1780 Carceles en Cuba
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III. MARCO JURÍDICO
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A. OBLIGACIONES INTERNACIONALES DE CUBA EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS
33
B. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA NORMATIVO CUBANO
48
B.1 CON RESPECTO AL DERECHO A LA LIBERTAD
INDIVIDUAL Y SUS GARANTÍAS PROCESALES
48
B.2 CON RESPECTO AL DERECHO A UN TRIBUNAL
INDEPENDIENTE E IMPARCIAL
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Antonio Cassese1
1
Antonio Cassese en Cárcel y Derechos Humanos. Un Enfoque Relativo a la Defensa de los Derechos Fundamentales de los
Reclusos. Joseph María Bachs Estany, Roberto Bergalli, Yanqui Rivera Beiras, Xavier Balaguer Santamaría, Antoni Gisbert Gisbert,
y José Antonio Rodríguez Saez, página 10. Editorial Bosch S.A., Barcelona, España, 1992.
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6. En algunos casos, lo mejor que podía ocurrirle a un preso político era ser enviado
al paredón de fusilamiento. Las torturas físicas y psicológicas que aplicaba el régimen
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constituyen un tema aparte. Entre algunos de los perversos métodos de tortura utilizados
por la revolución cubana están la introducción en habitaciones de elevadas temperaturas
frías, desprovisto de toda clase de ropa o en habitaciones de elevadas temperaturas
calientes, también desprovisto de toda clase de ropa; también la colocación del preso
político de pié, en un lugar en que cabía una sola persona. En esa posición y en esos
lugares son encerrados, permaneciendo de esa forma un lapso, debidamente calculado
para producirle terribles dolores en las piernas, que tenían que sostener el peso del
cuerpo. En múltiples ocasiones, se le producían al preso político, la ruptura de las venas
de las piernas con sus tremendas consecuencias. Igualmente, la colocación del preso
político en habitaciones herméticamente cerradas, con las luces encendidas, durante las
24 horas; el confinamiento solitario; asimismo, la conducción de los presos políticos, a
lugares lejanos de los centros represivos, donde se les simula el fusilamiento, con balas
sin pólvora, o balas de fogueo; la conducción de los presos políticos, mar afuera, en
embarcaciones de la Policía Política, colocando alrededor del cuello del prisionero una
fuerte soga con un lazo corredizo, en cuyo extremo tiene atada una ancla o bloque de
concreto, amenazando con lanzarlos al mar, sino confesaban las imputaciones que les
formulaban; en ocasiones, los presos políticos, recibían la aplicación de la sinfónica rusa,
consistente, en amarrar al preso político a un asiento, golpeándose entonces en forma
violenta, una sartén, que producía un ruido infernal y ensordecedor que lastimaba el
tímpano del oído; en el campo de las torturas físicas, se utilizaba frecuentemente, tomar
al preso político por los pies, siendo introducida su cabeza en una piscina, para que vaya
sintiendo los síntomas de la asfixia por ahogamiento; en ocasiones, los presos políticos
eran obligados a permanecer de pié, sin permitírsele apoyarse sobre algo,
produciéndosele trastornos en la circulación de la sangre; en otros casos, los presos
políticos recibían órdenes de permanecer de pié, con las piernas abiertas y se les golpeaba
en los órganos genitales.
7. Las presas políticas también sufrían en algunos casos el mismo tratamiento. Por
ejemplo existían en ese momento (y existen hoy) “las tapiadas”, que es el nombre que
reciben las celdas de castigo adonde eran conducidas las presas políticas cubanas por
haber transgredido la férrea disciplina del penal. En esas celdas no había luz, ni casi agua.
Las presas permanecían desnudas en un espacio reducidísimo. El alimento se les servía, a
diferentes horas, para que no tuvieran la noción del tiempo. Tampoco podían recibir
visitas ni correspondencia. Allí permanecen, por semanas enteras. Tanto los familiares
de los presos como de las presas políticas sufrieron la represión de la revolución cubana.
Las personas que eran arrestadas eran amenazadas durante los interrogatorios con
represalias a sus familiares. En otros casos, cuando se arrestaba a una pareja de esposos,
se utilizaba a uno de ellos como rehén para obtener la confesión del otro. Igualmente, en
otros casos cuando un preso político lograba escaparse, se le sancionaba con la captura de
la madre o el hijo de éste, sin ningún motivo justificado. En otros casos, se ha a fusilado
al detenido, sin que los familiares hayan podido conocer nunca cuál ha sido el paradero
durante el tiempo de encarcelamiento.
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cárceles para albergar a los presos políticos, en la medida que la resistencia pacífica sigue
creciendo. En otras palabras, el régimen en el poder --una vez maniatada y controlada la
población-- dejó de ejecutar, y enviar al paredón de fusilamiento a los opositores de la
forma masiva en que lo hizo durante los primeros años del régimen. Sin embargo, no ha
dejado de aplicar la pena de muerte para una variada gama de delitos contra la seguridad
del Estado. Asimismo, tampoco se han repetido toda la gama de métodos de tortura
aplicados durante el primer período. No obstante, se siguen reportando casos de otros
tipos de tortura como las brutales golpizas, y otros tratos cueles, inhumanos y
degradantes. El número de presos políticos durante este largo período de tiempo es
impreciso ya que se carece de cifras oficiales, solamente se cuenta con cifras parciales, al
principio a través de familiares y amigos de los prisioneros político y luego a través de las
organizaciones de la sociedad civil independiente y los defensores de derechos humanos
que hoy por hoy laboran dentro de la Isla.
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muerte de varios reclusos en la cárcel y ha hecho que gran número de ex presos padezcan
enfermedades graves.2
11. Así, el paso al umbral del siglo XXI no produjo ningún cambio en las condiciones
carcelarias en Cuba. Los presos no solo enfermaban como consecuencia de las pésimas
condiciones sanitarias e higiénicas y el hacinamiento en que vivían diariamente, sino que
también la situación de los presos políticos era aún mucho más grave en virtud que el
grupo en el poder utilizaba la negativa a otorgar tratamiento médico como una medida de
castigo a los mismos. En algunos casos, reclusos enfermos de tuberculosis ubicados en
las celdas de aislamiento se encontraban durante meses durmiendo en el piso de sus
celdas por el mal estado de sus colchones, aparte de la poca ventilación, frío y humedad
por la filtración de agua cuando llueve, además de las pésimas condiciones higiénico-
sanitarias, alimentación y pobre atención médica. Los enfermos de SIDA ubicados en las
citadas celdas sufrían las mismas condiciones.
2
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 134.
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consustancial a la misma pues, desde sus orígenes como respuesta punitiva --esto es, en
el siglo XVIII-- se constatan ya los primeros esfuerzos por reformar la cárcel. La
reforma de la prisión es casi contemporánea de la prisión misma. Es como su
programa”.3
14. No obstante, aquel esfuerzo inicial por lograr el pleno reconocimiento, ejercicio y
protección de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad parece, a
priori, encontrar serias dificultades para lograr su plena y efectiva realización. La
consagración formal de tales derechos y garantías ha sido expuesta, desde la época de la
Ilustración, como el producto de la racionalidad de un sistema penal (y penitenciario) de
corte garantista. Sin embargo, los más de dos siglos de existencia de la cárcel punitiva,
parecen demostrar la imposibilidad de lograr --en el interior de la institución penal por
excelencia-- el cumplimiento de sus funciones declaradas. Ello pone de manifiesto la
irracionalidad de un sistema que adoleció, desde sus orígenes, de una profunda crisis de
legitimación.4
15. Al analizarse el rol que cumple la cárcel como última instancia del control social,
no puede menos relacionársela con los innumerables sucesos que habitualmente ilustran
la crónica periodística. Suicidios, motines, homicidios, agresiones, torturas, ingreso y
tráfico de drogas en su interior, abusos sexuales, transmisión de enfermedades,
hacinamiento, deficientes condiciones sanitarias, escasa y deficiente alimentación, falta
de atención médica, etc. Estas son las noticias que se asocian usualmente a la imagen de
la cárcel, sobre todo a la de aquellas instituciones emplazadas en las grandes urbes y que,
aunque destinadas al alojamiento de un tipo de internos --detenidos en prisión
preventiva--, terminan por confundir a una heterogénea población sobre la que se aplican
unos criterios clasificatorios. Estos, no obstante emerger de las leyes y reglamentos
penitenciarios, no se corresponden para nada ni con las posibilidades reales de seguir
permaneciendo en reclusión ni con las condiciones presuntas de aplicar el régimen que
determinaría dicha clasificación.
16. Así, las garantías procesales y los derechos de los reclusos como tales (pues como
personas ya le han sido violados sus derechos fundamentales por el sólo hecho de vivir
como se vive en el interior de las prisiones) resultan de continuo lesionados. En este
sentido hay que distinguir entre el reconocimiento formal de unos postulados garantistas
y la verificación efectiva de los mismos en el interior de una institución caracterizada por
3
Foucault, Vigilar y Castigar, 1986, página 236, en Cárcel y Derechos Humanos, op.cit., página 28.
4
Véase Iñaki Rivera Beiras, en Cárcel y Derechos Humanos, op.cit., página 28. Si bien la privación de libertad sólo adquiere sentido
como pena moderna cuando precisamente deja de ser una aflicción y se convierte en una privación --privación de un derecho de
libertad personal-- lo cierto es que las condiciones de su ejecución, aunque desde mucho antes de ser considerada “pena”, reclamaban
una adecuación a ciertos principios garantistas. El Iluminismo, más allá de limitar las vocaciones absolutistas de toda potestad
punitiva, comportó la adopción de ciertos principios que significaron afirmaciones revolucionarias las cuales, aunque hoy parezcan
banales, fueron acogidas por las primeras Constituciones como freno a las penas inútilmente excesivas. El principio de la pena
mínima necesaria y el del respeto a la persona --reclamadas por Montesquieu, Beccaria, Romagnosi, Bentham y Carmignani-- dan
respuesta al interrogante que el penalismo ilustrado pretende responder: ¿Cuándo y como punir? De tal manera, si la pena debe ser
“necesaria” y la “mínima de las posibles” en relación al fin de la prevención de nuevos delitos, estos principios pasan a ser los
objetivos de mitigación y minimización, buscados por la ética racional de tipo utilitarista que otorgó lo más característico del
movimiento penal reformador desarrollado por el Iluminismo. Ferrajoli, L. Diritto e Ragione. Teoría del Garantismo Penale,
(prefazione di Norberto Bobbio), Editori Laterza, Bari-Roma, 2º ed., 1990, p. 391.
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la vigencia de sus propias leyes, por su propia lógica interna. Tal como afirma Bergalli,
“el ingreso de un individuo en una institución penitenciaria se traduce en la deposición
forzada de su propia determinación; en adelante, serán otras personas las que
dispondrán de cada minuto de su vida. Los internos de tal tipo de establecimientos
comienzan por sufrir un aislamiento psicológico y social de las personas de su relación;
luego pierden la posibilidad de ejercer cualquier rol social. Finalmente, todas las
alternativas de satisfacer sus necesidades sociales y materiales, como la movilidad
psicológica y social, son reglamentadas y minimizadas”.5
5
Bergalli, La Recaída en el Delito, Modos de Reaccionar contra Ella, 1980, página 276, en Cárcel y Derechos Humanos, op.cit.,
página 27.
6
Foucault, Vigilar y Castigar, 1986; Kaplan, Tear Down the Walls?, Some functions of Prisons, 1975, en Cárcel y Derechos
Humanos, Iñaqui Rivera Beiras, página 28.
7
Bustos Ramírez, Poder y Control, 1986, página 23, en Cárcel y Derechos Humanos, op.cit., página 30.
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Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (de 26 de agosto de 1789),
constituyeron los primeros reconocimientos normativos de los derechos humanos. A
partir de estas Declaraciones, y en los siglos posteriores se puede observar un proceso de
positivización de estos derechos que culminan en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos en 1948. A partir de ahí se inicia otro proceso de
internacionalización de los derechos humanos con el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o
Degradantes; y a nivel regional, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, etc.
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23. Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos consagra un conjunto de
94 recomendaciones detalladas en materia de locales, alimentación, servicios médicos,
disciplina, y sanciones, contacto con el mundo exterior, etc. Las Observaciones
Preliminares de su texto señala “el objeto…no es describir en forma detallada un sistema
penitenciario modelo, sino únicamente establecer, inspirándose en conceptos
generalmente admitidos en nuestro tiempo y en los elementos esenciales de los sistemas
contemporáneos más adecuados, los principios y las reglas de una buena organización
penitenciaria y de la práctica relativa al tratamiento de los reclusos”.13 Por su parte, el
Nº 2 de estas Observaciones Preliminares establece que estas disposiciones constituyen,
en su conjunto, las condiciones mínimas que son admitidas por las Naciones Unidas para
la organización de los centros penitenciarios y el tratamiento de los reclusos. Asimismo,
con respecto a las Reglas de Aplicación General (Primera Parte de las Reglas Mínimas),
se observa que la primera estipulación es el principio de no discriminación por razón de
“raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política o cualquier otra opinión, origen
nacional o social, fortuna, nacimiento u otra situación cualquiera” (R. 6,1) (énfasis
agregado).
24. Otro documento elaborado en el seno de las Naciones Unidas para otorgar
protección a las personas que sufren alguna forma de privación de libertad es el Conjunto
de Principios para la Protección de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de
Detención o Prisión. Por Resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988, la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó este Conjunto de Principios. Esta iniciativa se
remonta al año 1980 cuando, por Resolución 35/177 de 15 de diciembre, la Asamblea
12
Idem.
13
Naciones Unidas, Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, A/CONF/611, annex I, E.S.C. res. 663C, 24 U.N. ESCOR
Supp. (Nº 1), p. 11, ONU Doc. E/3048 (1957), atended E.S.C. res. 2076, 62 U.N. ESCOR Supp. (Nº 1), p. 35, ONU Doc.E/5988
(1977).
13
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25. El documento arriba citado establece una serie de principios generales referidos a
las personas privadas de su libertad. Seguidamente, señala las condiciones mínimas que
ha de observar la reclusión penal, y se establecen una serie de garantías procesales y
derechos fundamentales de los detenidos (en espera de ser juzgados) y de los presos
(condenados por sentencia firme). Entre los principios generales se encuentra el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano que ha de ser observado en el trato que se
dé a toda persona privada de su libertad (Principio 1). Ello se completa con la
disposición contenida en el Principio 3, en el sentido de prohibir restricciones a los
derechos fundamentales de los reclusos “so pretexto de que el presente Conjunto de
Principios no reconoce esos derechos o los reconoce en menor grado”.
26. Tanto el arresto (como acto de aprehender a una persona), como la detención
(condición en la que se encuentran los reclusos en espera de ser juzgados) y, asimismo la
prisión (situación de las personas ya condenadas) han de llevarse a cabo en estricto
cumplimiento de la ley y por funcionarios competentes o personas autorizadas para ese
fin (Principio 2). Ello supone la consagración del principio de legalidad. El Principio 4
hace referencia a la intervención de un juez u otra autoridad en dos situaciones distintas:
la primera es la que atañe a las personas detenidas (que sólo pueden estarlo por orden
judicial u orden de otra autoridad establecida por la ley cuya condición y mandato
ofrezcan las mayores garantías posibles de competencia, imparcialidad e independencia).
La segunda, hace referencia a la función de fiscalización efectiva sobre la forma que
adopte la prisión (esto es, la situación de las personas ya condenadas por sentencia firme),
control que ha de ser ejercido por un juez u otra autoridad.
28. Entre las condiciones mínimas que debe observar la privación de libertad, los
apartados 1, 2 y 3 del Principio 7 se refieren a los actos que vulneren las estipulaciones
contenidas en este documento. El Nº 1 contiene un mandato a los Estados para realizar
investigaciones imparciales respecto de todo acto contrario a los derechos y deberes que
se enuncien en el documento. Seguidamente, el apartado Nº 2 estipula la obligación de
los funcionarios de poner en conocimiento de sus superiores, o de otras autoridades,
14
Según Amnistía Internacional, “este texto es la primera compilación sistemática de normas internacionales destinadas a impedir la
detención y la prisión arbitrarias e incluye, asimismo, algunas normas destinadas a impedir los malos tratos a personas privadas de
libertad”. Amnistía Internacional, Informe 1989, página 344.
14
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30. Sin embargo, ¿Qué ocurre en situaciones que en un determinado Estado no hay un
sistema democrático de gobierno ni un estado de derecho? ¿Qué ocurre cuando un
régimen dictatorial ha logrado perennizarse en el poder y como método disuasivo contra
cualquier acción opositora utiliza la cárcel para controlar a la población que disiente del
sistema político vigente? ¿Qué ocurre cuando un régimen encarcela de forma sistemática
y masiva a aquéllas personas que no han cometido ningún delito, pero que intentan
ejercer libremente sus derechos a la libertad de expresión, movimiento, reunión y
asociación? ¿Qué ocurre cuando ese gobierno viola de forma sistemática los derechos
fundamentales de los presos políticos? ¿Qué ocurre cuando ese gobierno no permite
ninguna forma de supervisión nacional ni internacional sobre las condiciones carcelarias
y la situación en que se encuentran los presos políticos?
31. Es evidente que una cosa son los derechos, postulados, y principios que rigen
como normas mínimas para el tratamiento de las personas privadas de libertad, y otra
15
Estos derechos de los procesados se completan con la consagración de unas garantías penales y procesales tales como la presunción
de inocencia (Principio 36), el derecho de defensa (Principios 11, 17 y 18), el derecho a contar con un intérprete (Principio 14), etc.
16
En las últimas décadas se han aprobado tanto a nivel regional como universal una serie de instrumentos internacionales que
coadyuvan al fortalecimiento de las medidas de protección para las personas que se encuentran privadas de libertad. A nivel regional,
y dentro del contexto del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos se han aprobado, por ejemplo, la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (adoptada en Cartagena de Indias, Colombia, el 9 de diciembre de
1985); y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (adoptada en Belém do Pará, Brasil, el 9 de junio de
1994). A nivel universal en el seno de las Naciones Unidas, los Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos (adoptados y
proclamados por la Asamblea General en su resolución 45/111, de 14 de diciembre de 1990); las Reglas de las Naciones Unidas para
la Protección de los Menores Privados de Libertad (adoptadas por la Asamblea General en su resolución 45/113, de 14 de diciembre
de 1990); las Salvaguardias para Garantizar la Protección de los Derechos de los Condenados a Muerte (aprobadas por el Consejo
Económico y Social en su resolución 1984/50, de 25 de mayo de 1984); la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes (adoptada y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución
39/46 de 10 de diciembre de 1984. Entrada en vigor: 26 de junio de 1987, de conformidad con el artículo 27.1), y su Protocolo
Facultativo; los Principios relativos a la Investigación y Documentación Eficaces de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes (adoptados por la Asamblea General en su resolución 55/89 de 4 de diciembre de 2000); las Salvaguardias
para Garantizar la Protección de los Derechos de los Condenados a la Pena de Muerte (aprobadas por el Consejo Económico y Social
en su resolución 1984/50 de 25 de mayo de 1984); las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas no Privativas de la
Libertad (adoptadas por la Asamblea General en su resolución 45/110, de 14 de diciembre de 1990); los Principios de Ética Médica
Aplicables a la Función del Personal de Salud, Especialmente los Médicos, en la Protección de Personas Presas y Detenidas contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (adoptados por la Asamblea General en su resolución 37/194, de 18
de diciembre de 1982); los Principios para la Protección de los Enfermos Mentales y el Mejoramiento de la Atención de la Salud
Mental (adoptados por la Asamblea General en su resolución 46/119, de 17 de diciembre de 1991); y las Directrices de las Naciones
Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (adoptadas y proclamadas por la Asamblea General en su resolución 45/112, de
14 de diciembre de 1990).
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muy distinta que un determinado gobierno cumpla con mantener una efectiva e irrestricta
vigencia de esos derechos para la población penitenciaria. Al analizarse la tutela efectiva
y el ejercicio de los derechos fundamentales de los reclusos, y especialmente de aquellos
que purgan condenas por delitos políticos o conexos, deberían estudiarse también los
mecanismos de protección que habrían de crearse en el marco de las normativas
internacionales para la tutela de los derechos consagrados en tales disposiciones. Está
claro que queda mucho por hacer en el ámbito del desarrollo de un derecho internacional
de los derechos humanos en materia penitenciaria, ya que todavía quedan multitud de
derechos, intereses, y situaciones concretas que afectan a los reclusos, que carecen de una
protección jurídica eficaz.
32. Tal como ha quedado acreditado en los párrafos precedentes, los instrumentos
internacionales, declaraciones y principios que consagran los derechos fundamentales que
los Estados deben observar en el tratamiento de las personas privadas de libertad serían,
en los hechos, inefectivos sin órganos y mecanismos de supervisión que observen el fiel
cumplimiento de tales derechos en las jurisdicciones internas de dichos Estados. Dentro
de ese contexto, a lo largo de los años en el hemisferio americano, los Estados --en
ejercicio de su soberanía-- han adoptado una serie de instrumentos internacionales que se
han convertido en la base de un sistema regional de promoción y protección de los
derechos humanos. Dicho sistema normativo reconoce y define estos derechos, establece
obligaciones tendientes a su promoción y protección, y crea órganos destinados a velar
por su observancia. Este sistema interamericano de promoción y protección de derechos
fundamentales se inició formalmente con la aprobación de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre en la Novena Conferencia Internacional Americana
celebrada en Bogotá en 1948, en el marco de la cual se adoptó la propia Carta de la OEA
que proclama los "derechos fundamentales de la persona humana" como uno de los
principios en que se funda la Organización.17
33. La Declaración Americana estableció "el sistema inicial de protección que los
Estados americanos consideran adecuado a las actuales circunstancias sociales y
jurídicas, no sin reconocer que deberán fortalecerlo cada vez más en el campo
internacional, a medida que esas circunstancias vayan siendo más propicias". En otra
cláusula introductoria, la Declaración indica que "los derechos esenciales del hombre no
nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado sino que tienen como
fundamento los atributos de la persona humana". Por lo tanto, los Estados americanos
reconocen que cuando el Estado legisla en esta materia, no crea o concede derechos sino
que reconoce derechos que existían antes de la formación del Estado. En efecto, tales
17
Véase Documentos Básicos en Materia de Derechos Humanos en el Sistema Interamericano, Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, OEA/Ser.L/V/1.4, Rev.12, 31 de enero de 2007, páginas 4 y siguientes.
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34. Era evidente que los avances que se daban paralelamente tanto en el seno de la
Organización de los Estados Americanos como en las Naciones Unidas en materia de
derechos humanos no podían carecer de órganos específicamente encargados de velar por
la observancia de los derechos humanos en el sistema. Es así como la Quinta Reunión de
Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA --celebrada en Santiago de
Chile en 1959-- crea la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante la
“CIDH”). La Parte II de la Tercera Resolución resuelve, textualmente lo siguiente:
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37. Ambos órganos de protección (CIDH y Corte I.D.H.) han manifestado desde sus
inicios una profunda preocupación por las condiciones de detención en las Américas, y la
situación de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad. La CIDH
tiene, por ejemplo, desde sus inicios y dentro del marco de su competencia, una amplia e
importante doctrina con respecto a las obligaciones que tienen los Estados con respecto a
su rol de garantes de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad, en
tanto y en cuanto, son responsables de los establecimientos de detención. La importancia
de las decisiones de la CIDH radica en que la misma no sólo puede pronunciarse después
de examinar las diferentes peticiones individuales que se someten a su consideración,
sino que también puede constatar in situ las condiciones carcelarias y evaluar si se han
producido violaciones de los derechos fundamentales de la población carcelaria. En
virtud de su competencia como órgano principal de la Organización de los Estados
Americanos encargado de proteger y promover los derechos humanos en las Américas, y
de conformidad con su mandato establecido en su Estatuto y Reglamento, la Comisión
efectúa visitas in loco a fin de constatar la situación general de los derechos humanos en
esos Estados, y dentro de ese contexto, también visita las cárceles y analiza las
condiciones de detención. Una vez concluidas estas visitas in loco, la CIDH presenta los
resultados de su estudio en un país en particular, formulando --a través de Informes
Especiales-- las correspondientes recomendaciones encaminadas a ayudar a ese Estado a
garantizar el pleno goce de los derechos y libertades protegidos por parte de todas las
personas sujetas a su jurisdicción.22 Dentro de ese contexto, es importante manifestar
22
A modo de ejemplo, en los últimos años la CIDH ha efectuado importantes visitas a centros de detención en el hemisferio
americano para evaluar las condiciones de detención. Por ejemplo, Noviembre de 2004. Se visitaron centros de detención en la
Ciudad de Guatemala y Escuintla, entre ellos centros de detención de menores de edad y adultos. La visita se realizó en coordinación
con el Relator sobre Derechos de la Niñez de la CIDH y UNICEF. En ocasión de la visita se adoptaron de oficio medidas cautelares
para proteger menores de edad privados de la libertad que estaban siendo objeto de tratos inhumanos y degradantes. Asimismo, se
plantearon recomendaciones a las autoridades locales, y se participó en una actividad de promoción sobre derechos de las personas
privadas de libertad dirigida a Alcaldes y Gobernadores departamentales; Diciembre de 2004. Se visitaron centros de detención de
adultos y menores de edad en la Ciudad de Tegucigalpa y San Pedro Sula, en coordinación con el Relator sobre Derechos de la Niñez
de la CIDH y UNICEF. En ocasión de la visita se adoptaron de oficio medidas cautelares para proteger menores de edad privados de
la libertad que estaban siendo objeto de tratos inhumanos y degradantes. Asimismo, se plantearon recomendaciones a las autoridades
locales; Diciembre de 2004. Se visitaron centros penitenciarios de la Provincia de Mendoza, tanto de hombres como de mujeres. Se
formularon recomendaciones a las autoridades locales; El Relator Florentín Meléndez realizó una visita nocturna al Centro de
Internamiento de Menores Infractores de la Ley, “Tatuapé”, São Paulo, Brasil, el 23 de junio de 2005, y rindió un informe conteniendo
recomendaciones, dentro del trámite medidas cautelares otorgadas por el CIDH en beneficio de los jóvenes detenidos en dicha
institución; Noviembre de 2005. Realizada en conjunto con la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos (OACNUDH), con el objetivo de constatar las condiciones carcelarias y el respeto de los derechos de las
personas privadas de libertad. Inicialmente, se visitó la cárcel de mujeres de El Buen Pastor de Bogotá. Posteriormente, el Relator
visitó la cárcel de Palo Gordo en la municipalidad de Girón, Santander, a fin de verificar el cumplimiento de las medidas cautelares
decretadas por la CIDH en favor de 106 internos autodenominados presos políticos. La observación terminó con una visita al Centro
Penitenciario de Vista Hermosa en Cali, así como comisarías policiales de dicha ciudad.
18
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que en el año 2004 la CIDH creó una Relatoría sobre los Derechos de las Personas
Privadas de Libertad en las Américas.23
38. Otro mecanismo utilizado por la CIDH, dentro del marco de su competencia, y
que puede ser aplicado --entre otras situaciones-- para evitar daños irreparables de las
personas que se encuentran privadas de libertad, son las medidas cautelares que se
encuentran previstas en el artículo 25 del Reglamento de la CIDH. Esta norma establece
que en casos de gravedad y urgencia, y toda vez que resulte necesario de acuerdo a la
información disponible, la CIDH podrá, a iniciativa propia o a petición de parte, solicitar
al Estado de que se trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables
a las personas. Si la Comisión no estuviere reunida, el Presidente o a falta de éste, uno de
los Vicepresidentes, consultará por medio de la Secretaría con los demás miembros sobre
la aplicación de esta norma. Si no fuera posible hacer la consulta dentro de un plazo
razonable de acuerdo a las circunstancias, el Presidente tomará la decisión en nombre de
la Comisión y la comunicará inmediatamente a sus miembros. Conforme al
procedimiento establecido, la CIDH podrá solicitar información a las partes interesadas
sobre cualquier asunto relacionado con la adopción y vigencia de las medidas cautelares.
En cualquier caso, el otorgamiento de este tipo de medidas por parte de la CIDH no
constituye pre-juzgamiento alguno sobre una eventual decisión sobre el fondo del
asunto.24
23
El Mandato de la Relatoría sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en las Américas es el siguiente: a) Informarse
sobre la situación de todo tipo de personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión en los Estados miembros, por cualquier
fuente fidedigna de información, independientemente de la edad, sexo o condición de encarcelamiento o privación de libertad; b)
Realizar visitas a los Estados miembros de la Organización con el objeto de recopilar información o solicitarla de las autoridades del
Estado respecto de toda persona privada de libertad y sobre sus condiciones carcelarias; c) Visitar lugares de detención o centros de
privación de libertad de menores de edad, aun sin previo aviso a las autoridades carcelarias; entrevistar libre y privadamente a
personas detenidas o en prisión y a funcionarios y autoridades carcelarias; entrevistar a los familiares de las personas detenidas, a
personas en prisión en calidad de testigos, miembros de organizaciones no gubernamentales, o a cualquier funcionario, autoridad o
persona; filmar, grabar, tomar fotografías, recoger documentos o utilizar cualquier otro medio adecuado para informarse sobre la
situación de las personas privadas de libertad; d) Preparar para la Comisión informes sobre la situación carcelaria en un centro de
detención en particular, en un país, o a nivel regional o subregional, con las recomendaciones que considere necesarias para la
Comisión; e) Emitir recomendaciones a los Estados miembros sobre las condiciones de detención o encarcelamiento y darle
seguimiento al cumplimiento de dichas recomendaciones; f) Realizar actividades de promoción y educación en materia de derechos
humanos aplicable a las personas privadas de libertad, con énfasis en la protección de los derechos y garantías fundamentales de las
personas detenidas y sus familias; sobre los deberes y prohibiciones de las autoridades carcelarias; y sobre las reglas internacionales
aplicables al uso de la fuerza y armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley; g) Promover acciones o
llamamientos urgentes a los Estados en casos de gravedad respecto de personas detenidas, en orden a que se cumplan sus obligaciones
internacionales en esta materia; h) Promover la adopción de medidas legislativas, judiciales, administrativas o de otra índole a fin de
que se garanticen los derechos de las personas privadas de libertad y de sus familias; i) Coordinar acciones de promoción con
organizaciones no gubernamentales o con otras instancias de protección internacional; j) Coordinar acciones de verificación y
seguimiento de las condiciones carcelarias en los Estados miembros con las Defensorías del Pueblo o las instituciones nacionales de
derechos humanos; k) Realizar cualquier otra acción o gestión que considere necesaria para la protección de las personas privadas de
libertad, dentro del mandato de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Véase www.CIDH.org Relatorías, Relatoría
sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad, Mandato.
24
Durante su historia, la CIDH ha dictado numerosas medidas cautelares a fin de proteger la vida e integridad física de personas
privadas de libertad, y Cuba no es una excepción, a pesar de la renuencia del régimen a dar respuesta oficial a las solicitudes de
información.
25
Es importante precisar, sin embargo, las funciones y el ámbito de competencia del Tribunal Interamericano. La Corte tiene una
función jurisdiccional y una consultiva. En lo que a la función jurisdiccional se refiere, sólo la Comisión y los Estados partes en la
Convención que hubieren reconocido la competencia de la Corte están autorizados para someter a su decisión un caso relativo a la
interpretación o aplicación de la Convención Americana a condición de que se haya agotado el procedimiento que debe tener lugar
Continúa en la siguiente página…
19
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41. Asimismo, durante las casi cinco décadas que viene durando en el poder, el
régimen cubano ha pretendido desconocer la competencia de la CIDH aduciendo que “no
tiene competencia legal ni la Organización de los Estados Americanos autoridad moral
para juzgar el disfrute de los derechos humanos en Cuba”.29 No es menester del presente
informe tratar el asunto de la supuesta falta de competencia de la CIDH para examinar la
situación de los derechos humanos en Cuba, ya que el Directorio Democrático Cubano se
ante la Comisión y que se encuentra previsto en los artículos 48 a 50 de ese Tratado. Para que pueda presentarse ante la Corte un caso
contra un Estado parte, éste debe reconocer la competencia de dicho órgano. La declaración de reconocimiento de la competencia de
la Corte puede ser hecha en forma incondicional para todos los casos o bien, bajo condición de reciprocidad, por un tiempo
determinado o para un caso específico. En cuanto a la función consultiva de la Corte, la Convención Americana prevé en su artículo
64 que cualquier Estado miembro de la Organización puede consultar a la Corte acerca de la interpretación de la Convención o de
otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los Estados americanos. Este derecho de consulta se hace
extensivo, en lo que a cada uno les compete, a los órganos enumerados en el Capítulo X de la Carta de la OEA. La Corte puede
también, a solicitud de cualquier Estado miembro de la Organización, emitir opinión acerca de la compatibilidad entre cualquiera de
sus leyes internas y los instrumentos internacionales anteriormente mencionados. CIDH, Documentos Básicos, op.cit., páginas 11 y
12.
26
De acuerdo al artículo 25(1) del Reglamento de la Corte I.D.H., “[e]n cualquier estado del procedimiento, siempre que se trate de
casos de extrema gravedad y urgencia y cuando sea necesario para evitar daños irreparables a las personas, la Corte, de oficio o a
instancia de parte, podrá ordenar las medidas provisionales que considere pertinentes, en los términos del artículo 63(2) de la
Convención”. La Corte Interamericana ha dictado medidas provisionales en casos relacionados a las condiciones de detención en las
Américas, por ejemplo, en el Perú (Caso de Penales Peruanos, 1992); en Brasil (Caso de la Cárcel de Urso Branco); y en Argentina
(Caso de las Penitenciarías de Mendoza).
27
A nivel universal y dentro del ámbito de las Naciones Unidas, Cuba no ha suscrito ni ratificado el Pacto de Derechos Civiles y
Políticos, y/o su Protocolo Facultativo.
28
Mientras la Corte Interamericana de Derechos Humanos tiene una amplia y consistente jurisprudencia en base a los cientos de casos
decididos porque los Estados democráticos de América han aceptado su jurisdicción contenciosa, y las víctimas de violaciones de los
derechos humanos han acudido a dicho Tribunal Interamericano a través de la CIDH, las víctimas cubanas de violaciones de los
derechos humanos no tienen esa posibilidad debido a que el régimen no ha suscrito ni ratificado la Convención Americana ni ha
aceptado la jurisdicción contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Si tenemos en cuenta que en Cuba no existe
un tribunal independiente e imparcial, y que las víctimas de violaciones de los derechos humanos no pueden pedirle a la CIDH
someter sus casos a la jurisdicción contenciosa de la Corte Interamericana, el Gobierno --perpetuado en el poder 48 años-- ha
impedido de forma sistemática a dichas víctimas el acceso a la justicia --nacional e internacional--.
29
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Publicación), Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba, párrafos 3 y 4.
20
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ocupó de analizar este asunto in extenso en su Informe sobre Violaciones a los Derechos
Humanos en Cuba, Marzo-Diciembre de 2006.30
42. Sin embargo, si es preciso manifestar que esta situación ha impedido que la CIDH
efectúe visitas in loco a Cuba a fin de evaluar no sólo la situación de los derechos
humanos, sino también, las condiciones carcelarias en ese país, conjuntamente con la
situación de los presos políticos. Una prueba de ello, es la resolución dictada por la
CIDH al emitir su Séptimo Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba
en 1983. Mediante dicha resolución, la CIDH resolvió “[a]utorizar al Secretario
Ejecutivo de la Comisión a publicar dicho Informe si el Gobierno de Cuba, transcurrido
el plazo señalado [de 60 días], no ha presentado observaciones o no ha concedido su
anuencia para que la Comisión pueda practicar una observación in loco sobre la
situación de los derechos humanos en ese país” (énfasis agregado).31 Es evidente que la
publicación por parte de la CIDH del informe antes citado, el 4 de octubre de 1983, hace
suponer que el régimen cubano no sólo no presentó observaciones, sino que tampoco
otorgó su anuencia para la realización de una visita.32 De hecho no existen antecedentes
en el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos de alguna visita
realizada por la CIDH a Cuba durante los 48 años que lleva el régimen en el poder.33 Es
importante destacar, sin embargo, que a pesar de la negativa del régimen cubano de
otorgar anuencia a la CIDH para efectuar una visita in loco, la misma ha producido tres
informes especiales sobre las condiciones de detención en Cuba y la situación de los
presos políticos, y continúa haciendo un monitoreo permanente sobre la situación
penitenciaria, la misma que incluye en el informe que publica todos los años en el
30
Véase Informe sobre Violaciones a los Derechos Humanos en Cuba, Marzo-Diciembre 2006, Anexo I, Posición Oficial del
Directorio Democrático Cubano en Relación al Voto Salvado y Razonado del Dr. Freddy Gutiérrez sobre el Informe de la CIDH Nº
67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), páginas 148-166. La CIDH siempre ha manifestado que “La competencia
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para observar la situación de los derechos humanos en Cuba se deriva de los
términos de la Carta de la OEA, su Estatuto y su Reglamento. De conformidad con la Carta, todos los Estados miembros se
comprometen a respetar los derechos fundamentales de los individuos que, en el caso de los Estados que no son parte de la
Convención, son los establecidos en la Declaración Americana, la cual constituye una fuente de obligaciones internacionales. El
Estatuto encomienda a la Comisión prestar especial atención a la tarea de la observancia de los derechos humanos reconocidos en
los artículos I (derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho a la justicia) y XXVI
(derecho a proceso regular) de la Declaración al ejercer su jurisdicción con respecto a los países que no son partes. Cuba es un
Estado parte en la Organización de los Estados Americanos desde el 16 de julio de 1952, fecha en que depositó el instrumento de
ratificación de la Carta de la OEA. La Comisión ha sostenido que el Estado cubano “es responsable jurídicamente ante la Comisión
Interamericana en lo concerniente a los derechos humanos” puesto que “es parte de los instrumentos internacionales que se
establecieron inicialmente en el ámbito del hemisferio americano a fin de proteger los derechos humanos” y porque la Resolución VI
de la Octava Reunión de Consulta “excluyó al gobierno de Cuba, y no al Estado, de su participación en el sistema interamericano”.
Al respecto, la CIDH expuso que [...] siempre ha considerado que el propósito de la Organización de los Estados Americanos al
excluir a Cuba del sistema interamericano no fue dejar sin protección al pueblo cubano. La exclusión de este Gobierno del sistema
regional no implica de modo alguno que pueda dejar de cumplir con sus obligaciones internacionales en materia de derechos
humanos”. CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba,
OEA/Ser.L/II.124, Doc. 7, 27 de febrero de 2006.
31
CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Séptimo Informe, OEA/Ser. L/V/II.61, Doc. 29 rev. 1, 4 de octubre de
1983, página 1.
32
El artículo 54 del Reglamento de la CIDH dispone que “[e]l Estado que invite a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos a una observación in loco, u otorgue su anuencia a dicho efecto, concederá a la Comisión Especial todas las facilidades
necesarias para llevar a cabo su misión y, en particular, se comprometerá a no tomar represalias de ningún orden en contra de las
personas o entidades que hayan cooperado con ella mediante informaciones o testimonios”. Por su parte, el artículo 55(e) del mismo
Reglamento dispone que “los miembros de la Comisión Especial tendrán acceso a las cárceles y todos los otros sitios de detención e
interrogación y podrán entrevistar privadamente a las personas recluidas o detenidas”.
33
En estos momentos que existe en la CIDH una Relatoría sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad en las Américas,
la población carcelaria en Cuba se podría beneficiar de una visita; sin embargo, la posición de las autoridades cubanas impiden de
forma sistemática cualquier tipo de supervisión internacional.
21
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Capítulo IV de su Informe Anual. Asimismo, la CIDH se ocupa del tema cuando analiza
algún caso que involucran los derechos fundamentales de los detenidos consagrados en la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.34
43. La obstrucción efectuada por el régimen cubano para impedir que la CIDH haga
su trabajo de supervisión sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, y
particularmente, una evaluación de las condiciones de detención no constituyen hechos
aislados ni meras coincidencias, sino una política --sistemática, organizada, deliberada,
y dirigida-- desde el grupo en el poder para evitar cualquier análisis crítico de las
condiciones severas y degradantes de las cárceles cubanas.35
En 2003, se nombró a un Representante Especial para Cuba del Alto Comisionado de los
Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo, nunca ha sido admitido en Cuba. Los
religiosos apenas pueden ingresar a las prisiones. Algunos fueron amenazados
físicamente u obligados a dar información al servicio de inteligencia. El Padre Félix
Hernández todavía puede ingresar a una de las cárceles. A veces, los religiosos
extranjeros pueden ingresar a las prisiones, pero tienen poco espacio de maniobra, ya que
tienen miedo de perder su permiso de residencia. Las Hermanas Sociales ahora se
dedican a brindar asistencia a los familiares de los presos.37
34
La CIDH ha producido hasta la fecha siete informes especiales sobre Cuba, tres de los cuales están dedicados a la situación de los
presos políticos en Cuba: 1) Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y sus Familiares en Cuba (OEA/Ser.L/V/VI.7, doc.4, 17
de mayo de 1963); 2) Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y sus Familiares en Cuba (OEA/Ser.L/V/II.23, doc.
6, rev.1, 7 de mayo de 1970); y 3) Tercer Informe sobre la Situación de los Presos Políticos en Cuba (OEA/Ser.L/V/II.48, doc.7, 14
de diciembre de 1979).
35
Es muy importante destacar que, a raíz de los graves hechos ocurridos en Cuba durante los primeros años de la revolución cubana,
la CIDH se dirigió en numerosas oportunidades a las autoridades cubanas solicitándoles información de acuerdo a su Reglamento, y
que el Estado cubano hizo caso omiso de las mismas. En efecto, consta en el informe de 1967 que “desde julio de 1963 hasta febrero
1º de 1967, la Comisión transmitió las partes pertinentes de 103 denuncias, mediante 31 notas dirigidas al Gobierno de Cuba”. En
otro informe emitido el 7 de mayo de 1970, la CIDH dejo registrado que “[d]e conformidad con su Reglamento la Comisión procedió
a darle a las denuncias de referencia el trámite pertinente. Con este propósito se dirigió al Gobierno de Cuba transmitiéndole las
partes pertinentes de las reclamaciones y solicitándole, al mismo tiempo, que le suministrara la información que considerara
oportuna. Desde abril de 1967, fecha de la publicación del último informe sobre Cuba, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos ha dirigido al Gobierno cubano quince (15) notas con las cuales se acompañaron las partes pertinentes de treinta y siete
denuncias concretas sobre violaciones de los derechos humanos fundamentales. En ningún caso obtuvo respuesta no obstante que
algunas de dichas solicitudes de información fueron reiteradas en vista del carácter extremadamente urgente y grave de los hechos
denunciados”. CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos, OEA/Ser.L/II.23, doc. 6, 7 de mayo de 1970.
36
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Cuba: Gobierno Interino Mantiene Desfavorable Situación de
Derechos Humanos, La Habana, 9 de enero de 2007, página 2.
37
Pax Christi Netherlands, Informe de Viaje a Cuba, 5-10 de enero de 2006, Pax Christi Netherlands, Postbus 19318, 3501 DH
Utrecht, 030-233 33 46, página 11.
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47. Las manipulaciones del régimen cubano dieron resultado. En el mes de junio de
2007, en evidente incompatibilidad con su mandato de investigar las violaciones de los
derechos humanos, el flamante nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas decidió eliminar el mandato de la relatoría especial para Cuba dirigido por la
jurista francesa Christine Chanet. La grave y errada decisión fue adoptada ante la
propuesta del Presidente del Consejo, Luis Alfonso de Alba, de nacionalidad mexicana.
De Alba propuso un acuerdo de compromiso por el cual todos los mandatos especiales
continuarían, excepto para dos países: Cuba y Bielorrusia. La decisión final fue adoptada
por consenso. Lo que vino después fue una serie de celebraciones ocurridas en La
Habana entre altos funcionarios de la dictadura. La Dra. Peggy Hicks, alta funcionaria
de la organización Human Rights Watch comentó ante los medios de comunicación la
decisión del Consejo de Derechos Humanos, señalando que “[c]iertamente es un
retroceso. Sobre la base del historial de derechos humanos de esos dos países, esta
decisión no se justifica en ningún sentido”.39
48. De la misma forma en que las autoridades cubanas actuaron con la Representante
Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
Dra. Christine Chanet, el régimen hizo lo propio con el Relator Especial de las Naciones
Unidas sobre los Derechos Humanos en Cuba, Embajador Carl Johan-Groth. El
38
Christine Chanet, Representante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ginebra,
AFP, 26 de septiembre de 2006, y Radio Naciones Unidas, Declaraciones del Embajador cubano Juan Antonio Fernández Palacios,
Ginebra, 26 de septiembre de 2006. Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Cuestión de la Violación de los Derechos
Humanos y las Libertades Fundamentales en Cualquier Parte del Mundo, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe
presentado por Christine Chanet, Rpresentante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
E/CN.4/2006/33, 20 de enero de 2006, página 2.
39
Véase Andrés Oppenheimer periodista, La Celebración de Cuba en la ONU, Comentario Internacional, Me temo que el Nuevo
Consejo será un Club de Protección Mutua Dominado por los Principales Violadores de Derechos Humanos del Mundo, El
Comercio, Lima, Perú, 25 de junio de 2007.
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Gobierno cubano nunca permitió que el Relator entrara al país, y mucho menos a sus
prisiones.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que visita a presos recluidos por delitos
políticos o contra la seguridad del Estado en todo el mundo, visitó por última vez las
prisiones cubanas en 1988 y 1989. Los representantes del CICR llevan a cabo una labor
estrictamente humanitaria: entrevistan a presos para determinar sus necesidades
psicológicas y materiales y, cuando es necesario, les suministran provisiones tales como
medicinas, productos de aseo y ropa. También observan el tratamiento que reciben los
detenidos y piden a las autoridades que adopten las medidas necesarias para mejorarlo.
En 1989, se suspendió el acuerdo entre el Gobierno cubano y el CICR, y las visitas
previstas para 1990 no pudieron realizarse. La negativa del Gobierno cubano a permitir
el acceso de organizaciones de derechos humanos y humanitarias a sus prisiones
demuestra la falta de una mínima transparencia. Es más, el hecho de que el Gobierno
prohíba el acceso del CICR, que trabaja entre bastidores para proteger los derechos de los
40
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba: Los Derechos Humanos Cuarenta Años Después de la Revolución,
páginas 98 y 99.
41
Idem., página 102.
42
Francois Perret, International Review of the Red Cross, páginas 655-670.
24
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presos políticos y no hace públicas sus conclusiones, demuestra una profunda falta de
preocupación por el bienestar de dichos presos.43
53. Dentro de ese contexto, los Estados democráticos de América han hecho
esfuerzos para compatibilizar sus normas internas con los instrumentos internacionales de
derechos humanos y han cedido parte de sus soberanías al asumir obligaciones
internacionales de derechos humanos y permitir que los órganos de supervisión de los
sistemas universal y regional de derechos humanos efectúen evaluaciones en aras de
lograr una irrestricta vigencia de los derechos fundamentales de la persona humana. En
este sentido, dichos Estados han suscrito y ratificado Tratados Internacionales de
Derechos Humanos y se han sometido y aceptado las jurisdicciones de Tribunales
Internacionales que, en numerosas ocasiones, han condenado a esos mismos Estados por
violaciones de los derechos humanos, y los mismos se han visto obligados a cumplir las
sentencias y reparar a las víctimas y familiares damnificadas por los daños materiales e
inmateriales ahí cometidos.
54. Ese, no ha sido el caso de Cuba, ya que durante 48 años el régimen que impera en
el poder ha impedido con diferentes argucias, y mentiras deliberadas toda forma de
supervisión internacional en materia de derechos humanos, y más aún, la realización de
evaluaciones sobre las condiciones carcelarias y la situación de los de presos políticos. A
continuación una síntesis de la política centralizada y organizada desde la cúpula en el
poder cubano para impedir la observación en materia de derechos humanos:
En el ámbito regional
43
Idem., páginas 102 y 103.
25
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44
Es importante destacar, sin embargo, que en el mes de abril de 2001 la CIDH dictó medidas cautelares para proteger la vida e
integridad personal del preso político Jorge Luis García Pérez Antúnez. El Estado cubano no dio respuesta formal a la solicitud de
medidas cautelares de la CIDH, y el 30 de abril de 2001 devolvió en sobre cerrado a la CIDH el documento aludido. Sin embargo, en
un hecho sin precedentes en el sistema interamericano de protección de los derechos humanos y registrados por la propia CIDH en su
Informe Anual 2001 dio cuenta de una información recibida en relación a la situación de Jorge Luis García Pérez Antúnez en Cuba:
“El 30 de enero de 2002, la Comisión recibió una carta de agradecimiento de la hermana del recluso, Bertha Antúnez Pernet, quien
manifestó inter alia que “En abril de 2001, mi hermano agonizaba en una huelga reclamando asistencia médica para sus
dolencias…realmente creo que fue muy importante la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante el
Estado cubano, pues 18 días después de esta gestión mi hermano fue trasladado a la Habana, al Hospital Militar ‘Carlos J. Finlay’,
en la sala de la Seguridad del Estado, que aunque no es especializada al menos lo alejó del polvo de las canteras de Nieves Morejón
que tanto daño hace; lo segundo (petición) no se cumplió del todo ya que nunca permitieron que el médico que llevamos lo
examinara….en el hospital lo mantuvieron seis meses en reposo y con una mejor alimentación así como una buena higiene…”. Al
observar este cumplimiento parcial por parte del Estado cubano de las medidas adoptadas para evitar daños irreparables en la persona
de Antúnez, la CIDH manifestó en su Informe Anual 2001 que “toma[ba] nota del cumplimiento parcial de las medidas cautelares (…)
y [que] confia[ba] que la otra medida sea adoptada dentro de un plazo razonable. El Estado cubano nunca permitió que el médico de
la familia examinara a Antúnez, por lo que la segunda medida cautelar no fue satisfecha. CIDH, Informe Anual 2001, Capítulo IV,
Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 15.
45
En el ámbito universal de derechos humanos, Cuba tampoco ha suscrito el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones
Unidas, ni su Protocolo Facultativo. Por consiguiente, ninguna persona sometida a la jurisdicción del Estado cubano puede efectuar
reclamación alguna ante esta instancia supranacional.
46
CIDH, Reglamento, Artículo 43(3): Informe sobre el Fondo: Luego de la deliberación y voto sobre el fondo del caso, la Comisión
procederá de la siguiente manera: Notificará al peticionario la adopción del informe y su transmisión al Estado. En el caso de los
Estados partes en la Convención Americana que hubieran aceptado la jurisdicción contenciosa de la Corte Interamericana, al notificar
al peticionario la Comisión dará a éste la oportunidad de presentar, dentro del plazo de un mes, su posición respecto del sometimiento
del caso a la Corte. Si el peticionario tuviera interés en que el caso sea sometido a la Corte, deberá presentar los siguientes elementos:
a. la posición de la víctima o sus familiares, si fueran distintos del peticionario; b. los datos de la víctima y sus familiares; c. los
fundamentos con base en los cuales considera que el caso debe ser remitido a la Corte; d. la prueba documental, testimonial y pericial
disponible; e. pretensiones en materia de reparaciones y costas. Artículo 44: Sometimiento del caso a la Corte: 1. Si el Estado en
cuestión ha aceptado la jurisdicción de la Corte Interamericana, de conformidad con el artículo 62 de la Convención Americana, y la
Comisión considera que no ha cumplido las recomendaciones del informe aprobado de acuerdo al artículo 50 del referido instrumento,
someterá el caso a la Corte, salvo por decisión fundada de la mayoría absoluta de los miembros de la Comisión. 2. La Comisión
considerará fundamentalmente la obtención de justicia en el caso particular, fundada entre otros, en los siguientes elementos: a) la
posición del peticionario; b) la naturaleza y gravedad de la violación; c) la necesidad de desarrollar o aclarar la jurisprudencia del
sistema; d) el eve4ntual efecto de la decisión en los ordenamientos jurídicos de los Estados miembros; y e) la calidad de la prueba
Continúa en la siguiente página…
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En el ámbito universal
Durante la visita del Papa a Cuba en enero de 1998, las autoridades emplearon
aparentemente una ambulancia marcada con el distintivo de la Cruz Roja para sacar a un
manifestante antigubernamental de una misa papal al aire libre, celebrada en La Habana
el 23 de enero de 1998. Este incidente puso en entredicho el respeto del Gobierno
cubano a las normas de derechos humanos y humanitarias internacionalmente
disponible. OEA, Documentos Básicos en Materia de Derechos Humanos en el Sistema Interamericano (actualizado a enero de 2007),
OAS/Ser.L/V/I.4, Rev. 12, 31 de enero de 2007, páginas 188 y 189.
47
Corte I.D.H., Reglamento. Artículo 25(1).- En cualquier estado del procedimiento, siempre que se trate de casos de extrema
gravedad y urgencia y cuando sea necesario para evitar daños irreparables a las personas, la Corte, de oficio o a instancia de parte,
podrá ordenar las medidas provisionales que considere pertinentes, en los términos del artículo 63(2) de la Convención.
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Algunos guardias de prisiones someten a los presos a interrogatorios sobre sus creencias
religiosas cuando solicitan atención pastoral. Los guardias explican aparentemente que
los presos tienen que responder “adecuadamente” primero a preguntas tales como: “¿Por
qué mantienes esta fe?”; “¿Por qué quieres asistencia religiosa?”; “¿Por qué prefieres esta
religión sobre el resto?”. No obstante, el Gobierno cubano permite, con limitaciones, las
visitas de ciertos miembros del clero católico a las prisiones, mientras rechaza
arbitrariamente otras solicitudes de visitas. En abril de 1998, la Archidiócesis de la
Habana manifestó su frustración ante la negativa del Gobierno a permitir que los
detenidos se entrevistaran con clérigos católicos.51
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29
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57. En los siguientes capítulos se tratará del marco jurídico del presente informe, y en
este sentido, las obligaciones internacionales de Cuba en materia de derechos humanos;
el sistema normativo cubano y su evolución en el tiempo; el ejercicio del derecho a la
libertad individual, a un tribunal independiente e imparcial y el derecho a la asistencia y
defensa letrada en Cuba tanto en la actualidad como en sus antecedentes históricos.
Asimismo, las condiciones generales de detención y la situación de los presos políticos de
ambos sexos, y un análisis de los casos más relevantes del presidio político. También se
realiza, en el presente informe, un análisis comparativo del sistema carcelario cubano. En
otras palabras, se efectúa un paralelo en relación al sistema carcelario antes y después de
la revolución cubana.
52
La Carta Democrática Interamericana ha establecido que “[s]on elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros,
el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho;
la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del
pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos (Artículo 3).
Son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la
responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa. La
subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al estado de
derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad son igualmente fundamentales para la democracia (Artículo 4).
30
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61. Cuba también está obligado internacionalmente a cumplir con los derechos
fundamentales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, no solo
53
Véase CIDH, Sexto Informe sobre la Situación de los Presos Políticos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.48, doc. 7, 14 de diciembre de
1979, página 9.
54
Naciones Unidas, Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, Examen de los
Informes Presentados por los Estados Partes con Arreglo al Artículo 19 de la Convención, Cuba, CAT/C/32/Add.2, 18 de junio de
1997.
55
Véase La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 23 y 24.
31
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63. Otro instrumento internacional al cual está obligado el Gobierno cubano son las
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, adoptadas
por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955.60 Este instrumento reviste
especial importancia, al igual que la Declaración Americana, por cuanto ambos fueron
aprobados antes que tuviera principio de ejecución la revolución cubana el 1º de enero de
1959. Asimismo, las autoridades cubanas han expresado abierta y públicamente su pleno
reconocimiento a las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los
Reclusos61, comunicando incluso a las Naciones Unidas que, en mayo de 1997, su
56
Informe de Cuba ante las Naciones Unidas relativo a Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos, junio de 1997
(HRI/CORE/1/Add.84), 13 de octubre de 1997, en La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 23.
57
Idem.
58
Corte I.D.H., OC-10, op.cit, párrafo 43. Es importante destacar, asimismo, que aún cuando Cuba no es Estado Parte de la
Convención Americana y no ha aceptado la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Corte I.D.H. está
autorizada a interpretar la Declaración Americana. Tal como ha señalado la Corte I.D.H., “Teniendo en cuenta que la Carta de la
Organización y la Convención Americana son tratados respecto de los cuales la Corte puede ejercer su competencia consultiva en
virtud del artículo 64.1, ésta puede interpretar la Declaración Americana y emitir sobre ella una opinión consultiva en el marco y
dentro de los límites de su competencia, cuando ello sea necesario al interpretar tales instrumentos”.
59
Corte I.D.H., OC-10, párrafos 45 y 47.
60
Naciones Unidas, Doc. A/CONF/611, annex I, E, S., C. Res 663, 24 U.N. ESCOR Supp. (No. 1), p. 11, Naciones Unidas Doc.
E/3048 (1957), amended E.S.C. res 2076, 62 U.N. ESCOR Supp. (No.1) p. 35, Naciones Unidas Doc. R/5988 (1977).
61
Informe de la Fiscalía General de la República de Cuba, presentado por Blanca Gutiérrez, Fiscal de la Dirección de Control de la
Legalidad de los Establecimientos Penitenciarios de Cuba, en la conferencia del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas
Continúa en la siguiente página…
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Ministro del Interior promulgó un nuevo reglamento para las prisiones que “tenía en
cuenta” las Reglas Mínimas, así como la Constitución y otras leyes cubanas.62 El
Directorio Democrático Cubano tendrá en cuenta tanto la Declaración Americana como
las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para su análisis sobre los distintos aspectos
relativos a las condiciones de detención en Cuba y el tratamiento otorgado por las
autoridades a los presos políticos. En este sentido, la Corte Interamericana ha destacado
la importancia de las normas internacionales de protección de los derechos humanos
aplicables a las condiciones de detención, y específicamente ha reconocido las
mencionadas Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos como un estándar
fundamental aplicable en la materia.63
para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente, San José, Costa Rica, febrero de 1997, p. 5, en La Maquinaria
Represiva de Cuba, op.cit., página 98.
62
Informe de Cuba ante el Comité contra la Tortura, 17 de noviembre de 1997 (CAT/C/SR.310/Add.1), emitido el 25 de marzo de
1998, párrafo 17, en La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 98.
63
Véase Corte I.D.H., Caso de la Cárcel de Urso Branco, Medidas Provisionales. Resolución de 18 de junio de 2002, considerando
octavo; y Resolución de 29 de agosto de 2002, considerando décimo. Véase también, Corte I.D.H., Caso Hilaire, Constantine y
Benjamín y Otros, Sentencia de 21 de junio de 2002, párr. 217.
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jurisdicción, esta Corte ha señalado, (…) que existen requisitos materiales y formales
que deben ser observados al aplicar una medida o sanción privativa de libertad: nadie
puede verse privado de la libertad sino por las causas, casos o circunstancias
expresamente tipificadas en la ley (aspecto material), pero, además, con estricta sujeción
a los procedimientos objetivamente definidos en la misma (aspecto formal)”.64
Seguidamente, la Corte Interamericana señaló que:
68. Según el Alto Tribunal arriba citado, “el detenido tiene también el derecho a
notificar a una tercera persona que está bajo custodia del Estado. Esta notificación se
hará, por ejemplo, a un familiar, a un abogado y/o a su cónsul, según corresponda”.67 Y
cuando el arrestado es un menor de edad, “[e]l derecho de establecer contacto con un
familiar cobra especial importancia cuando se trate de detenciones de menores de edad.
En esta hipótesis la autoridad que practica la detención y la que se halla a cargo del
lugar en el que se encuentra el menor, debe inmediatamente notificar a los familiares, o
64
Corte I.D.H., Caso Bulacio vs. Argentina, párrafo 124 y siguientes.
65
Idem.
66
Idem.
67
Idem.
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70. Dicho tribunal, también establece el momento en que este tipo de notificaciones
deben realizarse en aras de la observancia de las garantías al debido proceso al que tiene
todo arrestado por el Estado. Así, señala la Corte I.D.H., “[l]a notificación sobre el
derecho a establecer contacto con un familiar, un abogado y/o información consular,
debe ser hecha al momento de privar de la libertad al inculpado, pero en el caso de
menores deben adoptarse, además, las providencias necesarias para que efectivamente
se haga la notificación. En el caso de la notificación a un abogado tiene especial
importancia la posibilidad de que el detenido se reúna en privado con aquél, como acto
inherente a su derecho de defensa”.70
71. La organización Human Rights Watch ha señalado que “[d]urante los últimos 40
años71, el Gobierno de Cuba ha desarrollado una maquinaria represiva muy eficaz”.72
Según esa organización,
72. A fin de comprender la evolución del complejo sistema normativo cubano hay
que estudiar los primeros informes que trataron el tema. En este sentido, la CIDH en su
68
Idem.
69
Idem.
70
Idem.
71
Hay que tener presente que esta organización efectuó esta publicación al cumplirse 40 años de la revolución cubana, y que ya han
transcurrido 48 años de la misma; por consiguiente, el presente informe extiende su análisis ocho años más en el tiempo.
72
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, Los Derechos Humanos Cuarenta Años Después de la Revolución,
páginas 1-25.
73
Idem.
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Séptimo Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba hace todo un
análisis que involucra los primeros 30 años del régimen.
73. Así, dicha organización señala que “después de la caída del Presidente Batista, la
Constitución de Cuba de 1940 rigió durante un período muy breve. Sin embargo, casi
inmediatamente fue reemplazada por la Ley Fundamental del 7 de febrero de 1959.
Esencialmente, esta ley otorgó poderes legislativos supremos al Consejo de Ministros. El
30 de enero de 1959 el Consejo enmendó los artículos 27, 29, 196 y 197 de la
Constitución. La enmienda de estos artículos suspendió una serie de garantías a la
libertad individual por un período de 90 días, entre ellas el derecho a comparecer ante el
juez dentro de las 72 horas de la detención y el recurso de habeas corpus. En la
práctica, se legalizaron los tribunales revolucionarios. En una enmienda a la Ley
Fundamental del 2 de noviembre de 1959, estos cambios se adoptaron en forma
permanente”.74
74. Asimismo, que “[e]l Código de Defensa Social de 1938 sirvió como documento
básico para el tratamiento de los "delitos políticos" (Art. 161). Los delitos contra la
seguridad del Estado se dividieron en aquéllos que atentaban contra la integridad y
estabilidad de la nación (Arts. 128-140); los delitos que comprometían la paz (Arts. 141-
146, 154); y los delitos contra el poder del Estado (Arts. 147-155). El concepto de
"estado peligroso" le proporcionó al Gobierno la justificación legal para aplicar
medidas de seguridad antes de la eventual comisión del delito, y después de él,
restricciones que incluían el arresto en campos de trabajo y otros centros. La primera
legislación revolucionaria comenzó durante el período mismo de la lucha de guerrillas;
así, el Reglamento No. 1 del Régimen Penal del 1o. de febrero de 1958 estipulaba que
quienes hubieran estado estrechamente asociados a los delitos cometidos por el ex
Presidente Batista --militares o civiles-- serían llevados ante la justicia militar de las
Fuerzas Armadas Rebeldes. Dicho principio fue posteriormente consagrado por la Ley
Fundamental del 7 de febrero de 1959”.75
75. Que “la Ley 425 del 7 de julio de 1959 comprendió la definición de "los delitos
contra-revolucionarios", detallando los referidos a la integridad y estabilidad de la
Nación y aquéllos contra los poderes del Estado, ampliando su ámbito de aplicación
para sancionar a quienes hubieran sido cómplices o hubieran proporcionado apoyo
financiero a las actividades contra-revolucionarias. La difusión de propaganda
subversiva se castigaba hasta con 20 años de prisión. Leyes adicionales promulgadas
durante el período 1959-1963 trataron sobre la confiscación de la propiedad de "los
delincuentes contra-revolucionarios", e instituyeron la pena de muerte por actos de
sabotaje y terrorismo y el encarcelamiento de los objetores de conciencia. El robo, el
fraude y la malversación de fondos públicos fueron considerados delitos contra-
revolucionarios”.76
74
CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Séptimo Informe, OEA/Ser.L/V/II.61, Doc. 29 rev. 1, 4 de octubre de
1983, página 52-56.
75
Idem.
76
Idem.
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76. La supuesta vagancia también era considerada delito para la revolución cubana.
La ley de 1971 contra la vagancia “permitió imponer hasta dos años de trabajo forzados
a quienes la violaran. En 1973, en el momento de la reorganización del sistema judicial,
se adoptó una nueva legislación procesal y la legislación adicional de 1974 (Ley 1262)
enmendó la Ley 425, ampliando los artículos que trataban acerca de la salida ilegal del
país y estableciendo severos castigos para los actos de violencia, secuestros de aviones y
asesinatos; además, se expandieron las restricciones sobre libertad de expresión,
castigando la propaganda oral y escrita contra el régimen socialista, incluyendo la
propagación de rumores y noticias falsas que tendieran a causar alarma o descontento
entre la población. Igualmente, se castigó severamente la entrada ilegal a los lugares
extraterritoriales”.77
78. La Constitución Política, sin embargo, fue objeto de reformas los años 1978,
1992, y 2002, pero sin mayores modificaciones en lo sustantivo. Por ejemplo, el artículo
57 de la Constitución de 1976 que se refiere al derecho a la justicia, a la libertad y
seguridad personal, actualmente está consagrado en el artículo 58 de la Constitución
Política del 2002. Esta norma constitucional señala lo siguiente:
Nadie puede ser detenido sino en los casos, en la forma y con las garantías que prescriben
las leyes.
79. El artículo 59, por su parte, dispone que “[n]adie puede ser encausado ni
condenado sino por un tribunal competente en virtud de leyes anteriores al delito y con
las formalidades y garantías que estas establecen. Todo acusado tiene derecho a la
defensa. No se ejercerá violencia ni coacción de clase alguna sobre las personas para
forzarlas a declarar. Es nula toda declaración obtenida con infracción de este precepto
y los responsables incurrirán en las sanciones que fija la ley”.
80. Estas garantías y derechos que, en apariencia, son positivas y protegen a una
persona contra una detención ilegal y/o arbitraria quedan severamente restringidas y
limitadas por el artículo 62 de la Constitución Política vigente, la cual estipula que:
77
Idem.
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Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo
establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado
socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el
comunismo. La infracción de este principio es punible (énfasis agregado).
82. Tanto las normas procesales penales como el Código Penal confirman lo señalado
en el párrafo anterior. El Código de Procedimiento Penal, por ejemplo, permite que la
policía y otras “autoridades” sin concretar lleven a cabo las detenciones sin orden
judicial de toda persona acusada de un delito contra la seguridad del Estado o de hechos
que “hayan producido alarma o sean de los que se cometen con frecuencia en el
territorio del municipio”.78 Es evidente que esta situación va dirigida a los opositores
pacíficos a quienes se les imputa todo un catálogo de supuestos delitos contra la
seguridad del Estado, y que además les da luz verde a seudo funcionarios que actúan bajo
la aquiescencia del régimen para fungir como “autoridades” y detener sin orden judicial
a personas que no han cometido ningún delito, pero que intentan ejercer sus derechos a la
libertad de expresión, reunión, movimiento, u asociación.
83. El Código de Procedimiento Penal cubano también permite que la policía y las
autoridades procesales detengan a una persona durante una semana antes que un tribunal
revise la legalidad de la detención. En el curso de la primera semana de detención, la
policía puede retener al sospechoso hasta 24 horas, luego el instructor puede entonces
mantener detenido al sospechoso 72 horas más, mientras decide si lo pone a disposición
del fiscal o en libertad. Seguidamente, la ley concede al fiscal 72 horas adicionales para
decidir si envía o no al acusado a prisión, lo pone en libertad o le impone restricciones
menos severas. El tribunal sólo revisa la legalidad de la detención si el fiscal decide
encarcelar o imponer otras restricciones al acusado.79
78
Entrevista de Human Rights Watch con José Antonio Rodríguez Santana, Toronto, 13 de abril de 1998, en Human Rights Watch,
La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 59 y 60.
79
Artículos 245, 246, y 247 del Código de Procedimiento Penal.
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84. Las normas procesales arriba citadas son abiertamente incompatibles con el
Artículo XXV de la Declaración Americana que estipula que “[t]odo individuo que haya
sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique sin demora la legalidad
de la medida y a ser juzgado sin dilación injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en
libertad”.
Tanto la Corte Interamericana como la Corte Europea de Derechos Humanos han dado
especial importancia al pronto control judicial de las detenciones a efecto de prevenir las
arbitrariedades e ilegalidades. Un individuo que ha sido privado de su libertad sin ningún
tipo de control judicial, como se da en algunos casos de ejecuciones extrajudiciales, debe
ser liberado o puesto inmediatamente a disposición de un juez, pues el contenido esencial
del artículo 7 de la Convención [equivalente al Artículo XXV de la Declaración
Americana] es la protección de la libertad del individuo contra la interferencia del Estado.
La Corte Europea de Derechos Humanos ha sostenido que si bien el vocablo
“inmediatamente” debe ser interpretado de conformidad con las características
especiales de cada caso, ninguna situación, por grave que sea, otorga a las autoridades la
potestad de prolongar indebidamente el período de detención sin afectar el artículo 5.3 de
la Convención Europea. Dicho Tribunal destacó que la detención, no reconocida por
parte del Estado, de una persona constituye una completa negación de estas garantías y
una de las formas más graves de violación del artículo 5.80
87. Otras de las disposiciones del Código Procesal Penal incompatibles con las
obligaciones internacionales que ha asumido Cuba en materia de derechos humanos
constituye el lapso en que una persona acusada de un “delito” debe permanecer sin
abogado. En efecto, la organización Human Rights Watch señala al respecto que “[e]s
igualmente preocupante que las autoridades no tengan que informar al acusado de su
derecho a un abogado hasta que el tribunal decida sobre la legalidad de la detención, lo
que puede suponer otras 72 horas y pasar por varios niveles de decisión. Al no informar
al acusado de este derecho hasta diez días después del arresto, se priva al detenido de
80
Corte I.D.H., Caso Juan Humberto Sánchez vs. Honduras, párrafo 84; Caso Bámaca Velásquez, párrafo 140.
81
Corte I.D.H., Caso Niños de la Calle (Villagrán Morales y Otros vs. Guatemala), párrafo 131; Caso Gangaram Panday, párrafo 47.
39
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90. Incluso en los supuestos de prisión preventiva o con finalidad cautelar, el Estado
debe asegurar la intervención del defensor en las actuaciones a fin de garantizar al
detenido o preso la asistencia de abogado de libre elección o designado de oficio, ya en
las diligencias policiales o judiciales que preceden a la imputación judicial o formal. Es
más, la garantía de la asistencia y defensa técnica, aparece reforzada en las situaciones de
detención o prisión provisional por cuanto, de faltar el nombramiento del letrado por
parte del sometido a una u otra medida cautelar, la autoridad judicial se encuentra
obligada a proveerle abogado. La presencia del defensor en esas primeras diligencias de
averiguación se impone, pues, preceptivamente, en garantía del debido proceso y con
independencia de la voluntad en contrario del titular del derecho. El Letrado actúa, pues,
en su condición de técnico en Derecho y en garantía de la defensa y a los fines de
asegurar un debate contradictorio y el acierto de la decisión que haya de poner fin al
procedimiento.
82
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 60.
40
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proceso, en tanto y en cuanto, no se les permitió a las víctimas de ese caso acceder a una
debida defensa legal desde el momento de su detención. La Corte I.D.H., señaló que,
92. Al igual que en el caso arriba citado, la legislación procesal penal vigente en Cuba
vulnera gravemente el derecho a la defensa de las personas imputadas de delitos contra la
seguridad del Estado, ya que se les priva arbitrariamente de un abogado defensor en el
curso de los primeros diez días de detención, lapso en el cual --en abierta inobservancia
de las garantías del debido proceso-- las autoridades tienen un amplio margen para
intimidar y coaccionar al detenido ya sea para interrogarlo o lograr una confesión. De
hecho la organización Human Rights Watch ha dejado constancia que:
83
Corte I.D.H., Caso Castillo Petruzzi vs. Perú, párrafos 146, 153, 154, 155, y 156.
84
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 62 y 63.
85
Idem., dicha organización cita el caso de Raúl Ayarde Herrera quien recuerda que su abogado nombrado por el Estado le aconsejó
diciéndole que “todo está probado, reconoce tu error para ver si te bajan la sanción” (Ayarde fue condenado a diez años por
espionaje. Entrevista telefónica de Human Rights Watch con Raúl Ayarde Herrera, Toronto, 21 de abril de 1998). También cita el
Continúa en la siguiente página…
41
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94. Otra forma en que el Estado cubano vulnera el derecho a la defensa es a través de
la eliminación de bufetes privados. Mediante la promulgación en 1973 de la Ley Nº
1.250 de Organización del Sistema Judicial, Cuba eliminó la práctica privada de la
abogacía y exigió a todos los abogados que no trabajaban directamente para el Estado que
se unieran a bufetes colectivos. Posteriormente, al reorganizarse los bufetes colectivos en
1984 se exigió que todos los miembros volvieran a solicitar el ingreso y demostraran
“tener condiciones morales acordes con los principios de nuestra sociedad”.86
95. El régimen cubano ha negado de forma sistemática y durante el período que viene
durando en el poder toda posibilidad de defensa legal efectiva a los opositores pacíficos,
activistas de derechos humanos, sindicalistas y periodistas independientes, y campesinos,
quienes --por intentar ejercer de forma pacífica-- sus derechos fundamentales, fueron
encarcelados, procesados, y condenados a altas penas privativas de la libertad por las
autoridades judiciales adictas al grupo en el poder, que, aprovechando esa ausencia de
defensa legal efectiva han impuesto y siguen imponiendo condenas para silenciar, y
disuadir a esa --creciente-- oposición pacífica al sistema político vigente.
caso de René Portelles, condenado a siete años de prisión por propaganda enemiga en 1994, declaró que el tribunal no le permitió
contratar un abogado privado. Su abogada de oficio era una comunista declarada que se reunió con él por primera vez tres días
antes del juicio durante unos diez minutos. Recordaba que le preguntó: “¿Cómo puedes defenderme siendo un miembro de la
oposición?” En el juicio, la abogada se limitó a pedir que no dictaran la pena máxima (Entrevista telefónica de René Portelles,
Toronto, 21 de abril de 1998). En otro caso, el ex preso político Adrián González Marichal manifestó que “[l]a abogacía en Cuba es
una fantasía. Los abogados no tienen manera de defender al acusado. Defienden, pero es como si nunca estuvieran ahí. Yo no
quería un abogado. Me asignaron una abogada del Gobierno, y me dijo “Señor Marichal, este juicio ya está hecho. Lo único que
puede pedir es siete años en lugar de diez”. En el juicio, los fiscales recomendaron una pena de 12 años y el tribunal le condenó a
diez años de prisión. Asimismo, Alberto Joaquín Aguilera Guevara dijo que a pesar de contar con un abogado privado en su juicio de
1992, era como tener a un abogado designado por el Estado. “No hay abogados privados. Tienen que representar los intereses del
gobierno. La abogacía es un mecanismo que no funciona”. (Entrevista de Human Rights Watch con Alberto Joaquín Aguilera
Guevara, Toronto, 12 de abril de 1998). En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 63 y 64.
86
Artículo 16(a) del Decreto Ley 81 (1984) sobre la Práctica Legal y la Organización Nacional de Bufetes Colectivos. Según la
organización Human Rights Watch, “[e]n febrero de 1995, la Organización Nacional de Bufetes Colectivos expulsó e inhabilitó
efectivamente en el ejercicio de la abogacía a Leonel Morejón Almagro, miembro de la Corriente Agromontista. La Corriente
Agromontista es un grupo independiente que recibe su nombre de Ignacio Agramante, un abogado cubano del siglo XIX. Morejón
Almagro y otros miembros de su organización habían defendido a varios disidentes en destacados juicios políticos. En febrero de
1997, el Gobierno cubano justificó la expulsión de Morejón Almagro ante las Naciones Unidas sobre la base de “graves fallos en el
ejercicio de su deber profesional”. Pero las pretendidas deficiencias eran tan insignificantes que el supervisor de Morejón Almagro
había recomendado aparentemente una simple advertencia. El 23 de febrero de 1996, un tribunal de La Habana condenó a Morejón
Almagro, que como líder de una coalición de organizaciones no gubernamentales conocida como Concilio Cubano había seguido
manifestándose abiertamente contra los abusos gubernamentales, a 15 meses de prisión por desacato y resistencia a la autoridad.
Otros abogados, entre ellos René Gómez Manzano, uno de los miembros encarcelados del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna,
han padecido graves consecuencias por su defensa de disidentes y su oposición a las violaciones de los derechos humanos en Cuba.
René Gómez Manzano solicitó por primera vez la legalización de la Corriente Agromontista, en virtud de la Ley de Asociaciones, en
agosto de 1990. Presentó una petición revisada en 1991, pero hasta finales de 1995 no recibió ninguna respuesta del Gobierno, pese
a haber enviado otras seis comunicaciones. En febrero de 1997, el Gobierno cubano dijo a las Naciones Unidas que había rechazado
la solicitud de Gómez Manzano para registrar su grupo “porque tendría objetivos similares a los de la ya existente Unión Nacional
de Juristas de Cuba”, una organización controlada por el Estado. En marzo de 1999, el director de la Organización Nacional de
Bufetes Colectivos, el Dr. Raúl Mantilla Ramírez, anunció que el grupo iba a realizar una revisión nacional de sus 2.000 miembros
para evaluar su “profesionalismo”. El hecho de que Martínez Ramírez aprovechara este anuncio para refrendar la recientemente
aprobada Ley de Protección de la Independencia Nacional y Economía de Cuba en representación de todos los miembros de la
organización arroja nuevas dudas sobre la posibilidad de que abogados disidentes pertenezcan a esta organización”. En Human
Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 65 y 66.
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informe con otros posteriores efectuados por la misma organización, pero con varias
décadas de diferencia:
Derecho a la defensa. Aunque las leyes procesales penales en vigor reconocen el derecho
del enjuiciado a ser defendido por un abogado, según la información recibida por la
Comisión el ejercicio del Ministerio de Defensa está seriamente constreñido en la
práctica. Se denuncia el caso de un abogado que por haber conseguido un fallo
absolutorio en un proceso penal, fue llamado por el Gobierno para ser amonestado porque
sentía “un celo excesivo por sus clientes”. Se sostiene que el ejercicio de la defensa es
obstaculizado al negarse las autoridades a facilitar al letrado el acceso a su cliente hasta
instantes antes de iniciarse el juicio oral, afirmándose que “no puede ejercitarse el
patrocinio de la defensa, pues las pruebas no pueden prepararse ni presentarse y sólo se
permite preparar la defensa en el momento de penetrar en la Sala”. También se informa
a la Comisión que algunos “abogados han sido remitidos a prisión por haber cumplido
con su deber en la defensa de su cliente”.87
97. En el año 2000, casi cuarenta años después, se repite la misma historia:
98. En otro informe de la CIDH, seis años después, el patrón de las autoridades
cubanas es el mismo:
Los hechos materia de este caso indican que las víctimas no fueron informadas de las
razones de su detención y que tampoco fueron notificadas de los cargos en su contra con
la anticipación suficiente para preparar su defensa. Más aún, las víctimas no tuvieron el
derecho a elegir su defensor y en la mayoría de los casos no tuvieron tiempo suficiente
para reunirse con sus abogados. A muchos de ellos se les negó el acceso al expediente
judicial, así como también el acceso a los medios necesarios para preparar su defensa,
tales como papel y materiales para escribir. Adicionalmente se ha reportado que no se les
permitió presentar testigos y pruebas de descargo esenciales mientras que la parte
acusadora no tenía ningún tipo de restricciones. De lo anterior se desprende que los
juicios en contra de las víctimas no se llevaron a cabo con el fin de otorgarles la
oportunidad de defenderse adecuadamente de los hechos que se les imputaban, lo que
resulta violatorio al principio de presunción de inocencia.89
87
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, 20 de marzo de 1962, op.cit., página 6.
88
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe Anual 2000, párrafo 50.
89
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, párrafo 166. Es importante
señalar que este caso se refiere a los procesos judiciales celebrados en Cuba a decenas de activistas de derechos humanos, periodistas
independientes, y opositores pacíficos quienes fueron encarcelados por las autoridades masivamente en marzo del 2003. Este análisis
fue efectuado por la CIDH después de evaluar los elementos de convicción de cada uno de los procesos judiciales celebrados en Cuba
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que llegaron a su conocimiento gracias a los esfuerzos desplegados por las organizaciones defensoras de los derechos humanos que
presentaron las peticiones.
90
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 66.
91
Idem., página 67. La organización antes citada pone como ejemplo el arresto arbitrario de los líderes del Grupo de Trabajo de la
Disidencia Interna, señalando que las autoridades cubanas no les informaron de los cargos imputados desde julio de 1997 hasta
septiembre de 1998. En otras palabras, las víctimas no supieron porque estaban detenidas durante más de un año. Igualmente cita el
caso de Ismael Sambra Ferrándiz quien estuvo detenido, conjuntamente con otras personas desde enero a julio de 1993 sin conocer los
cargos en su contra, y cuando, finalmente supieron que la fiscalía los acusaba de “rebelión” no tuvieron conocimiento de las pruebas
utilizadas por el Estado ni las acciones que supuestamente estaban siendo catalogadas de rebelión. Human Rights Watch señala que
“tras el juicio, un capitán de la seguridad del Estado dijo a Sambra Ferrándiz que el juicio era necesario para dar un ej3emplo a la
comunidad local de porqué no se debe disentir del Gobierno. Mientras el Gobierno cubano obligó a Sambra Ferrándiz (que fue
condenado a ocho años) a exiliarse a Canadá, sus compañeros de causa Víctor Bressler y Emilio Bressler siguen encarcelados en
Cuba”. Entrevista telefónica de Human Rights Watch con Guillermo Ismael Sambra Ferrándiz, Toronto, 8 de mayo de 1998, En
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 67.
92
Corte I.D.H., Caso Bulacio vs. Argentina, párrafo 128.
93
Corte I.D.H., citando al Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y la Observación General Nº 13 relativa a la
Igualdad ante los Tribunales y Derecho de Toda Persona a Ser Oída Públicamente por un Tribunal Competente establecido por la Ley
(artículo 14), Caso Tibi vs. Ecuador, párrafo 186.
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102. Es extremadamente grave que, durante casi cinco décadas, las autoridades
cubanas hayan vulnerado el derecho a la defensa de las víctimas de violaciones de los
derechos humanos, y que, existiendo toda esta jurisprudencia consistente de tribunales
internacionales se burlen de la misma, la cual además está basada en instrumentos
internacionales que son de obligatorio cumplimiento para el Estado cubano. El hecho
que ese Estado no sea parte de la Convención Americana ni del Pacto de Derechos
Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo, no la exime de sus obligaciones
internacionales en torno a la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre y la Declaración Universal de Derechos Humanos, ya que como lo ha señalado
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, estos instrumentos constituyen una fuente
de obligaciones internacionales.
94
Corte I.D.H., Caso Tibi vs. Ecuador, párrafo 187.
95
Acuerdo del Consejo de Estado, 8 de marzo de 1985, Sección Primera, párrafo (a) y Sección Tercera, párrafo (a), en Human Rights
Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 60 y 61.
96
Idem., página 62.
45
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106. El artículo 467 del Código de Procedimiento Penal de Cuba permite el hábeas
corpus para “toda persona que se encuentre privada de libertad…sin las formalidades y
las garantías que prevén la Constitución y las leyes…”. Sin embargo, las reformas
ocurridas en 1975 eliminaron el procedimiento de hábeas corpus de la Constitución
Política de Cuba, pero mantuvieron vigente esta garantía en la legislación procesal penal.
Human Rights Watch señaló al respecto que “[l]amentablemente, dada la extraordinaria
autoridad que las leyes cubanas concede a la policía, los fiscales y los jueces para
realizar arrestos sin orden judicial y prolongadas detenciones preventivas con un
mínimo de pruebas o por motivos políticos, esta opción plantea pocas esperanzas para
los detenidos cubanos”.99 La CIDH ha analizado in extenso cuáles son las obligaciones
internacionales que tienen los Estados en circunstancias que arrestan o detienen a una
persona dentro de los límites de sus jurisdicciones. Así, la CIDH ha señalado que:
Tanto la Comisión como la Corte Interamericana han subrayado anteriormente que nadie
puede ser privado de su libertad excepto en casos o circunstancias expresamente
dispuestas por ley, y que toda privación de la libertad debe adherir estrictamente a los
procedimientos definidos por la ley. Ello incluye garantizar el derecho contra el arresto y
la detención arbitrarios regulando estrictamente los fundamentos y procedimientos del
arresto y la detención de acuerdo con la ley. También incluye la garantía de una pronta y
97
Véase Corte I.D.H., Oinión Consultiva 8, 30 de enero de 1987, El Habeas Corpus Bajo Suspensión de Garantías, párrafo 33.
98
Idem., párrafo 35.
99
La organización Human Rights Watch cita el caso del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna (GTDI) quienes el 30 de julio de
1998 presentaron un recurso de hábeas corpus. Un tribunal de La Habana desestimó el recurso al día siguiente por considerarlo
inadmisible. Un tribunal cubano rechazó un segundo recurso el 16 de octubre, basándose aparentemente en que la orden de detención
preventiva de los cuatro líderes estaba supuestamente justificada. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba,
op.cit., página 61.
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Para evitar esos riesgos, la Comisión ha sugerido que no se considerará razonable una
demora de más de dos o tres días en llevar al detenido ante una autoridad judicial en
general. Un sistema efectivo para registrar los arrestos y las detenciones y poner esa
información a disposición de los familiares, asesores letrados y demás personas con
intereses legítimos en la información, ha sido también ampliamente reconocido como uno
de los componentes más esenciales de un sistema judicial funcional, pues ofrece una
protección vital de los derechos del detenido e información confiable para establecer las
responsabilidades del sistema.
107. Una prueba de cómo el régimen de Cuba --en el poder-- vulnera flagrantemente
sus obligaciones internacionales y los principios arriba expuestos en materia de detención
preventiva, es el proceso judicial seguido contra los cuatro líderes del Grupo de Trabajo
de la Disidencia Interna (GTDI). En ese caso, tanto Martha Beatriz Roque Cabello,
Vladimiro Roca Antúnez, Félix Antonio Bonne Carcasés y René Gómez Manzano fueron
arrestados, procesados y condenados a penas privativas de la libertad que oscilaron entre
tres y cinco años por supuestos delitos tipificados como “otros actos contra la seguridad
del Estado”. Dichas personas pasaron un período de 19 meses en detención preventiva
antes de ser llevados ante un tribunal de justicia, y durante la detención “[e]l Gobierno
envió a cada uno de los líderes a diferentes prisiones, donde fueron internados con
convictos violentos y sometidos a las condiciones sumamente deficientes que prevalecen
en las prisiones cubanas”.101
100
CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, OEA/Ser.L/VII.116, Doc. 5 rev. 1 corr., 22 de octubre de 2002, párrafos
121-123.
101
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 81.
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109. Es evidente, que, para el régimen cubano --durante las décadas que viene
gobernando de facto-- es indiferente y no tiene ninguna importancia contravenir o no los
principios generales del derecho universalmente reconocidos. La evolución en el tiempo
tanto de los hechos como del derecho de todos los ciudadanos cubanos a la libertad
individual ha sido vulnerada por el grupo en el poder sin reparos ni remordimientos. Las
violaciones flagrantes a principios universales tan esenciales como la presunción de
inocencia, el principio de legalidad, el derecho a la defensa, el notificar al inculpado de la
acusación formulada, el derecho a un abogado privado, etc., son vulnerados
sistemáticamente por el régimen en el poder, violando a su vez el derecho fundamental a
la libertad individual de todo aquel que se oponga a “la existencia y fines del Estado
socialista (…) [y] a la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el
comunismo”.104 Tal como ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos
“con la protección de la libertad se pueden salvaguardar tanto la libertad física de los
individuos como la seguridad personal, en un contexto en el que la ausencia de garantías
puede resultar en la subversión de la regla de derecho y en la privación a los detenidos
de las formas mínimas de protección legal”.105 Durante 48 años el régimen que
permanece en el poder en Cuba ha subvertido la regla de derecho y ha privado a los
detenidos de todas las formas mínimas de protección legal, privilegiando el sistema
político e ideológico --impuesto a la fuerza-- por encima de los derechos fundamentales
de la persona humana.
102
Corte I.D.H., Caso Tibi vs. Ecuador, op.cit., párrafo 180.
103
Idem.
104
Artículo 62 de la Constitución Política del Estado cubano.
105
Corte I.D.H., Caso Cantoral Benavides, Sentencia de 18 de agosto de 2000. Serie C Nº 69, párrafo 72; Caso Juan Humberto
Sánchez vs. Honduras, párrafo 77.
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113. Por su parte, la Corte Interamericana ha señalado que el juez encargado del
conocimiento de una causa debe ser competente, independiente e imparcial. Dicho
Tribunal ha señalado que las garantías a que tiene derecho toda persona sometida a
proceso, además de ser indispensables deben ser judiciales, lo cual implica la
intervención de un órgano judicial independiente e imparcial, apto para determinar la
legalidad de las actuaciones que se cumplan dentro del proceso.107
106
CIDH, Informe Especial, Haití: ¿Justicia Frustrada o Estado de Derecho? Desafíos Para Haití y la Comunidad Internacional,
OEA/Ser./L/V/II.123, Doc. 6 rev. 1, 26 de octubre de 2005, párrafo 139.
107
Corte I.D.H., Caso Castillo Petruzzi vs. Perú, párrafos 130 y 131.
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116. Es doctrina de la CIDH, por otra parte, que la efectiva vigencia de las garantías
procesales se asienta sobre la independencia del Poder Judicial, derivada de la clásica
separación de los poderes públicos. Esta es una consecuencia lógica que se deriva de la
concepción misma acerca de los derechos humanos. En efecto, si se busca proteger los
derechos de los individuos frente a las posibles acciones del Estado, es imprescindible
que uno de los órganos de ese Estado tenga la independencia que le permita juzgar tanto
las acciones del poder ejecutivo, como la procedencia de las leyes dictadas y aún de los
juicios emitidos por sus propios integrantes. En consecuencia, la efectiva independencia
del Poder Judicial es un requisito imprescindible para la vigencia práctica de los derechos
humanos en general.113
108
Bilda, Unabhangigkeit des Richters-ein Mitos?, JR 2001, pp. 89 y ss, pp 90-91, en Estudios sobre la Independencia Judicial y el
Proceso Penal, Carlos Pérez del Valle, Editora Jurídica Griljley, 2005, página 24.
109
Idem., página 27.
110
Así, por ejemplo, en Corte E.D.H., Caso Piersak, Sentencia del 1º de octubre de 1982, Serie A. Nº 5.
111
Corte E.D.H., Casos vs. Italia, Sentencia del 26 de febrero de 1993, Series A, Vol 257-B al H, párrafo 27.
112
Idem.
113
Véase CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Séptimo Informe, OEA/Ser.L/II.61, Doc. 29 rev. 1, 4 de octubre
1983, páginas 67 y 68.
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117. Durante las casi cinco décadas que viene permaneciendo el régimen cubano en el
poder, los organismos internacionales --tanto intergubernamentales como no
gubernamentales-- de derechos humanos se han encargado de informar a la comunidad
internacional y de advertirle a dicho Gobierno sobre la necesidad de reformar su sistema
judicial a fin de lograr una independencia funcional y estructural de los tribunales de
justicia con respecto al poder político. No en vano, la CIDH manifestó casi treinta años
después que tuvo principio de ejecución la revolución cubana que “no existe en Cuba la
división de poderes que garantizaría la independencia de la administración de justicia.
(…) Al no estar establecida constitucionalmente esta separación de poderes, la
administración de justicia queda, de hecho y de derecho, sometida al poder político”.114
114
Idem.
115
Véase CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.4, doc.2, 20 de marzo de 1962,
página 5.
116
Idem.
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declaran que 'la Revolución ha roto radicalmente con el Derecho anterior', que los Jueces
y Magistrados han de adquirir plena conciencia de su verdadera misión 'como activos
vigilantes de la legalidad socialista'. Para cuidar de todo ello se acuerda organizar ' en
todos los Tribunales y Juzgados' cursos de estudio y divulgación sobre Socialismo y la
misión fundamental de la Justicia Socialista”.
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entre dichos preceptos los que han privado a los acusados de la posible libertad
provisional, de la protección jurídica que tradicionalmente venía otorgando el habeas
corpus y el recurso de inconstitucionalidad establecido en la Constitución para la
defensa de los atributos de la persona humana y de las mínimas garantías de audiencia,
como es el caso de los juicios en ausencia”.120 Igualmente, la CIDH le manifestó al
flamante nuevo Gobierno revolucionario de Cuba que,
Así, mientras tronaban por toda la isla las descargas de los pelotones de fusilamiento, se
hacía práctica usual, para entonces y para después. La persecución arbitraria, la
detención ilegal, la suspensión del habeas corpus, tales como el derecho a ser instruido de
cargos, al nombramiento de abogado que disfrutara de libertad en el ejercicio de su
defensa, la celebración de juicio imparcial por tribunales competentes, la irretroactividad
de las leyes penales en perjuicio del reo, y la santidad de la cosa juzgada.122
124. En el caso arriba citado por la CIDH, el testigo también manifestó que “se sigue
aplicando el sistema de detenciones arbitrarias con permanencia indefinida del acusado
en las cárceles y calabozos del G-2 sin señalamiento de juicio y sin ajustarse a los más
elementales requerimientos del procedimiento jurídico y legal. Ni en la instrucción de
cargos, ni en la celebración de juicio, ni en el ejercicio del derecho de defensa con
120
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Unión Panamericana, OEA/Ser.L/V/II.4, 1º de mayo de
1962, páginas 3 y 4.
121
Idem., el organismo hemisférico señaló además que “[s]e han citado ante la Comisión casos en los que se afirma han sido
víctimas de represalias por agentes del Gobierno defensores de reos juzgados por Tribunales Revolucionarios, mencionándose entre
esas víctimas a los Doctores Manrique Morcate, Arístides Acosta, Carlos Peña Jústiz, Francisco Lorié Bertol, y Jorge Bacallao”.
122
CIDH, Quinto Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.38, doc. 12, 25 de mayo de 1976,
páginas 39 y 40.
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Cuando un preso cumple la condena que le fuera impuesta, a tenor de las leyes, debe ser
puesto en libertad. Esto sucede en todas partes menos en Cuba. Allí, si el preso no ha
aceptado el adoctrinamiento comunista, ni rinde sus convicciones políticas y religiosas es
condenado arbitrariamente a una extensión de condena de uno a dos años, extensión que
se repite tantas veces cuantas el prisionero político se niega a abjurar de sus principios o a
ceder en sus derechos elementales.
Esto convierte una sentencia de 9, 10, o 12 años de reclusión en condena de por vida sin
que exista la comisión de un delito punible, ni recurso de apelación, ni procedimiento
legal con las mínimas garantías para el acusado.
Para exponer este caso, dejemos que sea también otro preso político quien nos atestigüe
el desafuero en carta extraída clandestinamente, como todas las demás, y de la cual
transcribimos los siguientes párrafos:
Pues aquí están los hermanos que cumplidas sus condenas son sometidos a nuevos
procesos violando la legalidad más elemental. A puertas cerradas, tres mamarrachos por
tribunal en una farsa de juicio. Ahí están los últimos compañeros condenados después de
cumplir sus sentencias de 10 años de presidio: Reynaldo Cordero Izquierdo, Pedro
Baquet, Vidal Arocha Cubillas, y Amado González, de la Prisión de Pinar del Río;
Federico Rodríguez, Lázaro Hesta, Bolo Capote, de la Prisión de Guanajay, Evaristo
Sardiñas Cruz, Baudilio Echeverría Yañes, Alfonso Loo Sú, Luis de los Santos Naranjo,
en el tenebroso Castillo de San Severino; Carlos Más Guerra, Juan Cruz González,
Reynaldo Aquit, Eduardo Cuencio, Blas Camacho, César Ja, José Luis Márquez, Nerín
Sánchez, Heriberto Trujillo Montes, en la Prisión de Las Villas.124
123
Idem., Caso 1834, página 40.
124
Idem., Caso 1805, página 37. En el informe de la CIDH se citan, como ejemplo, otros casos de resentenciados: 1) Roberto
Cardés Valdés, 36 años, empleado, sancionado a 9 años en la Causa 501 de 1963, cumplidos el 25 de julio de 1972. Sancionado a un
año de trabajo mediante juicio. Al cumplir el año sin trabajar, fue condenado a otro año más sin celebración de juicio; 2) Pablo
Arenal Piñón, 33 años, estudiante, sancionado a 12 años en la Causa 294 de 1961, cumplidos el 16 de abril de 1973. Sancionado a un
año de trabajo; 3) Angel Luis Bice, 43 años, carpintero, sancionado a 9 años en la Causa 702 de 1963, cumplidos el día 14 de
noviembre de 1972. Sancionado a dos años de trabajo forzado; 4) Julio Rodríguez Lamelas, 54 años, viajante de medicina.
Sancionado a 6 años en la Causa 569 de 1965, cumplidos el 29 de noviembre de 1971. Sancionado a dos años de trabajo mediante
juicio. Al cumplir los dos años sin realizar el trabajo forzado, fue condenado a dos años más sin celebración de juicio. Ha sufrido dos
infartos cardíacos. Hipertenso crónico; 5) Pablo Castellanos Caballero, 50 años, periodista, ex-director del Noticiero Radio Morón.
Sancionado a 12 años en la Causa 105 de 1962. Cumplidos el 30 de octubre de 1973. Sancionado a un año de trabajo. Ha sufrido un
infarto cardíaco. Hipertenso crónico. Tiene úlcera en el duodeno y bursitis. Asmático. Todos estos presos se encuentran en la galera
12 de la Prisión de La Cabaña. Están en calzoncillos desde hace más de 7 años; 6) Segundo de la O. Elejalde Cepero, 32 años,
obrero de la construcción, sancionado a 10 años en la Causa 325 de 1963. Cumplidos el 18 de mayo de 1973. Sancionado
nuevamente a un año más el 11 de abril de 1973; 7) Manuel Hernández Gómez, 33 años. Cumplió 10 años en enero de 1973.
Condenado nuevamente a 2 años por no hacer trabajos forzados. Trabajaba (antes de la prisión) en el Central San Antonio del
Municipio de Madruga; 8) Eddy Carrera Vallina, 38 años, estudiante universitario (5to. año de Ciencias Comerciales), sancionado a
12 años en la Causa 301 de 1961. Cumplidos el 16 de abril de 1973. Condenado nuevamente a 2 años por negarse a trabajar preso el
día 19 de marzo de 1973; y 9) Federico Rodríguez Ávila, 44 años, comerciante, sancionado a 9 años. Causa 356 de 1963.
Cumplidos el 2 de mayo de 1972. Sancionado nuevamente a 2 años más el 28 de abril de 1972.
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126. La práctica del régimen cubano de lo que consideraba una justicia revolucionaria
se fue consolidando a lo largo de los años no solo en los hechos, sino también en el
derecho. Si bien es cierto el régimen promulgó una Constitución Política en 1976, la
misma sufrió varias reformas hasta el año 2002. Sin embargo, estas reformas no
cambiaron la subordinación --ya existente-- de los tribunales de justicia al poder político.
Una prueba de ello es que en el análisis efectuado por la CIDH al sistema judicial cubano
en su Séptimo Informe Especial sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba
publicado en 1983, y que se basa en la Constitución Política de Cuba de 1976, solamente
han cambiado la numeración de los artículos, pero en lo sustantivo sigue exactamente
igual. En consecuencia, el análisis efectuado por dicha organización en 1983 sigue
vigente hasta la fecha.
128. El texto del artículo 121 de la Constitución Política de Cuba del 2002,
mencionado por la CIDH en el informe arriba citado, es el mismo de la Constitución de
1976, sólo que en esa Carta se encontraba ubicado en el artículo 122. Igualmente ocurre
con el artículo 88(ch) de la Constitución de 1976, que ahora se encuentra en el artículo
90(ch) de la Constitución de 2002 y que dispone que son atribuciones del Consejo de
Estado “dar a las leyes vigentes, en caso necesario, una interpretación general y
obligatoria”. En este sentido, la CIDH ha señalado que el Consejo de Estado es un
órgano político “el que debe dar la interpretación oficial acerca de cómo deben
entenderse términos tan poco precisos como ‘la existencia y fines del Estado socialista’ y
‘la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo’. A esa
interpretación quedan subordinadas todas las ‘libertades reconocidas a los ciudadanos’;
y es la administración de justicia la que se encarga de aplicar las eventuales
interpretaciones a los casos particulares. Este sesgo ideológico y político se ve reforzado
por las funciones que la Constitución acuerda a los tribunales”.126
129. Dentro de ese contexto, la organización arriba citada señaló que “la dependencia
de lo jurídico respecto a la acción política es otro elemento extraído de la teoría
marxista, según la cual el derecho es un reflejo de las relaciones de producción y, por lo
tanto, instrumento de la clase dominante. (…) Queda nuevamente de manifiesto que sólo
el poder político --es decir el grupo en el poder-- puede ser capaz de precisar si las
125
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476, Fondo, (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, párrafo 169.
126
CIDH, Séptimo Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., página 69.
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130. Esa sumisión de los tribunales de justicia al poder político a la que hace alusión la
CIDH en su informe de 1983, ha quedado plasmada de forma definitiva en las normas
vigentes hoy en día en Cuba. En otras palabras, durante el período cubierto por el
presente informe el Estado cubano no ha realizado cambios que permitan, en los hechos y
en el derecho, una vigencia irrestricta de las garantías judiciales. En consecuencia, Cuba
no otorga a sus ciudadanos --y especialmente a aquéllos procesados por delitos políticos--
un juicio justo, con las debidas garantías, en un tribunal independiente e imparcial. En
este sentido, la Constitución Política cubana continúa estableciendo una línea directa de
autoridad y subordinación de los tribunales de justicia a la Asamblea Nacional y al
Consejo de Estado afectando seriamente la independencia e imparcialidad de los
tribunales y el derecho a un proceso justo.
131. En efecto, los artículos 66, 68, y 121 de la Ley de Organización del Sistema
Judicial señalan que para ser juez profesional, juez lego o fiscal se requiere “tener
integración revolucionaria activa”, integración que se exige desde el acceso mismo a los
estudios jurídicos. A ello debe agregarse el artículo 4 de esta misma ley, la cual señala
que entre los principales objetivos de la administración de justicia están “[e]levar la
conciencia jurídica social en el sentido del estricto cumplimiento de la ley, formulando
en sus decisiones los pronunciamientos oportunos para educar a los ciudadanos en la
observancia consciente y voluntaria de sus deberes de lealtad a la patria, a la causa del
socialismo y a las normas de convivencia socialistas” (énfasis agregado).128 Asimismo,
el artículo 121 de la Constitución Política cubana dispone que “[l]os tribunales
constituyen un sistema de órganos estatales, estructurado con independencia funcional
de cualquier otro y subordinado jerárquicamente a la Asamblea Nacional del Poder
Popular y al Consejo de Estado”. Por su parte, el artículo 74 de la Constitución Política
establece que el “Presidente del Consejo de Estado es jefe de Estado y jefe de
Gobierno” (énfasis agregado). En otras palabras, el Jefe de Estado cubano concentra en
si mismo todos los órganos estatales, y por consiguiente, todo el poder político, afectando
gravemente la independencia e imparcialidad de los tribunales de justicia.
127
Idem.
128
En Gaceta Oficial, República de Cuba, 25 de agosto de 1977.
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relación a Cuba. El primer caso se refiere a los procesos judiciales celebrados en Cuba a
decenas de activistas de derechos humanos, periodistas independientes, y opositores
pacíficos quienes fueron encarcelados por las autoridades masivamente en marzo del
2003 en juicios sumarios sin la observancia a las garantías mínimas del debido proceso.
