Ejemplos de Ensayos Literarios
Ejemplos de Ensayos Literarios
Ejemplos de Ensayos Literarios
el vaco; recoge una parcela de energa, mientras la casi totalidad se esparce en una
inmensa circular oleada, que se debilita a medida que se abre, hasta desvanecerse en las
orillas del infinito.
Soemos con los soles inaccesibles, y soemos tambin con otras energas: las que nos
rozan sin vernos, o nos acarician y quiz nos matan, las innominadas habitantes de la
sombra. Ayer ignorbamos que exista la electricidad, esa alma de la materia. Que todo lo
que vamos descubriendo nos sirve de sonda para lo que an ignoramos! No pretendamos
envolver con los sentidos, pobre red de cinco hebras, la enigmtica realidad. Los ms
nobles pensadores, despreciando el frvolo escepticismo de los que no ven ms all de su
microscopio, escuchan con religioso silencio los pasos de la Idea, que viene acercndose,
y lo esperan todo de lo que no nos ha engaado nunca. Tengamos conciencia de nuestro
destino. Alcemos nuestra ambicin hasta tocar el firmamento con la frente. Que nuestra
mano o nuestro pensamiento detenga la naturaleza que pasa. Mas no nos equivoquemos
y creamos que nuestras armas son perfectas, y nosotros mismos, dignos enteramente de
la lucha divina.
Corazones generosos laten bajo andrajos de mendigo. Talentos insignes agotan sus
facultades en la miserable caza del pan. El genio muere desesperado o no nace. Los
grmenes sucumben. La mole de la imbecilidad y de la maldad general es demasiado
pesada. Antes de escalar el cielo y de encarcelar las energas del abismo, hay que libertar
esas otras energas sagradas que sufren en el fondo de la sociedad. Es necesario que
extiendan las alas, y que reinen sobre el mundo, como reina el espritu sobre la carne, en
aquellos que son algo ms que carne. Entonces, miraremos las tinieblas cara a cara, y
diremos:
Somos la verdad.
Tanto gobiernos como industrias estn al tanto del dao que le estn causando a
nuestro nico hogar y si bien algunas empresas buscan evitar este dao otras
simplemente ignoran todo esto y siguen realizando ms dao aun a nuestro
planeta. El problema de que no actuemos ahora mismo para prevenir catstrofes
futura ya se est presentando con los grandes cambios climticos que ha
presentado la tierra en los ltimos aos desde el gran terremoto en Mxico hasta
el gran tsunami en Japn. Qu es un ensayo, Caractersticas, Tipos y Ejemplos.
Tanto el gobierno como la sociedad y las industrias debemos dar ms importancia
a este problema ya que a futuro afectara la vida de nuestros futuros nietos, hijos y
incluso a nosotros, tenemos mucho que aprender como sociedad para poder
enfrentar este tipo de problemas y evitar con anticipacin catstrofes de los cuales
podamos arrepentirnos en el futuro.
Ensayo argumentativo
Jos Ortega y Gasset fue uno de los ms importantes filsofos y ensayistas
espaoles del siglo pasado.
A continuacin presentamos un extracto de su obra La rebelin de las masas, el
cual constituye un excelente ejemplo de un ensayo argumentativo.
La rebelin de las masas.
El hecho de las aglomeraciones.
Hay un hecho que, para bien o para mal, es el ms importante en la vida pblica
europea de la hora presente. Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno
podero social. Como las masas, por definicin, no deben ni pueden dirigir su
propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre
ahora la ms grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer. Esta
crisis ha sobrevenido ms de una vez en la historia. Su fisonoma y sus
consecuencias son conocidas. Tambin se conoce su nombre. Se llama la rebelin
de las masas. Para la inteligencia del formidable hecho conviene que se evite dar
desde luego a las palabras "rebelin", "masas", "podero social", etc., un
significado exclusiva o primariamente poltico. La vida pblica no es slo poltica,
sino, a la par y aun antes, intelectual, moral, econmica, religiosa; comprende los
usos todos colectivos e incluye el modo de vestir y el modo de gozar.
