2005 este texto
junto con el del escritor annimo que continua la crnica en el libro Historia de
Nuevo Len, con noticias sobre Coahuila, Tamaulipas y Nuevo Mxico, de Alonso
de Len, Juan Bautista Chapa y Fernando Snchez de Zamora; incluye un estudio
introductorio realizado por Israel Cavazos.
1
16
inform a Garay de todo lo ocurrido y de las tierras que haba visitado y tal
vez seal la desembocadura de aquel ro para colonizar all, fundando
una poblacin que sera el centro de la futura conquista, ya de entonces
conocida como Victoria Garayana, alejndose prudentemente de las
conquistas de Hernn Corts. Garay se apresur a enviar una segunda
expedicin al mando de Diego de Camargo,4 con tres carabelas y ciento
cincuenta hombres de mar y guerra, siete de a caballo y alguno artillera
y, adems, con mucho cal e ladrillos e maestros que hiciesen una fortaleza en la dicha tierra. Uno de estos maestros fue el conquistador Alonso
Garca Bravo.5 Sali Camargo de Jamaica y, ya avanzado el verano de
18
siete leguas, surgi junto a ciertas poblaciones, ech gente en tierra... los
naturales... los recibieron con buena gracia, y por algunos das los prove
yeron de lo que haban menester. Pero, la paz no dur mucho tiempo,
ya que se juntaron (los indios) en mucho nmero y enviaron a amenazar
al capitn Camargo, el cual, sentido de esto, los quiso castigar... dieron
sobre l y le desbarataron, y la gente, una parte por tierra, otra por mar,
procur de salvarse... y como su embarcacin fue tan apriesa no pudieron
proveerse de bastimento, por lo cual fue necesario, desde a pocos das,
echar en tierra la gente sana... y yendo la costa arriba, buscar algunos
castellanos de los de Corts. Los naturales de la tierra (huastecos) los llevaron por la costa arriba quince o veinte leguas, hasta llegar a Naothln
(Nautla)...6 Aun cuando todos los antiguos cronistas sealan el ro Pnuco, o simplemente Pnuco, como el lugar donde Camargo intent fundar
su colonia, sostenemos que dicho lugar no fue otro que la desembocadura del ro de las Palmas. Basta recordar lo que dice Hernn Corts
en su Segunda Carta de Relacin: ...que cuando los vieron (a los indios
huastecos) otros navos del dicho Francisco de Garay (los de Camargo)
de que adelante a vuestra alteza har relacin, me envi a decir el dicho
Pnuco (cacique), cmo los dichos navos estaban en otro ro lejos de all,
hasta cinco o seis jornadas...7
El aparente error de los cronistas slo se debe a que se conoci como
Pnuco la inmensa regin comprendida entre la Florida de Ponce de Len
y la conquista cortesiana, la misma que la real cdula, atrs mencionada,
llama provincia de Amichel.
Todos los sobrevivientes de esta desventurada expedicin fueron a engrosar las filas de Hernn Corts y son los que Bernal Daz del Castillo
llama los panzaverdetes.8
3. Miguel Daz de Aux ( 1520 ). Sin noticias de Camargo y creyendo que
refugio, l y sus hombres, bajo la bandera de Hernn Corts, ...y este fue
el mejor socorro y al mejor tiempo que le habamos menester...10
De este famoso capitn aragons hacen elogio lo mismo Cervantes de
Salazar en su Crnica, que Daz del Castillo en su Historia: dice el primero
...fue uno de los mejores conquistadores que hubo. Muri muy viejo e muy
rico en Mxico; trajo muy buena gente e caballos.11 Y el segundo: ...sirvi
muy bien a su majestad en todo lo que se ofreci en las guerras e conquistas de la Nueva Espaa y, entusiasmado en el recuerdo, se explaya
contndonos cmo Daz de Aux se le enfrent al real y supremo Consejo
de las Indias defendiendo su pleito contra el sevillano Andrs de Barrios
(a) el Danzador, cuado de Corts, por la mitad del pueblo de Meztitln.
Oigamos el pintoresco lenguaje del cronista: ...e este Miguel Daz de Aux
fue el que en el real Consejo de Indias, en el ao de 1541 dijo que a unos
daban favor e indios por bien bailar e danzar y a otros les quitaron sus
haciendas porque haban bien servido a su majestad peleando... e tendi
la capa en el suelo, y puso la daga sobre el pecho, estando tendido en ella
de espaldas e dijo: si no es verdad lo que digo, vuestra alteza me mande
degollar con esta daga e si es verdad haced recta justicia...12
Todos los hombres que vinieron con Daz de Aux y que se unieron a las
huestes de Corts fueron apodados los lomos recios13 y se distinguieron
como valientes y esforzados.
4. Ramrez el Viejo (1521). En pos de la anterior envi Garay otra ex-
22
trometerse en ella.17 Corts envi a Pedro de Alvarado a mostrarle a Garay la real cdula y a pedirle que se alejase de Pnuco; este, sintindose
abandonado de sus hombres y por ende perdido, decidi ir a Mxico para
intentar algn arreglo con Hernn Corts, quien lo recibi con suma cortesa
y le ofreci un banquete; pero, en realidad, el desventurado Garay era su
prisionero. Propuso ste a aqul el matrimonio de su hijo mayor con Catarina Pizarro, hija natural de Corts, siempre que le permitiese hacer un nuevo
intento de fundacin en el ro de las Palmas y que Corts cooperase en esa
empresa. Este lleg a prometer, no slo la ayuda pedida, sino proporcionar
a su futuro consuegro algunos de sus expertos capitanes y de sus soldados
veteranos que ayudasen a Garay a cumplir su intento.18 Tan amistosa, cuanto
acertada solucin, no tuvo efecto por la inesperada y casi repentina muerte
de Garay en las navidades de 1523; parece que muri de un dolor de costado (neumona), aunque mucho se dijo que Corts lo haba envenenado
con una capirotada.19
b. Hernn Corts y Nuo Beltrn de Guzmn tambin intentaron dicha
colonizacin (1523-1528)
La muerte de Garay no puso fin al problema de Pnuco, ya que sus
hombres haban quedado en aquella regin. Divididos en pequeos grupos, asolaban la tierra, sublevando a los indios, quienes acabaron matando a todos los sobrevivientes de la expedicin de Garay y que, decididos a limpiar la tierra de espaoles, sitiaron a Santiesteban del Puerto
y destruyeron las dems fundaciones. Al enterarse Corts de lo ocurrido,
envi inmediatamente a Gonzalo de Sandoval con cincuenta hombres de
a caballo, cien infantes, cuatro piezas de artillera y quince mil(?) indios
aliados, para que restableciese el orden sofocando la rebelin. En rpida,
vigorosa y cruel campaa, los huastecos fueron de nuevo sometidos.20
i. Exploracin de la costa del Atlntico y proyecto de colonizacin en
el ro de las Palmas. Encontrndose Sandoval en la pacificacin de Pnuco, Corts recibi instrucciones de la corona, de fecha 6 de junio de
1523, para que explorase las costas de los dos ocanos en busca del tan
deseado estrecho de Anin que acortara la navegacin a las islas Molucas.21 Cumpliendo dichas instrucciones, envi Corts, el ao de 1524 dos
23
expediciones: una de cuatro navos para explorar la costa del mar del Sur,
y la otra de slo dos, para trazar un mapa de la costa del Golfo de Mxico,
desde Pnuco a la Florida, y de la del Atlntico, de la Florida al Labrador.22
Y fue entonces cuando Corts consider muy seriamente la conveniencia
de colonizar en el ro de las Palmas haciendo suyo el proyecto de Garay;
pero una serie de problemas que no es del caso resear aqu, le impidieron cumplir su propsito de tomar posesin en el ro de las Palmas y las
tierras situadas ms al norte. Corts, desde el conflicto con Garay, haba
estado insistiendo ante la corona que la regin de Pnuco, hasta el lejano
ro de las Palmas, debera quedar bajo la jurisdiccin del reino de la Nueva Espaa y sujeta a l. El rey accedi a esta demanda23 pero, las muchas
intrigas que se movan contra Corts, hicieron que el mismo ao (1525) en
el cual Corts lograba ser confirmado en su jurisdiccin sobre la provincia
de Pnuco hasta el ro de las Palmas, el contador, Rodrigo de Albornoz,
declarase en un largo informe24 la necesidad de separar las provincias de
Temistln (sic), Pnuco, Guatemala y Cuazacualco (sic). Apoyndose en el
informe de Albornoz y en las muchas quejas presentadas contra Corts
durante su viaje a las Hibueras, se acord residenciar a Corts as como
separar la Provincia de Pnuco de la Nueva Espaa, y nombrando gobernador de ella a Nuo Beltrn de Guzmn.25
2. Nuo de Guzmn, gobernador de Pnuco. Por brevedad no quere-
mos ocuparnos de las actividades esclavistas de don Nuo ni de sus conflictos con las autoridades de la Nueva Espaa, slo hablaremos de sus
intentos de colonizar en el ro de las Palmas, tal vez movido por las noticias
de las gentes de Garay que hablaban de muchos pueblos y de montaas
con minas de plata.
3. La expedicin de Sancho de Caniego. deseando Nuo de Guz-
mn por todas partes ensanchar sus lmites, envi a Sancho de Caniego (su
pariente), aunque nuevo en la tierra, con la mayor parte de la gente que
pudo, a conquistar el ro de las Palmas, pensando de hallar grandes riquezas, no ignorando que estaba dado aquel distrito a Pnfilo de Narvez,
tom la posesin en nombre del rey; y en cuarenta leguas la tierra adentro,
no hallaron poblado, ni camino, y pocos indios, y aqullos tan salvajes, que
no se sustentaban sino de cazas, comiendo las carnes crudas, y langostas,
lagartijas, y culebras, y otras tales bascosidades. Detvose cinco meses en
24
la jornada, aunque tuvieron noticias que la tierra era rica y poblada; por las
espesuras de los bosques no pudieron pasar, y por faltarles mantenimiento
y otras cosas se volvieron26
Esta expedicin de Sancho de Caniego a la regin del ro de las Palmas tiene para nosotros especial inters; desafortunadamente los datos
de que disponemos son demasiado vagos y es absolutamente imposible
reconstruir la ruta de la expedicin. El pasaje de Herrera, arriba transcrito,
sugiere cosas muy interesantes; pero, entindase bien, slo sugerencias,
ni siquiera podramos hablar de conjeturas. Suponemos que Sancho de
Caniego sigui hacia el norte el camino de la costa, varias veces recorrido
por las gentes de Garay. Despus de tomar posesin, a nombre de Nuo
de Guzmn, del ro de las Palmas, en cuarenta leguas la tierra adentro
y durante cinco meses, explor la regin. Por lo que sabemos de otras
expediciones semejantes a esta, muy amplio debi ser el territorio explorado en tan largo tiempo. Las cuarenta leguas fueron hacia el norte o hacia el occidente?, no podemos saberlo; nos inclinamos por lo segundo al
saber que uno de los fines principales de la expedicin era buscar metales
preciosos y as es probable que las sierras de San Carlos y de Pamoranos
los hayan atrado con sus posibilidades mineras; adems lo que se dice
respecto a los naturales tan salvajes, que no se sustentaban sino de cazas,
comiendo las carnes crudas... conviene ms a los nmadas situados al
occidente de la ruta, que a los indios pescadores de las marismas de que
nos habla Cabeza de Vaca, a los cuales habran encontrado de haber
seguido hacia el norte. Sin embargo, cuando dice Herrera que por las
espesuras de los bosques no pudieron pasar, pensamos en la posibilidad
de que hayan cruzado el ro Bravo y, siguiendo hacia el norte, hayan llegado hasta las cercanas del ro de las Nueces que es donde empiezan
los grandes bosques, aunque tal vez al hablar de bosques el cronista se
est refiriendo al monte espeso, al intrincado chaparral que bien pudieron encontrar hacia occidente. Con timidez sugerimos la posibilidad de
que Sancho de Caniego y sus hombres hayan explorado tierras de Nuevo
Len, tal vez por el rumbo de Cerralvo o los Aldamas. Que en realidad,
nada podemos saber de cierto sobre esta importante expedicin que tuvo
lugar en el verano de 1528.
25
27
cen no son concluyentes y por lo mismo la identificacin no es satisfactoria. Horgan ni siquiera la discute; da como un hecho plenamente comprobado que el antiguo ro de las Palmas y el Bravo son uno solo. Castaeda,
tratando de demostrar la tesis, comete garrafal error, ya que segn los
datos que aduce, el ro de las Palmas no puede ser otro que el Soto la Marina; oigamos su argumento: ...Gmara, who declares that the distance
from the Panuco River to the Rio de las Palmas thirty leagues. It so happens
that the actual distance between the two rivers is approximately ninety miles, which is the equivalent of the number of leagues indicated.52 Cuando
en realidad las noventa millas nuticas, partiendo de la desembocadura
del Pnuco, caen exactamente en la desembocadura del Soto la Marina.
La distancia real, siguiendo un meridiano que hay entre el Pnuco y el
Bravo, son 340 millas nuticas. Por todo lo anterior creemos justificado el
presente trabajo.
3. Identificacin del ro de las Palmas con el ro Bravo. Antes de entrar
la Marina; la latitud del Bravo son 25o58 y la del Soto la Marina apenas
23045. Pineda y Camargo encontraron muchos pueblos indios cerca de
la desembocadura del ro de las Palmas y son muchas las fuentes que hablan de las numerosas hordas que merodeaban por ambas mrgenes del
ro Bravo cerca de su desembocadura.81 En el Diario derrotero de Alonso
de Len (1686) y en otros documentos, se mencionan muchos objetos de
procedencia espaola o europea encontrados cerca de la desembocadura
del Bravo y que muy bien pudieran ser restos de las expediciones de Garay. Hernn Corts en su Segunda carta de relacin, dice que el cacique
de Pnuco le inform que los barcos de Garay se encontraban en un ro
a cinco o seis jornadas de Pnuco,82 distancia que se ajusta muy bien a la
que media entre ste y el Bravo, si calculamos jornadas entre 10 y 12 leguas. Por ltimo no hay que olvidar los indios que Sancho de Caniego encontr en su expedicin83 y que de ninguna manera podan ser huastecos
sedentarios y agricultores como eran los que vivan entre el San Fernando
y el Soto la Marina. Y as podramos seguir mencionando datos, pero lo
juzgamos innecesario, amn de fatigoso.
Creemos que el nombre del ro de las Palmas se le dio al ro Bravo por
las palmas que, dominando el paisaje, haba cerca de su desembocadura
y que todava se encuentran al lado de los Estados Unidos. Ya slo citaremos el Report... de Emory: Thus, while upon the lower portion, of the Rio
Grande, we have the sub-tropical character of its vegetation indicated by
the presence of the arborescent palms of the tierra caliente, we have at
the same time the Texas liveoak, the type of a more northern flora. En otro
lugar dice: The vegetation is of a semitropical character, and the margin of
the river, which is exposed to overflow, abounds in reed (carrizo), canebrake
(caa brava), palmetto (palma tropical), willow (sauce) and waterplants,
...84 Nos apoyamos en esta cita porque algunos historiadores mencionan
la presencia de palmas en el Soto la Marina como argumento de su identificacin.
d. Otros viajes por el noreste (1529-1573)
Vamos ahora a resear en forma rpida, casi en esbozo, algunos viajes a travs del noreste de Mxico, de los cuales tenemos muy escasa y
35
Nez y sus compaeros) era forzoso pasasen por muy cerca de donde es
hoy la villa de Cerralvo, por la parte del norte.96
3. Juan de Saldvar (1540). En el Ensayo Cronolgico de la Florida de
de Betanzos al rey, que citamos atrs, se dice que agora (1567) nuevamente, un fraile que se llama fray Andrs de Olmos tiene grandes noticias
de poblazones para aquella parte (150 leguas al norte de Pnuco, o sea
la regin explorada por Cristbal de Barrios desde 1529) sera cosa muy
importante se calase y poblase aquella tierra...97
Es cosa bien sabida cmo fray Andrs de Olmos, uno de los ms in
signes evangelizadores, notable lingista y el primer cronista franciscano
de la Nueva Espaa, recorri extensos territorios al norte del ro de las
Palmas (Bravo o Soto la Marina?). El ao de 1544, desde la otra banda
del ro Bravo, de muy lejos al norte, trajo a los indios olives a poblar en
Tamaholipa.98 Es muy probable que fray Andrs, misionando en el nor
este, haya penetrado en varias ocasiones el territorio de Nuevo Len por
Linares o por Cerralvo; pero lo que s no deja lugar a dudas es que l fue
quien inspir e hizo posible la conquista del Nuevo Reino de Len, que
llev a cabo Luis Carvajal y de la Cueva.
38
43
orilla de la mar... anduvo cuatro das a este paso, temiendo cada vez que
alzaba el pie, dejar la vida... Las heridas criaban gusanos y no tena el
pobre teja ni manos para limpiarse. No tena qu comer, ni qu beber.
l mesmo se causaba hasto y asco... Quiso reposar una noche junto a
un madero seco que estaba en el arenal, y cuando empez a gozar un
poquito de sueo, salieron de la concavidad que el madero haca por el
pie, muchos cangrejos, y en un momento cubrieron al pobre desnudo, que
todo l estaba lleno de cebo en los gusanos que traa, y engolosinados
los cangrejos se le queran comer o vueltas... despidilos como pudo de
s, aunque qued mordido de algunos... As, lleno de terribles penali
dades, por fin lleg al ro Pnuco y vio que de la orilla opuesta sala a su
encuentro una canoa tripulada por dos indios bien vestidos y sin arcos
ni flechas y cay desfallecido; llegaron los indios y con cuidado lo envol
vieron en una blanca sbana de algodn y lo colocaron en la canoa y le
dieron de beber y comer y navegaron ro arriba hasta dar vista a Tam
pico, ah lo desembarcaron y le sealaron el pueblo diciendo: Tampico,
Tampico. Anduvo el fraile hasta el pueblo, donde un espaol lo acogi
en su casa, curndolo y alimentndolo, y al da siguiente lo condujo a
Pnuco; all permaneci hasta que se hall con fuerzas para salir rumbo
a la Ciudad de Mxico, sin que llegase a recobrar completamente su
salud en veinte y tres aos que despus de esto vivi en la provincia...
Los cirujanos de Mxico tornaron a descubrirle las heridas antiguas, que
estaban sobresanas y le haban cubierto de carne pedazos del pedernal
que de las flechas se le haban quedado... Cuando el maestro Bartolom
de Ledezma fue al Pir (sic) con don Martn Enrquez... le llev por su
compaero... En aquella tierra quiso quedarse, cuando al compaero lo
hicieron obispo de Oaxaca, y en el convento de la ciudad de los Reyes
muri santamente el ao de 1584... Tena pintada en la celda esta historia, aunque con pobreza, como en todo la guardaba y preguntndole yo
un da qu significaba aquel fraile en la canoa con dos indios remeros...
entonces me refiri la historia...120
Quisimos extractar y en partes copiar literalmente esta larga narracin, por ser la ms detallada, fehaciente y dramtica que conocemos, de
los peligros, las acechanzas y las desventuras que deparaba la regin de
nuestro estudio a los que tenan que cruzarla.
47
Andrs de Olmos, estando en la Ciudad de Mxico, escribi al emperador Carlos V una carta sobre la conservacin de los indios del noreste de
la Nueva Espaa y, entre otras cosas, le deca: sabr vuestra majestad
que me he visto ya dos veces con los chichimecas de la dicha costa al
49
50
zar de Obregn: Asmesmo dio noticia e relacin un francs que sali huyendo de la Florida de la batalla e destruccin que hizo en sus compaeros
el marquez que fue de la Florida, Pedro Melndez (sic), en la costa. El cual
(francs) afirm que en este viaje e peregrinacin le dieron noticias los naturales de las provincias de los llanos y comarcas de las vacas, de muchas
poblaciones de pueblos de casas de mucha altura, vestidos, e que tienen
muchos bastimentos, lo cual sealaron hacia el norte en todo el viaje, hasta
que salieron a Pnuco, tierra de cristianos.135
De los datos de que disponemos: punto de partida, punto de llegada
y las referencias a Nuevo Mxico, podemos conjeturar que este francs se
intern mucho al suroeste para tomar despus rumbo al sureste cruzando
nuestra actual frontera, tal vez por donde la cruz de Ocampo, para seguir hasta Pnuco la misma ruta que ste. Es muy probable que el francs
haya cruzado tierras de Nuevo Len.
13. Fray Pedro de Espinareda (1566). A fines del ao de 1566 el misio-
nero franciscano fray Pedro de Espinareda sali rumbo a Pnuco136 desde las minas de San Martn (Noria de San Pantalen, Zacatecas) llevado
por aquel su inagotable afn evanglico. Los indios cuachichiles le die
ron noticia de una gran laguna (la laguna de Mayrn o la de Patos) con
numerosa poblacin en sus riberas, situada hacia el norte de la ruta que
segua. El misionero trat de llegar a dicha laguna, pero habiendo per
dido el camino, regres a San Martn y de all a la villa del Nombre de
Dios; desde sta, el 20 de enero de 1567 escribi una carta al doctor
don Juan Bautista de Orozco, oidor de la real audiencia de Guadalajara
y visitador general de la Nueva Galicia, dndole cuenta de su viaje y re
comendando como cosa importantsima la pacificacin y ocupacin de
aquellos inmensos despoblados entre Pnuco y la zona minera zacatecana, para poder as abrir la comunicacin directa entre Espaa y los
reinos de la Nueva Galicia y la Nueva Vizcaya a travs del puerto de
Tampico;137 comunicacin ms directa y conveniente a dichos reinos que
la que entonces exista a travs de la Ciudad de Mxico y el puerto de
Veracruz. Los esfuerzos por encontrar dicha comunicacin datan de 1531,
en que, por instrucciones expresas de Nuo de Guzmn, sus capitanes
Cristbal de Oate, Pedro Almndez Chirinos y Jos de Angulo, desde la
recin fundada villa de San Miguel de Culiacn, hicieron varias explo-
52
raciones hacia el noreste y hacia el norte con ese objeto. Gracias a la pericia y tesn del alfrez Zayas138 de la tropa de Oate, que encontr camino,
lograron cruzar la Sierra Madre Occidental que hasta entonces se haba
presentado infranqueable. El camino encontrado por Juan Muoz de Zayas, parta de Sapioris (Sinaloa), remontaba el curso del ro de las Mujeres
o San Lorenzo, encumbraba la sierra y descenda a Papasquiaro (Durango). El grueso de la hueste parece que march hacia el sur, al mando de
Juan de Angulo, llegando hasta el valle de Guadiana,139 a donde llegara
muchos aos despus (1552), Gins Vzquez de Mercado140 en busca de
la montaa de plata que result ser de hierro y donde, en 1563, Alonso
Pacheco fundara la ciudad de Durango.141 Gonzalo Lpez, maestre de
campo de Nuo de Guzmn, despus de cruzar la sierra, sigui hacia el
noreste llegando a orillas del ro de las Nazas, cuyo curso sigui hasta las
cercanas de la laguna de Mayrn que no lleg a avistar, y de all regres
a Papasquiaro.142
En 1533, al regresar Nuo de Guzmn de su expedicin al norte, en
contr en Guadalajara la primera, la de Nochistln la desagradable noticia de que se le haba quitado la gobernacin de Pnuco.143 Tratando de
salvar lo que se pudiese de aquel naufragio, intent incorporar a su gobierno de la Nueva Galicia una villa (San Luis), que en 1529 haba fundado su
teniente Lope de Mendoza en los valles de Oxitipa, y que l refund ese ao
de 1533 con el nombre de Santiago de los Valles; para ello tuvo que recorrer un largo y peligroso camino, desde tierras zacatecanas hasta la Huasteca potosina, cruzando la Gran Chichimeca en su porcin meridional:
Vine con treinta de caballo y por despoblados, que hay de camino doscientas leguas o cerca, dndoles a todos de comer, y en el camino perd caballos
e una mula y negros que se me ahogaron en ros, y yo pas a mucho peligro
por ellos, por ser en tiempo de aguas; y porque antes que viniese (a la Nueva Galicia) haba mandado conquistar los valles que dicen de Oxitipa, que
son veinte leguas de Pnuco, fund all una villa que llam Santiago de los
Valles y puse en ella veinte e cinco vecinos y adjudiqu algunos pueblos de
los que solan servir a Pnuco.144 En este viaje ha de haber seguido Nuo
de Guzmn el camino trazado por Maximiliano de Angulo, primer alcalde
ordinario de la Guadalajara de Nochistln, quien a fines de 1531 fue con
53
vara alta continuando la dicha posesin de los dichos lmites y mojones...145; camino recorrido muy poco despus, a principios de 1532, por
el primer alcalde mayor de dicha villa, Juan de Oate, con vara alta...
conquistando la tierra... y el dicho pueblo de Quertaro y hasta llegar a
los dichos valles de Oxitipa...146 Ese camino, de acuerdo con los datos
que nos proporciona la Informacin... sobre lmites de la Nueva Galicia y
Nueva Espaa iba de Guadalajara (Nochistln) al Paso de Seora (Conguripo), de all siguiendo el curso del ro Lerma, a Quertaro y de Quertaro
rumbo al noreste, hasta Valles.147 La villa de Santiago de los Valles iba a ser
uno de los puntos importantes en el avance hacia el noreste.
Cerrando este largusimo parntesis, volvamos al viaje de fray Pedro
de Espinareda. Desafortunadamente acerca de este viaje no tenemos
ms datos que los muy vagos y sucintos que nos proporciona la carta
del licenciado Orozco al rey y, para colmo de males, no hemos podido, hasta ahora conocerla completa, slo conocemos de ella el brevsimo comentario de Mecham en su Francisco de Ibarra, como decamos
atrs. Tan slo como una dbil conjetura, apoyada en multitud de datos,
tanto histricos como geogrficos, que sera muy fatigoso analizar aqu,
proponemos dos posibles rutas: San Martn, San Juan del Mezquital, San
Juan de Guadalupe, Rancho Viejo, Cedros, Mazapil, Concepcin del Oro,
Viudas, El Gallo, La Parida, Cedral, Matehuala, Mier y Noriega, Tula y
Pnuco, que es lo que nos parece ms probable; podra ser tambin: San
Martn, San Alto, Rancho Grande, Gutirrez, Villa de Cos, Illescas, Pozo
Salado, Charcas, Santa Teresa, Cerro Gordo, Tula, Ocampo y Pnuco,
que es la ms directa y resulta posible por ir guiado el padre Espinareda
por los cuachichiles; hay la posibilidad de que en su viaje de San Martn a Pnuco, fray Pedro de Espinareda haya seguido la segunda ruta,
regresando por la primera, que cruzando la porcin sur de Nuevo Len
se interna hacia el norte aproximndose a la laguna de Mayrn de que
habla la carta de Orozco al rey. Pero hay una seria duda no resuelta: el
padre Espinareda lleg hasta Pnuco o slo intent el viaje? El prrafo
de Mecham es tan vago que nada nos dice al respecto: Sali rumbo a
Pnuco... habiendo perdido el camino regres a San Martn... Perdi el
camino a la costa o a la gran laguna de que hablaban los cuachichiles?
Imposible resolver esta duda, y todo se queda en hiptesis ms que en
54
conjetura. Las dos rutas que proponemos como posibles son las ms di
rectas y, por ende, las ms cortas entre la zona minera zacatecana y Pnuco Por qu entonces las rutas que se establecieron en definitiva daban tan
inmenso rodeo, alejndose hasta Monterrey y Saltillo por el norte, o bajando hasta el ro Lerma en el sur? Precisamente una de las ms poderosas
razones que tenemos para proponer las rutas atrs detalladas, es que fray
Pedro de Espinareda iba guiado por indios cuachichiles, grandes conocedores del terreno y que lo han de haber llevado cruzando su territorio,
cosa imposible para cualquier otro hombre blanco. La verdadera razn de
que se buscasen rutas tan largas y tan alejadas de la ms corta y natural,
fue el constante temor a la belicosa y feroz actitud de los cuachichiles. Es
muy interesante constatar que tanto la ruta de Nuo de Guzmn en el
sur, como la de Carvajal en el norte, circunden, sin penetrarla, la amplia
regin habitada por los cuachichiles.
14. Piratas de Hawkins (1568). El ao de 1567 el capitn John Haw
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58
60
NOTAS
1.
El mapa fue publicado por primera vez en la Coleccin de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los espaoles desde fines del siglo xv de
Fernndez de Navarrete, Vol. III, fte. p. 148, tal vez de una mala calca del
original. En 1914 se public una fototipia del original en la Crnica de la
Nueva Espaa de Cervantes de Salazar (Ed. Paso y Troncoso), Vol I, p. 1.
Pedro Mrtir: Dcadas del nuevo mundo, Dec. V, Cap. II, p. 355, describe
y comenta dicho mapa en forma muy interesante.
2.
Real cdula dando facultad a Francisco de Garay para poblar la provincia de Amichel, en la costa firme que, con navos armados por su cuenta
para buscar un estrecho, haba reconocido. agi, Descubrimientos en Tierra
Firme, Leg. I (1500-1595), en Navarrete: Coleccin de los viajes y descubrimientos... pp. 147-148.
3.
4.
Para este pargrafo vanse: Herrera: Historia, Dec. II, Lib. X, Cap. XVIII,
pp. 489-490; Gmara: Crnica (Ed. Barcia), Vol. II, pp. 156-157; Cervantes de Salazar: Crnica, p. 564; Navarrete: Coleccin de los viajes y
descubrimientos... Vol. III, p. 148; Corts: Carta segunda (Ed. Barcia), Vol.
I, p. 4; Oviedo: Historia, Vol. II, p. 263; Castaeda: Our Catholic Heritage
in Texas, Vol. I, pp. 14-18; Horgan: Great River: The rio Grande in North American history, Vol. I, pp. 89-91; Lowery: The Spanish Settlements...
61
6.
Herrera: Historia, Vol. I, Dec. II, Lib. X, Cap. XVIII, pp. 489-490.
7.
8.
9.
Para este pargrafo vanse: Cervantes de Salazar: Crnica, p. 564; Oviedo: Historia, Vol. III, pp. 429 y 442; Bernal: Historia, Vol. I, pp. 460 y 463;
Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. I, pp. 136-137.
10.
11.
12.
62
13.
...y porque los soldados que traa Miguel Daz de Aux venan muy recios
y gordos, les pusimos por nombre los de los lomos recios..., Historia, Vol.
I, p. 462.
14.
15.
Gmara: Crnica (Ed. Barcia), Vol. II, p. 158; Primo Feliciano Velzquez:
Historia de San Luis Potos, Vol. I, pp. 137-140, 159-172 (biografa); Meade:
El adelantado Francisco de Garay, en Boletn de la Sociedad Mexicana de
Geografa y Estadstica, Vol. LXIII, pp. 403-430.
16.
Herrera: Historia, Vol. II, Dec. III, Lib. V, Cap. V, pp. 135-136.
17.
18.
Bernal: Historia, Vol. II, pp. 176-187; Corts: Carta de relacin del 15 de
octubre de 1524; Herrera: Historia, Dec. III, Lib. V, Cap. VII; Primo Feliciano
Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. I, pp. 173-189.
19.
20.
21.
Ibid., p. 165.
22.
23.
Herrera: Historia, Dec. III, Lib. VII, Cap. IV, p. 213; Meade: La Huasteca.
poca antigua, Cap. La Conquista, pp. 263-277.
24.
25.
Herrera: Historia, Dec. III, Lib. VIII, Cap. XIV, pp. 215-217; Oviedo: Historia,
Vol. III, p. 559; Gmara: Historia (Ed. Barcia), Vol. III, p. 38; Zumrraga:
Carta a Su Majestad en Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos
..., Vol. XIII, p. 117; Toussaint: La conquista de Pnuco, pp. 115-123; Castaeda: Our Catholic Heritage..., Vol. I, pp. 32-38.
63
26.
27.
Las obras que principalmente nos ayudaron a formar esta lista fueron: The
Discovery of North America de Harrise; Spanish Voyages to the Northwest
Coast of America in the Sixteenth Century, de Wagner; A Book of Old Maps
de Fite y Freeman; y Narrative and Critical History of America, editada por
Winsor, (18...), Vols. II y III.
28.
Bernal: Historia (Ed. Garca), Vol. I, pp. 461-462 y Vol. II, pp. 179-180.
29.
30.
31.
Herrera: Historia (Ed. 1728), Dec. IV, Lib. III, Cap., IX, Vol. II, pp. 196-197;
Dec. IV, Lib. IV, Cap. II, Vol. II, pp. 302 y 304.
32.
33.
34.
35.
Garca Cubas: Memoria para servir a la carta general del imperio mexicano, p. 37.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
64
46.
47.
48.
49.
50.
51.
Horgan: Great River: Vol. I, Lib. 2: The Spanish Rio Grande, pp. 83-436
passim.
52.
53.
Oviedo: Historia, Lib. XXI, Cap. VIII, Vol. II, pp. 142-143.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
60.
Kohl, Johann Georg: Die beiden ltesten General-Karten von Amerika ausgefuhrt in den Jahren 1527 und 1529, Weimar, 1860.
61.
Lpez de Velasco: Geografa y descripcin universal de las Indias, 15711574, Madrid, 1894.
62.
63.
64.
65.
Por ejemplo: en el Diario de Alonso de Len de 1690, en lo correspondiente al martes 4 de abril, se dice: salimos rumbo del norte en demanda
del ro Grande. Par el real a orillas de l, y se hallaron algunas cbolas...
Se puede ver en Bolton: Spanish Exploration, pp. 415 y ss., y en G. Canedo: Primeras exploraciones y exploramiento de Texas, (1686-1694), pp.
131-152.
65
66.
67.
68.
69.
El ro del Carrizal desemboca por la Barra del Tordo. Al describir esta parte
de la costa el Derrotero de las Antillas, citado por Orozco y Berra en su
Apuntes para la historia de la geografa en Mxico, pp. 94-96, dice: ...se
avistan los sierras de Tamaulipa...
Escandn: Reconocimiento de la costa del Seno Mexicano (Ed. G. Saldvar),
Mxico, 1946, p. 59.
70.
71.
72.
73.
74.
75.
Herrera: Historia general de las Indias occidentales, Dec. III, Lib. V, Cap. V,
Vol. II, pp, 135-136.
66
76.
77.
78.
79.
80.
81.
82.
83.
84.
85.
Relacin de Antonio Sotelo de Betanzos informando al Rey sobre las riquezas de la tierra descubierta en la jornada del gobernador Francisco de
Ibarra..., Temascaltepec, 9 de diciembre de 1567, AGI, Papeles de Simancas, Est. 59, Caj. 4, Leg. 3 (Libro de cartas), publicada por Paso y Troncoso:
Epistolario de la Nueva Espaa. 1505-1818, Vol. X, p. 213.
86.
87.
88.
67
90.
91.
Bishop: The Odyssey of Cabeza de Vaca, Nueva York, 1933, p. 62, mapa.
92.
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94.
96.
97.
98.
99.
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318-319; Narrative and critical History of America, Vol. III, p. 170; Horgan:
74
75
algunos con sus familias, todos ellos vecinos de Saltillo y, los ms eran de
las gentes de Carvajal que haban despoblado el Nuevo Reino en 1587; el
primer cura de la ciudad de Monterrey no fue fraile franciscano, fue un sacerdote del clero secular, el padre Waldo Corts; de fray Andrs de Len no
hemos podido encontrar la menor huella en la abundante documentacin
consultada y creemos que este ente de utopa naci de una mala lectura
del padre Arlegui: el convento franciscano de la ciudad de Monterrey se
llam San Andrs y el Nuevo Reino se llam de Len, que pudo dar Andrs
de Len. Y, como decamos atrs, todos estos errores iban a propagarse a
lo largo de ms de dos siglos. En 1742, don Matas de la Mota Padilla en
su Historia de la Conquista de la Nueva Galicia11 sigue en todo a Arlegui,
casi literalmente; en 1838, fray Francisco Frejes public su Conquista de los
Estados Independientes del Imperio Mexicano y, sin mencionar siquiera a
Arlegui, lo sigue tambin, slo que, maosamente, modifica la redaccin
y cambia, por error palpable, la fecha de 1602 en 1702;12 en 1856 don
Jos Sotero Noriega en su artculo Nuevo Len del Diccionario Universal
de Historia y Geografa mejor conocido como de Orozco y Berra,13 mezcla
caprichosamente los datos de Arlegui con los del Acta de fundacin de
Monterrey, que ese mismo ao se haba copiado para su publicacin; el
seor Noriega empalma errores sobre errores, como llamar fray Diego
de Len al utpico fray Andrs de Len; Sotero aade nuevas fantasas a
la leyenda, oigamos su abigarrada narracin: Al finalizar el siglo XVI (en
septiembre de 1596), un religioso franciscano llamado fray Diego (sic) de
Len residente en el convento de esta orden, fundado haca pocos aos en
la entonces villa de Saltillo, guiado por algunos indgenas, se dirigi como
a veinticinco leguas hacia el oriente de aquella poblacin, con el objeto de
establecer una misin en la gran tribu que, segn saba, dominaba a todas
las dems de los contornos, y habitaba al pie del gran cerro llamado hoy
de la Silla: los jefes de la tribu lo recibieron hospitalariamente, y habiendo
sido invitados por el religioso a trasladarse a una llanura que se extiende
como a media legua al norte del punto donde hoy se halla Monterrey,
accedieron gustosos a ello y lo llevaron a efecto, verificndose de esta
manera el establecimiento de una misin en el paraje conocido con el nombre de Piedra Blanca (en Frejes Piedra Parada); el capitn don Diego de
Montemayor, que acompaaba al padre Len, dio a la misin el nombre
79
de villa de Nueva Extremadura; mas el virrey de Mxico, que lo era entonces don Gaspar de Ziga y Acevedo, conde de Monterrey, informado de
lo ocurrido, orden que todo lo nuevamente descubierto, y a lo que despus
descubriese, se le llamase Nuevo Reino de Len, ya para perpetuar la
memoria del descubridor, ya por la analoga que se crey encontrar entre
las tierras reconocidas y el reino de aquel nombre en Espaa; y que la misin fundada fuese la capital del Nuevo Reino, y se llamase Monterrey;
al mismo tiempo nombr gobernador al citado don Diego de Montemayor,
y remiti treinta y cuatro familias de artesanos y labradores para poblar
nueva ciudad, concedindoles muchas mercedes y privilegios.14 Si el lector
compara esta cita con la que hicimos de Arlegui, podr fcilmente advertir los adornos y aadidos que introdujo en la leyenda don Jos Sotero
Noriega. Su trabajo, por haberse publicado en el famoso Diccionario, ha
tenido amplsima difusin y ha sido la nica fuente de muchos historiadores, Bancroft entre ellos. En 1867 el doctor Jos Eleuterio Gonzlez, en
su Coleccin de documentos, mezcla, confunde y embrolla los datos de
Arlegui y sus varios seguidores, con los de la Relacin Histrica del padre
Santa Mara,15 el Acta de fundacin de la ciudad de Monterrey y otros
documentos hasta entonces inditos y, como florn de tan complicada
diadema de errores, la leyenda de Urdiola Viejo, urdida por el bachiller
Pedro de Fuentes, y de la que nos ocuparemos en seguida. Queriendo
conciliar las muchas contradicciones y explicar los imposibles, Gonzalitos
hace los ms peligrosos y divertidos malabarismos e incurre en numerosos
y graves errores en la interpretacin de las fuentes, enredando muchsimo
ms la ya muy enredada madeja. Hacemos gracia al lector omitiendo una
larga cita y slo espigaremos algunos ejemplos: crea una inexistente Provincia de Charcas; confunde a San Luis Potos con la villa de San Luis Rey
de Francia fundada por Carvajal en el sitio en que ms tarde se fundara
Monterrey; habla de Matehuala en una fecha muy anterior a su fundacin;
data en 1569 las Capitulaciones de Carvajal que son de 1579, etctera.
Es bien conocido el gran prestigio intelectual del doctor don Jos Eleuterio
Gonzlez as como su importancia dentro de la historiografa del norte de
Mxico, y por ende, sus datos y opiniones gozan de gran autoridad.
2. La leyenda del bachiller Fuentes. Esta leyenda es otra de las semillas
fecundsimas en la proliferacin de errores de que se encuentra plagada
80
Hacemos gracia al lector de todos los disparates que repite y aade sobre
Urdiola el Viejo, don Mardonio Gmez en su Compendio de Historia Antigua Completa de Coahuila y Texas, Saltillo, 1927. En 1938, en la primera
edicin de Nuevo Len, Apuntes Histricos de don Santiago Roel, se hace
una dbil crtica a esta leyenda50 que a partir de la sexta edicin, ya no
figura. Todava en 1946 recoge la leyenda don Carlos Prez Maldonado en
La Ciudad Metropolitana de Nuestra Seora de Monterrey, en las pginas
23 a 25.
3. Fray Cebrin de la Nada, fundador de Monterrey. Hablaremos de
que los escrpulos de conciencia, arguy Felipe II. El prstamo fue hecho
por Carvajal y el rey hispano le concedi el gobierno de un gran territorio
que debera llamarse Nuevo Reino de Len independiente por completo
del virreinato de la Nueva Espaa. Todos los gastos de la expedicin y de la
colonizacin deberan ser hechos por el gobernador Carvajal.
Carvajal con sus colonos, la mayora judos, a los que se haban
agregado algunos frailes, fund una ciudad en torno de los manantiales
de Santa Luca y desde luego, para el trazo, public unas ordenanzas judas, prohibiendo el uso de los pozos ciegos, estableciendo que las calles
deberan ser amplias y bordeadas de rboles e imponiendo penas para
los que destruyesen stos. Mand construir numerosas fuentes y oblig
a los habitantes que cultivasen jardines y huertos en torno de sus casas.
Atrajo a muchos indios y fue paternal con ellos, pues prohibi la esclavitud y les reparti tierras para que las labrasen. Permiti que los frailes
construyesen una iglesia para los colonos catlicos, pero se suscit una
controversia porque les impeda la construccin de un convento, pleito
que al fin ganaron los frailes en la corte de Espaa. l haba establecido
tambin una sinagoga. Trajo obreros de Puebla y alfareros de Jalisco
para que enseasen sus artes a los colonos y a los indios, habiendo sido
l quien estableci las primeras industrias de Monterrey, las que se desa
rrollaron prsperamente. Combati valiente y hbilmente a los indios brbaros del norte. La colonia prosper, pero los espaoles, dice la leyenda,
no estaban contentos por no tener encomiendas de indios, y los frailes,
por el establecimiento de la sinagoga mandada erigir par Carvajal y las
prcticas judas a que se dedicaban la mayora de los colonos portu
gueses, e intrigaron contra el gobernador de acuerdo con Montemayor,
lugarteniente de ste.
Carvajal era un obstculo para las ambiciones de los espaoles y de
los frailes y era necesario acabar con l, y como el cargo de gobernador
era hereditario, se necesitaba dar muerte tambin a todos los miembros de
su familia, que era muy numerosa.
Aprovecharon los conspiradores una expedicin militar efectuada por
Carvajal contra los indios, que en gran nmero venan del norte a atacar la poblacin de Santa Luca. A su regreso, fue invitado el gobernador
91
tauros que con gritos aterradores rodean a Santa Luca, veo a mis hermanos los frailes arrastrados por medio de cuerdas, veo que arden las casas
de Santa Luca. Veo sangre, mucha sangre!
El da siguiente fueron ajusticiados Carvajal y todos sus familiares.
Montemayor fue electo gobernador, pero los judos indignados por la atroz
sentencia huyeron de Monterrey hacia el sur, llevndose todos los caba
llos, y los indios, que amaban a Carvajal por su bondad, huyeron hacia el
norte, estableciendo un estrecho cerco a la ciudad, en donde se padeci el
hambre, y los pocos habitantes que quedaron no podan salir siquiera a las
goteras de la poblacin.
Al fin, los indios sublevados, que haban incendiado todas las po
blaciones del Nuevo Reino de Len, se reconcentraron en Monterrey y lo
tomaron por asalto. La leyenda asegura que los frailes fueron quemados
vivos a fuego lento en el sitio en donde ahora se encuentra la Alameda de
Monterrey y que en el mismo sitio fue descuartizado Montemayor.
Y con esta disparatada y pintoresca leyenda cerramos este largo apartado.
b. Alberto del Canto y la fundacin de la villa de los Ojos de Santa Luca
(1577).
Por su importancia extraordinaria y por ser an indito, transcribimos
aqu literalmente, unos prrafos del legajo descubierto por Wigberto Jim
nez Moreno en el Archivo Municipal de Parral, Chihuahua, en 1951. Se
trata de un pleito entre los gobernadores de la Nueva Vizcaya y del Nuevo Reino de Len por la posesin de las minas de Almadn (Monclova,
Coahuila) en 1643. El documento llev la signatura: Archivo Municipal de
Parral, Chihuahua, 1643, expediente 22.58 En la parte que por el momento
nos interesa dice:
Habiendo asimismo visto y reconocido los archivos de mi gobierno
desde tiempo antiguo (dice don Luis de Valds, gobernador de la Nueva
Vizcaya, a don Martn de Zavala, gobernador del Nuevo Reino de Len),
y vista la fundacin y ereccin de la villa del Saltillo, que fue fundada ao
de mil quinientos y setenta y siete aos por el capitn Alberto del Can-
93
con dicho gobernador Carvajal a que le dejase poblar all, como se lo consinti, contra todo derecho y, lo que ms es, contra su misma jurisdiccin
de esta Nueva Vizcaya...59
La parte transcrita del Documento del Parral, que as lo llamaremos
de aqu en adelante, nos proporciona muchos datos muy valiosos, como
el ao de la fundacin de la ciudad de Saltillo y el nombre de su funda
dor: ...fue fundada el ao de mil quinientos y setenta y siete aos por
el capitn Alberto del Canto...; el documento no precisa la fecha; fue
acaso el 25 de julio, da del apstol Santiago? Lo creemos muy probable
ya que el nombre completo de la nueva fundacin fue villa de Santiago
del Saltillo; pero, documentalmente, el mes y el da de la fundacin nos
son desconocidos. Nos dice tambin, y esto es de primera importancia en
nuestro estudio, que en el mismo ao de 1577, Alberto del Canto pobl
el valle de Extremadura y le llam Ojos de Santa Luca, que hoy se llama
ciudad de Monterrey. Tampoco aqu nos da el documento el mes y el da
de la fundacin, pero es muy posible, de acuerdo con las costumbres de
la poca de poner a las nuevas poblaciones el nombre del santo del da
de su descubrimiento o fundacin, que el da 13 de diciembre, da de
Santa Luca mrtir, Alberto del Canto haya hecho la primera poblacin en
el sitio que ahora ocupa la ciudad de Monterrey.
Pero, adems de estos datos concretos tan valiosos, se pueden leer
entre renglones cosas mucho muy interesantes, como que tiempo antes de
las fundaciones de Saltillo y Santa Luca, ya eran conocidas las minas de
San Gregorio y el valle de Extremadura ya que al fundar Saltillo, Alberto
del Canto, lo hizo como alcalde mayor de las minas de San Gregorio y el
valle de Extremadura. En otras palabras, gracias a este documento, sabemos que antes de 1577 era ya bien conocida, para los capitanes y soldados de la Nueva Vizcaya, la regin comprendida entre Saltillo y Cerralvo,
y que las minas de San Gregorio se fundaron antes que Saltillo. Nos dice
tambin el documento que Alberto del Canto, prosiguiendo el (sic por la)
orden que llevaba... (despus de poblar Santa Luca) pacific el pueblo de
Potos y valle de Couyla, descubriendo minas, a las cuales puso por nombre La Trinidad. No hemos logrado identificar plenamente ese pueblo
de Potos. Existe en el municipio de Galeana, Nuevo Len, un famoso
95
cerro que lleva ese nombre, de l nace el ro Potos y al pie del cerro, hacia
el poniente, hay un poblado que se llama tambin Potos. Lo que mucho
nos desconcierta es la gran distancia y los rumbos tan opuestos a que se
encuentran el cerro del Potos y las minas de la Trinidad, cuando el documento siempre los menciona uno en seguida del otro, dando la impresin
de cercana: pacific el pueblo de Potos y valle de Couyla. Potos no
sera lo que despus se llam Cuatro Cinegas? Vale esta conjetura si
recordamos que para el ao de 1582, fecha de la entrada de Carvajal,
exista una alcalda mayor en Cuatro Cinegas, perteneciente a la Nueva
Vizcaya, cuyo alcalde mayor era Juan de Ontiveros;60 este lugar fue uno
de los que Carvajal trat de usurpar a la Nueva Vizcaya,61 como lo hizo
con las otras fundaciones de Alberto del Canto: Saltillo, Minas de San
Gregorio, Villa de Santa Luca, Minas de la Trinidad; en esta lista slo falta
el Potos para que est completa; sin embargo, hay que aadir Cuatro
Cinegas; volvemos a preguntar: Potos no ser Cuatro Cinegas? Que
la regin era bien conocida y haba sido colonizada por los vecinos de Saltillo en un fallido intento, nos lo dicen varios documentos; en la Memoria
de Castao de Sosa de su entrada a Nuevo Mxico, Ieemos: vino... un
indio, llamado Miguel, natural de Zacualco, que haba catorce aos que
estaba en los Cacuares (sic por salvajes), que se haba quedado de cierta
compaa de soldados y estaba ladino en la lengua de los naturales de
aquellas comarcas (las situadas al noroeste de Monclova).62 Por la fecha
de la entrada de aquella compaa de soldados es lcito suponer que se
trata de la entrada de Alberto del Canto a pacificar el pueblo de Potos y
valle de Couyla; por ltimo, en una peticin presentada ante el gobernador de la Nueva Vizcaya, don Francisco de Urdiola, por el licenciado Baldo Corts, cura de la villa de Saltillo y dems vecinos, de fecha 8 de enero
de 1613, se dice: ...que es pblico y notorio que muchos aos antes que
el dicho gobernador Luis de Carvajal fuese nombrado por tal gobernador
(1579) de ese Nuevo Reino (de Len) fueron descubiertas y registradas las
minas de Couyla y pobladas por esta gobernacin (de la Nueva Vizcaya),
donde estuvieron gran parte de los vecinos de dicha villa del Saltillo...,63 y
en la foja 10 del mismo documento leemos: ...dichas minas de Couyla y
estancias de la comarca de ella...
96
Es decir, que no slo se haban poblado las minas de La Trinidad sino que
se haba empezado a poblar su comarca dentro de la cual quedaba Cuatro Cinegas, que ms adelante form alcalda mayor aparte. Lo cierto es
que hasta la fecha no hemos logrado identificar plenamente el Potos del
Documento del Parral su identificacin con el actual cerro del Potos no nos
satisface y la identificacin con Cuatro Cinegas, que mucho nos atrae, se
nos queda en dbil conjetura.
Todos estos datos son del mayor inters, pues sealan tres lneas de
penetracin profunda en territorios de Nuevo Len y Coahuila, como varillas de gigantesco abanico que tuviera su centro en Saltillo. Estas lneas,
si se identifica el Potos de Alberto del Canto con el cerro del Potos, son:
Saltillo-el Potos, lnea que sigue, adems, un corredor natural, al pie de
los contrafuertes occidentales de la Sierra Madre Oriental; Saltillo-Monte
rrey-Cerralvo, que, curiosamente fue la lnea de penetracin de Carvajal
y, por ltimo, la lnea Saltillo-Monclova. Sospechamos con fundamento
que ya para fines de 1577 toda esta amplia zona haba sido explorada
y era recorrida por los cazadores de esclavos. Conjeturamos que la ruta
seguida por Francisco de Puga y Luis Carvajal y de la Cueva, en su viaje
de Valles a Zacatecas, en 1573, cruz por los lugares en que poco tiempo
despus se iban a fundar San Gregorio, Santa Luca y Saltillo. En las Capitulaciones de Carvajal de 30 de mayo de 1579, le dice el rey don Felipe
II ...por cuanto vos... fuisteis a descubrir y descubristeis camino, con gente
de guerra y a vuestra costa, desde la provincia de Pnuco hasta las minas
de Mazapil y Reino de la Nueva Galicia, y tambin habais descubierto
cierta provincia y tierra muy poblada de naturales, que estn desde las
dichas minas de Mazapil a la banda del norte y por latitud se comunican
con ambos mares, del norte y del sur...64 Dicha provincia no puede ser
otra que la formada por la porcin sur de Coahuila y la central de Nuevo Len; sabemos tambin que Carvajal, en su primera entrada como
gobernador del Nuevo Reino de Len, entr por Tampico y ...lleg a la
ciudad de Len (minas de San Gregorio)... y sali al Saltillo.65 Creemos
que nuestra conjetura no carece de fundamentos y que Carvajal pidi al
rey lo que ya para entonces haba explorado e intentado colonizar Alberto
del Canto con comisin de Martn Lpez de Ibarra, teniente de gobernador de la Nueva Vizcaya.
97
Canto y lo trujeron a las casas reales, habitacin del teniente. Quiso proceder contra l al tiempo que su gente vino, y echando menos a su capitn
y sabiendo que estaba preso, se resolvieron a una brbara hazaa y pocas
veces vista entre gente que militaba debajo de un gobierno, vasallos de un
rey y cristianos; y pudiendo negociar por bien, quisieron hacer un escndalo y ruido, que, a haber quin los siguiere, les costara, por el desacato, las
vidas, honras y haciendas. Fueron de mano armada a la ciudad y, enderezando a las casas reales, comenzaron a pelotearlas, pidiendo su capitn,
cuyas peticiones iban escritas en las balas, que, como granizo, salan por
las bocas de las escopetas; los de adentro, desde el torren, se defendan
y mataron a uno de los de afuera, llamado Bustamante. Encendase a ms
andar el fuego, y apretaban el cerco, llegndose a casa, pidiendo a voces
que les entregaran su capitn. Persuadido el teniente de los dems, y por
no dar lugar a que el atrevimiento pasara ms adelante, mand entregarlo, pero muerto, juzgando que, con quitar la causa, quitara el efecto; lo
cual dispuesto, un viejo prudente, de adentro, se abraz con el capitn
Canto, y as sali hasta la calle, que lo recibieron sus soldados sin lesin,
porque los de adentro, por no lastimar a su compaero, no le tiraron. Ces
el combate y se volvieron a la villa del Saltillo, gozosos de haber sacado
a su capitn de aquel empeo, como si hubiera sido de poder de turcos, a
punta de lanza; y de all a pocos meses, volvi el capitn Alberto del Canto a entrar en la tierra adentro, y en el ro que hoy llaman de Pesquera,
asent el real. Spolo el teniente, que le avisaron de San Luis (Monterrey);
despach una compaa contra l, que lleg a tiempo que tenan hecha
una buena presa (de indios esclavos) y estaban almorzando los soldados;
llegaron los de (la ciudad de) Len con los arcabuces en la mano, les convidaron los dems a almorzar, ellos dijeron que no iban sino a soltar aquella
presa, soltronla sin resistencia alguna y se fueron los del capitn Canto.
Hicieron otra (presa) despus y se fueron al Saltillo, sin otro impedimento
alguno.82 Como decimos en la nota 24 estos hechos tuvieron lugar ya
mediado el ao de 1582.
Pedimos perdn al lector por tantas y tan largas citas, pero es que
son inevitables y, algunas, como la anterior, no tienen desperdicio; aqu
Alonso de Len nos presenta un vivsimo y bien acabado cuadro del am
biente de violencia, saturado de acre sabor medieval, que caracteriza la
102
sible tan inesperado matrimonio? Cmo, aquellos mortales enemigos podan no slo convivir en una pequea poblacin y sentarse en un mismo cabildo, sino tambin llegar a enlazarse con tan estrecho vnculo? Insistimos en
nuestra fundada sospecha de que en estas no esperadas e increbles paces,
intervino don Luis Carvajal y de la Cueva; Diego de Montemayor y Alberto
del Canto eran dos de los hombres ms valiosos e importantes en su empresa poltica, y los creemos vinculados a Carvajal desde Mazapil y confabulados con l para entregarle jurisdicciones de la Nueva Vizcaya, como lo eran
las minas de San Gregorio, Santa Luca y Saltillo. Carvajal no iba a permitir
que por cuestiones tocantes a honor se matasen el uno al otro o que se
anulase su ayuda a la empresa; creemos que Carvajal presion, hacindole
violencia, a Diego de Montemayor para que accediese a tan monstruoso matrimonio. Recurdese que el gobernador Carvajal, a su paso por las minas
de San Gregorio, nombr tesorero del Nuevo Reino y su teniente en la ciudad
de Len, a Montemayor,88 suspendindolo a mediados de 1585, nombrando
en su lugar a su sobrino Luis de Carvajal el Mozo. No sera esta suspensin
de empleos uno de los medios usados por Carvajal para forzarlo a hacer las
paces con Alberto del Canto mediante el matrimonio de ste con su hija?
Alberto del Canto, extremando su maldad, no pondra esa dura condicin
para mantenerse fiel a Carvajal? Nada sabemos de cierto; pero las sospechas no son tan descabelladas.
De la biografa de Alberto del Canto, es muy poco lo que hemos logrado averiguar: sabemos que era portugus, quiz judaizante, natural de la
Isla Terceira del grupo de las Azores89 y ha de haber nacido por 1547 ya
que en el ao de 1607 declaraba ser de edad de sesenta aos.90 Cundo
y en qu circunstancias vino a la Nueva Espaa? No lo sabemos. Tal vez
entr por Zacatecas, siendo muy joven, a la regin de San Martn y Mazapil entre las gentes reclutadas por Francisco de Ibarra en 1562.91 En 1586
viva en la ciudad de Zacatecas un Alonso del Canto, posible pariente de
nuestro personaje.92 En 1598 en la expedicin de Juan Oate a Nuevo
Mxico, figura un Juan Lpez del Canto, hijo de Pedro Lpez del Canto,
natural de Mxico de 25 aos de edad.93
Tal vez el lector piense, como pensamos nosotros, que en este libro
todo se vuelve conjeturas, que stas van apareciendo una tras otra y que
es muy poco lo que se ha logrado demostrar o apoyar documentalmente.
104
su genio y opinin que alternaban con los turbulentos vizcanos, entre los
que creemos se contaban algunos de los futuros pobladores del noreste.
Sealamos esta prometedora pista, que nosotros no hemos podido seguir,
a los futuros investigadores.
Ante la actitud hostil y decidida del alcalde mayor de Zacatecas, Gaspar de Tapia, determinaron estos hombres desterrados, viendo que en
Zacatecas no podan permanecer, el correr tierras e ir a ver mundo, y con
ellos fue Martn Prez (de Uranzu), un hombre que despus fue muy rico,
y fueron a dar a aquellas serranas por donde Gins Vzquez de Mercado
haba pasado y dejado aquellas minas por no buenas, y habiendo llegado
a aquellas partes, dieron en ellas, y son las que llamaron San Martn...98 El
hecho no puede ser ms significativo: no podemos aceptar que haya sido
simple coincidencia el que estos hombres se hayan dirigido precisamente
a esa regin; es indudable que alguno o algunos de ellos ya la conocan
por haber acompaado a Gins Vzquez de Mercado o, cuando menos,
haban odo hablar de ella en las minas de Jocotln.
La fundacin de la villa de San Martn es tan importante dentro de
nuestro trabajo que vamos a transcribir aqu lo que nos dice la Relacin
de las villas de San Martn y Llerena y minas de Sombrerete, sin duda, la
fuente ms confiable de que disponemos: ...esta dicha villa de San Martn fue una de las primeras poblazones que se descubrieron e poblaron,
porque despus que se descubrieron e poblaron las minas de los Zacatecas, en ms de ocho o nueve aos no se entendi ni supo qu tierras ni
poblazones hubiese dentro de las dichas minas adelante, hacia la parte
del poniente e norte y sur, hasta tanto que el ao de 1556 (ha de haber sido a fines del ao), movidos con nimos varoniles, Martn Prez de
Uranzu e Martn de Rentera e Martn de Urrutia e Martn de Oez e Martn de Larraga, vascongados, e Miguel de Castro (portugus) e Pedro de
Hermosilla e Martn de Gamn e Juan Navarro (portugus y uno de los
fundadores de Saltillo) e Juan de Loera e Diego Verdugo de Vega e Diego
de Villalobos e Juan de Zumaya y el licenciado Juan Garca, presbtero,
cannigo de la santa iglesia Catedral de la Ciudad de Mxico, los cuales,
con celo de servir a Dios nuestro seor y aumentar su santa fe catlica e
acrecentamiento de la real corona (Qu peligroso resulta tomar como
ciertas las frmulas de los documentos! Por el padre Tello sabemos muy
107
pliendo lo que su majestad dio por orden, yo con mi persona, con los
bateles de las naos, y la mitad de la gente, quedando el general de la
flota, entr en el puerto de la dicha Jamaica, y rend tres naos de corsa
rios que all estaban surtas al rescate de cueros, y se las entregu rendidas
al gobernador de aquello isla, sin tomar cosa alguna para m...144 Aqu
todo es mentira: hemos estudiado cuidadosamente los registros de las
flotas, los cedularios conocidos y las historias de Jamaica y de la pira
tera, y no hemos encontrado la menor huella histrica de lo que aqu nos
dice. Habiendo rehecho con todo rigor crtico, la cronologa referente a
Carvajal, sabemos que este primer viaje a la Nueva Espaa tuvo que ser
entre los aos de 1566 a 1567.145 En 1566 el general de la flota fue don
Juan de Velasco de Barrio y su almirante Alonso Hernndez de Ayala, en
esta flota vino el marqus de Falces por virrey de la Nueva Espaa y con
ttulo honorario de general de la flota,146 como era costumbre. Cualquier
hecho de armas hubiese sido muy notorio y habra dejado su huella en
la historia. Es cierto que en ese ao de 1566, por nuevas de corsarios
franceses, se mand que saliesen tres naves que haba en Mlaga, hasta
las Azores, a recibir la flota que iba de las Indias y darle escolta. Por lo
tanto, no llegaron a Jamaica ni mucho menos, a la Nueva Espaa, y esas
naos estuvieron, adems, al mando de Pedro de Guevara.147 Por razones
que sera muy largo y muy fatigoso exponer, tenemos la certidumbre de
que Carvajal, si es que no vino "de ocultis" en barco negrero, vino, como
simple emigrante en la flota que al mando del general don Cristbal de
Erazo y de su almirante igo de Lecoya, sali de las islas Canarias el 22
de junio de 1567 y entr al puerto de Veracruz el 7 de octubre del mismo
ao.148 Afortunadamente, en el Epistolario de la Nueva Espaa,149 se publica una carta "en cifra", escrita por Cristbal de Erazo al rey, dndole
cuenta detallada de su viaje, y en ella nada se dice de piratas ni se menciona la isla de Jamaica.
