Literatura - Eduardo Pons, El Mensaje de Otros Mundos
Literatura - Eduardo Pons, El Mensaje de Otros Mundos
Literatura - Eduardo Pons, El Mensaje de Otros Mundos
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21
37
Apostillas a un m e n sa je ..............................................
40
Apndices, 46.
COLECCIN DOCUMENTO
Direccin: Rafael Borrs Betriu
Consejo de Redaccin: Mara Teresa Arb,
Marcel Plans, Carlos Pujol y Xavier Vilar
49
57
201
213
216
220
Apndice, 226.
238
251
fisilogo ingls
13
PRLOGO
profesora universitaria
15
2.
All por el ao 165 d. J.C ., el escrito r griego Luciano de Sam osata
escribi una historia verdadera, en la cual re la ta un viaje a la L una...
L os m undos del universo de Luciano estaban habitados y el a u to r supo
n a la presencia de inteligencia e x tra te rre stre e n todas partes.
16
17
de
de los
Ros
sangre,
sangre...
Espaa no tiene otra moneda...
Toda la sangre de Espaa
por una gota de luz!
INTRODUCCIN
Len F elipe
21
S obre
la
manipulacin
22
23
24
25
26
27
30
32
33
2EL MENSAJE DE OTROS MUNDOS
35
36
Q uiines som os
N uestros deseos
N uestra advertencia
39
APOSTILLAS A UN MENSAJE
/ :XiP
40
^ *
43
4. Vase el apndice 3.
44
45
A p n d ic e s
46
G loria Prades uo
(Valencia, 1896-Francia,
1972). Era la clsica
compaera del luchador
sindicalista, actuando
las ms de las veces
en el anonim ato, pero cuya
presencia en las lides
obreristas era
valiosisim a. Fue
telefonista en cap
de la Consellerla
de Treball de la Generalitt
desde 1932 a 1939.
48
UN VIAJE IMPREVISTO
(Noche del 31 de agosto al 1 de setiembre de 1981)
55
57
58
59
C o m un idad es
h u m a n a s s in base f a m il ia r
Prim er tram o del camino forestai, que recorr lentamente con el coche,
pese a ser terrena privado del Estado y estar prohibida la entrada.
Punto del cam ino donde se me qued parado el coche y se me apagaron los faros...
U na fraternidad universal
62
63
una pareja procrea, los dos, o uno de los dos, desea ser
destinado al planeta donde se est formando el nio, se
le dar ese destino sin demora. Porque la comunidad tiene
que respetar siempre los deseos ntimos de la persona,
m ientras sta sepa armonizar sus deseos con su labor. Lo
entiendes ahora?
No del todo, porque, segn veo, en vuestro mundo
reina tal libertad individual que no concibo cmo pueden
cumplirse unas mnimas obligaciones hacia la comunidad.
Porque alguna obligacin tendr el individuo con respec
to a la comunidad. O no?
Claro que las tiene. Pero no es una obligacin, segn
lo entendis los terrqueos, sino una vivencia personal
que est orientada, en un momento determinado, por lo que
podramos llam ar el planning de la comunidad uni
versal...
Y quin m aneja ese planning? cort yo.
Bueno, en realidad se trata de una red de computado
ras-coordinadoras. ..
Nosotros a eso lo llamaramos burocracia robotizada cort de nuevo, con una punta de insolencia (de la
que, en verdad, me avergonc en el acto). Algo realmente
espantoso de imaginar agregu, al menos para los te
rrqueos amantes de la libertad.^
Coneso que ca una vez ms no sera la ltim a
en una de las tantas frases hechas nuestras. Porque si
en aquel momento, a ellos les da por preguntarme a qu
clase de libertad aluda, seguro que me hubiesen puesto
en un aprieto, ya que los progresistas hemos cado en
la tram pa que nos ha tendido los retrgrados: la de re
ferim os a la libertad \y a tantas otras cosas ms!
siempre en trminos abstractos. Cuando de lo que debe
ramos hablar siempre es de las libertades fundamentales,
concretas, de la persona humana, que son las que, herma
nadas, forman la Libertad. Como ms tarde me recalcaran
ellos,
Eso sera cierto si las manejasen tan slo los elegi
dos o los privilegiados.^ Pero all no tenemos ni de lo uno
ni de lo otro. All todos, sin excepcin, estamos en dispo
sicin de pasar por los tableros de mando de las coordi
nadoras, ya que es algo que aprendemos desde muy j
venes en la escuela. Hay que sealar tambin que noso8- Viajase el a p n d ic e 3.
