Revista 19
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REVISTA DE LA
UNIVERSIDAD
CATLICA
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CENTRO DE PUBLICACIONES DE LA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATLICA DEL ECUADOR
Comit de Publicaciones:
Secretaria:
Oficinas:
Direccin Postal:
Apartado 2184
Telfonos:
Canjes:
Biblioteca de la P.U.C.E.
Quito - Ecuador Sud - Amrioa.
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD
Director:
CATLICA
30
sucres
25
sucres
Apartado 2184
Quito - Ecuador
Sud Amrica
REVISTA
de la
UNIVERSIDAD CATLICA
Ao VI
Julio
1978
N^ 19
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CENTRO DE
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QUITO
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Si
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Entrega
11
13
15
19
21
GALERA DE ARTISTAS
1 . PINTORES
Andrs Snchez Gallque
25
26
28
30
32
33
35
37
38
40
41
43
45
La Divina Pastora
51
Antonio Salas
53
Luis Cadena
Juan Manosalvas
55
56
Joaqun Pinto
Pinto y el arte del g r a b a d o
Las acuarelas de Manosalvas y Pinto
58
59
61
I I . ESCULTORES
Imaginera
quitea
Diego de Robles
El Padre Carlos
Bernardo de Legarda
Caspicara
Mobiliario artstico
El barniz de Pasto
Cermica quitea del siglo XVIII
MUSEOS DE QUITO
TEMPLOS Y CONVENTOS
La Catedral
San Francisco
Capilla de Cantua
San Diego
Santo Domingo y San Agustn
La Compaa
La Baslica de La Merced
El Tejar
Gupulo
Monasterio de la Concepcin
Santa Catalina
120
122
124
El Carmen Moderno
125
128
Coros
130
Retablos
131
Gremios y Cofradas
136
Imaginera
142
INICIACIN ESTTICA
La Potica
El genio artstico
147
149
Esttica y Mstica
150
152
153
155
El Impresionismo
157
El Surrealismo
El Estructuralismo y el Arte
Esttica del paisaje ecuatoriano
159
161
162
164
166
168
172
174
177
179
Estmulos y Crtica
Escuela quitea de Pintura
181
186
191
ENTREGA
ORIGEN
Y ORGANIZACIN
DEL
MUSEO
BIOGRFICOS
12 - -
ACTA DE DONACIN
OTORGADA
POR LA SRA.
MARIA
LUISA FLORES DE JIJON Y CAAMAO
Y EL SR. MANUEL JIJON Y CAAMAO
Y FLORES A FAVOR DE LA
UNIVERSIDAD
CATLICA
DEL
ECUADOR
Por
"En la ciudad de Quito, Capital de la Repblica del Ecuador, a catorce de diciembre de mil novecientos sesenta y tres, ante
m el Notario doctor Daniel Belisario Hidalgo y los testigos que
suscriben, comparecen: la seora Mara Luisa Flores viuda de Jijn y Caamao y el seor don Jos Manuel Jijn y Caamao y
Flores, casado, por sus propios derechos; y el Reverendo Padre
Luis Enrique Orellana, S. J., clibe, a nombre y representacin de
la Pontificia Universidad Catlica del Ecuador, en su calidad de
Rector y representante legal, como lo comprueba el nombramiento
que se agrega, procediendo a la celebracin de la presente escritura
debidamente autorizado por el Consejo Gubernativo de la nombrada Universidad, segn se desprende del acta respectiva que en copia autntica tambin se agrega. Los seores comparecientes son
de este vecindario y mayores de edad, a quienes conozco, de que
doy fe y me presentan, para que eleve a escritura pblica el contrato de donacin contenido en la minuta que es del literal siguiente:
Seor Notario; En su Registro de Escrituras Pblicas
srvase autorizar una de la cual conste la donacin que la seora
doa Mara Luisa Flores viuda de Jijn y Caamao en su calidad
de usufructuaria y administradora, y el seor don Manuel Jijn
Caamao y Flores en su calidad de nudo propietario, proceden a
hacer en favor de la Pontificia Universidad Catlica del Ecuador,
conforme a continuacin se expresa. Con tales antecedentes, es
voluntad de los comparecientes: seora doa Mara Luisa viuda de
Jijn y Caamao y el seor don Jos Manuel Jijn y Flores,
13
DISCURSO
INAUGURAL
DEL
MUSEO
No es al acaso que la inauguracin del Museo Jacinto Jijn y Caamao se hubiese reservado para culminar el programa de
festejos, con que la Pontificia Universidad Catlica ha celebrado
el Ao Jubilar X X X de su fundacin. El eplogo es la sntesis que
sustancia el desarrollo de una obra artstica. Y no ha carecido de
inspiracin potica cada una de las celebraciones que se han escalonado durante este ao jubilar. Los actos acadmicos han sealado el realce cultural que reclama la Institucin en catedrticos y
alumnos. No ha faltado el matiz artstico en el desempeo de los
coros y grupo de teatro. La Universidad se ha manifestado verdadera alma mater procurando el bienestar de estudiantes y empleados, mediante los deportes y respaldo a las cooperativas. En el
proceso del ao jubilar se han verificado no pocas representaciones
de los libros editados por el Centro de Publicaciones de la
Universidad.
Pero el mximo inters se ha concentrado en habilitar y poner en funcin el edificio destinado a Biblioteca, Archivo Flores y
Museo Jacinto Jijn y Caamao. Estratgicamente este centro de
cultura se ha ubicado en un lugar equidistante a todos los tramos
en que funcionan las diversas dependencias de la Universidad. Por
algo el corazn regula y centraliza los movimientos vitales del or 15
ie
El Padre Rector Hernn Malo Gonzlez con el Padre Jos Mara Vargas,
Director del Museo.
tanas. El archivo contiene un copioso epistolario dirigido al General Flores por Bolvar, Sucre, Santander y dems oficiales que
hicieron la gesta de la Independencia de los pases bolivarianos.
Esta documentacin servir para rehacer la biografa de los Padres de la Patria a base de revelaciones confidenciales, ajenas al
aparato externo de uniformes militares y rdenes marciales.
El arreglo tcnico del Museo ha corrido por cuenta del Arquitecto Hernn Crespo Toral, cuya competencia y gusto son conocidos en y fuera del pas. Bajo su direccin enrgica ha trabajado un equipo de especialistas y artesanos, que han consagrado
sus esfuerzos para la acomodacin material de las salas y el ordenamiento de las obras de arte. Es del caso destacar que la Universidad no ha escatimado gasto alguno en el afn de ofrecer un
Museo al nivel de los mejor organizados del pas.
Desde luego, se ha procurado en lo posible la vivencia del espritu del seor Jijn y Caamao. Fue de los pocos quiteos en
quien floreci un ancestro de inquietud cultural a servicio de la
patria. En su mansin de Chillo conservaba parte de los libros que
pertenecieron al famoso Conde, que defendi el derecho de libertad de pensamiento y de lectura en aras del realce personal. Su padre supo mantener su prestigio social construyendo en la Circasiana una mansin de gusto francs, embellecida con decoraciones
murales de Joaqun Pinto y Juan Manosalvas. Fue el empresario
de la primera luz elctrica en Quito y uno de los fundadores del
Banco Pichincha. Nacido en este hogar se pensara que su nico
hijo, Jacinto, iba tan slo a gozar de la posicin heredada. Sin embargo, fue todo lo contrario. Sin menoscabar el fondo del haber familiar, dedic sus energas juveniles a la adquisicin y promocin
de la cultura. Bajo la gida del limo. Seor Gonzlez Surez inici sus investigaciones arqueolgicas en las diversas zonas de la
regin interandina y de la Costa. A los sitios donde no pudo ir en
persona, procur verificar los estudios tcnicos mediante el arquelogo alemn doctor Max Uhle, cuya labor coste con generosidad
magnnima. Fruto de esta labor conjunta fue el corpus de objetos
arqueolgicos, para cuya conservacin y ordenamiento construy
un edificio adecuado en la misma Circasiana.
A este trabajo de coleccionista aadi el complemento de clasificacin por zonas y las notas caractersticas de cada cultura. Esta
clasificacin tiene an su validez. En el arreglo actual del Museo
17
DE LOS
FONDOS
DEL
MUSEO
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DEL
MUSEO
cion de las culturas con estudios filolgicos que permitan caracterizar los grupos humanos de modo ms cumplido.
La exposicin arqueolgica del Museo presenta una visin sinttica de la cultura de los pueblos de la regin interandina con ceramios que revelan el grado de adelanto de cada grupo social. Los
objetos representan las manifestaciones de la vida, en los aspectos
econmicos, ldicos, culturales y religiosos.
La seccin de arte ofrece una visin de la Escuela Quitea de
Pintura. El ordenamiento cronolgico de los cuadros facilita la
apreciacin de los pintores y sus obras respectivas, con la caracterizacin de su tcnica y su estilo. Del siglo X V I I estn representados Miguel de Santiago, su hija Isabel y su discpulo Nicols
Javier Gorbar, con sus telas preparadas a conciencia, sus diseos
definidos y sus colores de tonos fros. Del siglo X V I I I constan
Vicente Albn, Bernardo Rodrguez y Manuel Samaniego, con temas religiosos propios, la simplificacin de la tela y los colores
ms o menos claros. Antonio Salas estableci la transicin entre el
perodo colonial y republicano. Por su taller pasaron sus propios
hijos, Luis Cadena y los Cabrera, que prepararon la floracin de
la segunta mitad del siglo XIX, con Rafael Salas, Juan Manosalvas y Joaqun Pinto. En este siglo cambia la temtica y la tcnica.
El retrato, el costumbrismo, el elemento indgena entretienen al
artista, que traduce su motivacin mediante la acuarela y el leo
hbilmente aprovechados. No es difcil al visitante hallar informacin sobre la continuidad y valor del arte quiteo a travs de los
siglos. Las muestras han sido seleccionadas para facilitar la apreciacin del arte y artesana de la sociedad quitea.
22
GALERA
DE
-ARTISTAS
PINTORES
Oidor Juan Barrio de Zeplveda. El hecho se refiere a la presencia voluntaria en Quito de los caciques negros para pedir auxilio religioso. Tan satisfecho se sinti el Oidor qu escribi al Rey la misiva que sigue: "Por parecerle vuestra majestad gustara ver aquellos brbaros retratados, que hasta ahora han sido invencibles y
ser cosa muy extraordinaria, los enva con su carta y este memorial a vuestra magestad. Son hombres bien dispuestos, giles y muy
sueltos; acostumbran traer de ordinario argollas de oro llanas al
cuello y las narigueras, orejeras, bezotes y sortijas en la barba y
botones en las narices y aun otros en los carillos, todo de oro y los
indios principales e indias de la dicha Provincia, y algunas otras
usan tambin de la dicha gala. Y los collares, cadenas o sartales
blancos que traen al cuello sobre el vestido dicen son de dientes de
pescados y otras conchas. Suelen traer otros de otra hechura, no
tan galanos ni artificiosos; traen de ordinario lancillas en las manos y tres y cuatro dardos de madera recia y aunque sin hierros,
muy agudos. Van todos retratados muy al propio como son y andan de ordinario excepto el vestido, que luego que dieron la paz y
obediencia a vuestra magestad y dellos se tom la posesin y fueron puestos en vuestra real corona, lo uno y lo otro parece, porque no son gente poltica y su tierra que es caliente no traen ms
que mantas y camisetas como los dems indios, tienen buen entendimiento y son muy astutos y sagaces" (A.G.I. 76-6-2).
En el antedicho libro de la Cofrada del Rosario se conserva
ra nuevo dato de Snchez Gallque que dice asi: En el convento
de San Pedro Mrtir de la ciudad de Quito, a veinte y siete das
del mes de Marzo de ao de mil y seiscientos y cinco aos, se juntaron a cabildo los hermanos naturales y nombraron por priostes
a Andrs pintor y Diego Tufillo y Luis Paucar sillero y prometieron acudir fielmente a hacer su oficio, la cual dicha eleccin se
hizo con asistencia del padre Fray Marcos de Flores, capelln y
Vicario de la dicha capilla y lo firmaron. Por Luis sillero firm
Francisco de Aponte, Andrs Snchez Gallque - Diego Tutillo.
FRAY PEDRO
BEDON
La personalidad de este dominico quiteo no puede comprenderse, sin establecer la trama de realidades histrico-sociales que
convergieron en su vida. Su abuelo, Gonzalo Daz de Pineda, fue
26
WLJik.
Retrato de los Negros de Esmeraldas por Andrs Snchez Galiquo.
(Museo de Amrica de Madrid).
Escalera y decor sus muros con escenas de la vida del Beato Enrique Susn.
Para el Convento Mximo compuso un libro coral con vietas que llevan su anagrama y la data de 1613.
Bajo su direccin se formaron algunos pintores indios, entre
los cuales sobresali Andrs Snchez Calque, autor del retrato de
los negros de Esmeraldas, en 1598.
En Quito estuvo en contacto con el pintor italiano ngel Medoro, de quien se conserva, firmado en 1592, un blasn herldico
de un caballero quiteo.
Del Padre Bedn se conserva escrito el ideario de un pintor
del siglo X V I , que consiste en el conocimiento de la teora del arte,
en la imitacin de los buenos modelos y en el ejercicio constante,
bajo la direccin de un escogido Maestro.
MODELOS FLAMENCOS
Blasn herldico pintado por ngel Medoro en 1592. (Museo de Sto. Domingo.)
29
H E R N A N D O D E LA
CRUZ
tes y eficaces que han causado mucho bien y obrado muchas conversiones".
El Padre Mercado, rfirindose a la Sacrista de la Compaa
escribe: "Levantla el Hermano Marcos (Guerra) desde sus cimientos : hzola de bveda muy vistosa por su belleza. En el frontispicio puso un retablo de madera y en su nicho se coloc una devotsima imagen hecha por el diestro pincel del Hermano Hernando de la Cruz. La imagen es de nuestra Padre San Ignacio revestido de Sacerdote y est ofreciendo su corazn a la Santsima
Trinidad". Este lienzo, perfectamente conservado, permite, por la
forma y colorido de la pintura, establecer, por comparacin, los
cuadros que fueron pintados por el Hermano Hernando de la Cruz.
La tradicin ha atribuido al Hermano Hernando de la Cruz
el retrato de Santa Mariana de Jess, que se conserva en el Monasterio del Carmen Antiguo. Esta atribucin tradicional se respalda en el siguiente testimonio del Padre Moran de Butrn:
"Como qued el cuerpo, sin apariencia alguna de yerto o de difunto, fue muy fcil que un diestro pintor la retratase con propiedad
y sacase el rostro con semejanza, aunque no con la composicin de
la mortaja, sino con la sotana de la Compaa y honestidad de
vestuario que us en vida. Tengo por muy verosmil haber sido
uno de los pintores que la retrataron el Vble. Hermano Hernando,
pues lo era excelentsimo, y la tuvo siempre muy estampada en su
corazn. Muchos retratos hay en la Provincia y todos los que he
visto estn conformes, as en el traje de Jesuta, como en la peregrina belleza de su cara". La verosimilitud de esta afirmacin del
Padre Moran se confirma con el hecho de que habiendo el Hermano Hernando ido a visitar a su amigo, enfermo y desahuciado,
don Luis de Troya, Vicario del Obispado, el Hermano mand a
traer de su celda el retrato de Mariana, con cuya sola aplicacin
san el enfermo de inmediato.
Acerca de la formacin de discpulos, tanto el Padre Mercado
como el Padre Moran de Butrn, afirman que los tuvo. El primero
refiere que el Hermano Hernando, en su obrador, haca que uno
de sus discpulos leyese un libro de piedad mientras pintaba. El
Padre Moran dice expresamente que el Hermano ense la pintura
a algunos seglares, entre ellos a uno que visti el hbito de converso en San Francisco.
El Hermano Hernando muri el 6 de enero de 1646.
31
MIGUEL
DE
SANTIAGO
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razn humano. La gama de colores en estos lienzos es una armona de ocres que corresponde a los motivos.
Para el Convento de San Francisco pint la serie de lienzos
de la Doctrina Cristiana. La pintura de estos cuadros exiga en el
artista un conocimiento previo del enlace doctrinal de las verdades
morales. El mandamiento observado origina la virtud que se perfecciona con el don del Espritu Santo. A la virtud se opone el vicio, del que redime el Sacramento. En todo este ordenamiento espiritual interviene la gracia, que se obtiene mediante la oracin,
para que florezcan las obras de misericordia.
Cada uno de estos elementos ha encontrado su representacin
simblica, para volverse asequible a la comprensin del pueblo.
Miguel de Santiago, en la composicin de cada lienzo, ha dispuesto
las figuras, ordenndolas en la tectnica de un rectngulo, en forma que cada imagen, autnoma en su valor significativo, guarda
consonancia con las dems, dentro de un ritmo doctrinal y pictrico. El artista se ha dado modos de variar en cada cuadro los elemntos de la composicin a travs del ordenamiento de ellos en un
fondo de paisaje etreo.
Adems de estos lienzos en serie, Miguel de Santiago pint
muchos otros cuadros para responder a la demanda de sus clientes.
Bogot se glora de poseer dos colecciones del pintor quiteo: una,
de los artculos del Credo, se conserva en la Catedral bogotana;
otra, del Alabado, se halla en la Camarn de San Francisco.
LOS
CUADROS
DE
LA
MORAL
CRISTIANA
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'
GORBAR
riana Ruiz. Por el apellido Ruiz vena el parentesco entre los dos
artistas. En cuanto al Presbtero Francisco Martnez, era probablemente hermano de Agustina Martnez Daz, madre de Gorbar.
Del tiempo del bautismo de su primognito data la pintura
del lienzo que lleva el nombre de Gorbar. Fue pintado para ocupar el sitio destinado a un retablo. Esta finalidad determin la estructura de la composicin, que simula un altar de orden corintio,
con una gran corona por remate. El cruce del entablamento con
las columnas determina la formacin de marcos destinados a pinturas. Las dos centrales representan, abajo, la Virgen del Pilar rodeada de los apstoles y arriba, el Trnsito de Mara cercada de
ngeles. Las laterales ofrecen, pintadas de perfil, figuras sedentes
en actitud de tocar el rgano.
Las inscripciones son todas de alegre sentido musical. Al pie,
en el extremo izquierdo, se lee Fecit Gorbar y al lado opuesto,
Feliciter vivat. Todo en este cuadro es simblico: la juventud del
artista que suea con la fama.