A continuacin de esto, nos dice Carvajal: ...y luego que llegu a
esta Nueva Espaa, siendo yo alcalde ordinario de Tampico (sic) al puerto
de la dicha villa cien ingleses, de los que escaparon de Juan de Aquines,
ingls y contra la opinin de todos los vecinos, que de miedo queran huir,
apremiando gente para ello, con veinte hombres, sal a ellos y los rend,
prendiendo ochenta y ocho, que los dems murieron, y los envi presos
117
Iles y San Gregorio, como en Saltillo y Cuatro Cinegas. Esta torcida interpretacin de las Capitulaciones fue la que recogi Alonso de Len en su
Relacin y discursos: Capitul con su majestad la pacificacin y descubrimiento de doscientas leguas de tierra de longitud y latitud.181 Y pas, cosa
extraa, sobre la aguda crtica de don Vito Alessio Robles quien nos habla
de el cuadrado trgico de Carvajal y de l, a todos los historiadores que
lo siguen, tanto mexicanos como extranjeros;182 el nico que aclar el sentido de las Capitulaciones fue don Santiago Roel, quien en 1938 deca:
...no se sealaron a Carvajal precisamente 200 leguas por lado, como
hasta ahora se haba credo, sino doscientas leguas la tierra adentro,
como dice la Capitulacin...183
Hay otro punto de las Capitulaciones de Carvajal que ha venido
siendo mal interpretado, dando origen a un error muy popular y en el que
han cado todos los modernos historiadores; hemos podido comprobar
que el creador de este espejismo histrico fue don Vicente Rivapalacio184
al decir: Adems, concedi el monarca a Carvajal el derecho de condu
cir a la provincia que iba a pacificar, hasta cien pobladores, que saldran
de Espaa sin necesidad de cumplir con el requisito que exigan las leyes,
de probar que eran cristianos viejos y no de linaje de judos o moros recin convertidos. Carvajal sac de Espaa, entre esos cien pobladores, a
muchas personas de su familia y las llev a Pnuco y esto caus su pr
dida, porque realmente, como se ve fuera de duda en los procesos res
pectivos, casi todos eran judaizantes y observaban los leyes de Moiss y
practicaban los ritos y ceremonias de los judos.185 El captulo 9 de las
Capitulaciones dice textualmente: Item, os obligis de llevar a aquella
provincia, a vuestra costa, hasta cien hombres, los sesenta de ellos, labra
dores casados, con sus mujeres e hijos, y los dems soldados y oficiales
(artesanos) para la dicha poblacin, sin les llevar por ello cosa alguna,
ni tocar caja, ni enarbolar bandera para juntarlos, ni alojarlos en ningn
pueblo de estos nuestros reinos, sino en forma de poblacin, alistndolos
para que acudan a servirla al tiempo que os hubiredes de embarcar.
Como se ve, las Capitulaciones no conceden a Carvajal el tantas veces
citado privilegio. Que Carvajal no haya cumplido con los requisitos esta
blecidos por la Casa de Contratacin de Sevilla y haya eludido las in
vestigaciones sobre la limpieza de sangre de las personas que vinieron en
124
contra l sentencia de revista, la cual informacin hizo Pedro Morn, receptor, y est este proceso en el dicho oficio del dicho secretario Osorio,
que suplico sea mandado traer aqu, para que conste lo que digo, y dems
desto, en los papeles que tengo dicho, que estaban mos en poder de fray
Gaspar, estn dos informaciones, cerradas y selladas, que se hicieron de
oficio a mi pedimento en el audiencia de Guadalajara, y son ambos de un
tenor, sobre los servicios por m hechos a su majestad, suplico se abra uno
de ellos, y se ver lo que aqu digo, y otros muchos servicios, dignos de
premio y galardn y honra, que hasta ahora me ha sido dado, y en poder
de Antonio Daz de Cceres, ha de haber una informacin de parte, que
haba de venir de Guadalajara, a su poder, que contiene lo mismo, que
en defecto de no abrirse los otros, se puede ver aquello.188 Pero volvamos
atrs, a la llegada de Carvajal a Pnuco. El 25 de agosto de 1580 lleg la
flota a San Juan de Ula;189 el da 28 en la noche, lleg la noticia a la Ciudad de Mxico;190 pero, la urca de Carvajal se haba separado de la flota,
sin duda para evitar la visita reglamentaria, y navegaba hacia el puerto
de Tampico en una lenta y peligrosa navegacin ya que, segn nuestros
clculos, no aport a Tampico sino hasta fines de septiembre (la velera
Minion de Hawkins hizo ms de 15 das de Veracruz a la desembocadura
del Pnuco);191 Carvajal ha de haber salido inmediatamente a la Ciudad
de Mxico como lo prueban dos autos del virrey,192 el primero fechado el
7 de octubre193 en que ordena que se retire la guarnicin militar de la villa
de los Valles; y el segundo, fechado el 11 del mismo mes y ao, ordena
que las justicias que tuvieren jurisdiccin en los dichos pueblos (Tampasqun, Tamotela, San Miguel y hasta Xalpa y Sich) declarados en la dicha
cdula (real cdula fechada en Madrid a 15 de junio de 1579), le dejen la
jurisdiccin.194
En sus Capitulaciones se obligaba Carvajal a hacer las poblaciones
que sean necesarias para la quietud de aquellas fronteras, a descubrir
doscientas leguas de tierra adentro, a establecer puertos desde Tampico
hasta los lmites de la Florida, a comunicar su gobernacin lo mismo con
la Florida que con los reinos de la Nueva Espaa y la Nueva Galicia, a
pacificar el pueblo de Tamaolipa (sic), a poblar una villa de espaoles en
una regin de grandes tunales para fomentar la industria de la grana,195
a construir un fuerte en la desembocadura del ro Pnuco para proteger
126
129
que tienen ellos por sea cierta, que si yo voy, o paso por all, que no les ha
de ser hecho mal y as no lo hacen, mas dan de sus bastimentos y frutos de
balde, y les he puesto en todas sus rancheras cruces, que ellos reverencian
y tienen en mucho, lo que saben los dichos clrigos (el vicario Martn Ortiz,
Diego Ramrez Zamorano, beneficiado de Mazapil y el clrigo Pedro Infante), y consta de las dichas informaciones, como queda dicho en el captulo
antes de ste.
Y al fin de las dichas sesenta leguas, descubr por mi persona muchas
minas de plata, y pobl en su comarca la ciudad de Len (Cerralvo, Nuevo
Len), y la villa de la Cueva,204 a donde puse ingenios, y se sac mucha
plata, y en su cercana puse de paz ms de cuatro mil indios, e hice por mi
propia persona la iglesia de la villa de la Cueva, en la que el dicho vicario
(Diego Ramrez Zamorano) administr los Santos Sacramentos, y me obligu a pagarle de mi hacienda dos mil pesos, de su salario, por lo dicho;
porque los vecinos no pudieron pagar, y se han de pagar de ella; y de all,
por comisin ma, se descubri las provincias que llaman Nuevo Mxico, y
lo hizo con comisin ma, Antonio de Espejo, como todo lo dicho consta de
las dichas informaciones hechas en Guadalajara, que suplico una se abra,
por la cual consta lo que digo.205
Respecto de la ruta seguida por Carvajal desde Tampico hasta Ce
rralvo, conocemos un magnfico estudio del ingeniero Candelario Reyes206
quien, basado en su conocimiento claro y detallado de la regin, propone los siguientes jalones seguros para el trazo de dicha ruta: desde el
Tampico colonial a la antigua Tamaolipa y de all a los Esteros; el cuarto
punto sera Tanchoy, cercano al cerro del Bernal; y, por ltimo, de Tanchoy a Tanchipa; de Tanchipa hacia el norte los puntos son francamente problemticos e imprecisos. Tal vez pudieran citarse Llera y la capital
del estado (Ciudad Victoria) actuales... es lgico suponer que de Tanchipa
hacia el norte haya seguido Carvajal una lnea quebrada ms o menos
paralela a la Sierra Gorda, salvando los contrafuertes respectivos, lo que
nos permitira reforzar nuestra audacia al extremo de indicar que los ac
tuales lugares denominados Caballeros, Santa Engracia, Oyama, Hidalgo, Villagrn y Guadalupe Mainero fueron puntos probables de la ruta en
cuestin.207 El ingeniero Reyes se detiene en los lmites de Nuevo Len.
Por eso, con mayor audacia que l, y tan slo como una conjetura que no
130
reros. En este tiempo (1584) pobl el capitn Castao una labor, en donde
hoy se llama San Francisco209 (Apodaca, Nuevo Len), entre la villa de San
Luis y la ciudad de Len.210
Estos hechos tan escuetamente narrados por el cronista, nos confirman en la creencia de que Luis Carvajal y de la Cueva, cuando menos
desde 1573, haba entablado relaciones con el grupo de fundadores de
Saltillo: Alberto del Canto, Diego de Montemayor, Gaspar Castao de
Sosa, Manuel de Mederos, todos ellos portugueses y tal vez judos como
l; y que al negociar en Espaa sus Capitulaciones, tuvo muy en cuenta
los informes que estos le haban proporcionado y la ayuda que le haban
ofrecido y, podemos conjeturarlo, que a su regreso a la Nueva Espaa
volvi a tener comunicacin con ellos y obr as sobre seguro. No parece
realmente extraordinario el encuentro en las minas de San Gregorio de
Carvajal y Montemayor, as como que no hallase resistencia ninguna en
Saltillo al mudar autoridades y que todos ellos, traicionando al gobierno
de la Nueva Vizcaya del que dependan, se pasasen al servicio de Carvajal
recibiendo de l nuevos nombramientos? Para los que conocemos la legis
lacin y las costumbres novohispnicas de aquella poca, esto ltimo, no
siendo as, nos resulta completamente inexplicable.
Lo nico cierto es que Carvajal nada fund ni descubri nada nuevo. Sus pretendidas fundaciones slo fueron repueblas de las que
en 1577 haba hecho Alberto del Canto: la ciudad de Len en las
minas de San Gregorio, la villa de San Luis en los Ojos de Santa
Luca, Almadn en las minas de la Trinidad. Respecto a la naturaleza de las fundaciones hechas por Carvajal, oigamos lo que inform el capitn Alonso Lpez al virrey Villamanrique. Lpez haba
sido nombrado por el virrey para que corriese toda aquella tierra e
hiciese informaciones de las poblaciones que tena fechas (Carvajal )
conforme a las Capitulaciones que hizo con su majestad. El cual, habiendo corrido toda la tierra y vstola por vista de ojos, desde Tamaholipa hasta Mazapil, que es donde se comprende su gobernacin,
averigu no haber en ella poblacin ninguna, mas de que el Carvajal,
en llegando a algn sitio que le pareca cmodo, para engaar a su
majestad, diciendo que haba cumplido con lo capitulado, y fundaba
cuatro o cinco casas de bahareque y palos, ponale nombre de villa, y
132
nador de all con mucha furia, estaba hecho un demonio, que l propio
la haba de matar con un bocado.
Don Luis, en su proceso, narra as el incidente: ...que habr cinco
aos (principios de 1584) ...que estando en la villa de Pnuco a donde vino
a ver a la dicha hermana doa Francisca Nez de Carvajal... estando un
da ste rezando en sus horas el santo oficio de Nuestra Seora, le dijo
doa Isabel... entre otras palabras, que no haba Cristo y ste le dio un
gran bofetn, que dio con ella en el suelo, y arremeti para darle de coces
o matarla, y le dijo con furia; enemiga de Dios y de sus santos, y eso has de
decir, y reprendindola de que en su linaje hubiera persona que dijese cosa
contra Cristo nuestro seor...216
Este incidente fue la causa de que, cinco aos ms tarde (1589), don
Luis fuese procesado por la Inquisicin, lo mismo que todos sus parientes.
La escena descrita nos presenta a Carvajal como hombre colrico, furioso
y arrebatado.
Con este gran disgusto sali don Luis de Pnuco para ocuparse en la
segunda guerra de Tamapache. Esta segunda guerra no fue sino la perfecta continuacin de la primera. El fiscal de la Real Audiencia de Mxico,
en su querella contra Carvajal, en el mes de julio de 1584,217 lo acusa de
que reparti todos los indios en s y en los dichos soldados, apartando las
mujeres de sus maridos y los hijos de los padres, y se los dio para que
los vendiesen e hiciesen de ellos lo que quisiesen. Que envi muchos a la
Ciudad de Mxico y sus soldados tambin enviaron y trajeron muchos; y
por el dicho Carvajal y sus soldados se vendieron en la Ciudad de Mxico,
en la Puebla de los ngeles, en los reales de minas y en las provincias
de Pnuco y los Valles, ms de cuatrocientos y quinientos de los que as
tom, entre ellos mujeres apartadas de sus maridos, y muchachos y nios
apartados de sus padres. Item remat Carvajal veintinueve de dichos indios para las minas de Mazapil, a pesar de la rigurosa prohibicin de meter
indios en las minas. Los dichos indios fueron para el propio Carvajal, por
ser, como se dice, que son las dichas minas suyas.218
Su cuado Francisco Rodrguez de Matos y su sobrino Luis de Car
vajal el Mozo, fueron de sus encomenderos en este negocio. Carvajal el
Mozo declara que l estuvo en la guerra de Tamapache, lo mismo que su
padre, en cuya compaa vino a Mxico con indios esclavos que su pa134
dre traa a vender, en que se ocuparon un ao; porque a los seis meses
enferm el dicho su padre, y vino a morir al cabo de l (fines de 1584) ...219
Carvajal trat de dar una apariencia legal a este infame comercio
haciendo pasar a los cautivos como esclavos por sentencias penales, y
alegando que no se venda la persona sino el servicio temporal por seis,
diez o doce aos, y en que siempre se haba separado el real quinto de la
presa, es decir, que del nmero total de cautivos se separaba la quinta
parte y su servicio se remataba y lo obtenido se depositaba en las reales cajas. Refirindose a esto, dice el fiscal que Carvajal no se descarga
con haber metido en la real caja el quinto de lo que llama presa, por ser
derechos injustos y precio de sangre inocente y, para tranquilizar su conciencia, haba entregado un indio para que de su precio se hiciera algn
sufragio por las nimas del purgatorio.220
Ya mediado el ao de 1585, regres Carvajal al Nuevo Reino, llevando
con l a su sobrino Luis, a quien nombr teniente por suspensin dictada
contra Diego de Montemayor.221 Don Luis permaneci en el Nuevo Reino
de Len hasta fines de 1586 en que fue a Mxico llamado por el virrey,
quien le seal la ciudad por crcel mientras se evacuaba su proceso.222
Entre tanto, en el Nuevo Reino de Len las cosas iban de mal en peor: en
marzo de 1587 todo iba a quedar despoblado.
4. Despoblacin del Nuevo Reino de Len. Alonso de Len coloca esta
despoblacin en fecha muy posterior, por 1590. Fcilmente se puede demostrar que esto es solamente un error de cronologa; ya hemos dicho
que Alonso de Len utiliz como fuente principal para esta parte de su
trabajo, la tradicin oral. Como su narracin de los hechos proporciona
datos muy interesantes y detalles muy significativos, vamos a copiarla
literalmente: ...acudan a la ciudad de Len muchos soldados, que la
codicia de las piezas que se sacaban, los traa; lleg a haber en ella
doscientos hombres; hacan muchas entradas y sacaban cantidad de pie
zas. Tvose en la Nueva Espaa por gran exceso, y mand el virrey, que
era don Pedro Moya de Contreras, arzobispo de Mxico (gobern el virreinato del 25 de septiembre de 1584 al 17 de octubre de 1585), que
no se sacaran ningunas, y como no tenan otro entretenimiento ni de qu
comer, se iban saliendo afuera, ya cuatro, ya diez; consider el teniente
135
(La muerte del capitn Linares) aviv el cuidado del teniente, y resolvi
despoblar y retirarse al Saltillo y, para hacerlo con algn provecho, avis en San Luis de su pretensin y dio orden a un mestizo, buen soldado
y gran lengua guachichila, con ttulo de caudillo, y nueve compaeros,
trujese carretas y se pusiese en la estancia de Castao, que hoy llaman
San Francisco (Apodaca, Nuevo Len),223 y convocase la gente de toda
la comarca, dicindoles que queran hacer all poblacin; y como ellos
(los indios) a las novedades vienen, llegronse muchos con sus mujeres
e hijos. (Las gentes de Carvajal haban aprendido bien la leccin de su
jefe cuando en Tamholen, en la Huasteca, con el mismo engao logr
esclavizar a ms de trescientos).224 El conchabo era que el teniente haba
de despoblar la ciudad de Len, y el sbado que citaron, llegaran al
puesto y sobre seguro cogeran toda la gente agregada y la sacaran y
se aprovecharan de algo. El caudillo andaba solcito, haciendo la deshecha, en juntar algunos materiales y disponiendo arados; no llegaron
el da propuesto ni el domingo, por algn accidente; y el lunes, andaba
un soldado con su arcabuz en las manos y el caudillo que quiz estaba
enojado por la dilacin del teniente, o apasionado con el soldado, le dijo
con aspereza que arrimara el arcabuz, no entendieran los indios alguna
traicin; debi de replicadle, y el caudillo, maltratndole de palabra, le
mand que lo largase, no entendieran los indios sus designios, que cierto
el pecado est siempre acusando al hombre. Tir el soldado el arcabuz y,
enojado, apart a un indio y por seas le dijo que a la noche los haban
de coger y ahorcar a todos; este le dijo a los dems, convocronse, y de
mano armada llegaron a la casilla, que, como estaban descuidados de
tal suceso, la entraron. Cogironlos a todos, al caudillo ahorcaron de un
rbol, a los dems mataron.
Ya marchaba la gente de Len con el deseo de verse con la presa
que juzgaban grande en las manos; y antes de llegar al puesto topa
ron una mula ensillada, que por el rastro se volva de huida; tuvironlo
a mal agero, y cuidadosos aceleraron el paso y hallaron el espectculo
horrendo que he referido; enterraron los cuerpos y prosiguieron su camino, dejando todo el reino despoblado, habiendo costado tanto trabajo
y vidas.225
137
Hay varias cosas un tanto oscuras y desconcertantes en el pasaje transcrito. Habla del teniente refirindose, casi seguramente, a Diego de
Montemayor; pero, en aquella fecha Montemayor estaba suspendido de
su oficio y Carvajal haba nombrado en su lugar a su sobrino Luis, quien
poco antes de los hechos narrados por el cronista, sali del Nuevo Reino
y se fue a Mxico, quedando acfalo el gobierno. Creemos que en tal
situacin, Diego de Montemayor fue quien tom el mando. Parece que el
incidente que dio lugar a la despoblacin, o sea la muerte de Lucas de
Linares, tuvo como escenario un pueblo de indios que se haba formado
en los aledaos de la ciudad de Len, al que alude Luis de Carvajal el
Mozo en su autobiografa. Por ltimo, creemos que Alonso de Len mezcla
aqu dos hechos diferentes: la despoblacin total de 1587 y el despueble
definitivo de la ciudad de Len en 1590. Como quiera que sea, el pasaje
transcrito es de gran valor histrico porque nos pinta a lo vivo la vida de
constante peligro y el ambiente de violencia en que vivan aquellos primeros pobladores, slo entregados a la caza de esclavos, valindose para
ello de engaos y traiciones.
Para aclarar en lo posible un hecho tan importante como es la des
poblacin del Nuevo Reino de Len, nos referiremos a otras fuentes do
cumentales que hemos podido encontrar en esta investigacin, las cuales
aclaran por una parte y confirman por otra lo que nos dice Alonso de
Len, y que nos permiten situar cronolgicamente el hecho histrico.
En el acta levantada el domingo 22 de mayo de 1588226 con motivo
del traslado de la real caja a las minas de Almadn, el tesorero Diego de
Montemayor declar: que desde la despoblacin de la ciudad de Len no
se haba abierto (la real caja) ... y estar de la dicha suerte, con las dichas
telaraas, por haber ms de catorce meses que no se abra y que daba
muestra buena de ello el estar como estaba.227 Lo que sita la despoblacin de la ciudad de Len en el mes de marzo de 1587.
En el ttulo de teniente de gobernador que recibi Diego de Monte
mayor de don Luis Carvajal y de la Cueva en Almadn el 5 de abril de
1588, dice don Luis: por cuanto al tiempo que la ltima vez que part de la ciudad de Len para la provincia de Pnuco a cosas que tocaban al servicio de su majestad, dej en la dicha ciudad y su distrito, villa
de la Cueva y San Luis del valle de Extremadura y lo dems de aquellas
138
de cultivar por ser tierra salitrosa, muy seca y de poca madera para edificios, muy frtil de pastos, pocos aguajes y malos, hasta llegar al ro de los
Nadadores, que est seis leguas de all.236
5. Cada y muerte de Carvajal. Ocultndose, en cierto, modo, de la
justicia, permaneci Carvajal en la villa de Almadn, desde donde segua
haciendo entradas y sacando numerosas piezas, hasta fines de ese
ao de 1588. El virrey Villamanrique, en una carta de fecha 4 de diciembre de 1588, dirigida al rey, insiste en que es necesario castigar a Carvajal y retirarlo de su gobernacin por los muchos excesos que cometa.
Informa el virrey que l haba declarado libres a todos los indios vendidos
por Carvajal o las gentes que lo rodeaban, y los haba poblado en partes
convenientes o devuelto a sus tierras. Aada el virrey que ltimamente
Luis Carvajal haba enviado a la villa de los Valles a Cristbal de Heredia
para que vendiese all cien indios que haba sacado de la tierra adentro,
y para que se apoderase en su nombre de la dicha villa. Al saber esto, el
virrey mand gente de guerra para el castigo, se capturaron cuatro de los
soldados de Heredia y se recogieron algunos de los indios esclavos que
se poblaron en parte conveniente. Por ltimo, anuncia el virrey que est
resuelto a mandar prender a Carvajal.237
que llaman Caulo (sic por Coahuila) a donde l tena fundadas cuatro casas de palos y pustole por nombre la villa de Almadn.
Tenindole preso en Mxico, para concluir su causa, que hallar vuestra seora en poder del secretario Barahona, la Inquisicin me lo pidi,
diciendo haba cometido delito en el crimen de la hereja, y se lo entregu
conforme a la Cdula de la concordia.240 Y ahora he entendido que con estar preso all, ha dado poder a un Gaspar Castao para que sea su teniente
de gobernador y ha nombrado a otros ministros, que todos van siguiendo
sus pasos y estn en aquel sitio de Caula y Almadn con ms de sesenta
soldados forajidos, delincuentes y homicidas que ni tienen justicia ni doctrina y estn alzados sin conocer a Dios ni al rey y entran la tierra adentro
y sacan indios mansos y los venden en Mazapil, Saltillo, Sombrerete y toda
aquella tierra; esto ltimo vino ahora a mi noticia, vuestra seora proveer
en el castigo de los unos y de los otros y remedio de estos grandes excesos
lo que ms conviniere.241
Este importantsimo documento nos proporciona todos los datos ne
cesarios para estudiar la cada del gobernador del Nuevo Reino de Len y
el fracaso definitivo de su empresa. La usurpacin de autoridad en la villa
de los Valles vino a colmar el largo proceso instruido contra Carvajal, que
se haba iniciado desde el mes de octubre de 1583.242 Como dicha usurpacin ha de haber tenido lugar en el mes de octubre de 1588,243 el proceso
se haba iniciado exactamente cinco aos atrs. No se puede pues hablar
de un acto violento o arrebatado de parte del virrey.
Las causas de la cada de Carvajal resultan mucho muy claras. En primer lugar, su constante desobediencia a las disposiciones que prohiban
hacer esclavos a los indios; segundo, el no haber cumplido, en diez aos,
con ninguno de los puntos de sus Capitulaciones; tercero, la maosa
interpretacin que dio a stas invadiendo en forma violenta, jurisdicciones
de los otros reinos; y, en ltimo trmino, su actitud de reto constante a la
autoridad del virrey impidindole llevar a cabo, en forma total, su poltica
pacificadora y de libertad del indio. Por otra parte, la empresa estaba
completamente fracasada. El Nuevo Reino de Len qued despoblado totalmente, como vimos atrs, desde marzo de 1587; las fundaciones o,
mejor dicho, las repueblas hechas por Carvajal haban sido efmeras;
145
que por nos le fuere mandado, lo cual todo guarde y cumpla, so pena de
impenitente relapso, y por esta nuestra sentencia definitiva, juzgando, as
lo pronunciamos y mandamos en estos escritos y por ellos. Licenciado Bonilla. El licenciado Santos Garca.247
Resulta muy interesante y significativo y un tanto misterioso el que los
testigos a la pronunciacin de la sentencia de Carvajal sean los personajes histricamente ms importantes del norte de Mxico en aquel entonces:
Diego de Ibarra, don Francisco de Velasco, don Rodrigo de Vivero, Rodrigo del Ro de Loza y don Juan Altamirano, entre otros.248
Ignoramos la fecha de la muerte de Carvajal que no pudo ocurrir antes del 8 de octubre de 1590, fecha de una carta de don Luis de Velasco II
al rey, en la que habla de l como de persona viva.249 Slo sabemos que
muri de enfermedad, dentro de la crcel de corte, esperando su destierro
de las Indias.
El cronista Alonso de Len comenta: Esto (las diferencias con el virrey por cuestiones de jurisdiccin) ocasion su muerte, que, como dice el
refrn, el peje grande traga al chico. Fue forzoso que el virrey se sintiera,
sindolo entonces el conde de la Corua, don Lorenzo Surez de Mendoza (haba muerto desde el 19 de junio de 1583); y buscando modos para
quitarle de la pretensin que tena, rastre su genealoga. Ayud mucho
el disgusto que llev el religioso que trujo de la Huasteca (fray Lorenzo de
Gavira). Dieron noticia a la Inquisicin; sali un juez (Alonso Lpez) con
una compaa de soldados a prenderle; entr por Tampico y, por su rastro, lleg a la ciudad de Len; de donde el teniente Diego de Montemayor,
vistas las comisiones que traan, sali con ellos al Saltillo, y desde all,
guiando el capitn Morlete250 fueron a la villa de Almadn, donde, notifi
cndole los recaudos que llevaba, se dej prender; nombrando por teniente de la provincia (de Coahuila) al capitn Gaspar Castao, hombre
de mucho corazn y nimo; y l, como obediente y leal vasallo de su
majestad y buen cristiano, pues siempre se tuvo por tal, sali para la
Ciudad de Mxico, con quienes lo llevaban. En la prisin de pesadumbre
muri, acabando con eso los innumerables trabajos que en servicio de su
rey hizo; trabajando tantos aos entre tanta gente brbara, con mucha
aprobacin de los que le estimaban, queran y obedecan, con muy gran
147
las poblaciones que hizo y minas que se descubrieron fueron de tan poco
momento e inters, que como se fundaban se deshacan y pasaban ade
lante; y as, cuanto en esto se ha trabajado, par en slo una poblacin
de tan poca gente y tan pobre, que ya no la pueden sustentar (las minas
de Almadn) y ha sido cosa perdida, ya que slo ha acudido gente que
lo es y que careca de otro entretenimiento por no quererse obligar al
trabajo y gustar de libertad y de la ganancia tan peligrosa como es hacer
esclavos a los naturales, y venderlos por tales; y, aunque l haya hecho y
haga a vuestra majestad otra relacin, lo cierto es esto, y que habiendo el
marqus de Villamanrique, gobernando este reino y enviando por l, por
respectos que habr dado razn a vuestra majestad, el Santo Oficio que
reside en esta ciudad, le prendi y procedi contra l y en 24 de febrero
de 1590 le sac en auto pblico, en forma de penitente y le mand abjurar
de vehementi y le conden con destierro de las Indias por seis aos, y ha
pretendido que queda hbil para proseguir en el ejercicio de su oficio;
que, cuando no tuviera los inconvenientes personales referidos, de ninguna manera convena que se prosiguiera su gobernacin por la orden,
que hasta aqu, por l, ni por otro ninguno, porque (a)dems de que la
experiencia ha mostrado el poco sujeto de la tierra y que en ello no se
consiguen los efectos que en semejantes descubrimientos se pretenden, y
el riesgo que de la inquietud de los naturales se sigue, andando soldados
entre ellos, es muy grande, y para los pocos indios que hay, as de paz
como de guerra, bastara, en caso de que fuese necesario poner persona,
nombrar aqu un alcalde mayor que, adelante el tiempo descubrira lo
que ms convenga al servicio de Dios y de vuestra majestad; y as, siendo
vuestra majestad servido, le podr mandar proveer; y considerando esto
y habindolo tratado con los oidores y alcaldes de esta real audiencia y
con otras personas de experiencia, a todos nos pareci que deba ponerse
remedio en que esto no se prosiguiese y, mayor, en deshacer y desbaratar
cantidad de gente, que qued en aquella gobernacin junta y la que se
les ha (a)llegado del Nuevo Reino de Galicia y de este (la Nueva Espaa), por la parte de las minas del Mazapil y Saltillo, que son en cantidad,
respecto de haber deshecho y desbaratado de golpe, por el marqus de
Villamanrique, los soldados que servan en la guerra de los chichimecas
y ser gente sin oficio y hecha al ejercicio y libertad de la guerra y al
149
que se seguiran, tuviera por muy buen medio darles comisin para hacer
la jornada, pues de ella resultar echar esta gente de donde puedan ser
muy perjudiciales y a parte donde toparan poblaciones de indios y minas
o el tiempo y las ocasiones los gastaran; y porque, hasta tener respuesta
de lo que les tengo escrito, no puedo dar ms particular aviso a vuestra
majestad, slo digo que la jornada del Nuevo Mxico, para los que tienen
alguna noticia de las cosas antiguas de este reino y de jornadas que a las
de Cbola y Culiacn y Sinaloa se han hecho, es de muy poca importancia
por los pocos indios que hay; y, as, ninguno que tenga caudal lo querr
emplear all; si no fuese a mucha costa de la real hacienda de vuestra
majestad, no habr quin de ello se encargue, si no fuere gente tan perdida que no tenga que aventurar sino lo que les dieren o prestaren y ellos
tomaren. Conforme a esto sea vuestra majestad servido mandar lo que ms
convenga a su real servicio en este descubrimiento porque eso se cumpla
y ejecute. Dios guarde a vuestra majestad, Mxico a 8 de octubre de 1590,
Don Luis de Velasco.253
En el dorso de la foja final de esta interesantsima carta, figura el real
decreto siguiente: Que no conviene que ninguna persona nombrada por
este Luis de Carvajal vaya all (al Nuevo Reino de Len) sino que el virrey
nombre y seale quin tenga el gobierno y en la forma que conviniere tenerle; y para deshacer la gente, ponga los medios que le pareciere, as en
ocuparlos en la jornada de Nuevo Mxico, dndoles caudillo cual convenga, como en otras partes; y, en cuanto a la conquista, si conviene hacerla,
se le remite asimismo para que use de la comisin del marqus (de Villamanrique) como le pareciere.254
La carta transcrita nos revela con suma claridad cules eran los pensa
mientos y la actitud del virrey frente al problema de las gentes de Carvajal
y la jornada a Nuevo Mxico.
Las gestiones del virrey para resolver sin violencia este problema, fueron intiles, ya que, como vimos atrs, Gaspar Castao de Sosa, dicindose teniente de gobernador por Carvajal, el da 27 de julio de 1590, abandon la villa de Almadn, con toda su gente, rumbo al norte inexplorado,
iniciando, en rebelda, la discutida jornada.
La despoblacin de Almadn, nico lugar poblado que quedaba en
el Nuevo Reino de Len en aquella fecha, la describe en forma pintoresca
151
Alonso de Len: Dentro de pocos meses que haba muerto el gobernador Luis de Carvajal, su teniente de Coahuila, Gaspar Castao, habiendo
proseguido la labor de las minas y, viendo que para tanta gente era poca
la plata, caros y distantes los bastimentos, como tena corazn orgulloso,
quiso hacer un nuevo descubrimiento, en busca de tierra que fuese ms
rica; y por la noticia confusa que la haba, de gente vestida, hacia el norte,
busc camino cmo podra hacerlo, que le saliera bien. Hizo traer a unos
indios unas piedras de unos cerros distantes de la villa de buen parecer;
alablas por ricas; hizo ensaye; lim una tembladera de plata y ech en
la cendradilla disimuladamente, y al tiempo de salir la plata hallaron un
tejo casi mayor que la mitad de las piedras del metal ensayado, con que,
exclamando, dijo: Es posible que estemos aqu perdidos, teniendo tanta
riqueza?. Movi los nimos de todos; y ellos, que hubieron menester poco,
le rogaron fuesen a poblar all; concediselos. Provey las carretas de
bastimentos; levant el real, llevando bueyes de arado, rejas y todas herramientas; y bien provedo de armas, sali de la villa, dejndola desierta; y a
dos jornadas dio a entender su designio y que haba levantado el real con
intento de ir a buscar la gente vestida, para que les tributaran; no faltaron
contradicciones y algunos dieron muestras de volverse, a que provey un
auto con pena de la vida y traidor al rey, el que los llev forzados. Fueron
en demanda de su viaje y, al verano, sembraron (es falso); proveyronse de
bastimentos y de esta suerte vieron en un llano grande un indio corriendo
una cbola; era vestido, cogironlo, dio razn del pueblo, lIevronlo por
gua, llegaron a l el da siguiente. Antes de llegar a l, como un cuarto de
legua, envi al indio a llamar al cacique; efectuaron paces, siendo bien recibidos y agasajados; dironles una casa en que vivieran la cual fortaleci,
de all salan a hacer a la tierra adentro descubrimientos, para enterarse de
todo y dar aviso con certidumbre al virrey. sta es la tierra que hoy se llama
Nuevo Mxico.255
Creemos que lo que movi a salir a Castao de Sosa de Almadn
fue la noticia de la muerte de don Luis de Carvajal y de la Cueva. En
realidad la entrada a Nuevo Mxico, de Castao de Sosa no fue sino una
huida, el intento de poner tierra de por medio entre l y las autoridades, al
desaparecer el nico y dbil apoyo legal de su lugartenencia. De resultar
cierta esta conjetura, la fecha de la muerte de don Luis de Carvajal y de la
152
Pondera lo escabroso del terreno: Gastse en esta sierra veinticinco docenas de herraje, porque de otra suerte no se poda andar, porque mu
chos caballos, en dos o tres das, se les gastaban las herraduras, cosa no
creda...
Describe con asombro los perros de los indios llevando cargas: Lleva
ban estas gentes muchos perros cargados, porque se acostumbra por aque
llas comarcas (esto fue al entrar a la regin conocida como Edwards Plateau, en el ro Pecos) cosa para nos nueva, jams vista...
No falta la nota ingenua: En 16 (de noviembre) ...se quebr all un pie
a una venadilla mansa que llevaba Catalina de Charles.
Despus de muchos das a dieta de carne y frutos silvestres, el encontrar maz los llena de alegra: En 29 (de noviembre) ...fuimos a dormir a
una muy grande alameda (debi ser cerca de Carlsbad), donde se hall una
olla y elotes recin desgranados, de que todos se holgaron mucho.
El hambre los viene acosando: En 6 (de diciembre) ...el dicho teniente
pidi un buey a Juan Prez de los Ros, y se mat... porque maz, ni harina,
ni trigo no lo haba ya.
Una vez ms los alimentos usados por los nmadas remedian el hambre: En 9 (de diciembre) ...haba por estos parajes grandsima cantidad
de mezquite, que si no fuera por l se pasara grandsimo trabajo... porque
no tan solamente coman el mezquite los indios e indias, como lo comamos
todos, hombres y mujeres.
En 14 (de diciembre) ...se cogi gran suma de semilla de zacate...
porque ya no haba ms de doce fanegas de trigo, que el teniente de gobernador llevaba para sembrar; y vista la gran necesidad que se pasaba,
iba dando un poquito de trigo a las personas que le pareca ms lo haban
menester, porque las dems se pasaban con carne, mezquite y semilla de
zacate.
Registra todos los incidentes del viaje: En 17 (de diciembre) ...fuimos
a dormir al ro, donde mataron el perro grande a Juan Prez, matlo un
buey de una coz.
Penetran al territorio de los indios pueblos que los atacan de sorpresa;
la batalla tuvo lugar un poco al sur de las Vegas: En 23 (de diciembre)
...estaban desgranando un poco de maz que los indios les haban dado;
cuando de repente empezaron (los indios) a dar un grandsimo alarido, y
154
160
que en todo se guarden las ordenanzas que sobre esto hay; y asimismo,
en cuanto a la jurisdiccin de los alcaldes ordinarios, guarden lo que su
majestad les ha dado en toda la Nueva Espaa, y no ms, y no se exceda
de ello, sino que se guarde y cumpla, como su real majestad lo manda, y
ellos y los dems oficiales gocen de las mercedes y excepciones que a los
tales les concede, y asimismo, que las mercedes que se hicieren de sitios
y otras cosas, dentro de la dicha dehesa boyal y ejidos, sean sin perjuicio
de esta repblica. E yo, el dicho teniente de gobernador y capitn general,
en nombre del rey nuestro seor, y en virtud del poder que tiene (sic), haca
y hizo fundacin de la dicha ciudad de Nuestra Seora de Monterrey; y
pido y suplico a la majestad del rey nuestro seor, sea servido de confirmarla, para que, con ms nimo, sus vasallos se animen a poblar y fundar,
debajo de su real corona, otros reinos y ciudades que, mediante el favor
de Dios, se espera descubrir y poblar. Y en fe y testimonio de verdad lo
otorgu y fund (sic) en el valle de Extremadura, Ojos de Santa Luca, jurisdiccin del Nuevo Reino de Len, en veinte das del mes de septiembre
de mil y quinientos noventa y seis; y lo firm de mi nombre con el presente
escribano. Testigos: Domingo Manuel, Juan Lpez, Diego de Montemayor
(el Mozo), Miguel de Montemayor y el alcalde Alonso de la Barreda. Diego
de Montemayor (Rbrica). Ante m, Diego Daz de Berlanga, escribano de
cabildo (Rbrica).276
El acta de fundacin de la ciudad de Monterrey es un documento notable desde el punto de vista jurdico, ya que revela que quienes la redactaron conocan a fondo la legislacin de la poca y, sobre todo, las
Ordenanzas de descubrimiento nuevo y poblacin de 1573 a las que se
ajustaron correctamente.
Qu tena de especial o de extraordinario aquel valle de Extremadura
que mova los nimos a poblar en l? Por qu Diego de Montemayor lo
escogi para erigir en l una ciudad metropolitana? l mismo lo explica
cumplidamente: ...(por) ser puesto y lugar apacible, sano y de buen temple y buenos aires y aguas y muchos rboles frutales de nogales y de otras
frutas; y haber, como hay, muchos montes y pastos, ros y ojos de agua manantiales y muchas tierras para labores de pan coger; y muchas minas de
plata que en su comarca hay de tres, diez y quince leguas a la redonda; y
sitios para ganados mayores y menores; y otros muchos aprovechamientos,
165
por el texto del acta de fundacin creemos que lo hizo en todo lo que le
fue posible.
La Ciudad Metropolitana de Nuestra Seora de Monterrey en sus orgenes, slo estuvo formada por unos cuantos jacales de bahareque, cubiertos de paja, habitados por menos de doce familias. Ni tan siquiera
hubo hombres suficientes para llenar los cargos de gobierno, como nos
lo dice el mismo Montemayor: ...y porque en las Ordenanzas de nuevas
poblaciones que se concedieron y dio su majestad a este reino, en el nmero cuarenta y tres dice, que nombrada ciudad metropolitana, se nombre el consejo y regimiento de los oficiales que se requieren y seala,287
y atento a que al presente no hay gente suficiente de espaoles para el
sealamiento del dicho Consejo, hasta adelante, Dios mediante, que haya
ms comodidad...288
El hecho sera para mover a risa de no tener en cuenta la formal seriedad y la actitud solemne del fundador y de sus compaeros, llenos de fe
en un futuro engrandecimiento de aquella humildsima y, a la par, ensoberbecida fundacin. Muchas ciudades de nuestro continente as nacieron.
Es en verdad admirable el sentido imperial de aquellos hombres.
f. Carcter de la conquista del noreste de Mxico.
En todo lo que hasta ahora se ha escrito de la historia antigua del
Nuevo Reino de Len, se habla de su descubrimiento y conquista como de
un hecho aislado y singular, sin conexiones perceptibles con la historia del
resto de la Nueva Espaa. Visto as, el hecho histrico nos resulta inexplicable, misterioso y sorprendente. Ya en los captulos anteriores hemos venido sealando los muchos antecedentes que lo preparan, lo condicionan
y explican. La conquista del Nuevo Reino de Len por don Luis Carvajal y
de la Cueva es el resultado previsible de un complejo fenmeno histrico,
difcil de analizar en pocas lneas. Ello no obstante, intentaremos sealar
aqu algunos de sus factores, aqullos que ms de cerca ataen a nuestro
tema. Tales son la formacin de importantes zonas mineras al norte de la
Nueva Espaa; la guerra contra los chichimecas; la gran preocupacin
del gobierno virreinal, as como de los religiosos franciscanos y de los
ricos mineros, de encontrar un camino entre Zacatecas y Tampico, para
171
unir as, sin tener que pasar por la Ciudad de Mxico y el puerto de Veracruz, las ricas zonas mineras de la Nueva Vizcaya y la Nueva Galicia
con Espaa; la promulgacin por el rey don Felipe II de las Ordenanzas
sobre descubrimiento y nueva poblacin, en 13 de junio de 1573;289 el
licenciamiento de los soldados de la guerra contra los chichimecas decretado en 1585 por el marqus de Villamanrique,290 y, en fin una abundante legislacin sobre deportacin de toda clase de gentes indeseables
o peligrosas.291
El vigoroso empuje de la conquista de nuestro territorio iniciada tan
brillantemente por Hernn Corts, se detuvo, en el segundo cuarto del
siglo XVI, a lo largo de la frontera entre Mesoamrica y Aridamrica, frontera que divida a los pueblos sedentarios, polticos y civilizados del sur de
los nmadas brbaros y apolticos del norte semidesrtico. La conquista y
colonizacin de estas dos reas culturales presenta notables y marcados
contrastes. De la conquista y colonizacin del rea mesoamericana no
creemos necesario ocuparnos y slo trataremos, en este trabajo, de presentar el carcter de estos fenmenos en la porcin noreste de Aridamrica y, muy particularmente, en el Nuevo Reino de Len.
El franco y asombroso avance hacia el norte, sin que nos ocupemos
aqu de otros hechos remotamente conectados con nuestro tema, como
las conquistas de territorios de Quertaro y Guanajuato por los caciques
de Xilotepec, se inicia a mediados del siglo XVI con el descubrimiento de
las ricas minas de los Zacatecas que atrajeron una numerosa y abigarrada
poblacin hacia las tierras habitadas por los chichimecas hostiles e ind
mitos. Las minas fueron descubiertas por Joannes de Tolosa el da 8 de
septiembre de 1546; pero su explotacin no se inici sino hasta enero de
1548; y ya para 1550, ao de la visita del licenciado Hernn Martnez de la
Marcha,292 haba surgido all una importante poblacin: la segunda de la
Nueva Espaa despus de Mxico.293 La naciente ciudad iba a convertirse
en el centro de nuevas exploraciones y conquistas, base de la colonizacin
del norte de Mxico y sur de Estados Unidos. La primera expansin, desde Zacatecas, dio origen a la ms extensa e importante zona minera del
virreinato: San Martn, Avino, Sombrerete, los Ranchos, Nieves, Chalchihuites, Fresnillo, Bonanza, Mazapil, son algunos de los reales de minas
que entonces se explotaron; y cada uno de ellos, a su vez, era apoyo
172
y punto de partida de nuevos descubrimientos y poblaciones. Con cunta razn deca don Pablo Herrera Carrillo que: todas las prosperidades
al norte del paralelo 22 se bordaban, gracias a Zacatecas, en canev de
plata.294 Y nos dice en otro lugar: La accin colonizadora de Zacatecas, si se tienen en cuenta los tiempos y las limitaciones que el desierto
impuso a esa accin, puede considerarse como una de las hazaas ms
grandes del hombre sobre la tierra, cuyos resultados hubieran sido de
mayor magnitud que los que se obtuvieron, si en lugar de un suelo estril y un cielo seco, hubieran contado los hombres de Zacatecas con
tierras propicias como las de la cuenca Missouri, Mississippi, Ohio.295
Y ms adelante aade: Cuando se contempla la prosperidad que rebosa en regiones como la cuenca citada, o en la de los Grandes Lagos
norteamericanos, siente uno profunda admiracin por la magnitud de
las riquezas acumuladas por la naturaleza; pero cuando se piensa en la
riqueza minera de Zacatecas y en su obra colonizadora, se olvida uno
de la naturaleza y siente la necesidad de descubrirse ante el hombre que
supo vencer y prosperar a pesar de la naturaleza.296 La formacin del
reino de la Nueva Vizcaya y del Nuevo Reino de Len fueron parte de
esa accin colonizadora y pobladora: ya hemos visto cmo de Mazapil
salieron las primeras expediciones a tierras de Coahuila y Nuevo Len,
y cmo sus primeros pobladores haban sido vecinos o estantes de San
Martn, Sombrerete, Nieves, Mazapil o San.
En 1554 unos arrieros que viajaban de Mxico a Zacatecas, descubrie
ron las fabulosamente ricas minas de Guanajuato; y en 1590 el capitn
Miguel Caldera, mestizo zacatecano, hijo de un espaol y de una india
cuachichil, educado por los frailes franciscanos del convento de Zacate
cas, descubri las minas del cerro de San Pedro, que dieron origen a San
Luis Potos. ste y Guanajuato, siguiendo esa especie de cariocinesis, se
convirtieron, a su vez, en centros de nuevas e importantes zonas mineras
que tambin, como la de Zacatecas, atrajeron abigarrada y numerosa poblacin. La colonizacin del norte se iba bordando en canev de plata.
La rpida formacin de estas ricas zonas mineras en plena tierra de
guerra viva, entre los belicosos chichimecas, iba a crear nuevos y gra
ves problemas al gobierno virreinal. Los indios que en el primer encuen173
185
NOTAS
1.
La orden de sacar una copia fiel del Acta para su publicacin, est firmada por Vidaurri el 11 de abril de 1856. Adems de la primera edicin de
1861 conocemos otras dos: 1866 y 1897, las tres impresas en Monterrey.
3.
4.
5.
7.
186
8.
"Litigio entre los gobernadores don Martn de Zavala del Nuevo Reino de
Len y don Luis de Valds, del Reino de la Nueva Vizcaya, por la jurisdiccin de las minas de Almadn. Ao de 1643", Archivo del Ayuntamiento
del Parral, Exp. 22. Este importantsimo expediente ha desaparecido, probablemente fue robado; ya no figura entre las copias de microfilm de dicho archivo sacadas por Charles C. Di Peso en 1960. Afortunadamente la
Biblioteca del Instituto Tecnolgico de Monterrey haba adquirido en 1951
una fotocopia que hemos paleografiado cuidadosamente y que es la que
aqu utilizamos.
9.
Hay una segunda edicin hecha en Mxico por Ignacio Cumplido en 1851,
que aade: Memorias para la continuacin de la crnica de la muy religiosa provincia de N.S.P.S. San Francisco de los Zacatecas por fray Antonio
Glvez, 1827.
10.
11.
12.
13.
14.
Ibid., p. 54.
15.
187
Bibliogrfica Mexicana, pp. 389-515, fue preparada por don Nicols Len
utilizando el mencionado ejemplar de la segunda edicin. Hay una cuarta edicin, que es la que hemos manejado, que figura como inusitado
apndice del tomo II del Estado general de las fundaciones hechas por don
Jos de Escandn en la Colonia del Nuevo Santander, Mxico, 1930, pp.
351-483.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
El nombre completo de esta obra es: Nociones de historia general, geografa y estadstica del estado de Coahuila, escritas para sus nietos, Saltillo,
1921-1922, MS. indito. No sabemos si los familiares del doctor Ramn lo
conserven, pero hay una copia en la Coleccin Latino-Americana de la
Universidad de Texas, en Austin.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
Ver: Libro segundo de la crnica miscelnea ..., de Tello, (Ed. 1891), p. 268.
188
30.
31.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
Libro primero de tomas de hbito en el convento de San Francisco de Zacatecas, p. 177. ms. indito que se guarda en la biblioteca pblica Elas
Amador de la ciudad de Zacatecas.
46.
48.
49.
189
50.
51.
Vida del venerable y gran siervo de Dios P. Cebrin de la Nada ..., Madrid,
1900, de autor annimo; Juan Grande Anta: El insigne misionero de Zaca-
53.
54.
55.
56.
57.
No conocemos la obra, tan slo la traduccin que publica Vito Alessio Robles: Monterrey en la Historia ..., pp. 55-60.
58.
59.
60.
61.
62.
63.
64.
Capitulacin de Luis Carvajal y de la Cueva para la pacificacin y poblacin del Nuevo Reino de Len, Toledo, 14 de junio de 1579. AGN, Ramo
Civil, Vol. 672, f. 254. Descubierta por Vito Alessio Robles y publicada por
primera vez en la revista Actividad, Monterrey, primero de marzo de 1938.
La reprodujo Santiago Roel: Nuevo Len. Apuntes histricos (primera edicin, Monterrey, 1938), pp. 155-158. Hay otra copia en el Archivo Histrico
de Hacienda, Mxico, Tesoreras, Leg. 1510, fs. 107-109. En realidad la
capitulacin propiamente dicha est fechada en Aranjuez el 30 de mayo
de 1579; por error, desde el siglo XVI, se ha venido dando el 14 de junio
del mismo ao, fecha que corresponde a una real cdula complementaria.
El Documento del Parral, fs. 15v-18, incluye la Capitulacin y sus complementos.
190
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71.
72.
Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, apndice,
pp. 413-424.
73.
Queja elevada por Juan Morlete... contra Alberto del Canto, Saltillo, 24 de
agosto de 1589. AGN, Inquisicin, Vol. 233, f. 99. Publicada por Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. ii, apndice, p. 419.
74.
75.
76.
77.
Ibid.
78.
Ibid.
79.
Ibid.
80.
81.
Creemos que Carvajal nombr por su teniente en la ciudad de Len (Cerralvo, Nuevo Len) a Diego de Montemayor a mediados de 1582, al encontrarlo en San Gregorio y fundar all su ciudad capital, la ciudad de Len;
lo suspendi a mediados de 1585, nombrando en su lugar a su sobrino
Luis; volvi a nombrarlo el 5 de abril de 1588, ya en camino para la provincia de Coahuila. Alonso de Len funde en uno los dos nombramientos
y por eso coloca la batalla en 1588 y no en 1582 que es la fecha correcta.
Vase: Alonso de Len: Relacin y discursos (Ed. 1961), pp. 45 y 46 (nota
116) y Documento del Parral, f. 8v.
191
82.
83.
Informacin de mritos de Lucas Garca, AMM, Ramo Civil, Vol. III, Exp.
10, f. I, (Testimonio de Miguel Montemayor). Publicado por Israel Cavazos:
85.
86.
Autos de la fundacin del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, Saltillo, 13 de septiembre de 1591. AGN, Ramo de Tierras, Vol. CXCI, Exp. 7.
Fueron publicados ntegros por Esteban L. Portillo: Apuntes para la historia
antigua de Coahuila y Texas, Saltillo, 1886. Berlanga da un extracto en su
Monografa y Vito Alessio Robles slo publica lo referente a la fundacin del
pueblo en Coahuila y Texas en la poca colonial, pp. 126-133.
87.
que Alberto del Canto tiene dos hijos (Diego y Miguel) con doa Estefana.
88.
89.
90.
Francisco de Urdiola: ... sobre que se le haga merced ..., AGI, Audiencia
de Guadalajara, 66-6-17.
91.
Mecham: Francisco de Ibarra, Cap. IV, pp. 101-133. Para el punto que aqu
nos interesa vase p. 112.
92.
93.
192
94.
Juan de Ibarra: Memorial del licenciado..., agi, Audiencia de Guadalajara, 1-1-1/20; Amador: Bosquejo histricos, Vol. I, p. 217; Mecham: Francisco
de Ibarra, p. 112.
95.
96.
97.
Ibid., p. 572; Amador: Bosquejo (Ed. 1892), Vol. I, p. 201; Beaumont: Crnica (Ed. 1874), Vol. V, p. 481. Para la fecha de la visita de Morones a
Jocotln vase: Parry: The Audiencia of New Galicia ..., pp. 74-75.
98.
99.
100. Tello: Crnica, p. 573. Las minas de las Nieves se poblaron el 5 de agosto
de 1564; en 1559 se haban poblado las de Avino y en fechas muy anteriores a esta ltima, aunque no precisadas las de Chalchihuites, los ranchos
Valle de Schil y Sombrerete. Vase la Relacin de San Martn ..., passim.
101. Tello: Crnica, p. 578. Sobre Francisco de Sosa vase: Diego de Colio: El
alcalde mayor... al Consejo de Indias, minas de San Martn, 15 de febrero
de 1570. agi, Audiencia de Guadalajara, 67-1-18. Citado por Mecham:
Francisco de Ibarra, p. 86.
102. Tello: Crnica, p. 579.
103. Ibid., p. 580.
104. Ibid., p. 581. La oposicin del grupo encabezado por Martn de Gamn a
Diego Garca de Colio se confirma con la Carta de Diego al Consejo de
Indias de 15 de abril de 1570, agi, Audiencia de Guadalajara, 67-1-18.
105. Tello: Crnica, p. 583.
106. Ibid., p. 585.
193
107. En todo lo referente a Francisco de Ibarra hemos venido siguiendo la narracin del padre Tello, pero recomendamos ver Mecham: Francisco de
Ibarra, Cap. iv, pp. 101-120; Saravia: La Conquista, pp. 112 y 138; y, muy
particularmente, Baltasar de Obregn: Historia, Caps. VI, VII y VIII, pp. 45-
60. Se puede tambin consultar con fruto a Mota Padilla: Historia, Cap. XLI,
pp. 107-210.
108. Diego de Colio: El alcalde mayor (de las minas de San Martn) de la Nueva
Galicia, ... , al Consejo de Indias, Minas de San Martn, 15 de febrero de
1570, AGI, Audiencia de Guadalajara, 67-1-18. Comentado por Mecham:
115. Proceso contra Juan Gmez, mencionado en la nota 112, la cita est en
p. 94.
116. Proceso contra Antonio Sosa, vecino de Jocotln, por blasfemo, AGN, Inquisicin, Vol. XIX, Exp. 12. Registrado por Alfonso Toro: Los judos en la
Nueva Espaa, p. 148.
117. Archivo de la Catedral de Zacatecas: Libro primero de Cofradas, f. 5.
118. Ibid., f. 4v.
119. En 1572 era hermano de la Cofrada del Santsimo, en la ciudad de Zacatecas, Alonso de Mesa el Mozo (Libro primero de Cofradas, f. 1v), quien
en 1577 figura como tutor de los hijos de Juan de Tolosa (Pleito de mi-
194
neros, f. 26); en 1604 era vecino del valle de San Juan del Ro (Durango)
un Alonso de Mesa (Gallegos: Durango colonial, p. 199); en 1571 viva en
Zacatecas un herrero llamado Andrs de Mesa (Libro primero de Cofradas,
f. 1v.) fue tambin vecino de Zacatecas Esteban de Mesa (Ibid., f. 23); en
1558 viva en Avino, Gaspar de Mesa que tal vez sea el mismo quien en
1604 era dueo de una estancia de ganado mayor en el valle de San Juan
122. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, pp. 80 y 84.
123. Martn Lpez de Ibarra: Probanza que va ante Su Majestad, hecha de pedimento de... tesorero en la gobernacin de la Nueva Vizcaya, sobre la calidad y mritos de su persona y servicios que ha hecho a Su Majestad, ante el
Ilustrsimo seor gobernador Francisco de Ibarra. Guadalajara, 6 de febrero
de 1570, AGI, Audiencia de Guadalajara, 46. Documento indito del que
hay microfilm en la Biblioteca del Instituto Tecnolgico de Monterrey.
124. Documento del Parral, f. 8v.
125. Ibid.
126. Carta del doctor Orozco a Su Majestad, Guadalajara, 26 de noviembre
de 1578, AGI, Audiencia de Guadalajara, Leg. 6. La publica ntegra Vito
Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, pp. 414-418;
la cita est tomada de la p. 416.
127. Powell: Soldiers, Indians and Silver, p. 118. Ver tambin nota 51 al Cap. VI
de esa obra.
128. Documento del Parral, f. 8v.
129. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 44.
130. Ibid. (Ed. 1909), pp. 78-79.
131. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 142.
195
196
Tamaulipas en los siglos XVI y XVII, Mxico, 1944, pp. 33-48; Goldman: The
Tragic Square of Don Luis de Carvajal y de la Cueva en The Historian, otoo
de 1946; Lewin: Mrtires y conquistadores judos en la Amrica Hispana,
Buenos Aires, 1954.
144. Carvajal: Autodefensa en Toro: Los judos ..., p. 338.
145. Para esta afirmacin nos apoyamos en las fechas que logramos fijar a base
de la Autobiografa.
146. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., segunda serie, Vol. XIV,
p. 261.
147. Ibid., p. 261.
148. Ibid., p. 288.
149. Paso y Troncoso: Epistolario, Vol. x, p. 225, # 596.
150. Carvajal: Autodefensa en Toro: Los judos ..., p. 338.
151. Diligencias de Luis de Carvajal en Tampico sobre la prisin de los ingleses,
Tampico, 15 de octubre de 1568, agi, Est. 2, Caj. 5, Leg. 1/20, Doc. 12/4,
citado por Martnez del Ro: La aventura ..., p. 262.
152. Philips: Narracin, p. 177.
153. Torquemada: Monarqua, Vol. I, pp. 640-642; Primo Feliciano Velzquez:
Coleccin de documentos ... SLP, pp. XXXVI-XXXIX.
154. Ibid.
155. Carvajal: Autodefensa en Toro: Los judos ..., p. 339.
156. Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. I, p. 314.
157. Fue en el ao de 1573. Ver Chilton: A notable discourse... en Hakluyt: The
Principal Navigations ... (Ed. 1589).
158. Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. I, p. 314.
159. Ibid., p. 316. Ver adems la nota 157 del captulo II.
160. Vito Alessio Robles: Alberto del Canto, Luis de Carvajal y Diego de
Montemayor en la revista Actividad, Monterrey, 15 de diciembre de 1942,
p. 12: hemos podido hallar que en 1572 (Diego de Montemayor) era vecino
de Mazapil.
161. Ver nota 157 del captulo II.
162. Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. I, p. 316.
163. Ver nota 157 del captulo II.
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223. Estancia de San Francisco, fundada por Gaspar Castao de Sosa en 1583,
probablemente. Repoblada por Diego de Montemayor. Fue despus propiedad de Jos de Trevio, quien la vendi a sus sobrinos..., Cavazos: Historia
de Nuevo Len ..., p. 44 (nota 6).
224. Una detallada narracin, sacada del proceso contra Carvajal, se puede
ver en Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. I, pp.
330-333.
225. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), pp. 96-98.
226. El ao tuvimos que deducirlo, porque no aparece consignado en el documento; afortunadamente el escribano tuvo la feliz ocurrencia de anotar:
domingo veinte y dos das del mes de mayo, entre las once y las doce de
medioda... y as nos fue fcil encontrar en qu ao el da 22 de mayo cay
en domingo, y este fue el de 1588.
227. Acta del traslado de la real caja a la Villa de Almadn, Almadn, 22 de
mayo de 1588, en Documento del Parral, f. 30.
228. Ver nota 221 de este captulo.
229. Carvajal: Autodefensa en Toro: Los judos ..., p. 333.
230. Ibid., pp. 333-334.
231. Segundo proceso contra Luis de Carvajal el Mozo, AGN, Inquisicin, Vol.
1489. (Coleccin Rivapalacio, Vol. XIV). Publicado en Procesos de Luis de
Carvajal el Mozo, Mxico, 1935. (Publicaciones del AGN, 28), pp. 468-469.
232. ...le haban echado de menos en la villa (de la Cueva) y su to, enviando
un soldado a la ciudad (de Len) que estaba all media legua... Carvajal el
Mozo: Autobiografa en Procesos, p. 466.
233. Cronolgicamente aqu es donde colocamos el matrimonio de Alberto del
Canto con doa Estefana de Montemayor. Creemos que una de las condiciones que puso Carvajal a Diego de Montemayor para reponerlo en el
puesto de su lugarteniente en la ciudad de Len y villas de San Luis y de la
Cueva, fue que hiciese las paces con Alberto del Canto mediante el dicho
matrimonio.
234. Carvajal: Autodefensa en Toro: Los judos ..., p. 343.
235. Ibid., p. 335.
236. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), pp. 76-77.
202
203
250. Es otro error constante decir que el virrey comision al capitn Morlete para
tomar preso a Carvajal en las minas de Almadn; el comisionado fue el
capitn Alonso Lpez, Morlete, slo lo acompa como gua.
251. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1961), pp. 54-55.
252. Las cartas mencionadas son de las siguientes fechas: 8 de octubre de 1590,
28 de febrero de 1592, 10 de marzo y 25 de junio del mismo ao. Se encuentran en el AGI, Audiencia de Mxico, 58-3-11. Microfilm en la Biblioteca del Instituto Tecnolgico de Monterrey. Hay copia de ellas en la Biblioteca
Nacional de Madrid, ms. 3636. En el mismo legajo del AGI, se encuentra
una carta de Castao de Sosa al virrey sobre sus mritos y servicios, de
fecha 27 de julio de 1591. Vanse tambin los Advertimientos de Villamanrique, de 14 de febrero de 1590, en ellos hay datos muy interesantes.
253. Carta de don Luis de Velasco II a Su Majestad, 8 de octubre de 1590, AGI,
Audiencia de Mxico, 58-3-11. Microfilm en la Biblioteca del Instituto Tecnolgico de Monterrey. Comentada por Powell: Soldiers, Indians and Silver,
pp. 193-194 y por Zavala: Los esclavos indios, pp. 209-210.
254. Nota al final del documento citado en la nota anterior.
255. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1961), pp. 55-56.
256. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, pp. 191-261;
Schroeder: A Colony in the move, 1965.
257. Ibid., passim; Lomas y Colmenares: Asiento y capitulaciones, en Pacheco
y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, p. 58.
258. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1961), pp. 56-57.
259. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, pp. 191-261; A.
de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 94.
260. Ordenanzas sobre descubrimiento nuevo y poblacin, en Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. VIII, p. 486.
261. AGI, Audiencia de Mxico, Leg. 113/n. 599. Microfilm en la Biblioteca del
Instituto Tecnolgico de Monterrey.