Igualmente, el otro caso decidido por la CIDH en el 2006 se refiere al proceso judicial y
condena a muerte de tres personas en Cuba.129
133. La exposición realizada a lo largo de este capítulo permite concluir que no existe
en la práctica ninguna posibilidad real y efectiva para que las personas que intentan
ejercer sus derechos fundamentales a la libertad de expresión, reunión, asociación y
movimiento puedan defenderse judicialmente de los variados y perversos mecanismos de
represión empleados por el régimen cubano. En este sentido, los tribunales cubanos
continúan actuando y juzgando a activistas de derechos humanos, periodistas,
sindicalistas, y bibliotecarios independientes y opositores pacíficos con criterios
ideológicos y políticos por oposición a procedimientos judiciales correctos.
129
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476, Fondo, (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006; e Informe Nº 68/06,
Caso 12.477, Fondo, (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
130
Corte I.D.H., Opinión Consultiva OC-6/86, del 9 de mayo de 1986, La Expresión “Leyes” en el Artículo 30 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, párrafo 21.
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136. El Tribunal arriba citado también ha manifestado que no se puede “admitir que
los derechos fundamentales pueden ser restringidos por la sola determinación del poder
público, sin otra limitación formal que la de consagrar tales restricciones en
disposiciones de carácter general. Tal interpretación conduciría a desconocer límites
que el derecho constitucional democrático ha establecido desde que, en el derecho
interno, se proclamó la garantía de los derechos fundamentales de la persona”132. En
este sentido, señala el Tribunal que,
137. La Corte Interamericana, también ha señalado que son muchas las maneras que un
Estado puede violar un instrumento internacional de derechos humanos. En este último
caso, puede hacerlo, por ejemplo, omitiendo dictar las normas a que está obligado a fin de
garantizar los derechos fundamentales de las personas que se encuentran bajo su
jurisdicción. También, por su puesto, dictando disposiciones que no estén en
conformidad con lo que de él exigen sus obligaciones internacionales en materia de
derechos humanos. “Si esas normas se han adoptado de acuerdo con el ordenamiento
jurídico interno o contra él, es indiferente para estos efectos. Dicho de otro modo, el
hecho de que se trate de ‘leyes internas’ y de que éstas hayan sido ‘adoptadas de
acuerdo con lo dispuesto por la Constitución’, nada significa si mediante ellas se violan
cualquiera de los derechos o libertades protegidos. (…)En el ámbito internacional lo que
interesa determinar es si una ley resulta violatoria de las obligaciones internacionales
asumidas por un Estado en virtud de un tratado”.134
138. Dentro de ese contexto, la Corte I.D.H., que la adecuación de normas internas a
las obligaciones internacionales que tiene un Estado en materia de derechos humanos
“implica la adopción de medidas en dos vertientes, a saber: i) la supresión de las normas
y prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías previstas [en
131
Idem., párrafo 22.
132
Idem., párrafo 26.
133
Idem.
134
Corte I.D.H., Opinión Consultiva Nº 13, Ciertas Atribuciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 16 de julio
de 1993, página 18.
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que se contaban ciertos dirigentes del Movimiento 26 de Julio, a raíz del acercamiento
de Fidel Castro y el Partido Comunista anterior a la revolución; autores de
levantamientos, incluyendo los planeados por los exilados en el exterior; dirigentes del
viejo Partido Comunista y otros marxistas veteranos que fueron a menudo víctimas de
depuraciones por su oposición al Gobierno en diversas coyunturas políticas”137.
137
CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Séptimo Informe, op.cit., página 57.
138
Idem.
139
Pax Christi Netherlands, Informe de viaje a Cuba, 5 de enero-10 de enero de 2006, Postbus 19318, 3501 DH Utrecht, 030-233-33-
46, página 6.
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145. Hay que comprender, sin embargo, que la piedra angular de la legalización de la
violación de los derechos fundamentales en Cuba yace en el artículo 62141 de la
Constitución Política, la cual prácticamente ordena a toda autoridad a declarar punible
toda acción que conlleve el ejercicio de esos derechos por parte de la población que
disiente pacíficamente del sistema político vigente. En efecto, según el artículo 62 de la
Constitución cubana todo aquel que intente ejercer sus libertades públicas “contra la
existencia y fines del Estado socialista”, y “contra la decisión del pueblo cubano de
construir el socialismo y el comunismo” habrá infringido “este principio” que es
“punible”, y por consiguiente, terminará encarcelado, procesado y sentenciado a penas
privativas de la libertad en juicios sumarios sin derecho a la defensa ni la observancia a
de las garantías mínimas del debido proceso, a través de tribunales de justicia
subordinados directa y verticalmente al poder político.
En los últimos años, los fiscales cubanos han recurrido mucho a las disposiciones contra
la propaganda enemiga y el desacato. Durante ese período, los fiscales también han
procesado a disidentes por difamación, resistencia a la autoridad, asociación para
delinquir y estado peligroso. Las prisiones cubanas albergan a numerosos ciudadanos
condenados por ejercer sus derechos fundamentales o, en algunos casos, condenados por
estado peligroso sin haber cometido nunca un delito. Cuba también tiene detenidos a
presos políticos no violentos juzgados por delitos contra la seguridad del Estado, tales
como los de propaganda enemiga, rebelión, sabotaje y revelar secretos concernientes a la
140
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 1-25.
141
Artículo 62 de la Constitución Política de Cuba.- Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra
lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo
cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible. (énfasis agregado).
61
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seguridad del Estado. Las personas condenadas por delitos relacionados con la seguridad
del Estado por haber ejercido sus derechos fundamentales suelen cumplir condenas de
diez a veinte años. Además, hay presos cumpliendo injustamente condenas por desacato
y salida ilegal.142
148. En esta etapa del análisis, es apropiado referirnos a algunas de las normas
tipificadas y aplicadas por el régimen cubano y que forman parte de su maquinaria
represiva con la cual el mismo, viola diaria y sistemáticamente en Cuba los derechos
civiles y políticos de la población cubana. Así, el Libro II, Título I del Código Penal
dispone los delitos contra la seguridad del Estado. El Capítulo I enumera los “delitos
contra la seguridad exterior del Estado”, y el Capítulo II, los “delitos contra la
seguridad interior del Estado”. Según Human Rights Watch, Cuba “procesa los delitos
contra la seguridad del Estado para reprimir a los opositores no violentos al Gobierno.
Mientras que el delito de propaganda enemiga constituye una violación explícita de los
derechos fundamentales a la libertad de expresión y asociación, otros delitos contra la
seguridad del Estado incluyen referencias criticables a la preservación del sistema
142
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 41 y 42.
143
Idem.
144
CIDH, Informe Anual 1999, Capítulo IV, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.106, Doc. 3 rev., 13
de abril del 2000, párrafo 71.
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socialista y están definidos en términos elásticos que han sido frecuentemente empleados
para castigar el ejercicio de derechos fundamentales”.145
149. Otra norma del Código Penal cubano que es utilizada de forma sistemática por el
régimen en el poder para encarcelar a periodistas independientes es el delito de
“Propaganda Enemiga” tipificado en el artículo 103 de dicho instrumento. Dicha
norma establece una pena de uno a ocho años al que “a) Incite contra el orden social, la
solidaridad internacional o el Estado socialista, mediante la propaganda oral o escrita o
en cualquier otra forma; b) confeccione, distribuya o posea propaganda del carácter
mencionado en el inciso anterior”. Asimismo, el numeral dos de la norma mencionada
dispone que “el que difunda noticias falsas o predicciones maliciosas tendientes a causar
alarma o descontento en la población, o desorden público, incurre en privación de
libertad de uno a cuatro años”. El numeral tres eleva la pena de cárcel de siete a quince
años de cárcel “[s]i, para la ejecución de los hechos previstos en los apartados
anteriores se utilizan medios de difusión masiva”, y por último, el cuarto apartado de la
norma establece que “[e]l que permita la utilización de los medios de difusión masiva a
que se refiere el apartado anterior, incurre en sanción de privación de libertad de uno a
cuatro años”. Al respecto, la organización Human Rights Watch ha analizado esta norma
señalando que:
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151. El delito de “Sedición” dispuesto en el artículo 100 del Código Penal es utilizado
por el grupo en el poder para castigar con altas penas privativas de la libertad a la
oposición pacífica. Según esta norma, “[l]os que tumultuariamente y mediante concierto
expreso o tácito (…) perturben el orden socialista o la celebración de elecciones o
referendos, o impidan el cumplimiento de alguna sentencia, disposición legal o medida
dictada por el Gobierno, o por una autoridad civil o militar en el ejercicio de sus
respectivas funciones o rehúsen obedecerlas” serán condenados “con privación de
libertad de diez a veinte años”, aún cuando estos hechos hayan sido cometidos “sin
recurrir a las armas ni ejercer violencia”. Esta disposición sirve de herramienta al
régimen en el poder para preservar el statu quo del “orden socialista” castigando
cualquier tipo de disidencia del sistema político vigente, aún cuando la misma se efectúe
en términos absolutamente pacíficos.
152. Otro de los delitos que conforman el aparato represivo del régimen cubano y que
ha servido para castigar penalmente a cientos de activistas de derechos humanos,
periodistas independientes, bibliotecarios, y sindicalistas independientes, ha sido el
“Desacato” a una autoridad pública. El artículo 144.1 del Código Penal sanciona al que
“amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u ofenda, de
palabra o por escrito, en su dignidad o decoro a una autoridad, funcionario público, o a
sus agentes auxiliares”, con tres meses a un año de cárcel, y multa. En los casos que el
desacato se cometa contra las altas autoridades del Estado, la pena privativa de la libertad
se eleva a tres años como máximo y un año como mínimo. En efecto, “si el hecho se
realiza respecto al Presidente del Consejo de Estado, al Presidente de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, a los miembros del Consejo de Estado o del Consejo de
Ministros o a los Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, la sanción es de
privación de libertad de uno a tres años”. Según la organización Human Rights Watch,
“aunque el delito de desacato ya existía en Cuba antes de la revolución de 1959, el
Gobierno de Castro amplió la definición para que cubriera la mayor variedad posible de
expresiones y se aplicara explícitamente a las más altas autoridades del Gobierno. Lo
que es aún más inquietante, el Gobierno también eliminó una disposición anterior a la
revolución que permitía a los acusados de desacato emplear como defensa la veracidad
de sus declaraciones. Cuba ha procesado a gran número de ciudadanos por desacato,
entre ellos a varios presos que fueron juzgados sobre la base de sus críticas a las
condiciones y los abusos en las prisiones”.149 La organización antes citada también ha
señalado que:
Cuba ha procesado a gran número de cubanos por desacato, entre ellos a varios presos
que fueron juzgados sobre la base de sus críticas a las condiciones y los abusos en las
prisiones. En enero de 1997, la policía cubana detuvo a uno de los líderes destacados de
la disidencia, Héctor Palacios Ruiz, el Presidente del Partido de Solidaridad Democrática
148
Idem.
149
Idem., página 51.
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150
Video Constituirá Prueba contra Héctor Palacios, Infoburo, 22 de enero de 1997. En Human Rights Watch, La Maquinaria
Represiva de Cuba, op.cit., página 51.
151
CIDH, Informe Anual 1998, Volumen III, Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión, página 158,
OEA/Ser.L/V/II.102, Doc.6 rev., 16 de abril de 1999.
152
CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 35.
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pero en esos casos los requisitos de dicha protección tienen que ser ponderados en relación
con los intereses de un debate abierto sobre los asuntos políticos.153
155. La Corte Europea de Derechos Humanos también ha manifestado que “la libertad
de prensa proporciona a la opinión pública uno de los mejores medios para conocer y
juzgar las ideas y actitudes de los dirigentes políticos. En términos más generales, la
libertad de las controversias políticas pertenece al corazón mismo del concepto de sociedad
democrática”.154 En otro caso dicho tribunal señaló que,
La libertad de expresión e información (….) debe extenderse no solo a la información e ideas
favorables, consideradas como inofensivas o indiferentes, sino también a aquellas que
ofenden, resulten chocantes o perturben. (…) Los límites de críticas aceptables son más
amplios con respecto al Estado que en relación a un ciudadano privado e inclusive a un
político. En un sistema democrático, las acciones u omisiones del Estado deben estar sujetas
a un escrutinio riguroso, no solo por parte de las autoridades legislativas y judiciales, sino
también por parte de la prensa y de la opinión pública.155
156. Es evidente que las normas tipificadas por el Estado cubano no están en
consonancia con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, por
cuanto la norma sobre Desacato restringe y limita arbitrariamente el derecho a la libertad
de expresión de aquellos ciudadanos que desean hacer alguna crítica constructiva al
grupo que se mantiene en el poder por casi cinco décadas. Iguales restricciones y
limitaciones suponen las normas penales relativas a los delitos contra el honor tipificadas
en el Título XII, Capítulos I, II, y III, (Difamación, Calumnia, Injuria). La CIDH se ha
referido a estas normas señalando que “[e]l Estado cubano también ha utilizado la
amplitud y vaguedad de las figuras penales de Injuria, Calumnia y Difamación para
violar sistemáticamente la libertad de expresión”.156 En este mismo sentido, Human
Rights Watch señala que:
153
Corte Europea de Derechos Humanos, Case of Dichand and Others v. Austria, en Corte I.D.H., Caso Herrera, op.cit., párrafo 125.
154
Corte Europea de Derechos Humanos, Case of Lingens vs. Austria, p. 42, en Corte I.D.H., Caso Herrera, op.cit., párrafo 125.
155
Corte Europea de Derechos Humanos, Case of Castells v. Spain, p. 42 y 46, en Caso Herrera, op.cit., párrafo 126.
156
CIDH, Informe Anual 2000, op.cit., párrafo 36.
157
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 56.
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158. Algunos de los delitos tipificados en el Título IV del Código Penal de Cuba, son
aplicados sistemáticamente por el régimen para encarcelar a personas que, pacíficamente,
intentan en Cuba ejercer sus derechos de libertad de expresión, asociación, y reunión, e
incluso la libertad de culto. El delito de “Ultraje a los Símbolos Patrios” está tipificado
en el artículo 203 del Código Penal y castiga con tres meses a un año de prisión al que
“ultraje o con otros actos muestre desprecio a la Bandera, al Himno o Escudo
Nacionales”. La CIDH ha señalado, por ejemplo, con respecto a esta norma “que en el
pasado el Estado aplicó esta norma contra la comunidad de Testigos de Jehová en Cuba,
debido a que su religión les prohíbe jurar lealtad a ninguna bandera”.160 Otra norma
utilizada por el grupo en el poder para castigar a los opositores pacíficos y activistas de
derechos humanos que usualmente se reúnen para conmemorar el aniversario de algún
hecho que involucra violaciones de los derechos humanos cometidos por el régimen en el
poder, constituye el delito de “Desórdenes Públicos” tipificado en el artículo 200 del
Código Penal. Según esa norma, “[e]l que, en lugares públicos, espectáculos o
reuniones numerosas, dé gritos de alarma, profiera amenazas de un peligro común o
realice cualquier otro acto con el propósito de provocar pánico o tumulto, incurre en
sanción de privación de libertad de tres meses a un año y multa”. Si en los hechos antes
citados se emplea un arma o explosivo, la pena máxima es de tres años, y la mínima de
un año. Asimismo, sufre hasta un año de cárcel quien “provoque riñas o altercados en
establecimientos abiertos al público, círculos sociales, espectáculos, fiestas familiares o
públicas u otros actos al que concurren numerosas personas”.
158
CIDH, Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 1999, Volumen III, Informe de la Relatoría para la
Libertad de Expresión, OEA/Ser.L/V/II.106, Doc. 3 rev, 13 de abril de 2000, página 22.
159
CIDH, Informe Anual 2000, op.cit., párrafo 37.
160
CIDH, Informe Anual 2000, op.cit., párrafo 34. Véase, igualmente, Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba,
op.cit., página52.
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159. Tal como se ha podido observar en los párrafos precedentes, el régimen que se
mantiene en el poder en Cuba por casi cinco décadas posee una amplia gama de
mecanismos legales de carácter represivo, los mismos que son utilizados para violar
sistemáticamente los derechos a la libertad de expresión, reunión, asociación y
movimiento en conexión con los derechos a la libertad individual, el derecho a la justicia
y el debido proceso. Tal vez el más grave de todos, porque atenta contra principios
universales de legalidad, presunción de inocencia, y las garantías del debido proceso--
constituye el “estado de peligrosidad” tipificado en el Código Penal cubano.
Se considera estado peligroso la especial proclividad en que se halla una persona para
cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con
las normas de la moral socialista.
161. El artículo 73(1), por su parte, complementa la norma arriba citada señalando que
“el Estado peligroso se aprecia cuando en el sujeto concurre alguno de los índices de
peligrosidad siguientes: a) la embriaguez habitual y la dipsomanía; b) la narcomanía; c)
la conducta antisocial”. Asimismo, según la norma, un antisocial es el “que quebranta
habitualmente las reglas de convivencia social mediante actos de violencia, por otros
provocadores, viola derechos de los demás o por su comportamiento en general daña las
reglas de convivencia o perturba el orden de la comunidad o vive, como un parásito
social, del trabajo ajeno o explota o practica vicios socialmente reprobables" (artículo
73(2).161
163. El Capítulo II, artículos 75(1) y 75(2) del Código Penal dispone lo que para el
régimen en el poder es una “Advertencia Oficial”,
El que, sin estar comprendido en alguno de los estados peligrosos a que se refiere el
artículo 73, por sus vínculos o relaciones con personas potencialmente peligrosas para la
sociedad, las demás personas y el orden social, económico y político del Estado
socialista, pueda resultar proclive al delito, será objeto de advertencia por la autoridad
policíaca competente, en prevención de que incurra en actividades socialmente peligrosas
o delictivas.
161
La CIDH se ha referido a este artículo del Código Penal señalando “que bajo esta conducta antisocial son reprimidos una gran
mayoría de disidentes y activistas de derechos humanos en Cuba, y cuando algún trabajador es despedido por sus ideas políticas se
convierte en un parásito social para el Estado cubano”. CIDH, Informe Anual 2000, Informe sobre la Situación de los Derechos
Humanos en Cuba, op.cit., párrafo 39.
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164. En el Capítulo III del Código Penal se encuentran las medidas de seguridad, las
mismas que pueden ser pre-delictivas o post-delictivas. En efecto, el artículo 76(1)
dispone que “[l]as medidas de seguridad pueden decretarse para prevenir la comisión de
delitos o con motivo de la comisión de éstos”. El artículo 77(1), por su parte, define las
medidas de seguridad post-delictivas, señalando que “por regla general se cumplen
después de extinguida la sanción impuesta”. Si durante “el cumplimiento de una medida
de seguridad aplicada a una persona penalmente responsable, a ésta se le impone una
sanción de privación de libertad, la ejecución de la medida de seguridad se suspenderá,
tomando de nuevo su curso una vez cumplida la sanción” (artículo 77.2). En caso el
condenado sea liberado condicionalmente, la medida de seguridad queda extinguida,
siempre y cuando no haya sido revocada la libertad condicional (artículo 77.3).
166. Los incisos 2 y 3 del artículo 79 dispone que las “medidas terapéuticas se aplican
a los enajenados mentales y a los sujetos de mentalidad retardada en estado peligroso, a
los dipsómanos y a los narcómanos. La ejecución de estas medidas se extiende hasta que
desaparezca en el sujeto el estado peligroso”.
167. Mediante el artículo 80 del Código Penal cubano, el Estado puede arrestar a una
persona y mantenerla detenida por un lapso de un año como mínimo y de cuatro como
máximo. En este sentido, las “medidas reeducativas” son aplicadas a personas
consideradas “antisociales”, las mismas que pueden ser internadas en “establecimientos
especializados de trabajo o estudio” y/o “entrega[das] a un colectivo de trabajo para el
control y la orientación de la conducta del sujeto en estado peligroso”.
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169. El artículo 82 dispone que “[e]l tribunal puede imponer la medida de seguridad
pre-delictiva (…) optando por las de carácter detentivo o no detentivo, según la
gravedad del estado peligroso del sujeto y las posibilidades de su reeducación”. Por su
parte, los artículos 83 y 84 del Código Penal cubano establecen el procedimiento a seguir.
En este sentido, otorga amplias facultades a los tribunales para que, “en cualquier
momento del curso de la ejecución de la medida de seguridad predelictiva, pued[a]
cambiar la clase o duración de ésta, o suspenderla, a instancia del órgano encargado de
su ejecución o de oficio. En este último caso, el tribunal solicitará informe de dicho
órgano ejecutor”. El tribunal también deberá comunicar “a los órganos de prevención
de la Policía Nacional Revolucionaria las medidas de seguridad predelictivas acordadas
que deben cumplirse en libertad, a los efectos de su ejecución”.
170. El Decreto Nº 128, dictado por el Estado en 1991, complementa la norma arriba
citada estableciendo que la declaración del Estado peligroso pre-delictivo debe decidirse
de forma sumaria. Según dicho decreto, la Policía Nacional Revolucionaria forma el
expediente con el informe del agente actuante, el testimonio de vecinos que acreditan la
conducta del “peligroso” y lo presenta al Fiscal Municipal quien decide si procede
cualquier otra diligencia, la cual se realizaría en el término de hasta cinco días hábiles. Si
el tribunal considera completo el expediente, fijará fecha para la audiencia en donde
comparecerán las partes. Veinticuatro horas después de celebrada la audiencia, el
Tribunal Municipal debe dictar sentencia.162
171. La Sección Tercera del Capítulo III del Código Penal disponen las medidas de
seguridad post-delictivas, las que son aplicadas:
172. El artículo 86 otorga facultades al tribunal para imponer una medida de seguridad
al enajenado mental que signifique un “peligro” para el “orden social”. En
consecuencia, esa persona puede ser internada “en un hospital psiquiátrico o en un
centro de enseñanza especializada, por el término necesario para que obtenga su
162
Véase CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe Anual 2000, párrafo 42. La CIDH también
señala que “las características del proceso sumario impiden que el acusado tenga una adecuada defensa legal, ya que los plazos pre-
establecidos no alcanzan para contactar a un abogado ni para preparar una defensa. En consecuencia, a través de los denominados
expedientes de peligrosidad el Estado controla cualquier actividad sospechosa contraria a la ideología oficial, con penas privativas
de la libertad de hasta cuatro años”. Idem., nota 45.
163
Artículo 20(1) del Código Penal: “Está exento de responsabilidad penal el que comete el hecho delictivo en estado de enajenación
mental, trastorno mental transitorio o desarrollo mental retardado, si por alguna de estas causas no posee la facultad de comprender
el alcance de su acción o de dirigir su conducta”.
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173. El artículo 87(1) determina que en caso una persona privada de libertad “sufra
repentinamente de enajenación mental” será internada en un hospital psiquiátrico, y que
“esta medida dura hasta que el sometido a ella recobre su salud”. En caso que una
persona haya cumplido su condena y no acepte “las obligaciones que le haya impuesto el
tribunal, después de la extinción de la sanción”, el tribunal puede imponerle una medida
de seguridad consistente en
174. Por último, el artículo 90 del Código Penal otorga amplias facultades a los
tribunales cubanos para castigar al “reincidente peligroso”, incluso con la posibilidad
de modificar la sentencia después de haber sido dictada a fin de ampliar la condena. En
efecto, el tribunal puede por un lado “decretar una nueva medida de seguridad no
impuesta por ella, si lo exige la conducta posterior del sancionado”, y por el otro,
“dictar una nueva medida de seguridad mientras se cumple la que haya dictado en
sustitución de ésta, o sin revocarla, si el asegurado presenta nuevos o diversos síntomas
de peligrosidad” (énfasis agregado).
175. Al exponer las normas arriba citadas, el Directorio Democrático Cubano no puede
dejar de manifestar su profunda indignación y preocupación de que los activistas de
derechos humanos; periodistas, bibliotecarios, y campesinos independientes,
conjuntamente con los opositores pacíficos al régimen sean encarcelados masiva y
sistemáticamente --todos los días durante 48 años-- bajo la aplicación del estado de
peligrosidad. La comunidad internacional, y en especial las organizaciones de derechos
humanos han condenado estas normas, hasta el cansancio, con el resultado de una
absoluta indiferencia e impunidad del Gobierno cubano.
176. En este sentido, la organización Human Rights Watch ha señalado que, “la
amplitud de la disposición sobre el estado peligroso permite que las autoridades cubanas
la empleen con fines politizados o discriminatorios. (…)El carácter abierto de este tipo
de sanción implica que el Estado cuente con poder extraordinario para abusar de los
derechos de los opositores políticos y las personas con problemas de desarrollo
mental”.165
164
Artículo 89 del Código Penal de Cuba.
165
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 49 y 50.
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efectivamente, haberlo cometido. El derecho penal debe sancionar los delitos o acaso su
tentativa frustrada, pero nunca las actitudes o presunciones de ellas. La peligrosidad es
un concepto subjetivo de quien la valora y su imprecisión constituye un factor de
inseguridad jurídica para la población. La imprecisión de estos tipos penales afecta la
situación jurídica de los inculpados en múltiples aspectos: el tribunal del conocimiento,
las características del procedimiento, el tipo del delito y la sanción aplicable. La
calificación de los hechos como índice de peligrosidad es conocido por un tribunal
dependiente del poder político, juzga a los inculpados bajo un procedimiento sumario,
con reducción de garantías, y se les puede aplicar una pena de hasta cuatro años de
privación de libertad sobre la base de una figura delictiva que es subjetiva e imprecisa.
El conjunto de estas figuras penales de carácter represivo ha tenido un costo humano muy
elevado en Cuba. Durante años el régimen cubano ha utilizado la subjetividad,
imprecisión y ambigüedad de estas normas del Código Penal para silenciar todo intento
de la oposición pacífica de ejercer los derechos a la libertad de expresión, asociación y
reunión.166
180. Sin embargo, esta noción es ampliamente criticada por el derecho penal
contemporáneo, en tanto y en cuanto, el concepto de peligrosidad, elaborado en el ámbito
de las medidas de prevención, se basa en consideraciones indicativas de un modo de ser
del individuo, y extrañas a cualquier criterio de averiguación probatoria de un hecho. El
juicio no es todavía sobre el hecho, sino sobre el sujeto, así como éste viene revelado por
la descripción, en la imputación, por la modalidad del delito, que evidencian la
personalidad en sede de peligrosidad.168
166
CIDH, Informe Anual 2000, op.cit., párrafos 43, 44, y 46.
167
Odone Sanguiné, Prisión Provisional y Derechos Fundamentales, Doctor en Derecho, Profesor Adjunto de la UFRGS, Brasil,
Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, España 2003, página 306.
168
Véase Ferraioli, Marzia: Il riesame dei provvedimenti sulla libertá personale, Guiffre, Milán, 1989, pp. 345-347.
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182. Los autores también coinciden en señalar que “la noción de peligrosidad ha
desempeñado una importante función ideológica. De un lado, fundada en su posibilidad
de explicitación legal en categorías de sujetos peligrosos, justifica el orden sociopolítico
imperante, pues al delimitar ‘personalidades peligrosas’ acepta y proyecta la existencia
de un tipo universalmente válido de personalidad sana, ‘no peligrosa’, conjuntamente
con la ‘normalidad’ de sus componentes (costumbres, actitudes, creencias, etc.); de otro,
a través de su apariencia de concepto científico, justifica racional y emocionalmente un
mecanismo de control social paralelo a la pena, las medidas de seguridad, pero sin las
garantías propias de la primera, lo cual hace que las posibilidades de intervención sobre
el individuo sean todavía mayores.171
184. De esta manera, mientras la criminología aparece como ciencia para una práctica
disciplinaria, “la noción de peligrosidad funciona como un recurso cómodo para
legitimar maneras variables de poder social, siempre con la intención de extender y
reforzar el poder sobre ciertas categorías de individuos presentados como diferentes, que
169
Véase Baratta, Alessandro y Silbernagl, Michael: La legislazione del emergenza, p. 557; Bricola, Franco: Politica Criminale,
p.248.
170
Cafferata Nores, José I, Puntos para Insistir en Materia de Eximente de Prisión y Excarcelación (Jornadas de la Sociedad
Panamericana de Criminología), coord. Por Ricardo Levene (h.) desalma, Buenos Aires, 1986, pp. 8-10.
171
Sotomayor, Acosta, Juan Oberto, Crítica a la Peligrosidad como Fundamento y Medida de la Reacción Penal Frente al
Inimputable, en Nuevo Foro Penal, Nº 48, abril-mayo-junio, 1990, Temis, Bogotá, Colombia, p. 209.
172
Verde Alfredo, Pericolosita e Trattamento in Criminología. Note in Margine alle VIII Giornate Internazionali di Criminología
Comparata (Genova, 25-27, Maggio 1981), en La Questione Criminale, Nº 3, año VII, septiembre-diciembre, Bolonia, 1981, p. 505.
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escapan a la acción del derecho penal: los vagabundos, los dementes y los menores”.173
En consecuencia, el juicio de peligrosidad es el resultado de una proyección vinculada a
casos “que suscitan la reacción o descarga emocional, primitiva, de un grupo o del
poder frente a un sentimiento de amenaza y de peligro, expresando así su temor, su
inquietud moral, para hacer pasar más sencillamente el mensaje y que ha cumplido un
papel de instrumento exclusivo al servicio del poder”.174
185. En síntesis, coinciden en señalar los publicistas que “el individuo clasificado
como peligroso no puede suministrar la prueba de buena conducta dentro de los muros
del establecimiento penitenciario o psiquiátrico, mientras que el juicio de peligrosidad
proyectado hacia el futuro puede predicarse indefinidamente (…). En definitiva, el juicio
de pronóstico adolece de una alta dosis de irracionalidad y, por ello, afecta la seguridad
jurídica, la presunción de inocencia y el debido proceso. La falta de protección procesal
derivada de la condición de enfermo mental, implica discriminación y vulnera el
principio de igualdad. En conclusión, la peligrosidad es una noción no susceptible de
concreción científica y de control de la intervención estatal, y, por lo tanto, debería ser
suprimida por afectar la seguridad jurídica”.175
186. De acuerdo a lo señalado por los distintos autores y expertos en derecho penal y
criminología, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el régimen cubano desde
sus inicios utilizó el concepto de peligrosidad como un instrumento de control social
contra todo aquel que se opusiera al sistema político impuesto --a la fuerza-- desde la
cúpula en el poder, y que además, sirvió como un mecanismo disuasivo para evitar
cualquier tipo de levantamiento o insubordinación de la población --que desde el primer
momento percibió las señales de autoritarismo-- contra los objetivos de dicho régimen
“de construir el socialismo y el comunismo” por encima de los derechos fundamentales
del pueblo cubano.
173
De Connick, G., La Notion de dangerosité a-t-elle encore un sens? (A propos du colloque internacional organisé par lécole de
criminologie a loccasion du cinquantieme aniversaire de sa fondation. Louvain-la-Neuve, 22-25 mai 1979), en Revue de Droit Pénal
et de Criminologie, vol. 59, Nº 12, diciembre, 1979, pp. 977.
174
Idem.
175
Odone Sanguiné, Prisión Provisional y Derechos Fundamentales, op.cit., página 323.
74
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189. Otra de las normas consagradas en el Código Penal que es aplicada de forma
sistemática el régimen en el poder para reprimir a la oposición pacífica en Cuba es el
delito de “Rebelión”. Esta sanción penal está conformada por dos artículos, formando
parte de los delitos contra la seguridad interior del Estado y está ubicado en la sección
primera del Capítulo II del Código Penal. Según el artículo 98(1), “[i]ncurre en sanción
de privación de libertad de diez a veinte años o muerte el que se alce en armas para
conseguir por la fuerza alguno de los fines siguientes: a) impedir en todo o en parte,
aunque sea temporalmente, a los órganos superiores del Estado y del Gobierno, el
ejercicio de sus funciones; b) cambiar el régimen económico, político y social del Estado
socialista; c) cambiar, total o parcialmente, la Constitución o la forma de Gobierno por
ella establecida”. El inciso 2 del mismo artículo dispone que “[e]n igual sanción
incurre el que realice cualquier hecho dirigido a promover el alzamiento armado, de
producirse éste; caso contrario, la sanción es de privación de libertad de cuatro a diez
años”. El artículo 99, por su parte, establece que “[e]l que ejecute cualquier otro hecho
encaminado, directa o indirectamente, a lograr por medio de la violencia u otro medio
ilícito, alguno de los fines señalados en el artículo anterior, incurre en sanción de
privación de libertad de siete a quince años, siempre que el hecho no constituye un delito
de mayor entidad”.
176
Corte I.D.H., Caso Juan Humberto Sánchez vs. Honduras, párrafos 86 y 78; Caso Bulacio vs. Argentina, párrafos 124 y 125.
177
La Corte Interamericana de Derechos Humanos también ha señalado que, “[e]n la elaboración de los tipos penales se debe tener
presente el principio de legalidad penal, es decir, una clara definición de la conducta incriminada, que fije sus elementos y permita
deslindarla de comportamientos no punibles o conductas ilícitas sancionables con medidas no penales. La ambigüedad en la
formulación de los tipos penales genera dudas y abre el campo al arbitrio de la autoridad, particularmente indeseable cuando se
trata de establecer la responsabilidad penal de los individuos y sancionarla con penas que afectan severamente bienes fundamentales,
como la vida o la libertad”. Corte I.D.H., Caso Castillo Petruzzi y Otros vs. Perú, párrafo 121; y Caso Cantoral Benavides vs. Perú,
párrafo 157.
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178
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 44 y 45.
179
Sentencia del caso 1/94, ante la Sala de los Delitos Contra la Seguridad del Estado, 17 de octubre de 1994. El tribunal estaba
integrado por las jueces Teresa Delgado Calvo, Miriam Dávila Fuente y Annia Horta Rubio. La fiscal del caso era Edelmira Pedris
Yumar. El Gobierno cubano condenó a otros seis acusados en este caso a penas menores y los puso en libertad tras el cumplimiento
de las mismas. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 45, nota 69.
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en libertad a Nelson Facundo Mujíca Pérez, Dionisio Rolando Miranda Iglesias, Juan
Miguel Pérez Ruisánchez y José Enrique Gonzáles obtuvieron la libertad condicional en
1998”.180
193. La Sección Quinta correspondiente al Libro II, Título I, contiene otro de los
delitos contra la seguridad exterior del Estado con los cuales el Estado reprime a la
oposición pacífica: la “Revelación de Secretos Concernientes a la Seguridad del
Estado”. Según el artículo 95(1) “[e]l que, fuera de lo previsto en el artículo 97, revele
secretos políticos, militares, económicos, científicos, técnicos o de cualquier naturaleza,
concernientes a la seguridad del Estado, incurre en sanción de privación de libertad de
cuatro a diez años”. El segundo inciso de ese artículo establece que la pena privativa de
la libertad se eleve de ocho a quince años cuando “el secreto revelado lo poseía el
culpable por razón de su cargo”. Igualmente, “si el culpable llegó a conocer el secreto
subrepticiamente o por cualquier otro medio ilegítimo” o “si, a causa del hecho, se
producen consecuencias graves”. Mediante el tercer inciso se impone igual castigo al
“que procure y obtenga la revelación del secreto”. Asimismo, el artículo 96 impone una
pena de cárcel de uno a cuatro años al “imprudente” que dio a conocer algunos de los
secretos concernientes a la seguridad del Estado.
195. La organización Human Rights Watch también ha comentado este artículo del
Código Penal señalando que “Cuba define este delito en términos elásticos y demasiado
amplios que cubren muchos tipos de expresiones” y que “obtuvo dos sentencias
judiciales de dos cubanos actualmente encarcelados por el delito de revelar secretos de
Estado. El Gobierno basó ambos juicios en una lógica enrevesada: el Gobierno alegó
que, al descubrir a infiltrados en sus propias organizaciones no violentas, los acusados
obstruyeron el funcionamiento de la maquinaria de represión interna en Cuba”.
180
Idem., página 46.
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informe, Álvarez López seguía en una prisión cubana. El Gobierno de Cuba sólo puso en
libertad a los tres activistas cuando llevaban varios años de condena cumplidos y a
condición de que se fueran inmediatamente al exilio. Arias Iglesias dijo a Human Rights
Watch que, antes de su detención, ella y otros activistas habían identificado a tres
infiltrados del Gobierno en sus organizaciones, Héctor Castañeda, Fausto Adolfo Martí
y José Antonio Fornaris”.181 HRW citó la sentencia condenatoria del caso arriba citado,
la cual declaraba que,
estos hechos afectaron la actividad de enfrentamiento que llevan a cabo los órganos de
la Seguridad del Estado contra los grupúsculos que aspiran a destruir la Revolución,
asimismo que con ello se puso en peligro permanente la vida y la integridad física de
valiosos compañeros revolucionarios que brindan sus servicios a la Patria.182
198. Cabe señalar que, en virtud de las condiciones severas y degradantes de las
prisiones cubanas, el preso de conciencia Francisco Pastor Chaviano González se
encuentra muy delicado de salud. Debido a esta situación el Directorio Democrático
Cubano se vio obligado a solicitarle a la CIDH que ordene al Gobierno cubano la
adopción de medidas cautelares para proteger la vida e integridad personal de Chaviano
González, de conformidad con el artículo 25 del Reglamento de esa organización
181
Entrevista de Human Rights Watch con Carmen Julia Arias Iglesias, 10 de abril de 1997. En Human Rights Watch, La
Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 46.
182
Sentencia Nº 370, Caso 323/92, en el Tribunal Militar Guarnición Ministerio del Interior, 3 de agosto de 1992. El tribunal estaba
presidido por el Capitán de Justicia Homero Acosta Álvarez e integrado por los Jueces Mayor Nancy Gonzáles Gutiérrez y Mayor
Mario Pérez Álvarez. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 47.
183
Sentencia Nº 420, Caso 123 de 1995, Tribunal Militar Guarnición del Ministerio del Interior, 21 de abril de 1995. En Human
Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 47 y 48. Dicha organización también citó los casos de Alberto
Manuel Boza Vásquez quien fue condenado por el mismo delito a 12 años de prisión, mientras que Juan Carlos Gonzáles Vásquez
recibió una condena de ocho años. El tribunal también condenó a un funcionario del Ministerio del Interior, Augusto César San
Martín Albistur, a 7 años de cárcel. Las autoridades penitenciarias pusieron en libertad a varios otros activistas cuando cumplieron sus
condenas. Abel del Valle Díaz cumplió una condena de tres años en un correccional y tanto Pedro Miguel Labrador Gilimas como
Ernesto Aguilera Verde cumplieron condenas de dos años.
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199. En el Capítulo II del Código Penal, como parte de los delitos contra la seguridad
del Estado, también se encuentra otra sanción tipificada y aplicada por el grupo en el
poder, denominada “Sabotaje”. Según la organización de derechos humanos, Human
Rights Watch, “[l]os tribunales cubanos han procesado a disidentes no violentos por
medio de esta disposición”.186
200. El artículo 104(1) que tipifica el Sabotaje, establece que una persona puede ir a la
cárcel entre dos y diez años, si, con el propósito de impedir su funcionamiento,
“destruye, altere, dañe o perjudique en cualquier forma los medios, recursos,
edificaciones, instalaciones o unidades socio-económicas o militares siguientes: a)
fuentes energéticas, obras hidráulicas, servicios de transporte terrestre, de
comunicaciones y de difusión; b) talleres, frigoríficos, depósitos, almacenes, u otras
instalaciones destinadas a guardar bienes de uso o consumo; c) centros de enseñanza,
edificaciones públicas, comercios, albergues o locales de organizaciones
administrativas, políticas, de masas, sociales o recreativas; ch) centros industriales o
agropecuarios, cosechas, bosques, pastos o ganado; d) instalaciones portuarias o de
aeronavegación, naves o aeronaves; e) centros de investigación, cría o desarrollo de
especies animales; f) campamentos, depósitos, armamentos, construcciones o
dependencias militares en general”. Seguidamente, el segundo apartado de esa norma
dispone que igual sanción obtiene quien “dañe o destruya bienes de uso o consumo
depositados en almacenes”. El artículo 105, por su parte, otorga al Estado la facultad de
enviar a una persona al paredón de fusilamiento, o encarcelarlo con penas que oscilan
entre 10 y 20 años, si durante los hechos arriba citados se ocasionan lesiones graves o la
muerte de alguna persona; se utiliza fuego, sustancias, materiales o instrumentos
inflamables, explosivos u otros medios capaces de producir graves daños o perjuicios; o
se pone en peligro la seguridad colectiva.
201. Aún cuando esta norma es más específica y detallada, por ejemplo, de lo que
constituye para el Estado el delito de “rebelión”, no deja de ser preocupante que la
Policía Revolucionaria y los tribunales de justicia dependientes del poder político
califiquen algún hecho o acción de la oposición pacífica al régimen y concluyan que,
efectivamente, se ha “perjudic[ado] en cualquier forma” algunas de las “unidades socio-
184
CIDH, OEA, Referencia: Francisco Pastor Chaviano Gonzáles, MC-19-07, Cuba, 28 de febrero de 2007, firmado Santiago Canton,
Secretario Ejecutivo.
185
Idem.
186
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 48.
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202. Otro de los delitos utilizados por el aparato represivo cubano, y que se encuentra
ubicado en el Título IV del Código Penal (Delitos contra el Orden Público), es el delito
de “Abuso de la Libertad de Cultos”, tipificado en el Capítulo VI, artículo 206 de dicho
instrumento. La norma aludida castiga con penas privativas de la libertad que oscilan
entre tres meses y un año a quien “abusando de la libertad de cultos garantizada por la
Constitución, oponga la creencia religiosa a los objetivos de la educación, o al deber de
trabajar, de defender la Patria con las armas, de reverenciar sus símbolos o a
cualesquiera otros establecidos en la Constitución”. La organización Human Rights
Watch ha señalado con respecto a este artículo del Código Penal que “[e]sta disposición,
definida como un delito contra el orden público, permite que el Estado penalice toda una
serie de actividades religiosas que no suponen una amenaza para el orden público”.187
203. La norma arriba citada es una prueba fehaciente de lo estipulado por el Estado en
el artículo 62 de la Constitución de Cuba. Así, mientras el artículo 55 de la Constitución
dispone que el Estado “reconoce, respeta y garantiza la libertad de conciencia y de
religión” y garantiza la libertad de culto; el artículo 62, por otra parte, señala que
“[n]inguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida (…) contra
la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de
construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible”.
Una vez más, se ubica al Estado socialista por encima de los derechos fundamentales de
la persona, con el agravante que si un individuo intenta ejercer su libertad de culto puede
terminar encarcelado en virtud del artículo 206 del Código Penal.
187
Idem., página 53.
188
Artículo 147 del Código Penal de Cuba.
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206. Los Capítulos VII y VIII del Código Penal contienen disposiciones que sancionan
con pena de cárcel a aquellos que intentan ejercer pacíficamente sus derechos de
asociación, reunión y manifestación. El artículo 207 tipifica el delito de “Asociación
para Delinquir”, y establece una pena de hasta tres años de cárcel si “en número de tres
o más personas, se asocien en una banda creada para cometer delitos, por el solo hecho
de asociarse incurren en sanción de privación de libertad…”. Si para el régimen que
está en el poder, hacer un dibujo de Fidel Castro o escribir algún documento crítico de la
política gubernamental es un delito, entonces esa persona iría presa con otras, si son
encontradas en conjunto haciendo lo mismo, ya que el Estado cubano interpretaría que
están “asociados” para delinquir.
207. El apartado segundo del artículo arriba citado es aún más subjetivo y ambiguo, ya
que se puede encarcelar a una persona hasta un año “si el único fin de la banda es el de
provocar desórdenes (…) o otros actos antisociales”. El carácter excesivamente amplio
de esta norma, que no requiere de una acción delictiva, ha facilitado en el curso de la
revolución cubana a su aplicación políticamente discriminatoria contra los opositores
pacíficos.189
189
Véase, HRW, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 54.
190
El artículo 53 de la Constitución del 76, es exactamente igual al artículo 54 de la Constitución vigente
promulgada en el 2002. Según ese artículo, “[l]os derechos de reunión, manifestación y asociación son ejercidos por los
trabajadores, manuales e intelectuales, los campesinos, las mujeres, los estudiantes y demás sectores del pueblo trabajador, para lo
cual disponen de los medios necesarios a tales fines. Las organizaciones de masas y sociales disponen de todas las facilidades para
el desenvolvimiento de dichas actividades en las que sus miembros gozan de la más amplia libertad de palabra y opinión, basadas en
el derecho irrestricto a la iniciativa y a la crítica”. De nuevo, esta libertad --de acuerdo al artículo 62-- de la misma
Constitución no puede ser ejercida contra la construcción del socialismo y comunismo. La infracción de
este principio es punible, tal como lo dispone el artículo 208 y 209 del instrumento antes citado.
191
Domingo Jorge Delgado, Legalidad y Derechos Humanos, op.cit., página 103.
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210. El análisis del profesor cubano arriba citado es correcto. La CIDH ha analizado
ampliamente en sus informes la vulneración del Estado cubano del derecho de
asociación, incluso, citando a otras organizaciones de derechos humanos y expertos en el
tema. Así, la CIDH en su Informe Anual 2000, manifestó que:
192
CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 28.
193
Idem., párrafo 29.
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212. Siguiendo con el aparato legal represivo cubano, el mismo que le ha permitido
permanecer en el poder por 48 años, está el Capítulo XI, Sección Primera y Segunda del
Código Penal que disponen los delitos destinados a castigar la “Entrada y Salida Ilegal
del Territorio Nacional”.
213. El artículo 215 del Código Penal puede enviar a una persona a la cárcel --hasta
por tres años-- si ingresa a Cuba “sin cumplir las formalidades legales o las
disposiciones inmigratorias”. La única excepción a esta sanción es cuando una persona
ingresa al país buscando asilo. Por su parte, mediante el artículo 216 una persona
también puede terminar en las prisiones cubanas hasta por tres años, si realiza “actos
tendientes a salir del territorio nacional”. La pena se podría elevar a ocho años, si para
lograr el cometido de salir de Cuba “se emplea violencia o intimidación en las personas
o fuerza en las cosas”. El artículo 217 del Código Penal sanciona también a quien
“organice, promueva o incite la salida ilegal de personas del territorio nacional, incurre
en sanción de privación de libertad de dos a cinco años” y el segundo inciso del mismo
artículo, establece que una persona puede terminar presa en Cuba hasta por tres años si
“prest[a] ayuda material, ofrec[e] información o facilit[a] de cualquier modo la salida
ilegal de personas”.
214. Aún cuando en teoría el Código Penal castiga a una persona con pena de cárcel si
intenta salir ilegalmente de Cuba, lo cierto es que, en la práctica, esta situación ha
causado miles de pérdidas en vidas humanas a los cubanos que han intentado esa hazaña.
Por un lado, están los cubanos que a pesar de esta legislación intentan la odisea de
lanzarse al mar y mueren ahogados en el intento, y por la otra, está el carácter represivo
del régimen en el poder que --durante su historia-- ha ejecutado --en el acto-- a muchas
personas que lo intentaron, o simplemente hundía con sus patrulleras a las viejas
embarcaciones que se lanzaban al mar, y por último, también se han dado situaciones en
que estas personas terminaban en el paredón de fusilamiento.
194
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, 56º período de sesiones, Cuestión de la
Violación de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales en cualquier parte del Mundo, Situación de los Derechos
Humanos en Cuba, E/CN.4/RES/2000/25, 18 de abril de 2000, en CIDH, Capítulo IV, Informe Anual 2000, op.cit., párrafo 29.
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siendo identificados dos de ellos que eran Pedro Baraña de 35 años y Francisco Arcano
Galano de 21 años, cuyos cadáveres fueron encontrados flotando en las aguas de la
Bahía de Guantánamo”.195
217. Otro de los gravísimos casos ocurridos en Cuba, fue el hundimiento premeditado
e intencional del Barco Remolcador “13 de Marzo” ocurrida en la madrugada del 13 de
julio de 1994. En efecto, cuatro barcos pertenecientes al Estado cubano y equipados con
mangueras de agua embistieron un viejo barco remolcador que huía de Cuba con 72
personas a bordo. Los hechos ocurrieron a siete millas de distancia de las costas cubanas,
frente al puerto de la ciudad de La Habana. Las embarcaciones del Estado cubano
embistieron con sus respectivas proas al remolcador fugitivo con la intención de hundirlo,
al mismo tiempo que les lanzaban agua a presión a todas las personas que se encontraban
en la cubierta del mencionado barco, incluyendo mujeres y niños. La súplica de las
mujeres y niños para que el ataque cesara fue en vano, ya que la vieja embarcación
denominada "13 de Marzo" se hundió con un saldo de 41 muertos, de los cuales 10 eran
menores de edad; 31 personas sobrevivieron a los sucesos del 13 de julio de 1994. La
CIDH condenó al Estado cubano por esos hechos y declaró su responsabilidad
internacional por la violación del derecho a la vida de las víctimas.196
218. El último caso que desea citar el Directorio Democrático Cubano ocurrió en el
año 2003, cuando el Estado cubano ejecutó judicialmente sin la observancia de las
garantías mínimas al debido proceso a los ciudadanos cubanos Lorenzo Enrique Copello
Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García, y Jorge Luis Martínez Isaac, quienes intentaron
secuestrar un trasbordador para escapar de Cuba. .197
219. Estos tres casos demuestran el desprecio que tiene el grupo en el poder por la vida
humana, ya que es evidente que le causa una gran irritación que los cubanos que se
sienten presos en esa Isla intenten salir de la opresión y falta de libertades públicas al que
continúan siendo sometidos por casi medio siglo. Estos tres casos --al igual que el resto
de las vulneraciones del derecho a la vida perpetradas por el régimen en el poder-- se
mantienen en la más absoluta impunidad a pesar de las decisiones internacionales de la
CIDH que las condenan.
220. Otro de los delitos tipificados en el Código Penal de Cuba que vulneran
gravemente el derecho de residencia y tránsito está dispuesto en el artículo 42 del citado
instrumento. Según el primer inciso del artículo arriba citado, “[l]a sanción de destierro
consiste en la prohibición de residir en un lugar determinado o la obligación de
permanecer en una localidad determinada”. Por su parte, los incisos segundo y tercero
disponen que,
195
Véase CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.7, Doc.4, 7 de abril de 1967.
196
Véase CIDH, Informe Nº 47/96, Caso 11.436 (Víctimas del Barco Remolcador “13 de Marzo” vs. Cuba), 16 de octubre de 1996.
197
Véase CIDH, Informe Nº 68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
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El Presidente Castro apeló a los Comités para la Defensa de la Revolución (CDR), grupos
pro-gubernamentales que han participado en intimidaciones de opositores al Gobierno,
para que colaboraran con la policía recopilando información sobre residentes de La
Habana. El Presidente también mencionó los problemas de hacinamiento, exceso de
198
Es interesante observar cómo las autoridades Cubanas desde los primeros años de la revolución promulgaron normas subjetivas e
imprecisas justamente para otorgar un amplio margen de acción a las autoridades y así, cometer todo tipo de arbitrariedades y
violaciones de los derechos humanos bajo un manto de legalidad. En efecto, en un informe de la CIDH sobre Cuba del año 1962, se
señala que “Si bien es cierto que se ha informado a la Comisión que la Constitución de 1940, que había proscrito la pena de muerte
fue modificada para restablecer ese castigo (…) las quejas que la Comisión ha recibido son en el sentido de que tales preceptos
legales son de tal alcance y de tal imprecisión que ellos se han prestado a que se apliquen en forma arbitraria por apreciaciones
subjetivas y parciales de los funcionarios encargados de conocer los casos respectivos”. CIDH, Informe sobre la Situación de los
Derechos Humanos en la República de Cuba, OEA/Ser.L/V/II.4, Doc. 30, 1º de mayo de 1962, página 3.
199
Discurso Pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Granma Internet, 2 de abril de 1997, en Human Rights Watch,
La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 76 y 77.
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224. Tal como puede observarse, el aparato represivo cubano no ha tenido ni tiene
límites para lograr su cometido de “constr[uir] el socialismo y el comunismo” y
mantenerse en el poder, aún cuando para lograrlo requiera vulnerar los derechos
fundamentales del pueblo cubano, tal y como ha ocurrido durante los 48 años que se
mantiene en el poder. Además del carácter netamente represivo del Código Penal, éste,
evidentemente, no ha sido suficiente para el grupo en el poder.
225. A finales de 1996 y en marzo de 1999, el régimen promulgó dos normas con las
cuales --hasta la fecha de redacción del presente informe-- le han servido como
instrumento disuasivo y para violar de forma flagrante y sistemática el derecho a la
libertad de expresión de miles de personas en general, y la libertad de prensa de los
periodistas independientes en particular.
Durante los primeros nueve meses de 1997, el Gobierno cubano emprendió una campaña
nacional de demostraciones de apoyo a la ley mordaza. El Gobierno difundió un
documento para celebrar la ley, la Declaración de los Mambises del Siglo XX (en honor
de los que lucharon por la independencia de Cuba), entre las organizaciones de masas, las
escuelas, las universidades y los lugares de trabajo. En cada oficina o institución, se
esperaba que los trabajadores o estudiantes demostraran públicamente su apoyo a la
iniciativa. Se dijo que el Gobierno hostigó verbalmente a unos cuantos que se negaron a
200
Idem., páginas 77 y 78.
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228. El nivel de la represión cubana no tiene límites, al punto que el régimen amenaza
a los niños, conjuntamente con sus padres; y lo que es peor, cumple sus amenazas
arrestando al padre del niño que se niega a firmar la propaganda gubernamental. Esta es
una prueba adicional del tratamiento que ha otorgado la revolución cubana a los menores
de edad durante el lapso que permanece en el poder.
229. Tal como se ha señalado en marzo de 1999 entró en vigor la “Ley Nº 88 (Ley de
Protección de la Independencia Nacional y de la Economía)” que reglamentó la norma
antes citada. La Ley 88 establece, en su primera disposición,“tipificar y sancionar
aquellos hechos encaminados a apoyar, facilitar o colaborar con la Ley Helms-Burton,
el bloqueo, la guerra económica contra Cuba, la subversión y otras medidas similares
encaminadas a menoscabar, dañar o poner en peligro la independencia, soberanía e
integridad del Estado cubano. Son consideradas conductas delictivas el suministro,
búsqueda u obtención de información y la introducción en el país de materiales
subversivos, su reproducción o difusión. Igualmente, la colaboración directa o mediante
terceros con emisoras de radio o televisión, periódicos, revistas u otros medios de
difusión masiva a los fines señalados en la ley”. Esta norma contempla penas privativas
de la libertad de hasta 20 años para los responsables de esos hechos, así como para sus
cómplices.
201
Discurso Pronunciado por el dictador cubano, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el Acto de Entrega de la Declaración de los
Mambises del Siglo XX, Efectuado Ante el Monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución, 15 de marzo de 1997, Año del 30
Aniversario de la Caída en Combate del Guerrillero Heróico y sus Compañeros, Granma Internet, Año 2, Número 12, 2 de abril de
1997, en Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 75.
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Las penas más duras de la ley se reservan para el que “suministre….al Gobierno de
Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes o funcionarios,
información para facilitar los objetivos de la Ley Helms Burton…”. La ley también
establece condenas de siete a 20 años para el que “realice cualquier acto dirigido a
impedir o perjudicar las relaciones económicas del Estado cubano, o de entidades cuya
consecuencia sea la adopción por parte del Gobierno de Estados Unidos de medidas
contra inversores extranjeros en Cuba, incurren en las sanciones más largas de esta
disposición”.202
231. El amplio catálogo de normas expuesto en el presente capítulo del informe tiene,
todavía, un agravante. El régimen en el poder obliga a los ciudadanos cubanos a acusar a
las víctimas de violaciones de los derechos humanos. En otras palabras, las víctimas no
solamente tienen que enfrentarse diariamente al aparato estatal, sino que también, el
régimen obliga a los ciudadanos cubanos a cooperar con el mismo en las acciones
represivas contra opositores pacíficos, sindicalistas independientes, defensores de los
derechos humanos, campesinos, bibliotecarios, y periodistas independientes. El
ciudadano cubano que no cumple con el “Deber de Denunciar” tipificado en el artículo
161 del Código Penal puede ir a parar a la cárcel por el lapso de un año, si “con
conocimiento de que se ha cometido o se intenta cometer un delito, deja de denunciarlo a
las autoridades, tan pronto como pueda hacerlo”. Una persona también puede ser
encarcelada, si “con conocimiento de la participación de una persona en un hecho
delictivo, no la denuncia oportunamente a las autoridades”.
232. Human Rights Watch también ha analizado esta norma en relación a cómo es
aplicada por el régimen en el poder, señalando que “Cuba ha aplicado de manera
discriminatoria la disposición sobre el deber de denunciar actos delictivos contra
activistas independientes y opositores al Gobierno. Las leyes, que exigen al que sepa de
la comisión o del intento de cometer un delito que lo denuncie a las autoridades,
establecen una obligación para todos los cubanos de participar en la represión
gubernamental de los disidentes no violentos”.203
233. Al Código Penal --a todas luces represivo y obsoleto en materia de derecho penal
contemporáneo-- no le basta con castigar penalmente a una persona por el simple hecho
de querer ejercer pacíficamente sus derechos fundamentales, sino que también ordena
--de forma evidentemente arbitraria-- un seguimiento y vigilancia a las personas en
calidad de “sanciones accesorias”.204 En efecto, la Sección Novena del Código Penal,
artículo 45, establece que “[l]a sanción de sujeción a la vigilancia de los órganos y
organismos que integran las comisiones de prevención y atención social consiste en la
obligación del sancionado de cumplir las medidas que, a los efectos de la observación y
orientación de su conducta, establezcan aquellos. Su duración no puede ser por término
menor de seis meses ni mayor de cinco años”. Esta norma también dispone que la
sanción sea aplicable (…) “por la índole del delito cometido y las características
personales del sancionado”.
202
Idem., página 74.
203
Idem., página 56.
204
Capítulo IV del Código Penal.
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235. El hecho que la normas arriba citadas presuman que una persona es culpable, y
que por consiguiente, deba ser vigilada “por las características personales del
sancionado” y que su presencia en un determinado lugar pueda dar lugar a “una
inclinación para cometer nuevos delitos” y por tanto, el tribunal aludido pueda prohibirle
su presencia en dicho lugar, vulneran de forma flagrante los principios de legalidad y de
presunción de inocencia; ambos consagrados en instrumentos internacionales de derechos
humanos a los cuales el Gobierno está obligado a cumplir. Dichas normas violan per se
los principios antes citados; y por consiguiente, al mantenerlos vigentes en su legislación
penal, Cuba compromete su responsabilidad internacional en todos y cada uno de los
casos en que dichas normas son aplicadas.
205
Corte I.D.H., Caso Castillo Petruzzi y Otros vs. Perú, párrafo 121; y Corte I.D.H., Caso Cantoral Benavides vs. Perú, párrafo 157.
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238. Tal como ha quedado establecido al inicio de este informe, las autoridades
cubanas no solo impiden cualquier tipo de vigilancia nacional e internacional de su
sistema carcelario, y las condiciones de detención, sino que además, se niegan a divulgar
las estadísticas más básicas, tales como el número de presos.206
239. Esta situación, sin embargo, no ocurría antes que tuviera principio de ejecución la
revolución cubana el 1º de enero de 1959. Según la Comisión Cubana de Derechos
Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), en 1958 reinaba el más amplio acceso
al sistema carcelario cubano no solo para los familiares de los reclusos, sino también para
los abogados, religiosos, periodistas, amigos y representantes de las más diversas
instituciones de la sociedad civil. La organización antes citada señala que “durante todo
el período republicano Cuba tenía uno de los índices comparativamente más bajos de
criminalidad y población penal en toda América Latina. En 1958 existían catorce
prisiones y cárceles, de las cuales solamente una podía calificarse de alta seguridad y
máximo rigor: la Modelo de Isla de Pinos. Según informes aportados por Jesús Yánez
Pelletier, quien fuera Teniente del Ejército y supervisor militar de la Prisión de Boniato,
a principios de 1956 la población penal de Cuba no llegaba a los 4.000 reclusos, es
decir, alrededor del 0.06% del total de habitantes. Resulta obvio que todos los cubanos
encarcelados en esa fecha podían ser alojados holgadamente en la prisión habanera
Combinado del Este”.207
240. Asimismo, en 1958 existía solamente una prisión de alta seguridad y mayor rigor
y otras trece cárceles de menor rigor, en oposición a las 57 prisiones de alta seguridad y
mayor rigor que existen en la actualidad, sin contar los centros de detención, las prisiones
de menor severidad y los campos de trabajo forzado.208 Antes de iniciarse la revolución
cubana existía una sola prisión de mujeres para todo el país ubicada en Guanajay, que a
principios de 1956, según datos de Yánez Pelletier, alojaba entre 150 y 300 reclusas. En
la actualidad existen por lo menos una decena de prisiones y centros de internamiento
para mujeres, sin contar otra decena de centros análogos para jóvenes mujeres acusadas
de prostitución pero internadas bajo términos del Título XI del Código Penal que define
“El estado peligroso y las medidas de seguridad”, comúnmente llamado peligrosidad.
206
Se ha informado, sin embargo, que la Dirección de Establecimientos Penitenciarios de Cuba mantiene un sistema centralizado e
informatizado que podría ofrecer información inmediata y detallada sobre todos los detenidos en las prisiones cubanas. El Gobierno
también ha declarado que mantiene expedientes en cada una de las prisiones que se actualizan periódicamente con la situación legal y
médica de los reclusos. Al parecer, los funcionarios de prisiones y los fiscales examinan cada uno de estos expedientes cuando
realizan inspecciones en las prisiones. Varios antiguos presos entrevistados por Human Rights Watch declararon que los funcionarios
de prisiones les habían dicho que no podían ponerlos en libertad hasta que hubieran recibido confirmación por computadora de La
Habana. En La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 99.
207
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional: Informe sobre las prisiones en Cuba, La Habana, 11 de mayo
de 2004, página 2.
208
Idem.
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242. El tratamiento otorgado a los menores de edad por la revolución cubana a partir
de sus primeros años --a diferencia de lo que ocurría antes de la llegada de dicho régimen
al poder-- ha quedado registrada en los primeros informes de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos. Así, como anexo al Informe sobre la Situación de los Derechos
Humanos en Cuba emitido por dicha organización en abril de 1967, se encuentra una
carta dirigida por el entonces Presidente de la CIDH, Dr. Manuel Bianchi al entonces
Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Dr. Raúl Roa García, en donde señala que
“[s]e ha informado a la Comisión sobre casos de menores que han sido condenados por
los tribunales cubanos, sin consideración alguna a la edad de aquellos y a su inmadurez
física y mental. La Comisión ha sido informada también de que en algunos casos se ha
llegado a aplicar la pena de muerte por fusilamiento, como en la causa celebrada contra
los menores de 16 años Rubén Acosta y Justo García, quienes fueron juzgados en
Calimete, provincia de Matanzas, el 12 de abril de 1964, bajo la acusación de sabotaje
contra plantaciones de caña de azúcar”.212
209
Código Penal, Ley Nº 62, Título XI, en Comisión Cubana de Derechos Humanos, op.cit., página 2.
210
Esta información es corroborada también por la organización Human Rights Watch que señala que el sistema penitenciario cubano
cuenta con uno de los índices más altos de presos per cápita de Latinoamérica y el Caribe. En La Maquinaria Represiva de Cuba,
op.cit., páginas 98 y 99.
211
Idem
212
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.17, Doc.4 (español), 7 de abril de 1967,
Anexo I.
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244. Más adelante la CIDH señaló que “[d]e ser exactas las denuncias mencionadas,
las autoridades del Gobierno de Cuba estarían violando los Artículos XVI y XVII de la
Carta Interamericana de Garantías Sociales, suscrita en 1948 por el Gobierno de
Vuestra Excelencia, los cuales disponen que ‘los menores de 14 años y los que habiendo
cumplido esa edad sigan sometidos a la enseñanza obligatoria en virtud de la legislación
nacional, no podrán ser ocupados en ninguna clase de trabajo’ y que ‘es prohibido el
trabajo nocturno y en labores insalubres o peligrosas a los menores de 18 años’. Por
otra parte, cabe señalar que el Artículo 66 de la propia Ley Fundamental de la
República de Cuba expresamente prohíbe el trabajo a los menores de 14 años. En las
comunicaciones dirigidas a la Comisión se denuncia que el Gobierno de Cuba ha
dispuesto la revisión de sentencias judiciales ya ejecutoriadas respecto de las cuales se
encontraban los reos cumpliendo penas carcelarias. Se ha informado a la Comisión que
la pena impuesta en estos nuevos juicios empeora la situación de los acusados, en lugar
de beneficiarla. También se alega ante la Comisión que en estos nuevos juicios no se
ofrece al acusado las garantías mínimas procesales, y que se atemoriza a los abogados
que acuden a defender a los enjuiciados. Por ejemplo, la Comisión ha sido informada de
que en la revisión de las causas de los ciudadanos cubanos Ignacio Fonseca Rodríguez,
Celso Modesto Torres González, Pitágoras Cisneros Cambra, Arnaldo Jiménez y
Marcelino Vidal, quienes venían cumpliendo pena carcelaria desde 1959 en virtud de
sentencia impuesta en ese año, han sido condenados en nuevo juicio a la pena de muerte
por fusilamiento”.214
245. Las diferencias en el trato a menores de edad aquí establecidas tanto antes como
después de la revolución cubana no son las únicas. La Comisión Cubana de Derechos
Humanos y Reconciliación Nacional efectúa en su informe todo un análisis sobre las
características de las prisiones de alta seguridad o mayor rigor que existen en la
actualidad, conjuntamente con otros centros de detención, y establece, asimismo, una
213
Idem.
214
Idem.
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246. Así, la organización antes citada señala que las prisiones de alta seguridad o
mayor rigor constituyen la columna vertebral del sistema penitenciario cubano y son las
componentes que le caracterizan debido a su relativa estabilidad toda vez que los
correccionales, asentamientos y otros centros análogos de internamiento están sujetos a
cambios constantes ya sea por cierres, fusiones o aperturas de nuevos alojamientos o
facilidades para que los reclusos trabajen en actividades agropecuarias, de la construcción
u otras faenas.
249. Es importante destacar, sin embargo, que para la década de los 70 ya existía en
cada una de las seis provincias de Cuba una cárcel de máxima seguridad (a) La Habana:
Combinado del Este; (b) Pinar del Río: Cinco y Medio; (c) Matanzas: San Severino; (d)
Las Villas: Santa Clara; (e) Camagüey: Kilo Siete y (f) Oriente: Boniato. Asimismo, el
régimen había construido “granjas” rodeadas por alambres de púas y guardias armados,
y “frentes abiertos”, es decir, lugares de trabajo en el campo o la ciudad donde la
seguridad es mínima. Para esa época ya existen 23 cárceles y por lo menos 56
“granjas”. En el curso de esos años, si el preso aceptaba trabajar en el “plan
progresivo" se le remuneraba al igual que a otros trabajadores, pero se le descontaba de
su salario 30 pesos al mes para cubrir el costo de su manutención, para ayudar a su
familia y para satisfacer las responsabilidades civiles declaradas en la sentencia.217
215
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, op.cit., página 3.
216
Idem.
217
Véase CIDH, Sexto Informe sobre la Situación de los Presos Políticos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.48, doc.7, 14 de diciembre de
1979, páginas 22 y 23.
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b) si se impone un término mayor de nueve meses sin exceder los seis años, se
cumple en establecimiento penitenciario de régimen de menor severidad;
251. Los presos en máxima seguridad, teóricamente, pueden recibir visitas cada mes,
los de menor severidad cada 21 días y los de mínima seguridad pueden ir a sus casas por
48 o 72 horas cada 45 días. En la práctica, sin embargo, está probado que el régimen
castiga a los presos políticos alargando el periodo entre visitas familiares o
prohibiéndolas e incluso trasladando a los detenidos a lugares distantes de sus lugares de
residencia a fin de dificultar o impedir esas visitas. Igualmente, el régimen cubano
incumple de forma reiterada, en numerosos casos, con otorgar la libertad condicional
establecida en el artículo 58 del Código Penal. Según dicho código, el sancionado tiene
ese derecho si ha cumplido por lo menos la mitad del término de su sanción, o si el
sancionado tenía menos de 20 años de edad al comenzar a cumplir su sanción. También
puede concederse después del cumplimiento de la tercera parte de la sanción. En casos
extraordinarios el Ministro de Justicia tiene la facultad de proponer, en cualquier
momento, a las Salas correspondientes del Tribunal supremo Popular, que éstas otorguen
la libertad condicional.
252. En 1978, ya el régimen --en el poder-- había encarcelado a 4.500 presos políticos,
entre los cuales estaban los “plantados” conformados por los que no aceptaban el
adoctrinamiento político denominado “plan progresivo”. Estos presos políticos fueron
los que generalmente sufrían el peor tratamiento penitenciario y quienes recibían las
penas privativas de la libertad más altas, ya que generalmente en muchos casos eran re-
condenados al cumplimiento de sus sentencias por no aceptar dicho plan.
218
Idem.
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254. En cuanto a las condiciones carcelarias, señala dicha organización que “pudieran
escribirse centenares de páginas con referencia a las condiciones de internamiento
carcelario en Cuba. Pero en pocas palabras, puede decirse que la mayoría de los
reclusos languidecen bajo circunstancias infrahumanas debido a las pésimas
condiciones higiénico-sanitarias, no tienen acceso a agua verdaderamente potable, la
alimentación es insuficiente y se ofrece sin la higiene apropiada, la atención médica y
estomatológica es muy pobre e inquietante la carencia de medicinas, los prisioneros
están expuestos a toda clase de plagas de insectos y ratas, no reciben ropas de cama,
toallas, medios de limpieza ni productos desinfectantes, muchas veces sufren de
hacinamiento y generalmente duermen sobre colchonetas rústicas que son rellenadas con
desperdicios”.220
255. Tal como hemos expuesto en los capítulos anteriores del presente informe, la
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional confirma lo señalado
en cuanto a la apariencia que pretenden dar las autoridades cubanas ante la comunidad
internacional con respecto al cumplimiento de las normas mínimas internacionales para el
tratamiento de los reclusos: “Altos dignatarios civiles y militares del Gobierno de Cuba
han proclamado que éste respeta todas las Reglas Mínimas de la ONU para el
Tratamiento a Reclusos. Los activistas de derechos civiles decimos que tales Reglas no
son respetadas a cabalidad, sin olvidar que las mismas fueron establecidas hace
alrededor de medio siglo y luego se han adoptado otras normativas en materia penal. La
única manera de saber de qué lado está la verdad es que el Gobierno de Cuba permita el
acceso a nuestro país de la Cruz Roja Internacional, de expertos de la ONU y de otras
organizaciones internacionales especializadas para que visiten las prisiones y
entrevisten libremente a los prisioneros”.221
256. Tal como ha quedado acreditado en el presente informe, antes que tuviese
principio de ejecución la revolución cubana había pleno acceso al sistema carcelario.
219
Idem.
220
Idem.
221
Idem.
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222
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 100.
223
Idem., página 101.
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260. Existen cientos de testimonios tanto de ex presos políticos que lograron sobrevivir
las condiciones carcelarias en Cuba, como de sus familiares, y actuales presos políticos
que con grave riesgo para sus integridades personales, pudieron sacar de las cárceles
testimonios manuscritos donde no sólo describen las condiciones infrahumanas en que
sobreviven diariamente, sino que también describen la forma en que se llevaron a cabo
los arrestos políticos. Igualmente, son extremadamente valiosos los informes preparados
hasta la fecha no solo por los organismos internacionales de derechos humanos a nivel
regional y universal, sino también, las investigaciones efectuadas por ONG’s de derechos
humanos calificadas.
261. Dentro de ese contexto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que la
represión ordenada, organizada y ejecutada desde las más altas esferas del poder en Cuba
contra toda forma de oposición al sistema político imperante ha tenido
--y sigue teniendo-- a lo largo de los años diferentes ciclos caracterizados por mayor o
menor intensidad de acciones represivas, dependiendo de cuan “amenazado” se siente el
régimen en el poder. La primera fase de la revolución cubana, ocurrida durante los
primeros meses y años a partir del 1º de enero de 1959, fue la más cruenta y sangrienta
224
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Cuba: Gobierno Mantiene Desfavorable Situación de
Derechos Humanos, 9 de enero de 2007, página 2.
225
Idem.
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265. En efecto, las primeras cifras que dan cuenta del récord que, en materia de
derechos humanos, tenía el flamante nuevo gobierno revolucionario de Cuba están
plasmados en los primeros informes de la organización hemisférica antes citada:
226
Véase el texto complete de la Declaración de Santiago en la Quinta Reunión de Consulta, Santiago de Chile, 12 al 18 de agosto de
1959, Acta Final, Documento OEA/Ser.C/II.5, págs. 4-6.
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266. Tal como puede apreciarse, las primeras personas arrestadas y luego ejecutadas
posteriormente por el grupo en el poder, no solamente eran agentes pertenecientes al
Gobierno de Batista, sino también campesinos quienes durante los primeros meses --en
número de 300-- fueron fusilados directamente por el actual Jefe del Estado cubano
interino: Raúl Castro. Igualmente, ha quedado constancia que, en apenas 17 meses de
estar en el poder, el Gobierno de los hermanos Castro terminó con la vida de 1.789
personas.
227
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.4, doc.2, 20 de marzo de 1962, página 3.
228
Idem.
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c) Que la mera captura de los presos suele hacerse con gran desplazamiento de
hombres y armas para amedrentar a los detenidos y a sus familiares. No han faltado
casos en que al llevar a cabo la captura de una persona ésta ha sido maltratada de obra y
hasta herida por arma de fuego, motivado ello por el alarde de autoridad de los milicianos
o miembros del G-2 encargados del arresto;
229
Idem., Capítulo III, Derecho de Protección contra la Detención Arbitraria.
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e) Que una de las formas más comunes de agredir al preso político en Cuba, según
se deduce de los testimonios examinados, es el golpe con la culata del fusil. Estos golpes
se repiten a menudo, y han ocasionado fractura de huesos y deformaciones físicas en
algunos prisioneros. También parecen ser comunes los pinchazos con bayonetas, que en
algunos casos ha originado heridas o la muerte, y
f) Que, además de la milicia armada, suelen actuar agresivamente contra los presos
políticos, los reos por delitos comunes, a quienes el régimen cubano parece dar
preferencia sobre los primeros. Armados de palos y tubos, y con la venia de las
autoridades carcelarias, esos presos comunes han atacado y herido en varias ocasiones a
los presos políticos.230
270. La forma en que se llevaron a cabo los arrestos políticos en aquellos aciagos años,
no distan mucho de las actuales detenciones políticas. El actual régimen nunca ha
escatimado fórmulas para perennizarse en el poder, aún a costa de los más elementales
derechos y garantías que le corresponden al ser humano. A continuación las
características que han imperado en Cuba cuando se efectuaron las detenciones políticas
durante los primeros años de la revolución cubana:
230
CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familiares en Cuba, OEASer.L/V/II.7, Doc. 4, 17 de mayo de
1963, página 24.
231
Idem.
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Que los individuos que llevan a cabo los arrestos y detenciones no exhiben previamente
ningún mandamiento judicial que los autorice para tales arrestos. Tampoco suelen
exhibir carnés de identificación como agentes de la autoridad;
Que asimismo suelen llevarse a cabo las detenciones sin verificarse debidamente si la
persona objeto del arresto es la misma que se busca, y sin atender a ninguna de las
razones que expone para tales efectos la persona objeto de la detención;
Que los arrestos se hacen casi siempre en forma violenta, empleándose por los agentes
palabras ofensivas a la dignidad del arrestado;
Que cuando la detención tiene lugar en el domicilio del detenido, los agentes suelen
insultar a los demás miembros de la familia del detenido, amenazándoseles con
despliegues de fuerza armada;
Que muchos arrestos se han hecho sin explicación alguna sobre los motivos o cargos que
pesan sobre la persona detenida, no dándosele a ésta tiempo para dar instrucciones a su
familia, ni aún para vestirse, siendo numerosos los casos denunciados en que el detenido
tiene que salir precipitadamente en ropas interiores;
Que son repetidos los casos en que un ciudadano concurre a una oficina policíaca o
militar en busca de información sobre un arrestado, siendo detenido en el acto por
sospechársele vinculado a la persona por quien se interesa. En otras ocasiones se le niega
información sobre el detenido o se le dan noticias falsas sobre el mismo;
Que poco importa que la persona a quien se fue a arrestar estuviera desempeñando una
función judicial, habiendo casos de magistrados y jueces que fueron detenidos en el
momento de encontrarse en el ejercicio de sus altas funciones, las que como consecuencia
fueron interrumpidas de manera violenta; y
Que no han faltado ocasiones en que se repite el arresto por iguales motivos, cuando ya la
persona había sido previamente arrestada, encarcelada y puesta en libertad, exonerada de
los cargos que se le imputaban. 232
232
CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y sus Familiares en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.7, Doc. 4, 17 de mayo de
1963, páginas 11, 12 y 13. Es importante destacar, que para llegar a las conclusiones antes citadas la CIDH tuvo en cuenta los
“testimonios de las numerosas personas que declararon ante la Comisión y de las denuncias por escrito que se han presentado a la
misma, así como de las pruebas que le fueron aportadas (…)”.
233
El conocimiento que yo tengo en relación con la justicia revolucionaria en Cuba surge del hecho de que yo estuve actuando como
abogado defensor de presos políticos en todo el período de tiempo comprendido entre el mes de octubre de 1960 y el mes de
septiembre de 1961, en que tuve que abandonar el país. En ese período de tiempo participé en unos 25 o 30 juicios y defendí a no
menos de 50 o 60 personas, aparte de conocer muchísimas causas que llevaron compañeros míos. En cuanto a las normas procesales,
Continúa en la siguiente página…
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señora, cuyo esposo --comerciante-- fue arrestado sin que existiera ninguna prueba que
fuese la persona buscada por el régimen debido a que era considerado un elemento
contrarrevolucionario.234 Seguidamente, la esposa de un abogado expuso la forma en que
el régimen arrestó a su cónyuge, sin ningún conocimiento de los cargos imputados.235 En
otro caso una joven de 19 describe como fue apresada.236 Los jueces y fiscales237 también
fueron objeto de la represión por parte del nuevo Gobierno revolucionario. Uno de
ellos238 expuso cómo fue amenazado y acusado de contrarrevolucionario, y el otro
describió cómo fue arrestado a la fuerza --ametralladora en mano-- y ubicado junto a al
homicida que días antes había condenado en su calidad de juez.239
puedo decir que en Cuba la detención no está sujeta hoy a formalidad alguna, no existe el recurso sumarísimo de “habeas corpus”. Yo
calculo que en la actualidad hay cientos y cientos de casos y quien sabe si hasta miles de cubanos detenidos a disposición de la policía,
que no han sido trasladados ni siquiera a disposición de los tribunales de jurisdicción excepcional y no se les ha celebrado juicio, y ahí
están. Conozco el caso de un sacerdote que fue detenido en el año de 1960 y ha estado en la prisión hasta ahora en este momento y no
se le ha celebrado juicio. Doc. Nº 126 en los Archivos de la CIDH. En CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos, 17
de mayo de 1963, op.cit., página 13.
234
Mi esposo estaba en su comercio. Un día se aparecieron unos miembros del G-2 en mi casa diciendo que buscaban a “Raúl”. Yo
les dije que mi esposo se llamaba Raúl, pero que no se encontraba aquí. Entonces me dijeron que se trataba de un asunto del INIT
(Instituto Nacional de la Industria Turística) no dándole yo mayor importancia. Cuando mi esposo llegó a las 7 de la noche, los citados
agentes estaban en un automóvil parado frente a mi casa y apenas mi esposo bajó de su carro se le tiraron encima como unas fieras,
agarrándolo fuertemente y preguntándole si él se llamaba Raúl. Mi esposo les dijo que sí, y también les dijo su apellido. A esto le
respondieron que buscaban a un tal Raúl y que parecía que existía una equivocación. Uno de ellos llamó por teléfono al G-2 para
informar que tenía los ojos claros, tal como eran las señas que traían. Una vez instruidos por teléfono de que lo llevaran arrestado, lo
llevaron al automóvil de ellos y se lo llevaron. Yo traté de incorporármeles, pero me lo prohibieron, determinando entonces seguirlos
en mi automóvil hasta las oficinas del G-2. Al interrogar al guardia de la puerta sobre la situación de mi esposo el guardia me
respondió: “Mire, señora, aquí la persona que entra no sale más”, mientras me encañonaba con un arma de fuego. Desde el mes de
julio hasta el mes de septiembre que tuvo lugar el juicio, nunca hubo identificación precisa de mi esposo. Fui informada por el
abogado que se le designó que lo único que tenían contra mi marido era que se llamaba Raúl y que tenía los ojos claros, las señas de
un jefe contrarrevolucionario que se había alzado contra el Gobierno de Castro, y que como no había otras pruebas, en lugar de la pena
de fusilamiento se le condenó a 7 años de prisión. Doc. Nº 32 en los Archivos de la CIDH. En CIDH, Informe sobre la Situación de
los Presos Políticos y sus Familiares en Cuba, op.cit., página 14.
235
Mi esposo era abogado del dueño de una finca y encontrándose un domingo recibiendo la cuenta que le rendía el mayoral de la
misma, se personaron ante él miembros del G-2 que solicitaban al dueño de la propiedad. Mi esposo les informó que el dueño se
encontraba, con su familia, fuera de Cuba, y entonces pretendieron llevarse preso al mayoral. Mi esposo les explicó que no había
razones para el arresto de ese hombre, ya que no tenía nada que ver con la propiedad de aquel lugar. Los miembros del G-2
decidieron marcharse sin arrestar al mayoral, con el compromiso por parte de mi esposo de presentar al citado mayoral en las oficinas
de dicho cuerpo represivo, lo cual hizo él a la mañana siguiente. Una vez en las aludidas oficinas, al abogar mi esposo por los
derechos del mayoral, el oficial encargado de aquel lugar le dijo: “No lo defienda tanto, porque el guajiro queda libre y usted
detenido”. Y desde ese momento pasó 5 días incomunicado en el G-2 y a los dos meses señalaron juicio sin saber sus familiares cuál
era la causa. Doc. Nº 41 en los Archivos de la Comisión. Idem.
236
Fui apresada en mi casa el día 11 de enero. Fueron a buscarme miembros del G-2 y en una forma descompuesta y grosera me
sacaron de mi casa a la vez que maltrataban a mis padres y a mi familia y entraban en mi casa y registraban todo. Desde allí fui
conducida al G-2. Doc. Nº 130 en los Archivos de la Comisión. Idem.
237
Yo puedo afirmar, como abogado con 22 años de ejercicio en mi carrera, y fiscal que fui durante 11 años, que esos tribunales
revolucionarios inventan las normas de los juicios y el procedimiento es brevísimo. Cuando detienen a una persona los miembros del
G-2 no hay término para las detenciones de ninguna clase, y están prohibidos todos los recursos de “habeas corpus”, los recursos de
inconstitucionalidad y todo lo que se refiera en ese sentido a delitos políticos. Sin embargo, con una maldad extraordinaria han
suprimido el calificativo de políticos, a estos delitos que son esencialmente políticos, pero que ellos llaman contrarrevolucionarios.
Doc. Nº 57 en los Archivos de la Comisión. Idem.
238
Yo me encontraba desempeñando el cargo de juez municipal y correccional en la provincia de Pinar del Río cuando en horas de
audiencia pública se presentó un comandante de las fuerzas rebeldes, reclamando mi presencia en la jefatura de dicho cuerpo, en
donde se me solicitaba. Yo le dije que no podía abandonar el cargo en ese momento y después de muchas cuestiones y discusiones me
expresó que si yo no concurría por las buenas, tendría que ir por las malas. Ante esta situación se me condujo a las oficinas principales
del ejército rebelde y se me informó que se me acusaba de contrarrevolucionario y se me tuvo tres días preso e incomunicado.
Documento Nº 97 en los Archivos de la Comisión. Idem.
239
Un buen día se me presentó en forma increíble un Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, y a pesar de que yo disfrutaba en
esos momentos del fuero de mi cargo y que sólo podía enjuiciarme el Tribunal Supremo, me arrestó esgrimiendo una ametralladora en
unión de un mozo de aseo del edificio, ambos vestidos de milicianos. Entonces me llevaron a un calabozo, me amenazó de muerte ese
señor Magistrado del Tribunal Supremo y me hicieron dormir en el calabozo con delincuentes comunes, entre ellos precisamente uno
respecto del cual yo acababa de intervenir en una causa por homicidio. Doc. Nº 52-A en los Archivos de la Comisión. Idem.
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272. Los vejámenes y humillaciones a mujeres también estuvieron a la orden del día
durante esta época240, y también los fusilamientos sistemáticos.241 Asimismo, un
taquígrafo que prestó servicios en los denominados Tribunales Revolucionarios testificó
ante la CIDH cómo se llevaban a cabo los juicios políticos, y cómo se ponía en práctica la
justicia revolucionaria:
En la prueba de confesión del acusado, éste era interrumpido continuamente por los
miembros del tribunal y por el fiscal con frases irónicas y despreciativas para su persona.
En la prueba testifical, si los testigos declaraban la verdad y ésta favorecía al acusado se
les achacaba que no estaban prestando un servicio a la revolución, y en más de una
ocasión muchos de ellos pasaron del estrado de los testigos al banquillo de los acusados.
Los abogados de la defensa no tenían acceso al sumario. Momentos antes de comenzar el
juicio se veían precisados a realizar grandes esfuerzos para poder tomar algunas notas
sobre el asunto. En la mayoría de los casos tenían que esperar el informe del Fiscal para
poder darse cuenta de la posición en que se encontraba el acusado. Además, eran
contados los casos en los que el acusado podría cambiar impresiones con su abogado. Un
Capitán Auditor del Ejército Rebelde en una ocasión me mostró una sentencia en la que
se condenaba a individuos que todavía no habían sido juzgados del todo porque el juicio
en esos momentos se encontraba en el trámite de la prueba testifical. Dicho Capitán me
preguntó: ¿Falta mucho para que el juicio termine? Yo le contesté: Falta terminar con la
prueba testifical, después vendrán los informes del Fiscal y de la defensa. Y entonces me
replicó: ¿Para qué demorar tanto, si ya todos están condenados? Por último, debo
destacar la situación de angustia y terror que se padecía en aquellos juicios, pues oíamos
las descargas de los piquetes encargados de las ejecuciones en los propios momentos en
que se juzgaban a otros encartados.242
273. Seguidamente, otro taquígrafo explicó de forma detallada cómo los Tribunales
Revolucionarios condenaban a muerte a una persona, y la forma en que los testigos de la
fiscalía eran adiestrados antes del juicio; y por último, explicó cómo las sentencias eran
dictadas por teléfono desde las más altas esferas del poder.243 En otro caso, se destaca la
240
El 9 de septiembre de 1960 quedé libre después de guardar prisión en la cárcel de Guanabacoa, donde fui sometida a increíbles
vejámenes y humillaciones. Al día siguiente me detuvieron en La Habana miembros de la Policía Judicial, quienes me llevaron a
pesar de mis protestas a la jefatura que está frente al Palacio de Bellas Artes y allí me hicieron registros corporales completamente
desnuda, a sabiendas de que había sido puesta en libertad. Doc. Nº 125 en los Archivos de la Comisión. Idem.
241
Mi hijo fue detenido a las 8 de la mañana en un café público, mientras tomaba el desayuno, en el Reparto Miramar. A partir de ese
momento, durante 90 días exactamente, la familia estuvo tratando de localizarlo en todas las cárceles y lugares supuestamente
oficiales, donde podría estar detenido, sin que en ningún momento se tuviera información por serle negado en todas partes que
estuviera detenido ni que lo hubiera estado antes. En esas condiciones, precisamente 90 días después del arresto, se recibió una
llamada anónima por teléfono, notificando a una tía suya que el sobrino sería juzgado en La Cabaña ese mismo día a las 2 de la tarde.
Fue fusilado horas después. Doc. Nº 201 en los Archivos de la Comisión. Idem.
242
Idem., Doc. Nº 36 en los Archivos de la Comisión.
243
Pude observar como en el exterior del local donde se celebran los juicios algunos de los miembros del tribunal o del Ejército
Rebelde instruían a los testigos --principalmente mujeres-- acerca de lo que debían declarar en dichos juicios y sobre las personas que
tenían que acusar de algún delito, y vi como les señalaban al acusado y pude comprobar que la persona acusadora nunca en su vida
había visto a quien acusaba. Presencié casos en los cuales las sentencias se dictaron por “control remoto”, si se permite la frase, ya que
al retirarse el tribunal “a deliberar”, los miembros del mismo se dispersaban por otros salones, y una persona iba a algún teléfono
cercano y regresaba a los pocos momentos con la sanción que se le impondría al acusado. Vi casos en los que por una simple agresión
personal, se impusieron penas de muerte, que se cumplían inexorablemente a las pocas horas. Participé en casos en los cuales
formaban parte de los tribunales personas totalmente analfabetas o de escasísimo nivel moral. En varios juicios vi como miembro del
Tribunal a un boxeador profesional en el cual podía fácilmente notarse que no coordinaba bien sus ideas y expresiones, debido al
efecto que produce en algunas personas la práctica continuada del referido deporte. Por cierto, que a ese mismo boxeador más tarde lo
vi convertido en reo de un delito de sustracción de una ametralladora. Su nombre: Kiko Casanova. En la mayoría de los juicios a los
abogados defensores no les ofrecían ni las más mínimas garantías, porque no tenían acceso al sumario, y en algunos casos se lo
dejaban ver instantes antes de iniciarse el juicio. En muchos juicios se condenó a personas, a veces hasta la pena capital, con la sola
acusación de un individuo, sin más testigos de cargo ni de la defensa. Los testigos de la defensa eran interrogados intensamente antes
de permitírseles declarar, siendo vejados en muchas ocasiones, y presencié múltiples casos en los que de testigos se convirtieron en
acusados. Doc. Nº 37 en los Archivos de la Comisión. Idem.
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denuncia recibida por la CIDH el 29 de abril de 1969: “[c]ada año de vida del régimen
los castigos han aumentado para sancionar los delitos políticos. No ha sido suspendida,
atenuada o abolida la pena de muerte, mediante fusilamiento, por delitos políticos,
castigándose con ella a mujeres, hombres, sacerdotes e incluso han ejecutado a menores
de 16 años”.246 La práctica del régimen cubano con respecto al derecho a la libertad
individual y a sus garantías procesales no había tenido ninguna variación diez años
después que Fidel Castro asumiera el poder. No en vano la organización hemisférica
antes citada señaló en un informe emitido en 1970 que, los presos políticos: “a) no fueron
formalmente instruidos de los cargos que se les formulaban; b) no tuvieron oportunidad
de ser oídos en forma imparcial y pública; c) no se aplicó en su favor la presunción de
que se considerará inocente a todo acusado hasta que se pruebe que es culpable; d) no
se les dio tiempo ni medios adecuados para su defensa; e) los juicios se ventilaron ante
tribunales de excepción con base en acusaciones ambiguas y de carácter general que no
estaban tipificadas como delitos en leyes preexistentes al momento de la declaración de
tales juicios, y en las cuales se señalaran, en forma expresa las penas correspondientes;
f) una vez dictadas las sentencias no se permitió a los enjuiciados interponer recurso
alguno, no obstante la máxima gravedad de las penas impuestas y de que, conforme a las
leyes vigentes en Cuba, les asistía ese derecho; g) en ocasiones la pena de muerte fue
ejecutada mientras la sentencia se hallaba pendiente de apelación; h) en otros casos se
trata de presos que han sido ultimados en los lugares donde cumplían sus condenas”.247
275. Otra de las graves vulneraciones del derecho a la libertad individual efectuadas
durante las primeras décadas del proceso revolucionario cubano constituyeron las
reimposiciones arbitrarias de condenas, sin ninguna de las garantías mínimas del debido
proceso a que tenían derecho los detenidos. A continuación algunos casos a modo de
ejemplo solamente:
Pablo Arenal Piñón, 33 años, estudiante, sancionado a 12 años en la Causa 294 de 1961,
cumplidos el 16 de abril de 1973. Sancionado a un año de trabajo.
Angel Luis Bice, 43 años, carpintero, sancionado a 9 años en la Causa 702 de 1963,
cumplidos el día 14 de noviembre de 1972. Sancionado a dos años de trabajo forzado.
Pablo Castellanos Caballero, 50 años, periodista, ex-director del Noticiero Radio Morón.
Sancionado a 12 años en la Causa 105 de 1962. Cumplidos el 30 de octubre de 1973.
Sancionado a un año de trabajo. Ha sufrido un infarto cardíaco. Hipertenso crónico.
246
CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familias en Cuba, OEA/Ser.L/VII.23, doc. 6, 7 de mayo
de 1970, página 3, Comunicación Nº 1624, en los Archivos de la CIDH.
247
Idem.
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276. Tal como se ha señalado al inicio del presente capítulo, la práctica de las acciones
represivas del régimen cubano en perjuicio de los opositores ha sufrido variaciones a lo
largo de los 48 años que se mantiene en el poder. En este sentido, en lo que respecta a las
detenciones de índole política estas se efectuaron --durante las primeras dos décadas--
con mayor intensidad y con consecuencias muy graves para la vida e integridad personal
de los presos políticos. No obstante, los procesamientos políticos continúan hasta la
fecha, al igual que la ausencia absoluta de la observancia a las garantías mínimas del
debido proceso. Igualmente, subsisten --como se verá más adelante-- el tratamiento
deliberadamente severo y degradante de las cárceles cubanas y los tratos crueles e
inhumanos a los presos políticos.
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la Comisión y las denuncias recibidas, indican que han sido interrogados por las fuerzas
de seguridad sin la presencia de un abogado, durante períodos prolongados de tiempo o
hasta que estaban próximos a hacer una confesión, y que en ningún momento se les
informaba sobre sus derechos, ni al momento de la detención ni durante los
interrogatorios”.249
278. Es importante destacar que, aún cuando la represión ejecutada por el régimen
cubano contra toda persona que consideró “contrarrevolucionaria” tuvo mayor o menor
intensidad en el curso de algunos períodos de la revolución cubana, ésta nunca cesó al
punto de permitir a los ciudadanos ejercer libremente sus derechos fundamentales. Por
ejemplo, cuando la CIDH señala en su informe de 1983 que para esa época ya no se
practicaban las detenciones masivas realizadas “en épocas de represión extrema”, nada
hacía presagiar que en pleno siglo XXI el actual régimen --perennizado en el poder por
48 años-- iba a regresar a sus métodos de aquellos aciagos años arrestando masivamente a
75 opositores pacíficos, periodistas independientes, y activistas de derechos humanos
durante la primavera del 2003 en Cuba.250
279. Dentro de ese contexto, es pertinente señalar que durante los 80’s Cuba no estuvo
libre de represión. En un informe efectuado por la Comisión de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas en la única visita que le permitió el Gobierno cubano y que se
efectuó entre el 16 y 25 de septiembre de 1988, se deja constancia de las vulneraciones
del derecho de movimiento y de tránsito efectuadas contra los campesinos a quienes el
régimen consideraba que colaboraban con los “elementos contrarrevolucionarios”. No
obstante, tal como ha quedado acreditado esas vulneraciones del derecho de movimiento
y de tránsito constituían en la práctica una vulneración del derecho a la libertad
individual. En efecto, las familias de campesinos que vivían en los llamados “pueblos
cautivos” de Pinar del Río --Ciudad Sandino, Briones, Montoto y López Peña y
poblaciones aledañas tales como Fomento, Cumanayagua, Condado y Habananilla--
estaban obligadas a permanecer en esas localidades bajo la permanente vigilancia del
Ministerio del Interior y en régimen carcelario encubierto. Señala el informe que a
principios de los sesenta muchas familias de campesinos acusadas de colaborar con la
“insurgencia” fueron desterradas de la zona del Escambray, y enviados a construir los
llamados “pueblos cautivos”. Según el informe de la Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas,
El grupo recibió en Pinar del Río a 10 personas que dijeron representar a un grupo
indeterminado de campesinos, que afirmaron haberse encontrado recluidos por decisión
administrativa en lo que denominaron "pueblos cautivos". (…)Sostuvieron que a pesar de
sus solicitudes de regresar a sus tierras de origen o salir del país, nunca obtuvieron los
permisos necesarios. No obstante, afirmaron que en los últimos meses fueron informados
verbalmente que quedaban en libertad para fijar su lugar de residencia, agregando que sin
embargo hasta el momento se les negaba la autorización de salida. Otros testimonios
presentados al grupo hacen referencia a limitaciones impuestas a la libertad de
249
CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Séptimo Informe, OEA/Ser.L/V/II.61, Doc.29 rev.1, 4 de octubre de
1983, página56, párrafos 16, 17, 18, y 19.
250
Este caso fue sometido a la consideración de la CIDH, organismo que condenó al Estado cubano por múltiples derechos
consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Véase CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476,
Fondo, Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba, 21 de octubre de 2006.
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En una de las cartas entregadas a los Embajadores Dichev y Lillis en Combinado del
Este, se afirma que 13 presos políticos fueron fusilados en La Cabaña entre 1980 y 1987.
En testimonio escrito presentado a la Secretaría en representación del grupo, un testigo
señala que tres personas fueron ametralladas a muerte cuando intentaban asilarse en la
Embajada de Venezuela. En representación del grupo, la Secretaría recibió testimonios
escritos donde se alude a los asesinatos de dos personas en 1962 y una en 1985, la
desaparición de tres personas entre 1964 y 1974 y los fusilamientos de otras dos en 1963
y en 1965. Los nombres de las personas a los que se refieren estas denuncias se
encuentran en el anexo XXI.
251
Es interesante destacar que las restricciones de movimiento y de tránsito son utilizadas, con fines políticos, por el régimen cubano
hasta el día de hoy. Igualmente, se mantiene hasta la fecha la discriminación contra los cubanos residentes quienes no pueden
acercarse a hoteles ni restaurantes, ni zonas exclusivas para los turistas. Véase Directorio Democrático Cubano, Informe sobre
Violaciones a Los Derechos Humanos en Cuba, Marzo-Diciembre de 2006, Capítulo V, Los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, páginas 115 y siguientes.
252
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, 45º Período de Sesiones, Estudio del Informe de
la Misión Realizada en Cuba de Acuerdo con la Decisión 1988/106 de la Comisión de Derechos Humanos, E/CN.4/1989/46, 21 de
febrero de 1989, página 26, párrafo 82.
253
Es importante destacar que la CIDH denominó al Gobierno de Cuba el “grupo en el poder” en su Séptimo Informe sobre la
Situación de los Derechos Humanos en Cuba en virtud de que “[e]l primer elemento que llama la atención es el rol dominante en la
vida política ejercido por el Presidente Fidel Castro. Si bien la Constitución cubana establece que el Presidente del Consejo de
Estado y del Consejo Ministros es electo y puede ser reemplazado por la Asamblea Nacional, el papel político de Fidel Castro es tan
abrumador que estos procedimientos constitucionales, en la realidad, carecen de sentido. Fidel Castro es quien gobierna Cuba; él es
la única persona viviente que se distingue por su nombre en la Constitución cubana y es reiteradamente nombrado en la parte
introductora de los Estatutos del Partido Comunista. Por otra parte, es tratado con suma deferencia por los otros miembros del
gobierno. Él personifica la revolución. (…) Ambas instituciones [el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros] no aparecen ante el
público como los gobernantes. Tal desempeño está evidentemente en manos del Presidente de ambas entidades, quien, en todo
momento, opera como Jefe de Gobierno y Secretario General del Partido Comunista. Ante el público, no hay más autoridad que la
que emana de ese dirigente. Nadie fuera o dentro de Cuba, atribuye autoridad, salvo coadyuvante, a otros personeros o autoridades
formales. Asimismo, cabe notar que la Constitución prevé siempre organismos más reducidos que toman a su cargo de manera
permanente las labores de los órganos principales. La Asamblea Nacional tiene el Consejo de Estado, como órgano ejecutivo y
permanente. A su vez, las Asambleas Provinciales y Municipales designan un Comité Ejecutivo; el Tribunal supremo posee un
Consejo de Gabinete. El Consejo de Ministros también posee un Comité Ejecutivo. Lo mismo ocurre en el Partido Comunista. En
esta forma, el poder que aparece ejercido por grandes corporaciones representativas del pueblo va, en las decisiones inmediatas,
siendo entregado a grupos más reducidos, donde el Presidente del Consejo de Estado, Presidente del Consejo de Ministros,
Presidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y Secretario General del Partido Comunista tiene un lugar predominante.
Tal es la realidad vigente. (…)En resumen, un número sumamente reducido de personas ha estado ininterrumpidamente en el poder
por muchos años, ocupando todos los cargos políticos de más importancia del Partido, del Estado y de las instituciones
gubernamentales. Por lo tanto, no existe una verdadera autonomía política u oposición entre estas tres instituciones dirigentes
cumbres, ni les es posible a ninguno de estos cuerpos evitar las medidas arbitrarias adoptadas por otro de ellos, porque están
integrados por las mismas personas”. En CIDH, Séptimo Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba,
OEA/Ser.L/V/II.61, página 40, párrafos 20-31.
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Anexo XXI
Los siguientes presos políticos habrían sido fusilados en La Cabaña entre 1980 y 1987:
Armando Hernández González y Ramón Toledo Lugo por rebelión; Rodolfo Alonso
Roche, Abilio González Llanos y Emilio Reboba Cardulis por sabotaje; Ramón Vera
Chaviano, Juan Dios Vegas, Nelson Ventura Estrada Cabrera, Diego Vera Chaviano y
Luis Llanes Águila por infiltración; y Cipriano, Eugenio y Ventura García Marín por
intento de asilo.
281. Antes de continuar con lo ocurrido en Cuba en los 80’s, es pertinente indicar que
ninguno de los hechos arriba citados ni ningún otro ocurrido en el curso de lo que viene
durando la revolución cubana ha sido debidamente investigado por el régimen en el
poder --como está obligado a la luz de sus obligaciones internacionales en materia de
derechos humanos--.255 Dentro de ese contexto, al haber desaparecidos en la lista antes
expuesta, el Estado sigue siendo responsable internacionalmente hasta la fecha, ya que se
trata de delitos de carácter continuado y de naturaleza imprescriptible.
254
Idem., párrafo 68 y anexo XXI.
255
En efecto, la organización Human Rights Watch ha señalado que “[a] pesar de las esperanzadoras disposiciones contra la
impunidad contenidas en la Constitución, las autoridades cubanas niegan habitualmente la existencia de violaciones de los derechos
humanos, no investigan ni sancionan a los que las cometen y toman represalias contra los que las denuncian, especialmente los presos.
La persistencia de las violaciones de los derechos humanos en Cuba se debe indudablemente, en parte, al hecho de que los
funcionarios cubanos no se hayan enfrentado a prácticamente ninguna consecuencia por las violaciones cometidas durante los últimos
40 años. Sin embargo, el Gobierno cubano tiene la clara obligación en virtud del derecho internacional de ofrecer recursos efectivos a
las víctimas de violaciones de los derechos humanos, una obligación que surge a raíz de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y de la ratificación de la Convención contra la Tortura por parte de Cuba. El Gobierno de Cuba ha cometido violaciones
severas y sistemáticas de los derechos humanos desde la revolución de 1959, pero es imposible saber el número exacto de personas
ejecutadas, encarceladas, torturadas, exiliadas o detenidas injustamente por el Gobierno cubano, o que padecieron otro tipo de abusos
de los derechos humanos a manos de sus funcionarios, debido en parte al secreto gubernamental que envuelve las prácticas en materia
de derechos humanos. (…)El historiador Hugh Thomas, que reconoció la imposibilidad de saber con precisión el número de
ejecuciones y otras violaciones de los derechos humanos ocurridas en Cuba, estimaba en 2.000 el número "probable" de cubanos
ejecutados el Gobierno a principios de 1961, mientras que diez años después, la cifra sería "quizás" de unos 5.000. Thomas no
específica si estas ejecuciones fueron el resultado de juicios, aunque señala que "en el caso de los crímenes políticos, no hubo Estado
de derecho.” Thomas cita un discurso de Castro en 1965 en el que admitió que Cuba contaba con 20.000 "presos políticos" -- de los
cuales una cantidad no definida habían participado en acciones armadas contra el Gobierno. Human Rights Watch no tiene
conocimiento de que el Gobierno cubano haya ofrecido una compensación a víctimas o familiares de víctimas de estas violaciones de
los derechos humanos”. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 219 y siguientes.