Despus de treinta aos de la firma de este lienzo, aparece
nuevamente el nombre de Gorbar al pie de un grabado, que lo
concibi el Padre jesuta Juan de Narvez y lo esculpi el Padre
Miguel de la Cruz. Representa la provincia jesutica de Quito, integrada por sus colegios y misiones, que ofrece al infante Luis,
prncipe de Asturias, un acto acadmico en que se discute la tesis
de Statu Innocentiae.
Finalmente, el 5 de febrero de 1726 Gorbar consign su nombre, junto con el de su hijo Francisco, en una peticin que hacan
los barrios al Cabildo de Quito. Los dos encabezaban la lista de
los peticionarios del barrio de San Roque. Diez aos despus se
lo encuentra al artista en el Convento de San Francisco, firmando
un contrato para renovar las pinturas del coro y de las celdas altas.
Estos datos sitan a Gorbar entre el ltimo tercio del siglo
X V I I y el primer tercio del X V I I I . Alcanz a vivir veinte aos
de la madurez de Miguel de Santiago y fue su continuador por
ms de veinticinco. Al maestro le interes la interpretacin de los
artculos del Credo y las verdades del Dogma Catlico.
El discpulo represent a los personajes bblicos. Profetas y
Reyes de Jud. Los dos fueron la expresin del sentido religioso
del pueblo, sostenido y realzado por la enseanza de las Universidades de San Gregorio y Santo Toms.
36
L O S P R O F E T A S D E LA C O M P A A
Consta de diez y seis la serie de Profetas que decoran las pilastras de la Iglesia de La Compaa. Los cuadros han sido pintados a medida en armona perfecta con las proporciones de los
arcos que dividen las naves del templo. El nmero responde a los
cuatro Profetas Mayores y a los doce Menores que figuran en el
Antiguo Testamento. Ellos son, respectivamente, Isaas, Jeremas,
Ezequiel, Daniel y Oseas, Joel, Amos, Abadas, Jons, Niqueas,
Nahn, Habacuc, Sofonas, Ageo, Zacaras y Malaquas.
La representacin adecuada requera en el artista un conocimiento histrico de cada personaje bblico. La caracterstica de
cada uno de ellos deba estar de acuerdo con el contenido de su
respectiva profeca. De hecho, se ha comprobado que Nicols Javier Gorbar, pintor de los Profetas de La Compaa, tuvo a la
vista la Biblia Sacra, editada en Venecia el ao de 1710 por Nicols Pezzana y aprovecha para sus cuadros de los grabados con
que vino ilustrada esa edicin de la Biblia.
La composicin tectnica de los lienzos revela, en general,
que el artista, al igual que los del Renacimiento Italiano, supo envolver sus figuras dentro de una atmsfera unificadora. La central, con su ademn y la actitud expresiva de las manos, determina el ritmo de los grupos diseminados en los diferentes sectores
del cuadro. La alusin histrica a la vida del Profeta se desarrolla al fondo en la parte inferior del lienzo. Aqu es donde el artista difiere de los Maestros Italianos del Renacimiento, que supieron dar perspectiva y profundidad y acentuar los valores ctiles de sus cuadros. En los Profetas se echa de menos la transicin
de profundidad entre la figura del primer plano y las referencias
histricas del fondo. En cambio el artista conoca muy bien el
alma humana y saba representarla en las diversas manifestaciones, que determinan la edad y el estado social. El dibujo y modelado de cada personaje acusan una comprensin de su valor religioso-histrico, interpretado con una sobria estructura plstica. El
colorido es de notable transparencia, "inclusive en aquellos tonos
oscuros, graves, de difcil ejecucin, que parece que las enseanzas impresionistas hubieran sido conocidas ya por el pintor".
Casi todos los Profetas dialogan con el contemplador e indi 37
Y VICENTE
ALBAN
Debemos al Padre Juan de Velasco la nmina de pintores populares que trabajaban en Quito a mediados del siglo X V I I I . Despus de citar a Miguel de Santiago, aade: "Entre los modernos
que eran muchos, conoca a varios que estaban en competencia y
tenan sus partidarios y protectores. E r a n : un maestro Vela, nativo de Cuenca; otro llamado el Morlaco, nativo de la misma ciudad ; un maestro Oviedo, nativo de Ibarra; un indiano llamado el
Pincelillo, nativo de Riobamba; otro indiano joven nativo de Quito, llamado el Apeles; y un maestro Albn, nativo tambin de
Quito. Varias pequeas obras de este ltimo y de otros modernos,
cuyos nombres ignoro, llevados por jesutas, se ven actualmente en
38
'
40
RODRIGUEZ
SAMANIEGO
JARAMILLO
LOS
abrirse un nuevo cauce de inspiracin. Para el ejercicio de su profesin, no es el devoto el nico cliente para el consumo del producto artstico. Surge un nuevo inters en el ambiente promovido
por las aspiraciones culturales de Espejo, deseoso de ofrecer a los
quiteos el panorama del progreso conseguido por los pueblos cultos de Europa.
A esta sazn Manuel Samaniego pint los cuadros representativos de las principales naciones europeas. Cmo surgi en Samaniego la idea de desarrollar un tema, completamente nuevo,
cuando Espejo expres, an tmidamente, el proyecto de organizar
en Quito una Sociedad Patritica, que se plasmara luego en la
Escuela de la Concordia, de la que brotaran las Primicias de la
Ctdtura de Quito? Al papel impreso precedi la representacin
pictrica de los pases de Europa.
No tenemos referencia alguna del mvil ni del cliente, que
ocasionaron la pintura de estos lienzos. Pero podemos documentar
la gnesis remota de la idea que inspir a Samaniego y antes al
grabador europeo que sirvi de modelo para la composicin de los
lienzos.
El Ensayo del Padre
Feijo
En 1726 comenz el Padre Benito Jernimo Feijo a publicar el "Theatro Crtico Universal o Discursos varios en todo gnero de Materias", que sin pausa hasta 1740, sali a luz en ocho
tomos. El Discurso X V lo intitul "Mapa intelectual y cotejo de naciones". El presupuesto ideolgico de su tesis fue que el clima, o lo
que l llama temperie de los diversos pases, influye sensiblemente
en diversificar hombres, animales y plantas. "Es manifiesto", afirma, "que hay tierras, donde los hombres son, o ms corpulentos,
o ms giles, o ms fuertes, o ms sanos, o ms hermosos; y as
en todas las dems cosas que dependen de las dos facultades, sensitiva y vegetativa, comunes al animal y al bruto. A las distintas
disposiciones del cuerpo, se siguen distintas cualidades del nimo;
de distinto temperamento resultan distintas inclinaciones; y de distintas inclinaciones, distintas costumbres. La primera consecuencia
es necesaria; la segunda defectible, porque el albedro puede detener el impacto de la inclinacin; mas como sea harto comn en los
46
Quito.
La referencia a Feijo revela la idea germinal que pudo influir en la mente de Samaniego para su representacin alegrica
de los pases de Europa. Pero hace falta establecer el vehculo de
trasplante de Feijo a Quito. En esta ciudad figur con fama de
buen predicador el doctor Ignacio de Chiriboga y Daza (16801748), que en 1730 era cura prroco de San Blas y luego Cannigo de la Catedral de Quito y examinador sinodal de su obispado.
En 1739 public en Madrid un tomo de sermones varios. Uno de
ellos fue el Panegrico de Santa Rosa de Lima, predicado en la
Catedral de Quito el 30 de agosto de 1736. Dedic este sermn al
Padre Benito Jernimo de Feijo y Montenegro. Tras algunos ditirambos oficiosos de la dedicatoria, dijo lo siguiente: "Desde que
empez V. Rma. a dar a la pblica luz y comn utilidad los incomparables libros del Theatro Crtico Universal, se convirti todo
el mundo en teatro tambin de universales aplausos, como estimaciones a la obra y al autor. No s si haya en el universo rincn
tan retirado, que se esconda a la noticia de uno y otro; ngulo tan
remoto, en que no resuenen siquiera los ecos de sus alabanzas; ni
confn tan ignorado, que ignore quien es el gran Feijo . . . Por
lo menos en esta Amrica tiene V. Rma. tantos panegiristas de
sus singulares talentos, como lectores de sus preciosas obras . . .
De mi puedo asegurar a V. Rma. sin exageracin, que luego que
el ao de 28 trajo la fortuna a mis manos los primeros tomos del
Theatro Crtico, hice tal concepto de ellos, y me entregu de modo
a su lectura, que como si cada hoja suya fuera la de aquel clebre
Lotos, cuya dulzura haca olvidar otras cualesquiera delicias, me
obligaron a abandonar cuantos libros haban sido antes mi diverti-
(1)
48
miento o mi estudio. Despus ac he conseguido los restantes tomos, sin perdonar diligencia, ni gastos; (ninguno me pareciera
mucho, porque los libros no tienen precio) y leyendo juntos los
siete, que hasta aqu salieron a luz, para darla al mundo, volvi mi
concepto a reputarlos un prodigioso trabajo, que incluyendo en
siete volmenes las siete maravillas del orbe literario, pregona la
fama como nico primor del ms dichoso estudio, para que le cedan merecidas ventajas cuantos, por muchos siglos, pretendieron la
vanidad de milagros del arte y del ingenio".
Poco despus confiesa: "Diez aos continuos he vivido dedicado todo a los aplausos de V. Rma., a la celebridad de su nombre, y a sus nobilsimas prendas, deseando en todo este tiempo con
ansia manifestar a V. Rma. mi estimacin crecida".
De estas largas citas se colige que Chiriboga y Daza tuvo en
sus manos desde 1728 la serie de tomos del Theatro Crtico, que
comenz a publicarse el ao anterior. Diez aos los ley con dedicacin y constancia. Luego para justificar su afecto y gratitud, confiesa : "Cuntos espaoles tuvimos cuna en esta Amrica debemos
al provechossimo estudio de V. Rma. no menos que mucha porcin de la mejor vida, pues le debemos la racionalidad en los aos
avanzados, la luz en las cercanas del ocaso y la lozana de la sazn
en la madurez de la edad". Alude en seguida a la defensa que hizo
el Padre Feijo de los americanos, subestimados por algunos escritores europeos. Chiriboga y Daza muri en 1748, seis aos despus de que comenz a editarse la serie de las " C a r t a s Eruditas". (1)
En 1779, quince aos de muerto Feijo, lo cit Espejo en su
Nuevo Luciano, calificndole de sabio benedictino. Ms tarde ley
con detencin sus escritos el Padre Fray Vicente Solano, "cuya
personalidad, en sentir de Gregorio Maran, tiene conexiones
ideolgicas y humanas, apasionantes, con nuestro ensayista".
En las bibliotecas de las comunidades de Quito se encuentran
las obras de Feijo. La del Convento de Santo Domingo posee
tres ediciones de las obras del insigne Benedictino.
(1)
Sermones varios que a diversas festividades del ao predic en la ciudad de Quito el doctor don Ignacio de Chiriboga y Daza, Cannigo de
la Santa Iglesia Catedral de Quito. En Madrid: por don Gabriel del
Barrio. Ao de 1739.
49
Interpretacin
de los cuadros de
Samaniego
guerra, los pueblos conquistados, con sus diversas formas de vestidos y tocados.
En dos aspectos se distingui Samaniego: en el detalle de las
imgenes y en el colorido. En algunos de sus cuadros est representado el mundo con la escena de la creacin con figuras diminutas, que exigen el esfuerzo de la vista para apreciarlas debidamente. Esta habilidad ha hecho que las imgenes sedentes o erectas se ordenaran dentro de la composicin de los pases, provocando unidad y armona en el conjunto.
Samaniego fue un especialista en la cromtica. En su Tratado
de Pintura dio recetas prcticas para obtener toda clase de colores
y usarlos segn las circunstancias. E n el ejercicio del arte pictrico supo aplicar la teora y la experiencia personal de maestro consumado. Los colores puros, matizados con veladuras, caracterizan
los encarnados y los vestidos de las figuras, causando la impresin
de alegra y optimismo.
Manuel Samaniego, por su vida y por sus obras, es el pintor
ms destacado del siglo X I X . Alcanz parte del siglo XX. Fue
tomado en cuenta para dirigir la remodelacin del duomo y del
coro de la Catedral y para pintar los murales que decoran el friso
que se sobrepone desde el arranque de los arcos.
El Museo de la Universidad Catlica posee ejemplares excelentes de este gran pintor.
LA DIVINA
PASTORA
Padre hizo confeccionar un estandarte con la imagen de Mara Pastora. Los resultados benficos obtenidos por este patrocinio especial de la Virgen, estimularon a los capuchinos para adoptar esta
representacin como peculiar de su Instituto.
El mismo Padre Isidoro organiz una Cofrada de la Divina
Pastora y compuso unas estrofas, que describan los detalles de su
representacin simblica. Vale la pena transcribirlos, porque permiten comprender el significado de los diversos elementos que intervienen en un cuadro de la Divina Pastora:
Os dio David el cayado,
la sombra de Dios, sombrero.
de Geden el vello entero
el pellico os ha formado;
para guardar el ganado
de ese traje vais vestida.
En el bello y verde prado
florido de Jeric
donde la rosa brot
apacentis el ganado:
con paso tan delicado
tenis la grey muy lucida.
De vuestro nombre marcadas
las ovejuelas hermosas,
salen del redil gustosas,
siguiendo vuestras pisadas:
con vuestro ejemplo animadas
hallan dulce la subida.
Miguel su rayo vibrando
contra el lobo carnicero,
defiende al pobre cordero
que se va descarriando:
Ave Mara balando
va la oveja protegida.
52
w&mmmymmi^&.
SALAS
Nacido en 1780 y fallecido en 1860, Antonio Salas fue el artista que estableci el puente de enlace entre la poca colonial y la
republicana. Discpulo de Bernardo Rodrguez y Manuel Samaniego, aprendi de ellos la tcnica de la pintura enseada en taller y
ejercit su pincel en temas religiosos. De esta primera etapa se
conservan muchos lienzos firmados por el artista y repartidos en
Museos y Monasterios.
En 1824, en los albores de la Independencia, el General Juan
Jos Flores comprometi al artista la pintura de los Jefes que libraron las batallas de la emancipacin de la Gran Colombia. Fue
un momento psicolgico que favoreci al pintor. A mediados de
ese ao se hallaba el General Flores preocupado en su matrimonio
con la Srta. Mara Mercedes Jijn y Vivanco. Quera que la boda
estuviese a la altura de su condicin de Jefe y Comandante General del Departamento. Con este fin se propuso decorar la sala de
recepcin con la galera de los 22 retratos de los Generales de la
Independencia. Entre ellos constaban algunos quiteos o vinculados con familias de la ciudad. De los primeros eran los Generales
Manuel Matheu, Jos Mara Senz, Juan Ignacio Pareja y Vicente
55
Aguirre; de los segundos, el mismo General Flores, el General Sucre, el General Isidoro Barriga, el General Toms Carlos Wright
y el General Antonio Martnez Pallares.
Pintados para figurar en galera, todos los lienzos son de tamao uniforme, 2,30 m. por 0,85 m. Todos, asimismo, calzan botas y portan sables, empuados con la mano izquierda. Menos Santander y Guerra, los dems calzan espolines. Casi todos visten uniforme de pantaln y casaca azul; a excepcin de Sucre, Santander,
Torres, Crdova, Salom y Mires, que visten pantaln rojo y casaca combinada con rojo y azul. Todos llevan a los hombros palas
con una estrella y charreteras doradas y el cinturn de acuerdo con
el color del vestido. Todos exhiben uniforme de gala. Esta serie
de retratos enriquece actualmente el Museo Jacinto Jijn y Caamao, de la Pontificia Universidad Catlica.
Antonio Salas hubo de esmerarse para caracterizar la fisonoma de sus modelos, que debieron reconocerse en sus rostros semitostados por las andanzas de la guerra.
En adelante Salas se convirti en el retratista ms cotizado
de su tiempo, como se comprueba con los numerosos ejemplares
que se conservan, autenticados por su firma.
Antonio Salas fue el maestro ms popular y autorizado de la
pintura en la primera mitad del siglo X I X . Su propia casa la convirti en taller, donde aprendieron el arte sus numerosos hijos y
alumnos. Los ms destacados resultaron Ramn, Rafael y Brgida
Salas; Jos Ildefonso Pez y Luis Cadena.
La presencia de Ernesto Charton en Quito propici la fundacin de la "Escuela Democrtica Miguel de Santiago". El artista
francs, guiado por el cnsul seor Bourcier, visit el taller de Salas y traz una descripcin literaria y artstica del ambiente que se
respiraba en el obrador del patriarca de la pintura quitea.
Salas asisti al viraje de la fortuna poltica de su antiguo Mecenas, el General Juan Jos Flores. Cuando en marzo de 1852, la
Escuela Democrtica organiz una Exposicin de Arte, para celebrar el sptimo aniversario de la cada de Flores, Antonio Salas
fue el presidente de la junta calificadora de las obras y tuvo el
placer de otorgar los premios a algunos de sus alumnos. Luis Cadena, Juan Pablo Snz, Agustn Guerrero, Ramn Vargas y Vicente Pazmio formaban la generacin de artistas, que reconocan
a Salas como su venerado maestro. Antonio Salas falleci en 1860.
54
LUIS
CADENA
MANOSALVAS
siguiente testimonio del doctor Jos Gabriel Navarro: "Manosalvas, ahijado de mi bisabuelo, vivi largos aos en mi casa y en
ella muri. Excusado decir que su habitacin era un lugar de interesante tertulia artstica. All venan Rafael y Alejandro Salas,
el doctor Diego Salas, Pinto, un hijo de Cadena que era sobrino
poltico (ya que las esposas de Manosalvas y Cadena eran hermanas), Antonio Salguero, Leandro Venegas, el Sordo, un espaol
Jos Duran, discpulo de Cadena, el escultor Benalczar y varios
otros artistas y de sus conversaciones saqu abundante documentacin para la historia de la pintura quitea que la tengo a medio hacer".
Desde su adolescencia Manosalvas orient su vocacin a la
pintura en el taller de Leandro Venegas. Cuando frisaba en los
quince aos ingres a la Sociedad Artstica Miguel de Santiago
en 1852 y recibi la voz de aliento del pintor francs Ernesto Charton. A partir de 1860 aprovech de las experiencias que Luis Cadena haba adquirido en Italia. En 1862 obtuvo una medalla de
oro por su cuadro "Paso de Manglar", presentado en la exposicin organizada por la Academia Nacional Cientfica y Literaria.