9. V ase el a p n d ice 4.
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64
65
3 p.r. MP.NSA.TP. np OTROS
mundos
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s ie m p r e algo ir r e v e r s ib l e ?'^
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E l s il e n c io :
u n a c l a v e p a r a l a s u p e r v iv e n c ia
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De pronto se ilum in se inund de luz la parte
derecha del tx>squecillo. Era un verdadero mar de luz,
en el que, si bien preponderaba el blanco, tambin se perciban
franjas de color rosa y naranja. Aunque, por instantes,
en los rayos de luz se entremezclaban m ultitud de colores
d ifcile s de definir..., asi que m encamin hacia
el lugar de donde pareca brotar aquella luz...
P r im e r
d o cum en tal en c o l o r
AA,
Ki
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Tard poco ms de un m inuto en llegar a las lindes de un prado, que es donde nada
la luz, y desde a ll empec a d isting u ir la silueta de una enorme nave espacial.
De unos 50 a 75 m etros de anchura. La luz sala de la parte de arriba
y de la parte baja de la nave. A si que salt del camino al prado y me qued como
encantado..., al tiem po que los dos haces de luz se apagaban lentamente, o una voz
en correcto castellano, con tono cantarn, algo m usical
que me d ijo : No temas. Acrcate, por favor.
Entonces me acerqu
a la nave, cuya base
estaba ahora
iluminada por
un potente foco
de luz blanca y rosa,
que pareca brotar
de una puerta abierta
en su bajo vientre,
de la que no tard
en sa lir una especie
de rampa.
El
a r m o n io s o ord en c sm ico e n p e l ig r o
impresiones en mi memoria. Y muchos de aquellos signospalabras deb lomarlos como demostraciones de alborozo.
No obstante, al observar cmo aquellas gentes se manifes
taban en ese sentido, record en seguida la efusiva forma
de sobamos que nosotros, los mediterrneos, solemos prac
ticar cuando nos despedimos de personas queridas o nos
encontramos con ellas.
C on
u n a t r i b u c e n t r o a m e r ic a n a
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L o s BORBONES
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C.tNOELERO
A lgo
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m . s so b r e m is in t e r l o c u t o r e s
95
conmigo uno de esos aparatitos de fotografiar miniaturizados que pueden ser escondidos debajo de la solapa
de la chaqueta. De esta forma podra haber fotografiado
docenas de miradas de campesinos, de campesinas, de pas
tores, de carboneros, de guardas jurados incluso, que cons
tituyeron la muda respuesta a ciertas preguntas mas. Con
esas fotos, limitadas al par de ojos de cada entrevistado
que me dio, repito, la callada por respuesta, hubisemos
podido ilustrar muchas pginas que, a no dudar, resultaran
entre las ms elocuentes, con mi pregunta primero, en
letra impresa, y debajo un recuadro con la correspondien
te respuesta ocular...
Las caras de mis interlocutores masculinos extraterres
tres eran ms alargadas que las nuestras, con el mentn
algo ms prominente que el corriente por estas latitu
des. Pero sus proporciones eran siempre armoniosas. El
de los pmulos salientes tena un aire oriental y era el ms
bajito de todos: 1,75 m o poco ms. Sus labios eran menos
carnosos que los de las fminas y los rostros varoniles pa
recan recin afeitados. A ratos se me aparecan como
autnticas figuras de cera. Las orejas eran tambin alar
gadas y pegadas a la cabeza.
Me explicaron que la funcin de or era muy impor
tante para ellos, no slo por el alcance de la percepcin de
sonidos, sino tambin para escuchar el silencio. Esto me
lo dijeron una y otra vez, sin duda para que yo me perca
tase bien de lo importante que era para ellos la ausencia
de ruidos, recalcndome que la transmisin de ese silencio
hacia su organismo ejerca en sus cuerpos una influencia
altamente tonificante y revitalizadora, sin parangn con
cualquier tipo de tratamiento preventivo, en la por tanto
extensa gama de las que disponen, y usan, para mantener
sus vidas en eso que los terrqueos llamamos buena for
ma. Si bien nosotros nos referimos ms concretamente a
la forma fsica, mientras que en ellos tiene unos alcances
mucho ms dilatados.
Sus brazos y sus piernas me parecieron ms largas, y
esto es algo que tambin comprend perfectamente al des
cubrir que andaban mucho y que hacan mucho ejercicio
durante las exploraciones montaeras o submarinas. Aimque nosotros me dijeron con una punta de irona no
escalamos cimas para colocar all banderitas o emblemas.
Nosotros preferimos ir subiendo lentamente y descubrir
a las gentes que viven en esas montaas, conocer su clase
96
y
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4 /
R.L.C.
l c o n t a c t o d e f in it iv o
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101
102
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A lo lejos, a 6-7 m, al fondo de la sala, a mi derecha, percib a cuatro
tripulantes ms, que se movan frente a una gran pantalla rectangular,
en la que no cesaban de encenderse y apagarse luceclllas de todos los colores,
com o si estuviesen m anipulando botones en aquel inmenso tablero de mandos
que se encontraba al pie de la pantalla luminosa. Ms tarde me acercara
a ella y me daran toda clase de explicaciones sobre la misma.