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284. Sin embargo, todavía quedaban para esas fechas alrededor de 110 presos políticos
plantados. Es interesante observar cómo en ese año ya la CIDH admitía “que tanto en
relación con el número de presos plantados mencionado, como en general con el número
de presos políticos, existe gran dificultad para contar con datos exactos ya que el
Gobierno de Cuba no permite la supervisión internacional en esta importante
materia”.259
285. Igualmente, la organización hemisférica antes citada mostró en esa época una
gran preocupación por la situación del Dr. Ricardo Bofill Pagés, “quien fuera Rector de
la Universidad de la Habana y que fuera liberado, después de permanecer ocho años
privado de su libertad como resultado de una condena por cargos de claro corte político.
El señor Bofill había fundado un organismo defensor de los derechos humanos en la
prisión y estaba interesado en continuar con esas actividades luego de liberado. En el
mes de agosto, sin embargo, el señor Bofill tuvo que buscar asilo en la Embajada de
Francia en Cuba ante las persistentes amenazas de que había venido siendo objeto. La
CIDH espera que se produzca una rápida solución a la situación que afecta al señor
Bofill”.260 El Dr. Bofill logró, posteriormente, salir de Cuba y actualmente vive en los
Estados Unidos de Norteamérica.
256
CIDH, Informe Anual 1984-1985, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba,OEA/Ser.L/V/II.66, 1º de octubre de
1985.
257
Idem.
258
Véase CIDH, Informe Anual 1985-1986, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.68, Doc. 8,
rev. 1, 26 de septiembre de 1986.
259
Idem.
260
Idem.
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286. Los arrestos de carácter político continuaron, sin embargo, ya que las autoridades
cubanas procedieron al arresto de los señores Domingo Delgado Castro y José Luis
Alvarado Delgado, ambos pertenecientes al organismo de defensa de los derechos
humanos presidido por Ricardo Bofill. Tanto Delgado Castro como Alvarado Delgado
fueron acusados por las autoridades de ser "terroristas que están actuando contra el
Estado cubano", por lo cual "no representan los derechos humanos".261 Igualmente,
fueron arrestados, conjuntamente con los antes citados Enrique Hernández Méndez,
Adolfo Rivero Caro y Elizardo Sánchez Santa Cruz.262
287. Tal como puede observarse, por un lado el régimen excarcelaba a algunos presos
políticos plantados, y por el otro, seguía con sus políticas represivas contra todo aquel
que se opusiera a “la construcción del socialismo y comunismo”, aún cuando esas
personas que sufrieron la represión no constituían en los hechos ninguna amenaza para el
grupo en el poder, ni habían cometido ningún delito. En este sentido, en su Informe
Anual 1986-1987 la CIDH dio cuenta de la excarcelación de “importantes presos
políticos” como Ramón Bernardo Conte Hernández, quien participara en la invasión de
Playa Girón y Eloy Gutiérrez Menoyo, pero que sin embargo, aún restaban 70 presos
plantados “del llamado presidio político histórico, así como 56 presos políticos
cumpliendo condenas en las prisiones cubanas”.263 Sin embargo, la misma organización
citó más abajo un informe del Comité Cubano Pro-Derechos Humanos que daba otra
cifra de presos políticos para esa época: 16.500 personas cumpliendo “condenas por
conductas vinculadas con la seguridad del Estado”.264
288. El año 1988 se caracterizó por una pequeña apertura del régimen en relación a
permitir visitas de organizaciones internacionales de derechos humanos. Durante ese
período visitaron Cuba, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
Amnistía Internacional, el “Institute for Policy Sutudies” y una delegación del Colegio
de Abogados de la Ciudad de Nueva York. Igualmente, el Comité Internacional de la
Cruz Roja había llegado a un acuerdo con el Gobierno en ese momento para visitar las
cárceles, este acuerdo solamente permitió dos visitas de la Cruz Roja como se mencionó
anteriormente en este informe. Igualmente, las otras organizaciones nunca más volvieron
a Cuba, y la última visita de una organización internacional de derechos realizada a ese
país fue efectuada por Human Rights Watch en 1995, conjuntamente con France-
Libertés, la Federación Internacional de Derechos Humanos y Médicos del Mundo.
289. Algunas de las organizaciones arriba citadas destacaron, entre otras, algunas de
las condiciones carcelarias y la situación del derecho a la libertad individual. Así,
señalaron, por ejemplo, “las condiciones extremadamente duras de las celdas de castigo,
en especial las del pabellón conocido como Boniatico, en la prisión de Boniato, y la del
llamado Rectángulo de la Muerte en el Combinado del Este. Se trata de celdas
261
Idem.
262
Véase CIDH, Informe Anual 1986-1987, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.71, Doc. 9,
rev. 1, 22 de septiembre de 1987. Es importante destacar que Elizardo Sánchez Santa Cruz es actual Presidente de la Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
263
Idem., Ramón Bernardo Conte Hernández fue liberado el 18 de octubre de 1986, y Eloy Gutiérrez Menoyo fue puesto en libertad
el 20 de diciembre de 1986.
264
Idem.
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individuales con capacidad para una sola persona, privadas de luz y en las que se
mantiene en situación de aislamiento por largos períodos, a veces de años, a los
castigados. Se señala en la información proporcionada que no se encontraron
prisioneros políticos entre las personas que ocupaban los pabellones de castigo. Las
duras condiciones mencionadas se complementan con otra característica negativa
encontrada en el sistema cubano referido a la libertad personal, cual es la prolongada
duración de las condenas. A ello se debe sumar las inexistentes garantías del debido
proceso cuando se trata de delitos de orden político, por la subordinación de la
administración de justicia al poder político y por el escaso interés que demuestran los
abogados defensores. No existe, por otra parte, disponibilidad de recursos legales para
asegurar la defensa de los inculpados”.265
El mismo documento hace referencia a acontecimientos que han tenido lugar en las
prisiones cubanas, destinados a ocultar diferentes formas de malos tratos. Dentro de las
nuevas medidas se mencionan: la liberación y transferencia de muchos presos; la
eliminación de celdas tapiadas, zonas de castigo permanente y áreas sin luz ni
ventilación; la modificación del sistema de visitas a los reclusos, habiéndose pasado de
una visita de un solo familiar cada 3 ó 6 meses y a través de una malla doble, a visitas de
varios familiares cada 21 días y sin mallas y de las visitas conyugales de 3 horas una vez
al año, a una cada tres meses; la modificación de los horarios de salidas al patio a tomar
sol que antes dependían de la voluntad del jefe militar de piso (generalmente cada 3 ó 4
semanas) a dos salidas a la semana por espacio de dos horas; la prohibición de que los
guardias porten armas y golpeen a los reclusos; la mejoría en la calidad, variedad y
265
Véase CIDH, Informe Anual 1987-1988, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.74, 16 de septiembre de
1988.
266
La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas cuando estuvo en Cuba en el año 1988 pudo entrevistarse con algunos
plantados y señaló en su informe que “[l]os presos "plantados" se caracterizan por su negativa a participar en los programas de
reeducación y obedecer ciertas reglas carcelarias. Los "plantados históricos" además, se niegan desde fines de la década del sesenta
a vestir los uniformes que se les entrega en las prisiones cubanas. Los "nuevos plantados" comparten todas las características de los
"históricos", salvo que visten el uniforme de la prisión. Los nombres de los presos políticos "plantados" entrevistados por el grupo
[de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas] son: Ernesto Díaz Rodríguez, Luis Zúñiga Rey, Luis Arguelles
Garrido, Guillermo Gerardo Quintero Valdés, Roberto Capeiro León, Jacinto Fernández, Ramón Enrique Hernández Pars y Rafael
de Jesús Núñez Cuesta”.
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291. La práctica del régimen de grabar a los presos políticos a fin de conocer lo que
exponen a organizaciones de derechos humanos durante las visitas ha sido reiterada. En
efecto, la organización Human Rights Watch dejó constancia de lo ocurrido después de
visitar Cuba, señalando que “[d]espués supimos que las autoridades cubanas grabaron
secretamente nuestras entrevistas con los presos y basaron sus decisiones sobre la puesta
en libertad de éstos en el contenido de nuestras conversaciones (específicamente, sus
opiniones en contra o a favor del embargo estadounidense sobre Cuba)”.268
292. Una de las mejores pruebas de que el régimen que está en el poder actúa
estrictamente para la propaganda internacional cuando flexibiliza un poco sus políticas
represivas se da en 1989. Una vez partidas de Cuba las organizaciones internacionales de
derechos humanos, el grupo en el poder volvió a sus prácticas represivas condenando a
muerte y luego fusilando a cuatro personas sin las garantías mínimas del debido proceso.
El régimen ejecutó a cuatro oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias: el General
Arnaldo Ochoa, el Coronel Antonio de la Guardia, el Mayor Amado Padrón y el Capitán
Jorge Martínez. Las ejecuciones tuvieron lugar el 12 de junio de 1989 luego que los
afectados fueran condenados por un tribunal militar por los delitos de tráfico de drogas y
de realizar actos hostiles contra terceros países. Repetidamente se mencionó durante las
actuaciones que los mencionados oficiales habían cometido alta traición a la Patria que,
según la Constitución de Cuba, acarrea la máxima de las penalidades. La decisión del
tribunal militar fue confirmada por la Corte Suprema y por el Consejo de Estado
presidido por Fidel Castro.269
267
Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Estudio del Informe de la Misión Realizada en Cuba, op.cit., párrafos 74 y 76.
268
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 102.
269
Véase CIDH, Informe Anual 1988-1989, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.76, Doc. 10, 18 de
septiembre de 1989.
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297. Una vez más, en el mes de agosto del mismo año, las autoridades cubanas
arrestaron a Hiram Abi Cobas, del Partido Pro Derechos Humanos quien se encontraba
aquejado de una seria enfermedad, y a Hubert Jerez Mariño, Presidente del Comité
270
Idem.
271
Idem.
272
Idem.
273
Idem.
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116
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una misa que se celebraría en la Catedral para pedir por el estado de salud del señor
Alfredo Mustelier Nuevo, quien se encontraba en huelga de hambre. La señora Cruz
Rodríguez fue obligada a cumplir tres meses de prisión en suspenso que le había sido
impuesto cuando trató de participar en una manifestación en la Habana con motivo de la
visita del Presidente Gorbachov a Cuba.
300. Igualmente, entre los meses de noviembre de 1989 a enero de 1990, el régimen
inició una nueva ola represiva que incluyó arrestos por períodos cortos, citaciones a la
seguridad del Estado para advertir sobre las consecuencias de las acciones que estaban
desarrollando, allanamiento de viviendas y secuestro de documentos. Los afectados en
ese momento fueron: Rodolfo González González, Roberto Regalado y Angela Rey
Miranda del Comité Cubano de Derechos Humanos; Yndamiro Restano de la Asociación
de Periodistas Independientes de Cuba; Juan José Moreno Reyes, de la Comisión Cubana
de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional; y Domingo Hernández Cepero y
Danilo Valdez del Partido Pro Derechos Humanos; Esteban González González, Mario
Fernández Mora, Arturo Montané y Manuel Pozo, del Grupo Cubano Pro-Amnístia, así
como Julio Soto Angurel del Conjunto de Defensores Independientes de los Derechos
Humanos y la Reconciliación Nacional "José Marti".278
301. Los niveles de represión de finales del 89 y principios del 90 no eran compatibles
con la “aparente” flexibilización que había demostrado el régimen al haber permitido a
algunas organizaciones internacionales visitar Cuba en 1988, al igual que haber permitido
la excarcelación de un buen número de presos políticos “plantados”. Así, por ejemplo,
fue detenido del 22 de septiembre al 13 de octubre de 1989 el señor Orlando Polo,
dirigente del Movimiento Ecopacifista de Cuba. La Asociación Naturista Vida, que es
una granja en la que Polo realizaba trabajos y vivía con su esposa, fue clausurada por el
Gobierno. También durante dicho período fueron condenados a prisión por términos que
van de ocho a dieciocho meses, siete miembros de la Asociación Pro-Arte Libre: Pablo
Roberto Pupo Sánchez, Juan Enrique García Cruz, Ramón Obregón Sarduy, Gilberto
Plasencia Jiménez, Lázaro Angel Cabrera Puentes, Carlos Novoa Ponce y Jorge Luis
Mari Becerra.279
302. En 1990 el régimen volvió a instaurar sus prácticas de los primeros años de
reiterar penas privativas de la libertad a personas que ya habían sido condenadas. Y esta
práctica arbitraria la ejerció contra defensores de los derechos humanos. Así, el señor
Roberto Bahamonde Massot, miembro del Partido Pro Derechos Humanos y de la
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, quien se encontraba
cumpliendo tres meses de prisión por realizar una manifestación en circunstancias que se
realizaba la visita del Presidente Gorbachev, fue sentenciado a un año adicional por
desempeñar “actividades económicas ilícitas”.280
303. Igualmente, un miembro del Partido Pro Derechos Humanos Samuel Martínez
Lara, quien se encontraba cumpliendo prisión por haber participado en la demostración
278
Idem.
279
Idem.
280
Idem.
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305. No es la primera vez que el régimen que está en poder en Cuba otorga un
tratamiento especial a los menores de edad, ya que está probado que durante los primeros
años de la revolución cubana mandó a encarcelar y a fusilar a menores de edad. En el
informe arriba citado, la CIDH dio cuenta que en similar situación se encontraba la
señora Rosa Miranda Díaz y su hija Lissette Vásquez Miranda. Según dicho organismo,
281
Idem.
282
Idem.
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la solicitud de autorización para abandonar Cuba fue respondida con una carta, firmada
por el Canciller Malmierca y cuya autenticidad no ha sido negada por el Gobierno de
Cuba, que se transcribe a continuación:
Señora Miranda:
Muy a pesar nuestro le informamos que su solicitud, así como la del traidor que
acompaña a su esposo, ha sido denegada y sólo podrán ser analizadas cuando cese la
campaña hostil en contra de nuestro Pueblo y Gobierno.
La exposición realizada a lo largo de esta sección pone de manifiesto los extremos a los
que llega el Gobierno de Cuba en su represión de toda forma de disentimiento. En ese
cometido, el Gobierno utiliza todos los recursos de una legislación elaborada en función
de subordinar los derechos del individuo a las exigencias del Estado que, en estos casos,
son las de un reducido grupo en el poder. Es esta característica la que condujo a la
Comisión a calificar al actual sistema político cubano como totalitario en el Séptimo
Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba y a indicar que en ese país
no existe el estado de derecho.284
307. El año 1990 se caracterizó por el recrudecimiento de las acciones represivas del
régimen, en especial, contra las organizaciones de defensa de los derechos humanos que
el grupo en el poder consideraba una amenaza para sus propósitos revolucionarios. En
este sentido, muchos de los líderes de estas agrupaciones fueron arrestados,
conjuntamente con los activistas y otros ya estaban cumpliendo condenas por sus
actividades de defensa de los derechos fundamentales, y algunos se encontraban bajo
detención preventiva esperando --durante largos meses-- ser llevados a juicio.
283
Idem.
284
Idem.
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309. En julio de 1990, García Pérez fue conducido a la Sala de Delitos contra la
Seguridad del Estado del Tribunal Provincial de Santa Clara y juzgado en la Causa #4 de
1990. Es sancionado a 5 años de prisión. El 17 de octubre de 1992, Jorge Luis se escapa
de la prisión con el objetivo de ver a su madre moribunda. Esa misma noche los oficiales
del Departamento de Seguridad del Estado Teniente Boris Luis Arribas, Capitán Raúl
Fernández y el también Capitán Raúl Yanes Marín se presentaron en el hogar de Jorge
Luis, donde ya se encontraba la madre gravemente enferma y con pistola en mano la
amenazaron de que entregara a su hijo porque si lo encontraban lo iban a matar frente a
ella. En la mañana del 18 de octubre de 1992, Jorge Luis fue capturado por agentes de la
Seguridad del Estado, fue esposado a la espalda y se le azuzó un perro policía de cuya
agresión guarda marcas en su cuerpo Jorge Luis García Pérez “Antúnez”. Sangrando fue
llevado al Departamento de Instrucción de la Seguridad del Estado de Santa Clara, a las
dos horas de estar allí fue trasladado al hospital militar curado y devuelto a una celda
donde se le instruyó con cargos por “propaganda enemiga y sabotaje en grado de
tentativa”. El 19 de noviembre de 1992, cuando se encontraba en la Prisión Provincial
de Villa Clara falleció la madre de Jorge Luis, y la Seguridad del Estado le impidió asistir
al velorio y entierro. En el mes de abril del 1993 García Pérez fue juzgado en la Causa 5
de 1993 por los delitos de propaganda enemiga y sabotaje en grado de tentativa, siendo
condenado a una sanción conjunta de 15 años. El 20 de mayo de 1993 se hace firme la
sentencia. Es excarcelado el 22 de abril de 2007 después de haber cumplido su
sentencia.285
310. Dentro de ese contexto, el 20 de junio de 1990 fueron llevados a juicio varios
integrantes del Movimiento Integracionista Democrático, quienes se encontraban
detenidos desde el 24 de septiembre de 1989. Estas personas fueron acusadas del delito
de rebelión, a pesar de no haber abogado por la violencia para cambiar la forma de
gobierno. La acusación de la fiscalía fue presentada el 25 de abril de 1990 y los acusados
fueron condenados a diversos términos de prisión: Esteban González González (7 años);
Mario Fernández Mora (6 años); Manuel Pozo Montero y Manuel Regueiro Robaina (5
años); y Edgardo Llompart Martín, Isidro Ledesma Quijano y Arturo Montané Ruiz (3
años). Según la información recabada por la CIDH en esa época,
285
Directorio Democrático Cubano. Es importante destacar que, en dos oportunidades --abril del 2001 y noviembre del 2006-- el
DDC solicitó medidas cautelares a la CIDH para proteger la vida e integridad personal de Jorge Luis García Pérez Antúnez quien se
encontraba en grave riesgo debido a las condiciones severas y degradantes de su reclusión en las cárceles cubanas. En las dos
oportunidades la CIDH adoptó tales medidas y solicitó la protección requerida al Estado cubano.
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Los delitos imputados eran los de organizarse con miras a ejecutar medidas de
desobediencia civil que condujeran a derrocar al Gobierno Revolucionario en el poder,
convocar un plebiscito, modificar la Constitución e imponer un régimen pluripartidista,
entre otras acciones. En la acusación del Fiscal se señalan ciertas vinculaciones de este
grupo con organizaciones de derechos humanos. Debe señalarse que en la plataforma del
Movimiento Integracionista Democrático se repudia cualquier forma de violencia y de
terrorismo. Según la información recibida, durante el juicio no se demostró que los
acusados hubiesen cometido actividades delictivas específicas.286
312. Las personas arriba citadas fueron excarceladas el 4 de noviembre de 1990; sin
embargo, fueron juzgados el 27 de noviembre de 1990 y condenados por el delito de
asociación ilícita. Durante su arresto, los activistas alojados en la cárcel de Seguridad del
Estado no tuvieron acceso a abogados.
314. En el mes de junio de 1990 también fue condenado a cinco años de prisión otro
miembro del Partido Pro Derechos Humanos: Pedro Álvarez Martínez. El supuesto delito
fue la impresión de folletos en la clandestinidad y de poseer documentos “ilegales” del
Movimiento Integracionista Democrático. Un mes antes había sido detenido otro
miembro del mismo partido, Juan Betancourt Morejón, quien fue trasladado a la prisión
286
CIDH, Informe Anual 1990-1991, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/VII.79, rev.1, Doc. 12,
22 de febrero de 1991.
287
Idem.
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de Quivicán sin conocerse en ese momento las razones de su arresto. Otros miembros de
ese Partido han sido detenidos por períodos breves, amenazados por las autoridades y
liberados sin cargos, lo cual es interpretado como una forma de hostigamiento con el fin
de disuadirlos que continúen con sus actividades.288 Igualmente, un miembro del Comité
Cubano Pro Derechos Humanos fue detenido el 4 de septiembre de 1990: José Irene
Padrón Dueñas; asimismo, Ricardo Filguera Castro, también miembro del Comité, fue
arrestado el 19 de octubre de 1989 y sometido a juicio el 25 de junio de 1990,
ignorándose la sentencia recaída en su causa.289
316. La organización hemisférica antes citada también reportaba en esa época que el
preso político Alfredo Mustelier había sido excarcelado en marzo de 1990, viajando a
Estados Unidos en diciembre de ese año, pero que, sin embargo, “Mario Chanes de
Armas y Ernesto Díaz Rodríguez, los otros dos “plantados históricos”, han cumplido 29
y 22 años de prisión respectivamente, siendo el primero de los nombrados el prisionero
político más antiguo que existe en el mundo”.291
317. La década de los 90 tampoco estuvo exenta de las acciones represivas del régimen
cubano contra todas las actividades que ellos consideraban contrarrevolucionarias, pero
que en los hechos eran simples y pacíficas acciones efectuadas por personas que
--valientemente y contra su propio riesgo-- intentaban ejercer sus derechos a la libertad
de expresión, asociación, reunión, movimiento, etc. Una vez más, y de forma reiterada y
sistemática el grupo en el poder vulnera el derecho a la libertad individual de esas
288
Idem. Aún cuando no terminaron en vulneraciones al derecho a la libertad individual, es importante destacar que la CIDH también
reportó actos de hostigamientos contra otros connotados activistas de derechos humanos: “Asimismo, en el período considerado se
mantuvieron las presiones y amenazas contra los miembros del Comité Cubano Pro Derechos Humanos. Su Presidente, Gustavo
Arcos Bergnes, fue convocado por el Fiscal el 12 de abril de 1990 a fin de advertirle que desistiera de sus actividades en materia de
derechos humanos. Igual advertencia fue formulada por el Fiscal de La Habana a Sebastián Arcos Bergnes el 13 de abril –quien
luego fue transferido en su trabajo a una brigada de mantenimiento y le fue rebajado su jornal--, a Aida Valdés Santana, el 10 de
abril y a Oscar Peña Martínez y Jesús Yañes Pelletier el 14 de abril de 1990, todos ellos miembros del Comité Cubano. La
Delegación Provincial Habana Campo de este Comité también denunció numerosos actos de hostigamiento de parte de las
autoridades gubernamentales”.
289
Idem.
290
Idem.
291
Idem.
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319. Las personas arriba citadas fueron sometidas a procesos acusados de los delitos de
asociación ilícita, instigación a delinquir y clandestinidad de impresos, figuras que
aparecen en el Código Penal cubano, además del cargo de desacato al Presidente del
Consejo de Estado. Igualmente, Reinaldo Betancourt Álvarez, Jorge Julián Reyes y
Aníbal Cruz fueron condenados a tres años de prisión los dos primeros y a dos años y tres
meses de prisión el último de ellos.292
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Durante los hechos uno de los manifestantes resultó herido y otros fueron golpeados por
un grupo de policías vestidos de civil.294
322. El régimen en el poder no detuvo sus acciones represivas ni siquiera en los dos
últimos meses del año 91. En este sentido, el 19 de noviembre de 1991 fueron detenidos
María Elena Cruz Varela, Presidente de la agrupación “Criterio Alternativo”,
conjuntamente, con Fernando Velázquez Medina, Elvira Baró, Jorge Pomar, Húbert Luis
Matos Sánchez, Eliécer Aguilar, Pastor Herrera y Gabriel Aguado Chávez. El informe de
la CIDH de 1991 dio cuenta que “los hechos ocurrieron en circunstancias en que esas
personas se encontraban reunidas en casa de Elena Cruz Varela” y que durante la
detención “los nombrados fueron golpeados y la casa de Cruz Varela seriamente dañada
en su interior. El 4 de diciembre de 1991 se emitió la sentencia en el caso de los
miembros de Criterio Alternativo, los cuales fueron condenados a las siguientes penas:
María Elena Cruz Varela y Jorge Aracelio Pomar Montalvo fueron condenados a dos
años de prisión bajo los cargos de asociación ilícita y difamación. Asimismo, Pastor
Herrera Macurán fue condenado a un año y cuatro meses bajo los cargos de asociación
ilícita y clandestinidad de impresos; y Gabriel Aguado Chávez fue sentenciado a un año
y seis meses de prisión bajo los mismos cargos. En este mismo sentido, la Comisión
Interamericana ha recibido información de que Fernando Velásquez Medina ha sido
condenado a dos años, Húbert Luis Matos Sánchez a un año y cuatro meses, y por último
Eliécer Aguilar Chávez a un año de prisión, todos bajo cargos similares”.295
323. La organización arriba citada también informó que el 9 de noviembre de 1991 fue
detenido Marco Antonio Abad en circunstancias en que pretendía filmar un "acto de
repudio" en contra de la Presidenta de Criterio Alternativo, María Elena Cruz Varela.
Asimismo, Jorge Crespo, joven cineasta, fue detenido por la Policía de Seguridad Estatal
tres semanas después, aparentemente por estar en conexión con Marco Antonio Abad.296
324. Tal como se ha señalado, la represión continuó casi hasta finales del 91, ya que el
20 de diciembre de ese año fue arrestado Yndamiro Restano, líder de la agrupación
Movimiento Armonía (MAR). El activista fue arrestado por agentes de la Policía de la
seguridad del Estado cuando se disponía a dejar a sus padres en su domicilio. Asimismo,
seis días después fueron arrestados Jorge Egaña, Iraida Montalvo y Berenice Morales,
todos miembros del Movimiento Armonía. Los cargos: "rebelión" por promover cambios
pacíficos y democracia.297
325. La CIDH en su informe de 1991 expuso la represión que sufrió en esa época un
connotado defensor de los derechos humanos: Elizardo Sánchez Santa Cruz, Presidente
de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional:
294
Idem.
295
Idem.
296
Idem., los "actos de repudio" son una nueva forma de intimidación promovidos por el Gobierno en contra de los activistas de
derechos humanos y que consiste en una turba reunida frente a sus domicilios para lanzar todo tipo de improperios y lemas a favor de
la revolución y del Gobierno.
297
Idem.
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326. Los años seguían pasando, y con ellos la represión del grupo en el poder también.
En ese sentido, 1992 no fue una excepción. Yndamiro Restano Díaz, dirigente del
Movimiento Armonía (MAR) quien había sido arrestado a finales de 1991, fue
condenado finalmente a diez años de prisión bajo el cargo de “rebelión” por el Tribunal
Provincial de La Habana. El Fiscal acusó al señor Restano de captar adeptos y promover
acciones para destruir el sistema político vigente en virtud que intentaba publicar un
boletín en el que supuestamente se incitaba a la desobediencia civil.299
327. Otro grave caso ocurrido en Cuba a principios de 1992 y que involucraba el
arresto del reconocido activista de derechos humanos Sebastián Arcos Bergnes. Así, el
15 de enero de 1992 fue detenido en La Habana, Sebastián Arcos Bergnes,
Vicepresidente del Comité Cubano Pro Derechos Humanos. En ese caso la fiscalía basó
su acusación en base a que tres individuos que estaban siendo enjuiciados por intentar
298
Idem., dicha organización también informó de la liberación de algunos presos políticos durante ese período: “Húber Jérez
Merino, Presidente del Comité Martiano por los Derechos del Hombre, fue liberado de la prisión provincial de Camagüey (conocida
como Kilo 7) el 1° de febrero de 1991 cuando expiró su sentencia de 18 meses. Hiram Abí Cobas Núñez, Secretario General del
Partido Pro Derechos Humanos en Cuba, fue libertado antes de cumplir su condena por razones médicas el 27 de noviembre de
1990. Los nombrados y Elizardo Sánchez fueron arrestados el 6 de agosto de 1989 bajo los cargos de haber difundido noticias falsas
con el propósito de poner en peligro el prestigio y el crédito del Estado cubano cuando dieron declaraciones a la prensa extranjera
sobre las incidencias del irregular juicio seguido al general Arnaldo Ochoa y otros altos funcionarios cubanos que terminó con la
ejecución de éste. También fueron liberados Mario Jesús Fernández Mora y Edgardo Llompart Martín de la prisión Combinado del
Este, el 19 de marzo de 1991, quienes habían sido arrestados en septiembre de 1989, junto con Esteban González González, Manuel
Pozo Montero, Arturo Montané Ruiz, Manuel de la Caridad Regueiro Robaina e Isidro Daniel Ledesma Quijano; todos condenados el
20 de junio de 1990 bajo los cargos de rebelión y actos contra la seguridad del Estado (Arts. 98, 99 y 125 del Código Penal cubano).
Los cargos se basaron en las actividades realizadas como miembros del grupo Movimiento Integracionista Democrático. Esteban
González fue condenado a siete años de prisión, Mario Fernández a seis años, Manuel de la Caridad Regueiro y Manuel Pozo
Montero a cinco años, mientras que Arturo Valentín Montané y Edgardo Llompart a tres años. A Isidro Ledesma Quijano se le dio
una sentencia de tres años de limitación de libertad sobre la base de enfermedad mental, la cual está cumpliendo en su domicilio. La
Comisión Interamericana ha sido informada que los restantes cuatro prisioneros del Movimiento Integracionista Democrática son
continuamente trasladados de prisión en prisión”.
299
Véase CIDH, Informe Anual 1992-1993, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.83, Doc. 14,
12 de marzo de 1993.
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328. Otras prácticas llevadas a cabo por el régimen en el curso de 1992, --que vulneran
de forma flagrante el derecho a la libertad individual-- fueron los arrestos preventivos que
podían durar meses y en circunstancias que a dichos detenidos podía ocurrirles cualquier
cosa. Así, por ejemplo, la organización Human Rights Watch informó que “[e]l 11 de
octubre de 1992, agentes de la seguridad del Estado de Bayamo, en la provincia de
Granma, arrestaron a los hermanos José Antonio y José Manuel Rodríguez Santana, a
los que detuvieron en la Unidad de Seguridad del Estado en Bayamo. Los funcionarios
encerraron durante cuatro meses a los dos hermanos, que padecen asma, en celdas
tapiadas donde no entraba la luz del día ni tenían ventilación. Aunque los familiares
intentaron hacerles llegar medicinas para el asma, los funcionarios no siempre se las
entregaron y los hermanos padecieron graves ataques asmáticos debido a las
condiciones sofocantes. Durante esos meses, los agentes de la seguridad del Estado
interrogaron varias veces a los hermanos. Las autoridades cubanas trasladaron después
a José Antonio y José Manuel a la prisión de máxima seguridad Las Mangas en Granma,
donde fueron asignados a sendas celdas junto con otros diez o 11 presos comunes
encarcelados por delitos violentos. Los presos comunes los hostigaron y golpearon y
ofrecieron información falsa sobre ellos a los agentes de la seguridad del Estado, lo que
resultó en duros interrogatorios. Cuando los hermanos se quejaron del trato y de las
condiciones de derechos humanos en la prisión, fueron atacados de nuevo. En un juicio a
puerta cerrada en agosto de 1993, ambos hermanos fueron condenados a diez años de
cárcel por rebelión y propaganda enemiga. Mientras que José Antonio fue puesto en
libertad en abril de 1998 a condición de que se exiliara a Canadá, José Manuel
Rodríguez Santana seguía en la prisión Las Mangas cuando se escribió este informe”.302
329. Otro connotado caso ocurrido en Cuba en el curso de 1992 fue el juicio seguido
contra el Dr. Omar del Pozo Marrero, presidente de la Unión Cívica Nacional y miembro
300
Idem.
301
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 134 y 135.
302
Idem.
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331. Hechos tan inofensivos y pacíficos como pegar carteles, denunciar violaciones de
los derechos humanos y participar en manifestaciones no autorizadas en Cuba pueden dar
lugar a graves vulneraciones del derecho a la libertad individual, las cuales acarrean a su
vez la posibilidad de sufrir violaciones a la integridad personal durante las detenciones.
Durante sus investigaciones, Human Rights Watch citó el caso de Adriano González
Marichal quien estuvo detenido preventivamente casi dos años antes de su juicio en
diciembre de 1993. Según dicha organización, “[l]a policía lo había arrestado en enero
de 1992 por colocar carteles antigubernamentales, denunciar violaciones de los
derechos humanos y participar en una manifestación de septiembre de 1991 frente a
303
Idem., páginas 123 y 124.
304
En CIDH, Informe Anual 1992-1993, op.cit., OEA, 12 de marzo de 1993.
305
Idem.
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a) José Ángel Carrasco Velar fue condenado en enero de 1993 a siete años de
prisión por el delito de propaganda enemiga por haber participado en la elaboración de
unos boletines en los que se criticaba a los dirigentes del país, así como por haber hecho
declaraciones en el mismo sentido a periodistas extranjeros.
d) Agustín Jesús Lastre Barroso fue condenado a nueve años de prisión por el
delito de propaganda enemiga mediante juicio celebrado en la sala de delitos contra la
seguridad del Estado del Tribunal Provincial de Camagüey el 24 de septiembre de 1993.
Específicamente se le acusó de formular denuncias sobre violaciones de derechos
humanos por teléfono y para emisoras de radio extranjeras.
306
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 124 y 125.
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g) Luis Alberto Coizeau Rizo fue citado a una estación de policía en Santiago de
Cuba el 23 de marzo de 1993 y posteriormente trasladado a Versalles, sede del
Departamento de Seguridad del Estado. En el curso de un intenso interrogatorio habría
confesado haber escrito grafitos y distribuido volantes antigubernamentales junto con su
hermano Leonardo. Leonardo Coizeau Rizo fue detenido el 3 de abril del mismo año y
trasladado a Versalles. El 9 de julio de 1993 fueron juzgados por un delito de propaganda
enemiga por la sala de delitos contra la seguridad del Estado del tribunal provincial de
Santiago de Cuba y condenados a tres años de prisión.
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detención Villa Marista. Según se informó la Sra. Curra Luzón tenía una condena
pendiente de tres años de prisión por propaganda enemiga, habiendo interpuesto un
recurso de apelación que finalmente resultó en una confirmación de la sentencia. Cumple
condena en la Prisión Occidental de Mujeres.307
333. Otro, muy grave caso, ocurrido en el curso de 1994 fue el arresto del Presidente
del Consejo Nacional para los Derechos Humanos en Cuba, Francisco Pastor Chaviano
González. El activista de derechos humanos fue detenido por agentes de la seguridad del
Estado en La Habana el 7 de mayo de 1994. Los agentes se presentaron en su domicilio
poco después de que una persona desconocida le entregara documentos sobre violaciones
de derechos humanos. Los agentes también se llevaron documentación del mencionado
Consejo, en particular la relativa a personas que habían desaparecido en el mar cuando
trataban de abandonar el país. Fue conducido al cuartel de Villa Marista, acusándosele de
revelar información secreta relativa a la seguridad del Estado. En el pasado, Chaviano
Gonzáles ya había sido objeto de frecuentes actos de intimidación.308 La organización
Human Rights Watch reportó que “el 21 de abril de 1995, un tribunal militar cubano
juzgó y condenó a 15 años de prisión al líder del Consejo Nacional para los Derechos
Humanos en Cuba (CNDHC), Francisco Pastor Chaviano González, por revelar secretos
concernientes a la seguridad del Estado y falsificar un documento público, basándose en
que había identificado a infiltrados en el CNDHC. El Gobierno basó la acusación en el
presunto intento de Chaviano González de identificar a infiltrados del Gobierno en su
organización. Los jueces concluyeron que Chaviano había participado en un plan de
estafa con documentos para tentar a representantes del Ministerio del Interior (entre
ellos los ex funcionarios del ministerio, Boza Vásquez, y San Martín Albistur) a revelar
la identidad de agentes de la seguridad del Estado. Es más, los jueces concluyeron que
Chaviano y sus compañeros obtuvieron varios documentos para emplearlos en sus
‘actividades contrarrevolucionarias’. Entre estos documentos se encontraban dos
panfletos clasificados como secretos: ‘El delito económico en el sector del comercio, la
gastronomía y los servicios’ y ‘El delito económico en las actividades relacionadas con
la energía’ y uno en el que se denunciaban los abusos en las prisiones”.309 Es
importante destacar que el preso de conciencia Francisco Chaviano González se
encuentra en delicado estado de salud, purgando condena en la prisión de mayor rigor
Combinado del Este, y que, a solicitud del Directorio Democrático Cubano la CIDH le
otorgó medidas cautelares ordenándole al Estado cubano que “[a]dopte las medidas
necesarias para garantizar la vida y la integridad física de Francisco Pastor Chaviano
González. En especial, instruya a las autoridades competentes a realizar los exámenes
médicos que permitan evaluar la salud del beneficiario y a brindarle en forma urgente el
tratamiento médico adecuado”. Igualmente, que “[a]dopte estas medidas en consulta
con el beneficiario y sus familiares”.310
334. Es importante destacar, sin embargo, que la organización Human Rights Watch,
luego de recopilar testimonios de ex presos políticos para la elaboración de su libro “La
307
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Sr. Carl-Johan
Groth en cumplimiento de la resolución 1994/71 de la Comisión, E/CN.4/1995/52, 11 de enero de 1995, párrafo 10.
308
Idem.
309
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 47.
310
OEA, CIDH, Medidas Cautelares Nº MC-19-07, Cuba, Santiago Canton, Secretario Ejecutivo.
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335. Citar y analizar cada uno de los casos donde el régimen cubano vulneró los
derechos fundamentales de las personas que discrepan pacíficamente de la política
gubernamental sería prácticamente imposible, y no cabría en el presente informe. Sin
embargo, lo señalado hasta el momento demuestra el patrón represivo de las autoridades
cubanas quienes no escatiman en métodos --a todas luces arbitrarios-- para lograr su
cometido: mantenerse en el poder aún a costa de vulneraciones flagrantes y sistemáticas
de los más elementales principios y derechos universales del ser humano. En su informe
de 1995, el Relator Especial de las Naciones Unidas mencionaba que “no existen cifras
proporcionadas por las autoridades sobre el número de personas que cumplen condena
por delitos con connotaciones políticas”; sin embargo, más adelante expuso que había
recibido una lista que incluía a 1.195 presos políticos, y que la misma no incluía a
personas condenadas por peligrosidad o por intento de salida ilegal del país.312 Dicha
relatoría especial expuso en otro informe de ese mismo año la situación imperante en
Cuba en esa época, situación que a juicio del Directorio Democrático Cubano está
vigente en la Cuba de hoy:
311
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de de Cuba, op.cit., páginas 148 y 149.
312
Naciones Unidas, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, 1995, op.cit., párrafo 9.
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de este tipo de violaciones sin duda tienen. Ahora bien, las carencias en materia de
protección a otros derechos civiles y políticos son tantas y están tan enraizadas en el
sistema político consagrado en la Constitución (según la cual, el ejercicio de estos
derechos es posible pero sólo dentro del marco de la construcción del socialismo), que no
puede contemplarse cada caso, por ejemplo, de detención por motivos políticos o de
sanción por salida ilegal del país de manera aislada, sino como parte de un contexto en el
que impera la falta de pluralismo. El hecho mismo de que un particular acuda a una
instancia "independiente" para presentar una queja conlleva también un riesgo, porque
todo lo que podría caracterizarse como independiente de toda ideología u organismo
oficial es ilegal y, por ende, sumamente vulnerable y sin capacidad de acción.
La creación de grupos con una orientación política, así como de defensa de los derechos
humanos y sindicales, no ha cesado de aumentar en los últimos años, a pesar de las
dificultades con que se enfrentan. Este proceso sin duda se ha visto acelerado por la crisis
económica de los años noventa pero ya había comenzado con anterioridad, en particular
con la creación, en 1976, del Comité Cubano de Derechos Humanos, que aún no ha
logrado su legalización. El Gobierno continúa minimizando la importancia de estos
grupos, calificándolos de "grupúsculos" y de "contrarrevolucionarios". El Relator
Especial opina, sin embargo, que tienen gran importancia. En primer lugar porque, al
menos en su mayoría, surgen espontáneamente como una necesidad del ciudadano común
de buscar alternativas ante la problemática en que se ve inmerso; en segundo lugar,
porque constituyen un embrión de sociedad civil y de pluralismo en un contexto
caracterizado por la existencia, por una parte, del individuo y, por otra, del aparato estatal
que controla igualmente las organizaciones de masas, sin que ninguna instancia
intermedia sea permitida. Estos grupos, aunque responden a un amplio espectro
ideológico, tienen en común la defensa de los derechos individuales, enfatizando así la
importancia de otorgar al individuo un lugar en la sociedad bajo la protección del estado
de derecho, además de una estrategia de oposición pacífica.313
336. Una iniciativa importante en Cuba que sufrió la represión del régimen a gran
escala en 1996 --retornando una vez más a sus prácticas de arrestos masivos-- fue
Concilio Cubano. El Concilio Cubano fue conformado en octubre de 1995 por un
centenar de grupos esencialmente de carácter político, sindical, civil y religioso. Los
objetivos básicos de esta coalición fueron los siguientes: amnistía general para los presos
por motivos políticos; respeto integral de las leyes vigentes; cumplimiento por el
Gobierno de los compromisos internacionales en materia de derechos humanos; adopción
por el Gobierno de las medidas necesarias para organizar el trabajo libre y la libertad
empresarial; elecciones libres y directas. Desde la formación de esta coalición, sus
dirigentes y muchos de sus miembros fueron objeto de amenazas, incluidas amenazas con
ser encarcelados, detenciones temporales, interrogatorios y otros actos de hostigamiento
en diferentes partes del país, además de habérseles impedido la celebración de numerosas
reuniones. Para muchos de ellos, sin embargo, esto no representó una situación nueva
respecto a lo que ya habían experimentado en el marco de sus respectivos grupos.314
337. En diciembre de 1995, Concilio Cubano solicitó permiso de las autoridades para
celebrar un encuentro a nivel nacional el 24 de febrero de 1996. A medida que esta fecha
se acercaba se hizo evidente que el encuentro no sería autorizado, como así resultó
finalmente. Un funcionario del Ministerio del Interior se habría personado en el domicilio
313
Naciones Unidas, Asamblea General, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, A/50/663, 24 de octubre de 1995, párrafos 7-
10.
314
Véase Naciones Unidas, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos, E/CN.4/1997/53, 22 de enero de 1997, párrafos 9-
12.
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315
Idem., Entre los detenidos en La Habana figuran los siguientes: José Miguel Acosta Meyer, de la Asociación Pro Arte Libre; Ana
María Agramonte, del Movimiento de Madres; Irene Almira, del Movimiento Agenda Nacionalista; Pedro Pablo Alvarez,
vicedelegado de Concilio Cubano; Horacio Casanova Carrera, miembro de la ejecutiva del Partido Pro Derechos Humanos en Cuba;
Reinaldo Cosano Alén, vicedelegado de Concilio Cubano; Griselda Fernández Sánchez, de la Alianza Democrática Popular;
Alexander Fuentes Lara, de Agenda Nacionalista; Miriam García, de la Alianza Democrática Popular; José García Reyes, del
Movimiento Ignacio Agramonte; René Gómez Manzano, de la Corriente Agramontista; Nerys Gorostiza Campoalegre, del
Movimiento de Madres Cubanas por la Solidaridad; Miguel Granda Oliver, de Agenda Nacionalista; Pedro Labrador Gilimas, del
Consejo Nacional por los Derechos Civiles; Heriberto Leyva, Director del Centro de Estudios Alternativos del Movimiento Cubano de
Jóvenes por la Democracia; Gladys Linares Blanco, Presidenta del Comité Femenino Humanitario; Librado Linares, representante de
la comisión villareña de Concilio Cubanos; Bárbara Lugo García, del Movimiento de Madres; Ricardo Mena Portal, delegado de la
Alianza Democrática Popular en Ciego de Avila; Clara Ortiz, del Movimiento de Madres; Héctor Palacio Ruiz, vicedelegado de
Concilio Cubano; Mercedes Parada Antúnez, Dirigente de la Alianza Democrática Popular; Alberto Perera Martínez, Presidente del
Comité Paz, Progreso y Libertad; José Luis Quiroz Gómez, del Bloque Democrático José Martí; Mercedes Rineri Carrión, de la
Organización Juvenil Martiana; Gema Romero Iparraguirre, Vicepresidenta de la Coalición Democrática Cubana; Marta Beatriz
Roque, Directora del Instituto Cubano de Economistas Independientes; Néstor Rodríguez Lobaina, Presidente del Movimiento Cubano
de Jóvenes por la Democracia (MCJD); Vicky Ruiz Labrit, de la Coordinadora de Oposición Pacífica; Mercedes Sabourni, de Agenda
Nacionalista; Lázaro Santana, del Movimiento Maceísta por la Dignidad; Agustín Sosa Moya, Presidente de la Comisión Humanitaria
del Presidio Político; Orestes Torres Céspedes, de la Alianza Democrática Popular; María Valdés Rosado, del Movimiento de Madres;
y Jesús Zúñiga, portavoz del Partido Solidaridad Democrática. José Angel Chente Herrera y Juan José Pérez Maso, del Frente Pro
Derechos Humanos, y Máximo Gómez fueron detenidos en la provincia de Pinar del Río. Si bien todos los mencionados fueron
puestos en libertad horas o días después de haber sido detenidos, a algunos se les instruyeron cargos y al menos cuatro personas fueron
procesadas y condenadas a penas de prisión.
316
Sus casos son los siguientes: a) Lázaro González Valdés, vicedelegado y miembro del Secretariado Nacional de Concilio
Cubano, fue detenido el 15 de febrero de 1996 y trasladado al centro de detenciones del Departamento Técnico de Investigaciones de
100 y Aldabó. En juicio celebrado el 22 de febrero en el Tribunal Municipal de La Palma, Arroyo Naranjo, La Habana, fue condenado
a 14 meses de prisión bajo cargos de resistencia y desacato a la autoridad. El primer cargo estaría basado en que sus familiares habrían
tardado en abrir la puerta cuando la policía se presentó en su domicilio a detenerlo, y el segundo en no haber cesado sus actividades en
el marco de Concilio Cubano a pesar de haber recibido varias advertencias por parte de las autoridades. El Tribunal Provincial ratificó
la condena de 14 meses de prisión. Fue internado en la prisión 1580 "el Pitirre"; b) Leonel Morejón Almagro, 31 años, abogado,
miembro de la Corriente Agramontista, delegado nacional y uno de los fundadores de Concilio Cubano, fue detenido en La Habana el
15 de febrero de 1996 y trasladado al Departamento Técnico de Investigaciones. El Tribunal Municipal de La Palma lo condenó en
primera instancia a seis meses de prisión por resistencia a un funcionario en el ejercicio de sus funciones, al parecer por haber pedido a
los agentes que se disponían a detenerlo que se identificaran y que le mostraran la orden correspondiente. El 8 de marzo de 1996 el
Tribunal Popular Provincial le condenó a 15 meses de prisión, añadiendo a la primera acusación la de desacato, después de haber
recurrido el Ministerio Público la sentencia en primera instancia. En un primer momento fue trasladado a cumplir la sentencia a la
prisión de Valle Grande, provincia de La Habana. En julio, sin embargo, fue trasladado a la de Ariza (Cienfuegos). En el mes de
noviembre de 1995 Leonel Morejón Almagro y su esposa habían sido detenidos y sometidos a interrogatorio en Villa Marista durante
varias horas. En enero de 1996 fue de nuevo detenido por unas horas junto con otros miembros de una de las comisiones que
conforman Concilio Cubano; c) Roberto López Montañez, 43 años, miembro de las agrupaciones Movimiento Opositor Panchito
Gómez Toro y de la Alianza Democrática Popular, ambas miembros de Concilio Cubano, fue detenido el 23 de febrero de 1996 y
condenado el 4 de julio de 1996 por el Tribunal Municipal de Boyeros a 15 meses de privación de libertad por el delito de desacato a
la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro (a quien supuestamente se habría referido como "traidor") y falsificación de documentos
(al parecer habría utilizado su fotografía ilegalmente en un documento de identidad). López Montañez fue trasladado a la prisión
Valle Grande. Su estado de salud es sumamente delicado, pese a lo cual no estaría recibiendo la atención médica necesaria; y d) Juan
Francisco Monzón Oviedo, 44 años, profesor, miembro del Consejo Nacional de Coordinación de Concilio Cubano, fue detenido el
15 de febrero de 1996 y condenado a seis meses de prisión por "asociación ilícita" en un juicio sumario celebrado el 21 de marzo. El 2
de septiembre de 1996 fue puesto en libertad. En los primeros dos casos el abogado de los procesados sólo pudo conocer los detalles
de las acusaciones contra ellos una o dos horas antes del juicio, y sólo unos minutos antes de comenzar éste se le permitió hablar con
sus defendidos.
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tipos de hostigamiento, entre ellos los arrestos temporales donde los opositores pacíficos
sufrían largos interrogatorios. Algunos de estos casos ocurrieron también en 1996.317
339. Uno de los grupos que, tal vez, sufre mayor represión en Cuba es el de los
periodistas independientes. Reporteros sin Fronteras, una organización internacional,
dedicada a defender la libertad de prensa y a los periodistas en el mundo, ha tenido un
arduo trabajo en los últimos años defendiendo el trabajo de los periodistas independientes
en Cuba, quienes arriesgando su propia integridad física y libertad individual trabajan en
condiciones precarias, y aún así logran su cometido al dar una versión objetiva,
independiente e imparcial de lo que realmente ocurre en ese país. En efecto, Reporteros
sin Fronteras manifiesta que “[e]n Cuba, a un periodista que no trabaje en los medios de
comunicación oficiales se le considera un “enemigo del Estado”, o un “mercenario”.318
Durante años cientos de periodistas independientes han pagado con su libertad el hecho
de haber creado una agencia de prensa independiente, escrito en una revista disidente o
317
a) Aída Rosa Jiménez y Marta Parga García fueron sometidas el 20 de marzo de 1996 en ciudad de La Habana a interrogatorios
por espacio de 12 horas en el Departamento de Seguridad del Estado, tras lo cual se les abrió un proceso por los delitos de "asociación
para delinquir" y "manifestaciones en contra de las figuras de Fidel Castro, Raúl Castro y héroes y mártires", en relación con sus
actividades en el marco del Movimiento de Madres Cubanas por la Solidaridad. Anteriormente, el 7 de marzo, habían sido detenidas
en la provincia de Cienfuegos durante 24 horas, tras lo cual fueron desterradas de dicha provincia y durante 13 días se les privó de su
carnet de identidad. Una hija de Aida Rosa Jiménez habría sido expulsada de su puesto de trabajo en un hospital de La Habana el 16
de octubre de 1996; b) Néstor Rodríguez Lobaina y Radamés García de la Vega, Presidente y Vicepresidente, respectivamente, del
Movimiento Cubano Jóvenes por la Democracia, fueron detenidos el 6 de junio de 1996 en La Habana bajo acusación de "desacato" y
"resistencia" en relación con sus intentos de organizar un movimiento para la reforma universitaria en la capital. En los días que
siguieron fueron procesados, sin asistencia de abogado, a 12 y 6 meses respectivamente de limitación de libertad y a 5 años de
destierro en sus ciudades de origen, situadas en el oriente del país. Fueron puestos en libertad y permanecieron en La Habana a la
espera de sentencia en segunda instancia. El 25 de junio, sin embargo, fueron detenidos de nuevo y llevados a un puesto de policía del
Vedado, donde habrían sido golpeados, y al día siguiente fueron conducidos a un juzgado municipal que ordenó su confinamiento y
traslado inmediato a Santiago de Cuba, a pesar de no haberse resuelto el caso aún en segunda instancia. Seguidamente el
Departamento de Seguridad de esta ciudad los condujo a sus respectivos domicilios: Néstor Rodríguez a Baracoa, en la provincia de
Guantánamo, y Radamés García a Palma Soriano, en Santiago de Cuba. El 6 de septiembre Néstor Rodríguez fue temporalmente
detenido y acusado de desobediencia y de sobrepasar los límites de la ciudad. El 20 de noviembre fue mantenido bajo arresto durante
nueve horas y objeto de violencia física en las dependencias de la Seguridad del Estado en Baracoa, mientras era amenazado para que
no divulgara información sobre supuestas violaciones de derechos humanos; c) Carlos Lores Martínez, profesor de la Facultad de
Electrónica de la Universidad de Pinar del Río, fue detenido por agentes de seguridad el 3 de mayo de 1996. En la misma ocasión fue
también detenido su hermano, el también ingeniero Silvio Lores Martínez, quien sin embargo fue liberado sin cargos el 12 de julio. En
septiembre de 1996 Carlos Lores permanecía en muy delicado estado de salud en el Departamento de Seguridad del Estado de Pinar
del Río, bajo acusación de propaganda enemiga. Ambos hermanos fueron expulsados oficialmente de sus cátedras; d) Osmel Lugo
Gutiérrez, Vicepresidente del Partido Democrático 30 de Noviembre, y Maritza Lugo fueron citados el 15 de mayo de 1996 a las
oficinas de inmigración en La Habana, donde se les habría ofrecido la posibilidad de salir del país, lo que ellos habrían rechazado.
Posteriormente fueron detenidos, Osmel el 22 de mayo y Maritza el 3 de junio. Mientras ésta fue puesta en libertad dos días más tarde,
aquél permaneció en el Departamento Técnico de Investigaciones bajo acusación de "asociación para delinquir" por haber exhortado
a los habitantes de un barrio de La Habana a resistirse al desalojo forzoso de sus viviendas ordenado por las autoridades. e) Maritza
Lugo, Grisel Galera y Marcos Torres, también del Partido Democrático 30 de Noviembre, estarían igualmente procesados por los
mismos hechos. Posteriormente, el Relator Especial obtuvo información según la cual el 20 de diciembre de 1996 Osmel Lugo
Gutiérrez fue condenado a dos años y seis meses de privación de libertad por el tribunal Municipal de Guanabacoa por el delito de
desacato a la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro, al parecer por haberse ocupado unas cartas en las que Osmel Lugo se refería
a las actividades de aquél en los años 50. f) En torno al 13 de julio de 1996 se produjeron una serie de arrestos y registros de
domicilios de miembros de diferentes agrupaciones en las provincias Habana y Ciudad Habana, probablemente en relación con el
segundo aniversario del hundimiento del remolcador 13 de Marzo donde perecieron 40 personas. Entre los detenidos figuran: Gladys
Linares Blanco, vicedelegada de Concilio Cubano; Nancy Sotolongo, del Movimiento 13 de Julio; Joaquín Torres, de Habana
Press; Marta Parga y Aída Rosa Jiménez, a quienes además se les ocupó documentación y el archivo de su agrupación Movimiento
de Madres Cubanas por la Solidaridad; y Ana María Agramonte, del Movimiento Agenda Nacionalista, quien habría permanecido
varias horas en la Décima Unidad de policía de Acosta y Diez de Octubre. Los mencionados fueron conducidos a distintas unidades
policiales, interrogados y liberados horas más tarde. Secundino Coste Valdés, miembro del Movimiento Panchito Gómez Toro y de
la Alianza Democrática Popular, ambos grupos pertenecientes a Concilio Cubano, fue detenido el 30 de julio de 1996 después de un
registro en su domicilio por agentes de la Seguridad del Estado y trasladado al centro de detención de Villa Marista, donde aún
permanecería dos semanas después. En Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Informe sobre la Situación de los Derechos
Humanos en Cuba, E/CN.4/1997/53, 22 de enero de 1997, párrafos 15-19.
318
Reporteros sin Fronteras, Información Actualizada sobre los Periodistas Cubanos Encarcelados, en http://www.rsf.org
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340. El año 1997 continuó con el mismo patrón represivo del régimen cubano contra
toda forma de oposición pacífica. No en vano, en uno de sus últimos informes, el Relator
Especial de las Naciones Unidas manifestó que durante ese año hubo “una continuidad
en el patrón de violaciones de los derechos humanos con respecto a años anteriores y, en
particular, con respecto a 1996. En materia de los derechos a no discriminación por
motivos políticos y a la libertad de expresión, reunión y asociación no se experimentó
ningún cambio que significara un mayor respeto y actitud de diálogo hacia todos
aquellos que, de manera pacífica, muestran posiciones críticas con respecto a la actual
situación política, laboral, educacional, etc. Al mismo tiempo continúan surgiendo
grupos de personas que, disconformes con ese sistema, forman sus propias asociaciones
dentro de las cuales se analizan posibles soluciones alternativas a los actuales
problemas que enfrenta la sociedad cubana, llegando en algunos casos a plantear el
resultado de dichas reflexiones a las autoridades con miras a propiciar un diálogo.
Éstas, sin embargo, continúan sin mostrarse dispuestas a dicho diálogo, siendo su
actitud la mayoría de las veces represiva. Esta actitud represiva es también la causa de
la debilidad de los grupos mencionados, resultando prácticamente imposible su
fortalecimiento”. 320
341. Uno de los casos que indudablemente cae dentro del análisis del Relator Especial
es el arresto político, procesamiento y condena privativa de la libertad a los cuatro líderes
del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna (GTDI). Este caso tuvo principio de
ejecución en 1997, pero concluyó con la condena a esas personas en 1999, debido a que
319
Algunos casos que involucran a periodistas durante 1996 son: Julio Martínez, de Havana Press, detenido el 14 de enero; Luis Solar
Hernández, de la Oficina de Prensa Independiente (BPIC), detenido en Ciego de Avila el 19 de enero; Raúl Rivero de CubaPress,
detenido el 14 de febrero; Bernardo Fuentes Camblor, del BPIC, detenido el 15 de enero, 6 de marzo y 12 de agosto en Camagüey;
María de los Angeles González y Omar Rodríguez, del BPIC, detenidos el 13 de marzo; Olance Nogueras, del BPIC, detenido el 23 de
abril de 1996 en Cienfuegos, amenazado en varias ocasiones e interrogado acerca de su relación con una diplomática estadounidense
de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, a quien el Gobierno cubano habría rechazado en el mes de agosto la
prolongación de su visado supuestamente por haber distribuido literatura antigubernamental; Yndamiro Restano, del BPIC, detenido el
26 de abril; Lázaro Lazo, del BPIC, detenido el 24 de mayo y sometido a nuevo interrogatorio el 24 de junio; Joaquín Torres Alvarez,
de Havana Press, recibió amenazas y presiones para que abandonara el país el 31 de mayo y fue detenido el 12 de julio; José Rivero
García, de CubaPress, recibió amenazas y se le incautaron útiles de trabajo el 9 de junio; Norma Brito, del BPIC, sometida a
interrogatorio el 26 de junio; Orlando Bordón Gálvez, de CubaPress, sometido a interrogatorio el 13 de julio; Mercedes Moreno, del
BPIC, sometida a interrogatorio el 15 de julio en Cienfuegos; Juan Antonio Sánchez, de CubaPress, detenido el 14 de febrero y el 30
de julio; Pedro Argüelles Morán, de Patria, sometido a interrogatorio el 1º de agosto; Ramón Alberto Cruz Lima, de Patria, sometido a
interrogatorio el 1º y el 7 de agosto; Félix Navarro Rodríguez, del Buró de Prensa Independiente en Perico, provincia de Matanzas,
detenido el 8 de noviembre de 1996 y conducido al sector policial del Central Sergio González, donde habría sido interrogado y
amenazado al parecer por no pagar la mensualidad del sindicato oficial, por haber discutido en su trabajo un ejemplar del diario de
Miami El Nuevo Herald y por hacer declaraciones a emisoras de los Estados Unidos.
320
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, 54º período de sesiones, Informe sobre la
Situación de los Derechos Humanos en Cuba, E/CN.4/1998/69, 30 de enero de 1998, página 4.
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las víctimas estuvieron más de año en detención preventiva sin haber sido llevados ante
un tribunal de justicia. Los cuatro miembros del GTDI son: Martha Beatriz Roque
Cabello y Vladimiro Roca Antúnez (economistas); y René Gómez Manzano (abogado), y
Félix Antonio Bonne Carcassés (profesor de ingeniería).
342. El 5 de mayo de 1997, el grupo arriba citado celebró una conferencia de prensa en
La Habana en la que promovió el boicot a las elecciones --que involucraban al único
partido político permitido en Cuba: el Partido Comunista Cubano (PCC)-- previstas para
finales de ese año. Representantes de más de 15 medios de comunicaciones extranjeros
asistieron a la conferencia, en la que dicha agrupación declaró que las elecciones mono-
partidistas no ofrecían a los votantes verdaderas opciones. El hecho de que el Gobierno
no interfiriera en la rueda de prensa marcó una rara diferencia con respecto a las prácticas
gubernamentales habituales. Tras la conferencia de prensa, los cuatro líderes de la
disidencia publicaron en junio un documento titulado “La Patria es de Todos”, en el que
se ofrecía un análisis de la economía de Cuba y se desalentaba la inversión extranjera, se
proponían reformas a la Constitución de la República, se hablaba de los derechos
humanos y se criticaba el reconocimiento de un único partido político en Cuba. El 16 de
julio de 1997, la policía cubana detuvo a los cuatro dirigentes del GTDI, cuyas protestas
pacíficas calificó de “delitos contrarrevolucionarios”. El Gobierno envió a cada uno de
los líderes a diferentes prisiones, donde fueron internados con convictos violentos y
sometidos a las condiciones sumamente deficientes que prevalecen en las prisiones
cubanas. Durante su detención preventiva, las autoridades gubernamentales alentaron en
varias ocasiones a los disidentes para que se exiliaran. En septiembre de 1997, Carlos
Fernández de Cossio, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, explicó que el
Gobierno cubano tenía la intención de procesar a los disidentes debido a que habían
intentado dañar la economía cubana y estaban operando bajo las órdenes de un gobierno
extranjero. El 25 de junio de 1998, un funcionario de la policía de seguridad del Estado
destacado en La Habana, el Coronel Nelson de Armas, visitó al parecer a Roca Antúnez
en la prisión Ariza en la provincia de Cienfuegos. De Armas preguntó a Roca Antúnez
sobre sus actividades y sobre “La Patria es de Todos”. Con motivo del primer
aniversario de su detención, Roca Antúnez escribió en una carta en julio de 1998, “No es
mi intención retar a las autoridades o buscar un enfrentamiento porque mi posición
continúa siendo de reconciliación, tolerancia, perdón, reunificación de todos los cubanos
y no-violencia”. La fiscalía de Cuba no formuló cargos contra los cuatro líderes hasta
septiembre de 1998, después de que hubieran pasado más de un año en prisión.321
321
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 80 y 81.
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Manzano a cuatro años; y a Roque Cabello a tres años y medio de pena privativa de
libertad. Human Rights Watch efectuó una investigación en relación a este caso y señaló
que,
Tras el juicio del 1 de marzo de 1999, el Gobierno cubano emprendió una campaña de
prensa para desacreditar a los líderes del GTDI y justificar las acciones gubernamentales.
El periódico controlado por el Partido Comunista, Granma Diario, informó que las
acciones "contrarrevolucionarias" de los cuatro líderes habían conducido a la "ineludible
necesidad de arrestarles y ponerles a disposición de los Tribunales...." Granma calificó
"La Patria es de Todos" de "el más indignante insulto a la historia de nuestra Patria" y
declaró además que:
344. Los arrestos temporales, que en la práctica son amenazas e intimidaciones contra
los opositores pacíficos y activistas de derechos humanos, fueron efectuadas por el grupo
en el poder en el curso de 1997. Los que más sufrieron este tipo de vulneraciones del
derecho a la libertad individual fueron los activistas de derechos humanos. En algunos
casos estas detenciones podía durar de 24 a 72 horas, y en otros, varios meses como el
caso del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna que estuvo detenido por un período de
19 meses antes de ser procesados judicialmente.323
322
Idem.
323
a) Daula Carpio Matos, del Partido pro-Derechos Humanos en Villa Clara, fue detenida el 24 de febrero de 1997 por un período
de 48 horas en la sede de la Seguridad del Estado en Villa Clara. El 31 de julio fue de nuevo detenida y permaneció en la unidad
provincial de instrucción policial hasta el 7 de agosto, fecha en que fue enviada a su domicilio con la prohibición de abandonarlo hasta
la celebración de juicio en su contra; b) Rodolfo Conesa Vilomar y Jesús Gutiérrez Vilomar, ambos miembros del Partido pro-
Derechos Humanos en la Provincia de Sancti Spiritus, fueron detenidos el 24 de febrero de 1997, y mantenidos durante 72 horas en la
sede de la Seguridad del Estado de esa provincia. Anaida Iraina Corzo Aguiar, del Partido pro-Derechos Humanos de Villa Clara, fue
detenida el 21 de febrero y permaneció durante 48 horas en la sede de Seguridad del Estado en Villa Clara; c) Mayte Moya Gómez,
de la delegación de Cienfuegos del Partido pro-Derechos Humanos, permaneció detenida del 21 al 24 de febrero en la Seguridad del
Estado de Cienfuegos; posteriormente fue detenida de nuevo el 3 de marzo y mantenida durante 24 horas en el mismo lugar. Carlos
Suárez, del Partido pro-Derechos Humanos en el Municipio de San Juan y Martínez, Provincia del Pinar del Río, fue detenido el 28 de
enero, permaneciendo durante 24 horas en la sede de la Seguridad del Estado de San Juan y Martínez; d) Ricardo de Armas
Hernández, delegado del Partido pro-Derechos Humanos en la Provincia de Matanzas, permaneció detenido durante 24 horas el 28 de
febrero de 1997 y posteriormente el 14 de marzo estuvo detenido por varias horas en la sede de la Seguridad del Estado de la
provincia. El 19 del mismo mes se le celebró juicio por desacato a la Policía Nacional Revolucionaria, y fue sancionado a nueve
meses de prisión; y e) Lorenzo Páez Núñez y Dagoberto Vega Jaime, del Centro No Gubernamental para los Derechos Humanos
"José de la Luz y Caballero", fueron detenidos el 10 de julio de 1997 en Artemisa, La Habana, y juzgados al día siguiente, sin
asistencia legal, por un juzgado municipal. Fueron condenados a 18 meses y 1 año de prisión respectivamente por los delitos de
desacato y difamación y trasladados a la prisión de Guanajay. Los cargos de desacato parecen estar vinculados a un incidente ocurrido
el 25 de junio del mismo año. Aquel día Lorenzo Páez, quien es también periodista independiente, se encontraba en el domicilio de
otro miembro de la oposición, Santiago Alonso Pérez, hablando por teléfono con un representante del exilio en Miami cuando
Continúa en la siguiente página…
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346. Igual situación vivió Cecilio Monteagudo Sánchez, Vice delegado del Partido de
Solidaridad Democrática (PSD), quien fue detenido el 15 de septiembre de 1997, en Villa
Clara.325 Asimismo, en octubre de 1997 fueron arrestados Israel García Hidalgo, Benito
Fojaco Iser, Ángel Nicolás Gonzalo, José Ramón López Filgueira y Reynaldo Sardiñas
miembros de la policía llegaron a efectuar un registro. Lorenzo Páez procedió a contar a su interlocutor lo que estaba sucediendo y
pasó el teléfono a uno de los policías, quien habló con la persona en Miami. La conversación fue grabada por ésta y más tarde
difundida por una estación de radio que emite hacia Cuba. Tanto Lorenzo Páez como Santiago Alonso fueron detenidos ese mismo
día y liberados poco después. Durante el proceso el Ministerio Público argumentó que este incidente demostraba que Lorenzo Páez
estaba diseminando noticias en el extranjero ilegalmente. No quedó claro, sin embargo, por qué dichos actos constituían "desacato",
ni por qué esta figura se aplicaba a Dagoberto Vega, quien no participó en el incidente mencionado. También fueron condenados por
difamación, en virtud de la acusación presentada por un ex funcionario del Ministerio del Interior al que ambos habían mencionado en
un informe al extranjero por vía telefónica, como responsable de la agresión a un grupo de jóvenes durante una fiesta en una central de
azúcar. Lorenzo Páez es profesor de matemáticas que en 1992 fue expulsado de su puesto de trabajo en la Academia Naval Mariel por
haber formulado críticas contra el Gobierno. Estuvo detenido durante un período breve en noviembre de 1996, tras la confiscación por
parte de las autoridades de documentos relacionados con sus actividades en el marco de la mencionada organización. En Naciones
Unidas, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Asamblea General, 17 de octubre de 1997, A/52/479, página 3, párrafos 8, 9,
10, 11 y 12.
324
El Gobierno cubano no accedió a la petición papal para su puesta en libertad. El 28 de agosto de 1998, un tribunal de La Habana
condenó a Alfaro García a tres años de cárcel por difundir noticias falsas contra la paz internacional, un delito contra la seguridad del
Estado contenido en el Código Penal. La policía cubana encarceló a Alfaro García poco después de que se uniera a una organización
de madres de presos políticos en la preparación de una carta pidiendo al Gobierno la puesta en libertad de sus hijos. El 7 de mayo de
1997, Alfaro leyó la carta para una emisión de Radio Martí. Las autoridades cubanas lo detuvieron al día siguiente y lo acusaron de
propaganda enemiga. En el juicio, el Gobierno basó aparentemente sus cargos de difusión de noticias falsas en que Alfaro García
había denunciado palizas a detenidos y había reclamado a la Asamblea Nacional que pusiera en libertad a los presos recluidos por
delitos contra la seguridad del Estado. Tras la condena, un locutor de la radio estatal criticó a Alfaro García a micrófono abierto
diciendo que era un mentiroso que no merecía ser llamado "preso de conciencia." En cambio, el periodista de Radio Habana alegó que
es posible que Reynaldo Alfaro García haya recolectado dólares para sus nuevos despachos basados en mentiras. Sea o no cierto, el
hecho es que hay medios de comunicación de masas que actúan como vehículos para campañas anti cubanas, y esto se aplica no sólo a
la mal llamada Radio y Televisión Martí. En el juicio celebrado en La Habana, se acaba de demostrar que Reynaldo Alfaro García y
los que una vez más han transmitido calumnias anti cubanas, han mentido. El 28 de agosto de 1998, una veintena de personas se
congregaron frente al tribunal donde se estaba celebrando el juicio de Alfaro García para manifestarse en su defensa y en favor de la
puesta en libertad de los presos políticos. Al parecer, poco después del inicio de la protesta, otro grupo de manifestantes llegó
cantando eslóganes pro gubernamentales. En septiembre, la policía cubana detuvo a algunos de los que habían protestado contra su
juicio. En marzo de 1999, tras cumplir más de 22 meses de la condena de tres años, las autoridades cubanas concedieron a Alfaro
García la libertad condicional. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 85-87.
325
El 13 de febrero de 1998, un tribunal de Santa Clara condenó a Monteagudo Sánchez a cuatro años de prisión por propaganda
enemiga. Fue juzgado por haber redactado un documento pidiendo la abstención en las elecciones locales que nunca fue publicado.
Cuando se escribió este informe, las autoridades cubanas habían internado a Monteagudo Sánchez en la prisión Guamajal, provincia
de Villa Clara, conocida como el “Tiburón Blanco”. Las autoridades cubanas también juzgaron a Juan Carlos Recio Martínez, un
periodista local al que Monteagudo Sánchez había pedido que mecanografiara el manuscrito. El 13 de febrero de 1998, el tribunal de
Santa Clara condenó a Recio Martínez por otros actos contra la seguridad del estado, basándose en que no había denunciado a
Monteagudo Sánchez. Recio Martínez, de la agencia Cuba Press, fue sentenciado a un año en un correccional sin internamiento; lo
cual significa que tenía que presentarse a trabajar todos los días pero podía dormir en su casa. En junio de 1998, empezó a cumplir su
condena en la Cooperativa Abel Santamaría, cerca de Camajuaní en la provincia de Villa Clara. Idem., páginas 87 y 88.
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326
Entre las actividades de los miembros del grupo se encontraban las denuncias de los abusos de los derechos humanos a escala
local. En el juicio del 12 de marzo de 1998, el tribunal dictó que los cinco eran culpables de “otros actos contra la seguridad del
Estado”. Este delito abarca a todas las personas que forman grupos para cometer delitos contra la seguridad del Estado, tales como
propaganda enemiga. Las autoridades cubanas pueden emplear esta disposición para castigar el ejercicio no violento de los derechos
fundamentales. El tribunal condenó a García Hidalgo y a Fojaco Iser a dos años de prisión, mientras que López Filgueira recibió una
sentencia de un año. Las autoridades encarcelaron a los tres hombres en la prisión Ariza en la provincia de Cienfuegos. Tanto
Gonzalo, de 69 años, como Sardiñas Delgado, de 66, fueron condenados a un año de correccional sin internamiento. Dada la edad
avanzada de Gonzalo y Sardiñas Delgado, el hecho de que fueran condenados a un correccional es especialmente severo. Idem.,
páginas 88 y 89.
327
Según Human Rights Watch, “El tribunal basó aparentemente los cargos en las acusaciones del periodista de que los dos líderes
habían mentido, dado que el Gobierno cubano no había respetado la Declaración de Viña del Mar, un documento firmado por Castro
en la Sexta Cumbre Iberoamericana celebrada en Viña del Mar, Chile, en noviembre de 1996. Arévalo Padrón, ex funcionario del
Ministerio del Interior, hizo estos comentarios a una estación de radio de Miami. Las autoridades cubanas habían juzgado previamente
a Héctor Palacios Ruiz, Presidente del Partido de Solidaridad Democrática, cuando puso en entredicho la voluntad de Castro de
cumplir con el acuerdo de Viña del Mar. Tras su detención en enero de 1997 y su juicio en septiembre de 1997, Palacios Ruiz cumplió
la mayoría de su condena de 18 meses por desacato hasta su puesta en libertad a principios de 1998, después de que el Papa pidiera su
liberación. Al parecer, durante su encarcelamiento, los guardias de prisiones han golpeado a Arévalo Padrón, lo han recluido en
celdas de aislamiento y se han negado a entregarle las medicinas que sus familiares le han traído”. En Human Rights Watch, La
Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 89.
328
La organización Human Rights Watch dio a conocer las características de este proceso, y la situación por la que atravesaron
aquellas víctimas de violaciones de los derechos humanos: “El 7 de agosto de 1997, la policía cubana detuvo a Daula Carpio Mata,
líder de la delegación en Villa Clara del Partido Pro Derechos Humanos (PPDH), a la que acusó de asalto, basándose
aparentemente en que se había manifestado en un juicio anterior de un colega del PPDH, Israel Feliciano García. La policía puso en
libertad a Carpio Mata pero la detuvo de nuevo el 9 de octubre de 1997. En el juicio del 29 de octubre de ese mismo año, el tribunal
de Santa Clara condenó a Carpio Mata a 16 meses de internamiento en un correccional. Carpio Mata protestó la sentencia, no se
presentó en el correccional e inició una huelga de hambre. En diciembre de 1997, la policía cubana la detuvo y encarceló en la
sección de mujeres de la prisión Guamajal. Tras el arresto inicial de Carpio Mata, varios miembros de la delegación de Villa Clara
del PPDH iniciaron una huelga de hambre en protesta por la detención. El 23 de octubre de 1997, un tribunal de Santa Clara
condenó a diez miembros del PPDH por “asociación para delinquir” y “desobediencia”, e impuso sentencias que iban de un año de
arresto domiciliario a María Felicia Mata Machada a uno y medio de prisión o de correccional a José Antonio Alvarado Almeida,
Ileana Peñalver Duque, Roxana Alina Carpio Mata, Lilian Meneses Martínez, Arelis Fleites Méndez, Iván Lema Romero, Danilo
Santos Méndez, Vicente García Ramos y José Manuel Yera Benítez. Al parecer, el juez no concedió más que diez minutos a la
defensa para que presentara su caso, lo que incluía los testimonios de todos los acusados. A principios de 1998, las autoridades
cubanas adoptaron medidas más duras contra el grupo, aparentemente en represalia por que los activistas habían emprendido
prolongadas huelgas de hambre y recabado la atención de la prensa internacional que cubría el peregrinaje a Cuba del Papa Juan
Pablo II. Las autoridades locales encarcelaron a varios de los activistas que antes habían recibido condenas más leves. Los
funcionarios cubanos encarcelaron a Santos Méndez y a García Ramos en la prisión “Nieves de Morejón” en Sancti Espíritu; a Yera
Benítez en la prisión Manacas en Villa Clara; a Lema Romero en la Prisión Provincial de Villa Clara, conocida como “El Pre”; a
Peñalver Duque y a Fleites Méndez en la sección de mujeres de “El Pre”; a Meneses Martínez en la sección de mujeres de la prisión
Guamajal en Santa Clara (donde seguía internada Daula Carpio Mata); y a Alvarado Almeida en la prisión Guamajal. Las
autoridades cubanas concedieron licencia extra penal a Roxana Alina Carpio Mata debido a su embarazo. Además de las duras
condiciones penitenciarias, varios de los miembros del PPDH que habían realizado una larga huelga de hambre estaban sufriendo el
deterioro físico a causa de la experiencia. Tras una huelga de hambre de 120 días a base de caldo y agua, Iván Lema quedó
hospitalizado después de perder 21 kilos. A mediados de 1998, se informó de que las autoridades habían negado a Lema una licencia
extra penal debido a sus graves problemas físicos. Daula Carpio Mata sufría aparentemente constantes dolores abdominales y
problemas de oído, mientras que José Manuel Yera Meneses padecía pérdida de memoria. No obstante, en julio de 1998, Alvarado
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348. Los arrestos y la impunidad con que actúa el régimen no tiene límites. En el
curso de 1997, las autoridades cubanas detuvieron a un médico por haber denunciado una
epidemia de dengue en Santiago de Cuba. La víctima en este caso fue el Dr. Dessy
Mendoza Rivero, quien por estar preocupado por sus enfermos y la indolencia del grupo
en el poder, fue hostigado, detenido, procesado y luego obligado a exiliarse en España.329
Otras víctimas del aparato represivo cubano durante 1997, fueron Orestes Rodríguez
Horruitiner, miembro del partido de Renovación Ortodoxa y Vicepresidente del Club de
Ex Presos Políticos quien fue encarcelado bajo los cargos de Propaganda Enemiga debido
a que poseía libros extranjeros en su residencia.330
349. En algunos casos cuando los presos políticos tratan de denunciar los abusos que
sufren diariamente en las cárceles cubanas, corren graves riesgos bajo el sistema
penitenciario cubano, no solo de sufrir atentados a su integridad personal sino también de
que el régimen los vuelva a condenar a penas privativas de la libertad adicionales. Estos
fueron los casos de dos miembros del “Partido 30 de Noviembre Frank País”, Maritza
Lugo Hernández y Raúl Alarde Herrera quienes en junio de 1997 fueron condenados por
supuestamente “sobornar” a guardias de la prisión Unidad 1580 de La Habana.331 Igual
situación se presentó en el caso de Cecilio Ruiz Rivero, miembro de la Asociación de
Lucha Frente a la Injusticia Nacional (ALFIN) quien fue condenado a 9 años de prisión
Almeida emprendió otra huelga de hambre para protestar su detención con presos comunes violentos que le estaban amenazando de
manera agresiva”. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 89-91.
329
Human Rights Watch también se ocupó de este caso, señalando que “En junio de 1997, el Dr. Dessy Mendoza Rivero, el fundador
y presidente del Colegio Médico Independiente de Santiago de Cuba, alertó a la prensa internacional de una epidemia de dengue en
Santiago. El Dr. Mendoza estaba consternado por que, a pesar del gran número de personas que habían enfermado de dengue, la
prensa estatal cubana no hubiera informado de la gravedad de la crisis sanitaria. Entre el 15 y el 18 de junio de 1998, el Dr. Mendoza
concedió entrevistas a varios medios internacionales, entre ellos Radio Martí (la emisora de radio patrocinada por el Gobierno
estadounidense), el diario español ABC, Radio Netherlands y el periódico mexicano La Reforma. Los agentes de la seguridad del
Estado de Cuba detuvieron al Dr. Mendoza el 25 de junio de 1997. Los fiscales le instaron sin éxito a que firmara una declaración
admitiendo que era el responsable de la “propagación de la epidemia”. Entonces, los fiscales formularon cargos contra él por
asociación ilegal, basándose en sus actividades con la organización de médicos y con el Movimiento Pacifista Pro Derechos Humanos
de Santiago de Cuba, y por propaganda enemiga sobre la base de sus declaraciones públicas sobre la epidemia de dengue. El 18 de
noviembre de 1997, un tribunal de Santiago lo juzgó y halló culpable de propaganda enemiga. Sin embargo, en el documento de la
sentencia también se citan las pruebas oficiales de una epidemia de dengue en la región. En el mismo documento se califica al Dr.
Mendoza de “contrarrevolucionario” por sus actividades junto con sus colegas médicos y activistas de derechos humanos, pero no se
le considera culpable de asociación ilegal. El tribunal le condenó a ocho años de prisión, de los que cumplió uno y medio en la prisión
Boniato de máxima seguridad en Santiago. En noviembre de 1998, el Gobierno cubano puso al Dr. Mendoza en libertad con la
condición de que se exiliara en España”. Idem.
330
Igual, la organización HRW, señaló que “El 11 de noviembre de 1997, un tribunal de Santiago halló a Orestes Rodríguez
Horruitiner culpable de propaganda enemiga y lo condenó a cuatro años de prisión. Era miembro del Partido de Renovación Ortodoxa
y Vicepresidente del Club de Ex-Presos Políticos. La policía cubana lo detuvo en julio de 1997 tras registrar su casa donde requisaron
varios libros, entre los que se encontraban aparentemente libros de José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, y libros impresos en
el extranjero. Al parecer, en el juicio estos libros sirvieron como base para los cargos de propaganda enemiga. Los fiscales alegaron
que cualquier libro editado fuera de Cuba tiene desviaciones ideológicas. Además, expresaron su descontento con las actividades de
Rodríguez Horruitiner con organizaciones no gubernamentales. Las autoridades cubanas recluyeron a Rodríguez Horruitiner en la
prisión La Caoba en la provincia de Santiago de Cuba. Durante el encarcelamiento, su hipertensión empeoró lo que provocó una larga
hospitalización en el hospital de la prisión Boniato. Las autoridades penitenciarias sólo le permitieron visitas de dos familiares
inmediatos cada dos meses durante dos horas”. Idem.
331
La organización HRW también señaló que “[e]l 11 de noviembre de 1997, un tribunal de Santiago halló a Orestes Rodríguez
Horruitiner culpable de propaganda enemiga y lo condenó a cuatro años de prisión. Era miembro del Partido de Renovación Ortodoxa
y Vicepresidente del Club de Ex-Presos Políticos. La policía cubana lo detuvo en julio de 1997 tras registrar su casa donde requisaron
varios libros, entre los que se encontraban aparentemente libros de José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, y libros impresos en
el extranjero. Al parecer, en el juicio estos libros sirvieron como base para los cargos de propaganda enemiga. Los fiscales alegaron
que cualquier libro editado fuera de Cuba tiene desviaciones ideológicas. Además, expresaron su descontento con las actividades de
Rodríguez Horruitiner con organizaciones no gubernamentales. Las autoridades cubanas recluyeron a Rodríguez Horruitiner en la
prisión La Caoba en la provincia de Santiago de Cuba. Durante el encarcelamiento, su hipertensión empeoró lo que provocó una larga
hospitalización en el hospital de la prisión Boniato. Las autoridades penitenciarias sólo le permitieron visitas de dos familiares
inmediatos cada dos meses durante dos horas”. Idem.
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por desacato después de haber cumplido una condena de tres años por propaganda
enemiga.332
350. El 10 de julio de 1997, las autoridades cubanas detuvieron a Lorenzo Páez Núñez,
periodista del Buró de Prensa Independiente de Cuba (BPIC) y al Presidente del Centro
No Gubernamental para los Derechos Humanos “José de la Luz y Caballero”, y a
Dagoberto Vega Jaime. En este caso las víctimas no pudieron ejercer su derecho a la
defensa, situación que es muy común en los procesos políticos cubanos.333 Igualmente,
las autoridades cubanas juzgaron y condenaron a Néstor Rodríguez Lobaina, el
Presidente del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia (MCJD), por desacato
y resistencia a la autoridad a principios de abril de 1997. Se informó de que había
criticado los planes del Gobierno de celebrar un festival juvenil en el que no se permitía
la participación de grupos independientes. Fue puesto en libertad en octubre de 1997 tras
cumplir la totalidad de su condena de 18 meses.334 También sufrieron vulneraciones a sus
derechos a la libertad individual, Ana María Agramonte Crespo, miembro del
Movimiento de Acción Nacionalista (MAN) y Enrique García Morejón, miembro del
Movimiento Cristiano Liberación (MCL).335
351. Después de la intensa represión ocurrida en 1997, algunos sectores pensaron que
la llegada del Papa Juan Pablo II a Cuba traería cambios positivos y reformas que
332
Idem. “La policía cubana detuvo a Cecilio Ruiz Rivero, miembro de la Asociación de Lucha Frente a la Injusticia Nacional
(ALFIN), el 14 de julio de 1997. En septiembre de 1997, un tribunal de La Habana lo halló aparentemente culpable de desacato,
resistencia al arresto y atentado a la autoridad, y lo condenó a nueve años de prisión. Ya había cumplido una condena de tres años por
propaganda enemiga. Las autoridades cubanas lo recluyeron en la prisión Quivicán en la provincia de La Habana. Como se describió
anteriormente, el 28 de agosto de 1998, un tribunal habanero condenó al colega de Ruiz Rivero, Reynaldo Alfaro García,
Vicepresidente del ALFIN, a tres años por difusión de noticias falsas”.
333
Idem., “El 11 de julio de 1997, el Tribunal Municipal en Artemisa halló a ambos culpables de difamación a la policía y desacato.
El tribunal condenó a Paez Núñez a 18 meses y a Vega Jaime a un año de prisión. El período sumamente breve que transcurrió entre
su detención y el juicio hizo que no pudieran prepararse para su defensa, especialmente teniendo en cuenta que el Gobierno no les
permitió nombrar un abogado defensor a ninguno de ellos. El tribunal dictaminó que los dos acusados eran culpables de difamar a
un ex funcionario del Ministerio de Interior al acusarle de golpear a varios muchachos. Al emitir su fallo, el tribunal ignoró el
testimonio aportado al parecer por los jóvenes confirmando la versión de los acusados. La acusación de desacato se produjo
aparentemente cuando Paez Núñez describió un registro policial, cuando se estaba realizando, a un contacto en Miami que emitió
posteriormente sus declaraciones en una emisora de radio con recepción en Cuba. Al parecer, Vega Jaime no tuvo ninguna relación
con este incidente, no obstante fue hallado culpable de desacato. Un tribunal de La Habana confirmó su sentencia el 24 de julio de
1997. El Gobierno cubano los puso en libertad cuando cumplieron sus condenas”.
334
Idem. “Después de su detención, aparentemente las autoridades cubanas también sometieron a sus familiares y colegas a
hostigamientos y amenazas de procesamiento por delitos políticos. Además, la policía cubana detuvo ese mismo mes a un colega de
Rodríguez Lobaina, Radamés García de la Vega, Vicepresidente del Movimiento de Jóvenes Cubanos por la Democracia. En junio de
1997, un tribunal de Santiago condenó a García de la Vega a 18 meses por desacato. En julio, el tribunal confirmó la sentencia en
apelación. Tras completar su condena, García de la vega se exilió a Estados Unidos. El Gobierno había detenido previamente en varias
ocasiones tanto a Rodríguez como a García y, en junio de 1996, los había condenado al destierro insistiendo en que salieran de La
Habana y regresaran a sus ciudades de origen en la parte oriental de la isla”.
335
Idem., Caso de Ana María Agramonente Crespo, miembro del Movimiento Acción Nacionalista (MAN): “A mediados de
mayo de 1997, las autoridades cubanas condenaron a Ana María Agramonte Crespo, miembro del Movimiento de Acción
Nacionalista (MAN), a 18 meses de prisión por desacato y resistencia a la autoridad. Las autoridades la recluyeron en la prisión
Manto Negro en La Habana. Su arresto injustificado del 1º de mayo de 1997, se produjo poco después de que protestara la orden
gubernamental de que los disidentes se abstuvieran de realizar actividades durante el Día del Trabajador. Ese día, las autoridades
cubanas registraron las casas de cinco disidentes a los que detuvieron durante varios días en Villa Marista (el centro de detención de
la seguridad del Estado en La Habana). Los cinco disidentes eran Alberto Perera Martínez, Presidente de Paz, Progreso y Libertad;
Jesús Pérez Gómez y Lorenzo Pescoso, el Vicepresidente y Secretario, respectivamente, de la misma organización; Aquileo Cancio
Chong, Presidente del Partido de Acción Nacionalista (PAN); y Gabriel Leyva”; Caso de Enrique García Morejón: “En febrero de
1997, un tribunal cubano halló a Enrique García Morejón, miembro del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), culpable de
propaganda enemiga y lo sentenció a cuatro años de cárcel, que empezó a cumplir en la prisión Cerámica Roja en Camagüey. Al
parecer, los cargos se derivaban de que se había dedicado a recoger firmas a finales de 1996 para la legalización del MCL. Esta
organización católica no gubernamental había solicitado su legalización al Gobierno en varias ocasiones, pero no tuvo éxito. El
Gobierno lo acusó inicialmente de “asociación ilegal” y cambió posteriormente los cargos por propaganda enemiga basándose en la
distribución de panfletos con la consigna “Abajo Fidel”.
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352. También en el curso de 1998 tuvieron lugar algunas reformas en el Código Penal
cubano. Estas reformas son las siguientes: “a) Se ha eliminado del Código Penal la
figura delictiva consistente en estar en posesión de moneda extranjera en territorio
cubano; b) En materia de condenas privativas de la libertad, ahora el Código Penal
prevé penas alternativas como los trabajos comunitarios, y las restricciones a la libertad
de movimiento sustituyen a las sentencias de prisión de hasta cinco años para algunos
delitos; c) También se han adoptado medidas para combatir el racismo o la xenofobia.
Así, en virtud del artículo 295 del Código Penal las personas acusadas de discriminación
o de incitar a otros a la discriminación sobre la base de la raza, el sexo, el color o el
origen nacional se exponen a privación de la libertad de seis meses a dos años y/o a una
multa (el artículo 120 del Código Penal sanciona el crimen del apartheid); y d) Existen
penas similares para la difusión de ideas basadas en la superioridad o el odio racial y
para la incitación a actos de violencia racial o étnica. El importe de las multas depende
de los ingresos del trasgresor”.337
353. Aún cuando la excarcelación de presos políticos en ese momento fue algo
positivo, el mantenimiento en las cárceles cubanas de --todavía casi 400-- presos políticos
es violatorio de todos los principios universales del derecho y del derecho internacional
de los derechos humanos, y sentimientos humanitarios. Igualmente, --en los hechos y
años subsiguientes-- quedó demostrado que la apariencia de apertura y flexibilidad que
intentaron dar las autoridades durante la visita de Su Santidad a Cuba, fue exactamente
eso: una apariencia. El tiempo y la historia demostraron que todo lo realizado en ese
momento por el régimen en el poder fue parte de su propaganda gubernamental, ya que
las acciones represivas contra opositores pacíficos, periodistas independientes,
bibliotecarios, campesinos, y activistas de derechos humanos se multiplicaron en los años
subsiguientes a la visita del Pontífice. En sus Informes de 1998 y 1999 la CIDH
confirma lo señalado en los siguientes términos:
1998:
La visita de Su Santidad Juan Pablo II a Cuba a principios de 1998 ofreció una
oportunidad al Estado para iniciar reformas sustantivas del sistema político vigente, y la
liberación de algunos presos políticos a solicitud del Papa hizo pensar que se había
efectuado el primer paso para otorgar mayores libertades públicas en Cuba. Sin embargo,
durante el período cubierto por el presente informe, la Comisión ha recibido numerosas
denuncias --especialmente en los últimos meses de 1998 y a principios de 1999-- de
336
CIDH, Capítulo IV, Informe Anual 1999, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/II.106, Doc. 3 rev., 13 de abril
de 2000, párrafo 5.
337
CIDH, Capítulo IV, Informe Anual 1998, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 7.
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1999:
Durante el período cubierto por el presente Informe Anual, la Comisión ha observado un
preocupante aumento de las tendencias que ponía de manifiesto en sus últimos informes.
En efecto, después de los avances registrados en el curso de 1998 --los mismos que
tuvieron lugar durante la visita de Su Santidad Juan Pablo II a Cuba-- que condujeron a
una liberación importante de presos políticos y a otras condiciones que hacían prever
mayores libertades públicas, durante 1999 y comienzos del año 2000 se registra un
endurecimiento del Estado contra aquellos grupos o personas que intentan ejercer sus
derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión.339
354. La organización Human Rights Watch también fue de la misma opinión cuando
señaló que
Tras una aparente apertura en 1998, a medida que el año iba avanzando, Cuba emprendió
acciones firmes contra los críticos no violentos, tales como la vigilancia, hostigamiento e
intimidaciones. El Gobierno empleó las detenciones arbitrarias a corto plazo junto con las
advertencias oficiales de procesamientos para instar a los activistas a que salieran de
Cuba, abandonaran sus actividades de oposición o se distanciaran de sus colegas
contrarrevolucionarios o de sus familiares. (...) En 1998, Cuba reprimió duramente a los
defensores internos de los derechos humanos. El Gobierno mantuvo una campaña
constante de vigilancia, cortes de teléfonos y otro tipo de intimidaciones. El Gobierno
emprendió iniciativas firmes para silenciar a los críticos de derechos humanos, entre ellos
cuatro líderes del GTDI, que habían reclamado la puesta en libertad de los presos
políticos y se enfrentaban a un juicio por sedición….340
355. Un hecho grave ocurrido en 1998 durante el proceso judicial a los cuatro líderes
del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna --que ya fue analizado en los párrafos
precedentes-- fue el arresto masivo de 54 personas. En este sentido, la CIDH informó en
1998 que “un centenar de opositores pacíficos al régimen cubano fueron arrestados
masivamente en un gran operativo policial. Las detenciones se produjeron en La
Habana y otras localidades del interior del país y en muchos casos consistieron en un
arresto domiciliario. Sin embargo, otro grupo de detenidos fueron trasladados a
dependencias policiales. A pesar que la Comisión ha sido informada que estas personas
están siendo puestas en libertad progresivamente, no puede dejar de manifestar al mismo
tiempo su preocupación, por cuanto estos hechos demuestran claramente el incremento
de la represión del Estado cubano contra aquellas personas que discrepan pacíficamente
de la política gubernamental”.341
338
CIDH, Capítulo IV, Informe Anual 1998, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 12.
339
CIDH, Informe Anual 1999, op.cit., párrafo 10.
340
Human Rights Watch/Américas, Informe Anual Sobre La Situación de los Drechos Humanos en el Mundo, Cuba, 1999, página 3.
341
CIDH, Informe Anual 1998, Cuba, op.cit., párrafo 16. Las siguientes personas fueron arrestadas temporalmente a raíz del proceso
judicial seguido contra los cuatro disidentes: 1) Aguilar Sosa, Alexander, del Consejo Unitario de Trabajadores, delegación de Perico,
Matanzas, detenido el 27 de febrero; 2) Alfonso Williams, Ramon, del CTDC; 3) Biscet, Oscar Elias, Presidente de la Fundación
Lawton de Derechos Humanos, detenido antes del 26, Ciudad Habana; 4) Bolaños, Gisela de la Concepción, CTDC, el 27; 5) Cala
Aguero, Lazaro, del Partido Pro Derechos Humanos, día 26; 6) Cantillo, Miriam de la CTDC, el 27; 7) Collazo Valdes, Odilia,
Presidenta del Partido Pro Derechos Humanos, detenida el 27, Ciudad Habana; 8) Cosano Allen, Reinaldo, Coalición Democrática
Cubana, detenido en Guanabo el 26; 9) Cruz Cano, Milagro, Partido Democrático 30 de noviembre, día 26 de febrero, Ciudada
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Habana; 10) Curvelo, Odallis, Agencia de Prensa Independiente, Ciudad Habana; 11) Franco, Sara, de Unidad y Fe, Asociación de
Madres por la Dignidad, 11 de marzo; 12) González Bridon, José Orlando, Secretario General de la Confederación de Trabajadores
Democráticos de Cuba (CTDC), detenido el 27, Ciudad Habana; 13) González Marrero, Diosdado, del Consejo Unitario de
Trabajadores en la delegación de Perico, Matanzas y Presidente del Movimiento Paz y amor y Libertad, detenido el 27; 14) González
Aofnso, Rolando; 15) Guerra Pérez, Cesár Jesus; 16) Hernández Carrillo, Ivan, delegado para las provincias centrales del PSD, el 27;
17) Hernández Monzón, Marvin, periodista de Cuba Press en Cienfuegos, día 27; 18) Iglesias, Regis, portavoz del Movimiento
Cristiano Liberación, día 27; 19) Illobre, José Luis, Vicepresidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos, detenido antes del
26, Ciudad Habana; 20) Iturralde Bello, Rafael, del Centro de Derechos Humanos de Artemisa; 21) Lazo Borrego, Luis Antonio,
Centro de Derechos Humanos de Artemisa; 22) Lorenzo Pimienta, Jorge Omar, Presidente del Consejo Nacional por los Derechos
Civiles, detenido el 27 de febrero en San Antonio de los Baños, Habana; 23) Lugo, Maritza, Partido Democrático 30 de noviembre;
24) Martínez Baez, del PPDH, asociado a la fundación Sajarov, San José de las Lajas en la Habana; 25) Martínez García, jesus David,
del Partido Pro Derechos Humanos (PPDH), afiliado a la Fundación Sajarov, el 27; 26) Martínez Pulgaron, Efren, que atiende los
asuntos religiosos por Cuba Press, detenido el 26; 27) Menendez Villardo, Marieta, del CCPDH, Ciudad Habana; 28) Mesa Arcadio,
Modesto, del Consejo Unitario de Trabajadores en la delegación del Perico, Matanzas, detenido el 27; 29) Monzón Oviedo, Juan
Francisco, Presidente del Partido Demócrata Martiano, el 27 del Central Orlando Nodarse, Mariel; 30) Morejon Almagro, Leonel,
Presidente de NaturPaz, y de Alianza Nacional Cubana, Ciudad Habana; 31) Moreno, Merceses, periodista de la Agencia Nueva
Prensa, Ciudad Habana, el día 26 (ella y el esposo); 32) Moya Acosta, Ángel, del Movimiento Independiente Acción Alternativa en
Matanzas, el 27; 33) Nardo Cruz, Ofelia, de la CTDC, el 27, Ciudad Habana; 34) Navarro Rodríguez, Felix, delegado del Partido
Solidaridad DemocËática (PSD) de Matanzas, el 27; 35) Orrio, Manuel David, Cooperativa de Periodistas Independientes, Ciudad
Habana, el día 26; 37) Paya Sardiñas, Oswaldo, Coordinador General del Movimiento Cristiano Liberación, día 11 de marzo; 38)
Peraza Font, Rafael, Centro de Derechos Humanos de Artemisa; 39) Perera González, Félix, del Movimiento Amor Cristiano, día 27,
Ciudad Habana; 40) Polanco, Ángel, de la Cooperativa de Periodistas Independientes; 41) Pompa, Maricela, Ejecutivo Nacional del
Partido Solidaridad Democrática, detenida el 27, Ciudad Habana; 42) Quesada, Dulce María, Colegio de Pedagogos Independientes de
Cuba, Ciudad Habana; 43) Quintero Antúnez, Tania, Cuba, Ciudad Habana; 44) Ramos Lauzirica, Arnaldo, Vicepresidente del Partido
Social Demócrata Cubano, Ciudad Habana; 45) Ramos Rodríguez, Lázaro; 46) Rivero, Raúl, Director de la Agencia Cuba Press,
Ciudad Habana, 11 de marzo; 47) Rodríguez, Lázaro, periodista de Havana Press, Ciudad Habana, el 27; Rodríguez Saludes, Omar,
periodista de Agencia Nueva Prensa Cubana, día 28; 49) Ruíz, Rubén, del Partido Pro Derechos Humanos; 50) Sánchez, Juan
Antonio; 51) Silva Cabrera, Pablo, miembro del Comité Político del PSD, Ciudad Habana; 52) Someillan Fleitas, Ileana, del Grupo de
Apoyo de la Disidencia Interna; 53) Sotolongo, Nancy, Unión de Periodistas y Escritores (UPECI); 54) Torralba Sánchez, Benigno,
CTDC, el 27; 55) Vega Jaime, Dagoberto; 56) Yanes Pelletier, Jesus, Vicepresidente del Comité Cubano Pro Derechos Humanos
(CCPDH), Ciudad Habana. También se reportaron como detenidos domiciliarios el pasado 27: 1) Alfonso Válde, Oswaldo, del Partido
Liberal Cubano, Ciudad Habana; 2) Alvarez García, Jorge Luis, del PSD en Matanzas, Allanada su vivienda sin orden judicial; 3)
Alvarez Ramos, Pedro Pablo, CUT, Ciudad Habanba; 4) Araña, Hugo, del PSD en Matanzas, allanada su vivienda; 5) Artega, José
Manuel, Partido Demócrata Cristiano; 6) Barrier García, Jorge, en la provincia de Matanzas; 7) Calvo Cárdenas, Leonardo, Oficina de
Información de Derechos Humanos, Ciudad Habana; 8) Casal Fernández, Rubén, Secretario de Derechos y Presos Políticos del PSD;
9) Castillo Alvarez, Oswaldo, del Consejo Unitario de Trabajodres en Pericó Matanzas; 10) Díaz, Carmelo; 11) Díaz Hernández,
Ramón, del Consejo Unitario de Trabajadores, en Pericó, Matanzas; 12) Delgado Sablón, Gisela, Centro de Estudios Sociales, Ciudad
Habana; 13) Domenech Campos, Raúl; 14) Fernández Sainz, Adolfo; 15) Fernández Pier, Tomas, del PSD, Ciudad Habana; 16)
García Cernuda, Lázaro, del PPHD asociado a la Fundación Sajarov, Ciudad Habana; 17) García García, Elsa, de la Asociación
Humanitaria Seguidores de Cristo Rey, Ciudad Habana; 18) Gómez Quintero, Iván, de Cuba Press, Ciudad Habana; 19) Gómez
Linares, Hermes Diego, en la provincia de Matanzas; 20) González Corvo, Georgina de las Mercedes, Corriente Civica Cubana,
Ciudad Habana; 21) González Noy, Gladys, Asociación Pro Arte Libre, Ciudad Habana; 22) Suárez-Inclan, PSD, Ciudad Habana;
23)Goroztizo, Neris, del PSD, Ciudad Habana; 24) Guarriel Rodríguez, Jorge, del PSD en Matanzas, allanada su vivienda; 25)
Hernández Morejón, Norberto, Matanzas; 26) Hernández Sainz, Adolfo, del PSD, Ciudad Habana; 27) Ledesma, Florentino, del
Partido Demócrata Cristiano; 28) León García, Rafael, del Proyecto Democrata Cubano, Ciudad Habana; 29) Maceda, Héctor; 30)
Martínez Rodríguez, Martin Celedonio, del PSD, Ciudad Habana; 31) Miranda Hernández, Roberto de, Presidente del Colegio de
Pedagogo, Ciudad Habana; 32) Nazco, Pedro, Partido Democrata Cristiano; 33) Ortega Díaz, Félix, en la provincia de Matanzas; 34)
Palacio Ruiz, Héctor, Director del Centro de Estudios Sociales, Ciudad Habana; 35) Paz Abella, Lázaro de la, PSD, Ciudad Habana;
36) Picallo Ortíz, Israel; 37) Pino Sotolongo, Isabel del, Presidenta del Movimiento Seguidores de Cristo Rey, Ciudad Habana; 38)
Quintero Antúnez, Tania, periodista de Cuba Press, Ciudad Habana; 39) Reyes, Argelio, del Consejo Nacional por los Derechos
Civiles de San Antonio de los Baños; 40) Ríos, Carlos; 41) Riveron Guerrero, Mirna, de la APLO en Santiago de Cuba; 42) Rodríguez
Díaz, Rosa, Proyecto Demócrata Cubano; 43) Rodríguez, Juan Jesus, del PPDH asociada a la fundación Sajarov, provincia de Pinar
del Río; 44) Rodríguez Torrado, Rosa María, del PSD; 45) Rojas Roque, Pedro Hildo, PSD, Ciudad Habana; 46) Rojas, Ruiseida, del
Consejo Nacional por los Derechos Civiles de San Antonio de los Baños; 47) Salazar García, Jesus, PSD, Ciudad Habana; 48)
Sánchez López, Fernando, Presidente del PSD en Ciudad Habana; 49) Santana, Santiago, de Agencia de Prensa Libre Oriental
(APLO) en Santiago de Cuba; 50) Torre Regueiro, Juan Felipe de la, Ciudad Habana; 51) Toledo Torredo, Jesus; 52) Travieso Perez,
Rogelio, del PSD, Ciudad Habana; 53) Valdés Rosado, María, Partido Demócrata Cristiano, Ciudad Habana; y 54) Vázquez Portal,
Manuel.