En 1871, a la edad de 34 aos, viaj a Roma en goce de una beca
otorgada por el Presidente Garca Moreno. El mismo Alejandro
Marini, maestro de Cadena, lo fue tambin de Manosalvas. En
Roma goz de la amistad del clebre Fortuny, de quien aprendi
la tcnica de la acuarela, que la ejercit despus en Quito con notable habilidad.
Vuelto a su ciudad form parte del profesorado, encargado de
la enseanza de pintura en la Escuela de Bellas Artes. Disuelta la
Escuela, qued con Rafael Salas y Luis Cadena, a merced de la
escasa clientela que propiciaba la ejecucin de algunos lienzos.
Cuando en 1904 se restableci la Escuela de Bellas Artes, fue
llamado, junto con Salas y Joaqun Pinto, para dar el fruto de su
vieja experiencia a la niez y juventud que alboreaban a comienzo
del siglo X X .
Manosalvas se distingui entre sus compaeros por la nitidez
de la concepcin, el ordenamiento de los elementos de la composicin y la parsimonia del colorido. Trabaj poco pero selecto. Sus
obras se encuentran principalmente en el Museo Jijn y Caamao
de la Pontificia Universidad Catlica.
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JOAQUIN
PINTO
Durante la segunda mitad del siglo X I X , la aficin a la pintura vincul con el lazo de la amistad a tres artistas: Rafael Salas,
Juan Manosalvas y Joaqun Pinto. Los tres colaboraron, en calidad de profesores, en la Escuela de Bellas Artes, restablecida en
1904. Los tres rindieron el tributo a la muerte el ao de 1906:
Manosalvas, el 23 de febrero, a la edad de 69 aos; Salas, el 17
de marzo, a la edad de 8 6 ; y Pinto, el 24 de junio, a la edad de
64 aos. Sucesivamente a cada uno de ellos ofreci la sociedad de
Quito el tributo pblico de su reconocimiento.
Aurelio Romn, al consignar la condolencia a la muerte de
Pinto, se expresaba as en la Revista Jurdico-Literaria: "El Arte
Ecuatoriano est de duelo. Nuestros grandes pintores, los que forme'on escuela, aquellos cuyas obras han alcanzado renombre no
slo en A erica sino an en la Vieja Europa, han muerto. Pri.iero fue Salas, luego Manosalvas, hoy ha sido el genial D O N
J O A Q U I N P I N T O , el nico que nos quedaba de aquella generacin privilegiada de artistas de raza. Su cultura intelectual, refinada, pues, a ms de poseer algunos idiomas era el nico pintor
de la tal vez, que conociera a fondo la teora de su arte, la Historia y Ilitcinga, fue causa para que saliendo de los estrechos lmites de la labor rutinaria de nuestros pintores menos copistas produjera obras verdaderamente originales".
El calificar de genial a Pinto no es una hiprbole exagerada,
Fue un pintor de vocacin, que consagr todas sus energas al conocimiento terico y al ejercicio prctico de la pintura, hasta dominar la tcnica, para expresar debidamente cuanto le sugera su
imaginacin inquieta y creadora. Fue sensible al encanto del paisaje que lo interpret con veracidad delicada y sugerente. Capt el
ser del indio con visin de simpata, sin desfigurar su naturaleza
ni sus costumbres tpicas. Respondi al compromiso social del retrato. No fue ajeno al desahogo de la irona inofensiva para la caricatura de personajes o escenas que influyeron en su propia vida.
Tampoco tuvo reparo en autorretratarse en escenas de motivos religiosos. Los temas historiales, mitolgicos o sagrados se brindaron a su pincel, para satisfacer la demanda de clientes o por el
solo hecho de expresar sus anhelos personales.
58
No hubo gnero que evadiera a su inquietud artstica, ni tcnica que dejara de ensayar en su quehacer pictrico. Pint murales, se especializ en la acuarela, practic el grabado, compuso en
grande y en pequeo, distinguindose siempre por la claridad de
la idea, el orden de la composicin y la nitidez del colorido.
Dividi su tiempo entre la enseanza y el ejercicio de la pintura, sin preocuparse mayormente del aspecto econmico ni tratar
de salir de la estrechez de una vida modesta y honrada. Tan slo
despus de su muerte, sus obras han venido a enriquecer las colecciones particulares y los museos pblicos. El Museo del Banco
Central, el Museo Colonial de la Casa de la Cultura, el Museo
Municipal Alberto Mena Caamao y el Museo Jacinto Jijn y
Caamao de la Pontificia Universidad Catlica son los depositarios de las numerosas obras de arte, que inmortalizan el nombre
de Joaqun Pinto. La iglesia de La Merced y el Museo Mercedario conservan tambin lienzos de motivos religiosos y pinturas y
grabados de nuestro artista.
Miguel de Santiago en el siglo X V I I fue el mximo representante de la pintura quitea, por la calidad y abundancia de sus
obras. En el siglo X I X fue Joaqun Pinto el artista que consagr
toda su existencia a la pintura y dej un nmero considerable de
obras que constituyen el mejor patrimonio de que se glora la cultura nacional ecuatoriana.
P I N T O Y EL A R T E D E L G R A B A D O
Alejandro Alfonso Stols, en su "Historia de la Imprenta en
el Ecuador", dedic un captulo especial al estudio del grabado en
el Ecuador durante la Colonia. Traz la lista de los pocos grabados que se haban conservado y mencion los nombres de los grabadores. Con la implantacin de la imprenta en la Audiencia de
Quito, se publicaron algunas novenas a los santos de la devocin
popular, acompandolas con imgenes grabadas.
Durante el tiempo de la Repblica poco se cultiv esta rama
del arte. Hay que llegar a la segunda mitad del siglo XIX para
encontrar una manifestacin notable del grabado en Quito. Se debi a la habilidad artstica de Joaqun Pinto y de su esposa Eufemia Berro.
59
acuarelas, que captaban modelos, trajes y escenas tpicas de los habitantes del Rif y del Atlas.
Un artista de este tenor de vida debi impresionar hondamente en el espritu de Juan Manosalvas, que fue aprendiz de la
acuarela y el transmisor viviente de esta rama de la pintura. Se
conserva en Quito una acuarela con la dedicatoria de Fortuny a
Manosalvas. Las que pint este artista se destacan por su precisin de formas y sobrio colorido. El Museo Jijn y Caamao conserva una coleccin de acuarelas que representan figuras de los diversos pases, caracterizadas por su talante y formas de vestido.
En el Museo Colonial se guardan algunas que interpretan motivos
populares quiteos.
De Juan Manosalvas aprendi Pinto la tcnica de la acuarela,
en que super al maestro por el dominio de los matices del color.
Su temperamento inpresionable hall en el indio una fuente
de inspiracin, no slo por su variedad etnogrfica y forma de
vestido, sino por sus funciones a servicio de la sociedad. Su habilidad para el dibujo le permita captar con rapidez la visin del
modelo, cuyo diseo lo complementaba con la sobreposicin del
colorido, a base de agua gomosa y unas gotas de hil de vaca,
para conservar la frescura y humedad de la acuarela. A fines del
siglo X I X y principios del X X lleg a ser Pinto el artista de moda
para nacionales y extranjeros, que gustaban de poseer colecciones
de costumbrismo indgena. Entre los apuntes del artista, consta como cliente el seor Ministro de Francia, don Hiplito Fandiu, a
quien se le entrega el 4 de junio de 1898, nueve acuarelas que se
presentan: India del apo con Criatura, Pen Viejo Pisalodo, Alfarera con dos Pondos, Indio Zmbiza Barredor, Longo Archidona
con Bolsa, Alfarera con dos Criaturas, Mayoral yendo a Brindar
Trago, Indio de Zmbiza Hilando en el Camino, El Cuatro de
Diciembre, aade a la coleccin anterior cuatro ms, que representan: Bolsicona conduciendo un chico a la escuela. Nia yendo
a Misa con Criadito, Indio de La Magdalena con Llama, Acarreador de Trastos. El sbado, 31 de diciembre, aumenta la serie
con seis nuevas acuarelas, que responden a los ttulos siguientes:
Paisaje del Chimborazo, El Cayambe y la Iglesia de Tocache,
Demente Vendedor de Vasijas de Hojalata, Chola Cocinera Llevando las Compras, Vendedor Ambulante, Trinchero o Paje Lle62
vando Comida. El viernes 4 de mayo de 1899 completa la coleccin con cuatro acuarelas intituladas: Indio Carchi y Vendedora
de Alfalfa, Vendedora de Zambos y Vendedora de Choclos.
Durante el ao de 1899 pint diecisis acuarelas para el seor Canciller don Rogerio Bonnal. Vale la pena conocer los ttulos, que expresan la variedad folklrica del indio que serva en la
ciudad: Indios de Nayn vendedores de carrizos, India vendedora
de Chaguas, Indio de Zmbiza Hortelano, Indio de Chinchamayo
(perfil), Longa pastora de Atuntaqui, India placera vendedora de
aj, Manabita tejedor de sombreros, Otavaleo vendedor de gallinas y su Mujer, Indio Papallacta vendedor de artezas y su Mujer
vendedora de vacinillas, Vocinero conductor de ganado vacuno,
Otavaleo vendedor de armaduras de silletas, Nayn vendedor de
escaleras y su Mujer hiladora ambulante. Indio de Zmbiza vendedor de soguillas.
En 1900 pint cuatro acuarelas para el seor Carfor. Entre
1900 y 1901 pint una coleccin completa de cien acuarelas del costumbrismo indgena para el Dr. Francisco Cousin, cuyos descendientes han conservado como tesoro artstico.
Todas llevan al pie el nombre del pintor y la data del ao.
Estas acuarelas han sido reproducidas, con un comentario potico,
en la cartula posterior de los fascculos del Arte Ecuatoriano de
Salvat.
Fuera de estas colecciones, se conservan muchos ejemplares
en los Museos de Jacinto Jijn y Caamao, del Banco Central, del
Museo Municipal y del Museo Colonial. Se puede advertir el proceso en la pintura de las acuarelas. La impresin visual de los
modelos la dibujaba en un papel cualquiera, con precisin de lneas a lpiz. Estos diseos los trasladaba a hojas de papel de dibujo, de tamao ordinario, para iluminarlos con el color disuelto
en agua gomosa.
~ 63
ESCULTORES
IMAGINERA
QUITEA
Diego de Robles fue en Quito el primer imaginero que populariz el culto de Nuestra Seora de Guadalupe en los Santuarios de Gupulo y El Quinche. A partir de este artista, que trabaj entre 1586 y 1610, la escultura entr a servicio de la Iglesia
para representar motivos de inspiracin y carcter religioso. El
retablo mayor del templo de San Francisco ofrece una muestra de
la funcin catequstica de la imaginera. En el remate superior del
callejn central aparece la representacin de la Trinidad con el
busto del Padre, el Hijo que se bautiza y el Espritu Santo en
forma de paloma. A la imagen de la Inmaculada Legardiana del
nicho central, cortejan las figuras erectas de los doce Apstoles.
E n el zcalo se destacan a los lados los relieves sedentes de los
cuatro Evangelistas. Las Virtudes, en representacin de figuras
yacentes, descansan sobre los frontones truncados que rodean el
remate lateral del retablo. E n resumen, la Trinidad, la Virgen Inmaculada, los Apstoles, los Evangelistas y las Virtudes, se ofrecan a la visin del pueblo, y daban ocasin para explicar el sentido de las verdades religiosas.
El grupo de la Trinidad corona los retablos mayores de la
Compaa, de la Merced, de Cantua, de la Capilla del Rosario.
Las Virtudes estn representadas, adems de San Francisco, en el
Coro Catedralicio. Mara, en sus diversos privilegios y advocaciones, ha ofrecido un abundante repertorio para la representacin
imaginera. Los ngeles se volvieron familiares a travs de sus figuras plsticas. El arte quiteo recuerda con afecto los nombres
de Diego de Robles, el Padre Carlos, Bernardo de Legarda, Manuel Chili y Domingo Carrillo, que pusieron su habilidad imaginera a servicio del pueblo cristiano, para interpretar su sentimiento
religioso. Son ellos los protagonistas de la Escuela Quitea de Escultura, caracterizada por su imaginera primorosa, por la belleza
de la forma y el encanto de su policroma.
DIEGO DE
ROBLES
Nuestra Seora del Quinche por Diego de Robles (Santuario del Quinche).
'
CARLOS
Con este nombre simple se designa al imaginero ms representativo del siglo X V I I . No ha sido posible encontrar un dato
que revelara el aspecto humano de su vida. De su existencia y del
tiempo en que ejercit su arte hay una referencia escrita, que se
encontr al pie de la imagen de San Lucas, que se venera en uno
de los altares de la iglesia de Cantua. El texto manuscrito dice
as: "El ao de 1.668 se acab esta efigie del seor San Lucas
Evangelista y la hizo el Padre Carlos y la renov Bernardo de
Legarda siendo su sndico el ao de 1.752, a su costa, a que concurrieron siendo priostes en otros aos don Lucas Basco, don Victorio Bega, don Jos Corts y don Jaseph Riofro, con diadema de
plata, paleta, brocha y tienta, todo lo otro en plata, la tienta en
chonta y dos casquillos de plata".
Esta inscripcin, adems de revelar al autor de la imagen y
el ao de su escultura, manifiesta el culto que se renda al evan70
'
LEGARDA
C A S P I C A R A
Con este nombre, consagrado ya en la Historia del Arte ecuatoriano. acaba de publicarse el Tomo Primero de Artistas Ecuatorianos, por iniciativa y bajo la direccin del Ing. Hctor Merino
Valencia y del Padre Agustn Moreno Proao. Su sensibilidad esttica y su patriotismo magnnimo f u e r o n ya coronados por el
xito en su primera publicacin intitulada Quito Eterno. Han demostrado que es posible editar en Quito libros de impecable presentacin artstica, que es una forma noble de estimular un sano
patriotismo. La presentacin grfica de nuestros artistas propicia
el conocimiento y aprecio popular de nuestro patrimonio artstico.
Aprovechamos esta ocasin para felicitar y a la vez agradecer a
los dos benemritos amigos por su labor patritica y cultural.
Don Antonio Salguero fue poseedor de la imagen de un Nio
Dormido sobre un lecho, esculpido en un madero, en cuyo revs
haba el artista consignado su nombre de Manuel Chili en letras
ahuecadas Esa escultura fue llevada a Roma por la viuda del pintor y devuelta despus a sus hijastros. De ese ejemplar nico hicimos tomar fotografas, que sirvieran de indicio comparativo para
valorar las atribuidas a la gubia del artista. Ese ejemplar nico
se encuentra actualmente en Suecia.
Son dos los lugares en que puede apreciarse la habilidad artstica de Caspicara: la Catedral y San Francisco. Cuando el Presidente Barn de Carondelet patrocin la restauracin de la Catedral, colaboraron en la obra el arquitecto espaol Antonio Garca,
los pintores Manuel SamanP"-o y Bernardo Rodrguez y el escultor imaginero Manuel Chili. Por cuenta de este artista corri la
hechura de las imgenes de las Virtudes, que descansan sobre los
escaos del coro y el grupo de ngeles que rodean la cruz en el
remate del retablo. Para la misma Catedral labr el grupo llamado
la Sbana Santa, en que estn representados el cadver del Seor
y en torno a l la Virgen, Mara Magdalena y San Juan.
San Francisco exhibe las obras de Caspicara en varias de sus
depedencias. En Cantua se halla la Impresin de las Llagas en
una composicin de relieve, muestra nica de la tcnica variada del
artista. En el retablo de San Antonio de la iglesia, en el nicho superior, se encuentra el grupo de la Asuncin de Mara, integrado
74
MOBILIARIO
ARTSTICO
museos y colecciones particulares. El Museo de la Universidad Catlica posee la mejor y ms abundante muestra del mobiliario quiteo colonial,
EL BARNIZ
DE
PASTO
QUITEA
DEL
XVIII
80
/ / /
MUSEOS
DE QUITO
QUITO,
CIUDAD
MUSEO
84
MUSEO
DE
ARTE
COLONIAL
Mercedarios. En los corredores altos del Museo se hallan colocadas en vitrinas, una abundante coleccin de esculturas en madera
policromada, en marfil y corozo, que demuestran la habilidad de
nuestros imagineros, para representar los motivos religiosos, principalmente navideos, tan del gusto de nuestros mayores. Ah se
encuentra la preciosa imagen del Seor Resucitado del clebre
Caspicara.
En la sala baja, con acceso por la puerta esquinera del Museo,
se ha organizado una exposicin permanente de las obras de los
pintores del siglo XIX. Antonio Salas, Luis Cadena, Rafael Salas,
Juan Manosalvas y Joaqun Pinto, estn representados con los mejores lienzos que brotaron de su pincel.
Entre los Museos de Quito, es ste el ms antiguo y por el
edificio que ocupa, el que rene en s la arquitectura civil de la Colonia, con cuadros e imgenes de la Escuela Quitea de Arte.
EL
MUSEO
MUNICIPAL
poca colonial. E n la seccin de esculturas, la coleccin se enriqueci con una buena dotacin de imgenes policromadas de figuras
de nacimiento y de santos de la devocin popular. Armas antiguas
de varias marcas y calibres, lo mismo que prendas de vestido episcopal del limo. Seor Federico Gonzlez Surez, integraron la coleccin donada al Municipio de Quito.
El ejemplo de don Alberto Mena estimul la generosidad de
don Miguel Angel Alvarez, quien don a su vez al Municipio Quiteo, una no menos valiosa coleccin de obras artsticas. En posesin de este tesoro de patrimonio cultural, acord el Municipio capitalino restaurar adecuadamente el tramo conocido desde antao
con el nombre del "Cuartel del Real de Lima". Esta denominacin
evocaba el recuerdo de la inmolacin de los patriotas del Primer
Grito, ahogado en sangre por los soldados del General Arredondo.
Ahondando ms en la historia, este local demostraba la pericia tcnica del Hermano Marcos Guerra, que haba conseguido,
mediante slidas arcadas, superar el profundo desnivel, producido
por la quebrada que atravesaba de poniente a levante, el edificio de
La Compaa. Precisamente las criptas formadas por los arcos sirvieron de calabozos a los patriotas.
La adecuacin del edificio consult las diversas funciones a
que se lo dedicaba. Ante todo, la conservacin del Archivo, depositario de los Libros del Cabildo, en que consta el proceso histrico
de la vida de la ciudad. Luego, las salas y corredores de la parte
superior, para exhibicin ordenada de las obras de arte. El stano
se ha destinado a la representacin plstica del sacrificio sangriento
de los Proceres el 2 de agosto de 1810.