J; . .
De pronto me hicieron
notar invitndome
a acercarme al gran
ventanal que la
cpula de la nave
se haba separado
de ella. Se encontraba
suspendida en el aire
a pocos metros.
Y por la parte superior
de la nave por el
agujero dejado
por la cpula ,
en cosa de segundos,
salieron las dos
pequeas naves
circulares que yo
haba visto poco antes
dentro de la gran nave.
Poco despus,
la cpula volva
a acoplarse a ella.
^L.r.
Su TICA DE NO INTERFERENCIA
Es cierto, podramos hacer algo respondieron,
para demostrar nuestro poder. De hecho, como luego
podrs ver, alguna vez hemos ayudado a gentes de la Tierra.
104
105
x t r a t e r r e s t r e s e n u n p o b l a d o m a r t im o e s p a o l
Peq ueo
b a m b o l e o e s p a c ia l
R apto s
de ter r q u eo s
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Tngase en cuenta que el mensaje que me confiaron los tripulantes de la nave espacial
e xtraterrestre Luz del Cosmos, lleva fecha 31 de agosto de 1981. Y que aunque en l
no ss cita a la superpotencia directam ente y a la que se acusa de transportar
artefactos altam ente destructivos por el Cosmos , para alguien medianamente in fo r
m ado de lo s asuntos internacionales saltaba a la vista que la potencia en cuestin era
lo s Estados Unidos de Norteam rica. Para llegar a tal conclusin basta con recordar el
planning de las innovaciones en materia de armamento.
A lo largo de casi cuarenta aos desde los bombardeos atm icos contra Hiroshim a y
Nagasaki , en todo m om ento, han sido los norteam ericanos quienes han marcado la
pauta del progreso blico. Y la equiparacin en los descubrimientos de nuevas
arm as por parte de los soviticos ha surgido a veces hasta siete y ocho aos ms tarde.
Esto, naturalm ente, en lo que se refiere a los medios altamente destructivos conocidos.
Pues bien, en menos de m edio ao, con estas dos noticias de prensa (Diario-16, de
M adrid, del 16111901, y La Vanguardia, de Barcelona, del 5 31982), se confirm aban
plenam ente las afirm aciones contenidas en el mensaje de los miembros de la Arm o
niosa Confraternidad Universal: que la superpotencia que ponia en peligro la paz del
Cosm os era los Estados Unidos de Norteamrica y que la otra superpotencia la
Unin Sovitica no tardara en reaccionar, contribuyendo asi a la increm entacin del
pe ligro ya sealado, sin olvidar los que ya corre el planeta Tierra desde hace bastantes
aos.
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T ramo final
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144
DOCUMENTOS ANEXOS
Barcelona, l/IX/1981
Querido Juan (Garca Atienza, de Madrid) ;
No sera prudente, creo, que te dijese ms cosas por carta.
Estoy profundamente emocionado por algo que me ocurri,
en pleno Pirineo, anoche, cuando regresaba a Espaa, desde
Francia, por carretera. Estoy pasando a mquina mis impre
siones. Tengo la sensacin de haber vivido ms en pocas horas
que en mis casi 61 aos de vida terrenal. Y creo que me van
a salir miles de cuartillas, que en su da te dar a leer. Por
favor, no digas nada a nadie hasta que nos veamos.
Pero, mientras tanto, dime lo que te dice fluido csmico
y el dibujo que te adjunto. Es vm emblema que llevaban (de
ese tamao, aproximadamente) lo que yo llamar siempre los
caballeros del espacio. Fue algo fantstico y experiment una
indecible felicidad, nimca experimentada y que slo crea poder
sentir si supiese un da que el hombre haba vencido, definiti
vamente, a la muerte y que la vida se consagra a las infinitas
maravillas que el Universo contiene. Gracias y... im fraternal
abrazo, Eduardo. (Nota: Por favor, ni ima palabra a nadie.)
Madrid, 19/IX/1981
Querido Eduardo:
Ha llegado hoy carta tuya despus de varios das de silen
cio en los que, por cierto, yo tambin estuve fuera, haciendo
con los de Televisin un programilla por Cantabria. Ahora,
recin llegado, llega tambin tu carta en la que me cuentas
que has vuelto al sitio, que has sacado fotos para recuerdo
tuyo, no para prueba y colijo que ests escribiendo el men
145
deseando que lo digas. Y te lo recomiendo, porque creo fimdamental haber asimilado primero la razn de la sinrazn de
todas estas cosas antes de lanzarse a proclamarlas. Cuando
me dijiste que era a m el primero a quien se lo contabas, me
tranquilic. Ahora empieza a preocuparme la necesidad que
sientes de proclamar el mensaje. No te digo que no lo hagas,
sino slo que esperes un poco ms. Recuerda que las cosas
te han venido sin comerlo ni beberlo. Que ahora tienes que
asimilarlas. Y asimilarlas de veras, porque no basta con que t
creas que las has asimilado.