262. Carta de don Luis de Velasco II al Rey, AGI, Audiencia de Mxico, 58-3-11.
Citada por Zavala: Los esclavos indios ..., p. 211.
263. AGI, Audiencia de Guadalajara, 87-5-1, en Hackett: Historial Documents
Relating ..., Vol. i, p. 219.
204
264. El Consejo al Rey, 25 de abril de 1596, AGI, Indiferente General, 140-738 o agi, Indiferente general, leg. 744. Publicado en espaol y en ingls por
Hackett: Historial Documents Relating ..., Vol. i, pp. 298-303, (La cita en la p.
300), y slo en ingls por Hammond: Oate, Vol. I, p. 90.
205
280. Ibid.
281. Ibid., p. 82.
282. Acta de fundacin.
283. Ibid.
284. Ver notas 83 y 84 de este captulo.
285. Acta de fundacin.
286. Bernardo de Vargas Machuca: Milicia y descripcin de las Indias (Ed. 1599),
pp. 105-118. Como apoyo y complemento vanse las Ordenanzas de descubrimiento nuevo y poblacin, 1573 en Pacheco y Crdenas: Coleccin de
documentos ..., Vol. VIII, pp. 484-537 o Vol. XVI, pp. 142-187.
287. El nmero XLIII de dichas Ordenanzas dice en lo conducente: de manera que si hubiere de ser ciudad metropolitana, tenga un juez con ttulo
o nombre de adelantado o gobernador, o alcalde mayor, o corregidor, o
alcalde ordinario que tengan la jurisdiccin in solidum, y juntamente con
el regimiento. Tenga la administracin de la repblica tres oficiales de la
hacienda real, doce regidores, dos jueces ejecutores, dos jurados de cada
parroquia, un procurador general, un mayordomo, un escribano de consejo,
dos escribanos pblicos, uno de minas y registros, un pregonero mayor, un
corredor de lonja, dos porteros, etc. en la p. 501 del Vol. VIII de Pacheco y
Crdenas: Coleccin de documentos ....
288. Acta de fundacin (Ed. 1897), pp. 24 y 25.
289. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. VIII, pp. 484-537.
290. Advertimientos generales del marqus de Villamanrique a don Luis de Velasco II, Tezcoco, 14 de febrero de 1590, en Advertimientos generales que
los virreyes dejaron a sus sucesores, publicados por France V. Scholes y
Eleonor B. Adams. Vase tambin Powell: Soldiers, Indians and Silver, pp.
181-185.
291. Vase el magnfico trabajo de Norman F. Martin: Los vagabundos en la
Nueva Espaa, Siglo XVI, Mxico, 1957.
292. Visita general hecha por el licenciado Hernn Martnez de la Marcha,
Zacatecas, abril de 1550, AGI, Nueva Galicia, 66-5-14. Citada por Mecham: Francisco de Ibarra and Nueva Vizcaya, pp. 50-51.
293. Arlegui: Crnica (Ed. 1851), pp. 17 y 40.
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209
popular absurda e inexistente, Charles K. Landis public en 1894 su panfleto anticatlico y antihispnico: Carvajal, the Jew,3 del cual nos ocupamos en el prrafo (4) del apartado (a) de nuestro captulo III. En 1896
Alexander Kohut4 insisti en el tema, presentando a Carvajal como un
hroe de la humanidad y un mrtir del judasmo; todava en 1903 vuelve
al tema.5 En 1905 don Jos Toribio Medina6 copia a Rivapalacio y, lamentablemente, confunde a Luis Carvajal y de la Cueva con Luis de Carvajal
el Mozo. Pero, quien en realidad vino a agitar el agua y a dar carcter
popular al problema, fue Vito Alessio Robles en 1933, con un artculo que
se public en varios peridicos tanto de la capital como de las ciudades
de provincia en Monterrey lo public El Porvenir y que se intitulaba
La judera en Monterrey donde llega a decir don Vito: Con motivo de
las persecuciones desencadenadas por Hitler en contra de los judos de
Alemania, resulta interesante exhumar en estos momentos algunos datos
relacionados con la judera establecida en el lugar que ahora se llama
Monterrey, en la penltima dcada del siglo XVI. sta fue la ms numerosa
y la ms bien organizada de la Nueva Espaa y se pregunta: Quisieron Carvajal y los suyos hacer en grande un ensayo de colonizacin juda
para huir de la intransigencia religiosa europea y dedicarse con toda libertad a las prcticas de la ley mosaica, anticipndose as a lo que hicieron cuarenta aos ms tarde los peregrinos del Mayflower? Soaron
los judos alentadores de tan magna empresa labrarse una nueva patria,
formando un reino independiente de Espaa? y termina el artculo reconstruyendo las prcticas y las liturgias mosaicas de la antigua judera
de Monterrey. Oigamos la romntica y fantasiosa reconstruccin de don
Vito: En el naciente burgo, formado con casas de materiales endebles,
cabe el abundoso manantial de Santa Luca, en la depresin del extenso
valle surcado por el torrente de Las Palmas y admirablemente enmarcado
por el Cerro de la Silla, con sus bizarras jibas; por la majestuosa Sierra
Madre Oriental, de formas caprichosas y cortadas a pico, y por la imponente Serrana de las Mitras, con sus sombreretes erguidos que semejan
tocados episcopales; en aquel hermoso escenario, gentes laboriosas, enrgicas y tenaces, creyndose al abrigo de enconadas persecuciones contra
la hertica pravedad, guardaban unciosa y rgidamente la ley de Moiss y esperaban al Mesas prometido; all se guardaban los sbados; all,
211
cisca Nez, natural de Mogadouro, donde se casaron y avecindaron, pasando despus a vivir a Benavente, donde ambos murieron. (I: 279; II: 13).
Los hermanos de Gaspar de Carvajal, tos paternos de Luis Carvajal y
de la Cueva, fueron:
Juan de Carvajal, hombre de armas hacia Len. (I: 279).
Melchor Vzquez, que vivi casado en Mirandela, cerca de Mogadouro. (I: 279).
Isabel Nez, casada con Enrique Pimentel, padres de Luis Pimentel,
mozo soltero que vino a la Nueva Espaa en la urca de su primo el gobernador y que muri en el Nuevo Reino de Len a manos de los indios.
(I: 219, 279 y 292).
Leonor de Carvajal, esposa de Fernn Lpez, vecinos de Medina del
Campo ella estuvo presa en la Inquisicin de Valladolid por judaizante
fueron padres de Catalina Lpez y de Leonor Rodrguez. (II: 364 y 376).
Catalina Lpez, natural de Medina del Campo, cas en Benavente con
un Fulano de Len y fueron padres de Luis Lpez, que en 1590 viva en
Benavente muy bien casado (II: 256 y 365) y de Mara de Len que cas
en Benavente con su primo hermano Fernn Lpez. (II: 258).
Leonor Rodrguez, de cuyo esposo ignoramos el nombre, fue madre
de Francisco Lpez, gran contador en 1590 se menciona un Francisco
Lpez, fraile descalzo ser el mismo? y de Antonio Lpez, que fue tesorero del conde de Benavente. En 1596 Leonor era viuda y se haba ido
a vivir (a Burdeos) como juda y sus tres hijos buenos y ricos vivan en
Portugal, aunque aclara Luis el Mozo en su proceso ...es cifra entre este
216
y su hermano (Baltasar), cuando quieren avisar que uno se pas a una judera, decir que est en Portugal. Esta familia estaba emparentada en grado
muy cercano, que no hemos podido determinar, con Francisco Rodrguez
de Matos, cuado de Luis Carvajal y de la Cueva. (II: 121, 256, 258, 365 y
440). Un Francisco Lpez, mozo, soltero, tal vez hijo del gran contador,
vino en la urca de Carvajal y en 1589 viva en la Ciudad de Mxico muy
relacionado con los Carvajales (I: 293). Sera este fraile descalzo en
1590? No es absurdo pensar que el misterioso beato Gregorio Lpez haya
pertenecido a esta familia, baste recordar sus mltiples relaciones con
judaizantes y alumbrados, las constantes sospechas de que judaizaba y,
sobre todo, que este misterioso personaje vivi algn tiempo en una de las
estancias de ganado que tena Luis Carvajal en Tanquin, en la Huasteca,
as como las declaraciones de Luis de Carvajal el Mozo, quien en varias
ocasiones lo visit en su retiro, tanto en Huastepec como en Santa Fe y
recibi de l consejos y entraables confidencias. (II: 121, 151, 152, 157,
311, 322 y 375).
Los hermanos de Catalina de Len, tos maternos de Luis Carvajal y de
la Cueva, fueron:
Francisco Jorge de Andrada, que fue en la Guinea factor y capitn general por el rey de Portugal, que despus fue fraile agustino en San Agustn
de Mxico y se llam fray Francisco de Andrada. (I: 279; II: 364). Es importante sealar que entre los frailes agustinos que vinieron a la Nueva
Espaa en los siglos XVI y XVII, son muy numerosos los portugueses o los
nacidos en la Raya de Portugal el antiguo reino de Len. Francisco Jorge
de Andrada fue padre de Francisco Jorge, vecino y casado en la villa de
Benavente y que vino a la Nueva Espaa con Carvajal; en 1588 viva en
Tasco como criado de Hctor de Fonseca, el cual Francisco Jorge es tuerto de un ojo: en 1596, segn declaracin de Luis el Mozo, se encontraba
en Guinea. (II: 315 y 376).
Jorge de Len Andrada, que vivi en los Cortijos (sic por Cortissos)
entre Mirandela y Mogadouro y que tuvo las carniceras de Valladolid.
(I: 279; II: 364).
Antonio de Len, mozo soltero que muri en manos de franceses yendo de Indias a Espaa. (I: 279).
217
Isabel de Len, casada con un Fulano Mrquez, (I: 292) y fueron padres de:
Ginebra de Len, viuda, que, vino de Espaa en el navo de Carvajal
acompaando a su hermana Catalina, con quien vivi, primero en Pnuco
y despus en la Ciudad de Mxico (I: 264 y 292).
Jorge de Len, mozo soltero, vino en la urca de su primo el gobernador y pas con l a la conquista del Nuevo Reino de Len en el oficio de
contador, fue su apoderado en la Ciudad de Mxico para la presentacin
de la real cdula de 14 de junio de 1579, que citamos atrs. En 1586, en
Pnuco, trat de casarse con doa Mariana Nez de Carvajal, hija de
su prima hermana doa Francisca, matrimonio que no lleg a realizarse.
(I: 292 y 298)23. El 27 de junio de 1595 don Luis de Velasco II nombraba
capitanes en el pueblo de Tamaholipa (sic) que estuvo mucho tiempo a
cargo de Luis Carvajal y de la Cueva y con cuyos indios hizo ste la guerra de Tamapache24 a algunos de los indios principales, entre los que
figuran don Jorge de Len, indudablemente ahijado de su homnimo, y
don Diego de la Cueva, que lleva el segundo apellido del gobernador del
Nuevo Reino de Len.25
Diego Mrquez de Andrada, mozo soltero que vino tambin en la urca
de Carvajal y pas a vivir a la Ciudad de Mxico con su hermana doa
Catalina; en abril de 1589 se encontraba en Veracruz. (I: 227 y 292; II: 25).
Duarte de Len, que vino tambin a Pnuco en la urca de su primo el
gobernador, pronto pas a vivir a la Ciudad de Mxico donde residi hasta el ao de 1584 en que sali acompaando al licenciado Manuel de Morales; posiblemente se qued en La Habana donde en 1590, lo encontr
su sobrino Baltasar Rodrguez; ya en 1596 viva en Lisboa o en Cartagena
de Indias. (II: 257, 364 y 376).
Catalina de Len, natural de Medina del Campo, esposa de Gonzalo
Prez Ferro, natural de villa Flor, en Portugal; vinieron en la urca de Carvajal y, despus de vivir una corta temporada en Pnuco, se establecieron
218
de Jernimo Ruiz de la Mota, creemos que tambin aqu se trata del famoso conquistador ya que l y Ruiz de la Mota fueron amigos y compaeros
inseparables desde la juventud, y juntos vinieron a las Indias en el ao de
1520.29
Domingo de Carvajal, que muri (en plena juventud) en Medina del
Campo (en 1562 o 1563), religioso en la Compaa (a la que ingres muy
mozo). (I: 279 y 321).
Francisca Nez de Carvajal, nacida en Benavente en 1540, a la edad
de dos o tres aos sali de la casa paterna para ir a vivir con una ta
(Isabel Nez, la esposa de Enrique Pimentel?) a un lugar situado a ocho
leguas de Mogadouro (Mirandela?), de all fue a Lisboa, donde se educ
y permaneci hasta poco antes de su matrimonio con su prximo pariente
Francisco Rodrguez de Matos, que tuvo lugar en una aldea muy cercana
a Mogadouro, llamada Carvalhas Carvalhas en portugus es lo mismo
que Carvajales en espaol el ao de 1549, cuando doa Catalina haba
cumplido apenas los nueve aos de edad. (I: 268, 279 y 322; II: 9 y 211).
Francisco Rodrguez de Matos era natural de Balderas, cuatro leguas
de Benavente, pero sus padres y abuelos eran naturales de Mogadouro;
fue mercader y diezmero y sirvi muchos aos al conde de Benavente; l
y su esposa se avecindaron en Benavente hasta el ao de 1576 en que
pasaron a vivir a Medina del Campo; all los recogi Carvajal y, acompaados de su numerosa prole, se vinieron con l a la Nueva Espaa, cuando
estaban a punto de salir rumbo a Francia, llamados por Diego Rodrguez,
hermano mayor de Francisco, que all estaba radicado. Se avecindaron en
Pnuco y Francisco Rodrguez de Matos acompa a su cuado a la conquista del Nuevo Reino de Len y a la guerra de Tamapache; en septiembre
de 1583, por orden del gobernador y como su teniente, levant una informacin testimonial falsa, siendo testigos los soldados de Carvajal, en el
pleito que ste segua contra Francisco Barrn y el fiscal de la Real Audiencia
de Mxico;30 toda la primera mitad del ao de 1584 la ocup en repetidos
viajes a la Ciudad de Mxico, siguiendo el camino Saltillo-Mazapil-Zacatecas, acompaado de su hijo Luis, conduciendo colleras de esclavos indios,
tanto de los que se haban hecho en la guerra de Tamapache, como de
los que se cazaban en el Nuevo Reino de Len; en uno de estos viajes a
mediados del ao, estando en la Ciudad de Mxico, en casa de Gonzalo
220
el Mozo) la sucesin en el gobierno, y al otro (Baltasar) el oficio de contador del Nuevo Reino de Len, que le haba dado. Tenemos una magnfica descripcin de Baltasar, hecha por su hermano Luis en mayo de 1589:
De buen cuerpo, blanco de rostro, la barba entre rubia, carilargo, con
ropilla y calzones de mezclilla verdosa y azul y capa aguadera azul... y un
sombrero de fieltro negro de falda ancha y una espada... Baltasar y Miguelico, el ms pequeo de los hermanos varones, fueron los nicos que
lograron escapar de la Inquisicin, huyendo a Espaa y de all a la Europa
oriental; en 1595 estaban en Roma y pasaron despus a Salnica, donde Baltasar tom el nombre de David Lumbroso y Miguel el de Abraham
Lumbroso y fueron grandes rabinos; es muy probable que el famoso
antroplogo y criminalista italiano, Csar Lombroso, sea descendiente
de alguno de los dos hermanos. (I: 52, 224, 283 y 292; II: 22, 234, 251
y 259).
Luis de Carvajal el Mozo, el ms conocido y el que ms fama alcanz
de todos los Carvajales, incluyendo a su to el gobernador; sobre l existe una abundante bibliografa.31 Luis naci en Benavente en 1565, all
inici sus estudios de latinidad y los continu en Medina del Campo; vino
con sus padres a la Nueva Espaa, vivi en Pnuco y entr con su to al
Nuevo Reino de Len, del que fue tesorero y teniente de gobernador; al
despoblarse el reino, pas a vivir con su familia a la Ciudad de Mxico y
de all a las minas de Tasco al amparo de sus cuados; en mayo de 1589
se le describe en su proceso como un mozo blanco de rostro que comienza a barbar, carilargo, con la ropilla y calzones de mezclilla verdosa
y azul, mediano de cuerpo. Estas descripciones de los dos hermanos nos
hacen pensar en los jvenes que retrat el Greco en el Entierramiento
del conde de Orgaz. La fama de Luis el Mozo se debe a sus dos procesos
inquisitoriales, muy especialmente al segundo, a travs del cual se nos
presenta como confesor y mrtir de la Ley de Moiss, como un erudito
en las Sagradas Escrituras, gran latinista, poeta y escritor de singular
estilo, como apasionado y fervoroso creyente, como un mstico iluminado que cambi su nombre por el de Jos Lumbroso. En el auto de fe
celebrado en la Ciudad de Mxico el 8 de diciembre de 1596, Luis muri
en la hoguera haciendo profesin de fe. (I: 210, 283 y 292; II: 15-16, 22,
32, 219 y 234).
222
largusima travesa lleg la nao al puerto de Cavite, donde dio de travs, salvndose con dificultad los pasajeros y el cargamento. De Cavite
siguieron a Manila, donde el maestre, por no traer en regla sus papeles, se vio envuelto en pleitos y dificultades, despus de gastar mucho
dinero, logr licencia para seguir su viaje a Macao, con la esperanza de
resarcirse de aquellas prdidas; pero, en Macao, al igual que en Manila,
Daz de Cceres tuvo tambin serias dificultades: fue apresado, maltratado y despojado de cuanto llevaba, dejndolo enfermo y en la miseria;
se pretendi enviarlo preso a Goa, donde entonces residan las ms altas autoridades de las Indias Orientales Portuguesas. Daz de Cceres,
limando sus cadenas y escalando muros, logr huir, ocultndose en un
navo, detrs del altar de la capilla, donde un amigo que viajaba en dicho navo, le llevaba secretamente de comer; ya en alta mar, despus de
muchos das de aquella penosa vida, Daz de Cceres, creyndose fuera
de peligro, sali de su escondite, pero los tripulantes, indignados contra
el polizn, se le echaron encima, lo maltrataron y lo encadenaron y as,
despus de otras muchas desventuras, volvi a Manila. No sabemos por
qu el gobernador, con mucha saa, volvi a aprehenderlo y estuvo a
punto de condenarlo a muerte. Qu ocurri despus? La increble habilidad del mercader acab por triunfar y la nao Nuestra Seora de la
Concepcin, puesta de nuevo a flote y abarrotada de ricas mercancas
y trayendo como su maestre a Antonio Daz de Cceres, sali de Manila
rumbo a Acapulco el 8 de julio de 1592, entrando al puerto el 24 de noviembre de ese ao. En Acapulco, aunque en menor grado, se repitieron
los problemas y dificultades, las autoridades del puerto lo aprehendieron y
le confiscaron barco y cargamento, cuando l se estaba preparando para
seguir viaje al Per; siguiendo sus pleitos y constantemente vigilado por la
Inquisicin, tuvo que permanecer largo tiempo en Acapulco, cuando al fin
regres a la Ciudad de Mxico fue encerrado en la crcel de corte como
una consecuencia de sus problemas con las autoridades de Acapulco y
al fin logr su libertad, pero no por mucho tiempo, el 26 de septiembre
de 1597, estando preso en las crceles secretas de la Inquisicin, se le
dio tormento y en 1601 sali reconciliado. No le vali a Antonio Daz
de Cceres el fingir ser un buen catlico, al grado de que sus parientes
polticos lo vean como un renegado. De su matrimonio con doa Cata225
tiana vieja, ello no importaba y que lo mejor sera que todos los parientes
llegasen a formar una judera en que se guardase la Ley de Israel. Aqu
vemos claramente explicada la constante tendencia endogmica que se
manifiesta en los criptojudos. Doa Mariana dio palabra de matrimonio
a Hctor de Fonseca, pero Jorge de Almeida no renunciaba a su proyecto
de matrimonio con las dos hermanas y lleg a desafiar a su hermano
quien, temeroso del carcter violento e iracundo de Almeida, renunci
al matrimonio ya concertado y devolvi a doa Mariana la palabra de
casamiento. Esta serie de contratiempos sentimentales acentuaron las extravagancias y rarezas de doa Mariana, y la prisin, y el tormento inquisitoriales acabaron por abatir su ya trastornada razn y vivi loca por varios
aos recibiendo los ms crueles tratamientos: encerrada en un cuarto, encadenada, completamente desnuda, atacada de locura furiosa en largas
temporadas, seguidas por otras de profunda y negra melancola. El 25 de
marzo de 1601, a la edad de 29 aos, fue relajada en persona, se le dio
garrote y su cuerpo ardi en la hoguera hasta consumirse.33
Leonor de Andrada, naci en Benavente en 1574 y cas en Pnuco a
principios de febrero de 1586, antes de cumplir los doce aos de edad,
con Jorge de Almeida, natural de Bisseo, en Portugal. Almeida ha de haber nacido por 1555, hijo de Felipa de Fonseca y de Miguel Hernndez
hermano de Francisco Rodrguez, llamado tambin Hctor de Fonseca,
casado con Juana Nez de la Torre; tanto Felipa como sus hijos eran
naturales de Bisseo, en Portugal. Almeida es un pueblecillo portugus en
la frontera con Espaa, cercano a Bisseo y casi en el mismo paralelo geogrfico; hay otro Almeida en Espaa, muy interesante para nosotros, que
est en tierras de Syago; creemos que Fonseca es el nombre de otro
pueblecillo portugus de la misma regin, que no hemos localizado en
los mapas. Los Fonsecas o Almeidas se haban establecido en la judera portuguesa de Ferrara, de donde vinieron todos a la Nueva Espaa
el ao de 1564. A Jorge de Almeida se le describe como hombre de
mediana estatura, de color moreno, con una cicatriz en la cara y varios
manchones de calvicie en la cabeza, como cicatrices de lceras antiguas;
pero, adems de feo, era hombre cruel y desalmado. Esta crueldad y
dureza de carcter parece ser muy frecuente en el grupo de criptojudos
que venimos estudiando: ya en un pargrafo anterior nos referimos a Luis
227
chorro, hombre joven, que haba estado ausente (de Mxico) desde hace
dos aos... que viva en casa de Simn Bez Sevilla... Ser ste el nieto
de doa Ana de Len?38 Doa Ana fue comadre de Toms Trevio de
Sobremonte. En marzo de 1647 viva en la Ciudad de Mxico y uno de
los testigos en el proceso contra Trevio de Sobremonte hace esta desconcertante declaracin: ...una corcovada... que es hija de portugueses
y tiene un hermano fraile dominico (fray Gaspar de Carvajal) y se cri en
casa de doa Ana de Len y hoy es casada...39 La corcovada no puede ser otra que doa Ana de Carvajal. Vivira en Mxico otra Ana de
Len, parienta cercana de los Carvajales? No ser doa Mariana de
Len, madre del notable cronista Alonso de Len, casada con Lorenzo Prez? Lo creemos muy posible porque Alonso de Len naci en la
Ciudad de Mxico en 1608 y en 1601 Anica haba quedado completamente desamparada. Doa Ana de Carvajal o de Len, fue relajada
en persona en 1649, a la edad de 70 aos, con la circunstancia de
que desde nia padeci una terrible enfermedad: padeca de un cncer
en el pecho, tan profundo, que casi se le vean las entraas. Sera muy interesante, y no muy difcil, seguir la pista de esta familia hasta el presente.
(I: 228 y 292; II: 14 y 119).
Luis Carvajal y de la Cueva cas en Sevilla, en 1567, con doa Guiomar de Rivera, natural de Lisboa y vecina de Sevilla hasta su muerte,
ocurrida a mediados de 1583; doa Guiomar fue hija de Miguel
Nez, que fue en la isla de Santo Domingo factor de la contratacin
de negros que all hubo, por el rey de Portugal, en cierto asiento que hizo,
esposo de Blanca Rodrguez, vecinos que fueron de Lisboa de donde salieron a vivir a Sevilla y all muri Miguel Nez (a principios de 1580). (I:
280).
Los hermanos de doa Guiomar fueron:
Nuo lvarez de Rivera, natural de Lisboa y uno de los ms importantes mercaderes de Sevilla, de los que controlaban el comercio con las
Indias.40 (I: 248).
Isabel de Rivera o Isabel Nez, natural de Lisboa y vecina de Sevilla,
soltera en 1580 en que vino en la urca de su cuado el gobernador. (I: 264).
Francisca Nez Viciosa, hija bastarda de Miguel Nez, natural de
Ciudad Rodrigo y que a fines de 1579 cas en Sevilla con el escribano
230
la dicha nao, para que cobre al citado maestre el sueldo que el otorgante
ha ganado durante el tornaviaje desde la dicha provincia.49 Al hacer la
crtica de estos datos encontramos serias dificultades para aceptarlos y ya
los habamos rechazado: en los procesos inquisitoriales seguidos contra
Luis Carvajal y de la Cueva y su sobrino Luis de Carvajal el Mozo, se habla
de una urca y nuestro primer documento se refiere a una zabra, dos tipos
de embarcacin no slo diferentes, sino contrastadas; el Diccionario de
Alamany define la urca: Embarcacin grande, ancha por el centro, y que
sirve para el transporte de granos y otros gneros; el mismo diccionario
dice de la zabra: Del rabe zurac, embarcacin pequea. Buque de dos
palos, de cruz, que se usaba en los mares de Vizcaya; y el Diccionario
de Autoridades al hablar de la urca dice: Embarcacin, o barco grande, muy ancho de buque por en medio de l ... Y define la zabra como
una especie de fragata pequea. En resumen, segn las definiciones
citadas, la urca era una embarcacin grande, redonda, lenta y pesada y
la zabra una embarcacin pequea, ligera y maniobrable; no se poda
confundir a la una con la otra; pero, el Diccionario de Terreros, despus
de definir la urca como los otros diccionarios, aade: Otros toman la
urca por una nave pequea, y le dan el latn parvum navigium, acepcin
que viene a resolver nuestro problema; en esta segunda acepcin urca y
zabra pueden ser sinnimos, los Carvajales al decir urca se referan a una
nave pequea, a la zabra del documento notarial. Quedaba la dificultad
de que dicho documento menciona a Melchor de los Reyes Tierravieja y
no a Pedro Snchez, como comprador de la Santa Catalina; aunque
este problema no lo hemos podido resolver documentalmente, no nos
preocupa demasiado porque pudieron ocurrir varias cosas: que De los
Reyes Tierravieja vendiese a su vez a Pedro Snchez y que la escritura de
esta compraventa nos sea desconocida; o bien, lo que creemos ms probable, que De los Reyes arrendase a Pedro Snchez la nao o lo nombrase
maestre de ella o que Carvajal fuese el arrendador y que Pedro Snchez
hubiese venido contratado por l; por ltimo, que De los Reyes y Snchez
fueran compaeros, es decir, socios en la propiedad de la Santa Catalina, bajo el molde medieval de las comendas en que uno o varios de
los socios ponan las naos o el capital y otro se lanzaba al mar sin aportar
fondos o con menos de una tercera parte del capital.50 Repetimos que
234
(?), Luis Pimentel, Alonso Rodrguez (?), Baltasar Rodrguez, Diego Rodr-
guez, Francisco Rodrguez, Francisco Rodrguez de Matos, Hernn Rodrguez de Matos, Isabel Rodrguez de Carvajal, Mara Rodrguez, Mariana
Rodrguez de Carvajal, Miguel Rodrguez de Carvajal, Diego Ruiz (sic) de
Rivera (?) y dos negras esclavas de doa Francisca Nez de Carvajal,
Catalina que acompa a la familia en Pnuco, Mxico y Tasco y que,
posiblemente, fue all vendida a Felipe de Fonseca, en cuya casa viva en
1589; y Clara quien ya para 1589 viva en Huaxutla (sic) con Juanes de
Urrbarri.60 Estas esclavas, de acuerdo con las costumbres de la poca,
debemos contarlas dentro del grupo familiar. De los 103 pasajeros sin
contar los diez miembros de la tripulacin de la Santa Catalina 36 de
ellos pertenecan al grupo familiar de los Carvajales, es decir el 35 por
ciento, y es muy probable que algunos otros tambin lo fuesen.
De los 67 restantes hemos podido comprobar documentalmente que
pertenecen a los criptojudos portugueses o de origen portugus, los siguientes:
Francisco lvarez,61 esposo de Ins Hernndez, hermana del licenciado Manuel de Morales.
Vicente Correa y Gaspar Delgado, de quienes dice Luis el Mozo en su
proceso: Item, me dijo mi hermano Baltasar Rodrguez, que estando yo en
el Nuevo Reino, junto al Saltillo se haban declarado con l Gaspar Delgado y Vicente Correa, portugueses, criados que fueron del gobernador Luis
de Carvajal, cmo eran judos...62
Beatriz Enrquez de la Paiva, natural de Fundao, en Portugal, esposa de
Simn de Paiva y madre de Diego, Pedro y Catalina Enrquez.63
Catalina Enrquez declar el 12 de enero de 1595, ser mujer de Manuel de Lucena, mercader, vecinos de las minas de Pachuca y que (ella) es
natural de Portugal, donde son sus padres, aunque no sabe de qu pueblo
(Fundao) y que se cri en la ciudad de Sevilla y que es de edad de treinta
aos.64
Diego Enrquez, todava en 1596 permaneca soltero, haba nacido en
Sevilla por lo que lo creemos menor que su hermana Catalina, dice de
l Luis de Carvajal el Mozo: ...aunque mozo, el mayor judo que haba
en la Nueva Espaa, fue relajado en persona en 1596.65 Luis Carvajal
238
los Carvajales, nos dan un total de 77 personas, o sea que de los 103 pasajeros de la Santa Catalina el 75 por ciento era de sefarditas. No es un
disparate suponer que el resto tambin lo fuese aunque los documentos
consultados no nos lo digan.
Los pasajeros que nos falta enlistar aqu son:
Francisco de Aguilar, (a) Aguilarejo, que (por marzo de 1579) traan
a galeras por un delito que cerca de Sombrerete se cometi, de cortar la
mano a un hombre. El 12 de noviembre de 1580 Alonso Gutirrez dijo
que habr 20 das (21 o 22 de octubre) viniendo este testigo de Zacatecas, encontr en la venta de Juan Rico, 36 leguas de aqu (Mxico) al dicho
Fulano de Aguilar, su marido de la dicha Petrona (acusada de casada dos
veces), que vena de Espaa e iba en busca de dicha Petrona... el cual le
dijo cmo haba venido ora por va de Pnuco, de Espaa, con el gobernador Carvajal, y que por dineros y favor que hall en una madre suya, se
haba librado de las galeras... A Petronila Ruiz la casaron a viva fuerza
con Francisco de Aguilar sus amos Francisco de Sosa y su mujer Ins
de Tapia, declara Petronila en 1578 que podr haber cinco aos, que
estando en el valle de Schil en casa de Francisco de Sosa el Viejo, por
fuerza y contra toda mi voluntad, doa Ins de Tapia y el dicho Francisco
de Sosa me compelieron y apremiaron que me casase con Francisco de
Aguilar... e me tuvieron encerrada en un aposento e me echaron prisiones,
y me hicieron otros atemorizamientos de palabra, mediante los cuales por
miedo y por redimir la vejacin y malos tratamientos que se me hacan
en la dicha casa, contra mi voluntad me despos con el dicho Francisco
de Aguilar el cual desde quince das despus de desposada, sin causa
alguna... porque no quise consentir en el dicho matrimonio me llev a un
ro que est junto a la estancia de Juan Prez de Pia, y me quiso matar
y ahogar, y lo hiciera si no fuera por la resistencia que en mi persona
hubo, y otras personas que lo estorbaron, y dems de esto me ha hecho
muchos malos tratamientos hirindome en el rostro y en otras partes de
mi cuerpo, aporrendome, no dndome de comer, vendindome mis vestidos, por ser como es, hombre incorregible y facineroso...97 El caso de
este facineroso es muy ilustrativo; tenemos otro ejemplo de un pasajero
de la Santa Catalina que vena sin licencia ya que era fugitivo de la
justicia, adems, lo encontramos ligado con el grupo de portugueses
243
Tamholen, y que en ella, padre e hijo han servido a su costa y misin (sic),
con sus armas y caballos, sin salario, ni otro entretenimiento alguno, y que
el Domingo Martnez ha hecho oficio de alguacil mayor y factor de la real
hacienda, y dado buena cuenta de s en todos, y lo mismo parece ser la
informacin que se ha hecho de oficio, siendo vuestra majestad servido
de ocuparle en cosas de su real servicio, nos parece que tiene cualidad,
habilidad y suficiencia para hacerle merced, y lo mismo el dicho su hijo. El
licenciado Eugenio de Salazar dijo que entiende que en la persona del dicho Domingo Martnez concurren partes para que vuestra majestad le haga
merced, aunque por procesos que ha seguido como fiscal en esta Audiencia
contra el Carvajal, gobernador del Nuevo Reino de Len, parece que el dicho Carvajal, ni los que han andado en su compaa, no tienen obligado a
vuestra majestad por los servicios que all le hicieron.103 Tambin don Luis
de Velasco II lo recomienda al rey: ...un soldado que haba hecho oficio
de tesorero (sic por factor) de vuestra majestad en aquella tierra con el
gobernador Luis de Carvajal, que se llama Domingo Martnez de Cearreta,
hidalgo y de buena intencin y conocido de la gente que por all anda...104
En 27 de abril de 1589 declara Carvajal en su proceso que Domingo viva
en la Ciudad de Mxico en esa fecha.
Pedro Martnez de Cearreta, hijo del anterior; en abril de 1589 resida
en el Nuevo Reino de Len.
Primo de Domingo Martnez de Cearreta, clrigo, que pas de aqu al
Per.
Diego Martnez de Valladares, oficial de hacer campanas, vecino del
lugar de Yola (sic), dicesis de Burgos... se concierta con el ilustre seor
Luis de Carvajal y de la Cueva y gobernador y capitn general del Nuevo
Reino de Len, de las provincias de la Nueva Espaa, para poblar el dicho
reino.105
Ana de los Reyes, esposa de Diego de Madrid.106
Alonso del Ro, natural de Espinosa de los Monteros, se concert con
Carvajal para poblar el Nuevo Reino de Len el 9 de febrero de 1580 junto con Pedro Lpez de Mendoza, Alonso Garca Mendoza, Juan Jimnez
Mendoza y Pedro Rodrguez.107
Pedro Rodrguez, natural de Espinosa de los Monteros, simple homnimo del otro Pedro Rodrguez, natural de Fundao, en Portugal.108
245
Juan de Saucedo Espinosa, carpintero, natural de la Puebla de Guadalupe (Cceres), en nombre propio y en el de su mujer, se concierta con...
Carvajal... para ir a poblar el dicho reino (de Len).
Mujer de Juan de Saucedo Espinosa.
Hijo de Juan de Saucedo de Espinosa, cuyos nombres no sabe, ms
que viven (abril de 1589) en esta Ciudad de Mxico.109
Fulano de Vardales.
Mujer de Fulano de Vardales.
Hijos de Fulano de Vardales, que viven (abril de 1589) en la Ciudad
de Mxico.
d. Pobladores del Nuevo Reino de Len en la poca de Carvajal (1582-1590).
Anticipamos al lector que este importante apartado se lo ofrecemos
slo como un bosquejo que necesita ser cuidadosamente reelaborado, profundizando la investigacin hasta donde sea posible, buscando acuciosamente nuevas fuentes que permitan ampliar la nmina de pobladores as
como los datos sobre cada uno de ellos. La nmina que hasta ahora hemos
podido formar es muy incompleta y, lo que es ms importante, no tenemos
datos suficientes para agruparlos en forma clara y conveniente; pero, con
todo y eso, creemos til presentar aqu nuestro bosquejo defectuoso.
1. Pasajeros de la Santa Catalina. Empezaremos con una simple lista
Luis Olid de Biedma, cura y vicario de la villa de los Valles, que acompa a Carvajal en alguna de sus entradas al Nuevo Reino de Len. El
14 de marzo de 1584 declaraba ser de edad de 46 aos (naci en 1538) y
haber venido a la Huasteca 16 aos atrs (1568).147
Martn Ortiz, clrigo y vicario de no sabemos dnde, que anduvo con
Carvajal.148
Melchor de Paiva, soldado de Carvajal, con quien estaba el 14 de junio
de 1583 en el pueblo de Tancolol;149 creemos que es el Paiva mencionado
por Luis de Carvajal el Mozo; Item, que a un Paiva, del Saltillo, y a un
Herrera, y a un Correa, dijo de ellos que eran judos, con miedo y porque
le dejasen.150 Como decamos atrs, a este Melchor de Paiva lo creemos
pariente muy cercano de Simn de Paiva.
Andrs Palomo, nos dice Alonso de Len: Ayudaron mucho al descubrimiento de este reino y todo lo dems que hizo el gobernador, el capitn
Palomo y el capitn Agustn de la Zarza, a quienes deba el gobernador
Luis de Carvajal la mayor parte de la dicha de que gozaba...151 El 24 de
agosto de 1589 el vicario de la villa de Saltillo y el capitn Juan Morlete
acusaban a Andrs Palomo: Dio noticia asimismo, cmo un Andrs Palomo, soldado, estando junto con otros soldados en la iglesia, oyendo la
misa mayor, volviendo el dicho vicario a echar las fiestas al pueblo, reprendi a los dichos soldados porque hacan entradas y prendan los naturales
y les quitaban su libertad, sin tener comisin para ello, que mirasen que
era gran ofensa a Dios, y que a los tales no los haba de absolver, ni lo
poda hacer; el dicho Andrs Palomo dijo a los soldados que estaban junto
a l, no se os d nada, que si el vicario no nos quisiere absolver, ah est
Chimamal que nos absolvera, y el Chimamal era un indio chichimeco que
estaba ahorcado; son testigos de ello Juan Navarro y Pedro de San Juan y
Cristbal Prez y Juan Prez Chocallo, vecinos de esta villa y otras muchas
personas.152
Andrs Prez, el da 2 de mayo de 1588 firm como escribano de gobernacin del Nuevo Reino de Len el acta de la llegada de la real caja
a la villa de Almadn y el 5 de abril anterior haba firmado, con el mismo
carcter, el ttulo de teniente dado por Carvajal a Diego de Montemayor.153
En 1590 acompa a Gaspar Castao de Sosa en su expedicin a Nuevo
250
que, en la poca de Carvajal, entraron al Nuevo Reino de Len por el camino de los Zacatecas, a travs de Mazapil y Saltillo. Debemos advertir al
lector que incluiremos en esta tercera nmina a los fundadores y antiguos
pobladores de Saltillo por las siguientes razones. Primera, Carvajal usurp
esa jurisdiccin y cambi autoridades y atrajo a su bando a los vecinos;
oigamos lo que dice Alonso de Len: Pas al Saltillo, que era poblacin
ms antigua y en virtud de sus capitulaciones, por caer en la demarcacin
de su jurisdiccin (ya vimos que esto es falso), mud justicia; poniendo de
su mano las que le pareci. Vuelto con algunos vecinos del Saltillo, que a
todos los saba acariciar y atraer con su buen agasajo y proceder, pobl,
en la parte del norte del ojo de Monterrey, la villa de San Luis.170 Segunda,
ya hemos visto cmo las poblaciones fundadas (?) por Carvajal fueron efmeras; Saltillo fue el refugio de los que las despoblaban. Tercera, Carvajal
sac de Saltillo a todos los pobladores de su villa de Almadn y, parte de
estos acompaaron a Castao de Sosa a Nuevo Mxico. Por ltimo, las
doce familias que entraron con Montemayor a la fundacin de la Ciudad
Metropolitana de Nuestra Seora de Monterrey en 1596, salieron tambin
de Saltillo.
Nuestra tercera nmina es la siguiente:
Diego de Aguirre. En 1580 Francisco de Urdiola entr a las rdenes
del capitn Diego de Aguirre a combatir a los indios de guerra en la comarca de Saltillo.171
Fortunato de Aguirre, fundador de Saltillo.172
Matas de Aguirre, capitn y uno de los primeros pobladores de Saltillo.173
Ortuo de Aguirre, sastre y uno de los ms antiguos pobladores de
Saltillo.174
Fulano Alans, vecino de Saltillo desde antes de 1586.175
Catalina de Alfaro, mestiza, vecina de Saltillo desde antes del matrimonio de Alberto del Canto (1586).176
Diego Alonso, de los primeros pobladores de Saltillo.177
253
saba junto con su hija Ana Prez, de hechiceras, dice as: tambin en
esta villa estn dos mujeres, madre e hija, la una se llama Agustina de
Chabes (sic) y la hija se llama Ana Prez, y el marido y padre se llama
Juan Prez de los Ros destas dice un vecino suyo que se llama Melchor
lvarez, que en una jcara de leche que le dieron a un mozo, le hizo perder el sentido que rabiaba del corazn, hasta que con aceites y melesina
y otros socorros fue Dios servido de escaparle; a otro mozo mestizo, que
se llama Diego de la Mancha, dice tambin este dicho Melchor lvarez,
que le dieron otro bebedizo, que estuvo mucho tiempo malo y lleg a la
muerte, hasta que se fue a una estancia de vacas a tomar la leche, donde
ech dos gusanos grandes con pelo; una mestiza que se llama Catalina
de Alfaro, que est en la jurisdiccin desta villa, se vino a quejar al teniente de alcalde mayor della, que se llama Juan Navarro, diciendo que
eran hechiceras, y el dicho Juan Navarro se vino al padre guardin de
este convento a decir que tomase el padre guardin la causa e hiciese
informacin de ello...202
Alonso de Charles hijo primognito de Juan Prez de los Ros y de
Agustina de Charles. En el Nuevo Reino de Len us el nombre de Alonso
Prez.203
Bartolom de Charles, hijo segundo de Juan Prez de los Ros y de
Agustina de Charles.204
Catalina de Charles, hermana de Agustina de Charles; se la menciona
en la Memoria del descubrimiento de Gaspar Castao de Sosa: En diez
y seis del dicho... (noviembre de 1590) ...se quebr all un pie, a una venadilla mansa, que llevaba Catalina de Charles.205
Martn de Charrieta, vecino de los ms antiguos de Saltillo.206
Juan de Contreras, insignia de la expedicin de Castao de Sosa a
Nuevo Mxico, nombrado alfrez por ausencia de su hermano Francisco
Salgado.207
Baldo Corts, primer cura de Saltillo y uno de sus fundadores, propietario de tierras al sur de Saltillo, entre Buenavista y la Encantada, y de una
vasta extensin desde el valle de las Labores, hoy Ramos Arizpe, hasta
Anaelo, incluyendo la estancia de Mesillas.208 Fue dueo de minas y de
tierras en el Nuevo Reino de Len.209
256
Viejo, padres de Domingo de Morales el Mozo, uno de los primeros pobladores del Nuevo Reino de Len.264
Domingo Hernndez. En 1572 era hermano en la cofrada del Santsimo Sacramento de la ciudad de Zacatecas, un carpintero portugus
llamado Domingo Hernndez viva en la estancia de Alonso Lpez (de
Lois?, que tena su estancia en Ro Grande, Zacatecas).265 En 1590 el portugus Domingo Hernndez acompa a Castao de Sosa a Nuevo Mxico.266 En junio de 1594 era vecino de las Nieves (Nieves, Zacatecas) y el 28
de enero de 1595 era carretero de Urdiola de 7 aos a esta parte en su
estancia de Ro Grande y declara ser de 25 aos de edad y estaba casado
con Isabel de Cisneros.267 Estamos seguros que se trata de dos personas
diferentes: el carpintero casado con Isabel de Cisneros y el compaero de
Castao de Sosa.
Francisco Hernndez, que posa (en Mazapil) en la casa de Diego de
Montemayor en 1572.268 Hay una muy remota posibilidad que sea el Francisco Hernndez que en 1547 era vecino de la Puebla de los ngeles, que
haba venido a la Nueva Espaa en 1536, natural de la villa de Medelln,
hijo legtimo de Francisco Hernndez y de Ins de Escobar, y que es oficial
de sastre.269
Gins Hernndez, portugus y uno de los fundadores de Saltillo, junto
con Alonso Gonzlez poblaron el Valle de las Labores (Ramos Arizpe,
Coahuila). En 1591 fue regidor de la villa de Santiago del Saltillo, en 1596
qued como albacea de Alonso Gonzlez; muri en 1603.270 En abril de
1604 era vecino de Saltillo y dueo de una labor de coger pan y maz,
Gins Hernndez, tal vez hijo del anterior.271
Gonzalo Hernndez, de los primeros pobladores de Saltillo.272
Jess Hernndez, mozo soltero, hermano de Alonso Hernndez, de los
ms antiguos pobladores de Saltillo.273
Julin Hernndez de Amaya, de los primeros pobladores de Saltillo
donde an viva el 12 de octubre de 1583.274
Antonio Hernndez Grimn, uno de los fundadores de Saltillo mencionado en el reparto de mercedes de tierras hecho por Alberto del Canto:
Item, le reparti (Alberto del Canto) a Antonio Hernndez Grimn tres
caballeras de tierra en el cerro que llaman del Saltillo, linde de tierras de
Rodrigo Prez, a la parte de arriba, orilla del arroyo que corre.275
261
Cristbal Martn, de la expedicin de Castao de Sosa a Nuevo Mxico.311 En 1585 encontramos un Cristbal Martn en Zacatecas y en 1547
viva en Puebla Cristbal Martn, natural de la villa de Huelva e hijo legtimo de Cristbal Martn de Leiva e de Catalina Martn... casado con hija de
Diego Cansino.312 Ser pariente de Antonio de Leiva?
Juan Martn, que en 1604 era procurador de la ciudad de Monterrey.313
Tendr relacin con un Juan Martn que en 1550 era un rico minero en
las minas de los Zacatecas314 y en 1561 era vecino y minero de las minas
de Comanja?315 En 1547 era vecino de la Ciudad de Mxico Juan Martn,
natural de Sevilla, hijo legtimo de Cristbal Nez y de Francisca Martn y
pas a la Nueva Espaa en 1537 ya casado y con hijos.316 Sera el padre
del procurador regiomontano?
Blas Martn de Mederos, portugus, de la expedicin de Castao de
Sosa a Nuevo Mxico.317
Francisco Martnez, de los fundadores de Saltillo.318
Mariana Martnez, esposa de Juan Prez de Lerma, portugus, padres
de Juan Prez de Simancas.319
Manuel de Mederos. El 10 de abril de 1575 declar en las minas de
Sombrerete que se llama Manuel de Mederos, e que es de edad de 35 o
36 aos (ha de haber nacido por 1540), e que es natural de la isla de San
Miguel, en las islas Azores, del reino de Portugal, y que es hijo de Hernn
Rodrguez Mederos e de Mara Manuel Panoma... e que ha que pas a la
Nueva Espaa diez u once (aos), e que est con Martn Prez, vecino de
la villa e minas de San Martn, e que este declarante reside en el valle de
la Puana, en una estancia de labor del dicho Martn Prez, e que es casado y velado... con una mestiza que se llama Magdalena Martnez hija de
Juan Martn de Guadacanal, escribano en casa de Francisco Palomino,
en las minas de Taxco.320 En 1577 acompa a Alberto del Canto en
la fundacin de Saltillo y es uno de los pobladores que aparecen mencionados en el registro de las mercedes hechas por aquel.321 Entr con
Luis Carvajal y de la Cueva al Nuevo Reino de Len y en 1583 fund la
estancia de San Juan Bautista de la Pesquera Grande... ...ahora Villa de
Garca, Nuevo Len.322 Acompa a Carvajal a la fundacin de Almadn
(Monclova) en abril de 1588323 y a Castao de Sosa en su entrada a Nuevo
Mxico.324 Al despoblarse definitivamente el Nuevo Reino de Len volvi
266
Juan Navarro, en 1556 fue uno de los descubridores y primeros pobladores de las minas de San Martn347 y en 1561 era dueo de estancia en
el valle de Sich y fue uno de los cinco de a caballo que acompaaron
a Pedro de Ahumada Smano en la peligrossima entrada al Malpas,
en la guerra contra guachichiles y zacatecos, y fue herido en un costado.348 En 1577 entr con Alberto del Canto a la fundacin de Saltillo.349
El da primero de abril de 1578 Juan Navarro, a quien aqu se le llama
Juan Snchez Navarro, recibi de Martn Lpez de Ibarra una merced de
tierra en el valle del Pirineo (Parras, Coahuila).350 El 2 de septiembre de
1591 era alcalde ordinario de la villa de Santiago del Saltillo351 y el 15 de
diciembre de 1593, teniente de alcalde mayor.352 En 1604 encontramos
dos personas con el nombre de Juan Navarro, una, mozo soltero, vecino
de Cuencam y la otra, casado, vecino del valle de Santa Brbara (Chihuahua).353
Diego Nez de Miranda, uno de los ms antiguos vecinos de Saltillo, dueo de una labor de coger pan y maz, padre del eminente jesuita
Antonio Nez de Miranda.354 Dice Elas Amador: Entre los primeros espaoles que fueron a poblar el mineral de Fresnillo por el ao de 1568, se
encontraba el capitn don Diego Nez de Miranda, casado con la seora
doa Jernima de Valdecaas. De ese matrimonio naci, el 4 de noviembre
de 1618 (en dichas minas del Fresnillo), un hijo llamado Antonio...355 No
descartamos la posibilidad de que el poblador de Saltillo fuese hermano
del jesuita.
Diego de Orozco, podra ser el hijo del Diego de Orozco que declaraba en 1547 Que es vecino de Guadalajara, natural de Toledo, e hijo
legtimo de Francisco de Orozco, alguacil de la Inquisicin, y de Leonor
Cornejo; y que ha doce aos (1535) que pas a esta Nueva Espaa, y la
mitad de este tiempo ha residido en la Nueva Galicia, donde ha servido
en todo lo que se ha ofrecido con sus armas y caballos; e que ha tenido
tres primos hermanos suyos que fueron de los primeros conquistadores, e
que murieron en ella en servicio de su majestad, como fue Francisco de
Orozco, capitn que conquist a Guajaca y dos Diegos de Orozco, uno
que muri en Guadalajara, y otro yendo a la isla del Marqus (Califor269
nia) ...356 Este Diego de Orozco fue uno de los primeros pobladores de las
minas de los Zacatecas y en 1549 era dueo de una mina a estacas de
la Descubridora.357 En mayo de 1613 encontramos un Diego de Orozco
vecino de la ciudad de Monterrey.
Francisco de la Pea, vecino de Saltillo.358
Alonso Prez o Alonso de Charles, hijo legtimo del capitn Juan Prez
de los Ros y de Agustina de Charles, esposo de Agustina Daz a quien
intent ahorcar.359
Ana Prez, hija de Juan Prez de los Ros y de Agustina de Charles que,
en 1593 siendo vecinos de Saltillo, fue acusada de hechicera junto con su
madre;360 en octubre de 1626 an viva en la ciudad de Monterrey.361 En
marzo de 1567 viva en Sombrerete una Ana Prez,362 pero creemos que se
trata de un homnimo.
Cristbal Prez, uno de los fundadores de Saltillo.363 El 18 de diciembre
de 1580 o 1579 era regidor de dicho lugar.364 Y en septiembre de 1591
teniente de alcalde mayor.365 En 1596 entr con Diego de Montemayor a la
fundacin de Monterrey366 y en 1602 fue regidor en dicha ciudad.367 Parece
que era pariente cercano de Juan Prez de los Ros.368 En 6 de enero de
1608 un Cristbal Prez contribuy con 30 pesos para la construccin de
la iglesia parroquial de San Luis Potos.369 Ser el mismo?
Martn Prez, uno de los fundadores de Saltillo, donde segua viviendo el
31 de octubre de 1591.370 Hay varios homnimos muy sugerentes. En 1554
Martn Prez fue uno de los soldados de Francisco de Ibarra y en 1556 era
alcalde mayor de Zacatecas, a fines de 1557 o principios de 1558, Martn
Prez emprendi una expedicin hacia el norte, descubriendo las minas de
Mazapil.371 En 1557 era escribano del juzgado de la alcalda mayor de las
dos villas de Pnuco y Santiago de los Valles un Martn Prez y el alcalde
Mayor era Rodrigo Rengel.372 Uno de los descubridores de las minas del
cerro de San Pedro (San Luis Potos), el 4 de marzo de 1592, fue Martn
Prez;373 por ltimo, en 1604 era vecino de Cuencam, casado y con familia, Martn Prez.374
Mateo Prez, uno de los primeros pobladores de Saltillo.375
Rodrigo Prez, de los fundadores de Saltillo, su nombre figura en el
registro de mercedes otorgadas por Alberto del Canto y an viva en di270
el Nuevo Reino de Len, vino con otros compaeros, por orden de Diego
de Montemayor, a amparar esta jurisdiccin. Entr a la fundacin de la
ciudad (de Monterrey) y le toc ser comisionado para llevar el aviso oficial
al virrey conde de Monterrey; pero regres sin cumplir con su encargo,
porque en Mazapil, Juan Morlete le quit, con engaos, los pliegos. Fue
regidor del Ayuntamiento (1596, 1601, 1603, 1606 y 1624); alcalde ordinario (1599 y 1602); y alguacil mayor (1613, 1615 y 1616). En 1597 le fueron
dadas en merced tierras en el ao de los Cuanahales. Fue casado con
Agustina de Charles, quien en alguna ocasin se vio acusada de hechicera, y que era hija de Bartolom de Charles y Juana Gonzlez, vecinos de
Puebla, dato que nos confirma en la identidad con el conquistador citado
por Icaza. Sus hijos fueron: Juan, Ana, Bartolom, Alonso (como su padre),
Esteban y Pedro. Muri en Monterrey, hacia 1624.387 En 12 de septiembre
de 1558 viva en Zacatecas un Juan Prez,388 a quien volvemos a encontrar
en la misma ciudad en 1567,389 no creemos tenga relacin con nuestro
personaje.
Juan Prez de Simancas, hijo legtimo de Juan Prez de Lerma y de
Mariana Martnez, portugueses; esposo de Rufina Daz padres de Agustina Daz o Agustina de Simancas.390 Fue de los ms antiguos vecinos de
Monterrey y dueo de un solar para casa quest en el nacimiento de los
ojos y ro desta ciudad.391 An viva el 1 de diciembre de 1612.392
Andrs Prez de Verlanga, secretario de gobernacin de Gaspar Castao de Sosa en su expedicin a Nuevo Mxico.393
Hernn Ponce de Len, uno de los compaeros de Castao de Sosa en
su entrada a Nuevo Mxico.394 Lo creemos miembro de la familia poltica
de Juan Bautista de Lomas y Colmenares, casado con doa Francisca
Ponce de Len, vecinos de Nieves.395
Juana Porcallo de la Cerda, en 1572 viva en Mazapil y cas all con
Diego de Montemayor; madre de doa Estefana. Doa Juana ya haba
muerto desde mediados de 1581.396 Seguramente fue hermana de Lorenzo
Porcallo de la Cerda e hija del conquistador Vasco Porcallo.397 Este Lorenzo
Porcallo, en 1564, era dueo de una estancia en las cercanas de Toluca,
vecina a la que posea all don Lope de Sosa.398 Hermana de doa Juana debi ser Mara Porcallo casada con Pedro Fernndez de Castro, que
en 1567 eran hermanos en la cofrada del Santsimo Sacramento de la
272
Martn de Sols, uno de los fundadores de Saltillo.469 En 1580 era regidor de dicho lugar.470 Entr con Luis Carvajal y de la Cueva a poblar el
Nuevo Reino de Len y todava en marzo de 1587 era vecino de la ciudad
de Len.471 El 2 de septiembre de 1591 viva en Saltillo y sirvi de intrprete
o nahuatlato a Urdiola por ser ...ladino en lengua castellana y mexicana...472 por lo que lo creemos mestizo. Nos dice de l Israel Cavazos: ...
probablemente sea el mismo a quien, con fecha 22 de enero de 1543, el
virrey don Antonio de Mendoza le hace merced de una estancia junto al
ro de Matalzingo (sic), en trmino de Huichilapa (sic).474 Poblador, despus
de Santiago de Quertaro, figura entre los primeros vecinos de Saltillo en
1577. Aparece en septiembre de 1591 como intrprete de nhuatl en las
diligencias de fundacin de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Entr a
Monterrey con Montemayor. Era de los pobladores ms modestos, pues
slo lleg a ejercer el cargo de alguacil fiel ejecutor en los ayuntamientos
de 1600, 1601 y 1606. Pobl una hacienda hacia la Punta de la Loma, que
habit con Francisca de vila, su mujer. Fueron sus hijos: Juan, nacido en
Quertaro hacia 1570 y casado con Andrea, india de Coahuila, poblador
de la hacienda de la Santa Cruz, donde hoy es la cabecera municipal de
Guadalupe, al oriente de la ciudad y Diego de Sols, casado con Mara de
Mendoza y poblador de la hacienda de San Marcos, a la altura de lo que es
hoy la Colonia Libertad.475 En 1631 se dice ...los Solises y dems vecinos
pobres...476
Baltasar de Sosa, uno de los fundadores de Saltillo cuyo nombre figura
en el registro de las mercedes hechas por Alberto del Canto en 1577; en
1580 fue alcalde ordinario de dicha villa.477 Baltasar de Sosa estaba casado con Ins Rodrguez, portugueses los dos y fueron padres de Alonso
Rodrguez, Diego Rodrguez y Lucas Garca.478
Juan de Tarango, uno de los ms antiguos pobladores de Saltillo.479
Juan de Tarango Vallejo, en 1626 era vecino de Monterrey.480 Ser el
mismo que el anterior o ser su hijo?
Juan Tenorio o Juan Benito Tenorio, el 29 de mayo de 1613 se deca de
l, ...vecino que fue de este reino (el Nuevo Reino de Len),481 pero no
hemos podido averiguar ni cundo lleg a l ni cundo muri.
Jusepe Tenorio, posiblemente hermano del anterior.482
Mateo Tenorio, uno de los antiguos pobladores de Saltillo donde an
278
viva en 1604, dueo de una labor de coger pan y maz y de una estancia de ganado mayor que llaman de los Patos.483 En 1612 era vecino de
Monterrey.484 Seran los tres Tenorios regiomontanos: Jusepe, Juan y Mateo, hijos del saltillense?
Juan de la Torre, regidor de la villa de Almadn para el ao de 1588.484
En 1592 un Juan de la Torre, yerno del capitn Miguel Caldera, tom posesin a nombre de su suegro, de la mina Descubridora en el cerro de San
Pedro (San Luis Potos); y el mismo ao hered del doctor Riego la mitad
de la mina llamada Cata de Oro en el mismo cerro.485
Juan Trujillo, capitn de la hueste de Luis Carvajal y de la Cueva, estante en la villa de Almadn el 2 de mayo de 1588.486 Antes de 1585 un
Fulano Trujillo fund una estancia en el valle que an lleva su nombre en
las cercanas de Fresnillo (Zacatecas).487 En 1624 Juan Trujillo era escribano real en San Luis Potos.488
Antonio Vzquez del Ro, capitn, de 1601 a 1604 fue alcalde mayor de
la ciudad de Monterrey y regidor en su ayuntamiento; en 1605 fue alcalde
ordinario.490
Juan de Vega, indio laborio, compaero de Castao de Sosa en su
expedicin a Nuevo Mxico.491
Pedro Velada. En 1594 era dueo de una estancia de labor en la jurisdiccin de Nieves (Zacatecas).492 En 1605 entr a la reedificacin de la
villa de Almadn como capitn y alcalde mayor.493 Entre 1621 a 1623 fue
escribano pblico en la ciudad de Monterrey.494
Juan de Velasco Agero, en 1604 era regidor de Monterrey.495
Mateo de Villafranca. El 7 de febrero de 1631 declaraba que ...fue
hijo de Juan de Villa (sic por Villafranca) y de Luca de Santiago, vecinos
que fueron de la ciudad de Zacatecas, (Juan de Villafranca, en 1588, fue
uno de los dos veedores y examinadores de los oficios de sastres, jubeteros
e calceteros e roperos de la ciudad de Zacatecas; era maestro examinado
en Sevilla)496 y que es vecino de esta ciudad (Monterrey) ms de veinte y
nueve aos (1601), y que se ha ejercitado siempre en el servicio del culto
divino (sacristn) en este convento de nuestro padre San Francisco de esta
dicha ciudad, y que es de edad de setenta aos (naci por 1560).497 Mateo
de Villafranca desempe varios cargos en la ciudad de Monterrey: en
1603 fue su procurador y en 1604 mayordomo de la iglesia parroquial.498
279
505
Nuevo Len y Coahuila y de ellos desciende un alto porcentaje de la poblacin actual de dicha regin; se observa, adems que todos estos colonos de origen sefard estaban muy unidos, formando clanes o, cuando
menos, grupos familiares de gran cohesin, dentro de los cuales haba
una clara tendencia endogmica, con matrimonios entre parientes muy
cercanos; y as llegaron a formar una comunidad muy cerrada, de carcter aristocrtico, de la cual salan lo mismo los funcionarios pblicos
que los jefes militares, los encomenderos que los comerciantes, y a la
que pertenecan las gentes de mayor significacin social; y que, como
veremos adelante, impuso su tnica a la vida de la regin y aun a la
poltica de los gobernadores del Nuevo Reino. Lo que consideramos una
mera fantasa, una pobre creacin novelesca sin apoyo documental ninguno, es la judera de Monterrey que tan minuciosamente describen,
como vimos atrs, Charles K. Landis y Vito Alessio Robles, quienes, con
gran ligereza, hablan especficamente de Monterrey, como si esta ciudad
hubiese sido el nico sitio de la Nueva Espaa con poblacin sefardita.
Por qu don Vito no escribi sobre la judera en Saltillo como lo hizo
sobre la judera de Monterrey? El ilustre historiador saltillense llega a
decir que los contados habitantes de Saltillo (se retraan) de cualquier
comercio con aqullos (los habitantes de Monterrey) sealados como herejes, slo vemos en esta frase la expresin de esas mezquinas pasiones
de campanario inevitables entre poblaciones vecinas. Insistimos en que
todo lo que se ha dicho hasta ahora sobre el tema slo son fantasas y
afirmaciones gratuitas ya que no se dispone del ms pequeo dato que
permita adentrarse en el problema y llegar a saber algo sobre la vida
religiosa que, en la intimidad de la familia, vivan aquellas gentes. Los
documentos inquisitoriales relativos al noreste de la Nueva Espaa son
mucho muy escasos y todos de fechas muy tempranas y casi ninguno se
refiere al Nuevo Reino de Len; slo recordamos la Autobiografa de
Luis de Carvajal el Mozo en la que nos dice haber guardado la Ley de
Moiss en las minas de San Gregorio o a Manuel de Herrera, pariente de
Castao de Sosa, degollando un gallo de la tierra (un guajolote) segn
el rito judaico, en una estancia llamada Los Ojos que es en la gobernacin del dicho gobernador Luis de Carvajal. No hay la ms remota
posibilidad de encontrar unas memorias, o unas confesiones, o un
281
284
NOTAS
1.