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La Habana. Tal como se verá más adelante, estos arrestos masivos se repitieron en el
2003, en abierta vulneración del derecho a la libertad individual, por cuanto recayeron en
personas que no habían cometido ningún hecho delictivo. Dichos individuos sólo
ejercían de forma pacífica sus derechos fundamentales a la libertad de expresión, reunión,
asociación y movimiento.
358. Los casos a los que se refiere la organización antes citada fueron reportados por la
CIDH en su informe de 1998, y ocurrieron el 10 de diciembre de 1998, fecha en que se
conmemoraba el 50º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.343 Igualmente, la importante organización hemisférica informó en ese
342
Human Rights Watch, Informe Anual 1999, op.cit., página 1. Esta organización también reportó que El Ministro de Justicia,
Roberto Díaz Sotolongo, justificó las restricciones explicando que, al igual que las leyes españolas protegen al monarca, Cuba también
contaba con leyes que protegen a su "rey", Fidel Castro. Por medio de la disposición cubana contra el desacato a la autoridad, que
impedía la veracidad como defensa, se sancionó con uno a tres años de cárcel a los que ofendieron a las autoridades de alto rango. Las
disposiciones del código penal sobre el estado peligroso y la advertencia oficial permitieron que las autoridades encarcelaran u
ordenaran la vigilancia policial de las personas que demostraban tendencias delictivas, aunque no hubieran cometido ningún delito.
(...) La ley de asociaciones cubana prohibió efectivamente la creación de grupos independientes, lo que expuso a sus miembros al
riesgo de cumplir hasta un año de cárcel.
343
La CIDH reportó que: “a) El 10 de diciembre de 1998, fecha en que se conmemoraba el 50º aniversario de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, varios grupos opositores al régimen cubano, incluida la Fundación Lawton de Derechos
Humanos, convocaron a una reunión pacífica en el Parque Butari situado entre las calles Porvenir y Santa Catalina, en el Municipio 10
de Octubre de La Habana, a fin de dar lectura a la Declaración Universal. Dicho lugar se encontraba sitiado desde las 8:00 a.m., con
las calles adyacentes cerradas con barreras de madera que tenían las siglas PNR (Policía Nacional Revolucionaria) y con unos cien
efectivos aproximadamente de las Brigadas de Respuesta Rápida, además de varias decenas de agentes de la policía política. En dichas
circunstancias, Miriam Cantillo Ramos, miembro del movimiento Acción Nacionalista, fue detenida en su domicilio en la mañana del
10 de diciembre de 1998 y conducida a la unidad policial del Municipio Arroyo Naranjo. También Lázaro García, Secretario General
del Partido Pro-Derechos Humanos de Cuba fue conminado --por siete efectivos policiales que se presentaron esa misma mañana en
su domicilio-- a no salir de su casa. Otra delegación policial se presentó en el domicilio de José Orlando González Bridón, Secretario
General de la Confederación de Trabajadores Democráticos Cubanos (CTDC) a fin de impedir que se dirigiera al Parque Butari junto
con las opositoras María de los Ángeles Suárez Esquivel, María Esther Valdés y Ana María Ortega, todas integrantes de la CTDC. De
igual forma, las periodistas María de los Ángeles González Amaro y Celia Jorge Luis fueron impedidas de salir de su domicilio por
funcionarios de la Seguridad del Estado. Cabe señalar que ambas periodistas fueron visitadas el día 9 de diciembre de 1998 por dos
oficiales, quienes las amenazaron con que serían golpeadas si se presentaban en el Parque Butari. Igual acción fue adoptada contra la
presidenta del movimiento Acción Nacionalista, Ana María Agramonte, a quien dos oficiales de la Seguridad del Estado advirtieron
que no se presentara en el lugar antes mencionado; b) También el 10 de diciembre de 1998, fueron arrestados por agentes de la
Seguridad del Estado, José Manuel Ríos, delegado en Matanzas del Colegio de Pedagogos de Cuba, cuando se disponía a entrar en el
domicilio de Roberto de Miranda, vicepresidente de esa asociación; Omar Rodríguez, periodista independiente de la Agencia Nueva
Prensa; Maritza Lugo Gutiérrez, Omel Lugo Gutiérrez, ambos del Movimiento Democrático 30 de Noviembre y la abogada Ofelia
Nardo Cruz, que fue conducida a la Décima Unidad de la Policía en el Municipio 10 de Octubre. Por otra parte, José Antonio Fornaris
Ramos, jefe de redacción de la agencia Cuba Verdad, fue impedido de salir de su casa por agentes de la policía política, en tanto que
Humberto Colás, integrante de la Corriente Liberal Cubana, fue arrestado en los alrededores del Parque Butari. Un hecho que reviste
particular gravedad es que durante la reunión convocada por los grupos de derechos humanos para celebrar el aniversario de la
Declaración Universal, un opositor no identificado que logró apenas pronunciar unas palabras ante las cámaras de un reportero de la
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documento la grave denuncia efectuada por el Dr. Oscar Elías Biscet --médico y defensor
de los derechos humanos actualmente purgando condena por otro arresto masivo ocurrido
en marzo del 2003-- sobre el hostigamiento y arresto a Milagros Cruz Cano, una activista
de derechos humanos que es invidente. Así, la CIDH señaló que:
359. Es importante manifestar que esta denuncia del Dr. Oscar Elías Biscet le valió ser
hostigado, amenazado y arrestado por agentes de la seguridad del Estado, quienes además
lo conminaron para que abandone el país.345 El Dr. Biscet fue hostigado de forma
reiterada y sistemática por denunciar las violaciones de los derechos humanos en Cuba,
sufriendo una condena privativa de la libertad en el 2003.346 Es pertinente indicar, sin
embargo, que el 25 de febrero de 2000, el Dr. Oscar Elías Biscet, Presidente de la
Fundación Lawton de Derechos Humanos fue condenado a tres años de prisión por los
agencia inglesa Reuters, fue golpeado duramente por agentes de la Seguridad del Estado, quienes lo sacaron a rastras trasladándolo a
una calle lateral. El camarógrafo Andrew Gawtorne, de la agencia Reuters, también fue agredido por la turba cuando miembros de la
Unión de Jóvenes Comunistas y agentes de las Brigadas de Respuesta Rápida, apoyados por efectivos de la Policía Nacional, gritaban
"Péguenle, péguenle". CIDH, Informe Anual 1998, Cuba, op.cit., párrafo 22(a) y 22(b).
344
Idem., párrafo 22(c).
345
Idem., párrafo 22(d), La CIDH señaló que “También en el mes de diciembre de 1998, Oscar Elías Biscet González --quien
denunció la detención arbitraria de Milagros Cruz Cano-- miembro de la junta directiva de la Fundación Lawton de Derechos
Humanos, denunció que miembros del Departamento de la Seguridad del Estado (DSE), quienes se identificaron como los oficiales
"Isidro" y "Boris" (este último Teniente Coronel), le ofrecieron "lo que quisiera: vivienda, trabajo o salida inmediata del país", si
renunciaba a sus actividades como defensor de los derechos humanos. El doctor Biscet fue detenido el día 4 de diciembre de 1998, a
las 8:00 a.m. aproximadamente en las inmediaciones del parque Butari, de la barriada Lawton, en circunstancias que se dirigía a la
Iglesia Católica del reparto Párraga, lugar donde los miembros de la Fundación se disponían a efectuar una manifestación pacífica
relacionada con el día de Santa Bárbara. Según manifestó Biscet, inicialmente fue conducido a la unidad de la Policía Nacional
Revolucionaria de la Av. 31 en Marianao, donde fue interrogado durante 10 horas aproximadamente, y se declaró en huelga de
hambre por la forma arbitraria del arresto. Durante el interrogatorio se le amenazó para que desistiera de celebrar un acto
programado para el día 10 de diciembre, con motivo del 50º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Según Biscet, los oficiales le advirtieron que, "Si celebran el acto, algunos delincuentes podrían introducirse
entre el público asistente y ocasionar disturbios, incluyendo posibles golpes contra los participantes, lo que nos obligaría a
capturarlos a todos" ante lo cual respondió "No voy a transigir, soy defensor de los derechos humanos y no voy a renunciar a ello ni
a mis responsabilidades". Fue entonces que los oficiales intentaron sobornarlo, según se desprende de las denuncias recibidas. Oscar
Elías Bisset ha sido reiteradamente hostigado por agentes del Estado cubano durante el transcurso de 1998 por su activa labor en
defensa de los derechos humanos”.
346
Véase CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
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el acusado Oscar Elías Biscet Gonzáles no realiza ninguna actividad socialmente útil
desde el mes de marzo de 1998, fecha en que resultó sancionado laboralmente cuando
ejercía la profesión como médico en el Hospital Docente Materno Infantil de 10 de
Octubre por violar gravemente la disciplina y los reglamentos del centro; es cabecilla del
grupúsculo contrarrevolucionario Fundación Lawton de Derechos Humanos, se
relaciona sólo con elementos antisociales, ex-reclusos y contrarrevolucionarios,
manteniendo vínculos con grupúsculos integrados por individuos de la misma calaña, ha
tomado parte en varios escándalos protagonizados en la vía pública, así como
suministra informaciones falsas y tergiversadas sobre nuestro proceso revolucionario a
emisoras subversivas radicadas en Miami, Estados Unidos de América. Estos hechos son
constitutivos de un delito de Desórdenes Públicos, previstos y sancionados en el artículo
201.1.2 del Código Penal. La sanción que debe imponerse al acusado Oscar Elías
Biscet Gonzáles es la de tres años de privación de libertad y multa de 500 cuotas de 10
pesos cada una (énfasis agregado).348
362. El umbral al siglo XXI pasó con la misma disposición del régimen de Cuba de
encarcelar, procesar y condenar a penas privativas de la libertad a todo el que se oponga
347
Véase CIDH, Informe Anual 2000, Cuba, op.cit., párrafo 54(a).
348
Idem.
349
Julio del 2007.
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363. Esta situación trajo como consecuencia que el 18 de abril de 2000, la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas emitiera una resolución condenatoria contra
Cuba por las violaciones de los derechos humanos. Dicha resolución señalaba inter alia
su “preocupación por la continuada represión de los opositores políticos y por la
detención de disidentes, tales como los miembros del Grupo de Trabajo de la Disidencia
Interna”, y exhortaba “al Gobierno de Cuba a poner en libertad a todas las personas
detenidas o encarceladas por expresar pacíficamente sus ideas políticas, religiosas y
sociales y por ejercer su derecho a una participación plena e igual en los asuntos
públicos”. También exhortó “al Gobierno de Cuba a entablar el diálogo con la
oposición política” y “a que dé al país los medios que le permitan un contacto pleno y
abierto con otros países para asegurar el disfrute de todos los derechos humanos de todo
el pueblo cubano, recurriendo a la cooperación internacional, permitiendo un flujo más
libre de personas e ideas y aprovechando la experiencia y el apoyo de otras naciones”.350
364. Igual ocurrió con la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia
contra la Mujer que durante ese período había visitado Cuba. Dicha Relatora Especial,
manifestó inter alia que “[u]n grupo vulnerable de mujeres en Cuba son aquéllas cuyas
opiniones políticas no son aceptables para el Gobierno. La negativa a aceptar
organizaciones políticas y civiles independientes que sirvan para fiscalizar al Gobierno
es la causa principal de esa vulnerabilidad. La Relatora Especial recibió alegaciones e
información sobre casos de mujeres arbitrariamente detenidas debido a su activismo
político o periodístico. La Relatora Especial estableció un diálogo con el Fiscal General
sobre dos casos urgentes. En uno de esos casos se informó a la Relatora Especial de que
podía reunirse con la mujer detenida cuando visitara la cárcel, pero cuando llegó se le
dijo que la mujer de que se trataba estaba enferma en el hospital. El problema de la
detención arbitraria sigue siendo una de las violaciones más graves de los derechos
humanos en Cuba, incluso con respecto a los casos que incluyen la violencia contra la
mujer”.351
365. Un caso representativo que confirma lo señalado por la Relatora Especial arriba
citada es el caso de Maritza Lugo Fernández en Cuba, “Presidenta del Partido
Democrático 30 de Noviembre Frank País” en Cuba quien sufrió la represión de las
350
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, 56º período de sesiones, Cuestión de la
Violación de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales en Cualquier Parte del Mundo, Situación de los Derechos
Humanos en Cuba, E/CN.4/RES/2000/25, 18 de abril de 2000.
351
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Integración de los Derechos Humanos de la Mujer y la Perspectiva de Género, La
Violencia contra la Mujer, Informe de la Sra. Radhika Coomaraswarny, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, con
inclusión de sus causas y consecuencias, presentado de conformidad con la resolución 1997/44 de la Comisión de Derechos Humanos,
Informe sobre la Misión a Cuba, Comisión de Derechos Humanos, 56º período de sesiones, Tema 12 a) del programa provisional,
E/CN.4/2000/68/Add.2, 8 de febrero de 2000, párrafo 14.
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autoridades cubana en el curso del año 2000. La CIDH se refirió a este caso en los
siguientes términos:
366. En ese año el régimen empleó nuevos métodos de represión contra activistas de
derechos humanos y opositores pacíficos, que consistía en arrestar a una persona por unas
horas, amenazarlo en el trayecto, y luego dejarlo abandonado a su suerte lejos de su lugar
de residencia y en un lugar apartado de la ciudad. En los hechos esta situación es una
forma velada de secuestro, que vulnera gravemente el derecho a la libertad individual.
En efecto, la CIDH en su Informe Anual del año 2000 dejó constancia que, “[u]na nueva
modalidad de hostigamiento e intimidación contra activistas de derechos humanos y
disidentes ha sido implementada por el departamento de la seguridad del Estado cubano.
En la mañana del 12 de enero de 2001, agentes de la seguridad del Estado (DSE) de La
Habana arrestaron a León Padrón Ascuy y lo abandonaron horas después en un lugar
apartado de la ciudad. Padrón Ascuy fue apresado, subido en un vehículo y conducido
hacia la periferia de la capital cubana. Se ha señalado que en el camino, la víctima fue
presionada psicológicamente e interrogada sobre su relación con el disidente Héctor
Palacio Ruíz. Padrón Ascuy reside en la ciudad de El Vedado y colabora con el Centro
de Estudios Sociales que dirige Héctor Palacio. Luego de ser sometido a todo tipo de
amenazas y abusos verbales, Padrón Ascuy fue sacado del automóvil en una zona
alejada de su residencia. Este procedimiento de la Seguridad del Estado es utilizado
para crear una atmósfera intimidatoria sin dejar constancia de los arrestos
arbitrarios”.353
352
CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 25(b).
353
Idem., párrafo 25(a).
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367. Los periodistas independientes ni los invidentes se salvaron del aparato represivo
cubano en el año 2000. En su Informe Anual de ese año, la organización Human Rights
Watch/Americas dio cuenta que en enero del 2000 Víctor Rolando Arrollo Carmona, un
antiguo opositor al Gobierno que escribía para la Unión de Periodistas y Escritores
Cubanos Independientes, fue condenado el 25 de enero de 2000 a seis meses de prisión
por “acaparar” juguetes. La policía había confiscado los juguetes que Arrollo tenía
previsto entregar a los niños pobres de su zona; habían sido pagados por exiliados
cubanos en Miami. Justo después del juicio a Arroyo, las autoridades cubanas pusieron
en libertad a otro periodista independiente, Leonardo de Varona Gonzáles, que había
cumplido una condena de 16 meses por “insultar” al Presidente Castro. Al menos otros
tres periodistas independientes seguían encarcelados: Bernardo Arévalo Padrón y Manuel
Gonzáles Castellanos, condenados a seis y dos años y siete meses de prisión
respectivamente, por “insultar” a Castro; y Jesús Joel Díaz Hernández, quien fue
condenado a cuatro años por “estado peligroso”, y sometido a encierro en solitario hasta
principios de agosto de 2000. Dicha organización también reportó que el 16 de octubre
de 2000, tras su puesta en libertad, Arroyo fue golpeado e insultado por agentes de la
seguridad del Estado. Él y otro disidente fueron sacados de la casa de un amigo,
conducidos a la estación de policía de Güines, golpeados en el camino, y llevados a
docenas de kilómetros de distancia, en donde los liberaron después de propinarles una
nueva paliza.354
354
Human Rights Watch, Informe Anual 2001, página 25.
355
Véase CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, Cuba, op.cit., párrafo 25.c.
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En el proceso que se celebró al día siguiente de su detención, Jesús Joel Díaz Hernández
fue acusado de haber dejado de trabajar para el Estado desde 1996 (lo habían despedido
ese año, afirma su familia, del empleo que tenía en el Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos de Morón, porque se le reprochaba el ser activista de derechos humanos
desde 1993). Se le culpó además por haber “ingerido bebidas alcohólicas que lo
356
Amnistía Internacional, AI:AMR 25/01/00/s, 16 de enero de 2001, versión digital.
357
Human Rights Watch/Américas, Informe Anual 2002, Panorama General de América Latina, Cuba, párrafos 1 y 2.
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volvieron agresivo” y lo pulsaron a provocar a sus vecinos, así como por “haber puesto
música a alto volumen”. La defensa de su abogado fue rápidamente interrumpida por el
presidente. No se convocó a ningún testigo de descargo para que se expresase durante las
pocas horas de la audiencia pública. El reo fue condenado a cuatro años de internamiento
en un establecimiento especializado de trabajo. Después de dictada la sentencia, se
recurrió la misma y el detenido inició una huelga de hambre que lo llevó a una “celda de
castigo”. En circunstancias que su familia lo visitaba, se enteró de que se estaba
celebrando la primera audiencia del recurso de apelación. No lo convocaron y el
abogado de la familia fue sustituido por un abogado nombrado de oficio. El 27 de enero
de 2001 se le informó al detenido en su celda que su recurso fue denegado. Sus padres
interpusieron entonces una demanda de revisión del proceso, presentando a principios de
febrero testimonios escritos de cinco vecinos en los que se atestiguaba (ante notario) que
Joel nunca fue conocido por abuso de alcohol ni por trastorno del orden público de
ninguna índole. Estos trámites quedaron sin la más mínima respuesta. Las autoridades
cubanas sostienen incluso que desde entonces no ha habido ningún recurso a la sentencia
inicial.358
372. Uno de los tantos casos ocurridos durante el 2001, y que merece citarse es la
amenaza ejercida por cuatro profesores de una escuela estatal en Cuba contra un menor
de edad:
En marzo de 2001, en la localidad de Pinar del Río, un niño de 14 años fue amenazado
por las autoridades de su escuela por cuestionar públicamente la política gubernamental
que prohíbe la venta de leche para niños mayores de seis años. ¿Por qué tanta gente
emigra de Cuba?, ¿Por qué a los niños no se les vende leche fresca cuando cumplen los
siete años de edad? Hacer estas dos preguntas le costó a Raiman Alexander Arencibia
Hernández verse sitiado por cuatro profesores de la escuela quienes le manifestaron al
joven “Por hacer esas preguntas te podemos enviar a un centro de reeducación de
menores o tal vez darte de baja en esta escuela”. El escolar había hecho estas preguntas
en medio de una clase. Entre los profesores que coaccionaron al menor estaba el sub-
director de la escuela secundaria básica urbana “Carlos Ulloa”. Las autoridades también
manifestaron que conocían al padre del menor, quien en el pasado había sido expulsado
de su empleo por razones políticas. El menor quedó sorprendido de que los docentes
conocieran dicha información.359
373. Durante el 2001 también arrestaron a activistas del medio ambiente360, y a finales
de ese año, fuerzas conjuntas del departamento de la seguridad del Estado y de la policía
revolucionaria sitiaron totalmente la zona céntrica de Guantánamo, así como las casas de
algunos líderes de la oposición que residen en dicha ciudad. El operativo se realizó con
el objeto de impedir la celebración del aniversario 53º de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.361 Igualmente, Reporteros sin Fronteras registró en un informe que
358
Reporteros Sin Fronteras, Informe Anual 2002, Redacción de Misión, Cuba: Acoso, Exilio, Encarcelamiento-Agencias de Prensa,
Un Centenar de Periodistas Independientes Frente al Estado, páginas 5 y 6, versión digital.
359
CIDH, Informe Anual 2001, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 25(d).
360
Idem., En el mes de junio de 2001, oficiales de la Seguridad del Estado (DSE) de la Provincia de Pinar del Río arrestaron a ocho
activistas de Naturpaz que pensaban realizar una excursión en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente. Las detenciones
tuvieron lugar en las localidades de Sandino, Manuel Lazo y Babineyes, pertenecientes al Municipio Sandino. Al atardecer del 4 de
junio, el Departamento de la Seguridad del Estado procedió a arrestar a José Anacleto Aragón, Luis Reyes Babeiro, Lázaro Romero
Solís, Mateo Romeo Ramos, Héctor de la Caridad Cruz Santovenia, Iván Miranda Torres y Antonio Andrés Alvarez Reyes. Todos los
arrestados fueron conducidos a la sede de la policía política en ciudad Sandino.
361
Idem., Fuerzas conjuntas del Departamento de la Seguridad del Estado (DSE) y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR),
desplegaron un fuerte operativo que comenzó a las 6:00 am del 10 de diciembre de 2001, quedando sitiada totalmente la zona céntrica
de Guantánamo, así como las casas de algunos líderes de la oposición que residen en dicha ciudad. El operativo se realizó con el
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374. La historia de la revolución cubana en relación a los seres humanos que viven y
se encuentran sometidos a su jurisdicción en la Isla de Cuba no fue distinta en el año
2002. En ese año, un grupo de ciudadanos cubanos representando más de 140
organizaciones, con el nombre de “Todos Unidos” y bajo la coordinación de Osvaldo
Payá Sardiñas, presentaron 11.020 firmas a la Asamblea General del Poder Popular a fin
de solicitar la convocatoria a un referéndum conforme a la Constitución con el objeto de
realizar cambios sustantivos en la legislación. El Proyecto Varela --como se le
denomina-- solicitaba a la Asamblea que someta a consulta popular, mediante un
referéndum, las transformaciones necesarias a las leyes, preservando el bien común y el
respeto a los derechos humanos. Según reportó la CIDH, “[l]a respuesta de las
autoridades cubanas pocos días después de presentado el “Proyecto Varela” fue una
movilización nacional en la que se recogieron ochocientas mil firmas para declarar a la
Constitución cubana y al sistema socialista irrevocables. La Comisión también fue
informada que reconocidos opositores pacíficos que se encontraban entre los firmantes
objeto de impedir la celebración del aniversario 53º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, prevista para ese día con
una manifestación popular que comenzaría a las 9:00 am en el parque José Martí, y que luego continuaría en desfile hasta la plaza
“Pedro Agustín Pérez”, todos con prendas de vestir blanca. También estaba previsto dar lectura a un comunicado y repartirse folletos
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos al pueblo en general. Las autoridades citaron en la tarde del 9 de diciembre de
2001 a los opositores Fernandino Castro de Lardiller y Eduardo Alberto Quintana Arbois, del Partido Democrático 30 de Noviembre
“Frank País”; a Luis Torres Cardosa, periodista independiente, y Héctor René Roque, Vicepresidente del Movimiento Cubano de
Jóvenes por la Democracia. En el curso de las entrevistas, los oficiales Crnl. Ladislao Benítez, Jefe del Departamento de la Seguridad
del Estado de la provincia de Guantánamo, el Mayor Calviño, 2do. Jefe de la Unidad de Enfrentamiento, y los oficiales operativos
Orelvis Frómeta, y Bartolo, reprimieron físicamente y amenazaron a los disidentes para impedir la realización de la manifestación.
Estas modalidades de hostigamiento tales como arrestos, restricción de movimiento y expulsión del lugar, fueron realizados por las
autoridades cubanas en forma simultánea en las localidades de Guanes, Las Martinas, Manuel Lazo, Pedro Betancourt, y Nueva
Gerona. Entre los miembros de la sociedad civil reprimidos durante esa fecha se encuentran dirigentes y activistas de las siguientes
organizaciones: los partidos Pro Derechos Humanos de Cuba, afiliados a la Fundación Andréi Sajarov, Democrático 30 de Noviembre
“Frank País”; los movimientos independientes Acción Alternativa, Fe por la Libertad de la Patria, Jóvenes por la Democracia,
Fundación Isla de Pinos de Derechos Humanos y Fomento Territorial; las asociaciones de trabajadores Confederación Obrera
Independiente Cubana, Colegio Médico; y el Club de Prisioneros y ex-Prisioneros Políticos, además de un opositor independiente.
362
Reporteros sin Fronteras, Informe Anual 2002, Carta de Protesta, Cuba, 28 de diciembre de 2001, Cinco periodistas agredidos por
la policía. Un centenar de actos de acoso contra la prensa independiente en el 2001, versión digital.
363
CIDH, Informe Anual 2001, Cuba, op.cit., párrafo 32.
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del Proyecto Varela como Gustavo Arcos Bergnes, Elizardo Sánchez, Julio Ruiz
Pitaluga, Osvaldo Payá Sardiñas --coordinador del Movimiento Cristiano Liberación--,
Héctor Palacios Ruiz, y Pedro Pablo Álvarez, fueron víctimas de detenciones arbitrarias,
confiscaciones de documentos y objetos personales, prohibición de la salida temporal del
país, por parte de las autoridades cubanas”.364
364
CIDH, Informe Anual 2002, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 14.
365
CIDH, Informe Anual 2002, Cuba, op.cit., Marcelino Miyares PhD, El Proyecto Varela y los Derechos Políticos de los Cubanos,
Testimonio ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Washington D.C., 17 de octubre de 2002. Los que firmaron el
Proyecto Varela solicitan que se garantice a los ciudadanos “el derecho a asociarse libremente según sus intereses e ideas, de manera
que las personas, individualmente o en grupos, puedan manifestarse y expresar sus ideas, creencias y opiniones por medio de la
palabra hablada y escrita y por cualquier medio de difusión y de expresión; Las leyes que garanticen estos derechos deberán entrar en
vigor en un plazo no mayor de sesenta días después de realizado este Referendo; Que se decrete una amnistía para todos los
detenidos, sancionados y encarcelados por motivos políticos y que no hayan participado en hechos que atentaron directamente contra
la vida de otras personas. Esta ley de Amnistía, deberá entrar en vigor en un plazo no mayor de treinta días después de realizado este
Referendo; Que se realicen las transformaciones necesarias a las leyes para que se garantice a los ciudadanos los derechos a constituir
empresas privadas, tanto individuales como cooperativas, para desempeñar actividades económicas que podrán ser productivas y de
servicio ya que se puedan establecer contratos entre los trabajadores y las empresas para el funcionamiento de estas empresas, en
condiciones justas, en las que ningún sujeto pueda obtener ingresos provenientes de la explotación del trabajo ajeno. Estas nuevas
leyes deberán también garantizar, el respeto a los derechos de los trabajadores y los ciudadanos y los intereses de la sociedad. Estas
nuevas leyes deberán entrar en vigor en un plazo no mayor de sesenta días después de realizado este Referendo; Transformar la Ley
Electoral para que en sus nuevos textos garantice: La determinación de circunscripciones electorales para la elección, en cada caso, de
Delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, de Delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular y de
Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular; Que cada una de las circunscripciones determinadas para las elecciones
municipales elija, por voto directo de sus electores, un Delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular. Cada elector podrá
votar por un sólo candidato a Delegado; Que cada una de las circunscripciones determinadas para las elecciones provinciales elija,
por voto directo de sus electores, un Delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular. Cada elector podrá votar por un sólo
candidato a Delegado; Que los ciudadanos sean nominados como candidatos a Delegados a las Asambleas Municipales y Provinciales
y como candidatos a Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, únicamente y directamente mediante firmas de apoyo de
los electores de la circunscripción que corresponda, según las condiciones que se exponen en los puntos de esta petición; Que las
condiciones necesarias y suficientes para que un ciudadano quede nominado como candidato sean: Cumplir con las condiciones que
disponen los artículos 131, 132 y 133 de la Constitución de la República para que un ciudadanos tenga derecho al voto y a ser elegido;
La presentación ante las autoridades correspondientes, con un plazo no menor a los treinta días anteriores a las elecciones, de las
firmas, apoyando su candidatura, de no menos del 5% del número de electores de la circunscripción que aspira a representar. Cada
elector sólo podrá apoyar de esta forma, a un aspirante a candidato a Delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular, a un
aspirante a candidato a Delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular y a un aspirante a candidato a Diputado a la Asamblea
Nacional del Poder Popular; Residir en la circunscripción correspondiente si aspira a ser candidato a Delegado a la Asamblea
Municipal del Poder Popular, residir en la provincia correspondiente si aspira a ser candidato a Delegado a la Asamblea Provincial del
Poder Popular y residir en el país si aspira a ser candidato a Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. En cualquier caso,
para ser candidato, deberá residir en el país al menos durante el año anterior a las elecciones; Que los electores, los aspirantes a
candidatos y los candidatos tengan derecho a reunirse en asambleas, sin más condiciones que el respeto al orden público, para exponer
sus propuestas a ideas. Todos los candidatos tendrán derecho al uso equitativo de los medios de difusión; La nueva Ley electoral con
los contenidos aquí expresados deberá entrar en vigor en un plazo no mayor a los sesenta días posteriores a la realización de este
Referendo”.
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2.- Restricciones en las comunicaciones, tanto a nivel personal: telefonía, internet, como
a nivel de acceso a los medios de comunicación social.
3.- Represión en forma de: detenciones, actos de repudio, golpizas, amenazas y terror.366
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379. Es pertinente indicar que, en el mes de octubre del 2006, la CIDH condenó --por
la violación de múltiples derechos consagrados en la Declaración Americana-- al Estado
cubano por esos hechos en su Informe Nº 67/06, Caso 12.476, Oscar Elías Biscet y Otros
vs. Cuba, y ordenó la inmediata excarcelación de todos las personas condenadas por
tribunales cubanos en ese caso.371 Aún cuando el régimen ha otorgado beneficios
368
Amnistía Internacional, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, mayo de 2002, página 2, AI: AMR 25/002/2002/s.
369
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe presentado por Christine
Chanet, Representante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, E/CN.4/2006/33, 20 de
enero de 2006.
370
Idem., página 3.
371
Véase CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476, Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba, 21 de octubre de 2006.
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380. Pareciera que el grupo que está en el poder en Cuba hubiese escogido el año 2003,
para regresar a sus prácticas represivas más violentas de sus primeros años, ya que no
solo volvió a arrestar masivamente a personas, sino que también decidió detener a otras
tres personas, para después fusilarlas en aplicación de la pena de muerte, que en Cuba, es
equivalente a una ejecución extrajudicial por efectuarse mediante un juicio parcializado y
dependiente del poder político, y sin ninguna garantía procesal.
383. Los años 2004 y 2005 fueron igual de represivos en Cuba. El régimen no varió en
lo absoluto su patrón de perseguir a opositores pacíficos, activistas de derechos humanos,
y periodistas independientes. Por ejemplo en su Informe Anual 2005, la CIDH dejó
372
El grave estado de salud en se encuentran los presos políticos en este caso, dio lugar a que el Directorio Democrático Cubano
solicitara medidas cautelares a la CIDH para proteger la vida e integridad personal de Normando Hernández Gonzáles, Librado
Linares García, y José Gabriel Ramón Castillo.
373
CIDH, Informe Nº 68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
374
Idem., párrafo 123.
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constancia que “[e]n Cuba, durante el año 2005 se habrían realizado una serie de actos
de hostigamiento dirigidos en contra de personas disidentes del gobierno cubano,
incluyendo detenciones. Específicamente, los días 13 y 22 de julio las autoridades
cubanas habrían detenido a más de 50 personas, entre las cuales se encontraban
periodistas y activistas políticos mientras participaban o intentaban participar en
manifestaciones políticas de carácter pacífico. Varias de las detenciones efectuadas en
el mes de julio fueron realizadas bajo el cargo de “peligrosidad pre-delictiva”, es decir,
sin que se haya cometido un delito sino como una medida de seguridad, fundada en los
artículos 78 a 84 del Código Penal cubano. Los arrestos en estas circunstancias atentan
contra el derecho a la libertad personal y el derecho de protección contra la detención
arbitraria garantizados en la Declaración Americana. La Comisión resalta que muchas
de estas personas habrían quedado en libertad sin cargos. Sin embargo, nota con
preocupación que Amnistía Internacional informó que al menos 15 hombres continúan
en la cárcel y, según los informes, pueden ser acusados de “desorden público” o de
cargos penales en virtud de la Ley de Protección de la independencia Nacional y la
Economía de Cuba, también llamada Ley 88. A la Comisión le preocupa también que
estas personas puedan ser juzgadas bajo el procedimiento “sumarísimo” previsto por los
artículos 479 y 480 de la Ley de Procedimiento Penal cubana, también llamada Ley
5”.375
384. El 2006 estuvo marcado por el relevo en el poder en Cuba --entre los hermanos
Castro--, sin que esto significara una mejoría sobre la situación de los derechos humanos.
Así, por ejemplo, la organización Human Rights Watch fue una de las primeras en
manifestarse a principios del 2007 con respecto a lo ocurrido en Cuba en materia de
derechos humanos en el año 2006. Dicha organización comienza su análisis señalando
inter alia que “Cuba sigue siendo el único país en América Latina que reprime casi
todas las formas de disidencia política. Durante los 47 años en el poder, Fidel Castro no
ha mostrado ningún interés en promover incluso reformas menores. En efecto, el
gobierno cubano continúa ejerciendo un estricto control político mediante acciones
penales, detenciones a corto y largo plazo, agresiones violentas, advertencias políticas,
vigilancia, arrestos domiciliarios, restricciones de viaje y despidos laborales por razones
políticas. El resultado final es que sistemáticamente se niega a los cubanos los derechos
fundamentales a la libertad de expresión, asociación, reunión, privacidad, movimiento y
debido proceso legal”.376
385. En su informe, dicha organización se refirió a los principales problemas que sufre
el pueblo cubano --ahora-- bajo la dirección de Raúl Castro después que en el mes de
agosto de 2006 reemplazara a su hermano por cuestiones de salud. Se destaca, así, las
deficiencias legales e institucionales señalándose que constituyen en los hechos y en el
derecho “la raíz de las violaciones de [los] derechos [humanos] (…) [y] que el Código
Penal proporciona la base legal para la represión de la disidencia. Las leyes que
sancionan la propaganda enemiga, la difusión de noticias no autorizadas y [la] ofensa a
los símbolos patrios, se utilizan para restringir la libertad de expresión bajo el pretexto
375
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafos 70-72.
376
Human Rights Watch, Cuba, Eventos del 2006, en http://hrw.org/spanish/docs/2007/
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386. Human Rights Watch también analiza el encarcelamiento por motivos políticos
señalando, por ejemplo, que en la primera mitad del año 2006, 12 disidentes pacíficos
fueron detenidos, y que a cinco de ellos los acusaron con el cargo de “estado peligroso”
tipificado en el Código Penal cubano. También que “de los 75 disidentes políticos,
periodistas independientes y defensores de derechos humanos que fueron juzgados
brusca y repentinamente en abril del 2003, 59 permanecen encarcelados”.379 El
encarcelamiento por motivos políticos está directamente relacionado a las condiciones
carcelarias dentro de la jurisdicción del Estado cubano, y por consiguiente, también fue
analizada en su informe por la organización Human Rights Watch. En efecto, dicha
organización manifiesta que “se mantiene a los prisioneros en condiciones precarias y
abusivas, a menudo en celdas abarrotadas. Ellos habitualmente pierden peso durante el
encarcelamiento, y algunos reciben atención médica inadecuada. Asimismo, algunos
sufren abuso físico y sexual, generalmente por parte de otros reclusos y con el
consentimiento de los guardias”.380 Por último, menciona que Cuba sigue siendo uno de
los pocos países en el mundo que niega el acceso a sus prisiones al Comité Internacional
de la Cruz Roja.
377
Idem.
378
Idem.
379
Idem. Cabe destacar que este caso fue sometido por el Directorio Democrático Cubano a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, y la misma condenó al Estado cubano en su Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba). La
CIDH ordenó la excarcelación inmediata de los disidentes, la anulación de las sentencias condenatorias y una reparación a las víctimas
y sus familiares por los daños materiales e inmateriales. El Estado no cumple hasta la fecha las recomendaciones de la CIDH.
380
Idem.
381
Según Amnistía Internacional, la “Red de Acción Urgente representa un medio rápido y eficaz de impedir algunas de las
violaciones más graves de derechos humanos que atentan contra la vida de personas en todo el mundo”, véase
http://web.amnesty.org/library/Index/
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389. Un tema importante y que ha sido motivo de profunda preocupación, por cuanto
sigue siendo utilizado por el régimen cubano como excusa para seguir encarcelando a
disidentes, periodistas independientes y activistas de derechos humanos es la continua
aplicación del estado peligroso, norma tipificada en el artículo 72 y siguientes del Código
Penal cubano. Amnistía Internacional se refiere a este asunto en su informe señalando
que “siente gran preocupación por el número de disidentes, periodistas y defensores y
defensoras de los derechos humanos que, según los informes, son detenidos por cargos
de "peligrosidad predelictiva". Según el artículo 72 del Código Penal cubano (Ley 62),
"[s]e considera estado peligroso la especial proclividad en que se halla una persona
para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción
manifiesta con las normas de la moral socialista". La declaración del estado peligroso
predelictivo puede decidirse sumariamente en virtud del Decreto nº 129, promulgado en
1991. Toda persona que haya recibido una o más advertencias puede ser declarada
culpable de peligrosidad y condenada por un Tribunal Municipal a una pena de hasta
cuatro años de cárcel”.384
390. Amnistía Internacional también manifiesta que a “todos los sindicatos y las
organizaciones profesionales, civiles y de derechos humanos que existen en Cuba, en la
actualidad al margen de los círculos oficiales del aparato del Estado y de las
organizaciones de masas controladas por el gobierno se les prohíbe legalizarse. A
menudo esto hace que las personas que pertenecen a estas organizaciones corran peligro
de sufrir hostigamiento o intimidación, o de que se presenten en su contra cargos por
actividades que constituyen el ejercicio legítimo de las libertades fundamentales de
expresión, reunión y asociación”.385 También muestra su preocupación “por los casos
recientes de "actos de repudio", en los que grandes grupos de partidarios del gobierno
insultan, intimidan y a veces agraden físicamente a quienes consideran
"contrarrevolucionarios", además de arrojar piedras y otros objetos contra sus
viviendas. Estos actos suelen realizarse en connivencia con las fuerzas de seguridad, y en
ocasiones participan en ellos los Comités de Defensa de la Revolución o los
Destacamentos Populares de Respuesta Rápida. El nivel de violencia de estos actos
recientes es especialmente preocupante y no tiene precedentes en los últimos años”.386
391. En el informe del mes de mayo de 2006, Amnistía Internacional reportó que
“Cuba no mejoró la situación de los derechos civiles y políticos, lo cual causó una
382
Amnistía Internacional, Cuba: continúan los ataques contra las libertades fundamentales, AI: AMR 25/001/2006, 17 de marzo de
2006.
383
Idem.
384
Idem.
385
Idem.
386
Idem.
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393. Finalmente, la organización arriba citada emitió a principios del 2007 un informe
que tiene relación con el presente capítulo bajo estudio: la historia de la revolución
cubana en relación al ejercicio práctico del derecho a la libertad individual:
387
Amnistía Internacional, Informe 2006, El estado de los derechos humanos en el mundo, Cuba, página 1º.
388
Amnistía Internacional, Acción Urgente, AI: AMR 25/003/2006, 5 de diciembre de 2006.
389
Idem. Amnistía Internacional también informó que el 15 de septiembre de 2006, Ahmed Rodríguez Albacia fue detenido, según
los informes, en una comisaría de La Habana tras pedir información sobre otro disidente detenido anteriormente. Quedó en libertad el
17 de septiembre de 2006, pero, al parecer, la policía lo amenazó diciéndole que, si continuaba con sus actividades periodísticas, lo
detendrían de nuevo. Amnistía Internacional considera que la libertad de expresión y asociación está muy restringida en Cuba. Todos
los medios de comunicación legales están bajo el control del gobierno, y los medios de comunicación independientes están prohibidos.
Los periodistas independientes que intentan combatir esta censura publicando artículos fuera de Cuba sufren intimidación, acoso y
encarcelamiento. Las personas que defienden los derechos humanos también son objeto de intimidación y detenciones arbitrarias y de
motivación política. Las leyes que se utilizan para detener y encarcelar a periodistas, relativas a la difamación, la seguridad nacional y
la alteración del orden público, limitan severamente el ejercicio de las libertades civiles y políticas.
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Detenciones Arbitrarias
El preso de conciencia Julio César López Rodríguez, vicepresidente del Frente Línea
Dura y director de una biblioteca independiente, fue detenido el 22 de julio de 2005
cuando trataba de participar en una manifestación pacífica ante la Embajada de Francia.
Lleva muchos años haciendo campaña en favor de la reforma política y la defensa de los
derechos humanos, y en su biblioteca albergaba libros contra el totalitarismo. Está
privado de libertad sin cargos ni juicio.
Hay decenas de personas en toda Cuba privadas de libertad sin cargos, y en algunos casos
sin juicio, por sospecharse su participación en actividades contrarrevolucionarias o bajo
acusaciones poco claras.
El preso de conciencia Emilio Leyva Pérez, presidente del Frente Línea Dura y delegado
de la Asamblea para promover la Sociedad Civil, fue detenido el 13 de julio de 2005
cuando participaba en un acto pacífico celebrado en La Habana. Está privado de libertad
sin cargos ni juicio. Con anterioridad fue declarado preso de conciencia tras ser detenido
en febrero de 2002. En aquella ocasión estuvo encarcelado sin juicio hasta que lo
pusieron en libertad en junio de 2004.
Condenas Injustas
394. La lista de víctimas de violaciones de los derechos humanos durante los 47 años
de la revolución cubana es interminable. Tal como puede observarse, en este capítulo del
informe, el Gobierno de Cuba está cerca de cumplir medio siglo en el poder --no por obra
390
Amnistía Internacional, AI: AMR 25/003/2007 (Público), Servicio de Noticias: 019/2007, 29 de enero de 2007,
http://web.amnesty.org/library/Index/ESLAMR250032007.
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395. El Directorio Democrático Cubano desea terminar este capítulo del presente
informe, citando “el testimonio oral a título personal de un sacerdote” que fue trascrito
por el entonces Relator Especial de las Naciones, Dr. Carl-Johan Groth en uno de sus
informes sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, porque refleja las
consecuencias que ha tenido los 47 años de la revolución cubana para el pueblo de ese
país:
Yo he conocido personas que han estado 40 días presas y han adelgazado más de 40
libras, alrededor de medio kilo diario. Cuando un pueblo ve que una persona pasa
40 días en una prisión y viene convertido en un verdadero cadáver andante y
totalmente desorientado psicológicamente por las presiones y las angustias que ha
sufrido, sencillamente es un pueblo que vive en el terror y sobran otras ciertas formas
que quizás se utilizan en otras partes de ejercer la violencia y el poder, porque hay otros
medios que son en el fondo más eficaces y evidentemente más destructivos de la persona
y de la sociedad. Quiero hacer referencia por ejemplo a los métodos de control, de
vigilancia, a la desconfianza que se ha creado entre unas personas y otras, al sistema de
delaciones que hay en el país que incluye lo mismo a niños que a ancianos. Puede alguien
con confianza desconfiar de todo el mundo porque es muy probable que, efectivamente,
cualquier persona pueda ser un informante. Eso crea una situación no sólo de temor, sino
de mentira social, porque la gente enmascara lo que piensa y lo que siente.
Evidentemente vivimos en un país de máscaras y esto es absolutamente autodestructivo
en una sociedad. Uno no sabe a qué atenerse porque la gente no dice lo que piensa, no
hace lo que dice, entonces vive en una incoherencia total. El resultado es que se
perpetúa este poder pero a costa de todos los elementos fundamentales que
componen el por qué vivimos en sociedad y el por qué somos un pueblo, una nación,
un país. El precio que se paga es enorme, de sufrimiento, de tristeza, de
envilecimiento en definitiva al vivir en la hipocresía. Todo esto configura una
situación que hace sentir a las personas como que no pueden hacer nada para cambiarla.
Es un pueblo sin esperanza, cansado y agobiado. La sociedad está totalmente al
servicio de un poder que continuamente es enarbolado por las autoridades. Esa
concepción y ejercicio del poder es aplastante de la dignidad humana.
La situación del país exigiría que se abra, por parte de aquéllos con capacidad para
entablarlo, una posibilidad de diálogo, de respeto al otro y, por tanto, el establecimiento
de canales de participación y escucha de lo que el otro tenga que decir, que se exprese a
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través de las urnas, a través de un diálogo nacional abierto con todos los grupos que de
alguna manera han tenido el valor de expresarse de manera diferente en una situación tan
monolítica. Cuba nunca fue un país de emigrantes sino de inmigrantes y, sin embargo,
ahora la única esperanza de los cubanos es poder irse del país. A veces las personas con
un mayor grado de conciencia, de entrega, con profundos ideales religiosos o patrióticos
no encuentran otra salida que irse. Podríamos decir que el drama de Cuba es que los
que están en el poder tienen la fuerza suficiente para mantenerse en el poder pero
no para transformar el país de manera creativa y lanzarlo hacia el futuro, no tienen
la fuerza, la autoridad moral como para salir del hueco pero tienen la fuerza bruta
suficiente para mantenerse dirigiendo el país (énfasis agregado).391
A. CONSIDERACIONES GENERALES
397. En este sentido, tanto la Corte I.D.H., como la Comisión Interamericana han
establecido ciertos parámetros que deben seguir los Estados como administradores de los
centros de detención. Así, la CIDH ha señalado que “el Estado, al privar de libertad a
una persona, se coloca en una especial posición de garante de su vida e integridad física.
Al momento de detener a un individuo, el Estado lo introduce en una ‘institución total’,
como es la prisión, en la cual los diversos aspectos de su vida se someten a una
regulación fija, y se produce un alejamiento de su entorno natural y social, un control
absoluto, una pérdida de intimidad, una limitación del espacio vital y, sobre todo, una
radical disminución de las posibilidades de autoprotección. Todo ello hace que el acto de
reclusión implique un compromiso específico y material de proteger la dignidad humana
del recluso mientras esté bajo su custodia, lo que incluye su protección frente a las
posibles circunstancias que puedan poner en peligro su vida, salud e integridad
personal, entre otros derechos. La obligación que dimana de esta posición de garante
implica entonces que los agentes del Estado no sólo deben abstenerse de realizar actos
que puedan infligir lesiones a la vida e integridad física del detenido, sino que deben
391
Naciones Unidas, Asamblea General, Comisión de Derechos Humanos, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, A/50/663,
24 de octubre de 1995, párrafo 12.
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procurar, por todos los medios a su alcance, mantener a la persona detenida en el goce
de sus derechos fundamentales”.392
398. Igualmente, la Corte I.D.H. ha señalado que el “detenido tiene derecho a vivir en
condiciones de detención compatibles con su dignidad personal y el Estado debe
garantizarle el derecho a la vida y a la integridad personal. La Corte ha establecido que
el Estado, como responsable de los establecimientos de detención, es el garante de estos
derechos de los detenidos, lo cual implica, entre otras cosas, que le corresponde explicar
lo que suceda a las personas que se encuentran bajo su custodia. Las autoridades
estatales ejercen un control total sobre la persona que se encuentra sujeta a su custodia.
La forma en que se trata a un detenido debe estar sujeta al escrutinio más estricto,
tomando en cuenta la especial vulnerabilidad de aquél (…)”.393
399. Asimismo, el Tribunal arriba citado ha señalado que “[l]a vulnerabilidad del
detenido se agrava cuando la detención es ilegal o arbitraria. Entonces la persona se
encuentra en completa indefensión, de la que surge un riesgo cierto de que se
transgredan otros derechos, como son los correspondientes a la integridad física y al
trato digno”.394 En este sentido la Corte Interamericana ha sido muy enfática en señalar
que,
El Estado debe proveer una explicación satisfactoria sobre lo que ha sucedido a una
persona que presentaba condiciones físicas normales cuando se inició su custodia y
durante ésta o al término de la misma empeoró.395
392
CIDH, Informe Especial sobre la Situación de los Derechos Humanos en la Cárcel de Challapalca, Departamento de Tacna,
República del Perú, OEA/Ser.L/V/II.118, Doc.3, 9 de octubre de 2003, párrafo 113.
393
Corte I.D.H., Caso Bulacio vs. Argentina, sentencia del 18 de septiembre del 2003, Serie C, Nº 100, párrafo 126.
394
Idem., párrafo 127.
395
Idem.
396
Idem., párrafo 131.
397
Idem.
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402. La CIDH, por su parte, hace un análisis sobre el común denominador existente
entre los derechos fundamentales y el derecho internacional humanitario cuando se trata
de la dignidad del ser humano, y el derecho a un trato humano. Así, la CIDH ha señalado
que,
Quizá no haya campo donde exista mayor convergencia entre el derecho internacional en
materia de derechos humanos y el derecho internacional humanitario, que en lo atinente a
las normas de trato humano y de respeto a la dignidad humana. Ambos regímenes, si
bien gobernados por instrumentos diferentes, prevén los mismos requisitos mínimos e
inderogables respecto del trato humano de todas las personas bajo control de la autoridad
y del Estado.398 Además, bajo ambos regímenes las violaciones de la prohibición de
torturas y otras infracciones serias de las normas sobre trato humano no sólo crean
responsabilidad del Estado como se describe más adelante, sino que también pueden
configurar delitos internacionales que conllevan la responsabilidad penal individual por
parte de quien las perpetra y de sus superiores.399 Algunas de esas violaciones pueden
constituir crímenes de lesa humanidad e, inclusive, genocidio y ahora pueden quedar bajo
la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.400
403. Una vez expuesta la amplia e importante doctrina y jurisprudencia de los órganos
de supervisión del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, en
relación a los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad, pasaremos
ahora a analizar algunas de las normas internacionales aplicables a la revolución cubana,
en tanto y en cuanto, estuvieron vigentes antes que la misma se instaurara el 1º de enero
de 1959.
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407. Dicho lo anterior, no existen dudas que Cuba estaba obligado internacionalmente
no solamente a cumplir las recomendaciones de la CIDH en materia de derechos
humanos, sino también a cumplir los derechos consagrados en la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre. Este instrumento, además, de acuerdo a la
reiterada y consistente jurisprudencia de la Corte Interamericana, constituye una fuente
de obligaciones internacionales para los Estados Miembros de la OEA.
408. Dentro de ese contexto, es pertinente indicar que tres artículos de la Declaración
Americana establecen expresamente que una persona privada de libertad debe recibir un
trato humano durante su detención. En efecto, los artículos I, XXV y XXVI de la
Declaración Americana disponen que:
401
CIDH, Sexto Informe sobre la Situación de los Presos Políticos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.48, doc. 7, 14 de diciembre de 1979,
página 10, párrafo 2.
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Declaración Americana
Artículo XXV. (...)Todo individuo que haya sido privado de su libertad (...) tiene derecho
a un tratamiento humano durante la privación de su libertad.
Artículo XXVI. Toda persona acusada de delito tiene derecho (...) a que no se le imponga
penas crueles, infamantes o inusitadas.
todo acto por el cual se inflijan intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero
información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche
que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier
razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos
sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones
públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán
torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones
legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.402
411. Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos es otro instrumento
internacional que fue adoptado en el seno de las Naciones Unidas en 1957 --antes de la
revolución cubana-- y el cual el Estado cubano ha manifestado cumplir fielmente.403
Dicho instrumento, en su artículo 27 establece que “[e]l orden y la disciplina se
mantendrán con firmeza, pero sin imponer más restricciones de las necesarias para
mantener la seguridad y la buena organización de la vida en común”. Igualmente, los
artículos 30, 31, 32, 33, establecen que,
30.1) Un recluso sólo podrá ser sancionado conforme a las prescripciones de la ley o
reglamento, sin que pueda serlo nunca dos veces por la misma infracción. 2) Ningún
recluso será sancionado sin haber sido informado de la infracción que se le atribuye y sin
que se le haya permitido previamente presentar su defensa. La autoridad competente
procederá a un examen completo del caso. 3) En la medida en que sea necesario y viable,
se permitirá al recluso que presente su defensa por medio de un intérprete.
402
Convención de la ONU sobre la Tortura, artículo 1. Véase, también, Estatuto de Roma, artículo 7.
403
Véase Capítulo IV del presente informe.
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31. Las penas corporales, encierro en celda oscura, así como toda sanción cruel,
inhumana o degradante quedarán completamente prohibidas como sanciones
disciplinarias.
33. Los medios de coerción tales como esposas, cadenas, grillos y camisas de fuerza
nunca deberán aplicarse como sanciones. Tampoco deberán emplearse cadenas y grillos
como medios de coerción. Los demás medios de coerción sólo podrán ser utilizados en
los siguientes casos: a) Como medida de precaución contra una evasión durante un
traslado, siempre que sean retirados en cuanto comparezca el recluso ante una autoridad
judicial o administrativa; b) Por razones médicas y a indicación del médico; c) Por orden
del director, si han fracasado los demás medios para dominar a un recluso, con objeto de
impedir que se dañe a sí mismo o dañe a otros o produzca daños materiales; en estos
casos, el director deberá consultar urgentemente al médico, e informar a la autoridad
administrativa superior.
34. El modelo y los métodos de empleo autorizados de los medios de coerción serán
determinados por la administración penitenciaria central. Su aplicación no deberá
prolongarse más allá del tiempo estrictamente necesario.404
412. Las disposiciones arriba citadas reflejan derechos humanos similares garantizados
en virtud de instrumentos regionales y universales, y en general abarcan tres categorías
amplias de tratos o castigos prohibidos, a saber: 1) la tortura; 2) otros tratamientos o
castigos crueles, inhumanos o degradantes; 3) otros pre-requisitos de respeto de la
integridad física, mental o moral, incluyendo ciertas regulaciones que rigen los medios y
objetivos de detención o castigo.
413. Dentro de ese contexto, la CIDH ha considerado que, “para que exista tortura,
deben combinarse tres elementos: 1) debe ser un acto intencional mediante el cual se
inflige dolor y sufrimiento físicos y mentales; 2) debe ser cometido con un propósito
(entre otros, castigo personal o intimidación) o intencionalmente (por ejemplo, para
producir cierto resultado en la víctima); 3) debe ser cometido por un funcionario público
o por un particular actuando por instigación de aquél”.405
404
Naciones Unidas, Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, A/CONF/611, Doc. E/3048 (1957).
405
CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, op.cit., página 117, párrafo 154.
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la infracción del derecho a la integridad física y psíquica de las personas es una clase de
violación que tiene diversas connotaciones de grado y que abarca desde la tortura hasta
otro tipo de vejámenes o tratos crueles, inhumanos o degradantes cuyas secuelas físicas y
psíquicas varían de intensidad según los factores endógenos y exógenos que deberán ser
demostrados en cada situación concreta. La Corte Europea de Derechos Humanos ha
manifestado que, aún en la ausencia de lesiones, los sufrimientos en el plano físico y
moral, acompañados de turbaciones psíquicas durante los interrogatorios, pueden ser
considerados como tratos inhumanos. El carácter degradante se expresa en un
sentimiento de miedo, ansia e inferioridad con el fin de humillar, degradar y de romper la
resistencia física y moral de la víctima. Dicha situación es agravada por la vulnerabilidad
de una persona ilegalmente detenida. Todo uso de la fuerza que no sea estrictamente
necesario por el propio comportamiento de la persona detenida constituye un atentado a
la dignidad humana…407
406
Idem.
407
Corte I.D.H., Caso Loayza Tamayo vs. Perú, párrafo 57.
408
Idem., párrafo 58.
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- las golpizas, los cortes con trozos de vidrio, la colocación de una capucha en la -
cabeza de una persona y quemarla con cigarrillos encendidos;
- la violación;
418. Antes de pasar a la siguiente sección del presente informe, es necesario también
exponer la doctrina y jurisprudencia del sistema interamericano de derechos humanos con
respecto al derecho a la vida a la luz de los instrumentos regionales y universales de
derechos humanos antes expuestos. En este sentido, la Corte I.D.H. ha señalado que,
“[e]l derecho a la vida es un derecho humano fundamental, cuyo goce es un
prerrequisito para el disfrute de todos los demás derechos humanos. De no ser
respetado, todos los derechos carecen de sentido. En razón del carácter fundamental del
derecho a la vida, no son admisibles enfoques restrictivos del mismo. En esencia, el
derecho fundamental a la vida comprende, no sólo el derecho de todo ser humano de no
ser privado de la vida arbitrariamente, sino también el derecho a que no se le impida el
acceso a las condiciones que le garanticen una existencia digna. Los Estados tienen la
obligación de garantizar la creación de las condiciones que se requieran para que no se
produzcan violaciones de ese derecho básico y, en particular, el deber de impedir que
sus agentes atenten contra él”.410 Dicho Tribunal Interamericano, en la misma sentencia,
citó al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el cual también señaló que
[l]a protección contra la privación arbitraria de la vida, que es explícitamente exigida por
el tercer párrafo del artículo 6.1 [del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos]
es de suprema importancia. El Comité considera que los Estados Partes deben tomar
medidas no sólo para prevenir y castigar la privación de la vida [causada por] actos
criminales sino también para prevenir los homicidios arbitrarios [cometidos por] sus
propias fuerzas de seguridad. La privación de la vida por autoridades del Estado es una
cuestión de suma gravedad. En consecuencia, [el Estado] debe controlar y limitar
estrictamente las circunstancias en las cuales [una persona] puede ser privada de su vida
por tales autoridades.411
409
CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, op.cit., página 120, párrafo 161.
410
Corte I.D.H., Caso Niños de la Calle (Villagrán Morales vs. Guatemala), párrafo 144.
411
Idem., Naciones Unidas, Comité de Derechos Humanos, Comentario General 6/1982, párrafo 3, y Comentario General 14/1984,
párrafo 1.
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420. El derecho a la vida tiene el status de jus cogens, es decir, constituye una norma
perentoria de Derecho Internacional y por tanto no derogable. En consecuencia, “los
Estados no pueden, ni siquiera en tiempo de guerra, de peligro público o de otra
emergencia que amenace la independencia o Seguridad del Estado, adoptar medidas que
suspendan la protección del derecho a la vida”.412 De acuerdo a lo señalado, el derecho a la
vida no puede ser interpretado en sentido restrictivo pues el mismo es interdependiente y
está interrelacionado con los demás derechos fundamentales, por tal razón, los Estados
deben abstenerse de realizar actos contrarios a este derecho, y deben adoptar medidas
positivas a fin de garantizar su efectividad, reconociendo y garantizando las distintas
manifestaciones del derecho a la vida. Al respecto, la CIDH ha señalado que:
412
CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, op.cit., párrafo 84. Ver también CIDH, Tercer Informe sobre la Situación
de los Derechos Humanos en Colombia, OEA/Ser.L/V/II.102 Doc. 9 rev. 1, 26 de febrero de 1999.
413
Idem.
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423. Así, en un Informe del Gobierno de Cuba ante el Comité de la Tortura, a la luz de
sus obligaciones internacionales consagradas en la Convención de las Naciones Unidas
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, ha señalado
que “[l]a República de Cuba cuenta con una legislación vigente que observa y respeta
los derechos del individuo. En correspondencia, la normativa cubana recoge no sólo las
garantías jurídicas básicas universalmente reconocidas relacionadas con la protección
de los derechos humanos, sino que refrenda garantías materiales para el ejercicio real y
efectivo de todos los derechos tanto civiles y políticos, como sociales, económicos y
culturales”.414
424. Señala el Gobierno, asimismo, que “Cuba en su política interna y exterior pone
en práctica el respeto a la integridad física y moral del individuo, en especial, a la
defensa de los intereses legítimos de los ciudadanos, lo que permite asegurar que en el
país no existen casos de torturados, desaparecidos, ni que se cometen otras graves
violaciones de los derechos humanos” (énfasis agregado).415
414
Naciones Unidas, Comité contra la Tortura, Examen de los Informes Presentados por los Estados Partes con Arreglo al Artículo
19 de la Convención, Cuba, CAT/C/32/Add.2, 18 de junio de 1997, página 3, párrafo 1.
415
Idem., párrafo 2.
416
Idem., párrafo 3.
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El Estado:
A) Realiza la voluntad del pueblo trabajador y garantiza la libertad y la
dignidad del hombre, el disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de
sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad.419
428. Reitera, asimismo, dicho Gobierno que el artículo 10 del citado instrumento
establece que “todos los órganos del Estado, sus dirigentes, funcionarios y empleados,
actúan dentro de los límites de sus respectivas competencias y tienen la obligación de
observar estrictamente la legalidad socialista y velar por su respeto en la vida de toda la
sociedad”.420 Que también queda proscrita y es sancionada por la ley, según el artículo
42 “la discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional,
creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana…”.421 Igualmente que,
430. Asimismo, dice el Gobierno de Cuba que, “[e]l artículo 30.8 de la Ley Nº 62 del
29 de diciembre de 1987 (Código Penal) regula que el sancionado no puede ser objeto
417
Idem.
418
Idem., párrafo 6.
419
Idem.
420
Idem., párrafo 8.
421
Idem., párrafo 9.
422
Idem., párrafo 10.
423
Idem., párrafo 11.
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En el artículo 18.4 del Código Penal sobre la participación en los delitos se establece, que
son autores todos los responsables penalmente, cualquiera que fuere su forma de
participación en delitos contra la humanidad o la dignidad humana o la salud colectiva o
en los previstos en los tratados internacionales”.425
431. Es importante destacar, asimismo, que el artículo 31 del Código Penal de Cuba
dispone los siguientes derechos de las personas privadas de libertad:
432. Una vez expuesto el corpus juris del derecho internacional de los derechos
humanos en relación al derecho a la vida y al trato humano que deben recibir las personas
privadas de libertad, y analizar las normas internas cubanas, pasaremos ahora a analizar
las condiciones de detención de los presos políticos en Cuba durante los 47 años de la
revolución cubana. Dentro de ese contexto, el análisis sobre esta materia se dividirá en
dos partes a saber. La primera de ellas cubrirá las condiciones de detención en Cuba
desde el 1º de enero de 1959 al 31 de diciembre de 1990, y la segunda parte comprenderá
del 1º de enero de 1991 al 31 de diciembre del 2006.
424
Idem., párrafo 12.
425
Idem., párrafo 13.
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433. Exponer las condiciones de detención de los presos políticos durante 47 años de la
revolución cubana no es un asunto fácil de realizar. No lo es tanto por la complejidad
que significa efectuar una exposición detallada y ajustada a la realidad de lo que vivieron
los presos políticos cada uno de esos años en Cuba, sino por la tragedia que supone
describir en las páginas que siguen, los días, meses, y años interminables que han vivido
y siguen viviendo las personas que se encuentran en manos de un grupo de individuos
que se hicieron del poder el 1º de enero de 1959, y a fin de mantenerse en él casi medio
siglo, --e imponer su proyecto político--, no dudaron en utilizar la fuerza bruta para
arrogarse el derecho de disponer de bienes tan fundamentales como la vida y la libertad
individual.
434. En las páginas que siguen el Directorio Democrático Cubano expondrá no sólo las
condiciones severas, degradantes, e infrahumanas en que vive diariamente la población
penal en Cuba, sino también los tratos crueles, inhumanos y torturas aplicadas a los
presos políticos quienes desde los primeros días, meses y años de la autodenominada
revolución cubana sufrieron dichas condiciones en las cárceles cubanas. Asimismo, se
expondrán las flagrantes, y sistemáticas vulneraciones del derecho a la vida perpetradas
por ese Gobierno desde sus inicios, y que fueron consumadas a gran escala, por los
menos, durante las primeras dos décadas del grupo en el poder. Sin embargo, aún cuando
el derecho a la vida no fue vulnerado por el Gobierno cubano con posterioridad a ese
período de forma sistemática y a gran escala, dicho régimen es igualmente responsable
por las muertes de cientos de presos que fallecieron por las graves condiciones a que
fueron sometidos por las autoridades penitenciarias quienes, en muchos casos, no sólo no
alimentaban debidamente a los reclusos, sino que además no les proveían de las
medicinas y atención médica que requerían. En muchos casos esos presos políticos
fallecieron luego de prolongadas huelgas de hambre que realizaban en protesta por las
condiciones imperantes durante el presidio político.
435. Igualmente, varios miles de personas han fallecido en Cuba durante las primeras
décadas de la revolución, como consecuencia de la aplicación de la pena de muerte que
siempre fue efectuada sin la más mínima garantía del debido proceso, lo que, en la
práctica, equivale a ejecuciones sumarias y/o extrajudiciales. El Directorio Democrático
Cubano ya analizó a fondo el tema de la pena de muerte en Cuba en el Capítulo IV
relativo al derecho a la vida en su último Informe sobre Violaciones a los Derechos
Humanos en Cuba, Marzo-Diciembre 2006, y teniendo en cuenta que la pena de muerte
tiene también relación con el ejercicio del derecho a la libertad individual y a las
condiciones carcelarias, reiterará ese capítulo en el Anexo I del presente informe.
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número exacto de personas fallecidas, en virtud del secretismo que impera en todo lo que
hace y ha hecho ese Gobierno, lo cual es agravado por el hecho que los medios de
comunicación oficiales están al servicio del grupo en el poder. Al respecto, la
organización Human Rights Watch ha señalado que:
437. En el Capítulo VI del presente informe ya hemos señalado algunas de las primeras
cifras de personas fallecidas durante los primeros 17 meses del régimen en manos de los
hermanos Castro: terminaron con la vida de 1.789 personas.428 Y que esa cifra incluía a
638 fusilados oficialmente, 165 fusilados sin juicio previo, 132 muertos en las prisiones,
253 muertos por la “ley de fuga”, y que el saldo restante comprendía también a personas
muertas por razones políticas. Asimismo, en los primeros meses se reportó que Raúl
Castro había fusilado a más de 300 campesinos que estaban cooperando al mantenimiento
de los patriotas que luchaban en las Sierras del Escambray. También que dicho régimen
fusilaba oficialmente de dos a tres ciudadanos al día, apareciendo también diariamente
varios muertos a través de la Isla y que anunciaba los fusilamientos al pueblo con dos o
tres meses de anticipación como un medio de tortura que le infligía al condenado y a sus
familiares.429
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heridos. Además, casos de personas muertas por las Fuerzas Armadas del Gobierno
cuando eran sorprendidas en el acto de abandonar el país en pequeñas embarcaciones sin
permiso de las autoridades e incluso cuando estaban en el proceso de buscar asilo
diplomático.430
440. Ya hemos señalado en los capítulos anteriores que, --por paradojas del destino-- al
mismo tiempo que se instauraba el flamante nuevo Gobierno revolucionario de Cuba,
paralelamente se le estaba dando vida al principal órgano de la OEA: la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos.
430
Idem.
431
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en la República de Cuba, Unión Panamericana, Secretaría General de
la Organización de los Estados Americanos, Washington, D.C., Mayo de 1962, OEA/Ser.L/V/ II.4, Doc. 30, 1º de mayo de 1962,
página 4.
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(…) por lo que concierne a los derechos de libertad y de seguridad personales, que se
implican, las reclamaciones que se han presentado a la Comisión por los llamados tratos
inhumanos que se afirma reciben los detenidos, por las condiciones antihigiénicas de las
cárceles, por la falta o escasez de la alimentación que se da a los prisioneros, por el
hacinamiento en lugares reducidos e insalubres a los presos políticos a quienes se trata en
forma “humillante, vejatoria y despótica” y por las trabas que se ponen a los familiares
para visitar, tomar informaciones, y llevar alimentos y ropa a los detenidos, agregándose
a lo anterior, según las quejas recibidas, que en gran número de casos se ha convertido en
sistema el retener en prisión a las personas sin consignarlas a tribunal competente para
que sean juzgadas, así como el de aplicar entre otros medios de tortura, los simulacros de
fusilamiento. Las denuncias se tornan más graves al referirse respecto al tratamiento
aplicado a los prisioneros del sexo femenino.432
442. De forma paulatina, y al mismo tiempo que avanzaba la revolución cubana con el
paso del tiempo, también recrudecían los hechos en contra de todas aquellas personas que
eran consideradas por el régimen como “enemigos” del Estado. De ahí que la
organización hemisférica arriba citada tenía más trabajo procesando los numerosos
testimonios y pruebas que registraban la gravedad de la situación de los presos políticos
en Cuba. La CIDH señaló que, según dichos testimonios y pruebas, “lleg[ó] al
conocimiento de los siguientes hechos”433:
Campos de Concentración
432
Idem.
433
CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familiares en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.7, Doc.4, 17 de mayo de
1963, páginas 20 y 21.
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autoridades carcelarias. En este tipo de prisión política se señalan muchos de los detalles
que caracterizaron y caracterizan los campos de concentración en algunos países
totalitarios, como alambradas de púas, barracones rudimentarios para alojamiento,
castigos corporales y constante trabajo forzado.
444. Otro testimonio436 confirma lo señalado por el testigo arriba citado en relación a
las características de la Fortaleza de la Cabaña y las condiciones por las que atravesaban
434
Idem., Doc. Nº 29 en los Archivos de la CIDH: “La Cabaña es una centenaria fortaleza española. Abundan en ella las mazmorras
sombrías y las celdas inhabitables, hoy destinadas a presos políticos. Desde que cesó la dominación española no se habían abierto las
bartolinas. Hoy, bajo el régimen comunista de Fidel Castro, son la antesala obligada de todos los detenidos enviados a esa prisión.
Allí permanecen durante varios días, en un subterráneo inmundo, privado de sol, luz y ventilación. Después pasan a una de las
estrechas galerías, cada una de las cuales aloja un promedio de 100 hombres y cuenta con un solo servicio sanitario, si es que así
puede llamársele. Una vez allí, nadie sabe cuándo será juzgado. La mayoría de los presos hace más de un año que están detenidos sin
haber sido sometidos a juicio. Aún cuando fueran absueltos, ya habrían cumplido una condena. El preso a quien se le aplican castigos
especiales está aún mucho peor, ya que para ello hay celdas tan angostas que casi es imposible moverse en ellas. El preso ni siquiera
puede acostarse. En esas celdas, totalmente privadas de luz y ventilación, el encarcelado ignora cuándo es de día y cuándo es de
noche; jamás puede bañarse y sus necesidades fisiológicas tiene que hacerlas en el suelo. Durante la madrugada del 16 de marzo de
1959, fuimos despertados con alaridos e insultos, más de 500 presos, por unos 40 hombres armados con ametralladoras, que nos
obligaron a salir al patio completamente desnudos, donde estuvimos más de dos horas, ateridos de frío y sufriendo todo tipo de
atropellos. Mientras este espectáculo se desarrollaba, nuestras pertenencias eran saqueadas en las galeras por vulgares rateros vestidos
de uniformes. Dos semanas después ocurrieron hechos aún peores. Nuevamente en horas de la madrugada fuimos despertados por
más de setenta hombres armados de rifles con bayonetas, quienes nos obligaron, entre golpes, insultos y bayonetazos, a salir otra vez
al patio del penal totalmente desnudos. Aquella noche se mezcló la sevicia con el raterismo, la injuria con el atropello, el vejamen con
la crueldad. Imaginaos a cerca de 600 hombres completamente desnudos, tiritando de frío, con los brazos en alto, las bocas abiertas y
los ojos cerrados, lanzados unos contra otros a golpes de culatazos e hincadas de bayonetas. Y esos y otros maltratos, acompañados
de los más degradantes vejámenes, duraron más de tres horas. Pero parece que aún no se sentían complacidos. Querían algo más:
buscaban el botín. Nos despojaron de nuestros anillos, cadenas y relojes. Hubo un compañero, Claudio Marrero de los Reyes, que
exhausto por los golpes no atinaba a quitarse el anillo: de inmediato fue ayudado por un bayonetazo que le desgarró el dedo y le sacó
su anillo. Entre tanto, las galeras eran objeto de un nuevo y total saqueo. Se llevaron todo lo que poseíamos”.
435
Idem.
436
Idem., Docs. Nos. 1 al 11 en los Archivos de la CIDH: En La Cabaña los pabellones de castigo están en las denominadas capillas.
En éstas hay aproximadamente 60 bartolinas, que hoy se encuentran ocupadas por presos políticos bajo un trato riguroso, excesivo,
cruel, degradante, en compartimentos muy reducidos, desnudos, sin ropa alguna para protegerse del frío o de la humedad. Se persigue
con ello la destrucción de la voluntad del preso y debilitar su innata rebeldía o protesta por los malos tratos diarios. Pero aún hay más:
existen en la citada prisión 4 celdas en lo más profundo de los antiguos túneles o sótanos de la fortaleza. Les llaman los “chinchorros”.
Son celdas de piso de tierra, lodo, y sus paredes extremadamente húmedas hieren de muerte al encarcelado. Quienes son recluidos en
los “chinchorros” mueren en ese horrible cautiverio o cuando salen de ellos tienen que ser conducidos al hospital. Sobre este
particular, se conocen los nombres de dos condenados, que se encuentran en gravísimo estado: José Cabañas González, a quien le
reventaron a golpes una hernia y está inválido, y José Rodríguez Goulart, tuberculoso, en crítica situación, el cual ha perdido 70 libras
de su peso.
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los presos políticos que eran recluidos en ese lugar. En esta oportunidad fue la Comisión
Pro Trato Humano a Presos Políticos la que denunció a la CIDH, entre otras cosas, que en
La Cabaña existen los denominados “chinchorros” que eran “celdas de piso de tierra,
lodo y sus paredes extremadamente húmedas hieren de muerte al encarcelado. Quienes
son recluidos en los “chinchorros” mueren en ese horrible cautiverio o cuando salen de
ellos tienen que ser conducidos al hospital. Sobre este particular, se conocen los
nombres de dos condenados, que se encuentran en gravísimo estado: José Cabañas
González, a quien le reventaron a golpes una hernia y está inválido, y José Rodríguez
Goulart, tuberculoso, en crítica situación, el cual ha perdido 70 libras de su peso”.
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y allí funciona un tribunal revolucionario bajo las órdenes del Comandante Félix
Torres…Allí se han condenado a más de 500 personas a muerte por fusilamiento (…) en
ese campo de concentración se juzga a los campesinos del Escambray y allí el propio
tribunal los condena y son ejecutados en el propio lugar”. También mencionó, el
testigo, “otro campo de concentración que es muy notorio es el de Guanahacabibes, que
está al extremo occidental de Cuba (....) En ese campo de concentración meten a los
elementos que el Gobierno considera antisociales (…) En el mes de septiembre de 1961
condenaron a 2,000 personas a ese campo de concentración (…)Bastaba la presencia de
un individuo tomando en un bar o la denuncia de un miliciano, o una venganza personal
para que llevasen a ese individuo ante un capitán de apellido Rodríguez, de la Policía
Nacional, y ese individuo lo condena al campo de concentración. En Guanahacabibes
hay cerca de 4,000 personas. Conozco a uno que salió de allí, a quien amarraron por
una pierna a un árbol. El que lo amarró es un delincuente común. Allí le ponen una lata
con agua y un pedazo de pan y así lo tienen cinco días a la intemperie”.439
446. La CIDH también ha dejado constancia que las denuncias respecto a las
condiciones imperantes en la Fortaleza La Cabaña, el Castillo El Príncipe, la prisión
modelo de la Isla de los Pinos y en menor grado las de Guanajay, Guanabacoa y
Baracoa “describen serias violaciones a los derechos humanos”.440 Igualmente, que
durante este período se prohibía la entrada de cualquier tipo de medicina con el pretexto
de prevenir "el acaparamiento y la especulación"; la entrega de libros y materiales de
lectura fue totalmente prohibida durante un tiempo prolongado; se produjeron severas
restricciones a las visitas familiares y largos períodos --hasta de cinco años-- de
intercepción de la correspondencia personal; por un lado, el extremo hacinamiento y por
otro, largos períodos de incomunicación.441
439
Idem., Doc. Nº 88 en los Archivos de la CIDH.
440
CIDH, Séptimo Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.61, Doc.29, rev., 4 de octubre de
1983, páginas 58 y 59.
441
Idem.
442
Miles de personas fueron fusiladas en la prisión Fortaleza La Cabaña. La “Comisión Pro Trato Humano a Presos Políticos en
Cuba”, dijo al respecto lo siguiente: Actualmente en la fortaleza de La Cabaña se sigue fusilando. La siega impía de vidas útiles a
Cuba sigue “in crescendo”. Así es triste y doloroso para los cubanos, señalar a la Comisión de Derechos Humanos de la OEA cómo
aumentan los paredones sangrantes. En La Cabaña se fusila en tres paredones: (1) El llamado Foso de los Laureles, donde estuvieron
fusilando hasta marzo de 1961; (2) el foso o los fosos del Morro, y (3) el foso que está detrás de las galeras, desde donde los presos
políticos oyen las descargas, las voces de mando, los gritos de los condenados: “Viva Cristo Rey, Viva Cuba Libre, Muera el
Comunismo, Muera Fidel, Viva la Agrupación Católica”, etc. El día 30 de agosto de 1962 fusilaron 75 valerosos cubanos, por el
delito de no querer para su patria un régimen comunista, ateo, destructor de la nacionalidad. Aquel día funcionaron los tres paredones.
Y aquel día un sentimiento unánime estremeció la conciencia americana, acusándole de inercia, porque Cuba, que sigue sufriendo,
espera de sus hermanos la hora de la justicia y de la libertad. En otro caso, un ex-militar calificó los fusilamientos como cacería
humana, según lo vio en los fosos de La Cabaña: Los fusilamientos se verificaban precisamente detrás de las galeras donde estaban
todos los presos, para que se hicieran sentir sus efectos en la moral de los presos. Ocurrían de 10 a 12 de la noche o a las 2 de la
madrugada. Nunca se llevó a cabo un fusilamiento con toda propiedad, como los militares de escuela sabemos que se fusila. Los
fusilamientos se verificaban persiguiendo prácticamente a tiros al sentenciado. No puedo creer que todos aquellos hombres
disparasen, pero sí los jefes de los pelotones, quienes eran los encargados de perseguir a tiros a los ajusticiados. Muchas veces, como
es natural, el herido en una pierna cae, y en el ansia de vivir, trata de escapar. Entonces había que matarlo igual que a un animal. Así
ocurría en La Cabaña. En CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familiares en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.7,
Doc.4, 17 de mayo de 1963, página 29.
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una celda solitaria al haber mostrado actitudes desafiantes hacia sus carceleros. Los
doce calabozos subterráneos sin luz natural y con escasa ventilación alojaban una
población de detenidos varias veces superior a la mantenida en el pasado. Se ha
señalado, asimismo, que al inicio del actual régimen los pelotones de fusilamiento
actuaban en masa en la Fortaleza; a veces se efectuaban de 20 a 25 ejecuciones por
semana y hasta 27 en una sola noche. Las condiciones del Castillo El Príncipe se han
descrito en términos similares y estimados que de los 8.000 prisioneros, alrededor de
1.000 eran presos políticos. Las requisas sorpresivas nocturnas finalmente obligaron a
que los prisioneros se amotinaran (énfasis agregado)”.443
448. Asimismo, se mencionan a las cuatro prisiones circulares en la Isla de los Pinos,
las cuales “hacinaban juntas a 7.000 reclusos (cada una tenía una capacidad original
para 870 detenidos). Según los testimonios, las requisas también eran frecuentes, y los
prisioneros recibían maltratos contra la integridad física e insultos y eran castigados
severamente con golpes, incomunicados y privados de agua y alimentos. En general la
alimentación era considerada de muy deficiente calidad y escasa. La atención médica
era mala y, las cartas se limitaban a una por mes y las visitas a una o dos por año”.444
450. Otros informes, asimismo, indican que los programas obligatorios de reeducación
en las prisiones, son dirigidos por un reeducador que suele ser un oficial militar. Estos
oficiales exigen a los presos que digan lemas pro gubernamentales, como “Viva Fidel”,
“Comandante en Jefe, ¡Ordene!”, “Socialismo o Muerte”, y “Patria o Muerte -
¡Venceremos!”. Los presos también son obligados a estudiar con pruebas basadas en
materiales de lectura pro gubernamentales. Existen testimonios de presos políticos que
señalan, que, en ocasiones, los reeducadores dejan en manos de los consejos de reclusos
abusivos la responsabilidad de las sesiones de reeducación. Las autoridades
penitenciarias obligan a los reclusos a asistir a los programas de reeducación política,
propinando palizas a los que no participan (con frecuencia, por medio de los consejos de
reclusos). Igualmente, si se niegan les quitan las raciones alimenticias, trasladándoles a
prisiones con peores condiciones o suspendiendo su derecho a la libertad condicional, las
443
Idem.
444
Idem.
445
Véase CIDH, Séptimo Informe, op.cit., página 60.
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visitas, las salidas al aire libre y otros beneficios.446 Asimismo, se ha señalado que las
prisiones cubanas ofrecen limitadas posibilidades educativas y recreativas debido a que
las autoridades penitenciarias cubanas suelen limitar el acceso a los materiales de lectura
y prohíben todos los libros con contenidos antigubernamentales. Los presos se quejan de
que son demasiado pocas las veces en que se les permite hacer ejercicio al aire libre o
simplemente tomar el sol (muchos padecen infecciones producidas por la privación de luz
solar).447
451. Se ha señalado, asimismo, que las fuertes presiones para aceptar la rehabilitación
marcaron el segundo período, y que en 1967 se desactivó la cárcel de la Isla de los Pinos,
marcando el comienzo gradual de la clausura de la mayoría de los antiguos centros de
detención. En este sentido la CIDH señala, por ejemplo que, aunque gradualmente la
mayor parte de los presos políticos aceptó la llamada "reeducación", en gran medida a
causa de las crueles presiones de que fueron objeto, aún quedó una minoría perseverante
que siguió rechazándola, y éstos se convirtieron en el foco de su atención. Así, señala
dicha organización que, “[l]as situaciones que soportaron los llamados ‘plantados’ han
sido repetidamente denunciadas por la Comisión”.448
452. El régimen, en 1967, ordenó que todos los detenidos, sin distinción, debían usar el
uniforme azul de los delincuentes comunes, aduciendo que esta medida era parte integral
del "Plan de Reeducación". A los familiares de los presos políticos no se les permitía
enviar ropas y a los que rehusaban aceptar la nueva disposición, les fue arrancado por la
fuerza el uniforme amarillo original. Sin embargo, ellos prefirieron quedar en ropa
interior y fueron objeto de represalias y castigos por parte de las autoridades
penitenciarias.449
446
Véase, Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 109 y 110. Si bien el tema del adoctrinamiento
político se ha incluido en este capítulo debido que el régimen lo instauró desde el principio de la revolución, el mismo se extiende en
el tiempo hasta la fecha. En su investigación la organización HRW señaló además que, “[l]os prisioneros consideran que los
reeducadores constituyen uno de los grupos más abusivos del sistema penitenciario. El ex preso político Raúl Alarde Herrera
recordaba que el reeducador de la Prisión Provincial de Pinar del Río, conocido como Osiris, le dijo “tienes que reeducarte y
entonces recibirás más comida”. El 9 de noviembre de 1997, nueve días antes de que Alarde Herrera iniciara una huelga de hambre
para protestar contra las condiciones en la prisión y su encierro en una celda de aislamiento, Osiris y el funcionario de prisiones
encargado de los presos políticos le golpearon y le cortaron la cara con un trozo de espejo roto”.
447
Idem.
448
CIDH, Séptimo Informe, op.cit., página 60.
449
Idem.
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después de haber cumplido el total de sus condenas. Con la introducción del "Plan
Progresivo" en 1971, se ofreció la opción del trabajo sin el componente de
adoctrinamiento del programa, y esta alternativa dividió a los plantados en dos grupos:
los más radicales se opusieron a cualquier compromiso y permanecieron en ropa interior
("plantados en calzoncillos") y los que también rechazaron trabajar, pero mantuvieron el
uso del uniforme amarillo.450
455. Lo señalado por la CIDH en su Informe de 1983, es confirmado in situ por una
delegación de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que visitó
Cuba entre el 16 y 25 de septiembre de 1988, “en cumplimiento de la decisión 1988/106”
conversó con el Director General de la prisiones en Cuba, que les informó que “[e]n
450
Idem., página 61.
451
El siguiente testimonio fue recibido por la CIDH en noviembre de 1978, y expone el tratamiento otorgado por el régimen a los
presos políticos “plantados”: Los presos políticos cubanos (“los plantados”) llevan años confinados, sin que se les permita ver a sus
familiares, sin que se les permita ningún tipo de comunicación con ellos, sin poder recibir ni enviar una carta, encerrados peor que si
fueran rabiosos en celdas con ventanas herméticamente tapiadas con planchas de acero; con un agujero en un rincón como única
instalación sanitaria donde se acumulan los orines y excrementos haciendo el escaso aire de una fetidez casi irrespirable; sin sol, sin
luz, en penumbra constante, casi ciegos y con la más rigurosa prohibición de dales asistencia médica de cualquier tipo o medicamento
alguno; están siendo sometidos al más enajenante y despiadado plan de aniquilamiento físico y experimentación biológica que ha
conocido el mundo occidental en toda su historia. Médicos rusos, checos y comunistas “cubanos” dirigen este plan de exterminio y
experimentación. Se les pesa en las celdas, se les observa, se evalúan sus reacciones, se les altera el metabolismo con sustancias
desconocidas incorporadas a los alimentos que son compuestos exclusivamente por macarrones, harina de maíz y arroz hervido. Todo
ello no alcanza las 500 calorías diarias. Meses completos con ausencia de sal y luego semanas en que los alimentos están tan salados
que casi no se pueden tragar. Estos cambios bruscos producen trastornos en el metabolismo, como ser subidas de presión, problemas
renales, etc. Algunos se hinchan de forma monstruosa provocando lo que se llama “edemas del hambre” causados por desnutrición.
No son hombres, son espectros, esqueletos cubiertos de piel, guiñapos humanos. Están peores que aquellas fotos de los campos de
concentración nazi que espantaron al mundo; si pudiéramos exhibir algunas de esas fotos al mundo entero, se espantaría; pero a esos
presos nadie puede sacarles fotos, son “los plantados” en una cárcel comunista. La salud de esos valientes empeora por días, la
polineuritis y la avitaminosis generalizada causan estragos en ellos de manera lenta, pero inexorable. Confrontan problemas con los
reflejos, con la coordinación, careen de equilibrio en algunos casos y padecen de trastornos nerviosos y digestivos de todo tipo. Los
párpados se les inflaman y se les enrojecen, padecen de encías sangrantes, dientes descarnados, flojos, cayéndose, las bocas y labios
agrietados, llenos de llagas, el cuerpo lleno de pústulas oscuras, las ingles, genitales, pies y cuellos invadidos por los hongos, la piel
escamosa, grisácea, el escorbuto les produce hemorragias por la nariz con sólo estornudar. Los hay ancianos, inválidos, cardíacos,
tuberculosos, asmáticos a los que se les despoja de sus aparatos y se les niega el sus ataques como un instrumento más de tortura. El
estado de desnutrición y de pauperización, la anemia generalizada, mantiene a muchos de estos infelices en estado de postración total,
sin fuerzas ya para mantenerse en pie, y, a pesar de todo, han sido golpeados de manera salvaje y brutal. Les han destrozado cabezas,
rostros y brazos a palos, a caballazos, a bayonetazos, de forma sistemática, celda por celda, solamente porque con esos valientes, con
esos mártires de la democracia ha fracasado la experiencia diabólica del comunismo: los planes sicológicos y de terror con el objeto de
rehabilitarlos. Son hombres y mujeres que prefieren morir a claudicar, son muchos los que han muerto (más de 470), asesinados en
las cárceles comunistas de Cuba. Esto está ocurriendo en Cuba, en el corazón de América. CIDH, Sexto Informe sobre la Situación
de los Presos Políticos en Cuba, OEA/Ser.L/II.48, doc. 7, 14 de diciembre de 1979, páginas 25 y 26.
452
Idem.
453
Idem.
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457. Otras de las condiciones penitenciarias del período cubierto por la presente
sección del informe, incluyen “interrupción de la correspondencia y las visitas hasta por
períodos de años; atención médica deficiente, especialmente desde que muchos de ellos
se debilitaron por las frecuentes huelgas de hambre, y se convirtieron en enfermos
crónicos y en inválidos (en algunos casos esto produjo la muerte de los prisioneros,
como se informó en los casos de Luis Alvarez en 1967 y Pedro Luis Boitel en 1972); la
mala ventilación y las celdas amontonadas; o, alternativamente largos períodos
incomunicados, a veces en lugares infectados con ratas; privación de alimentos como
castigo, así como supresión de las medicinas”.457 Igualmente, que se dieron
“confrontaciones físicas con los prisioneros en los años 1971, 1972 y 1975, provocando
esta última la muerte de algunos de los internos. En 1980-1981, varios plantados
hicieron nuevas huelgas de hambre para tratar de obtener mejoras. La reacción de las
autoridades fue severa --a algunos reclusos se les mantuvo aislados unos de otros y del
mundo exterior, mal alimentados y sin asistencia médica--“.458
454
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, E/CN.4/1989/46, 21 de febrero de 1989, op.cit.,
párrafo 73.
455
Idem.
456
Idem.
457
CIDH, Séptimo Informe, op.cit., página 61.
458
Idem.
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b) Que las requisas se hacen bajo la excusa de que existen armas o documentos en
poder de los presos, que significan un peligro para el régimen. Sin embargo, de acuerdo
con los testimonios aportados, se trata sólo de privar a los reclusos de sus pertenencias
para beneficio de los carceleros;
d) Que al preso político en Cuba se le prohíbe toda lectura que no sea de material
marxista y que no se le provee de información mediante la prensa o la radio;
459. Las mujeres no se salvaron de las graves acciones represivas narradas en este
capítulo. La organización arriba citada dejó constancia, igualmente, que a medida que el
Gobierno cubano intensificaba “su sistema de represión política, un número mayor de
mujeres [fue] objeto de arrestos y encarcelamientos”.465 Asimismo, que aunque no era
posible conocer con exactitud el número de presas políticas que había durante ese
período, “los datos aportados hacen parecer que asciende a varios miles”.466 Las
investigaciones efectuadas indicaban que las cárceles para mujeres con mayor número de
presas políticas eran las siguientes: Guanajay, en la provincia de Pinar del Río;
Guanabacoa y Mantilla, en la provincia de La Habana; San Severino, en la provincia de
Matanzas, y Baracoa en la provincia de Oriente. Dentro de ese contexto, la CIDH
manifestó que recibió declaraciones orales y testimonios por escrito de mujeres que han
sufrido encarcelamiento en Cuba por razones políticas, y que “[a]lgunas de ellas han
sido víctimas de maltrato físico; otras han sufrido vejaciones e insultos, así como
amenazas contra ellas y sus familiares; otras han experimentado un trato
extremadamente humillante, encaminado a destruir su resistencia moral y a degradar su
dignidad de mujer”.467 También, que, “si bien en algunos casos el maltrato es explicable
por el bajo nivel moral de los custodios, en otros parece responder a una táctica
aplicada intencionalmente”.468 Finalmente, en base a sus investigaciones y los elementos
de convicción analizados, la organización antes citada dejó establecido que “el maltrato
464
Idem.
465
Idem., página 49.
466
Idem.
467
Idem.
468
Idem.
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físico o el terror psicológico aplicado a las presas políticas no hace distinción alguna en
cuanto a la edad, la salud, el estado civil o la condición pre-maternal de la mujer. En
muchas ocasiones se trata a las presas con el mismo rigor que a los hombres, y [q]ue
además del maltrato que reciben de sus custodios, existen otros factores que contribuyen
a la humillación de las presas, como son las condiciones materiales de las cárceles
donde aquéllas son recluidas, muchas veces tanto o más perjudiciales para su salud
física y moral que los castigos o maltratos de los carceleros”.469
460. Un caso que merece citarse en el presente documento porque demuestra los
límites a los cuales fue capaz de llegar la revolución cubana con tal de imponer su
proyecto político es el que fue presentado por la organización “Alianza para la
Liberación de Cuba”, y que fue citado por la CIDH en uno de sus primeros informes
sobre ese país. Señala la organización antes citada, que recibió un testimonio de la
mencionada institución el 20 de agosto de 1962, el cual “denunció que el 17 de julio de
1962 fueron trasladadas violentamente desde la cárcel de Guanajay a la de Baracoa,
lugar aislado de la provincia de Oriente en Cuba, setenta y cinco presas políticas y una
niñita de un mes de nacida, a quienes incomunicaron y sometieron a toda clase de
torturas y malos tratos. La mencionada organización acompañó con su denuncia, como
anexo, un relato hecho por una de las presas trasladada, en el cual --que fue extraído de
Cuba por cubanos que luchan en la clandestinidad-- se detalla los nombres de las
encarceladas y niñita referidas”470 y donde se expone lo siguiente:
El grupo que subió al avión fue trasladado a Santiago de Cuba, y de allí, en camiones
cerrados con lonas, custodiado con metralletas y bayonetas caladas, llevado a Baracoa.
De Santiago salieron a las 7 de la noche, terminando el viaje a las 8 de la mañana del día
siguiente. La odisea de ese viaje es indescriptible: sin agua, ni comida y sufriendo toda
clase de insultos y amenazas. Dicho viaje lo hizo también la niñita de un mes de nacida,
debido a que la señora María Argüelles, Directora del Penal de Guanajay, se negó a que
fuera entregada a sus familiares antes de salir. La niñita llamada Amadita Simón
Fernández, es hija de la señora María Amalia Fernández del Cueto.
El grupo que quedó encerrado en la “perrera” de la FAR, después de sufrir toda clase de
ofensas durante 24 horas, fue también trasladado a Baracoa, haciendo el mismo recorrido
que el anterior y soportando iguales atropellos y vejámenes. Sólo nos sostiene la fe en
Dios, el único que tenemos a nuestro lado, y al que hemos entregado nuestras vidas. Él
nos protegerá, porque “el que todo lo pierde, le queda Dios”.471
469
Idem.
470
Idem., página 53, Documento Nº 47en los Archivos de la CIDH.
471
Idem.
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461. Los bebés recién nacidos no solo fueron objeto de la salvaje represión impuesta
por la revolución cubana. También las madres que se encontraban en estado de gestación
fueron atacadas por las autoridades cubanas:
6. Una abogada, que sufrió prisión en Cuba, dijo en escrito de fecha 20 de agosto de
1962:
Las madres presas no pueden ver a sus hijos mayores de siete años, pues sus
carceleros consideran que los niños que pasen de esa edad son ya hombres. Por lo
tanto, la madre cubana mientras permanezca en prisión no puede recibir la visita de sus
hijos que hayan cumplido dicha edad.
Los insultos de los custodios, sobre todo de un sargento llamado P... eran comunes, y si la
insultada replicaba era “engalerada”, o se le suprimía el derecho a recibir
correspondencia y visitas... Éramos despertadas continuamente de noche con gritos y
vocabulario soez... Para poder comprender esta denuncia es necesario que se sepa de
antemano que para las fuerzas represivas o carcelarias del régimen castrista las detenidas,
retenidas o sancionadas no son mujeres sino animales. El objetivo del tratamiento
penal comunista de Cuba es: o aniquilar física y moralmente a la detenida o
sancionada, o adoctrinarla al comunismo, para lo cual cualquier medio empleado es
posible (énfasis agregado). 472
472
Idem., páginas 52, 54, y 58, Documento Nº 57.
473
Véase CIDH, Informe Nº 47/96, Caso 11.436 (Víctimas del Barco Remolcador “13 de Marzo” vs. Cuba), 16 de octubre de 1996.
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chorro de la presión del agua para atacar a sus víctimas. También es necesario
puntualizar que en un caso había dos madres en estado de gestación, y en el otro
fallecieron diez menores de edad.
463. Continuando con la situación de las presas políticas durante el período al que se
refiere el presente capítulo, hay testimonios que demuestran las condiciones
infrahumanas en que se encontraban recluidas474, y otros casos que demuestran las graves
condiciones sanitarias, y la clase de alimentación que muchas veces le entregaban a las
presas políticas, y los castigos y amenazas.475
465. Así, durante los primeros meses y años de la revolución cubana las personas que
eran arrestadas eran amenazadas durante los interrogatorios con represalias a sus
familiares. En otros casos, cuando se arrestaba a una pareja de esposos, se utilizaba a uno
de ellos como rehén para obtener la confesión del otro. Igualmente, en otros casos
cuando un preso político lograba escaparse, se le sancionaba con la captura de la madre o
el hijo de éste, sin ningún motivo justificado. En otros casos, se ha a fusilado al detenido,
sin que los familiares hayan podido conocer nunca cuál ha sido el paradero durante el
tiempo de encarcelamiento.476
474
CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos Y Sus Familiares en Cuba, op.cit., página 52. La esposa de un ex-oficial
del Ejército Rebelde de Fidel Castro, hizo la siguiente denuncia en escrito de fecha 7 de octubre de 1962: “Éramos como 125 mujeres,
sin más ropa que la que teníamos puesta. Dormíamos la mayoría en el suelo, habiendo solamente 12 camas literas dobles, en las que
dormían 2 personas en cada cama, pues de lo contrario en el suelo no había espacio. A la vez otras compañeras se sentaban en las
camas y las otras dormían debajo de las literas y en el pasillo que iba al servicio. Otras tenían que acurrucarse en el suelo o
quedarse de pie”. Doc. Nº 27 en los Archivos de la CIDH; Otra señora en escrito también de fecha 19 de enero de 1963, dijo al
respecto lo siguiente: “En la cárcel de Santa Clara en una pequeña celda, había 26 presas. Veinte éramos presas políticas; las seis
restantes presas comunes: entre éstas una prostituta y dos asesinas. Allí estaba presa..., muchacha humilde de Sancti Spíritus, presa
política. Estaba tan desesperada que un día trató de suicidarse con un cinto. Corrieron a tiempo las otras presas y lograron salvarla.
Después la dejaron en libertad, pero a los pocos días se suicidó en su casa dándose candela”. Doc. Nº 17 en los Archivos de la
CIDH.
475
Idem., Una señora que fue condenada a varios años de prisión, pero que logró salir de Cuba, presentó la siguiente denuncia por
escrito de fecha 7 de octubre de 1962: Como el agua la daban dos horas al día no alcanzaba para nada, y por ese motivo teníamos que
dormir con el servicio sucio y el mal olor a veces era insoportable. Lo que salía a veces por la llave del lavamanos no era agua, sino
excremento, y se suponía que parte de esa agua la usáramos para tomar. La comida, que la traían en los depósitos de basura, era
pésima: un plato de arroz con “carne” rusa, cosa que sabían que no la comíamos, o arroz con chícharos, que no se podía comer. El
desayuno consistía en un vaso de leche, más agua que leche, con un pan duro como ladrillo. Allí no se vivía como mujeres sino como
animales, todas amontonadas. Una de las barbaries más grandes de las que fui testigo consistió en lo siguiente: nos encontrábamos en
rebeldía por habernos quitado la visita de familiares sin justificación. La Sub-Directora llegó con un batallón de milicianos armados
hasta los dientes, quienes comenzaron a disparar sus ametralladoras y pistolas, primero hacia el techo y las paredes y después en
dirección a nosotros. Estuvimos castigadas dos meses sin ver a nuestras familias, sin recibir correspondencia, sin tener un solo rayo de
sol, con pocos alimentos y sin dejar que nadie se nos acercara. Hasta al niño de 6 meses que vivía en nuestro pabellón se le dio el
mismo castigo (énfasis agregado). Doc. Nº 27 en los Archivos de la CIDH.
476
Véase CIDH, la Situación de los Presos Políticos, y Sus Familiares en Cuba, op.cit., Capítulo V, página 61.
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466. El hecho de acudir a las cárceles a visitar a los familiares de los presos políticos se
convirtió en un sufrimiento perenne para las madres, hermanos e hijos del encarcelado,
ya que muchas veces no era fácil obtener el permiso para las visitas, y en otros casos
estas visitas eran totalmente prohibidas, o concedidas muy de tarde en tarde. Asimismo,
cuando las autoridades accedían a las visitas, los familiares se veían obligados a guardar
largas horas o días de espera en los alrededores del penal, hasta poder pasar por las
numerosas trabas previas a la visita.477
467. De igual forma que los familiares eran el blanco de las acciones represivas de las
autoridades cubanas, los ex presos políticos eran víctimas de trato discriminatorio una
vez que habían obtenido su libertad. A estas personas se les estampaba un sello en los
documentos de identidad (un triángulo con la inscripción CIRP) que revelaba la calidad
de ex preso de su propietario. Los informes de la época señalan que esta situación daba
origen a dificultades en lo referente a la obtención de abastecimientos a través de las
tarjetas de racionamiento, de vivienda adecuada y, en especial, de trabajo.478
468. Éstas, fueron en términos resumidos, las condiciones generales de detención que
primaron durante las primeras décadas de la revolución cubana. En la siguiente sección
del informe expondremos algunos ejemplos de las vulneraciones del derecho a la vida
consumadas por el grupo en el poder, durante este período.
469. Ya hemos dicho en los anteriores capítulos de este informe que es imposible
calcular en términos exactos las personas que fallecieron en Cuba como consecuencia
directa e indirecta de la revolución cubana. No obstante, los diferentes informes,
documentos y decisiones de las diferentes organizaciones de derechos humanos, y
estadísticas reunidas por expertos, investigadores, y los cientos de testimonios que
existen, y que lograron filtrarse clandestinamente de las prisiones, y centros de detención
cubanos durante las primeras décadas de dicho Gobierno, han establecido, por lo menos
de forma aproximada unos 5.000 muertos --solamente durante los primeros diez años--.481
470. Teniendo en consideración que la cifra arriba indicada sólo cubre los primeros
diez años de la revolución cubana, es obvio que durante los casi 50 años que lleva ese
Gobierno en el poder, la cifra debe ser aún mucho mayor. Es pertinente indicar que
durante el período que abarca esta sección del informe, el grupo en el poder tenía varias
modalidades de acabar con la vida de las personas que ellos consideraban elementos
contrarrevolucionarios.
477
Idem.
478
Véase CIDH, Séptimo Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., página 64.
479
Artículo I: Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
480
Artículo 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
481
Véase Hugo Thomas, Cuba: The Pursuit of Freedom (Harper & Row: Nueva York, 1971), p. 1458, en Human Rights Watch, La
Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 220.