Tal vez la mejor manera de acercarse a este fenmeno histrico consista en
referirnos a una experiencia visual, subrayando una faccin de nuestra poca que
es visible con los ojos de la cara.
Sencillsima de enunciar, aunque no de analizar, yo la denomino el hecho de la
aglomeracin, del "lleno". Las ciudades estn llenas de gente. Las casas, llenas
de inquilinos. Los hoteles, llenos de huspedes. Los trenes, llenos de viajeros. Los
cafs, llenos de consumidores. Los paseos, llenos de transentes. Las salas de
los mdicos famosos, llenas de enfermos. Los espectculos, como no sean muy
extemporneos, llenos de espectadores. Las playas, llenas de baistas. Lo que
antes no sola ser problema empieza a serlo casi de continuo: encontrar sitio.
Nada ms. Cabe hecho ms simple, ms notorio, ms constante, en la vida
actual? Vamos ahora a punzar el cuerpo trivial de esta observacin, y nos
sorprender ver cmo de l brota un surtidor inesperado, donde la blanca luz del
da, de este da, del presente, se descompone en todo su rico cromatismo interior.
Qu es lo que vemos, y al verlo nos sorprende tanto? Vemos la muchedumbre,
como tal, posesionada de los locales y utensilios creados por la civilizacin.
Apenas reflexionamos un poco, nos sorprendemos de nuestra sorpresa. Pues qu,
no es el ideal? El teatro tiene sus localidades para que se ocupen; por lo tanto,
para que la sala est llena. Y lo mismo los asientos del ferrocarril, y sus cuartos el
hotel. S; no tiene duda. Pero el hecho es que antes ninguno de estos
establecimientos y vehculos solan estar llenos, y ahora rebosan, queda fuera
gente afanosa de usufructuarlos. Aunque el hecho sea lgico, natural, no puede
desconocerse que antes no aconteca y ahora s; por lo tanto, que ha habido un
cambio, una innovacin, la cual justifica, por lo menos en el primer momento,
nuestra sorpresa.
Sorprenderse, extraarse, es comenzar a entender. Es el deporte y el lujo
especfico del intelectual. Por eso su gesto gremial consiste en mirar al mundo con
los ojos dilatados por la extraeza. Todo en el mundo es extrao y es maravilloso
para unas pupilas bien abiertas. Esto, maravillarse, es la delicia vedada al
futbolista, y que, en cambio, lleva al intelectual por el mundo en perpetua
embriaguez de visionario. Su atributo son los ojos en pasmo. Por eso los antiguos
dieron a Minerva la lechuza, el pjaro con los ojos siempre deslumbrados.
La aglomeracin, el lleno, no era antes frecuente. Por qu lo es ahora?
Los componentes de esas muchedumbres no han surgido de la nada.
Aproximadamente, el mismo nmero de personas exista hace quince aos.
Despus de la guerra parecera natural que ese nmero fuese menor. Aqu
topamos, sin embargo, con la primera nota importante. Los individuos que integran
estas muchedumbres preexistan, pero no como muchedumbre. Repartidos por el
mundo en pequeos grupos, o solitarios, llevaban una vida, por lo visto,
divergente, disociada, distante. Cada cual individuo o pequeo grupo
ocupaba un sitio, tal vez el suyo, en el campo, en la aldea, en la villa, en el barrio
de la gran ciudad.
Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie de aglomeracin, y nuestros ojos ven
dondequiera muchedumbres.
Dondequiera? No, no; precisamente en los lugares mejores, creacin
relativamente refinada de la cultura humana, reservados antes a grupos menores,
en definitiva, a minoras.
La muchedumbre, de pronto, se ha hecho visible, se ha instalado en los lugares
preferentes de la sociedad. Antes, si exista, pasaba inadvertida, ocupaba el fondo
del escenario social; ahora se ha adelantado a las bateras, es ella el personaje
principal. Ya no hay protagonistas: slo hay coro.
El concepto de muchedumbre es cuantitativo y visual. Traduzcmoslo, sin
alterarlo, a la terminologa sociolgica. Entonces hallamos la idea de masa social.
La sociedad es siempre una unidad dinmica de dos factores: minoras y masas.