2.
Rivapalacio: Mxico a travs de los siglos, Mxico, 1888, Vol. ii, p. 447.
3.
4.
5.
7.
8.
9.
10.
11.
Vito Alessio Robles: Bosquejos Histricos, Mxico, 1938, nota 1, pp. 95-96.
Alessio Robles no da el nombre del autor del artculo, ni el nombre del peridico en que fue publicado.
12.
Se public en la Revista chilena de historia y geografa, tomo LXXXI, septiembre-diciembre de 1963, nm. 89, pp. 215-236.
13.
14.
15.
16.
17.
Para un estudio del judasmo portugus en Mxico durante el perodo colonial, trad. Armando Arteaga, en Divulgacin Histrica, Vol. I, nm. 7,
Mxico, 15 de mayo de 1940, pp. 283-287.
18.
285
19.
20.
21.
Ver: Caro Baroja: Los judos ..., Vol. i, p. 201, en donde describe espantosa
la matanza de los cristianos nuevos en Lisboa y proporciona abundante
bibliografa.
22.
Las fuentes principales de este pargrafo fueron los procesos contra Luis
Carvajal y de la Cueva y contra su sobrino Luis de Carvajal el Mozo, publicadas en la coleccin de Publicaciones del Archivo General de la Nacin
en los nmeros XX y XXVIII. Citaremos poniendo entre parntesis el i para el
proceso de Carvajal y de la Cueva y el II para los dos procesos de Carvajal
el Mozo seguidos por la pgina o pginas: ejemplo: (I: 278-279).
23.
24.
Informacin testimonial presentada por Francisco Barrn contra Luis Carvajal y de la Cueva en Pleito Carvajal-Barrn, f. 26v., agn, Civil, Vol. 672.
25.
agn, Indios, vi-a, Exp. 1053, p. 285. Citado por Meade: Tamaulipas en
Divulgacin Histrica, Vol. II, nm. I, pp. 28-31 y por Powell: Soldiers, Indians and Silver, p. 170 y nota 47 del Cap. IX.
286
26.
Ver: Gregorio Maran: Antonio Prez, Vol. i, pp. 14-17. Citado por Caro
Baroja: Los judos ..., Vol. ii, p. 18, nota 13.
27.
En el manuscrito aparece Go. que Toro (La familia Carvajal, Vol. II, 41) ley
Guillermo y Luis Gonzlez Obregn (Proceso a Carvajal el Mozo, 257) ley
Gregorio; creemos que la lectura correcta es Gonzalo y que se refiere a
Gonzalo Prez Ferro.
28.
29.
30.
31.
Adems de los dos procesos atrs mencionados pueden consultarse: Rivapalacio: El libro rojo; Kohut: Jewish Martyrs ...; Medina: Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisicin de Mxico; Toro: La familia Carvajal;
Martnez del Ro: Alumbrado; J. J. Rueda: Herejas y supersticiones ...; Carreo: Luis de Carvajal el Mozo; Boleslao Lewin: La Inquisicin en Mxico,
siglo XVI; Jimnez Rueda: Moisen, historia de judaizantes e inquisidores.
32.
33.
34.
Proceso a Carvajal el Mozo, p. 280; Toro: La familia Carvajal, pp. 116 y 127.
35.
J. J. Rueda: Herejas ..., p. 95; Toro: La familia Carvajal. Vol. I, pp. 115-116.
36.
37.
38.
39.
Proceso contra Toms Trevio de Sobremonte, Boletn del AGN, Vol. VIII,
p. 46. En el mismo Vol. VIII, pp. 35, 90, 122 y 132, se encuentran los datos
sobre el matrimonio y descendencia de doa Ana.
287
40.
41.
Toro: La familia de Carvajal, Vol. I, pp. 40, 45 y 46; Llegada de la real caja
a Almadn y Ttulo de teniente a Montemayor en Documento del Parral,
ff. 30-31v. y 32; Pleito Carvajal-Barrn, f. 261.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
Archivo de Protocolos de Sevilla, Libro del ao 1580, oficio XIX, libro I, escribana: Gaspar de Len, fol. 376, fecha: 9 de enero de 1580, en Montoto:
Coleccin de documentos ..., Vol. XI, p. 198, fichas 883-885.
48.
49.
Archivo de Protocolos de Sevilla, Libro del ao 1580, oficio XI, libro II, escribana: Gaspar de Torres, folio 341: 1 de septiembre de 1580, en Montoto:
Coleccin de documentos ..., Vol. XI, p. 224, # 945.
50.
51.
agn, Inquisicin, tomo 169, nm. 2. Toro: La familia Carvajal, Vol. I, p. 62.
53.
54.
Ibid., p. 291.
55.
56.
Los datos sobre los viajes colombinos estn tomados de los documentos
publicados por Tacher en Christopher Columbus, his Life ..., 3 vols. passim.
57.
Cristbal de Erazo: Carta (en cifra) al Rey, San Juan de Ula, 20 de febrero
de 1568, en Paso y Troncoso: Epistolario, Vol. X, pp. 225-228, # 596.
59.
La fuente para formar esta lista fue el Archivo de Protocolos de Sevilla, Vol.
ii: papeletas 1750 y 1791 en las pp. 417 y 428, y Vol. iii: papeletas 942,
943, 945 y 1110 en las pp. 223, 224 y 266, publicado por Montoto en su
Coleccin de documentos ..., Vols. XI y XIV respectivamente.
288
60.
61.
62.
63.
Libro primero de votos ..., p. 145; Gonzlez Obregn: Mxico Viejo, p. 684.
64.
65.
Proceso a Carvajal el Mozo, p. 158; Libro primero de votos ..., pp. 134, 139
y 171.
66.
67.
68.
Libro primero de votos ..., f. 260; Toro: Los judos ..., p. 62.
69.
Libro primero de votos ..., f. 263; Gonzlez Obregn: Mxico Viejo, p. 690.
70.
71.
72.
73.
Toro: Los judos ..., p. 62; Libro primero de votos ..., f. 263.
74.
75.
76.
Libro primero de votos ..., f. 263; Gonzlez Obregn: Mxico Viejo, p. 689.
77.
78.
79.
80.
81.
82.
Ibid.
83.
84.
85.
Libro primero de votos ..., ff. 163 y 263 (?); Proceso a Carvajal el Mozo, , pp.
53, 139, 240, 425 y 428; Toro: Los judos ..., pp. 13 y 61; Toro: La familia
Carvajal, Vol. I, p. 163; Gonzlez Obregn: Mxico Viejo, pp. 681 y 685.
86.
87.
289
88.
Libro primero de votos ..., ff. 194 y 264; Proceso a Carvajal el Mozo, pp.
122, 361, 376 y 459; Toro: Los judos ..., pp. 59 y 63; Gonzlez Obregn:
Mxico Viejo, p. 688; Garca: La Inquisicin en Mxico, p. 97; Archivo de
Protocolos de Sevilla, Vol. II, p. 216, # 954 (Pedro); Pleito Carvajal-Barrn;
ff. 257v. y 357v.
89.
Toro: Los judos ..., p. 59; Gonzlez Obregn: Mxico Viejo, p. 682; Garca:
La Inquisicin en Mxico, p. 109; Proceso a Carvajal el Mozo, p. 428.
90.
Ibid., p. 186.
91.
92.
93.
Toro: Los judos ..., pp. 59, 60, 292 y 325; Proceso a Carvajal el Mozo, pp.
121, 255 y 309; Garca: La Inquisicin en Mxico, pp. 99 y 108; Gonzlez
95.
96.
97.
Villaseor Bordes: La Inquisicin en la Nueva Galicia, pp. 71-73; agn, Inquisicin, Vol. 134, Exp. 10.
98.
99.
290
291
292
293
188. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, pp. 422.
189. Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 177.
190. Ibid.; Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 286.
191. Cavazos: Historia de Nuevo Len ..., p. 51.
192. Pereyra: Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, pp. 33, 40 y 51. Este ltimo lo llama Bogado y Bogalo.
193. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1961), p. 78.
194. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, pp. 81-88; Bolton: Spanish Exploration ..., Vol. II, pp. 143-144.
195. Llegada de la real caja a Almadn, en Documento del Parral, f. 30.
196. Cavazos: Historia de Nuevo Len ..., p. 62.
197. AMM, Protocolos, Vol. I.
198. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 420.
199. Villaseor Bordes: La Inquisicin en Nueva Galicia, p. 57.
200. Catlogo de pasajeros a Indias, Vol. III, p. 31, # 500.
201. Relacin de las minas de San Martn..., ff. 13v. y 14.
202. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 423.
203. Schroeder: A Colony ..., apndice.
204. Ibid.
205. Ibid.; Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 304 o
Vol. XV, p. 212.
206. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II., p. 421.
207. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 289 o Vol. XV,
pp. 198 y 216; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 179.
208. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 83.
209. amm, Protocolos, Vol. I, Exp. 9, f. 15.
210. Datos proporcionados gentilmente por Toms Mendirichaga, amm, Civil,
Vol. VIII, ao 1658, Leg. 4, Exp. 32, ff. 2, 2v. y 3; amm, Protocolos, Vol. III,
f. 161.
211. Agustina Daz: Queja contra Alonso Prez, su marido, por malos tratamientos, 1634, amm, Causas Criminales, Vol. I, Exp. 12.
212. Cavazos: ndice de Protocolos ..., p. 11, # 34.
213. Ver nota 211.
294
214. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 291 o Vol. XV,
pp. 200 y 203; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 177.
215. Cavazos: Los primeros vecinos ..., p. 15; Cavazos: El muy ilustre Ayuntamiento ..., p. 39; amm: Protocolos, Vol. I, nm. I; Acta de fundacin de la
ciudad de Monterrey.
216. Orozco y Jimnez: Coleccin de documentos ... referentes al Arzobispado
de Guadalajara, Vol. I, p. 173 y Vol. II, p. 41.
217. Cavazos: Historia de Nuevo Len ..., p. 51.
218. Vito Alessio Robles: Bibliografa de Coahuila ..., p. 369; Pereyra: Apuntes, p.
138; Berlanga: Monografa, pp. 33 y 39.
219. Francisco de Urdiola sobre que se le haga merced, agi, Audiencia de
Guadalajara, 66-6-17. Citado por Alessio Robles: Urdiola, p. 11.
220. Ibid., p. 84.
221. Berlanga: Monografa, p. 52.
222. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 81.
223. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 288 o Vol. XV,
p. 205; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 180.
224. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 32.
225. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., p. 40; Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, p. 166.
226. Pereyra: Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, p. 52; Mardonio Gmez:
Compendio, p. 94.
227. Pereyra: Apuntes, p. 138.
228. Pleito Carvajal-Barrn, f. 202v.
229. Berlanga: Monografa, p. 44.
230. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
231. Obregn: Descubrimientos ..., p. 284; Hammond: Expedition into New
Mexico, p. 46.
232. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., p. 40.
233. Relacin de las minas de San Martn ..., ff. 13v. y 14.
234. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 422.
235. Vito Alessio Robles: Bibliografa de Coahuila ..., p. 369; Portillo: Catecismo,
p. 88.
295
236. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol II, p. 422.
237. Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 85.
238. Archivo de la Catedral de Zacatecas: Libro primero de cofradas, f. 2.
239. amm, Causas Criminales, Vol. I, Exp. 10 bis, f. 3v.
240. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
241. Archivo de la Catedral de Zacatecas: Libro primero de cofradas, ff. 12v. y 25v.
242. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
243. Cavazos: Los primeros vecinos ..., pp. 14-15.
244. Pereyra: Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, p. 40.
245. Primo Feliciano Velzquez: Coleccin de documentos ..., Vol. I, p. 189.
246. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II. p. 419.
247. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos del AMM, 1599-1700, p. 5,
# 10.
248. Icaza: Diccionario de Conquistadores, Vol. I, p. 46, # 75.
249. Ahumada y Smano: Informacin ..., p. 293.
250. Relacin de las minas del Fresnillo, ff. 281 y 297;, Mendizbal: Obras
Completas, Vol. V, p. 121.
251. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XIX, p. 537; Vito
Alessio Robles: Bibliografa de Coahuila ..., p. 306.
252. Pereyra: Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, p. 33; Portillo: Catecismo,
p. 88.
253. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 420.
254. Portillo: Catecismo, p. 88; Berlanga: Monografa, pp. 39, 40 y 51.
255. Ibid., p. 50.
256. Cavazos: Cedulario, p. 122, # 178; Cavazos: Catlogo y sntesis de los
protocolos ..., p. 5, # 10 y p. 213, # 646.
257. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, pp. 80-82;
Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol II, p. 422.
258. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 30.
259. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, p. 200;
Schroeder: A Colony ..., p. 43.
260. Hammond: Oate, Vol. I, p. 514.
261. Gallegos: Durango colonial, p. 206.
296
262. Villaseor Bordes: La Inquisicin en Nueva Galicia, p. 94; Mecham: Francisco de Ibarra, p. 116.
263. Berlanga: Monografa, p. 33.
264. Cavazos: Cedulario, p. 163, # 276.
265. Archivo de la Catedral de Zacatecas: Libro primero de cofradas, f. 4.
266. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, pp. 308 y 316 o
Vol. XV, p. 216; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 179.
267. Ver nota 133 de este captulo.
268. Vito Alessio Robles: Monterrey en la historia ..., p. 108.
269. Icaza: Diccionario de conquistadores, Vol. II, p. 194, # 984.
270. Pereyra: Apuntes, p. 138; Portillo: Catecismo, p. 88; Berlanga: Monografa,
p. 50.
271. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
272. Berlanga: Monografa, p. 33.
273. Ibid.
274. Ibid., p. 33; Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 151.
275. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 82.
276. Berlanga: Monografa, p. 33.
277. Ver nota 219 de este captulo; Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 84.
278. Ver nota 133 de este captulo; Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 220; Hammond: Oate, Vol. I, p. 294.
279. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 292 o Vol. XV,
p. 201; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 179.
280. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 30.
281. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 3; # 1; Cavazos: Muy
ilustre Ayuntamiento ..., p. 39.
282. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 328; Schroeder:
A Colony ..., apndice, p. 180.
283. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 288 o Vol. XV,
pp. 205, 216 y 218; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 179; Gallegos:
Durango colonial, p. 202.
284. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 14, # 45.
297
285. Velasco II: Carta al Rey, Mxico, 8 de octubre de 1590, agi, Audiencia de
Mxico, 58-3-11. Documento indito, microfilm en la Biblioteca del Instituto
Tecnolgico de Monterrey.
286. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 421.
287. Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 76.
288. Berlanga: Monografa, p. 33.
289. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 96; Carvajal el Mozo: Autobiografa, p. 469; Ttulo de teniente a Montemayor en Documento del Parral f. 32.
290. Cavazos: Cedulario, p. 144, # 227.
291. Informacin proporcionada gentilmente por Toms Mendirichaga; Cavazos: Los primeros vecinos ..., p. 13.
292. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., pp. 39-40.
293. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 292 o Vol. XV,
pp. 203 y 216. Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 180.
294. Ibid.
295. Obregn: Descubrimientos ..., p. 284; Hammond: Expedition into New
Mexico, p. 46.
296. Villaseor Bordes: La Inquisicin en Nueva Galicia, pp. 29-30.
297. Ver la papeleta de Juan Lpez en esta misma nmina.
298. Cavazos: Cedulario, p. 144, # 229; Cavazos: Catlogo y sntesis de los
protocolos ..., pp. 5-8, fichas 10, 11, 16 y 17.
299. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 288 o Vol. XV,
pp. 197, 201, 205 y 224; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 180.
300. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 301 o Vol. XV,
p. 210; Schroeder: A Colony ..., apndice p. 181.
301. Cavazos: Cedulario, p. 150, # 244.
302. Libro primero de votos ..., f. 273.
303. Ternaux: Coleccin de documentos, Vol. XVI, p. 107.
304. Berlanga: Monografa, p. 50.
305. Vito Alessio Robles: Bosquejos Histricos, p. 88.
306. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 423.
307. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 294 o Vol. XV,
pp. 203, 205, 216 y 218; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 178.
298
308. Mecham: Ibarra, p. 116; Obregn: Descubrimientos ..., pp. 42, 59 y 83.
309. Cavazos: Los primeros vecinos ..., p. 14.
310. A. de Len: Relacin y discursos, p. 63.
311. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 291 o Vol. XV,
pp. 200, 203 y 216; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 181.
312. Icaza: Diccionario de conquistadores, Vol. I, p. 167, # 320.
313. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., p. 40.
314. Martnez de la Marcha: Visita general ... en Mecham: Ibarra, p. 54.
315. Orozco y Jimnez: Coleccin de documentos ... referentes al Arzobispado
de Guadalajara, Vol. V, p. 98.
316. Icaza: Diccionario de Conquistadores, p. 48, # 603.
317. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 290 o Vol. XV,
p. 199; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 181.
318. Pereyra: Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, pp. 33 y 54.
319. Datos proporcionados gentilmente por Toms Mendirichaga y Cueva.
320. Proceso contra Hernando de Castro, ang, Inquisicin, Vol. CV, Exp. 2, en
Villaseor Bordes: La Inquisicin en Nueva Galicia, p. 56; Cavazos: Cedulario, p. 156, # 259.
321. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 82.
322. Cavazos: Historia de Nuevo Len ..., p. 27, (nota 2).
323. Traslado de la real caja a Almadn en Documento del Parral f. 30.
324. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 286 o Vol. XV,
p. 194; Schroeder: A Colony ..., apndice, p 181.
325. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 422.
326. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., pp. 39-40; Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 4, # 6; p. 6, # 14 y p. 213, # 645.
327. Toro: Los judos ..., p. 13.
328. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
329. Archivo de la Catedral de Zacatecas: Libro primero de cofradas, f. 1v.
330. Cavazos: Cedulario, p. 221, # 409.
331. Informe de Toms Mendirichaga apoyndose en AMM, Causas Criminales,
Vol. I, Exp. 10, f. 7v.
299
300
301
302
303
432. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 292 y Vol. XV,
pp. 201 y 216; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 182.
433. Hammond: Oate, Vol. I, p. 324 y Vol. II, pp. 1116 y 1117.
434. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 316; Schroeder:
A Colony ..., apndice, p. 182; Hammond: Oate, Vol. I, pp. 272-273, 290,
y 324, Vol. II, pp. 849, 861, 862-871, 883 y 940 (nota).
435. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 289 o Vol. XV,
pp. 198, 205, 216 y 221; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 183.
436. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 80; Pereyra:
Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, pp. 33 y 41; Gallegos: Durango
colonial, p. 202.
437. Cosso: Historia ..., Vol. I, pp. 87-88.
438. Villaseor Bordes: La Inquisicin en Nueva Galicia, p. 15.
439. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 190, # 592 y p. 213,
#647.
440. Acta de la fundacin de la ciudad de Monterrey.
441. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 80.
442. Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 72.
443. Ahumada Smano: Informacin, pp. 242 y 244.
444. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 30v.
445. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 288 o Vol. XV,
pp. 197 y 205; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 181.
446. amm, Protocolos, Vol. l; Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p.
4, # 4 y p. 5, #10.
447. Primo Feliciano Velzquez: Coleccin de documentos ..., Vol. I, p. 213 y Vol.
II, p. 18.
448. Gallegos: Durango colonial, pp. 196 y 214.
449. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 30.
450. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, pp. 419-420.
451. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 286 o Vol. XV,
p. 194; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 183.
452. Fuentes: Historia de la villa de Saltillo, Vito Alessio Robles: Bibliografa de
Coahuila ..., p. 384.
304
453. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 316 o Vol. XV,
p. 224; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 183.
454. Ibid.
455. Hammond: Oate, Vol. I, p. 162.
456. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 189, # 589.
457. amm, Causas Criminales, Vol. I, Exp. 10 bis, f. I.
458. Cavazos: Cedulario, p. 196, # 351.
459. Fuentes: Historia de la villa de Saltillo, Vito Alessio Robles: Bibliografa de
Coahuila ..., pp. 368 y 384.
460. Ibid.
461. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, p. 224;
Schroeder: A Colony ..., p. 75.
462. Vito Alessio Robles: Urdiola, p. 118.
463. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, p. 420.
464. Archivo de la Catedral de Zacatecas: Libro primero de cofradas, f. 1v.
465. Portillo: Catecismo, p. 88.
466. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
467. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 290 o Vol. XV,
pp. 199 y 216; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 178.
468. Cavazos: Historia de Nuevo Len ..., p. 64 (nota 15).
469. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 265, # 756.
470. Pereyra: Apuntes, p. 138; Berlanga: Monografa, p. 33.
471. Mardonio Gmez: Compendio, p. 94.
472. A. de Len: Relacin y discursos, (Ed. 1909), p. 96.
473. Berlanga: Monografa, p. 43.
474. agn, Mercedes, Vol. I, f. 119.
475. Cavazos: Los primeros vecinos ..., p. 15.
476. amm, Causas Criminales, Vol. I, Exp. 10 bis, f. 2v.
477. Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, pp. 80, 83 y 84.
478. Informacin proporcionada por Toms Mendirichaga y Cueva.
479. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
480. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 190, # 590.
305
481. amm, Protocolos, Vol. i, Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ...,
p. 4, # 4.
482. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 5, # 9.
483. Gallegos: Durango colonial, p. 202.
484. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 5, # 9.
485. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 30.
486. Primo Feliciano Velzquez: Coleccin de documentos ..., Vol. I, pp. 226,
252 y 262.
487. Llegada de la real caja a Almadn en Documento del Parral, f. 30v.
488. Relacin de las minas del Fresnillo, p. 269 (?).
489. Primo Feliciano Velzquez: Coleccin de documentos ..., Vol. II, p. 80.
490. AMM, Protocolos, Vol. l, Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., pp. 39-40;
Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 213, # 645.
491. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. IV, p. 295 o Vol. XV,
pp. 203 y 210; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 180.
492. Inquisicin: Proceso contra Francisco de Urdiola, f. 36. Ver nota 133.
493. Documento del Parral, f. 18.
494. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 189, # 589 y p. 213, # 647.
495. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., p. 40; Cavazos: Catlogo y sntesis
de los protocolos ..., p. 4, # 2 y p. 213, # 645.
496. Archivo Municipal de Zacatecas: Libro segundo de cabildo.
497. Cavazos: Cedulario, p. 221, # 409.
498. Cavazos: Muy ilustre Ayuntamiento ..., p. 40.
499. Cavazos: Catlogo y sntesis de los protocolos ..., p. 190, # 590.
500. AMM, Causas criminales, Vol. i, Exp. 10 bis, f. 3v.
501. Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, pp. 80, 81 y 82.
502. Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 177.
503. Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. XV, pp. 195, 205,
210, 216 y 219; Schroeder: A Colony ..., apndice, p. 177.
504. Vito Alessio Robles: Coahuila y Texas ... Independencia ..., Vol. II, pp. 419 y 422.
505. Berlanga: Monografa, p. 33.
506. Alessio Robles: Coahuila y Texas en la poca colonial, p. 81.
306
hendido en Almadn y fueron anuladas no slo por la sentencia inquisitorial, sino por su muerte. Pero, qu ms, si en el real decreto que citamos
atrs claramente se dice: que no conviene que ninguna persona nombrada por este Luis de Carvajal, vaya all (al Nuevo Reino de Len) sino que el
virrey nombre y seale quien tenga el gobierno y en la forma que conviniere
tenerle...;2 y don Luis de Velasco, en la carta al rey que copiamos atrs, es
tambin muy claro y concreto: de ninguna manera convena que se prosiguiera su gobernacin (de Carvajal) por la orden que hasta aqu, por l,
ni por ningn otro... bastara... nombrar aqu un alcalde mayor...3 Como
se ve, ya desde fines del ao de 1589, la gobernacin del Nuevo Reino de
Len haba legalmente desaparecido y, apoyndonos en la cita anterior,
podemos decir que se planeaba la desaparicin del mismo Nuevo Reino
de Len, convirtndolo en una simple alcalda mayor sujeta a la real Audiencia de Mxico.
Cunto tiempo dur esta ilegal situacin? Todos los historiadores
regionales se han visto desorientados frente a este problema, debido
a las contradicciones en que, aparentemente, incurre Alonso de Len
en el captulo respectivo. Tenemos la conviccin de que todo se origin
de una mala lectura, de un error en la transcripcin del texto original,
desgraciadamente perdido. En la versin de Genaro Garca, nica existente, se lee:
Hecha la dicha poblacin, el ao de mil y seiscientos (aqu es donde
creemos que debi decir 1596), hizo junta el tesorero Diego de Montemayor,
de todos los vecinos, asistiendo el padre Baldo Corts, cura y vicario de la
villa del Saltillo, y fray Cristbal de Espinosa, guardin de aquel convento;
y en ella se decret la forma que se tendra para dar la noticia al virrey (se
la iba a dar cuatro aos despus de fundada la ciudad?), sali de acuerdo
fuese por cartas, haciendo pliego de cuatro: una del capitn (Diego de
Montemayor), otra del vicario (Baldo Corts), otra del guardin (fray Cristbal de Espinosa) y otra de los vecinos. Cerrado y sellado, lo entregaron
al capitn Juan Prez de los Ros para que lo entregase a su excelencia, el
conde de Monterrey.
Tuvo aviso Juan Morlete (muri a principios de 1597), que tena comisin de la Vizcaya para gobernar al Saltillo; sali de Mazapil y con
308
cierto que todava el primero de octubre de ese ao de 1596, se encontraba don Diego en Monterrey como lo demuestra una donacin de tierras
hecha por l en favor de su hijo Diego de Montemayor el Mozo en las
tapiezuelas de Pesquera Chica, que lleva esa fecha;7 pero no era cosa imposible, en aquellos tiempos, recorrer la distancia de Monterrey a Mxico,
por el camino de los Zacatecas, en cerca de 20 das.
Creemos que con esa correccin en la fecha inicial, las efemrides
de Alonso de Len son dignas de todo crdito. Hagamos su resumen: a
raz de la fundacin de la ciudad de Monterrey, que tuvo lugar el 20 de
septiembre de 1596, se hizo la junta de vecinos, se redact el pliego para
el virrey y se comision a Juan Prez de los Ros para que lo llevase a la
Ciudad de Mxico. La intervencin de Juan Morlete, que fue puesta en
duda por don Vito Alessio Robles8 y que, en efecto, era imposible para la
fecha 1600, es posible y lgica para 1596, pues la muerte de Juan Morlete ocurri muy a principios de 15979 y no hay que olvidar la importante
participacin de este personaje en las aprehensiones de Luis Carvajal y
de la Cueva y de Gaspar Castao de Sosa. Al regresar Juan Prez de
los Ros, desde Saltillo, con la noticia de que se le haba recogido el
despacho que llevaba para el virrey y que se le haba comisionado para
administrar justicia en Monterrey, don Diego de Montemayor el Viejo ha
de haber salido inmediatamente para la Ciudad de Mxico tratando de
resolver la peligrosa situacin en que se haba colocado por la ilegal
fundacin y la usurpacin de ttulo y jurisdiccin. Y habiendo consultado (el virrey) en el real acuerdo, pareci notable exceso (el cometido
por Montemayor), mas considerando lo que de ello poda resultar, lo
entretuvo hasta dar aviso a su majestad que despach orden que fomentara, ....10 Eso explica que transcurrieron poco ms de dos aos, con
el Nuevo Reino de Len en entredicho, para que el virrey despachase
ttulo de gobernador a don Diego de Montemayor; despachase y no
confirmase, es decir: el virrey no confirma el ttulo de teniente dado
por Carvajal en 1588, sino que despacha ttulo nuevo, y eso hasta el da
once de febrero de 1599,11 fecha de la fundacin legal del Nuevo Reino
de Len.
310
hijo legtimo; tambin es cierto que en 1572, siendo vecino de Mazapil, se cas con doa Juana Porcallo y de la Cerda procreando a doa
Estefana; pero no pudo haber casado en primeras nupcias, en Espaa,
con Ins Rodrguez y haber enviudado de ella poco despus de su arribo a las Indias? El gran problema, an no resuelto, es el de la fecha de
su nacimiento; si como dicen sin apoyo documental ninguno que naci
en 1530, en 1548 tendra entre 18 a 19 aos, edad normal en aquella
poca para que emigrase, ya casado, al Nuevo Mundo; si naci en 1530
muri de 80 aos en 1610, cosa muy posible; nos dice Alonso de Len:
Era el gobernador hombre de edad...20 Pero debemos insistir en que el
problema no est resuelto documentalmente y todo queda en conjetura.
Para colmo de males tampoco conocemos la fecha de nacimiento de su
hijo Diego, ni la de su matrimonio con doa Mara de Esquivel, que Prez
Maldonado, sin citar fuente, fija en 1555.21 Si el gobernador del Nuevo
Reino de Len fuese el Diego de Montemayor que sali de Espaa en
1548, el lugar de origen del apellido podra ser el pueblo de Montemayor
de la provincia de Crdoba, muy cercano a Mlaga, atrs mencionado;
pero, no hay que olvidar que los sefarditas primero se desplazaban a las
ciudades andaluzas, principalmente a Sevilla o Mlaga, y de all pasaban
a las Indias. Si se llegase a demostrar documentalmente esta identidad
resultaran cosas mucho muy interesantes y quedaran resueltas muchas
dudas. La esposa del Montemayor del Catlogo de Pasajeros a Indias se
llamaba Ins Rodrguez, e Ins Rodrguez y su esposo, Baltasar de Sosa,
fueron los padres de Diego Rodrguez y de Lucas Garca, que aparecen
en los documentos como deudos cercanos de los Montemayor, sin que se
haya logrado establecer el parentesco. Slo como una tmida suposicin
proponemos lo siguiente: que Diego de Montemayor e Ins Rodrguez tuvieron una hija que llev el nombre y apellido de la madre es decir, una
hija llamada Ins Rodrguez que cas con Baltasar de Sosa y fueron padres de Lucas Garca y de Diego y Alonso Rodrguez; de ser as, Diego
Rodrguez sucesor de los dos Diegos de Montemayor en el gobierno del
Nuevo Reino de Len, sera nieto de Diego de Montemayor el Viejo; Diego
Rodrguez cas con Sebastiana de Trevio y fueron padres de Mnica Rodrguez que cas con Miguel de Montemayor, hijo de Alberto del Canto
313
procurador de dicha villa.34 Aparece tambin entre los primeros pobladores de la ciudad de Monterrey, de la que fue justicia mayor por muchos
aos.35 Hay que recordar aqu nuestra tmida y endeble suposicin de que
este Diego Rodrguez haya sido nieto de Diego de Montemayor el Viejo, as
como su matrimonio con Sebastiana de Trevio, originaria de la Ciudad
de Mxico,36 hermana de Jos de Trevio y de Juliana de Quintanilla que
cas con Lucas Garca, hermano del dicho Diego Rodrguez.
ste ya no us ttulo de gobernador del Nuevo Reino de Len, ni siquiera el de teniente, sino el de justicia mayor que le fue dado por la Real
Audiencia de Mxico el 6 de abril de 1612, independientemente de las
capitulaciones de Luis Carvajal y de la Cueva y sin usar oficio de capitn
por parecer que esto es anexo al ministerio de la guerra en la cual os ponemos limitaciones y no habis de usar de ella ni proceder a castigo contra
los indios de dicho reino ni su comarca ni hacer entradas a rancheras contra ellos...37 Lo mismo podemos decir de Diego de Montemayor el Mozo
quien, en su brevsima gobernacin, firm como justicia mayor los pocos
documentos que conocemos.38
Un hecho de gran importancia en la historia de la ciudad de Monterrey
ocurri siendo justicia mayor Diego Rodrguez. Fue el cambio de sitio de
la plaza mayor. Oigamos al cronista: El ao primero de su gobierno que
es en el que vamos (1612), hubo una avenida en la caada del ojo de
agua, que derrib la mitad de las casas de la ciudad, con que resolvi el
justicia mayor pasar a la parte del sur, por ser ms alta que la del norte,
y as lo hizo, con los cuerpos del gobernador y su hijo, que trasladaron al
convento nuevo.39
Los historiadores locales han venido sosteniendo reida polmica
acerca del sitio en que se fund la primitiva poblacin; recogeremos aqu
la opinin autorizada de Israel Cavazos Garza: No hace mucho se origin una apasionante controversia, tendiente a precisar el sitio de la fundacin de la ciudad. Casi todos los historiadores locales convienen en que
sta tuvo lugar en la banda norte del Ojo de Agua de la Ciudad (Fuente
Monterrey), y en que la plaza mayor de la ciudad quedaba comprendida
entre las calles de Washington, Escobedo, 5 de Mayo y Zuazua, aproximadamente. Esto sin perjuicio de que el asiento de la ciudad se extendiera
316
cho ms, sino que le ha dado Nuestro Seor tan larga vida, que hoy (1645?)
est en la edad decrpita, de modo que ha muchos aos que no puede acudir al gobierno de sus haciendas de minera, y como no tiene hijo (legtimo,
ya que don Martn era bastardo) a quien le doliese, todas las haciendas
han venido a menos y l se ve con harta necesidad: el hombre que ha marcado en esta tierra ms plata de cuantos mineros en ella ha habido!, pues
una de las razones fuera de otras muchas que hubo para darle el hbito
de Santiago, fue que en veinte y tantos aos, ha dado a su majestad, como
constaba de los libros de la caja real, de sus quintos, ochocientos mil pesos, que denotaba haber marcado suyos cuatro millones, en aquellos aos,
(no se pagaba el quinto, sino el dcimo, lo que da ocho millones) sin la
mucha cantidad que despus marc; mas hzole nuestro seor del corazn
ms liberal que ha tenido esta tierra; y as, como l me jur muchas veces
y era hombre de suma verdad que nunca haba tenido barra de plata en
su casa sino era para dar limosna, que todas las marcaba, quedaban en
casa del aviador, donde libraba lo necesario; y las limosnas que haca,
muchas de tres a cuatro y cinco mil pesos de una vez. Agora le ha trado
nuestro Seor, con la mucha edad, que le sustente su aviador; y as somos
(los agustinos) tambin perdidosos en la mengua de sus haciendas, si bien
no ha dado mucho, y as rogamos a nuestro Seor reciba en purgatorio lo
que hoy padece y luego le d la Gloria.45
Si bien es cierto que don Agustn de Zavala no lleg a venir al Nuevo
Reino de Len, su inters y preocupacin por su conservacin y aumento
fueron constantes y activos mientras lo tuvo a su cargo.
Dbesele la conservacin de este Reino al general Agustn de Zavala,
dice Alonso de Len, pues a no estar debajo de su proteccin, y ser con
tanta liberalidad fomentado, dificultossimo se me hace pudieran sustentar
la poblacin los espaoles, tan combatidos y atemorizados, sin hacer sementeras ni alargarse a nada, pues, cuando no tuvieran tantos enemigos,
bastaba el casero y formidable del hambre para desterrarlos.
Gast de su hacienda, en el tiempo que a su cargo tuvo este reino,
ms de ciento veinte mil pesos, porque aunque el virrey mandaba se dieran
de la caja lo que bastara a todos los gastos, y aun los pobres a pedirlo, y
en contemplaciones a los oficiales reales, cohechndoles el gasto y sobor320
La villa de Elorrio est situada entre Durango y Vergara y en sus aledaos se encuentra la anteiglesia o aldehuela de San Agustn; el casero de Zavala se encuentra tambin en Vizcaya, muy cerca y al oriente
de Guernica, corazn de los pases vascos. Ignoramos cundo pas a la
321
Nueva Espaa; en 1592 fue uno de los descubridores de las minas del
cerro de San Pedro que dieron origen a San Luis Potos,49 por lo que creemos que fue soldado en la guerra contra los guachichiles y compaero
de armas de Cristbal Caldera; el 13 de noviembre de 1593 registr un
solar para casa en el pueblo de San Luis Potos ante Juan Lpez del Riego, alcalde mayor,50 en 1608 particip activamente en el descubrimiento
de las ricas minas de los Ramos,51 se avecind en la ciudad de Zacatecas
donde hizo su inmensa fortuna y construy unas grandes y suntuosas
casas que costaron ms de cuarenta y cinco mil pesos,52 cifra enorme
en aquella poca; el 8 de noviembre de 1622 fund un mayorazgo en la
ciudad de Zacatecas.53
Durante mucho tiempo lo cremos hermano de Juan de Zavala, otro
de los descubridores de las minas del cerro de San Pedro a quien toc
medir la mina descubridora de Miguel Caldera54 y que fuera uno de los
fundadores de San Luis Potos y su vecino ms destacado; el 26 de noviembre de 1596 aparece como representante de los mineros de dicho
pueblo en el contrato para la construccin de la iglesia parroquial y es
el vecino que da la ms alta contribucin, tres mil pesos.55 En el ao de
1604 Vac la vara de alguacil mayor de la ciudad (de Mxico), a la cual
se opusieron Baltasar Rodrguez natural de la villa de Lepe, en los reinos
de Castilla, vecino de esta ciudad, que la quera para un hijo suyo, y Juan
de Zavala, vizcano, minero de las minas de San Luis Potos, hombres entrambos muy poderosos en hacienda, y la pusieron en ciento y veinte y
cinco mil pesos, y sali con ella el dicho Baltasar Rodrguez, no porque en
nimo ni dineros venci a Juan de Zavala, sino porque Zavala tuvo juicio,
y le dej salir con ella.56
Como decamos atrs, por mucho tiempo cremos hermanos a estos
dos acaudalados y poderosos mineros, don Agustn y don Juan de Zavala;
pero hemos podido comprobar que entre ellos no haba ni siquiera un
parentesco en segundo grado, ya que los padres de Juan de Zavala fueron Juan de Tellaeche y Mara Daz de Zavala y sus abuelos por parte del
padre, Juan de Tellaeche y Mara Senz, y por parte de la madre, Ochoa
Ruiz de Zavala y Mara Daz de Zavala.57
322
lo reverencien y sirvan como a su Dios verdadero, a quien sea gloria y alabanza eterna, as en la tierra como en el cielo.60
Tan desolada y triste es la pintura que del Nuevo Reino hace el obispo
neogallego, que provoca a admiracin el temple de aquellos primeros
colonos a quienes imaginamos enamorados de la tierra y atrados por el
paisaje y dispuestos a no desampararla.
Muy pobre ha de haber sido el aspecto de la Ciudad Metropolitana
de Nuestra Seora de Monterrey en aquel entonces: una enorme plaza,
como a ciudad metropolitana corresponda, rodeada de amplios solares
ocupados por mseros jacales de bahareque, es decir, construidos sus
muros de palizada embarrada de lodo y boiga y las cubiertas, de dos
aguas, de varejones y zacate. Adems del par de jacales, sala y cocina,
que componan una habitacin, ocupaban el solar los corrales bordeados
de lea o de piedra para el ganado, pequeos cultivos de trigo o de maz
y algunos rboles frutales regados por acequias sacadas del ro, sitio y
solar para la iglesia mayor que es una cuadra de la plaza hacia la parte
del norte este61 y en l un jacal un poco ms grande era la iglesia. Y jacales eran tambin el convento de los padres franciscanos, el hospital y las
casas del gobernador, donde se haca cabildo, y que se distinguan por
un torren de adobes con almenas y aspilleras. Sin embargo, a pesar de
su pobreza, el lugarcito de espaoles de hasta veinte vecinos escasos,
ha de haber sido amable y pintoresco: el ancho y hermoso valle de Extremadura entre altas y boscosas sierras, cruzado por varios y caudalosos
ros alimentados por numerosos manantiales, veneros y ojos de agua y
bien irrigado por acequias de aguas claras y murmurantes, bordeadas de
arboleda, y, ms all, rodendolo todo, el espeso monte abundante en
caza. Todava en ese ao de 1604 no se haba cambiado de sitio la ciudad y por ende se alzaba a la banda del norte del ro junto al monte de
nogales, morales, parrales y aguacatales de donde salen los ojos de agua
que llaman de Santa Luca,62 festonados de frondosos y anchos lampazos
y espesos carrizales. Y los veinte vecinos escasos vistiendo ropilla y gregescos, ceida la pierna por ajustada calza y siempre cubiertos, para su
defensa, con jubones de anta o cuero de cbolo o acolchados escaupiles,
el arcabuz al hombro, el chimal embrazado y ceida la espada, listos para
326
abierta oposicin contra todo lo dispuesto por las Nuevas leyes de 1542.64
Las encomiendas de trabajo personal haban quedado terminantemente prohibidas y ya slo tena existencia legal la encomienda de tributo.
Pero qu iban a tributar aquellos infelices nmadas? Adems, como lo
hemos demostrado en el trabajo Esclavitud y encomiendas de indios en el
Nuevo Reino de Len,65 en estas encomiendas se infringan todas las Leyes
de Indias referentes al trabajo y buen tratamiento de los naturales. El peculiar cuanto ilegal sistema de encomiendas en el Nuevo Reino de Len,
consista, ms o menos, en lo siguiente: el vecino o poblador espaol del
reino, alegando mritos, informaba al gobernante de la existencia de una
ranchera o pequea banda nmada an sin dueo; el gobernante le
extenda una merced de encomienda de indios; cumplido este sencillo
trmite legal, el encomendero, acompaado de hombres de armas o
soldados e indios amigos, sala en busca de sus encomendados; localizada por los indios amigos la ranchera, se daba el albazo o sea
el ataque por sorpresa al amanecer, echando redada en los indefensos
indgenas (a esto tambin se le llamaba salir a mariscar); las personas
cogidas en el albazo eran conducidas, en cadena o en collera, hasta
el lugar en que tenan que trabajar, donde se les vigilaba por capataces o
mayordomos; terminado el trabajo, para no tener que seguir alimentndolos, se les dejaba volver a su nomadismo, conservando, como rehenes y
en el servicio hogareo, algunas de las mujeres y los hijos. Y cada vez que
el servicio de los encomendados se haca necesario, se organizaba una
nueva entrada para sacarlos de su tierra y traerlos al servicio de su
amo.66 A medida que pasaban los aos y el nmero de colonos espaoles
aumentaba, aquellos cazadores de esclavos de nuevo cuo tenan que ir
a buscar ms y ms lejos sus presas, y la exasperacin, el odio, la justa
protesta y el deseo de venganza iban cundiendo entre aquellos nmadas
as perseguidos y acosados. Esta manera sui generis de encomienda
slo era en realidad una nueva forma de esclavitud que se aada a las
caceras de esclavos que se vendan fuera del reino para el trabajo de las
minas y para las grandes obras arquitectnicas y los obrajes; caceras que
continuaban al par de las encomiendas. La msera economa del Nuevo
Reino de Len segua apoyndose en la exportacin de indios esclavos, en
la infame trata, como lo demuestran muchsimos documentos consultados por nosotros.
328
Nos dice Alonso de Len que los indios se sublevaban, irritados por
las muchas piezas (esclavos) que en aquel tiempo se sacaban, pues no se
tena por hombre el que no llegaba a las rancheras de amigos o enemigos
y quitaba los hijos a las madres, para vender, que no haba otra venta para
comer, y sin ella no se podan pasar, sino muy trabajosamente.67 La saca
de esclavos y aquellas encomiendas no podan menos que provocar un
estado violento y permanente de guerra viva, guerra cruel y encarnizada
que haca imposible la creacin de una economa estable y capaz de dar
seguridad a los colonos y prosperidad a la regin. Y era aquel un dramtico crculo vicioso en que se debata el Nuevo Reino: la pobreza y total
escasez de otros recursos mova a los pobladores espaoles a esclavizar
a los indios, y era la actividad esclavista la que encenda y alimentaba los
fuegos de la guerra. Pero, era aquello en realidad una guerra? Haba
acaso ejrcitos y batallas, enemigos sealados, victorias y derrotas? Del
examen cuidadoso de la crnica de Alonso de Len y de los procesos
por sublevaciones de indios que se guardan en el Archivo Municipal de
Monterrey en el ramo de causas criminales, hemos podido calar al fondo
del problema, adentrndonos en sus recnditas motivaciones. Podemos
afirmar que aquello no era guerra, sino lucha espordica, parcial y episdica y, de parte de los espaoles, muchas veces fingida para justificar
los castigos que se traducan en ventas de esclavos. Los motivos? Examinemos algunos: el primer testigo de que tenemos noticia, dentro del
perodo que estudiamos lo provoc el cruel martirio que dieron los indios
camalucanos, en tierras de Coahuila, a fray Martn de Altamira el ao de
1604. Se hizo despus cruel materia en los indios, pagando con sus vidas,
mujeres e hijos, la muerte cruel de un inocente ungido de Dios.68
Las muertes de colonos espaoles, a manos de los indios, tambin movan a crueles represalias: Despus del referido castigo, los indios de este
reino, entre la paz y la guerra, hacan los males que podan. En el puesto
que llaman de Camacho, abajo de la labor que es hoy de Santa Catalina,
estaba poblado Pedro igo, primer alcalde ordinario de Monterrey, y los
indios le mataron sin causa. Algunos das despus, donde hoy es la labor
de Juan Cavazos, la tena Domingo Manuel; all le mataron lastimosamente
sus indios en esta forma: haban stos llevado una manada de yeguas: salieron Domingo Manuel y Juan Prez de los Ros, siguindolos, y alcanzndo329
ido a Mxico y su excelencia (el virrey) lo hizo capitn y dio de vestir. Era
este muy ladino y venda piezas (esclavos), que entraba a la tierra adentro
a hurtar, y llevando mal que los espaoles, sin ayuda suya, hiciesen otro
tanto, con su mal natural dispuso las cosas, de modo que cuando la tierra
estaba ms quieta, estaba una trama urdida, que pudo costar muy caro;
trat un alzamiento desde la ciudad donde resida.
Dispuestas las cosas, fueron (los indios) a la hacienda de los Nogales,
a medio da. Haba algunos hombres que iban descuidados; salironles al
encuentro los indios; hirieron a un mancebo llamado Andrs de Charles,
atravesndolo de un flechazo; los dems se recogieron a la casa. Dieron
aviso al justicia mayor, el cual llam al Cuaujuco; diole razn de lo que l
muy bien saba y disimulaba; dise por desentendido y, mostrando enojo,
pidi licencia para ir a inquirir quin lo haba hecho y traera a los agresores, ofrecindole al justicia mayor no venir hasta traer a los culpados y
tanta gente (como esclavos), que se espantara de verlos.
Puso el justicia mayor cuidado en la guarda del pueblo, y una noche
hallaron en el jacal de una india Antonia, que serva al convento, un indio
enemigo; cogido, declar que maana (era el tres de febrero) haban de
dar los indios en la ciudad, y que l vena a ver qu disposicin y guarda
haba, y que la india Antonia daba los avisos que convenan. Dio orden el
justicia mayor al capitn Joseph de Trevio para que con treinta hombres,
que se pudieron juntar, sacasen aquel indio a ahorcar, y ellos se emboscasen en la cinega que es hoy la labor de Juan Cavazos, y la tal madrugada
se fuesen acercando a la ciudad. Salieron a cuatro de febrero de mil y
seiscientos y veinticuatro, ahorcaron al indio y baj el capitn, contra la
rplica de los soldados, a la Pesquera; y aunque vieron los humos que
enderezaban a la ciudad por tantas partes, sea cierta de que iban a ella,
con todo eso no quiso volver, diciendo que en la ciudad se defenderan
que pasasen ellos a la chusma: resolucin que pudo costar muy cara a la
ciudad y a l la vida, cuando qued tan desproveda de gente; no condeno la intencin, debi de ser buena pues era persona capaz y de mucha
experiencia.71
Hay aqu una frase que no queremos dejar de comentar: que pasasen
ellos a la chusma; se llamaba chusma al conjunto de ancianos, mujeres y
nios de una ranchera, es decir, todas aquellas personas incapaces para
331
tomar las armas; los varones en edad de combatir eran los gandules de
arco y flecha; la chusma era la presa predilecta de aquellos cazadores de esclavos, el gnero que tena ms fcilmente salida y que sin
peligro se cobraba. Por eso el capitn Joseph de Trevio no pudo resistir,
a pesar del peligro en que dejaba a la ciudad, la tentacin de aquella nica oportunidad de hacerse de una buena y numerosa presa, sabiendo
como saba que los gandules andaban sobre las armas y que en las rancheras slo encontrara chusma indefensa y fcil de apresar. Tan hondo
haba arraigado aquella funesta cuanto infame tradicin creada por don
Luis de Carvajal y de la Cueva!
Llegaron los indios a la ciudad, el dicho ao de veinte y cuatro, a
ocho de febrero; dieron de golpe al amanecer; hirieron al capitn Antonio
Rodrguez en una pantorrilla; yndose al Saltillo, se le inflam y muri.
Quedaron asimismo heridos el capitn Gonzalo Fernndez de Castro, Juan
Prez de Lerma y Pedro Rangel; mataron un indio amigo. Defendieron los
pocos que haba muy bien la ciudad y (a) los religiosos, desde el convento.
A los indios capitaneaban a caballo, el Cuaujuco y (el) Colmillo; murieron
(sic por mataron) algunos con los arcabuces; y visto no podan hacer ms
efecto, a las nueve se empezaron a retirar, llevndose todas las yeguas, caballos, vacas y cabras que haba, sin resistencia. Depach el justicia mayor
a llamar la compaa o a buscarla, con Leonardo de Mendoza, halllos
en la Pesquera; volvieron y, entrando en la ciudad, sin aguardar orden,
cada uno se fue por donde quiso, unos al Saltillo, otros se quedaron en
Monterrey en sus casas, y no se hizo efecto de consideracin, cuando pudo
haber uno muy importante.72
Promotor y cabeza de este primer asalto a la ciudad fue el famoso
Cuaujuco, indio de nacin cuachichil, muy ladino por haberse criado entre espaoles ayudndolos en los albazos y mariscadas, como lo dice
Alonso de Len: sacaban los espaoles con su favor algunos muchachos,
como se ha dicho, y a veces sin darle parte; l, como soberbio y orgulloso
y que en todo se quera hallar, tenindolo a menosprecio, y siguiendo la
fuerza de su destino... furioso y sin sosiego, convoc al alzamiento arriba
dicho y entrada en la ciudad.73
Esta breve cita nos permite calar muy hondo el carcter de aquella
guerra: era el Cuaujuco producto tpico de la aculturacin motivada por la
332
Zavala, desde Zacatecas, no dej de enviar toda clase de socorros, gastando de su hacienda en el tiempo que a su cargo tuvo este reino, ms de
ciento y veinte mil pesos, sustentando un almacn a grandes expensas
de harinas y carnes, que se repartan cada semana por familias, ms de
diez aos, tan ampliamente, que si alguna vez falt la racin, ms fue por
culpa de los ministros (o lugartenientes) que en el reino estaban, que por
descuido suyo, pues stos, aprovechndose de la ocasin prdigamente,
las gastaban en hacer sus haciendas y aquerenciar su gente.77 En acta del
cabildo de la ciudad de Monterrey de 2 de agosto de 1626, se dice: ...(la
guerra) nos ha puesto en el extremo de haber de comer de limosna de que
su majestad nos hace merced con el general Agustn de Zavala...78
A pesar de estas ayudas que reciban de fuera, vivan los vecinos en
tanta pobreza, que ni siquiera tenan qu comer. Esta miserable situacin
est vigorosamente descrita por don Alonso de Len:
Dbesele la conservacin de este reino al general Agustn de Zavala,
pues, a no estar debajo de su proteccin, y ser con tanta liberalidad fomentado, dificultossimo se me hace pudieran sustentar la poblacin los espaoles, tan combatidos y atemorizados, sin hacer sementeras ni alargarse
a nada, pues, cuando no tuvieran tantos enemigos, bastaba el casero y
formidable del hambre, para desterrarlos; padecanla intolerable desde el
tiempo del gobernador Diego de Montemayor, hasta el que se va refiriendo
(1613), pues los ms meses y aun aos enteros, no se sustentaban con otra
cosa que unas races de lampazos, de que abunda el ojo de agua, algunas
frutas silvestres y el mezcale; y me ha certificado el caudillo Diego de Sols
que muchas veces le envi su padre (Martn de Sols) a la casa del padre Ciprin de Acevedo, con un plato, a pedir la racin del gobernador. Viva de
la ciudad como tres tiros de arcabuz, el cual, como sacerdote y solo, tena
siempre algn maz; y por principio y postre de la comida, le socorra este
al gobernador con el plato lleno de maz tostado que vulgarmente llaman
exquite; y l, como muchacho, y no muy satisfecho, iba por el camino grano
a grano comindolo, que cuando llegaba no era la mitad; estimndolo el
gobernador en ms, que pudiera un soldado los ms delicados y suaves
manjares de la mejor hostera de Italia.79
Y el hambre haca fracasar todas las empresas: Quiso (Diego Rodrguez) reedificar la ciudad de Len y labrar las minas que all haba, para
334
lo cual vino alguna gente, que no pudiendo sufrir algunas hambres y demasas de los indios, siendo el inters de la plata tan poca, se volvieron...80
Las mismas razones obligaron al capitn Pedro Velada, el ao de 1605, a
abandonar la repuebla que haba hecho en las minas de Almadn (Monclova).81
La Crnica del padre Arlegui, en la que la historia y la leyenda se
mezclan tan bizarramente, da esta curiosa y falsa explicacin de la miseria padecida por los vecinos del Nuevo Reino de Len en el perodo que
estudiamos:
No se contentaron con tanta cosecha que introdujeron en los ganados
de la iglesia en el trmino de un ao estos serficos ministros (da la increble cifra de 35 mil indios bautizados), sino que sedientos y ambiciosos de
nuevas almas, penetraron toda la tierra hasta el mar, as hacia el norte,
como hacia el oriente, donde fundaron quince pueblos o rancheras, en que
congregaron innumerables indios, los que aplicaron despus de convertidos
a diversas labores que abrieron, de trigo, maz y otras legumbres, las que
se dieron el ao de 1605, con tanta abundancia, que consta de la certificacin jurdica que tengo (?), que la harina la sacaban en carros a los reales
de Zacatecas y Mazapil, debindose toda esta abundancia a la industria
y celo de nuestros religiosos, y se hubiera continuado por la piedad divina
la abundancia en las cosechas de los trigos, a no haberse indispuesto los
vecinos del reino con sus pocos justificados procederes, negando la paga
debida de los diezmos del trigo a nuestra madre la iglesia: lo que sabemos
al presente es, que no se da trigo en el reino, aunque se siembre, cuando
era tanto lo que se coga a los principios, que causaba admiracin aun a
los mismos americanos. Por varios medios he inquirido el origen de esta
desgracia, y aunque no he hallado instrumento jurdico que la declare, es
tradicin comn entre los viejos de esta provincia, que el no dar al presente
(1736) trigo alguno la frtil tierra del Nuevo Reino de Len, fue, porque un
ao un seor obispo celosamente indignado, y justamente sentido de la
renuencia y rebelda que tenan los vecinos del reino en pagar los diezmos
del trigo a nuestra madre la iglesia, los anatematiz solemnemente, y desde
ese ao no ha vuelto a producir ms trigo aquella tierra, por varias diligencias que han hecho sus moradores. Caso que bien considerado, poda
causar pavor a los perezosos en la contribucin de los eclesisticos diez335
mos; porque si esto sucede con lo insensible del trigo, qu efectos tan lamentables causar en las nimas racionales!82
En este pasaje de la Crnica de Arlegui todo es histricamente falso: el
buen fraile franciscano slo pretende con este ejemplo mover a los remisos a cumplir con el mandamiento de la iglesia. Las certificaciones jurdicas
que menciona, y que no hemos podido conocer, son las que don Diego
de Montemayor el Viejo envi a su majestad el ao de 1603,83 y no el de
1605, pretendiendo se reconociese la repuebla del Nuevo Reino de Len y
se le confirmase en el cargo de gobernador y capitn general. Don Diego,
siguiendo la escuela de Luis de Carvajal, ha de haber falseado los hechos
y exagerado las cifras para disponer en su favor la voluntad del monarca.
El padre Arlegui, que utiliz dicha informacin jurdica, no minti a sabiendas, sino engaado por los falsos testimonios de Montemayor y por
alguna de esas leyendas piadosas tan comunes entre gente campesina.
Lo cierto es que el trigo siempre se dio bien en el Nuevo Reino y que si
no se produca era porque no se cultivaba a causa de la guerra y la miseria que asolaban la tierra, as como la poca dedicacin de los pobladores
a la agricultura. Es tierra frtil, de muchos pastos y casi siempre verdes.
Danse los panes muy bien; todas semillas y gneros de rboles frutales, de
muy gran sabor y gusto; muchos melones, sandas y todos gneros de semillas. Slo falta, lo que no puedo decir sin gran lstima, hombres curiosos y
trabajadores, con cuya causa no hay sino muy poco de cada cosa, pudiendo haber en tanta abundancia, que se pudiera pasar con mucho gusto la
vida84 nos dice don Alonso de Len, quien al hablar del ojo de agua de
la ciudad aade: (es) tan abundante y rico, que en otra parte adquiriera
nombre de caudaloso ro; est por sus ojos derramando tanta abundancia
de lgrimas que a ser gente ms codiciosa la que habita aquella ciudad
y tienen en propiedad tierras en sus riberas y acequias que los antiguos
abrieron y ya estn ciegas, quiz de llorar tanto descuido bastaran a
ablandar las duras peas, cuanto ms una tierra negra, de mucho migajn,
y limpia, que convida a obrar en ella.85 Y esto que el cronista escriba en
el ao de 1648, creemos que se puede aplicar perfectamente al perodo
que estudiamos.
En esos treinta aos que van de 1596 a 1626, la poblacin del Nuevo
Reino va creciendo lentamente con la llegada de nuevos pobladores, mu336
largo; y de todo lo dems, como cinco peonas, que sern quinientas fanegas de labor para pan de trigo o cebada, cincuenta de maz, diez huebras
de tierra para huertas, cuarenta para plantas de otros rboles de secadal,
tierra de pasto para cincuenta puercas de vientre, cien vacas, veinte yeguas, quinientas ovejas y cien cabras.88 Definicin que se repite en la Recopilacin de las Leyes de Indias, Vol. II, p. 102 de la tercera edicin. Como
se ve por esta definicin, la corona espaola pretenda que la merced
hecha a los nuevos pobladores constituyese una unidad econmica autosuficiente; sin embargo, en la prctica, la caballera lleg a convertirse
en una simple medida de superficie para las tierras de labor, equivalente
a 42 hectreas, 79 reas y 55 centireas. Y en el Nuevo Reino de Len
se mercedaron a los nuevos pobladores cuatro caballeras de tierra de
labor o sea 171 hectreas, 18 reas y 20 centireas y, adems un sitio de
ganado mayor, equivalente a 1755 hectreas, 90 reas y 25 centireas de
tierra de agostadero, solar para casa y una suerte de huerta que eran 10
hectreas, 69 reas y 80 centireas. Encontramos que un mismo poblador
lleg a obtener dos o ms mercedes, acrecentndose as sus propiedades.
As por ejemplo, Diego de Montemayor el Mozo, en 1596, recibi en total
ocho caballeras, un sitio de ganado mayor, un sitio de ganado menor y un
sitio de huerta con una superficie total de cerca de 2800 hectreas.89 Pero
la mayor propiedad que encontramos en esos primeros aos despus de
la fundacin, en 1597, es la de Diego Daz de Berlanga con doce caballeras y tres sitios de ganado mayor, que arrojan como 5700 hectreas.90
Como los nuevos pobladores estaban obligados a permanecer en la tierra
y cultivarla durante cuatro aos, despus de los cuales adquiran la plena
propiedad y por lo tanto podan venderla, trocarla, hipotecarla, heredarla,
o enajenarla de cualquier otra manera, algunos de ellos fueron adquiriendo por compra, trueque o donacin tierras que originalmente haban
sido mercedadas a otros, creciendo as las propiedades; aunque sin que,
en la poca que estudiamos, se pueda propiamente hablar de latifundios.
En 1610, Jusepe de Trevio compr a Marcos Alonso el Mozo ocho caballeras de tierra, un sitio de ganado mayor y un herido de molino, todo en
cuatrocientos pesos de tepuxque.91 Los cultivos eran trigo y maz, especialmente el primero. Ya en 1616 se hacen los primeros ensayos para el cultivo
de la caa de azcar: Despus que el capitn Cristbal de Irurreta sali
338
del reino, salieron a poblar una labor y un ingenio de azcar en esta jurisdiccin, donde hoy (1698) estn poblados los tascaltecos, que es la labor
de los propios de esta villa de Cadereyta, dos hombres, el uno llamado
Pereyra, y otro, Alonso Prez, y un indio, criado suyo, mexicano; sacaron la
acequia, sembraron caa y otras cosas.92 La caa de azcar iba a ser un
cultivo muy importante en el Nuevo Reino de Len y el azcar y el piloncillo elaborados en sus trapiches tenan fcil mercado en la zona minera
de Zacatecas.
El ulterior fracaso de estos primeros cultivadores de caa de azcar
en el Nuevo Reino, ilustra muy bien la situacin de la agricultura en esa
poca, en que un grupo de colonos diestros en las labores del campo
tratan de fomentar sus haciendas y cimentar una economa agrcola
que resolviese el problema del hambre que atrs analizamos, sin lograr
resultados positivos por el constante estado de guerra en que se viva.
Veamos cmo termin aquella primera hacienda azucarera: Viva en
el propio puesto un indio, con su ranchera, llamado Nacastlagua; ste,
con su gente, les ayudaba; mas era tan desvergonzado, que, cada vez
que ponan la mesa, se iba a sentar l primero, y no hallaban modo
de remediarlo, y as pasaban, sufriendo tanto, que el indio mofaba de
ellos. Haban conchabado a Antonio Durn por mayordomo para la labor; vino con su casa, se asisti unos das, contronle los compaeros
lo que pasaba con Nacastlagua; l (Durn) era hombre resuelto y determinado. Ocasionronle con su temeridad, la muerte; mandando un
da, estando l presente en el aposento o jacal de ellos, poner la mesa;
l (Durn) tena un garrote cortado a propsito; trujeron de comer, y
como el indio estaba habituado a ello, se asent l primero en la mesa;
Antonio Durn cogi el garrote y le dio tanto palo, que lo moli; sali
el indio confuso y dolorido. Otro da, Antonio Durn levant su casa
y se fue a Monterrey; a pocos das pasados, una noche dieron en el
jacal con gran alarido y violencia; sali Pereyra a ver que ruido era,
e hirironle de muerte; pegaron fuego al jacal. Alonso Prez abri el
carrizo por la trasera y se sali sin ser visto; lleg sano a Monterrey.