Ya s que es tremendamente difcil hacerme caso en tu
circunstancia vital inmediata. Ya s que t slo sientes la ne
cesidad de proclamar que te han dicho que debes procla
mar. Y que eso que te han dicho te parece bueno, ptimo: lo
mejor que puede haberte sucedido en toda tu vida. Luego
dirs, por qu callarlo?
No es una carta el lugar ms a propsito para darte en
detalle las razones, porque hara falta ^hace falta sentarse
uno frente al otro y decirse todo y preguntarse todo y poner
los pros y los contras y calibrar cada movimiento, cada pala
bra, cada sentido aparente de las cosas. Pero, a modo de acla
racin, te voy a poner un ejemplo. T me dices en una de las
cartas que, en el mensaje, te hablan de cmo los americanos
estn a punto de organizar el fin del mundo y de cmo, en
cierto modo, t has sido elegido precisamente por tu acerca
miento al pueblo y por tus ideas polticas de toda la vida. Ya
s que no es exactamente as, pero por ah van los tiros, no?
Bien, pon atencin: s de otros casos que ahora s que son
tan verosmiles o tan verdicos como pueda serlo el tuyo en
los que han proclamado exactamente lo contrario... con las
mismas o casi iguales palabras, slo que volviendo la tortilla
hacia la proclamacin ms o menos velada de un estado auto
ritario que termine con los peligros de la democracia y con
todas esas zarandajas. Mensajes que, casi con las mismas pa
labras, volvan la tortilla hacia el fascismo... en personas que,
al recibirlo, eran de una ideologa mucho ms acorde con esa
tendencia de lo que, lgicamente, podras serlo t. S incluso
de mensajes en los que se ha recomendado felicitar pblica
mente a los americanos por sus ltimas victorias espaciales.
Y en las que los presuntos caballeros del espacio muy par(>
cidos a como t los describes, incluso hablando con una musi
calidad como la que t me cuentas han proclamado la
necesidad de establecer un orden nuevo que termine de una vez
con los desbarajustes a los que puede conducir la libertad
(libertinaje) que sufre el hombre.
Yo s muy bien, Eduardo, que no ests en condiciones ahora
de comprender lo que quiero decir, porque ests lgicamente
influido por im shock muy fuerte que te ha antepuesto su irnportancia a cualquier posibilidad de calibrar las cosas. Preci-
146
147
social
Psicoterapia familiar
de la adolescencia
A p n d ic e s
1.
Vase, con esta relacin, el gran esfuerzo solidario que
deberamos realizar para que las diversas comunidades de la
Tierra conociesen ima vida digna, libre y feliz:
1. Q uiere decir la s nueve de la noche del l-IX-1981.
148
149
su ALUaNANTE
niMpKiOiA^I ^
Kuwait .
Suiza
Suecia .
Dinamarca
Estados Unidos
Alemania Federal
14 890 dlares
12100
10 210
9 920
9 590
9 580
Nepal (Asia)
Mal (Africa) .
Etiopa (Africa)
Bhutn (Africa)
Laos (Asia) .
Bangladesh (Asia)
120 dlares
120
120
100
90
90
4.
La voz pudo haber aadido: como ocurre en vuestro
planeta, pero no lo hizo. Es ms: siempre que la conversa
cin tomaba unos giros que daban pie a censurar o a criticar
a las gentes de la Tierra o hacer simples comparaciones
ellos orillaban casi siempre la censura o la crtica, se limitaban
a insistir en sus puntos de vista, o sencillamente se callaban.
Hasta ese punto llega, en ellos, lo que Cari Sagan llama la
tica de no interferencia. Por otra parte, ellos, como yo, sa
ban perfectamente que, en las actuales circunstancias, toda
comparacin estara desfasada, sera gratuita y, por aadi
dura, lo nico que podra haber originado entre nosotros era
confusin y malentendidos. (Detalle curioso : ese personaje mis
terioso del Verano azul, del que ya hablamos, al discrepar
con jvenes interlocutores con relacin al nombre del primer
hombre que existi en la Tierra, haciendo gala de una intasable bondad, les dice a los muchachos: Bueno, si queris,
vosotros podis seguir llamndolo Adn.)
5.
Su mundo: una sociedad socialista. Tambin me ha
blaron del sistema en que ellos viven. Es lo que podramos
llamar, vamos, lo llamara yo, que no entiendo mucho de po
ltica, un socialismo sueco. Mejor dicho todava: un socialismo
donde todo el mundo trabaja para todo el mundo, pero hay
una serie de clases que cuando se pasa del socialismo al comui'.ismo ya no las hay. El jefe es el jefe, pero no es nada
ms que eso, no es el seor que est con el ltigo detrs de
la gente. Entre ellos no existe el t y el usted. Tampoco existe
la diferencia tremenda que hay aqu entre un ingeniero y el
seor que est poniendo los ladrillos. La enseanza es gratuita.