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471. La primera de las modalidades puesta en práctica por el grupo en el poder fueron
las ejecuciones sumarias encubiertas consistentes en aplicaciones de la pena de muerte
después de seudo procesos judiciales sin ninguna posibilidad de defensa del imputado, ni
la existencia de alguna garantía del debido proceso.482 El Gobierno, simplemente
utilizaba dichos procesos con apariencia de juicios para justificar el asesinato de miles de
personas, y disfrutaba sacrificando a seres humanos, como en la época de los sacrificios
que ocurrían en los circos romanos. No en vano, la Comisión Internacional de Juristas,
con sede en Ginebra, Suiza, en octubre de 1959 señaló que el Gobierno revolucionario
recurrió “a juicios públicos que fueron muy criticados, de los cuales el más inusitado fue
el que tuvo lugar en un estadio deportivo ante 15,000 espectadores que tomaron una
parte activa y vociferante en la vista. En la mayoría de los juicios iniciales, no se pudo
escoger libremente al abogado defensor y los militares nombrados por el tribunal no
desempeñaron cumplidamente sus funciones para sus clientes”.483 Dicho organismo,
manifestó, asimismo, que “la opinión jurídica mundial no consideró apropiados el
empleo de tales métodos porque, por grande que sea la indignación causada por las
crueldades precedentes, no es posible justificar la falta de consideración por los
derechos humanos básicos del acusado”.484 Un testimonio que, a modo de ejemplo,
corrobora lo señalado, es el de un estudiante universitario quien fue detenido en La
Habana el 17 de abril de 1961:
482
La pena de muerte se analiza ampliamente en el Anexo I del presente informe.
483
Comisión Internacional de Juristas, Ginebra, Suiza, citado por la CIDH en Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en
la República de Cuba, op.cit., OEA/Ser.L/V/II.4, doc. 2, 20 de marzo de 1962, Capítulo sobre Derecho a Proceso Regular.
484
Idem., La CIDH manifestó también ese informe que, “[e]Entre las numerosas comunicaciones recibidas por la Comisión que se
quejan de la conducta y composición de los Tribunales Revolucionarios, cabe destacar la remitida por la “Judicatura Cubana
Democrática”, integrada por ex-funcionarios del Poder Judicial, la cual sostiene que dichos tribunales “son cuerpos colegiados,
integradas por personas desconocedoras del Derecho, flexibles ante las órdenes que se les imparten, dispuestos a calzar con sus
nombres sentencias pre-fabricadas, incapaces del menor rasgo que se aproxime siquiera a una actitud de severo enjuiciar, y que no
ofrecen más que muy rudimentarias garantías procesales”. Se afirma ante la Comisión que la transformación sufrida por el Poder
Judicial no se limita a la creación de tribunales de excepción, sino también abarca la remoción de jueces y magistrados que el
Gobierno Revolucionario considera que no le son adictos, y el sometimiento de los funcionarios judiciales a la línea política del
régimen. En este último sentido se ha citado la resolución de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, de fecha 21 de agosto de
1961, la cual expresa que ‘todos los que trabajan al servicio de la justicia tienen el deber indeclinable de desarrollar su conciencia
política, para todo lo cual declaran que ‘la Revolución ha roto radicalmente con el Derecho anterior’, que los Jueces y Magistrados
han de adquirir plena conciencia de su verdadera misión 'como activos vigilantes de la legalidad socialista'. Para cuidar de todo ello
se acuerda organizar ‘en todos los Tribunales y Juzgados’ cursos de estudio y divulgación sobre Socialismo y la misión fundamental
de la Justicia Socialista”.
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Sorí Marín. Estos hechos y las llamadas por altavoces para juicios relámpagos a los
prisioneros, creaban un estado psicológico sumamente depresivo en la población
penal.485
473. Es imposible para el Directorio Democrático Cubano citar, en las páginas que
siguen, todos y cada uno de los testimonios existentes en los numerosos informes de
organizaciones internacionales de derechos humanos que efectuaron diligentes
investigaciones y recibieron testimonios personales de la situación imperante en esa
época. Sin embargo, algunos de esos documentos merecen ser citados, solamente como
un ejemplo de lo que ocurría en Cuba durante ese período.
475. También incluye dicha lista a mujeres embarazadas que fallecieron dando a luz
por falta de atención médica; personas que fallecieron de frío al ser mantenidas desnudas;
otros enfermos con infecciones generalizadas, o asma. También murieron presos
políticos a palos y machetazos y atravesados por las bayonetas de los fusiles. Otros
muertos a balazos; también fallecieron otros presos políticos aislados --como la
Hermanita de La Caridad, Sor Aida Rosa Pérez--; en huelgas de hambre y en celdas de
castigo tapiadas sin acceso a luz, etc. A continuación el testimonio:
Desde hace casi 15 años, los presos políticos cubanos están sometidos a un régimen
carcelario cruel, inhumano y degradante.
Esta situación ha sido denunciada por los propios prisioneros mediante huelgas de
hambre y peticiones de trato humano en cumplimiento del Tratado de Derechos Humanos
y los acuerdos sobre Derechos Humanos de los cuales Cuba es signataria.
485
CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familiares en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.7, Doc. 4, 17 de mayo de
1963, página 28.
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Es de destacar la suerte corrida por el Capitán del Ejército Rebelde de Fidel Castro,
Porfirio Remberto Ramírez, quien fuera Presidente de la Federación Estudiantil
Universitaria de la Universidad Central de la Provincia de Las Villas. Porfirio Ramírez
había sido un combatiente contra el régimen anterior con las armas en la mano. Pero
estudiante idealista y hombre de arraigada fe democrática, se alzó en armas. Fue
capturado y 'juzgado' en un breve lapso. En un momento dado, fue conducido a un lugar
conocido como el Campamento La Campana en Las Villas y fusilado.
Desde el 1o de enero de 1959 creció larga la lista de los presos políticos sacrificados. De
esta lista extraemos de 1961 a 1970, a manera de ejemplo, los que siguen: Lydia Pérez
León, murió de parto en la cárcel de mujeres de Guanajay, a los 21 años de edad en enero
de 1961. Se le negó asistencia médica en el embarazo que se presentó con
complicaciones. Su esposo, que también guardaba prisión en otra cárcel, al saber de la
muerte de su esposa y de su hijo, se ahorcó en la prisión.
Juan Pereira Varela (Juanín). Estudiante. 21 años. Detenido en La Habana. Fusilado sin
juicio en Pinar del Río el 17 de diciembre de 1961.
Tomás Aquino, de 60 años. Mantenido desnudo. Murió de frío en la circular No 4 de Isla
de Pinos el 14 de diciembre de 1962.
Julia González Rosquete, murió de septicemia en la cárcel de Guanajay en diciembre de
1961, al negársele asistencia médica mientras sufría de una avanzada infección en la
boca.
Julio Medina, murió en el Castillo del Príncipe de un ataque de asma sin asistencia
médica.
También en 1967, sin poder precisar la fecha, José Pereda, Tomás Aguirre, Ramón
Quesada, Julio Hernández, Filiberto Polledo Morales, Gastón Vidal, Manuel Cuevas y
Luis Alvarez Ríos.
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Todos ellos, con excepción de Roberto López Chávez, que muere en huelga de hambre
sin asistencia médica, fueron muertos a palos, machetazos, bayonetazos y tiros, durante la
imposición del famoso plan de trabajo forzado. En 1967 desmantelan el presidio de Isla
de Pinos y los presos son distribuidos en los múltiples centros de confinamiento de la Isla
de Cuba.
Sor Aida Rosa Pérez, quien fuera monja de las Hermanitas de la Caridad, cardíaca, de 42
años de edad, se le mantuvo aislada durante meses bajo la tensión de una falsa promesa
de libertad próxima.
Rafael Fernández Varela, asesinado a golpes en la Fortaleza de la Cabaña.
Rafael Domínguez Socorro, se suicida en la prisión de La Cabaña.
Francisco Balbuena Calzadilla, muere enloquecido a consecuencia de las torturas físicas a
que fue sometido en los campos de concentración, las Gavetas de San Ramón y Tres
Maceos, en Oriente.
Eduardo Molina y Alfredo Carrión Obeso, mueren en el campo de concentración de
Melena No 2 sin asistencia médica.
Carmelo Cuadra, muere en huelga de hambre sin asistencia médica en La Cabaña, en La
Habana.
René Amoedo Bueno, muere de un ataque de asma, sin asistencia médica, cuando era
trasladado del campo de concentración de Melena No 2 al Castillo del Príncipe en La
Habana.
José Francisco Mira, invasor de Girón, muere en Melena No 2 sin asistencia médica.
José Oriol Acosta-García, obrero azucarero, es asesinado de un balazo en la cabeza el 5
de agosto de 1971 en el campo de concentración de Manacas, Las Villas, conocido como
el Campo de Seguridad No 4. Los guardias dispararon sobre él por orden del director del
penal, Abraham Claro Cruz.
Esteban Ramos Kessel e Ibrahim Torres Martínez, mueren 'tapiados', en la cárcel de
Boniato, habiéndoseles negado asistencia médica, el 4 y el 7 de febrero de 1972,
respectivamente. Se descubren los cadáveres por el hedor.
Pedro Luis Boitel, líder estudiantil, muere en huelga de hambre, torturado y semi-
paralítico, en el Castillo de El Príncipe, La Habana, el 25 de mayo de 1972.
Lázaro San Martín, es asesinado a tiros en la cárcel 5-1/2 en pinar del Río en diciembre
de 1972.
Enrique García Cuevas, muere en huelga de hambre, sin asistencia médica, en Calabozo
No 4 de la nueva cárcel provincial de Santa Clara, el 24 de junio de 1973.
Diosdado Camejo, muere de anemia y desnutrición a principios de 1973, en la Cárcel de
Morón.
Oscar Morales Pascual, muere enfermo, sin asistencia médica, en el Centro de Seguridad
No 4 de Manacas, Las Villas, en marzo de 1973.
Olegario Charlot Pileta. Este joven negro muere en huelga de hambre, sin asistencia
médica, en las famosas 'Escaleras' de la Prisión de Boniato, en enero de 1973.
Marcelo Díaz, estaba preso en el campo de concentración de Manacas; fue trasladado al
cuerpo represivo G-2 de Santa Clara. Días más tarde la familia fue avisada de que se
había ahorcado en la celda. Esto ocurrió a principios de 1974.
Manuel Ruiz del Cristo, de 56 años, muere de cáncer en La Cabaña, en La Habana, sin
asistencia médica, el lunes 14 de enero de 1974 a las 3:20 de la tarde.486
476. Otra lista con testimonios documentados incluyen a personas que luego de estar
presas, desaparecieron; otros muertos como consecuencia de torturas y malos tratos;
algunos simplemente asesinados a balazos y otros a bayonetazos después de suplicar a los
486
Este testimonio dio lugar a una condena internacional de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Nº 1805,
Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Parte III, CIDH, Informe Anual 1975, OEA/Ser.L/V/II.37, Doc. 20 corr.1, 28 de junio
de 1976.
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custodios detener los trabajos forzados en virtud del deterioro físico. Y, por último, una
persona que se suicidó por las condiciones imperantes en la Fortaleza de La Cabaña:
Recientemente el preso político Jerónimo Gandía, que sufría prisión en Isla de Pinos,
falleció a consecuencia de las torturas y maltratos físicos que recibió en dicho
establecimiento penal, por haberse negado a recibir adoctrinamiento.
Julio Tang Texier, de 28 años de edad, fue juzgado en la causa 580 de 1960. Sentenciado
a 12 años de prisión fue ingresado en el Reclusorio Nacional de Isla de Pinos en el mes
de mayo de 1961, donde estuvo hasta el día 3 de septiembre de 1966, en que murió.
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Me refiero al joven estudiante Pedro Luis Boitel el cual se encuentra guardando prisión
en Cuba desde hace ya varios años, solamente por el hecho de pensar en forma distinta de
los que hoy detentan el poder en Cuba. Dicho joven ha sido maltratado hasta lo
inhumano desde el mismo momento en que entró en la cárcel, vejado, e incomunicado y
así se ha mantenido por largos años. En el transcurso de estos años sus piernas han sido
amputadas pues sufrieron heridas que se infectaron. Actualmente se encuentra al borde
de la muerte.488
No creo que sea necesario a ustedes de habla hispana relatar por el dolor tan profundo
que pasamos los cubanos del exilio en estos momentos tan terribles en que la noticia del
asesinato de Boitel ha llegado hasta acá, ni creo sea necesario relatar su historia ya que
ustedes deben saberlo, pero por si no lo saben este joven, valiente, limpio y cristiano
cubano se encontraba preso en las cárceles cubanas desde hacía cerca de once años, fue
uno de los prisioneros políticos más vejados, humillados y maltratados de la América
Latina. Muy, muy a menudo era golpeado salvajemente y se le sometía a terribles
torturas a tal extremo que perdió su caminar quedando paralítico y más tarde la vista
quedando ciego a consecuencia del maltrato, pero esto no parecía importarle a ninguna
487
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.17, Doc. 4, 7 de abril de 1967, Sección C,
Asesinatos de presos, muertes y suicidios por maltratos y enfermedades.
488
CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y sus Familias en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.23, doc.6, 7 de mayo
de 1979, Comunicación Nº 1604 en los Archivos de la CIDH, Denuncia # 2 en Capítulo B, Derecho de Protección contra la Detención
Arbitraria.
489
CIDH, Quinto Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.38, doc.12, 25 de mayo de 1976,
página 5.
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organización. Muchas cartas he escrito al respeto pidiendo ayuda para este pobre
desventurado sin que ni siquiera respuesta recibiera, ahora hace solamente unos escasos
días fue apuñalado hasta dársele muerte.490
481. Al igual que en las prisiones Fortaleza de la Cabaña, y el Castillo del Príncipe,
en la prisión de Isla de Pinos se ultimaron a numerosas víctimas sin fórmula alguna de
juicio. A continuación, a modo de ejemplo, cinco testimonios de los hechos ocurridos en
dicha prisión:
1) El jefe de Orden interior, Agustín Collado, seleccionó entre los presos comunes los
más feroces asesinos y los puso bajo sus órdenes para que le ayudasen a contener a los
presos, en caso de una revuelta por parte de éstos. Cuando estaban todos los prisioneros
reunidos en el patio, los milicianos con bayonetas caladas tomaron posiciones. El jefe de
la prisión, con brutales interjecciones, ordenó a los presos políticos que se desnudaran y
que se pusieran de rodillas, anunciando al mismo tiempo que “ha habido una invasión y
los fusilaremos a ustedes si esos gusanos no son rechazados”. Seguidamente les dijo
“Tienen la oportunidad de rezar en voz alta a ver si es verdad que les hacen caso”. Uno
de los presos, René Santana, de 45 años, se puso de pié y dijo: “Yo quiero decir la
490
Idem.
491
La CIDH publicó en su Sexto Informe sobre la Situación de los Presos Políticos un testimonio de Huber Matos, ex-Comandante
del Ejército Rebelde quien fue condenado sin pruebas en su contra por delito de traición a 20 años de prisión (preso desde el 21 de
octubre de 1959) y liberado el 21 de octubre de 1979 luego de haber cumplido su condena. Desde el exilio, en una entrevista con un
periodista italiano, Huber Matos explicó que cuatro días antes de ser puesto en libertad lo maltrataron: ...Se refiere al ajusticiamiento
de militares de Batista. Bien, cuando en la lucha guerrillera fueron acusados muchos militares adictos a Batista de haber cometido
atrocidades en todas las provincias, se les juzgó y en otras provincias se juzgaron también algunos. Había el criterio de que se debían
aplicar medidas severas para evitar que se repitiera el crimen político. En ese sentido la revolución fracasó porque si fue drástica
aplicando medidas severas, en muchos casos la pena de muerte a los elementos batistianos, no hay dudas que se cometieron algunas
injusticias; de que sin experiencia los jueces manejaron aquello de un modo que no pudo ser justicia de verdad. Después, el gran error
está en que desde la revolución se repite el crimen desde el poder y en gran escala y en forma continuada hasta nuestros días se sigue
practicando el crimen y se sigue practicando el esbirrismo desde el poder. Una prueba de ellos es ésta: cuatro días antes de que me
pongan en libertad, no se si ha llegado a conocimiento de ustedes, yo fui atropellado físicamente, me maltrataron de un modo
tremendo. Por aquí tengo algunas pruebas de las esposas. Con las esposas puestas, cuatro días antes, sin justificación alguna, me
sacaron engañado hasta la dirección del edificio y después allí me botaron una emboscada, una encerrona como decimos nosotros, de
militares, de esbirros de la policía política de Castro a la que el pueblo llama con respeto y con temor el G2 y que Castro designa con
el nombre de Departamento de Seguridad del Estado. A un hombre que está en vísperas de cumplir, lo cogen, lo llevan por la fuerza,
lo atropellan, lo tiran en el suelo, lo revuelcan, lo pisotean y, esposado y llevado por cuatro o cinco, lo meten en un carro igual que a
un hombre secuestrado, lo que puede hacer una cuadrilla de bandoleros en el monte a una cuadrilla de gangsters en cualquier ciudad
del mundo. Así me metieron en el piso de un carro, dos esbirros con los pies encima de mi y las manos presionándome y tapándome
la boca. Y uno aquí y otro allí e iba adelante el Coronel Medardo Lemos quien dirigía la operación. Si eso se hace con un hombre que
está en vísperas de cumplir y a un hombre que se sabe que no se va a dejar amedrentar, un hombre que ha probado que en veinte años
sabe mantenerse de frente, imagínese usted que pueden hacer a otros que nunca han obtenido oportunidad de hablar. La CIDH señaló
que “Huber Matos fue puesto en libertad, cuando cumplió su sentencia de 20 años, condena cuyo rigor la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos reprueba por su severidad y así como también el trato inhumano dado al sentenciado durante los 7 años que Huber
Matos estuvo incomunicado”. En CIDH, Sexto Informe sobre la Situación de los Presos Políticos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.48,
doc.7, 14 de diciembre de 1979, página 27.
492
Véase CIDH, Informe Anual 1972, Comunicaciones o Reclamaciones Recibidas en 1972, Comunicación Nº 1721.
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primera oración: Dios misericordioso, te pedimos en nombre de Cristo que triunfen los
invasores y que estos canallas sean exterminados”. Acto seguido un miliciano sacó su
pistola, le apuntó a la cabeza y le desbarató el cráneo de un disparo.493
2) En la madrugada del lunes 7 de agosto de 1961 uno de los presos sancionados allí a 15
años de cárcel, el ex-sargento del Ejército Rebelde nombrado Gustavo Sabino Artiles,
consiguió una lata de leche, la abrió y bebió de ella. Así la pasó a varios compañeros. La
noticia llegó a oídos del jefe del penal y a las 2 de la madrugada los llamaron y los
llevaron al patio mientras tanto les hacían una requisa en la celda. En el patio los
desnudaron y el jefe del penal pidió que se presentase el que había obtenido la lata de
leche. Sabino dio un paso al frente, y al ser interrogado cómo la había obtenido, no
contestó. El interrogador le dio un bofetón que le partió los labios. Continuó el
interrogatorio y ante la negativa del ex-sargento lo volvió a golpear; otro preso gritó
protestando ante aquel atropello y un miliciano le metió un bayonetazo por la espalda.
Sabino se lanzó sobre el oficial que había cometido tal salvajada y otro miliciano,
entonces, le disparó con su arma de fuego hiriéndolo en la frente. A los pocos instantes
falleció.494
3) Tengo los nombres de algunos de los muertos en la prisión desde que yo llegué:
Lorenzo Fonseca Balcón, Federico Ruiz Fleites, Hernando Herrera Caballero, Antonio
Manteica Caballero, Félix Hernández Rovelo, Leonides Hernández Velázquez, un señor
López Cuevas, Roberto Concepción Pérez, Guillermo García y un señor de apellido Rosa
al que hubo que amputarle una pierna y murió a consecuencia de ello. Estas muertes no
son todas, pero son desde el 21 de diciembre de 1959 hasta el 29 de agosto de 1962. Las
causas básicas son el maltrato, el hambre, la falta de atención médica y de medicinas que
deterioraron la salud y el espíritu de tal manera que murieron.495
5) ….por cualquier motivo (los guardias del presidio de Isla de Pinos) comenzaban a
disparar indiscriminadamente aumentando considerablemente la lista de presos
sacrificados. En esta forma cayeron asesinados: Ernesto Díaz Madunga el 9 de agosto de
1964; Luis Nieves Cruz el 21 de agosto de 1964; José Guerra Pascual el 21 de agosto de
1964; José Alfonso Solarana 21 de agosto de 1964; Jerónimo Cándido el 8 de enero de
1966; Julio Tany Texier el 3 de septiembre de 1966; Eddy Alvarez Molina el 9 de
diciembre de 1966; Diosdado Aqust Manrique el 16 de diciembre de 1966; Dany Crespo
el 24 de diciembre de 1966; Roberto López Chavez el 12 de noviembre de 1966, más
veintiún presos políticos de la llamada “Causa Escambray” que estaban desde hacía tres
años cumpliendo condena en Isla de Pinos. Una mañana los trasladaron a la prisión de
Santa Clara para celebrarles “juicio”. De allí salieron todos condenados a muerte.
Fueron llevados cerca del Escambray y el fusilamiento fue con ametralladoras a medida
que iban bajando de un camión, ¡una verdadera carnicería!.497
493
Un testigo presencial de los hechos, describió cómo ocurrió el asesinato de un preso político en la prisión de Isla de Pinos el 17 de
abril de 1961: Véase CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y sus Familiares en Cuba, op.cit., OEA/Ser.L/V/II.7,
Doc. 4, 17 de mayo de 1963, página 27.
494
Idem., El testigo presenció esos hechos en la prisión de Isla de Pinos.
495
Idem., Un ex-presidiario de Isla de Pinos enumeró las distintas personas que fallecieron en aquel penal, durante su reclusión allí.
496
Idem., Otro preso político de Isla de Pinos.
497
Memorial de los presos políticos enviado a la CIDH el 13 de febrero de 1969. En CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de
los Presos Políticos y Sus Familias en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.23, doc. 6, 7 de mayo de 1970, Capítulo I, Derecho a la Vida y Derecho
a Proceso Regular.
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482. El Directorio Democrático Cubano desea terminar el presente capitulo sobre las
vulneraciones del derecho a la vida señalando que, lo aquí narrado, constituye sólo un
muy pequeño porcentaje de lo que ocurrió durante aquellos aciagos años. Es pertinente
indicar, asimismo, que desde el 1º de enero de 1959 en que tuvo principio de ejecución la
revolución cubana hasta el momento de redactarse el presente informe --julio de 2007--
no hay un solo detenido, procesado y condenado por estos execrables hechos. Los
asesinatos de miles de presos políticos ocurridos durante este período se encuentran en la
más absoluta impunidad.
498
Es pertinente indicar que tres artículos de la Declaración Americana establecen expresamente que una persona privada de libertad
debe recibir un trato humano durante su detención. En efecto, los artículos I, XXV y XXVI de la Declaración Americana disponen
que: Artículo I. Todo ser humano tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona; Artículo XXV. (...)Todo
individuo que haya sido privado de su libertad (...) tiene derecho a un tratamiento humano durante la privación de su libertad; Artículo
XXVI. Toda persona acusada de delito tiene derecho (...) a que no se le imponga penas crueles, infamantes o inusitadas.
499
La Declaración Universal de Derechos Humanos fue adoptada igualmente en 1948, antes que tuviera principio de ejecución la
revolución cubana, y Cuba es Estado Miembro de las Naciones Unidas. El artículo 5 dispone que “[n]adie será sometido a torturas
ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
500
El Estado cubano, asimismo, ratificó la Convención de las Naciones Unidas Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanas o Degradantes en mayo de 1995. El artículo I de dicho instrumento define la tortura como, todo acto por el cual se inflijan
intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un
tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o
coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o
sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con
su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de
sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.
501
Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos es otro instrumento internacional que fue adoptado en el seno de las
Naciones Unidas en 1957 --antes de la revolución cubana-- y el cual el Estado cubano ha manifestado cumplir fielmente.501 Dicho
instrumento, en su artículo 27 establece que “[e]l orden y la disciplina se mantendrán con firmeza, pero sin imponer más
restricciones de las necesarias para mantener la seguridad y la buena organización de la vida en común”. Igualmente, los artículos
30, 31, 32, 33, establecen que, 30.1) Un recluso sólo podrá ser sancionado conforme a las prescripciones de la ley o reglamento, sin
que pueda serlo nunca dos veces por la misma infracción. 2) Ningún recluso será sancionado sin haber sido informado de la infracción
que se le atribuye y sin que se le haya permitido previamente presentar su defensa. La autoridad competente procederá a un examen
completo del caso. 3) En la medida en que sea necesario y viable, se permitirá al recluso que presente su defensa por medio de un
intérprete; 31. Las penas corporales, encierro en celda oscura, así como toda sanción cruel, inhumana o degradante quedarán
completamente prohibidas como sanciones disciplinarias; 32. 1) Las penas de aislamiento y de reducción de alimentos sólo se
aplicarán cuando el médico, después de haber examinado al recluso, haya certificado por escrito que éste puede soportarlas. 2) Esto
mismo será aplicable a cualquier otra sanción que pueda perjudicar la salud física o mental del recluso. En todo caso, tales medidas no
deberán nunca ser contrarias al principio formulado en la regla 31, ni apartarse del mismo. 3) El médico visitará todos los días a los
reclusos que estén cumpliendo tales sanciones disciplinarias e informará al director si considera necesario poner término o modificar
la sanción por razones de salud; 33) Los medios de coerción tales como esposas, cadenas, grillos y camisas de fuerza nunca deberán
aplicarse como sanciones. Tampoco deberán emplearse cadenas y grillos como medios de coerción. Los demás medios de coerción
sólo podrán ser utilizados en los siguientes casos: a) Como medida de precaución contra una evasión durante un traslado, siempre que
sean retirados en cuanto comparezca el recluso ante una autoridad judicial o administrativa; b) Por razones médicas y a indicación del
médico; c) Por orden del director, si han fracasado los demás medios para dominar a un recluso, con objeto de impedir que se dañe a sí
mismo o dañe a otros o produzca daños materiales; en estos casos, el director deberá consultar urgentemente al médico, e informar a la
autoridad administrativa superior; y 34) El modelo y los métodos de empleo autorizados de los medios de coerción serán
determinados por la administración penitenciaria central. Su aplicación no deberá prolongarse más allá del tiempo estrictamente
necesario.
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485. Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, por su parte, también
son muy claras y enfáticas al prohibir las penas corporales, encierro en celda oscura, así
como toda sanción cruel, inhumana o degradante. El Gobierno cubano también ha
declarado internacionalmente que cumple con este instrumento internacional.503 Este
instrumento internacional también entró en vigencia antes de la revolución cubana. Es
importante destacar, asimismo, que el Gobierno de Cuba informó al Comité contra la
Tortura que en los cursos que se imparten a los funcionarios penitenciarios:
Se tiene en cuenta --en lo que a cada cual corresponde-- las normas y reglas que
establecen las principales convenciones y pactos internacionales, tales como la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, las Reglas Mínimas para el tratamiento
de los reclusos, el Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la
ley, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención contra la Tortura, [y] la
502
Naciones Unidas, Comité contra la Tortura, Examen de los Informes Presentados por los Estados Partes con Arreglo al Artículo
19 de la Convención, Cuba, CAT/C/32/Add.2, 18 de junio de 1997, página 3, párrafo 1.
503
Informe de la Fiscalía General de la República de Cuba, presentado por Blanca Gutiérrez, Fiscal de la Dirección de Control de la
Legalidad de los Establecimientos Penitenciarios de Cuba, en la Conferencia del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas
para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente, San José, Costa Rica, febrero de 1997, p.5, en Human Rights Watch,
La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 24.
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487. La organización arriba citada dejó constancia, asimismo, que el Gobierno cubano
no ha tipificado el delito de tortura hasta la fecha, y que aunque dicho país cuenta con
ciertas leyes que prohíben prácticas asociadas con la tortura, ninguna de ellas penaliza
expresamente la tortura. Señala Human Rights Watch que “[e]Es posible que esto se
deba en parte a la negativa del Gobierno cubano a aceptar que la tortura es un problema
nacional. El Gobierno de Cuba informó al Comité contra la Tortura que en Cuba, no
existen casos de personas que hayan sido torturadas o desaparecidas ni ninguna otra
violación grave o sistemática de los derechos humanos”.507 Igualmente que “[e]s
inquietante que la ratificación del Gobierno cubano de la Convención contra la Tortura
incluyera reservas a las disposiciones clave que establecen la supervisión del Comité
contra la Tortura. El Gobierno de Cuba dijo que la autoridad del comité para investigar
las denunciar bien fundadas de tortura; designar a miembros para que realicen
averiguaciones confidenciales; y realizar visitas al territorio nacional con la
colaboración del Gobierno cubano deberán ser invocadas en estricta observancia del
principio de soberanía de los Estados e invocadas bajo condición y consentimiento
previo de los Estados Partes”.508
488. El informe del Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas concluyó que no
podía dilucidar adecuadamente si Cuba estaba cumpliendo con la Convención porque el
504
Informe de Cuba ante el Comité contra la Tortura, 18 de junio de 1997, párrafo 97, en Human Rights Watch, La Maquinaria
Represiva de Cuba, op.cit., página 146.
505
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 143.
506
Idem.
507
Idem.
508
Convención contra la Tortura, Declaraciones y Reservas, Cuba, 17 de mayo de 1995, en Human Rights Watch, La Maquinaria
Represiva de Cuba, op.cit., página 145.
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490. Esta organización expuso en su informe algunas situaciones en las cuales las
autoridades cubanas vulneran la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura en
perjuicio de los presos políticos cubanos. Así, señaló que en virtud de la Convención, el
Gobierno tiene la obligación de garantizar que las declaraciones obtenidas por medio de
tortura no se utilizan como prueba en ningún juicio, y que las detenciones prolongadas
que incluyen graves sufrimientos físicos y mentales inflingidos durante interrogatorios y
que terminaron en penas privativas de la libertad, constituyen una violación de esta
disposición. Igualmente, que la Convención obliga a Cuba a garantizar que toda persona
que denuncie la tortura está protegida contra malos tratos o intimidación como
consecuencia de la queja. Y que, las palizas, los procesamientos y el aislamiento de los
presos que denuncian malos tratos en Cuba violan esta disposición. En virtud de la
Convención, el Gobierno de Cuba también tiene que realizar investigaciones inmediatas e
imparciales de las denuncias de tortura y garantizar la víctima de tortura el derecho de
una indemnización justa y adecuada. Señala Human Rights Watch que hasta la fecha “no
tiene conocimiento de ningún procesamiento de torturadores ni de ninguna
indemnización a víctimas de tortura. Ciertamente, la práctica de forzar al exilio a los
presos políticos no exime al Gobierno cubano de esta obligación. Además, la Convención
prohíbe otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. La negativa del
Gobierno cubano a ofrecer tratamiento médico a los presos constituye posiblemente un
trato cruel, inhumano y degradante, que también merece ser investigado y, en ciertos
casos, una pena de conformidad con la Convención contra la Tortura”.511
491. Es importante observar como la organización arriba citada considera que los
largos períodos de detención e incomunicación de los presos políticos, constituyen tortura
bajo los términos de la Convención de las Naciones Unidas. Igualmente, HRW considera
tortura las palizas, y los procesamientos de presos políticos ya juzgados cuando los
mismos conducen a graves penas o sufrimientos. Y en los casos que el Gobierno cubano
niega de forma deliberada la atención médica a los reclusos, constituye un trato cruel,
inhumano y degradante. Es pertinente indicar que las situaciones antes descritas por la
organización arriba citada se mantienen hasta la fecha en Cuba; sin embargo, --tal como
se verá en las páginas siguientes-- los hechos ocurridos con los presos políticos durante el
primer período de la revolución cubana son mucho más graves.
509
Naciones Unidas, Comité contra la Tortura, Observaciones Finales, 21 de noviembre de 1997, en Human Rights Watch, La
Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 145.
510
Idem.
511
Idem.
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493. Otro testimonio muy ilustrativo de lo que ocurría con un preso político una vez
que era capturado, y se quería obtener de él una confesión, se encuentra registrado en el
Caso Nº 1710 tramitado ante la CIDH, la misma que da cuenta de una comunicación
recibida el 3 de marzo de 1971:
Para obtener la confesión obligada del preso político, es interrogado, durante horas
horriblemente interminables: unas veces es objeto de halagos, otras de amenazas
truculentas, unas veces se realiza de día, otras veces de madrugada, en ocasiones con un
ritmo de continuidad, en otras en forma permanente; y, unas veces por sujetos
aparentemente amables y otras, por hombres con rostros asesinos, patibularios y capaces
de amedrentar a cualquier hombre de valor y serenidad.
c) La colocación del preso político de pié, en un lugar en que cabe una sola
persona. En esa posición y en esos lugares son encerrados, permaneciendo de esa forma
un lapso, debidamente calculado para producirle terribles dolores en las piernas, que
tienen que sostener el peso del cuerpo. En múltiples ocasiones, se le producen al preso
político, la ruptura de las venas de las piernas con sus tremendas consecuencias.
512
Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, op.cit., E/CN.4/1989/46, 21 de febrero de 1989, párrafo 75.
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ll) Los presos políticos reciben órdenes de permanecer de pié, con las piernas
abiertas y entonces con flejes de acero, se les golpea en los órganos genitales,
produciéndole dolores fortísimos, dados los efectos de estos golpes, en parte tan delicada
del cuerpo humano.
m) Las tapiadas. Este nombre lo reciben las presas políticas cubanas que son
introducidas en unas celdas, donde son recluidas por haber transgredido la férrea
disciplina del penal. En esas celdas no hay luz, ni casi agua. Las presas permanecen
desnudas en un espacio reducidísimo. El alimento se los sirve, a horas diferentes, para
que no tenga noción del tiempo. No pueden recibir visitas ni correspondencia. Allí
permanecen, en estado de promiscuidad, por semanas enteras.
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Estoy en presidio desde noviembre de 1960, condenado en las Causas 580 y 600 de ese
año en la primera a veinticuatro años y en la siguiente a cuarenta años, para totalizar
sesenta y cuatro años. (…) Ya en septiembre de 1965 habían asesinado diecisiete presos
políticos, todos dentro del cordón del cerco de la escolta. Diariamente apaleaban o
aplanaban a machete y bayoneta, o pinchaban con varas de buey de trescientos a
cuatrocientos hombres. Herían un aproximado de quince al día con tendones cortados,
perforaciones de veinte y veinticinco puntos, venas y arterias seccionadas, etc. Lisiaban
de las manos o los pies de seis a diez mensuales, con veinte fracturas de huesos, también
mensuales. Llegaron a implantar un terror tan dantesco que en una ocasión penetraron en
la Circular No. 1º, a las tres antes meridiano para despertar los presos a planazos y al
513
CIDH, Caso Nº 1710, Quinto Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/II.38, doc. 12, 25 de
mayo de 1976, página 14.
514
CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familias en Cuba, op.cit., OEA/Ser.L/V/II.23, doc. 6, 7
de mayo de 1970, Capítulo B) Derecho de Protección contra la Detención Arbitraria, párrafo 13, Comunicación Nº 1644 en los
Archivos de la CIDH.
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cundir el pánico inevitable, seis políticos se lanzaron al vacío desde los pisos ocasionando
un muerto y dos lisiados y todos hacia el hospital.515
515
Idem., Comunicación Nº 1604, en los Archivos de la CIDH.
516
Los “circulares” eran los edificios de las prisiones preparados para albergar a 550 presos y donde hacinaban a no menos de 1.200.
517
Idem., Comunicación Nº 1644, en los Archivos de la CIDH.
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común, tendría que ajustarse al nuevo Reglamento. Ya partir de ese instante, todo preso
político tendría que vestirse uniforme azul, utilizado por los presos comunes y por los que
habían aceptado el “Plan de Reeducación”.518
497. Por si fuera poco --la crueldad y el salvajismo narrado en los párrafos
precedentes-- el grupo en el poder también colocaba dinamita en los centros de detención
de aquella época para evitar cualquier fuga de los presos políticos. Así, en otro
testimonio se deja constancia que, “[o]lvidé señalar que cuando la invasión de Playa
Girón se produjo, fuimos dinamitados por primera vez con dos toneladas de dinamita por
circular (edificio para albergar 550 presos, donde hacinaban a no menos de mil
doscientos) hasta mediados de julio de 1961. Recibí mi primera visita en el hospital
aquel día con fuerte custodia. En abril de 1962 colocan cargas de TNT para demolición,
con dos líneas de detonación, una eléctrica y la segunda de pólvora de alta velocidad
utilizando tres toneladas por circular, totalizando veinticinco toneladas de TNT en total
en presidio. Permanecimos encerrados y dinamitados durante dos años viviendo sobre
aquel infierno explosivo”.519
498. Algunas otras modalidades de tortura utilizada por el régimen en el poder durante
aquella época fueron las “Bartolinas” que consistían en locales estrechísimos, en los que
se vertía agua hasta una altura de casi un metro, donde debía permanecer de pie el preso,
durante largos períodos de tiempo, no pudiendo sentarse ni acostarse, teniendo que
realizar sus necesidades fisiológicas en el mismo lugar lo que les provocaba graves
infecciones. Igualmente, había otro sistema denominado “temperaturas frías” donde el
preso era encerrado desnudo en un pequeño local con un ambiente de refrigeración, con
temperaturas muy bajas que provocaban lesiones graves de tipo circulatorio, que
degeneraban en gangrena. Asimismo, el “magnavoz” era un sistema utilizado por las
autoridades para afectar el sistema nervioso del preso. Dicho sistema consistía en
reproducir en un volumen muy alto los discursos de Fidel Castro en forma continuada
durante días y noches sin descanso. Se han reportado casos de locura por la aplicación de
este sistema. Por último, el “fusilamiento simulado” fue una fórmula muy utilizada por
las autoridades cubanas para amedrentar al recluso. Al preso político se le anunciaba, a
veces con días y/o meses de anticipación, que iba a ser fusilado. El procedimiento
consistía en ubicar a la víctima frente a un pelotón de fusilamiento, produciéndose las
descargas sin municiones. Esta acción producía en el preso depresión de tipo nervioso, lo
que le producía a su vez lesiones en centros vitales y otros trastornos permanentes.520
518
Idem., Comunicación Nº 1509, en los Archivos de la CIDH.
519
Idem., Comunicación Nº 1604, en los Archivos de la CIDH.
520
Véase CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familias en Cuba, op.cit., Memorial del 1º de
mayo de 1967. Comunicación Nº 1531 en los Archivos de la CIDH.
521
Otras modalidades por el r 1) Un ex-presidiario de La Cabaña describió los fusilamientos como elemento de terror: Yo oía
y veía lo que sucedía cuando los fusilamientos, porque el lugar donde éstos se realizan queda abajo, precisamente, de las galeras donde
estaba yo preso. Veía multitudes que se reunían para presenciar aquello como un espectáculo y he visto niños menores de edad
presenciando los fusilamientos, los cuales eran custodios nuestros en La Cabaña. Debo decir que nos custodiaban niños de 10 y 12
años, con ametralladoras. A esos fusilamientos iban mujeres, como en el caso del fusilamiento de Polín Posada y Boris Contreras, dos
oficiales de la policía revolucionaria que se dieron cuenta de la traición y conspiraron contra Castro. A ese fusilamiento fueron
muchas personas y pusieron sillas para presenciarlo. Los fusilamientos están determinados de antemano por el G-2. Yo he visto
Continúa en la siguiente página…
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organizaciones de derechos humanos que expuso las torturas psicológicas aplicadas por
el Gobierno de Cuba fue la CIDH en uno de sus primeros informes sobre ese país. Así,
dicha organización señaló que “[p]or el contenido de la documentación aportada a la
Comisión aparece que se ha desarrollado en las prisiones políticas de Cuba el
procedimiento conocido como tortura mental o psicológica, que consiste en destruir las
fibras morales del prisionero mediante una serie de tácticas que comprenden
interrogatorios agotadores, aislamientos absolutos, noticias falsas y alarmantes,
amenazas al prisionero o a su familia y actos de terror. De los testimonios recibidos se
advierte: a) Que los interrogatorios casi siempre comienzan en forma amable, hasta
probar la resistencia o la debilidad del preso. Prosiguen luego con el aparente
propósito de poder llegar al agotamiento, a la confusión, a la locura o a la entrega
psicológica del preso; b) Que suelen los interrogatorios ser a altas horas de la noche, o
de madrugada, en los momentos en que el preso puede estar conciliando su sueño, como
una manera adicional de causarle molestia; c) Que esos interrogatorios son realizados
por grupos, en que los interrogadores van turnándose mientras el preso sigue sin
descanso alguno sometido a sus interlocutores; d) Que el aislamiento absoluto por días
y semanas parece ser otra de las formas de tortura mental y psicológica aplicada en las
cárceles de Cuba. La Comisión conoce de casos en que el preso ha perdido la idea del
tiempo y espacio, después de largos períodos de aislamiento, bajo focos de luz eléctrica
en que impiden distinguir el día de la noche; e) Que con noticias falsas y alarmantes se
procede también a torturar al preso. Estas noticias pueden ser de tal naturaleza que
provoquen la derrota moral del prisionero, tales como la de la muerte de un familiar, o
la confesión de otro preso sometido a similares interrogatorios, la noticia de que el hijo
o la esposa del prisionero ha ingresado en las filas del Gobierno, o han declarado en
contra de él; f) Que el empleo de amenazas contra la seguridad o la vida de los
limpiar el campo de fusilamiento 4 o 5 horas antes del juicio, y poner unos camiones checos o rusos para iluminar con sus faros a los
que iban a ejecutar, cosa que solía ocurrir después de media noche; 2) La esposa de un prisionero político en Cuba informó lo
siguiente: A mi marido lo tuvieron solo en un cuarto por cuatro meses. Por ejemplo, le llevaban un plato de comida y al medio
minuto se lo recogían y le decían: “Usted lleva una hora comiendo y no se la ha querido comer, así que vamos a llevarnos la comida”
Entonces a los 10 minutos le traían, por ejemplo, un plato de desayuno y le decían: “y usted ya ha dormido y lo que está ahora es
desayunando”, con el objeto de quitarle la noción del tiempo y torturarlo. Uno de los presos compañeros de él me escribió
contándome que un día, después de muchos meses de aislamiento, lo presentaron delante de su más íntimo amigo que estaba preso con
él, y mi esposo le dijo: “Oye, ¿Es cierto que estoy todo canoso? ¿Es cierto que mis hijos tienen 15 años? ¿Es cierto que ya han
pasado 15 años de mi condena, y que Fidel sigue aquí y que todos estamos aquí?”. Así lo tuvieron un año completo aislado de todo el
mundo, hasta hacerle crear una confusión mental; 3) Un ex-presidiario de Isla de Pinos describió “el solitario”: El solitario es una
celda de 5 pies cuadrados más o menos. Es de mármol, cerrada; tiene por techo una rejilla de acero. A uno lo ponen allí dentro
desnudo, y pueden pasar días y días, y hasta 6 meses, como tuve que pasarlos yo allí. Desde el 22 de octubre hasta abril del año
siguiente, lo pasé allí completamente desnudo, falto de toda asistencia médica, así como de frazadas o ropas para protegerme del frío.
El solitario es terrible. Yo tuve allí a un compañero con las piernas partidas, a quien se le dio golpes y se le tiraba agua fría por diez
días; a los diez días vino un señor que se dice médico, quien le puso las botas de yeso y le dijo: “Lo que tú tengas, esto te lo cura”. El
individuo tiene hoy las piernas jorobadas, pues se quedó cojo: eso es el solitario. Yo estuve 6 meses solo, desnudo, en el solitario. Un
individuo desnudo no puede estar; con un calzoncillo va bien, pero desnudo, realmente es terrible, pues uno se convierte en un animal;
4) Un ex-presidiario político se refirió al terror de que fue víctima: Un día me negué a comer la bazofia aquella que me traían, y
molesto el guardián por mi negativa a comérmela, me hizo un disparo dentro de la celda y quiso forzarme a salir, creyendo que me
amedrentaba con el disparo de su rifle. Entonces le dije: “Usted me mata, pero de aquí no salgo yo, déjeme tranquilo”. Entonces me
respondió: “Pues de aquí no saldrá más”; y 5) La “Comisión Pro Trato Humano a Presos Políticos en Cuba” hizo la siguiente
denuncia: En Cuba hay organizado un terror político cuyos límites son insospechados. Es más cruel y extensa la realidad, que la
imaginación sobre la prisión política del castrismo. Para que no se preste a confusión queremos llamar la atención sobre una nueva
forma de castigo creada. La llaman las “cabañas” o “cabañitas” --las cuales no deben confundirse con la fortaleza de La Cabaña--
localizadas en el Reparto Country Club de La Habana. Dichas “cabañitas” --que constituyen verdaderas cámaras de tortura mental--
consisten en locales tan reducidos de tamaño que en ellos solamente cabe una persona de pie o sentada, y en los cuales se coloca al
preso con luz de alto voltaje, sin alimentos y sin agua, a fin de obligarle a declarar en los interrogatorios o pruebas de confesión.
Existen más de 100 “cabañitas”. Además, en el referido Reparto se practica fusilamiento con balas de salva o de fogueo. Muchos
cubanos han enloquecido debido a estas torturas mentales. En CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus
Familiares en Cuba, op.cit., OEA/Ser.L/V/II.7, Doc.4, 17 de mayo de 1963, páginas 46 y 47.
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familiares parece ser táctica común en este tipo de procedimiento. En este sentido se ha
llegado inclusive a arrestar a familiares del preso, y a confiscársele todos sus bienes, y
g) Que otro tipo de tortura de orden mental o psicológico parece ser el anuncio de
catástrofes o actos de terror, así como el espectáculo de fusilamientos, reales o
figurados, para enloquecer o desesperar al preso. En este sentido figuran las amenazas
de volar con dinamita los presidios, de dar candela o de ametrallar masivamente a los
presidiarios, para el caso en que se produzca alguna invasión encaminada a derrocar el
actual Gobierno de Cuba”.522
500. Tal como se ha señalado en capítulos precedentes, los ejemplos aquí narrados de
torturas físicas y psicológicas perpetradas por el actual régimen en el poder constituyen
sólo un pequeño porcentaje de lo ocurrido durante este período de la revolución cubana.
Igualmente, es pertinente indicar que los hechos hablan por si solos, en tanto y en cuanto,
una cosa es lo que ha exportado y sigue exportando el grupo en el poder en términos de
propaganda gubernamental señalando ante organismos internacionales que su revolución
nunca ha vulnerado derechos fundamentales, y otra muy distinta, constituyen los miles de
testimonios existentes que demuestran el profundo sufrimiento --por los que han
atravesado y siguen atravesando-- de los presos políticos cubanos ejecutados y torturados
por el mismo Gobierno que sigue en el poder después de casi medio siglo de existencia.
No existen dudas, que estos hechos vulneran no solamente todas las obligaciones
internacionales de derechos humanos a que estaba y está obligado el Gobierno de Cuba,
sino que además, violan principios universales generalmente aceptados del derecho
internacional humanitario. La insanía, brutalidad y salvajismo de los métodos a todas
luces perversos aplicados por las autoridades cubanas --en el poder-- para someter a un
pueblo sólo por el hecho de discrepar de su proyecto político no tiene precedentes. El día
que, dicho régimen ya no gobierne más Cuba, dichos hechos deberán ser investigados
exhaustivamente por un tribunal --nacional o internacional-- competente, independiente e
imparcial que declare a los mismos como crímenes de lesa humanidad, siendo los autores
materiales e intelectuales de dichas atrocidades ejemplarmente sancionados.
522
CIDH, Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y Sus Familiares en Cuba, op.cit., OEA/Ser.L/V/II.7, Doc. 4, 17 de
mayo de 1963, páginas 44 y 45.
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502. En otras palabras, el Gobierno cubano continúa con sus prácticas de encarcelar
arbitrariamente --por períodos cortos o largos-- de forma sistemática a los opositores
pacíficos, activistas de derechos humanos; bibliotecarios, sindicalistas, y periodistas
independientes que, en los hechos, no han cometido ningún delito pero igual el grupo en
el poder insiste en privarlos de su libertad, además de utilizar toda una gama de
mecanismos represivos en su perjuicio. El Gobierno, continúa aplicando la Constitución
Política y el Código Penal --aquí analizados-- para imponer penas privativas de la libertad
sobre la base de normas ambiguas, subjetivas e imprecisas que otorgan a las autoridades
una gran flexibilidad para cometer todo tipo de arbitrariedades en juicios parcializados y
dependientes del poder político, contra los opositores pacíficos al régimen.
503. Las acciones del grupo en el poder contra opositores pacíficos se presentan en
olas de mayor o menor intensidad con períodos de calma seguidos de un intenso
hostigamiento, en respuesta con frecuencia al aumento de la actividad opositora.
Subsiste, igualmente, la misma actividad represiva del régimen contra el periodismo
independiente, recurriendo no sólo a las organizaciones de masas, sino también a las
fuerzas de seguridad y los tribunales subordinados al Poder Ejecutivo para amenazar,
intimidar, detener, procesar y condenar --en juicios sumarios y sin ninguna garantía del
debido proceso-- a periodistas independientes. Asimismo, subsisten los procesamientos,
detenciones temporales, vigilancia, intervención telefónica y otras medidas de
intimidación contra los activistas de derechos humanos.
504. Dentro de ese contexto, es preciso manifestar que aún cuando ha disminuido el
número de presos políticos durante este período, es muy grave que el régimen cubano
mantenga en la cárcel a personas que lo único que han hecho es discrepar abiertamente
del sistema político imperante en Cuba. Igualmente, aún cuando los métodos salvajes y
brutales aplicados a los presos durante el presidio político en los primeros años de la
revolución cubana --y que produjeron miles de muertos y torturados-- han disminuido;
subsiste, sin embargo, un tratamiento severo, cruel, inhumano, y degradante contra los
presos políticos que en muchos casos llegan a constituir tortura, y en otros se ha
vulnerado el derecho a la vida. En este sentido, subsisten las acciones de hostigamiento,
brutales palizas, internamiento en celdas de castigo --de dimensiones extremadamente
exiguas, con la puerta clausurada y donde el detenido puede permanecer durante meses
sin ver la luz del sol--, traslado de prisión, normalmente lejos del lugar de residencia de
su familia, suspensión de visitas familiares, o denegación de tratamiento médico. Estas
condiciones obligan a los presos políticos a ponerse en huelgas de hambre lo que agrava
sus estados de salud ya de por si deteriorados, y muchas veces, esta situación provoca
represalias de los carceleros quienes golpean brutalmente a los reclusos, o en su defecto
son situados en celdas de castigo. Las graves condiciones carcelarias antes descritas
subsisten hasta el día de hoy, en que se escribe el presente informe, y configuran serias
violaciones a los derechos protegidos por la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, las Normas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de
los Reclusos, y la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura, y Otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes.
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505. Las condiciones higiénicas y sanitarias de las cárceles cubanas en los años 90 --y
durante el período que le sigue hasta la fecha-- eran tan deplorables como en los primeros
años de la revolución. La única diferencia es que el régimen cubano se dedicó a construir
más cárceles para albergar a los miles opositores pacíficos, activistas de derechos
humanos, y periodistas independientes que encarcelaba al mismo tiempo que iban en
aumento. Por otro lado, el régimen al igual que en los años 80 fue cerrando algunos
centros de detención, como la Alambrada de Manacas que fue clausurada en 1995 debido
a las numerosas denuncias sobre las condiciones materiales y el tratamiento otorgado a
los reclusos.523 Sin embargo, ya para 1996 se había reportado la existencia de 294
prisiones y campos de trabajo correccional en todo el país, estimando que habría entre
100.000 y 200.000 prisioneros de todas las categorías, una cifra que resulta
particularmente alta en proporción al número de habitantes del país.524
506. Las precarias condiciones de vida que predominaban durante este período en las
prisiones cubanas --y que continúan hasta la fecha-- eran la falta de higiene y atención
médica, golpizas e internamiento en celdas de aislamiento por motivos triviales, pésima
alimentación, impedimentos al normal desarrollo de las visitas familiares y el hecho de
que los presos por motivos políticos se vean obligados a convivir con presos comunes
que se comportan agresivamente con ellos. Un informe sobre el estado general de las
prisiones de 1998 señala que “las condiciones higiénicas y sanitarias en todas las
prisiones cubanas varían de extremadamente difíciles a pésimas, motivadas por dos
causas fundamentales. Una de ellas es la enorme población penal que hay en Cuba,
posiblemente una de las más grandes del hemisferio occidental con relación al número
de habitantes, producto de las leyes infrahumanas que tiene establecidas el estado
cubano y las malas condiciones en que vive el cubano de hoy. La segunda es la grave
crisis económica por la que estamos atravesando, que lleva al régimen actual a no
contar con suficientes recursos económicos para mantener tamaño número de
prisioneros con la consiguiente enorme población penal”.525
507. Igualmente, señala la organización arriba citada que “[e]n ninguna de las
prisiones centro orientales se aplica la fumigación o desinfección de las instalaciones,
por lo que las plagas de mosquitos, cucarachas y roedores son muy numerosas, con las
tristes secuelas que ello arrastra”.526 Dicha organización cita, asimismo, las prisiones que
se encuentran en esta situación:
- Correccional Cerro Palma Sola, en Corralillo, provincia Villa Clara.
523
Véase Naciones Unidas, Asamblea General, Informe del Relator Especial Carl-Johan Groth, A/50/663, 24 de octubre de 1995,
párrafo 42.
524
Véase Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, Informe sobre la Situación de los
Derechos Humanos en Cuba, Carl Johan Groth, E/CN.4/1996/60, 7 de febrero de 1996, párrafo 47.
525
Movimiento Nacional de Resistencia Cívica Pedro Luis Boitel, Informe sobre el Estado General de las Prisiones, República de
Cuba, enero-julio 1998.
526
Idem.
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508. Un testimonio de la época ya revelaba que “[e]n la prisión Combinado del Este,
por ejemplo, donde la capacidad máxima es de unos 3.000 presos se encuentran
hacinados más de 5.000. Unos duermen en el suelo, y la gran mayoría sobre colchonetas
de hierbas sin sábanas ni almohadas. La falta de higiene, sustentada por la indolencia y
el abandono oficial, la ausencia de productos y medios apropiados para el aseo en
general, daña y pone en peligro constantemente la salud de los reos, que apelan
desesperados a sus familiares para obtener los medicamentos ausentes en el botiquín del
penal. Idéntica situación presenta la prisión de Guanajay, que retiene a más de 700
presos en unos edificios concebidos para 400 como máximo. En ambas prisiones,
repletas de cucarachas, moscas y ratas, la población penal se enfrenta a enfermedades
contagiosas y al desamparo de una asistencia médica insuficiente o nula. Una parte de la
población penal en las dos prisiones padece de sarna y tuberculosis, entre otras
enfermedades. En la distribución de las escasas y pésimas raciones de alimentos se
incluye el método de moler el pescado entero, obligando así a los presos a tragar
espinas, escamas y trozos de hueso”.528
509. En 1995, 26 reclusos denunciaron ante el Relator Especial de las Naciones Unidas
que en el penal Kilo 7 de la provincia de Camagüey habían presos sufriendo de
tuberculosis en uno de los destacamentos de la prisión, y que en febrero de ese año, se
habría producido un brote diarreico que habría afectado a la gran mayoría de los 1.300
reclusos del penal. También se habría producido un brote de tuberculosis en la prisión
Combinado del Sur de Matanzas, donde en ese año habrían fallecido seis reclusos. Los
casos de sarna, por otra parte, serían habituales.529
527
Idem.
528
Véase Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Carl Johan
Groth, E/CN.4/1995/52, 11 de enero de 1995, párrafo 44.
529
Naciones Unidas, A/50/663, op.cit., 24 de octubre de 1995, párrafo 39.
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los reclusos se ven obligados a conseguir plásticos para no mojarse mientras duermen,
pues las edificaciones se encuentran en tal deterioro que se filtra en grandes cantidades el
agua de lluvia acumulada en el techo; en los almacenes de víveres y en el área donde se
elaboran los alimentos habita un número incalculable de ratas; en el comedor es
insoportable la estancia a la hora de las comidas producto de la gran cantidad de moscas;
el hacinamiento alcanza a veces el doble de la capacidad de las instalaciones, pues las
celdas, diseñadas para tres personas, ocupan muchas veces hasta seis; la alimentación es
insuficiente, carente de vitaminas y proteínas, la mayoría de las veces consistente en
caldos desabridos y desayunos de agua caliente; hay carencia de medicamentos y la
asistencia médica es sistemáticamente negada. Como consecuencia de esta situación se
han propagado las infecciones y las epidemias, entre ellas escabiosis y amebiasis y casi
todos los reclusos se encuentran bajos de peso. A todo lo anterior se unen los tratos
crueles y degradantes consistentes en brutales golpizas, falta de respeto con palabras
obscenas, gritos, empujones y patadas. Los reclusos son objeto de constantes registros y
la correspondencia es sistemáticamente violada.530
512. Las condiciones que día a día viven las personas recluidas en la Prisión
Provincial de Holguín demuestran la misma situación imperante según el siguiente
testimonio: “El aseo personal es simplemente un jabón mensual, no se distribuye pasta
dental. El año pasado se repartió en enero un tubo de pasta dental por cada dos
reclusos, y esta operación sólo se repitió, en la misma forma, en el mes de noviembre de
ese mismo año. La provisión de artículos tan importantes como cepillos de dientes,
toallas, sábanas, frazadas, enguatadas, mosquiteros y ropa interior, no es considerada
responsabilidad del gobierno, sino que resulta una obligación de los familiares del
recluso. Los colchones son de dos tipos: unos de fibra de mafío, que es una yerba que
crece en las riberas de los ríos, y otros de sacos de yute rellenados con hojas de plátano,
que son criaderos de grandes cantidades de chinchas. Todo esto, unido a la falta de ropa
530
Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Carl-Johan
Groth, E/CN.4/1998/69, 30 de enero de 1998, La Situación en las Prisiones, B.1.
531
Movimiento Nacional de Resistencia Cívica Pedro Luis Boitel, op.cit., Informe sobre el Estado General de la Prisiones, enero-
julio de 1998.
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514. En el año 2000, la CIDH publicó un testimonio en su Informe Anual de ese año
que corroboran las condiciones antes descritas, pero en esta oportunidad en la prisión Mar
Verde en Santiago de Cuba: “La Comisión Interamericana recibió un testimonio sacado
clandestinamente de la prisión Mar Verde, ubicada en Santiago de Cuba. Este
testimonio señala que “En Mar Verde es constante el hacinamiento que padecen los
reclusos, las capacidades de las celdas no corresponden con las cantidades de reclusos
que en ellas encierran. Por ejemplo, en el llamado Destacamento Nº 44 los calabozos
miden aproximadamente 2 por 3 metros y en cada uno permanecen nueve presos. En el
Destacamento Nº 1 los cubículos son de 5 por 6 metros y cada uno está habitado por 18
reclusos. Por su parte, en el Destacamento Nº 7 --cuyas celdas miden 1.5 por 2.5
metros-- hay seis presos en cada uno de sus compartimientos. Los reclusos duermen en
literas de tres plazas con colchones de tela de saco (lienzo) rellenos de materiales
irreconocibles”.534
515. El Relator Especial contra la Tortura de las Naciones Unidas, Dr. Nigel Rodley,
manifestó su preocupación por la situación imperante en las cárceles cubanas:
El Relator Especial está preocupado porque a través de los años ha recibido muchas
acusaciones, coherentes y sostenidas, que sugieren que en el sistema penitenciario cubano
se cometen abusos sustanciales, por el hacinamiento de las cárceles, la falta de recursos
adecuados, la negligencia en materia de atención médica y los abusos por parte del
personal de la institución o de otros presos que actúan con, por lo menos, el
consentimiento del personal, así como la omisión culposa de no asegurar en forma
oportuna la atención médica necesaria. El Relator Especial cree que sería aconsejable que
las autoridades ordenaran una investigación minuciosa del sistema de penitenciarías,
preferentemente con la participación de expertos internacionales especializados en
administración penitenciaria.535
516. Un testimonio autorizado que vale la pena citar por tratarse de una ex presa de
conciencia es el de Maritza Lugo Fernández, quien se destacó en Cuba como Presidenta
del “Partido Democrático 30 de Noviembre Frank País”. Por sus actividades en defensa
de los derechos humanos, cumplió cinco años de prisión de forma intermitente. Fue
declarada presa de conciencia por Amnistía Internacional. Llegó al exilio el 11 de enero
de 2002. A continuación parte de su testimonio relativo a las condiciones de vida en las
cárceles cubanas:
532
Idem.
533
Idem.
534
CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 89(d).
535
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, Quincuagésimo séptimo período de sesiones,
punto 11(a) del proyecto de temario, Derechos Civiles y Políticos Incluidos los Temas de la Tortura y la Detención, Informe del
Relator Especial, Sir Nigel Rodley, presentado de conformidad con la resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2000/43,
E/CN.4/2001/66, 25 de enero de 2001, página 78, párrafos 356 y 357.
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CONDICIONES DE VIDA
Las condiciones de vida dentro de las prisiones en Cuba son inhumanas. Las celdas de
castigo, sólo miden un metro de ancho por dos de largo. Las necesidades fisiológicas hay
que realizarlas en un hueco en el piso situado en uno de los extremos de la celda, de unas
ocho pulgadas de diámetro, por donde entran las ratas y cucarachas, sobre todo en horas
de la noche. En la parte superior del hueco, hay un tubo de dos pulgadas por donde sale
el agua para tomar y también para bañarse. Las autoridades carcelarias ponen el agua por
solo unos minutos y el surtidor es tan fuerte que al dar en la pared lo moja todo,
incluyendo el lugar donde se debe acostar la reclusa. El lugar donde se debe acostar la
reclusa no es más que una base de concreto, muy parecido a una tumba, sin un colchón,
ni una sábana, ni nada con que taparse durante el día. En horas de la noche, a las 11
aproximadamente, le dan un saco de nylon lleno de tiras que sirven de colchón. También
la sábana, propiedad de la reclusa, que su familia se la facilita para tener con que taparse.
De no ser así, la prisionera no tendría con que cubrir su cuerpo para evitar el frío y los
mosquitos. Todo esto se lo retiran a las seis de la mañana. En tiempo de invierno es
terrible el frío en estos lugares. En el verano el calor es infernal junto a la humedad,
además, atacan mucho los mosquitos. En estas celdas no existen luz eléctrica ni
ventanas, sólo hay un respiradero, por donde no entra ni la luz del día, ni ventilación. En
estos lugares no se sabe ni cuando es de día ni de noche.
517. Las graves condiciones infrahumanas en que vive la población penal en Cuba, y
en particular las deficientes y deplorables condiciones sanitarias e higiénicas en que viven
los presos políticos diariamente, expuestos en los párrafos precedentes, constituyen solo
un ejemplo de lo que impera hoy día en las cárceles cubanas. A ello hay que agregarle la
deficiente alimentación de la que sufren también durante el presidio. En este sentido se
ha señalado que los presos cubanos miden sus raciones de comida en cucharadas, en
lugar de en platos, y que la mayoría padece de malnutrición y pierden habitualmente una
cantidad considerable de peso durante el cumplimiento de sus condenas. A modo de
ejemplo, un ex recluso de la Prisión Provincial de Holguín recordaba que durante sus
cuatro años de encarcelamiento, su ración diaria de comida cabía en un vasito.537
518. La organización Human Rights Watch en la única oportunidad que pudo estar en
Cuba, entrevistó algunos presos que describieron cómo eran alimentados: “Cuando le
preguntamos que le servían para cenar, una ex reclusa dijo simplemente que “no”, para
explicar que nunca recibía más de dos servicios de comida al día. Un ex recluso dijo que
536
CIDH, Informe Anual 2002, Capítulo IV, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 70.
537
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., Entrevista de Human Rights Watch con Edelberto del
Toro Argota, Toronto, 12 de abril de 1998.
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en sus seis años en prisiones cubanas había recibido un total de seis huevos y “nunca un
pedacito de pollo”. Recordó que para desayunar solían darle un vasito de agua con un
poco de azúcar y para almorzar cuatro o cinco cucharadas de arroz y un poco de caldo
loco (una sopa con ingredientes difíciles de identificar). Dijo que no habría sobrevivido
si no llega a ser por las persistentes entregas de alimentos de su familia. Algunos ex
reclusos dijeron que las autoridades penitenciarias les servían alimento repugnante y
mal lavados que eran horribles y potencialmente dañinos. Los presos recordaron
comidas compuestas de arroz y frijoles infestados de insectos, tripas de pescado y
excrementos y sangre putrefacta de vaca y de cerdo. Varios presos dijeron a Human
Rights Watch que este tipo de alimentación fue una de las experiencias más degradantes
de su estancia en la prisión”.538
519. La organización arriba citada, dejó constancia, asimismo, que es sumamente grave
el hecho “de que los funcionarios de prisiones otorguen el control de los alimentos a los
consejos de reclusos”, ya que “los consejos de reclusos suelen abusar de esta autoridad,
acaparando alimentos, utilizándolos para disciplinar a los presos o chantajear a
reclusos hambrientos para obtener favores sexuales. Y aunque los presos suelen trabajar
en granjas penitenciarias, los guardias les prohíben habitualmente alimentarse con los
productos y el ganado de las mismas. Es más, los presos entrevistados por Human Rights
Watch han recogido información de vigilantes de prisiones señalando que los alimentos
producidos en los terrenos de las prisiones cubanas estaban destinados a las fuerzas
armadas cubanas o los restaurantes turísticos. Los familiares de los presos suelen tener
problemas cuando intentan llevar alimentos a la prisión. Los presos y sus familiares
recordaron casos de guardias de prisiones que se negaron a aceptar alimentos o los
recibieron pero no los entregaron a los presos. Las autoridades penitenciarias cubanas
agravan innecesariamente el sufrimiento de los presos con estas prácticas”.539
538
Idem.
539
Idem.
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combustible para los fogones y que estaban cocinando con leña, ellas tienen que
conformarse o, de lo contrario, si protestan las llevan de castigo para las celdas y de
todas formas siguen pasando hambre en peores condiciones aun”.540
521. A no dudar que las graves y deficientes condiciones higiénicas y sanitarias de las
cárceles cubanas sumadas a los abusos cometidos por las autoridades cubanas durante el
proceso de darle los alimentos a los presos constituyen tratos crueles, inhumanos y
degradantes, por cuanto dichas condiciones además de efectuarse deliberada e
intencionalmente causan un sufrimiento adicional a los reclusos, que en muchos casos
agravan sus estados de salud, de por si ya deteriorados, poniendo en grave riesgo sus
integridades físicas, e incluso --como se verá más adelante-- sus vidas.
523. Las autoridades penitenciarias y los consejos de reclusos cubanos utilizan las
palizas como medida disciplinaria para castigar las ideas políticas, intimidar a los presos
para obtener favores sexuales y otros motivos. Varios ex presos políticos han señalado
que los guardias de prisiones conceden autoridad disciplinaria a los consejos de reclusos,
violando directamente las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de
los Reclusos, a fin de evitar su participación directa en los malos tratos a presos. Se ha
señalado, asimismo, que las autoridades penitenciarias son aparentemente bastante
sensibles a las críticas sobre sus prácticas en materia de derechos de derechos humanos y
suelen castigar a los presos que critican los abusos en las prisiones o intentan hacerlos
públicos. Los presos preventivos, especialmente los presos políticos, también sufren
malos tratos.541
540
CIDH, Informe Anual 2002, op.cit., párrafo 70.
541
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 111.
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a las autoridades en la que se quejaba de aislamiento y de estar sin agua para el aseo y sin
correspondencia. También habrían sufrido palizas a finales de noviembre de 1992 los
reclusos de la prisión de Combinado del Este Alcibiades Brizuela Angulo, Héctor
Romero Yanes y Alexis López Padrón, después de haber pedido asistencia médica o
reivindicado un mejor trato hacia los presos. Se informó también que las huelgas de
hambre iniciadas por algunos presos en protesta por sus condiciones de vida son a
menudo reprimidas con palizas e internamiento en áreas de castigo.542
525. Igualmente, durante este período los reclusos que manifestaron alguna forma de
protesta con respecto al trato recibido o que rechazaron la reeducación, entendiendo por
tal, la formación política e ideológica, fueron objeto de represalias tales como palizas,
internamiento en celdas de castigo (de dimensiones extremadamente exiguas, con la
puerta tapiada y donde el detenido puede permanecer durante meses sin ver la luz del
sol), traslado de prisión, normalmente lejos del lugar de residencia de su familia,
suspensión de visitas familiares, o denegación de tratamiento médico. Durante este
período, el 12 de diciembre de 1993, falleció un menor de edad como consecuencia de las
golpizas de las autoridades cubanas: Junior Flores Díaz, de 17 años edad, quien se
encontraba recluido en la prisión habanera de Valle Grande.543
526. En la prisión provincial de Ciego de Ávila también las golpizas, celdas de castigo,
vejaciones y humillaciones a los presos políticos fueron recurrentes durante este período.
El testimonio de un preso político señala que,
Las requisas son constantes y frecuentes, las medidas son extremas por parte de la
seguridad del penal para evitar que salga un solo testimonio de lo que allí ocurre, los
presos son desnudados y requisados dos veces antes de recibir visita, sólo pueden ver a
sus familiares a través de una mesa mientras un guardia vigila sus movimientos. Los
familiares reciben igualmente requisas humillantes y vejatorias; las golpizas y
apaleamientos son parte de la rutina diaria.544
542
Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos, E/CN.4/1993/39, 4 de
febebrero de 1993, párrafo 77.
543
Así, se reportaron otros casos como el de Luis Alberto Pita Santos, presidente de la Asociación Defensora de los Derechos
Políticos, recluido en la prisión Kilo 8 de Camagüey, quien fue golpeado en repetidas ocasiones para forzarle a vestir el uniforme y
encadenado durante largos periodos a los barrotes de su celda; antes de ser trasladado a esta prisión, a principios de 1993, se
encontraba en la prisión de Boniato en Santiago de Cuba donde al parecer pasó varios meses en celdas de castigo y donde sufrió una
paliza en diciembre de 1992 de la que resultó con un brazo fracturado; en el mismo incidente fue también golpeado su compañero de
celda Jesús Chambes Ramírez, resultando con un pómulo roto y hematomas en varias partes del cuerpo. También se informó que
algunos presos habían sufrido traslados de prisión o habían sido internados en celdas de castigo por habérseles encontrado escritos
con denuncias sobre la situación en la prisión, como en el caso de Arturo Suárez Ramos, miembro del Comité Cubano pro Derechos
Humanos, trasladado de la prisión Combinado del Este a Boniato y encerrado en una celda de castigo por hacer denuncias sobre la
situación de los presos. Carlos Alberto Aguilera Guevara, Roberto Mures, Luis Grave de Peralta, Jesús Chambert, Ibrán
Herrera Ramírez, Enrique González, Rodolfo Gutiérrez y Robier Rodríguez, reclusos en el penal de Boniato, quienes fueron
golpeados y trasladados a la prisión de mayor rigor Kilo 8 de Camagüey el 12 de febrero de 1993 por encontrarse en huelga de hambre
en protesta por el maltrato sufrido; a principios de octubre de 1993 Carlos A. Aguilera, Jesús Chambert, Rodolfo Gutiérrez y
Roberto Mures fueron severamente golpeados por protestar sobre las condiciones de detención e introducidos en celdas de
aislamiento. Se denunciaron también los casos de Tomás Córdova e Hibraín Odelín Hardin, reclusos en la prisión Micro 4 de
Alamar, Ciudad Habana, quienes fueron brutalmente golpeados por varios guardias el 30 de octubre de 1993, a consecuencia de lo
cual el Sr. Odelín sufrió una perforación del tímpano. En Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Informe sobre la
Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., E/CN.4/1994/51, párrafo 44.
544
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, Informe sobre la Situación de los Derechos
Humanos en Cuba, op.cit., E/CN.4/1995/52, párrafo 47. Entre los incidentes que se comunicaron figuran los siguientes: Roberto
Abrós, recluido en Quivicán, fue golpeado el 16 de agosto de 1993 por haber iniciado una huelga de hambre, resultando con una
herida en la cabeza y un brazo roto; Lázaro López Rodríguez, recluido en Combinado del Este, fue severamente golpeado el 19 de
septiembre de 1993 por haberse negado a vestir un uniforme de talla excesivamente grande; Manuel Ruiz Fiallo, recluido en la
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Nos ubican con delincuentes que son de alta peligrosidad, son personas que presentan
trastornos de la personalidad e incluso psiquiátricos. En muchos casos la seguridad del
Estado, valiéndose de la situación que presentan estas personas y de los bajos valores
morales que tienen, las utilizan para ultrajar nuestra dignidad. Muchos son utilizados por
la seguridad del Estado como informantes, les prometen beneficios para que
proporcionen información sobre lo que nosotros hablamos y les autorizan a que si nos
oyen hablando mal del Presidente de la República puedan caernos a golpes. Por otra parte
las autoridades del penal han creado un sistema según el cual a determinados presos se
les encarga velar por la disciplina de los demás a cambio de ciertos privilegios. Son
personas violentas, sin escrúpulos, de alta peligrosidad que implantan un rigor excesivo.
Por cualquier detalle de disciplina que cometa un preso lo ultrajan, lo ofenden con
palabras denigrantes y hasta lo golpean salvajemente. Somos llevados a severos
interrogatorios por falsas informaciones que dan los presos comunes, además somos
amenazados de muerte. A los que somos cristianos nos amenazan con levantarnos causas
comunes por estar haciendo, según las autoridades ’labor de proselitismo’; además se nos
niega el servicio religioso porque nos dicen que nosotros utilizamos esto con fines
políticos... La alimentación es mal elaborada, muchas veces el pescado nos lo dan en
estado de descomposición lo que nos causa problemas serios de digestión. 545
prisión provincial de Ciego de Avila, falleció el 12 de marzo de 1994 como consecuencia al parecer de los golpes propinados por dos
guardias que lo encadenaron a los barrotes de una celda; Elvis Manuel Suárez Armenteros, recluido en Combinado del Este, fue
severamente golpeado el 4 de julio de 1993 por haber insistido en que le dieran atención médica debido a un fuerte dolor de oídos que
padecía desde hacía días; Arturo Suárez Ramos habría pasado los dos últimos años en celdas de castigo, primero en la prisión de
Boniato (Santiago de Cuba) y actualmente en la de Combinado Sur de Matanzas, donde sería víctima de frecuentes golpizas y otros
abusos. Luis Fuentes Valdés, quien cumple condena por el delito de propaganda enemiga, habría sido internado el 5 de abril de 1994
en una celda de castigo de la sección 3 de la prisión "Cinco y medio" de Pinar del Río debido a una huelga de hambre iniciada en esa
fecha, habiendo permanecido en la misma durante varios meses; en la misma sección se encontraría incomunicado desde agosto de
1992 José Ramón Rodríguez Benítez, quien también cumple condena por propaganda enemiga.
545
Naciones Unidas, Asamblea General, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., A/50/663, 24 de
octubre de 1995, párrafo 40.
546
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 112.
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529. Otros casos de vulneración del derecho a la integridad personal perpetrados por el
régimen en el poder ocurridos entre los años 1996 y 1998, incluyen a presas políticas que
fueron golpeadas por otras presas comunes con la aquiescencia de las autoridades547; y
situaciones donde las autoridades penitenciarias utilizaban barras de acero --del tamaño
de bates de béisbol-- revestidas de tela para golpear a los presos políticos.548 Durante
dicho período también fueron brutalmente agredidos los presos políticos Néstor
Rodríguez Lobaina, Jesús Chambert Ramírez, Jorge Luis García Pérez, alias
Antúnez, Francisco Herodes Díaz Echemendía y Omar Betancourt Texidor.549 En
relación a Jorge Luis García Pérez Antúnez quien recientemente salió de prisión550
después de cumplir una condena de 15 años por los delitos de “propaganda enemiga” y
“sabotaje en grado de tentativa” es pertinente indicar que en virtud de las graves
condiciones carcelarias que atravesó durante el presidio político obligaron al Directorio
Democrático Cubano a solicitar mediadas cautelares a la CIDH en dos oportunidades
para salvaguardar su vida e integridad personal. En esas dos oportunidades la
organización hemisférica otorgó las medidas cautelares para proteger su vida e integridad
personal de conformidad con el artículo 25 de su Reglamento.551
547
Idem. “El 18 de julio de 1998, presas de la prisión Nieves Morejón en Sancti Spirritus golpearon a Adiannes Jordán Contreras,
que estaba cumpliendo una condena de diez años por piratería. Al parecer, tanto ella como su hermana, Mayda Bárbara Jordán
Contreras, que estaba cumpliendo una condena de 15 años por piratería, se habían negado a ponerse los uniformes de la prisión a
cumplir otras reglas penitenciarias. Las hermanas creían que la reeducadora de la prisión, Yeni Sánchez López, y dos guardias
habían ordenado la paliza como represalia”.
548
Idem., “Un ex preso político que cumplió condena en la Prisión Provincial de Las Tunas desde agosto de 1997 hasta febrero de
1998 recordaba varios casos en que los guardias emplearon barras de acero del tamaño de bates de béisbol revestidas de tela para
golpear a los presos comunes. Algunas de estas palizas se produjeron cuando los presos reclamaron un relajamiento del régimen
carcelario. Dijo que durante su período en la Prisión Micro 4 en La Habana, en 1996 y1997, los guardias se emborrachaban los fines
de semana y sacaban a los presos de sus celdas para practicar artes marciales con ellos”.
549
Idem., “Según los presos, activistas de derechos humanos, familiares de presos y periodistas entrevistados por Human Rights
Watch, los guardias de prisiones y los presos comunes agrupados en consejos de reclusos, que actúan bajo las órdenes o con la
aquiescencia de las autoridades penitenciarias, castigan con palizas a los presos políticos cubanos que expresan críticas abiertamente.
En la primera mitad de 1998, las autoridades de la Prisión Provincial de Guantánamo ordenaron aparentemente que se propinaron
palizas a los presos políticos que denunciaron las condiciones penitenciarias, entre ellos Néstor Rodríguez Lobaina, Jorge Luis García
Pérez, alias Antúnez, Francisco herodes Díaz Echemendía y Orosman Betancourt Decidor”. Igualmente, “En septiembre de 1997, los
guardias de la prisión de Guantánamo golpearon a Antúnez, a Francisco Díaz Echemendía y a Néstor Rodríguez Lovaina. Según se ha
informado, los guardias de la prisión Kilo 8 de Camagüey golpearon repetidamente a Jesús Chamber Rodríguez, que fue condenado a
diez años de prisión en 1992 por propaganda enemiga. Su salud se deterioró debido a las palizas, los períodos en celdas de castigo, la
falta de atención médica, la alimentación escasa y la negación del acceso a la luz del día durante meses seguidos. En noviembre de
1998, el Gobierno cubano anunció que iba a poner en libertad a Chamber Rodríguez a condición de que se exiliara en España. A su
llegada a España en diciembre, declaró que había pasado por todo: le habían abierto la cabeza, destrozada las piernas y puesto en un
pasillo durante seis meses para volverse loco”.
550
Junio del 2007.
551
Las Medidas Cautelares fueron solicitadas y otorgadas en el 2001 y el 2006. Véase Anexo II del presente informe. A
continuación una cronología del tratamiento, cruel, inhumano y degradante sufrido por Jorge Luis García Pérez Antúnez durante su
presidio político: 1) En septiembre de 1990, recibe una fuerte golpiza por las autoridades del penal al acusarlo de ser el cabecilla de
actividades opositoras dentro del penal como rechazo de la comida y denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos. Después
de la golpiza se declaró en una huelga de hambre que duró 15 días; 2) En noviembre de 1990 fue confinado en una celda de castigo
por “pasarse el día hablando de derechos humanos”, de acuerdo a las palabras del entonces Jefe de Unidad Capitán Mario Ramírez
Santana. Jorge Luis se declara en huelga de hambre pidiendo que lo sacaran de la celda de castigo, lo que logra a los 21 días de
haberla iniciado; 3) El 19 de febrero de 1991 se declara plantado junto al también prisionero político Iván Espinosa Pérez,
rehusándose a vestir el uniforme de preso común y a acogerse al llamado Plan de Reeducación. Fueron golpeados salvajemente por 22
militares en presencia del Jefe de Unidad Mario Ramírez Santana. Al no lograr que vistieran el uniforme, fueron llevados por separado
a celdas con psicópatas y pederastas; 4) Es trasladado a la Prisión Provincial El Pre, en Villa Clara, donde es ubicado en una celda de
aislamiento sin derecho a tomar sol, asistencia médica, ni visita familiar. A los nueve meses de permanecer en esas condiciones se le
permitió tomar sol y atenderse un dolor de muelas; 5) El 8 de septiembre de 1992 la Seguridad del Estado envía a diferentes
prisiones a los prisioneros políticos ubicados en Alambradas de Manacas. Jorge Luis junto a otros dos prisioneros políticos se declaran
en huelga, y es privado de todas sus pertenencias incluyendo cartas familiares y libros. A varios días de la huelga es llevado a la
enfermería del penal, donde habían permanecido varios enfermos de tuberculosis, es amarrado a la cama y alimentado a la fuerza.
Días depués es trasladado al Hospital Provincial de Santa Clara en completo aislamiento y sin poder tener comunicación ni con su
familia. Permaneció 27 días en huelga de hambre; 6) Dos semanas después de la huelga es trasladado para la Prisión Las Grimas en
Villa Clara. Estando en esa prisión la madre de Jorge Luis es hospitalizada en estado grave de salud a escasos 5 kilómetros de la
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prisión, pero la Seguridad del Estado le niega la posibilidad de visitarla; 7) El 17 de octubre de 1992, Jorge Luis se escapa de la
prisión con el objetivo de ver a su madre moribunda. Esa misma noche los oficiales del Departamento de Seguridad del Estado
Teniente Boris Luis Arribas, Capitán Raúl Fernández y el también Capitán Raúl Yanes Marín se presentaron en el hogar de Jorge
Luis, donde ya se encontraba la madre gravemente enferma y con pistola en mano la amenazaron de que entregara a su hijo porque si
lo encontraban lo iban a matar frente a ella; 8) En la mañana del 18 de octubre de 1992, Jorge Luis fue capturado por agentes de la
Seguridad del Estado, fue esposado a la espalda y se le azuzó un perro policía de cuya agresión guarda marcas en su cuerpo Jorge Luis
García Pérez “Antúnez”. Sangrando fue llevado al Departamento de Instrucción de la Seguridad del Estado de Santa Clara, a las dos
horas de estar allí fue trasladado al hospital militar curado y devuelto una celda donde se le instruyó con cargos por “propaganda
enemiga y sabotaje en grado de tentativa”; 9) El 19 de noviembre de 1992, cuando se encontraba en la Prisión Provincial de Villa
Clara falleció la madre de Jorge Luis, y la Seguridad del Estado le impidió estar en el velorio y entierro; 10) El 13 de abril de 1993 es
trasladado a un celda del Departamento de la Seguridad del Estado en Santa Clara, para frenar el reinicio de la huelga del 7 de
diciembre. Lo que no pudieron impedir. Luego de varios días es llevado a un hospital y después fue conducido al tribunal y juzgado en
la Causa 5 de 1993 por los delitos de propaganda enemiga y sabotaje en grado de tentativa, siendo condenado a una sanción conjunta
de 15 años. El 20 de mayo de 1993 se hace firme la sentencia; 11) El 6 de septiembre de 1993, es llevado como testigo al juicio
contra los activistas detenidos por los acontecimientos de la huelga del 7 de diciembre de 1992. De regreso a la prisión se inicia una
campaña represiva contra él y su familia teniendo como propósito aislarlo. En una ocasión le dicen a su hermana Bertha Antúnez que
para visitarlo tiene que decir que es la esposa y no la hermana; 12) El 6 de diciembre de 1993, varios oficiales de la Seguridad del
Estado irrumpen en la celda de Jorge Luis y lo golpean, le rompen su Biblia y lo conducen arrastrado desde el segundo piso de la
prisión donde se encuentra su celda hasta la zona de celdas de castigo en la primera planta. Todo esto es llevado a cabo por la negativa
de Antúnez de participar en las actividades políticas organizadas por los militares del penal. Por tal brutalidad se declara en huelga de
hambre; 13) A los 8 días de permanecer en huelga de hambre y sed, fue conducido al Tribunal de Placetas donde apenas pudo subir
las escaleras hasta la azotea del lugar para asistir el juicio. Fue juzgado en ausencia, al ser expulsado del tribunal después de decir que
no consideraba a ese tribunal como ninguna autoridad, carente de los elementos que debe poseer un tribunal, como son: imparcialidad,
competencia e independencia, y lo consideraba un tribunal plegado y sumiso a los designios del régimen y de la Seguridad del Estado.
Fue condenado a 1 año de prisión adicional por el delito de “evasión” en referencia a cuando se escapó de prisión en el 92 para ver a
su madre; 14) El 5 de agosto de 1994 es trasladado a la Prisión de Alambradas de Manacas con carácter de paso, con la amenaza de
que a la primera “indisciplina” lo desaparecerían. Horas después de su llegada los agentes de la Seguridad del Estado supieron que se
preparaba un ayuno para el 13 de agosto, fecha en la que se cumplía un mes del hundimiento del Remolcador “13 de Marzo” donde
lanchas rápidas de la guardia frontera del régimen asesinaron a 41 personas entre ellos once niños, ese día también era el cumpleaños
de Fidel Castro; 15) El 12 de agosto de 1994 es trasladado a la Prisión El Pre, como medida para impedir la realización del ayuno. Al
día siguiente Antúnez inició el ayuno previsto; 16) El 14 de diciembre de 1994 es trasladado para el Régimen de Mayor Severidad de
la Prisión Kilo 8 en Camagüey. Fue llevado esposado de una mano y pie y luego permaneció en celda y sin colchón por dos semanas;
17) El 7 de febrero de 1995, Antúnez junto al prisionero político Luis Enrique González Ogra inició una huelga de hambre exigiendo
que se lograra la condena del régimen de la Isla por los sucesos del Remolcador “13 de Marzo” y la libertad de todos los presos
políticos. A los 12 días de permanecer en la huelga Antúnez recibió una golpiza, donde le propinaron golpes tan fuertes en el pecho
que quedó con padecimiento de angina; 18) El 21 de abril de 1995 Antúnez recibe una salvaje golpiza al tratar de defender a un
recluso al cual las autoridades de la prisiómn Kilo 8 golpeaban brutalmente; 19) El 10 de diciembre de 1996, los prisioneros políticos
de las prisiones Kilo 8 y Kilo 7 realizan una actividad conmemorativa del Día Internacional de los Derechos Humanos y son llevados
todos a celdas de castigo; 20) El 14 de julio de 1997 cuando se realizaba un ayuno por las víctimas del Remolcador 13 de Marzo, en
horas de la noche es trasladado para la Prisión de Boniato en Santiago de Cuba, cerca de 560 kilómetros de su hogar; 21) A
principios de agosto de 1997 es trasladado a la Prisión Combinado de Guantánamo, cerce de 610 kilómetros de su hogar. Allí fue
llevado al área llamada “la cuarentena”, lugar adonde llevan a los enfermos infectados con virus o enfermedades contagiosas. Al día
siguiente de estar allí se declara junto a otros prisioneros políticos en huelga de hambre. Son llevados a la zona de aislamiento,
logrando así el propósito de la huelga de no permanecer en el mismo lugar de enfermos infecciosos; 22) Días después de permanecer
en la celda de castigo le son encautados sus libros, con la excusa de que tenía un diccionario de español-inglés. Antúnez amenaza a los
guardias de declararse en huelga de hambre. Como respuesta lo envían a las “tolas” zona de mayor aislamiento, con celdas sin luz ni
agua, y donde debía dormir en el piso, desnudo completamente. Permanece así por 5 días. Al cabo de estos días le devuelven sus
libros; 23) Semanas después de este acontecimiento y durante una visita de inspección a la prisión, Antúnez junto a los prisioneros
políticos Néstor Rodríguez Lobaina y Francisco Herodes Díaz Echemendía gritan vivas a los derechos humanos y en contra del
gobierno. Son golpeados y llevados a celdas de castigo totalmente desnudos y con las manos esposadas a las espaldas. Antúnez y
Rodríguez Lobaina permanecen 47 días en esas condiciones sin poder ni siquiera bañarse; 24) El 13 de agosto de 1998 Antúnez fue
trasladado para “la cuarentena” donde se encontraban presos con viruela. A pesar de encontrarse en esa área logró comunicarse a
gritos con los otros prisioneros políticos que iniciaron una protesta preparada para ese día, cumpleaños del dictador Fidel Castro; 25)
En febrero de 1999, en la Prisión Nieves Morejón, y durante el soleador se forma una trifulca entre presos comunes. Antúnez se
encontraba en el lugar, aunque apartado de los presos comunes. Cuando la guarnición se presentó en el lugar le ordenó a todos los
presos que se desnudaran, pero Antúnez dijo que él no se desnudaba y que no tenía nada que ver con ese asunto. Varios guardias lo
golpearon en la cabeza, partiéndosela y dejándolo si conocimiento; 26) El 10 de abril de 2002, Antúnez es trasladado al área 47 de la
Prisión Combinado del Este, también conocida como “rectángulo de la muerte”. Lo llevaron desnudo; 27) El 5 de julio de 2002,
durante una visita familiar, Antúnez es golpeado brutalmente por los guardias de la Prisión de Ariza al exigir que se le entragaran unas
tarjetas y cartas que había recibido desde diferentes partes del mundo y que se encontraban en manos de la Seguridad del Estado de la
Prisión. Ellos habían dicho que las entregarían a su hermana Bertha Antúnez para que las guardara. A la negativa de los guardias y la
protesta de Antúnez siguió una terrible golpiza donde también recibieron golpes Bertha Antúnez y un niño de 9 años que se
encontraba junto a la familia visitando a Antúnez; 28) El 13 de julio de 2002, Bertha Antúnez entrega una carta en la Dirección
Nacional de Cárceles y Prisiones exigiendo el cese del hostigamiento contra su hermano y su traslado a una prisión de Villa Clara, su
provincia de residencia. Las autoridades le prometen una respuesta en el plazo de 1 mes; 29) El 23 de agosto de 2004, Bertha
Antúnez inicia una huelga de hambre pidiendo que su hermano sea trasladado a una prisión en su provincia de residencia de la cual
lleva 10 años desterrado. La huelga es apoyada con un ayuno por activistas en diferentes partes de la Isla; 30) El 14 de octubre de
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2004 es trasladado para La Pendiente en Santa Clara, después de 10 años de destierro de su provincia de residencia; 31) El 2 de
diciembre de 2004 Antúnez inicia una huelga de hambre para que le devolvieran unas pertenencias que su familia le había dejado en la
prisión. Al exigirlas Antúnez es golpeado por los guardias de La Pendiente y se declara inmediatamente en huelga de hambre; 32) El
23 de febrero de 2005, es trasladado sin previo aviso para la Prisión Kilo 7, nuevamente lejos de su provincia de residencia.
552
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 129.
553
Idem., “El 11 de abril de 1998, dos agentes de la seguridad del Estado, el capitán Hermes Hernández y el teniente René Orlando,
lo golpearon al parecer a Bernardo Arévalo Padrón, un periodista que estaba cumpliendo una condena de seis años por desacato en
la prisión de Ariza de Cienfuegos. Los funcionarios, que se encolerizaron aparentemente al hallar documentos antigubernamentales
en la prisión, le golpearon con un bastón de madera en la cabeza, el cuello y el vientre, mientras le gritaban y llamaban “gusano” o
traidor. Se dijo que los fiscales militares cubanos adoptaron la medida positiva de formular cargos contra ambos agentes a principios
de mayo. Arévalo Padrón estuvo recluido en una celda de aislamiento, donde los guardias lo encerraron poco después de la paliza,
hasta septiembre. Los familiares de Arévalo Padrón afirmaron que el teniente Orlando no les permitió dejar medicinas para él, a
pesar de quejarse de graves problemas estomacales. Otros presos también informaron al parecer que habían sido maltratados por los
guardias de Ariza”.
554
Idem., “El 5 de abril de 1998, presos comunes de la prisión Canaleta en Matanzas golpearon aparentemente a Jorge Luis Cruz
Arencibia. Según se informó, las autoridades penitenciarias no quisieron que se atendieran las heridas de Cruz Arencibia.
555
Idem., El 9 de noviembre de 1997, el reeducador de la prisión Kilo 51/2 de Pinar del Río, conocido como Osiri, y un funcionario
de la seguridad del Estado de la prisión, el teniente Mario Medina, golpearon al parecer a Raúl Alarde Herrera porque había iniciado
una huelga de hambre en protesta por las condiciones penitenciarias. Durante su traslado a la prisión de Pinar del Río procedente de la
prisión Pitirre de La Habana, el 30 de abril de 1997, dos agentes de la seguridad del Estado, el coronel Wilfredo Velásquez y un
funcionario apellidado Vargas, golpearon a Alarde Herrera durante todo el recorrido. También se dijo que había tirado todas sus
pertenencias y ropa por la ventana del vehículo. Tres días después de su llegada, un preso común conocido como Veltoldo también lo
golpeó aparentemente. Alarde Herrera dijo que Veltoldo se le acercó posteriormente y le dijo: “Coño, político. Perdóname. Lo tenía
que hacer”. Veltoldo le explicó que el teniente Mario Medina le había ordenado que le diera una paliza o correría el peligro de perder
su derecho a ser trasladado de la prisión de máxima seguridad a un correccional”.
556
Idem., “En varias ocasiones, los guardias de prisiones golpearon a Víctor Reynaldo Infante Estrada, un crítico abierto del
Gobierno y abogado de derechos humanos que fue víctima de numerosas medidas punitivas durante su estancia en la cárcel. En junio
de 1997, varios guardias de prisiones se introdujeron en la celda de aislamiento de Infante Estrada para cortarle el pelo y afeitarle,
como ya lo habían hecho varias veces durante los meses anteriores. Los guardias, encabezados por el jefe de orden interno de la
prisión, el subteniente Emilio Villacruz, inmovilizaron a Infante Estrada, le quitaron la ropa por la fuerza, le cortaron el pelo con
maquinilla y le afeitaron la barba. Cuando Infante Estrada intentó detenerlos, los guardias le golpearon la espalda con sus bastones.
El 13 de julio de 1997, el mayor Pedro López, un miembro de la Unidad de Seguridad del Estado de la prisión de Agüica, esgrimió su
pistola ante Infante Estrada y, en referencia a una serie de explosiones recientes en hoteles, dijo: “Si pasa algo más como esto dentro
de Cuba, yo mismo vendré a matarte dentro de la celda”. Antes de irse, acusó a Infante Estrada de ser el responsable de las
explosiones, le llamó contrarrevolucionario y le dio un bofetón”.
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son golpeados y arrastrados por los pasillos de la prisión por negarse a ser registrado,
como Omar del Pozo Marrero.557
532. Las presas políticas también sufren la brutal represión de las autoridades cubanas,
quienes en el proceso efectúan arbitrarios registros corporales, ubicación en celdas de
castigo, y humillaciones y vejaciones. A continuación, el testimonio de Maritza Lugo,
ex presa de conciencia:
Cuando llega el día de la tan deseada visita familiar, las reclusas tienen que soportar
degradantes y humillantes requisas y registros corporales, donde las desnudan y entre
varias guardias las registran, le revisan el pelo, las mandan a hacer cuclillas desnudas,
para comprobar si esconden algo en sus partes; también registran los zapatos y demás
pertenencias. Las presas son torturadas física y psicológicamente, sobretodo en las celdas
de castigo, donde las reclusas están solas y no hay nadie que pueda servir de testigo, las
guardias golpean con bastones duros de goma, llamados “Tonfa”.558
533. En un testimonio del ex preso político Jorge Luis García Pérez Antúnez se
expone una lista de oficiales penitenciarios que en los años 90 cometieron una serie de
acciones en la prisión de mayor rigor “Kilo 8” que podrían calificarse de torturas, y tratos
crueles inhumanos y degradantes. En este sentido, señala Antúnez que “[l]os malos
tratos, atropellos y abusos que tienen lugar en esta prisión son los episodios más
bochornosos que demuestran la violación de los derechos humanos de la forma más
masiva y sistemática. Los militares mantienen en su mayoría una postura arrogante y
agresiva frente a los reclusos, a los que ven como desagradables. Estas posturas
desconocen grados, rango, funciones. Quienes las mantienen se envalentonan todos con
ensañamiento, ante la impunidad de que gozan”.559 A continuación una lista de agentes
del Estado cubano que han vulnerado los derechos fundamentales de los presos políticos
recluidos en la prisión “Kilo 8”, en Camaguey, Cuba:
# Oficial del Orden Interior, Daniel Pimentel Naranjo
# Suboficial y Oficial de Guardia, Fidel Domínguez Vila
# Jefe de Destacamento, Teniente Leonel Noa
# Sargento Jefe de Escuadra, Mariano Ramírez Cruz
# Sargento Pimentel
# Sargento Omar
# Sargento Yoandas
# Capitán y otrora Jefe de Orden Interior, Tony
# Los tres hermanos La Rosa
# Sargento Luis y Aurelio
# Jefe de Escuadra Raúl Velásquez560
557
Idem., “En abril de 1997, el jefe de orden interno de la prisión, el Mayor Abreu, ordenó que sacaran a Omar del Pozo Marrero
de su celda para que los guardias pudieran registrarla en busca de armas blancas o drogas. Del Pozo Marrero se negó a salir
diciendo que era un preso político. Los guardias lo sacaron de la celda y lo arrastraron unos 50 metros mientras le golpeaban. En
mayo de 1997, el teniente Carrales de la prisión Combinado del Este de La Habana esposó a Del Pozo Marrero y lo tiró al suelo
porque no quiso que los funcionarios registraran su celda”.
558
CIDH, Informe Anual 2002, op.cit., párrafo 70.
559
Jorge Luis García Pérez Antúnez, La Vida en la Prisión Kilo 8, octubre de 1990, Camaguey, Cuba.
560
Idem., El ex preso político Jorge Luis García Pérez Antúnez también reportó los siguientes casos de abusos, brutales golpizas --que
acabaron en algunos casos con la vida del preso--, malos tratos y vejaciones cometidas por las autoridades de la prisión “Kilo 8” en
perjuicio de los reclusos: 1) En junio de 1995 el recluso Samuel Simpson Gonzáles recibió una golpiza tan brutal y salvaje a manos
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534. Otra de las graves situaciones que se presentan día a día en las prisiones cubanas,
y que comprometen seriamente la responsabilidad internacional del Estado cubano como
administradores de los centros de detención, son los suicidios y auto agresiones que se
producen como consecuencia de las severas, degradantes, crueles e inhumanas
condiciones carcelarias en ese país. A continuación, algunos hechos ocurridos en la
prisión Kilo 8 que corroboran lo señalado:
Raúl Castillo Echemendía Socarrás: Este recluso, natural de Ciego de Ávila, luego de
manifestar que no soportaba las críticas condiciones de vida y encierro, se ahorcó en la
ventana de su cubículo.
Luis Lorenzo Vega; Jorge Luis Herrera Herrera, “El Tuti”, de 33 años, Holguín; y
José Pascual Castillo, de 23 años, Las Tunas, “se introdujeron en el pene un alambre en
forma de anzuelo”.
del Capitán Tony, que horas después falleció en el Hospital Amalia Simoni. Tal golpiza le provocó una hemorragia y trombosis, al ser
propinada momentos después de comer; 2) En diciembre de 1994 fue objeto de una descomunal golpiza el recluso René Veiz López,
de 34 años, natural de Encrucijada, Villa Clara. En esta golpiza le fracturaron y astillaron el brazo, además de recibir heridas en varias
partes del cuerpo; 3) En septiembre de 1993, los reclusos Roberto Ruiz Debilla, de 32 años, natural de Camaguey y Gerardo Mesa
Rodríguez, de 34 años, natural de Holguín, recibieron una golpiza tan descomunal que fueron ingresados en el hospital en grave
estado de salud; 4) En meses pasados Luis Martínez Díaz recibió una despiadada golpiza a manos del oficial Velásquez, quien le
golpeó con una cabilla ocasionándole fracturas en el cráneo y el cuello; 5) El recluso Luis Enrique Portuondo, alias “Chico”, recibió
una golpiza en días pasados, y tuvo que ser hospitalizado. La golpiza fue comandada por el connotado verdugo La Rosa, famoso por
sus atropellos y el uso desmedido de su porra metálica; y 6) En días recientes [1996] han sido también golpeados: Frank Portenzuela
Sotolongo, Ciudad Habana; Raúl Guzmán León, Florida Camaguey; Roberto Roger Núñez Carpio, Holguín; Pedro Pérez
Suárez, Florida Camaguey; Alberto Malquiato Sánchez; Alis Hernández Maza, Ciudad Habana; Jerónimo Hernández, Ciudad
Habana; Javier Aparicio, Ciudad Habana; Lázaro Corzo Herrera, Ciudad Habana; Iván Lafita Liranza, Ciudad Habana; Ramón
Valija Suárez, Ciudad Habana; Alexis Mejorales Dantá, Ciudad Habana; Joel de Jesús Calzadilla Hernández; y Enrique
Portuondo.
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535. El ex preso político, Jorge Luis García Pérez Antúnez agrega en su valioso y
valiente testimonio que “[s]ería interminable relatar en este informe los intentos de
suicidio y auto agresión que tienen lugar aquí [prisión Kilo 8]. Su cotidianidad ha hecho
que tales actos nunca causen sorpresa. Esto ocurre generalmente en el área de Mayor
Severidad, donde el constante encierro, los malos tratos y el hacinamiento constituyen
una constante tortura, y a ellos se incluye el aislamiento que empeora cada día más. Las
autoridades, lejos de buscar medidas que eliminen esta lamentable situación, la
estimulan con una conducta no sólo cada día más cínica y burlesca, haciendo gala del
férreo rigor y severidad de esta prisión, donde los hombres salen convertidos en
verdaderos esqueletos humanos, y muchos de ellos con una degradación moral extrema,
con un grave desequilibrio psíquico y mental. En muchas ocasiones las riñas y lesiones
entre los reclusos son provocadas por la negligente e irresponsable conducta de
militares que no muestran la más mínima preocupación y seguridad. Estos le muestran
más atención y ven mayor peligro a trasiego de cartas y denuncias, o de materiales
religiosos. Para las autoridades de esta prisión constituye un júbilo y satisfacción ver a
un recluso que luego de mantener una decorosa conducta durante un determinado
período de tiempo degrade su conducta auto agrediéndose o privándose de sus pocos
artículos o pertenencias para obtener un alimento extra”.562 Es importante destacar que
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya se ocupó en el pasado de analizar
las graves, severas y degradantes condiciones de la prisión Kilo 8, ubicada en Camaguey,
Cuba. Así, la CIDH manifestó que:
…la llamada prisión de Mayor Severidad de Kilo 8 tiene una significación especial. Kilo
8 se encuentra en la provincia central de Camagüey, constituyendo una de las 60
prisiones de esa región denominada por la población penitenciaria como "Se me perdió la
llave" por las denuncias de tortura y trato cruel e inhumano que reciben los presos
políticos que han sido trasladados de otras prisiones por haberse resistido al plan de
reeducación política impuesto por las autoridades. El Régimen Especial de la prisión Kilo
8 fue establecido a principios de 1992 con la orden Nº 50 del Ministerio del Interior y
contempla las fases de menor severidad y mayor severidad. La fase de mayor severidad
fue destinada para la siguiente categoría de reclusos: a) los que tienen la pena de muerte
conmutada; b) los reclusos que han cometido hechos delictivos de marcada relevancia en
la prisión; c) quienes han promovido huelgas o motines en la prisión; d) los reclusos que
no se acogen al plan de reeducación política; y e) quienes hayan cometido delitos contra
la Seguridad del Estado y sigan manteniendo una postura recalcitrante. Es decir, todos los
reclusos que reunieran estos parámetros serán trasladados a este lugar. Se ha señalado que
los presos políticos más inflexibles a la política de reeducación penitenciaria se
encuentran bajo este régimen, pero también se denuncia que estas autoridades son las que
practican la mayor represión y hostigamiento. "Ésta es la 26, aquí se acabó la magia"
561
Idem.
562
Idem.