El criado se visti una cota y cogi un chimal, y parti de una carrera
hacia el ro, y, al ir huyendo, le dieron por una nalga un flechazo que
le sali en la ingle; fuese herido y a los tres das aport a Monterrey
339
sin los correspondientes a las diez carretas que all se mencionan.98 Pero
el documento que mejor nos da a conocer la riqueza ganadera del Nuevo
Reino a la vez que las grandes prdidas que sufran los espaoles, aunque
creemos que las cifras estn exageradas, es el acta del cabildo que se
celebr en la ciudad de Monterrey el da 2 de agosto do 1626, con motivo de la entrada de don Martn de Zavala. Dice el documento: y en ella
(en la guerra) habemos perdido y nos han consumido los indios naturales
en este dicho tiempo (desde 1596), ms de treinta mil cabezas de ganado
mayor y menor de todo gnero.99 Y ms adelante nos da la desconsoladora noticia de que en la fecha del documento (1626), no han quedado
en este dicho reino, ms de diez o doce mil cabezas de ganado mayor y
menor100 cifra insignificante si se toman en cuenta datos de otras regiones. En 1571 escriba Gonzalo de las Casas refirindose a la riqueza de la
zona ganadera de Quertaro y Guanajuato: ...se ha aumentado tanto el
ganado, que hay hombre que hierra cada ao trece mil becerros, y aun ha
habido algunos que han llegado a quince mil y diez y ocho mil, y muchos
de ordinario hierran seis mil y siete mil y del diezmo de la chichimeca se
recogen o llegan casi a catorce mil becerros, que cierto pondr admiracin
a quien no lo ha visto.101 Y en 1578 don Diego de Ibarra, uno de los fundadores de la ciudad de Zacatecas, en la escritura de la fundacin de su
mayorazgo, declaraba que las vacas que haba en sus haciendas, en la
Nueva Vizcaya, no podan contarse; pero que excedan de ciento treinta
mil, los caballos pasaban de cuatro mil.102 Frente a estas cifras las diez
o doce mil cabezas de ganado mayor y menor del Nuevo Reino en 1626
resultan muy pocas. Si en este perodo no fue posible, a pesar de todos
los esfuerzos, impulsar la agricultura, menos se pudo hacer con la ganadera. Ya hemos dicho que los animales domsticos, introducidos por los
espaoles, constituan una tentacin invencible para los nmadas y que
todas las hostilidades se iniciaban, casi siempre, por robos de ganados
de parte de los indios. En el famoso asalto a la ciudad de Monterrey el 8
de febrero de 1624, los indios se retiraron llevndose todas las yeguas,
caballos, vacas y cabras que haba.103 As, a pesar de la rpida e increble multiplicacin de los ganados en los vrgenes y pinges pastizales del
Nuevo Reino, que en gran parte desaparecieron despus invadidos por
el chaparral y monte bajo con la introduccin de los ganados de lana, la
341
riqueza ganadera en lugar de incrementarse sufra fuertes mermas a manos de los indios.
Y qu decir de la minera? La mayor parte de los pobladores del
Nuevo Reino, en los treinta aos que van de 1596 a 1626, perodo que
estudiamos en esta parte de nuestro trabajo, haban venido de la rica zona
minera zacatecana: Mazapil, Sombrerete, San Martn, y otros lugares, y
por lo mismo podemos conjeturar que muchos de ellos eran diestros en el
arte de la minera y que han de haber puesto todo su afn en la bsqueda
de minas y metales, que al decir de don Alonso de la Mota y Escobar son
la piedra imn del espaol.104 Ya entre los aos de 1598 y 1599, ante don
Diego de Montemayor, se hicieron varios denuncios de minas, por diferentes personas entre las que figuran Diego Rodrguez, Diego de Montemayor
el Mozo, el padre Cebrin de Acevedo, y otros. Y ya para el ao de 1599
se haban celebrado en el Nuevo Reino varias transacciones mineras: el
primero de noviembre de dicho ao Diego de Montemayor el Mozo y el
padre Cebrin de Acevedo Ovalle, su socio, traspasan la mina de Santa
Ana que el primero haba descubierto, a Manuel de Mederos y Martn
Jimnez105 y hacen, adems, donacin de partes de dicha mina a nuestra
seora de la Anunciacin.106 En ese mismo ao de 1599, a 12 de febrero,
dio el virrey un mandamiento para que se enviase un hierro del diezmo
para marcar las platas de los vecinos que es un coronel de las armas reales, sobre un diez castellano, y al pie unas letras que dicen: Reino de Len;
entregndolo al padre Cebrin de Acevedo Ovalle, envuelto en un anjeo
cosido y liado con un hilo de henequn y sellado con cuatro sellos reales,
impresos en cera amarilla, los dos a las cabezas y dos a los lados.107 Con
este hierro o punzn se marcaban los tejos de plata como seal de que el
minero haba pagado el impuesto de ley que ordinariamente era quinto.
Pero en este caso el virrey, deseando impulsar la explotacin minera, seal nicamente el diezmo. Ya veremos lo que pas con este hierro de la
marca.
A lo largo del perodo siguieron registrndose denuncios y transacciones mineras. Por ejemplo, en el ao de 1603 Bernab de las Casas compr
un fundo minero en el real de las Salinas al den de la catedral de Guadalajara, don Juan de Ortega Santelices, y se radic en ese lugar con su
familia.108 Y el 10 de febrero de 1621, Alonso Daz de Camuo fue admi342
345
NOTAS
1.
2.
3.
Ibid.
4.
5.
Convenimos llamar as al Expediente formado con motivo del nombramiento de alcalde mayor en la villa de Santiago de Saltillo (con jurisdiccin
sobre las minas de Almadn), 1643, Archivo del Ayuntamiento de Hidalgo
del Parral, Chihuahua, Exp. nm. 22.
6.
Ibid, f. 33v.
7.
8.
9.
Ibid.
10.
11.
Ibid.
12.
Ibid., p. 101.
13.
14.
15.
16.
Catlogo de pasajeros a Indias, Vol. III, p. 109, # 1736 o Montoto: Coleccin de documentos inditos ..., Vol. III, p. 63.
17.
18.
19.
Prez Maldonado: Las tres esposas de Diego de Montemayor en Narraciones histricas, segunda serie, pp. 7-11.
20.
21.
346
22.
Ttulos originales de la estancia de San Sebastin, jurisdiccin de Sombrerete. Documento indito, original en la Biblioteca del Instituto Tecnolgico
de Monterrey.
23.
Libro de bautizos y casamientos de Santa Mara de las Nieves, 15861592, # 5, agn, Documentos pendientes de registro.
24.
25.
Ibid., p. 104.
26.
27.
Ibid.
28.
29.
30.
31.
Para el nombramiento de procurador vase: Acta de fundacin de la ciudad de Monterrey; para las mercedes de tierras e indios vase: amm, Ramo
Civil, Vol. VIII, Exp. 27, f. 13; Ibid., f. 14 y Cosso: Historia de Nuevo Len,
Vol. I, pp. 140-142.
32.
33.
34.
Ibid., p. 128.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
347
44.
45.
46.
47.
Documento del Parral, f. 11v.; Archivo de notaras de la ciudad de Zacatecas, Protocolo del ao de 1656.
48.
49.
50.
Ibid., p. 310.
51.
52.
53.
ndices del Consejo de Indias, Vol. V, p. 190 en Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., segunda serie, Vol. XVIII.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
Ibid., p. 114.
60.
61.
348
62.
Ibid.
63.
Ibid.
64.
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71.
72.
73.
Ibid., p. 116.
74.
Ibid., p. 117.
75.
Ibid., p. 116.
76.
Ibid., p. 101.
77.
Ibid., p. 121.
78.
79.
80.
Ibid., p. 104.
81.
82.
83.
84.
Ibid., p. 82.
85.
Ibid., p. 83.
86.
87.
88.
89.
Cosso: Historia de Nuevo Len, Vol. I, pp. 140-142; AMM, Civil, Vol. VIII,
Exp. 27, f. 14.
90.
91.
92.
93.
94.
Ibid., p. 104.
95.
Ibid., p. 99.
96.
Ibid., p. 132.
97.
Ibid., p. 101.
98.
AMM, Civil, Leg. 4, Exp. 23. Citado por Cavazos: Algunas caractersticas
..., p. 474.
99.
100. Ibid.
101. Gonzalo de las Casas: Guerra de los chichimecas, p. 599.
102. Dvila Garibi: La sociedad de Zacatecas ..., p. 38. Tomado de Los Condes
de Santiago, por Ignacio de Villar y Villamil, p. 171.
103. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 107.
104. Alonso de la Mota y Escobar: Descripcin geogrfica ..., p. 209.
105. AMM, Protocolos, Vol. I, Doc. I.
106. Ibid.
107. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 101.
108. Gonzlez: Lecciones orales ..., p. 51.
109. Asiento de vecindad de Alonso Dez de Camuo, AMM, Civil, Vol. I, Exp.
21, f. 12. Sntesis en Cavazos: Cedulario, p. 72, # 84.
110. Arlegui: Crnica, p. 129.
111. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 85.
112. Ibid., pp. 132-133.
113. Ibid., p. 133.
114. Diego de Montemayor el Mozo: Testamento, Monterrey, 29 de abril de
1611, AMM, Civil, Leg. 3, Exp. 24.
115. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 160.
350
351
Gnova, el ao de 1630, y fueron sus padres Bartolom Chapapra y Batestina Bad. De edad de diez y siete aos pas a la Nueva Espaa, y entr
al Nuevo Reino de Len en el ao de 1650.22 Juan Bautista Chapa ha de
haber hecho sus estudios en Europa en Italia y Espaa y muy posiblemente los continu en Mxico. Lo que no se puede poner en tela de juicio
es la cultura, fruto de largos estudios, que se refleja en su obra. Juan Bautista Chapa entr al Nuevo Reino acompaando a don Alonso de Len,
en cuya compaa vivi e hizo la guerra a los indios. Durante largos aos,
hasta el fin de su vida, fue secretario de los gobernadores del Nuevo Reino
de Len. Muri en 1694.23
A don Fernando Snchez de Zamora lo suponemos natural de San Luis
Potos, y en su escrito se revela como hombre culto. Don Martn lo puso al
frente de las misiones del ro Blanco.24
La biblioteca de don Martn ha de haber sido rica y variada pues si,
como nos dice Juan Bautista Chapa, tena ms de ochenta libros en lengua
toscana,25 cuntos habra en espaol, alemn, vascuence y latn, idiomas
que conoca el gobernador? Conociendo el carcter y la composicin de
las bibliotecas de aquel entonces podemos suponer que en sta, como en
todas, han de haber dominado en nmero las obras latinas y, siendo su
lengua propia la espaola, los libros escritos en ella han de haber sido
ms que los escritos en lengua italiana. Todo lo cual indicara un total de
varios centenares de volmenes. No es remoto suponer que las diferentes
obras citadas por los dos cronistas, Alonso de Len y Juan Bautista Chapa,
pertenecieran, en parte cuando menos, a la biblioteca de don Martn, y
una simple lista de ellas nos permitir formarnos una idea, no slo de su
variedad e importancia, sino tambin de la cultura de aquella diminuta
corte humanstica.
Recorramos en primer trmino la lista de los autores citados por Alonso de Len en su Relacin y discursos. La extensa y profunda erudicin
religiosa del cronista se pone de manifiesto en las frecuentes y atinadas
citas de la Sagrada Biblia, especialmente del Antiguo Testamento. De los
doctores de la Iglesia cita a San Pablo en la Epstola a los Romanos, a San
Agustn en la Ciudad de Dios y a Santo Toms en la Summa Teolgica. Encontramos tambin citas de dos escritores eclesisticos del siglo IV: Eusebio
de Samosata, autor de la Preparacin evanglica en quince libros en que
354
veinte y cuatro grados y medio de altura del norte..., dato que hace pensar
en observaciones con astrolabio.26
Veamos ahora los libros conocidos por Juan Bautista Chapa. Del magnfico trabajo de nuestro amigo Israel Cavazos Garza Juan Bautista Chapa, cronista annimo del Nuevo Reino de Len, tomamos esta breve nota
sobre la bibliografa citada por el cronista en su Historia del Nuevo Reino
de Len: Aristteles, Ovidio y Claudiano. Las Etimologas de San Isidoro,
la Ciudad de Dios de San Agustn, el Vocabulario Histrico y Geogrfico de
Carlos Esteban, las Historias del Mundo de Csar Campana, El Curioso de
Aldea, annimo, la Historia General de las Indias de Lpez de Gmara, y
otras obras geogrficas, histricas y filosficas.27
De su testamento, descubierto por el mismo distinguido historiador, tomamos lo siguiente: Item declaro que me hallo con cuarenta libros, poco
ms o menos, en lengua castellana, latina e italiana; entre los cuales estn
los siguientes, que son de los herederos del general Alonso de Len: Specum Astrologium, Geografa de Tolomeo, Andrea Argoli, y otro de Agricultura (suponemos que se trata del clebre Libro de Agricultura de Herrera),
mando se les entreguen. Y todos los que estn en romance, que los ms son
de judicatura, se los dejo a mi hijo Gaspar; los de lengua italiana mando
a mis albaceas se los remitan a un paisano mo llamado Franco Capurro
Risso, yerno de Juan Gonzlez de Vargas, cirujano en la Ciudad de Mxico,
para que por ellos me mande decir algunas misas por mi alma; y los latinos,
que algunos son de mucha estima, los procuren vender y apliquen su precio
por mi alma.28
Como dato curioso, slo aadiremos que entre los libros mencionados
por Juan Bautista Chapa en su Historia, figura el Arte de Navegar de Pedro de Medina,29 libro tan raro y tan estimado por los biblifilos, que don
Salvador Ugarte en 1953 adquiri uno de los pocos ejemplares conocidos
en la librera de Quaritch en Londres en cerca de $50,000.00. El libro se
guarda ahora en la Biblioteca del Instituto Tecnolgico de Monterrey.
Como se ve por los documentos atrs citados, este pequeo grupo de
hombres cultos tenan a su alcance gran cantidad de libros sobre diversas
materias: religin, filosofa, historia y jurisprudencia, entre otros. Y aunque en
los escasos y deficientes inventarios de que disponemos no figuran obras de
entretenimiento, debemos suponer que los haba. Podran faltar Don Qui356
mera el real y minas de San Gregorio en que le permit poder hacer la dicha
primera fundacin ...54
Debemos decir que lo que ms nos movi a llevar esta investigacin
hasta su trmino, fue el poder utilizar justificadamente en nuestro trabajo,
tanto la detallada descripcin de la villa de Cerralvo, como el completo
padrn de sus vecinos, refirindolos a Monterrey. Una vez demostrado que
esa villa de Cerralvo no es otra que la Ciudad Metropolitana de Nuestra
Seora de Monterrey, sabemos cmo era dicha ciudad y quines la habitaban al tomar posesin del reino su gobernador don Martn de Zavala. En
el acta de fundacin del pueblo de San Gregorio de Cerralvo, que es de
la misma fecha que esta descripcin, se menciona un mapa que acompaaba al documento; conjeturamos que con mayor razn debi levantarse
tambin el de Monterrey y sus estancias, y no desesperamos de llegar a
encontrarlo algn da.
Pero ya la referida descripcin de la villa de Cerralvo, nos permite saber
cmo era la ciudad de Monterrey a la llegada del gobernador don Martn
de Zavala. Muy poco haba cambiado su aspecto en 20 aos. Todas las
cuales dichas casas estn distantes unas de otras, segn y como se refieren
en este testimonio, sin orden ni contigedad unas con otras, sin calles, polica, ni comercio, ni modo de l, ni repblica.55 Se menciona el convento
franciscano de San Andrs que, por el acta de cabildo del 2 de agosto
de ese ao de 1626, sabemos tena: pila de bautismo con su bautisterio,
muy grande cementerio para entierro de naturales, torre fuerte en la dicha
iglesia, muy buenas campanas,56 la iglesia parroquial todava no exista
ya que no fue sino a fines de ese ao que se construy a costa de don
Martn.57 Frente al convento, a cincuenta pasos de distancia, la casa del
capitn Diego Rodrguez y en ella dos aposentos nuevos con una torrecilla
alta y, a un lado de dicho convento est una sala nueva con su casa y un
aposento con siete ventanas y puertas, en que vive el seor gobernador, que
parece son casas reales, sin haber habido otras, ni crcel, ni prisiones.58
Muchas de las casas, formadas por dos o tres cuartos, eran de muros de
adobe y cubierta de terrado; pero el documento menciona tambin techos
de zacate, viejos paredones con cubierta de paja y humildes jacales. Muchas de aquellas casas eran de construccin reciente. Es muy importante
advertir que la ciudad ocupaba ambas mrgenes del ro formado por los
365
terrey, no concluyendo las poblaciones ofrecidas: que siempre los que viven
con algn remordimiento, quisieran estar lejos de la justicia.65 Esta hostilidad y resistencia de parte de los antiguos pobladores, se prolong ms
tiempo del que era de esperarse: se advierte en ellos un arraigado espritu
conservador enemigo de todo cambio. Refirindose a la entrada de los
ganados trashumantes al reino el ao de 1635, dice el cronista: y aunque
es verdad que hay personas poco polticas que dicen que la entrada de las
ovejas ech a perder la tierra, son como el ciego que no puede juzgar de
colores. Estos tales me holgara pusieran aqu su nombre, dando las causas
para ello, y mejor fuera, (dieran) gracias a Dios, que les sac de las cortedades en que vivan y redujo a que coman y vistan al uso de las gentes.66
Lstima grande que don Alonso de Len no haya puesto los nombres de
los quejosos. La intriga contra don Martn lleg hasta la corte: Alonso de
Len, hablando de las muchas cosas que el gobernador tuvo que sufrir en
su gobernacin, nos dice: Y lo que ms es, persecuciones que ha padecido, de mulos que cada da le han salido, y algunos tan grandes, que le
hubieran puesto en cuidado, a no vivir como ha vivido, como fue don igo
de Argello, fiscal en lo civil en la cancillera de Mxico, teniendo tratos
secretos con algunas personas de este reino, que haban recibido del susodicho (don Martn) algunas mercedes y, sabindolo (el gobernador), lo ha
disimulado con mucha sagacidad; y escribiendo al Real Consejo para que
le privaran del gobierno ...67 Por una real cdula fechada en 1672,68 y que
daremos a conocer ms adelante, sabemos cules fueron los cargos que
se le hicieron ante el consejo; pero baste con lo dicho.
A don Martn de Zavala, en aquellos primeros das de su gobierno,
no slo le preocuparon los problemas polticos y la administracin de la
justicia, sino tambin el agudo problema econmico. Por eso, al llegar a
Monterrey enterse de las cosas del reino, de las calidades de la tierra,
proceder de los espaoles, condicin de los naturales. Reparti a los vecinos labradores cantidad de rejas, que las ms de ellas hicieron comales; a
otros dio herramientas y, a todos, aquello que les faltaba, hasta ganados.
Envi a ensayar las minas de la redonda de Monterrey ...69 Confirmando
lo anterior, Juan Dez de la Calle en su Memorial y Noticias Sacras y Reales
de las Indias Occidentales nos dice que don Martn entr al Nuevo Reino
con ms de 150 personas, mucho ganado mayor y menor, 260 caballos con
368
don Martn), y estuvieron con notable cuidado aquella noche, y de madrugada, mientras uncan los carros, se adelantaron con los carneros Agustn
de Urquiza, Juan Bautista de Aldape y un indiezuelo pastor; al tiempo que
llegaban a un arroyo seco, que hace la entrada de una angostura de monte, les dieron los indios matronlos a ambos y al pastor llevndose los
carneros y ovejas.
Veinte das despus del suceso referido, bajaron los tepehuanes con
ms de trescientos indios convocados, y de repente dieron en la carbonera
del real de San Gregorio, con muy gran alarido y flechera; mataron catorce personas, llevronse mil y ochocientas cabezas de ganado menor, que
en vano defendieron cuatro arcabuceros ms de dos horas.80
El ao de 1632, nefasto para los espaoles por las muchas muertes de personas y prdidas que sufrieron, el cabildo de la ciudad de
Monterrey envi un requerimiento al gobernador, que ya para entonces
resida en Cerralvo, hacindole relacin de todos los delitos cometidos
por los indios y pidindoles que agravase las penas a los delincuentes,
declarando que los indios de mayor edad mueran por sus culpas, o que,
por lo menos, se les quite la mano derecha y desoque (descoyunte) de los
pies; y las mujeres y muchachos de cinco hasta veinte y cinco aos, salgan
fuera de este dicho reino por el tiempo que su seora viere y juzgare.81
Don Martn, antes de dictar los autos de guerra, pidi su parecer a fray
Francisco de Rivera, lector en santa teologa y que acababa de llegar
como guardin del recin fundado convento de Cerralvo. Fray Francisco de Rivera rindi su parecer largo y conceptuoso y, al referirse a las
penas que merecan los indios, deca: no slo puede, sino que debe en
conciencia el seor gobernador, ejecutar, no slo lo que el cabildo de la
ciudad de Monterrey propone y pide, sino con mucho ms rigor, pues la
falta de l en tantas y diversas veces y la superflua e imprudente remisin
que con ellos se ha tenido, fue causa de tantos y tan notables daos en
este Nuevo Reino.82
Aun no satisfecho el gobernador remiti el parecer de fray Francisco de Rivera a la ciudad de San Luis Potos para que all lo examinasen
los telogos de aquel importante convento franciscano, quienes tambin
consideraron guerra justa la que se les haca a los indios. Doce frailes
franciscanos firman el documento.83
372
Todos estos trmites confirman lo que atrs dijimos acerca del espritu
legalista de don Martn. Una vez cubiertas todas las formas y tranquila su
conciencia con los pareceres de los telogos, dict don Martn los autos
de guerra,84 acrecentando las penas a los delincuentes como lo peda el
cabildo de Monterrey. Pero, como ya lo deca Alonso de Len, todo era
echar lea al fuego, y la guerra sigui ms llena de rencores y de crueldad, y tribus enteras, como la de los tepehuanes, se extinguieron totalmente. Gran cantidad de indios esclavos seguan sacndose del Nuevo Reino
para venderlos en las minas o los obrajes del sur, slo que ahora eran
esclavos por sentencias penales, se apartaba el real quinto y el remate se
haca con toda solemnidad frente a las casas del gobernador. En el fondo,
nada haba cambiado. Don Martn slo haba introducido formulismos
legales. Como la verdadera causa de la guerra, esclavitud y malos tratos,
no haba terminado, la guerra fue casi continua durante el largo gobierno
de don Martn.
d. Panorama econmico-social.
1. La minera. Desde la fundacin de la Ciudad Metropolitana de
Nuestra Seora de Monterrey por Diego de Montemayor en 1596, el carcter de los pobladores haba ido cambiando lentamente: aquellos primitivos aventureros, soldados de fortuna y vagabundos, cazadores de
esclavos, iban siendo sustituidos por verdaderos colonos que entraban
al reino con el deseo de establecerse en l definitivamente y que, por
ende, venan acompaados de sus familias, sirvientes, ganados, semillas
e instrumentos de trabajo. Este nuevo tipo de hombre, que aparece espordicamente en el Nuevo Reino desde fines del siglo XVI, llega a fijarse
como tipo general del poblador en el periodo que estudiamos; ya para
entonces los ms antiguos vecinos del reino haban ido muriendo y sus
hijos, aunque herederos de la idiosincrasia de sus progenitores y representantes de una aeja tradicin, poco a poco, por obra del tiempo y del
ambiente, iban encontrndose ms cerca de los nuevos colonos que de
la generacin anterior.
Hay otro hecho muy notable que debemos destacar aqu: de estos
nuevos colonos muy pocos son espaoles de la Pennsula o extranjeros;
el ms alto porcentaje es de mestizos y de criollos, siendo tambin nume373
Los diez primeros aos del gobierno de don Martn se nos presentan
como aos de inercia en que se prolongan, en lenta transicin, los graves
problemas que sealamos en el perodo anterior. El cambio se opera, ya en
forma vigorosa, slo hasta el ao de 1637, que corresponde a la fundacin
de la villa de Cadereyta, y se explica por la entrada al reino de un impor383
tante y valioso contingente de nuevos pobladores, que comenzaron a llegar desde 1635, provenientes los ms de ellos de zonas en las que la
explotacin agrcola y la cra de ganados constituan una temprana y vigorosa tradicin: Huichapan, Tepetitln, San Luis de la Paz, Puebla de los
ngeles, Quertaro, Guadalczar, son algunos de los lugares de origen
de aquellos colonos. El foco principal de esta nueva corriente migratoria
se localizaba en Huichapan, en la provincia de Jilotepec,113 tan famosa
ya al mediar el siglo XVI tanto por su fuerza de expansin colonizadora
hacia el norte, representada por aquellos caciques conquistadores como
don Juan de Tapia o don Nicols de San Luis Montez, como por su
fabulosa riqueza ganadera. Era esta, adems, una de las zonas de ms
intenso mestizaje y de ms temprana aculturacin: tenemos la impresin
de que la mayor parte de los espaoles que entran al reino desde esa
regin, eran en realidad mestizos o castizos, y vinieron adems con ellos
gran cantidad de indios laborios, mulatos, zambos, coyotes, y elementos
de otras castas. Don Luis de Ziga Almaraz declara en una relacin de
mritos de fecha 16 de abril de 1635, haber venido del pueblo de Huichapan con mucha cantidad de ganados menores, con seis espaoles
que a su cargo los traan y ms de cien personas, indios e indias, chicos
y grandes, y negros para la guarda del dicho ganado,114 y en 1642 su
hermano don Juan de Ziga Almaraz, al pedir licencia para el traslado
de un obraje, dice: habr tiempo de cuatro aos... que yo entr a poblar
la villa de Cadereyta... con ms de cuarenta indios naborios con sus hijos
y mujeres.115 Juan lvarez de Godoy, tambin originario de Huichapan,
en su relacin de mritos de 16 de abril de 1635, dice: haba entrado a
dicho reino... con cinco espaoles y ms de setenta indios e indias, chicos
y grandes, y negros esclavos,116 y el 26 del mismo mes y ao, Mateo de
Arce declara: que ha entrado... con mucha gente espaola, indios laborios y esclavos.117 A estos numerosos indios mesoamericanos, cristianos
y polticos, hbiles en los trabajos mineros y agropecuarios as como
en las artesanas, se debe la intensa nahuatlizacin del Nuevo Reino, que
lo mismo se manifiesta en la toponimia que en el habla popular o en el
folklore. A ellos se debe tambin, en gran parte, el incremento econmico y la elevacin del estndar de vida, ya que, en su gran mayora, eran
mineros u hortelanos, albailes, carpinteros, tejedores o alfareros. Por ltimo, frente a la ignominiosa esclavitud sufrida por los indios naturales,
384
estos indios laborios, que se saben protegidos por las Leyes de Indias,
defienden celosos sus derechos y privilegios, como lo demuestra multitud
de documentos del Archivo Municipal de Monterrey. No es pues extrao
que esta nueva corriente de poblacin viniese no slo a fomentar vigorosamente la hasta entonces precaria economa agropecuaria del Nuevo
Reino, sino a influir decisivamente en la integracin de un nuevo tipo humano, ms dctil y complejo y, por lo mismo, menos conservador que el
de los antiguos pobladores. Y las costumbres, las tradiciones y el folklore
iban a recibir tambin un decisivo y favorable impacto.
Es importante insistir aqu en la resistencia sorda y encelada que seguan oponiendo los antiguos pobladores o sus descendientes, no slo al
gobierno de don Martn de Zavala, sino tambin a las actividades de los
nuevos colonos y al espritu innovador que representaban.
El rgimen de propiedad de la tierra sufri un notable cambio en
este perodo al surgir una tendencia muy marcada a la formacin de
grandes propiedades. El trmino caballera fue siendo sustituido por
la palabra estancia, que deban ser cuadrados orientados de este a
oeste, y medir una legua por lado (las de ganado mayor) o sean tres
mil pasos, que son cinco mil varas; y dos mil pasos o tres mil trescientos treinta y tres varas las de ganado menor; lo cual representaba ms
o menos mil setecientas cincuenta hectreas las primeras y setecientas
ochenta hectreas las segundas.118 En otras palabras, la unidad de medida era ya notablemente ms grande que en el perodo anterior. Y a
partir de 1635, se formaron verdaderos latifundios, que estudiaremos al
hablar de la ganadera. El proceso de este fenmeno econmico es muy
simple: en primer lugar, don Martn de Zavala concedi mercedes con
mano prdiga, extralimitndose de sus facultades,119 y, en segundo lugar, unos cuantos terratenientes fueron adquiriendo, por compra o por
otros medios, las antiguas mercedes. Sin embargo, en el Nuevo Reino
de Len no lleg a desaparecer la pequea propiedad agrcola que, generalmente estaba localizada en las cercanas de las poblaciones. Las
grandes propiedades eran siempre ganaderas y se extendan por el inmenso despoblado. A travs de los documentos estudiados hemos podido observar un interesante fenmeno que explica, en parte, la constante
importancia de la pequea propiedad dentro de la tenencia de la tierra
en Nuevo Len. Siendo las familias muy prolficas y estando reducidos
385
los bienes de fortuna a la tenencia de la tierra y no existiendo otros caminos vitales que seguir, al partir la herencia entre los muchos hijos las
grandes propiedades volvan a fragmentarse en parvifundios.
En 1626, ao en que el nico lugar habitado por espaoles en el
Nuevo Reino segua siendo la ciudad de Monterrey, en un radio no mayor
de ocho leguas a partir de dicha ciudad, estaban establecidas siete estancias: la de San Francisco, de Blas de la Garza y Alonso de Trevio, la
de Gonzalo Fernndez de Castro, yerno de Diego Rodrguez, la de Blas
Prez, la de Bernab de las Casas en el valle de las Salinas, la de Alonso
Dez de Camuo en el puesto de los Muertos, la de Miguel Snchez Senz,
yerno de Jos de Trevio, y la de Diego de Montemayor, nieto del fundador
de la ciudad. Algunas otras que se haban fundado en aos anteriores, en
ese de 1626 estaban despobladas por causa de la guerra, como la de La
Pastora, fundada en 1598 por Juan Lpez, la de Juan Prez de los Ros en
Pesquera Chica, la que fuera de Diego Daz de Berlanga y que al pasar
por compra a Pedro de la Garza en 1605 se llam San Nicols de los Garza. Pero, a partir de 1637, con la fundacin de las villas de Cadereyta y
Cerralvo, del valle de las Salinas, y el lamo, as como con el incremento
de la poblacin, las labores, estancias y haciendas se fueron multiplicando, como lo demuestran las muchas solicitudes de mercedes de
tierras presentadas ante don Martn de Zavala. Adems, los documentos
consultados nos permiten afirmar que ya en este perodo los trabajos agrcolas se hacen en mayor escala y con tcnicas ms eficaces que en el perodo anterior. En 1634 Blas de la Garza y Alonso de Trevio declaran que
su hacienda de San Francisco haba provedo la dicha ciudad (Monterrey)
y esta villa (Cerralvo) en muchos bastimentos y ganados... y que haban venido a multiplicarla de tal suerte, que estaba a punto de ser muy poderosa,
as de panes que se cogan en ella como de ganados mayores y menores,
y gran cantidad de caballada que tenan...120 En 1642 don Juan de Ziga Almaraz dice, haciendo relacin de sus mritos: ...habr tiempo de
cuatro aos... que yo entr a poblar la villa de Cadereyta... con... ms de
cuarenta indios naboros con sus hijos y mujeres y muchos bueyes mansos,
rejas y aperos para fundar haciendas de labores... y he estado sacando
una acequia de agua para labor ms tiempo de un ao que me ha costado
ms de dos mil pesos de maestro y espaoles que estn sobrestantes con
386
vimos atrs, lleg con el tiempo a constituir uno de los cultivos ms importantes, como lo demuestra la gran cantidad de trapiches o molinos de
caa mencionados en los documentos, y la caa de azcar, al igual que
el trigo, fue industrializada: el piloncillo o panocha del Nuevo Reino
tena amplio mercado en la zona minera zacatecana y otros lugares del
norte de la Nueva Espaa. Aunque slo tenemos un dato sobre el cultivo
del algodn, conjeturamos que no se trata de un hecho singular: en 1648
doa Juliana de las Casas, hija de don Bernab de las Casas, dice en un
pleito sobre una ranchera de indios de encomienda: ...y por ser pobre y
enferma, que al presente estoy en la cama; y que con los dichos indios me
sustento sembrando un poco de algodn y otras cosas...127
Todos los antiguos historiadores y viajeros nos hablan de la fertilidad
de las tierras y la abundancia de las aguas, de los pastos siempre verdes
y las hermosas arboledas. Juan Dez de la Calle, hablando de Cerralvo,
dice: Esta villa y su distrito abunda de muchas aguas, y por medio de ella
pasan los arroyos, son sus campos muy apacibles y deleitosos.128 Y dice
de Cadereyta: Su distrito es de alegre sitio y fertilsimas tierras... En sus
distritos (de las dos villas) se coge mucho trigo, maz, frijoles y otros frutos y
legumbres con abundancia... (hay) grandes montes para carbn y muchas
aguas para la labor de las mismas.129 Alonso de Len hace su elogio diciendo: Es tierra frtil, de muchos pastos y casi siempre verdes. Danse los
panes muy bien; todas semillas y gneros de rboles frutales, de muy gran
sabor y gusto; muchos melones, sandas y todos gneros de semillas. Slo
falta, lo que no puedo decir sin gran lstima, hombres curiosos y trabajadores, con cuya causa no hay sino muy poco de cada cosa, pudiendo haber
en tanta abundancia, que se pudiera pasar con mucho gusto la vida,130
y aade: Tres gneros de frutas lleva este reino, como las puede haber
en Espaa: higos, melones y sandas; uvas me han dicho las hubo en las
Salinas, que hacan ventaja a las de Castilla, que se tienen por buenas.131
3. La ganadera. Mucho ms importante que la agricultura fue la ganadera en la vida econmica del Nuevo Reino de Len. A pesar de la guerra
viva y del especial atractivo que los animales domsticos ejercan sobre
los naturales, que consuman grandes cantidades de ellos, los ganados
se multiplicaban en forma prodigiosa y los hatos, manadas y rebaos
iban, poco a poco, aprovechando los pastos siempre verdes de aquel
388
inmenso despoblado; los cimarrones, mesteos u orejanos, cruzaban los desiertos, hbitat de los nmadas, provocando notables cambios
tanto en su alimentacin como en sus costumbres.
Mientras que la explotacin agrcola, casi toda de pequea irrigacin,
quedaba localizada en los aledaos de los escasos y pequeos centros
de poblacin, las estancias de ganado se iban alejando como avance
temerario de la accin colonizadora y como nica base de la ocupacin
extensiva de las tierras. Fue la ganadera, y no la agricultura, la que
condicion la formacin de los latifundios en el norte de Mxico, y, muy
especialmente, en el caso particular de Nuevo Len. La estancia de ganado, que al decir de Charles Julin Bishko, ...implica el criadero de
ganado en nmero considerable sobre extensas tierras de pastos con el
propsito primario de la gran produccin de carne y cueros...132 y que
tiene sus ms hondas races en los ranchos ganaderos de la Espaa
medieval, floreci con extraordinario vigor en los amplios despoblados
de Aridamrica. El rancho ganadero, antecedente de la estancia de
ganado, siendo sta a su vez el antecedente de la hacienda mexicana,
tiene su origen en las tierras semidesrticas de la Meseta Central de la
pennsula Ibrica y, muy especialmente, en regiones como Zamora y Salamanca en Len, y Segovia y vila al sur de Castilla la Vieja. Desde esta
rea original, mediante la reconquista, el rancho ganadero se extendi
hacia el sur por los extensos pastizales de Castilla la Nueva, Extremadura y el Alentejo, en Portugal y, a partir de 1250, con la reconquista
de Andaluca por Fernando III, el rancho ganadero surgi, renovado y
vigoroso, en el valle del Guadalquivir. Y fue as como el rancho ganadero que haba sido, desde una remota antigedad, institucin peculiar
a la pennsula Ibrica, cosa de Espaa, en tierras de Extremadura y
Andaluca iba a adquirir las caractersticas definitivas con que llegara a
tierras de Amrica. Dice Bishko: ...la llanura de Andaluca vino a ser en
la Edad Media cercana la nica regin de la Pennsula, y posiblemente
de toda Europa, donde la vida pastoril, y la verdadera vida campesina en
general, fue dominada por una floreciente y altamente (sic) organizada
economa de ranchos ganaderos. El hecho de que muchos de los ms
antiguos colonizadores de las Canarias y de las Indias proviniesen de esta
andaluza regin ganadera, la cual estaba en su apogeo en el siglo XV y
principios del XVI, o del no muy diferente ambiente ganadero de Extrema389
dura, suministra una pista muy significativa sobre los adelantos ganaderos,
muy especialmente en los ranchos de ovejas en las colonias americanas.133
Hemos querido insistir sobre este origen andaluz o extremeo de la estancia de ganado, que tan bien se refleja en nuestro folklore campesino,
para poder explicar la presencia en el Nuevo Reino de Len de importantes instituciones que le son peculiares dentro del marco novohispnico,
como la Mesta y la trashumancia de los ganados menores.
No fue ciertamente slo un capricho el haber llamado, en su descubrimiento, valle de Extremadura al lugar en que habra de erigirse la
Ciudad Metropolitana de Nuestra Seora de Monterrey. Sus descubridores, tal vez uno de ellos, extremeo, han de haber encontrado evocadoras
semejanzas: una y otra fueron, a sus tiempos, tierras de frontera, de
guerra viva, planteles de hombres de armas. Cuando Bishko describe
el clima en la cuenca del Guadiana, nos parece que est hablando del
clima del noreste de Nuevo Len: tierra de prolongados y abrasadores
veranos y de frgidos inviernos sin nieve, de rgimen pluvial inadecuado
cuyos efectos se agravan con un alto grado de evaporizacin y con la
extremada permeabilidad del suelo... ros que se convierten en el esto
en arroyos secos o minsculos regatos... La vegetacin predominante es
el matorral, que comprende varios tipos de arbustos leosos, aromticos,
de races profundas, hojas coriceas, siempre verdes y resistentes a la
sequa...134 Y lo que nos dice acerca de las tierras de La Mancha o de
Extremadura, parece que hubiera sido escrito acerca del cambio que ha
sufrido en su paisaje la regin de nuestro estudio: Parece sin embargo
muy probable que durante la Edad Media las tierras con hierba ocuparan una mayor extensin que la que ocupan hoy, (invadidas por el matorral), despus de siglos de excesivo pasto e incendios de primavera...135
La investigacin que hasta ahora hemos podido realizar nos lleva a la
conclusin de que aqu se dio el mismo fenmeno: desde la entrada
de las ovejas al reino en 1635, el excesivo pastoreo fue convirtiendo en
matorrales las tierras que antes haban sido de pastizal: huizaches, retamas, mezquites y nopales dieron al paisaje nuevo carcter, que es el que
ahora conocemos. As como los antiguos viajeros y cronistas hablan de
los pastos siempre verdes del Nuevo Reino de Len, dice Bishko: Notemos como caracterstica de la hierba del valle del Guadiana que crece
no slo durante la primavera, cuando la hierba abunda en la mayor parte
390
a las Ordenanzas de la Mesta. Pero tomemos de nuevo el hilo del discurso. Decamos atrs que las fechas de entrada y de salida de los ganados
resultan perfectamente lgicas si se piensa en el largo y difcil camino
que tenan que recorrer: dejaban las majadas de verano por el mes de
septiembre, al presentarse en el sur las primeras heladas, para cruzar las
zonas semidesrticas antes que se agotasen los aguajes y abrevaderos
y que el hielo quemase los pastos. Llegaban al Nuevo Reino ya entrado
noviembre, para salir a principios de mayo, ya cuando el calor de las
llanuras norteas haca peligrar a las ovejas y carneros cargados de fina
lana, y si no salan antes era para poder cruzar las zonas semidesrticas con las lluvias tempraneras. Otra caracterstica de la trashumancia
medieval espaola aparece tambin, como notable reminiscencia, en la
trashumancia neolonesa: el complejo esculca-rafala tan bien estudiado
por Bishko150 tiene tardos renuevos ac. En la cercana Edad Media espaola eran las esculcas escoltas de jinetes armados y soldados a pie, que
acompaan a los rebaos durante su estada en lejanos campos de pasto,
al objeto de guardar el ganado y a sus pastores,151 y aade Bishko ms
adelante las ovejas y el ganado vacuno... se colocaba bajo la guarda
oficial de lo que se llamaba la esculca, que era claramente una compaa
de gente armada, jinetes que eran facilitados por los dueos del ganado
a base de un caballero por rebao de ganado vacuno o tres de ganado
lanar.152 La rafala, tambin escolta armada para la seguridad del pastoreo,153 puede diferenciarse de la esculca en que mientras sta acompaaba a los ganados desde el lugar de origen a lo largo del camino, la
rafala se organizaba en el lugar de destino para cuidar la seguridad de
ganados y pastores en su invernada. Aunque los pintorescos y arcaicos
trminos de rafala y esculca no aparecen en nuestros documentos, en
ellos se habla solamente de soldados escolteros creemos haber podido
identificar la institucin. No hay que olvidar que el Nuevo Reino de Len
era tierra de guerra viva, y que los ganados eran tentacin irresistible
para los brbaros y hambrientos chichimecas. Un alto porcentaje de los
procesos penales que guarda el Archivo Municipal de Monterrey se refieren a muertes de pastores a manos de los indios.154 De aqu que la
escolta de los ganados fuese indispensable. Aquellas enormes haciendas
de ovejas, de 30 mil o ms cabezas,155 venan bajo la responsabilidad de
394
un mayordomo y cinco o seis asistentes, todos espaoles y jinetes en caballos encubertados, armados de arcabuz, lanza y espada y protegidos por
chimales y escaupiles. Generalmente a estos mayordomos y asistentes
se aadan los soldados escolteros, cuyo nmero variaba segn las circunstancias. Conducan los ganados multitud de pastores, sesenta a cien, a pie
y a caballo, indios, negros, mulatos, coyotes, zambos que venan, muchos
de ellos, acompaados de sus mujeres y de sus hijos. Y no era caso inslito que mercaderes, frailes, estudiantes o simples viajeros, acompaasen
tambin a los rebaos en busca de seguridad, aumentando as la escolta
armada.156 Como se ve, tenemos aqu un tardo retoo de la vieja esculca.
Pero hemos podido encontrar tambin notables supervivencias de la rafala
en el Reglamento para todos los presidios de las Provincias Internas, formulado por el brigadier don Pedro de Rivera como resultado de su viaje de
inspeccin y publicado por orden del marqus de Casa Fuerte en 1729.157
Lo que aqu nos interesa est contenido en las ordenanzas 175, 176 y 177.
Nmero 175. El gobernador del Nuevo Reino de Len, har cumplir
cuanto la siguiente ordenanza previene sobre el ganado menor, que todos
los aos entra a pasar el invierno en sus tierras, se mantenga con la seguridad de no ser insultado y los pastores muertos por los enemigos.
Nmero 176. Cada ao, por el mes de noviembre, saldr el capitn
de la villa de Cerralvo con doce soldados de su comando y marchar al
Vallecillo situado entre la villa de Linares y valle de San Antonio, donde
luego que lleguen dichas haciendas de ganado, contribuir cada una con
dos hombres equipados de todas armas que se agregarn a dicho cuerpo,
a los que como sus soldados, mandar dicho capitn, y con ellos correr
toda la tierra que los enemigos habitan y hace frontera con el valle del
Piln, por el ro de las Conchas, para que con esto se resguarden la villa
de Linares y las haciendas que pastan en las inmediaciones del cerro de
Tamaulipas y valle de San Antonio, y se libre los pastores y pueblos de
ser insultados, siendo dicho capitn responsable a cualquier defecto que
provenga de su descuido, y por lo que mira al mantenimiento de cada dos
hombres que ha de contribuir cada hacienda de las que entraron a pastar, habr de ser a costa de sus dueos, lo que se les advertir, para que
cuando llegue el caso, estn prevenidos y este gasto se repartir entre los
interesados igualmente, conforme a la ley.
395
Nmero 177. Luego que por el mes de mayo, salgan de dichas tierras
las referidas haciendas de ganado y no antes, se retirar al dicho capitn
de Cerralvo a su presidio, donde se mantendr hasta el tiempo prefinido
que repetir la misma campaa y el tiempo que se gastase en ella, estar
al cargo de los vecinos de Cerralvo, el defender la frontera que aquella villa
hace al Ro Grande del Norte.158
Creemos haber presentado un cuadro completo de la trashumancia
de ganado menor entre el reino de la Nueva Espaa y el Nuevo Reino de
Len, y haber demostrado su profunda analoga con la institucin medieval espaola al sealar la presencia aqu de caractersticas tan privativas
como las caadas o el complejo esculca-rafala. En Nuevo Len debe
de haber alcanzado su apogeo en la primera mitad del siglo XVIII, en que
se nos muestra con toda su madurez jurdica. Israel Cavazos Garza en
su magnfico trabajo El muy ilustre Ayuntamiento de Monterrey, recoge
los nombres de los alcaldes de la Mesta en la ciudad de Monterrey en
los primeros aos de dicho siglo: 1707, alfrez Blas de la Garza; 1708,
capitn Cristbal Gonzlez; 1709, capitn Eugenio de la Garza; 1710,
caudillo Diego de Ayala; 1711, ------?; 1712, capitn Cristbal Gonzlez;
1713, capitn Jos Eugenio de la Garza; 1714, capitn Juan Esteban de
Ballesteros.159
La existencia de una Mesta local desde los orgenes de Monterrey no la
hemos podido documentar por la premura con que se ha hecho este trabajo. Pero es indudable que existi, ya que las Ordenanzas de la Mesta de
1574 extendieron la institucin a toda la Nueva Espaa160 y que, adems,
se comprueba la existencia de un registro de marcas y hierros a travs de
los documentos. As, en el testamento de don Diego de Montemayor el
Mozo, otorgado en la ciudad de Monterrey, el 29 de abril de 1611, se lee:
Y asimismo me pertenecen y tengo la mitad del ganado mayor que est
en la dicha boca en el ro de San Gabriel, as de grandes como de chicas,
machos y hembras y el hierro mo es el del margen y se han de herrar la
dicha mitad del dicho ganado con el dicho mi hierro.161
La especial atencin que pusimos al tema de la trashumancia se justifica por las mltiples e importantes consecuencias tanto sociales como
econmicas que de ella se derivan. Pero no slo la ganadera trashumante
tuvo importancia en el cuadro econmico de este perodo. La crianza de ga396
nados menores y mayores recibi tambin notables impulsos162 y don Martn de Zavala, por razones de ndole militar, foment, personalmente la
cra de ganado caballar; tan slo en sus estancias de ganado de la jurisdiccin de Cerralvo los inventarios de los bienes que quedaron a la muerte
del gobernador registran en diferentes partidas 770 cabezas: grandes y
chicos, machos y hembras, sin contar las numerosas yeguas rejegas que
no se pudieron juntar. Copiaremos algunas de las partidas de tan curiosos
inventarios: La mulada del molino: cincuenta mulas y machos de tiro, carga, silla y carroza, viejas y nuevas. Dos garaones: el Columpio y el Gero.
Cuarenta y cinco caballos mansos, enteros y capones, viejos, mansos y
buenos. Sesenta y nueve caballos mansos de todas edades. Manada del
Blanco: treinta y nueve yeguas de vientre, dos machos y una mula de a dos
aos, dos potros y dos potrancas de a dos aos, ocho cras y once muletos
por herrar, un burro maestro.163
Desgraciadamente los beneficios de esta prosperidad ganadera se
vieron limitados por la notable decadencia que presentan los reales de
minas durante el transcurso del siglo XVIII, ya que estos reales eran el mercado natural de los productos agropecuarios y mineros del Nuevo Reino.
Pero, pasemos a hablar de las consecuencias de la trashumancia.
4. Los seores de ganados. Para poder atraer al Nuevo Reino de Len
las grandes haciendas de ovejas de Hidalgo y de Quertaro, don Martn de Zavala tuvo que conceder mercedes de tierras y aguas con mano
prdiga a los ricos ganaderos del sur. Es muy interesante comparar las
antiguas mercedes con las de este perodo, a partir de 1635. En aqullas,
lo normal eran cuatro caballeras de tierra y un sitio de ganado, en stas,
son cincuenta y ms estancias de ganado. Tomemos algunos ejemplos. El
da 16 de abril de 1635, en la villa de Cerralvo, el gobernador don Martn
de Zavala hizo merced de 76 estancias de ganado mayor(?) y ocho caballeras de tierra a Juan lvarez de Godoy, vecino del pueblo de Huichapan,
que haba entrado al reino con ms de 30 mil cabezas de ganado menor,
130 bestias entre caballos, yeguas de cra y mulas de recua, y, para la
guarda de dicho ganado, cinco espaoles montados y armados y ms
de 79 indios e indias, chicos y grandes y negros esclavos.164 El mismo da,
otro vecino de Huichapan, don Luis de Ziga Almaraz, hizo relacin
diciendo que... por la noticia que de su bondad (de las tierras del Nuevo
397
Reino) se le dio, se dispuso a entrar en l con mucha cantidad de ganados menores, con seis espaoles que a su cargo los traan y ms de cien
personas, indios e indias, chicos y grandes y negros para la guarda del
dicho ganado; y ms de cien bestias, caballos y yeguas y mulas de recua,
entrando en el mayor y ms apretado tiempo del ao, con notable riesgo
de perder hacienda tan considerable...165 y, por ello, recibi en merced,
75 estancias de ganado mayor y menor. Asimismo Francisco Leal, en representacin de don Juan Mndez Tovar, otro rico ganadero de Huichapan, recibi otros 75 sitios de ganado menor;166 el 4 de mayo de 1638,
don Juan de Ziga Almaraz, hermano de don Luis, recibi 50 sitios de
ganado menor en el agostadero de San Juan;167 el capitn Hernando de
Mendiola, que entr en 1636 como vecino y poblador del reino, con su
casa, familia y hacienda de treinta mil ovejas y otros ganados, recibi 30
sitios, 15 de ganado menor y 15 de mayor, y 16 caballeras de tierra;168 y,
por ltimo, nuestro cronista don Alonso de Len, como fundador de la villa
de Cadereyta, recibi 30 sitios de ganado mayor y menor y seis caballeras
de tierra en los cerros de las garrapatas.169 No hay que olvidar que la
estancia de ganado mayor representaba ms o menos 1750 hectreas, y
780 hectreas la de ganado menor. Y de estos grandes propietarios slo
Hernando de Mendiola y Alonso de Len se avecindaron en el Nuevo
Reino, los dems mantuvieron su vecindad en Huichapan. Esta poltica de
liberalidad, tan desusada en las mercedes de tierras a no pobladores del
reino, la llev don Martn a verdaderos extremos. Franois Chevalier en La
formacin de los grandes dominios da una interesante lista de beneficiarios de dichas mercedes: Se encuentran en ella (la lista), el capitn Juan
de Espndola, en 1644 tesorero de la santa cruzada en Mxico; el contador
mayor Juan de Alcocer, tesorero, as mismo, de la santa cruzada en 1643 y
ya propietario de vastos territorios en la Nueva Espaa y en las provincias
del norte, compr al capitn Juan de Zavala las 25 estancias que ste haba
recibido algunos meses antes de manos del gobernador Martn de Zavala; el capitn Antonio de Godnez, que estableci un mayorazgo, y sobre
todo, su hermano, el poderoso Luis Tovar Godnez, que compr por 126 mil
pesos el ttulo de secretario de la gobernacin y guerra de Nueva Espaa
y fund tambin un rico mayorazgo en 1643-1644. En la lista aparecen,
adems, don Juan Francisco de Brtiz, regidor y alfrez real de Mxico,
398
cuatro Zigas don Luis, don Juan, don Francisco y don Lucas y el capitn
don Diego de Hordua, que posea inmensas y ricas haciendas dispersas
en todo el virreinato: por mercedes o por compras haba reunido, slo en
Nuevo Len, ms de 150 estancias de ovejas.170 Todos ellos hombres ricos
y poderosos que, en su mayora, vivan en la Ciudad de Mxico y que sin
duda nunca conocieron sus alejadas posesiones en el Nuevo Reino de
Len. Israel Cavazos Garza, en Algunas caractersticas de los pobladores
de Nuevo Len en el siglo XVIII, dice: Casi toda la nobleza criolla tiene
aqu sus latifundios, en los siglos XVII y XVIII. Los marqueses del Castillo de
Aysa, de San Francisco y de Buena Vista; los condes del lamo, de Pealva y de la Canal, entre otros, poseen dilatadas posesiones.171 Este hecho
econmico-social es de la mayor trascendencia en la historia de Nuevo
Len. El carcter de la propiedad rstica fue muy peculiar, pues si bien
las tierras del Nuevo Reino estaban ocupadas, casi en su totalidad, desde
fines del siglo XVII, esa ocupacin era muy relativa, ya que los propietarios
de los enormes latifundios eran verdaderos absentistas que residan a
ms de 800 kilmetros de sus propiedades y que no tenan ms lazos con
el reino que el aprovechamiento de los pastos por sus ganados trashumantes que, como decamos, ni siquiera eran esquilados aqu. Todos los
impuestos sobre ventas de lanas, cueros o cras, eran pagados fuera del
Nuevo Reino y, como dice Chevalier, entre esas vastas posesiones, algunas permanecan inutilizadas, o porque sus dueos no tenan mucha prisa
con explotarlas, ms preocupados como estaban por acaparar tierra que
por realizar utilidades, o bien porque se trataba de zonas particularmente
expuestas a los ataques de los nmadas. As las 150 estancias que haba
adquirido el capitn Diego de Hordua eran declaradas "Inhabitables" en
1677; sus herederos ya no las explotaban, y se les atribua apenas un valor
de un mil pesos en una fortuna, casi nicamente territorial, de 400 mil pesos.172 El absentismo de los propietarios determin que tanto el fomento
econmico como la colonizacin del Nuevo Reino fuesen, a pesar de los
esfuerzos de don Martn de Zavala, limitados y raquticos y que no surgiesen aqu las grandes haciendas de economa casi autosuficiente, de hermosas casas grandes y suntuosas capillas; haciendas que eran orgullo y
deleite de sus dueos y que tanto contribuyeron a la consolidacin social y
econmica de otras regiones del pas. Este absentismo impidi asimismo
399
don Martn de Zavala en dar ttulos supuestos de sitios de tierras, adjudicando a uno solo ciento y a otros doscientos y al que menos a cincuenta,
sin tener facultad ni cdula real para poderlo hacer, pues aunque la tuvo
para dar a los pobladores que le ayudasen algunas de las dichas tierras,
haba sido limitadamente, en cantidad sealada, segn la condicin del
poblador, y que hoy estn apoderados de los dichos sitios los dueos
pastores, sin constar ser pobladores, y excediendo en la cantidad de lo
dispuesto en las ordenanzas reales, de que suponen tener derecho por la
posesin, siendo el principio ninguno por no haber habido facultad para
poderlas dar, y ser del patrimonio real a quien pertenece y que con slo
ste que se cobrara de los dueos pastores, limitadamente a medio real
por cada cabeza del hierbaje que comen sus ovejas, era bastante para
la paga de dos presidios de veinte soldados que conservan y defienden
aquel reino de los daos que causan los indios brbaros y, dems de esto,
hacerse pago al gobernador de dos mil pesos ensayados de oro de mina,
que tiene de sueldo, sin que fuese de gravamen al que pagare el dicho
derecho, porque en seis meses de asistencia que estn las ovejas en aquel
reino, sale ganancioso el dueo de siete reales, por lo menos, en cada
una, y que fuera razn pagasen derecho de este aprovechamiento, as por
ser las tierras del real patrimonio, como por conservar en paz y quietud,
defendindolos de los indios enemigos, pues los soldados asisten con todo
desvelo y cuidado, escoltando los ganados para que no tengan prdida, y
que en caso que no fuese conveniente este derecho por situacin de aos,
se podra enviar orden para que se vendiesen dichas tierras, de que se
poda sacar cantidad considerable. Y que don Nicols de Azcrraga a los
dueos pastores, que estn a derecho, de lo que deben de arrendamiento
de dichas tierras; y para situar el de medio real por cada cabeza de ganado,
ofrece su persona, prorrogndole aquel gobierno por ms tiempo y mantener los dichos dos presidios y poner otro de diez soldados, para conservar
aquel reino con toda quietud, en que se lograr el inters de diez mil y cuatrocientos pesos que se pagan a los dichos veinte soldados que estn situados guarneciendo las fronteras de Cadereyta y Cerralvo y los dos mil pesos
ensayados del sueldo del gobernador y el aumento de diez soldados ms
para otra frontera que ha de estar en un paraje que llaman Anhelo, puesto
arriesgado de los indios de la Nueva Vizcaya, con que resultar de beneficio
401
a la real hacienda diez y nueve mil pesos cada ao. Y habiendo informado sobre ello esa audiencia en carta de trece de julio de mil seiscientos
y setenta y uno. Y vstose todo en el Consejo de las Indias con lo que
acerca de esto pidi el fiscal de l, como quiera que por cdulas de la
fecha de sta, envo a mandar a vos el virrey, dispongis se introduzcan
los derechos de la alcabala y media anata en el dicho Nuevo Reino de
Len, y que se vendan los oficios de repblica en la ciudad de Monterrey,
que es cabecera de aquella provincia, ha parecido ordenaros y mandaros, como lo hago, que habiendo precedido la introduccin del derecho
de alcabala y media anata y la venta de los oficios y reconociendo lo
que esto produce y qu personas poseen las tierras que dio don Martn
de Zavala, sin tener facultad para ello, y si los poseedores son espaoles
o naturales y si los ganados que pastan en ellas son suyos o de otros
particulares que los lleven, pagando el pasto, y lo que contribuyen por
esto, con particular noticia de todo lo referido, me informareis lo que
convendr ejecutar sobre el punto, sin hacer novedad en ello, hasta tener
otra orden ma. Y vos el virrey, con acuerdo de esa audiencia, haris poner el tercer presidio que propone don Nicols de Azcrraga en el dicho
paraje que llaman Anhelo y que ste y los otros dos que estn puestos, se
paguen de lo que rindieren las alcabalas y dems derechos y tambin lo
que faltare para el salario del gobernador de aquella provincia y en esta
conformidad lo ejecutareis, dndome cuenta de lo que se hiciere. Fecha
en Madrid a nueve de mayo de mil y seiscientos y setenta y dos aos. Yo
la reina (Rbrica). Por mandado de su majestad, Francisco Fernndez de
Madrigal.173 (Rbrica).
Esta peculiar y desusada situacin de las tierras del Nuevo Reino y el
auge alcanzado por la trashumancia a principios del siglo XVIII, inquiet tambin a las autoridades eclesisticas. As el oidor Francisco Picado
Pacheco propone al rey, en 1717, la ereccin de un obispado. El milln
de ovejas (segn el cmputo del gobernador Barbadillo en 1715) procrea 300 mil cabezas al ao. De stas, 30 mil corresponden al diezmo y
su valor asciende a 15 mil pesos. Igual suma producen la lana y las pieles. Con 30 mil pesos anuales, de slo este ramo de ingresos, bien puede
sostenerse una institucin piadosa tan necesaria, por lo apartado de los
obispados de Guadalajara y Michoacn. El obispado de Monterrey no es
402
creado sin embargo, hasta sesenta aos ms tarde. Los productos del Nuevo Reino de Len siguen siendo centralizados por el virreinato, sin provecho
alguno para Monterrey, cuyos templos y edificios pblicos son, por ello, los
del ms pobre villorrio.174
Los seores de ganados detuvieron, en parte, el desarrollo econmico y demogrfico de esta regin por dos siglos.
5. Los obrajes. Sin embargo, a pesar de todo lo que se dice atrs, no
sera justo condenar en forma absoluta la poltica seguida por don Martn
de Zavala en cuanto a fomentar la entrada del ganado lanar trashumante
al Nuevo Reino de Len. Los problemas del reino eran tan graves y tan
agudos, que exigan remedios drsticos y singulares. Durante los diez primeros aos de su gobierno, don Martn busc la solucin en el desarrollo
minero, con los pobres resultados que ya conocemos. La tierra, tal como
estaba a principios del siglo XVII, no poda ofrecer ningn poderoso atractivo para una intensa y benfica colonizacin, y don Martn busc la solucin del problema en la trashumancia, no slo con resultados negativos,
sino tambin con los resultados positivos que asimismo iremos analizando.
por precio de tres mil pesos en plata que da de renta, que ha de satisfacer
al cabo del ao, todos juntos en una paga. Y para la seguridad de ella es
declaracin no pueda disponer de la ropa que en el dicho obraje hiciere, sino es la que necesitare el haber menester (sic) el seor gobernador
de este reino y para lo que diere, haya de haber, el dicho don Juan, el
consentimiento del dicho capitn y para avo del que ha de tener, le da
con el dicho obraje veinte pares de cardas, mitad de emborrar y mitad
de emprimar y diez y siete tornos molientes y corrientes y toda la gente
que hoy tiene y seiscientas arrobas de lana muerta; y se obliga el dicho
capitn a sustentar toda la gente a su costa, como hoy lo hace; y a que si
le faltaren muchachos para los tornos, drselos y buscrselos y traerle los
que se huyeren; y a no quitarle el dicho arrendamiento, ni cesar en l por
ninguna razn hasta el cabo del ao, pena de satisfacerle, al dicho don
Juan, sus intereses; y, estando presente el susodicho, acept este arrendamiento en la forma que se ha declarado, y se obliga a pagar los dichos
tres mil pesos en plata al dicho capitn Alonso de Trevio o, a quien por
l los haya de haber, al cabo del ao y no dejar el dicho arrendamiento
por ninguna causa, ni alegar engao ni otra razn, pena de pagarlo de
vaco y como si de l usase, con todas las calidades en esta escritura declaradas; y al cumplimiento de ello, con todas costas, oblig su persona y
bienes, habidos y por haber y dio poder a las justicias de su majestad de
cualquier fuero y jurisdiccin que sean... siendo testigos el capitn Domingo de la Fuente, Diego de Uscanga Guarnizo y Juan de Olivares, vecinos
de este dicho reino... (firman don Gonzalo Fernndez de Castro, Alonso
de Trevio y don Juan de Guzmn). Ante m, Juan de brego, secretario
de gobernacin, justicia y guerra.177 (Rbrica).