El Cabildo Quiteo, con generosidad patritica, ha adquirido
nuevas obras de arte y, sobre todo, una valiosa coleccin de objetos arqueolgicos, para cuya muestra ha destinado la sala baja a
la entrada del edificio. Por lo visto, el Museo Municipal de Arte
e Historia reviste notas de carcter exclusivo. En l reposan las
fuentes documentales que han servido para la publicacin de la serie de "libros de Cabildos de la Ciudad de Quito". La Revista intitulada "Museo Histrico" es el rgano oficial del Museo, para
dar a conocer las actividades trascendentales de la vida del Cabildo
Quiteo.
87
MUSEO
DEL
BANCO
CENTRAL
MUSEO
FRANCISCANO
los grupos del Calvario y la Coronacin de la Virgen revelan la habilidad del artista, que ha conseguido acentuar la fina anatoma
de los rostros y las manos con un encarnado brillante y destacar
los pliegues de los vestidos con un minucioso policromado.
Fuera de estas obras de artistas conocidos, exhibe el Museo
la serie de escenas de la Vida de la Virgen, pintadas sobre planchas de alabastro; la coleccin de Santos y Santas, que merecieron tener al Nio Jess entre sus brazos; el copioso muestrario
de antiguos ornamentos, con la casulla de Fray Jodoco Ricke, y
muchas obras ms, pequeas y grandes, que hacen del Museo
Franciscano una de las mejores pinacotecas de Quito.
MUSEO
DOMINICANO
La Asamblea Nacional Constituyente de 1945 formul y expidi la Ley del Patrimonio Artstico. A continuacin del texto de
la Ley, decret la siguiente disposicin: "Ordnase al Poder Ejecutivo la devolucin de la casa actualmente ocupada por el cuartel
de Guardias Civiles a la Comunidad Religiosa de San Francisco
de Ass, y de la que ocupa la Escuela de Guardias Civiles al Convento de Santo Domingo. En ambos sitios se establecern, bajo
la direccin tcnica de la Casa de la Cultura, museos y bibliotecas
que funcionarn al cuidado de la respectiva Orden Religiosa, con
los cuadros, estatuas, libros y manuscritos pertenecientes a dichas
comunidades religiosas, pero debern permanecer abiertos al pblico segn el horario que se formular de acuerdo entre dichas
comunidades y la Casa de la Cultura".
Esta ordenacin de la Asamblea dispona la inversin de cien
mil sucres, a cargo de "Imprevistos Generales", para efectuar la
adecuacin de los antedichos locales.
El decreto de 1945 no se hizo efectivo para Santo Domingo
sino en 1952, con la intervencin del doctor Jos Mara Velasco
Ibarra en su calidad de Presidente y de su Ministro, el doctor
Camilo Ponce Enrquez. Se realiz por fin la devolucin del tramo del Convento, ocupado por el Cuartel; pero sin ningn aporte
de dinero. Por gestiones del Prior de entonces, el Alcalde seor
Rafael Len Larrea y el doctor Benjamn Carrin, Presidente de
la Casa de la Cultura, prestaron su ayuda econmica para restau-
91
MERCEDARIO
sagrado su pincel a la representacin de Nuestra Seora en las diversas escenas relacionadas con el origen de la Orden Mercedaria.
Sus lienzos de claro y brillante colorido constituyen una muestra
de la teora que escribi Samaniego en su Tratado de Pintura.
Joaqun Pinto ha merecido un puesto de honor en el Museo
Mercedario. Se exhibe ah una coleccin abundante y escogida de
sus grabados y lienzos, como tambin de las condecoraciones obtenidas por sus obras.
En suma, el Museo Mercedario es uno de los mejor dotados en ejemplares de arte. Al Padre Coronel han seguido los Comendadores sucesivos que han dado pruebas de su sensibilidad
artstica, patrocinando la ejecucin de sus obras a Rafael Salas, Antonio Salguero y sobre todo a Vctor Mideros.
MUSEO
DE SAN
AGUSTN
de Ribera, siendo Provincial de esta Provincia, de limosnas de Religiosos y devotos de la Religin, y para su mayor lucimiento y
gloria accidental de su Patriarca. La dedica y consagra S.P.M. al
ilustre y magnfico Sor Dor. D. Po. Vzquez de Velasco del Consejo de su Magd. Dignsimo Presidente de esta Real Audiencia de
Quito, nclito Patrn de esta Prava, de N. P . S. Agustn. Este
lienzo con doce o ms pint Miguel de Santiago, en todo este ao
de 1656, en que se acab esta historia".
Esta serie de lienzos de la vida de San Agustn han dado al
convento el carcter de Museo, en que el visitante puede contemplar la obra de Miguel de Santiago y plantearse el problema sobre
la originalidad del artista y la calidad de su pintura, en este primer ensayo de su carrera.
En el claustro oriental del convento se franquea la entrada
a la Sala Capitular, construida entre 1741 y 1761, durante el provincialato del Padre Juan de Luna y Villarroel. H a sido declarada monumento nacional por cuanto en esta sala se firm el Acta
del Primer Grito de Independencia y en su cripta fueron enterrados los cadveres de algunos proceres, despus del sacrificio del 2
de agosto de 1810.
Llama desde luego la atencin la estructura del coro con su
tribuna y las dos series de escaos, con sus espaldares de madera
labrada y calada, muestra de la habilidad extraordinaria de nuestros artesanos de la talla. Delante de la tribuna se halla la mesa en
que se firm el Acta de la Independencia. Frente a la tribuna, al
fondo de la sala, se levanta el retablo barroco con el grupo del calvario. El artesonado es totalmente decorado con carreras de marcos
uniformes, que contienen lienzos representativos de sav.os y santas augustinianos. En los muros laterales se exhiben algunos lienzos, pintados por Miguel de Santiago. Entre ellos nos es dado conocer el retrato del Padre Basilio de Ribera, que consta en el cuadro que representa la muerte de San Nicols de Tolentino. Se admira tambin ah la pintura de la Inmaculada con los emblemas de
la letana, en que aparece la Virgen en la actitud con que despus
de un siglo la represent Bernardo Legarda.
En la actualidad se ha organizado en el piso alto del Convento el Instituto de Restauracin de las obras de arte, con un taller
en que se ha dado comienzo con el tratamiento tcnico de los lienzos
de Miguel de Santiago.
95
GALERA
DE LOS
OBISPOS
DE
QUITO
De los obispos y arzobispos ms cercanos merecen mencionarse el limo. Seor Jos Cuero y Caicedo, que afront la situacin
provocada por el Primer Grito de Independencia; el limo. Seor
Pedro Gonzlez Calisto, testigo y victima del movimiento del Liberalismo; el limo. Seor Federico Gonzlez Surez, historiador, polemista y orador de fama; el limo. Seor Manuel Mara Plit, prelado de exquisita cultura literaria y social; el limo. Seor Carlos
Mara de la Torre, primer cardenal ecuatoriano, de principios definidos en su accin pastoral.
Desde el punto de vista artstico, los retratos del siglo X V I I
son, por lo general, de mano maestra y caracterizan al personaje
con una elegancia que revela el gusto que impuso en el ambiente el
pincel de Miguel de Santiago. De los modernos, el mejor obtenido,
por la expresin psicolgica, es el retrato del limo. Seor Manuel
Mara Plit.
Al centro de la tribuna de la sala, se ha colocado actualmente
el lienzo que representa a la Inmaculada, con el busto de dos jesutas en la parte inferior del cuadro. A juicio de los expertos, ese
lienzo fue pintado por el Hermano Jesuta Pedro de Vargas, discpulo del clebre pintor italiano, Hermano Bernardo Bitti.
.
97
IV
TEMPLOS Y
CONVENTOS
LA
CATEDRAL
FRANCISCO
LA CAPILLA
DE
CANTUA
de Juarez, hasta el punto de tener que vender su casa. Compadecido entonces Cantua de la suerte de su amo, le persuadi a que
hiciese un subterrneo con los instrumentos de fundicin y extrayendo los tesoros enterrados del Inca le proporcion lo necesario
para redimir su situacin precaria. El caso se mantuvo en secreto
hasta la muerte del Capitn, el cual dej a Cantua de nico heredero de cuanto posea.
Cantua aprovech de la fortuna para limosnas y obras pas,
lo cual llam la atencin de muchos que sospechaban de la procedencia, hasta obligarle a comparecer ante la justicia. El indio sali del apuro declarando que efectivamente haba l proporcionado
a su amo la riqueza, la cual haba adquirido haciendo un pacto
con el diablo. El caso suscit el celo de muchos sacerdotes que hacan exorcismos para librar el alma de Cantua de la posesin del
demonio.
"Lo ms digno de notarse", concluye el Padre Velasco, "en
esta historia tan clebre como ridicula, es que, despus de pruebas
tan evidentes, creen hasta ahora muchsimas personas, por verdadero aquel pacto. Con parte de aquel oro fabricaron despus los
franciscanos una buena iglesia, continua a la de ellos, dedicada a
los Dolores de la Santsima Virgen, con suficientes fondos para
mantener el culto y hacer las fiestas de la sagrada imagen. No
tiene por eso aquella iglesia otro nombre, que el de la iglesia de
Cantua, la cual la hicieron como propia de los Indianos. Nunca
se habran sabido todas las circunstancias referidas de este suceso,
si aquel mismo religioso, que ms se empeaba en conjurarlo en
presencia de los otros, y era su secreto confesor, no lo hubiese dejado escrito de su puo. El lo saba todo, e hizo el dictamen de
que convena disimularlo, mientras viva". El Padre Velasco se refiere al manuscrito del confescor de Cantua y afirma que ste
muri en 1574. Una loza sepulcral, empotrada en el claustro franciscano, reza lo siguiente:
"Esta es la sepultura de Francisco Cantua y sus herederos.
Ao de 1.669".
Fue ste el Cantua de la leyenda o debemos retrasar la fecha de la vida histrica del Cantua que hizo construir la Capilla
de su nombre?
Lo indudable es que a mediados del siglo X V I I I la Capilla
era conocida con el nombre de Cantua y por el culto que en ella
- ]0C
se renda a Nuestra Seora de los Dolores, con cuyo ttulo se haba organizado ah una Cofrada.
Al pie de la imagen de San Lucas, que se exhibe en un retablo lateral de la Iglesia de Cantua se encontr la inscripcin
siguiente: "El ao de 1668 se acab esta efige del Seor San Lucas Evangelista y la hizo el Padre Carlos y la renov Bernardo de
Legarda siendo sndico el ao de 1.762, a su costa, a que concurrieron siendo priostes en otros aos Don Lucas Basco, Don
Victorio Vega y Don Joseph Riofro, con diadema de plata, paleta, brocha y tienta, todo lo otro en plata, la tienta en chonta y
dos casquillos de plata". De esta inscripcin se deduce que en la
Capilla de Cantua estaba organizado el culto de San Lucas, patrono de los pintores y escultores, de cuya Cofrada era Sndico
Bernardo de Legarda.
El artista declar en su testamento que el Convento de San
Francisco le haba cedido, por escritura pblica, una paja de agua
de que gozaba en su casa, contigua al convento. Esta vecindad debi hacerle sentir como propia la cercana Iglesia de Cantua. Nada
ms natural que dotarla de un retablo digno del culto a Nuestra
Seora de los Dolores. Para su inspiracin de artista se ofreca
un gran espacio que remataba en un arco. Tallador al mismo tiempo que imaginero, concibi la idea de tallar un grupo del Calvario
para colocarlo en un nicho nico central. La estructura del retablo
se presentaba fcil con un juego de columnas laterales y todo el
fondo cubierto de adornos tallados. A la vista del pueblo deba imponerse la representacin de la Trinidad, con el busto del Padre
Eterno en el remate; el Espritu Santo en forma de paloma y el
Hijo en el episodio de la agona. Bajo el nicho central, el Tabernculo de plata para reserva y exposicin del misterio Eucarstico.
SAN
DIEGO
La R^ oleccin de San Diego recibi ese nombre por San Diego de Alcal, un santo hermano franciscano, nativo de Andaluca
misionero en Canarias, santificado en Alcal de Henares. En
1550 estuvo en Roma en la canonizacin de San Bernardino de
Sena. Muri el 12 de noviembre de 1563. Por un milagro que
verific con el Prncipe Carlos, pidi Felipe II su canonizacin
106
a Sixto V, como as se realiz el ao de 1588. Por esta circunstancia la fama de San Diego de Alcal se difundi en Espaa y
en Amrica.
En Quito fue iniciativa del Cabildo secular la fundacin de
una recoleta, o casa de estricta observancia, a modo de las introducidas en Espaa, a raz del Concilio de Trento. En sesin del
29 de enero de 1597, el Cabildo, a peticin del pueblo, acord
dirigirse al General Francisco de Mendoza Manrique para conseguir la autorizacin debida. Era el tiempo en que, a consecuencia de la revolucin de las Alcabalas, fue castigada la ciudad con
la privacin de alcalde y puesto un Corregidor en su lugar. Resuelta favorablemente la peticin, el Cabildo encomend la realizacin de la Recoleta a la comunidad de Franciscanos.
Desde el principio se hizo cargo de la obra el Padre Bartolom
Rubio cuya permanencia en Quito defendi el Cabildo en sesin
del 8 de octubre de 1598. Para emplazamiento de la iglesia y el
convento don el sitio, mediante escritura pblica, don Marcos de
Plaza, casado con doa Beatriz de Cepeda, sobrina nieta de Santa
Teresa de Jess. Ms tarde, el 27 de diciembre de 1602, el mismo
donante ampli la extensin de tierras para complemento de las
diversas dependencias del convento recoleto. El Cabildo, a su vez,
colabor en la obra cediendo a la Recoleccin de San Diego parte
de las aguas que descendan del Pichincha a la propiedad del Inca
Auqui Atabalipa.
No tard la recoleta sandiegana en adquirir prestigio en el
ambiente de la ciudad. Del convento de San Pablo se provea de
personal anhelante de seguir el ejemplo de San Diego de Alcal y
San Pedro de Alcntara, los franciscanos protagonistas de la reforma religiosa en Espaa.
San Diego, en lo material y formal, es la expresin del arte
y espiritualidad quitea del siglo X V I I . La iglesia de una sola
nave conserva aun la solidez de sus muros laterales, el artesonado
mudejar del presbiterio y los lienzos que adornan los costados del
mismo presbiterio. El pulpito es de suyo una obra de arte, con valor
simblico y funcional. Es una muestra del barroco del siglo X V I I I
y sirve de ctedra para la predicacin anual de los sermones de
ejercicios.
Los claustros del tramo lateral a la iglesia estn rodeados de
columnas ochavadas que soportan los arcos, sobre los que se carga
107
SANTO
DOMINGO
Y SAN
AGUSTN
Dedicatoria de la
vida de San Agustn
por Miguel de
Santiago (Museo
de San Agustn).
de Santo Domingo provino del Padre Rodrigo de Lara que ocup el Provincialato entre 1595 y 1599. Para la realizacin de la
obra orden que los conventos y doctrinas que integraban la Proca contribuyesen a la fbrica de la casa de formacin comn de
los religiosos. Gracias a este esfuerzo corporativo pudo avanzar la
construccin en forma que, en el primer cuarto del siglo X V I I , se
llev a cabo la edificacin de la iglesia con la Capilla del Rosario
y tramo principal del convento. La Iglesia primitiva fue de una
sola nave con capillas laterales, divididas por amplios muros, que
aseguraban su solidez en contrafuertes salientes en todo el contorno exterior. Hacia el centro de la iglesia se sobrepuso a cada muro
divisorio un par de pilastras de fuste acanalado, que sostenan la
cornisa que corra toda la nave hasta los arcos torales del crucero,
dando al interior la impresin de unidad arquitectnica. Las dos
capillas de entrada eran ms bajas para dar espacio al coro. Al
fondo se levantaba el retablo mayor y en las capillas estaban los
altares con imgenes de devocin popular.
La Capilla del Rosario, conservada sin alteracin, ofrece un
caso de singular arquitectura. Consta de dos cuerpos unidos por
amplia gradera, que se inscribe en un cuadrado que remata en
cpula ochavada. El segundo, que hace de presbiterio, disimula en
el interior el arco que por fuera facilita el trnsito hacia la Loma
Grande.
A partir de 1886 se realiz una remodelacin de la iglesia con
la apertura de las naves laterales, sustitucin del coro de entrada,
reemplazo del retablo mayor por un altar de estilo gtico, que deja
ver al fondo las ventanas con vitrales procedentes de Pars y Roma. Se respet tan solo el artesonado mudejar, el nico completo
de los templos coloniales de Quito.
El Convento en su claustro principal, ha conservado su arquitectura primitiva. En la fachada que da hacia la plaza ps fcil advertir la serie pareja de pilastras que dividen las celdas y soportan,
abajo, el entablamento horizontal y, arriba, la cornisa. El cuadro
interior del claustro rodea los corredores de un columnario de fuste ochavado, que apoya la base sobre un cerco saliente de piedra y
sostiene los arcos en los dos pisos. El jardn, con su pila al centro,
se ilumina con amplia claridad.
El segundo tramo del convento fue construido en el tV'-no
cuarto del siglo X V I I , salvando el desnivel que descenda desde la
109
plaza con un muro muy alto en el costado septentrional. Las columnas del patio interior son de fuste cilindrico y el piso superior
cubierto y con ventanas rectangulares. A lo largo del costado oriental se halla el refectorio con artesonado mudejar que lleva por data
el ao de 1688.
*
LA
COMPAA
hizo el retablo mayor del altar mayor, los de los colaterales de nuestros padres San Ignacio y San Xavier y otros, porque no slo era
arquitecto sino tambin grande escultor. Con ocasin de hacer las
obras de nuestro colegio ense a otros y de su enseanza salieron
grandes oficiales, con que se le deben al Hermano Marcos, no slo
los edificios que l fabric a gloria de Dios sino tambin los que
han edificado sus discpulos".