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manifiestan las autoridades a un sinnúmero de reclusos que llegan y que son recibidos
con severas golpizas como demostración de fuerza y poder. El Régimen de Mayor
Severidad lo conforman dos fases, cada una de ellas con una duración de un año. Sin
embargo, se ha señalado que hay reclusos que llevan más de cinco años en este régimen
especial, y muchos aún en la primera fase. Las prohibiciones a que están sujetos los
reclusos del régimen especial no existen en las demás prisiones del país. No se les
permite ver televisión, tampoco poseer cuchillas de afeitar, vasijas de metal, espejos,
frascos de vidrio, etc. Donde quiera que sean conducidos tienen que ser esposados, la
mayoría de las veces con las manos a la espalda. Para irse a afeitar, cortarse el pelo, o ir a
la visita con los familiares deben ser esposados. Se les impide tomar el sol en el área de
aire libre y carecen de acceso a la recreación, práctica de deportes o cualquier otra
actividad. Son los que con mayor rigor sufren la represión y los castigos corporales. El
horario de silencio es a las 9:00 p.m. y muchas veces antes.563
563
CIDH, Informe Anual 1999, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 61.
564
CIDH, Informe Especial sobre la Situación de los Derechos Humanos en la Cárcel de Challapalca, Departamento de Tacna,
República del Perú, OEA/Ser.L/V/II.118, Doc.3, 9 de octubre de 2003, párrafo 113.
565
Human Rights Watch/Américas, Informe Anual 2001, página 26.
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538. Es importante destacar que los castigos impuestos a los presos políticos no sólo
consistían en maltrato de palabra y obra, sino también en ubicación en celdas de castigo,
aislamiento celular, y prohibiciones de visitas familiares, entre otros.567 Igual situación se
denunció con las presas políticas:
Desde que entró a la prisión está siendo constantemente hostigado. Los funcionarios del
penal están tratando de crear situaciones que atenten contra su seguridad personal. Está
siendo maltratado física y mentalmente. No le han permitido ni siquiera que tenga un
abrigo en un lugar donde a los demás presos le permiten el uso de todo tipo de ropa. Allí
hay mucha humedad y frío y no le dejan tener nada para abrigarse. Estuvo junto a presos
566
Sociedad Interamericana de Prensa, SIP Condena Pésimas Condiciones y Hostigamiento contra Periodistas Cubanos
Independientes en Prisión, 18 de enero de 2001.
567
Durante ese período se reportó, por ejemplo, que el preso de conciencia Francisco Chaviano González, recluido en la prisión
Combinado del Este en La Habana, fue llevado a celdas de aislamiento y se le prohibió recibir cualquier tipo de visitas de su esposa o
familiares durante más de un año, por mantener su actitud de no vestir el uniforme de preso común y haber efectuado denuncias de
malos tratos en el penal. Chaviano González se encuentra delicado de salud con una úlcera duodenal. A partir del 22 de agosto de
2000 se le prohibieron las visitas al preso político Vladimiro Roca Antúnez en la prisión de Ariza, Cienfuegos. Cabe señalar que Roca
Antúnez es el Presidente del Partido Social Demócrata Cubano y el único de los cuatro firmantes del documento “La Patria es de
Todos” que continúa encarcelado. De noviembre de 2000 a febrero de 2001 se le suspendieron las visitas al preso político Lázaro
Alejandro García Farah por su negativa a participar en las clases de adoctrinamiento político que imparten en el penal El Típico, en
Las Tunas. Véase CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 89.
568
Idem.
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540. Asimismo, el patrón represivo contra los presos políticos en cuanto a castigos,
brutales palizas, represalias y atentados contra la integridad física se repitieron de forma
constante, reiterada, y sistemática durante el resto de los años que cubren este período del
informe --hasta diciembre del 2006--. Así, por ejemplo, en el 2001 el Relator Especial de
la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Nigel Rodley, en un informe
publicado en enero de ese año, dejó constancia inter alia que “notificó al Gobierno [de
Cuba] que había recibido información según la cual algunos centros penitenciarios no
cumplirían con las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos. (…) Los
prisioneros sufrirían de malnutrición y permanecerían en celdas atestadas y sin
adecuada atención médica. Algunos de ellos sufrirían abusos físicos y sexuales
perpetrados por otros detenidos que contarían con el consentimiento de los guardias
carcelarios y pasarían largos períodos de aislamiento en sus celdas. En muchos casos
no se separarían los presos comunes de los menores que esperan sentencia”.570 El
Relator Especial, citó el caso de una presa en estado de gestación a la cual se le quería
obligar a abortar y como se negó, le retiraron la asistencia médica:
541. También durante dicho período los guardias de las prisiones y los presos comunes
se organizaban en consejos de reclusos, y actuaban bajo las órdenes o con la aquiescencia
de las autoridades penitenciarias, quienes castigaban con palizas a los presos políticos
cubanos que expresaban sus ideas o críticas abiertamente.572 Otra víctima de la brutal
569
Idem.
570
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Comisión de Derechos Humanos, Quincuagésimo séptimo período de sesiones,
punto 11(a) del proyecto de temario, Derechos Civiles y Políticos Incluidos los Temas de la Tortura y la Detención, Informe del
Relator Especial, Sir Nigel Rodley, presentado de conformidad con la resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2000/43,
E/CN.4/2001/66, 25 de enero de 2001, página 78, párrafos 356 y 357.
571
Idem.
572
Este es el caso, por ejemplo, de Néstor Rodríguez Lobaina, Presidente del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia
(MCJD), condenado a seis años de prisión en el Combinado de Guantánamo, por los presuntos delitos de “Desacato” a la figura del
Comandante Fidel Castro, y “Desórdenes Públicos” fue agredido físicamente por el preso común Emeregildo Duvergel --condenado a
20 años de prisión por asesinato-- lo cual le provocó la fractura de la mandíbula. Los presos políticos de esa prisión acusan al
Teniente Coronel Jorge Chediak, jefe de la prisión; el Mayor Pablo Reyes Cobas, jefe del pabellón A-500; el Capitán Silvestre Obet
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represión fue un preso político que estuvo seis años recluido en una celda de tres metros
de largo por medio metro de ancho, y otra que estando recluida en la penitenciaría “La
Granjita” sufrió una brutal golpiza. En otros casos se reporta una situación donde el jefe
del penal ordena a un oficial agredir a un preso político, y en otra, una protesta carcelaria
por las brutales golpizas propinadas a un recluso.573
542. En el año 2002, siguió la gran “fiesta” represiva de las autoridades penitenciarias
cubanas, sin ninguna consideración a la dignidad y respeto al ser humano. Así, por
ejemplo, en el mes de agosto de 2002, 8 funcionarios del orden interior de la cárcel
Cerámica Roja desnudaron al preso político Virgilio Mantilla Arango, lo esposaron y
luego lo golpearon, y por último lo encerraron en una celda de castigo. Según trascendió,
las autoridades de la prisión se indignaron al ver que cientos de boletines con lemas
antigubernamentales fueron lanzados en diferentes áreas de la prisión. Asimismo, el
preso político Francisco Herodes Díaz Echemendía desde la prisión de Boniato, provincia
de Santiago de Cuba informó que en el vestíbulo de la oficina del jefe de orden interior
existe una columna rectangular que ha sido utilizada para hostigar y torturar a los reos de
esta cárcel. Según sus palabras, “los verdugos, refiriéndose a los funcionarios penales,
colocan a los castigados amarrados a la columna con las esposas, a quienes azotan con
tonfas y otros objetos contundentes y lo mantienen en esa posición por más de 24
horas”. También en la prisión de Boniato, el 14 de agosto de 2002, fue objeto de una
fuerte paliza el recluso Wilfredo Martínez Cordero por acusar a las autoridades penales
de la muerte del reo Mariano Rondón. Martínez se encontraba hospitalizado por
tuberculosis cuando sucedió el fallecimiento de Rondón y por la protesta fue remitido a la
galera con una nueva causa para su expediente. En enero de 2002, también en la prisión
de Boniato, los reclusos Antonio Naranjo Figueroa y Eduardo Díaz Castellanos fueron
duramente golpeados por las autoridades del penal por haber colocado en diversos
lugares de la cárcel letreros anticastristas y cívicos como ¡Vivan los Derechos Humano!574
543. Otros casos ocurridos, durante el 2002, incluyen a presos políticos que fueron
reprimidos por conmemorar el hundimiento del Barco Remolcador “13 de Marzo”; la
situación del preso político Néstor Rodríguez Lovaina quien se encontraba en una celda
tapiada de la prisión de Guantánamo; el acoso y confiscación de libros sobre la
Herrera y el Capitán Víctor Reyes Cobas, jefe re-educador de la compañía Nº 1 del A-500, como los responsables de ordenar la
golpiza. En CIDH, Informe Anual 2001, op.cit., párrafo 83.
573
Idem., “La Comisión también fue informada que José Menéndez, preso político confinado en la cárcel Guamajal, en Santa Clara,
sufre desde hace seis años el encierro en una celda que mide tres metros de largo y medio de ancho, donde se le trata de quebrantar su
voluntad a fuerza de un total aislamiento. También Lemberto Hernández Planas, preso político, fue agredido el 3 de agosto de 2001
por uno de los oficiales de la penitenciaría “La Granjita” de la cárcel de Boniato, perteneciente a la provincia de Santiago de Cuba.
Una misiva desde la prisión reporta que el jefe del penal, conocido por Echemendía, ordenó al oficial Yoel Gutiérrez López que
perpetrara la agresión contra el recluso político. Asimismo, se reportó que la golpiza que sufrió un preso en el Combinado de
Guantánamo ocasionó el 19 de agosto de 2001 una protesta masiva de los reclusos del piso 4B, y obligó al alto mando de la prisión a
presentarse en el lugar para calmar los ánimos. Se ha señalado que el conflicto comenzó cuando los funcionarios de la prisión
realizaron un registro en el cubículo uno del destacamento 43 y la emprendieron a golpes con el preso Jesús Catalá, cuestión que casi
provoca un amotinamiento en el penal”.
574
Cuba Net News Inc., Coral Gables, Florida, Estados Unidos, 24 de noviembre de 2002 y Comité Ciudadano Programa Cubano
para el Estado y Activismo de los Derechos Humanos en el Territorio Nacional, Informe sobre Violación de los Derechos Humanos en
Cuba, Agosto 2001-Octubre 2002, Violaciones de Derechos Humanos en las Prisiones, La Habana, Cuba. En CIDH, Informe Anual
2002, op.cit., párrafo 71.
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545. Los hechos arriba citados no fueron los únicos ocurridos durante el 2003, ya que
continuaron las represalias contra los presos políticos que purgaban condena, y entre
estas, están las celdas de castigo, las brutales golpizas, el aislamiento celular, la ubicación
de presos políticos con peligrosos presos comunes, los abusos sexuales, humillaciones y
vejaciones.577
575
Idem., “En el mes de julio de 2002, en la prisión Kilo 8, Camaguey, fueron reprimidos los miembros del presidio político cubano,
Humberto Real Suárez y Ernesto Durán Rodríguez Ponce por conmemorar el 8º aniversario de las personas que perecieron en el
hundimiento del Barco Remolcador 13 de Marzo. En el mes de agosto de 2002, ocurrieron una serie de hechos violatorios de los
derechos humanos en perjuicio del preso de conciencia Néstor Rodríguez Lobaina, en el combinado de Guantánamo. Las
autoridades penales lo mantienen en celda tapiada de castigo, además de ordenarles a los presos comunes para que lo agredan con
heces fecales. El 16 de julio de 2002 trascendió que al preso político José Manuel Pereira lo están acosando en la cárcel de
Quivicán por dar vivas a los derechos humanos y exigir la libertad de todos los encarcelados por causas políticas. Mientras el
director del penal le hablaba a los reclusos, Pereira se subió al techo de una de las barracas y comenzó a gritar ¡Vivan los derechos
humanos!, ¡Libertad para los Presos Políticos!. Después de este incidente, agentes de la policía política registraron las pertenencias
de Pereira y le decomisaron --por considerarlos subversivos-- tres libros titulados “Las ideas de la Democracia”, “Armas para la
Libertad”, y “Cartas desde la Prisión”. Pereira es miembro de la Liga Cívica Martiana y lo mantienen encarcelado sin juicio desde
febrero de 2002. En el mes de noviembre de 2002 las autoridades del centro de detención de Pedernales, ubicado en la provincia de
Holguín, castigaron al activista invidente Juan Carlos González Leiva por protestar por el encierro arbitrario a que lo mantiene
sometido la policía política cubana. Después que González agregó al ayuno que llevaba a cabo, el rapado de su cabeza, los bigotes y
su barba, los funcionarios de esa penitenciaría le quitaron al ciego la máquina de afeitar, le cambiaron la cama por otra más angosta
que tiene por bastidor una plancha de madera y pusieron en la celda a otro prisionero que dice ser un pastor religioso, pero que
González sospecha podría ser un agente o un colaborador de la policía política”.
576
Véase CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.477 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006; e Informe Nº 68/06,
Caso 12.477, (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
577
A continuación los casos más representativos ocurridos en el curso del 2003: 1) En marzo del año 2003, la señora Rosaida
González Escalona, madre del preso político Julio Morales Gonzáles envió una misiva al exterior de la Isla para denunciar el horror
por el que estaba pasando su hijo, quien al trasladarlo a la Prisión Cuba Sí, en Holguín, su provincia de residencia, después de largos
años de encierro en la prisión Kilo 8 en Camagüey, lo habían colocado junto a presos comunes, que instados por la Seguridad del
Estado de la prisión, cometieron un acto bochornoso y humillante contra su persona: “Contra mi hijo se están utilizando muchas
injusticias. El está enfermo de los nervios debido al encierro y se le niega la atención médica, enviándole reclusos comunes al
servicio de estos esbirros que le suministran tabletas de drogas para que su estado de salud empeore. Quiero denunciar que el día 27
de diciembre fue trasladado para la prisión Cuba Sí de la provincia de Holguín, ese mismo día se le suministró una sobredosis de
droga y fue víctima de una violación. Yo me dirijo a La Habana para denunciar el caso, ya que todo fue preparado por un
funcionario llamado Marrero, de la Seguridad del Estado, ya que dicho funcionario me había amenazado que si yo no colaboraba
con ellos mi hijo pagaría las consecuencias y así fue.[...] quiero que Ud. le informe al mundo que mi hijo nunca ha intentado, ni lo
hará jamás contra su vida, que su estado o sea su espíritu de resistir las torturas han llevado a estos señores a la desesperación, ya
que no han podido doblegarlo, ni llevarlo a la muerte y que yo los hago responsables a estos funcionarios de lo que le suceda a mi
hijo y que me siento orgullosa de que mi hijo se haya portado como lo que es, un hombre, y él debe sentirse orgulloso de tener una
madre como yo, que no traicionaré los ideales de mi hijo.” Julio César Morales González se encuentra encarcelado desde el año
1993, y condenado a 13 años de prisión por los supuestos delitos de Propaganda Enemiga y Desacato a la Figura del Comandante en
Jefe; 2) La utilización de reos comunes para agredir a prisioneros políticos es una táctica cada vez más utilizada por la policía política
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546. Durante este período Amnistía Internacional se refirió a los castigos que,
diariamente sufren los presos políticos en Cuba, señalando que “ha recibido denuncias
de malos tratos a manos de guardias de prisión o de otros reclusos, que actúan con la
complicidad de los guardias de prisión. Según los informes, uno de los presos, Víctor
Rolando Arroyo Carmona, fue sacado de su celda y golpeado por tres guardias de la
prisión el 31 de diciembre de 2003. También se ha informado de que los presos han
permanecido recluidos en régimen de aislamiento durante periodos prolongados, y que
no han recibido un acceso adecuado a asistencia médica. En particular, Amnistía
Internacional denuncia la práctica de encarcelar deliberadamente a estos presos de
conciencia a distancias extremas de sus casas y sus familias. Esta práctica contraviene
los principios de las Naciones Unidas y puede ser interpretada como un castigo
adicional a los presos y sus familias. También se ha restringido la comunicación escrita
y telefónica entre muchos presos y sus familias, según los informes como forma de acoso
por parte de los funcionarios de prisiones. Amnistía Internacional ha concluido: "Las
autoridades cubanas deben poner en libertad de forma inmediata e incondicional a todos
los presos de conciencia. Además, pedimos a las autoridades que cumplan los principios
expuestos en las normas internacionales de derechos humanos relativas al trato a los
reclusos”.578
547. Los años 2004, 2005, y 2006 se caracterizaron por los abusos cometidos por las
autoridades en contra de los 75 que fueron arrestados, procesados y condenados durante
en las prisiones. De acuerdo al testimonio del periodista independiente Bernardo Arévalo Padrón, excarcelado el 13 de noviembre
del 2003, es sumamente difícil para los prisioneros políticos convivir con criminales peligrosos: “Ellos (los presos comunes) no
reconocen nuestras ideas, y no tienen ideología definida ni de un bando, ni de otro. Ellos son utilizados muchas veces como
marionetas por la policía política. Por ejemplo, en el año 1998, 11 de abril, yo fui agredido por un preso común enviado por la
Seguridad del Estado, el nombre de ese recluso para que lo conozcan en el mundo entero, Marcos Antonio Cordero Nodal, nacido en
1970, reside en la Calle Dorticós de la ciudad de Cienfuegos. Ese delincuente me agredió por la espalda, cumpliendo órdenes del
oficial de la Seguridad del Estado, René Orlando Sánchez González. Salimos fajados, y él me gritaba que eso lo hacía por las
denuncias que yo estaba mandando, y voy a decir sus palabras textuales: ‘Las denuncias, Arévalo, que tú estás mandando para la
radio enemiga de Miami, han continuado, y por eso te estamos dando esta golpiza’. Ese mismo día fuí maltratado físicamente de
nuevo por los oficiales Hermes Hernández Alvarez, y el ya archiconocido René Orlando Sánchez González. Me dieron una brutal
golpiza, tengo fracturado el tabique de la nariz, solamente respiro por el orificio izquierdo”; 3) En octubre del 2003, el prisionero
político Jorge Luis García Pérez “Antúnez” denunció a través de su herman Bertha Antúnez, las golpizas, abusos y maltratos a los
presos recluídos en la prisión provincial de Ariza, provincia de Cienfuegos. La denuncia incluye los casos de tres jóvenes apaleados
por la guarnición del penal, Amaury González Puig, Orelvis González Rojas y un hermano de Orelvis; del joven negro Joel
Arteaga Acea quien ingresó en la prisión con una leve enfermedad de los nervios y a causa de las golpizas se encuentra
completamente desequilibrado; y el del anciano José Abad Rodríguez, quien fue golpeado por 8 guardias sin importar su edad ni su
estado mental; 4) En agosto del 2003 se dio a conocer una carta enviada desde la prisión Kilo 5 ½ en Pinar del Río del periodista
independiente encarcelado José Ubaldo Izquierdo Hernández, recibida por la también periodista independiente Dorka Céspedes. La
carta señala las condiciones en las que se encuentran los prisioneros políticos encarcelados en dicho centro penitenciario: “Estoy en
Pinar del Río bajo un régimen de mayor rigor, en celda semitapiada 23 horas diarias pues sólo nos dan una hora de sol de lunes a
jueves. [...] En la prisión se encuentran Héctor Palacios, director del Centro de Estudios Sociales, Diosdado González Marrero, del
Partido Paz,Amor y Libertad en la provincia de Matanzas, Arturo Pérez de Alejo, delegado del Partido Pro Derechos Humanos en
Escambray-Manicaragua-Villa Clara, José Daniel Ferrer García y Leonel Grave de Peralta, ambos del Movimiento Cristiano
Liberación y el Doctor Oscar Elías Biscet, presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos. El Doctor Biscet vive en
condiciones infrahumanas, en una sección de calabozos inmundos, en circulares fuera del penal, rodeado de ratas, cucarachas y
mosquitos, y no se le han autorizado ni visitas ni pabellón conyugal en los cuatro meses que lleva encarcelado”. La situación del Dr.
Oscar Elías Biscet referida en esta misiva empeoró cuando en noviembre del 2003 fue trasladado a la prisión Kilo 8 en la misma
provincia de Pinar del Río y confinado en una celda soterrada por 21 días en dos ocasiones seguidas, donde no cabían ni sus pocas
ropas y otros efectos de uso personal. Las autoridades del penal, especialmente el oficial de la Seguridad del Estado que se hace
llamar Ramón Beúne (nombre falso), castigó de esta forma a Biscet por haber protestado el trato degradante contra la familia del
prisionero político José Daniel Ferrer a cuya hija de cinco años golpearon, junto a su esposa y hermana durante una visita al penal en
ese mismo mes para llevarle la jaba (alimentos para tres meses). Testimonios recopilados por el Directorio Democrático Cubano
durante el 2003.
578
AI: AMR 25/006/2004 (Público). Servicio de Noticias: 61/04
16 de marzo de 2004.
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la primavera negra del 2003 en Cuba. En este sentido, por ejemplo, la CIDH manifestó
en el 2004 que fue informada durante “su 119 período de sesiones, [que] las personas
privadas de la libertad en Cuba están sometidas a condiciones abusivas y siendo, por lo
general, confinadas en celdas sobre pobladas”.579 También dejó constancia que fue
informada de la existencia de abusos físicos y sexuales por parte de guardias de seguridad
y además por otros detenidos, con la aparente aprobación y aquiescencia de las
autoridades penitenciarias.580 Igualmente, que “los presos políticos que denuncian o se
niegan a acatar las reglas de las prisiones, son castigados con largos períodos de
confinamiento en celdas de aislamiento, restricción de visitas y falta atención médica,
entre otras. Particularmente, se denunció que dichas medidas resultan especialmente
gravosas para los presos mayores de 60 años de edad, así como para los que se
encuentran padeciendo alguna enfermedad”.581
548. En relación a las condiciones que estaban atravesando las personas arrestadas
durante la ola represiva del 2003, manifestó la CIDH que había recibido información
sobre “las precarias condiciones de detención en que se encontraría el grupo de
alrededor de 75 líderes del movimiento disidente de Cuba condenados a prisión en abril
de 2003. Según la información, los 75 detenidos fueron deliberadamente encarcelados en
prisiones muy alejadas de sus lugares de residencia, se les restringieron sus
comunicaciones telefónicas y la correspondencia, se les inflingieron malos tratos por
parte de los guardias penitenciarios, y fueron confinados en régimen de aislamiento”.582
549. También informó la organización arriba citada que, durante dicho período
hubieron casos de maltratos físicos “que habrían recibido algunos de los disidentes
encarcelados por parte de guardias penitenciarios así como también por otros presos,
con la complicidad o aquiescencia de los guardias. Tal sería el caso de Jorge Luis
García Pérez “Antúnez”, quien habría sido golpeado el 5 de julio de 2004 en presencia
de su hermana durante una visita que ésta habría hecho a la cárcel, al parecer por
protestar ante la negativa de las autoridades del penal de entregarle a su hermana unas
cartas de su propiedad que estaban en manos de autoridades militares. Igualmente se
registró en la Comisión información sobre la golpiza que le habría sido propinada por 7
guardias de seguridad al prisionero Luis Enrique Ferrer García el 30 de agosto de
2004”.583
579
CIDH, Informe Anual 2004, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 60 y siguientes.
580
Idem.
581
Idem.
582
Idem.
583
Idem., Otras condiciones sufridas por los presos políticos durante este período consisten en “actos de acoso y hostigamiento en
contra de los familiares de los condenados, como la restricción de las comunicaciones telefónicas y la correspondencia con los
detenidos. Amnistía Internacional reportó que en algunos casos, como el de nueve presos de conciencia recluidos en la prisión Kilo 8,
en la provincia de Camagüey, los guardias penitenciarios habrían amenazado con suspender las visitas de sus familiares a menos que
dejasen de realizar ciertas actividades, como leer la Biblia. Como una práctica especialmente preocupante, la Comisión destaca que
todos los condenados fueron trasladados a celdas de aislamiento en zonas de castigo de prisiones de Alta Seguridad, localizadas en
zonas distantes de sus comunidades de origen, con escasa o ninguna ventilación e iluminación, sin camas, y que las autoridades
habrían negado el derecho a recibir visitas y atención médica adecuada. Dicha práctica es considerada como una pena adicional para
los reclusos, toda vez que obstaculiza el acceso tanto de la familia como de sus representantes legales”. Es importante destacar,
asimismo, que durante este período excarcelados Martha Beatriz Roque Cabello, Juan Roberto de Miranda Hernández, Oscar Manuel
Espinosa Chepe, Raúl Ramón Rivero Castañeda, Carmelo Agustín Díaz Fernández, Osvaldo Alfonso Valdés, Edel José García Díaz,
Manuel Vásquez Portal, Jorge Olivera Castillo, Orlando Fundora Álvarez, Marcelo López Bañobre, Julio Antonio Valdés Guevara,
Miguel Valdés Tamayo, Margarito Broche Espinosa y Jesús Mustafá Felipe.
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550. Durante el 2005 las condiciones imperantes en las cárceles cubanas fueron igual
de severas y degradantes, subsistiendo el patrón represivo de brutales golpizas, celdas de
castigo tapiadas sin acceso a luz, aislamiento celular, restricción de visitas familiares, y
todo tipo de castigos, imaginables solo en las cabezas de las autoridades cubanas quienes
no escatimaban fórmulas para controlar y maniatar a los presos políticos de forma
violenta y brutal. Así, también se utilizaron como fórmulas de castigo la utilización de
reos de alta peligrosidad para atacar físicamente a los prisioneros políticos, así como la
negación de asistencia médica y religiosa, el confinamiento solitario y las golpizas
brutales, siguen siendo medidas punitivas para doblegar las ideas de los prisioneros
políticos e incorporarlos al llamado “plan de reeducación”.584
551. En el 2006, el patrón represivo fue el mismo. Reclusos que han manifestado
alguna forma de protesta con respecto al trato recibido o que rechazan la reeducación,
entendiendo por tal, según las informaciones recibidas, formación política e ideológica,
han sido objeto de represalias tales como hostigamiento, brutales palizas585,
584
Durante este período el prisionero político Normando Hernández González, periodista independiente condenado a 25 años de
prisión, desde la prisión Kilo 5 ½ en Pinar del Río señaló en una carta, en referencia a los 8 prisioneros de conciencia que se
encuentran en dicho centro penitenciario: “En Kilo 5 ½ conviven con reos comunes altamente peligrosos, con quienes comparten el
patio. Sólo les dan cuatro horas de sol a la semana y se les prohíbe ver televisión, escuchar la radio, y nada más pueden leer los
libros que la policía política determine. Su correspondencia es ultrajada y no tienen teléfono para comunicarse con sus familiares.
Están obligados a tomar agua que tiene todo tipo de materias extrañas y a consumir pésimos alimentos. La asistencia médica
especializada es deficiente, se les niega el servicio religioso. En esta prisión los luchadores cívicos son amenazados con la suspensión
de las visitas familiares y matrimoniales, con levantarle nuevas causas y con ser fusilados cuando el gobierno lo estime pertinente.
Además, son constantemente acosados por los oficiales de la Contrainteligencia cubana[...]En el calabozo están privados del
contacto con el mundo exterior y con los demás reclusos. No se les permite ningún tipo de literatura, ni siquiera el periódico. Se les
niega la luz del sol. No tienen acceso a los avituallamientos y pertenencias. Se ven obligados a permanecer en calzoncillos, a dormir
sin colchón encima de hormigón armado y a convivir con roedores, bajo el rigor de los mosquitos y todo tipo de insectos. El calabozo
es tapiado, sin luz eléctrica y sin baño. Allí, simplemente, son torturados.” (Cubanet)
585
(1).-17/02/2006 – Alexei Padilla Cárdenas, quien sufre de severos trastornos mentales, fue brutalmente golpeado en la cárcel
Kilo 7 en Camagüey, por un oficial apodado Avalos. La golpiza fue dada por haber solicitado el cambio de destacamento. El 18 de
febrero del 2006 – José Valdez Echegoyen y Osmany Díaz Matos, también fueron víctimas de maltratos en la cárcel Kilo 7; estos
hechos se produjeron al solicitar un tablón y una colchoneta para dormir y en el otro caso solicitar su cambio de destacamento, en
respuesta a su petición fueron arrastrados por los pasillos por gendarmes de la prisión y fueron golpeados salvajemente. Valdez
Echegoyen sufre de epilepsia. (2).- 08/03/2006 – Orlando Zapata Tamayo; se encuentra recluido en la presión Taco Taco en la
provincia del Pinar del Río. Su Estado de salud se encuentra resquebrajado por las continuas huelgas de hambre que ha realizado como
protesta a los continuos malos tratos que recibe en dicha prisión; actualmente se encuentra aislado en una celda en la que no recibe
atención médica y presenta dolores musculares como consecuencia de la celda húmeda en la que se encuentra; sin embargo, a pesar de
estas condiciones el no ha cambiado sus ideales, según nos informa Reina Tamayo Dánger, madre del recluso.215 También se ha
reportado que después de haber sido condenado a 25 años con 6 meses, se mantiene firme en sus ideales; tal es así que el día del juicio
expresó: “Esto es abajo Fidel, viva Pedro Luis Boitel” razón por la cual fue cargado en peso lanzándolo a un carro y hasta le
rompieron la cabeza por los fuertes golpes propinados. Zapata en un escrito narra la persecución que sufre su familia y el temor que
siente por la vida de ellos; la Seguridad del Estado vigila su casa, sus hermanos son perseguidos, multados e incluso han sido
detenidos por 3 días.215 En el mes de mayo del 2006 fue objeto de torturas y malos tratos. Se le propino una severa golpiza y luego fue
trasladado a la celda de castigo por más de 72 horas, pasado un tiempo le cortan la electricidad y se declara en huelga de hambre, fue
desnudado y bañado en agua fría por su protesta por los severos maltratos. Después de tres días retorna a su celda donde culmina su
huelga de hambre.215 En el mes de agosto del 2006, Orlando Zapata depone la huelga de hambre que sostenía desde hace 15 días; su
madre indicó que en la última visita la salud de su hijo se encontraba resquebrajada y que le rogó que culminara con la huelga,
cediendo a su petición. (3).-20/03/2006 – Elio Enrique Chávez Ramón; preso político y miembro del movimiento Libertad y
Democracia Plantados y miembro de la Asamblea sentenciado a 3 años de privación de la libertad por peligrosidad al haber
promovido la sociedad civil en Cuba fue citado y detenido el 06 de abril del 2005 en Av. 1ro de Mayo en Manzanillo, al momento de
su detención le piden abandonar la oposición y la asamblea para así dejarlo en libertad; al rechazar está propuesta fue llevado a prisión
en la cual viene siendo objeto de constantes atropellos contra los derechos humanos, lo hostigan tirándole al piso sus pertenencias y ha
sido llevado a la celda de castigo por haberle reclamado a Isidro Sedeño los constantes abusos que cometen en contra de él. (4).-
04/04/2006 – Juan Enrique García Oliva; de 40 años de edad cumple condena de 10 años de privación de libertad por delito de robo
en la prisión provincial Kilo 5 ½ ; fue agredido por el jefe de grupo de orden interior suboficial Yoandri, quien le propinó patadas en
el estómago y un puñete en la nariz resultado del cual tuvo una fractura en la nariz; estos hechos se dieron como consecuencia de un
comentario realizado por García Oliva; quien indicó que le pagaban sueltos altos para resolver problemas de los internos al haberse
molEstado por trasladarlos a sus cubículos una vez terminada de ver una novela, comenta el preso político Ignacio Ramos Valdés.
(5).- 23/05/2006 – Carlos Luis Fernández; prisionero político quien cumple condena en la prisión camagüeyana Kilo 8; fue golpeado
brutalmente por agentes de la guarnición además de ser sometidos a torturas físicas se encuentra mal alimentado, no tiene asistencia
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médica y se le ha prohibido la comunicación con su familia. Su madre María Julia Lescano, quien denuncia estos hechos es una
anciana de 70 años quien solicita justicia para su hijo, ella padece de una severa alteración nerviosa de la cual no ha podido
recuperarse; además sufre de cardiopatía, diabetes, hipertensión, artrosis, entre otras. Solicita desde hace 6 años que su hijo sea
trasladado a la prisión en La Habana lugar donde ella reside, hasta la fecha no ha recibido respuesta alguna a pesar de haber entregado
certificados médicos solicitados por las autoridades del gobierno. (6).- 13/05/2006 – Félix Navarro Rodríguez; cumple condena en la
prisión provincial de Las Mangas Bayamo, hace pública carta enviada al Dr. Rafael Pino Becker – Vice Fiscal de la Fiscalía General
de la República de Cuba, en la cual detalla una serie de acontecimientos dados en dicha prisión, en la que son víctimas de salvajes
golpizas y maltratos, en este documento denuncia a militares que fueron participes de estos cobardes actos. Las torturas, maltratos y
golpizas se están haciendo práctica cotidiana en las cárceles de Cuba. Asimismo, informa en un recordatorio que no se están
respetando los beneficios penitenciarios, y que son objeto de muchos abusos por parte de las autoridades penitenciarias con el
propósito de desmoralizarlos tanto a ellos como a sus familiares. En el mes de octubre del 2006, denuncia que el Capitán Jorge Nuñez
miembro de Seguridad del Estado autorizó a un grupo de reclusos para que le robaran sus pertenencias el día 23 de octubre del 2006.
Es importante destacar que este tipo de planes se han puesto en práctica desde el año en curso y ha ido escalando progresivamente.
Cabe resaltar que en la prisión de Guantánamo donde permaneció 2 años y 5 meses, Seguridad del Estado también puso en marcha un
plan y está vez para asesinarlo cuando dormía o cuando le administraron fármacos inadecuados. Hacemos responsables a la directiva
del penal y en especial al Capitán Jorge Nuñez por lo que le pueda pasar a Félix Navarro. (7).- 02/06/2006–Diolesis Labraba Ramón;
prisionero recluido en la cárcel Cerámica Roja desde el mes de enero del 2006 fue golpeado brutalmente por autoridades de la prisión
al protestar su cambio de destacamento y su traslado a la celda de castigo. El prisionero se encuentra en espera de juicio por supuesto
delito de desorden público y es requerido por un tribunal militar. (8).-13/06/2006 – Adolfo García García; prisionero político de 27
años, es víctima de constantes golpizas y de amenazas en la prisión provincial de Holguín, por haberse tatuado en el cuerpo consignas
antigubernamentales como ¡Abajo Fidel, ¡No más Fidel con hambre!, entre otras. También es privado de su derecho de realizar
llamadas telefónicas, sus visitas están restringidas y no se le permite salir al patio para evitar que los demás reclusos vean sus tatuajes.
(9).- 13/06/2006 – Roberto Alexander Fernández Rico; miembro del “Movimiento Derechos Humanos Claridad”, quien cumple
condena de 1 año de privación de la libertad en la correccional Inocencio en la ciudad de La Habana. Denunció ser víctima de actos de
hostigamiento por parte de un oficial quien lo amenaza constantemente de enviarlo a la cárcel por haber participado de una riña entre
reos comunes, riña de la cual solo fue intermediario para calmar la situación, asimismo, denuncia haber sido golpeado en la cabeza y
espalda. (10).-16/06/2006 – Alexander Calzado Peña; de 24 años de edad fue golpeado brutalmente por carceleros de la prisión
provincial de Holguín a tal punto de desfigurarle el rostro, lo golpearon con un bastón de goma dura y le propinaron patadas, puñetes,
etc. Este brutal acto de cobardía se dio tras los constantes reclamos de atención médica realizado por Alexander. (11).-18/07/2006–
Carlos Santana Sorián y Manuel Cordero Villazón; prisioneros políticos encarcelados en la prisión provincial de Ariza, se
encuentran en delicado Estado de salud al afrontar una huelga de hambre desde hace un mes. Manuel fue golpeado por la policía y
ambos se encuentran actualmente en la celda de castigo. (12).-22/07/2006–Carlos Hernández Infante; ha sido víctima de una brutal
golpiza por tan solo solicitar atención medica adecuada, fue arrastrado y llevado hasta la celda de castigo dejando huellas de sangre
por el corredor. Se supo que otro recluso también había sido objeto de maltratos en estos últimos días. (13).- 01/10/2006–Roberto
Ricardo del Valle; fue golpeado salvajemente por reclamar sus derechos que son violados en el centro penitenciario de Guanajay.
Dicha golpiza le ocasionó varias lesiones por todo el cuerpo y el rostro; luego fue esposado por varias horas negándose a recibir
asistencia médica. (14).- 10/2006 – Adrián Loaiza Jáuregui, Rolando García y Alberto López; encarcelados en la prisión de kilo 8
fueron golpeados salvajemente por carceleros de la prisión; Alberto López fue quien recibió la peor parte se encuentra en mal Estado,
tiene dos dedos fracturados, el brazo izquierdo roto e inmóvil, además de provocarle heridas en la cabeza no le brindaron atención
médica que requería. En cuanto a los otros dos resultaron con hematomas por todo el cuerpo. (15).- 08/11/2006 – Luis Cabrera
Ballester; preso político activista de la Alianza Democrática Oriental encarcelado en la prisión provincial de Holguín denuncia las
permanentes auto agresiones que ocurren en está prisión cometidas por los prisioneros que no soportan el tortuoso sistema carcelario,
así como las violaciones de los derechos humanos y penales, los maltratos y golpizas, la falta de asistencia médica, la pésima
alimentación, la falta de higiene y la falta de comunicación con sus familiares entre otros. Hace poco Edel Ávila de 34 años se auto
agredió con una cuchilla en las piernas y el estómago necesitando más de 80 puntos de sutura.
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Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanas o Degradantes.
El Estado debe proveer una explicación satisfactoria sobre lo que ha sucedido a una
persona que presentaba condiciones físicas normales cuando se inició su custodia y
durante ésta o al término de la misma empeoró.
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médica y llegan incluso a rechazarles las medicinas suministradas por familiares. Las
Reglas Mínimas estipulan que los médicos de las prisiones visiten diariamente a todos los
reclusos enfermos y que las prisiones ofrezcan los servicios de un dentista. Aunque
muchas prisiones cubanas cuentan con personal médico en sus instalaciones, los presos
no reciben una atención inmediata ni las medicinas adecuadas. En ocasiones, las
autoridades penitenciarias tratan a los presos que padecen enfermedades graves en
hospitales fuera del recinto carcelario. Pero los presos se quejan de que la mayoría de las
enfermedades no se tratan, incluso cuando provocan un dolor extremo, como en caso de
la rotura de huesos o las caries múltiples. Existen algunos casos de presos fallecidos
debido a que los médicos de prisiones no les trataron rápida y suficientemente, y
situaciones donde las autoridades penitenciarias niegan la atención médica a los presos
políticos como castigo por sus opiniones políticas.587
555. Al comenzar nuestro análisis en los años 90, nos encontramos con situaciones
donde se han dado denuncias por la falta de atención médica de que son objeto los
reclusos, enfermos muchos de ellos a consecuencia de la situación alimentaria e
higiénica. Así, por ejemplo, numerosos casos de beri-beri, que habrían ocasionado
muertes, habrían aparecido en prisiones tales como la de Canaleta en Ciego de Ávila,
Agüica en Matanzas y Jovellanos, Combinado Sur de Matanzas. Varias denuncias se
refirieron a la situación de los presos enfermos del síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (SIDA), mencionando en particular a un grupo de aproximadamente 30 de ellos
que se encontraban en el área de castigo conocida como "los candados" del edificio N° 3
de la prisión Combinado del Este. Según se informó, estos presos no recibían más
cuidados que los escasamente suministrados por el personal de la prisión y se les había
negado la asistencia de especialistas.588
556. Durante este período --siguiendo en los 90-- se registraron en Cuba situaciones
donde la deficiencia en la atención médica era alarmante, ocasionando serias
enfermedades entre la población penitenciaria. Así, se reportaron en ese período, anemia,
diarrea, enfermedades de la piel así como parasitismo a consecuencia de la
contaminación del agua. Las prisiones más afectadas fueron la de Manacas y Combinado
del Este donde se había registrado casos de tuberculosis. Esta situación ocasionó la
muerte de algunos reclusos como en los casos de Alcides Pérez Rodríguez, detenido
pendiente de juicio en la prisión provincial de Ariza, quien falleció el 5 de marzo de 1993
en el hospital provincial de Cienfuegos a consecuencia de una infección generalizada;
Juan Enrique Olano Pérez, quien llevaba dos años recluido en la prisión de Quivicán y
que falleció en el hospital Hermanos Ameijeiras a donde fue conducido cuando su estado
587
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 105.
588
Véase Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., E/CN.4/1993/39,
4 de febrero de 1993.
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558. El caso del ex preso de conciencia Sebastián Arcos Bergnes fue particularmente
grave. La organización Human Rights Wartch reportó que “[e]n mayo de 1995, el
Gobierno de Cuba puso en libertad a Sebastián Arcos Bergnes, el vicepresidente del
Comité Cubano de Derechos Humanos, que estaba cumpliendo una condena de cuatro
años y ocho meses por propaganda enemiga. Cuando fue examinado en Miami en
septiembre de 1995, su médico descubrió un considerable tumor rectal que llevaba
creciendo más de un año y habría sido detectado en los exámenes médicos habituales
para hombres de su edad. Debido a que los médicos cubanos de la prisión no trataron a
Arcos Bergnes, su cáncer sólo fue detectado cuando era irreversible. Sebastián Arcos
Bergnes falleció el 22 de diciembre de 1997”.591
589
Véase Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., 24 de enero de
1994, párrafo 43.
590
Véase Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, E/CN.4/1995/52, 11 de enero
de 1995, op.cit., párrafo 46.
591
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 134.
592
Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., E/CN.4/1996/60, 7 de
febrero de 1996, párrafo 49. En ese informe, el Relator Especial manifestó que “La misión de organizaciones no gubernamentales
que visitó Cuba en abril-mayo de 1995 y que se entrevistó con 24 personas que cumplen condenas por delitos con connotaciones
políticas solicitó información de éstos respecto al trato que habían recibido durante los meses que permanecieron en los locales de la
Seguridad del Estado. Si bien todos manifestaron que no habían sido objeto de violencias físicas, declararon que habían permanecido
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560. En 1998, se produjeron numerosos casos de presos políticos enfermos a los que
las autoridades penitenciarias de Cuba les había negado de forma sistemática la atención
médica necesaria. Estos fueron los casos de los siguientes presos políticos: José Ángel
Carrasco Velar, Juan Carlos Castillo Pastor, Jesús Chamber Ramírez, Omar del Pozo
Marrero, Luís Gustavo Domínguez Marrero, Adolfo Durán Figueredo, y Félix Tiburcio
Ramírez.593 Una vez más, la ex presa política Maritza Lugo es la voz autorizada para
describir el estado de salud de las presas políticas en Cuba:
A pesar de que el régimen dictatorial que impera en Cuba se proclama ser una potencia
médica, la medicina, como la atención médica, es un verdadero desastre en toda la isla y es
peor aun en las prisiones. Para que una reclusa pueda ser vista por un doctor, tiene que
anotarse en una lista con días de anticipación y cuando llegue el momento, si no ha tenido
ningún problema, y si hay guardias disponibles para eso, la sacan; no siempre pueden
atender a todas las que necesitan de este servicio porque son muchas, y con muchos
problemas. (…) Han sucedido varios casos en que han muerto mujeres por no atenderlas a
tiempo, sobre todo en casos de asma y suicidios. En ocasiones hay brotes de diarreas,
producido por los alimentos en mal estado, lo que hacen las autoridades del penal en
grandes cantidades, y cada cierto tiempo, cocimiento de guayaba. También las mujeres
están todas infectadas por enfermedades parasitarias producidas y desarrolladas por la falta
de higiene, la humedad y el agua contaminada y estancada, con la que tienen que tomar y
bañarse. En una misma prisión tienen a las mujeres contagiadas del SIDA, junto a las que
no las tienen; esto es un alto riesgo para las sanas debido a la gran violencia que existe en
esos lugares, que originan los múltiples hechos de sangre. Cuando una presa queda
en celdas caracterizadas por la falta de higiene y ventilación, la presencia de ratas e insectos, la elevada temperatura, la escasez de
agua disponible para lavarse y beber y la existencia de luz artificial día y noche. Los detenidos pueden recibir visitas familiares, pero
de una duración de sólo 10 minutos por semana y en presencia de personal del centro. Esta descripción concuerda con otras que el
Relator Especial ha recibido en múltiples ocasiones. Los detenidos manifestaron que el acceso a exámenes médicos no era
adecuado”.
593
El Relator Especial de las Naciones Unidas señaló que había recibido información sobre casos de prisioneros “cuyo estado de
salud es preocupante, al no estar recibiendo asistencia médica adecuada”. Entre estos casos figuran los siguientes de personas que
cumplen condena por delitos con connotaciones políticas: a) José Ángel Carrasco Velar, economista e ingeniero, ex funcionario de
la oficina gubernamental de planificación económica (JUCEPLAN), fue detenido el 10 de marzo de 1992 y condenado a siete años de
prisión por propaganda enemiga. Se le imputaba haber participado en la elaboración de un boletín clandestino de contenido contrario
al sistema, así como haber puesto en duda la capacidad del Gobierno para dirigir el país en el marco de una entrevista dada a un
periódico francés. Cumple condena en la prisión Combinado del Este, ha perdido mucho peso y su estado de salud es delicado; b)
Juan Carlos Castillo Pastor fue detenido el 8 de febrero de 1993 y condenado a 10 años de prisión por propaganda enemiga, por
haber pegado carteles y escrito carteles antigubernamentales en fachadas. Cumple condena en la prisión La Caoba de Palma Soriano,
Santiago de Cuba. Presenta problemas cardíacos; c) Jesús Chamber Ramírez fue detenido el 14 de febrero de 1992 por propaganda
enemiga, por haber pronunciado en público críticas al sistema. Se encuentra en la prisión especial de máxima seguridad Kilo 8 en la
Provincia de Camagüey. Ha pasado varios períodos de aislamiento en celdas de castigo por motivos disciplinarios, encontrándose en
una de ellas desde enero de 1996. En varias ocasiones ha sido objeto de golpizas. En septiembre de 1996 fue condenado a una pena
adicional de cuatro años por “desacato a la figura del Comandante en Jefe” por haberse negado a gritar “Viva Fidel Castro”. Padece de
úlcera duodenal, alopecia y fuerte pérdida de peso; d) Omar del Pozo Marrero, médico, Presidente del grupo Unión Cívica Nacional,
fue detenido el 19 de abril de 1992 y condenado a 15 años de prisión por “revelación de secretos concernientes a la seguridad del
Estado”. Ha sido colocado en celdas de castigo en varias ocasiones, en una de las cuales permaneció por espacio de cuatro meses.
Sufre, entre otras afecciones, de úlcera de estómago, deficiencias cardíacas y renales. Debido a la desnutrición ha perdido el pelo y
varios dientes, además de gran cantidad de peso; e) Luis Gustavo Domínguez Gutiérrez, miembro del grupo Comité Paz, Progreso
y Libertad, fue detenido el 21 de septiembre de 1992 después de haber escrito cartas a las autoridades en las que renunciaba a las
medallas obtenidas por su participación en la guerra de Angola. Cuando la policía registró su domicilio encontró escritos en los que se
cuestionaba el socialismo cubano. Fue condenado a siete años de prisión por propaganda enemiga y desacato y cumple condena en la
prisión provincial de Camagüey. El 12 de febrero de 1997 fue golpeado por varios guardias cuando salió en defensa de otro detenido
que estaba a punto de ser golpeado. Sufre de úlcera gástrica e hipertensión y ha perdido gran cantidad de peso; f) Adolfo Durán
Figueredo fue detenido el 15 de septiembre de 1992 y condenado a nueve años por propaganda enemiga, rebelión y otros actos contra
la seguridad del Estado. Se le acusó, junto con otras 11 personas, de pertenecer a un grupo político no oficial llamado “Seguidores de
Ochoa”, de celebrar reuniones clandestinas y de imprimir y distribuir propaganda antigubernamental. Cumple condena en la prisión
especial de máxima seguridad Kilo 8 de Camagüey y ha pasado un tiempo en celdas de aislamiento. Padece de úlcera duodenal. En
abril sufrió una severa golpiza por parte de un guardia de la prisión; y g) Félix Tiburcio Ramírez, 65 años, sancionado en 1992 a
ocho años de prisión por propaganda enemiga, se encuentra en la prisión Las Mangas, Provincia de Granma. Padece de neuritis óptica
avanzada, trastornos estomacales y dermatitis, careciendo de atención médica. En Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos,
Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., E/CN.4/1998/69, 30 de enero de 1998, párrafo 59.
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594
CIDH, Informe Anual 2002, Capítulo IV, Situación de los derechos humanos en Cuba, op.cit., párrafo 70.
595
La organización Human Rights Watch documentó 12 casos de negación deliberada de atención médica a presos políticos entre
1996 y 1998. A continuación dichos casos: “1) El 19 de febrero de 1997, Aurelio Ricart Hernández falleció en la prisión Micro 4 de
La Habana. Estaba cumpliendo una condena de 15 años por propaganda enemiga y espionaje. Marcos Antonio Hernández García, que
estaba encarcelado con él, recordó que había padecido del hígado durante mucho tiempo y que su piel estaba amarilla. Fue
hospitalizado el 15 de febrero, cuando empezó a vomitar sangre. Hernández García dijo que los médicos de la prisión habían dicho
muchas veces que atenderían a Ricart Hernández “la semana siguiente”; 2) Las autoridades cubanas pusieron en libertad a Pedro
Armenteros Laza que había sido condenado a seis años de prisión por propaganda enemiga el 12 de julio de 1996, cuando estaba en
coma. Murió poco después; 3) En mayo de 1995, el Gobierno de Cuba puso en libertad a Sebastián Arcos Bergnes. El
vicepresidente del Comité Cubano de Derechos Humanos, que estaba cumpliendo una condena de cuatro años y ocho meses por
propaganda enemiga. Cuando fue examinado en Miami en septiembre de 1995, su médico descubrió un considerable tumor rectal que
llevaba creciendo más de un año y habría sido detectado en los exámenes médicos habituales para hombres de su edad. Debido a que
los médicos cubanos de la prisión no trataron a Arcos Bergnes, su cáncer sólo fue detectado cuando era irreversible. Sebastián Arcos
Bergnes falleció el 22 de diciembre de 1997; 4) En junio y julio de 1998, las autoridades cubanas detuvieron a Martha Beatriz
Roque Cabello en la sección penitenciaria del hospital Carlos J. Finlay, donde los médicos que la examinaron concluyeron que tenía
una úlcera gástrica. Al parecer, no se ocuparon de sus quejas iniciales sobre bultos en sus pechos. Al parecer, su estancia en el hospital
demostró ser especialmente estresante debido a que tuvo que compartir la habitación con otra detenida con graves problemas
psiquiátricos. Según se informó, la detenida intentó suicidarse durante el confinamiento con Roque Cabello, lo que agravó aún más el
nivel de estrés de Roque Cabello; 5) El Dr. Dessy Mendoza estuvo internado en la prisión Boniato de Santiago cumpliendo una
condena de ocho años por propaganda enemiga hasta noviembre de 1998, cuando lo pusieron en libertad a condición de que se exiliara
en España. Su esposa, la Dra. Carmen de la Caridad Piñón Rodríguez dijo que su esposo padecía de hipertensión y cardiopatía graves
y que su estado había empeorado desde su encarcelamiento. Señaló que su cardiopatía se descompensaba frecuentemente, lo que le
provocaba dolores y debilidad. Las autoridades penitenciarias cubanas aumentaran su nivel de estrés situándolo en una celda con un
hombre condenado por homicidio en un área de la prisión reservada para 119 presos comunes. Debido al empeoramiento de su
condición, los funcionarios de prisiones lo hospitalizaron durante cuatro días en abril. Sin embargo, el Gobierno no le proporcionó la
medicación adecuada y su estado se agravó aún más debido a la mala alimentación y las difíciles condiciones físicas en la prisión. Al
igual que muchos otros presos cubanos, el Dr. Mendoza sobrevivió gracias a los alimentos y medicinas que le suministró su esposa. 6)
En mayo de 1998, la negativa constante de los médicos de la prisión Boniato a tratar a Marcelo Diosdado Amelo se saldó
aparentemente con un fuerte agravamiento de su estado; 7) Amelo Rodríguez, el presidente del Club de Ex Presos Políticos “Gerardo
González” que estaba cumpliendo una condena de ocho años por rebelión, padecía hipertensión, mala circulación y pérdida de visión,
y estuvo a punto al parecer de perder la pierna izquierda. Su esposa, Raisa Lora Garquín, dijo al parecer que había entregado a las
autoridades penitenciarias medicinas y vitaminas para su marido, pero que éstas se habían negado a hacérselas llegar. Los guardias de
prisiones también se empeñaron en que Amelo Rodríguez siguiera detenido en una celda de castigo, donde llevaba encerrado desde
julio de 1997; 8) Ese mismo mes, las autoridades de la prisión Manguito de Santiago no quisieron atender durante cuatro días a
Orestes Rodríguez, a pesar de sus quejas de un fuerte dolor en el hombro que no lo dejaba dormir; 9) Según se ha informado,
Francisco Pastor Chaviano González, que está cumpliendo una sentencia de 15 años en la prisión Combinado del Este de La Habana
por revelar secretos concernientes a la seguridad del Estado, no ha recibido tratamiento médico para su hipertensión. Las difíciles
condiciones de su encierro, recibiendo raciones exiguas de comida y con tan sólo breves visitas cada dos meses, han agravado su
enfermedad. 10) El Dr. Omar del Pozo Marrero padeció una grave hipertensión durante su encarcelamiento, debido a las malas
condiciones en la prisión y la falta de atención médica. Dijo que en respuesta a los llamamientos internacionales sobre el
empeoramiento de su salud, el Gobierno había restado importancia a su enfermedad y mentido sobre el tratamiento médico que
recibía. En mayo de 1995, una delegación encabezada por la organización francesa France-Libertés, con la participación de Human
Rights Watch, examinó al Dr. Del Pozo Marrero en la prisión Combinado del Este. Tras el examen, el Gobierno de Cuba se
comprometió a ofrecerle tratamiento médico. Pero el Dr. Del Pozo Marrero dijo que su “tratamiento” consistió en un mes de pruebas
en el hospital Carlos J. Finlay cuya conclusión fue minimizar su enfermedad. Entre sus problemas de salud se encontraban
hipertensión, piedras en el riñón, úlcera al duodeno y próstata anormal. Además, había pasado de 64 a unos 50 kilos de peso durante
su encarcelamiento. El Dr. Del Pozo Marrero dijo que los médicos lo estaban tratando “políticamente y no medicamente”. El Dr. Del
Pozo Marrero, que reconoció que algunos médicos de prisiones cubanas trataban bien a sus pacientes, dijo que la mayoría de la
atención médica en las prisiones era aparente. Observó como los médicos sólo trataban enfermedades leves, mientras que dejaban de
lado los problemas de salud más graves; 11) En septiembre de 1997, Marcos Antonio Hernández García se quejó a las autoridades
de la Prisión Provincial de Las Tunas de un fuerte dolor fruto de una hernia. El personal médico de la prisión le dijo que no le dolía
nada y que no quiso darle ningún calmante. Cuando siguió quejándose de fuertes dolores e hinchazón, los funcionarios de prisión le
permitieron que viera a un urólogo. Dijo que cuando el médico supo que era “contrarrevolucionario”, se negó a atenderle. Los
guardias de la prisión permitieron que sus familiares le suministraran medicinas para el dolor. El 2 de febrero de 1998, las autoridades
autorizaron la intervención quirúrgica de su hernia. Hernández García dijo que el personal médico tenía una mentalidad anti preso; y
12) Guillermo Ismael Sambra Ferrándiz, que no recibió suficiente tratamiento para sus problemas digestivos, vómitos y úlcera,
durante su encarcelamiento, dijo que los médicos de la prisión eran “más militares que médicos”. (…) “Ellos reciben órdenes, no
tienen ética”. Raúl Alarde Herrera recordó que, en 1997, pidió asistencia médica en la prisión de Pinar del Río para un dolor derivado
de un bloqueo intestinal. El mayor Inocente Delgado, alias El Chino, le dijo que para contrarrevolucionarios no hay asistencia
médica”. En Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 134-137.
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Mientras los presos cubanos reciben una atención médica deficiente, las autoridades
cubanas niegan de manera discriminatoria el tratamiento sanitario a los presos políticos.
La negativa a tratar a reclusos enfermos es especialmente atroz cuando los guardias o los
consejos de reclusos son los responsables de las heridas inflingidas. Debido a las
condiciones sumamente duras en las prisiones cubanas, la negación de atención médica
hace que los presos se encuentren en condiciones de salud graves y que a veces su vida
corra peligro. Esta falta de tratamiento sanitario para los presos políticos provocó la
muerte de varios reclusos en la cárcel y ha hecho que gran número de ex presos padezcan
enfermedades graves.596
562. El paso al umbral del siglo XXI no produjo ningún cambio en las condiciones
carcelarias en Cuba. Los presos no solo enfermaban como consecuencia de las pésimas
condiciones sanitarias e higiénicas y el hacinamiento en que vivían diariamente, sino que
también la situación de los presos políticos era aún mucho más grave en virtud que el
grupo en el poder utilizaba la negativa a otorgar tratamiento médico como una medida de
castigo a los mismos. Por ejemplo, durante este período, se reportó que varios reclusos
enfermos de tuberculosis ubicados en las celdas de aislamiento de la Prisión Provincial de
Canaleta en Ciego de Ávila, se encontraban durante meses durmiendo en el piso de sus
celdas por el mal estado de sus colchones, aparte de la poca ventilación, frío y humedad
por la filtración de agua cuando llueve, además de las pésimas condiciones higiénico-
sanitarias, alimentación y pobre atención médica. Los enfermos de Sida ubicados en las
citadas celdas sufren las mismas condiciones.597
563. Igualmente, durante este período --febrero del 2000-- el prisionero político
Armando Sosa Fortunay, recluido en la prisión de Kilo 8 en Camaguey, presentó serios
problemas de salud después de haber permanecido por dos meses en la sede provincial
del departamento de la seguridad del Estado en una celda tapiada sin acceso a luz solar y
sin brindársele asistencia médica. Asimismo, en abril de ese año, el prisionero político
Marcel Valenzuela Salt, confinado en la prisión 1580 en La Habana se declaró en
huelga de hambre por negársele asistencia médica al no poder asimilar los alimentos en
descomposición que le fueron ofrecidos. En un informe sobre la situación de los
derechos humanos en Cuba598 se informó que en más de una oportunidad este recluso se
dirigió a las autoridades del penal solicitando su traslado a un hospital, pero sin
resultados positivos. En esta época, asimismo, la situación del preso político Jorge Luis
García Pérez “Antúnez”, era delicada, ya que se encontraba recluido en la prisión
Nieves Morejón de Sancti Spiritus con dolores en el tórax, falta de aire, infección renal
muy avanzada y continuos ataques de hipoglucemia. La negativa de las autoridades del
penal a la asistencia médica requerida propició que Antúnez junto a varios familiares y
opositores en las afueras del penal, iniciaran una huelga de hambre el 23 de mayo de
2000, exigiendo su traslado a un hospital. La huelga se prolongó hasta el 1º de junio de
ese año cuando las autoridades del penal se comprometieron a brindarle asistencia.599
596
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 134-137.
597
Véase CIDH, Informe Anual 1999, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., párrafo 59(i)
598
Véase CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo IV, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., párrafo 89.
599
Es importante destacar que al año siguiente, 2001, el Directorio Democrático Cubano solicitó medidas cautelares a la CIDH a fin
de proteger la vida e integridad personal de Jorge Luis García Pérez Antúnez. Igual, ocurrió en el 2006, en virtud del delicado estado
de salud del preso político, situación que se vio además agravada por las amenazas de muerte sufridas en prisión.
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564. Igual situación ocurrió con los presos ubicados en celdas de castigo de la prisión
Las Alambradas de Manacas, en Villa Clara, quienes se vieron obligados a realizar una
protesta para exigir asistencia médica para el recluso Pavel Acosta, quien se encontraba
en estado crítico de salud y las autoridades penitenciarias lo que hicieron fue reforzar la
guarnición y traer perros amaestrados para agredir a los presos. Asimismo, durante este
período fallecieron por falta de asistencia médica los siguientes reclusos: Alexander
Bojiano (22 años de edad, natural de Trinidad), estuvo quejándose de dolores intestinales
y tanto el médico como las autoridades carcelarias le negaron asistencia médica; Reiner
Díaz (29 años de edad, natural de Cabaiguán), era asmático y tuvo una fuerte crisis de
asma; al pedir atención médica a los oficiales de guardia de nombres Julio y Enrón, le
dijeron que no podían atenderlo; horas después murió asfixiado en el puesto médico de la
prisión; Rubén Fragoso Quintero (28 años de edad), este joven era hemofílico y murió
en el Hospital Provincial de Sancti Spíritus donde le negaron las transfusiones de sangre
necesarias para salvar su vida; y Alexander Tati (29 años, natural de Trinidad) se quejó
de un dolor en el pecho y no fue atendido, sobreviniéndole un infarto al miocardio que
terminó con su vida.600
565. También durante este período ya era crítica la situación del preso de conciencia
Francisco Chaviano González, recluido en la prisión Combinado del Este en La
Habana. Chaviano fue llevado a celdas de aislamiento y se le prohibió recibir cualquier
tipo de visitas de su esposa o familiares durante más de un año, por mantener su actitud
de no vestir el uniforme de preso común y haber efectuado denuncias de malos tratos en
el penal. Chaviano González se encontraba delicado de salud con una úlcera duodenal.601
En mayo de 2000, el preso común José David Germán Aguilera, quien se ha unido a los
reclamos de los presos políticos recluidos en la prisión de Kilo 8 en Camaguey, padeció
de dolores apendiculares y dolencia de una pierna, y en virtud de su actitud cívica, le fue
negada la asistencia médica.
566. Los casos arriba expuestos son solamente a modo de ejemplo, ya que las
situaciones que se presentan a lo largo y ancho de las más de 200 cárceles que existen en
Cuba, conjuntamente con los campos de trabajo y correccionales, son mucho más
numerosos. Igualmente, se puede contar con estos testimonios gracias a la valentía de los
presos comunes y políticos que logran sacar de forma clandestina los testimonios
manuscritos con un gran riesgo para sus integridades personales.
567. En el curso del 2001 se reportaron, por ejemplo, varias situaciones en las cárceles
cubanas. Así, en la cárcel de mayor rigor de La Habana, Combinado del Este, fallecieron
seis presos enfermos de tuberculosis, VIH y otras enfermedades, aparentemente por
negligencia del personal médico y paramédico del hospital del penal. Se reportó,
igualmente que en la prisión de Quivica en la provincia de La Habana, empeoró el
hambre para todos los reclusos por la falta de leña para la cocina de dicho centro
penitenciario. En dicha prisión había carencia de medicamentos para dolencias como
cólicos estomacales, dolores de cabeza y fiebre. En la prisión del régimen de mayor
600
Véase CIDH, Informe Anual 2000, op.cit., párrafo 89 (a).
601
Idem., es importante destacar, asimismo, que el Directorio Democrático Cubano solicitó a principios del 2007 medidas cautelares a
la CIDH por el delicado estado de salud del preso de conciencia. Véase Anexo II del presente informe.
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568. Otro caso de un fallecido por la despiadada práctica de las autoridades cubanas de
negar atención médica fue el de Alexander Giordano quien murió en la cárcel de Nieves
Morejón, en la provincia de Sancti Spíritus, por falta de atención médica. El nombrado
fue llevado a la sala de operaciones en dos oportunidades por obstrucción intestinal. En
la segunda oportunidad, después de pedir ayuda médica durante ocho días en la sala de
penados del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos en Sancti Spíritus. Asimismo, se
reportó que en el área de la prisión de Guantánamo, conocida por “depósito” o
“cuarentena”, que se encuentra en el piso 3-C, cuenta con 27 celdas o cubículos, con un
área aproximada de 8 m de largo por 2 m de ancho, y con una capacidad de 9 personas en
literas de tres camas, se encontraban los enfermos con tuberculosis Julio Limonta
Cajigal y Joel Quintana Salomón; con hepatitis: Eugenio Hernández Reñez; con
varicela: Orlando Álvarez Cuartel; Yudel Cintra Martínez, esquizofrénico, paranoico
e impedido físico. De acuerdo a la información reportada en esa época, dichos presos no
estaban recibiendo atención médica adecuada.603
569. El año 2002, comenzó con un informe de la CIDH que era muy descriptivo de lo
que estaba ocurriendo en las cárceles durante ese período: “La Comisión Interamericana
de Derechos Humanos ha manifestado en anteriores informes su profunda preocupación
sobre las condiciones carcelarias y el tratamiento deliberadamente severo y degradante
que otorga el Estado cubano a los presos, hechos que constituyen serias violaciones de
los derechos humanos. Los numerosos testimonios que obran en poder de la Comisión
registran --también para el año 2002-- la gravedad de la situación de los presos en
Cuba, y especialmente de aquéllos que están purgando condena por delitos políticos. La
Comisión lamenta, asimismo, que el Estado cubano no cumpla con las Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los Reclusos ni con sus propias normas constitucionales y
penales en la materia, ya que éstas en teoría establecen principios --que se si
ejercitaran-- podrían llevar a una adecuada salvaguarda de las condiciones de la
población penal. La situación imperante en las cárceles cubanas es preocupante. La
situación alimentaria e higiénica, así como la deficiencia en la atención médica,
continúan ocasionando numerosos problemas de enfermedades entre la población
penitenciaria. Anemia, diarrea, enfermedades de la piel, así como parasitismo a
consecuencia de la contaminación del agua, parecen ser enfermedades comunes en la
602
Véase CIDH, Informe Anual 2001, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, op.cit., párrafo 81.
603
Idem., Otros casos reportados durante ese período fueron: “Marcelo Diosdado Amelo Rodríguez, quien se habría desempeñado
como Presidente del Club de Presos y Ex- Presos Políticos “Gerardo González, el Hermano de la Fe” habría sido detenido el 19 de
febrero de 1993 por el supuesto delito de rebelión en la Causa 14/93. A raíz de su delicado estado de salud debido a una insuficiencia
circulatoria crónica e hipertensión arterial descompensada, habría sido ingresado en una celda de aislamiento del hospitalito de la
Prisión Provincial de Boniato; Yesenia Rodríguez Aguilar habría sido confinada en la Prisión Provincial de Mujeres de Guantánamo.
Custodiada por su reeducadora oficial, Dignora Navarro, se habría dirigido al Hospital General Docente Agostino Neto para la
realización de un ultrasonido el 29 de enero de 2000. La nombrada, que se encontraría en estado de gestación, habría sido presionada
por las autoridades carcelarias y el médico de la penitenciaría para que aceptara un método abortivo, a lo que se habría negado.
Yesenia Rodríguez Aguilar padecería de fuertes dolores lumbares e hipgástricos como consecuencia de una infección de los riñones.
Se le habría negado asistencia médica por no aceptar el aborto”.
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mayoría de las prisiones, mientras que en algunas como la de Manacas y Combinado del
Este se han registrado casos de tuberculosis”.604
571. Otros dos casos denunciados por Amnistía Internacional durante ese período,
establecían los precarios estados de salud de los presos Cecilio Reinoso Sánchez y Carlos
Oquendo Rodríguez, recluidos ambos en la cárcel Combinado del Este de La Habana.606
Otros informes de Amnistía Internacional indicaron durante este período la situación de
los presos políticos Leonardo Bruzzón y Néstor Rodríguez Lovaina:
Según la información recibida, Leonardo Bruzón fue recluido en lo que se conoce como
una «celda tapiada» (una celda de castigo) del Departamento Técnico de Investigaciones
604
CIDH, Informe Anual 2002, Capítulo IV, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafo 67.
605
Amnistía Internacional, AMR 25/011/2002/s, 2 de diciembre de 2002. Dicha organización señaló, asimismo, que, “Juan Carlos
González formaba parte de un grupo de activistas de derechos humanos detenidos en el Hospital Provincial Antonio Luaces Iraola, en
Ciego de Ávila, el 4 de marzo de 2002. Se habían desplazado hasta allí para manifestar su apoyo a Jesús Alvarez Castillo, periodista
que en esos momentos se encontraba ingresado en el centro. Con anterioridad, ese mismo día, el periodista Jesús Alvarez Castillo se
dirigía a una reunión de la Fundación Cubana de Derechos Humanos para informar sobre ella, pero, según los informes, en el camino
la policía lo interceptó y lo agredió. Ya en el hospital, el grupo de hombres que fue a visitarlo protestó por la agresión profiriendo
consignas del tipo «vivan los derechos humanos». Posteriormente, agentes de seguridad del Estado los golpearon y detuvieron. Se ha
acusado a los activistas de «desacato», «resistencia», «desorden público» y «desobediencia»”.
606
Amnistía Internacional señaló que “considera a Carlos Oquendo preso de conciencia. Según los informes recibidos, Cecilio
Reinoso Sánchez, de 63 años, padece las siguientes enfermedades: artritis, hiperplasia prostática, bronquitis crónica y glaucoma,
afección esta por la que, al parecer, corre el peligro de perder la visión. Cecilio Reinoso Sánchez llevaba siete años viviendo en
Estados Unidos, según las mismas fuentes, y volvió a Cuba el 9 de enero de 1996 tras el fallecimiento de su madre. El 12 de enero fue
detenido y condenado a una pena de 16 años de cárcel por cargos de «terrorismo. Amnistía Internacional teme asimismo por la
salud de Carlos Oquendo Rodríguez quien, según la información recibida, padece un agudo dolor en el pecho, atribuido a un tumor.
Amnistía Internacional no tiene más datos sobre su estado de salud. Según los informes recibidos, Carlos Oquendo Rodríguez, junto
con otros dos conocidos activistas, José Aguilar Hernández y Yosvany Aguilar Camejo, fue detenido por la policía en las
proximidades de la embajada de México el 28 de febrero del 2002. En la noche del 27 de febrero, un grupo formado por 21 hombres
cubanos atravesaron la verja que da acceso a la embajada de México en La Habana dentro de un autobús público del que se habían
apropiado previamente y penetraron dentro de los terrenos de la embajada en un aparente intento de abandonar el país. El incidente
desencadenó las detenciones de numerosos disidentes conocidos. Aunque actualmente los tres hombres llevan más de nueve meses
recluidos aún no se los ha acusado formalmente. Carlos Oquendo Rodríguez es el presidente del Movimiento 13 de Julio, y ha estado
encarcelado varias veces”. Amnistía Internacional expresó su preocupación por estas tres personas en el documento público titulado
La situación de los derechos humanos en Cuba (AMR 25/002/2002/s), de mayo del 2002 y en tres cartas abiertas que se enviaron al
gobierno cubano en marzo (TG AMR 25/02/03), mayo (TG AMR 25/02/04) y julio del 2002 (TG AMR 25/02/09). La organización
solicitó que se le informara de cualquier novedad relativa a la investigación de estas detenciones, pero hasta la fecha no ha recibido
ningún dato al respecto.
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(DTI), en La Habana, antes de ser trasladado, a finales de marzo del 2002, a la prisión de
Melena Dos, en la provincia de La Habana. Por otros informes, Amnistía Internacional
tiene entendido que las celdas de esta prisión pueden ser oscuras, apenas tienen
ventilación y están muy sucias. Esto resulta especialmente preocupante, ya que los
informes aseguran que Bruzón Ávila tiene problemas de salud. La organización reitera
que deben respetarse las normas internacionales sobre condiciones de reclusión para
todos los presos, y que el exponer deliberadamente, como castigo, a los reclusos a malas
condiciones constituye una grave violación de los derechos de estas personas. Néstor
Rodríguez Lobaina: Detenido desde el 2 de marzo del 2000, es presidente del
Movimiento de Jóvenes Cubanos por la Democracia. Fue condenado, junto con el
coordinador del grupo, Eddy Alfredo Mena González, a seis años y dos meses de prisión
por «desacato», «desórdenes públicos» y «daños». En un informe realizado desde la
prisión, declaró que se encontraba «comiendo en condiciones de insalubridad, lleno de
roedores e insectos y junto a reos comunes enfermos de tuberculosis», por lo que
comenzó una huelga de hambre. En septiembre de ese mismo año, fue agredido, según
los informes, por un preso común que le fracturó la mandíbula; sin embargo, a pesar de
ello, los funcionarios los mantendrían a los dos en la misma celda. Amnistía Internacional
ha recibido informes no confirmados que indican que Néstor Rodríguez comenzó otra
huelga de hambre en abril del 2002, al parecer tras ser golpeado por personal de la
prisión.607
En el presente caso los hechos indican que varios de los detenidos han sido maltratados e
incluso torturados tanto física como psicológicamente por parte de guardias
penitenciarios así como por parte de otros reclusos. Adicionalmente, en varios casos se
indica que a los detenidos se les ha restringido el acceso a la luz solar, al aire libre, al
ejercicio físico y a la comida, y que las condiciones generales en las que se encuentran
sus celdas son infrahumanas. Asimismo, varios de los presos se encuentran bajo régimen
de confinamiento solitario, con los serios efectos físicos y psicológicos que esto puede
causarles. Del examen de los hechos materia de este caso se deduce que el aislamiento
no ha sido una medida de carácter excepcional sino que en varios de los casos se ha
convertido en una sanción adicional con carácter indefinido que ni siquiera cumple con lo
previsto en las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los
607
Idem.
608
Diferentes organismos internacionales protestaron por estos hechos, entre ellos Amnistía Internacional: Tras la sucesión de
detenciones masivas practicadas en Cuba desde el 18 de marzo, Amnistía Internacional teme que 77 de las personas detenidas sean
presos de conciencia, recluidos únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y asociación. En el curso
de una gran operación policial considerada por grupos de disidentes como la mayor campaña de represión de los últimos 10 años, al
menos 60 personas han sido detenidas en distintas provincias del país. Entre ellas hay periodistas, dueños de bibliotecas privadas y
miembros de partidos ilegales de oposición que propugnan la democracia, incluidos algunos de los promotores del Proyecto Varela.
Todos los detenidos se encuentran recluidos sin cargos, y en algunos casos se ignora su paradero. Según informes, grupos de agentes
de seguridad han registrado viviendas en toda la isla y han practicado detenciones y confiscado ordenadores, fax, máquinas de escribir,
libros y documentos. El anexo 1 del presente informe contiene un lista de todas las personas de cuya detención se ha tenido noticia,
elaborada por la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), organización ilegal, pero que las
autoridades toleran. . Entre los detenidos figuran varios ex presos de conciencia, como la economista Marta Beatriz Roque Cabello,
que fue condenada a tres años y seis meses de prisión en 1997 por «actos contra la seguridad del estado»; el periodista independiente
Raúl Rivero Castañeda, y el destacado organizador del Proyecto Varela Héctor Palacios Ruiz. También han sido detenidos al menos
dos miembros de la CCDHRN: Marcelo Cano Rodríguez y Marcelo López Bañobre. AI:AMR 25/008/2003, 3 de abril de 2003.
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Reclusos. La Comisión nota que varias de las víctimas sufren problemas de salud que
han surgido o se han agravado a partir del momento de su detención sin que se les provea
de una adecuada atención médica. En varios de los casos la atención médica ha sido
negada incluso en situaciones muy graves, llevando así al deterioro de la salud de las
presuntas víctimas. En ese sentido, el Estado no ha observado los principios establecidos
por las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas. En virtud de lo anterior, la Comisión
concluye que el Estado ha violado el derecho a un tratamiento humano durante la
privación de libertad contenido en el artículo XXV de la Declaración Americana en
perjuicio de cada una de las víctimas.609
573. Además del deterioro progresivo de la salud de las personas condenadas durante
la primavera negra del 2003, otros casos consideraban la situación médica de otros presos
políticos como la de Oscar Espinoza Chepe. Amnistía Internacional denunció que el
“[e]l 7 de agostote 2003, el preso de conciencia Oscar Espinosa Chepe fue trasladado al
hospital militar Carlos J. Finlay en la Capital, La Habana, ante el deterioro de su salud.
Según los informes, sufre cirrosis hepática grave y anemia. Amnistía Internacional sigue
sintiendo honda preocupación por su salud. Oscar Espinosa Chepe fue trasladado en
abril del 2003 de la jefatura del Departamento de Seguridad del Estado en La Habana al
hospital militar de Marianao, pero más tarde fue devuelto a prisión. En julio, la
preocupación por su salud hizo que fuera hospitalizado de nuevo, esta vez en el hospital
provincial Ambrosio Grillo, en Santiago de Cuba. Según los informes, su familia estaba
preocupada por las malas condiciones del hospital, y pidió su traslado a un hospital de
La Habana. Pese a haber sido trasladado, sus familiares, a quienes, según los informes,
se les permitió visitarlo el 10 de agosto de 2003 en el hospital militar Carlos J. Finlay,
están preocupados por las condiciones de este nuevo hospital y temen que siga sin tener
acceso a la atención médica especializada que, al parecer, necesita”.610
574. El estado de salud de los detenidos por motivos políticos empeoró durante el
2006. En efecto, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional,
una organización de defensa de los derechos humanos cuya sede se encuentra en La
Habana, Cuba, y que emitió su informe en enero del 2007, ha señalado que “[e]n el
enorme sistema carcelario que mantiene el Gobierno de Cuba (formado por más de 200
prisiones y campos de trabajo) continúan prevaleciendo condiciones inhumanas y
degradantes de internamiento. (…) al iniciar el año 2007 el régimen mantenía
cumpliendo sus condenas a 78 prisioneros de conciencia adoptados por Amnistía
Internacional, lo cual representa la cifra más alta del mundo en cuanto a esa categoría
de presos de opinión, que incluye a dos docenas de periodistas y corresponsales
independientes. El 6 de diciembre de 2006 fue excarcelado el prisionero de conciencia
Héctor Palacios debido a que su estado de salud resultó seriamente quebrantado como
consecuencia de las severas condiciones de internamiento a que fue sometido a partir de
marzo de 2003. Insistimos en que el Gobierno de Cuba debe excarcelar a todos los
presos políticos, comenzando por varias decenas cuyo estado de salud es incompatible
con el internamiento carcelario y que incluirían, por ejemplo, los casos de Nelson
Aguiar, Francisco Chaviano, José Luis García, Normando Hernández, Librado
609
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476, Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba, op.cit., párrafos 151 y siguientes.
610
Amnistía Internacional, AI:AMR 25/037/2003/s, 11 de agosto de 2003.
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Linares, Omar Perret, Alfredo Pulido, y Guido Sigler, por solo mencionar unos pocos
entre los más enfermos (énfasis agregado)”.611
575. Es realmente muy grave que el Estado mantenga a la población penal bajo esas
condiciones severas, degradantes, crueles e inhumanas y al mismo tiempo manifieste en
su Constitución Política que no hay enfermo que no tenga atención médica en Cuba, y
que consagra el derecho a la salud sin distinciones lesivas a la dignidad humana. Es
evidente que el régimen cubano lesiona la dignidad humana de las personas cuando, a
juicio de sus autoridades, no son merecedoras de atención médica en virtud de haber
ejercido acciones contrarias a los fines del Estado socialista, a la legalidad socialista, o
a la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo.
576. Las condiciones imperantes en las cárceles cubanas constituyen un indicador del
deterioro de la situación general de los derechos humanos en Cuba. La situación
alimenticia e higiénica, así como la deficiencia en la atención médica, continúa siendo
alarmante y ha ocasionado numerosos problemas de enfermedades entre la población
penitenciaria. La situación es aún más alarmante en los casos de los presos políticos que
se ven obligados a efectuar huelgas de hambre con el objeto de protestar por las
condiciones carcelarias. En esos casos el estado de salud de dichos presos se ha
deteriorado aún más, ya que las autoridades cubanas de forma deliberada les niegan la
atención médica que requieren. El Directorio Democrático Cubano no puede dejar de
mencionar, asimismo, las tres muertes ocurridas en las prisiones cubanas como
consecuencia directa de los agentes del Estado. Dichas muertes constituyen flagrantes
violaciones del derecho a la vida de los mencionados reclusos quienes fallecieron bajo la
jurisdicción del Estado en su calidad de administrador de los centros de detención.612
577. Algunos casos durante este período incluyen a presos políticos que además del
debilitamiento propio de una huelga de hambre son operados por diversas dolencias en
salas quirúrgicas antihigiénicas.613 Otro caso involucra a un preso de conciencia, con un
611
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, El Submundo de las Prisiones, La Habana, Cuba, 9 de enero
de 2007, página 2.
612
(1).- 12/07/2006 – Juan Carlos Calzadilla Jay; opositor pacífico del régimen, fue asesinado por la espalda de tres tiros que le
atravesaron el pulmón derecho causándole la muerte instantánea en la prisión Playa Manteca. Este crimen sucedió cuando la víctima
intentaba escapar, hecho que no justificó la acción del policía Vladimir Roche y del mayor Salazar. Se niega a los familiares abrir el
ataúd para verlo por última vez ni mucho menos llevárselo; (2).- 29/03/2006 – Michael García Gómez; de 30 años de edad, murió en
la prisión provincial de Holguín como consecuencia de un infarto mal atendido. Según lo indicado García Gómez se encontraba
aquejado en una celda del puesto médico; donde solo fue auxiliado por los reclusos que allí se encontraban; las enfermeras en su
nerviosismo no cumplieron con su labor. Héctor del Valle solicita ver a su hermano de crianza y su petición fue negada por el
reeducador alias Nati; (3).- 21/05/2006 – Junior Vidal Martínez; prisionero político de 27 años, falleció en el hospital Lenin como
consecuencia de la falta de atención médica necesaria para la Tuberculosis que padecía, la que originó un derrame pulmonar y
neuromotora. Asimismo se informa que en la prisión provincial de Holguín la atención médica es casi nula y que muchos de los
enfermos que padecen de está enfermedad conviven con los demás prisioneros lo que facilita su propagación. Denuncia de Vázquez
Lima preso político recluido en la prisión Provincial de Holguín a Liannis Meriño Aguilera, Agencia Jóvenes Sin Censura para Barrio
Adentro desde Banes – Holguín.
613
08/05/2006 – Guillermo Fariñas Hernández; periodista independiente, psicólogo de profesión; inició una huelga de hambre el 31
de enero y la finalizó a principios del mes de septiembre de 2006. La huelga de hambre la llevó a cabo como medida de protesta al no
respetársele sus derechos de comunicación “libre acceso a internet”. Hasta la fecha no ha recibido ninguna respuesta del gobierno
cubano sobre su reclamo. La huelga de hambre sumada a una intervención quirúrgica realizada por presentar neumotórax lo ha
debilitado, situándolo en un delicado estado de salud. El 10/05/2006, se advirtió la presencia de insectos en la sala de terapia intensiva
del Hospital Milian de Santa Clara en donde se encuentra hospitalizado Guillermo Fariñas, los médicos indican que de penetrar algún
insecto venenoso por el catéter podría complicar el estado de salud. Igualmente, se le detectaron dos bacterias más en la sangre a
Guillermo Fariñas, lo cual complica aún más su delicado estado de salud. El tratamiento recomendado para este tipo de afecciones es a
base de antibióticos y él en estos momentos se encuentra bajo en proteínas; además padece de edemas en la cara, miembros superiores
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tumor que no es atendido614, y otro preso político que presenta cuadros de trombosis
hemorroidal, inflamación prostática severa, y artritis crónica, a quien mantienen durante
meses en la enfermería del penal.615 Se dan situaciones donde a los presos políticos les
niegan los medicamentos a pesar de estar enfermos, y encima son trasladados lejos de sus
familiares. Igualmente, casos donde los inyectan con drogas que los ponen al borde de la
muerte porque les producen reacciones adversas.616 Asimismo, --tal como se ha
señalado-- presos políticos condenados durante la primavera negra en marzo del 2003,
quienes padecen serias enfermedades por un lado, y están a punto de perder el ojo por el
otro, sin la atención médica adecuada.617
e inferiores, abdomen; padece de fiebres altas, dolores articulares, etc.; su salud está bastante deteriorada pero se encuentra lúcido y
consciente. Informó Niurbis Díaz, Cubanacán Press desde Santa Clara.
614
03/04/2006 – Francisco Chaviano González; activista y luchador de los derechos humanos; preso de conciencia que lleva más
tiempo encarcelado, viene cumpliendo condena en la prisión de alta seguridad del Combinado del Este; actualmente sufre de un tumor
pulmonar de crecimiento acelerado; por lo que solicitan su libertad incondicional al haber cumplido más de las ¾ partes de su
condena. Asimismo, dos activistas miembros del MININT que también fueron condenados con él ya fueron liberados y fueron los
principales encausados. Se solicita también que sea trasladado a un lugar donde se le brinde mejores condiciones de salud ya que el
lugar donde se encuentra empeora su estado de salud; petición que ha sido denegada por la División de Cárceles y Prisiones; solo lo
han trasladado al hospital donde se encontraba en una celda húmeda, denuncia su esposa Ana Aguililla Saladrigas. En este sentido, es
pertinente indicar que la esposa de Francisco Chaviano ha sido víctima de un denigrante acto por parte de las autoridades del penal, al
haberle solicitado el registro corporal que incluye realizar tres cuclillas sin ropa interior cuando llegó de visita a la prisión. Informó
Roberto Santana Rodríguez desde Cuba.
615
04/04/2006 – Guido Sigler Amaya; de 54 años de edad, prisionero de conciencia sancionado en la causa de los 75 de marzo del
2003 a 20 años de privación de la libertad en la cárcel de mayor seguridad de Agüica; presenta un grave estado de salud, si bien es
cierto fue intervenido quirúrgicamente días atrás de una trombosis hemorroidal que padecía; hay que volverle a practicar una
intervención más riesgosa han dicho los especialistas. También padece de inflamación prostática severa, dolores a las extremidades
inferiores que no le permiten caminar, padece también de artritis crónica, tiene una úlcera en el duodeno, quistes en el riñón derecho,
dilatación de la vena aorta, hipertensión arterial, migraña, sinusitis, entre otras enfermedades. La víctima lleva más de nueve meses en
la enfermería de la cárcel.
616
(1).- 28/03/2006 – Horacio Julio Piña Borrego; de 39 años de edad cumple una condena de 20 años de privación de la libertad
desde marzo del 2003, prisionero de conciencia ha sido trasladado del área 1 al área 2 de la prisión provincial Kilo 5 ½, ha sido
recluido en un cubículo pequeño donde penetra el humo de la leña de la cocina del penal y solo le brindan hora y media de sol. Sufre
de hipertensión, colesterol alto y espera una audiometría desde el 3 de agosto del 2005; existen muchos abusos y arbitrariedades en
tanto se le ha negado los medicamentos así como también se ha interrumpido un tratamiento de fisioterapia. Tampoco se le brinda la
dieta médica que le han indicado; denuncia desde Pinar del Río, el prisionero político recluido en esa misma prisión, Normando
Hernández González. (2).- 02/06/2006 – Eduardo Díaz Fleitas; presidente del “Movimiento Pacifista 5 de Agosto”, de 54 años de
edad y condenado a 21 años de privación de la libertad en la primavera negra de Cuba cumple condena en la prisión Kilo 5 ½; se
encuentra en delicado estado de salud por lo que ha tenido que ser trasladado al hospital Abel Santa María, presenta fuertes dolores
articulares, así como una hernia hiatal y úlcera al duodeno; además de hipertensión arterial, hipoglucemia, gastritis, alergia severa,
artritis, problemas circulatorios entre otros; (3).- 27/07/2006 – Francisco Pacheco Espinosa; delegado del Partido Pro Derechos
Humanos afiliado a la Fundación Andrei Sajarov y prisionero político quien cumple condena en la prisión camagüeyana Cerámica
Roja padece de falta de hierro y pesa actualmente 50 kilos, su estado de salud se encuentra resquebrajado, y se hace un llamado a la
opinión pública para interceder por él. El preso político denuncia que es víctima de constantes amenazas de golpizas si continuaba
exigiendo su libertad; asimismo le realizó provocaciones contra su integridad física y espiritual. El se encuentra encarcelado
injustamente. A través de una carta describe su penoso estado de salud el cual está caracterizado por una desnutrición total y un déficit
de hierro generalizado, desea que la comunidad entera conozca su situación de secuestrado, le han suspendido la rebaja a la que tiene
derecho según el código penal interno; (4).- 15/09/2006 – Efrén Fernández Fernández; miembro del Movimiento Cristiano
Liberación, prisionero político y de conciencia; estuvo en peligro de muerte cuando le suministraron vía endovenosa un medicamento
que le ocasionó reacciones adversas a su salud, fue una ampolleta de gentamicina la cual al momento de ser inyectada le hizo perder el
conocimiento, disminuyendo su presión arterial y ocasionándole abundantes taquicardias. El tratamiento fue prescrito por Mariela
Gómez jefe del servicio médico de la cárcel de Guanajay; (10).-06/03/2006 – Adolfo Fernández Sainz; de 58 años preso en la
prisión de Canaleta en la primavera negra de Cuba del 2003; fue privado de su derecho a la salud, al haberle negado el ingreso de las
vitaminas que toma; impidiendo que los familiares pudieran entregárselas en el día de visita; es inaudito está acción ya que a otros
reos si se les permite pasar vitaminas, los únicos medicamentos que están prohibidos de ingreso son los sicofármacos que no es su
caso.
617
(1).- 29/03/2006 - Léster González Pentón; preso en la prisión La Pendiente en Santa Clara, fue condenado a 20 años de
privación de la libertad en la primavera negra de Cuba; se declara en huelga de hambre por el hostigamiento y chantaje que viene
siendo sujeto su familia; indica que de continuar así; emprenderá nuevas protestas. Se ha informado que desde el 20 de marzo del
2006, no se le está dando el agua hervida motivo por el cual viene sufriendo de diarreas, padece de gastritis crónica le han
recomendado una dieta especial, pero no se la están dando; además de está enfermedad también sufre de hipertensión y sinusitis
crónica, declara su esposa la Sra. Janet Ocaña Castro. Asimismo solicita que no tomen represalias con su madre ya que padece del
corazón, indica que en todo caso es ella la esposa; (2).-31/03/2006–Librado Linares García. El preso político ha señalado que sufre
de una enfermedad llamada epiteliopatía oftálmica la cual le ha ocasionada la pérdida de la visión del ojo izquierdo y le está afectando
el ojo derecho; fue trasladado al hospital de reclusos de Ariza. En el documento que llevó al hospital no se indicaba el diagnóstico
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578. Durante este período también se han dado casos de presos políticos que ingresan
completamente sanos a la prisión, y luego aparecen con diversas enfermedades como
resultado de las deplorables condiciones sanitarias de las prisiones cubanas, al igual que
otros casos donde los presos políticos se contagian de enfermedades por vivir en
situaciones de completo hacinamiento, sin acceso a agua, con alimentos infestados de
gusanos, y obligados a realizar en dichas condiciones trabajos forzados. Otros presos
enfermos de SIDA, mantenidos en celdas de castigo, despojados de sus ropas,
exponiéndolos a infecciones y enfermedades en virtud de la inmunodeficiencia que
padecen.618
579. En el curso del 2006, también se han presentado situaciones de reclusos que han
sido intoxicados por agentes químicos luego que las autoridades fumigaran la prisión,
otros que padecen de cáncer de piel y no son atendidos, mordidos por los perros
guardianes de las autoridades, y otros que orinan sangre y no les practican los exámenes
urológicos requeridos.619
efectuado por el jefe del servicio de retina del hospital Pando Ferrer de La Habana. Luego de solicitar que lo ubicaran en un lugar
adecuado por la enfermedad que venía afrontando, lo ubicaron en el puesto médico de la prisión, pero al ingresar le quitaron todos los
medicamentos que llevaba. En consecuencia, quedó dos días sin medicación alguna. Las enfermeras no le suministran los
medicamentos; indican que no lo podrán hacer hasta que no envíen la historia clínica. Está maniobra política no tiene ninguna
explicación, ya que la víctima tiene una enfermedad grave como lo diagnosticaron los especialistas del hospital Pando Ferrer cuyo
diagnóstico es de pérdida de visión progresiva. La víctima presenta síntomas alarmantes y a pesar de ello sigue preso y lo peor de todo
sin medicamentos. Librado Linares, quien ha perdido la visión de un ojo y está a punto de perder el otro, además de las otras
enfermedades que padece; denuncia que la alimentación es bastante mala y pudo enterarse que uno de los presos que lo agredió
tiempo atrás será beneficiado con una licencia extra-penal o libertad condicional. Desde que ingresó a la prisión ha sido maltratado,
golpeado, chantajeado por miembros de Seguridad del Estado y hasta por presos comunes ordenados por autoridades de la prisión.
También ha permanecido el mayor tiempo de su encierro en celdas de castigo por realizar protestas, reclamos por las violaciones de
sus derechos así como de sus compañeros de prisión. Ha sido testigo de los más violentos hechos de sangre cometidos por presos
comunes, ha vivido en una celda de color blanco donde no se puede ver ni el sol, convive con roedores. Actualmente ya no puede leer
con un ojo y el otro lo tiene frágil, ha sido condenado a 20 años y denuncia estos hechos a la comunidad internacional, considera que
el encarcelamiento de los 75 fue realmente un fusilamiento civil y político.
618
(1).- 18/04/2006 – Alfredo Rodolfo Domínguez Batista; de 44 años y sentenciado a 14 años de privación de la libertad
encarcelado en la primavera del 2003, se encuentra delicado estado de salud; de acuerdo a información proporcionada por su esposa
Melba Santana Aríz, padece de endurecimiento y grasa en el hígado, hipertensión y descalcificación en el brazo izquierdo, indicó que
cuando ingresó a prisión su esposo era un hombre joven y completamente sano; a la fecha no sabe si se le está brindando tratamiento
médico ya que no puede comunicarse con él. Por si fuera poco, la esposa de Alfredo Domínguez Batista viene siendo acosada y
amenazada por un delincuente muy peligroso manipulado por Seguridad del Estado; como consecuencia de este acto de hostigamiento
sus dos menores hijos de 4 y 16 años sufren de trastornos psicológicos. Recibe llamadas telefónicas amenazantes y también ha
ingresado a su domicilio hurtándole objetos. A partir del domingo 22 de octubre del 2006, el preso político se ha negado a recibir la
comida brindada en el penal por las faltas de medidas higiénicas para su elaboración. En diciembre del 2006, después de 5 meses en
espera, la Sra. Melba Santana recién pudo tener la visita conyugal con su esposo; sin embargo, desde esa fecha no sabe nada de él;
(2).- 18/04/2006 – Keiber Rodríguez Fernández; presidente del Movimiento Pacifista Juan Pablo II, denuncia que más de 150
reclusos viven hacinados en una barraca en la prisión Paso de Cuba; no cuentan con agua suficiente ni se respeta su derecho a atención
médica especializada, la mayoría duerme en el piso y se quejan de la falta de higiene en los alimentos ya que han encontrado gusanos
y gorgojos. Posteriormente denuncia que en la prisión “Tres Veredas” se vienen obligando a los prisioneros a realizar trabajos
forzados, además de quejarse de la mala alimentación y que los tienen muchas horas bajo el sol. Asimismo en la prisión Santa Rosa
los reos también son forzados a trabajar bajo el sol y son tratados como animales, no cuentan con asistencia médica, detalla que en
está prisión hay tres virus infecciosos como la Hepatitis, Varicela y Lectopirosis. El 80% de prisioneros están entre los 18 y 20 años
encarcelados por supuesto delito de peligrosidad social; (3).- 18/04/2006 – Yosvani Carrillo Rodríguez; denuncia desde la prisión
para enfermos de Sida de Santa Clara las condiciones infrahumanas que viven los enfermos de Sida en las cárceles; indica que no
pueden protestar por ningún motivo sino son enviados a las celdas de castigo bajo condiciones frías, despojándolos de sus ropas y
exponiéndolos a enfermedades que acaban con sus vidas por la inmunodeficiencia que padecen. Hace un llamado a la comunidad y a
las organizaciones defensoras de los derechos humanos para que defiendan la vida de centenares de reclusos. Asimismo, luego de
haber denunciado los tratos inhumanos a los que son sometidos los enfermos de Sida en la prisión de Santa Clara, las autoridades le
han suprimido la atención médica y las medicinas.
619
(1).- 18/05/2006 – Miguel Galván Gutiérrez; prisionero de conciencia condenado a 26 años de cárcel en la ola represiva de
marzo del 2003, recluido en la prisión de Agüica, se encuentra aislado desde octubre del año 2005 y delicado de salud, no tiene
derecho a visitas, se le han negado los alimentos, útiles de aseo, salir al sol así como la correspondencia, la asistencia religiosa, entre
otros, padece de fuertes dolores en el brazo como consecuencia de un accidente; (2).- 14/07/2006 – José Ubaldo Izquierdo
Hernández; periodista independiente y miembro del Grupo de Trabajo Decoro, condenado a 16 años de privación de la libertad,
encarcelado en la cárcel de Guanajay; denuncia que desde el pasado 15 de junio del 2006 no se le suministra el medicamento
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580. Así, la lista de los pobres presos políticos es interminable. A la situación antes
descrita hay que agregar que el Directorio Democrático Cubano solicitó medidas
cautelares durante este período a la CIDH a favor de tres presos políticos. Se trata de la
situación y grave estado de salud de Librado Linares García, y José Gabriel Ramón
Castillo, así como en el inminente peligro que se encuentra Jorge García Pérez Antúnez
en las cárceles cubanas620. La CIDH dictó medidas cautelares para evitar daños
irreparables a la vida, salud e integridad física de las mencionadas personas, y el
Directorio Democrático Cubano está a la espera de la respuesta del Estado621.
581. Tal como hemos expuesto reiteradamente en los capítulos anteriores, el Estado
cubano al negar sistemáticamente atención médica a los presos políticos, está también
vulnerando el derecho a la integridad personal de los mismos, e inclusive, el derecho a la
vida en los casos que esa falta de atención médica haya ocasionado la muerte de las
personas privadas de libertad. Asimismo, la falta de una alimentación adecuada, las
pésimas condiciones sanitarias, los malos tratos, castigos y las torturas físicas y
psicológicas infligidas a los presos políticos, inciden directamente en el derecho a la
salud de los mismos; y por consiguiente, el Estado cubano vulnera sus obligaciones
“ranitidina” para los serios trastornos gastrointestinales que sufre. Denuncia, asimismo, que aproximadamente más de 70 reclusos
resultaron intoxicados por agentes químicos altamente tóxicos, luego de que empleados del Ministerio de Salubridad fumigaran las
instalaciones de la prisión en horas de la mañana cuando se encontraban en horario de sol; (3).- 28/07/2006 – Héctor Raúl Valle
Hernández; Vicepresidente de la Confederación de Trabajadores Democráticos de Cuba de 38 años de edad condenado a 12 años de
privación de libertad en la cárcel de Guanajay; ha sido diagnosticado con cáncer de la piel, de acuerdo al informe emitido por una
doctora especialista en dermatología; antes de realizarse el examen ya presentaba serias lesiones en brazos, labios, espalda lo que le
impedía exponerse al sol. Además de esta grave enfermedad padece de hipertensión arterial, gastritis y constantes dificultades para
defecar recetándole la doctora una dieta a base de granos y vegetales; dieta que no es suministrada en dicha prisión. En el mes de
septiembre del 2006, se informó que Héctor Valle fue víctima de la mordedura de un perro pastor alemán que se encontraba sin bozal,
cuando regresaba a su celda después de tomar sus minutos de sol causándole algunos rasguños. Este tipo de perros son usados por los
guardias para intimidar a los presos; (4).- 27/07/2006 – Oscar Mario González; periodista independiente y miembro del grupo de
trabajo “Decoro” encarcelado en la prisión 1580 de San Miguel del Padrón, se encuentra orinando sangre. Ante está situación, se le
indicó que sería llevado a un especialista en urología el próximo 31 de julio del 2006, su esposa se encuentra preocupada por el estado
de salud ya que podría complicarse en cualquier momento. El estado de salud de Oscar Mario se encuentra bastante deteriorado y las
autoridades del penal no se ocupan del caso. En la última visita realizada por su esposa el 04 de septiembre del 2006 pudo observar
que padece de una tos constante que no se le quita desde hace 6 meses, viene padeciendo de crisis agudas además de haberle detectado
un sangrado en la orina. Su esposa denuncia lo difícil que es ser atendido por un médico en la prisión. Indicó que debe de ir esposado
al área de reos comunes y esperar en un calabozo sucio a que los demás sean atendidos y luego regresar esposado a su celda, todo esto
dura aproximadamente una mañana entera. Denuncia también que en esta prisión escasean las medicinas como el Alusil que requiere
para la gastritis que padece, hasta el momento no le han practicado el examen de urología debido a que el equipo de rayos x está roto.
En el mes de noviembre del 2006, Oscar Mario González fue excarcelado.
620
Se debe recordar, asimismo, que tanto Librado Linares, como José Ramón Castillo son dos de los detenidos durante la oleada
represiva de marzo del 2003, y que dio lugar a un pronunciamiento de la CIDH.
621
A José Gabriel Ramón Castillo no se le pasa los alimentos cocidos a fin de poderlos consumir en días posteriores, tampoco se le
otorga atención médica y religiosa; también es maltratado físicamente; y lo que es peor --teniendo en consideración las dolencias
físicas que sufre Ramón Castillo-- les niegan a los familiares de forma sistemática los medicamentos que les llevan para tratar dichas
dolencias. Esta situación obligó a José Gabriel Ramón Castillo a adoptar medidas extremas como ayunos y huelgas de hambre para
protestar y reivindicar sus derechos fundamentales, lo que lo ha colocado en una situación extremadamente vulnerable de salud. La
víctima sufre de Cirrosis Hepática, Hipertensión Arterial, Insuficiencia Venosa, Dermatitis Seborreica, Engrosamiento de la Pared del
Ventrículo Izquierdo del Corazón, y una afección circulatoria crónica de sus extremidades inferiores. En cuanto al preso político y de
conciencia Librado Linares García, se encuentra a punto de perder la vista en virtud de la negativa del Estado cubano de cumplir con
las órdenes médicas emitidas por el Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer en el mes de diciembre de 2005. Los
médicos del mencionado instituto que suscribieron el informe médico dictaron un tratamiento a seguir, recomendaciones y una dieta
específica a fin de evitar que el recluso pierda la vista, el mismo que no se ha cumplido. De continuar en esta situación, a Librado
Linares García se le estaría ocasionando un daño irreparable a su integridad física, en tanto y en cuanto, perdería por completo la vista.
El Directorio Democrático Cubano presentó una tercera solicitud de medida cautelar a favor del preso político Jorge Luis García Pérez
Antúnez quien se encuentra siendo objeto de amenazas y atentados contra su vida e integridad personal dentro de la prisión. Lo que
agrava aún más su situación es que las autoridades penitenciarias lo han amenazado para no permitirle salir con vida de la prisión, ya
que sólo le restan cinco meses para su excarcelación. Teniendo en consideración que Pérez Antúnez ha utilizado antes el sistema
interamericano de protección de los derechos humanos --la CIDH le otorgó medidas cautelares el 24 de abril de 2001-- y que siempre
ha denunciado los graves abusos que se cometen en las cárceles Cubanas, es factible que esté siendo objeto de represalias por parte del
Estado cubano.