Ya han pasado por ese estadio en que estamos nosotros y en
contraron la forma de superarlo slo con una cosa: la buena
voluntad. (Testimonio de Miguel Herrero Soria. Encuentro
152
153
155
8.
El ruido es imo de los males infernales que padecen
las gentes de la ciudad. Segn su frecuencia e intensidad, pro
voca dolores de cabeza, zumbidos, disminuciones de la audi
cin. El investigador y escritor francs Saint-Marc seala que
el ruido excesivo de la calle es causa del 52 por ciento de los
trastornos de la memoria y de buena parte de las perturba
ciones del carcter. En Gran Bretaa, un hombre sobre cada
cuatro y una mujer sobre cada tres de los enfermos afectados
de neurosis lo son a causa del ruido. En Francia, en los hos
pitales psiquitricos, un enfermo de cada cinco lo es a causa
del ruido. Y en los barrios ms ruidosos de Nueva York se ha
apreciado una alarmante deficiencia en el desarrollo intelectual
de los nios. (Juan Maestre Alfonso. Revista Tigris, de la Em
bajada de Irak en Madrid, jimio de 1981.)
En los prximos veinte aos no quedar im solo rincn de
Europa a salvo del ruido que mata. Atencin! Peligro! En
el umbral del tercer milenio, los pases industrializados como
Francia, no dispondrn en su territorio de la menor zona de
silencio y quietud. El ruido, esa plaga de los tiempos modernos
que, durante decenios, se circunscribi a las ciudades y los
grandes ejes de circulacin, roe el espacio como un cncer.
Hoy, en Europa, ms de 100 millones de ciudadanos estn
expuestos al nivel inaceptable de los 65 decibelios (dB). El rui
do, como es sabido, acta sobre el cuerpo humano por me
diacin del cerebro. Perturba las funciones vitales del hombre
en su vida cotidiana y puede conducir a la locura y a la
muerte. (Science-Digest, nm. 2, Pars, marzo de 1982, p. 44.)
El humorista ibrico Pedro Ruiz, hablando del amor, en fe
brero de 1982, dijo: Para m el amor es la facultad de poten
ciar al individuo. La expresin mxima del compaerismo. Lo
que ocurre es que a los seres humanos se nos obliga a hacer
ms ima vida de gestiones que de creaciones y esto genera
insoslayablemente la desconfianza. Y sta, y todo lo que de ella
se desprende, falsea nuestras ms queridas vivencias y, entre
156
INVl^ORESIOOO
El ms popular y divertido de los juegos electrnicos
de Invasores. Juega contra los invasores.
Defindete de esos extraterrestres. Totalmente
transistorizado y con pantalla para visualizar
los ataques. Funciona a pilas o red.
Millones de unidades vendidas en el mundo.
Para jugar desde los seis aos hasta.. la familia
entera.
158
11.
Segn imas estadsticas de fuente francesa, el agua del
mar, en la Tierra, ha perdido el 75 por ciento de su transpa
rencia por culpa de los desechos petroleros. (Lo ms probable
es que, el da menos pensado, im petrolero, o un grupo de pe
troleros, cree una fundacin que, entre otras ddivas, conceda
becas a investigadores para que busquen el medio de devolver
a las aguas su limpidez. Entonces, quiz los petroleros crearn
industrias para fabricar los aparatos o los productos limpia
mares.)
Con fecha 19 de setiembre de 1981 asistimos, en televisin,
al vertido de cientos de barriles con residuos nucleares en el
Ocano Atlntico, a cuatro brazadas de las costas de Galicia.
Fue un espectculo vergonzoso y humillante. Y lo grave es que
a nadie se le ocurre, en las altas instancias internacionales, ha
blar del grado de criminalidad de las empresas que arrojan
esos residuos fuera de sus aguas jurisdiccionales. Ese da se
trataba de barcos holandeses. Para que luego nos vengan ha
blando de las civilizaciones evolucionadas, que usan tanto
las bicicletas para no contaminar su atmsfera. Qu diran los
holandeses si fusemos nosotros, los espaoles, los que fuse
mos a verter nuestros residuos nucleares frente a sus costas?
12.