La importancia de este obraje se desprende tanto del precio del arrendamiento tres mil pesos en plata anuales, cantidad muy crecida para
aquella poca como de los veinte pares de cardas- y los diez y siete
tornos molientos y corrientes. Pero, lo ms importante del documento es
lo que se refiere al rgimen de trabajo; del texto se desprende fcilmente
que los trabajadores eran esclavos chichimecos que, como tales esclavos, trabajaban forzados: y se obliga el dicho capitn a sustentar toda
la gente a su costa, como hoy lo hace; y a que si le faltaren muchachos
para los tornos drselos y buscrselos y traerle los que se huyeren. Como
405
mi hacienda, donde vivo, que tengo labradas casas fuertes con todo lo
necesario para el dicho obraje y, dems a ms, dejo el que tengo hecho
en la dicha villa a Diego Prez, persona que me serva de mayordomo
y maestro en el dicho obraje, para que con ms fuerza, se vaya poblando
este dicho reino, que de hacerme merced vuestra seora es pro y utilidad
de todas las haciendas de sacar plata, pues se avan de todo lo necesario
de ropa para vestir los indios naturales del servicio de las dichas haciendas...178
Como se ve por el documento antecedente, los obrajes en el Nuevo
Reino han de haber sido buen negocio ya que, ms que un traslado, lo
que solicita Ziga Almaraz, es fundar otro obraje en su hacienda. En
este documento encontramos mencionado al maestro espaol, y a los indios naborios, que eran los que robaban la ropa. De este segundo obraje
volvemos a tener noticias en el expediente de visita que verific el seor
gobernador don Martn de Zavala en las haciendas de su mando; sobre
inspeccionar las rancheras de indios, el tratamiento y porte que se les
haca por los encomenderos el ao de 1658:
En la hacienda de San Juan Bautista que es del capitn don Juan
de Ziga Almaraz, de la jurisdiccin de la villa de Cadereyta, en 23 das
del mes de febrero de 1658 aos. Yo don Martn de Zavala... requera
Rodrigo de Meza, a cuyo cargo est, manifieste la gente de las encomiendas del dicho capitn don Juan de Ziga para que se vea el tratamiento, doctrina, comida y vestuario que se les da, segn los autos que para
cada cosa de las susodichas, tengo ordenado, y que asimismo se haga
la visita sobre el obraje que en la dicha hacienda tiene, manifestando la
licencia que para ello debe tener y si el telar est con los lizos e instrumentos
que la ley dispone y si se labra y beneficia la ropa conforme se dispone por las dichas leyes, en cada cosa y gnero de lo que se teje, con los
hilos y anchor que deben tener en lo ancho y golpes con que se debe
labrar; para lo cual conviene nombrar persona del mismo arte, juramentado, para que lo vea y examine y, porque para lo susodicho es maestro
del mismo arte el caudillo Diego Prez, le nombro por veedor de lo
susodicho; a quien para ello se le reciba y se vea y examine qu indios prisioneros hay en el dicho obraje y si las cardas son de la calidad que se requiere
y se le pida razn de cmo no tiene ermita donde se administren los Santos
407
408
pienso en la mitad del justo precio (sic); y aunque es verdad que hay personas poco polticas que dicen que la entrada de las ovejas ech a perder
la tierra, son como el ciego, que no puede juzgar de colores. Estos tales
me holgara pusieran aqu su nombre, dando las causas para ello, y mejor
fuera, gracias a Dios, que les sac de las cortedades en que vivan y redujo a que coman y vistan al uso de las gentes.180 As escriba Alonso de
Len en 1648. Las personas poco polticas de que habla el cronista son,
indudablemente, los antiguos pobladores del reino, constantes opositores
a la poltica de don Martn, que no han de haber visto con muy buenos
ojos las grandes y desusadas mercedes de tierras que el gobernador hizo
a los absentistas dueos de rebaos y a los nuevos pobladores. Son
muchos los datos indirectos que nos hacen pensar en la existencia de una
pugna sorda y constante entre los dos grupos, pugna que slo el tiempo
y los enlaces matrimoniales iban a resolver. El cronista nos proporciona
datos tan valiosos como el volumen anual de ventas en el Nuevo Reino:
valen, segn buen cmputo, las mercaderas que entran en cada un ao,
al pie de 10 mil pesos; o el incremento de las mismas provocado por la
trashumancia: el ao de 35, y de ah abajo, que no valan un ao 500 (pesos), y me alargo; sobre la exportacin de ganado: Hay salida: desde
entonces la tienen los ganados que haba en la tierra; scanse partidas de
mulas, potros, novillos, chivatos y carneros: todo es oro hoy, siendo entonces menos que cobre; y, hablando de los comerciantes, dice: antes vena
un mercader por jubileo; despus fueron entrando tantos, que suele haber
juntos en la ciudad de Monterrey, trece y catorce, sin los que son vecinos,
es decir, haba en la ciudad dos tipos de mercaderes, los viandantes y
los establecidos con tienda pblica. Es muy importante hacer notar aqu
que Monterrey fue siempre el centro comercial del Nuevo Reino de Len
como ciudad metropolitana: todos los datos que sobre comercio tenemos
se refieren a ella.
En nuestra rpida investigacin hemos podido recoger los nombres
de algunos de esos mercaderes: consta en un expediente del archivo
municipal (de Monterrey), que el da 12 de junio de 1662, el alcalde mayor,
don Roque Virto y Buitrago, visit las tiendas de la ciudad de Monterrey
y eran seis, a saber: la de Diego Rendn, la de Jos Canales, la de Fran409
la ciudad de Monterrey figuran varias listas largusimas, en que estn registrados dichos remates. Copiaremos algunas partidas para fundamentar
nuestro dicho:
En la ciudad de Monterrey en doce das del mes de octubre de 1628
aos, por sentencia del 29 de mayo del dicho ao y por sentencia de seis
de junio del dicho ao que se declar por el seor gobernador contra 24
indios que fueron condenados por salteadores y otros delitos a quince aos
de servicio personal, para lo cual se llevaron a la ciudad de Zacatecas, en
donde por auto de 3 de julio del dicho ao, su servicio se remat en diferentes personas en 3,120 pesos...
En Monterrey en 2 das del mes de octubre de 1628, consta por auto
que de jornada que hizo el capitn Gonzalo Fernndez de Castro, se cogieron 7 indias, que por carta de justicia se llevaron con un indio, a las minas
de Fresnillo, con orden del seor gobernador que despach la dicha carta
de justicia y se remataron en las dichas minas el servicio de ellas en 29 de
agost de este ao en 530 pesos en plata...
En la ciudad de Monterrey en 15 de agosto de 1631 aos, de jornada
que hizo, el sargento mayor Jacinto Garca de Seplveda, parece haber
trado 44 piezas de que se sacaron 5 para el quinto que toc a su majestad,
cuyo servicio se remat, las dos de ellas en Vicente Guerra en 140 pesos
y una en Juan Lpez en 40 pesos y en don Juan de Arredondo una en 55
pesos y en Rodrigo Ruiz otra en 60 pesos que montan 295 pesos...
En 11 de diciembre de 1652 aos se remat el servicio personal de tres
muchachas en Bernardo de Vrtiz en 48 pesos en plata...183
Ya slo aadiremos aqu un documento que describe cmo se verificaban aquellos remates:
En la villa de Cerralvo en 3 das del mes de julio de 1652 aos, estando a las puertas de las casas de la morada del seor don Martn de
Zavala, y con asistencia de su seora, por voz de Juan, indio de nacin
camaneo, que hizo oficio de pregonero, se trujeron en pregn el servicio
de una muchacha de ms de doce aos y otras tres y un muchacho de
menor edad, la mayor por tiempo de 10 aos y las dems por el tiempo
de la voluntad de su majestad o la de su seora. Y andando el dicho pregn entre diferentes personas que a ellas hubo la mejor fue la que hizo el
alfrez Jusepe Barbosa que dijo: a quince pesos en plata doy por cada
411
una de los dichas cinco piezas, y repetida la dicha postura, una y muchas veces y no habiendo mejor ponedor, su seora mand apercibir al
remate, y habindolo hecho el dicho pregonero y no pareciendo mejor
ponedor, su seora mand que se rematasen en el dicho alfrez Jusepe
Barbosa, lo cual se hizo por el dicho pregonero, diciendo a la una, a las
dos, a las tres, que se rematan, que buena, que buena, que buena pro
le hagan, con lo cual qued hecho el dicho remate en el dicho alfrez
Jusepe Barbosa que lo acept y en su conformidad exhibi setenta y cinco pesos en plata que montaron las dichas cinco piezas conforme a su
postura y el gobernador lo aprob y mand se pusiesen en el depositario
general de esta villa por cuenta de su majestad y que al dicho alfrez se
le diesen depsitos en forma de las dichas cinco piezas y as lo mand y
firm con el ponedor. (Rbricas).184 El resto de las piezas se reparta entre
los soldados que haban hecho la entrada: ...En una de estas entradas
que hizo el sargento mayor Jacinto Garca de Seplveda... se prendieron
algunos indios e indias, muchachos y muchachas, con que se torn a esta
villa de Cerralvo, y dado cuenta al seor parti entre los soldados que a
la dicha jornada fueron; le cupo a Francisco Gonzlez una indiezuela de
nacin icuano, de edad al parecer de diez a once aos, borrada la cara
con veinte y tres rayas, de un carrillo a otro, y en la frente once y tres almenillas de dos en dos rayas encima de la boca y otras en la barba...185
Lo anterior est tomado de un precioso documento que tuvimos la fortuna
de encontrar en el Archivo Municipal de la ciudad de Zacatecas: se trata
de un ttulo para poder vender indios esclavos, fechado en la villa de
Cerralvo en 13 de agosto de 1633. El soldado Francisco Gonzlez vendi
dicha esclava en la ciudad de Zacatecas a fray Luis de Ordua, prior del
convento de Santo Domingo en dicha ciudad, en 120 pesos de oro comn
en reales.186 Que el negocio de la compra-venta de esclavos chichimecos
era jugoso se comprueba muy fcilmente. La india del documento anterior
la haba adquirido Francisco Gonzlez en remate, y no en el reparto a los
soldados, como falsamente asienta el ttulo, en slo 60 pesos, y no de oro
comn en reales, sino en plata. Y como la venta realizada en Zacatecas
fue en 120 pesos en oro, Gonzlez obtuvo una ganancia de ms de 100
por ciento. He aqu la prueba documental: En Monterrey, por auto de 15
de agosto de 1633 aos, de jornada que hizo el sargento mayor Jacinto
412
valan a 40 pesos en 1630; caballos de silla los haba muy caros, pero en
1636 se vendi un caballo en 30 y otro en 12 pesos; un carro herrado, con
diez mulas, vala en 1630, 500 pesos, es decir, el carro sin las mulas vala
100 pesos, que era el precio de un buen arcabuz; el plomo, en la villa de
Cerralvo, se venda a 2 pesos y medio el quintal y el hierro labrado a 7
pesos la libra; un esclavo negro o mulato alcanzaba el alto precio de 500
pesos, mientras que los esclavos chichimecos, en los remates, fueron bajando rpidamente de precio, desde 100 y 60 pesos antes de 1635, hasta
15 pesos por el ao de 1662.190
7. Las comunicaciones. No es necesario insistir en la especial impor-
bastimento y caballada; reparti a los compaeros mil pesos y di la orden; sali con diez compaeros el sargento mayor, y un indio huasteco
por gua; iba por alfrez Juan Bautista de Urquiza. Salieron al camino
infinitos indios, que, a ttulo de paz, se iban llegando, y una madrugada empezaron a flechar y con gran alarido mataron al gua de un flechazo, que su destino le hizo poner la cota en el arzn de la silla y no
en el cuerpo. Sigui la jornada, hicieron su empleo, volvi, y en los propios montes donde le haban dado, por descuido de los arreadores
se perdi una mula cargada; en la Huasteca se le huy uno de los compaeros que llevaba. Lleg a San Gregorio (Cerralvo) con gusto y con l
le recibieron que eran bien deseados, porque haba corrido voz que eran
muertos.191
Una vez ms, este viaje no pas de ser una arriesgada y peligrosa
aventura llevada con xito. Pero el constante estado de guerra impidi
aprovechar sus resultados, y no fue sino doce aos ms tarde, en el de
1645, cuando el capitn don Alonso de Len, gran historiador y gran soldado, obedeciendo rdenes de don Martn de Zavala, repiti la hazaa
con especial beneplcito de las dos regiones comunicadas. Pero dejemos la palabra a don Alonso: El ao de 45... la tierra algo sosegada y
que prometa tranquila paz, para efectuar lo que tanto se deseaba,
que era la comunicacin de este reino con la provincia de la Huasteca
y puerto de Tampico, se sirvi el gobernador darme la orden para ella,
proveyendo abastecidamente lo necesario de bastimentos, plvora, municiones, armas y caballada, con todo lo dems que se requera para
semejante viaje; se alistaron 25 soldados, sin la gente de servicio y
arrieros. Sal de esta villa (Cadereyta) a 4 de enero, yendo por capelln
el padre Martn Abad de Ura, cura y vicario de la villa de Cerralvo;
llevamos 30 mulas cargadas de harina para muestra de la que en este
reino se daba, dos mil pesos en plata y reales, 250 caballos de armas; iba
por alfrez Jos de la Garza y por sargento Andrs de Charles. Seguimos la
derrota al sur, y por tres jornadas llegamos a Tamaulipas en diez y seis das,
sin haber habido ms avera que matarnos dos caballos y herir otros dos, los
indios que llaman janambres: doce leguas de Tamaholipa, en el estero, salironos al camino a impedir el paso. A las nueve del da, llegamos a Tamaholipa; recibironos el padre fray Pedro Coronado, guardin de aquel convento,
415
ramos atrs; mas hzose una emboscada en que se mat uno, y ellos huyeron y no salieron ms. Llegados a este reino y a la presencia del gobernador, nos recibi gustoso, y enterado de todo, mand aprestar la jornada al
ro de Palmas, dndome orden para salir, a 22 de abril, al puesto sealado.193 Pero este magnfico proyecto, que de cumplirse, hubiese redundado
en tanto bien para el Nuevo Reino de Len, y que tal vez hubiese adelantado en ms de dos siglos el gran desarrollo econmico de Monterrey,
tampoco lleg a realizarse, ahora por las intrigas de un envidioso: Estando ya todo dispuesto (para la jornada al ro de Palmas), tres das antes
del propuesto, lleg orden de Cerralvo para que cesase de la jornada, y
despus supe venan para prenderme, nueva que recib gustoso por serlo
de mi superior... triste por dejar la jornada que con tanta gente qued aplazada...194 El cronista atribuye su desgracia a acechanzas del demonio ...
esta bestia fiera, tomando por instrumento a un hombre que, en la ocasin
que sal a la jornada (al puerto de Tampico), lleg a este reino descarriado,
tan embustero como artificioso, luego que me apart de la presencia del
gobernador, comenz l a brotar veneno de sus entraas, pagando, con
testimonios que ofreci probar, los beneficios que le hice en ida, estada y
vuelta, sacndolo del cuerpo de guardia y hacindolo mi camarada, usando con l y con los dems la hermandad que era justo, yendo por tantas
leguas por entre brbaros...195
El descubrimiento del camino al ro de Palmas no se realiz sino hasta
el ao de 1653 por el capitn Alonso de Len; pero ya no con el objeto
de fundar la poblacin que facilitase el comercio entre el Nuevo Reino y
Tampico, sino, como dice Juan Bautista Chapa: (slo) por descubrir tierras y saber rumbos ... el gobernador dio comisin al capitn Alonso de Len
para que, con treinta hombres, saliese a este descubrimiento, y lo consigui,
a bien pocas jornadas, desde la villa de Cadereyta, pues a la ligera hay
apenas cuatro jornadas, y de la boca del ro a Tampico, seis.196
El camino ms importante y ms transitado lo era, desde la fundacin de Monterrey, el que por Saltillo y Mazapil, conduca a la ciudad de
Zacatecas y, de all, por el famoso camino de la plata, a la Ciudad de
Mxico. Sin embargo, ya dentro del perodo que estudiamos empez a
transitarse, rumbo a la capital del virreinato, el camino Monterrey, Saltillo,
Matehuala, San Luis Potos, Quertaro, Mxico, que si bien era ms difcil,
417
en este reino, que ni haba casa con cimiento, ni dejaban de fabricar cerca
del agua... envi (Dios) tanta agua, el mes de septiembre del ao de 1636,
que parece se abrieron las cataratas del cielo y rompieron las fuentes del
422
abismo de las sierras, segn las bocas que por ellas reventaron. Fue tal
la furia de las aguas que se lleg a temer un segundo diluvio. Este temor
fue grande en este reino, que si bien vean los muchos desages que tiene
en tantos ros, vean a estos salir de madre, llevndose las arboledas de sus
riberas, desgajndose de las sierras las peas, en las reventazones que haca el agua, causando pavor y miedo; derrib todas las casas de Monterrey
y las iglesias, dejndolo hecho un desierto; la villa de Cerralvo qued de
la misma suerte, cayndose la iglesia y dems casas, que fue necesario
guarecerse la gente en una cuadrilla de carros que a la sazn estaba en la
villa. En medio de esta afliccin, acudi Dios, como padre de misericordia,
a socorrer a sus criaturas, permitiendo que el almacn del gobernador,
que era donde todos se provean, quedase en pie y sin lesin... El ro de la
Pesquera Grande arranc una hacienda de sacar plata, de su ribera; no
peligr persona alguna; los materiales perecieron. El de la Silla arrebat
7 mil ovejas una noche que cerca de l hacan majada, y un muchacho
pastor que las guardaba; otros daos menos considerables caus. Duraron
las crecientes de los ros 15 das, y cuando ces, quedaron los caminos tan
fragosos, y las barrancas en ellos tan hondas, que no se podan pasar; fue
forzoso hacerles, a fuerza de brazos, porque no faltara la comunicacin y
trato.210
No podemos menos que reconocer que en este trabajo se ha hecho un
uso criticable de las citas; pero, reconocemos tambin que al convertirlas a
nuestro lenguaje les quitara todo el vigor y frescura que tienen en el suyo
propio. En el pasaje arriba transcrito, Alonso de Len, que vivi la angustia
de aquellos das, nos lleva a presenciar el desastre causado por una de
esas terribles inundaciones que, peridicamente, han asolado no slo a
la ciudad de Monterrey sino tambin a otras poblaciones de Nuevo Len.
El ao de cuarenta y dos, apretaron, el mes de septiembre, las aguas
con nortes; en esta villa (Cadereyta) traspasaba las tapias; cayronse en
ella las ms de las casas, sin dao de la gente, por ser de da.
El ao de cuarenta y cuatro cay un aguacero en las haldas de la
sierra de San Gregorio, vertiente a la villa de Cerralvo, que creci una
caada tanto, y tan rpida corriente que, sobrepujando el hueco de la
caada, que es bien ancho, embisti a la villa, derribando las casas que
topaba, hacindolo todo un mar, y si como Dios provey llegase al ama423
de esta epidemia y con fines sanitarios, el regidor Juan Cavazos, que era
procurador general de la ciudad de Monterrey, hizo una representacin
al cabildo, recordndoles que ...est ordenado y mandado que cada cabildo que tenga cada ao el cuidado... de que las calles y pertenencias
de cada uno estn limpias y desmontadas y que cuiden del agua para el
servicio de los vecinos de esta ciudad y asimismo que las entradas y salidas
de los caminos reales a ella estn desembarazados, anchos y sin estorbo
para su entrada y salida...214
Estas terribles epidemias hicieron espantosos estragos en la poblacin
indgena. Ms que la guerra y que las caceras de esclavos fueron las
epidemias las que causaron la extincin casi total de las bandas nmadas
de Aridamrica. No hay que olvidar que las viruelas y la gripe eran desconocidas en el Mxico precortesiano y que, por lo tanto, el indio careca de
defensas orgnicas contra ellas. En el Nuevo Reino de Len estas enfermedades sembraban el terror entre los chichimecas, que huan tierra adentro
llevando el contagio hasta lugares muy apartados de la regin colonizada
por los espaoles. Fray Isidro Flix de Espinosa, en su Crnica, nos describe con viveza la reaccin de los nmadas frente a las viruelas: Cosa
ridcula es lo que observan estos brbaros para libertarse, a su parecer, de
las viruelas, que juzgan ser cosa viva y que se va tras de ellos. Luego que alguno de ellos est cubierto de esta inmunda enfermedad, lo ponen debajo
de una sombra y lo cercan de espinas, dejndole algn bastimento y agua,
si no la hay cerca, y lo desamparan, con tanta soledad, que si l mismo no
se ayuda y Dios, como padre, no lo socorre, muere sin remedio, quedando
all para pasto de los animales y aves carniceras. Cuando se mudan los que
no estn tocados de la epidemia, van sembrando, a trechos, por la senda,
muchas espinas, persuadidos a que si van tras de ellos las viruelas, encontrndose con aquellas agudas espinas, se reventarn y no tendrn fuerza
para seguirlos.215 El temor de los indios est plenamente justificado, ya
que rancheras enteras desaparecan con la epidemia. Los documentos
del Archivo Municipal de Monterrey, que hemos consultado, proporcionan abundantes datos al respecto. Veamos algunos. En un documento de
1636 se dice: ...la ranchera que ya se ha ido acabando (con la epidemia
de viruelas) y no ha quedado ms de uno de nacin alazapa. Refirindose a la misma epidemia, se dice en un documento de 1639: ...con
425
resultado demasiado larga, ya slo daremos una lista, en orden cronolgico, de algunos hechos que nos parecen importantes.
A fines del ao de 1638 hubo gran alarma entre los vecinos del Nuevo
Reino de Len y gran agitacin entre los indios, por noticias de que en las
426
costas del mar del Norte (Golfo de Mxico) haban desembarcado unos
europeos no espaoles: Corri a principios de agosto, voz confusa y despus clara... que poco ms o menos de 30 leguas (al noreste de Cerralvo)
estaban unos hombres muy diferentes de nosotros, con barba y cabello
rubio, con medias coloradas, jubones y sombreros de hierro, y que cargaban arcabuces ms largos que los nuestros, sin otros que dejaban cerca
del agua grande (el mar), mayores y ms gruesos que un hombre, con que
mataban a los indios a montones, muy lejos, dentro de los montes, y ellos
parecan nubes, segn el humo que hacan, con un estruendo y ruido como
los truenos del cielo; y que estos hombres hacan, para dormir de noche,
unos hoyos en tierra y all se encerraban; y que eran muchos.216 Estas noticias preocuparon grandemente a don Martn de Zavala, que afanosamente trat de averiguar la verdad. Se tema que fuesen las gentes del pirata
Dieguillo o que el Holands (otro pirata) se estuviese fortificando en algn
paraje de la costa, desde donde salir a robar. El gobernador dio aviso al
virrey de lo que saba y organiz un cuerpo de cuarenta hombres, bien armados, al mando del sargento mayor Jacinto Garca de Seplveda, para
que reconociese la costa. Despus de un largo y peligroso viaje por tierras
del norte de Tamaulipas, sin lograr ninguna noticia sobre los extranjeros,
volvi Garca de Seplveda a Cerralvo y la cosa no pas de all.
A fines de 1640 tuvo lugar un peligroso alzamiento de los indios alazapas, quienes hicieron muchas muertes y robos de ganado, alzamiento que
se prolong hasta 1645.
En agosto de 1643 el capitn don Alonso de Len descubri las Salinas
de San Lorenzo.
El ao de 1646 muri en la ciudad de Zacatecas el general don Agustn
de Zavala, padre de don Martn, poniendo en sincero luto al Nuevo Reino
de Len, pues celebraron todas sus poblaciones sus fnebres obsequias
con el efecto que de dolor y amor pudieron a quien tanto deban y como a
padre estimaban.217
El ao de 1648 el obispo de Guadalajara, don Juan Ruiz Colmenero,
entr al Nuevo Reino en su visita pastoral, hizo confirmaciones y fue el
primer obispo que ha llegado a esta villa de Cadereyta y a la de Cerralvo; establecieron los vecinos la cofrada del santsimo Sacramento...218 El
doctor Jos Eleuterio Gonzlez dice que el seor Colmenero en el Nuevo
427
las puertas, y anduvo tan varonil Antonia de Palacios, entenada suya, doncella, que con una asta (de lanza), a un lado de la puerta, desbarataba
la lumbre y echaba fuera la materia que ponan; bast a no quemarla.230
A principios de julio (de 1648), llegaron (los indios) a una estancia que
fue hacienda de minas en el real de las Salinas, llamada de Chipinque,
dejando atrs todas las otras, fueron a la ms desprevenida, en que estaba
sola una mujer, doa Juliana de las Casas, con su gente de cocina, y con la
seguridad que estaba de ser la gente de diferente territorio y la casa ms
lejana a los alzados, y tantas haciendas con tanta gente detrs, no fue
mucho juzgarse bien guardada... Estando la buena seora ya dentro para
acostarse, dieron los indios en la casa, pegando fuego al jacal que estaba
encima de ella; al ruido, cogi un chimal y un machete, abri la puerta
para que la gente se guareciera; fue en ocasin que estaban con ella una
india y dos muchachos, ella con nueve flechazos y el uno con otros, de que
muri; el otro muchacho estaba guarecindose entre la india y la puerta,
con que no hubo lugar de herirle. Lleg un indio y cogile un brazo, doa
Juliana le cogi el otro, y forcejeando, venciera el indio, a no darle Dios
valor, como al principio tuvo; dndole al indio un machetazo en la cabeza
o rostro, le forz a soltar al muchacho. Ellos, visto no poder hacer ms, se
fueron, temiendo el socorro que estaba cerca. La india san de las penetrantes heridas; el un muchacho muri; el otro amaneci ensangrentado,
muestra de la herida que llev el indio. Heroica hazaa de mujer, y digna
de contarse entre aquellas matronas antiguas, que tanto celebra la fama,
quizs con menos ocasin!231
En el ao de 1661 murieron dos de los ms cercanos y valiosos colaboradores de don Martn de Zavala: su primo y cuado el general don Juan
de Zavala y el capitn Alonso de Len. Juan Bautista Chapa en su Historia
del Nuevo Reino de Len da las notas necrolgicas:
Este ao (1661) parece fue ms fatal que otros, porque a principio
de enero, sucedi tambin la muerte del general Juan de Zavala, deudo
del gobernador, que habiendo llegado de la Ciudad de Mxico a la de
Monterrey, le acometieron unas cuartanas que prevalecieron tanto, que,
apoderndose de l, cay en una melancola notable que no le poda hacer
cobrar ningn divertimiento; y como se pasaba su achaque sin hacer cama,
antes bien, paseando la ciudad, no se juzg era tan grave, por cuya causa
434
435
NOTAS
1.
2.
3.
4.
Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. II, p. 15.
5.
6.
7.
Ibid, p. 224.
8.
9.
Ibid.
10.
Ibid.
11.
12.
13.
14.
15.
Ibid., p. 149.
16.
17.
Ibid., p. 163.
18.
Ibid., p. 29.
19.
20.
Ibid., p. 195.
21.
22.
23.
Ibid., p. 303.
24.
25.
26.
436
27.
28.
Ibid., p. 301.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
Ibid.
49.
Ibid.
50.
Ibid.
51.
52.
53.
437
54.
55.
56.
57.
58.
59.
60.
Contra Alonso Lucas el Bueno. Se piden documentos que faltan en el archivo, Villa de Cerralvo (Monterrey), 5 de septiembre de 1626. AMM, Civil,
Leg. I, Exp. 10.
61.
Ibid.
62.
Ibid.
63.
Contra el capitn Alonso Lucas el Bueno y Juan de Len por haber contravenido a rdenes superiores, Villa de Cerralvo (Monterrey), 1626. AMM,
Causas criminales, Vol. I, Exp. 16.
64.
65.
66.
Ibid., p. 144.
67.
Ibid., p. 168.
68.
Real cdula sobre las mercedes de tierras hechas por don Martn de Zavala
en el Nuevo Reino de Len, Madrid, 9 de mayo de 1672, AGN, Duplicados
de reales cdulas, Vol. XXX, Exp. 86. Documento indito, copia mecanogrfica en la Biblioteca del Instituto Tecnolgico de Monterrey.
69.
70.
71.
72.
73.
74.
Ibid., p. 127.
75.
Ibid., p. 149.
438
76.
77.
78.
79.
Ibid., p. 137.
80.
Ibid., p. 138.
81.
Requerimiento del cabildo de Monterrey al gobernador don Martn de Zavala sobre que se aumenten las penas a los indios de guerra, Monterrey, 20
de mayo de 1632. Publicado por J. B. Chapa: Historia (Ed. 1909), pp.
254-259. La cita est en la p. 257.
82.
Parecer de fray Francisco de Rivera sobre los castigos a los indios de guerra, Cerralvo, 4 de junio de 1632. En J. B. Chapa: Historia (Ed. 1909), pp.
259-273. La cita est en la p. 260.
83.
Aprobacin de los autos de guerra dictados por don Martn de Zavala, por
los telogos de San Luis Potos. Lo public J. B. Chapa en su: Historia
(Ed. 1909), pp. 274-275.
84.
Ibid., p. 253.
85.
86.
Primo Feliciano Velzquez: Historia de San Luis Potos, Vol. II, p. 15.
87.
88.
89.
90.
91.
92.
93.
94.
95.
Memorial de don Martn de Zavala al Rey. Publicado por A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), pp. 213-216. La cita est en la p. 213.
96.
97.
98.
99.
439
440
127. Pleito sobre indios entre doa Juliana de las Casas y Diego de Villarreal,
Monterrey, 1648, AMM, Civil, Vol. V, Exp. 2.
128. Dez de la Calle: Noticias sacras, p. 230.
129. Ibid., p. 231.
130. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), p. 82.
131. Ibid., p. 83.
132. Bishko: The peninsular background of Latin American Cattle Ranching
en The Hispanic American Historical Review, Vol. XXXII, noviembre, 1952,
nmero 4, pp. 491-515. La cita se encuentra en la p. 494.
133. lbid., p. 495.
134. Bishko: El castellano, hombre de llanura, trabajo presentado en el Segundo Congreso Internacional de Historiadores de los Estados Unidos y Mxico
celebrado en Austin, Texas en noviembre de 1958, pp. 2 y 3.
135. Ibid., p. 3.
136. Ibid.
137. A. de Len: Relacin y discursos (Ed. 1909), pp. 142-143.
138. Ibid., p. 143.
139. Klein: The Mesta, p. 9.
140. Publicado en Revista de Historia de Amrica, nm. 17, pp. 1-26, junio de
1944. La cita se encuentra en las pp. 1-2.
141. Ibid., pp. 5-6.
142. Ver nota 137 de este captulo.
143. Cavazos: Algunas caractersticas ..., p. 471.
144. Acta de fundacin de la villa de Cadereyta, en Cosso: Historia de Nuevo
Len, Vol. I, pp. 246-248; Testimonio de las constancias relativas a la fundacin
de Cadereyta Jimnez, publicado por Santiago Vidaurri, Monterrey, 1863.
145. Pedro de Rivera: Reglamento para todos los presidios de las Provincias Internas, ordenanza, 176.
146. Descubrimiento del camino del Piln, AMM, Civil, Vol. VI, Exp. 28.
147. J. B. Chapa: Historia (Ed. 1909), p. 347.
148. Ordenanzas de la Mesta en Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos, Segunda serie, Vol. XXII, pp. 213-215.
149. Ibid., p. 213.
441
442
443
444
a. Encomiendas y congregas
El perodo cuyo estudio vamos a intentar y que hemos llamado Medio siglo de inercia, comprende desde el 8 de agosto de 1664, fecha de
la muerte de don Martn de Zavala, hasta los primeros das de enero de
1715, mes en que lleg al Nuevo Reino de Len el licenciado don Francisco Barbadillo y Victoria. Lo que lo caracteriza y le da unidad es un claro
fenmeno de inercia: el Nuevo Reino vivi, durante estos cincuenta aos,
slo por el impulso que le haba dado don Martn de Zavala; instituciones
y sistemas, costumbres jurdicas y mtodos administrativos, aciertos y errores, continuaron su natural evolucin, sin que se puedan advertir cambios
intencionados. Entre los sucesores de don Martn no hubo uno solo que
intentase modificar los sistemas, buenos o malos, que ste haba creado,
ni cambiar la situacin de crisis en que se viva, ni solucionar los graves
problemas que, desde sus orgenes, aquejaban al reino. Y, como en todo
fenmeno de inercia, el impulso inicial se iba perdiendo paulatinamente,
la disciplina se iba relajando y los problemas se iban agudizando ms y
ms. Los ltimos aos de este perodo fueron de una profunda y extremada crisis. De los muchos gobernadores que tuvo el Nuevo Reino de Len,
en estos cincuenta aos, ninguno destac en forma extraordinaria. Todos
ellos, cada cual a su manera, se concretaron a seguir una rutina de carcter burocrtico; no hay en ellos ni el talento del estadista, ni la excepcional
445
leyes, que por el gobierno se impusieron a aquellos protectores, para trataran humanamente, a lo menos, al cuantioso nmero de infelices que se
ponan a su cuidado. stos sufran (no) solamente el peso del trabajo continuo, sin ver jams el fruto, cuando sus patrones no perdan tiempo en
llevarlos por fuerza, o con promesas falsas a las sementeras y estancias de
ganado, para sacar de ellos todo el provecho con ahorro de jornaleros. A
la desnudez misma que padecan en el estado de su barbarie se sujetaban
en las congregas, sin que bastaran los reclamos, que a su modo no dejaban
de hacer, para conseguir siquiera el premio de su reduccin y de su trabajo;
para alimentarlos, los enviaban al monte para que acopiaran y trajeran a
las congregas las frutas silvestres, races y yerbas que ellos conocan, y con
que se mantenan en tiempo de su libertad, negndoles a consecuencia
las frutas y semillas que ellos mismos sembraban y cosechaban; durante la
ausencia de los hombres, en esta expedicin, se quedaban los protectores
con las mujeres y con los muchachos, as para asegurarse por este medio
del regreso de los enviados, como para precaver la insurreccin y fuga de
todos.
Estos excesos llegaron hasta el trmino de que las justicias de aquellos
pueblos concedan licencias a los paisanos, por cierta contribucin, para
que en convoyes salieran a vagar por los montes con el destino de acechar
a los indios, y de cogerlos por fuerza, si era necesario, o con halagos y
promesas. Volvan en efecto de sus expediciones con no poco nmero de
salvajes, que, al modo de siervos o de animales, los agregaban a la multitud, sin esperar de ellos otro fruto que el de su tal cual trabajo, y sin contar
con que de alguna manera era necesario que fueran capaces de adquirir
ideas de religin y de sociedad.1
Adems de la corrupcin del sistema, las encomiendas fueron incrementadas y los encomenderos se multiplicaron con exceso: los legajos del
Archivo Municipal de Monterrey, correspondientes a este perodo, estn
verdaderamente plagados de solicitudes y de ttulos de encomiendas, as
como de permisos para hacer entrada a sacar indios; y estos permisos
no solamente los daba el gobernador sino aun los justicias mayores de las
villas. Y los encomenderos ya no eran nicamente los descendientes de los
primeros pobladores o las personas de calidad y benemritos, como
en tiempos de Zavala; ahora las encomiendas se concedan a diestra
447
y siniestra, con mritos o sin ellos, y los indios de encomienda, contra todo
lo especificado en las Leyes de Indias sobre libertad y buen tratamiento
de los naturales, acaban por convertirse en una verdadera mercanca.
Las encomiendas se vendan, se arrendaban, se trocaban, se partan, se
heredaban, se hipotecaban, se daban en dote. Dice fray Vicente Santa
Mara: Eran por sus dueos vendidos como esclavos, aun los hijos sin sus
padres y las mujeres sin sus maridos, por quienes clamaban a su modo, y
las congregas computaban su valor para ser vendidas segn el nmero de
indios congregados que haba en ellas.2 Y fray Jos Arlegui, en su Crnica, refirindose a la misma poca, apunta: ...y como muchos de los indios
haban vivido muchos aos sujetos, aunque sin provecho, a los seores
reineros, ellos en sus labores y ellas encerradas en galeras, trabajando lo
que les mandaban de tejidos y labrados...3
Las constantes quejas de los misioneros franciscanos ante la corona,
motivaron la real cdula de 25 de mayo de 1689, en la que mandaba el
rey que cesasen tantos abusos y la que, entre otras cosas, dice: Y hurtndoles a los miserables indios sus mujeres e hijas, haciendo en ellas lo que
contraviene a la ley de Dios, y as los dichos dueos de haciendas, como
sus mayordomos, criados y sirvientes, con violencia les quitan sus hijos e
hijas, y los sacan fuera de la dicha provincia, y los llevan a las ciudades
de Mxico, Puebla y Quertaro, donde los venden, presentan y dan como
esclavos habidos con justo ttulo.4 Pero el documento ms expresivo y
de mayor autoridad que sobre las encomiendas conocemos es la carta
que el ilustrsimo seor don fray Felipe Galindo Chvez y Pineda, obispo
de la Nueva Galicia, dirigi al rey desde la ciudad de Guadalajara el 5
de agosto de 1697: Tineme muy lastimado una introduccin que hay en
el Reino de Len, que llaman encomiendas, las cuales son las que expone (sic) a vuestra majestad. Da licencia el gobernador para que vayan a
tierras de gentiles y traigan de aquellas partes (unos indios) que llaman
borrados, los que pudieren para su servicio; scanlos por fuerza y en estos
ingresos se causan algunas muertes de inocentes, que viven en sus tierras
sin hacer mal a nadie. Esto es cierto, seor que se van al infierno con
qu se satisface adelantar al que (ha) de vivir diez aos o cinco, un da,
una hora, un instante, adelantarlos al infierno? No hace poca armona
esto a la conciencia. Los que traen que los sirvan, dicen les dan de comer
448
y de vestir y los tienen como esclavos; los vestidos es cierto no los traen y
la comida es tan poca que tambin lo representan en sus personas. Dicen
los doctrinan, que les pregunten que quin los doctrinaba a ellos, porque
como digo arriba a vuestra majestad, ni hay pueblos ni congregaciones y
el obispo no ha de ir a las estancias a hacer examen de lo que le obliga
en conciencia. En fin, seor, todos viven como irracionales y teniendo esto
ms de 80 aos de fundacin, todos habitan como fieras en los cerros y
montes.5
Y como a fieras iban a sacarlos de sus tierras los espaoles para formar las encomiendas: en 1709 Ignacio de Ayala, indio chichimeco de la
nacin alazapa, capitn de los de dicha nacin que estaban reducidos en
San Pedro de Boca de Leones, deca al gobernador don Luis de Pruneda:
...aquejados de los vecinos labradores y encomenderos de este reino, que
en aquel tiempo estbamos encomendados a sus mercedes y venan armados con todas armas a darnos albazos para llevarnos a sus haciendas de
labor con todo apremio para servirse de nosotros, siendo as que el motivo
de haber salido de su servicio y pedido pueblo en que avecindarnos, haba
sido por las muchas hostilidades y agravios que nos hacan; y en medio de
este trabajo contra nuestra voluntad, nos volvamos a venir a dicho pueblo
y persistan en persecucin nuestra...6 Estos alazapas, junto con un grupo
de tlaxcaltecas, fueron los primeros pobladores del pueblo de San Miguel
de Aguayo y, como se ve en la queja anterior, de all iban a sacarlos los
encomenderos.
La caza de esclavos a la manera de Carvajal tampoco haba desaparecido, son muy numerosos los documentos de esta poca que hablan
de ello. Citemos uno como ejemplo: En la ciudad de Nuestra Seora de
Monterrey en 24 das del mes de marzo de 1708 aos, ante el seor general don Cipriano Garca de Pruneda, gobernador y capitn general de
este reino por su majestad, la present el contenido de ella. El capitn
Josephe Eugenio de la Garza, regidor de esta ciudad de Monterrey, vecino
y labrador en los trminos de dicha ciudad, criador de ganados mayores
y menores y caballadas, ante vuestra seora parezco en la mejor va y
forma que haya lugar en derecho y al mo convenga y digo que Francisco de la Iguera, mestizo, vecino del Carrizal, levant compaa de quince hombres arcabuceros y fue a la otra banda del ro Grande, a donde
449
habitan los indios de mi congregacin llamados en su idioma tattepliegigo que quiere decir carrizos gordos y les dio golpe y se trujo las familias
y solt los indios, que aun no les vali mostrar el capitn un papel de
pasaporte que yo le haba dado para su resguardo; y siendo que est
mandado por los seores gobernadores y esta ilustre ciudad por un auto
promulgado en que ninguno que vaya a la tierra dentro traiga gente de
otro ni que pague soldados con las familias, con pena de 200 pesos, los
cuales se aplicaron por mitad cmara de su Majestad y edificacin de casas reales; y no atendiendo a nada de esto reparti 15 personas, dndole
a cada uno una de la dicha mi congregacin; y esto lo tengo averiguado
con una indiezuela, que trujo un soldado, de nacin pauzn, mujer de un
indio de los de mi congregacin. Y as a vuestra seora pido y suplico se
sirva librar mandamiento para que se me entregue la dicha gente, sin que
falte ninguna de ella, aplicndoles a los que las tuvieren la pena en que
han incurrido; y para saber quines son los soldados que llev el dicho
Iguera, mandar vuestra seora parecer ante s a Desiderio de Arriola,
vecino de esta ciudad, que fue uno de los soldados que fueron y quien
trujo una india de dicha nacin y, que bajo de juramento y so la pena de
l, declare las personas y gente que trujeron y que me entrieguen; as las
primeras seis indias que el dicho Iguera trujo a su casa, segn lo declarado y averiguado por dicha india y junte las que reparti a los soldados; y
asimismo tres indias que dej en la villa de Cerralvo; sirvindose vuestra
seora de mandar castigar el delito, segn el que le corresponde a cada
cual; y as juro en debida forma este mi escrito no ser de malicia, costas
protesto y en lo necesario ...Josephe Eugenio de la Garza.7 (Rbrica). Del
gran nmero de indios comprendidos en las encomiendas que para entonces se haban concedido, nos da una idea de lo que dice Jos Eleuterio
Gonzlez en sus Apuntes para la Historia Eclesistica... del Obispado de
Linares: los indios de las congregas eran muchsimos, como puede verse
en las visitas que hacan los gobernadores: en la que hizo a fines de este
siglo (sic por 1684) don Gregorio de Salinas Varona, constan visitadas 59
haciendas, en cada una haba una o ms congregas; y no estn todas
porque le faltan hojas al cuaderno. Hay que advertir adems que estas haciendas estaban ya para ese tiempo formadas de comunidades de
accionistas, y cada heredero tena en ellas sus labores y su(s) congrega(s)
450
otra cosa que esclavitud disfrazada, desde el punto de vista jurdico constituyen dos instituciones claramente diferenciadas que no pueden ni deben
confundirse.
El ms antiguo documento conocido en que aparece usada la palabra
congrega, es del 16 de agosto de 1698.10 El paso de las encomiendas a
las congregas slo fue en el fondo un simple cambio de palabras: al encomendero se le llam capitn protector y a las encomiendas, congregas
o congregaciones; pero, de hecho, nada, absolutamente nada cambi,
sigui existiendo la misma esclavitud disfrazada. Sin conocer la real cdula
respectiva podemos, sin embargo, conjeturar cul fue su espritu. La corona, informada de lo que en realidad eran las encomiendas en el Nuevo
Reino, las declar suprimidas, ordenando que los indios fuesen congregados en misiones y doctrinas, que se formasen con ellos pueblos de
indios; dotndolos de tierras y aguas, hacindolos nombrar entre ellos
quin los gobernase, entregndolos al cuidado de los misioneros para su
evangelizacin y nombrando capitanes protectores que sirviesen de apoyo a los frailes y defendiesen a los indios congregados lo mismo contra
los ataques de los indios de guerra que contra los desmanes e injusticias
de los espaoles. En un documento fechado en Monterrey el 11 de enero
de 1700, dice el gobernador don Juan Francisco de Vergara y Mendoza:
...que sta (encomienda) y las dems de este reino estn demolidas por cdula de su majestad en conformidad de la respuesta dada por el seor fiscal
y por su parte pedido el cumplimiento de ella y que se redujesen a congregacin los indios de este reino para que en ellas asistan sin que se sustraigan
con variedad de doctrinas a otras y que permanezcan en las congregaciones en que los pusiesen para que en ellas se doctrinen y se les administren
los santos sacramentos por el padre doctrinero primero que les hubiese administrado y que en esto pusiesen especialsimo cuidado los gobernadores
y padres doctrineros....11 Diego Gutirrez, vecino de Cerralvo recibi del
gobernador don Gregorio Salinas Varona el 19 de abril de 1706, ttulo
de protector de los indios guaipitisuno, que quiere decir venados chiquitos para sacarlos del barbarismo en que viven, reducirlos a vida poltica
en su hacienda y catequizarlos al gremio de nuestra santa fe catlica... y
para que no sean movidos de dicha congregacin los radic en la doctrina de esta villa de Cerralvo para que en ella sean administrados por los
452
reverendos padres ministros de doctrina que a expensas de la real hacienda se mantienen en los conventos y misiones de este reino para la
educacin, doctrina y enseanza de los indios recin convertidos; y los
tendr reducidos a vida poltica y obediencia de su majestad, que Dios
guarde, tenindolos sujetos en ella y pagndoles su trabajo segn el estilo
corriente de este reino ...dndoles igualmente racin a todos, viejos, hurfanos, viudas y enfermos, sin exceptuar a ninguno...12 En 17 de julio de
ese ao de 1706, en la ciudad de Monterrey, dicho gobernador nombr a Cristbal Gonzlez capitn protector de los indios aranquiixau
para que los tenga juntos y congregados en su hacienda de labor
nombrada Guadalupe, dndoles el pasto espiritual y buen tratamiento, teniendo libro de cuenta y razn donde se asienten para pagarles su
trabajo a razn de dos reales al da, para que con ellos se puedan
vestir y a sus mujeres e hijos; dndoles racin a las viudas, hurfanos y enfermos y sin consentirles que hagan mitotes ni juegos en dichos
ranchos, para que no jueguen la ropa con que tuvieren tapadas sus vergenzas...13 Creemos que las tres citas anteriores son suficientes para
apoyar nuestra conjetura sobre el espritu que inform la creacin de las
congregas.
b. Guerra sin fin.
bernadora decretaba que se cobrara de los dueos pastores limitadamente a medio real por cada cabeza del hierbajo que comen sus ovejas... sin
que fuese de gravamen al que pagare el dicho derecho, porque en 6 meses
de asistencia que estn las ovejas en aquel reino sale ganancioso el dueo
de 7 reales por lo menos en cada una...19 Sin embargo, que nosotros sepamos, nada se hizo al respecto, y esta real cdula, como otras tantas, fue
letra muerta. Pero aun los vecinos del reino alegaban la guerra viva para
eludir impuestos. En 1668 los mineros y labradores de la jurisdiccin de
Monterrey protestaron enrgicamente porque se les exiga que manifestasen los plomos de sus minas y las semillas de sus cosechas para el pago
de las alcabalas.20
Decamos atrs que el problema de la guerra contra los indios hizo
crisis al terminar la primera dcada del siglo XVIII. Esta crisis se encuentra
claramente descrita por fray Vicente de Santa Mara en su Relacin Histrica de la Colonia del Nuevo Santander: En el Reino de Len, por el ao
de 1709, empezaron a unirse los nimos de los vecindarios y de los padres
ministros de doctrina para hacer frecuentes representaciones a la capitana general de Mxico, haciendo ver la urgentsima necesidad en que se
hallaban de ser socorridos sin esperar a su ruina total.21 Antiguos pobladores y misioneros, colocados en campos contrarios, aducan como motivos de la guerra hechos muy diversos: Alegaban los primeros (los vecinos
del reino) el sumo deterioro en que se hallaban sus pueblos y la escasez
de recursos en que se vean para poder contener a los indios de adentro,
en las congregas, a quienes ya trataban como a enemigos domsticos, y
para rebatir a los apstatas y gentiles, por de fuera, que los invadan sin
prdida de tiempo; en dichas representaciones atribuan la insurreccin y
despecho de los indios, al mal manejo de los pastores, que siendo como
eran, mulatos, lobos, coyotes y otras castas mal inclinadas y opuestas a los
mismos indios, les causaban muchas vejaciones, que eran el origen de todo
el mal; que estos tales pastores, hombres sin costumbres y depravados,
eran los que muchas veces espiaban las ocasiones de cautivar a los indios,
que cogan indefensos o quitndoles la vida para acreditarse de valientes
y fieles a sus amos; que aun estando exentos de alcabalas por fronterizos,
todos aquellos vecindarios y haciendas, carecan de armas y dems pertrechos necesarios para resistir a los dichos brbaros y defenderse de ellos;
457
situacin. A los muy pocos indios que haban quedado en las congregas,
daban un trato verdaderamente inicuo. No permitan a ningn indio salir de
los pueblos sin ir acompaado de alguno que lo vigilara; a todos los indios
estaba prohibido el uso del caballo, y si alguno quebrantaba esta disposicin era castigado con las penas ms duras.30 En todas las congregas
imperaba un rgimen carcelario.
No fue sino hasta el 20 de diciembre de ese ao de 1713 cuando la
Junta de Guerra dict su fallo: Que los gobernadores y justicias vigilen
y cuiden, con todo el rigor de las leyes, y con el mayor empeo, que los
escolteros y pastores no cautiven, ni mucho menos quiten la vida a los
indios incitndolos a la venganza con estas inhumanas extorsiones; que
en todas partes y por todos los medios posibles se hagan los requerimientos de paz a los indios alzados y a los gentiles prevenidos por las
leyes en el ttulo de guerra, asegurndoles que si se reducen y cumplen
por su parte los tratados de alianza, les ser mucho ms til que la vida
errante y la guerra, vivir bajo la proteccin del gobierno y en el goce de
su libertad; que para llevar a todo su efecto esta providencia se forme por
los hacendados de dentro y fuera del Nuevo Reino, como ms interesados
en la seguridad de aquellos campos, y bajo la direccin y comando del
gobernador, una compaa volante de setenta plazas con sus respectivos
oficiales, cuyo destino sea estar siempre a la defensiva, conteniendo los
excesos as de los vecinos, especialmente los pastores, como de toda
clase de indios, distribuyndose para el efecto en los lugares ms convenientes, y vigilando de tiempo en tiempo los caminos y las inmediaciones
de las sierras con especial de la de Tamaulipa occidental (Sierra de San
Carlos)31 Como se ve, an se eluda atacar el punto lgido del problema, las congregas an eran intocables; y, con todo y esto, la resolucin
de la Junta de guerra, con ser tan justa e ir encaminada al bien de
los vecinos, hall en ellos grandsima resistencia e hicieron una nueva
representacin ante el virrey diciendo, que salvo su obedecimiento (el
obedzcase pero no se cumpla), les pareca, que aun cuando fuera necesaria la tal compaa, deban tambin entrar en parte de los gastos los
dueos de las tierras en que muchos (de ellos) eran arrendatarios; y que
pagando los hacendados los gastos de la tropa, sta no deba estar al
mando del gobernador, sino al de ellos y de sus mayordomos, para de460
pada por los espaoles recibi gran incremento; se foment la colonizacin aumentando as la poblacin del reino, figurando entre los nuevos
pobladores el importante y valioso grupo de los tlaxcaltecas que sirvieron
como indios madrineros en muchas de las nuevas fundaciones; se foment asimismo la evangelizacin, ya que la mayor parte de las nuevas poblaciones nacieron como establecimientos misionales; se dio nuevo impulso a
la colonizacin minera y, por ltimo, la Ciudad Metropolitana de Nuestra
Seora de Monterrey qued mejor protegida por este nuevo antemural
que la rodeaba.
Mencionemos, aunque sea en forma de lista, algunas de las ms importantes fundaciones hechas en el perodo que estudiamos; pero, antes
veamos qu era el Nuevo Reino a la muerte de Zavala. Nos valdremos
para esto de una sola cita, el testimonio del capitn Juan de la Garza
Falcn en la informacin que mand levantar el procurador general del
reino, Nicols Lpez Prieto, el 10 de marzo de 1665: A la tercera pregunta, sabe que en este dicho reino no hay ms que tres poblaciones, que son
esta ciudad (Monterrey), villa de Cerralvo y villa de Cadereyta, y en sus
contornos algunas labores, con rancheras de indios agregados y reducidos; y asimismo un real de minas, (el real de las Salinas), con cuatro o cinco
haciendas de sacar plata; y que en todo lo referido habr apenas ciento y
cincuenta espaoles casados, sin muchos solteros.34
La primera fundacin dentro del perodo que vamos historiando fue la
misin de San Nicols de Gualeguas (Agualeguas), hecha en 1675 cerca
de donde Zavala haba fundado el pueblo del lamo o misin del Alamillo, que fue destruida por los brbaros y que haba sido el ltimo trmino
de la cristiandad hacia el oriente.35 En ese mismo ao de 1675 se cre una
nueva provincia con el nombre de Nueva Extremadura (Coahuila), que en
cierto modo sirvi de proteccin al Nuevo Reino por occidente.36 En 1678 se
fund la misin de San Pablo de Labradores (Galeana), con indios cuachichiles y un misionero de San Francisco: la fundacin la hizo don Fernando
Snchez de Zamora con permiso del gobernador Pruneda, y las tierras se
las reparti el capitn don Miguel de Ezcorigela.37 En 1685, el marqus de
Aguayo visit la antigua misin de San Cristbal de Hualahuises, otra de
las fundaciones de Zavala, y dice en el informe de su visita: El pueblo de
San Cristbal de Hualahuises, misionero fray Juan de Menchaca. Iglesia pequea techada de jacal; tiene 70 familias y un indio capitn llamado Anas462
tasio, aunque no es cristiano, de nacin pariguaras, que quiere decir gente que se pela.38 En 1686, con una colonia de tlaxcaltecas, se fund el
pueblo de San Miguel de Aguayo (Bustamante), y el 16 de septiembre de
1687 don Diego de Villarreal dio posesin de las tierras sealadas a este
pueblo a los indios tlaxcaltecas encargados de su gobierno, don Melchor
Cseres, Jos Felipe, Santiago y Silvestre Salvador.39 Con otra colonia tlaxcalteca, el 16 de mayo de 1687 el marqus de Aguayo fund el pueblo de
Nuestra Seora de San Juan, fundacin que no lleg a consolidarse.40 En
1690, el capitn Juan Villarreal y sus compaeros don Francisco Barbarigo
y Antonio Gonzlez descubrieron las primeras minas en la Boca de los
Leones y en terrenos cedidos por el primero, se fund el mismo ao la villa
de San Pedro de Boca de Leones (Villaldama).41 En 1693 el general don
Ignacio de Maya pobl y fund el mineral de Santiago de las Sabinas cerca
de Boca de Leones (Sabinas Hidalgo).42 Ya para 1680 exista Cinega de
Flores, como se desprende de una declaracin de Mara Cant viuda de
Diego de Hinojosa, hija legtima de padres pobladores y conquistadores
de este reino: ...digo que ha ms de 14 aos (la declaracin es de 1695)
que estoy avecindada y poblada en la Cinega que llaman de Flores, de
la jurisdiccin que llaman de las Salinas, en 4 caballeras de tierra, con
saca de agua de un arroyo que se forma de dicha cinega; las cuales tierras, en virtud de licencia y permiso que me dio el sargento mayor Diego
de Villarreal, alcalde mayor que fue de dicha jurisdiccin; en cuya virtud y
por estar despoblado dicho paraje he hecho una labor y saca de agua y...
tengo cantidad de ganado menor, blanco y ovejuno, y cra de caballada;
y avecindada con dos hijos y tres yernos, que acuden en aquella frontera
contra las invasiones de los indios enemigos.43
Una de las fundaciones ms importantes de fines del siglo XVII, fue la
de la misin de Nuestra Seora de los Dolores de la Punta de Lampazos
(hoy Lampazos de Naranjo). Sobre esta fundacin hay un problema an
no resuelto: es tradicin constante que dicha misin se fund el da 12 de
noviembre de 1698. El doctor Gonzlez, por ejemplo, en sus Apuntes para
la Historia Eclesistica, dice al respecto: En 1698 vino de gobernador don
Juan de Vergara y Mendoza, y a poco recibi un despacho del virrey, en
el que mandaba que en la Punta de los Lampazos se fundara una misin,
bajo la advocacin de Nuestra Seora de los Dolores; la fund fray Diego
463
Salazar con indios del pas y algunas familias de tlaxcaltecas... Los tlaxcaltecas ocuparon un lado de la poblacin y la llamaron San Antonio de la
Nueva Tlaxcala; y los tlajahuiches, que as se llamaba esta tribu, ocuparon
la otra parte con el nombre que haba designado el virrey.44 Sin embargo,
en el Libro primero de obvenciones del archivo parroquial de Lampazos
encontramos que las partidas de entierros y casamientos empiezan en el
ao de 1690,45 y en el Libro Segundo de Bautismos hay algunas copias posteriores de partidas de casamientos del ao de 1694.46 Quiz la fecha 12
de noviembre de 1698, se refiera tan slo a un acto formal de fundacin
con entrega de tierras y nombramiento de autoridades. Podra pensarse
que la fecha 12 de noviembre de 1698 fuese la de la fundacin del pueblo
de San Antonio de la Nueva Tlaxcala; pero, los indios tlaxcaltecas ya eran
muy numerosos en Lampazos en el ao de 1692, como consta en varias
partidas de casamientos y defunciones del mencionado Libro primero de
obvenciones. El problema no est resuelto; pero, dada la calidad del testimonio, debemos situar la fundacin de la misin de Nuestra Seora de los
Dolores de la Punta de los Lampazos, en 1690 y no en 1698.
En 1701 vino a su visita el ilustrsimo seor don fray Felipe Galindo, y
entonces seis (fueron siete) vecinos del valle del Piln (Carlos Cant, Alonso
de Len, Nicols de Medina, don Cipriano Garca de Pruneda, Miguel y
Mateo de Len y Diego de Pealosa) se le presentaron pidindole que all
erigiera un curato, estos mismos vecinos se presentaron ante el gobernador Vergara, solicitando fundar en sus tierras una villa; se los concedi, y
fundaron la villa de San Mateo del Piln (Montemorelos), cuyo primer cura
fue el bachiller don Lorenzo Prez de Len.47 En 1706 se pobl el paraje
de Puntiagudo, primitivo asiento de General Trevio.48 Y llegamos aqu a
la ms importante de las fundaciones dentro de este perodo, la de la villa
de San Felipe de Linares. Pero, aun cuando los trmites se iniciaron desde
el mes de octubre de 1710, de hecho y de derecho, la fundacin de la villa
no tuvo lugar sino hasta 1715 y por lo tanto corresponde ya al siguiente
perodo de nuestro estudio.
464
d. Minas y trapiches.
1. Las minas. Como lo haba hecho don Martn de Zavala durante
traba el gobierno del Nuevo Reino de Len don Pedro Fernndez de la Ventosa, por el ao de 1690, cuando se fund con 200 espaoles y mestizos, el
real de San Pedro de la Boca de Leones, en terrenos cedidos por el capitn
don Juan de Villarreal. ste, en compaa de don Francisco Barbarigo y de
don Antonio Gonzlez, descubridores de las primeras minas de esa comarca, considranse entre los fundadores de lo que hoy es Villaldama.
Gran satisfaccin recibi don Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y
Mendoza, conde de Galve, al tener conocimiento por Barbarigo, del descubrimiento; y, despus por Fernndez de la Ventosa, de la nueva fundacin
de San Pedro de la Boca de Leones, no solamente por la importancia del
hallazgo minero, sino asimismo porque reafirmaba el dominio espaol hacia ese rumbo, estableciendo un valladar a los ataques de los brbaros que
tenan por ese lado en constante vigilia a los espaoles.
Para esa fundacin fue comisionado el capitn don Alonso Ramos de
Herrera, alcalde mayor de la villa de Santiago del Saltillo; y entre las varias
razas de indios que se avecindaron primeramente, se contaban apaches y
chatapaches, de los que fueron enviados diez aos ms tarde a establecer
la misin de Santiago de Valladares.
Apenas establecido el real de San Pedro de la Boca de Leones, e inmediatamente acudieron en busca de fortuna o de trabajo, blancos o indios, no slo de este reino y de la provincia de Coahuila, sino aun de
las del sur, donde alcanz gran resonancia este descubrimiento. He tenido
oportunidad de ver algunos documentos de esa poca fechados en la villa
de San Luis Potos, en los que consta haberse preparado all, por grupos de gente hbil en el trabajo de minas, viaje al nuevo descubrimiento,
con el propsito de intensificar las tareas. Esta fundacin puede titularse
el principal acontecimiento de la administracin de don Pedro Fernndez
de la Ventosa.54 En 1693, siendo gobernador don Juan Prez Merino,
el general Ignacio de Maya pobl y fund el mineral de Santiago de las
Sabinas (Sabinas Hidalgo), cerca de Boca de Leones. Veinte familias de
Candela, Coahuila, fueron las fundadoras. Maya era vecino de Saltillo.55
El numeroso grupo de nuevos colonos que entr al reino a poblar estos reales de minas, constituy una de las aportaciones ms importantes
para la poblacin del Nuevo Reino de Len. Y no slo por el nmero, sino
tambin por la calidad: la mayor parte, como lo dice Cosso, eran mineros
467
estuvimos ms de dos meses y medio en campaa; habiendo salido el estandarte real y el gobernador de este reino, que lo era en la sazn el
sargento mayor don Juan Prez Merino, su antecesor de vuestra seora
(Vergara y Mendoza); y asimismo haber casado con doa Mara Gonzlez
Hidalgo, hija de los primeros conquistadores y ms principales pobladores
de este reino, que debo gozar de este privilegio; y de estos servicios no he
tenido remuneracin... (pide se le haga merced de tierra)... para que pueda conservarse y mantenerse y ampliarse este reino, y que vaya siempre a
ms, como sucede al presente con el real y minas de Boca de Leones, que
es de los mejores que tiene esta Nueva Espaa, por la mucha abundancia
de sus vetas y metales; y por hallarme con la labor de Mamulique, cuantiosa para poder sembrar maz, trigo...57
Este era el tipo del poblador que vino al reino a labrar las minas de
San Pedro Boca de Leones: hombres de empresa, dotados de iniciativa
y espritu de servir a la comunidad y que venan a invertir sus caudales,
grandes o pequeos, en el fomento econmico del Nuevo Reino. Qu
lejos estn de los vagabundos y aventureros de la poca de Carvajal!
Por otra parte, como dice Israel Cavazos Garza, El adelanto relativo
de la minera (con la bonanza de Boca de Leones), trae consigo el movimiento comercial. El madrileo Juan de Espndola es de los primeros en entrar peridicamente con su tren de carretas. Trae a vender efectos que van
desde el chocolate de Soconusco y prendas de la China, hasta esclavos
(negros y mulatos) e implementos de minera. Se le guardan consideraciones por el beneficio que reporta a esta provincia, y goza de preeminencias
de vecino.