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622
Como corolario de este capítulo, el Directorio Democrático Cubano considera apropiado citar una relación de hechos que se
presentan hoy en día en las prisiones cubanas, y que fue suministrada desde la prisión Cerámica en Camaguey, por un preso político a
través de la organización Movimiento Solidario Expresión Libre: CONDICIONES DE VIDA EN LA GRAN MAYORIA DE LAS
PRISIONES EN CUBA: Necesitamos solidaridad nacional y mundial para cambiar esta triste realidad. Debemos romper el silencio
informativo y la manipulación del sistema totalitario y extremista de izquierda: 1) Todas las prisiones en Cuba son unidades militares
y tiene más o menos el mismo régimen penal, desde las de mínima seguridad, hasta las de máxima seguridad. Obligan a pararse en
firme a la voz de mando, y hay que caminar con las manos en la espalda; 2) Vivimos totalmente hacinados, más de 120 reclusos por
galera en literas de dos o tres pisos, encerrados prácticamente las 24 horas del día en las galeras, por cubículos el hacinamiento es
mayor. Una hora de sol reglamentaria diariamente de lunes a viernes, que muchas veces no llegan a la hora o pasan días sin darlos; 3)
Colchonetas de sacos de nylon rellenos de yerba seca, basura, etc. En algunos lados una esponja de dos dedos de ancho; 4) Rodeados
de chinches, cucarachas, roedores por millones. Fumigan al parecer con agua porque no surte efecto; 5) No contamos con mesas o
sillas para escribir ver el televisor o nada; 6) Un televisor para más de 120 reclusos, sentados en el piso, y en algunos lugares en un
cubículo donde apenas caben apretados 20 o 30 reclusos; 7) No permiten usar reloj, radio, ventiladores, etc; 8) Orinamos y
defecamos en un hueco en el piso, sin higiene y anti sanitarios; 9) Agua no potable y almacenada en cubos, pozuelos, pomos, porque
la ponen dos veces al día; 10) Obligan a dormir con la luz encendida toda la noche; 11) Los techos se filtran de agua de lluvia o de
excrementos de la segunda planta; 12) Afeitan a más de 20 reclusos con una cuchilla de afeitar. Obligan a pelarse casi al cero o al
coco, como decimos los cubanos; 13) Visitar mensuales, cada 45 días, 2 meses y hasta 3 meses, alejando a preso al máximo, cuando
en 1953 con Batista eran todos los fines de semana, no permiten entrar la comida cocinada de la visita al destacamento; 14) Un
teléfono por galera para más de 120 reclusos como promedio, a 5 minutos por semana, hay que hablar delante de un guardia y un
recluso que controla y anota en un libro, el número a donde se llama, con quien hablo y el tiempo. El ministro del exterior cubano
informó al mundo que los presos políticos cubanos tienen el mismo tiempo que los presos comunes 20 minutos semanales, eso no se
lo dan ni a los unos ni a los otros; 15) No permiten visitas con extranjeros así sean parientes o no, permiten tirarse fotos en las visitas;
16) Obligan a ir a la escuela bajo amenaza de castigo y atrasos en la libertad, todo por cuestión de imagen porque a penas dan clases.
La mayoría de los reclusos son analfabetos funcionales y algunos totales; 17) Incitan a la violencia en los problemas, luego hacen
encontrarse a los enemigos en circunstancias aparentemente casuales y accidentales, así quedan complicados unos, heridos otros y
otros muertos; 18) Trabajadores mal pagados o sin sueldos en condiciones infrahumanas, luego de pasar años encerrados y entre
rejas; 19) Menores de edad y jóvenes ligados con los mayores, los primarios con los reincidentes, los reincidentes que han entrada
más de una vez en prisión con los no reincidentes, asesinos con malversadores, comunes con políticos. Incitan y estimulan a los
comunes contra los políticos; 20) Bloquen sutilmente la asistencia religiosa solo a la iglesia católica, en ocasiones la suspende
arbitrariamente o la dan delante de un guardia, nada de bautizos, confesiones, etc. Los comunes que las solicitan son trasladados y
puestos en la mirilla del terror supremo; 21) Constantes golpizas y malos tratos a los reclusos y familiares, torturas físicas y mentales,
violaciones de todos los derechos humanos; 22) Corrupción semi autorizada o tolerada por la falta de compartimientos disponibles,
muchos piden la baja en grupos y como no la dan cometen indisciplinas graves para que los boten, pero en ocasiones los estimulan,
roban la comida de los presos antes de cocinarla, y luego de cocinada para ellos y para los cerdos que crían, roban las pertenencias de
los reclusos en las requisas, se emborrachan en las noches y provocan a los presos, se meten con las esposas y familiares de los
reclusos desde el punto de vista sexual, miran por las rendijas de los pabellones conyugales; 23) Las celdas de castigo son centros
especializados de la tortura, quitan las ropas a los reclusos en pleno invierno con enjambres de mosquitos. En ocasiones no les llevan
la comida o la retrasan al máximo, cierran la llave de agua a quienes se declaran en huelga de hambre para que el infierno sea mayor.
Depositan en la celda a los enfermos de SIDA que ya no pueden ocultar su enfermedad. Algunas celdas quedan lejos del penal a donde
los reclusos se auto agraden o se ahorcan sin poderlos socorrer a tiempo; 24) Alimentación penal insuficiente en cantidad y en
nutrientes, mal elaborada o totalmente podrida, fermentada o echada a perder, con gusanos y moscas. Muchas de las cosas que sirven
son desconocidas, picadillos extraños y con pestes, las proteínas por lo general son bofe, tripa, riñón, seso, patas de vaca y panza.
Desayuno a las 4 a.m. de la madrugada y las comidas a cualquier hora; 25) Pésima asistencia médica y estomatológica, un dentista
para más de mil reclusos como promedio sin aire acondicionado ni instrumental adecuado. Los reclusos se sacan muelas con alambre
torcidos en las piezas, en ocasiones no hay médicos en largo tiempo y en otras son estudiantes, demoran en salir los tratamientos
médicos o dan los vencidos de viejas generaciones, impiden los medicamentos personales y el sistema de urgencia médica es nulo.
Solicitan un papel médico para poner una inyección de calmante o una emergencia imprevista, mientras que exportan equipos y
médicos a otros países para hacer política. Existen miles de enfermos de SIDA, tuberculosis sin diagnosticarlos para evitar gastos en
ellos, los análisis dan negativos o alterados, pero no los repiten, y de vez en cuando hacen pública la detección de un caso para
confundir y dar a entender que son atentos y preocupados; 26) La libertad condicional extremadamente lejos del inicio a prisión,
difícil de ser aplicada por vincularla y condicionarla a la ideas políticas acordes al sistema, al ordeno y mando abusivo de los guardias
y a la tolerancia complaciente de todas estas violaciones; 27) En las granjas de trabajo las condiciones son extremadamente
insoportables, largas jornadas de trabajo, sin ropa, sin instrumentos de trabajo, sin avituallamientos mal pagados y sin salarios; 28) Las
auto agresiones son cotidianas y dignas del peor cine de terror. Se comen los dedos de las manos, se pican las manos completas, se
cortan la lengua, el estómago, los brazos, piernas, cuello se tragan cucharas, grampas vidrios, se inyectan petróleo, excremento, se dan
candela con plásticos y combustible, se pinchan los ojos se arrancan los genitales, en ocasiones completos, etc., etc. Mueren de una
cosa y dan otra causa de muerte; y 29) Cada cierto tiempo pasan al interior del penal a familiares de reclusos, llamados consejos de
familia, para demostrar que todo es transparente en las prisiones. Estos familiares están más preocupados en ver a su preso y pasarle
algunos alimentos semi escondida en vez de ver los problemas de todos, son financiados por el interés personal y la represión sutil y
encubierta que aplican en la siquis que han aplicado durante 48 años de tiranía. Necesitamos nos ayuden a dar a conocer la realidad
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VII. CONCLUSIONES
582. En el presente informe hemos tratado de abarcar de la forma más sucinta posible
los 47 años de la revolución cubana --1º de enero de 1959 al 31 de diciembre de 2006--
en cuanto al tratamiento otorgado a los presos políticos, y a la evolución de las normas
constitucionales y penales cubanas aplicables a las personas privadas de libertad.
583. Las páginas que preceden este párrafo muestran el profundo sufrimiento de un
pueblo cautivo en manos de un grupo de individuos que desde el 1º de enero de 1959, no
han dudado en eliminar --literalmente-- a todo aquel que se opusiera a su proyecto
político. El régimen en el poder no ha hecho --durante sus más de 47 años en el
gobierno-- ninguna distinción entre aquellos que se le opusieron de forma pacífica, o
aquellos que en forma valiente osaron levantarse en armas contra un Gobierno de corte
dictatorial que se empezaba a mostrar durante los primeros meses de la revolución. En
efecto, durante sus primeros meses el régimen --que sigue en el poder por casi medio
siglo--, mandó primero a fusilar a sus enemigos políticos del anterior gobierno, en
algunos casos mediante ejecuciones sumarias directas sin fórmula de juicio, y en otros,
mediante la aplicación de la pena de muerte después de juicios que más se parecían a una
escena teatral o a un circo romano --donde las autoridades se burlaban de aquellos que
tenían las horas de vida contadas-- que a un procedimiento judicial correcto con las
garantías del debido proceso.
584. Luego, el grupo en el poder, empezó a liquidar a personas inocentes que simple y
llanamente se le oponían de forma pacífica y trataban de ejercer sus derechos
fundamentales para proponer otras alternativas políticas y pluralistas al pueblo cubano.
El régimen simplemente no lo permitió, ya que se inició la más brutal cacería de brujas
en Cuba contra periodistas, profesores universitarios, campesinos, artistas, religiosos,
emigrantes ilegales, menores de edad, y cualquier miembro de la sociedad civil que había
demostrado su disconformidad con la dictadura que estaba comenzando a nacer en Cuba.
Investigadores independientes han estimado un cálculo de más de 5.000 muertos a manos
de agentes del Estado cubano, solamente durante la primera década de la revolución.
585. Durante esta cacería de brujas, el régimen comenzó a perseguir, arrestar y someter
a inocentes, muchas veces de forma violenta, a los tribunales revolucionarios que
dictaban las sentencias condenatorias ya preparadas desde la cúpula en el poder. Antes
de ser sometidas a estos tribunales las víctimas eran interrogadas bajo una brutal
coacción, siendo en muchos casos torturadas hasta límites insoportables por un ser
humano. Las sentencias sólo tenían dos tipos de decisiones. Algunas sentencias podían
enviar a una víctima al paredón de fusilamiento, lo cual se efectuaba en días, y las otras,
enviaban a los a arrestados por razones políticas a purgar altísimas condenas privativas de
la libertad a prisiones improvisadas tales como estadios, teatros, fortalezas y viejos
castillos coloniales que no se utilizaban desde tiempos de la dominación española. Las
características de estos lugares eran lúgubres, inhóspitas, húmedas, con piso de tierra,
penal a toda Cuba y al mundo, para evitar a tiempo miles de muertes que luego aparecen como accidentes, peleas entre presos,
enfermedades ajenas a la prisión, etc. La verdad debe romper el silencio, cómplice de la mentira.
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donde habitaban ratas e insectos, con filtraciones de agua al punto de tener los suelos
anegados. Los testimonios aquí analizados dan cuenta que en estos lugares se habilitaron
cámaras de torturas y salas de interrogatorios. Las prisiones eran minadas con cargas
explosivas para evitar cualquier fuga de los presos políticos. Por si fuera poco, el
régimen habilitó campos de concentración similares a otros países totalitarios, ubicados
en zonas rurales donde no llegaban otras personas que las autoridades carcelarias. En los
campos de concentración se obligaba a los presos políticos a realizar trabajos forzados, en
instalaciones rodeadas de alambradas de púas, barracones rudimentarios para
alojamiento, y se aplicaban castigos corporales.
586. El presidio político se convirtió en una muerte lenta en algunos casos y en otros,
una muerte violenta. Los presos políticos podían ser fusilados en el acto por las
autoridades, ya sea como represalia, o porque simplemente se rehusaban a vestir un
uniforme destinado para los presos comunes, o no aceptaban el “plan de reeducación”
impuesto por la cúpula en el poder, que no era otra cosa que la imposición a la fuerza del
adoctrinamiento político. En estos casos los presos políticos podían sucumbir a las balas
de los fusiles, o simplemente ser lesionados de por vida por las bayonetas, o los machetes
que utilizaban los carceleros. Las brutales golpizas, las celdas tapiadas, las vejaciones y
humillaciones estaban a la orden del día. Tanto a los presos como a las presas políticas se
les desnudaba y ubicaba en la intemperie, donde usualmente terminaban enfermas, y
luego no eran atendidas. En estos casos los plantados históricos --aquellos que se
oponían a la reeducación-- sufrían la peor represión, muchas veces pasaban meses o años
en exiguas celdas de castigo, no se les daba de comer, o los dejaban que se murieran si
estaban enfermos.
587. En algunos casos, lo mejor que podía ocurrirle a un preso político era ser enviado
al paredón de fusilamiento. Las torturas físicas y psicológicas que aplicaba el régimen
constituyen un tema aparte. Entre algunos de los perversos métodos de tortura utilizados
por la revolución cubana están la introducción en habitaciones de elevadas temperaturas
frías, desprovisto de toda clase de ropa o en habitaciones de elevadas temperaturas
calientes, también desprovisto de toda clase de ropa; también la colocación del preso
político de pié, en un lugar en que cabía una sola persona. En esa posición y en esos
lugares son encerrados, permaneciendo de esa forma un lapso, debidamente calculado
para producirle terribles dolores en las piernas, que tenían que sostener el peso del
cuerpo. En múltiples ocasiones, se le producían al preso político, la ruptura de las venas
de las piernas con sus tremendas consecuencias. Igualmente, la colocación del preso
político en habitaciones herméticamente cerradas, con las luces encendidas, durante las
24 horas; el confinamiento solitario; asimismo, la conducción de los presos políticos, a
lugares lejanos de los centros represivos, donde se les simula el fusilamiento, con balas
sin pólvora, o balas de fogueo; la conducción de los presos políticos, mar afuera, en
embarcaciones de la Policía Política, colocando alrededor del cuello del prisionero una
fuerte soga con un lazo corredizo, en cuyo extremo tiene atada una ancla o bloque de
concreto, amenazando con lanzarlos al mar, sino confesaban las imputaciones que les
formulaban; en ocasiones, los presos políticos, recibían la aplicación de la sinfónica rusa,
consistente, en amarrar al preso político a un asiento, golpeándose entonces en forma
violenta, una sartén, que producía un ruido infernal y ensordecedor que lastimaba el
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tímpano del oído; en el campo de las torturas físicas, se utilizaba frecuentemente, tomar
al preso político por los pies, siendo introducida su cabeza en una piscina, para que vaya
sintiendo los síntomas de la asfixia por ahogamiento; en ocasiones, los presos políticos
eran obligados a permanecer de pié, sin permitírsele apoyarse sobre algo,
produciéndosele trastornos en la circulación de la sangre; en otros casos, los presos
políticos recibían órdenes de permanecer de pié, con las piernas abiertas y se les golpeaba
en los órganos genitales.
588. Las presas políticas también sufrían en algunos casos el mismo tratamiento. Por
ejemplo existían en ese momento “las tapiadas”, que era el nombre que recibían las
presas políticas cubanas que eran introducidas en unas celdas por haber transgredido la
férrea disciplina del penal. En esas celdas no había luz, ni casi agua. Las presas
permanecían desnudas en un espacio reducidísimo. El alimento se les servía, a diferentes
horas diferentes, para que no tuviera la noción del tiempo. Tampoco podía recibir visitas
ni correspondencia. Allí permanecen, en estado de promiscuidad, por semanas enteras.
Tanto los familiares de los presos como de las presas políticas sufrieron la represión de la
revolución cubana. Las personas que eran arrestadas eran amenazadas durante los
interrogatorios con represalias a sus familiares. En otros casos, cuando se arrestaba a una
pareja de esposos, se utilizaba a uno de ellos como rehén para obtener la confesión del
otro. Igualmente, en otros casos cuando un preso político lograba escaparse, se le
sancionaba con la captura de la madre o el hijo de éste, sin ningún motivo justificado. En
otros casos, se ha a fusilado al detenido, sin que los familiares hayan podido conocer
nunca cuál ha sido el paradero durante el tiempo de encarcelamiento.
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las prisiones proliferan ratas, cucarachas, moscas y todo tipo de insectos. La población
penal se enfrenta a enfermedades contagiosas y al desamparo de una asistencia médica
insuficiente o nula. En algunas prisiones se desatan enfermedades como tuberculosis y
sarna, y la distribución de las escasas y pésimas raciones de alimentos se incluye el
método de moler el pescado entero, obligando así a los presos a tragar espinas, escamas y
trozos de hueso. En otros casos los reclusos se ven obligados a conseguir plásticos para
no mojarse mientras duermen, pues las edificaciones se encuentran en tal deterioro que se
filtra en grandes cantidades el agua de lluvia acumulada en el techo. Como consecuencia
de esta situación se han propagado las infecciones y las epidemias. A todo lo anterior se
unen los tratos crueles y degradantes consistentes en brutales golpizas, falta de respeto
con palabras obscenas, gritos, empujones y patadas. Los reclusos son objeto de
constantes registros y la correspondencia es sistemáticamente violada.
592. Así, el paso al umbral del siglo XXI no produjo ningún cambio en las condiciones
carcelarias en Cuba. Los presos no solo enfermaban como consecuencia de las pésimas
condiciones sanitarias e higiénicas y el hacinamiento en que vivían diariamente, sino que
también la situación de los presos políticos era aún mucho más grave en virtud que el
grupo en el poder utilizaba la negativa a otorgar tratamiento médico como una medida de
castigo a los mismos. En algunos casos, reclusos enfermos de tuberculosis ubicados en
las celdas de aislamiento se encontraban durante meses durmiendo en el piso de sus
celdas por el mal estado de sus colchones, aparte de la poca ventilación, frío y humedad
por la filtración de agua cuando llueve, además de las pésimas condiciones higiénico-
sanitarias, alimentación y pobre atención médica. Los enfermos de SIDA ubicados en las
citadas celdas sufrían las mismas condiciones.
623
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 134.
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ANEXO I
A. EL DERECHO A LA VIDA
3. El derecho a la vida tiene el status de jus cogens, es decir, constituye una norma
perentoria de Derecho Internacional y por tanto no derogable. En consecuencia, “los
Estados no pueden, ni siquiera en tiempo de guerra, de peligro público o de otra
emergencia que amenace la independencia o Seguridad del Estado, adoptar medidas que
suspendan la protección del derecho a la vida”.627 De acuerdo a lo señalado, el derecho a la
vida no puede ser interpretado en sentido restrictivo pues el mismo es interdependiente y
está interrelacionado con los demás derechos fundamentales, por tal razón, los Estados
deben abstenerse de realizar actos contrarios a este derecho, y deben adoptar medidas
positivas a fin de garantizar su efectividad, reconociendo y garantizando las distintas
manifestaciones del derecho a la vida.
624
Declaración Universal de Derechos Humanos, Resolución 217º (III) de la Asamblea General, Naciones Unidas, Doc. A/810, 71
(1948); el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Resolución 2200ª (XXI) de la Asamblea General, 21 Naciones Unidas
GAOR (Supp. Nº 16), 52, ONU Doc. A/6316 (1966), 999 U.N.T.S. 171, que entró en vigor el 23 de marzo de 1976; y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, o Pacto de San José de Costa Rica, 1969.
625
CIDH, Informe Nº 68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, párrafo 77.
626
Véase, por ejemplo, CIDH Diez Años de Actividades, 1971-1981, Secretaría General de la OEA, Washington D.C., 1982, página
332; e Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, Secretaría General, OEA, 2002, página 77.
627
CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, op.cit., párrafo 84. Ver también CIDH, Tercer Informe sobre la Situación
de los Derechos Humanos en Colombia, OEA/Ser.L/V/II.102 Doc. 9 rev. 1, 26 de febrero de 1999.
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5. Una vez establecido el valor e importancia del derecho a la vida dentro del contexto
del derecho internacional de los derechos humanos, el Directorio Democrático Cubano
pasará ahora a analizar la vigencia del derecho a la vida en Cuba desde una doble
perspectiva. Por una parte, se va a considerar un tema que afecta directa e irreparablemente
el derecho a la vida en Cuba: la pena de muerte. En este sentido, se va a analizar la
evolución de las normas que han sancionado y siguen sancionando la pena de muerte en
Cuba, y su aplicación por parte del Estado cubano tanto en los primeros años de la
revolución como en la última década. Todo ello en relación a la doctrina y jurisprudencia de
los órganos de supervisión del sistema interamericano de protección de los derechos
humanos en la materia.
6. Por otra parte, siguiendo con la vigencia del derecho a la vida en Cuba, están las
condiciones carcelarias de la población penal en ese país, y en especial, el tratamiento que
otorgan las autoridades a los presos políticos. En este sentido, es pertinente destacar que el
Artículo I de la Declaración Americana que consagra el derecho a la vida, también protege
el derecho a la integridad personal, el cual está directamente relacionado a la situación
penitenciaria y a las condiciones en que los reclusos purgan sus condenas. En esta sección,
el Directorio Democrático Cubano presentará un enfoque general sobre las condiciones
carcelarias en Cuba y una síntesis de los casos más relevantes ocurridos entre los meses de
marzo y diciembre de 2006.
1. La pena de muerte
628
Ana Salado Osuna, La Pena de Muerte en Derecho Internacional: Una Excepción al Derecho a la Vida, Editorial Tecnos, S.A.,
1999, Madrid, España, página 17.
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Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la
ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la
vida arbitrariamente.
Se reforma también la última parte de este artículo para destacar que el Comité no toma
partido en favor de la pena de muerte, sino que, admitiendo el hecho de que hay en el
Continente diversidad de legislaciones al respecto, reconoce la facultad de cada Estado de
regular esta cuestión.
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forma arbitraria sino que tienen que respetar los límites establecidos en los instrumentos
internacionales de derechos humanos, a fin de que su imposición y ejecución no constituyan
una privación arbitraria de la vida. Sin embargo, esta pena es tan antigua como la propia
historia de la humanidad y durante muchos siglos ha sido una práctica usual y cruel, no sólo
por el hecho de su imposición, que en sí mismo lo es, sino por los medios de ejecución de la
misma. En la actualidad sigue siendo una pena prevista en una mayoría importante de
Estados y en algunos de ellos se siguen practicando métodos de ejecución extremadamente
crueles.630
12. En la actualidad, son 128 los países que hasta la fecha han abolido la pena de muerte
por ley o en la práctica. De ellos, 88 la han suprimido para todos los crímenes, 11 países
mantienen vigente la sanción únicamente para situaciones excepcionales (traición a la patria
en el contexto de una guerra externa) y 29 son abolicionistas en la práctica, ya que no han
aplicado la pena capital en los últimos 10 años. Frente a estos 128 países se hallan otros 69
que todavía mantienen y aplican el castigo máximo, pero la tendencia se dirige hacia la
abolición. Desde 1990, más de 40 países han abolido la pena de muerte para todos los
crímenes. En América, la suprimieron Canadá, Paraguay y México; en África, Liberia y
Costa de Marfil; en Asia, Filipinas, Bután y Samoa; en Europa y Asia Central, Bosnia-
Herzegovina, Chipre, Moldavia, Montenegro, Serbia, Turquía, y Turkmenistán. Desde
1985, sólo cuatro países han reintroducido la pena de muerte: Nepal, Filipinas, Gambia y
Papúa Nueva Guinea. En los dos primeros se volvió a abolir, mientras que en los dos
últimos no ha sido aplicada hasta hoy.631
* Antecedentes
13. Los antecedentes sobre el derecho positivo cubano en relación a la pena de muerte
han quedado registrados en los diferentes informes especiales que la CIDH ha efectuado
en relación a Cuba. Así, por ejemplo, en su Séptimo Informe sobre la Situación de los
Derechos Humanos en Cuba, la CIDH señala que la Constitución cubana de 1940
prohibía aplicar la pena de muerte; sin embargo, ella fue reinstaurada nuevamente por el
derrocado Presidente Batista. Con la instauración del nuevo régimen el 1o. de enero de
1959, entró en vigencia la Constitución de 1940, pero sólo por un corto tiempo rigió en su
totalidad. A través de enmiendas ella fue modificada en aspectos fundamentales. Tal fue
el caso del derecho a la vida respecto a la segunda enmienda de la Constitución, de fecha
630
Referencia a la aplicación de la pena de muerte en la Antigüedad, en la Edad Media y en la Edad Moderna pueden encontrarse en
el estudio de Blázque Fernández, N,: Estado de Derecho y Pena de Muerte, Ed. Noticias, Madrid, 1989, pp. 45’165. Referencias
históricas a la pena de muerte también pueden encontrarse en el libro de Bobbio, N.: El Tiempo de los Derechos, trad. Por Rafael de
Asis Roig, Ed. Sistema, Madrid, 1991, pp. 202’218. El profesor Schabas, en su estudio, dedica varias páginas a la pena de muerte en
el transcurso de la historia; vid. Echabas, W.A.: The Abolition of the Death Penalti in Internacional Law, Grotius Publications
Limited, Cambridge, 1993, pp. 2-6, en Ana Salgado Osuna, La Pena de Muerte, op.cit., páginas 19-20.
631
Amnistía Internacional en reportaje de Erik Struyf Palacios, especial para el diario El Comercio, Lima, Perú, 21 de enero del 2007.
También se ha señalado que en el 2005 hubo 2.148 ejecuciones en el mundo, repartidas en 22 países. El 94% de ellas se realizó en
China, Irán, Arabia Saudí y EE.UU. Los métodos de ejecución usados desde el 2000 son variados: decapitación (Arabia Saudí e Iraq),
electrocución (EE.UU.), ahorcamiento (Egipto, Irán, Iraq, Japón, y Pakistán), inyección letal (China, Guatemala, Tailandia y EE.UU.),
disparo (Bielorrusia, China y Somalia) y apedreamiento (Afganistán e Irán). Cabe señalar, asimismo, que el artículo 29(3) del Código
Penal Cubano, establece que la pena de muerte “se ejecuta por fusilamiento”.
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14. El documento arriba citado, señala que el 30 de enero de 1959, la Ley No. 33
amplió el ámbito de los delitos a los cuales era aplicable la pena de muerte (homicidio,
espionaje, traición y violación). Asimismo, que la Ley No. 425 del 7 de julio de 1959
extendió la pena de muerte a los culpables de actos "contrarrevolucionarios". El último
dispositivo de los momentos iniciales del actual régimen, en relación con el derecho a la
vida, es la Ley No. 988 que estableció las categorías de acciones antigubernamentales
que son castigadas con la pena de muerte.633
16. Los delitos que eran susceptibles de ser sancionados con la pena de muerte en el
Código Penal de 1979, estaban vinculados con la Seguridad del Estado (Libro II, Título I)
y divididos en aquéllos referidos a la seguridad exterior (Capítulo I) y los relacionados
con la seguridad interior del Estado (Capítulo II). El Capítulo III contemplaba algunos
delitos sancionados con pena de muerte y que atentaban contra la paz y el derecho
internacional, finalizando este Título con el Capítulo IV que agrupa otros actos contra la
Seguridad del Estado. Los crímenes contra la seguridad exterior del Estado y que daban
lugar a la aplicación de la pena de muerte, eran aquéllas configurados por actos contra la
independencia o la integridad territorial del Estado (Art. 95); los dirigidos a promover la
guerra o una acción armada contra el Estado (Art. 96); la prestación de servicios armados
contra la Patria (Art. 97); los actos de ayuda al enemigo --tipificados en siete incisos--
(Art. 98); y los actos de espionaje (Art. 101).635
17. Los antecedentes dan cuenta que los delitos contra la seguridad interna del Estado
que eventualmente podían dar lugar a la aplicación de la pena de muerte eran las acciones
dirigidas a rebelarse empleando armas con el fin de: impedir a los órganos superiores del
Estado o del Gobierno que cumplan con sus funciones; a cambiar el régimen económico,
político o social y cambiar la Constitución o la forma de Gobierno (Art. 101); el delito de
sedición (Art. 105, inciso a); la usurpación de control político o militar (Art. 107); el
632
CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Séptimo Informe, Secretaría General, OEA/Ser.L/V/II.61, 4 de octubre de
1983, párrafos 5-16, págs. 94-97.
633
Idem.
634
Idem.
635
Idem.
262
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sabotaje calificado (Art. 110); y el terrorismo (Arts. 111 a 113). Los delitos contra la paz
y el derecho internacional que también podían conducir a la aplicación de la pena de
muerte en Cuba eran aquéllos configurados por actos hostiles contra un Estado extranjero
que traigan como consecuencia represalias contra el Estado cubano o sus ciudadanos
(Art. 115); la violación de una tregua o armisticio (Art. 117); la violación, el tiempo de
guerra, de las normas de Derecho Internacional (Art. 122); el genocidio (Art. 124); la
piratería (Art. 125); la adhesión a un grupo mercenario (Art. 127); y el apartheid (Art.
128).636
18. El Código Penal de 1979, en su Título IV, también tipificaba otras acciones
susceptibles de ser sancionadas con la pena de muerte: la penetración clandestina o la
violación del territorio nacional con el fin de cometer cualquiera de los delitos
establecidos en el Título I (Seguridad del Estado) y la formación o participación en
grupos armados para cometer los mencionados delitos (Art. 132). Asimismo, dicho
código establecía también la pena de muerte para otras categorías de delitos. Así, puede
ser sancionado con esa pena quien promueva tumultos o desórdenes encontrándose preso,
cuando de ellos se derive la muerte de terceros u otro hecho "muy grave" (Art. 186, inciso
3); el que ocasione graves estragos de los cuales resulte la muerte o graves lesiones de
terceros (Art. 195); y quien cometa diversos tipos de delitos contra las personas:
homicidio calificado (Arts. 316 y 317); violación (Art. 353); pederastia con violencia o
aprovechando las condiciones disminuidas de la víctima (Art. 354); y robo con violencia
en las personas o en las cosas cuando concurren agravantes especificados (Arts. 386 y
387).637
19. La Constitución Política del Estado cubano de 1976, fue objeto de reformas los
años 1978, 1992, y 2002. Sin embargo, no hubo modificaciones a fin de establecer
expresamente la pena de muerte. El antiguo artículo 64, es ahora el artículo 65, y
mantiene la disposición que señala a “[l]a traición a la patria [como] el más grave de los
crímenes; quien la comete está sujeto a las más severas sanciones”. Aún cuando la pena
de muerte no está regulada a nivel constitucional, el Código Penal cubano la mantiene
tipificada para una amplia gama de delitos. Las disposiciones penales relativas a la pena
de muerte deben ser analizadas en concordancia con el artículo 62 de la Constitución
Política vigente, la cual estipula que:
Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo
establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado
socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el
comunismo. La infracción de este principio es punible (énfasis agregado).
636
Idem.
637
Idem.
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de esta norma radica en que ella regula, al más alto nivel, el ejercicio práctico de los
derechos y libertades reconocidos por la Constitución a los ciudadanos cubanos, en sus
relaciones con los órganos estatales. Es evidente, asimismo, que estos criterios escapan
del ámbito jurídico para situarse en el ámbito político. En consecuencia, el único partido
que gobierna Cuba desde hace casi cinco décadas será quien decida finalmente, en cada
caso particular, si el ejercicio de una libertad o de un derecho se opone a este postulado; y
por consiguiente, si amerita que la infracción sea punible con la pena de muerte. Se
elimina así toda posibilidad de defensa del individuo frente al poder político,
amparándose constitucionalmente el ejercicio arbitrario del poder frente al pueblo
cubano.
21. En este sentido, cabe destacar que el Código Penal de 1979 también fue
reformado mediante resolución de la Asamblea Nacional del Poder Popular el 23 de
diciembre de 1987. Sin embargo, la Ley Nº 62 establece en su preámbulo que “resulta
conveniente que las modificaciones que se establecen no sean presentadas en un texto
aparte, como ley modificativa del actual Código Penal, sino que sean promulgadas, para
facilitar su consulta y aplicación, como uno nuevo”.
22. Así, el nuevo Código Penal cubano dispone expresamente en su artículo 28(1).a
que la “muerte” constituye una “sanción principal”. El artículo 29(1), por su parte,
dispone que “la sanción de muerte es de carácter excepcional, y sólo se aplica por el
tribunal en los casos más graves de comisión de los delitos para los que se halla
establecida”. El inciso 2 del citado artículo señala que “la sanción de muerte no puede
imponerse a los menores de 20 años de edad ni a las mujeres que cometieron el delito
estando en cinta o que lo estén al momento de dictarse la sentencia”.638 Por último el
tercer inciso establece que “la sanción de muerte se ejecuta por fusilamiento”. La norma
antes citada debe analizarse en relación a lo que conceptualmente constituye un delito
para el Estado cubano, de acuerdo al artículo 8(1) del Código Penal:
Se considera delito toda acción u omisión socialmente peligrosa prohibida por la ley
bajo conminación de una sanción penal (énfasis agregado).
23. El artículo 8(2) señala lo que no es delito para el Estado cubano: “No se
considera delito la acción u omisión que, aún reuniendo los elementos que lo
constituyen, carece de peligrosidad social por la escasa entidad de sus consecuencias y
las condiciones personales de su autor” (énfasis agregado).
638
Se debe reconocer que el mencionado acápite de este artículo es un avance positivo, por cuanto está probado que en los primeros
años de la revolución Cubana se enviaron a menores de edad al paredón de fusilamiento. Como se verá más adelante, ello ha quedado
registrado en los primeros informes de la CIDH sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba.
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639
Es pertinente destacar que los artículos 66, 68, y 121 de la Ley de Organización del Sistema Judicial señalan que para ser juez
profesional, juez lego o fiscal se requiere "tener integración revolucionaria activa", integración que se exige desde el acceso mismo
a los estudios jurídicos (énfasis agregado). A ello debe agregarse el artículo 4 de esta misma ley, la cual señala que entre los
principales objetivos de la administración de justicia están “Elevar la conciencia jurídica social en el sentido del estricto
cumplimiento de la ley, formulando en sus decisiones los pronunciamientos oportunos para educar a los ciudadanos en la
observancia consciente y voluntaria de sus deberes de lealtad a la patria, a la causa del socialismo y a las normas de convivencia
socialistas”. En Gaceta Oficial, República de Cuba, 25 de agosto de 1977. Asimismo, el artículo 121 de la Constitución Política de
Cuba señala, por ejemplo, "Los tribunales constituyen un sistema de órganos estatales, estructurado con independencia funcional de
cualquier otro y subordinado jerárquicamente a la Asamblea Nacional del Poder Popular y al Consejo de Estado". Por su parte, el
artículo 74 de la Constitución Política establece que el "Presidente del Consejo de Estado es jefe de Estado y jefe de Gobierno". En
otras palabras, el Jefe de Estado cubano concentra en sí mismo todos los órganos estatales, y por consiguiente, todo el poder político,
afectando gravemente la independencia e imparcialidad de los tribunales de justicia.
640
Es interesante observar cómo las autoridades Cubanas desde los primeros años de la revolución promulgaron normas subjetivas e
imprecisas justamente para otorgar un amplio margen de acción a las autoridades y así, cometer todo tipo de arbitrariedades y
violaciones de los derechos humanos bajo un manto de legalidad. En efecto, en un informe de la CIDH sobre Cuba del año 1962, se
señala que “Si bien es cierto que se ha informado a la Comisión que la Constitución de 1940, que había proscrito la pena de muerte
fue modificada para restablecer ese castigo (…) las quejas que la Comisión ha recibido son en el sentido de que tales preceptos
legales son de tal alcance y de tal imprecisión que ellos se han prestado a que se apliquen en forma arbitraria por apreciaciones
subjetivas y parciales de los funcionarios encargados de conocer los casos respectivos”. CIDH, Informe sobre la Situación de los
Derechos Humanos en la República de Cuba, OEA/Ser.L/V/II.4, Doc. 30, 1º de mayo de 1962, página 3.
641
Corte I.D.H., Caso Castillo Petruzzi y Otros vs. Perú, párrafo 121; y Corte I.D.H., Caso Cantoral Benavides vs. Perú, párrafo 157.
642
Véase sección de antecedentes en este capítulo del informe.
643
Modificaciones al Código Penal de Cuba, Diario Granma, 2 de marzo de 1999, en La Maquinaria Represiva de Cuba, Los
Derechos Humanos Cuarenta Años Después de la Revolución, Human Rights Watch, página 153.
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Artículo 10: El que, fabrique, facilite, venda, transporte, remita, introduzca en el país o
tenga en su poder, en cualquier forma o lugar, armas, municiones o materias, sustancias o
instrumentos inflamables, asfixiantes, tóxicos, explosivos plásticos o de cualquier otra
clase o naturaleza o agentes químicos o biológicos, o cualquier otro elemento de cuya
investigación, diseño o combinación puedan derivarse productos de la naturaleza descrita,
o cualquier otra sustancia similar o artefacto explosivo o mortífero, incurre en sanción de
diez a treinta años de privación de libertad, privación perpetua de libertad o muerte.
Artículo 11: En igual sanción incurre el que entrega, coloca, arroja, disemina, detona o
utiliza de cualquier otra forma, un artefacto explosivo o mortífero, u otro medio o
sustancia de las descritas en el artículo 10, contra: c) una red de transporte público o
cualquiera de sus componentes;
27. En primer término, hay que destacar para los efectos del análisis de esta sección
del informe, que, los antecedentes sobre las violaciones de los derechos humanos
ocurridas en Cuba en aquella época y que se encuentran en el archivo de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos han adquirido un valor histórico y jurídico de
incalculables dimensiones, ya que servirán de base para arrojar luces sobre lo acontecido
en dichos aciagos años.
28. Dentro de ese contexto, tal como bien ha afirmado la organización Human Rights
Watch en su último informe sobre Cuba, “[e]s difícil constatar la frecuencia con la que
se utiliza esta sanción debido a que Cuba no publica información referente a su
aplicación”. Sin embargo, a pesar de ello siempre se filtra información ya sea porque los
familiares de las víctimas denuncian los hechos, o porque organizaciones internacionales
dedicadas a la defensa de los derechos humanos reportan y hacen públicos en sus
informes las ejecuciones judiciales.
644
Véase, CIDH Informe Nº 68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), op.cit., párrafo 79; CIDH,
Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, op.cit., párrafos 3 y 4.
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31. Uno de los informes de la CIDH que, por su naturaleza gráfica y grave de los
hechos ahí narrados, representa tal vez uno de los testimonios más importantes que
existen en los anales del sistema interamericano de protección de los derechos humanos
sobre las flagrantes, masivas y sistemáticas violaciones de los derechos fundamentales
645
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.4, doc.2, 20 de marzo de 1962, Capítulo III
(Derecho a la vida, a la seguridad y de igualdad ante la ley), página 3.
646
Idem.
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cometidas por el régimen recién instaurado en perjuicio del pueblo cubano, fue el emitido
por dicha organización el 7 de abril de 1967. Cómo habrían sido de graves los hechos ahí
narrados, que la CIDH preparó ese informe con un solo capítulo que fue dividido de la
siguiente forma: A) Pena de muerte por fusilamiento, sin garantías procesales ni derecho
de defensa; B) Ametrallamiento de ciudadanos; C) Asesinatos de presos, muertes y
suicidios por maltratos y enfermedades; D) Tratamiento vejaminoso contra presos
políticos en general, inclusive contra menores y mujeres presas; E) Extracción de sangre
a condenados a muerte; F) Campos de concentración; y G) Violaciones en el proceso
judicial por parte de los tribunales populares o revolucionarios.647 Es importante
destacar, asimismo, que cada caso expuesto y sustentado por la CIDH en dicho informe
tiene una nota a pie de página donde se deja constancia el número del caso, el mismo que
obra “en los archivos de la Comisión”.
32. Debido a la longitud del informe arriba citado, sólo se citarán los casos relativos a
la pena de muerte por fusilamiento y los relacionados al ametrallamiento de ciudadanos.
A continuación los casos expuestos por la CIDH en dicho informe:
4. El día cuatro del pasado mes de octubre (1965), en la ciudad de Holguín, fueron
fusilados los líderes sindicales Natalio Hernández Cancio y Elpidio Vidal Carpeño,
condenados por un tribunal revolucionario por imputaciones de desafección al régimen.
En el juicio no se les permitió ejercitar el derecho de defensa ni se les brindó oportunidad
para proponer y practicar pruebas.
647
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, OEA/Ser.L/V/II.7, Doc. 4, 7 de abril de 1967, Índice,
Capítulo Único.
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8. El día 3 del actual mes de noviembre de 1964, fueron fusilados en Isla de Pinos
Miguel Conde Grim, Elio de Armas Ayala y Abel Galante Borondt, este último ex-
sargento del MINFAR. La sentencia que dispuso la ejecución fue dictada por el Tribunal
Revolucionario número 1 de La Habana, constituído en Nueva Gerona (Isla de Pinos).
De acuerdo con el sumario los cubanos ejecutados trataron de escapar al extranjero en un
barco pesquero cubano denominado "Tres Hermanos" siendo apresados al salir.
10. La prensa comunista de Cuba dio la noticia en los primeros días de este mes
(Diciembre de 1964) de que el 17 de noviembre fue fusilado el ex miembro del Ejército
Rebelde, Servelio Licea Fernández, condenado por un Tribunal Revolucionario de
Santiago de Cuba, por realizar actos contrarios a la revolución. Estos tribunales no
ofrecen a los acusados las garantías necesarias para su defensa; y no se expresa si el fallo
fue objeto de apelación, ni ante qué tribunal se ventiló este recurso, en su caso.
12. El Dr. Bienvenido Alvariñas, abogado en ejercicio en Cuba, fue arrestado por la
policía política represiva del Gobierno de Cuba y acusado falsamente ante un tribunal
revolucionario, de realizar actividades contra el Gobierno, celebrándose un juicio en el
cual no tuvo la menor posibilidad de defensa, siendo condenado a la pena de muerte y
ejecutado por fusilamiento en la Fortaleza de La Cabaña de La Habana, teniéndose
conocimiento de dicho fusilamiento por parte oficial del Gobierno de Cuba, dado a
conocer el 2 de junio de 1965.
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Hinojosa, a los que no se les ofreció garantía alguna en la defensa. El primer comunicado
oficial informaba que los fusilados pertenecían a una organización de espionaje,
subversión y sabotaje de los barcos mercantes de Cuba. Posteriormente al fusilamiento
se publicó que se trataba de proxenetas, contrabandistas y traficantes de drogas, siendo lo
cierto que los cubanos referidos eran tres honorables marinos que no cometieron otro
delito que el de no someterse al régimen comunista.
17. Hace poco fueron detenidos en Consolación del Norte, provincia de Pinar del Río,
los ciudadanos cubanos Carlos Báez, Vicente Cobas y Pipo Cruz, acusados de realizar
campaña contra el régimen comunista. Juzgados por un tribunal revolucionario -que no
se les permitió defenderse- fueron condenados a muerte y fusilados en la plaza pública.
18. A fines del pasado mes de febrero (1966) el Tribunal Revolucionario de Pinar del
Río, juzgó a un grupo de militares rebeldes, entre ellos al ex-Capitán Lulo Díaz Ortega,
que fue condenado a la pena de muerte y fusilado en la jefatura del Distrito de la
provincia. En el simulacro de juicio no se permitió a los acusados aportar pruebas ni
ejercitar el derecho de defensa.
19. El día 3 de marzo actual (1966) el ciudadano cubano Ramón Cubeñas, fue acusado
de desafecto al régimen y juzgado por un Tribunal Revolucionario en Manzanillo,
provincia de Oriente, que se constituyó en un teatro de la localidad. En ese juicio no se le
permitió ejercitar el derecho de defensa al acusado ni el de aportar pruebas, siendo
condenado a muerte. Tan pronto se produjo la condena, fue trasladado a la ciudad de
Bayamo donde se realizó el fusilamiento.
20. En el curso de la presente semana (mayo 18, 1966) los hermanos Leopoldo y
Cundo Herrera de 20 y 22 años de edad respectivamente, vecinos del Central China,
ubicado en el pueblo de San Francisco, en la Provincia de Matanzas, fueron condenados a
muerte por un Tribunal Revolucionario que no les brindó las garantías necesarias para su
defensa ni les permitió aportar pruebas y designar abogado defensor. El fusilamiento de
los hermanos Herrera se llevó a efecto en el Reparto La Cumbre, barrio de Versalles en
la ciudad de Matanzas.
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22. El pasado mes de junio (1966) el joven obrero del transporte, de 25 años, Pedro
Raúl Chacón Orellana, fue acusado ente el Tribunal Revolucionario de la Cabaña de
desafecto al régimen, sin que se le permitiera posibilidad alguna de defensa y condenado
a muerte. Fue fusilado en la propia Fortaleza La Cabaña.
23. En los primeros días del actual mes de julio fue detenido el obrero cubano
Segundo Sebastián Portas Montero, acusado de desafecto al régimen habiendo sido
ingresado en la prisión de la Fortaleza de La Cabaña. En la semana que cursa (julio de
1966), fue sometido a juicio ante el Tribunal Revolucionario que funciona en dicha
Fortaleza, y sin que se le permitiera utilizar los más elementales medios de defensa fue
condenado a muerte y fusilado.
B. Ametrallamiento de ciudadanos
28. El día 23 de octubre de este año (1966) un grupo de jóvenes cubanos decidió salir
de Cuba nadando desde la Costa del poblado de Caimanera, en la provincia de Oriente,
hacia la base naval norteamericana de Guantánamo. Cuando los jóvenes se habían
lanzado al mar y se encontraban nadando, fuerzas armadas del denominado "Batallón
Fronterizo" del Gobierno de Cuba, los persiguieron en una lancha y los ametrallaron.
Tres de los jóvenes fueron asesinados, siendo identificados dos de ellos que eran Pedro
Baraña de 35 años y Francisco Arcano Galano de 21 años, cuyos cadáveres fueron
encontrados flotando en las aguas de la Bahía de Guantánamo.648
648
Idem., la CIDH concluyó en el informe arriba citado lo siguiente: a) Que las autoridades del Gobierno de Cuba continúan
violando el derecho a la vida, mediante sentencias judiciales en las cuales se impone la pena capital por fusilamiento, luego de
juicios celebrados sin garantías procesales ni medios eficaces para la defensa de los acusados; b) Que en otros casos de violación del
derecho a la vida se realiza por agentes de cuerpos armados, sin fórmula alguna de juicio; c) Que en las prisiones han resultado
muertos presos políticos por acción de los guardianes, o como consecuencia de los maltratos físicos a que han sido sometidos, o por
Continúa en la siguiente página…
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33. Hay que destacar que los graves hechos arriba citados ocurrieron entre los meses
de mayo de 1963 y octubre de 1966. Otro asunto a subrayar es el patrón de las
autoridades cubanas de ejecutar a personas que han intentado o intentan escapar de la isla
ya sea en embarcaciones precarias o a nado. Dentro de ese contexto, no debe olvidarse
que hechos de esa naturaleza ya fueron objeto de recientes decisiones de la CIDH. En el
año 2003, el Estado cubano ejecutó judicialmente sin la observancia de las garantías
mínimas al debido proceso a los ciudadanos cubanos Lorenzo Enrique Copello Castillo,
Bárbaro Leodán Sevilla García, y Jorge Luis Martínez Isaac, quienes intentaron
secuestrar un trasbordador para escapar de Cuba.649 Otro gravísimo caso que reúne las
mismas características fue el hundimiento premeditado e intencional del Barco
Remolcador “13 de Marzo” ocurrida en la madrugada del 13 de julio de 1994.650
35. Antes de finalizar esta sección del presente informe, el Directorio Democrático
Cubano no puede dejar de referirse a dos temas que considera de suma gravedad y que
ocurrieron durante los primeros años de la revolución cubana. El primer tema tiene que
ver con la práctica del régimen antes de llevar a cabo los fusilamientos a los condenados
a muerte, en tanto y en cuanto, se les sometía de forma sistemática a extracciones
forzosas de sangre. El segundo tema tiene que ver con la aplicación de la pena de
muerte a menores de edad.
falta de asistencia médica, y que, en algunos casos, esta situación ha provocado el suicidio de varios presos políticos; d) Que, en
general, los presos políticos son sometidos a tratamientos crueles, infamantes e inusitados; e) Que en las cárceles para mujeres se
aplica a las presas políticas un tratamiento incompatible con su condición de mujer; f) Que se confía a los presos comunes la
custodia de los presos políticos; g) Que las autoridades carcelarias extraen la sangre de numerosos presos políticos condenados a
muerte, sin contar con la autorización de estos; h) Que existen en Cuba campos de concentración donde son recluidos numerosos
presos políticos, para que realicen trabajos forzados y reciban indoctrinación política obligatoria; i) Que continúan funcionando los
tribunales de justicia llamados populares o revolucionarios, algunos de ellos de carácter móvil o ambulante, sin jurisdicción,
determinada, integrados por personas sin capacidad ni experiencia jurídicas, quienes actúan de acuerdo con órdenes impartidas por
superiores militares o políticos, y no conforme a derecho; j) Que comúnmente la justicia se aplica en procesos sumarísimos, con una
sola instancia y sin recursos eficaces para el acusado; k) Que los mencionados tribunales violan el principio de no retroactividad de
las leyes penales en perjuicio del acusado y el principio de la santidad de la cosa juzgada, así como el principio en virtud del cual se
presume que todo acusado es inocente hasta que se pruebe que es culpable; l) Que los acusados no son juzgados en forma imparcial y
que los juicios se llevan a cabo con asistencia de multitudes que intervienen en la celebración del proceso, con manifestaciones de
carácter político; m) Que el rigor de las penas impuestas por las referidas autoridades judiciales Cubanas no guarda proporción con
los delitos que se les imputa a los acusados; y n) Que no existe en Cuba un procedimiento judicial que ampare a las personas contra
los actos de la autoridad que violen, en su perjuicio, los derechos fundamentales consagrados en la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre.
649
Véase más adelante sección del informe sobre la aplicación de la pena de muerte en la última década. También CIDH, Informe Nº
68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
650
Aún cuando este caso no constituye per se un hecho donde el Estado aplicó la pena de muerte, se expone a fin de demostrar un
patrón de conducta de las autoridades cubanas en situaciones donde una persona intenta escapar de la isla. Asimismo, se trata de
flagrantes violaciones del derecho a la vida. Véase CIDH, Informe Nº 47/96, Caso 11.436 (Víctimas del Barco Remolcador “13 de
Marzo” vs. Cuba), 16 de octubre de 1996. En efecto, cuatro barcos pertenecientes al Estado cubano y equipados con mangueras de
agua embistieron un viejo barco remolcador que huía de Cuba con 72 personas a bordo. Los hechos ocurrieron a siete millas de
distancia de las costas Cubanas, frente al puerto de la ciudad de La Habana. Las embarcaciones del Estado cubano embistieron con
sus respectivas proas al remolcador fugitivo con la intención de hundirlo, al mismo tiempo que les lanzaban agua a presión a todas las
personas que se encontraban en la cubierta del mencionado barco, incluyendo mujeres y niños. La súplica de las mujeres y niños para
que el ataque cesara fue en vano, ya que la vieja embarcación denominada "13 de Marzo" se hundió con un saldo de 41 muertos, de
los cuales 10 eran menores de edad. 31 personas sobrevivieron a los sucesos del 13 de julio de 1994. La CIDH condenó al Estado
cubano por esos hechos y declaró su responsabilidad internacional por la violación del derecho a la vida de las víctimas.
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Ese mismo día de la ejecución de 166 cubanos y de modo paulatino y continuado fueron
conducidos en un camión que cargaba aproximadamente 25 cadáveres, al lugar de
enterramiento, en las afueras de la ciudad de Marianao, que es un municipio limítrofe con
La Habana. Se calcula que el mismo camión fue utilizado y que completó su macabra
tarea en siete viajes. Este enterramiento o cementerio privado del régimen castro-
comunista permanece ignorado por el pueblo cubano. Fueron enterrados en un a zanja,
colectivamente.
La motivación de estos fusilamientos masivos del día 27 de mayo, no es sólo una serie de
actos perversos, criminales, lucrativos, (se vende la sangre de los cubanos ejecutados)
sino que van encaminados a la destrucción de los más significativos oponentes del
régimen, ya sean civiles o militares, presos por su lucha contra el régimen castro-
comunista.
37. Además de los graves hechos arriba expuestos, el Directorio Democrático Cubano
pasará a exponer algunos de los testimonios recopilados por la CIDH que dan cuenta
651
Idem., sección E del informe de la CIDH, párrafos 1, 2, y 3, páginas 5 y 6.
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38. Es muy importante destacar que, a raíz de a estos gravísimos hechos ocurridos en
Cuba en aquella época, la CIDH se dirigió en numerosas oportunidades a las autoridades
cubanas solicitándoles información de acuerdo a su Reglamento, y que el Estado cubano
652
Es interesante observar los “cambios” ocurridos en Cuba en relación al tratamiento de menores de edad a lo largo de la historia de
la revolución cubana, ya que en esa época se les fusilaba, encarcelaba, y enviaba a campos de trabajo correccional, y hoy, según, el
último informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Cuba se ha esforzado para “mantener la
buena calidad del sistema sanitario, que ha hecho descender la mortalidad infantil y ha aumentado la esperanza de vida de todos los
ciudadanos”. Naciones Unidas, R/CN.4/2006/33, 20 de enero de 2006, página 7.
653
Idem., Anexo I.
654
Idem., La comunicación de la CIDH al Estado cubano del 22 de octubre de 1964, también exponía otras situaciones que
involucraban flagrantes violaciones de los derechos fundamentales cometidas en perjuicio de otros menores de edad. Así señalaba
que: “Se ha puesto también en conocimiento de la Comisión que otros menores acusados de delitos llamado ‘contrarrevolucionarios’
han sido internados en prisiones para delincuentes adultos. Esta parece haber sido la situación del joven que se dirigió a la
Comisión en los siguientes términos: ‘Tenía yo 17 años y fui condenado a 20 años de prisión. Estuve 31 días en una celda de unos
dos metros y medio de largo. Son estas celdas verdaderos centros de tortura. Había que dormir con la ropa que se tenía puesta, en
un suelo de tierra húmeda y plagada de ratones’. Igualmente se ha comunicado a la Comisión que en la prisión de La Cabaña han
llegado a recluirse hasta cien menores, sancionados con penas que oscilan entre 3 y 30 años de cárcel. La Comisión ha sido
informada específicamente de un menor de 15 años de edad, cuatro menores de 16 años y uno de 17, que han guardado prisión en
aquella fortaleza, cumpliendo penas hasta de treinta años. La Comisión también ha sido informada de que los menores de edad
suelen ser reclutados para prestar servicio militar obligatorio, en virtud de la Ley 1, 129 de 1963, alegándose que los reclutados son
sometidos a un régimen de trabajo obligatorio ‘en forma arbitraria, sin ningún previo sorteo o sistema igualitario o calificado de
selección’ y en lugares inhóspitos, inadecuados para su condición de menores. De ser exactas las denuncias mencionadas, las
autoridades del Gobierno de Cuba estarían violando los Artículos XVI y XVII de la Carta Interamericana de Garantías Sociales,
suscrita en 1948 por el Gobierno de Vuestra Excelencia, los cuales disponen que ‘los menores de 14 años y los que habiendo
cumplido esa edad sigan sometidos a la enseñanza obligatoria en virtud de la legislación nacional, no podrán ser ocupados en
ninguna clase de trabajo’ y que ‘es prohibido el trabajo nocturno y en labores insalubres o peligrosas a los menores de 18 años’.
Por otra parte, cabe señalar que el Artículo 66 de la propia Ley Fundamental de la República de Cuba expresamente prohíbe el
trabajo a los menores de 14 años. En las comunicaciones dirigidas a la Comisión se denuncia que el Gobierno de Cuba ha dispuesto
la revisión de sentencias judiciales ya ejecutoriadas respecto de las cuales se encontraban los reos cumpliendo penas carcelarias. Se
ha informado a la Comisión que la pena impuesta en estos nuevos juicios empeora la situación de los acusados, en lugar de
beneficiarla. También se alega ante la Comisión que en estos nuevos juicios no se ofrece al acusado las garantías mínimas
procesales, y que se atemoriza a los abogados que acuden a defender a los enjuiciados. Por ejemplo, la Comisión ha sido informada
de que en la revisión de las causas de los ciudadanos cubanos Ignacio Fonseca Rodríguez, Celso Modesto Torres Gonzáles,
Pitágoras Cisneros Cambra, Arnaldo Jiménez y Marcelino Vidal, quienes venían cumpliendo pena carcelaria desde 1959 en virtud de
sentencia impuesta en ese año, han sido condenados en nuevo juicio a la pena de muerte por fusilamiento” (énfasis agregado).
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hizo caso omiso de las mismas. En efecto, consta en el informe de 1967 anteriormente
citado que “desde julio de 1963 hasta febrero 1º de 1967, la Comisión transmitió las
partes pertinentes de 103 denuncias, mediante 31 notas dirigidas al Gobierno de Cuba”.
En otro informe emitido el 7 de mayo de 1970655, la CIDH dejo registrado que “[d]e
conformidad con su Reglamento la Comisión procedió a darle a las denuncias de
referencia el trámite pertinente. Con este propósito se dirigió al Gobierno de Cuba
transmitiéndole las partes pertinentes de las reclamaciones y solicitándole, al mismo
tiempo, que le suministrara la información que considerara oportuna. Desde abril de
1967, fecha de la publicación del último informe sobre Cuba, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ha dirigido al Gobierno cubano quince (15) notas
con las cuales se acompañaron las partes pertinentes de treinta y siete denuncias
concretas sobre violaciones de los derechos humanos fundamentales. En ningún caso
obtuvo respuesta no obstante que algunas de dichas solicitudes de información fueron
reiteradas en vista del carácter extremadamente urgente y grave de los hechos
denunciados”.656
655
CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Presos Políticos en Cuba, OEA/Ser.L/II.23, doc. 6, 7 de mayo de 1970,
Introducción, página 1º.
656
Idem.
657
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, veáse párrafos 5 al 11, y
CIDH, Informe Nº 68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), véase párrafos 6-14.
658
En el mes de septiembre de 2006 se llevó a cabo la presentación del informe sobre la situación de los derechos humanos en Cuba
que efectuó la Dra. Christine Chanet, Representante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos ante --el recientemente creado-- Consejo de Derechos Humanos. La Dra. Chanet manifestó ante el Consejo de Derechos
Humanos que “[h]a llegado la hora de constatar que el mandato renovado cada año lleva a una forma de callejón sin salida debido a
la negativa de las autoridades Cubanas a todo contacto”. Esta falta de cooperación del Estado de Cuba con el trabajo de la
representante de la Alta Comisionada también se refleja en su informe cuando manifiesta que “intentó ponerse en contacto varias
veces con las autoridades Cubanas para entablar con ellas un diálogo que facilitase el cumplimiento de su cometido (…) [y que] no
ha recibido respuesta alguna de las autoridades Cubanas”. La réplica y amenaza del representante permanente de Cuba en Ginebra,
Juan Antonio Fernández Palacios al informe de la Dra. Chanet no se hizo esperar: “No le quepa a usted duda alguna que más
temprano que tarde su ilegítimo mandato no será recordado por nadie. Si en algo desea todavía contribuir a los incipientes esfuerzos
de construcción de este Consejo [de Derechos Humanos] puede usted hacer una importante contribución: renuncie de inmediato”.
Al respecto, la organización Human Rights Watch en su último informe sobre Cuba calificó de “preocupante” la respuesta del
gobierno cubano al informe antes citado, y manifestó además que, en comparación con la “desacreditada Comisión de Derechos
Humanos cuya afiliación a menudo incluyó a famosos violadores de derechos humanos, la elección de Cuba y otros países con
Continúa en la siguiente página…
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40. En su último informe sobre Cuba, la organización Human Rights Watch afirma
que “de lo que se sabe, ninguna ejecución se ha llevado a cabo desde abril del 2003”.659
Es importante, sin embargo, exponer y analizar en este informe no sólo la aplicación de la
pena de muerte llevada a cabo en abril del 2003, sino también, las decisiones adoptadas
por el Estado cubano desde hace una década con respecto a la pena de muerte. Así, por
ejemplo, en otra publicación la organización Human Rights Watch afirma que “[e]l
Gobierno cubano todavía no ha ofrecido las cifras de su población penitenciaria total, ni
mucho menos del número de presos condenados a muerte. En marzo de 1999, el
Gobierno de Cuba anunció que un tribunal de La Habana había condenado a muerte a
Raúl Ernesto Cruz León por terrorismo, partiendo de su presunta relación con las
explosiones en hoteles cubanos. Los fiscales cubanos sentenciaron a muerte a un
segundo salvadoreño, Otto René Rodríguez Llerena, en abril de 1999. En enero de 1999,
un tribunal habanero condenó a Sergio Antonio Duarte Scull y a Carlos Rafael Pelaez
Prieto a muerte por los asesinatos de dos turistas italianos en septiembre de 1998”.660
escasos registros de derechos humanos confirmaron que el Consejo [de Derechos Humanos] no se había mostrado superior a esta
perturbadora práctica” Christine Chanet, Representante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Ginebra, AFP, 26 de septiembre de 2006, y Radio Naciones Unidas, Declaraciones del Embajador cubano Juan Antonio
Fernández Palacios, Ginebra, 26 de septiembre de 2006. Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Cuestión de la Violación de
los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales en Cualquier Parte del Mundo, Situación de los Derechos Humanos en Cuba,
Informe presentado por Christine Chanet, Rpresentante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, E/CN.4/2006/33, 20 de enero de 2006, página 2.
659
Human Rights Watch, Informe Anual 2007, Cuba.
660
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., páginas 153-155.
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Agüica, entre ellos Lázaro Pino López. Se informó de que Eric Martínez estaba
condenado a muerte en la Prisión Provincial de Las Tunas”.661
42. El 2 de abril de 2003, Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla
García y Jorge Luis Martínez Isaac, ciudadanos cubanos, fueron acusados de participar,
junto a otras ocho personas, en el secuestro de un trasbordador que realizaba el trayecto
entre La Habana y la localidad de Casablanca y Regla, con aproximadamente 40 personas
abordo. El objeto del secuestro de la embarcación era trasladarse a las costas de Florida,
Estados Unidos de América. El secuestro terminó aproximadamente a las 4 de la tarde
del 2 de abril de 2003, sin derramamiento de sangre y/o personas heridas o lesionadas.
Tres días después de los hechos antes descritos, esto es, el 5 de abril de 2003, las
personas que participaron en el secuestro del trasbordador fueron puestas a disposición
del Tribunal Provincial Popular de la Ciudad de La Habana, Sala de los Delitos contra la
Seguridad del Estado.
661
Idem.
662
CIDH, Informe Nº 68/06, Caso 12.477 (Lorenzo Enrique Copello Castillo y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006.
663
Idem., párrafo 123.
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3. Adoptar las medidas necesarias para evitar que hechos similares vuelvan a
cometerse, de conformidad con el deber del Estado de respetar y garantizar los derechos
humanos.664
45. En relación a las obligaciones internacionales del Estado de otorgar a las víctimas del caso arriba citado el derecho a la
justicia y a un debido proceso, la CIDH señaló en su análisis que el proceso seguido contra los señores Copello, Sevilla y Martínez
comenzó el 5 de abril de 2003 y terminó el 11 de abril de 2003, plazo dentro del cual incluso les fue aplicada la pena de muerte.
También que las víctimas fueron juzgadas mediante un proceso de carácter sumarísimo, en cual se impuso la pena más severa
contemplada en la legislación Cubana, esto es, la pena de muerte.
46. En este sentido, la CIDH manifiesta que la sentencia emitida el 8 de abril de 2003 por el tribunal de primera instancia en
dicho caso “no hace referencia ni argumenta los motivos que llevaron al Tribunal a decidir la aplicación de tal excepcional
665
procedimiento y tampoco fundamenta la reducción de los términos”. Que el “procesamiento de las presuntas víctimas mediante
juicios sumarísimos no fue proporcional a la complejidad del caso y la gravedad de las penas impuestas, por lo que los procesos en
666
su contra no pueden considerarse apropiados ni justos”. Según la CIDH, “la aplicación de un procedimiento de carácter tan
667
reducido, entre otras cosas, impidió a las víctimas ejercer el derecho a defensa adecuadamente [y que en consecuencia] no
668
dispusieron del tiempo suficiente para reunirse con sus abogados con el objeto de preparar la defensa”.
47. En relación a los abogados de oficio asignados por el Estado a las víctimas, la CIDH manifiesta que “no existe información
de que (…) hayan realizado una investigación seria sobre los hechos imputados a sus defendidos, sobre las circunstancias atenuantes
de éstos ni consta en la sentencia de primera instancia la presentación de argumentos que tuvieran por objeto reducir la pena que el
669
fiscal proponía y que el Tribunal aceptó”. En relación a los presuntos antecedentes penales de una de las víctimas, la CIDH deja
constancia que la defensa no rebatió lo señalado por el tribunal de primera instancia en cuanto manifiesta que Bárbaro Sevilla García,
48. En este sentido, afirma la CIDH que “los acusados no tuvieron la oportunidad de
plantear la cuestión de la competencia de los abogados defensores durante el
procedimiento de primera instancia y en las etapas ulteriores de las actuaciones
seguidas contra ellos. A juicio de la Comisión, esto constituye una grave falla en la
protección de los derechos fundamentales al debido proceso de los acusados por delitos
que pueden ameritar la pena capital ante los tribunales internos del Estado”.671 En
consecuencia, a las víctimas “no se les reconoció su derecho a un patrocinio letrado
competente a los efectos de las actuaciones seguidas contra ellos [y que] el Estado es
responsable de violar el derecho de los señores Copello, Sevilla y Martínez a un juicio
justo previsto en el artículo XVIII de la Declaración Americana, y de su derecho al
debido proceso previsto en el artículo XXVI de la Declaración Americana”.672
664
Idem., párrafo 124.
665
Idem., párrafo 93.
666
Idem., párrafo 95.
667
Idem., párrafo 97.
668
Idem., párrafo 99.
669
Idem., párrafo 100.
670
Idem., párrafo 101.
671
Idem., párrafos 103 y 104.
672
Idem., párrafo 104.
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los acusados como también se impidió el acceso a la prensa” y que dicha decisión “sólo
tuvo por objeto aumentar el dolor de los acusados y de su familia”.673 Por último, que
“los señores Copello, Sevilla y Martínez fueron juzgados y condenados a la pena de
muerte por un Tribunal que no reúne los requisitos exigidos de imparcialidad e
independencia, mediante procedimiento sumarísimo que nos les permitió ejercer un
derecho a defensa adecuado y donde se les aplicó una figura penal que no corresponde
con la conducta desarrollada por los acusados”.674
50. Con respecto a la violación del derecho a la vida de las víctimas, la CIDH
concluyó que “el Estado [cubano] al ejecutar a los señores Copello, Sevilla y Martínez
en virtud de la sentencia de muerte dictada contra ellos, cometió una violación
deliberada y gravísima del artículo I de la Declaración Americana”.675 Dicho
organismo, llegó a esa conclusión señalando que “en reiteradas ocasiones ha concluido
que el que el artículo I de la Declaración prohíbe la aplicación de la pena de muerte
cuando ello determinaría una privación arbitraria de la vida. Además, la Comisión
incluyó entre los vicios que determinarán una privación arbitraria de la vida a través de
la pena de muerte, la omisión, por parte del Estado, de conceder a un acusado garantías
judiciales estrictas y rigurosas de un juicio justo. En consecuencia, cuando se ha
infringido el derecho de un preso condenado a un juicio justo en relación con las
actuaciones que hayan conducido a que se le imponga la pena de muerte, la Comisión ha
sostenido que ejecutar a la persona en virtud de esa sentencia constituiría una violación
deliberada y gravísima del derecho a la vida previsto en el artículo I de la Declaración
Americana”.676
673
Idem., párrafo 105.
674
Idem., párrafo 114.
675
Idem., párrafo 118.
676
Idem., párrafo 117.
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después de la sentencia, lo que deja muy poco tiempo para preparar una defensa adecuada
a un caso de este tipo, y tienen diez días para emitir un fallo. Si se confirma la sentencia,
el tribunal remite el caso al Consejo de Estado. El recurso ante el Consejo de Estado --un
órgano presidido por el presidente Castro, con miembros seleccionados por la Asamblea
Nacional, y considerando la ‘representación suprema del Estado de Cuba’ en virtud de las
leyes Cubanas-- como árbitro en última instancia de los casos capitales limita toda
apariencia de independencia judicial. Si el Consejo de Estado no adopta una decisión
antes de diez días, el Código de Procedimiento Penal establece la presunción de que este
órgano no aprobó la conmutación de la pena. Este procedimiento permite que una
ejecución siga su curso aunque el Consejo de Estado no haya revisado el caso.677
52. No es coincidencia, sino un hecho probado que la praxis del Estado cubano en
materia de aplicación de la pena de muerte ha constituido y sigue constituyendo una
flagrante violación del derecho a la vida, por cuanto no observa --en los hechos ni en el
derecho-- las garantías mínimas del debido proceso, y más aún, en circunstancias donde
su observancia es esencial en virtud de que se halla en juego el supremo bien que
reconocen y protegen todas las declaraciones y tratados de derechos humanos: la vida
humana. Lo anterior es confirmado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
cuando señala que:
54. En relación al trato humano que en términos generales deben recibir todas las
personas privadas de su libertad, el derecho internacional de los derechos humanos es
muy claro al respecto. Así, la Declaración Americana en su artículo I consagra el
677
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 152.
678
Corte I.D.H., Caso Hilaire, Constantine, Benjamín y Otros vs. Trinidad y Tobago, párrafo 148.
679
Véase, Ana Salgado Osuna, Profesora de Derecho Internacional Público, Universidad de Sevilla, España, La Pena de Muerte en
Derecho Internacional: Una Excepción al Derecho a la Vida, Editorial Tecnos, S.A., 1999.
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El personal penitenciario de Las Tunas lleva al parecer a cabo las ejecuciones en una
colina cercana donde los guardias atan a los presos a un poste alto. Aparentemente,
varios vehículos oficiales dirigen sus luces sobre el condenado cuando el pelotón lo
fusila.683
58. Human Rights Watch también refirió en su informe que fueron informados sobre
posibles ejecuciones en la Prisión Combinado del Este en La Habana en 1996 y 1997, y
que,
680
Naciones Unidas, Comité de Derechos Humanos, Doc. CCPR/C/21/Rev.1, Add.3, p.4, párrs. 3-4.
681
Véase Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 152.
682
Entrevista de Human Rights Watch con Marcos Antonio Hernández García, Toronto, 13 de abril de 1998, en Human Rights
Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., págna 154.
683
Idem.
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los fusilamientos tienen lugar al parecer, entre las ocho y las nueve de la noche, en un
cerro conocido como Las Canteras, que puede verse desde ciertas partes de la prisión.684
59. Los gráficos --y graves hechos-- expuestos por la organización arriba citada --en
base a la recopilación de testimonios--, demuestran el terrible desprecio que tienen las
autoridades Cubanas por el derecho a la vida de la población penal, pero en especial
demuestra el tratamiento degradante, cruel e inhumano que se ejerce con los condenados
a muerte. A ello debe sumarse los gravísimos antecedentes que tiene el régimen cubano
durante los primeros años de la revolución, los mismos que dan cuenta de las
extracciones forzosas de sangre; tratamiento vejaminoso contra presos políticos en
general, inclusive contra menores y mujeres presas; fusilamientos sin fórmula de juicio
contra menores de edad; campos de concentración; asesinatos de presos, muertes y
suicidios por maltratos y enfermedades; ametrallamiento de ciudadanos; etc. De acuerdo
a la jurisprudencia constante y reiterada del derecho internacional de los derechos
humanos, “toda persona privada de libertad tiene derecho a ser tratada con dignidad y
el Estado tiene la responsabilidad y el deber de garantizarle la integridad personal
mientras se encuentra en reclusión. En consecuencia, el Estado, como responsable de
los establecimientos de detención, es el garante de estos derechos de los detenidos.”685
60. Además de las flagrantes violaciones del derecho a la vida cometidas por el
Estado cubano al aplicar la pena de muerte sin la observancia de las garantías mínimas al
debido proceso a las personas sometidas a su jurisdicción, hay que tener en cuenta
también que las personas condenadas a muerte sufren de una gravísima angustia mental
al esperar ser ejecutados.686 Si a eso le agregamos la práctica ejercida por las autoridades
cubanas antes de llevar a cabo dichas ejecuciones, nos encontramos con hechos que
constituyen flagrantes violaciones del derecho a la integridad personal de dichos reclusos.
Más aún, los hechos que describen las extracciones forzosas de sangre y a los guardias
cubanos atar a los presos a un poste alto, mientras varios vehículos oficiales dirigen sus
luces sobre los condenados cuando el pelotón los fusila, y que se ejecutan a dichas
personas en las inmediaciones de las prisiones para crear un clima de terror que sirva
como método disuasivo a otros condenados a muerte, constituyen --dentro del ámbito del
derecho internacional de los derechos humanos-- una práctica de tratos crueles,
inhumanos y degradantes.
61. En efecto, “la infracción del derecho a la integridad física y psíquica de las
personas es una clase de violación que tiene diversas connotaciones de grado y que
abarca desde la tortura hasta otro tipo de vejámenes o tratos crueles, inhumanos o
degradantes cuyas secuelas físicas y psíquicas varían de intensidad según los factores
endógenos y exógenos que deberán ser demostrados en cada situación concreta. La
Corte Europea de Derechos Humanos ha manifestado que, aún en la ausencia de
lesiones, los sufrimientos en el plano físico y moral, acompañados de turbaciones
psíquicas (…), pueden ser considerados como tratos inhumanos. El carácter degradante
684
Entrevistas de Human Rights Watch con Marcos Antonio Hernández García, Toronto, 13 de abril de 1998, y Adriano Gonzáles
Marichal, Toronto, 14 de abril de 1998, en Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 155.
685
Corte I.D.H., Caso Hilaire, op.cit., párrafo 165.
686
Véase Corte Europea de Derechos Humanos, Caso Soering vs. Reino Unido, donde se deja establecido que el período de espera,
previo a la ejecución provoca en el condenado a muerte un sufrimiento de angustia mental.
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63. Es importante --a modo de reflexión final del presente capítulo sobre la pena de
muerte-- destacar, asimismo, que de acuerdo a la evolución del derecho de gentes, de los
principios consagrados en los diferentes instrumentos internacionales de derechos
humanos, y de los dictámenes que al respecto han emitido los órganos de supervisión de
los sistemas regional y universal de derechos humanos, la aplicación de la pena de muerte
por un Estado sin la observancia de las garantías mínimas del debido proceso equivale a
una ejecución sumaria o extrajudicial, y por consiguiente es un crimen de derecho
internacional.
64. Para mayor ilustración del tema, es pertinente citar al Juez y ex Presidente de la
Corte Interamericana de Derechos, Antonio Cançado Trindade cuando señala que,
687
Corte I.D.H., Caso Loayza Tamayo vs. Perú, párrafo 57. También, Corte Europea de Derechos Humanos, Case of Ireland v. the
United Kingdom, Judgment of 18 January 1978, Series A no. 25 párr. 167
688
Corte I.D.H., Caso Hilaire, op.cit., párrafo 100.
689
El artículo 29(2) del Código Penal Cubano dispone que la sanción de muerte no puede imponerse a los menores de 20 años de
edad ni a las mujeres que cometieron el delito estando en cinta o que lo estén al momento de dictarse la sentencia. Es importante
señalar, sin embargo, que en los primeros años de la revolución Cubana se enviaron al paredón de fusilamiento a menores de edad, lo
cual está ampliamente documentado en los informes especiales de la CIDH de aquella época.
690
Como ya se ha visto al inicio de este capítulo, las ejecuciones judiciales efectuadas en abril de 2003 contra tres personas, tuvieron
lugar debido a hechos que no resultaron en pérdidas de vidas humanas, lesionados, ni derramamiento de sangre. Según el Estado
cubano, dichas personas cometieron el delito de terrorismo; sin embargo, el Consejo de Estado al ratificar la condena a muerte le dio
una connotación claramente política a su decisión, y por último, el proceso que terminó en ejecuciones judiciales para las víctimas fue
efectuado sin las garantías del debido proceso. En efecto, El Consejo de Estado señaló que había analizado a profundidad los hechos y
que constituían un “peligro potencial” para la seguridad del país “sometido a un plan siniestro de provocaciones fraguado por los
sectores más extremistas del Gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la mafia terrorista de Miami con el único propósito de
crear condiciones y pretextos para agredir a nuestra Patria, la cual será defendida al precio que sea necesario, consideró
absolutamente justas y con estricto apego a las leyes las decisiones de ambos tribunales y ratificó las sentencias”. En Declaración
del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba de fecha 11 de abril de 2003. En http://www.Cubaminrex.cu
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65. De la misma opinión es la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre las
Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, Dra. Asma Jahangir, cuando
manifiesta que,
La Relatora Especial desea subrayar que la pena capital debe considerarse en todas las
circunstancias una derogación extrema del derecho fundamental a la vida y, por lo tanto,
ha de aplicarse de la forma más excepcional y restrictiva posible. Es imprescindible,
asimismo, que se respeten plenamente todas las restricciones y garantías procesales
relativas a la pena capital que prevén los instrumentos internacionales de derechos
humanos, en todos los procedimientos relacionados con delitos punibles con dicha pena.
La Relatora Especial interviene en los casos de pena capital cuando hay motivo para creer
que no se han respetado las restricciones internacionales. En esos casos, la ejecución
de la pena de muerte puede constituir una forma de ejecución sumaria o arbitraria.
Cabe señalar que es difícil obtener estadísticas precisas sobre la pena de muerte ya que
los países que todavía la aplican no dan a conocer oficialmente dichas cifras (énfasis
agregado).692
66. La importante jurisprudencia y doctrina antes citada, debe ser analizada y tenida
presente en el contexto de los fusilamientos sin debido proceso efectuados por la
revolución cubana, no solamente en la última década --lapso que comprende el análisis
del presente capítulo del informe-- sino también los perpetrados de forma sistemática
691
Corte I.D.H., Caso Hilaire, Constantine y Benjamín vs. Trinidad y Tobago, Voto Razonado del Juez Antonio Cancado Trindade,
párrafos 30, 32 y 33.
692
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Los Derechos Civiles y Políticos, en Particular las Cuestiones Relacionadas con
las Desapariciones y las Ejecuciones Sumarias, Las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Informe de la Relatora
Especial, Asma Jahangir, E/CN.4/2004/7, 22 de diciembre de 2003, párrafos 47 y 48.
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contra opositores pacíficos al régimen durante sus primeros años. No es menester del
presente informe abarcar los gravísimos antecedentes históricos que existen en esa
materia, pero si manifestar que los mismos constituyen violaciones flagrantes del derecho
a la vida, que por su escala, volumen y gravedad deben ser considerados como crímenes
de lesa humanidad y que las condiciones de su responsabilidad deben ser establecidos
por el derecho internacional con independencia de lo que pueda establecerse en el
derecho interno del Estado cubano. Dentro de este contexto, es imprescindible recordar
las características693 que distinguen a este tipo de crímenes: la imprescriptibilidad, la
imposibilidad de amnistiarlos y la imposibilidad de invocar la eximente de obediencia
debida como justificación.694
693
En un estudio efectuado por Human Rights First, sobre los desafíos de la justicia, se hacen algunas reflexiones en relación a la
imprescriptibilidad de los crímenes de derecho internacional. Así, se ha señalado que, la definición de los crímenes internacionales se
encuentra estrechamente ligada a la evolución del Derecho Penal Internacional, rama del derecho internacional que determina los
crímenes y explica las fuentes que los generan. Dentro de ese contexto, después de la segunda guerra mundial, el desarrollo del
derecho penal internacional ha consolidado conceptos de crímenes reconocidos en el derecho internacional que son prohibidos en la
conciencia universal de las naciones y cuya comisión es punible, implique o no una violación del derecho interno del país donde se
haya cometido. Entre los crímenes reconocidos en el derecho internacional que son considerados también crímenes de lesa
humanidad, se encuentran los crímenes de guerra o transgresiones al derecho internacional humanitario, el genocidio, la tortura, la
desaparición forzada de personas, las ejecuciones extrajudiciales, la esclavitud y el apartheid. El derecho internacional exige la
existencia de una norma previa para poder condenar actos u omisiones. Sin embargo, es claro que al definir el concepto de la ley
penal aplicable se refiere no sólo a la legislación nacional sino también al derecho internacional. En el derecho internacional la norma
no puede ser entendida en un sentido formal, restringido, y estricto --que emana de un poder centralizado con facultades legislativas--
sino que debe ser entendida en un sentido más amplio en donde las normas incluyan no sólo las leyes o tratados sino otras fuentes
como la costumbre internacional y los principios generales de derecho. En ese sentido, no es que el derecho penal internacional
permita la aplicación retroactiva de las leyes sino que los crímenes de derecho internacional --que no observan la misma formalidad de
las legislaciones nacionales en su determinación-- también pertenecen al derecho aplicable. Así también lo expresa Amnistía
Internacional en el documento presentado ante la Cámara de los Lores en el Reino Unido en merito del caso Pinochet. En dicho
documento se sostiene que una persona acusada de crímenes de lesa humanidad puede ser procesada conforme a normas de derecho
internacional, incluidos los principios generales reconocidos por el derecho internacional. En ese sentido, el principio de
irretroactividad de la ley penal no es transgredido, si se condena a una persona por actos u omisiones que al momento de cometerse se
encuentren sancionadas en el derecho nacional o en el derecho internacional (pudiendo provenir de sus diversas fuentes como tratados,
convenciones, la costumbre o de los principios generales de derecho aceptados por la comunidad internacional). El valor de procesar
al individuo por un crimen de derecho internacional y no en el derecho nacional descansa en que se enfatiza la gravedad de la ofensa.
En ese sentido, el reconocimiento del crimen en el derecho internacional faculta a los tribunales nacionales a la aplicación directa del
derecho internacional, sin necesidad de recurrir a los tipos delictivos locales. En el caso de solicitud de extradición del General
Augusto Pinochet ante el Tribunal de Primera Instancia de Bruselas en Bélgica, el Juez Vandermeersch decidió la aplicación directa
de los crímenes de lesa humanidad reconocidos en el derecho internacional a fin de determinar la existencia de jurisdicción universal
sobre los actos de los que el General Pinochet era acusado, aún cuando la legislación nacional no contemplaba estos crímenes. En
conclusión, es posible procesar y condenar por actos u omisiones que aún cuando al momento de cometerse no fueran delito según la
legislación nacional de un país, si el acto ya era considerado criminal por el derecho internacional. Para determinar las conductas
consideradas criminales, es preciso atender a lo dispuesto en el derecho nacional y el derecho internacional. Es posible la aplicación
directa de los crímenes reconocidos en el derecho internacional para su procesamiento y condena aún cuando no se encuentren
previstos en la legislación nacional. En Desafíos de la Justicia, Análisis de la Imprescriptibilidad e Irretroactividad de la Ley Penal
aplicado a Violaciones de Derechos Humanos en el Perú, Caterina Reyes, Human Rights First, Lawyers Committee For Human
Rights, páginas 13-31.
694
Para mayor abundancia sobre los antecedentes materiales y documentales que existen sobre los fusilamientos sistemáticos, sin la
observancia de las garantías de un debido proceso, contra disidentes y opositores pacíficos, no hay nada más que revisar los siete
informes especiales producidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre Cuba. Sumado a ello, deben existir en
los archivos de la CIDH las denuncias efectuadas por los familiares de aquéllas víctimas. Dichos documentos han adquirido hoy en
día un valor histórico y jurídico para otorgarle a la sociedad Cubana en su conjunto, y en especial, a las nuevas generaciones el
derecho a la verdad de lo ocurrido con sus seres queridos. En efecto, en el Séptimo Informe Especial sobre la Situación de los
Derechos Humanos en Cuba, la CIDH hace una síntesis sobre sus diferentes pronunciamientos en torno a la aplicación de la pena de
muerte a partir de los primeros años de la revolución Cubana: “En su Primer Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos
en Cuba, (mayo de 1962), la CIDH expresó su preocupación al Gobierno de ese país por el hecho de que las numerosas denuncias
presentadas por supuestas violaciones al derecho a la vida bajo la forma de ejecuciones decretadas por Tribunales Revolucionarios y
por el restablecimiento de la pena de muerte. En el Segundo Informe de la Comisión (mayo de 1963), dedicado a la situación de los
presos políticos, se expusieron diversas denuncias que daban cuenta de las ejecuciones de numerosos presos y de las condiciones en
que dichas ejecuciones tenían lugar. En su Tercer Informe (abril de 1967), la Comisión nuevamente se refirió a las violaciones del
derecho a la vida por parte del Gobierno cubano a través de "sentencias judiciales en las cuales se impone la pena capital por
fusilamiento, luego de juicios celebrados sin garantías procesales ni medios eficaces para la defensa de los acusados", afirmando que
"en otros casos la violación al derecho a la vida se realiza por agentes de cuerpos armados, sin fórmula alguna de juicio". En su
Continúa en la siguiente página…
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Cuarto Informe (Segundo sobre la situación de los Presos Políticos, abril de 1970), la Comisión nuevamente se refirió al tema
reiterando las afirmaciones derivadas de denuncias que describían situaciones similares a las ya expuestas, incluyéndose en esta
oportunidad hechos referidos a ejecuciones mientras se encontraba en trámite el recurso de apelación de las sentencias de muerte. En
el Quinto Informe (mayo de 1976), la Comisión abordó el tema de las violaciones del derecho a la vida por el Gobierno de Cuba
transcribiendo una lista de personas ejecutadas por ese Gobierno, así como una descripción de los lugares en que esas ejecuciones
estaban siendo llevas a cabo. El Sexto Informe elaborado por la Comisión (diciembre de 1979) afirmó que ésta no había recibido
denuncias de ejecuciones en Cuba, manifestando al mismo tiempo su preocupación más por las posibilidades latentes de aplicar la
pena de muerte por cuestiones políticas, debido a la legislación vigente, que por la práctica del Gobierno de Cuba al respecto.
Fuentes autorizadas, sin embargo, han señalado que durante 1981 y 1982 se habrían ejecutado alrededor de 80 presos políticos como
consecuencia de fallos judiciales. Esta situación representa un marcado retroceso en lo que concierne a la protección del derecho a
la vida por parte del Gobierno de Cuba y pone de manifiesto tanto un recrudecimiento de las tensiones políticas en ese país, como la
forma de operar de sus aparatos represivos. La CIDH expresa al Gobierno de Cuba, una vez más, su profunda preocupación por este
tipo de situaciones”. CIDH, OEA/Ser.L/V/II.61, Doc. 29 rev. 1, 4 de octubre de 1983, párrafos 19-21.
695
CIDH, Informe sobre el Proceso de Desmovilización de las AUC de Colombia, OEA/Ser.L/V/II.120, 13 diciembre 2004, párrafos
24 y 40).
696
Corte I.D.H., Caso Blanco Romero y Otros vs. Venezuela, p. 98.
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vulnerado derechos inderogables de personas inocentes han sido documentados por los
organismos internacionales de derechos humanos.697
69. Tal como se ha señalado al inicio del presente informe, la investigación,
identificación, procesamiento y sanción de los responsables materiales e intelectuales de
graves crímenes de derecho internacional no es algo que le concierne solo a los
damnificados directos de estos execrables hechos, sino también, a la sociedad cubana en
su conjunto como titular del derecho a la verdad. Tal como ha estipulado la Corte
Interamericana de Derechos Humanos “los familiares de víctimas de graves violaciones
de los derechos humanos tienen el derecho de conocer la verdad. Este derecho a la
verdad, al ser reconocido y ejercido en una situación concreta, constituye un medio
importante de reparación para la víctima y sus familiares y da lugar a una expectativa
que el Estado debe satisfacer. Por otra parte, el conocer la verdad facilita a la sociedad
la búsqueda de formas de prevenir este tipo de violaciones en el futuro. En
consecuencia, los familiares de las víctimas tienen el derecho y los Estados la
obligación, a que lo sucedido a aquellas sea efectivamente investigado por las
autoridades del Estado, se siga un proceso contra los presuntos responsables de estos
ilícitos y, en su caso, se les impongan las sanciones pertinentes”.698 De acuerdo a lo
señalado, la verdad de lo sucedido a las víctimas de graves violaciones de los derechos
humanos deberá esclarecerse no sólo como una medida de reparación para los familiares
inmediatos, sino también, para la sociedad cubana, y en especial para aquellas nuevas
generaciones de ciudadanos cubanos que sólo conocen la historia a través de los libros
que sólo les permiten leer las autoridades cubanas, y a través de unos medios de
comunicación, cuyo único propietario es el Estado.
697
Uno de estos casos es el hundimiento premeditado e intencional del Barco Remolcador “13 de Marzo” ocurrida en la madrugada
del 13 de julio de 1994. Véase CIDH, Informe Nº 47/96, Caso 11.436 (Víctimas del Barco Remolcador “13 de Marzo” vs. Cuba), 16
de octubre de 1996. Otro caso es la ejecución sumaria perpetrada por un avión militar cubano en espacio aéreo internacional contra
Armando Alejandre Jr., Carlos Costa, Mario de la Peña, y Pablo Morales ocurrida en la tarde del 24 de febrero de 1996. Los misiles
aire-aire disparados por el MIG-29 de la Fuerza Aérea Cubana desintegraron las dos avionetas civiles dando muerte instantánea a las
víctimas quienes realizaban una labor humanitaria sobrevolando el estrecho de La Florida, EE.UU., a fin de rescatar balseros cubanos.
Véase CIDH, Informe Nº 86/99, Caso 11.589 (Armando Alejandre Jr. Y Otros vs. Cuba), 29 de septiembre de 1999. Es muy
importante destacar, que este último caso ha sido declarado por la CIDH como una ejecución sumaria o extra-judicial, y por
consiguiente un crimen de derecho internacional. En efecto, la CIDH, determinó en este caso que “[d]e las circunstancias que
rodearon los hechos ocurridos el 24 de febrero de 1996, del volumen y uso desproporcionado e indiscriminado de fuerza letal que se
utilizó contra las avionetas civiles, y de la forma en que las autoridades de la Torre de Control Militar de La Habana felicitaron a los
pilotos del MIG-29 después de haber cumplido sus órdenes, la Comisión considera suficientemente probado que Carlos Costa,
Pablo Morales, Mario De La Peña y Armando Alejandre Jr. fueron objeto de una ejecución arbitraria o extrajudicial por parte de
agentes del Estado cubano. En consecuencia, el Estado cubano es responsable por la violación del derecho a la vida, consagrado en
el artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (énfasis agregado)”. Uno de los elementos de
convicción utilizados por la CIDH en este caso fue el informe de la Organización de Aviación Civil Internacional, lo cual hará aún
más fácil las investigaciones que se lleven a cabo en la futura Cuba democrática. En este sentido, la CIDH manifestó que “no puede
dejar de comentar las conclusiones de la OACI en cuanto a que los agentes del Estado cubano no hicieron nada por utilizar otros
medios que no sean el uso de la fuerza letal para guiar a las aeronaves civiles fuera de la zona restringida o de peligro. La Comisión
considera que el uso indiscriminado de la fuerza, y particularmente el uso de armas de fuego, atenta contra el derecho a la vida y a la
integridad personal. En este caso en particular, los aviones militares actuaron de una forma irregular: sin advertencia previa, sin
pruebas de que su acción fuera necesaria, sin proporcionalidad y sin que existiera debida motivación”. La CIDH incluso citó al
Relator Especial de las Naciones Unidas sobre Ejecuciones Sumarias o Arbitrarias quien había señalado que “si un agente de los
servicios de represión emplea una fuerza superior a la necesaria para alcanzar su objetivo legítimo y resulta muerta una persona,
ello equivaldría a una ejecución arbitraria”. Seguidamente, la CIDH dejó constancia que, en ese caso “los pilotos de las avionetas
civiles no ofrecían ningún peligro para la seguridad nacional de Cuba, ni para el pueblo cubano, ni para los pilotos militares”, y
concluyó citando a la Corte I.D.H. quien señaló que “por graves que puedan ser ciertas acciones no cabe admitir que el poder pueda
ejercerse sin límite alguno o que el Estado pueda valerse de cualquier procedimiento para alcanzar sus objetivos, sin sujeción al
derecho o a la moral. Ninguna actividad del Estado puede fundarse sobre el desprecio a la dignidad humana”. Idem., párrafos 1, 42,
43, 44, y 45.
698
Corte I.D.H., Casos Blanco Romero y Otros, p. 95 y 96; Masacre de Mapiripán, p. 297; Gutiérrez Soler, p. 96; Comunidad
Moiwana, p.204; Hermanas Serrano Cruz, p. 64; 19 Comerciantes, p. 187; Las Palmeras, p. 65.
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ANEXO II
2. En el curso del 2006, el DDC solicitó medidas cautelares para los siguientes
presos políticos: 1) Jorge Luis García Pérez Antunez699, 2) José Gabriel Ramón
Castillo700, y 3) Librado Linares García701. En lo que va del 2007, el DDC solicitó
medidas cautelares para 1) Francisco Pastor Chaviano Gonzáles702, y 2) Normando
Hernández Gonzáles703. A continuación las medidas cautelares solicitadas y las
respuestas de la CIDH a cada una de ellas.
I. ANTECEDENTES
3. En nota del 19 de abril del 2001, el Directorio Democrático Cubano (en adelante
“el Directorio” o “DDC”) se dirigió a esa Honorable Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante “la Comisión” o “CIDH”) a fin de solicitarle la adopción
de medidas cautelares a favor de Jorge García Pérez Antúnez, todo ello de conformidad
con el entonces artículo 29 del Reglamento de la CIDH, actualmente el artículo 25 del
mismo instrumento internacional.
4. En ese momento el DDC informó a la CIDH que el recluso Jorge Luis García
Pérez-Antúnez “se encuentra cumpliendo condena en la prisión Central de Nieves
Morejón, Provincia de Sancti Spíritus en delicado estado de salud debido a un tumor en
699
6 de noviembre del 2006.
700
7 de noviembre del 2006.
701
20 de noviembre del 2006.
702
19 de febrero del 2007.
703
11 de junio del 2007.
288
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704
CIDH, Informe Anual 2001, Capítulo IV, Cuba, párrafo 15.
289
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8. Al observar este cumplimiento parcial por parte del Estado cubano de las medidas
adoptadas para evitar daños irreparables en la persona de Pérez Antunez, la CIDH
manifestó en su Informe Anual 2001 que “toma[ba] nota del cumplimiento parcial de las
medidas cautelares (…) y [que] confia[ba] que la otra medida sea adoptada dentro de un
plazo razonable. El Estado cubano nunca permitió que el médico de la familia examinara
a Pérez Antunez, por lo que la segunda medida cautelar no fue satisfecha.
Mi nombre es Bertha Antúnez Pernet, mayor de edad, en pleno uso de mis facultades
mentales, de nacionalidad cubana, y hermana del prisionero político Jorge Luis García
Pérez “Antúnez” (…), que por medio de la presente estoy solicitando (…) un amparo
inmediato para impedir la muerte de mi hermano.
El hecho en cuestión, por lo que con tanta urgencia y angustia les estoy pidiendo
amparo, es que Jorge Luis ha sido amenazado por las autoridades del gobierno de no
permitirle salir con vida de la prisión, ya que sólo le restan para su excarcelación cinco
meses. Mi gran preocupación es que de alguna forma lo han estado poniendo en
práctica, aunque hasta el momento estos intentos de asesinato han resultado fallidos, y
les mencionaré sólo dos como ejemplo de ello, por lo peligrosos que han sido.
En febrero de 2005, y bajo las órdenes del Capitán Vladimir Méndez Maboa, Jefe de
Enfrentamiento a la Oposición en la Provincia de Villa Clara y Atención a Presos
Políticos, se ubicó junto a mi hermano a un hombre, supuestamente preso, y le orientó
propinarle un certero golpe en la cabeza con una silla de hierro. Como el régimen no
logró el efecto deseado gracias a otros presos, trasladaron a mi hermano para la cárcel
705
Idem.
290
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Para nadie es secreto en mi país que estas personas que agreden a los prisioneros
políticos son instrumentos del régimen por ello ruego su intercesión en favor de la vida
de mi hermano y de tantos hombres y mujeres que en Cuba cumplen sanciones por
motivos políticos, expuestos a un constante clima de peligro y desprotección.
A. COMPETENCIA DE LA CIDH
11. La CIDH ha señalado que “[d]e conformidad con la Carta, todos los Estados
miembros se comprometen a respetar los derechos fundamentales de los individuos que,
en el caso de los Estados que no son parte de la Convención, son los establecidos en la
Declaración Americana, la cual constituye una fuente de obligaciones internacionales.
El Estatuto encomienda a la Comisión prestar especial atención a la tarea de la
observancia de los derechos humanos reconocidos en los artículos I (derecho a la vida, a
la libertad, a la seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho a la justicia) y
706
Testimonio de Bertha Antúnez Pernet, Placetas, Cuba, 31 de octubre de 2006.
707
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Cuba, párrafo 61.
291
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13. Tal como puede observarse, los derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad e
integridad personal consagrados en el artículo I de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre forman parte del catálogo de derechos fundamentales
que el Estatuto encomienda a la CIDH a “prestar especial atención”. El objeto y fin de
la presente solicitud de medidas cautelares que efectúa el DDC a la CIDH trata
justamente de eso: preservar la vida e integridad personal de Jorge Luis García Pérez
Antúnez.
14. El artículo 25(1) del Reglamento de la CIDH dispone que “[e]n caso de gravedad
y urgencia y toda vez que resulte necesario de acuerdo a la información disponible, la
Comisión podrá, a iniciativa propia o a petición de parte, solicitar al Estado de que se
trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas”.
16. Al tratar la gravedad del caso que nos ocupa, tenemos obligatoriamente que
referirnos a los principios consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y
708
Idem., La CIDH cita a la Corte I.D.H., Opinión Consultiva OC-10/89, 14 de julio de 1989, Interpretación de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
Ser. A, Nº 10, párrafos 43-46. La CIDH también cita el artículo 20(a) de su Estatuto.
709
CIDH, Informe Anual 2005, op.cit., párrafos 61 y 63.
292
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18. Al examinar el caso de autos, nos encontramos frente a una situación donde no es
la primera vez que Jorge Luis García Pérez Antúnez se encuentra en una situación de
grave e inminente peligro para su vida e integridad personal. Ya --en el pasado-- la
CIDH se vio en la necesidad de dictar medidas cautelares para que la víctima fuese
trasladada a un centro hospitalario y atendida por un tumor en el pulmón derecho que le
fue diagnosticado en agosto de 2000. Esta oportuna intervención de la CIDH permitió
que la víctima recibiera atención médica especializada.
20. Esta forma de proceder de las autoridades cubanas y registrada por la CIDH en su
Informe Anual coincide plenamente con el actual testimonio de Bertha Antúnez Pernet
--el mismo que sirve de base para la presente solicitud de medidas cautelares-- quien ha
narrado cómo también en el año 2005 su hermano fue objeto de un “certero golpe en la
cabeza con una silla de hierro”. Tal como consta en su testimonio estos hechos tuvieron
lugar con la aquiescencia del Capitán Vladimir Méndez Maboa.
710
Corte I.D.H., Casos Cantoral Benavides, párrafo 87; Durand y Ugarte, párrafo 78.
711
CIDH, Informe Anual 2004, Capítulo IV, Cuba, párrafo 63.
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21. Los hechos arriba citados no forman parte de acciones aisladas. En los últimos
meses la víctima ha sufrido severas golpizas a manos de militares en la prisión de “Kilo
7”, ubicada en la provincia de Camaguey, y el 29 de octubre de 2006, Jorge Luis García
Pérez Antúnez fue brutalmente agredido por un recluso bajo la aquiescencia de los
agentes de la seguridad del Estado. A la víctima le partieron un diente y le destrozaron el
labio inferior.712
22. La gravedad de los hechos arriba citados se suman a que han venido
acompañados de amenazas a la vida e integridad física de Jorge Luis García Pérez
Antunez por parte de las autoridades y algunos de los reclusos que tienen acceso a él. La
velada intención es acabar con su vida antes de lograr la excarcelación que le corresponde
en cinco meses.
24. El calvario atravesado por Jorge Luis García Pérez Antúnez durante su presidio
político --que podría terminar con su vida sino se adoptan las medidas preventivas del
caso-- y denunciado valientemente por su hermana, no sólo han sido registrados por los
informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sino también por la
organización Human Rights Watch, la cual confirma y ratifica de forma veraz y auténtica
los temores de los familiares de la víctima:
712
La Corte I.D.H. en su sentencia sobre el fondo del caso Cantoral Benavides vs. Perú, ha señalado que “El Comité de Derechos
Humanos de Naciones Unidas ha sostenido que la detención de un preso con otras personas, en condiciones que representan un
peligro serio para su salud, constituye una violación del artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”. Corte
I.D.H., Caso Cantoral Benavides, párrafo 86.
713
Luis López Prendes, “Maltratan a Presos en Guantánamo”, El Nuevo Herald, 29 de junio de 1998, en “La Maquinaria Represiva
de Cuba: Los Derechos Humanos Cuarenta Años Después de la Revolución”, Human Rights Watch, Nueva York, Washington,
Londres, Bruselas, página 129.
714
Olance Nogueras, “En Paradero Desconocido un Veterano Disidente”, El Nuevo Herald, 4 de octubre de 1998, en “La
Maquinaria Represiva de Cuba….”, op.cit., página 129.
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25. El patrón sistemático de las violaciones fundamentales sufridas por Jorge Luis
García Pérez Antúnez durante el presidio político en Cuba, no hacen más que confirmar
la gravedad de los hechos que sustentan la presente solicitud de medidas cautelares, por
cuanto la víctima está sufriendo amenazas contra su vida en circunstancias que se
encuentra cerca de obtener su libertad. En este sentido, la urgencia de estas medidas
cautelares está directamente relacionado al tiempo que le queda a Jorge Luis García Pérez
Antúnez para salir de prisión --5 meses--, a las amenazas de acabar con su vida antes de
cumplirse este plazo y al recrudecimiento --en los últimos meses-- de las acciones
violentas contra él. Las amenazas contra su vida se han traducido en hechos violentos
contra su persona, pero que felizmente no han logrado hasta la fecha su objetivo. Sin
embargo, si la CIDH no actúa con carácter de urgencia puede ser que estemos
lamentando la pérdida de una vida humana a manos de las autoridades carcelarias
cubanas o particulares bajo las órdenes o aquiescencia de las mismas. El requisito de
irreparabilidad exigido reglamentariamente por la CIDH para poder actuar mediante una
medida cautelar está relacionado al bien jurídico tutelado en este caso: el derecho a la
vida. Si las autoridades cubanas o los particulares tienen éxito en el cumplimiento de
estas amenazas se le ocasionaría a la víctima un daño irreparable, por cuanto se estaría
atentando contra su vida. De acuerdo a lo señalado, el Directorio Democrático Cubano
considera que el requerimiento de la gravedad, urgencia e irreparabilidad consagrados en
el artículo 25(1) del Reglamento de la CIDH, para que la misma dicte una medida
cautelar se presentan en el caso bajo examen.716
715
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba
presentado por el Relator Especial, Carl-Johan Groth, de conformidad con la resolución 1997/62 de la Comisión (E/Cn.4/1998/69), 30
de enero de 1998, párrafo 60; en “La Maquinaria Represiva de Cuba….”, op.cit., página 129.
716
Existen numerosos antecedentes en la CIDH sobre la adopción de medidas cautelares en circunstancias que un recluso ha sufrido
atentados y amenazas contra su vida e integridad personal. El 18 de enero de 2005, la CIDH otorgó medidas cautelares a favor de los
ciudadanos argentinos María Leontina Millacura Llaipen y familia, Gerardo Colin, Patricio Oliva, Tamara Bolívar, Walter Mansilla,
Silvia de los Santos, Verónica Heredia y los familiares de Iván Eladio Torres. “La decisión de la CIDH se basó en información que
indica que el señor David Alberto Hayes, quien se encontraba cumpliendo una pena privativa de la libertad en la Alcaldía de la Ciudad
de Comodoro Rivadavia, habría sido objeto de amenazas y atentados en contra de su integridad personal….”.
www.cidh.org/medidas/2005.sp.htm
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en el Código Penal cubano: “el sancionado no puede ser objeto de castigos corporales ni
es admisible emplear contra él medida alguna que signifique humillación o que redunde
en menoscabo de su dignidad” (Artículo 1 de la Ley Nº 87 (1999) que modifica el
artículo 30 de la Ley Nº 62 (1988).
b) Requerir al Estado de Cuba, que adopte --sin dilación alguna-- las medidas
que sean necesarias para preservar y garantizar la vida e integridad personal de Jorge Luis
García Pérez Antúnez, y garantizar, asimismo, que el beneficiado de las presentes
medidas cautelares --al cumplírsele los cinco meses que le quedan de carcelería-- retorne
a su hogar, brindándole la seguridad de que tanto él como sus familiares no serán
perseguidos ni amenazados por agentes del Estado o particulares, ni padecerán represalia
alguna en razón a los trámites realizados dentro del sistema interamericano de protección
de los derechos humanos.