Palabras de don Alberto Cars Lacasa: Hay que la
borar para que se establezca ima saludable "armona del Hom
bre con la Naturaleza, ese manantial de vida", para conocerla
mejor y respetarla. En ella el nio descubrir las enseanzas
bsicas para emprender fecundamente su andadura por la exis
tencia. Frente a ella se dar cuenta de su pequeez y, a la vez,
de su grandeza, de sus limitaciones, pero tambin de sus enor
mes posibilidades. En ella, en estrecha comunidad con sus se
mejantes, el nio aprender a ser humilde, solidario y a com
portarse con naturalidad". Aprender tambin a encauzar no
blemente sus sentimientos y a dominar sus instintos. Y en sus
entretenimientos y juegos tendr la posibilidad de conocer su
cuerpo y el de sus compaeros y compaeras, armonizando
as los impulsos propios de la sexualidad. Y se convencer de
que es la mejor forma de conseguir esa armona interior
personal, primer paso habia la armona universal, que es la
gran meta que nos hemos fijado quienes creemos que el indi
viduo nace bueno y que la comunidad tiene la obligacin mo
ral de hacer cuanto est en su mano para que cada da sea
mejor. Esta empresa, mis queridos compaeros, es una pieza
muy difcil de tejer. Por eso los telares deben instalarse ya
en las escuelas primarias. (Apuntes para el compaero alum
no. Cuaderno nm. 21. En el exilio, mayo de 1948.) Respecto a
la solidaridad humana, don Alberto tambin nos ofreca, como
ejemplo, la solidaridad de la Naturaleza: Fijaos en la ma
159
160
161
6 EL MENSAJE DE OTROS MUNDOS
...Donde se refleja
fielm ente el trem endo
desfase de la llamada
civiliza ci n terrestre.
Por Dios, seorita,
detngase!
165
fA
'ili'
^fl
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:
24.
Dos mil personas formaban la primera columna man
dada por el diputado Sosa con once fusiles y un centenar de
escopetas, como toda proteccin armada... Al atravesar la lnea
del ferrocarril de Mrida la columna tropez con im destaca
mento de moros... el combate fue desigual, pero el ardor y la
rabia de los escopeteros campesinos dijo la ltima palabra...
en la confusin se perdieron varios compaeros y compa
eras... La otra columna, de seis mil fugitivos, das ms tarde
intent atravesar las lneas enemigas. Su ruta qued jalonada
por docenas de cadveres. El enemigo, puesto en guardia, los
barrunt en la oscuridad y se meti como un hachazo en la co
lumna. Tres mil quedaron cortados. La carnicera fue espan
tosa. Los moros lanzaban en la noche sus gritos de guerra y de
exterminio. Como siglos antes lo hicieron los soldados de Tarik
y Muza en el Guadalete. (Guerrillas espaolas, pp. 318 y 319.)
La revista Stendek, del Centro de Estudios Interplanetarios
(CEI) de Barcelona, en junio de 1971 publicaba una resea
sobre el que, hasta entonces, era el caso ms antiguo de ate
rrizaje de im ovni sobre suelo ibrico. El hecho sucedi du
rante la guerra civil espaola y sus testigos fueron dos mili
tares del ejrcito republicano que se encontraban en el frente
de Guadalajara. La informacin procede del investigador ga
llego Oscar Rey Brea, a quien se lo cont imo de los testigos.
25 julio 1938, 23 h 30. Lunes, Guadalajara. Un ocial y su asis
tente vieron sbitamente una poderosa luz blanca, pudicndo
darse cuenta, despus, de que provena de un objeto oscuro en
forma de lente, de unos once metros de dimetro, suspendido
a irnos dos metros del suelo y a unos sesenta metros de donde
ellos se encontraban. Sin que se oyera ningn ruido, una es
pecie de columna sali de la parte inferior, a la que estaba
unida una plataforma, pudindose observar dos siluetas en
movimiento sobre ella. Un crculo de luz azulada fue proyec
tado hacia el suelo y enfoc a los dos testigos, quienes sintieron
una sensacin de fro. La plataforma ascendi otra vez, mien
tras que las dos secciones del objeto empezaron a girar en di
recciones opuestas. El conjunto del aparato se ilumin con
una intensa luz color blanco y desapareci, volando. Los testi
gos pensaron que debera tratarse de un nuevo ingenio militar
de los alemanes o de los republicanos. (Raimundo Mingo,
Encuentros en tercera fase. Ediciones Lyder, Madrid, 1978,
p. 14.)
170
T E S T IG O S D IR E C T O S E S P A O L E S
E ntrevista realizada
A J aime B ordas B ley
po r
Antonio R ibera
Avui sr <36/^
y U i S S p'APRop
B I S MARCiAi^S^
No lo sabias? Los
extraterrestres no
nos m orim os nunca.
Nuestra vida es
in fin ita . Tam poco
tenem os
enferm edades ni
accidentes de
ninguna clase.
Adems, som os
buenos, pacficos,
hum ildes,
clarividentes...
Y qu vienes
a buscar a la
Tierra? Una
entrada para ver
Los pastorclllos
(teatro popular).
A M llll, 6 M VA eJtCARRtAR.