En igual caso est Francisco de Iribe y Vergara. Entra y sale cada ao
con mercaderas. No es vecino, pero se casa aqu con una hija de Blas
de la Garza y hasta llega a ser electo alcalde ordinario y teniente de gobernador; acudiendo, adems a las jornadas contra los indios.58 Muchos
aos atrs, en 1668, encontramos mencionados otros dos mercaderes
que hacan la carrera de este reino. Nos dice Juan Bautista Chapa El
ao de 1668, vino una escuadra (de indios de guerra) cerca de la ciudad
de Monterrey y, a menos de media legua de ella, se llevaron cerca de
ochenta mulas de recua de dos mercaderes llamados Joseph Canales y
Francisco Garca...59
469
La interminable y asoladora guerra contra los indios impidi el desarrollo del comercio en el Nuevo Reino durante ms de dos siglos. No
sabemos con qu fundamento dice fray Vicente Santa Mara, refirindose
a los aos de 1686 a 1688 Durante, pues, este tiempo de tranquilidad (?)
(el gobierno del conde de Monclova) y de bonanza con los brbaros, lograron aquellos nuevos pobladores del mutuo trfico de tejidos de algodn
y de lana, con otras obras de la industria de Amrica y muy poco de las de
Europa, por pieles de venado, de berrendo y de cbola, de que los indios
se hacan en su cuantiosa caza de estos animales, y tambin en abundante
acopio de sal, que los mismos indios conducan de la costa a los lugares
poblados por los espaoles. Estos se aprovechaban al mismo tiempo de
los conocimientos prcticos de los salvajes para discernir los lugares aptos
donde se facilita la extraccin de plata y otros metales en aquellas sierras
inmediatas, habiendo logrado por este medio bonanzas bastante pinges,
de que hay todava reliquias en los reales de Boca de Leones y Sabinas.60
El cuadro que presenta el padre Santa Mara es muy halageo; pero en
qu se basa? Los documentos que conocemos correspondientes a esos
aos no lo confirman de ninguna manera. Adems, decir que los nmadas tenan conocimientos prcticos para conocer los yacimientos metlicos, no tiene tampoco el menor fundamento.
El mayor obstculo para el desarrollo del comercio, sin considerar la
escasa poblacin y su general pobreza, era la gran inseguridad de los
caminos. El que una a Monterrey con Saltillo estaba siempre amenazado
por los indios de guerra, en los aos de 1667 y 1668, casi era imposible
transitarlo. En 1674 don Nicols de Azcrraga prohibi que se transitase el
camino de ro Blanco por las hostilidades de los indios y, a pesar de todos
los empeos puestos en la empresa, el camino de la Huasteca no tena
ningn trfico por la misma razn.61
2. Los trapiches. El trapiche, como el obraje, aunque en escala menor,
puede considerarse, dentro de la economa novohispnica, como un antecedente o manifestacin primitiva, de la gran industria. Esto explica por qu
en las ordenanzas de trabajo siempre aparecen, como fundidos en uno,
obrajes y trapiches. El cultivo de la caa de azcar, y su posterior elaboracin, exigan capitales ms o menos grandes; pero siempre, grande o pequeo, debemos considerar al trapiche como una empresa capitalista que
470
para el estudio del tema, creemos pertinente aadir a estos datos del ilustre historiador neolons los que nosotros pudimos recoger en una rpida
y deficiente investigacin. La industria azucarera en el Nuevo Reino lleg
a ser tan importante que, antes del establecimiento de la gran industria
y del monocultivo de la naranja, constituy la principal fuente de riqueza en la parte central del estado. La explotacin industrial de la caa de
azcar aparece documentada en el Nuevo Reino de Len desde fecha
muy temprana; el dato ms antiguo que conocemos corresponde a 1616.
Dice Alonso de Len en su Relacin y discursos: Despus que el capitn
Cristbal de Irurreta sali del reino (1616), salieron a poblar una labor y
un ingenio de azcar en esta jurisdiccin, donde hoy estn poblados los
tlaxcaltecos, que es la labor de los propios de esta villa de Cadereyta, dos
hombres, el uno llamado Pereira, y otro Alonso Prez... sacaron la acequia,
sembraron caa... (los asaltaron los indios) ...pegaron fuego al jacal. Alonso Prez abri el carrizo por la trasera y se sali sin ser visto; lleg sano
a Monterrey... a Pereira lo comieron en barbacoa, y qued despoblada la
labor.63 Como fcilmente se desprende de la cita anterior, no se trata solamente de cultivo de caa de azcar, sino tambin de su industrializacin:
el cronista habla de un ingenio de azcar, es decir, de un trapiche o
molienda, como se les llama actualmente en la regin. Conjeturamos que
despus de este intento que terminara en tragedia, otras muchas personas
han de haber proseguido en la tarea de aclimatar la caa de azcar en
una regin en que, a causa del clima, tena que darse muy bien.
La caa de azcar fue introducida de la Huasteca, de Tamazunchale,
Valles y Tantoyuca, que tuvieron ingenios desde fines del siglo XVI. Esto
nos lleva a pensar que su introduccin al Nuevo Reino debi ser anterior
a la fecha documentada de 1616, ya que entre los aos de 1609, en que
logr llegar a Tampico el capitn Jos de Trevio, y 1633, en que repiti
la peligrosa hazaa el sargento mayor Jacinto Garca de Seplveda, la
comunicacin con la Huasteca estuvo completamente cerrada.
A partir del ao de 1635, con la entrada de aquellos colonos, tan expertos en las tareas agrcolas, que introdujo don Martn de Zavala para
poblar la regin de Cadereyta y el valle del Piln (Montemorelos), (piln
de azcar?), el importante cultivo se ha de haber incrementado en forma
notable. Desgraciadamente no tenemos datos al respecto; no es sino para
472
roso de este tipo de documentos, que han de ser muchos ms de los que
nosotros pudimos anotar, revela la gran importancia que alcanz la industria azucarera en el Nuevo Reino de Len desde la primera mitad del
siglo XVIII. Conocemos documentos que demuestran que la produccin
alcanzaba para poder exportar el producto, principalmente a la zona minera zacatecana.
Terminaremos esta nota con el elogio que fray Jos Arlegui hace en su
Crnica a la caa de azcar del Nuevo Reino de Len: Cranse unas gruesas caas de Castilla de tan buena calidad para fabricar azcar de ellas,
que ni en lo dulce, ni en lo grande, les exceden las de Motril y Valencia; y
a no ser las invasiones de los brbaros tan continuas y tan pocos los espaoles para hacerles resistencia, tuvieran ya los vecinos muchos ingenios de
azcar. Es muy caliente la tierra, por cuya causa sus moradores no son muy
aplicados al trabajo.70
e. Desfile de gobernantes.
Habiendo renunciado don Martn de Zavala al derecho de nombrar sucesor que le concedan sus capitulaciones, de acuerdo con las leyes, qued
con la administracin del Nuevo Reino de Len el Ayuntamiento de la ciudad de Monterrey, que nunca perdi el carcter de ciudad metropolitana
que le diera, al fundarla, Diego de Montemayor. El Ayuntamiento gobern
hasta el 4 de febrero de 1665, fecha de la entrada al reino del general don
Len de Arza, caballero de la Orden de Santiago, nombrado gobernador
por el virrey marqus de Mancera.
Por mocin de Nicols Lpez Prieto, procurador general de la ciudad
de Monterrey, el da 2 de marzo de 1665, se abri una informacin testimonial para informar al rey del estado en que quedaba el reino y para
proponer los medios adecuados a su conservacin y buen gobierno. Uno
de los testigos, el capitn Blas de la Garza Falcn, responde a la segunda
pregunta del interrogatorio: ...que para la mayor conservacin de este
dicho reino, ser muy conveniente, que su majestad sea servido de dar facultad a los seores virreyes de la Nueva Espaa, para que se provea este
gobierno cada cinco aos, en personas de toda experiencia en las cosas
de milicia (de esta tierra, aade otro de los testigos, porque dems de
475
que es muy distinta la guerra que hay con estos brbaros enemigos, que
la que se tiene con otras naciones), se pueden temer muchos y graves
inconvenientes de nombrarlos de su real consejo, porque por haber corrido voz y fama de que es mucha la grandeza de este reino, no pone duda
este testigo pretender este gobierno algn ttulo (sic por noble), que con
el mucho acompaamiento y pompa que traer, quiz le obligar a hacer
vejaciones a los vecinos. Lo cual no suceder proveyndose por los seores virreyes, por tener conocimiento de la cortedad de la tierra, y lo darn
a personas que mantengan en paz y justicia a este dicho reino.71 Como
ocurre al final de todas las dictaduras, que dictadura paternal fue la de
Zavala, los vecinos del reino estaban llenos de temores frente al futuro y
queran prever mayores males. A pesar de su bien fundada peticin, los
gobernadores del Nuevo Reino fueron de real nombramiento, y nobles
muchos de ellos. Y as, el 12 de julio de 1667, nombrado por el rey, tom
posesin del gobierno, el caballero de Santiago, don Nicols de Azcrraga, que una a su ttulo de gobernador el de juez de residencia de Len
de Arza y de Zavala. Azcrraga conden a Zavala al embargo de todos
los bienes para el pago de adeudos, que el ya difunto gobernador tena
con la corona. Casi nada quedaba por embargar, la inmensa fortuna de
los Zavala se haba consumido, entre otras muchas cosas ataederas al
bien comn, en la conservacin y fomento del Nuevo Reino de Len. Nos
dice don Santiago Roel que Apenas recibido Azcrraga del gobierno, hizo
gestiones para que se concediera a la ciudad de Monterrrey un escudo de
armas; y cinco aos despus se expidi cdula real autorizando al virrey,
marqus de Mancera, para que aprobara el escudo de armas que la dicha
ciudad de Monterrey eligiere. Se ignora todava si el escudo de nuestra
capital se estableci desde entonces y si sus atributos son los mismos.72 El
problema no est resuelto ya que la real cdula del 9 de mayo de 1672 en
que se concede dicho escudo slo dice que necesitaba la dicha ciudad,
de privilegio de armas, y que se concediesen segn el escudo que hubiese
acostumbrado...73 pero no hay ninguna descripcin de l ni se ha podido
encontrar ninguna otra noticia al respecto.
En el ao de 1675 hizo su visita pastoral a la ciudad de Monterrey el
lustrsimo seor don Manuel Fernndez de Santa Cruz y Sahagn, tan
famoso por su amistad con sor Juana. Su bigrafo, fray Miguel de Torres,
476
De don Nicols de Azcrraga hace Juan Bautista Chapa grandes elogios y lo presenta como hombre culto: Estudi Artes en la Ciudad de
Mxico y un curso de Leyes y cnones, fue caritativo, clemente y justiciero
y se gan el respeto y el amor de los vecinos.75 Gobern hasta el 12 de febrero de 1676, y entr a sucederlo don Domingo de Pruneda que gobern
hasta el mes de mayo de 1681. Durante su gobierno tuvo lugar un cambio
poltico de graves consecuencias: el gobernador exigi el cumplimiento de
la real cdula de 31 de diciembre de 1674 en que se ordenaba que todos
los oficios que estuvieren vacantes... se arrienden... entretanto se benefician...76 es decir que los puestos en el ayuntamiento, que hasta entonces
haban sido electivos, seran en lo de adelante vendibles y sacados a subasta para que los obtuviese el mejor postor. Ya en el cabildo del primero
de enero de 1676 dijeron (los regidores) que en este reino no ha habido
persona que compre dichos oficios, por cuya razn, siguiendo el auto de la
fundacin de esta ciudad y costumbre establecida, han continuado el nombramiento de dichos oficios hasta en tanto que haya quien los compre...77
Pero el intento hecho por Pruneda para aplicar la real cdula tuvo psimos
resultados: la ciudad se qued sin cabildo los aos de 1679 y 1680. Este
cambio de sistema en la formacin de los ayuntamientos fue otro grave
obstculo para el desarrollo de las poblaciones del Nuevo Reino. El tema
ha sido estudiado a fondo por Israel Cavazos en El Ilustre Ayuntamiento de
Monterrey desde 1596.78
El 27 de mayo de 1681, don Domingo de Pruneda entreg el gobierno a don Domingo de Vidagaray, amigo personal del rey Carlos II. Nos
dice Santiago Roel que durante 44 aos prest sus servicios en el ejrcito.
Gustaba de banquetes y era despilfarrado y de genio imperioso.79 Dur
muy poco su gobierno, porque habindose demasiado en comer muchas
sandas y melones, le sobrevinieron unas calenturas tercianas, de que muri
muy en breve, no habiendo gobernado ms que tres meses y diez y nueve
das.80 Muri el 19 de septiembre de 1681. Quedaron gobernando el
reino los alcaldes ordinarios de la ciudad de Monterrey, asesorados por
el padre don Francisco de la Calancha y Valenzuela, hasta mediados de
diciembre que lleg don Juan de Echeverra, hombre enfermizo y colrico, injusto y codicioso, que estuvo a punto de provocar una verdadera
sublevacin de los vecinos del reino contra su gobierno, por lo que se vio
478
puesta esta ciudad por ser los edificios de ella compuestos de jacales en
los techos, material tan dbil, y sujeta a los riesgos del fuego, como se ha
visto en diferentes tiempos y en el presente experimentado tan conocido
peligro; y que para ello hemos discurrido aplicarle algn medio para conservar la permanencia de lo poblado en que hoy se halla la ciudad, sobre
que decretamos que todos los vecinos que tuvieren las cocinas inmediatas
a las casas principales, fabricadas de zacate y carrizo, las quiten luego, sin
dilacin alguna y las hagan de pared, con los techos de terrados, que es
por donde se ha reconocido dicho dao, por tener en ellas continuos los
fogones...88 El nico edificio digno segua siendo el de las casas reales,
construidas en 1653 por Juan Alonso Bazn y por orden de don Martn de
Zavala. Israel Cavazos ha hecho un documentado estudio de este edificio
en El muy ilustre Ayuntamiento de Monterrey desde 1596.89
Siendo gobernador Fernndez de la Ventosa y por rdenes directas del
virrey, don Alonso de Len el Mozo, gobernador de la provincia de Coahuila, hizo dos entradas a Texas en busca de los franceses. En la primera de
ellas, la de 1689, de Len encontr el fuerte francs, pero lo encontr
totalmente destruido y abandonado; logr recoger a algunos de los supervivientes, que estaban prisioneros de los indios, y los envi a la Ciudad
de Mxico. Al ao siguiente, 1690, se organiz la segunda expedicin, que
fue muy importante por la enorme extensin del territorio explorado: el
recorrido de Alonso de Len, se calcula en 700 leguas (2,936 kilmetros).
Don Alonso de Len muri en Coahuila en el mes de marzo de 1691.90
A Fernndez de la Ventosa lo sucedi, el 10 de junio de 1693, don Juan
Prez Merino, y a ste, don Juan Francisco de Vergara y Mendoza, que
entr al gobierno el 11 de junio de 1698.
El ao de 1701 entr en su visita pastoral el ilustrsimo seor don fray
Felipe Galindo. De esta visita no tenemos otro dato que la intervencin del
obispo en la fundacin de la villa de San Mateo del Piln (Montemorelos).
A mediados del ao de 1702 el padre don Jernimo Lpez Prieto levant
una humilde capilla a San Francisco Javier en el lugar que actualmente
ocupa la esquina noroeste de Morelos y Zaragoza; este fue el tercer templo que se construy en Monterrey. En 1887, cuando el doctor Jos Eleuterio Gonzlez escriba sus Apuntes para la Historia Eclesistica, en ese
mismo lugar se levantaba el Palacio de Gobierno.91
481
provincia, son muchas y frtiles, si bien todas las aguas son gruesas y con
mucha abundancia de peces... No tengo, seor, por conveniente el que los
soldados habiten con esta gente recin convertida, por los inconvenientes
que, antes de ser obispo, tena experimentados; y as, vuestra majestad
ser servido de mandar vivan todos en la(s) villa(s) y estn a vista de su(s)
capitn(es), que aunque los padres (franciscanos), representen que hay alguna conveniencia, ninguna puede ser a donde hay ocasin prxima de
culpa: las indias son fciles, los soldados mozos y la inmediacin y trato
continuo muy arriesgado... Apunto arriba lo del real de Boca de Leones,
es lstima, seor (que) aquello no se atienda, que por la poca traza que
en l hay, puede perderse en breve...93 El informe del obispo est lleno
de datos y de agudas observaciones que por no extendernos ms ya no
comentamos.
En noviembre de 1714 fue designado para suceder a don Francisco
Mier y Torre, el general don Francisco Bez de Trevio, hombre prudente,
criollo de la ciudad de Monterrey que gobern por segunda vez, hasta el
ao de 1718. En el mes de julio de ese ao recibi el gobierno don Juan
Ignacio Flores Mogolln que gobern hasta mediados del ao de 1719 en
que lo entreg al licenciado don Francisco Barbadillo.
Cerraremos esta parte de nuestro trabajo con la breve y acabada
descripcin que hace Jos Eleuterio Gonzlez de la situacin del reino a
la llegada de Barbadillo: Los conventos de Cerralvo y Cadereyta haban
desaparecido y no pudieron ya restablecerse; el de Monterrey estaba reducido a dos religiosos, las misiones abandonadas, apenas se saba donde
haban estado; y hasta los ayuntamientos, incluso el de la capital, se haban extinguido, porque los vecinos empobrecidos y ocupados en la continua guerra, no queran comprar las plazas de regidores, de manera que
aqu (Monterrey) no haba ms que el gobernador y dos alcaldes.94
484
NOTAS
1.
2.
3.
4.
5.
Carta del llmo. y Rvmo. Sr. Arzobispo-Obispo Dr. D. fray Felipe Galindo
Chvez y Pineda, en que da cuenta al Rey de varios asuntos relacionados
con el gobierno de la dicesis neogallega, Guadalajara, 5 de agosto de
1697, agi, Audiencia de Guadalajara, Est. 67, Cal. 5, Leg. 13. Publicada
por Orozco y Jimnez: Coleccin de documentos ..., Vol. VI, p. 79. Por error
se le atribuye a don Diego Camacho y vila, su sucesor.
6.
Queja y relacin de servicios de indios, amm, Civil, Vol. XXXV, Exp. II, f.
12.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
Ibid.
14.
15.
16.
17.
Ibid., p. 172.
485
18.
19.
Real cdula sobre las mercedes de tierras hechas por don Martn de Zavala
en el Nuevo Reino de Len, Madrid, 9 de mayo de 1672, agn, Duplicados
de reales cdulas, Vol. XXX, Exp. 86.
20.
21.
22.
23.
Autos sobre la saca de indios del Nuevo Reino de Len, amm, Civil, Vol.
XLI, Exp. 15.
24.
25.
Ibid., p. 451.
26.
Ibid.
27.
Ibid.
28.
Ibid., p. 453.
29.
Ibid., p. 452.
30.
31.
Ibid., p. 459.
32.
Ibid., p. 458.
33.
34.
35.
36.
37.
Ibid., p. 41.
38.
39.
Ibid., p. 272.
40.
Ibid.
486
41.
42.
43.
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
Cuaderno de registros de minas ..., 1674, amm, Civil, Leg. 6, Exp. 11.
52.
53.
Asientos de plomos que se sacan tierra afuera, 1688, amm, Civil, Leg. 7,
Exp. 63.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
60.
61.
62.
63.
64.
487
65.
amm, Civil, Vol. XXIX, Leg. 6, ff. 6, II, 54v.; Vol. XXX, Leg. 6, Exp. 13, f. 19;
Vol. XXXII, Leg. 7, Exp. 1, ff. 107, 141, 149, 159, 179, 218, 219, 221, 224,
245, 261; Vol. XXXIV, Leg. 7, Exp. 18, ff. 2, 37, 53.
66.
67.
68.
Licencia para establecer trapiche, amm, Civil, Leg. 3, Vol. XXVI, nm. 12,
f. 33.
69.
Licencia para establecer trapiche, amm, Civil, Leg. 6, Vol. XXX, Exp. 13,
f. 9.
70.
71.
72.
73.
74.
75.
76.
Roel: Apuntes (Ed. 1959), p. 41. AMM, Actas de Cabildo, ttulos de regidores, 1680. Ver tambin la real cdula de Felipe IV de 1 de junio de 1654,
publicada en extracto por Salinas: Testimonios de Zacatecas, p. 127.
77.
78.
79.
80.
81.
82.
Gonzlez: Apuntes para la historia eclesistica de las provincias que formaron el Obispado de Linares, p. 270.
83.
84.
85.
488
86.
87.
88.
90.
91.
92.
93.
Carta del Ilmo. Sr. D. Felipe Galindo Chvez y Pineda, al Rey, Guadalajara, 5 de agosto de 1697, agi, Audiencia de Guadalajara, Est. 67, Caj. 5,
Leg.13. Publicada por Orozco y Jimnez: Coleccin de documentos ..., Vol.
VI, pp. 74-82.
94.
489
a. El colegio seminario.
La segunda dcada del siglo XVIII, en el Nuevo Reino de Len, se caracteriza por una serie de intentos aislados que slo tienen en comn el
deseo sincero de sacar al reino de la postracin y decadencia en que
se encontraba y romper viejas y bien arraigadas tradiciones que eran la
causa de todos los males. La presencia de este espritu revolucionario y de
esta voluntad de reforma es del mayor inters, y merece ser destacada en
nuestro estudio, y los nombres de los reformadores deben figurar de manera relevante entre los benefactores del Nuevo Reino; no importa que sus
nobles intentos no lograran alcanzar plenamente los fines que buscaban
ni que su obra haya sido solamente transitoria.
Uno de esos intentos se hizo en el campo de la cultura, al tratar de
establecer en la Ciudad Metropolitana de Nuestra Seora de Monterrey un
colegio seminario. Como no creemos poder aadir nada nuevo al magnfico estudio que sobre este tema escribi Jos Eleuterio Gonzlez en sus
Apuntes para la historia eclesistica ..., lo vamos a reproducir en seguida:
En 1701 vino de Guadalajara, mandado por el seor obispo Galindo,
el padre don Jernimo Lpez Prieto, natural de esta ciudad de Monterrey,
a servir de teniente al cura colado, que lo era el licenciado don Jos Guajardo. En 13 de marzo de 1702 se present el padre Lpez Prieto ante el
gobernador Vergara, pidiendo en merced una manzana de tierra (sic), para
490
edificar una iglesia a San Francisco Javier, hacer contiguo a ella un colegio
y fundar un seminario, servido por padres oblatos (el padre Lpez Prieto
era oblato) para todo lo cual dijo tener licencia de su obispo. Se le concedi
lo que peda, dndole en merced la manzana que hoy ocupa el palacio del
gobierno del estado y las casas contiguas a l (el doctor Gonzlez escriba
lo anterior a fines del siglo XIX: la manzana era la que actualmente forman
las calles de Escobedo, Morelos, Capitn Carranza y Padre Mier). Ya hemos visto de qu modo se tech de tejas la iglesia de San (Francisco) Javier
en el ao de 1710, que era la nica que en ese ao haba en Monterrey. A
principios del ao de 1712 recibi el gobernador Mier y Torre una carta del
seor Camacho, obispo de Guadalajara, en la que le peda licencia para
fundar en Monterrey un colegio seminario con padres oblatos, en el cual
quera que por su cuenta se educaran cuatro muchachos; y le suplicaba
le informara del estado de la obra material, que con este objeto estaba
haciendo el padre Lpez Prieto. El gobernador concedi sin dilacin la
licencia e inform al seor obispo, que haba una muy buena iglesia techada de tejas, bien adornada y alhajada, con buena sacrista y un colegio
compuesto de siete piezas grandes, otra sobre la sacrista y un corredor
comenzado. Aadiendo que en este colegio haba visto unos muchachos
que estudiaban con empeo.
En diez de enero de 1713 pidi el padre Lpez Prieto, que el gobernador Mier y Torre le certificara que estaba fundado el colegio seminario. El
gobernador mand dar el certificado que se le peda, con expresin de que
haba en el colegio padres, estudiantes y, de estos, algunos tonsurados.
Vinieron los padres oblatos? No nos lo dice el historiador; pero, lo que
importa es que el colegio estaba funcionando, que haba estudiantes y que
stos podran algn da transformar el ambiente rudo y violento. Pero en
1o. de abril de 1713 se present el padre don Francisco de la Calancha y
Valenzuela ante el gobernador y ayuntamiento pidiendo que se le dieran en
merced unas tierras contiguas a su hacienda, para agrandarla y darla a los
padres jesuitas, que pensaba traer de Mxico para fundar un colegio (?). Se
le concedi todo lo que peda.
En 3 de diciembre de 1714 se present otra vez el padre Calancha
pidiendo la merced de un terreno para huerta, de 200 varas por lado. Se
le concedi sealndosele desde el nacimiento del ojo de agua grande de
491
Santa Luca, ro abajo por la banda del sur. Al darle el procurador posesin
de este terreno al padre Calancha, ste lo cedi a la Compaa de Jess y
puso en posesin de la huerta al padre Francisco Ortiz, jesuita.
Hay una escritura hecha ante el gobernador Mier y Torre, en la que
confiesa el general don Pedro Echeverz que ha recibido del padre don Jernimo Lpez Prieto la cantidad de tres mil pesos y se obliga a pagar capital
y rditos a los padres de la Compaa de Jess, que iban a fundar un colegio. Consta en otro documento, agregado a esta escritura, que 20 aos
despus todava pagaban los herederos del general Echverz los rditos de
este capital. Las dos mercedes de solares mencionadas atrs, revelan que
esa importante zona del Monterrey actual, todava entonces se hallaba
despoblada.
En 18 de marzo de 1716 se present el padre Francisco Ortiz ante
el gobernador Bez Trevio, pidiendo que se le diera testimonio de las
piezas siguientes: El informe y pedimento del ayuntamiento para solicitar
de su majestad la licencia para la fundacin del colegio de la Compaa
de Jess; una escritura de donacin que hizo en favor de la compaa el
licenciado don Francisco de la Calancha y Valenzuela del sitio que con
este objeto le merced el ayuntamiento y de las haciendas que cedi con el
mismo fin; la cesin que hizo en favor de la compaa el cura don Jernimo
Lpez Prieto del colegio seminario, de la iglesia de San Francisco Javier,
a l contigua, con todos sus ornamentos y alhajas; la certificacin de la
obligacin jurdica que hicieron de dar a la Compaa de Jess, para el
colegio, el general don Pedro Echverz, mil pesos, el sargento mayor Pedro
Guajardo, mil cabras y quinientos carneros, el general don Francisco Bez
Trevio, mil pesos y toda la cal que se necesitara para la fbrica del colegio. Se dio el testimonio para que lo mandara a Espaa y se devolvieran
los originales.
En 10 de diciembre de 1716 se le concedi al padre Ortiz por el gobernador el registro del fierro y seales, que deba usar para marcar los
ganados mayores y menores de las haciendas de la Compaa de Jess.
Hay que aadir aqu que la Compaa posea haciendas en el Nuevo
Reino desde fines del siglo XVII. En el ao de 1690 los jesuitas del colegio
de Quertaro posean 62 sitios de ganado menor y cuatro caballeras de
tierra en el puerto de Igueras y Camapan (sic) y paso del ro de Ramos.
492
caerse. A los 70 aos de abandonado lo ocup el general Arredondo, porque dijo que era de las temporalidades de los jesuitas, que eran del rey; y
en l hizo la casa del gobierno. La parte que no ocup Arredondo la hizo
solares el ayuntamiento y los dio en merced a los vecinos que los pidieron.1
El historiador Jos Eleuterio Gonzlez hace este dursimo reproche
a los jesuitas por haber dejado morir una institucin ya establecida y
que, bien o mal, estaba funcionando. Ser justo tal reproche? El padre
Francisco Javier Alegre en su Historia de la Compaa de Jess en la
Nueva Espaa, confirma, en cierto modo la opinin del doctor Gonzlez
de que el colegio no lleg a establecerse formalmente: Comenzaron
(los padres jesuitas), aunque no con pocas necesidades, a ejercer sus
ministerios, bien que el de la lectura de gramtica apenas pudo ponerse
en planta, por ser lugar de pocos vecinos y que los ms procuran aplicar
sus hijos al cuidado de las haciendas de campo... Perseveraron los padres luchando con la escasez de las rentas y poco favorables disposiciones del terreno, hasta ahora pocos aos, que siendo provincial el padre
Cristbal de Escobar se desampar enteramente (1746).2 Ms adelante aade: Por otra parte, en el Parral se mantenan tambin sujetos
(destinados) para la residencia de Monterrey, mientras aquel seminario
se desempeaba algn tanto, lo que no habindose podido ejecutar en
muchos aos, antes fue preciso retirarse los padres; y finalmente, desamparar del todo la villa (sic) como se ejecut, restituyendo la compaa
las haciendas para que se vendieran, como se ejecut a la voluntad del
testador, a 16 de febrero de I745.3
Fray Jos Arlegui, que escribi su Crnica en 1636, dice: No hay en
toda esta ciudad (Monterrey), ms monasterio que el nuestro (el convento
de San Andrs de los franciscanos) y aunque los reverendos padres de la
Compaa tenan un pequeo colegio, le dejaron por lo corto de la tierra y
no tener lo necesario para mantenerse en ella.4 O sea, que ya para 1736,
el colegio no funcionaba. Israel Cavazos Garza en El Colegio Civil de Nuevo Len discrepa de la opinin de Jos Eleuterio Gonzlez y dice: Durante casi 32 aos funciona este instituto con beneplcito de los neoleoneses.
Desde el primer maestro, el padre Francisco Ortiz, hasta el padre Jos
Nava, ltimo rector en 1746, se ensea gramtica y se lee filosofa. Esta
ltima tiene, desde 1712 un maestro muy destacado, el bachiller Juan de
494
Nosotros hemos logrado aadir dos fichas a esta bibliografa: Memorial relativo del hecho en derecho y justificado gobierno de la Santa Iglesia
Catedral de Guadalajara, impresa en Mxico por Jos Bernardo de Hogal
en 1729; de este impreso slo se conocen dos ejemplares, el del Museo
Britnico y el de la Biblioteca Carrancedo. La otra es Declamacin que
hace la parte de Doa Mara Teresa Rincn Gallardo, manuscrito en la
Biblioteca Carrancedo; pero, segn Medina, se imprimi en Mxico el ao
de 1734. Adems de su importancia jurdica, es tambin muy importante
para la historia genealgica de algunas familias mexicanas. El nombre
completo de este fecundo escritor es Lucas de las Casas Mota y Flores. El
doctor Jernimo Lpez Prieto, fundador del colegio de los padres oblatos
(en Monterrey), es tambin cannigo de la catedral de Guadalajara y rector
por muchos aos del colegio Seminario de aquella ciudad.
El padre Juan de Dios Garca de Pruneda, oriundo de Monterrey, colegial de San Ildefonso de Mxico en 1706. Ingresa a la compaa de Jess
en 1711. Es maestro de latinidad, filosofa y teologa en varios colegios de
su provincia. En 1737 se le confiere el rectorado del colegio del Espritu
Santo, de Puebla. Imprime en dicha ciudad, en el mismo ao, su Elogio
Fnebre del ilustrsimo seor don Benito Crespo, obispo de la Puebla de los
ngeles.
Otro ilustre jesuita reinero, el padre Nicols Lpez Prieto, hermano
de Jernimo y nacido en esta ciudad (Monterrey) en 1696, sale de su
provincia para brillar en tierras lejanas. Viste la beca de la compaa
en el noviciado de Tepotzotln, en 1718. Es maestro de filosofa en 1792
(sic). Asume la rectora del colegio de San Borja, en Guatemala, donde
es, adems, examinador sinodal y maestro de teologa. Es nombrado,
aos ms tarde, rector del colegio de Mrida de Yucatn, donde fallece
en 1751. Publica en 1739 su Sermn Moral de las Encenias, que predica
a la Audiencia de Guatemala. Cuatro aos ms tarde imprime su elogio
fnebre a fray Antonio Guadalupe Lpez Portillo, obispo de Camayagua.
Pronuncia en la catedral de Guatemala el elogio fnebre de Felipe V, El animoso rey de las Espaas, impreso en 1748. Beristin vio en la Biblioteca de
la Universidad de Mxico una obra indita del padre Lpez Prieto: Cursus
philosophicus integer.
496
exigira captulo aparte pero que, por haber quedado fuera de la influencia de Monterrey, no estudiaremos aqu. Su precursor fue fray Lorenzo
Cant, guardin del convento de Santa Mara de las Charcas, y lo siguieron en la noble tarea fray Juan Garca, fray Juan Caballero, fray Juan de
San Gabriel, auxiliados eficazmente por el general don Fernando Snchez
de Zamora, sobrino de fray Juan Caballero. Estas misiones dieron origen
a poblaciones como Aramberri, Zaragoza e Hidalgo (Tamaulipas).19
Despus de la fundacin del convento de San Andrs en la ciudad de
Monterrey, hecha antes del mes de mayo de 1604, se erigieron, en 1630
el de San Gregorio de Cerralvo y en 1640 el de San Jos de Cadereyta.20
Adems de estos tres conventos, los franciscanos fundaron algunas misiones
que, con excepcin de la de Guadalupe de las Salinas (Salinas Victoria),
establecida en 1636, corresponden todas a la segunda mitad del siglo XVII.
En 1646 se fund la misin de San Cristbal de Hualahuises, en 1675 la de
San Nicols de Gualeguas, en 1678 (Arlegui da 1654) la de San Pablo de Labradores.21 A fines de dicho siglo, los franciscanos de la provincia de Jalisco
iniciaron la conquista espiritual de Texas, desde territorio de Coahuila y la
regin noroeste de Nuevo Len. El ms interesante de todos ellos dejando
a fray Juan Larios el lugar especialsimo que por derecho le corresponde, es
el inquieto fraile mallorqun Damin de Massanet, que tan importante papel
desempe en las entradas a Texas en busca de los franceses, acompaando en todas sus empresas al general don Alonso de Len.22
Sin embargo, desde el punto de vista de la evangelizacin, est muy
lejos de la perfeccin que sera de desearse. Fray Francisco Mariano de
Torres, en su Crnica, despus de contarnos cmo fray Damin, por ciertas
discordias habidas en el colegio de la Santa Cruz de Quertaro, de las cuales era el promotor, fue depositado, como castigo, por orden del comisario
general, fray Juan Capistrano, en la provincia de Jalisco, y de all enviado
a las misiones de Coahuila, le hace esta grave acusacin: ... quiso tener
misin por s... y no teniendo espritu de convertir gentiles, se arrastr gran
parte de las estrellas o indios cristianos que, con grande estabilidad tenan hecho un cielo la misin de la Caldera. Resistironse tanto los indios
que, para desnaturalizarlos, les quem las casas, tal las huertas y les
cort las parras y otros rboles que haban criado, lo cual agri tanto a
los indios tlaxcaltecas que nuestros religiosos haban llevado a poblar en
502
dicha misin... que se vinieron a su pueblo de San Esteban del Saltillo, dejando la misin sin fiscales, cantores ni sacristanes. Pero, teniendo el padre
fray Damin al gobernador Alonso de Len, todo en su favor, se sali con
su intento y, a una legua de distancia de la Caldera, pobl una misin con
las naciones xacajes, milijaes y alijaes, que se sac, y puso por nombre
el de Santiago.23 Fue la misin de Santiago de la Candela, fundada en
1688. Diez aos ms tarde, siendo guardin del convento de la Santa
Cruz de Quertaro fray Margil de Jess, envi a fray Diego de Salazar y a
fray Francisco Hidalgo a misionar a tierras de Coahuila y Nuevo Reino de
Len. Despus de visitar Monterrey, pasaron a Boca de Leones, en donde
los indios les descubrieron las vetas minerales. De all pasaron al paraje
llamado Ojo de Agua de los Lampazos en donde, el 12 de noviembre de
ese ao de 1698, fundaron una misin bajo la advocacin de Nuestra
Seora de los Dolores.
La entrada de los padres del colegio de Propaganda Fide de la Santa
Cruz de Quertaro, seala el principio de un notable renacimiento misionero en el noreste. No olvidemos que no fue sino hasta fines del siglo XVII y
principios del siglo XVIII cuando empiezan las quejas y las representaciones
de los frailes misioneros contra el abuso de las congregas.
A principios de enero de 1714, fray Antonio Margil de Jess, acompaado de fray Matas Senz de San Antonio y de otro religioso, sali de su
colegio de Guadalupe de Zacatecas, rumbo al norte, con el designio de
plantar misiones en tierras de infieles. Con aquel sin igual gracejo escriba
un poco antes: Ya que este pobre colegio (Guadalupe de Zacatecas) hasta
ahora no ha podido tratar de infieles, ser bueno que yo, como indigno
negrito de esta mi ama de Guadalupe, pruebe la mano y Dios nuestro Seor
obre.24 Y a pie, como siempre viajaba, fue cruzando aquellos inmensos
despoblados hasta la villa del Saltillo situada a ms de noventa leguas de
su colegio, y ya para entonces fray Margil se iba haciendo viejo: Frisaba
en los setenta; estaba calvo; slo un angosto cerco de cabellos blancos le
adornaban como aureola la cabeza, un poco cada. Estaba flaco de carnes, encorvado ligeramente hacia adelante. Sus pies eran feos, costrudos y
negros como los de los indios. Ya haba perdido gallarda y celeridad. Caminaba despacio aunque con cierta firmeza que dejaba adivinar sus bros
de andarn incomparable. El Margil de 1689, el que en la Talamanca y en
503
las montaas del Chol dejaba atrs a las mulas andadoras, era ya abuelo
que se fatigaba en los caminos. Algo no haba perdido: su alegra. La llevaba ntegra cuando con su compaero (sic) fray Matas iba por los campos
yermos del norte rumbo a las tierras de infieles.25 Este magnfico retrato
del santo misionero en la poca en que entr al Nuevo Reino, se debe a la
pluma de Eduardo Enrique Ros, el mejor de sus bigrafos.
Llegaron los religiosos a la ciudad de Monterrey, donde misionaron
aquella cuaresma. Terminada la misin, salieron rumbo al ro de Sabinas
por Boca de Leones y Lampazos, y el 15 de mayo de 1714, fund fray Margil la misin de Nuestra Seora de Guadalupe, la primera que naca del
colegio de Zacatecas. Las tierras para establecer la misin fueron donadas
por el bachiller don Francisco de la Calancha y Valenzuela, en quien fray
Margil encontr gran ayuda y un firme apoyo. Durante junio y julio de ese
ao, fray Margil sali en busca de indios gentiles y logr reunir muchos.
Pero, a mediados de agosto, la vecina misin de San Miguel Arcngel, que
era de los padres de Quertaro, fue asaltada por los indios tobosos, que
la destruyeron matando a una mujer y flechando a un pastorcito y desnudando a fray Pedro Muoz, que viva solo entre los indios; milagrosamente
escap con vida y cubierto slo con la vergenza y un pedazo de enjalma, fue a refugiarse a la misin de Guadalupe con fray Margil, quien lo
recibi con repique de campana y cantando el Tedeum Laudamus, y lo llev desnudo a su pobre iglesia a celebrar, con accin de gracias, su honroso
triunfo. Al da siguiente a la madrugada, le prest su hbito para que
dijera misa. La dijo despus el siervo de Dios. Le form y cosi por sus manos un nuevo hbito de una sabanilla de lana blanca que era el ajuar nico
de su cama, y dispuso se matase un cabrito para celebrar con su hermano
aquel da como festivo. Pero ste fue el fin de aquella primera misin que,
lo mismo que la de San Miguel, quedaron definitivamente abandonadas
y los religiosos tuvieron que refugiarse en la misin de Nuestra Seora
de los Dolores de la Punta de Lampazos. Despus de varios intentos de
restablecer su misin de Guadalupe, cosa imposible por las constantes
hostilidades de los terribles tobosos, a fines de septiembre de 1714, sali
fray Margil a predicar por los lugares que estaban poblados. Hizo misin en Boca de Leones y en muchos ranchos y pastoras. Pas a Cadereyta, al valle del Piln, a Hualahuises, Linares, valle de Huajuco y, en fe504
la supresin de las congregas por el licenciado don Francisco Barbadillo y Victoria. Semejante empresa exiga un hombre extraordinario, dotado
de altas virtudes: talento jurdico, honradez acrisolada, valor sereno, don de
autoridad, voluntad inflexible y un claro sentido de la justicia. Este hombre
extraordinario lo fue el licenciado Barbadillo, modelo de buenos gobernantes que merece, por su trascendente y noble actuacin, ocupar un lugar destacado entre los grandes benefactores del Nuevo Reino de Len.
Ya en otro lugar de este trabajo hablamos del estado de aguda crisis y grave postracin en que se hallaba el Nuevo Reino a principios
del siglo XVIII, sealando como causa determinante la ilegal e inhumana
esclavitud del indio en las congregas. Ni las continuas protestas y denuncias de los misioneros, ni la encendida predicacin de fray Margil
de Jess, ni la clara infraccin a las Leyes de Indias y a las disposiciones
de monarcas y virreyes, ni la guerra asoladora e interminable slo por
ellas provocada, haban hecho que se pensase seriamente en su abolicin; estaban profundamente arraigadas y tenan la fuerza formidable
de los intereses creados. La guerra que hacan los indios se iba extendiendo ms y ms sobre los territorios vecinos al Nuevo Reino, destruyendo pueblos, misiones, estancias y pastoras, obligando a despoblar
amplias zonas. Y los indios de guerra eran cada vez ms numerosos y
estaban ms soberbios y engredos. Dice fray Vicente Santa Mara: ...el
regreso de los que se haban huido de las congregas era ya en partidas
numerossimas, abultadas con los gentiles y en espa de los lances ms
oportunos para dar sobre sus protectores, incendiando sus casas, talando
sus sementeras, aniquilando sus ganados y haciendo en todos aquellos
campos cuanto les dictaba el brutal desenfreno de su furia. Entraban con
el descaro y superioridad de triunfantes a los pueblos y a las haciendas,
rehacindose en ellas no slo de sus mujeres sino de las espaolas mismas, que se llevaban a los montes para abusar de ellas a su modo y lo
mismo hacan con los nios y con cuantos hallaban indefensos. En el ao
de 14 de este siglo (XVIII) se puede asegurar que casi no haba un palmo
de tierra en todo el Reino de Len y aun en la provincia de Coahuila, que
no estuviera enteramente dominado de los brbaros y de los apstatas...
En el espacio de seis aos corridos desde el 9 hasta el 14 sobredicho, se
contaron, por los dueos de las pastoras, 40 mil cabezas de ganado lanar,
506
que acabaron en poder de los indios, con algo ms de 200 pastores y sus
familias, que deben computarse por ms de mil almas.27
A fines del ao de 1714 la situacin se haba hecho insoportable y el
Nuevo Reino estuvo a punto de quedar completamente despoblado. Los
misioneros, y algunos vecinos sensatos, hicieron nuevas representaciones
al virrey duque de Linares, quien disgustado por la resistencia de los vecinos, y tambin de los poderosos absentistas, a obedecer las resoluciones
de la Junta de Guerra sobre la formacin de la compaa volante y viendo, adems, la urgencia de poner fin a tantos males, comision inmediatamente al licenciado don Francisco Barbadillo y Victoria, alcalde de corte
en la Ciudad de Mxico, para que pasase en persona al Nuevo Reino,
revestido con la ms alta autoridad y provisto de todas las facultades necesarias, para que hiciese cumplir lo dispuesto por la Junta de Guerra y que,
sin economizar gastos de real hacienda terminase, por todos los medios
posibles, con el continuo estado de guerra. Adems, lo verdaderamente
importante, Barbadillo tena plena autorizacin del virrey para abolir totalmente las congregas si lo consideraba necesario.
El licenciado don Francisco Barbadillo y Victoria lleg a Monterrey en
el mes de enero de 1715 y como tena bien estudiado el problema, inmediatamente lo atac citando a todos los hacendados y protectores de
indios; para que por s o por sus mayordomos los absentistas asistieran
a una junta presidida por l. Pero, como dice con aguda irona fray Vicente
Santa Mara: Ocupados en el ejercicio de su proteccin a los indios de sus
congregas, asisti menos de la tercera parte. No perdi tiempo Barbadillo, y en esa junta organiz la compaa volante con 70 plazas y reparti a
prorrata los gastos entre el nmero total de hacendados: la suma ascendi
a 22 mil pesos anuales, que al repartirse, toc contribuir al que ms con
quinientos pesos al ao. Dict ordenanzas particulares y singularmente
eficaces para su gobierno, y tuvo la fortuna de tener en el mando de
esta compaa a un gran jefe militar, don Justo Prez Caamar, capitn
del presidio de Cerralvo. Resuelto as lo referente a la compaa volante,
Barbadillo se enfrent de inmediato al espinoso problema de la abolicin
de las congregas. No se le ocultaba lo arduo y difcil de aquel asunto,
sabiendo de antemano la tenaz resistencia que iba a encontrar entre los
protectores y los poderosos seores de ganados; pero, a pesar de todo,
507
Roel en sus Apuntes Histricos de Nuevo Len proporciona este interesante dato: (El general Juan Ignacio Flores Mogolln) decret una pena de
doscientos azotes en lugares pblicos, para castigar a los indios, negros,
mulatos y mestizos que abandonaran el trabajo de las minas sin permiso de
sus amos, adems de vender por cuatro aos sus servicios personales en
algn obraje, ingenio o panadera, debiendo repartirse el producto de
la venta por terceras partes entre el fisco, gastos de justicia y denunciante.33 Tal parece que tanto estos gobernadores como los vecinos del
reino buscaban la manera de exasperar a los indios, provocndolos a una
guerra que justificase el hacerlos de nuevo esclavos y seguir disfrutando
de su trabajo sin ningn estipendio de su parte. Y lo consiguieron: los
nuevos pueblos y las misiones quedaron casi despoblados y los indios
volvieron a los montes, y de nuevo se desat la guerra, y el temor a
las hostilidades de los brbaros oblig a despoblar las haciendas y
las estancias, los ranchos, pastoras y carboneras, y las gentes se iban
concentrando en las poblaciones ms grandes. La situacin volvi a
ser tan grave que el gobernador don Juan Ignacio Flores Mogolln escribi al virrey con fecha 14 de agosto de 1718, haciendo una
relacin detallada de aquella insoportable situacin; pero, en lugar de aplicar las acertadas providencias de Barbadillo, que ya haban demostrado su eficacia, Mogolln peda al virrey cuatrocientos arcabuces, cuatro quintales de plvora, seiscientos caballos
y dinero suficiente para poner en campaa la extinguida compaa
volante, que propona formar con los mismos vecinos, recomendndolos
al virrey como hbiles y aguerridos soldados, como expertos veteranos
en aquella clase de campaas. En otras palabras, el gobernador no
buscaba la paz sino la guerra. El virrey, marqus de Valero, despus de
haber odo el parecer de la Junta de Guerra acord enviar de nuevo
al licenciado Barbadillo; pero ahora con el carcter de gobernador del
Nuevo Reino.
Bast la presencia del inflexible y justiciero gobernante para que todo
volviese al estado en que lo dejara despus de su primera visita. Como por
arte de encantamiento fueron desapareciendo los problemas y remedindose todos los males. Barbadillo nada nuevo tuvo que hacer: simplemente
restableci la compaa volante y volvi a recoger a los indios a sus antiguas misiones, logrando as gobernar en paz cuatro aos, de 1719 a 1723,
511
en que fue llamado por el virrey para ocupar su plaza de alcalde de corte
en la Ciudad de Mxico.
Fray Vicente Santa Mara hace su elogio diciendo: A este hombre, sin
duda, lo dot Dios de un cierto espritu y carcter superior, con cuya virtud,
sin recurso de armas y sin agitaciones mayores, haca que se calmaran
los disturbios y que se serenaran las borrascas; los vecinos, con su presencia ocultaban, a lo menos, el veneno de sus intenciones; y los indios, o
agradecidos o temerosos de que el que les haba hecho tanto bien podra,
igualmente, castigarlos y aniquilarlos, se aquietaban en la mayor parte o
no desenfrenaban tan del todo la barbarie. De este modo y por estos medios, se mantuvo el reino y las dems provincias circunferentes... desde el
ao de 1719 hasta el de 1723, en que de orden del marqus de Casafuerte
volvi a servir su plaza en Mxico el seor Barbadillo, sucedindole en el
gobierno don Pedro de Zaravia Corts, y restituyndose aquellos pases a
sus antiguas revoluciones.34
512
NOTAS
1.
2.
3.
Ibid., p. 285.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
Ibid., f. 18v.
12.
13.
14.
15.
Queja de fray Juan de Salas, AMM, Civil, Leg. 4, Vol. VIl, Exp. 16.
16.
17.
18.
19.
Snchez de Zamora: Descubrimiento del ro Blanco ... en Cavazos: Historia de Nuevo Len ..., pp. 225-247.
20.
21.
22.
23.
24.
513
25.
Ibid., p. 156.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
Garza Ayala: Fundacin de Linares en J. E. Gonzlez: Coleccin de noticias y documentos ..., pp. 190-211. Para lo que aqu interesa, ver pp.
201-204.
32.
33.
34.
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Lpez de Ibarra, Martn. Probanza que va ante Su Majestad hecha de pedimento
de ..., tesorero en la gobernacin de la Nueva Vizcaya, sobre la calidad y mri-
521
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Nuevo Reino de Len, don ... sobre las disposiciones de gobierno que dio para
la pacificacin de unos indios rebelados en aquella provincia, Tampico, ao de
1581, Est. 2, Caj. 2, Leg. 4.
Castao de Sosa, Gaspar. Carta de ... al virrey sobre sus mritos y servicios, ro del
Norte, 27 de julio de 1591, 58-3-11.
_____ Escrito annimo en defensa de Luis Carvajal y de la Cueva (acompaa al
Memorial del marqus de Villamanrique), 58-3-11.
Goddard, Anthony. Informacin de ... sobre Luis Carvajal y de la Cueva ante los
jueces de la Casa de Contratacin, Sevilla, fines de 1569, 51-3-81/4.
Lpez de Ibarra, Martn. Informacin de ..., Mxico, 21 de octubre de 1577, 59-6-20.
Manrique de Ziga, lvaro. Advertimientos generales que el Marqus de Villamanrique dej al virrey don Luis de Velasco, Texcoco, 14 de febrero de 1590,
58-3-10.
_____ Carta al Rey sobre los daos de los chichimecas, Mxico, 23 de febrero de
1586, 58-3-9.
_____ Carta al Rey en que habla de Carvajal, Mxico, 15 de noviembre de 1586,
58-3-9.
_____ Carta al Rey sobre Carvajal, Mxico, 28 de marzo de 1587, Leg. 23, (Antigua: 58-3-10).
_____ Carta al Rey, sobre esclavitud de indios, Mxico, 28 de abril de 1587, 58-3-10.
_____ Carta al Rey sobre poblar espaoles en tierra de chichimecas, Mxico, 24
de octubre de 1587, 58-3-10.
_____ Carta al Rey sobre Luis de Carvajal, Mxico, 4 de diciembre de 1588, 58-3-10.
_____ Memorial al Rey sobre Carvajal, (lo acompaa un escrito annimo en defensa de Carvajal), Mxico, enero de 1590, 58-3-11.
Velasco ii, Luis de. Carta al Rey sobre la paz de los indios chichimecas, Mxico, 5
de junio de 1590, 60-1-40.
_____ Carta al Rey sobre Carvajal, Mxico, 8 de octubre de 1590, 58-3-11.
_____ Carta a Su Majestad en razn de la prisin del capitn Castao y sus
compaeros y de la entrada que hicieron en el Nuevo Mxico, Mxico, 28 de
febrero de 1592, 58-3-11.
_____ Carta a Su Majestad en razn de la prisin de los soldados que entraron
en el Nuevo Mxico. Acompaa otra del capitn Castao dirigida al Virrey,
Mxico, 10 de marzo de 1592, 58-3-11.
_____ Carta al Rey, Mxico, 25 de junio de 1592, 58-3-11.
_____ Carta al Rey sobre Nuevo Mxico, Gaspar Castao de Sosa y
Juan Bautista de Lomas y Colmenares, Mxico, 5 de octubre de 1593, 583-11.
523
524
525
526
527
Proceso contra doa Mariana de Carvajal, doncella, hija de Francisco Rodrguez de Matos, portugus, relajado en estatua por este Santo Oficio, por la
guarda y observancia de la ley muerta de Moiss, natural de Benavente, en los
reinos de Castilla, y de doa Francisca de Carvajal ..., Mxico, ao de 1596,
Vol. xv, Exp. 3.
Proceso contra Julin de Castellanos, obrajero, vecino de Mxico, natural de
la villa de Xarandilla, obispado de Plasencia, por sospechoso de judo, Mxico,
ao de 1590, Vol. lv, Exp. 1.
Proceso contra Domingo Coello, portugus, natural de la provincia de Mechuatan (sic), de la ciudad de Braga en el Reino de Portugal, por judaizante,
Mxico, ao de 1596, Vol. xvi, Exp. 2.
Proceso contra Manuel Daz, mercader, natural del Fondao, en el Reino de Portugal, vecino de Mxico, por judaizante, Mxico, ao de 1595, Vol. xiii, Exp. 2.
Proceso contra Clara Enrquez, doncella, hija de Manuel de Lucena, relajada
en persona por judaizante, Mxico, ao de 1602, Vol. xviii, Exp. 3.
Proceso contra el licenciado Miguel Franco, mdico, natural de la villa de
Avento (sic por Aveiro), en Portugal, vecino de Mxico, por sospechoso de judo,
Mxico, ao de 1591, Vol. xviii, Exp. 5.
Proceso contra Rodrigo Jurez, natural del Fondao, aldea de la villa de Cubillana, en Portugal, por judaizante, Mxico, ao de 1597, Vol. xvii, Exp. 1.
Proceso contra Antonio Lpez, natural de Celorico, en el Reino de Portugal,
vecino de Mxico, por judaizante, Mxico, ao de 1595, Vol. xv, Exp. 1.
Proceso contra Antonio Lpez, que tae y canta en las comedias, natural de
Sevilla, hijo de Diego Lpez Regaln, por judaizante, Mxico, ao de 1595,
Vol. xv, Exp. 2.
Proceso contra la memoria y fama de Antonio Machado, difunto portugus,
natural de la ciudad de Lisboa, en el Reino de Portugal, por judaizante, ao de
1596, Vol. xvi, Exp. 3.
Proceso contra Isabel Machado, doncella, hija de Antonio Machado, difunto,
vecina de Mxico, por judaizante, Mxico, ao de 1596, Vol. lv, Exp. 3.
Proceso contra el doctor Juan Machado, abogado que fue de la real audiencia
de la Ciudad de Mxico, por judaizante, Mxico, ao de 1604, Vol. xx, Exp. 1.
Proceso contra Diego Marcos (sic por Mrquez) de Andrada, vecino de Mxico, por judaizante, Mxico, ao de 1589, Vol. xii, Exp. 4.
Proceso contra Antonio Mndez, portugus, que se ha criado en Jeva, en Andaluca, vecino de las minas de Pachuca, en esta Nueva Espaa, por judaizante,
Mxico, ao de 1598, Vol. xvii, Exp. 3.
528
Proceso contra Justa Mndez, portuguesa, reconciliada por este Santo Oficio, por
la guarda y observancia de la ley de Moiss, Mxico, ao de 1604, Vol. xx, Exp. 2.
Testificaciones de Blanca de Rivera y otros muchos judaizantes, Mxico, ao
de 1642, Vol. lxviii, Exp. 3.
Proceso contra Francisco Rodrguez de Ledezma, natural de la Villa de Barrueco Pardo, diez leguas de Ledezma (en la frontera con Portugal), por judaizante,
Mxico, ao de 1597, Vol. xvii, Exp. 2.
Proceso contra Isabel Rodrguez, natural de la Salceda, en Portugal, mujer de
Manuel Daz, mercader, vecinos de Mxico, por judaizante, Mxico, ao de
1595, Vol. xiii, Exp. 1.
Proceso contra Manuel Rodrguez, portugus, reconciliado por la guarda de la
ley de Moiss, (ahora) anda a caballo con silla y freno, Mxico, ao de 1604,
Vol. xviii, Exp. 4.
Proceso contra Sebastin Rodrguez, natural de la villa de San Vicente, del
Obispado de la Guardia, de Portugal, por judaizante, Mxico, ao de 1595,
Vol. xiii, Exp.3.
Proceso contra Baltazar Rodrguez de Andrada o de Carvajal, mozo, soltero,
natural de Benavente, en Castilla, hijo de Francisco Rodrguez de Matos y de
doa Francisca de Carvajal, portugueses, estante en Mxico ..., por judaizante,
Mxico, ao de 1589, Vol. xii, Exp. 3.
Causa criminal de fe contra doa Mara de Zrate, mujer de Francisco Botello,
por judaizante, Mxico, ao de 1658 (?), Vol. xxv.
NOTA: Debemos aclarar que muchos de estos procesos slo los conocemos en extractos
y algunos por referencias; los incluimos todos por considerar que contienen datos de
inters que pueden ser aprovechados por los investigadores que vengan despus de
nosotros.
RAMO CIVIL
Carvajal y de la Cueva, Luis. Capitulaciones de ... para la pacificacin y poblacin
del Nuevo Reino de Len, Toledo, 14 de junio de 1579, Vol. dclxxii,f. 254.
_____ ...contra varios: (Francisco Barrn y el fiscal de Su Majestad el licenciado
Eugenio de Salazar), 1584-1586, Vol. 672. (Citado en nuestro trabajo como
Pleito Carvajal-Barrn). Contiene, amn de los que son meros trmites judiciales, los documentos que siguen:
Barrn, Francisco. Probanza de limpieza levantada en el lugar de Guinea, en lava, Espaa, 20 de febrero de 1567, ff. 287-316v.
529
_____ Traslado de una probanza testimonial que hizo ... en la villa de Santiago de
los Valles en primero de diciembre de 1569, ff. 326-337.
_____ Traslado de una probanza de mritos y servicios de ..., levantada en la
provincia de Pnuco (sic) en 31 de julio de 1570, ff. 317-325.
_____ Testimonio de los autos fechos a pedimento de ..., ante el alcalde mayor de
Oxitipa, sobre el despojo que dice haberle hecho Luis Carvajal y de la Cueva
de su encomienda de Tamapache, Oxitipa, 13 de marzo de 1584, ff. 24-37v.
_____ ... solicita de Francisco Guerrero, alcalde mayor de la villa de Santiago de
los Valles, se le entregue original la informacin contra Luis Carvajal y de la
Cueva, Valles de Oxitipa, 24 de marzo de 1584, f. 39.
_____ Carta poder a favor de Francisco de Vitoria en el pleito contra Luis Carvajal y
de la Cueva por la estancia de Tamapache, Mxico, 6 de junio de 1584, ff. 3-3v.
_____ Preguntas a que debern responder los testigos en la informacin presentada por ... en su pleito contra el fiscal de Su Majestad y contra Luis Carvajal y
de la Cueva, Mxico, 24 de julio de 1584, ff. 58-59 v.
_____ Testimonio de tres probanzas presentadas por ... en su pleito contra el fiscal
de Su Majestad y contra Luis Carvajal y de la Cueva, Mxico, 24 de julio a 14
de septiembre de 1584, ff. 61-79.
_____ Preguntas que sern hechas a los testigos que presente ... en su pleito contra el fiscal de Su Majestad y contra Luis Carvajal y de la Cueva, Mxico, julio
de 1584, ff. 83-84 v.
_____ Informacin testimonial levantada en las minas de Zimapn a solicitud de
... en su pleito contra el fiscal de Su Majestad y contra Luis Carvajal y de la
Cueva, Zimapn, 27 de agosto de 1584, ff. 85-89 v.
_____ Informacin testimonial levantada en el pueblo de Huichapan y presentada
por ... en su pleito contra el fiscal de Su Majestad y Luis Carvajal y de la Cueva,
Huichapan, 20 de agosto de 1584, ff. 95-99.
_____ Informacin testimonial levantada en la villa de Santiago en los Valles y
presentada por ... en el pleito que sigue por la estancia de Tamapache, Villa de
Santiago de los Valles, 22 de septiembre de 1584, ff. 101-133.
_____ Relacin sacada de la probanza hecha por parte de ... en el pleito con el
fiscal de Su Majestad sobre el despojo que le hizo Luis Carvajal y de la Cueva
de la estancia de Tamapache, sujeta al pueblo de Oxitipa de su encomienda,
Mxico, octubre de 1585, ff. 202-220.
_____ Testimonio que presenta ... de las alegaciones y preguntas que hizo el fiscal
contra Luis Carvajal y de la Cueva, sobre haberse entrado en Tamapache, no
siendo de su jurisdiccin, Mxico, 14 de noviembre de 1585, ff. 226-251 v.
Carvajal y de la Cueva, Luis. Este es un traslado bien y fielmente sacado de un
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auto que dio e pronunci el muy ilustre seor ..., gobernador y capitn general,
por Su Majestad, del Nuevo Reino de Len, condenando a servicio a los indios
rebelados (sic). Pueblo de Tamaholipa, 10 de marzo de 1584, ff. 350 v-352 v.
Felipe ii. Real cdula autorizando la informacin testimonial que pretende presentar Francisco Barrn en el pueblo de Huichapan y preguntas que se harn a los
testigos, Mxico, 30 de julio de 1584, ff. 90-94.
Guerrero, Francisco. Auto de ..., alcalde mayor de la Villa de Santiago de los Valles,
en que manda a los indios de Tamapache reconozcan por su encomendero a
Francisco Barrn y le paguen los tributos, Villa de Santiago de los Valles, 23 de
marzo de 1584, f. 38.
Olid de Biedma, Luis. Testimonio de la informacin testimonial contra el gobernador del Nuevo Reino de Len, Luis Carvajal y de la Cueva, seguida por ... vicario
de la Villa de Santiago de los Valles en 2 de marzo de 1584, ff. 11-23 v.
Ordua, Rodrigo de. ... tutor de los hijos de Francisco Borrn (el Viejo), difunto, pide
a Pedro de Trejo, que cas con doa Catalina Meja, viuda del dicho Francisco
Barrn, los ttulos de encomiendas y mercedes de tierras que pertenecen a sus
tutoreados, Santisteban del Puerto, 30 de septiembre de 1533, ff. 277-277v.
Rangel, Rodrigo. Testimonio de la cuenta (padrn) que por mandato de la Real
Audiencia de Mxico hizo ..., alcalde mayor de Pnuco, de la villa de Santiago
de los Valles y del pueblo de Oxitipa y sus sujetos, Pueblo de Tamaholipa, 17 de
julio de 1557, ff. 353-432 (documento incompleto).
Real Audiencia de Mxico. Sentencia declarando al pueblo de Tamapache sujeto a
Oxitipa y de la encomienda de Francisco Barrn, Mxico, 13 de septiembre de
1585, f. 179.
_____ Acuerdo para que siga adelante el pleito entre el fiscal de Su Majestad y
Francisco Barrn sobre el pueblo de Tamapache conforme a la Ley de Malinas,
Mxico, 25 de octubre de 1585, f. 221.