El Padre Mercado nos ofrece tambin el juicio de valoracin
de la arquitectura del templo: "Es alegre por lo claro, rico por lo
adornado, excelente por lo artificioso. El cuerpo est ricamente artesonado con varios lazos y sobrepuestos dorados, todas las capillas son excelentes adornadas de bellsimos retablos, todas de media naranja con sus linternas que las agracian y dan mucha claridad, conque sobresalen ms y varias labores de yeso que las pulen,
taraceadas de oro. De los tres coros que tiene la iglesia, los dos colaterales que corresponden a estas capillas estn lustrosos con otras
dos medias naranjas con el mismo adorno de las pasadas que esclarecen y adornan ms la iglesia por su mayor capacidad. El crucero
y capilla mayor es obra muy primorosa, asi por el retablo mayor que
le hermosea, como tambin por las tribunas que la acompaan; dos
sobresalen a los lados del altar mayor y otras cuatro a las capillas
que corresponden al crucero estofadas de varios matices y colores;
y habiendo tanto que ver y admirar, lo que ms se lleva a los ojos
es el pulpito por ser raro en el artificio de obra corintia".
La fachada del templo es obra del siglo X V I I I . De los artfices que intervinieron en su construccin hay constancia en una lpida que lleva la inscripcin que sigue: "Ao 1722. El P. Leonardo Deubler empez a labrar las columnas enteras para este frontispicio, los bustos de los apstoles y sus geroglificos inferiores siendo visitador el R. P. Ignacio Meaurio. Suspendi la obra en 1725.
La continu el H. Venancio Gandolfi de la Compaa de Jess, arquitecto mantuano, desde 1760 en el provincialato del R. P. Gernimo Herce y 2o. rectorado del P. ngel Mara Manca. Acabla
en 4 de Julio de 1765, siendo Pontfice Mximo Clemente X I I I ,
Rey de las Espaas y de las Indias el Seor D. Carlos I I I " .
Se ha hecho referencia, al hablar del templo de la Compaa
de Quito, al modelo de Gesu de Roma. Lo primero que cabe anotar al respecto es que el Hermano Marcos Guerra vino de Roma
con el destino expreso de construir el templo de Quito. En cumpli112
miento de su misin levant la iglesia con cupula en el crucero, techumbre abovedada en la nave central y capulines con linternas en
las capillas laterales. El hecho de ser arquitecto y escultor le facilit
la decoracin de las pilastras y la bveda con figuras geomtricas
y artesones de estuco resaltado.
La impresin que a primera vista produce la Compaa es la
de unidad y armona, resultado feliz de la cpula que proyecta su
iluminacin en torno al espacio del crucero y del tambor de la bveda, que contrae la atencin hacia el altar central. Ideolgicamente
la cpula parece flotar sobre el conjunto arquitectnico reclamando
una visin trascendental y la bveda delata el equilibrio entre fuerza y materia para dominar la masa que se insina en la solidez de
los muros y los arcos.
Con la arquitectura de la Compaa se introduce en Quito la
tcnica de la cpula y de la bveda en los templos del siglo X V I I ,
modalidad que elimin la techumbre plana de las iglesias del siglo
X V I , que reclamaban el uso de la madera para los artesonados
de lacera mudejar, tan vulnerables a los efectos de las lluvias y los
terremotos.
LA
BASILICA
DE
LA
MERCED
A partir del 24 de septiembre de 1737, la Comunidad Mercedaria de Quito celebr un triduo solemne, con motivo de la consagracin de su nuevo y definitivo templo. Corri el primer da a
cargo de los funcionarios de la Audiencia. El segundo correspondi al Cabildo Eclesistico; y el tercero celebr la misma Comunidad Mercedaria.
En el da que toc al Cabildo predic el sermn el doctor Ignacio de Chiriboga y Daza, cannigo y examinador sinodal de la
Iglesia de Quito, quien public el discurso entre los Sermones Varios, que mand editar en Madrid el ao de 1739. Tom como
acpite del sermn el texto de San Lucas en que refiere las palabras del Seor a Zaqueo, a saber: Conviene que yo me hospede
hoy en tu casa . . . Ciertamente que el da de hoy ha sido el da de
salvacin de esta casa. En el desarrollo del tema estableci una
comparacin continuada entre el templo de Jerusaln y el de la
Merced que acababa de consagrarse.
113
EL
TEJAR
ciudad. Sobre un emplazamiento cuadrangular se levanta el Convento, con dos galeras de claustros de columnario de orden drico, sobre el que se alza la serie de arcos en todo el contorno de
los corredores. En el alto se ha aumentado una columna al centro,
que ha determinado el estrechamiento de los arcos del claustro superior. En la mitad del patio se ha dispuesto una pila, para completar la estructura de los conventos coloniales. Con el dinero conseguido por el Padre Saldaa se mand pintar, para adornar los
claustros, la serie de lienzos de la vida de San Pedro Nolasco. Los
pintores Francisco Albn, Antonio Astudillo y Casimiro Corts,
han consignado sus nombres en sus respectivos cuadros.
En el muro de descanso de la grada se halla un lienzo de
Nuestra Seora de la Merced acogiendo bajo su manto a santos
y esclavos redimidos. Una inscripcin afirma que fue su autor Manuel Samaniego y que concluy la pintura Tadeo Cabrera.
La iglesia por fuera cierra la calle que conduce al Tejar y se
levanta al extremo del convento. Como todos los templos quiteos
tiene a la entrada un pequeo atrio con pretil. La fachada que
ocupa el ancho de la va, es un simple muro flanqueado a los extremos por pilastras, al medio de una puerta arqueada, dos culos
de piedra a los lados de la parte superior y en el remate un entablamento con dos torrecillas.
La iglesia, levantada sobre planta rectangular, tiene el techo
abovedado. El retablo mayor, restaurado de acuerdo con el estilo
colonial, conserva en el nicho superior un hermoso grupo de la
Trinidad. Del templo primitivo, levantado por el Padre Bolaos,
no se conserva sino la estructura arquitectnica. Ya en el segundo
cuarto del siglo pasado hubo de sufrir modificaciones, como se colige de la siguiente inscripcin consignada en una placa marmrea: "El domingo, 5 de agosto de 1.832, consagr esta iglesia el
limo. Seor Doctor Jos Mara Estoves, Obispo de Santa Marta,
y la dedic en honor de Mara Santsima de las Mercedes. Puso
en el ara las reliquias de los santos mrtires Clemente, Felicsimo,
Victoria, Fausto, Generosa e Inocencia. Concedi cuarenta das de
indulgencia a los que la visitaren en el da aniversario; siendo Pontfice nuestro Santsimo Padre Gregorio X V I ; Provincial el Reverendo Padre Maestro Fray Pedro de Albn y Comendador de
esta casa el Padre Pdo. Fray Antonio Figueroa".
116
A la entrada de la iglesia, a mano derecha est la capilla funeraria de la familia Klinger, con el Crucifijo al fondo, atribuido
sin mayor fundamento al pincel de Miguel de Santiago. U n lienzo
del Purgatorio lleva el sello inconfundible de Manuel Samaniego.
El Tejar posee detrs de la iglesia y el convento un cementerio, que fue desde tiempo muy antiguo el lugar preferido para
entierro de los deudos de las buenas familias de Quito. Ah se encuentran los restos de don Joaqun Pinto, vinculado estrechamente
con los Padres Mercedarios.
GUPULO
Gupulo sugiere la idea de belleza, definida como aquello que
visto agrada: id quod visum placet. En esta corta definicin reuni Toms de Aquino los elementos esenciales de la belleza conocida y gustada. El objeto debe entrar por las ventanas de la vista
para producir el placer espiritual que causa el esplendor de la forma en las partes ordenadas de la materia. Gupulo es un pueblo
recostado a las espaldas de Quito en la cuchilla que desciende al
Machngara y abre perspectivas panormicas hacia Cumbay y
Pifo. De suyo ofrece las caractersticas de un paisaje, porcin de
tierra, cuyos diversos elementos constituyen un conjunto pintoresco, por la peculiar disposicin de sus lneas, formas y colores.
Parte integrante del paisaje de Gupulo es el santuario, estructura arquitectnica a base de cruz latina, con una sola nave y
los brazos laterales que se abren, iluminados por la luz que se proyecta a travs de las ventanas de la cpula. La construccin llev
toda la segunda mitad del siglo X V I I , gracias al entusiasmo tenaz de los prrocos don Lorenzo de la Mesa Ramrez y Arellano
y don Jos de Herrera y Cevallos y a la direccin tcnica del Hermano franciscano Fray Antonio Rodrguez.
En el decenio de 1680 a 1690, Gupulo fue el lugar de cita
de los artistas ms distinguidos. En torno al Hermano Rodrguez,
se juntaron el escultor Juan Bautista Menacho, encargado de labrar los retablos para el presbiterio y los brazos del crucero y el
pulpito; Miguel de Santiago, a cuyo pincel se encomend la interpretacin de los milagros de Nuestra Seora de Gupulo; Nicols
Javier Gorbar, que dedic las primicias de su arte a la misma Seora de Guadalupe.
117
MONASTERIO
DE
LA
CONCEPCIN
din se han dispuesto los claustros interiores en dos pisos con columnas ochavadas. En el permetro de la manzana se hallan las
diversas dependencias, que han conservado su arquitectura primitiva.
El coro alto exhibe su sillera labrada, con el retablo en que
preside la imagen de Nuestra Seora del Buen Suceso. En el mismo lugar se encuentra la imagen policromada de la Virgen que
realiz el milagro de iluminar la iglesia a raz de la fundacin. Se
halla asimismo ah la imagen yacente de nuestra Seora del Trnsito que dio ocasin a una famosa Cofrada establecida en el Monasterio.
En la sala de labor hay muchas obras de arte, entre pinturas
y esculturas, que demuestran el inters de las religiosas por conservar el patrimonio artstico.
El Archivo bien ordenado es depositario de los libros de vesticiones y profesiones y de numerosos legajos de los bienes que
posean las religiosas hasta su incautacin por el gobierno liberal.
El Monasterio fue durante la Colonia un centro de formacin, donde se educaban algunas doncellas de familias distinguidas
de la sociedad quitea.
SANTA
CATALINA
La Relacin annima de Quito de 1573 lleva como documento ilustrativo un plano lineal de la ciudad con las fuentes que
provean de agua. Todas arrancaban de las vertientes del Pichincha y concluan en el convento de San Francisco, en la plaza mayor, en la casa de la Audiencia, que se ubicaba a lado del convento de la Merced, y en Iaquito, donde actualmente se halla el
Seminario.
Don Lorenzo de Cepeda pidi y consigui del Cabildo sitio
para establecer su domicilio, que ocup ms tarde el Monasterio
de Santa Catalina. El 11 de agosto de 1567 obtuvo de la Audiencia y del Cabildo la concesin de agua, comprometindose a llevarla encaada, desde la plaza mayor hasta su casa, con la obligacin
de proveer del remanente al barrio de San Marcos.
A raz de la revolucin de las alcabalas se fund el Monasterio de Santa Catalina. Fue la fundadora doa Mara de Silceo,
120
viuda del rico comerciante Alonso de Troya, cuyo hijo don Cristbal de Troya fue el fundador de la ciudad de Ibarra. El Monasterio estuvo al principio en una casa estrecha, situada entre el Convento de San Francisco y el Monasterio de Santa Clara. Entre
1608 y 1613 las religiosas fueron comprando las casas que integraban la manzana que el Cabildo cedi a don Lorenzo de Cepeda,
a donde se trasladaron definitivamente el 7 de julio de 1613.
En 1561 don Lorenzo de Cepeda vendi parte de su propiedad a Diego Montanero. Del producto de esta venta envi dos mil
pesos a su hermana Teresa de Jess, con cuyo donativo inici la
obra de la reforma carmelitana. En esta casa nacieron Teresita, la
primera carmelita quitea, Francisco y Lorenzo. Santa Teresa recibi de Dios la gracia de presenciar espiritualmente una escena de
familia y conocer a su cuada y a sus sobrinos.
En 1605 haba ingresado al Monasterio doa Mara Magdalena de San Luis de Anaya, bisnieta del primer almirante don Cristbal Coln. Elegida Priora en 1615 asegur la economa del Monasterrio con la compra de la hacienda de Cutuglagua, llamada
antes Saguanche, que quedaba en los trminos de Uyumbicho y
se ha convertido ahora en la Quinta Experimental de Santa
Catalina.
Hacia 1630 Mariana de Jess acudi al Monasterio con el
propsito de vestir el hbito de Santa Catalina. No se realiz este
ideal, pero ella mantuvo amistad estrecha con las religiosas, sobre
todo con tres que fueron sus ntimas amigas.
La estructura arquitectnica del Monasterio fue transformada en el ultimo cuarto del siglo X I X , construyendo las celdas sobre una bveda que rodea los claustros, para igualar el desnivel del
suelo y precaver de la humedad.
En el Monasterio se guardan los restos de dos religiosas venerables de la Colonia, Sor Juana de la Cruz y Sor Catalina de Jess
Herrera, que dej escrita su autobiografa. Santa Catalina fue tambin depositara del cadver de don Gabriel Garca Moreno.
E n el Archivo se conservan documentos comprobatorios de
la propiedad del sitio por don Lorenzo de Cepeda y, dispersas pollas diversas salas del Monasterio, valiosas obras de arte de la Escuela Quitea de Pintura y Escultura. El ttulo de concesin de
agua a don Lorenzo de Cepeda por el primer Presidente de la Audiencia, don Hernando de Santilln, se conserva en perfecto esta 121
DE
SANTA
CLARA
- . 123
EL
CARMEN
DE
SAN
JOS
Del lado de Santa Mariana de Jess proceden la casa y solares en que se construy el Monasterio. La santa haba predicho que
la mansin familiar se convertira en morada de religiosas carmelitas y an haba sealado las diversas dependencias para la vida comunitaria. Cuando aos ms tarde el Hermano Marcos Guerra intervino en la adecuacin del edificio para residencia de las religiosas, no perdi de vista las indicaciones de Mariana, a quien conoci y trat durante algunos aos en la iglesia de la Compaa.
Frente a la capilla antigua de Nuestra Seora de los Angeles
dispuso el arquitecto el atrio cuadrangular, que da acceso a la iglesia y a la portera del monasterio. En el templo de planta rectangular coloc el coro alto a la entrada, para guardar memoria perpetua del sitio donde Mariana rezaba el rosario a Nuestra Seora
de los Angeles. Actualmente en ese coro guardan las religiosas la
cruz tosca que cargaba la santa y su retrato atribuido al Hermano
Hernando de la Cruz.
El templo ocupa el espacio que da a la calle y hacia el interior
se construyeron los tramos de habitacin y oficinas de la Comunidad. Las religiosas tuvieron el cuidado de conservar el recuerdo
del sitio preciso donde floreci la azucena milagrosa. La sala de
habitacin de Mariana ocupa hoy el grupo de la Dormicin de la
Virgen con el Apostolado de tamao natural.
Recuerdos teresianos y marianos informan todos los lugares
del Monasterio. El desnivel del suelo ha influido en los diversos
sectores de construccin arquitectnica. En todas partes se exhiben cuadros e imgenes, conservados con afecto. Desde el interior
gozan las religiosas de la visin panormica del Panecillo, que domina como un centinela familiar.
En resumen^ Mariana de Jess y Teresa de Jess se han dado
cita en este lugar, como santuario de la religiosidad quitea. No
en vano la Santa de Avila se apareci a Mariana en los momentos
precisos en que se despeda de esta vida mortal.
EL
CARMEN
MODERNO
^^^f^
127
MUDEJARES
La Arquitectura, para completar su obra constructiva, dio ocasin al desarrollo de la artesana del tallado para cubrir las techumbres de los templos y dependencias conventuales. El dominico Fray
Reginaldo de Lizrraga, que conoci la primera iglesia catedral, la
describi as: "El edificio de la iglesia mayor es de adobe, la cubierta de madera muy bien labrada: labrla un religioso nuestro,
Fraile Lego, de los buenos oficiales que haban en Espaa". Es el
primer dato acerca de la talla en madera para integrar la techumbre de una iglesia.
Vicente Lamprez y Romea ha trazado la historia del influjo
arbigo en las construcciones espaolas. Poco antes del descubrimiento de Amrica subsistan en Espaa las organizaciones de los
rabes en gremios, divididos segn los trabajos especializados, en
pedreros, encargados de la obra de cantera; albailcs dedicados a la
labor de albailera y yesera carpinteros consagrados segn los casos a obra gruesa, talla de armadura o mueblera fina, y pintores destinados al dorado o a la pintura de la madera o de la talla. La labor
conjunta de estas artesanas ha ocasionado el estilo llamado mudejar que en Espaa caracteriz la arquitectura con sus complementos decorativos y la mueblera.
No hay indicio documental de la presencia de algn rabe en
Quito. Es evidente, en cambio, el trasplante de la tcnica mudejar
para las armaduras de los techos de los templos del siglo X V I y las
'salas de los siglos X V I I y X V I I I . El estilo mudejar sirvi a la
arquitectura como elemento decorativo. El alarife, jefe o maestro
de obras, aparece citado en contratos y en las actas del Cabildo.
El principio tcnico de la armadura mudejar consiste en cubrir una gran techumbre con madera de pequea escuadra. La pericia artstica se refleja en el juego de figuras geomtricas, obtenidas por la combinacin de las piezas, atadas y sujetas por lazos
128
RETABLOS
La transicin de la Arquitectura a la Escultura se halla establecida en los templos coloniales por el trabajo de los altares o retablos. Estos confieren a cada iglesia su valor artstico, resultado
a la vez de la fe tradicional del pueblo y de la habilidad de talladores e imagineros. En aras de valorizar la riqueza de esta manifestacin artstica la estudiaremos desde los puntos de vista estructural, estilstico y religioso.
La planificacin esctructural de un retablo est sujeta al espacio que ofrece la construccin arquitectnica. Los grandes templos
conventuales con planta de cruz latina tienen, a la cabeza y a los
extremos de los brazos, espacios murales de notable extensin, que
se han brindado al desarrollo de un retablo en dos o ms cuerpos,
ordenados sobre un zcalo y divididos por entablementos, con callejones verticales separados por columnas sobrepuestas. En cambio,
en los muros de las naves laterales, es reducido el espacio que aparece al fondo de los arcos de la nave central. En este caso el artista
131
rece ya en las columnas del retablo de San Francisco, que sin alterar la base y capitel corintio recubre el fuste de estras verticales y
rodea el primer tercio de adorno plateresco. En los altares de la
nave central, las columnas que encuadran los nichos bajo el arranque de los arcos, llevan sobrepuestos al fuste cilindrico, adornos circulares a la base, al centro y al remate.
En el retablo de San Ignacio, en la sacrista de la Compaa,
aparecen las columnas con estras ondulantes, de perfil dentado,
que marcan una modalidad en algunos altares del siglo X V I I I , como es dable observar en los retablos esquineros del claustro franciscano y en los laterales al crucero del templo de Gupulo.