,' Af-TfSSIMA MlSSld P6 P&MANAR
A l s T e R R rc o t.e s ue n o fessim
t A 6>Ot4 6UBRRA MK|D(AAAAL /
lA TERCERA-''
184
W LA eULM lATEUSo VO
I Pog ER UN fteVAzo y
\^DEJARTf A U tierra
o.^0 _
O tr o s
caso s e sp a o le s
190
191
Segundo caso
El 22 de junio de 1976, a las diez de la noche, el doctor
Francisco Padrn Hernndez vivi una apasionante aven
tura:
...Tena (la esfera) al principio color anaranjado-cla
ro-azulado. Eran unos tonos que yo no he visto en la Na
turaleza. Era un anaranjado con un tinte azulado espe
cial... No hablamos ninguno de los tres ocupantes del taxi.
Pero yo me di cuenta de que el chfer del taxi le temblaban
las manos. Y el coche, muy despacio, muy despacio, lo fue
dejando all... Total, en vista de que no hablaba nadie, co
ment:
Pero, qu pasa aqu?
El taxista me respondi:
Es que usted no lo ve?... Esto es un platillo vo
lante! Tiene hasta dos tos dentro...!
Yo, efectivamente, haba visto tambin aquellos dos
seres. Pero quise cerciorarme de que no sufra una aluci
nacin o algo por el estilo. Yo vea y perciba a los dos
seres. Y ya empezaba a difuminarse... S, al principio de
verlo no era transparente. Despus, lentamente, la gran
esfera se fue volviendo transparente. En la parte central
(de la nave espacial extraterrestre), como en relieve, haba
dos plataformas todas redondas. No haba remaches ni
ngulos de ninguna clase! El disco era como trazado a
comps. Perfecto. Y, de pronto, vemos cmo de la parte
central de esta plataforma interior por un extrao tubo
empieza a surgir como un gas o humo, de un azul mucho
ms denso o espeso. Y comienza a recorrer la circunfe
rencia interna de la esfera y aquello empieza a aumentar
de tamao y a crecer y a crecer... Y lleg a adquirir el
dimetro de ima casa de 20 pisos. Como el hotel Don Juan
de Las Palmas!
De la cintura para abajo (las dos guras de la nave)
me parecieron cortos. Pero de ah para arriba, enormes.
Su anchura de hombros era considerable. Y tambin el
crneo. Me llam la atencin sus desproporcionados occi
pitales... Por lo menos (medan) 2,70 m. Sus manos eran
como picudas. No tenan dedos. Y, si los tenan, estaban
guardados o enfundados en algo puntiagudo o cnico. (Los
testigos estaban a unos 50 o 60 m de la esfera.)
S, los uniformes eran rojos... Tampoco era exacta
mente rojo (rojo vino). Es que yo no lo he visto jams
192
193
7 EL
Al pie
de la sierra de
G ehena
198
199
KS!
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N o Ye t a t S
(- H P IA .,QU. \ i m e ? .
V u n OVNI S J g .
A n e M -L o A
-M IR E L l O U B -T Il^ C r y
--------------------
[ g o rn e u e rA -O
.. Y UNAS ACLARACIONES
Pues bien, en los albores de 1981, y a la vista del pano
rama poltico del mimdo, en general, y de nuestro pas en
particular, uno que a la chita callando ronda ya los cuatro
decenios y medio de militancia activa, tambin ha llegado
a la conclusin cumplidos ya los sesenta de que la Hu
manidad, dejndose comer el terreno por tanto mercachifle
y tanto pragmtico ingredientes con los que se preparan
los tecncratas, se encuentra sumida en ima alarmante
deshumanizacin y, en consecuencia, a dos pasos de ima
humillante y cruel robotizacin. A menos que...
Por eso, desde hace algn tiempo, vengo repitiendo a mi
compaera la necesidad que siento de un gran descanso
y sealndole la conveniencia de ir pensando en replegar
nos hacia una aldea de las Alpuj arras granadinas o un pueblecito de los Pirineos. 'ltimamente, al comprobar que mis
proposiciones se iban formalizando, mi compaera me res
ponda; Bueno, si acaso, t te marchas delante y yo ya
vendr despus. S, eso es apostillaba yo, mientras
t llegas yo arreglar la casa. Casa que, dicho sea de paso,
est todava por buscar, ya que, por no conocer, no cono
cemos ni siquiera el pueblo pirenaico ni la aldea alpujarrea de mis sueos... Con esto quiere decir: primero, que,
pese a estar bastante desanimado, a m an no me ha dado,
202
po pen s e r
N S. BON6> C O M P R A P O R S
X j)
1.
Vase lo que Joaqun G rau dice con relacin a u n a trib u ecuato
rian a y J e a n B rller sobre o tra trib u norteam ericana, en el capitulo
Algrunas frases orientadoras. L a trib u donde m uchachos y m uchachas
buscan los placeres sexuales con avidez lo que no q u ita la existencia
de un p u dor determ inado, por ejem plo no e ntregarse a ellos en pblico
es la de los T robiandeses, que viven en las islas T robiandas. situadas
al este de N ueva Zelanda. Lias prcticas sexuales empiezan, p a ra las nias,
entre seis y ocho aos, y p a ra los nios e n tre diez y doce. Los nios se
esconden e n la selva p a ra im ita r a sus padres y el sta tu s de aquellas
trib u s favorecen todo tip o d e encuentros erticos... porque es m uy bueno
afirm an p a ra la salud y con ello subrayan complacemos tam bin
a los dioses...