I. ANTECEDENTES
717
CIDH, Medidas Cautelares, Jorge Luis García Pérez Antunez, MC-306-06, 22 de noviembre de 2006.
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31. En ese mismo año funda con otra persona el Movimiento Patria, Independencia y
Libertad en Santiago de Cuba, organización precursora en la región santiaguera en
defensa de los derechos humanos.
33. José Gabriel Ramón Castillo fue detenido junto a otros siete activistas luego de un
registro en su vivienda y en la casa de sus padres donde le confiscaron cajas de libros,
documentos, materiales e instrumentos de trabajo y un televisor. Su domicilio ha sido
confiscado también al ser considerado por la Fiscalía como una “madriguera de
contrarrevolucionarios”. La víctima fue procesada por los artículos 4.1, 4.2.a, 4.2.b, 6.1,
6.3.a, 6.3.b, 7.1 y 7.3 de la Ley No. 88 por haber “suministrado información al gobierno
de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes y
funcionarios, y habría obtenido de éstos y de otras entidades extranjeras materiales de
carácter subversivo que habría recopilado, preproducido y difundido para facilitar los
objetivos de la Ley Helms-Burton” y por haber “colaborado con la emisora Radio Martí
con iguales propósitos” (Sentencia No. 1 emitida por el Tribunal Provincial Popular de
Santiago de Cuba el 3 de abril de 2003), siendo sentenciado a 20 años de prisión. En
diciembre de 2003 recibió una golpiza de parte del personal de la prisión. En junio de
2004 las autoridades de la prisión le confiscaron su diario personal y otros artículos que
había escrito en la prisión, y en octubre de 2004 las autoridades penitenciarias le quitaron
las medicinas para la hipertensión luego que emitiera comentarios sobre una caída sufrida
por el señor Fidel Castro.
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36. En el mes de agosto de 2005 la salud del preso de conciencia José Gabriel Ramón
Castillo se empieza a deteriorar aún más tras su decisión de no ingerir ni comida sólida ni
medicamentos mientras no le permitan ver a su familia. En virtud de esta situación José
Gabriel Ramón Castillo fue trasladado al hospital “Ambrosio Grillo”. Las autoridades
penales indicaron a sus familiares que presentaba síntomas de un posible tipo de hepatitis,
razón que provocó su traslado desde la Prisión Provincial de Boniato. Al quinto día de su
hospitalización un oficial de la Seguridad del Estado comunicó a la esposa que las
pruebas practicadas descartan la hepatitis y hacen sospechar una insuficiencia renal.
También le expresó que la víctima se mantiene bajo el mismo régimen penitenciario,
aunque esté en un hospital, por tanto las visitas son cada tres meses.
37. El reo de conciencia asume que su posición actual va en contra de su salud pero
está convencido de que sólo de esta manera podrá lograr mejorar sus condiciones de vida
y ver a sus seres queridos. Los familiares se mantienen preocupados ya que Ramón
Castillo padece de hipertensión arterial, problemas circulatorios y trastornos hepáticos.
La falta de información del caso, los antecedentes de salud y el tratamiento infrahumano
que está recibiendo por parte de las autoridades penales han aumentado la preocupación
de sus familiares. Es importante destacar que el fundador del Instituto Independiente
Cultura y Democracia padeció en 1994 de una hepatitis de tipo B mientras se encontraba
sancionado en la prisión de Mar Verde. La severidad con que le atacó esta enfermedad
en aquel momento y las secuelas posteriores hicieron que los médicos le advirtieran muy
seriamente que en el futuro debía evitar contraer cualquier tipo de hepatitis dado el riesgo
latente de desembocar en una cirrosis hepática. Finalmente la huelga de hambre realizada
718
Testimonio de José Gabriel Ramón Castillo, desde la prisión en Cuba.
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38. Esta situación dio lugar a una declaración pública efectuada por los familiares del
preso de conciencia el 15 de septiembre de 2005, denunciando el deterioro del estado de
salud de José Gabriel Ramón Castillo. A continuación la declaración publica:
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Es por eso que estamos solicitando al gobierno cubano su libertad inmediata de cara a
salvar, y tratar de alargar su vida.
Entendemos que esta terrible situación que vive hoy mismo nuestro José Gabriel en una
fría ergástula cubana no debe quedar en silencio. El mundo tiene que conocer el
sufrimiento de este hombre enfermo que guarda veinte años de prisión en pleno siglo
XXI solo por ejercer sus derechos a trabajar a favor de la libertad y la democracia de su
pueblo.
Depositamos nuestra confianza en el eco que este nuevo caso provocará en todas las
personas de buena voluntad amigas de Cuba y en los organismos internacionales
protectores de los Derechos Humanos. Somos concientes de la enorme importancia que
esto tiene para alcanzar nuestro noble objetivo.
Blanca Rosa Echavarría Reoyo ------ Esposa Lucy Esther Ramón Castillo ------
Hermana
Karina Stefan Echavarría ------ Hija adoptiva Cecilia María Ramón Castillo ----
-- Hermana
Olinda Hortensia Castillo Reytor ------ Madre Jorge Ramón Castillo ---
--- Hermano
39. En el mes de febrero de 2006 el preso político José Gabriel Ramón Castillo, a
quien en septiembre del 2005 se le diagnosticó cirrosis hepática, reinicia una vez más una
huelga de hambre. La información fue proporcionada desde la ciudad de Santiago de
Cuba por su esposa Blanca Rosa Echavarría. Según la señora Echavarría, “Pepín se
mantiene plantado exigiendo que se le conceda una licencia extrapenal debido a las
graves condiciones de salud que padece. Nuestra familia hizo una petición de licencia
extrapenal que aun no ha sido contestada por las autoridades de Santiago de Cuba”.
40. En el mes de octubre del 2006, el preso político y de conciencia José Gabriel
“Pepín” Ramón Castillo, inicia un ayuno en la prisión de Boniato hace dos meses. La
esposa de Ramón Castillo manifestó que: “Él continua sin ingerir alimentos sólidos,
solamente la leche condensada que se la he ido pasando, cosas líquidas”. Según ha
trascendido, durante la última visita le condicionaron los alimentos que le llevaba su
esposa. Asimismo, su esposa ha señalado que, “los medicamentos que yo le llevaba me
los han devuelto”.
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A. COMPETENCIA DE LA CIDH
43. La CIDH ha señalado que “[d]e conformidad con la Carta, todos los Estados
miembros se comprometen a respetar los derechos fundamentales de los individuos que,
en el caso de los Estados que no son parte de la Convención, son los establecidos en la
Declaración Americana, la cual constituye una fuente de obligaciones internacionales.
El Estatuto encomienda a la Comisión prestar especial atención a la tarea de la
observancia de los derechos humanos reconocidos en los artículos I (derecho a la vida, a
la libertad, a la seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho a la justicia) y
XXVI (derecho a proceso regular) de la Declaración al ejercer su jurisdicción con
respecto a los países que no son partes”.720
45. Tal como puede observarse, los derechos a la vida, e integridad personal
consagrados en el artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre forman parte del catálogo de derechos fundamentales que el Estatuto
encomienda a la CIDH a “prestar especial atención”. El objeto y fin de la presente
719
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Cuba, párrafo 61.
720
Idem., La CIDH cita a la Corte I.D.H., Opinión Consultiva OC-10/89, 14 de julio de 1989, Interpretación de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
Ser. A, Nº 10, párrafos 43-46. La CIDH también cita el artículo 20(a) de su Estatuto.
721
CIDH, Informe Anual 2005, op.cit., párrafos 61 y 63.
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solicitud de medidas cautelares que efectúa el DDC a la CIDH trata justamente de eso:
preservar la vida e integridad personal de José Gabriel Ramón Castillo.
46. El artículo 25(1) del Reglamento de la CIDH dispone que “[e]n caso de gravedad
y urgencia y toda vez que resulte necesario de acuerdo a la información disponible, la
Comisión podrá, a iniciativa propia o a petición de parte, solicitar al Estado de que se
trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas”.
48. Al tratar la gravedad del caso que nos ocupa, tenemos obligatoriamente que
referirnos a los principios consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, y a la jurisprudencia consistente y reiterada de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en relación a las condiciones que deben prevalecer
en los centros de detención a la luz de las obligaciones internacionales de los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos --sean o no partes de la
Convención Americana--.
722
Corte I.D.H., Casos Cantoral Benavides, párrafo 87; Durand y Ugarte, párrafo 78.
723
CIDH, Informe Nº 51/06, Caso 12.476, (Publicación-Fondo), Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba, 28 de febrero de 2006, párrafo
158.
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51. En el informe arriba citado, la CIDH llega a dichas conclusiones después de hacer
un exhaustivo análisis de los fundamentos de hecho y de derecho presentados por los
peticionarios. En este sentido, la CIDH constató que los hechos materia de dicho caso
“indica[ban] que varios de los detenidos han sido maltratados e incluso torturados tanto
física como psicológicamente por parte de guardias penitenciarios así como por parte de
otros reclusos. Adicionalmente, en varios casos se indica que a los detenidos se les ha
restringido el acceso a la luz solar, al aire libre, al ejercicio físico y a la comida, y que
las condiciones generales en las que se encuentran sus celdas son infrahumanas”.724 La
CIDH también constató que José Gabriel Ramón Castillo fue uno de los presos políticos
y de conciencia que sufrió un régimen de confinamiento solitario, “con los serios efectos
físicos y psicológicos que esto pueda causarles”.725
52. En relación a ese confinamiento solitario sufrido por la víctima y que ha mermado
gravemente su salud, la CIDH señaló que “la incomunicación es una medida de carácter
excepcional que tiene como propósito impedir que se entorpezca la investigación de los
hechos. Del examen de los hechos materia de este caso se deduce que el aislamiento no
ha sido una medida de carácter excepcional sino que en varios de los casos se ha
convertido en una sanción adicional con carácter indefinido que ni siquiera cumple con
lo previsto en las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los
Reclusos”.726 Al respecto, la Corte Interamericana ha sostenido que el régimen de
confinamiento solitario constituye en sí un trato cruel e inhumano. Según la Corte, “una
de las razones por las cuales la incomunicación es concebida como un instrumento
excepcional es por los graves efectos que tiene sobre el detenido. En efecto, el
aislamiento del mundo exterior produce en cualquier persona sufrimientos morales y
perturbaciones psíquicas, [y] la coloca en una situación de particular vulnerabilidad”.727
53. Queda claro entonces, que la situación que ha llevado al estado de salud actual de
la víctima ha sido el tratamiento inhumano y degradante sufrido en las cárceles cubanas,
situación que además viola de forma flagrante no solo la Declaración Americana sino
también las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos.
Esta situación obligó, además, a José Gabriel Ramón Castillo a adoptar medidas extremas
como ayunos y huelgas de hambre para protestar y reivindicar sus derechos
fundamentales, lo que lo ha colocado en una situación extremadamente vulnerable de
salud. Tal como ha señalado uno de los testigos del caso bajo examen, a la víctima no se
le pasa los alimentos cocidos a fin de poderlos consumir en días posteriores, tampoco se
le otorga atención médica y religiosa; también es maltratada físicamente; y lo que es
peor --teniendo en consideración las dolencias físicas que sufre Ramón Castillo-- les
niegan a los familiares de forma sistemática los medicamentos que les llevan para tratar
dichas dolencias.
724
Idem., párrafo 151. Es importante destacar que en las notas de pie de página 107 y 108 figura el nombre de José Gabriel Ramón
Castillo, como uno de los reclusos que ha sufrido tales condiciones de detención.
725
Idem., párrafo 153.
726
Idem., párrafo 154.
727
Corte I.D.H., Caso Suáres Rosero, Sentencia del 12 de noviembre de 1997, párrafos 90 y 91.
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728
CIDH, Oscar Elías Biscet y Otros, Caso 12.476, Cumplimiento de las Recomendaciones, 22 de noviembre de 2006.
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I. ANTECEDENTES
62. Linares fue uno de los organizadores de Concilio Cubano, una asamblea de
organizaciones opositoras que en 1996 intentaron reunirse y fueron reprimidas
brutalmente. Linares García también fue clave en la organización de una reunión de
ONG’s cubanas previo a la Cumbre Iberoamericana en La Habana en 1999, reunión a la
que no pudo asistir por encontrarse encarcelado, pero que resultó en la creación de una
coalición de agrupaciones independientes llamada Todos Unidos que fue crucial en la
recogida de firmas para el proyecto Varela.
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63. El 18 de marzo de 2003 Linares García fue detenido en la vía pública mientras su
domicilio era registrado y seguidamente fue procesado como presunto autor del delito
previsto en el artículo 91 del Código Penal, por haber “ejecutado hechos con el objetivo
de que sufra detrimento la independencia del Estado cubano o la integridad de su
territorio;[…] asociado y relacionado a grupos contrarrevolucionarios y habría militado
en diferentes organizaciones de carácter conspirativo contra la Revolución cubana,
visitando periódicamente la Oficina de Intereses de los Estados Unidos de América,
contactando con funcionarios de la misma y recibiendo materiales, bibliografía, dinero
en efectivo y otros medios para apoyar la actividad subversiva, enviando denuncias
sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en Cuba a emisoras
contrarrevolucionarias radicadas en el territorio de los Estados Unidos de América”729,
y condenado a 20 años de prisión. Desde su detención, Linares no tuvo acceso a visitas de
sus familiares ni a su correspondencia. También ha sido conducido al hospital en varias
oportunidades. La información más reciente indica que su estado de salud se continúa
deteriorando.
65. Entre el mes de diciembre de 2005 y marzo del 2006 --en circunstancias que ya se
encontraba privado de su libertad--, se le practicaron a Linares García varios exámenes
oftalmológicos. El dictamen médico establecido por el Instituto Cubano de Oftalmología
Ramón Pando Ferrer señala que Librado Linares es un “[p]aciente masculino de 45 años
que acude a consulta refiriendo pérdida lenta y progresiva de la visión en Ojo Izquierdo
(OI) desde hace aproximadamente 2 años.730 Refiere que esta pérdida ha sido
intermitente con períodos de agudización y períodos de mejor visión. Refiere asociado a
este cuadro, ojo rojo al final del día, dificultad para la lectura de cerca y en ocasiones
dolor ocular. Actualmente usa espejuelos correctores”.731
66. La denuncia efectuada por la esposa de Librado Linares en cuanto a que éste “se
encuentra prácticamente sin visión por un trastorno en la retina” es confirmado el
729
Sentencia Nº 3, dictada por el Tribunal Provincial Popular de Villa Clara, 7 de abril de 2003.
730
Es importante destacar que Librado Linares se encuentra privado de su libertad desde el 18 de marzo de 2003.
731
Dictamen médico del Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer. Este documento va a ir acompañado con la solicitud
de medidas cautelares a la CIDH en calidad de elemento de convicción.
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Recomendaciones:
Tratamiento:
732
Idem.
733
Idem.
308
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Cuando le han dado la atención religiosa, que ha sido muy pocas veces desde que está en
prisión, en una ocasión le anunciaron que se preparara y no lo vinieron a buscar, en otra
ocasión le querían dar el servicio junto con el asesino, en otra lo obligaron a una requisa
diciendo que podría tener armas cortantes.
Nos han engañado en el curso de los pasos a seguir para la licencia extrapenal que
solicitamos. Algunos oficiales nos insinúan que los resultados van a ser positivos y otros
nos dicen que van a ser negativos en una estrategia para desestabilizarnos.
En una oportunidad un recluso le entregó una carta a Librado y cuando él fue a leerla un
guardia se la quitó. Posteriormente vinieron para que Librado sirviera de testigo pues le
harían un juicio al recluso por este motivo. Librado se negó, y lo amenazaron.
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En este mes de noviembre de 2006 hicieron una requisa en el puesto médico donde está
Librado y se llevaron todos sus libros, también se llevaron una Biblia y la libreta de sus
teléfonos.
Una vez leí que alguien había presentado en el congreso los actos represivos que me
habían hecho a mi antes de yo caer preso, y hubo un momento en que dijeron que esto
había terminado hasta mi encarcelamiento, y realmente esto no fue así, antes de caer yo
preso mi casa estaba sitiada.
Ya preso esto ha sido de celda tapiada, me incluyeron a un recluso traído a la prisión, esto
es un recurso que ellos usan normalmente, este recluso era un moreno fuerte y grande era
del equipo nacional voleibol, esto fue el 18 de marzo de 2003 cuando caí en la prisión,
esto comenzó en la Seguridad del Estado en Santa Clara y ahí me creó todo un clima de
hostilidad y tensión, y me golpeó, me quería chantajear, me pedía que hiciera lo que me
pedía el instructor, que posara para las cámaras, para filmarme, que dijera cualquier cosa,
con el propósito de hacer un montaje, sacarme por la televisión al estilo de lo que le
hicieron al del Partido Liberal, no quise y me golpeó, me insultó y me creó una situación
de tensión por mucho tiempo. Yo respondí cívicamente gritando consignas, todos los
presos de los 75 respondieron tocando las puertas, yo en ese momento no tenía ninguna
afección en la vista, lo de la vista sale posteriormente, en ese momento yo no sabía que
tenía ninguna afección, lo más probable sea que esto todo surge en la prisión.
Quiero decir que el haberme tirado este recluso para arriba es en extremo significativo,
como dije anteriormente este hombre me golpeó, me quería chantajear, me intentaba
quitar la comida pero nunca me la quitó, que sabía que habría una respuesta cívica e
inmediata, y que había otros presos allí que estaban dispuestos a gritar, pero estos
momentos fueron muy difíciles y un golpe muy bajo, bajísimo golpe ese.
Como nosotros no nos poníamos los uniformes de presos comunes hubo represalias, y
entonces de allí me mandaron, a mi en este caso, para un destacamento segundo sur del
edificio número 1 del Combinado del Este, que este es un edificio de múltiples incidentes
y altas condenas, yo siendo primario (por primera vez en prisión), allí se reunieron una
cantidad de delincuentes, y me lanzaron a estos delincuentes para arriba, ese fue uno de
los momentos más terribles que he pasado, esto ha sido siempre de tirarme los
delincuentes para arriba, esto se ha reiterado como sistema represivo en el caso mío en
varias oportunidades, inclusive uno que estaba destacado allí llamado “disciplina” tiene
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como dos o tres muertos, y en una oportunidad, después que a mi me sacan de allí, no sé
si por el trabajo que hizo conmigo, siendo un recluso altamente peligroso con 40 o 50
años echados, conocidísimo en todas la prisiones, le dan un beneficio para una prisión
que es como un campamento abierto y lo ponen a trabajar en un almacén. El se había
casado con una mujer y había tenido un hijo el cual en aquel entonces era muy pequeño,
él aprovechando que está en ese campamento se fuga, va para el aeropuerto y como
estrategia usa a su hijo como rehén para abordar el avión y llevarse el avión del
aeropuerto. Y el otro, que por cierto está viviendo en Lawton, que era el que me
presentaron a mí para que me hostigara, trató también de chantajearme, robarme las
cosas, desestabilizarme. Un día se forma una cantidad de puñaladas allí que hasta los
guardias se fueron huyendo y nos quedamos sin guardia y dejaron a los locos tirándose
puñaladas y yo en el medio de eso, y en estas circunstancias. No me sacaban a recibir sol,
no tenía ninguna asistencia médica, no tenía comunicación con mi familia, no recibía
cartas, etc. En esta misma etapa, mi esposa venía me traía cartas, las dejaba, y los que la
atendían le decían que yo no quería escribir y por esta razón ella no tenía cartas mías.
Después que pasó esta etapa me enviaron para aquí para Cienfuegos, y aquí me metieron
en la zona de castigo año y pico, en una celda donde no podía ni estirar los brazos, y allí
estuve un año y pico la única diferencia era que no me quitaban la tabla ni el colchón
durante el día, allí estaban los que daban puñaladas, los perros, las broncas, los toques de
rejas porque no cumplían con la asistencia médica, gente que se ha ahorcado, los que se
auto-agreden, se me metían cuando yo iba al soleador, me robaron literatura religiosa, me
despertaron una madrugada diciéndome que había muerto mi hermana, me echaron
piedras en los frijoles, me echaron petróleo en la comida en una carne que me preparó mi
familia en aceite, me cortaron un saco que cuelga de la pared en donde en diferentes
bolsillos se ponen cosas, me lo cortaban, todo esto me lo hacían los guardias. Allí estuve,
como dije anteriormente, mucho tiempo, un lugar blanco en donde no entra la claridad,
las paredes blancas, un lugar claustrofóbico, ahí pude darme cuenta que la enfermedad
estaba avanzando pues por una pequeña hendidura veía las auras dobles.
Durante este tiempo me habían hecho algunos diagnósticos, pero aún no era nada
definitivo, entonces me llevaron a La Habana y allí me llevaron al Pando Ferrer y a la
liga contra la ceguera, entonces fue que comenzó el diagnóstico, me pasaron por equipos.
El 29 de diciembre del año pasado (2005) me trajeron para el puesto médico, pero aquí
hay un ambiente por la cantidad de gente que han metido, ambiente mayor de presidio, de
peleas, de broncas, de horrores, de que me robaban cosas, me tiraron a un presidiario que
tiene 28 casos de hechos de sangre y 12 de desfiguraciones de rostros. El tiene como una
sicopatía, es una de esta gente que tienen incorporado a su personalidad lo de agredir y es
peligrosísimo, y ese fue el que me tiraron para arriba a mi. Ahora lo sacaron, parece que
con los trabajitos que me hizo a mi, le dieron licencia extrapenal, y tiene un año de
licencia extrapenal, incluso una vez me provocó, me puso el televisor altísimo, le dije de
bajarlo, cogió una chancleta me la tiro, cogió una cuchilla y me fue para arriba para
picarme con la cuchilla, yo lo enfrenté, no sé si hubo una intervención divina, yo estoy
seguro que venía picarme la cara, por su rostro, con 28 hechos de sangre, amparado por la
policía, está experimentado en todos los niveles. Cualquiera piensa que estar en el puesto
médico es mejor pero el puesto médico ha sido terrible, ahora es que está un poquito
mejor.
Sí también debo hablar de las tres ratas que recorren mi celda, que salen de la gaveta ,etc.
Aquí hay algo extremadamente importante, no es sólo el régimen carcelario, es también
el convivir con estos reos de alta peligrosidad, yo creo que Biscet y yo somos los únicos
que tenemos visitas cada tres meses y pabellón cada cuatro. Los otros prisioneros de la
misma causa lo tienen cada 45 y dos meses. Lo más importante en este caso para mi es la
convivencia con los presos comunes y la instrumentación de esto con respecto a mi
persona, porque son gente sin escrúpulos, son delincuentes, protegidos y alentados por la
policía, que al hacer lo que hacen obtienen beneficios, es realmente la situación más
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Quiero añadir que hace unos días me requisaron todos mis libros y revistas, la inmensa
mayoría libros publicados aquí en Cuba, yo no soy como los comunistas que ellos
quieren que uno lea una sola cosa, hasta la Biblia, el diccionario, y no hay explicación
ninguna, esto fue una orden de arriba. Yo considero que el encarcelamiento de los 75 ha
sido un fusilamiento civil y político, seguimos vivos, pero civil y políticamente nos
fusilaron, 20 años presos implica no salir hasta mucho después de la muerte de Castro.
Creo que esto de los libros, ya que no puedes estar en la calle, que no puedes ejercer tus
derechos civiles y políticos ni siquiera que puedas leer es como el tiro de gracia, en
términos jurídicos es como el remate, tampoco puedes leer, no puedes pensar, no puedes
soñar , no puedes alimentar tu mente, proceso de encadenamiento de tu mente, ya no es
sólo el encadenamiento a tu cuerpo sino el de la mente también, porque además es un
derecho de nosotros a leer cualquier tipo de literatura, yo lo que leo es economía,
filosofía, historia, sociología. Como tu sabes yo tengo el ojo izquierdo que no veo, el otro
lo tengo frágil, pero es que yo no puedo quedarme aquí 20 años sin leer, yo sé que no voy
a estar aquí 20 años, pero ya vamos casi por 4 años. No obstante yo tengo pensamiento
positivo, si esta nación tiene que esperar otros 20 años sería terrible, a mi me hubiera
gustado haber leído completo “El Poder de los sin Poder”, pero solo pude leer algunos
artículos. Después que todo esto termine nos queda una batalla grande.
Quisiera añadir, antes de terminar, que no se si ustedes saben que Oscar Espinosa Chepe
presentó la historia clínica mía, además con algo que ustedes publicaron, que fue una
entrevista que me hicieron unos checos que es del pensamiento cívico, y reunió a muchos
diplomáticos europeos creo que los consejeros de las embajadas sobre el caso mío y otros
presos también y creo que tuvo muy buena acogida, esto ocurrió hace solo unos días.
A. COMPETENCIA DE LA CIDH
734
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Cuba, párrafo 61.
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71. La CIDH ha señalado que “[d]e conformidad con la Carta, todos los Estados
miembros se comprometen a respetar los derechos fundamentales de los individuos que,
en el caso de los Estados que no son parte de la Convención, son los establecidos en la
Declaración Americana, la cual constituye una fuente de obligaciones internacionales.
El Estatuto encomienda a la Comisión prestar especial atención a la tarea de la
observancia de los derechos humanos reconocidos en los artículos I (derecho a la vida, a
la libertad, a la seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho a la justicia) y
XXVI (derecho a proceso regular) de la Declaración al ejercer su jurisdicción con
respecto a los países que no son partes”.735
73. Tal como puede observarse, los derechos a la vida, e integridad personal
consagrados en el artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre forman parte del catálogo de derechos fundamentales que el Estatuto
encomienda a la CIDH a “prestar especial atención”. El objeto y fin de la presente
solicitud de medidas cautelares que efectúa el DDC a la CIDH trata justamente de eso:
preservar la vida e integridad personal de Librado Linares García quien está a punto de
perder la vista si es que no interviene la CIDH.
74. El artículo 25(1) del Reglamento de la CIDH dispone que “[e]n caso de gravedad
y urgencia y toda vez que resulte necesario de acuerdo a la información disponible, la
Comisión podrá, a iniciativa propia o a petición de parte, solicitar al Estado de que se
trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas”.
735
Idem., La CIDH cita a la Corte I.D.H., Opinión Consultiva OC-10/89, 14 de julio de 1989, Interpretación de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
Ser. A, Nº 10, párrafos 43-46. La CIDH también cita el artículo 20(a) de su Estatuto.
736
CIDH, Informe Anual 2005, op.cit., párrafos 61 y 63.
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76. Al tratar la gravedad del caso que nos ocupa, tenemos obligatoriamente que
referirnos a los principios consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, y a la jurisprudencia consistente y reiterada de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en relación a las condiciones que deben prevalecer
en los centros de detención a la luz de las obligaciones internacionales de los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos --sean o no partes de la
Convención Americana--.
78. La CIDH también ha señalado que “considera que la responsabilidad del Estado
en lo que respecta a la integridad de las personas bajo su custodia no se limita a la
obligación negativa de abstenerse de torturar o maltratar a dichas personas. Siendo la
prisión un lugar donde el Estado tiene control total sobre la vida de los reclusos, sus
obligaciones hacia éstos incluyen, entre otras, la de proteger a los reclusos contra
hechos de violencia provenientes de cualquier fuente”.738 En este sentido, la CIDH
considera que es un deber del Estado garantizar el derecho a la integridad personal de los
detenidos así como a vivir en condiciones de detención compatibles con su dignidad
personal. Dentro de ese contexto, la CIDH ha manifestado que “cuando el Estado priva
a una persona de su libertad asume la obligación de proporcionar a cada recluso la
asistencia médica necesaria”.739
737
Corte I.D.H., Casos Cantoral Benavides, párrafo 87; Durand y Ugarte, párrafo 78.
738
CIDH, Informe Nº 51/06, Caso 12.476 (Publicación-Fondo), Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba, 28 de febrero de 2006, párrafo
149.
739
CIDH, Informe Nº 51/06, op.cit., párrafo 156.
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81. El informe médico cubano establece claramente que el estrés “juega un papel
precipitando el curso de la enfermedad”, y que su enfermedad “suele tener un pronóstico
de empeoramiento visual paulatino”, y que “los hallazgos en el OD sugieren una probable
bilateralidad del déficit visual en un futuro”.
83. La señora Broche de la Cruz también manifestó, “lo han tenido junto a personas
que tienen sida, tuberculosis o enfermedades oculares contagiosas. Hasta hace poco
convivió con un recluso que se encuentra encarcelado por hechos de sangre, el cual lo
ha provocado impidiéndole que haga llamadas telefónicas, en una oportunidad le tiró
una chancleta por la espalda y le sacó una cuchilla”. Más adelante señaló que “en una
oportunidad un recluso le entregó una carta a Librado y cuando él fue a leerla, un
guardia se la quitó. Posteriormente vinieron para que Librado sirviera de testigo pues le
740
Idem.
741
Idem., párrafo 157.
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harían un juicio al recluso por este motivo. Librado se negó y lo amenazaron. En otra
ocasión golpearon a un recluso frente a Librado y cuando Librado intercedió
verbalmente en su defensa, el guardia lo golpeó en el pecho”. Esta situación imperante
en las cárceles cubanas, y especialmente donde se encuentra actualmente Librado Linares
García van ha generar mayor estrés en la víctima, algo que justamente los mismos
médicos cubanos han dictaminado que debe evitar si es que no quiere perder la vista.
Está probado internacionalmente que las autoridades penitenciarias cubanas actúan
impunemente muchas veces contra los presos políticos utilizando a los presos comunes
quienes actúan ya sea bajo sus órdenes directas o bajo la aquiescencia de éstos.742
Sumado a esto y a pesar de la enfermedad de Librado Linares, las autoridades cubanas no
permiten ni facilitan las visitas de sus familiares. Tal como señaló la esposa de Linares,
“…nos dijeron a Librado como a nosotros que nos darían una visita, cosa que después
no se cumplió. Nuestra familia, sus padres, su hermana, su hijo pequeño y yo, tuvimos
que regresar con los alimentos que le llevábamos de nuevo a nuestra casa, que se
encuentra a muchos kilómetros de La Habana”.
85. La gravedad de estos hechos y la urgencia para que actúa la CIDH a fin de evitar
daños irreparables a Librado Linares García no se agota con las acciones efectuadas
por el Estado cubano para provocarle estrés a la víctima. El Informe Médico establece
claramente un tratamiento a seguir con medicinas y vitaminas las cuáles según la esposa
de la víctima “estuvo varios meses que no se le daba la medicina para la vista”, lo cual
demuestra que Librado Linares no tiene garantizado el tratamiento para evitar perder la
visión. Después del último informe condenatorio de la CIDH a Cuba donde se menciona
como a una de las víctimas a Librado Linares García, no sería nada raro que como
represalia se le suspendan los medicamentos, ya que en el pasado ha estado meses sin
ingerirlos.
86. El tratamiento médico dispuesto por los galenos cubanos dispone, asimismo, una
dieta balanceada con consumo de vegetales y frutas. El testimonio de Magali Broche de
la Cruz es claro cuando manifiesta que “…además nunca le dan frutas o vegetales de
alimentación como el especialista dijo que era parte de su medicamento..”. Asimismo, el
742
La organización Human Rights Watch ha señadao en una investigación que “los guardias de prisiones y los presos comunes
agrupados en consejos de reclusos actúan bajo las órdenes o con la aquiescencia de las autoridades penitenciarias, castigan con
palizas a los presos políticos cubanos que expresan críticas abiertamente…”. Véase “La Maquinaria Represiva de Cuba: Los
Derechos Humanos Cuarenta Años Después de la Revolución”, Human Rights Watch, Nueva York, página 129.
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24. El médico deberá examinar a cada recluso tan pronto sea posible
después de su ingreso y ulteriormente tan a menudo como sea
necesario, en particular para determinar la existencia de una
enfermedad física o mental, tomar en su caso las medidas necesarias;
asegurar el aislamiento de los reclusos sospechosos de sufrir
enfermedades infecciosas o contagiosas; señalar las deficiencias
físicas y mentales que puedan constituir un obstáculo para la
readaptación, y determinar la capacidad física de cada recluso para el
trabajo.
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director cada vez que estime que la salud física o mental de un recluso
haya sido o pueda ser afectada por la prolongación, o por una
modalidad cualquiera de la reclusión.
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padecerán represalia alguna en razón a los trámites realizados dentro del sistema
interamericano de protección de los derechos humanos.
743
CIDH, Oscar Elías Biscet y Otros, Caso 12.476, Cumplimiento de las Recomendaciones, 15 de diciembre de 2006.
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(Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba) decidido por la CIDH el 21 de octubre de 2006. En
este sentido, las autoridades cubanas no han ordenado la excarcelación inmediata e
incondicional de las personas arrestadas arbitrariamente durante la primavera negra de
Cuba de marzo del 2003. Así, Librado Linares García sigue purgando condena en
condiciones infrahumanas en las cárceles cubanas, y en grave estado de salud en virtud
de la deliberada falta de atención médica que sufre durante el presidio político.
I. ANTECEDENTES
A. SÍNTESIS BIOGRÁFICA
93. Después de abandonar su trabajo de maestro comienza a laborar como Jefe de una
Brigada Especial de Obras de Construcción del Ministerio del Interior, puesto del que es
expulsado en octubre de 1988 debido a sus frecuentes criticas abiertas a Fidel Castro.
Debido a esta situación, intentó abandonar el país de forma clandestina en marzo de
1989, pero fue apresado y conducido a Villa Maristas, Departamento de la Seguridad del
Estado. Seguidamente fue conducido a la Prisión de Quivicán, en la provincia Habana.
Una vez dentro de ese penal funda allí el Consejo de Lancheros de Cuba, organización
dedicada a aglutinar a la mayoría de los cubanos presos o ex presos por haber intentado
hacer uso del derecho de salir del país por su propia cuenta.
95. Al comprender que las causas de este éxodo sistemático obedecen, según sus
palabras "a la discriminación social, el apartheid turístico, la legislación laboral y en
sentido general a la falta de los derechos inalienables" que sufre el pueblo cubano,
decidieron extender el radio de acción de la organización y cambiar su nombre por el de
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Consejo Nacional por los Derechos Civiles en Cuba. Esta toma de conciencia no pasa
inadvertida para los cuerpos represivos del Gobierno cubano. Francisco Chaviano
comienza a ser víctima de acoso e intimidación por parte de la Seguridad del Estado,
siendo el más notorio de estos incidentes el ocurrido el 7 de marzo de 1994, cuando
cuatro hombres armados invadieron su casa y lo golpearon ante la indiferencia y el
beneplácito de las autoridades cubanas. Este incidente fue denunciado por Amnistía
Internacional, expresando su condena y preocupación por Francisco Chaviano:
Hubo varios testigos del ataque, pero los asaltantes, que se describían a sí mismos como
"terroristas", dijeron que podían actuar con impunidad porque habían "comprado" la
cooperación de la policía. Según la información que obra en poder de Amnistía
Internacional, Francisco Chaviano denunció el incidente a la policía, pero hasta ahora
parece ser que el único resultado de esta gestión ha sido la intimidación de los testigos del
ataque.
Las actividades del Consejo Nacional por los Derechos Civiles en Cuba, entre las que
destaca el intento de documentar las desapariciones de cubanos en alta mar al intentar
marcharse del país, son controladas de cerca por las fuerzas de seguridad y sus miembros
han sido objeto de hostigamiento y de amenazas en diversas ocasiones en el pasado. En
julio de 1992, se convocó un "acto de repudio" contra Francisco Chaviano en su
domicilio después de haber sido detenido durante un corto período de tiempo por haber
escrito en una pared eslóganes en su defensa después de que unos activistas del Partido
Comunista pintaran unos eslóganes en los que se le insultaba en frente de su domicilio.
Una muchedumbre de unas 150 personas se congregó en su domicilio y profirió insultos
contra su persona y contra su familia.744
744
Amnistía Internacional, 15 de marzo de 1994, AI: AMR 25/004/1994. Dicha organización también dejó constancia de que “[e]n
los últimos tres años, los miembros de organizaciones no oficiales de carácter político o de derechos humanos han sido sometidos
regularmente a incidentes de este tipo en lo que parece ser un intento de obligarles a abandonar sus legítimas actividades pacíficas. En
1991, los representantes de organizaciones del Partido Comunista acordaron con el Presidente Fidel Castro la creación de
Destacamentos Populares de Respuesta Rápida, conocidas popularmente como Brigadas de Respuesta Rápida, "para defender el
país, a la Revolución y al socialismo en todas las circunstancias, confrontando y liquidando cualquier muestra de contrarrevolución o
delito", aparezca donde aparezca, y con cualquier medio necesario. Desde entonces, se han recibido informes de numerosos incidentes
de intimidación y de hostigamiento en los que han participado estas brigadas, a menudo con asaltos físicos. En enero de 1994,
Elizardo Sánchez Santa Cruz, Presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, otra organización
no oficial, denunció varios incidentes de hostigamiento de disidentes moderados ocurridos durante dos semanas, entre los que cabe
destacar la paliza recibida por el portavoz de la organización, René del Pozo, en lo que ha sido descrito como "ataque cuidadosamente
planificado" mientras circulaba en bicicleta por la Habana”.
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También durante el período cubierto por el presente informe, Francisco Chaviano Gonzáles,
Presidente del Consejo Nacional por los Derechos Civiles en Cuba, fue detenido por agentes
de la Seguridad del Estado en La Habana y condenado a 15 años de prisión. La detención se
ejecutó en circunstancias que agentes del Estado irrumpieron en su domicilio poco después
de que una persona desconocida le entregara documentos sobre violaciones de derechos
humanos. Los agentes también se llevaron documentación del mencionado Consejo, en
especial la relativa a personas que habían desaparecido en el mar cuando trataban de
abandonar el país. Chaviano Gonzáles fue conducido al Cuartel de Villa Marista,
acusándosele de revelar información secreta relativa a la Seguridad del Estado. Con
anterioridad el señor Chaviano había sido objeto de frecuentes actos de intimidación. Cabe
destacar, asimismo, que otras tres personas, Abel del Valle Díaz, Pedro Miguel Labrador y
Juan Carlos Gonzáles Vásquez, fueron también procesadas en la misma causa de Chaviano.
El juicio se celebró ante un tribunal militar, a pesar de que todos los acusados eran civiles.
El abogado de Abel del Valle Díaz escribió posteriormente en la prensa de Miami, Florida,
que el expediente fue instruido de manera secreta, es decir sin la participación de abogados y
que sólo tres días antes de la celebración del juicio pudo él hojear las actuaciones y
entrevistarse con su defendido. Asimismo, tampoco se le permitió al abogado acceso a los
dos documentos calificados como "secretos" (que versaban sobre cómo combatir los delitos
en la esfera de la gastronomía, los servicios, y combustibles) que supuestamente se
encontraron en posesión de los acusados y que constituían una de las principales
imputaciones. Durante el transcurso del proceso judicial --celebrado a puerta cerrada--- no
se permitió el acceso de varios testigos de la defensa, y familiares y amigos fueron
amenazados a la entrada del edificio por miembros de las brigadas de acción rápida.
Algunos miembros de organizaciones de derechos humanos fueron arrestados cuando se
dirigían al tribunal y liberados posteriormente.745
745
CIDH, La Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Capítulo IV, Informe Anual 1996, párrafo 24(f).
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La mayoría de los presos políticos en Cuba están encarcelados por intentar ejercitar su
derecho a las libertades de expresión, asociación y reunión. Algunos han sido condenados
por delitos abiertamente políticos y en otros casos, en lugar de formular contra ellos
cargos de esta naturaleza, las autoridades optan por encarcelarlos por delitos comunes
menores, en algunos casos inventados, para ocultar que su detención obedece a motivos
políticos. Al parecer, hay muchos presos políticos más que han sido condenados por
delitos más graves (que en ocasiones implican violencia). En Cuba, los procesos
judiciales en las causas por delitos políticos, así como aquellos juicios por delitos
punibles con la muerte, normalmente no respetan las normas internacionales sobre
justicia procesal, especialmente en lo concerniente al derecho a asistencia letrada. Las
condenas muchas veces se basan en «confesiones» obtenidas mediante coacción mientras
el detenido permanece bajo reclusión preventiva, en ocasiones durante varios meses, sin
acceso a asistencia letrada.
CONDICIONES PENITENCIARIAS
(…) Aunque algunos informes recientes indican que en algunas prisiones se dispone de
más alimentos que en el pasado reciente, al parecer, en muchas otras tanto su cantidad
como su calidad siguen siendo extremadamente deficientes, y en ocasiones el régimen
alimenticio consiste únicamente en un poco de arroz con una sopa aguada o agua
azucarada una o dos veces al día. Normalmente se permite a los familiares llevar a los
presos suministros adicionales de comida, conocidos como la jaba (cesta),
aproximadamente cada dos meses pero, según informes, en ocasiones no se entregan los
presos. A causa de la escasez de alimentos adecuados, también es frecuente por lo visto
que los presos se roben estos suministros los unos a los otros. Muchos presos padecen
complicaciones, como anemia, problemas cutáneos, diarrea, infecciones parasitarias y
746
Amnistía Internacional, Atención Médica, Presos Políticos Necesitados de Atención Médica, AI: AMR 25/40/99/s, Distrib.:
PG/SC/CO (40/99), 12 de octubre de 1999.
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graves pérdidas de peso. Los problemas más graves de los que se informa más a menudo
son la neuropatía óptica y el beriberi (ambos provocados por deficiencias vitamínicas), la
tuberculosis pulmonar y la leptospirosis (enfermedad transmitida por el agua o la comida
contaminadas por la orina de animales como las ratas). Muchos informes indican una
escasez crónica de agua, tanto para consumo como para higiene, y falta de artículos
básicos como el jabón. El país padece una escasez generalizada de medicamentos, que, a
su vez, influye en los cuidados médicos dispensados en las prisiones. Según informes,
existe escasez de medicamentos básicos, como analgésicos, antibióticos y anestésicos, al
igual que aparatos, como piezas para máquinas de rayos X, unidades de diálisis,
respiradores y otro equipo médico esencial.
Por verdaderos que sean los problemas que enfrentan las autoridades para satisfacer las
necesidades básicas de los presos, AI ha recibido informes que indican que en ocasiones
a determinados presos, particularmente a los que han llevado a cabo alguna clase de
protesta por sus condiciones de reclusión, se los priva de alimentos o cuidados médicos a
modo de castigo. Algunos presos también han denunciado haber sido golpeados por
quejarse, oficial o extraoficialmente, de sus condiciones de reclusión. Aunque en teoría
existen cauces para que los presos presenten quejas sobre sus condiciones y el trato que
reciben a las autoridades penitenciarias locales, provinciales y nacionales (todas
dependientes del Ministerio de Interior), en la práctica estas autoridades no suelen
responder a las quejas. Con la excepción de algunos grupos religiosos que tienen un
acceso limitado a determinados presos, en Cuba no existen organizaciones
independientes a la que los presos puedan solicitar ayuda para formular sus quejas, y los
medios de comunicación oficiales, que están totalmente controlados por el Estado,
normalmente no se ocupan de esas cuestiones. Prácticamente el único recurso que les
queda a estos presos, en caso de que sus quejas no se tomen con seriedad, es intentar
sacar clandestinamente de las prisiones informes sobre las condiciones que padecen con
la esperanza de que lleguen a las organizaciones internacionales de derechos humanos o a
los medios de comunicación extranjeros.
En ocasiones, los presos políticos llevan a cabo protestas contra su reclusión o en favor
de que se les conceda un reconocimiento especial. Entre las formas de protesta se
incluyen las huelgas de hambre prolongadas o que los presos se declaren «plantados», lo
que normalmente consiste en negarse a llevar el uniforme penitenciario y a participar en
los denominados «programas de reeducación» u otros tipos de actividades que les exigen
demostrar su apoyo al gobierno. Si bien AI reconoce el derecho de las autoridades
penitenciarias a tomar las medidas disciplinarias correspondientes contra los presos que
no cumplen las reglas penitenciarias que se atienen a las normas internacionales, la
organización siente preocupación por los informes que indican que en algunos casos los
«plantados» y otros presos han estado recluidos durante meses en celdas de castigo y se
los ha privado de cuidados médicos, alimentos y agua aparentemente para hacerlos
desistir de su protesta. Estas condiciones constituirían trato o pena cruel inhumano, cruel
y degradante de conformidad con lo establecido en la Convención de las Naciones
Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,
instrumento que Cuba ratificó en 1995.
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cuidados médicos adecuados ni suficientes alimentos, que, de por sí ya suelen carecer del
necesario valor nutritivo.
PRESOS DE CONCIENCIA
Estado de salud: Según los informes, Francisco Chaviano González padece úlcera
duodenal, artritis y problemas respiratorios, y ha recibido varias palizas en prisión. El
17 de junio de 1999, al parecer, sufrió lesiones en la cara y en la cabeza como
resultado de los golpes que le propinaron unos guardias penitenciarios. También se ha
declarado varias veces en huelga de hambre. Al parecer, Francisco Chaviano González
lleva ya tres meses recluido en una celda de castigo (énfasis agregado) .747
747
Idem.
748
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, Los Cuarenta Años Después de la Revolución, página 136.
749
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Capítulo IV, Informe Anual 2000, párrafo 89(b).
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Por medio de la presente quiero denunciar ante la opinión pública internacional la nueva
arremetida represiva de la Seguridad del Estado contra mi persona. En el día de la fecha
se me comunicó que se me suprimía la movilidad, quedando confinado a mi celda.
Además se me suspendió el derecho de tomar el sol y hacer ejercicios al aire libre, cosa
que me había indicado el médico y cuya suspensión va en detrimento de mi salud. Es la
tercera ocasión, en menos de tres meses, que se toman represalias contra mi persona,
desde que el pasado mes de abril me informaron de la suspensión de visitas familiares,
conyugales y jabas de vituallas. Quiero resaltar que la escalada represiva de que estoy
siendo objeto, que es la más severa de las que he sufrido en los cincos años que llevo
preso injustamente, no se debe a ningún incidente ocurrido en esta prisión. La misma,
cuyos objetivos y razones se desconocen, viene ordenada desde las más altas esferas del
gobierno, por lo que al parecer es la respuesta a mis reclamos, presentados oficialmente
ante el presidente Fidel Castro. Francisco Chaviano González, Activista por los
Derechos Civiles, Preso de Conciencia.751
103. Tal como puede observarse, tres fuentes internacionales calificadas y autorizadas
coinciden en exponer el delicado estado de salud de Francisco Chaviano Gonzáles. Sin
embargo, es importante destacar que el actual estado de salud del preso de conciencia no
es producto del infortunio, ni de enfermedades genéticas heredadas de sus ancestros, ni
producto de su estilo de vida. Las graves afecciones a la salud de Chaviano Gonzáles son
consecuencia directa del tratamiento deliberadamente severo, degradante, cruel e
inhumano al cual ha sido sometido de forma sistemática por las autoridades
750
CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe Anual 2001, Capítulo IV, párrafo 81(a).
751
Desde el Combinado del Este de La Habana, donde está confinado, el prisionero político Francisco Chaviano González elaboró
una denuncia en la cual relata las últimas medidas que se han tomado en su contra. El escrito fue entregado a Nueva Prensa Cubana
por su esposa, la Sra. Ana Aguililla. Prisión Combinado del Este, Ciudad de la Habana. 5 de julio de 1999. Publicado el miércoles,
15 de septiembre de 1999 en El Nuevo Herald.
326
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penitenciarias del Estado cubano durante el tiempo que viene sufriendo su encierro ilegal
y arbitrario.
104. Así, por ejemplo, Amnistía Internacional deja constancia que Francisco Chaviano
González fue objeto de graves lesiones en la cara y en la cabeza como consecuencia de
los golpes y palizas que le propinaron unos guardias penitenciarios, y que ha estado
meses recluido en una celda de castigo. Y que la víctima padece de úlcera duodenal,
artritis, y problemas respiratorios. Es bien sabido que los problemas del estómago son
consecuencia directa del estrés y ansiedad al que es sometido una persona; y por
consiguiente, es evidente que las condiciones por las que atraviesa diariamente Chaviano
Gonzáles han recrudecido su actual estado de salud.
105. Los castigos y brutales golpizas no son las únicas condiciones por las que ha
atravesado y continúa atravesando Francisco Chaviano Gonzáles en las cárceles cubanas.
Human Rights Watch también dejó constancia que a pesar de las graves condiciones de
salud en que se encuentra el preso de conciencia, éste no ha recibido tratamiento médico.
Y, que, por si fuera poco, Chaviano Gonzáles es alimentado de forma deficiente y que les
ponen trabas a sus familiares para que éstos lo visiten con mayor frecuencia en virtud de
su grave estado de salud. Esta última situación que constituye un tratamiento cruel e
inhumano a una persona que se encuentra enferma, es confirmada por la CIDH cuando
señala que se le prohibió a su esposa y sus familiares visitarlo durante más de un año. La
CIDH también deja constancia que Chaviano Gonzáles fue castigado por denunciar los
malos tratos en el penal y llevado a celdas de aislamiento. Asimismo, que el preso de
conciencia se encuentra delicado de salud con una úlcera duodenal.
Acudí a los oficiales que atienden los prisioneros políticos para quejarme sobre lo
sucedido y estos me contestaron que su traslado había sido un caso necesario para ganar
327
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108. En el mes de febrero del 2007, la esposa de Francisco Chaviano Gonzáles volvió
a pronunciarse sobre el preso de conciencia en los siguientes términos: “Mi esposo,
Francisco Chaviano González cumplirá el próximo mes de mayo 13 años de
encarcelamiento injusto, los cuáles le han convertido tristemente en el preso de
conciencia en Cuba de mas años en prisión. Su estado de salud es delicado y su vida
peligra en este encierro. El pasado mes de noviembre, le fue diagnosticado a Chaviano
por el cardiólogo obstrucción arterial del 70 % y alteraciones isquémicas de alto riesgo
a lo cuál se le suma un tumor pulmonar de rápido crecimiento. Ambos problemas de
salud requieren de serias y delicadas intervenciones quirúrgicas que sólo podrían ser
resueltas en libertad. A esta situación se le agrega actualmente que estando aún sin
recibir tratamiento médico. Para sus problemas cardiacos surgieron ‘extrañas
provocaciones’ a Chaviano por parte de presos comunes en la Prisión del Combinado
del Este donde se encuentra, problemas que pueden conllevar a un repentino
empeoramiento de su salud e incluso podrían provocarle la muerte. Llamamos
nuevamente a las organizaciones humanitarias y gobiernos amigos para que soliciten la
merecida libertad de mi esposo Francisco Chaviano González, antes que tengamos que
lamentar un desenlace fatal”.753
Chaviano González, activista por los Derechos Civiles que fuera amenazado con 15 años
de prisión si no se marchaba del país o abandonaba su trabajo, ingresó en prisión en 1994
por aceptar información de oficiales de Seguridad del Estado referente a los planes de
agresión contra su persona y familia, lo que en defensa propia dio a conocer en algunas
embajadas por lo que fue condenado finalmente bajo cargos de Revelación de Secretos
concernientes a la Seguridad del Estado. Los oficiales que fueron sancionados por esta
causa y únicos con responsabilidad punible ya se encuentran en libertad. Desde entonces
se nos ha estado prometiendo la libertad en breves meses sin que se acabe de concretar.
752
Ana Aguililla Saladrigas, Calle 236 # 126 entre 1 y 3, Jaimanitas, Playa, La Habana, Cuba.
753
Ana Aguililla, La Habana, 7 de febrero del 2007, testimonio ofrecido al Directorio Democrático Cubano.
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110. En el mes de febrero del 2007, la esposa de Francisco Chaviano Gonzáles volvió
a pronunciarse sobre estos hechos con mayores detalles:
A tres años de presentarse por primera vez ante el tribunal que lo juzgó la solicitud de
“libertad condicional” para mi esposo Francisco Chaviano González, el preso de
conciencia en Cuba que mas años ha tenido que cumplir en prisión (12 y medio de 15),
aún no se nos ha dado respuesta alguna. En visita reciente al “Calvario”, pueblo en el
que se encuentra la sede de este tribunal, la presidenta del mismo, Yamirka Téllez nos
explicó a su hermano Alberto Chaviano y a mí --un tanto enojada por cierto-- que ya nos
había explicado en visitas nuestras anteriores que la prisión no le ha enviado aún el
llamado “informe de conducta”. Ante nuestra indagación que si ella no tenía autoridad
para reclamar que esos trámites se efectuaran con rapidez como establece la Constitución,
ésta nos replicó que ella había enviado varias notificaciones a la prisión y la respondían
que el caso de Chaviano está en proceso de análisis en dependencia de “otras
instancias”. En similar situación se encuentra el preso político Julio César Álvarez que
lleva 15 de 19 años a los que fue condenado. Su familia está pidiendo la libertad
condicional de Álvarez desde el año 2001 sin respuesta tampoco aún. Ambos fueron
enjuiciados por un tribunal militar, pero en el caso de Chaviano los co-acusados militares
están en libertad, permaneciendo sólo mi esposo que es ciudadano civil en prisión,
mientras que en el caso de Julio César los co-acusados civiles fueron liberados y sólo él,
militar aún está en cautiverio. Esta ambigüedad resulta incomprensible para ambas
familias. Con frecuencia, las reclamaciones para la libertad de los presos --mayormente
políticos-- se vuelven para sus familias cubanas un batallar de gestiones inútiles. En la
prisión nos mandan para la Dirección General de Cárceles y Prisiones, de ésta para el
tribunal y finalmente el tribunal los regresa a prisión para indagar por el caso repitiéndose
el ciclo. Las cartas presentadas ante las instituciones centrales del Estado tampoco son
respondidas en la mayoría de los casos. En Cuba nadie da una respuesta certera ante las
gestiones de la libertad para los presos. Sólo reciben peticiones. Nadie sabe nunca donde
está el expediente y dónde es que se determina la posible liberación del recluso.755
754
Ana Aguililla Saladrigas, Calle 236 # 126 entre 1 y 3, Jaimanitas, Playa, La Habana, Cuba.
755
Ana Aguililla Saladrigas, Calle 236 # 126 entre 1 y 3, Jaimanitas, Playa, La Habana, Cuba.
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114. Aún cuando esta negativa del Estado cubano de dar respuesta a estos
requerimientos de libertad condicional, pareciera ser una práctica común de las
autoridades especialmente cuando se trata de dar libertad a los presos políticos, en el caso
bajo examen hay razones de fondo que nada tienen que ver con el análisis que deben
realizar dichas autoridades sobre la conducta del preso de conciencia, ni con la legalidad
o ilegalidad de la aplicación de las normas penales en cuestión. Las razones que
mantienen al preso de conciencia Francisco Chaviano Gonzáles en las prisiones cubanas
forman parte de una conspiración del régimen en el poder y constituyen una venganza
contra el mismo.
756
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de de Cuba, op.cit., páginas 148 y 149.
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A. COMPETENCIA DE LA CIDH
118. La CIDH ha señalado que “[d]e conformidad con la Carta, todos los Estados
miembros se comprometen a respetar los derechos fundamentales de los individuos que,
en el caso de los Estados que no son parte de la Convención, son los establecidos en la
Declaración Americana, la cual constituye una fuente de obligaciones internacionales.
El Estatuto encomienda a la Comisión prestar especial atención a la tarea de la
observancia de los derechos humanos reconocidos en los artículos I (derecho a la vida, a
la libertad, a la seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho a la justicia) y
XXVI (derecho a proceso regular) de la Declaración al ejercer su jurisdicción con
respecto a los países que no son partes”.758
757
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Cuba, párrafo 61.
758
Idem., La CIDH cita a la Corte I.D.H., Opinión Consultiva OC-10/89, 14 de julio de 1989, Interpretación de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
Ser. A, Nº 10, párrafos 43-46. La CIDH también cita el artículo 20(a) de su Estatuto.
759
CIDH, Informe Anual 2005, op.cit., párrafos 61 y 63.
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120. Tal como puede observarse, los derechos a la vida, e integridad personal
consagrados en el artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre forman parte del catálogo de derechos fundamentales que el Estatuto
encomienda a la CIDH a “prestar especial atención”. El objeto y fin de la presente
solicitud de medidas cautelares que efectúa el DDC a la CIDH trata justamente de eso:
preservar la vida e integridad personal de Francisco Pastor Chaviano Gonzáles.
121. El artículo 25(1) del Reglamento de la CIDH dispone que “[e]n caso de gravedad
y urgencia y toda vez que resulte necesario de acuerdo a la información disponible, la
Comisión podrá, a iniciativa propia o a petición de parte, solicitar al Estado de que se
trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas”.
123. Al tratar la gravedad del caso que nos ocupa, tenemos obligatoriamente que
referirnos a los principios consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, y a la jurisprudencia consistente y reiterada de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en relación a las condiciones que deben prevalecer
en los centros de detención a la luz de las obligaciones internacionales de los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos --sean o no partes de la
Convención Americana--.
760
Corte I.D.H., Casos Cantoral Benavides, párrafo 87; Durand y Ugarte, párrafo 78.
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127. Está probado, asimismo, que Francisco Chaviano ha sido llevado reiteradamente a
celdas de aislamiento762 lo cual ha agravado aún más su delicado estado de salud. Ya la
CIDH se ha referido a este asunto señalando que “la incomunicación es una medida de
carácter excepcional que tiene como propósito impedir que se entorpezca la
investigación de los hechos. Del examen de los hechos materia de este caso se deduce
que el aislamiento no ha sido una medida de carácter excepcional sino que en varios de
los casos se ha convertido en una sanción adicional con carácter indefinido que ni
siquiera cumple con lo previsto en las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el
Tratamiento de los Reclusos”.763 Al respecto, la Corte Interamericana ha sostenido que el
régimen de confinamiento solitario constituye en sí un trato cruel e inhumano. Según la
Corte, “una de las razones por las cuales la incomunicación es concebida como un
instrumento excepcional es por los graves efectos que tiene sobre el detenido. En efecto,
el aislamiento del mundo exterior produce en cualquier persona sufrimientos morales y
perturbaciones psíquicas, [y] la coloca en una situación de particular vulnerabilidad”.764
128. Queda claro entonces, que la situación que ha llevado al estado de salud actual de
la víctima ha sido el tratamiento inhumano y degradante sufrido en las cárceles cubanas,
situación que además viola de forma flagrante la Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre y las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento
de los Reclusos. Esta situación obligó, además, en el pasado a Francisco Chaviano
Gonzáles a adoptar medidas extremas como ayunos y huelgas de hambre para protestar y
reivindicar sus derechos fundamentales, lo cual ha colocado a la víctima en una situación
extremadamente vulnerable de salud. Tal como señala el informe de Human Rights
Watch, a Francisco Chaviano Gonzáles se le está negando un tratamiento médico
especializado para las diferentes dolencias que sufre. Ya su esposa ha alertado
públicamente que a Francisco Chaviano Gonzáles se le ha diagnosticado una obstrucción
761
Véase CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe Anual 2001, Capítulo IV, párrafo 81(a).
762
Véase CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Capítulo IV, Informe Anual 2000, párrafo 89(b).
763
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, párrafo 154.
764
Corte I.D.H., Caso Suáres Rosero, Sentencia del 12 de noviembre de 1997, párrafos 90 y 91.
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129. Está probado, asimismo, que las autoridades cubanas están negándose
sistemáticamente a otorgarle a Francisco Chaviano Gonzáles el beneficio de la libertad
condicional como un acto perverso de venganza contra el preso de conciencia. Si
sumamos estos hechos a que no se le está tratando adecuadamente su delicado estado de
salud, nos encontramos frente a hechos que podrían constituir una evidente intención de
acabar con su vida. No es la primera vez que las autoridades cubanas actúan de la forma
que lo están haciendo. En un informe de Human Rights Watch se expuso la situación de
otro preso de conciencia en las cárceles cubanas así:
765
Human Rights Watch, La Maquinaria Represiva de Cuba, op.cit., página 134.
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b) Requerir al Estado de Cuba, que, --sin dilación alguna-- una vez curado el
recluso de sus dolencias físicas, sea trasladado de la prisión de mayor rigor El
Combinado del Este, a una de menor rigor teniendo en consideración su estado de salud y
el tiempo transcurrido en prisión que equivale a más de la mitad del tiempo que establece
su condena.
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citada que “concretamente, la Comisión solicitó al Estado de Cuba que: 1) Adopte las
medidas necesarias para garantizar la vida y la integridad física de Francisco Pastor
Chaviano Gonzáles. En especial, instruya a las autoridades competentes a realizar los
exámenes médicos que permitan evaluar la salud del beneficiario y a brindarle en forma
urgente el tratamiento médico adecuado; y 2) Adopte estas medidas en consulta con el
beneficiario y sus familiares. Asimismo, “se solicitó la presentación de información
sobre el cumplimiento con las medidas cautelares adoptadas, dentro del plazo de 15 días
y actualizar dicha información en forma periódica.”766
I. ANTECEDENTES
A. DATOS BIOGRÁFICOS
766
CIDH, Medidas Cautelares, Francisco Pastor Chaviano Gonzáles, MC-10-07, 28 de febrero de 2007.
767
El galardón, establecido en 1987, se otorga una vez al año a escritores o periodistas que han enfrentado la persecución por ejercer
su derecho a la libertad de expresión, un derecho fundamental. Este premio internacional fue entregado, en ausencia el 30 de abril de
2007, al periodista independiente Normando Hernández Gonzáles, preso de conciencia en Cuba a raíz de la ola represiva ocurrida en
ese país en marzo del 2003. La organización que, agrupa a 3.400 periodistas y escritores de todo el mundo, y entregó el premio al
preso de conciencia se denomina “Libertad para Escribir” y tiene su sede en Nueva York. Esta organización entrega el premio de
forma anual a quienes han soportado persecución, abusos y cárcel por ejercer y defender la libertad de expresión.
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134. En el mes de marzo de 2003, en una de las acciones más represivas del Estado
cubano en los últimos tiempos, decenas de activistas de derechos humanos, periodistas
independientes, y opositores pacíficos al régimen fueron encarcelados masivamente,
procesados en juicios sumarios sin acceso a las garantías mínimas del debido proceso, y
condenados a penas privativas de la libertad que oscilan entre los 6 y 28 años de cárcel.
Estos hechos fueron condenados internacionalmente tanto por organizaciones
intergubernamentales del ámbito regional, como universal, y también por connotadas
ONG’s dedicadas a la defensa de los derechos humanos. En un informe de Naciones
Unidas se califica a los mencionados hechos, por ejemplo, como “una ola represiva sin
precedentes”, donde “los procesados fueron acusados de publicar artículos o entrevistas
en los medios de información; comunicarse con ONG internacionales y con exiliados en
los Estados Unidos o en Europa; poseer cintas de audio o de video provenientes de la
Sección de Intereses estadounidenses en La Habana; y comunicarse con grupos no
reconocidos oficialmente, como sindicatos, asociaciones profesionales o academias
cubanas independientes”, y que “los juicios fueron muy breves (unas pocas semanas,
incluso unos días) y se celebraron a puerta cerrada. Los acusados recibieron la
asistencia de abogados que no pertenecían a colegios independientes”768, etc. El
documento antes citado termina analizando la situación en que se encuentran actualmente
los disidentes encarcelados durante la ola represiva y la actitud de las autoridades
cubanas cuando se les solicitó información sobre los mencionados hechos:
768
Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Situación de los Derechos Humanos en Cuba, Informe presentado por Christine
Chanet, Representante Personal de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, E/CN.4/2006/33, 20 de
enero de 2006.
769
Idem., página 3.
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2. Adoptar las medidas necesarias para adecuar sus leyes, procedimientos y prácticas
a las normas internacionales sobre derechos humanos. En particular, la Comisión
recomienda al Estado de Cuba derogar la Ley No. 88 y el artículo 91 del Código Penal,
así como iniciar un proceso de reforma a su Constitución Política con miras a asegurar la
independencia del Poder Judicial y el derecho a la participación en el gobierno.
4. Reparar a las víctimas y sus familiares por el daño material e inmaterial sufrido en
virtud de las violaciones a la Declaración Americana aquí establecidas.
5. Adoptar las medidas necesarias para evitar que hechos similares vuelvan a
cometerse, de conformidad con el deber del Estado de respetar y garantizar los derechos
humanos.772
770
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, párrafo 83.
771
Idem., párrafo 269, numerales 1, 3, y 4.
772
Idem., párrafo 270.
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142. 10 de julio, 2003. Yaraí Reyes denunció que a Normando Hernández no le toman
la presión arterial hace 18 días, a pesar que fue diagnosticado con hipertensión arterial.
Además de esto, a su esposo no le han entregado los medicamentos que ella misma
entregó a oficiales de la prisión. Su celda no tiene luz eléctrica. La correspondencia se la
entregan con mucho retraso. Las autoridades penitenciarias se niegan a entregarle las
medicinas proporcionadas por sus familiares. Continúa sin luz eléctrica y sin agua en su
celda, por lo cual es trasladado a otras celdas con grilletes en los pies y esposas en las
manos para que pueda realizar su aseo. Son conducidos por varios guardias y perros
policías.775
144. 18 de agosto, 2003. Normando Hernández le comunicó a su esposa que tuvo una
fuerte discusión con un guardia que interrumpió una conversación de celda a celda que
sostenía con el también prisionero político Manuel Vázquez Portal, cerca de la una de la
mañana. El guardia le dijo a Normando que dejara de hablar “tanta mierda” y éste le
replicó que hablaba lo que quería. En represalia por esta discusión lo amenazaron con
773
www.cubanet.org
774
www.cubanet.org; Reporteros sin Fronteras.
775
www.cubanet.org
776
Idem., Reporteros sin Fronteras.
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suspenderle la próxima visita familiar y las esporádicas llamadas telefónicas a las que
tiene derecho.777
151. 29 de enero, 2004. En una carta escrita por el prisionero político José Daniel
Ferrer García se advierte la situación de Normando Hernández quien hasta la fecha ha
permanecido más de 70 días en una celda de castigo. En la estrecha celda del área 2 le
introducen asesinos y desquiciados mentales con el fin de desestabilizarlo y atemorizarlo.
Ha bajado considerablemente de peso y su presión arterial ha aumentado. En la misiva lo
777
Cubanet/Reporteros sin Fronteras.
778
Yaraí Reyes Marín, esposa de Normando Hernández Gonzáles. Cubanet.
779
Idem.
780
Idem.
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152. 16 de febrero, 2004. En una carta difundida por Cubanet, Normando Hernández
González describe las condiciones en que él, y otros siete presos de conciencia, entre los
que está el periodista José Ubaldo Izquierdo Hernández, se encuentran detenidos en la
cárcel Kilo 5 ½, en Pinar del Río. Encerrados con presos comunes a los que consideran
peligrosos, los presos políticos no están autorizados a ver la televisión, escuchar la radio
o leer los periódicos. Sólo tienen derecho a cuatro horas semanales de paseo, y les vigilan
la correspondencia. La alimentación es muy mala y no existe servicio médico
especialista. Como no les permiten recibir objetos ni ropa de sus familias, se ven
obligados a vivir en ropa interior y a dormir incluso en el suelo de cemento, al alcance de
roedores e insectos. Los calabozos, en los que varios de ellos han pasado largos períodos
por protestar por sus condiciones de detención, son celdas ciegas, sin luz eléctrica ni
retrete. Los guardianes les amenazan constantemente con privarles de las visitas
familiares o conyugales que, en tiempos normales, ya se ven perturbadas o espaciadas de
manera anormal. Finalmente, Normando Hernández González afirmó que a su esposa, y
a la de José Ubaldo Izquierdo Hernández, las desnudaron íntegramente, les registraron y
les interrogaron, cuando se presentaron en la cárcel para la visita conyugal.782
154. 16 de junio, 2004. Se conoció que Yaraí Reyes Marín hizo pública una carta
dirigida a la Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones donde se queja de no tener
información alguna sobre el estado de salud de su esposo del que se mantiene
incomunicada desde principios de mayo. La señora decidió hacer pública la carta después
de que le negaron la correspondiente visita familiar. Ella ignora si su esposo sigue en
huelga de hambre.784
155. 8 de julio, 2004. El director de la Prisión Kilo 5 ½ le confirmó a Yaraí Reyes que
Normando Hernández permanecerá por 21 días más en celda de castigo, junto a tres
presos comunes. Desde el 7 de mayo su esposa no ha podido saber nada de él desde el 7
de mayo, habiendo permanecido desde esa fecha 57 días en celda de aislamiento.785
781
Carta de José Daniel Ferrer García leída al exterior por su hermana Ana Belkis Ferrer García, Directorio Democrático Cubano/
Organización de Periodistas Iberoamericanos OPI.
782
Normando Hernández Gonzáles, Cubanet.
783
Yaraí Reyes, Cubanet/ Reporteros sin Fronteras.
784
Cubanet/Reporteros sin Fronteras.
785
Idem.
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156. 2 de agosto, 2004. Yaraí Reyes pidió que le concedan una visita con su esposo
quien continúa en condiciones de castigo. Reyes denunció que su esposo no está
recibiendo atención médica.786
160. 23 de diciembre, 2004. Yaraí Reyes informó que Normando Hernández continúa
en celda de castigo, sin una colcha para taparse del frío. Además padece de dolores en el
abdomen según le informó a Reyes el Jefe de Reeducación que se hace llamar Beúne.
786
Idem.
787
Idem.
788
Idem.
789
Juan Carlos González Leiva, FCDH/ Cubanet.
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que no le suministran la dieta apropiada para sus padecimientos. Yaraí declaró que su
esposo padece de Giardasis, entre otros problemas, y para eliminar los quistes parasitarios
debe tomar agua hervida, pero en el hospital no se la facilitan. También señaló la esposa
de Normando que el periodista independiente no está contagiado de tuberculosis, ya que
la prueba de Mantú, resultó hiperactiva escala 7, aunque sí tuvo contacto con el bacilo de
Kosh, y fue tratado con tabletas de Isoniacida.
165. 22 de abril, 2005. Yaraí, su esposa, informa que continúa presentando períodos
de diarreas y estreñimiento. Además, padece de fuertes dolores en la zona cervical, y se le
detectaron algunas vértebras comprimidas con la consecuente inflamación muscular en la
espalda. Expone la señora Reyes que la condición de prisionero de su esposo no permite
la atención médica permanente requerida por su estado de salud, por lo que solicita a las
autoridades la excarcelación, o al menos una licencia extrapenal para su esposo,
sancionado a 25 años de prisión en la llamada "Causa de los 75".
343
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169. 19 de septiembre, 2005. Mediante una carta abierta (ver adjunto), Normando
denuncia que es victima de un intento de asesinato premeditado y sutil a manos de
representantes del gobierno de Fidel Castro.
172. 16 de enero, 2006. Yaraí, la esposa de Normando, informa que su esposo esta
cada día mas delgado, que sus padecimientos digestivos siguen empeorando, y que tiene
dolores en todo su cuerpo, en las articulaciones, dolor de cabeza, dolor en el estómago,
acidez, deseos de vomitar, mucha debilidad, y prácticamente no puede sostenerse en pie.
175. 20 de abril de 2007. Ciego de Ávila, Cuba, los oficiales de la Seguridad del
Estado y los militares de la prisión kilo 7, en Camagüey, le niegan la hora de sol diaria,
recetada por los médicos del ministerio del interior a Normando Gonzáles. Según
Hernández, esto es parte de la venganza que el gobierno cubano lleva a cabo en su contra
por fundar el Colegio de Periodistas Independientes en la provincia Camagüey y porque
continúa su labor como periodista desde los horrores carcelarios. Agrega Hernández que
el teniente Didier Fundora Pérez lo reprime con más saña, porque lo denunció ante la
Fiscalía Militar de Camagüey, después de que este intentó asesinar al recluso común
Roberto Esquivel González. La doctora Yulianela le indicó la hora de sol diaria porque
Hernández se encuentra enfermo de tuberculosis, pues la prueba de Mantoux, efectuada
recientemente, arrojo 14. Además, padece de síndrome de mala absorción
gastrointestinal, entre otras enfermedades.
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Les explico: en noviembre del 2004, después de que me realizaran una segunda
gastroscopía, con biopsia y frotis, me diagnosticaron gastritis eritematosa en la parte baja
del estómago, yeyunitis, atrofia subtotal de las vellosidades intestinales, giardias
incrustadas en las paredes del intestino, infiltraciones intestinales, avitaminosis de ácido
fólico y vitamina B-12 y síndrome de la mala absorción intestinal.
Para los no entendidos en la materia debo explicarles que para el síndrome de mala
absorción, debo tener una dieta higiénica, libre de desechos sólidos y fibras dietéticas.
Esta dieta desde el viernes 29 de julio de este año, día en que me dieron de alta del
hospital no se me oferta. Es bueno señalar que el no consumir fibras dietéticas produce
enfermedades de colon, que van desde el colon irritable, enfermedad que poseo, hasta la
colitis, y el cáncer de colon. Por otro lado, debo tomar agua hervida. De no hacerlo, los
790
Carta abierta del prisionero de conciencia cubano Normando Hernández González, Leído desde Pinar del Río y vía telefónica al
Directorio Democrático Cubano por Yaraí Reyes, esposa de Normando Hernández, Pinar del Río, 19 de septiembre del 2005.
345
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Como se puede apreciar, mis reclamos han caído en sacos rotos y los oídos sordos, la
indiferencia, y el sadismo de las autoridades competentes en Pinar del Río los convierten
en sutiles asesinos. Por tanto, como veo amenazada mi vida en esta provincia, mientras
permanezca en ella, renuncio a cualquier tipo de asistencia médica y a todo alimento que
venga de sus manos. Como mi estado de salud es incompetente con el sistema
penitenciario no pido, sino reclamo lo que por ley y derecho propio me pertenece: la
libertad. Como conozco la indiferencia de este gobierno a tales protestas y exigencias,
levanto mi voz para que conozcan en el mundo todo el trato cruel, inhumano y
degradante con el que las autoridades cubanas tratan a un prisionero de conciencia.
Levanto mi voz para responsabilizar al sistema penitenciario, a los servicios médicos del
Ministerio del Interior, a la Seguridad del Estado, al gobierno cubano del posible
desenlace letal en que puede terminar este defensor de la libertad de expresión, de
pensamiento, de conciencia. Levanto mi voz para denunciar lo que considero un asesinato
premeditado y sutil.
Que Dios los bendiga a todos eternamente.
Prisionero de conciencia Normando Hernández González.
El galardón, establecido en 1987, se otorga una vez al año a escritores o periodistas que
han enfrentado la persecución por ejercer su derecho a la libertad de expresión, un
derecho humano fundamental.
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Hace dos meses, su madre, Blanca Gonzáles, se entrevistó con el legislador Echandi
Meza y pidió su intermediación para conseguirle la visa humanitaria a su hijo, gestión
que finalmente fructificó.
Ahora, resta esperar por las acciones emprendidas por el Consulado de Costa Rica en
Cuba, a través de su Cónsul, José María Penabad, quien conversó con el diputado
Echandi hace pocos días y hoy presentó una nota oficial ante el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Cuba solicitando se estudie la vía para lograr que el prisionero de
conciencia pueda acceder a la visa humanitaria y viajar a nuestro país donde podrá
gestionar, su estatus de refugiado y recibir el tratamiento médico que necesita con
urgencia.
791
Despacho del Diputado José Manuel Echandi Meza, Fracción Partido Unión Nacional, 21 de mayo de 2007.
792
Ministerio Gobernación y Policía, Dirección General de Migración y Extranjería, San José, Costa Rica, Oficio Nº D.G.V.R.-
026692007, Expediente: 1650-2007, 10 de mayo de 2007.
793
Estos documentos se están adjuntado a la presente solicitud de medidas cautelares a la CIDH a fin de que le sirvan como elementos
de juicio para la adopción de tales medidas.
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A. COMPETENCIA DE LA CIDH
794
Notificación, Dirección General de Migración y Extranjería, Dirección General, San José, Costa Rica, Licenciado Mario Zamora
Cordero, Dirección General, 10 de mayo de 2007.
795
Teniendo en consideración que esta noticia apareció publicada en este diario el 22 de mayo de 2007, la notificación al Gobierno
cubano fue efectuada el 21 de mayo de 2007.
796
Diario La Nación, País Otorga Visa Humanitaria a Periodista Detenido en Cuba, Cónsul de Costa Rica en La Habana gestiona
liberación, San José, Costa Rica, 22 de mayo de 2007, Ana Lupita Mora.
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183. La CIDH ha señalado que “[d]e conformidad con la Carta, todos los Estados
miembros se comprometen a respetar los derechos fundamentales de los individuos que,
en el caso de los Estados que no son parte de la Convención, son los establecidos en la
Declaración Americana, la cual constituye una fuente de obligaciones internacionales.
El Estatuto encomienda a la Comisión prestar especial atención a la tarea de la
observancia de los derechos humanos reconocidos en los artículos I (derecho a la vida, a
la libertad, a la seguridad e integridad de la persona), XVIII (derecho a la justicia) y
XXVI (derecho a proceso regular) de la Declaración al ejercer su jurisdicción con
respecto a los países que no son partes”.798
185. Tal como puede observarse, los derechos a la vida, e integridad personal
consagrados en el artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre forman parte del catálogo de derechos fundamentales que el Estatuto
encomienda a la CIDH a “prestar especial atención”. El objeto y fin de la presente
solicitud de medidas cautelares que efectúa el DDC a la CIDH trata justamente de eso:
preservar la vida e integridad personal de Normando Hernández Gonzáles.
797
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Cuba, párrafo 61.
798
Idem., La CIDH cita a la Corte I.D.H., Opinión Consultiva OC-10/89, 14 de julio de 1989, Interpretación de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en el marco del artículo 64 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
Ser. A, Nº 10, párrafos 43-46. La CIDH también cita el artículo 20(a) de su Estatuto.
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CIDH, Informe Anual 2005, op.cit., párrafos 61 y 63.
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Toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero, en caso de
persecución que no sea motivada por delitos de derecho común y de acuerdo con la
legislación de cada país y con los convenios internacionales.
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189. En ese contexto, y dentro del marco de su competencia y facultades la CIDH hizo
un llamado a los Estados miembros de la OEA para que cumplieran con las obligaciones
contraídas en los instrumentos internacionales, en particular mediante la Declaración
Americana, para asegurar a las personas que huyan de sus países por razones de
persecución política, se les otorgue el derecho a ser oído para determinar sus demandas
de asilo o status de refugiado.802 Entre las recomendaciones formuladas por la CIDH, en
este informe, a la Asamblea General de la OEA se destacan: 1) que la OEA reafirme la
obligación de los Estados de reconocer y respetar el principio de no-devolución; 2)
reafirmar el carácter humanitario, apolítico, de la concesión del asilo; 3) ratificar los
instrumentos internacionales de protección; 4) ampliar la definición de refugiado; y 5)
cooperar con el ACNUR.803
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre” (CIDH, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Haití, 1º de
febrero de 1994, párrafo 305); 3.) La suspensión de la deportación de 120 cubanos detenidos en Bahamas, quienes habían solicitado el
status de refugiados e iban a ser deportados a Cuba. El 14 de agosto de 1998, la CIDH otorgó medidas cautelares y solicitó al
Gobierno de Bahamas que no deportara a dichas personas hasta que la CIDH pudiera estudiar las denuncias planteadas en la petición
(CIDH, Informe Anual 1998, Capítulo III.I.a, párrafo 7); 4.) La solicitud de información al Estado venezolano sobre la situación de un
grupo de aproximadamente mil colombianos provenientes de la región del Catatumbo, Norte de Santander, Colombia. El 30 de junio
de 1999 mas de mil colombianos se desplazaron a un lugar conocido como La Vaquera, Estado Zulia, Venezuela, para proteger su
vida e integridad personal de las acciones de grupos paramilitares. Dada la falta de precisión de la información, en particular en cuanto
a la ubicación, número e identidad de los posibles beneficiarios, la CIDH solicitó información al Estado venezolano sobre dicha
situación a fin de establecer la procedencia de las medidas, las cuales finalmente no fueron otorgadas (CIDH, Solicitud de
Información, Colombianos Desplazados de La Vaquera); 5.) La no expulsión y el derecho a recibir educación de las niñas Dilcia
Yean y Violeta Bósica. A éstas niñas nacidas en territorio dominicano les fue negada su nacionalidad dominicana con lo cual estaban
expuestas al peligro inminente de ser arbitrariamente expulsadas de su país natal. El 27 de agosto de 1999 la Comisión otorgó medidas
cautelares y requirió al Estado la adopción de las medidas necesarias, a fin de evitar de que fueran expulsadas del territorio de la
República Dominicana y que Violeta Bósica no fuera privada del derecho de asistir a clases y de recibir la educación que se brinda a
los demás niños de nacionalidad dominicana. Posteriormente, el Estado informó que las medidas solicitadas por la CIDH estaban
siendo cumplidas (CIDH, Informe Anual de 1999, Capítulo III, C.1.q., párrafo 52); 6.) La no expulsión y la garantía del derecho a
solicitar y recibir asilo de un grupo de 800 ciudadanos colombianos provenientes del departamento de Santander, Colombia, que entre
el 25 y 27 de enero de 2001 huyeron por razones de seguridad y se refugiaron en Venezuela en la zona de Río de Oro, Estado de Zulia.
El 5 de marzo de 2001 la CIDH solicitó información al Estado venezolano. El 12 de marzo de 2001, la CIDH otorgó medidas
cautelares para preservar la vida e integridad personal de dichos refugiados colombianos en Venezuela y solicitó al Estado adoptar las
medidas necesarias para que las personas identificadas en la petición no fueran expulsadas del territorio venezolano, ni obligadas a
repatriarse mediante medios coercitivos o sin las debidas garantías. Asimismo, la CIDH solicitó que a los beneficiarios se les
garantizara su derecho a buscar y recibir asilo, y en consecuencia, que el Estado les diera el acceso al procedimiento de elegibilidad
para otorgamiento de condición de refugiado, con las garantías del debido proceso y al pleno acceso a los representantes de ACNUR.
También solicitó que se otorgara atención médica y asistencia alimentaría. Para esta decisión, la CIDH tuvo en cuenta tanto la
información presentada por los peticionarios como por el ACNUR (CIDH, Informe Anual 2000, Capítulo III, C.1.u., párrafo 58); 7.)
La garantía del derecho de no devolución de los ciudadanos colombianos que se encontraban en las comunidades de Boca de Cupe,
Jaque, Puerto Obaladia y Punusa, ubicadas en la zona del Darién panameño que habrían sido objeto de operaciones de repatriación por
parte del Gobierno panameño. La Comisión recibió una solicitud de medidas cautelares en relación con dichos ciudadanos
colombianos y en particular, sobre seis personas que se encontraban en territorio panameño bajo el control de las autoridades, entre
quienes se encontraban 3 menores de edad, los que habrían sido separados de sus padres cuando éstos fueron expulsados a Colombia.
El 25 de abril de 2003 la CIDH otorgó medidas cautelares a favor de estas seis personas, y solicitó al Estado panameño establecer el
paradero de Magdalena Medrano y Juan Berrio y adoptar medidas para salvaguardar su integridad, establecer el paradero de las tres
niñas, proteger su seguridad y salud, y asegurar la reunificación con sus padres, y garantizar el derecho de no devolución del que
gozan las personas de nacionalidad colombiana en las comunidades mencionadas. El 20 de octubre de 2003 los peticionarios
solicitaron ampliación de las medidas por seis meses mas en lo concerniente con la situación extrema gravedad y urgencia de los
colombianos que viven en el Darién panameño, en particular por operaciones de repatriación que realizaría el Gobierno panameño
durante los meses de noviembre y diciembre de 2003. Entre el grupo vulnerable se encontrarían tanto refugiados como personas que
se acogieron a la figura de la protección humanitaria temporal e inmigrantes indocumentados. La Comisión tomó en cuenta el
compromiso que hizo el Estado panameño de implementar un proceso para asegurar que las repatriaciones fueran realizadas de
acuerdo a la voluntad claramente expresada por las personas interesadas. En tal virtud la Comisión concluyó que no corresponde
mantener la vigencia de las medidas cautelares otorgadas el 25 de abril. Dicha decisión fue comunicada al Estado mediante nota del 30
de octubre de 2003, en la que adicionalmente le indicó que continuará monitoreando las operaciones de repatriación programadas para
noviembre y diciembre de ese año (CIDH, Medidas Cautelares, Nacionales Colombianos en Panamá, abril 25 de 2003).
802
CIDH, Informes sobre la Situación de los Derechos Humanos en Haití publicados en los años 1993, 1994, y 1995, en La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y sus Mecanismos de Protección Aplicados a la Situación de los Refugiados, Apátridas y
Solicitantes de Asilo, op.cit., página 13.
803
Idem., página 16.
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191. La CIDH ha señalado, asimismo, que dentro de las garantías de los derechos de
las personas que buscan asilo, cuyo status propio en los instrumentos internacionales
deriva de la necesidad de protección contra la persecución, se encuentran consagradas en
los artículos XXVII de la Declaración Americana y 22(7) y 22(8) de la Convención
Americana, las cuales estipulan los derechos de toda persona de buscar y recibir asilo en
territorio extranjero en caso de persecución por delitos políticos. Estas garantías, afirma
la CIDH, reflejan en particular las prescritas en la Convención relativa al Estatuto de
Refugiado que ha sido ratificada por la mayoría de los Estados miembros de la OEA, y
que ha sido complementada por el Protocolo de 1967 relativo al Estatuto de Refugiado.
Estos tratados han sido considerados por la Comisión al interpretar y aplicar las
disposiciones correspondientes de los instrumentos interamericanos de derechos
humanos. La Convención de los refugiados de 1951 y el Protocolo de 1967 definen quién
es y quién no es refugiado o ha dejado de serlo, el status legal del refugiado y sus
derechos y obligaciones en el país de refugio, así como las materias relativas a la
implementación de los instrumentos respectivos. De acuerdo con el régimen de la
Convención de 1951 modificada por el Protocolo de 1967, un refugiado es una persona
que:
804
Idem., página 14.
805
CIDH, Informe sobre Canadá (2000), párrafo 22. En CIDH, Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos,
OEA/Ser.L/V/II.116, Doc. 5 rev. 1 corr., 22 de octubre de 2002, párrafo 385. Asimismo, la CIDH señaló que “También pertinentes a
las garantías del debido proceso de los extranjeros, son los procedimientos para la determinación del status de refugiado o asilado.
A este respecto, la Comisión ha interpretado el derecho a pedir asilo establecido en el artículo XXVII de la Declaración Americana y
artículo 22(7) de la Convención Americana, a la luz de las protecciones procesales en que se funda la Convención de la ONU de 1951
en relación con el Estatuto de Refugiado y el Protocolo Adicional, en el sentido de que exige que los Estados otorguen a quienes
Continúa en la siguiente página…
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194. A fin de hacer un análisis apropiado a las circunstancias que vive el periodista
independiente y preso de conciencia Normando Hernández Gonzáles en Cuba, la
aplicación del corpus juris antes estudiado a su situación en particular y los méritos de la
presente solicitud de medidas cautelares es preciso efectuar las siguientes
consideraciones:
a) Normando Hernández Gonzáles es una de las víctimas del Caso 12.476 (Oscar
Elías Biscet y Otros vs. Cuba) ya decidido por la CIDH el 21 de octubre de 2006 en su
Informe de Fondo Nº 67/06. La CIDH, además de condenar al Estado cubano por las
violaciones del derecho a la libertad individual, integridad personal, debido proceso y el
derecho a la justicia, entre otros, consagrados en la Declaración Americana, declaró nula
la sentencia condenatoria en su contra “por haberse basado en leyes que imponen
restricciones ilegítimas a sus derechos humanos” y recomendó al Estado cubano su
liberación inmediata e incondicional, conjuntamente con el resto de víctimas de ese caso.
busquen asilo una audiencia justa para determinar si satisfacen los criterios de la Convención sobre Refugiados, particularmente
cuando pueda involucrar a las disposiciones sobre non-refoulement de la Convención sobre Refugiados, la Convención Americana o
la Convención Interamericana sobre la Tortura”, párrafo 405.
806
Idem., párrafos 394, y 395.
807
En el informe, la CIDH es enfática en afirmar que aunque varias víctimas han sido beneficiadas con una licencia extrapenal que les
permite cumplir el resto de sus condenas fuera de la cárcel por motivos de salud, la misma no implica que sus beneficiarios hayan sido
absueltos o sobreseidos, lo cual significa que la libertad es condicional y que esas víctimas pueden regresar en cualquier momento a la
cárcel. Este no es el caso, sin embargo, de Normando Hernández Gonzáles quien permanece recluido en la cárcel a pesar de estar
gravemente enfermo. Véase párrafo 161 del informe de la CIDH.
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d) Desde el mismo momento que la CIDH declaró nulas las sentencias condenatorias
en perjuicio de esas víctimas, y ordenó al Estado cubano la excarcelación inmediata e
incondicional de las mismas, la permanencia de aquellas en las cárceles cubanas devienen
en arbitrarias e ilegales. En ese contexto, la permanencia de Normando Hernández
Gonzáles en la prisión de “Kilo 7” es ilegal y arbitraria.
808
Véase párrafo 269(1) Conclusiones del Informe Nº 67/06.
809
CIDH, Informe Nº 67/06, Caso 12.476 (Oscar Elías Biscet y Otros vs. Cuba), 21 de octubre de 2006, párrafos 209 y 210.
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g) A diferencia de otros casos con los cuales está familiarizado la CIDH en donde la
persona que busca asilo o refugio en un país extranjero tiene que pasar por procesos
largos y difíciles e incluso verse enfrentado a la posibilidad de ser detenido mientras
espera una decisión del país receptor, la situación de Normando Hernández Gonzáles es
completamente distinta. En este caso, la Dirección General de Migración y Extranjería
de Costa Rica ha autorizado una visa humanitaria para el preso de conciencia y ha
informado sobre este particular al Consulado de Costa Rica en La Habana. Así, gracias a
las gestiones efectuadas por el diputado José Manuel Echandi Meza, el Gobierno de
Costa Rica ha hecho una petición al Gobierno de Cuba para que libere y deje salir de la
isla al periodista independiente Normando Hernández, quien se encuentra en grave estado
de salud. Tal como señaló el Comunicado de Prensa emitido por el despacho del
Diputado José Manuel Echandi Meza, el Gobierno de Costa Rica “presentó una nota
810
Idem., párrafos 248, 254, 256, y 257.
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La Comisión nota que varias de las víctimas sufren problemas de salud que han surgido o
se han agravado a partir del momento de su detención sin que se les provea de una
adecuada atención médica. En varios de los casos la atención médica ha sido negada
incluso en situaciones muy graves, llevando así al deterioro de la salud de las presuntas
víctimas. En ese sentido, el Estado no ha observado los principios establecidos por las
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas. En virtud de lo anterior, la Comisión concluye
que el Estado ha violado el derecho a un tratamiento humano durante la privación de
libertad contenido en el artículo XXV de la Declaración Americana en perjuicio de cada
una de las víctimas.813
k) Al año siguiente de los arrestos ocurridos durante la ola represiva del 2003, la
CIDH dejó constancia de las condiciones de detención en las cárceles cubanas, pero en
particular de la situación en que se encontraban el grupo de los 75:
813
CIDH, Informe Nº 67/06, op.cit., párrafos 157 y 158.
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814
CIDH, Informe Anual 2004, Capítulo IV, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafos 60-65.
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Asimismo, la CIDH nota con preocupación que los presos políticos que denuncian o se
niegan a acatar las reglas de las prisiones, son castigados con largos períodos de
confinamiento en celdas de aislamiento, maltratos físicos, restricción de visitas y falta
atención médica, entre otras. Particularmente gravosas resultan estas condiciones para los
presos mayores de 60 años de edad, así como para los que se encuentran padeciendo
alguna enfermedad.815
La Comisión ha sido informada que varias personas detenidas han sido maltratadas
físicamente por las autoridades penitenciarias e incluso, han sido sometidos a períodos de
aislamiento por largo tiempo, produciéndoles un grave deterioro a su salud física y
815
CIDH, Informe Anual 2005, Capítulo IV, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafos 77-80.
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mental. Este es el caso del Sr. José Gabriel Ramón Castillo, quien habría permanecido
aislado durante 15 meses en una celda de castigo dentro de la Prisión de Jóvenes de Villa
Clara y como resultado estaría sufriendo alteraciones en su sistema nervioso central,
además de otras patologías.
n) Tal como puede observarse la CIDH deja constancia de forma reiterada durante
sus informes de los años 2004, 2005, y 2006 no solamente las graves, severas y
degradantes condiciones de las cárceles cubanas sino también del paulatino deterioro
físico de las personas encarceladas en el 2003 a raíz de la ola represiva ejecutada por el
régimen cubano contra activistas de derechos humanos, opositores pacíficos y periodistas
independientes. Asimismo, ya en su informe individual del caso arriba citado menciona
individualmente el grave estado de salud en que se encuentra Normando Hernández
Gonzáles. Es importante destacar, asimismo, cómo la CIDH en su Informe Anual sobre
Cuba en el 2006 destaca las condiciones de la prisión Kilo 7 y menciona como ejemplo el
caso de Jorge García Pérez Antunez, señalando que “estaría siendo amenzado por las
autoridades con no salir vivo de la Prisión Kilo 7 en Camaguey y habría sido objeto de
frecuentes golpizas por parte de otros presos”.817 En ese contexto, la CIDH destacó que
está recibiendo información sobre los malos tratos que están recibiendo los disidentes
políticos en las cárceles cubanas por parte de guardias penitenciarios y de otras personas
con la anuencia o tolerancia de las autoridades. Da la casualidad que el periodista
independiente y preso de conciencia Normando Hernández Gonzáles está purgando
condena en la prisión de máxima seguridad Kilo-7, con lo cual --de acuerdo a los
816
CIDH, Informe Anual 2006, Capítulo IV, Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba, párrafos 66-70.
817
Idem., párrafo 69.
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195. El artículo 25(1) del Reglamento de la CIDH dispone que “[e]n caso de gravedad
y urgencia y toda vez que resulte necesario de acuerdo a la información disponible, la
Comisión podrá, a iniciativa propia o a petición de parte, solicitar al Estado de que se
trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas”.
197. Al tratar la gravedad del caso que nos ocupa, tenemos obligatoriamente que
referirnos a los principios consagrados en la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, y a la jurisprudencia consistente y reiterada de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en relación a las condiciones que deben prevalecer
en los centros de detención a la luz de las obligaciones internacionales de los Estados
miembros de la Organización de los Estados Americanos --sean o no partes de la
Convención Americana--.
199. La gravedad del estado de salud del preso de conciencia Normando Hernández
Gonzáles ha quedado ampliamente demostrada en el presente escrito, no solamente con la
cronología de los hechos ocurridos con posterioridad a su encarcelamiento, sino también
por su propio testimonio personal y la misma información recopilada y expuesta por la
CIDH en sus informes. Sin ir muy lejos, una ONG de derechos humanos calificada y
cuya sede se encuentra en La Habana, Cuba, menciona expresamente al preso de
conciencia Normando Hernández Gonzáles en los siguientes términos:
En el enorme sistema carcelario que mantiene el Gobierno de Cuba (formado por más de
200 prisiones y campos de trabajo) continúan prevaleciendo condiciones inhumanas y
degradantes de internamiento.
818
Corte I.D.H., Casos Cantoral Benavides, párrafo 87; Durand y Ugarte, párrafo 78.
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201. Por si fuera poco, durante su encierro, Normando Hernández Gonzáles ha sido
recluido en celdas de castigo por más de 70 días; ubicado con peligrosos presos comunes;
agredido físicamente y lanzado por las escaleras de la prisión por el reeducador de la
prisión Kilo 51/2 Reinier Armenteros Pulgarón; etc.
819
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, El Submundo de las Prisiones, La Habana, Cuba, 9 de enero
de 2007, página 2.
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deterioro aún mayor del estado de salud de la víctima, sino porque el 10 de julio de 2007,
expira la visa humanitaria otorgada por Costa Rica al periodista independiente y preso de
conciencia.
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205. Más adelante, la CIDH manifestó que “[a]grega la información, que ha sido
recluido en celdas de castigo por más de 70 días; ubicado con peligrosos presos comunes;
agredido físicamente y lanzado por las escaleras de la prisión Kilo 51/2. Asimismo, se
indica que el Gobierno de Costa Rica otorgó al señor Hernández Gonzáles una visa
humanitaria para que viaje a ese país a fin de gestionar su status de refugiado y reciba el
tratamiento médico que necesita con urgencia. En vista de los antecedentes del asunto, la
Comisión reitera sus recomendaciones contenidas en el Informe de Fondo antes
mencionado, en el sentido de ordenar la liberación inmediata e incondicional de las
víctimas de este caso y, solicita al Gobierno de Su Excelencia que informe sobre su
cumplimiento. Asimismo, la Comisión considera que corresponde solicitar la adopción
de las medidas de protección que sean necesarias hasta tanto se deje en libertad al señor
Normando Hernández Gonzáles, a fin de proteger su derecho a la vida y a la integridad
personal”.821 Igualmente, la CIDH solicitó al Gobierno de Cuba que “adopte las
medidas que estime convenientes para que la Comisión pueda contar con la información
necesaria, dentro del plazo de 10 días, contados a partir” de dicha comunicación.822
820
CIDH, Oscar Elías Biscet y Otros, Caso 12.476, Cuba, Cumplimiento de las Recomendaciones, 18 de junio de 2007. Solicitud de
Medidas Cautelares en el caso de Normando Hernández Gonzáles.
821
Idem.
822
Idem.
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Notas: En el teléfono de Raquel preguntar por Loida, madre del preso. Movimiento 10 de diciembre.
Detenido
10-3-2003.
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Notas: 10/99 MNRCPLB. Fecha detencion: Mayo 7/94. CCDHRN (1/03). CCDHRN (6/06).
CCDHRN
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Prisión:
Causa/Cond: 2 años
Notas: detenido 10-03-2005. CCDHRN 7/05. CCDHRN (6/06).
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el carnet de identidad lo iban a llevar a la cárcel con un número y no tendría visitas de nadie.
FUENTE: Ofelia Astorac- activista opositora de Arvalhu. Guillermo Llano Ricardo 8/06.
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Acusación: Violación de la Ley 88; Actos contra la independencia o la integridad territorial del estado
(Artículo 91 del
código penal)
Prisión: Guamajal, Provincia Habana
Causa/Cond: Causa #6 del 2003
26 años de prisión
Notas: Promotor del Proyecto Varela, Artemisa, La Habana. Sentencia #14 del 2003. CCDHRN
1/05. Detenido: 20-3-2003. CCDHRN (6/06). CCDHRN (01/09/07)
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Dirección: Carlos Manuel de Céspedes #1768, entre 11 y 12, Sur Guantánamo. CP 95100
Acusación: Desacato. Salida Ilegal del país. Desorden en Establecimiento Penitenciario. Daños, Intento
de Evasión.
Prisión: Kilo 5 1/2, Pinar del Río
Causa/Cond: Causa #296 de 1999/ Causa 133 de 2002
27 años de prisión (sanción conjunta)
Notas: 11/25/98. Mirna Riverón. Partido de Renovación Ortodoxa. Berta Antúnez 1/00. Tía llamada
Aleida Frómeta, pero no va casi a verlo María E. Alpízar: 3ra del Sur #30A, entre 1ra y 2da
del Oeste, Placetas, Villa Clara. Ingreso a prisión 18/9/92. Alberto Martínez (2/05). Aleida
Frómeta Estrada (González) (madre)
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Prisión:
Causa/Cond: Causa # de 2003
8 años de prisión
Notas: Detenido el 22/junio/03.CCDHRN 1/05.. CCDHRN 6/06. CCDHRN 1/07
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Mariano, Cerro, Ciudad Habana. CCDHRN (1/04). CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06.
CCDHRN 01/07
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Causa/Cond: Pendiente.
Notas: Detenido el 14 de agosto de 2006. Miembro del Partido Neocatólico. CCDHRN 01/07.
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Acusación: Peligrosidad
Prisión:
Causa/Cond: Causa # de 2006
2 años de prisión
Notas: Detenido el 9 de noviembre de 2006Delegado en el municipio de Minas, Camagüey del
Partido demócrata Cristiano.
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16 años de prisión
Notas: Sentencia #12 del 2003. CCDHRN (1/04). CCDHRN 1/05. Detención: 20-3-2003. CCDHRN
6/06.CCDHRN 01/07.
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irse del país luego de esta condena. Se encuentra en prisión. Ileana López 5/07.
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pueblo se lanzó a la calle para defender al activista de derechos humanos Eddy Hernández
Arencibia (Dic. 2006, Yaneyvis Alvarez Sosa).
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Acusación: Terrorismo
Prisión:
Causa/Cond: Condenado a 6 años de prisión
Notas: Detenido el 2 de julio de 2003. Intento de emigrar ilegalmente en pequeña embarcación de
pesca. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07.
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Notas: Detenido en marzo del 2003. Presidente del Partido por la Democracia Pedro L. Boitel.
Sentencia #2 del
2003. CCDHRN (1/04). CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07.
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Prisión:
Causa/Cond: 10 años de prisión
Notas: Detenido el 28 de agosto del 2000. CCDHRN (1/04). CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06.
CCDHRN 01/07.
Nombre: Pacheco Avila, Pablo
Dirección: Pasaje D# 205 A, entre 4ta y 5ta, Reparto 9 de abril, Ciego de Avila
Acusación: Violación de la Ley 88
Prisión: Prisión de Morón, Ciego de Avila
Causa/Cond: Causa #1 del 2003
20 años de prisión
Notas: Cooperativa de Periodistas Independientes. Sentencia #2 del 2003. CCDHRN (1/04).
CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07.
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4 años de prisión
Notas: Detenido el 18/feb/03. CCDHRN 1/05. Miembro del Movimiento Popular Democrático
Cristiano 20 de mayo en Jesús Menéndez, Las Tunas. Fuente: Lázaro González Adán (está
preso ahora).
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1/05. Direccion de Blanca Rosa: Carretera de Bacardi #5 entre Crombet y Hatuey, Rpto. San
Pedrito. 011-53-22632575. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07.
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Notas: Detenido el 4 de octubre del 2003. Intento de secuestro de una avioneta para salir de Cuba,
CCDHRN (1/04). CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07.
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Notas: Detenido el 10/jun/98 Ciudadano salvadoreño acusado de actos terroristas, condenado a pena
de muerte. CCDHRN (99). CCDHRN, 1/01. CCDHRN 1/03. CCDHRN 1/04. CCDHRN
1/05. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07.
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Dirección:Luis Estevez #352, Apto 3, entre Cortina y Figueroa, Santos Suárez, Habana
Acusación: Violación de la Ley 88
Prisión:Licencia Extra Penal
Causa/Cond: Causa #12 del 2003
20 años de prisión
Notas: Preside el Instituto Cubano de Econonomistas Independientes. Sentencia #7 del 2003.
CCDHRN 1/04. Licencia extrapenal en julio de 2004. CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06.
CCDHRN 01/07
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Cuba
Acusación: Violación de la Ley 88
Prisión: Boniato, Santiago de Cuba
Causa/Cond: Causa #4 del 2003
10 años de prisión
Notas: Movimiento Cristiano Liberación, es médico. Está recién casado. Detenido el 18 de marzo del
2003. Sentencia #7 del 2003. CCDHRN 1/04. CCDHRN 1/05. CCDHRN 6/06. CCDHRN
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Dirección:
Acusación: Daños
Prisión:
Causa/Cond: Causa # de 2004
3 años de prisión
Notas: Detenido el 7/junio/2004. CCDHRN 1/05. Movimiento Liberal Cubano.
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Prisión:
Causa/Cond: Condenado a 8 años de prisión
Notas: Detenido el 2 de julio de 2003. Intento de emigrar ilegalmente en pequeña embarcación de
pesca. CCDHRN 6/06. CCDHRN 01/07
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