En el siglo X V I I se inicia tambin una serie de columnas en
que al fuste tabular se sobrepone una decoracin de variadas formas
de relieve, cuyo calado deja ver el fondo del cilindro. La fachada
de la Compaa marca el inicio documentado de la columna barroca salomnica que domina todo el siglo X V I I I . En la inscripcin
lapdea empotrada sobre el zcalo se consignan expresamente la
fecha y el autor: 1722 - Leonardo Deubler. Las columnas que flaCjuean la puerta central del frontispicio recuerdan, por sus proporciones y estructura, a las del templete de San Pedro de Roma, labradas
por Bernini.
En el retablo central y en las capillas de las naves laterales
de la misma Compaa puede advertirse la gama de variantes que
adopta el barroco en la configuracin del fuste de las columnas.
Fustes con simples espirales, un adorno floral que rodea las partes
intermedias de las espiras, pmpanos de vid sobrepuestos a las espiras, columnas con el primer tercio decorado con adornos sobrepuestos y el resto con espiras: tales son las principales vanantes que se
observan en las columnas barrocas de los retablos del templo de la
Compaa. Una modalidad ofrece el altar de San Estanislao con
las columnas que llevan, sobre la espira adornada con hojas de vid,
un pelicano que se apoya en el vuelo de un entorche para libar del
racimo pendiente del entorche superior: tipo de barroco que se adopta en el retablo de la antigua Capilla de San Fernando.
En el retablo del altar del Santsimo de San Francisco se introduce un tipo nuevo de columnas, cuyo fuste, a partir de la base
se decora con una serie de coronas rodeadas de asas salientes y divididas con el anillo circular.
Las capillas laterales de Cantua y el primer cuerpo de la Ca134
GREMIOS
Y COFRADAS
ba mandado a los Obispos que vigilaran la ejecucin de la voluntad de los donantes vivos o muertos y que visitaran las cofradas
de seglares, a excepcin de las que estaban bajo inmediata proteccin del Rey. En virtud de esta facultad, el limo. Seor Fray Pedro
de la Pea dispuso lo siguiente en el Snodo de Quito de 1570:
"Ordenamos y mandamos que de aqu en adelante no se erijan cofradas sin nuestro expreso conocimiento o de nuestros vicarios en
nuestro nombre, pero reservamos la confirmacin de ellas a nos- o
a quien nuestro poder hubiere. Y si algunas estuvieren hasta ahora
erigidas no se use de ellas hasta que por nos sean visitadas y examinadas y las que estn con nuestra voluntad o de nuestro antecesor hasta ahora, con juramento de que guardarn las ordenanzas de las dichas cofradas, por evitar pecados por el tenor de las
presentes relajamos y absolvemos de los tales juramentos con que
queden obligados a una moderada pena por ordenanza de la dicha cofrada".
Este decreto del Obispo revela la existencia de muchas cofradas cuyos miembros se haban impuesto obligaciones que resultaban onerosas y que agravaban las conciencias.
Durante el siglo X V I las cofradas estaban, por lo general bajo la jurisdiccin eclesistica. Tan slo el 25 de mayo de 1600 el rey
Felipe III dict la ley que sigue: "Ordenamos y mandamos, que
en nuestras Indias, Islas y Tierra firme del mar ocano, para fundar Cofradas, Juntas, Colegios, o Cabildos Espaoles, Indios, Negros, Mulatos, u otras personas de cualquier estado o calidad, aunque sea para cosas o fines pos y espirituales, preceda licencia nuestra y autoridad del prelado eclesistico, y habiendo hecho sus ordenanzas y estatutos, las presenten en nuestro real Consejo de Indias,
para que en l se vea y provea lo que convenga".
Por su origen, naturaleza y fin pueden distinguirse tres clases de cofradas. Unas generales, de autorizacin pontificia, otras
especiales de aprobacin episcopal y las terceras, organizadas por
seglares. Todas ellas convienen en ser asociaciones de carcter religioso y benfico, o espiritual o socialmente.
A la cabeza de las primeras est la Cofrada del Santsimo que
comenz en Quito con el fin de culto y hubo de elevarse a partir
de 1538, ao en que el Papa Paulo III aprob la Cofrada del Santsimo fundada en la Minerva, enriqueciendo la indulgencia a los
asociados y permitiendo su participacin a las cofradas establecidas
138
En la construccin intervino el arquitecto franciscano Hermano Antonio Rodrguez. En el archivo de El Sagrario se conservan
los libros de cuentas, en que se detallan los gastos por concepto de
decoracin de las cpulas, tallado de retablos y dorado de la mampara. En 1742 concurren en el trabajo el maestro escultor Bernardo
de Legarda, el decorador Cristbal Gualoto y el pintor Francisco
Albn.
De categora pontificia fue tambin la Cofrada del Rosario. Se estableci cannicamente en Quito en 1563. En 1588 se hizo
cargo de su direccin el Padre Fray Pedro Bedn, quien organiz
la Hermandad de los Veinticuatro con estatutos propios. Para la
inscripcin de los Cofrades abri un libro, en cuya primera pgina dibuj una vieta de la Virgen, que es la muestra ms antigua de la pintura quitea. Entre los cofrades indios constan los nombres de Andrs Snchez Calque y otros cinco ms con el calificativo de pintores.
La Cofrada, bajo la direccin de un padre dominico, tena organizacin autnoma y a cargo de ella estuvo la construccin de la
capilla del Rosario, para culto de la Santa Imagen obsequiada por
Carlos V a los fundadores del convento. Bernardo Legarda fue uno
de los Veinticuatros, quien dirigi la construccin del Camarn de
la Virgen y el tallado de los retablos laterales de la capilla. Antonio
Salas pint los cuadros que integran los talleres del primer cuerpo
de la capilla.
Anexa a la Capilla del Rosario y lucrando de sus gracias y privilegios, se organiz tambin por el mismo Padre Bedn la Cofrada del Dulce Nombre de Jess, con los jueces y escribanos de
Quito.
Debiendo concretarnos a las cofradas que influyeron en la promocin del arte mencionaremos las siguientes de carcter diocesano. El cuatro de enero de 1566 el Cabildo Eclesistico acord fundar en la Catedral la Cofrada de las Almas del Purgatorio, comprometindose a celebrar una misa cada lunes por las almas de
los bienhechores difuntos y nombrar cada ao el mayordomo encar 139
gado de recoger las limosnas y administrar los bienes muebles e inmuebles de la Cofrada. Existe en la Capilla llamada de las almas
el cuadro del purgatorio que presida la misa semanal de los
cofrades.
En la misma catedral se estableci la cofrada de San Pedro que
fue una de las ms cotizadas por la dignidad de los socios: Obispos, Cannigos, clrigos y seglares distinguidos. Tenan como propia la Capilla de San Pedro, en cuyo honor se mand a construir el
retablo, en cuyo centro luce an la imagen del Santo Apstol, sedente sobre el trono de plata, con bculo y tiara del mismo metal.
Snchez Solmirn describe la forma de celebrar la fiesta de San Pedro, el 21 de Junio de cada ao.
En San Francisco se organiz la Cofrada de la Santa Cruz a
fines del siglo XVI. Coincidi con la construccin del retablo central del templo, para cuyo nicho superior labr Diego de Robles el
grupo del Bautismo del Seor. El 27 de Mayo de 1586 el Mayordomo de la Cofrada comprometi al mismo escultor la hechura de un
crucifijo de ocho palmos y de una Inmaculada con las manos juntas de seis palmos. La Cofrada constaba de espaoles e indios,
por cuya cuenta corra la organizacin de los Pasos del Seor, el
mircoles y viernes de cuaresma. En la Compaa estaba fundada la Cofrada de Nuestra Seora de Loreto, con una imagen de
la Virgen Sedente, para cuyo culto se construy el magnfico retablo barroco, que luce hasta el presente. Santa Mariana de Jess
fue una de las cofrades y orden que se la enterrara al pie del altar
de esta cofrada.
Un lienzo histrico, conservado en el Santuario de Gupulo, llevaba la siguiente inscripcin: "Nuestra Seora de Guadalupe
que fundaron sus cofrades. Ao de 1587". Los Conquistadores extremeos trajeron a Quito la devocin de Nuestra Seora de Guadalupe de Cceres. Ellos establecieron la Cofrada de esta advocacin. El Mayordomo de la Cofrada hizo labrar la Imagen de
Nuestra Seora de Guadalupe con el escultor Diego de Robles. Esa
Imagen colocada en Gupulo presidi la Cofrada que se encarg,
andando el tiempo, de construir el Santuario de Gupulo, convertido en Museo de Arte por las obras que han dejado all Juan Bautista Menacho, Miguel de Santiago, Nicols Javier Gorbar, Manuel Samaniego y Tadeo Cabrera.
De las cofradas de origen seglar, la ms clebre fue la fun140
IMAGINERA
La Arquitectura, contrada a construccin de templos y claustros conventuales, complet su funcin de servicios con la decoracin de pilastras y artesonados y el tallado de coros y retablos. Ultimo complemento de la iglesia, como lugar de culto, fue la imaginera, que estimul la formacin del escultor imaginero. El arte de
esculpir imgenes adquiri una categora propia, por su destino
religioso y por su tcnica especializada.
En el primer aspecto formul Santo Toms el respaldo ideolgico del uso de las imgenes. "Las imgenes de Cristo y de los
santos han entrado en uso de la iglesia por tres razones: primera,
para instruccin de los ignorantes, que de ellas se sirven como de
lecciones objetivas para que el misterio de la Encarnacin y los
ejemplos de los santos se graben ms fcilmente en la memoria de
los fieles con la persistencia de la representacin; y tercera, para
excitar el efecto de devocin que se siente estimulado ms por lo que
ve que por lo que oye". (3o. P. Q. 25, A. No. 3, Ad. 4 ) . Esta justificacin doctrinal del uso de las imgenes la tuvo en cuenta el
Concilio de Trento para responder a la actitud iconoclasta de la
Reforma, que renov en el siglo X V I las teoras de Len Isurico.
El Snodo de Quito de 1570 transcribi el decreto tridentino respecto al uso y destino de las imgenes en las iglesias. De hecho se
impuso el criterio de que una imagen revesta la funcin representativa de una verdad, memorativa de escenas del pasado y estimuladora del sentimiento religioso popular. Este sentido terico tena
mayor aplicacin en la catcquesis de los nefitos a quienes haba
que hacerles comprender verdades que trascendan su ordinaria
capacidad.
Al apostolado de catcquesis popular se debe el hecho de que
el grupo de la Trinidad corone los retablos mayores de los templos quiteos. Se volvi ritual la representacin del Padre con el
142
Nuestra Seora del Carmen por Manuel Chili-Caspicara (Museo de San Francisco).
globo del mundo en la mano izquierda, el Hijo con la cruz redentora y el Espritu Santo al medio en forma de paloma.
Despus de la Trinidad, los dems artculos del credo ofrecieron temario abundante a la representacin de los imagineros. El
Nacimiento de Cristo se brind a la imaginacin de los artistas con
los episodios de la Cuna de Beln, con el Nio, la Virgen y San
Jos; el anuncio y adoracin de los pastores; el viaje y ofrenda de
los Reyes Magos; todo ello con un cortejo de personajes populares
del ms autntico costumbrismo. La infancia de Jess inspir escenas de encantadora ingenuidad, cual la huida a Egipto y su labor
en el hogar de Nazaret.
El Proceso de la Pasin dio margen a la representacin de los
Pasos, desde la traicin de Judas, la Negacin de San Pedro y la
Cruz a Cuestas, hasta la Crucifixin en el Calvario, el Descendimiento y el Santo Entierro, con el triunfo de su resurreccin y su
ascencin al cielo.
Despus de Jess fue su Madre objeto de mltiple representacin iconogrfica. La Nia Mara, el Desposorio, la Visitacin, la
Concepcin Inmaculada, el Alumbramiento, La Dolorosa, la Soledad, La Piedad, la Dormicin y el Trnsito al Cielo se volvieron
familiares a la comprensin popular mediante las imgenes que interpretaban todos estos episodios de la vida de la Virgen.
Fuera de estas representaciones de origen bblico, hubo muchas otras que traducan la devocin popular al Seor y a la Virgen bajo diversas advocaciones, como el Seor de la Justicia, del
Divino Amor, de la Buena Esperanza, del rbol, etc., y de Nuestra Seora de La Merced, del Rosario, de Guadalupe, del Quinche,
del Cisne, de las Nieves, etc.
Los ngeles se volvieron familiares al pueblo mediante las imgenes con sus alegoras respectivas. El ngel de la Guarda conduca de la mano un nio. San Miguel con la espada en la diestra hollaba la cabeza del dragn. San Rafael con el pez y el bordn afirmaba su patrocinio sobre enfermos y viajeros. San Gabriel con azucena en la mano integraba la escena de la Anunciacin.
De los Apstoles, algunos bautizaron con su nombre las parroquias y dieron ocasin a su representacin iconogrfica. El grupo
de todos ellos rodea a la Virgen muerta o a la Virgen en su trnsito al cielo.
Los Santos fundadores de las Ordenes Religiosas se brinda
143
144
3NICIACI0N
ESTTICA
LA
FECUNDIDAD
POTICA
DE LAS
ARTES
"La Poesa y el Arte" fue una de las ltimas obras que escribi Maritain. Arte y poesa van ntimamente unidas, pero distan
mucho de ser sinnimas. Arte es la actividad creativa del espritu
humano. Poesa es la reaccin ntima del yo humano, que precede y
est presente en cada una de las artes. A esta aptitud o capacidad
psquica ha designado con el nombre de Potica el P. Guilles Vahee y dedicado una serie de reflexiones que vale la pena conocerlas.
La Potica, tomada en este sentido, se define como la facultad
esencial que posee el hombre para manifestar los secretos profundos
de su vida. Esta facultad ha recibido el hombre como un don inalienable, que implica un derecho y obliga al mismo tiempo a ejercitarla en bien propio y de los dems. Facultad, don, derecho, ciencia, todo esto abarca la potica, que compromete al hombre en su
afn de ser viviente y responsable.
Todo hombre, efectivamente, siente la necesidad de traducir,
para s o los dems, los valores profundos de su ser, que se adelantan al juicio de la lgica, prescinden de las reglas de la sintaxis y
del vocabulario de todos los das. Solitario o prisionero, puede expresar con Mitia Karamazov de Dostoievski: "Seremos centenares
los privados de libertad, pero en tal dolor resucitaremos a la alegra. . . Nosotros, los hombres subterrneos, haremos brotar de las
entraas de la tierra un himno trgico al Dios de la alegra".
147
La necesidad personal de manifestarnos subraya un aspecto parcial de esta facultad humana. Es la vida social la que da a la potica su dimensin autntica. La manifestscin de los valores ocultos, de origen personal o colectivo, produce el efecto de hacerlos
comunicables mediante signos diversamente calificados. "Signos y
cosas significadas, dice Bazaine, palpitan al son de la misma vida".
Dubuffet observa por su parte: "Una obra de arte debe tener una
significacin tan profunda, tan universal, tan numerosa y diversa,
que cada cual pueda beber en ella lo que le guste".
Esta manifestacin potica es principio de unidad entre los
miembros de una comunidad y testimonio, al mismo tiempo, de vitalidad comunitaria. Cuando esta expresin traduce el valor latente
de la comunidad se convierte en bien de consumo a disposicin de
todos. La creacin potica es, de este modo, un acontecimiento de
comunicacin y participacin, est ligada por naturaleza a la vida
de las comunidades, como factor esencial de su existencia y de su
vida profunda. La facultad potica es un don diversamente repartido entre individuos y pueblos, cuya gratuidad est en la conciencia de las edades y generaciones. Para no ser un privilegio intrascendente debe convertirse en bien comunitario.
Pissarro en sus cartas a Luciano deca acertadamente: "Felices
quienes ven cosas hermosas en los sitios modestos, donde otros no
ven nada: todo es hermoso, hay que saber interpretarlo". Para saber
interpretar hay que cultivar el sentimiento, con el objeto de descubrir las verdades ms o menos ocultas en la naturaleza y el corazn humano. Slo quien posee la ciencia de los seres y las cosas
es capaz de expresar mejor los secretos encerrados en la naturaleza
y la vida.
La Potica, facultad, don y ciencia, es tambin un derecho que
reclama la libertad de expresin. Al hablar de libertad de expresin
se piensa generalmente en la libertad de expresar las ideas polticas. Pero el hombre reivindica, ante todo, su derecho a liberar su
facultad potica de toda coaccin externa, que puede provenir del
dinero, de la poltica, del credo religioso, de la publicidad interesada. La potica es un derecho que asiste a toda expresin artstica
como una cualidad inalienable.
148
EL GENIO
ARTSTICO
ESTTICA
MSTICA
VARIEDAD
DE
ESTILOS
EN
EL
ARTE
QUITEO
pitel se hallan informados de la medida del hombre, que el espritu griego asumi como regla normal para la valoracin de la
cultura.
En los frontispicios de los templos de S a n Francisco, San
Agustn, Gupulo y El Sagrario, se han tenido en cuenta los cnones del neorrenacimiento. Las columnas dricas del primer cuerpo, interpuso el entablamento, armonizan con las jnicas del segundo. Vitruvio seal la medida de la mujer para las columnas
del orden jnico.
La fachada de La Compaa introdujo el barroquismo en la
estructura arquitectnica con las columnas salomnicas, que por la
forma y proporcin recuerdan las de Bernini en el templete de
San Pedro de Roma.
El estilo mudejar, de figuras geomtricas combinadas, ha sido
utilizado como elemento de decoracin para los artesonados de los
templos de San Francisco y Santo Domingo, lo mismo que para
las pilastras de La Compaa.
El templo de San Agustn es el nico que fue planificado en
estilo gtico. Destruidas las naves por los terremotos, no ha quedado de la estructura primitiva sino el c o r o con sus cresteras.
ltimamente se ha adoptado el estilo gtico para la construccin
del templo carmelitano de Santa Teresita y para la Basilicu del
Voto Nacional.