Salazar, Eugenio de. El licenciado ..., fiscal de la Real Audiencia de Mxico, dice
que no ha lugar el pedimento de Francisco Barrn sobre el pueblo de Tamapache, Mxico, 30 de junio de 1584, ff. 45-46.
_____ El licenciado ..., fiscal de la Real Audiencia de Mxico, responde al escrito
presentado en su contra por Francisco de Vitoria en el pleito que sigue con
Francisco Barrn, Mxico, 6 de julio de 1584, f. 48.
_____ Probanza hecha por el fiscal de Su Majestad contra Francisco Barrn en
el pleito que le sigue por el pueblo de Tamapache, Mxico, 19 de octubre de
1584, ff. 149-177v.
_____ Interrogatorio a que se ajustarn los testigos presentados por el licenciado
..., fiscal de Su Majestad, en el pleito con Francisco Borrn por el pueblo de
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Signatura dudosa
Rodrguez, Diego. Testimonio que da el capitn ... del nmero de indios asentados
en el poblado y convento de San Andrs, Monterrey, 4 de diciembre de 1622,
Caja del Nuevo Reino de Len, Exp. 1, (incompleto), (Ser del agn o del ahh?).
Archivo Histrico de Hacienda. Mxico (ahh)
Tesoreras
Felipe ii. Asiento (y capitulacin) con Luis Carvajal y de la Cueva para la pacificacin y poblacin del Nuevo Reino de Len, Aranjuez, 31 de mayo de 1579,
(incluye la real cdula complementaria firmada en Toledo el 14 de junio del
mismo ao), Leg. mdx, ff. 107-109.
Surez de Mendoza, Lorenzo. Auto ordenando que se retire la guarnicin militar de la
Villa de Santiago de los Valles, Mxico, 7 de septiembre de 1580, Leg. mdx, f. 72v.
Archivo Municipal de Cadereyta, Nuevo Len (amc)
Barrio, Junco y Espriella, Pedro de. Auto de visita del seor gobernador don ... en
que habla del juramento hecho por todos los vecinos el da de la fundacin de
la villa de San Juan Bautista de Cadereita de celebrar con la mayor solemnidad
la fiesta de Su Santo Patrono, Cadereita, 18 de diciembre 1754, Libro de Cabildo 1746-1796, f. 83v.
Lavado, fray Francisco. Peticin al cabildo de la villa de San Juan Bautista de
Cadereita de sitio para iglesia, convento y huerta, Cadereita, 12 de agosto de
1640, Documentos varios, apndice, Vol. i, f. 74.
Archivo Municipal de Lampazos, Nuevo Len (aml)
Abasolo, Domingo de. Manifestacin de las armas y caballos que tenan los vecinos
de la villa de Nuestra Seora de los Dolores y Horcasitas, Punta de Lampazos, tanto
espaoles como chichimecas, para la seguridad de esta dicha villa. Ante el juez
don ..., alcalde mayor y capitn a guerra, con la asistencia de Pablo Pulido y Joaqun Gonzlez Hidalgo, Lampazos, 1745(?), Documentos diversos, Vol. i, Exp. 2 c.
Flores, Toms. Certificacin dada por el capitn ..., alcalde ordinario de la villa
de San Francisco de la Monclova y gobernador de la provincia de Coahuila,
de que el capitn Nicols Ramn es actual justicia mayor y capitn a guerra
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Belmar, Agustina de. Cesin de cuatro caballeras de tierra que hace ... por va de
dote a Agustina de Belmar, Monterrey, 24 de octubre de 1674, Vol. iii, f. 161.
Corts, Baldo. Venta de tierras, aguas y minas hecha por el beneficiado de Saltillo
..., a Juan Prez de Lerma, Monterrey, 16 de noviembre de 1612, Vol. i, f. 15.
Chapa, Juan Bautista. Testamento y codicilo, Monterrey, 8 de enero de 1694 y 18
de enero del dicho ao, Vol. v, f. 66.
Mederos, Manuel de. Escritura de donacin de cuatro caballeras de tierra a favor
de Andrea Rodrguez, Monterrey, 22 de abril de 1613, Vol. i, f. 8.
Montemayor, Diego de. Merced de tierras a Diego de Montemayor el Mozo,
Monterrey, 20 de noviembre de 1596, Vol. ii, f. 23.
_____ Merced de cuatro caballeras de tierra a Diego Daz de Berlanga, Monterrey,
5 de febrero de 1597, Vol. i, f. 43.
_____ Merced de un sitio de ganado mayor a Juan Prez de los Ros (el Mozo?)
Monterrey, 2 de mayo de 1597, Vol. ii, f. 12.
_____ Merced de tierras a Juan Lpez, Monterrey, 15 de febrero de 1598, Vol. ii, f. 87.
_____ Merced de tierras a Juan Lpez, Monterrey, 5 de junio de 1602, Vol. ii, f. 111.
_____ Merced de un herido de molino a Juan de Faras (o Fari), Monterrey, 20 de
noviembre de 1603, Vol. iii, f. 26.
Montemayor, el Mozo, Diego de. Testamento, Monterrey, 29 de abril de 1611,
Vol. i, f. 27 bis. (Se encuentra tambin en Ramo Civil, Leg. 3, Exp. 24).
_____ Merced de una encomienda de indios a Juan Prez de Lerma, Monterrey, 2
de noviembre de 1611, Vol. i, Doc. s/n.
Prez de Lerma, Juan. Solicitud de una encomienda de indios presentada por ...,
Monterrey, 2 de noviembre de 1611, Vol. i, Doc. s/n. (curioso documento sembrado de portuguesismos).
Prez de los Ros el Mozo, Juan. ...vende a Diego de Orozco cuarenta yeguas de
vientre y cuatro caballos, Monterrey, 29 de mayo de 1613, Vol. i, f. 10.
Rodrguez, Diego. Merced de tierras al capitn Fernn Blas Prez, Monterrey, 3 de
julio de 1613, Vol. ii, f. 29.
Merced de tierras a Fernn Blas Prez, Monterrey, 4 de julio de 1619, Vol.
ii, f. 29.
Sosa, Francisco de. Testamento, Minas de San Gregorio, 12 de abril de 1628,
Vol. i, f. 9.
Trevio, Alonso de. Contrato de arrendamiento de un obraje propiedad de Alonso
de Trevio, quien lo arrienda a don Juan de Guzmn, Hacienda de San Francisco (Apodaca), 21 de abril de 1635, Vol. i, f. 32.
Trevio, Jusepe de. Testamento, Monterrey, 13 de septiembre de 1646, Vol. ii, f. 111.
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Zavala, Martn de. Merced de 75 sitios de ganado menor a Francisco Leal, Cerralvo, 1635, Vol. i, f. 34.
Ramo Civil
Abad de Ura, Martn. Testamento, inventarios y concurso de acreedores de ...
cura y vicario de este reino y comisario de la Santa Inquisicin de l, Monterrey,
marzo de 1645, Vol. vi, Exps. 21, 26 y 29.
Acua, Juan de. Superior despacho del Excelentsimo Seor don ... Marqus de Casafuerte, remitido al gobernador de este Reino, sobre el perfecto reglamento de los
pueblos fundados en estas provincias por el seor licenciado don Francisco Barbadillo Victoria, con advertencias generales sobre la regla de sus establecimientos y
gobierno, tanto en departamento de tierras como por otros puntos, en tiempo del
seor gobernador don Pedro Zarabia Corts, Mxico, 1726, Vol. liii, Exp. 4.
Aldana, Rodrigo de y Diego Rodrguez. Juicio promovido entre ... y ... sobre propiedad de indios, Monterrey, 1626, Vol. i, Exp. 7.
Alonso, Marcos. ...vende a Jos Trevio ocho caballeras de tierra, un sitio de
ganado mayor y un herido de molino en cuatrocientos pesos de Tepuxque,
Monterrey, 1610, Vol. viii, Exp. 27, f. 24v.
Araona, Andrs de. Solicitud de patente de un invento minero, Cerralvo, 19 de
mayo de 1636, Vol. iii, Exp. 11, f. 43.
Athanasio, fray Luis. Sobre remocin de religiosos doctrineros en el Nuevo Reino de
Len, San Luis Potos, 22 de mayo de 1709, Vol. xxxv, Exp. 11, f. 14.
Ayala, Jos de y Diego de Villarreal. Diligencias de transaccin y convenios sobre
propiedades de indios entre el capitn ... y ..., Monterrey, 1695, Vol. xxi, Exp. 38.
Ayala, Jos de y Juan de las Casas. Litigio sobre propiedad de rancheros de indios
entre el capitn ... y ... Monterrey, 1689, Vol. xviii, Exp. 74.
Ayuntamiento de Cadereyta. Merced de la Villa de Cadereyta de treinta sitios de ganado mayor y menor y seis caballeras de tierra, a ttulo de poblador, en los cerros
de Garrapatas, al capitn Alonso de Len, Cadereita, 1636, Vol. iii, Exp. 13.
Azcrraga, Nicols de. Cuaderno de registros de minas ..., Monterrey, 1674, Leg.
6, Exp. 11.
Bez Trevio, Francisco. Cuaderno registro de distintas mercedes de tierras, rancheras de indios, registros de fierros y otras cosas que se concedieron por el seor
gobernador que fue de este Reino, don ..., Monterrey, 1703, Vol. xxvi, Exp. 12.
Residencia al gobernador don ..., Monterrey, 1718, Vol. xlv, Exp. 24.
Botello, Bernab y Diego de Ayala el Mozo. Litigio entre ... y ... sobre propiedad
de indios, Monterrey, 1683, Vol. xv, Exp. 28.
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Camacho, Pedro y Pedro Botello de Morales. Expediente entre ... y el capitn ... sobre propiedad de un indio llamado Sebradillo (sic por Cebrianillo), Monterrey,
4 de septiembre de 1647, Vol. vi, Exp. 36.
Cardona, Francisco de. Asiento de vecindad en la ciudad, Monterrey, 21 de julio
de 1601, Vol. i, Exp. 2, 1601, Vol. i, Exp. 3.
Carvajal y de la Cueva, Luis. Merced de tierras y aguas a Manuel de Mederos, Villa
de San Luis (Monterrey), 1 de marzo de 1583, Vol. i, s/n.
Casas, Juliana de las y Diego de Villarreal. Instancia sobre propiedad de indios
entre doa ... y ..., Monterrey, 1640, Vol. v, Exp. 2.
_____ Pleito sobre la posesin de indios de encomienda entre doa ... y el alfrez
..., Monterrey, 1648, Vol. v, Exp. 2.
Casas, Mara de las. Presentacin de doa ... contra el alfrez Diego de Villarreal,
sobre que le haga entrega de unos muebles (se incluye una india), Monterrey,
1637, Vol. iv, Exp. 19.
_____... y Pedro de la Garza. Expediente formado entre doa ... y el alfrez ...
sobre propiedad de indios, Monterrey, 1662, Vol. ix, Exp. 16.
Cant, Mara. Solicitud de merced de tierras, Monterrey, 5 de septiembre de 1695,
Vol. xxiii, Exp. 66, f. 78.
Cavazos, Antonio y Jos Cavazos. Ventila de desavenencia entre ... y ..., ambos
hermanos, sobre oposicin entre stos en el disfrute de sus labores y pagos a
sus rancheras de indios, Monterrey, 1685, Vol. xvi, Exp. 47.
Cavazos, Juan. Ocurso presentado por el regidor ... pidiendo se ordene se manden
limpiar y desmontar las calles, Monterrey, 1647, Vol. vi, Exp. 49.
Cuervo de Valds, Francisco. Expediente de la determinacin del seor gobernador
don ... sobre contencin de indios brbaros, Monterrey, 1687, Vol. xvii, Exp. 58.
_____ Asientos de plomos que se sacan tierra afuera, Monterrey, 1688, Leg. 7, Exp. 63.
_____ Determinacin hecha por el seor gobernador don ... para contencin de
los indios brbaros, haciendo una revista general de hombres y sus pertrechos
de guerra en la villa de Cerralvo, Cerralvo, 1688, Vol. xvii, Exp. 67.
Charles, Agustina de. Testamento de ..., villa de Cerralvo (Monterrey), 11 de octubre de 1626, Vol. i, Exp. 5, f. 18.
Charles, Andrs de. Disposicin testamentaria del alfrez ..., ante Bernab Hidalgo, Monterrey, 1658, Vol. viii, Exp. 46.
Dez de Camuo, Alonso. Asiento de vecindad en la ciudad, Monterrey, 1 de febrero de 1621, Vol. i, Exp. 21, f. 12.
_____ Informacin sobre comprobacin de propiedad de minas a pedimento de
... en la que consta se le dio posesin de tres caballeras de tierra en el puesto
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Guajardo, Pedro. Determinacin sobre el escrutinio que hizo el teniente de gobernador don ... sobre ocho indios que llevaba Pedro del Valle (fuera del Reino)
Monterrey, 1714, Vol. xli, Exp. 15.
Len, Alonso de. Testimonio de una clusula del testamento del capitn ..., Hacienda del Piln, 17 de mayo de 1661, Vol. x, Exp. 37, f. 10 v.
Len, Mateo de. Solicitud de licencia para establecer un trapiche, Monterrey, 17 de
diciembre de 1703, Vol. xxi, Exp. 12.
Lobo Guerrero, Juan Alonso y Diego de Villarreal. Expediente entre el capitn ... y
el alfrez ... sobre metales (en las reclamaciones se incluye la propiedad de un
indio), Monterrey, 1640, Vol. v, Exp. 3.
_____ Expediente de ventila sobre propiedad de indios entre el capitn ... y el
alfrez ..., Monterrey, 1641, Vol. v. Exp. 1.
Longoria y Valds, Diego de, Juan Sols y Diego Sols. Expediente sobre tierras y
aguas entre ..., ... y ... en el puesto del Ancn, que antes se nombr Hacienda
de Santiago, Monterrey, 1637, Vol. iv, Exp. 23.
Lpez, Bernab. Informacin testimonial levantada a pedimento de ..., para probar el derecho que tiene a la estancia de tres caballeras de tierra y unos ojos
de agua, a una legua de esta ciudad, en el ro de la Silla, Monterrey, octubre
de 1635, Vol. iv, Exp. 14.
Lpez de Villegas, Antonio. Solicitud de congregacin de indios, Monterrey, 11 de
enero de 1700, Vol. xxvi, Exp. 4.
Lpez, Juan. Testamento de ..., Monterrey, 8 de noviembre de 1634, Vol. iv, Exp. 14, f. 1.
Lpez Prieto, Nicols. Pedimento del procurador general de esta ciudad de
Monterrey ... en razn de la venida a ella de los indios del alfrez Juan Alonzo
Bazn, autos y diligencias hechas sobre esta causa, Monterrey, 17 de enero de
1664, Vol. x, Exp. 29.
Lucas el Bueno, Alonso. Peticin hecha por el capitn... sobre exponer que las causas que se han practicado contra algunos naturales les ha remitido a Su Excelencia y a la Real Audiencia de Mxico, 5 de septiembre de 1626, Vol. i, Exp. 15.
Marqus de San Miguel de Aguayo. Informacin recibida en comprobacin de
los buenos servicios hechos a esta capital a la Villa del Saltillo por los seores
Marqus de San Miguel de Aguayo y Conde del mismo ttulo (?). Juez el seor
gobernador don Pedro de la Ventosa, Monterrey, 1691, Vol. xix, Exp. 7.
_____ Cuaderno donde se hallan varias tierras (sic), rancheras (de indios) y mercedes
antiguas de solares, por diferentes gobernadores, Monterrey, 1694, Vol. xx, Exp. 25.
Mndez Tovar, Jos. Que todos asistan armados a las iglesias y procesiones de la
Semana Santa, Monterrey, 27 de marzo de 1657, Vol. viii, Exp. 36.
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Montemayor, Miguel de. Inventario de los bienes secuestrados a Vicente Guerra, vecino y mercader en esta ciudad, Monterrey, 18 de agosto de 1633, Vol. iii, Exp. 5.
Testamento de ..., Monterrey, 11 de octubre de 1643, Vol. v, Exp. 16, f. 3.
Olivares, Juan de y Juan Cavazos. Expediente de ventila entre ... y ... sobre extraccin de una india, Monterrey, 1656, Vol. viii, Exp. 25.
_____ ... y Miguel de Montemayor. Causa seguida entre ... y el capitn ..., sobre propiedad de Felipillo, indio borrado, Cerralvo, 12 de septiembre de 1642, Vol. v, Exp. 14.
_____ ... y Jos de Ayala. Expediente de litigio sobre propiedad de indios entre
... y el capitn..., ante el seor gobernador don Martn de Zavala, Monterrey,
1660, Vol. ix, Exp. 5.
Prez de Molina, Antonio. Cuaderno en que consta la revista de armas y caballos que se
ejecut por la justicia mayor don ..., Cerralvo, 29 de mayo de 1664, Vol. x, Exp. 30.
_____ Inventarios de los bienes de don Martn de Zavala en la jurisdiccin de Cerralvo, Cerralvo 13 de octubre de 1664, Vol. x, Exp. 26. (Desgraciadamente los inventarios de los bienes en la jurisdiccin de Monterrey fueron robados del archivo).
_____ Protesta de vecinos (de la ciudad de Monterrey) porque se les exige manifiesten plomos y semillas y se paguen alcabalas, Monterrey, 1668, Leg. 5, Exp. s/n.
Prez de los Ros, Juan. Entrega que hace ... al capitn Pablo Snchez de 16 carreteros y ms ocho vacas, Monterrey, 5 de septiembre de 1623, Vol. i, Exp. 5, ff. 2 y 9.
Prez Merino, Juan. Cuaderno en que constan varias mercedes de tierras y rancheras de indios concedidas por el seor gobernador don ... a distintas personas,
Monterrey, 1695-1697, Vol. xxi, Exp. 36.
Rentera, Clara de. Testamento de doa ..., Monterrey, 1662 (?), Vol. xi, Exp. 41, f. 19.
Rodrguez, Diego. Denuncios de unas minas por el capitn ... ante el teniente de
gobernador y justicia mayor don Diego de Montemayor, Monterrey, 1598, Leg.
i, Exp. 30. (Contiene adems varios denuncias de minas hechos por diferentes
personas en los aos de 1598 y 1599).
_____ Clusula del testamento del capitn ... Monterrey, 26 de febrero de 1626,
Vol. i, Exp. 7, f. 9.
_____ Testimonio de tres clusulas del testamento del capitn ... Monterrey 26 de
febrero de 1626, Vol. vi, Exp. 39, f. 6v.
_____ ... y Diego de Montemayor. Trueque de tierras entre el capitn ... y ...,
Monterrey, 30 de septiembre de 1601, Vol. i, Exp. 3.
Rodrguez de Montemayor, Diego y Diego de Montemayor. Expediente formado
entre ... y ... sobre ventila de propiedad de una india y un muchacho, Monterrey,
1646, Vol. vi, Exp, 33.
_____ ... y Nicols Ochoa de Elejalde. Litigio entre ... y ... sobre propiedad de una
ranchera de indios, Monterrey, 1663, Vol. x, Exp. 19.
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Ziga Almaraz, Juan de. Solicitud de licencia para trasladar un obraje, Cerralvo,
17 de octubre de 1642, Vol. iii, Exp. 11.
Ziga, Baltasar de. Superior despacho del virreinato sobre el porte y obedecimiento que deben tener los indios a los seores gobernadores de este Nuevo
Reino de Len, Mxico, 1719, Vol. xlvi, Exp. 2.
Archivo Municipal de Parral, Chihuahua (amp)
Zavala, Martn de y Luis de Valds. Litigio entre los gobernadores don ..., del Nuevo Reino de Len y don ..., ... del Reino de la Nueva Vizcaya, por la jurisdiccin
de las minas de Almadn, 1643-1644, Exp. 22. (Lo hemos llamado Documento
del Parral tanto en el texto como en las notas). Contiene:
Arredondo, Mateo de. Autos de toma de posesin, por el Reino de la Nueva Vizcaya,
de la Villa de Almadn, Villa de Almadn, 4 de febrero de 1644, ff. 20-20 v.
_____ Carta a los vecinos del Nuevo Reino de Len que han poblado en la villa de
Almadn, pidiendo lo reconozcan por justicia mayor y capitn a guerra puesto
por la Nueva Vizcaya, Villa de Almadn, 4 de febrero de 1644, f. 20 v.
_____ Informacin sobre la llegada a la villa de Almadn de un grupo de vecinos
del Nuevo Reino de Len, armados y en son de guerra, Villa de Almadn, 4 de
febrero de 1644, ff. 21-25 v.
_____ Nombramiento de escribano a Pedro Lpez Zurita en el real y nuevo descubrimiento de minas del cerro de Mercado, Villa de Almadn, 3 de febrero de 1644, f. 20.
Audiencia de Mxico. Carta a todas las justicias (de la regin de la Huasteca
especialmente) para que obedezcan y hagan respetar la real cdula de 14 de
junio de 1579 sobre la jurisdiccin de Luis Carvajal y de la Cueva, Mxico, 20
de mayo de 1582, f. 17 v.
_____ Real provisin para que los gobernadores de la Nueva Espaa y la Nueva
Vizcaya no le pusiesen impedimento a Luis de Carvajal, gobernador Nuevo
Reino de Len, Mxico, 18 de enero de 1582, f. 15 v.
Carvajal y de la Cueva, Luis. Testimonio del traslado de la real caja a la villa de
Almadn, Villa de Almadn, 22 de mayo de 1588, ff. 30-31 v.
_____ Ttulo de teniente de gobernador a Diego de Montemayor, Villa de Almadn, 5 de abril de 1588, ff. 32- 33 v.
Corts, Baldo (sic) et al. Peticin presentada ante el seor Francisco de Urdiola,
gobernador del Reino de la Nueva Vizcaya, sobre que se levantase informacin
testimonial de que las minas de Coahuila (Almadn) fueron descubiertas y pobladas, muchos aos antes de la entrada de Carvajal, por vecinos de Saltillo,
Villa de Santiago del Saltillo, 8 de enero de 1613, f. 9.
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_____ Presentacin ante el justicia mayor de la villa de Santiago del Saltillo, don
Juan de Arredondo Agero, de su nombramiento como alcalde mayor de dicha
villa, Villa de Santiago del Saltillo, 5 de agosto de 1643, ff. 2v-3.
Lpez de Ibarra, Martn. Comisin a Alberto del Canto para la poblacin del valle
de Extremadura, que se llam Ojos de Santa Luca, pueblo del Potos, valle de
Coahuila y minas de la Trinidad, Durango, 1577, f. 8. Slo se cita el documento.
_____ Comisin para la fundacin y ereccin de la Villa de Santiago del Saltillo al
capitn Alberto del Canto, alcalde mayor de las minas de San Gregorio y Valle
de Extremadura, de la jurisdiccin de la Nueva Vizcaya, Durango, 1577, f. 8.
Slo se cita el documento.
_____ Confirmacin de la fundacin de la villa de Santiago del Saltillo hecha por Alberto del Canto en 1577, Durango, 6 de julio de 1580, f. 8. Slo se cita el documento.
_____ Nombramiento a Diego de Montemayor como alcalde mayor de las minas
de San Gregorio, Villa del Saltillo y Valle de Extremadura, Potos y sus distritos,
Durango, 6 de julio de 1580, f. 8. Slo cita el documento.
Lpez Zurita, Pedro. Nombramiento de escribano del real de San Ambrosio y minas
del cerro de Mercado en Nicols Domnguez. Nuevo descubrimiento de las minas
del cerro de Mercado en la provincia de Coahuila, 22 de enero de 1644, f. 6.
_____ Nombramiento de escribano en la villa de Almadn al alfrez Bartolom
Garca. Nuevo descubrimiento de las minas del Cerro del Mercado en la provincia de Coahuila, 18 de diciembre de 1643, f. 5 bis.
Prez, Andrs. Testimonio de la llegada de la real caja a la villa de Almadn, Villa
de Almadn, 22 de mayo de 1588, ff. 30-31 v.
Urdiola, Francisco de. Autos de la entrada a la provincia de Coahuila al castigo
de los indios que mataron al padre Altamira, ro de Nadadores, 19 de octubre
de 1607 f. 12 v. Slo se cita el documento.
_____ Autos sobre el castigo que se hizo a los indios de Coahuila por haber dado
muerte a fray Martn de Altamira, Villa de Santiago del Saltillo, 19 de octubre
de 1607, f. 12 v. Slo se cita el documento.
_____ Mandamiento para que se poblasen las minas de Coahuila y estancias de la
comarca de ellas, Villa de Santiago del Saltillo, 9 de enero de 1603, ff. 10-12.
_____ Merced de una estancia de ganado menor y cuatro caballeras de tierra en
el paraje de Coahuila, en el puesto qu llaman de los chimamales (sic) al padre
Baldo Corts, Villa de Santiago del Saltillo, 5 de enero de 1613, ff. 12-12 v.
Slo se cita el documento.
_____ Nombramiento del capitn don Pedro de Ubierna y Solrzano como justicia
mayor de las minas y provincia de Coahuila, que declara por desiertas y despobladas, Villa de Santiago del Saltillo, 9 de enero de 1613, ff. 10-12.
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Valds, Luis de. Carta de don ..., gobernador del Reino de la Nueva Vizcaya, a don
Martn de Zavala, gobernador del Nuevo Reino de Len, sobre jurisdiccin en
las minas de Almadn, Real y minas de San Jos del Parral, 18 de diciembre de
1643, ff. 7-15. Contiene importantes noticias histricas, como las fundaciones
hechas por Alberto del Canto en 1577, datos sobre Diego de Montemayor, Luis
Carvajal y de la Cueva ...
_____ Carta requisitoria a don Martn de Zavala sobre el despojo de las minas de
Almadn, pidindole retire las justicias que all tiene nombradas, real y minas
de San Jos del Parral, 25 de febrero de 1644, ff. 26-29.
_____ Nombramiento de alcalde mayor de la villa de Santiago del Saltillo en don
Nicols Lanxeto y Adorno, real y minas de San Jos del Parral, 9 de julio de
1643, ff. 1-2 v.
_____ Segunda carta requisitoria de ..., gobernador del Reino de la Nueva Vizcaya,
a don Martn de Zavala, gobernador del Nuevo Reino de Len, Sobre las minas de
Almadn, real y minas de San Jos del Parral, 25 de febrero de 1644, ff. 26-29.
Velada, Pedro. Testimonio de la posesin dada a fray Antonio de Zalduendo en el
paraje y ojos de Anaelo para establecer misin, Paraje de Anaelo, 21 de julio
de 1605, f. 18. Slo se cita el documento.
_____ Testimonio de posesin dada a fray Antonio de Zalduendo en la villa de
Almadn para la fundacin de convento, Almadn, 27 de julio de de 1605, f.
18. Slo se cita el documento.
Villarreal, Diego de. Informacin presentada a don Martn de Zavala sobre los
hechos ocurridos en la villa de Almadn con las justicias puestas por el Reino de
la Nueva Vizcaya, Monterrey, 4 de marzo de 1644, ff. 57-71.
Zavala, Martn de. Carta de don ..., gobernador del Nuevo Reino de Len, a don
Luis de Valds, gobernador del Reino de la Nueva Vizcaya, sobre las minas de
Almadn, Monterrey, 28 de enero de 1644, ff. 15 v-18 v. Contiene copia de la
capitulacin de Carvajal y las reales cdulas complementarias, datos sobre
la entrada de fray Antonio de Zalduendo y el capitn Pedro Velada a Coahuila,
sobre la muerte de fray Martn de Altamira y castigo a los indios que lo sacrificaron, entre otros.
_____ Respuesta a la carta requisitoria de don Luis de Valds, gobernador del
Reino de la Nueva Vizcaya, insistiendo en los derechos que tiene el Nuevo Reino
de Len a las minas de Almadn, Monterrey, 11 de marzo de 1644, ff. 29v-37.
Contiene copias de documentos de fines del siglo xvi y principios del siglo xvii
y abundantes datos histricos.
554
555
Ruiz, Antonio. Disposicin testamentaria de don ..., hijo de don Antonio Ruiz y de
doa Antonia Garca, Salinas, 3 de diciembre de 1697, Vol. i, Exp. 3.
Salazar, Mara de. Escritura de venta de seis caballeras de tierra con su agua que
les corresponde y tres sitios de ganado mayor, otorgada por doa ... a favor de
don Juan Gmez de Castro, Salinas, 22 de junio de 1967, Vol. i, Exp. 4.
Saldvar, Mara de. Disposicin testamentaria de doa ..., Salinas, 2 de marzo de
1701, Vol. i, Exp. 6.
Trevio, Alonso de. Escritura de un ancn de regado, con su saca de agua y agostadero, en el llano que llaman de la Chueca, otorgada por ... y su esposa, a favor del
capitn don Juan Bautista de Villarreal, Salinas, 3 de mayo de 1689, Vol. i, Exp. 1.
Villarreal, Diego de. Inventario de los bienes que quedaron a la muerte de don ...,
Salinas, 4 de mayo de 1713, Vol. i, Exp. 23.
Villarreal, Jos de. Queja de capitn ..., vecino de San Diego, a Su Majestad el
Rey, por las muertes que hacen los indios chichimecas, y mandato al gobierno
del Nuevo Reino de Len y capitanes a guerra, para que se persigan, Salinas,
29 de mayo de 1717, Vol. i, Exp. 34.
Villarreal, Mara de. Inventario de los bienes que quedaron en el fallecimiento de
doa ..., esposa del capitn Juan de Villarreal, Salinas, 8 de julio de 1715,
Vol. i, Exp. 28.
Archivo Municipal de Villa de Garca, Nuevo Len (amvg)
Documentos varios
Arellano, Nicols de. Peticin presentada por don ..., vecino de la ciudad de
Monterrey, en que solicita licencia para trabajar, en compaa de sus dos hermanos, Francisco de Gngora e Ignacio Gutirrez, una mina que est en el cerro del
Topo, en la segunda caada que entra por Monterrey, hacia la casa del capitn
Nicols de Ayala, Pesquera Grande, 24 de octubre de 1713, Vol. i, Exp. 1.
Gonzlez de Quintanilla, Antonio. Proceso para averiguar la posesin legtima de
una mina de abundante plata en el potrero de Pesquera Grande, entre don Diego
Laruel Fernndez de Castro y don Jos Cavazos, con motivo de la muerte del dicho
don Diego, Pesquera Grande, 12 de noviembre de 1725, Vol. i, Exp. 2.
Archivo Municipal de Zacatecas (amz)
Actas de cabildo
Ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas. Libro primero de cabildo, 1585-1605, passim.
556
558
Oficio de la Inquisicin, Guadalajara, 1594. Copia mecanogrfica de la Genaro Garca Collection, 1816.
Len, Alonso de. Autos de guerra hechos por m el general ..., gobernador y capitn del presidio de esta provincia de Coahuila, 14 de octubre de 1687. Manuscrito original de la WB Stephens Collection, 2053.
_____ Tanto del ttulo de gobernador de esta provincia de San Francisco de Coahuila y Nueva Extremadura, y de capitn del presidio que est fundado por Su Majestad, en el general ..., 1687. Manuscrito de la WB Stephens Collection, 2054.
Urdiola, Francisco de. Documentos relativos a las hazaas de don ..., (1590-1607),
agi, Audiencia de Guadalajara, sin signatura. Copia mecanogrfica, 1814.
_____ Relacin de la entrada que hizo el gobernador de la Nueva Vizcaya ..., a la
conquista, castigo y pacificacin de los indios llamados xiximes, por el ao de
1710 y acab a fin del dicho ao. Manuscrito original de la Joaqun Garca
Icazbalceta Collection, 1817.
_____ Informacin de la limpieza del linaje del capitn ..., natural de la provincia
de Guipuzcoa y de Leonor de Lois, su mujer, vecinos del ro Grande y Mazapil,
en el Reino de la Nueva Galicia, para familiar del Santo Oficio, 1592. Copia
mecanogrfica de la Genaro Garca Collection, 1815.
Documentos impresos
Adler, Cyrus (ed.). Trial of Gabriel de Granada by the Inquisition in Mexico, 16421645, traduccin de David Ferguson, Baltimore, 1899. (El proceso original se
perdi en un incendio en la ciudad de Washington).
Ahumada Smano, Pedro de. Informacin acerca de la rebelin de los indios
zacatecas y guachichiles a pedimento de ..., Mxico, 20 de marzo de 1562,
agi, Audiencia de Mxico, Est. 58, Caj. 6, Leg. ii. (En Montoto: Coleccin de
documentos inditos ..., Vol. i, Doc. xxxvi, pp. 237-358).
_____ Relacin de ... para el llustrsimo Seor Don Luis de Velasco, virrey y capitn general de esta Nueva Espaa, acerca de lo que Su Seora manda que
le informe de la rebelin de los indios zacatecas y guachichiles, y alteracin
que pusieron en todo el Reino de Galicia, especial en las minas de Zacatecas,
San Martn de Avino; de los daos que han hecho, y en qu parte habitan,
1562, agi, Patronato, Leg. 182, ramo 5 (notacin antigua: 2-2-3). Publicada por Robert Hayward Barlow y George T. Smisor: Nombre de dios, Durango. Sacramento, California, 1943, apndice i, pp. 53-63. Hay otra edicin de
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ocurridos en la Nueva Espaa, Mxico, 15 de diciembre de 1525, agi, Patro559
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310. Publicada por Prez Maldonado: Monterrey, cosas poco conocidas ..., pp.
26-29 y en Documentos histricos ..., primera serie, pp. 36-38.
_____ Real cdula en la que mand el Rey que cesaran tantos abusos como se
cometan con los indios ..., Madrid, 25 de mayo de 1689. Publicada por J. E.
Gonzlez: Coleccin de noticias y documentos ... (Ed. 1885), pp. 171-172.
Carlos v. Provisin de Su Majestad mandando a Francisco de Garay no entrometerse ..., 24 de abril de 1523, agi (sin ms signatura). En Pacheco y Crdenas:
Coleccin de documentos ..., Vol. xxvi, pp. 71-76.
_____ Real cdula dando facultad a Francisco de Garay para poblar la provincia
de Amichel, en la costa firme que, con navos armados por su cuenta para buscar un estrecho, haba reconocido, agi, Descubrimientos en tierra firme, Leg. i,
ao 1500. En Navarrete: Coleccin de los viajes..., Vol. iii, pp. 147-153.
Carvajal y de la Cueva, Luis. Autobiografa. En Toro: Los judos ..., pp. 280-281.
_____ Autobiografa, segunda parte. En Toro: Los judos ..., pp. 338-344.
_____ Autodefensa. En Toro: Los judos ..., pp. 320-346.
_____ Confesin de ... en el Proceso contra Roberto Plinton, agn, Ramo criminal,
Vol. 685. Publicada en el Boletn del Archivo General de la Nacin, Vol. xxii,
nm. 4, Mxico, octubre-diciembre de 1951, pp. 556-558.
_____ Confirmacin a Diego de Montemayor de una merced de cuatro caballeras de tierra en San Francisco (Apodaca, Nuevo Len) que le haba hecho
Gaspar Castao de Sosa en 1584, ciudad de Len (Cerralvo, Nuevo Len),
16 de agosto de 1585. Publicada por Cosso: Historia de Nuevo Len,
Vol. I, pp. 87-88.
_____ Genealoga en su Proceso, publicado en Toro: Los judos ..., pp. 278-280.
Carvajal el Mozo, Luis de. Autobiografa. En Procesos, pp. 15-18, 40-43, 222-231 y
passim.
_____ Cartas de ... a su familia en las crceles secretas de la Inquisicin. (Robadas de su proceso). En Procesos, pp. 497-534.
_____ Genealoga. En Procesos, pp. 12-15.
_____ Memorias. (Robadas de su proceso). En Procesos, pp. 461-496.
_____ Testamento. En Procesos, pp. 412-418.
561
Castao de Sosa, Gaspar. Memoria del descubrimiento que ... hizo en el Nuevo Mxico siendo teniente de gobernador y capitn general del Nuevo Reino de Len, Ro
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dej al conde de la Corua, Mxico, 25 de septiembre de 1580. En Instrucciones ..., Mxico, 1867, pp. 242-250.
_____ Mandamiento de don ... para que Luis de Carvajal (corregidor de los pueblos
de Xilitla, Tanchipa y Tanquin, de la Huasteca), entienda ... sobre que los indios
de su jurisdiccin ... donde se entendiere que hay veneros y metales, lo descubran,
Mxico, 15 de diciembre de 1575, agn, General de parte, Vol. i, ff. 95v-96. En
Boletn del Archivo General de la Nacin, Vol. xxii, nm. 4, pp. 555-556.
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Ula, 20 de febrero de 1568, agi, Papeles de Simancas, Est. 59, Caj. 4, Leg.
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El mismo ao la public Santiago Roel en la primera edicin de sus Apuntes,
apndice, pp. 155-158.
_____ Captulo de la carta que Su Majestad escribi al Marqus de Villamanrique
en que manda d libertad a cien indios que dio por esclavos la Audiencia de
la Nueva Galicia; y otro captulo de dicha carta que manda que no se vendan
ningunos indios por esclavos, Madrid (?), 18 de febrero de 1588. En Diego de
Encinas: Cedulario, Vol. iv, p. 381.
_____ Ordenanzas de descubrimiento y nueva poblocin, en Pacheco y Crdenas: Coleccin de documentos ..., Vol. viii, pp. 484-537 y Vol. xvi, pp. 142 y ss.
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Chapa: Historia (Ed. 1909), pp. 274-275.
Rivera, fray Francisco de. Parecer de ... sobre los castigos a los indios de guerra,
Cerralvo, 4 de junio de 1632. En Juan Bautista Chapa: Historia, pp. 254-259.
Rodrguez, Baltasar. Carta a su madre, doa Francisca de Carvajal, Madrid, 15 de
noviembre de 1590. En Procesos de Luis de Carvajal (el Mozo), pp. 251-258.
Rodrguez, fray Francisco et al. Informacin de los conventos, doctrinas y conversiones que se han fundado en la provincia (franciscana) de Zacatecas, ao de 1622.
Primo Feliciano Velzquez: Documentos histricos SLP ..., Vol. 1, pp. 121-176.
Sotelo de Betanzos, Antonio. Relacin de ... informando al rey sobre las riquezas de
la tierra descubierta en la jornada del gobernador Francisco de Ibarra, Temascaltepec, 9 de diciembre de 1567, agi, Papeles de Simancas, Est. 9, Caj. 4, Leg. 3
(Libro de cartas). En Paso y Troncoso: Epistolario, Vol. x, p. 213, # 591.
Terrazas, Francisco de. Carta de ... a Hernn Corts, Mxico, 30 de julio de 1529,
agi, Patronato, Est. 2, Caj. 2, Leg. 1/1. En Paso y Troncoso, Epistolario, Vol. 1,
pp. 136-152, # 76.
Toro, Alfonso (ed.). Proceso ntegro de Luis de Carvajal el Viejo, gobernador del
Nuevo Reino de Len, por judaizante, Mxico, 1589-1590, agn, Inquisicin,
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Nueva Tlaxcala, Saltillo, 13 de septiembre de 1591, agi, Ramo de tierras, Vol.
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_____ Memorial de mritos de don ... Publicado por Alessio Robles como apndice al Viaje de indios... de Morfi, pp. 267-273 y sacado del Real ttulo de
Composicin ... del marquesado de Aguayo.
_____ Memorial y relacin que da a Su Majestad ..., gobernador y capitn general
de las provincias de la Nueva Vizcaya, de todos los vecinos y moradores de ellas, y
de las haciendas que hay, as de sacar plata como estancias de ganados mayores
y menores y labores de coger pan y maz y de los que tratan y contratan, 1604,
agi, Audiencia de Guadalajara, 28. Publicada por Gallegos: Durango colonial,
pp. 195-212.
Velasco ii, Luis de. Carta al Rey de don ..., sobre la paz de los chichimecas, Mxico,
5 de junio de 1590, agi, Papeles de Simancas, 60-1-40. En Paso y Troncoso:
Epistolario, Vol. xii, p. 173, # 735.
_____ Visita de las naos que forman la flota en que vino por general don Francisco
de Lujn, que lleg a San Juan de Ula a 25 de agosto de 1580 conduciendo
569
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Francisco Fernndez del Castillo y Nicols Rangel. La vida colonial, Mxico, 1923.
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Hackett, Charles Wilson. Historical Documents Relating to New Mexico, Nueva Vizcaya and approaches thereto, to 1773, Washington, 1923-1926, 3 Vols.
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nm. 3, pp. 455-506; nm. 4, pp. 713-742. Vol. xiii, nm. 1, pp. 95-160; nm. 2,
pp. 267-322; nm. 3, pp. 465-505; nm. 4, pp. 611-687. Vol. xiv: nm. 2, pp. 317351; nm. 3, pp. 477-501; nm. 4, pp. 659-713. Vol. xv: nm. 1, pp. 171-195.
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and twentie years space. Wherein is declared the dangers he escaped in his
voyage to Gynnie, where after hee was set on shoare in a wildernes neere to
Mexico, hee endured much slaverie and bondage in the spanish galley. Wherein also he discovereth many strange and wonderfull things seene in the time
of his travaile, as well concerning wilde and savage people, as also of sundrie
monstruos beasts, fishes and foules, and also trees of wonderfull form and
qualitie, Londres, 1591. Primera edicin publicada en facsmil por Conway,
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_____ The travailes of an english man. Containing his sundrie calamities indured
by the space of twentie and odd yeres in his absence from his native countrie;
wherein is truly decyphered the sundrie shapes of wilde beasts, birds, fishes,
foules, rootes, plants ... whith the description of a man that appeared in the
sea: and also of a huge giant brought from China to the King of Spaine. No
lesse pleasant than approved. by I. H. published with authoritie. Londres, 1591.
segunda edicin reimpresa por Hakluyt en sus principal navigations, Londres,
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Romero, Jos Guadalupe. Noticias para formar la historia y la estadstica del Obispado de Michoacn, Mxico, 1862.
Roel, Santiago. Artculo en El Porvenir, Monterrey, 2 de junio de 1933, comentando
el de Alessio Robles: La judera de Monterrey y rebatindolo.
_____ Nuevo Len. Apuntes histricos (primera edicin), Monterrey, 1938, 2 vols.
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Rouaix, Pastor, Gerard Decorme y Atanasio G. Saravia. Manual de historia de Durango, Mxico, 1952.
Ruecking, Frederick Henry. The Coahuiltecan Indians of Southern Texas and Northeastern Mexico, Austin, Texas, 1955. Indito, microfilm en la Biblioteca del
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Rumeu de Armas, Antonio. Los viajes de John Hawkins a Amrica, 1562-1595,
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Saldaa, Jos P. Don Martn de Zavala, en Humanitas, Vol. ii, Monterrey, 1961,
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Vizcaya Canales, Isidro. Agricultura en Nuevo Len, Monterrey, 1953.
Winsor, Justin. Narrative and Critical History of America, Boston y Nueva York,
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Zavala, Silvio. Los esclavos indios en el norte de Mxico, siglo xvi, en El norte de
Mxico y sur de Estados Unidos, Mxico, 1943, pp. 83-118.
_____ Los esclavos indios en Nueva Espaa, Mxico, 1968.
NOTA A LA BIBLIOGRAFA
Ya muy avanzada la impresin de este libro llegaron a nuestro conocimiento algunas obras que hubisemos querido aprovechar, entre ellas las siguientes:
Birmingham, Stephen. The Grandees: Americas Sephardic Elite, Nueva York, 1971.
Dusenberry, William H. Ordinances of the Mesta in New Spain, en The Americas,
Vol. iv, enero de 1948, pp. 345-350.
The Mexican Mesta. The Administration of Ranching in Colonial Mexico, Urbana, Illinois, 1963.
Hollander, J. P. Some Unpublished Material Relating to Dr. Jacob Lumbrozo of Md.,
en Publications of the American Jewish Historical Society, Vol. i, 1893, p. 25.
Lea, Henry Charles. The Inquisition in the Spanish Dependencies, Nueva York, 1922.
Liebman, Seymour B. The Jews in New Spain. Faith Flame, and the Inquisition,
Coral Gables, Florida, 1970.
The Enlightened. The writings of Luis de Carvajal el Mozo, Coral Gables,
Florida, 1967.
The Abecedario and a Check List of Mexican Inquisition Documents in the
Henry E. Huntington Library, en The Hispanic American Historical Review, Vol.
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Ontiveros, Juan de. Informacin de mritos y servicios de Juan de Ontiveros,
1595, agi, Informaciones de mritos, Tomo i, fol. 214, Est. 1, Caj. 3, Leg.
28/19. Documento indito.
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1551-1585, Madrid, 1971. Coleccin Chimalistac, 32.
Roth, Cecil. A History of the Marranos, Nueva York, 1959.
599
Melchor
Vsquez
Enrique
Pimentel
Gutierre Vsquez
de la Cueva
Juan de
Carvajal
Isabel
= Nez
Francisca
Fernn
Lpez
Gaspar de
Carvajal
= de Carvajal
Leonor de
Carvajal
Fernn
Antonio
Lpez
= Lpez
Catalina
Lpez
Mara
de Len
=?
Fernn
Lpez
Domingo de
Carvajal
Antonio
de Len
=?
Duarte
de Len
Isabel de Fulano
Len
Martnez
= Rodrguez
Francisco
Diego Mrquez
de Andrada
=?
lvaro T.
de Len
Blanca
= de Len
Ginebra
Jorge de
Len
Don Rodrigo
de Castro
Duarte
de Len
Antonio
de Len
Francisca
Nez
Jorge de
Len Andrada
=?
Francisco Jorge
de Andrada
Miguel
= Nez =Rodrguez= ?
Mara
Rodrguez
Isabel de
Rivera o Nez
Nuo lvarez
de Rivera
Catalina
Francisco
Jorge
Gonzalo
Catalina
de Len
Guiomar
de Rivera
Andrs del
guila
Gonzalo Prez
Ferro
(bastardo)
=
Francisco
Rodrguez
de Matos
Luis Carvajal
y de la Cueva
Pedro Lpez
de Mendoza (cul ser
el parentesco?)
Francisco
Lpez
Leonor
Rodrguez
Luis
Lpez
Fulano
de Len
Luis
Pimentel
=
Francisco
Lpez
Antonio de
Carvajal
Francisca Nez
de Carvajal
600
601
(bastarda)
Agustina de
Manuel
Ana Mara
de la Rosa de Len
Nicols
Nez
Jos de la Rosa
(nieto de Ana
Mara de Len)
Varios hijos
Luis de
Carvajal
Lope
Catalina
de Salas
Jos
Nez
Juan
Nez
Jorge de
Almeida
Ana
= Carvajal
Leonor de
Francisca Nez
de Carvajal
Mariana de
de Carvajal
= Nez
Antonio
Daz
Leonor de
Cceres
= Quiones
Juana
Lpez
Isabel de
= Andrada
Gaspar
de Pastrana
Gabriela de
Herrera
Fray Gaspar
de Carvajal
de Matos
Francisco Rodrguez
= (?)
= Mara
Rodrigo
Nez
Toms
Manuel
Cristbal
Beatriz
Luis
=Fulano
Nieto
= (a) Pacheco
Diego Nez
Ana de Carvajal
o
Ana de Len
Mara de
Len
Cristbal
Miguel
Catalina
(?)
Miguel de
Carvajal
602
100
200
ESCALA EN KILMETROS
CASTELO
BRANCO
VISEU
MIRANDELLA
ASTORGA
MONTEMAYOR
VALLADOLID
SAHAGN
LEN
Regin de procedencia
de los sefardes neoloneses.
Alaminos, Antn de 17
lamo, condes del 399
lamo, Nuevo Len, villa del 386, 422,
462
603
604
vila, Espaa
vila, Alonso de 247
vila, Francisca de 278
vila, Francisco de 248
vila, Gonzalo de 247, 249, 526
vila, Magdalena de 254, 263, 264
Avino, Durango, minas de 48, 106, 108,
112, 172, 193, 195, 561
Bajo, el 174
Balbuena, Bernardo de 106
Balderas, Espaa 220
Baltimore 196, 285, 561, 596
Ballesteros, Fulano 244
Ballesteros, Juan Esteban de, ver: Esteban
de Ballesteros, Juan
Bancroft, Hubert Howe 28, 64, 70, 80, 82,
589
605
606
Bretn, cabo 56
Browne, Richard 56
Buena Esperanza, Coahuila, valle de 58
Buenavista, Coahuila 114, 256
Buena Vista, Morelos 473
Buena Vista, marqueses de 399
Bueno, Alonso 536, 545, 549, 562
Buenos Aires 97, 283, 349, 582, 587, 596,
598
607
Juan de
Carvajal, Leonor de 216, 224
Carvajal y de la Cueva, Luis 38, 39, 56,
59, 74, 76, 78, 83, 88, 97, 104, 110-114,
118, 121, 128, 132, 138, 141, 146, 152,
160, 161, 167, 171, 177, 180, 184, 190,
197, 198, 210, 211, 215-219, 224, 228,
230-234, 236, 244, 245, 248, 249, 251, 252,
262, 266, 268, 273, 274, 278-280, 285, 286,
292, 307, 310, 316, 332, 360, 366, 370,
414, 523, 524, 530-534, 541, 553, 555, 563565, 567, 593, 595
608
Cavite 225
Cavo, Andrs 70, 82, 591
Cearreta Buitrn, Pedro de 245
Cedral, San Luis Potos 54
Cedros, Zacatecas 54, 113, 479
Celaya, Guanajuato 175
Cerda, Juana de la, ver: Porcallo y de la
Cerda, Juana
Cerda Sandoval Silva y Mendoza, Gaspar
de la 467
Cermyno, Espaa 244
Cerralvo, marqus de, ver: Pacheco de
Osorio, Rodrigo
Cerralvo, Nuevo Len 25, 38, 37, 43, 86,
95, 97, 101, 120, 121, 130, 131, 191, 200,
251, 255, 274, 276, 307, 317, 347, 358-363,
364, 365, 367, 369, 370-372, 375, 376,
378-382, 386-388, 395, 396, 397, 401, 406,
410-412, 414, 415, 417, 419, 420, 423, 424,
427, 428-430, 432, 437-440, 442, 443, 450,
452, 455, 456, 462, 465, 479, 483, 484,
497, 502, 507, 526, 534, 536-538, 540-542,
544, 547, 549-552, 559, 563, 571, 572, 594
Cerrogordo, Zacatecas 89
Cervantes y Carvajal, Leonel de 428
Cervantes Saavedra, Miguel de 357
Cervantes de Salazar, Francisco 20, 30,
61, 62, 65, 578, 583
609
610
Drake, Francis 55
Duarte, don 223
Duarte, Gaspar 257
Duea, Diego de la 421
Duero, Espaa, ro 241
Dulce Anhelo de Jess, ver: Anaelo,
Coahuila
Duran, Antonio 339
Durango, Durango 53, 71, 72, 83, 94,
111, 113, 123, 175, 177, 194, 195, 254,
276, 291-293, 295-297, 299-301, 303-305,
321
611
612
275,
314, 315, 332, 359, 386, 404, 405, 411, 543,
549
272, 314,
527
Fernndez
Fernndez
Fernndez
Fernndez
lo 579
Fernndez
248, 573
Galindo Chvez y Pineda, fray Felipe 448, 482, 485, 489, 562, 566
Galvn, Susana 239, 242
Galve, conde de, ver: Gaspar de la Cerda
Sandoval Silva y Mendoza
Galveston, baha de 31
Glvez, fray Antonio 187
Gallegos, Jos Ignacio 71, 592
Gallegos, Juan 312
Gallo, Zacatecas, rancho el 54
Gamn, Martn de
105-107, 109-111,
194
Garca,
Garca,
Garca,
Garca,
Garca,
Garca,
613
246
449, 464,
482, 543
Garca
Garca
Garca
Garca
Garca
421
Garza,
Garza,
Garza,
Garza,
614
615
616
Huastepec 217
Huelva, Espaa 266, 311
Huelva, Diego de 267
Huichilapa 278
Huichapan, Hidalgo 258, 384, 397, 398,
531
355
146,
220,
312,
402,
147,
223,
313,
565,
149,
225,
337,
569,
162,
230,
348,
578,
176,
236,
355,
579,
617
618
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
Lpez,
593
619
Lucas, indio 42
Lucas, Alonso 264, 265
Lucas el Bueno, Alonso 159, 264, 323, 359,
367, 438, 536, 549, 562
Macao 225
Maciel, Adrin 371
Machorro, Salomn, ver: Pacheco de
Len, Juan
Madrid, Espaa 38, 64, 65, 69, 74, 89,
123, 126, 144, 157, 186, 190, 201, 203-205,
219, 229, 232, 233, 242, 283, 353, 357,
400, 402, 419, 438, 486, 515-517, 519-521,
534, 542, 543, 562-565, 569, 571, 582, 583,
585-587, 589, 590, 592, 595, 596, 600, 602,
603
620
Marruecos 267
Martn, Blas 159, 266
Martn, Catalina 266
Martn, Cristbal 159, 266, 286, 592, 600
Martn, Esteban 277, 340
Martn, Francisca 266, 271
Martn, Juan 266, 432, 433
Martn, Norman F. 175, 206, 596
Martn de Guadacanal, Juan 266
Martn de Leiva, Cristbal 266
Mecham, J. Lloyd 54, 71, 110, 189, 192194, 206, 207, 296, 298, 301, 597
Medina, Bartolom de
439, 573
Medina,
Medina,
Medina,
Medina
621
622
Missouri, ro 173
Mitras, Nuevo Len, sierra de las 164,
211, 358, 377
Mizteca, la 252
Mogadouro, Portugal 114, 122, 123, 196,
216, 217, 220, 223, 232, 233, 241, 527,
528, 566
Mujeres, ro de las 53
Muoz, Ana 241
Muoz, Diego 265, 268
Muoz, Miguel 268
Muoz, fray Pedro 504
Muoz de Zayas, Juan 53, 72
Murcia, Espaa 219
623
Natchitoches 497
Nautla, Veracruz 19
Nava, fray Cebrin de 89, 90
Nava, Juan de 241
Nava, Jos, ver: Nava, Juan Jos de
Nava, Juan Jos de 493
Navarro, Juan 107, 250, 256, 269
Navarro el Mozo, Juan 269
Navidad, real de, ver: Charcas, San Luis
Potos
Nazas, ro de las 53
Nayarit 123
New Spain, ver: Nueva Espaa, reino de la
New Vizcaya, ver: Nueva Vizcaya, reino
de la
Nieremberg, Juan Eusebio de 355
Nieves, Zacatecas 48, 108, 113, 159, 172,
173, 175, 177, 193, 259, 261, 272, 279,
314, 570
624
Nez, Francisca 134, 216, 220, 221, 230232, 237, 238, 242, 246, 600, 601
218, 226,
287, 526
625
Ocampo, Gonzalo de 22
Ocaas, Diego de 219
Ocoa, puerto de 237
Ochoa, Nicols de, ver: Ochoa de Elejalde, Nicols
Ochoa de Elejalde, Nicols 548
Ochuse, ro 50, 68
OGorman, Edmundo 290, 302, 570, 575
Ohio, ro 173
Ojea, fray Hernando de 213, 600
Ojo de agua de los indios, Nuevo
Len 87
Ojo de Agua de los Lampazos, ver:
Lampazos de Naranjo, Nuevo Len
Ojos, Nuevo Len, los 87, 93, 113, 132, 360
Ojos de Santa Luca, villa de los, ver:
Monterrey, Nuevo Len
Oklahoma 43, 521
Olid de Biedma, Luis 250, 531
Olivares, Juan de 405, 432, 547
Olmo, Joseph del 571
Olmos, fray Andrs de 28, 38, 39, 49, 50,
51, 58, 69, 566, 571, 597
626
38, 45, 50, 59, 64, 65, 68, 71, 74, 143, 179,
211, 353, 355, 416, 417, 430
Pnuco, Zacatecas 54
Papagayos, Nuevo Len, sierra de 371,
420
Papasquiaro, Durango 53
Pramo, fray Toms de 508
Parida, Zacatecas, La 54
Pariguaras, indios 463
Pars 517, 575-578, 580, 591, 594, 600, 602
Parral, Chihuahua 77, 93, 187, 346, 376,
379, 383, 430, 465, 494
Prez,
Prez,
Prez,
Prez,
Prez,
Prez,
Prez,
Prez,
Prez,
600
627
Petrarca 357
Petrona, ver: Ruiz, Petronila
Pez, Andrs del 66, 583
Phillips, Miles 73, 197
Picachos, Nuevo Len, sierra de 468
Picado Pacheco, Francisco 402
Piedra Blanca, Nuevo Len 79
Piedra Parada, Nuevo Len 79
Piln Chico, Nuevo Len, ro 393
Piln, hacienda de, ver: Montemorelos,
Nuevo Len
Piln Grande, Nuevo Len, ro del 418,
454, 551
628
Plymouth 55
Puana, Durango, valle de la 266
Ponce, Juan 86
Ponce, Rodrigo 111
Ponce de Len, Francisca 272, 314
Ponce de Len, Hernn 159, 272
Ponce de Len, Juan 17-19
Porcallo, Lorenzo, ver: Porcallo y de la
Cerda, Lorenzo
Porcallo, Mara, ver: Cerda o Porcallo,
Mara de la
Porcallo, Mara, ver: Porcallo y de la Cerda, Mara
Porcallo, Vasco 272
Porcallo y de la Cerda, Juana 100, 103,
112, 114, 272, 275, 313, 314
Radcliffe 57
Ramrez el Viejo 20, 29
Ramrez, Francisco, ver: Rodrguez, Baltasar
Ramrez, Francisco 221, 536
Ramrez, Jos Fernando 600
Ramrez, Juan 273
Ramrez de Barrionuevo, Diego 142, 251
Ramrez Cortoya, Hernn 273
Ramrez Zamorano, Diego, sacerdote 130, 142, 183, 273
Ramrez Zamorano, Diego, soldado 273
Ramn, Regino F. 82, 83, 88, 189, 600
Ramones, Nuevo Len, Los 43, 131
Ramos, Zacatecas, minas de los 322
Ramos, Nuevo Len, ro de 492
Ramos Arizpe, Coahuila 256, 257, 260,
261
629
500
Rodrguez,
Rodrguez,
Rodrguez,
Rodrguez,
630
Rojas, Paulino 66
Rojo, mar 212
Rojo, Santos 257, 276
Roldn, Fulano 159
Roma 40, 41, 222, 579
Romero, Francisco 237
Romero, fray Gaspar 421
Romero, Juan 276
Romero, Pedro 276, 359
Rucias, Tamaulipas, sierrita de las 32, 33
Ruecking, Frederick Henry 16, 601
Ruiz, Antonio 433, 557
Ruiz, Juan 276, 359
Ruiz, Juan Bautista 433
Ruiz, Petronila 243, 567
Ruiz, Rodrigo 411
Ruiz de la Mota, Jernimo 220
Ruiz de Benavides, Francisco 318
Ruiz Colmenero, Juan 427
Ruiz de Rivera, Diego, ver: Rodrguez de
Rivera, Diego
Ruiz de Zavala, Ochoa 322
631
632
San
San
San
San
San
San
San
San
San
San
207,
372,
465566,
131, 269,
633
Santa Mara de los Angeles del Ro Blanco, ver: Aramberri, Nuevo Len
Santa Mara de las Charcas, ver: Charcas, San Luis Potos
Santa Mara de las Nieves, ver: Nieves,
Zacatecas
Santa Mara de las Parras, ver: Parras,
Coahuila
Santa Mara, fray Vicente 80, 187, 446,
448, 457, 459, 461, 470, 506, 507, 509,
512, 580, 584
Santander, ro 28
Santa Teresa, San Luis Potos 54
Santa Teresa del Alamillo, Nuevo
Len 422
Santiago, apstol 81, 95
Santiago de la Candela, misin de, ver:
Candela, Coahuila
Santiago de Cuba 67, 566
Santiago de Chile 196, 515, 597, 602
Santiago, Luca de 279
Santiago, Zacatecas, minas de 544
Santiago del Ojo de Agua del Saltillo,
presidio de 86, 88
Santiago de las Sabinas, ver: Sabinas Hidalgo, Nuevo Len
634
Sherwood, John 57
Siba, ro de 32
Sich, Quertaro 126, 127, 269
Sierra Azul, Tamaulipas 68
Sierra Gorda 130
570-572
Sosa,
Sosa,
Sosa,
Sosa,
Sosa,
Sosa,
Sosa,
635
Tampico, ro de 50
Tampuxi, Tamaulipas 120, 251
Tanchipa, Tamaulipas 130, 564
Tancolol, Tamaulipas 241, 250-252
Tanchoy, Tamaulipas 130
Tanquin, Tamaulipas 196, 217, 564
Tantoyuca, Tamaulipas 472
Taos 156, 268
Tapia, Amador de 252
Tapia, Gaspar de 106-109
Tapia, Ins de 243, 567
Tapia, Juan de 384
Tapiezuelas, Nuevo Len, Las 182, 254,
343
Temistln 24
Tenerife, isla de 241
Tenochtitln-Mxico, ver: Mxico, Distrito
Federal
Tenorio, Juan 278
Tenorio, Jusepe 278
Tenorio, Mateo 278
Tenorios, los 279
Tepeaca, Puebla 20
Tepeguanes, indios, ver: tepehuanes, indios
Tepehuanes, indios 370-373
636
Tepeque, ro de 39
Tepetitln 384
Tepotzotln, Estado de Mxico 496
Tercera, isla, ver: Terceira, isla
Terceira, isla 104, 224
Ternaux-Compans, Henri 298, 569, 575,
577
637
Verdugo, Francisco 36
Verdugo de Vega, Diego 107
Vergara, Espaa 321, 464
Vergara, Domingo de 233
Vergara y Mendoza, Juan Francisco
de 452, 463, 469, 481, 482, 549
Vrtiz, Bernardo de 411
Vetancourt, fray Augstn de, ver: Bctancourt, fray Agustn de
Vicente, indio 465
Victoria Carvajal, Juan de 158, 248, 252
Victoria Garayana 18, 21
Vidagaray, Domingo de 478
Vidaurri, Santiago 76
Viejo Mundo, ver: Europa
Vignau, Vicente 521
Vilaplana, fray Hermenegildo 497
Villa de Cos, Zacatecas 54
Villa, Juan de, ver: Villafranca Juan de
Villa Jurez, Tamaulipas 59
Villafae, ngel de 41, 48, 71
Villa Flor, Portugal 218
Villafranca, Juan de 249, 279
638
Waco 43
Wagner, Henry R. 63, 516, 586
Waldseemller, Martn de 26
Wells, Joseph K. 592
West Indies, ver: Indias, Las
Zacatecas
550
639