204
205
207
208
210
Ap n d ic e
212
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214
215
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219
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leuterio: Estamos muy orgullosos de que te hayas regenerado y puedas
vivir en esta sociedad de especuladores, golplstas, envenenadores de alimentos...
224
8EL MENSAJE DE OTROS MUNDOS
Apndice
227
APOSTILLAS FINALES
Lenin
U ltimas
noticias
H ola,
terrcolas...!
L a gran esperanza
Fotografa tomada
en las costas
de Brasil, el 21
de febrero de 1958,
ante varios centenares
de cientficos.
La reproducimos por
la gran similitud con
la nave espacial que
visit el autor.
L a Antrtida:
237
236
La edad
Q uijote
a los cabreros
240
BREVE EPILOGO
AGRADECIMIENTOS
243
Obras
consultadas
lona, 1971.
Asimov , Isaac, Las amenazas de nuestro mundo. Plaza y Janes edi
244
245
celona, 1979.
Genovs, Santiago, Acal. Seis mujeres y cinco hombres aislados en
el Atlntico durante 101 das. Editorial Planeta, Barcelona, 1975
(5.* edicin).
G osta R e h n , K., Dossiers ovnis. Ediciones Martnez Roca, Barcelo
na, 1978.
Grau, Joaqun, y Sams, Leopoldo, Magia de Amrica, Editorial Gri
jalbo, Barcelona, 1981. Profusamente ilustrado.
H olzer, Hans, Cuando los ovnis aterrizan. Ediciones Martnez Roca,
Barcelona, 1979.
H y n e k , J. a ., Les objets volants non identifis. ditions Belfond,
Paris, 1974.
Ovni, mito o realidad? ditions Belfond, Paris, 1974.
246
Leonard, George H., Il nest pas seul sur la Lune. ditions Belfond,
Paris, 1981.
Paris, 1971.
Science, La Science au 20 sicle. (De l'origen de la vie la victoire
Revistas
consultadas
P eridicos
consultados
Pueblo. Madrid.
Informaciones. Madrid.
YA. Madrid.
La Gaceta del Norte. Bilbao.
La Voz de Asturias. Oviedo.
Ideal. Granada.
Tele/eXprs. Barcelona.
Mundo Diario. Barcelona.
La Vanguardia. Barcelona.
El Noticiero Universal. Barcelona.
El Correo Cataln. Barcelona.
Diario de Barcelona. Barcelona.
El Peridico. Barcelona.
Diario de Navarra. Pamplona.
El Correo de Andaluca. Sevilla.
El Pas. Madrid.
El Da. Santa Cruz de Tenerife.
France-Soir. Pars.
La Dpche. Toulouse.
Midi-Libre. Montpellier.
Sud-Ouest. Burdeos.
V Indpendant. Perpin.
Sol. Mlaga..
Aragn!Exprs. Zaragoza.
Le Monde. Pars.
Sur/Oeste. Sevilla.
Indice onomstico
Adamski: 173,186.
Adn: 11.
Aleixandre, Vicente: 9.
Als, A.: 58.
Alsio, san: 168.
Allingham, Cedric: 186.
Amberst, Jeffrey: 161.
Angelucci, Orfeo M.: 155,156.
Arag, Franois: 36.
Aranguren, Jos Luis L.: 167.
Arias Navarro, Carlos: 168.
Aristteles: 133.
Asimov, Isaac: 213.
Avalle-Arce, Juan Bautista: 240.
Azaa, Manuel: 92.
190, 193,
101, 171,
178, 179,
186, 187,
Epicuro: 21.
Evans, Bill: 88.
F., Julio: 15.
Farriols, Rafael: 188, 190.
Felipe, Len Felipe Camino, lla
mado Len: 19, 20, 241.
251
Tarik: 170.
Teizieff. Haroun: 135.167,168.
Thoreau, Henry-David: 40.
Trueta, Josep (abuelo del m
dico); 57,58.
Trueta i Raspali, Josep: 57, 58.
Tsiolkovsky, Konstantin E.: 228.
Vajk, J. Peter: 12,102.
Valle, Jacques: 186.
Venquelef, Genevive: 15.
Verne, Jules: 28.
Victor, Paul-mile: 180,213.
Vidal, Diego: 198, 199.
Vidal, Pedro: 198,199.
Vidal, Pepa: 198,199.
Vidart, Rosine: 155.
Voltaire, Franois M. Arouet, lla
mado: 16.
Welles, Orson: 114,241.
Wells, H. G.: 28.