EL
MANIERISMO
EN
EL
ARTE
QUITEO
Fray Jodoco Ricke es el personaje que trajo a Quito su respaldo de tenacidad flamenca, aureolado con la cultura del Renacimiento. Desde el principio afirm su propsito de realizar una
obra duradera. Obtuvo, desde luego, un sitio, el del Palacio de
Huaynacpac, con amplitud suficiente para huerta, claustros conventuales, dependencias comunitarias e iglesias. Para cultivo de
mieses y hortalizas condujo, canalizada, el agua desde las vertientes del Pichincha. Para emplazamiento del bloque arquitectnico
construy el atrio salvando el desnivel con pretil alzado y graderas. Introdujo el columnario drico en los claustros principales,
guardando el orden de proporciones y distancias. En la iglesia
153
SIMBOLISMO
EN
EL
ARTE
QUITEO
En el borde del marco lapdeo, que encuadra las puertas de entrada a los templos de la Catedral y de Santo Domingo, se destacan,
esculpidas en relieve, figuras simblicas, que representan una rosa
con los ptalos abiertos, una granada con sus granos juntos, un delfn y un dragn. Las dos portadas datan del primer cuarto del siglo
X V I I y es lgico deducir que para entonces las figuras simblicas
tenan su valor significativo. La rosa representaba a la Rosa Mstica
y era expresin de la caridad difusiva y bienhechora. La granada
significaba, por el ensamble solidario de sus granos, la unidad de los
fieles en la Iglesia, como tambin la esperanza de la inmortalidad y
la resurreccin. El delfn, frecuentemente en el arte cristiano, era, a
causa de su fuerza y velocidad, smbolo de la carrera de salvacin.
El dragn, parecido al basilisco, representaba al diablo al que haba
de vencerse.
Ms asequibles a la comprensin del pblico se ofrecieron, en
155
IMPRESIONISMO
EL
SURREALISMO
EL ESTRUCTURALISMO
Y EL
ARTE
a las otras". Segn Hildebrand, "la obra de arte es un todo efectivo, cerrado, se funda para si y en s, y esta realidad existente
para s se contrapone a la naturaleza". En trminos similares expresa su concepcin Paul Klee. Para l, "El cuadro es el todo, las
partes hay que valorarlas en relacin al todo, por tanto, en relacin al cuadro".
Por lo visto, el estructuralismo, aplicado al arte, insiste en la
valoracin de una obra, considerndola como un todo, compuesto
de partes, cuya relacin mutua constituye en s una realidad autoregulada. El estructuralismo, tomado as, causa la impresin de
una entidad ideal, sustrada a los avatares de la existencia concreta.
La obra de arte necesita comprenderse desde la actividad humana que la produce y estructura. No es un objeto abstracto; es
una realidad que exige el examen del modo cmo ha sido producida. Presentamos al respecto las observaciones de Simn Marchan Fiz: "Es necesario insistir que la gnesis histrica del arte,
en sentido productivo y en el de la receptividad artstica, tiene que
tratarse en el marco de la historia universal. En este marco es preciso no olvidar cmo se originan los gneros y las obras artsticas.
En pocas palabras, diremos que estn condicionados por factores
subjetivo-objetivos. Por una parte, la actividad artstica procesual
se relaciona con el desarrollo de los sentidos. La capacidad estructurante es paulatina e histrica. Y en esta evolucin slo se realiza en el hombre en cuanto ser individual y social. Objetivamente, la obra est condicionada por el nivel tcnico alcanzado, as
como por las necesidades sociales y relaciones de produccin de los
diferentes grupos y clases sociales. Todo esto hace que la estructura de la obra artstica no pueda desligarse de la praxis humana
y social, de la que procede". (Revista de Ideas Estticas, No. 10).
ESTTICA
DEL PAISAJE
ECUATORIANO
enmudece, y debe ser condicin de espritus de entendimiento profundo; mas yo como los pjaros en viendo lo verde, deseo o cantar o hablar".
Qu efecto produce en nosotros la visin del paisaje ecuatoriano? Hay, desde luego, que comenzar por la "avenida de los
volcanes", expresin feliz con que Ernesto de la Orden bautiz a
la hilera de montaas paralelas, que cortejan el callejn interandino.
Al norte y sur de la lnea ecuatorial se levantan, efectivamente, los
volcanes nevados que se yerguen en las cordilleras, para dominar y
denominar las hoyas que se extienden entre los nudos, escalonados
a distancias calculadas. Desde cualquier punto, llano o alto, la vista
puede contemplar un panorama de largo alcance y ofrecer al alma
la impresin de grandeza, al mismo tiempo que la variedad de matices con que la luz colora los paisajes.
Para el goce esttico basta un paisaje limitado, o sea, la naturaleza circundante, que se brinda a la contemplacin visual con la
combinacin equilibrada de tierra, agua, luz y atmsfera.
El efecto sedante del paisaje es lo que busca el ciudadano que
sale de vacacin al campo, con el objeto de dar descanso al alma,
agobiada por los diarios quehaceres.
Esta fruicin esttica del paisaje natural ha provocado un hecho social moderno, con visos incluso de carcter econmico. Nos
referimos al turismo, que trae al Ecuador miles de visitantes, los
ms de ellos vidos de gozar con la contemplacin de la variedad
de panoramas y escenas pintorescas que ofrece a cada paso la naturaleza ecuatoriana.
Hasta aqu nos hemos limitado al aliciente de la simple visin
del paisaje natural. Pero el Ecuador, por su posicin geogrfica,
se ha ofrecido tambin al examen de los cientficos. La Condamine
ponder, en su Relacin de 1745, el placer que caus a los geodsicos franceses la novedad de los fenmenos fsicos en torno a la
lnea ecuatorial. La labor de triangulacin, exiga la familiarizacin con panoramas de extensin ilimitada, al mismo tiempo que el
examen de las estrellas desde puntos de vista convenidos. La medicin del meridiano fue el factor de un goce ms profundo, reservado a almas de seleccin espiritual.
A principios del siglo X I X fue Alejandro Humboldt, quien dio
testimonio del goce que sinti en el Ecuador, al poder comprobar
aqu la serie de leyes fsicas que gobiernan el orden del universo.
163
FECUNDIDAD
DE LAS
ARTES
El artista es el hombre que mejor refleja la imagen y semejanza de Dios. Al ser hecho el hombre, del Padre rclei el ser,
del Hijo la inteligencia y del Espritu Santo el amor; ser inteligencia y amor constituyen la imagen de Dios. La semejanza le viene
al hombre de la relacin entre las divinas Personas en unidad de
una sola naturaleza.
El artista, poeta, msico, pintor, escultor o arquitecto, concibe la idea de su obra, la disea interiormente, la ama como a hija
de su creacin y la expresa por medios adecuados. Todo esto constituye una unidad indivisible, que se traduce afuera con el nombre
de poema, composicin musical, pintura, escultura o edificio.
De este modo el artista representa la imagen y semejanza de
Dios como creador del universo y el conjunto de sus obras constituye la mejor muestra de la cultura, como realizacin del espritu humano creador. Con referencia a este poder especfico del
hombre escribi Juan de Santo Toms: "Ser frtil de manera que
se manifieste lo que uno posee dentro de s mismo es una perfeccin
que corresponde esencialmente a la naturaleza intelectual".
Pero entre el modelo y la imagen hay una diferencia esencial.
Dios crea las cosas de la nada y sin esfuerzo alguno.
Impone a cada ser su naturaleza especfica. Y el conjunto del
universo obedece a las leyes que l seal en nmero, peso y medida.
En contraste, el artista concibe, ordena y ama la idea de su
creacin; pero para darle realidad debe servirse de medios de expresin, que preexisten a la obra por realizarse. El artista requiere
esfuerzo y constancia para dominar la materia, que segn el caso
es el lenguaje, el sonido, el color, la madera o la piedra, el hierro
y el ladrillo. Slo quien domina la tcnica de los medios de expresin, en forma que responda al ideal concebido, puede llamarse de
verdad artista.
En cuanto al proceso de la obra artstica, cabe la observacin
de Edison: dos por ciento de inspiracin y noventa y ocho por ciento de respiracin o sea que la idea se concibe en un momento,
pero requiere tiempo y esfuerzo para realizar la obra. Analgicamente puede aplicarse a cada una de las artes las siguientes observaciones de tres grandes artistas:
Leonardo de Vinci: "Decir las cosas difciles de manera fcil".
Miguel ngel: "La verdadera regla: poner mucho esfuerzo,
para crear algo que d la sensacin de que no ha costado ninguno".
165
O J E A D A AL A R T E Q U I T E O D E L SIGLO XX
LA ESCUELA
DE BELLAS
ARTES
posicin; del seor Pal Alfredo Bar, profesor de dibujo; del seor A. Dobe, profesor de Litografa y del seor Juan Castells, profesor pinturista en la misma seccin de Litografa.
Presto la Escuela de Bellas Artes comenz a dar sus frutos.
Muestra obligada de adelanto constituy la Exposicin anual de loy
trabajos, con premios a los vencedores. El Ministro doctor Manuel
Mara Snchez, en su informe de 1915, dio cuenta de la II Exposicin anual de la Escuela de Bellas Artes, inaugurada el 10 de
Agosto de 1914. Entonces obtuvieron premios Antonio Salguero.
Eugenia de Navarro, Paul Bar y Juan Len Mera, en el tema de
paisaje; Vctor Mideros, Jos Ypez y Enrique Gmez Jurado, en
la pintura de figura humana; Luis Salguero, en pintura de gnero; Roura Oxandaberro, en la seccin de Dibujo y Jess Vaquera
Dvila, en la de Arte retrospectivo.
A la Exposicin enviaron tambin trabajos los ecuatorianos
que gozaban de becas en el exterior y fueron: Manuel Rueda, Antonio Salgado, Jos Salas Salguero, Jos Moscoso, Luis Aulestia,
Luis Veloz y Nicols Delgado.
El Ministro Snchez inform asimismo que haba adjudicado
a la Escuela de Bellas Artes el kiosko de la Alameda, para los cursos superiores de escultura, pintura decorativa, saln de exposiciones anuales y galera permanente de obras de arte.
La Direccin de la Escuela ha estado a cargo de personas que
se han interesado en mantener la orientacin con que fue fundada.
Frente a ella han figurado don Pedro Traversari, don Vctor Puig,
Jos Gabriel Navarro, Vctor Mideros, Nicols Delgado, Pedro
Len Donoso, Digenes Paredes.
Como institucin ha sido el centro por donde han pasado casi
todos los artistas que han dado prestigio al arte ecuatoriano, primero como discpulos y despus como maestros.
Desde el punto de vista moderno, que tiende al desarrollo de la
intuicin creadora, cabe anotar que en la Escuela de Bellas Artes
se ha propendido de preferencia a la formacin academicista. La
enumeracin de motivos pictricos, como el paisaje, la figura humana, pintura de gnero, dibujo, arte retrospectivo, demuestra la
insistencia en la clasificacin de temas y en el adiestramiento del
aprendiz para producir una obra determinada de arte. No cabe, sin
embargo, desconocer el provecho que de esta formacin obtenan los
alumnos. Al respecto, debemos recordar la observacin de Baude 167
LA INTERPRETACIN
DEL PAISAJE
ECUATORIANO
con su complementario, nuestra retina tie la sombra con el complementario del color del cuerpo que la proyecta, la simple yuxtaposicin de dos colores primarios produce en la retina el secundario correspondiente: por eso, en lugar de aplicar los colores previamente mezclados en la paleta, decide emplear la tcnica denominada
de la "divisin del tono", es decir, el empleo de los colores puros en
el cuadro para que sea nuestra retina la que realice la fusin y cree
el nuevo color. El pincel en lugar de acariciar la forma al extender
el color, se limita a dar pinceladas sueltas creadoras de vibraciones cromticas. Vista de cerca la factura produce el efecto de no
estar terminada, pero a cierta distancia esas vibraciones la hacen
ligera y llena de vida y se convierte en un incesante fluir de pequeos reflejos" ( 1 ) .
La Naturaleza ecuatoriana ofrece al espectador una variedad casi infinita de paisajes. Pero ante todo, qu entendemos por
paisaje? La palabra paisaje tuvo origen pictrico. Signific la vista
de la naturaleza introducida como fondo de sus cuadros por los
pintores italianos del Renacimiento. De la representacin parcial
y en funcin de perspectiva pas a ser objeto independiente de inspiracin artstica en la pintura holandesa y despus en la francesa.
El Romanticismo abri los ojos a la percepcin del paisaje natural
y entabl coloquio sentimental con la Naturaleza. Hoy el paisaje es
una realidad definida. La busca el hombre de la ciudad como un
lenitivo de descanso, lo interpreta el artista, lo siente el poeta, lo
protege la cultura.
Para nuestro caso aceptamos la definicin de Parpagiola, para
quien "paisaje es una parte de territorio cuyos elementos constituyen un conjunto pintoresco o esttico a causa de la peculiar disposicin de sus lneas, formas y colores". Ahora bien, en la regin ecuatorial, la naturaleza por razn de su estructura geogrfica,
se ofrece a la vista con un contorno de montes desiguales de color
gris opaco, a cuyas faldas se extienden valles con gamas de verduras.
El sol, protagonista del color inunda el ambiente con su luz diluyendo la cromtica. A la vista se ofrecen perspectivas de distancias
infinitas. En cualquier marco de paisaje se presenta el indio, como
elemento integrante de la naturaleza andina.
(1)
169
(1)
.171
LA PINTURA
ECUATORIANA
Y SU FUNCIN
SOClAl
Mario Barata, crtico brasilero de arte contemporneo, ha sealado el contraste entre el criterio del artista europeo actual y del
americano. El artista europeo, influido principalmente por el ambiente de Pars, ha llevado al individualismo hasta el exceso. Para
el artista actual se han convertido en mito el yo del artista, o sea que
el artista es el centro del mundo y nada tiene que ver con los otros
hombres, y el artre puro, es decir, el artista nada tiene que ver con
la sociedad ni con la poltica. Al contrario, en la Amrica Latina,
existe un arte social y el artista considera su profesin como servicio, a veces como propaganda del ideario poltico. Esta orientacin
ha hecho que el artista compaginara con el tema del indio en sus
mltiples realidades: desde el indio como simple motivo esttico,
hasta el indio como problema social, que reclama una solucin de
justicia, intermediando la riqueza de su folklore.
Los pintores ecuatorianos han llevado a la representacin plstica la temtica del indio, que, por otra parte, ha interesado a
socilogos y literatos. Basta recordar algunos libros publicados
en los tres ltimos decenios para comprobar que el indio ha sido objeto de estudio como realidad ecuatoriana.
E n 1933 Moiss Senz escribi "Sobre el indio ecuatoriano";
en 1937 Jos de la Cuadra public "El Montuvio Ecuatoriano"; en
1943 Luis Monsalve Pozo sac a luz "El Indio: Cuestiones de su
vida y de su Pasin"; en 1947 Gonzalo Rubio public "Nuestros
Indios y en 1954 prolog la recopilacin de la "Legislacin Indigenista del Ecuador", hecha por su hermano Alfredo Rubio Orbe.
Adems, desde 1922, Po Jaramillo Alvarado llam la atencin del
pblico con su libro "El Indio Ecuatoriano", que ha tenido ya su
cuarta edicin en 1954.
Desde el punto de vista de su especializacin han escrito sobre
el indio los doctores Humberto Garca Ortiz, Vctor Gabriel Carees, Luis Bossano, Anbal Buitrn, Antonio Santiana y Aquiles
Prez, etc.
172
LA CRISIS
DEL
ARTE
RELIGIOSO
corriente introducida por Garca Moreno de consagrar patria y hogares al Corazn de Jess.
Fuera de este movimiento los pintores tan slo espordicamente se han inspirado en temas religiosos. La fundacin de la Escuela de Bellas Artes, el 24 de Mayo de 1904, se realiz durante el
Gobierno llamado liberal que orient la educacin oficial con un criterio laicista. Si bien es cierto que la Escuela de Bellas Artes, por su
ndole tcnica, deba insistir en ensear a los alumnos a dominar los
medios de expresin, no poda aislarse de las orientaciones de indiferentismo religioso que inspiraba la educacin proporcionada por el
Estado. Al liberalismo sucedi el socialismo, de fondo marxista,
que inspir a los pintores indigenistas. En este ambiente estaba por
dems el tema religioso.
Por otra parte, el pueblo catlico se ha mantenido adherido a
sus prcticas tradicionales de culto y las nuevas devociones se han
visto satisfechas con imgenes y estampas provenientes del mercantilismo influido por San Sulpicio. Pero ni los motivos educacionales ni
la simplificacin del culto explican la crisis del arte religioso. Mauricio Denis y el Padre Couturier han planteado el problema en Francia y sealado los caminos de la solucin. El mencionado dominico
procur, en la decoracin de la iglesia de Assy, la colaboracin de
Rouault, Bonnard, Matisse, Braque y Lurcat, en un afn de interesar
al artista moderno por el tema religioso.
El fondo de la crisis proviene del exagerado subjetivismo que
hoy inspira al arte. El artista, encerrado en su yo, no siente los anhelos religiosos, que pueden relacionarlo con la divinidad. Por otra
parte, al estado de alma ha respondido una tcnicca que obedece a
un ritmo temporal esencialmente transitorio. Y el arte religioso es
todo lo contrario. Su raz es de esencia comunal. Como forma expresiva debe plasmar una realidad que representa una verdad comprensible a los fieles, recuerde un hecho religioso o estimule el culto.
Por la misma razn el arte religioso tiene un destino ritual, cuya
caracterstica, es la permanencia, dentro de la variedad inherente
a los estilos. El arte religioso obliga al artista a salir de s para
inspirarse en temas capaces de dialogar y conmover a los fieles.
E n este ambiente de indiferentismo religioso se destaca, con
contorno de soledad, la figura de Vctor Mideros, no como intrprete de la religiosidad del pueblo, ni para dialogar con l mediante
175
Alguna vez ha revelado sus concepciones ntimas, entre religiosas y teosficas. Para l "el Arte es una ascensin en bsqueda del
tipo eterno de las cosas. El arte es el sentimiento de la presencia
universal de Dios. Y el cuadro, una palabra escrita con luces y sombras, formas y colores, animados con soplo de espritu: una palabra
mensajera que va en pos de dialogar con otra alma".
"Cada color del Iris es una nota musical, un destello vital de
ritmo planetario, un signo sugerente, una emocin solar. Cada color
del iris es un punto inicial en las realizaciones csmicas de la luz, un
mundo septiforme y espectral, una poca distinta y milenaria. Cada
color del iris es un aura milagrosa en la mstica escala de las almas
que buscan la claridad de Dios. Y el conjunto armnico de las Siete
Cadencias o la Rosa Cromtica de los siete Explendores suele ser
imagen de un ciclo Esotrico".
Por lo visto, Mideros no puede ser un pintor accesible a todos. La comprensin de sus lienzos demanda cultura bblica y aprecio de la tcnica. Fuera de sus cuadros de inspiracin religiosa, ha
hecho retratos, ha representado a los indios salasacas y ha sentido
la sugestin del paisaje.
Su obras se encuentran en el templo de la Mereced, en la Sala
del Hogar Javier y en colecciones particulares.
Un hermano suyo. Fray Enrique Mideros, consagr su habilidad natural a decorar las iglesias dominicanas de Ibarra, Latacunga,
Loja y Baos y a pintar numerosos lienzos de motivos religiosos.
INDIVIDUALIDAD
EVOLUCIN
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REPRESENTANTES
DE LA
ESCULTURA
ESTMULOS
CRITICA
zar, Eduardo Kigman y Jos Enrique Guerrero; a Oswaldo Guayasamn, Sergio Guarderas y Jaime Andrade, etc.
La creacin del premio Mariano Aguilera fue un estmulo de
procedencia extraa al crculo de los artistas. En 1924 se organiz
el Centro Nacional de Bellas Artes con elemento profesional y en
1932 se fund el Crculo de Bellas Artes, compuesto, asimismo, por
un grupo de artistas.
Pero desde 1939 se organiz el Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador, que establecieron el Saln de Mayo, para exhibir
las obras de arte, al margen de las exposiciones oficiales. Para
acentuar una tendencia de reaccin y desinters se impuso la ausencia de toda premiacin. Se recordaba tal vez la actitud de los
artistas franceses, cuando en 1863, organizaron el Saln de los Rechazados, como rplica a las Exposiciones oficiales de tipo academicista. A lo menos as se da a entender en uno de los captulos del
manifiesto de sus fundadores:
"Este saln, decan, da cabida a todas las tendencias, puesto
que valindose de innumerables formas puede plasmarse la creaccin
artstica del espritu humano. Todo pronunciamiento por un criterio
nico significa una reduccin del amplio campo de las posibilidades.
Es por esto que, en el arte, el criterio oficial ha dejado casi siempre a la vera todo aquello que llevaba la palpitacin de un nuevo
modo de sentir. Libertad en el arte es nuestra norma. Y sobre todo,
sabemos que los frutos del esfuerzo necesitan del calor del estmulo
dentro del cual se desenvuelve nuestra tica intelectual y artstica".
El Saln de Mayo, en aos sucesivos, acogi las obras de
toda una generacin de artistas, nacionales y extranjeros, que exhibieron sus creaciones con un afn de puro amor al arte.
El 28 de Octubre de 1940 se fund la Galera Caspicara, bajo
la direccin de Eduardo Kigman, que brind a pintores y escultores la oportunidad de exhibir sus obras respectivas. El entusiasmo
con que los artistas recibieron la iniciativa se demuestra por el nmero de exposiciones que se hicieron en el curso del primer ao. Se
inaugur con una exhibicin conjunta de obras de pintores y escultores jvenes, a la que siguieron exposiciones individuales de los
pintores Michelsen, de Roura Oxandaberro, fotografas de Andrs
Roosevelt, muestras de Oswaldo Guayasamn, pinturas de Guillermo
Olgieser, lienzos de Eduardo Kigman, etc.
182
modo inevitable en crtico". Aplicada esta teora al arte de la pintura implicara la exigencia de que para hablar de los pintores
se requera que el crtico fuese invadido por la misma inspiracin
que ha conmovido al artista, para que pudiese descubrir as las
intuiciones creadoras que han motivado la obra, como los aciertos
en la ejecucin. El crtico necesita explicarse primero a s mismo,
antes que a los dems, lo que ha experimentado frente a una obra
de arte.
Y aqu estriba la dificultad para la crtica del arte moderno, en
que cada artista, se encierra en su propia individualidad. Lionello
Venturi, el gran crtico de arte moderno, ha subrayado esta caracterstica de la crtica de nuestros das. Antes bastaba conocer la esttica, las ideas de arte como expresin de sentimientos, forma significante, imaginacin creadora, para entender y dar a entender una
produccin artstica.
Hoy cada artista obliga a comenzar de nuevo, a desechar
continuamente lo que se haba aprendido, a destruir en uno mismo
las llamadas leyes de arte. Porque para las obras nuevas se necesitan leyes nuevas. Y esta labor de Ssifo es la ms difcil para el
critico de arte moderno.
En estos ltimos aos se ha modificado la enseanza de las
Bellas Artes. Para esta rama de la cultura se ha creado una facultad
universitaria, que proporciona a los alumnos un conocimiento previo de la Teora e Historia del Arte, sin descuidar el ejercicio
prctico.
Por otra parte se ha multiplicado el nmero de Galeras de
Arte, que han facilitado a los artistas la exposicin de sus obras,
con la propaganda consiguiente. En este aspecto cabe destacar la
accin cultural, que ha organizado Exposiciones permanentes de
las obras de artistas nacionales e internacionales.
185
ESCUELA
QUITEA
DE
PINTURA
Pictrico.
pueblo con imgenes y plasmar las verdades de la fe en figuras representativas. De esta inspiracin datan los cuadras ingenuos de
un primitivismo que no conoce sino apenas las leyes del dibujo y
aprovecha de los colores locales. Al finalizar el siglo X V I la pintura se realza por la categora de los artistas y los campos de aplicacin. Fray Pedro Bedn se esfuerza en pintar figuras delicadas y
undosas de la Virgen (1589), Luis de Rivera decora el retablo de
Mira (1583) y encama las imgenes esculpidas (1594), Andrs
Snchez Calque traza el retrato de los primeros negros de Esmeraldas (1598). A principios del siglo XVTI, el Cabildo obliga a los
pintores a copiar los grabados de los Reyes de Espaa para los funerales de la Princesa Margarita (1613). Luego el Hermano Hernando de la Cruz se ingenia en representar las escenas del Infierno
y la Resurreccin (1640). La segunda mitad del siglo X V I I hllase llena de la personalidad de Miguel de Santiago, cuyo genio
abarca todas las ramas de la pintura desde la imitacin y el retrato,
hasta la invencin originalsima de nuevos temas, pasando por el
afn docente de los cuadros simblicos. Garbar es el sacerdote del
pincel: S;S cuadros apenas salen del molde religioso: sin embargo
es el artista ms vigoroso de la Colonia, el que supo inspirar alma
a las imgenes de Reyes y Profetas, de Cristo y de la Virgen.
El siglo X V I I I compagina con el Buen Pastor y la Divina Pastora, introduce el fondo artificial en los cuadros religiosos, rodea a
las figuras de un marco caprichoso y abrillanta el colorido. Los Albn, alternan con Bernardo Rodrguez y Manuel Samaniego para
satisfacer la piedad sensitiva del pueblo diezochesco. Los pintores
quiteos van luego llamados a Nueva Granada para, bajo la direccin de Mutis, trasladar al papel acartondo las flores de Amrica
en forma que se ofrecieran al examen minucioso de la Botnica. La
pintura quitea triunfa en todos los asuntos que se le ofrecen como
tema de desarrollo.
Caractersticas de la Pintura
Quitea.
Del examen general de las manifestaciones de la pintura quitea se pueden deducir algunas conclusiones, que permitan definir sus notas caractersticas
187
Gremial
HHHHHI
Profesores y alumnos de la Escuela de Bellas Artes en 1904
Pictrica.
190
ARTE
RELIGIOSO
ECUATORIANO
DEFINICIONES
El Concilio Vaticano II ha consagrado un captulo especial al
arte y los objetivos sagrados (C. V I I ) . Despus de reconocer las
bellas artes como la expresin ms noble del ingenio humano, destaca el valor del arte religioso y de su cumbre que es el arte sacro.
Para comprender el alcance del decreto conciliar debemos precisar el sentido teolgico de arte sagrado y arte religioso, con el
fin de apreciar las obras de arte como objeto especfico de culto y
como valor de patrimonio cultural.
ARTE
SACRO
Un texto famoso de Santo Toms nos facilitar la comprensin del aspecto teolgico del arte sacro. "Las Iglesias, altares y
algunas otras cosas inanimadas son consagradas, no porque sean
susceptibles de recibir la gracia, sino porque en virtud de la consagracin se enriquecen con cierta virtud espiritual que las hace
aptas para el culto divino, para que los hombres sientan cierta devocin a travs de las mismas y estn mejor dispuestas para las
cosas divinas, a no ser que esto se impida por irreverencia." ( I I I
P . Q. L X X X I I I , art. 3, ad. I ) .
La Iglesia, fundada por Cristo, es la nica autorizada para
dirigir el culto a Dios. Por institucin divina consagra a los sacerdotes y por medio de ellos las cosas destinadas al culto litrgico.
Las cosas inanimadas, al ser consagradas, no son susceptibles
de gracia santificante; la consagracin les confiere el valor de sacramentales, que las hace aptas para el culto de Dios. Para esta
consagracin la Iglesia se sirve de normas positivas, formuladas
por el Derecho Cannico y la Sagrada Congregacin de Ritos.
Adems del destino al culto las cosas consagradas tienen la
virtualidad de suscitar la devocin, personal o colectiva, para estimular la relacin de los fieles con Dios.
Las cosas susceptibles de consagracin pueden valorarse de
191
RELIGIOSO
TEOLGICO
Las obras de Arte Sacro y Arte Religioso traducen la creencia y vida de un pueblo y cuando han sido reconocidas y autorizadas por la Iglesia constituyen un testimonio de la fe, que reviste el valor de un lugar teolgico. A travs de las obras de arte
destinadas al culto es dable apreciar los motivos que han alentado
la vida religiosa del pueblo de Dios en sucesin de generaciones.
Bajo este aspecto interesa al telogo el estudio y explicacin de
192
PATRIMONIO
CULTURAL
El Concilio Vaticano II, observa que la Iglesia se ha acomodado al carcter y las condiciones de los pueblos y a las necesidades de los diversos ritos y creado en el curso de los siglos un tesoro artstico, digno de ser conservado cuidadosamente.
Al servicio de la Iglesia y del culto han laborado los mejores
artistas, arquitectos, escultores y pintores, cuyas obras integran el
patrimonio cultural de cada pueblo.
La Iglesia al aceptar el concurso de los artistas, no ha coartado su libertad; ha exigido simplemente que las obras, destinadas al culto, sean dignas por su misma finalidad, decorosas moralmente y estticamente bellas, por el hecho de que reflejan el origen y destino divino de la inspiracin artstica.
EL
ARTE
SACRO
RELIGIOSO
EN
AMERICA
ARTE
SACRO
Y RELIGIOSO
EN
EL
ECUADOR
Una simple ojeada histrica al arte ecuatoriano permite destacar las caractersticas, que le han dado un puesto de honor en la
Amrica. Desde luego su influjo en la urbanstica de las ciudades.
La iglesia Catedral de Quito (1562-1565) sirvi de punto de partida para el trazo de calles y cerramiento de manzanas. Los bloque conventuales se ubicaron a distancias calculadas y presidieron
la organizacin socio-religiosa de los barrios. Cada orden religiosa construy su templo a medida de su capacidad y dinamismo.
De este modo se levantaron sucesivamente los templos monumen194
tales de San Francisco (1552-1560), Santo Domingo (15811600), San Agustn (1606), La Compaa (1606-1636), Santa
Clara (1652-1660), La Merced (1700), El Sagrario (1698).
Arquitectos flamencos, espaoles, italianos y criollos intervinieron en la construccin, adoptando en Quito los estilos europeos,
pero dando carcter local por la materia prima y el contexto geogrfico, el ambiente de contorno y la ubicacin urbanstica.
De los estilos conocidos se adopt el neoclasicismo en la estructura interior y en el frontispicio de los templos; el mudejar
presidi la decoracin de artesonados y pilastras; mientras que el
manierismo dio paso al barroco que se impuso y triunf en los
retablos.
Bajo la direccin de los funcionarios de la Iglesia se organizaron las Cofradas, ya como expresin religiosa de los gremios,
ya con finalidad de devocin y culto.
A las Cofradas se debe, en su mayor parte, la construccin
de los retablos que se sobreponen a los muros de las naves laterales de los templos quiteos. Las mismas Cofradas dieron expresin y vida a las fiestas rituales del Ao Litrgico y a las procesiones de los Pasos de la Semana Santa.
No es posible valorar debidamente la estructura de los retablos quiteos sin acudir al motivo catequstico y religioso que dirigi a tallistas e imagineros. Santo Toms observ que el uso de
las imgenes en la Iglesia obedeci a una finalidad representativa
de las verdades de la fe, recordatoria de las escenas del pasado y
estimuladora del culto. No hay retablo mayor de los templos quiteos que no lleven la representacin de la Trinidad, a quien se
diriga el pueblo al santiguarse. El retablo mayor de San Francisco
ofrece, en los frontones salientes del capitel que rodea el presbiterio, las imgenes alegricas de las virtudes teologales, cuya representacin se reitera en el coro de la Catedral con imgenes erectas de tamao natural. No hay asimismo templo que carezca de
un retablo dedicado al grupo del Calvario. Es igualmente un hecho el arreglo anual del Nacimiento con las imgenes representativas de los diversos episodios de la infancia de Jess. El conjunto de estas imgenes constituye un memorial representativo de
195
las verdades fundamentales del credo que profesa el pueblo catlico de Quito.
Aparte de estos motivos de inspiracin bblica hay muchos
otros que reflejan la devocin particular, traducida en imgenes
del Seor y de la Virgen, que llevan advocaciones de carcter religioso-folklrico. La pintura quitea ha servido a la catcquesis
popular, tanto como la escultura imaginera. Miguel de Santiago,
el mximo pintor ecuatoriano, interpret los artculos del Credo y
la Doctrina Moral, lo mismo que el saludo del Alabado, y represent a los Angeles y Santos de la devocin quitea. Su discpulo, Nicols Javier Gorbar, volvi familiares a los Profetas y
Reyes de Jud, representndolos en las escenas peculiares con que
los caracteriza el Antiguo Testamento. De los talleres de los pintores posteriores salieron innumerables lienzos que tradujeron la
vida de Jess y de la Virgen, y de los Santos Fundadores de las
Ordenes Religiosas, lo mismo que los temas de los Novsimos y
de los Doctores de la Iglesia.
En esta relacin del Arte Sacro y Religioso ecuatoriano cabe
anotar algunos hechos que trascienden por su importancia histrica.
A fines del siglo X V I el escultor Diego de Robles labr las
imgenes de Nuestra Seora de Guadalupe de Gupulo, del Quinche, de Sicalpa y del Cisne, que desde el principio se convirtieron
en milagrosas, dando origen a Santuarios de culto que no han
perdido su actualidad.
Miguel de Santiago aport a la Mariologia Universal el tema
de la Inmaculada Eucarista, que tradujo la devocin conjunta del
pueblo a la Eucarista y Mara Inmaculada.
Bernardo de Legarda divulg la imagen de la Virgen Apocalptica que huella la cabeza del dragn y que por su peculiaridad y gracia femenina ha sido llamada por antonomasia la Virgen
Quitea.
Un inventario, que tienda a ser exhaustivo del arte sacro y
religioso, deber tomar en cuenta todas las circunstancias que caracterizan las manifestaciones artsticas de cada pas.
196
TENTATIVAS
DE UN INVENTARIO
DEL
RELIGIOSO
ECUATORIANO
ARTE
'
Fruto de este trabajo fue el libro intitulado "Patrimonio Artstico Ecuatoriano", que se public en Quito el ao de 1967. La
finalidad principal del libro fue crear en el ambiente un inters
por las obras de arte que constituyen la parte ms valiosa del Patrimonio Cultural del Ecuador. Por entonces el estudio se limitaba a la ciudad de Quito.
6. En 1971 comenz a realizarse un inventario de las obras
de arte con un programa conjunto que contemplaba a la vez los
monumentos naturales y las manifestaciones artsticas en todas las
provincias del Ecuador. Esta labor fue patrocinada por varias instituciones pblicas que se interesaron en este proyecto de trascendencia cultural y turstica. Como resultado existe ya un abundante
198
- - 199
EDICIONES DE L A U N I V E R S I D A D
CATLICA
(EDUC)
CENTRO DE PUBLICACIONES
1. ALBAN, Ernesto
P a n d o r a (Cuento). 1977.
2.
ANDRADE U., S a n t i a g o
Los Almacenes G e n e r a l e s de Depsito en el Ecuador. 1976.
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4. BRAVO, Ernesto
La Siempre Virgen Mara. 1978.
5.
CARRION, Eduardo
Curso de Derecho Civil.
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7.
CORRALES, Manuel
Jorge Icaza, Frontera del Relato Indigenista. 1974.
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EGUEZ, Ivn
La Linares (novela). 1976.
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HURTADO, O s w a l d o
El Poder Poltico en el Ecuador. 1977.
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LIZARZABURU, Martha
Ataduras p a r a el viento (poesa). 1977.
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MALO G , Hernn
El Hbito en la Filosofa d e Flix Ravaisson. 1976.
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MORENO Y., S e g u n d o
Sublevaciones Indgenas en la Audiencia de Quito. 1977.
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ORTIZ, Fernando
Las Aves de Quito. 1975.
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PONCE, Federido
PoemAmor (poesa). 1978.
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PORRAS G . Pedro
Historia y Arqueologa d e l a C i u d a d Espaola Baeza d e los Q u i jos. 1974.
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La F a s e C a s a n g a . 1975.
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PORRAS G , Pedro
La C u e v a de los Tayos. 1978.
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Esquemas p a r a u n a historia de la filosofa ecuatoriana. 1977.
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El dominio privado de los bienes s e g n la doctrina d e la Iglesia. 1977.
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Elementos d e Derecho Procesal Civil. 1978.
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TRUJILLO, Julio C s a r
Actualidad o Crisis del constitucionalismo
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social en el
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TRUJILLO, Julio C s a r
Derecho del Trabajo. 1973.
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TRUJILLO, Julio C s a r
Elementos de Derecho Laboral Andino. 1973.
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VARIOS
Espejo: Conciencia crtica de su poca.
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VARIOS
El Lenguaje Potico de Csar Dvila Andrade. 1977.
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VARIOS
Estudios Arqueolgicos del Ecuador. 1977.
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VARIOS
Lectura de G a r c a Mrquez (Doce estudios). 1976.
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Monseor Lenidas Proao: Hacia u n a Iglesia Liberadora. 1977.
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La Iglesia y el Estado en el Ecuador (Segundas Jornadas Teolgicas). 1976.
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La Universidad Catlica en el Mundo de Hoy (Terceras Jornadas
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Situacin del Relato Ecuatoriano, Tomo I. 1977.
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